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Libro primero.-Cap.

~J_ _ _ _ ~ __________ ___ ~ _____ ~~ 21

Cnest. 4. De qué manera adquiere el hombre experiencia por medio de la


memoria y, en cambio, arte y ciencia por medio de la experiencia, y qué diferencia
ha de establecerse entre ellas. (Ibid.) La sentencia de Polo que cita Aristóteles aquí,
a saber: la experiencia produjo el arte, la inexperiencia el azar, consta así en el
Gorgias de Platón: Muchas son las artes que poseen los hombres adquiridas
hábilmente por destreza. Pues la destreza dirige nuestros pasos con arte, mz'en-
tras que la impericia nos hace vagar fortuita e inconsideradamente. Esta sentencia,
tanto por el significado de las palabras, como por el sentido, parece bastante dis-
tinta; mas las expresiones de Aristóteles aclaran que las palabras pericia e impe-
INDICE DETALLADO DE LA METAFISICA ricia no han de tomarse en Platón con la amplitud que su significación tiene en
DE ARISTOTELES absoluto, pues la pericia no se afirma sólo de la experiencia, sino también del arte;
por lo tanto, no pudo decirse en rigor que la pericia engendrase el arte, a no ser
En él se expone el orden y disposición de sus libros y capítulos, se hace un bre- por razón de la experiencia'. En cambio, la segunda parte de la sentencia parece
que tiene un se'ntido más exacto en Platón, pues la inexperiencia más que causar
ve resumen de todos, se esbozan todas la's cuestiones que en ellos suelen o pueden
d¡."scutirse, con los pasajes de la presente obra en que se estudian. Y si algunas de el azar, deja al hombre a merced de lo casual e imprevisto.
Cuest. 5. ¿Es la experiencia absolutamente necesaria para conocer los princi-
meno". volumen, referentes a la interpretación del texto, han sido pasadas par alto
en la misma obra, son bí'evemente expuestas en este índice de acuerdo con la difi- pios de las ciencias? Ibid.
cultad y utilidad de cada una. Sobre la subsistencia
Cuesto 6. ¿En qué sentido ha afirmado Aristóteles que todas las acciones tie-
LIBRO PRIMERO DE LA METAFISICA nen por objeto los singulares? Disp. XXXIV, seco 9.
Este es un libro introductorio en su totalidad y está dividido en dos partes. La A propósito del texto de Aristóteles hay que advertir aquí que él afirma que el
primera comprende la introducción propiamente, en la que se pone de manifiesto el °
médico cura de suyo a Sócrates, sea a un hombre concreto, y per acoidens al
hombre, aduciendo como razón el que a Sócrates acontece ser hombre. Ambas
contenido y excelencia de esta disciplina: inicialmente -en términos generales-
cosas no carecen de dificultad, porque Pedro no es hombre per accidens, sino per se.
en el primer capítulo, con más detenimiento después en el segundo. En la parte
y si el "acontecer" no significa allí convenir accidentalmente, sino pertenecer esen-
siguiente -en los siete capítulos restantes- son expuestas y refutadas por Aristó-
teles las opiniones de los antiguos filósofos acerca de los elementos constitutivos cialmente, según explica Santo Tomás, no es legítima la ·conclusión de Aristóteles
de que el hombre es curado per accidens. Ni tampoco parece satisfactoria otra ex-
de las cosas.
plicación que proponen el mismo Santo Tomás y el Halense, a saber: que aunq~e a
CAP. 1 INTRODUCTORIO Pedro en absoluto no le sea accidental ser hombre, sí 10 es respecto de Pedro en
Cuestión 1. ¿Cuál es el auténtico sentido del axioma de Aristóteles: todo cuanto sanado. Mas esto parece falso, pues para que Pedro pueda ser sanado, es
hombre tiende por naturaleza al saber? Disp. I, seco 6.
Cuesto 2. ¿Es la vista más útil para la ciencia que los otros sentidos, y es por Q. 4. Quallter horno per mernoiiam ex- Q. 5. An experientia sÍ! absolute neees-
esto preferida a ellos? Ibid. perientíam, per experientiarn vera artem et sarla ad sdenüarum principia cognoseenda.
scientiarn acquirat, et quae sit ínter haee IbId.
Cuesto 3. ¿Qué animales poseen sólo sentidos, cuáles a su vez memoria, y constituenda differentia. Ibid. Sententia ve- De subsistentia.- Q. 6. Quo sensu ruc-
r:.:uáles poseen también experiencia y prudencia, y de qué manera? Ibid. ro Poli, quam Aristoteles hic affert, scilíeet: tum sit ab Aristotele actiones omnes circa
Expe'rientia genuit artem, inexperientia for- sin~larja versari, Disp. XXXIV, sect. 9.
doctrinae aperitur: prius generalius in pri- tunam, apud Platonem in Gorgia sic habet: Ríe tarnen cirea textum Aristotelis obser-
INDEX LOCUPLETISSIMUS IN Multae quidem artes insunt hominibu1s ex vare oportet eurn asserere medicurn per se
mo eapite, deinde specialius in secundo. In
METAPHYSICAM ARISTOTELIS posteriori parte per septem alia capita anti- p,erjcia pe~·ite adinventae. Pet'itia enim ef- curare Socratem, seu singularem hominem
in qua ardo et ratio librorum ac capitum quorum philosophorum opiniones de prin- ftctt ut V/a nostra per artem incedat, im- per accidem vero hominern; rationem insi~
eius aperitur, omniumque brems summa cipiis rerum referuntur ab Aristote1e, et pericia vera ut per fartunam temere cú'- nuat, quia aceidit Socrati ut horno sito
proponitur, et quaestiones omnes, qua'e in confutantur, cutrllVagetu1'. Quae sententia et verboru...ll Utrumque vera habet diffieultatem, quia
eis moveri solent aut possunt, designantu1', significatione et sensu videtur satis diversa Petrus non per accidens, sed per se est
cttm locis in quibus in- sequenti opere CAPUT PRIMUM PROOEMIALE verba tarnen Aristotelis explicant nomina pe~ horno. Quod si aecidere ibi non significet
disseruntur. Quod si quae brev-iores, cd tex- ritiae et imperitiae apud Platonem non taro ex accidente convenire, sed absolute inessc)
Quaest. 1. Quis sit verus sensus illius l~te sumenda esse quarn in absoluta signifiea-
tus intelligentiam pertinentes, in ipso opere axiomatis Aristote1is: Omnis horno natura- ut D. Thomas exponit, non recte infert
omissae sunt, in hoc indice pro cuiusque bone prae se ferunt; peritia enim non so-
liter scire desiderat. Disp. 1, sect. 6. ~um de experientia, sed etiam de arte dici-
Aristoteles horninem per aecidens curari,
1'ei difHcultate et utilitare brevitcl' expe- Q. 2. An visus utUior caeteris sit ad Neque etiam satisfacere videtur expositio
diuntul', tur, et ideo non proprie dici potuit peritiam
scientiam, et ob earn causam prae illis di- generare artem, nisi ratione experientiae. Se- alía, quarn idem D. Thomas et Alensis affe-
ligatur. Ibid . cunda vero pars illius sententiae melius vi- runt, nimirum, quod, licet Petra absolute
. LIBER PRIMUS METAPHYSICAE Q, 3. Quae animalia bruta solurn sen- detur apud Platonero explicari; inexperien- non accidat esse hominem, Petro tarnen ut
Totus hie liber pracemialis est, et in duas sum, quae veto rnemoriam, quaenarn etiam tia ením non tarn generat fort·unam, quam curato accidit, id enim non videtur verum,
partes dividitur. Prior proprie proremium experientiam vel prudeJ.1tiam participent, et fortunae et casui horoinern exponit. quia, ut Petrus curari possit, necesse est
continct, in quo materia et dignitas huius quomodo. Ibid.
[ndice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro primero.-Cap. 1I 23
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necesario que sea hombre. Por consiguiente, la curación del méd.ico no tiene com.o C ues t.8. Si la ciencia metafísica es por sí misma la ciencia más deseable por
-objeto per accidens al hombre, ya que, de acuerdo con su esenCla, no puede reali- el hombre. Disp. 1, seco 6, en toda ella.
zarse en otra naturaleza, al igual que la visión no tiene al color como obj~to per
accz"dens, aunque necesariamente deha concretarse siempre en un color partIcular; CAP. II DE LA INTRODUCCIÓN
porque como el color es el objeto de la vista, así ---,.a su manera- el cuerpo huma- Qué es la sabiduría y en cuántos sentidos se usa esta palabra. Disp. l,
Cuesto 1.
no es el objeto de la medicina. La respuesta es que Aristóteles no habla de la cura-
ción en absoluto y en abstractO' ---que sería atender más a ~u conceptO' q,?e a su
_5. . ..
. Cuesto 2. Cómo la sabiduría contempla todas las cosas, sus causas y prmclplos.
ejercicio-, SIDO que habla del acto de curar tal como se vermca en la realtdad; y
Disp. l, seco 2, en toda; seco 4 y 5. , .,. . l
de éste dice que tiene como objeto pe'r accidens al hombre, no porque esto le sea Cuest. 3. Si las cosas más universales son las mas diflciles de conocer. DISp. ,
accidental en absoluto, sinO' porque esencial, primaria y cuasi adecuadamente no se
ejerce en el hombre en cuanto tal, sino en cuanto singularizado en este hombre con- seCo 5. 1 d á .. ·al
Cuest. 4. Si la metafísica aventaja en certeza a as em s ClenClas, especl men-
creto, de cuya particular complexión y temperamento depende preferentemente la te a las matemáticas. Ibid. . . .
curación. De donde se deduce que aquel per accidens parece ser igual al por otro Cuesto 5. Si la metafísica o sabiduría es más cierta que el hábIto de los prmcI-
distinto, por 10 lnenos, racionalmente; o es igual al per partem, a la m~e­
pios. Ibid. . d
ra que el singular es parte subjetiva del todo específico; en efecto, en este sentIdo Cuesto 6. Si la metafísica hace sus demostraciones estrictamente por to as
se puede decir que en cierto modo cambia el todo por razón de la parte. De acuerdo las causas. lbid.
con esto encaja perfectamente la explicación de la segunda proposición: que a Só- Cuesto 7. Si la metafísica es más apta para la enseñanza que las demás
crates le adviene accidentalmente ser hombre, es decir, le conviene en cuanto parte ciencias. Ibid.
contenida subjetivamente bajo "hombre". También se puede decir que le adviene Cuesto 8. Si es la metafísica una ciencia especulativa, en la cual se investi-
del mismo modo que la diferencia inferior le adviene al género, esto es, como ajena ga por amor al conocimiento de la verdad. Disp. 1, seco 4, al principio; y la
a su concepto, ya que las características propias del individuo caen de la misma ,eco 5 desde el principio. . .
manera fuera del concepto de la especie, lo que constituye motivo suficiente para Cuesto 9. Si la metafísica dirige de hecho y cómo a las demás CIenCIaS. Ibid.
que se pueda decir que el hombre es sanado per accidens, es decir, por algo dis- Cuesto 10. Si todas las ciencias se subordinan a la metafísica. Disp. 1, seco 5.
tinto. Aunque, desde este punto de vista, estaría mejor dicho que Sócrates adviene Cuesto 11. Si la metafísica es ciencia y sabiduría al mismo tiempo. Ibid.,
a hombre, que no al contrario; pero, en realidad, se expresa el mismo concepto, y en toda.
todo conduce a lo mismo: que la acción depende sobre todo de las características Cuesto 12. Cuán útil sea la metafísica para las otras ciencias. Seco 4.
del individuo, que pertenecen más al campo de la experiencia que al del arte, y Cuesto 13. Si demuestra la metafísica los objetos· de las otras ciencias y
que, consecuentemente, el arte sin experiencia está abocada a error y azares, según cómo. Ibid.
antes se dijo. Cuesto 14. Qué relación guarda la metafísica con las otras ciencias en el
Cuesto 7. ¿Se apetece por causa del conocimiento de la verdad sólo la ciencia plano doctrinal. lbid.
especulativa o también la práctica? Disp. 1, seco 6. Cuesto 15. Cómo demuestra la metafísica los primeros principios. Disp. 1,
sec.4.
quod sit hamo; non ergo medid curatio qu?dam mo?o per aecidens dieitur moveri
per aecidens eirea hominem exereetur, cum ratIOne partls. Et iuxta hace optime qua- Q. 8. Utrum scientia metaphysicae sit Q. 7. An roetaphysica caeteris scienúis
ex propria ratione sua non possit cirea aliaro drat expositio alterius proposirlonis, seilicet, propter se maxime appetibilis ab homine. aptior sit ad docendum. Ibid.
naturam fieri, sieut visio non fit per aeci- aecidere Soerati quod horno sh, id est, con- Disp. 1, seet. 6, per totam. Q. 8. An metaphysica sit scientia speeu-
dens cirea eolorem, etiamsi semper neees- venire ei tamquam parti subiective eonten- lativa, qua veritatis cognoseendae causa in-
sarloque exereeri debeat in singulad cirea tae sub hominc. Vel eerte dici potest aecÍ- CAPUT II PROOEM.II 1 quiritur. Disp. 1, sect. 4, princ.; et sect. S,
partieularem eolorem; nam, sieut color est dere eo modo quo inferior differentia aeei- Quaest. 1. Quidnam sapientia sit, et quot a principio.
obiectum visus, ita suo modo corpus hu- dit generi, id est, extra rationem eius; sic modis hace vox usurpetur. Disp. 1, sect. S. Q. 9. An et quomodo sapientia seu
manum est obieetum medicinae. Respon- enim propriae conditiones individui sunt ex- Q. 2. Quomodo sapientia res omnes roetaphysica imperet aliis scientiís. Ibid.
cletur Aristotelem non loqui de curatione tra rationem speciei, quod satis est ut horno earumque causas et principia contempletur. Q. 10. An orones scientiae subalternen-
absolute et abstraete, quo modo potius con- per aecidens, id est, per aliud, sanad dica- Disp. 1, seet. 2, per totam; et sect. 4 et tur metaphysicae. Disp. 1, seet. S.
cipitur quam exereeatUI, sed loqui de hae tur. Quamquam in hoc sensu potius dieen- sect. S. Q. 11. An metaphysica simu! sit scien-
aetione eurandi prout in re exereetur; et dum esset Socratem aecidere homini, quam Q. 3. An universalissima sint nobis co- tia et sapientia. Ibid., per totaro.
~hanc ait per aceidens versari cirea_ hominem, e converso; tamen in re idem significatUIll griltu difficillima. Disp. I, seet. S. Q. 12. Quam sit metaphysica ad alias
non quia onmino hoe ei aeciclat, sed quia est, et eodero omnia tendunt, nimirum, ut Q. 4. An metaphysica scientias alias scienrlas utilis, sect. 4.
-non per se primo et quasi adaequate verse- intelligatur aetionem maxima ex parte pen- praesertim mathematicas, certitudine supe- Q. 13. An et quomodo metaphysiea de-
tUI cirea hominem, ut sic, sed ut contrac- dere a conditionibus individui, quae magis reto Ibid. monstret obiecta aliarum scientiarum. Ibid.
tum ad hune singularem hominem ex euius sub experientiam quam sub artem cadunt, Q. S. An metaphysica seu sapientia cer- Q. 14. Quomodo roetaphysica ad alias
·propria eomplexione et affeetione maxime et ideo artero sine experientia expositam tior sit quarn habitus principiorum. Ibid.· scientias coroparetur ordine doctrinae. Ibid.
pendet curatio. Unde illud per accidens, esse errod et fortunae, ut superius dictum Q. 6. An roetaphysica per orones causas Q. IS. Quomodo metaphysica prima
idem esse videtur quod pe¡' aliud, saltem esto proprie deroonstret. Ibid. principia deroonstret. Disp. 1, sect. 4.
ratione distinctum; vel est idero quod per Q. 7. An sola seientia speculativa ve!
partem, eo modo qua singulare est pars etiam practica propter veritatis cognitionem
appetatur. Disp. 1, seet. 6. t Exponitur fere totum hoc caput disp. 1, seet. 2 et S.
·subiectiva speeifie¡ totius: sic enim totum
24 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro prime1'O.-Cap. 1I 25
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Cuest. 16. Qué es el hábito de los principios. Ibid. sobre; nosottOS en nada nos atañe. Lo c~al ser~ objeto también de un consejo
Cuesto 17. Si es la metafísica o la dialéctica la que enseña los procedimien- del Sabio: No intentes lo que e's supe,.,or a Iz.
tos de aprendizaje, y qué es lo que corresponde a cada una en este trabajo. Disp. 1, Con razón, pues, censura el Filó~~fo est~ sentido. de dicha a~rmacíón; y. me-
seco 4. jor aún, según explica A. de Afr~dIs12, entIende, e mterpreta dicha sentenCIa de
Cuesto 18. Si la admiración se origina de la ignorancia. Suele, en efecto, tal manera que a sólo Dios se atl'lbuya la poseslOll perfecta y exacta de e~ta sa-
aceptarse tal axioma por esta razón: porque dice Aristóteles que los hombres bidurfa. La consecuencia no es que el hombre no deba entregarse al cultIvo de
comenzal'On a filosofar por causa de la admiración, es decir, para liberarse de la la sabiduría sino más bien que debe pretenderla con todas sus fuerzas para
ignorancia con el conocimiento de la ciencia. Conviene, no obstante, reparar que asemejarse ~ Dios lo más posibl~. Y e.s,to es p;ecisamente 10 que A,:istó;eles dice
Aristóteles dijo únicamente: Quien dúd'a y se admira, se da cuenta plenamente más abajo, valiéndose de una disyunclOn: Y esta -a s~b.er, la sabIdu~Ia- o la
de su ignorancia. Juntó, pues, ambas cosas, a saber, la duda y la ignorancia; por posee solamente Dios, o la posee, por lo. menos, en maxzmo g~·ad'O. NIega? co~­
secuentemente, que sea aborrecido por DIOS el hom!,re que ~~plra a esta clenc!a,
consiguiente, no es necesario que todo el que se admira sea un ignorante, sino
no sólo porque la divinidad no puede aborrecer, SInO' tamblen porque e~tonces
sólo el que a su admiración añade la duda. Y se hace notar esto ocasionalmente serla un infeliz el hombre que llegase a alcanzarla .. ¿Hay n;ayor desgracIa que
a causa de la admiración de Cristo, que, aunque haya sido verdadera admira- tener a Dios por adversario y envidioso de las propIas ventajas? Resulta, empe-
ción, no ,procedió de ignorancia, según expuse ampliamente en el tomo 1 de la ro, absurdo afirmar que los sabios son infelices precisamente por. ser sab~os,
nI parte, en el comentario del a. 7, de la q. 15 de Santo Tomás, y de dicho pa- cuando la realidad es que la felicidad y dignidad del hombre consIste preCIsa-
saje se ha de deducir la explicación, o mejor limitación, de aquel axioma. mente en la sabiduría. De acuerdo con esta opinión, el mismo Filósofo, lib. X
Cuesto 19. Si es conveniente para el hombre entregarse al cultivo de la sa- de la Etica, c. 7, censura a los que dicen que, puesto que somos hombres, es
biduría. Acerca de este problema, por ser demasiado claro, basta recurrir a Aris- necesario limitar nuestra sabiduría a las cosas humanas y, por ser mortales, a las
tóteles y prestar atención a lo que dice en este pasaje para ensalzar y recomen- cosas perecederas. El, en cambio, afirma que es necesario que nos liberemos 10
dar la sabiduría. Tiene, en efecto, algunas afirmaciones dignas de reflexión. La más posible de la caducidad y que obremos en todo de manera que vivamos en
primera: la ciencia divina o consideración acerca de Dios, llamada sabiduría, consonancia con la parte más excelente de nosotros, es decir, el alma, y añade
es la más libre, y por eso no puede alcanzar la perfección en la naturaleza hu- en el c. 8 que el que vive así y cultiva la sabiduría disfruta de la predilección
mana, esclava pDY muchos conceptos, sino que sólO' Dios puede vindicar para sí de Dios y es colmado de honores y premios por él. Esto se ha de entender de los
tal honor. Sin embargo, conviene tener en cuenta que esta última afirmación la que buscan la divina sabiduría prudentemente y de acuerdo con su capacidad,
recoge Aristóteles de un tal Simónides, y que significa -según la interpreta- porque los que intentan con su razón y juicio comprender o medir la divinidad,
ción de Santo Tomás, Boecio y ot1'os- ser su opinión que el hombre no debe ';stos, ciertamente, son aborrecidos por Dios. A ellos ar;onseja el Sabio que no
aspirar a esta divina sabiduría, porque no está de acuerdo con su naturaleza sino intenten 10 que está sobre sus fuerzas, porque, según dijo en otra parte, el escu-
sólo con la de Dios; y por eso dijo Aristóteles que si, como dicen los p~etas, driñador de la majestad caerá víctima de su glol'ia. No porque Dios le aborrezca,
Dios fuese capaz de aborrecer, odiarla sobre todo a los hombres que pretenden sino por ser el vengador de su temeridad y soberbia. Pues si lo que Aristóteles
esta divina sabiduría. En consonancia con esto está lo de Sócrates: lo que está dijo de la sabiduría natur~l es verdad, como efectivamente 10 es, con mucha ma-

Q. 16. Habitus principiorum quid sito Q. 19. An expediat homini studio sa- Quae supra nos, nihil ad nos. Faciet etiatn stantia consistat. Et in eamdem sententiam
Ibid. pientiae vacare. De hac quaestione, quod consilium Sapientis: Altiora te ne quaesie- ídem Philosophus, X Etbic., c. 7, reprehen-
Q. 17. Tradatne metaphysica instrumen- c1arissima sit, satis erit Aristotelem consu- riso At vero merito Philosophus dictum il- dit dicentes aportere nos, cum simus ho-
ta sciendi, an dialectica, quidve in hoc mu- Iud in eo sensu reprehendit, vel potius, ut mines, humana sapere, et mortalía cum si-
lere, et quae in laudem et commendationem Aphrodisaeus exponit, ita sententiam i11am mus mortales. Ipse vero ait oportere nos,
nere sit utrique proprium. Disp. 1, sect. 4. sapientiae eo loco dicit, diligenter notaré.
Q. 18. Utrum admiratio ex ignorantia intelligit ac moderatur, ut Deus solus hanc quoad fieri possit, a mortalitate vindicare,
ariatur. Hoc enim axioma solet ex hoc ca- Habet enim nonnullas sententias considera- sapientiam exaete ae perfecte possidere cre- atque omnia facere, ut ei nostri parti quae
p;.:c sumí: ait enim Aristoteles propter ad- tione dignas. Prima est: Divina scíentia seu datur. Ex quo non sequitur hominem non in nobis est optima, id est, menti, conve-
mirationem coepisse homines philosophari, contemplatio de Deo, quae sapientia dicitur~ debere studio sapientiae vacare, sed potius nienter vivamus; et c. 8 subdit, eum ql1i
ut nimirum acquisitione scientiae ignoratio- maxime libera est, ideoque in humana na- sequitur eum maxime ac totis viribus debere sic vivit, et sapientiam calit, esse Deo cha-
nem depellerent. Oportet autcm advertere tura, quae multis modis serva est, perfecta hane sapicntiam quaerere, ut Deo similis rissimum, et ab eo maxime honorari et rc-
Aristotelem tantum dixisse: Qui dubitat et esse non potest, sed solus Deus honorem fi8.t quantum potuerit. Et hoc est quod sub munerari. Haec autem intelligenda sunt de
admiratur, plane se ignorare existimat. Duo suum sibi vendicat. Oportet autem adver- disiunetione inferius Aristote1es ait: Et mm, his qui sobrie et pro captu suo divinam
it_ªq11,~ _____ C_º!,lJ:!_:tpxit, dubitatiOl:t.t:!!!l_ sc::ilicet et tere afferre AristoteIem hoc ultirnum dic- scilicet sapientiam, aut solus ipse Deus aut sapientiam quaerunt; nnm qui ratione aut
admirationem; non ergo necessarium vide- tum ex quodam Simorude, et significare, maxime habet. Ideoque negat haminem iudicio suo divinitatem comprehendere aut
tur ut omnis qui admiratur, ignoret, sed quaerentem hane scientiam esse Deo invi- metiri volunt, hi sine dubio Deo sunt in~
ut D. Thomas, Boetius et alií interpretan- sum, tum quia dlvinitas invida esse non
solum 18 qui duro admiratur dubitat. Quod visi. Quibus eonSl11it Sapiens ne altiora se
tur, iUum sensisse non debere hominem potest, tum etiam quia alias infelix esset quaerant, quia, ut alibí dixit, scrutator
obiter notetur propter Christi admiratia-
nem, quae licet vera admiratio fuerit, non divinam quaerere sapientiam, quia non con- horno qui hane scientiam assequeretur. Quae maiestatis opprimetur a gloria. Non quia
tamen fuit ex ignorantia profecta, ut late gruit naturae eius, sed solius Dei; et ideo enim maior infelicitas quam habere Deum Deus illi invideat, sed quia temerita-tis et
dec1aravi tomo 1, III partis, in cornment. a. 7, (inquit Aristoteles) si, ut poetae aiunt, in adversarium et propriis eornmodis inviden- superbiae eius est uItor. Quod si haec qune
q. 15 D. Thomae, ex quo loco vera expo- Deum cadere potest invidia, maxime invi- tem? Absurdum autem est dicere sapientes, Aristoteles dixit de naturali sapientia. vera
sitio seu potius limitatio illius axiomatis dere haminibus hanc divinam sapientiam eo quod sapientes sint, esse infelices, eum sunt, ut revera sunt, multo altiori ratione
petenda esto quaerentibus. Cui consonat illud Socratis: in sapientia potius hominis felicitas et prae- in supernaturalem ac divinam contemplr,-
- 26- - - Indice detallado' de la metafísica de Aristóteles Libro primero.-Caps. IlI, IV, V Y VI 27

yor razón se ha de aplicar a la contemplación sobrenatural y divina, que convier- roa manera se expresa Sócrates en el Fedón de Platón, colmando de alabanzas a
te a los hombres _en casi divinos, libres en cierto modo e inmunes de la esclavi- ' ras por haber dicho que la mente todo lO' embellece y que es causa de todas
A naxago . d d' dbl'
tud del cuerpo; mas de esto se trata en otra parte. las cosas. La comparación hecha con los seres amma oSI a ffi1~e un a o e mter-
Cuesto 20. Si esta ciencia estudia a Dios como objeto, o sólo como prin- pretación; la primera, tomando a los hombres como os ammales por antono-
cipio y causa de todas las cosas. Disp. 1, seco 1. En las Disps. XXX y XXXI . nVl'ru'endo su pequeño mundo en prueba para el grande. La segunda
se trata ampliamente si, según la razón natural, es verdad que Dios es causa y maSla, ca . d 1 1
es que puede entenderse en general de tod~s lbos seres amma oS'l.en os que a
principio de todas las cosas, posee toda perfección y excelencia, a nadie odia y -composición y ordenación de todos los mlero ros es tan c?mp lea d a, que los
hace bien a todos y él solo se conoce y comprende perfectamente (esto, en efec-
d S m-a's sensatos dieron por descontado que"el no podna ser efecto de un
to, afirma Aristóteles de Dios), las cuales cosas pertenecen al conocimiento natural t doresprovisto de inteligencia. AqUl'hace h'mcaple
pensa argumento para probar
de Dios. au or te d be afirmarse con mayor razón de la totalidad del universo, en el que
queeso e " 'd d
t odas 1as
cosas tienen tal disposición y orden que rnereClO ser cons! era o por
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CAP. III esta razón como un animal incluso por mue os oso os, segun IZO constar San
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Alberto al,I)rincipio de la Metafísica, tratado UI, c. 3.
OPINIONES DIVERSAS DE LOS ANTIGUOS FILÓSOFOS SOBRE LOS PRINCIPIOS
DE LAS COSAS
CAP. IV
Cuesto 1. Cuántas son las causas de las cosas naturales. Esto, a propósito
del lib. V, se trata ampliamente en muchas disputaciones a partir de la XII. SOBRE LAS MISMAS OPINIONES

Cuesto 2. Cuáles fueron las opiniones de los antiguos acerca de los princi- Este capítulo no ofrece novedad alguna. Adviértese únicamente que Aristóte-
pios de las cosas. Ibid., disp. XIII, seco 2 y 3. les corrobora en él lo que dijo en el capítulo anterior, opinión 4, acerca de la
Cuesto 3. Si puede algo moverse por si mismo. (Ampliamente en la disp. mente y del artlfice del mundo y, yaliéndos; de un bellisirno ejemplo, ~la?a y
XVIII, seco 4, en toda ella.) Y en este lugar están las palabras de Aristó- censura al mismo tiempO' a lGS antlguos filosofos que llegaron al ConOCImIento
teles, que se explican al fin de dicha sección: ni lo que es sujeto (de mutación) de esta verdad. Se portan, dice, como luchadm'es inexpertos en la batalla, ya que
es causa de su propia mutación. éstos, en su correr de una parte a otra, causan frecuentemente notables heridas;
Cuesto 4. Si es evidente que el .orden de este universo es el resultado de pera ni ellos lo hacen con estrategia, ni estos filósofos parecen tener certeza
la acción de algún agente y no del azar (ampliamente en la disp. XXX, seco 2, científica de lo que dicen.
y algo en la disp. XXIII, seco 1). Son dignas de toda ponderación las palabras
de Aristóteles en este pasaje: nO' es justo, dice, que algo tan excelente, como el CAP. V y VI
orden del universo, se atribuya a la suerte y al azar. Así, pues, quien dijo que
la mente, al igual que en los seres animados, así también en la natu1'areza, era la CONTINÚA LA MISMA MATERIA
causa no sólo del mundo, sino también de todo el m'den, mereció parecer sobrio en Cuesto 1. Respecto de estos capítulos, podría plantearse una cuestión par-
comparación de las desmedidas afirmaciones de los que le antecedieron. De la mis- ticular sobre la opinión de Platón, por ser demasiado célebre, a ver si esta-
bleció las ideas con los caracteres que Aristóteles le atribuye y si es consecuente-
tionem conveniunt, quae homi~es reddit turalium: haee circa lib. V tractantur late,
paene divinos, et a corporis servltute quo- a disp. XII, per piures.
dammodo liberas atque irnmunes: sed de mere loquentibus quasi sobrius msus est; CAPUT IV
Q. 2. Quae fuerint antiquorum opinio-
hoc alias. nes de rerum principiis, ibid., disp. XIII, sic etiam apud Platonem in Phaedonc 10- De eisdem opinionibus
Q. 20. An haec scientia disserat de Deo quitur Socrates, in hoc valde Anaxagoram Hoc capite nova non occurrít quaestio. Ad-
sect. 2 et 3.
ut de obiecto, an solum ut de principio et laudans, quod dixerit. mentem omnia exor- notetur solum confirmare hoc loco Aristo-
Q. 3. An idem possit se ipsum movere, nare omnium.que causam esse. Compararlo
causa omruum rerum. Disp. 1, sect. 1. Quo- late disp. XVIII, seC!. 4, per totam. Hoc telem quae superiori capite, opino 4, de
modo autem iuxta rationem naturalem ve- autem loco yerba Aristotelis sunt: Neque autem illa quae tit cum animantibus, dupli- mente et mundí opífice dixerat, et adducto
runl sit Deum esse principiurn et causam id quod subiicitw' suam ipsius mutationem citer intelligi potest, primo, ut per animalia pulcherrimo exemplo antiquos philosophos,
rerum omruum, et habere in se quidquid quasi per antonomasiam homines intelligan- quí eam veritatem agnoverant, símul lau-
effidt, quae in fine dictae sectioms expo-
est perfectioms et excellentiae, et nulli in- tur, ut ex parvo ad magnum mundum ar- dare et reprehendere, quemadmodum (in-
nuntur. gumentum fiat. Secundo, potest generatim
videre, sed omnibus benefacere, solumque Q. 4. Utrum sit evidens ordinem huius quit) inexercitati in pugna faciunt: ii enim
ipsum se perfecte cognoscere ac sapere sumi pro animan ti bus omnibus, in quibus cum in omnem partem feruntur, insignes
UDiversi non casu, sed ex actione 1 alicwus
(haee enim mnnia Aristoteles de Deo in- agentis esse institutum, late disp. XXX, compositio et ordinatio membrorum om- plagas persaepe inferunt; verum neque illi
dicat), tractattir late in dis-¡:L XXX et XXXI, sect. 2, et nonnulla disputo XXIII, sect. 1. niurn tam est artificiosa, ut pro comperto ex arte faciunt, neque hi vide-ntur ea quue
quae sunt de naturali cognitione Dei. Verba autem Aristotelis hoc loco sunt val- _habuerint cordatiores philosophi fieri non dicunt scientia tenere.
de notanda: N eque aequum est (inquit) posse sine auctore mente praedito. Ex quo
sumitur argumentum ad probandum maio- CAPUT V ET VI
CAPUT III tantam rem, scilicet ordinem universi, ca-
sui et fortunae tnbuere. [taque qui tnentem, ú ratione id existimandum esse de toto uni- De eadem re
De variis opinionibus antiquorum philoso- quemadmodum in animantibus, sic in na- verso, in quo omma sunt ita composita et Quaest. l. Peculiads quaestio posset cir-
phorum circa re1'Um principia tura, causam tum mundi, tum etiam totius ,ordinata, ut ea ratione tamquam unum an1- ca haec capita tractari de opimone Platonis,
Quaest. 1. Quot sint causae rerurn na- ordinis esse dixit, is prae superioribus te- TIlal a multis etiam philosophis appellatum quoniam Ula celebrior est, an, scilicet, ideas
sit, ut notavÁt Albert., in principio Meta- posuerit eo modo quo illi Aristoteles attri-
1 ex intentione en otras ediciones (N. de los EE.) phys., traet. I1I, C. 3. buit; et an eo sensu recte impugnetur ab
28 Indice detallada de la metafísica de Aristóteles Libro segundo.-Cap. I 29
mente legítima la refutación hecha por éste, sobre todo, cuando llega en el c. 6
a la consecueucia de que las privó de eficiencia al dotarlas de inmovilidad. Pero SEGUNDO LIBRO DE LA METAFISICA
de esto ya se habló al tratar de los universales, disp. V, y al hablar de la causa
ejemplar en la disp. XXV y de la eficiencia de las inteligencias en la disp. XXXV, Acerca de este libro son distintas las opiniones de los expositores, porque no
parece guardar relación con los restantes. Dejando a un lado esta cuestión, a mí
seco última.
El segnndo problema podría surgir hacia el fin del c. 6: si a los cuatro gé- me parece una parte de la introducción o una especie de suplemento de ésta. Y
10 deduzco del mismo Aristóteles, lib. III, texto 2, donde haciendo referencia al
neros de cansas hay que añadir la ejemplar o algnna otra: se trata en la dispu-
contenido de este libro, dice: E1I lo qUé dije 811 la introducción. Porque una
tación XXV, seco 2; y se alude a él en la disp. XII, seco última. vez que en la introducción ha dicho Aristóteles que la tarea primordialísima de
esta ciencia era la contemplación de la verdad y, seguidamente, ha demostrado
cuán grandes hablan sido los ertores de los filósofos antignos en su investiga-
CAP. VII ción, quiso desentrañar aquí de nuevo la dificultad inherente a la investigación
de la verdad, cuál sea el método a seguir y en qué principio o fundamento hemos
REFUTACIÓN DE LAS OPINIONES DE LOS ANTIGUOS jt"-
de apoyarnos para que nuestro trabajo no sea vano.
Referente a este capítulo, dos o tres son las principales cuestiones que se
CAP. I
pueden discutir: en primer lugar, la eficacia de los argumentos de Aristóteles
DIFICULTAD EN DESCUBRIR LA VERDAD QUE ESTA CIENCIA INVESTIGA
contra los filósofos antiguos, en especial contra los platónicos. En segundo, la
verdad de lo que expone Aristóteles en el c. 7 acerca de los números y magnitu- Cuesto 1. Si la adquisición de la verdad en proporción a su excelencia, es
des. En tercer lugar, si la forma constituye la quididad completa de las cosas no sólo difícil, sino incluso imposible para el hombre. Se trata de un problema
materiales, según manifiesta Aristóteles aquí, en el texto 5 del c. 7. Pero la pri- más teológico que metafísico, y suele estudiarse en teología al comienzo del tra-
mera cuestión me pareció oportuno pasarla por alto, no sólo porque aquellas: tado de la divina gracia. Aristóteles lo expone al principio de este capítulo y, en
opiniones de los antiguos filósofos, tal como Aristóteles las trata, están anticuadas: sus lineas generales, lo define bastante en conformidad con la doctrina católica. Pues
y relegadas del campo de la filosofía, sino también porque en sus argumentos niega en absoluto que hombre alguno pueda alcanzar la verdad en proporción a la
excelencia de ésta. El significado de la expresión en P1'oporción a su excelencia,
nada en absoluto aporta el Filósofo que tenga utilidad para el conocimiento de
se puede comprender por 10 que añade luego, que el conocimiento de la verdad
otras cosas; por eso juzgo inútil detenerse en la explicación o defensa de tales.
en parte es fácil; porque, de acuerdo con el viejO' proverbio, ¿ quién no atina con
argumentos; léanse sus expositores, preferentemente Fonseca, cuya traducción
la puerta?, es decir, según la exposición de Santo Tomás y Averroes, ¿quién
resulta de una elegancia y transparencia tal, que puede comprenderla cualquiera: no alcanza fácilmente los principios que' son comO' entrada o puerta de la inves-
casi sin necesidad de expositor. El segundo problema encierra muchos tratados tigac.i?n .de la v~r~ad?; 0, según explica Alejandro, ¿quién no llega a compren-
por nosotros en las disputaciones sobre la cantidad, que son la XL y XLI. El der 81qmera 10 faell? Igual que un arquero, si se le pone como blanco una puer-
tercero se expone en la disp. XXXVI, seco 1. ta entera, no yerra el tiro, por la facilidad de acertar, de la misma manera pode-

Aristotele, praesertim cum infert hic, c. 6, rnagnitudinibus Aristoteles, c, 7, tractat:, LIBER SECUNDUS METAPHYSICAE sed etiam impossibile. Haee quaestio magis
abstulisse efficientiam ide¡s, ponendo illas vera sint. Tertil1m, an forma sit tata quid- De hoc libro varia sunt expositorum pla- theologica est quam metaphysica; tractari-
immobiles. De hac vero re dictum est trac- ditas rel'UID materialil1m, ut Aristoteles hie, dta, quia non videtur caetel'is cohaerere; que solet a Theologis in principio doctrinae
tando de universalibus, disp. V; et de causa c. 7, texto 5, significat. Sed primam quaes- quibus omissis, pars quaedam procemii, vel de gratia Del. Proponit yero eam Aristote-
exemplari, disp. XXV; et de efficientia in- tionem omittendam censui, tum quod opi- quoddam eius additamentum mihi esse vi- les in principio huius capitis et satis con-
telligentiarum, disp. XXXV, sect. ult. ' niones illae antiquorum philosophorum, detur. Idque sumo ex ipso Aristotele, lib.
prout ab Aristotele tractantur, antiquatae !II, text, 2, ubi, se referens ad ea quae sentanee ad doctrinam Catholicam earo de-
Secunda quaestio hic esse potest circa fi-
nem c. 6, an praeter quatuor C8usarum ge- iam si..'lt, et prorsus a philosophia relega- in hoc libro dixerat, ait: In iis quae prooe- finito Absolute enim negat posse quernqllam
nera ponenda sit exemp!aris vel alia; tracta- tae; tUID etiam quod in illis rationibus ni- mi! loco dicta sunt. Nam quia in proremio hominum pro dignitate veritatem assequi.
tur disp. XXV, sect. 2; et tangitur disp. hil Philosophus attingit, quod ad alias res A.Ilstoteles haoc scientiam potissimum con- Quid autem significet cum ah pl'O digni-
XII, sect. ult. cognascendas aliquid utilitatis afferre pos- templal'i veritatem, et postea, ostcnderat tate, intelligi potest ex ea quod subdit in-
sit; et ideo inutile reputo in illis rationibus quantum priores philosophi in illius inves- ferius, cognitionem veritatis ex parte esse fa-
CAPUT---VII aut explicandis aut defendendis immorad, tigatione erraverint, hoc loco iterum aperire dlem, quia iuxta vetus pl'Overbium, Ecquis
sed 1egantul' expositores, et pl'aesertim Fon- voluit difficultatem quae in veritatis investi-
Impugnantur vete'r'Um opiniones seca, cl1ius translatio tam est e1egans et ab ostia aberret? id est, ut D, 1110mas et
gatione ioest, et quis modus in ea tenendus
dilucida, ut fere sine cxpositore a quovis sit, et quo principio ve! fundamento. uten- A venoes exponunt, quis non faciIe asse-
Quaest. 1. Cil'ca hoc caput duo ve! tria
potissirnum possunt inquiri. Primum, an ra- intelligi possit. Secunda quaestio multas am- dum nobis sit, ne frustra laboremus. quatur principia, quae sunt veluti ostium
tiones Aristotelis contra antiquos phJloso- plectitur, quae a nobis tractantur in dispu- et ianua veritatis inveniendae? vel, ut ex-
lationibus de quantitate, quae sunt XL et CAPUT PRIMUM ponit Alexander, quis non asseqllatur sal-
phos) pracsertim contra Platonicos, efficaces
sim. Secundum, an quae de numeris et XLI. Tenia tractatur disp. XXXVI, sect, L Difficile esse veritatem invenire quam tem ea quae facilia sunt? Sicut enirn iacu-
haee sapientia inquint lator, si ei totum ostium in scopum pro-
Quaest. 1. Utrum pro dignitate verita- ponatur, non errat, propter facilitatem attin-
tem assequi sit homíni non solum difficile, gendi, ita veritates aJiquas et faeiles assequi
Indice detallado de la metafísica de Arislóteles Libro segundo.-Cap. 1 31
30
mos comprender algunas verdades fáciles, pero no todas. Por eso añade Aristó- Cu~st. 4. Si podemos en esta vida conocer quiditativamente las cosas en
teles: el hecho de que no lleguemos a poseer, exactamente y sin error, claro acto, y las inteligibles en grado máximo, a saber, las sustancias separadas;
está, el todo y la parte, es decir, los principios y conclusiones, demuestra su di- disp. XXXV, seco 2, extensamente.
ficultad. Podemos también entender aquí por el todo y la parte lo que dicen los Cuesto 5. Si la ciencia especulativa y práctica se diferencian por el fin, sien~
teólogos: cada una de las verdades o su conjunto. Conocer, pues, la verdad de do el término de la una la contemplación de la verdad, de la que hace la otra
acuerdo con su excelencia, es conocer el todo y la parte; es decir, no una u otra aplicación a la obra. Por 10 tanto, la especulativa busca necesariamente la causa
verdad solamente, sino todas, sin error. Y este sentido acaso el mismo Aristó- de la verdad, ya que nO' hay ninguna ciencia absoluta de la verdad si se prescinde
teles no llegó a peuetrarlo del todo; sin embargo, por barruntar, guiado por la de su causa; la práctica, en cambio, sólo estudia la causa en cuanto tiene rela-
luz natural de la razón, la deficiencia del hombre para la contemplación de la ción con la acción; de esto se tocan algunos puntos en la rusp. 1, y más en
verdad, la manifestó en tales términos que encerraban el mismo concepto y esta- la XLIV, qne trata de los hábitos.
ban de acuerdo con la doctrina católica. Corrobora esto mismo otra prueba suya, Cuesto 6. ¿Cuál es el verdadero sentido del principio: Lo que es causa de
en la que dice: la aportación a ra verdad de cada uno de sus investigadores es las demás cosas en cuanto son taJes, ha de ser él mismo máximamente tal. De
pequeña, mas considemndo lo de todos en conjunto 1'esulta cierta magnitud. este pasaje se deduce también un enunciado distinto del axioma, a saber: lo que
es máximamente tal, es causa de que los demás sean tales. Así cita este principio
Tambi<€:n merece señalarse aquí. que no ha dicho que se llegue a un conoci-
Santo Tomás, 1, q. 2, a. 3, razón 4; q. 44, a. 1; Contra Gentes, lib. I, C. 13:
miento exacto y perfecto de la verdad con la colaboración de todos, sino a cierta en estos pasajes 10 propugnan Cayetano y el Ferrariense en dicho sentido; y
magnitud, porque en realidad cada uno por sus medios poco o nada puede con- Capréolo, In lI, disto lA, q. 1, a. 1, al fin, y más ampliamente, In l, disto 3, q. 1.
seguir. Mas 10 que pueden llegar a saber todos en conjunto, O' cada uno en par- Aristóteles, en cambio, 10 enuncia sólo tal como lo propusimos, y en rigor no
ticular, ayudado por los trabajüs y habilidad de los demás, es ya de mayor con- se sigue el uno del otro, ya que la proposición universal afirmativa no admite la
sideración, aunque no sea perfecto, ni esté completamente exento de errores; por conversión simple. Sin embargo, no sólo por las palabras, sino por el contexto
eso, es absolutamente imposible para el hombre llegar a contemplar la verdad y sentido se ve que ésta es la mente de Aristóteles. Pues pretende llegar a la
en proporción con su excelencia con sólo las fuerzas humanas, Estudiar cuáles conclusión de que esta ciencia se ocupa de las cosas que poseen el más elevado
sean los resultados obtenidos con ayuda de la gracia divina, es objeto de conside- grado de verdad, porque se ocupa de las primeras causas y de los fundamentos
ración más elevada; y así basta por ahora lo dicho acerca de este problema de de la verdad de las demás cosas; y lo que es causa de verdad en las otras cosas,
acuerdo con las exigencias del pasado. es en sí máximamente verdadero, ya que es máximamente tallo que es causa de
Cuesto 2. En la rusp. IX, seco 2, se trata ampliamente cuál sea el origen de que las demás cosas sean tales. El axioma explicado de esta manera coincide
la dificultad que el hombre encuentra en el conocimientO' de la verdad. con el propuesto en el libro 1 de los Analíticos Segundos, C. 2: lo que es causa
Cuesto 3. Si se conocen naturalmente los primeros principios. Aristóteles- de qwe cada cosa sea tal, ha de serlo más. Aquí, empero, se dice más explIci-
sólo alude implícitamente a este problema, por lO' que no hay razón para discu- tamente que la causa tiene que ser tal que convenga en nombre y naturaleza
tirlo aquí; lo tratamos, sin embargo, por requerirlo la doctrina expuesta en la con sus efectos; y esto 10 entiende Escoto de la comunidad unívoca siendo no
disp. 1, seco 6, y disp. lII, seco 3, al principio. obstante, suficiente entenderlo de la unidad de razón formal o del ~smo ~on-

possumus, non tamen orones. Unde subdit gmuonem ex omnibus confid, sed se'¡um
magnitudinem quamdam, quia revera quod Q. 4. An possimus in hac vita. quid?i- q. 1, a. 1, in fine, et lato In 1, disto 3,
Aristoteles: Quod alCtem totum et pcrrtem, tative cognoscere res actu et roaX1me ill- q. 1. Ab Aristotele autem non profertur rusí
id est, principia et conclusiones, habere non unusquisque sua industria invenire potest, telligibiles, substantias scilíeet separatas, ut a nobis propositum est, et in rígore
possumus, scilicet integre et sine errore, id vel nihil, ve1 parum esto Quod vero orones disp. :XXXV, sect. 2, late. unum ex alío non sequitur, quia propositio
eius difficultatem declarat. Ubi etiam per símul, aut unusquisque aJiorum laboribus Q. 5. An scientia speculativa et prac- universalis affirmativa non convertitur sim-
totum et partem intelligere possumus quod et industria adiutus scire valet, aliquid maiue tica differant ex fine, quod illa in con· pliciter. Quod autero haec sit mens Aristo-
theologi aiunt, singulas vedtates, aut om- est, non tamen perfectum, nee ornnibus templatione veritatis sistat, haec ad opus telis, patet, tum ex verbis, tum ex contextu
nium collectionem. Veritatem ergo pro dig- erroribus liberum; et ideo absolute est ho- illam referat; ideoque illa causam veritatis et intentione Philosophi. Condudere enim
nitate assequi est toturo et partero cogno- mini impossibile humanis viribus pro digni- per sese ¡nquirat, eum non sit absoluta intendit scientiam hane esse de rebus ma-
scere: hoc est, non unam tantum vel alte- scientia veritatis sine causa; haec yero so- xime veris, quia disserit de prirois causis
ram veritatem, sed omnes, absque errore. tate veritatero contemplad. Quid yero .in
hoe per divinam gratiam possit, altioris eon- 1um causam investiget, quantum ad opus et principiis veritatis caeterarum rerum;
Quem sensum fortasse ipse Aristoteles non confert; de hac re alíqua tacta sunt disp. 1, quod autem est causa veritatis in aliis re-
omnino est assecutus; tamen, CUID naturali templationis est; et ideo de hac quaestione
pro Joci opportunitate haec sunt satis. plura in XLIV, quae est de habitibus. bus est in se maxime verum, quia unum-
duetus lumine horninis imbecillitatem ad ve- Q. 6. Quis sit verus sen sus illius pro- quodque maxime tale est quod caeteds est
tritatem eontemplandam subodoraret, ilEs Q. 2. Unde oriatur diffieuItas, quae in
nuntiati: Quod caeteris est causa ut talia causa ut talia sint. Atque hoc modo explica-
verbis eam declaravit quae rem ipsam eom- cognitione veritatis homini accidit, traetatur tum axioma coincidit curo illo proposito
sint, ipsum est maxime tale. Ex hoc loco
prehenderent et eum eatholica doctrina late disp. IX, seet. 2. lib. I Poster., C. 2: Prapter quod unum-
elici solet alio modo hoc axioma, videlicet:
consentirent. Et hoc ipsum confinnat iudi- Q. 3. An pr4na principia sint naturaliter Quod est rnaxime tale, caetens est causa quodque tale, et illud magis; hic vero ex~
cium illud quo utitur, nimirum, Quial sin- nota. Haec quaestio implicite tantum ab ut sint talia. Ita refert hoc principium plicatius dicitur causam debere esse talero,
guli eOl'um qui vel'itatem inquirunt parum Aristote1e tang~tur, quare immerito mc dis- ut in nomine et ratione curo effeetibus con-
D. Thomas, 1, q. 2, a. 3, rato 4,
ad eam conferunt; ex omnibus vero in unum putatur; eam yero pro huius doctrinae et q. 44, a. 1, et I cont. Gent., C. 13, veniat; quod Scotus exponit de univoca
congestis magnitudo quaedam existit. Ubi opportunitate attigimus disp. 1, sect. 6, et quibus loeis Caietan. et Ferrar. in hoe sensu converuentia; satis yero est si unitate ratio~
etiarn observatione dignum est non dixisse nis formalis seu eiusdero conceptus obiectivi
disp. II, sect. 3, in princ. illud defendunt, et Capreolus, In II, disto 14,
unarn perfectam et exactam veritatis co-
32 Indic. detallado de la metafísica de' Aristóteles Libro segundo~~,._G-:a=,p:::._I-:I-----_ 33
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cepto objetivo, según expondremos más ampliamente luego al explicar la analo- Cüest. 8. Si el infinito es objeto de ciencia, de manera que pueda ser co-
gía del ser, disp. XXVIII, seco 3. Y así es como explican dicho principio en este nocido perfectamente. Esta cuestión suele tratarse aquí con ocasión de las palabras
pasaje casi todos los expositores: Alejandro, el Comentador y Santo Tomás; de Aristóteles en el texto 11: Se echa p'(yt tierra incluso el conacimienta, pu'esto
de él nos ocuparemos largamente después. Disp. XXIX, seco 2. que las cosas que son infinitas en este sentido, ¿~ón:o. pueden s~~ ,captadas por
,el entendimiento?; y en el texto 13: lo que es mf/mto por ad,cwn, no puede
ser recorrido en un tiempO' finito. La primera expresión ha de ser explicada
CAP. II y definida de acuerdo con la segunda, con lo que el problema carece
No HAY PROCESO AL INFINITO EN LA ESPECIE o NÚMERO DE CAUSAS de dificultad. Se puede discutir acerca del ser mfirnto absolutamente y en todo
El Filósofo intercaló aquí este tratado, no sólo para demostrar que el cono- el ámbito del ser, o del ente creado relativamente infinito. Igualmente puede
cimiento de la verdad dependiente de las causas no es imposible, aunque sí difí- tratarse del entendimiento mcreado, o de cualquier entendimiento creado, o del
cil, sino también para demostrar que existen las causas primeras de los seres humano precisamente, que fué el único a que se refirió Aristóteles. Por fin, puede
de las cuales había afirmado que trataba esta ciencia. Mas como esta materia per- plantearse el problema respecto de cualquier conocimiento, incluso del confuso e
tenece al estudio de las causas, hemos inc1uídó en las disputaciones correspon- imperfecto, o del perfecto y distinto, del que h.abló igualmente Aristóteles.
dientes todos los problemas que se pudieran echar aquí de menos. Del ente infinito, entendido tal como es Dios solo, tratamos ampliamente en la
Cuesto 1. Si existe un número determinado de especies o géneros de causas. disputación XXX seco 11, y siguientes, donde explicamos cómo Dios, compren-
Disp. XII, seCo 3. diéndose a sí mismo, es invisible e incomprensible para toda criatura. Respecto
Cuesto 2. Si hay proceso al infinito en las causas materiales o hay que llegar del ente creado, por aceptar como más verdadera la imposibilidad de que exista
a una materia primera. Disp. XV, seco 6. ningún ente creado actualmente infinito en cualquier linea, o sea, tanto en inten-
Cuesto 3. Si existe proceso al infinito en las causas formales físicas. Disp. XV, sidad como en magnitud o multitud, resulta claro, por 10 mismo, que un infinito
seco 6. tU no puede ser objetO' de conocimiento verdadero y distinto. Pues 10 que no
cae en el ámbito del ser, no es de suyo verdadero ni inteligible; siendo, pues,
Cues!. 4. Si hay proceso al infinito en las causas formales metafísicas o
'este infinito un imposible, no cae en el ámbito del ser; por consiguiente, en ri-
predicados quiditativos. Disp. XXV, seco 7.
gor, no es coguoscible, ya que la inteligibilidad se sigue de la entidad: única-
Cuesto 5. Si entre los predicados esenciales del mismo ser hay una diferen-
mente', a partir del ente finito, añadiéndole la negación de límite o término, pue-
cia formal ex natura rei, o sólo de razón. Dísp. V, sec. 2; disp. VI, seco 1, y más
de ser concebido o imaginado como imposible. Si, por el contrario, se admite la
ampliamente en la seco 5. hipótesis opuesta, o sea, la posibilidad de este infinito, habría que afirmar que
Cuesto 6. Si puede haber proceso al infinito en las causas eficientes, tanto en el entendimiento divino lo conoce y comprende sin dificultad alguna por pO'seer
las esencialmente, como en las accidentalmente subordinadas. Disp. XXIX, seco 1. un poder infinito inmensamente superior. En cuanto al entendimiento creado, no
Cuesto 7. Si hay proceso al infinito en las causas finales. Disp. XXIV, seco 1. se puede proponer ninguna afirmación absoluta, porque tal poder cognoscitivo
ni conviene necesariamente a todo entendimiento creado, ni tampoco está en
intelligatur, ut latius tradetur a nobis infra sarum sint in aliquo definito numero. Dis- contradicción con el entendimiento creadO'. Porque el más imperfecto de todos,
explicando analogiam entis, disp. XXVIII, puto XII, sect. 3, per totam.
sect. 3. Atque hoc modo exponunt illud Q. 2. Utrum in causis materialibus de-
pronuntiatum hoc loco fere orones exposito- tur progressus ¡n infinitum, vel in aliqua Q. 8. Utruro inftnitum cadat sub scien- cum seipsum eomprehendat, invisibilis sit
res: Alexand., Comment., et D. Thomas, prima materia sistendum sit. Disp. XV, tiam ita ut exacte cognosci possit. Haee et incomprehensibilis omni creaturae. De
de quo plura tractantur infra, disputatio- sect. 6. quaesti!\ solet hoc loco tractari occasione ente autem creato, cmn verius existimemus
ne XXIX, sect. 2. Q. 3. Utrum in causis formalibus phy- verborum Alistote!is, texto 11: Cognitio quo- esse impossibile dari ens creatum actu infi-
sicis detur pl'ocessus in infinitum. Disp. -que ipsa evertitur: qutte enim hoc pacto nitum in quacurnque ratione, id est, tam
CAPUT 11 XV, sect. 6. infinita sunt, quomod.'I intelligi possunt? et in intensione, quam magnitudine aut mul-
Q. 4. Utrum in eausis formalibus me- texto 13: Id autem quod additicme infini- titurune, eonsequenter constat huiusmodi in-
Non dan processum in infinitum in specie taphysicis seu in praedieatis quidditativis tum est, tempare finito percum nequit. finitum cognosei non posse vera ae distineta
aut numero causarum detur processus in infmitum. Disp. XXV. Iuxta quae posteriora verba, priora sunt ex- cognitione. Nam id quod non clauditur sub
TractatlLTll hune inseruit hoc loco Philo- sect. 7. ponenda ve! limitanda, et ita quaestio non latitudine entis, ex se non est verum nec
~ophus t, tum ut ostenderet veritatis eo- Q. 5. Utrum praerucata essentiália eius- habet difficultatem. Tractar¡ enim potest aut intelligibile; hoc autem infinitum, cum sit
gnitionem, quae ex eausarum notida pendet, dem rei differant formaliter ex natura reí de ente infinito simpliciter, et in tata entis impossibile, non c1auditur sub latrl.rudine en-
vel sola ratione. Disp. V, sect. 2, et disp. VI, latitudine, aut de infinito creato secundum tis; non est ergo pl'Oprie cognoscibile, cum
~ts.i .dif~i_cili!3 .. ªih ....ll()n __t¡;¡,JIl.~º__,...~s,ªf!_,j,~possi-:­
bilem; tum etiam ut ostendat dari primas sect. 1, ct latius in sect. 5. quid. Item sermo esse potest vel de inte!- haee sit proprietas consequens racionem en-
Q. 6. Utrum dad possit processus in lectu inereato, ve! de quovis creato, ve! spe- tis, sed solum per ens finitum, adiuncta ne-
entiuro causas, circa quas dixerat hanc sa- infmitum in causis efficientibus tam per se cialiter de humano, de quo solo Aristoteles gatione limitationis aut termini, concipi aut
picntiam versari. Quía vero materia ad dis- quam per accidens subordinatis. Disp. XXIX, locutus esto Ac denique potest quaestio esse excogitari potest ut impossibile. Posita Yero
putationem de causis spectat, in disputatio- sect. 1. de cognitione quacumque, etiam confusa et contraria hypothesi, nimirum, hoc infinitum
nibus de causis omnes quaestiones nos in- Q. 7. Utrum darí possít processus in imperfecta, ve! de cognitione perfecta di- esse possibile, dicendum esset ab intellectu
seruimus, quae hic desiderari possent. infinitum in causis finaUbus. Disp. XXIV, stincta, de qua similiter Aristoteles est 10- divino facillime eognosci ac comprehendi
Quaest. 1. Utrum genera seu species cau- sect. 1. cutus. posse, ClUn sit infinitae virtutis longe emi-
De ente igitur infinito, qualis est solus nentioris. De intellectú autem ereato non
1 Vide Aristotelem, lib. VII Phys., c. 1, et 1. VIII, e. 5, et 1. I Post., c. 16, 17, etc., Deus, tractamus late disp. XXX, sect. 11 potest ferri universale iudicium,- quia nec
et I Eth., c. 2; Avicen., VIII suae Metaph., C. 2. et sequent., ubi declaramus quomado Deus, tanta vis intelligendi convenit necessario
34 Indice detallado de la metafísica
~-----_
de Aristóteles
.. _-_ ..
Libro segundo.-Cap. II 35
el entendimiento humano, no posee ciertamente tantO' poder; en cambio, según que el ,conocimiento y atención se debiliten de tal manera, que no pueda.tl ser
mi opinión, puede tenerlo e! angélico, ya que su poder es de orden superior y exactamente conocidos cada uno y todos simultáneamente, ya que en este caso se
entiende de un modo más abstracto y sutil. juzga que se les conoce como si fueran una sola cosa. Y dicen los teólogos -nos-
Ahora bien, aun admitiendo que no puede existir en la realidad un ser creadO' otros lo tratamos luego- que precisamente de esta manera los ángeles superio-
infinito actualmente, puede, sin embargo, aumentarse hasta el infinito, ya en res conocen simultáneamente, por medio de una sola especie inteligible, la mul-
intensidad, ya en magnitud o multitud, y e! resultado completo de este aumente titud de los géneros y especies de las cosas, con suficiente y exacto conocimiento
puede abarcarse de una sola mirada, como es evidente tratándose del entendi- de cada una. Con igual motivo, pues, puede haber un ángel tan perfecto en la
miento divino, según demostramos en la referida disp. XXX, seco 12. Por lo categoría superior que abarque en una sola intuición una multitud de _objetos
que respecta al entendimientO' creado que ve claramente la esencia divina y en que se llama sincategoremáticamente infinita, contenida bajo algún género o
ella las criaturas, todavía 10 admiten con más frecuencia los teólogos y con razón, especie; porque esto no exige en el cognoscente la infinitúd absoluta, sino cierta
según expuse en el tomo 1 de la III parte, disp. XXVI, seco 2 y 3. Al margen infiIútud relativa, o sea, una eminencia de orden superior.
de esta visión niegan algunos el conocimiento del infinito en sí mismo, que lla- Usé siempre la expresión "tilla sola intuición", porque es imposible conOCer
man los teólogos "en su propio género". Creo, sin embargo, que no hay en ello sucesivamente este génerO' de infinito de suerte que llegue a abarcársele, por Ser
contradicción no solo tratándose de un conocimiento sobrenatural y elevado, se- imposible abarcar un in~to con numeración sucesiva: esto sería numerar suce-
gún expliqué acerca de l. ciencia infusa de! alma de Cristo en el lugar citado sivamente un todO' esencialmente umumerable, y llegar al fin de un infinitO', cosas
de la III parte, sino incluso por la fuerza propia y natural de un entendimiento que están en manifiesta contradicción con el concepto mismo de infinitO', según se
creado, principalmente si no se trata de una colectividad infinita de criaturas po- puede ver en e! lib. III de la Física, C. 7. Y por esta razón, porque los hombres
sibles en su totalidad, sino sólo en una determinada línea. Porque, aunque no sea no conocen de una vez sinO' poco a poco las causas de las cosas, juzgó Aristóte-
preciso, según decía, que todo entendimiento creado posea semejante poder, y les que era 10 mismo concluir primero absolutamente la imposibilidad para el
consecuentemente ni el entendimiento humano, ni acaso los ángeles inferiores lo hombre de conocer una serie infinita de causas, que concluir la imposibilidad
posean, sin embargo, no supera en absoluto el ámbito del entendimiento creado, de conocer infinitas causas. Sobre todo teniendo en cuenta que la duración de
por no requerirse para semejante conocimiento un poder absolutamente infinito, esta sucesión en cualquier hombre ha de circunscribirse a un tiempo finito. Y
ni una perfección infinita en la linea de! ser, sino que basta un poder finito de esto que se afirma del entendimiento humano es por igual exacto respecto del
especie o naturaleza superior. divino, ya que la contradicción no radica en la deficiencia de la capacidad inte-
Ni el que una potencia finita sea tanto más ineficaz respecto de cada uno lectiva, sino en la esencia misma del infinito, que consiste precisamente en que
cuanto más sean los objetos por ella aprehendidos, constituye obstáculo para no puede ser recorrido sucesivamente. Especiahnente porque la sucesión tiene
creer que, por este motivo, no puede conocer perfectamente a cada uno si son que ser siempre actualmente finita en la realidad, lo cual admite todo el mundo
infinitos. Ya que este axioma tiene aplicación cuando los diversos objetos son respecto de un extremo, el último, o sea, el término final, y resulta de por sí
tales, que cada uno adecua la capacidad de la potencia y, consecuentemente, su evidente, ya que la sucesión acaba siempre en él; pero respecto del otro extremo
conjunto supera tal capacidad; pero cuandO' todos son comprendidos en un solo primero, o sea, el inicial, no están de acuerdo muchos; pero yo creo que también
concepto adecuado y bajo la capacidad de dicba potencia, no hay necesidad de virtute talis potentiae, non est necesse ita finem eius quod infinltum est, quod invol-
minui cognitionem et attentionem, ut non vit apertam repugnantiam contra rationem
omni intellectui creato, neque etiaro omro infusa arumae Christi praedicto loco III possint exacte singula cognosci, et omnia ipsíus infiniti, ut constat ex nI Phys., C. 7.
intellectui repugnat. Unde intellectus huma· partis tractavi, sed etiam propriae et natu- simul, quía tunc censentur cognosci per mo- Atque hac de causa, quia homines non simu!
nus, ClUll sit imperfectissimus omnium, tan- rali vi alicuius, intellectus creati; praesertim dum unius. Atque ad hunc modum dicunt sed paulatim rerum causas cognoscunt, pro
ram virtutem non habet; angelicus Yero, si non sit sermo de tota collectione infinita theologi, et attingemus infra, superiores eodem duxit Aristoteles absolute prius in-
ut opinor, illaro habere potest, quia eius creaturarum possibilium, sed in aJ,iqua de- ange10s per unam spee,iem intelligibilem ferre cogllitionem reí per infinitas caUSas
vmus est ordinis superioris, et absttactiori terminata ratione. Nam, ut dicebam, licet simul cognoscere pJura genera vel species esse homini impossibilem, et postea, quod
ac subtiliori modo intelligit. necesse non sit omnem intellecrum creatum rerum, exacte et suffícienter cognoscendo sit impossibile cognoscere infinitas causas.
Quo circa, esto non possit dari in rebus habere tantam virtutem, et ideo nec inte!- singulas. Et parí ratione tam perfectus pot- Maxime cum ea successio solum tempore
ens crearum actu infinitum, potest tamen in lectus humanus, nec forte inferiores Angeli est esse angelus ultima specie 1, ut uno in- fmito duret in quoijbet homine. Verumta-
infinitum augeri, ve~ in intensione, ve! in illam habeant, tamen non excedit totum tuitu cognoscat aliquam rerum multitudinem men non solum in intellectu humano, sed
magnitudine, vel in mu~titudine, totumque ordinem intellectus crean, quia non est ne- infinitam (ut alunt) syncategorematice sub etiam in divino id verum habet; quía haec
illud augrnentum potest simul uno intuitu cessaria ad hanc cognitionem virtus infinita aliquo certo genere ve.!' specic contentam; repugnantia non oritur ex defecru virtutis
_cQgpQsd, quQ<i ___ de__ jntellectu divino certis- simpliciter, nec infinita perfectio in genere quia hoc non requirit in cognoscente infini- intellectivae, sed ex ipsa natura infiniti, quae
simum est, ut praedicta disp: XXX, scct. 12 entis, sed suffidt virtus finita superíorii- tatem simpliciter~ sed solurn secundum quid, in hoc consistit, ut successive pertransiri
ostendimus. De intellectu autem creato vi- speciei et rationis. seu eminentiam superioris rationis. non possit. Praecipue cum successio semper
dente ciare divinam essentiam et creaturas Neque obstat quod virtus finita, quo ver· Dixi autem semper uno intuitu, quía suc- esse debeat in re actu finita; quod ex parte
in ipsa, id etiam frequentius admittunt satur circa plura, eo minuatur in singulis, ut cessive impossibile est huiusmodi infinltum unius extremi, sci.licet posterioris, seu ter-
theologi, et merito, ut tractavi tomo r. III ea racione videatur non posse singula per- cognosci ita ut exhauriatur, quia impossibile mini desiqonis omnes admittunt, et est per
partis, disp. XXVI, sect. 2 et 3. Extra fecte cognoscere, si infinita sint. Illud enim est, successive numerando, exhauriri infini- se evídens, quia in eo semper finitur suc-
illaro autem visionem nonnulli id negant de axioma intelligendum est, quando illa plum tum; alias numeraretur successive totUID cessio: ex parte vero alterius extremi ante-
cognitione infiniti in seipso, quam theologi talia sunt, ut singula adaequent vinutem quod innumerabile est, et perveniretur ad rioris, seu inceptionis, multi aliter sentiunt;
vocant in proprio genere; existimo tamen potentiae, et ideo multitudo illorum excedat
non repugnare non solum per cognitionem talero vírtutem; quando vero omnia com- 1 En otras ediciones: tam perfectus potest esse angelus, ut una specie et uno ... (Nota
elevatam et supernaturalem, ut de scientia prchenduntur sub una adaequata ratione et de los EE.)
Libro segundo.-Cap. III .... _ __ 37
Indice detallado de' la metafísica de Aristóteles ---
36 -- - ._-------------_. __..- - - - - - - - - - - fas, refutasen sus teorías por amor a la verdad, pues aun' siendo dos amigos
es así respecto de él, porque juzgo que no puede haber sucesión real, continua es delier sagrada preferir la verdad al honor. Así, pues, cuando se trate de una
o discreta, que carezca de principio y sea eterna, según luego trataré en la dis- costumbre de esta clase, no debe adaptarse a ella el método de enseñanza, sino
putación XXIX, seco 1; Y disp. XXX, seco 3. En este sentido es verdad en abso>- que ha de superarse o corregirse con la eficacia misma del método. A veces, en
luto sin limitación alguna que no puede conO'cerse suceSlVamente un infinito, cambio, hay costumbres magníficas, aptas· para una sana doctrina, y entonces
que es 10 que aquí pretendía principalmente Aristóteles. Ni hay dificultad alguna no hay mejor decisión que acomodar el método de aprender a la costumbre. Porque,
de importancia en contra. como aquí dice Aristóteles, lO' habitual siempre es más conocido; y el método de
CAP. !II aprendizaje ha de comenzar en cuanto sea posible por las cosas más conocidas. El
MÉTODO Y ORDEN EN LA ADQUISICIÓN DE LA VERDAD hábito viene a ser incluso como una segunda naturaleza, y 10 que está más de
Como el Filósofo había dicho que era difícil, pero no imposible, el conoci- acuerdo con la naturaleza es más fácil de aprender. Pues, como dice Aristóteles
miento de la verdad, expone ahora qué procedimiento hay que seguir en su in- en el lib. II de la Euca, c. 1: No basta decir que impo..-ta algo, ni siquiera mu-
quisición y los obstáculos que hay que evitar; su opinión clara apenas deja lugar cho, sinO' que es de importancia definitiva el que los homb,·es, desde la adoles-
cencia~ adquieran estos o aquellos hábitos. Lo cual no hay por qué limitarlO' a las
a dudas.
Cuesto 1. Si se ha de acomodar el método discente a la costumbre. Este costumbres, sino que es verdad por igual del aprendizaje de la ciencia.
problema queda suficientemente claro en el texto, en el que manifiesta, en primer La segtmda O'bservación es que no sólo por hábitO', sino por índole natural
lugar, que es tal la fuerza de la costumbre, que por su causa a la verdad se y por el temperamento peculiar de cada uno resulta que unos intentan enseñar
antepone muchas veces la fábula, y lo que excede lo-s límites de 10 acostumbra- o aprender de una manera y otros de O'tra, según hizo notar Fonseca a este pro--
do adquiere categoría de extraordinario. EstO' lleva 'a los hombres a que busqu~n pósitO'. y cuando de aquí resulta que una disciplina se expone con método in-
diversos métodos de aprender, según la diversidad de costumbres: a unos satIs- adecuadO', es difícil corregir O' cambiar la naturaleza, como es lógico.
facen las conjeturas, los ejemplos a otros, a algunos los testimonios, y a otros, Cuesto 2. Qué sentidO' ha dadO' Aristóteles a la expresión: es absurdo in-
en cambio, las sutiles elucubraciones. De esto parece deducir implícitamente vestigar al misma tiempo una ciencia y su método. Casi todos los int~rpretes en-
Aristóteles que no se puede llegar a regla alguna cierta apoyándose en la costum- tienden por m~todo la dialéctica, y de aquí toman algunos ocasión para discutir
bre, sino que hay que disciplinar al alumnO' para que investigue y admita cada en este lu?ar la naturaleza ~e 1~ dialéctica: a ver si es una ciencia y si además
materia de acuerdo con su naturaleza. es necesa~·13. para las otr~s c~enc13s, p,?rque en el texto citado parece que Aristó-
Interesa tener en cuenta do:; cosas. La primera es que no se puede dar un teles la distmgue de la CIenCIa y ensena que debe darse como introducción a ella.
juicio uniforme de todas las costumbres; algunas hay reprobables e irracionales, Mas juzgo que estas cuestiones deben dejarse para la misma dialéctica, y doy
como la de lO's que se acostumbraron a seguir un procedimiento igual de demos- pOf supuestt;' q~e la doctrina propia de la dialéctica que llaman docente es una

tración en todo; o, por el contrario, la de quienes juzgan que sólo puede admitirse v7rdad~ra CIenCla. Proc~d~~ en efecto, a demostrar sus éonc1usiones por princi-
lo que encuentran en sus autores favoritos, y lo de todos los demás 10 rechazan pIOS .evIdentes, a ~osterwrt unas ~eces, ° por el absurdo; a veces también por su
en seguida comO' nuevo e insólito. A éstos les vendría muy bien leer con atención propIa causa, segun consta suficIentemente del análisis de dicha disciplina. No
y ponderar las palabras del Filósofo en el libro I de la Etica, c. 6: Acaso, dice, obstante, dado que todo su contenido doctrinal se ordena a la enseñanza de un
sería mejor e inclusO' parece ser necesa'l"io que cada uno~ en especial los filóso- salute refellere; nam, cum ambo sint amici, oritur lit disciplina- aliter quam deneat trac-
ratione illius veris praeferantur fabulosa; et sanctum est honori vmtatem praeferre. Ita- tetur, dífficilius est naturam corrígere aut
at ego id etiam verum esse opinar, quia que, quando consuetudo huiusmodi est, non mutare, ut per se constato
existirno non posse esse realem successionem, quae praeter consuetudinem sunt, statim pe-
regrina iudtcentur. Unde fit ut propter va- est HU ratio docendi accommodanda, sed po- Q. 2. Quo sensu dlctum ab Aristotele
sive continuam, sive discretam, quae prin- tius ipsa rationis efficacitate superanda est sit: Absurdum est scientiam simul et mo-
cipio careat et aeterna sit, ut infra attingam, rias eonsuetudines, 'diversas etiam discendi
rationes homines appetant; alii enim coniec- aut moderanda. Aliquando yero eonsuetudo dum scientiae quaerere. Omnes fere inter-
disp. XXIX, sect. 1, disp. XXX, sect. 3. est optima, et accornmodata sanae doctrinae
turis, aIü exemplis, alii testimoniis, alii yero pretes, per modum seiendi, díalecticam in-
Hac ergo ratione, universe et absque limi-
exquisitis rationibus delectantur. Ex qua ta- et tune optimmn consi1iu~ est, díseendi ra~ telligunt, unde sumunt aliqui occasionem
tatione. verum est posse infinitum suceessive tionem consuetudini accornmodari' quia ut
dte condudere videtur Aristoteles non posse tractandi hoc loco de natura dialecticae, an,
cognosci, quod hoc loco Aristoteles praed-
regulam certam ex consuetudine sumi, sed Aristoteles hie ait, quod consu~tum 'est, scilicet, sdentia sit, et an necessaria ad alias
pue intendit. Neque contra hoc difficultas semper est notius; discendi autem ratio a
alicuius momenti occurrit. addiscentem debere institui, ut iuxta rci scientias; quoniam AristoteIes in praedictis
exigentiam, unamquamque inquirat et IIp- notioribus, quoad fieri possit, sumenda esto verbis videtur eam a scientia distinguere, et
probet. Consuetudo etiam altera natura censetur;
CAPUT nI docere ante scientiam praemitti debere. Ve-
Ubi duo observare oportet: unum est, quae yero mngis sunt naturac comentanea
facilius addiscuntur. Vt igitur Aristote1e; rurntamen has quaestiones in ipsam dialec-
De flwdo et ordinl'J in veTitate indaganda non esse idem iudicium ferendum de omni ticam reuciendas censeo; et supponendum,
servando consuetudirie; quaedam enim est prava et ait, II Ethic., c. 1, non parum sed pluri-
:onum~ quin potius totum refen, ut sic 'Vel
doctrinam propriam diaIecticae, quam dia-
Cum dixisset Philosophus veritatis cognid praetel' rationem, ut eorum qui consueverunt leeticam docentem vocant, esse veram sden-
rerum omni,um aequalern demonstrationem non sic homines ab adolescentia consuescant.
tionem esse difficilem, non vera impossibi- Quod non solum in moribus, sed etiam in tiam. Proeedit enim ex principüs evidenti-
Iem, hic declarat quis modus in ea inqui- petere; vd e contrario (,"orum qui ea tan- bus ad demonstrandas conclusiones suas,
tum credenda putant quae inveniunt in scientia addiscenda verum esto
renda tenendus sit, et quae impedimenta vi- Alterum notandum es!, non ~oIum ex con- interdurn a posteriori seu ab impossibili,
tanda, estque eius scntentia perspicua, circa auctoribus sibi familiatibus, et reUqua om-
nium ut nova et inr.olita statim reüciunt. suetudine, sed ex naturali ingenio ac pecu- interdum etiam per propriam causarn, ut
quam pauea interrogari possunt. liari cuiusque constitutione oriri, ut alii ali- ex ruscursu UIius doctrinae Eatis constat.
Quaest. 1. Utrum diseenru ratio consuetu- Quos oportet Philosophi \lcrba, lib. 1 Ethic.~
C. 6, attente Jegere et perpendere: Melius ter discere aut docere appetant, ut hic recte Tamen, quia illa tata doctrina eo tendit
dini sit accommodanda. Traetatur haec quaes- Fonseca notavit. Et quando ex hoc capite ut modum sciendi doeeat, quarnvis lllum
tio sufficicnter in textu, ubi primum decla- (inquit) forsitan, ct oportere videbitur su!,
rat tantam esse consuetudinis vim, ut saepe quoque, praesertim philosophos, pro veritatts
38 India de/aliado' de la metafísica de Aristóteles Libro segundo.-Cap. I.:.::ll'----_ _ _ _ _ _ _ ~_ _ _ _ _ _ _ _ _ ____=oo:39
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método de aprendizaje, aunque lo enseñe demostrativamente, atendiendo a su guió Averroes una lógica común y otra propia de cada ciencia, según a este pro-
fin, fué calificada por Aristóteles como un método discente y como distinta de pósito, hizo notar A. de Hales, pues al método propio del aprendizaje le llamó
las demás ciencias, que son simplemente ciencias y no demuestran su método lógica propia, por ser una aplicáción de la dialéctica o de alguna de sns partes.
de aprendizaje, sino que 10 reciben de la dialéctica. También en cada ciencia debe preceder este método de aprenderla, para evitar
Se podría objetar que entoncei, por 10 menos limitándose a la dialéctica, no confusiones, según indicó Aristóteles en el lib. 1 De Partibus Animalium, c. 1,
es absurdo decir que se investiga al mismo tiempo la ciencia y su método. Se y en lib. I de la Etica, c. 3, y él 10 cumple en la física y casi todas las discipli-
puede responder admitiendo la conclusión, porque el método de aprendizaje, nas. y así se sigue llevando a cabo por casi todos los tratadistas de dialéctica,
entendido en un sentido amplio y general, es el fin u objeto de investigación de de manera que, al comenzar, señalan el método de aprendizaje de una manera
dicha disciplina, reduciéndose la ciencia a una forma o perfección que se obtiene provisional y sin rigor demostrativo, completándolo luego a través de la dia-
en este estudio. En cambio, en las otras disciplinas, no constituyendo su objeto léctica de una manera sistemática.
o fin el método de aprendizaje, hay que suponerlo como instrumento destinado Cuesto 3. Si la certeza y evidencia es igual en todas las ciencias. Este pro-
a la obtención de la ciencia; por eso en las otras disciplinas resultaría absurdo y blema se suscita con ocasión de las palabras de Aristóteles, texto 6: no se puede
poco práctico investigar al mismo tiempo la ciencia y el método de aprendizaje, exigir en todo el método riguroso de enseñanza de las matemáticas. Vuelve a
y de éstas hahla Aristóteles, según indiqué. repetir casi 10 mismo luego en el lib. VI, c. 1, y en el lib. I de la Etiea, c. 3 y 7,
La razón de que en la dialéctica no resulte imposible estudiar al mismo tiem- dice algo semejante, En términos generales, la posibilidad de distintos grados de
po la disciplina y su método, está en que se trata de una reflexión del entendi- certeza se trata en el lib. 1 de los Analíticos Segundos, aunque los teólogos lo
miento sobre si mismo, y así, mientras trata de encontrar en sus propios actos precisen c01~ más rigor en cuestiones de fe. Por el momento, el grado de la cer-
el método de disponerlos convenientemente para alcanzar la ciencia, estudia la teza metafíSIca comparada con la matemática o física, 10 estudiamos en la disp. 1,
forma o disposición de los mismos por sus propias causas, y en su demostra- sección 5.
ción sigue el mismo procedimiento o método discursivo; de este modo en la Cuesto 4. Si es material todo ser natural. Se plantea por cansa de aquella
investigación y explicación del método discente cumple el método de aprendiza- partícula acasa que pone Aristóteles en el texto 16, al decir: acaso toda natura-
je, adquiriendo de esta suerte simultáneamente la ciencia. Yeso cuenta con el leza conste de materia, donde, según su expresión, la palabra naturaleza com-
apoyo de la dialéctica natural, fundamento de toda ciencia en el hombre, respec- prende todas las cosas naturales, sujetas a movimiento físico, según consta en
to de la forma y método de raciocinio. Porque, en definitiva, esto no es absurdo el lib. XII, c, 7, y en otros pasajes. Algunos piensan que Aristóteles empleó
en la dialéctica, ya que no cabe otra posibilidad de llevarla a cabo, porque no aquella palabra acaso, pO'rque no opinaba que los cielos constasen de materia.
puede admitirse ningún método de aprender adqnirido previamente, ni puede Pero quizá sea más obvio decir que la pone porque pensaba que constaban de
procederse al infinito, sino que hay que llegar a un procedimiento que sea al materia sin afirmarlo con la misma certeza que respecto de las otras cosas natu-
mismo tiempo el qué y el cómo, es decir, ciencia y método de aprender. rales. E incluso que la empleó porque la materia celeste es de distinta naturaleza.
Puede, finalmente, añadirse que, además de la dialéctica, común para todas Aunque yo me inclino más a creer que nO' hay misterio alguno en semejante pala-
las ciencias, tiene cada una su método peculiar y propio de proceder, que puede bra, sino que es costumbre de Aristóteles expresarse así, por razones de modes-
ser calificado también como un método de aprendizaje. En este sentidO' distin- tia, cuando no trata un problema ex professo. La cuestión resulta, por 10 tanto,

demonstrative doceat, ex ;fine appelIata est tibus modum inquirit, qua apte ad scien- cuique scientiae, ut Alexand. Alensis hic no- quamvis theologi exactius id edisserant in
ah Aristotele modus seiendí, et ah &Uis scien- tiam acquirendam disponantur, hane ipsam tavit; modum enim illum proprium sciendi materÍa de fide; in praesenti vero de gradu
ti1S distineta, quae tantum scientiae sunt, formam seu díspositionem SU01'Ull1 aetuum appellavit propriam logicam; est enim appli- certitudinis metaphysicae comparatae ad ma-
et moduro sdendí non demonstrant, sed tan- per proprias causas investigat, et in eis de- eatio quaedam dialecticae, vel aliculus par- thematicam et physicam disserimus infra,
tum participant ipsum a diaJectica. monstrandís eamdem dispositionem seu ra- tís eius. Et me etiam modus sciendi in sin- disp. 1, sect. 5. .
Dices: ergo saltem in dialectica ipsa non tioeinandi modurn tenet, atque ita in inqui- gulis scientiis praemittendus est, ne confu- Q. 4. An omnis res naturalis habeat ma-
e.rit absurdum simul quaerere scientiam et sitione et ostensione illius modí sciendi, mo- se procedatur, ut tetigit etiam Aristoteles, teriam. Proponitur propter particulam illam
modum sciendi. Respondetur conc~endo dum scientiae servat, et ita simu! scientiam 1 de Partibus animal., c. 1, et lib. I Ethic., fortasse, quarn ponit Aristoteles, text. 16,
sequelam, quia in illa scientia modus scien- acquirit. Ad quod etiam iuvatur naturali c. 3, et in Physica allisque fere scientiis dicens: Fortasse omnis natura materiam ha-
di, late ac generatim sumptus, inquiritur dialectica, quae in homine est principium observat. Et hoc etiam in tradenda dialec- bet, ubi nomine naturae res naturales et
ut finis seu ut obiectum cognoscendum; omnis scientiae, quantum ad formam et rica fere ab omnibus auctoribus Servatur, ut motui physico subiectas intelligit, iuxta phra-
scientia vero ipsa inquiritur ut forma et modum discurrendi. Denique ideo specíali- in principio perfunctorie et absque exacta sim suam, ut patet ex lib. XII, c. 7, et
perfectio tali studío obtinenda. In aHis vero ter in dialectica hoc non est absurdum, demonstratione viam sciendi praeparent, aliis locis. Putant aliqui ergo adhibuisse Aris-
scientiis, cum modus scÍend¡ non quaeratur quia non potest aliter fieri, nec ante illam postea vera per jpsam dialecticam sciendi totelem illam particulam fortasse quod non
liT -oblecturn aut -finis, debe! supponi ut supponi potest alius sciendi modus acqui~ modum demonstrative perficiant. crederet caelos habere materiam. Sed facilius
instrumentum deserviens ad scíentiam obti- situs, nec procedí debet in infinitum, sed Q. 3. Utrurn in omnibus scientiis aequa- dici potest eam posuisse quía existimabat
nendam; ideoque in allis scientiis absur- sistendum est in fonna, quae simuJ sit quod lis sit certitudo vel evidentia. Haec quaestio eos habere materiam, !icet non cum tanta
duro et operosum esset simul inquirere et quo, id est, scientia et modus sciendi. movetur occasione verborum Aristotelis, certitudine sicut de ams naturalibus rebus.
scientiam, et sciendi modum, et de illis, ut Addi denique potest, praeter dialecticam, texto 6: Mathematicorum accurata docendi Ve1 certe eam adhibuit, quia materia cae-
dixi, locutus est Aristoteles. quae generalis est omnibus scientiis, esse in ratio non in omnibus postulanda esto Quae lorum alterius ratioms esto Verius tamen
Quod vero in dialectica non sit impos- unaquaque scientia peculiarem ac proprium Cere repetit infra, lib. VI, c. 1, et similia existimo nullum esse in ea vace mysterium.
sihije simul inquirere modum sciendi et procedendi modum, qui etiam modus scien- habet lib. 1 Etme., c. 3 et 7. Et in ge- sed esse morem Aristotelis ita loqui mo-
scientiam ratio est, quia intellectus reflee- di appellari potest. Quo sensu distinxit Ave- !lere, quomodo in certitudine possit esse destiae causa, quando ex professo rem non
titur in seipsum, et ita dum in suismet ac- rroes logicarn communem et propriam uni- maequalitas, tractatur in lib. 1 Posteriorum, disputat. Itaque illa quaestio parum est hoc
40 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro tercerD.-Cap. 1 41
c-asi inútil en este momento; sin embargo, se expone más abajo, disp. XIII, sec- cuanto esto corresponde a una sola ciencia, es deber primordial de la metafísica.
ciones 10 y ll, Disp. I, seco 1 y 5.
Cuesto 5. Si hay una o muchas ciencias de todas las cosas. Esto lo trata Cuesto 2. Si esta ciencia se limita al estudio de los principios simples de la
Aristóteles en las últimas palabras del capítulo, y se expresa de acuerdo con las sustancia, o considera también los primeros principios compuestos. Aristóteles
exigencias de esta disciplina en la disp. I, seco 2 y 3. argumenta a favor de ambas opiniones en el c. 2, texto 4; se determina la solu-
Cuesto 6. Si el estudio de la metafísica debe preceder o seguir a las otras ción afirmativa en el lib. IV, C. 3; nosotros, disp. 1, seco 4; disp. III, seco 3.
ciencias. Lo indica Aristóteles en el nllsmO' lugar; se resume en la disp. 1, seco 4. Cuesto 3. Si se ocupa esta disciplina de todas las sustancias; se apuntan ar-
gumentos para ambas partes, C. 2, texto 5, y la solución en el lib. IV, C. 2; li-
bro VI, c. 1; nosotros, disp. 1, seco 2.
LIBRO TERCERO DE LA METAFISICA Cuesto 4. sa existen otras sustancias separadas -además de las sensibles.
Aristóteles se limita aquí a las ideas y objetos matemáticos, de los que se habla
RESUME TODAS LAS CUESTIONES QUE PUEDEN PLANTEARSE EN ESTA DISCIPLINA antes, lib. I, c. 6 Y 7; Y después, en el lib. VII, C. 12 y siguientes. Pero en este
terreno la juzgo una cuestión inútil, por lo que la resumimos brevemente en la
Suelen discutir los expositores por qué destinó en este lugar Aristóteles un disp. IV, seco 1 y 2, Y en la disp. V, en toda; y añadimos algo en la disp. XXV a
libro completo a proponer cuestiones que dejó sin solución. yO' creo que 10 hizo propósitO' de la causa ejemplar. El problema estrictamente se refiere a las sustan-
para ponderar la dificultad y provecho de esta disciplina, y acaso para estimular cias angélicas, y lo trata el Filósofo en el lib. XII, C. 8, y nosotros en la dispu-
en el lector el ansia de penetrar en una ciencia en la que se resuelven tantas tación XXXV.
dudas, además de otras razones que él mismo indicó en el c. 1 y que están Cuesto 5. Si la misma ciencia trata de la sustancia y de lo que por natura-
allí bastante claras. En el primer capítulo plantea Aristóteles diversos problemas; leza adviene a ésta. Se encuentra en el capítulo siguiente, texto 6, dándose la
en los demás aduce razones en pro de ambos extremos de la duda, sin decidir solución afirmativa en el lib. IV, c. 1 y 2. Es una cuestión clara, más dialéctica
nada. En la exposición de todas estas cuestiones apenas sigue método u orden que metafísica, y 10's puntps referentes a esta ciencia los desarrollamos nosntros
alguno determinado, sino que da la impresión de haberlas lanzado tal como se le en la disp. I, seco 1 y 2.
oc;:urrian. Y esto lo advierto para que nadie nos crea obligados a justificar dicho Cuesto 6. Si estudia esta disciplina las propiedades comunes del ser, como
orden o seguirlO', al estudiar estos problemas. Por ambos motivos, enumeramos identidad, diversidad y otras semejantes. Ibid.
todas las cuestiones con lus lugares en que las exponemos y resolvemos. Y si Cuesto 7. Si se debe considerar a los géneros y diferencias comO' principios
algunas, por inútiles {)I poco importantes, son pasadas por alto, también lo ad- de las cosas, o mejor como partes físicas, igual que la materia y la forma. En el
vertimos. C. 3 de este librO' lo expone Aristóteles en los dos sentidos. Nosotros, empero,
creemos que no necesita una disputación especial. Unos y otros pueden llamarse
CAP. I principios: los primeros, metafísicos, y físicos, los segundos. Mas por ser la
Cuesto 1. Si el estudio de todas las causas corresponde a una ciencia o a composición metafísica solamente de razón, y la física, en cambiO', real, juzgamos
varias. Aristóteles lo discute en seguida, al comienzo del c. 1. En realidad, en que los principios físicos son propios de las cosas materiales, a las que dedicamos

