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3.

1- Madrigal
Es una oda muy breve, ingeniosa y delicada de asunto amoroso; ej.: el madrigal de
Gutierre de Cetina.

A unos ojos.

Ojos claros, serenos,


si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

3.2- La Elegía
Es un canto dolorido en que el autor deplora una desgracia privada o un desastre
nacional, público. Ej.: "Coplas a la muerte de su padre", de jorge Manríquez; "A las
ruinas de Itálica", de Rodrigo Caro.
Por la Pérdida del Rey Don Sebastián
Fernando de Herrera (fragmento)

Voz de dolor y canto de gemido


Y espíritu del miedo, envuelto en ira,
Hagan principio acerbo a la memoria
De aquel día fatal, aborrecido,
Que Lusitania mísera suspira,
Desnuda de valor, falta de gloria;
Y la llorosa historia
Asombre con horror funesto, y triste
Desde el áfrico Atlante y seno ardiente
Hasta do el mar de otro color se viste,
Y do el límite rojo de oriente
Y todas sus vencidas gentes fieras
Ven tremolar de Cristo las banderas.

3.3- La Oda
Es un canto apasionado en que el hablante lírico expresa un sentimiento de
exaltación, entusiasmo, adhesión y admiración. Ej.:

Oda al caldillo de congrio


Pablo Neruda (fragmento)

EN el mar
tormentoso
de Chile
vive el rosado congrio,
gigante anguila
de nevada carne.

Y en las ollas
chilenas,
en la costa,
nació el caldillo
grávido y suculento,
provechoso.

Lleven a la cocina
el congrio desollado,
su piel manchada cede
como un guante
y al descubierto queda
entonces
el racimo del mar,
el congrio tierno
reluce
ya desnudo,
preparado
para nuestro apetito.

Atendiendo al tema la oda puede ser:

- Sagrada
- Heroica
- Filosófica o moral
- Erótica

3.4- El Epigrama
Es una composición brevísima en la cual el hablante expresa un sentimiento festivo,
generalmente satírico y burlón, ej.:

A un escritor desventurado, cuyo libro nadie quiso comprar


Leandro Fernández de Moratín

En un cartelón leí,
que tu obrilla baladí
La vende Navamorcuende…
No has de decir que la vende;
sino que la tiene allí.
3.6- Epístola
Es una carta en verso, destinada a elogiar, censurar, satirizar, enseñar, etc. Se
escribe generalmente en tercetos o versos endecasílabos libres. Ej.:

Epístola moral a Fabio


Anónimo siglo XVI (fragmento)

Fabio, las esperanzas cortesanas


prisiones son do el ambicioso muere
y donde al más astuto nacen canas.

El que no las limare o las rompiere,


ni el nombre de varón ha merecido,
ni subir al honor que pretendiere.

El ánimo plebeyo y abatido


elija, en sus intentos temeroso,
primero estar suspenso que caído;
que el corazón entero y generoso
al caso adverso inclinará la frente
antes que la rodilla al poderoso.

Más triunfos, más coronas dio al prudente


que supo retirarse, la fortuna,
que al que esperó obstinada y locamente.

Esta invasión terrible e importuna


de contrarios sucesos nos espera
desde el primer sollozo de la cuna.

Dejémosla pasar como a la fiera


corriente del gran Betis cuando airado
dilata hasta los montes su ribera.

Aquél entre los héroes es contado,


que el premio mereció, no quien le alcanza
por vanas consecuencias del estado

La égloga es un subgénero de la poesía lírica que se dialoga a veces como una pequeña
pieza teatral en un acto. De tema amoroso, uno o varios pastores lo desarrollan
contándolo en un ambiente campesino donde la naturaleza es paradisíaca y tiene un gran
protagonismo la música. Como subgénero lírico se desarrolla a veces mediante un
monólogo pastoril o, más frecuentemente, con un diálogo.

La égloga es una composición en la que el poeta, encarnado en uno o varios pastores,


expresa su amor en un marco idealizado, lleno de belleza y amor.

El dulce lamentar de dos pastores,


Salicio juntamente y Nemoroso,
he de contar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,
de pacer olvidadas, escuchando.
Tú, que ganaste obrando
un nombre en todo el mundo,
y un grado sin segundo,
agora estés atento, solo y dado
al ínclito gobierno del Estado,
Albano; agora vuelto a la otra parte,
resplandeciente, armado,
representando en tierra el fiero Marte; (Egloga I de Garcilaso de la Vega)

