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07-015-056 Socioculturales II 24 copias lll

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. UNIVF:RSlDAD DE llíJI:-iOS AIRES
FACULTAD DE E1..f130fÍ.\ Y LHR\S
Direcd6n de Dib!l!otecas

De Túpac Amaru a Gamarra


Cusco y la formación del Perú
Republicano
1780-1840

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Charles F. "\Valker

Traducción de l\1aruja Ma rtínez


1 •.

1
'
1
1¡ Ln Rebelión de Túpuc A111oru

!' consideraban indio. Estas dos caclcterísticas lntirnamente relacionadas


del lenntamiento, b vaguedad de la plawfonna de Túpac Arn;lru y las

1 tensiones entre un movimiemo multiétnico y un rnovimitnlO '"indio", sa-


lieron a hlluz una y otra vez durante la rebelión, y wyudan a explic1r su

li
LA REBELIÓN DE TúPAC A:'dARU:
i¡ derrota.
El ani'ilisis de la rebelión de Túpac AmJ.ru puede beneficiarse de
los debates sobre d nacionalismo y d colonialismo y, a la vez, contribuir
. con ellos. La mayor porte de definiciones de nacionalismo ponen el énfa-
PIWTONACIONALISMO Y REVITALISMO INCA sis en dos dspecws: la idea de la existencia de un conjunto singul~r de
gente, y el intento de obtener gam.ncias políticas para est::t nación 1 • El le-
vantamiento de Túpac AmJ.ru cumple con b primera condición y, cmno
Emre 1780 y 1783 b región andina se vio sacudida por la mayor este capítulo lo demostrad, tJmbién con la segunda, aunque ¿stu es rn<is
rebt.>lión ocu1Tid::t en In historia de la Amáica Hispnnél. colonial. Inicicd- cuestion~ble. Túpac Amaru dirigió su movimiento haciél una coa\íción de
rnente localizado en el Cusca, el levantnmiento se dejó sentir en un;:¡ zona g grupos socülles, to.l vez m::í.s f::í.cilmeme definidos en términos n~gCJ.tÍ\'OS
que se extendí::¡_ desde b actual Argentim hasta Colombia._ La etapa de como todos nqnéilos que no fueran espailoles ni europeos. tJugnó por in-
Túpac AmanJ duró un poco más de medio año, luego de lp Cual el centro 1 cluir mestizos, criollos y negros en su movimiento, insistiendo .::n que
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de !:1 rebelión !le trasladó al Alto Perú, que hoy en día es BDlivia. Los re- estaban unidos por el hecho de haber nacido en estas tierr:1s y por sa
beldes estuvieron c;:erca de derrocar el poder colonial español, y con ello maltrato.dos por los espaflo\es. Sin embargo, en relación con d segundo
:1\teraron radicalmE:nte L:ts relaciones entre el Estado, la elite, y el campe- punto, \a aplicabilidad del concepto de nacionalismo no es tan clara_ Él
sinado indfgenJ.. j nunca especificó qué forma de gobierno reemplazMÜ ul ele \os español.: S,
A pesar del: enorme\ alcance de b rebelión, y de la considemble y combinaba elementos aparenten¡ente contrJdictorios, tales como el mo-
~ncnción que ha rd:ibido de parte de los especiaiistas, los objeti":'.OS" y slg- narquismo Incn, la pdcticacolonial "trodlciom.l", e insinuaciones de pen-
ni!lcwdo del movll:niento de Túpac Amam todavía siguen abiertos nl de- samiento ilns'tr;:¡do. No obstJ.nte, existen pocas dudas ,sobre sus objetivos
b:ltc, pues no existe un:1 respuesta inequívoca a la pregunta de cuáles eran inmediatos: \os rebeldes buscaban demoler el coloniJ.lismo borbónico.
los objetivos de t9s rebeldes. Algunos historiadores lo him ínterpretado L1 utilización de! concepto de nacioni"l\ismo para un movimiento
corno un amecedehte de masas de la Guerra de b Independencia que ocu- indígena en los Andes del sisrlo XVIII fuerza en cierta manera sus usuaks
rriría i1 inicios del !siglo XIX. Otros han enfJtizado b ideologb Inca, des- apli;aciones ~ronológicas, geográficas y sociales. Túpac Anuru se le-
cribi¿ndolo comoiun movimiento revitalisla o mesiclnico. Otros no han vantó cuarenticinco años antes de la Independ::ncía del Penl y antes de
:-:::;~;_¿:::; l:l<l :..tdcLldc o t:m. iHLi~· ::::n ·:! :::r:c (~U·::: 1o !1:~n 1• 1 "'~ic::dc: ¡1_] r¡ue el Estado-nación predominara en b Europa Occidental. :tvL:is atín, d
imerior de la tradiCión colonial de negociación de los derechos polúícos. movimiento fue derrotado y, de esa manera, nuncn. puso en puíct¡c;\ su
Parte del problerniJ interpretativo reside en la nmbigüedo.d de lo.. platafor-
ma de los líderes,: o.sí como en la brecha existente emre· su retórica y las
1 proyecto nacionahsta; por tzmto, debe agregarse el prefijo prora. Una se-
rie de especialistas han cuestionado que el nacionalismo pudiera exisür
ac:üvidades insurgentes. En h m::1yoría de sus proclnmas y canas, Túpac ames que la nación pues, si. bien reconocen las manifestaciones culturnles
Am<tru lbmaba a:· la formación de un movimiento J.mplio y_.multiétnico de una identidad de amplia base, señalan que ellas no se tradujeron en ac-
L1u~ tuviera como f)bjetivo desmantelar las prácticas más aplotadoras del
colonialismo y de· los propios explot:Jdores europeos. tl.legaba actuar en
non1bre del Rey y'de la Iglcsta Católica y buscaba el apoyo no sólo de in- Por ejemplo, Jühn A. H;lll Jdim: d n;Kion~lismo c:r)mo "la cr~!~ncia en la prim;¡cía
Je tHU rución p:l.r1JCUbr, real o conslnJida; le"! \ógicJ Je su posición cicnd<:. a lr.lsbJar
dios sino tambi¿n,'de criollos, mesüzos y negros. Sin embargo, nunca es- el nacion;:disrno de r·onTI:Js o.ilturnles :l fom12s polí¡ic~s y a vincul<trse a una movili-
pecificó qué tipo,cde política reemplazRifa al coloni:J)ismo españoL Por zación pc.;puhr''. John Ha!/; ''N.::lion,llism: Cl~ssit!ed 1nd Exp!:lin<ó'rJ", en Dr.cd.:J!:1s
otro lado, miemr~s el lider::1zgo busc::lba t::nnblén el ~moyo de quienes no No 122, 3, Yermo de 1993. p. 2. BreuiHy pl:¡[)(c;: ¡_:n;¡ Je(:rnción muy s\mii;.cr en Nn-
eran_ indígenas, rejev3.ndo así la amplilud y limítacio;es del movimiento, ;iono/ism and rhe Srcae, 2d:~. edición, Chic::~go. Univer5ity of Cllic:1go Press, 1994, p·.
2. Para defínicione:s miÍs finas u nivel cultur:Jl véase BrJ.ckene V/iliia¡qs: "'A C\;r;;,;
los msurgentes ihdlgenas il menudo contradecían estos esfuerzos sa- Act: Anthropo!ogy ::nd the Race to N:J.tion Across the Ethnic Te!T.'lin", en Anmml
c¡uc:Indo o incenJLmdo hociendas de propiedad de criollos;y atacando a Review of Anthropology N" \8, \989, pp. 401-.:.1-14; Kaiherine Vadery: "'W!~ithcr
un enemigo definido en términQ;?_Jnuy amplios: todo ¡:¡qué] a quien n'? 'Nation' nnd 'N:~tion.'llism'?", en Benedict Anderson (eJ.): Mapping rlw No,¡on,
Lond\)il, Ve.rso, 1996, pp. 226·234.
"'
.~-,
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UL~ 1 ul~,-v__: AMAf{U i\ l.J,\MARR;\ La Rchdir5n de T1ípac ,\nrt:m

1
ción política:. Hoy en db, la mayor parte de especiu!istas ponen el énfasis
en la nJ.lurnicz.a imaginada o construida de "b n;;tción", a hl que presentan 1 ¿Precursor~ Inca o tradicionalist;.:¡? Túpac Amaru 'y !os histori~1dores
como un discurso fundado en un p<ISddo mítico propagado por los esta~
distas y sus ideólogos, y no como algUn tipo de legado permanente y pri~
mordial. Según esta vísión, el nacionalismo siguió al Es~~ldo--nación. No
1 La incertidumbre sobre !a n8turaleza del movimiento de TLipJc
Amaru se refleja en el estilo Jltamente ide,;lógico coh el cual b sido lrCJ-
obstante, observarse CJllC estas "comGnidacJes :m;,:,:;inadas'' no se Ues~u-ro­ 1 tado por los historii.ldorcs. El !evo.ntamiento ha estadp en el primer p!clilO
lbron a partir de un vacío sino mó.s bien de una reelaboración de diversas
nociones de identidad y comunidndJ. En e! ca-So de Túpac Amam, éste in~
cnrporó una forma de pnlton:.tcicmalismo anclado en Jos Andes y en la
pobbción indígcnu, perspectiva que contrast2ba con aquéllas del movi-
miento independentista dirigido por1os criollos, así corno con la ideolo-
i de diversas interpretaciones y clcbntcs sobre el p:1:ddo, el pre~ente y el
futuro dd Perú, Por otro lado, ningún período hJ sido tan pn:domincmtc
en las discusiones sobre lo que es e! Pení y lus t·azon~s por las ndes e;;tci
tan fuertemente Ji vid ido, como io ha sido la Guena ele JJ lncJe.pendcncia.
donde, para den·ot;:;r a los espaüoles, los ir.surgentes tuvieron que Bpoy;::tr-
gía del Estado postcolon"¡aJ. Este capítulo resalta eslas diferencias, y sos~
tiene que el concepto de b nación pemana requiere p!urnlizarse". A lo
1 se en ejércitos ex:tranjct-os. El an5.lisís de! movimiento de Túpac Am;::tnJ
enfrenta tanto el debate sobre lo que es e! Pení, como !Js razones por las
largo del presente libro realizamos un seguimiento de la confusa rc!Jcién cuales es:él proCunc!amentc dividido. Al interior de esto:; constnntes dcb<1-
entre los nacion<J.!ismos andino y criollo. tcs puede halbrse tres interpretaciones: el movimiento como anteceden re
En d(caJ~¡:; r.::cienl.cs, ncw:ero3os e-.~pcci::llistas y escucLJ.S han in- de !a Independencia, como proyecto revitalista Inco.. y com0 una fnrm1
tentado liberar e! ;m;íJisis de! naciunnlismo en Asia, África y América masiva aunque tradicional de r¡egociación política. Este capítulo demues-
Latina de los límites de un modelo deso.rrollaJo, en gran rnedida, por y en tra que se requiere combinar estas interprctJ.cioncs, ·a] interior del con-
1
Europa . Incluso si bien !a abundilnle. liteutura sobre Jos movir:1ienlos cepto de protono.clonalismo.
h.lgunos especialístas han planleado que la rebelión es un:1 ··prc-

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anricoloniaks en Asia y Áfri.ca pL1ntca unn dura críticJ a las perspectivas
eurocéntricJS y realiza fasclpantes comparaciones con Am¿rica La.tinG, cur.sor<J." indígeno. de la guerra de la Independencio. que las criollos cnc::t-
ello no es fúcilmcntc [LJ.nsfCriblc a este último subccntinente. Una vez bezaron a inicios del siglo XIX, y han inccrpomdo .1 Túp<K Aman_t en el
más, es esencial tener en cUenta el tiempo: la Independencia llegó a Amé- po.nteón de los héroes nacionalistas. Esta opinión otorga a los AnJes y a
rica Lati;-:a Q principioS del siglo XIX, en tanto que en Arrica y en Asia ha I<J. población indígena una presencia en !3 lucha por la Ind~pcndencía. en-
ocurrido recién en el siglo XX~. En general, la primera gran ola de cons~ ya base estuvp en la costa y cuyos dirigentes no er;:¡n indígenas. En !a d¿-
trucción de la nación, e independencia en América espafíola, a inicios de! cada de 1940,"-.._Boles!uo Lewin, el J.'Jto¡- poLleo-argentino de la que toó.~
siglo XIX, no In sido 'suficientemente ex:m1inada en la literatura sobre el vía es la mejor "historia n"Jrr::ttiva sobre el movim1ento. resaltó d espíritu y
7
nacionalismo y el (cmtl)ccloniali.smo • El análisis de la rebelión de TúpG.c lJS acciones antícoloniales de Túpo.c Amaru, e invocó a repensar L:l Indc-
Amaru puede traer luces sobre este proceso. pendenci:J. a la luz de las rebeliones y revueltas de masas de! siglo X'llll''.
~ )\/[ás recientemente, el régimen de Velasco Aíva:-~lcio (1S;ó8-l':J/.JJ pre-
sentó a Túp;:;c Amaru como el inlcio.Jor de una tv.:olución Inconcluso. un
1
2 John A .'\IT1Slrong: N01io: s btfo¡·e no:iona!ism, ChJpelJ Hill, University of North proyecto que hnbría de ser culminado por el ¡xopio Velasco Ahar:1ci0
CJ.i"\l[\nJ Press, 1982.
Anderscn: !moginc-d l-f0bsb¡nv¡n: No!ions and natioll!:dism since 1789, C:Jm-
bridge, C:l!nbridgc Univcrsity P:l:ss, 1990; Eley y Sun;': Becoming !Wiional, i¡¡t~o­
rlucción.
4 Como ha sciiJ.Lldo Steve Stem, ios "sít~1bolos protornclonaks [de la rebelión] no Bolcsbo Lewin: Lo. reb:!i6n de Túpac Amum [19-1-3], 3ra. <Odición. Bu.cn,; Airc:s.
e~t<ÓZUl vincu1c:dos a un naciorul.lisr:JO cci.oilo sino a noc;o:>cs de un or- SELA, 1967.
Cen sociJ1 a:;dino o dirigido por el Inca". Stem: Age of AnCcm Insurrection, 9 Jc:m Piel rcJ: za u;,J. fin:; ~evis:ón de la base idc(.>)GgicJ. de b hi"toriog.r;lj";·c:
¡::!)r~,is:ol", en Stern (ed_): Resistance, rebei!hm ... , p. 76. in'ccrprc\Jr n;¡Ce\"iSJ- 1,/;)3" ,~n
5 "
Ch2ltc:jcc: NotionnfiJ¡ T!wugh1. .. P::ra una opinión contr:1f.<l, véase Jorge Klor de ln cm: unien!Os P1rga.d:uv, T¡ipcc c\ni(i!"U. Hido/go.
Ahm: "'Coioniafism and post colcl~ia1ism ::~s (lJlÍ!;) A.mericw i\Ii:·¡¡ges'", en CL4R el régimen de Vc!:l5Cl, ene b ir1< J~'" "-[··
w l-2, !992. pp. 3-23. !tid,•¡u!ndcncia Pcr:<llNJ, \·é:15C Fd<ti: r.:, ·;~· \!-:"
6 \f:ik,n: ''The orom!se :v:d dilemtn:1 .. .''; G;!!xn M. Jose;;h: "On thc trail of Lmin region:.1!:sm c.nd rcbe!lion in coioniJ.l Pem, ; 808- j S! 5", en HA !iR ;..;~ 59.2. r:1::1" Jc
A;--:.er.tJ.11 A reexa·.~\ÜJJ\iou ot· pe::.s;:;nt resist~mcr:", L4RR Nn 25, 4, !990, pp. 1979, pp. 23'2.-258_ Otr:.:.s ~e,.-:siot-:es de \\tcr;,',ura S<):L Stt;m: Tt'.e ?,::;.:e(
7-53 en su libro Resis:anc:e, rchc!tion ... pp. 36-.13; C::1rlos D.mid VJlciKcl. próio~o­
7 Ha';! :ldrrüce la :ncor:uchiaC de Jos soc;6logos de i:J. hí~toria con la Independencia de CDJP, tomo I!, 1, pp. XV-XXIV; Alberto Flores G:::tlír.Co: "'Las resd:.Jc:o¡,cs iupJ-
Am~ric;¡ l-lisp~na. Ha!!: ''Nation:::isms, .. ", pp. 9-10. marist<ls. Tem:::ts en ckbate··, en Rc:·is:o..\m!ina N"' 7. !, !989. pp. 279-237.

36 37
Di"'. T!'_,P.-::.C :-\\1.-'.RU .A G-'.,\1ARRA Lo R¿befión de Túpoc Amaru
11
lgu:t!mem~, movimientos guerrilleros de Urugu.1y y Penl adopw.ron el
nombre de Túp:~c Amaru.
Sin emb.1rgo,_ CSI:J.s interpretnciones encierran a la rebelión de Tú-
i
~
r·iaba enormemente entre grupos sociales difercnt~S- PJ.ra algunos miem-
bros de las familias de la noblen Inca de Cusco, su devoción hacia los
Incas corrla paralela 3. ios intentos de los Borbone$ por limitar sus prerro~
~
p~tc .--".nnru en u m c:::tmis:::t de fuerzo.. Se ha consider:::tdo que esta rebelión gativas como colectividad color.iJ] especial. Las representaciones de !os
constituye. ún Jntcccd~nte de mosns pura el derrocamiento Ue los espnño~
l Incas habí:m intent::tdo 2finnar su cJ.pncidnd de negociar sus derechos con
ILs y l:1 creJción de un Estado~ nación dirigido por criollos, el cual fue un
ll1l)'.·imicnto social muy diferente en un contexto muy diferente. Esp::u1a, 1 los Habsburgo; empero, pam las masas indígenas, la idea del impetio Inca
podía tener un significJdo más subversivo; un mundo libre de cn!oni::llis-
s:u.~ coloni::ts ameriunns, y de hecho todo el mundo, cambió dram8tica- fno y explotación_ Sin embargo, e! mismo Estado borbónico usó a los In~
n;en1e emn; 1780 y 13:20. Los reyes de la dinastÍit Barbón perdieron su
pcdtr en sus colonias, y en pocos años en la propi~t Espnñ~, y la selección
1
1
cas pHra justificar su propio proyecto. Así, en este período, en Cusca cir-
culaban libremente diferentes comprensiones y usos de Imperío Inca. El
de opciones políticas a Lwor de los sediciosos se h:~bía ampliado enor~ propio Túpac Amaru se movía en estas diferentes esferas, que le permi-
mcmente con la Revolución Francesa y con otras insurgencias. A la luz 1 tían combinar estas diferentes perspectivas sobre los Incasll.
dd contexto de 1780, no es sorprendente que Túpac Ama!U no Enmara ! En segundo lugar, algunos historiadores hnn presenr:1do )J fascin.J.-
Jbiert:J.mente ;:¡_ algún tipo de república democdttica en e! sur andino. ' ción por los Incas como otro indicador de la pem1anente memori~1 y tradí-
Tampoco debería asumirse, como a menudo lo hace la escueb que se in- ción andinas 11• Pero la invoc<Jción al Ta\vantinsuyo no surgió de alguna
clina h;.Kia los precursores, que Túpac Amaru buscaba ]J., imlependencin memoria de largo pinzo, sino más bien como unc1 reelc1bcración del dis~
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p•:ilúicJ en los mismos términos que los "patriotas" de in'ii;ios de! siglo curso colonial, ya que no era extema a las relaciones de poder y a las
XlX. Como se verá, la rebelión no reclam3ba la libertad frente a EspaDa o ideologías de la Cclonin. Si bien e! re vitalismo neo-Inca es un bctor im~
!J. cre::1ción de una repúblico. inderc:1diente, ya que el liderazgo nunca pu~ por:ante en la ideología y el momento en que ocurrió el movimiemo, por
so en cbro 13. form<:t exacta que podría tomGr un Estado alternativo y, sí mismo no es un:1 explicación suficiente. Los rebeldes no sólo miraban
cicrt.:lnKnte, el mo\'imiento~ no debería ser subsumido al interior de los al pasado, pues su movimiento eswbJ. firmemente anclado en el presente,
mo\'imientos nacionalistas dirigidos por criollos. Finalmente, la "pers- abordando intereses contemporán.eos e incorpor~mUo ideologías de fines
pc-ct1v::~ nJ.cÍon:dista" umhi¿n pasa por CJ.lto !a rel:tción problem:'ítiC.:l entre del siglo XVIII. Si bien la interpretación nilcion:'disu fucn;1 a
el levantamiento y la GuetT:l de la Independencia.. El movimiento de base Amaru hacia el molde del Estado-nación ~un an:Kronismo tendencioso~
indígen:::t dirigido por Túpac Amilru ilterrorizó a quienes no eran indíge- la perspectiva del revítalismo Inca puede pasar por alto los complejos
rus, y déc:J.das nús tarde, cuando éstos luchaban contra los españoles, objetivos políticos y sociJles delltvvntamiento.
constitt~yó un alíciGnle p:::tn.l que ellos conuobmn a las clases bajas y for- Una tercera per~pectiva no mira lnci.J el pDSildo andino o h;-¡_cia la
l~decicnn su creencia en la necesidad de cre<.tr un Eslado republicnno ex- furura república sino que coloca la subkvnción, firmemente, al interior de
cluyente. La rebelión de Túpac Amaru no fue el inicio fr:1c1s~tdo de una l<ts rel0cíones negoci:1das entre d Estado y el campesinado indígena. John
e
larg:::t guerra contra tos espafloles, sino un movJmtemo totalmente dlte- PheL:m ha demostrado que ios rebeldes de NuevJ Granada, que se levan~
rcntc. taran inmediatamente después que Túpac Amaru, brrsaron su movimiento
En parte como reacción a la interpretación que lo señala como en la antigua consigna "Viva d Rey y Muera el lvfal Gobierno". Los co~
""precursor", la rebelión también hasido presentada como un esfuerzo por muneros rebeldes a!egabD.n que las acciones del Estado hnbían quebrado
re.sucitJr el Imperio Inc::~. En el siglo XVIII el interés por los Incas h:::tbía este pacto, una '"constitución no escrita" y de esa forma bbí:m compro-
r;;vivido, tJ.nto enlre los descendientes de los monarcas Incas, Como entre
los indios comunes 11 '. Para los rebeldes, sin duda, los Incas constituyeron
11 Yé::~se ellr:.bajo m:Jgistral de Flores Galindo Buscmrda ¡¡n {iJcn. Sobre !D. c:onstmt:-
·c.i referente más impo~ante, como lo muestra el hecho de que José Ga-
ción de ?J:5c1dos :clon\:J.les, v.éase Hob$bJwm y Rcmgtr: The in,·enrion
briei insistiera en su lir;J.je Inca, y :J.doptar:J el nombre de uno de los már~ 12 Este es ¡_;n aspecto del esnJdio -¡'A!r otro bdo, YJ]ioso-- de JJn Szeminski La wopfc:
tires de \<1 Conquista, Tüpac Amaru, con quien est:~_ba emparentado_ En !iipomarüw, Lmcl, Ponri!icia UniversiJ;:¡d CJtóitc:l, .!983. Scrkn O'Pbebn GoJoy
relnción <1! ··n~1cionalismo neo~ Inca", es necesario pl:J.ntear dos cuestiones y David Cohill critice1n a Flores GJlimlo ¡:or ex~1gcrar el recuerdo de los ln~:::s y :1]
pn;'-Üs. En primer lugar, como toda "tradición inventada", la ccmpren- propio Imperio Jnc~1ico. Estoy en Jesacuerdo cvn cst:1 opinic)n. SurieH O'Phel~n
Godoy: "Utopf::¡ andin3. ¿para quién? Discursos p<1rJ!elo~ a (\;les deL: CokH1i<l", en
;.;ión del Imperio Inca y su uso en los movimientos sociales y políticos vn.- O'Phelan Godoy: La gran rebelió11 en loo- Andes: De T1í/mc Ama m n T1írnc Cr:!ari,
Cusco, CBC, 1995, pp. 13---l-5, cspccin!mente lns PP- 25-16; David CJh.;\1: •·una vi~
JO Jo!~n RU'-'-'t::
"El mov:mienro rucion:1l inca dd siglo XYlli", i!n Flores G::Llindo (ed.)· sión etndi;.:l: el i~nntnDiemo de Ocong::!le de 1815". en Hisu)ric:< NQ Xll, 2. 1988,
T1ipac Amd. u!!, pp. ¡ 3-53. pp. '!33-\59.

