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Entendemos por Glotopolítica el estudio de las distintas formas en que las acciones sobre el
lenguaje participan en la conformación, reproducción o transformación de las relaciones sociales
y de las estructuras de poder.
Si bien el Estado Nacional ha sido el marco habitual de análisis debemos considerar tanto el
papel de las lenguas en situaciones locales como los problemas que en la actualidad se plantean
en el espacio de las integraciones regionales o a escala planetaria. Asimismo, debemos atender
no solo a las acciones generadas por instancias de decisión política sino también a las que los
mismos hablantes realizan para gestionar el plurilingüismo, resolver los conflictos o para exponer
a través de los usos su posición respecto de aquellos.
La Glotopolítica tiene una dimensión teórica que, por un lado, se propone definir situaciones
plurilingües a partir del estatus y funciones de las lenguas involucradas, establecer tipologías,
determinar actitudes posibles de ser generalizadas frente al contacto - como lealtad lingüística,
inseguridad, autoodio, hipercorrección -, esbozar modelos de relaciones globales entre lenguas,
caracterizar formas de hibridación, definir modelos y estrategias en la planificación o el
ordenamiento lingüístico. Por otro lado, busca articular actitudes y representaciones,
intervenciones, discursos metalingüísticos, proyectos de pedagogía de lenguas o prácticas que
involucren al lenguaje con los procesos sociales y con el devenir histórico, evaluando
asimismo la incidencia de las transformaciones producidas en las tecnologías de la palabra. En
todas estas reflexiones el estudio de casos es esencial ya que son estos lo que permiten afinar las
categorías y justificar las generalizaciones.
Tiene la Glotopolítica, además, una dimensión aplicada que consiste en el asesoramiento, en
situaciones de conflicto lingüístico o cuando se necesita reordenar el espacio social de las
lenguas, a organismos nacionales, regionales o internacionales, o a instituciones de menor
alcance. Se relevan y analizan datos sociolingüísticos y se formulan propuestas de intervención
sobre la lengua y la relación entre lenguas, sobre la presencia de ellas en los medios y las redes
informáticas, sobre las prácticas lingüísticas. La participación de los especialistas puede implicar
también la puesta en marcha, monitoreo y evaluación de las propuestas de intervención.
Debemos señalar que esas intervenciones no resultan solo de la aplicación de un saber técnico
sino que son resultado de confrontaciones políticas y de múltiples negociaciones en las cuales los
expertos también participan. Cuando se habla, por ejemplo, de una política lingüística nacional
se subordinan o se ocultan, las diferentes posiciones que se han tenido respecto de las lenguas, y,
no se destaca el hecho de que aquella expresa el triunfo de una posición que se ha vuelto
dominante por razones que a menudo exceden el campo del lenguaje. Tanto en el proceso de
constitución de los Estados nacionales como en el más reciente de las Integraciones regionales se
han confrontado posiciones distintas respecto, por ejemplo, de la legitimación de las lenguas
minoritarias, de las reformas ortográficas, de las lenguas que se deben enseñar en el sistema
educativo, o del estatuto de las lenguas de viejos y nuevos inmigrantes. Las polémicas entre
políticos, expertos o profesionales de la palabra exponen diferencias que son a
menudo ideológicamente significativas.
El análisis de las intervenciones glotopolíticas y de las polémicas en cuyo marco se han
generado constituye un material de base para la reflexión teórica. Con esto quiero reiterar la
permanente y necesaria articulación entre la dimensión aplicada y la teórica.
1-
El desarrollo de las tecnologías de la palabra y la importancia adquirida por las redes
informáticas ha ampliado el universo de problemas y ha orientado en nuevas direcciones la
reflexión glotopolítica.
