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EL ABUSO
DEL PODER
CRÓNICA DE SACADINEROS,
POLITICONES Y OTROS FANTOCHES
DE LO INMORAL
Segunda parte de
EL PODER DESNUDO
El abuso del poder.
Crónica de sacadineros, politicones y otros fantoches de lo inmoral
© De esta edición:
Ediciones OCTAEDRO, S.L.
C/ Bailén, 5 – 08010 Barcelona
Tel.: 93 246 40 02 – Fax: 93 231 18 68
www.octaedro.com – octaedro@octaedro.com
ISBN: 978-84-9921-392-7
Depósito legal: B. 12.034-2013
5
los fusilamientos que la ciudadanía tuvo que soportar durante
cuarenta años de presunta paz.
En este segundo y último libro concreto el examen del resto
de las modalidades del poder fáctico –totalitarismo, Iglesia, di-
nero, mafia, prensa, justicia y Estado– y, como no podía ser de
otra forma, analizo las persecuciones, extorsiones y destruc-
ciones que esos fascismos causan a sus víctimas. De la lectura
de El poder desnudo se desprende claramente que la subsisten-
cia del poder se fundamenta en el miedo. Mediante el ascenso
del capitalismo del desastre derivado de la doctrina del shock
de Milton Friedman, los políticos han convertido a los ciuda-
danos en siervos porque el miedo que ocupa sus cerebros que-
branta la inteligencia, genera pánico y paraliza la disidencia.
Si una de las estrategias de Friedman y sus acólitos es esperar
la llegada de una crisis o una gran conmoción social para ven-
der piezas del Estado –colegios, hospitales, universidades…– a
empresas privadas mientras los ciudadanos se recuperan del
shock, es evidente que la política de Mariano Rajoy, dirigida
por Angela Merkel, o por la troika, responde a esa doctrina.
Tras el desastre del capitalismo rapaz en España, el miedo ini-
cial ha dejado paso a la ansiedad porque cuanto más totalita-
rio es el poder más priva al hombre de libertad.
Entonces aparece el temor. Friedman se percató de que
solo una crisis –real, imaginaria o provocada– produce cam-
bios reales. Cuando esa crisis se produce, las decisiones que se
adoptan –reformas laborales, tijeretazos a bienes del Estado
de bienestar, subida de impuestos, recortes en las pensiones y
salarios, tasas judiciales, etcétera– dependen de las ideas de los
que controlan el poder económico de la región, en nuestro caso
la UE. Por ello, nuestra función básica ha de consistir en crear
alternativas a las políticas existentes ya baldías para erradicar-
las, porque, mantenerlas vivas, las convertiría en inevitables.
Al final de la bilogía propongo como alternativa la implan-
tación de una democracia real, hoy inexistente en España, que
debe comenzar por la concienciación del pueblo para cambiar
el sistema vigente que no funciona, erradicar el reparto arbitra-
rio del trabajo, reformar la Constitución y, consecuentemen-
te, la ley electoral, reinstaurar la fórmula de los legisladores
por sorteo hasta lograr reimplantar la República, y concluir
instaurando la independencia de Euskadi y Catalunya si sus
ciudadanos la reclaman. Será entonces cuando los nuevos de-
introducción 7
PRIMER LIBRO
LOS QUE MANDAN
9
–¡Anda ya, boceras! La comunidad nacional se funda en la
explotación del hombre por el hombre.
Había sido Baratau, el último de la clase, quien, recostado
en su banco, preso del estado de somnolencia que le caracte-
rizaba cuando daban clase de Falange, la profirió sin inmu-
tarse. Baratau dormía siempre como un ceporro en el último
banco del aula cuando las asignaturas que imponían nuestros
profesores no le interesaban. Según decían los padres escola-
pios era un chico con problemas que dormía a todas horas.
Nada más lejos de la realidad. Pero el padre Serramià, que lo
consideraba un tonto de capirote, lo colocó en un banco de
la última fila porque le ponía muy nervioso tenerlo cerca. El
día de la clase de Falange, por suerte para él, nadie entendió
el significado de aquella expresión tan rimbombante, ni si-
quiera el grotesco fascista de la camisa azul quien, preso de
su fervor patriótico, siguió con su perorata franquista entre el
regocijo de sus alumnos.
–¡Baratau! –interpeló el profesor al interfecto–. ¿Tienes el
Fuero de los Españoles? Pues bien, coge un lápiz y un cua-
derno y sal al patio. Te pones cómodo y me copias los diez
primeros artículos. Hasta que no los hayas escrito sin faltas de
ortografía no podrás irte a casa con tus compañeros.
