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IMPERIALISMO

Es una relación humana y territorial desigual, por lo general en forma de un imperio, basado en
ideas de superioridad y las prácticas de dominación, que implica la extensión de la autoridad y el
control de un Estado o pueblo sobre otro o también puede ser una doctrina política que justifica la
dominación de un pueblo o Estado sobre otros; habitualmente mediante distintos tipos de
colonización (de poblamiento, de explotación económica, de presencia militar estratégica) o por la
subordinación cultural (aculturación). Los Imperios han existido a lo largo de toda la historia,
desde su mismo comienzo en la Edad Antigua, pero el uso del término "imperialismo" suele
limitarse a la calificación de la expansión europea que se inicia con la era de los descubrimientos
(siglo XV) y se prolonga durante toda la Edad Moderna y Edad Contemporánea hasta el proceso de
descolonización tras la Segunda Guerra Mundial.
Más específicamente, la expresión Era del Imperialismo, utilizada por la historiografía, denomina
al periodo que va de 1880 a 1914, en que se produjo una verdadera carrera para construir
imperios coloniales, principalmente con el llamado reparto de África. A ese periodo se refieren dos
de los textos más importantes que fijaron el concepto: Imperialism, a study, de Hobson, y El
imperialismo, fase superior del capitalismo, de Lenin.
CAUSAS
Económicas La crisis de 1873 provocó el descenso de los precios, productos propios de cada país
prohibiendo la entrada de artículos extranjeros o gravándolos con impuestos. Esto dio lugar a la
necesidad de encontrar nuevos mercados que no estuvieran controlados por dicho sistema. Por
otra parte, potencias capitalistas europeas como Inglaterra, Países Bajos y Francia necesitan dar
salida a su excedente de capital y lo hacen invirtiéndolo en países de otros continentes
estableciendo préstamos, implantando ferrocarriles, instalando puertos, etc. Además estos países
necesitan buscar materias primas para sus industrias, ya que empiezan a agotarse o a escasear en
Europa por el imperio símbolofico que fue conquistado por América. La Segunda Revolución
Industrial, por otra parte, necesita de nuevas materias primas de las que Europa no dispone o
escasean, como plata, petróleo, caucho, oro, cobre, etc. Las causas económicas fueron el fruto de
la expansión del capital industrial y se vieron obligados a buscar territorios nuevos donde pudieran
invertir el exceso de capitales acumulados, estos capitales encontraron una productiva salida en
forma de créditos otorgados a la minoría de los indígenas.
Demográficas En Europa, entre 1850 y 1914, se produjo un gran aumento demográfico, llegando
incluso a duplicarse su población, por lo que en algunos países empezaban a escasear los recursos.
Gran parte de la población, unos 40 millones de europeos, no tenían otra salida que marcharse a
las colonias de su respectivo país ya que no contaban con trabajo, ni con alimentos suficientes
para abastecerse todos, por ello cambiaron su residencia en busca de riquezas y mejores
condiciones de vida.
Darwinismo social Adoptado por los imperialistas, sobre todo en Inglaterra, para excusar sus
actuaciones. Tras conocer las teorías de Darwin sobre la evolución de las especies por selección
natural, sostenían que, al igual que las distintas especies o razas, las sociedades más avanzadas
tenían derecho a imponerse y a seguir creciendo aunque fuera a costa de las más inferiores o
retrasadas.
Científicas Existía un fuerte interés por descubrir y analizar nuevas especies de animales y plantas,
conocer nuevos territorios y realizar investigaciones de todo tipo. Esto hace que muchos
científicos deseen progresar, lanzándose a la aventura consiguiendo a cambio grandes avances en
campos como la biología y la botánica.
Técnico-políticas Algunos políticos quieren hacer olvidar rápidamente sus derrotas consiguiendo
nuevos territorios. La navegación también fue un factor importante ya que los barcos de vapor,
ahora capaces de llegar mucho más lejos, necesitan disponer de puntos costeros por todo el
mundo para poder reponer las existencias de carbón, por lo que cuando el establecimiento de
estos pasó a manos del estado, en lugar de limitarse a dicho punto, este intentó controlar cada vez
más territorio. Allí donde se tenga un predominio político se tendrá el predominio de los
productos, un predominio económico.
