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INTRODUCCION

En las sociedades actuales, el conocimiento es reconocido como un gran desafío a


nivel económico, político y cultural, al punto de calificar de forma justificada a las
sociedades que emergen actualmente y logran mayores niveles de desarrollo y calidad
de vida. Además, el control del conocimiento en los diferentes momentos de la historia
de la humanidad ha estado acompañado de desigualdades, exclusiones y conflictos
sociales, lo que implica que día a día se busque una mayor difusión del conocimiento
para lograr una sociedad mejor informada y que tome sus propias decisiones basadas
en los hechos y la evidencia.
Cada sociedad cuenta con sus propios activos de conocimiento, donde es fundamental
conectar las diversas formas de conocimientos que ya se posen con las nuevas formas
de desarrollo, adquisición y difusión del conocimiento, lo cual, se representa en el
modelo de la economía del conocimiento, donde se valoran sus diversas formas y esto
genera a su vez mejores resultados en cuanto a crecimiento económico, igualdad
social, decisiones políticas basadas en hechos y mayor transparencia y ética que son
los elementos claves en las sociedades basadas en conocimiento, UNESCO (2016).

Este tipo de sociedades se construyen a partir de la diversidad de conocimientos y la


cultura que es un bien público disponible para todos y se ve influenciada por los
avances científicos y el uso de tecnologías de punta, donde la educación, el
pensamiento crítico, el fomento de la diversidad y la innovación son fundamentales
para la implementación de una sociedad de conocimiento.

