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“AÑO DEL BUEN SERVICION AL CUIDADANO”

RESPONSABLES:
- Morales Chasquero Lizeth
- Córdova Gupio Maritza.
- Núñez Sánchez Leyver.
- Hoyos Vargas Deili Judith.
- Altamirano Peña Liz.

DOCENTE:
- Abg. Linda Angulo Fraque.

TEMA: -

CURSO: - Derecho Administrativo.

CARRERA: - Derecho y Ciencias Políticas


ÍNDICE

EL AMPARO ORDINARIO ADMINISTRATIVO ..................................................................... 6


CONCEPTO Y NOTAS ESENCIALES: ......................................................................... 6
 PROCESO ESPECIAL, PREFERENTE Y "SUMARIO" ......................................... 7
 DESTINADO A TUTELAR LOS DERECHOS FUNDAMENTALES FRENTE A
LAS ACTUACIONES ADMINISTRATIVAS SUJETAS AL DERECHO
ADMINISTRATIVO ................................................................................................................ 7
 REGULACIÓN LEGAL ................................................................................................. 8
 PROCEDIMIENTO APLICABLE ................................................................................. 8
 OBJETO .......................................................................................................................... 9
 MATERIA OBJETO DEL PROCESO DE AMPARO ADMINISTRATIVO ............ 9
 LA PRETENSIÓN DE AMPARO ADMINISTRATIVO PUEDE SER
DECLARATIVA O MIXTA .................................................................................................... 9
 LEGITIMACIÓN ............................................................................................................ 10
 ACTIVA .......................................................................................................................... 10
 PASIVA .......................................................................................................................... 10
 COMPETENCIA ........................................................................................................... 11
PROCEDIMIENTO ............................................................................................................... 12
INICIACIÓN: EL ESCRITO DE INTERPOSICIÓN ......................................................... 12
 PLAZO PARA EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN DE AMPARO ........................... 12
 ESPECIALIDADES DEL CONTENIDO DEL ESCRITO DE INTERPOSICIÓN. 12
 MEDIDAS CAUTELARES .......................................................................................... 13
 RECLAMACIÓN Y ENVÍO DEL EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO.
EMPLAZAMIENTOS ........................................................................................................... 13
 FASE DE ADMISIÓN .................................................................................................. 14
 ALEGACIONES Y PRUEBA ...................................................................................... 14
 SENTENCIA, MEDIOS DE IMPUGNACIÓN Y COSTAS ...................................... 15
EL AMPARO ADMINISTRATIVO ESPECIAL DE TUTELA DEL DERECHO DE
REUNIÓN .............................................................................................................................. 16
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................. 16
EL ARTÍCULO 122 LJCA. .............................................................................................. 17
DEDICATORIA

Primeramente a Dios por habernos permitido llegar hasta este punto y habernos
dado salud, ser el manantial de vida y darnos lo necesario para seguir adelante
día a día para lograr nuestros objetivos, además de su infinita bondad y amor.
AGRADECIMIENTO
Esta monografía está dedicada a nuestros padres por el esfuerzo que ellos
hacen a diario y por apoyarnos para ser profesionales de éxito. También
dedicamos a nuestros abuelos ya que con ellos seguimos siendo unas personas
de bien pese a cualquier tipo de enfermedad. Y queremos dedicar también a un
amigo muy especial que es nuestro Dios. Por los cuidados brindados día a día y
por su amor incondicional.
INTRODUCCIÓN

El amparo es un medio para salvaguardar los derechos constitucionales sin


embargo, existen vías alternativas por las cuales también es posible obtener el
mismo resultado. Así mismo, solo en los casos en que tales vías ordinarias
(como por ejemplo el proceso contencioso administrativo) no sean idóneas,
satisfactorias o eficaces para la cautela del derecho, o por la necesidad de
protección urgente, o en situaciones especiales que han de ser analizadas caso
por caso por los jueces, será posible acudir a la vía extraordinaria del amparo,
correspondiendo al demandante la carga de la prueba para demostrar que el
proceso de amparo es la vía idónea y eficaz para restablecer el ejercicio de su
derecho constitucional vulnerado, y no el proceso judicial ordinario de que se
trate.
EL AMPARO ORDINARIO ADMINISTRATIVO

¿QUÉ ES EL AMPARO?

