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LA AUTOCRACIA

CONCEPTO, DEFINICIONES Y CARACTERISTICAS

Dictadores, totalitarismo, autoritarismos, tiranías, son nombres que se utilizan para


identificar a tipos de Regímenes no democráticos. Todos ellos presentan como característica
central el ejercicio arbitrario del Poder y la no participación de la Sociedad civil en la vida política.
Sin embargo, cada uno de ellos presenta rasgos típicos que los diferencian entre sí.

Sigue vigente ola definición del autoritarismo elaborada en 1964 por el profesor español
Juan Linz:

“Es un Sistema político con un pluralismo limitado y no responsable, sin una ideología
elaborada y directa, carentes de movilización política intensa y en los que un líder ejerce el Poder
dentro de los límites mal definidos”

De esta definición se pueden enumerar una serie de características generales de estos


Regímenes:

1) Los autoritarismos no reconocen autonomía ni independencia a la comunidad política. No le


permite dotarse de organizaciones surgidas desde su interior que representen sus intereses y
sus derechos. Se utilizan mecanismos represivos para desorganizarlos. Se prohíben o
suspenden las instituciones y organizaciones con las que cuenta la Sociedad para canalizar sus
demandas.
2) Otro rasgo es la ausencia de garantías reales para el ejercicio de los derechos políticos, civiles
y sociales. Se ven afectados el derecho de asociación, la libertad de prensa, la libertad de
información, etc.
3) El Gobierno autoritario no es responsable frente a la Sociedad Civil. No está sometido a
ningún control a partir del voto de la ciudadanía, dado que las elecciones libres y limpias son
suspendidas. Se retacea los con troles constitucionales.
4) Otro aspecto es la personalización del Poder, generalmente concentrado en un líder
carismático. Se suprime la independencia y la separación de los tres poderes.
5) Se recurre a una serie de conceptos caros a los sentimientos del pueblo, como los conceptos
de Nación, Patria, Raza, Orden, etc., en nombre de los cuales justifican su accionar.
6) Suele ocurrir que estos Regímenes combinan algún apoyo en un grupo o una institución
determinada como el Ejército, la Iglesia o algún Sindicato. Pero es muy limitado ya que son
grupos que no pueden competir por el Poder.

Giovanni Sartori prefiere usar el término “dictadura” para referirse a estas formas no
democráticas y las define como “Gobiernos no democráticos, no constitucionales y generalmente
violentos ya que toman el Poder por la fuerzan sin respetar las reglas de sucesión y utilizan
medios coercitivos para mantener la dictadura”.
Según este autor son gobiernos que se caracterizan por la fuerza y la violencia que son
utilizados para tomar el Poder, ya que lo hacen sin respetar las reglas constitucionales para
adquirir autoridad. Por otro lado, la violencia se ejerce durante la mantención del Poder, ya que
sus actos no se someten a ningún tipo de control y freno. El dictador se coloca por encima de la
constitución y generalmente hace la ley a su antojo.

Esto implica que el ejercicio del Poder está fuertemente centralizado, personalizado y
discrecionalizado.

Agrega Sartori que estos Regímenes constituyen una amplia zona. Así señala que “la
formade las dictaduras es riquísima, creciente y está clasificada sin criterios”. Con la finalidad de
ordenar esta “fauna” elabora una sistematización en base a cuatro criterios: intensidad, finalidad,
origen e ideología.

Represión, arbitrariedad,
Autoritarias
intolerancia y violencia leve
Según la Intensidad
Fuerte y concentrada
Totalitarias
represión y violencia

Cambio de Regímenes (Ej. Del


Revolucionarios
capitalismo al comunismo)
Son paternalistas y
De Orden conservadoras. Mantienen el
Según la finalidad statu quo. Evitan el cambio.
Pedagógicas Preparan a la Sociedad para el
ingreso a la vida democrática.
De Desarrollo Pretenden transformaciones
económicas.

Provienen de una fracción de


la clase política. Se perpetúan
Políticas
sin respetar las reglas de
sucesión.
Provienen de las Fuerzas
Según el Origen Militares
Armadas.
Burocráticas Pertenecen a grupos de
funcionarios administrativos,
concentran las funciones del
Gobierno.

No tienen ideología ni
Pragmáticos fundamentos. Carecen de
legitimación.
Según la Ideología Tienen ideología determinante
Ideológicos propiamente para legitimar el Régimen –
dichos Determinan enemigos y fuerte
represión.
Juan Linz propone otra clasificación de los Regímenes de acuerdo con tres aspectos:

1) El grado de pluralismo político, o sea, si es aceptado el disenso, la tolerancia, la libertad de


opinión.
2) El grado de participación real de la población.
3) El grado de ideologización, es decir, la presencia o no de ideologías en la población civil o
solamente de simples actitudes mentales.