loco necessaria; traetatur autem infra, tot dubia expediuntur; et propter alias ra- physicae, quatenus uníus scientiae esse pot- de substantiis angelicis, quae tractatur a
disp. XIII, seet. 10 et 11. tiones, quas ipse tetigit c. 1, et sunt in est, vide disp. 1, sect. 1 et S. Philosopho, lib. XII, c. 8, et a nobis,
Q. S. An sit una scientia rerum omnium eo satis perspicuae. Proponit ergo Aristo- Q. 2. An haec scientia simplicia tantum disp. XXXV.
vel pIures. Hane attigit Philosophus in ulti- teles in primo capite varias quaestiones; in substantiae principia consideret, ve¡ etiam Q. 5. An eadem scientia sit de substan-
mis verbis huius capitis, et pro huius scien- caeteris vero rationes dubitandi in utram- prima principia complexa. Disputatur in tiis. et de iJlis quae per se substantiis acei-
tiae opportunitate disseritur, disp. 1, seet. 2 que partem affert, nihil autem definit. Et utramque partem ab Aristotele hic, C. 2, dunt. Versatur C. seq., texto 6, et definitur
et 3. in proponendis his quaestionibus nullam fere texto 4; definitur yero affirmans eius pars, pars affirmans, lib. IV, c. 1 et.2. Et est res
Q. 6. An metaphysica ante ve! post alias methodum ve} certum ordinem servat, sed lib. IV, C. 3, et a nobis, disp. 1, seet. 4, clara, magisque dialectica quam meta physica,
scientias addiscenda sito Tangitur ab Aris- prout in mentem veniebant, ita eas effudis- et disp. III, sect. 3. et in ordine ad hanc scientiam expeditur a
totele ¡bid.; expeditur breviter disp. 1, se videtur. Quod ideo moneo, ne quis putet Q. 3. An haec scientia disputet de sub- nobis disp. 1, sect. 1 et 2.
seet. 4. teneri nos aut rationem illius ordinis red- stantiis omnibus; versatur in utramque par- Q. 6. An communes affeetiones entis, ut
dere, aut illuro servare, cum de his quaes- tem hic a Philosopho, c. 2, texto 5, et ídem ac diversum et simiJes, consíderentur
tionibus disputaverimus. Ob utramque ergo definitur lib. IV, c. 2, lib. VI, c. 1, et in hac scientia; ibidem.
I
LlBER TERTIUS METAPgySICAE. rationem proponemus quaestiones omnes a nobis disp. 1, sect. 2. Q. 7. An genera et differentiae censenda
DUBITATIONES OMNES QUAE Ú,¡ -i-IAc-'-sclOOIA cum locis ubí a nobis tractatae -ac defini- Q. 4. An praeter substantias sensibiles sint principia rerum, vel potius partes phy-
OCCURRUNT SUMMATIM CONTINHNS tae sunt. Quod si omissae aliquae fuerint dentur aliae separatae. Haec solum tractatur sieal!, ut materia et forma. Hanc versat in
ut inutiles ae parvi momenti, hoc etiam hic ab Aristote1e de ideis, et de rebus ma- utramque partem Aristoteles i.n C. 3 huiu8-
Solent expositores inquirere cur Aristote- admonebimus. thematicis, de quibus supra, lib. 1, c. 6 libri. Nobis vero non videtur specialem
les hoc loco in quaestionibus proponendis et 7, et infra, lib. VII, c. 12 et sequen- disputationem requirere; utraque enim cen-
absque earum resolutione integrum librum CAPUT PRIMUM tibus. Sed hoc sensu censen inutilem qUaes- semus dici posse principia, illa metaphysiéa,
consumpserit. Existimo tamen id fecisse ad Quaest. 1. Sitne unius scientiae, an plu- tionem, ideoque breviter expeditur a nobis, haec physica. Quia yero compositio meta-
exaggerandam huius doctrinae difficultatem rium, orones causas contemplarlo Agitanu' disp. IV, sect. 1 et 2, et disp. V, per to- physica solum per rationem est, physica vero
et utilitatem, et fortasse ad excitandum leo- ab Aristotele statim C. 1, in principio. tam; et aliqua addidimus in disp. XXV, de realis, ideo principia physica censemus esse
tod desiderium inquirendi scientiam, in qua Vedtas est hoc esse munus praecipue meta- causa exemplari. Propria vero quaesrio est propria rerum materialium} de illisque dispur
42 lndice detallada de la metafísica de Aristótel'es Libro tercero.-Cap. 1 43

en su totalidad, las disputaciones XIII, XIV, XV Y XVI. Los principios metafísi- material. Parece, pues, preguntarse si la especie es algo distinto de los individuos
cos sólo son tales según nuestra manera de concebir y según la razón, y de ellos en las cosas materiales, y en este. sentido el problema se discute con Platón. Pero
nos ocupamos al tratar de los universales, disp. V, seco 1 y 2, Y disp, VI, en toda. entonces parece coincidir crJ:U el anterior, tal como lo hemos expuesto. A no ser
Cuesto 8. Si entre los géneros tienen más función de principios los más que digamos que allí se plantea el problema el1 la línea de la causa, aqní en la de
universales. Lo examina Aristóteles ampliamente en casi todo el capítulo 3. Pero la quididad, y sería una cuestión materialmente idéntica y formalmente dlstmta;
resulta inútil, pues los géneros remotos pueden juzgarse principios más impor- o también que se trataba allí de la separación real y aquí de la formal ~ ex natura
tantes extensivamente, y los próximos intensivamente, o aquéllos en la linea de J'ei, según 10 discutimos en la disp. V, se~. 2. Otros, por lo gene;al, ent1~nde~ que
la potencialidad y materia, éstos en la de la perfección y forma. Pero todo esto aquí se cuestiona si 10's predicados esenc~~les de las. c~sas matenales se. ld,entIfican
no pasan de ser meras fórmulas de expresión. con aquello a que pertenecen. Esta cuestlOn la contmua largamente Arlstoteles en
Cuesto 9. Si además de la materia hay alguna otra causa material, si es se- el lib. VII, c. 4 y 15; nosotros ampliamente en la disp. XXXIV, casi en toda ella.
parable y si es una sola o varias. Aristóteles lo pone casi, con las mismas palabras Cuesto 11. Si lO's principios están limitados no sólo específica, sino también
hacia el fin del capítulo, pero tiene un sentido ambiguo. Pues tomadas las palabras numéricamente, tanto los propios de cada cosa com-o los diversos en las distintas
rigurosamente como suenan, parece preguntarse si, además de la causa material, cosas. Esto se trata luego en el c. 4, texto 13, y en el lib. XII. Pero no es preciso
no existe la causa formal y otras. En este sentido trata el problema en el lib. IV, detenerse en ellos, pues es evidente que los principios intrínsecos se multiplican
c. 2, y nosotros extensamente en la disp. XII, que trata de las causas en general, numéricamente al multiplicarse los individuos, pero no más que éstos, realizándo-
y en las siguientes. Mas no parece ser ésta la mente de Aristóteles, porque inme- se en la forma de manera distinta que en la materia. Porque las formas se multi-
diatamente, en el capitulo 4, discute este problema y los siguientes con orienta- plican entitativamente en los diversos individuos; pero la materia no siempre,
ción completamente distinta. Por consiguiente, el sentido de esta cuestión tiene pues una entidad material numéricamente una, puede ser sujeto sucesivamente de
que ser distinto, es decir, si fuera de la materia., 'esto es, de las cosas singulares, diversas formas. Ciertamente que varía según las disposiciones y asi resulta que
hay alguna causa esencial. Pues éste es el uso que suele hacer Aristóteles de la pala- la materia próxima siempre es diversa, específica o numéricamente, por razón de
bra fuera (praeter), dentro de la significación platónica; porque este problema las formas. En cambio los principios extrínsecos no se multiplican así, porque
suele discutirlo enfrentándose con Platón, y así lo trata en el c. 4, texto 12, y ha uno solo puede ser principio de diversas cosas. A veces se multiplican, pero siem-
pre en número finito, pues en ninguna multitud de causas se da una serie infinita,
sido resuelto por nosotros en las disp. V y VI al estudiar los nniversales. Sólo
según se apuntó antes en el lib. lI.
queda una dificultad y es que en este caso la cuestión siguiente parece coincidir
Cuesto 12. Si son los mismos los principios de las cosas corruptibles y de las
con ésta. incorruptibles. Lo trata Aristóteles en el C. 1, texto 15, y en el lib. XII, C. 4.
Cuesto 10. La cuestión décima, pues, consiste en saber si existe algo fuera Nosotros, en la disp. XIII, seco 11, donde se trata de los principios intrínsecos, y
del individno material completo. La pone Aristóteles en el texto 2 con estas oscu- de los extrínsecos, en la disp. XXIX, seco 2.
ras palabras: ¿existe algo además del todo simultánea? Y explica lo que entiende Cuest. 13. Si todos los principios incluso los de las cosas corruptibles están
por todo simultáneo, diciendo: y llama simultáneamente todo iI lo que puede pre- exentos de corrupción. Este problema 10 aborda Aristóteles en los mismos lugares;
dicarse de la materia, es decir, según mi opinión, la especie respecto del individuo nosotros le dedicamos particularmente una disputación. Respecto de la forma sólo
species de materiali individuo. Videtur ergo mis, aliter in materia verum esse. Formae
tamus per totas disputationes XIII, XIV, haec quaestio infra, lib. IV, c. 2, et a nobis quaerere an in rebus materialibus species enim multiplicantur secundum suas entita-
XV et XVI. Principia vero metaphysica so- late, disp. XII, de causis in communi, in sit aliquid praeter individua, et in hoc sen- tes i,n diversis individuis; materia autem
lum sunt principia secundum modum nos- sequentibus. Non videtur autcm me esse su quaestio est cum Platone. Apparet autem non semper, quia una numero entitas ma-
trum concipiendi, et secundum rationem, sensus Aristotelis, quia statim, c. 4, quaes- eadem cum praecedenti, prout a nobis ex- reriae subest successive diversis formis; va-
de eisque dieimus tractando de universali- tionem hanc curo allis sequentíbus disputat posita esto Nisi dicarous ibi quaeri ex ra- riatur autem secundum dispositiones, atque
bus, disp. V, sect. 1 et 2, et disp. VI, in sensu longe diverso. Alius ergo quaes- tione causae, hic ex ratione quidditatís, et ita materia proxima semper. est diversa, vel
per totam. tionis sen sus erit, an praeter materiam, id ita materialiter esse eamdem quaestionem, specie vel numero, pro ratione formarum.
Q. 8. An inter genera ea sint magis prin- est, extra res singulares, sit aliqua per se forma'liter yero diversam; veI certe ibi quae- Principia autem extrinseca non ita multipli-
cipia quae magis universalia sunt. Hane ver- causa. Ita enim utí solet Aristoteles voce 1'i de reali separatione, hic de formali seu cantur, quia unum esse potest diversarum
sat latissime Aristoteles fere toto c. 3. illa praeter, in sensu Platonico; eum Platone ex natura rei, prout a nobis disputatur, disp. rerum principium: aliquando vero multípli-
Est vero inutilis; nam genera remota dici enim hane saepe agitat quaestionem, et hoc V, sect. 2. Alii vero intelligunt generatim cantur, et semper sunt in numero finito,
possunt magis principia extensive, propin- sensu tractat i11am, e. 4, texto 12, et a nobis hic quaeri an quod quid est in rebus ma- quía in nulla multitudine causarum datur
qua vero intensive, ve1 illa magis in ratione definita est disp. V et VI, tractando de terialibus si! idem cum eo cuius esto Quam progressus in infinitum, ut supra, lib. JI,
potentiae et materiae, haee in ratione fonnae universalibus. Solum manet difficultas, quia quaestionem late Aristoteles prosequitur, annotatum esto
ac pme.f.tiQml;l;. seg hl:lec sQJwn. pertinent tunc sequens quaestío cum hac videtur coin- lib. VII, C. 4 et 15, et nos late, disp. Q. 12. An rerum corruptibilium et in-
ad loquendi moduro. cidere. XXXIV) fere per taram. corruptibilium sint eadem principia. Trac-
Q. 9. An praeter materiam aliqua sit per Q. 10. Est ergo decima quaestio, an sit Q. 11. An principia, non solum specie, tatur ab Aristotele, infra, c. 1, texto 15, et
se causa, atque ea separabilis, necne, et an aliquid praeter ipsum totum materiale in- sed etiam numero definita sint, id est, uni- lib. XII, C. 4. A nobis vero in disp. XIII,
una vel piures numero. Hane ponit Aristo~ dividuum. Hanc quaestionem proponit Aris- cuique reí propna, et in distinctis rehus sect. 11, ubi de principiis intrinsecis, de
teles eisdem fere verbis versus finero capitis; toteIes, texto 2, illis obscuris verbis: Sitne diversa. Haec tractatur infra, c. 4, texto 13, extrinsecis vero disp. XXIX, sect. 2.
habet autero ambiguum sensum. Nam si aliquid praeter simul totum? Exponit autem et lib. XII. Sed non est in ea immoran- Q. 13. An onmia principia etíam corrup-
propria verba ut sonant sumantur, videtur quid i,ntelligat per simul totum, dicens: dum, nam certum est principia intrínseca tibilium rerum sint corruptionis expertia.
quaeri an ultra causam materialem detur Vaco autem simul totum cum aliquid de multiplicari numero multiplicatis individuis, Tractatur ab Aristotele eisdem loeis, sed in
formalis, et aliae. Et hoc sensu tractatur materia praedicatur, id est, ut interpretor, et non plus quam illa; idque aliter in for- particulari disseritur de materia a nobis in
44 Indice detallada de la metafísica de: Arislóteles 45
---- Libro terCe1'o.-Cap'. [,'-1_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
hay discusión acerca del alma racional, pero es cuestión ajena a esta disciplina. por causa de las ideas de Platón, de las que éste afirmaba que infundían las f0n:'as
En las causas extrínsecas, apenas hay lugar a tal contruversia, pues la causa pró- de modo distinto; parece discutirlo después, c. 6, texto 18. NosotrO's 10 explIca. . .
xima y unívoca de las cosas corruptibles debe ser corruptible; en cambio, la mas también en este sentido en la disp. XV y XVIII, donde tratamos de la educ-
causa superior puede ser incouuptible y eterna. Es también necesario que todas'
ción de la forma sustancial de su principiO' efectivo.
las especies incorruptibles tengan su origen en algo eterno e incorruptible, según Cuesto 17. Si los principios de las cosas existen en acto o en petencia. Se
demostramos en la disp. XXIX, seco l. trata de cada principio en particular luego en sus lugares respectivos, por ejem-
Cuesto 14. Si la unidad y el ser son la sustancia misma de las cosas o hay plo, de la materia, forma, etc. La razón de planteárselo Aristóteles parece que
que suponer algo más. Lo discute Aristóteles en el c. 4, texto 16. Es una cuestión son lO's elementos, principies del mixtO', de les que se discute si están actual o
inútil, de matiz platónico. Pues si se trata del ser y de la unidad trascendental; es: potencialmente en el mismo. La discusión de este problema, C. 6, texto 19; nos-
evidente que no existe' nada, fuera de la sustancia o esenda indivisa de cada cosa;
otros, disp. XV, seco 10.
y de esto dijimos bastante en la disp. IV y V; si, por el contrario, se entiende el Cuesto 18. ¿ Son sustancias los números, figuras, dimensiones y puntes, o no
ser primero y unO' por antonomasia, entonces nO' cabe duda que es algo distinto Jo son? L<J trata Aristóteles en el c. 5, con toda extensión en los lib. XIII Y XIV;
de las demás cosas, sin que sea su sustancia o sujeto, sino su causa primera, y de nada podemos añadir aquí a las explicacienes que después damos acerca de la
ello se trata en la disp. XXII, seco 1; Y lo exponemos profusamente en la dispu- cantidad, disps. XL y XLI.
tación XXIX, seco 1 y 2. Si, nO' obstante, el ser y el uno se usan con otros sentidos
ocultos y metafóricos, explíquense éstos y la respuesta será fácil. CAP. II
Cuesto 15. ¿Son los principios de las cosas algo universal" algo singular?
EXPOSICIÓN DE LOS MOTIVOS DE DUDA EN LAS CINCO PRIMERAS CUESTIONES
Esta cuestión se trata luego, c. 5, texto 20, y en el lib. VII, desde el c. 13, y se
puede entender comO' suscitada contra Platón, en concreto, para saber si las ideas Creo superfluo exponer cada uno de los motivos, por la facilidad con que
son principios de las cosas, y en este sentido fué ya examinada en dicho lugar pueden leerse y comprenderse, bien en el texto, bien en otros autores. Pues aun-
y otras muchas veces. Puede coincidir con la pregunta sobre si las acciones son que Aristóteles al explicar estas razones expenga algunas opiniones dignas de
de los seres singulares, a la que se aludió en el lib. 1 Y se trata en la disp. XXXIV, ser sabidas y censideradas, no obstante, por no seguir una línea determinada en
seco 9; 0', de acuerdo con SantO' Tomás, a ver si estos principios son de natura- su argumentación, nunca pedemos conocer con certeza su posición, como le hizo
leza universal o singular, tal como se indicó en la disp. V, seco 3, 4 Y 6. constar también Averroes al principio del comentario de este libro. Consecuen-
Cuesto 16. Si los principios de las cosas pueden ejercer la causalidad por un temente, en buena lógica, en este libro Aristóteles no da motivo alguno para el
medio distinto del movimiento. Esto parece referirse solamente a la causalidad planteamiento de las cuestiones que llaman ocasionales o textuales. Sin embargo,
eficiente, según se hace en la: disp. XXII, seco 1. Sin embargO', Aristóteles nunca referentes a este capítulo, suelen proponerse las siguien~es:
se planteó así ex professo este problema en el sentido dicho, sino que lo propone Cuesto 1. Si las ciencias matemáticas demuestran por causa eficiente y final;
Aristóteles adopta corno verdadera, en la argumentación del texto 3, la posi-
propria disputatione. De fonna yero solum de quo disp. XXII, sect. 1, et disp. ción negativa. Sin embargo, corno en este argumento intenta aparentemente
habet controversiam in anima rationali, quae XXIX, sect. 1 et 2, copiose disserimus. Si defender una falsedad, a saber, que no existe ciencia alguna que estudie todas
non spectat ad hanc scientiam. In causis tamen allis occultis et metaphoricis signi-
autem extrinsecis fere non est locus huic ficationibus sumantur ens et unum, expli- ideas Platonis, quas ille dicebat alin modo CAPUT II
quaestioni, causa enim proxima et univoca centur illae, et facilis erit responsio. inducere formas, et videtur illam discutere
rerum corruptibiijum esse debet corruptibi- Q. 15. An principia rerum sint ípsa uni- Affemntut· quinque primarum quaestionum
lis; causa yero superior esse potest incor- versalia, ve¡ res singulares. Haec quaestio infra, C. 6, texto 18. Quo etiam sen~u tra- r'ationes dubitandi
ruptibilis et aetema. N ecessarium etiam est tractatur infra, c. S, texto 20, et lib. VII, ditur a nobis disp. XV et XVIII, ubi de Supervacaneum censeo singulas rationes
spedes omnes íncorruptibiles ab aliqua re a c. 13, et intelligi potest moveri contra eductione substantialis formae a principio adnotare, cum in textu et alüs expositori-
aeterna et incorruptibili ducere originem, Platonem, an, scilicet, ideae sint principia eius effectivo russerimus. bus et legi et fad1e intelligi possint. Quam-
ut demonstratur a nobis disp. XXIX, sect. 1. rerum, et sic iam tractata est dicto loco quam yero Aristoteles inter proponendum
et alias saepe. Potest etiam coincidere cum Q. 17. An principia rerum sint actu vel has rationes nonnullas sententias proferat
Q. 14. An unum 1 et ens sit ipsa rerum
substantia, an yero aliquid aliud eis subiicia- illa qua quaeritur an actiones sint singu- potentia. Haec de singulis principiis infra scitu et disputatione dignas, tamen cum
tur. Haec disputatur ab Arist. c. 4, texto 16. larium, quae tacta est in lib. 1, et tractata silis locis disputatur, scilicet de materia, for- hinc et inde argumentando semper proce-
Est tamen inutilis, et platonica. Namque disp. XXXIV, sect. 9; vel, ut D. Thomas: ma, etc. At videtm hic proponi ab Aristo- dat, nihil firrnum de illius sententia habere
si de ente et uno transcendentibus sit ser- exponit, an principia talla sint secundum tele propter e1ementa quae sunt principia possumus, ut etiam Averroes initio COlTh-
mo, satis constat non esse aliquid praeter rationem universalem vel singularem, et sic mixti, de quibus quaestio est an sint actu mentariorum huius libri adnotavit. Et ideo,
substantiam---seu essentiam indivisam unius- taeta est disp. V, sect. 3, 4 et 6. si recte procedendum est, nullum in toto
Q. 16. An principia rerum causent ali- vel potentia in mixto. Quam quaestionem hoc libro pIaebet Aristoteles fundamentum
cuiusque rei, de quo satis in disputatione
IV et V disserimus. Si yero sumatur per ter quam per motum. Haec de sola efficien- disputat C. 6, texto 19, et nos disp. XV, ad quaestiones quas incidentes seu textuales
antonomasiam pro primo ente per se uno, ti causa videtur proprie tractari, ut in sect. 10. vocant pertractandas. Nihilominus solent
sic constat esse quid separatum a caeteris disp. XXII, sect. 1. Aristoteles autem nun- Q. 18. An numeri, figurae, longitudines circa hoc caput sequentes tractari.
rebus, non tamen esse substantiam earum, quam in hoc sensu eam ex professo dis- Quaest. 1. An scientiae mathematicae
et ptulcta, substantiae quaedam sint, necne.
nec subiectum, sed primam earum causam: putavit, sed videtur eam proponere propter demonstrent per causam efficientem et fi-
Tractatur ab Aristote1e intra, C. 5, et lib. nalem; partem erum negantem assumit ut
XIII et XIV latissime; in ea veto nihil veram Aristoteles argumentando in texto 3.
1 La sustitución de unum por verum que aparece en algunas ediciones (concretamente:
en la de VIVES) no concuerda con el contenido de esta cuestión (N. de los EE.). dicendum est praeter ea quae inferius de Tamen, cum illo argumento aliquid falsum
quantitate disputavllnus, disp. XL et XU. Aristoteles apparenter confirmare nitatur.
46 Libra tereero.-Cap. ~_ ------
47
las causas, resulta que de dicho testimonio nO' se puede deducir afirmación algu- por otro. En este sentido el matemático demuestra por causas, como cuandO' por
na acerca de la actitud de Aristóteles. Y creí que podría omitir esta cuestión en la definición de triángulo prueba algo de éste o aquel triángulo.
mi obra, no sólo por pertenecer más bien a la naturaleza y concepto de las mate- Cuesto 2. En segundo lugar, se suele preguntar aqní, a propósito de las
máticas, sino también por su absoluta facilidad. Pues es evidente que los objetos palabras de Aristóteles, si los entes matemáticos son buenos; 10 hemos aclarado
de que se ocupa la matemática tienen de suyo causas eficientes y finales, porque suficientemente en la disp. X, seco 2.
cantidad, lineas, puntos son hechos por alguien y para algo; aunque, tal como Cuesto 3. Si toda acción requiere movimiento. También lo afirma Aristóte-
los considera la cienda matemática especulativa, prescinden de estas causas les en el decurso del mismo argumento en el que hay igualmente muchas cosas
por prescindir del movimiento y de toda consideración práctica. Por esO' mismo, interesantes para el tratado de las causas, corno la carencia de causa eficiente y
no dijo Aristóteles de los objetos de la matemática que no tenían causa eficiente final en los seres inmóviles. Esto es falso respecto de las inteligencias creadas;
y final, sinO' que las ciencias matemáticas no demostraban por tales causas. y, según dije, no hay necesidad de aceptar como de Aristóteles nada de lo aquí
La razón a prim1 parece consistir en que las matemáticas no consideran la expuesto por él. Acerca de la primera afirmación tratamos ampliamente al expo-
esencia misma ni la naturaleza de la cantidad, sino sólo ciertas proporciones y pro- ner la creación, disp. XII, seco 1, donde demostrarnos la solución negativa. Lo
piedades consecuentes, no en virtud de causalidad real, sino únicamente de de- que dice en este lugar Aristóteles puede afirmarse de la acción física, pues da por
duección ilativa. De aquí se deja entender que las matemáticas tampoco demues- supuesto que los entes matemáticos no poseen una acción de orden superior.
tran por vía de causalidad material -Aristóteles no 10 trató por ser demasiado La segunda afirmación se discute también en el citado lugar, y en la disp. XXIX,
claro~, porque es ciencia que abstrae de la materia. Por consiguiente, tampoco seco 1 y 2, Y en la disp. XXXV, seco 1. Aquí, pues, sólo se llama inmóviles a
pueden recurrir en sus demostraciones a la forma propia y física, por estar forma los entes matemáticos, de los que' se dice, atendiendo no sólo a la realidad, sino
y materia en una especie de correlación. De esto deducen algunos, finalmente, también a la abstracción y consideración de la mente, que no tienen causa,.
que las matemáticas no demuestran por causa alguna y que no son, por 10 tanto, según quedó expuesto.
ulla ciencia deductiva; y que solamente demuestran la verdad de sus conclusio-
nes unas veces por el absurdo, otras mediante ejemplo y de modo aproximativo. CAP. lIr
Pero, aunque esto sea exacto de muchas demostraciones matemáticas, sin em- DISCUSIÓN ACERCA DE LOS PRINCIPIOS: SI SON LOS MISMOS GÉNEROS,
bargo, no puede negarse que hay a veces en dicha ciencia demostración deducti- o ELEMENTOS O PRINCIPIOS FÍSICOS
va, O' sea, por causas. Pero respecto de las causas, hay que distinguir: unas reales,.
por el influjo que les es propio, ordenadas a la producción del ser, de las cuales Acerca de la cuestión tratada aquí ex professo por Aristóteles, nada hay qne
se dice con verdad que no tienen nada que ver con las demostraciones matemá- afiadir a las explicaciOlles del c. 1, cnestión 7. Sin embargo, respecto de las
ideas incidentales del Filósofo, se presentan algunas cuestiones, sobre todo rela-
ticas, según diO' a entender Averroes, lib. 1 de la Física, al principio. 'Otras son
tivas al texto 10.
causas respectO' del conocimiento o más propiamente razones, suficientes, para
Cuesto 1. Si el género se predica esencialmente de las diferencias que lo
una demostración a priori, según se ve en la demostración de un atributo divinO'
contraen, o. dicho de otra manera, si exige esencialmente el género diferencias
ajenas a su naturaleza, es decir, en cuyo concepto intrínseco y esencial no se
scilicet, nullam esse scientiam quae omnes etiam non demonstrare per causalitatem ma-
causas consideret, constat ex illo testimo- terialem, quod ut notius videtur Aristoteles
nio nihil de Aristotelis sententia affirmari reliquisse, quia hae scientiae abstrahunt a thematicus per causam, ut cum per defini- XXXV, sect. 1. Hoc autem loco per im-
posse. -Illam autem quaestionem praetermit- materia. Unde nec per formam propriam ac tionem trianguli aliquid ostendit de hoc vel mobilia solum mathematica intelliguntur, et
tendam censui in hoc opere, tum quod ad physicam demonstrare possunt, quia fonna illo triangulo. haec non so~um secundum rem, sed secun-
naturam et rationem scientiarum matherna- et materia sunt quasi correlativa. Atque Q. 2. Solet autem occasione verborum dum talero abstractionem et consideratio-
ticarum dec1arandam potius spectet. tum binc tandem inferunt aliqui mathematicas Aristotelis secundo hic quaeri an entia ma- nem dicuntur non habere causam, ut decla-
etiam quod facillima sito Nam constat res non demonstrare per ullam causam, ideo- themadca sint bona, quam satis attigimus raturo esto
illas de quibus mathematicae disputant, se- que non esse proprie scientias propter quid, in disp. X, sect. 2.
cundum se habere Causas efficientes et fi- solumque demonstrare conclusiones suas ve- Q. 3. Utrum omnes actiones sint curo CAPUT 111
na~es, nam quantitas, linea, puncta, ab ali- ras esse interdum ab impossibili, interdum motu. Hoc enim etiam affirmat Aristote1es
quo et propter aliquid fiunt; tarnen prout a signo et quasi ad sensum. Sed llcet de
Tractatur quaestio de principiis, an sint ipsa
in discursu illius radonis ubi etiam multa genera veZ elementa seu principia physica
considerantur a scientüs speculativis mathe- multis demonstrationibus mathematicis hoc dicit pertinentia ad materiam de causis, ut
maticis, abstrahuntur ab his causis, quia verum sit, tamen negandum non est quin quod irnmobilia non habeant efficientem, De quaestione quam Aristoteles ex pro-
abstrahuntur a motu et ab omni usu. Et interdum fiat in illis scientiis demonstratio neque finem. Quod de intelligentiis creatis fesso disputat, nihil novum occurrit praeter
ita' "non dixit" Aristoteles' res mathematicas propier quid, quae est per causam. Sed di- est falsum: sed, ut dixi, nihil oorum quae ea quae c. 1, q. 7) notata sunt. Circa ea
non habere causam efficientem et finalem, stinguendum est de causa: alia enim est rea- hic assumuntur ab Aristotele necesse est yero quae obíter attingit Ph.ilosophus, non-
sed mathematicas scientias non demonstra- lis per proprium influxum, quae dicitur in ab eo affirmari ex propria sententia. De nullae quaestiones occurrunt, praesertim cir-
re per has causas. orcline ad esse: et de hac est verum non priori tamen propositione disputamus late ca texto 10.
Et ratio a priori esse videtur, quia ma- intervenire in mathematícis demonstrationi- tractando de creatione, disp. XII, sect. 1, ubi Quaest. 1. An genus praedicetur per se
thematicae non considerant propriam essen- bus, ut insinuavit Averroes, 1 Phys., in partero negativaro demonstramus. Quod
tiam et naturam quantitatis, sed solum pro- princip. Alia est causa in ordine ad cogni- de differentüs quibus contrahitur, vel ut
yero hic sumit Aristoteles, exponi potest de
portiones quasdam, et proprietates quae ad tionem, quae magis dicitur ratio, quae suf- actione pbysica, nam supponit res mathe- aliter quaeri solet, an sit de ratione generis
eas consequuntur, nOn per causalitatem rea- fidt ad demonstratíonem a priori, ut patet maticas non habere aliam superiorem actio- ut habeat differentias extra sui rationero,
lem, sed per consecutionem tantum illati- cum unurn attributum divinurn per aliud de- nern. Altera yero propositio disputatur ibi- id est, in quarum intrinseco et essentiali
varn. Ex quo inteUigere licet mathematicas monstramus, et hoc modo demonstrat ma- dem, et disp. XXIX, sect. 1 et 2, et disp. conceptu genus ipsum non includatur. Hoe
Li&ro tercero.-Gap. 111 49
---~.------~- ~----_._--
•• -- -
Indic~
---~-_.- ---~

48 detallada de la metafísica de' Aristótdes


mismo modo puede decirse que se predican esencialmente el uno del otro. Pero es--
incluya e! propio género'. Así lo da manifiestamente por supuesto el Filósofo en tos mQdos esenciales atribuídos rpediante predicación carecen del uso frecuente de
e! argumento elaborado en e! texto 10, y para que no se diga que no trata aquí los anteriores; además, estas predicaciones no son completamente normales sino
de decidir, sinO' sólO' de argumentar, 10 prueba él mismO' ex profe'ssO' en el c. 3 ~~ta cierto p:mto impropias, que es otra diferencia más respecto de las ~ropo­
del lib. VI de los Tópicas, Por lo que esta cuestión tiene un aspecto metafí- SICIones esenCIales. Porque, aunque la diferencia específica se compare como
sicO' y etrO' dialécticO'. Es, efectivamente, metafísica en cuanto establece la distin- forma respecto de! género, es menos universal que e! género· y por otra parte
ción entre el género y la diferencia, la precisión del unO' respecto del otro, y cómO' aun~ue el !5énerO' es más universal, está en relación de potencia ; no de acto co~
resulta la especie de su composición. Este aspecto queda indicadO' en las últimas la diferenCia, y no puede, por esto, predicarse tan propia y directamente Por lo
palabras arriba citadas y lo hemos tratado suficientemente en la disp, VI, seco 5 tanto:. estas proposiciones deben excluirse terminantemente del número' de las
y 6; también se trata en la disp. II, seco 6 y en la disp. XXXIX, seco 2. proposiciones esenciales.
y es cuestión dialéctica por investigar la clase de predicación: en concreto, Cuesto 2. Si el tener diferencias que no pertenezcan a su esencia en las
si afirmar el génerO' como· predicado de la diferencia, o al contrario, es una pre- ,que no se incluya ni se predique de ellas esencialmente, es- característica' esencial
dicación esencial, como "racional es animal", O' "animal es racional". En este no ~ólo de! género. propiamente tal, sino también de todo predicadO' unívoco, es
sentidO' la trata Janduno largamente, incluyéndola en las predicaciones esenciales deCIr, cuyo conterudo sea un concepto objetivo común a todos los inferiores.
en la cuesto 12; Antonio Andr~s, en la cuesto 2; Y Javelln, en la cuesto 2, quienes Trata~os esta cuestión e.u la disp. II, seco 5 y 6, donde probamos que no es
lO' niegan; y Nifo en la disp. II, valiéndose. de diversas distinciones. El problema, necesarIO que ~odo predicado común por razón del mismo concepto objetivo
además de rebuscadO', es bastante claro. Esas proposiciones no pertenecen al pri- posea esta p~opledad; demost~amos también en la disp. XXXIX, seco 2, que no
mero ni al segundO' modO' de predicación esencial, que pusO' Aristóteles. en el es .ca~actenstIC-a, de todo predicadO' esencial o -quiditativo, y que en este pasaje
lib. I de los Analíticos Segundos, porque ni el predicado pertenece a la esencia AflSt~te!es hablo só.1O' de! género propiamente tal, digan lo qne quieran algunos
del sujetO', ni el sujetO' a la esencia del predicadO'. Y la razón a priori está preci- eXpOSItores. A lo. mISmo nos referimos en las disp. XXXII y XXXIX.
samente en la explicación del primer sentidO'. Porque comO' la relación eutre el . Cuesto 3,. SI puede predicarse la especie de su diferencia constitutiva, pO'r
género y la diferencia exige que el unO' no pertenezca al conceptO' y esencia del eJemplo, racwnal es hom'bre. Los autores citados tratan esta cuestión aquí afir-
O'tro, y que además, la diferencia nO' sea propiedad emanada de la razón del gé- m~do unos, negando otros y ~istinguiendo algunos. Nosotros la hemos onrltido,
nero, como es notoriO', resulta que nO' se pueden predicar esencialmente el uno prImero por pertenec.er a la l~glca; segundo, porque, según rectamente notó Fon-
del otro, ni del primer modO', uí de! segundo. Y si alguien qniere interpretarlo 's~ca en lO's co~entarIos, a ArIstóteles le pareció tan clara la postura negativa que
de otra manera según otros modos esenciales señalados por Aristóteles en el n: se preocu~o de probarla o explicarla. Ni significan nada en contra las 'obje-
lib. V de la Met., C. 18, e incluso otros más que pueden inventarse, por c~ones de qU1enes dicen que. en. esta proposición el sujeto es de esencia del pre-
ejemplo, contraponiendO' esencialmente a por otro, O' en cuanto es incompatible d~cado, y que pe:tenece conSlgruentemente al segundo modo de predicación esen-
con la composición per accidens, igual que la diferencia se une al género de CIal, por C?~~lStIr en esto precisamente su definición. Además, perteneciendo
un modo semejante al esencial, es decir, inmediatamente y no por otrO', y así :sta ,p~OposIclOn e'l hom~re es racional al primer modo de predicación esencial,
comO' el génerO' y la diferencia componen un unum per se y nO' per accidens, del ~s loglco que al converurla pertenezca de suyo por lO' menos al segundo modo

riis distinctionibus utitur; sed res est et -pracdicationes, non sunt ita usitati sicut XXXIX, sect. 2, ostendimus non convenire
eniIll aperte supponit Philosophus in ratio-
aliena et satis clara. IIlae enim propositio- ~riores; praeterquam quod illae praediea- omni praedicato essentiali seu quidditativo,
ne quam textu 10 conficit. Et ne quis dieat
nes non sunt in primo aut secundo modo tlOnes non sunt admodum naturales sed ali- et Anstotelem hoe loco solum de proprio
nO'n procedere hie definiendo, sed argumen-
dicendi per s.e, quos Aristoteles posuit in quo modo impropriae, et in hoc etiam de- gener~ locutrnn fuisse, quidquid nonnulli
tando tantum, id ex professo probat idem fidunt a propositionibus per se. Nam li-
Philosophus lib. VI Topicorum, c. 3. lib. I, Posteriorum, quia in eis nec praedi- expoSItores contendant. Idemque attigimus
catum est de ratione subiecti, nec subiec- cet differentia divisiva comparetur ad g~nus disp. XXXII et XXXIX.
Quocirca quaestio haee in uno sensu meta-
tum de ratione praedicati. Et ratio a priori per modum fonnae, tamen minus univer- Q. 3. An specjes per se praedicetur de
physiea est, in alin dialectica. Est enim salís est quam genus: e contra vera lieet
metaphysica, quatenus distinguit quaestio- sumitur ex dedsione prioris sensus. Nam differentia constituente ipsam, ut rationale
cum genus et differentia ita comparentur, genus sit uruversalius, comparatur ta~en ad est hamo. Hanc tractant hoc loco auctores
nem inter genus et differentiam et prae-
dif~erentiam ut potentia, et non ut actus,
j

cisionem uruus ab alio, ac modum eompo- ut unum sit extra eonceptum et rationem supra citati, et quidam affirmant alii ne-
essentialem alterius, et alioqui differentia et Ideo non tam proprie et directe praedi- gant, alii distinctiombus utuntur.' A nobis
sitionis speciei ex illis, et in hoe sensu in-
non sit proprietas manans ex natura generis, catur. Absolute ergo propositiones hae reii- v:ro praetermissa est, tum quod dialeetica
clieatur posterioribus verbis. supra positis, et
Ut est per se notum, fit ut unum de alío nec
ciendae sunt a numero propositionum per se. Slt, tum quod (ut bene Fonseca in com-
satis est a nobis tractata disp. VI, seet. 5,
et sect. 6, et ad eamdem conferent quae in per se primo, nec per se secundo praedicari Q. 2. An habere differentias extra sm mentariis indicavit) Aristoteles tam dare
disp-;---lI;- sett' 6; ét "disp;"'XXXIX, sect. 2 possit. Quod si, qms velit alioqui iuxta alios r~tionem, in quibus non indudatur, nec de existimaverit partem negantem ut eam sine
modos per se pasitos ab Aristotele, lib. V elS per se praedicetur, sit non solum de probatione reliquerit et declaratione. Neque
tractantur .
Est autem dialectica haec quaestio qua- Metaph. c. 18 ve! alios qui excogitari ratione proprü generis, sed etiam de ratione obstant quae alii obiicilIDt, scilieet in ea
propositione subieetrnn esse de ratío~e prae-
j

tenus inquirit qualitatem praedicationis, sci- possunt, seilicet, ut per se distinguitur con- omrus praedicati univoci, ve! habentis unum
ij.cet, an illa praedicatio generis de differentia tra per aliud, vel ut excludit compositionem conceptum obiectivum communem omnibus dicati, et ideo esse in secundo modo dicen-
vel e converso sit per se, ut, rationale est per accidens, sic differentia sicut per se ·eontentis sub illo. Hane quaestionem atti- di per se, nam haee est eius definitio. Item
animal, vel, animal est raticmale. Et hoc eomungitur generi, id est, immediate et g~mus disp. II, seet. 5 et 6, ubi osten- quia. haec. propositio Homo est ra-tionalis,
sensu traetant eam hic late Iandunus, q. non per allud, vel sieut genus et differentia dimus, non opO'rtere ut ea proprietas con- est ln pnmO'. mc;do dieendi per se; ergo
per se, et non per aecidens unum compo- veniat omru praedicato eommuru secundum convertens ent et1am per se saltem secundo
l~J qui affinnat esse per se, et Anto-
IDUS Andr., q. 2, et Iavellus, q. 2, qui nunt, ita dici potest unUIll de alio per se ,eumdem obiectivum conceptum; et disp. modo. Haec (inquam) et similia non ob-
id negant; et Niphus, disp. II, qui va- praedicari. Sed hi modi per se applicati per

Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro cuarto.-Cap. 1 51
50
rusp. XL, sec. 1 y 2. En cambio, este pasaje es interesante en orden a lo que
esencial. Esta y otras objeciones similares no tienen valor ninguno, por no tra-
tarse de una proposición natural, sinO' indirecta y muy impropia y fuera de los nor- allí se explica.
mal, que está, por consiguiente, al margen del ámbito de las proposiciones ese~cia­ CA P. VI
les. Porque las definiciones de los modos esenciales han de entenderse de los sUjetos Aquf discute las cuestiones anteriormente propuestas, para acabar siempre
propios y naturales, no de los que resulten de componer o- convertir proposiciones enfrentándose con Platón en la inútil controversia de las ideas. Por eso no suelen
de una manera ilegítima y antinatural. Por 10' tanto, también cabe afirmar que el plantearse aquí problemas nuevos.
género, al ser propuesto esencialmente en tales definiciones, constituye una pro-
posición propia y natural. Y por este motivo no es necesario que una proposición
esencial se convierta en otra esencial, cuando resulta indirecta e impropia en LIBRO CUARTO DE LA METAFISICA
tal conversión. Más aún, esta proposición "el hombre es racional" es esencial se-
gún el primer modo; en cambio, ésta "el animal es hombre" 00 10 es de modo OBJETO DE ESTA DISCIPLINA, sus PARTES, PROPIEDADES
alguno. Me parece que se trata de una cuestión de palabras, y que muchos, Y PRINCIPIOS
efectivamente, creen que esta proposición "lO' risible es hombre" pertenece de
suyo al primer modo, aun siendo indirecta. Sin embargO', el modo primero tiene C. A P. I
un valor más formal y más propio. De 10 contrario, también la proposición "racional EL OBJETO DE LA METAFíSICA
es hombre" pertenecería igualmente al primer modo esencial, porque si el hombre se Cuesto 1. ¿Es el ser en cuanto ser, tal como afirma aquí Aristóteles, el obje-
incluye en la definición de risible, -¿por qué nO' ha de incluirse en la de racional? to de la metafísica? Disp. I, seco 1, en toda ella.
y según esto, la misma proposición, "racional es hombre", pertenecería al primer Cuesto 2. Qué entes o qué razones de ente considera la metafísica en su estudio.
y segundO' modo esencial, 10 cual es absurdo. Se han de tomar, por 10 tantO', como Cuest. 3. Si el ser tiene' de suyO' propiedades que le sean esenciales y que
proposiciones indirectas ajenas a la clasificación de las proposiciones esenciales. sean demostrables de él en esta disciplina. Disp. III, seco 1.
Cfr. Cayetano, lib. I de los Analíticos Segundos, c. 4 y 18. , C~est. 4. ¿Cuántas son dichas propiedades y qué relación guardan entre
S1? Dlsp. III, seco 2.
CAP. IV . Cuesto 5. Si estudia .esta disciplina los primeros principios y qué función
En él propone Aristóteles las opmlones contrarias de muchos problemas que tIene respecto de ellos. DISp. 1, seco 4.
había tratado en el C. 1, desde la cuestión 9 hasta la 14. NO' resuelve nada, ni Cuesto 6. Subordinación de otras ciencias a la metafísica por razón de su
hay novedad alguna' que necesite discutirse o aclararse. objeto o de sus principios. Disp. 1, seco 5. .'
Cuesto 7. Si tiene esta ciencia a1glll1os primeros principios de que se valga
CAP. V para la demostración. Disp. JII, seco 2, .
. Cuesto 8. Si se .ocupa la metafísica, y cómo, de las primeras causas v princi-
Examina aqul la cuestión 18 acerca de los entes matemáticos o de la cantidad, pIOS de las cosas. DlSp. I, seco 4; disp. XII, al comienzo. -
concretamente si es sustancia o no. No hay nada digne de atención o que re-
Cuesto 9. Si el ser en cuanto ser tiene causas reales. (Pasajes inmediatamen-
quiera nuevo examen; es suficiente con 10 dicho acerca de la cantidad en la: te antes citados.)
stant; nam illa propositio non est naturalis risibilis ponitur horno, cur non in defini- disserimus disp. XL, sect. 1 et 2. Est tamen
sed indirecta, improprüssima et praeter na-. tione rationalis? Atque ita eadem proposi- entium metaphysica sua contemplatione at-
hie locus observandus pro üs quae ibi tingat. Disp. 1, sect. 2, per totam.
turam, et ideo est extra omnem latitudinem tio: Rationale est hamo, esset in primo et traduntur.
propositionum per se. Nam definitiones illae secundo modo per se; quod est absurdum. . Q. 3. An ens seclU1dum se habeat pas-
CAPUT VI s~ones quae per se illi insint et in hac
modorum per se intelligendae sunt de prae- Sunt ergo hae propositiones indirectae ex-
scientia de illo demonstrentu/ Disp. III,
dicatis et subiectis propriis et connaturali- tra ordinem propositionum per se. Vide Híe disputat caeteras quaestiones supra sect. 1.
bus, non de iis quae a nobis inverso et , Caietanum, lib. 1 Poster., c. 4 et 18. praemissas, et semper fere revertitur ad
contranaturali ordine componuntur et con- Q. 4. Quotnam illae passiones sint
inutilem disputationem de ideis cwn Pla- quemve ordinem inter se servent. Disp. III;
vertuntur. Dnde etiam dici potest genus in CAPUT IV tone. Quare nihil nov¡ salet hic etiam dis- sect. 2.
illis definitionibus propositum per se, esse putari.
propositionem propriam et naturalem. Atque Disputat hic Aristoteles in utramque par- Q. 5. An haec scientia versetur circa
eadem ratione 'non est necesse propositio- tem pIures quaestiones in primo capite pro- prima principia; et quid muner¡s circa illa
positas, seilicet a quaestione 9 usque ad 14. LIBER QUARTUS METAPHYSICAE exerceat. Disp. 1, sect. 4.
nem per se convertí in aliam per se, quan-
do per conversionem fit indirecta et impro- Nihil tamen definit, nec novum quid aut DE SUBIECTO HUIUS DQCTRINAE EIUSQUE Q. 6. An ratione obiecti vel principio-
prla. Adde etiam hanc"-esse- -per- --se----p-rimo nostra disputatione aut notatione indigens PARTIBUS, AFFECTIBUS AC PRINCIPIIS rum aliae scientiae subalternentur metaphy-
sicae. Disp. 1, sect. 5.
modo: Horno est animal; hane vero, ani- affert.
mal est horno, nullo modo. Video contro- CAPUT 1 Q. 7. An haec scientia habeat aliqua pri-
versiam esse de modo loquendi; et multos CAPUT V
ma principia, ex quibus demonstret. Disp.
De sumecto metaphysicae III, sect. 2.
censere hane propositionem, Risibile est Híc disputat quaestionem 18 de rebus Quaest. 1. Utrum ens in quantum ens
hamo, esse per se in primo modo, llcet sit Q. 8. An haec scientia consideret pri-
mathematicis, seu quantitate, an, scilicet, sit metaphysicae subiectum; id quod in hoe m~s' rerum causas et principia, et quo modo.
indirecta. Sed nihilominus prior modus est loco Aristoteles affirmat, disp. 1, sect. 1,
haec sit substantia, necne; nihilque dicit DlSp. 1, sect. 4, et disp. XII, in principio.
formalior et magis proprius. Alioqui etiam per totam.
illa propositio: Rationale est horno, esset in notatione dignum, aut nova disputatione in- Q. 9. An ens in quantum ens habeat
digens; sufficiunt ea quae de quantitate Q. 2. Quaenam entia seu quas rationes causas reales. Locis proxime citatis.
primo modo per se; nam si in definitione
52 ¡"dice detallada de la metafísica de Aristóteles
Libro cuarto.-Cap. 11 53
Cuest. 10. ¿Tiene el ente en cuanto ente un conceptO' objetivo uno? Este
problema se suscita aquí con ocasión de las palabras de Aristóteles: Puesta que CAP. II
investigamos los p'rincipiO's y últimas causas, es evidente que' han de ser necesa- LA ANALOGÍA DEL SER Y ALGUNAS DE SUS PROPIEDADES
riamente causas de alguna naturaleza:. Y al concluir el capitulo: Por lo tanto,
tenemos que considerar las primeras causas de'l ser en' cuanto ser. De la com- Cuesto 1. Si el ente es univocO' O' análogo, bien respecto del ser creado e
paración de ambas expresiones parece deducirse, según opinión de Aristóteles, inereado, bien de la sustancia y el accidente. La primera cuestión se trata en
que el ser en cuantO' ser sigmilca alguna esencia o alguna razón CDmún a modo la disp. XXVIII, seco 3; la segunda en la disp. XXXII, seco última.
de una esencia, cuyas propiedades necesarias, principios y causas pueden ser Cuesto 2. Legitimidad de la comparación aristotélica entre la analogía del
objeto de esta disciplina. Tratamos esto en la disp. I1, seco 2. En conexión con ser y la analogía de sana. La dificultad consiste en que parecen ser de muy dis-
ella están las siguientes cuestiones: tinta naturaleza, según se desprende de las disputaciones anteriores. Hay dos
Cuesto 11. Si tenemos un concepto formal único del ser, común a todos los respuestas aceptables: la primera, que los comparó a ambos simplemente en
seres. Disp. II, seco 1, en toda. cuanto a' su analogía, perO' no en cuantO' al modo de la misma, pues desde este
Cuesto 12. Si el ente en cuantO' ente es algo realmente preciso respecto de punto de vista no son semejantes. En efecto, la analogía de sanO' es tal que la
sus inferiores. Ibid, seco 3. forma significada sólo conviene intrínsecamente a uno de sus inferiores signifi-
Cuesto 13. Si puede ser prescindido al menos según la razón. Disp. IV, seco 2. cados, y a los demás por denominación extrínseca. Ser) en cambio, significa una
forma o razón intrínseca a todos los objetos significados. De donde se deduce
Cuesto 14. Si se incluyen actual o potencialmente los inferiores en el ser
que sano nO' expresa un concepto común a todos sus significados, como lo
en cuanto ser. Disp. II, seco 2. hace ser.
Cuesto 15. Si el ser en cuanto ser significa todos los g.éneros supremos in- Resulta, además, que al equiparar Aristóteles ser y sano, porque al igual
mediata o mediatamente. Ibid. que hay una ciencia que tiene por objetO' a sano en todas sus significaciones, en
Cuesto 16. En qué consiste el concepto común y preciso de ser. Ibid., seco 4. cuanto derivadas todas de la única sanidad, bay también otra que se ocupa del
Cuesto 17. Predicación esencial o accidental del ser respecto de los entes ente, el hecho de compararlos, repite, significa' que lO' hace atendiendo a su se-
particulares, sobre todo de los creados. Ibid. mej anza y nO' a su igualdad. Pues sano, en su sentido analógico más amplio, no
Cuesto 18. Trascendencia de la noción de ser, de manera que se incluya: en es objetO' adecuado de una ciencia, de modO' que abarque sus diversos significados
todos los modos y diferencias. Ibid., seco 5. comO' partes propias subjetivas de dicho objeto, que pertenecerían directa o prima-
Cuesto 19. Modo de contracción del ente a los inferiores. Disp. II, seco 6. riamente, comO' dicen, al objeto de tal ciencia, pues el objeto adecuado y directO'
Cuesto 20. Aquí puede estudiarse también la distinción de esencia y exis- de la medicina es únicamente el significado principal de sano, ya que las otras
tencia en la criatura, de que trata la- extensa disputación XXXI, la cual abarca cosas sanas analógicamente sólo entran en dicha ciencia indirectamente, como
muchos problemas que pueden verse, bien allí mismo, bien en el índice de las señales de salud, como medio o algo semejante. En cambio, el ser es objeto ade-
Disputaciones, disp. XXXI. cuado, que comprende directamente las que son como partes subjetivas suyas,
según se demostró en las disputaciones citadas en el capítulO' anterior. La con-
clusión es que el ente, según su adecuada significación, puede ser el término de
Q. 10. An ens in quantum ens dicat Q. 13. Uuum praescindi saltem possit
unam allquam rationem obiectivam. Haec secundum rationem. Disp. IV, sect. 2. CAPUT II Ex quo fit ulterius, curo Aristoteles aequi-
quaestio hic habet Iocum propter ea yerba Q. 14. Utrum ens in quantum ens in- De analogia entis et nonnullis eius parat ens et sanum in eo quod, slcut una
Arlstotelis : Quoniam vera principia sum- dudat actu ve~ potentia inferiora. Disp. JI, proprietatíbus scientia agit de sano quoad omnia signifi-
masque causas quaerimus, illud necessanum sect. 2. cata eius, quatenus ab una sanltate derivan-
Quaest. 1. An ens sit univocurn vel ana- tur, ita una scientia tractat de ente, cum
esse perspicuum est, naturae alicuius per Q. 15. Utrum ens in quantum ens sig- logum tum ad ens creatum et incn!atum,
se eas esse. Et in fine capltis concludit: niflcet irnmediate omnia suprema genera, (inquam) haec comparat, intelligi etiam de-
tum ad substantiam et aecidens. Prior
Quaptopter a nobis primae causa,e entis qU'a- vel tantum media te. Ibid. quaestio tractatur disp. XXVIII, sect. 3; bere secundum similitudinem, non secun-
tenus em est, sumendae sunt. Ex quibus Q. 16. In qua posita sit communis ae dum aequalitatem. Nam sanum, secundum
posterior, disp. XXXII, sect. ult.
sententiis inter se collatis constare videtur, praecisa ratio entis. Ibid., sect. 4. totam analogiam suam, non est adaequatum
Q. 2. An recte Aristoteles analogiam en-
ex sententia Aristotelis, ens in quanturn ens, Q. 17. An ens rucatur essentialiter vel tis cum analogia sani comparaverit. Et ratio obiectum llIlius scientiae, directe sub se
rucere aliquam naturam, ve1 aliquam ra- accidentaliter de particn~aribus entibus, ma- comprehendens sua significata, tamquam
difflcultatisl est quia videtur longe diversae
tionem cornmunem per modum unins na- XÍIne creatis. Ibid. rationis, ut ex praedictjs disputationibus proprias partes subiectivas talls obiecd, di-
turae, cuius proprietates per se, principia Q. 18. An ratio entis transcendat omnia, constat. Duobus modls responderi potest: recte, vel (ut aiunt) in recto pertinentes ad
et causª_~ _possunt in_ hac scientia investigari. ita ut in omnibus modis et differentiis in- primo eomparasse illa in analogia absolute, obiectum talis sclentiae; solum enim prin-
Tractamus antem dictam quaestionem rusp. dudatur. Ibid., sect. 5. non tamen in modo analogiae, quia in modo cipale significatum sani est adaequatum et
1I, sect. 2. Cui quaestioni armexae sunt se- Q. 19. Quomodo contrahatur ens ad m- non sunt sirnilia; sanum eIDro ita est ana- directum obiectum medicinae; reliqua vero,
quentes. feriora. Disp. II, sect. 6. Iogum ut forma quam signiflcat uní tan- quae analoglce dlcuntur sana, in obliquo
Q. 11. Utrum ens habeat in nobis unurn Q. 20. Hic etiam tractari potest an exis- tum significato intrinsece insit, a1iis per de- pertinent ad illam scientiam, lit signa sa-
eonceptum formalem cornmunem omnibus tentia ereaturae distinguatur ab eius essen- nominationero extrinsee~. Ens vero signi- nitatis, vel instrumentum, vel aliquid huius-
entibus. Disp. II, sect. 1, per totam. tia, de qua re est copiosa disp. XXXI, quae ficat formam seu rationero omnibus sig- modio At vero ens est obiectum adaequatum
Q. 12. Utrum ens in quantum ens sit pIures continet quaestiones, quae tum ibi, nificatis intrinsece inhaerentem. Dnde fit directe complectens suas quasi partes sub-
aliquid reipsa praedsum ab inferioribus. tum etiam in indice dlsputationum, disp. ut sanum non significet unum eonceptum iectivas, lit in disputationibus capite prae-
!bid., sect. 3. XXXI, videri possunt. cornmunem omnibus significatis, sicut sig- cedenti citatis ostensum esto Unde fit ut
nificat ens. ens secundum adaequatam significationem
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LilYro cua:rtO'.-Cap. 1I 55
54 [nd;ce detallado de la metafísica d~rístóteles
Cuesto 4. Si estudia la metafísica las diversas clases de entes según sus pro-
una demostración, en que se demuestren sus propiedade~ c~-ext~~sas; . san~, por pias ra'zones, Y si, en .general, la dencia del. ?énero se .ocupa también. de las espe-
el contrario, no, a no ser únicamente en virtud de su slgruficaclon pnmarl~. cies. Se le dedica la disp. 1, seco 2. La soluclOn es sencIllamente negativa. La cues-
La segunda respuesta es que el ente lo podemos entender en dos sentidos: tión se origina por unas palabras de Aristóteles en el texto 2: De un géne1"O
el primero, en cuanto abarca únicamente los verdaderos seres .reales, trascen- sólo hay una cienciaj por esto, sean cuantas sean las especies de ente, su estudio
diéndolos y conteniéndolos a todos. El segundo, en cuanto se extiende a muchos en general corresponde a una cie1fcia, '! también el de .las sub~'species de ~~
que en realidad no son verdadera e intrínsecamente entes, y s.ólo . se les puede especies. Pero estas palabras en SI ambIguas son allí 1ll1smo objeto de prolija
llamar tales por cierta extrínseca atribución, por ejempl?, la pnva.clón, los entes explicación. Basta advertir únicamente que se trata de las especies del ente en
absolutamente per accidens, o los de razón. En el capItulo ant~I1or parece 9ue cuanto coguoscible. Y en este sentido se puede decir que el género del ser en
Aristóteles lo tomó en el primer sentido, y de este modO' es eS":lctamente objeto cuanto escible pertenece a una ciencia genérica y que las diversas especies de
adecuado y directo de una ciencia, por unir a la analogía la u~Id.ad de c~ncepto escib1es pertenecen a ciencias específicamente distintas. O también que todos
y de razón objetiva intrínseca que se encuentra en todos sus SIgruficados, mc~uso los entes, en cuanto convienen en una razón cognoscible, pertenecen a la misma
secundarios, según demostrarnos en los lugares citados; desd~ este punto ~e VIsta, ciencia, que, aunque sea específicamente una, se le llama general por la consi-
se le puede comparar con sano, no en razón de igualdad, SInO en el sentido que deración universal que hace de todos los entes bajo otro respecto. No obstante,
acabamos de explicar. las especies de entes, atendiendO' a sus propias razones, en cuanto objetos cog-
Aristóteles parece tomar aquí el ente en la segunda significaci~n, y de .e~ noscibles, pertenecen a ciencias específicamente distintas.
manera incluye una analogía de pluralidad de conceptos para multitud de Slgm- Cuesto 5. Identidad real y esencial de ser y uno. Disp. IV, seco 1 y 2.
ficados, respecto de algunos sólo por denominación extrínseca. En este. caso. es Cuesto 6. Convertibilidad de ser y uno o, según las palabras de Aristóteles,
comparable con sano, incluso por el modo de analogía, y por el modo de rnclmrse mutua inferencia de ambos. Disp. IV, seco 1.
en una ciencia, según se desprende de 10 dicho. Cuesto 7. Legitimidad -en esta mutua relación- de la comparación que
Ni debe sorprendemos que Aristóteles use el término' ser con doble signifi- hizo Aristóteles de ser y uno con principio y causa. Disp. XIII, seco 1, al re--
solver los argumentos.
cado en 'estos dos· capítulos, porque se trata de cosas completamente distintas: Cuesto 8. Unidad de lo que se genera en la misma generación y de lo
efectivamente, como en el primero trata de defiuír el objeto adecuado de la meta- que se corrompe en la misma corrupción. Disp. VII, seco 2.
física, considera el ente según su propio conceptO' objetivo; en cambio, en éste Cuesto 9. Si la unidad se opone privativamente a multitud, según da a en-
se refiere al significado de la palabra ser en toda su amplitud, y, por ello, aduce tender aquí Aristóteles. Disp. IV, seco 6.
con bastante claridad seres que en realidad no In son, por ejemplo, la privación y Cuesto 10. Si la dialéctica y la sofística se ocupan de todo ser, coincidiendo
cosas similares, que él mismo excluye del objeto propio y adecuado de la meta- en esto en cierto modo con la metafísica. Esto parece áfirmar Aristóteles en el
física al final del lib. VI. texto, aunque es problema que más interesa a los dialécticos que a nosotros.
Cuesto 3. Si es de competencia de la metafísica estudiar la naturaleza y prin- Por eso no hago más que insinuar que esto no se ha de entender ni de la
cipios de la sustancia. Disp. 1, seco 2.
Q. 4. Utrum metaphysica tractet de priis rationibus (obieetorum utique scibi-
'Speciebus entis, secundum proprias rationes lium), ad scientias· specie diversas pertinent.
possit csse extremum demonstratioms, in sic includit respectu multorum significato- eorum, et in universum scientia de genere Q. 5. An ens et unum idem sint et una
qua proprietates ¡lli adaequatae de ipso de- ruro analogiam plurium conceptuUtn, et se- sit etiam de speciebus. Tractatur disp. 11 natura. Disp. IV, sect. 1 et 2.
monstrentur; sanum vero minime, sed 80- cundum extrinsecam denominationem re- sect. 2. Et resolutio simpliciter est nega- Q. 6. An ens et unum convertantur~ seu
luro ratione prlmarii significati. spectu aliquorum, et quoad haec comparatur tiva. Verba, autem Aristote1is in textu 21 (ut Aristote1es ait) mutuo se sequantur'.
Secundo responded potest, de ente du- cum sano, etiam in modo analogiae, et in in quibus haec questio fundatur, scilicet: Disp. IV, sect. 1.
pliciter passe nos> loqui: uno modo, ut modo qua sub unam scientiam cadit, ut Unius generis una est scientia, quare et Q. 7. An in hac reciprocatione recte
coroprehendit tantum vera entia realia.' et facile ex dictis constato entis quotquot sunt species uniUJS scientiae comparaverit Aristoteles ens et unum ad
illa omnia transcendit et sub se contmet. Nec mirum videri debet quod in diversa genere est contemplari, et specierum spe- principium et causam. Disp. XIII, seet. 1,
Alío modo, ut extenditur ad multa quae significatione sumat Aristoteles nomen en- des, haec (inquam) verba ambigua sunt, in solut. argumentorum.
vere et intrinsece entia non SUTIt, solumque tis in bis duobus capitibus, narn in eis di- et ibídem late expllcantur. Sotum in hoc Q. 8. An quae eadem generatione gene-
per quamdam attributionem extrinsccam en- verso modo loquitur; in priori enim cum notetur sennonem esse formalem de spe- rantur, et eadem corruptione corrumpuntur,
tia dicuntur, ut sunt privationes, vel enria adaequaturo obiectum metaphysicae consti- ciebus entis in genere scibilis. Et ita unum sint. Disp. VII, seet. 2.
omnino per accidens aut rationis. Priori tuat, agit de ente secundum proprium eius dici potest genus entis scibilis ut sic per- Q. 9. An unum privative opponatur
mOdó - videtur lüctitlis de-- ente Arisroreles in coneeptum obiectivum; in hoc vera capite tinere ad genus scientiae; varias autem spe- multitudini, ut hic Aristoteles significat.
eapite superiori, et illo modo est proprie agit de tata ampliturune significationis no- des scibiliUtn ad varias spedes scientiarum. Disp. IV1 sect. 6.
adaequatum obiectum et directum ~us minis entis; unde satis expresse plura nu- Vel etiam omnia enria quatenus in una ali- Q. 10. An dialectica et sophistica ver-
scientiae, ut haber analogiam cum umtate merat. quae vera entia non sunt, ut prtva- qua ratione scibilis conveniunt cadere sub sentur circa orone ens, et in eo conveniant
conceptus et rationis obiectivae intrinsecae unam scientiam, quae licet sit una specie, aliquo modo cum metaphysica. Hoc enim
tiones et similia, quae ipsemet exdurut ab
inventae in omnibus significatis etiam se- generalis dicitur ob universalem tractatio- videtur affinnare Aristoteles in textu, spec-
obiecto metaphysicae, directo, sdlicet, et
cundarüs, ut dictis locis ostendimus, et nem omnium entium sub alía 1 ratione. Ni- tat tamen ad diaIecticos potius quam ad
quoad haee est comparabije cum sano non adaequato, lib. VI, in fine. hilominus tamen entium spedes, sub pro- nos. Et ideo breviter observandum est id
secundum aequalitatem, sed tantum eo mo- Q. 3. Utrum ad metaphysicam spectet
do quern nunc explicuimus. Posteriori modo agere de propria ratione substantiae, pro- En otras ediciones se lee illa en lugar de alia (N. de los BE.).
videtur hic locutus Aristoteles de ente, et priisque principüs eius. Disp. 1, sect. 2.
56 Indice detallado de la metafísica de' Aristóteles Libro CUaI'to.-Caps. IV al VIl! 57

ciencia dialéctica, ni del arte sofístico, sinO' del uso de ambas. Porque la ciencia DESDE EL CAP. IV AL VIII
de la dialéctica o de los tópicos -significados aqui equivalentes- se limita a
enseñar el modo de concluir y argumentar con probabilidad, atendiendo prefe- DEFENSA DE LOS PRIMEROS PRINCIPIOS: UNA COSA NO PUEDE SER Y NO SER
rentemente al objeto. Por su parte, la sofística, al modo de lograr conclusiones AL MISMO TIEMPO, Y CADA COSA ES O NO ES NECESARIAMENTE
aparentes. Por lO' tanto, así consideradas; no se ocupan del ente, ni de todos los Estos cinco capitillos los· emplea Aristóteles en refutar a ciertos filósofos
entes, sinO' de esas operaciones del entendimientO'. En cambio, la aplicación de que negaban o simulaban negar estos principios, aunque acaso esto no pase
la dialéctica y de la sofística se extiende a todo, porque de cualquier cosa u de ser un pretexto para su exposición. Sea 10 que quiera, apenas hay nada en
objetO' se pueden obtener conclusiones probables o aparentes. Precisamente en ellos que tenga utilidad especial, o dé pie para plantear cuestiones, excepto
esto superan estas partes de la lógica a la teoría de la demostración: la aplicación algón que otro pasaje. La primera cuestión puede referirse a los textos 13 y
de ésta no se extiende a todas las cosas, sino que se limita exclusivamente a 'las 14 del c. 4: si un accidente puede ser sujeto de otro, problema que hemO's
verdaderas y necesarias. Por lo tanto, no se puede comparar la metafísica con tratadO' en la disp. XIV, seco 4. Se explica este pasaje.
la diaJictica, sino con su aplicación, y si la comparación se entiende más' bien Cuesto 2. Con ocasión de aquellas palabras de Aristóteles en el texto 16:
comO' proporción que comO' semejanza, la cosa queda clara. ¿cómo hablarán o camina1'án las cosas que no existen?, cabe preguntarse si 10-
t

Aunque Aristóteles en este capítulo, más que estudiar la unidad, dice que que no existe puede tener algún efecto. Por más que esta cuestión tiene muy
hay que ocuparse de ella, suele ser éste el lugar de proponer todas las cuestio- poco que ver con lo que aqui pretende Aristóteles y sólo se cita para llamar la
nes referentes a la unidad, e incluso a los. otros atributos del ser. De ellos ha- atención sobre sus palabras. Nosotros la tratamos ampliamente en las dispu-
blamos ampliamente desde la disp. IV a la· XI, cornO' puede verse en el indice tadones XVIII y XXXI.
siguiente 1 para evitar repeticiones inútiles. Algunos incluso tratan aquí del ser Cuesto 3. A propósito del c. 8 puede suscitarse el problema, primero si
de la existencia, de la relación que guarda con el ser y con la esencia. Está se requiere, y segundo, qué clase determinada de juicio de bien se requiere
extensamente expuestO' en la: disp. XXXI. para mover la voluntad. Y es lugar que se ha de tener muy en cuenta para la
solución del problema, según advertirnos en la disp. XXIII, seco 8, que dedica-
mos a su estudio.
CAP. IIr
Cuesto 4. La cuestión cuarta puede centrarse al final del C. 4, sobre los
A LA METAFÍSICA CORRESPONDE ESTUDIAR LOS PRIMEROS PRINCIPIOS, YJ ESPE- grados de la verdad y falsedad, es decir, si puede haber una mayor que otra.
CIALMENTE, EL PRIMERO DE TODOS A Aristóteles le pareció tan cierta la sentencia que lo afirma, que la tornó como
Cuesto única. Si corresponde la primada a este principio: es imposible que fundamento para la demostración del primer principiO': una cosa no puede ser
una misma cosa sea y no sea al mismo tiempo. Disp. 111, seco 3. y no ser al misma tiempo. Aunque, como advierte de antemano al comienzo del
Los demás puntos referentes a los primeros. principios, se exponen allí, o capitule, no apoya sus argumentos en verdades más conocidas, sino que vuelve
también en la disp. 1, seco 4, según se hizo constar anteriormente. contTa ellos las. concesiones· de los adversarios. Por eso parece verosímil que la
sentencia afirmativa fuera una de esas concesiones. Sin embargo, en absQluto"
non debere intelligi de propda doctrina dia- disputandum, solent hic tractari quaestio-
esta opinión puede considerarse falsa, pues, al consistir 1-a verdad en algo indi-
lecticae el; sophlsticae artis, sed de usu earum. nes omnes ad unitatem pertinentes, immo et
Nam doctrina dialecticae seu topicae (hic ad alias passiones entis. De quibus fuse egi- CAPUT IV USQUE AD VIII aliena a praesentl mstituto Aristotelis, so-
enirn in eadem significatione sumitur) so- mus a disp. IV usque ad XI, ut videre Jicet lumque indicata est ut dicta. yerba Aristo-
Defenduntur principia prima: impossibile
lum versatur in docendo modo probabiliter in indice sequenti, ne hic fiat inutilis re- est idem simul esse et non esse, et: necesse tells notentur: tractatur autem a nobis fuse
eoncludendi aut argumentandi, praesertim petitio. Aliqui etiam hic disputant de esse disp. XVIII et disp. XXXI.
est quodlibet aut esse, aut non esse
ratione materiae. Sophistica yero circa mo- existentiae, quomodo ad ens vel essentiam Q. 3. Circa C. 8 moved, potest quaes-
dum apparenter concludendi. Unde sub hac comparetur. De qua re late dictum est Haec quinque capita consumit Aristoteles tio an et quale definitum iudicium boni
ratione non versantur cirea ens, aut enria disp. XXXI. in redarguendis quibusdam philosophis, qui requiratur ad movendam voluntatem. Est
omnia, sed cirea talla opera intellectus. haec principia ve! negabant, vel se negare enim hic locus ad illaro quaestionem dili-
U sus vero dialecticae et sophistieae artis finge'bant; nisí fortasse id ipse finxit dispu- genter notandus) ut observamus disp. XXIII,
ad omma extenditur, quia in omni re seu CAPUT 111 tanro gratia. Utcumque id sit, nihil fere sect. 8, ubi quaestionem illam tractamus.
materia fieri possunt probabi¡es seu appa- occurrit in his capitibus quod utilitatem spe- Q. 4. Quaestio quarta esse potest cir-
rentes rationes. In quo excedunt hae partes Pertinere ad hanc scientiam prima principia, cialem afferat, aut occasionem alieuius ca finem eiusdem capitis 4, an veritas et
logicae doctrinam demonstrativam; nam et maxime illud quod est omnium p-rimum quaestionis praebeat, praeter unum vel allum falsitas recipiant magis et minus, id est, sit
usus eius non extenditur ad res omnes, sed locum. una maior alia. Aristoteles enim tam certam
in -veris- -tantum ac necessariis' versatur. Non Quaestio unica. An hoc sit primum om- Quaestio prima tractari c. 4 potest, circa existimavit partem affirmantem, ut eo prin-
ergo aequiparatur doctrina metaphysicae curo nium principium: Impossibile est idern si- texto 13 et 14, an unum accidens possit esse cipio usus fuerit ad demonstrandum pl'i-
doctrina dialecticae, sed cum usu, estqu~ mul esse et non esse. Disp. 111, sect. 3. subiectum alterius; quam quaestionem trac- mum principium: Idem simul esse et non
comparatio proportionalis, non omnino si- Caetera quae de tractatione principiorum tavimus disp. XIV, sect. 4. Et 10cus prae- esse impossibile esto Quamquam, ut ipse
milis, et ita est res clara. hic dicuntur, tum ibi, tum etiam disp. I, sens exponitur. praemittit in principio huiuSl capitis, in his'
Quarovis autero Aristoteles in hoc capite sect 4, tractata sunt, et in superioribus sunt Q. 2. Posset circa texto 16 tractari an rationibus non argumentetur ex notíormus.
non tam disputet de uno quam dicat esse annotata. quod non est, possit aliquid efficere; occa- sed redarguat adversarium ex concessis. Un-
siune illorum verborum Aristotelis: Ea vero de verisimile est illam affirmativam partem
1 Casi todas las ediciones acostumbran a poner el "Index rerum" después de éste quae non sunt, quomodo loquentur, aut fuisse ab adversario concessam. Absolute ta-
y así lo hacemos nosotros (N. de los EE.). ambulabunt? Verum talis quaestio est satis men videri potest falsa illa sententia, nam
58 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Liln'o quintv.-Caps. I JI 59

visible y en la cO'mpleta adecuación de la mente al O'bjetO', parece que nO' hay dencia~ aunque acerca del primer motor, no como tal motor, sino como prime-
lugar al más ni al menO's. Y pasa ID mismO' cO'n la falsedad pO'r igual mO'tivO', ra causa o primer ser, tratarnO's en las disps. XX y XXIX.
pO'rque si elimina la verdad, la elimina del todO', y así nO' tiene sentidO' hablar Cuesto 8. En relación cO'n tO'dO's estO's capítulos suele formularse la pre-
de alguna falsedad mayor. Ciertamente que en la falsedad puede admitirse el gunta sobre la existencia de una verdad pura y sin falsedad en las afirmaciones
más y el menO's, nO' formalmente pO'r mezcla de verdad y falsedad, según y negaciones y de su percepción por nosotros. En la disputación sobre la ver-
prueba la razón dada, sinO' sólO' de una manera que pO'dríamos llamar radical,
dad y falsedad dijimos lo que nO's pareció diguo de discusión.
debidO' a la mayO'r O' menO'r distancia de la verdad. Y esta me parece ser la men-
te del FilósO'fO', pues a él le basta llegar a la cO'nclusión de la existencia de
verdades determinadas. Sin embargO', en la verdad nO' se puede hablar del más
O' del menO's por aproximación O' distancia de la falsedad; pues al O'ponerse la
falsedad a la verdad cO'mO' privación, ha de medirse pO'r ella y nO' al revés. PO'r LIBRO QUINTO DE LA METAFISICA
consiguiente, sólo por razón del fundamento, o de una firmeza o necesidad
mayO'r del O'bjetO' en que se apoya la verdad, puede decirse que una es mayO'r TRIPLE SIGNIFICACIÓN Y DISTINCIÓN DE LOS TÉRMINOS COMUNES Y ANÁLOGOS
que otra. TO'dO' esto quedará más claro cO'n ID que decimO's acerca de la verdad
y falsedad en las disps. VIII y IX. Todavla no acomete Aristóteles el asunto principal, es decir, el estudio del
Cuesto 5. Si acerca del mismo sujetO' se excluyen lO's predicadO's cO'ntrariO's objeto de nuestra disciplina. PO'r el contrario, en este libro analiza las signifi-
de igual manera que 100s cO'ntradictO'riO's. Aristóteles parece afirmarlO' en este caciones de ciertos nombres. Pues, al igual que el ente, definido como objeto
lugar. De dO'nde algunO's llegan a la cO'nclusión de que ni pO'r pO'tencia absO'luta de esta ciencia en el libro anterior, es generalísimo, de la misma manera sus
se puede dar la posesión perfecta de dos contrarios en el mismo sujeto. De propiedades, sus causas, principios y divisiones se expresan con múltiples pala-
estO' tratamO's en el predicamentO' de la cualidad, disp. XLV. En este casO' cO'n- bras de significación comunísima. Por eso Aristóteles, antes de entrar en mate-
creto Aristóteles sólo quiere decir que un contrario implica la privación o ne- ria, juzgó O'portuno explicar la analO'gía de los vocablos. Es el fin de este librO',
gación del otro. Pero, si esto se impide, ya no existe la misma repugnancia. Si según observó el Comentador. Pues, aunque este análisis tenga más que ver con
se puede llegar a impedirlO', es algo que descO'nO'ció Aristóteles, y que tendría las realidades que con las palabras, comO' de hecho las cosas sólo pueden ex-
que negar. Nosotros, en cambio, no tenemos por qué negarlo, si no hay razón plicarse con palabras, le pareció necesario al FilósofO' dar una exacta explica-
especial en casos determinados, según se dijo en el referido lugar. ción de éstas. Por eso, según la intención de Aristóteles, este libro tendría
Cuesto 6. ¿Puede darse pO'sesión natural simultánea de dO's predicadO's con- que figurar también entre los introductorios a la ensr;ñanza de la verdadera
trariO's de entidad imperfecta en un mismo sujetO', según opina aquí Aristóteles?
ciencia metafísica. Pero si nos atenemos a la costumbre de los intérpretes, se
Se trata en el mismO' lugar.
tratan en él materias incluídas en el O'bjeto de la metafísica, especialmente todO's
Cuesto 7. Se puede plantear también el problema de la movilidad continua
los predicamentos y las causas del ser en cuanto ser, cuyo conocimiento re-
o quietud continua de las cosas, y si existe un ser completamente inmóvil que
presenta una gran parte de nuestra disciplina.
sea el primer motO'r. Pero esto se trata en la Física y es objeto propiO' de dicha

curn veritas consistat in indivisibiliJ et jn Q. 5. An contraria ita repugnent cirea Physica tractantur, suntque illius scientiae huius scientiae constituerat superiori libro,
Qmrumoda adaequatione intellectus ad rem~ ídem subiectum, sicut contradictoria circa propria, quarnquam de primo motore, non communissimum est, etiam proprietates, cau-
non videtur possc recipere magís ve! mi- quodlibet. Id enim vídetur Aristoteles hoc sub ratione primi motoris, sed primae cau- sae, principia, et partes eius nominibus com-
nus. Et eadero ratione neque falsitas, quia loco affirmare. Ex quo aJiquí inferunt, etiani sae, vel prim¡ entis, agimus disp. XX munissimis significantur, quae multiplicia
-si tollit verltatem) omninO' tollit, et ita nulla in ordine ad potentiam absolutam repugnare et XXIX. esse solent. Et ob hanc causam necessarium
potest esse maiar. Dicendum vero est in fal- duo contraria perfecta esse in eodem sub- Q. 8. Circa haec omnia capita quaeri visum ""est Aristoteli ante rerum tractatio-
sitate posse esse magís et minus non fanna- iecto. De qua re dicimus in praedieamento so~et an sit veritas pura et sine falsitate in nem harum vocum analogiam exponere. Et
liter per admixtionem veritatis et falsitatis, qualitatis, disp. XLV. Nunc constat Aris- l1ffinnationibus et negationibus, eaque per- hic est scopus huius libri, ut Commentator
ut recte probat ratio faeta, sed quasi radi- totelem soluro loqui, quatenus unum contra- cipi a nobis possit. De qua re quod dispu- notavit. Nam, licet haec doctrina non de
caliter per maiarero vel minorem distantiam rium infert alterius privationem vel nega- tatione dignum videtur diximus disp. de vocibus, sed de rebus praecipue disserat,
a veritate. Et haee plane est intentio Philo- tionem; quod si haec' impediatur, constat l7eritate et falsitate. tamen quía res non possunt nisí vocibus
sophi: naro hoc satis est ipsi, ut conc1udat non esse aequalem repugnantiam. An Yero explicari, necessarium visum est Philosopho
aliquid .csse .determinate verum. At vero in impediri possit, Aristoteles non novít, et exactam ipsarum vocum notitiam tradere.
veritate non dicitur esse magis vel minus negaret quidem ille; nos autem non est L1BER QUINTUS METAPHYSICAE Quo fit. nt hic etiam liber, si Aristotelis
,per accessum vel recessum a falsitate; falsi- eur negemus, nisi ubi specialis ratio inter- mentem spectemu:s, inter praeambula ad
tas enhn opponitur veritati per modum pri- venerit, de quo d¡citur citato loco. DE CQMMUNIUM ET ANALOGORUM NOMlNUM veram scientiam metaphysicae tradendam
vationis, et ideo mensuratur ex illa, non yero Q. 6. An duo contraria in esse remisso TRIPLICI SIGNIFICATO, EIUSQUE DISTINCTIONE annumerandus sito Si yero morem inter-
e contrario. Solum ergo ratione fundamenti, possint naturaliter simul, esse in eodem ut pretum consideremus, in eo res ipsae ad
.aut maioris firmitatis seu necessitatis eius hic Aristoteles sentit; disputatur ibid. Nondum Aristoteles rero ipsam aggre- obiectum metaphysicae pertinentes, praeser-
reí, in qua veritas fundatur, potest una ve- Q. 7. Tractari praeterea potest an om- ditur, nirrU,rum, propúam obiecti huius tim praedicamenta omnia, et causae entis in
ritas diei maior alia. Haee tamen res tota nia moveantur semper vel omnia semper scientiae tractationem. Sed prius noDlÍnum quantum ens, tractari solent; in quarum
planius constare potest ex bis quae disp. quiescant, el an aliquid sit penitus irnmobile, quorurndam significationes in hoe libro di- cognitione magna _huius doctrinae pars con-
VIII et IX de verltate et falsitate tractamus. quod est primum movens. Sed haee in stinguit. Nam quia ens, quod obiectum sistit.
Libro quinto.--Caps. III'J'!~ 61
60 Indice detallada de, la metafísica de Aristóteles
superfluo poner aqul los títulos de todas las secciones y dudas, ya que se en-
cuentran con su orden en el ín.dice siguiente sobre las disputaciones, y pueden
CAP. I huscarse allí fácilmente.
RAZÓN COMÚN Y SIGNIFICACIONES VERDADERAS DE LA PALABRA PRINCIPIO
CAP. III
Este capítulo se explica ex prore'sso en la disp. XII, seco 1, donde se expo-
nen concisamente las, siguientes cuestiones: ELEMENTO
Cuesto 1. Múltiples usos de "principio" y cómo todas sus significaciones pue- La primera cuestión de este capítulo puede ser si Aristóteles definió bien
den reducirse a una cierta razón común. Disp. XII, seco l. el elemento. Pero no merece la pena, porque la descripción hecha por Aristóte-
Cuesto 2. Si la prioridad es una nota común de todo priocipio. Ibid. les nO' pasa de ser una explicación de la significación usual de esta palabra.
Cues!. 3. Definición de principio en general. (Ibid.) Explicación de l. Por eso la exponemos brevemente en la disp. XV, seco 10. Y 10 mismo se puede
definición de Aristóteles y de la división que se pone en el mismo lugar. "picar de todas las cuestiones suscitadas por este vocablo: se trata de palabras
Cuesto 4. Analogía de principio; qué clase de analogía es la suya. Ibid. más que de realidades.
Cuesto 5. Convertibilidad de principio y causa. Ibid. En el mismo lugar Cuesto 2. Si la materia es un elemento; de esto, disp. XV, seco 10.
se exponen diversos puntos sobre estO', propuestos por Aristóteles, bien en este Cuesto 3. Si la forma es elemento. Ibid.
capítulo, bien en otros. Cuesto 4. Si el género y la diferencia son elememos. Nada hay que decir
aquí, por ser problema meramente verbal; no obstante, puede leerse lo que dije
CA P. II antes acerca de una cuestión semejante con motivo de la palabra principio, li-
bro m, c. 1, q. 7.
LAS CAUSAS Cuesto 5. También cabe preguntarse aquí si es esencial que el elemento
En este lugar expone Aristóteles acerca de las causas la misma doctrina que entre formal y necesariamente en la composición del ser cuyo elemento es.
había enseñado en el lib. II de la Física, y lo hace casi con las mismas palabras, Esto viene casi a coincidir c{)In la célebre cuestión de la permanencia formal de
siendo así que la excelencia y digoidad de la metafísica parece reclamar un. los elementos en el mixto, de la que se hablará en la disp. XV, seco 10.
exposición más rigurosa y universal. Los expositores explican con diversas ra-
zones el motivo de esto. Yo, sin embargo, creO' que Aristóteles no tenia nada CAP. IV
que añadir, excepción hecha de 10 que dice acerca de los principios de la sus- NATURALEZA
tancia en los lib. VII Y VIII, Y acerca de Dios y de las inteligencias en el
lib. XIl. La exposición de este capítulo ocupa una gran parte de nuestra obra: Cues!. 1. El aspecto metafísicO' de este capítulo queda expuesto en la dispu-
de la disp. XII a la XXVII; en ellas hacemos primeramente una división gene- tación XV, seco 11, donde ex'pusimos brevemente la cuestión general del signi-
ficado de esta palabra y la exactitud de la explicación dada por Aristóteles.
ral de las causas; tratamos luego copiosamente de cada una en particular, y
Aqni no encontramos dificultad de importancia, ni en las palabras del Filósofo
de sus miembros o subdivisiones; y, por fin, las comparamos entre sí y con
sus efectos: estos tres puntos resumen toda la doctrina de este capítulo. Sería Esset autem supervacaneum hoc loco titu- Q. 4. An genus et differentia sint ele-
los sectionum omruum, ve! dubitationum menta. De qua nihil dicendum videtur, quia
CAPUT PRIMUM CAPUT II transcribere, cum in sequenti disputationum est solum quaestio de nomine; sed legi
indice ordinate contineantur, et ex illo fa- possunt quae de simili quaestione sub no-
De commwni ratione vensque significationi- De cattSÍs -Cile peti possint. mine principü notavi supra, lib. III, c.
bus huius vocis, principium Eamdem hoc loco doctrinam de causis 1, q. 7.
Arístoteles tradit, quam in lib. II Physic. CAPUT III Q. 5. Potest etiam hic quaeri an sit de
Caput hoc ex professo declaratur in
disp. XII, sect. 1, ubi sequentes quaestio- docuerat, ac paene eisdem verbís, cum tamen De elemento ratione e1ementi ut fonnaliter ac per se ip-
nes breviter expediuntur. metaphysicae dignitas et amplitudo accura- sum componat id cuius est elementum.
tiorem et universaliorem disputationem pos- Quaestio prima esse potest in hoc capite, Quod fere incidit in illam celebrem quaes-
Quaest. 1. Quot :modís principium di- an elementum recte sit ab Aristotele defi- tionem, an eJ.ementa maneant formaliter in
catur, et quomodo significationes eius ad tulare videretur. Cur autem id fecerit, ex-
positores varüs rationibus declarant. Ego nitum. Haec vera parví est momenti, nam mixto, de qua dicendurn est disp. XV,
certam aliquam rationem revocari possint. descriptio ab Aristotele data solum est sect. 10.
Disp. XII, sect. l. yero existimo Aristotelem nihil habuisse,
quod adderet praeter ea quae lib. VII et quaedam explicarlo significationis illius vo-'
Q. 2. An esse prius commune sit omni VIII de principiis substantiae, et libro cis iuxta communem usum eius, et ideo CAPUT IV
pfiricipio.---Ibid; brevitcr illam dec1aramus in disp. XV,
XII de Deo et inte1ligentiis disputat. In De natura
Q. 3. Quae, sit definhío principii in com- expositione yero huíus capitis magnam se- sect. 10. Atque idem censendum est de
muni. Ibid. Declaratur definitío ab Aris- quentis operis partem consumpsimus, a disp. omnibus quaesrlonibus quae ex illa voee Quaest. 1. Caput hoc, quantum ad me-
totele data, et divisio ibidem subiuncta. XII usque ad XXVII, in quibus prius in pendent; sunt enim magís de nomine quam taphysicam considerationem spectat, expo-
Q. 4. An principium sit analogum, et communi generalem fecimus causarum parti- de re. srumus disp. XV, sect. 11, ubi illam quaes-
qualis sh anaJogia eius. Ibid. tionem, deinde sigillati,rn de singulis in spe- Q. 2. An materia sit elementurn, de tionem communem breviter expedivimus,
Q. 5. An principium et causa convertan- de, et de membris seu subdivisionibus earum quo disp. XV, sect. 10. quod sit proprium, hruus VOclS significatum,
tur. Ibid. Ibique varia de hac re Arístotelis copiose disseruimus, ::lC tandem eas et inter Q. 3. An forma sit e1ementum. Ibi- et an recte ab Aristotele traditum sito Ne-
dicta, tum in hoc capite, tum in aliis ex- se, et cum effectibus eontulimus; ad quae dem. que hic occurrit diffícultas alicuius momen-
ponuntur. tria puneta doctrina huius capitis revocatur.
62 Indice detallada d~ la metafísica de Aristóteles Libro quinto.---Cap. V 63

ni en el contenido, ya que ahora no se ocupa más que del significado del vc>- violento no sólo se opone a ésta, sino a todo apetito y tendencia de la naturaleza,
cablo. radicacJa en una potencia natural activa o pasiva, ya que Aristóteles no hizo dis-
Cuesto 2. La cuestión de la definición de naturaleza tratada en el lit. 11 tinción de ambas. PO'r ello afirmó implícitamente en el lib. TII de la Etica, C. 1,
de la Física nO' es propia de este lugar, aunque algunO's la tratan aquí. y dijo que lo violenta se debía a un agente extrínseca, sin colaboración del pa-
Cuesto 3. La cuestión que suele discutirse aquí ocasionalmente, si pueden ciente, y que esa no colaboración había de tomarse en sentido positivo, es decir,
ser continuas las partes materiales que tienen formas distintas, fué resuelta en como oposicdón, 0', si cabe la expresión, como una rebelión.
la disp. XL al explicar la necesidad de la cantidad cO'ntinua.. Objeción: Entonces se puede añadir otra clase de necesario, a saber, el de-
bido a la causa eficiente, sin violencia, en confonnidad con la naturaleza. Este
necesario -respondemos- o no existe o hay que incluirlo en el cuarto modo
CAP. V que puso Aristóteles a renglón seguido, en concreto: 10 que no puede ser de otra
~ECESIDAD y SUS CLASES manera; a éste llamó simplemente necesario, afirmando que los demás reciben
Los modos de necesidad que señala Aristóteles son hartO' claros: atendiendo el nombre de necesario por participación de él. He aquí mi explicación: o el efec-
al fin, hay dos clases de necesidad: o 10 absolutamente necesario, o 10 necesario Oto procede de una causa eficiente por necesidad natural, y entonces se trata de
por razón de entidad más perfecta; y un tercer necesario por razón de la causa 10 absolutamente necesario, por no poder ser de otra manera, y no hay que bus-
car otra razón especial de necesidad. O el efecto procede de una causa libre,
eficiente, que él llama violento.
Cuesto 1. Respecto del último modo se puede preguntar si es violentO' y sólo puede llamarse necesariO' en la hipótesis de que el paciente no pueda resis-
todo lo necesario por razón de causa eficiente. Por ser cuestión fácil, basta ad- tir su acción. Este modo de necesidad respecto del agente se reduce a aquél,
vertir que hay dO's clases de necesidad originadas de la causa eficiente. Una que según el cual una cosa, mientras es, es necesario que sea, y que se omitió aquí
se debe a ella sola, y otra que no proviene de ella sola, sino también de parte por ser extraordinariamente impropio y no implicar más que necesidad condi-
del paciente, o del que recibe; lo necesariO' de esta segunda manera nO' es vio-- cionada; mas respecto del paciente pertenece al cuartO' modo, ya que al paciente
lento, como puede verse en la caída de una piedra, aunque se deba a un agente no le cabe otra forma de ser bajo tal influencia ajena. Por eso parece que Aristó-
extrínseco; así, pues, sólo es violento el primer modo de necesidad, debido exclu- teles intenta luego añadir una especie de división del cuarto modo de necesidad,
sivamente a un agente externo. Pero también en éste hay que hacer una distinción. pues hay necesario en virtud de una causa de su necesidad y necesario sin causa,
Pues a veces, en el paciente no hay oposición al efecto o movimiento, aunque no. sino que es tal por propia naturaleza.
tienda a él, y entonces tampO'co hay necesidad de viO'lencia, por ejemplo, en el Cuesto 2. Respecto de esta división surge el problema de saber si realmente,
movimiento del cielo 0, sin duda alguna, en el movimiento del fuego en su pro- y según Aristóteles, existen efectivamente seres esencialmente necesarios, sin que
pia esfera. Así, pues, sólo se da necesidad violenta cuando hay oposición en el tengan causa de su necesidad. Aquí en concreto parece afirmarlo, y muchos
paciente, según aclaró suficientemente Aristóteles con las palabras: contra su creen que ésta es su posición. Pero el pasaje no da pie a atribuirle tal cosa a
tendencia y elección. En 10 que incidentalmente indica que violencia en su sen- Aristóteles, porque, en primer lugar, la división puede entenderse no respectO' de
tido general es algo más que coacción, porque coacción en un sentidO' estricto- los seres en cuanto existen, sino del ser de la esencia, o de la verdad de las re-
es lo que se opone a elección (entiéndase toda apetición elícita); en cambio, lo subintellige omnem appetitionem elicitam); est a causa libera, solumque dicitur neces-
vio1entum vero est aut contra hanc, aut con- sarius ex suppositiane, quia, il!a agente, pas-
ti vel in Uttera Philosophi, ve1 in re ipsa, ficienti sit violentum. Sed quia res est fa- tra naturae appetitum et propensionem, in sum resístere non potest. Et mc modus ne-
quia non agit hic nisi de significatione vo- cilis, notetur breviter dupliciter posse es~ naturali potentia, sive activa sive passiva, cessitatis, respectu agentis, ad illuro redu-
cis. se aliquid necessarium ex causa efficientL fundatam. Aristoteles enim nihil mter haee citur qua res, quando est, necessario est,
Q. 2. Quaestio autem de definitione Dno modo ex sola Uta; alio modo non ex distmxit. Dnde etiam tacite explicuit, lib. 111 qui hic praetennissus videtur, utpote im-
naturae in lib. II Physicorum tradita, non sola illa, sed siroul ex parte passi seu reci- Ethic., c. 1, et dixit violentum esse quod est propriissimus, et nullam mducens necessita-
est huius 10d, licet earo aliqui hic dispu- pientis. Quod hoc posteriori modo est ne- ab eXlrinseco, passo non conferente mm, po- tem nisi canditionatam; respectu vera reci-
tent. cessarium, non est violentum, ut patet de sitive esse intelligendum non conferente, id pientis pertinet ad quartum madum, quia
Q. 3. Aliqua vero quaestio, quae hic motu lapidis deorsum, etiamsi contingat fie- est, repugnante, ve1 (ut sic dicam) non pa- passum illud non potest aliter se habere al-
obiter tractari solet, an partes materiae ri ab extrinseco agente; solum ergo prior tienter ferente. tero sic agente. Dnde statirn Aristoteles vi-
quae diversas habent formas possint esse necessitatis modus, qui provenit mere ah Dices: ergo addi potest allus modus ne- detur divisionem quarndam adiungere i1-
eontinuae, in disp. XL, inter explican- extrinseco, pertinet ad vio1entiam. Sed rur- cessarii, sciJicet, quod est ab efficienti causa lius quarti modi necessarií; naro aliquod est
dam necessitatem quantitatis eontinuae, ex- sus in ¡llo distinctione opus est; naro ali- absque violentia vel connaturalitate. Re- habens causaro talis necessitatis, aliud vero-
pedita esto quando passum non repugnat effectui seU' spondetur huiusmodi neeessarium vel nul- quod non habet causam, sed per se tale
motioru, licet eam non appetat, et tune lum esse ve! reduci ad quarturn modum esto
CAPUT V etía,m necessitas illa non est violenta, ut quem statim Aristoteles posuit, scillcet, Q. 2. Circa vera hanc partitianem quae-
paret de motu caeli, vel (extra omnero opi- quod non potest aliter se habere, quod di- ritur an seeundum Aristotelem et veritatem
De necessario et modis eius nionem) de motu ignis in propria sphaera. xit esse necessarium simpliciter, et per eius dentur aliqua entia necessaria per se nullaro-
Modi necessarii, quos Aristoteles tradit, Sola ergo necessitas est violenta, quae fit participationem reliqua omnia necessaria no- que habentia causam suae necessitatis. Nam-
satis c1ari sunt: ponit enim duplex neces- passo repugnante, quod satis Aristoteles de- ntinari. Roc autem ita declaro; nam ve1 Aristoteles ita videtur hic affirmare, et mul-
t!arlum ex fine, scilicet, ve1 simpliciter, vel claravit hic in illis verbis: Praeter propen-· ille effectus est a causa agente ex necessita- ti censent Aristotelem ita sentire. Sed hic-
ad melius esse, et tertium ex efficiente, sionem electionemque-. Dbi obiter insinua- te naturae, et sic tale necessarium pertinet locus non cogit ut hoe Aristoteli imputetur.
quod violentum appellat. vit, violentum generatim dictum superius ad necessarium simpliciter, quia non potest Nam imprimis i11a divisio intelligi potest,
Quaest. 1. Cirea quero modum quaeri quid esse ad coactum; nam coactum pro- aliter se habere, et non habet aliam specia- non de entibus quoad existentiam, sed so-
posset an omne necessarium ex causa ef- prie sumptum est contra: e1ectionem (ubi lem rationem necessitatis. Vel ille effectus 1um quoad esse essentiae, seu quoad veri-
64 Indice det"lú"/,, de la metafísica de Aristóteles Libro quinto.-Cap. VI 65
1adO'nes ideales, con abstracción del tiempo, a las que se califica de necesarias que es continuo lo que se mueve necesariamente con un solo movi~ento, En se-
por estar drnadas de eterna verdad. Entre éstas hay algunas, como las proposi- gundo lugar, si los cuerpos heterogéneos son verdaderamente contInuos; tercero,
ciones mediatas, que tienen causa de su necesidad, por demostrarse en función si las partes, o las sustancias que tienen varias formas diversas, pueden constituir un
de otros principios anteriores; en cambio, otras no tienen causa, como es el caso continuo. Cuarto, si eS la unidad el principio del número y qué clase de princi-
de los principios evidentes. Y si Aristóteles habla de los seres existentes, aunque pio es; quinto, si estO' conviene igualmente a toda unidad, 0, de un modo especial,
haga la división en plural, no es preciso que cada uno de los miembros necesite la última unidad se dice forma del número. Sexto, si el concepto de medida
verificarse en una pluralidad. Por eso sólo llega a esta conclusión hipotética: si conviene de manera especial a la unidad. Pero, por tratarse de cosas fáciles, son
existen algunos seres de esta clase, tienen que ser eternos. Más adelante veremos brevemente expuestas y resueltas al tratar de la cantidad continua y discreta,
en otros pasajes su opinión respecto de esto. Nosotros lO' tratamos en diversas disp. XL y XLI.
partes de la obra signiente, pues en toda la disp. XX consideramos el origen de Cuesto 7. En séptimo lugar se puede inquirir la razón de haber afirmado
todos los seres por creación a partir de unO'; en la XXIX, seco 1, la necesidad Aristóteles que la U!Úd-ad y la entidad se predican de cosas específicamente diversas
del ser primero, y en la seco 2, cómo le corresponde esta necesidad; y en la con más verdad aplicándoles el género remoto que aplicándoles el próximO', por
disp. XXX, seco 16, si el ser primero obra por necesidad de naturaleza, y la opi- ejemplO', que es más exactO' decir que el hombre y el caballo S011 el mismO' vivien-
nión de Aristóteles sobre este punto. ,. que el mismo animal. El motivo de duda está en la mayor unidad del género
Cuesto 3. Por otra parte, ~ambién puede preguntarse aquí si existen alguuos peoBmo que del remoto. Hay que responder que Aristóteles, más que exponer
seres que puedan llamarse necesarios aunque tengan causa. Se trt\fa en la disp. una realidad, hablaba de una forma de lenguaje. Porque, efectivamente, hay mayor
XXVIII, seco 1, y disp. XXXV, seco 3, hacia el fin. unidad en el género próximo; sin embargo, por el modO' de predicación, nos
Cues!. 4. Por último, cabe preguntarse si las verdades complejas, llamadas resulta más verdadera y menos equívoca baje la forma de que se vale Aristóteles,
necesarias, tienen causa de su necesidad, y qué clase de necesidad es la suya. porque, como dice Santo Tomás, las especies del género remoto nO' sólo convienen
Abordamos esto en la disp. 1, seco 4; disp. VIII, sobre la verdad, seco 1 y 2, Y con en género, sino también en la diferencia que lo contrae; y por estÜ', al decir que
más amplitud en la disp. XXXI, seco 2 y en la seco 12, hacia el fin. un hombre y un caballo son el mismo viviente, nO' sólo se significa que convie-
nen en el género viviente, sinO' también en su diferencia contractiva, según es en
realidad; en cambio, cuando se dice que son el mismo animal, se expresa también
CAP. VI no sólo que ambos son animales, sino también que son de la misma naturaleza en
LA UNIDAD Y SUS CLASES una determinada Hnea de animalidad. Y son animales de una manera determinada
los que se diversifican por diferencias inc1uídas en animal. CuandO', pues, se dice
Las cuestiones que pueden suscitarse en relación con este capítulo y que ofre-
que son una sola e idéntica clase de animal, se estima que convienen en alguna
cen especial interés respecto de este tema, se tratan en las disp. IV, V, VI Y VII,
diferencia contractiva de animal. Por esta misma razón proporcional no se puede
en las diversas secciones que pueden verse en el índice que sigue a éste. El análisis
decir que Pedro y Pablo son un hombre, hablando en absoluto; más admisible
del texto da pie a algunas discusiones acerca de la unidad de la cantidad y del conti,,,
es decir que son un mismo animal. Aunque, por tratarse únicamente de modos de
DUO, comO' la legitimidad de la definición del continuo por el movimiento, a saber,
expresión, conviene atenerse al uso común y evitar todo equívoco.