Con relación al instituto jurídico el amparo, podemos decir, que el proceso


constitucional de amparo es un proceso autónomo que tiene como finalidad
esencial la protección de los derechos fundamentales frente a violaciones
actuales o amenazas inminentes de transgresión. Sin embargo, debemos
precisar que le proceso de amparo no protege todos los derechos
fundamentales, sino a un grupo de ellos que son distintos de la libertad personal
o los derechos conexos a ella, asi como del derecho a la autodeterminación
informativa, que tienen, respectivamente procesos, constitucionales específicos
para su tutela.

CONCEPTO Y NOTAS ESENCIALES:

El proceso de amparo ordinario en materia administrativa trae su razón de ser


en las mencionadas exigencias constitucionales de "preferencia" y "sumariedad"
en la tutela procesal de los derechos fundamentales plasmados en el art. 53.2
CE. Así lo recuerda el art. 114.1 de la Ley 29/1998 Reguladora de la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa (LJCA o Ley Jurisdiccional administrativa), precepto
con el que comienza la regulación específica de este amparo en materia
contencioso-administrativa.

La LJCA ha introducido en su cuerpo normativo (arts. 114 a 122) las normas


destinadas a regular el proceso especial dedicado a la protección de los
derechos fundamentales frente a las actuaciones dictadas por las AAPP lesivas
de aquellos derechos.

El amparo ordinario contencioso-administrativo no es, pues, otra cosa que un


proceso declarativo especial, preferente y de tramitación acelerada, destinado a
la tutela de los derechos fundamentales respecto de las actuaciones
administrativas vulneradoras de tales derechos.

Del concepto apuntado podemos extraer las siguientes notas esenciales:


PROCESO ESPECIAL, PREFERENTE Y "SUMARIO"

El amparo administrativo es un proceso especial por razón de la materia, limitada


a salvaguardar los derechos fundamentales presuntamente conculcados por la
Administración autora de la actuación por el actor impugnada. Ello significa, que
las llamadas "cuestiones de legalidad ordinaria" no pueden fundamentar
jurídicamente, por sí solas, la pretensión de amparo administrativo (art. 114.1
LJCA). Las antes citadas cuestiones de mera legalidad habrán de tramitarse a
través de los correspondientes procesos ordinarios administrativos; no es
posible, por tanto, fundar la pretensión de amparo en normas de Derecho
Administrativo y, si así lo hiciera el actor, obtendría, no sólo una Sentencia
desestimatoria de su pretensión de amparo, sino, lo que es aún más grave, la
firmeza del acto impugnado, ya que, una vez agotado el plazo de interposición
del recurso contencioso-administrativo, no es posible acudir después de
intentada la expeditiva vía del proceso de amparo a un posterior proceso
administrativo ordinario.

El amparo administrativo es "preferente y sumario" (en el sentido de rapidez en


su tramitación) y ello, no sólo porque así lo disponga el art. 53.2 CE. La
"preferencia" en la tramitación de los amparos administrativos, art. 114.3 LJCA
dispone "A todos los efectos, la tramitación de estos recursos tendrá carácter
preferente".

Finalmente, la Ley Jurisdiccional ha dotado al amparo administrativo de una


tramitación "urgente", lo que se manifiesta al regular los plazos para la
realización de los distintos actos procesales, que son más breves que los
previstos para los procesos administrativos ordinarios y que pueden abarcan
meses y días inhábiles.

DESTINADO A TUTELAR LOS DERECHOS


FUNDAMENTALES FRENTE A LAS ACTUACIONES
ADMINISTRATIVAS SUJETAS AL DERECHO
ADMINISTRATIVO

En todos los procesos de amparo las partes sólo pueden invocar derechos
fundamentales y el Juez reconocer o denegar la existencia de su vulneración.
Esta cuestión ya es conocida y, por tanto, no volveremos sobre la misma. La
particularidad del amparo administrativo consiste en la especificidad del objeto
de dicho proceso que, necesariamente, ha de estar dirigido a impugnar una
actuación dictada por una Administración Pública sometida al Derecho
Administrativo. Sólo cuando concurran todas estas circunstancias es posible
acudir al orden jurisdiccional administrativo para iniciar este proceso de amparo.
REGULACIÓN LEGAL

Su regulación legal viene de la LJCA de 1998, Exposición de Motivos "Se trae al


texto de la Ley Jurisdiccional la regulación del proceso especial en materia de
derechos fundamentales, con el mismo carácter preferente y urgente que ya
tiene...". El capítulo I del Tít. V "Procedimiento para la protección de los derechos
fundamentales de la persona", y consta de nueve arts. (114 a 122), aunque, en
puridad, el último de los citados preceptos regula un proceso especial dedicado
al derecho fundamental de reunión.

