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chichte», en Mysal Il, 317-397 [trad. esp.: «El Dios trino como principio y
der Trinitiitslehre zur Problematik des Redens von Gott»: ZThK 65 (1968),
231-255; L. SCHEFFCZYK, Der eine und dreifa/tige Gott, Mainz 1968 [trad.
esp.: Dios uno y trino, Fax, Madrid 1973]; F. BOURASSA, Questions de théo
logie tnnítaíre, Rom 1970; E. FORTMAN, The triune God, London 1972; M.
fMan. Icon, Person, Mystery, New York I London 1973 [trad. esp.:
ríence o
1976; E. JONGEL, Gotl als Geheimnis der Welt. Zur Begründung der Theo
gen 1977 [trad. esp.: Dios como misterio del mundo, Sígueme, Salamanca
1984]; H. Wll'FLER, Grundfragen der Trinitiitsspeku/ation. Die Analogie
( (
te, una y otra vez se le atribuye. Eso solo sería el caso si se afirma
virtud de la cual cualquier otro discurso sobre Dios adquiere su ple
ra: l persona= 3 personas, o I esencia divina= 3 tres esencias di
na verdad. Es la interpretación adecuada, más aún, necesaria y vin
vinas, esto es, si la unidad y la trinidad se predicaran de Dios bajo
culante de la revelación escatológica de Dios en Jesucristo a través
uno y el mismo punto de vista. Ello violaría de hecho el principio
de la acción del Espíritu Santo. Así, el credo "trinitario es síntesis y
de no contradicción, según el cual una realidad dada no puede ser
suma de todo el misterio cristiano de salvación, y de él depende por
simultáneamente una y trina bajo uno y el mismo punto de vista.
completo la realidad cristiana salvífica en su conjunto. No en vano,
Ahora bien, en la confesión de fe trinitaria la unidad se afirma de la
el credo trinitario tiene su Sitz im Leben [lugar vital] no en especu
esencia, mientras que la trinidad se refiere a las personas; o dicho
laciones de monjes y teólogos por entero ajenas al mundo, sino en
de otra forma, se sostiene la unidad de esencia en la trinidad de per
el proceso por el que se llega a ser cristiano, o sea, en el bautismo,
sonas. Así pues, de la unidad y de la trinidad se habla bajo puntos
que en todas las Iglesias acontece «en el nombre del Padre y del Hi
de vista por completo distintos, por lo que queda excluido que exis
jo y del Espíritu Santo». De esté modo, el convertirse en cristiano
ta contradicción interna. Esta constatación negativa puede comple
está indisolublemente vinculado, al igual que el ser cristiano, con
mentarse con otra positiva. La confesión de fe trinitaria no se ocu
la confesión trinitaria de fe.
pa de un problema aritmético y lógico, relativamente superficial en
Pero precisamente en este punto, que, cual clave de una bóveda
el plano existencial. En los números uno y tres, así como en su re
gótica, mantiene el conjunto unido, se acumulan también de manera
lación mutua, se condensan ancestrales problemas básicos de la
especial las dificultades de comprensión. Sin embargo, no son ni mu
comprensión que el ser humano tiene de la realidad y de sí mismo.
cho menos los problemas lógicos ni tampoco los concernientes a la
teología bíblica, la historia de las religiones y la historia de los dog Se trata del fundamento y sentido último de la realidad toda.
te también en documentos oficiales- se hable casi por descuido del 3. Para el terna de la unidad, cf. E. PETERSON, Heís theós. Epigraphische,
Dios personal en vez de -como exigiría la confesión de fe trinitaria fonngeschichtliche und religionsgeschichtliche Untersuchungen, Gottin
ceso a su comprensión, a fin de alcanzar así la dimensión teológica heit», en LThK' m, 749-750; H. VOLK, «Die Einheit als theologisches Pro
blem»: MThZ 12 (1961), 1-13; E. CORETH, «Einheit und Differenz», en
del problema, dentro de la cual este credo puede tomarse relevante.
Gott in Welt I (FS Karl Rahner), Freiburg/Basel/Wien 1_964, 158-187; W.
En estas reflexiones previas no se trata todavía de una fundamenta
K.ERN, «Einheit-in-Mannigfaltigkeit. Fragmentarische Uberlegungen zur
ción de la fe trinitaria, sino meramente de unas consideraciones pre Metaphysik des Geistes», en ibid., 207-239; E. STAUFFER, «beis», en
paratorias e introductorias que pretenden mostrar cuál es la pregunta ThWNT JI, 432-440; H. R. SCHLETIE, Das Eine und das Andere. Studien
cho la totalmente absurda afirmación de que l = 3, que, no obstan- tomo a la física arómica, Ellago, Castellón de la Plana 2004]; C. F. VON
2;
WEIZSACKER, Die Einheit der Natur, München 1971 ID., «Das Eine», en
HWPh JI, }61-367; M. ZAHN, «Einheit», en Handbuch philosophischer
Grundbegriffe I, op. cit., 320-337 [trad. esp.: «Unidad», en Conceptos fun
2. Cf. K. RAIINER, «Der dreifaltige Gott als transzendenter Urgrund der
damentales defi/osofia III, op. cit.]. 365
364 Heilsgeschichte», art. cit., 3 1 9 .
( .
(
(
4. Cf. TOMÁS DE AQUINO, De Ver. q. 1, a. 1; q. 2 a. 15; Summa theol. ! q. 1 1 a. l. 9. JENÓFANES, Fragm. 23 (Die Fragmente der Vorsokratiker, op. cit., 135)
5. Cf. ARISTÓTELES, Met. lV,6,1016 b. [hay trad. esp. en A. Bernabé (ed.), Los filósofos presocráticos: de Tales a
7. Cf. HERÁCLITO, Fragm. 124 (Die Fragmente der Vorsokratiker, ed. de H. 10. ARISTÓTELES, Met. Xl,10,1076a. Al respecto, cf. E. PETERSON, «Mono
Diels y W. Kranz. vol. 1, Berlín 1951', 178) [hay trad. esp. en A. Bernabé theismus als politisches Problem», en In., Theologische Traktate, München
(ed.), Los filósofos presocráticos: de Tales a Demócrito, op. cit.]. . 1 9 5 1 , 45-147 [trad. esp.: «El monoteísmo como problema teológico», en
8. Para el problema del monoteísmo desde la óptica de la historia de las reli lo., Tratados teológicos, Cristiandad, Madrid 1966, 27-62].
giones, cf. R. PANIKKAR, The Trinity and World Religions, Madras 1970; 11. Cf. H. KLEINKNECHT, «lógos», en ThWNT IV, 83s.
Dom LE SAUX, Indische Weisheit- ChristUche Mystik. Von der Vedanta zur 12. Cf. ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco l,4,1096b.
1
Un pensamiento de la unidad que se entienda adecuadamente a En los mitos y en las religiones encontrarnos tríadas sin cesar.
sí mismo no conduce, pues, a un sistema cerrado, en el que todo es En la mitología griega los distintos ámbitos del mundo están re
derivable a partir de un único principio. La pregunta por la unidad partidos entre los tres hijos de Cronos: Zeus, Poseidón y Hades.
lleva más bien a un sistema abierto, en el sentido de que el princi Con frecuencia aparecen figuras de dioses con tres cabezas (tricí
pio de esta unidad se sustrae a la intelección puramente racional. En pites) o tres cuerpos. En los ritos cultuales, en la música y la ar
consonancia con la filosofía aristotélico-tomista es necesario afir quitectura son populares los ritmos temarios. Es conocida la triple
mar que, como determinación trascendental del ser, la unidad no se repetición de la fórmula de juramento; asimismo, la trigeminación
realiza de manera unívoca, sino análoga en las distintas esferas de o triplicación lingüística y literaria constituye un importante re
ser. La pregunta por la unidad de la realidad toda -al margen de la curso estilístico. Por último, la tripartición es un popular esquema
cual no es posible hablar, pensar y actuar con sentido, ni siquiera conceptual clasificatorio (por ejemplo, Antigüedad, Edad Media y
Así, la filosofía neoplatónica de la unidad no era una especulación de temas. Plotino concibe el mundo con ayuda de tres conceptos:
abstracta, sino la base de toda una espiritualidad y mística. Aspi el Uno, el Espíritu y el Alma. Jámblico, Proclo y Dionisio Areo
éxtasis místico. Esta mística influyó de manera perdurable en la tigüedad las especulaciones sobre el triángulo, que ya entre los
tradición cristiana. En las Confesiones de Agustín puede leerse: pitagóricos era tenido por un príncipio no solo geométrico y arit
«Mi vida ... ha sido una disipación. Y tu diestra me sostiene pa- mético, sino también cósmico". Platón desarrolló esta especula
ra que alcance aquello en lo que yo mismo he sido alcanzado Pe- ción y elevó las distintas clases de triángulos a elementos consti
ro ahora mis años no son más que gemidos. Tú, en cambio, eres tutivos del mundo". Sin embargo, la apropiación del símbolo del
eterno, mi consuelo, mi Padre y mi Señor. Yo me he consumido en triángulo por el cristianismo fue inviable durante largo tiempo,
el tiempo, cuyo orden desconozco. Mis pensamientos -lo más ínti porque originariamente el triángulo era también un símbolo se
mo de mi alma- se ven despedazados por la tumultuosa multitud de xual; como tal, aludía al fundamento primigenio y maternal de to
variedades, hasta que me funda en ti, purificado y derretido en el do ser. Soló en el siglo XV se convirtió el triángulo en símbolo de
También la pregunta por la trinidad es, en no menor medida Tales temas y tríadas están también profusamente atestigua
que la pregunta por la unidad, una pregunta primigenia del ser hu das en el Antiguo y en el Nuevo Testamento". Sin embargo, la
mano y de la humanidad. Esquemas trimembres (triadas, temas) doctrina cristiana de la Trinidad no puede derivarse de tales sím
aparecen dondequiera que la realidad se resiste a la necesidad de bolos y especulaciones". Pues en estos nunca encontramos la no-
dad, la pluralidad ordenada y, con ello, unidad en la pluralidad. De 18. Cf. R. MEHRLEIN, «Drei», art. cit., 298-309; G. DELLIN'G, «treís», en
ments, vol. 2, Düsseldorf 1973, 256-262 [trad. esp.: Teología del Nuevo
14. AGUSTÍN, Conf Xl,29,39 (CCL 27, 214s). Testamento, vol. 2, Herder, Barcelona 1975]; B. LANG (ed.), Der einzige
15. Para lo que sigue, cf. R. MEHRLErN, «Drei», en RAC IV, 269-310. Gott. Die Geburt des biblischen Monotheismus, München 1 9 8 1 .
