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40 RESIDENCIA DE TRADUCCION
- ·Traductorado en Francés
I.E.S. en Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández"
I LingUistica de la enunciaci6n, pragmálicn, análisis del discurso, leoria del signo. descripcióu- de textos o de
de poder trabajar en ese campQ sin par:ticipar en la "operación de salvataje del sujeto" que
denunciaba"P. Kuentz (1 972) hace diez años"
-1-
} El locutor illh:m:iuIIJlJ dt: 111 pnlgnllilic.... que c/llculll cSlmh:gills en c1mnfco c..h.: 111 inlcfacciólI collllluiCJICiollll1
~ --cf. GnIHig (1979}-. tiene UD estatulo a menudo ambiguo con respecto a esta cuestión de la relación explicita
Il eu el e.xlerior de la liu.gtiistica : es claro que implica ciertas collcepciones filosóficas , .ps icológicas,
soc io lógíCDS del sujeto)' la s rel:.cioucs iulcrindividuaJes, pero como estas vun en el sellado de las evidencias
experimentadas por los sujetos hnblautes., pueden wtegrarse fácilmente a las descripciones lingüísticas Slu
ten er necesariamente que simular lo que sou -elecciones teóriCAS e:\1rnliugOisticas-. pero bajo la apariencia oe
neutralidad teórica propia del buco sentido. Por el cootrorio, toda referencia a teorías DO s u~jet.ivas del sujeto
y el habla, necesariamente explicitas en el sen tido eu que estas van -"provecacioncs te6ricas"- contra las
evidencias narcisistas de los sujetos hablantes, se la acusará fácilmente de ahogar o des truir el objeto
lingüístico en Jo no lingUistico.
2
1.1. Como es sabido, el "dialogismo" del circulo Bajtin no se centra en el cara a cara
co nversacional del diálogo, sino que constituye una teona de la t/.!alogización inter,!_~ d..~L
discurso, a través de una reflexión multiforme, semiótica y literaria. Inevitabl~mente, las
palabras 'son siempre "las palabras de los otros": esta intuición recorre los análisis del
plurilingüismo y de los juegos de fronteras constitutivos de las "hablas sociales", de las
formas lingüisticas y discursivas de la hibridación, y de la bivocalidad, cada uno de los
cuales permite la representación en discurso del discurso de otro, de los géneros literarios
que manifiestan una "conciencia galileana del lenguaje", risa carnavalesca, novela
polifónica'.
"So lo el Adán mltlco que abordó con s u primera palabra un mundo aún no
cuestionado', hubiese podido producir un discurso sustraído de lo ya dicho del habla de
otro. Ninguna palabra es 'neutra', sino que se encuentra inevitablemente ' cargada' ,
'ocupada' , 'habitada' , . atravesada' por los discursos en los que 'vivió su existencia
socialmente determinada· ... Lo que Bajtin designa como "saturación del lenguaje"
constituye una teoría de la producción del sentido y el discurso: considera el "ámbito" de
los otros discursos, no como un entorno susceptible de liberar halos connotativos alrededor
de un núcleo de sentido, sino como un exterior constillltivo, el de lo ya dicho, del que
inevitablemente está hecho el tejido mismo del dIscurso.
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-.::----.,.-,--:-- - -----
El estatuto del sujeto del discurso, tal como aparece a través de las nociones de
"intención" u "orientación de un discurso sobre un objeto". no se plantea de manera central
y continua siendo problemático· : es uno de los puntos que obstaculiza. a pesar de
coincidencias innegables. un acercamiento demasiado sistemático de las perspectivas
dialógicas y "estructuralistas" en el enfoque del discurso.
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1.2. Con lo anterior, hago referencia a la problemática del discurso como producto
del interdiscurso, tal como se desarrolló en un conjunto de.trabajos dedicados al discurso y
el análisis del discurso"' Apoyándose tanto en la reflexión de Foucault como en la de
Althusser. esta perspectiva postula un funcionamiento regulado que. desde el afuera del
ínterd iscurso, da cuenta de la producción del discurso, maquinaria estructural ignorada por
el sujeto que, ilusoriamente, se cree fuente de su discurso cuando, en realidad. no es más
que el soporte y el efecto.