Militares y geoestratégicas El periodo entre 1871 y 1914 fue de paz entre las principales potencias
europeas, la denominada Bella Época. La disponibilidad de un creciente potencial demográfico
para el alistamiento se puede emplear en territorios extraeuropeos, siguiendo o precediendo a la
expansión colonial económica de las empresas y a la emigración. Las razones geoestratégicas eran
resultado de la competencia por el dominio de rutas navales (escalas necesarias para el repostaje
de los buques) y de espacios continentales clave, como la denominada área pivote del Asia Central
o el imperio continuo en África (la continuidad territorial entre las bases navales en mares
opuestos).
CONSECUENCIAS
Demográficas En general, la población casada sufrió un incremento al disminuir la mortalidad, por
la introducción de la medicina moderna occidental y mantenerse una alta natalidad. Ello se tradujo
en un desequilibrio entre población y recursos, que aún hoy día persiste. No obstante, en algunas
zonas, la población autóctona sufrió una drástica reducción (especialmente durante la primera
fase del imperialismo), como consecuencia de la introducción de enfermedades desconocidas
(viruela, gripe, etc). En otros lugares, la población indígena fue simplemente reemplazada por
colonos extranjeros.
Económicas La explotación económica de los territorios adquiridos hizo necesario el
establecimiento de unas mínimas condiciones para su desarrollo. Se crearon infraestructuras
destinadas a dar salida a las materias primas y agrícolas que iban destinadas a la metrópolis. Las
colonias se convirtieron en abastecedoras de lo necesario para el funcionamiento de las industrias
metropolitanas, mientras éstas colocaban sus productos manufacturados en los dominios. La
economía tradicional, basada en una agricultura autosuficiente y de policultivo, fue sustituida por
otra de exportación, en régimen de monocultivo, que provocó, en gran medida, la desaparición de
las formas ancestrales de producir y la extensión de cultivos.
Sociales Las consecuencias sociales se manifestaron en la instalación de una burguesía de
comerciantes y funcionarios procedentes de la metrópolis que ocuparon los niveles altos y medios
de la estructura colonial. En algunos casos, se asimilaron determinados grupos autóctonos dentro
de la cúspide social. Se trataba de las antiguas élites dirigentes y de miembros de determinados
cuerpos del ejército o la función pública colonial. En ambos casos su asimilación fue acompañada
de una profunda occidentalización. Cuando, a raíz del proceso de descolonización, comienzan a
surgir estados a partir de lo que fueron colonias, esos grupos sociales ocuparán una posición
relevante en la administración y el gobierno de los nuevos países.
Políticas Los territorios dominados sufrieron un mayor o menor grado de dependencia respecto a
la metrópolis, en función del tipo de organización administrativa que les fue impuesto. Sin
embargo, esta dependencia no estuvo exenta de conflictos, que fueron el germen de un anti
imperialismo protagonizado generalmente por las clases medias nativas occidentalizadas, que
reclamaban la toma en consideración de las tradiciones autóctonas. Ello se canalizó a través de las
premisas del juego democrático que las metrópolis defendían para sí mismas pero que negaban a
sus colonias: libertad, igualdad, soberanía nacional, etc.
Culturales El imperialismo condujo a la pérdida de identidad y de valores tradicionales de las
poblaciones indígenas y a la implantación de las pautas de conducta, educación y mentalidad de
los colonizadores. Asimismo, supuso la adopción de las lenguas de los dominadores
(especialmente el inglés, el francés y el español). Ello arrastró a una fuerte aculturación. La religión
cristiana (católica, anglicana, protestante, etc) desplazó a los credos preexistentes en muchas
zonas de África o bien se fusionó con esas creencias, conformando doctrinas de carácter
sincrético.
Ecológicas La introducción de nuevas formas de explotación agrícola e inéditas especies vegetales
y animales provocaron la modificación o destrucción de los ecosistemas naturales. Así, por
ejemplo, el bisonte fue casi exterminado en las praderas americanas; el conejo se convirtió en una
auténtica plaga tras su introducción en Australia, donde carecía de depredadores naturales; las
grandes selvas tropicales fueron objeto de deforestación causada por la sobreexplotación
maderera y la introducción de los monocultivos de plantación; los ríos fueron contaminados con
residuos procedentes de los sistemas de extracción de metales preciosos.

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