38 39
w

DE T(:P.:\C Al\L\RU ¡\ CJA,\J¡'.RRA


i Ln Rcbi!!ióiJ dt Túpuc .·\mum

metido su legitím!d<1d. En suma, más que derrocar el Estado, la rebelión 1 aquéllos de los rebeldes de Amérit:;:¡ HispanJ de inicios del ::.iglo :\JX
busc:1ba rr;antcncr re!:lcioncs lrad:cionales, interpreLación gue la retórica
de Túpac Amaru apoya pMci,llmentc, al re..saH.::..r su fidclido.d al Rey y la ! Asimismo, la propiJ. rc!J<:iió:l debe JnL~liz:1rse muy de cerca, observ:111do
!o qtJe d iidcrJ.2go y las masas buscJ.ban al participar en )et rcbclicin lo
legitimJJ;_¡J de ia sublevación al intc;·ior del pacto coloni.::tliJ. Sin embargo,
el discurso coloni.::tl podi"Ía ser subvertido: el uso de estos términos no ne- 1 que, o. su vez, regaiere un J. cor-:1prcnsión del contexto c:conómico. poi ícico
y social del Cusco de 1780.
cesariamente apoya al propio coloniutismo. Como insistÍ ti Flores Galíndo,
lo más importante fue que las acciones de los rebeldes contradijeron esta
interpretación. No eran pre-po!ílicas o "conservadoras": teníw.n "intencio- Conflictos y contexto
14
nes innegablemente anticoloniales" • Al ejecutar a funcíonarios y arrasar
y saquear haciendas y obrajes, los rebeldes fueron más aliá de las meras
rencgociacioncs del p;:tcto colonio.l. ·Al mismo tiempo, reclutaron a todos
1 Las reformZtS borbónicas cambiaron drJsticamente !o.s reiJ.cione.~
entre la sociecL:ld andina y el Eslado. bic\adas al principio del
w.quéllos que no eran europeos. Pero no e,"\.istía una altemo.tiva cbra al 1 XVIII, este conjuriLO Je modific:Kioncs fue implementado en lt1s propic-
colonialismo; así, ellos combi:uron la rest;mración Inca, las monarquías '¡¡ d::ldcs ~l~nericanas de España principalmente durw.nte el ¡·cinado de Car!o;;
Juales, y ft·agmentos Jc pensamiento J.ntícoloni:ll. No obstante, buscaban III ( 1759-1738). InOuenciado por el pensJ.mic::nto de la I!ustraci0n, y l'or··
derrocar al coloniali.',¡no en los Andes. La violencia que signó el inicio zado -por las frecuentes guerras con franceses e ingleses- a extrt1cr mi~
del levantamiento, su pL1nificación, y su extensión en todo el vírrelnato ganancias de ias colonias amcricanJs, el Estado espo.i'iol centrJ.lizó ;;u ad-
del Perú e incluso más allá de éste, indican que era m{is que un incidente ministro.ción coloniJ.l y aumentó las exigencias a h población; o.;;í, ,¡¡
local que tuviem corno objeLlvo a una autoridad especÍÍÍca o un determi- tiempo que dcs;-nantel:::ba el sistcm3. de los Habburgo, redujo en la ;_¡Jmi-

5 of 24
nado abuso; por ello, el lcvu.ntamiento de Túpac Amatu casi inmediata- nistr.o.ción el número de funcionarios no.cidos en Américd, y enJu¡eció ci
15
mente sobrepasó los límiles,de b típica revuclta • control de las Jiferentes unidades administrJ.tivns. Supcrvisw.dos por los
Por tanto, el anJ.li.sis \Je las rebeliones andinas del siglo XVIII no vigilantes borbónicos y la elite comercial limeña -su principal aliado-.
debería enmarcarlas únic::miente como anteccdeutes fallidos de los mo- los funcionarios locales y regionales se vieron oblig:.H.los a dependu me-
vimícnlos de Independencia análogos a otras sublev::J.clones de masas de nos de !o. negociación y más de la coerción. Los caciqu~s, ir.Ler;ncdi:lrio:~
la era de h Ilustración, o como proyectos restauracionistas de aspecto re- entre la Sí)Ciedad und¡na y el Estado, eran fuertemente pn~sioruJ(;S rar:l
trógrado, o como una revuelta más, aunque grJ.ndiosa. Por el contrario, es cumplir c'dn b.s crecientes demandas Je! EstJ.do bOrbónico, lo que poníc1
necesario unificur estas perspectivas pues, si bien la base soc:al y la en riesgOs~ propi:t legitimidad en la sociedad lodl. Estas exigc:·;c)~1S In-
ideología eran en gran mcdidil diferentes al movir:-1iento independentista cluyeron el aumento de un::1 serie de impuestos, C! mcjortLT,iento de los
de décad:.1s después, estas rebdiones fueron ilnticoloniales. La incorpora- métodos de rec::n.tdJ.ción, y la imposición de nt.1c\·o.S rnonopcl
ción de. !os Incas no excluye un radical movir.-:iento anticoloniai en la lí- Los CJ.Dbíos d'.:: jurisdicción disminuyeron e¡ rol económico y po-
1
nea de los eventos de Europa, Estados Unidos y ~-en el futuro cercano- lítico del Cusco en el Alto Pení. De esta :-n:::tnera, en U7ó se creo-;::) v !-
América Hispw.na, ya que en su cuesLionamiento al dominio coloní::d, los rreinctto de Río de b Pbt2., con lo que se :;e paró Cusco y el resw del B~tjtl
rebeldes de los Andes incorporJ.ron diversas tradiciones y discursos. Por PerJ de Potosí y la cuenca del Titicaca' 7• En 177~ se legisló una polític:1
otro lado, el liderazgo rebelde, su base de masas, sus plataformns, y el !
propio contexto ~n las /\.mérica.s y Europa eran radi~almente diferentes de
J6 So~rc !as reflmnas borbónicas ;:omo c;;.usa de.! k.·iznl:ui :c:l:o ''"~j.
se O"?hdan GoJoy: Un siglo de rebeliones ... ; John .
l3 Johr. Phd:m. The People 1111d !he King: The Caml<~;cro Rn·oil./iÍon fn Colvméia Amaru y el ?rogum;:;. ;mperi:1l Ce C:.rios l!l', en
! 78 J, [\ lacbon, U ni versity o f \\'iscons!n h:~ss, l97S, e~;;cc;:ll :ne:1tc pp 79-SS. !1, Lir:,::t. RctJb\o Je Papel, ;916. PD. 107-
14 Alberto Flores Cnli:H..lo· "La nilcíón como uw¡úc: Túpac: Anum 1780 ', en Luis Du- for.r:as borbónicz:.s. vé<lse D. A.
r•lnd Fórcz (ea.): Úl rel·o/¡u;:fr}¡¡ de los nípnc Ai.'Wiii." An!u!Dy,Ín, Lima; re··. en Les!ie Bctheii (ed.): Cui.' 11io!
CNDBRET/\. !981, p. 60 f'r':''·
15 Par¡¡ unci i];l¡:;Ortante discusión sobre si c;uegorizJr el moYimir.::1:o como rebelión o !987, pp. 112-162. . . 1

c0:::o n;.;;Dluc:ón (postubnCo la primen1), véase Scar:Ctt O'Phebn Godoy: Un sigló !7 Sobre im· urnbios jurisCiccton:lics y ~a confus:ún quejtr:\jen::n cunsigo el nuevo \"1-
éc r-ebciiones amico!oniales. Perrí y Boli1>ia, !700-F83, Cusco, CBC, J9SS; y p<!ra rreirw.tc. el slsterr.<l Jc intendenCÍJ. y los combio~ en !:J 1l\udicr.ci:J. véo.se John Lync::\:
unil versión r71ás reciente, vé:l.Se de 1:1 mlsma autom >'Rtbdioncs a.ndin:lS anticolo- Spanish Colonial AJmini.stra!ion. !782-JSJO. Lm>doil, Thc T,;;tivc:-si~J ot· L:::;,~:::c
ui.:cles, Nueva Gr:mJdo., Perú y Ch:uc:1s entt:e d siglo XV!ll y XIX", en Anuario dC Press, 1958. pp. 65-68; Joh;1 Fishc:-: GO\"CJWIJe/Jt w!d S·aci,;r_r in Coloi!Ú.l/ Pem: Thi."
E:midios Americanos;-..;~ XLIX, 1991. pp. 395--140. Systcm, 17S.J-i81-!. London. Athlon~ Prcss.~i '-/70. pp. -tSl-50: CJ¡-;-::;::n Tn·

...¡.¡
·~
D~~ Ti~P--".C _-\ -t.c..Rl_; ..: . . G.-"-.\1.-\RR ..l..
!
¡ La. Rebelión de Amuru
¡
d~ "hbrt comercio" que, cnlre otr~ts iniciativas, ~tbrió Buenos Aires al 1 trc 1750 y 1320 en Cusca se multiplicó por dieciséis''. Pero los indios no
comercio con Esp~lña. La pbta e.'\lfc:tÍlb de Potosí Cf<I en viaJa a través de
Buenos ,--\ires que, :1 su vez, comercicllizJ.ba bienes ímport:~dos no sólo en í sólo tuvieron que hacer frente a un aumento en lus venws y d tribul.o,
pues también esub::~ el reparto de mercancí;Js, otr<J. institución desprecia-
el Alto P_cní sino wmbién en Cllsco y Arec¡uipc1. El oro y b plat::t serían 1
• ble, que era to\eL1da por el Est:1do colonial por la cúa! se permitía que los
Jcuñ~¡dos in Potosí y ya no en Lima, y no podía exporturse metales pre-

i'
corregidores -por lo general coludidos con los comerci~l:Jtes y los pro-
ciosos, en bt-LllO, al B:tjo Perú, por tanto, el pago p~lra las importaciones ductores poderosos~ obliguen a los indios a compo.r pradtlnos, a menudo
de Cusco, cedes como textiles, núcar y coca, cada vez er:m más difíciles _a precios inf!ados 2 ~. Esta práctica fue i1bo\id<J cuzmclo la rebelión de Túpac
1

'.

Como sus contrapartes limeños, la clase alta de Cusco se quejó de estos Amarn estaba en ClJfSO.
cu,:;hios, de:::cribicndo sus terribles consecuencias económicas y los po- Como se analiza en el siguiente capítulo, !os Bo¡·bones ti:lmbién hi-
téncicdc<:; problemas socialts que podría ac::trrear. cieron trizns la autonomía polítíca de las comunidaclcs campesín:1s. Asi-
L1s d.:m~l:Kbs !íscilks <1 b población :::ndirn crecieron fuertemente mismo, con frecuencia Ín!entaron reemplazar a !os traJicion;J\cs
(i)il ¡,ts reform:1s borbóniGJ.s_ Por ejemplo, la ::>.lcah:1!J, nn impuesto a las ''ele sangre" con personas que no eran indígenas, cbndo origen J duras
v~ntts que se p:1g~1ba scbre la n1ayor p~lrte de merc::mcías cornercializ~tdas
por quienes no er~n indígenc:ts, subió de dos por ciento en l772 a seís poi
! btJ.lbs que por décad;:¡s se libraron en los tribunales e incluso, en oc>sio-
~ nes, en viokntos actos c;:¡l\cjeros. Ml!Chos cJ.ciques d,:; sJngre
ciemo en 1776_ Más impon ame J.lÍO fue el hecho de que el Visitador Gene- o ümenazu.dos se unieron a bs fJerzas de Tópac Amaru~).
ral Amonio de Are{:he, quien llegó en 1777, puso en mnrc,ha··un:1 vigorosa En la segunda mitad del siglo XVIII, el dest~lcado lugar que t:::nía
r~cJ.miJ.ción de triQutos, y en todo el sur :melino se instaL).;pn oficin;:¡s de
6 of 24

Cusca en la economía. p::mandin3 est~tba cayendo vertiginosamente. Las


aJu~J.n¿¡s~'~. En !a s.egund:.:~ mitnd de \a Jécac\o de !770, se incluyó en el pngo refonnas borbónicas, sin embargo, no fueron b lÍnica c;-¡usa de bs difi-
de ab1bJla J. prod~clos como la hoja de coc~1, y a grupos sociales que ante- cultwdes económicas y el extendido descontento en el Cusca, pues tam-
riormente h2bbn e.St21.do exonerados como los :trl<.'."SJnos_ Así, a través de l::l bién contribuyeron la debilidad interna de la economÍ[l de la región y la
arnplinción de la fiscalinc]ón del Estado sobre casi toda transn.cción co-
merci::tl, la incorpobción dtoi grupos y produclos anteriormente exonendos,
y la forudecida efi\:iencia en la recand2.ción, las reformas borbó~icus des-
1 consecuente lncu.pacidad por competir con productos for:'ineos. Si bien h
política borbónica de "libre comercio" no abrió el camino a un diluvio de
importaciones, los productos del Alto Perú, el virrein;:,to del Río de la
penaron bs irJ.s d,e virtunlmeme todos los sectores socioeconórnicos del Plata y de ultramar compe6an cada vez más con los de Cu~co'-1. De esta
Pen/' Además, los camhios no fueron sólo económicos, pues los criollos manera, la región sufrió de sobreproducción y saturó los mercados mien-
i'ucron excluidos & las posicion::.s adn-.inistrJ.tivcts claves, y los· grupos cor- tras los precios se estancaban e incluso caí un: \a competencia aumentaba
porcJtivos -----como ¡¿1s anes:HlOS o los miembros de la Iglesia- vieron reduci- y los precio;; disminuían en el mismo momento en que las demandas del
dos ~us derechos y prerrogz¡tivas. Estado e.stab:m en auge, ;:iliment:lndo una situación cxplos\vJ. Las princi-
Las refcrn-::1s borbónic::JS aumentaron en gwn medida 1a C:lrga trí-
butariJ. extraída a fos índios, poniendo fin a la excepción que éstos tenían Nils J;¡cobsen: "Peas:-mt t:mdtenme in rhe Per..;vi:m Aitipbr10 in the 1'r::Jnoit;0n íwm
21
de cienos tríbuto::>i e!evondo Jos impuestos, y ::~umentando la efic1encín en Colnny to Republic", manuscrito, 1989, PP- 28<29; Charks F W:J..'kcr: ""P~as~ts.
la rec::mdación. Eh el Perú, los ingresos del Estado coloni;:ll h<lbían de- C:udillos :md the S¡z,te in Peru: Cuzco in the Tronsition from Colony w
pendido princip;:ll!;wnte de! tributo indfgen::~.; por lo tanto, el aumemo de l780·iSJ0", Tesis de Ph.D., University of Chic:;:;go, 199:L no. 55-57. La
ción procede de John J T::::Paske y !-l¿rbert Kkin: The
Lis ~1rcns del Esta~o requería aumentar la presión sobre los inr:lios. La re- nish empire in ,"\me rica, vol. 1, Peru, Durham: Duke Un¡versH}
cJ.udJ.cién del tributo indígena llegó a su máximo luego de 1750, así, en- 2?. Jurgen Gblte cnkubbcl que los predos e1·nn devodos en aproximatbment.:
ciento, en promedio. Gólte: Repnrros ... pp. 104-105 y 1::!0 Puede verse crilicas a
Gólte en O'Plldan Godoy: Un siglo de .... pp. 117-135, y en Rores Go.!imlo: Blis-
cnnd!l 1111 lnw, P- \03-104
rero Oomuo: ~-E:;tCtb!ecimiemo de !a ,\udic-nciél del Cuzco", en Bc!ttin Je! {nstiru:o :23 Entre \os n~uchos C-sn;dios sobre la decadencia del rol de los cociques, véo.se Brooke
!~iva Asriuro No S, 1969, PP- -iS5-9L Larson: "Caciques, Cbss Strwcmre and the Coiond St:l!e in Boli•,;i::~'", en iv'ova Ame-
1S Nils bcobsen: ,\!irages cjTrc:nsilio!l" The femvian Altiplano, !780·1930, Berkcley ricana N" 2, 1979, pp. 197-135, y Nuri;:¡ Sala i Vila: Y se armó el role luk: TnouiO
and Los Angdes. Unive.rsity ofCalifomia Press, 1993, p. -1-l. indígena y movimien!Os sociales en el Virreina/o del Pení, 1784-18!4. Lima. lER
I'J h:-.::>Osen: ,.~hmgi!S . p. .W; O"Phd,m: !Jn .úg/o de .. , pp. \ 74-1:2!. José tvbría Arguedas, 1996. Para un interesnme caso comp::~r::tivo véase N<i!lty FJ.-
20 O'Phe!~m Gc,doy: "'Revudtas y rebeliones dd Perú color,i::d", c:n J;:¡cobser. y Puhle: rriss: Mayan Socicry r111der Cofonin/ Rule, Princeton, Princeton Urw<:rsHy Pr~ss,
Tlw Economies of.\lcxico Gnr! Pem lJ¡¡riJJg rhe Lwe Coloninl PJi-ioJ, 1760-1820, !984,
Berlin, C-,\Joquium· Yerl~g. l9S6, pp. 146-148: Jiirgcn Gcttc: R,'par!Os y rebeiir;m:s. 24 John Fisher: "lmperin! 'Free Trade' amlthe \lis¡mnic Economy, !778-1796", JLAS
Tú¡>ac Amant y ia.s co';rn:.rficciOt'ie'S7/i: fa cconom[a co!mriol, Lima, lEP, 1980. No_·l3, 1 (1981), pp.l\-56.

~2 43
DE TÚP1\C AivíARU f\ GAt\lARRA '1 Lü [,.'¡;befir!n de T1Ípuc .-\n:Dru

pales activid~1des eco:Jórnicas de Cusco que girJ1xm en torno a productos dos abusos. Est~ mczcb constituye un~t
como textiles, hojas de coca y azúcar, eran vulnerables debido a su de-
pendencia de lo. rnuno de obrJ forzada, las ventas obligadas -el reparto- y
los merc~tJos distantes''. Parafraseando a Nils hcobsen y Hans ]Urgen
1
1
gías müs que un cordón inicial y fr~tCJ.sado de pchJmicntn occt<.klll:t!
Durante todo el período que es objeto Ud pn::sentc !"ibm, ccnti:nh5 la btÍ'i-
queda de un J. plataforma ~ubvcrs\\·::¡ que .se adhiricrd J. !:J. c;.::tura <:;.r;:llL~l.
Puhle, la ec.onorn(a de L1 región se caracterizaba por una infraestructura
atrasada y por exorbttcmles costos de transpone en el accidentado suelo
andino. Por otro !J.do, la ofcrt:J. Je m~mo de obra era ineLí.stica y los pro-
i El n~Kiordismo neo-Inca fue b fuente ideo!ói;ic.:~ m:.ís cvidcm~ p:l-
ra ellevantJmíento de Túpac Am2.ru. Así, dm:mtc tOdo el siglo XV !TI los
descendientes de 1:l eii~e Inc:::t, p~u·ticul:illTiCnLe loS caciques r:cbk::, rk]
ductot·es dependían del trabajo forzado'h. Por ello, durante 18. sublevación Cusco, vcnerJ.ban o los Incas; ;10 sólo ostcnu\.n;¡ s"u reJJ ::,Íno +1e
los rebe!Jc:s expresaron vívidamente la antipatía hacia los obrajes, lo que exigían mayores pr·ivilegit\~ qtl<: <1qué1!os d~ los quc'ya di:;;f:"tllab:.~n pe: :o:cr
se expresó en ·e1 incendio y saqueo de docenas de e! los. Así, en 1780, la 1 cGciques'~- Particularmente importante pat-a este rcs\~~·gim!erctu fucrO!l lns

ii
economía de C..1sco estabo. estancada o induso en decadencia, y el grueso Corncntários Rca!es, la historia del Imperio lnc;1icci que esc¡·}bió G;lr·ciLl-
de la población culpaba de ello al Estado colonial. so de la Vega y que se publicó por primera vez eiJ 1609. El tmJ:ogo ele
PJra explico.r rebeliones como la de Túpac Amam, se requiere Andrés GonZ<llez de R1rcia en la segunda t:di~ión de 1723 it\duí<J. UtlL1
examin;-¡r tanLo Cactm-cs ídcológicos como económicos y políticos. In- profecíJ citada por Sir Wcdtcr Ralcigh de que el dominicJ 1nca seria res-
contables estudiosos han dcmoslrado que los levantamientos no son me- taurado con la ayuda de gente de IngbtetTJ. José Gabriel, que a mcnuJu
ras reacciones ante las com!iciones objetivas, ya que las transgresiones era denominado "el1nca", citó este trabajo en \a déc::Hh de 1/70. cu~.r;.J,;
nJOrales o culturales son iguaies' o más importantes en la incitación a la realizó gestiones legales en Lirna, con el fin de cunCirnnr :;u títulcJ Je ca-
insubordinación . Los líderes y los seguldüt\~S del movimiento elaboraron
27
cic¡uet. El 13 de abril de 1781. poco después de" b captura de T•'!f'"\c