tatem complexionum abstrahentium a tem- Q. 3. E contrario vero etiam hic quaeri per se uno motu movetur. Secundo, an praedicationis verior fit praedicatio minus-
pare, quae necessariae dicumur quía sunt potest an sint aliqua entia quae, Heet ha- eorpora heterogenea sint vere continua. Ter- que aequivoca sub ea forma quam Aristote-
aeternae vel'itatis. Et inter eas quaedam sunt beant causam, dici possint entia necessaria. tio, an partes vel substantiae habentes pIu- les posuit. Et ratio est, ut natavit D. Tho-
habentes causam suae necessitatis, ut pro- Tractatur disp. XXVIII, seet. 1, et in res fannas diversas vere passint continuari. mas, quía respectu generis remotí eonve-
positlones mediatae, quae per priora prin- disp. XXXV, sect. 3, prope finem. Quarto, an unum sit principium numeri, et mUllt species non solum in genere ipso, sed
cipia demonstrantur, aliae quae non habent Q. 4. Ultimo quaeri potest an veritates -quale principium sito Quinto, an hoc aeque etiam in differentia contrahente iliud; unde
causam, lit principia per se nota. Ve! si comp~exae quae necessariae dicuntur, ba- conveniat omní unitati, vel speciali modo cum horno et equus dicuntur idem vivens,
Aristoteles loquatur de entibus existentibus, beant causam suae necessitatis, et qualis sit ultima unitas dicatur forma numeri. Sexto, significatur non solurn convenire in genere
licet in plurali tradat divisionem, necesse eartun necessitas. Hane tamen attigimus an ratio mensurae speciaH ratione conveníat viventis, sed etiam in differentia contrac-
non est ut utrumque membrum in plurali disp. 1, seet. 4, et disp. VIII de vero, seet. unitati. Haee tamen mnnia in se facilia sunt, tiva eius, quod verum est; cum vero di-
verificetur. Dnde in fine solum sub conditio- 1 et 2, et latius, disp. XXXI, sect 2, et ideoque brevite;r attinguntur, et expediun- cuntur esse idem animal, similiter signifi-
sect. 12, versus finem. tur inter disputandum qe quantitat~ conti- catur non solum utrumque esse animal, sed
ne concludit, si aliqua sunt huiusmodi en-
tia, illa esse sempiterna. Quid vero aliis 10- nua et discreta, disp. XL et XLI. etiam esse eiusdem rationis in aliqua ratio-
CAPUT VI Q. 7. Septimo inquiri potest quomodo ne detenninata animalis; illa enim sunt de-
cis senserit, videbimus .in sequentibus; et
rein tóúirri- disputairius variíS"-lücis sequen- De uno et variis modis eius Aristote1es dixerit esse unurn vel .ídem ve- terminata animalia quae differentüs anima-
tis operis; nam disp. XX, per totam, trac- nus praedicari de rebus specie diversis cum lis differunt; curo ergo dicUlltur unum vel
Quae cITea hoe caput disputari possunt, adieetione generis remoti quam proximi, ut idem animal, indicantur convenire in aliqua
tamus de dimanatione omnium entium ab et ad rem maxime pertinent, tractantur in horno et equus verjus dici ídem vivens, differentia contrahente animal, et eadem
uno per creationem; disputatione autem disp. IV, V, VI et VII per pIures quaes- q-uam idem animal. Et ratio dubii est, quía proportionali ratione, Petrus et Paulus non
XXIX, seet, 1, de necessitate primi entis: tiones quae sequenti indice videri possunt. maíor est unitas in genere proximo quam dicuntur unus horno, absolute loquendo;
et sect. 2, qúomodo hoc ei sit proprium; Circa textum yero nonnulla possunt de UIlÍ- in remoto. Respondetur Aristotelem non facilius autem dicuntur ídem animal. Quam-
at vero in disp. :XXX, seet. 16, an primum tate quantitatis et de continuatione dispu- agere de re, sed de figura locutionis. Nam quam, quia haec spectant solum ad modum
ens agat ex necessitate naturae, et quid-in tari, ut an recte definiatur continuum per quoad rem certtun est maiorem esse uníta- loquendi, servandus est communis usus, et
hoe AristoteIes senserit. motum, scilicet, illud esse continuum quod ,tem in genere proximo, tamen in modo cavenda omnis aequivocatio.
5
Indice detallada de la metafísica de Aristóteles Libro quinto.-Cap.~ __ _ 67
66
cuencia por términos lógicos, porque descubren mejor el fundamento objetivo
Suelen ofrecerse también muchas dudas acerca de la división que pone Ari... de estas unidades; en cambio, la unidad numérica, por su mayor realidad, la ex-
tóteles en el texto 12: unas cosas tienen unidad numérica, otras específica, otras
plica sólo con términos reales. En definitiva, ambas divisiones pueden conside-
genérica y analógica otras. Se trata de ver la diferencia con !a división, primera rarse reales en parte y en parte de razón.
en q,:,e. la unidad se dividía en unidad c,:,,~inua, formal, u,!,d~d: de ge~~, .~e Cuesto 10. Suele también tratarse aquí por extenso sobre el principio de
defimctán, de especte y de absoluta mdz'V1szon, es deCIr, el mdlvlduo O' mdlvls1-
individuación, con motivo de aquella definición de Aristóteles: son uno nu-
ble, según prefieren otros. Brevemente mi opinión es que ~as divisiones coinci-
méricamente los que' poseen una materia; dedicamos a esto casi toda la
den en parte y en parte se distinguen, ya que algunos nnembros formalmente
disp. V. Por 10 que se refiere al sentido de la proposición aristotélica, por
contenidos en la primera se omiten en la segunda y viceversa, aunque virtual-
más que los escotistas pretendan no tratarse de la materia como parte
mente vienen a ser lo mismo. Porque la unidad de continuO' y de indivisión, distin-
del compuesto, sino de' la diferencia material, a la que llaman uheccei-
tas en la primera, quedan comprendidas en la unidad numérica. Igualmente la
unidad de definición y de forma pertenecen a la unidad específica, 10 mismo qne dad", tiene, sin embargo, un sentido más obvio que el Filósofo hable de
la unidad de diferencia, de la que Aristóteles no hizo mención en ninguna de la. la materia propiamente, pues éste y no otro es el significado de tal palabra en
divisiones, y pertenece, sin embargo, a la unidad específica. A ellas se reducen Aristóteles. Y con él la emplea tratando aprm:imadamente de 10 mi.mo en el
también, en opinión de algunos, la unidad de propiedad y la de accidente, aunque lib. VII, texto 28, y en el lib. XII, texto 49, según expliqué más largamente en
ésta. más bien hay que incluirlas en las unidades per accid'ens. La unidad de la disp. citada. Por eso resulta difícil adaptar las palabras para que signifiquen
analogía, por su imperfección, la omitió en absoluto en la primera división; es adecuadamente el contenido de la unidad numérica, por darse en los ángeles y
más, parece incluso que en la segunda quedó omitida la unidad de analogía de en los accidentes unidad numérica sin materia. Por eso dice el Comentador que
atribución, porque Aristóteles sólo hace mención de la analogía de proporcionalidad. no se trata de definir adecuadamente la unidad trascendental sino la unidad
cuantitativa. Casi coincide SantO' Tomás, al decir que nO' se data de definir al
Pero las palabras de Aristóteles son aplicables con facilidad a ambas, o pueden
reducirse la una a la otra, sobre todo la analogía de proporción, que es meramen- ir:div.iduo en gene~al, ~~no de. ex;plicarlo en las ~osas materiales. Es más, hay que
te extrínseca, porque la que se funda en una conveniencia propia e intrínseca anadir q~e la ~xplicaclOn se .hIDlta a las, sustanCIaS que sean materiales y existen-
tes al Inlsmo tIempo, es deCIr, que no se puede entender la materia en absoluto
sino ."signada" con ciertos accidentes. En realidad Aristóteles, sin haber explicad~
puede, en cierto modo, reducirse a la unidad genérica. Esto basta para ver la
semejanza y diferencia de aquellas divisiones al igual que su suficiencia.
sufiCIentemente el principio de individuación, nos definió de alguna manera la
Cuesto 9. Todavía se preguntan algunos si estas divisiones son reales o de
naturaleza del individuo.
razón, si son lógicas o metafísicas. Es una cuestión sin importancia, si estamos
. Cuesto 11. Po~ unidad .genérica entiende aquí Aristóteles completamente 10
de acuerdo (según ampliamente se expone en dicho lugar), en que toda unidad
mIsmo que por umdad predicamental. Por eso suele también preguntarse en este
universal es de razón, y la formal, en cambio, de alguna manera real. Por eso
lugar si 10. predicamentos se diferencian por la figura del predicamento. Sin em-
resulta fácil explicar muchos miembros de dichas divisiones en un plano real
bar¡¡o, como esta dificultad proviene de la división de los nueve predicamentos
o de razón, e incluso lógica y metafísicamente. Aristóteles las propone preferen-
aCCIdentales, la tratamos al explicar dicha división en la disp. XXXIX, seco 2.
temente en su aspecto real, aunque las unidades universales las explica con fre-
vis unitates communes saepe declaret per cHe est accornmodare yerba illa, ut adaequa-
Solent etiam multa quaeri circa divisionem sa fuit omnino in prima divisione; immo terminos logicos, quia sunt aptiores ad ex- tam definitionem contineant unitatis nume-
illam quam Aristoteles ponit textu 12: Alia in secunda videtur omissa unitas analogiae plicandum fundamentum quod in re habent ricae, quia in angelis et accidentibus est
sunt unum numero, alia specie, alia genere, attributionis; nam Aristoteles solius pro- hae unitates; unitatem autem numericam, unitas numerica sine materia. Quapropter
aZia arw.logia. Videlicet, quo modo haec di- portionalitatis meminit. Sed Aristotelis ver- quia magis realis est, simpliciter per ter- Commentator ait non definiri ibi adaequa-
visio differat a prima, qua dividitur unum ba facile possunt ad utramque accommodari,. minos reales declarat. Possunt ergo ambae te unum transcendens', sed unum quantita-
in unum continuatione, unum ratione for- vel potest una facile ad aliam reduci, maxi- divisiones partim reales, partim rationis cen- tive. Et in idem fere incidit D. Thomas,
mae, unum geneTe, definitione, seu specie, me illa analogia proportionis quae mere serio dum rot non definiri individuum in com-
et unum omninwda indivisione, id est, in- extrinseca est; nam illa quae est per in- Q. 10. Rursus circa illam definitionem muni, sed explicari in rebus materialibus.
djviduum, seu indivisibile, ut alii volunt. trinsecam et propriam convenientiam, ali~ Aristotelis: Unum numem sunt quorum Irnmo addendum est tantum explicari in
Dieo tamen breviter divisionem partim esse quo modo potest ad unitatem generis re- substantiis materialibus simulque existenti-
vocari. Atque ita patet tum diversitas et est materia una, hic late tractari solet de bus, vel intelligendum est de materia non
eamdem, partim diversam, quia aliqua mem- principio individuationis; de qua re inte-
bra formaliter continentur in prima quae convenientia inter illas divisiones, tum etiam absolute, sed signata certis accidentibus. Et
earum sufficientia. gram fere disputationem quintam confeci- revera Aristoteles hic non satis decIaravit
in secunda omittuntur, et e contrario, licet
Q. 9. Sed quaerunt ulterius an hae di- mus. Quoad sensum amem propositionis individuationis principium~ sed quoad nos
virtute in idem incidant. Nam unitas coo-
tinuationis et indivisionis, quae in priori visiones sint rationis ve! reales, et an sint Aristotelis, licet Scotistae contendant non al,iquo modo indicavit quod sit individuum.
distingUlihWt, sub unitate" numersli com- logicae, an metaphysicae. Quaestio tamen loqui de materia, quae est pars compositi, Q. 11. Per unitatem genericam Aristo-
prehenduntur. Unitas item definitionis et est parvi momenti, si supponamus (quod sed de materiali differenda, quam haeccei- teles pIane hie intelligit unitatem praedica-
formae ad unitatem specificam pertinent, dicto loco fuse disputatum est) omnem uni- tatem vocant, simplicior tamen et vedor sen- mentalem; unde quaeri etiam hic solet an
sieut et unitas differentiae, cuius Aristote·, tatem universalem esse rationis, formalem sus est loqui Philosophum de propria ma- praedicamenta differant praedicamenti figu-
les in neutra definitione expresse meminit; autem esse reí aliquo modo. Nam hinc fa· teria: hoc est enim apud Aristotelem sig- ra; quia vero haec quaestio propriam diffi-
pertinet autem ad unitatem speciei. Ad cile constat plura membra illarum divisio- nifieatum illius vocis, et non aliud. Et in cultatem habet in divisione novem praedi-
quam etiam reducitur (secundum aliquos) num posse vel secundum rem, vel secun- eodem llla utitur agens fere de eadem re, camentorum accidentium, ideo illam tracta-
unitas proprii et accidentis; sed hae magis dum rationem, atque adeo et logiee et me- lib. VII, texto 28, et lib. XII, texto 49, ut mus explicando illam divisionem, disp.
pertinent ad unitates per accidens. At vero taphysice explicarL Ab Aristotele autem in dicta disp. ladus ostendi. Et ideo diffi- XXXIX, sect. 2.
unitas analogiae, quia imperfecta est, OlruS- potissimum traduntur ut reales sunt, quam-
68 Indica detallado de la metafísica d" Aristóteles
y_I_X_______________ _ ___
Libra quinto.-Caps:__V_I_Il___ 69
Cuest. 12. Se investiga últimamente en qué sentido es verdad que las
unidades posteriores son consecuencia de las anterio"resJ según la expresión de a de ser un ente de razón o que recibe su denominación extrínseca del acto de
la .
pasrazón. Por lo que se refiere a Aristóteles, hay que ad ' que 1a causa d
vertIr e 'mter-
Aristóteles, o sea, que las cosas que tienen unidad n11.lllérica, la tienen también
calar aquí una disquisición acerca de este ser, no es más que poner en claro que, por
especifica, genérica y analógica. Porque Pe?ro, sien~o numéric~mente uno, ~o lo
más que de alguna manera afirm.amos de .la negación. este ser verdadero, ~ se
es analógicamente. Pedro y Pablo, que tienen umdad especIfica, no la tienen
trata de entes propios y per se, ID de predIcamentos, SI no es por una espeCIe de
analógica. La respuesta es que en un ser individuo y singular se con~ene,: to~as
las especies de unidad superior; y de esta manera las cosas unas con umdad mfenor reducción. .
Cuesto 4. Se toca aqui también la división del ser en predIcamentos que
es necesario que lo sean también con unidad superior, aunque se trate de la
tratamos en las disps. XXXII y XXXIX. Sólo quiero advertir que la enume!ació~
analogía; pero no es necesario que dicha unidad sea análoga respecto de ellas,
de Aristóteles únicamente contiene siete miembros de los accidentes al no CItar ru
sino que basta que les sea común un mismo predicado análogo. En este sentido
situs ni habitus. Aunque acaso se trate de una inadvertencia, hacemos notar gustosos
vienen a coincidir con la regla' defendida por los lógicos de que a quien se aplica
con el Comentador que ambos predicamentos son de escasa importancia y apenas
un predicado inferior, se le aplica también el superior, sea cual sea su grado de
merecen pararse en ellos, razón por la que los explicamos con la máxima breve-
unidad. En efecto, si Pedro es este hombre, será también hombre, y sustancia,
dad en las disp. LII y LIII de esta obra.
y ser; e, igualmente, si Pedro y este hombre son lo mismo numéricamente,
también serán uno específica, genérica y analógicamente, es decir, son uno en su
razón formal, específica, genérica y analógica. CAP. VIII
LA SUSTANCIA
CAP. VII El capitulo no ofrece novedad especial. Tratamos esta materia con amplitud
EL ENTE Y SUS DIVERSOS MODOS O SIGNIFICADOS desde la disp. XXXI hasta la XXXVI, en muchas cuestiones, cuyos titulos y
lugares pueden verse en el índice siguiente.
Cuesto 1. La primera cuestión puede ser la división del ente en ente per se
y ente per accidens, que explicamos ampliamente en la disp. IV, seco 4.
Cuesto 2. La segunda, la división en ente actual y ente potencial. Se tocan CAP. IX
algunos puntos en la disp. TI, seco 4. Se trata ex professo en la disp. XX.'CI a IDENTIDAD, DIVERSIDAD Y SEMEJANZA
través de las tres primeras secciones.
Las divisiones que Aristóteles dio de la unidad per accid~r>s y per se. y de
Cuesto 3. Cabe añadir aqui una cuestión: en qué consiste el que una cosa
sus diversos modos, las aplica aquí -a lo idéntico y, por 10 mIsmo, a lo dIverso,
sea verdadera o falsa, con motivo de lo que insertó en este lugar Aristóteles
sobre el ser implicado en la verdad de la proposición. Esto se trata, parte en las que podrá predicarse de tantas forma~ como su opuesto?" po~ 10 tanto n~da hay
r

que aclarar aquí. Porque lo q"?e se dIce acerca de la dlst1n:lOll entre dIverso y
disps. VIII y IX sebre la verdad y falsedad, parte en la disp. última sebre los
entes de razón. Este ser verdadero, analizadO' aquí por Aristóteles, no es más que diferente 110 es más que cuestión de uso de palabras, y d.e 19~al maner~ lo .que
se refiere a las cosas semejantes y desemejantes. Sobre IdentIdad y dIVerSIdad
el ser objetivo de la síntesis verdadera o falsa de nuestra mente al juzgar, y no
pusimos una breve cuestión en la disp. VII, sobre la "unidad, seco 3.
Q. 12. Ultimo inquiritur quo modo ve- sunt unum in ratione fonnali, specifica, ge-
rUIn sit posteriores unitates sequi priores, nerica et ana)ogica. obiectivum in compositione mentis vera vel CAPUT VIII
ut Aristoteles dicit, id est, quae sunt unum falsa, quod solum est esse rationis, seu per De substantia
numero esse etiam unum specie, genere et CAPUT VII denominationem extrinsecam ab opere ra-
anaIogia. Nam Petrus, qui est unus nume- In hoc capite nihil occurrit notatione dig-
De ente eiusque variis modis seu significatis tionis. Quod vero ad Aristotelem attinet, num, de ipsa vero re disputamus late disp.
ro, non est unus analogice, et Petrus et advertendum est ideo hic interposuisse ser-
Paulus, qui sunt unum specie, non sunt ana- Quaest. 1. Prior quaestio hic esse pot- XXXI, usque ad XXXVI, per pIures quaes-
est de divisione entis in per se et per monem de hoc esse, lit indicaret, licet de tiones, quarum tituli et loca videri possunt
logice unum. Respondetur sensum esse in
accidens, quam late explicamus disp. IV, negationibus dicatur aliquo modo hoc esse in indice sequenti.
re individua et singulari esse omnes Ulll-
tates superiores, atque ita ea quae sunt sect. 4. verum, non tamen pertinere ad entia pro-
Q. 2. Altera est de divisione entis in pria ae per se, neque ad praedicamenta, CAPUT IX
unum in inferiori unitate~ necessario esse
unum in superiori, etiamsi illa analogia sit; ens in aetu et ens in potentia. De h~c non- rusí reductione quadam. De eodem, diverso et sirnili
non est tamen neeesse ut respectu illorum nu11a tacta sunt disp. I1, sect. 4. Ex pro- Q. 4. Denique hie etiam tangitur divi-
fesso vero traetatur in disp. XXXI, per Quas divisioneS' Aristoteles tradidit de
sit i11a unitas analoga~ sed satis est quod tres primas sectiones. sio entis in praedicamenta, quam in disp. uno per accidens et per se, et de variis
ipsum praedicatum aÍlal6gum i11is commu- XXXII, et disp. XXXIX tractamus. Hie medis unius, tradit hic etiam de eodem} et
Q. 3. Addi hic potest haee quaestio,
ne sito Quo sensu aequivalet haee regula quid sit aliquid esse verum vel falsum, tantum adverto solurn septem membra acei- consequenter de diverso, quod tot modis dici
illi quam tradunt dialeetici, quod de que- propter ea quae lúe AristoteIes interposuit dentis AristoteJem numerasse, omissis situ potest quot suum oppositum, et ideo nihil
eumque dicitur praedicatum inferius, dici- de esse quod est in veritate propositionis. et habitu; quod !icet casu forte factum sit, rei disputandum me occurrit. Nam quae ~­
tur et superius, quocumque modo unum sito Sed ea res partim tractatur in disp. VIII nos autem libenter advertimus ex Cornmen- euntur de distinctione inter diversum et dlf-
Nam si Petrus est hic horno, erit et horno, et IX, quae sunt de veritate et falsitate, par- ferens, solum spectant ad usum termino-
et substantia, et ens, et ita si Petrus et tatore illa duo praedicamenta parvi esse rum, sicut etiam quae de similibus et dis-
tim in disputatione ultima, quae est de en- momenti, et nullius fere eonsiderationis, et
hic horno sunt idem numero, etiam sunt tibus rationis. Hoe enim esse verum, quod similibus dicuntur. De eodem autem et di-
unum specie, genere et analogía, id est, ideo de illis brevissime in disp. LII et LIII verso brevem add.jdimus quaestÍbnem ad
hic Aristoteles distinxit, solum est esse
huius operis disserimus. disp. de Uno, disp. VII, sect. 3.
70 Indice detalladO' de la metafísica de Aristóteles Libra quinto.~Ca-,p~,-",Xc-I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 71
Consecuentemente, parece que 10 primero no es anterior a los demás, 10 cual
CAP. X es absurdo. Por esto no admiten. algunos que se trate aquí de la descripción ge-
OPOSICIÓN y DIFERENCIA ESPECÍFICA neral de la prioridad como tal, sino de determinar una clase especial de la
misma. Pues hay dos modo·s de entender una cosa como anterior a otra: o
Cuesto única. Aquí suele plantearse la cuestión de la existencia simultá- por relación a un tercero, o por relación entre ambas. Al primer caso. alude
nea en el mismo sujeto de dos accidentes distintos sólo numéricamente, dando Aristóteles en la descripción citada, e insinúa la división al decir que! algunas
pie a ella las palabras de Aristóteles al fin del capitulo, donde enumera entre cosas rienen tal clase de prioridad. Inmediatamente de la explicación y subdi-
las cosas que se diferencian específicamente tod~ las que, perteneciendo a la visión de este miembrO', concluye: ciertamente estas cosas son anteriores de
misma sus tanda, se dz"ferendan entre' sí. Se trata ampliamente en la disp. V, esta manera. y en seguida parece añadir otro miembro principal, diciendo:
seco 8, donde exponemos nuestra opinión de que no se puede dar valor univer- pero de otro modO', etc. Aunque de este segnodo miembro no dio el Filósofo
sal a la afirmación de Aristóteles, sino que hay que limitarla a los accidentes ninguna explicación general, sino. mediante cierta división dicotómica, resulta-
absolutamente semejantes en su esencia individual, según declaramos extensa- do de que, al comparar algunas cosas entre sí, unas son sólo por razón anterio-
mente. Lo demás referente a los opuestos y contrarios que aquí explica Aristó- res, y otras por naturaleza u orden de subsistencia.
teles es objeto de largas disputas en lógica; sin embargo, tocamos a1gnoos Esta interpretación es ciertamente probable, pero la primera descripción puede
puntos en la disp. XLV, al hablar de las cualidades contrarias. adaptarse con facilidad a cualquier prioridad. Pues cuando. decimos que es anterior
No juzgo necesario investigar por qué, una vez enumerados los opuestos y a otro 10 que está más cerca del primero, es evidente que se supone y afirma
contrarios, vuelve Aristóteles de nuevO' a explicar la diversidad especifica, puesto tácitamente que el primero goza de mayor prioridad respecto de los demás, ya
que ni el orden de los capítulos, ni c-ada una de sus partes, ni la enumeración que está, por así decirlo, mucho más próximo a sí mismo, y aun más que próxi-
de los significados de los términos permiten descubrir un plan " método de- mo. Por ejemplo, si hay un cuerpo que es locativamente el primero en el univer-
terminado.. En efecto, ¿por qué trató primero de la unidad, luego del ser y de so por estar más cerca- del primer cielo, con mucha más razón el primer cielo
la sustanCIa, y después de la identidad y diversidad? No se ve razón algnoa . está antes que los demás. Por eso, la prioridad en general consiste en cierta referen-
sino únicamente porque juzgó que era indiferente tratar antes una cosa qu; cia o relación entre los que reciben denominación de anterioridad o posterioridad;
otra, sobre todO' en estas materias de poca importancia. pero a veces esta relación se mide por un tercero, y se apoya, a manera de fun-
damento, en otra relación de inmediateidad y distancia respecto de él; en cam-
CAP. XI bio, a veces se apoya únicamente en cierta condición de los extremos, que se
CLASES DE PRIORIDAD Y POSTERIORIDAD comparan entre sí como primero y posterior, porque uno tiene ya existencia,
Cuesto 1. El primer problema de todos aquí es determinar la esencia de la mientras que el otro todavía no, o por ser uno causa y el otro efecto, o por
prioridad y posterioridad, a ver si consiste en una relación real o de razón. Puede ser uno más excelente que el otro. En realidad, considerada esencial e intrínseca-
plantearse respecto de la opinión de Aristóteles o de la objetividad misma. En efec- mente, la prioridad consiste en esta relación de los extremos entre sí; y sólo remo-
tO', Aristóteles al comienzO' del capítulO' dice que tiene prioridad 10' que está más cer- ta y fundamentahnente, o, por así decirlo, a modo de medida, en la relación a
ca de algún principio (a primero\ Por esta descripción parece poner la razón de quo videtur sequi illud quod est primum, dicitur illud esse prius alio quod est propin-
prioridad en una relación de propincuidad a un tercero, nO' entre los elementos. non esse prius caeteris, quod est absurdum. quius primo, clarum est supponi, et tacite
Propter quod aliquibus non placet ut ea diei, ipsum primum multo magis esse prius
CAPUT X bris, aut in enumerandis harum vocum sig- -sit descriptio generaU,s priorum ut sic, sed caeteris, quia (si !icet dicere) multo magis
nificationibus certam aliquam rationem aut assignatio cuiusdam modi priorum. Duobus est propinquum sibi ipsi, vel aliquid magis
De oppositis et specie differentibus enim modis intelligi potest unum diei prius quam propinquum; ut, verbi gratia, si cor-
methodum video ab Aristotele observad.
Quaestio unica. Hic quaeri solet an duo Cur enirn prius egit de uno, -postea de ente aUo, vel per respectum ad aliquod tertium, pus illud est prius loco in universO', quod
accidentia solo numero dlfferentia possint et substantia, deinde de eodem et diverso? ve! per habitudinem quam inter se habeant. primO' caelo propinquius est, multo magis
simul esse in eodem subiecto, occasione Nulla sane ratione id fecit, sed solum quía Prius membrum attigit Aristoteles in prae- ipsum primum coelum est prius caeteris.
verborum Aristotelis in .fine capitis, ubi in- parum interesse putavit hoc ve! illud prae- dicta descriptione; unde etiam tacite divi- Itaque generaliter prioritas in quadam ha-
ter ea quae specie differunt, ponit omnia ponere, in his praesertim minutioribus sionem insinuavit, dum ait quaedam priora bitudine seu relatione consistit inter ea
quae, cum in eadem substantia sint, diffe- rebus. talia esse. Deinde post illius membri expli- quae prius et posterius denominantur; in-
rentias habent. Tractatur autem late a' no- cationem et subdlvisionem ita concludit: terdum vero haec habitudo mensuratur per
bis disp. V, sect. 8, ubi Aristotelem non CAPUT XI Atque haec quidem hoc pacto priora dicun- aliquod tertium, et quasi fundatur in alia
universe intelligendum cert¡jtlimus sed de tur. Et statim videtur aliud membrum prin- habitudine seu propinquitate et distantia ah
De modis prioris et posterioris dpale subiungere, dicens: Alio tmtem mo- illo; interdum vero in sola conditione ali-
accide,J}1:jJ:lU,S oITIpino ~.ilnilitJ~l)_", in "ratione
individuali, ut ibi late exlmnimus. ReIlqua Quaest. l. Primum omnium hic quaeri do, etc. Hoc autem posterius membrum qua extrernorum, quae inter se comparan-
quae de oppositis et contrariis Aristoteles potest quae sit ratio prioris et posterioris, non declarat Philosophus aliqua descriptio- tur ut pdus et posterius, quia nimirum
hic dlcit, in dialectica copiose disputantur; et an consistat in allqua relatione reali vel ne cornmuni, sed solum per quamdam bi- unum habet existentiam, quando aliud
aliqua tarnen attigimus in disp. XLV, ubi rationis. Potest autero quaeri vel de sensu membrem divisionem, videlicet, quia quae- nondum habet, ve!. quia unum est causa,
de contrarietate qualltatum disserimus. Aristotelis·, vel de re ipsa. Aristoteles enim dam inter se ita comparantur, ut uuum sit aliud effectus, vel quia unum est dignius
Cur autem post oppositorum et contra- in principio capitis ait priora esse qttae vel prius ratione alio, vel prius natura seu alio. Et quidem prioritas per se et intrin-
riorum enumerationem redierit Aristoteles sunt alicui principio (seu primo) propin- subsistendi consequentia. sece spectata in hac habitudine extremorum
ad diversitatem specificam declarandam, quiora. In qua descriptione videtur ponere Est quidem haee interpretarlo probabilis; ínter se consistit: in ordine autem ad ter-
non oportet quaerere, quía neque in ordine racionem prioris in relatione propinquitatis sed recte potest prima illa descriptio ad tium est remote et fundameutaliter, vel (ut
horum capitum, nee in singulis eorum mem- ad aliquod tertium, non vero inter se. Ex omnia priora accornmodari. Quando enim sic dicam) quasi mensurative.
72 lndice detallado, d@ lO) metafísica de Aristóteles Libro quinto.--Cap. XII 73
un tercero. Como esta relación, según su nombre indica, es de una cIase deter- , . luyó de hechO' en la prioridad de naturaleza, o entre las cosas que
minada, puede darse en el plano del lugar, del tiempo, del movimiento o gene- o que ame . d 1 di XXVI
tienen prioridad de derecho. Consúltese 10 dicho acerca e esto en a sp. . "
ración, de la causalidad, del conocimiento, de la naturaleza, del orden de sub- sobre las causas, seco 1. Ciertamente el Damasceno, en el c. VII de su Dzalec-
sistencia. Y así se cuentan diversos modos de prioridad, suficientemente claros ticaJ no reconoce más prioridad de naturaleza que la que se funda en el orden
en Aristóteles, bien aquí, bien en Postpraedic. De oonde se deduce que en rigor de subsistencia.
la relación de prioridad no es real, ya que se predica muchas veces de cosas
que no se distinguen realmente. Así se dice que hombre antecede a Pedro en CAP. XII
el orden de subsistencia. A veces se predica de una cosa no existente, por ejem- LA POTENCIA
plo, puedo decir de mí que soy anterior en tiempo al Anticristo. Incluso a veces
Cuesto 1. Suele discutirse en primer lugar la definici?n de pote.ncia activa:
la esencia de la prioridad se circunscribe a una negación; en efecto, se llama a
el principio que modifica " otro en cuanto es otro. ,Efecuvamente uene, muc~as
una cosa anterior a otra temporalmente, porque tiene o tuvo la existencia cuando
dificultades. La primera, el no comprender la pote~cla cread?r~; sobre e~ta. vea-
la otra todavía nor existía. A veces, consiste también en una comparación de rela-
se la disp. XX, seco 1. En resumen, se puede de~lr que Arlstote.l~:s se sirvió. ,de
ciones, como cuandO' se llama anterior a lo que está más cerca del primero. Fi-
las expresiones más corrientes, pero que e,s suscept1bl~ de adaptaclOn y. extenslO-?,
nalmente, en algunas ocasiones la prioridad se funda en la naturaleza; otras, por
si la palabra modifica;¡' nO' se toma estrIctamente.' smo con un senudo amplio
el contrario, sólo en el juicio y apreciación humana, como hizO' notar aquí Aris-
que sirva para la educción del no-ser al ser, y Sl~ consecuentement:; no enten-
tóteles. Por consiguiente, la prioridad nO' implica de suyo relación real; pero
demos otro solamente como sujeto, sino como t~tm1no de la producclO~. ,
algunas veces, en cuanto coincide con una relación real, puede ser también
La segunda dificultad consiste en que no comprende las potencias a~tlvas
real; por ejemplo, cuandO' la causa se dice anterior por naturaleza al efecto, esa
con acción inmanente. Puede ser la tercera que nO' mc1uye la gravedad y ltgere-
relación de prioridad no se distingue realmente de la relación de causa apellidada
za, principios que mueven no a otro, sino al ser que las poseed. Sobre to~o esto,
prioridad por cierta conveniencia o prop.orcionalidad. En este caso la relación
disp. XVTII, seco 3, y disp. XLIII, sec .. ,2. Brevemente respon o que e?tan c~m­
de prioridad será también real, sin que acaso pueda serlo en otro caso alguno.
prendidas en el significado de la expreSlOll et; cuanlo es otro~ p.ol'que s~lo actuan
Por fin, por 10 dicho se comprende fácilmente que en esta enumeración de sobre el propiO' sujeto en cuanto carece de dICho a~to o mO~lIDlento. NI es ~ece­
prioridades no se trata de una división unívoca, sino análoga, imperfecta y de sario que dicha potencia, en cuanto está en el sUJ eto mOVIdO' por ella, este en
proporcionalidad. Porque no se trata aquí de atribución a un primer significado,
él accidentalmente, como interpretan algunos. Porque, aunque .de hecho en ~l
sinO' de cierta proporción. Y parece ciertamente que esta nota de prioridad y pos-
ejemplo que aduce Aristótele~ del médico 9ue se cura ~ sí n;lsmo suceda aSl,
terioridad compete en primer lugar al tiempo y al movimiento, y que de esto se no afirmó Aristóteles la neceSIdad de que SIempre s,ucedles:- aSl. Otros rechazan
aplicó a otras cosas por cierta semejanza proporcional.
estas potencias: la gravedad, etc., porque no son mas qu~ mstrumento~ del ';TI0-
Cuesto 2. Por último, sólo queda preguntar por qué Aristóteles omítió aquí virrnento. Pero yo no estoy de acuerdo, porque, en. realidad, son pot~ncIas actlvas
la prioridad de naturaleza que se da en la causalidad. Puede responderse que la en sentido riguroso, aunque respe~tn de .la potencl,a gene~ad~ra recl~ el nom-
omitió, o por ser impropia, si no incluye otra prioridad en orden de subsistencia, bre de instrumentos, con mucha llllpropledad, segun explIque en la dlsp. XVTI,

Haec yero relatio, cum sit cuiusdam or- ritatem non requiritur relatio realis; quate- consequentia, impropria est, vel certe sub aliud non intelligamus solum subiectu..'U,
dirus, ut nomen ipsum prioris prae se fert, nus yero talis relacio coincidit aliquando cum prioritate naturae illam comprehendisse, ve~ sed etiam terminum effectiorus.
esse potest vel in ordine ¡oci, ve.~ tempOlis, aliqua alia quae est realis, potest etiam esse sub bis quae cUcuntur priora potestate. Vi- Secunda difficultas est quia non com-
vd motus. seu generationis, ve! causalitatis, realis; ut, verbi gracia, cum causa dicitur prehendit potentias activas actione imma-
ve} cognitionis, vel naturae, vel subsistendi deantur dicta de hac re disp. XXVI de
prior natura effectu, illa relatio prioris revera causis, sect. 1. Damasc. certe, in sua nenti. Et tertia sit. quia non comprehen-
consequentia. Et ita numerantur varii modi non est alia in re praeter relationem causae~ dit gravitatem et levitatem, qu.ae sun~ prin-
prions, qui sunt satis perspicui in Aristo- Dialect., c. 7, non agnoscit aliam priorita- cipia movendi, non aliud sed lpsum m quo
quae propter quamdam convenientiam vel
tele, tum hic, tum in Postpraed, Ex quo tem naturae nisi earo quae est in subsis- sunt. De bis disp. XVIII, sect. 3, et
proportionalitatem prioritas nominatur; tune
fit hanc relationem prioris, per se loquendo, ergo relatio prioris erit etiam realis, et for- tendi consequentia. dlsp. XLIII, sect. 2. Dice breviter com-
non esse realem, quia saepe tribuitur iis tasse nunquam alio modo inveruetur realls. prehendi ratione illius p~ticu1ae, .quatenus
quae in re non distinguuntur. Ut horno di- Tandem facile intelligitur ex dictis hane aliud est, quia non agunt 1ll proprlUm sub-
citur prior Petro subsistendi consequentia. enumerationem priorum non esse divisio- CAPUT XII iectum, nisi quatenus caret tati actu ve!
Interdum tribuitur respectu rei non exis- nem aliquam uruvocam, sed analogam, im- De potentia motu. Nec est necesse quod talis potentia
tentis, ut ego dicor prior tempore Antichris- perfectam et proportionalitatis. Non est quando mest ei qui per illam movetur, per
to, Nonnumquam vero ratio prioris nega- enim hic attributio ad unum primum sig- Quaest. 1. Primo quaer¡ solet de defiru- accidens ei insit, ut quidam interpretantur.
tione .. quadam .consummatur; ·diGitur ·enim nificatum, sed est proportio quaedam. Et tione potentiae activae, scilicet: Bst prin- Nam licet in exemplo quod Aristoteles
aliquid prius tempore alio, quia existentiam videtur quidem pi"imum dicta ratio prioris cipium transmutandi aliud, aut quatenus affert' de medico curante se, ita contingat,
habet vel habuit altero nondum existente. et posterioris in motu aut tempore: inde aliud est; habet erum pJures difficultates. non 'tamen dixit Ariocoteles necessarium
Interdum vero consistit in quadam com- vero per quamdam proporuonalem simili- Prima, quia non comprehendit potentiam esse, ut semper ita fiat. Alli reiiciunt has
paratione relationum, ut cum dicitur prius, tudinem ad alia translata. creandi: de hac vide disp. XX, sect. 1. facultates, gravitatem, etc., quia solum sunt
quod est primo propinquius. Denique ali- Q. 2. Ultimo potest bic quaeri cur Aris- Breviter dicatur Aristotelem notioribus ver- instrumenta motus. Sed non mihi placet,
quando haec prioritas habet fundamentum toteles hic praetermiserit eam prioritatem bis usum fuisse, posse .tamen accornmodari quia revera sunt propriissim~e potenti:'le ~c­
in natura, aliquando vera in sola humana naturae quae existit in causalitate. Respon- vél extendi, si nomine mutationis non rigo:- tivae, .ucet respe~tu g,e~erantls ~en~mlllatl<:
existimatione, vel designatione) ut etiam detur vel otnÍsisse illam, quia nisi ineludat rose, sed late utamur, pro quavis eductione nem mstrumentl aCClplant, satls lmpropne
Aristoteles hic notavit. Per se igitur ad prio- a}iquam aliam prioritatem in subsistendi de non esse ad esse, et consequenter per ac late, ut explicui dlsp. XVII, sect. 2.
74 lrufice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro quinto.-Cap,. XIV, XV, XVIy XVII_____________-'-7"'-S
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seco 2. La cuarta dificultad, por el contrario, está en que bajo esta definición ~tt'-lico~o ofrece dificultad alguna especial que no se trate allí, sobre todo
caben no s610 las potencias, SIDO también los hábitos, comO' el arte, de la que arlS
porque a 1fi cultad rad·lca en las cosas mismas.
o e el sentido literal es claro; y Id'
pone Aristóteles un ejemplo. La facilidad del problema permite responder: no
se trata aquí de la potencia en sentido estricto como la segunda especie de la CAP. XIV
cualidad, sino que se toma ampliamente como un principio de acción, y de esta Lo CUALIFICADO Y LA CUALIDAD
manera comprende también la forma sustancial en cuantO' puede efectuar algo.
De igual modo la potencia pasiva, de la que trata en seguida Aristóteles, com- Este capítulo lo tratamos ex professo en la disp. XLII a la XLVI sin que sea
prende la materia y cantidad, en cuanto es receptiva. E igualmente, en etra preciso añadir aquí nada.
acepción de potencia que pone a renglón seguidO', a saber, que se dice que puede
el que puede bien, comprende los hábitDS y disposición, que confieren esa facili- CAP. XV
dad por la que se dice que uno puede bien. También tratamos abundantemente este capítulo en la disp. XL VII sin que
Cuesto 2. A su vez se puede investigar la naturaleza del poder de resistencia :sea necesario hacer advertencia alguna.
que parece incluir aquí también Aristóteles entre las potencias; e igualmente si
la impotencia es privación de potencia o también potencia positiva. La prime~ CAP. XVI
cuestión se trata en la disp. XLIII, seco 1, la segunda en la disp. XL, seco 3.
Lo PERFECTO
Cuesto 3. Si la potencia objetiva es potencia real, y qué razón hay consi-
guientemente para llamar posible a una cosa que nO' existe actualmente. De estO' En este capítulO' no se presenta cuestión alguna que requiera discusión. E?-
he tratado en parte en la disp. XXXI, seco 3; en parte en la disp. XLllI, al efecto, Aristóteles propone la descripción común o significación de perf,ecto, di-
principio. Los puntos restantes sobre la potencia pasiva y otras acepciones de dendo que es perfecto el ser al que nada le falta de las cosas, claro esta, ~ue le
potencia aquí expuestas carecen de dificultad, si se tiene en cuenta lO' expuesto competen para su compleción. Esta descripción la pro.~one dentro de dIversO's
acerca de la potencia activa. Pues todo lO' demás se ha de entender por propor- géneros, Ü' sea', señalandO' los diversos modos de perfecclon de las cosas, unos. en
ción a ella, porque, según dijO' Aristóteles al fin del capítulO', ésta es la potencia concrete por su magnitud, otros por integridad de todas sus partes, por realIza-
primera, y por relación a ella se da este nombre a cualquier otra potencia. De ción pe:fecta, por poder, por obtenciót; del fin:, cosas todas claras en ,el textO';
'este tema, es decir, de la potencia y el acto, nos hemos ocupado ampliamente en nosotros en la disp. X, al estudiar el bIen, ensenamos I? qu: parece mas nec,es~­
la disp. XLIII. río sobre lo perfecto, porque el bien y lo perfectD o se ldenufican o parecen mU-
_mamente vinculados, según observamos allí.
CAP. XIII
CAP. XVII
EL CUANTO O CANTIDAD
EL TÉRMINO
A propósito de este capítulo surgen graves cuestiones que desentrañamos Tampoco aquí se ofrece nada que aclarar o discutir por tratarse únicamente
en las disps. XL y XLI, por lo que creemos inútil catalogarlas aquí. Pero el textD de los significados del vocablo término, ha:to, c!aros en el texto y 5ue su~l~n,
además, explicarse en los rudimentos de dmlectlca. El asunto en SI no orlgma
Quarta difficultas e contrario est, quia sub Q. 3. An poten tia obiectiva sit aliqua
hac definitione non salum comprehendun_ potencia realis, et consequenter unde ruca- perfectum cui nihil deest, eorum, scilicet,
tur potentiae, sed habitus etiam, ut ars, in tur res possibilis, quando actu non esto De ·cialis diffieultas occurrit quae ibi tractata
qua pomt exemplum Aristoteles. Respon- non sit, ea ve! maxime quod littera est per- quae illi debita sunt ad suurn eompleme~­
hac re partim dixi disp. XXXI, sect. 3, tumo Quam descriptionem in variis genen-
detur (quia res est facilis) hic non sumi partim disp. XLIII, in principio. Reliqua spicua, totaque difficultas est in rehuso
potentiam stricte pro secunda specie qua- bus declarat, seu diversos modos prop?~en­
quae de potentia passiva et de ailis accep- do quibus a}iqua dicuntur perfecta, sedicet,
litatis, sed late pro quovis principio agendi, tionibus potentiae hic dicuntur, non habent CAPUT XIV
et ita comprehendi etiam formam substan- magnitudine, et partium i~t~gritate, et ~om­
difficultatem, suppositis quae de potentia De quali et qualitate plemento, et virtute, et f1lliS co~secut1on.e,
tialem quatenus aliquid agere potest. Sicut activa sunt notata: nam per proportionem
et potentia passiva, de qua statim Aristote- Hoe caput ex professo expommus a dis. quae omnia in textu sunt perspIcua, et ~n
ad illa'"reliqua sunt intelligenda; nam, ut disp. X, traetantes de bono, q~ae de per-
lesl agit, comprehendit materiam et quanti- in fine capitis Aristoteles dixit, iUa est pri- XLII usque ad XLVI, neque est quod hic
tatem, ut receptiva esto Et similiter in alia .aliquid addamus. fecto neeessaria videntur, tradlmus; que-
ma potentia, et per aliquam habitudinem niam bonum et perfeerum ve! sunt idem,
acceptione potentiae, quam statim pomt, ad illam omnis alia potentiae denominatio
nempe ut posse dicatur qui bene potest, CAPUT XV vel multum inter se connexa esse videntur,
sumpta esto De hac vero materia, scilicet ut ibi notamus.
.comprehe-ndit -habitus et disPQsitionem, quae de potentia et aetu, ¡ate egimus disp. XLIII. Hoe caput ex professo exporumus a disp .
conferat eam facilitatem, ratione cuius dici- XLVII, et ideo nihil annotare necesse esto CAPUT XVII
tur aliquis bene posse.
Q. 2. Rursus quaeri potest quid sit po- CAPUT XIII De termino
CAPUT XVI
tentia resistendi, quam etiam hic Aristoteles Nihil etiam hoc loco oecurrit notandum
inter potentias numerare videtur; itemque De quanto seu quantitate De perfecto aut disputandum, quia sol?ID hic. agitur de
an impotentia sit privatio potentiae, vel Cirea hoc caput graves occurrunt quae-s- significationibus huius V~lS temn,:us, qu~e
etiam positiva potentia. Sed prior quaestio
In hoc capite nulla occurrit quaestio quae
tiones, quas prosequimur disp. XL et XLI, nostra disputatione indigeat. Tradit enim in textu satis sunt persPlcuae, et m pnIDlS
tractatur disp. XLIII, sect. 1, alia vero disp. et ideo eas hoc loco recensere necesse non etiam dialecticae rudimentis tradi solent. De
XL, sect. 3. Aristoteles cornmunem descriptionem vel
esto Cirea textum vera Aristotelis nulla spe- :significationem perfecti, dicens illud esse re vero ipsa nulla occurrit quaestio, tum
76 lndice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro quinto.-Gaps: XIX y XX 77

problema algunO', en primer lugar, pO'r su gran analO'gla y la amplitud de su S al pOl' cO'mO' puede deducirse de los anteriores valores de según que, ya
v elacpartícula
que e, por es muy apta. para expresar las rel' d
aClOn~s e causas.
La' s SIg-
significadO', pues término se dice de la palabra en cuanto significativa, según
declaran IDS dialécticO's y, de manera especial, de la definición, cO'mD anDta aqul nificaciones de según su naturaleza o por su naturaleza .estan ~l~as en el texto.
Aristóteles; se aplica también al limite real O' de la cantidad, tratadO' en el Téngase en cuenta, sin embargo, que aquí parecen haber SIdo OlTI1tIdos algunos mo-
predicamento de la cantidad, o del tiempo, movimiento, referencia o relación, !
dos per se puestos en el lib .. de los 4nalíticos Segundo~. Pues el modO' segundo p,,,,.
conocimiento, potencialidad, de todo lo cual nos ocupamos en diversos lugares. se, es decir, predicar la paslOn del, sUJe~o, no consta a~Ul, a no ser que se ,lo reduz.ca
En segundo lugar, sobre todo porque el uso común de término, considerado al tercero aqui señalado, que es mas uruversal y se aplIca a todo 10 que esta o c~nvIe­
metafísicamente, o consiste en cierta negación, por cuanto algo nO' puede rebasar ne en primer lugar a otra cO'sa, 10 cual es aplicable a la !,asi?:, respectO' del prO'P;O' sn-
su límite, o en cierta denominación extrínseca, por designar aquello a lo que jetO'. También fué O'mitido el cuartO' modO' de ~re~lcaclOn per se por raz~n de
algO' tiende O' en qne repO'sa, tal cO'mO' expO'nemos en la disp. XLVII, seco 10, al causalidad. Pueden igualmente apunt~rse otros sIgmfi:ados de e~tas expr:sl?UeS,
explicar el términO' de la relación. de IO's que aquí nO' se habla, pO'r e¡empIO', que la fO'rmula segun que hrmta a
veces la significación corno cuando se dice blanco según los dientes; y que la
fórmula por su natu~aleza excluye a veces la ~ón per accidens, como .di~imos
CAP. XVIII
antes a propósitO' del lib. lIT, c. 3. PerO' es suficleme qne haya tO'cadO' AnstO't,;,les
SEGÚN QUE, SEGÚN SU PROPIA NATURALEZA y POR SU PROPIA NATURALEZA las principales significaciO'nes a las que SDn reductibles O' PO'r las que son explica-
Por el resumen del capítulo se echa de ver que no se trata aquí de cosas~ bles las demás. Ni en estO' existe ningún prO'blema especIal.
sino del significadO' de estas expresiones; en efecto, S011 términos sincategoremá-
ricos, que no significan los objetos, sino sus relaciones. Así dice Aristóteles que la CAP. XIX
expresión según que significa con frecuencia la relación de causa formal, por LA DISPOSICIÓN
ejemplo si decimos que el hombre es estudioso según virtud; pero que algunas Este capítulO' está expresameme expuestO' en la disp. XLIT, seco 2, al explicar
veces expresa relación de causa material próxima, por ejemplo, cuando a: una pared J~ primera especie de cualidad.
se le llama blanca según su superficie; y que muchas se aplica a otros gé-
neros de causas. Finalmente, que alguna vez puede significar relación de si- CAP. XX
tuación, si decimos, v. gr., que Pedro se sienta después. del rey. Conviene fijarse
EL HÁBITO
en esta última acepción, por usarse poco en las escuelas, aunque es muy latina
en realidad, siendO' su significado estricto estar inmediatamente después de otro. La primera parte del capltnlO' pertenece al predicamentO' concreto del hábito, y
Por eso, sin limitarlO' al orden de situación, puede extender su significado a un por esO' la exponemos en la disp. LII, que se ocu~a de estO'. ~e:O' la segun~
orden de perfección, si se dice, por ejemplO', que la fe es la virtud más perfecta se refiere a una significación, por razón de la cual VIene a conStItUIr una especIe
después de la caridad, o sea, lmnediatamente después de la caridad. de cualidad propia, y puede inclusO' significar O'tras cualidades; pO'r ello ex-
Pasa luegO' Aristóteles a explicar el significado de según su naturaleza y por ponemos esta parte en la disp. XLII y más extensamente en la XLIV, que es la
su naturaleza, teniéndolas por slnónimas, diciendo que según equivale muchas destinada a lO's hábitos.
cans secundum saepe ídem significare quod gisse praecipuas significationes, ad quas vel
propter magnam analogiam et amplissimam vocurn; sunt enirn bae voces syncategore- per, ut ex prioribus significationibus ipsius aliae reduci possunt vel ex eis intelligi. Ne-
significationem, nam t'erminus dicitur et de matlcae, quae non significant res aliquas, secundum quod colligi etiam potest; nam que hic occurrit quaestio aliqua disputatio-
voce ipsa significativa, quo modo tractatur sed babitudines rerum. Et ita ah Aristote- habitudines causarum particula per optime ne digna.
a dialecticis, et peculiari ratione dicitur de les dictionem secundum quod saepe signi- significat. Significationes autem vocis se-
definitione, ut hic Aristote1es annotat; di~ ficare habitudinem causae formalis, ut si cundum se, aut per se, clarae sunt in textu. CAPUT XIX
citur etiam de termino reali \¡el quantitatis, dicamus bominem esse studiosum secundum Adverte tumeo, omisws hic videri aliquos
de quo agitur in praedicamento quantitatis, virtutem; aliquando yero dicere habituru- modos per se, positos in lib. 1 Poster. Nam
De dispositione
vel temporis, motus, babitudinis seu relatio- nem causae materialis proximae, ut cum di- -modus ber se secundo, scilicet, cum passio Hoc caput ex professo exponimus disp.
nis, inquisitionis., potentialitatis, de quibus citur paries albus secundum superficiem; praedic~tur de subiecto, hic non ponitur, XLII, sect. 2, explicando primam speciem
variis locis disseritur. Tum maxime quia saepe etiam extendí ad alia causarum ge- nisí reducatur ad tertium hic positum, qui qualitatis.
commurus appellatio termini, prout meta- nera. Ac denique aliquando significare ba- est universalior, et dicitur de omni eo quod
pbysice consideratur, vel in quadam nega- bitudinem situs, ut cum dicitur Petrus se- CAPUT XX
tione consistit, quatenus res non tendit ultra primo alicui inest seu convenit, quod potest
dere secundum regem. Quae ultima accep- propriae passioni attribui respectu proprii De habitu
terminum, ve1 in denominatione extrinseca, tiÜ' est notanda; est enim i,n scbolis parum
quia- -est-----id---ad----quod aliud ·---tendít-- vel in subiecti. Quartus etiam modus dicendi per Prior pars huius capitis pertinet ad spe-
usitata; re tamen vera est latina, et in ri- se, ratione causalitatis, hic praetermissus esto
quo sistit, ut disp. XLVII, sect. 10, attingi- gore significat esse proxime post aHum. cialem praedicamentwn habitus, et ideo
mus, explicando terminum relationis. Possunt etiam aliae significationes barum illam exponimus disp. LII, "quae est de
Unde non solum ad ordinem situs, sed vocum annotari, quae hic non tangnntur, ut
etiam ad ordinem perfectionis significan- hac re. Posterior vero pars spectat ad eam
quod dictio secundum quod interdum di- significationem qua speciem quamdam qua-
CAPUT XVIII dum extenditur, ut si dicas fidem esse per_
minuit significationem, ut cum dicitur: Al- litatis propriae constituit, et ad alias etiam
De secundum quod, et secundum se, fectissimam virtutem secundum cbaritatem,
id est, proxime post charitatem. bus secundum dentes; et dictio per se ali- qualitates significandas transfertur, et ideo
ac per se quando excludit unionem per accidens.• ut hanc partem tractamus in dicta disp. XLII,
Deinde transfert Aristoteles sennonem ad
Ex ipsa capituli summa constat bic non significationem huius vocis, secundum se, supra circa tertium capitulum libri tertü et latius in disp. XLIV, quae est propria
agi de rebus, sed -de significationibus harum et per se, quas reputat ut synonimas, indi- .annotavimus. Satis ergo est Aristotelem atti- de babitibus .
78 Indice detallado de la metafísica de Arist6teles Libro quinto.-Caps. XXIV, XXV Y XXVI 79

CAP. XXIV
CAP. XXI SENTIDOS DE LA EXPRESIÓN "RECIBIR EL SER DE OTRO"

LA PASIÓN Tampoco este capítulo contiene nada nuevo, ni propiedad alguna del ente,
sino las significaciones de la particula de, y las distintas relaciones que puede"
Las significaciones de esta palabra tratadas por Aristóteles, y mejor aún indicar, bastaute claras en el texto.
los mismos objetos por ella significados, los exponemos en la disp. XLII, seco 2,
cuando se explica la tercera especie de cualidad, o sea, la pasión y cualidad pa- CAP. XXV
sible; y en la disp. XLIX, que trata el predicamento pasión.
LA PARTE

Divide Aristóteles las partes en integrales o cuantitativas, alícuotas y no aH-


CAP. XXII cuotas, subjetivas o pO'testativas, esenciales o metafísicas; son cosas por si evi-
dentes.
LA PRIVACIÓN
CAP. XXVI
Las varias clases de privación que pone Aristóteles en este capítulo son cosa:
EL TODO
clara y trillada en dial<!ctica, e incluso para los sólo medianamente versados. Sin
embargo, pueden suscitarse algunas cuestiones relativas a la entidad de la pri- Indica Aristóteles una doble acepción de todo, una respecto de las partes,
vación o a la oposición privativa; si la privación es algO' real, o ente de razón por constar de ellas, y otra como opuesto a mutila~o, .de n:~nera q~e s7 de~omina
y en qué sentido, si en la oposición privativa se da medio, bien en absoluto, bien todo aquello a 10 que hada falta. Esta segunda slgOlficaclOn se dilUCIdara en el
respecto de un sujeto determinado. Igualmente, si admite grados la privación. capítulo siguiente que trata de 10 mutilado. Aquí analiza la primera. En primer
De todo ello nos ocupamos parte en la disp. XLV sobre las relaciones de opo- lugar enumera sus significados diversos, que pueden aclararse por 10 d1cho
sición, y parte en la disp. última de toda la obra acerca de los entes de razón. respe~to de la parte, porque, cuantos sean los. modos de predicación respecto de
uno de los opuestos, los mismos hay que aplicar al otro. Igualmente, siendo el
todo nno por composición, le es aplicable lo dicho anteriormente acerca del
CAP. XXIII uno, porque prácticamente las. especies de todo son las mismas 9ue ~e :mo, si se
entiende unO' por composición. Consecuentemente, nO' se .neces1ta anadir nada a
POSESIÓN E INHESIÓN esta parte.
A continuación expone el Filósofo el uso de los términos todo (con sentido
En relación con este capítulo no queda más que advertir que 10 expuestO' acer- distributivo -omne-) y todo (con sentido de totalidad -totum~), pero esto
ca del hábito; consúltese, pues, 10 que se dijo en las disp. citadas en el C. 20. depende de la propiedad de la palabra y de la costumbre, a la que hay que ate-
Sobre los modos de inhesión, puede consultarse el Filósofo en el lib. IV nerse. Efectivamente, importa poco que se diga toda agua o el agua toda, la casa
de la Física, C. 3; nosotros apuntamos alguuas cosas en la disp. XXXVII, que
trata de la esencia del accidente. CAPUT XXIV illis constat, vel ut opponitur mutilo, ut,
scilicet, totum dicatur cui nulla pars deest,
Bx aliquo esse, quot modis dicatur et haec significatio posterior constabit ex
Hoc etiam caput non continet novam rero cap. sequenti, ubi de mutilo agit; priorem
CAPUT XXI privativam; ut an privatio aliquid reale aut proprietatem entis, sed significationes hic prosequitur. Et prius varia eius signi-
De passione sit aut ens rationis et quomodo; an in pri- huius dictionis ex, et varias habitudines ficata enumerat, quae ex his quae dicta sunt
vativa oppositione detur aliquod medium, vel quas potest indicare, quae in textu satis sunt de parte possunt esse perspicua, quia quot
Significationes huius vocis tractatas ab absolute, ve! respectu talis subiecti. Item an perspicuae. modis dicitur unum oppositorum, tot etiaro
Aristotele, et multo magis significata ipsa, privatio magis ve! minus suscipiat. De qui- modis dicitur et reliquum. Item cum hoc
tractamus disp. XLII, sect. 2, explicando bus d1sserimus partim in disp. XLV, quae CAPUT XXV totum sit unum compositione, quae dicta
tertiam speciem qualitatis, quae est passio est de oppositionibus, et partim disp. ult~ sunt supra de uno applicari hic possunt ad
et passibilis qualitas, et in disp. XLIX, De parte
totius operis, quae est de entibus rationis~ totUID; nam fere quot sunt modi unius,
quae est de praedicamento passionis. Hic dividit Aristoteles partero in inte- sunt et totius, si unum cum compositione
CAPUT XXIII gralem, seu quantitativam, aliquotam vel sumatur, et ideo de hac parte nihil addere
CAPUT XXII non aliquotam, subiectivaro seu potestati-
De habere et in aliquo esse oportet.
De privatione varo, essentialem vel metaphysicam, quae Deinde vero exponit Philosophus usum
Circa hoc caput praeter notata de habitu omnia satis per se constant.
Caput hoc, quantum ad varios modos pri- nihil occurrit; videantur ergo dicta in dis- horum terminorum omne et totum, sed is
vationum quos Aristoteles in eo tradit, per- putationibus quas citavirnus c. 20, et de- consistit tantum in loquendi propdetate et
CAPUT XXVI consuetudine, quae servanda esto N eque
spicuum et tritum est in dialectica ve! me- modis essendi in videri potest ipsemet
diocriter exercitatis. Nonnullae vera quaes- Phllosophus, IV Phys., c. 3, et aliqua an- De toto enim ad rem quidquam refert sive omnem,
tiones in ea excitari possunt pertinentes ad notamus in disp. XXXVII, quae est de Totum significat Aristote1es dupliciter di- sive totam aquam dixeris, sive totam domum,
entitatem privatioru,s vel ad oppositionem essentia accidentis. ci, sc.ijicet, vel respective ad partes, quia ex ve! omnem, Jicet prius cum maiod proprie-
80 lndice detallado de la: metafísica de ArislÓteles Libro quinto.-Caps. XX_lX-'Y'--X_X_X
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- - -

toda o toda casa, aunque la primera forma sea más propia y menos ambigua o el libro de los Predicables. Aprovecha Aristóteles la ocaSlOn para distinguir dos
equívoca. clases de diferencia genérica: una por género físico, es decir, por sujeto o mate-
CAP. XXVII ria; otra por metafísico o lógico, es decir, por predicamento. Sobre esta distin-
Lo MUTILADO
ción daremos luego algunas explicaciones en el lib. X, a propósito del c. 5; Y más
extensamente en la disp. XIII, seco 2; Y en la disp. XXXV, seco 1. Por significar
Tampoco este capítulo ofrece nada de importancia. Vuicamente explica Aris- el género en una de sus significaciones el primer predicable, hay algunos autores
tóteles las condiciones requeridas, ya por parte de la cosa que se mutila, ya por que aquí se pierden en una prolija disquisición acerca de los predicables. Pero
parte de lo que se corta o separa, para que algo se pueda decir mutilado. Por nosotros limitamos a las disps. V, VI, VII el estudio de los uuiversales exigido por
parte de 10 primero, afirma que se necesita que lo que ha de mutilarse sea un la metafísica, dejando a los dialécticos los demás puntos que son de su competencia.
todo compuesto de partes, como es evidente. Además, ha de ser continuo porque
los números no se cortan, pues cesan con la supresión de cualquier unidad. CAP. XXIX
Así pues, se necesita, en tercer lugar, que sea un todO' heterogéneO', pues lO'
LA FALSEDAD
homogéneO' propiamente nO' puede mutilarse, por conservar cualquier parte la
esencia del todo y por nO' exigir el todO' una determinada composición de partes. En este capítulo explica Aristóteles en qué sentido la falsedad y el apelativo
Se necesita, además, que la cosa que permanece mutilada sea mayO'r que lO' que se de falso se aplica a las cosas, a las proposiciones y a 100s hombres. TodO' estO', por
corta, y que conserve el mismo nombre sustancial y esencial; de lO' contrario, no 10 que respecta al sigoificado de las palabras, está suficientemente claro en el
sería una cosa mutilada, sino otra distinta; por cO'nsiguiente, es preciso también texto. Pero el problema cuya discusión tiene aquí su lugar es la existencia y
que la parte que falta nO' sea de las principales, pues el objeto no puede subsistir naturaleza de la falsedad, y su inclusión entre 100s atributos del ente; dónde se
sin cualquiera de éstas, por ejemplo, la cabeza, el corazón, etc. No obstante, se encuentra formalmente y dónde sólo pO'r denominación extrinseca. Dedicamos a
requiere que sea parte destacada y distinta, porque el corte de cualquier parte- tratarlo una disp. propia, que es la númerO' IX.
cilla nO' convierte una cosa en mutilada, según se ve por el uso. Finalmente, dice
Aristóteles que la parte ha de ser tal que no pueda regenerarse de nuevo, porque CAP. XXX
nO' se puede llamar mutilación un corte de pelo, ya que puede volver a crecer. EL ACCIDENTE
El examen' de todO' esto demuestra que es cuestión de uso de palabras; en efecto,
podría una cosa llamarse mutilada durante el tiempO' que carece de una parte, El accidente es susceptible de doble acepción: o en la línea del efecto, o en
aunque pueda recobrarla por nutrición; pero el uso no lO' autoriza. la línea del ser, por nO' pertenecer a la esencia de algO', sinO' ballarse en él de al-
guna manera, aunque sea con posterioridad de segundo o cuarto modo, es decir,
CAP. XXVIII bien se deba la inhesión a emanación intrínseca de la esencia, bien provenga de
una causa determinada esencialmente. En este pasaje Aristóteles parece referirse
EL GÉNERO a ambas significaciones de accidente, sobre las que se pueden plantear graves
Más que tratar el problema, se enumeran únicamente las significaciones de problemas. Porque respecto de la primera hay una grave controversia acerca
la palabra género, sobradamente vulgares, y explicadas también por Porfirio en de las causas y efectos contingentes, sobre la suerte y el azar, de que tratamos

tate minorique ambiguitate vel aequivoca- nominationem accipiat; alias non erit res etiam traduntur in lib. Praerucab. Hac vero ficationem attinet sunt satis in textu per-
tione dicatur. mutila sed alía. Ex quo etiam necesse est occasione docet AristoteIes duobus modís spicua. De re vero occurrit haec disputatío,
ut pars quae deest non sit ex praecipuis; posse aliqua differre genere, nempe aut an sit, et quid sit falsitas, et an inter pas-
CAPUT XXVII sine aliqua enim ex his res manere non pot- physico, id est, subiecto seu materia, aut siones entis numeranda sit, et ubi fonnali-
De mutilo est, ut SUllt caput et cor, etc. Oportet ta- metaphysico seu logico, id est, praerucamen- ter sit, ubi vero per solam denominationem
men ut sit ex prominentibus et russimili- too De qua dístinctione aliqua infra nota- extrinsecam. De qua re propriam disputatio-
In hoc etiam capite nihil occurrit quod bus, quia non quaelibet particula abseissa bímus lib. X, cirea c. 5, et plura in nem instituimus, quae est numero IX.
alicuius momenti sit; solum enim declarat facit rem mutilam, ut constat ex usu 10- disp. XIII, sect. 2, et disp. XXXV, sect. 1.
Aristoteles quae conditiones requirantur, vel quenru. Deruque ait Aristoteles talem de- Quia vero una significarlo generis est, ut CAPUT XXX
ex parte rei quae mutilatur, vel ex parte bere esse partem, ut iterum generari non significet primum praedicabile, ideo aliqui
quae abscinditur aut abest, ut res mutila scriptores hic latissimarn texunt disputatio- De accidente
possit; non enirn dicitur res mutila etiam-
dicatur. Et ex priori capite ait requiri ut si pi.1i radantur, quia nasci iterum possunt. nem de praedicabilíbus. Sed quae de trae- Accidens dupliciter dicitur, aut in ratio-
quod mutilum fit sit aliquod totum con- Sed haec omnia, ut ex ipsismet constat, tatione UllÍversalium metaphysica postulat, ne effectus, aut in ratione entis, quod est
stans ex partibus, ut per se patet. Deinde solurn spectant ad usum vocis; posset enim ea traduntur a nobis disp. V, VI, VII. Reli- extra essentiam alieuius, eique aliquo modo
ut sit continuurn,- nam numeri non mutilan- res dici mutila, pro eo tempore quo caret -qua vero, quae dialecticorum sunt propria, inest, etiamsi per se secundo aut quarto
tur; nam per ablationem cuiuscurnque UllÍ- cis reliquimus.
parte, etiamsi posset illam restaurare nu- modo posterioristico, ~d est, vel ex intrín-
tatis esse desinunt. Unde tertio neeesse est tritione; sed hoc usus non habet.
ut sit totum heterogeneum; nam homoge- seca dimanatione ab essentia, vel ex certa
CAPUT XXIX aliqua et per se causa insit. Has ergo duas
neum mutilari prop-rie non potest, cum in
CAPUT XXVIII De falso significationes aecidentis attingere videtur
qualibet parte maneat ratio totius, nee to-
tum requirat certam partium eompositio'- De gen'ere In hoc eapite declarat Philosophus quo- hoe loco Aristoteles, et de eis possunt gra-
nem. Necessarium etiarn est ut res quae Hie etiam non de re agitur, sed numeran- modo falsitas falsíque denominatio et re- ves. quaestiones pertraetari. Nam cirea prio-
mutila manet maior sit quam quae abscindi- tur solum significationes huius vocis genus, bus et orationibus et hominibus tribua- rem occurrit gravis disputatio de causis et
tur, earndemque substantiae et essentiae de- quae sunt satis vulgares, et a Porphyrio lur. Quae omnia quantum ad vocum sigtú- effectibus contingentibus, et de fortuna et
6
82 Indice detallado de la metafísica de Arist6teles
83
Libro sexto.-Cap:!!. _____..
ampliamente en la disp. XIX. Mas sobre la primera significación cabe bablar de
Cuesto 4. Si determina nuestra ciencia el objeto de las demás y explica
la naturaleza del accidente en general, de su comparación con la sustancia y de
de algún modo su naturaleza. En la misma disp. l, seco 4.
•u división. Lo tratamos extensamente en las disps. XXXVII, XXXVIII, XXXIX, Cuesto 5. Suele cuestionarse aquí también si el ser en cuanto ser tiene prin-
por 10 que ya no queda nada que advertir respecto de! presente libro. cipios y causas que se consideran en esta: ciencia; estO' se trató en la disp. ill,
seco 3.
Cuesto 6. Finalmente, con motivo de las últimas palabras de! Filósofo,
suele discutirse a ver si, no existiendo sustancia alguna inmaterial, se podría
LIBRO SEXTO DE LA METAFlSlCA
distinguir la metafísica de la física. Esta cuestión y el pasaje de Aristóteles 10
EL ENTE EN CUANTo OBJETO DE ESTA DISCIPLINA O EN CUANTo EXCLUIDo DE ELLA traté en la disp. l, seco lo
Otras muchas cuestiones suelen promoverse aquí sobre el hábito y el acto
Todavía se detiene el Filósofo en preámbulos, y, por así decirlo, en el umbral prácticO' y especulativo, en qué se distinguen y en qué consiste la naturaleza
de esta disciplina, pues no entra todavía en materia sino que retorna a la deter- propia de cada uno. Suele especialmente discutirse la división de" la ciencia es-
minación de su objeto. Sienta primeramente que el objeto de esta ciencia es el peculativa en física, matemática y metafísica; cuanto de esto puede interesar para
ser en cuanto ser, en cuantO' incluye los entes inmóviles y realmente separables, la introducción de esta ciencia, se trata suficientemente en la disp. 1, seco 5 y 6.
aprovechando la ocasión para explayarse sobre las propiedades de esta ciencia Los problemas en sí pertenecen más bien a la ciencia del alma, que considera
y la división de las ciencias especulativas y sobre su comparación. Luego, excluye el entendimiento y sus funciones; los apuntamos, sin embargo, más abajo como
de la consideración de la disciplina algunos entes, a saber, el ente per accidens complemento de la disciplina al explicar una especie de cualidad, el hábito, en
y el ente verdadero. la disp. XLIV, seco 8.
Finalmente, se rozan aquí muchos temas de lógica que pertenecen a los libros
CAP. l de los Analíticos Segundos) que, por In mismo, omitimos, por ejemplO', si la
ciencia da por supuesta la existencia y naturaleza: de su objeto o 10 demuestra
ESTA DISCIPLINA TRATA DEL SER EN CUANTO SER, SIENDO POR ESO LA PRIMERA de algún modo, y otras cosas similares.
CIENCIA ESPECULATIVA, DISTINTA DE LAS DEMÁS
Todas las cosas que explica aquí Aristóteles sobre esta disciplina y su objetos- CA P. II
las tratamos en la primera disputación introductoria, y fueron ya casi tratadas EXCLUSIÓN DEL ENTE "PER ACCIDENS" y DEL ENTE VERDADERO DE LA CONSIDE-
por él en e! lib. l, c. 1 Y 2, Y en el lib. IV, c. 1. RACIÓN DE ESTA CIENCIA
Cuesto 1. Si e! ser en cuanto ser es el objeto de esta ciencia. Disp. l, seco 1. Cuesto 1. Respecto a la primera parte de este capítulo en que Aristóteles
Cuesto 2. Discusión del carácter especulativo de esta ciencia y su primacía: excluye el ente p-er accidens de la consideración metafísica, lo primero que puede
en este orden. Disp. l, seco 5. preguntarse es de qué clase de ente pe, accidens babia. En efecto, el ente per
Cuesto 3. Si esta ciencia es lUlÍversaI y si estudia todos los seres y cómo~ accid-ens puede tomarse en dos acepciones: en primer lugar en la lInea del ser,
Disp. l, seco 2. porque no es uno per se, sino que se compone de varias esencias; en segundo,
casu; de qua re in dísp. XIX copiose dis- scientiarum speeulativarum earurnque COffi- Q. 4. An haee scientia constituat aliis anima, quae de intellectu eiusque muneri-
serirnus. Circa priorern vero significationern paratione. Deinde excIudlt quaedam enria scientils obiecta, et enrum quod quid est bus considerat; tamen pro huius scientiae
dicendum occurrebat de natura accidenrls ab huius scienrlae consideratione, scijicet" aliquo modo ostendat. Eadem disp. 1, complemento attinguntur a nobis :infra, de-
in cornmuni et comparatione eius ad sub- ens per accidens et ens verum. seet. 4. clarando illam speciem qualltatis quae est
stantiam, eiusque divisione. De qua re late Q. 5. Solet etiam hic quaeri an ens, in habitus, disp. XLIV, sect. 8.
agímus in disp. XXXVII, XXXVIII et quantum ens, habeat principia et causas Tandem multa dialectiea hic atrlnguntur,
CAPUT I quae in hac scientia eonsiderentur, quod quae ad libros Poster. pertinent, quae a
XXXIX, et ideo ciren librum hunc nihil
amplius notandum occurrit. Hanc scientiam esse ffe ente ut ens, ideoque disp. I1I, seet. 3, tractatum esto nobis propterea praetermissa sunt, lit an
esse pri11U/.m scientiam speOU!lativam et abo Q. 6. Denique propter ultima verba Phi- scientia supponat an est et quid est de suo
LIBER SEXTUS METAPHYSICAE aliis diversam losophi in hoe capite quaeri solet, si mula obiecto, ve! illud allquo modo demonstret,
esset substantia immaterialis, an scientia et similia.
DE ENTE PRom IN HUIUS SCIENTIAE Omnia quae docet Aristoteles in hoc ca- metaphysica distingui posset a physii::a;
CONSIDERATIONEM CADIT, VEL AB ILLA pite de hac scientia et obiecto eius tractan- quam quaesrionem locurnque Aristotelis CAPUT II
REIICIENDUM EST tur a nobis disp. 1 prooemiali, et ab eodem tractavi disp. 1, seet. 1.
fere tractata sunt in lib. 1, C. 1 et 2, et Alia multa solent hoc loco quaeri de habi- Ens per accidens ct ens verum ab huius
Adhuc immoratur PhilosophuLin prooe- scientiae consider'atione excludi
miis, et (ut ita dicam) in vestibulo huius lib. IV, c. 1. tu et actu practico et speculativo, nempe
doctrinae; non enim incipit de re ipsa dice- Quaest. 1. Utrum obiectum huius seien- quo modo differant, et in quo uniuscuius- Quaest. 1. Cirea priorem huius capitis
re, sed ad consrltuendum eius obiectum re- tiae sir ens in quantum ens. Disp. 1, sect. 1. que propria ratio consistat, et praesertim agi partem, in qua removet Aristoteles ens per
greditur. Et primo statuit obiectum huius Q. 2. An haec scientia sit speeulativa, et solet de illa divisione scientiae speeulativae accidens a eonsideratione huius scientiae,
scientiae esse ens in quantum ens, prout in eo ordine sit prima. Disp. 1, sect. 5. in physicam, matbematicam et metaphysi- quaeri potest primo de quo ente per acc1-
includit entia immobilia, et re ipsa separa- Q. 3. An haec scientia sit universalis cam; sed haec, quantum spectat ad prooe- dens loquatur. Dupliciter enim potest ens
bilia, et hac occasione multa docet de pro- et tractet de omnibus entibus, et quomodo.. mum huius scientiae, satis a nobis tractan- per accidens dici: primo, in ratione entis,
prletatibus huius scientiae, et de divisione Disp. 1, seet. 2. tur disp. 1, sect. 5 et 6. Quantum yero ad quía non est unum per se, sed pluribus es':'
res ipsas, magis spectant ad scientiam de eentiis constat; secundo, in ratione effectus:,
Libro sexto. -Cap. 11 85
84 ¡ndice detall<ldo de la metafísica de Aristóteles
.~---------------- escible el ente per accidem en cuanto tal. Además, porque el ente per accídens
en la linea del efecto, porque no tiene causa per se, sino que sucede sin haberlo en cuanto tal no es un ente, sino varios entes, y así no puede ser objeto de
intentado el agente: es 10 que otras veces suele llamarse efecto contingente. Siendo una ciencia.
equívoca esta doble acepción de ente p'er accidens) no parece correcto el proceder De la primera razón se deduce que no sólo las cosas que suceden raramente
de Aristóteles. En efecto, al principio se refiere a la primera y excluye el ente per y per acciden's, sino también las que son indiferentes y suceden moralmente
accidens que no es uno, sino múltiple; en cambio, después, desde el texto 5, habla par se o por intención de un agente, como son los actos libres, en cuanto tales
del ente per accidens en la segunda acepción. Porque para probar la existencia de nO son objet?, de cien~ia, siendo, por esto, ilusorias las ciencias que adivinan
estos entes per accidens, prueba que hay efectos contingentes y que no todo los futuros libres contmgentes en concreto y determinadamente; pero de esto
sucede por necesidad. en otra parte.
No obstante, hay que afirmar que excluye el ente pe-;' accidens de ambos De la segunda razón se deduce que el ser que resulta de una pluralidad de
modos, según se desprende del contexto. Ni hay equívocos, sino que del ente diverso género, au~que en absoluto se~ un ente pe,r accidens, sin embargo, si
uno per accidens según el ser o por agregación pasa al efecto per accidens. Y la en orden a determInados efectos y propIedades se le considera bajo alguna razón
razón es que el modO' de constituirse lO's entes per accidens de la primera clase, per se ;ma, pu~de ser objeto de ciencia, sobre todo subalternada, según se de-
es la causalidad per accidens y al margen de la intención de los agentes naturales. clara mas amphamente en la dialéctica.
Porque aunque a veces el compuesto accidental parezca resultar de una acción
~?r fin, hay q:re tene~ en cuenta que una cosa es hablar de ente per accidens
única y per se, entonces, bajo ese aspecto, no es ente absolutamente per accidens,
sino hasta cierto punto pe,. se, segón lo que expusimos en la disp. V. Ahora bien, refinendose al objeto mIsmo a que se aplica la· denominación y otra distinta
al no ser uno el ente per accidens, hablando con propiedad, ni es efecto de una hablar de la misma esencia formal del ente per accidens. O dich~ de otro modo:
sola generación, ni per se pretendido por la naturaleza; por eso, desde el mo- una cosa es ~ablar del ente per accidens en acto ejercidO', y otra en acto signadO'.
mentO' que no es objeto de ciencia 10 que sucede per accide'1'ls y eventualmente, Porq,ue, .efectIvamente, e~ ente per accidens como algo objetivo y real no es objeto
es legítima la conclusión de Aristóteles de que los entes per accidens en cuanto de CIenCla, ID cual es eVIdente por ID expuestO'. Y así, en la disp. I, seco 1, demos-
tales no son objeto de ciencia. Ni hace al casO' que un ente por agregación a tramos que en el obj:to de esta disciplina no está comprendido el ente per ac-
veces puede ser pretendidO' por un agente intelectual, precisamente porque bajo cidens. Pero la esenCIa formal del ente per accidens puede considerarse científi-
ese punto de vista es en cierto modo ente per se en orden a algún fin, buscado camente, porque se la concibe a modo de una esencia formal per se, que tiene
por dicho agente, o incluso esto mismO' es simplemente contingente y per ac- sus propiedades, y en este sentidO' tratamos de la división del ser en ente per
cidens, y, en cuanto tal, no es objeto de ciencia. se y ente per accidens y explicamos la esencia propia del ente per accidens en
Cuesto 2. Ahora bien, queda por resolver esta cuestión: en qUr! sentido cuanto al ser, en la disp. IV, seco 3. De la misma manera,. al estudiar las causas
es verdad que el ente per accidens na es objetO' de ciencia. Pero como esto se efici:ntes, hemos hablado de los entes per accidens por eventualidad; de su exis-
trata en el libro 1 de los Analíticos Segundos al exponer la subaltemación de las tenCIa y de sus causas, en casi toda la disp. XIX, y con este mDtive hablamos
ciencias, y es bastante claro de pDr sí, sólo decimos brevemente que precisamen- también del hado y el azar y otras causas per accidens. Las cuales, por idéntica
te porque la ciencia no se ocupa más que de necesarios, por eso mismo no es razón, pDr ejercer su causalidad per accidens, no son objeto de ciencia, perO' sí lo