1.1- La acentuación del contacto lingüístico y de formas variadas de bilingüismo ha llevado a
la construcción de modelos que buscan dar cuenta de las funciones sociales de las lenguas en el
espacio global. El marco deja de ser solo el Estado nacional y su preocupación por la
homogeneidad cultural y avanza en dos sentidos: hacia lo local y hacia lo planetario . Un caso
interesante lo constituye el modelo gravitacional[2] de Louis-Jean Calvet, que este autor
considera la traducción lingüística de la globalización. Este modelo, basado en el peso relativo de
las lenguas dominadas por hablantes bilingües, se propone, además, como un modelo
de resistencia frente a los que supone efectos perversos de la globalización ya que esta amenaza
las lenguas de Estado - lenguas supercentrales o intermediarias- mientras que se afirma en la
relación entre lengua mundial y lenguas locales. Propone así un modelo trifuncional en el cual
cada individuo debería aprender o tendría el derecho a hacerlo, por lo menos tres lenguas:
1.2- Por otra parte, el fragmento citado, si bien muestra una nueva tipologìa jerárquica, expone
la permanencia de las representaciones acerca de las lenguas que transitaron con mayor o menor
énfasis la Modernidad y que forman parte de nuestra geocultura , en términos de Wallerstein[4], y
por lo tanto, operan como un dispositivo que orienta la evaluación del universo social y legitima
decisiones y acciones. Si consideramos, entonces, esas representaciones acerca de la lengua,
podemos reconocer por lo menos tres que son a las que notablemente alude el modelo
gravitacional: la lengua es un instrumento de comunicación, es una herramienta semiótica del
conocimiento y se asocia así al desarrollo cognitivo individual y social, y es fuente y
manifestación de la identidad. Debemos recordar que aunque estas convivan en la geocultura de
la modernidad, son privilegiadas unas u otras según las épocas y las posiciones desde las cuales
se enuncian. En el siglo XIX, la relación lengua/identidad adquiere una importancia mayor que
en la primera mitad del XVIII, en Francia por ejemplo, en la que domina la relación
lengua/pensamiento. Asimismo, la defensa de una lengua mundial en la actualidad va a acentuar
el valor comunicativo así como su cuestionamiento se va a anclar en lo identitario. Sin
embargo, es interesante señalar que fue en la etapa de afirmación de los estados nacionales
cuando se combinaron y que es en la actualidad cuando se disocian. De allí el interés que tiene,
cuando se analizan algunas representaciones, considerar tramos históricos amplios.
La permanencia de las representaciones ha llevado, así, a indagar en otros ideologemas
lingüísticos que han recorrido y recorren nuestra cultura y que han sido lugares comunes que
sostuvieron propuestas de intervenciòn, propuestas pedagógicas y análisis glotopolíticos. Entre
otros, correspondientes a distintas etapas, podemos citar: la relación indiscutida entre “una
nación, un Estado, una lengua”, “La lengua de la sociedad más desarrollada es superior”, “Todas
las lenguas tienen los mismos derechos”, “La defensa de las lenguas minoritarias es políticamente
progresivo”, “La conservación de una lengua depende de que tenga o no un sistema escrito”, “El
avance científico está ligado a una lengua mundial”, “El niño debe ser alfabetizado en su lengua
materna”, “La diversidad lingüística debe ser conservada”. La glotopolítica actual busca
desmontar estas afirmaciones ubicándolas en las situaciones históricas que las generaron y
analizar su participación y eficacia en la reproducción o transformación de una sociedad
determinada. Este gesto crítico merece destacarse porque se aplica incluso al propio campo
disciplinario, que se caracterizó por efectuar sus análisis asentándose en uno u otro de estos
ideologemas.
1.3- Otro aspecto que debe ser considerado es que la notable expansión de la industria fílmica
y televisiva, con base en la producción norteamericana, lleva a que en distintas lenguas se
difundan los mismos programas. Es decir, que las lenguas vehiculizan los mismos objetos
culturales. Como datos suplementarios podemos señalr que para EEUU aquella constituye una
industria más importante que la informática y la aviación; y sabemos que en América Latina solo
la tercera parte de lo que se consume se produce en la región. En algunos casos, las necesidades
de su expansión generan una variedad desterritorializada, por ejemplo el español neutro, pero no
necesariamente. De cualquier manera la relación lengua / cultura tal como la había planteado el
relativismo lingüístico en sus distintas versiones, incluso las más moderadas, se ve erosionada ya
que consumimos en diversas lenguas los mismos productos con débiles localismos que faciliten
su comercialización.
Este fenómeno lleva, por un lado, a integrar a la reflexión glotopolítica la relación entre las
teorías lingüísticas y sus condiciones de producción – en el caso del relativismo lingüístico, su
vínculo con la construcción del Estado nacional - y, por el otro, a indagar la relación lengua /
cultura desde una perspectiva que deje de lado la problemática identitaria asociada con “visiones
de mundo” y se centre más en prácticas discursivas y tradiciones culturales.