César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892-


París, 15 de abril de 1938) fue un poeta y escritor peruano. Es considerado uno de los
mayores innovadores de la poesía del siglo XX y el máximo exponente de las letras en su
país.1 Es, en opinión del crítico Thomas Merton, «el más grande poeta católico desde Dante, y
por católico entiendo universal»2 y según Martin Seymour-Smith, «el más grande poeta del
siglo XX en todos los idiomas».3
Publicó en Lima sus dos primeros poemarios: Los heraldos negros (1918), con poesías que si
bien en el aspecto formal son todavía de filiación modernista, constituyen a la vez el comienzo
de la búsqueda de una diferenciación expresiva; y Trilce (1922), obra que significa ya la
creación de un lenguaje poético muy personal, coincidiendo con la irrupción
del vanguardismo a nivel mundial. En 1923 dio a la prensa su primera obra narrativa: Escalas,
colección de estampas y relatos, algunos ya vanguardistas. Ese mismo año partió
hacia Europa, para no volver más a su patria. Hasta su muerte residió mayormente en París,
con algunas breves estancias en Madrid y en otras ciudades europeas en las que estuvo de
paso. Vivió del periodismo4 complementado con trabajos de traducción y docencia.
En la última etapa de su vida no publicó libros de poesía, aunque escribió una serie de
poemas que aparecerían póstumamente. Sacó en cambio, libros en prosa: la novela proletaria
o indigenista El tungsteno (Madrid, 1931) y el libro de crónicas Rusia en 1931(Madrid, 1931).
Por entonces escribió también su cuento más famoso, Paco Yunque, que saldría a luz años
después de su muerte. Sus poemas póstumos fueron agrupados en dos poemarios: Poemas
humanos y España, aparta de mí este cáliz, publicados en 1939 gracias al empeño de su
viuda, Georgette Vallejo. La poesía reunida en estos últimos volúmenes es de corte social, con
esporádicos temas de posición ideológica y profundamente humanos. Para muchos críticos,
los Poemas humanos constituyen lo mejor de su producción poética, que lo han hecho
merecedor del calificativo de «poeta universal».

José Santos Chocano Gastañodi (Lima, Perú, 14 de mayo de 1875 - Santiago, Chile, 13 de
diciembre de 1934) fue un destacado poeta peruano, conocido como «El Cantor de América»
por antonomasia. Su vida fue rocambolesca y estuvo ligada a la de los dictadores y los
caudillos latinoamericanos de su tiempo.
Es considerado uno de los poetas hispanoamericanos más importantes, por su poesía
épica de tono grandilocuente, muy sonora y llena de color, aunque también produjo poesía
lírica de singular intimismo, todas ellas trabajadas con depurado formalismo, dentro de los
moldes del modernismo. Su obra se inspira mayormente en los temas, los paisajes y la gente
de su país y de América en general. Su creación literaria obtuvo en el Perú un reconocimiento
nunca antes visto; llegó a ser el literato más popular después de Ricardo Palma, aunque su
ascendiente en los círculos literarios peruanos fue disminuyendo paulatinamente, en beneficio
de otro grande de la poesía peruana, César Vallejo. No obstante, Chocano sigue siendo
recordado por la mayoría de los peruanos como un gran poeta; algunos de sus composiciones
como «Blasón», «Los caballos de los conquistadores» y «¡Quién sabe!…», son clásicos de las
recitaciones hasta la actualidad.
Su infancia transcurrió en plena Guerra del Pacífico, cuando los chilenos ocupaban la capital
del Perú. Cursó sus estudios secundarios en el Instituto de Lima y en el Colegio de Lima. En
1891, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero
no concluyó su carrera. En 1894 se inició en el periodismo, colaborando en el diario La Tunda,
que se oponía al segundo gobierno del general Andrés A. Cáceres. Acusado de subversión,
fue encarcelado en una celda submarina de la Fortaleza del Real Felipe. Tenía entonces 20
años. Salió libre tras el triunfo de la revolución cívico-demócrata de 1895 y gozó del apoyo del
nuevo gobierno. Publicó sus primeros poemarios y editó periódicos y revistas en la imprenta
del Estado. Luego recorrió América como diplomático y aventurero; se desempeñó en algunas
misiones diplomáticas que le condujeron a Centroamérica, Colombia y España. Durante su
estancia en Madrid y dada su vinculación al movimiento modernista en torno al editor y
librero Gregorio Pueyo, publicó su poemario Alma América (1906).
Separado del servicio diplomático al ser involucrado en una estafa al Banco de España, pasó
a Cuba, Puerto Rico y México, donde fue secretario del jefe revolucionario Pancho Villa. En
1915 se trasladó a Guatemala, donde colaboró con el dictador Manuel Estrada Cabrera, lo que
casi lo llevó ser fusilado en 1920 al ser derrocado éste, salvándose gracias a la intercesión de
muchos estadistas y escritores del mundo. En 1921 volvió al Perú y el gobierno municipal de
Lima lo nombró poeta laureado, otorgándole una corona de laureles de oro en 1922. Se
declaró amigo y simpatizante del presidente Augusto B. Leguía. Se convirtió en el panegirista
de las «dictaduras organizadoras» del continente.
En 1925, asesinó de un disparo a quemarropa al joven escritor Edwin Elmore, luego de un
altercado entre ambos en el local del diario El Comercio de Lima. Chocano salió en libertad a
los dos años, pues el Congreso de mayoría leguiísta ordenó cortar el proceso judicial.
Se fue a vivir a Santiago de Chile, donde padeció penurias económicas. En 1934 fue
asesinado en un tranvía por Martín Bruce Padilla, un esquizofrénico que afirmó haberse
asociado con el poeta en la búsqueda de tesoros ocultos, pero al verse marginado de los
supuestos beneficios de la empresa, optó por vengarse de esa manera. En realidad, Chocano
no halló ningún tesoro. Fue sepultado en Santiago. Treinta años después sus restos fueron
trasladados a Lima

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