CONTENIDO
EL PAPEL DE LA CIENCIA EN EL DESARROLLO DE LA TECNOLOGÍA
Y LA SOCIEDAD
Dentro del paradigma emergente, la realidad económica social ha determinado
la necesidad de reorganizar las ciencias en un mundo cambiante, desigual y cada vez
mas unido a la producción capitalista de bienes y servicios en la era de la información.
A partir de la última década del siglo XX y principios del siglo XXI, las
sociedades más desarrolladas se enmarcan en lo que se conoce como sociedades
posindustriales, para Lucas y García (2002), estas sociedades básicamente se
caracterizan por los siguientes factores económicos-sociales:
En lo económico, han tenido un incremento en la productividad a partir de las
transformaciones tecnológicas en una primera instancia, y en una segunda instancia,
el impulso de grandes cantidades de capital orientado a la inversión en tecnología hace
que el proceso productivo sea hoy en día más complejo y científicamente estructurado,
donde la investigación y el desarrollo, sean la base para esta realidad.
Dentro de esta misma noción, se evidencia el afianzamiento de la economía de
servicios dejando atrás en importancia, los sectores primarios y secundarios, según el
Banco Mundial, citado por estos autores, para el año de 1995, la mano de obra de los
países considerados de renta alta, se ubica en el sector servicios con 60% mayor, en
comparación con 20% en los países de renta baja donde predomina la mano de obra
en el sector primario.
En el aspecto social, las sociedades posindustriales han ido transformando al
trabajo a tareas no manuales, sino comunicacionales y científicas, donde el trabajador
es visto como relleno de la automatización tecnológica capaz de retroalimentar las
informaciones y datos provenientes de ordenares modernos responsables de la
producción industrial. Del mismo modo, se evidencia la poca importancia del grupo
obrero debido a la mayor especialización en la diversificación de tareas más dinámicas
y complejas, donde el ideal social, se concentra en la lucha de una mejor posición en
el status social, dejando atrás la contradicción fundamental del capitalismo, como los
es la lucha de clases y la defensa de los derechos de la clase trabajadora.
Estas condiciones del obrero dentro de las organizaciones sociales, hace que la
administración del salario en el régimen capitalista avanzado, progresivamente tenga
menor interés debido a la cobertura más o menos estable de las necesidades básicas
de la población, la baja inflación y la búsqueda de tareas más independientes y
creativas por parte de una clase trabajadora menos preocupada por el trabajo y más
concentrada en el consumo masivo de bienes y servicios que ofrece la sociedad
posindustrial de una vida más cómoda.
Esta realidad económica social, hace que la información pase a constituir el
recurso más valioso, su generación, control y transferencia, constituyen quizás la
forma más clara del desarrollo de una sociedad industrial a una sociedad de
conocimiento, donde la tecnología y los centros organizativos de innovación,
constituyen la plataforma para un mundo más dinámico y desigual.
En palabras textuales de la UNESCO (2003)," la sociedad de la información es
un sistema económico y social donde el conocimiento y la información constituyen
fuentes fundamentales de bienestar y progreso" Bajo esta noción, el carácter
sustantivo del desarrollo científico-tecnológico para el avance social, orienta toda
intención para la construcción de políticas científica-tecnológicas fomentadoras de la
ciencia, de la investigación, de la innovación y la transferencia tecnológica.
La ciencia y tecnología hoy por hoy constituyen el factor más importante para
el desarrollo de la sociedad de conocimiento, para inicios del 2003 el Instituto de
estadística de la UNESCO, realizó una encuesta a 79 países de América, Europa,
Africa y Asia con el objeto de conocer el grado de importancia que le asignan ciertos
países a la necesidad de establecer políticas de ciencia y tecnología.
En base a éste estudio, el 76% de los países encuestados consideran de extrema
importancia la investigación como catalizador del avance social y económico de las
regiones, y que éste tiene un impacto en la sociedad extremamente importante por
medio de la necesaria diseminación y transferencia del conocimiento y la tecnología
en la sociedad.
En una visión más específica, el siguiente cuadro ilustra el grado relativo de
importancia dado en torno al uso de políticas de ciencia y tecnología. En líneas
generales, las prioridades y congruencias entre las regiones ofrecen una tendencia
general bastante parecida hacia la consideración de la investigación y su impacto en
la sociedad como prioridad extrema, a la par de otros resultados evidentes.
La ciencia es una actividad que produce un conjunto de conocimientos. Los
científicos intentan explicar los cambios o fenómenos que ocurren en la naturaleza así
como también en la sociedad para lo cual formulan hipótesis acerca de porque
acontecen de este modo y no de otro.
Todo conocimiento científico adquirido genera nuevas preguntas y nuevos problemas.
