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EL CONTRATO DE COMPRAVENTA EN EL

DERECHO ROMANO

CONCEPTO

La compraventa es un contrato consensual en virtud del cual el vendedor (venditor) se


obliga a transmitir la posesión legítima (habere licere) de una cosa-merx- mientras que el
comprador (emptor) se obliga a entregar un precio (pretium).

La compraventa no transmite ni la propiedad ni el precio sino que crea obligaciones en


cumplimiento de las cuales serán transmitidos una y otro.

La separación entre la obligación de transmitir la cosa y la transmisión misma.

ACCIONES EMPTI Y VENDITI recíprocamente correspondientes, según obre el comprador o el


vendedor.

ORIGEN: tiene lugar por las relaciones entre los comerciantes romanos y extranjeros, ante la
imposibilidad de estos últimos de adquirir el dominio ex iure quiritum, debían conformarse con la
entrega de la posesión legítima de la cosa y ser garantizados de su uso y goce pacífico.

Si la cosa se pierde por fuerza mayor v gr. muerte natural del esclavo o descomposición del vino,
el riesgo está a cargo del comprador (periculum est emptoris), quién debe pagar el precio.

PERICULUM EST EMPTORIS: la regla es un residuo de la originaria y recíproca independencia entre


las obligaciones de las dos partes o como sostiene Collinet de evitar al comerciante vendedor los
riesgos de la navegación.

Excepciones: acto de la autoridad que expropia la cosa o la coloca extra commercium.

STIPULATIO HABERE LICERE Y STIPULATIO DUPLAE

EVICCIÓN: rei vindicatio, vindicatio usufructus, vindicatio servitutis.

El hábito de fundir las garantías para la evicción y los vicios redhibitorios en la stipulatio duplae.
Respecto de las ventas de esclavos y animales, los ediles curules impusieron a los vendedores
declaraciones explícitas, y para el caso de que éstas resultarán falsas o los vicios no declarados,
dieron al comprador la opción por la acción redhibitoria o quanti minoris.

EMPTIO REI SPERATAE

ii.- PRECIO

DISCUSIÓN SABINIANOS (cualquier cosa como precio) – PROCULEYANOS (pecunia numerata)

CERTUM: el precio debe ser determinado, ya sea por circunstancias objetivamente seguras (el
precio por el cual el vendedor compro la cosa) o mediante el arbitrio de un tercero en el derecho
justinianeo.

JUSTO PRECIO: según los clásicos era para evitar el encubrimiento de una donación prohibida. En
el derecho justinianeo se estableció que el precio no podía ser inferior a la mitad del valor real de
la cosa, otorgándole al vendedor una acción de rescisión salvo que el comprador integre el precio
faltante.

En caso de venta de una res mancipi el vendedor no está obligado a realizar el acto solemne de
trasmisión (mancipatio o in iure cessio).

ARRAS: en un principio fueron receptadas como medios de prueba del contrato consensual y
posteriormente a partir de Justiniano se la considera dada como “super facienca emptione”,
reconociendo a las partes la posibilidad de desistir unilateralmente del pacto con la pérdida de las
arras (emptor) o con su restitución in duplum (venditor).

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