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doctrina

La prisión como instrumento de coerción moral ilegítima para la obtención de pruebas a través
de la delincuencia premiada

Autores:

Teotonio, Paulo Freire, José

Silva, Carolina Bruna Oliveira y

SCHIAVI, Jeferson Dessotti Cavalcante DI

RESUMEN: El presente trabajo tiene por objeto la aplicación del instituto de la delación
premiada, muy presente en el actual cotidiano forense, en virtud de los sucesivos escándalos
de corrupción noticiados en los medios, principalmente sobre el prisma de la prueba en el
proceso penal y de los límites de la aplicabilidad del instituto , que ha sido objeto de aplicación
indiscriminada y de deformidad de sus objetivos previos. Se convirtió en objeto de
contestaciones sobre el enfoque de la inidoneidad de las informaciones del colaborador, o sea,
bajo el aspecto de la ética, así como, a veces, se encuentra bajo custodia cuando de la opción
por la delación. Se concluye entonces que no habría opción, sino coerción, lo que llevaría a un
vicio insanable, teniendo como base el debido proceso legal. El artículo analiza el instituto ante
el paradigma de ser alternativa a la hipertrofia del Ejecutivo, así como por la falta de recursos
presentes en la investigación tradicional, señalando, sin embargo, que no puede ser erigido
como un fin en sí mismo, puesto que no sirve de base para la condena, sólo para dar base a la
profundización de la investigación, debiendo estar integrada con las demás pruebas. El
instituto presenta relevancia por el clamor social y destaque en los medios, sirviendo al
objetivo de revelar la verdad real, siempre exigiendo obediencia a los principios informativos
del Derecho, notadamente los parámetros constitucionales, en los que se destacan la
presunción de inocencia, el contradictorio y la amplia defensa . El estudio dimensiona, además,
los requisitos y las condiciones de actuación de los agentes involucrados, que deben velar
fielmente por el cumplimiento de las garantías constitucionales de los investigados. En
resumen,

1. Introducción

El instituto en examen ingresó con pompa en el cotidiano jurídico brasileño. Su indiscriminada


aplicación, sin embargo, sin obediencia a los patrones principiológicos, pasó a generar
controversias, notadamente por su supuesto uso continuo y desordenado, sirviendo como
medio de prueba y no instrumento para obtenerla, dando a la discusión sobre su
compatibilidad con los preceptos constitucionales, notadamente en lo que pertenecía a su
compatibilización con las mediáticas prisiones que tradicionalmente las anteceden.
Se trata del instituto en premio, con la reducción de pena o incluso en su exención, beneficio
legal concedido después de la colaboración del individuo que delata a los demás autores del
tipo penal practicado, funcionando como un instrumento de negociación, dado a aquel que se
pone a disposición para colaborar con las investigaciones.

Se destaca que la narrativa del delator no vale por sí sola, siendo imprescindible que todas las
informaciones prestadas sean debidamente comprobadas, ya que el premio, en lo que se
refiere a la sanción, será concedido por el Estado-juez, después de toda la instrucción procesal
penal (" debido a su libre convencimiento y del análisis del acuerdo celebrado entre el delator
y el Ministerio Público o entre el delator y el Ministerio Público en conjunto con el delegado de
policía.

En ese diapasón, debemos ponderar sobre el requisito de la voluntariedad del agente, o sea, la
ausencia de coerción para la obtención de la delación, lo que lleva a la obligatoria ponderación
sobre su viabilidad con la prisión del delator, o sea, se debe admitir delación por parte de
quien está en la cárcel? ¿Esta manifestación sería siempre voluntaria?

En este sentido, debemos analizar de forma razonable y ponderada la real aplicación del
instituto, teniendo en vista el gran enfoque sobre éste como consecuencia de los escándalos
de corrupción que tomaron cuenta de Brasil, esto porque la estruendosa repercusión de la
mediática Operación Lavo Jato proporcionó a los brasileños una " mayor visibilidad y un
aumento considerable en la utilización de la Oficina examinada. Por lo tanto, cada caso debe
ser analizado minuciosamente, a fin de garantizar que no haya sido utilizado como
instrumento de tortura para obtener la confesión de aquellos que se encuentran encarcelados.
Bajo los auspicios de la libertad condicional, los órganos de persecución penal han tomado el
instituto como un atajo para reducir el debido proceso y subrepticiamente revertir onus
probandi por parte del acusador, garantías constitucionales aseguradas a aquellos que
supuestamente cometieron el delito.

Al recorrer uno de los requisitos que debe estar presente en la aplicación del instituto -la
volición del agente-, nos encontramos con el obvio de las condiciones de extrema fragilidad
psicológica del individuo que fue insertado en el sistema penitenciario y su desesperación en
sustraerse de la pena. En este orden de ideas, no hay escape de la breve análisis del modus
operandi adoptado en retrocitada operación policial, en la que el más pequeño investigó la
participación de las pruebas, persiguiéndose unos a otros a toda costa a las reglas de la
subsunción para el envío de la segregación de protección, y por lo tanto llegar podemos
considerar una negociación de los cargos a la inversa, es decir, se utiliza el final para obtener la
media.