365
368
(
21
ción específicamente cristiana de una divinidad en tres personas, Mac 7,3 7) • Esta afirmación fundamental fue incorporada poste
o sea, de la unidad esencial de las tres personas divinas. A dife riormente en el denominado Serna', que todo judío debía recitar dos
rencia de las citadas nociones y especulaciones extracristianas, en veces al día. El Nuevo Testamento hace suya la fe veterotestamen
el cristianismo la unidad en la trinidad no es un problema cosmo taria en la unicidad de Dios (cf. Me 12,29.32) y vuelve a ponerla de
lógico, que engloba a Dios y al mundo, sino un problema estric relieve frente al politeísmo pagano en la predicación misionera (cf.
tamente teológico, más aún, intradivino. De ahí que en la Biblia Hch 1 4 , 1 5 ; 17,23; 1 Cor 8,4; Rom 3,29s; Ef 4,6; 1 Tim 1 , 1 7 ; 2,5).
la doctrina cristiana de la Trinidad nunca sea fundamentada con Por eso, desde la perspectiva de la historia de las religiones, el cris
ayuda de tales especulaciones cósmicas. Tiene su fundamento tianismo es incluido, junto con el judaísmo y el islam, entre las re
únicamente en la historia de Dios con los seres humanos, en la au f ligiones monoteístas.
torrevelación histórica del Padre a través de Jesucristo en el Espí La fe bíblica en un solo Dios tiene una larga historia que no ca
ritu Santo. Sin embargo, no carece de importancia el hecho de que rece de relevancia para la comprensión teológica. Al comienzo, el
l
el cristianismo, cuando sintetiza lo esencial de su mensaje y su Antiguo Testamento cuenta, todavía con relativa naturalidad, con la
realidad, afirme de forma análoga a la de la mitología y la filoso existencia de dioses extranjeros (cf. Gn 35,2.4; los 24,2.14). La
fia tanto la unidad del fundamento último como su carácter trino. unicidad del Dios bíblico solo se manifiesta inicialmente en el he
Con ello, la profesión de fe trinitaria del cristianismo se corres cho de que Yahvé es superior a los demás dioses; eleva pretensión
ponde, a su manera, con la pregunta primigenia del ser humano y de exclusividad y se revela como un Dios celoso, que no tolera jun
de la humanidad. La confesión de fe en un solo Dios en tres per to a sí a dioses extranjeros (cf. Éx 20,3ss; 34,14; Dt 5,7). Inicial
sonas busca responder, de un modo distintivo del cristianismo, mente esta intolerancia afecta solo a la adoración de otros dioses,
propio solo de él, a una pregunta primigenia de la humanidad: la porque esta es síntoma de falta de confianza en Yahvé. Quien ado
se dice: «No hay otro Dios fuera de mí» (Is 45,21; cf. 41,28s;
Is 7 , 1 8 ; 40,15ss).
2. Fundamentación desde la óptica de la teología revelada
La unidad de Dios
l. Para la Biblia, el monoteísmo no es una cuestión cosmovi
El credo cristiano comienza con la frase: «Credo in unum Deurn», sional, sino resultado de la experiencia religiosa y expresión de la
«Creo en un solo Dios». Con esta afirmación, el símbolo sinteti praxis creyente. Se trata de un monoteísmo práctico. Por eso, la fe
za de forma válida la fe del Antiguo y del Nuevo Testamento. Ya en el Dios uno no es primordialmente un asunto de asentimiento in-
corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas» (Dt 6,4-5; cf 2 21. Cf. infra, 375.
370
37.
(
telectual. En esta profesión de fe se trata más bien de la opción fun de todos los pueblos y de toda la historia. Es el primero y el último
damental por lo único necesario, por aquello que es suficiente, por (cf. Is 41,4; 4 3, ! 0s ; 44,6; 4 8 ,12 ; Ap 1,4. 8 .1 7) , el Señor del univer
que en el fondo lo es todo. Por eso puede reclamar al ser humano so (cf. Ap 4, 8 ; l 1 , 1 7 ; 15 , 3 s ; 19,6). La unidad de Dios es simultáne
también por entero. La profesión de fe en el Dios uno tiene que ver amente su universalidad, que une a todos los seres humanos.
dulidad, con la pregunta de qué (o quién) es lo único en lo que se Con este mensaje de la existencia de un solo Dios, el Antiguo y el
puede confiar incondicionalmente en cualquier situación. Hay que Nuevo Testamento hacen suya una pregunta primigenia de la hu
convertirse de los ídolos vanos al único Dios verdadero (cf. Hch manidad: la pregunta por la unidad en toda la pluralidad y la frag
1 4 , 1 5 ) . Este no es un asunto del pasado, ya anticuado. Pues los ído mentación de la realidad. El politeísmo es expresión de la comple
los existen en diversas formas. Ídolos pueden ser Mamón -o sea, la jidad de la realidad, de su carácter fragmentado y no sintetizable.
riqueza (cf. Mt 6,24)-y el vientre (cf. Flp 3,19), como también la Pero como ya se ha mostrado, con ello no pueden darse nunca por
propia honra (cf. Jn 5,44) y el Baal del disfrute desenfrenado de la satisfechas las personas que piensan y se interrogan por el sentido.
vida y de la sensualidad incontrolada. Un ídolo es básicamente Así, en paralelo al Antiguo Testamento, existen tendencias mono
cualquier absolutización de realidades mundanas. Contra ello se teístas en las religiones y filosofías antiguas.
afirma: No podéis servir a dos señores (cf. Mt 6,24). Yahvé es el El cristianismo primitivo supo enlazar con todo ello". Los apo
único Dios; solo sobre él puede edificar uno su vida, solo- en él ca logetas protocristianos retomaron una y otra vez el concepto de la
be confiar por completo. Quien pese a la fe en el Dios uno sirve to monarchia de Dios". Resulta evidente que la doctrina de la monar
davía a algún ídolo en realidad no cree en Dios ni confia en él. La chía de Dios era un contenido fijo de la catequesis bautismal cris
confesión de fe en el Dios uno es, por consiguiente, una opción fun tiana". El papa Dionisio, en su carta a su tocayo, el obispo Dioni
damental que obliga a una continua conversión. Se trata de aquello sio de Alejandría, afirma que la monarchia de Dios se cuenta entre
de lo que todo depende y ante lo cual se decide el camino hacia la lo más venerable de la predicación eclesial". Tal convicción encon
vida (cf. Me 10,21; Le 10,42). tró su expresión vinculante en la confesión eclesial de fe en el Dios
2. La unidad de Dios es bastante más que una unidad cuanti uno, el Creador del cielo y de la tierra".
tativo-numérica. Lo que se afirma no es primordialmente: existe un Este credo monoteísta emparenta al cristianismo con el judaís
único Dios, no tres o cuatro ídolos. No, lo que importa es la singu mo y con el islam. Sin embargo, el cristianismo se diferencia de am
laridad y la unicidad cualitativa de Dios. Dios no solo es unus, si bos en la comprensión concreta de la unidad de Dios corno unidad
o
o no también unicus; constituye, por así decir, un ejemplar absoluta en la trinidad. La pregunta que el judaísmo y el islam dirigen al
mente único. Pues Dios es por esencia tal que no pueden existir
gularidad. «Si Dios no es uno, no hay Dios»". Solo puede haber un 23. Cf. W. PANNENBERG, «Die Aufnahme des philosophischen Gottesbegriffs
Dios infinito y omniabarcador; dos dioses, aunque se interpenetra als dogmatisches Problern der frühchristlicben Theologie», en ID., Grund
ne dado con la esencia misma de Dios. Por eso, la unidad y la uni 25. Cf. CIRJLO DE JERUSALÉN, Catequesis Vl,36; IV,6; VII,ls; XVII,2 (PG 33,
60lss, 459ss, 605ss y 969ss).
cidad del Dios bíblico no tienen nada que ver con la estrechez de
26. Cf. DH 1 1 2 .
miras. Precisamente en cuanto uno y único, él es más bien el Señor 27. Cf. DH 2ss, 125 y 150. De las declaraciones magisteriales posteriores son
no 1: «unum esse Deum verum et vivum» [hay un solo Dios verdadero y vi
1
cristianismo reza: con su credo trinitario, ¿no es el cristianismo in hasta el fondo sin pensar al mismo tiempo en el propio Dios una
fiel a la confesión de fe en un solo Dios? diversidad que, lejos de eliminar la unidad y la simplicidad de
La respuesta a esta pregunta se evidencia con solo seguir las Dios, les dé sentido? Sin semejante pluralidad en la unidad, ¿no
reflexiones especulativas que los padres de la Iglesia realizaron ya sería Dios un ser sumamente solitario, que necesitaría al mundo
muy pronto sobre la esencia de la unidad de Dios enlazando con como realidad situada frente a él y que justo por eso perdería su
la filosofia griega. Tales reflexiones las encontramos ya en Ireneo divinidad? Tales reflexiones arrojan como resultado que la afir
de Lyon, Tertuliano, Orígenes" y, más tarde, por ejemplo, en To- mación de la unidad de Dios en modo alguno excluye la pregun
, d A . "
mas e qumo . En ellas se intenta en primer lugar fundamentar ta por la Trinidad, sino que más bien la incluye. Sobre este tras
la unidad y unicidad de Dios a partir del concepto de Dios. Pues fondo resulta comprensible que la confesión de fe trinitaria se
la absolutez y la infinitud de Dios no permiten la existencia de convirtiera para los padres de la Iglesia en la forma concreta del
ningún otro dios. Varios dioses se limitarían entre sí· Dios no se monoteísmo cristiano". A continuación hemos de analizar en de
ría ya Dios, sino un ser finito. En segundo lugar, la unidad abso talle en qué sentido ello realmente es así.
va la impronta de la multiplicidad. La unidad de Dios, pensada ra Es convicción inquebrantable del Antiguo Testamento que Yahvé es
dicalmente hasta el final, significa que Dios es puro espíritu, que, uno y único (cf. Dt 6,4). Es un Dios celoso que no tolera a ningún
en su absoluta simplicidad, debe ser pensado como absolutamen otro dios junto a sí (cf. Éx 20,5; Dt 5,7). Donde se habla de este mo
te trascendente a todo lo finito y, con mayor razón aún, a todo lo do, no parece haber -no solo fácticamente, sino por principio-- lu
material. Así pues, si es pensada hasta el final, la idea de unidad gar alguno para una revelación trinitaria de Dios. Diríase excluida
tivamente infinita entre Dios y el mundo. Esta constatación sig que hay de cierto en ello es que el Antiguo Testamento no dice na
losofia antigua. Si_ es pensado como trascendente, Dios ya no pue tran sobre todo en las numerosas afirmaciones, fundamentales para
el Antiguo Testamento, sobre Dios como un Dios vivo (cf. Sal 42,3;
de ser pnncipio directo de la unidad en la pluralidad del mundo.
Por consiguiente, el problema de la unidad y la pluralidad tiene 84,3; Jr 1 0 , 1 0 ; 23,36; Dn 6,27 y passim). Para el Antiguo Testa
que_ ser respondido de un modo nuevo respecto del pensamiento mento, Dios, en su unidad y unicidad, es al mismo tiempo plenitud
antiguo; a saber, desde la idea de la unidad de Dios, pensada con de vida". En esta constatación radica la relativa legitimidad de la
radicalidad, y desde la idea de la trascendencia de Dios asocia- exégesis trinitaria de diversos pasajes veterotestamentarios por los
28. Cf. IRENEo, Adv. haer. 1,10,1 (SC 264, 154-159); Adv: haer. II,1,1-5 (SC 30. Cf. infra, 448ss.
294, 26-35); TERTULIANO, Adv. Marcionem II,ls (CCL 1 475s)· OR!GENES, 3 l. Para lo que sigue, cf. R. SCHULTE, «Die Vorbereitung der Trinitatsoffenba
Contra Ce/sum l,23 (SC 132-135). ' ' rung», en Mysal II, 49-84 [trad. esp.: «Preparación de la revelación trinita-
374 29. Cf. ToMAs DE AQUINO, Summa theo/. 1 q. 1 1 a. 3. ria», en Mysal (esp.) ll, 56-85]. ·
3;
I ,
(
e
1,26; cf. 3,22; 11,7; Is 6,8). La exégesis actual no puede seguir esta inter vierte el esfuerzo por tender un puente entre la esencia de Dios, es
pretación. La explicación antaño habitual de que se trata de un pluralis condida e incognoscible para los seres humanos, y su presencia re
maiestatis análogo al que antiguamente utilizaban reyes y papas para ha al y esencial en la historia". Asi, el ángel de Yahvé prefigura todo
blar de sí mismos en primera persona del plural también es improbable. el problema posterior de la identidad y la diferencia entre Dios y su
Presumiblemente estemos aquí ante la forma estilística del pluralis deli figura reveladora. Con ello da a entender de modo sumamente im
1
berationis, de la deliberación y el diálogo con uno mismo". Sea como fue presionante que el Dios veterotestarnentario es un Dios vivo de la
re, tales fórmulas en primera persona del plural sugieren que el Antiguo historia.