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~m~~'!:t:.:../·~·~··_··~:::m;.i:l~·"'~~.Sl¡;¡¡¡:··¡¡·
Por ejemplo, la noción.de preconstnJido, marca del interdiscurso en el intradiscurso
--es deci r, observable en el hilo del discurso-, es característica de esta problemática por
oponerse a la presuposición como acto de lenguaje.
1.3. Desde otro ángulo -el de la teoría de su objeto propio, ·el inconsciente-, el
psicoanálisis, tal como se explica a sí mismo, apoyándose en la teoría de Saussure a trayes
de la lectura lacaniana de Freud", produce la doble concepcíón de un habla
fitndamentalmente heterogénea y de un sI/jeta dividido 12
.--'
Bajo las palabras, siempre se dicen "otras palabras": la estructura material de la
lengua permite que, en la linealidad de una cadena. se oiga la polifonía no intencional de
todo discurso, a traves de la cual el análisis puede intentar descubrir las marcas de " la
puntuación del inconsciente".
Allí reside el carácter de " herida narcisista" que Freud reconocía con el
descubrimiento del inconsciente para el sujeto que "ya no es amo en su propia casa". y allí
se encuentra lo que, a partir de este hecho. siempre está a punto de ser ocu ltado. De este
modo. se puede considerar que. a traves de tendencias políticas enfrentadas -la
antipsiquiatría de Laing. por ejemplo, que denuncia el carácter alienante del entorno social,
eal/sa del "divided self' ''. y la psicología adaptativa del yo, que se esfuerza por edificar un
"yo fuerte" autónomo, que habría "desalojado al ello""- se unen'· como hermanos
9 La de In "illlerpelnci6u" tle los individuos COIIlO !i\tielos lJllbllllllc:s rtlt,;ult! dI! Sil discurso.
10 M. Pécbcux)' C. Fuchs en Péchellx (1 975.), p. 19.
11 RefeteDCia que: ,de hecho, se observa en numerosos trabajos sobre el discurso citados nlUer1omlcnh:: el: eu
r,.rticul:iT Hewy (1977), Couein el nlü (1981).
l Por razoues editoriales de ÚltlnlO Illomento, el resumen que sigue reemplazó el des.nrroUo ·iDici.olmentc
rednclado. Para \IDa presentnción rulÍS detaUndn, en la misma ópticA, cf. Aulh..ier-Rev\.I2 (1982).
Il Cf las descripciones prefreudi:was (Jauet, Breuer) de seguuda personalidad lignda a unn "deb iJidad de In
sin tesis. psicológica". (Cr., por ejemplo. "Escisión del yo': y "Subconsciente" en Laplancbe)' Poutolis (1968» .
"L'ÍDg (1960).
" Cr. AnD. Freud y, sobre lodo. H. I-1nrtruann. Cf. Clérueo ' (72).
4
Por ejemplo. la nocióQde precon¡¡t(U ido. marca del interdiscurso en el intrad iscurso
-es decir. observable en el hilo del discurso-. es caracteristica de esta problemática por
oponerse a la presuposición como acto de lenguaje.
1.3. Desde otro ángulo -el de la teoria de su objeto propio, 'el inconsciente-, el
psicoanálisis, tal como se explica a si mismo. apoyándose en la teoria de Saussure a trayés
de la lectura lacaniana de Freud". produce la doble co ncepción de un habla
fllndamentalmente heterogénea y de un slIjefo dividido'2
'".'