A los operadores del derecho, identificando tal situación, mover la máquina legislativa en el
sentido de rediseñar el instituto, que debe ser utilizado observando las limitaciones impuestas
por el ordenamiento patrio, trayendo mayor seguridad jurídica a sus jurisdiccionales.
Evidentemente, factores personales no deben ser tenidos en cuenta para fundamentar la
viabilidad de la delación, dado que no se puede examinar las razones que llevaron al delator a
entregar sus comparsas, sino la voluntariedad en realizar el acuerdo y colaborar con la
investigación criminal .

Además, la materia delatada debe ser objeto de confrontación con el conjunto probatorio, a
fin de que sea preservado el principio de la presunción de inocencia de los delatados, so pena
de subversión del sistema procesal penal.

Por supuesto, nadie puede ser considerado culpable, mucho menos condenado, sólo por el
contenido de la delación, sin que esté fundado por el conjunto de pruebas cargadas en los
autos.

2 El Origen y la Exégesis del Instituto

Antes de entrar en los detalles del instituto y analizar su compatibilidad con la detención, debe
tenerse en cuenta que el término denunciante tiene su origen en América: delatio de Deferre,
es decir, el país: denunciar, denunciar, acusar subvención.

El instituto ora estudiado tuvo su origen más remoto en las Ordenaciones Filipinas (1603), cuya
parte criminal, contenida en el Libro V, se estableció hasta enero de 1603 cuando entró en
vigor el Código Penal de 1830. Ya en el reglamento moderno, como consecuencia de la
ineficacia de los medios investigativos tradicionales a la década de 1990, así como por el
recrudecimiento de la criminalidad, resurgió con la edición de la Ley nº 8.072 / 90, que trata de
los crímenes hediondos. En su art. En el caso de que se trate de un delito o de un delito, el juez
no se pronunciará sobre el tema. Este mismo dispositivo legal trata en su art. 4º que, "si el
crimen es cometido por pandilla o bandada, el coautor que denunció a la autoridad, facilitando
la liberación del secuestrado,

Además, está previsto en diversas legislaciones extravagantes, cuales sean: Ley de los
Crímenes Hediondos (Ley nº 8.072 / 90, art. 8º, párrafo único); Ley de Crímenes contra la
Orden Tributaria, Económica y contra las Relaciones de Consumo (Ley nº 8.137 / 90, artículo
16, párrafo único); Código Penal (artículo 159, § 4º - extorsión por secuestro); Ley de Lavado
de Capitales (Ley nº 9.613 / 98, art. 1º, § 5º); Ley de Protección a Víctimas y Testigos (Ley nº
9.807 / 99, arts. 13 y 14); Ley que instituye el Sistema Nacional de Políticas Públicas sobre
Drogas (Ley nº 11.343 / 06, art. 41); y la Ley del Crimen Organizado (Ley nº 12.850 / 2013, art.
4). Así, como se expuso anteriormente, el instituto de la colaboración premiada (preferimos la
denominación delación premiada, para que no sea confundida con el instituto revocado de la
extinta Ley de Tóxicos, o sea, Ley nº 10.409 / 02); Ley nº 9.034 / 95, art. De acuerdo con lo
establecido en el artículo anterior. 24, § 2º.
No obstante, se encuentra tipificado en nueve leyes integrando diferentes delitos, iniciándose
por el propio Código Penal, en su art. (En el caso de que se trate de un delito de delincuencia o
de un delito que debatir la asociación delictiva (antigua cuadrilla o bando) que ésta pueda
tener, su pena reducida de uno a dos tercios.

Debemos también observar la distinción doctrinal para los términos "delación premiada" y
"colaboración premiada", ya que hay entendimientos divergentes.

"En nuestra opinión, los denunciantes galardonado colaboración no son expresiones


sinónimas, siendo este último equipado con un alcance más amplio. La parte demandada en el
curso de persecutorio criminis, puede tener la culpa sin tercer incriminar partido,
proporcionando, por ejemplo, información sobre la ubicación de en el caso de que se trate de
un mero colaborador, puede, por otro lado, asumir culpa (confesar) y delatar a otras personas
- en esa hipótesis es que se habla de delación premiada (o llamada de corrido). Sólo hay hablar
en delación si el investigado o acusado también confiesa la autoría de la infracción penal, de lo
contrario, si la niega, imputándola a tercero, se tiene un simple testimonio. La colaboración
premiada funciona, por lo tanto, como el género, del cual la delación premiada sería especie ".
(LIMA, 2016, página 521)

Para Júlio César Mossin y Heráclito Mossin (2016), fue un intento del legislador para suavizar el
término "delación premiada", bastante cargado, con vistas a caracterizar la conducta de aquel
que denuncia su comparsa en la práctica delictiva. La consecuencia de un marco jurídico para
la "colaboración" y la "delación" son las mismas: premiar al que denuncia a los otros coautores
o partícipes.

Como se ha comentado anteriormente , el uso confrontación imperiosa del instituto con los
paradigmas constitucionales, ya que vivimos en un estado democrático donde el ciudadano es
el titular de los derechos y garantías, que se identificaron como más valioso libertad que
permite al individuo a practicar todo lo que la ley permite y todo lo que no le prohíbe.

