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BIOÉTICA

La palabra bioética es un neologismo acuñado en 1971 por VAN RENSSELAER POTTER


(en su libro Bioethics: bridge to the future), en el que este autor englobaba la
"disciplina que combina el conocimiento biológico con el de los valores humanos". La
prestigiosa Encyclopedi of Bioethics (coordinada por Warren Reich) define la bioética
como "el estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la
vida y del cuidado sanitario, en cuanto que tal conducta se examina a la luz de los
valores y de los principios morales".

Pero ¿qué acontecimientos intervinieron en este nacimiento de la moderna bioética?


Hoy está claro que un factor determinante fue el surgimiento de una serie de
"paradojas" creadas por el propio avance de la medicina y la tendencia a extender las
prestaciones sanitarias:

- Para muchos autores, el nacimiento de la bioética (aunque todavía no se le daba


ese nombre) ocurrió en 1962, cuando en SEATTLE (estado de Washington) se
decidió crear un comité de legos (no médicos) para decidir qué pacientes tenían
preferencia para beneficiarse de la entonces reciente máquina de hemodiálisis. La
pregunta subyacente era ¿por qué un avance médico debería crear una nueva
discriminación médica? ¿Quién y cómo elegía a los candidatos? La novedad
estribaba precisamente en que la respuesta a estos interrogantes no recaía sobre
los médicos, sino sobre una representación de la comunidad.
- Aunque el CÓDIGO DE NÚREMBERG (1948) había tratado por primera vez el tema
de la experimentación en humanos, en los años 60 se tomó conciencia de que
incluso en una sociedad democrática, la misma investigación biomédica sobre
sujetos humanos planteaba una gran cantidad de problemas que había que encarar
adecuadamente. En 1972 se divulga el llamado "CASO TUSKEGEE", un estudio
hasta entonces secreto, en el que 400 individuos de raza negra habían dejado de
ser tratados contra la sífilis (a pesar de que ya existían tratamientos eficaces) con
objeto de estudiar la evolución "natural" de la enfermedad. El congreso de los
EE.UU. establece la "Comisión Nacional para la Protección de los sujetos humanos
en el campo de las Ciencias Biomédicas y del Comportamiento". En 1978 esta
Comisión publica el llamado "INFORME BELMONT", con directrices para la
protección de los individuos que participen como sujetos de experimentación en
Biomedicina, basados en los principios de autonomía, beneficencia y justicia.
- A partir de 1967, con los primeros trasplantes de corazón, se plantea el problema
de cómo definir la muerte clínica. En 1968 la facultad de medicina de la Universidad
de Harvard publica un artículo donde plantea el nuevo criterio basado en la
muerte cerebral. A su vez esto conectaba con algunos dramáticos casos de coma
irreversible, lo que animó el debate sobre la eutanasia y el "derecho a la propia
muerte". En 1975 Karen Ann Quinlan entra en coma irreversible y queda en estado
vegetativo persistente. Los padres piden que la desconecten del respirador artificial
para que pueda morir en paz. Tras una denegación judicial, hay un recurso, en el
que el Tribunal Supremo de Nueva Jersey autoriza la desconexión sobre la base del
"derecho a una muerte digna y en paz". Se reconocía por primera vez que la propia
tecnología de soporte vital planteaba la cuestión sobre la eticidad o no de
mantener en estado vegetativo a individuos que nunca volverían a tener una vida
consciente.

PRINCIPIOS DE LA BIOÉTICA

PRINCIPIO DE LA NO MALEFICENCIA: Este principio ya se formuló en la medicina


hipocrática: Primum non nocere, es decir, ante todo, NO HACER DAÑO AL PACIENTE.
Se trata de respetar la integridad física y psicológica de la vida humana. Sinónimo del
"No dañar", se reconoce la obligatoriedad de hacer el bien y no hacer el mal. Pero,
¿cuál es el bien y cuál el mal?

