"Queremos que el nombre de Caudete,
sea conocido , respetado y hasta admirado"
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Fachado del Santuario Virgen de Gracia
en su estado actual
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Cuenco Eneolítico. Cueva Santa
Caudete está situado al Noroeste de la
provincia de Alicante, o, al Sureste de
la de Albacete según se mire, en el
interior del triángulo que forman las
poblaciones de Yecla, Almansa y
Villena. Localidad de frontera,
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perteneció a las coronas de Aragón y
Castilla durante la conquista cristiana,
pero tras el definitivo reajuste fronterizo
medieval, junto con todas las otras
localidades del Vinalopó, pasó a formar
parte de la marca meridional de la
Corona catalano-aragonesa. En el
Reino de Valencia vivió un puñado de
siglos gozando de los privilegios
otorgados en condición de su
pertenencia al selecto grupo de villas
reales. Más tarde, en la guerra de
Sucesión de comienzos del XVIII, la
villa fue arrancada de forma arbitraria
de su matriz valenciana y destinada al
reino de Murcia, donde permaneció
cerca de un siglo hasta su inclusión
definitiva en la provincia de Albacete.
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Jesús Sánchez Díaz, "El Ideal" 1929
arrancada de forma arbitraria de su
matriz valenciana y destinada al reino
de Murcia, donde permaneció cerca de
un siglo hasta su inclusión definitiva en
la provincia de Albacete.
Dicen algunos investigadores
que Caudete viene de Caput Aquae
que significa Cabeza de agua, o sea, la
cabecera de una cuenca hidrográfica.
No es de extrañar que debido a la
riqueza acuífera de la zona, existan
desde tiempos prehistóricos abundan­
tes y diversos asentamientos humanos
según prueban los restos arqueológi­
cos. Probablemente, los íberos vieron
brotar el agua en el nacimiento de
Bogarra, al pie de la Sierra Oliva, que
kilómetros abajo desaguaba en el río
Vinalopó. Aquellos pueblos prehistóri­
cos cultivaron amplios y despejados
mantos de tierra aluvial y enterraron a
sus muertos en necrópolis cercanas a
sus viviendas. Algunas de las
esculturas, estelas protectoras de sus
Costa Blanca
tumbas, se encuentran hoy alojadas en
museos cercanos avivando la
curiosidad de los visitantes por conocer
su lugar de origen. Es el caso de la
Cierva, la Cabeza de Toro, y otros
fragmentos de animales herbívoros
que se pueden contemplaren el Museo
Arqueológico de Albacete. Menos
alejada de su territorio natal se
conserva la Dama de Caudete, en las
salas de exposición del interesante
Museo "José María Soler" de Villena.
Precisamente, uno de los proyectos
culturales ansiado por muchos
caudetanos es la creación de un
espacio museístico que conserve y
promocione el rico inventario de un
conjunto de piezas halladas en el
término, donadas por un particular al
Ayuntamiento, por lo que pensamos
que en breve se creará, al menos, una
colección museográfica que podrá
añadirse a la lista de bienes culturales
que integran el patrimonio de la
localidad.
Además del legado arqueológico
existen otros de gran contenido
simbólico para la población. Es el caso
de la fortaleza medieval, situada detrás
de la Iglesia Parroquial de Santa
Catalina, inexplicablemente ignorada
por la castellología y las vecinas "rutas"
de los castillos del Vinalopó. Del
edificio, aunque desmanteladas sus
torres internas, se puede contemplar
todavía largos trechos de muralla
alamborada, genuinos merones y una
amplia panorámica comarcana.
Recomiendo al visitante que de un
paseo por su perímetro y observe las
almenas, algunas de las cuales
sobresalen por encima de las casas
que se fueron adosando a los muros.
Posiblemente la mejor perspectiva la
obtendrá desde el lado sur, el mejor
conservado. Recientemente el
Consistorio ha difundido en los medios
de comunicación que piensa llevar a
cabo un proyecto de restauración.
Esperemos que cuaje el propósito y el
monumento ocupe el lugar merecido.
A levante del Castillo, en una
recogida plaza, se encuentra el templo
de Santa Catalina, una construcción
cuyo origen arranca del siglo XV y que
fue reformada y ampliada en épocas
posteriores. Su campanario, de
principios del XVI y tan afín a otros
vecinos valencianos, no deja de
recordarnos cual es su partida de
nacimiento y por si fuera poco, los
lados de la nave principal se hallan
flanqueados por pétreos escudos
cuatribarrados. Cuando cruzamos la
Plaza de la Iglesia nos sorprende la
Lonja porticada situada debajo de la
antigua Sala de la Villa, actualmente
lugar de celebración periódica de los
plenos municipales. Es un edificio
sencillo del siglo XVII, decorado en la
fachada principal con el blasón de la Villa.