En esa dimensión, pertinente la discusión de la constitucionalidad del instituto bajo la óptica


de su aplicabilidad y margen de interpretación en el contexto práctico.

La delación premiada, cierta o errada, ha sido considerada una moneda de cambio, lo que se
lastima, bajo el prisma de la deontología, ya que se observa el premio como cambio por el
descubrimiento de los demás agentes.

La colaboración, en verdad, debe ser vista como una contribución a las funciones del Estado,
debiendo ser identificada como beneficio legal concedido al investigado o acusado.
Muchos adoctrinadores, sin embargo, observan que es una declaración de ineficiencia, puesto
que exterioriza una falla del sistema de investigación criminal del Estado, cuya atrofia cada vez
mayor provoca la incapacidad de investigar y establecer el debido castigo por los medios
usuales, especialmente en lo que concierne a los derechos agentes que integran las
organizaciones delictivas.

Sin embargo, el instituto demanda la necesidad de efectiva comprobación de lo que se delata,


no pudiendo o debiendo ser un fin en sí mismo.

La delación debe ser vista como uno de los muchos instrumentos puestos a disposición de la
Justicia Criminal, demandando efectiva posterior investigación para comprobación de lo que
fue alegado, ya que no está permitido sostener la condena, siendo siquiera indicativo de justa
causa para acción penal, puesto que demanda la existencia de otros medios de prueba que
corroboran la información facilitada. En este diapasón, vale observar que en nuestra patada
patria está cada vez más evidenciada la fragilidad del aparato policial y la ineficiencia del
servicio público brasileño en la solución de los crímenes. En el caso de que se trate de un
sistema de gestión de la calidad, se debe tener en cuenta que, en el caso de las empresas,

En este contexto, insta a conceptualizar el instituto, dando lugar a las enseñanzas de Guillermo
de Souza Nucci: "Colaborar significa prestar ayuda, contribuir, asociándose al término
'premiado', que representa ventaja o recompensa, se extrae el significado procesal penal para
el, en el caso de que se trate de un delito o de un delito, o de un delito.

Por estar en boga tal instituto en la práctica forense, se vuelve imperativo perfeccionarlo,
puesto que aún precario, dado que raros los textos legales que inserta en su cuerpo el
dispositivo de la colaboración premiada.

En nuestro orden constitucional, a diferencia de las naciones de donde fueron extraídas las
ideas centrales del instituto, no se concibe más la participación del magistrado en el acuerdo
entre el investigado / acusado, so pena de irreversible quiebra de la imparcialidad necesaria al
proceso penal.

Tal imparcialidad del juez proviene del principio del juez natural como presupuesto para que la
relación procesal se instaure válidamente, a fin de evitar cualquier vicio, ilegalidad y nulidad en
los actos practicados. "En el caso de que se trate de una verdadera garantía en respeto al
derecho que las partes tienen que ser juzgadas por un juez imparcial, y esa imparcialidad
proporciona una indisolucada connotación ética al proceso".
Nuestro sistema procesal penal está íntimamente vinculado al principio de la imparcialidad y
del contradictorio, debiendo todas las decisiones dictadas por los magistrados ser imparciales
y sometidas al principio de la amplia defensa y del contradictorio, asegurando el efectivo
cumplimiento de todas las garantías constitucionales a los ciudadanos brasileños.

Así, el juzgador de éste debe distanciarse de la realización del acuerdo, para no macular la
propia validez de la prueba obtenida, puesto que el Estado-juez debe estar alejado también de
la investigación y de la participación en la obtención de indicios para dar soporte a una acción
penal , lo que debe quedar a cargo de las autoridades policiales y del Ministerio Público,
dentro de los límites legales, conforme ya enfatizado.

El magistrado debe verificar la regularidad, la legalidad y la voluntariedad del acuerdo para


fines de homologación, siempre que se cumplen los requisitos legales, debiendo evitar la
divulgación de los términos del acuerdo, para evitar ser instrumentos de juicios populares
previos o satisfacción de egos inflados, bajo la pena de sepultura del debido proceso legal y, en
particular, de los derechos de los investigados.

3 Paradigmas de Aplicabilidad

La creciente organización de la criminalidad ha reclamado mejor y más inteligente actuación


del Poder Público, dadas la nueva estructuración y la organización de las organizaciones
criminales, que a veces cuentan con brazos en el poder estatal. Reclama, así, la intervención
dura del Estado, dentro de los parámetros legales colocados a su disposición.

Sin embargo, tenemos que prestar atención a para el desguace de corriente del aparato
policial, debido a la falta de inversión y Ejecutivo abandono, dejando a la población cada vez
más dependiente del desempeño de los representantes del parqué , lo que indica la necesidad
de revitalización y la especialización de los órganos del Ministerio Público para confrontar de
forma eficaz y plena las actividades de la delincuencia organizada.

En el caso de que se produzca un cambio en la calidad de la información, se debe tener en


cuenta que, serían extremadamente difíciles o improbables.