Testamento no conoce un monoteísmo rígido, sino un Dios vivo, que es Los escritos tardíos del Antiguo Testamento, en tanto en cuan
desbordante plenitud de vida y compasión. to hablan de varias hipóstasis divinas, plasman la convicción de que
Otra importante base para la fundamentación bíblica de la confesión
Dios es vida sobreabundante. Capital importancia tienen las refe
de fe en el Dios trinitario fue, tanto para los padres de la Iglesia como pa
rencias a la Sabiduría divina como una suerte de hipóstasis distin
ra los teólogos medievales, la aparición de Dios a Abrahán bajo figura de
ta de Dios (cf., por ejemplo, Prov 8). Significativas son asimismo
tres hombres o ángeles en el encinar de Mambré (cf. Gn 18). Esta escena
las personificaciones de la palabra divina (cf. Sal 1 1 9 , 8 9 ; 1 4 7 , 1 5 s s ;
ha ten.ido una enorme relevancia, no solo teológica, sino en la historia de
Sab 1 6 , 1 2 ) y el Espíritu divino (cf. Ag 2,5; Neh 9,30; Is 6 3 , 1 0 ; Sab
la piedad y el arte. La encontramos en numerosas representaciones icono
1,7). «Tales personificaciones atestiguan la riqueza de la vida de
gráficas, sobre todo en el famoso icono pintado por Rublev en el siglo
Yahvé y son, desde el punto de vista de la historia de la revelación,
XV". Pero tampoco esta interpretación es aceptable ya tal cual para noso
las primeras y tentativas anticipaciones de la revelación neotesta
tros. No obstante, también esta pericopa muestra un misterioso entrelaza
mentaria de la plenitud plurípersonal de ser de la única esencia di
miento entre el Dios uno que habla y actúa y la aparición de las tres figu
vina»": El Nuevo Testamento pudo enlazar con ellas.
ras. Por último, los padres de la Iglesia llamaban la atención sobre los dos
Tras estos diversos indicios late un interrogante común. La con
ángeles junto al trono de Dios o el trisagio de los serafines en Is 6. Esta in
cepción personal de Dios del Antiguo Testamento tenía que condu
terpretación nos parece hoy asimismo insostenible, pero no por ello deja
cir necesariamente, por su contenido, a la pregunta de quién es el
de tener una gran importancia simbólica. Muestra a su manera que la con
fesión de fe trinitaria en la época de los padres no debe su origen a meras interlocutor adecuado a Dios. No es posible pensar un yo sin un tú.
teorías y abstractas especulaciones, sino que más bien tiene su Sítz ím Pero ¿es el hombre, la hwnanidad o el pueblo el interlocutor ade
Leben [Jugar vital] en la doxología, en la adoración litúrgica de Dios", cuado a Dios? Si Dios no tuviera más interlocutor que el ser huma
Más importante que los textos mencionados hasta ahora es la figu seria amado ya con un amor abismalmente libre y gratuito; y el
ra del «ángel de Yahvé» (mal 'ak YHWH) en el Antiguo Testamen amor divino al hombre no seria ya gracia, sino necesidad de Dios,
to. Acompaña a Israel en la travesía del desierto (cf. Ex 14,19), ayu consumación de Dios. Pero justo esto contradiría de plano al Anti
da a los necesitados (cf. Gn 16,7; 1 Re 19,5; 2 Re 1,3) y protege a guo Testamento. Así, el Antiguo Testamento plantea una pregunta a
los piadosos (cf. Sal 34,8). Da a conocer la fuerza (cf. Zac 12,8) Y la que no responde. La imagen veterotestamentaria de un Dios vi
la sabiduría (cf. 2 Sm 14,20) divinas. Aunque en estos pasajes el án vo de la historia no está terminada ni cerrada, sino que permanece
gel de Yahvé es un personaje revelador distinto de Dios, ocasional abierta a la revelación definitiva de Dios. No es sino «sombra de lo
El Nuevo Testamento ofrece una respuesta inequívoca a la pregun vés de sus palabras y hechos, sino en su vida entera y en su perso
ta por el interlocutor de Dios, que el Antiguo Testamento deja abie: na. Esto acontece en la medida en que Jesús revela a Dios como Pa
ta: Jesucristo, el Hijo de Dios, es el eterno tú del Padre; en el Espí dre suyo de un modo del todo singular e intransferible, mientras q_ue
ritu Santo somos incorporados a la comunión de amor del Padre y nosotros únicamente a través de él nos convertimos en hijos e hijas
el Hijo". Así, ya el Nuevo Testamento puede resumir la autorreve de este Padre". Por consiguiente, en la relación singular e intrans
J Jn 4,8.16). Las confesiones de fe trinitarias atestiguadas ya en el ce-definitivo como Padre. En el carácter escatológico de esta re
Nuevo Testamento son una explicitación de esta frase interpretati velación se manifiesta indirectamente que Dios es desde toda la
va de la revelación acontecida en Jesucristo. eternidad el Dios y Padre de Jesucristo, o sea, que Jesús, como Hi
Si esta tesis, que tendrá que ser fundamentada en lo que sigue, jo de Dios, forma parte del ser eterno de Dios. Así, la! afirmacio
es cierta, entonces no basta con reunir afirmaciones confesionales nes neotestamentarias sobre la filiación divina de Jesús son expli
sueltas del Nuevo Testamento sobre la Trinidad. Más bien hemos de citaciones legítimas y necesarias de su relación co_n _el abbá. En la
entender tales afirmaciones reveladoras como la interpretación del relación de Jesús con el a b b á se nos revela y posibilita al mismo
acontecimiento revelador propuesta por la propia revelación; y es tiempo nuestra propia filiación divina. Según la predicación de_ Je
ta interpretación trinitaria debemos concebirla a su vez como expli sús ello acontece en virtud de la fe. Para quien cree -y esto quiere
citación de la definición neotestamentaria de Dios como amor. Pro decir: para quien con Jesús y en nombre de Jesús confia por com
cederemos, pues, en tres pasos, que consisten respectivamente en: 'pleto en Dios- todo es posible (cf. Me 9,23); quien cree participa
l. Mostrar la estructura trinitaria del acontecimiento revelador. de la omnipotencia de Dios (cf. Me 10,27). En los evangelios si
2. Mostrar su explicitación trinitaria en el Nuevo Testamento. nópticos, esta participació;i en el poder (dynamis) de D10s no nene
3. Mostrar la relación existente entre esta interpretación y la defi aún un nombre definido. Unicamente después de la Pascua se atn
nición neotestamentaria de Dios. Solo si logramos dar con éxito buyen a la acción del pneúma la incorporación del creyente a la re
estos tres pasos será posible evitar un ingenuo fundamentalismo lación de Jesús con el Padre y la participación en el poder de este.
biblicista -que se apoya en dicta probantia [pasajes .P:obatori_os] A partir de ese momento se afirma que en el pneüma somos hijos e
aislados- y hacer patente que la confesión de fe trimtaria_ dista hijas de Dios Padre. Esta interpretación pneumatologica se funda,
mucho de ser un apéndice meramente especulativo a la onginana al igual que la cristolágica, en el acontecimiento de la revelació?.
fe cristiana más o menos prescindible e irrelevante para la iden La exp/icitación trinitaria del acontecimiento de _la revelación
tidad de esta. Antes bien, es posible mostrar que la confesión de está presente en todas las tradiciones neotesta_mentanas importan
Je trinitaria constituye la estructura fundamental y el compendio tes. Aparece ya en la tradición sinóptica, significativamente al co
del testimonio neotestamentario, del que depende por entero lafe mienzo mismo de los evangelios sinópticos: en los relatos sobre el
trinitaria: la voz del cielo revela a Jesús como el H1Jo amado, nuen-
37. Al respecto, cf. G. DELLING, «treis», art. cit., 215-225; l_l. ��IN,
40. A. VOGTLE, «Ekklesiologische Auftragsworte des Auferstandenen», en ID., la obra del Espíritu Santo, que nos ha sido dado como sello y
Das Evangelium und die Evangelien. Beitriige zur Evangelienforschung, prenda de la salvación escatológica (cf. 1 , l 3 s ; véase además 1 Pe
Düsseldorf 1 9 7 1 , 243-252; ID., «Das cbristologische und ekklesiologischc
1 , 2 ; Heb 9,14). Esta estructura trinitaria es aplicada asimismo a la
Anliegen von Mt 28,18-20», en ibid., 253-272. 38
380
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( ' (
Iglesia. En Ef 4,4-6 se fundamenta trinitariamente la unidad de la concedido también al Hijo tener la vida en sí (cf. 5,26) y comunicársela gra
Iglesia: «Uno es el cuerpo, uno el Espíritu . . . uno el Señor, una la tuitamente a los seres humanos (cf. 17,2). Esta vida consiste en conocer que
fe, uno el bautismo, uno Dios, Padre de todos». La Iglesia es, por Jesucristo es la vida, porque es vida de vida, Dios de Dios, luz de luz (cf.
consiguiente, «el pueblo unido en virtud de la unidad del Padre y 17,7). Por consiguiente, la vida radica en el conocimiento de la gloria que
del Hijo y del Espíritu Santo» (Cipriano). Jesús poseía junto al Padre antes de que el mundo existiese (cf. 17,5). «Que
En la tradición joánica del Nuevo Testamento se encuentran ya [los que me confiaste J contemplen mi gloria, la que me diste, porque me
amaste antes de la creación del mundo» (17,24). Quien reconoce esto parti
los inicios de la reflexión trinitaria. La primera mitad del Evange
cipa de este amor eterno (cf. 17,23.26), de la gloria del Padre y del Hijo (cf.
lio de Juan (caps. 1-12) trata en el fondo de un único tema: la re
17,22). El conocimiento y la confesión de la eterna filiación divina de Jesús
lación del Hijo con el Padre; en cambio, el discurso joánico de des
significan comunión con él y, a través de él, con Dios (cf. 17,21-24).
pedida de la segunda parte (caps. 14-17) trata del envío del otro
La glorificación del Padre por el Hijo persigue, pues, la participación
valedor (cf. 14,16), de su procedencia del Padre (cf. 15,26), de su
de los discípulos en esta glorificación y en la vida eterna. Así, la oración de
envío por Jesucristo (cf. 16,7) y de su tarea de actualizar rememo
Jesús se convierte en su segunda parte en súplica; y la doxología, en epícle
rativamente la obra de este (cf. 14,26; 15,26; 16,13s). En Jn 14,26
sis. Se trata de la perseverancia en la verdad (cf. 17, 1 1 ) y de la penmanencia
se explicita claramente el nexo trinitario de ambas afirmaciones:
en la unidad de los discípulos entre sí y de todos ellos con Jesús y, a través
«El Valedor, el Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre,
de este, con Dios (cf. 17,21-24). Esta oración de Jesús por sus discípulos es,
os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os dije» (cf. ade
en el fondo, una petición del envío del otro Paráclito, del Espíritu (cf.
más 15,26). El punto cimero lo constituye la llamada oración sa
14, 16). Se trata, en efecto, del Espíritu de la verdad (cf. 14,l 7), que debe in
cerdotal de Jesús",
troducirnos en toda verdad (cf. 16,13). Y esto lo hace en tanto en cuanto glo
rifica a Jesús (cf. 16,14) y da testimonio de él. No toma delo suyo, sino de
El leitmotiv se expresa ya en el primer verso: la dóxa, la gloria del Padre
lo que Jesús es, así como de lo que el Padre es (cf. 16,14s; véase también
y del Hijo. En ella está incluida la salvación o, como dice Juan, la vida.
