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A. La primera vía
Este razonamiento o demostración está formulado así:
Pregunta: Expresar ordenadamente y paso a paso esta demostración de la
existencia de Dios llamada primera vía para demostrar la existencia de Dios.
Respuesta: Paso a paso la demostración sigue la siguiente cadena ordenada de
proposiciones, una detrás de otra:
Pregunta: ¿Cuál es la primera proposición de la primera vía?
Respuesta:
1. La primera proposición de la primera vía es la siguiente: “Consta a
nuestros sentidos que hay cosas que se mueven…, hay cosas que
cambian”. Nuestros sentidos nos dan a conocer que las cosas se mueven: el
ventilador se mueve; los estudiantes escriben, cada persona respira; el niño
está en constante crecimiento (porque el crecimiento también es un cambio o
movimiento); el planeta en el que vivimos se mueve por rotación y traslación, y
los demás astros. Pero también comprendemos que nuestro interior cambia
mucho, y está en movimiento, porque tenemos nuevos pensamientos,
sentimientos, afectos, emociones, y cesan: todo lo cual conocemos íntimamente
por nuestra conciencia.
Los movimientos que son considerados en esta primera o procedimiento para
demostrar la existencia de Dios son el movimiento local (cambio de lugar de un
cuerpo) y las modificaciones cualitativas de los cuerpos (cambio de
temperatura, color, figura).
Pregunta: ¿Qué cambios no están comprendidos en esta demostración?
Respuesta: No están comprendidos en esta demostración los cambios
sustanciales, o sea, aquellos cambios que ocurren por la generación de una
nueva sustancia o la destrucción de una sustancia que deja de ser la sustancia
que es, porque pasa a ser otra sustancia específicamente distinta de la que
antes era. Por ejemplo, el cambio que se opera en un organismo biológico que
muere. Este es el caso de la muerte de un perro: este cambio es sustancial,
porque el perro deja de ser la sustancia de la especie “canino”, porque ha
pasado a ser un conjunto de sustancias inorgánicas y carentes de vida. Este
cambio no es estudiado ni en la primera vía ni en la segunda vía o
procedimiento de demostración de la existencia de Dios. El cambio sustancial
sólo es el primer paso de la tercera vía o demostración de la existencia de Dios,
pero no de la primera ni de la segunda.
Pregunta: ¿Cuál es la segunda proposición de la primera vía?
Respuesta:
2. Segunda proposición: “Todo lo que se mueve, es movido por otro”.
Es fácil observar por nuestra experiencia ordinaria que muchas cosas se
mueven, incluso nosotros mismos. Pero también es posible descubrir que las
cosas se mueven porque su movimiento ha sido recibido de otra cosa distinta
de ellas. La razón de que lo que se mueve siempre recibe su movimiento de
otra cosa, es que el movimiento es un paso de la potencia de ser algo al acto
de ser algo. Esto se puede entender muy bien con un ejemplo.
Por ejemplo, el movimiento ascendente del vapor de agua que procede del
océano es un movimiento que ha sido causado por la acción de los rayos
solares sobre la superficie del océano. La acción de los rayos solares ha
producido un cambio en las moléculas de agua del océano, porque ha
calentado la superficie del agua, y han hecho que parte del agua del océano
pase del estado líquido al estado gaseoso. Este cambio de estado es un cambio
cualitativo y, por tanto, es un movimiento que está considerado dentro del
campo de estudio de la primera vía de la demostración de la existencia de Dios.
Por lo tanto, el movimiento cualitativo del agua desde el estado líquido al
estado gaseoso ha sido causado por la acción de otras cosas que lo han
producido: estas causas son los rayos de luz. Los rayos de luz son la causa del
movimiento ascendente del vapor de agua del océano, y, por tanto los motores
que causan este movimiento son los rayos de luz; porque la palabra motor
significa aquella cosa que causa o produce el movimiento de otra cosa distinta
de ella. En cambio, la palabra móvil significa aquella cosa que se mueve.