4
enemigos en el desconocimiento del inconsciente freudiano, y del sujeto descentrado que
este ultimo "estructura- o
En efecto, Freud plantea que no hay centro para el sujeto más allá de la ilusión y del
fantasma, pero que la función de esa instancia del sI/jeto que es el yo es lo que porta esta
ilusión necesaria
El punto de vista segun el cual "el centro es un ' hecho fabricado' para el sujeto y, al
mismo tiempo, el objeto de las ciencias humanas [en nuestro campo, el objeto de las teorias
de la enunciación], ignorando su carácter imaginario" 17, remite precisamente a lafllnción
de desconocimiento del yo. Esta función reconstruye, en el imaginario del sujeto dividido,
la imagen del sujeto autónomo borrando la división (evidentemente irreconciliable con
todas las variantes de las concepciones del sujeto que lo reducen al YO 'o lo centran en él) .
-2-
2.1 . En cuanto al conjunto de las formas marcadas, que me interesan en este trabajo, lo que
estas indican es que, en el hilo del discurso, un fragmento tiene un estatuto diferente, que
.
provIene de ai "
autOnlmla 19
. - -
16 Mns allá de la diferencia de su rdación explicilu 0011 Frelld, yn que Laing recusa el p~ ico8 l1álisis para
apoya.rse eu las filosofias existeuci31es allí donde las leonas del yo aulónomo se preseula.u como
"apuntalamientos" de las concepciones freudianas.
11 Roudinesco (1977), p. 42.
"Clémelll C. (1972).
19 Remito a Rey-Debove (1978) pru=a estas nociones que utilicé en la descripción de las famlas del discurso
referido y de las "palabras 11 distancia", entrecomiUadas (Aulhier. 1978-1981).
~n Aquí relomo la oposición meocióuluso clásica en la tr.J.dicióo lógica; el -dominio instrumental del sujeto
-sobre la lengua supuesta por estos lénniuos y que se opone s+los pUDios de visla desarrollados en l . debe
relacionarse con el nivel de la reprf! ...elllació/.1 que el sujeto da de su activ idad enunciativa.
5
sintáctica. El fragmento citado en el marco de un discurso referido direct0 21 o introducido
por un térrrl'ino metalingüistico (la palabra, el término, la expresión, la fórmula "X"),
claramente delimitado en el hilo del discurso , se presenta como objeto; es extraído del hilo
enunciativo normal y remitido a un afuera : el afuera de otro acto de enunciación (Z dijo :
"X", la expresión de Z, "X", etc.) o, en un gesto metalingüístíco en sentido estricto, el
afuera de la lengua (la palabra, el término "X "f".
En el caso de la connotación autonímica, a la que me dedico aquí en panicular, el
fragmento mencionado es, al mismo tíempo, un fragmento utilizado : es el caso del
elemento entre comillas, en bastardilla. o (a veces y) glosado por una incisa 23 .
Contrariamente al caso anterior, el fragmento designado como otro se integra en el hilo del
discurso, sin ruptura sintáctica: de estatuto complejo, el elemento mencionado se inscribe
en la continuidad sintáctica del discurso, al mismo tiempo que, por medio de marcas que,
en este caso, no son redundantes, es enviado al exterior del discur.;o.
~ I En conlrasle con el discurso uldireclo que es lUl modo "omog~,,~iza,,'~ de reslirució n de otro aclo dI!
(:UUIICi:lción .
!2 Enlre estos dos polos, remisión del rragmento D 1111 llcto de enunciación individual \;s. remisión n. la lengua
(/0 fiyUf: de De GauJlt!. "'a il/lelldencia seguirá ", po.rÚ a la p culeridad Y.f. In palabm "caboffu lJeme tres
silahas) eu realidad existe un coutwUUlH que: proviene del onh:1l del discurso.
2l (1) el "check-lo" se rt:aliz.n a las quince horas. (2) el check-in ... (3) el "check-lo", 001110 se dice: en los
hOl eles ... (4.) el check-in, como se dice en los hoteles ... La incisa puede glosar tina mención )'a mnrcaua de
aira Olruiera (3), o oouferir ella OÜS1ll3 el estatuto "meucioDado" 8 un fragmento (4); cu este cusa, los
eveulll:"¡es problemas de incidencia sin táclico-semánt ica de la inciso plantean problemas de delimitación dd
fragmento mencionado.