quia non habet causam per se, sed praeter modo per se, iuxta ea quae tradimus tenus tale esto Item, quia ens per accidens, accidens in actu exercito et in actu signato:
intenrionem agentis evenit, qui alias dici so- disp. V. Cum igitur ens per accidens non ut sic, non est ens, sed entia, et ita non ens ergo. per accidens quoad rem subiectam
let effecrus contingens. Curn ergo ens per sit unum proprie loquendo, neque una ge- carut sub unam scientiam. seu exercitam non cadit sub scientia, et hoc
acddens aequivoce his duo bus modis dica~, neratione fit, neque per se intenditur a na- Et ex prima ratione collige, non tantum est per se evidens ex dictis. Atque hoc
tur, videtur Philosophus inepte procedere; tura, et ideo ex eo quo sub scientiam non ea. quae raro et per accidens eveniunt, sed modQ ostenrumus in disp. 1, sect. 1, ens
naro in principio loquitur priori modo, et cadunt quae per accidens et contingenter etiam ea quae ad utrumlibet, et Der se per accidens non comprehendi sub obiecto
excludit illud ens per accidens quod non eveniunt, recte infert Aristoteles enda per moraliter seu ex intentione agentis - fiunt, huius scientiae. At yero ratio formaIis entis
est unum, sed plura; postea vera a textu 5 accidens ut sic non cadere sub scienuam. ut sunt libera, ut sic non cad ere sub scien- per accidens considerari potest scientifice;
loquitur de ente per accidens posteriori mo- Nec refert quod ens per aggregationem pot- tiam; ut hinc intelligatur vanas esse doctri- nam concipitur per modum unius rationis
do. Nam, ut probet esse huiusmodi entia est interdum per se intendi ab agente in- nas quae divinant de futuris liberis in par- formalis per se, quae habet suas proprie-
per accidens, probat esse effectus contin- tellectuali, quia vel sub ea rauone est ali- ticulari et definite; de quo alias. tates, et hoc modo egimus de divisione en-
gentes, et non Olnrlla ex necessitate evenire. quo modo per se in ordine ad aliquem fi- Ex secunda yero ratione collige ens con- tis in ens per se et per accidens, propriam-
Dicendurn vero est Aristotelem utroque nem a tali agente intentum, ve! certe ilIud stans ex multis diversorum generum, licet que rationem entis per accidens quoad esse
modo exc1udere ~l1s per accidr;!Us, ut ex idem est mere contingens et per accidens, absolute sit ens per accidens, tarnen si con- declaravimus disputo IV, sect. 3. Similiter
coÍ1texni constato Neque est aequivocatione atque ita ut tale est, sub scientia.'n non sideratur sub aliqua ~tione per se una in inter disputandum de eausis efficientibus,
usus, sed ab uno ente per accidens secun- cadit. ordine ad aliquos effectus vel proprietates, diximus de entibus per accidcns quoad
dum esse, seu per aggregationem, divertit ad Q. 2. lam vero quaestio relinquitur, posse cadere sub scientiam, maxime subal- contingentias, an sint, et quas causas ha-
effectum per accidens; quia modus quo quo sensu verum sit ens per accidens non ternatam, ,ut latius in rualectica tractatur. beant, disp. XIX, fere per totam, ubi
consurgunt entia per accidens priori modo, cadere sub scientiam. Sed quía res haec trac- Ultimo est eonsiderandum aliud esse 10- etiam hac occasione de fato et fonuna, ali-
est causalitas per accidens et praeter inten- tatur in 1 Poster.~ ub~ agitur de subalterna- qui de ente per accidens quoad rem subiec- isque causis. per accidens disserimus. Quae
-tionem agentiurn naturalium. Nam, licet in- tione scientiarum, et per se satis est clara, tam huie denominationi, aliud de ipsamet simili modo, ut exercent causalitatem per
terdurn accidentale compositurn videatur una dicendum est breviter, ea ratione qua formali ratione entis per accidens; quod . accidens, sub scientiam non cadunt; ratio
actione Heri, et per se, sub ea tamen ratione scientia non est rusi de necessarüs, ens alíter dicitur, aliud esse loqui de ente per autem formalis illius causalitatis in quo
non est ornnino ens per accidens, sed aliquo per accidens non esse obiectum scibile, qua-
86 Indice. detallado de la metafísica de Aristóteles Libro sexto.-Cap. II 87

es saber en qué consiste la esencia formal de dicha causalidad y cuál es su él, en el lib. III De Anima, c. 6, texto 26, y en ~l lib. VI de. la Metafísica, c.. 12,
origen. Y aquí acaba lo referente a la primera parte del capítulo.. . donde lo hicieron notar los expOSItores, especIalmente Alejandro de AfrodisIa,
En la segunda el Filósofo elimina de la consideración de esta CIenCIa el ser Santo Tomás, Alejandro de Hales y Temistio, a propósito del lib. m De Anima,
que llama verdadero por oposición a falso, en cuanto no es ser. Da comO' razón en el c. 45 de su obra. En el primer pasaje se expresa .sí Aristóteles: La predi-
que pertenece únicamente a la síntesis y división mental y es ~or ende ente, de cación es atribuir algo @ algo, igual que' la afirmación; y todas pueden ser ver-
razón. Acerca de esta parte se presentan· muchas dudas. En prImer lugar, 81 la daderas o falsas; pero no así toda intelección, porque la que aprehende el con-
verdad compete sólo a la síntesis y división mental o también a la simple apre- cepto derivado de la esencia es ~~da~e1'a sin atl'i~uir algo? alg,:, .sino que es
hensión. Aristóteles parece afirmar claramente 10 primero y negar 10 segundo verdadera, igual que la percepclOn ",sual del objeto propw. Dlstmgue clara-
con estas palabras: porque' como el ser verd'adero, y el no ser en' cuanto falso, mente un modo de verdad diferente del que resulta de atribuir algo a algo, es
por referirse a la síntesis y división, etc., y luego: pues lo verdadero y falso decir, de la slntesis. Que esta verdad no tenga falsedad opuesta 10 declara Aris-
no se dan en las cosas coma lo bueno y lo malo, stno en la mente; pero como tóteles en el lib. IX de la Metafísica, capítulo último; pues, habiendo dicho en el
expresión de lo simple y quiditativo ni siquiel"a en la mente. Aquí afirI?a mani- texto 21 que la verdad y falsedad se hallaban en la slntesis y división, se pre-
fiestamente que la verdad está en la síntesis mental, no en las cosas, SIDO en la gunta después en el texto 22 cómo pueden encontrarse en los actos simples;
mente; y explica que no se da en cualquier operación de la mente, por nO' darse y responde que a su manera hay también en ellos verdad y falsedad; pero pro'
en el acto simple con el que conocemos la esencia, sino únicamente en la sín- piamente sólo la verdad, y, en cambio, la falsedad impropiamente y por iguo-
tesis. Como se trata de lenguaje científico de aplicación general, tiene valor uni- rancia o per accidens. Porque comprender, afirma, es decir la verdad, y para que
versal, y toda excepción o distinción estará en contradicción con la doctrina. de nadie creyese que aquí decir se tomaba por juzgar, según apunta en el pasaje
Aristóteles O' la restringirá, siendo incompatible con su actitud.' Por eso, el citado del De Anima, apostilla con estas palabras: en efecto, no es lo mismo
Comentador, Alejandro de Afrodisia, Escoto y otros 10 exponen sencillamente afirmar que decil' (porque aquí decir se usa como concebir una cosa tal cual es).
sin explicación ni restricciones. Empero, no comprenderla, continúa, es ignorar, como si dijera que en este caso
En cambio, Santo Tomás y Alejandro de Hales hacen claras limitaciones y hay ignorancia más bien que falsedad, a no ser accidentalmente, es decir, si se
admiten la eyjstencia de cierta verdad en el concepto simple de la mente. De añade la síntesis (del juicio) y se atribuye un concepto extraño a 10 que no
esta opinión hacem{)s una amplia defensa en la disp. VIII, seco 3. En resumen, corresponde.
la solución apuntada po< Egidio Romano, Quodl. IV, q. 7, es que hay dos clases y en este mismo sentido dijo Aristóteles en el lib. III De Anima, c. 3, tex-
de verdad: una, a la que se opone la falsedad; otra, a la que no se opone la to 161, que a veces hay falsedad en la fantasía y en los sentidos; entendiéndose,
falsedad, sino la ignorancia; po< consiguiente, Aristóteles en este lugar habla de claro está, no en sentido propio O' per se, sino per accidens. Porque, cuando el
la primera falsedad y de ella es absolutamente cierto que sólo se da en la sin- sentidO' se engaña, su error consiste en no captar 10 que hay, sino otra cosa;
tesis y división. En cambio, la segunda clase de verdad se da en la simple y esto es falsedad impropia, y, mejor diríamos, ignorancia. Accidentalmente, sin
aprehensión. embargo, se origina falsedad nO' tanto en el sentido como en el entendimiento,
Que ésta es la legítima interpretación de Aristóteles, 10 deducimos de él por atribuir 10 que se presentó al sentido a una cosa a que no corresponde. Esta
mismo. En primer lugar, la distinción de dos clases de verdad está tomada de diferencia entre la verdad y la falsedad de los actos simples -qu~ una sea propia,
posita sit et unde oriatur sub scientiam ca- in compositione. Cum autero sermo sit doc- ~ . i 1:; :i!·~~i.!fm
dit. Atque haec de priori, parte huius capitis. trinalis et indefinitus, aequivalet universali, tatis ex ipso desumpta est, lib. III de Ani- attingere (inquit) est dicere verum (ne ta-
In posteriori autem excludit Philosophus et quaecurnque exceptio vel distinctio fiat, ma, C. 6, texto 26, et .lib. VI Metaph., C. 12, rnen quis putaret hic sumi die ere pro com-
a consideratione huius scientiae ens quod erit aperta contradictio vel limitatio doc- ubi expositores, praesertim Aphrodisaeus, et ponere, sicut in citato loco de Anima, in-
appellat verum, cui opponitur falsum, ut trinae Aristotelicae, et extra mentem eius. D. Thomas, et Alensis notarunt, Themis- terponit dicens): Non enim est idem affir-
non ens. Et rationem reddit, quia haee tan- Dnde Cornmentator, Alexander Aphrodlsae- tiusque, III de Anima, C. suo 45. In prio- matio et dictio (hic enim dicere sumitur
tum sunt in compositione et divisione men- us, Scotus, et alli ita simpliciter exponunt ri itaque loco sic ait Aristoteles: Est autem pro eo quod est concipere rem sicut est).
tis et ita sunt entia rationis. Circa quam absque declaratione ve! limitatione. dictio quidem aliquid de aliquo, quemad- At non attingere~ ait, est ignorare, quasi ru-
partem multa dubitari possunt. Primum an D. Thomas yero et Alexander Alensis modum affirmatio; estque vera veZ falsa cat, ibi non est falsitas, sed ignorantia, nisi
veritas sit solum in compositione et divi- aperte limitant, et aliquam veritatem faten- omnis; at intelIectus non omnis, sed qui secundum accidens, id est, adiungendo com-
sione intellectus, vel etiam in simplicium tur esse jn simp}ici mentis conceptu. Quam est ipsius quid est ex ipso quid erat esse~ positionem et tribuendo alienum conceptum
apprehensione. Aristoteles enim hic aperte sententiam late defendimus disp. VIII, ex verus est, et non aliqurid de aliquo, sed ei cuius conceptus non esto
videtur affirmare primum, et negare secun- sect. 3. Et brevis resolutio est, quam tetigit ut visus proprii verus esto Ubi aperte distin- Quo etiam modo di,xit lib. III de Ani-
duro, illis verbis: Quod autem tamquam ve- Aegid., Quodl. IV, q. 7, dupllcem esse ve- guit alium modum veritatis, praeter illuro ma, c. 3, texto 161, in phantasia et sen-
rum ens, et non ens ut falsum, quoniam ritatem: unam quae habet oppositam fal- qui est ut aliquid de aliquo~ id est in com- sibus esse interdum falsitatem; intelligit
circa c6mpositionem el - divisionem est, sitatcm, alteram, quae non habet opposi- positione. Quod autero illa veritas non habeat erum non proprie et per se, sed per ac-
etc. Et mfra: Non est autem verum et tam falsitatem, sed ignorationem. Aristote- falsitatem oppositam, declarat Aristoteles cidens. Nam sensus ipse, curo decipitur, so-
falsum in rebus sicut bonum et malum, les ergo hoc loco de priori falsitate loqui- lib. IX Metaph., C. uIt., ubi cum texto 21 lum deficit non apprehendendo quod est,
$ed in mente; arca simplicia vero, et tur, et de illa universaliter verum est so-- dixisset verum et falsum in compositione sed aliud, quae est impropria falsitas, et po-
circa ea quae quid sunt~ nec in mente. lum reperid in compositione et divisione. et divisione l'eperiri, interrogat deinde tius quaedam ignoratlo; per accidens vero
Ubi aperte et affirmat veritatem esse Posterior autero veritas in simp1id concep- texto 22, quomodo possint in simplicibus sequitur falsitas, non tam in sensu quam
in compositione, et negat esse in rebus, tione locum habet. inveniri, et respondet suo etiam modo re- in intellectu, quia id quod sensui apparet
sed in mente, et declarat non esse in qua- Hane vero esse legitimam Ar¡stotelis in- periri in eis verum et falsum; sed verum tribuít re.i, cui non convenit. Hane vero dif-
p.bet mentis operatione, quia non in sim- telligentiam ex eodem Aristotele colligimus. proprie, falsum autero solum improprie et ferentiam ínter veritatem et falsitatem sÍDl-
plici qua cognoschur quid est, sed tantum Nam imprimís distinctio illa duplicis veri- per ignorationem seu per accidens. Nam plicium, quod illa sit propria, haec vero
_8_8________________Ic-:,,::d::ice. detallado de la metafísica de Arislóteles Libro séptimo.-Cap. 1 89
por opuesta se halla en las cosas, y que, en cambio, la verdad que tiene propia.
l~ otra impropia- la. explica suficientemente Aristóteles en el lugar citado del
mente la falsedad como opuesta, no se encuentra- en las cosas, sino en la mente,
libro IX de la M~tafzs¡ca al llamar a esta verdad simplemente verdad; y a l.
fals.edad,. en Cru:z;blO, la llama más bien ignorancia y falsedad per accidens, o, quedando entonces claro el problema.
Cuesto 6. Finalmente puede cuestionarse la inclusión de los entes de razón
mejor aun, ocaSIOn de falsedad, como con testimonio del mismo en el lib. V de en el estudio de la metafísica. Porque la razón de que se vale Aristóteles para
la M?lafísíca, c. 29, exponemos con más extensión en la disp. IX, seco l. excluir al ente verdadero, ésa misma excluye todo ente de razón. Esto es verdad
Fu:almente está claro que en este lugar del lib. VI de la Metafísica el Filó- si se trata del objeto directo y propio, como dije en la disp. 1, seco 1. Pero no
sofo solo habla de la. ver~a~, a la que contrapone la falsedad; en primer lugar, hay obstáculo para que, ocasionalmente y para distinguirlo del ente real, se consi-
porque en otros pasajes distmgue dos clases de verdad admitiendo una de ellas
dere al ente de razón en esta disciplina, según apuntamos en la última disputación
fuera de la sínte~is del j.uicio;. segundo, porque no juntó 'siempre verdad y falsedad
de la obra; efectivamente, Aristóteles, excluido aquí el ente verdadero, promete
en este pasaje sm mOTIVO, smo para indicar que hablaba del ente verdadero al
un estudio sobre otro distinto y lo lleva a cabo en el cap. último del lib. IX.
que se opone ~a falsedad del ':0 ser. Además, porque antes en el lib. V, c. 7, tex-
to 14, enumero entre las acepcIOnes del ser la que significa la verdad de la síntesis;
y a este ente verdadero alude ahora al decir que el ente verdadero sólo se da LIBRO SEPTIMO DE LA METAFISICA
en la sintesi~ del ~~t~~dimiento. Porque al comienzo de este capítulo repite Aris-
LA SUSTANCIA, PRIMER SIGNIFICADO (DEL SER)
tóteles la tnple divlSlon del ser que había puesto en el lib. V de la Metafísica,
c. 7, a saber: ser per se y per accidens, ser verdadero y no ser de falsedad ser En este libro comienza Aristóteles a estudiar el objeto principal y en cierto
actual y ser potencial. Y eliminó primeramente el ser per accidens e inm~dia­ modo único, según él mismo dijo en el primer capítulo, de esta disciplina, que es la
tamente el ser .verdadero. Por consiguiente, aquí habla de lo mismo que había sust~ncia. P~imeramente expone el plan, explica luego la noción de sustancia y
hablado en el lib. V. dedica atenCIón preferente a la esencia; finalmente se detiene muchísimo en dis-
Cuesto 4. De esto se deduce fácilmente la solución de otra cuestión: si la cutir las opiniones de los filósofos acerca de las diversas clases de sustancias.
verdad y falsedad se dan eu las cosas. Parece que aquí lo uiega Aristóteles pero
cabe la misma interpretación, pues tampoco hay en las cosas una verdad' a la CAP. 1
que ~e opo~ga una falsedad propia; pero hay una verdad peculiar, de la que se LA SUSTANCIA ES EL PRIMER SER Y PRIMER OBJETO DE ESTA DISCIPLINA
hablo ampliamente en la disp. VIII, seco 7. Está fuera de duda que esta verdad Cuesto 1. En primer lugar, se puede tratar aqui el problema de la analogía
fue reconocida por Aristóteles cuando dice en el lib. II de la Metafísica, C. 1, del ser respecto de la sustancia y de los accidentes por defenderla abiertamente
que cada cosa es verdad en la medida que es, y que los seres más verdaderos son Aristóteles en este pasaje. Véase disp. XXXII, seco 3.
los seres más perfectos. Cuesto 2. Segundo, suele discutirse si los accidentes. en abstracto son seres,
Cues!. 5. A su. vez cabe pregontar en este lugar si la bondad y maldad están ya que Aristóteles parece planteárselo aquí. Pero, fuera de lo dicho sobre la
en_las cosas, matena de que se habló en las disp. X y XI. La diferencia aquí
rebus reperiri; veritatem autem quae ha- (ut ipse primo cap. dixit) obiecto huius
senalada por Arlstóteles está en que la bondad que tiene la maldad propiamente bet propriam falsitatem oppositam Don re~ scientiae, quod est substantia: et prius m-
periri in rebus, sed ¡n mente, et ita est tentionem proponit: de¡nde declarat quid
ÍInpropr,ia, Aristoteles satis explicat in res clara. sit substanda, et praesertim agit de quod
quas in .lib. V, c. 7 Metaph., posuerat, sci- Q. 6. Tandem esse potest quaestio sn
citato loco IX Metaph., dum verita- licet, in ens per se et per accidens, in ens quid est; ac tandem in agitandis opinioni~
entia rationis pertineant ad metaphysicae
tem iBam, simpliciter veritatem appellat; al- verum et non ens falsum, et in ens actu bus phil,osophorum de variis modis substan-
considerationem. Quia ea ratione qua Aris-
teram yero potius ignorationem et falsitatem et potentia. Et potius exclusit ens per acci- tote1es exclurut verum ens, exclurut etiam tiarum plurimum immoratur.
per accidens, seu potius cccasionem falsita- dens, statim autem ens verum; ergo de ca- omne ens rationis. Quod est verum 10-
tis, ut disp. IX, sect. 1, latius declaramus dem loquitur ruc de quo lib. V locutus quendo de obiecto directo et proprio, ut CAPUT PRIMUM
ex eodem Aristoteles, lib. V Metaph., fuerat. rusp. 1, sect. 1, dixi. Hoc vero non obstat
C. 29. Q. 4. Ex his facile expeditur alia qua~s­ quomínus per occasionem et ad distin- Substantiam esse primum ens, primumque
Denique, quod hoc loco VI Metaph. so- tio, an verum et faIsum reperiantur in re- guendum illud ab ente reali, consideretur huius scientiae obiectum
lum loquatllr Philosophus de veritate illa bus; videtur enim hic Aristoteles negare. ens rationis in hac scientia, ut in disp.
quae habet propriam falsitatem oppositam, Sed eamdem habet interpretationem; nam nIt. huius operis annotamus; sic enim Quaest. 1. Posset hoc loco tractari pri-
patet, tum quia aHis locis ponit distinctio- in rebus etiam non est veritas quae habeat Aristoteles cum hic exc1userit em verum, mo quaestio de analogia entis ínter sub-
nem duplicis veritatis, et alt.eram extra com- propriam falsitatem oppositam; est tamen de alio tractationem promittit, eamque tta- stantiam et accidentia, quoniam aperte hic
positionem admittit; tum etiam quia hoc sua propria veritas, de qua late dictum est dit )lb. IX, cap. ult.
disp. VIII; sect. 7. Constatque hanc veri- Aristoteles eam docet. Videatur disp. XXXII}
loco non sine consideratione semper coniun-
xit verllm et falsum, ut significet se loqui tatem cognitam fuisse ab Anstotele cum di- LIBER SEPTIMUS METAPHYSICAE sect. 3.
de iBo ente vero cui non ens falsum oppo- cato lib. 11 MeHIph., c. 1, ut unumquod- DE PRAECIPUO ENTIS 1 SIGNIFICATO, QUOD Q. 2. Secundo quaeri solet uttum acCÍ-
nitur. Tum praeterea quia supra, lib. V, c. que est, ita et verum esse; eaque esse veris- EST SUBSTANTIA dentia in abstracto slnt entia, quoniam Aris-
7, texto 14, inter acceptiones entis posuit sima entia quae sunt maxime perfecta. In hoc libro íncipit Philosophus agere de toteles hic eam videtur quaestirmem move-
illam- qua esse significat veritatem compo- Q. S. Rursus quaeri hoc loco posset an principali subiecto et quodarrunodo unico re. Sed praeter ea quae de divisione entis.
sitionis, et ad illlld ens verum alludit hic, bonum et malum sint in rebus; de qua re
cum dicit ens verum solmn in compositione dictum est disp. X et XI. Discrimen autem 1 Añadimos esta palabra que aparece en algunas ediciones por estimarla necesaria
reperiri. Nam in principio huius capitis re- ab Aristotele hic positum est, bonitatem para la mejor comprensión del título (N. de los EE.).
sumpsit Aristoteles tres divisiones entis, quae habet propriam malitiam oppositam in
90 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro séptimo.-Cap. II Y III 91
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división del ser en sustancia y accidente, nada queda que decir. Porque nada lenamente acorde con Aristóteles: porque sólo en plan de argumentación
se añade o quita a los accidentes por hablar de ellos en abstracto, puesto que "en ~ice aquí que el accidente concreto parece, ,más e~te que el abstract~', porque
abstracto" .no pa~a ~e ser una denominación extrínseca tomada de nuestro modo incluye al sujeto, 10 cual es verdad, aunque solo 10 mcluya por connotaclOn. Mas
de concebIr o slgmficar las cosas. Por eso la discusión debe centrarse en las en el capítulo de la sustancia no dice: blmrco significa solamente la cualidad, sino
mismas formas o modos accidentales; no en los diversos modos con que los sig- solamente lo cualificado, en que se incluye también al sujeto, por más que la
nificamos~ sino atendiendo a su naturaleza, o en cuanto son tales formas. En intención de Aristóteles sólO' fuera allí afirmar que no significa algo cualificado
este sentIdO' puede llamárseles con razón accidentes en abstracto, porque en {;Omo la sustancia segunda, sino un cualificado accidental que llamó solamente
cuanto son formas, no pueden ser significados de otrO' modo. Así pues, respect~ de cualificado. Sin embargo, la segunda opinión, además .de ser más común, tam-
est~s formas no hay dIficultad alguna en que sean entes, minúsculos ciertamente bién es más verdadera, según es patente por el uso mIsmo de las palabras y se
e lmperfect..os, p~r?, verdaderos entes, pudiéndoseles aplicar este predicadO' sim- probó suficientemente en el lugar citado; puede consultarse también Cayetano en
plemente . sm arucIon alguna, conforme expliqu~ en el lugar citado. el capítulo sobre el ser y la esencia.
AtendIendo al modo de significación, se distinguen efectivamente el accidente Cuesto 4. Suele además discutirse aquí si la inhesión es de esencia del acci-
c~ncr:to y abstr:acte en q~e ~quél incluye el sujeto en su significación, en cam- dente, porque dice Aristóteles en este lugar que el accidente es ente de un ente.
bIO, _este :r:o, SInO que sIgrufica exclusivamente la forma misma. Desde este Se trata en la disp. XXXVII, seco 1.
punto de VIsta, el concreto, por ser algo que existe, parece en absoluto ser más Además, en qué sentidO' es verdad lo que aquí afirma Aristóteles sobre la
ente que e! a?~tracto; y ~sto es un argumento que aquí pone Aristóteles. Pero prioridad que por naturaleza, conocimiento, esencia y tiempo tiene la sustancia
hay 9ue ad~t1r q~e accIdente abstracto y concrete son lo mismo e implican respectO' del accidente se explica en toda la disp. XXXVIII, donde se expone el
la llli~ma enttdad s~ se toman formalmente y per se come debe hacerse; porque texto de! Filósofo.
m~tenalmente es cler~o que el concreto, por razón del sujeto que connota, es
mas ente 'por ser subsIstente, es decir, compuesto de ser subsistente y forma acci- CAPS. II y III
dental; SI? embargo, aunque consideradO' aSÍ, tiene más entidad, tiene, empero, ~ATURALEZA y CLASES DE SUSTANCIA
menor .urudad per se, per ser un ente per a'ccidens. Pero sobre esta distinción
del accIdente en abstracto y concreto ya expuse muchos puntos en la disp. XXXIX, Cuesto 1 y 2. Estas dos cuestiones -naturaleza de la sustancia y sus cla-
seco 2. ses- se tratan ampliamente en la disp. XXXIII, donde se discute especialmente
euest. 3. En ese mismo lugar hice referencia a una cuestión manida la división de la sustancia en primera y segunda, a la que reduce Santo Tomás
sueletrt la división cuadrimembre que pone aquí el Filósofo, dividiendo la sustancia en:
. a arse, aqm,' a sab e:: SI' 1 '
os .accIdentes que
concretos significan formalmente
el sUJeto, segun pre~ere AVI~en~ segUIdo por algunos nominalistas, tomando como aquello en que cada cosa consiste, o sea, la esencia o quididad; el mismo universal,
-argum~nto este pasaJ~ de Anstoteles 0, si por el co~trario, significan formalmente
es decir, el género supremo de la sustancia; el género, entendiendo por tallo conte-
la cualIda?, segun opman el Comentador, Santo Tomás y la mayoría de los docto- nido bajo él, pudiendO' añadir también la especie; y el primer sujeto, esto es, la
res, .apoyandose ~n ~a~ pa~a~ras de Aristóteles en los P.rae'dicam., sobre la sus- sustancia primera. Porque el primer miembro ni es sustancia propiamente, ni
tanCla: blanco s'lgnzfzca untcamente la cualidad. Pero ninguna sentencia está siquiera propio del predicamento sustancia, sino algo análogO' respecto de cual-
quier esencia; omitiéndosele por estO' en el predicamento de la sustancia. El
inter substantiam et acddens lbi diximus argumentum Aristoteles hic proponit. Di-
nihil addendum occurrit. Quia cum dicun~ cendum vero est accidens abstractum et ne et tempore esse substantiam priorem
tur accidentia in abstracto, nihU additur ve! tem significat. Sed neutra sententia satis
concretum idem esse, idemque ens impor- ex Aristotele sumitur, nam hic solum ar- accidente, tractatur disp. XXXVIII, per
adimitur ipsis accidentibw.; nam illud in tare, si formaliter ac per se sumantur ut totam, ubi textus Philosophi late exponitur.
abstracto solum elidt denominationem ex- gumentando dicit videri magis ens concre-
trinsecam ex nostro modo concipiendi aut sunll debent; nam materialiter certurn est tum quam abstractum propter inclusionem
concretu~ ratione subiecti, quod connotat, CAPUT II ET III
significandi desumptam. Quare solum. esse subiecti, quod est verum, etiamsi subiectum
potest quaestio' de ipsis formis ve[ modis esse magIs ens, quia est subsistens, seu includatur ut connotatum. In e. autem de Quid sit substantia, et quotuplex
accidentalibus, non prout hoc vel illo modo compositum ex subsistente et forma acci- substantia non dicit: Album solam quali- Quaest. 1 et 2. Hae duae quaestiones,
significantur, sed secundum se, seu prout dentali; ta?le?, lic~t sub ea ratione plus tatem, sed, solum quale significat, in qua quid nimirum substantia sit et quotuplex,
tales formae sunt; sic enim merito dicuntur habeat entltaus, rrunorem tarnen unitatem -etiam subiectum inc1uditur; quamquam in disp. XXXIII late tractantur, ubi specia-
accidentia in abstracto: quia ut formae per se habet; est erum ens per accidens. mens. Aristotells ibi solum fuerit diCere non liter disputatur illa divisio substantiae in
sunt, non sunt aUter significabiles. De his Sed de hac distinctione accidentis in abs- significare qualc quid, ut secundas sub- primam et secundam, ad quam revocat hic
ergo formis nulla superest quaestio, quin tractum et concretUrn dixi plura disp. stantias, sed quale accidentale, quod vocavit D. Thom. quadrimembrem divisionem,
sint entia, diminuta quidem et imperfecta, XXXIX, sect. 2. solum quale. Nihilominus posterior sen ten- quam hic porut Philosophus, substantiam
-tarnen- -vera-- entia,---et quae---sUnpliciter -et- sine Q. 3. Ubi etiam vulgarern quaestionem tia, sicut commuruor, ita et verior est, ut ex dividens in quod quid erat esse, id est,
addito possunt ita appellari, ut citato loco attigi, quae hic tractari solet, sdhcctJ an ipso usu vocum satis constat, et dicto loco essentiam et quidditatem rei, ipsum univer-
dixi. - concreta accidentium significent de formali satis probatum est; videri etÍam potest Caie- sale, id est, supremum genus substantiae, et
Est autem differentia ínter accidens con- subiectum, ut vult Avicenna, quem nonnul- tanus, C. de ente et essentia. genus, subintellige sub illo contentum, adde
cretum et abstractum in modo significandi li Nominales sequuntur, sumentes funda- Q. 4. Rursus hic quaeri solet utrum etiam et speciem, et primum subiectum, id
quia. illud íncludit subiectuIn in sua signi~ mentum ex hoc loco Aristotells; an vero de inhaerentia sit de essentia accidentis, eo est, primam substantiam. Nam primum
flcatlOne, hoc yero non, sed _significat tan- formaJ,i significent qualitatem, ut Commen- quod Aristoteles hie ait accidens esse entis membrum non est proprie substantia, immo
tum ipsam formam. Et ex hac parte videtur tator, Div. Thom. et frequentius Doctores ,ens. Tractatur disp. XXXVII, sect. 1. nec proprium J?raedicamenti substantiae, sed
concretum magis absolute ens, tamquam id docent ex Aristotele, in Praedic., c. de Praeterea, quomodo verum sit quod hic anal,ogum ad omnem rei quidditatem; et
quod est, quam solum abstractutn; hoc enim substantia, dicente: Album solam qualita- dicit Aristoteles, natura, cognitione, ratio- ideo in praedicamento substantiae omissum
92 Indico detallado de la metafísica de Aristóteles
Libro séptimo.-Cap. 1V____ 93
--_._--"---
segundo y tercero están incluidos en la sustancia segunda, y el cuarto se identifica
con la sustancia primera. En el mismo lugar se explica en qué sentido puede Cues.t 5 L a quinta cuestión es propísima de este lugar:.naturaleza de la
. alidd d I a l
llamarse a ésta máximamente sustancia. .ustancia material, si es pura potencia o incluye ".lgo. de actu a, ~ o. cu
Cuesto 3. En tercer lugar se podria tratar aquí la división de la sustancia .e trata ampliamente en la disp. XIII, seco 4 y slgu~alentes. E~ nec:sarla vmcu-
en materia, forma y compuesto, que enseña luego Aristóteles en el c. 10 y en ladón con estO' está el problema de la forma sustancI , su eX1ste~CIa, que tam-
los cs. 13 y 15 de este libro; en los cs. 2 y 3 del lib. VIII Y en el c. 3, texto 14 bién toca aquí Aristóteles y que e~pon~~os extensamenlte en la. dIs P' XVI. Por
del lib. XII, Y al comienzo del lib. II De Anima. Nosotros lo trataremos en Aristóteles en este lugar preCIsa urncamente que a materIa so1a no es a
que . . . . t poten
stancia primera' que llamamO's máXIffiamente sustanCIa, SIllO que es Cler a .-
s~
la disp. XXXIII, seco 1. Por el momento sólo parece necesario advertir que fue
la sustancia primera la que Aristóteles dividió en este pasaje en esos tres miem- en orden a eUa' no obstante, Aristóteles no niega que la materia tenga su propIa
Cla, . 'b' 1 f L'
bros que han de entenderse en la misma proporción; claro que de igual manera entidad sustancial, aunque sólo en cuanto potencIa para re::dl Ir ahaborlm~. ~1
hubiese podido dividir la sustancia segunda, o la sustancia en general, según pues, al decir allí Aristóteles que la materia es muy. conOCI a, o "da u~ca­
parece haberlo hecho en el libro De Anima. Pero esto carece de importancia, mente en plan de objeción o se refiere a que la materIa e~ muy conOCI a et; en-
porque ya comprendió Aristóteles que, dada una división en concreto, podrían dida en el sentido general de materia o sujeto de mutaclOnes, pero no baJO el
fácilmente deducirse las demás. concepto estrictO' de materia prima.
Cuesto 4. La pregunta cuarta, a propósito del texto 7, al final, es si la forma Cuesto 6. En sexto lugar puede discutirse si la cantidad es sust~ncia, cosa
disfruta de prioridad y primacía sustancial sobre la materia y el compuestO'; este que niega aquí Aristóteles con razón; de esto nos ocupamos en la disp. XLill,
sentido suele darse al texto de Aristóteles, según se ve por la interpretación de Santo seco 2.
Tomás, A. de Hales, Escoto y el Comentador. La ocasión de este error ha sido
la falta de fidelidad de un antiguo traductor, porque donde el texto griego tiene CAP. IV
y lo mismo traduce él y por lo mismo. Por eso A. de Afrodisia hace una expo- DEFINICIÓN o ESENCIA
sición distinta diciendo que no sólo la forma, sino también el compuesto es más
perfecto que la materia; que es 10 mismO' que enseña Aristóteles en seguida en Al fin del capítulo anterior había prometido Aristóteles tratar ~~ la forma
el texto 8. Incluso el sentido acaso sea que, si la forma es más perfecta que sustancial, pero por ser la forma sustancial la 5lue complet~ la qmdidad de la
la materia, el compuesto es más perfecto que ambas. Se discute expresamente sustancia o aquello en que cada cosa constst~J segun su expre~l~n, por ~so c~lllienza
en la disp. XV, seco 7, donde se establece asimismo la comparación de la materia la discusión partiendo de esta misma esenCIa. En el f~ndo dIrIge la dlscu~lOn .con-
con la forma y se explica la razón que da Aristóteles de la mayor perfección tra Platón para demostrar que las formas separadas o ld~as. n? son n~cesarIas ID por
de la forma respecto de la materia, que es su separabilidad. Hay que entenderlo causa de las definiciones, ni por causa del ser de los mdIvIduos, ID P?r. causa de
en sentido amplio, es decir, de la materia y forma en cuanto tales; porque de la producción de las cosas. Así pues, en este capítulo, trata de la qmdida~ .0 de
hecho en el ámbito completo de la forma hay alguna separable, pero ninguna 10 que cada cosa es (esta expresión es más propia y concreta que. ':l~ldIdad)
en toda la extensión de la materia. Esto es Indice suficiente de la ventaja de la trata, digo, lógicamente, según él mismo afirma, en orden a la de~alruclOn. Mdidas
forma sobre la materia por su género y pO'r la razón cO'mún de actO' y potencia -como "lo que cada cosa es" comprende más que la forma sustancl enten a
del mismo género. estrictamente, por eso 10 estudia aquí de una manera más general. Aprovecha
esto Secundum vero et tertium continentur substantia quam materia et compositum;
sub secunda substantia; quartum vero idero solet enirn ita intelligi textus hie Aristote1i:5- Q. S. Quinta quaestio, huius loci maxime merito; de qua re egimus disp. XLIII,
est quod prima substantia. De qua etiaro ut patet ex interpretatione D. Thomae, propria, est qualis substantia si! materia, et sect. 2.
quomodo dicatur maxime substantia, ibi- Alensis, Scoti, et Commentatoris. Sed oeea- an sit pura potentia, ve! aliquid habeat ac-
dem declaratum esto sio errandi fuit quod infideliter antiquus tualitatis, de qua re late disp. XIII, sect. 4, CAPUT IV
Q. 3. Tertio, posset hie tractari divisio interpres transtulit; ubi enim textus grae- ,et sequentibus. Cum qua quaestione con-
iuncta necessario est quaestio de forma De definitione seu quidditate rei
substantiae in materiam, fonnam et compo- eus habet et ipsum, ipse vertit et ipso~
situm, quam etiam tradit Aristoteles infra, Dnde Aphrodisaeus allter exponit, scilicet,. substantiali, an detur, quam etiam hic Aris- Aristoteles in fine praecedentis capitis de
C. 10 huius libri, et e. 13 et 15, ac lib. non solum formam, sed etiam compositum tnteles attingit, earnque late disseruimus substantiali forma se acturum promisit; quia
VIII, C. 2 et 3, et lib. XII, C. 3, texto esse perfectius materia; quod Aristoteles disp. XVI. Quod ergo hoc loco Aristoteles vero substantialis forma est quae complet
14, et in principio II de Anima; tractatur statim tradit texto 8. Vel certe sensus est, si definit solum est materiam solam non esse substantiae quidditatem, seu quod quid erat
autem a nobis disp. XXXIII, seet. 1. Id foOlla est perfectior materia, compositum illam substantiam primam quam appellamus esse, ut ipse loquitur, ideo ab ipso quod
solum' videtur hic notandum, Aristotelem esse utraque perfectius. Tractatur hoe ex maxime substantiam, sed esse quamdam po- quid erat esse dísputationem exorditur. Et
hoc loco divisisse primam substantiam in professo. disp. XV, sect. 7, ubi etiam for- tentiam ad i11am; non tarnen negat Aristo- tache incohat disputationem contra Plato-
illª__ J;ria D)~mb_ra, qURe eadero __proportione ma cum materia comparatur; et explicatur tetes habere materiam suam substantialem nem, ut ostendat formas separatas seu ideas
sumenda sunt; potuisset tamen pari modo ratio Aristotelis, qua probat, formam esse entitatem, quarnvis potentialem, ad formam non esse necessarias, nec propter definitio-
divídere ve! substantiam secundam, vel perfectiorem materia, quia est separabilis; recipiendam. Cum ergo ibi Aristoteles sig- nes, nec propter esse individuorum, nee
substantiam in communi, ut fecisse videtur intelligitur enirn permissive, seu de forma nificat materiam esse notissirnam, ve! argu- propter rerum generationes. In hoc ergo
in lib. de Anima. Sed hoc parum refert; et materia ut sic; -nam in tota latitudine mentando tantum loquitur, vel certe intel- capite tractat de quiddítate, seu quod quid
inte11exit enim Aristoteles ex una divisione formae est aliqua separabilis, non vero in ligit materiam esse notissimam sub com- est (hoc enim nomen magis proprium COD-
in particuJad data alias subintelligi facile tota latitudine materiae; id enim satis in- muni ratione materiae, seu subiecti trans- cretumque est quam quiddítas), agit (in-
posse, dicat exeessum formae respectu materiae mutationum, non vera sub propria ratione quam) logice, ut ipse dicit; seu in ordine
Q. 4. Quarto, quaeri hie solet circa texto ex genere suo, et ex communi ratione ac- materiae prirnae. ad definitiones. Quia vero quod quid est
7, in fine, an forma sit prior ae praecipua tus et potentiae eiusdem generis. Q. 6, Sexto quaeri potest an quantitas latius patet quarn forma substantialis rigo.-
-sit substantia) quod hie Aristoteles negat, et rose sumpta, ideo hie generalius de IDo
94 95
Libro séptimo.-Cap. IV _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _-=-:c
la ocasión para indicar muchas ideas sobre el orden de una disciplina que debe rque se predica in quale quid, es decir, como esencial y constitutiva de la
proceder de 10 más conocido a lo menos. Detenernos en ellas O' entablar discu- po 'a de la cosa. Por eso todos los predicados accidentales, sean de la clase
esenCl , d' d 1 b' .[
sión nos parece superfluO' por repetirse constantemente este método de Aristóteles. que sean, están excluidos de la esencia porque nO' se pre lcan e o Jeto esenCIa
y corresponder su exposición a la dialéctica. y primariamente. .
Cuesto 1. La primera cuestión discute la verdad de lo que Aristóteles dice Cuesto 2. En segundO' lugar, puede cuestIonarse si los accidentes tiene~
al principio de este capítulo: que aquello en lo que una cosa consiste es 10 que nc,'a es decir si pueden ser definidos y cómo
ese'" . .. Este problema lo trata 1amph-
esencial y primariamente se predica de ella, es decir, de manera que el sujeto no . amente Aristóteles aquí en el texto 12 y slgmentes y en todo el capítu o yos-
entre en la definición del predicado, según él mismo explica. Puede estar la razón :::rlor. Pero esta cuestión apenas tiene sentido plantearla respecto d: laAr.ea~dald,
de duda en que el género se predica esencial y primariamente de la especie, por . únicamente respecto de la palabra. En resumen, ID que ensena rlstote es
ejemplo, animal de hombre, y sin embargo, 110 es la esencia del hombre. A su vez, s!UO . 1 ., ti d
~ r
educe a -estO': si se toma en sentido metafíSICO' a expreSlOn. aque o .en que ca. a
la diferencia, por ejemplo, racional, no expresa la esencia porque no se predica in cosa consiste, o sea la esencia, es evidente que los accldet;tes tienen cler~a
quidJ sino in qualeJ y no obstante se predica esencial y primariamente. Pero con esencia real, 10 mismo qu.e son entes reale~, ya que el ente ,adqU1er~ por la ese~c13
todo, esta cuestión debe dejarse para ellibl'o de los Anal. Seg., donde Aristóteles se categoría de ser. Pero al IgUal que los aCCIdentes S:lll ser .solo an~logIca ~ relatIva-
ocupa largamente de los modos de predicación per se. Brevemente decirnos que mente, de la misma manera sólo tienen una esenCIa relatIva, segun la lDlsma ana-
"lo que cada cosa es", tomadO' lógicamente, es lo mismo que la definición esen- logia proporcional. .
cial y quiditativa de una cosa, la cual, tal como formalmente se expresa en nuestra Por esto, siguiendo el aspectO' lógico de aquello en que c.ada cosa conSIste, es de-
mente o en la palabra, es problema de la dialéctica, pero en cuanto esencia que cir de la definición, es evidente que con la misma proporCIón hay que afirmar que
se ofrece a la mente o se expresa en la definición, es la esencia metafísica, la los' accidentes pueden tener una definición, porque tienen una esencia real y nO' sim-
cual, én tanto que' su explicación se ordena a la definición, decimos que es lógica- ple en absoluto metafísicamente. Ahora bien, toda esencia real y compuesta puede
mente explicada, y en este sentidO' habla Aristóteles aquí.
ser explicada con una proposición y una concepci?n expre.sa de la ment~, qt;e
Esta definición puede, o bien predicarse expresamente en su totalidad del defi-
es en lO' que consiste ser definida. Además, 1O's aCCIdentes tIenen sus propIOS ge-
nido, y en este caso es una predicación quiditativa propia y adecuada; o bien
puede predicarse por partes, enunciando solamente el género o únicamente la neros y difere"ncias; pO'r consiguiente, pueden ser definidos ~or ell?s. Mas. como
la esencia accidental es imperfecta, tampoco puede ser defiruda mas que Imper-
diferencia; y entO'nces aunque no se predica en absoluto todo lo que la cosa
es, sin embargo, se predica explícitamente una parte e impHcitamente el todo, fectamente. La imperfección puede consistir, o en que su género y di~erencia
porque ni el género ni la diferencia se predican como partes, sino en cuanto de son muy incompletos <?' imperfectos en el ámbito del ser, mucho más, por ejemplo,
alguna_manera expresan un todo. Por eso en aquello en que cada cosa consiste están que el género del alma () de la materia; o en que los accidentes no pueden d~?-­
comprendidos no sólo la definición, sino tambi':!n el género y la diferencia con la nirse si no es añadiendO' algo a la definición a fin de que se"la formule con relaclOn
misma razón con que se predican del definido. De esta manera se afirma que ani- a esto. En este sentido se dijo que la sustancia tenía prioridad de definición sobre
mal es la esencia de hombre, no entendida en su integridad formal, sino en una el accidente, por no poder definirse éste si no es por l~ sustancia. r:ues para
totalidad confusa. Ni importa que se diga que la diferencia se predica in qua//? que la definición declare con verdad y propiedad su esenCIa, es necesano que la

disputat. Et hac occasione multa praefatur finitionem essentialem ac quidditativam reí, eari in qua)e, quia praedicatur in quale eadem proportione constat esse dicendum
de ordine doctr¡nae in procedendo a norio- quid jd est, essentiale, et constituens rei accidentia posse aliquam definitíonem ha-
quae, ut est formaliter in mente aut voce~
ribus ad minus nota; circa quae immorari est opus dialecticae; ut vera essentia, rei essentiam. Unde constat omnia praedicata bere, nam habent realem essentiam et me-
aut movere quaestionem supervacaneum est, menti obiecta, aut definitione explicata~ est accidentalia, qualiacumque sint, .excludi a taphysice non omnino simplicem; omnis
cum ea methodus passim ab Aristotele re- essentia metaphysica, quae dum in ordine- quod quid erat esse, quia non praedicantur alitem essentia realis et composita potest
petatur, sitque proprium rualeerici declarare ad definitionem explicatur, logice declara~ per se primo de re. oratione aliqua et expressa mentis concep~
illam. ri dicitur, et ita loquitur Philosophus hie, Q. 2. Secundo, hic quaeri potest an aeci~ tione declarad; et hoe est definiri. Item
Quaest. 1. Primo ergo quaeri potest an Haec amem definitio potest aut tota di- dentia habeant quod quid erat esse, id est, aeeidentia habent sua propria genera et dif-
verum sit quod in principio huius capitis srincte praedicari de definito, et tune .est an definiri possint, et quomodo. Quam rem ferentias; ergo per ea definiri possunt. Sic~
Aristote1es ait, illud esse quod quid erat propria et adaequata praedicatio quiddítatis; latissime tractat Aristoteles hie, texto 12 et ut autem essentia accidentalis est imper-
esse rei quod per se primo praedicatur de potes! item praedicari per partes, enuntian- sequentibus, et toto cap. seq. Sed vix pot- fecta, ita non nisi imperfecte potest definirlo
re, id est, ita ut in definitione praedicati do vel solum genus, ve! solam differentiam; est ruc esse quaestio de re, sed de no- Quae imperfectio consistere potest, vel in
non ponatur subieetum, ut ipsemet declarat. et tune, licet absolute non praedicetur to- mine tantum. Summa ergo eorum quae eo quod genus et differentia eius in latitu-
Et ratio dubii esse potest quia genus prae- tum quod quid est, tamen explicite praedi- Aristoteles tradit, in hoc continentur. Quod dine entis valde incompleta sunt et imper-
dicatur per se- primo de --specie, ut -animal catur aliquid eius, et implicite totum, quia si metaphysice loquamur de quod quid erat fecta, multo magis quam sit genus animae,
de homine, et tamen non est quod quid erat nec genus nee differentia praedicantur ut esse,id} ..
est de essentia, constat aecidentalia veI materiae; ve1 certe in eo quod non pos-
sunt definiri aecidentia, nisi ponendo in de-
esse hominis. Rursus differentia, ut rationa- partes, sed ut aliquo modo dicunt totum~ aliquam habere realem essenttam,. sleu~ sunt
le, non dicit quod quid est, quia non in Et ideo sub quod quid erat esse, non sola entia realla, nam ens per essentlam ID ra- finitione aliquod additum, ut per ordinem
quid, sed in quale praedicatur, et tamen definitio, ,sed etiam genus et differentia, tione entis constituitur. Ac sieut acciden- ad illud talis essentia declaretur. Quomodo
praedicatur per se primo. Verumtamen haee ea ratione qua praedicantur de definito,. talia analogice et sCClUldum quid sunt entia, superius dictum est substantiam esse pdo-
quaestio reiicienda est in lib. Poster., ubi de comprehenduntur. Et hoc modo animal di- ita solum habent essentiam secundum quid, rem definitione accidente, quia non potest
modis per se late Aristote1es disputat. Et citur esse quod quid erat esse hominis, non et cum eadem proportionali analogía. accidens rusi per substantiam definiri. Nam
breviter dicendum es! quod quid erat esse, integrum formaliter, confuse tamen totum. Atque hine ulterius loquendo logice de ut definitio eius vere ac proprie declaret
Iogice sumptum, nihil esse aliud quam de- Nec refert quod differentia dicatur praedi- quod quid erat esse, id est, de definitione, essentiam eius, necesse est ut per aliquam
96 Libro séptimo,~ap,_VI 97
lndice detallado de la metafísica de Aristóteles
explique mediante alguna relación con la sustancia, tema del que hemos hablado ------;~~bstante, es cierto 10 que Aristóteles enseña, que no. hay falacia ~n esto,
en la disp, XXXVII, sec, 1. '11 se echa de ver por el modo común de hablar que ,se ~lene por propIO y no
segu b ' L razón está en que estos concretos no slgrnfican formalmente su
Hay que tener en cuenta que en este texto parece que Aristóteles habla a veceo Por. a USIVO. a únicamente 10 connotan y cuanao se usan ad'Je t'lVament e o en
1
.
sUlet?;, sldnQp;~~icado p. ropiamente no se' usan en razón de su significado. formal,
del ser per accidens; otras, en cambio, del accidente, y la consideración de ambos
en orden a la definición no es completamente idéntica, porque el ente per ac- funclOn e , formal
. '1
cid'ens en cuanto tal, no tiene en realidad una definición, sino que hay que expli- . razón de algo que se aplica a O' maten'al'
, sm que h aya de esta
carlo con muchas definiciones o con una serie de definiciones, porque lo mismo Sl:e:~ ninguna repetición o falacia. Tampoco en éstos es ~eg.ítimo poner toda
que no es un ser sino varios, de igual modO' no tiene una esencia sinO' varias, y otro ~ definición del mismo accidente concreto en lugar del adJetivo. conc:eto, po:
tanto hay que decir proporcionalmente de la definición; en cambio, el accidente 1 l'
lllCUlr- ce
di aqUl'. Santo Tomás- algo que cae fuera . de su esenCIa,
d I ' Mas claro,
'
propiamente entendido es, como digo, un ente per se, no en cuanto se contrapone n la de finición se pone el sujetO' o 10 material en lugar e genero, y, Slll
Porque e , " '1' '1 -ade
a "en otro", sino en cuanto se contrapone a per accidens; es decir, es per se no embargo, en la predicación O' composlclon con 10 matena ffilsmo, so o se an
en la razón del ser, sino en la razón de unidad, y así puede ser definido con una en concepto de forma.
sola definición, aunque nO' sea perfectamente una, porque siempre se requiere
añadirle algo, y esto hace que se pueda en cierto modo compararle con el ente CAP, VI
per accidens.
SI SE IDENTIFICA LA ESENCIA CON EL SUJETO

En este capítulo prueba Aristóteles implícitamente la iunecesidad de las esen-


CAP, V ias separadas en orden al ser de los individuos, porque 10 que una cosa es no se
SOLUCIÓN DE LAS DUDAS SOBRE LAS DEFINICIONES DE ACCIDENTE ce ara de aquellO' de que es, tema de que nos ocupamos largamente en la expo-
'i[¡ón de este capítulo en la disp, XXXIV, sec, 3, donde tratam?s de I~ naturalez~
Cuest, única, Nada hay aqul digno de atención, si no es cierta regla que ,e s supuesto y de su mutua distinción. Unicamente ha~ que .fiJarse bIen en que
deduce ordinariamente de este capítulo, a saber, que no se incurre en falacia ~ntiende Aristóteles por "10 que cada cosa es" y en que conSIste aq~el~o con que
cuando el accidente en concreto se aplica adjetivamente al sujeto que connota, 10 compara, pues de su interpretación depende co~prender a Ar~sto~,eles. y la
por ejemplo, al decir nariz chata, o pelO' rizo, o tambi~n cuerpo blanco. En solución de la cuestión. Ahora bien, por aquellO' en que cada cosa conslste ent1e~de
efecto, esta regla no sólo tiene lugar en los accidentes propios, como algunos Aristóteles la definición esencial de una cosa, pues aquellO' en .que cada ,cüsa CO~~lste
señalan, sino también en los comunes respectO' del sujeto adecuado que connotan. 10 toma aquí con el mismo sentido que en los capítulos antenores, segun se eVl en-
Pues en todos éstos el motivo de la aparente falacia es idéntico: que la segunda da por las conexiones del contexto, y porque, además, eJ). los capít~los pasados
palabra parece significar lo mismo que ambas juntas; porque blancO' significa un siempre había interpretado así Hlo que una cosa esv ; en esta parte estan de acuer-
cuerpo disgregador de la vista, y chato una nariz roma; por esto se arguye do todos los expositores.
que en lugar de la palabra se podía poner lo definido, y que decir cabello rizado
seria In mismo que decir cabello de tal figura, Nihilorninus certurn es! quod Aristote1es CAPUT VI
docet, in his non eornmitti ~ugationem, An "quad quid est" sit idem cum
habitudinem ad substantiam i11am explicet, CAPUT V
quod satis constat ex COnunUlll modo lo~ "ea cuius est"
de qua re diximus disp. XXXVII, sect. 1. quendi, qui proprius et non abusivus cen-
Solvuntur dubitatianes arca definitiones Hoc capite tache probat Aristoteles pr~p-­
Illud autem adverte, videri in hoc textu setur. Ratio vero est quia haec concreta ter esse individuorum non esse necessanas
accidentium
Aristotelem aliquando loqui de ente per ac- non siO'nificant de forrnali subiecta, sed tan- separatas quidditates, quia quod quid est
cidens, aliquando vero de accidente: de Quaest. unica. Hic nihil oecurrit nota- tum e~ connotant, et quando adiective seu non separatur ab eo cuius est',?e qu~ re
quibus tamen non est omnino eadem ratio tione dignum praeter regulam quamdam, ex parte praedieati ponuntur, proprie non multa in expositione huius caplUS dlClmus
in ordine ad definitionem. Nam ens per quae communiter ex hoc cap. colligitur, disp. XXXIV, sect. 3, ubi de nat~ra et
nempe non eommitti nugationem eurn acci- ponuntur ratione fOl'malis 1 significa ti, sed
accidens ut sic revera non habet definitio- -ratione fonnalis tantum quod applicant ma- supposito eorumque distineti0I?-e .aglffi~s;
dens in concreto adiective coniungitur sub- solum advertatur diligenter qUld mt71ltg~t
nem, sed per pIures definitiones seu aggre- ieeto quod connotat, ut curn dicitur na- teriali et ideo non fit ulla repetitio seu nu-
gatum definitionum explieandum est, quia Aristoteles per quod quid est~ et qUld Slt
sus simus, aut eapillus crispus, aut etiam gatio. 'Neque etiam in his }icet totam defi- id cum quo illud comparat; narn .ex h~­
sicut non est ens, sed entia, ita non habet corpus album; haee erum regula non solum nitionem ipsius accidentis eoncreti ponere rum intelligentia pendet sensus Arlstotelis
essentiam, sed essentias, et idem propor- in aecidentibus propriis, ut quidam signi- et explicatio quaestionis. Igitur per q1fa~
loco ipsius eonereti adiectivi, quia ~n s~a
tionaliter est de definitione. Aecidens yero ficant, sed etiarn in cornmunibus locum ha- quid erat esse intelligit Aristotel~s deflru-
'proptk- sumptum~ -esf'én§--'per-' se'--(iriqüam)~ definitione includit (ait D. Thornas hlC) ali- J
bet respectu adaequati subieeti quod con- tionem essentialem rei: eodem enlffi modo
non prout distinguitur contra in alio, sed notant. Nam horum ornnium eadem est ra- quid quod est extra essentiam suam. Ve!
tic aeeipit quod quid est, 9-uo in praeee-
prout distinguitur contra per aecidens; seu tio apparentis nugationis, eo quod altera darius, quia in definitione porutur ~psum dentibus capitibus, ut ma~feste pa.tet, ex
est per se non in ratione entis, sed in ra- dictio videatur idem significare quod utra- subiectum seu materiale loco genens, et eonnexione contextus, et In supenonbus
tione unius, et ita una etiam definitione de- que simul; nam album significat corpus tamen in praedicatione vel compositione semper hoc senSll egerat de qUO? quid, et
disgregativum visus, et simum nasum Cllr- eum ipso materiali so1.urn aruungitur ratio- quoad hanc partem orones expOSItores eon-
finiri potest, non tamen omnino perfecte vum; unde fit argumentum_ loco nominis
una, quia in ea ponendum est aliquod addi- ne formalis. veniunt.
posse poni definitum, atque ita perinde ease
turo, et quoad hoc comparatur aliquo modo dicere capillus crispus quod eapillus bilis
.enti per aecidens, figurae. 1 "materialis", en otras ediciones (N. de los EE.).
7
98 'ndic" detallado de la metafísica de Aristótel..
Libro séptimo.-Cap. VII 99
Pero algunos dicen que Aristóteles compara lo que cada cosa es con lo definido.
Resulta difícil, porque de esta manera lo que cada cosa es se identificaría con el Explicada así la doctrina de Aristóteles, queda magníficamente preparado el
sujeto no sólo en las sustancias, sino en los accidentes, cosa que Aristóteles niega. camino para demostrar que no hay ideas separadas de las cosas y sustancias singu-
La ilación resulta clara, porque en todas las cosas lo definido se identificaría con lares, que es 10 que Anstóteles pretende. También se acaban con esto las cues-
su definición y viceversa. Responden qne Aristóteles no niega esto de los acciden- tiones de la distinción de naturaleza y supuesto, y de abstractO' y concretO' en las
tes, sino de los entes per accidens que no tienen esencia. Pero tampoco se puede sustancias, aun tomadas universalmente, como hombre y humanidad, ID-ateria
admitir, porque de las cosas que reciben denominación de accidentales Aristóteles. tratada por nosotros en la citada disp. XXXIV.
no dice aquí que no tengan esencia, sino que más bien supone que la tienen, aun- Cuesto 1. Aquí tiene propiamente su lugar la cuestión de la identidad entre
que menos .perfecta, según dijO' en el capítulo anterior, y niega que se identifique definición y definido; pero como es dialéctica y no tiene dificultad, la omito.
con el sujeto. Cues~. 2. Tam?ién se podrí~ t;atar aquí cómo lo definido en general, o sea
Por eso a mí me satisface sobremanera la exposición de A. de Hales, que a su la espeCIe, se ldentlfic.a c0t.I e! .mdlvlduo al. cual se refiere propiamente 10 que
vez la tomó del Comentador: que aquí se compara 10 que cada cosa es a la sus- se expone .so?re la ~rudad mdlV1dua! en I~ dISp. V. Pero no hay que olvidar que
tancia primera o al sujeto a quien se atribuye. Pues cuantas cosas tienen de alguna c~ru;d~ ,ArIstotele~ dic~ que la esenela se IdentIfica con el sujeto, no excluye toda
manera esencia, pertenecen a la misma primera sustancia. Así resulta clarísima dlstmcl0n de .r~~on, bIen fun~ada en nuestro modo de concebir -por ejemplo,
la doctrina del Filósofo, de que ulo que cada cosa es" se identifica con aquello de entre la defiruclOll y lo defirudo-, bien en la cosa concebida -como entre la
especie y el individuo-. Excluye, por consiguiente la distinción real y la "ex
que es, es decir, con el sujeto a quien se atribuye como tal esencia y per se; pero.
natum reí" y cualqu.i~r otra que m:p~da la predicaciÓn formal y per se: de este
no con aquel de quien sólo se dice per accidens. Así, pues, el Filósofo compara modo el texto del FIlosofo resulta facIl en los demás puntos.
"10 que cada cosa es" con cualquier sujeto de quien se predica y establece dos
reglas generales. La primera es su identificación con aquello de que se predica CAP. VII
esencialmente; la otra, la no identificación con aquello de que se predica acciden- CÓMO y POR QUIÉN SE PRODUCEN LAS FORMAS DE LAS COSAS
talmente. Y puesto que "10 que cada cosa es", es algo sustancial -pues como tal
existe-, de ningún sujeto se dice accidentalmente, sino esencialmente; por Comien.za a desarrollar ~quí la tercera parte de su polémica contra Platón
10 tanto, se identifica absolutamente con su sujetO'. "Lo que cada cosa es" acciden- -que las I~eas no se nece~Ita.n para .la genera~ión~ y con tal motivo distingue
talmente, si se le compara formalmente a algo de su género y que le sirva de en este capItulo y en el slgwente dIversos prmciplOs y clases de generación, a
saber, por arte, J?or naturaleza, por azar y algunos más, que examinarnos detalla-
sujeto en la predicación, también se identifica con su sujeto, como, por ejemplo, damente en la dISp. XVIII sobre la causa eficiente.
la esencia de la blancura se identifica con la blancura O' con esta blancura. Mas
Cuesto 1. Especialmente suele discutirse aquí con ocasión del texto de Aris-
como esta esencia es accidental se puede predicar per accídens de la sustancia, y por t?;eles, en primer lugar, si .to~o lo que se hace se hace de alguna materia, eues--
lo mismo no se identifica con aquello a que pertenece de este modo, porque no non que roza la del conOCImIento de la creación por Aristóteles. Pero él habla
le pertenece como esencia, sino comO' accidente. aquí de las acciones naturales, y respecto de éstas es verdadera la proposición
Atque hoc modo explicata sententia Aris- c!em et ínclividuum; excJud!t ergo distinc-
Quidam vero aiunt Aristotelem compara- Philosophi, quod quid est esse ídem cum totelis, aptissime per illam paratur vía ad tlOnem rei, et ex natura reí, et ornnem illam
re quod quid cum definito. Sed obstat, quia eo cuius est, id est, cum eo subiecta cui ostendendum ideas non esse separatas a re- quae impedit praedicationem formalem a~
secundum hunc modum non solum in sub- attribuitur in eo quod quid ac per se, non bus et substantiis particularibus, quod Aris- per, se, et sic erit faci,lis Uttera Philosophi
stantia, sed etiam in accidentibus, quod quid vera cum ea de quo dicitur per accidens. toteles intenclit. Sic etiam cessant hic quaes- quoad reliqua.
est, esset idem cum eo cuius est; quod Itaque comparat Philosophus quod quid est tiones de distinctione naturae a supposito,
Aristoteles negat. Et seguela patet, quia in ad omne subiectum de quo dicitur, et duas et de distinctione abstracti a concreto in CAPUT VII
omnibus rebus definitum esset ídem cum generales regulas constituit. Prima est, re- substantiis, etiam universe conceptis, ut sunt
sua definitione, et e converso. Respondent spectu eius de quo dicitur per se, csse ídem horno et humanitas, quae a nobis tractatae Quonwdo e't a qua formae rerum fiant
non negare hoc Aristotelem in accidentibus, cum illo; alia, respectu eius de qua dicitur sunt dicto disp. XXXIV. Híe incipit perficere tertiam partem dis-
sed in cntibus per accidens, quae non ha- ex accidente, non esse ídem. Et quía quod Quaest. 1. Pertinet autem hue proprie putatiorus contra Platonem, quod ideae non
bent quod quid esto Sed obstat, quia Aris- quid est est substantiale, quia ut tale est, quaestio de identitate definitionis cum de- sint t;tecess:triae propter generationem, et ea
toteles hic de his, quae acc.identaliter dicun- de nullo dicitur per accidens, sed tantum finito; sed quia dialectica est, et nihil habet occaSlOne ID hoe et sequenti capite varia
tur, non dicit non habere quod quid est, per se, ideo simpliciter est idem cum eo diffieultatis, eam praetermitto. distinguit principia et modos generationum,
sed potius supponit habere illud, licet mi- cuius esto Quod quid autem accidentale, si Q. 2. Posset etiam hic tractari quaestio scilicet, ab arte, vel natura, vel casu, et
nus perfectum, ut superiori capite tradide- forrnaliter comparetur ad rem suí generis, quomodo definitum in communi, seu spe- alia) quae latissime disputantur a nobis in
rat, et" negar" illud esse ideili cum eo cwus et sibi per se subiectam in praedicatione, cies, sit ídem cum individuo de qua per disp. XVIII de causa efficienti.
esto etiam est idem cum eo cuius est, ut quod se dicitur, quae disp. V de unitate indivi- Quaest.!. H¡c vera specialiter disputari
Quocirca mihi valde placet expositio Alex. quid est albedinis cum albedine vel cum duali tractantur. Hinc tamen collige, cum solet occaSlOne textus AristoteIis, primo, an
Alensis, quam ex Commentatore sumpsit, hac albedine. Quia vero huiusmodi quod Aristoteles ait quod quid est 1 esse ídem omnia quae fiunt fíant ex aliqua materia,
comparari hic quod quid est ad primam quid est accidenta1e, potest etiam dici per cum eo cuius est, non excludere ornnem quod tangit quaestionem illam, an Aristote-
substantiam, seu ad subiectum cui attribui- accidens de substantia, ideo respectu eius distinctionem rationis, sive fundatam in mo- les cognoverit creationem. Sed hic Aristote-
tur; omnia enim quae habent aliquo modo cuius hoc modo est, non est idem cum 00, do concipiendi, ut inter definitionem et de- les d.e actionibus naturalibus loquitur; et
quod quid est, sunt ipsius primae substan- quia non est eius ut quod quid est eius) finitum, sive in re coneepta, ut ínter spe- in his verum habet generaJis propositio,
tiae. Et hoc modo clarissima est doctrina sed ut accidens eius.
1 No estimamos admisible el adverbio non, que consta en algunas ediciones, antes
de esse idem, etc. (N. de los EE.).
Libro séptima.--Cap. VII 101

que las necesarias disposiciones para las formas pueden resultar en ellos del
lndice detallado de la metafísica de Aristóteles concurso fortuito de otros agentes: en cambio, los otros vivientes son tan perfec-
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toS y exigen una organización tan exacta y maravillosa, que no pueden produ-
que afirma que todo se produce de una materia distinta. Y en este sentido hay
cirse sino mediante una causa propia y per se. Y esto mismo, según dije, enseña
que tomar otra proposición que tiene en el textO' 24: así pues, según se dice,
la experiencia de ambas clases de vivientes. En esta solución se aúnan contra
no hay producción posible si nada preexiste.
Cuesto 2. En segundo lugar, suele discutirse si todas las cosas materiales Avicena y el Comentador los partidarios de las escuelas de Santo Tomás y Esco-
pueden existir O' dejar de existir, con motivo de las palabras del Filósofo en el to en este pasaje; A. Hales y otros.
textO' 22: todas las cosas que S8' p1'oducen naturalmente tienen materia; pues cada Cuesto 4. De aquí surge una segunda cuestión: qué causa infunde las for-
unw dé ellas puede existí1' y dejar del existir, y esto precisamente por la materia. Pero mas sustanciales en estos vivientes, y si tiene el cielo poder suficiente para esto,
en este texto no hay fundamento para tal problema, porque 10 único que en él de lo cual hablé en la disp. XV, seco 1.
se afirma es que todo lo que puede existir O' no existir se lo debe a la materia. Cuesto 5. Asimismo puede discutirse si esta clase de generación de las cosas
Mas ni esta proposición es susceptible de conversión simple, ni Aristóteles dijo se puede llamar causal. Pero esto tiene fácil respuesta, por ser causal respecto
esto. Se discute, sin embargo, esta cuestión en la disp. XIII, seco 8 y siguientes.
Cuesto 3. Tercero, se puede examinar si todas las cosas engendradas de de los agentes particuíares, pero no respecto del sol. Así es el parecer de Santo
un semen pueden originarse también por putrefacción y sin semen. Porque Aris- Tomás, cuya sentencia defiende Iavello contra la de Janduno en la cuestión 10.
tóteles afirma claramente aquí, en el texto 22, que las mismas cosas que se pro- El asunto es fácil: de otra manera puede decirse que dicha generación es per
ducen de lli""l semen, sucede que se originan sin semen. Por esta razón, así lo afirmó lTJccidens y fortuita respecto del concurso de causas que disponen la. materia;
Averroes de todos los animales sin distinción, lib. VIII de la Física, como 46. pero, supuesta dicha disposición, la forma sustancial es infundida per se por
En cambio Avicena, lib. II Sulficient., niega que esto pueda darse en general, intención del agente universal. Tocamos esto en la disp. última, seco última.
pues juzga que se distinguen específicamente los animales que se originan por
putrefacción sin semen, de los otros engendrados por semen que parecen seme- Cuesto 6. Puede preguntarse aquí cómo concurren a sus efectos los ejem-
jantes. Pero ambas opiniones están bastante en contradicción con la experiencia. plares de las artes; ya que Aristóteles dice en este lugar que la salud en la mate-
Pues vemos que se generan por putrefacción algunos animales completamente ria proviene de la salud en la mente, es decir, sin materia. Exponemos la cues-
semejantes a los que se producen por propagación seminal, 10 cual es asimismo tión y el pasaje eu la disp. XXV, seco 3.
evidente en las plantas, y, al revés, excede todo natural evento que animales per- Puede, finalmente, preguntarse si las acciones inmanentes son verdaderas ac-
fectos, como caballos, leones, etc., se generen, si no es por generación propia ciones; en efecto, el Filósofo parece afirmarlo expresamente al decir: entre las
y p'er se. genel'a'ciones y movimientos, unos se llaman intelecciones, efectuaciones o pra-
Por eso Santo Tomás distingue con razón en este pasaje, pesando mucho las pala-
bras del Filósofo: porque algunas cosas se originan idénticamente por semen y ducciones otros. Se discute esto extensamente en la disp. XLVIII, seco 2; Y en
sin semen. En efecto, dijo algunas, porque esto nO' es común a todas. La distin- la disp. XLIX, seco 4.
ción se refiere a los vivientes perfectos e imperfectos; pues éstos pueden ser
causados sin semen por influjo de los cuerpos celestes, por ser tan imperfectos ne semine virtute coelestium corporum eau- respectu vero solis non ita. Ita D. Thomas.,
sari, quia sunt adeo imperfecta, ut dispo- cuius sententia defenditur contra impugna-
sitiones ad eorum formas necessariae casu tiones Ianduni a Iavello, q. 10. Sed
quae affirmat omnia fieri ex; materia 1 alía. semine. Propter quod Averroes, VIII Phy- est res facilis. Aliter dici potest, illaro ge-
sieor., comm. 46, de omnibus animalibus possint in subiecto consurgere ex contin-
Et eodero modo accipienda est alia propO'- genti concursu aliorum agentium; at prio- n\!rationem quantum ad concursuro causa-
sitio, quam habet texto 24: QUv.lf'e, quemad- sine distinctione id affinnat. Avieen. vera! rum disponentium materiam esse per acci-
lib. II Sufficient., in universum negat id ra viventia adeo sunt perfecta, et tam exac-
modum dicitur, impossibile est fieri, si ni~ tam ac mirabilem organizationem postulant) dens et a easu; posita vero illa dispositione
hil praeexistat. Herí posse; putat eniro specie distingui ani- per se et ex intentione agentis universalis
Q. 2. Secundo quaeri soJet an omnia, malia quae sine semine fiunt ex putrefac- ut minime P03Sint nisi a causa propria ac
per se fieri. Atque ita hoc ipsum docet induci talero formam substantialem, quod
quae materiam habent- possint esse et non tione, ab aliis quae similia videntur ex
semine generatis. Sed utraque opinio satis experientia de utroque viventium ordine, attigimus djsputatione uIt., seet. ult.
esse, propter verba PhiJosophi, text. 22: Q. 6. Praeterea, hic quaeri potest quo-
Curicta quae natura fiunt habent mateyiam; est repugnans experientiae. Nam videmus ut dixi. Et in hac resolutione conveniunt
nonnulla ariimalia generari ex putrefactione contra Avicennaro et Commentatorem sec- modo exemplaria artium ad suos effectus
possibile enim est esse et non esse eorum concurrant: quia Aristoteles hic alt saru-
unumquodque, hoc autem materia. Sed in omnino similia iis quae per seminalem pro-- tatores utriusque scholae D. Thom. et Scot.
pagationem fiunt, et in plantis idem est evi- tatem ¡n materia oriri ex sanitate in mente,
hoc textil non habet fundamentum illa hic; Alexand. Alens. et alü. seu sine materia. Hane quaestionem et 10-
quaestio, quía hic solum dicitur omne quod denso Et e contrario praeter omnem natu- Q. 4. Hine yero nascitur altera quaestio,
ralero eventum est quod animalia perfecta cum exponirnus disp. XXV, sect. 3.
potest - esse- -et non --esse, id habere ex ma- quaenam causa inducat formas substantiales Deruque potest quaeri utrum actiones im-
teria; non potest autem haee' affirmans pro- ut equi, Jeones, etc., generentur rusi per
propriam et per se generationem. in haec viventia, et an eaelum habeat ad manentes sint vere actiones; ita enim ex-
positio converti simpllciter, nec Aristote1es hoc sufficientem virtutem, de qua re dixi presse videtur affinnare Philosophus duro
id dixit. Tractatur vero illa quaestio disp. Quapropter D. Thom. hoc loco recte dis-
tinguit, expendens accurate verba Philoso- disp. XV, sect. 1. ait: Generationum autem et motuum, haec
XIII, sect. 8 et seq. Q. 5. Quaeri item potest an huiusmoru quidem intellectio illa vero effectio seu fac-
Q. 3. Tertio quaeri potest an omnia phi dicentis: Quaedam enim eadem ex se- J

mine, et absque semine fiunt. Dixit enim reruro generatio sit dicenda causalis. Hoc tia vocatur. De hac re late disputatum est
quae generantur ex semine possint ex pu- disp. XLVIII, seet. 2, et disp. XLIX,
trefactione et sine seroine generari. Nam quaedam, quia non est id commune omru- vera facilem habet resolutionem; nam re-
Aristoteles hic, texto 22, ciare affinnat, eadero bus. Distinetio ergo est de perfectis et im- spectu particularium agentium est causalis, sect. 4.
quae ex semine fiunt, contingere fieri sine perfectis viventibus; haec erum possunt si-

1 Aliqua, en otras ediciones (N. de los EE.).


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Indice· detallada de la metafísica de Aristóteles
Libfo séptimo.-Caps. IX y X 103
CAP. VIII ideal intencional. De manera que la explicación de esto carece de dificultad. Vide
CONTINÚA EL MISMO TEMA; QUE NO HAY DE SUYO PRODUCCIÓN DE FORMA, SINO Soncinas, en este libro, q. 14; Iavello, q. 12, y otros.
DEL COMPUESTO
CAP. IX
Cuesto 1. En primer lugar, examina el mismo Filósofo si la forma se genera
ALGUNAS DUDAS SOBRE EL MISMO PROBLEMA) CON SUS SOLUCIONES
propiamente, cuestión que hemos resuelto con brevedad en la disp. XV, seco 4.
Cuesto 2. Si esto es aplicable sólo a las formas sustanciales o también a las Cuesto 1. Aqul suele investigarse, en prímer lugar, sobre la educción de la
accidentales. Allí, en el número 6, damos concisamente la solución afirmativa. forma de la potencia de la materia: si existe y qué características tiene, y sobre
Cuesto 3. Si las formas sustanciales son inducidas en la materia por a1e ún la preexistencia en acto de algo de la forma en la materia. Acerca de esto hay
agente universal o por agentes particulares: ampliamente acerca de estO', disp. XV, amplia referencia en la disp. XV, seco 2 y 3, en la segunda de las cuales se expone
seco 2, y disp. XVIII, seco 1 y 2. ex professo el texto 29 de este capítulo. .
Cuesto 4. Si cada ser genera otro que le sea semejante. La solución de esta Cuesto 2. Cómo la virtud del semen o Jas fuerzas aCCIdentales pueden cau-
cuestión se deduce de los mismos pasajes y de la división de la causa eficiente sar la generación sustancial: sobre esto ampliamente en la disp. XVIII, seco 2.
en unívoca y equívoca, que se da y explica en la disp. XVII, seco 2. Dos adver- Además todas las cuestiones catalogadas en el capítulo anterior caben también
tencias únicamente, la una que Aristóteles habla propiamente de la generación, aquí, porque la doctrina expuesta por Aristóteles es casi la misma.
comprendiendo la alteración, que dispone para ella; pero no habla de toda acción,
pues quien produce un movimientO' local, no causa propiamente algo semejante; CAP. X
ni los agentes pretenden con todas sus acciones inmanentes la producción de LA ESENCIA CONSIDERADA EN ORDEN A LA DE.FINICrÓN
semejante, sino que se dice que cada potencia produce lo que se acomoda y prO'- Cuesto 1. Inicialmente habría que preguntarse aquí si es de competencia del
porciona a su perfección. Pues éstas no actúan tanto por comunicarse corno por metafísico ocuparse de la definición; pero de esta materia hablé en la disp. 1,
perfeccionarse: consecuentemente no producen con propiedad efectos semejantes. introductoria, seco 4, donde demostré que la forma de definir mental y, por lo
Aunque si se' toma con sentido lato la semejanza, se aplica también a' la causa tanto, verbalmente es oficio del dialéctico; el metafísico, en cambiO', explica el
equívoca y se puede decir igualmente que ella produce efectos semejantes a sí. fundamento de la definición, que es la esencia deJ objeto. No obstante, como la
En segundo lugar, hay que advertir que Aristóteles aquí no dijo que todas las misma esencia y quididad, tal como es en sí, se conoce con dificultad, por 10
cosas fuesen engendradas por seres semejantes a sí, sino que dijo de manera mismo expone Aristóteles muchos puntos de la definición tal como nosotros la
imprecisa: en algunas cosas es patente que' el generante es de la misma natura- hacemos o debemos hacerla, para descubrirnos el concepto de esencia y para de-
leza que lo generado. Esto en general es verdad con toda propiedad en las causas mostrar sobre todo que la materia pertenece al concepto esendal de algunas cosas,
univocas; en cambio, en las equívocas, según semejanza eminente y virtual; en a fin de servirse de esto como de una razón más contra Platón para demostrar
las causas artificiales o intencionales, según semejanza ideal o representación que no puede haber ideas de tales cosas separadas de la materia. Este es el motivo
de tratar de la definición en todos estos capítulos, en cuyo desarrolle nosotros
CAPUT VIII expondremos concisamente lo que tenga puro carácter dialéctico.
prehendendo alterationem, quae ad illam
De eadem re~ et quod forma non per se disponit; non vero de omni effectione; sic
fíat, sed compositum enim qui localiter movet, non proprie agit tionero; et ita nullam habent difficultateml CAPUT X
simile; nec per omnes actiones immanentes quae de hac re tractari solent: vide Soncin., De quidditate in ordine ad definitionem
Quaest. 1. Primo ab ipso Philosopho .hoc lib., q. XIV; lave!., q. XII, et alios.
tractatur an forma per se generetur, quam intendunt agentia productionem sibi simi- Quaest. 1. Principio hic quaeri posset, ad
quaestionem expedivimus breviter disp. XV, lium, sed unaquaeque potentia dicitur agere philosophumne primum pertineat de defini-
sect. 4. id quod proportionatum et accommodatmn CAPUT IX tione disputare; sed de hoe disp. 1 prooe-
Q. 2. An hoe non solum in formis sub- est ad suam perfectionem. Haee enim non miali, sect. 4, ubi ostendhnus formam
stantialibus, sed etiam accidentalibus verum tam agunt ut se eommunicent, quam ut De eadem -re dubitationes nonnullae cum definiendi tum mente, tum consequenter
sit, ibi numo 6, ubi breviter affirmantem se perficiant; et ideo non agunt proprie solutionibus earum verbo, ad dialecticum spectare; metaphy-
partem resolvimus. sibi similia. Quamquam si late extendatur sicum yero explicare fundamentum definí-
Q. 3. An formae substantiales introdu- similitudo ad causam aequivocam, possunt Quaest. 1. Primo quaeri solet hie de tionis, quod est essentia rei; tamen~ quia
eantur in materiam ab aliquo agente uni- etiam haee dici agere sibi similia. Secundo -eductione formae a potentia materiae, quae haee ipsa essentia et quidditas, prout in
versali, vel a particularibus: de hac quaest. igitur advertendum est Aristotelem hic non et qualis sit, et an aliquid formae actu se est, difficile cognoscitur, ideo AristoteIes
late disp. XV, sect. 2, et, c:lisp. XVIII, dixisse omnia generari a sibi similibus, sed 'praecedat in materia. De qua re Aate disp. multa tradit de ipsa definitione prout a no-
sect. 1 et 2. indefiníte ait: In quibusdam manifestum XV, sect. 2 et 3, ubi in secunda ex profes- bis fit, aut fieri debet, lit in ordine ad nos
Q. 4. An unumquodque generet sibi si- est quod gene1'ans tale est quale id quod so exponitur texto 29 huius eapitis. rationem essentiae declaret, et maxime ut
mUe. Haee quaestio ex eisdem locis expe- generatur. Est ergo generaliter et in omni Q. 2. Quomodo vinus seminis ve! acci- ostendat materiam pertinere ad essentialem
dita est, et ex divisione eausae efficientis in proprietate verum in causis univocis; in rationem aliquarum rerum~ ut hac etiam ra-
dentales virtutes efficiant substantialem ge-
univocam et aequivocam, quae traditur et aequivocis autero secundum eminentiam et tione contra Platonem ostendat non posse
explicatur disp. XVII, sect. 2. Solum ad- nerationem; de quo Jate disp. XVIII,
virtualem similitudinem; in artificialibus ve- sect. 2. dad talium rerum ideas a materia separatas.
vertenda sunt duo. Dnum est Aristotelem ro seu intellectualibus causis secundum Hae ergo ratione in his capitibus agit de
loqui proprie de generatione, sub ea com- Quaestiones et~am omnes in superiori ca- definitione, in quorum tractatione nos ea
ideaJem seu intentionalem repraesentatio-
pite annotatae in hoc habent locum, quia omnia quae mere dialectica sunt breviter
ah Aristotele fere repetitur eadem doctrina. attingemus.
cl:::04-'--___________-"Ic:nc:d"ic_e_d=-e=-t=-alc:la"d.:co_,:::.de:::.,:::.la::.. metafísica tk Aristóteles LiMO séptimo.-C"p~~~y X 105

