absort LA CASA DE IRENE a Néstor Rosa Giffunt Hoy fui a ta casa de una joven que se Hama Irene, Cuan do Ia visita terminé me encontré con una nueva calidad de misterio, Siempre pensé que ef misterio « negro. Hoy me encontré con un misterio blanco. Este se diferenciaba del otro en que el otro tentaba a destruitlo y éste no ten= taba a nada: uno se encontraba envuclo en & y no le importaba nada més. En el primer momento Irene es la persona que con mas gusto pondriamos de ejemplo como simpiticamente nor- mal: es muy sana, franca y expresiva; sobre cualquier cosa dice lo que diria un ejemplar de ser humano, pero sin ninguna insensatez ni ningin interés mas intenso del que requiere el asunto; dice palabras de més como cuan- do una persona se desborda, y de menos como cuando se retrace; cuando se rie o Mora parece muy saludable y asi sucesivamente. Y sin embargo, en su misma espontanci- dad esté el misterio blanco. Cuando toma en sus manos uun objeto, lo hace con una espontaneidad tal, que parece que los objetos se entendieran con ella, que ella se en- tendiera con nosotros, pero que nosotros no nos podria- mos entender directamente con los objetos. 390 Hoy volvi a la casa de la joven que se lama lene. fy ba tocando el piano. Dejé de tocat y me empezs s nect mucho de algunos autores. Entonces vi oira cow a misterio blanco. Primero, mientras conversaba, x0 ro dejar de mirar las formas tan libres y caprichoas ou iban romando los labios al salir las palabras. Despus complicaba a esto el abre y cierre de la boc, y despus fos dientes muy blancos. Cuando terminé de conversar, empezd a tocat el piano de nuevo, y las manos se movian tan libre y caprichos mente como los labios. Las manos eran también muy interesanes y llenas de movimientos graciosos y espont eos. No tenian nada que ver con ninguna posiciin de tetminada y no se violentaban porque dejara de sonar una nota 0 sonara equivocada, Sin embargo, ella se entendia mejor que nadie con su piano, y parecia lo mismo del piano con ella, Los dos estaban unidos por continuidad, se les importaba muy relativamente de Jos autores y et3% interesantisimos. Después me senté yo a tocar y me pare cia que el piano tenia personalidad y se me prestaba muy amablemence, Todas las composiciones que yo tocaba me parecian nuevas: tenian un colorido, una emocién y hasta un fitmo distinc. En ese momento me daba cuenta que 4 todo eso conteibuian, Irene, todas las cosas de st ist 1 azeialmente un filet de patio verde que asomaba en piano donde terminan las teclas. m Hoy hi ov eta a cade Trene porque hace un dia lindo rene me ama; que ién le SE Que YO It amo y que site forget, bine . QUE NO se lo digo.Yo tambien tengo angustia por no decitselo, pe puedo romper la inercia de este estado de cosas. Ade ella es muy interesante suftiendo, y es tambien inceresan fe esperar a ver qué pasa, ¥ cOmo seri Cuando Megué estaba sentada leyendo. Para esto habia elegido un lugar muy sugestivo de su inmenso jardin. Yo la vi desde el camino de tierra que pasa frente a su casa, me introduje sin pedit permiso y la sorprendi. Ella tuvo mucha alegria al vetme, pero en seguida me pidio per. miso y salio cottiendo. Apenas se levanté de la silla aparecio misterio blan co. La silla era de la sala y tenia una fuerte personalidad 1a curva del respaldo, las patas traseras y su forma gene ral etan de mucho caricter. Tenia una posicion seria, se- vera y concteta, Parecia que miraba para otto lado del que estaba yo y que no se Je importaba de mi Irene me llamé de adentro porque decidié que tocira- ‘mos el piano. La silla que tomé para tocar era igual de forma a la que habia visto antes pero parecia que de espi- ritu era distinta: ésta tenia que ver conmigo. Al mismo tiempo que sujetaba a Irene, aprovechaba el momento en que ella se inclinaba un poco sobre el piano y con el tespaldo libre me miraba de reojo. Vv Hoy encontré a Irene en el mismo lugar de su jardin Pero esta vez me esperaba. Apenas se levanté de la silla casi suelto la risa La silla en que estaba sentada la vi ab- solutamente distinta a la de ayer. Me parecié