Estas normas rigen el proceso de amparo en calidad de derecho primario y, para


lo no previsto expresamente en las mismas, con supletoriedad de segundo
grado, la LEC (DF 1ª LJCA y art. 4 LEC).

El amparo ordinario administrativo se encuentra, pues, previsto en sus normas


específicas (los citados arts. 114 a 122); pero también existen menciones
explícitas a la tutela de los derechos fundamentales fuera del cap. I de la Ley
Jurisdiccional.

PROCEDIMIENTO APLICABLE

No obstante la aparente claridad del art. 114.1 LJCA ("El procedimiento de


amparo judicial... se regirá... por lo dispuesto en este Capítulo..."), lo cierto es
que, frente a las actuaciones administrativas lesivas de los derechos
fundamentales, la persona agraviada podrá optar por iniciar el proceso especial
de amparo, el proceso ordinario que corresponda (el común o el abreviado) o,
incluso, los dos procesos (el especial y el ordinario) al mismo tiempo. Lo que no
podrá hacer es acudir, en primer lugar, al amparo administrativo y, después, es
decir, en el caso de obtener la resolución firme desfavorable del amparo
solicitado, al proceso ordinario.

La posibilidad procesal de que el actor escoja la vía del proceso de amparo


administrativo parece, en principio, evidente, al tratarse de un proceso especial
preferente y rápido. Sin embargo, la razón por la que no siempre se elige esta
alternativa estriba en la limitación de su objeto que ha de ceñirse a la vulneración
de los derechos fundamentales, unido a la mayor brevedad del plazo para el
ejercicio de la acción (10 días). Cuando el particular sabe de la ilegalidad del
acto, que le es perjudicial, pero duda acerca del motivo de nulidad en el que el
mismo incurre, o entiende que es más plausible desde un punto de vista
probatorio que el juzgador anule el acto impugnado por violar una norma
ordinaria que por vulnerar un derecho fundamental, lo más probable es que
acuda al proceso declarativo ordinario en vez del amparo.

Sólo es aconsejable optar por este proceso especial, cuando la vulneración del
derecho fundamental sea evidente.
Precisamente con el fin de evitar estas consecuencias tan drásticas, la
jurisprudencia ha permitido la posibilidad de iniciar, dentro del plazo legalmente
previsto para el ejercicio de la correspondiente acción, los dos procesos al mismo
tiempo, es decir, el amparo y el ordinario. Efectivamente, desde la STC 23/1984,
tanto el TC como el TS sostienen de manera unánime, de un lado, la citada
posibilidad de iniciar estos procesos al mismo tiempo y, de otro, que el plazo
para el ejercicio de la acción lo es de caducidad, por lo que la interposición del
recurso de amparo administrativo no suspende (ni se interrumpe) el plazo para
iniciar el proceso administrativo ordinario (2 meses, art. 46 LJCA).

OBJETO

La Ley procesal administrativa (LJCA) regula de objeto del proceso de amparo


administrativo:

Art. 114.2 LJCA "Podrán hacerse valer en este proceso las pretensiones a que
se refieren los arts. 31 y 32, siempre que tengan como finalidad la de restablecer
o preservar los derechos o libertades por razón de los cuales el recurso hubiere
sido formulado".

Art. 121.2 hace referencia a la obligación del juzgador de dictar una Sentencia
estimatoria de la pretensión del actor cuando la actuación administrativa
impugnada incurra "en cualquier infracción del ordenamiento jurídico, incluso la
desviación de poder, y como consecuencia de la misma vulneren un derecho de
los susceptibles de amparo".

MATERIA OBJETO DEL PROCESO DE AMPARO


ADMINISTRATIVO

Por una parte, se regula tanto las pretensiones de condena a prestaciones de


dar (el reconocimiento de un situación jurídica individualizada y, en su caso, la
indemnización por los daños y perjuicios por el actor padecidos, art. 31), como
las de hacer (en los casos de la inactividad administrativa del art. 29 o de las vías
de hecho; cfr. art. 32); y, por otra, también se admite que la pretensión de amparo
se funde jurídicamente no sólo en la presunta vulneración de los derechos
fundamentales, sino, al mismo tiempo, en las normas legales que los desarrollan
(los llamados derechos fundamentales de configuración legal).