Cuesto 2. Se pregunta, en segundo lugar, si es esencial a la definición constar- respecto de éstas es exacta siempre su afirmación, por corresponder al género la
de partes. Mas en esto la opinión afirmativa de Aristóteles está suficientemente forma genérica y a la diferencia la forma especifica, que son distintas. Pero esta
clara, y, una vez explicada la palabra misma y la función de la definición, n" respuesta supone, en primer lugar, la falsa doctrina de la pluralidad de las formas,
ofrece duda. Pues nosotros no podemos conocer distintamente y explicar la eSen- de acuerdo con la jerarquía de predicados esenciales, cosa que hemos refutado en la
cia de las cosas por medio de conceptos simples; y por. eso para concebir y expli_ disp. XV. Además, contradice al sentido total y común de las palabras de Aristóteles.
car con distinción su naturaleza, la dividimos en muchos conceptos, con el fin. Ahora bien, dos son las interpretaciones posibles del Filósofo. En primer lugar,
de llegar a conocer 10 que le es propio o común, esencial o accidental, y conju- que su formulación no pretende ser más que una comparación proporcional y
gando de esta manera los conceptos esenciales de una cosa, llegar al conocimiento- no absoluta, sino con justos limites en su aplicación. Es decir, quiere que las
d~stinto de la misma; .Y a esta concepción distinta la llamamos definición esencial" partes de la definición guarden entre si y respecto del definido la misma propor-
bIen en cuantO' concebIda por la mente, bien en cuanto formulada por la palabra; ción que las partes del objeto han de guardar entre si y respecto del todo. No por-
y de una manera proporcional obtenemos las definiciones llamadas descriptivas. que sea necesario que toda cosa definida tenga partes, sino que se haga la com-
Por consiguiente, se deduce que es de esencia de la definición ser una proposi- paración respecto de la que las tenga. La proporción consiste en que las par-
ción, y, en consecuencia, tener partes; por lo tanto, el modo propio de la bús- tes de la definición, igual que las del objeto, están en relación de potencia y acto.
queda de la definición es por la división de los conceptos comunes hasta llegar La segunda interpretación es llamarlas partes del objeto o partes físicas, si con
a los conceptos propios rechazando los extraños, como expone más ampliamente propiedad se trata de una cosa físicamente compuesta, a las que corresponden las
Aristóteles en el lib. II de los Anal. Seg. c. 14. partes de la definición, bien realmente, si la definición se hace de un modo físico,
Cuest.. 3. Tercero, si las partes de la definición se corresponden con las bien según proporción y semejanza, si se trata de una definición metafísica y pro-
pia por género y diferencia. E incluso que con criterio más amplio se llame
partes de la cosa definida. Parece que lo afirma el Filósofo al comienzo de este
partes del objeto a los mismos grados metafísicos precisivamente tomados, que se
capitulo diciendo: como la definición con el obje'to, así se corresponde cada parte expresan, en cuanto partes de La definición, por el género y la diferencia.
de la definición con cada p'arte del objeta. Esto también puede deducirse del Cuesto 4. La cuarta y principal cuestión respecto de este capitulo es si la
oficio y fin de la definición. Pues siendo una explicación distinta de la esencia materia es parte de la esencia de la sustancia material, y si, por 10 tanto, entra
completa del objeto, y valiéndose para este cometido, por asi decirlo, de concep- la materia en la definición. La primera cuestión se trata expresamente en la
tos parciales, parece necesario que a éstos correspondan partes proporcionales en disp. XXXVI, seco 2, donde con Aristóteles y Santo Tomás nos adherimos a la
el definido. En contra está que mucbas veces el definido es simple y no tiene ver- sentencia afirmativa. De donde se deduce que en la definición esencial de las
daderas partes y también que, aun teniéndolas, nO' siempre les corresponden las par- sustancias materiales entra la materia, no como algo añadido, 10 cual sería contra
tes de la definición, sinO' que más bien cualquier parte de la definición expresa toda la perfección y naturaleza de la sustancia completa, sino corno elemento de la
la esencia, aunqüe con menos distinción que la definición misma: por ejemplo, )1 esencia intrínseca de estas cosas. La materia entra en dicha definición, O' expresa-
el génerO' y la diferencia, por más que sean partes de la definición, no expresan mente en el caso de la definición física, por ejemplo, cuando se dice que el
partes del defmido, sino el todo de una manera confusa e incompleta. Algunos hombre consta de alma y cuerpo, o implícitamente, C()mo incluída en el género meta-
creen que Aristóteles se refiere únicamente a las cosas naturales y compuestas y que físico, por ejemplo cuando se dice que el hombre es animal racional. Finalmente,
universum propositionero eius, quia generi proportionem et imitationem, si definitio
Q. 2. Secundo ergo inquiritur an de que ad proprios, alienos reiíciendo, ut la- correspondet forma generica, et clifferentiae sit propria ac metaphysica per propriuro
ratione definitionis sit_ ut partibus constet. tius Aristoteles, lib. JI Poster., c. 14. fonna specifica, quae distinctae sunt. Sed genus et differentiam. Vel latius etiam di-
Sed in hoc satis expressa est sententia Aris- Q. 3. Tercio, an partes definitionis Cor- haec responsio primo supponit falsam sen- cantur partes rei ipsj gradus metaphysici
totelis hic affirmantis; et, si nomen ipsum, respondeant partibus rei. definitae; id enim tentiam de pluralitate fonnarum iuxta ordi- praecise concepti qui per genus et diffe-
et munus definitionis explicetur, dubitatio- affirmare videtur PhHosophus initio huius nero praedicatorum essentialium, quem im- rentiam, ut sunt partes definitionis, indi-
nem non habet. Nos enim per simplices capitis dicens: Sicut ratio ad rem, simili- probamus disp. XV. Deinde est contra ver- cantur.
conceptus non possumus distincte cogno- ter et pars rationis ad partem reí se habet. ba Aristotelis absoluta et generalia. Q. 4. Quarta ac praecipua quaestio cir-
scere et explicare rerum essentias; et ideo Idque colligi potest ex munere et fine defí- Duobus ergo modis exponi potest Phi- ca hoc caput est, utrum materia sit pars
ad distincte concipiendam vel explicandarn nitionis. Nam curo distincte declaret totam losophus. Primo, eius locutionem soluro esse quidclitatis substantiae materialis, et conse-
naturam rei, eam in pIures conceptus divi- reí essentiam, et ad hoc munus utatur (ut per proportionalem comparationero, nec esse quenter an in definitione talium rerum pu-
climus, ut quid ei proprium, commune, quid sic dicam) partialibus conceptibus, videtur absolutam, sed curo clistributione acconuno- natur materia. Sed prior quaestio ex profes-
essentiale, quid accidentale sit, cognosca- necessarium ut illis correspondeant partes. danda. Vult cniro partes definitionis eam pro- so tractatur disp. XXXVI, sect. 2, ubi curo
mus, atque ita tandem apte coniungendo proportionatae in definito. In contrarium portionern ínter se et ad definitum servare, Aristotele et D. Thoma affirmantem par-
conceptus essentiales rei,-·---ipsam distincte est quia saepe definituro est res simplex, quam partes rei inter se et curo toto. Non tero amplectirour. Ex qua sequitur in de-
concipiamus; eamque distinctam conceptio- et non habet veras partes. Item, licet ea8- quod necesse sit omnem rem definitam finitione quidclitativa substantiarum mate-
nero, definitionem essentialero vOCarous, vel habeat, nOn semper illis respondent partes habere partes, sed quod comparatio fiat ad rialiuro poni materiam, non ut adclitum, hoc
definitionis, sed potius quaelibet pars defini- illam quae eas habet. Consistit autem pro- ením est praeter perfectionem et naturam
mente conceptam, ve) voce expressam; et tionis dicit 'totam rei essentiam, licet minus substantiae completae, sed ut intl'inseca es-
portio in hoc quod partes definitionis com-
proportionali modo conficimus definitiones distincte quam ipsa definitio; genus enim parantur ut potentia et actus, sicut partes sentía talium reruro existens. Ponitur autem
quas descriptivas appellant. Sic ergo con- et differentja, licet sint partes definitionis,. reí. Altera expositio est, ut partes rei di- materia in ta!l definitione, vel expresse, si
stat de ratione definitionis esse ut sit ora- non significant partes definiti, sed totum cantur vel partes physjeae, si res physice definitio detur modo physico, ut cum dici-
tio, et consequenter ut partes habeat, unde confusa et incompleta ratione. Aliqui putant ac proprie composita sit, quibus respondent tur horno constare carpore et aniroa; vel
proprius modus venandi definitionem est Aristotelem loqui de rebus tantum natura- partes definitionis, ve} secundum rero, si implicite, ut inclusa in genere metaphysico,
per divisionem conceptuum cornrnunium us- libus et compositis, et in illis veram, esse in definitio detur modo physico, vel secundum ut curo dicitur horno animal rationale. De'-
r
106 Libro séptimo.-Caps. IX y X ____ _ 107
Indice detallado de la metafísica de Arist6/eles ---- --------
la materia entra en la definición según una especie de concepto universal, no en individuo no tiene más esencia que la específica, .:ampoco se de~e cOJ?si~e~ar que
tenga otra definición propia. Ad.emás, la contracclOn de l~ espeCIe al mdIvlduo es
cuanto materia signada, porque ésta es la propia de los individuos, como enseña
aquí el Fílósofo y explican Santo Tomás y otros. manera de contracción materIal,. por razón de tal enndad; por eso 10 que el
Cues!. 5. Surge de aquí la quinta cuestión, la posíbilidad de definír el sin-
~ dívíduo añade a la espede no se explica tanto por definidón propía como por
n;,lícadón de la definídón esendal a su entídad. Propíamente, pues, se define la
aspecie que consta de gi~nero y diferencia esencial. Pero los géneros supremos y
gular en cuanto singular, y, consecuentemente, la inclusión de la "materia signada"
·en su definición. La cuestión se refiere al singular no tomado en acto signado, por
así decirlo, o sea, a la esencia común de la singularidad; porque en este sentido
~os indIviduos no tienen definición propia en este sentido, ~unque puedan descri~ír­
se y explícarse de algU1:a manera. El hecho de q~e los sn;tgulares no sean objeto
se trata de algo común, definible a su manera, comO' persona, supuesto y ej emplos
de ciencia o demostracIón, ha de entenderse caSI de~ mIsmo modo, porque d~
parecidos; sino que la cuestión se refiere al singular en concreto, por así decirlo,
ellos en cuanto tales sólo conocemos sus rasgos contmgentes y mudables. Y 81
Adstóteles ruega aquí, en el texto 35, que se pueda definír el síngular de esta
parece que se llega a algunas cosas necesari~s, se hace si~p.r,e por apli~aci~n
manera, y niega, por lo mismo, que la materia signada entre en la definición.
de algún medio universal, de suerte q?e ~as es. una apli~aclOn de la CIenCIa
Lo mísmo díce luego en el capítulo 15, texto 53; Y antes, c. 4, texto 13, había
universal a un caso concreto, que una clenC13 propIa de partIculares. Esto proba-
rucho que sólo la especie era propíamente susceptible de definíción; y en el
blemente es verdad respecto de cualqníer cosa creada, porque nada hay esencíal-
c. 7 del líb. 1 de los Anal. Seg. díce que no hay cienda ní definíción de los indí-
mente singular, excepto Dios, del cual puede haber una ciencia .perfectísim:a .. Lo
viduos. Allí debe tratarse ex professo como en su lugar propio esta cuestión.
cual es aplicable sobre todo a la denda humana, porque la angélica es de dIstInta
En efecto, no se ve tan claro por qué no puede definirse el individuo, siendo
naturaleza, obtenida por intuición de las cosas singulares tal como son en si.
resoluble en dos conceptos, el concepto de espede y el concepto de la propía
díferenda indívídual. Porque lo que algunos dícen, que el índívíduo no tíene pro- Cuesto 6. Tambíén cabe ínvesdgar aqul sí respecto del definído denen pdo-
pia diferencia individual, sino accidente individual únicamente, es falso, según cons- ridad sus partes; igualmente la legitimidad de usar siempre la definición en vez
de una parte de la mísma.
ta por 10 que h~mos. rucho en la rusp. V. Además, de los índívíduos ímperecederos
hay verdadera CIenCIa; por ejemplo, de Díos y el ángel, ya que Aristóteles sólo lo Cuesto 7. Estas cuestiones parece plantearlas aquí Aristóteles. Trata más di-
niega de los individuos materiales. ¿Por qué, pues, no pueden tener su propia rectamente la primera, y viene a ser su respuesta que las partes formales tienen
definición? Pues si éstos pueden tenerla, también la tendrán los otros en cuanto prioridad, pero de ninguna manera las materiales. Y por partes formales entiende
se les abstrae del tíempo y de la eristenda actual. Por todo lo cual no faltan las que se toman de la forma en cuanto tal, o que a ella corresponden formalmente,
quienes crean que e! singular de suyo y por su naturaleza es deñnible, pero que o, por fin, las que se toman con uruversalidad ígual al mísmo definído. Por 10. tan-
nosotros no lo defirumos, porque no llegamos a conocer su propia diferencia. to, entiende por partes materiales las individuales o cuantas contraen la esenCia de
Sín embargo, opíno que es cuestión de palabras y que la expresión de Arístó- 10 definido a una materia particular, la cual no se exige ciertamente por razón
teles es más propia, como es también la más usada. Porque la definición estricta- de la esencia formal, como, por ejemplo, el que una esfer.a sea de bronce. En
mente entendida explica la esencia de una cosa, y, por 10 tanto, lo mismo que el cambio, las partes formales se dice que tienen sobre el individuo cierta prioridad
de naturaleza o de causalidad, a veces incluso de orden de subsistencia, aunque
nique ponitur materia in definitione secun-
Non enim caret difficultate, cur non pos-
dum aliquam unlversalem rationem, non reí; unde, sicut individuum non habet aliam
tarnen materia signata) nam haec propria sit individuum definid, cum possit in duos ma scientia esse potest. Et maxime hoc intel-
conceptus resolví, scHicet in conceptu spe- essentiam praeterquam essentiam speeiei, ita ligitur de humana scientia, nam angelica est
individuorUUl est, ut hic docet Phi~osophus, neque aliam propriam definitionem habere
D. Thomas et alii exponunt. dei, et propriae differentiae individualis-. alterius rationis per intuitionem singularum
Quod enim quidam dicunt 1, non habere eensetur. Item contractio speciei ad indivi- rerum, prout in se sunt.
Q. 5. Bine oritur quinta quaestiO', an ,duum est quasi materialis ratione taEs en-
singulare ut singulare definibile sit, et con- individuum propriam differentiam indivi- Q. 6. Rursus quaeri hic potest an par-
dualem, sed tantum accidens individuale, titatis; et ideo, id quod individuum addít tes definiti sint priores ipso definito; item
sequenter in eius definitione poni possit ultra spedem, non tam in deIinitione pro-
materia signata. Est autem quaestio de sin- falsum est, ut ex dictis a nobis in disp. V an loco partis definitionis llceat dus defi-
constato Praeterea de individuis perpetuis jnia explicatur, quam applieatione defini- nitionem semper ponere.
gulari non in actu signato (ut sic dícam), id tiOIÚS essentialis ad hane entitatem. Proprie
est, de communi ratione singularitatis; hoe est vera scientia, ut de Deo et de angelo Q. 7. Quas quaestiones videtur hie pro-
(nam Aristotel, solum de individuis matc- ergo definitur species, quae genere et diffe- ponere Aristoteles. Et priorem quidem ma-
enim modo iam aliquid comrnune sumitur, rentia essentiali constato Genera yero sum-
quod definiri suo modo potest, sicut per- rialibus hoe negat); eur ergo non potest gis ex professo traetat, et in summa re-
ma et individua non ita propriam defini- spondet partes formales esse priores, mate-
sona, suppositum, et alia huiusmodi; sed eorumdem esse propria definitio? Quod si tionem habent, ¡icet aliquo modo describi
est quaestio de singulari (ut sic dicam) illorum esse potest, etiam erit aliorum, prout riales yero lninime. Per fonuales autero
et explicari valeant. Quod vero de singula- partes intelligit eas quae SUIlluntur a for-
exercito. Et hoc modo negat Aristoteles, abstrahuntur a tempore, et ab actuali exis- ribus non sit scientia vel demonstratio, in-
texto 35, singulare definiri; ideo enim ne- ma ut sic, vel quae illi formaliter corre-
tentia. Propter quae non desunt 2 qui exis- telligendum est fere eodem modo, quia de spondent, ve1 denique quae sumuntur aeque
gat_materiam signatarn poni in definitione,: timent singulare ex se et natura sua esse eis ut talia sunt, solum contingentia et mu-
idem habet infra, C. 15, texto 53; et supra, uruversaliter ac ipsum definitum. Unde per
definibile, a nobis tarnen non definiri, quia tabilla cognoscuntur. Quod si aliqua neees- materiales panes intelligit individuales, vel
c. 4, texto 13, dixerat solarn speciem pos- propriam eius differentiam non attingimus.
se definiri proprie; et I Poster., C. 7, ait saria demonstrari videntur, id semper est orones illas quae contrahunt rationem defi-
Existimo tamen quaestionem esse de no- in vi alicuius medii universalis, et ita po- niti ad partieularem materiam, quam ex vi
individuorum neque sdentiam esse, neque mine, et Aristotelis locutionem magis esse
definitionem. Quo loco res haee ex professo tius est applicatio scientiae universalis ad suae formalis rationis non requirit, ut est
tractanda esto propIÍam, sicut et magís reccptam. Quia particularem, quam propria scientia parti- respectu sphaerae quod aenea sito Dicuntur
definitio proprie dicta explicat essentiam culariurn. Quod in omru re creata fortasse autem partes formales priores definito prio-
1 lavell., lib. VII Met., q. 16. verum est, quia nulla res est essentialiter ritate quadam naturae, seu causalitatis, inter-
2 Ant. Andr., VIII Met., q. 7. singularis praeter Deum, de quo perfectissi- dum etiam subsistendi consequentia, quam-
108 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
109
no siempre, porque lO' mismo que a veces el todo no puede existir sin estas partes, Libro séptimo.-Cap. 3~ ___.__.__._.-..-_.--
tampoco pueden a su vez las partes fuera del todo, según hizo notar aquí también
;-;-;--Insiste de nuevo en,la cuestión que ya tocamos antes, de si la esen-
Aristóteles.
Acerca de la segunda cuestión Aristóteles'no dice casi nada, y la solución puede . u~sd' u:fica con el sUJo eto-' este pasaje en concreto e incluso las palabras del
Clase 1 en , . 5lfi
tomarse de lo apnntado arriba en el c. 4. Porque si lo incluído en la definición es Filósofo fueron explicadas expresamente en la dlSp. XXXIV, seco , a n.
verdaderamente esencial y tiene definición propia, no hay dificultad en poner en
su lugar la definición; por ejemplo, siendo la definición de hombre animal racio- CAP. XII
nal, se puede decir legitim-amente que es viviente sensible racional; incluso así DE LAS PARTES DE LA DEFINICIÓN, o SEA, DEL GÉNERO Y LA DIFERENCIA,
resultará más clara la definición. Pero si la parte de la definición es tan simple RESULTA UN '¡UNUM PER SE"
que no tenga definición, no hay que poner en su lugar la descripción, por ejemplo,
en el caso de los géneros supremos y diferencias, siendo éste el motivo de que Cuesto 1. La primera cuestión investiga aquí el origen de la unidad pe~ se
los trascendentales no entren en las definiciones. De la misma manera, si 10 que 'enen el definido y la definición. No se trata de averiguar de dónde les vIene
que U ' 1 . l'
se pone en la definición no es esencial, sino algo añadido, no puede ponerse en la unidad que tienen ambos comparados entre SI, pues ya se reso VIÓ q.u~, es ~lene
su lugar la definición, porque se incurriría muchas veces en falacia o en círculo de su identidad, sino que el problema es saber, puest~que la definiclOll dice o
vicioso, según se trató en el c. 4. De acuerdo con esto, hay que interpretar al contiene muchos elementos, por qué el definido de qmen se afirman ~lchos ele-
mismo Aristóteles en el lib. II de los Tópicos, c. 2. mentos es uno y no múltiple. Y otro tanto, consecuentemente, es aphca~~, a la
misma definición. La solución de suyo es bastante .clara. En efe~to, la ~efimclOn es
CAP. XI
'una, po-rque consta de género y diferencia en relaCIón de. potenc18 pro~la y acto? y
CUÁLES SON LAS PARTES FORMALES Y CUÁLES LAS MATERIALES de la misma manera el definidO' es uno, porque su esenCIa consta ~e genero y dIfe-
Cuesto 1. En este capítulo no hay nada nuevo que discutir porque apenas se rencia, como propio acto- y potencia metafísicos ordenados es.encmlmente. De un
añade nada, sino que se insiste de nuevo en la _cuestión de la materia, si es o no .acto y un~ potencia tales resulta siempre un unun: per se, mclus.o en las cosas
parte de la esencia específica, decidiéndose por la afirmación; por eso se dice que físicas, según se dirá luego en el lib. VIII a propó~ltO. de la ~ate!la y f~r~a, to-
las partes formales o las que integran la definición especifica no excluyen la materia mándolo del lib. II De Anima, texto 7; por conslgUlente, SI :on metafls1coS~ se
sensible en las cosas naturales, ni la inteligible en las 1Il.atemáticas, sino que en las- ha de afirmar con más razón. Se prueba por la segunda razan que. da aqm el
primeras excluyen la materia individual y en las segundas la sensible. Por consi- Filósofo, a saber, porque nO' existe d género sin !as espectes, ~s deCIr, ~uera de
guiente, se llaman partes formales las que se requieren según la esencia específica y ellas; por 10 tanto, no es más que la misma esenCIa de la especIe conceblda ~o~­
para alguna función que convenga por razón de ella, aunque incluya la materia fusamente. Y, como explica muy bien Santo '!omás, el ~~n~ro no puede eXIstIr
de un modo universal o proporcional; por el contrario, se llaman materiales las sin las especies, porque las fonnas de las espeezes n~ son qzsfzn!as de, la- form~ ~el
que convienen a la esencia común de la especie a manera de accidente. Todo esto- género; por consiguiente, significan realmente la .mIsma esenCIa y solo se distm-
intenta concluir contra Platón que las esencias comunes y específicas de las cosas guen racionalmente como determinable y deter~ante;. por lo tanto., .~omponen
no pueden estar separadas de toda materia. un unum pe-r se. Esta es, pues, la causa de que el defimdo y la defimclOn tengan
vis non semper, quia interdum sicut totum CAPUT XI unidad propia.
non potest esse sine his partibus, ita neque Quae sint pm<tes fOl'males~ quae vera
e converso partes extra totum, ut Arista- 11la-tniales
teles etiam hic notavit. Q. 2. Rursus inculcat quaestionem an quia constat genere et differentia, quae com-
De altera vera quaestione nihil fere Aris- Quaest. 1. In hoc capíte nihil no-vi quae- quod quid est sit idem cum eo cuius est, parantur ut propri.a potentia et actus, et si-
toteles dicit, et resolutio sumi. potest ex rendum occurrít, nam fere nihH in ea addi- quam supra iam tetigimus; et me locus in mili modo definitum est unum, quía essen-
notatis supra, c. 4. Nam si id quod ponitur tur, sed inculcatur iterum quaestio de ma- particulari, et verba etiam Philosophi ex- tia eius constat genere et differentia, ut
in definitione est vere essentiale et defini- teria, an sit pars essentiae specificae necne 7 plicata ex professo sunt in disp. XXXIV, proprio aetu et potenüa metaphysicis ac
tionem propriam habet, nihil impedit quin et pars affirmans conc1uditur; et hac ratio-- sect. 5, in fine. per se ordinatis; ex huiusmodi autem actu
loco eius definitio ponatur; sic enim, cum ne dicitur partes formales, seu quae sunt ct potentia semper fit unum per se, etiam
homo definiatur esse animal rationale, recte de definitione speciei, non excludere ma- in rebus physicis, ut infra, lib. VIII, do-
teriam sensibilem in rebus naturalibus, nec CAPUT XII eetur de materia et forma, et sumitur ex
dicitur esse vivens sensibile rationale; im-
mo sic distinctior est definitio. Si vera pars intelligibilem in mathematicis; sed in prio- Ex partibus definitionis, seu ex genere et lib. II de Anima, textu 7; ergo multo ma-
definitionis sit ita simplex ut definitionem ribus excludere individuam materiam, in diffeTentia fieri per se unum gis ex metaphysicis. Quod probatur ex al-
non habeat, non oportet loco illius descrip- posterioribus vero sensibilem. Unde partes. tera ratione Philosophi in praesenti, quia,
tionem eius ponere, ut patet in generibus formales dieuntur quae secundum speci- Quaest. 1. Híc prima quaestio esse pot- videlieet, genulS non est pmeter ipsas spe-
summis- -et differentiisj'--et---hac--·-ratione trans- f~cam rationem, et ad munus aliquod ra- ...... l~,' ... est, unde habeant definitum et definitio
unitatem per se. Non est autem sensus
cies, seu extra illas; unde tantum est ipsa
cendentia non ponuntur in definitionibus. tione illius eonveniens, requiruntur, etiamsi essentia speciei confuse concepta. Et Cut
Similiter, si id- quod ponitur in definitione materiam in universali, seu modo propol'- unde habeant unitatem. dcfiniturn et defi- recte D. Thomas declarat) ideo genus
non sit essentiale, sed additum quoddam, tionato includant; materiales vero dicuntur nitio inter se comparata; hoc enim iam est non potest esse sine speciebus, quia
non ponitur loco eius ipsius definitio, quía quae sunt quasí per accidens ad commu- actum, habent enim illam ex identitate; sed f ormae specierum non sunt aliae a forma
saepe Gommitteretur nugatio, aut circulus nem rat~onem speciei. Quae omnia eo ten- est sensus, curo definitio p~ura dicat ve! generis; ergo in re dicunt eamdem essen-
vitiosus, ut c .. 4 tactum esto Et iuxta haee dunt ut contra Platonem concludat ratio- contineat, unde habeat definituro, de qua tiam, solumque differunt ut determinabile
intelligendus est idem Aristoteles, II Tapie., nes communes et specificas harum rerum iUa Olunia dicuntur, quod sit unum et non et determinans secundum rationem; com-
C. 2. non posse ab omni materia abstrahi. plura. Idemque consequenter de ipsa defi- ponunt ergo unum per se. Hac ergo de cau-
IUtlOne intelligendum esto Et resoludo est sa, tam definitum quam definitio habent
per se satis clara. Definitio enim una est, unitatem propriam.
110 libro séptimo.-Cap. X1:c:I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 111
Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
separadas de las especies. Si, pues, el t~xto se interpret~ se~~ esta s3paración,
Pero hay que advertir que la definición y el definido pueden considerarse, bien como lo hacen comúnmente Santo Tomas y otros, la dlsyunclOll se anade sola-
como están formalmente en la mente, bien como son objetivamente. Del primer mente para evitar el equívoco de ciertas palabras que parecen significar géneros
modo la definición es propia y efectivamente compuesta de conceptos realmente separables de las especies, pero, en realidad, no, significan estricta~ente géneros,
diversos; pero se dice que tiene la unidad de un cierto todo artificial, por haber- sino la parte material de todo el compuesto, segun. ap~rece en el ejemplo de ~O'z
alguna subord.it:1ación y unión entre tales conceptos. Mas objetivamente no tiene de que se vale Aristóteles; en efecto, voz puede sIgmficar en general un Borudo
composición real en virtud del género y la diferencia, sino sólo de razón, por deno... articulado, y como tal es género; pero en cuanto puede significar el sonido única-
minación derivada de la síntesis de conceptos mentales. En cambio, el definido mente como susceptible de tal modulación, es materia. Lo mismo pasa con cuerpo,
de ninguno de ambos modos tiene composición real, sino únicamente de razón" como hace notar aqui Santo Tomás; porque en cuantO' significa en general el
incluso en virtud del género y la diferencia. Y esta palabra "definido" parece debe compuesto de materia y forma sustancial es género, sin ser como tal separable en
aplicarse con más propiedad al concepto objetivo que al formal, aunque, a su vez, modo alguno de cada especie; pero en cuanto significa el sujeto primero apto para
"definición" parezca predicarse más propiamente del concepto formal que del ser informado sustancialmente, expresa materia. No obstante, puede decirse de
objetivo; por eso esta unidad es más clara de suyo en el definido que en la defi- otro modo que el género es separable de las especies según la razón, de manera
nición. y así en este capítulo Aristóteles habla principalmente de la unidad per se que no sea predicable de ellas; y de esta forma también es verdadera la expresión
del mismo definido o esencia en cuanto se compone de género y diferencia. Acerca aristotélica de que, o no es separable, o no se toma como género, sino como materia,
de esta composición, distinción y comparación de elementos, hay que considerar- De ambos miembros se obtiene la conclusión pretendida, a saber, que el g~nero,
lo que se dice extensamente en la disp. VI, seco 9, 10 Y 11.
por razón de identidad y unidad, no es separable; y, si de algún modo es separa-
Cuesto 2. Cabe todavía profundizar más en la cuestión de la posibilidad de ble, es concebido como materia o tomado con esa significación, y es, consecuente-
que se dé el género fuera de las especies. La duda persiste por aquella proposición mente, apto para componer con la diferencia un unum, per se.
disyuntiva de Aristóteles: no hay género fuera de las que son como especies del Cuesto 3. Puede ser la tercera cuestión: en qué sentido es verdad que la di-
género, o, si lo hay, es en cuanto materia. Parece insinuar que el género se en.. ferencia superior es dividida por las inferiores; en efecto, así 10 dice el Filósofo:
cuentra a veces fuera de las especies por lo menos como materia informe. Contra es necesario que la diferencia se divida por la diferencia. El motivo de duda está
esto está el que el género no puede en modo alguno hallarse fuera de las especies" en que la diferencia parece indivisible, ya que si la diferencia fuera divisible por
porque ni se distingue realmente de ellas, ni expresa una esencia diferente de las diferencias, se entraría en un proceso infinito, sin llegar a obtener una especie
mismas.
indivisible. La respuesta es que Aristóteles se refiere claramente a las diferencias
De dos maneras se puede entender que el génerO' está fuera de las especies: subalternas, de las que afirma que se dividen, no porque sean divisibles en cuanto
una, realmente y por separación en la cosa misma. En este sentido es absoluta- diferencias, sino porque lo que ellas constituyen en cuanto tal sigue siendo divisible
mente imposible que el género se dé fuera de las especies, según se concluye de por otras diferencias formales. Ni hay proceso al infinito, porque se llega a una
las razones aluilidas, y así lo defendió en todas partes Aristóteles contra las idea. última diferencia, como dice el mismo Aristóteles. Ni dicha diferencia deja de cons-
de Platón, haciendo hincapié precisamente en esta dificultad: que si existiesen tituir especie, sino que no constituye especie última.
ideas de especies separadas de los individuos, habría que admitir ideas de géneros
essent ideae generum separatae ab specie- materiam. Et ex utroque membro conelu..
Sed est advertendum definitionem et de .. bus. Si ergo de hac separatione hic textus ditur intentum, nempe genus non esse se-
genere et differentia componitur. De hac intelligatur, ut cornmuniter intelligitur a parabile propter identitatem et unitatem,
finitum posse considerari, ve! ut sunt for.. autem eompositione et extremorum distinc- D. Thoma et allis, disiunctio solum addi.. et, quatenus separatur aliquo modo, signi-
maliter in mente, vel nt sunt ohiective. Pria- tione et eomparatione, videnda sunt quae tur ad tollendam quarumdam vocum aequi..
11 modo definitio est proprie et secundum
ficad vel condpi ut materiam, et ideo ap ..
late tractantur disp. VI, sect. 9, 10, -et 11. vocationem, quae videntur significare ge- tum esse ad componendum per se unum
rem eomposita ex eonceptibus mentis in Q. 2. Quaeri vero ulterius potest an nera quae separantur ab speciebus, re ta.. cum differentia.
re ipsa diversis,; dicitur tamen habere uni .. genus possit extra omnes species reperiri. men vera ut sic non significant genera, sed Q. 3. Tertia quaestio esse potest qua-
tatem ad modum torius euiusdam artificia.. Et ratio duhii est, nam Aristote1es sub dis- partem materialem totius compositi, ut pa- modo verum sit differentiam superio:rem di..
;Lis, . oh subordinationem et coniunctionem iuncrione dícit: Genus non est praeur eas tet in exemplo vods, quo Aristoteles uti.. vidi per inferiores; sic enim Philosophus
aliquam talium coneeptuum. Obiective au.. quae ut species generis sunt, aut si est tur: vox enim significare potest articula.. ait: Oportet dividi differentia differentiam,
tem non hahet compositionem realem ex quidem, sed tamquam materia esto Dnde tum sonum in communi, et sic est genus; Est autem ratio dubii, quia differentia in..
vi generis et differentiae, sed solum ratio .. innuere videtur posse genus interdrnn re- ut vero significare potest tantum sonum ut divisibilis videtur, alioqui si differentia per
nís, per denominationem a eompositione periri extra speeies, saJtem per modum in.. capacem talis formationis, est materia. Et differentias divisibilis est, et in inrulitum
eoneeptuum mentis. Definitum autem neu.. formis materiae. In contrarium est quia ge.. idem est de corpore, ut D. Thomas hic no.. procedet:ur, et non constituet speciem in..
~o___J?o~_()__ l1&_lJ_e~ com1?os~gon_em ,rr;.i., sed tan.. nus nullo modo potest extra omnes Epecies tat; nam ut significat compositum ex ma .. dívisibilem. Respondetur, Aristotelem dare
tum rationis, etiam ex vi, generis et diffe.. reperiri, eum in te ab ipsis non distingua- teria et forma substantiali in cornmuni, est loqui de differentiis subalternis, quas dividi
rentiae. Hoc autem nomen, definitum, pro.. tur nec dicat aliam essentiam ab ipsis. genus, et ut sic non est ullo modo separa.. dicit, non quia ipsae ut differentiae sunt,
prius dici videtur de conceptu obiectivo Duohus enim modís intelligi potest ge.. bile ab omnibus speciebus; ut vero sig.. dividantur, sed quia eonstitutum ex illis l ut
quam de fonnall, lieet e converso definitio nus esse extra omnes species: uno modo nificat primum subiectum aptum informari tale est, amplius est divisibile per alias for ..
proprius videatur dici de conceptu formali realiter per separationem in re ipsa; et substantialiter, dicit materiam. Alio vero males differentias. Nee proceditur in infini..
quam de ohiectivo; et ideo haee unitas ma.. hoe modo simpliciter est impossibile genus modo dicj potest genus esse separabile ab tum, quia in aIiqua ultima differentia sisri-
esse extra species, ut rationes factae con- speciebus secundum rationem, ita ut non tur, ut idem Aristoteles dicit. Neque etiam
gis cernltur per se in definito quam in de.. c1udunt, et hoc ubique docuit Aristoteles
finitione; atque ita Aristoteles in hoc ca- sit praedicabile de illis, et hoc modo etiam fit ut talis differentia non constituat spe..
agens contra ideas Platonis, et inferens hoc est verum dictum Aristotelis, vel non esse dem, sed nt non constituat speciem ul-
pite praecipue loquitur de unitate per se inconveniens, quod si darentur ideae spe-
ipsius definiti seu essentiae, quatenus ex separabile, vel non sumí ut genus, sed- nt timam.
cierum abstractae ah individuis, dandae
112 lndice detallada do la metafísica de Aristóteles 1:iúro _s_ép_t_im_o_.-_Cap. X_I_I _ _ 113
Pero advierte el Filósofo que esta división debe ser formal, de manera que la finición, sino en cuanto de algun~ manera es un todo que incluye confusamente
diferencia posterior determine esencialmente a la anterior., y se~ modo ? acto de nO sólo las diferencias superiores, sino también el género mismo, ya que sólo en
la misma. Mas hay que tener en cuenta que a veces la dIferencia posterIor. es ?-,el este sentido puede ser verdad que la diferencia última sea la sustancia de la cosa
mismo orden que la anterior, y entonces sólo puede ser su .cuas! determmaclOU y su definición, a saber, por equivalencia e implicitamente. Sugiere el de Hales,
en el mismo ámbito, como, por ejemplo, sensible es dc:crrnmado por un modo y 10 dice también Escoto, que la última diferencia puede ser llamada sustancia de
concreto de sentir; otras, en cambio, la diferencia posterIOr pertenece a. un orden la cosa Y definición en O'tro sentido, ya que la completa no por incluir todos
superior, 'y consigO' eleva a la diferencia anterior, c~mo es el caso ~e ;aclOnal com- los predicados anteriores, sino por suponerlos necesariamente; y, en consecuencia
parado con sensible. Entonces nn sólO' la det~rmm~ como modificandola en su obligada, a quien conviene la última diferencia es necesariO' que le convengan las
grado, sinO' confiriéndole incluso un gradO' s~perIor; sm ~~barg~" por s,er 10 9ue se anteriores. Pero, aunque esto sea verdad, no basta para justificar la argumentación
-añade una actuación formal del grado antenor y perfecclOn de el al mIsmo tIempo de Aristóteles, a saber: que se cO'mete falacia si las diferencias anteriO'res se inclu-
dentro de su grado, no sólo es una diferencia propia y formal, sinO' la más perfe~ta. yen con la última en la definición. Pues esta deducción, hablando cO'n rigor, nO' se
Cuesto 4. La cuarta cuestión es si la diferencia inferior incluye a la su~er~Q.r. infiere de aquí; porque al decir viviente sensitivo racional, no se comete falacia,
Esto parece afirmar el Filósofo cuando dice: siendo esto así, es, claro que l~ ultzm.a por más que racional, tomado confusamente y como un todo, incluya todos los
diferencia e~ la sustancia de,la. cosa y ;u defi~'ición; y lue~o: sz es, pues, d~ferencl~ predicados superiores, porque en dicha definición no se toma con ese sentido, sino
de diferencta, la que sea ulttma sera' especl8' .y sustanc~a. Y ~one un e~emp10. Begún su concepto preciso. Tampoco se comete falacia por el hecho de que mcio-
animal con pies, bípedo; la segunda, en efecto, mcluye eVIdentement~ la p:llTIera,. y nal suponga de suyo los predicados anteriores, y los signifique implícita y conse-
concluye de ello que en la definición no debe. entrar n;ás qu.e, la últIma. diferenc1a~ cuentemente, porque basta que no los incluya formalmente. Por 10 tanto, parece
pues si se incluyeran al mismo tiempo las anterIores, §e lllcurnna en fal~c!a, v. gr? SI que Aristóteles opina que la última diferencia incluye formalmente a las anteriores
en el ejemplo citado se dijese animal con pies, bípedo. Contr~ esto esta que la dlfe- y que se comete por ello falacia. Esto parece claro en el ejemplo de Aristóteles,
renda superior se incluye en el género, como senSIble en ammal, y .que no puede, pues la diferencia bípedo incluye formalmente la anterior, a saber, tener pies.
por consiguiente, incluirse en la diferencia inferior. La consecuen~1a es ~lara, ~o Con todo, hablando estrictamente, hay que decir que la diferencia última no
sólo porque el género está absolutamente fue~a del c~ncept~ ,de .dIferencIa, segu?- incluye formalmente las anteriores, sino sólo confusamente o en cuanto las presu-
se dijo en el lib. III, sino también porque, SI no, se lllcurnna SIempre, en .falacIa pone, según con exactitud dijeron los autores citados. De donde resulta que tam-
al añadir la diferencia al género, lo cual es completamente falso. ~~emas,. slemp.re poco se comete falacia, de suyo y en términos generales, por incluir en la defi-
que en la definición se pone el género remoto, nO' basta poner la ultnna dIferenCia, nición varias diferencias subordinadas esencialmente, cuando la definición no se
sino que se precisa añadir las int:rmedias, comO' se. dice a~uí tan;.bién; por con- hace por el génerO' próximo, sino por el remoto. Esto es absolutam~nte cierto y se
siguiente, nO' se incluyen en la últllTIa, de 10 contrarto habna falaCIa. toma del mismo Aristóteles en este capítulo. Algunas vecés, empero, puede ser
Explican algunos, y lo hace constar Santo Tomás, que Aristóteles habla de la tal la división de las diferencias que en el concepto de una se incluya formalmente
diferencia no según el concepto preciso de la misma, en cuanto es parte de la de- otra, de suerte que sea una repetición poner las dos, como en el ejemplo que se
adujo de Aristóteles. Se sirve de este dato concreto para demostrar que la última
Advertit vero PhiJosophus hane divisio- ferentia fiat, una quae ultima est, ent sp~­
nero debere esse formalero, ita ut posterior cies et substantia. Adhibetque exemplum In tum ineludens confuse non solum superio- supponat superiora, et implicite ac illative
differentia per se determinet priorem, et his, animal habens pedes, bipes; nam haee res differentias, sed etiam genus ipsum. Nam illa indieet; satis est enim quod illa formali-
sit modus seu aetus e¡us. Intellige autero secunda ineludit primam, ut per se: con- solum in hoe sensu potest esse verum quod ter non ineludat. Videtur ergo Aristoteles
aliquando posteriorem differentiam esse stat, et hinc coneludit in definitione n{]n esse differentia ultima sit substantia rei et defini~ sentire ultimam differentiam formaliter in~
eiusdem ordinis euro priori, et tune esse ponendam nisi ultimam differentiam; nam tio, nimirurn aequivalenter et implicite. Aliter eludere superiores, et ideo cornmitti nu-
solum quasi deterrninationem eius in eadero si simul priores ponantur, eommittetur n~­ Alensis indieat, et etiam Scotus ait, ultimam gationem. Idque videtw:' c1arum in exemplo
latitudine, ut sensibile determinatur per ta- gatio, ut si in dicto exempJo dicatur an!.- differentiam appellari substantiam reí et de- Aristotelis; naro haee differentia bipes m-
lem sentiendi modUt"TI; interdum vero pos- mal habens pedes, bipes. In contrarium eludit formal1ter hane superiorem, scilieet,
vero est, quia differentia superior ineluditur finitionem, quia eomplet illarn, non quia
teríorem differentiam pertlnere ad superiO'- omnia superiora ineludat, sed quia illa per habere pedes.
rem ordinem, et seeum evehere priorem in genere, ut sensibUe in animali; ergo non Dicendum nihilominus est per se loquen-
potest ineludi in differentia inferiori. Patet se suppanit, et necessaria eonseeutione, cui
differentiam, quo modo raüonale eompara- ultima differentia convenit, necesse est om- do differentiam ultimam non indudere for-
tur ad sensibile. Et tune non solum deter- eonsequentia, tum quía genus omnino extra maliter superiores, sed praesuppositive aut
rationem differentiae est, ut ¡n lib. III est nes superiores convenire. Sed, licet haee ve-
minat illam quasi modificando intra suum confuse, lit citati auctores vere dixerunt. Ex
dictum' tum etiam quía alias semper COffi- ra sint, tamen non sufficiunt ad expliean-
gradum, sed addendo etiam gradum supe- quo etiam fit non committi nugationem, per
riorero; tamen quia iIlud additum est for- mitteretur nugatio adiungendo differcntiam <faro Aristotelis argumentationem, nimirum
se Jaquendo et generaliter, ponendo in de~
malis actuario prioris gradus, simulque est generi, quod est plane faJsum. Item quo- committi nugationem, si simul cum ultima finitione pIures differentias per se subor-
perfeetio illius intra suurn gradum, non so- ties in definitione ponitur genus remotum, differentia superiores in definitione ponan- dinatas, quando definitio non datur per ge-
1um illa est propria et fonnalis differentia, non satis est ponere differentiam ultimam, tUl'. Nam hoe, per se loquendo, non sequi-
nus proximum, sed per remotum. Et hoc
verum etiaro est perfectissima. sed oportet addere intermedias, ut hic etiam tur; dicendo enim vivens sensibile rationale~ etiam est certissimum, et sumitur ex eodem
Q. 4. Quarta quaestio est num differen- dicitur; ergo non includuntur in ultima; non cornmittitur nugatio, etiamsi rationt/le Aristotele in hoc capite. Aliquando vero ta-
tia inferior superiorem includat. Id enim alias esset nugatio. sumptum confuse et per modum totius su- lis esse potest divi,sio differentiarum ut in
affinnare videtur Philosophus, cum ait: Si Aliqui exponunt, et significat S. Thoma s, periora ornnia includat, quia in illa defini- conceptu unius alia formaliter includatur,
ergo haec ita se habent, manifestum est qwod Aristotelem loqui de differentia, non se- tione non ita adiungitur, sed.,seeundum suaro et fiat repetitio utramque ponendo, ut in
"Ultima differentiara substantiaent et de- cundum" praecisum coneeptum eius, ut est
pars definitionis, sed ut est quoddam to-
praecisam rationem. Neque etiam committi- dicto exempl0 Aristotelis. Quo indicio par-
finitio; et infra: Si igitwr differentiae dif- tur nugatio propterea quod rationale per se ticulari utitur Aristoteles, ut ostendat ulti-
114 [ndic" detallado de la metafísica de Ari~ Libro séptimo.-Cap. XIl"-I _ _ __ 115

diferencia es de suyo un acto superior y plenificador de la esencia única del defi- eS que la definición debe ser propia de y recíproca con el definido; tampoco Aris-
nido, que es el fin de esta explicación. Porque de este dato puede inferirse que tóteles la pone expresamente, pero s~ incluye en la de que !a definici.ón de~e
sucede 10 mismo en las otras últimas diferencias, aunque no incluyan tan formal- recibir su unidad de la última _diferenCIa, que expresa la sustanCIa y esenCIa propla
mente las superiores. Puede añadirse también, para dar respuesta a una tácita de la cosa.
objeción, que la última diferencia precisivamente tornada, nunca incluye formal- Cuesto 6. La sexta cuestión suele ser aquí la exigencia de una sola forma en
mente las anteriores, aunque alguna vez está de tal manera unida que no puede virtud de la unidad per se de la sustancia compuesta. En esta cuestión insiste fre-
ser concebida ni significada sin incluir las anteriores, como se ve en el ejemplo cuentemente' Santo Tomás, deduciendo la unidad de la forma de las razones
de Aristóteles, y es suficiente para su razonamiento. Acaso tampoco habla Aris- que aquí usa Aristóteles. Empero esto lo refuta Escoto en el mismo pasaje y se
tóteles de la diferencia última y subalterna, sino de la última, intentando demos- esfuerza por rebatir la razón. Pero debe preferirse la opinión de Santo Tomás,
trar que no puede ser más que una, y que en la definición no pueden incluirse que exponemos extensamente en la disp. XV, seco 10.
dos últimas diferencias sin falacia, como en seguida explicaremos.
Cuesto 5. Otra cuestión se perfila en este capítulo, a saber, qué condiciones CAP. XIII
requiere la definición esencial para que su formulación sea legítima; en este
LA SUSTANCIA SEGUNDA O UNIVERSAL
capítulo, en efectO', se recogen muchas condiciones. La primera, que se haga
por elementos que convengan a la definición esencial y primariamente y de acuerdO' Desde este capítulo comienza Aristóteles a exponer con mayor precisión y
con el objeto mismo, puesto que han de explicar su esencia. La segunda, que se claridad lo referente a la sustancia segunda, principalmente con el fin de llegar
haga por la propia potencia y acto esencialmente ordenados y que, si hay varias a una solución definitiva contra Platón en la discusión de las ideas.
diferencias, una divida necesariamente a la otra. Tercera, que la diferencia última Cuesto 1. Por eso surge la primera cuestión sobre la sustancialidad de los
sea únicamente una, porque siendo varias, O' una incluirá a otr¡i y entonces habrá universales, de que se ocupa preferentemente Aristóteles en este capítulo. Puede,
falacia, o nO' se incluirán; pero entonces O' se ordenan accidentalmente sin com- en primer lugar, entenderse de todos los universales, y en este sentido consta que
poner esencia una per se, o si están esencialmente O'rdenadas, la una es potencia no todos son sustancias, según apuntamos en la disp. VI, seco 7. En segundo
y la otra actO', y esto ha de serlo sólO' la última, mientras que la otra será más generaL lugar, puede limitarse concretamente a los universales del predicamento de la sus-
La cuarta condición que propone A. de Hales es que, para que la definición se dis- tancia, que se incluyen en los predicamentos de la sustancia segunda. De donde se
ponga en su debido orden, precedan los elementos más comunes, y si se incluyen deduce que estos universales son sustancias; sobre ellos entablamos una amplia
varias diferencias, primero ha de ir la subalterna y la última después. PerO' estO' nO' 10 discusión en la disp. XXXIII, seco 2. Mas Aristóteles en este capítulo se esfuerza
estableció Aristóteles; más aún, al fin del capítulo da a entender que este orden en hacer ver que nO' son sustancias absolutamente, esto es, subsistentes en sí
no es esencial, lO' cual es verdad, si se toma materialmente; pero formalmente, y por sí mismas, y esto prueban sus argumentos, sobre l(ls que pueden consul-
atendiendo al conceptO' de actO' y potencia, es necesario presuponer la potencia, tarse los expositores.
y que se la tome comO' primera, aunque acaso no se enuncie la primera, y en este Cuesto 2. Luego, con esta ocasión suele disputarse sobre la rectitud de
sentido esta condición coincide con la precedente. La última condición registrada
aquella definición de lo universal: lo que es apto por su naturaleza para existir
mam differentiam esse actum per se supe- quod ipsum, quia debent explicare m>od en muchos, por definirlo así el Filósofo, texto 45. Esta cnestión se discute am-
riorem et completivum unius essentiae de- quid est eius. Secunda, ut detur per t-~·o­
finiti, quod erat in hoc discursu intentum. priam potentíam et actum per se ordinatal'
Nam ex hoc indicio sumí potest ídem esse et, si pIures differentiae ponantur, una per Ultima conditio quae colligitur, 'est defini- praesertim ad condudendam disputationem
in aliis ultímis differentiis, etiamsi non ita se dividat aHam. Tenia, ut differentia ul- tionem debere esse propriam et reciprocam de ideis contra Platonem.
forma1,iter superiores indudant. Addi etiam tima una tantum sit, nam, si sint pIures, definito. Quam etiam Aristoteles expresse Quaest. 1. Unde prima quaestio hic oc-
potest, ut tacitae obiectioni respondeamus, vel una ineludet aJiam, et sic erit nugatio, non ponit; in ea tamen ineluditur, quod currit, an universalia sint substantiae, quam
differentiam ultimam praecise sumptam vel neutra ineludet aliam, et tune vel sunt definitio debet habere unitatcm ab ultima Aristote1es hoc capite praecipue tractat. Et
nunquam indudere formaliter superiores; per accidens ordinatae, et sic non compo- differentía, quae propriam rei substantiam potest primo intelligí de onuribus universa-
nent per se unam essentiam, vel si per se et essentiam declarat. libus, et sic constat non onuria esse sub-
aliquando vero ita esse coniunctam ut nec
ordinatae sunt, una est poten tia, et alia ac- Q. 6. Sexta quaestio hic tractari solet, stantias, quod attigimus disp. VI, sect. 7.
concipiatur nec significetur nisi indudendo an umtas per se substantiae compositae Secundo, potest in speciali intelligi de uni-
superiores, ut in exemplo Aristotelis constat, tus, et haec tantum erit ultima, altera ve-
ro generaIior erít. Quartam conditionem col- unam formam requirat. Hanc enim quaes- versalibus praedicamenti substantiae, quae
hocque satis esse ad discursum Arístotelis. tionem saepe inculcat hic D. Thomas, col- in praedicamentis secundae substantiae di-
Fortasse etiam Aristoteles non loquitur de Hgit AIensis, quod, scilicet, ut definido
recto ordine constit'13tur, quae communio- ligens unitatem fonnae ex rationibus qui- cuntur. Unde constat talla universalia sub-
differentía ultima et subalterna, sed de ul- ra sunt praecedant, et si pIures ponantur bus hic Aristoteles u;~ uro Scotus vero ibí- stantias esse, de quibus late disputamus
tima, quaro-- -vuh ostendere -tantum esse differentiae, prius ponatur subalterna, dein- dem id redarguit, et riltiones conatur sol- disp. XXXIII, sect. 2. Aristote1es autem
unam, nec posse poní in definitione duas de ultima. Sed Aristoteles hanc non posuít; vere. D. Thomae autem sententia praefe- hoc capite contendit non esse substantias
ultimas sine nugatione, ut statim declara- quin potius significat in fine capitis hune renda est, quam late tractamus disp. XV, simpliciter, id est, per se subsistentes in
bimus. ordinem non pertinere ad substantiam; sect. 10. seipsis, et hoc probant rationes eius, de
Q. 5. Alía quaestío in hoc capite defini- quod quidem verum est, si materialiter quibus legi possunt expositores.
tur, nempe quas conditiones requirat defi- sumatur; formaliter tamen quoad rationem CAPUT XIII Q. 2. Deinde hac occasione disputari
nitio essentialis, ut recte tradita sit; mul- actus et potentiae necesse est ut potentia híc potest de universali an recte definiatur
De substantia secunda seu universali esse illud quod plU1-ibus natura aptum est
tae enim condítiones in hoc capite colligun- supponatur, et sic sumatur ut prior, licet
tur. Prima, ut detur per ea quae definitio- forte non prius proferatur, et hoc sensu Ah hoc caDite inci:pit Aristoteles dicere esse; ita enim illud hic Philosophus defi-
ni conveniunt per se primo et secundum coincidít haec conditio cum praecedenti. pres8'1US et c1arius de secunrus substanrus, nít, texto 45. Sed haec res disputatur late
116 ..__ ._._ __.____ Indice detallada de' la metafísica de Arislólele, ~ép_ti_m_'o~.-::Cap.,--X=V_____________ 117
pliamente en toda la disp. VI, donde estudiamos en qué consiste esa aptitud, Cuesto 3. La tercera es que no se produce la forma, sino el compuesto, y,
y cómo se halla en las cosas y se distingue de ellas. consiguientemente, tampoco la idea, sino la cosa singular. De esto se habló, en
Cuesto 3. También puede tratarse aquí el sentido verdadero de aquella pro-- parte, en el1ib. 1, c. 2, y, en parte, en este libro, c. 8.
posición vulgar: de dos entes actuales no se hace: un ente actual, sino de dos en Cuesto 4. La cuarta es que la definición debe constar de varias partes o
poten'cia, porque el acta es discriminativo; éstas son las palabras de Aristóteles términos; se trató en el C. 10.
aquí, en el texto 46. De este axioma nos ocupamos extensamente al tratar de la
Cues!. 5. Pero no es "fácil explicar si es fundada la conclusión que saca de
existencia de las cosas creadas, rusp. XXI, seco 11. Por lo que respecta a la mente
de Aristóteles, es claro que él habla de entes actualmente completos y en cuanto aqul Aristóteles: que el individuo no es definible. Lo esencial del argumento,
tales. Pues aduce esta proposición para demostrar que los universales no pueden según se desprende de la interpretación de Santo Tomás y de otros, está en que,
ser sustancias completas y subsistentes por sí, y que de tal manera se encuentran o ambos términos de la definición son comunes, o ambos singulares, o uno de
en las sustancias individuales que componen con ellas un unum pm' se y actual. ellos. Si 10 primero, no será adecuadamente definición de una cosa singular,
En este sentido no hay ya dificultad alguna. sino que de suyo convendrá también a otras cosas. Si 10 segundo, no será una defini-
ción, sino que serán palabras sinónimas respecto del t6rmino singular de la definición
CAP. XIV y no del definido. Pero esta razón no parece probativa respecto del segundo miem-
Los UNIVERSALES NO SON SUSTANCIAS SEPARADAS DE LOS INDIVIDUOS bro, porque la diferencia individual, aunque sea convertible con la cosa singular,
Nada hay en este capítulo digno de especial referencia, pues juzgo superfluo sin embargo no es un sinónimo, por significarla de otra manera y por medio de
en una cosa tan clara examinar cada una de las razones de Aristóteles, no habiendo otro concepto, del mismo modo que la diferencia específica no es sinórnma de la
entre ellas ningún principio especial o verdad metafisica que requiera nueva especie, aunque sea convertible con ella.
exposición; así, pues, consúltense los expositores. Por consiguiente el razonamiento de Aristóteles parece sobre todo conc1u~
yente contra los que afirman que las ideas son cosas subsistentes; y, por 10 tanto,
CAP. XV singulares, y separadas, sin embargo, de cualquier contracción individual, ya que
CONTINÚA EL MISMO TEMA en este caso no son definibles por diferencia individual, y no pueden, en conse-
Toca aquí ocasionahnente Aristóteles algunas proposiciones dignas de aten- cuencia, tener una definición que conste de términos comunes, a base de los
ción, y que pueden dar pie a cuestiones. cuales no puede elaborarse una definición hasta tal punto propia de una idea en
Cuesto 1. La primera: no hay definiciones ni demostración de una cosa cuanto idea, que no pueda aplicarse a otras cosas. Este mismo proceso siguen
singular, porque no tiene materia, respecto de la cual hay dificultad en la propo- otras razones de Aristóteles, no libres de dificultades, aunque juzgo inútil dete-
sición atributiva y causal. Pero este asunto queda suficientemente explicado a nerme en su explicación. En qué sentido puede aquélla tenet también su fuerza res-
propósito del c. 10.
pecto de los verdaderos individuos, incluso materiales, quedó apuntado arriba, c. 10.
Cuesto 2. La segunda: lo que tiene materia puede ser y no ser, y es corrup-
tible. Pero hay que interpretarla según la materia de que se trata, pues aquí se
refiere solamente a las cosas sublunares compuestas de materia y forma. Q. 3. Tertia est non fieri formam, sed eonvertibilis cum re singulari, non est vox
disp. VI, per totam, ubi tractamus quid oecurrit; supervacaneum enim existimo in compositum, et consequenter neque ideam, synonima, quia alío modo et per alium con-
sit aptítudo illa, et quomodo sit in rebus, re tam clara singulas Aristotelis rationes ex- sed rem singularem. De quo partim lib. 1, ceptum illam rem significat, sicut differentia
et ab ipsis distinguatur. pendere, eum in eis nullum sit peculiare C. 2, partim in hoc libro, c. 8, dictum esto specifica non est synonima speciei, !icet cum
Q. 3. Hic etiam tractari potest quo sen- principium aut metaphysicum dogma quod Q. 4. Quarta est definitionem debere ea convertatur.
su vera sít illa vulgaris pro po sitio : Ex duo- nova expositione indigeat; legantur ergo ex- ex pluribus partibus seu nominibus consta- Discursus ergo Aristotelis maxime videtur
bus entibus in actu non tit unum in actu~ positores. re, quae tractata est e. 10.
sed ex duo bus in potentia, actus enim se- condudere contra ponentes ideas esse res
parat; haec enim sunt verba Aristotelis hie, CAPUT XV Q. 5. An vero efficaciter inde Aristote- subsistentes, et consequenter particulares, et
texto 46. Sed de hoe axiomate dicímus late De eadem re les condudat singulare non esse definibile, tamen separatas ah ornni contraetione indi-
tractando de existentia rei creatae, disp. non est faciIe ad explicandum. Summa viduali; sic enim definiri non possunt per
Hic obiter tanguntur ab Aristotele alíquae
XXI, sect. 11. Quod vero ad mentem Aris- enim ratíonis, l1t ex interpretatione D. differentiam individualem, et consequenter
propositiones notandae, et quae in quaes-
totelis attinet, constat eum loqui de entibus tionem adducí possent. Thom. et aliorum colligitur, est quia ve! habere non possunt definitionem constan..
in actu eompletis, et quatenus talia sunt. Quaest. 1. Prima est illa: Rei singularis uterque terminus definitionis est cornmunís, tem ex terminis eonununibus, ex quibus
Eam enim propositionem affert ut demon- non est definitio nec demonstratio, quia ve1 singularis uterque aut alter. Si primum, non potest eonfici definitio ita propria ideae
str:~_!_ }10n posse._ uniy~.rsqHa ess~____ SJ1.bstantias definitio non erit rei singularis adaequate, ut idea est, quin possit allis rebus conve~
n-o-n habet materiam, in qua ipsa propositio
integras et per se subsistentes, et ita inesse sed aliis etiam de se conveniet. Si secun- nire; et ita procedunt aliae rationes Aristo-
de inesse, et causalis, diffieultatem habet.
individuis substantlls. ut eum eis unum per dum, non erit definítio, sed erunt nomina telis, quae non carent suis difficultatibus,
se et actu componant. Et ita nulla superest Sed haee res tacta sufficienter est crrca
C. 10. synonima, quantum ad terminum singllIarem sed inutile censeo in eis explicandis irnmo-
difficultas.
Q. 2. Secunda est: Quod habet mate- definitionis., et non definiti. Haec vero ratio rari. Quomodo ítem illa ratio possit habere
ria:m~ esse et non esse contingit, et corrup- videtur inefficax quoad hoc posterius mem- aliquam vim quoad vera individua, etiam
CAPUT XIV
tibile esto Sed intelligenda est iuxta subiec- brum, nam differentia individualis, etsi sit materialia, supra C. 10, tactum esto
Universalia non esse substantias ab indivi- tam materiam; hic enim solum agit de re-
duis separatas bus sublunaribus ex materia et fOlma com-
In hoc capite níhiJ, notatione rugnum positis.
Indice detallad!) de la metafísica de Aristóteles Libro oct<wo.-Cap. 1 119
118
a priori.• como se explica al principio del lib. II De' Anima, y en el lib. II de los
CAP. XVI Analíticos Segundos, C. 8 y siguientes. Sobre este punto tratamos algo en la
disp. l, seco 4.
CÓMO PUEDEN LAS SUSTANCIAS COMPONERSE DE MUCHOS ELEMENTOS
Cuesto 2. Respecto de la segunda parte de este capítulo suele discutirse si
Poco es 10 que dice Aristóteles del problema que plautea, pues vuelve inme- el todo se distingue de sus partes conjuntaroente tomadas. Lo tratamos en la
diatamente a impugnar las ideas platónicas; y sobre este particular no se ofrece disp. XXXVI, seco última. La solución dada allí está de acuerdo con 10 que aqul
novedad alguna. Pero respecto de 10 primero, pueden plautearse aquí diversas dice Aristóteles, el cual afirma expresamente. que el todo que de alguna manera
cuestiones sobre la pluralidad de las formas, aunque las principales son do •. forma un unum per se se distingue de sus partes, en cuanto les añade algo; pero
La primera es sobre la existencia formal de los elementos en el mixto. Segunda: que no se distingue de ellas, si se las considera juntamente con 10 que se añade.
la existencia de formas parciales de naturaleza distinta en las partes heterogéneas Aristóteles no aclaró nunca en qué consiste esto que se añade; pero nosotros ya
de los animales. Estas cuestiones las expusimos brevemente en la disp. XV, hemos dicho brevemente que es la unión de las partes.
seco 10.

CAP. XVII LIBRO OCTAVO DE LA METAFISlCA


LA ESENCIA ES PRINCIPIO Y CAUSA DE LAS PROPIEDADES LA SUSTANCIA SENSIBLE Y SUS PRINCIPIOS
QUE CONVIENEN A LAS COSAS
Se podría considerar que este libro corresponde al estudio de la física mejor
Acerca de la primera parte de este capítulo pueden tratarse algunas cuestio- que al de la metafísica; sin embargo, aunque los temas tratados sean comunes
nes lógicas, por ejemplo, si hay que suponer necesariamente la existencia y esen- a la investigación física, el método y plau de las disertaciones sobre ellos son
cia de la cosa, o si es posible demostrarlas. Igualmente si se puede plautear el propios de la metaflsic., según expuse con mayor amplitud en la disp. I, intro-
problema de la causa sobre la esencia misma. Estos problemas y otros similares se
ductoria. Esta es la razón de que dediquemos a exponer detenidamente la materia
Iratau en el lib. II de los Analíticos Segundos y carecen de dificultad. Porque la
esencia completa de una cosa nn puede tener causa intrínseca, sino en cuanto se de este libro las disp. XII, XIII, XIV Y XV.
toma la forma o materia por causa del todo, o se toma una parte como causa en
algún modo de la otra; pero el que la e~encia de una cosa sea tal a conste de CAP. I
tales principios, por ejemplo, que, concretamente, la esencia del hombre resulte LA SUSTANCIA SENSIBLE CONSTA DE MATERIA; cUÁL ES SU ESENCIA
de un alma racional y un cuerpo, no puede tener más causa intrínseca que la natu-
raleza de tal forma y de tal materia. En este sentido es exacto que no hay causa de En este capítulo merece especial atención la proposición del texto 3: las sus-
la esencia misma, sino que la propia esencia es causa de los otros predicados que tancias sensibles tienen materia. Y poco antes, en el texto 2, había contado entre
convienen a una cosa. Pero si se habla de la causa extrínseca, final o eficiente, e ¡as sustancias sensibles y naturales el cielo o las partes del cielo, hablando expre-
incluso de la ejemplar, puede a veces darse una causa de la esencia misma, al samente, en el citado texto 3, de la materia sustancial, que inmediatamente define
modO' que una definición quiditativa se demuestra a veces por otra también con estas palabras: entiendO' por materia aquello que, no siendo la quididad en
acto, es la quidid'ad en potencia. De estas cosas surgen varias cuestiones.

cessario de re supponatur an sit et quid aliam etiam a priod, ut in princ. lib. 11 de tans; tamen, licet res de quibus in en trac-
CAPUT XVI tatur eommunes sint physicae considera-
sit; an vera haec possint demonstrari. Item Anim. disseritur, et in lib. 11 Poster., c. 8,
Quomodo possint substant'iae ex pluribus an quaestio propter quid locum habeat eiJ('- et sequentibus. Et de hac re aliquid attigi- tioni, modus et ratio disserendi de bis est
partibus componi mus disp. 1, sect. 4. proprius metaphysicae, ut disp. I prooemiali
ca ipsum quid. Sed haec et similia in lib. JI
Pauca de proposita intentione hie dicit Posteriorum tractantur, et difficultatem non Q. 2. Circa alteram vero partem huius latius exponimus. Dnde praesentis libri ma-
Aristoteles; statim enim revertitur ad im- habent. Nam integra quidditas rei non pot- capitis traetari solet quaestio an totum di- teria late disputatur a nobis disp. XII,
pugnandas ideas Platonis; circa quam par- est habel'e causam intrinsecam, nisi qua te- stinguatur a suis partibus simul sumptis. XIII, XIV et XV.
tem nihil noví oceurrit. Circa priorem vera nus forma vel materia assignantur ut causa Hane tractamus disp. XXXVI, seet. ult. Et
possunt hie quaestiones variae moved de totius, vel una pars assignatur aliquo modo resolutio ibi data est consentanea Aristoteli CAPUT I
pluralitate formarum, sed duae sunt praeci- ut causa alterius; quod tamen essentia rei hie, qui aperte docet totum quod est ali- Substantiam sensibilem materia constare,
puae. Prior est. an elementa sint formaliter talis sit, seu quod ex talibus principiis~ ver- quo modo per se unum, distingui a parti- et quid illa sit
in mixto. Posterior vero est an in partibus bi gratia, anima rationali et corpore~ talis bus tamquam addens aliquid ultra mas, non In hoc eapite praesertim est notanda iIla
heterügends animálium sint paniales for- quidditas hominis consurgat, non potest ha- tamen ab mis sumptis simul cum mo addi- propositio in texto 3: Sensibiles vera sub-
mae diversarum rationum. Quas quaestiones bere aliam causam intrinsecam praeter na- too Quid autem illud additum sit, nunquam stantiae materiam habent. Numeraverat au-
breviter attingimus disp. XV, sect. 10. turam talls formae et talls materiae. Et in satis explicat Aristoteles; nos autem brevi- tero paulo antea, in texto 2, inter sensibiles
hoc sensu verum est non -dari causam ipsius ter diximus illud esse unionem partium. seu naturales substantias coelum seu partes
CAPUT XVII quod quid est, sed ipsum esse causarn alio-- coeli, et aperte loquitur in dieto texto 3 de
rum quae rei conveniunt. At vero loquendo LIBER OCTAVUS METAPHYSlCAE materia substantiall, quarn statim definit di-
Quod quid est esse principium et causam de causa extrinseca finali ve! efficienti, aut DE SUBSTANTIA SENSIBILI ET PRINCIPIIS EIUS
eorum quae reí conveniunt cens: Materiam autem dieo quae cum non
j

etiam exemplari, interdum potest dari cau- Liber hic videri potest ad physicam doc w quod' quid actu sit, patentia est quod quid.
Circa priorem partem huius capitis trac- sa ipsius propter quid, quo modo una defi- trinam potius quam ad metaphysicam spec- Ex. his ergo variae quaestiones oriuntur.
tar1 possunt quaestiones logicae, ut an ne- nitio quidditativa interdum demonstratur per
120 _ _ _ _ _:cln~d::cice detallado de, la metafísica de An'st_6_te_le: Libro octmJo.-Cap~11 Y_~ 121
Cuesto 1. Existencia en las cosas de una materia sustancial que sea verdadera Cuesto 6. Sexto, puede investigarse la quididad de la sustancia compuesta
sustancia. y cómo se relaciona con sus partes, acerca de 10 cual hablaremos en la disp. XXXVI.
Cuesto 2. Si es ente puramente potencial, y sentido en que esto debe en- Cuando Aristóteles dice, en el texto 3, que el compuesto es separable simplemente
tenderse. no se ha de entender que es separable de sus partes, de manera que pueda existir
Cuesto 3. Si se encuentra en todas las cosas corporales, incluso en los cielos. sin ellas, porque esto es manifiestamente contradictorio, sino que se le llama sepa-
Cuesto 4. Si es la misma en todas las cosas o es diversa. Respecto de esto rable en cuantO' puede subsistir por sí mismo, distinto y separado de cualquier otra
hay q~e fijar~e en las ~alabras de Aristóteles al fin del capitulo: no es necesario sustancia; en consecuencia con esto puede explicarse la razón que añade luego:
q~ SI. algo ttene matena lo.cal, lo tenga también generable y corruptible, en que pues de estas sustancias, que son según la esen'CÍa -debe añadirse: de la forma, es
dIe,tamma claramente la eXIstencia de diversas materias en las cosas generables decir, que se constituyen por la forma~, hay algunas separables, esto es, subsis-
e mgenerables: Todas estas cuestiones con otras, que pueden ser interesantes tentes en sí, como las sustancias primeras, y otras, en cambia, no, concretamente
sobre la materIa, se tratan extensamente en la disp. XII. las sustancias segundas. Otros interpretan de una manera distinta estas últimas
. Cuesto 5. Otra cuestión es la separabilidad de la forma sustancial de la ma- palabras, pero no explican el contexto ni el valor de aquella conjunción causal pues .
tena. E?, efecto, Aristóteles dice en el texto 3 que es separable por razón. Pero Cuest. 7. Finalmente, aquí corresponde discutir también si es el compuesto-
la SOIUClOll es que la !orma n:aterial a veces no puede en modo alguno separarse lo único que propiamente se genera, que se trata en la disp. XV, seco 4.
realmente de la materIa, por eJemplo, en los cuerpos incorruptibles; y que a veces
puede separarse, pero de suerte que una vez separada no continúe existiendo, sino CAP. II
que se destruya. En cambio, la forma inmaterial puede separarse realmente de ma- LA FORMA SUSTANCIAL
~era. que se conserve ~eparada, asunto que Aristóteles aquí no parece haber tratado La única cuestión que aquí se presenta es si existe la forma sustancial, cuya
slqmera. Aunque AleJandro de Afrodisia sugiera que Aristóteles opinó esto res- existencia prueba aquí Aristóteles únicamente por comparación con los actos ac-
pecto del alma racional, significando entonces que la forma es la razón separable. cidentales. Pero sobre este tema y otros relativos a esta forma se hizo una larga
ya que a la forma en cuanto tal por su esencia de forma no repugna ser separada: exposición en la disp. XV.
puesto que hay alguna que es separable. En cambio, la materia, por el concepto CAP. III
absoluto de matC;rIa, es msepa~ab1e. Otra interpretación es que la forma es sepa- EL PRINCIPIO FORMAL EN RELACIÓN CON LA DOCTRINA DE PLATÓN y PITÁGORAS
rable 'por la razan, en el sentido de ser cognoscible como entidad distinta de la El capítulo tiene dos partes: Trata en la primera Aristóteles de las formas y
matena, a~que no puede comprenderse ni definirse perfectamente sin relación especies de las cosas en relación con las ideas, en cuya impugnación no deja de
a la matena. Por eso, cuando Aristóteles dice separable por razón no se ha de insistir; en la segunda establece la comparación de las formas con los números.
entender que es. po~ defi~ición, de suerte que pueda definirse sin' materia, sino Cuesto 1. Antes de desarrollar la primera parte aborda esta cuestión: si el
por obra de la llltehge~~~a y por precisión, según se afirmó. Otros explican que nombre compuesto significa la sustancia O' el acto y la forma. Por más que no
es separable p.or, definiclOn de la materia signada e individual; pero, según se explique de qué clase de nombre habla, sin duda se refiere a los términos absolutos
puede ver, Anstoteles no habla aquí de este punto. que significan las especies de sustancia, por ejemplo, hO!f1tbre, caballa, ya que el

. Quaest. 1. An materia substantialis sit Q. 6. Sexto quaeri potest de composita CAPUT II


Struatur. At vero formam irnmaterialem rea- substantia quid sit et quomodo comparetur
ID rebus quae aliqua vera substantia sito liter separari posse, ita ut separata conser- De substantiali forma
Q. 2. An sit ens in pura potentia et ad partes suas, de qua re dicemus disp. Unica quaestio hic oecurrit un detur sub-
vetur; de qua re nihil Aristoteles hic t~-ti­ XXXVI. Quod vera Aristoteles in texto 3
quo sensu id accípiendum sito ' gisse videtur. Quarnvis Alexand. Aphrod. stantialis forma, quam hic Aristotdes probat
Q. 3. An sit in omnibus rebus corpo- ait, compositurn esse separabíle simplíciter,
indicet Aristotelem hoc dixisse propter ani- esse solum ex proportione ad actus acci-
ralibus, etiam in coelis. non est inte.1ligendurn esse separabile a par- dentales. Sed de hac re, et aliis quae ad'
mam rationalem, sensumque esse fonnam
Q. 4. An sit una in omnibus, vel di- tibus, ita ut sine illis esse possit, id enim hanc formam spectant, dictum est latius
versa. Pro quo sunt notanda iIla yerba Aris- e?se ratio-?-em separabilem, quía formae ut dare repugnat; sed separabile dicitur quia
s~c ex rat1~ne formae non repugnat separa- disp. XV.
toteli~ in ~ine capitis: Non enim est neces- potest esse per se subs.istens distinctum et
se, Sl qutd materiam haber: localem hoc n; nam aliqua separabilis esto Materia vero CAPUT Iir
ex absoluta ratione materiae separabilis non separatum a qualibet alia substantia. Et ita
generabilem etiam et corruptibilem habere potest consequenter exponi ratio quam sub- De principio formali per comparationem ad
ybi plan~. sentit in rebus generabilibus et esto Alia vero expositio est quod forma sit
¡ungit his verbis: Earum enim. substan- positiones Platonis et Pythagorae
mgenerablli~ms esse diversas materias. Hae ratione separablEs, id est, cognoscibilis prae-
tiarum, quae seCUffldum rationem, supple, Duas partes continet hoc caput: in priori
vero 9uaestl~:mes omnes cum allis, quae de cise ut entitas distincta a materia, quam~
formae, id est, quae per formam constituun- agit Aristoteles de formis et speciebus re-
n;.atena deslderari possunt, tractantur late quam sine habitudine ad materiam pIane rum per comparatíonem ad ideas, quarum
dis¡>. XII. intelligi ac definiri non possit. Et ideo cum tur, qU'aedam sunt separabiles, id est, in se
subsistentes, ut primae substantiae, quae- impugnationem semper inculcat; in poste-
Q. 5. Alia quaestio est an forma sub- dicit Aristoteles esse ratione separabilem riori comparat fonnas ad numeroso
stantialis sit separabills a materia. Aristote- ?on est. intelligendum, id est, definitione: dam vera non, scilicet, secundae substan- Quaest. 1. Ut priorem partem prosequa-
les enim, texto 3, ait esse ratione separabi- Ita ut sme materia definiri possit, sed in- tiae. Aliter alii exponunt haec posteriora tur, primo movet quaestionem an nomen
lem. Resolutio vero est materialem for- te~gentia ac praecisione, ut dictum esto verba, sed non declarant contextum, nec compositum substantiam significet, an ((C-
~am aliquando nullo modo separari posse Al~ exponunt, quod ~st deflnitione separa- vim illius coniunctionis causalis, enim. tum et fOl'mam. Et quamquam non decla-
1?- .r~ a mat~r¡a, ut in corporibus incorrup- bilis a materia signata et individua' sed Q. 7. Ultimo, habet etiam mc locum ret de quo nomine loquatur, sine dubio
ubIllbus; a),iquando vero separad posse, ita Aristoteles de hac re hic non loquidu-, ut quaestio an solum compositum per se ge- tamen agit de nominibus absolutis signifi-
tamen ut separata non maneat, sed de- constato neretur, quae tractatur disp. XV, sect. 4. cantibus substantianun species, ut homo~.
122 Indice detallado de' 111 metafísica de Aristóteles· 123
Libro octooo.-Caps. JI Y III
1l1{)tivo de la cuestión es, apoyado en la significación del término, concluir que los I . el nombre que . expresa la sustancia sensible no puede signi-
significados de estos nombres no son cosas distintas de la materia. No parece dar Y que, por o m1smo,
I f separada de la matena. .1 'd'
a la cuestión una respuesta clara y distinta; por eso Alejandro de Afrodisia dice -tica~ a to~a Esta interpretación provoca otras dos cuestiones, a sa~er, SI ~ qUl 1-
que Aristóteles no respondió a esta cuestión, porque su solución era clara, a saber, ues.. . 'bl es la forma sola o también la matena, o S1 consta
que estos términos significan la forma; pero se equivoca, según se verá. Otros dad en la sustanCIa ::::~ :e Aristóteles opinaba en las palabr~s anteriores que
piensan que la respuesta de Aristóteles está en aquellas palabras: animal cierta_ de ambas. Porqne p. q b' el compuesto es el sUJeto.
mente estará en ambos, no en cuanto expresado por una razón, sino en cuanto uno. sólo la forma es es~ncIa, y que, en cam c'uO'estión de la identidad de la esencia y el
De esto deduce Alejandro de Hales que la solución es que el término significa a
e t 3 AqUl .soma a su vez la . l Amb
. ues 'las' formas se aradas y de su distinción en las realidades sensIb es. as
ambos, al compuesto y a la forma, pero no unívocamente, sino primariamente a uno ~:;s:~o ;~ece defenderfas Ari:tóteles en las palabra~
citadas. ~a~ ~~~:oq~~t:~
y al otro por orden a aquél. Pero tampoco esto puede admitirse, porque ni el nom- 1 b ras cuestiones se deslizan muchos eqmvocos en e a ,
bre del todo, hablando con rigor, siguifica la forma sin la materia, como es evidente, estas pa¡ a d y 1 I s s y en la misma manera como Aristóteles las expone, segun
que se es a en as c a e , so eo
ni hay en estos nombres verdadera analogía. Por eso dice Escoto que Aristóteles
se ,apun~~ ~:~~r!aq~:d:~~ie~J:~ ~a~:n:~~n~:íd~~~s~:~e:s~e l~a~¿r=:~~ls~o~o, po;
más que por propio criterio resuelve la cuestión dentro de la ideología platónica.
Santo Tomás, a su vez, afirma que Aristóteles no da con estas palabras res- ~un, r 1 humanidad. Pero Aristóteles casi nunca se refiere ex~r~samente a la
eJemp o'el ~odo aun ue pueda ser comprendida bajo el término qUldld~d. Por con-
puesta alguna a la cuestión, a no ser indirecta e implícita, ya que las trae a colación
más bien como un inconveniente derivado de la doctrina platónica, que afirmaba f~r~:n~e Aris;ótele~ además de la forma de parte, que es el actO' propIO de la ma=
Slg~- , 1 J'b VII Y en este lib. VIII entiende por formas frecuentemente las pl~tó
que la idea separada de hombre era hombre per se, y los individuos, en cambio, por
t~na, en : ~de acuerdo con la interpretación que Aristóteles d~ a ~al sente~~ta­
participación de ella. Sucede por ello que si hombre significa ambas cosas, la forma
ll1,:sdeq~dmitirse como separadas y distintas, no sólo de la matena, SIDO ,tambIen de
sin la materia, que es la idea, y el compuesto, tiene que significarlos analógicamente, ha formas~ sin ulares que actúan la materia. Por afirmar, empero, ~la~?n ~ue esas
lo cual es absurdo. ¿A quién se le ocnrre decir que Pedro es hombre analógica- }a~mas eran la~ esencias de los singulares mismos, pa:ece que C?nVlrtlo a. ~stas. ,en
~::::~:~:s ~ :~;a:~:o!'~~~~i:;,~~~~s'd:~:;:fia~~üv~~u~ll~: e~l~~;ef~~~~~::!
mente? Por eso, la conclusión implícita de Aristóteles es que todo esto significa
el todo mismo y no la forma sola. Y esto parece que tiene que ser 10 que
añade de manera casi ininteligible Aristóteles, a saber, que la solución de Pla- ctuar la materia y constituir el individuo. Por eso, en es~a
sentenCIa oe 1S
tón, o sea, que los términos signifiquen sólo las formas, puede ser útil en otros :e expresa también como si en la sustancia sensible. no hubIese for~a algu~ fue:
casos, por ejemplO' en las sustancias que abstraen de materia; pero que no importa .d ' or esto mismo cambia con frecuencIa de la una a a otra. e aq
nada en las sustancias sensibles, porque sustancia sensible no significa sólo la d: ~~r~v~a;a~b1én que con el nombre quididad, o aquello e~
lo que cada cosa con-
esencia formal, a no ser que se diga que hombre es un alma, lo cual es absurdo; ~iste, no siguifica siempre la esencia completa de una cosa, s~; ~olame~:}a l~o::~
d t'l1dose a Platón en este modo de hablar, aunque en rea a no a a .
equus; nam quaesrlonem hanc movet ut D. Thomas autem ait Aristotelem in illis
:n:;s~no más bien para llegar a la conclusión de que la esencia de las cosas mater.Iales
ex nominis signifícatione eolligat significata v-erbis non respondere quaestioni, nisí forte prehendi sub nomine quid?itatis. Aristoteles
horum nominum non esse res aliquas a ma- ficans substantiam sensibilem non potest
índirecte et implicite. Nam potius illud in~ significare formam separatam .a matena: ergo praeter formam partIs, quae ~st p:~­
teria separatas. Non videtur autem quaes- fert tamquam ineonveniens, quod sequitur
Quaest. 2. Ex hac vero IDterpr~t~tlone prius actus qmteriae, per formas, IDte~glt
tioni cIare ac distincte respondere. Dnde frequenter in VII, et in hoc VI~I libro, ll~s
ex sententia Platonis, qui ponebat ideam orümtur aliae duae q~a~~tiones, nlIn1~}
Alex. Aphrod. ah Aristótelem non respon- hominis separatam esse per se hominem; platonicas quae (iuxta sensum ID quo Aris-
disse ad quaestionem hane, quia erat clara an in substantia senslblli sol~ forma Slt
individua yero participatione illius. Rine toteles illam sententiam traetat) ponendae
eius resolutio, scilicet haee nomina signifi- quidditas eius, vel etiam matena, seu co~­ erant separatae et distinctae, n0J?- solID? a
ergo fit, si horno significat utrumque, et stans ex utroque. Nam videtur Aristoteles m
care formam. Sed fallitur ut patebit. Alii materia, sed etiam a f~rmls smgu1anbus
formam sine materia, quae est idea, et com~
putant Aristotelem quaestioni respondere in
positum, analogice significare illa, quod est praedictis verbis sentire solaro formam es~e actuantibus materiam. Qm~ v~ro Pla!o asse-
illis verbis: Erit autem utique in utrisque quod quid est; compositum vero esse ld rebat illas formas esse qmddttates lpsor.um
animal~ non ut una mtione dictum, sed ul absurdum. Quis enim dicat Petrum esse
analogice hominem? ita ergo tacite conclu~ cuius est. . . singularium, videtur illas easdem posUls~e
unum. Ex quibus Alex. Alensis coIligit re- Q. 3. Dnde rursus pullulat alia quaesno, secundum se abstractas et separatas, p~r~­
solutionem esse nomen significare utrum- dit Aristoteles haec omnia significare ip-
sum totum 1, et non solam formam. Et hoc an in. fOnn1s separatis quod. quid ~st, ,non cipatione autero quadarr; in~rinseeas lpSlS
que, scilicet compositum et formam, non sit aliud ab eo cuius est, ID sensIbllibus indlviduis et exercentes m elS mun~s for-
tamen univoca ratione, sed unum per prius, videtur esse quod obscurissime Aristoteles
autem rebus haec distinguantu:. l!m:-mque mae, actuando matcrlam, et co~stltue-?do
a-liud vero in ordine ad aliud. Tamen hoc subdit, scilicet ilIarn resolutionem Platonis, vero videtur Aristoteles docere m cltatlS ~er­ individuuro; et ideo, Aristot~l~s Ita euat;n
etiam verum esse non potest_, co quod ne- nimirum nomina haee significare solas for- bis. Existimo autem esse magnam a~q~lvo­ loquitur in ea sententla ac SI m su~stantlll
que nomen totius, proprie Joquendo, signi- mas, ad aliquid fortasse aliud esse utilem, cationem in his verbis et quaestlorubus sensibili non sit alía forma pra~ter ldeaIl'l;;
ficat formam absque materia, ut per se pa- puta in substantiis abstrahentibus a mate- prout nunc tractantur i~ scholi~, ~t prout ;ideoque saepe ab una ad aham tra~sl­
tet, neque in his nominibus sit vera aliqua ria, in sensibilibus yero nihil eonferre, quia tum fach. Bine etiaro est ut nomIDe
Aristoteles eas ponit, ut In supenonbus tae-
analogia. Et ideo Scotus ait Aristotelem substantia sensibilis non dicit solum quod quidditatis, seu quo~ quid erat esse, saepe
tum est, et ex hoc loco fiet :n;anifestwn.
solum respondere quacstioni platonice, et quid erat esse, nisi horno anima dicatur, non totam reí essentlarn, sed solam formam
non ex propria sententia. Forma ergo nune eommunl usu aut pro
quod est absurdum, et ideo nomen signi- forma partis sumitur, aut pro f?rtna to~us, significet, conveníens in I:oc mO,d~ loquen-
quae est verbi gratia, humanItas. Ansto- di curo Platone, non ut m re 1111 eonsen-
Hemos sustituido el tantum de la edición de Vives, por totum, estimando que con
teles ver~ de forma totius. fere n~quam tiat, sed petius ut conc~u~at ~on posse
1
este término resulta más inteligible la frase (N. de los EE.). quod quid est rerum matenaJ,ium J,D. sola for-
facit mentionem expressam, lieet poSSlt eoro-
124 lndice detallado de la metafísica de Aristóteles 125
no puede consistir en la sola forma. Esta es más o mellOS su manera de expresión-· y en el mismo sentido -para responder también a la tercera cuestión-
en el caso presente. dice que en la forma misma la esencia no se dis.tin~ue del sujeto, por~ue toda
Por esO' en la primera cuestión su pensamiento es que en las cosas sensibles- forma es tal por si misma y no tiene forma constitutiva de sll: ~er especl~c~; en
estos términos significan la sustancia compuesta de materia y forma. Para expli_ cambio, en la cosa material, el constitutivo. formal de la qmdIdad se dlS~lllgue
carlo mejor podemos distinguir el significadO' adecuadO' del términO' y el formal del sujeto que posee la form~J pues el sUJeto es ;1 t~d~ compuesto, ml~tras
O' cuasi formal. Por ejemplo, en la palabra hombre, el significadO' adecuado es el -que la forma es una parte de el. Por eso no comparo Anstoteles en este pasaJe la
hombre completo, y el fO'rmal la humanidad; y en un sentido más formal podría ser naturaleza compuesta con el supuesto.') que es la man.era corriente d~ tratar ahora
el alma humana. Estos términos, pues, significan adecuadamente las sustancias com- esta cuestión, según explicamos ampliam~nt~ ~n la dlSp. XXXIV. Tampo.co com~
puestas, según se evidencia por sí mismo, ya que el nombre debe significar 10 que paró aqui la naturaleza específica con los mdivl~uoS, porque suele ser ~tra mterpre~
l~ definición expresa, según se dejó claro antes en el lib. IV, textO' 28; Y las defini- tación del problema, según 10 expuesto en la dlSp. V, seco 1, y en la dlSp. VI, secs.
CIOnes de estas cosas no incluyen sólo las formas, sino el compuesto de materia y 1 y 2. P.or eso tampocO' hizo en e~te ~ugar dist~nci.ó~ alguna entre la, materia
fO'rma, según se desprende de lO' dichO' en el lib. VII, texto 18 y siguientes: tal es concebida universalmente y la matena SIgnada o mdlVldual, ya que Platon ----de
pues, el significado de estos términos. LO' mismo se desprende del modO' ordinari~ acuerdo con lo que él le atribuye- separaba las ideas y las esencias de las cosas
de pensar, pues no hay nadie que por el nombre hombre entienda sólO' el alma ni sensibles no sólo de la materia signada, sino de toda materia en absoluto. Final~
hay nadie que diga que el alma es el hO'mbre; por consiguiente, hombre ade;ua- mente Aristóteles no determina si estos términos significan únicamente el com-
damente significa el compuesto mismo. Es más, formalmente significa el com- , . d
puesto sustancial tomado en común, o también individualmente, materIa e que nos
puesto ~~ materia y forma, es decir, la naturaleza íntegra del hombre que no es la ocupamos al tratar de los universales (disp. VI, seco 5).
forma fIsl~a solame~te, aunque se le llam-e forma metafisica, o la del todo, que es' Cuesto 4. Pueden surgir también otras cuestiones a propósito de la misma
la humamdad. PropIamente al alma no la significa de ningunO' de los dos modos parte, ya apuntadas por Aristóteles; por ejemplo, si sólo los individuos se generan
si?o que !a incluye en su significado al igual que incluye la materia, aunque e; propiamente, según opina aquí Aristóteles, o también las especies.
dlVerso genero, puesto que al alma la incluye comO' forma constitutiva de la quidi- Cuesto 5. Además, si el todO' incluye, aparte de la materia y la forma, algo
dad de la cosa, y a la materia como incoativa de la misma. más, según pretende aqui claramente el Filósofo.
. D,e esto se deduce la solución de la segunda cuestión y la interpretación de Cuesto 6. Finalmente, si son definibles las cosas simples o sólo las compuestas,
Anst~t,;les respectO' d~ ella en este pasaje. NO' hay la menor duda y es sentencia como indica aqui Aristóteles; y ha de entenderse, bien de una cosa compuesta
del FIlosofo, que no solO' la forma es de esencia de la sustancia sensible sino tam- realmente, bien racionalmente de género y difer~ncia. Sobre esta materia y las otras
bién la materia, seg~n exponemos' ampliamente en la disp. XXXVI, ~ec. 1. Sin cuestiones se habló bastante en los temas anteriores.
embargo, la forma tIene derecho preferente a llamarse la esencia de cada cosa Cuest. 7. A propósitO' de la segunda parte del capítulo suele discutirse si el
por conferir la última especie y determinación. y en este sentido dice aquí Aristó~ número es uno per se.
teles que l~ su.standa sensible no sólo incluye 10 que cada cosa es, es decir, la Cuesto 8. Igualmente si la forma del númerO' es la última unidad. Ambas
fo~a constItutIva de lo que cada cosa es, sino también la materia, como bien dice cuestiones se tratan ampliamente en la disp. XLI sobre la cantidad discreta.
Alejandro de Hales.
roa consistere. Atque hoc fere modo loqui- ctiam de formali significat compositum ex
tur in praesenti. Atque eodem sensu (ut tertiae quaestioni ficent compositum substantiale in conunu-
materia et forma, scilicet, integram homi- respondeamu,s) ait ~n forma ipsa non di- ni tantmn, ve! etiam in individuo, de qua
Unde in prima quaestione mens eius est nis naturam, quae non est sola forma phy-
haec nomina significare in rebus sensibili- stingui quod quid est ab eo euius est, quia re diximus etiam tractando de universali-
sica, licet dicatur forma metaphysica, seu omnis forma se ipsa talis est, nec habet bus, disp. VI, sect. 5.
bus substantiam compositam ex materia et totius, quae est humanltas. Animam vero
fonna. Quod ut plenius explicetur, distin- fonnam constituentem esse specificum il- Q. 4. Aliae praeterea qllaestiones occur-
neutro modo proprie significat, sed eam lillS; in re autem materiali id quod for-
guere possumus adaequatum significatum rere possunt crrca eamdem partem, quas
ineludit in suo significato, sicut etiam in- maliter constituit quidditatem, distinguitur
nominis, et formale seu quasi fonnale. Ut eludit materiam, licet in diverso genere; Aristoteles attigit, ut an individua tantum
in hac voce homo~ adaequatum significa- ab habente ipsam forma'm; nam habens est per se generentur, ut Aristoteles hic sentit,
nam animaro ineludit lit formam consti- totum compositLuTII, fonna vero est pars
tum est totus horno, formale vero hurna- tuentem quidditatem rei, materiam vero ut vel etiam species.
nitas; formalius autem videri posset anima lnchoantem ¡l1am. eius. U nde Aristoteles hoe loco non com- Q. 5. Item an totum praeter materiam
rationalis. Haec igitur nomina adaequate sig- paravit naturam integram ad suppositum, et formam aliquid aliud ineludat, ut plane
Ex quibus colligitur resolutio secundae
nificant compositas substantias, ut per se quaestionis et interpretatio Aristotelis in quo sensu solet illa quaestio nune tractari, hic Philosophus intendit.
est evidens, nam illud significat nomen, hoc loco circa illam. Simpliciter enim ve- ut late disserimus disp. XXXIV. Nec etiam Q. 6. Ac denique, an res simplices de-
quod p~r definitionem explicatur, ut patet rum est, et de sententia Philosophi, non comparavit me naturam specificam ad indi- finibiles sint, vel tantum compositae, ut
supra, lib ... IV, texto 28; definitiones. autem solam formam, sed etiam materiam esse de vidua, quia solet esse alius sensus illius hic Aristoteles significat; intc11igendumque
harurn rerum non inc1udunt solas fonnas quidditate substantiae sensibilis, lit tracta- quaestionis, ut tractamus disp. V, sect. 1, est de re composita, vel reipsa, vel ratione
sed compositum ex materia et forma, u~ mus late disp. XXXVI, sect. 1. Nihilomi- et disp. VI, sect. 1 et 2. Unde nihil etiam ex genere et differentia. De qua re et de
constat ex dictis lib. VII, texto 18 et se- nus forma speciali ratione dicitur quod quid hoc loco distinxit Philosophus inter mate- caeteris quaestionibus satis in superioribus
quentibus; illud ergo significant nomina. E~t rej cuiuscumque, quia dat ultimam spe- riam corrununiter sumptam et materiam tactum esto
Idemque satis constat ex modo concipiendi Clem et constitutionem. Et in hoc sensu signatam seu individuam, quia Plato (ut ipse Q. 7. Orca alteram capitis partem quae-
ollUÚum; nemo enim per nomen horno so- dicit Aristoteles hie substantiam scnsibilem ei tribuit) non solum a materia signata, sed ri etiam solet an numerus sit per se unus.
lam ammam concipit, nec animam esse ho- non so~urn includere quod quid est, id est, absolute a materia separabat ideas et essen- Q. 8. Item an ultima umtas sit fonna
minem quispiam dixerit; significat ergo fonnam constituentem quod quid est, sed tías rerum sensibilium. Ac denique non numeri, quae duae quaestiones in disp.
horno adaequate compositum ipsum. Quin etiam materiam, lit recte Alensis. declarat Aristoteles - an haec nomina signi- XLI, de quantitate discreta, late ttactantur.
126 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles 127
Libro octavO'.-Cap. V
Cuesto 9. Puede todavía discutirse si son las esencias de las cosas como los Cuest 1. Si es única la materia prima de tO'das las cosas generables.
números. En efecto, este axioma suele tomarse de este lugar; perO' para penetrar Cuest: 2. Segundo, si es distinta la materia próxima y cómo hay que, entender
su verdaderO' sentido, conviene tener en cuenta que la partícula comO' no significa esto respecto de la materia próxima e igualmente de la remota, y de que clase de
una- semejanza completa, ni siquiera verdadera, sino sólo proporción. Consiste distinción se trata en es~e punto. . .
ésta en que, de la misma manera que los números se componen de muchas unida... Esto se trató en la d1Sp. XIII en las prImeras seCClOnes.
des, igualmente las esencias de las cosas materiales ---.ya que de ellas se trata aquí,. Cuest. 3. Además, si son cuatro las causas de las cO'sas naturales; ampliamente
aunque esta característica sea común a todas las cosas creadas- se componen de en la disp. XII. . . ,
varios predicados esenciales, por más que el modo sea diferente, pues las unidades Cuest. 4 y 5. Si las causas final y efiCIente V1enen a ser 10 m1smo; en la
son realmente distintas y sólo racionalmente los predicados. También, de la misma disp. XXVII. Además, la existencia d~ materia en las sus.ta~cias naturales inco-
suerte que las unidades en cualquier número son finitas, 10 mismo pasa con les
rruptibles y sus características; en la dlsp. XIII, seco 9 y SIgUIente:. .
predicados esenciales, como se apuntó antes a propósito del lib. II. Acontece por
Cuesto 6. Finalmente, puede tratarse aquí de la causa matenal de los accI-
ello que, como. la división de un número no puede alargarse al infinitO', tampO'cO'
la resolución de la especie en predicados quiditativos, sino que se detiene final- dentes, ya que la toca Aristóteles al fin del capítulo; nosotros le dedicamos la
mente en algunos primeros y simples. Además, como la wJdad última determina la di'p. XIV. Ni se ofrece nada más que merezca atención.
esencia de un número concrete, 10 mismo hace la última diferencia con la esencia_
específica; por lO' cual, igual que un númerO' varía pO'r la adición de una unidad CAP. V
10 mismo cambia la especie por adición de una diferencia. Estas cosas son la caus~ FUNCIÓN DEL PRINCIPIO MATERIAL EN LAS TRANSFORMACIONES
principal de que se diga que la esencia de cada cosa es como el número, y que
cousiste hasta cierto punto en algo indivisible, igual que consiste aquél. Cuesto 1. Se ba hecbo célebre en este capítulo aquella sentencia del Filósofo:
Cues!. 10. En todo esto está latente una segunda cuestión, la posibilidad de las cosas que existen sin transformación o no (pueden tenerla), no tienen materia;
que algunas fO'rmas sean susceptibles de más y menos, y si en esos casos la especie con ocasión de ella suele tratarse aqui la cuestión -de la materia del cielo, pO'rque
cambia, aumenta o disminuye, o sólo la forma individual, y si estO' se da única- suele decirse en función de esta proposición que según la sentencia del Filósofo, los
mente en lO's accidentes o tiene lugar también en las formas sustanciales. Este tema cielos no tienen materia, pO'rque no pueden sufrir transmutaciones. Pero? en pri~er
de la intensidad de las formas lo tratamos ampliamente en la disp. XLVI sobre lugar, la frase de Aristóteles no tiene nada que ver con es:o,. porque; hab!end? ~lC~O
el predicamento de la cualidad.
al principio de este capítulo que algunas cosas podían eXIstIr o .deJar de eXIstIr sm
que interviniese la generación y corrupción, en las palabras cltad~s .no se ~efiere
CAP. IV a las cosas incorruptibles, por no ser ellas de las que pueden eXIstIr o dejar de
EL PRINCIPIO MATERIAL DE LAS SUSTANCIAS existir sino que existen necesariamente; habla, pues, aquí de las cosas que pueden
existir' () dejar de existir sin generación y corrupción, la cual, concretamente,
Apenas ,enseña Aristóteles nada nuevo en este capítulo. Por eso aquí podrían
tratarse caSI todas las cuestiO'nes de la materia e incluso las referentes a las causas. se erdena esencial y primariamente a ellas, cO'mo es el ~aso de .1as formas. I?e
éstas, pues, afirma en la propO'sición citada que no lienen runguna matena,
Q. 9. Rursus potest disputad an essen- numerus, ita et addita differentia mutatur
tiae rerum sint sicut numeri; noe enim species. Et quoad hoc maxime dicitllr lltlÍus-
axioma ex hoc loco sumi solet; et ad ve-. Quaest. 1. An materia prima omnium re- CAPUT V
cuiusque rei essentia esse sieut numerus, et
rum illius sensum pereipiendum, oportet consistere quodammodo in indivisibili, sieut rum generabilium una sit. Quomodo materiale principium ad transmu-
prae oculis habere illam particulam sicut ille consistit. Q. 2. Secundo, an materia proxima sit tationes deserviat
non dicere adaequatam, irnmo nec veram Q. 10. Hine vero suboriebatur altera diversa, et quomodo id debeat intelligi de Quaest. 1. In hoc capite celebris esse so-
similitudinem, sed proportionem. Quae in quaestio, quomodo formae aliquae possint materia proxima, et quomodo de remota, et let illa sententia Philosophi: Quaecumque
hoc consistit, quod sicut numeri ex pluribus suscipere magis vel minus, et an tunc ipsa absque eo quod .transmutentur. sunt, ~ut
unitatibus, ita essentiae rerum materialium qualis haee distinctio sito
species mutetur, augeatur vel minuatur, vel non horum materia non est; CUlUS occaSlO-
(de his enim hic agitur, quamvis eadem Rae traetatae sunt in d~sp. XIII, in prio-
sola fonna individua, et an hoc habeat 10- ne ¿'actari ruc solet quaestio de materia coe-
ratio sit de omnibus creatis) componuntur cum in accidentibus tantum, vel etiam in ribu8 sectionibus. li, quia ex illa propositio~e dici sol~t coelos,
ex pluribus praedicatis quidditativis, !icet formis substantiaUbus. Sed hane materiam Q. 3. Rursus, an rerUm naturalium qua- iuxta Philosophi sententmm,. matenam r:-0n
diverso modo; unitates enim sunt realiter de intensíone fonnarum tractamus late in tuor sint causae, in disp. XII, late. habere eo quod transmutan non possmt.
Sed i~primis Aristotelis sen~en~a ali~na. e~t
pIures, praedicata vero solum ratione. Item disp. XLVI, circa praedicamentum quali-
sicut _ unitates in quolibet numero finitae Q. 4 et 5. An finis et efficiens in eam-
ratis. dero coincidant, in disp. XXVII. Praeterea, ab hoc proposito. Curo erum m pnnclplo
sunt, ita et quidditativa praedicata, ut su- huius eapitis dixisset quaedam esse et non
pra circa lib. 11 tactum esto Quo etiam fit an in substantiis naturalibus incorruptibi-
libus sit materia, et qualis; in disp. XIII, esse absque generatione et corrupti.one, non
ut, sicut divisio numeri non procedit in CAPUT IV loquitur in dietis verbis de rebus ~~orrup­
infinitum, ita nec resolutio speciei in prae- sect. 9 et sequentibus. tibjJibus; illae enim non sunt ex liS qu~e
dicata quidditativa, sed tandem sistit in ali- De principio materiali substantiarum Q. 6. Ac tandem tractari hie potest de possunt esse et n0.r; esse, .~ed necessarIO-
quibus simplicibus et primis. Rursus sicut In hoc capitc nihil fere no-vum Aristote- materiali causa accidentium, quod Aristotc- sunt: hic ergo 10qUltur de l1S rehus q~ae
ultima unitas detenmnat rationem talis nu- les docet. Dnde fere omnes quaestiones de les in fine capitis attigit, et de ea re disp. possunt esse et non esse absque generatlo-
meri, ita et ultima differentia rationem ilpe- materia, irnmo et causis hic traetari pos- ne et eorruptione, scilicet, quae ad illa.s per
cificam. Quare sicut addita unitate mutatur XIV confecimus. Neque aliqw,d aliud nota-
sent. se primo sit, cuiusmodi sunt formae lpsae.
tione dignum occurrit.
129
128
Libro
- - -noveno.-Cap.
- - - - - 1- - -- . __.
____._-'I..n=dice detallado de la metafísica de' Aristóteles
CAP. VI
sino que .son actos d:
la materia, y que, en cambio, los co~ uest~---­ POR QUÉ DEL GÉNERO Y DIFE.RENCIA, DE LA MATERIA Y FORMA, RESULTA
de ~atet1a, ~on propIamente mudables por generación cor;u ciór: que c~ns~
cons~derada Independientemente la proposición, se apli%ase ta!bién' Atema~'l SI,
UN UNO "PER SE"