Este renovado e incesante actuar de los científicos en la búsqueda de nuevas ideas y
nuevas respuestas es otro aspecto de la ciencia: la investigación científica.
Las técnicas son procedimientos específicos a través de los que se actúa sobre la
naturaleza, transformándola y haciéndola servir a las necesidades del hombre. Las
técnicas actuales están basadas en conocimientos científicos. Su desarrollo y la
producción de nuevos productos, es decir, la tecnología, han permitido obtener
poderosos recursos para dominar el medio en que vive el hombre.
Para entender porque las tecnología es un motor de desarrollo en una sociedad
basta con pensar en algunos ejemplos: la plena utilización de los recursos naturales
proveedores de energía, el descubrimiento de medicamentos que permiten extender la
vida, controlar la enfermedad y disminuir el dolor; el desarrollo de las comunicaciones
y los transportes, que nos permiten comunicarnos fácilmente con lugares remotos y
viajar a ellos en pocas horas.
Sin embargo, debemos considerar el aspecto negativo de la tecnología, ya que
la creación de una sociedad dominada por los medios masivos de comunicación, la
fabricación de armas nucleares y la contaminación ambiental son ejemplos de la
destrucción que puede generar. Por eso es importante destacar que si no se procede
con sensatez, responsabilidad y sabiduría, la tecnología estará al servicio de unos
pocos.
Para comprender en que consiste el desarrollo de una sociedad humana, se
propone analizar cinco concepciones: la biológica, la económica la política, la cultural
y la integral. Cada una de ellas se funda sobre una concepción particular de la sociedad
humana.
De acuerdo a la concepción biológica, el desarrollo consiste en un aumento del
bienestar y una mejora de la salud como resultados de mejoras de la nutrición, el
ejercicio, entre otros.
La concepción economicista del desarrollo lo identifica con el crecimiento
económico. Se sostiene que el proceso de desarrollo es algo que involucra a la
sociedad integra, por lo cual los modelos puramente económicos tienen un valor
limitado.La concepción política sostiene que el desarrollo consiste en la expansión de
la libertad, o sea, en el aumento y afianzamiento de los derechos humanos y políticos.
Es importante destacar que de nada sirven los derechos políticos si faltan los medios
económicos y culturales para ejercerlos.
La concepción cultural, iguala al desarrollo con el enriquecimiento de la cultura
y la difusión de la educación, pero dicho desarrollo no es pleno si no va acompañado
de desarrollo biológico, económico y político.
Toda cultura desarrollada incluye a los dos sectores más dinámicos: la ciencia y la
tecnología. No hay desarrollo cultural, ni por lo tanto integral, sin desarrollo científico
y tecnológico. He aquí la importancia de fomentar la investigación básica como
componente necesario del desarrollo.
TECNOLOGÍA
Los significados de los términos ciencia y tecnología han variado significativamente
de una generación a otra. Sin embargo, se encuentran más similitudes que diferencias
entre ambos términos.
Tanto la ciencia como la tecnología implican un proceso intelectual, ambas se refieren
a relaciones causales dentro del mundo material y emplean una metodología
experimental que tiene como resultado demostraciones empíricas que pueden
verificarse mediante repetición. La ciencia, al menos en teoría, está menos relacionada
con el sentido práctico de sus resultados y se refiere más al desarrollo de leyes
generales; pero la ciencia práctica y la tecnología están inextricablemente
relacionadas entre sí. La interacción variable de las dos puede observarse en el
desarrollo histórico de algunos sectores.
En realidad, el concepto de que la ciencia proporciona las ideas para las innovaciones
tecnológicas, y que la investigación pura, por tanto, es fundamental para cualquier
avance significativo de la civilización industrial tiene mucho de mito.
La mayoría de los grandes cambios de la civilización industrial no tuvieron su origen
en los laboratorios. Las herramientas y los procesos fundamentales en los campos de
la mecánica, la química, la astronomía, la metalurgia y la hidráulica fueron
desarrollados antes de que se descubrieran las leyes que los gobernaban. Por ejemplo,
la máquina de vapor era de uso común antes de que la ciencia de la termodinámica
dilucidara los principios físicos que sostenían sus operaciones.
Sin embargo, algunas actividades tecnológicas modernas, como la astronáutica y la
energía nuclear, dependen de la ciencia.
En los últimos años se ha desarrollado una distinción radical entre ciencia y
tecnología. Con frecuencia los avances científicos soportan una fuerte oposición, pero
en los últimos tiempos muchas personas han llegado a temer más a la tecnología que
a la ciencia. Para estas personas, la ciencia puede percibirse como una fuente objetiva
y serena de las leyes eternas de la naturaleza, mientras que estiman que las
manifestaciones de la tecnología son algo fuera de control.
LINEA DE TIEMPO
GRAFICA