7 of 24
su ideología a parlir de una serie de fuentes. Ya bien enlodo el siglo Ama-tu, el Obispo de Cusco Juan ;\·[o,<;coso escribió" que "Si los Con:::.'n:u-
XIX, los rebeldes andinos ,combinaron COtTientes de Ilustración y pensa-
miento <1nlico!ocial, nacion'<:J.lismo Inca, y llamamientos más tradictonalcs 1 rios de Garcilaso no huvicn:m siGo la lcc:mJ. e inst:·ucción del Í;Jsc;rgen-
te ... Si ést:::s y otras lecciones de algunos J.Ulorcs no huvi . .Tln
que no cuestionilban la legitimidad del Estado sino m<is bien determina- tenido la aceptación del tr~ydor en lo n~ucho qL:c e;; clbs se \"Ícr·tc sobre
la conquista no emprendería Tupa Aman.1 el <lcmjo detestab!c de su ¡-cve-
T..:iDJC Ama.n.11 estalló a ¡;nes de un br-
1ión"J11. Lu¡:::_go de la rebelión, las auto~·idJ.cles cen:;uraron vigoros::.nx:n:c Lr
25
deicr y NJlh:m \Vnchtd: "Pliccs and obra de Gai\::ilaso.
in t)¡c Eíghtccmh Century", en Ly:n:m CoTn~ suceJe con todos los mitos nacion~distZts. el rn,:iunalis;lF1
,--- Essays OH 1he Pricc Hislory of Eightu:.11th· Inca fue la base para dive.rsos proyectos políticos. Los caciques de s~m;t-c
Albuquo:rque, Univ¡;¡-sity oi New lvkxico Press, !989, p.
-una cJ.tegoría que ::tbarcp.ba a miembros di:~:ingu:dos de la elite de ia
tJmbién seña! cm esta tendencia en los
¡;¡¡ ;;¡:.¡ I"Cf:,'Í.)¡¡ L;: _[¡;o: Qf{_-;!;!c~j (:i/1;!(" ciudad, empresarios relatÍ\'ame:1te prósperos como TL:pac Am~~;-~;, y ~lulo­
l ':!83, pp. 429-453, gráfico de 111 p. 439; ridades locales de comunidades Jisucntcs que hJ.bían s:Co rut:ncnJt::llll:
"·''"""""Y capitJ.lismo ten l:J. siura sur del Pen:í (fine~ del si- presionados- incorpocD..ron la. evocación a los Incas :J. su a b
g;o XIX v cotnic:n:cs XX), en]_ P. DeiGc Y. Saint-Gcours (cds.): Esuu!os v na-
campaña de ccntmlización que tos Borbón lkvab~<n adeL.J.nte. Como ha
~ iones e,; los lindes, vol. 1, Lima, !EP, l986, pp. 213-217; hcobscn. Mirases .. :, pp.
95·106. Sobre ];.JS presiones Jernogdficus, véJse de Luis [\·ligue! Glave: Vid,l, sím- afimndo Flores Galindo. las masJ.s indígenas lJ.mbién Jesarro:~~tr8n su
bolos y balal/as. Creación y recreación de la COillll!!idnd indfsena. o,.;:co, c;ig!os propia interpretación del I~11perio Incaico: "una socied::td ig.u::liit:c~:~\ un
XVI-XX, LimJ., Fondo de Cul;um Económica, 1992, PP- 93-1!5. mundo homogéneo compuesto sólo por rw;as (campesinos cmJi:·¡cSJ J¡)rJ·
26 J¿cobsen y Puhlc: The Econumie.s ... , pp. 23-24. de no existirían grandes comcrci::lntcs, ni J.utoridadcs ccloni:.:lies, ni !n-
27 En estro. :1:1ca inte;prcto;iv¡c e! trabajo mús es ei de E. P. Thom¡:Json: "The
¡>,[ora\ Econor.1y of :);e Er~gb:t Cmwd in thc Cennny", en Past ami Pre-
smt Nc 50, !971, pp. 76-136, '!!",e Econon.:y Rev!ewed", e:-: E. P. 28 Rowc: ""El ;ncvir:lie;:Co .. ·
Th"''"""" Cu~:oms i11 Comnwn, York, The Ncw ?~c.ss, 1991, pp. 259-351 29 dice que pJra lo~ :\C~':;-.odJJos 1::: Jc ¡-, :,J:.
cpliocción de bs nociones de Thornpson y Jsmes Scott sobre econo¡~,:a no:·a: ción de Comc¡¡tarios en :nce: Ci::r;o·· ~-;;~-
ve~se en Br·ooke Larsor:. "E.\plot<Jciór¡ y economía nwr:ü en !os Andes", en d,;ng: The Firo"l Ame rica: The Spanó-/1 ;\.tonare/·:· Cu.'uie P.w·ir.)<".S, éN j ·.':'-· L.-í.'''~"'
Morenc Yáfi.cz y Fra.nk S<llomo!l (eds.): Reproduccióti y lrwufonnadón de Stcrte, 1492-1867. C:unbriJge: Combridgc Univers!ty Press. i 99 i. ,\_;:·:¡J:z::u :: khn
fas sociedades andinas, siglos X'l!-XX, Jos vols., Quítv, Abya- YJ!a y MLAL, ! 99 i, 1 Rowe por w c!alific~cíón sobre este tenw.
lomo !I, pp. -+4!-480; y Wurd Stav\g: "Elhnic Cor.fi:ct, Mor:~! Economy, o.r.d Popu- .j<
30 Tú¡;ac Anwm y fa Iglesia: Antola_~ra. Cusca. Edut:1nco. 1983, pp. 270-'277: L.:·.v;n·
btlon in Ru¡·:¡J Cuzco on the Evc of the Thup;1 AmHo l1 Rebellion"', en !fA !IR N° La Rebelión .. , pp. 382-388; Jos<! Dur::;nJ ··E\ inl1ujo ék G..:ru: lnu ~n T\~pJC
68, 4, 1988, pp. 737-770. y - ~ Amam··, COPEN"2, 5, !97i, pp-. 2-7.
-~·¡;:
~i:'i
t
DET(:"PAC A\í..i.P-U A GA\lr\.RRr\ Lo Rebelión de T:ípc:c Amaru

1
cit.:nJ~ts, ni minas, y quienes er;::m hasta entonces p3.ri;:¡_s volverírw a decidir acceso a la información sobre el movimiemo independentiStil de los Esta-
su destino: .. d mundo al revés";'_ La visión rom:lntica del Imperio Incai- dos Unidos ~pues d periódiw Cu:era public:.~ba int'onnc:; dct~llbJ¡;s-,
c~> poJ1·í~1 u.:;arse p;:ua exigir derechos igunles pD.rn b nobleza india o para este movimiento no constiluyó un símbolo imporwme en Lt rebdión, co-
justificu __ el derroomiento dd colonialismo. Durante el levantamiento mo ocurrió con otr<J.s conspimciones y revueltas ele la década de 1780 que
surgirliln .:Ú'nb:1s perspr:::crivJs sf se refirieron a elb con más frecuencia'~. En la segunda mitad del siglo,
Se conoce menos sobre otras intltlencias ideolégic:1s. En la décn.da europeos y amerÍCH\OS tuvieron duros debJtes rdncionados con relatos
Je l 770 la gente de Lima y Cusco discutía nuens ideas provenientes científicos de ~mores L.1les como Cornélius de Pamv, que presentaba :11
rrincipJ.imente de Europa y de los eventos qt:e estaban ocurriendo en Viejo Mundo como superior al Nuevo Mundo. Algunos inte!ectll:l!es pe-
Estados Unidos. Las creencias protonacionalistas totalmente maduras no ruD.nos siguieron y comentaron estos debates, pero no j11garon un rol acti-
o,t Jes~lrrolhtron sino hasta b publicJción del A1ercurio Peruano en la dé- vo en ellos. Empero, es posible que tilles discusiones pued~1n h:1bcr dado
c:Jda de 1790, y se manifestaron en insurrecciones de masns recién a prin- fuerza al disgusto que José Gabrid sentía por los europeos)'. Por otro la~
cipios del siglo XL'\:. Incluso entonces. b infl-uencia del pensamiento de do, la falté!. de interés de los criollos en la poblnción india ~y tal vez sus
];_¡_ Ilustración y de otras revoluciones-modelo no ftJe absolut:-1 sino más
¡ dificu1tn_cles frente .:1 un cacique serrano como José Gabríe!- pudo h:1ber
!!\
bi::::n estuvo combin<1d3 con otr~1s ideologías. No obstnnte, las partes y fmtalecido su decisión de dirigir una luch<l indígena con bas~ en el Cus-
picz::ts dd pensnmiento de la Ilustración y el creciente descontento con el ca. En resumen, José Gabriel tuvo acceso a partes y piezas del pensZl-
colonialismo tuvieron efecto en el pensamiento de Túp:ac ~1\maru y podrfa miento Ilustrado y a anhelos proton~Kion:J.lcs, que contribuyeron a sus in-
8 of 24

considemrse que, más que c:tusas, fueron inf\uenciws o f~entes para su clinaciones anticoloniaks
30
desarrollo como rebelde e ideólogo • Por otro !n.do, para entender el k:vilntamiento de Túpac An:aru se
TLipJ.c Amaru Hegó a Limn en 1777, donde, según su esposa Mi- debe tomar en consideración otros factores más inmediatos, particu\cn-
Cleln. '·se le abr1eron Jos ojos")), Pennaneció cerca de la Universidad de mente su propio camino h;:_¡cia la rebelión. José G<1brid Condorc::mgui
San ?vl:J.rcos -~!:1 que. al pn.re~er frecuentó-, donde se solía evadir la censu~ Noguera nació el lO de marzo de 1738 en Surimnna, situ~1da aproxima-
ra a b lectur::l y discusión dE:! pensJmiento de la Tlustmción. Se hizo ami- damente a ochentJ kilómetros al sudeste de Cusca, Su p:.1dre, qne murió
go de Jv1iguel Montiel y Surco, un mestizo de Oropesa, Cusco, qUe l1abfJ
visitado InglateiT::t, Francia y Espai'in, y er:1 un entusiasta lector de Garci-
laso de la Vega; ésre, a su vez, presentó n. José Gabriel e1 otros críticos del
1 en 1750, era el wcic¡ue de tres pueblos, Surim:mn, Pnmpnmnrc.J. y Tunga.-
suca, ubic::Jdos en el distrito de Tinta. José Gabrid estudió en el prestigio-
so colegio de San Fr::mcisco en Cusca, donde los jesuil'Js t:ducnban 3 los
co\oni;dismo espanul, específiccm¡enk criollcs opuestos a la política de vástagos de los caciques. Heredó 350 mulas y solía hacerl3s tr~lb"Jj~lr en]¡¡
.:'\r~:che •-~. S" obre otras posibles idea$ e intluencias hal\ad::ts por José Ga- ruta entre Cusca y el A!to Perú; esta condición t.k propict~nio d,: rectJas
briel no podernos sino especular; por ejemplo, en este período, t~n Lima de mulas le proporcionó import:mtes contactos a lo L¡¡-go de es;1 región.
los in\electun.les cuestionaban crecientemente la valide¿ del escol:lsricis-
mo, que ern la doct0,na educ::1tiva tradicionnl'-'. Aunque José Gabriel tuvo
1 Además, por ser cacique, tenín derecho a la tierra, y tJ.mbi¿n tenía lTJO~
destos intereses en la minería y en los cocales de C::~rabaya, n.l sur-·'. De
estn manera, José Gabriel poclria ser considerado miembro de la clase
media colonial, con fuertes vfnculos con Lls ciases baja y alt::t. Hablaba
31 Flores G;¡Jir,do: B¡1scando rm l11w, p. !06. Sobre el quechuJ del siglo XVlll véase
Ces::u ltier (ed.): Del siglo de oro al siglo de los luces: Je,:grwje y sociedod en los quechua, lo que le v-inculó no sólo con la mayoría índia sino to.mbién con
Andes Lid siglo XV!íl, Cu>cu, CBC, 1995: Bnlc:::: i\--lannheim: The L1ngu¡:¡ge ofrhe los indios nobles y con !os muchos ''no-indígenas" que h:1.bbbon b !en-
Inca !iirtce rlre Europam [nvasion, Auslin. Universi\y ofTexas Press, '1991. gua de Cusca. Como cacique del linuje real Incn, fonn:lba p~me de una
3:; Yease Jos er;s,;yos <:n John Lynch; Wtín American .'?erobtioru, 1808-1826.- 0/J ond clase privik:giJd;:¡; así, él y Gabriel Ugarte Zeliorogo, un miell1bro distin~
New \Vor/.-1 Origins, Norrm.n, Universi!y of Okbho;-r.:l Press, 1994, pZ!rticularmente
L:!. par: e 5: ""Ideas ::md inte~ests ..
guido dd Cabildo de Cusca, se llamo.b:m primos, y se considen1ban pnne
33 Cindo en C.:dos D::niel VJ.lcircel: "Fide!ismo y Sepr:ttismc de Tl:psc: AmCU"U", en
Du~nnd Flórez: La revolución , p. 366.
3-1. José ¡\;nonio dd Susto Duthurburu: José Gabriel T1ípac A!Jwr:..: antes de su rebe- 36 Ésre fue d c::tso dd kvanr::m~;;n~o :.!t ,o\,requipa que se Jn::~iZ:.l nú; ~::kbrHI':
lión. Lim;:¡, Pomiticia Universidad C;¡tólie<:: del Perú, !981, pp. 93-95. 37 Amonellv Gcrbi Tiw Dispute of ¡/¡¡; New \Vor!,f: Th.: Hisrory uf u Poío11ic, !750-
35 Robert Schnfer: The l:'cunamic Svcielies in the Snanish Wor!d, 1763-1821, Syracuse, 1900, Pinsburgh: Univcrsity of Pinsburgh Prcss, 1973~ Br~Jing; T/¡,, Firs1 Am<:ri·
Syr:¡cuse Uoiv~rsity Prós. !958. p. !57; Vícto~ Peralto: "Tiranía o buen gobierno: _ ca .... p. ,_¡_99
~
Escobs;icisrno y criticismo en el Perú del siglo XVl!l", en Charles W,:dker (<!d.): 38 Juan José Vega; Josi Crd:rid T!ipoc A111am. Lima. Ediiori.ll Uniwcso, 1969, pp. 13-
Emre !a rerónca y !a Í11S!<rgencia: lns ideas y los mon"mien!os sociales en los Al! des,
sig!o XVlll, C..:>-so. CBC, !996. ppc-b-7-68. 1
-5,·
!5; y dd ¡nismo :\Utor: Tiipoc Amun1 .\S liS co,npm!aos, tomo 1, Cusc!), :'>tunic·:p:l!i-
d~td del Qosqo, !995, pp. 3-21.

~~ 47
~6
!
DE TúPAC A!v!ARU A GAMARRA La Rebe!ir3n de Túpac .-\nwru
1
¡
de una misma farniliJw. En 1760 se casó con Mí cae la Bastidas Puyuca- ~ sitador General José .;\ntonio ele Arce he, c¡ue rcci¿n h~bf:J. llegZtdo. d~nc::_;íÍ
hua, una mestiza de Parnpamarca, pobf;:¡Jo cercano a Tinta, quien sería
una importi:lnte dirigente durante la sublevación. Tuvieron tres hiios: Hi-
1 esta petición, pero José Gabriet persistió. y obtuvo el .Jpoyo de otn:•·.; ca·
ciques de la provinci~l de Tinta (Ci:ln:J.s y Canchis), aunque fue nu;:\·:t-
pólito, Fernando y Mariano.
Los consU.ntes pmblcrnJS de José Gabriel con las autoridades en
1 mente rechJ.ZJdo. CuJ.ndo la rebelión se inició, en noviembre de 1780. 111..1
se había lleg;:¡do ;:¡ ninguna dccis:ón en el con Betanc:u1 ., En ese
relación a sus reclurr.os ante la oficina dei c:JCiguc y su brga batalla legal momento, Túp:.:tc /\.m:uu tenía motivos suficientes p<1ra volverse contrJ d
en torno a sus derechos como descendiente de! último Inca le produjeron E.:.tad!) esp.J.ñol; también habf::l :ogndo obtener los contactos y el respeto
profunJ;1 amargura. No obst.mtc, también le dotaron de import;mte expe-
rienci3 en Linu y en otros lugGres acerca del uso de los tribunales y del
1 necesarios para conducir una rebelión de masas.
En los alías precedentes a la rebelión, en Cusco, la lglesia y el b-
empleo de habi!idJdes retóricas no sólo pJra defender sus derechos sino ti:ldo se enfrcnt<J.ban en una virt\lal guerra civil, situación que podria C0n-
también en torno a la exp!oLición ejercida sobre !os indios. En 1766, lue- siderarse como la división :::d interior de la clase dominante. que en mu-
go de años de demora, se le olorgó el cargo de cacique que su padre y su
hermano habían tenido; sin embJ.rgo en 1769 se le sacó de su cargo, el
1 chos casos ha servido para precipitJ..r revoluciones sociales. En gcneni, el
Estado borbónico había desafiJdo la inOuenci::. de b Iglesi:t C1tólicl en
que se le restituyó recién en 1771. Los conflictos con los sucesivos corre- América, expu!sa:1Jo a !os jesuitJ.S en 1767 y supervisando mucho mis
gidores de la provincia de Tinta, Gregario de Viana y Pedro Ivfuí'\oz de estrechamente las finanzas de la Iglesia. En Cusco, e! conflicto cst\:·.-o
A1jOIEL dieron p~ibulo a esas dcmorJsw. Por lanto, no es sorprendente que pl.:rsonal¡z;:l.Jo en e! choque entre dos p:~rt\cipantc:> cbves en el lcvanl:1-
una JécaJa Jespués !a rebelión tuviera en la mira, y con particular vehe- miento de Tüpac Aman.1: el Ob\spo Juan l\:·[oscoso y el Corregidor d·:
mencia, a los corregidores. Tinta Antonio de Arrio.ga. Jvioscoso, en sus intentos por ser absuei1o de

9 of 24
A principios de "l776 Túpac Am<Hl.l litigó en los tribunales con don las acüsnciones de apoyo a los rcbekles. proporcionó <J.!gunos de lus rc!~t­
Diego Felipe de Betancur, en relación a cuál de los dos era el legítimo tos más detallados del levantamienlo. En cuanto a Arriaga, su J.horca-
descendiente del último In~a, Túpac Amaru, a quien el virrey Toledo ha- miento por orden de Túpac Amaru m:.:trcó el inicio de lo. rebelión.
bfa ordenado decapi::;:¡r en "1572. Bct:J.ncur intcnl:lba confirmar su linaje En 1779 l\foscoso, recientemente ncmbro.do Obispo de Cusco. so-
real con el fin de g;:¡r;J.l" el marquesado de Oropcsa, un rico feudo que da- licitó a todos los sJcerdotcs de los pobl3dos situados a lo largo del Cami-
laba del siglo :XVII. José Gabriel, por su parte inlcntaba probar su línea no Real que. present:uilll resúmenes detallados del estado de su pC~noquia.
descendiente n través de la familia de su padre, con el fin de ganar presti- Sólo el c;,¡rJ.\.iel pueblo Je YclUri, JusLo Ivlar~ir;a, no. cumplió, por lo que a
gio y fonalece.r su posición en b sociedad colonlJl. Es diffcil determinar fines de 1779 e inicios de l7SO, ?vfoscoso envió comisiones J inve:;tipr:
si él intentaba probar que eme! verdadero Inca con el fin ele justificar una pero su ilcgada hizo estallar levantarniet"1tos en Yauri y CopurJqut:, po-
sublevación que reemplazara a la mon:lrc¡uía española con una mon;:¡rquía blados de las provincias 2.ltas del sur de Cusca, y cada uno de los b;:¡nc.Jo~
Inca. Lo que sí resulta claro es que terminó frustrado frente al sistema le- -~ culpaba al Nro por la violencia. Moscos o ó::cía que Arriagn, en un intento
·.~

gal, pues p3SÓ gran parte de 1777 en Lima, presentando su caso ante los por defender sus intereses políticos y económicos e,n la región, dit·i;ió !J
tribunales y ante todos aquéllos que se most.rara~1 interesados en e!lo" • En
1
resistencia ~:mte los representantes de la Iglesia, y A:Tic:tgJ. se c;ucj~lb:t de
este mismo período solicitó al Virrey que los indios de su cacic:J.zgo fue- c¡ue Moscoso había sobrep2.sudo su jurisdicción y h::tbía J.poy~¡Jo J.C::li\·i-
riln exoneíados del trabajo obligatorio en la mína de Potosí, señal<1ndo las Uades subversivns en la región. ?,.mbos apeluon J. las ccnocicbs J\'Crsio-
tenibles condiciones de trabajo y la falta de hombres en su distrito. EL Vi- ,;- nes de los Barbones: ?vioscoso al disgusto frente a !os omnipotentes fun-
cionarios locales, y ArTiagu a la oposición a sacd·Jotes supuestamente
39 Citado en Cristóbal A!jovín Losada: "Rcpresentative Gove:nment in Peru: Fiction rupturistas. Justo en el momento cu::1ndo el asunto ll~gJ.ba J lo::: tr~bu;JJ!,_:s.
a:nd Rcality, t82l-I845", tesis doctoral, Univcrsity ofChicago, i996, p. 221. Lewin'
ar1rn1a persu;:;sivame:1te no h:J.bb contr::dicc!ones entre ser a la vez un "aristó- AniJgJ. fue ejccctado por Túpac ,:.'l.,.maru, y esta coidcid.::nciJ·en el ::~rnpo
cr:J.ta Inca·· y u¡¡ ";:¡rriero . Lewin: U Rebelión. .. , pp. 335-336. respaldó las ;:¡cusaciones qt.:e culpaba;¡ J :Vkscoso JC hCtbc.r apoy:;.do J ios
40 John í-l. Rowe; "Genealogía y rebdión en el siglo XVlll: a.r~teceCe::ces de rebeldes, por lo qt:e éste rasó los siguier.tes a?ios JCfe;~diéndose de estos
cargos~ • Además, dur:mte la rebelión _lvlosccso esc::-~bió j;:¡formcs brgos :i
1
[;:¡sublevación de Jose GJbriel T:lupa Arnilm", en HistOrica Ví, !, juEo de 1982,
pp. 65-85. Ro•se citJ.un:J. de las querd!J. s. de T:.íp:J.c Annru conlrJ. d e.u¡;cral.!o re-
p:irt\miento de Viana. Puede verse una temprJna Jccisión y descon:ci"ltO de Túpac
~
Am~lru en su petición e~c:ita con pa!Jbr:J.s finmos contr:J. Geronymo C:.u1o, un rec<Ju~ ·12 John Rowe: "Gene~llogíu .. ."" v del mismo :tutor· "L2s circunstJ.ncias de 1:1 r~h_::¡j,jn
ódor de Vin.nn. CDJP, H, 2, pp. 20-21. l deThupn Amaro en liSO"', e; R,;n"s!a Históriw N" XX~! V. 1983-8..1. pp. 1 !9-!.l!J
41 Para este caso, véase e! riguroso estudío de;_Rowe "Geneaiogía.. ".Sobre la docu- ~~
43 La docu;-nent:tci6n scbre i\loscoso está en C:iDBRET.'\~ !l. !980. PJrJ ios JC(H11C·

""
mc:\t::ción, véase CDJP, JI, 2, pp. 39-75. · ~ · cimientos de 1779 y ¡ 780 véase Túpoc Amam y la !glc:si:a.. P?· i 65-:201. con L:n:ot in·
'~. •e
UE TL:P.:>..C A\l.-\RU A G,:..~-l:".RR ..\ La Rebelió11 de T1íp<-JL' Anwm
1
hostiles sobre ¡;-) levJ.ntzlmiento, y recolectó dinero pur::¡_ IJ.s fuerz:J.s rea- adu:J.nJ de Coclub!lmba, en e.! Alto Perú; en 1777 ocurrió un dismrbio en
l ist ~lS ·-'
A fines de L1 ·~·kc1du de 1770 y en 1780 ocmrieron docenas de ul-
1 Man.s, 1..1bicado en la provincia de Uruh:lmbn, en tanto que en t 777 y
1780 lu Jduélna de La P.'lZ sufrió aDques"'. Sin embHrgo, los amecedem¡;s
Ldnltntos-<.::n difcrehrcs 5rws de los Andes, varia~ de las cuales h.JVieron más ímportontes del levantamiento de Tüpac Amaru fueron ltlS levanta-
lugJr sólo meses an'tt:s dd est:1!\ido de la Rebdión de Tüp:1c Amaru. En mientos y conspiraciones en Are.quipa y Cusco en !71:)0.
Arcquipo. y en b c)ucbd de Cuc;co elbs expres:J.bzm d extendido furor El 1o de e nao de ese año un pasquín escrito a mano, fijado en b
f¡·cnie J. bs refom1is fi~c<lks impue>;tas por el VisitJdor Areche. Como
movimientos rnulti¿tnicos gue emplea.bun una 1deología ecléctica, emn
evidentes sus paralelismos con el movimiemo de Túpac Amaro. Puede
1 puerta de la Calt:':dr<ll d.:; Arc.quipa, prodamDba: ··Q~lito y Cocb:-:b;:¡mba se
alzó/ y Arequipa ''¿por qué no?/ La necesidad nos obllg¡J A qu[\C¡r\e í:ll
aduanero la vida/ Y a cunntos le den abrigo/ ¡Cuid:.1do!". El quinto día de
lullar:;e algunos ind>~ldo~·es de que_el propio José Gabriel estuvo involu- ese mes, se coiocaron m6s pasquines. Uno de ellos estaba dirigido contra
cr~ldo en estos levJdtamicnws. Aün· cuando esto es cuestionnble, sin duda el corregidor de Arequipa B::~ltasar de Sematn::lt, quien había ofrecido un:~
c:llo-; inOuyeron en ¡la O;.tturakz.8. y el momento de! lev~ntamiento que se recompem:1 de 500 pesos por el arresto del autor de lo versos del 1"' de
inició en la provine\ aJe Tinta en noviembre de 1780. enero. Decía:
TemLinc:l!ldO )a décad~ de 1779, d Visita.dor An::che süpervisó el
severo endurecimiel1to del sistema tributario: elevó los tributos, sobre to- Senwnat
do los impuestos a las venta.s ~l:l alc::\betla-, amplió el mÍ.nif!íb de los pro- Vuesrra cabeza gllardad
10 of 24

ductos y comercian~tes que se vieran afectados por éste, y n~t:joró los pro- y también faLle rus comprJieros
cedimi8ntos de reóudación. Los cambios fueron rápidos y drásticos, y Los Se11ores Aduaneros
;:¡_ftctaron vimwlménte a todas los componentes de la sociedad colonial, q' sin tener caridad
induycndo :1 los p~opietarios de tierras, a ias <nltoric\Zldes criollas despla- han venido a esta Ciudad
Lld;IS, <1 un v<1sto rfllmero d~ comerciantes de clase baja, y a los indíos"'-'. de lejanas derras y estrailos
El hecho de que Ld nuevas tasas y las adunnas pusieran b puntería en los a sacamos las emmFias,
comerciantes ayud~ a explicar la sorprende11te velocidad con la qi1e se es- sin moverles a piedad
p:.trcieron las noticias, los rumores y el descontento geneml, ya que en a todos vemos clamar
t:stn ¿poca los cm+crciantes vinculaban :1 diferentes regiones no sólo a
tr:.l.\'és de producto~ sino también de información (no h.1y que olvidar que Porque cierro, y es verdad
el ¡¡ropio TúpJ.c ;\fr'.aru aa propietario de mulas de arríeroje). Las refor- que !lO hay un exempiar,
tn;ts i"isL·:dcs de ! 7'JO ;d<.:t11;¡ron diversas formas de insubordinación. Así, éle matar a es ros ladrones,
.:n i ~'7.-.1 csul\0 uh k v~¡;¡t:nii:..:n\o con\ra la ¡-eci::-nttnwntc incm:;m:-~dn l .. nos tienen que desnudor,
;j
y así, nobles Ciurhu!wws,
¿ en 1--'Uestra manos estd
trud\_;ccirSn de Sc:u-!e1t O'PheLtn Gcdoy, que contiene p~ute de los abundantes docu-
menm:> h::IL:ido!: en e.l ;l..rchivo Arzobis¡x¡l de Cusca. Estos eventos han sido :ln:Jk>::J- ~ que gocéis sin pensiones
:1
dos por David (J.hill: "'Crown, Clergy nnd Revo\ution in Bourbon Peru: Thc Dioce- ~! todas \'nesrras posesiones,
se ot· Cuzco, 178\l-~S\-l-", tesis de doctorado, Univn~ity of Liverpool, !984, pp. '1 quitándoles /ns vidas
216-23-+~ !v:'in Hinojos:r "Pob\¡¡ción y cnn~ih:tos c~.mpesinos en CoporJ.que (Espi-
nar) 1770-1784" en Flores G¡¡Jindo (ed.): Comunitlarfes cmnp.:sinas: rwnhios y
,c;>crmu c•ncios, Lirr.a, CES Solidlliidad, 1987. pp. 229-256; G!ave:: Vida, sfmboloL

?~ a estos infames !mirones.

l.
puh)jc;:¡c}ones sobre la lg\esin en\;:¡ rebelión son: .Severo Ap.'lricio: "La ac-
i~{1 Y continuaba:
dd clero !"rente,¡ lrr rebelión de Túpac Amaru", en Comisión N:Jeional del Bi-
Viva nuesrro gran Aionm·ca
centenari.o ele b Reb::iión Emnncip:tdora de Túp:tc .:\m:Jru: Ac1as del Coloquio !n-
!enwcicnal Ttipoc Amm-:1 y s11 riempo, Lirn3., C:\DBRETA, \932, pp 71-94; CahiU:
··crown, Ckrgy ... "; Emilio GJ.r-z.ón HerediJ.: "1780: Clero, elite loen! y rebelión''. en
Charles \Valker (ed,): filtre fa rerórica y lo insurg1:ncia ... , pp. 245-271: Jefrey KJ:::.i-
1
.;;¡.
:'~;,.;
viva pues Carlos rercero
y muera torio aduanero
y nmera iOdo mal govierno.

