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Publicado el Jueves, 02 Octubre 2014 07:20 | Escrito por Alfonso Suárez Arias
Los valores constitucionales son patrones o fines jurídicos, descritos en la carta magna, es
decir específicos para las normas y dan la respuesta si algo debe juzgarse bueno o malo.
Sucede cuando se distingue a la bondad del antivalor maldad, la valentía contra la cobardía,
la honradez vs la inmoralidad, o la lealtad que tiene su contraparte en la traición.
Pero, hay que entender que la significación puede variar si se le interpreta en otro ámbito
diferente al constitucional, como en el moral, filosófico o el religioso. Miremos no más que
el valor de la igualdad de los hombres ante la ley toma sentido en lo jurídico, muy diferente
del que se da cuando se apunta la igualdad ante Dios, cuyo alcance es netamente religioso.
En su esencia, si la conducta del ciudadano colombiano sigue los principios y valores
nominados en la constitución, se da la oportunidad de crear derecho al permitir que se dé la
interpretación conducente a satisfacer el bienestar general porque debe primar el principio
del interés general sobre el particular.
Ahora se exterioriza que las negociaciones de paz de la Habana no fueron planteadas desde
un comienzo sobre la base del respeto e interpretación de conceptos tan esenciales y
fundamentales, y que sesgadamente solo siguen lineamientos particulares de una
minoría violenta y oportunista, apuntaladas en el gobierno permisivo que vulnera su propia
constitución a la que prometió respetar y hacer cumplir.
Queda a la sociedad en su afán de sobrevivir: tomar conciencia del efecto devastador que
tiene si se permite la irreverencia a algo tan conceptual y básico, que permita crear un nuevo
orden social sin el respeto a los principios y valores de nuestra condición humana
El nuevo Modelo de Estado impone que los diferentes Órganos del Poder Público
desarrollen sus actuaciones, sobre la base del respeto y aplicación de principios ético-
morales, valores y principios generales y particulares establecidos, de tal forma que se
puedan consolidar los fines del Estado en los diferentes ámbitos. Merced a ello, el Órgano
Judicial y por ende los Tribunales y Entidades que lo conforman, se regulan por principios
y valores contenidos en la Constitución Política del Estado, la Ley N° 025 y reglamentación
especial.
A los fines de la construcción de un Plan Estratégico Institucional del Órgano Judicial y en
el caso particular del Tribunal Supremo de Justicia, deben ser considerados e integrados a
dicho Plan, los Principios Ético – Morales, los Principios del Preámbulo de la Constitución
Política del Estado, los Valores Constitucionales, los Principios del Órgano Judicial y los
Principios propios de la Jurisdicción Ordinaria, por cuanto los mismos se constituirán en el
cimiento de la proyección entitativa contenida en el PEI del Tribunal Supremo de Justicia.
VALORES
Con relación a los Valores que se supone se aplican al Órgano Judicial, y por ende a la
Jurisdicción Ordinaria, no se identifican valores particulares del mismo, debiendo en su
caso incorporarse Valores propios en la medida de la construcción de la Normativa Ética
que el propio PEI, establece debe realizarse como una acción estratégica específica, acción
que al efecto, debe ser construido en una lógica participativa y con la guía de las máximas
autoridades judiciales.
En esa medida son Valores lógicamente aplicables al Órgano Judicial y por ende a la
Jurisdicción Ordinaria y al Tribunal Supremo de Justicia, aquellos en los que se sustenta el
Estado Boliviano y que se encuentran establecidos en el Art. 8-II de la Constitución Política
del Estado, siendo los mismos:
• Unidad.
• Igualdad.
• Inclusión.
• Dignidad.
• Libertad.
• Solidaridad.
• Reciprocidad.
• Respeto.
• Complementariedad.
• Armonía.
• Transparencia.
• Equilibrio.
• Igualdad de oportunidades.
• Equidad social y de género en la participación.
• Bienestar común.
• Responsabilidad.
• Justicia social.
• Distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien.
PRINCIPIOS
Son principios inherentes a la sociedad plural boliviana que están contenidos en el Art. 8 –I
de la Constitución Política del Estado. Son éticos porque guían el comportamiento de las
personas; son principios o fundamentos del fuero interno que impulsan el respeto humano.
Son morales porque reflejan los modos habituales de obrar o proceder. En síntesis, son
principios de comportamiento de la vida privada de los individuos que impulsan el respeto
humano.
1. Ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón).
2. Suma Qamaña (vivir bien).
3. Ñandereko (vida armoniosa).
4. Teko Kavi (vida buena).
5. Ivi Maraei (tierra sin mal).
6. Qhapaj Ñan (camino o vida noble).
El preámbulo de la Constitución Política del Estado, puede definirse como una declaración
solemne de los propósitos del constituyente que expresa los valores, principios y
necesidades del pueblo, el cual será el ordenamiento superior que le servirá para la
programación de su futuro.
1. Soberanía.
2. Dignidad.
3. Complementariedad.
4. Solidaridad.
5. Armonía.
6. Equidad en la distribución y redistribución del producto social.
La Constitución Política del Estado y la Ley N° 025 del Órgano Judicial, determinan una
amplia malla de Principios que regulan el funcionamiento del Órgano Judicial en su
conjunto e individualmente de las Jurisdicciones Ordinaria, Agroambiental y del Consejo
de la Magistratura.
Estos principios son esenciales para el funcionamiento del Órgano Judicial, y en el caso
concreto de la Jurisdicción Ordinaria y por ende del Tribunal Supremo de Justicia, por
cuanto cualquier planeación, proyecto o actividad debe ser coherente con los principios que
regulan al mismo en su conjunto y en sus distintas jurisdicciones y entidades.
5. Honestidad. “Implica que las y los servidores judiciales observarán una conducta
intachable y un desempeño leal a la función judicial, con preeminencia del interés general
sobre el particular”.
Este principio se vincula con el de seguridad jurídica, resaltándose el hecho que la decisión
debe ser susceptible de cumplirse y en su caso se deben asegurar las condiciones para el
cumplimiento de la misma.
Principio que se vincula al debido proceso y a la celeridad como condición que cualifica la
tramitación de los procesos y la emisión de resoluciones judiciales.
12. Debido Proceso. “Impone que toda persona tenga derecho a un proceso justo y
equitativo, en el que sus derechos se acomoden a lo establecido a disposiciones jurídicas
generales aplicables a los que se hallen en una situación similar; comprende el conjunto de
requisitos que debe observar toda servidora o servidor judicial en las instancias procesales,
conforme a la Constitución Política del Estado, los Tratados y Convenios Internacionales
de Derechos Humanos y la ley”.
13. Igualdad de las partes ante el Juez. “Propicia que las partes en un proceso, gocen del
ejercicio de sus derechos y garantías procesales, sin discriminación o privilegio de una con
relación a la otra”.
14. Impugnación. “Garantiza la doble instancia; es decir, el derecho de las partes de apelar
ante el inmediato superior, de las resoluciones definitivas que diriman un conflicto y que
presuntamente les causa un agravio”