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PREVENCION, PROTECCION Y LIBERACION

La práctica de la hechicería actual, tal como la entendemos las brujas modernas, tiene distintos
objetivos y poderes: la prevención general que necesitamos para fortalecer nuestra energía
interior y poder dominar la fuerza de las vibraciones; la protección de las personas y las cosas
materiales; y la liberación de cada uno para que pueda realizar todas sus potencialidades. Estos
fines se complementan entre si, y se expresan en la solución mágica de problemas concretos que
dificultan nuestro camino hacia el bien, la felicidad y la plenitud.

Los rituales cósmicos relacionados con los fenómenos planetarios ofrecen una defensa general
contra todo Mal, y su poder tiene una gran amplitud y permanencia. Algunos de ellos están
relacionados con determinadas fechas del año; otros, con las fases de la luna las vibraciones y
efluvios especiales de los distintos ambientes naturales, como el mar, el bosque la montaña. Hay
también ritos sortilegios que atraen las fuerzas benéficas de la lluvia las tormentas, y otros que se
centran en los cuatro vértices mágicos del día.

Este tipo de rituales exige una gran concentración y entrega para captar las energías astrales,
aunque también es importante cumplir cuidadosamente los pasos del sortilegio y otras
condiciones que favorecen un mejor resultado. Como veremos más adelante, son experiencias
mágicas intensas y placenteras, en las que percibimos que nuestro cuerpo y nuestra mente se
cargan de fuertes vibraciones benéficas.

La magia protectora es la que nos permite defendernos en situaciones concretas de las vibraciones
negativas que emite la energía maléfica. Para ese fin se utilizan distintos instrumentos y objetos
energizados, como amuletos, talismanes, fetiches, colores, joyas, elixires, etc., según el riesgo que
nos amenaza y la potencia de la fuerza negativa que debemos vencer. También puede tratarse de
hechizos activos, como los sortilegios, conjuros, cábalas y otros rituales que el iniciado debe
ejecutar siguiendo normas muy precisas, usando elementos naturales como las hierbas, flores,
piedras, metales, etc., que emplean de diversas formas sus energías defensoras y positivas.

La magia protectora requiere siempre una gran exactitud en la ejecución y un considerable


esfuerzo mental y espiritual para encontrar la fuerza interior que active y reciba las vibraciones
capaces de alejar el peligro del Mal.

La magia liberadora es la más hermosa y vital, pero también la más difícil está dirigida
esencialmente a la mujer, porque ella es la que necesita liberarse de siglos de opresi6n e
incomprensión liberándose internamente yante el universo podrá disfrutar de todas sus energías
y fuerzas positivas en el nuevo milenio. Son hechizos que la ayudaran a ser más ella misma, a
pensar en positivo, aumentar su autoestima, actuar con buen juicio y decisión, enfrentarse a los
problemas, vencer los miedos y prejuicios, no inhibirse y sacar el mejor de si en todo momento,
para saber dar y recibir las mejores cosas de la vida.

Desde luego, no parece fácil pero para solucionar problemas sencillos no necesitamos del poder
de la brujería. Ejercer una magia realmente liberadora puede parecer un camino un poco largo y a
veces arduo. Y eso es así porque la libertad es una fuerza interior que se construye con la suma de
esfuerzos, de logros, de pequeñas victorias sobre una misma, de pruebas y ensayos en nuestra
relación con los demás y con el mundo. Hay hechizos que fortalecen nuestro impulso liberador,
pero no existe un sortilegio que nos transforme en una mujer totalmente libre de la noche a la
mañana.

La magia liberadora se ejerce en cada situación, en cada momento concreto, por medio del
encantamiento o hechizo adecuado. Y cada problema resuelto o dificultad vencida con la fuerza
cósmica de la libertad ira acumulando dentro de la iniciada nuevas partículas de esa energía
liberadora que finalmente la llevara a una vida más plena, más sabia y, magica mente, más feliz.

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