2~ Evidentemente, también se eucneulrnn fonnas autouím,icas, 110 explicadas a trovés de un tl.;-miuo
melnlingüistico C'cabaLID n tiene tres sílabas), y pueden crear ambigOedndes en el oral (decime "por qué"!
decime por qué).
2' Cf. el eshldio de los "nJores de palnhras cutre comillas en Autbier ( 1981).
6
no con comillas o bastardillas 2"l. es que especifican los parámetros, ángulos, puntos de
vista, con respecto a los cuales un a,scurSo plantea explicitamente una alteridad co n
respecto a él mismo .
'1
otra Iengua-;
olro registro disc ursivo, familiar, pedante, j oven, grosero, etc.28 ;
o/ro discurso, técnico, femini sta, marxista, jacobino, integrista, etc.", fue so lo
puede caracterizarse como el discurso de los otros, discurso usual si se quiere, de
algunos otros, de otro particulalo;
otra modalidad de adquisición de sentido para una palabra, recurriendo
explícitamente al afuera de otro díscurso especificado'I, o al de la lengua como
lugar de polisemia, homonimia, metáfora, etc., descartadas o, al co ntrario, incluidas
n
para constituir el sentido de la pal abr:a . En ambos casos, en lugar de que el sentido
se dé como ev idente, un sentido se constituye para una palabra en referenci a a lin o o
varios sentidos producidos en el afuera del interdiscurso o de la lengua;
otra palabra, potencial o explícita en las figuras de la reserva (X, en fin X, s i se
quiere; X, sí se puede decir de alguna manera, supongamos ... ) de la duda y de la
rectificación (X, o mejor dicho Y; X, debería haber dicho Y; X, ¿qué estoy
diciendo?; X, iba a decir Y) de la confinnaci ón (X, es el momento de decirlo; X, es
justamente X lo que quiero decir) varia nte, inversa, de las anteriores;
o/ro, el in/erlocutor, diferente del locutor y, en cunsecuencia, susceptible de no
entender, o de no admitir (si ves lo que quiero decir, si me penniten la expresión,
perdónenme este ténnino, si qllerés .. .), operaciones implícitamente admitidas como
evidentes, por otra parte en el discurso, que provienen de un interlocutor-engranaje
en el fun cionamiento " normal" de la comunicación.
7
lA.J. La doble designacii>ll de ul1~groento difer~nte y de la alteridad a la que este
remite cons1ituye, por diferencia, una doble afirmación de lo lino.
1. .J.1. Al mismo tiempo que plantean un exterior con respecto al cual se constituye el
discurso, esas fórmulas postulan aIra exterioridad: la del enllnciador capaz de colocarse en
todo momento a distancia de su lengua, de su discurso, es decir, de ocupar, rrente a ellos,
considerados localmente como objeto, una posición exterior de observador. Toda forma
marcada de distancia remite a esta figura de enunciador, util izador y amo de su
pensamiento, pero esta figura está presente sobre todo en las glosas de rectificación,
reserva, etc., que la precisan como juez, comentador, etc. de su propio decir.
-3-
)) El discurso de Faurissou (cf. "Memoria eu dert:usa", La VieiUe Taupe, estudiado por G. Aulhier-Rcvuz y L.
Romeu, artículo que aparecerá eu A1olS. UO 8, 1984) que se basa., por completo, cu la deuuncia del discurso
"mítico" (comillas mías) sobre las "cámara s de gas" (cominas de Faunsson) es uo-caso sorpreudente . En este
breve artículo , DO puedo analizar te.\:los que presenten estos diversos tipos de relaciones COIl el otro; el'.
elemenlos eSCJuemáticos en Authier ( 1981).