Con respecto al tema tratado, Vicente Jorge Silva (1) también enseñó:

"La denominada 'colaboración premiada' no es figura nueva en el derecho brasileño,


encontrándose previsión anterior en la Ley de Crímenes Hediondos (Ley nº 8.072 / 90, art. 8º,
párrafo único), en la Ley del Crimen Organizado (Ley nº 9.034 / (Ley nº 9.613 / 98, art. 1º, § 5º)
y en la Ley de Protección a las Víctimas y Testigos (Ley nº 9.807 / 99, arts. 13 y 14), en la Ley de
Lavado de Capitales (Ley nº 9.613 / 98, art. "

Por otro lado, analizando el mismo tema jurídico arriba abordado, Isaac Sabbá Guimarães (2)
describe:

"El sistema de proceso penal brasileño se abre cada vez más para intervenciones, aunque
mitigadas, típicas de aquellos que se rigen por el principio de la oportunidad, predominante en
los países de cultura jurídica angloamericana. Esta es, además, una tendencia que atiende bien
en nuestro entendimiento, a los anhelos de realización de un derecho penal material, el cual se
podrá considerar impracticable en un sistema absolutamente regido por el principio de la
obligatoriedad (de la acción penal).

Los beneficios legales desde el inicio del partido, vale la pena destacar, al contrario de lo que
suponen los laicos, que están destinados a investigar copiando el modo - llamada declaración
bargainig el proceso penal de los Estados Unidos. El acuerdo tratará o del sobreseimiento del
proceso - impidiendo, pues, que el Ministerio Público dé continuidad a la persecución criminal,
como forma semejante se produce en la suspensión condicional del proceso del art. De la Ley
nº 9.099 / 95 -, o de la reducción de la pena, debiendo la contribución del investigado ser
espontánea, de libre voluntad, sin la instigación o la coacción de terceros, puesto que tal
práctica nefanda violaría notoriamente los preceptos de la razonabilidad y la proporcionalidad,
debiendo preponder, por lo tanto, la voluntad de colaborar con la policía judicial o con la
justicia.

No se puede ignorar la posibilidad de retirada de la informante, como Heráclito hace hincapié


en Mossin con el fin de garantizar los derechos de delatante y postulados constitucionales, en
verbis :

"Por lo tanto, resulta de la combinación del artículo 200 del Código de Proceso Penal con el
artículo 5º, inciso LV (a los litigantes, en proceso judicial o administrativo, ya los acusados en
general se aseguran el contradictorio y la amplia defensa, y en el caso de que se trate de una
persona que no sea una persona o de una persona, o de una persona, revelado cuando de su
confesión. (Mossin, Heráclito Antonio; Mossin, Julio César OG plea bargaining: aspectos legales
de Sao Paulo: JH Mizuno, 2015. P. 224 ..)

colaboración espontánea crea de este modo sólo en teoría, una expectativa de derecho a una
prestación, no generando, sin embargo, el efecto erga omnes, es decir, a personas fuera del
acuerdo, precisamente los que se quejan del instituto, lo que implica mayor dinamismo y
eficacia en el escrutado de hechos graves, para los cuales se castigaba solamente a los
operadores y nunca a los mandantes. Esta es, justamente, la razón benéfica del instituto,
puesto que permite llegar a los mandantes, obedecidos los paradigmas del dominio del hecho.
Habiendo más de un reo en el proceso penal, solamente el colaborador será beneficiado. Por
otra parte, es la colaboración, a veces, que lleva al procesamiento de otros infractores, los más
graves y, a veces, encubiertos por el aparato estatal.

El advenimiento de dispositivos legales discutidos anteriormente, y sin lugar a dudas, la


adopción de modelos extranjeros celebrada, como se evidencia por la cita de la obra
indispensable Proceso Teoría General (3), en verbis :

"En algunas jurisdicciones admiten la presentación de los acusados a la pena monetaria, si el


envío es también la declaración de culpabilidad ley. Inglés Además, en la ley estadounidense,
la negociación, la transacción auténtica entre la acusación y la defensa de la imposición de la
pena relacionada en el caso de que se trate de un delito de menor gravedad que el de aquel
que es imputado al reo. En Brasil, el ordenamiento vigente también contempla la transacción
en materia penal, con base en la previsión constitucional (CF, art. 98, inciso I), pudiendo el
autor del hecho someter -se voluntariamente a la pena no privativa de la libertad, antes
incluso de la instauración del proceso, a propuesta del Ministerio Público.

Es imperioso, además, establecer los parámetros para la aplicación del instituto,


desvinculándolo de distorsiones que comprometen su efectividad.

El Ministerio Público y los agentes de investigación, en un primer aspecto, deben planificar su


actuación, cotejando la posibilidad de la adopción del instituto para avanzar en la quiebra de la
operatividad de la organización criminal, debiendo acompañar de cerca todo el desarrollo de la
investigación, incluso desplazándose lugares donde se recoge la prueba.

El seguimiento cercano y planificado de las diligencias permite prever lo que vendrá y pensar
lo que es necesario y relevante, posibilitando establecer los términos en que la propuesta deba
ser hecha al inculpado o imputado, así como dimensionando tal colaboración, también así la
forma por la cual deba se efectúa la propuesta, propiciando el descubrimiento de los demás
integrantes de las asociaciones, mostrándose eficaz medio de la producción de prueba futura.