habna de entenderse según 10 antes explicado a sab a os ele os, Cuesto 1. Aristóteles emplea todo este capitulo en la explicación de esta
mat~ia sujeta á cambio, pero sí proporcionada: como e:~t~~:ee~x~~~;ó cosas no hay cuestión que había tocado ya antes en el lib. VII, c. 12, en que nosotros apunta-
mos algunos aspectos, completados en las disp. sobre la materia y forma, prin-
uest. 2. Hacia el fin del capítulo se planteo A' '1 I . .,
~~: retor~~ de la privación al hábito. Puede enten;;ers~l~~:er~:or~oc~es~~!,~eh ~i
cipalmente en la disp. XV, seco 1. En su disensión Aristóteles no enseña nada
nuevo digno de mención. Sólo hay que observar que, al excluir en el fin del
1 o nut.nf.;ncamente o a la misma fo ' . a-
resurrecc~:: ~:e::c~~~n~e~sia:t~ ~~~~~ti:o rarea
-capítulo todo medio para que materia y forma cC11stituyan un uno, no excluye
tam?ién al. problem'a de la el modo de unión; en efecto, esto es imposible, como demostramos en la misma
aqm se trata~ lo hemos expuesto extensamente en el tomo JI de la III' pa~teO q~e disp. XV, seco 6; sólo excluye una entidad distinta a la que se deba la nnidad,
~ocamos o::as~onalmente con frecuencia en esta obra, principalmente en la di; y o
ec'i Ybs.l~U1entes,
en que nos ocupamos del principio de individuación
am len puede entenderse como retor 1 . ~ .
p. V,
dejando asi aclarado el problema.
Cuesto 2. Obsérvese también cómo dice aqui Aristóteles, que las cosas sim-
ples y que abstraen de materia tienen unidad en si mismas y constituyen un ser
sentido no hay duda que plled d lno a a IDlsma -arma específica, y en este uno, corroborando en absoluto la exposición que hicimos antes en el C. 3.
de modo inmediato porqu 1 e . arse e regreso, ~unq~e no en todas las cosas Cuesto 3. La doctrina de este capitulo sirve también de confirmación para
ni el cadáver en artimal a e e vm:gr.e no se co~vlerte mmediatamente en vmo, corroborar 10' que enseñamos sobre el modo de determinación del ente a los
L ' unque e aIre se conVIerte en agua y el a .
a razón que insinúa Aristóteles y explica con más claridad SantO' gu~ en rure. géneros universalísimos, disp. nI, seco 6.
hay algunas formas que están en relación idéntica e . d' I Toma~, es ~ue
tras que otras exig d' rnme lata con a matena, illlen-
vamente en la mat:~iaunes ~ter~.mado orden, de suerte que sean inducidas sucesi- LIBRO NOVENO DE LA METAFISICA
qua. En efecto la for~a de e~lr, que una co~a se genera de otra como término a DIVISIÓN DEL ENTE EN POTENCIA Y ACTO
cida si no ha' precedido lav;oagre °dde :adaver TI? puede ser naturalmente indu- Es cklebre la división del ser en ente actual y ente potencial, o en potencia
d . . rma e V1ll0 o arumal y desp' d .
esapanclón; en estos casos no cabe alt 1 d' ues e su preVIa y actO', base de la solución aristotélica de muchos problemas, por ej emplo, la
suerte que se haga vino del vina re erardel or en natural de generación, de preexistencia de 10 que se produce; dice, efectivamente, que preexiste en potencia',
revés. Por esO' es necesario en es!s 'c~~:o e a sangr~ se hace semen y no al pero no en acto; y poco ha, al fin del libro anterior, apoyado en la misma división,
tir,se en elemento, o en otras formas distin que la materm vuelva antes a conver- habia resuelto la cuestión de la unidad de la snstancia compnesta. Por este mo-
contrarse dispuesta para una forma :s, a fin ~e que de nuevo pueda en- tivo, el Filósofo, después de haber tratado de la sustancia en este libro, expone
espec camente 19ual a la que ha perdido. la división acabada de citar. Para la adecnada comprensión del libro, hay qne
tener en cuenta que ~na cosa es dividir el ente en ser en potencia o en acto y
~~ h.is ergo ~icit in dicta propositione non otra distinta dividir el ente en ser que es potencia o que es acto, pues en la pri-
dubiu~, quin possit esse regressus, non ta-
a ele materlam, sed esse actus materiae
Ipsa autem composita, quae materia con' men ~ ~mnibu~ immediate; non enim ex Q. 3. Ex doctrina etiam huius capitis
acc: to Ílt ~mmedJ.ate vinum, nec ex cadavere CAPUT VI
sta~t, esse proprie transmutabilia per gene- confirmari potest quod de modo determina-
ratlOne~ et corruptionem. Deinde, si ¡fu ammal, ¡icet ex aere, et fiat aqua et ex
aqua aer. Et ratio quam Aristotel~s insi-
Cur ex genere et differentia, materia et for-
nur, fiat per se unum
tionis entis ad universallssima genera tra-
proposltlO ~ude sumpta de coelis etiam dimu& disp. JII, sect. 6.
s?meretu.~; 1Dt~lligendum esset iuxta supe- nu?t, e! D. Thomas melius declarat, est, Quaest. 1. Totum hoc caput consumit
no:a, sCl.:J.c.et, ro mis rebus non esse ma- q~lla ah~uae S~t formae quas aequali or- Aristoteles in exp)lcanda hac quaestione, LIBER NONUS METAPHYSICAE
terla!U sublectam transmutationi, sed ro- rune et 11l1Itlediate respicit materia, aliae ve- quam supra etiam tetigit, lib. VII, C. 12, ubi
portlOnatam~ ut supra dictum esto p ro quae certum ordinem requirunt, ut ita aliqua adnotavimus et plura in disp. de
DE DIVISIONE ENTIS IN POTENTIAM ET ACTUM

9· 2. Cuca finem huius capitis attingit una post ali~ in materia introducantur, materia et forma, praesertim disp. XV, Celebris est divisio entis in ens actu, et
ens tu potentia, seu in potentiam et actum,
A~lsto,teles quaestlonem, an sit regressus ex seu ut una res ex aUa, ut ex termino a sect. 1. Neque in eius ruscussione aliquid
prlvattone ad habitum. Quae potest intelligi aliud Aristoteles docet notatu dignuro. So- ex qua solet Aristoteles varias quaestiones
quo, ,generetur: F~rma enim aceti, ve! ca.. dissolvere, ut an quod tit} antea existeret;
aut de regressu ad eumdem numero habi- luro observatur, curo Aristoteles in fine ca-
davens naturaJ,i.t~ mtroduci non potest, rusí ait enim praeexistere in potentia, et non in
t:un, ~eu, ad eamdem numero formam, et piti,s videtur excludere omne mediuro, ut
post f?rmam V1D1 vel animaIis, et ad reces- actu; et proxiroe in fine superioris Hbri ex
s~___ ~~,glt ___ '?~teriam de res~r_ecti{llle quae ex materia et fonna fiat untun, non exclu-
a oc. loco . satis est aliena; tract~vimus s.um ClUS, et hie non potest mutari natum- dere modum unionis; id eniro impossibile eadero partitione definierat quaestionem de
~utem Illam ID II tomo tertiae partis et lis ord? generationis, ut ex aceto fiat vi- est, ut ostendimus eadero disp. XV, sect. 6; unitate substantiae compositae. Ob hanc er-
ro hoc opere. saepius illam obiter a~gi­ num, SICUt ex sanguine fit semen, non vero sed excludere aliam entitatem distinctam, a go causam, postquam Philosophus de sub-
~us, pra:serum rusp. V, sect. 3 et sequen~ e c01:verso: et ideo in his necesse est ut 'qua sit iila Ulutas, et sic est res clara. stantia tractavit in hoc libro, praedictam di-
,tlbus) Ubl de principio individuatiorus . m.atena prms redeat ad elementum vel ad Q. 2. Observetur etiam quomodo Aristo- visionem declarat. Est autem pro totius li-
mus. ag¡- bri intelligentia advertendum, aliud essc di-
a~las formas, ut iterum tandem disporu pos- teles hic alt res simpUces et abstrahentes a
Ve! potest intelligi quaestio de reditu ad materia seipsis habere unitatem et esse videre cns in ens in potentía vel in actu,
eamdem formam m' speae, . et SIC . non est Slt ad fonnam eiusdem speciei cum aJ,iud yero dividere ens in ens quod est
quam amisit. . ea 1.Ulum quid, confirmans pIane expositionem
potentia vel quod est actus; nam prior non
.a nob~s datam supra, c. 3.
9
130
¡ndic. detallado de la: metafísica de Aristóteles
~ Libro noveno.--Cap'. 1I 131
mera no se trata de una división en entes esencialmente distintos, sino en diversos.
estados del mismo ser por razón de existencia; mas en este sentido poco dice Cuesto 3. En estrecha relación con ésta está la cuestión de la posibilidad
el Filósofo en todo este libro; nosotros, empero, hacemos uso de tal división en la de que algO' sea sujeto de pasión de sí mismo; Aristóteles 10 niega con. estas pa~
disp .. XXXI, seco 3. Por el contrario, la segunda división se hace en función de labras: por eso nada, según el curso natural de las .cosas, puede su~rzr alifO de
los dn:ersos conceptos esenciales de los entes, bien existan en acto, bien sólo en sí mismo. En primer lugar, cabe aplicar esto a la paslóu tomada propIa y flguro-
potencia, pues ambos estados se dan en ambos miembros, y en tal sentido la amente es decir a la pasión física y en cierto modo corruptora, de manera que
trata el Filósofo en el desarrollo de este libro. Así entendida, la división tiene s o abarque
, ,
las pasiones perfectivas, comO' es el caso de I
as 'mmanentes. En se-
aplicación principalmente. ~n la sustancia y en la cualidad. Así, pues, de acuerdo ~ndo lugar, creo también que hay que p.ond~rar
más aquellas palabras según ;1
con la prImera, c1aSlflcaClOll es tratado p,or nosotros al estudiar la materia y la curso natural de las cosas, pues parecen nnplicar dos puntos: uno, que nmgun
forma en. las dlSp. XIII y XV. En cambIO, según el segundo modo, al tratar de existente en su estado natural y perfecto padece de sí mis?1o; el .otro, que na?a
las espeCIes de cuahdades, eu la disp. XLIII.
padece de sí según el curso natur~l de las cos.as; es deCl.r,. preCIsamente segun
las propiedades de su naturaleza, smo que reqUIere al~o .distmtO', como las espe-
CAP. I cies, o algo similar, pero esto se trata con todo deterumIento por nosotros en la
disp. XVIII.
DIVERSOS SIGNIFICADOS DE LA PALABRA "POTENCIA"
CAP. Ir
Cuest.~. En .este capítul~ Aristóteles prácticamente uo hace más que repetir
lo q~~ habla ensenado en el hb. V, c. 12, por lo que las cuestioues allí tratadas
LAS POTENCIAS RACIONALES E IRRACIONALES

~mble~ pueden entrar aquí. Cabe también añadir otras, COIDo la univocidad de En este capítulo sólo se ocupa Aristóteles de la potencia activa, de la que
potenCIa respecto de la potencia activa y de la pasiva. Efectivamente Aristóteles antes habia afirmado que era la potencia esencial y primariamente, 10 cual resul~a
parece ~nseñar aquí. 5lue se pre,ruca analógicamente, y que de la potencia pasiva: harto claro en el desarrollo del texto, en las divisiones que propone y en la expli-
se predica por reIaclOn a la actIva. La respuesta es que si el término potencia se cación o diferencia que añade. En primer lugar, se puede examinar qué potencias
toma trascende~talmente,. se predica analógicamente de ella; pero si se toma son vitales y cuáles no; esta división la sugiere efectivamente el F!lósofo, al decir
como una especIe de cualidad, entonces se predica unívocamente' de esta materia que unas potencias pertenecen al alma y o~ras a las cosas inarumadas, a~que
trata.mos más ampliamente. en el lugar citado. No hay que olvidar que en este esta división más parece ser asunto de la pSlcología. Por eso, se puede decIr, en
pasaJ~ no trata de la potencIa como especIe segunda de la cualidad, sino en sentido definitiva, que son potencias vitales todas las que brotan del .alma, ~n cuanto es
amplIo, e?- ,cuanto comprende todos los principios de actividad; por eso, al arte un alma, o un grado determinado de vida. Pero, por nues~~a lflcapacIdad de .con-
Y otros habItos les llama con frecuencia potencias. cebir o discernir los grados de vida, si nO' es por la relaclon con sus operaCiones
Cu~st. ~.. Luego, ~uede ~is~u~rse si ,la P?tencia activa y pasiva son siempre propias, con las cuales el ser viviente ob~a e? sí misI?o ..a.ctuán?~se y ~erf~c­
donándose, por 10 mismo llam31110S potencIa VItal al pr~c.Ipl0 proXlIDo e .mtnn-
potenCIas dlstllltas, segun 10 msmua aqm ArIstóteles, o si se identifican alguna
vez, como. parec~ pasar con las potencias del alma, materia de que hablamos en seco de una operadón vital, mediante la cual el ser VIVIente se perfec:lOna y
la autes cItada disp. XLIV, seco 1. actualiza a sí mismo. En este nivel cabe distinguir aún una doble potencIa: una
es el principio próximo con que el viviente se perfecciona a sí mismo, aunque
est divisio in entia essentialiter diversa sed
in diversos status eiusdem entis secun'dum 12, unde quaestiones ibi tactae hic etiam Q. 3. Cum hac coniuncta est alia qua es- se primo potentiam, idque facHe patet ex
r~~onem. existendi ~ et in hoe sensu pauea locum habent. Addi vero pOSsunt aliae, tio, an ídem possit pati a seipso; nam Aris~ discursu textus, et ex divisionibus quas tra-
dielt PhIlosophus. ID toto hoc libro' illam ut an potentia univoce dicatur de po- toteIes hic negat his verbis: Propter quod dit, et ex declaratione seu differentia quam
vero divisionem nos applicamus i~ disp. tentia activa et passiva; hie enim Aristo- nullum~ pmut connaturale factum~ ipsum subiungit. Quaeri ergo primo potest quae
XXXI, sect. 3. Posterior autem divisio est teles videtur docere dici analogiee, et de a seipso patitur. Quae possunt imprimis ex- sit potentia vitalis, quae yero non vitalls;
seeundum diversas rationes essentiales en- potentia passiva dici per habitudinem ad pon! de passione proprie et rigorose dieta, haec enim divisio insinuatur a Philosopbo,
tium, sive existentium aetu, sive in potentia activam. Resolutio vero est, si nomen po- id est, physica, et aliquo modo corruptiva,
cum ait quasdam esse potentias animae, alias
tantum: uterque enim status habet loeum tentiae transcendentaliter sumatur, analogi- ita ut non comprehendant passiones per-
fectivas, ut sunt immanentes. Secundo et vero rerum inanimatarum. Quae divisio ma-
in utroque membro, et hoc sensu tractatur ce dici de illis; si vero sumatur ut est gis spectat ad scientiam de anima. Et ideo
a Philosopho in discursu huius libri. Sic species qualitatis, sic dici univoce; de qua melius expendenda censeo yerba illa , prom
autem sumpta divisío potissime locum ha- naturale factum; duo enim indudere vi- breviter dicendum est potentías vitales dici
re agimus latius citato loco. Hic Yero obser- omnes illas quae consequuntur animam,
bet in substantia et qualitate, et ideo secuu- va Aristotelem hoc loco non agere de po- dentur. Unum esto nihil existens in suo na-
dum prlorem rationem tractatur a nobis in- turali et perfecto statu pati a seipso; aliud ut anima est, seu aliquem vitae gradum. Et
tentia ut est secunda species qualitatis, sed est nihil patí a se, prout connaturale fac- quia gradusl vitae a nobis non concipitur
ter disputandum de materia et fqqn,a, disp.
XIII- -et -XV; -Posteriori yero modo tractan- late.. ut comprehendit omnia principia agen_ tum id est, secundum id praecise quod nec discernitur, nisi per ordinem ad opera-
do de qualitatis speciebus, disp. XLIII. di; unde artem et alios habitus saepe po- hab~t a natura, sed indiget aIiquo alío, ut tionem propriam, qua vivens in seipso agit,
tentías nollÚnat. speciebus, ve! alia re símili; sed haec res ut se actuet, ve! perfieiatur, ideo potentía
CAPUT I Q. 2. Rursus inquirí potest, an potentía disputatur latissime a nobis disp. XVIII. vitalis illa esto quae est principium proxi-
De variis signijicationibus nominis activa et passiva semper sint distinctae po- mum et intrinsecum operationis vitalis, per
"potentia" tentiae, ut hic Aristoteles innuit, ve! ali- CAPUT Ir quam ipsum vivens seipsum perfieit et ac-
Quaest. 1. In hoc capite fere repetit quando in eamdem coincidant, ut videtur tuat. Et in hoc genere potest ulterius di-
COntingere in potentiis animae. De qua re De potentiis rationalibus et irrationalibus
AristoteIes quae tradiderat in lib. V, c. stinguí duplex potentia: una quae est pro-
dicimus in praedicta disp. XLIV, seC!o 1.. In hoc capite solum ait Aristoteles de ximum principium. quo vivens seipsum per-
potentía activa, qmlm supra dixerat esse per fieit, non tamen secundum eamdem poten-
132 [ndice detallada de la: metafísica de Aristóteles 133
Libro noveno.-Cap. I1
no precisamente según la misma potencia; otra que es el principio próximo de Con motivo de este pasaje, principalmente de Jos textos 41 y 42, surge una
actuarse a sí propio según la misma potencia; ésta es propiamente la potencia para duda especial, porque parece que Aristóteles rechaza allí comO' insuficiente esta
el acto inmanente, la cual es potencia vital en sentido. más perfectO'. Ella, a su Vez división de las potencias en racionales e irracionales. La primera respuesta es que
se divide en racional e irracional, que es la división que Aristóteles expuso. aquí esta división puede entenderse de dos maneras: primeramente, como división ade-
con más claridad. cuada de las potencias del alma, y en este sentido no la aprueba Aristóteles en
dicho pasaje; en segondo lugar, como división propia y especial de las potencias
. . C~est. 2. , Acerca de e~a se puede aún examinar la oportunidad de dicha
del hombre o del alma racional, que es el sentido con que Aristóteles la da tanto
divlslOn, y ~ual es la potenCia raCiOnal y sus clases, cuestiones todas que compe-
aquí como en el lib. 1 de la Etica, c. 13. La razón de la diferencia está en que
t?ll a la pSIcología. Resumi~Qs, por lo tanto, diciendo. que se llama potencia ra- las potencias del hombre se ordenan de algún modo a la razón, en cuanto todas
~Ion~ la que brota ~e w:rnvel intelectual en cuanto. tal, pudiendo toda potencia radican en la misma alma racional, pudiendo, por lO' mismo, dividirse convenien-
mf:l'lOl' ser llan;a?~ Irrae.lOna1: por esO' se puede distinguir una doble potencia temente por su subordinación a la razón, O' por la participación o carencia de acto.
raclO~al, una ehClt1va o l~perante, y otra ejecutiva subordinada a una potencia Mas las potencias de los brutos y de las otras cosas naturales carecen de subordi-
superIOr, que puede conCIsamente llamarse potencia imperativamente racional de nación a la razón, y, por eso, no se les llama propiamente racionales ni irracio-
acu~rdo con la doctrina. del ~ilósofo en el lib. I de la Etira, c. 13. En el primer nales. Pero esta respuesta no está muy acorde con el presente pasaje de Aristó-
sentido se. llama potencI~ ~aclOnal la que es racional en sí y produce su acto de teles, porque incluye claramente entre las potencias irracionales a todas las que
modo- r~clOnal. Se subdIVIde a su vez, porque una es la razón misma formal obran naturalmente y sin razón. Por eso pone expresamente como ejemplo de
0. es~ncIalmente, como es el caso del entendimiento; otra es racional por parti- potencia irracional el calor. Además, porque esta diferencia cuasi privativa, a sa-
cIP.ac:ón, o por, concomitancia y régimen, como la voluntad, y de ambas se ocupa ber, irracional, sirve para caracterizar el modo de obrar de todas las potencias
Af1sto~eles aqm po~ brotar ambas del nivel racional. Acaso sería mejor decir que naturales y vitales, que no alcanzan el nivel de la razón.
e! Fllosof~ l~s .consIdera como si fuesen una sola, por completar las dos una espe- Parece, pues, que puede admitirse esta división de las potencias como ade-
cle. ~e prmcIplO adecuado de las acciones humanas, por causar la una nuestra cuada, no limitándola al hombre y al alma, sino extendiéndola a todo agente.
actlvId~d .en cuanto al ejercicio y la o.tra en cuanto a la especificación. Se llama Pues, como hace notar Santo Tomás, Aristóteles~ en el lib. III De Anima, no
trata tanto de definir como de discutir, e incluso se puede admitir que rechaza
potencIa Imperativamente racional la que sin ser racional en sÍ, puede por su
dicha división por insuficiente, no en absoluto, sino porque no explica bastante el
n.aturaleza ~bedecer a l~ razón, en el mismo sentido que Aristóteles en el lugar
número y variedad de las potencias del alma.
c~tado. del lib. 1 de la Elzca llama al apetito sensitivo del hombre racional por parti-
Cuesto 3. La tercera cuestión principal es la legitimidad de la diferencia que
ClpaClO?, a~nqu~ sea absolutamente irracional; a esta categoría son reductibles las
Aristóteles establece entre estas potencias, consistente en que sólo las potencias
potenc!as ejecutIvas ad extra, en cuanto sometidas a la moción de la voluntad y de racionales son principio de contrarios; de esta materia se trató ampliamente en la
la razon, como el caso de la potencia locomotriz de que babIa el Filósofo en disp. X, en que nos ocupamos por extenso de las causas libres y necesarias, explican-
el lIb. !Ir De Anima, C. 9 y sigoientes. do cuáles son las potencias libres, y en qué sentidO' son principios de acciones COll-

t~am; alia q~ae. s.eeundum eamdem poten- do rationali. Quae rursus subdistinguí potest, Ex illo yero loco, praesertim textu 41 et sine ratione. Dnde expresse ponit exem-
t.tam es.t pnnelplUIU proximum aetuandi nam quaedam est ipsa ratio formaliter seu 42, orhur specialis dubitatio, quia ibi vide- plum irrationalis potentiae in calore. Item,
seipsum; et haee est proprie potentia ad per essentiam, ut est intellectus; aIia est tur Aristoteles reiicere, ut insufficientem, quía per illam differentiam quasi privati-
aetum irnmanentem, quae perfectiori modo rationalis participative, seu per concomitan- hanc divisionem potentiarum in rationales varo, scilicet irrationaIe, circumscribi potest
vitalis est. Et haee rursus distinguitur in tiam. et regimen, ut voluntas, et de utraque et irrationa1es. Responded potest primo, modus agendi omnium potentiarum natura-
rationalem et irrationalem,' quam divisio- illam divisionem dupliciter dad posse. Pri- Hum et vitaliuro. quae gradum rationis non
loqwtur Aristote1es hic, quia utraque gra- attingunt. Non videtur ergo dubium quin
nem expressius hie Aristoteles posui!. mo~ ut adaequatam potentiarum animae, et
dum rationalem sequitur. Vel potius de illis haec possit esse adaequata divisio poten-
Q .. 2. ~ir.e~ quam quaeri ulterius potest, videtur Philosophus loquí per modum hoc sensu non probari ab Aristotele citato
loco; alio modo ut propriam ac specialem tiarum non solum in homine, nec solum in
an dIcta dlVISIO conveniens sit, et quae si! unius, quia ex utraque completur velutí anima, sed absolute in omni agente. Aris-
potentia rationalis, et quotuplex sito Quae divisrionem potentiarum hominis seu animae
unum adaequatum principium humanarum rationalis, et hoc modo tradi ab Aristotele toteles ergo, in IH de Anima, non definien-
quaestiones etiam spectant ad scientiam de actionum quatenus altera quoad cxercitium, tam hic quam lib. I Ethlcorum, c. 13. do, sed disputando tantum procedit, ut D.
anin:a: Et ~deo dicendum est breviter po- altera quad specificationem movet. Potencia Ratio yero differentiae est, quia potentiae Thom. notat, vel certe improbat i1lam divi-
tentIam ratlOnalem appellari omnem illam imperative rationalis dicitur illa quae cum hominis habent aliquo modo ordinem ad sionem ut insufficientem, non absolute, sed
quae consequitur gradum intellectualem ut in se rationalis non sit, natura sua obedire rationem, quatenus omnes in eadem anima quia non satis erat ad explicandum nume-
sic, omnem overo inferiorem po-tentiam VQ- potest rationi, quomado Aristoteles, chato rationali radlcantur, et ideo possunt con- rum et varietatem potentiarum animae.
carí posse irradonalem. Dnde duplex di- loco I Etbicorum, appetitum sensitivum ha- venienter dividi per ordinem ad rationem, Q. 3. Tertia quaestio principalis hic est,
stinguí potest potentia rationalis, alía eliciens ~inis vocat rationalem per participationem, aut participationem vel cal'entiam actus. Po- an recte assignetur ab Aristote1e discrimen
vel imperans, aHa exsequens cum subordi- licet sÍ! irrationalis simpliciter; et ad hunc tentiae yero brutorum vel allarum rerum inter has potentias, ex eo quod solae ra-
natione ad priorem potentiam, et potest uno naturallum non habent ordinem ad ratio- tionales potentiae &unt principia contrado-
ordinem reduci potest potentia exsecutiva ad ,\'Um; de qua re late dictum est disp.
verbo dici imperative rationalis, iuxta doctri- extra, quatenus subiacet motioni voluntatis nem; et ideo nec rationales, nec irrationa-
les propde dicuntur. Sed haec responsio non X, in qua de causis liberis et necessariis
nam Philosophi, lib. I Ethicorum, c. 13. et rationis, qualis est potentía motiva se- fuse disserimus, et explicamus quaenam
Priori modo dicitur rationalis illa potentia recte accommodatur huic l.oco Aristotelis,
cundum locum, de qua Philosophus libro 111 nam aperte sub potentüs irrationalibus in- potentiae Jiberae sint, et quomodo sint prin-
quae in se rationalis est, elicitque actum mo- de Anima, c. 9, et sequentibus. c1udit omnes quae naturaliter agunt et cipia contrariarum actionum. Item in disp.
134
Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
trarias .. Además en la disp. XXVI, see. 6, estudiamos si la misma causa pued~
Libro noveno.-Cap. _IV
_ __ 135
p~oduCIr
toteles.
efectos contrarios, y en ambas partes explicamos este pasaje de Aris- prop<lrción, es evidente la proposición, cuya razón explicamos mejor en el capí-
tulo siguiente.
CAP. II! CAP. IV
LA POTENCIA ES SEPARABLE DEL ACTO }<O TODO LO QUE NO SE PRODUCE PUEDE PRODUCIRSE
bCuest. 1. En est~ ca~Ítulo .refuta Aristóteles la opinión de algunos, que afir- Para confirmar la descripción del posible que había hecho al fin del capitulo
n;,a ~ que la potenCIa solo eXIste en cuanto opera en acto, la cual resulta tan anterior, Aristóteles rechaza aquí .la· opinión de los que deCÍan que son posibles
a sur a que s~ ?escubre por sí JJ.J,Ísma inmediatamente como falsa. Por eso, las todas las cosas, aunque nunca se vayan a realizar, lo cual es tan manifiestamente
razon~s de ArIStoteles. son ela:as. De aquí toma origen el priueipio: la potencia falso, que sobran refutaciones y explicaciones.
pr~ce e a su: acto. SI se entIende que antecede según orden de naturaleza es Cuesto 1. Sólo hay que advertir que algunos deducen de este texto de Aris-
u~vers~mente verdad, pues, siendo la potencia causa de su acto le preced; en tóteles que nO' sólo no todo lo que nunca va a realizarse es posible, sino también
o[ en e naturaleza. En efecto, nos referimos a· la potencia en ~u relación con que es imposible todo lo que nunca va a realizarse, o -10 que es 10 mismo-
e aeto~ y~ que de eIl~ mana p.ropi~ente. Recalco esto, porque hay que exeluir la que todo lO' que es posible se realizará alguna vez, ya que todo lo que nunca existe
S?t:llCla e generaclOll y esplraClOn que se da en las divinas personas por ser. es imposible que exista. Esta parece ser la exposición que de esto hace el Comen-
d lstm~~ su naturaleza y consideración. Pero, si se interpreta que antec;de en la tador, textos 8 y 9, defendida también por JaudunO' en la q. 5, según la amplia
uraclo~, en este caso hay que entender dicho principio como lo posible O en refereucia y refutación que hace Iavello en la q. 10. Pero esto no sólo está
un se~tIdo !ato, no necesario ni universal. En efecto, tanto la potencia' activa en contradicción con la- mente y palabras de Aristóteles aquí y en otros pasajes,
eo~o a paslva pueden preceder temporalmente a su acto; pero esto no es nece- siDO que es evidentemente falsO' y opuesto incluso a los principios de la fe católica.
sano en eualqwer potencia ni resp t d d I
d il . no , e c o e to os os actos; porque la potencia Lo primerO' es evidente, porque el Filósofo aquí, como Santo Tomás y algunos
ma ~mar
e tena a to da .torma.
precede temporalmente a toda iluminación, ni la potencia de la otros exponen, afirma expresamente que son posibles algunas cosas que nunca
existirán, aunque no todas las cosas que 'nunca existirán pueden existir o pro-
Cuesto 2. Del fll:a1, del mismo capítulo se ha tomado este conocido axioma ducirse. Y en el lib. JI De Generat., e. 11, texto 64, dice: el que está para echar
que .eonll~ne b definielOn del posible: es posible aquello de cuya existencia no a andar acasO' nunca llegue al andar. Donde afirma que a veces no se realiza, no
se sIgue zmposlble alguno. Esto es evidente si posibilidad y reducción al t sólo una cosa posible, sino incluso una ya premeditada o que está casi en las
se toman en su J' usta did E f I • ac o
. . me, a. n e ecto, a gunas cosas son posibles con un acto puertas de su realización. La razón es evidente por el principio sentado en el
~uce~lVo, pero. no m.stantaneo, por ejemplo, la división del continuo hasta el
l~firuto eSd.p.o~:ble, sm. que sea posible la totalidad simultánea de la división
capítulo precedente: que la potencia pueda anteceder temp9ralmente a sus actos;
smo una lVISlon suceSIva en que nunca se llega al fin Tamb' , h ' de donde se deduce que acaso nunca llegue a ejercitar el acto, aunque sí
son p 'bl d . len ay cosas que pudiera hacerlO'. Además, en los efectos divinos esto no sólo es evidente, sino
bl OSI es to~a as separadamente:, perO' no conjuntamente, por ejemplo que lo dogma de fe. Dios puede, efectivamente, hacer muchas cosas que no hace nunca;
anco se conVIerta en negro. Hecha, pues, la reducción al acto con la' debida así lo dijO' JesucristO' en el cap. XXVI, de San Mateo: ¿No puedo acaso rogar
XXyI, s~ct. 6, tractamus an eadem cauoa
pOSS!t effIcere contrarios effectus, et in utro- ~um . e~t illud principium de possibili seu cum proportione fiat, manifesta est illa pro- hie, q. 5, ut refert et late impugnat
que loco hune Aristotelis locum explicamus. l~deÍ1rute, non de necessitate seu universa_ positio. cuius rationem in sequenti capite Iavellus, q. 10. Verumtamen non so-
hter. Potest enim potentia tum activa tum magís declarabimus. lum repugnat menti et ver bis Aristotelis.,
CAPUTIU etiam passiva, praecedere tempore ~ctum tum hic, tum etiam aliis loeis, sed est
suum; non est tamen necessarium nec in CAPUT IV etiam evidenter falsa, et repugnans etiam
Potentiam esse separabilem ab actu qualibet potemia, neque respectu 'omnium Non omne quod non lit, possibile esse prineipiis fidei Catholicae. Primum patet,
Quaest. 1. In hoc capüe reprobat Aris- actuum ~ potentia enim illuminandi non fieri nam Philosophus hie, ut recte D. Thom.
toteIes. quorumdam sentcntiam, qui dicebant praecedlt tempare omnem illuminationem et alli exponunt, expresse docet quaedam
potentlam non esse, nisi dum actu operatur ncc potentia materiae omnem formam. ' Vt Aristoteles eonfirmet descriptionem quidem esse possibilia, quae nunquam fu-
quae tam est absurda, ut per se stat~ Q. 2 .. Ex eodem capite, in fine, sump_ possibilis, quam in fine superioris capitis tura sunt, quamquam non omuia quae nun-
falsa. appareat. Unde rationes Aristotelis tum est rilud vulgare axioma eontinens de- tradidit, hic reprobat sententiam eol'um qui quam futura sunt sint possibilia csse ve1
p~r~plcuae sunt .. Hincque sumitur hoc prin- finitionem po.ssibilis, seilicet: Possibile illud dicebant unumquodque esse possible, etiam- fieri. Et lib. 11 de Generatione, C. 11, tex-
ClplUm:, .Poter;t~a praecedit actum suum,. est, .q-z:0 poslto in esse nihil sequitur im- si futurum non sit, quod tam est aperte tu 64, dieit: Qui iamiam ambulaturus est,
Quod 81 llltelhgltur de antecessione secun_ p;osstbtle. Quod esto ~v!dens, si cum _propor- falsum, ut milla egeat refutatione aut de- facile non ambulabit. Ubi non solum ait
dum -na~urae--ordinem,- est- in- univefsli:ii1'-'ve_ tIOne sumafur posslbilitas et reductio in ac-
daratione. aUquid possibile, sed etiam quod iam est
rum, qUIa cum potentia sit causa sui actus Quaest. 1. Solum est advertendum oon- in proposito, ve1 quasi in vestibulo ut fiat,
pr~ecedit illum ordine naturae. Loquim~ tumo AJiquid enirn est possibi1e secundum
actum successivum et non simultaneum ut nullos ex hac llttera· Aristotelis coijigere non interdum non fieri. Et ratio est evidens ex
et1J.m de patentia comparata ad acturn quía solum non omne quod futurum nunquam principio posito in praecedenti capite, quia
ab illa proprie manato Quod adver;o, ut conti~lUum dividi in irú~nitum est possibile, est esse possibile, sed etiam omne quod
non Ita ut tota divisio possibilis simul po_ potentia potest esse prior tempore quam
excludam. Pot~~ti~m gene~andi ve1 spirandi, nunquam futurum est esse impossibile, seu suus actus; unde fieri potest ut aUquem
qu~e est 1U c!iVlll1S persoms, de qua alia est nanIr, ~e~ lit s~ccessive ponatur, et nun- (quod idem est) omne quod possibile est, actum nunquam exerceat, etiamsi possit.
rauo et con~lderatio. At vero si intelligatur q~am .fl~atur. SIC etiam aliquid est possi- aliquando esse futurum, quia omne id quod Deinde in effectibus divinis est hoc non so-
de anteceSSlOne durationis, sic intelligen_ bIle dlvlslm, non tamen composite ut a1- semper non est impossibile est esse. Et lum evidens, sed etiam de fide certum;
bum fieri nigrum. Si ergo reductio ad actum haec videtur esse expositio Commentatoris multa enim potest Deus facere quae nun-
híc, textu 8 et 9, quam defendit Iandun. quam faeit; sic enim elixit Christus, Ma-
137
136 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libr() noverw.-=-Cap._]' ____________
• ríe es risible o es hombre; y la razón es porque incluso el acto mismo abstrae
a mi Padre, et~.?
Por fin, d~ la contingencia y libertad de algunos efectos o causas s1 ,
s:- SIgue 10 rnlsmo necesarIamente. Esta materia la tratamos ampliamente en la de la existencia' necesaria o contingente, y porque de una pr?pIe
'dd . .se
a necesana
disp. XIX, seco ~ y sig.uientes. En definitiv~, no es verdad que sea imposible todo sigue un acto contingente, el cual incluye o supone necesarIam~nte la potencia,
lo que nunca eXIste, SlUO lo que nunca eXIste de suyo y por repugnancia intrín_ aunque no bajo la misma condición de necesidad o contingencIa.
seca, de suerte que careza de capacidad de existir.
Cuesto 2. Por último, bay que considerar )0 que en el texto 9 añade Aristó_ CAP. V
teles, a saber, que cuando en las proposiciones atributivas una se sigue con necesi- RELACIÓN ENTRE POTENCIA Y ACTO
dad de otra, hay. que guardar el mismo orden en las proposiciones de posibilidad
de suerte que SI el antecedente es posible, también ha de serlo el consecuente' Primeramente puede examinarse aquí si en un único e idéntico sujeto puede
~or ejemplo, ~i es legí.tima la ilación: corre, por consiguiente se mueve, tambié~ el acto algunas veces preceder a la potencia, según parece afirmar aquí Ari~tó­
tIene que decIrse legítImamente: puede correr, por consiguiente puede moverse' te1es, La cuestión se resuelve fácilmente teniendo en cuenta lO' dicho anterlO~­
porque en otro caso, si ~uese p~si.ble correr e imposible moverse, o se podrí~ mente: que Aristóteles llama aquí potencia a todo principio de obrar, sin. eXcl?lr
llevar a cabo una ,ca:rera Sln mOVIffi1e~to, contra la primera conclusión, o, supuesto el arte o hábito. En este sentido es evidente que algunas potencIas, es deCIr, prm-
realmente el mOVImIento, que se admit~ com? posible, se seguiría algo imposible,. cipios de obrar, presuponen sus propios actos, mediante los cuales se engen?ra.TJ.,
a ~aber, la carrer~ que ~e afirm,~ba ,ser ImpOSIble, En consecuencia, el principio es. pues efectivamente el arte y el bábito se adquieren por la costumbre. En Cam?lO, la
eVIdente, y lo mIsmo VIene a SIgnificar la expresión de los dialécticos que dicen potencia natural propia, activa o pasiva, precede siempre a su acto o en t1empo,
que -con recta consecuencia- no p~ede ser verdadero el antecedente y falso el o al menos en naturaleza, ni es posible que en el mismo sujeto el acto preceda a
consecuente, porque como de un posIble no se sigue un imposible, tampoco 10 dicha potencia, como enseña claramente aquí Aristóteles, porque la potencia es
falso de 10 verdadero. Se prueba a priori, porque el consiguiente está virtualmente causa de su acto y no efecto de él, a no ser acasO' en la linea de la causa final,
conterudo ~n el ?ntecedente, y es imposible que un posible contenga virtualmente porque esta causa no precede entitativamente, sino acaso en la apreh~nsión e. in-
10 que es I~posl~le, o 10 ve~dadero algo falso, porque entonces no sería posible, tención; y queda así clara esta materia, sobre la que vuelve Arlstóteles en
ya que posIbl~ dIce refe~encIa a~ acto, y no puede referirse a un acto imposible, el c. 8.
porque no eXIste potenCIa para ImposIbles; y por la misma razón no sería ver- Cuesto 2. Puede investigarse, en segundo lugar, el modo de reducción de
daderO' ~orque de esenci~ de ,lo verdad~ro es no contener nada falso. Hay además la potencia al acto, y la diferencia que en este punto hay entre las potencias
otra razo~: ser en ac~o un~lica necesarIamente ser posible, porque el acto supone racionales y las irracionales; esto, emperO', se trató ampliamente en la disp. XIX.
la potencIa; a~ora bIen, SI hay un orden de derivación necesario entre los ac- Aquí basta advertir que de este pasaje de Aristóteles se deduce claran;ente que
tos, mucho mas ha de haberlo entre las potencias. Con razón advierte Santo la definición de potencia libre, que tratamos ampliamente .en el lugar CItado, es:
Tomá~ que aquí se trata del posible en general, en cuanto abstrae de necesario
la que, supuestos todos los requisitos pam su acción, puede obrar O' nO' obrar.
y contIngente, ya que no puede suceder que -en buena ilación atributiva- el ante- Pues esto es 10 que aquí dice el Filósofo: puesto que puede, puede algo, alguna
cedente sea un posible sólo contingente, y necesario el consiguiente; por ejemplo" vez y de alguna manera, y cuantos otros datos necesita haber en una definición;
en efecto, estas palabras equivalen al inciso de la definición ya citada, supuestos
thaei, 26: An non possum rogare Patrem quod dialectíci aiunt, in bona consequentia
meum, etc.? Denique, ex contingentia et risibilis, aut est horno; et ratio est quia suum vel tempore, vel saltero natura, nec
non posse esse antecedens verum et con- fieri potest ut in eadem praecedat actus ta-
libertate, aliquorum effectuum vel causarum, sequens falsum, quia, sicut ex possibili non etiam ipse actus abstrahit ab esse necessario
necessana consecutione id sequitur. De qua ve! contingenti, et quia ex proprietate neces- lem potentiam, ut aperte hic docet Aristo-
sequitur impossibile, ita nec ex vero fal- teIes. Et ratio est, quia talis patentia est
re late tractamus disp. XIX, sect. 2 sumo Et ratio a priori est. quia consequens saria sequitur actus contingens, qui actus
et seq. Neque est verum omne id Cluod necessario includit ve! supponit potentiam, causa sm actus~ et non est effectus illius,
v~r~ute continetur in antecedente; impos-
nunquam est esse impossibile, sed quod ex non tarnen sub eadem conditione necessarii nisi forte in genere causae finalis, qiJae cau-
slbIle autem est ut possibile virtute con- sa non praecedit 1Il esse, sed fortasse in
se et ab intrínseco nunquam est, ita ut ca- tu:eat id quod est impossibile, aut verurn aut contingentis.
reat capacitate essendi. apprehensione et intentione, et sic est res
aliquod falsum, quia hoc ípso iam illud dara, quam iterum in c. 8 Aristoteles
Q. 2, Ultimo considerandum est quod n,on esset possibUe, cum possibile respi- CAPUT V
in textu nono Aristoteles infert, scilicet, cmt actum, et non possit respicere actum attingít.
De ordine inter potentiam et actum Q. 2. Secundo, inquiri hic potest quo
quando in propositionibus de inesse unum impossibilem, quia ad ímpossibile non modo potentia reducatur in actum, et quae-
necessario infertur ex alío, eodem modo se- est potencia; et eadero ratione illud non Quaest. 1. Hic primo inquiri potest an
in uno et eodem subiecto actus interdum nam differentia in hoc sit inter potentias
quí in propositionibus de possibili, ut si esset verum, cum de ratione veri sit
antecedat potentiam, quod pic AristoteIes rationales et irrationales. Sed haec res late
antece_dens __ p-ossibile sit, .etiarn. et cansequens ut nihil faIsum cantineat. Itero est alia
sit possibile. Ut si recte infertur: Currit, affirmare videtur. Sed haec quaestio fa- tractata est disp. XIX. Hic soIum notetur
r?~a, quia actu esse necessario infert pos- ex hoc loco Aristotelis plane colligi defi-
ergo movetur, recte etiarn illÍeratur: Potest slbile esse, curn actus supponat potentiam ciIe dissolvetur si advertatur quod supra no-
nitionem potentiae liberae, quam dicto loco
currere, ergo potest moveri; quía alias si et ideo si ¡nter actus est necessaria conse~ tatum est, Aristotelem hic vocare poten-
late tractavimus, scilicet, esse illam quae,
possibile esset currere, impossibile autem cutio, a fortiori etiam inter potentias. Recte tiam omne principium agendi, etiamsi sit
ars vel habitas. Hoc ergo sensu constat ali- positis omnibus requisitis ad agendum, pot-
moveri, aut posset poni cursus sine motu autem advertit D. Thomas hic esse sermo- est agere et non age1'e. Hoc enim est quod
contra priorero íllationero, aut pasito in r~ nem de possibili in communi, ut abstrahit quas potentias, id est, principia agendi sup-
mc Philosophus ait: Quoniam vera potest,
motu, qui supponitur possibilis, sequeretur a necessario vel contingenti, quia fieri non ponere actus suos, quibus generantur, sic
eruro ars et habitus consuetudine acquirun- aliquid potest, aUquando, et aliquo modo,
aliquid impossibile, scilicet cursus ille qui potest. ut in bona illatione de inesse, ante- et quaecumque alia necesse est adesse in
dicebatur esse impossibills. Est ergo evi- cedens sit possibile tantum contingens, con- tur. At vero propria naturalls potentia acti-
va vel passiva semper supponitur ad actum definitione; haec enim yerba aequipollent
dens illud dogma, et in idem fere incidit, sequens vera necessarium; ut, si ridet, est
138 Indice detallada de la metafísica de Aristóteles Libro noveno.-Caps.V¡ y--""II ___ _ 139
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iodos los requisitos para obrar, porque todas esas cosas, como dice Aristóteles y sea el verdadero sentido de esto, y si ha ~e atribuirse est~ autodeterminación a la
comenta muy bien Santo Tomás, hay que aceptarlas o presuponerlas para afir- otencia libre, es tema que tratamos amphamente en la disp. ~IX, tanto en rela-
mar que algO' se puede O' es pO'sible sencillamente. Así entendida la pO'tencia, ~ión con el juicio del entendimiento, en la seco 6, como en relaCIón cO'n el concurso
añade Aristóteles que la diferencia que hay entre las pO'tencias naturales y las divinO', en la see. 4 y en la disp. XXVII, see. 2, 3 y 4.
libres, o -In que es igual--, entre las irracionales y las racionales, según su expre-
sión, es esto: en las primeras es necesario que, según su capacidad, puestas ante CAP. VI
lo que puedan hacer o padecer, lo hagan unas y lo padezcan otras. En cambiO', dice NATURALEZA DEL ACTO
de las otras que no es necesario. Lo cual viene a ser como si dijera que la potencia
libre es de tal naturaleza que, puesta en inminencia de acción, con todos los requisi- En este capítulo nO' hay problemas de impO'rtancia. Adviértase únicamente q~e
tos, no actúa necesariamente, sinO' que puede obrar o no obrar, dando de ello una Aristóteles aquí más que explicar la natur.a1eza del ~eto q~e eO'rrespO'nde proP'~-
razón muy buena. Porque, siendo la potencia libre esencialmente y capaz de suyo ente a la potencia' activa' y pasiva, exphca en que consI~te en absoluto eXIstIr
para actos contrarios, si, por ejemplo, puesta en trance de obrar, obrase nece- ro acto como contrapuesto a existir en potencia. El ámbito de ser en acto en
en ,
ese sentido es amplísimo y viene a ser como un traseend i ; por es<;, Ar.t'tles
enta 1S. o e
sariamente, realizaría simultáneamente cosas contrarias, lo cual es imposible.
Cuesto 3. Puede, en tercer lugar, preguntarse cuál es el determinante de una no 10 determina por una definición, sino por ejemplos y por una es.pecIe de mduc-
potencia racional o libre para su "acto, porque esto es lo que Aristóteles estudia ción.'l porque resulta casi imposible definirlo, si n? se usa del DUSmo actO' ~ara
al final de este capítulo. Sólo responde que se determina por elección y propósito, 'Su explicación: puesto que ser. en acto no. es. mas que ~et;er actual O' ef~c~va­
o deseo, puesto el cual (eficaz y absoluto, se sobreentiende), necesariamente reali- mente 10 que existía en potencIa. Por conslgUlente', SI eXIStIr en acto es dlStl,nto
za lo que puede. EstO' resulta de pO'r sí bastante claro. Le faltaba llevar su inves- de existir en potencia, no es más que existir. act~almente, c~nceptO' que exph~a-.
tigación hasta saber qué es lo que determina la pO'tencia a la elección misma. mos por extenso en la disp. XXXI. En camblo, SI la expres~on en ac~o se a~lica
Pero de, esto no se ocupó el Filósofo. Pues creyó que nada más había de inves- a la potencia activa, es 10 mismo que .operar actualmente. SI a la paSIva, sera lo
tigar, ya que esta potencia por su propia fuerza natural, como acto primero ~hablo mismo que recibir actualmente o ser mformada. Exponemos todo esto, parte en
de elecciones naturales y morales y en sentido estricto- y por su propia volición o la disp. XLIII, en que tratamO's de la potencia activa ~ ,Pasiva y. ,de sus actO's, y
elección, como acto segundo, queda de suyo determinada para querer y elegir; pues parte en las disp. XLVIII y XLIX,.al tratar de la aeelOn y paSlOn, que sO'n los
queriendo elige, y eligiendo quiere; aunque no ciertamente por sí sola, o sea sin actos más inmediatos de estas potencIas.
el concurso y auxilio de una causa superior exigida; pues estO' se da siempre por
supuestO'. Esta opinión la recO'ge Soneinas, en el lib. IX Metaph., q. 14, y no la refu- CAP. VII
ta, sino que la defiende, juzgándO'la aeO'rde enn las dO'etrinas del FilósO'fO' en este CuÁNDO SE DICE QUE LAS COSAS ESTÁN PROPIAMENT~ EN POTENCIA
pasaje. En cambio, luego añade él mismo que para esta detenninación, por lo
En este capítulo no hay nada especialmente. digno de at~nción; en efecto,
menos en cuanto a su especificación, concurre el juicio del entendimientO'; cuál
únicamente enseña el Filósofo que una cosa se dice estar prop18 y absolutame~.te
illi particuJae definitionis praedictae, posi- en potencia cuando está en potencia próxima, de suerte que puede, ser reducl~a
tis omnibus requisitis ad agendum; illa actum, hoc enim in f.ine huius capitis Aris- al acto por la acción de un s.olo agente, pues cuando solamente esta en potencIa
enim omnia ait Aristoteles, et exponit opti~ tote1es investigat. Et nihil aliud respondet,
me divus Thomas, sumenda esse seu sup- nisí hanc potentiam detenninari electione et
proposito seu desiderio, quo pasito (supple ficationem concurrere iudicium intellectus; in actu non est aliud quam actu seu de
ponenda, ut aliquid dicatur posse seu esse sed quo sensu id verum sit, et an haec de- facto habere id quod erat in potentia. Ita-
possibile simplicher. De potentia autem sic efficaci et absoluto) ex necessitate operatul'
quod potest. Quod per se satis c1arum esto terminatio sui ipsius sit ipsi potentiae li- que si esse in aetu distinguatur ah e~se in
sumpta subdit Aristoteles hanc esse diffe- Restabat autem u!terius inquirendum quid berae tribuenda, latissime tractavimus in potentia, nihiJ aliud est quam actu eXlstere~
rentiam inter potencias naturales et ,liberas, determinet hanc potentiam ad ipsam e!ec- dieta disp. XIX, tam comparatione iu?icii de quo quid sit, late dicimus ~isp. J;CXX.I. S1
seu (quod idem est) irrationales et rationa- intellectus in sect. 6, quam comparatlone vero in actu dicatur de potentIa actIva, ¡dem
les, ut ipse loquitur, quod in pri01-ibus ne- tionem; sed de hoc nihil inquisivit Philo-
sophus, quia nihil esse credidit amplius in- divini concursus in sect. 4, et disp. XXVII, est quod actu operario Si de passiva, idem
cesse est ut cum.. quoad Possint, passivum sect. -2, 3 et 4. erit quod actu recipere seu. inform~ri. Q~ae
quirendum, quia haec potentia sua vi na-
et activum approximent, hoc quidem faciat, omnia exponuntur a nohls parum disp.
illud vero patiatur. De aliis vero ait: lllas turali, ut actu primo (loquor in naturalibus
et moralibus electionihus, ac per se loquen- CAl'UT VI XLIII ubi de potentia activa et passiva,
vera non est necesse. Quod perinde est ac et ae{ibus earum agimus, partim disp.
si diceret. potentiam liberam talem esse ut do), et ipsamet volitione seu e1ectione, ut Quidnam actus sit
actu secundo, de se determinat ad volendum XLVIII et XLIX, ubi agimus de actione
approximata ad agendum cum omnibus re- In hoc capite nulla occurrit qua~stio ali- et passione, quae sunt immediat~ores actus
et eligendum; nam volendo eligit, et eli-
quisitis, non necessario agat, sed possit age- cuius momenti. Solum notetur Anstotelem harum potentiarum.
re ..et non· ·agere, . et ··subdit·· o-ptimam --ratio- gendo vult; non tamen se sola seu sine
coneursu et auxilio superioris enusae requi_ hic non taro explicare quid sit actus qui
nem. Quia cum potentia libera sit per se, proprie respondet potent;iae .activae .et pas-
sitae; hoc enim semper supponitur. Quarn CAPUT VII
et ex se potens ad contraria, si approximata slvae, quam absolute qUld s~t esse In, aetu,
ad agendum 1 ex necessitate ageret, simu! sententiam attigit Soncin., lib. IX Metaph., Quarndo dicatur res proprie esse in potentía
q. 14, eamque non improbat, sed defendit; .prom distinguitur ab esse In potenua. Et
ageret contraria, quod est impossibile. hoc modo esse in actu latissime patet et In hoc etiam capite nihil occurrit nota-
putatque esse consentaneam doetrinae Phi- j

Q. 3. Tenio, quaeri potest quid deter- est veluti transcendens quoddam, et ideo ab tione dignum; solum enim docet Philoso.,.
minet potentiam rationalem. vel liberam ad losophi hoc loco. Postea vero ipse addit ad
hane determinationem saltem quoad speci_ Aristotele non declaratur definitione, sed phus tune rem dici proprie e~ absoll;1te e~se
exemplis et inductione q?ad~m,. 9.uia vix in potentia, eum est in potentta proxuna, Ita
Sustituímos el término generandum de Vives, por agendum, que aparece en otras po test definitione hoc expltca1'l) mSl utendo ut per unius agentis effectionem possit re-
-ediciones (N. de los EE.). ,ipsomet aetu ad id explicandum; nam esse duci ad actum. Quando vera est solum
Libro nO'lJeno.-Cap. IX
141
140 lndiee detallado de la _metafísica de Aristóteles
el acto es más perfecto que la pDtencia. El sentidO' verdadero de este principio es,
remota, no se dice propia y absolutamente est,ar en potencia, por ejemplo, el
que cuandO' algo es de. tal su;rte.,anterior por ge?eraci.ón, que está orde~~do al
agua, absolutamente. ~~blando, 1?-0 ,es hombre, fl1 caballo en potencia, ni siquiera
posterior como un medIO al termmo, o cO'mO' lO' lllcoatlvo a su consumaCIon, en
el esperma -en OPU;lOll de Arlstoteles-, por necesitar muchas transformaciones
este caso lO' posterior es más perfecto: corroboran esta interpretación los ejem-
para llegar a convertIrse en hombre. Todo esto, en definitiva, no pasa de modos
plos de Aristóteles del hombre y el niño, del semen y el hombre. Igualmente la
de hablar, pues el problema es de suyo bastante claro.
razón que añade, diciendo: en efecto, aquello (es decir, ID que es posterior por
EXPd~ca dluego ~n ~ué sentido la materia se afirma de nna cosa, y enseña que
generación) ya tiene forma, pera esta no, (} sea aquello fue llevado hasta su tér-
se pre lea enommatlVamente, no abstracta o esencialmente' en efecto se dic
b -mino y plenitud en comparación con lO' otro. En cambiO', cuando algo es poste-
arra b '
roncmea, no b. ronce, y arca de madera, no madera. La' razón es clara,
,e pues
la parte no se predica ~el todo, sino denominativamente, ya que no se predica °
rior por generación comO' consecuente dimanante de otro, por ejemplo, la pasión
{) propiedad respectO' de la forma, entonces, como es evidente, no es necesario que
como todo, por ser precIsamente el todo lo calificado por tal denominación. Por
sea más perfecto, a no ser que se haga la comparación de manera que lo que
lo tanto, ya no queda aquí cuestión alguna de importancia.
es posterior incluya a 10 que es anterior, y le añada algo; porque asi el alma es
más perfecta determinada por sus potencias que cO'mo pura sustancia. En este
CAP. VIII
sentido no hay duda. .
PRIORIDAD DEL ACTO SOBRE LA POTENCIA Cuesto 3. Cabría aquí tratar de la distinción de un doble fin: el que está
Cuest:!; Puede ana;izarse, pri~e.ro, la prioridad del acto sobre la potencia constituído por la operación solamente, y el que consiste en algo ya realizado.
por defi1l1ClOn, o por razon y conoClffilento, tal como enseña aquí Aristóteles. De Pero esta división queda suficientemente explicada en la disp. XXIII, seco 2.
esto hemos tratado expresamente en la disp. XLIII, seco última. Cnest. 4. Surge ahora 1. cnestión de la diferencia indicada por Aristóteles
Cuesto 2. , Segundo,. si el acto pr~cede temporalmente a la potencia natural, entre la acción inmanente y transeúnte: la una permanece en el agente, mientras
al men~s segun la ~specIe, o en los dIversos sujetos. También en el mismo lugar 1. otra se recibe en el paciente: hemos tratado esto con amplitud al explicar el
se trato esta cuestIón. predicamento de la acción, disp. XLVIII, seco 2.
Cuest. 3. Por fi~, si la potencia adquirida por el uso, es decir, el hábito, es Cuesto 5. De este capítulo se tomó cierta proposición vulgar: toda potencia
temporalmente postenor a su acto, y cómo es engendrada mediante él tema ya es al mismo tiempo de contradicción, 0, según se la suele expresar ordinariamente,
tratado en el C. 5, Y 10 explicamos en la disp. XLIV, sobre los hábitos~ es potencia de contradicción. Es difícil hallarle un sentido verdaderO' y sistemá-
tico. Porque, en primer lugar, cO'mo advierte Santo Tomás, parece que no puede
CAP. IX aplicarse a la potencia activa, ya que antes dijo el mismo FilósofO' que no toda
PRIORIDAD EN SUSTANCIA o PERFECCIÓN DEL ACTO SOBRE LA POTENCIA. potencia activa es potencia de opuestos, sino únicamente la racional. Tampoco de
C~est. 1. La primera cues?ón, o?;etivo directo de este capítulO', es si el acto 1a potencia pasiva puede admitirse como verdadera universalmente, sobre todo en
es mas perfecto .que la potenc,". Esta tratada en la disp. XLIII, seco última. la doctrina del mismo Filósofo, pues la materia del cielo es potencia para la forma,
Cuesto 2. SI son más perfectas las cosas posteriores en generación. Aristó- sin que sea potencia de contradicción, por no estar su; eta a privación, ni estar en
teles en este lugar acepta tal proposición como un principio del que deduce que
princlpll sensus verus est, quando aliquid Sed hane divisionem sufficienter attingimus
in potentia remota, non dicitur proprie et De qua re ex professo agimus disp~ ita est generatione prius. ut ad posterius in disp. XXIII, sect. 2.
~bsolute ~sse in poten tia, ut aqua non est XLIII, sectione ultima. ordinetur tamquam via ad terminum, ve! Q. 4. Quarto, hic occurrit quaestio de
m poten~la horno veJ equus, simpliciter 10- Q. 2. Secundo, an actus praecedat tem- tamquam id quod inchoatum est ad id quod differentia quam hie Aristoteles tangit in-
qu~ndo, m;mo nec sperma (ait Aristoteles)., pore naturalem potentiam, saltem secundum .est consummatum, tunc quod est posterius, ter aetionem immanentem et transeuntem,
~Ula ~ultls transmutationibus indiget, ut s~eciem, seu in diversis subiectis. Haee esse perfectius; et hunc sensum dedarant quod illa in agente manet, haec vera in
mde flat horno. Quae omnia solum ad mo- etlam quaestio tractata est ibidem. .exempla Aristotelis de viro et puero, et de patiente recipitur: de qua re inter expli-
~um loquendi spectant; nam res per se Sa- Q. 3. Ultimo, an potentia quae usu ac- eandum praedicamentum actionis late trae 4
semine et hamine. Et ratio etiam quam sub-
os constat. quiritur, id est habitus, sit posterior tem- dit dicens: Illud enim (sciUcet, quod pos- tamus disp. XLVIII, seet. 2.
. Deinde vero declarat quo modo materia pare suo actu, et quomodo per illum ge- terius est generatione) iam habet fornm:m, Q. 5. Quinto, ex hoc capite sumpta est
dicatur de re, et docet praedicari denomi4 neretur, quod etianl c. 5 tactum est de hoc vera non; id est, illud perductum est quaedam vulgaris propositio: Omnis poten-
native, non abstracte seu essentialiter' di- qua re diximus disp. XLIV, quae est d; ha- ad terminum et consummationem compara 4 tia simul contradictionis est, seu, ut commu-
cÍtur .enim lignum aeneum, non ae~, et bitibus. tione alterius. At yero quando aliquid est
ar~a lignea, non lignum. Et ratio est clara,
niter circumfertur, est patentia contraructio-
posterius generatione tamquam quid conse- nis. Cui diffidle est verum ac doctrinalem
qma pars non praedicatur de toto nisi de- CAPUT IX quens et dimanans ab aUo, ut passio seu
no!Jl:inaliye,_ qlli.a ~on,_u'pr¡¡ed_iclltur per mo- sensum tribuere. Nam imprimis, ut D. Tho-
Actum cssc. priarem substantia seu perfec- proprietas respectu fonnae, tune non opor- mas notat, videtur non posse inte1llgi de
dum tOtlus, qUla Id quod afficitur tali de- tet ut sit perfectius, ut per se constat, nisi
nominatione est ipsum totum. Quare hic ttone quam potentiam potentia activa, quia supra dictum est ab
forte ita fiar comparatio ut quod posterius eodero Philosopho non omnem potentiam
nulla relinquitur quaestio quae alicuius mo- Quaest. 1. Prima quaestio, et in hoc ca-o
.est. indudat id quod est prius et addat ali- activam esse oppasitorum, sed rationalem
menti si1. pite. directe intenta, est. an actus sit per- quid; sic enim perfeetior est anima suis
fectIor quam potentia. Haec tractatur disp~ tantum. De potentia etiam passiva non pot4
CAPUT VIII 'potentiis affeeta· quam in sua nuda sub4
XLIII, sect. ult. est esse universaliter vera, maxime in doc4
Actum esse priarem patemia q. 2. An posteriora generatione sint per- stantia; et sic est res clara.
Q. 3. Quaestio hic traetari poterat de trina eiusdem Philosophi, quia materia coeli
Quaest. 1. Primo inquirí potest an aC4 fectlOra. Hane propositionem assumit hoc est potentia ad formam, et tamen non est
tus sit prior potentia definitione, seu ratio4 distinctione duplicis finis, in eum qui est
loco Aristote!es lit principium, ex quo in- potentia contradietionis, quia non est sub-
ne. et cognitione, ut hic Aristoteles docet. -operatio tanturn, ve! qui est aliquid factum.
fert actum esse perfectiorem potentia. Cuiua
142 143
[ndic. detal~do de! la: metafísica de Aristóteles Libro noveno.-Cap. IX ~--"----_.------

