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CONSENTIMIENTO INFORMADO

Cabe mencionar de manera previa y sintetizada que de la relación médico-paciente surgen deberes a las que
el médico está sujeto y derechos sanitarios que el paciente adquiere. Entre los diferentes derechos sanitarios
expuestos por la Asociación Federal Derecho a Morir Dignamente, nos encontramos ante el Consentimiento
informado, el cual es definido por la misma como: aquel requisito imprescindible para que pueda
realizarse cualquier actuación sanitaria, sea diagnóstica o de tratamiento. Este consentimiento tiene que
quedar registrado por escrito y firmado por el o la paciente o, en caso de no ser competente, por su
representante. Es lo que se denomina documento de consentimiento, necesario para todas las
intervenciones, diagnósticas o terapéuticas, que tengan cualquier riesgo u originen alguna molestia. En él
deben constar los riesgos esperables del procedimiento en general y los específicos del caso por razón de su
situación clínica particular.
Tenemos entonces, que es deber del médico el informar de la situación del paciente y proponerle alternativas
de diagnóstico y tratamiento, mientras que el paciente ejerciendo sus derechos sanitarios recibe dicha
información para posteriormente, poder tomar una decisión, la cual deberá ser respetada necesariamente.

ESPAÑA (CONSENTIMIENTO INFORMADO)


En España, rige la Ley General de Sanidad, la cual en su Art. 10 numeral 6 le reconoce al paciente el
derecho a la libre decisión entre diferentes opciones y exige que el consentimiento del mismo, deberá ser
por escrito.
“Artículo 10. Todos tienen los siguientes derechos con respecto a las distintas administraciones
públicas sanitarias:
6. A la libre elección entre las opciones que le presente el responsable médico de su caso, siendo
preciso el previo consentimiento escrito del usuario para la realización de cualquier intervención,
excepto en los siguientes casos:
a) Cuando la no intervención suponga un riesgo para la salud pública.
b) Cuando no esté capacitado para tomar decisiones, en cuyo caso, el derecho corresponderá a
sus familiares o personas a él allegadas.
c) Cuando la urgencia no permita demoras por poderse ocasionar lesiones irreversibles o
existir peligro de fallecimiento.”
Por otro lado, la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de
derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, establece en su Art 2 nume. 2,
que Toda actuación en el ámbito de la sanidad requiere, con carácter general, el previo consentimiento de
los pacientes o usuarios. El consentimiento, que debe obtenerse después de que el paciente reciba una
información adecuada, se hará por escrito en los supuestos previstos en la Ley.

La misma Ley en su Art. 4 reconoce el Derecho a la información asistencial:


1. Los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actuación en el ámbito de su
salud, toda la información disponible sobre la misma, salvando los supuestos exceptuados por la
Ley. Además, toda persona tiene derecho a que se respete su voluntad de no ser informada. La
información, que como regla general se proporcionará verbalmente dejando constancia en la
historia clínica, comprende, como mínimo, la finalidad y la naturaleza de cada intervención, sus
riesgos y sus consecuencias.
2. La información clínica forma parte de todas las actuaciones asistenciales, será verdadera, se
comunicará al paciente de forma comprensible y adecuada a sus necesidades y le ayudará a tomar
decisiones de acuerdo con su propia y libre voluntad.
3. El médico responsable del paciente le garantiza el cumplimiento de su derecho a la información.
Los profesionales que le atiendan durante el proceso asistencial o le apliquen una técnica o un
procedimiento concreto también serán responsables de informarle.
Finalmente, en su Art. 8 con respecto al Consentimiento Informa establece lo siguiente:
1. Toda actuación en el ámbito de la salud de un paciente necesita el consentimiento libre y
voluntario del afectado, una vez que, recibida la información prevista en el artículo 4, haya
valorado las opciones propias del caso.
2. El consentimiento será verbal por regla general.
Sin embargo, se prestará por escrito en los casos siguientes: intervención quirúrgica,
procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasores y, en general, aplicación de procedimientos
que suponen riesgos o inconvenientes de notoria y previsible repercusión negativa sobre la salud del
paciente.
3. El consentimiento escrito del paciente será necesario para cada una de las actuaciones
especificadas en el punto anterior de este artículo, dejando a salvo la posibilidad de incorporar
anejos y otros datos de carácter general, y tendrá información suficiente sobre el procedimiento de
aplicación y sobre sus riesgos.
4. Todo paciente o usuario tiene derecho a ser advertido sobre la posibilidad de utilizar los
procedimientos de pronóstico, diagnóstico y terapéuticos que se le apliquen en un proyecto docente
o de investigación, que en ningún caso podrá comportar riesgo adicional para su salud.
5. El paciente puede revocar libremente por escrito su consentimiento en cualquier momento.