LA PRETENSIÓN DE AMPARO ADMINISTRATIVO PUEDE


SER DECLARATIVA O MIXTA

Son pretensiones declarativas las que persiguen, únicamente, la nulidad radical


de la actuación administrativa lesiva de los derechos fundamentales (v.gr. la
nulidad de una sanción administrativa que ha vulnerado el derecho a la
presunción de inocencia (art. 24.2 CE) o que carece de la necesaria cobertura
legal (art. 25.1 CE). Cuando el actor sólo persigue este fin y la actuación
administrativa ha vulnerado un derecho fundamental, dicho acto adolece de un
motivo de nulidad radical (art. 62.1.a LRJPAC), apreciable incluso de oficio en
cualquiera de las instancias jurisdiccionales.

Cuando el actor solicita la nulidad de la actuación administrativa impugnada y,


además, el reconocimiento de otra petición de dar, hacer o no hacer, nos
encontramos ante las denominadas pretensiones mixtas, ya que instan un
pronunciamiento mero-declarativo y de condena. Así ocurre, por ejemplo,
cuando el demandante de amparo solicita, no sólo la nulidad radical de la
actuación impugnada 15 (acto expreso, presunto, norma de rango inferior a la
Ley, o una vía de hecho), sino también el reconocimiento de una individualizada
situación jurídica (v.gr. su derecho a la obtención de una licencia que le ha sido
denegada por la Administración demandada), la indemnización por los daños y
perjuicios padecidos (siguiendo el ejemplo anterior, el actor puede reclamar tanto
el daño emergente, como el lucro cesante) o la condena a la Administración a
realizar una determinada prestación.

LEGITIMACIÓN

La Ley Jurisdiccional no dedica precepto alguno a la regulación específica de la


legitimación en el proceso de amparo objeto de nuestro estudio. Rigen, por tanto,
con carácter supletorio (art. 114.1), las normas generales dedicadas a la
legitimación previstas en los arts. 19 y ss de dicha Ley.

ACTIVA

Conforme a lo previsto en el art. 19 LJCA, se encuentran activamente legitimados


para iniciar el proceso de amparo administrativo, los sujetos de derecho (ya sean
personas físicas, jurídicas, grupos de afectados o uniones sin personalidad a las
que se refieren los arts. 18 y 19 LJCA) titulares de un interés legítimo respecto
de la actuación administrativa impugnada lesiva de un derecho fundamental.

También se encuentran legitimados para iniciar el proceso de amparo


administrativo el MF y el Defensor del Pueblo.

PASIVA

En todo proceso administrativo existe una parte pasivamente legitimada


necesaria (la administración demandada) y otra, contingente (el codemandado).
La razón de esta realidad está íntimamente unida al objeto de todo proceso
administrativo: la pretensión administrativa ha de basarse en una previa
actuación dictada por una Administración Pública sujeta a Derecho
Administrativo. Es lo que suele calificarse como "el carácter revisor" del orden
jurisdiccional administrativo. Por ello, la Administración autora de la actuación
administrativa impugnada es siempre parte pasivamente legitimada, no sólo en
este proceso especial, sino también en los demás procesos administrativos (art.
21.1.a LJCA).

La figura del codemandado que, al igual que la Administración demandada, es


parte principal, ha sido objeto de una nueva (y criticable) regulación por la LJCA.
En efecto, la anterior Ley jurisdiccional de 1956 distinguía entre dos figuras: el
codemandado y el coadyuvante; el primero, titular de un derecho subjetivo, era
parte principal, mientras que el segundo, titular de un mero interés, era parte
accesoria. Sin embargo, la vigente Ley procesal administrativa ha unificado
ambas figuras, a las que denomina de la misma manera (partes codemandadas),
tratándolas como partes principales en pie de igualdad con la Administración
demandada. No obstante, lo dispuesto en el citado precepto, no debería ser
posible equiparar a efectos procesales a dos sujetos que ostentan diferentes
títulos de legitimación desde el punto de vista del derecho material; si la igualdad
consiste en dar a cada uno lo suyo y no en tratar a todos por igual, de lege
ferenda debería volverse a distinguir entre el titular del derecho subjetivo (parte
principal desde el punto de vista de la legitimación pasiva) y el del interés legítimo
(parte coadyuvante subordinada a las principales).