45
ber: "Rehgión y ju>ticia en Túpoc r\m::JrJ", wA!lpiiJlchis No l9, 19p, pp. 173-186;
O"?t:e!J.n Godoy: Un sig!o d-e... , pp. 137-243. '
Vbs<: O"Pl1cbn Godoy, que corr_d?-Siona es\os c~<rnbios con una serie de revuelt::ts,
en Un Jiglo de ... pp. 177~ 180.
1 46 Loe. cit.

"'r,
Sl
1
~
DE T(!Pr\C A0-iARU .tl.. GA,\·l.c\RRA
l La Rebelír5n de T1ípac Amen;

Los versos at:1caban iníciiJ.lmenle il aquéllos que ejecut;:¡_ban las denomina "\.1 búsqueda de alternativas polftrc1s al Bstado cc-loni~li--·'. Lo.~
nuevas políticas tributJriJ.s, y exonc¡·J.bn a la Coronü. espcli'íob: "Pasqui~ 1 rebeldes no cmn los únicos que ~lli:iz;ll:)üil versos; lo's def~nsores del srmu
quo replicaron en un lacgo poc:rna en el cua!, a la ,_.:ez que describí<lll lns
nes ponemos/ No. no lo negamo::;/ Pero sin negar! la obediencia a Car-
los··'7. Empero, no persistió la acoslUillbDda consigna "Viva el Rey y recientes eventos "crimín<1les", piantcaban la pre~Uilta: ··~"Qué es esln.
I\·iuerte a! Mal Govlerno·', que fue tan común en el pensamiento insur~ Vulgo Ignorante/ Qué fantástico delirio/ ha
11
gente de inicios del período moderno. Los pasqulncs hallados el 12 de leaitJ.d de tantos sigios?" .
enero se prcguntab:1:1: "¿I--Iasta quJ.ndo Cit~tLtdJ.nos/ de Arequipa habéis
de ser/ el blanco de mntos pechos/ que os imponen por e! rey?"~". El autor
anónimo también hace un contraste de los rnon:1rcas espJiioles con Jos
1
¡
Ui "rebelión de ios pasqüines" fue meís allá
de los días 5 y S de enero los guardlo.s de Ll
extrafias la atravesaban 8 cabaJlo y a pie. Durcmtc ¡os clí:ls
monarcas ingleses: "Que el Rey de Inglatena/ es ;:unan te a sus VJsallos/ a~ cantid:1d de es los jinetes fanL1smas creció, dando, fv;-rn;l J.i temor J b
conlrJI·io es el de España! hablo (JC\ señor Don Carlos""~. De igun! mane~ violencia que había sido incitada por los [Jasquincs. ~.1 día trece. un grup<:l
ra, otros versos fc!icit::~ban a Inglaterra, en momentos en que España se atacó la.aJu<Jnn. Sin embnrgo, Juan Bautista PGnJo; el aJtllinistradnr y ~:l
había ztliJ.do secretamente con Francia con el fin de defender sus propie: principal objetivo Jc los dardos y ;:¡mcnaz.as de los¡ petsquincs, se negó il
dndes en Arnét-ica dd Norte y cccuperw.r Gibraltar. Si bien había tenido un cambiar sus enérgicos esfuerzos recJudadorcs, subb.timanGo a !a opoc;i-
n10dcrado é;.;.ito en ultramar, E:; pafia era incüpaz de den·otar a la armada ción. El día 14, una turba de unas 3,000 person:1s; :::tlacó ncrcv:trr,entG !;1
británicn en Gibr2.ltar. Los pasquines también se referían al reemplazo de aduana, y saqueó sus instabciones. Panda y sus colegas npcn;1s pudicrün
Cados lil con un Rey lnc:1, CJ.simiro-' •
0
escapar. La súbita abo!ic:ón que el Corregidor Scm~t;<et lnzo de l::l políti-
Los pasquines estab<:tn dirigidos principalrncnte a la reciente políti~ ca de Areche no ap:1ciguó a la creciente brmdo. de rebeldes, a !J que se hi1

11 of 24
ca fiscal, y denunciaban a !as aduanas y la D.lcabala, y ridiculizaban y descrito como un grupo donJe se mezclélban mesti?os, indios, y c:_dgunos
bbncos-' . Los disturbios continuaron en los dí~lS sig~ienles, cuando Jivc::r-
51 5
amenazaban a aquéllos ql_fe las opcraban • Ellos buscaban ckl.ramente in-
ducir a un ampli.o sector ~e b población a participar en !as protest::lS. El sos grupos atacJ.ron la casa del Corregidor y la d.rcd. El día 16, con g:-an
p:J.squín dirigido a Semauut temlinaba así: "No os acobarden temores/ dificultad una unidad de milicia tomó !a ciudGd cohtra las fucrzJs retn::!-
oh, muy nobies ciud::J.danos/ ayédennos con sus fuerzas/ nobles, plebeyos des y, tan pronto b ciudad estuvo asegu:·Jc!a. aprehendió sosp,cc1'wsos
y ancianos"'". Los pasquines combinaban diferentes elementos de pensa~ )~ muchos dEt tilos fueron ahorcados. Is:uaimente, J;_¡s fuervs gcbc;·n;::men-
miento anticolonial: la crítica a los aviesos representantes del Rey y luego tales co.stig{tron a determinados pobl;dos indios cercanvs p~r ser sos¡;"~
a! propio Rey, la restauración Inc:1, la religión popular, y motivos de ~ chosos de- apoyar !os disturbios-'~_
queja especificas, tales como b acción de las aduanas, en lo que un autor Algunos documentos sugieren que Túpuc Aín:liLJ estuvo pre~er;tc

-!-
·-~
1 en los disturbios de Arequipa, inciuso si no fuera cieno. no hay ducb de
qtie SU$ cJesigniQS polítiCO-S tS(L~Vi('n<n <nf!l!';"l1Ci;H!0.C r"" t:1lt~~ :tC'""!':'~i·
57
mientos . Las noticias hilbían llegado ripidamentc a Cusc0 donde ya d
47 CD!P,H,?..p.lll. 14 de enero c,pnrecín un pasquin "Victor Arequipa, Victor .-\re-
48 CDlP, JI, 2, p. i06.
CDIP, ll, Bowúons w:d Bu:mdy: Imperial Rcform in
1 quíp<:t habló primero que el Cuzco, c::1beza de este Reino, ¡:JOr no haber tn
49 ella quien oiga los cl:lmores de los pobres~ pero ya llegó el tiempo en que
Eighcccwi,./·,,,,,, '''''J"ipa Albcacc<e¡oc "'"''"'"'' of \fc•s :>·1exico Pn::ss, \9$6,
cap. 9; Lewin.
al mJl t'o8i<.::-n0" se a porfía griten: ¡Vlva el Rey y Muera el_Mal Gobierno y la Tíraní::~"". El
cnc.;e:Hra en Pheb.n: Tf:c Peo¡Jk . . ; Eric V:1r1 '"0·1iileniu:n on the Northem "'" Joct1mento se quejaba de los mono peLos rea1es y de los nue\'OS trib~1!0s.
:Vb.rchcs: The \be! 0\essiah of Du1:J.n~o 0nJ Rcbdlion in l\--1exico. l SOO- _,
_:;_
y se mofaba de Arecbe. TcrminiJ.bil así: "Más vule morir miltand.J {¡;__;.:- \"i-
lS 15'", e.n t~~ 28, 1986, pp, 386-41 }; y
lo the Se;;shore: or !v!essia-
--t-.!
in !vkxico, IS00-!B'21 ',en hime O. Rodr:sua: The ,Jf
·.·:c 53 D::tviJ Cahlil: "T::.xoncrny of a Coioni::I 'Riot': Dis:v-!:;J:~c-:.' cd
!micpetJdence of Mc.tico a11d lite Origins of the Nc1-.; Na;:"on, Les Angdcs, UCLA J/60", e:: John R. Fishor . .-\!:o.n J. Kuethc y r\r,t~~o :y ;.¡;_:r~~;,,,,c_ (ds.): R<:;(:·t'"
La:in Americ:m Cemer, 1989, pp. 176-204. -~i fn.sun-ccti"on in Bm,rbon New Cro.nada nnd Pcr:1. Baten Rowf;e, LSC ?:c~s. i 990. p '
50 Lewin: La Rcbdión ... , P- 155. 287. O"?hcian Godoy: f../n sigla d<! ... , pp. 202-207 -
Uno cornienz¡¡ ctsi: 'íambié:', ~1abl::.mos ;:;quí/ de ios ofic::J.li::s ·rcJles/ qce a !"uerz:; de
51
rQbar quieren! ;¡creccnt~r ~us C:lUdo.!es"', Le,,v\;-¡: La Rebelión .. , p. !55. Hay otros
-~
'' 54
55
CD!P, Jl, 2, p. 112.
Cahill: 'Taxonomy .. ", pp. 270-27 y 276-282.
ejemplos en CDJP, , JI, 2, pp. 127-128, ó lOS.
"
-:,* 56 Cuhill: ""f¡;_xono:T'.y__ pp. 272-27 ; Brown: Bowhons. ¡:p. '207-208.
52 CDJP, ll, 2. PP- i 29-13\: la cita es de IV: página !30. Este verso invoc:J!Ja con fre-
cuencia~ nobles y plebeyos.
-~~ 57
58
Cahill: "T:::.xonorny .. ", pp. 281~28
Lewin: La Rebc/újn ... p. 163.
.¡ri
'-~
~'
l)r_ T(:i').C .-\\1,\RL; .-". G_..o),_j_..\RR.-".
'1 L{l R¿veíión de Túpac Amaru

vir pcn~tndo y que no hemos de ser menos qtle los eJe Al·equip:..t", ::1pd::mdo
51
~l l~l prolong::nJa ri·.,.·alidad de 1::1 ciudo.d cor1 Arequipa ' .
1
~
En e! Alto Perú, otro levantamiento masivo estJ.!Ió tll fonna pena-
lela y conjunta, y contraviniendo al de Túpllc Amaru. En re:~lid::JLi, L:! re-
En enero de 1730 en Cmco se est:lbieció una aduo.na, lo que au- 1 belión de TúpJC K:ttJri fue una sucesión de levantamientos. Entre 1777 y
1780, la comunidad de Macha en ln provincia de Ch:~y;mtn, cercana a
rreó la ira. Pe un :.unplio sector de b ciudad_ Un documento Ham::tba a los
emplc:.JJos ''finos Jndrones", y se quejaba de que sometí cm a los indios a
c:.;plutación y :J. detcrmin~1dos abusos ' • El CJ.bildo de la Ciudlld señlllaba
01
1 Potosí, había luch.Jdo en los lribunnles contrJ. el Corregidor, el cacique
no-indígena y otras üutcridades locales. El líder de los indios, Tomás
nervios:1mente el creciente número de pasquines contru la aduana, que, Katari, quien afirmaba ser el cacique legítimo de la comunidad, había si-
según sefi<liobu, '·había inciLado el tumulto en Arequipa". Poniendo como
:1r:;umento la amennz:1 proveniente por la plebe urbana y la población de 1 do puesto en prisión a fines de 1779, y luego !ibera.do a hi fuerza cu:mdo
estaba en camino al juicio. La comunidad lle\'Ó su litigio a la corte en la
bs c~tLOI·ce provincias del Cusca, el C1bildo convocó a la formación de ciudad de La Plata. A mediados de agosto de 1780, las relaciones emre
j:J:ltrullJs, con instfl.JCciones de prestar una Jtención especial a reuniones los indios y las autoridades iocales se ll:1bí::m tornZ~.do cada vez m3.s vio-
Judosas'' L:1s sospechas er:m fundadws.
1 lentas: el Corregidor fue captur:1do y luego liberado. Ambas p<lrtes Jrgu-
1

El 13 de m~1rzo, un so.cerdote agustino, Gn.briel Castellanos, Zllerta- menuban que tenbn e¡ apoyo de las autoridades virrein<~les y que se ha-
[n ;1 !as uutor]d;_¡des en relación a una exten<;a conspiración en Cusca, de bían visto obligados a usar la coerción p::tra implementar sus decisiones.
la que se había enterado en el confesionMÍO, durante !a Cuaresma. Al pa- En setiembre Kat::tri se mnoproc!amó gobern;1dor de lvL\cha y.dirigíó l::t
recer, Pedro Silhunrzmr;l, el c:1cique de Orope.sa, también- había traiciona.- expulsión de la región de todas ;;¡qndlas autoridc:des c¡He no fuer~m indí-
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do a los conspin_dore.(-. Los líderes fueron ripidamente 1'presados. Once genas. Adernás, puso énfasis en su sometimiento a b Corona, y p\DJ)teó
de veinte eran criollos o mestizos, y uno era. un cacique indio, Bernardo que sus gestiones eran ]íJ. justa implementación de \os m<J.ndaLos de la Au-
Tambohuacso PumJyala, del poblado cercano de Pisac. Cuatro de ellos diencia. El 15 de enero de l781, sin emb<lrgo, fue asesinado. Inicialmente
eran p\.Jteros y varios de,. ellos tenían propiednde.s; ambas actividndes se sus hermanos Dámaso y Nícolis lo reemplazaron en el liderngo y, en
h:lbí~m visto :lfectZlbs por': el reciente rigor fisca\¡, • En sus testimonios, los
3
marzo, Julí:ín Apaza asumió el comando de la rebelión que creciente-
ncusados repetían b denuncia de los pasquines -su oposíción a la aduana mente se diseminJ.bn en todo e! Alto Pení, bajo el nombre de Túpac Kata-
y su resentirnicnlO hacia Lima y los españoles~ y aceptubJn qu~ e! movi- ri. Todavía no está claro si en noviembre de 1780 José Gabriel tuvo vín-
miento husc:1bJ. incorpor::~r a criollos, mestizos e indios. De hecho, puede culos con Katari"".
hc1llarse conexiones con el movimiento de Tüpac Amarn, pues algunos de
los .:1cusndos, o sus p~1rie:ntes, participnron en b gran rebelión de meses ;ri
despu¿s. El cuñ::-tdo de Túpac Am3f'.J, Antonio BJ.stidns, J.firmó que La gran rebelión
"Cuando TlÍp<tc Amnm supo que Twmboht1acso había sido ahorcado, dijo
1
q·,~~ :le podíJ. e,nte:¡der :::0mo los indio<; rodbn habe_r permitido que f'.<;tn A pesar de los disturbios en Cusca, Arec¡uipa y otros lugares, el k-
sucediera"''". Arri;:ga y otros acusaron al Obispo "ivloscoso de instlgar a los _} " vantamienlo de Túpac Amam tomó por sorpresa a! Estado colonia!. Este
._;:,
r-ebeldes, lo que profundizó la animosídJd entre el Corregidor y el Obis- fue cierturnente el caso del Corregidor de Tinta, Antonio de Arringa. El 4
,,, :¡
po de noviembre en la casa del cura de YJnaocJ., CaHos José Rodrf2:uez y
l Ávila, el Corregidor y José Gabriel celebraban la fiesta de Snn Carlos,
-:¡: cuyo nombre llev;:¡b::m el propio cura y también el Rey de Españ;.1_ Si bien
5'1 Guliknr.o G;:_!Ccs Rodríguez: "Vir,cuh::iones de las subversicne~ de Túpac Amcnu José Gabriel y Arriaga est;;.ban en rebciones suficientemente cordi;;.les
:1"
y de Arequ:p:~ de 1780"", en CNDBRETA: Acws ... , Pf'- 27l-278, quien cila un verso como pum comp:J.rtir el pan, ambos habían litig::t::lo por años en relación a
Je Areq0ipa que !L:trr.J. :1 seguir a Cusco. T2.mbién observo el uso de poenns de i\re- '
..¡
los derechos de cxic:ngo de José Gabridh 7 • Jos¿ Gabr¡d se reriró tem-
q:J;p::l en Cusco, p. 272. 1
g
60 O'Phcl~n Godoy: Un sislo de. , p 207, observ::J que fueron embnrg<1d~s incluso sus
·'pequei't.lS qrgas cic -,¡jC'. ~ 66 Sobre el movimiento de Tlípnc K::u:ui, v¿1s~ tvL1ría Eugen\;¡ del Vnlk de Si \es: f!is-
61 ADC, Libros de C1biiJo. N" 27. 1773-1780, pp. 161-162. ~~ lorin de lú .Reh:lüln ,le T1ípnc Cuuri. 1781-1782. LJ p;¡z_ Eú¡:ori:1l Don Boxo,
62 Le\1·\ll: La Rehdir5n .. pp. !64-165. l !990; S.-:rg\0 Scr\}lr.ikov: ··su verdad y ~u jus\ici:l· Torni\s CJtari y la imurrt:cción
63
ti-+
O'Phcbn GcicJoy: Uu sig.lo r!e ... , pp. :208-209.
Cit:Jóo en O'Phebn Godoy: Un siglo de ... , p. 214. En "Circunsw.ncias ... ", p. 1:?.7,
,í nym:1m t.!e Ch:ly~nu. ! 777-17:30"", en Wa!ker (cct): Enlr<!.... pp. 205-1-13; L~·..vin: L;¡
Rebelión de ... pp. 500-566
~
Rowe dice r\manJ "aprendió de los errores" de su cons('linción.
.-~~- 67 Túp::lc Amaru deb!J. pJ.gos de tributos y tcnír> otr:J.s deud:~s. Arri:Jg:ole exigió e! p:1go,
65 Sobre c:~te vé::~se Víctor ,.!l.,ngks Vargas: El cnciqw Tambolwncso, amenz1zando con perjudicar al c;:¡cique y a su fami!ia. CDBTU, [!, pp. 159-160 Y
LnriO, lndusird Gr;ítlca, ! 975, Y~D'PhtOicm Godoy: /Jn siglo de ... , pp. 207~217. ·~l, 223-225: CDIP, !!, 2, p. 735.
·.'ll
~~·:

'" ,, 55
'1 La Rehelión de TlÍpnc ,.-\n;nnl
DE TUPr\C A,\1ARU A GA!YlARRA

¡mmo, fingiendo que tenia una diligenciG inesperada pero urgente en Cus-
1 cuJ.ndo los lideres rebdJes hJb(an logrado movilizar miles de ef:::cti\-.'Js :.'
co. Él y un grupo de sus seguidores esperaron a Arriaga en el c:nnino a
TintJ, lo emboscaron CSil noche, y lo llevaron a él y a sus tres ayudantes a
una celda en la casJ de Túpac Amaru en el poblado de Tungasuca. Obli-
1 hecho gala de una retórica beligerante:, estaba claro que .sus pbnes 1bo1n
rnús allá ele casLig~¡¡- a unJ. autoridad venal y de negociar mejores cCJncJi ..
clones
g2.ron a Aniaga a csu·ibir cartas a su tesorero solicitanUo dinero y armas Los r~bddcs condujeron a Arriaga a la horca. En el prirner ir,tcnto.
(con el artilugio ele que estaba pbnifícando una c,\.pcdición contr<:~ los pi- la cuerda 5e rompió, lo que salvó momcntcincamente al reo; pero los \·ér-
ratas en la costa), y postcrionncnte a un funcionario solicitando cadenas, dugos ló recm¡JluzDron con una soga que se u.saba para enlnzGr lilS rnub~
una cama y Lls \laves de !a ~·,-'1cnicipalídad de Tinta. También fue obligado
a m·dcnar que todos los habitantes de la región se reunieran en Tnngasuca
en un plazo de veinticuatro horas. El aprcs~unicnto de Aniaga había sido
1~
y la ejecución .se realizó. Bolaños habí<1 escucbdo rumores de que Tlq¡¡¡c
Amaru íntentJ.ba destruir los obr:::jcs y capturar a seis corregidores mtis, y
que amenazaba con perseguir D. C:1.1alquíera que se k opusiera en todo ci
§
nwnlenido en secreto; así, Túpac-· An-.aru logró obtener dinero, armas, reino. Regresó a Si::u;J.ni confundido por los eventos que :Oabío. pre.senci:t-
abastecimientos, y el <1uditorio neceS:1rio para lanzar la revuelta''". do, y decidió penm~:.ecer en e! pueblo; sin emb~u-go luego fue convencido
Un observador inusual, el genovés Santiago Bolaiios, un fabricante por don Ramón Vera -el concesionario loul del ¡;tGnupo:io d<.': \,Lb;~C<)­
de salchichas que vivía en Sicuani, describió !os acontecimientos ele que snliera tan pronto como fuera posible. Si bien Bo!ailos podl:1 p;tn~C:..'I
aquéllos días. Al llegar a Tungasuca, donde ya se hübfiln congregado mi- poco sagaz, ;_¡qué! los que habían ¡Jresenciado el ahorcamitnlo del corn.:~i­
les de personas, preguntó por Arriaga y se enteró de que se hal!aba preso dor en ese momento ya no estaban seguros de lo que vendría clesput;"·
en la casa de Túpac Amaru. Bolaños pensó que "sería por una superior Como señalabo. un info¡·me "ia crueldad inimagitnb!e consicJ-.:rJ.ndcs.:

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orden", pero por casualidad escuchó que alguna gente comentaba que executado capitulmcnLe un Corregidor en el centro de su Provincia. por
"era orden de! Rey"m. Los amigos españoles de BoL:i1os le dijeron que un slí:bdito suyo, su beneficiado y aun confidente, en presencia de los
r
quizás el castigo se debía los crímenes de ArriagJ. como Gobernador de mismos que le respetaban y temían" dejó a lo.s tropas de una pieza'"
!u Provinci:J. de Tucumán yn el Virreinato de Río de la P!atalll. El día 9, Túpac ¡\mélru ;_¡s;,¡r;;jó acciones inmedi::-.tas y decisivas. A princi-
Túpac Amaru, "en castell<lno y en lengua índica", mandó a espafioks, pios del día veinte, sus fuerzas, estim<J.d<~s en miles, llegaron a Qu:qu!jJ.-
mestizos e indios que formaran filas, y luego se les pennitió dispersarse. na, la capital de la provincia de Quispicanchi en el valle de Vilcu~lilyo. El
Al día siguiente marcharon al son de c:1jas y pitos hacia un montículo Corregidor:. Fernando Cabrera ya había escapado, Jo que indica la rJ¡Jidcz
donde se ho.bía erigido horcas. Según cálculos de un testigo, habrían allí con que <;:otrían los m mores. Luego de ofr misa, Túp0.c Amam regresó ;t
unos cuatro mll indios, lodos armados con hondas. Un cholo -·mCSlizo Tungasuca. En el CGrnlno macó los obrJjes de Pomac<1nchi y P<1rwp\cc:hu
con vínculos culturJ.les tanto con la cultura india cmTlO con la espaiiola~ Abr1ó !a cárcel de Pomacanchi y, luego de preguntar si el propic~~rio de!
comenzó a leer una proclama en espz\flol, pe,ro se !e nnndó que lo haga en obraje debía dinero a alguien, distribuyó algo de ropn, y miles de ;ibr;¡s ele
r¡uechua. Bolaños pidió que le traduzcan. El documento afirr:nba que lana entre su hermano Ju:::m Bautista Túpac A;~;aru. un sacerdote.. v sus
"por e! Rey se mandaba que no hubiera alcabala, aduanas. ni mina de seguidotes indígenas. Un informe seiíalaba que "resentiC0s los n:-:turaks,
Potosí, y que por dañino se quitase la vida al corregidor Don Anlonio !es habrían metido fuego a instuncias de los mismos p¡·e.sos"'". Los indíc·s
Arriaga" 11 . Otro testigo explicó que Túpac An1aru llamó a Aniaga "dañi- despreciaban los obrajes a causa de las viles condiciones d-e t;Jb:tjiJ y
no y tirano" y llamó a que "se asolase los obrJ.jes, se qui~asen mito.s de porque eran usados como cárceles. Aslrnismo, los obrajes jugJ.ban un rol
Potosí, alcabalas, o.duana y rep<J.rtirnientos, y que los indios quedasen en centrb.l en el reparto, pues sus propietarios o.dquirían lana a precios artifi-
libertad y en unión y annonía con los criollos" ~. En esos momentos,
7
cialmente bajos y vendían telas a altos precios. Cuando José Gabíi-cl n>
tornó a Tungasuca, fue recibido por vcuios curas; sin eml.)J_rgo. uno de
ellos 1e escribió una carta, cuestionJ.ndo si b Coron:J: realmente ::~;rcbabJ
68 Lcwin: La Rebelión de .. , pp. 442·44-J
69 CNDBRETA, tc%u l, pp. 502 y 508. Se sabe que Tltpac Aman1 dijo Zll cura que '
"tenía orden cid Scflor Visitador Gcnual ::utor:zado por la Real Audic11CÍ~l de Li· c:mie~to que los rcbcidcs lenÍ<lll de la ft<lgili;_bd Je al!:u17.:l erli~t:: ¡,,J,v; y >:n<J-
~
ma", CDlP, !1, 2, p. 254. llo;;.
70 CNDBRET A, tomo l, p. 504. 73 CD!P, l!, tomo 2, p. 255.
71 !bíd. 74 Jorge Cor.',cjo Bourcm::!e: T~í¡x:c Anwni. [[1 de In c1 :un~i,l-'<'•·
7l GWBRET A, tomo 1, p 508, docu semo del Dr. Don Miguei 1\--lanínez, cura y vica- cióll c!Jni:.ncnla!, Cusca. s.e .. 194-9, p. J93, cit;odo Cc<f;;
rio de :-\uiío::t y SJ.nl:l Rosa. Basaba su rci~1to en una corwe:·s;¡::ión con BoiJf,os en ;\nwm, p. 48, véJ.se t::nnbién las pp. -l-5·5-l-: Lewm: . pr
'
u¡¡a carta de El1genio de Silva, cum pif-¡'Oco de s;c'Jcmi. Su :L:\inc<do a la
c.rmoní:1", seguido por, "de 1o e-un torio, serían c1stígado~", es síntom,ílic:o dd wno--
y
~'
,," CD!P, ll, tomo 2, pp. 277 y 292-193. ivlagr,us \1tlmo(ccc"ict,o
nes en Perfil ... , pp. !25-129
§
-:e,{
m
·~
DE Ti~P/.C A:..L-\RU A G.A\1.\F~RA L{i Rebelión de T!Ípuc Anwru

sus Jctividadl:'s. T úpac Amaru le respondió acremente, tenr.in:~ndo sn 1 Los sobrevivientes que lucharon pül" el bando de !os espnñoles ha-
un;¡ um c:.t;1 no1il. ominosa: .. Por la exprtsion~s de Vd. lk:go il penetrar
¡j;.:nc mucho senti\11iento de atlicción Je los ladron(~s dt: los CO!Tt:gidmcs,
1 cen un recuenw nt;ls dt:t<l!l~1do y culpan al prorio TlípJl: Am;ml po¡- d J;¡-

quit.nes s_i_!' ternor:de Dios inferían insoportable:; trJ.bnjos a los indios con 1 iío causudo ll la iglesia y por Lt violenci;l. Emp~::ro, Bcu·rolomt Cl.SI<It'ícJa
se quéjó de que cnnndo lkg~ll'On, Landa \t:S hc1hí:1 clsegmadn i)llé los in-
sus indebidos retxinos, rob:indoks con sus mzmos brgJ.s, a n1ya danza no
dá:lll Je concurrir alf:unos de los senores Doctrineros, los que serin ex- ..~ dios de SangGr:u·á los npoyiiriJn. To.mbién afirm6 qc1e los ofici;1ks se J¡e-
ron cucnt.1 de que el enemigo esw.ba cerca, y que di5Turf;m !:1 alterTuriva
u-;ibdos de sus ebp!~os como bdrones, y entonces conocerán mi pode-
7
río, y verJ.n si tengo facultad pJ.ra hacerlo" '. El 12 de noviernbre, el Ca-
bildo se reunió en Cusca p;:~ra discutir el "horrible exceso" de Tungasuca:
y~1 hJbí:..~n \leg~ldo:nOlicíus de \a ejecución de Ani~tga ".
1
l Qe awmpar en uno de los cerros circnncbnres o en b.s cerc;mias de la bien
fortificJda igksia. Escogieron b iglesia, b11.sumdo refugio ckl frío de L1
noche, !o que tem1inó siendo l1!1 error rata!, y;) que b~~ \I'OpDS Je Túpac
A.man1 se introduj~ron en d cemcnit:rio comigtlO ;¡ b iglesia, y bombM-
El Cone"'-í~lor de Cusco, Fernando IncL1n Valdcz, est~1bleció un Jearcm al enemigo con piedr<IS lünZaLhs por sus hcnd:lS, Lt :1nilkrb J,~
consejo de Gut:~l qu.;:. inc\uiu a <dgmws de los ciucbd~1r:os impon<lntes de L~tnd::t resultó inúli! a causa de !os murr.1s q\\S \:ts separab;m cki cerT¡ente-
Ll ciud~ld. Reuniei·on fondos y el día 13 envi:;ron un emisnrio a Lima para
pedir o.yuda. Don:Tiburcio Landa orgnnizó una compañía compuesw por ·~
1 ¡·Jo, y un sol chelo murió c1 c:msa de L1 eq~1mpicb q\1:.:: \Jcurrió L?-11 b
Castañeda aCirm~1ba que las fuerzas de Túp:1c AmMu hicieron mUer ia
miembros de la rDilicia local, voluntarios de Cusca, y aproxtmadamente igksia y que, Jesespe:·ados. muchos de los sold:1dos se coni'es:1ban ante
S
ochocientos indio:s y mestiz.os proporcionados por los c::t¡;~qt1es de Orope- un abrumado cura. Cu:mdo fueron ob\ig~1dos :1 salir de la ig!esi~l, fueron
14 of 24

sa, Pedro Sahuadnra y Ambrosía Chillitupa. El dfa J 7 l!e,garon a Sanga- muertos por una l!uvia de picdro.s y latn~t:i. Cusui'ieda pudo ;;a! varse
rarú, un pequcilnl poblado a! norte de Tinta. Los infonnes sobre lo que haberse escondido en una pequeña capilla. Él c:<lcu\:Jba que
JLonlcció dur:::tntd las veinticu~ltro horas siguientes son contr:ldicwrios; no muerto por lo menos trescit:::ntos Je :;us comp:liíerus, b rn~1yor p~trte de los
obst;\nte, tanto !o~ que mqcstran simpatía ante \os rebeldes como nquéllos cu<.tlcs posteriorrnentc fueron despojados por las 1ropas de Tüpuc Am<ml.
que son leales al Estado coloni.1l, concuerdan en que las fuerzas de Túp::¡c Ca!n1Llba, asimismo, que habíD 6,000 indios en !os CeiTO~ circunUcmtes, y
Am:1ru pusieron ~n fu:,:n a'las fuerzas de Landa. un gran u poyo a los rebeldes en gran pune de l<t región'''.
Se2ún uno.i versión, cuando los ccntineb:::: informaron qu~ no habla El relato del c1pel1:in de );ls fuerzas de Landa, Juan de Jv!ollinedo,
s1gnos d~l enemigo, \:1 compañía de Landa acampó en la noche, más proporciona mcls detalles sobre];;¡ b~1talb de S;:ng~1rará y describe e! púni-
preocupada por li:l inminente tonne.nta de nieve que por el enemigo. A bs ~
co v sentimiento de odio de los soldados. ScO;\];Ün que en Cusco se ofre-
cu~uro Je la mJ.i)ana desperu.ron cuando estab:m totalmeme rodeados y ' ció" una recompensa por Túpac Amnru, vivo o m~1erto, incÍ[Gndo a Ju
todos -LunJa y sus soldaJos- se refugiaron en b iglesia. Túpac Amzuu compafíía a ~1celerar su expedición. Luego de c¡ue Lmcl:1 hubí~l ;anado er:
ks orJenó que cápitukn y m::tnJó salir ~li púrroco y a su sacristán. Cuan- la discusión sobre. si ;tcampar en la igksicl o fuera ele! pueblo, en varias
e~,, ;;'"t:ls instwcciones fueron Jesobdecid~1s ordenó que todos \os criollos oportun~cbdes hubo L\lsc1s Cli:lrm;ts entre \:1s tropas. Mcllinedo describe ia
y mujeres abo.ndonamn la iglesia, índicúndo!es c¡ue el o.taque era inmi- -~"' frustración que se generó cu~ndo los indios tomaron el cementerio veci-
nente. Landa y sus fuerzas impidieron que alguien salier::t, y muchos mu- .¿ no, s¡;;fi.:!bndo que un soldado terminó ceg8.c!o por un::~ piedra que le h2bía
rieron en el caos que sobrevino pues, :tdemás, cuando el fuego estalló, .¡i sido lannda por una honda. Det:~.llaba lr!s hrrnñas de Landa y de Oíros j¡;-
gran pane del techo de la iglesia se quen<ó y causó la nída de una de las ........... fes, que combatieron a pesar de que estaban heridos. Muchos fueron
pJreJes. Ya desesperados, cargnron su cañón y dispo.raron, pero excedí-
Jos en mí mero y en total desorden, cientos de soldados de Landa murie-
.;' muertos por e\ incendio de iJ. iglesia, de lo que s~ culpó a Tcípac Amaru,
mientrOJ.s <>qué !los que esc:.tp<~ron .. de las !Jamas del vor:lz: ekmt'nto, cé\{a
ron. Es:tc informe c::1icu\a que hubo 576 muertos, incluyendo unos veinte
,..,,~ en l'ls memos no menos vor:1ces de los rebeldes. La matanz2 unlvc'rS:Jl, el
europeos. Veinriocho criollos heridos fueron curndos y liberados". { lastimoso c¡uejldo de los moribundo;;, L.:t s:mguinc:cnci;:¡ de los contrZJrios,
":~
los fngmentos de las llamas; por h:1bl:1r en breve, todo cunnto se presen-
75 Ll':wio; La R<:bc!ió 1, p. -l-46. Lewin seF.::lla que con f:·ecuel'lci¡¡ 'f{ipll;::: .A.m:tn1 perdía .,'t' tnbu en :1c¡uel infeliz día, conspir:1ba al horror y :1 lJ. conmiseración, m<1s
ei ti<;:mpo por ¡::1les l:J.rc::ts, ~?z,ren\~mc:nte r:;cnon:s, sin emb¡_¡_rgo nfirrno. q¡.Je CCtfll'.S ésta jamás había sido conocida por los rebeldes, ciegos de furor y se-
como ¿5¡~,s iE:n!o.n efectos irr,ponantes.
.i
76 CNDBRET.A., wmo 111, p. 69. ~~ dientos de sangre, no pens<:~bnn sino en pasar a cuchillo a todos los b!:m-
77 L~ll.'in: L.:J Rub,·!i0'1 ... , PP- M7-'l-53; Típnc Anwm y !a fsksia, pp. '21 '2~215; Alejan- ·~!
dro Scr:;y\::in LcivJ. Com{'ntios ¡Yfi!iwres dwome In daminncióni"espai'iola, Historia -.~!
Gcner:;l del Ej¿rcllD Peru~mo, torno 111. voL:?., Lim:~, Comisión Permanente de His- 'j 78 CNDBRETr\, tomo L pp. 422-..l-'2.3.

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toria del Ejtocico ,_;~¡ V.::nl, 198 l, pp. 609.61 :?..
1"">
79 CNDBRETA, mmo 1, p. ..l-:?..J..

59
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DE T(;p;.,c AM ..O..RU A_ G/'.lvli\RRA


i
'i Lo Re!x{ión de TlÍpClc /\nwru

cos ... "K". i\lollincüo contabilizó 395 muertos en los campos de batü.lla más
un número inca!cuL:.ble que murieron incinc:·ados en la iglesia. CJlculaba
.,. biundo grJdu:tlmentc ele irH·ocac;o;-Lt;S ;:¡ ]J_ rncn:arqut.:t c:spo.riob a ln\·{_J.~:_,_
e iones :::t los IncJs; por ejemplo, después de
que b.s rucrzas de Túp:1c Amaru estaban compuestas por 20,000 inJio.s y Gabriel y Micaela encurgaron un retrato qnc los
400 mestizos. Luego de haber recibido algunos maltratos mientras per- y la Coya~)- Pese a ello, en los edictos y discursos; Túpac Arnaru v )(¡<;
mnnc.ció en m~Lnos de sus CZ~ptores, fue liberado por el propio Túpac otros líderes poní~:n énfosis en su objetivo de S<lUí d los fur:cicn~;:iU', dís-
Amoru como deferencia a su rol de capc\Lín.
Para Túpac AnlJ.nJ, Sangarcü·á fue una victoriJ. abrumadora aunque,
1
1
colos y en su apoyo al Rey Cu-los.
ES. necesario leer nf~icamcmc estos La insistenciil en
en cieno modo, costosa. Al de:TOl~lr a! b;"en armado contingente de Cus~
co, demostró al Gecicnte número de sus seguidores su poderío militar
• ei apoyo de los rebeldes al y del Rey no neces~u·i~tillCnte kgitima el cedo~
ni::tlismo o es un indicador de lns dem;md.ls ''t-cf0unis!a~-- de Jc:sé G::t-
colectivo, a la vez que :::tgregó cientos de amw.s a su arsenaL Los aconte- briel. ToJo movimiento sub\·crsivo intent;t m~tx:m~z~r su ;tpuyc~ sin :-~rr:1cr
cimientos de Sangarari eran reLnJUos una y otra vez en toda la región. In oposición desenfrenada del Estado. En eqe sct¡tidu, TLÍp:ic Amaru hu~­
Los españoles, por su parte, incorp"orat·on a su propaganda esta debacle; caba incorporar tanta gente como fucrll posibk. con_ su ¡-etóriGt muJ,::¡·ctdél
así, en Cusca, el Obispo hloscoso excomulgó a Túpac Amaru por e! e incluso vaga, postet·ganJo la ira en gr;lll esGtict ckl Estado cclond. Sin
"atroz delito" de incendiar una iglesia. Desde allí en adelante, el Estado embargo, esta intcrprctacíón i.'1lplico u11 t~ivcl d<:
1
coloni<ll nunca se cansó de presentarlo como un sacrílego traidor' • Mis puede ser ccdirmado. Ser la mús cor:-ccto com;Jrc
aún, el Eslado propJ.gÓ una inlcrprct:Kión de la bv..talia de Sangan.rá si- una subversión de los paradign.¡as dominJn:cs.
milar <1l relato de ~vloliineUo: miles de indios sedientos de sangre asesina- que han trJ.bajado en relación al concepto de hcg~._;mCt1Í~1 h~n1 Ucrnostr;ttkl
ron a gente que no crn indígena y que habíG hallado refugio en una igle-

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que !~s proyectos contrahegemúnío:;os surg~n no d~:sdc fuera sino ck:;clc
sia. La pre.sentacié.n del lc'iantnmicnto como una irracional guerra de dentrO del discurso dominante, poniénLltJ\o ele G~Gcz.,:!"' Jo~é Ciabri~'l y
castas amenazaba ios esf4erzos de Túpac Amaru por ganar el apoyo de otros dirigentes enfatizaron sus '·derechos" a! intc. rior Ud co\uninli:-:nw_
!os criollos y de o:ros pcn;onajes influyentes que no eran indígenas. No derechos que h~lbían sido sistemáticamente violados. No t::st~:b~1n inten-
obstante, en el coreo pLlZ.o·, la batalla de Sang;m.lrá le había dado un aire tando retomar a a\gún Lipo de pacto habsburgui~l.no 'bc;¡e\·o\entc., sino m:ís
de invcncibi!idad que le ganó e! respeto y el ctpoyo de las masas indíge- bien derrotar ei proyecto de )os Barbones. Utiliz.J.ndo el rnlsr'.·lo di::,curso
ll::t.";. q11e el ~o1o..ni:tiis;llO h¡zo aún más sedicioso J. su moYimiento. Los capri-
A medidos de noviembre, el pueblo de toda 1a regíón de Cusco, y chos del dc:r.ninio colonial, y la disloución enlre el disCUíSO y la prJcticL
muy pronto dentro y fuer<1 del virreilnlo de Cusca, todos se preguntaban lo hicieron fúci\ presa de este tipo de subversión. Por ejemplo, el
quiénes erJn los rebeldes, qué buscaban, cuán fuertes eran, dónde esta- "mu! gobierno" se presta cl~tr<Jmentc parzt uno nricd~-¡d de c'r,mnn'rn<rrc,,,
ban, y quiénes los apoyaban. En edictos y cartJ.S constantes a los emisa- es polisémico. Combatir en nombre del Rey no :l8cesari:_Hllét\\C
rio:-, Túpúc An~2n1 ab0rdn mud;:¡s d~; cstJ.s prcgunL1s y, en esta fase ini- ,-~ ac!lv~sión J.! co!onialismo_ Ei análisis de las acciones de \os ro;;beidi.'::-, í'uc--
cial, 1\J.rnaba a expulsar a todos los com:~gidores y a todos los españoles, y den ayuJJr a esc!J.recer el signific:J.do de su retórica. En c~le caso, cuando
a abolir una serie de instituciones cxploladoras, todo en nombre del Rey. los rebeldes estab.n destruyendo propiedades y persiguiendo ::ul;.Jr\cL,¿cs.
Sus prodamas invaJ:iablemente comenzabJ.n con alguna variación de la lucha era cxpl ícitamente subversiva.
"Tengo órdenes del Rey". Por ejernp\o, un edicto del 15 de noviembre Túpac AmJnJ creó unJ. ideología protonacional que busc;J.h:t unir
comenzaba con "Por cuanto el Rey me tiene ordenado proceda extfaordi- contra los esp(l_i'ioles y europeos a todos loo; diferentes grupos étnico~ n.l-
narictmcntc contra varios cOtTegidorcs y sus tenientes, por legítimas cau-
2
'
sas que ahora se reservan ... "M • Luego, los líderes rebeldes fueron cam-
C::m:pbe!\ observa e! c.uácter v~l¡?O las [.'PJClJ n:~s :eni~H\ en [)\i'L]:L-

les. Leon. C:nnpb::!l: .. ldeology and Lwn::\:~!1'' de 1700-


80 CNOBRET,c\, wrno 1, p. 432 1732", en S'crn (tl.L). I?csi.\·in ;u __ pp. 122-12.5.
81 T:.lpac A:nar.l htzo gr;1ndcs cs(ucrws ;.l'Jr rncjor::v O;:J.S rcl;::ciones :::onle: Iglesia y por ,,41 83 Du:·c.:1d Fiórez: "'Ld fonllUi:.K::ó:t r.:Kio:ut de: i::Js b~-,· uO~ J:: T ~,. "" ~~" ~ ··, :::1 D·__¡.
asegur::tr a sus segu:Jorcs y a otros que é: a;J. un buer. cristic.110. Lewin: Úl Rebc" r:::.:-~d Flórez (eJ.): La rc1 o!uci6n .... pp. 29-49: Fiures Ga!ínJo. C:s_:(,, ,.'- ..::: . ¡-;¡;
h'ón .... pp. 450~.:.1.53, que incluye um c;uta de Túp:lc Am;lnJ ;1l Ob:spo .'v!oscoso, con
fcch:::t 12 de dicicmbe, en la cual ie exp\ic0.ba su posición. ~vlico.eit. obser'>'il!Ja que él
' 138-141. De~n:u1d Flórez d:etectó que en ios cdictJs Jr:; TG¡nc Aon:.ru ~(';:·~:o¡''",_~:.::··
tes l nO\'iembrc y dicierr-.bre, \\:;Cía Cisminu:Jo ei nú:T.cro Jc veces que >C. e: :::b~l .11
n::cbmaba que la excomunión no le incluyera u Cl ni a su circulo ccrcJ.nO porque
··Dtos sabía su int<.:nción". CDlP, ll, 2, p. 716.
:~ Rey de Espú\a.
84 i\-!alion: Pcwom._: Gy;-m Prako.sh:' lntroduCi<.Jn·· J Prnk:J~h: Cu!1 ,.¡,:f¡_,,n \Vi-
82 Lcwin sdai<J que é~t:l era l:l l"orm¡¡ en q'b~ ¿¡se presentaba ante los irldios, ITIÍenlr<b \li¡¡m Rosebcrry: "Hegemony nml the L:mgu:tg.c or Conten . en. Joocph :---:u-
;,nt.:: bs europcüs se c.E!\c\b:l como Inca de iillJ.jc real, lA Re!J~:!iún. ... pp. 414-415. ~ gcnt: D:cryday Fon/Js .. , pp. 355-366.
'f'
61
!)L: T!~,I~.-\C .-\.\iARU ,.\ GA.\!A)'{R..\
:1 /1 fú;hi!lión de Túpac Anw!"ll