8
3. 1. Heterogeneidad constitutiva del discurso y heterogeneidad mostrada en el
discurso representan dos óraenes derealiaad diferentes: el de los procesos reales de
constitución de un discurso y el de los procesos, no menos reales, de representa<;ión, en un
discurso, de su constitución.
No se trata de asimilar uno al otro, ni de imaginar una relación simple, de imagen ,
traducción, proyección de una en la otra; esta correspondencia directa está prohibida -
además de que supondría una transparencia del decir respecto de sus condiciones reales de
existencia- por la irreductibilidad manifiesta de las dos heterogeneidades .
La represenración, en el discurso , de las diferenciaciones, disyunciones, fronteras
interior/exterior a través de las cuales uno -sujeto, discurso- se delimita en la pluralidad de
los otros y, al mismo tiempo, afirma la figura de un enunciador exterior a su discurso , se
opone a una heterogeneidad radical , en exterioridad interna al sujeto y al discurso, y por lo
tanto no localizable y no representable en un discurso que ella constituye, la del Otro del
discurso- donde actúan el interdiscurso y el inconsciente.
Frente al "ello habla" de la heterogeneidad constitutiva, responde, a través de 'los
"como dice el otro" y los "si puedo decir" de la heterogeneidad mostrada, un "sé lo que
digo", es decir, sé quién habla, yo u otro, y sé cómo hablo, cómo utilizo las palabras .
Toda relación simple de estos dos planos comporta inevitablemente una asimilación
reductora de uno a otro"; sin embargo, basándose en su irreductibilidad, no se debe admitir
encerrarse en la descripción de uno de los dos planos, con el riesgo permanente de hacer de
él, explícitamente O no, la realidad enunciativa, rechazando todo derecho de legitimidad al
otro plano, con mayor prudencia, postulando la independencia, la autonomía de los dos
planos, es decir, la no pertinencia de uno en la consideración del otro -pasos que, de
manera más general, me parecen ser los de la pragmática por un lado y los de los enfoq ues
teóricos de la heterogeneidad constitutiva del discurso por el otro-. Creo que es
indispensable reconocer que estos dos órdenes de realidad son irreductibles, pero
articulables e incluso necesariamente solidarios".
). A mi entender, es lo que realiza E. Fouquier (1981) en su estudio de las fOnTIas de la cJistallcill, CUilJu.l o
plnnlell una relació n de "bomología" entre el "comportamiento discu rsivo" de distanciac ióu y 13 divis ión del
sujeto. A pesar de las referencias a f'reud y Lac:w. esta correspoodeucia es iucomp81ible con la concepción
psicoanalitica de UD sujelo descentrado, efecto de lenguaje; en cambio, puede concordar efectivamente con las
concepciones -opuestas- del sujeto reduc ido ni yo (cf. I en el presente trabajo), escindido, aLieuado. alrnpado
cn Ins rcc.h:s de 111 II1nla fe y del lelllm, de I.aing, Snrtn:, GufliuDII. ,!ut! ulili7JIII 11\ k: II~UII CII el mnn;o dc SlIS
relueiollcs con el otro. Por In tWllo , esta relacióu eneuentrn, de mnucr.t indirecta , al . locutor "plcuo" de 111
prngmñticn y tlllil psicología de In enuuciación , sorda a la hclcrogt!lIt!itlnd oon stilutiva del incon sciente y del
orden del disctl~ .
H Con respeclo al vocabulario utilt.z.ldo pMil dar cueula de UllO y otro pl ,U1o. se obscrviln coiucideucias de
palabrn s pertineutes aun en su engaño: la división del sujeto psicoanalítico "s. la divisió" del sujeto hablante
en figur.l.s de enunciador, loctltor, elc.; la heterogeueidad que constituy e uu discurso en el senlido de que Su
tejido está hecbo de eUa vs. la.heterogeneidad wanifiesta que cOIIstillly t! uu discurso en el seutido de que, en
relación con un exterior, ella le asigna una ronna propia; la polifo llío de lodo discurso que DO puede " 0 0
aliuenrse en todos los pentagrnmas de uua pat1it1lra" vs. los "efectos" de polifouio penllilidos por cienns
fonnns de la beterogeueidad mostruda . Si bien es indispensable DO confundirlos, este parentesco, que no es
fortuito, puede entenderse como el si gua de la solidaridad que existe de hecho eutre los dos pitillOS en Ulla
relación de delenninacióu asimétrica.