14,26). Así pues, merced al Espíritu, la unidad del Padre y del Hijo se trans
Esta, a su vez, consiste en conocer al único Dios verdadero y a Jesucristo,
forma en unidad de los creyentes entre sí. A través del Espíritu, los creyen
enviado por el Padre (cf. 17,3). En Juan, «conocer» no designa un mero
tes son incorporados a la unidad, que es el rasgo distintivo de la esencia di
proceso intelectual; el verdadero conocimiento incluye el reconocimiento
vina (cf. 10,38; 14,!0s.20.23; 15,4s; 17,21-26).
de la soberanía y del reinado de Dios, la glorificación de Dios. Quien co
noce a Dios como Dios y lo reconoce y glorifica como tal está en la luz;
Por consiguiente, la unidad entre el Padre y el Hijo se convierte me
ese ha encontrado la vida y la luz que resplandece en toda realidad (cf. Jn
diante el Espíritu en condición de posibilidad y fundamento vital de
1,4). Así pues, la doxología es al mismo tiempo soteriologia.
la unidad entre los creyentes, que, a su vez, debe repercutir en el
Este tema es desarrollado en detalle. La glorificación del Padre por el
mundo a modo de signo (cf. 17,21). La revelación del amor eterno
Hijo acontece en la medida en que este lleva a término la obra de aquel (cf.
deviene congregación bajo un único pastor del rebaño antes disperso
17,4), en la medida en que revela su nombre a los seres humanos (cf 17,6),
(cf. 1 O, 16 ). Según esto, la unidad, la paz y la vida del mundo aconte
conduciéndolos a la f
e (cf. 17,8) y santificándolos en la verdad (cf.
cen a través de la revelación de la gloria del Padre, el Hijo y el Espí
17, 17.19). En paralelo a la glorificación por medio de la santificación en la
ritu Santo. La doxología trinitaria es la soteriologia del mundo.
verdad acontece la comunicación de vida. El Padre tiene esta vida en sí; ha
1 Juan contiene diversas cláusulas trinitarias (cf. 1 Jn 4,2; 5,6-
SCHNACKENBURG, Das Johannesevangelium, vol. 3 (Herders theologiscber sidera hoy generalmente un añadido posterior". El texto más im-
KASEMANN, Jesu letzter Wil/e nach Johannes 17, Tübingen 1971' [trad.
esp.: El testamento de Jesús, Sígueme, Salamanca 1983).
382 42. Cf. R. SCHNACKENBURG, Die Johannesbriefe. Auslegung (Herders theologis-
3é
( (
portante es la afirmación recapituladora: «Dios es amorn (! Jn confesión de fe en Jesús como el Señor únicamente es posible en el
4,8.16). Con ella se quiere decir en primer lugar que, en el aconte Espíritu Santo (cf. 1 Cor 12,5s), y de su realidad solo somos he
cimiento de la revelación, Dios se ha manifestado a través de Jesu chos partícipes en el Espíritu. Así, la confesión de fe cristológica
cristo como amor. Pero dicho acontecimiento de la revelación con no resulta viable más que como confesión de fe trinitaria. La Je
siste justamente en hacer patente la comunión eterna de amor, vida cristiana y el ser cristiano dependen por entero de la confesión de
discípulos y, a través de ellos, a la humanidad entera. La afirmación El credo trinitario como regla de la Je
tamentaria de fe es puramente cristológica, de suerte que «la trans nitat», en Mysal II, 146-217 [trad. esp.: «Formulación magisterial e histo
ria del dogma trinitario», en Mysal (esp.) ll, 1 3 5 - 1 9 1 ] ; Tb. de RÉGNON, Elu
formación de las fórmulas cristológicas en fórmulas trimembres
des de théologie positive sur la sainte Trinité, 3 vols., Paris 1892-1898; J.
terminó falseando, a pesar de todo, la interpretación de la esencia
o LEBRETON, Histoire du dogme de la Trinité, 2 vols., Paris 1927-1928; G. L.
¡;
del cristianismo»". Esta tesis resulta improbable ya solo por el he PRESTIGE, God in Patristic Thought, London 1952' [trad. esp.: Dios en el
�
pensamiento de los padres, Secretariado Trinitario, Salamanca 1977]; M.
o cho de que la revelación neotestamentaria presupone y realiza, so
o WERNER, Die Entstehung des christlichen Dogmas - problemgeschichtlich
;;¡ brepujándola, la revelación veterotestamentaria. Por eso, el Nuevo
dargestellt, Bern/Tübingen 1953'; G. KRETSCHMAR, Studien zur frühch
t Testamento no solamente conoce, como sostiene O. Cullmann, el ca ristlichen Trinitiitstheo/ogie (Beitr. Hist. Tbeol. 21 ), Tübingen 1956; C.
z
;;¡ mino de Jesucristo hacia el Padre, sino que la fe en Jesucristo se apo ANDRESEN, «Zur Entstehung und Geschichte des trinitarischen Personbe
>-
griffs»: ZNW 52 ( 1 9 6 1 ) , 1-39; l. ÜRTIZ DE URB!NA, Niziia und Konstanti
ya, a su vez, en el testimonio del Padre (cf. Mt 3 , 1 7 ; 17,5; Jn 5,37s).
nopel, op. cit.; A. ADAM, Lehrbuch der Dogmengeschichte, vol. 1, Gü
En Jesucristo se cree porque el Padre lo ha resucitado de entre los
tersloh 1965; B. LOHSE, Epochen der Dogmengeschichte, Stuttgart/Berlin
muertos y lo ha establecido como kyrios. Por otra parte, el aconteci 19692; B. de MARGERIE, La trinité chrétienne dans l'histoire (Théol. hist.
miento salvífica de Jesucristo incluye el envío del Espíritu Santo. La 31), Paris 1975; A. GRILLMEIER, Jesus der Christus im Glauben der Kirche,
cher Komrnentar zum Neuen Testament, vol XIlI/3), Freiburg/Basel/ Wien véase además In., Martyrium Polykarps (ibid., 420).
1963', 37-39 [trad. esp.: Cartas de san Juan, Herder, Barcelona 1980].
46. Cf. J Clem. 42; 46,6; 58,2 (Die aposto/ischen Viiter, ed. J. A. Fischer,
43. O. CULLMANN, Die ersten christlichen Glaubensbekenntnisse (Theol. Stud. Darmstadt 1956, 76ss, 82 y 98).
15), Zollikoo/Zürich 1949, 45 [trad. esp.: Lafe y el culto en la Iglesia pri 47. Cf. ATENAGORAS, Bittschrift far die Christen, op. cit., 12 (TU, vol. 4/2,
( (
fondo todas las cuestiones de la posterior doctrina trinitaria. Así, ya Hijo y el Espíritu Santo»". Por último, Hilario de Potiers" y Agus
Teófilo de Antioquía y Tertuliano emplean el decisivo término trias tín" saben que en el mandato bautismal se expresa por completo el
o trinitas". Sin embargo, seria de todo punto erróneo ver ahí una misterio de la Trinidad.
decadencia iniciada inmediatamente después del Nuevo Testamen Junto al bautismo, el Sitz irn Leben de la confesión trinitaria
to a causa de la rápida infiltración de la especulación helenística. de Je es sobre todo la eucaristía. Esto vale en especial para el
No fue el gusto por la especulación teórica, sino la praxis vivida de Oriente cristiano, donde la profesión bautismal de fe no desem
la Iglesia, sobre todo el bautismo y la eucaristía, el ámbito en el que peñó el mismo papel que en Occidente. Mientras que la plegaria
adquirió vigor la confesión de fe trinitaria. eucarística recogida en la Didajé aún no menciona de forma ex
El más importante Sitz im Leben [lugar vital] de la confesión presa al Espíritu Santo", la transmitida por Justino está ya trini
de Je trinitaria fue el bautismo. Tanto la Didajé" como Justino" tariamente estructurada". Otro tanto cabe afirmar de la plegaria
dan testimonio de la profesión trinitaria de fe que se realizaba en eucarística de la Tradición apostólica de Hipólito. En esta se dice:
el bautismo. A partir de ahí cobró forma ya en el último tercio del «Gracias te damos, oh Dios, por medio de tu amado Hijo Jesucris
siglo II la estructura básica del posterior símbolo de la fe". Ireneo, to, a quien nos enviaste en estos últimos tiempos como salvador y
quien también conoce el credo trinitario que se proclamaba en el redentor. . . Y por obra del Espíritu Santo ... se reveló como tu Hi
bautismo", menciona ya los tres principales artículos de la fe: jo . . . ». La plegaria eucarística concluye con una doxología al Pa
Dios Padre, el Creador del universo; la Palabra de Dios, el Hijo dre en el Espíritu Santo «por medio de tu Hijo Jesucristo»". Esta
de Dios, que trajo la comunión y la paz con Dios; y el Espíritu de misma estructura trinitaria puede constatarse en las epíclesis, las
Dios, que recrea a los seres humanos para Dios". En Hipólito de oraciones colecta y las doxologías. Se dirigen al Padre a través del
Roma encontramos el posterior símbolo trimembre en forma de Hijo Jesucristo en el Espíritu Santo". Más tarde, cuando los arria
tres preguntas bautismales". Tertuliano sabe, en el más puro espí nos pretendieron deducir de esta forma de plegaria la subordina
ritu paulino, que la Iglesia se funda en la profesión de fe trinita ción del Hijo y los pneumatómacos la del Espíritu, surgieron las
ria: «Quoniam ubi tres, id est pater et filius et spiritus sanctus, ibi fórmulas paratácticas: «Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu San
ecclesia quae trium corpus est» (Ya cjue donde están los tres, el to»". La obra de Basilio El Espíritu Santo está sostenida por com
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, allí está la Iglesia, que es el pleto por la reflexión sobre la doxología litúrgica y el significado
cuerpo de los tres)". Cipriano dirá lo mismo un siglo más tarde", de las preposiciones en ella utilizadas: «por», «en», «desde» y
y el concilio Vaticano II le sigue en su definición trinitaria de la «con». En consecuencia, la primitiva doctrina trinitaria se entien
o
o Iglesia: la Iglesia es «el pueblo unido por la unidad del Padre, el de a sí misma no como un lujo de la especulación privada, sino
48. Cf. TtóFILO DE ANTIOQUÍA, Ad Auto/ycum Il,15 (SC 20, 138-141); TERTU-
49. Cf. Didajé 7,1 (SC 248, l 70s). 58. Cf. HILARio, De Trinitate 11, l (CCL 62, 38).
50. Cf. JUSTINO, Apol. 1,61,13 (Corpus Apol. I, ed. Otto, 166s). 59. Cf. Aousrrs, De Trinitate XV,26,46 (CCL 50 A, 525-527).
51. Para la historia de los credos, además de las obras clásicas de F. Katten 60. Cf. Didajé 9 (SC 248, 174-179).
busch, H. Lietzmann, A. von Harnack, J. de Ghellinck, cf. sobre todo J. N. 61. Cf. JUSTINO,Ápol. 1,65.67 (CorpusApol. 11, ed. Otto, 178 y 184).
D. KELLY, Altchristliche Glaubensbekenntnisse, op. cit.; V. H. NEUFELD, 62. H!PÓLITO, Trad. aposto/. 4-13 (The Treatise on the Aposto/ic Tradition ofSt.