Además, hay que saber que cualquier móvil, o sea, toda cosa que se mueve es
movido por otro, porque su movimiento siempre es un paso de la potencia al
acto.
Por ejemplo, el agua de mar, durante la noche, aún no ha recibido el impacto
de los rayos del sol, y, por esta misma razón, no ha cambiado del estado líquido
al estado gaseoso. Por tanto, es claro que durante la noche el agua de mar está
en estado líquido: es en acto líquida, y sólo es en potencia gaseosa. El agua fría
no es caliente, pero puede ser caliente o tiene capacidad para ser caliente, por
virtud de una causa externa. Pero cuando los rayos solares inciden sobre la
superficie del océano, cambiando la temperatura del agua y su estado, porque
pasa del estado líquido al estado gaseoso, entonces el agua del océano pasa a
ser caliente y gaseosa en acto; y ya no solamente en potencia. Por lo tanto, es
claro que en todo movimiento conocido por experiencia hay un paso de la
potencia al acto.
Y, en efecto, el agua de mar durante la noche está en potencia en estado
gaseoso, pero todavía no en acto. También podemos deducir que el agua del
océano no pasa del estado líquido al estado gaseoso por sí misma, sino que,
por el contrario, necesita de una causa que la haga pasar de la potencia al acto
de estar caliente, y de la potencia del estado gaseoso al acto del estado
gaseoso.
Por lo tanto, es evidente que el agua del océano no puede por sí misma, o sea,
por su poder propio, pasar de estar en potencia en estado gaseoso a estar en
potencia en estado gaseoso, ni tampoco puede pasar por sí misma de ser en
potencia caliente a ser en acto caliente. Y la razón de esto es la siguiente:
Aquella cosa que es caliente sólo en potencia y no es caliente en acto, no es
todavía algo caliente, carece de calor, y, por tanto, no puede darse a sí misma
el calor que no posee. En consecuencia, el agua del océano que está fría
durante la noche, al carecer de calor, no puede darse a sí misma el calor que
no posee. Y, por tanto, el agua del océano necesita de otra realidad distinta de
ella que la haga moverse y pasar de ser fría a ser caliente, y del estado líquido
al estado gaseoso.
El agua del océano que pasa del estado líquido al estado gaseoso y de ser fría a
ser caliente, se mueve porque es movida por otra cosa, a saber, por los rayos
de luz del sol. Pero, esto mismo ocurre con todas las cosas captadas por
experiencia, porque también la pelota de golf pasa de estar en potencia de
moverse localmente al acto de moverse localmente por virtud de otra realidad
distinta de ella, que es jugador de golf. Y la razón de esto es que la pelota no
puede darse a sí mismo el movimiento que aún no posee, y, por tanto, necesita
que otra cosa, un agente la haga moverse. Así es como queda demostrada la
segunda proposición de la primera demostración de la existencia de Dios o
primera vía: “Todo lo que se mueve, es movido por otro”.
3. Tercera proposición: “Todo motor que se mueve para mover otra cosa,
es movido por otro motor anterior a él”.
Esta nueva proposición la llegamos a conocer estudiando el motor, o sea la
cosa que mueve a otra cosa. Cualquier motor que se mueve para mover otra
cosa es un motor movido por otro y recibe su movimiento de otro motor
anterior a él, porque sólo tiene movimiento una cosa si ha recibido su
movimiento de otra. Esto es lo que ocurre con los rayos de luz del sol, que
realizan la actividad de calentar el agua del océano, porque esta actividad de
las ondas de luz es causada por otro motor anterior, que es la fuente de los
rayos de luz, esto es, el sol, que es una estrella en combustión.
4. Cuarta proposición: “Si fuera verdadera la suposición según la cual
todo motor que causa el movimiento de otra cosa, es un motor movido
por otro, la consecuencia necesaria que se extrae de esta hipótesis es
que tendría que haber infinitos motores movidos por otro.”