HOLANDA (EUTANASIA)
En 2001, se aprobó la Ley de comprobación de la terminación de la vida a petición propia y del auxilio al
suicidio, en vigor desde el 1 de abril de 2002, que establece los requisitos que hacen impune una eutanasia,
que sigue prohibida en el Código Penal. Estos requisitos de impunidad son los siguientes:

 Que la persona objeto de la eutanasia o auxilio al suicidio sea residente en Holanda.


CONSENTIMIENTO

 Que el médico esté convencido de que la petición es voluntaria, está bien meditada y expresa los
INFORMADO

deseos del enfermo, o sea, que es plenamente capaz y se ha reiterado en su voluntad. Ésta puede
haber sido manifestada en un documento de voluntades anticipadas.
 Que se constate un padecimiento insoportable y sin esperanzas de mejora.
 Que se haya informado al paciente de su situación y de las perspectivas de futuro.
 Que se haya consultado a otro facultativo y que éste haya corroborado el cumplimiento de los
requisitos. En caso de sufrimiento psicológico, se tienen que Consultar a dos médicos. Los médicos
consultores tienen que ver al enfermo y elaborar un informe por escrito sobre la situación.
 Que la realización de la eutanasia o auxilio al suicidio se haga con el máximo cuidado y
profesionalidad.

CANADA-QUEBEC (CONCENTIMIENTO INFORMADO EN EUTANASIA)


Ley sobre los cuidados al final de la vida
Ayuda médica para morir
Art. 26 Solamente la persona que reúna las siguientes condiciones, puede obtener la ayuda médica para
morir:
1. Que sea una persona asegurada en el sentido de la Ley sobre el seguro de enfermedad (capítulo A-
29);
2. Que sea mayor de edad y apta para aceptar los cuidados;
3. Que esté al final de la vida;
4. Que padezca una enfermedad grave e incurable;
5. Que su situación médica se caracteriza por la decadencia avanzada e irreversible de sus capacidades;
6. Que soporte sufrimientos físicos o psíquicos constantes, insoportables y que no se puedan calmar en
condiciones que juzgue tolerables.
La persona debe, de manera libre e informada, formular por sí misma, la solicitud de ayuda médica
para morir, por medio del formulario prescrito por el ministro. Este formulario debe ser fechado y
firmado por esta persona.
El formulario será firmado en presencia de un profesional de la salud o de los servicios sociales que lo
rubricará y si no es su médico de cabecera, lo entregará a este.
El Código civil de Québec reconoce el principio del consentimiento libre e informado a tratamiento médico,
el cual supone en la persona el derecho de ser informada y la obligación correlativa del médico tratante de
evaluar su aptitud para consentir, una noción de hecho que no debe identificarse con la incapacidad de obrar.
Sólo esta constatación permite recurrir al consentimiento sustituido dentro de los límites del mejor interés de
la persona, la oportunidad del tratamiento y la proporcionalidad de los riesgos y ventajas derivados del
mismo. La intervención judicial garantiza la aplicación de estos criterios.

COLOMBIA (EUTANASIA ACTIVA)


Es el único país del mundo en el que la práctica de la eutanasia ha sido reconocida como un derecho
fundamental por su Tribunal Constitucional, en una sentencia de 1998 que entiende que la eutanasia activa
(ya sea en su forma de producción directa de la muerte, ya en la de auxilio al suicidio) constituye un derecho
de los enfermos directamente derivado del reconocimiento constitucional de la dignidad y la libertad
individuales. Según dicha sentencia, siempre que el sujeto sufra una situación terminal con dolores
insoportables, el Estado no puede oponerse ni a su decisión de morir ni a la de solicitar la ayuda necesaria
para ello; obligarle a seguir viviendo en tales circunstancias “equivale no sólo a un trato cruel e inhumano,
prohibido por la Carta (art. 12), sino a una anulación de su dignidad y de su autonomía como sujeto moral”
(Sentencia C-239/97, de 20 de mayo de 1998, Parte 17).