The Ear/iest Christian Corfessions, Leiden 1963. Una primera introduc Hippolytus oJRome, ed. G. Dix, London 1937, 7-9).
ción en la historia de la investigación la ofrece J. QUASTEN, «Symbolfor 63. Cf. JUSTINO, Apol. 1,67 (Corpus Apo/. II, ed. Otto, 184-189); 0R1GENES, De
schung», en LThK' IX, 1 2 1 0 - 1 2 1 2 . oratione 33 (GCS 2, 40ls); al respecto, véase C. VAGAGGINI, Theo/ogie der
52. Cf. lRENEo, Epid. 3; 7 (SC 62, 31-33 y 4ls). Liturgie, Einsiedeln/Zürich/Koln 1959, 149ss [trad. esp. del orig. italiano:
53. Cf. ibíd. 6 (SC 62, 39s). El sentido teológico de la liturgia: ensayo de liturgia teológica general,
56. Cf. C!PRJANO, De dominica oratione 23 (CSEL 3/1, 284s). 19622; lo., Missarum Solemnia. Eine genetische Erkliirung der r6mischen
386 57. CONCILIO VATICANO 11, Lumen gentium 4 (DH 4104). Messe, vol. 2, Wien 1948, 329s.
•
(
(
gla que la propia fe anunciada en la Iglesia es. Denota la pauta tal A diferencia de la profesión trinitaria de fe, la doctrina trinitaria so
corno viene dada en la fe de la Iglesia o en la verdad de la fe, la lamente aparece allí donde, además de que el Padre, el Hijo y el Es
nonnatividad de la verdad atestiguada en la predicación eclesial. píritu son confesados en su idéntica y común dignidad divina, se
De ahí que en la regla de la fe no encontremos, como tampoco en llevan a cabo reflexiones sobre la relación entre la fe en un Dios
los símbolos y dogmas, fórmulas aisladas, sino una síntesis con único y la trinidad de personas, así como sobre la relación existen
cisa y normativa del conjunto de la fe eclesial recibida de los te entre el Padre, el Hijo y el Espíritu. Mientras que la confesión de
apóstoles. Tanto más importante resulta entonces el hecho de que fe dice de modo asertorio aquello de lo que en los documentos de
estas síntesis tuvieran carácter enteramente trinitario". Constitu la revelación se ofrece testimonio narrativo, la doctrina trinitaria
yen la base de la doctrina trinitaria de los primitivos pensadores procede especulativamente. Pone las distintas afirmaciones del cre
cristianos ya mencionados, pero también, algo más tarde, de teó do en una relación especular (de speculum, «espejo») entre sí; en la
logos tan «especulativos» como Orígenes" y Agustín": Esto sig medida en que unas se reflejan en otras, se hace patente que entre
nifica que los teólogos veteroeclesiales no pretendían exponer en ellas existe una correspondencia recíproca y una relación intrínseca
la do�trina de la Trinidad sus reflexiones y especulaciones priva (nexus mysteriorum), por lo que constituyen un sistema estructural,
das, surn la fe común y pública de la Iglesia, vinculante para todos, una totalidad estructural (hierarchia veritatum). Así pues, la doctri
defendiéndola frente a negaciones e interpretaciones erróneas y, na de la Trinidad busca conciliar entre sí las afirmaciones trinitarias
sobre todo, explicándola con el fin de propiciar la intelección más de la Escritura y la tradición, poniendo de manifiesto su coherencia
profunda de dicha fe y el crecimiento en el amor. Con ello, la doc y su lógica inmanentes y demostrando de ese modo que son verosí
fesan la fe en Cristo, disienten entre ellos sobre numerosas verdades. Por relato de los tres varones o ángeles que visitan a Abrahán (cf. Gn 18) y, so
eso, hay_ q�e «fijar una linea clara y una pauta precisa». A pesar de todas
bre todo, la visión de los serafines en Is 6,1-3". Pero ya pronto se eviden-
las desviaciones, «se conserva el anuncio eclesial, que ha sido transmiti
Iglesias; y asi, solo se puede creer como verdad aquello que en nada di
verge de la verdad eclesial y apostólica». Véase ID., De principiis IV,2,2 68. Al respecto, cf. sobre todo J. DAi'lIÉLOU, Théologie dujudéo-christianisme,
(SC 268, 300-305).
Tournai 1958 [trad. esp.: Teología deljudeocristianismo, Cristiandad, Ma
67. Cf. AGUST!N, De Trinitate !,Is (CCL 50, 27ss), donde Agustín manifiesta drid 2004]; G. l<RETSCHMAR, Studien zur frühchristlichen Trinitiitstheolo
que para él la fe de la Sagrada Escritura es el punto de partida que desea
gie, Tübingen 1956 (Beitr. Hist. Theol., vol. 21); J. BARBEL, «ChristusAn
exponer en consonancia con todos los intérpretes católicos conocidos del
gelos»: Liturgie und M6nchtum 21 (1957), 71-90; A. ADAM, Lehrbuch der
Antiguo y del Nuevo Testamento, para concluir: «Esta es también mi fe,
Dogmengeschichte, vol. 1, Gütersloh 1965, 127ss.
388 porque es la fe católica» (1,4).
69. Huellas aisladas en TERTIJLIANO, De carne Christi 14 (CCL 2, 899s); No-
3
(.
( (
ció que esta doctrina trinitaria angelical no era capaz de expresar la dig mundo que de ahí deriva lo resolvieron los gnósticos recurriendo al con
nidad divina de Jesús y del Espíritu, sino que más bien llevaba a una con cepto de emanación (apórroia; probolés, fundamental para ellos. Se trata
cepción subordinacionista, como de hecho ocurrió más tarde en el judeo de un fluir escalonadamente descendente y menguante que parte del ori
cristianismo de índole ya herética, el llamado ebionismo", Por eso, la es gen primero obedeciendo a una necesidad interna de este". Con ayuda de
peculación sobre el Lagos, surgida en el temprano cristianismo helenista, tales especulaciones, los gnósticos creían poder alcanzar un saber superior
puede ser entendida como un intento de «desapocaliptización» de la idea sobre el cristianismo. El dualismo gnóstico de Dios y mundo era, sin em
trinitaria". Sin embargo, tampoco los apologetas, que fueron los primeros bargo, tan inaceptable para la fe cristiana en la creación como el intento de
en emprender este camino, consiguieron eludir el peligro del subordina salvar tal dualismo por medio de toda clase de seres intermedios, lo que
cionismo. El Logos fue entendido en gran medida como un segundo Dios hace que la diferencia entre Dios y el mundo vuelva a difuminarse. Así, en
(deúteros theós); y el Espíritu, como un servidor (hyperétes) del Lagos. la polémica con la gnosis estaba en juego para el incipiente cristianismo el
Así pues, a la reducción judaizante le siguió al principio la reducción he fundamento y la esencia de lo cristiano: tanto la imagen de Dios como la
lenizante, en la que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo fueron insertados recta concepción del mundo. En esta confrontación, la fe cristiana se ju
La verdadera clarificación teológica de la doctrina trinitaria" se pro El personaje decisivo en esta lucha fue Ireneo de Lyon. Para Ireneo, la
dujo en el ámbito helenístico en dos Jases: en la polémica con el gnosti «verdadera gnosis» es la doctrina apostólica y el antiguo edificio doctrinal
cismo en el siglo ID y en la polémica con la filosofia helenística, que ra de la Iglesia «para el mundo enteros". Por eso, al gnosticismo le contra
dicalizó los planteamientos de los apologetas y penetró en la Iglesia en el pone la regla de la fe, la fe apostólica, atestiguada en la Iglesia, en un Dios
siglo IV con Arrio. Esta división es, por supuesto, en cierto modo esque Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra, en Jesucristo, el Hijo
mática, porque entre ambas polémicas existen múltiples intersecciones, de Dios, y en el Espíritu Santo". Según Ireneo, nadie sabe nada sobre la
como se observa sobre todo en la figura de uno de los más importantes te emanación; no es lícito querer expresar lo inefable y, como apunta sarcás
ólogos de la Iglesia antigua: Orígenes. ticamente, hablar de ello como si uno hubiera asistido cual comadrona al
La primera fase de desarrollo de la doctrina trinitaria aconteció en la nacimiento del Hijo". Sin embargo, Ireneo no se queda en este recordatorio
confrontación con el gnosticismo. El gnosticismo" -un concepto genérico de las limitaciones del conocimiento, sino que da inicio a la confrontación
que designa una mentalidad compleja y de múltiples rostros, cuyo origen intelectual en tanto en cuanto muestra la contradicción interna de la doctri
y esencia no están todavía totalmente dilucidados- nace de la decadencia na gnóstica de la emanación: lo que brota del origen no puede ser absoluta
del antiguo pensamiento sobre el cosmos. El hombre de la antigüedad tar mente ajeno a este. Si ya en el caso del hombre el entendimiento queda en
día ya no experimentaba el mundo como cosmos; antes bien, se experi él, con tanta más razón ocurrirá otro tanto en Dios, que es todo entendí
o
s mentaba a sí mismo como alienado en el mundo y alienado del mundo. Lo miento", Con ello se vislumbra una comprensión de la emanación que no
w
o divino se convirtió a causa de ello en lo totalmente otro, en un Absoluto implica disminución de ser ni escalonamiento alguno, sino que incluye una
o incomprensible e inefable". El problema de la mediación entre Dios y el relación de origen en el mismo plano. El punto crucial de esta corrección
2
radica en que Ireneo contrapone a la concepción materialista de lo divino
t
z
propia de los gnósticos una concepción de Dios como puro espíritu. La
2
¡...
doctrina gnóstica de la emanación presupone, en efecto, una suerte de di
o VACIANO, De Trinitate XVIII,102 (CCL.4, 44); ORlGENES, De principiis
2 visibilidad y, por ende, una comprensión cuantitativo-material de lo divi-
w 1,3,4 (SC 252, 148-153); EUSEBIO, Praeparatio Evangelii VIl,14s (SC 215,
:;; 234-237). .
i 70. Cf. supra, 290.
(
(
no. Entendiendo, en cambio, a Dios como espíritu. puro, Ireneo salvaguar sia desde el principio, corno fundamento y norma de su pensamiento".