Además, los cambios de escenario generados por el desarrollo de los medios llevan a
pensar la política lingüística como parte de la política comunicacional. Esta preocupación se
intensifica por la importancia de las redes en las cuales es dominante una lengua, el inglés, los
productos con ella asociados y el procesamiento que el centro hace de las regiones periféricas. La
desigualdad del flujo comunicativo ha generado la preocupación de lenguas mayores y lenguas
minoritarias por tener un espacio o ampliarlo. Esto ha fortalecido las políticas de áreas
idiomáticas –países francófonos, lusófonos, iberoamericanos, árabes – y ha incidido en la
búsqueda de una unificación normativa que se manifestó primero en los medios gráficos[5] y que
dio lugar luego a las recientes gramáticas de área[6].
1.4- Otro fenómeno que ha estimulado la reflexión glotopolítica y las intevenciones tanto
legislativas como pedagógicas son las nuevas migraciones. Estas generaron políticas defensivas
de los países receptores[7] que dieron lugar a una amplia y variada legislación que ya había
comenzado con las lenguas minoritarias[8] cuyo reconocimiento se plasmó en diversas
constituciones[9]. También impulsó políticas expansivas de enseñanza de la lengua propia a
extranjeros tanto dentro como fuera de las fronteras. Por otra parte, se acentuó el debate acerca de
qué lenguas debían ser enseñadas en el sistema educativo y en qué momento, discusiones que
influyeron en las reformas educativas y que expresaron decisiones sobre el destino de las
integraciones regionales, el Estado o las regiones interiores.
Pero lo destacable ha sido un renovado interés por indagar en las estrategias discursivas que
los hablantes ponen en juego en situaciones de contacto para apropiarse de la lengua del otro
inscribiendo su presencia, como el caso por ejemplo del spanglish. O el estudio de modalidades
lingüísticas desarrolladas en instancias de decisión supranacionales, como las variedades
minorizadas, sobre todo del inglés, y las hibridaciones de diverso tipo que han dado lugar a
interlenguas burocráticas.
Por otra parte, se han analizado los desajustes comunicativos producidos por diferencias en los
modelos o esquemas culturales, en las estructuras lingüísticas o en las discursivas, como ocurre
en los intercambios verbales en el aula cuando el maestro se dirige a niños hablantes de otras
lenguas[10]. En algunos casos las formas de resistencia a la lengua dominante pueden mostrarse en
la expansión de las potencialidades de esta hasta un límite no admitido por la variedad
estándar. Este último fenómeno es particularmente interesante de analizar en el texto escrito por
hablantes bilingües cuya primera lengua corresponde a una cultura ágrafa ya que las vacilaciones
se acentúan en los aspectos morfosintácticos más vinculados con la norma escrita como son, por
ejemplo, los que tienen que ver con la concordancia[11]. En estos casos la Glotopolítica privilegia
el análisis discursivo y a partir de él infiere actitudes y representaciones que relaciona con los
rasgos sociológicos de la situación de contacto. Cuando se evalúa la marcha de proyectos
pedagógicos la observación del desempeño oral y de la dinámica de la clase es, por cierto, de
indudable importancia.
2-
La complejidad de los nuevos procesos y la necesidad de establecer una distancia superadora
del mero reconocimiento de fenómenos y de una intervención asentada declamatoriamente en la
ética o asociada metafóricamente con la ecología, han impulsado la indagación en el archivo, lo
que ha dado lugar a un importante desarrollo de la Glotopolítica histórica. Si bien el estudio sobre
actitudes acerca de las lenguas, dominantes en distintas etapas, tiene una respetable antigüedad y
el análisis de los textos normativos ha sido una constante de la historiografía lingüística, la
mirada glotopolítica se propone abordarlos en relación con los procesos políticos y sociales
atendiendo asimismo a las prácticas discursivas. Ilustraré con tres ejemplos de las primeras
décadas del siglo XX relacionados con el fenómeno de la inmigración en la Argentina.
2.3- En tercer lugar quería señalar otro fenómeno en relación con la integración del inmigrante
que ha sido, en general, abordado desde el campo literario: la función social de la notable
producción de textos donde domina la hibridación lingüística. En ellos aparece la cristalización
literaria de modalidades del habla de los inmigrantes, al mismo tiempo que se desarrolla una
literatura criollista que remeda el habla del gaucho y del habitante de los suburbios. Estas
modalidades fueron centrales en prácticas culturales de consumo popular como las diversas
manifestaciones teatrales, los folletines, las actividades de los centros criollistas, el circo, el
carnaval. Y paradójicamente participaron - es lo que nos interesa resaltar - en el dispositivo de
homogeneización lingüística del inmigrante.