COMPETENCIA

La Ley Jurisdiccional, a diferencia de lo que sucede en la LPL o en la LEC, se


inspira en el llamado "principio de la jerarquía del acto" para determinar el
Tribunal que, en primera o única instancia, ha de conocer del proceso. En virtud
del citado principio, conocerán de los litigios administrativos los Juzgados de lo
Contencioso-administrativo (o los Juzgados Centrales), las Salas de lo
Contencioso-administrativo de los TSJ, la Sala de lo Contencioso-administrativo
de la AN o la Sala Tercera del TS en función del rango del órgano administrativo
del que emana la actuación impugnada. De esta forma y, por regla general, las
actuaciones dictadas por el Consejo de Ministros son enjuiciadas por el TS, las
emanadas de los Ministros por la AN, las procedentes de las CCAA por los TSJ
y, finalmente, a nivel municipal, conocerán los Juzgados de lo Contencioso-
administrativo (LJCA).

La competencia territorial de los Juzgados y de los TSJ. En primer lugar, es


competente el Tribunal en cuya circunscripción tenga su sede la Administración
autora de la actuación impugnada. Las especialidades (que afectan a distintas
materias como las de personal, propiedades especiales, sanciones, inmuebles,
etc.).

Finalmente, la única mención que dedica la LJCA a la competencia en materia


de amparo lo es a la funcional; ello sucede en el art. 121.3 cuando establece que
"contra las Sentencias de los Juzgados de lo Contencioso-Administrativo
procederá la apelación en un solo efecto".

Contra las Sentencias dictadas en procesos de primera instancia en materia de


amparo cabe interponer recurso de apelación o de casación, en función del
Tribunal objetivamente competente. Así, contra las Sentencias dictadas por los
Juzgados de lo administrativo, cabe interponer apelación ante la Sala de lo
Contencioso-administrativo del TSJ; del mismo modo, contra las dictadas por los
Juzgados Centrales de lo Contencioso-administrativo, cabe apelación ante la
Sala de lo Contencioso-administrativo de la AN. Sin embargo, contra las
Sentencias dictadas por los TSJ y por la AN, sólo cabe interponer recurso de
casación ante la Sala 3ª del TS.
PROCEDIMIENTO

INICIACIÓN: EL ESCRITO DE INTERPOSICIÓN

El amparo administrativo comienza, de conformidad con las normas generales


previstas en la Ley Jurisdiccional, mediante un escrito (mal denominado "escrito
de interposición del recurso" cuando en puridad no es un recurso, sino un
proceso), en el que el actor ejercita su derecho de acción, no así la pretensión
(que la introducirá posteriormente mediante el escrito de demanda). En efecto,
el contenido del escrito de interposición se caracteriza por su brevedad, puesto
que, a través de él, el actor únicamente solicita la iniciación del proceso
administrativo, su admisión en él en calidad de parte demandante, e identifica a
la Administración autora de la actuación administrativa que impugna, así como
la actuación vulneradora del derecho fundamental.

 PLAZO PARA EL EJERCICIO DE LA ACCIÓN DE


AMPARO

Art. 115.1 LJCA regula dos plazos para el ejercicio de la acción de amparo: el
común y el especial.

El plazo común es de 10 días hábiles, el mes de agosto es hábil a estos efectos.


El plazo lo es de caducidad (es improrrogable) y el dies a quo del mismo
comienza a computarse a partir del día siguiente de la notificación del acto
(expreso), de la publicación de la disposición impugnada, del requerimiento para
el cese de la vía de hecho o del transcurso del plazo fijado para la resolución
(acto presunto).

Dicho plazo común tiene una especialidad (plazo especial) para los casos
relativos a las vías de hecho, sin requerimiento previo de cese, a la inactividad
administrativa o a la interposición del recurso administrativo potestativo de
reposición. En tales supuestos, el plazo de los 10 días comenzará a computarse
una vez transcurridos 20 días desde el inicio de la actuación administrativa en
vía de hecho, la reclamación o la presentación del recurso de reposición,
respectivamente.