El trabajo de inteligencia, en ese diapasón, se ha demostrado crucial y de extrema importancia


no sólo para la sociedad, sino también para subsidiar las decisiones de los órganos de
represión estatal.

La integración entre los órganos y las instituciones públicas debe ser tomada por esencial para
la aplicación del instituto, debiendo la cuestión del análisis de la oportunidad y la conveniencia
de la realización de diligencias ser discutida colectivamente, analizando los pros y los contras.
Es imperativo consignar la necesidad de una rápida implementación del sistema único de
seguridad en el país, unificándose los registros y las acciones entre las policías, para que se
evite desperdicio de recursos y confrontaciones que alijan la finalidad y los objetivos centrales.

El trabajo de investigación y, consecuentemente, el análisis de los términos y la oportunidad


de pactar la delación, necesario destacar, deben ser realizados sin personalismo, sin
centralización en la persona que ocupa el cargo, deberán ser realizados siempre en nombre del
objetivo prioritario, la verdad real, que haga prevalecer el interés público del descubrimiento
de la verdad, sin promoción personal, que tanto ha contaminado la actuación de las
autoridades públicas.

No se puede permitir que la presencia de los medios de comunicación comprometa las


actividades de las instituciones públicas, puesto que el exceso de exposición siempre es
perjudicial para cualquier actividad humana. Además, recomienda la ética que se debe
determinar para luego divulgar, siempre que así lo exija el interés público, no permitiendo, sin
embargo, cualquier linchamiento moral de los investigados, mucho menos juicios previos,
comportamiento odioso, que macula el debido proceso material , debiendo preservarse el
colaborador, puesto que está, bien o mal, prestando un relevante servicio a la comunidad.

Es importante enfatizar la necesidad de la presencia del abogado para la elaboración de la


formalización del acuerdo de colaboración, teniendo en cuenta, principalmente, para asegurar
la observancia de los principios constitucionales del contradictorio y de la amplia defensa,
evitando, por otro lado, la presencia de los terceros interesados, que no sean los relacionados
con la defensa del colaborador, hasta para propia garantía de vida y seguridad del delator y de
la filtración de informaciones, a diferencia de la práctica habitual hasta ahora empleada.

El pacto con el delator debe ser realizado con respecto a los derechos de cualquier ciudadano,
con diálogo directo y franco, informándose al delator los beneficios derivados de su acto, así
como las consecuencias buenas y malas de él venidas.

En este sentido, a pesar de las diversas dificultades para apurar el delito, sea tecnológica o
cualquier otra, no hay como prevalecer el entendimiento de que las autoridades públicas
vengan a elegir un investigado / acusado como la "vaca sagrada" de las investigaciones, o sea,
aquel investigado que parece tener la mayor cantidad de informaciones acerca de la
organización delictiva y con menor posibilidad de ofrecer resistencia psicológica frente al
cumplimiento de una prisión, siendo pertinente citar el papel del delinero Alberto Youssef en
la Operación Lava Jato, razón de la oferta a él la tabla de la salvación, la colaboración
premiada.
Para preservar la aplicación correcta del instituto, teniendo como paradigmas las garantías
constitucionales de todo individuo investigado, no hay que considerarse la posibilidad de que
la delación ocurra en el período de coacción moral del acusado, el cual, después de subyugado,
ya sin perspectiva de salir de la cárcel, no tiene otra opción que aceptar aceptar convertirse en
colaborador, comprometiendo así el compromiso con la verdad, dada la ausencia de
volitividad del agente.

La prisión, a veces, se incompatibiliza con la posibilidad del pacto, dado que el encarcelado,
que debe ser siempre asistido por su abogado, puede haber comprometido el requisito de la
voluntariedad, ya que la circunstancia aludida compromete la eficacia del acuerdo, incluso en
lo que a la veracidad del contenido de la delación, dado que obtenida con demasiada dosis de
coacción.

En efecto, no se debe, inicialmente, antes de la profundización de las investigaciones,


respetando el requisito de la volitividad, dar total crédito al delator, siendo necesario averiguar
la viabilidad de ser verídica la versión, una vez que la real intención, por desnaturalización,
puede ser la de dar tiempo a las comparsas o incluso desviar el foco del escrutinio.

Cotidianamente, verificamos críticas de orden ético de los doctrinadores en cuanto al instituto,


al denominar al delator de traidor, criticando que sea premiado por la traición. Sin embargo,
no nos parece pertinente la ponderación, ya que la aplicación del instituto lleva al
descubrimiento de algo más valioso para el procedimiento, es decir, el descubrimiento de la
verdad real, permitiendo la persecución penal con respecto a criminales de estirpe y sus de las
asociaciones, teniendo por objeto no sólo la detención de uno o más integrantes de
organización o asociación delictiva, sino también la incautación de bienes, documentos y
productos, así como la recuperación de valores desviados del erario público.