PRINCIPIO DE LA BENEFICENCIA: Se trata de la obligación de hacer el bien. Es otro de


los principios clásicos hipocráticos. Significa HACER EL BIEN EN TODAS Y CADA UNA DE
LAS ACCIONES QUE SE REALIZAN, pues dañar no puede estar presente, de manera
consciente, ni en la idea, de un profesional de la salud. El problema es que hasta hace
poco, el médico podía imponer su propia manera de hacer el bien sin contar con el
consentimiento del paciente (modelo paternalista de relación médico-paciente). Por lo
tanto, actualmente este principio viene matizado por el respeto a la autonomía del
paciente, a sus valores, cosmovisiones y deseos. No es lícito imponer a otro nuestra
propia idea del bien.

PRINCIPIO DE JUSTICIA: Consiste en el reparto equitativo de cargas y beneficios en el


ámbito del bienestar vital, evitando la discriminación en el acceso a los recursos
sanitarios. Este principio impone límites al de autonomía, ya que pretende que la
autonomía de cada individuo no atente a la vida, libertad y demás derechos básicos de
las otras personas. Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir
las situaciones de desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.). El principio
de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar igual a los iguales y
desigual a los desiguales) y un principio material (determinar las características
relevantes para la distribución de los recursos sanitarios: necesidades personales,
mérito, capacidad económica, esfuerzo personal, etc.).
PRINCIPIO DE AUTONOMÍA: Se puede definir como la obligación de respetar los
valores y opciones personales de cada individuo en aquellas decisiones básicas que le
atañen vitalmente. Supone el derecho incluso a equivocarse a la hora de hacer uno
mismo su propia elección. De aquí se deriva el consentimiento libre e informado de la
ética médica actual. La autonomía expresa la capacidad para darse normas o reglas a
uno mismo sin influencia de presiones externas o internas. El principio de autonomía
tiene un carácter imperativo y debe respetarse como norma, excepto cuando se dan
situaciones en que las personas puedan no ser autónomas o presenten una autonomía
disminuida (personas en estado vegetativo o con daño cerebral, etc.), en cuyo caso
será necesario justificar por qué no existe autonomía o por qué ésta se encuentra
disminuida. En el ámbito médico, el CONSENTIMIENTO INFORMADO es la máxima
expresión de este principio de autonomía, constituyendo un derecho del paciente y un
deber del médico, pues las preferencias y los valores del enfermo son primordiales
desde el punto de vista ético y suponen que el objetivo del médico es respetar esta
autonomía porque se trata de la salud del paciente.

DEONTOLOGÍA
Conjunto de facultades y obligaciones que tiene un individuo en virtud a la profesión
que ejerce en la sociedad, es el conjunto de normas que se aplica a un determinado
grupo profesional los cuales están obligados a cumplir debido a la profesión que posee

La talidomida (ta-li-do-MI-da) se recetó por primera vez a finales de la década


de los 50, en Europa, para tratar la ansiedad, el insomnio y, en mujeres
embarazadas, las náuseas y los vómitos matutinos. La droga se comercializó en
múltiples países, como Japón, Australia y Canadá. Se retiró del mercado a
comienzos de la década de los 60, cuando los médicos descubrieron que
causaba terribles defectos de nacimiento. En diversas partes del mundo
nacieron más de 10.000 niños gravemente deformes, muchos de ellos sin
brazos ni piernas, porque sus madres habían tomado la droga al comienzo del
embarazo. La talidomida no había sido aprobada en los Estados Unidos gracias
al escepticismo acérrimo de la doctora Frances Kelsey, MD, funcionaria de la
Secretaría de Alimentos y Drogas de los EE.UU. (FDA). La Dra. Kelsey quería
tener pruebas de que la droga era segura para los seres humanos,
particularmente para embriones. A finales de 1961, la singular capacidad que
tenía esta droga para provocar deformidades humanas graves empezó a ser
evidente.

http://foro.saludisima.com/talidomida-y-el-embarazo-t1718

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