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3. Empecemos desaprendiendo.

Neuromitos
Nueces y Neuronas

NEUROMITOS

Antes de comenzar a aprender aquello que nos aporta la Neuroeducación, pasemos a


desmentir aquellos mitos sobre el cerebro limitan nuestro conocimiento:

1. Únicamente usamos el 10% de nuestro cerebro. Esto no es cierto. Utilizamos todo el


cerebro en su conjunto pero con eficiencia distinta según el entrenamiento. Eso sí, empleamos
el cerebro en su conjunto, activando las zonas relacionadas con la función específica que
vamos a trabajar. Es importante desmentir este mito, ya que estudios recientes verifican que
el 50% de los maestros de nuestro país lo considera cierto, lo cual es una creencia que limita
las expectativas sobre las funciones cerebrales del alumnado.

100%
2. A los 18 años el cerebro llega a su máximo desarrollo. Se considera que a esta edad un
individuo ya puede votar, emanciparse y tomar sus propias decisiones porque ya ha
desarrollado todas sus habilidades cerebrales. No obstante, la Neurociencia nos ha desvelado
que a esta edad todavía hay partes del cerebro que no han madurado completamente, y
algunas son tan importantes como las relacionadas con los valores éticos y morales. La corteza
cerebral no finaliza su desarrollo hasta los 25 o 26 años, dependiendo de las características
individuales.

3. Las asignaturas más importantes son las de ciencias y lenguas. Determinadas asignaturas
como la educación física, la música o las artes plásticas están quedando cada vez más
relegadas. No obstante el ejercicio físico regular modifica el entorno químico y neuronal del
cerebro facilitando el aprendizaje. La clase de educación física a primera hora de la mañana
puede mejorar el rendimiento académico. En cuanto a las áreas de carácter artístico, permiten
al niño conocer su entorno, lo cual es fundamental para un sano desarrollo cerebral. Además
también reducen posibles problemas emocionales y desarrollan competencias como la
creatividad o la expresión.

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3. Empecemos desaprendiendo. Neuromitos
Nueces y Neuronas

4. Hay personas que aprenden por el oído, otras por la vista y otras por el tacto. La idea de
que algunos son más visuales y aprenden mejor a través de imágenes, otros más auditivos y
otros requieren más del tacto y la manipulación está muy extendida, no obstante las
investigaciones revelan que esto no influye ni en la memoria ni en el aprendizaje. Lo que se
sabe es que por cuantos más canales nos llegue la información, mejor.

6. Las personas más “emocionales” e “intuitivas” solo utilizan su hemisferio cerebral derecho
y las “analíticas” y racionales” el izquierdo. El mito dice que los más intuitivos han
desarrollado más su hemisferio derecho y los analíticos el izquierdo. Cada zona del cerebro
está especializada, pero funcionan en conjunto. Al parecer, lo que nos diferencia es la
capacidad o dificultad de interconectar ambas partes y hacer que trabajen en armonía.

7. ¿Efecto Mozart? Se denomina "Efecto Mozart" a la serie de supuestos beneficios que


produce el hecho de escuchar la música compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart.
Dicho efecto continúa siendo objeto de investigación, sin ninguna pronunciación firme o
definitiva que reivindique o deseche la teoría en cuestión. Parece ser cierto que la música
ejerce una poderosa influencia en la mente humana y su estudio permite desarrollar la
audición, la motricidad fina, la intuición y el razonamiento espacio temporal. Pero no se ha
podido demostrar que la de Mozart, en concreto, aumente nuestras capacidades.

• La letra con sangre entra. La eficacia de la disciplina férrea en el aprendizaje ha sido


desbancada por la ciencia. El cerebro necesita para aprender con eficacia de la emoción y la
motivación. Éstas son las que mejor despiertan nuestra atención y las que facilitan que lo
aprendido se instale en las zonas como el hipocampo, encargadas de la memoria a largo plazo.
En otras palabras, si al alumno no le emociona lo que está aprendiendo, podrá asimilarlo de
forma momentánea pero no lo interiorizará y no perdurará.

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3. Empecemos desaprendiendo. Neuromitos
Nueces y Neuronas

• Las nuevas tecnologías deben ser primordiales. La buena base del aprendizaje está siempre
en el contacto con las manos y la manipulación. No es lo mismo escribir una palabra en el
papel que en una pantalla. No se trata de eliminar todos los medios tecnológicos, pero es
esencial que sepamos que en el desarrollo de la escritura y la grafomotricidad se activa la
región del lóbulo frontal, la cual permite mantener la atención durante más tiempo. Además,
como hemos comentado el aprendizaje se produce mejor por cuantas más vías entre la
información, por este motivo el tacto y el olor del papel y el lápiz, la pintura, la textura de la
plastilina,…, todo ello favorecerá la experimentación y el afianzamiento del aprendizaje.

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