da la unidad y la simplicidad de Dios, que excluye toda partición. Con ello estaba clara la diferencia decisiva respecto de la gnosis. Partien
El hecho de que Ireneo tienda los cimientos para una emanación en uno do del fundamento seguro de la confesión eclesial de fe, no tuvo proble
y el mismo plano de ser, esto es, para la posterior doctrina de la Trinidad, mas para asumir críticamente la idea de emanación, excluyendo toda se
guarda relación con la orientación histórico-salvífica de su pensamiento. paración de lo emanado con respecto a su origen" y asociando la idea de
Pues en Ireneo la unidad de Dios fundamenta, contra toda separación dua emanación con la idea de la unitas substantiae (unidad de sustancia), al
lista de creación y redención, la unidad del plan divino de salvación, sobre principio extraña para é l " , La consecuencia de esta argumentación fue que
todo la unidad de creación y redención que se recapitula y «afirma» en la la Trinidad no podía asumir ya la función cósmica que tenia para los gnós
unión de humanidad y divinidad en Jesucristo (anakepha/aíosis)". La tesis ticos, con lo cual se despejó el camino para una doctrina inmanente de la
fundamental de Ireneo reza: el Dios que actúa en el orden de la creación y Trinidad, que, al igual que en el caso de Ireneo, respondía a una motivación
en el orden de la redención es uno y el mismo". Con ello, Ireneo no solo soteriológica. La humanidad de Cristo, en efecto, solo puede ser sacra
defiende la dignidad de la creación contra su denigración por los gnósti mentum humanae salutis (sacramento de la salvación humana) si Dios mis
cos, sino también el sentido de la redención: «Pues la Palabra de Dios se mo se hace hombre". La doctrina de la Trinidad de Tertuliano salvaguarda
hizo hombre y el Hijo de Dios se hizo hijo del hombre, a fin que el hom de este modo tanto la monarchla del Padre, del que todo procede, como la
bre acogiera en sí la palabra y, adoptado, deviniera hijo de Dios él mis oikonomia", es decir, el orden concreto de esta monarchía, en virtud de la
mo»83. El sentido soteriológico de la encamación, por su parte, requiere de cual el Padre permite al Hijo participar de su reinado y lo ejerce a través de
nuevo la eternidad del Hijo y del Espíritu". Son, corno si dijéramos, las é l ", Tertuliano está así en condiciones de garantizar la unidad en Dios, po
dos manos con las que Dios cuenta para la ejecución de su plan salvífico". niendo de relieve no obstante la diferencia intradivina. En ello se diferen
La unidad de Dios fundamenta, por consiguiente, la unidad del orden de cia Tertuliano de los modalistas, de entre los cuales polemiza sobre todo
la salvación; y este, a su vez, presupone la consustancialidad del Hijo con con Práxeas. Los modalistas entienden al Hijo y al Espíritu únicamente co
el Padre. En esta genial visión de Ireneo, la Trinidad económica y la Tri mo modos de manifestación del Padre, olvidando que el Padre solo es Pa
nidad inmanente forman una unidad. dre en relación con el Hijo, y viceversa", Así, de la unitas in trinitatem (la
La magnífica visión de Ireneo requirió posteriormente varias preci unidad en la trinidad) hay que afirmar que los tres se diferencian «non sta
siones conceptuales. Fueron sobre todo dos teólogos de comienzos del si tu sed gradu, nec substantia sed forma, non potestate sed specie» (no en
glo m los que se consagraron a esta tarea: Tertuliano fundamentó para Oc condición sino en grado, no en sustancia sino en forma, no en poder sino
93•
cidente una doctrina trinitaria específicamente cristiana, y Orígenes hizo en aspecto ) No se trata -en sentido antignóstico- de una separación, sino
lo propio para Oriente. Es evidente que tales obras pioneras nunca se lle -en sentido antimodalista- de una distinción de personas, no de sustan
van a cabo sin imprecisiones en la expresión y ambigüedades en el conte cias", Tertuliano formula con insuperable precisión: «tres unum sunt, non
nido. Así y todo, tendieron una base sobre la que las generaciones subsi unuso". Con ello, Tertuliano, a pesar de usar aún algunas expresiones de re
guientes pudieron seguir construyendo. sonancias subordinacionistas", creó un nuevo lenguaje teológico y tendió
Tertuliano se consideraba a sí mismo un hombre de Iglesia que, al con él las bases de una doctrina trinitaria específicamente cristiana.
86. Cf. TERTULIANO, De praescr. 13, 36 y 37 (CCL 1, !97s, 2 !6s y 217s); ID.,
Adv. Marcionem IV,5 (CCL 1 , 550-552); lo., Adv. Praxean 11,ls (CCL 2,
81. Para la .teoría de la anakephalaíOsis o recapitulación, cf. H. SCHLIER,
1160s) y passim.
«kephalé», en ThWNT IIJ, 673-682; W. STAERK, «Anakepha\aiosis», en 87. Cf. In., Adv. Praxean Vlll; IX (CCL 2, 1167-1169).
RAC !, 4 1 1 -4 1 4 ; R. HAUBST, «Anakephalaiosis», en LThK' !, 466s; E. 88. Cf. lD.,Apol. XXI , ! ! (CCL 1, 124).
SCHARL, Recapitulatio mundi. Der Rekapitulationsbegrifl des hl. Jreniius, 89. Cf. In., Adv. Marcionem II,27,7 (CCL \, 507).
Freiburg i.Br. 1 9 4 1 .
90. Cf. In., Adv. Praxean VI!l,7 (CCL 2, 1168).
82. Cf. ÚlENEO, Adv. haer. Il,28,I (SC 294, 268-271); IV,9,1; 20,4 (SC 100/2, 91. Cf. ibid. III,2s (CCL 2, 116!s).
476-481 y 634-637) y passim.
92. Cf. ibid. X,3 (CCL 2, 1169).
83. !bid. lll,19,2 (SC 2 1 1 , 374-379); cf. lll,20,2 (ibid., 388-393); IV,20,4 (SC 93. Cf. ibid. II,4 (CCL 2, 1 1 6 1 ) ; véase además ID., De pud. XXI (CCL 2, 1326-
100/2, 634-637); V,16,2 (SC 153, 216s). 1328).
84. Cf. ibid. III,8,3 (SC 2 1 1 , 94-97); IV,6,7; 20,3; 38,3 (SC 100/2, 450-455, 94. Cf. ibid. Xll,6 (CCL 2, 1173).
632s y 952-957).
392 95. Cf.ibid. XX.V,! (CCL 2, 1195) .
85. Cf. íbid. IV,20,1 (SC 100/2, 624-627).
96. Cf. supra, 292s.
(
Las clarificaciones de Tertuliano tuvieron una influencia determinan nes tiene que buscar otro camino para hacer derivar la realidad toda de Dios,
te ante todo en la doctrina trinitaria occidental, que de este modo quedó fi quien-en un sentido del todo platónico- es unidad (manás) y unicidad (he
jada en sus rasgos esenciales ya relativamente pronto. La influencia es per nás)lº1 y está, por ende, más allá del espíritu y la esencia'".
ceptible en especial en la disputa de los dos Dionisias. Dionisia, obispo de Formalmente, Orígenes recorre el mismo camino que el gnosticismo:
Ro�a, en una carta escrita en el año 262 a su tocayo Dionisia, obispo de ·la multiplicidad de la realidad es resultado de la caída escalonada desde la
Alejandría", critica tanto el (supuesto) triteísmo de su homólogo alejandri unidad trascendente, a la que termina regresando!". Aquí podemos dejar a
no como el modalismo de los sabelianos. Afirma que no se debe diluir la un lado la cuestión de si -y en caso de respuesta afirmativa, en qué medi
unidad divina en tres divinidades totalmente separadas (triteísmo) ni tampo da- Orígenes admitió al hilo de ello la existencia de diversos ciclos cós
co identificar al Padre con el Hijo (modalismo). Sin embargo, si uno se pre micos sucesivos'", Más importante es la manera en que, a pesar de asu
gunta cómo es posible conjugar ambas cosas, no encuentra en él respuesta mirlo formalmente, corrige materialmente el esquema gnóstico con toda
alguna a esta pregunta. Sea como fuere, resulta interesante que Dionisia de determinación: por una parte, entiende la realidad como creación libre de
Roma, al igual que Tertuliano, no considere que la monarchia vaya asocia Dios 1°7, que permanece bajo la providencia divina; por otra, atribuye todo
da a la única sustancia divina, sino al Padre, con quien el Hijo está unido y el desarrollo a la libre decisión de la voluntad, convirtiendo con ello la li
en quien el Espíritu permanece y habita. El vinculo de unidad en la Trinidad bertad en vehiculum del proceso cósmico!", y, por último, somete todo al
no es el Espíritu, como más tarde afirmará Agustín, sino el Padre". En Hi final al juicio divino!", Con ello, el entero sistema de Orígenes adquiere
lario volvemos a encontrar en el Occidente latino una concepción análoga un carácter voluntarista o, como díriarnos hoy, histórico, profundamente
casi un siglo más tarde". Con ello queda planteada en el Occidente latino contrapuesto al naturalismo de la idea gnóstica de emanación!".
una concepción trinitaria que se corresponde en gran medida con la preocu Esta visión global de la realidad, según la cual todo procede de Dios
pación del Oriente cristiano de salvaguardar la monarquía del Padre. Sin y a él regresa, tiene en Orígenes presupuestos trinitarios. Pues tanto la sa
embargo, ya aquí estalla un conflicto entre Oriente y Occidente. Pues Dio lida como el retomo acontecen a través de Jesucristo en el Espíritu Santo.
nisia de Alejandría es discípulo de Orígenes y, en esa misma medida, repre En primer lugar, Dios crea y guía el mundo por medio de su Hijo'", Este
sentante del pensamiento oriental. ¿Dónde radica la diferencia? procede eternamente de Dios, pero no de forma «materialista», por gene
La figura determinante del Oriente cristiano fue Orígenes. Al igual ración, como en la gnosis, sino de manera espiritual, como producción
que Ireneo y Tertuliano, no se entendía a sí mismo principalmente como fi mediante la voluntad y, más en concreto, mediante el amor'". Para Oríge
lósofo, sino como un teólogo bíblico para el que Jesucristo es la verdad; más nes, al igual que ya para Tertuliano, también es importante la comparación
en concreto, se entendía a sí mismo como un teólogo eclesial para el que la con la relación existente entre la luz y su reflejo'". Pese a algunas fórmu
ecclesiastica praedicatio constituía la pauta que se había de seguir en la exé las de resonancias subordinacionistas, Orígenes desea afirmar con ello la
gesis de la Escritura!". Con ello quedaban claramente trazados los límites . consustancialdad del Hijo con el Padre'". Dado que el Hijo procede de la
frente a la gnosis, pero también frente a la especulación meramente filo libertad en el amor y, como tal, es esbozo y modelo del mundo'", a través
sófica, frente al platonismo. A pesar de ello, Orígenes profundiza más que de él Dios gobierna el mundo sin violencia ni coacción; antes bien, el
elaborar, en confrontación con ellas, por primera vez una visión cristiana
global dé la realidad. A juicio de Orígenes, quien en esto coincide con la 103. Cf. ibid. 1, 1,6 (SC 252, 98-105).
filosofia platónica, la diferencia fundamental con el gnosticismo radica en 104.Cf. ibid. 1,6,2; II,1,1 (SC 252, 196-201 y 234-237).
la comprensión puramente espiritual de Dios!". Por eso, Orígenes se consi 105.Cf. ibid. II,3,1 (SC 252, 248-251).
llO.Cf. H. JONAS, Gnosis und spiitantiker Geíst, vol. 2/1, op. cit., 207-210; J.
97. Cf. DH 1 1 2 - 1 1 5 .
RATZINGER, «Emanation», art. cit., 1223.
9 8. Cf. supra, 339ss.
1 1 1 . Cf. ORiGENES, De principiis 1,2,10 (SC 252, 132-139).
99. Cf. HII.ARio, De Trinitate II,6ss (CCL 62, 42ss). 112. Cf. ibid. 1,2,6; 2,9 (SC 252, 120-125 y 128-131); IV,4, 1 (SC 268, 400-405).
100. Cf. ORiGENES, De principiis praef 2 (SC 252, 70s); IY,2,2 (SC 268 300-305). 1 1 3 . C f . ibid. 1,2,7 (SC 252, 124s).
101.Cf. ibid. 1,1,1.6 (SC 252, 90 y 98-105). '
1 1 4 . Cf. ibid. 1,2,6 (SC 252, 120-125); véase además supra, 292s.
394 102.Cf. ibid. 1,2,6; 4,1 (SC 252, 120-125 y 166-169); ID., Contra Ce/sum 115.Cf. ibid. 1,2,2 (SC252, 1 1 2 - 1 1 5 ) .