:1
ciclos ;:n ~1 Perú. Una y otra vez, él y otros ideólogo:> prescntJban J. los ~ Los rebeldes conwban con vic1jero.s, sobre todo con arrieros, y tam-
bién con sold::ldos Jgiles, para coordir~:lr y cspiar'' • Las chic herías .fueron
1
criollo.~ y mestizos como paisJ.nos, como comp:Jtriot:Js, y no hab\Jban de
Ll. ··p<llria chica", sino de todo el virrcinJto del Perú y ;:¡\rededores. El 21
J<.: novicr:nbre, TLÍpJ.c Amaru sefiuló que su objetivo no era perjudicar en
1 imrortantes lugares para conspiraciones, m mores, frustraciones compllr-
tidas y, durante la :-L~belión, par::~ sesiones de estrategia. Ubicad::~s a lo br-
rnodu ,dgu.no ~ los criollos, sino .. vivir corno herrnanos, congr..:.gados en
un :illlo cuer·po. para dc.~truir a los europeos"';. Present~1ban a los espuño- 1 go de diversa.s rutas y al interior de la ciucb.d del Cusca, las chicherías no
sólo ponínn en cont~lcto a los indios con .:tqnéUos que no lo eran, sino
k~ -ibrnados ·'ch;lpelones"- como sus enemigos. En un doc.Jm,~nto des-
timdo "convocar combJ.tientes, se C"jtlej::lba de la "hostilidad y vejámenes
que se cxperimenw de toda gente europea'""'. En medio de la batalla de
S:ln~u.rc1rj, TúpJ.c Am:ln.J decretó que "extinguiría" !os repartimientos y a
t
¡
tarnbién vincubbcm, a través de viajeros locuaces, <1 las diversas regio-
nes'!:!. No obstante, a pesar de su r:Spida. exponsión --que había rrovocndo
gran púnico entre las fuerZJ.S españo\J.s- el mo\·irniento enfrentó proble-
mas comunes a l8.s guerrillas insurgentes. CarecíJn de :::1rmas y ::tbo.steci-
los europeos, c!ej:mdo sólo el tribtno que seríJ disminuido en un cincuenta mientos básicos como 2.limemo, ::1lcohol y hojas de coca. Estrrb:.:tn arma-
pur ciento. \lo\lineclo sobreentendía c¡ne eslo era una propag~mda enga- dos princip8.lrnente con lanzas, cuchillos y ho.ndllS .., Un dun\me.nto anó-
Jl,)SJ. p:na aisl<lr a lLJs espfiok.s de los criollos y \os mestizos~'. La defini- nimo describía cómo miles de rebeldes habían sido c:tsesinados pues
CÍl~l1 exJc\a del ene.migo vorió durante \a rebelión, en la medida en que "Ellos son l1!1DS simples porque no conocen que con la henda nad<1 pue-
los indios extendieron su signiflc::~do p<n-a incluir a !odas !os explot;Jdores den hacer al frente de Junn Fusil""'-1. También pildt:c!an de problemas de
que no eran indígems"'. No obstante, Túpx Aman.1 intentó unificar a to- disciplina y comunicación, causa por la cual los dirigentes tuvi,;;ron clifi-
16 of 24

cÍas los que no em europeos pora !uchnr contra d coJoní:1ÚS1mo. cultades para comrobr hs ncciones de sus sold:ldos.
TúpJc Amaru y sus comandantes se dispusieron r:ipidamente a Iv1icaela BastidJs, la esposa. de Túpac Amaru, est~lba a co.rgo de b
:.1mpii:J.r su base en toda lo. región del sur de Cusca, e instrnyeron a los ca- logística, aunque para muchos observadores, ella era la mejor corrw.n-
ciques ele Az.áng<:~ro, Lan:pa y Carabaya, "para prender a los Corregido~ do.nte. Luego de )J. victoria de Sangarará, Túpac Am::1ru decidió consoli-
res. cmb::trgJndoles sus bi'enes ... y que se ponga horcas en todos los pue- dar sus fuerzns en el sur antes de volver su atención al centro del poder
blos"""'. Se emitieron incorltables edictos que explioban los motivos de la colonial en los Andes peruunos: la ciudad de Cus':O. Quería aumentar en
rebelión -y que res:1\tc1ban S\.15 esfuerzos conlra \as autoridcldes·'corruptas número e impedir ataqt1es de ArequlpJ. y Puno, y a [Jrincipios de. diciem-
y su apoyo al Rey- y lhmc:ndo a \os indios a unirse. Se utilizó a los caci- bre, dirigió la captura de las ciudades de Lamp·a y Azóng~lro cercZ~ J.l bgo
ques y otros intermediar!os para leer estos documentos a las mnsos indí:J.s Titicaca, y de Coponque en !J.s provincias altas de Cosco. l:v1ioda per-
:lncllf:.lbCtJ.S y también po.n reclmJrbs. Asimismo, se envió comunicacio- maneció en Tongasuca, donde en ese momento estaba d cucmel generJ.l
nes al Alto Perú, el norte de ArgentinJ, y Chile. Las fuerzas insurgentes del movimiento, a cargo de coordinar con los diferentes elementos de!
se rnultip\ic1ron dpidamente: la cifra Stlbió de 6,000 efectivos a media- movimiento, organiDndo et traslado Je abasrecimíentos y tropas, y man-
dn.;; dt". noviembre a 50))0() 'l fines de diciemhre. Por ello, en una cQr\íl de teniendo estrecho contacto con su esposo, a quien exigía apunr tl ::~taque
fine:> de noviembre, dirigida al cotwgidor del Cusco, e! autor comentaba sobre Cusco. El 6 de diciembre le escribió que los ~o\J;¡_dos esto.ban can-
;ncr:~or,:z:ldo qcu;~ d ejérciro de Túpnc Arn:nu "se aumenta por inst;¡ntes, sándose y que podrían regresar a sus pueblos ,de ofigen. Le odw~nía ser
crece su volar :1 vista de sus rriw;fos"'lil. cuid2.do.s:o y seilabbn su des,:speroción: "yo mi"ma soy wpaz de entre-
garme a los enemigos par:1 que me quiten ht ;ritb,_ porque veo el poco
anhelo con qtle ves este :J.Sllnto t:1n grave que corre con detrimento la vidJ.

SS Ct:1do por Dura:--,d F:órez: "'L::t t"onTH bc::én ... ",p. 35.
86 CD!P, H. 2. p. 27"2. 91 Sobre ia import~H;cia de. los arrieros, véose 0'!6r:;er: PerfiL l )9-1'22; Veg:1: Jo-
S CNDSRET.-;,. p . .:1.32. S~gún Lcwin, t\ cdo <Jnti·IO"Vropeo ''c.rn unn simpi:tlcGnñn <H.> ·': sé Gabnd. ; Flores G3.lindo: Buscando ¡m Inca, pp. ) ) 1 Er: tomo :1 la forma
c:::s;bie o !as "mu!\:tuclcs de! mt'is grave probkma jl\llitico-sociai Ue 1:\ ColonÍ~\: el del corno las noticias sobre lus lev:!m:unientos se espc fC\Cf[
chop.:!!m, vilipendi:1Jor de \os :¡:,turJ\cs y monopol\z~,dor de todas las pe!bnc:ls :.k\ vézse O'Phebn Godoy: '"Rebeliones andirns anticolcniaks''. 438
poder y l;¡ econom[;¡"_ Lewin: Ln rebelión . , fl 404. 92 de los estudios que sef\:tlan el rol de Jas S•"!Y JNge 1-!hl<'lgo
SS Yhse Szcrnir'.SI.:-i: U!opia, y ""\Vhy Kili the Sp;mi<:rc!? >kw Pcrspcctives on Ar;dc:m ··~\rnJrus y ca:<1ris: nspcctos mesiánicos de la rebdión indi!,'cr,;¡ Je !7Si en
lns·.~;r~ct:C.r.?T)' L:.ltology in the lSlh Century", en Stem (ed.): Resiswncc. . , pp. \66- ·-,. Cuzco, Choy:mta, La Paz y Ariu", <!n Chungará No lO, 1983, pp i 17·!33. y s(,lJ>

S9
19?.. '
CNDBRET.~. !, o. 4-1-2.
'' ktt O'Phelan Godoy: "Cocn, licor y_Jntilcs: El caknd;"trio r·iL\l.'i]i(n d,> b gr:J.n rebe·
lión", en O'Phebn Gcdoy: lA gran rebelió11 .. ., pp. \39-!85.
90 CNDBRET_A., !, ·P. 458. El autor :nrnQit'n se quejabJ de las actitudes pueri!c~s eJe !::t

n_
"l
pohiJtiOn q~e no er:J inl.lfgcna.
rl
~."-~
;.¡,¿
..

...
93
94
Flores Galindo: Busc(lndo wt {nca, pp. l !5-!17.
Túpac Amar11 y fa Iglesia, pp. 1{)..1...105, doCI!mento del-!9 de m:1yo de 1781.

63
'•~-~~<¡~~"""""""1~'«<'"''>0"-''"''f"JI>"!r~
·~
DE TÚPt\C A\L\RC /\ G.·\iviARRc\ La Rehe!i/m de T1í,Pu,· i\moru

de todos, y eslJ.tnos en medio de los encr:>igos que no tenemos ahom se- 1 conseguir lrab<tjadorcs pa.r¡-¡ la mita en las mÍil<l.o::. de Potosí. P01· otro Llcli:1,
gura la vida; y por Lu cJusa est:u1 a pique de pdigrar todos mis hij0s y !os
dcm;Js de nuestra partc"''1l. Ella qucrí::t tornar el Cusca ;:m tes de que ikga-
Flll rcruerws Je Lim:1. Es necesario recalcar c¡uc lv1icacb BJ.stidas no te-
1 la resistencia al movimiento estw.ba ubicJdo en )J. cimbd del Cusco y en ·2l
V:1lle Sagrado al norte de la ciudad, donde la muyoria de los c:lc qucs
eran opuestos a Túpac Amaru.
nía una po::,ic~ón tan import:J.nle simplemente por ser esposa de Túpac
Amaru, p1.:t:s u.mbib hubo muchas otras nwjercs que eran dirigentes de
1 El liderazgo del mo;,:imicnt.o et·a ::;uci~ilmcnte hcicrocó;¡co. Se
O'Phe!an ha detectado que entre qui\Ones :ntcnt:.Hon !a rt:).>c!i._;n
la rebelión. Por ejemplo, Tornas~• CcndemJ.ytJ., la cacica de Acos, diccinuéve er~ln esp:1P1oles o criollos, vc.inlinuev<:: c:r:.tn mestizo~. ch·cisictc
organizó y dirigió tropas, el 9 de diciembre se quejaba de que con In- eran indios, cuatro eran negros o mulatos, y tres de dnicilbd nu JcciJu-
ca tan distante", el movimiento se debililaba~fi. da. ProveníJ.n Je unn Jocena de provincias diferentes del Ferlt, y
Aunque después dd ahorumiento de Aniaga las fuerzas de TúpJ.c de ellos habían venido de Chile. Rio de la P!atJ., y Espaiía"'~. Un t"c.::J[i_:,i,t
Amaru habían contlnuaJo hacia el área del lago TiticJca, Stl base perma-
necía en el valle de Vitcanota, al sUdesle de la ciudad de Cusca, donde se 1 acusó a Túpac Amaru de reunir ''indios. como rneslizos y esp~1i'íoie.s crio-
llos, a quienes va engJñando con b f:J.LJcia de que no les hJr{¡ J~no, ni

i
hJbía iníci::1do !u. rebelión. El Obispo rv1oscoso lbmaba al Vi!canotJ. "gar- petjudicará ia religión y que sobrnenle a los europeos es a pusc-
ganta de lodo el Rc:no", y "nervio principal de la subkvación"'n. Eran guirá lusta t:xlinguldos""''. Entre los setenta acus:¡cJus ru{ts irnpoctZlntes se
particularmente intportames las pmvincias de Quispicanchí, Chumb\vil~ halló quince profesiones o Jctívidadcs económiccl:-., domk ~lgr·icuiL~Jrcs.
cas y, sobre todo, Canas y Canchis (o Tinla) donde Túpac Amaru tenía un artesanos y arrieros constituían la mÍUtd del 1ul<ll. Esta inCorrncJCión con"
sólido ~¡poyo pur tu.larse de su provincia de origen''~. E! CJncino Real que firma el argumento de muchos J.utorcs de que el liderazgo csl:llJ~I cnnfllr-
comunicaba a Cusco con el Ailo Perú corría a lo brgo del río Vilcanola,

17 of 24
mado por un grupo de c!o.se me di J. colon:;.¡[ qul:, Junque no era pubrc::, es-
!o que explica por qué muchas de las comunidades que apoyaron acliva- "':·i taba "i::xc!uida de Jos cfrculos de poder económico y político:'''.
mente a Túpac Am~ru hablo.n panicipJ.c.lo en este circuiLO co¡nercia! lrans- Los indios de comunidad cons~itufan el gn.tcso de las fuerza.s de
regiono.l. Como lo ha sc'ríalado Flores Galindo, los miembros de estas : ~j Túpac Amaru, en su mayoría originJ.~ios del !ugar y no forasteros. Corno
comunidades no se ajust::in al ew::rcotipo del c:::.mpesino empobrecido o se ha seña!Jdo, la mayor parte provenían de! valle de Vilcanota, y )~l\
miserablew. El propio Túpuc Aman.t era originaría de esta regíón, donde mujeres estllban bien represenl;ldas lJ.nto en e\ liderngo como en bs
sus mulas, y tenía extensos vínculos familiares y de 11egocios, fuerzas det.cmnbate''\.1. Empero, bs motivJciones de los rebeldes son mj"
incluyendo entre ellos lazos estrechos con docenas de caciques, quienes difíciles c)e-..precisar. En sus acciones, su odio por e! EstaJo coloni~tl y su;:;
1 11
llegJron a ser un importante apoyo ' • Para el reclULamlento, Ttjpac AmJ.- representantes era totalmente manifieslüs, y no cabe duda de que IJs cad<t
rJ conL:J.b:l con tre:s ventajas superpuestas: primero, vínculos de parentes- vez may·ores demandu.s ol Estado cJ)'"Lldc.mn n h:1cer estJ:Ln el conf2icw.
co en todo el valle de Vilcanota; segundo, conexiones con otros caciques, Sin cm:nrgo, no erw.n una simpte. reacción ante lw. po!ítícas estat:1ics, y~1
mnchDs de \os cuales habían tr<J.bJjado con él y lo habian acompañado en cpe grZtn po.rtc de -1::~ lnch.J. '=T<l ::J. nivele;; castig2h:1r¡ ::
sus líti.gios; y, tercero, conlaclos en tod:1.la región debido a su trab:ljo co- dores o cac¡ques :lbü:;ivos, o incendi;:tb;:¡n obriljes, interviniendo en con-
mo comerciante y a que, como cacique, enlre sus deberes estaba el de flictos 1oc:t1cs que en muchos cJ.sos s~ habí:m desJrroi:cdo duru;Hc aF.os.
Y, como suele suceder en los movimientos campesinos, sn fervor dccaí;1
95 CDlP, !!, 329·330. [r; otr::\ c::trta, ella advcrlÍtl c¡uc •<si andJ.mos con pie~ de plo-
¡ en la medida en que se apartaban de sus propiJ.s comunic.lades y re.i,·indi-
mo, todo se b trompa"' (331). caciones. Sin embargo, Túp3c Amaru solía organizar u;~idJ.Jes que se
96 Ella f~c cjccurJ;:b juntJ.mcnte :::en José Gabtiel y MiGLcb. Sobre Anz. TJm:.:s::. Con-
1:Jdo de McmJozJ., vé;osc Ju~m José Vega: Ttipuc Aman< y SiiJ compwlc-
'
409-412. Su juicio se hai!J. c11 CNDl3RETA, 3, pp. 48"7-5 t7. 101 o·r~.d::n Un siglo de .... p. 268. Vé::sc (.1~;-,bién Lco:1 C. ""SocJ:-t!
97 CD!P, ll, 2, pp. 363 y 370. Ar11.1.1""J Anny in Cuzco, i ISO-S 1:·, en HAHR , .1, 1% l. ¡:;p

ll
98 El ochemz. po:- ciento Jc los ncus<,dos eian de !a ¡xov;rd;: de Canas y Car:clm.
O"?he:an Godoy: Un siglo de ... , p. 228. 102 C~DBRE'"f A, 1, p. 460: sobre <~nivid:lrJes ::.r-:c cspi':·Jbs. '- é~se Lcwin r...,., Rd;c-
.g
99 Flores G::dindo: Buscando 1<11 Inca, pp. lll-113. Vé:lSC también ;; lión. , p. 404
El.r<1ÍI1 Tre\les: ·'A Test of C:ll.lsai ln!uprct;,liont of the Ttípac Amoru Rebci)íon ', en 103 O"Filcl::n Godoy. Un siglo de.. p. 277. Véase JJn S1.ernin~k.i. ·'LJ ,-O'II·

100
Stern (d.): Resisléi!ICC ... , pp. 94-109.
:v1Grner y Trclles: "A test oL.", p. 102, que se b0sa en O'Phcian Godoy: "L;1 rebe~
lión de Túpnc Amaru, organiZD.ción interna, dirigenci:l y <Üi:mz.¡¡s", en His:Oriw 111,
~ rrección de Túpac Amaru ll. ¿Guerra de
G:,lindo {ed.): Tiipac Aman' !!, pp. 20 !-228.
o renJiucil)r, 7 ·• en fhw:.;

2. 1979, pp. 89· 12 ¡,así corno Leen G. C~~mpbel! '"Rece m Rcse::trch on Andeiln Pea-
sant Rcvohs. 1750·1820", en L·\RE. 14, ·¡, 1979, pp. 3-49.
'i
;¡·"
:~
104 MOmer y Trclies: "A Test.. ··: Fiorcs G~!indo: ''" Inca. pp. ! 03·11 ,¡: Lcon
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])[ Tt::P_-\C .-\\1.-\RLJ ..-\ G."-.\!.·\RRA
La Rebelión de Ti-Ípac Arnaru

mud:1n por toda !:l región de Cusca y, si bien parte de su motiv;:¡ción 17


nuestras banderas y psar;Ín ;:¡ lws cor,t;-Jrias"" • El primero de diciembre,
er~tn, sin dudJ., !o botines de guerra, no eran criminu!es como lo e! corregidor de Cusca estimaba qtle sólo comwba con 1,1.00 a 1,300 sol-
~tfirm~tb:t e! Estucl esp:J!lol_ 1 dados para defender !:.1 ciud<1d mientras Túp~1c Arn:1ru tenía ::.\rededor de
E! caso del nfornmcldo arriero Esteban Castro ilustra cómo fue que
rebc:ón a b política co!oni~1!, la convocrllorin del pro- i 40,000, ademJs de reservas provenientes de tocbs bs prov-inciJ.s dd sur.
Por tinto, dudJ.ba de que se pudiera resistir un
pio Túpac Aman_;~ y l:1s circunst:.mcias lkv2ron a .:tlgunJS person:ls al con--
flicto. Los czu;Jbios estructurales y los contlictos loc:1les no son los únicos
1 solo en estos temores. Por ejemplo, un funcionario de Abane ay, cmi1 pro-

f;_¡ctores que es nFcesz:rio considerar p:1r:1 explicar las 3.ctividndes rebel-


r vincÜl ubicada ~¡\ oeste de Cusco, describía el "terror pánico" de h gente
en Jos poblados cercanos. Otns ;wtoridades, nerviosamente, elaboraban
des. A fines de n<?viembre, un emisario de Túpac Amaru se había topado testimonio escrito sobre l:1s mncheclumbres que se había unido :.:t los re-
con C1srro y le habÍJ pedido que patrulle los cerros de la provincia de beldes, la intimidación de lo:; realistu:,, y )¡_¡ w:iocicLtcl de .losé Gabriel y
QuispJc:<wchi. Lubgo de un par de Oías de este tedioso deber de centinela, sus fuerzas. Temían por sus vid:dm.
Castro decidió seguir de cerca a los ·seguidores que Túpilc Aman.1 tenb en Cuando los rebeldes ingresJbnn n lln pobbdo, a menudo encJrc:ela-
los diíeremes pohbdos del valle de Vilc:mota. Luego de unos pocos dí;1s, ban a los funcionarios, incluyendo a los cnciques, y kv:1ntaban horc:l.S in-
cmp~ro, se quedó: retmsJdo porque su mu!a estaba cansada, y regresó a su timidatorbs. Por ejemplo, ctwndo el 27 de noviembre Túp::~c Amam y
pueblo de Surim1na, donde luego fue capturJdo. Cu<~ndo le preguntaron 6,000 indios llegaron 8. Velille en la provincia de Chumbivilcas, s:lquca-
por qué se habla unido a los rebeldes, "falundo de la legplichd de nuestro
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ron la osa del corregidor y distribuyeron sus pertenencirrs, no:-r;bnron


Cnólico Rey", é\ respondió "que por averse publicado U"-p bando en que nuevas autoridndes, abrieron b cárcel y destmyeron el cepo qne se us0.ba
explic;_¡ba que Il(J!,:¡brí<1 ya en addant-.c corregidores, repartimientos, adua- 11
para castigos ". Cuando las aguas comenzuron a elev~1rse con la
nas y zdcabal:l, y;i que a él solo (Túpac Amam) le hahfnn de rendir obe- de la eswcíón de lluvias, h;Kia fines de nño, los rebeldes tomaron el con-
Jiencia to-dos, cohlo u rey chiquito". Luego afirmó que en diciembre de trol de muchos puentes. Trrmbién vigil<1ban c:1minos y trochas, logrando
1780 había abanqonndo e(movimíento y, ::t la vez que negó que apoyaba manejar lns comunicaciones y la inteligencia" 1• Hacia fines de 1780, sin
a TúpJc Amaru, $ei'ialó gue cuando fue centinela "su ánimo fue prender a embargo, la ofensivJ de Túp~K Arnnm, ap8renternente ínexor:1ble, co-
lodos los españoli:'s que tc:msitasen por aquel camino y enviarlo-S al obraje menzó o. de.s3celerarse tenuemente. FinQ]mente, las fuerzas raiisws dc'-
de Pom:J.cancha".: Si bien C<tstro disminuyó su rol en la rebelión con el fin mostraron gue c.ran c;1paces de enfrent3r a Jos rebeldes, y la propügandCJ
de salvarse, no 1Ügró omuflar su odio a los esp<1ñoles y a los obrajes. Y contm José Gabriel y sus "hordas" comenzó a tener efecto. Mis nún,
lüe colgado';,' pronto llegarían refuerzos
Luego Je !J. bala !la de Sangan.rá el pinico se apoderó de !a ciudad El20 y 21 de diciembre, \os rebeldes funon Jerrot<1clos en las afue-
Je Cusco. LJ.s uutoridades sacaron en procesión a las dos imrigenes relí- ras de Ocongate, en la provincia de Quispic~mci1i, donde las numerosas
gioo;;as más vener;¡cJas ele Cusca, el Señor de los Ternh\ores y b Marr,acha fuerz::¡s gobiernistJ.s 11tili"l:-:rnn sn pode-r de fuegc p0n1 dividir 0 los insm-
Bel¿n, con el fin de detener a los rebeldes y, en forma más re::dista, para gentes, m.'ltando a cientos c!e ellos. El Obispo i\kscoso, quien es autor del
des::ilenlar a las clases bajas -incluyendo a la import::mte pobbción indí- mejor relato de esta bntalh increpaba a los rebddes por su v-iolencia de-
gena de la ciudad- del B. poyo a los insurgentes. En una c:uta fechnda el 17 senfrenada, y describió cómo ellos habbn asesin::ldo a los esp:1ñoles cor.
de noviembre, el Obispo Moscoso expres::1ba desprecio y desconfianza los que se habí;m cruzZ~do, sin considemr edad o género. Lo cierto es que
nerviosa lucia L:ts clases bajas, sentimientos que se entretejieron y sub-
0
sistieron c:.n la región por déuldas' ". Señalaba que "Aunque !Os indios por 107 CD!P. !L 2, P- 283. Sobre lil dótlld~d de!::!_ defensJ de! Cusco en ese n;ü1-:1enw, vé~t­
su imbecilidad y rudtzJ. no han de ser apremi~1dos con censurn.s, he puesto se CNDBRET.A., l, pp. 4--10 y -1-34. Deberín recordJ.rse que )\·!oscoso enfrcntab.1 ;Kt>
declarntorias contrJ. el Rebelde en todas las puertas de las igleslJ.s de est::J. 5Jcioncs de :1poyü a bs rebeldes y, de cst:J. m::.r,er:J. era vehemente: er.
ciudad". Afi::nJaba que "todos estos socorros y su pror.timd se necesiwn cstJs C<lrtJS J sus superior-es. Su clc:sdén h:Jci:l !os no cbst<:nie. sucnil cterto
pn.ra ese período.
p:1ra b g\.c:J.rdia de esta ciudad, que es la clave del Reino. Ella carece de
108 CNDBRET A, !, 434; sobre el pánico en Cusca, véase Lcon
armas y de sujetos que las manejen, pues sólo abundc.n indios, cholos y and Socicry in Colonial Peru 1750-18!0, FilJdclfiT The
mestizos, que por interesarse en Jos lmrocinios del Rebelde, dejrrrírm Society, 1978, PP- 107·1\2.
·;;B: 109 CNDBRETA, I, ¡¡p: 470-489; .A.b::mc:1y, p, 486.
!JO CNDBRETl.,, lll. rr- 78-79.
111 E! Obispo h--1oscoso se bmenlab;;¡ de gw:: ..de es!ct St.ier1e, nos vemos en un c~os de
103 ADC, Co:ccgimicmo. C:HJsas Comunes, Leg_ 6!, 1780, W 1397. -'~ ll confusiones. no siendo fQcil deliber:::r acción alguna por no saberse el es!:1do del
i06 CDiP, IT, 2, p. 279. ,:;; enemigo". CDlP, ll, 2, P- 363.