potenc;a par~ ~na forma que le sea contradictoria. El cielo también tiene p~~~ ordena sólo a recepción de la forma, sino también a la propia acción y pasión,
para e. movImIento, y, sin embargo, según la doctrina del Filósofo no está' a es potencia de contradicción, bien ,absolutamente respecto de la mutación total
potencIa de contradicción, porque nO' puede estar en reposo Si s: Ob' , en o forma, por ejemplo, la potencia para generar, bien al menos respecto de las diver-
Aristóteles habla de la potencia que entra en composición o e' sta' sUJo t Jeta 'lue sas partes, por ejemplo, la potencia para el movimiento local del cielo -según
cÍ'n 1 ",. , e a a prIva- la opinión del Filósof<J--.o, y de esta suerte la proposición carece de excepciones.
o '. a proposlclon en este sentido, además de mal formulada viene a d ' .
10 IDlsmo, y es doctrinalmente inútil. Sería igual que SI' se' di' eCllr casi porque, según Aristóteles, ninguna potencia receptiva que pueda recibir el acto
tenci h'b' ..,. Jese que a po- por una acción propia, lo posee irunutable y congénito desde la eternidad; porque
a para a lto y prlVaclOll es potencIa de contradicción
, lMas hay que decir que Aristóteles habla expresamen;e de la poten . una potencia semejante no se actualiza por una acción propia, sino que se crea
me uye al mismo tiempo existir en potencia la e l " , C l a que conjunta con su acto, y está determinada por naturaleza a estar siempre sometida
r~:eptiva, respecto de la entidad positiva y de 'su cap::id~~ sl?rufica s?10 liPotencia a él. Esto 10 juzgó hasta tal punto verdadero Aristóteles en las cosas incorrup-
bIen el estado en TI fi . ' SIDO que lmp ca tam-
ésta es la intenció~ ~:~~is~~t~lestar en potenCIa y care~er d:
acto. Es evidente que
tibles, que por ello las creyó eternas: y en este sentido niega que se dé potencia
en éstas, es decir, que puedan estar en potencia y carecer de acto, absolutamente
en' poten.cia, cosa que en otra h~~óie~~;~~ e~r~~t~e~:tád~~Cge~uSeUndaocdatrel's eterdno
ltambién
a matena o cantidad d i ' 1 di"
que en 1 . 1 e chle o, o e. entendmuento o voluntal del ángel. Dice
na- e
hablando.
Ajustándose a la exacta doctrina, hay que sostener que todas las cosas creadas,
. e Cle o no ay potencIa en absoluto a 'd' , consideradas en sí y absolutamente, son potenciales o están únicamente en poten-
::::~[a I~ec~~~v~es:=a s:a~~~~ ~omp17t?mente fal;o~a s:e~e s~~:~~se ed':'s::!:V{; cia, no pasiva, sinO' en la activa del Creador, sin que se dé contradicción por
parte de ellas; por su parte, las cosas incorruptibles tienen de especial que, una
cuanto incluye el 'existir en ot l? o pOSITIVO: se refiere, pues, a la potencia en
vez creadas, no tienen de suyo intrínsecamente potencia para no existir, siendo
potencia pasiva, sino tambié: a e~cI:~t~a e~leste, sentido no sólo .es aplicable a la verdad en este sentido que no tienen potencia de contradicción en cuanto al ser
al decir que las potencias racional ' mIsmo parec::e explicarlo más abajo, en que son incorruptibles. Pero de aqui no se sigue su eternidad a parte ante
decir, capaces de obrar y no b es, son de ~~yo potencIas de contradicción, es porque, en absoluto, para existir dependen de la libre voluntad de Dios.
porque están presentes y ause~t;:r'ese~e~~m I~llas potencias irracionales, 'sólo Cuesto 6. Ultimamente puede discutirse aquí si se dan -en la opinión de
o dejar de serlo' porque asi pueden b. r, s o porque pueden ser aplicadas Aristóteles-- muchos entes necesarios por si y actos puros sin potencia; parece,
o
Exponemos el pa~aje en la disp. xxvr rar 4una~ veces y otras dejar de obrar. en efecto, afirmarlo en este lugar cuando dice que las cosas que son necesarias)
El ' ,sec., numero 14
tituye i~~~~e~~~~eaSni'osseo'lcoonpvoirerutae en u~a exposici?n de~asiado clara no cons-
no están en potencia por ser seres primeros; porque si ellas no existiesen, nada
. , q en flgor no es ld¡!;:nti ' b" de hecha existiría. Pero de esto hicimos una larga exposición en la disp. XXX,
preCIsamente así resulta útil a la inten '" " ~ ca, S1ll0 tam lén porque seco 2, y en la disp. XXXV, seco 1. Por lo que se refiere a este pasaje, Santo
el que pretende concluir que una Clan y razonamIento de Aristóteles, mediante Tomás y otros lo explican de los complejos necesarios, solamente por conexión
En efecto, por esta causa las cosas ~~::n en ac~o es más perfecta que la potencia. esencial o intrínseca del predicado con el sujeto, que se da también en los seres
afirmarse tabién, desentrañando más 1 as eslt.an ~? actO' y no en potencia. Podría cO'rruptibles. Y en cuanto son necesarios, no están en potencia, sino siempre en
a exp lcaclOn, que la potencia que no se
formam recipiendam, sed etiam ad propriam cum non repugnantia ex parte earum; res
¡ecta privationi, nec est in potentia ad autem incorruptibiles hoc habent speciale,
repugnante;m formam. Et coe1um ipsum ha- e~iam ess~t plane falsum. si de sola poten- actionem et passionem, esse potentiam con-
tIa receptIva, q~oad positivam rationem, ser- tradictionis, vel simpliciter respectu totius ut postquam creatae sunt ex se non ha-
bet J?otenttam. ad n:0tum, et tamen iuxta mutationis seu fonnae, ut in potentia ad ge- beant potentiam intrinsecam ad non esse,
mo ;sset; loqUItur ergo de potentia Ut in-
doctrm~m. P?!losopru non es! in potentia et hoc modo est verum illas non habere
contradi~t1on~s, quia non potest quiescere. ~ludl! ~sse in potentia. Et hoc modo potest nerationem, ve! saltem secundum partes di-
m~elligl non .solum de potentia passiva, sed versas, ut in potentia ad Iocalem motum potentiam contradictionis, quanturn ad illud
Quod . SI qUlS dIcat, Aristotelem !oqui de coeli, iuxta sententiam Philosophi, et sie esse in quo sunt incorruptibiles. Inde ta-
po.ten~la . quae est coniuncta ve! subiecta etmm de actIVa. Quod ipsemet inferius vi- rnen non sequitur illas esse aeternas a parte
detur declarare) cum ait potentias rationales nullaro patitur exceptionem propositio. Et
pnv~tl~ru, ~oc sensu erit pIane inepta et ratio est quia mula potentía receptiva, quae ante, quia, ut absolute sint, pendent ex
qt;lasl ldenuca. propositio, nihUque ad doc- per se esse potentias contradictionis, id est, libera Dei voluntate.
per propriam actionem potest recipere ac-
t~mam deservlens. Perinde enim est ac si quae p~ss~t agere et non agere, potentias Q. 6. Ultimo, posset hic disputari an
turo suum, secundum Aristotelem habet il-
~ceretur potentiam 3d habitum et priva- autem lr!atlonales solum quia adsunt et lum ex aetemitate congenitum et immutabi- secundum Aristotelem denmr plura enria
tlon: m esse potentiam contradictionis. absunt, Id est, solum quia possunt es- lem; naro potentia quae huiusroodi est, non per se necessaria, et puri actus absque u11a
Dlcendum vero est, Aristotelem aperte se et. non esse applicatae; sic enim pos- actuatur per propriam actionem, sed con- potentia; id enim videtur hoc loco signi-
~oqui de .potentia. quae simul includit esse sunt mterdum agere, interdum non agere creatur coniuncta suo actui, et natura sua ficare, cum ait ea quae necessana sunt
m pot.enua, quae non dicit solam potentiam quem locum exponimus disputatione XXVI' determinata est ut sub illo semper sito Quod non esse in potentia, quia illa sunt prima
r~c_eP!IyaD1, qllQa,d positivam ____ entitatem ---et- sect. 4, n. 14. ' quidem ita existimavit Aristoteles esse verum entia; si enim ipsa non essent, nihil esset
~apacltate~ . eius, sed .includit etiam statum QU?~ vero in hoc sensu sit lllffilS clara in rebus incorruptibilibus, ut eas propterea profecto. Sed de hac re late disserimus
In quo dlCltur esse m potentia et carere exposlUO- . non. obstat, tum quia in rigore aeternas esse crediderit; et in hoc sensu disp. :XXX, sect. 2, et disp. XXXV,
actu .. Hane vero esse Aristotelis mentem non e.st .~dent1.ca '. tum etiam quia in eo negat in eis esse potentiam, id est, quae pos- sect. 1. Quod vero ad hunc locum attinet
perspl:uum est; nam hoe sensu ait nihil ~eservlt mtentIom seu discursui Aristote- sit esse in potentia et carere actu simpliciter D. Thomas et alli illurn exponunt de com-
potentta ae~ernum esse; quod aliter verum lis, quo vult condudere rem in actu esse loquendo. plexionibus necessariis ex sola essentiali veJ
~on esset (mxta eius sententiam) de mate- perfectiorem potentia; nam ob hane cau- luxta veram autem doctrinaro dicendum intrinseca connexione praedicati cum sub-
na vel quantit~te eoeli, aut intellectu "el sam r;s ae.t~rnae in actu sunt, et non in est res omnes creatas, ex se et absolute con- iecto, quae etiam in entibus corruptibilibus
voluntate a~geh. Rursus ait in eoelo non p~tenua. Dlq etiam potest hoc amplius ex- sideratas, esse potentiales seu in potentia reperiuntur. Et quatenus necessaria sunt, non
esse potenuam ad moved absolute, quod plicando, potentiam quae non solum est ad tantum, non passiva, sed activa Creatoris, sunt in potentia, sed semper in actu, quoad
144 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
_L_ib,.o_n_a_ve_n_(J.~_a_p_s.~XI y :::X:::lI=-______ 145
acto, respectO' de su verdad o esencial conexión. Si se quiere afirmar que Aristó-
teles se refiere a sustancias y cosas necesariamente existentes, a las cuales cierta~ física o relativa. De la misma manera, las cosas naturalmente sin defectos
mente parece referirse, hay que admitir, o bien que usa un plural meramente pueden tenerlos moralmente, y .ba;.o este concepto el mal mo.r~l pued~ tener
doctrinal, sin intentar definir si dichos entes son muchos o uno solo, como si lugar en lo incorruptible. Esta materla la tratan con mayor extenSlon los teologos;
dijera: "sean los que sean, están en acto y no en potencia". O acaso, ]0 mismo nosotros expooemos algunos puntos en la disp. XXXV, seco 5.
que admitió muchos entes eternos, también admitió muchos necesarios, no en
el mismo grado, sino que el uno es necesario de por sÍ, y los otros por necesario
influjO' de otro, o por emanación necesaria de otro. CAP. XI
PRIORIDAD DE CONOCIMIENTO DEL ACTO RESPECTO DE LA POTENCIA
CAP. X
Para explicar esta conclusión se sirve el Filósofo de! ejemplo de la geometría,
EL ACTO ES MEJOR QUE LA POTENCIA EN LAS COSAS BUENAS,
en la cual, mediante la reducción al acto por medio de la división de lo que
Y AL CONTRARIO EN LAS MALAS
potencialmente se contiene en las líneas continuas, se llega a conocer las verda-
Parece que Aristóteles limita aquí la conclusión del capítulo anterior, o sea, des de la geometría. El texto no da pie a ninguna otra consideración, y la con-
que el acto es más perfecto que la potencia, afirmando que puede aplicarse si clusión en sí se explica en dicha disp. XLIII, seco última.
el acto es bueno para la potencia, pero no si es malo.
Cuesto 1. Este aserto ofrece no pocas dificultades: si se entiende sólo del
acto bueno y malO' en el orden moral, o se extiende al natural; y caso de que
CAP. XII
esto último sea verdad, si se aplica a la potencia pasiva, o se restringe a la activa.
Todas estas cosas se tratan en la citada disp. XLIII, seco última. CÓMO SE DAN LA VERDAD Y FALSEDAD EN EL CONOCIMIENTO DE LAS COSAS SIMPLES
Cuesto 2. Toca aquí incidentalmente Aristóteles el problema del mal, si
Cuesto 1. Justificando la unidad de este capítulo con los anteriores, ruce
es una esencia propiamente o qué realidad tiene en las cosas. Le dedicamos ínte-
gramente una disp., que es la XI. ,en este pasaje Santo Tomás que en él demuestra el Filósofo que. la verdad se
Cues!. 3. Aborda también la cuestión de la posibilidad de la existencia del mal da en el acto más bien que en la potencia. Pero el texto apenas dIce nada refe-
en las cosas incorruptibles. Aristóteles aquí 10 niega en redondo, por ser todo mal rente a esto. Por eso lo probable es que se trate de una digresión de Aristóteles,
una corrupción, y la corrupción un mal. Santo Tomás compendió la solución en una y que vuelva a exponer algunos puntos sobre el ente verdadero. En efecto, tres
-palabra: es verdad de las cosas formalmente incorruptibles, en cuanto son in- son las principales divisiones del ente que distingue esta obra: ente per se
corruptibles, pues en cuanto tales no pueden ser sujeto de privación, y la exis- (omitiendo el ente pe,. accidens), distribuido en diez predicamentos; ente en
tencia del mal sólo puede darse con alguna privación. NO' O'bstante, cosas sus- acto o ente en potencia; ente verdadero, y falso no enté. Después de haberse
tancialmente incorruptibles pueden ser mudables por sus accidentes, movimien- ocupado de las dos primeras en los lib. VII, VIII Y IX, aunque e! ente verdade-
tos o actos, y en cuanto tales, puede darse en ellas algún modo de corrupción ro juntamente con el ente per accidens, había sido excluido del estudIO de esta
di;ciplina en el lib. VI, sin embargo, en este capítulo se ocupa de él brev~­
veritatem seu essentialem connexionem. gendum sit tantum de actu bono et malo
Quod si quis velit AristoteIem intelligere de mente, principalmente para explicar cómo se encuentra la verdad en el conOCl-
in moralibus vel etiam in naturalibus; et
su1;>stanilis- et rebus necessario existentibus, si hoc posterius verum est, an id sit inteI-
de quibus sane loquí videtur, dicat, ve! doc- ligendum respectu potentiae passivae, vel
trinaliter Ioquutum fuisse in pluraJi numera, tantum respectu activae. Haee vero mUllÍa -sicae, seu secundurn quid. Similiter, quae CAPUT XII
non definiens an talia entia sint plura vel tractamus dicta disp. XLIII, sect. ultima. sunt indefectibilia in naturalibus possunt De ventate et falsitate~ quomodo sint in
unum tantum, ac si diceret quaccumque illa Q. 2. Obiter etiam hic attingit Aristo- in moralibus habere defectum, et ut sic pot- simplicium cognitione
sint esse in actu et non in potentia. Ve! te¡es quaestionem de malo, an sit aliqua est mal~m morale habere locum in incor-
ccrte sicut posuit plura entia aeterna, ita propria natura, vel quid in rebus sit. De l'uptibilibus, quae res a theologis disputa- Quaest. 1. Dt caput hoc connexionem
etiam posuisse pIura necessaria, non ta- qua re instituimus propriam disputationem, tur copiosius, aliquid tamen attingimus disp. habeat cum praecedentibus, ait D. Thomas
-men aequaliter, sed unum ex se necessa- quae est undecima. hic. in eo ostendere Philosophum. verita-
XXXV, sect. 5.
rium, a~ia ex necessario influxu alterius, Q. 3. Item attingit quaestionem, an in tem in actu. potius quam in potentia repe-
seu per necessariam emanationem ab alio. rebus incorruptibilibus malum esse possit. riri. De qua re nihil fere in textu legitur.
Aristoteles enim hic absolute negat, quia Dnde verisimile est Aristotelem digressio-
CAPUT XI nem facere, et -redire ad tractandum aliquid
CAPUT X et malum omne est quaedam corruptio, et Actu-m esse priorem cognitione quam de ente vera. Tribus enÍln distinctionibus
4ctum esse rneliori~m_u"patentia in bonis, corruptio quoddam malum. Optime vera id
potentiam cntis praccipue utitur in toto hoc opere,
secus in malis expedit D. Thomas uno verbo, id esse ve-
rum de incorruptibilibus formaliter, quate- Hane conclusionem declarat hic Philo- scilicet, entis per se (omisso ente per acci-
Hic videtur Aristoteles limitare conclu- nus incorruptibilia sunt; nam ut sic non -sophus exemplo geometriae, in qua, redu- dens) in decem praedicamenta; entis in
sionem superioris capitis, nimirum, actum possunt privari; esse malum autem non est cendo in actum, per divisionem, id quod actu ve~ potentia; et entis veri, et non en-
,esse perfectiorem potentia, dicitque intelli- rusi cum privatione allqua. Nihilominus ea, tiSI falsi. Quoniam ergo de primis duabus
gendum esse quando actus est bonus po- in potentia continetur in lineis continuis, dixerat in his tribus libris VII, VIII et IX,
quae sunt incorruptibilia in substantia pos- pervenitur ad cognoscendas veritates geo--
tentiae, non vero si sit maIus. sunt esse mutabilia in accidentibus, moti- !icet ens verum simul cum ente per accidens
Quaest. 1. Cuca quam assertionem non metriae; et circa textum quidem nihil no- exc1userat lib. VI a consideratione huius
bus aut actibus, et ut sic potest in eis ha- tatu dignum occurrit: conclusio~-autem ipsa
parva difficultas occurrebat, an id intelli- bere locum aliquis modus corruptionis phy- scientiae, nihilominus in hoc capite breviter
dicta disp. XLIII, sect. ult., declaratur. ad illud redit, praesertim ut dec1aret quo-
10
Libro décimo.--Cap. 1 147
146 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
Cuesto 6. Si puede el entendimiento humano conocer las esencias de las
miento de los objetos simples, ya que de esto habla prescindido en absoluto en
sustancias inmateriales. Pues dice Aristóteles que tiene respecto de ellas una
el lib. VI. Comienza primeramente por repetir 10 dicho en el lib. VI, a saber:
ignorancia no negativa, sino privativa; indicando que el entendimiento humano
que la verdad y falsedad se hallan en la composición. Esta opinión se presta
tiene capacidad de llegar a obtener ese conocimiento; por eso Santo Tomás dice
a muchas dudas, tratadas en la disp. VIII, de la seco 1 a la 6.
que Aristóteles en este lugar se decidió por la solución afirmativa de esta cues-
Cuesto 2. Además se trata de saber si la verdad de la composición se deri-
tión, que habla dejado flotando en el lib. III De Anima, texto 36. Pero fijándo-
va de la composición de las cosas como Aristóteles indica. Pero es evidente; ya que
se bien, Aristóteles en el lib. III De' Anima habla del entendimiento en su estado
no se trata de que a la composición de la mente, para ser verdadera, tenga que
de unión; perO' para que sea verdadera la doctrina de este pasaje --que la ig-
correspond~r una composición real, sino una unión y síntesis de extremo~ s!gni-
norancia que ahora tenemos de la esencia de las sustancias espritiuales es de tipo
tieada en la composición de la mente. Porque, aunque nuestro entendlITI1e~to
prívativo- basta que en nuestro entendimiento de por sí exista la capacidad natural
no afirma ser o no ser sino mediante una composición real de sus conceptos SIm-
para tal conocimiento, aunque el óbice de los sentidos impida llegar a su plenifica-
ples, nO' aplica, sin embargo, dicho modo de composición al objeto concebido,
ción. Por eso, la opinión presente no aporta solución definitiva al problema pro-
sino que aprehende corno compuesta una cosa de suyo simple. Por consiguiente,
puesto en el lib. III De Anima. Por lo mismo, Santo Tomás dice allí que
la verdad de nuestra composición mental se funda en la unión o identidad ob-
Aristóteles no dió la solución en parte alguna. Tratamos de esto ampliamente
jetiva que tienen los extremos de la composición, bien se trate de una identidad
en la disp. XXXV, seco lo
simple y absoluta, bien de una unión compatible con composición. Se exceptúa
Cuesto 7. Incidentalmente podda preguntarse aquf si todas las sustancias
el caso en que la composición mental expresa el J.1l()do de identidad o de
inmateriales, según la opinión de Aristóteles, son necesariamente seres en acto,
unión, por ejemplo: la bondad de Dios es su misma sabiduría, o casos pareci-
y si añadió rectamente: caso de estar en potencia, son generables y corrupti-
dos; entonces es necesario que se dé en la realidad entre los extremos el mismo
bies; en efecto, con esto parece que manifiesta Aristóteles que le es descono-
modo de identidad que se significa por medio de la cópula.
cido otro modo de producción y que sostiene que todas las cosas incorruptibles
Cuesto 3. Si la misma proposición puede ser verdadera y falsa, aunque no son seres necesariamente en acto. Mas esto 10 discutimos extensamente en la
simultáneamente, pues en este sentido es cierto que mientras haya absoluta disp. XX, seco 1, disp. XXX, seco 2, y disp. XXXV, seco 3.
verdad se excluye toda falsedad, punto ya tratado en la disp. IX, seco 1. En
cambio, sucesivamente, sí; Aristóteles 10 afirma aquí, por más que no carece
en absoluto de dificultades; no obstante, defendemos la opinión de Aristóteles LIBRO DECIMO DE LA METAFISICA
en la disp. VIII, seco 2. UNIDAD y MULTITUD; SU OPOSICIÓN Y DIFERENCIAS
Cuesto 4. Si hay alguna verdad en la comprensión de las cosas simples,
ya se ha dicho en la disp. VIII, seco 3, y antes, en el lib. VI, se apuntaron Aunque habla tratado algo Aristóteles de la unidad en los lib. IV y V, sin
embargo, por haberla considerado siempre como la propiedad principal del
algunas cosas pertinentes a la exposición de este capítulo.
ente, vuelve a estudiarla ahora, dando en todo este libro una explicación más
Cuesto 5. Si en la comprensión de las cosas simples hay propiamente fal-
amplia y detallada. Nosotros, empero, tratamos todO' 10 concerniente a esto, de
sedad, y en qué sentido se puede dar accidentalmente; disp. IX, seco 1.
Q. 6. An intellectus humanus possit Q. 7. Obiter etiam hie quaen potest an
quidditates substantiarum immaterialium ex sententia Aristotelis omnes substantiae
modo in simplicium cognitione ventas inve- unio cum allqua compositione. Nisi fortasse eognoseere. Aristoteles enirn ait habere jgno- immateriales sint ex' necessitate entia in
ruatur: hoc enim in VI libro omnino prae- in ipsamet compositione mentis exprimatur rantiam earum, non ut negationem, sed ut actu, et an recte intulerit si sint in poten-
termiserat. Et in primis repetit quod VI li- modus identitatis vel uniorus, ut si dicas: privatíonem; significans habere intellectum tia, esse generabilia et corruptibilia; in hoc
bro dixerat, scilicet, veritatem et falsitatem bonitas Dei est eius sapientia, vel aliquid humanum potestatem consequendi illam enim videtur Aristoteles profiteri se non
in compositione reperiri. De qua sententia eiusmodi; tunc enim necesse est ut talis cognitionem; et ita D. Thomas hic notat agnoscere alium productionis modum, et in-
multa dubitari pOSSlUlt, quae tractata sunt modus identitatis correspondeat in re ipsa Aristotelem in hoc loco definivisse affir- dicare omnia incorruptibilia esse necessario
disp. VIII, sect. 1 usque ad 6. inter extrema, qualis per eopulam signift- mantero huius quaestionis partem, quam m- entia in actu. Sed de hac re disputamus
Q. 2. Ulterius autem quaeritur an ve- catur. decisaro reliquerat lib. 111 de Anima, texto late disp. XX, sect. 1, disp. XXX, sect. 2,
ritas compositionis sumatur ex compositio- Q. 3. An eadem propositio possit esse 36. Sed si quis recte consideret, Aristoteles et disp. XXXV, sect. 3.
ne rerurn, ut Aristoteles significat. Sed res vera et falsa, non quidem simul; hoc erum in III de Anjma loquitur de intellectu con-
est clara. Non enim est sensus composi- modo certum est absolutam veritatem, dum iuncto; ut autem vera sit huius loci sen-
tioni mentís ut vera sit, debere correspon- inest, excludere omnem falsitatem; quod . tentia, quod ignoratio quam nune habemus LIBER DECIMUS METAPHYSICAE
dere compositionem in re, sed uruonem et tactum est in disp. IX, sect. 1; sed succes- de essentia substantiarum immaterialium.
coruunctionem extremorum, quae per com- sive, nam Aristoteles sic affirmat, et non est ad moduro privatiorus, satis est quod DE UNITATE AC MULTITUDlNE EARUMQUE
p:oslii6nem-- irieiiiis""-~signifícatur;-- -Qüamquam caret aliqua difficultate; tamen sententiam in nostro intellectu secundum se sit capa- OPPüSITIüNE AC DIFFERENTIIS
enim mens- nostra non enlUltiat esse vel Aristotelis defendimus disp. VIII, sect. 2. citas naturalis ad illam eognitíonem, etiamsi
non esse, nisi realiter componendo suos propter impedimentum sensuum non pos- Quamvis lib. IV et V nonnulla dixerit
Q. 4. An in simplicium inte1ligentia sit Aristoteles de lUlO, tamen quía semper illud
l:onceptus simplices, non tamen attribuit reí aI¡qua veritas, dictum est disp. VIII, sect. 3, sit .in hac vita expleri. Quapropter ex prae-
conceptae illurn coropositionis modum, sed sentí sententia non omnino habetur reso- annumeravit enti tamquam praecipuam eius
et supra, in lib. VI, nonnulla notata sunt proprietatem, hoe loco redit ad eius conside-
rem in se simplicem intelligit per modum Iutio illius quaestionis propositae in 111 de
eompositae. Veritas ergo compositionis men- pro huius capitis expositíone. rationem, eamque fusiorem magisque ela-
Anima. Unde D. Thomas ibi affirmat nul-
tis fundatur in uruone vel identitate quam Q. 5. An in simplicium intelligentia sit boratam tradit in toto hoc libro. Omnia ta-
libi esse ah Aristotele definitam. De ea
extrema compositionis habent in re, sive aliqua falsitas propria, et quomodo per accid vero dicimus late disp. XXXV, sect. 1. meno quae ad illum pertinent traduntur a
llla sit absoluta identitas et simplex, sive dens interveruat, disp. IX, sect. 1.
148 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
Libro décimo.-Cap. 11 149
la disp. IV a la IX, y en las disp. XL y XLI. En las primeras examinamos la
unidad y multitud trascendental, mientras que en las segundas estudiamos el Porque algunos 10 entienden de tal manera, que le hacen significar que
número de la cantidad y la unidad a ella correspondiente, por 10 que haremos cuantas cosas están en algún género participan su perfección de 10 primero y
pocas observaciones referentes al texto. principal en dichO' género, teniendo que ser por su naturaleza medidas por él, como
medida extrínseca más acomodada, PerO' aunque a veces sucede así, como, por
ejemplO', cuando 10' primero es tal esencialmente y 10 demás por participación,
CAP. 1
pues en este caso 10 primero es una especie de medida a priori) por decirlo
NATURALEZA DE LA UNIDAD EN GENERAL así, de los demás según el modo dicho; sin embargO', esto no es necesario en
En este capitulo repite Aristóteles 10 que habia dicho en el lib. V, c. 5; general, ni lo afirmó Aristóteles en pmte alguna, según se apuntó en el lib. IJ,
consúltense las observaciones alli hechas, pues no es preciso añadir nada. texto 4. Por eso, para que tenga valor general, hay que entenderlo de la medida
extrínseca, proporcionada a nuestro modo de conocer, trátese de la causa o ni},
bien a priori, bien sólo en virtud de una proporción obligada y necesaria. Pues
CAP. II
de esta manera deducimos legítimamente que cuanto más se aproxime algo a
EL CONCEPTO DE MEDIDA CONVIENE ESENCIAL Y PRIMARIAMENTE lo perfectfsimo en algún génerO', tantO' es más perfecto; se sobreentiende, claro
A LA UNIDAD CUANTITATIVA está, en igualdad de circunstancias, tomado integra y nO' parcialmente, para que
Cuest. 1. Suele discutirse aqui si 10 primero en cada género es medida sea legitima la aplicación de la medida. Asi todo resuIta fácil, ni hay por qué
discutirlo más.
de los demás; en efecto, se da por supuesto que 10 afirma Aristóteles al prin-
cipio de este capitulo, siendo sus palabras: que existe sobre todo la medida pro- Cuesto 2, Así, pues, las cuestiones propias de este lugar competen al tratado
pia de cada género; primero y espe'cialmente propia de la cantidad, pues de eUa de la cantidad, concretamente, a ver si Aristóteles explicó el concepto de medi-
se aplica a lo demás. Estas (palabras) minUten una doble interpretación: la pri- da, cuestión que exponemos en la disp. XL, seco 3.
mera de acuerdo con la puntuación aquí seguida, de manera que la palabra Cuesto 3. Además, si el concepto de medida corresponde primaria y pro-
primero no sea sustantivo, sino adverbio; por ello, el sentido claro viene piamente a la cantidad, y a las demás cosas cuasi secundaria y analógicamente; esto,
a ser que hay medida en cualquier génerO', pero que primaria y propiamente en efectO', parece ser lo que opina aquí Aristóteles. Tratamos de ello en la
conviene a la cantidad; está en su apoyo la prueha adjunta, a saber, que las disp. V, seco 6, y más ampliamente en la disp. IV, seco 3.
otras cosas no miden ni son medidas si no es mediante cierta proporción con la Cuesto 4. La segunda cuestión es si el concepto de medida corresponde
cantidad; éste es, en efecto, el significado de las palabras: pue< de ella se aplica esencial y primariamente a la unidad o uno, según indica también Aristóteles,
a lo demás; y el desarrollo entero dei capitulo tiende a lo mismo. En segundo y cómo puede compaginarse esto con 10 anterior, puestO' que la unidad no es
lugar, estas palabras pueden leerse de manera que prz'mero sea sustantivo, pun- cantidad, sino principiO' del númerO', según se dice inmediatamente. Sobre esto,
tuándolas así: que sobre todo la medida es lo primero de cada género, súplase, disp. XL, seco 3.
dijimos, continuando y principalmente [n·opia de la cantidad. De las primera. Cuesto 5. Sentido verdadero de la afirmación "la unidad es principio del
palabras asi entendidas se dedujo el axioma: "lo primero es medida de los de- número", y a qué unidad se refiere, en la disp. XLI, seco 4.
más en cada género", fácil Y además verdadero, con tal que se 10 entienda bien.
Aliqui enim ita exponunt. ut per illud sig- secundum quid, ut legitime accommodetur
nobis in disp. IV usque ad IX, et in disp. esse cuiusque generis, primum et maxime nificetur omnia quae sunt in aliquo genere
XL et XLI. In prioribus enim agimus de proprie quantitatis; hinc enim et ad alia ad- mensura; et sic est res facilis, nee maiori
participare suaro perfectionem ab eo quod indigens discussione.
unitate et multitudine transcendentali, in venit. Quae dupliciter legi possunt et expo- est praecipuum et prirnurn in illo genere;
posterioribus de numero quantitatis, et uno ni. Primo, ut hic notata sunt, ita ut illa die- Q. 2. Quaestiones igitur huius loci pro-
et ideo natura sua per ilIud mensurari tam- priae ad tractatum de quantitate spectant,
illis proportionato, et ideo circa textum pau- tio, plimum, non sit nomen, sed adver- quam per mensuram extrinsecam maxime
ca notabimus. bium; unde planus sensus est esse men- nimirum an ratio mensurae sit ab Aristote1e
accommodatam. Sed, !icet hoc interdurn ita tradita, quam expijeamus disp. XL, sect. 3.
suram in quolibet genere primo et proprie sit, ut, verbi gratia, quando illud primurn
CAPUT I convenire quantitati; et favet subiuneta pro- Q. 3. Rursus an ratiO' mensurae primo
est tale per essentiam, et reliqua per parti- ac proprie in quantitate reperiatur, in alüs
De ratione unius in communi batio, scilicet, quia alía non mensurant nec cipationern; tune enim iHud orimum est
mensurantur, nisi per quamdam proportio- vero quasi secundario et per analogiam;
In hoc capite repetit Aristoteles quae lib. dicto modo mensura quasi a priori (ut sic id enim est quod Aristoteles hic sentire
nem ad quantitatem; hane enim vim ha- dicam) caeterorurn; non tarnen id est in
V, c. 5, dixerat; videantur ibi notata; nihil bent iila verba: Hinc enim et ad alia ad- videtur; dictum est autem de ea re disp. V,
enim addendum occurrit. universum neeessarium, nec ab Aristote1e
venit; et totus discursus capitis ad hoc ten- alicubi assertum, ut lib. I1, texto 4, notatum sect. 6, et latius disp. IV} sect. 3.
dit. SecrindO', legi possunt ilIa verba ita esto Quapropter, ut sit generale pronuntia- Q. 4. Altera quaestio est an ratio men-
CAPUT II surae per se primo unitati seu uno conve-
ut primum nomen sit, et ibi fiat divisío, tum, intelligendum est de mensura extrín-
Rationem mensurae per se p1imo unitati scilicet, maxime autem menswram esse cuius- seca, nostro modo cognoscendi accommo- niat, ut etiam Aristoteles significat, et quo
quantitatis convenire que generis primum, supple, diximus, et data, et sive sit causa, sive non, et sive sit modo dictum hoc cum priori conveniat,
Quaestio. 1. Quaeri solet hoc loco an deinde addatur, et maxime pro-prie quanti- a priori, sive solum ex quadam dcbita et quandoquidem unurn quantitas non est,
primum in tmoquoque genere sit mensura tatis. Et ha ex prioribus verbis sumptum necessaria proportione. Sic enim recte col- sed principium numeri, ut statim hic dici-
caeterorum; supponitur enim Aristotelem est illud axioma: Primum in unoquoque ligimus quod magis accedít ad id quod est tur; de quo disp. XL, sect. 3.
in principio capitis id affumare, cuius ver- genere est Plensura caeterorum, quod est perfectissimum in aliquo genere esse etlam Q. 5. Quomodo verum sit unum esse
ba haee sunt, maxime autem mensuram facile ae verum, si recte intelligatur. perfectius; subintelligendum est autem cae- príncipium numeri, et de quo uno id acci-
teris paribus ae simpliciter et non tantum piendum sit, disp. XLI, sect. 4.
Libro décimo.--Cap. IV 151
150 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles ~~~=~~~~--------~-----------------
-- - -------------- conocemos. De la nJ!sma manera que en el lib. IV de la Pisiea, c. 14, llamó
Aristóteles al alma número que. numera las partes del movimientO', de la misma
CAP. III llamó aqui a la ciencia y al sentido meclida de 10 medido. Pero, al compararlos
CONTINÚA EL FILÓSOFO LA MISMA MATERIA con los objetos, añade enseguida e! Filósofo: mas en realidad más que medir
son medidos. Todos con Saoto Tomás aplican estas palabras a la medida del
. En este capítulo. suele ruscutirse sobre la homogeneidad de la meruda, si conocimiento por los objetos. Aunque acaso Aristóteles sólo haya querido decir
tlene qu~ ser de! mlSl~~ género 9ue 10 merudo; es 10 que añade Aristóteles en que en e! mismo acto· de medir una caotidad por medio de otra, también la
este capll.ulo. La soluclOn es .fácJ!, pues Aristóteles no pretende que la meruda ciencia y sentido son merudos, ya que al merur la cantidad de una cosa, también
y lo medid? tengan que ser, SIempre del mismo género entendido rigurosamente. resulta medido e! conocinJ!ento que se tiene de rucha caotidad en cuaoto la
Pues el prlffier ser e,s medida de los demás sin convenir con ellos en género. representa. Respecto de esta cuestión, es decir, de la meruda de la verdad, puede
Por 10. taoto, el senudo es que entre la medida y 10 medido tiene que haber verse 10 rucho en la disp. VIII, sobre la verdad, donde explicamos que la ver-
convernencJa formal, porque si hay absoluta equivocidad y sólo convienen en dad de nuestro conocimiento es medida por las cosas, y no al revés, mientras
el nombre, fl? puede el uno ser .me<.lido por aproximación al otro, ya que serán que el conocimiento de Dios es medida de las cosas, y no es medido por ellas;
tot:umellte dlS!ID-tOS; la conVt;menCla, empero, entre ambos a veces es sólo explicamos también la diferencia· en este punto de las cosas naturales y artifi-
análoga, por ejemplo, entre DIOS y los demás seres y a veces genérica como ciales respecto del entendimiento humano; e igualmente la que hay en las cosas
entre la ~lan~ura y los restantes colores. En este p~nto añade el Haledse que .según se atienda al ser de la esencia o al ser de la existencia, respecto del divino.
la converuenCIa no puede ser especifica, porque los individuos son de la misma
naturale~a y no hay por eso razón especial para que sea medida uno y no los CAP. IV
otros. Sm embargo, esto sólo es aplicable a los individuos en cuanto son iguales' LA UNIDAD NO ES UNA SUSTANCIA SEPARADA DE LOS INDIVIDUOS
pe;o e~ cuanto pue~en ser desiguales, puede el que sea más perfecto o teng~ Suele aqui discutirse principalmente si existe un ser primero que sea me-
mas umdad ser ~eru~a de los demás en linea de intensidad, de duración, e in- dida de los demás, o una sustancia que sea medida de las otras. Sin embargo,
~luso. de perfecclOn. smgular, ya que en esto puede existir desigualdad entre los
por 10 que se refiere a la mente de Aristóteles, hay que tener en cuenta que en
mruvIduos de la illlsma especie. Es aplicable también a la medida fundada en
este capítulo no trata directamente de si existe una sustancia que sea medida
la naturaleza, porque, se~n .ll?estra deficiente consideración humana, puede de las demás, o un ser primero que sea medida de todos, ya que apenas se
tomarse la cantIdad de un mdIvIduo para medir otra semejante.
encuentra una palabra sobre esto en todo el texto, y Santo T.omás en su magni-
La seg,unda cues~ón .0 propos~ció~ que hay que destacar aquí es si son las fica explicación apenas hace mención de ellO'. El Filósofo discute con Platón si
cosas medida de la CICnCIa, o la CIenCla de las cosas. Aristóteles, en efecto, pare-
la unidad misma es una sustancia abstracta, que no implique más esencia que la uni-
ce afirma~ 10 segund~ con estas palabras: mas decimos que también la ciencia dad; y prueba expresamente que no existe ninguna sustancia que sea la unidad
y ~l sentz~o son medzda de las cosas; pero no entiende que sean medida de· los
misma, 10 cual por demasiado evidente no necesita demostración; ni creo tam-
o?Jetos, smo~ de la~ cosas que conocemos mediante medida, ya que la mensura- poco que Platón haya pensadO' jamás en una unidad semejaote. Concluye, por
cIón. se reallza ap~lcaodo la_ merud~ al sentido o al entendimiento. Lo cual se
aclara con la razon que auade, dICIendo, precisamente, porque por ella algo aliquid eognoscimus. Sicut ergo IV Phys.
c. 14, animam vocavit Aristoteles nume- CAPUT IV
rum numerantern partes motus, ita hie vo-
CAPUT In ~1ia: ,Ve;umtamen hoc solum procedit de cavit scientiarn et sensUill rnensuram men- Unum non esse substantiam a rebus
Prasequitur Philasophus eamdem materiam rndlvldUlS 9uatenus aequalia sunt; quate- surati. At comparatione obiectorum subdit individuis separatam
nus vero m~e~ualia esse possunt, potest statim Philosophus: Atqui mensurantur nul-
In hoc capite quaeri solet an mensura quod perfectlssilllum fuerit, ve) maxime gis quam mensw·ent. Haec enim yerba D. Praecipue hic quael'Í solet an detur unum
esse debeat homogenea, eiusdem generls eum unum, esse mensura caeterorum vel in in- Thomas et omnes referunt ad mensuratio- ena primum quod sit mensura caeterorum,
re mensurata; hoc enim addit Aristoteles tensione, vel in duratione, ve! e;iam in sm- nern cognitionis ex obieeto. Quarnvis Aris- ve! una substantia quae sit aliarum men-
in hoc eapite. Habet tamen facilem solutio- gulari perfectione; siquidem in hae potest toteIes solum expljcare voluerit in ipso etiam sura. Verumtamen quod ad mentem Aristo-
nem; sensus enim Arlstotelis non est men- esse inaequalitas ínter individua ejusdem actu mensurandi unam quantitatem per telis attinet, sciendum est ipsum in hoc ea-
s~ram et men.suratum. debere esse semper speciei. Procedit etiam de mensura ex na- aliam, etiarn ípsam scientiam et sensum pite directe non tractare an detur una sub-
emsdem genens propne sumpti. Nam pri- tura rei; nam secundum humanam accorn- mensurad, quia mensurando rei quantita- stantia quae sit mensura eaeterarum, vel
~~l1"l: ens est mensura caeterorum, et cum rnodationem sumi potest quantitas unius in- tern símul mensuratur cognitio quae de illa unum ens primum quod sit omnium men-
illis ~n genere non convenit. Est ergo sen- dividui ad aliam similem mensurandam. quantitate habetur, quatenus il1am reprae- sura; vix enim aliquid de hae quaestione
sus mter mensuram et mensuratum debere Altera quaestio ve! propositio mc notanda sentat. De jJla vero quaestione, scilicet, de in toto textu reperítur, et D. Thomas, qui
ess~ formal.ern .cQnvenientiam; ..nam si om- est, an scientia ex rebus, vel res ex scien- mensura veritatis, vided possunt dicta in optime exponit, nuUam fere de hac re men-
nino sint aequivoca, et solo nomine con- tia mensurentur. Aristoteles enim hoc pos- disp. VIII de Verit.) ubi diximus veritatem tionem facit. Sed tractat Phílosophus quaes-
veniant, non poterit unum per aecessum ad terius affinnare vídetur in illis verbis: At nostrae scientiae ex rebus mensurari, et non tionem cum Platone, an ipsum unum sít
aliud mensurad; nam erunt omnino diver- e converso; scientiam autem Dei esse men-
sa; haec autero convenientia interdum est scientiam qua que et sensum mensumm re- substantia quaedam abstracta, quae non ha-
rum dicimus esse: sed non intelligit esse surarn rerUlll- et ab eis non mensurad; et beat aliaro naturam rusí unitatem, et ex
tantum analoga, ut inter Deum et alia en- declaravllnus quid discriminis in hoe sit
tia, interdum est generica, ut inter albedi- mensuram obiectorum, sed reruro quas per professo probat non dad talem substantiam,
ínter naturalia et artificialia respectu hu-
n~m et reliquos colores. Additque Aiensis mensuras cognoscimus; nam applicando ad mani intellectus; et inter res secundum esse quae sit ipsum unum, quod est evidentius
h~c non posse esse specificam, quía indi- sensum vel intellectum ipsam mensuram, essentiae, et secundum esse existentiae re- quam ut probatione .indigeat; neque eXÍs-
vldua .sunt .eiusdem rationis, et ideo non fit mensuratio. Quod patet ex ea ratione timo tale unum a Platone unquam exco-
-spectu divini.
est malOr ratlO cur unum sit mensura quam quam subdit, dieens, prapterea quia per ea
_1_52_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _~I:_n=d,=·c~e~d=e=ta=1:_la=d=_o de la metafísica de Aristóteles Liúro décimo.-Co"p-,-._V'--_____ _________ 153
ello, Aristóteles que, igual que en la cantidad, cualidad y otras cosas, la unidad '6 medida de todas las especies contenidas bajo dicho género; por consi-
no es más que la entidad indivisa de cada una, lo mismo sucede en la sustancia. Cl ?, t también la primera especie del género completo de sustanc13 puede
De donde infiere incidentalmente que de la misma suerte que en los colores existe gulen e, . . eg.un Ar'dls::
ser la medida de las restantes. Cabe obJfetar ..qued, sD
ó e1 1
eS'1 a me I ..
d'd
un color primero, habrá también en las sustancias una sustancia una, que no debe ser la unidad mínima, y que la per eCClon e lOS o e ange. ~~ es ml-
será algO' separado, sino una sustancia singular. . a sl'no grande o infinita resultando de ello una mayor contradicclOll entre
Esto sirvió de ocasión a los expositores para preguntar cuál es esta sustan- nun , '. ., l'
el concepto de medida y DIOS, por exceder mfi111tament~ e? e IDlsmo gr~ o
d
cia una. Escoto, a quien cita Antonio Andrés en la cuesto 1, lib. X, dice que no
I'gual a todas las cosas. Respuesta: la medid. cuantitatIva debe redUCIrse
es Dios, sino la inteligencia primera, por ser ella y no Dios la que se encuentra efectivamente a una cantidad mínima, para que sea:n a!~n
por • IDOd o '1~d'ldi~lS~
. 'bl.~;
en el género de la sustancia. En cambio, el Comentador, y más ampliamente ero la medida de una perfección no debe ser mínuna, SInO suma, In V.IS~ e
. de Hales,. .afirman que. es Dios. Pero no pasa de ser cuestión de palabras,
aún, A. p simple en grado máximo. Ni la infinitud significa obstáculo por ser parUclpa-
practlcamente sm lIDportancIa.
~a en grado diferente por las criatur~s, dá~d~se de este mod~ por parte de ellas
En efecto, no puede dudarse que Dios sea medida extrínseca de todas las un acercamiento desigual a la magmtud d1VIna, que se conVIerte de esta forma
co:as de una mane~a mucho más perfecta que pueda serlo la inteligencia. En en su medida.
prl?Ier ,l~gar, en v1rtud de su sl!ITIa perfección que contiene simplicísima y
emmentIslmamente todas las perfeccIones. Segundo, por razón de las ideas de todas CAP. V
las cosas que en sí contiene. Tercero, porque todos los seres son tales por ana-
logía con este ser, y por participación de él; Y todas las sustancias creadas son OPOSICIÓN ENTRE UNIDAD Y MULTITUD
i~almente parti~ipación de ésta y no de otras sustancias. CuartO', porque, con- Cuesto 1. Primera cuestión: sentido de la oposición entre unidad y multi-
s1derada la medIda formalmente, es evidente que conviene primordialmente a tud, que exponemos brevemente en la. disp. V, seco 6. .
Dios por. ser en máximo grado indivisible, inmutable y perfecto; y si se la mira Cuesto 2. Si tiene la unidad priOrIdad sobre la multitud, la división sobre
en relacIOll con nosotros, nos es también más conocido que la inteligencia pri- la indivisión. Ibid., seco 7. .
mera. N~ h~ce falta qu~ Dios se halle propiamente en un género, sino que basta Cuesto 3. Si identidad y diversidad dividen adecuadamente al ser, y senudo
que tenga CIerta comurudad formal, según se dijo en el capítulo anterior. de su oposición, disp. VII, seco ~; se deduce de ~quí qué es lo que puede afir-
Si se quiere significar la medida intrínseca de las sustancias contenida en marse sobre semejante y desemejante, Igual y deSIgual, ya que todos estos con-
el predicamento: de sustancia, no. se puede dudar que la inteligencia primera ceptos guardan la misma proporción. .. , .' , .
puede c~ber baJO tal concepto. TIene, en efecto, la perfección proporcionada a Cues!. 4. Significado de la proposlclOn: se d,ferencJan generlcamente las
esa funcIó.n, a saber, que por comparación con ella se pueda medir y conocer cosas que no tienen una misma materia; disp. X~XV, se~. 2., . .
la per!eccIón de l?s. otras. Además, la especie suprema de un género completo Cuesto 5. Si han de llamarse propIamente dIferentes, o mas bIen dIVersos
de ammales, de VlV!entes o de cuerpos, puede ser, guardada la debida propor- los géneros de los distintos. predicame~tos .. Aristótele~ insinúa aquí. lo primero;
pero comúnmente se los tIene por prlI~at1amente diversos: ~aterIa abunda?~e
gitatum. Hinc ergo conc1udit Aristoteles rum omnium, quas in se habet. Tertio, quia sobre esto, disp. XXXII, seco última, disp. XXXIX, seco ultima, algo tamblen
quod, slcut in quantitate, qualitate et allis omuia entia sunt entia per analogiam ad
rebus, unitas nihil aliud est quam entitas uni- hoc ens, et per participationem eius, et
en la disp. IV, seco 1 y 2.
uscuiusque rei indivisa, ita etiam in substan- omnes substantiae creatae similiter sunt par-
tiis. Ex quo tandem obiter infert quod, sie- ticipationes huius substantiae et non alte- omnium specierum sub taH genere conten- modo unum et multa opponantur, quam
ut in eoloribus datur unus primus eolor j rius. Quarto, quia, si sit sermo de mensura tarum, servata proportione; ergo et prima breviter tractamus disp. V, sect. 6.
ita in substantiis una substantia, quae non secundum se, sic constat Deo maximc con- spedes totius generis substantiae poterit esse
erit aliquid separatum, sed singularis ali- Q. 2. An unum sit prius multitudine,
venire, quia est maxime indivisibilis, im- reliquarum mensura. Dices: menSura, secUll- et divido indivisione, ibid., sect. 7.
qua substantia. mutabilis et perfectus; si quoad nos, nobis duro Aristotelem, debet esse minima; per-
Bine sumpserunt expositores occasionem etiam est notior quaro prima intelligentia. fectio autem Dei vel angeli non est míni- Q. 3. An idem et diversum adaequate
quaerendi quae si! haec substantia una. Et Neque oportet ut Deus sit proprie in ge- ma, sed magna, vel infinita, ex qua parte dividant ens, et quomodo opponantur, disp.
Scotus hie, quem transcrJbit Antonius An- nere, sed satis est ut habeat convenientiaro magis repugnat Deo ratio mensurae, quia VII, sect. 3; et inde constat quid si! dicen-
dreas, q. 1, lib. X, dicit non esse aliquam formalem, ut praecedenti capite infinite atque ita aequaliter superat omnia. dum de simíli et dissimili, aequali et inae-
Deum, sed primam intelligentiam, quia haec dictum esto Respondetur: mensura quanta debet redu- quaJi; haec enim omnia eamdem propor-
est in genere substantiae, non vero Deus. Si quis autem velit assignare mensuram ci ad minimam aliquam quantitatemj ut tionem servant.
At vero Cornmentator, et latius Alex. Alens. intrinsecam substantiarum contentam in sit aliquo modo indivisibUis; tamen men-
declarant esse Deum. Sed lis fere est de no- Q. 4. Quo modo intelligenda sit illa pro-
praedicamento substantiae, non est dubium sura perfectionis non debet esse minima,
mine _el paxvi moment.i. quin prima intelligentia possit eam ratio-- sed surnma, maxime autem indivisibilis et positio: Ea genere diffemnt quorum non
Non est enim dubium qujn Deus sit ex- nem subire. Nam habet perfectionem tali simplex. Infinitas vero non obstat, quía est materia una, disp. XXXV, sect. 2.
trínseca mensura omnium multo altiori mo- muneri accornmodatam, scilicet, ut per com- inaequaliter a creaturis participatur, et ita Q. 5. An genera diversorum praedica-
do quam possit esse intelligen"tia. Primo ra- parationem ad illam caeterarum perfectio ex parte earum est inaequalis accessus ad
tione summae perfectionis suae, simplicis- mentorum dicenda sint proprie differre, vel
mensuretur et cognoscatur. Item suprema i11am Dei magnitudinem, et hoc modo per
sime et eminentissime continentis omnes illam mensurantur. esse diversa. Aristoteles enim hic primum
species in toto genere animalium, vel viven-
perfectiones. Secundo, ratione idearum 1 re- tium, ve! corporum, potest esse mensura insinuat, ac communiter censentur primo di-
CAPUT V versa. Sed de hac re satis disputatione
1 Idearum, según aparece en algunas ediciones resulta más inteligible que ipsarum, De oppositione inter unum et multa XXXII, sect. u1t., disp. XXXIX, sect. ult.,
como leemos en la ed. Vives (N. de los EE.). ' Quaest. 1. Prima quaestio mc est, quo- nonnihil disp. IV, sect. 1 et 2.
154 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
Los otros puntos que aquí se. exponen sobre la diversidad y diferencia son
suficientemente tratados por el FIlósofo y quedan apuntados más arriba, en el
- Libro décimo.-Cap. VI
.uguno que distando del maxlmo se halle a la mínima distancia. Finalmente,
155

lib. V, caps. 9 y 10. en la cantidad hay partes mayores y menores; pero no hay una parte máxima
o mínima, pudiendo, por consiguiente, existir una desigualdad mayor o menor,
CAP. VI
pero. no máxima.
CONTRARIEDAD Respondo que los argumentos demuestran que no se trata de una conse-
. Desde aquí hasta el fin del libro trata Aristóteles de los opuestos . 'cuencia fonnal, sino que es sólo aplicable a las cosas en que no se da proceso
cI'pa;m~nte de la contrariedad, materia bastante fácil, y objeto más bi;n yd~r:; al infinito. De hecho supone el Filósofo que no se da este proceso en las espe-
dialectlcos i por eso. nosotros dedicamos poco al estudio de los opuestos Los cies de cosas o cualidades, y por ello no se para a demostrar específicamente la
puntos mas necesanos se expusieron al tratar de la cualidad en cuy . , ilación, sino que da por cierto que al igual que, por ejemplo, en las cualidades
se da únicam t . dd I ' o genero "Se da una distancia mayor o menor, se da también la máxima. Valiéndose de
. en. ~ ,con p~ople a a contrariedad, en toda la disp. XLV. En
e.amblO, la OPOSl~IO~ relatIva se estudia en la disputación sobre los entes rela- la inducción y experiencia, 10 confirma por los términos próximos de las muta-
tivos,. qm; es la dlsp. XLVII, donde tiene su propio lugar. De la negación clones que tienen lugar entre algunos términos últimos y máximamente distantes.
y ~rlVaclOn nos ocupamos en la última disp., que dedicamos a los entes d Por fin, rechazado el proceso al infinito, que sólo tiene lugar o bien en las
-razono e cosas posibles, de las que no hablamos aquí, o bien en la división del continuo,
.C.~est. 1. Po~ lo tanto, en este capitulo podría disputarse primero la pro- () en alguna proporción derivada de ella, como es el caso de casi todos los ejem-
pOSlClOll que se ID.s,erta e~ su comienzo: donde se da la dútan'cia ma or plos aquí aducidos, rechazadO', repito, este procesO', la ilación es perfecta. Por
n: enor, se da t~mbzen la dzstancia máxima o. suma. Parece que no puede ~dml­ eso Santo Tomás en el comentario da como única prueba que no existe proceso
urse. como unIversalmente verdade~a, porque en los números existe una dis- .al infinito. Con el mismo procedimiento, si no se da dicho proceso en dirección
tanCIa mayo: y llenor; efectivamente, el número 2 dista más del 5 que del 3' del otro extremo, se prueba que eyjste una distancia mínima.
no se ~a, sm embargo, una distancia máxima. Lo mismo sucede en las fi ra~ Además, en virtud de la ilación, no se llega a inferir la existencia de una
br espeCIes 1d~ seres sustanciales; en efecto, hay mayor distancia entre un km- distancia máxima positiva, sino únicamente negativa, es decir, una distancia tal,
di~~ yn ~o~, que entre un león r. un caballo, y, sin embargo, no existe una
, c a maxlma, puesto q,u~, 8?mltlda una especie perfecta, puede darse otra
que no pueda darse otra mayor; y esto se deduce con evidencia de la no exis-
tencia del proceso al infinito. No puede, en cambio, demostrarse suficientemente
mas perf ec~a. Tampoco esta JustIficada esta ilación: existe una distancia mayor a partir de dicho antecedente, que sea ella sola mayor que las demás, y que
y u:en~¡ ~ego, ~uede existir la mínima. Por consiguiente, tampoco se sigue no puedan darse dos distancias entre especies que se excluyan u opongan
q eX1~. a a maJOma. El antecedente es claro, porque entre extremos máxima
distando por igual dentro del mismo género, ni basta para ello la negación del
~ente . lstantes pueden multiplicarse infinitamente los medios a roa or o men -
~~ss~:~Iaded~o:u:~~~e~~~' ~e ~ue ~a me~or distanc~~
proceso al infinito, como es evidente. Mas para la contrariedad acaso baste aquel
nUpllca llelgue lal úlltimo" esté a modo de distancia máxima; en efecto, justicia e injusticia parecen guardar entre
, 01' eJemp 0, e ca or maXIllO y mímmo en intensidad
-supuesto que se den~ están ,. d' . .. sí la misma distancia que guardan la templanza y la intemperancia, y ambas dis-
que distan má t di a maXIma lst~C13, eXIstIendo entre estos UDOS tancias están en el gónero del bábito moral. Y en el género del vicio, dista lo
s y o ros que stan menos y, SlU embargo, no puede darse calor
mismo la prodigalidad de la avaricia que la temeridad de la pusilanimidad. Por
. Ca:tera. quae de diversjtate ac differen~ ~ar et minar distantia, datur etiam ma-
tIa hic dlcuntur, a Philosopho sufficienter :;ama ~eu summa. Videtur ením non esse
t~actantur, et insinuata etiam sunt supra, -minor pars, et tamen non datur maxima aut eam probat, rusi quia non datur processus
m . umversum vera, nam in numens est minlma, et ideo dad potest maior vel minor in infinitum. Et eodem modo inferri pot-
lib. V, c. 9 et 10.
n:alO~ et min<;,r ~stantia: magís enim distat maequalitas, non tamen maxima. est dari mínimam distantiam, si versus al-
bmanus a qumano quam a ternario; et ta~ Respondeo argumenta convincere conse- terum extremum non detur ille processus.
CAPUT VI me-? non ~atur maxima. Idem est in figuris .cutionem non esse formalem, sed solum in Et praeterea ex vi illationis non infertur
De contrarie tate e~ m .specl.ebus rerurn substantialium; ma- üs tenere in quibus non datur processus dad maximam distantiam positive, sed ne-
gIS erum dIstant inter se horno et leo quam gative tantum, id est aliquam qua nulla sit
Hinc ad ~~m llsque libri agit Aristote- l~o et. equus.' et tamen non datur maxima
in infinitum. Supponit autem Philosophus
17 8 de OPPOSlus, et praesertim de contra:" de facto non dari hune processum in spe- maior, hoc autem evidenter infertur ex eo
dlstantIa, qwa data quacumque specie per- debus rerum aut qualitatum, et ideo non quod non proceditur in infinitum. Quod
n.etate~ quae res parum difficilis est, et fere
fec~a, potest dari perfectior. Item non se- probat specialiter illationem; sed tamquam vero illa sit tantum quae caeteris sit maior,
dmlec!lcorum propria, et ideo pauea in hoc qwtur: datur maíor et minor distantia·
opere de oppositis disputamus. Ea vero certum sumit, sicut datur in qualitatibus, et quod sub eodem genere non possint dari
erg? pot~st dad minima. Ergo nec sequitu~ verbi gratia, maior et minor distantia, ita duae distantiae specierum ínter se repug-
quae necessaria visa sunt, inter disputan- dan maXlmam. Patet antecedens, quia inter
-c'::ffi de qu~litate, in '~uo -solo--genete pro- etiam maxima. Quod inductione et expe- nantium seu oppositarum aeque distantium,
extrema maxÍme distantia possunt in infini- 1'ientia confinnat ex proximis terminis mu- non potest satís colligi ex' illo antecedente,
pIla contranetas repentur, dicta sunt disp. tum .mu!tiplicari media magís et minus di-
X: LV, p,er totam. Oppositio vero relativa in tationum quae fiunt inter aliquos ultimos neque ex negatione processus in infinitum,
s~antIa, lota ut nunquam perveniatur ad ul- ut per se constato Fortasse vero ad contrarie-
.dlspu~atlOne de relativis, quae es! XLVII, tunu~, quod minime possit distare ab ex-
terminos et maxime distantes. Denique, se-
prop~lu~ locU?1 habet. De negatione autem cluso processu in infinitum, qui solum da- tatem sufficit distantia maxima illo modo;
!reInls.; ut calor summus et mínimus in tur aut in rebus possibilibus, de quibus non tantum enim distare videtur iustitia ah in--
e.t pnvat~on~, ~ .ultima disputatione de en- IDten~lOne (supposito quod dentur) maxí-
tlbus ratlorus dicunus. est sermo, aut in divisione continui, ve! ali- iustirla· sicut temperantia ab intemperantia,
11?-e dls~nt,. et d~tur inter hos quidam ma- qua proportione quae inde resultet, ut fere et utraque distantia est sub genere habitus
Quaest.. 1. In ,hoe ergo capite disputari gIS, alli Inlnus distantes, et tamen nullus
,po.sse~ 'pruno ,d,e illa propositione quae in in ornn..tbus exemplis adductis fit, secluso moralis. Et sub genere vitü tantum distat
d~tur calo~ dist.ans a summo qui mÍnime (inquam) hoc processu, optima est illatio. prodigalitas ab avadtia sicut temeritas a
prmClplO Caplt1S supponitur: Ubi datur dIstet. Deruque ID quantitate datur maior et Unde D. Thomas in Comment. non aliter pusillanimitate. Itaque, llcet in una ve1uti
Libro décimo.-Caps. Vlll y IX
156 Indice detallada de la: metafísica de Arist6teles
perfecto y deficiente re~~ecto del otro,. y, se le com~ara por ello como una pri-
vación; ambas son admisIbles, pero. el FIlosofo ~e lnclma por la. se~unda.
La otra afirmación -la existencia de medIO entre los prIVatlVamente opues-
toS- debe entenderse de tal manera que en el medio mismo se prescinda de
la propiedad de la privación; efectivamente, existe medio, no. sólo respecto ?e
la forma, sino también de la aptitud para la forma. De esto se trata más amplia-
mente en el lugar 3lltes citado.

CAP. VIII
CóMO UNA UNIDAD SE OPONE A OTRA

Tratamos este tema en la misma disp. XLV. Lo que aquÍ expone Arsitóte-
les sobre 10 igual, cómo se puede oponer a do.s co~as, a 10 mayor ! a 10 ~eno~,
carece de dificultad; en efecto., es oposición en CIerto modo relatlVa, meJor di-
cho resultante de la carencia de una relación que podría tener, por 10 cual
dic~ Aristóteles que es una oposición a modo de privación. También afirma
que esta oposición se puede reducir a la que hay entre uno y muchos; ya que
la igualdad se funda en la unidad, y en cambio, 10 gr311de y pequeño en la
carencia de esa unidad, o en la diversidad de magnitud o cantidad.

CAP. IX
OPOSICIÓN DE UNIDAD A MULTITUD y NÚMERO
CAP. VII Cuesto 1. El motivo de dudas en este capítulo es que Aristóteles afirma
DIFERENCIA ENTRE CONTRARIEDAD Y LAS DEMÁS OPOSICIONES
que multitud guarda relación de g6nero con el número, y q~e el número añade
a multitud la razón de ser medido o mensurable por la umdad, y que, por lo
. Apenas hay nada que advertir en este capítulo. Porque la afirmación de mismo, la multitud se opone a la unidad a modo de contrariedad o privación,
Amtoteles de que la primera contrariedad es el hábito y la privación hay que y, en cambio, el número se opone relath:amente. El nu~o de la dificultad consist: en
entenderla as!: que todos los contrarios se oponen en algún modo' privativa- que, igual que todo número es multItud, de la mIsma manera toda mulutud
mente, y que d:
algun,a manera aquí está la razón de su oposición. Dos mane- es número; ¿en qué sentido, pues, multitud está en relación de género con
ras hay de conslde,rar. mcl:lÍda la oposición privativa en la contrariedad: o bien número? Más aún, toda multitud se compone de unidades, y puede, por lo
porque un contrarIO Implica la privación del otro; o bien porque uno es im- tanto, medirse por la unidad; por consiguiente, en esto no se diferencia del
linea et latitudine extrema maxime diffe- Q. 5. Praeterea quomado extrema con- fundatur, magnum autem et parvum in ca-
.per modum privationis comparatUI; et
r~nt, non tantum negative, sed etiam posi- ~raria sint in medUs, vel possint esse simu!" utrumque verum est, hoe autem posterius rentia illius unitatis. seu in varietate mag-
uve comparatione mediorum, tamen secun- 111 eodem subiecto. nitudinis vel quantitatis.
dum diversas lineas et considerationes pos- intendit Philosophus.
Q. 6. Et ea occasione ibídem agitur de Quad etiam hic dicitur, inter privative
sunt esse pIures distantiae maximae etiam CAPUT IX
contrariorum permixtione. De eorum vero opposita dari medium, ita intelligendum est
sub . ~odem genere prout ad contrarietatem
sufflClt, ut declaratum esto lntensione et remissione agimus in disp. ut ín ipso medio recedatur a proprietate Quomodo unwm opponatur multitudini et
XLVI. privationis; datur enim meruum tum for-
o Q. ~'. ~ecundo, ,P0test inquiri an bona mae, tum etiam aptitudinis ad formam: de
numero
Slt defmltlo contranetatis quae ex hoe ea-
-qua re latius in praediete loco. Quaest. 1. In hoe capite dubitationem
pite sumitur, seiIieet, est: Ma,:nma distantia CAPUT VII habet quod ait Aristoteles, multitudinem
eorum quae sub eodem genere maxime dif- De differentia intra contrarietatem et alias CAPUT VIII compal'ari ut genus ad numerum, et nu-
f erunt" et ab eodem subiecto se expellunt. oppositiones
Ita elllm fere omnes expositores definitio- Quomodo unum uni contrarium sit merum addere multitudini rationem men-
nem eolligunt; et ita censendus est Aristo- In hoe capite nihil fere occurrit notatione surati seu mensurabilis per unitatem; ideo-
Haee res tractatUI a nobis dicta disp. que multitudinem opponi uni quasi contra-
tetes alias defiriitlones, quas· hk refert, pro- digmull;' Nam quod Aristoteles ait, primam XLV. Quod vero ruc Aristoteles tractat de
bare, u~ huie aequivaleant; de qua disp. contranetatem esse habitum et privationem, aequali, quemodo opponatur duobus, sci- rie vel privative, numerum vero opponi
XLV dletum esto hune habet sensum, omnia contraria esse lieet, maiori et minori, difficultatem non ha- relative. Et ratio difficultatis est quia sic-
. Q. 3. Ubi etiam tractamus quaestionem aliquo modo privative opposita, et illud esse bet; opponitur enim quasi relative, seu po- ut omnis numerus est multitudo, ita om-
lllam,. an contrarietas in solís qualitatibus quasi radieem suae oppositionis. Duobus. tius per carentiam cuiusdam relationis, quam nis multitudo est numerus; quo modo er-
repenatur, quoniam definitio videtur etiam autem modjs potest intelligi in contrarietate posset habere, et ideo ait Aristoteles opponi go multitudo se habet ut genus ad nume-
aliis convenire, nisi aliquid subintelligatur. inc.ludi privativam oppositionem, sciIieet, vel quasi privative. Ait etiam illam oppositio- rum? Item omnls multitudo unitatibus
Q. 4. Item an uní unum tantum con- qrua unum contrarium infert privationem nem posse redud ad eam quae est ínter constat; ergo per unitatem mensurad pot-
trariu~ sit, .et quamado media opponantur alt~ri.us, vel quia unum est imperfectum et unum et multa; quia aequalitas in unitate est; non ergo in hoc differt a numero. Hic
extremlS et mter se. deflqens respectu alterius, et ideo ad illud
158 - - - - - - - - - - - - - Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
------ Libro décimo.-Cap,O.__X':-__________________
número. Este pasaje admite dos explicaciones: la primera, que Aristóteles quiera Ahora bien, puede cuestionarse si 10 que afirm.a aquí. Aristóteles sobre el
decir aquí que únicamente la multitud compuesta de cosas cuantas es número, di tiene un valor absoluto y universal de cualqmer medio formal o pOSltlVO,
y mensurable por la unidad cuantitativa, y que sólo ésta es principio del núme- mevafe sólo para alguno de ellos en particular. Aristóteles, en efecto, h~~la en
ro; y que puede, por 10 mismo, la multitud llamarse génerO' o cuasi género, por- D sis sin hacer distinción algun·a; por eso sus exr:reslones parecen adqUlrlr va-
abarcar el número cuantitativo y toda multitud trascendental. La segunda interpre_ te ' . al La dificultad surge porque el medIO de la tercera clase no se
tación es que el número significa una' multitud limitada y determinada, mientras lor umvers . . t ca al
d decir con propiedad que conste de los extremos, ru que per enez . ,
que multitud hace abstracción de esto, y puede de suyo abarcar incluso una-
multitud infinita. Consiguientemente, el número expresa multitud mensurable
~:m~ género que ellos, ni que sea como el término próximo de transm,:t~clOn
de un vicio al extremo opuestO', siendo así que éS,tas son las tres. condicIones
por la unidad, mientras multitud prescinde de esto, porque multitud --en virtud que principalmente atribuye Aristóteles en este capItulo a los medIOS entre los
del concepto común-- puede ser inmensurable. Cuál de estas opiniones está
más de acuerdo con la mente de Aristóteles no parece suficientemente declarado contrarios. . ., 1 . 1 nt
Hay que responder no obstante, que su exposlclon va e uruversa m~ e
por él. Mas la primera es la de Santo Tomás y es la corriente. A ella se ajusta
aquí la exposición sobre la medida cuantitativa y sensible. En la disp. XLI, consta claramente' sobre todo al fin del capítulo. La doctrina se venfica
como
n absoluta propiedad ,en el medio entendIdo . d e I '
pnmer modo (aunque queda
seco 1, tratamos de investigar cuál sea la verdadera realmente.
f~ cuestión concreta de la existencia de un medio ~a1, de 10. cual tratamos en
la citada disp. XLV). En la segunda clase de m~dio se reahzan con bastante
CAP. X propiedad las dos primeras condiciones; en cambIO, en la tercera no hay que
EL MEDIO ENTRE LOS CONTRARIOS ES DE SU MISMO GÉNERO Y CONSTA DE EU.OS ntenderla de tal modo que se precise que el medio por que se pasa de ex~remo
~ extremo sea siempre de la misma naturaleza,. sino que en algunos <:ontrarlOs se
Cuesto 1. Suele primeramente discutirse de qué género de contrarios babIa realizará efectivamente el tránsitO' por un. medio formal, o que ~~ntI:ne [?rmal-
aquí Aristóteles. No se trata de un mediO' por negación de los extremos. Lo pri- mente los extremos degradados; en cambIO, en otros por un me 10 v~rtua , pero
mero, porque es evidente que este medio no consta de extremos, según 10 dicho, . . . . último sólo- acaece cuando las cualidades extremas no pueden ururse forma1-
ni puede cumplir los otros requisitos que exige del medio aquí Aristóteles; lo ~~ . d
mente. De ello se babIa también en el lugar CIta O. . ••
segundo, porque entre opuestos privativa o relativamente existe tal medio, cosa A su vez en la tercera clase de medio no se cumplen dichas condICIones
que aquí niega Aristóteles. Es, pues, cierto que Aristóteles habla aquí de un con esta pro~jedad, sino. con cierta p~oporción. Hay que tener .en cuenta ~u.~
medio positivo. Es decir, una forma positiva media entre las que ocupan los extre- el hábito de virtud, medIO entre los VIClOS extremos., puede consIderarse o uru
mos 'contrarios. Este medio parece que puede darse de tres maneras: la una, camente en cuantO' hábito que inclina a un determmado modo. de obrar, o en
en virtud de la mezcla formal de los contrarios, relajados de grado, por ejem- cuanto virtud y bien honesto. Según lo primero, des~mpeña propIamente papel de
plo, la tibieza; segundo, por contener virtualmente o participar de. '10s extre- medio y conviene genéricamente con los extremos, mIentras que no puede en modo
mos, como en el casO' de los colores medios -entre los extremos; por fin, por algun~ darse esto en la segunda consideración; por eso, _no se opone a ellos
alejamiento de ambos extremos, como pasa con la virtud entre dos extremos como medio dentro del mismo género, sino como abs?lutam:n:e opuesto p~r
viciosos.
razón de género contrario; éste es el modo como explica Anstoteles la 0POSl-
Iocus duplicher explicari potest: primo, ut CAPUT X cesse sit medium. per quod proceditur ab
Aristoteles hic sentiat solam multituclinem Quaeri potest an quae Aristoteles hic do--
Medium inter contraria esse eiusdem gene- cet de medio, vera sint absolute et universe extremo in extremum esse semper eiusdem
ex rebus quantis constantem esse nume- ratiorus, sed in quibusdam contrariis COll-
rumo ac mensurabilem unitate quantitativa, ris ex illisque constare de medio fonnall seu' positivo, an de ali~
quo horum in particu1ari. tinget transiri per medium formale s:u
solamque hanc esse principiurn numeri; Quaest. 1. Primo quaeri potest de formaliter continens extrema refracta, In
ideoque multitudinem appellari gen1,lS vel quo genere contrariorum loquatur hic Aris- Aristoteles enim nihil distinguít, et doctri-
naliter loquitur; unde videtur sermo eius allis vero per medium virtuale; solum vero
quasi genus, quía comprehendit numerum toteIes. Et non est quaestio de medio per accidit hoc posterius, quando qualitates ex-
quantitativum et omnem multitudinem abnegationem extremorum, tum quía cer- esse universalis. At obstare videtur quod
med.lum terti~ generis non potest vere dici tremae non possunt formaliter coniungi;
transcendentalem. Secunda -interpretatio est tum est hoc medium non constare illo modo de quo etiam in citato lt;co dictum esto ..
ex extremis, et ab illo non posse verificari constare ex extremis, nec esse in eodem ge- At yero de medio temo modo non verifl-
numerum significare multitudinem defini- nere cum illis, neque esse quasi proximum
alia. qnae hic Aristoteles de medio docet; cantur dictae conditiones ita proprie, sed
tam ac terminatam; multitudinem vero abs- tum etiam quía inter privative et relative terminum transmutationis ab uno vitio ad
trahere et de se comprehendere etiam infi- per quamdam proportion~. .Est a.utem
opposita invenitur hoc medium; quod hic aliud extremum; has autem tres conditio- considerandum habltum vu:tu't!S, qUl est
nitam multitudinem; et ideo numerum di- Aristoteles negat. Certum est ergo hic lo- n~s potissime tribuit Aristoteles hoc capite
cere multitudinem mensurabilem unitate; medium inter extrema vitia, posse conside-
qui AristoteIem de medio positivo, quod est mediis inter contraria. rad vel solum in ratione habitus inclinan~
multitudinem - vero"'~abstrahere, .quia multi- aliqua forma positiva media inter extreme Sed dicendum. sermonem esse universa~ tis ad talem operandi madum, vel in ratio-
tudo ex vi hulus communis rationis potest contrarias. Hoc autem medium triplex vide-
esse immensurabilis. Quod horum sit ma- Jem, ut expresse constat praese;tim ex ~e ne vlrtutis et honesti boni. Priori modo ha-
tur reperiri: unum, per formalem mixtio- capitis. Verjficatur autero doctnna propms~ bet proprie rationem -medii, et ita convenit
gis ad mentem Aristotelis, non videtur ab nem contrariorum in gradibus remissis, ut
ipso satis declaratum. Prior tamen exposi- sime de medio primo modo suropto (quam- in genere curo extremis, secund? au~er:t
est tepiditas; alterum, per virtualem conti- quam quaestio specialis sit an tale roedium modo minime; unde non opporutur illis
tio est D. Thomae et communis. Iuxta nentiam seu participationem extremorum,.
quam hlc est sermo de mensura quantitati~ detur, de qua in dicto disp. ~V): In me- ut medium sub eodem genere, sed ut extre~
ut sunt colores medü inter extremos; aliud me oppositum ratione generis contrarü}. quo
va et sensibili. Quíd autem in re verum sit, dio autem secundo modo saus euam pro-
denique per recessum ab utroque extremo, modo ait Aristoteles capite de OpposltlOne,
tractat:ur disp. XLI, sect. 1. ut virtus i,nter duO' extrema vitia.
prie locum habent duae primae conditiones;
tema vera non est ita inteUigenda. ut ne- in Postpraedicamentis, opponi bonurn et ma-
160 Indice detallada de la metafísica de Arist6teles
_L_i~_o_!!_d_m~=-Cap._X_I_I_____________________________________1__
61
ción entre bien y mal en el capitulo sobre la oposición en los postpredicamentos.
Por 10 tanto, según la segunda consideración, este medio no consta en modo en los Predicamentos, y pO'r lo que hemos explicado en la disp. XLV. Se puede
alguno de sus extremos. En cambio, según el primer concepto, aunque no cons_ responder en pocas palabras que· la contrariedad entre formas físicas es propia
te en rigor, participa hasta cierto punto de la naturaleza de los extremos. Pues de cualidades, pero que la contrariedad entre formas metafisicas se extiende a los
tiene algo del modo de obrar e inclinación de ambO's extremO's. Por ejemplO' ütros géneros. Además, esta contrariedad, que se puede calificar de metafísica,
la liberalidad inclina a dar, cO'incidiendO' en ellO' basta cierto punto con la prodi~ es menos propia, porque el génerO' no se compara a las diferencias como un
galidad; pero, al mismo tiempo, inclina a veces a retener, pareciendo asemejarse -sujeto en sentido estricto, del cual ellas se eliminan mutuamente. Se llama con-
en esto al otro extremo. Por este mismo motivo, aunque no sea necesario pasar trariedad, porque es repugnancia entre formas positivas, y en este sentido se
de un vicio a otrO' por una virtud, es ciertamente tránsito obligado una especie .semeja mucho a la contrariedad prO'pia.
de participación material o imitación de virtud, pues nadie se convierte de Cuesto 3. Tambkn puede examinarse aquí incidentalmente, si las diferen-
avaro en pródigo, si primero no comienza a gastar, cosa que puede hacer muchas cias contraen de tal manera al génerO', que éste se ha de dividir en las distintas
veces de propósito, si quiere. especies y diversificarse esencialmente. Así 10 afirma expresamente el Filósofo,
A pesar de todo, el principio: no se pasa de extrema a extremo si no es según hicieron notar Santo Tomás, el Halense, y otros.· Mas parece que hay
por un, r;zedio, hay. que entenderlo ~e la trans.formación que se realiza por un dificultad por parte de la unidad del género y de su univocidad objetiva. Con
~odo fISICO y propIo, ya que la realIzada mediante actos inmanentes y cambios todo, la opinión de Aristóteles es absolutamente verdadera, y tiene como con-
mstantáneos no es preciso que se realice así, como es evidente. secuencia que el género no se distingue realmente de la especie en que se con-
trae. Esta es, en definitiva, la opinión de Aristóteles aquí, de la que me ocupé
CAP. XI largamente en la disp. VI, seco 9. Se concluye también de esto que el principio
o forma de donde se abstrae el género no tiene la misma esencia en cosas especí-
DIVERSIDAD ESPECíFICA DE LOS CONTRARIOS; ESTA DIVERSIDAD INCLUYE CONTRA-
ficamente distintas, y que no han sido -consecuentemente- formas realmente
RIEDAD DE DIFERENCIAS
distintas aquellas de las cuales se ban abstraído la diferencia genérica y la espe-
C?est. ~. La pr!n~ipal cuestión propia de este lugar consiste en saber si cífica, según se expone en la disp. XV, seco 10.
las dIferen~Ias que .dIYIden el género en especies son contrarias, y si a su vez Cuesto 4. Puede cuestionarse finalmente si el género y la especie se distin-
los contrarlOS se distmguen especí:fjcamente. Ambas cosas parece afirmar Aris--. guen específicamente O' sO'n de la misma especie. Opina aquí Aristóteles que deben
tóte!es. La segunda parte no tiene dificultad, ya que es evidente que dos con- negarse ambas cosas: lo expliqué en la disp. Vil, seco 3.
trarIOS baJo el. mismo g~nero tienen que distinguirse específicamente, pues dos
cosas de !a mIsma espeCIe en cuanto tales no pueden ser contrarias, puesto que
son semeJantes. CAP. XII
<;uest. 2. En c.ambi~, .la otra parte -que tO'das las diferencias que dividen SE PUEDE DAR ALGUNA CONTRARIEDAD SIN DIFERENCIA ESPEcíFICA
~l gen~ro en espeCIes dIstmtas son contrarias- parece falsa o, por lo menos,
ImpropIa. De lo contrario se daría propiamente contrariedad en la sustancia Se presenta aquí inmediatamente la cuestión de la afirmación misma mante-
y en cualquier género, 10 cual es falso, según consta por el mismo Aristóteles nida por el Filósofo; efectivamente, parece contradictorio admitir que los con-
lum. Unde sub hac secunda consideratione
trarios no son esencialmente diversos, según se desprende de la definición antes
CAPUT XI
nuno modo constat hoc medium ex extremis.
Priori autem ratione l,icet non proprie con- Contraria esse specie diversa, et specificam mus disp. XLV. Sed dicendum breviter haec enim est mens Aristotelis hie, quam
stet, sapit tamen aliquo modo naturam ex- diversitatem includere differentia:rum contrarietatem inter formas physieas esse latius traetavi disp. VI, iect. 9. Habes
tremorum, nam al,iquid habet de opere seu contranetarem propriam qualitatum; contrarietatem yero etiam bine principium seu fonnam a qua
inc1inatione utriusque extremi. Liberalltas Quaest. 1. Praecipua quaestio et huius inter formas metaphysicas extendi ad alia sumitur gcnus non esse eiusdem essentiae
enim inclinat ad dandum, in qua aliquo loci propria est an differentiae dividentes genera. Adde etiaro hanc contrarietatem in rebus differentibus specie, atque ideo
modo convenit cum prodigalitate; simul genus in varias species sint contrariae, et e quae dici potest metaphys¡ca esse minus non fuisse in re formas distinctas, a quibus
vero inclinat ad retinendum aliquando, in propriam, quia genus non comparatur ad differentia generiea et specifica sumuntur,
qua accedere videtur ad aJiud extremum. converso, an contraria specie differant.
Utrumque enim videtur Aristote1es affirma- differentias prop!l'ie ut subiectum a quo ut late disp. XV, sect. 10.
Et hac etiam de causa, ¡icet non sit necesse mutuo se differentiae expellant; sed voca- Q. 4. Ultimo hic quaeri potest an ge-
transire a vitio ad vitium per virtutern, ne- re. Et posterior pars difficultatem non ha-
bet, quia c1arum est- quae sub eodem ge-
tur contrarietas quia est repugnantia inter nus et species ínter se differant specie, ve!
cesse tamen est transire per quamdam qua- fonnas positivas, et ita maxime assimilatur sint eiusdem speciei. Aristoteles hic utrum-
si materialem participationem ve! imitatio- nere contraria sunt, necessario esse specie propriae contrarietati. que negandum censet; quod explieui disp.
nem virtutis: nemo erum ex avaro fit pro- diversa, nam quae sunt eiusdem speciei, Q. 3. Rursus posset hic obiter inquiri VII, sect. 3.
digus, íiÍs¡----ptiü§-'' cotpefir--expe'ñdere, quod ut taHa sunt, non possunt esse contraria, an genus ita contrahatur per differentias,
posset saepe studiose facere, si vellet. cum similia sint. ut ipsummet in diversis speciebus divida- CAPUT XII
Quamquam principium jliud : Non trans- Q. 2 Altera vero pars videtur vel im- tur et essentialiter diversificetur. Expres-
itur ab extremo in extremum, nisi per me- propria. vel falsa, scilicet, onmes differen- Contrarietatem aliquam esse sine specifica
.se eni.m id affumat Philosophus, ut nota- diversitate
dium, intelligi debet de transmutatione tías dividentes genus in species distinctas runt D. Thomas, Alens., et alli. Videtur ta-
quae fit per modum physicum ac pro- esse contrarias. Alias etiam in substantia et men habere difficultatem propter generis Quaest. 1. H¡c statim occurrit quaestio
prium; nam quae fit per actus irnmanentes in omni genere esset propria contrarietas; unitatem et univocationem fundatam in re de ipsa assertione a Philosopho intenta;
aut instantaneas mutationes, non oportet quod falsum est, ut constat ex Aristotele, ipsa. Nihilominus sententia Aristotelis ve- quoniam videtur repugnare quod contraria
ita fieri, ut per se constato in Praedieamentis, et ex lis quae tradidi- rissima est; ex qua habes genus in re non non sint essentiaUter diversa, ut ex defini-
differre ab ea specie in qua contractum est; tione ~upra tradita colligitur, et ex ro quod
162 Indice detallado de la metafísica de Arist6teles
_L_ib_r,,_undécimo.-C:-:ap,...~1_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
16_3
dada y de 10 dicho en el capitulo anterior sobre la imposibilida~ de contra.riedad de la materia, como es el caso de las características del sexo masculino o feme-
entre cosas semejantes en cuanto tales; y las cosas de la IDlsma espeCIe son ninO', de las que se ocupa especialmente Aristóteles en este capítulO'.
semejantes. Sin embargo, el problema es, fácil; en efecto~ dos contr1arios pu~den
compararse entre sí formalmente, es decIr, en cuanto estan en ~: g.enero baJ? el
que esencialmente se constituyen, o pueden compararse en reIaclOll con .el sUJe,to" CAP. XIII
al que se atribuyen denominativamente. Según el primer modo, ~e dIferencIan LA CONTRARIEDAD SE DA A VECES ENTRE COSAS GENÉRICAMENTE DISTINTAS
específicamente, por ejemplO', bla~co y negro, e?- cuanto .tales e mcl~ídos fO,r-
malmente bajo el género color; este es el caIDlllO que Sigue la aludida razon La única cuestión que aquí se presenta es analizar el sentido verdaderO' de
motivo de la duda. Según el modo segundo, no siempre ocasionan diversidad la proposición: lo corruptible e incorruptible se diferencian genéri~amente. Se
trata en la disp. XXXV, y se alude a ella frecuentemente en las anterIOres.
específica en el sujeto; y ésta es la via que sigue la duda y solución aristotélica
en este capitulo. Pues viene a ser 10 mismo que si preguntase por qué algunaS'
diferencias se oponen entre sí esencialmente respecto de sus sujetos, y denun-
cian una esencial diferencia entre ellos, mientras otras se dan accidentalmente LIBRO UNDECIMO DE LA METAFISICA
y sólo denotan diferencia individuaL Más aún: a veces ni ésta denotan, sino un
La doctrina de Aristóteles en este libro no ofrece novedad alguna, sino que
cambio accidental del mismo individuo. En este sentido es verdad que hay con- viene a hacer un resumen de 10 expuesto en lGS libros anteriO'res añadiendo
trariedad que no constituye diferencia especifica de un sujeto. muchas cosas de las tratadas en los libros de la Física. Por eso casi todos los
Lo prueba Aristóteles, porque hay alguna contrariedad que se deriva de 1. intérpretes y escritores nO' plantean ninguna cuestión en todO' este libro, ni
forma y entonces es necesaria y pertenece a la diferencia esencial; otras, en hacen observación alguna, fuera de las pertinentes a la inteligencia del texto.
cambio, se siguen de la materia y entonces son individuales o accidentales. Estas las expone Santo Tomás con bastante más claridad que los restantes.
Téngase en cuenta en esto que algo puede derivarse de la materia como vinculado Así, pues, en los dGS primeros capítulos, repite el Filósofo casi todas las
esencial y necesariamente a la esencia de la materia por su misma naturaleza, cuestiones que había propuesto en el lib. III, sin determinar nada. Juzgo, por
y que, si la contrariedad surge de esta ,suerte de la materia, constituye también ello, inútil repetirlas aquí.
diferencia esencial, según se dirá de la corruptibilidad y de la incorruptibilidad En los capltulos 3, 4 Y 5 hace un resumen de 10 que estudia con toda am-
en el capítulO' siguiente. La razón está en que también la materia pertenece a la plitud en el lib. IV. En concreto, expone en el c. 3 el objeto de esta ciencia y
esencia de la cosa. Por otra parte, se dice que algo se deriva de la materia, porque la analogia del ser, en virtud de la cual -según afirma- puede establecerse la
es consecuéncia de las disposiciones o cambios de materia, pues por ser la mate- unidad del objeto de nuestra disciplina, a la cual incumbe estudiar los primeros
ria potencia pasiva, es el principio y raíz de todas las mutaciones extrínsecas& principios, las primeras causas de las cosas, sus propiedades y oposiciones. Aquí
Por consiguiente, la contrariedad así originada de la' materia, o bien es comple- discute ocasionalmente en qué sentido puede darse medio entre cosas opuestas
tamente accidental, si sobreviene de modo extrínseco y puramente accidental, privativamente, materia ya tratada en el lib. X, a propósito del c. 7. En
o será a 10 sumo individual, s~ se sigue de la disposición particular e individual los c. 4 y 5, defiende Aristóteles la verdad del principio: es imposible- que algo se
pueda afirmar y negar de la m.isma cosa simultáneamente, sin añadir nada a lo
dictum est capite praecedenti, quod con- rietatem non constituere specificam diversi-
trarietas esse non potest inter similia ut talia tatem in subiecto.
sexus feminini vel masculini, de qua in praeter ea quae ad textus inte1ligentiam
sunt; quae vero - sunt eiusdem speciei, si- Reddit autem Aristoteles rationem, quia particulari hoc capite Aristoteles quaestio-
quaedam contrarietas sequitur formam, et conferunt. Quae D. Thomas praeter alios
milia sunt. Sed res est facilis; possunt enim nem proposuit. satis perspicue docet.
contraria formaliter inter se comparari, ut illa est per se, et ad essentialem differen-
tiam pertinet; alia sequitur materiam, et in duobus ergo primis capitibus proponit
sunt sub genere sub quo per se constituun- CAPUT XIII iterum PhilosophJ.1S quaestiones fere om-
tur, vel respectu subiecti cui denominative haec est vel individualis, vel accidentaria.
Ubi solum notetur aliquid posse consequi Contrarietatem ínterdum esse ínter ea quae nes quas libro tertio proposuerat, nihil de-
tribuuntur. Priori modo differunt specie, materiam ut per se ac necessario connexum differunt genere finiens; quare lterum eas hic repetere su-
nt album et nigrum quatenus talia sunt et cum essentia talis materiae secundum se, pervacaneum duso.
sub colorato per se collocantur, et sic pro- Hic solum occurrit quaestio de UIa propo- In capitibus 3, 4, 5, ea resumit quae in ta-
et eontrarietas quae sic sequitur materiam, sitione: Corruptibile et íncOrruptíbile dif-
cedit ratio dubitandi tacta. Posteriori modo etiam faeit essentialem diversitatem, nt de to lib. IV Iatissime tradit; nimirmn in ter-
non causant semper specificam diversita- ferunt genere, quo sensu vera sit; quae tio capjte proponit huius sdentiae obiecturo,
corruptibili et incorruptibili dicetur capite tractata est disp. XXXV, et in superioribus
tem in subiecto, et hoc sensu procedit du- sequenti. Et ratio est quia etiam materia et analogiam entis, secundum quam ait
saepe notata esto posse unum obiectum huius scientiae con-
bitatio _et resolutio Arist()t~lis in hoc eapi- pertinet ad essentiam rei. Aliquid vero di-
te. Perinde enim est ac "si quaesivisset cur citur consequi materiam quia ex dispositio- stitui, ad quam proinde pertinet prima prin-
LIBER UNDECIMUS META- cipia primasque rerum causas, proprietates
differentiae quaedarn inter se oppositae sint nibus vel mutationibus materiae consequi- PHYSICAE
per se respectu subiectorum, et indicent tur; nam quía materia est passiva potentia, et oppositiones considerare. Ubi obiter at-
essentialem differentiam jnter illa; quaedam est principium et radix omnium extrinseca- In toto hoc libro nihil novum Aristote1es tingit quo modo inter privative oposita
vera sint per accidens, et soJam individua- rum mutationuro. Contrarietas ergo quae docet, sed in surnmam quamdam redigit possit esse medium, quod hm not3tum e&t
hoc modo ex materia sequitur, est vel acci- quae in superioribus libris tradiderat, adiun- in Ub. X, circa c. 7. In quarto vero et
lem distinctionem ostendant. Immo inter- gens multa ex lis quae in libris Physieorum
dentaria omnino, si ab extrinseco mere per quinto defendít Aristoteles veritatem illius
dum neque hane demonstrant, sed acciden- accidens eveniat, vel ad surnmum indivi- docuerat, et ideo fere omnes interpretes et principii: Impossibile ese idem de eodem
talem mutationem eiusdem individui. In dualis, si ex peculiari et individuali disposi- scriptores nullam quaestionem circa totum simul affirmat'i et negari; nihilque addit iis
hoc ergo sensu verum est allquam contra- tione materiae consequatur, ut est conditio bune librum movent, neque aliquid notant, quae in lib. IV dixerat. Obiter vero in
Libro duodécimCJ. Caps. 1, ll, 1lI, IV y.11______ 165
164 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles
motor, con la acción y con la pasión, defendiendo la misma doctrina que en el
dicho en el lib. IV. De pasada en el c. 3 toca la cuestión de la continuidad lib. III de la Física, tratada por nosotros -en su aspecto metafisico- en
de la alteración y aumento. Sobre esto desarrollamos algunas ideas en la las disp. XLVIII Y XLIX, sobre la acción y la pasión. Con este motivo, toca
disp. XLVI. algunas cuestiones sobre el acto y potencia, estudiadas ampliamente en la disp.
De nuevo en el c. 6 repite cuál es el cometido y objeto de esta ciencia, esta- XLIII.
bleciendo la división de la ciencia en especulativa y práctica, y la de ésta en En el c. 9 reitera lo que acerca del infinito habla enseñado en el lib. III de
productiva o mecánica y activa o moral; y la de la especulativa en física, mate- la Física y en el lib. De Cae!o. Sólo advierto que el Filósofo aborda aquí el
mática y metafísica, división ya dada en el lib. VI. Explica con esta ocasión los problema con alguna amplitud, probando que no puede darse el infinito no
diversos modos de definir física y metafisicamente por medio de la materia y sin sólo en los cuerpos sensibles, sino simplemente en los entes separados. No obs-
la materia, cosas de las que habla hablado largamente en el lib. VII. Pone aquí tante da siempre por supuesto que el infinito es propiedad de una cosa cuanta,
de nuevo la proposición que subrayamos en el lib. VI, c. 2: que si no existe y no dice, por lo tanto, nada que sea óbice a la infinitud de Dios.
sustancia alguna separada de la materia, la ciencia natural y física es la primera En el c. 10 continúa con el tema del movimiento, distinguiendo varias
de todas, de lo cual también nos ocupamos en el lugar alli indicado. Tiene, final- especies de movimientos y cambios. Una sola observación en esto: por análi-
mente, en el mismo capítulo esta proposición: si existe en las cosas alguna na- sis inductivo de todos los predicamentos demuestra que sólo hay cambio en la
turaleza y sustancia separable e inmóvil, será en ese orden la divinidad, y será cualidad, cantidad y lugar; examinando los demás, omite el tiempo, el hábito
-dice- el principio primero y principal. Son palabras dignas de notarse en y el sitio. Acaso por haber atribuído la misma esencia· al tiempo y al movimiento
orden a lo que discutimos en la disp. XXIX, seco 2, sobre la mente de Aristó- o pasión, por ser el tiempo pasión del movimiento. Por lo que al hábito y al
teles respecto del primer principio. A ésta se puede añadir la que propone en sitio se refiere, según hicimos notar antes en el lib. V, c. 7, los omite con fre-
el c. 2, aunque no sea más que en plan de discusión, para afirmar que los cuencia, por su poca importancia e impropiedad y porque apenas se distinguen
filósofos más destacados admitieron dicho principio y sustancia. ¿Cómo, dice, de los demás.
podría darse el orden, si no existiese algo eterno, separado y permanente? Por fin, en el c. 11, hace Aristóteles un repaso de la explicación de algunas
Luego, en el c. 7, Aristóteles repite lo que habla enseñado en el lib. VI de expresiones, que son de uso frecuente en las realidades relacionadas con el mo-
vimiento; por ejemplo, existir simultáneamente o separadamente, tocarse, ser
la Metafísica: que el ente pe/" accidens y el ente verdadero están fuera del objeto
resultado inmediato de, estar contiguo o continuo y otras parecidas, ya explicadas
de esta ciencia, 10 cual le da ocasión para resumir cuanto sobre los efectos contin-
en el lib. V de esta obra y en el lib. V de la Física, c. 11, cosas que no necesitan
gentes, el azar y la casualidad habla dicho alli· y en el lib. II de la Física. Sobre exposición ni explicación.
todos estos puntos ya quedaron señalados anteriormente los lugares de su tra-
tamiento en las disputaciones, porque de la verdad hablamos en la disp. VIII, LIBRO DUODECIMO DE LA METAFISICA
y de la contingencia en la XIX.
CAPS. 1, II, III, IV, V
Los restantes capitulos, del 8 al 11, son una recapitulación de muchas ma-
terias tratadas por Aristóteles del lib. III al VI de la Física. En efecto, en el En estos cinco capítulos repite y resume Aristóteles lo que había tratado
c. 8 estudia la definición del movimiento y su relación con el móvil y con el anteriormente en el lib. VII sobre la sustancia y sus principios, con otros muchos
ventem, ad actionem et ad passionem com- currat, solum Quando, habitum, et situm
c. 3 attingit quaestionem de continuitate pro iis quae de mente Aristotelis de primo paretllr, ct eamdem doctrinam habet quam omittere; fortasse quía de Quando et de
alterationis et augmentationis. De qua re principio disputamus disp. XXIX, sect. 2; in III Physicorum, quam nos prout ad me- motu seu passione eamdem rationem esse
in disp. XLVI aliqua tractamus. cm coniungi potest illa quam in c. 2 (licet taphysicum spectare potest, tractamus in censuit, quod tempus sit passio motus; ha-
Rursus in sexto capite repetit quod sit disputando) proponit, ubi ait a peritioribus disp. XLVIII et XLIX, quae sunt de acrin- bitum autem et situm saepe praetermittít
munus et obiectum huius scientiae, attingit- philosophis positum esse aliquod tale prin- ne et passione. Hac occasione, aliqua tangit (ut supra lib. V, c. 7, notavimus) tamquam
que divisianem illam scientiae in speculati- eipium talemque 't;ubstantiam. Qua nam- Philosophus de aetu et patentia, quae in parvi momenti et impropria, parumque a
vam et praeticam, et huius in factivam seu que pacto, ait, ordo erit non existente ali- disp. XLIII fuse tractantur. caeteris diversa.
meGhanieam et aetivam seu moralem, il- qua perpetuo, separata et permanente? In nono autem capite repetit quae de jn- Tandem in c. 11 Aristoteles recolit expli-
4US vero in physicam, mathematicam et Deinde in e. 7 repetit AristoteIes quae finito docet libro JII Physic. et in lib. de cationem quorumdam terminorum, quibus
metaphysicam; quam etiam tradiderat in libro VI Metaphysicorum docuerat, nimi- Coe1o. Solum adverto hie Philosophum ex- utí solemus in his reblfs quae motum cir-
lib. VI. Et hac occasione declarat diversos rum, ens per accidens et ens verum sub tendere aliquantulum sermonem, et proba- cumstant, ut esse simul ve! separata, tan-
modos definiendi physice et metaphysice sdentiam hane non cadere, et huius oc- re non posse esse infinitum, non tantum in gi, consequenter se habere, contiguum ve!
per materiam et sine materia, de quibus casione recolligit etiam quae de contingen_ eorporibus sensibilibus, sed simpliciter in continuum esse, et similia, quae in lib. V
-.latissime __ in VII libro .dixerat. Hic etiam tibus effectibus, fortuna et casu, tum ibi, entibus etiam separatis. Verumtamen sem- huius operis, et lib. V Physicorum, c. 11
repetit propositionem quam eITca lib. VI, tum etiam JI Physicorum doeuerat; de qui- per supponit infinitum esse passionem rei tradita sunt, et neque expositionern neque
c. 2, notavimus, quod, seilieet, si nulla est bus in superioribus iam sunt signata dispu- quantae, et ita nihil affert quod infinitati disputationem requirunt.
substantia separata a materia, scientia na- tationum loca; nam de vero ente dicimus Dei obstare possit.
turalis ac physica est omnium prima, quam disp. VIII, de contingentia vera in disp. In capite decimo, materiam de motu pfO'- LIBER DUODECIMUS META-
etiam declaramus loco ibi notato. Denique XIX. sequitur, varias species motuum ac muta- PHYSICAE
in eo capite habet propositionem hane: Si In reHquis caphibus, ab 8 usque ad 11, tionum distinguens. In quo solum observa,
aliqua est in rebus natura et substantia se- recapitulat Aristoteles multa ex Es quae in cum inductione omnium praedicamentorum CAPUT 1, JI, 111, IV ET V
parabilis et immobilis, in eo ordine divini- Physic., a III libro usque ad VI, docuerat. ostendat solum ad quale, quantum, et Ubi In his quinque primis capitibus repetit
tatem esse, et hoe (inquit) erit primum et In capite enim octavo definitionem motus esse mutationem, cumque per caetera dis- Arístoteles, et in summam redigit ea quae
principale prineipiurtl,. Quae notanda est investigat, et quo modo ad mobile, ad mo-
166 Indice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro duodécim~·.. Caps. 1, 1I, IlI, IV Y V 167
puntos que había desarrollado en el lib. 1 de la Física. En efecto, en el primer ruados en abstracto, bien en concreto, const-an de una potencia propia y un acto
capítulo propone únicamente que la ciencia metafísica estudia primordial y propio físicos. Estas cuestiones caen casi por ~ompleto f.nera del plan de este
principalmente las sustancias, cosa por si misma clara y que repite reiterada... libro, en que se hace una especie ~e resum~n lDtr~uctof10 de todas estas. cosas
mente, explicada con bastante amplitud por nosotros en la disp. 1 o proemia!. en orden al estudio de las sustanCIas superIores. NI creemo~ que ~aya s~d~ la
En el c. 2, después de dividir la sustancia en sensible y separable o no sen- intención de Aristóteles asignar a cada ~ccidente un~ potenCIa propla. y di.stmta
sible, y en incorruptible y eterna, propone tres principios de las cosas naturales receptiva de su género, sino sólo explicar proporcIOnalmente la eX1stencI~ en
y de las sustancias sensibles, probando expresamente la existencia de la materia; ellos de aquellos tres principios objetivos. Nosotros tratamos estas cuestIOnes
añade que ésta es común a todos los cuerpos, pero no idéntica; cosas todas ya en la disp. XIV, cuesto 3. Extiende además el Filósofo su exposición a todas
explicadas en los lugares citados y que nosotros tratamos en la disp. XIII. las causas afirmando que existen de una manera proporcional y análoga en los
Cuesto 1. Realmente en este lugar se podría discutir si es posible la crea- accidentes: que son propios de las sustancias. Incidentalmente saca a colación
ción en la doctrina aristotélica, ya que aquí manifiesta que del DO ser absoluto aquí algunas ideas sobre principio, causa y. elemento,. expuest.as con más an;-
nada se hace; de esto se habló en la disp. XXI. plitud en el lib. V, donde quedaron explicadas, habIendo SIdo tratadas mas
Cuesto 2. Cabría también discutir si -según la opinión de Aristóteles-. extensamente en las disputaciones sobre las causas, desde la XII a la XXVII.
todas las sustancias inmateriales son inmóviles; él, en efecto, así las llama aquí. Añade aquí además una proposición notable, a saber: que hay, además de todas las
Se trata en la disp. XXXV. causas particulares, una que lo mueve todo como causa primera de todas las
Cuesto 3. Declara luego en el C. 3 que, además de la materia, se necesitan cosas. A ella dedicamos las disp. XX, XXI Y XXII, amén de ideas expuestas
las formas, no separadas, como afirma Platón, sino informando la- materia, por- aquí y allá en las demás disputaciones, sobre todo en la XXIV y XXV.
que, aunque propiamente no son ellas las que se generan, sinO' el compuesto de Prosigue, finalmente, con esto mismo en el c. 5, demostrando con varios
ellas y materia, sin embargo, no existen antes de que se produzcan las genera- argumentos que los principios de todas las cosas son los mismos; bien porque
ciones. Estas mismas ideas quedaron expuestas en el lib. VII Y se tratan en la las sustancias son causa de todos los accidentes, y, consecuentemente, los prin-
disp. XV. Además, plantea aquí Aristóteles un problema difícil: dado que la
cipios de la sustancia son principios de los demás seres; bien porque entre las
forma no exista antes de la generación, ¿permanece después de la corrupción
del todo? Responde abiertamente que en algunos casos no hay obstáculo para sustancias hay algunas que son primeras y causas de las demás, por ejemplo,
que así sea, a saber, en el caso del alma racional, p01'que en los demás, dice, los cuerpos celestes y sus almas, es decir, como expone Santo Tomás, las inteli-
acaso esto sea imposible. Mas este problema 10 dejaruos para los libros De gencias motoras (lIámeseles almas propiamente, o sólo por metáfora), que por
Anima. eso añade, o entendimiento, apetito y cuerpO', esto es, sustancias intelectuales o
Cuesto 4. Añade a continuación, en el C. 4, que los tres principios estable- volitivas, y los cuerpos de los que usan inmediatamente o a los que mueven
cidos son analógica y proporcionalmente iguales en todo g~nero de accidentes, y causan por sí mismas. Para terminar, repite que el acto y la potencia son prin-
puesto que en todos cabe considerar la- potencia o el sujeto, la forma o el ac- cipios de todas las cosas, no con idéntico sentidO', sino analógicamente. Todos
cidente mismo, y su privación. Cabe preguntar aquí si los accidentes, bien to- estos puntos se dilucidan en las disputaciones referidas, y no se me ofrece nada
nuevo que añadir.
superius, lib. VII, de substantia et prin- teriales sint immobiles; ita enim hic eas ap-
cipiis eius tractaverat, et milita quae in pellat; de quo in cUsp. XXXV, potentia et proprio actu physicis, sive in abs- XX, XXI et XXII instituimus, praeter alía
primo libro Physic. docuerat. Nam capite Q. 3. Deinde in capite tertio ostendit, tracto, sive in concreto sumpta. Quae quaes J quae in caeteris disputationibus, praesertim
primo solum proponit metaphysicam scien- praeter materiam necessarías esse formas, tiones satis sunt extra intentionem prae- in XXIV et XXV, sparsim diximus.
tiam primo ac praecipue de substantiis dis- non separatas, ut Plato ponebat, sed mate- sentis libri, in quo haec omnia cursim prae~ Tandem in capite quinto hoc ipsum pro-
putare, quae est res per se perspicua, et ab riatn informantes, quae Hcet non proprie mittuntur ad disputationem de superioribus sequitur, variis modis ostendens eadem es-
ipso saepissime repetita, quam in disputa- generentur, sed composita ex illis et mate- -substantiis. Nec Aristotelis mens fuerit tri- se principia l'erurn omnium, vel quia sub-
tione prima seu prooemiali fusius declara- ria, non tamen antea SlU1t quam generatio buere singulis accidentibus proprias et di- stantiae sunt causae omnium accidentium,
mus. fi!; quae etiam in lib. VII dicta fuerant, stinctas potentias receptivas suorum gene- et ita principia substantiarum sunt principia
In capite seclU1do, post divisionem sub- et tractantur disp. XV. Propocit vero bic rum; sed solum explicare proportionaliter reliquorum entium; vel quia inter substan-
stantiae in sensibilem, el; separabilem seu Aristoteles gravem quaestionem, scilicet, es- in eis illa ,tria principia rerum; íllae vera tias quaedaro sunt primae, et causae caete-
insensibiIem, et incorruptibilem et aeter- to forma non sit ante generationem, an post quaestiones tractantur a nobis disp, XIV, rarum, ut coelestia corpora et arumae
nam, proponit tria principia rei naturalis corruptionem totius maneat; et absolute re- q. 3. Ulterius vero extendít Philosophus
et substantiae sensibilis, et ex professo pro- eorum, id est, ut D. Thomas expomt, mo-
spondet in quibusdam nihil obstare quin ita sennonem ad omnes causas, dicens easdem
bat dari materiam; additque eam commu- trices. intelligentiae (sive proprie dícantur
sit, sci~iCet, in anima íntellectiva, nam in secundum proportionem seu analogam ra-
nero _csse omnibus __ corporibus, non tamen caeteris (ait) fortasse id impossibile esto animae, sive per metaphoram), et ideo ad-
tionem esse in accidentibus quae sunt sub- dit, vel intellectus, appetitus, et corpus, id
eamdem, quae omcia dictis locis dixerat; Sed hanc cons-iderationem remittimus in stantiarum. Et obíter nonnulla hic recol-
eaque tractamus in disp. XIII. libros de Anima. est substantiae intelligentes et amantes, et
ligit de principio, causa et elemento, quae
Quaest. 1. Hic vero disputari poterat Q. 4. Postea vero, C. 4, docet tria prin- in lib. V dixerat fusius, et; ibi sunt exposi- corpora quibus proxime utuntur, seu quae
an seclU1dum Aristotelem sit possibijis crea- cipia posita eadem esse secundum analo- ta; latiusque tractata in disputationibus de movent, et per se causant. Ac tandem re-
tio, quia hic significat ex non ente simpli- giam et proportionem in omnibus generi- causis, a XII usque ad XXVII. Addit vero petit actum et potentiam esse principia om-
citer nihil fieri, de quo in disp. XXI dictum bus accidentium; quia in omnibus conside- hic propositionem notandam, nerope, prae- mum, non tamen eadem, sed per analo-
esto rari possunt potentia seu subiectum, forma giam; quae omnia ex disputatiombus citatis
ter causas omnes particulares esse caru:-
Q. 2. Item disputari poterat an secun- seu ipsum accidens, et privatio eius. Ubi sam cuneta moventem tamquam omnium constant, neque lüc aliquid addendum oc-
dum Aristotelem omnes substantiae imma- quaeri potest an accidentia constent propria primam; de qua cUcto loco disputationes currit.
168 Libro duodécimo.-Cap. VI 169
________-=lc:nc:dc:ic:::e--=d::,et:a::::ll::o=do"--'d=e la metafísica de Aristóteles
o no; si 10 primero, se requiere una sustancia eterna, más perfecta que ellas,
CAP. VI de la que se originen; si, por el contrario, nO' existieron siempre, es igualmente
EXISTENCIA DE UNA SUSTANCIA ETERNA E INMÓVIL, ADEMÁS necesaria dicha sustancia para que puedan recibir su origen de ella. Nos ocu-
DE LAS SUSTANCIAS NATURALES pamos largamente de esto en la disp. XXIX, seco 1.
Cuesto 1. Lo primero que aqui se plantea es si el demostrar que existen Cuesto 3. ¿Es suficiente la demostración aristotélica para probar que dicha
tales sustancias es deber del fisico o del metafísico; se trata en la disp. XXIX, sustancia no es pO'tencia, sino acto, porque mueve constantemente? Se responde-
seco 3, disp. XXXV, seco 1. que ya consta de lo dicho que el argumento arranca de un principio falso y ~efi­
Cuesto 2. Legitimidad de la demostración que a tal fin usa Aristóteles en cientemente probado. Pero aunque se suponga probado, no puede deducIrse,
e~te caso. He aquí el argumento en resumen: es imposible que todas las sustan-
a partir de él solamente, que esta sustancia sea acto puro; ya que una sustancia
CIaS sean corrupti?les; por consiguiente, es necesaria una sustancia eterna. El
creada podria producir ese movimiento eterno, dado que sea posible. Lo único
ante~edente es eVIdente, porque si to~as las sustancias fuesen corruptibles, no
que se concluye de dicho movimientO' es que la sustancia de tal motor está siem-
habna nada e:er~o, ya que las sustanCIaS son los seres primeros, sin los cuales pre en actO' de mover. Pero además para esto hay que suponer que esa tal sus-
no pueden eXIstIr los otros. Pero el consiguiente es falso, porque es necesario tancia permanece siempre la misma, 10 cual falta por probar; en efecto, pueden
que por 10 ?Jenos el movimiento sea eterno; por consiguiente. Prueba la menor,. irse sucediendo en el movimiento diversos m{)t{)res e ir cesandO' uno a' uno. Por fin,
po~q~e el tiempo ,no PU?O empezar de nuevo, de manera que antes nO' hubiese
aunque el mismo motor esté siempre en acto de mover, no se sigue que no pueda
eX1StI~O', y~ que s~n .el tIempO' no habría antes y después; ahora bien, el tiempO'
cesar, ya que su acción constante de mover puede deberse a la libertad y no a la
nO' eXIste. SI.U movumento, porque O' son lO' mismü, O' el tiempO' es una propiedad necesidad. De esto tratamos más extensamente en la disp. XXX, seco 8, y en la
del .moVIffi1en:o; por ID tanto, es ?-ecesario que el movimientO' sea eterno y disp. XXXV, seco 1.
contmuo . con 19ual derecho que el tiempo, el cual -dice- no puede predicar- Cuesto 4. Si demuestra eficazmente el Filósofo que estas sustancias son in-
se de ntnguno m~s que del (movimiento) cil'cular y local. En consecuencia, materiales pO'r ser eternas. Ciertamente es difícil O'torgar eficacia a este argumento,
tíldo este razo?arnJento se reduce a la afirmación de que sin el tiempO' no hay ya que la falta de consecuencia se echa de ver en seguida en los mismos cielos,
antes y despues, y que, por ello, no puede haber principio del tiempo. que son eternos y no inmateriales. Consúltese la disp. XXX, seco 4, y la
El argumento en esta. última parte es bastante débil, ya que ajustándO'nos disp. XXXV, seco 1 y 2.
~ nu~stI<? modO' de cO'ncebIr, además de un antes y después real, se concibe uno Cuesto 5. Si opinó Aristóteles acerca de todas las inteligencias lo mismo que
Imagmano, y puede, por 10 tantO', el tiempO' tener un comienzO' real antes del acerca de la primera en cuanto a la necesidad de existir y a la simplicidad y actua-
c~al n? h~ya e.xist~do; .mas este "antes .del cual" nO' significa un ante~ temporal, lidad de naturaleza. Se trata en la disp. XXXIX, seco 2; disp. XXV, y se explica este
SInO solo Imagmano. SI, por el cO'ntrarIO, nos ajustamos a la realidad antes de pasaje en que Aristóteles parece bablar confusa e indistintamente del orden supe-
este t!empO' pree~stió una eternida.d ~nfinita, c?n la cual no coexistió siempre rior de las sustancias, aunque a veces use el singular y a veces el plural.
este tIemp?" y aSI aquel an'tes no slgmfica un tIempo anterior, sinO' la eternidad
que p:eeXIst13' e-?- DIO'S;. cuand.o el tietJ?po no existía. Por todo ello, el proceso
de ~I1stóteles ~ es sO'lido, m necesanO'; mas puede convertirse ·en eficaz por stantia aeterna illis perfectior, a qua mana- sequitur non posse cessare; quia potest non
mediD de un dilema: pO'rque, O' las sustancias corruptibles existieron siempre, verint; si vera non semper fuerunt, non ex necessitate, sed ex libertate perpetuo
minus necessaria est illa substantia, ut ab movere. De hac re latius disp. XXX,
CAPUT VI oportet motum esse sempiternum et conti- illa originem duxerint. De hac re disseri- sect. 8, et disp. XXXV, sect. 1.
Praeter naturales substantias dari aliquam nuum, sicut et tempus, quod (ait) de nullo mus late disp. XXIX, sect. 1. Q. 4. An satis probetur a Philosopho
perpetuam et im-mobilem nisi de circulari et locali dici potest. Itaque Q. 3. An satis ostendat Aristoteles illam has substantias esse immateriales 1 quia
totus hic discursus revocatur ad illam pro- substantiam non esse potentiam, sed actum, sunt perpetuae. Difficile sane est h'4ic ra-
Quaest. 1. Prima quaestio hic occurrit, positionem, quod sine tempore non est prius quia perpetuo movet. Respondetur iam ex tioni efficaciam tribuere, cum statiín ap-
an ostendere huiusmodi substantias esse sit et posterius, et ideo non potest dari initium dictis constare raüonem hanc ex falso prin- pareat defectus illation~s in ipsis coells, qui
p~ysici muneris, un metaphysici; tractatur temporis. cipio, et insufficienter probato, procedere. aeterni sunt et non sunt immaterialefi. Vi-
dlSp. XXIX, sect. 3, disp. XXXV, se.c. 1. Quae Il'atio quoad hoc ultimum valde Adhuc tamen illo pasito, non potest ex solo deatur disp. XXX, sect. 4, et disp. XXXV,
Q. 2. An recte Aristoteles hoc demon~ f~ivola est, quia, si modo nostro concipien- illo colligi Ularri substantiam esse purum sect. 1 et 2.
strarit in praesenti. Summa rationis eius est: dI loquamur, praeter prius et posterius rea- actum; nam substantia creata posset illurn Q. 5. An ¡dem senserit AristoteIes de
Impossibile est omnes substantias esse cor- le, irnaginarium concipitur, et ita potuit tem- motum perpetuum efficere, si esset pos- omnibus intelligentiis quod de prima quoad
ruptibiles; ergo necessaria est aliqua sub- pus reale habere initium, ante quod non fue- sibilis. Solum ergo colligitur ex illo motu·
stantia ~eterna. Antecedens patet, quia si necessitatem essendi et naturae simplicita-
rit; illud vera ante quod non significat prius substantiam illius motoris semper esse in
substantlae omnes essent corruptibiles, nihil tero et actualitatem; tractatur disp. XXXIX"
tempus, sed imaginarium tantum. Si autem actu movend~. Adde ad hoc etiam esse sup- sect. 2, disp. XXV, et exponitur hic locus,
esi,-et· ··sempíteffitim" ""'clül'r"'sut)'stáfitiae sint lciquamur secundum rem, ante hoc tempus ponendum illam substantiam semper esse
prima entia, sine quibus alia esse non pos- praecessit infinita aeternitas, cui hoc tem- eamdem, quod probatum non est; possunt in quo v~detur Aristoteles confuse et indif-
sunt. Consequens autem est fa1sum, quia pus non semper coextitit, et sic illud ante enim pIures motores vkissim movere, et ferenter Joqui de illo supremo substantia-
necesse est motum saltem esse sempiter- non dicit tempus prius, sed aeternitatem, sigillatim cessare. Denique etiamsi ídem rum ordine, quamquam blterdum in singu-
num; ergo. Minorem probat, quia tempus quae in Deo praeextitit, quando tempus motor sit semper in actu movendi, non Iari, interdum in plurali ,1oquatur.
non potuit de novo incipere, ita ut antea non erat. Itaque processus Aristotelis nec
non fuerit; quía sine tempore non potest firmus esto nec necessarius. Potest autem 1 Aunque en la ed. Vives se lee immortales, consideramos que la expresión immate-
esse prius et posterius; sed tempus non est per dilemma fier¡ efficax: quia vel sub- riaJes, que aparece en otras ediciones, está más de acuerdo con la idea desarrollada en este
sine motu, quja ve1 sunt ídem, aut tempus stantiae corruptibiles semper fuerunt, vel
est quaedam passio motus; ergo perinde non: si primum, necessaria est aliqua sub-
punto (N. de los EE.).
----.,
170 Indice detallado de la metafísica de Arist6teles Libro duodécimo.-Cap. VII 171
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Los demás puntos que desarrolla aquí Aristóteles sobre el acto y la potencia <le ser realizado; por lo mismo dice que en el primer motor se cumple el primer
fueron considerados con ocasión del lib. IX. concepto de fin, pero no el segundo. -
Cuesto 6. Si el primer motor es la sustancia eterna de todas las cosas, simple,
CAP. VII "ctual o acto puro. Disp. XXX, seco 3.
Cuesto 7. Si el primer motor es un ser absolutamente necesario por su natura-
Los ATRIBUTOS DEL PRIMER MOTOR 1eza, sin que pueda en modo alguno ser de otra manera, disp. XXIX, seco 1.
Cuesto 1. Eficacia de la prueba derivada del movimiento del cielo para de- Cuesto 8. Si -en opinión _de Aristóteles- el primer motor mueve por nece-
mostrar la unicidad del primer motor inmóvil. Ampliamente en la disp. XXX .idad de su naturaleza, o más bien por concepción previa del fin y por su nece-
sec.1y8. ' sidad; disp. XXX, seco 16.
Cuesto 2. Si en opinión de Aristóteles el primer motor mueve el cielo como Cuesto 9. Si -en opinión de Aristóteles- el cielo y la naturaleza dependen
fin o también comO' causa eficiente; en este lugar parece conferirle sólo el primer del primer motor, no sólo en cuantO' al movimientO', sino también en cuanto a la
modO' de causar; mas lo hace exclusivamente para pO'ner de relieve su inmovi- sustancia; disp. XX, seco 1 y disp. XXIX, seco 2.
lidad; por otra parte, reconoce su actividad eficiente, según exponemos con más Cuesto 10. Si posee el primer motor una vida perfecta, eterna y actual, dota-
amplitud en la disp. XXIII y disp. XXX, seco 17. da de sumo y perfectísimo goce, originada de su propia contemplación. Lo expo-
Cuesto 3. Si en ~pinión ~e Aristóteles el primer motor mueve la primera nemos ampliamente en la disp. XXX, seco 14. No cabe dudar de la elevación de
esfera mediante otra mtelig~ncla o por sí mismo. Aquí parece insinuar lO' pri- pensamiento y expresión con que Aristóteles habla de Dios en este lugar. De él
mero" a ~o ser que se explIque que mueve en cuantO' movido no por otro, sinO' son aquellas notables palabras: si Dios se encuentra tan bien siempre como nos-
por SI mIsmo; de esta suerte se hace más comprensible la inmovilidad del primer otros alguna vez, es admirable; si se encuentra todavía mejor, es más admirable;
motor, porque mueve no sólo en el orden de la eficiencia, sinO' también en el del y así efectivamente se encuentm. Parece que realmente el Filósofo llegó a expe-
fin, en .~uant?' no e~ ~ovido .~or otro, sino porque se tiene a sí mismo por motivo de rimentar en ocasiones un gran placer en sus variadas elucubraciones sobre las
su aCClOn, sm reClblr mOClOn de otro. Pues tanto en el planO' de la eficiencia sustancias separadas y, especialmente, sobre la primera, poniendo, por 10 mismo,
comO' en e~ del fin, es lo primero y supremo. Mas en todo lO' demás que dice, en ella la felicidad humana; desde aquí, pues, se eleva y se abisma en admiración
expresa ArIStóteles su senur de que nO' hay otro motor de dicho cielo fuera del de la perfección divina. Y razona así legítimamente. La intelección se realiza por
primero e inmóvil. Pero de esto se habla más detenidamente en los libros De Caelo. -cierta unión del entendimientO' cO'n la cO'sa entendida, contemplándola al poseerla
. C~~s:. 4. Si el primer motor es el primer inteligible en acto, en cuanto en sí; esta operación es su mejO'r disposición, y en este orden la especulación es
slmphcI~lma y actualíslma sustancia. Así opina aquí de él Aristóteles. Se trata lo más grande y lo más deleitable; por consiguiente, si Dios es el sumo inteligible
en la dlsp. XXXVII, seco 11. en suma umón consigo mismO', contemplándO'se a sí mismO' por sí mismO' eterna-
Cuest. 5: ¿Es ~I primer motor lo primero apetecible? La pregunta equivale a mente, admirable tiene que ser su vida y goce interno. .
preguntar SI es. el ~?mo fin. Nos ocupamos de esto en la disp. XXIV. De aquí Cuesto 11. Si Dios nO' es sólO' el viviente eternO' y más perfectO', sino que es
se deduce la dlsunclOn de un doble fin, hecha por Aristóteles. Uno preexistente también su prO'pia vida, porque es su propia operación y actO' puro; así, y cO'n
-el otro no. Conquistable el primero por medios, mientras el segundo incluso h~
fidendus, et ideo priorem rationem finis optime de Deo sentíat ac Ioquatur. Cuius
ait habere locum in primo motore, non vera illa sunt verba notatione digna: Si ita bene
Caetera quae Aristote1es hic traetat de se; ita enim melius explicatur immobilitas posteriorem. se habet Deus semper, sicut nos aliquando,
actu et potentia, cirea lib. IX sunt notata. primi motods, quía non solum in genere Q. 6. An primus motor sit perpetua sub- admirabile est; quod si magis adhuc, admi-
efficientis, sed etiam in genere finis movet stantia omnium, simplex, et secundum ac- rabilius est; at ita se habet. Videtur sane
CAPUT VII ut non motus ab alio, sed quia propter s~ .tum, seu purus actus, disp. XXX, sect. 3. PhUosophus expertus allquando magnam
operatur absque motione. Nam sicut in ge- Q. 7. An primus motor sit ens simplici- quamdam iucunditatem in sua qualicumque
De attTibutis prími motoris
nere efficientis, ita in genere finis est pri- ter necessarium natura sua, quod nullo mo- speculatione substantiarum separatarum, et
Quaest. l. An ex motu coeli sufficien- muro et supremuro. At vera in reliquis Offi- do possit aIiter se habere, disp. XXIX, praesertim primae, in qua proinde huma-
ter colligatur ~lnUS primus motor immobilis; nibus dietis Aristoteles sentit non esse sect. 1. nam felidtatem alibí constituit; hinc ergo
de hoc fuse dlSp. XXX, sect. 1 et 8. aUum motorem illius coeli praeter primum Q. 8. An secundum Aristotelem primus ascendit, et in adroirationem venit divinae
Q. 2. An ex sententia Aristotelis primus et immobilem; sed de hac re latius in libris motor moveat ex neecssitate naturae, vd perfectionís. Sicque vere ratiacinatur. InteI-
motor so}um moveat coelum ut flnís, ve1 de Coe1o. potius ex praeeoneepto fine eiusque neces-
Q. 4. An primus motor sit primum in- lectus intelligit per quamdam coniunctio-
etiam lit efficiens; hic enim priorem tan- -gitate, dlsp. XXX, sect. 16. nem ad rero intellectam, et illam in se ha-
tum causandi moduro illi attribuere videtur; telligibile actu, tamquam simplicissima et Q. 9. An coeluro et natura pendeant a
actualissima substantia. Ita erum de illo hie bens contemplatur, et haee operario est op-
sed --hoe --solum---facit-- _out --eluB im:ttmhilitatetn primo motare seeundum Aristotelem, non tima dispositio eíus, et in illo ordine specu-
declaret, aHoqui enim eius effidentiam ag- sentit Philosophus. Tractatur disp. XXXVII, tantum quoad motum, sed etiam quoad
sect. 11. substantiam; disp. XX, sect. 1, et disp. latío est optima et maxime delectabilis; si
n?scit, ut latíus traetamus disp. XXIII, et ergo Deus est summum intelligibile, sibique
disp. XXX, sect. 17. Q. S. An primus motor sit primum ap- XXIX, sect. 2.
petibile, quod perinde est ae quaerere an sit Q. 10. An primus motor optimaro ac coniunetissimum, et se per se ipsum perpe-
Q. 3. An secundum Aristotelem primus ultimus flnís; de qua in disp. XXIV dis- tuo conteroplatur, adtlli,rabilis est eíus vita
motor moveat primum orbem mediante aHa perpetuaID et actualem vitam habeat, sum-
serimus. Ex hoc vero loco habes ab Aristo- ma ac perfeetissima iucunditate affeetam, atque delectatio.
intelligentia, vel per seipswn. Hie erum te1e distinetionem duplids finis. Unus est Q. 11. An Deus non saluro sit sempi-
quae ex sui contemplatione nascitur. Trac-
priorem partero insinuat, nisi exponatur praeexistens, alter non praeexistens. Prior ternum ae optimum vivens, sed etiam sit
.quod moveat ut motus non ab alio, sed a tamus late disp. :XXX, seet. 14. Non est
acquirendus per media, posterior etiaro ef- tamen dubium quin Aristoteles hoe loco sua vita, quía est sua operatio, ae purus
172 Indic. detallado de la metafísica de Aristó/eles
Libro duodt!".~mo.-Cap'. VI_II_ __ 173
toda razóll opina Aristóteles aquÍ de Dios, según exponemos en la rusp. XXX,
j