En general, se considera que la integración lingüística de los inmigrantes se hizo efectiva
por la acción de la escuela y del servicio militar obligatorio y se desestiman las prácticas
culturales populares o se las interpreta como una forma de desvalorización de hablas distantes de
la lengua oficial, que metonímicamente desvalorizaban a sus hablantes. La importancia de la
circulación de estos productos en los sectores populares y el entusiasmo que despertaban se
deben, sin embargo, a que, por un lado, intervinieron en la construcción de una identidad que
tendió a resolver parcialmente las tensiones entre campo y ciudad, entre inmigrantes y población
de origen criollo[14] ya que permitieron el paso del cocoliche a la lengua de gauchos (la parodia de
este paso se mostraba en el italiano que hablaba a lo gaucho). Pero sobre todo, la representación
y construcción literaria de estas variedades sirvió, como anticipé, de apoyo a la
homogeneización lingüística. Esto fue posible porque al mismo tiempo que permitían el anclaje
de procesos identificatorios establecían la necesaria distancia, en algunos casos paródica, y
generaban el efecto de extrañamiento que iban a permitir la adscripción al castellano estándar. Se
reconocían en esas hablas, aunque en el momento de mayor difusión ya muchos de ellos no
proferían ni escuchaban en los intercambios cotidianos salvo cuando se inscribían en estrategias
conscientes, pero establecían la distancia que las clausuraba, como lo otro de lo cual debían
desprenderse. Es decir, que el sentido glotopolítico de la expansión de la representación de las
hablas de los diversos sectores que llegaban a la gran ciudad es, por un lado, la atenuación de las
tensiones a partir de la construcción de una identidad resultado de hibridaciones y, por el otro, la
posibilidad de los mismos sectores, al ver representadas estereotipadamente esas hablas de operar
el necesario distanciamiento que les permitiera diferenciar las formas legítimas y adoptarlas.
En este proceso interviene la doble vía que adopta el Estado nacional para construir la
etnicidad: la comunidad de lengua y la comunidad de raza. El juego de las diferencias lingüístico-
culturales que estas parodias exponían y, sobre todo, el paso hacia el criollismo construía en los
inmigrantes la comunidad de raza en un proceso de adscripción a lo que se consideraba lo
típicamente argentino. Al mismo tiempo, la comunidad de lengua se reforzaba por el efecto de
extrañamiento de la parodia lingüística.
Se muestra, así, cómo comunidad de raza y comunidad de lengua, que en muchas situaciones
funcionan alternativamente, en momentos peculiares en los que la afluencia inmigratoria es
significativa y puede afectar el imaginario nacional deben conjugarse. Este ejemplo permite
también ver cómo las políticas lingüísticas no se sostienen solo en acciones conscientes de
control desde instituciones altamente reguladas sino que se inscriben en estrategias complejas
cuya interpretación exige la consideración de la escena histórica.
[1]
Para una historia de la disciplina, ver: Elvira Arnoux, “La Glotopolítica: transformaciones de un campo
disciplinario”, Lenguajes: teorías y prácticas, Buenos Aires, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2000.
[2]
Louis-Jean Calvet, Pour une écoogie des langues du monde, París, Plon, 1999.
[3]
Louis-Jean Calvet, “Langues maternelles, nationales, de l‟état. Un modèle gravitationnel pour une écologie des
langues”, Conferencia, Senegal, 1999; (los resaltes son míos).
[4]
Immanuel Wallerstein, en L’après-libéralisme. Essai sur un système-monde à réinventer, París, Editions de l‟aube,
1999, define la geocultura como un marco “de valores y de reglas fundamentales, tanto conscientes como
inconscientes, que gobiernan el efecto de recompensa dentro del sistema social, erigiendo también un dispositivo de
ilusiones que tienden a persuadir a sus miembros de su interés en aceptar la legitimidad de ese sistema”.
[5]
La necesidad de una normativa común para los medios hispánicos fue planteada en el Primer Congreso
Internacional de la Lengua Española que se realizó en 1997 en Zacatecas, México, y cuenta con el apoyo del Instituto
Cervantes.