TRIPTICO
DINAMICA

CARTEL EN INGLES
EXPLICACION DEL PROTOTIPO
PROTOTIPO TELEFONO ANDROID
Si nos adentramos en un plano completamente teórico, sobre el papel es totalmente
posible fabricar nuestro propio smartphone Android.
Podemos buscar por Internet y en comercios de electrónica los diferentes
componentes del equipo, incluso las antenas y equipos de radio para cubrir todos los
apartados de conectividad. Si nos planteamos la cuestión, como decíamos, desde un
punto de vista puramente teórico, es posible llevar a cabo esta difícil tarea.

Quiero que esto quede bien claro, porque hay que diferenciar entre los problemas
reales a los que uno tendría que enfrentarse si se plantea montar su propio Android
y lo que es potencialmente posible. Existen placas como la beagleboard que nos
facilitan un punto de partida a la hora de montar un smartphone y donde podremos
ensamblar procesadores y componentes.
Recordemos que para hacer algo mínimamente decente habría que contar con un
procesador potente, memoria RAM, pantalla, altavoces, micrófono, GPS… Es
bastante posible que consigamos un chip integrado o SoC que nos facilite gran parte
de las funciones que acabaría llevando un smartphone, y eso nos facilitaría bastante
la vida.
En primer lugar hay que tener en cuenta que una de las grandes ventajas de las que
disfruta un fabricante hoy en día es de la economía de escala. Sin entrar demasiado
en detalles sobre microeconomía, la economía de escala supone la rebaja del coste de
fabricación a medida que se aumenta el número de unidades fabricadas. Es decir, que
cuanto más fabriques, más barato te costará fabricar cada uno. Y cuando nos
planteamos fabricar nuestro propio smartphone hablamos de solo una unidad, lo que
conlleva que el precio vaya a ser altísimo. Este es el primer y gran problema al que
nos enfrentamos, ya que nos va a salir carísimo comprar todos los componentes y
llevar a cabo el proceso de fabricar el dispositivo en cuestión.

El segundo problema es más técnico. No hay que desprestigiar las capacidades de


ninguno de nosotros. Posiblemente muchos tengáis enormes conocimientos de
programación o de electrónica, pero es imposible que una sola persona pueda igualar
el trabajo de un equipo completo. Podríamos incluso juntar varias personas para llevar
a cabo el proyecto, pero aún así seguiríamos en clara desventaja respecto a un
fabricante de dispositivos móviles. Por muy bien que lo hiciésemos acabaríamos
teniendo un smartphone que, por potente que fuese el hardware, no alcanzaría nunca
el rendimiento de un gama alta.
Es más, posiblemente nos quedaríamos en la gama baja, con poca potencia, baja
fluidez y una duración de la batería muy mala. Podríamos hacer que funcionase, pero
sería un smartphone bastante mediocre, y eso en el mejor de los casos, porque lo
normal sería que funcionase mal y faltasen muchas cosas.
Por último estaría el tema de diseño, ya que al ensamblar nosotros mismos nos
enfrentaríamos a algo en lo que nunca podríamos competir decentemente. Hablamos
de que nuestro smartphone no podría aprovechar los espacios como lo hacen los de
un fabricante, y tendríamos algo parecido a un walkie talkie antiguo. Podríamos
llamarle ladrillófono para darle un toque humorístico, pero jamás conseguiríamos
un tamaño para algo práctico de usar.
Seguramente se me escapen varios problemas, pero esto parece lo más destacable. Me
encantaría que compartieses que otros se te ocurren a ti.
Las alternativas
No solo existe la posibilidad de empezar el proyecto desde cero. Hay gente que ya se
lo ha planteado y proyectos base desde los que se puede partir como este de ODROID
que saca funcionalidades extra de un Samsung Exynos, aunque es ya algo más
parecido a un pequeño PC que un smartphone, pero como decíamos, la parte de diseño
nos queda muy lejos.

Otra cosa que podemos hacer es modificar un smartphone que ya esté en el


mercado y aplicar nuestras mejoras. Podríamos incorporar una batería mejor, otro
procesador, una pantalla que mejore la visualización… hay muchas posibilidades.
Esto nos llevaría a toda una nueva saga del apartado de problemas, y posiblemente lo
que comentamos de los drivers tendría un protagonismo especial, pero ahí queda como
opción para los valientes.
Fabricar nuestro propio smartphone es posible, y uno puede llegar a hacerlo. Es
difícil, está lleno de problemas y no nos ofrecería una alternativa a casi ningún
teléfono del mercado, pero es totalmente válido como proyecto de realización
personal.

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