ANALISIS DE LOS DISTINTOS TIPOS DE REGIMENES AUTORITARIOS

De las distintas clasificaciones que se han elaborado, preferimos simplemente enumerar a cada
uno de los Regímenes no democráticos que existieron y que existen, explicando en cada caso sus
principales características.

A) Régimen totalitario

Estos Regímenes se distinguen por las siguientes características: 1) Tienen una ideología
desarrollada y muy articulada que se encuentra en la comunidad política y en todas las
normas y estructuras de autoridad del Régimen. 2) Un partido único muy desarrollado que
mantiene a la Sociedad en permanente movilización continúa. 3) Todo el Poder en manos de
un individuo o de un pequeño grupo que no es responsable frente a los demás. 4)
Subordinación de los militares. 5) Prácticas de terror y represión no solamente frente a los
opositores sino también ante los miembros de la elite, para evitar deserciones o traiciones.

Con base en esta configuración de características, se incluyen a este tipo el nazismo y el


comunismo soviético. Se puede agregar Vietnam del Norte, Corea del Norte y los demás
regímenes comunistas de Europa Central hasta la caída del Muro de Berlín.

Cabe acotar que en este tipo de Régimen fue esencial la subordinación de las Fuerzas
Armadas. Mao-Tse-Tung señalaba que “el Poder sale del cañón del fusil, pero es el partido el
que controla el fusil”. Al respecto, es interesante notar que Hitler, sabedor de que no podía
contar con la obediencia absoluta de sus Generales, decidió desde el inicio crear un cuerpo
militar específico (la S.S.). En cambio, el fascismo italiano no pudo estructurar algo similar y
es por eso que las Fuerzas Armadas junto con la Iglesia fueron las organizaciones que
impedirían al fascismo llegar al camino totalitario.

Es importante destacar la enorme relevancia para el mantenimiento del poder totalitario, el


monopolio estatal de los medios de comunicación. De Goebbles a Stalin, los regímenes
totalitarios estuvieron conscientes de que para frenar el nacimiento de algún tipo de
oposición era indispensable impedir la difusión autónoma de la información a la Sociedad.
Cualquier tipo de comunicación no controlada podía producir “verdades” alternativas que
alteraban al Régimen.
B) Régimen post-totalitario

J. Linz y A. Stefan proponen clasificar un rubro separado a una serie de Regímenes totalitarios
que tienen procesos de cambios que permiten analizarlos en particular. Así es que definen
tres subcategorías en base a un post-totalitarismo.

El post-totalitarismo inicial son regímenes que iniciaron un proceso de cambio. Así, se observa
que el liderazgo ya no es carismático porque el fundador del Régimen no está, sino que se
transformó en un liderazgo burocrático y a menudo colegiado. Pero todavía los grupos
sociales no tienen autonomía. Sirve como ejemplo, Corea del Norte.

En el post-totalitarismo congelado hay más transformaciones que llevan a la tolerancia de


algunas actividades de la Sociedad Civil, que se traducen en la aparición de grupos y
asociaciones. Sin embargo, se mantienen los mecanismos de control. Podemos colocar aquí a
la China actual.

Finalmente, está el post-totalitarismo maduro. Se pone en discusión el papel del partido como
componente crucial del Régimen. La ideología se volvió tan repetitiva que ahora aparece
irrelevante. La movilización se ha replegado y se la nota agotada. Empieza a tolerarse el
pluralismo social pero igual no encuentra salidas políticas. Es el momento en que el partido
único, por diversas razones, decide medir su poder con otras fuerzas políticas y sociales, una
especie de transición al cambio. Puede ser el caso de la situación presente en Cuba.

C) Autoritarismos tradicionales

El término tradicional hace referencia al carácter no moderno de la Sociedad. La obediencia


está dada por las costumbres y la creencia en las tradiciones. En general, en este tipo de
regímenes, el poder está en manos de un individuo que puede tomar la forma de príncipe,
sultán, señor feudal, caudillo, cacique o de un grupo oligárquico. La participación
prácticamente no está permitida y suele no existir los partidos políticos, las corporaciones y
los grupos de interés.

Existen dos subgrupos: las democracias oligárquicas y los regímenes sultanistas.

Las democracias oligárquicas son regímenes que se encuentran a mitad de camino entre una
burocracia moderna y un régimen tradicional. El elemento que se mantiene es el de los
valores tradiciones junto a la fuerte presencia de instituciones como la Iglesia.

La participación y los derechos políticos están restringidos a un grupo de la población,


generalmente determinado por su poder económico. Dentro de este subgrupo se ubican los
regímenes de principio del siglo XX de América Latina.