El pacto que establezca el premio al delator es posible a cualquier colaborador, sea él autor,
coautor o incluso partícipe, no haciendo ninguna restricción en cuanto a la modalidad de
concurso de agentes, siempre que se premie la contribución efectiva, en el resguardo del buen
nombre y, de los intereses de la justicia. eficacia antes mencionado, sin embargo, no se refiere
a la detención efectiva de los involucrados, pero la identificación de dichos miembros, lo que
permite la investigación y persecución penal del debido proceso ( debido proceso legal ) contra
ellos.

La propuesta de los términos de la colaboración, por último, depende de la eficiente actuación


del Ministerio Público, ante el principio de la inercia, en los términos de lo anterior.

4 Delación, Deontología y Presunción de Inocencia


Como ya se ha expuesto, el mérito o el contenido de la delación no debe ser analizado desde el
punto de vista de la moralidad. Tal no es el espíritu o el objetivo del instituto. El delator, por
supuesto, tiene pleno conocimiento de los delitos practicados y sólo se dispuso a delatar a
falta de otra salida.

Así, aunque se dé un premio a quien es tan culpable como los delatados, tal no macula el
instituto de la colaboración premiada, ya que a partir de las informaciones recolectadas tendrá
el Estado la posibilidad de buscar las pruebas aptas para la eliminación de la actividad criminal
de los involucrados .

La alegación de que habría inidoneidad del delator, bajo el prisma de la deontología, no nos
parece sostenible, ya que la delación proporciona combatir un mal mayor, mucho más dañino
para la sociedad.

No se discute, de esta forma, la ética de la postura del delator al entregar toda la organización,
los nombres de las comparsas y las actividades, así como no nos ocupamos siempre de indagar
sobre la moralidad del comportamiento del ciudadano en sociedad, puesto que lo importante,
en lo que se refiere a la delación, es lo que la versión del investigado proporciona.

No sin pertinencia, como es del entendimiento de nuestros Tribunales Superiores, aunque los
delatores ya hayan firmado acuerdos anteriores, los incumpliendo, o, peor, aunque se hayan
socorrido de ligeras o mentiras en otras ocasiones, no habría obturación para la realización de
un nuevo acuerdo de delición premiada.

De esta forma, no se piensa indagar la conducta del delator, bajo el prisma del juicio de valor,
debiendo observarse el contenido de la delación y sus beneficios para desentrañar y castigar la
criminalidad organizada.

Las versiones insertadas en el acuerdo de la delación premiada, no sin motivo, bajo ese
aspecto, no pueden dar lugar a una condena, aunque el hecho sea confirmado por más de un
delator, siendo necesaria una conjugación de elementos y evidencias que apoyen la
información proporcionada, también no se exige que sólo primarios y de buenos antecedentes
puedan socavarse del beneficio, ya que se debe observar la relevancia de la versión para el
éxito de las investigaciones, independientemente de quién esté realizando la colaboración,
además, como ya se ha reportado, debemos cuidar de la ética del delator, así como no nos
preocupamos en analizar las razones que llevan a un individuo a tomar cualquier decisión
cotidiana.
En otro enfoque, imperioso el estudio de la aventada coercibilidad, una vez que se inserta
como requisito del acuerdo de delación la voluntariedad del agente, condición sin la cual la
información no tendrá validez, por herir el debido proceso legal.

Este análisis se vuelve relevante, ya que, no raramente, el delator se encuentra privado de su


libertad en el momento del pacto, estando, bajo fuerte presión personal y familiar, hecho que
puede llevar a optar inadvertidamente hacia la delación, vista el impacto del temor de
permanecer privado de su libertad, lo que podría ser usado como instrumento indebido de
coerción moral.

En ese sentido, ponderan Júlio César Mossin y Heráclito Mossin:

"A tenor de lo que queda consignado en varios pasajes de este escrito jurídico, la delación,
para tener validez jurídica, deberá ser libre de cualquier coacción, a pesar de lo que se nota en
la práctica es que el agente muchas veces es inducido por órgano de la persecución criminal a
entregar sus comparsas de crimen, bajo la promesa de una retribución que va desde el
descenso de la reprimenda legal hasta el perdón judicial, que se constituyó causa de extinción
de la punibilidad.

Se puso de manifiesto, igualmente, que con el acto de entrega de los compañeros del crimen,
el delator confiesa su participación o coautoria. Es que el acto dilatorio está íntimamente
vinculado con la confesión. Así es que el comportamiento traicionero sólo puede ser hecho por
aquel que está involucrado en la práctica delictiva. Esto lleva a concluir, de manera abundante,
como no podía dejar de ser, que el testigo no puede ser instrumento de delación, incluso
porque en esa calidad no está sujeta a ninguna premiación de orden legal, sino que
únicamente asume el compromiso de decir la verdad sobre lo que es objeto de su narración
fáctica (artículo 203 del CPP).

Trazadas esas premisas, ahora tiene que enfrentar el objeto central del análisis, que es la
influencia de la retractación de la confesión en la delación premiada.