Destacan sus cinco balcones y los seis arcos
de la Lonja. A la salida de ésta avanzando por
la calle Mayor, donde pueden admirarse
algunas casas con balcones de hierro de forja
y escudos heráldicos, se llega a otra plaza
donde se ubica la Iglesia del Carmen. Este
templo tiene su origen en el siglo XVIII y a su
lado, en la calle del Molino, se encuentra el
convento de San José erigido en el siglo XV.
Su trazado arquitectónico alberga en el
Interior un claustro con patio central, rodeado
de columnas sencillas que recuerdan el estilo
dórico y arcos de medio punto. Tanto o más
que a estas Iglesias, existe otro edificio
religioso a las afueras del casco urbano al que
la población profesa un gran fervor. Se trata
del Santuario de Nuestra Señora de Gracia
que guarda las Imágenes de la Virgen de
Gracia y de San Blas, patrones de la localidad.
Su historia se remonta al siglo XV, aunque la
mayor ampliación se hizo en el siglo XVIII. De
la visita que se puede realizar recomendamos
en esta ocasión un recorrido pictórico que
comprende los frescos de la fachada
principal, realizados por el pintor alcoyano
Adrián Espí Carbonell en 1907, y los seis
cuadros al óleo del pintor local recientemente
fallecido, José Perezgil, Hijo Ilustre de la Villa
de Caudete y Adoptivo de Alicante, situados
en las naves laterales del interior del
santuario. En ambos casos las escenas
narran la historia de la aparición de las
sagradas Imágenes. No se debe olvidar
después de realizar este recorrido y
contemplar los elementos arquitectónicos y
decorativos del edificio, la visita a la
"Colección museográfica" que, entre otras
cosas de Interés, contiene un ¡cono del siglo
XV con la Imagen de San Martín, atribuido a
Joán Reixac, así como una serle de
elementos arquitectónicos de la época
romana - ladrillos de adobe de forma circular-
que confirman junto al resto de los hallazgos
cerámicos y numismáticos hallados en las
inmediaciones del lugar, la existencia de una
villa romana, primicia que ofrecemos en esta
ocasión a los lectores. Lo curioso de estas
piezas circulares de adobe es que tradicional
mente se ha interpretado como quesos
convertidos en piedras, según la famosa
Leyenda de los Quesos.
No muy lejos del santuario, a unos dos
kilómetros, junto al camino del Balsazo se
erige la Torre de Bogarra, una construcción de
Inequívoco origen musulmán. Aunque
desmochada, conserva el interés de su
Inusual planta hexagonal ejecutada con la
conocida técnica del tapial con argamasa de
cal, tan común en otras construcciones moras
del Vinalopó. En las prospecciones superficia­
les efectuadas sobre el terreno se encontra­
ron fragmentos de cerámica de época
almohade y cristiana que, añadidos a los
restos de muros de casas, ha llevado a
algunos Investigadores a pensar que se trata
de un despoblado o alquería. Otra construc­
ción de gran Interés relacionada con la
anterior es el mencionado Nacimiento de
Bogarra que canalizaba, mediante conductos
subterráneos, parte de su agua hacia la
huerta de la mencionada alquería.
De gran belleza es la Iglesia de San
Francisco de Asís y la Plaza de Toros Las
Arenas que forman parte del Barrio de San
Francisco. Caudete heredó este conjunto
arquitectónico de su hijo Francisco Albalat,
Conde de San Carlos, artífice de las obras que
se llevaron a cabo a partir de 1901. Las
viviendas del barrio, construidas para
jornaleros, se distribuyeron en manzanas
rectangulares y se adornaron al Igual que el
resto de las obras del Barrio con elementos -
arcos apuntados y ladrillos de fábrica en las
fachadas - que recuerdan el estilo mudéjar
retomado por las corrientes arquitectónicas
del Modernismo. Actualmente la mayoría
están transformadas por lo que se ha perdido
en parte la armonía y la estética característica
del conjunto. Sin embargo, no ocurre lo mismo
con la Iglesia y con el coso taurino, que a
pesar de haber sufrido remodelaciones y
derribos, las recientes obras de restauración
les han devuelto el esplendor del pasado. La
primera se construyó en 1907, destacando en
ella algunos elementos como la cúpula y la
profusión decorativa de la fachada. En su
Interior se conservan un solideo del Papa Pío
X y las tumbas donde reposan los restos del
Conde de San Carlos y su esposa, La
Baronesa de Caix. De nuevo se nos presenta
la ocasión de ver frescos en las paredes
laterales, esta vez alusivos a la vida de San
Francisco de Asís y realizados en 1962 por
otro pintor local, Pedro Torres Cotarelo.