En el segundo subgrupo se encuentran los llamados regímenes sultanistas. Es cierto que


existieron diversos autoritarismos de este tipo que han desaparecido pero aún sobreviven
algunos. Así, se explican ejemplos históricos diferentes pero todos más o menos recientes,
como Haití bajo los Duvalier (padre e hijo), la República Dominicana bajo Trujillo, la República
Centroafricana de Bokassa, Filipinas bajo Marcos, el Irán del Sha y la Rumania de Ceauseseu. A
estos casos se puede añadir la Cuba de Fulgencio Batista, la Uganda de Idi Amin, la Nicaragua
de Somoza, el Zaire de Mobutu y el Irak de Saddam Hussein que era un sultanismo reforzado
por la fuerte presencia de la organización del partido Ba’ath.

Los autoritarismos de tipo sultanista no tienen ninguna ideología elaborada y coherente. Son
las ideas del líder, a veces recopiladas en libros, las que definen los límites de aceptabilidad de
las posiciones políticas del régimen. No requieren ninguna forma de movilización de los
súbditos. Destruyen cualquier pluralismo existente antes de la conquista del Poder por parte
del “sultán”, de su familia y de su reducido número de colaboradores. Los regímenes
sultanistas borran las diferencias entre lo público y lo privado, ya que todo concierne a la
esfera del líder.

Tampoco habrá períodos de transición hacia la Democracia, ya que en general los regímenes
llegan a su finalización con la desaparición del sultán, que puede ocurrir por muerte natural o
por asesinato o bien, si las Fuerzas Armadas son más fuertes que las milicias del líder y
producen un golpe de estado militar.

D) Estalinismo Orgánico

Juan Linz llama de esta forma a los regímenes autoritarios que tienen la particularidad de una
mayor participación de la población pero controlada desde el Estado a través de estructuras
orgánicas, se adoptan ideologías corporativistas que sostienen la necesidad de la organización
de la Sociedad civil desde el Estado y rechazan las concepciones liberales de la Democracia y
la competencia política. También rechazan a las ideologías marxistas. Hay una presencia
activa de un partido único o, en algunos casos, de un partido predominante que busca la
movilización de la Sociedad civil para lograr la adhesión al régimen. El líder juega un rol
central en la vida política y es el que despierta la adhesión de las masas. Ejemplos de este tipo
de régimen es el Estado Novo de Portugal, la España franquista; el Brasil bajo el Gobierno de
Getulio Vargas; la Argentina de Domingo Perón y el México de Lázaro Cárdenas.

E) Regímenes autoritarios de movilización fascista

Son aquellos que se caracterizan por una alta participación pero exenta de pluralismo, en los
cuales una fuerte ideología y un partido único desempeñan un rol importante en la
movilización de las masas. Además existe exclusión y represión con aquellos que no
concuerdan con los principios ideológicos del régimen. El ejemplo típico es el régimen fascista
italiano.

F) Regímenes autoritarios de movilización post-independencia

Surgen como resultado de la independencia colonial o de la independencia de la dominación


de potencias extranjeras. Se caracterizan por la aparición de un partido único, por un
liderazgo nacionalista con un poder carismático. Las ideologías son ambiguas, la participación
es limitada y no hay funciones paramilitares típicas de los regímenes fascistas. El partido suele
transformarse en una organización solidaria entre sus integrantes a través de la distribución
de recompensas materiales. Muchos regímenes africanos entran en esta categoría.

G) Democracias raciales

Deben su definición al hecho de que la participación, el disenso, los derechos políticos, están
limitados a un reducido grupo de la población ye este grupo generalmente está definido en
términos raciales. En contraposición, la mayoría de la población está excluida de los derechos
políticos y se gobierna en forma autoritaria. Un ejemplo típico de esta categoría lo constituía
el caso de Sudáfrica.

H) Gobiernos militares

El perfil de la mayoría de los regímenes autoritarios que aparecieron en la segunda posguerra,


y no sólo en América Latina, está marcado por la presencia de las organizaciones militares.

Samuel Huntington definió como “pretorianismo” el fenómeno de la intervención de los


militares en la política (haciendo referencia a los pretores que en la periferia de la Roma
imperial se sublevaban logrando que su comandante se volviera Emperador) y determinó tres
fases específicas del fenómeno militar.

El pretorianismo oligárquico existe cuando la participación política se limita a camarillas. En


estos casos los oficiales intervienen en la esfera política ante un desorden social. Buscan
adquirir algún privilegio en sus carreras. Algunos de ellos ingresan al Gobierno compartiendo
el Poder con civiles políticamente afines, pero por un tiempo limitado. El nivel de violencia es
bajo, ya que los sectores políticos no están organizados y carecen de la posibilidad de lograr
movilizaciones.