36 Es necesArio seil.lar que si estas fornllls de:: representación se prestw fáciLlJcnte D los ardides. cálcu los,
eSlr.ltegius inLrincacJas de la comedia Íllter.tccioaal, estos juegos de máscaras pan con el otro, no dc:ben
ocultar que -fuudamentalmente el seuuclo , el eugaño es ante 1000 paro el sujeto, ell uoa eslnltegia protectora
paro él y Sil discurso, enfreutado Q In amenaza Ílllimft e ineludible de la beterogeneidad con stitutiva .
1 Benvcuisle (1970) .
10
3.2.3. Las diversas foonas de la heterogeneidad mostrada, en su relación con la
heterogeneidad constitutiva, - afectan -el cuerpo del discu",o y la identidad del sujeto:
defendidos, protegidos en la denegación por las foonas marcadas, son expue~tos, por el
contrario, al riesgo de un juego incierto por las foonas no marcadas, y condenados a la
ruina, en ausencia de toda heterogeneidad mostrada, abandonados a la heterogeneidad
constitutiva.
En efecto, las foonas no marcadas de la heterogeneidad mostrada -discurso
indirecto libre, ironía, por un lado ; metáforas, juegos de palabras, por el otro- representan
la incertidumbre que caracteriza la localización del otro en el continuum del discu",o, aIra
fonua de negociación con la heterogeneidad constitutiva: una foona más. arriesgada, ya
que estas foonas juegan con la dilución, la disolución del otro en un o, del que este último
puede salir enfáticamente confionado, pero donde también puede perderse.
Por lo tanto, estas fonnas no marcadas conducen, sin ruptura, 'a los discursos que,
muy cerca de la heterogeneidad constitutiva, renuncian a toda protección frente a esta,
haciendo lo imposible para "hacerla hablar", en la vertiginosa desaparición del enunciador
atravesado por el "ello habla" del interdiscurso o del significante, tal como lo esbozan,
absolutos míticos, el Libro "enteramente recopiado" de Flaubert, cuyo Diccionan'o de las
ideas recibidas y BOllvard y Pécllchel eran elementos o bocetos, y el Libro "que se escribe
solo", "sin voz de autor", producido por un "álgebra" del significante, de Mallaoné, cuyo
Jllego de dados era una aproximación .
3.3. Así, en este campo de la enunciación, juegan de manera solidaria estos dos
planos distintos -pero no distinguidos- de las condiciol)es reales de existencia de un
discurso y de la representación de las mismas que este ofrece.
La circunscripción del campo por describir a lino de los dos planos es, por cierto,
legítima; pero plantear este plano como un todo autónomo, cerrado a ese exterior pertinente
que constituye el otro plano, es fuente, a mi entender, inevitable, de engaño y de mutilación
para el terreno elegido.
Con esto quiero decir que no habría que basarse meramente en la a lternativa con la
que O. Ducrot concluyó su discusión con P. Henry : interesa",e en la manera en la que el
locutor puede "representa",e un sentido de sus palabras", o bien, "desinteresa",e de estas
representaciones del sentido para X o para Y", por considerar como " un a Ilusión la
eventualidad de que el locutor sea sujeto" )~ .