CORTE CONSTITUCIONAL DE LA REPUBLICA DE COLOMBIA: Sentencia T-970/14

La Corte despenalizó la eutanasia cuando quiera que (i) medie el consentimiento libre e informado del
paciente; (ii) lo practique un médico; (iii) el sujeto pasivo padezca una enfermedad terminal que le cause
sufrimiento. En esos eventos, la conducta del sujeto activo no es antijurídica y por tanto no hay delito. En
caso de faltar algún elemento, la persona será penalmente responsable por homicidio.
Revisar: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2014/t-970-14.htm

Elementos del Consentimiento Informado para el paciente terminal:


Sobre el consentimiento informado para los pacientes terminales y sus familias, hay que tener en cuenta los
elementos los elementos que constituyen al consentimiento informado. De esta manera será posible aplicarlo
con propiedad y seguridad en todos aquellos eventos que así lo requieran. Estos elementos serán útiles para
poder determinar qué y cuánto debe saber el paciente, y cómo y cuándo debe el médico proporcionar la
información pertinente a cerca de la enfermedad, de su pronóstico y tratamiento.

Elementos dependientes del paciente


a) Capacidad de conocer. Para tomar una decisión libre la persona ha de conocer primero y esta capacidad
puede estar limitada o alterada por la edad o la enfermedad. En el primer caso, los menores, aunque puedan
conocer -a partir de los 7 años en general- se consideran como no idóneos para prestar un consentimiento
informado cabal. Esto no quiere decir que nunca se cuente con la opinión de ellos, y que tampoco el médico
se exima del deber de explicar de una manera sencilla lo pertinente en razón de la edad del paciente. Aunque
las normas prescriban que, en estos casos, sean los padres o tutores quienes han de prestar el consentimiento
idóneo o en su defecto o incompetencia el Estado- siempre se debe hablar con el menor. En el otro polo de la
vida, en la ancianidad, la capacidad de conocer puede estar disminuida o no existir, dependiendo no sólo de
la edad sino también de patologías degenerativas que puedan mermar la función cerebral.
b) Capacidad de decidir. Pero la decisión no depende sólo del conocimiento. Es necesario un efectivo uso
de la voluntad para que la libertad de la decisión sea plena. Todos los limitantes del ejercicio de la voluntad
deben ser considerados: ignorancia, miedo, violencia, pasiones.
c) Situación emocional. Aún conservando indemnes las anteriores facultades, es necesario tener presente que
el consentimiento idóneo puede interferirse por las reacciones emocionales que la enfermedad puede
producir en el paciente, disminuyendo o quitando su plena capacidad decisoria.
d) Situación psíquica. La patología psiquiátrica dificulta en gran medida el poder definir cuándo hay o no el
consentimiento idóneo. Es frecuente suponer que el enfermo mental no puede decidir, por su falta de
autonomía y de autodeterminación; sin embargo, es necesario hablar con él.
e) Grado de dependencia. Por su misma condición, el enfermo experimenta cierta dependencia del médico
tratante, que es distinta según aquel sea un paciente ambulatorio o esté hospitalizado. En el primer caso, el
paciente que acude al médico solicitando un servicio evidencia un mayor dominio de sí mismo y la
dependencia no es necesariamente grande. Caso contrario ocurre cuando el paciente se encuentra
hospitalizado: su indefensión es mayor y su estado de pasividad lo puede llevar a plegarse con mayor
facilidad a las demandas del médico o del equipo tratante, corriéndose un riesgo mayor de pasar por encima
el tomar en cuenta su consentimiento.
f) Tipo de enfermedad. Es un dato que se ha de tener en cuenta para pedir el consentimiento informado. En
las enfermedades de curso agudo al paciente tiene necesidad urgente de solucionar el problema que lo aqueja
y, de alguna manera está más a merced del médico; esto hace que pueda omitirse el consentimiento, pues de
pronto ambos lo presuponen. Cuando la enfermedad es de curso crónico normalmente la situación es al
revés, pues el paciente tiene un grado de conocimiento mayor de su patología y, por decirlo así, "ha
aprendido a vivir con ella" o está en proceso de hacerlo.
g) Información previa. Otro elemento que no se puede olvidar a la hora de solicitar el consentimiento a un
paciente es la exploración que el médico ha de realizar sobre qué es lo que sabe el paciente de su
enfermedad, qué ha oído sobre su pronóstico y que informaciones tiene sobre el tratamiento de la misma.
Con frecuencia los pacientes se inhiben de prestar el consentimiento por una serie de informaciones
inexactas, fragmentarias, cuando no abiertamente erróneas, que reciben por muy diversos medios.