[6]
En el ámbito hispánico, la Gramática descriptiva de la Lengua Española, dirigida por Ignacio Bosque y Violeta
Demonte, Madrid, Espasa, 1999.
[7]
La última de las legislaciones sobre lenguas de Estado es la de “Promoción, protección y defensa de la lengua
portuguesa”, propuesta por el diputado Aldo Rebelo y aprobada recientemente por el Senado brasileño.
[8]
El Consejo de Europa aprobó en 1992 la Carta europea de lenguas regionales o minoritarias.
[9]
La Constitución argentina, por ejemplo, reconoce “la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas” y
garantiza “el respeto a la identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural”.
[10]
Cf. Rainer Enrique Hamel, “The inroads of literacy in de Hñähñú communities in Central Mexico”, International
Journal of the Sociology of Language, 119, “Literacy outside the Mainstream, Ludo Verhoeven (ed.), 1996.
[11]
Con Angelita Martínez hemos analizado la discordancia de número en trabajos escritos de
alumnos del Gran Buenos Aires que tenían diversos tipos de contacto con lenguas amerindias.
Ver al respecto: Elvira Arnoux y Angelita Martínez, “Las huellas del contacto lingüístico. Su
importancia para la didáctica de la escritura”, Temas actuales en Didáctica de la lengua, Centro
de Lingüística Aplicada, Universidad Nacional de Rosario, 2000.
[12]
Esta investigación como las otras a las que nos vamos a referir se realizan en el marco del proyecto de
investigación “Políticas del lenguaje y enseñanza de la(s) lengua(s)”, que dirijo en el Instituto de Lingüística. A este
tema se dedica en especial Imelda Blanco, cuya tesis de Maestría tiene como título: “ La „gramática argentina‟: la
enseñanza de la lengua nacional en la formación del ciudadano (l863-l930)”.
[13]
Mariana Di Stefano, integrante de nuestro equipo realiza su tesis de doctorado sobre este
tema: “Movimientos contestatarios en la Argentina (1870-1918): representaciones y prácticas del
lenguaje”.
[14]
Ver al respecto el importante trabajo de Adolfo Prieto, El discurso criollista en la formación de la Argentina
moderna, Buenos Aires, Sudamericana, 1988.
[15]
Ver: Reorganización de los servicios de radiodifusión. Informe presentado el 1º de abril de 1939 por la comisión
designada por el Poder Ejecutivo de la Nación. Buenos Aires, Dirección Nacional de Correos y Telégrafos,
Ministerio del Interior, 1939. Cap.VI “El problema del idioma”, p. 378.
[16]
Instrucciones para las Estaciones de Radiodifusión Buenos Aires, Dirección Nacional de Correos y Telégrafos,
Ministerio del Interior, 1934.
[17]
Manual de Instrucciones para las Estaciones de Radiodifusión, Buenos Aires,1946.
[18]
Un estudio más detenido se encuentra en: Alejandra Vitale, “El problema de la lengua en la
radiofonía argentina (1934-1946)”, Prácticas y representaciones del lenguaje, Buenos Aires,
EUDEBA, 1999; y en Elvira Arnoux, Graciana Vázquez Villanueva y Alejandra Vitale,“Política
lingüística y medios: la normativa estatal sobre radiodifusión”, El pensamiento ilustrado, Vol. 2
de la Historia de las Políticas e Ideas sobre el lenguaje en América Latina, EUDEBA, en prensa.
.
[19] Cf.
Daniel Baggioni, Langues et nations en Europe, París, Payot, 1997.
[20]
Un ejemplo de trabajo realizado desde esta perspectiva es: Elvira Arnoux, “La reformulación
de la Grammaire de Condillac en el Curso de Humanidades Castellanas de Jovellanos”,
en Histoire, Epistémologie, Langage, que se publicará en junio de 2001.
[21]
Ver: Fernand Braudel, Le temps du monde, París, Armand Colin, 1979, tomo 3; Immanuel Wallerstein, The
modern World-system,vol. I, New York, Academic Press, 1974.
[22]
Un desarrollo mayor se encuentra en: Elvira Arnoux, “Gramática nacional y pensamiento
ilustrado: huellas de una travesía intelectual”, en Letterature d’America, Anno XV, nº 59,
Bulzoni Editore, Universidad de Roma "La Sapienza", 1997.