El pretorianismo radical se da cuando los militares intervienen con el apoyo de las clases
medias y generalmente se enfrentan ante otros sectores que a su vez son apoyados por las
clases populares. Son militares alentados por esas clases medias que tienen deseos que sus
intereses sean protegidos. Por su parte, los oficiales comparten los objetivos generales de las
clases medias porque ellos también entraron a formar parte de las mismas, en términos de
condición socioeconómica, estilos de vida y aspiraciones. En este pretorianismo los gobiernos
militares duran el tiempo suficiente para preparar las elecciones generales o bien para enfriar
la temperatura política, tal vez excluyendo de la competencia electoral a las fuerzas políticas
más vistas. El nivel de violencia puede volverse elevado sólo si el partido depuesto de las
clases medias se opone al golpe y moviliza a sus seguidores.

Finalmente existe un pretorianismo masivo cuando la intervención de los militares va dirigida


a bloquear preventivamente el acceso al Gobierno de los representantes de las masas
populares o bien, con más frecuencia a excluirlos del Gobiernosi ya están en sus cargos,
acusándolos de ser responsables de las tensiones y de los conflictos sociales. Esto se traduce
en Gobiernos militares de duración nada breve, ya que la construcción de un sistema político
totalmente diferente, requiere un elevado costo de tiempo y recursos. El nivel de violencia
puede volverse muy elevado si el partido de las clases populares decide resistir oponiendo la
fuerza numérica a la de las armas.

La duración de los gobiernos militares depended de la confianza que la organización militar


deposita en sus capacidades de Gobierno y de la convicción de que su integridad organizativa
no se vea comprometida por el difícil arte de gobernar y de la riesgosa tarea de reprimir.

En la mayoría de los casos los militares terminan de desligarse de la esfera política sin poder
cumplir con sus objetivos trazados. Por lo general los procesos militares sufren hechos
traumáticos que aceleran su alejamiento.

Históricamente han sido tres las formas que obligan a los militares a irse del Poder.

La primera de ellas es la derrota militar o política. Es el caso de junta griega en 1974 a


consecuencia del desesperado y fallido intento de anexión de Chipre realizado para borrar los
desastres en la gestión nacional. También el caso de los militares argentinos en 1982 que
buscaban una victoria de prestigio en la guerra contra Gran Bretaña para conquistar las Islas
Malvinas. También es el caso de deslegitimación electoral, como en Chile en 1988, tras el
referendo popular impulsado por Pinochet para obtener legitimación a la continuación de su
opresiva presidencia.

La segunda forma es por propia voluntad ante la hostilidad creciente de la Sociedad, pero
negociado (como en Uruguay en 1985) o por repetidos pactos (como en Tailandia) o por
posiciones de fuerza (como en Brasil en 1982).

La tercera forma es por un golpe en el golpe. Se produce con la sustitución de los oficiales
“intervencionistas” por oficiales “constitucionalistas” que se comprometen a restituir el
Poder a los políticos, como en Perú después de 1974 o de Nigeria en los años setenta,
ochenta y noventa. En estos casos, se negociaba la impunidad y la obtención de algunos
privilegios.

En el período que va de 1945 a 2000 ocurrieron golpes de Estado militares en muchas partes
del mundo (América Latina, África, Medio Oriente y Asia). Se establecieron Gobiernos
militares de diverso tipo y de diversa composición. En algunos países árabes, los militares
constituyen por lo menos, desde hace cincuenta años parte integral de la coalición
gubernamental, con fuertes componentes sultanistas. Por ejemplo en Irak hasta 2003, Siria,
Egipto y Libia. En América Latina se verificaron intentos de construir e institucionalizar
verdaderos sistemas militares. Fue el caso de Argentina, Brasil, Chile y Perú.

I) Regímenes burocráticos-autoritarios

Los intentos en América Latina de construir sistemas militares, llevó a Guillermo O’Donnell a
teorizar sobre el nacimiento de una nueva categoría de gobiernos autoritarios. Los llamó
“burocráticos - autoritarios”. Las características principales serán las siguientes: 1) base social
representada por una burguesía oligopólica y trasnacional, 2) los militares tienen un papel
decisivo en el manejo de la coerción, 3) los sectores populares son excluidos, 4) las
instituciones democráticas y los derechos de los ciudadanos prácticamente son liquidados, 5)
el sistema capitalista refuerza las desigualdades en la distribución de la riqueza, 6) la
estructura productiva es transnacionalizada, 7) los canales de representación están cerrados
para los sectores populares y los intereses de clase sirven para las Fuerzas Armadas y a las
grandes empresas oligopólicas.

Sin embargo esta categoría ha sido criticada por varios autores. En efecto, se considera a este
tipo de régimen ya agotado porque solo resulta aplicable casi exclusivamente para fotografiar
una etapa específica de la aparición de los regímenes autoritarios en un área geográfica
determinada.

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