En lo que se refiere a la pragmática, tener en cuenta la realidad del interdiscurso y
del inconsciente que atraviesa la lengua no recusaría la descripción lingüística de las foonas
de la representación; solo la invalida en la medida en que, según una inclinación muy
general, esta descripción tiende a hacerse pasar por el todo de la realidad enunciativa,
reproduciendo en su teoria de la enunciación" el gesto denegatorio del ¡ocutor en cuanto a
ese Otro que lo atraviesa. La manera en la que O. Ducrot intenta protegerse de este escollo
con un sistema de defensas teóricas alrededor de la autonomia de su objeto -llevada al
limite en el concepto de que la enunciación "ni si~uiera implica la hipótesis de que el
enunciádo es producido por un sujeto hablante"" - me parece desembocar"', por la
11
"representació~ de la enunciación" estrictamente encerrada en si misma que alli se propone.
en una s uert'lo de "fuera de luga/' -teatral- ha'bitado por "seres de habla" que, fuera de todo
lazo explicito con el sujeto hablante y su realidad de ser de habla, apar""."n como
"s us pend idos ", "desanclados".
Para la lingüistica de la enunciaci ón, reconocer y tener en cuenta a ese Otro que le
escapa no imp lica hundirse o ahogarse, sino descentrarse fuera de un lugar il usorio y/o
otorgarse un anclaje real, pero fuera de si misma'2
Por e l contrario, en el marco de las teorias no subjetivas del hab la, la consideració n
de las formas lingüisticas marcadas de la heterogeneidad mostrada rep resentaría un paso
hacia la descripci ón de las formas prácticas, e n lengua y en discurso, según las cuales
fu nciona la ilusión del sujeto.
El principio según el cual "lo no afirmado precede y domina la aserción " pudo
funcionar en los trabaj os de análisis del discurso como garantia teórica del desinteres por
las formas concretas de la aserción. Como lo señala A. Culioli" :
"A medida que enunciamos, cons truimos un espacio enunciativo, es decir, al mismo
tiempo estamos planteando las reglas de juego. [...] Me parece que los especia listas
en análisis del discurso suelen pasar por alto justamente esta material idad propia de
la actividad enunciativa."
Ahora bien , aun en este caso, esta elim inación de uno de los planos incide en la
descripc ión del otro: las formas de la heterogeneidad mostrada, que traducen la ilusión del
sujeto en su hab la, tam bien revelan, ya lo vimos, la fal la, la brecha en e l domin io, por el
mismo gesto que intenta cerrarlas . Es decir que la ilusión q'ue se man ifiesta en el discurso
no desdi buja rad icalmente lo que trata de rechazar; no es ese señue lo perfecto produc ido
por un determinismo sin fa lla, comp letamente ignorado por el sujeto, que las teorías de " la
interpelación ideológica" produjeron, durante un tiempo, en los trabajos sobre el discurso".
De este modo, la atención a las formas co ncretas de la representación de la
enunciación, que son, entre otras , las formas de la heterogeneidad mostrada, puede
contribuir, en el marco del análisis del discurso, a mantener la distinción entre el yo pleno y
el sujeto que tropieza, y a evitar denunciar el dominio, como ilusión del s ujeto, para
co loCarl o nuevam ente en el ni vel de los mecani smos productores de esta ilusión.
~ 1 IndepelldielltellleUIC de los problemas que. a mi euleuder, a veces p laUle8JJ las inlerprelaciollcs propu estas
eu cuanto a la 4sep siD de la descripción frente a lo extrnwl gtHstico.
~2 Cf. las renexioues de C. Fuclls (1 98 1) sobre "el papel del suj eto" en las teonas de la enunciac ió n, que
sub l:":.yao ItI "paradoja" de "abrir" la liugtüslica a la cotlDciación paro lu c{!.o vol ver a enccrrarla en si misma.
pp. 50-52.
u Mcsn red onda en Conein el alii ( 198 1) .
.l. Cf. por ejemplo Pecbeux ( 197 5)~ Y la cInra evolu ció u lnD.TCllda en este punlO , por ejemplo, eu Hewy (1977),
el apéndice _crilico de la edición inglesa de Pechen:\: ( 1975) ("Lan gage semanlics :Jud it1eo lo g.y". MacMillall.
1982, pp. 2 1 t ,220) y Couew el .Iü (198 1).
12
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