Vl,34.35 (SC 147, 260-265). . •
(
mundo está orientado de antemano a la libertad 116• Para nosotros, el Logos bas perspectivas. En consecuencia, la clara diferenciación entre el tiempo
es la imagen del Padre!" y el camino hacia el con,ocimiento del Padre'". y la eternidad, entre el mundo y Dios, seria -tanto por la lógica interna de
Sin embargo, al Hijo solamente podemos comprenderlo con ayuda del Es esta evolución como por los desafíos externos- la tarea de la siguiente fa
píritu Santo'", Al igual que Dios actúa a través de Cristo en el Espíritu, no se de desarrollo.
sotros regresamos en el Espíritu a través de Cristo al Padre. De esta suerte, La segunda fase de desarrollo se caracteriza sobre todo por el nombre
a pesar de algunas afirmaciones ambiguas, también en Origencs existe un de Arrio y la corriente arriana. Bajo la influencia de la filosofia del pla
interés soteriológico en que el Padre, el Hijo y el Espíritu no estén subordi tonismo medio, Arria radicaliza las tendencias subordinacionistas de la
nados unos a otros en el orden del ser. Quien renace a la salvación necesita tradición precedente. Construye un sistema en el que Dios y el mundo son
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y no puede recibir la salvación si la Tri radicalmente distintos y, para relacionarse, necesitan, por tanto, de la me
nidad no está completa'"· Esta visión soteriológica y la espíritualidad y la diación del Logos entendido como ser íntermedio'". Con ello, Arrio no se
mística en ella fundadas representan en Orígenes, quien en este punto va toma en último término en serio la diferencia radical entre Dios y el mun
más allá de lreneo, el fundamento de una visión global de la realidad. Aquí do que inicialmente ha afirmado, pues pasa por alto que entre el Creador
radica el carácter complejo y polifacético de esta genial síntesis. y la criatura no puede existir ser intermedio alguno, sino tan solo una dis
Orígenes fue en su época un signo de contradicción y ha continuado yunción. Al igual que en la confrontación con el gnosticismo, lo que se di
siéndolo hasta la actualidad. Ya Epifanio, Jerónimo y Teófilo formularon rimía en la confrontación con Atrio no era una cuestión concreta, y mucho
graves acusaciones contra él. Un siglo después, algunas tesis que se tení menos una cuestión marginal, sino el conjunto de la visión cristiana de
124,
an por origenistas fueron condenadas por el emperador Justiniano'". To Dios y el mundo. Como puso de manifiesto sobre todo Atanasio aquí
davía hoy resulta dificil determinar qué relación existe entre Orígenes y el estaba en juego la comprensión de la salvación. Pues en Arrio la doctrina
origenismo condenado (en especial Evagrio Póntico); sigue siendo una cristiana de la salvación corre el peligro de convertirse en una especula
cuestión controvertida entre los historiadores'". Parece seguro que la ten ción cosmológica, en la sabiduría mundana de una filosofia.
a la herejía de Arrio, que -recién superadas las polémicas con la gnosis y El resultado de la controversia arriana -en la que a la vez se discutió
1 1 6 . Cf ibid. 1,2, 10 (SC 252, 132-139); véase además IRENEO, Adv. haer. V, 1 , 1 to, no del todo aclarado, por un sínodo celebrado en Antioquía en el
( r (
año 269 contra Pablo de Samosata; por último, tampoco su conte salvar la distinción entre el Padre y el Hijo, que, a su juicio, se difumina
nido resultaba del todo inequívoco. Lo que con él se pretendía de ba modalistamente a resultas del homooúsios, añadiendo una vocal a este
cir es que el Hijo no es creado, sino engendrado; no pertenece al término para convertirlo en homoiousios (o sea, semejante o parecido al
ámbito de las criaturas, sino que tiene su sitio junto a Dios. La pre Padre, pero no igual a él). Este compromiso resultaba insostenible, porque
gunta, sin embargo, era: ¿qué significa exactamente homooúsios: no hacía justicia a la intención profunda del homooúsios. Una solución se
de idéntica esencia que el Padre o de la esencia misma del Padre? abrió Camino cuando Atanasio, el gran paladín de la corriente nicena, lle
El primer significado podía ser malinterpretado en sentido triteísta; vó a éabo una cierta aproximación en el sínodo de Alejandría del año 362,
el segundo, en sentido modalista. La respuesta a esta pregunta se aceptando la distinción entre tres hipóstasis y una sola esencia. Se distin
guió así entre dos términos que en Nicea todavía habían sido utilizados co
desprende más bien del contexto en el que se usa el término. En
mo sinónimos'",
efecto, el símbolo de Nicea parte de la confesión de fe en un solo
La precisa clarificación conceptual de esta distinción fue obra de los
Dios, el Padre, que, por esencia, no puede ser sino uno y único. De
tres padres capadocios (Basilio de Cesarea, Gregorio Nacianceno y Gre
la misma esencia e hipóstasis del Padre (en Nicea ambos términos
gorio de Nisa). Para Basilio, influido aquí por la filosofía estoica, la esen
son empleados aún como sinónimos) es el Hijo, tan divino como el
cia (ousía) es lo universal indeterminado. Así, por ejemplo, el concepto
Padre. De ahí se sigue que también el Hijo posee la esencia divina,
esencial «hombre» conviene a muchos hombres a un tiempo. En cambio,
única e indivisible por naturaleza, propia del Padre. Por tanto, la
las hipóstasis (hypostáseis) son su realización concreta, individual. Se re
consideración del tono global del credo permite concluir que lo que
alizan a través de un conjunto de idi6mata, esto es, de características par
se quiere afumar es la unidad de esencia entre el Padre y el Hijo, no
ticularizadoras. Tales idi6mata no son entendidos, sin embargo, como ac
solo la identidad de esencia'",
cidentes, sino como rasgos constitutivos del ente concreto!". Lo distintivo
Para la doctrina trinitaria subyacente al Nicaenum e implícita
del Padre es que no debe su existencia a ninguna otra causa; lo distintivo
mente contenida en él, esta interpretación del homooúsios significa
del Hijo, que ha sido engendrado por el Padre; y lo distintivo del Espíritu
lo siguiente:
Santo, que es conocido después del Hijo y con el Ílijo y recibe su sustan
cia de Dios, para, solo a continuación, hablar trinitariamente del Pa Esta distinción encontró dificultades para ser aceptada en Occidente.
Pues hypóstasis había sido vertido con frecuencia al latín por substantia'",
dre, el Hijo y el Espíritu Santo como tres modos en los que esta
Así, podía parecer que, al hablar de tres hipóstasis, se estaba afirmando la
esencia única existe concretamente. Antes bien, el credo parte del
existencia de tres sustancias divinas, lo que equivaldría al triteísmo de una
Padre y lo entiende como «cima de la unidad», en la que el Hijo y
doctrina de tres dioses: A la inversa, la distinción entre natura ypersona pro
el Espíritu Santo se entrelazan. Así pues, estamos ante una concep
puesta por Tertuliano resultaba dificil de aceptar en Oriente, puesto que per
ción genética de la divinidad, que brota del Padre y se derrama en
sana se traducía por prosiipon, lo que significaba «máscara» -es decir, un
el Hijo y el Espíritu Santo'".
mero modo de rnanifestación- y hacía pensar, por tanto, en el modalismo.
2. Es evidente que el concilio carece de recursos conceptuales Por eso, Basilio advierte que es necesario confesar que la persona (prósopon)
para expresar de forma adecuada la unidad de esencia y la distin existe como hipóstasis'>. Una vez reconocido esto de manera generalizada,
ción de las personas. En este punto, Nicea apunta más allá de sí todas las grandes provincias eclesiásticas, a pesar de la divergente termino
mismo. Las claras distinciones de Tertuliano únicamente lograron logía, estaban ya de acuerdo en el fondo de la cuestión: Cesarea (Basilio),
La dilucidación de esta cuestión aconteció en el medio siglo que transcu 130.Cf. ATANASIO, Tomus ad Antiochenos 5 (PG 26, 800s).
rre entre Nicea (325) y Constantinopla (381). Los semiarrianos intentaron 1 3 1 . Cf. BASll.10, Ep. 38 (PG 32, 325-340); lo., Ep. 236,6 (PG 32, 883-886).
132.Cf. lo., Ep. 38,4 (PG 32, 329-334); lo., Ep. 236,6 (PG 32, 883-886).
133.Cf. JERÓNIMO, Ep. 15,4 (PG 22, 357s); AGUSTÍN, De Trinitate VII,4 (CCL
50, 255-260).
128.Cf. l. ÜRTIZ DE URBINA, Nizáa und Konstantinope/, op. cit., 99. 134.Cf. BASILIO, Ep. 210,5 (PG 32, 773-778); véase además In., Ep. 214,4 (PG
129.Cf. ibid., 86. 32, 789s); Ep. 236,6 (PG 32, 883-886).
398
, .
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Alejandría (Atanasia), la Galia (Hilario) e Italia, en especial Roma (Dá tracta definición teológico-técnica una afirmación más dínámica,
maso ). Con ello, después de una de las épocas más turbulentas de la his histórico-salvífica: «Porque uno solo es Dios y Padre, de quien to
toria de la Iglesia, se daban por fin las condiciones sine qua non para al do procede; y un solo Señor Jesucristo, por quien todo existe; y un
La solución la propuso el concilio de Constantinopla (381), y su re y laborioso camino recorrido por el desarrollo doctrinal desde la Bi
cepción se produjo en un sínodo romano presidido por el papa Dá blia a la fórmula confesional dogmática «madura». En estas agita
maso (382) En su tómos doctrinal, Constantinopla dio expresión a das controversias no se trataba solo de inútiles sutilezas conceptua
la distinción entre la esencia una (ousia, substantia) y las tres hi les. Lo que se perseguía era garantizar la mayor fidelidad posible en
póstasis perfectas (hypostáseis, subsistentiaey". De ahí que fuera la interpretación de los datos bíblicos. Estos eran tan novedosos y
necesario abandonar la fórmula nicena de que el Hijo es de la esen singulares que revolucionaron todos los conceptos tradicionales del
cia (ousía) del Padre'", El sínodo romano, en cambio, habla, como pensamiento. De ahí que en modo alguno bastara con aplicar la ter
ya había hecho el papa Dámaso en su carta doctrinal del año 374"', minología de la filosofia griega a la profesión de fe recibida. Tales
de una substantia y tres personae'". Esta diferencia no es solo de intentos terminaron todos en herejías. Más bien se trataba de abrir,
índole termínológica. Mientras que el credo de Nicea y Constanti merced a la confrontación con los datos de la Escritura y la tradi
nopla parte del Padre y luego confiesa que el Hijo y el Espíritu son ción, el pensamiento esencia/isla de la filosofía griega por medio
de la misma esencia que aquel, Occidente sustituye esta concepción de un pensamiento persona/isla consonante con la Escritura, sen
dinámica por una visión más estática, que parte de la única sustan tando así las bases de una nueva manera de pensar. Desde el punto
cia y afirma que subsiste en tres personas distintas. A la sazón, ta de vista teológico, de este modo fue posible poner de relieve la for
les diferencias no eran entendidas, sin embargo, como motivo de ma específicamente cristiana del monoteísmo por contraposición
división de las Iglesias. Ambas fórmulas expresan la posible diver tanto al judaísmo como al paganismo. En este sentido, las prolon
sidad y riqueza de las teologías sobre la base de la única fe común. gadas y complejas polémicas con la gnosis y con las herejías de de
La síntesis de los dos lenguajes y perspectivas diferentes en una rechas e izquierdas poseen una perdurable relevancia fundamental
única fórmula no se logró hasta el quinto concilio ecuménico, el se para la Iglesia y su identidad. No es de extrañar que estas fórmulas
gundo de Constantinopla (553). Entretanto, el concepto de persona, hayan sido reiteradas una y otra vez en tiempos posteriores!". El
al principio tan problemático para Oriente, fue dilucidado por Boe ejemplo más famoso de ello es el symbolum quicumque, que tam
cio y Leoncio de Bizancio'". Así, el concilio pudo emplear los bién se conoce como symbolum (pseudo- )atanasiano'". Con todo,
conceptos de hipóstasis y persona como sinónimos y afirmar: «Si en él se hace patente asimismo el precio que hubo que pagar por se-'
alguno no confiesa una sola naturaleza (physis, natura) o sustan mejante claridad conceptual. Pues cada vez devino mayor el peli
cia (ousía, substantia) del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, gro de que las fórmulas conceptuales abstractas se independizaran
y una sola virtud y potestad, Trinidad consustancial (homooúsios, y perdieran su referencia interpretativa a la historia de Dios por me
consubstantialis), una sola divinidad, adorada en tres hipóstasis dio de Cristo en el Espíritu Santo. Sobre la viva fe histórica de la
(hypostáseis, subsistentiae) o personas (prósopa, personae), sea Escritura y la tradición se cernió la amenaza de quedar anquilosada
anatema»:", El concilio añadió a esta estática y en extremo abs- en fórmulas abstractas, que sin duda son objetivamente correctas,
138.Cf. DH 133, 168, 173 y 176. 142.Cf. DH 7 1 , 73, 441, 4 5 1 , 470, 485, 490, 5 0 1 , 525-532, 542, 546, 566, 568-
139.Cf. W. KASPER, Jesús el Cristo, op. cit., 355ss. 570, 680 y passim.