Elementos dependientes del médico


a) Conocimiento científico. Es claro que cuando el dominio técnico del arte de la medicina es mayor, el
profesional tratante tiene muchos más elementos al momento de dar la información necesaria y suficiente a
su paciente. Sin embargo, el médico ha de desprenderse de utilizar los tecnicismos del lenguaje pues no son,
en buena parte de los casos, adecuados para informar a los pacientes, ya que la comprensión de lo que se
quiere decir disminuye. También es necesaria la suficiente prudencia en el sentido de no avasallar al
paciente con una gran cantidad de información, con el pretexto de demostrarle la gran talla intelectual y el
acierto que tuvo al escoger médico. Cuando el dominio que se tiene de la patología del paciente no es
suficiente, el médico está en la obligación de escuchar la opinión de un colega con mayor preparación o
experiencia, para después poder solicitar el consentimiento al paciente, que ya tendrá muchos más elementos
para suministrarlo. El médico ha de tener la suficiente honradez y entereza para reconocer que no lo sabe
todo; y además, nadie puede pretender que así sea.
b) Rectitud de intención. El médico ha de abstenerse de manipular la información que da a su paciente; ha de
evitar sesgar dicha información de tal manera que el paciente no se vea inclinado a decidir según un
propósito predeterminado por el médico. El objetivo no puede ser obtener, a cualquier precio, el
consentimiento del paciente, sino brindarle toda la información necesaria para que este pueda tomar una
decisión libre y espontánea.
c) Disponibilidad de tiempo. Todo el proceso que culmina con el consentimiento informado por parte del
paciente demanda cierto tiempo. Dentro del presupuesto que cada médico ha de hacer, antes de proceder a
tratar a un paciente, ha de contemplar el destinar el suficiente tiempo para todo lo relacionado con dar la
información que el paciente requiere para dar su consentimiento idóneo. Es cierto que las nuevas
condiciones del ejercicio profesional (Ley 100, por ejemplo) hacen que el profesional tratante vea
restringida de una manera significativa el tiempo que ha de dedicar a su paciente. Sin embargo, y pese a las
múltiples limitantes, es importante disponer del tiempo suficiente no sólo para obtener el consentimiento
sino también -y principalmente- para establecer una relación adecuada médico-paciente, de tal manera que
se pueda provocar, de una manera natural, la llamada "alianza terapéutica".
d) Información. Es el elemento más importante, pues de él depende en buena parte la claridad y
conocimiento que el paciente pueda tener para dar su consentimiento idóneo. El profesional ha de buscar
que la información que proporciona sea completa, libre de prejuicios y de acuerdo a las condiciones físicas,
psíquicas y culturales del paciente. Completa significa que deben darse todos los datos que ayuden a tomar
una decisión libre. Sin prejuicios significa con rectitud de intención; es decir, no permitiendo condicionar o
coaccionar al paciente. Para que sea acertada la información que se proporciona, el médico ha de procurar
conocer a su paciente de una manera integral, y así hacerse una idea no sólo de lo que debe decir sino
también de cómo debe decirlo. También es importante tener presente la oportunidad a la hora de suministrar
la información: el médico ha de desarrollar una especie de "sexto sentido", que le posibilite llegar a su
paciente en el momento justo y oportuno, eventualmente "preparando el terreno", de tal manera que con la
información suministrada el paciente, lejos de asustarse o inhibirse para dar su consentimiento, se sienta con
la suficiente autonomía y libertad de espíritu para hacerlo. Finalmente el médico ha de proporcionar al