 ESPECIALIDADES DEL CONTENIDO DEL ESCRITO DE


INTERPOSICIÓN

El escrito de interposición del amparo administrativo, además de reunir los


requisitos comunes (antes descritos), con los correspondientes documentos que
ha de acompañar el actor a dicho escrito, ha de expresar "con precisión y claridad
el derecho o derechos (fundamentales) cuya tutela se pretende y, de manera
concisa, los argumentos sustanciales que den fundamento al recurso" (art. 115.2
LJCA).
Esta especialidad opera como "filtro" que tendrá lugar en la posterior fase de
control judicial de la admisibilidad del amparo (art. 117 LJCA) y tiene por finalidad
evitar la fraudulenta utilización de este proceso especial y acelerado con fines
espurios. Consiguientemente, el demandante tiene la relevante carga procesal,
no sólo de identificar la actuación administrativa impugnada, sino de explicar las
razones por las que estima que ha vulnerado (o puede vulnerar) un derecho
fundamental.

 MEDIDAS CAUTELARES

Estas se encuentran previstas en los arts. 129 a 136 LJCA. El actor puede
solicitar en cualquier momento del proceso (o incluso antes de su iniciación) no
ya la suspensión de la ejecución del acto impugnado, sino la medida cautelar
que estima más adecuada para la correcta tutela de su concreta pretensión.

Las medidas cautelares, por lo general, se solicitan en el escrito de interposición


del recurso; de ahí que las incluyamos sistemáticamente en este lugar, y están
sometidas a los requisitos y presupuestos comunes, a los que nos remitimos
(sobre la tutela cautelar en el proceso civil, que rige con carácter supletorio, cfr.
los arts. 721 a 747 LEC).

 RECLAMACIÓN Y ENVÍO DEL EXPEDIENTE


ADMINISTRATIVO. EMPLAZAMIENTOS

En el mismo día de la presentación del escrito de interposición o en el día


siguiente, el Juzgado o Tribunal requerirá, con carácter urgente, a la
Administración autora de la actuación impugnada la remisión del expediente
administrativo. Dicho requerimiento, que produce para la Administración
demandada los efectos procesales del emplazamiento (art. 50.1 LJCA), irá
acompañado de la copia del escrito de interposición por el actor interpuesto, y la
Administración dispondrá de un plazo máximo de 5 días para cumplir con una
doble obligación:

Remitir el expediente completo. A la vista del expediente, emplazar a los titulares


de derechos subjetivos e intereses legítimos afectados por la iniciación del
proceso de amparo para que comparezcan ante el Tribunal competente en el
plazo de 5 días. Las partes codemandadas pueden personarse con posterioridad
a ese plazo, pero sin que se produzca la retroacción de la actuaciones ya
precluidas.

Si la Administración no remite el expediente administrativo en el plazo legalmente


previsto, el proceso no se suspende, sino que seguirá sin él su curso. Tan pronto
como el Tribunal reciba el expediente lo pondrá de manifiesto a las partes por
plazo de 48 horas para que aleguen lo que estimen oportuno y sin que se altere
el curso del procedimiento (art. 116.5).

Finalmente, la Administración demandada, al remitir el expediente, o los


codemandados, al comparecer, podrán solicitar la inadmisión del amparo y la
celebración de la comparecencia sobre la procedencia de este proceso especial,
cuando consideren que, del estudio del escrito de interposición y del expediente
administrativo, no existe la vulneración del derecho fundamental por el actor
invocado (art. 116.3 LJCA).

 FASE DE ADMISIÓN

El art. 117 LJCA regula la llamada fase de admisibilidad del proceso de amparo.
Conforme a lo dispuesto en la citada norma, el Tribunal competente, una vez
recibido el expediente (o precluido el plazo para su remisión) y, en el caso de
existir codemandados, vencido el plazo para su comparecencia, resolverá sobre
la admisibilidad del amparo.

Si el Tribunal admite el amparo, dictará auto ordenando seguir las actuaciones


legalmente previstas. Contra este auto sólo cabe interponer recurso de súplica
(art. 79 LJCA).