Así pues, el credo niceno-constantinopolitano fue, por una par Este desarrollo se produjo por igual en Oriente y en Occidente, aunque
te, resultado de un prolongado y agitado debate; como tal, sigue bajo diversos acentos. En ambos casos se trataba de expulsar los últimos
constituyendo hasta hoy el fundamento común de todas las Iglesias restos de arrianismo. En Oriente, este pervivía sobre todo en forma de
de Oriente y Occidente. También fue, por otra parte, el punto de eunomianismo, que había plasmado el pensamiento arriano en un siste
partida de la reflexión teológica posterior. A raíz de Nicea-Cons ·ma formal dialéctico, casi racionalista'". Con vistas a hacerle frente, los
tantinopla se produjo un considerable cambio de perspectiva. La padres griegos tuvieron que acentuar el carácter misterioso de Dios y las
Trinidad inmanente se independizó respecto de la Trinidad econó procesiones eternas en el seno divino!". Ello ocasionó que no partieran
mica y perdió progresivamente toda funcion en el plano de la eco ya del orden de la economía, para, desde este, regresar luego al orden in
nomía de la salvación. Tertuliano y Orígenes partieron aún de la di tradivino. En adelante, la teología trinitaria y la economía trinitaria se in
vinidad del Padre y equipararon al Hijo y al Espíritu con el Padre dependizaron una de otra. En lugar del rostro del Padre hecho realidad
en interés de la economía salvífica'". Orígenes distinguió incluso concreta en Jesucristo apareció una teología radicalmente negativa de
diferentes ámbitos de acción del Padre, del Hijo y del Espíritu den corte neoplatónico, que enfatizaba más la incomprensibilidad de Di os
tro de esta economía'". Basilio rechazó expresamente tal visión'". que la verdad de que el Incomprensible se ha hecho comprensible en Je
A partir de ahí se llegó a la conclusión de que, en virtud de la esen sucristo de modo incomprensible'>. La esencia trinitaria de Dios en sí se
cia compartida, las tres personas divinas actuaban conjuntamente tenía por incognoscible; cognoscibles eran solamente sus irradiaciones,
ad extra. Esta tesis es común a los padres orientales y ciccidenta las energías divinas!". Algunas sugerencias de los padres capadocios en
les'", Los padres orientales, ciertamente, acentúan con mayor clari esta dirección fueron desarrolladas en el siglo XIV sobre todo por Gre
dad que la acción ad extra conjunta expresa la estructura intratrini gario Palarnas. Con ello, la Trinidad perdió toda función en el orden de
taría, o sea, que el Padre actúa por el Hijo en el Espíritu Santo!". la economía'".
Donde con mayor claridad se advierte este cambio radical es en las Evidentemente, también para Occidente estaba fuera de cuestión la in
doxologías litúrgicas, que con ello se revelan de nuevo como el Sitz comprensibilidad de la Trinidad divina!". Pero ciertas analogías entre el
im Leben [lugar vital] de la confesión de fe trinitaria. La originaría espíritu humano, semejante a Dios, y la Trinidad desempeñaron un papel
doxología litúrgica acontece en el Espíritu Santo por el Hijo para decisivo, en especial en Agustín. La polémica con el arrianismo hizo que
gloria del Padre'", Pero ya en Basilio, a quien luego seguirá Cons aquí se partiera hasta tal punto del homooúsios que la única esencia de
tantinopla, el Espíritu es glorificado conjuntamente con el Padre y Dios se convirtió en la base de toda la doctrina trinitaria. Una y otra vez
el Hijo. Junto a la doxología económico-salvífica aparece a la sa se encuentran en Agustín giros como: «La Trinidad es el Dios uno y ver-
mo 213,6,6 (PL 33, 968); BASILIO, De spiritu.sancto 16 (SC 17, 173-183). 153.Cf. E. MOHLENBERG, Die Unendlichkeit Gottes beí Gregor von Nyssa,
148. BASILIO, De spiritu sancto 16 (SC 17, 173-183): «Cuando recibimos dones, Góttíngen 1966.
primero nos encontramos con el que los distribuye, luego reconocemos al 154.Cf. D. WENDENBOURG, Geist oder Energie, op. cit., 24ss.
que los ha enviado y, por último, dirigimos nuestra reflexión hacia la fuen 155.Esa es la tesis fundamental de D. Wendenbourg; otra es la opinión de J. ME
te de los bienes ... Pues el único fundamento de lo existente realiza su obra YENDORFF, St. Grégoire Palamas et la mystique orthodoxe, Paris 1959.
por medio del Hijo y la consuma en el Espíritu Santo». 156.Así ya lRENEo, Adv. haer. II,28,6.8 (SC 294, 282-285 y 290-293); Hn.Aruo,
149.Cf. supra, 387s. · De Trinitate II,9 (CCL 62, 46s); AGUSTÍN, De Trínitate V,1.9; VIl,4 (CCL
150 Cf. D. WENDENBOURG, Geist oder Energie. Zur Frage der innergOttlichen 50, 206s, 2 1 7 y 255-260).
402
¡'
\ (
dadero»'", o también: «Dios es la Trinidad»!". La distinción de las tres embargo, esta profesión de fe no parece ser sino una venerable reliquia
personas acontecía dentro de la esencia única y siguió siendo en último para numerosas Iglesias, incluidos muchas comunidades y muchos cris
término un problema para Agustín!". Esta tendencia agustiniana fue in tianos católicos. Pues durante demasiado tiempo han acentuado y defen
tensificada por Anselmo de Canterbury'". El punto final de este desarrollo dido las Iglesias el ser en sí del Dios trinitario sin decir qué significado
en el Occidente latino fue la fórmula del concilio Lateranense N, según la 'tiene para nosotros. La doctrina de la Trinidad inmanente, que origina
cual las tres personas divinas constituyen un único principio en su acción riamente pretendía fundamentar y garantizar la Trinidad económica, se
ad extra 161• Esto vale no solo para la creación, sino también para la histo independizó de Jacto. No es de extrañar que en la Ilustración la gente se
ria de la salvación. Tomás de Aquino sostuvo la tesis de que, en sí, cual preguntara si tenía alguna utilidad práctica. Puesto que la respuesta fue
quiera de las tres personas divinas habría podido encamarse!". Sin duda, negativa, la doctrina de la Trinidad, cuando no se arrojó resueltamente
ya en la temprana Edad Media y, en mayor medida aún, en el propio To por la borda 167, ya solo era recordada a modo de apéndice por mero sen
más hay también tendencias en sentido contrario, hacia una Trinidad eco tido del deber. Característica de esta última manera de proceder es la
nómico-salvífica, de las que todavía tendremos que hablar!". Pero el no doctrina de la fe de F. Schleiermacher, con su tesis de que «nuestra fe en
minalismo tardo-medieval separó por completo el ser de Dios en sí de la Cristo y nuestra comunión de vida con él sería la misma aunque no tu
acción divina en la historia de la salvación, y la potentia ordínáta revela viésemos noticia de tal hecho trascendente o este fuera distinto»!". De
da en la historia de la salvación corrió el peligro de convertirse en libertad hecho, en la actualidad numerosos cristianos, por no decir la mayoría,
arbitraria de Dios'", no signada ya por la estructura trinitaria intradivina. son monoteístas puros.
165
Los reformadores asumieron la confesión de fe trinitaria , pero en
ellos permaneció tan poco·fructífera como en la escolástica. La confe Esta situación, en la que se corre el peligro de que a la fe viva y vi
sión de fe trinitaria fue incluida también, con algunas atenuaciones, en vida se le desvanezca la estructura fundamental de la f
e cristiana,
la fórmula básica del Consejo Mundial de Iglesias!". En la praxis, sin representa un inmenso desafio para la teología. Esta únicamente
158.Cf. ibid. VII,6 (CCL 50, 261-267); XV,4 (CCL 50 A, 467s). rio prestar mayor atención a los vínculos entre la Trinidad econó
159.Cf. ibid. VII,4 (CCL 50, 255-260). mico-salvífica y la Trinidad inmanente. Hay que volver a resaltar
160.La doctrina trinitaria, tal como ANSELMO DE CA)ITERBURY la desarrolla en
los motivos soteriológicos que ya en Ireneo y Tertuliano, pero so
Monologion ce. 38-65, parte por completo de la única esencia espiritual de
bre todo en Atanasia, llevaron a la formación de la doctrina de la
Dios, que se manifiesta en las realizaciones esenciales del conocimiento y
la voluntad. Como expone en el prólogo, Anselmo no quiere que «nada se homoousia, a fin de hacer valer la Trinidad en su relevancia para el
intente hacer creíble apelando al prestigio de la Escritura», sino que todas ser humano y su salvación. Además, hay que poner de nuevo de re
las afirmaciones «evidencien de forma breve y concluyente la necesidad de
lieve, en una versión clarificada y purificada por Nicea y Constan
la reflexión racional» y «muestren abiertamente la claridad de la verdad».
tinopla, las geniales intuiciones de Orígenes y, en confrontación
161.Cf. DH 800; véase además OH 1330.
164.Esta distinción fue preparada ya por Agustín. Hay que compartir el cauto
juicio de J. AUER: «Dios no aparece tanto como el Creador que todo loor dre, Hijo y Espiritu Santo». Al respecto, cf. W. 1HEuR.ER, Die trinitarische
dena cuanto como Señor absoluto, y harán falta todavía numerosos estudios Basis des Ókumenischen Rates der Kirchen, Bergen-Enkheim 1967.
específicos para poder determinar si con ello se alude a un dios arbitrario e 167 .Es característico el juicio de L KANT: «De la doctrina trinitaria, tomada a la
irracional o más bien al bíblico "Señor" de la historia» (art. «Nominalis letra, no se puede extraer absolutamente nada para la práctica» (Der Streit
mus», en LThK' VII, 1022). der Fakultiiten A 50, en lo., Werke VI, ed. W. Weischedel, 303 [trad. esp.:
165.Cf. CA l ; «Artículos de Esmalcalda», en BSELK 414s. El conflicto de las facultades, Alianza, Madrid 2003]).
166.La fórmula base del Consejo Mundial de Iglesias reza: «El Consejo Mun 168.F. SCHLEIERMACHER, Der christliche Glaube (ed. M. Redeker), vol. 2, §
dial de Iglesias es una comunidad de Iglesias que confiesan al Señor Jesu 170, Berlín 1960, 461 [trad. esp.: Lafe cristiana: expuesta coordinada
cristo, conforme a la Escritura, como Dios y Salvador y, por eso, intentan mente según los principios de la Iglesia evangélica, Sígueme, Salamanca
404 realiz.ar en común la misión a la que son llamadas, para gloria de Dios Pa- 2013].
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plicitar al mismo tiempo qué significa este para nosotros desde el
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punto de vista económico-salvífico. Tal es la principal tarea de una o e
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doctrina trinitaria para nuestro tiempo.
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406
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II
l. Punto de partida
nera que a la teología y a las Iglesias les pareció con razón suma
1. Siguen siendo imprescindibles F. Chr. BAUR, Die christliche Lehre von der
266-284.