paciente un tiempo razonable para que él piense en la información que ha recibido y pueda madurar su
decisión y prestar un consentimiento verdaderamente idóneo. No se puede pretender que de forma inmediata
el paciente manifieste dicho consentimiento, y menos cuando su decisión puede representar cambios
radicales para él, para su familia o para la sociedad.
e) Soporte legal. Con el desarrollo de la medicina, de una manera paralela, se ha venido experimentando la
necesidad, cada vez más perentoria, de dar a la actuación médica la suficiente seguridad frente a la
legislación vigente. La relación médico-paciente ha dejado de tener la connotación simplemente humana
para pasar a constituirse en un verdadero "contrato asistencial o contrato médico", con deberes y derechos
mutuos. Este hecho hace que tanto médicos como pacientes han de tener consciencia de las implicaciones
legales que sus actuaciones puedan ocasionar.
http://personaybioetica.unisabana.edu.co/index.php/personaybioetica/article/view/636/1814
CONSENTIMEINTO INFORMADO EN LA EUTANASIA ACTIVA (MATERIA PENAL-
COLOMBIA)
En razón de su profesión, el médico está en capacidad de informar a una persona sobre el estado de su salud,
las acciones que se pueden tomar al respecto y las consecuencias que implican; esto resulta muy importante,
toda vez que el galeno le da al paciente las herramientas para que pueda dar el consentimiento informado:
Dada la distancia científica que generalmente existe entre el médico y el enfermo, lo mínimo que se
le puede exigir a aquél es que anticipadamente informe el paciente sobre los riesgos que corre con
la operación o tratamiento o las secuelas que quedarían, con la debida prudencia, sin minimizar los
resultados pero sin alarmar al enfermo en tal forma que desalentaría el tratamiento; es un equilibrio
entre la discreción y la información que solo debe apuntar a la respuesta inteligente de quien busca
mejorar la salud, superar una enfermedad o mitigar el dolor. Esto se ha llamado el
CONSENTIMIENTO INFORMADO; no es otra cosa que la tensión constante hacia el porvenir que
le permite al hombre escoger entre diversas opciones. Es la existencia como libertad: tomar en sus
manos su propio devenir existencial (Corte Constitucional de Colombia, Sentencia T- 477 de 1995).
La Corte Constitucional, en las sentencias C-239 de 1997 y T-970 de 2014, ha considerado que la eutanasia
pretende salvaguardar el derecho a la dignidad, razón por la cual se ha considerado que debe ser un médico
quien la practique, no solo por poder informarlo, sino también por ser capaz de ofrecer los medios que
propendan para una muerte digna; distinta es la posición de ciertos autores que desde una aproximación
bioética, de la cual se aparta esta investigación, consideran que no es viable la intervención del médico en la
muerte del paciente de forma activa, sino solo pasiva (Gracia, 1998, p. 312).
Por lo anterior, al abordar la eutanasia y el consentimiento del sujeto pasivo, dentro del marco de lo
establecido por la Corte Constitucional, es importante entender que por tratarse del bien jurídico de la vida,
quien vaya a disponer de ella debe entender plenamente lo que le están realizando y que la eutanasia se debe
realizar respetando la dignidad humana del sujeto pasivo, y para ello es necesario hablar de la intervención
del médico.

http://www.redalyc.org/pdf/733/73348834002.pdf

REVISAR
EL CONSENTIMIENTO INFORMADO Y SU IMPACTO CONTRA LA RELACION MEDICO
PACIENTE: http://www.amp.pe/pronunciamientosconsetimiento_informado.htm

CIENTÍFICO AUSTRALIANO DE 104 AÑOS VIAJA A SUIZA PARA EUTANASIA


VOLUNTARIA
http://www.elcomercio.com/actualidad/cientifico-australia-viaje-suiza-eutanasia.html

Nota: En Suiza no está despenalizada la eutanasia, se permite el suicidio asistido.

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