En los términos normativos contenidos en el art. 200 del Código de Procedimiento Penal, 'la
confesión será divisible y retráctil, sujeto a la libre convicción del juez, basándose en el examen
de la evidencia juntos' . "( Ganar traición: aspectos legales Sao Paulo :. JH Mizuno, 2015. p 223)

Los riesgos son patentes. La prisión cautelar no puede y no debe ser utilizada como
instrumento de negociación, puesto que tal indebida utilización podrá ser erigida como crimen
de tortura, siendo conducta ilegítima y contraria al ordenamiento jurídico.
Esto no implica, sin embargo, la imposibilidad de pacto por el detenido, puesto que, por
hipótesis, la iniciativa de delación podrá partir del interesado, debidamente acompañado de su
abogado. Sería un contrasito exigir que sólo los que están en libertad pudieran colaborar, dada
la gravedad de los crímenes que dan lugar a la delación, casi siempre sujetando a los individuos
a la indispen sable y legal prisión cautelar, derivada de los basilares requisitos de la
decretación de la custodia preventiva.

En este sentido, cabe señalar que el entendimiento del Supremo Tribunal Federal considera la
colaboración válida si es resultado de un proceso volitivo, querido con plena conciencia de la
realidad, escogido con libertad y deliberado sin mala fe (libertad esta psíquica, y no de
locomoción) , así como el objeto ser lícito, posible y determinable.

El delator, de esta forma, a pesar de recogido a la cárcel, podrá mantener plena capacidad
física y psíquica de decidir qué conducta quiere adoptar, no cabiendo hablar que no le queda
otra opción que no la delación, puesto poder, en tal hipótesis, compromiso de forma libre y
deliberada, por lo tanto, sin poder pensar en la posibilidad de tortura emocional o moral.

La razón de la conclusión es el propio interés del delator, ya que no es sólo la autoridad pública
la única interesada en la delación, por el progreso de investigación. El investigado / acusado
también tiene interés, por el exacto resultado de la delación, o sea, recoger ventajas con el
acuerdo de delación premiada, bien de poder reducir la reprimenda o hasta ser agraciado con
el perdón judicial.

Además, el acuerdo y la versión serán realizados entre el delator y la autoridad pública, en


presencia de su abogado, profesional capacitado y responsable de garantizar la legitimidad de
la decisión tomada por el individuo dispuesto a colaborar, alejando la viabilidad de la supuesta
coerción moral.

Además, dentro de los parámetros legales, según lo enfatizado, corresponde al Ministerio


Público y al delegado de policía, aquellos que participan obligatoriamente del acuerdo con el
delator, prezón por la idoneidad del instituto, garantizando que todos los requisitos estén
presentes cuando la composición firmada con el " agente, siendo el respeto por los derechos
básicos del delator, so pena de invalidación del pacto y de su no homologación.

Conforme ya anotamos, actualmente el magistrado no es parte integrante del acuerdo firmado


entre las partes, correspondiendo a él sólo el análisis y la valoración de las pruebas juntadas de
los autos, obtenidas a partir de la colaboración del delator, para entonces proceder a la
homologación y al cumplimiento de la avención.
En el proceso penal patronal, como es cedido, todos son considerados inocentes hasta que se
pruebe lo contrario (principio de la presunción de la no culpabilidad). Es decir,
independientemente de los testimonios prestados por uno o más delatores, no serán los
delatados considerados culpables, tampoco condenados a cualquier penas atribuidas al tipo
penal que esté en investigación, sin lastre en otros medios idóneos de prueba.

En este sentido, vale resaltar el entendimiento de los Profesores Heráclito Antônio Mossin y
Júlio César Mossin:

"La confesión, se explica, es un medio de prueba y de defensa. Esto significa, en otros


términos, que el juez puede, con base en el interrogatorio, condenar al acusado, siempre que
los elementos fácticos que surgieron de su admisión en cuanto a la responsabilidad por la
práctica del hecho delictivo se armonicen con los demás elementos de prueba, conforme
previsión legal estampada en el artículo 197 del Código de Proceso Penal (el valor de la
confesión se evaluará por los criterios adoptados para los otros elementos de prueba y para su
apreciación el, el juez deberá confrontarla con las demás pruebas del proceso, verificando si
entre ella y éstas existe compatibilidad o concordancia.) Retornando al precepto insertado en
el supradito art. 200, ahora con la adición de la consideración de que la confesión es también
instrumento de prueba,la retractación no significa un medio absoluto de que el reo se libere
de la culpabilidad por él asumida, que para tener eficacia en el campo probatorio debe ser
hecha de manera libre, sin ningún tipo de coacción.del inicio del partido ganador: aspectos
legales. En el caso de las mujeres. 225)

La falta de paradigmas legales, sin embargo, exige un buen sentido de los aplicadores del
Derecho en la elaboración y la homologación del pacto, debiendo observar los paradigmas
constitucionales y los postulados que guardan primacía de los derechos del reo o investigado.

En este contexto, inaceptable pensar en postulaciones de prisiones cautelares, visando la


posibilidad de coerción para realización de delación, lo que hiere los principales postulados del
debido proceso legal y macularía la virtual avención.