66 -
~,
67
~fA

~~
DE TÚPi\C Ai'vfARU /-.. G/'llvl/\RRA
! La Rebelión eh TIÍpnc _c\mnru

los soicbdos del corregidor esgrimían las cabez.:1s de algunos ele los rebel~ clón direct:J. con !:J.S tropas reJlistas, y que nl retroceder r:tpidamentc '·e o-·
des en la punta de SllS lanzas, exhibiéndolas en las c::liles de Cusca, lo que mo mosc~s espantadas de un plato de dulce", los rebeldes er<J.n diCícdcs
lv[oscoso :1piJudió, juzgando "muy oportuna pnm dej~1r ndvetir a la plebe de derTotar Describía su t;.lctic<J. de guerrillas con fn.Jslr;:;ción v buen sen-
111
y corregir de algún il1CH..lo 1n mala disposición en que podía eslar" . tido militar; 11 . ~ "'

El 17 de diciembre Túpac Amaru regresó de :su concría en la r:.nna


del lago Titicaca y, dos días después, cuando escUchó ii\formcs de que
tropas iblistas de apoyo estaban !legando de Buchos Aires. final¡;~cnte
Oila:-.taJtar:nbo prestó oídos al insistente iiarnado de Micaela BasliQas p:J.ra atac<J.r Cu.sco.
Yucay
P(sac

~
Salió de Tungasuc;:¡_ con 4,000 soldados, y siguió :reclutando c8n1ino al
Abancay Cuzco • 1 Cusca y a su paso los rebeldes s~quearon numcrdsets h~Kier.cbs. Tú¡:¡~lc
Amam ha sido criLicado por haber demorado en ulacaí Cusca un:u rm
' J?,o
'%
~~0)­ u '·;,..,.,.0""\
1-v_\ f§i@!i
/_, sus contcmpmáneos como por vDrias gener~Kiond de cspcciulistus. que
'"o Sangarar~
Quiquij<ma -~-\~~ 0-~ afirman que si él hubiera escuchado a :tvlicacia, ei: rcsult:1do h:tb~ía sido
Ct1ecacupe : ~-CO --.·y~~ diferente. Pero él había intentado extender d contrb\ !Crrituri~d e
_Tinta un contfaatacrJe desde el sur, antes de enfrentar a\: zrueso de !:ls fueros
Tungasuca ..
Sicuani espano e
- 1as en usco, que era 1a C!Udnd. e 1ave 11" . 1~
:
) L:1s noticias sobre !a proximidad d~ los rebeldes pct;·if:caron a gr~m

19 of 24
r~Santa Rosa ! parte de la población de la ciudad. Así, un comcnlJ.rista señalJ.lXl que b
ll~gatl<1 de tropas realistas no era sino la conCinT1adó:1 de los n_¡mo¡·cs so-

·:~·,.•¡
Yauri Ayaviri•
bre la fortaleza de los subversivos. El gobierno. Por
su L:ldo. i;ltcntz:LiJ.
• controlar y limitar la información sobre las fuerzas1 de Túpac Amo.ru que
11
AREQUlPA circulaban en !a ciudad de Cusc0 '. Las fuerzas rehlistas no estab:m des-

..T~.";·:.~
prevenidas; por ejemplo, ya en diciembre. MoscosÚ h<J.bÍQ conducido una
exitosacarnpaña para recolectar dinero destinado la defensa de la ciu-a
dad. Adc1.11·Js, llegaron refuerzos de Abancay y, lo 4ue es rn:is lmpor~~:nt;:,

IMBM
o 50
Mil! as
---'
100
f Punci'
J~\
-~
ell" de e'nero llegó a Cusca una expedición muy bien <.mnad<J. prov:::nicnlé
11
de Lima ". )\.-fue has ci'J.d:Idanos propcníJ.n un arreglo negoci;:tdo. pues se
preguntabJn nerviosamente sobre lo que las ciases _bajas hJ.rÍ~ln cu~lndu la
?v1::!p..a 3. Sitio.~ de b- Rdwlit'ilJ rlc Túr:"!;- -\mc1.r1¡ ciudad fllcrJ. atacada~ sin embargo. 1a ileg~'d:J df.'. réfw·r:n<:: inclirH:, h h:<-
!QnZa hacia los patiidarios de la línea dura que rcchazab:.1n las negocia-
Las cartas e informes pro-gobiernistas, muchos de ellos amplia~ ciones.
mente diiuudidos, describían a los indios como bdrones coba.rdes que se El 28 de diciembre Túpac AmanJ inició el sitio al Cusca, pero ::::us
unieron temporalmente al movimiento con fines de saqueo y pi1bje. planes originales de realizar un movimiento de pinzJS se vio frustrack>
lvfoscoso ponÍJ. énfJ.sis en que las tropas rebeldes er~n indisciplinidas y cuando las columnas dirigidas por Diego Cristóbcl.l Túpac Am:1ru y An-
que sólo temporalmente se habí<1n comprornelido con el movimiento; con '
tal interpretación it1téntaba amenguar el pánico causado por !os rumores
11 3 (\·loscuso atribuí;¡ la ''victt'IÍa incompleto" en Ocongote ~:d r.'ipido r-e!rocó:so ck les í::·
que decLm qt~e ~~ntre cincucntJ. y cien mil rebeldes controlaban las pro- beldes que ··gencralmenle, cuandl) se hn)l:m sin Gl~)ez~ como h~ s.ido en CSU5 cc,rt,
vinci<1s de[ sur de Cusca, y que estJ.dan dirigiendo su Jtención hacia la ref:·iegas, ran. vez sostienen el ~UJque en cuer-po constZ~;-t\e_ Emb:stl'.":n \un--ll:ltuJ':
propia ciudztd_ AsiiT1ismo, justifiob:1 la represión a gran escala contra !os mente y a la primera pérdida se esparcen por bs montafns ... " CD!P, ll, 2, p. :n:::.
rebeldes quienes, según su calificQción, erQn criminales violentos y no re- :: ~
114 C:tm¡;!Jdl: The Miliwry .. pp. 1 ]7,120, y del miscno aulor. '·ideolog~;. · o. i27;
beldes subversivos, desalentando así el apoyo de quienes no eriJ.n indíge- Lewin: Úl Rebe!ló11. .. , pp. 453-454. Ag:J.dezco a John Rowe por Jc'x·J.r:-T,e
aspectos milit::~res del iev<J.ntamiento.
nas. Moscoso, incluso, señalaba que los rebeldes impedían la confronta- 115 Entre otras medidas, se prohibió ];:¡,s reun:onc.s de indios. Luis At~tc:•io ,,_,,,,,,
Glierra SepamtisLO.: Rebeliones de Indios en S11r A mélica. U S:.óic

! !2 CD!F', 1!, 2. p. 372_


il
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~
A1nan-1. Crá1:ica de ,\ldchor de Pa: (dos vols.) Lim::l, s.e., 1951, voL ! , P- 252
116 C::tmpbelt: "!Jeofogy ... ", pp.! 15-116.
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1)1: TLI'.-"J~ :\\1.-\RU ..:>, G ..;.\L-",RR,\

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Lu I?.ebe!i6n de T1ípuc .'\nwnt

Jr~::; Castdo no pudieron llegar J la ciudad!". Entcr.ces estacionó sus tra- Contraataque
p:;~ en un risco ubicado al oeste de la cindJd, y envió negociadores ni C3-
bdJo Je L1 ciudJd, con un:..t cartJ. que !L:un:1be a la rendición inmediat:1. El Luego del fri1casado sitio al Cusca, Diego Cristóbal Túpac Amnru
ckKumcrn_o sei'ia!aba su noble sangre Inca y bs acciones que había tomJ.- condujo una ofensiv:1 hacia d norte. y este de Cusca: a Ctlcu, a Urubamba
do contr:1 fos corregidores. Hacía una rebción de sus planes: la supresión y luego a Paucartambo. El cacique realista Pnmacdn1::1 )o persiguió. José
dt:l cargo de corregidor, el fin de! reparto, el nombramiento de un Alc.dde Gabriel regresó a Tungasuca mientras u\gunos de sus comzmd::mtcs más
indio consciente en c~1da provinci:J, y b creación de una Real Audiencia cerc:mos continuaban la campaña en las provincias altas del sur. En este
en Cusco"'·. La i'víunicipalídad y ei Obispo Mos:::oso simplemente des<líro.- pi.lnto, saliaon a la supaficie las divisiones en las fuerzas de Tlípac Ann-
ron :1 sus emisanos. ru. A fines Ue enero, Micaela 1·ecibió informes de que diversos pob)u.do.s
Luego de más de una semana de negociaciones fn1str:~do.s y de es- de Chumb\vilcas se habían Vl.lelto contra los rebeldes, algunos com~tn­
C:Hamuzas, el S de enero se iniéió la princip;::ll bat~llla por Cusco. Las dantes le envii\b3n prisioneros que estaban acusados de espiar para el go-
i"uerns reb~ldes busc-l.ban sitiar la Ciudz:d y control:lr la entrada norte que
vincuL1!x1 Cusco con ios VJ.lles productores de grnno al oeste y con Lima. 1 biemo121; y Diego Cristóbal se quej~lb de los excesos de StlS tropas. Las
fuentes ofici:-des, por su hdo, dieron gozosa publicidi:!d a inforrnes de de-
PI:Jr su parte, para enfrentar a los insurgentes, !as tropas de milicia -en serciones a gran escab, particubnnente entre aquéllos que no ercm indí-
panicular e! batallón de comerciantes- se hicieron cargo de los escarpa~ genas 1''
dos cerros que rodeaban la ciudad, mientras divcrsJ.s cOippañías detenían Flot·es Galindo ha identificado, al interior del movimiento rebelde,
20 of 24

Lls ocasionales arremetidas de los rebeldes comra !a ciudqct. ivii!cs de in- dos fuerzas que se ha\bbo.n cn.da vez más encontrZJ.d::~s: "el proyecto ni.l ..
dios leales de refuerzo, provenientes de Pan1ro, reforz:1ban a lns fuerzas "'":i cional de la aristocn.cia indígena y el proyecto de clase (o etnia) que
realist::JS. Los c::ficnes y lo. artiilería utilizada por los rebeldes failaron uno. emergía con la práctica de los rebeldes''. Las diferentes fom1::1s como am-
y olra vez debido -según. a!gunos- a la traición de Juan Antonio de Fi- bas fuerL::~s usaban la violencia ampliaron esta escisión entre d liderazgo
gueroa, uno de los pocOS\ españoles que combatieron por el lado de los y los seguidores. Túpac Arnaru y Micaela sabían qlle los aL.lques contra
rcbl.':!des y, según un infoiTne, el 10 de enero los treinto. mil rebeldes se ·,~
los criollos -y más atín contra curas, mujeres, u otms "no-combati~ntes"­
retiraron. Las b~1jus fueron pocas en ambos lados. Se han prese'ntJdo nu- alejaría a quienes no eran indios, haciendo irnposible que d movimiento
merosas hipótesis por este viraje de los acontecimientos; una de ellas es ? fuera multiétnico; sin embargo, no fueron capaces de controlar a los di-
que los realistas habí::m colocado a milr::s de indios en la primera fila y tal ' versos gmpOs que oper~1ban bajo su bandera, una división que el gobier~10
va Túp;:¡c Amam queríJ evitar nwt~Jrlos. Aparentemente, querí:J. tomar b explotó'"]. TLÍpnc Amaru, Micaeh1 y los otros diri:;e~tes conduj..::ron fuer-
ciud:1d sin violencia, con una entruda triunbl, lo que en ese momento er:1 zas que ejc.cuto.ron a autoridades espoñolas, tomaron haciend:1s y obrajes,
11
impos1bk ~. Por lo dem:1s, sus tropns tnmbién estJban sufriendo a c:~nsa '~ y J.tacmon a aquéllos que intentJban detenerlos. Ce,rernonlas del íipo de
dr= ll"'- ni·..:el or-\i,7rn<:<>r,,,~,.,u" b:1in de :_1limentns ln eme. e.mrni8b(l a muchns nr¡né\\n. rc~lliz~!da p::-:.ri1 .:jccut:1r a Arri::~ga rc~·)]L'hcm 1::\ poder regio ck Tú--
~ d~se~·ur ~~;;;~n~e- ¡~· n~~--h~ 1 ' 1 ;_-~Aunq~~ la reb~liÓn \oda~fa ~staba lejos de pac Amaru. Su uso de la violencia estaba en D.rhlonía con la present::tción
luber lkgado a su fin, en ese momento los españoles entraron al ataque. 4 del levantamiento como un esfuerzo contra !a matvadn práctica coloni(l\,
"
~r.
y su ira se dirigía hacia los perversos españoles. Las maS liS indígenas, sin
embargo, por momentos emplearon tmJ definición mL;cho más amplia de!
,,f_ enemigo, que en algunos cJ.sos pudien incluir a todos aquéllos que no
.f.: fuemn indios. La propia violencia fue más all:i del mero exterminio J,¿:J
....
~
enemigo.
Con el fin de entender mejor la violenciu de la rebelión, es necesa-
i 17
i 1S
C:-,mpbe]l· "ldcoiogy ... ",p. 128.
Lt::'-vin: L'< Rehdión , pp. 456-4
~
;~ rio revisar los propios combates militares. A pesar del gran número de
110 Ellos se re.nfaron Jc 13 ciud:.d de: Cuzco " porque le pusieron en !~s- prinx.LaS tll;l~
por ca:-r,:12a ú los Yndios, :1 q\Jicnes no quer{:;¡ oknder y por Jl¿¡berse <:cob:J.rdado los i,, soldados de ambos lados, h camcterístíca de la n:::bdión fueron las incur-
siones guerrilleras y no las grandes btallas. La topografía de los Andes.-
mesti7,os c;ue manejaban los rusi\es". COlP. 1!, 2, p. 468; LewirY Ln Rebelil),¡ , p, :!
_<;¡' con sus gr:..tndes cumbres y valles estrechos, ayuda a explicM d bajo ;ü-
46L Para u9 resumen i'lfomudo sobre la l:J~Ull!:l, veise ScrC~yJf,n Leiva: Cam¡v:rías ;!:'
\ff!iwrt's ... , 'pp. 6'21-626. ,
120 Sobre el hJr'nbre en !as tropas y en la ciudad, v¿ase CD!P, ll, 2;·pp. 432-433. !Y'lu- CDIP. JI. '2, pp. 464 y 465.
chos se prebcup:1ban sobre In m:lb cosecha de ese año, debida en gran parte a la l 2 Cnnpbe\1: "ldcolog_y .. .'', p. 126
destr.JC.ción. Ya b interrupción delcrJb:c.:o que la rebdiór. hclbf~1 irr.plicado 1 3 Flores G:1lindo: Bnsct:rdo un !nca. p. 123.

7i) J
-· 71
~----~-~""''-"""~""'"~"'·"''''--"-l!lt.<iY'\1#--._,t;.•-'-':~-:j?.,>¡><~,~
1
DE TÚP¡-\C J\i'v\¡\RU A GAi\'li\RRA Lu R,,befión Lle TiÍfHll." :\nwru

mero de combatientes en cilda balJlb; reconociendo su inkrioridad en marzo estaban al mando de quince mil solcbdos divididos en seis co\urn-

1
0
armamento, los rebeldes prct'et-ían los desfihderos y senderos ;:¡_\tos, don- nas, b mayor parte de los cuales eran indics 1' • En este punlo, TúpJc

de ooJí~u1 utiliznr su conocimiento del terreno 12 _¡. En muchas de lo.s victo- Amam enfrentab0. no sóio una fuerza realls~<.l mucho nüs fucrle, y di'<'Í-
rias· rebeldes, la toma dd poblado, propie~dd u obr:.Ljc, halló poca oposi-
'
ción; en otras, los rebeldes atacaban por olas. Los relatos provenientes de 1 siones en sus p1·opirrs tropJs, sino también prcbkr>1i.ls logísticos p~na ~J"C­
gurar vestimenta y alimento suficiente: un jere r:::.be.ide se d·.:; que
cspai'íolcs resaltaban la persistencia de \os aLJ.cantes y los efecto::,; doloro- sus soldados e.~lo:~ban "desnuJos'' 1J 1•
sos de su princip;1l arma, la honda. También seiíalabzm la importancia de E! 9 de marzo Del Valle salió de la ciudcd de CLl.~co. dc.iJndu tr:~.~­
las mujeres, quienes reunían las roc::.ts que scrí::m arrojJ.clas, y que resistían de sí a un pequeño contingente parCJ. que defienda iJ ciuJcl.J. En Colct\¡:illl-
las arremetidas realíslas, a menudo con filudos huesos de animal en fíeros bas, hucía el sur, !a qu1nta columna derrotó J. dos de los mejores g::::ner:Jks
125
combates cuerpo a cuerpo. • El comandante reJ]ista Purnacahua, cacique de Túpac Amaru, los criollos Tom:ís P::1.rvína y Felipe Bermúdcz. y arnb',Js
de Chlnchcro, que se h~uú célebi:e en 1315, ayudó a cambiar !a corriente murieron. La mayor parte de las tropas realistas avanzaron a lo L:lrgo de
contra Jos relx:ldc.; al adoptar la estrategia de guerrlllas que aquéllos ha- los rrltos cerros del oeste del valle de VilcJmayo, yenJo trils del ,l!Jcr d~ b
bían usado con umto éxito. rebelión. El 2! de marzo un tmidor desertó ckl camp~t;~;;;nto de T úp~1c
Incluso sucedió que en el impetuoso período previo a la toma de Amaru para advertir a Del Valle sobre un inminentG ataque de soíp:·~'S;l.
Cusca, las fuerzas de Túpac An¡am ocasionalmente desobedecieron a Entonces sus traps trusbdai'On el campanH.::nto y pudict·un rcL.iJ;¡z;n un
aquéllos de sus jefes que intentaban controlar su violencia. También hubo asalto de madntgada; Del Valle creía que s\n L:t :.~d\'crtcncia sus fucrz:1\
otros casos, como ei sucedido en noviembre de 1780, a consecuencia de hubieran si Jo diczmJ.das, en "un teatro tan i2stimoso y de~g:raci;tJo cCHTW
11
ei de SangarJ.ró." '. El 23 de ma.rz.o, el grlleso de las fucl7":1S ¡·cz\ii:;,Ui'·; ~l'

21 of 24
Sangareirá, cuando los indios de Paprc.s, Quispicanchí, J.pcdrearon hasta lJ.
!
muerte al cacique cl"i.ollo de RonUocm, a pesar del hecho de que él apo- ubiéó en las afueras de Tint::J., cerca a Sang<lr<.tri En los dlas si&"uicn!c:~
yaba a los insurgentes; u p. informe señab.ba que la razón era simplemente ambos lados sufrieron a causa de un climJ. inust.wlmc:·ltc frío, pues Lt ni>
porque no era indio::ó. Ep algunas zon<J.s controladas por los rebeldes la ve cJ.yó sobre los sold:J.dos que estJSan pobrcmer;tc protegidus. 1_<;u;:l-
vc.stimentJ. con atuendo español era una razón suficiente para la muerte, y mente, las reservas de alimentos se habl<m reducido en iorm:l consic.kr~l­
los seguidores indlgenJ.s de la rebelión amenaz::~ban a todos los puka ktm- ble. Las fuerzas realistas cerc<J.ron e\ canqnmento rebc\Je en Tintll. in-
k.a (cuello rojo o ·'coiorJ.do"), que era el nombre gue se daba a los espa- tcntando{~acerlos rendir por hambre, y el 5 Ue abril los r;:k,\Jcs intcnLt"
ñoles111. A fines de diciembre, cuando las fuerzas rebeldes se aproximaron ron que~~:tr el cerco pero fallaron en el intento. Túpac A1~1art: pudo e.5c~t­
a Cusca y enfrentaron a las trop:::ts hábilmente dirigidas por Pumacahua, par, cruzando el río CombJpJ.ta haciw. el pueblo de L:J.ngu\, dor~J:::: cr::::i:t
fueron acusados de atrocldades en Calca, en el Valle Sagrado. Según un qne el Coronel Ventura Landaem lo ocultaría. Sin embargo, J.nsicJsus por
comentarista realisLa, "dieron muerte cruel a quJ.nloS Españoles halbroo recl:imar la recompensa de 20,000 pesos, un grupo de ::,ciJ::~Jvs lü si;u\(í
ck Jmbo:~ sc;;:o:- rqn1r.:,'.nrl0 p0r FsiJ;'¡1;;L:-:'i 0 !'v1e--t17o~ ::~ todns.los que te- y, finnJmente, e! 6 de ab¡··il fl.:e C:J.pturad9:_El ¡~_de ese :nismo mes, suid:¡-
nían camisa, y lo que es más hon-ib!e. usaban torpemente de las mujeres dos bien armados marchaban haciJ. la ciudad del Cusca con Ttíp3c Am:~­
de representación agradable, quitJ.nUoles después la vida, liegando a la '' ru. l:viicae\a. otros miembros de la familia. y varios dírigt:nles de ln rehc-
mayor impiedad de íncubar sobre los cadáveres de otras" ~.
12
liónn'.
En febrero, las fuerzas de Túpac Am:1ru estabJ.n a la defensiva en La capl'..lr:J. de José Gabriel y su círculo mús cercano no puso fin a
!:J. región circundante a Cusca. El Inspector General José del Valle llegó a .,Y !a rebe1ic5n. Diego Cristóbul asumió el iidec-ngo, y ~raslaJó b rebGlié:n
fin de mes con doscicntcs so1dr::dos bier1 entrenildos del Bat::dión estable hacia el sur, a la zona del Lago Titicaca y e! Alto Pen_í, y AnJrés
del Calbo. Del Vw.lle y el Visit:J.dor General Arcchc querían pacificar la Amz:ru, prin:o !ej:J.nO, tZtmbiér: comandabo rucrz;::;s irr:por~:.m:C.s. De bcch,-;,
pobiación de Cusco, aboliendo el rcp~·. no y las aduJ.nas y ofreciendo el las proclamJ.s de Diego Crist6bJ.] er:J.n rn5s nnnifiest<l!nente. Jn~!colon::l­
,f
perdón par;;. los rebeldes que de inmediato entregaran las annas'''i En les .que las de José GJ.briel, y las acciones de los ce beldes ~amb[¿n se b·
:~
bían radicalizado, pues atacaban a gntpos no-inJígcnas que no hnbí:J.n si-
124 !v:ín Hinoíosa: "El nudo colonial: La vio!enci:l en el movü-;-üento tupamarista", en
p,csodo y Fresen! e N° 2-3, Lima, i %9, pp. 73-82. t.Oi
\25 CDJP, 11, 2, pp. 413-4!6. ·.J¡
1 o C:1mpbeil. TJ¡,; Mi!itc.J;.· ... pp. 128-133.
126 CNDBRET.A., 1, pp. 433-434. 1 1 CDlP.li. p. 466. 1