Si el Tribunal duda acerca de la viabilidad del amparo por el actor solicitado,


comunicará a las partes el motivo en que pudiera fundarse la inadmisión del
procedimiento y las citará a una comparecencia en la que se les oirá sobre su
procedencia. En el día siguiente, el Tribunal resolverá mediante Auto ordenando
el archivo del amparo o la continuación procedimental del mismo. Contra el Auto
de archivo cabe interponer recurso de apelación, si es dictado por un Juzgado
de lo Contencioso-administrativo; o recurso de casación, previa interposición del
recurso de súplica si quien lo ha resuelto es la Sala de lo Contencioso-
administrativo del TSJ o de la AN.

Como comentábamos al explicar el contenido del escrito de interposición, esta


fase persigue un control "prima facie" sobre la mínima existencia de visos de
prosperabilidad de la pretensión de amparo.

Con ella, la Ley Jurisdiccional pretende crear un filtro a través del cual sólo
consigan pasar los amparos que realmente lo sean y, por tanto, rechazar las
peticiones claramente infundadas. Sin embargo, para estos últimos supuestos la
LJCA sigue un sistema tímido de condena en costas (la temeridad o mala fe), en
lugar de establecer un sistema basado en el principio del vencimiento objetivo,
es decir, dicha resolución debería, además, condenar en costas al actor.

 ALEGACIONES Y PRUEBA

Tras la iniciación del proceso de amparo mediante el escrito de interposición,


reclamado y enviado el expediente administrativo (o precluido el plazo para su
remisión) y una vez superada la fase de admisión (con o sin la antes examinada
comparecencia), el art. 118 LJCA prevé la carga procesal del actor de formalizar
su escrito de demanda en el plazo de 8 días.

Existe dos momentos procesales, distintos y alejados en el tiempo, de los


escritos de iniciación del proceso (ejercicio del derecho de acción a través del
escrito de interposición) y de introducción de la pretensión (con la demanda). La
razón que provoca esta situación radica en la relevancia del expediente
administrativo; dicha importancia es debida a dos motivos: en primer lugar,
porque del estudio de expediente administrativo el actor podrá fundamentar, con
exhaustividad, los hechos de su pretensión; así podrá realizar mejor su escrito
de demanda tanto desde el punto de vista fáctico como jurídico. En segundo
lugar, y puesto que el expediente es un conjunto de documentos, también tiene
un evidente y relevante valor probatorio que, en unos casos, podrá alcanzar el
valor de documento público y, en otros, de documento oficial (categoría "a
caballo" entre el documento público y privado).

Tras la presentación de la demanda (de precluir el plazo para su interposición, el


Tribunal archivará el pleito), la Administración demandada y, en su caso, los
codemandados disponen de un plazo "común" de 8 días para formalizar sus
escritos de contestación a la demanda, con sus documentos (art. 119 LJCA).
Para ello, el Tribunal les dará traslado de la copia de la demanda interpuesta,
con sus documentos, y del expediente administrativo.

Respecto de la fase probatoria el art. 120 LJCA dispone: "Evacuado el trámite


de alegaciones o transcurrido el plazo para efectuarlas, el órgano jurisdiccional
decidirá en el siguiente día sobre el recibimiento a prueba... no será en ningún
caso superior a 20 días comunes para su proposición y práctica." Dicha norma
hace referencia a tres cuestiones:

1. que se resuelva el amparo sin que haya lugar a la fase de prueba si las
partes así lo solicitan en sus escritos de alegaciones (art. 57 LJCA).
2. cuando las partes deseen la apertura del procedimiento probatorio, así lo
han de solicitar en sus respectivos escritos de alegaciones e indicar los
hechos controvertidos objeto de la prueba (art. 60.1 LJCA). El Tribunal
tiene la facultad de acordar o no el recibimiento del proceso a prueba sólo
cuando considere que existen hechos controvertidos, pertinentes,
relevantes y útiles para la suerte del litigio, ordenará la apertura del
procedimiento probatorio.
3. el plazo legalmente previsto para que las partes propongan los medios de
prueba, el Tribunal resuelva admitir los que considere pertinentes y para
que éstos se practiquen es común: 20 días.

Otra de las consecuencias del carácter "urgente" de este proceso, estriba en


que, practicados, en su caso, los medios de prueba por el Tribunal admitidos, o
precluido el plazo antes citado, no habrá lugar a la fase de conclusiones o vista
(arts. 120 y 121.1 LJCA).