5 Conclusión

Se comprobó que el instituto de la delación vino para suplir la laguna dejada por la falta de
inversiones estatales en las actividades de investigación, siendo éste un instrumento oportuno
para dar cimiento a la persecución penal y elucidar la participación de terceros, entre ellos,
eventuales agentes públicos que puedan estar insertos en las organizaciones criminales.
Si es verdad que el instituto, dando lastre a la investigación, es un instrumento social
importante, de igual manera sirve a los intereses del delator, que podrá tener el perdón o la
minoración de la reprimenda.

La legislación que establece la posibilidad de aplicación del instituto es lacunosa y desprovista


de directrices, lo que hace su aplicación un terreno fértil a la hermenéutica, dando lugar, sin
embargo, a equívocos ya abusos.

Por lo tanto, se debe evitar la coercibilidad, provocada por la prisión anterior al pacto, así
como el peligroso artificio de analizar el contenido ético de la delación, incumbiendo a los
profesionales responsables de la ardua tarea de aplicar el instituto, de esta forma, la
ponderación inevitable de la garantía y de la supremacía de los derechos de los investigados,
no los minorando.

Ante la fuerza que la delación provoca, la preocupación de la comunidad jurídica está


evidentemente orientada a la garantía del principio constitucional de la presunción de no
culpabilidad, ya que los agentes delatados sólo serán considerados culpables a partir de la
pronunciación de la sentencia condenatoria, que deberá estar fundamentada no simplemente
en las informaciones alcanzadas por el acuerdo de la colaboración premiada, pero,
principalmente, por otras pruebas efectivamente producidas.

La geométrica aplicabilidad del instituto, cada vez más presente en nuestro cotidiano, está
exigiendo buen sentido de los hermeneutas, puesto que el instrumento, a pesar de ser
eficiente en la búsqueda de la verdad real, no puede dispensar a las autoridades públicas de la
observancia escurridiza de los derechos de los delatantes y delatados, armonizándose la
aplicabilidad del instituto con los derechos garantizados a los demandados e investigados, bajo
el paradigma mayor de la dignidad de la persona humana, adjetivo mayor del Estado
Democrático de Derecho, con el fin de impedir que en el futuro venga el instituto a ser
aplicado a los efectos.

Se concluye por la inviabilidad de ejercicio del pacto derivado de prisiones cautelares que
apuntan a coaccionar al delator, aunque necesariamente la prisión no es obvia a la delación,
puesto que se debe cuidar para que se atienda también a los intereses del delatante, hay que
tratar la delación de un derecho subjetivo público de aquel que contribuye a los intereses de la
justicia, correspondiendo a él la iniciativa de la proposición, con acompañamiento profesional,
del establecimiento del acuerdo.

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PALABRAS CLAVE: Delación premiada. Investigación. Debido al Proceso Legal. Principios
Constitucionales. La coacción. Ética. Presunción de Inocencia. Eficiencia. Redimensionamiento
de Paradigmas.

RESUMEN: 1 Introducción. 2 El Origen y la Exégesis del Instituto. 3 Paradigmas de


Aplicabilidad. 4 Delación, Deontología y Presunción de Inocencia. 5 Conclusión. bibliografía

TITLE: Impulsión a los instrumentos de unlawful moral coerción para obtener evidencia a
través de la actuación de la vuelta en estado de la evidencia.

En el caso de que se produzca un error en el registro, se debe tener en cuenta que, en el caso
de que se produzca un error, es la aplicabilidad de aquel método, que se ha utilizado
indiscriminadamente y que ha tenido sus principios misrepresentados. Este se ha convertido
en el tema de disputes sobre el enfoque de la inadecuación de la información dada por la
colaboración de la colaboración, que es, el aspecto épico, las he / she son a veces en costody
cuando optan por tal acción. La conclusión es que no estaba en la elección, pero la coerción,
que es un incurable defect, considerando el proceso de la ley. Este texto contiene un método
alternativo para el ejecutivo " s hipertrophy, así como desde la perspectiva de la falta de
recursos en la tradicional investigación, señalando que no se puede realizar fuera de su propio
propósito, no puede ser razonablemente independiente de la convicción, sino que se basa en
las investigaciones , y debe estar junto con otra evidencia. En el caso de que se produzca un
cambio en las condiciones de vida de las personas que viven con el VIH / SIDA, y me gustó. Este
texto también resalta los requisitos y las condiciones de acción de las partes involucradas, que
debe cumplir fielmente el cumplimiento de la constitución constitucional de las personas de
investigación. En el fondo, el método se puede calibrar como un mecanismo eficaz para
combatir el crimen, proporcionando que algunos detalles que causan misrepresentation en el
sistema legal se corregir y que no se realiza fuera de la base y de la infracción.

KEYWORDS: State's Evidence. Investigación. (En el caso de que se trate de una persona). La
coacción. Ética. Presumo de Innocence. Eficiencia. Paradigm Resizing.

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Y en el caso de las mujeres. Proceso penal. 32. yd. En el caso de las mujeres. 1.

notas:

(1) Toxic. En el caso de las mujeres. 49-50.

(2) Toxic. 2. tir. En el caso de las mujeres. 190-195.

(3) CINTRA, Antônio Carlos de Araújo; GRINOVER, Ada Pelegrini; DINAMARCO, Cándido Rangel.
Teoría general del proceso. 18. yd. San Pablo: Malheiros. p. 32.

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