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EL RETORNO SOCIAL DE LA INVERSIÓN

llamado SROI por sus siglas en inglés Social Return On Investment,es una
herramienta de análisis que asigna un valor monetario a impactos sociales
y ambientales. Es utilizado con éxito por organizaciones internacionales,
privadas y públicas, para tomar decisiones estratégicas respecto a sus
inversiones con el fin de generar cambios significativos en las comunidades
que hacen parte de su campo de acción.

En Colombia es poco lo que se sabe de esta metodología, sin embargo, el


contexto socioeconómico que enfrenta el país la ubica actualmente como
una herramienta fundamental para la sostenibilidad de las empresas a
futuro, especialmente aquellas que están comprometidas con contribuir a la
transformación social y ambiental del país.
“Las problemáticas que enfrenta el país son diversas y con limitaciones
presupuestales y temporales, es complicado saber cuál sería la inversión
más significativa por el dinero invertido. El SROI permite que las empresas
optimicen lo invertido y desarrollen acciones más efectivas para generar
impactos en lo social y lo ambiental al monetizar el resultado, representado
normalmente en valores aparentemente tan intangibles como el bienestar
mental, la convivencia o el empoderamiento, etc. “afirma Teryn Wolfe,
directora de Measurement Matters, una consultora social colombiana
dedicada a apoyar a empresas, ONGs y organizaciones públicas a gestionar
su valor social, ambiental y financiero de una forma más eficiente y con
más impacto positivo.

Wolfe señala también que, al contabilizar monetariamente estos resultados,


las empresas pueden gestionar y comunicar el valor que generan con una
unidad de medición en común: el dinero, y que también, ese valor
monetario permite que la toma de decisiones de inversión social se vincule
directamente a la gestión financiera de la empresa.

No es invertir más, es invertir mejor

El SROI se trata de gestión de valores y comprende que las empresas, más


allá de las donaciones, generan y tienen la posibilidad de generar mucho
valor social y ambiental, sin tener que invertir más, sino de una forma más
inteligente.

Cuando se toma una decisión de invertir, en el caso de las inversiones


financieras se debe tener toda la información sobre la rentabilidad de dicha
inversión y los riesgos asociados así como mejores herramientas para
medir y comunicar tanto el valor como el impacto económico, social y
medioambiental que resulta de nuestras actividades. Sin embargo, en el
caso de inversiones sociales, muchas veces se hacen considerando lo que
nos hace sentir bien o, en muchos casos, menos culpables, y se exige muy
poco seguimiento a la inversión.
No se toma en cuenta que donación es una inversión que puede generar
valor financiero para la empresa y que así se contabilice al final del año se
pierden muchas posibilidades para la empresa al solamente contar con un
certificado de donación a cambio por la donación.

Ya se conocen varios casos de fracaso en el manejo de proyectos sociales


por parte de las empresas y las consecuencias que tienen par la reputación
e imagen corporativa debido a la toma de decisiones con información
insuficiente, inadecuada o no precisa. Los casos de éxito son menos
reconocidos, pero valen la pena destacar: por ejemplo, Robin Hood, una
fundación en Nueva York que maneja un portafolio de más de US$129
millones anuales y tiene un retorno social promedio de 12:1. Es decir, por
cada dólar que invierten en una iniciativa, generan 12 dólares de valor
social.

Estudio: https://robinhoodorg-
production.s3.amazonaws.com/uploads/2017/04/Metrics-Equations-for-
Website_Sept-2014.pdf

En Colombia, por un lado, la triste realidad es que no hay suficientes


fondos en el sector público y sin ánimo de lucro para asegurar el desarrollo
sostenible del país; eso requiere que las empresas privadas también
inviertan en la sostenibilidad. Y por el otro, muchas empresas privadas ya
hacen inversiones muy grandes en el cambio social (Citando dos ejemplos
de grandes empresas en Colombia: para 2016 Bbva Colombia contó con un
presupuesto social de 7.200 millones de pesos, según su director de
responsabilidad social corporativa de ese entonces, Mauricio Flórez y la
Fundación Sura tuvo una inversión de $17.650 millones de pesos en 2015
para sus programas de desarrollo social y para 2016 tuvo una meta de
elevar el monto hasta los $20.000 millones, la mayor parte destinada a
Colombia) pero realmente no saben si estas inversiones tuvieron cambios
significativos o si el dinero destinado a ellos generó el impacto más alto
alcanzable, que es lo ideal.
Sugerimos: http://www.america-retail.com/sostenibilidad/sosteniblidad-la-
esencia-real-de-la-sustentabilidad-es-ir-mas-alla-de-tu-empresa/

EL SROI es una herramienta poderosa para que, estratégicamente,


transformamos el país a través de las inversiones sociales profundamente
analizadas y comparadas con otros escenarios de inversión social.

Las buenas intenciones no son suficientes, la transformación social,


ambiental y económica del país requiere más que eso análisis, estrategia,
valores e innovación, y la innovación que vale la pena nunca es fácil pero sí
muy necesaria para las empresas que quieren seguir creciendo y
convertirse en referentes en su sector.

“La gestión del impacto es una inversión de tiempo y esfuerzo, es una


transformación necesaria de mentalidad. Al final, el emprendimiento social,
filantropía, la bolsa, inversiones, etc.– nada de eso tiene sentido si no
ponemos una intencionalidad al manejo nuestro capital, y el SROI es un
marco dentro del cual la empresa puede establecer su impacto y darle un
manejo positivo para su sostenibilidad, y como consecuencia, la de la
sociedad”, afirma Teryn Wolfe, directora de Measurement Matters.

Para entender mejor el concepto de sostenibilidad, se debe definir primero


el término, el cual, según la Organización de las Naciones Unidas - ONU, el
desarrollo sostenible puede ser definido como "un desarrollo que satisfaga
las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las
generaciones futuras para atender sus propias necesidades". Esta definición
fue empleada por primera vez en 1987 en la Comisión Mundial del Medio
Ambiente de la ONU, creada en 1983.
Teniendo en cuenta este concepto, la Universidad de los Andes ha venido
trabajando en el tema de cómo disminuir el impacto ambiental que se
genera por el funcionamiento mismo de la universidad, contribuyendo en la
conservación y el uso responsable de los recursos que se utilizan para su
sostenimiento y su mantenimiento para las generaciones futuras.

Actualmente, la Universidad cuenta con una serie de acciones y políticas


amigables con el ambiente, el cual se denomina el Plan de Gestión
Ambiental (PGA). Este plan involucra todos los aspectos y temas medio
ambientales que se están desarrollando para el Campus. De estas acciones
se resaltan la utilización de paneles solares para el calentamiento de agua,
planta de tratamiento de aguas residuales, cubiertas ajardinadas y políticas
como el uso de medios de transportes alternativos como la bicicleta o
reciclaje de las basuras.

Adicionalmente a estas acciones del Plan de Gestión Ambiental, la


Universidad se encuentra orientada dentro de las políticas de sostenibilidad
y manejo del ambiente indicadas en el Green Campus, el cual busca
planear e implementar acciones y políticas que contribuyan a disminuir el
impacto en el medio ambiente.

Tambien, y de acuerdo a estas politicas de sostenibilidad las cuales no solo


abarcan el tema ambiental, se viene adelantando un programa que busca la
integración con el entorno. Este es el Programa Progresa Fenicia.

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