",,,
1

127 Sz.em.inski: "Why Kili. .. ", p. \7\. "<; 1 2 Ci\DSRETA, l, pp~ 537-539. La cita es de Lcwin: La¡ Rcbe!c'ón.... p .J69. .
1

. .
123 CDlP, ll, 2 p. 426. ';] 1 3 Sobre la c;:;p(ur~•• véase L. E. Fisher: The Lo.s! Inca Revolt. :--.:on-:1 en: Unt•<trsll:l ot
\29 Lew\n. Ll Rebelióll __ Pfl· 458-460. ;R OklJ.hom:.: Press, 1966. pp. 212-2-!-1: L:cwin: La Rchdi6n . . pp. -+68-+72.
·(,f
n
Di-: T(:¡)-\C _-\\L.O..RU .:.e, G.-\\P.RRA
;1 La Rebelión de T!Ípac Amuru
t
do lOC~ldos en la fase de TlÍpac Amaru. Así, la violencia por parte de L:ts
CucTZ~lS ¡·ebekles y !ás fuerz:J.s realistas alcmz.ó m1evos niveles. En el Alto
:¡ momento no exístía una clara alternmiva postcolonial: Túpac Anum in-
tentab~l construir unZl..
1\::ni, Juli:ín A paza ,lomó d m:1ndo de la Rebelión de Katarlluego de que T;:¡_mpoco debe presentarse a b m:lyoría de combatientes como se-
Tunüs K<ll~ri fuera: dsesin~ldo en ent:.ro de 1781. Si bien las fuerzas com- guidores de sempiternas prácticas :mdinJ.s de violencia "irr:Kion2l", pues
btn~1Lb.s, k:J.taristas YTúpacJ.rn:1ristas, sitiaron b ciudad de La Paz en julio ellos luchaban a causa de la prolong::1da aversión frente al colonialismo
y nuc:vamente en agosto de 1781, Jns tensiones entre ellos impidieron su
unifir.:-Jción, pese a ]o cual en el Alto Perü y en b zona del Lago Titicaca
1 español, personífiodo por el CO!Tegidor y Oll"<lS autoridades, guienes du-
rante la rebelión fueron con nmcha frecuencia el bl.'lnco de !os awques.
l::l subleVJción cominuó h;:st8. 1783. Sin embargo, en b zona de Cusco, la Su desilusión había aumentado en los últimos años debido a creci~ntes
c:lptura y ejecución: del wlto mando significó el fin del levantamiento. demnndas del Estado en medio de un est;:mc::lmiento económico de Cusca.
! Para llegar a una lota! comprensión de la conducta H.'-belcJe es necesario
analizar los conflictos locales y las pr:icticas políticas, pues los insurg('.'n-
El signi!il.'ado de Túpac .-\.maru tes no eran seguidores insensJtos de un líder carisrn:ltico. No obstante,
mmqtle no siempre concordab:m, el liderazgo y L1s fnerzJs r~:belcks com-
Este clpímtd h~ intc.ntJ.do demostrar que b rebelión fue un movi- partían el objerivo de derrocar al coloniJlismo espal'iol.
miento protonacio~al cuyo objetivo era denocar el colonicdismo borbóni- Las tres interpretaciones del lev~mtamiento que se han señalado en
co. Si bien surgter6n diferencio.s enlre el liderazgo y las mJs.as, que se hi- la introducción conrribt1yen <-l. su comprensión y, de hecho, se requiere
22 of 24

cic:ron evidenres píincip::dmente a través de los diferemes\usos de la vio- combinarlas. L:1. opinión que lo calific de "precursor" inte:--pretJ correc-
1
lencia, e:: !los e.stnbal-J de acuerdo en la necesidad de atacar o expulsar a las tamente que b rebelíón era anticolonial. Sin embargo, h.1y gue señ:1lar
autorid~Jes Jocale$ y region::lles y a los beneficiarios del sistema, tales que entre 1780 y el período de la Independencia (1810~1825), Perú y Es-
corno las propiet:1fíos de h<1ciendas y obrajes, y de abolir los principales pai1a cambl3.ron radicJlmente. 1Víás <:~ün, w.mbién debe tomcm;e en cuenta
tributos colonialeS: tales c~mo el reparto y el alcabala. No obstante, no la relación entre el levantamiento de TLípac Amaru y la brga cclmp:tña
Jcberí::t exagerars~ esra diVisión. Túpn.c Amaru U inició su movimiento por la Independencia. Como se verá en los siguientes capítulos, la Gran
con lil ejecución plíb!ica de un cotTegidor conocido (y detestado). Casi Rebelión agudizó las tensiones raciak.s en el Pení, haciendo mc'ls difícil
inmediatamente déspués, los, rebeldes se lanzaron al ataque. El liderazgo un movimiento multiétnico. Lts i.nterpretwcioncs que ponen el énfasis en
no tenía en mente ;negociar mejores relaciones con el Estndo, sino quería la identid:l.d Inca insisten correctamente en que ésr.:-t constituyó el símbolo
dcrrocarlo. L:1 invoo.ción de José Gabriel al Rey de España, y la idea de más importante de !a rebelión; no obsmnte, se requ¡ere ver este simbo lis~
erigirse en nuevo ~mperador oo debe ser rebajada can califícativos de re- mo desde la perspectiva de las "tradiciones inventadas" y no comn re-
o conserv:Jdorn, pues resulta anacrónico e! cuestionamiento de ln membranzas element;:des. El pueblo de Cusca rccord;}ba y remcmc;<J.bü
nJtur;i\,'Z:.l pl)lítica dd n1ovímiGnlo con el argumento a~ que 110 Jek.ndi~t en .difen:n!~.s formas a los Inc;ts, cuya incnqwr;\CÍÓn no .necesari~tmente
~tigún tipo de pbt~lforrna republicana. En ese momento, casi un;:~ década
2-ntes de la Revolución Francesa, la idea republicana apenas si estaba in-
' contradice o impide un proyecto más moderno, o "nacional". Finctlmt:nu::,
la interpretación de ·'Viva el Rey" sirÚJ. correctamente a la rebelión de
cluida en el discurso político en los Estados Unidos"". En el Perú Tüpac Am::tru en una tradición de :-tegociación de derecho.s. En la décad<t
recién en 1820, luego de décadas de lucha, y de intenso debate entre las de 1770, cn<J.ndo el Visitador A.reche impler:Jent~lba bs crecientes exigen-
fuerzas que combatían a los españoles, muchas de las cu;::les estaban a L:.- cias de los Borbón, esta estrategia había lleg.:~do n sus lfmites. Y a pesar
\'Or de algún tipo de sistema monárquico que reempb. znra a-.los Barbón. de su discurso moderado y casi confuso, Túpac Am.:~ru no e:;;t:~ba nego-
La situación se complioba aún más porque los intelectuales criollos ciando sino que intentaba derroc;:¡r el Est.:~do. Por otro lado, la rebelión de
omitían ·'e! problema del indio". En Lima, José Gabriel no encontró co- Túpac Amaru debe ser comprendida a lu luz de la cultura política del si-
rrientes intelecwales y políticas que le fueran compatibles, ni tampoco glo XVIII: tensiones en aumento que se hicieron evidentes en d creciente
seguidores paro. un movimiento anticolonial de base indígena. En ese número de reVl.leltns, las diversas invoce1ciones a Jos Inc.:~s, y d surgi-
miento de nnevns corrientes ideológicws y políticls. Se tr8.t:lba de tm mo~
vimiento protonacional que enfrentaba las contr2.dicciones del co\onict~
;3~ Richard L. Susbrnan: Kfng and People in Provincial¡'vfassaclmssers, Chape! Hill: lismo en los Andes y, a la vez, se veía socavndo por c;llas.
lr-stit".J!C of Early AmeritJn History and Culture, ar:d the Universit~ of North C.1roli- ¿Cómo contribuye este anó.lisis .:~lo. comprensión de\ nacionalismo?
na Pf<':ss, 1985; Joyce .Appleby: Capiu;/ism anda New Social Order: The Rtp!Ib!i- Por encima de todo, pone el énfasis en la necesidad de pluralizar el sujeto
can Vision ofiht! 1_790s, NewYork;_NYU PresS", 1984.

74 75

--------~-...._-~~-'*'<Wiry:¡-'"'~'""~'1''•'%"ft:'~,;~"Z.':t;>;l,.i3:;:G't';'íF'f''~'~':c.,..~~,,~~
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ro
DE T(irAC A1v!J\Rll i\ G,.\MARf-(;1.,.
1 La Rebelión ele i\m~-:n1

v de cl!laiiz.ar losrmúltipics nacionalismos que se superponen, se entrecnl-

1
borbónic~1s habían cuJt2.go;l[zado a un aiT1piío espectro de la sc.cieód,
;an y, en determinados momentos, incluso se combinan. La burguesía desde los más oprimidos hasta los que golJ.bJ.n de opulencia. El lickr:u._¡;o
criolla no era la única que podía. ima.ginar una alternativa nl colonialismo rebelde reconocía y compurtí<l la frustrJ.ciún de criollos y mestizo." qllc
esp::lf':ol y exigir sus derechos so pretexto del nacionalismom. El movi- hübí::m sido marginndos por el favoritismo hacia los esp:Jñoles o qtle ~e
miento de Túpac Amaru creó una plataforma andina y Ue base indígena, encontraban atZ~dos por bs reformJS eco:'lón;icJs; sin cmbc¡;·go, b r~bc!i,-Jn
que fue una perspeclivJ. que r.o de::;:tpareció con b derrota de la rebelión. nunca llegó a ser un movimiento J.rllicoloni:il :"t;ullié:nico. Un~1 vez m{t-.;.
En las siguientes décadas surgieron movimientos similares, y las dificul- si bien p·~ede hcdiarsc r:Júltip!cs razones, es necesario revisar !JS
tades del Perú en relación a la formación de la nación y el Est.:tdo sólo
pueden entenderse si se analiza las relaciones entre este proyecto y aqué-
llos ele !os criollos que dieron forma a! EstaJo y que fueron, flnu!mente,
1 divisiones alentadas pcr el co\oniaLs;T;O. ivíicmbros Jc la "cbsc. :llccb"
tales como los comerci:J.r:tes provlnciale:-;, si bien se sintieron c.nfurcciUus
por las refon11as borbónic<ls, temíJ.n un levantamiento d~ m:J.s::.:;. Esto ~·¡·:1
los venceúores. El uso det concePto de nacícn::tlísmo (o protonacionalis- el resullado de su preocupación por in pérJida de la posición fa·:or~cbk
mo) no implica que el movimiento' de Túpac Ammu fuera e! antecesor de que tenían en la sociedad, y no precisamente por algun.J. guerra de c:tsta.s.
!a IndepenJencia, pues se triltaba de un grupo social muy diferente Uefes Como serÍ.:l eviJente en la larga Guerr:J. de la Indept:i1dClh:i~>..
y seguidores) en un pet-iodo diferente, que usaba medios diferentes, retó- sectores de los gmpos intermedios que [ucron t.1n imponant~s en l~s lu-
rica diferente y, posiblemente, tenía objetivos dircr·entcs. Empero, el mo- chas coloniales vacilaron. En las postrimerí:.1s de la socied::td colonial se
vimie¡¡to de Túp,:¡c Amaru tenía una visión Ue u;¡a sociedad poslco!on.i~.d y
buscaba implcmenl2.rla a través Je un<:J. revolución soci~ll. Su an:ílisis no i cntn~~lazaban clase, rJLt y divisiones gcogcíficas, en lo que Flores G~1!:n­
do denomina el ''nudo co!onial";'h. Por cjcmp!o, si bien los inJi,Js :~·-ilk:\
es una mera historia social de los --e.n ú1Limo término insignificJ.nles-
1

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lucha~on como una fuerza única, quienes no eran indios tenbn terror· de
p~t-dcdorcs, ya que el movimie-nto alteró ¡-adicalmcnte las relaciont.:s so- que isí ocurriera. En ellcvJntamiento, bs tensiones raciales Lkbi~;l~li'('il ld
ciales y, en los hechos, ej curso histórico dd Perú en las siguientes déca- solidaridad de clase, mient:·as el interés de cLlse causó destrozos en 1.1
das o incluso en los siglo~ posteriores. unidad racial, y en la propaganda contra la rebelión, el Es~~1do esp;,i\.:::,1 :,¡_
¿Por qué fueron derrotados? Es necesario consiUewr una serie de zo gala de estas divisiones.
factores. En térmi,;os e;;tricte:.mcnte militztres, están la superioridad espa- Los esp.J.fiolcs SJ.bL1n que habf:tn sido J.~·crtt:¡~odos al capcur~n· :1 J<.l-
ñola en J.CllJ.mer.to, y b vaci]Jción de Jos¿ Gabriel p.ra atacar el Cusca. sé Gabríek,.Manuei Godoy, Pri;-;1cr ?v1tnistro y confidente de Clrlos \\.
Flores GalinJo indaga en factores mfís importantes, como el hecho de que sc.ñcdaba eJ\'-.sus me mor: as que "nadie igno:"J. c;Ji:Jto se h;:;E0 csrca cic sc:r
lCis divisiones rrl interior de la socicdJ.d colonial, si bien de alguna f01ma perdido por los años de l781 a 1782 todo el Virrc¡nato del Perú y Uil:l
incit:J.ron el lev:mtarnienlo, tambi¿n condujeron a su derrota. La rebelión parte de la Plata" J • Areche sejactabíl de que ~d sentenc\ar y castig::tr alns
17

de Túpzcc Am;:n-u no contó con el i.ipO;iO de l;:t n1<•)'0rfa d~ cn.c1ques e ir:- acus~dos deberbn mt~.r "todas bs fonnas de terror necesc:uias pz1r::t
dins.rJe \(¡ regif;n. Entre 1::" r~'.ZCtr~cs par:t. l::t oposición de lns~cJ.ciqucs.es.., ] cir temor;.' camel:t"m. Lns c:Jbcd\os 2tT:1scraron n. JcJst~ Cl~hr;~].
tán el .:tntagonismo con Túpac Am::tm y su fJ.milia cxlensa, el temor de c,G su hijo mayor Hipó lito, el tia de José GJ.brieí y cinco cor:lp~f'>::ros. !·ucico
perder su situación ventajosa etl la sociedad colonial, ademJs de los in- el palíbulo levantado en ln Plaza Princ.lpJl de Cusco. El se
cemivos y amenazas del Est::ldo y el ejército coloniaíe.s. El apoyo a la re- inició con cinco rrhor~amic;;tos. Después cortaron la lengua ol tío y t:l hijo
belión et·a enrem~tdamentc t·iesgoso, como muchas <lUtoridades lo descu- de José Gabriel, antes de ser ejecutados en el patíbulo. Luego To;:-;::.~;t
brirían dolorosamente en los siguiemes meses e incluso a.ños. Para el caso Concicma;'ta fue asfixiada con el infame garrote y a ;.,_,licJda se le cortó la.
de los indios, las explicaciones sen similues, pues aunque el cacique o el lengua. El garTote no funcionó porque su cuello era demasiado delg,-¡J¡_1_
capat:lz de la hJ.cienda en la que trabajaban impidieron a muchos de ellos entonces los verdugos la ::~horco.ron con uno. sog:1. Luego de haber sidn
ur;irse a los rebeldes, ctros no estab::t:l de o.cuerdo con ia rebeiión o tenían testigo de la muerte de los miembros de su familia y del círsulo mCts inti-
temor de luchar. Los indios r:.o eran, en modo alguno, un grupo bornogé- mo de su moví;n\ento, Túpac Amaru fue llevado al centro de lJ. pb:r_,L
neo: ~slaban divididos por con!licLos reglonJ.les, étnicos y de c:J.Se. Los verdugos le con¡¡ron 1.3 lengua y Jo ataron <1 cuatro caballos p:1ra r.k>-
A pesar de la concentración de sus esfuerzos, Túpac Amam nunca cuartizar!o. Al ver que los miembros del líder rebelde no se sepr:J.ban Je
pudo reclutar masivamente a criollos, negros y mestizos. Las reformas
·~
--i".
136 Citado por Hinojos~~: "'El nudo ... ", p. 79.
U5 SuGre nr,cícndisrncs JiLcm:,:ivos. vé::Jse Florencia ,\L::llo~¡: Peasan/ .. · Gu:,rdino: "·f 137 Citado por Lewin: ú:r Rcbc!iú11. ... p. 4! 3.
Pcasari!S ... ; Mx-,:lque: Cwnpcsinado ...:~ 7 todos los cuales inic;;m sm títL!ios con d ~
..• 138 CtuCc por Leon Carnpbeil: ·'Crirn~ J.nd Punishr-:cc.nl i \ Lhc. TJ~-,:;,c:ItnJ~o: R>.:h·::::
!érmino ctuneesino.
·::~ Peru", en Crúwiw! hs:ia History 5, í9S4. p. 58,
·.~:
,,,
,,j
DE r:_:::-'_\C .--". G.-\,\Lé..RR.--".

--:1:
-
\U lors,), .-\re che ordenó que i'utm dccapit.tdo. Su c1bcza fue exhibida en '
TinLl. ~u cuerpo en Picchu ~ci escenmio de batJ.Ua del sitio de Cusca-,
clor,de (uc c¡uemadp, sus miembros en Tungél'JUC:l y Clf",tbaya, y sus pier~ ~
11J:S c.n Li.\!L:lCJ. y S:1nfJ Rosa:c'J.
La r·epre.~iór¡ no terminó con el ca.stigo físico a los rebeldes. El Es~
i
uJo h1zo una CJ.tT'.f)~lña por des;;,rnigJ.r mdos los elementos cn\tur::!les del !
rJacicn~llisrno neo~[nca que h:1bían surgido en el siglo XVIII. En flbril,
~1ntcs Je b capEurJ de José Gabriel, el Obispo Moscoso h3bía hecho una
' III
CENIZAS QUE AÚN HV1\rEAN
~erie Je recomend~ciones al Visitador Areche, ln mGyor parte de las cua-
les fue seguidJ. I.Jamó a destruir todos los retratos de los lncc¡s, y prohi-
bió c:l uso de vestÍ~T'.entJ.S que ~;smV.in:m relacionadas con c. \los, de ciertJS Para los indígenas de los Andes del sur, p::~rtict1lam1ente paw
J;:¡nz::~s, ei uso de1' tém1ino inca. como Jpe~lido o tftulo, la liter~wna que aquéllos que presenciJ.ron la ejecución de Tc~p::tc Amaru y sus seguidores
cut.:::stionow los deh:chos legítimos de !a monJrc¡uía españo\;:1 en América
1 y la exposición de las partes de su cuerpo desmembrado, la brutal derrot::t
{con fuertes CJSti,ios para los lectores de m.:tcri:1l subversivo), así como de la rebelión presagiaba tiempos tenibles. Un ánimo lúgubre irmndó l~
d derecho consuCrudinorio. 1v1oscoso cen_mró, finalmente, la obra de
c~lfcibso de la vJga 1·'". En los afios siguientes, se inople¡;nentaron éstas y
1 ciudad el día de la esp:1ntosa ejecución, cuidadosamente planificada_ Un
súbito agu:1cero fue interpretado por algtmos como un signo de dolor dd
24 of 24

cielo y los elementos • El kv::mtamiento había demostrado 1u vt1lnerabíli~


1
otras ITicdlcbs conlo b represión al uso del quechuG. \
L::1s bmtaleS ejecucio:1eS de los líderes de ia rebelión, la represión dad del Estado colonial, oblig:indo!o a grnndes esfuerzos para detener a
gcner::dizJcb ::;_la culrur:J. andinJ, y el :J.bierto clesdén por !os indios en las los rebeldes. En combinación con el incesante deseo de los Barbones de
principJ!es ideologías de, los afias posteriores :1 ia rebelión de Túpac aumentar la cantidad extwída de sus colonias ame;icar,Js, esta furia im-
Am.1ru ¡nrecerí:¡_n' presagi3.r tiempos terribles para el campc.sinado andi- pulsaría la represión física y cultural, y mm:entaría las exigencias fisc::tles
110. El ornpesinndo indf.r::rena del sur ,:mdino, cuvu reb~-:1ión fuera derrota~ y de mano de obra. Los caciques enfrentnron no sólo duros cnstigos sino
d~l luego de haber infligido gr:tv~s pérdidas y de"' haber -incluso_:: humillu~ también· esfuerzos por eliminar el propio cargo de cacique. La rebelión
du :d Escz¡Jo coloni;:1l, enfrentaría d odio desenfrenado y el deseo de ven~ t:~mhién intimidó a quienes no er::m indígenas, particularmente a b elite
g:_mza dd EsEado y de sectores de Ll elite. No obsnnte, en las décad;:¡s espafiola y criolla, nkntándolos a suavizar sus quejas sobre el colonicdis-
po.steriores a lJ rebelión de Tlíp:Jc f\manl, los \Í\limos cuarenta años del mo de los Barbones y a pensar dos veces en aliunzas con las clases más
don1inio co!onio.l, los csp::dioles no pudieron impedir nuevos levanta~ bajas. En este período conocido como el de "el Gran Temor", se endure~
miemos. ni desrnantr:Llr la auton0rnb polftica indígena. o incluso au- cieron las líneas divísori:ls entre !os indios y quienes no lo eran, y wtre
mcn!:J.r tributos y otras ex;:¡ccic-nes en L1 n;cclida que hnbienm deseado.
Así. no lograron recc-nqnisrJ.r los Andes, luego de la derrota de las rebt:-
J _los Ancles y la cost.:1.
Sin embargo, a consecl.lencin de la rebelión no se produjo un :1snlto
liones de Túp::J.c Amoru y Túpetc KJ.t::tr)_ Mús aún, continuó la búsqueda indiscriminado a los recursos económicos de los indios, ni la multiplica~
Ue un movimiento 3.ntico\onial ase mildo en los Andes. El siguiente capí-
tulo ~lno.!iza cómo, después de \a gran reb~\ión en los Andes, los grupos
de iJ.s cbses baj:=-ts resistieron J las medidas punitivas y al feroz espíritu
:u-itii ndígcna.
J'l ción de los tributos o de carga de trabajo, ni la pérdida de su cultur:J.. Si
bien se escribieron feroces folletos ami-indígenas, y se diSClltÍo.n planes
p<lra c:1stigar, vigilar o incorponr a los indios, no hubo una segunda con-
quista de los Andes" L:1 derrma de: los rebeldes en el cnmpo de batalla fue

:¡ más f6.cil que la implementrrción de los cambios concebidos por el Estndo


Borbónico. El intento del Estrrdo por imponer nuevas :::mtorid.:tdes, au-
mentar sus demandas y, en general, mcion.1liz::~r la burocrJCiil al costo de
la Jutonomía y el bienestar económico de los indios, enfrentó desafíos
persistemes y -con frecuencia- exitosos. Este c1pítulo analiza la forma

! 30 Un Ccy ':rncn:o :ici'\;1!~,!;:\ el r!:m de col()carle un:l cmonn con pum:;s ;tfii;H.Jé\s que pin- Lewin: La R~heli6n. .. pp. 478·479.
chetrnn sU ptel, Íi":c!uyendo ··tres puntlls de fierro ;mJicndo ~1ue le sá!dr:ir. por los sus 1 P;lf3 una dis~usi6n inreres:~nte sobre l~ c::;pcicbd del Est;\dc) pJr~ rccor.qu\s;::¡r zon:ls
ojos y boc<1". Túpcc .-\nww y !o !glnin, p ~04, c!on:menw eJe! 3 de mayo de i 781. ::nterionnente rebeldes, véase James Scott: ·Torcw:Jrd", en Jos~ph y Nugem;
:.+J T.'ípoc Anwn1_v !-:: /giesi{/, ¡::·p. 27o---.::7S. · !:1·erydny Form.l", ., pp. XVV~XH.
t
78 79

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