 SENTENCIA, MEDIOS DE IMPUGNACIÓN Y COSTAS

El art. 121 LJCA dedica tres apartados a regular, respectivamente, el plazo para
dictar Sentencia, las causas de la Sentencia estimatoria y al recurso de apelación
y sus efectos.

El plazo para resolver el amparo será de 5 días. Este plazo, que afecta a los
órganos judiciales, no es, sin embargo, una norma imperativa. El Tribunal no
resolverá, por tanto, en dicho plazo, sino "tan pronto como" pueda ser posible, a
la vista del volumen de asuntos pendientes (art. 67.2 LJCA).
La Sentencia que resuelva el proceso podrá tener el siguiente contenido: a)
inadmisión de la demanda por haberse infringido algún presupuesto procesal;
esta sonrojante posibilidad significa que es posible que el Juez, después de todo
un proceso, dicte una resolución absolutoria en la instancia, sin entrar, por tanto,
en el fondo del amparo; b) estimación o desestimación de la pretensión de
amparo en función de que se haya vulnerado o no un derecho fundamental.

Contra la Sentencia, ya sea de inadmisión o de fondo, cabe interponer recurso


de apelación "o de casación" dependiendo de que el juzgador de instancia sea
un Juzgado o un TSJ o AN, respectivamente.

Ambos recursos producirán un solo efecto, es decir, el actor favorecido por la


Sentencia estimatoria podrá solicitar la ejecución provisional de la misma. La
interposición del recurso no impedirá la ejecución provisional de la sentencia
recurrida (91.1 LJCA).

En materia de costas, es de aplicación las normas generales (art. 139): principio


de temeridad o mala fe en la primera instancia y del vencimiento en la apelación
o en la casación.

EL AMPARO ADMINISTRATIVO ESPECIAL DE TUTELA DEL


DERECHO DE REUNIÓN

INTRODUCCIÓN

El apartado primero del art. 21 CE consagra el derecho fundamental de reunión


pacífica y sin armas, y precisa que el ejercicio de este derecho no necesitará de
autorización previa. Sin embargo, cuando este derecho quiere ejercitarse en
"lugares de tránsito público" y en "manifestaciones", el 21.2 CE lo somete al
requisito de la comunicación previa a la autoridad "que sólo podrá prohibirlas
cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro
para personas o bienes", esto es, en este último supuesto el derecho de reunión
no es absoluto o ilimitado, pues requiere de una previa autorización de la
autoridad competente.

El desarrollo del art. 21 CE se lleva a cabo a través de la LO 9/1983 Reguladora


del Derecho de Reunión; bajo la rúbrica "De las reuniones en lugares de tránsito
público y manifestaciones" los arts. 8 a 10, regulan la forma, contenido y plazo
de la comunicación previa que han remitir los promotores a la autoridad
gubernativa; y los arts. 10 y 11 hacen referencia a los motivos en los que ha de
basarse la resolución que prohíbe o modifica la reunión o manifestación, a la
necesidad de motivar y notificar dicho acto y al control jurisdiccional del mismo.
EL ARTÍCULO 122 LJCA.

El citado art. 122 contiene las siguientes especialidades:

 El proceso se inicia mediante escrito de interposición, cuyo petitum se


limita a solicitar la revocación de la prohibición o de la modificación
propuesta por la autoridad gubernativa. El actor tiene, asimismo, la carga
de trasladar copia "debidamente registrada" de dicho escrito a la autoridad
gubernativa para que remita inmediatamente el expediente administrativo.
 El plazo para el ejercicio de la acción es de 48 horas siguientes a la
notificación del acto impugnado.
 El Tribunal competente es la Sala de lo Contencioso-Administrativo del
TSJ en cuya circunscripción tenga su sede la autoridad gubernativa
autora del acto impugnado.
 Una vez recibida la demanda, el Tribunal, en el plazo improrrogable de 4
días, citará al demandante, al representante legal de la Administración
demandada y al MF a una audiencia. Dicha audiencia se celebrará, tanto
si se ha remitido el expediente administrativo en tan breve período de
tiempo (en cuyo caso estará a disposición de las partes), como si no se
ha remitido o recibido el mismo. En la citada audiencia, el Tribunal oirá a
las partes y resolverá acto seguido.
 La resolución, que es irrecurrible, se limitará a confirmar la legalidad de la
actuación impugnada o a revocarla. Contra dicha Sentencia cabe
interponer recurso de amparo ante el TC.

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