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A) Transporte Nacional.
Debe tenerse en cuanta que todas las referencias que la normativa especial del
transporte de mercancías peligrosas por carretera (ADR) hace al “expedidor”,
debe entenderse que en términos de derecho privado contractual se refiere al
“cargador”, y cuando la normativa “ADR” hace referencia al “cargador” se
refiere al “expedidor” (Vid. Condición 10.1 de la Orden FOM/1882/2012, de 1
de agosto”.
“1. Salvo que se haya pactado otra cosa, el cargador deberá acondicionar las
mercancías para su transporte. Los bultos que componen cada envío deberán estar
claramente identificados y señalizados mediante los correspondientes signos,
coincidiendo con la descripción de los mismos contenida en la carta de porte.
Como tantas otras veces pasa, el análisis de los antecedentes nos ayudará a
comprender el régimen de responsabilidades contenido en el art. 20 LCTTM, que tiene
tanto valor por lo que dice como por lo que omite respecto del texto contenido en la
redacción precedente del artículo 22.2 párrafo Tercero de la LOTT, hoy derogado, que
expresamente señalaba que si el porteador realizaba las operaciones de C/D, o E/D,
independientemente de si estaba o no obligado, respondía por los daños que se pudieran
ocasionar a las mercancías.
Sin embargo, el porteador responderá de los daños sufridos por las mercancías
debidos a una estiba inadecuada cuando tal operación se haya llevado a cabo
por el cargador siguiendo las instrucciones del porteador”.
Artículo 49.2 LCTTM: “Cuando resulte probado que el daño fue parcialmente
causado por una circunstancia imputable al porteador, éste sólo responderá en
la medida en que la misma haya contribuido a la producción del daño”.
Supuesto de hecho: Transporte nacional de una máquina desde la Feria de Bilbao donde se
había utilizado para su exhibición, para entregarla en Palamós. Las máquinas a transportar
eran máquinas de alta precisión y de consistencia frágil, haciéndose constar en los embalajes,
por medio de pegatinas, avisos de cuidado en inglés y alemán, tales como "sensitive
measuring instruments" (instrumentos de medición sensible), "handle with care" (manipular con
cuidado) y "do not stack" (no apilar), y el símbolo internacional de "frágil" (una copa de cristal
quebrada) y sentido de la estiba (una flecha hacia arriba). El personal del transportista había
visitado las instalaciones de la cargadora, observando las características de las máquinas. La
máquina llegó a destino en mal estado. Se reclaman daños.
“El signo inequívoco de "frágil" es una señal internacional de transporte que, como señala la
recurrente, ha obtenido el reconocimiento de las Normas ISO780 y 7000 sobre
"instrucciones sobre manejo y advertencia" ; signo que obliga, por parte de quien manipula
las mercancías, a una conducta de especial cuidado. Conducta que no fue observada por los
porteadores durante las distintas fases del transporte, y que la propia sentencia recurrida
calificó de negligente, hasta en seis ocasiones.
Fto. Jco. Quinto: Por otra parte, los contratantes pueden pactar, contra el pago de un
suplemento del precio consignado en la carta de porte, el aumento del límite de indemnización,
lo que permite obtener un resarcimiento adicional, así como declarar en la misma el montante
de un interés especial en la entrega de la mercancía para casos de pérdida, avería o retraso (
art. 61 LCTTM ).
La novedad consiste en que el art. 62 LCTTM establece sendas conductas que agravan su
responsabilidad: la actuación insidiosa o maliciosa de la que cabe apreciar el dolo directo (
"actuación dolosa" , como figura en el texto) y aquella otra que, según se define con, "infracción
consciente y voluntaria del deber jurídico asumido que produzca daños que, sin ser
directamente queridos, sean consecuencia necesaria de la acción" . Mientras que la primera,
dolo directo, es una conducta presidida por la conciencia de ocasionar al cargador un daño
injusto, de difícil prueba, la segunda, como ha señalado esta Sala, no supone siempre la
intención de dañar o perjudicar, sino la infracción de modo voluntario del deber jurídico, con la
conciencia de que con el hecho propio realiza un acto antijurídico, ejecuta algo que está
prohibido y hace lo que no debe hacer, " debiendo entenderse dolosamente queridos los
resultados que sin ser intencionadamente perseguidos, aparezca como consecuencia
necesaria de la acción " ( SSTS de 21 de abril de 2009 , siguiendo las de 22 de septiembre de
2006 , 22 de septiembre de 2005 , 30 de noviembre de 1989, 23 de octubre de 1984 , 16 de
junio de 1982 , 21 de junio de 1980 , 19 de mayo de 1973 y 9 de marzo de 1962 ), lo que
equivale al denominado tradicionalmente dolo eventual.
3. En el presente caso, el recurrente plantea como cuestión nuclear la inaplicación del art. 62
LCTTM por la indebida aplicación de la limitación de responsabilidad del art. 57. La conducta
ha sido calificada por el Tribunal de "negligente" o "de falta evidente de diligencia" en sus
fundamentos de derecho tercero y cuarto:
Son todas ellas conductas que pese a calificarlas el Tribunal de negligentes, son supuestos
que se ajustan a la reiterada doctrina fijada en las sentencias invocadas o, como señala ahora
la norma, una infracción consciente y voluntaria del deber jurídico que produzca daños
que, sin ser directamente queridos, son consecuencia necesaria de la acción”.
"En efecto, aunque la carta de porte demuestra que las operaciones de carga las debía
ejecutar la remitente o por su cuenta, no cabe imputar a ella la caída de la máquina, en cuanto
causada, según se declara en la sentencia recurrida, por la concurrencia del movimiento del
camión y la falta de sujeción a éste de aquella. Las operaciones preliminares asumidas en el
contrato por la remitente terminaron, según el sentido de las palabras utilizadas, cuando el
complejo objeto se puso sobre el vehículo, de modo que no alcanzaban a la elección y
colocación de los accesorios precisos para evitar que uno y otro se separasen
involuntariamente antes de llegar al punto de destino. Esta prestación, básicamente profesional
y de la que dependía la estabilidad del vehículo y la seguridad vial, era debida por la
transportista. Razón por la que la responsabilidad consiguiente a su deficiente cumplimiento es
exigible a la misma, conforme a la regla general del artículo 17.1 del Convenio."
“la rotura del palet no puede achacarse a una falta de diligencia del transportista, ya que el
palet de madera formaba un todo con la carga del papel, unidas ambas con una envoltura de
Plástico perteneciente a la empresa remitente de la mercancía "T. D., SA"», y «máxime cuando
el hecho de la rotura del palet fue imprevisible».
El artículo 1104 del Código Civil, parte de la base de la previa existencia de un deber de la
diligencia debida en el cumplimiento de una obligación, estando marcada dicha diligencia por el
Pero, ahora bien, estos modelos de conducta suponen una diligencia, que en el presente caso,
no podía haber tenido la empresa recurrida, ya que dada su catalogación de portadora no
podía entrar en el juego obligacional, por no haberlo querido y por no exigírselo los preceptos
de la Ley de Ordenación del Transporte Terrestre y de su Reglamento especificados y
desarrollados en el fundamento jurídico primero de la presente resolución.
El TS inadmite el recurso por defecto formal e inexistencia de interés casacional, perdiendo una
interesante oportunidad de resolver, si bien es cierto que la sentencias que se citan aplican
normativa anterior a la LCTTM.