de lo mis Fidicula y servil. La pobre silla, a pesar del respero y la seriedad que me habia inspirado el dia antes, ahora me resultaba de Jo mis idioay servi. Me parca que espe ba el momento en que una persona hiciera una vtflexion y se sentara. Ella con su forma, se subordinaa a una de las maneras cémodas de descanso y nada mis Irene la tomo del respaldo para Hevarla a 1a sala, En ese momento el misterio blanco de Irene parecia que decia “Pero no le haga caso, es una pobre silla y nada mis” y la silla en sus manos parecia avergonzada de verdad, pero clla sin embargo la perdonaba y Ia queria, Al rato de estar en la sala me quedé solo un momento y me parecié que a pesar de todo, las sillas entre ellas se entendian. En tonces por reaccionar contra ellas y contra mi, me empe cé a reir, También me parecia entonces, que ellas se reian Al era la que habia de mi, porque yo no me daba cuenta c visto primero, cul era la que me mitaba de reojo y cull ja reido de ella. era la que yo me habi v Hoy le he comado Jas manos a Irene. No pucdo pensat €N otra cosa que en ese momento. Ocurrié asi: cuando las manos estaban realizando su danza en el teclado, empecé & pensar qué pasaria si yo de pronto las detuviera; qué hraria ella y qué haria yo; cémo serian los momentos que improvisariamos. Yo no quise traicionarla al pensar. pti mero lo que haria, porque ella no lo tendria pensado. Y enconces is. Y aparecié una violencia absutts - rada, increible, Ante mi zarpazo ella se aust yo Pe a ust y en se- guida se paro. A una gran velocidad ella reaecond on contra y después a favor. En ese cidn fue a favor, en el segundo qu E Y ave precia que en seguidareaconse fee Bradable tra, yo aproveché y la besé en. los labing aye? 8 CO rriendo, Yo tomé mi sombrero y ahora esis Sali8 €o- casa, No me explico cémo cambié tan prone Tt radamente yo mismo; cémo se me ocurtié la idea n° 42 en ‘Spe de lasmanos y la realicé; cémo en vez de seguit recibiendo 1a impresién de todas las cosas, yo realicé una impresién como para que la recibieran los demas. vi Anoche no pude dormir: seguia pensando en lo ocurri- do. Después que pasd muchisimo rato de haberme acosta- do y de pensar sobre el asunto, hacia un gran esfuerz0 por acordarme de algunas cosas. Hubiera querido volver a ver como eran mis manos tomando las de ella. Al querer imaginarme las de ella, su blancura no era igual, era de un blanco exagerado e insulso como el del papel. Tampo- co podian recordar la forma exacta: me aparecian formas de manos feas. Respecto a las mias tampoco podia preci- sarlas, Me acordaba de haberme detenido 2 miratlas sobre un papel, una vez que estaba distraido. Las haba encon- trado nudosas y negras y ahora pensaba que tomando las de ella, tendrian un contraste de color y de salvajismo gue me enorgullecia. Pero tampoco podia concretar la forma de las mias porque el cuarto estaba oscuro. Ade- mas, me hubiera dado rabia prender la luz y mirarme las manos. Después queria acordarme del color de los ojos de Irene, pero el verde que yo imaginaba no era justo, parecia como si le hubiera pintado los ojos por dentro. Esta mafana me acordé que en un pasaje del suetio, ella no vivia sola, sino que tenia una inmensa cantidad de hermanos y parientes. vir ve bien. Hace muchos dias que no escribo, Con Irene me fue 43a Pero entonces, poco a poco, fue desapareciendo el mite | eto , fio blanco, LA BARBA METAFISICA a Venus Gonzdlez Olaza Hiabia una cosa que lamaba la atencién de lejos: era una barba, un pito, un sombrero aludo, un bastSn y unos 22° pats amatillos. Pero lo que llamaba mas la atencidn er la barba. El portador de todo eso era un hombre jovial Al principio daba la impresién que sacdndole todo eso Tobe Bor ac estaba juntito ag alle. Todo eso S888 y€ Forman © babia Jueric f. las ban una ala =< lerido asi. Tod: u Después se pens ca ota cosa nee hee influicia inado. ET ep animo de los ¢ una i mE Porque si. No erg ta N® habia olenreae SPeCial en ef Uictlo exponiend une €! WE se aan?! Horm ters el a PetiOM Une ney moda TV 8 afronee ri Sedat de pronts una meet Tena ak a . a Ade