Así conocí a Baratau. A él y a su actitud de constante re-
beldía contra todo y contra todos los que practicaban el abuso
de poder, la sinrazón o la injusticia. Lo hacía con las palabras
que fluían de sus labios en los momentos oportunos escudadas
en una ironía y un extraordinario saber que, la mayoría de las
veces, superaba el de nuestros profesores, la mayoría escola-
pios con escasos conocimientos pedagógicos. Era hijo único.
Vivía con sus padres en una casa del Paseo de Gracia, muy
cerca del colegio. Era un piso muy grande al que había subi-
do para jugar con él hasta el día en que se produjo la trage-
dia. Sus padres murieron en un extraño accidente de carretera
cuando se dirigían en coche a Zaragoza. Las causas nunca
fueron esclarecidas.
Recuerdo perfectamente el día del entierro en el cementerio
viejo de Barcelona. Papá, al verme tan afectado por el drama
de mi amigo, me acompañó al sepelio. La comitiva, presidi-
da por un cura, Baratau y su abuelo, que se había desplazado
desde París para compensar su dolor, la formaban unas veinte
personas, la mayoría compañeros del colegio vigilados por el
EL CIRCO ELECTORAL
A los que mandan los elige el pueblo a través de los votos de
sus ciudadanos. Una teoría falaz puesto que si analizamos las
formas, leyes y protocolos que determinan el proceso electoral
español llegaremos a conclusiones contradictorias. En países
democráticos como Estados Unidos esta alternativa es general.
Me refiero a que todos los cargos públicos se escogen mediante
sufragio universal. El artículo 2 de la Sección primera de la
Constitución de Estados Unidos, establece:
A modo de introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
primer libro
LOS QUE MANDAN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Baratau y los explotados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Los tres poderes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
El circo electoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Los poderes del presidente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
El engaño electoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
La pesadilla del paro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Las mentiras de Rajoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
El Estado del consumo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
El rebote de los cien días . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
segundo libro
LA PÉRDIDA DEL PODER . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
Adiós al Estado de bienestar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
La crisis del euro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
La debacle . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Ajuste, rescate o intervención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
La intervención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Sin autoridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
La hoja de ruta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
El rescate bancario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Un otoño al rojo vivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
El segundo rescate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
379
Ataque al Congreso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Intervalo secesionista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
Catalunya contra España . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Hacia la independencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
tercer libro
LOS QUE DICTAN LAS LEYES . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Diputados de cartón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Las listas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
La fatídica Ley de Hondt . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
Cargos públicos al azar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
El Congreso y el Senado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
El pluriempleo de los políticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Diputados en demasía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
cuarto libro
LOS QUE IMPARTEN LA JUSTICIA . . . . . . . . . . . . 125
La justicia sometida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
La justicia absolutista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
La vanidad del juez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
La infortunada Mari Luz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
Jueces huelguistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
El caso Dívar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
Gallardón, el redentor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
La inmunidad del rey . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
Un crimen de Estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
Zafarrancho legal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Justicia para ricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Negligencia judicial masiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Una iniciativa popular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
El defensor del pueblo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
quinto libro
INTERMEDIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
Nuestra llegada a París . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
Mala conciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196
La noche más larga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
La boda de mi amigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
séptimo libro
EL QUINTO PODER . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
El poder del dinero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
Verano de 2012 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253
El poder de la Troika . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
Dos clases de ciudadanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260
Fraude «inocente» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263
Los mandarines del poder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
Doña Sofía «Bilderberg» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272
Voces más cercanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
El enemigo oculto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285
El hambre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289
El desguace del PP . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293
El Estado de la corrupcion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299
La abdicacion del rey . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306
octavo libro
LOS OTROS PODERES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
El origen de la Mafia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
La «cosa nostra» del PP . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
El juego de la corrupción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317
La Iglesia y el dictador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 320
Clérigos de protección oficial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
Los caudales del clero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 326
Delitos amparados por la ley . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331
Pecadores infiltrados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 336
índice 381
La Mafia del Vaticano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 340
Una renuncia enigmática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 348
último libro
EL PODER POPULAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357
Interludio en el tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357
El mayo francés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 362
Dany «el Rojo» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 366
La vida sigue igual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 368
Un ejercicio de autocrítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371
La familia Baratau . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375