Hemos oído decir a nuestros abuelos
que la monumental Plaza de Toros era una de
las mejores de su época. Se inauguró en 1910
y quedó Inutilizada durante la posguerra
convirtiéndose paulatinamente en ruinas,
hasta que en 1986 el Ayuntamiento la adquirió
para reconstruirla. Actualmente se conserva
en buen estado y se utiliza para actos taurinos
y otros culturales relacionados con las fiestas
de Moros y Cristianos. Es una Impresionante
obra realizada con ladrillo macizo y muros de
mampostería, adornada con pilastras y arcos
de herradura decorados con dovelas de
piedra bicolor que consigue un efecto
armónico en la fachada, emparentada con las
resto del conjunto de San Francisco. Al norte
de ese monumento, a un kilómetro de
distancia aproximadamente, se localiza la
finca denominada El Paso o La Corbeillana,
nombre este último que hace referencia a la
ciudad francesa de Corbie. Fue la última obra
de Albalat, acabada en 1912. Consta de
tierras de labor y una vivienda rectangular con
patio y bodega trasera. Destaca en el Interior
de la casa la gran riqueza decorativa de
Inspiración árabe y las vidrieras con temas
religiosos decorados con aires modernistas
neomudéjar. Debido al abandono sufrido tras
la muerte de sus antiguos propietarios, el
edificio presenta una imagen decadente sin
que ello le reste majestad. Este hecho ha
suscitado en algunos alcaldes plantear su
posible compra y posterior restauración, dado
el Interés del inmueble que en definitiva forma
parte del Patrimonio Histórico y Cultural de
Caudete.
No muy lejos de esta hacienda, a
escasos kilómetros al norte del casco urbano,
se localiza el Palacio Episcopal, en el
denominado paraje de Capuchinos, nombre
que debe al desaparecido convento de la
Concepción de frailes Menores Capuchinos,
construido en el siglo XVII. Con motivo de la
Desamortización de Mendizábal el convento
quedó desmantelado. No obstante, hoy en día
puede verse en la Plaza de la Iglesia del
Carmen una fuente de mármol blanco que
perteneció al jardín conventual. Del mismo
siglo data la construcción del citado Palacio,
edificado como residencia veraniega de los
obispos de Orihuela y su séquito. En el siglo
39 Costa Blanca turismo
XVIII se amplió hasta convertirse en una gran
mansión de la que todavía quedan huellas de
su suntuosidad.
No menos Importante que el patrimonio
arquitectónico es el legado natural. Montes
discretamente poblados por matorrales en
sus vertientes de mediodía se tornan en
umbrosas pinedas y oscuras dehesas de
carrascal en el lado opuesto. Desde la cima
más alta, la Sierra Oliva o Santa Barbara, hoy
amenazada por la Instalación de una central
eólica, se puede observar una panorámica
global del término, dividido en valles
separados por las estribaciones montañosas
de la Sierra del Cuchillo y la Sierra Lácera.
Estas montañas ofrecen al visitante rutas
Interesantes que permiten conocer los
yacimientos arqueológicos, la vegetación, las
costumbres y el paisaje en una zona de
transición entre el mundo mediterráneo y el
manchego. En ellas se practican actividades
de escalada y senderismo, siendo mundial
mente conocidas las prácticas y competicio­
nes de vuelo con parapente y ala delta en la
Sierra de Santa Barbara, desde donde se
arrojan al vacío centenares de atrevidos
muchachos con sus abigarrados equipos.
Pero esta sierra ofrece muchas más
posibilidades relacionadas con el senderis­
mo, la tradición y la cultura. La senda que
nace de la vereda de Santa Ana y sube por la
cara sur es una de las rutas más transitadas,
puesto que una romería recorre cada año, el
día 1 de mayo, hasta llegara la cumbre, lugar
donde se celebra una misa delante de la
ermita de Santa Barbara. Otro trazado muy
utilizado es el de la cara norte, a donde se
puede llegar por la misma vereda y el Camino
de los Molinos, o bien, por el Collado. Ambos
ramales rodean la sierra por su lado
septentrional y conducen a la cima ofrecién­
donos la oportunidad de ver, a pocos metros la
parte más alta, la fuente de la Tinajica y un
pozo de nieve citado ya en los documentos del
siglo XVIII.
En realidad esto es un bosquejo de la
dilatada historia de esta antigua villa del Reino
de Valencia, que esperamos que los lectores
se animen a conocer a su paso por la zona.
Plaza de Toros "Las Arenas". Año 1910
Muralla sur del Castillo de Caudete