seco 3 y 14. . Cuesto 3. Posibilidad de probar. que el nú~ero de s~stancias separadas no


Cuesto 12. Cómo puede ser verdad 10 que aquí afirma Aristóteles, a saber, supera al de los cielos, 0, al contrarIo, que el ~umero de estos es. mayor que el
que en Dios se da un evo continuo y eterno; en la disp. XXX, seco 8, y disp. L, de ellas, o imposibilidad de una prueba convmcente de cualqUlera de ambas
seco L cosas. Ibid. . li. .
Cuesto 13. Si Dios, igual que es principio de todos los seres, es también el Cuesto 4. Si el cielo superior es movido también P?~ UJ:-a ~~e genCla sup;rlOr
más perfecta, y si esto se ha de referir a la perfecclOn m~lVldual o especIfica.
más bueno y bello de todos ellos. Trátase en la disp. que acabamos de citar.
y tiene su lugar propio en la exposición de este texto, ya que Aristóteles afirma ~uele acometerse aquí la cuestión de si es más perfecto el CIelO. ~el sol, que los
todo esto al reprender a los pitagóricos y a Speusisso [sic], por negar que Dios cielos superiores de los planetas. Pero ni pertenece ~, este luga~, m mt~resa para el
sea el más bueno y el más bello, por más que sea principio; pues no siempre los asuntO' presente, pues, dejando a un 1ad~ la perfecclOn ~ustanclal, lO' CIerto es 9u~,
principios son tan perfectos como 10 que de ellos resulta, como es patente en el comO' móvil, cuanto más superior es un CIelO, ~anto es mas perfecto .en C'~Ianto movII>
semen. Responde él que el principio próximo instrumental cierto que no es no sólo por su magnitud, sino por ser superIOr .Y contener a los mfe.rlOres.
siempre igualmente perfecto; pero el principal y sobre todo el primero, es nece- Cuesto 5. Si la incorruptibilidad y etern~d~d de las ~ustanclas separadas
sariamente el más perfecto. puede deducirse legítimamente de la incorruptlbllldad del CIelo y eterrudad del
Cuesto 14. Si admitió Aristóteles que Dios es absolutamente infinito; si 10 mismo movimiento. Disp. XXXV, seco 1 y 2. . .,
probó debidamente por el hecho de que Dios mueva durante tiempo infinito; Cuesto 6. Si por el movimiento eterno del cielo se puede llegar, en ~pmlOn
en la disp. XXX, seco 2. de Aristóteles, a la conclusión de que dichas sustancias carecen de I?agmtud, y
Cuesto 15. Si es imnaterial y absolutamente impasible el primer motor; y son, consecuentemente, infinitas. Ibid., y en la disp. XXX, seco 4. . .
si esto se demuestra suficientemente por demostración racional, disp. XL, seco 1 y 8 . Cuesto 7. Si estimó Aristóteles que las sustancias motoras de los CIelos mfe-
riores son como la del primerO', y en qué sentido llamó primera a la una y segun-
da a la otra Todas estas cuestiones las abordamos en la disp. XXIX, seco 2, y en
CAP. VIII la disp. XXXV, seco 2. Los punt~s que cor~e~ponden de suyo al metaflsic.o se
NÚMERO DE SUSTANCIAS SEPARADAS tratan ampliamente; pero los propIOs de la flslca, y que pertenecen a los lIbros
De Caelo, son objeto de breve reseña. ,
En este capítulo prueba Aristóteles el número de sustancias inmateriales mo-
Cuesto 8. Por este mismo motivo, omitimos la parte que queda del capItulo,
toras por el número de esferas móviles, deduciendo su orden y propiedades del
en la que discute Aristóteles extensamente el número de las esferas celestes. Trata
orden de esas esferas móviles; y este razonamiento da pie a varias cuestiones.
además de la unidad del cielo, es decir, de la. esfera celeste completa y, en conse-
Cuesto 1. Posibilidad de demostrar eficazmente que los cielos se mueven por
c{¡encia de todo el universO', mostrando que es efectivamente uno. Mas el argu-
una sustancia separada fuera de la primera. Compete esto a los libros De Caelo;
lo abordaremos en la disp. XXXV, seco 1. mento que pone no es c'Onvincente, es decir, que si hubiese muchos cielos, ten-
drían muchos principios, distintos sólo numéricamente; y demuestra que esto es
Cuesto 2. Dado que así se muevan, necesidad de que se muevan los cielos por imposible, ya que seria preciso que tales principios tuviesen materia. Mas la pri-
tantas sustancias separadas, cuantos son los mimos cuerpos celestes. Ibid.
mera consecuencia es infundada, porque pueden darse muchos mundos depen-
actus; ita erum me de Deo Aristoteles sen- baverit ex eo quod infinito tempore movet;
tít et optime, ut disp. XXX, seet. 3 et 14, disp. XXX, sect. 2. Q. 3. An probari possit numerum sub- dum Aristotelem, ibidem, et disp. XXX,
traetamus. Q. 15. An primus motor irnmaterialis -stantiarum separatarum non esse rnaiorem sect. 4.
Q. 12. Quomodo verum sit id quod hie sit ae simpliciter impassibilis, idque satis quam coelorum, aut e converso hunc nu- Q. 7. An putaverit Aristoteles tales esse
Aristoteles asserit, nempe Deo inesse ae- dernonstretur ratione naturali, disp. XL, merum esse maiorem illo, ve} neutrum pos- substantias motrices inferiorum coe1orum
vum continuum et aeternum, disp. XXX, sect. 1 et 8. si! satis ostendi, ibid. ac primi, et quo sensu intellexerit hanc es-
seet. 8, et disp. L, sect. 1. Q. 4. An superius coelum a sup~rjori se primam, i11am Yero secundam. Hae om-
Q. 13. An Deus, sieut est omnium en- CAPUT VIII et perfectiori intelligentia ~ovea!ur,. ~dqu~ nes quaestiones attinguntur a nobis .in disp.
tium prindpium, ha et sit optimum et pul- intelligendum sit de perfectlOne mdivlduah XXIX, sect. 2, et in disp. XXXV, sect. 2.
cherrimum eorum. Tractatur a nobis in De numero substantiarum separ'atarum vel specifica. Quo loco attingi solet qu.ae~­ Et quae ad metaphysicum per se spectant,
praedjcta disputatione. Habetque loeum dr- Aristoteles in hoc capite ex numero coe- tio an coelum solis sit perfectius supenon- fuse tractantur; quae vero sunt proprie
ca textum hune, nam haee omnia pIane lorum mobilium probat numerurn immate- bus planetarum coelis. Sed non est huius physicae et pertinent ad Ubros de Coelo,
significat Aristote1es, dum reprehendít Py_ rialium substantiarum moventium, et ordi- loci, nec refert ad rem praesentem, nam salum breviter expediuntur.
thagoricos et Speusissum, eo quod negaret nem ac proprietates earum ex ordine coelo- quidquid sit de substantiali perfectione .in Q. 8. Et eadem ratione omittimus re-
D.t;!U.In. ess.e....-ºptimum _et .. p.u1cherrirnum~ licet ruro mobiUum colligit. Cirea quem discur- ratione mobilis, certum est coelum, quo su- liquam partem capitis, in qua Aristoteles
sit prindpium; non enim semper principia sum variae quaestiones insurgunt. penus, eo habere ration~m ?1obilis perfe,?- fuse agit de numero orbium coe1estium.
sunt aeque perfecta atque id quod ab illis Quaest. 1. An probari satis possit tioris, tum propter magmtudmem, tum qUIa Item agit de unitate coeli, id est, totius
fit, ut patet in semine. At ipse respondet coelos moveri ab aliqua substantia separata est superius et continet inferiora. sphaerae coelestis, et consequent~r totius
pr.incipium proximum et instrurnentarium praeter primam. Haec spectat ad libros de Q. 5. An ex incorruptibilitate coel.i, ve! universi, ostendens esse unum. Ratio autem
non semper esse aeque perfectum; prind.. Caelo, illam vero attingemus disp. XXXV, motus ipsius aeternitate, recte coll1gatur eius frivola est, scilicet, quia si essent pIu-
pale vero ac praesertim primum, necessario sect. 1. substantias separatas esse incorruptibiles et res coeli, haberent principia plura solo nu-
esse perfectissimum. Q. 2. Esto ita moveantur, an necesse perpetuas, disp. XXXV, sect. 1 et 2. .. mero diversa; quod impossibile probat,
Q. 14. An senserit Aristoteles Deum sit a tot substantiis separatis moveri coelOS,. Q. 6. An ex coeli motu a~terno CO~lgJ. quia oporteret talla principia habere mate-
esse simpliciter infinitum, recteque id pro- quot sunt ¡psa carpora coelestia, ibid. possit illas substantias esse sme magnltu- riam. Sed i11a prima seq"LJela frivola est,
dine, et consequenter esse infinitas, secun- quia possunt esse pl.ures mundi ab eodem
174 lndice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro duodécimO'.-Cap_.-=I"'X'--_ _ _ _ _ _ _ _ _ _"_ _ _ _ _ _ _
17_S
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dientes del mismo principio, según explicamos con más extensión en la disp. XXIX, mente divina es la suprema y más excelente inteligencia o intelección misma;
~1. - abora bien, la excelencia de la intelección depende en gran parte de la excelencia
Cuesto 9. Tamhién la refutación de tal consecuencia se roza con la cuestión~ de la cosa entendida; por ello, conviene más no ver algunas cosas que verlas, si
del principio de indíviduación, largamente tratada en la disp. V, seco 2 y siguien_ son demasiado viles; por consiguiente, no es cualquier inteligencia la mejor, sino
te. Mas en todo este razonanúento de Aristóteles hay que tener presentes aque- aqnella cuyo objeto de intelección es el mejor; luego la divina inteligencia tieno
llas sus palabras bastante humildes: así es racionalmente creíble; avel'iguar qué- el objeto más perfecto; luego tiene que conocerse a sí misma, porque de lo con,
es lo que de hecho tiene que ser, dejemos que lo decidan quienes posean mayores trario existida algo más digno que ella.
fuerzas. Hizo, Plles, bien al entender que nO' se trataba de demostraciones, sino- Cuesto 3. Surge de aquí la tercera cuestión: según el Filósofo, ¿no conoce
de razonamientos probables. Dios nada fuera de sí~ sino sólo a sí mismo? A primera vista así parece opinar
de Dios Aristóteles. Pero puede interpretarse con Santo Tomás que Dios no
CAP. IX conoce nada distinto de sí esencial y primariamente, es decir, de manera que
CONTIENE ALGUNAS DUDAS SOBRE LA INTELIGENCIA DIVINA este conocirniento le perfeccione, o- se vea impedido por ello y apartado del cono-
cimiento de un objeto más excelente. Mas de esto hablamos con más detenimiento
Cuesto 1. La primera cuestión propuesta por Aristóteles es si la mente divina en la citada disp. XXX, seco 15.
se encuentra siempre en acto de intelección. Plantea la duda en estos términos: Cuesto 4. Se presenta otra cuestión por la respuesta a una duda que pro-
si no es intelección siempre actual, ¿qué excelencia será la suya? Estará, pues, pDne aquí el Filósofo, consistente en saber si en todos los seres que carecen de
como dormida. Por el contrario, si está siempre entendiendo en acto, le viene, materia y, consecuentemente, en todas las inteligencias, se identifican la intelec-
consiguientemente, su dignidad del acto de intelección; por 10 tanto, ya no es
ción y la cosa entendida, y si, por lo tanto, el ángel es su propia intelección. Aris.:..
la sustancia más noble. La respuesta es que está siempre entendiendo en acto,
tóteles parece inclinarse por esto. En efecto, al plantearse cómo la mente divina
no en virtud de una intelección sobreañadida a su sustancia, sino por su propia
nobilísima sustancia. Así se responde suficientemente a ambos motivos de duda. puede ser su propio conocimiento, puesto que la intelección suele distinguirse
Esta cuestión la tratamos expresamente en la disp. XXX, seco 15. Aún añade aquí de su objeto, responde que la intelección no se distingue de su objeto sino como
el Filósofo otra prueba de dicha respuesta, y es que si Dios no fuese su propia la forma sin materia se distingue de una forma que está en la materia. De donde,
intelección, le sería difícil conserVar continuidad en su actividad intelectiva. La al carecer de materia la mente divina, en ella no es. necesario que la cosa enten~
razón, empero, no es convincente, porque, de lo contrario, probaría lo mismo dida se distinga de la intelección; y si esta razón es eficaz, tiene que cumplirse
respectO' de otras inteligencias. Pues, aunque una acción no sea sustancia, puede nO"· en todas las inteligencias. Puede, empero, responderse que no se trata más que
ser laboriosa la continuación de la misma, por no implicar ninguna contradicción de cierta semejanza oportuna para explicar cómo en la ciencia divina, por su
con su naturaleza, ni causar alteración o mutación alguna contraria. inmaterialidad y espiritualidad suma, no es necesario que el objeto propio se dis-
Cuest. 2. ¿Cuál es el objeto de intelección de la mente divina: ella misma tInga del conocimiento mismo. No es, pues, preciso que esto se verifique igual-
o algo distinto, una cosa distinta en cada momento o siempre lo mismo? Res- menté" en cualquier inteligencia, ni hay por qué afirmar que fue ésta la mente
puesta: es manifiesto que entiende lo más divino y más noble, de donde resulta de Aristóteles; problema de que tratamos detenidamente en la disp. XXXIV, seco 4.
que se entiende a sí mismo. Virtualmente, pues, viene-a exponer este argumento: la
principio, ut latius tractamus disp. XXIX, suam; non est ergo ipsa nobilissima sub- sima intelligentia seu intellectio ipsa; sed omnibus intelligentiis, ídem sint intellectio
sect. 1. stantia. Responsio vero est semper actu ad nobilitatem intellectionis multum refert et res intellecta, et consequenter angelus
nobilitas rei intellectae; propter ·quod me- sit sua intellectio. Videtur enim hane par-
Q. 9. I?1~ugnatio .etiam illius conse- inte1ligere, non intellectione addita substan-
quentis attmglt quaesuonem de principio tiae suae; sed per suarnmet nobilissimam lius est quaedam non videre quam videre, tem Aristoteles insinuare. Curo enim pro-
individuationis, de qua late di.sp. V., sect. substantiam. Et ita satisfit utrique ration!' si villssima si,nt; non ergo quaelibet intel~ posuisset dubium, quo modo divina mens
2 et sequenti. In toto vero hoc discursu dubitandi. Quam rem ex professo tracta- ligentia est optima, sed illa quae est opti- possit esse intelligentia suí, cum soleat in~
Aristotelis prae oculis habenda sunt illa mus disp. XXX, sect. 15. Addit vero hic mae rei inteUectae; ergo divina mens intel- tellectio ab obiecto distinguí, respondet in-
verba eius satis modesta: Ita rationabiliter Philosophus aliam probationem dictae re- ligit ~d quod optimum est; ergo intelligit tellectionem non distingui ab obiecto, nisi
arbitrandum est, quad enim necessarium sponsionis, sci~icet, quia si Deus non esset se ipsam, alias esset quidpiam aliud dignius ut formam sine materia a forma quae est
est, relinquatur patentiaribus dicendum. sua intellectio, laboriosa ei esset continuatiO' ipsa. in materia. Unde cum divina mens careat
Recte enim inteIlexit has non esse demon- intelligendi. Sed ratio non est convincens" Q. 3. Hinc vero oritur quaestio tertia, materia, non oportet ut in ea res intel-
strationes, sed discursus probabiles. alias idem probaret de omnibus allis intel-· an secundum Philosophum Deus nihil ex- lecta ah intellectione distinguatur, quae ra-
ligentüs. Quamvis ergo actio non sit sub- tra se intelligat, sed solum seipsum. Nam tio si efficax est, in omnibus intelligenilis
eAPUTIX stantia, potest non esse laboriosa continua- prima facie videtur Aristoteles ita de Deo locum habet. Sed dici potest illam tantum
tio eius; quia nullam repugnantiam habet sentire. Sed exponi potest cum D. T11Oma, fuisse accornmodatam quamdam proportio-
Duma quaedam continens arca divinam cum natura, nec contrariam aliquam altera- non cognoscere a}iud a se per se primo, aut nem, ad exp}icandum quo modo in diVina·
intelligentiam tionem vel mutationem causat. ita ut ab eo perficiatur, vel ita ut a nobilis- scientia propter summam eius immateriali-
Quaest. 1. Prima quaestio ab Aristotele Q. 2. Quidnam intelligat divina mens, simo obiecto cognoscendo impediatur vel
distrahatur. Sed de hae re latius dicta disp. tatem et subtilitatem necesse non sit obiec-
posita est an divina mens actu semper in- an se vel aliud; et an allud semper ve!' tum proprium ab ipsa scientia distinguí.
telligat. Et rationem dubitandi proponit, semper idem. Responsio est: Manifestum- XXX, sect. 15.
Q. 4. Alia quaestio suboritur ex resolu- Non est autem necesse ut id verum habeat
quia si non actu semper intelligit, quid- est illud intelligere quod divinissimum ho- in quavis intelligentia, neque est cur dica-
nam praecellens erit? Erit enim ut dor- narabilissimumque est, qua ¡it ut se ipsum tione cuiusdam dubitationis, quam hic Phi-
losophus proponit, an, scilicet, in omnibus mus eam fuisse mentem Aristotelis, de qua
miens. Si autero semper intelligit actu, ergo intelligat. Virtute ergo hunc conficit discur-
ab actu intelligendi habet nobilitatem sumo Divina mens est suprema ac nobilis- quae carent materia, et consequenter in re late disp. XXXIV, sect. 4.
176 [ndice detallado de la metafísica de Aristóteles Libro duodécimo.-Cap. X 177
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Cuest. 5. La quinta cuestión es saber si Dios permanece siempre y necesa- En cambiO', no subsume expresamente la proposición menor, aunque a ella
riamente en conocimiento actual de sí mismo, como determina aquí el FilósofO'. va dirigida su atención, y con esta ocasión hace de nuevo una digresión sólo para
Lo prueba magníficamente: porque sufrida detrimento, bien porque cesase de tocar ligeramente y refutar las opiniones de los antiguos sobre los principios, a fin
tal manera que se quedase sólo en actO' primerO' como dormido, según se dijo de deducir de aquí que por ninguno de los modos propuestos se puede llegar a
en la primera cuestión, o bien ----por 10 que a esta cuestión respecta- porque comprender debidamente cómo, en virtud de tales principios, puede subsistir
pasase de contemplarse a sí mismo a la contemplación de otras cosas, ya que y conservarse el orden admirable del universo, sin un supremo' ordenador.
siempre sería pasar a algo menos noble. De ello tratamos en la disp. XXX, seco 15. y aún apunta incidentalmente unas valiosísimas razones, aunque de manera
Cuesto 6. Si el conoc.imiento de Dios se realiza por simple inteligencia o por demasiado breve y con cierta oscuridad, como cuando dice que no hasta- afirmar
composición: acepta la primera parte; es una cosa indudable. Véase la disp. XXX, que todo se produce de contrarios, si no se cuenta con un principio superior que
seco 15. los disponga de tal manera y regule sus alternativas de tal suerte, que ninguno
-de ellos absorba completamente al otro, sino que se perpetúe siempre la duración
de las generaciones. La otra razón es, porque sin este principio nO' se llega a cono-
CAP. X
cer la causa por qué este individuo participa ahora la especie y no antes, el uno
QUE HAY UN SOLO SOBERANO Y RECTOR DEL UNIVERSO primero y el otro después. Ambas razones, como dice muy bien Santo Tomás, .
Esta es la afirmación que Aristóteles sienta en este capitulo, la cual qUlr.o están concebidas en aquellas palabras: pero no sólO' es necesario (o sea, por la pri-
también que fuese la conclusión de toda la obra, y una especie de epílogO' digno mera razón) un principio más primordial que aquellos que constituyen los dos prin-
de tan gran filósofo. La prueba con el siguiente razonamientO': el bien iei lLni- .ci-pios, sirlO también que aquellos que constituyen las farmas (es decir, las ideas),
verso consiste en la debida subordinación de sus partes, de modo que este bien purque hay otro principio más primordial; ¿pues por qué participó o participa?
sea a manera de un bien intrínseco e inherente al universo mismO'; mas este bien Esta es la segunda razón. Por fin, al terminar el capítulo, añade esta prueba de
no puede darse si no hay algún jerarca supremo y gobernador de él, que sea, al dicha menor: la pluralidad de gobiernos, o de principios primeros, no es buena
mismo tiempo, su fin extrínseco y último, del cual proceda y al cual tienda el ni contribuye a un buen régimen; mas los seres no quieren ser mal gobernados;
bien extrínseco del universo: luego es necesariO' en el universO' un solo sobe- luego existe un solo soberano.
rano y gobernador supremo. Cuesto 1. Sobre esta conclusión del Filósofo y sus pruebas se presentan di-
Explica el Filósofo su raciocinio en primer lugar con el ejemplo de un ejér- versas dudas. La primera es sobre la posibilidad de demostrar suficientemente por
cito, cuyo bienestar interno está en la debida subordinación; mas para esto se 'este razonamiento o por otros, a la sola luz natural, la existen~ia de un solo Dios;
exige un caudillo, que es el bien mayor de todo el ejército, precisamente porque tratamos esto ampliameute en la disp. XXIX, seco 1, y en la disp. XXX, seco 10.
de él se deriva y por él existe el orden en el ejército. Expone luego la primera Cuesto 2. Si tiene Dios providencia de este mundo; sus características; opi-
afirmación propuesta, explicando brevemente el orden de las partes del uLÍverso nión de Aristóteles sobre este punto, en la disp. XXX, seco 16 y 17, amén de lo
por comparación con una casa y familia bien ordenada: esto queda claro por dicho en la disp. XXII.
sí solo.
Minorem autem propositionem non ex- prrinctp¡.a faciunt, aliud princtpalius princi-
Q. 5. Quinta quaestio esto an Deus sern- tius operis eonclusionem, et quasi perora- presse subsumit, cam tarnen revera inten- pium necesse est esse (scilicet, propter ra-
per ac necessario pennaneat in actuali co- tionem tanto Philosopho rugnam. Eam vero dit, et ea occasione divertit hic iterum ad tionem primam), tum illis qui formas (id
gnitione sui~ ut hic definit Philosophus. huiusmodi discursu demonstrat. Universi attingendas leviter et reiiciendas antiquo- est, ideas), quia aliud principalius princi-
Quod probat oprime, quia in deterius mu- bonum consistít in debito ordine suarum mm opiniones de principiis, ut inde col- pium est; cur enim participav-it «ut partici-
taretur, sive ita cessaret ut maneret in solo partium, ita ut hoc bonum sit quasi bonmn ligat nullo ex ructis modis posse recte intel- pat? Ecee rationem secundam. Tandem ve-
actu primo tamquam dorrniens, ut in q. 1 intrinsecum et inhaerens ipsi universo; sed ligio quo modo mirabilis ordo huius uru- ro in fine capitis hanc probationem illius
dictum est, sive (quod ad hane quaes- non potest habere huiusmodi honum, rusi versi ex i111S principEs subsistat et conser- minoris subiungit: Pluralitas principatuwm
tionem pertinet) a sui contemplatione ad alía in eo sit unus aJiquis supremus prineeps et vetur, sine ullo supremo gubernatore. seu primorum principiorum non est bona,
transiret; quia semper transiret ad aliud gubernator eius, qu¡ s~mul sit extrinsecus Et obiter optimas attingit rationes, nee confert ad bonum regimen; at enria
minus nobile; de hac quaestione agimus et ultimus finis illius~ a quo emanet et ad quamvis brevissime et subobscure, qualis nolunt male gubernari; unus ergo prin-
disp. XXX, sect. 15. quem tendat extrinsecum bonum univer8Í; est illa, quod non satis est dicere omnia ceps.
Q. 6. An Deus intelligat per simplieem ergo necessarius est in universo unus supre- fieri ex contrariis, rusi ponatur aliud supe- Quaest. 1. Circa hanc Philosophi con-
intelligentiam.~ vd .,~ºmponendo, et definit mus princeps et gubernator. nus principium quod illa ita disponat, et clusionem eiusque p.robationes variae in-
priorem partem; et est res clara. Vide Hune discursum primo declarat Philoso- ordinet vicissitudines rorum, ut neutrum surgunt quaestiones. Prima, an hoc discur-
disp. XXX, sect. 15. phus exempl0 exercitus, cuius intrinsecum eorum aliud prorsus absumat, sed succes- su vel aliis naturalibus sufficienter demon-
bonum in debito ordine consistit; ad illum sio generationum perpetuo duret. Est item stretur esse unum tantum Deuro; quam
autem requirit ducem, qui maius bonum .alia ratio, quod sine hoc principio non pot- late tractarnus disp. XXIX, sec...'t. 1, ct
CAPUT X est totius exercitus, quia ab ipso et propter est assignari causa cur hoc individuum disp. XXX, sect. 10.
ipsum est ordo exercitus. Deinde declarat nunc participet speciem et non antea, et Q. 2. An Deus habeat huius universi
Unum esse principem ac gubernatorem
priorem propositionern assumptam, explican- -aliud prius, aliud posterius. Utramque vero providentiam et qualem, quidque in hoc
universi
do breviter ordinem partium universi per rationem, ut oprime D. Thomas notavit, Aristoteles senserit, disp. XXX, sect. 16 et
Haec assertio est ab Aristotele in hoc comparationem ad domum et farniliam bene habet in verbis illis: At tum illis qui duo 17, praeter dicta disp. XXII.
capite intenta, quam etiam voluit esse to- ordinatam; et res est per se satis clara.
178 Indice detallado de la metafísica de Anstó/el.<
Cuest. 3. Si se apellida a Dios sumo bien del universo sólo por ser fin último,
o acaso también por ser causa eficiente. Este tema se tocó con frecuencia en todo.
lo anterior, señalándose los correspondientes pasajes de las disputaciones. Unica-
mente conviene advertir aquí, que Aristóteles en este capítulo junta con frecuen_
cia ambas cosas y las incluye en las mismas conclusiones, censurando a los anti-
guos por haber pasado por alto la segunda razón. Hace un elogio especial de
Anaxágoras por haber defendido la inteligencia como motor primero, esto es,
eficiente, y añade a continuación: mas por causa de alga tiene que mover, luego
será el segundo, 'a no ser que sea tal coma nosotros decimos, a saber, que mueve por INDICE DE LAS DISPUTACIONES Y SECCIONES
sí mismo.
Lo demás que puede echarse en falta sobre el conocimiento natural de Dios o de CONTENIDAS EN ESTA OBRA
la primera causa y de las inteligencias, es objeto de larga discusión en nuestras'
disputaciones; en concreto, sobre Dios en cuanto causa primera, en las disp. XX,
XXI Y XXII; en cuanto fin último, en la XXV; en cuanto ejemplar primero, DISPUTACION PRIMERA
en la XXVI; en cuanto deidad propiamente, en la XXIX y XXX; sobre
las inteligencias creadas a su vez en la disp. XXXV, según se dará a conocer NATURALEZA DE LA FILOSOFÍA PRIMERA O METAFÍSICA
con más detalle en el índice siguiente.
Sección l.-Cuál es el objeto de la metafísica.
Q. 3. An Deus dieatur summum bonum ut nos dicimus, scilicet, quod propter SI!'
Seco Il.~Si la metafísica trata de todas las cosas según las razones propias de
universi solurn tamquam finis ultirnus eius, movet. éstas.
Bn yero etiam ut efficiens. Haee saepe taeta Caetera. quae de naturali cognitioile Dei Seco Dr.-Si la metafísica es una sola ciencia.
es! in superioribus, et designata sunt dispu- seu primae eausae et intelligentiarum desi-
tationum loca. Hic solum notetur, Aristo- derari possunt, disputarnus late in nostris
Seco IV.-Cometidos, fin y utilidad de esta ciencia.
telem in hoc eapite saepe eondudere et eon- dlsputationibus, et de Deo quidem sub ra- Seco V.~Si la metafísica es la ciencia especulativa más perfecta y verdadera
iungere utrumque, et reprehendere anti- tione primae eausae, in disp. XX, XXI et sabiduría.
quos, qui alteram rationem omiserunt. Spe- XXII, sub ratione ultimi fínís in XXV, sub Seco VI.-Si, de entre todas las ciencias, es la metafísica la más apetecida por
cialiter tarnen approbat Anaxagoram, quod ratione primi exemplaris in XXVI, sub-
posuerit mentero ut primum movens, id propria ratione Dei in XXIX et XXX; de el hombre con apetito natural.
est, efficiens. Et subdit statim: Verum ali- intelligentüs autem creatis in disp. :XXXV"
cuius gratia mavet, quare alterum, .nisi sit ut speeialius sequens index monstrabit. DISPUTACION II
LA RAZÓN ESENCIAL O CONCEPTO DEL ENTE

Sección I.---Si el ente en cuanto ente tiene en nuestro entendimiento un con-


cepto formal común a todos los entes.
Seco II.-Si el ente tiene un concepto o razón formal objetiva.
Seco IIl.-Si la razón o concepto de ente, realmente y con anterioridad a l.
operación intelectual, prescinde, de algún modo, de sus inferiores.

INDEX DISPUTATIONUM ET Sect. V. Utrum metaphysica sit perfec-


tissima seientia speeulativa, veraque sa~
SECTIONUM QUAE pientia.
Seet. VI. Utrum inter orones scientias
IN ROe OPERE eONTINENTUR metaphysica maxime ah homine appetatUl'
appetitu naturali.

DISPUTATIO PRIMA DISPUTATIO II


DE NATURA PRIMAE PHILOSOPHIAE SEU DE RATIONE ESSENTIALI SEU CONCEPTU
METAPHYSICAE ENTIS
Seetio 1. Quod sit metaphysicae obiectum. Sect. 1. Utrum ens, in quantum ens,
Sect. 11. Utrum metaphysica versetur habeat in mente nostra unum conceptum
circa res omnes secundum proprias ratio~ formalem omnibus entibus cornmunem.
nes earum. Seet. 11. Utrum ens habeat unum con-
Sect. 111. Utrum ;metaphysica sit una ceptum, seu rationero !onnalem obieetivam.
tantum scientia. Sect. III. Utrum ratio seu conceptus
Sect. lV. Quae sint huius scientiae mu- entis in re ipsa et ante intellectum sit ali-
nera, quis finis, quaeve utilitas. qua modo praecisus ab inferioribus.
FRANCISCO SUAREZ
BIBLIOTECA HISP ANICA DE FlLOSOFlA
DIRIGIDA POR ANGEL GONZALEZ ALV AREZ

DISPUT ACIONES
METAFISICAS
VOLUMEN I

EDICIÓN Y TRADUCCIÓN DE

SERGIO RÁBADE ROMEO


SALVADOR CABALLERO SÁNCHEZ
y

ANTONIO PUIGCERVER ZAN6N

I
e1 L¡331 BIBLIOTECA HISPANICA DE FILOSOflA I
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Francisco Suárez nació en Granada, el 5 de enero de 1548. Joven, casi un
niño, pasó a estudiar cánones a la Universidad de Salamanca. Alll sintió a los die-
ciséis años el llamamiento de Dios para ingresar en las filas de la Compañía de
Jesús, Orden ya entonces aureolada de méritos, pese a su aún corta existencia. El
menguado talento de que entonces daba muestras Suárez estuvo a punto de impe-
dirle el acceso a la familia religiosa de Loyola y fue causa de que e! Provincial de
Castilla le quisiera recibir sólo en calidad de "indiferente" -sacerdote o hermano
coadjutor-', en función de que acreditase o no condiciones suficientes para el
o Editol'ial Gredos, Madrid, I960. estudio.
Ingresó como novicio en Medina de! Campo; de aquí se trasladó al Colegio
que la Orden tenía en Salamanca. En él fue -segón parece- donde despertó el
genio hasta entonces latente en el joven escolar. Tan rotundo fue el cambio, que,
después de su primera misa, celebrada e! 25 de enero de 1572, hubo de empren-
der -sumiso a sus superiores y acorde con su vocación intelectual- una larga
vida de actividad docente, que sólo incidentalmente hizo interrumpir su precaria
salud y que no acabaría más que con su muerte. Hasta 1574 enseñó filosofía en los
Colegios de Salamanca y Segovia. En 1575 comienza sus tareas de lector de Te<>-
logía, explicando esta disciplina con general satisfacción en los Colegios de Segovia,
Avila, Valladolid, Colegio Romano, Alcalá y Salamanca. En 1597, atendiendo la
petición formulada por Felipe TI a la Compañia, pasó a regentar la cátedra de
"Prima" de la Universidad de Coimbra hasta el 1615. Dos años más tarde -2 de
octubre de 1617- fallecía santamente en Lisboa.
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OBRAS.- En 1590, en la imprenta de Pedro Madrigal, Alcalá de Henares, salió


a luz la primera obra del ilustre jesuita: Commentariorum ac Disputationum in
tertiam partem divi Thomae. Tomus primus. Así inaugoraba una intensa labor de
publicista, continuada póstumamente con varias obras que por diversas causas no
se habían dado a la prensa durante su vida. De ella puede hacerse nna idea el lector
sólo con recordar que en la edición de las obras completas de! jesuita, hecha por
Sebastián Colleti en Venecia -1740 a 1751-, ocupan éstas veintitrés voluminosos
tomos en folio l.
En su copiosa producción teológica corresponde el puesto de preferencia a sus
amplios comentarios a la Summa de Santo Tomás, completando su ideologla en
determinados pnntos con múltiples opuscula theologica de orientación dogmático--
moral. Si a esto se suma el Opus de virlule el slalu religionis y e! Opus de triplici
virtute Iheologica, babremos abarcado prácticamente todo el pensamiento teológico

Dep~'¡to Legal: M. 2016·1960 1 Una lista completa de las obras de Suárez, con l.as fechas de publicación, puede verse
en M. Solana: Historia de la Filosofía española -época del Renacimiento--. Tomo 111,
Gráficas Cóndor, S. A. - Aviador Lindhergh, S - Madrid-:. 903·60 Madrid, 1941. Pág. 455 Y ss.
8 Disputaciones metafísicas 9
Introducción -------
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del Eximio. Hay que mencionar,- no obstante, dos obras ocasionales, surgida la una . su'vo' efectivamente se hallan de tal forma trabadas estas verdades y
¡ntempe , ., l' . "t 1
con motivo de la elección de Paulo V, cuya importancia no rebasa lo circunstancial, . 'pios metafísicos con las conclUSIOnes y discursos teo OgIcos, que SI se qUl ~ a
y escrita la otra como respuesta Ad apologiam pro iuramento fidelitatis de Jacobo 1 ~f=~~a y perfecto conocimi~nto de aqu~l1as, tiene necesariamente que resentIrse
de Inglaterra: la Defensio fide; de Suárez mereció los más cálidos plácemes por también en exceso el conocImie.t;tto de ~s~as. Ll:vad,?, pues, por estas razones. y
parte del mundo católico y los honores del fuego por parte de Jacobo 1 en 1613 much, os deterrnmé eSCrIbIr preVIamente esta obra, en la cual m-
pare1 ruego de " . ' l)N d
y del Parlamento regalisra francés en 1614. Si a todo ello añadimos los fragmentos 1 se todas las disputaciones metafísicas... (Proemw a la dlSp. . o se pue e
que se conservan del De immunitate ecclesiastica a Venetis malata et a Pontifice c uye 1 menos en la causa ocasional de las Disputaciones, late el concepto
negar que, por o "d b d 1 1
iuste <le prudentissime defensa, habremos totalizado las obras de Suárez en este ' u· amente medieval de la filosofía subordmada y en servl um re e a tea o-
aut en c . Ji' • • • "D t 1 manera
aspecto de su pensamiento. • 1 El mismo nos advierte en RatlO et utscursus tottUS opms. . e a
gd'"' • esta obra mi papel de filósofo, que jamás pierdo de vISta que nuestra
ObrllS filosóficas.- Hay que advertir, en primer lugar, que algunas de las esempeno en . d 1 1'" n t f ntar
filosofía tiene que ser cristiana y SIerva e a ~eo Og13. .l-or es o .y po: om~
obras incluídas en el acervo de la Teología encierran con frecuencia tanto de filo- . d d d liS lectores ........según sus afirmaclones- hace repetIdas lllcurSlones
sofía como de ciencia sagrada. Tal es el caso del De angelis, De voluntario et in- 1aplea es lid li'ó d bl 1
en el ámbito teológico, no tanto para dar cum~ a exp caCI n" e pro ema.a g~~o,
voluntario, De vera intelligentia auxilii efficacis eiusque concordia cum libero cuanto para indicar el procedimiento de relaCIón y acomodaclOn de los prmclplOs
arbitrio, etc. Algunos de estos opúsculos, por ejemplo el último citado, tienen, metafísicos a las verdades teológicas lI.
amén del intrínseco, un valor histórico considerable, por ser un trasunto de la No nos dejemos, sin embargo, inducir por 10 dicho al er~or de creer que, la
famosa polémica "de auxiliis" entre molinistas y bañezianos. obra suareziana no pasa de ser un botón más en el muestrarIO de obras es.colas-
Como obras propiamente filosóficas podemos considerar el De legibus ac de ricas que consideraban la filosofía -sobre todo la metafís!ca--:- com? ~ubordinada,
Deo legislatore, De anima y las Disputationes metaphysicae. por 10 menos ~n su concepción y desarrollo, a la fe y CIenCIa teol~glca .. Todo .10
El De legibus nace también como un comentario a la Summa, aunque reducido contrario: es la primera vez que tropezamos con un cuerpo de doctrlDa SIstemátIco
a plan sistemático, que abarca desde el concepto general de ley hasta las más e independiente, cuyo estudio, por otra parte, resulta muy provechoso, por no
minuciosas cuestiones de la ley natural o de las leyes positivas divina y humana. decir necesario, para el teólogo. . .
De todos es harto conocida la influencia de esta obra en el desarrollo del entonces Sin embargo no estriba en esto la novedad mayor de las Dlsputattones Me-
incipiente ius gentium. taphysicae. Su ~ayor ti!;'bre está en la y~eración del texto aristotélico. Es decir:
El De anima es una de las obras póstumas. Todo estudioso de la psicología todos los libros de metaflSlca de la escolastlca -SI es que alguno es acreedor a este
racional tiene que lamentar que tal circunstancia signifique en este caso concreto títul~ no habían sabido nunca liberarse de la pauta forzada del te~o de la
que Suárez la dejó no sólo sin los últimos retoques, sino manifiestamente incom- Metafísica aristotélica. Es el viejo procedimiento que llega desde, los escoliastas. ~le­
pleta. La labor del P. Baltasar Alvares -al pretender subsanar las laguuas mediau- jandrinos hasta nuestros días, por ejemplo, en .libros de teolO~l~" cuya expoSICIón
te lás apuntes de Suárez durante sus primeros años de docencia en Segovia- tiene se enhebra en la Summa Thealogica del Aqumate. La metaflSlca de la Escuela,
a veces más de buena voluntad que de acierto. Por lo demás, el plan de la obra llegada la hora de tomar forma de libro, se convertía en u~ ~omentario a los doce
-el alma en si misma, facultades del alma, su vida- se nos prometía exhaustivo libros del Estagirita. Todos los defectos de desor~en, repetiCIOneS, etc., de la obra
en su sencillez. No se olvide que en la mente de Suárez esta obra se encuentra en aristotélica se proyectaban aumentados en las págmas de sus coment?dores. En la
el mismo plano que las Disputaciones metafísicas; si en éstas están ausentes los introducción a la disp. I1, nos explica Suárez c~mo, en vez de segUIr el texto .de
problemas psicológicos, es precisamente porque a ellos estaba reservado el tratado Aristóteles buscó un método más en consonanCIa con los asuntos que se estudian
De anima. ----ipsis ~gis consentanea----'. "Porque ---<:ontinúa----- en 10 que se refiere al .texto
aristotélico en estos libros de metafísica, hay algunas partes que apenas tIenen
LAS "DISPUTATIONES METAPHYSICAE".- En el año 1597 salía a la luz pública utilidad, bien por reducirse a proponer cU'estiones y dudas que ~e~~n sin resol~~r,
en Salamanca -imprenta de los hermanos Juan y Andrés Renaut- esta obra, filosó- como es el caso del tercer libro, bien por detenerse en la exposlcl0n y refutaclOn
ficamente la más importante del Eximio. Es el resumen más completo del pensa- de las opiniones de los antiguos, como se puede ver fácilmente en ,casi todo el
miento escolástico, encerrado en cincuenta y cuatro disputaciones de extensión primer libro y gran parte de los otros, bien, finalmente, porque repIte o resl!me
varia. ¿Qué movió a Suárez -teólogo de profesión- a entregarse a este quebacer las mismas cosas dichas en los libros anteriores, según se echa de ver en el lIbro
metafísico, cuya pasmosa erudición y profundidad denuncia una entrega total undécimo y otros." El carácter de Suárez ~refractario, como ver~mos luego, a
durante tantas horas de trabajo? "Y como con frecuencia, en medio de las diser- cualquier esclavitud intelectual----- no se sometió a este yugo de servId,u~bre sec.u-
taciones acerca de los divinos misterios, se me presentasen estas verdades metafí- lar, se planteó en orden sistemático todos los problemas de la metaÍIsIca, conVIr-
sicas, sin cuyo conocimiento e inteligencia difícilmente, y casi en absoluto, pueden tiéndolos en una exposición ordenada y coherente de todos e11?s. Su labor no tuvo
ser tratados aquellos divinos misterios con la dignidad que les corresponde, me precedentes en ninguna obra de conjunto, y acaso no haya SIdo superada en este
veía obligado con frecuencia o bien a entremezclar problemas menos elevados con
las cosas divinas y sobrenaturales, cosa que resulta incómoda al que lee y de 1 El P. Iturrioz, en un paciente análisis de los Comentarios a la I p,arte de la Sumnlfl'

utilidad dudosa; o bien, con el Jiu de evitar este obstáculo, a proponer brevemente sorprende el momento del nacimiento en la. mente. de Suárez ,de~ opuscu~o De ~s~entta,
ex$Ístentia et subsistentia, embrión de las Disputatwnes (Estudws sobre la Metafwca de
mi parecer sobre dichos puntos, exigiendo de esta forrua una fe ciega del que lee, F. Suárez, Madrid, 1949).
lo cual uo sólo era molesto para mi, sino que también a ellos les podría parecer 2 Cfr, ibid.: Ratio et discursus".
10 Disputaciones metafísicas 11
Introducción
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aspecto hasta nuestros días. Hacemos nuestras las palabras de Gilson: "las Dispu- las diversas facetas del problema con tal amplitud y profundi.dad, "qu~ casi puede
tationes de Suárez preséntanse ya como un moderno tratado filosófico, habiéndose decirse que e! entendimiento de! lector q~eda total!"ente satIsfe.cho vIe,;d". que el
su autor separado deliberadamente de toda sujeción al texto de la Metafísica de Doctor Eximio lo agota todo, y que oyendole a e! apenas eXlste POSIbIlidad de
Aristóteles, cuyo orden, o mejor desorden, le parecía encerrar muchos inconve- saber más" \ .
nientes... Dirigirse así por los objetos mismos de la metafísica y no por la letra El más superficial lector de las Dis{m:a<¡iones no habrá POdIdo menos de sor-
de Aristóteles, para saber con qué orden y cómo hablar, equivalía a escribir sohre prenderse ante e! acopi() pasmoso de erudiCIón de qu~ da muestra en ellas ~u~rez.
metafísica en vez de escribir sobre Aristóteles. No careela de audacia e! proceder ¿ Qué filósofo o qué Santo P~dre no asoma un~ o reIteradas veces a esas pagmas,
así; y si bien tuvo Suárez quien le precediera en esto, e! hecho constituía una densas de historia del pensanllento? El P. Itu~rloZ ha hecho un e!~nco de los auto~
innegable novedad" l . res citados. He aquí el resultado: son dos;;entos cuarenta y ClllCO ~ombres de
Estaba consciente Suárez 'Ue la revolución que suponía tal innovación; por los más diversos autores. Y no se trata de nombres amontonados, SIllO que son
ello, a fin de satisfacer a los aferrados al texto aristotélico y de facilitar e! manejo catalogados oportuna, discreta y sobriamente, clasifica~os en 'U.na u. otra tendencia
de sus Disputaciones a los partidarios del tradicional comentario, encabezó su respecta de cada uno de los problemas; con frecuen::18 S?ll dIscuudos algunos de
obra con un Index locupletissimus de las cuestiones estudiadas o sugeridas en los ellos aduciendo sus palabras textuales o al menos smtetizando el proceso de las
libros del Estagirita. Viene a ser este indice una especie de concordia detallada de ideas" 2.
los problemas tratados por éste y por Suárez, a lo que se añade una breve exposi- La comparación entre los números de veces que son citados los distintos autores
ción de algunos de raigambre inveterada en los comentarios, pero que Suárez es un magnífico indicio de la dirección en que se bruju1a el pensamiento suarezia-
juzga aj enos al contenido de una auténtica metafísica. no. La cantidad mayor corresponde a Aristóteles, citado 1.735 veces, a quien sigue
Previas estas observaciones, asomémonos, siquiera sea en ojeada panorámica, Santo Tomás, que alcanza el número de 1.008. Los demás autores ni siquiera se
al plan y desarrollo de la obra. El plan es extraordinariamente sencillo: supuesta acercan a estos dos que Suárez consideraba como sus verdaderos maestros, cuyas
la primera disputación introductoria sobre el concepto y características de la meta- opiniones suele convertir en suyas 0, a 10 más, sugerir una nueva interpretación
física, la materia se divide en tres partes: de su pensamiento, na siempre acorde con lO' que la tradición había entendidO'.
1. El ser en general: concepto, principios y atributos (disp. IT a disp. XI). El sistema filosófico de Suárez.- ¿Existe en realidad un sistema suareziano?
2. Las causas del ser: concepto, división, estudio de cada una (disp. XIT a ¿Es un escolástico más, cuyas aportaciones al acervo común y tradicional nO' pasan
disp. XXVII). de detalles más o menos sutiles y oportunos? ¿Es Suárez un tomista más, un
3. Divisiones de! ser. Discusión de su legitimidad y análisis detallado de sus escotista o un nO'minalista? Son demasiados problemas los implicados en estas
miembros (disp XXV1TI a disp. LIII). preguntas para que podamos aspirar a más que sugerir unas ideas O' aducir unos
Cierra, por fin, el tratado la disp. LIV, dedicada al estudio de! ente de razón '. testimonios que sirvan de respuesta.
Cada una de las disputaciones suele ajustarse con ligeras variantes al proceso Desde luego, hay que comenzar por evitar los extremos: ni considerar a Suá-
siguiente: se plantea el problema, indicando sus relaciones, en una breve introduc- rez como panacea universal de todo error :filosófico, comO' el único sistema invulne-
ción. Luego ---.,.en un desarrollo· progresivo y sistemático- se van sucediendo las rable a los impactos del error, según hacen algunos fervientes suaristas 3; ni con-
diversas secciones, divididas en números que las integran. Cada sección tiene su vertirle en un vulgar detector de opiniones intermedias, difusas y pocO' aristadas
unidad particular encuadrada en la unidad general de la disputación a que perte- de contorno, falto de temperamento metafísico, confinado en el ámbitO' "cosista"
nece. Suele abrir el título un utrum o un an, partículas que la semántica secular de una experiencia miope, extremos a que llega -víctima acaso de un secular sen-
de la escolástica convirtió en vehículos pregnantes de problematicidad. A continua- timiento antiespañol- Balthasar '. Se podrán admitir o discutir e! planteamiento
ción, bajo epígrafes como exponuntur variae sententiae, rationes dubitandi u otros y solución que Suárez da a los problemas; pero lo que creemos que se desprende
similares, e incluso sin epígrafe alguno, se exponen las opiniones históricas o posi-
con evidencia de cualquier página de sus Disputaciones es el nivel metafísicO' en
bles sobre .el problema, se ponderan sus razones, se las discute y refuta; entonces
c01?- .e,xpomtur ?era sententia, quaestionis resolutia, etc., se explica y demuestra la 1 Solana: O. c., III, 476-77.
oplillon defendida como verdadera, aceptada a veces de algón filósofo precedente, 2 Pensamiento, núm. extraordinario, IV vol. Madrid, 1948; pág. 36* 6. Cfr. Iturrioz:
propuesta otras personalmente por Suárez, por más que siempre procure traer en O. C., todo el capítulo 2.
3 Este sentido parecen tener algunas afirmaciones de Hellín: La analogía del ser y el
su apoyo opiniones de maestros consagrados, preferentemente de Santo Tomás y
conocimiento de Dios en Suárez. Madrid, 1947. Véanse las págs. 274, 276, 278, etc.
Aristóteles. Esta pauta de desarrollo, ciertamente ordinaria, no es, sin embargo, 4. "Son tempérament est celui d'un juriste casuiste. Il ;uge en critiquant les opinions
rígida. Por eso, a requerimiento de la indole peculiar de cada problema, surgen existantes et il choisit entre elles; il est manifestement touché par l'empirisme occamiste.
nuevos epígrafes que dan- paso a .tratamientos {} exposiciones características de de- "Puisque jamais il n'a été établi qu'un étre limité ait créé, il faut vrajsemblablement
terminadas cuestiones: Punctus difficultatis aperüur, argumentorum solutio, co- conclure, pense-t-il, qu'il ne le peut absolument paso L'analogie métaphysique de Saint
Thomas s'éloigne trOP, d'apres lui, de l'expérience empirique. C'est pour s'aider de l'imagina-
rollaria ex superiori resolutione, etc. Las sucesivas secciones nos van presentando tion que Suarez ne cesse de recourir a la marqueterie des modes. C'est un analyste, un
éclectique, un chosiste. Il n'a pas le tempérament d'un métaphysicien. Ses fameuses, trop
1 El ser y la esencia. Trad. L. de Sesma. Buenos Aires, 1951; págs. 132-133. Cfr. ltu-
fameuses Disputationes Metaphysicae sont remarquables par leur volume sans doute, mais
rrioz: Estudios so-bre la metafísica de F. Suárez, Intr., 11 ss. beaucoup moins par leur qualité philosophique. A mesure que passe le temps les méta-
2 Un resumen de las Disputaciones puede verse en Solana: O. C., tomo 111, págs. 466 ss.; physiciens s'en persuadent davantage." Mon moi dans l'étre. Louvain, 1946. Pág. 188. Hay,
Ueberweg-Heinze: Grundl'iss der Geschichte der Philosophie. 14 Auflage. Band 111. Basel/ además, en este autor un afán morboso de poner siempre a Suárez en el campo del error,
Stuttgart, 1957. Págs. 211-213. emparejado con Kant. -
_1_2______________________~Disputaciones metafísicas 13
Introducción --_._-
que los sitúa. Ni creemos que su vinculación a la experiencia haya de reputarse
como defecto, sino como la virtud del reverente respeto a los hechos, cuya ausen- 1 niverso entero se debe únicamente a una Causa trascendente, de la que se me
cia maldice de esterilidad tantos brillantes sistemas filosóficos. ~es~ubren como ~sencialmente dependientes; .se debe a u.n. Ser trascendente y
¿Tiene Suárez un sistema propio? Nuestra respuesta es francamente afirmati- cesarÍo del que se me descubren como esenCIalmente partIcIpados. .
va, Aun reconociendo todo el lastre de tradición que pesa en su filosofía, creemos ne Estamos en otro momento decisivo y característico de la metafísica suarezmna.
Aquí se comprende perfectamente que e! ser se predique del en:e ~!to y de Dios
.
que las novedades .por..ella .aportadas
, .
no son incidentales () de mero detalle' sino
que cons~t.uyen prlllClplO~ .s~stemat1cos tan fecundos que cuantas ideas -persona- con analog{a intrínseca, sÍ, porque amb~s son ser, pero ~e atnbucIo-?-, porque el
les o reCIbIdas de la tradlClOu- se estructuran en la arquitectura de su conjunto ente finito sólo es en subordinación a DlOS como causa ejemplar, e~cle~te y final.
s~s,temático son in~oslayable exigencia de esos principios fundamentales. Y si tu- Con la conquista del ser transcendente hemos completado e! amblto del ser
vlera~os que ele,gIr el ~lemento o concepto, cuyo despliegue y consecuencias se trascendental y llegó la hora de considerar s~s divisiones., La primera ~a~ como
conVIerte en el SIstema mtegro y coherente, lo encontraríamos sin duda alguna en fruto maduro del proceso que nos ha condUCIdo hasta aqm: el ente. Ir;fzmto, con
e! concepto de ser -:-",p.titu~o ad exsisterrdum-, dotado de unidad precisiva y plenitud de ser, sin dependencia de I?ada, ~ns a se; y el ente ftntto, lt~1tad? en su
co,,: analogí~ .de "t"buclón mtrinseca. De ahí surgirán los primeros principios ser, dependiente en el orden e.sencIal~;Jen:pla~, y en el. orden ~~lstenc131-::-efi­
lógI~-ont~logIcos, en él descubriremos sus atributos trascendentales; ahí radica ciente, ens participatum. A partIr de la aS~ldad ~esenCla m.etaflsIc~ de DlOS--
la eXIgenCIa de los cuatro géneros de causas con las características de cada unO" se derivarán sus atributos y las características de sus operaclOnes; Igual que a
por él llegare~?s a la fundamental división en ens a se y ens ab alio, imparticipad¿ partir de la "participación" ---.constitutivo del ente finito ........ se llegará a los predica-
el uno y partICIpado e! otro, que no requiere distinción real de esencia y existencia dos de las criaturas.
etcétera l. ' Con la segunda división encabeza Suárez el estudio del ente finito: sustancia
Intentemos ad.entrarnos en el desarrollo del sistema y sorprender la lógica in- y accidente. Profundiza en el primer miembro y buscando la perfección de la insei-
terna que 10 preSIde. Toda la metaflsica suareziana es tensión entre los dos focos dad, llega al supuesto constituído por el "modo de subsistencia", que se puede dar
so~~e que. se sustenta: el ente trascendental y el Ser Trascendente, con la vincu- en el mundo inmaterial y en el material.
lacIOn óntIca !nt;e ambos de la analogía de atribución intrínseca y la participación. El accidente 10 estudiará primero en relación con la sustancia a la que le liga
De la experIenCIa concreta de los seres particulares -en alas de la abstracción la inhesión, pasando luego al estudio concreto de los nueve predicamentos acci-
t?tal- ganamos el ens participiciliter sumptum -actw exsistens- y e! ens nomina- dentales en sus aspectos más inmediatos o directamente vinculados a la metafísica.
ltte~ sumptum -.aptum ad. exsister;d1!trl'-. Esa misma abstracción nos entrega esa Aun a riesgo de incurrir en las deficiencias e imprecisiones de un esquema,
r~zon formal dotada de urndad obJetIva y percibida en un único concepto formal. nos atrevemos a sintetizar el doble proceso ascendente-descendente de la metafísica
S.' de! plano c~nceptual descendemos al metafísico de su aplicabilidad a los infe- suareziana en los siguientes pasos:
rIOres, descubrn:'0s que para poder predicar e! ser -aptitudo ad exsistendum, Vía ascendente, centrada principalmente en estas etapas:
esen:Ia real p:-eclsamente porque pue1de existir-, necesitamos que el ente concreto
l
Datos empíricos del ser concreto.
a qUlen lo aplIquemos -so pena de infringir el principio de no contradicción- sea: Descubrimiento de su esencia real.
u~o, en cuanto implica unidad positiva y es su esencia y no otra; verdaderO': inteli- La participación total: ejemplar y eficiente.
gIble, "pe.rmeable" a mi inteligencia, precisamente por estar ejemplarizado de Imitabilidad del primer Ser.
o~ra sUl?erlOr; bue,rto: e~a unidad e i-?-teligibilidad de su esencia sólo son compren- Eficiencia de la Primera Causa.
sIb!es SI todo en el conjura a su entIdad -bueno para sí mismo- y al concierto ENS A SE.
urnversal de los seres -bueno para los demás-o Como el ser es esencia -posible Vía descendente:
o actual_ y la esencia es límite, al actualizarse, ninguna esencia real necesitará Bns a se.
de princiri? extrínsec~ que limite su ser existente; finita y limitada era en el orden Infinitud y actualidad pura.
d~ la pOSIbIlidad y fimta es en el orden de la existencia actual. Tampoco necesitará Ejemplaridad y actividad eficiente.
nmgún elem~nto ajeno par.a constituirse en individuo: 10 será por sI misma. Posibilidad intrinseca y extrínseca.
Ahor~ bIen, esa :sencIa real ---<le suyo pura potencia objetiva- la encontra- SER PARTICIPADO.
mos ~ealizada, actnahzada: ¿por qué?, ¿por qnién?, ¿para qué? Entramos en el
estudIO de las causas. Bclecficismo.- Es ya un tópico hablar del eclecticismo de Suárez. A nuestro
. La co~si?eraci~n de la.s ,causas intrlns~cas y constitutivas y de las finales y efi- juicio, mientras "eclecticismo'> no se entienda con sentido peyorativo de sincretis-
CIentes proXImas solo servlra para descubl'lf cada vez más esa herida de deficiencia mo, hay en esto un elogio completamente justificado por un somero análisis de la
e?titativa que se nos descubrió en el ser desde el momento que -sin contradic- filosofía del jesnita. Prescindiendo de Aristóteles, arsenal común de toda la esco-
CIón- hemos podido considerar su esencia como meramente posible: no es, pero lástica postaquinatense, las fuentes de donde preferentemente se nutre su sistema
puede ser; es, pero p~do no ser; fue, pero ya no es ... Así cada ser concreto y así son, sin duda, Santo Tomás y Escoto. ¿Quién tiene la primacía? Si nos fiamos del
cuantas causas descubro en el ámbito de lo finito. Luego si cada ser particular es, si es número de citas, inmensamente mayor a favor de Santo Tomás, la respuesta parece
fácil; pero acaso, por ser demasiado fácil, se nos haga sospechosa. Desde luego, los
~ ~r. ROig. Gironella: , "La síntesis metafísica de Suárez". Pensamiento, núm. extra- suarezianos no pierden ocasión de subrayar que su maestro es un discípulo sumiso
orrunano. MadrId, 1948. Pags. 175 *, 195 ss., 201 * SS; en el mismo número Hellín' "Lí_ y fiel intérprete de Santo Tomás, aun so pena de aminorar las prerrogativas de
neas fundamentales del sistema suareziano", 167 * ss. ,.
origmalidad e independencia del Eximio. Por ejemplo, Fuetscher dice: "Por el
14 ---
Disputaciones metafísicas Introducción 15
desarrollo que ha sufrido la filosofía desde Santo Tomás hasta Suárez y desde no hay coincidencia en la mentalidad general, sino profundísftna di~tancia: Hay
Suárez hasta nuestros días, se ha aguzado 10 suficiente nuestra mirada crítica para coincidencia relativa, no simple y completa, y que envuelve mas de dIscordia que
lograr un tomismo "depurado" tal como lo inició Suárez. Ahora comprendemos de acuerdo en afirmar la unidad del concepto de ser. No hay coincidencia respecto
por qué este eminentísimo representante de la filosofía neoescolástica no fué el de si es o ~o universal ese concepto: lo concede Oclcam, 10 niega Suárez. No hay
fundador de una escuela propia: es que únicamente fué FILÓSOFO, y no quiso ser coincidencia en la univocidad del ser. La concede Ockam, la niega Suárez.
más que filósofo" 1, "No creemos que esa minima coincidencia, y aun ella tan distanciada, baste
En cualquier manual escrito bajo el signo del suarismo se buscará siempre en para hablar de Suárez como opuesto al tomismo e incli~ado hacia <;1 .nominalis.mo
un texto del Doctor Angélico la confirmación de la doctrina expuesta. Más aún, y propagador de él; al contrario, lleva a afirmar en Suarez un deCIdido y radical
en doctrinas tan típicamente suaristas, como la no-distinción real de esencia y exis- antagonismo con la filosofía de Oclcam" 1.
tencia y la negación de la materia signata como principio de individuación, han
hecho algunos suarezianos prodigios de ingenio para hacerle decir a Santo Tomás Proyección histórica.-- Si la influencia en el pens~mient~ de conte~poráneos
lo mismo que Suárez. Mas frente a ellos está esta pléyade compacta de los "tomistas y venideros es certificado de valía en pro de un determmado SIstema filosofico o de
acordes en negar al jesnita español el título de comentador fiel del Doctor Angélico un pensador, pocos cuentan en su haber con uno tan laudatorio como Suárez.
que la posteridad se ha complacido en otorgarle" 2. Uno de los más destacados Pocos libros de filosofía han alcanzado mayor difusión que las Disputaciones del
paladines del tomismo actual, N. del Prado, despuf.s de señalar en el sistema de Eximio. Su considerable volumen no fue óbice para que, a partir de su primera
Suárez nueve puntos fundamentales de divergencia respecto de Santo Tomás, con~ publicación, en 1597, se sucedieran dieciséis ediciones en el breve lapso de cuaren-
c1uye: "Por consiguiente, Suárez en sus Disputaciones Metafísicas no sigue los ta afios. Obra nacida al calor de la densidad intelectual de la Salamanca del
caminos de Santo Tomás. Pues de lo dicho hasta ahora se deduce que se aparta siglo XVI, su contenido está acorde con la edad a que pertenece. Sin renunciar a la
de la sólida doctrina de Santo Tomás en los principales puntos de la Filosofía Pri- tradición, sino cargando su pensamiento en la corriente que nace en Aristóteles y
mera" 3. Y no sólo es esto, sino que algunas veces desde el campo tomista se ha es cristianizada por Santo Tomás, recoge de ella, acaso en exceso, preferentemente
pretendido convertir a Suárez en un discipulo inconsciente de Escoto 4. ¿Se in~ la orientación que podemos llamar "esendalista". En el subsuelo de la filosofía
c1ina en realidad más hacia el Doctor Sutil que hacia el Angélico? Nuestra res- europea se estaba incubando entonces el racionalismo, que en el orden religioso
puesta es negativa. Creemos que en esto se sufre la fascinación de unas cuantas so~ había sentado ya sus primeras premisas con algunas doctrinas protestantes.
luciones concretas del suarismo, que por su terminología, acaso más que por sus Sin negar la perviabilidad de la existencia a la razón, es evidente que resulta
conceptos, se hallan más cerca del escotismo: unidad del concepto de ser, problema más seguro para ésta el mundo de las esencias y de los puros posibles, libres incluso
de esencia y existencia, etc. A nuestro juicio, si a Suárez hubiera que calificarle hasta cierto punto de ese predicado ~tan razonable y a veces tan poco racionali-
con uno de estos dos epítetos -tomista o escotista-, nos decidiríamos sin vacilar zabl~ de las existencias concretas que es la contingenCia. No resulta novedad
por el primero. Mas en realidad el planteamiento de este dilema carece de sentido, ya afirmar que sobre toda la filosofía racionalista gravita la metafísica suareziana.
ya que la originalidad y coherencia sistemática del suarismo hace que le sean in~ Reconocer y ponderar el hecho no es hacer al jesuita responsable de sus erorres.
aplicables ambos apelativos. Su influencia, manifiesta y confesada en algunos, oculta y disimulada en otros,
La acusación nominalista.- Dos palabras nada más sobre la acusación de no- es innegable desde Descartes a Wolf: no es fácil sustraerse a la tentación de esta-
minalismo que con frecuencia se hace recaer sobre el sistema del Eximio. La cree- blecer un paralelo entre la metafísica del ente posible y la del ente aptum ad
mos absolutamente infundada. Si algunas coincidencias doctrinales bastan para exsistendum.
enrolar a Suárez en las filas de los ockamistas, quisiéramos saber qué filósofo, por Protestantes y católicos lo convirtieron en su maestro, sobre todo en metafísica
el mismo procedimiento, se libraba de ellas. Poco tiene que ver según nuestra opi~ y derecho. Hubo de llegar Wolf -pensador en la encrucijada de Suárez y Des-
nión el dilettantismo del Venerabilis lncoeptor con las francas profesiones de rea- cartes- para suplantar con sus obras en las universidades alemanas las Disputatio-
lismo con que inicia el filósofo español sus Disputationes: ... rerum ipsarum com'" nes del Eximio. Esta misma función docente la había desempeñado la obra sua-
prehensionem I!', resque ipsas... contemplari, rerum vero ipsarum examinationem reziana en los centros protestantes holandeses. Los españoles tenemos que lamentar
trademus 6. Como no es el momento de hacer un estudio comparativo, permítase- que no se haya escrito aún una historia completa de esta influencia, más o menos
nos manifestar nuestra opinión con unas palabras del P. Iturrioz, después de con- descubierta y confesada, del jesuita en la filosofía del continente en los siglos XVII
Cluir tal comparación: "es decir, en resumidas cuentas: entre- Ockam y Suárez
y XVIII. Abundan datos dispersos en las obras de Scorrai1le y C. Werner', pero
1 Acto y potencia. Epílogo. Trad. Ruiz Garrido, Madrid, 1948, pág. 302. falta una obra seria de conjunto. Descubriríamos afinidades ignoradas con muchos
II ,De Wulf: Histoire de la Philosophie médiévale. 4i ,hne période. Ch. III, pág. 527. pensadores del racionalismo y de la ilustración, así como el desarrollo y transfor-
Lo-uvain, 1905. mación consciente de algnna de sus doctrinas, por ej emplo en Leibniz. La historia
3 De Ventate fundamentali Philosophiae christianae, lib. II, c. 11, págs. 205-206. Friburgi
Helvetiorum, 1911.
'" "11 reste, en sonnne, infiuencé (problema del ser) par Scot et plus pres de luí qu'il 1 Estudios sobre la Metafísica de F. Suál'cz, págs. 276-77. Un estudio más completo de
ne le croit: "la mentalité scotiste pénetre ,la mentalité suarézienne." Vidée de retre chez la polémica en torno a este problema: J. M. Alejandro: La gnoseología del Doctor Eximio
Saint Thomas et dans la Scolastique postérieure, par A. Mare, S. J. (Archives de Philoso- y la ocusación nominalista. Comillas, 1948.
phie, v. X), pág. 49. París, 1933. 11 Scorraille: Franyois Suarez de la Compagnie de ¡ésus. Tom. 1. París, 1912. Tom. n.
¡¡ Disp. Met., "Proeníio". Parls, 1913. K. Werner: Franz Suarez und die Scholastik del' Ietzten 1ahrhunderte. Ratis-
6 Disp. Met. 55, "Introducción". bona) 1861.
16
Disputaciones metafísicas
d:rría por bueno el apelativo que aplicó Heereboord al español: omnium melaph _
S!Corum papa atque princeps" \ y
La vigencia del suarismo en nuestros días ha decrecido a todas luces. Si ex-
ce)'tuamos el bloque compacto de los jesuitas españoles, la fidelidad a su nsa-
~~ento de los me~ores profeso;es de la Orden en Alemania y algunos núcle: ais-
da ~s, aunq~le pu)ante~ en Hispanoamérica, por ejemplo en Méjico, la totalidad
e as doetrmas. suareZlanas .-·,su sistema__ ha perdido muchos adeptos. El tomis-
mo ha reconqwstado las posiciones que había perdido ante él Sin embargo el MOTIVO Y PLAN DE TODA LA OBRA
suansffi.o como una de]. d "
'did as etermmantes mas poderosas de la .filosofía moderna ,
no
.. "h aper onadade'
'" su ImportancIa. ¿Por qué entonces se hace al Eximio la,
. - AL LECTOR
m)ustlclardel sIlencIallllento, negándole en la historia de la filosofía el puesto de
t
~ll~~a mea ue le corresponde? Ojalá esta nueva edición de su principal obra
. oso ca contn uya a renovar su conocimiento y a que esw gran filósofo f.'S añol
Como es imposible que uno llegue a ser buen teó~ogo sil; haber sen,ta~o primero
los sólidos fundamentos de la metafísica, por lo mIsmo SIempre creI Importante,
ocupe el puesto de honor que le corresponde en la historh del pensamiento: p cristiano lector, ofrecerte previamente esta obra que -debidamente ~aborada­
pongo ahora en tus manos, antes. de escribir los Co~entarios TeológI~OS, de los
S, R. que parte vieron ya la luz, parte me esfuerzo en terrnmar lo antes pOSIble, con la
gracia de Dios. Mas, por justos motivos, no he podido retrasar mis especulaciones
Madrid, Colegio May01' Antonio de Nebrija, Mayo de 1959, sobre la tercera parte de Santo Tomás, y fué preciso enviarlas a la imprenta antes
que todas las demás. Cada día, sin embargo, veía con claridad más diáfana cómo
la Teología divina y sobrenatural precisa y exige ésta natural y humana, hasta
el ·punto que no vacilé en interrumpir temporalmente el trabajo comenzado para
OBSERVACIONES A LA PRESENTE EDICION ntorgar, mejor dicho, para restituir a la doctrina metafísica el lugar y puesto que
le corresponde. Y a pesar de que en la elaboración de esta obra me detuve más
P ,1. El texto, latino de la presente edición sigue fundamentalmente la hecha en de 10 que iuicialmente había yo pensado y me habían pedido muchos que anhelabao
h ans por ~. VIVeS. Mas com-o también esta edición tiene erratas y aun errores ver terminados los Gome·nlarios a la T ércera Parte, o -si cabe esperarlo- a toda
c e~os real~zad~ para toda la obra suareziana una labor previa de fijación del texto' la Suma de Santo Tomás, con todo jamás pude arrepentirme de la tarea empren-
on ~,?ntan o b~Iempre tres o cuatro ediciones distintas. Las variantes que hace~ dida, y tengo confianza en que el lector, siquiera sea convencido por la experiencia
cam larAnota ~mente el sentido del texto las hacemos constar siempre en nota misma, aprobará mi decisión.
2. . un a .rIe~go de que el castellano pudiera a veces parecer imperfecto hemo~ De tal manera desempeño en esta obra el papel de filósofo, que jamás pierdo
PtrdeferIdo seguIr SIempre de cerca el sentido literal del texto con todas las'diñcul de vista que nuestra filosofía tiene que ser cristiana y sierva de la Teología divina.
el lengua)' e esco1"asuco, cargado de tecnicismos
, Este es el fin que me he propuesto no sólo en el desarrollo de las cuestiones, sino
a'1 es dque acarrea
.. a veces tao dif'- mucho más en la elección de las sentencias u opiniones, inclinándome por aquellas
CI es e tradUCIr. ,1-
que me parecían ser más útiles para la piedad y doctrina revelada. Por este motivo,
3. Hemos traducido "disputatio" por "disputación" po 1 1b
castellana "disp.uta" t~~ne hoy un sentido notablemente dist~~~~er que a pa a ra RATIO ET DISCURSUS TOTIUS lisper intennittere, quo huie doetrinae me~
4" Cada dlsputaclOn va precedida de una pequeña introducción o es uema OPERIS taphysicae suum quasi locum ac sedem da··
rem, vel potius l'estituerem. Et quamvis in
rut SIrve de ayuda al lector poco avezado a Suarez,
que ' a fi n d e no perderseq
en ,
la AD LECTOREM
eo opere elaborando diutius immoratus fue-
a, aparentemente oscura, de las ·secciones y números de algunas disputaciones. Quemadmodum fieri nequit ut quis Theo- rim quam initío putaveram, et quam mul-
logus perfectus evadat, nisí firma prius meta- rorum expostulatio, qui commentaria illa in
physicae iecerit fundamenta, ita intellexi tertiam partem, ve! (si sperari potest) in
semper operae prctium fuisse ut, antequam universam D. Thom. Summam, perfecta de-
SIGLAS MAS IMPORTANTES Theologica scriberem Commentaría (quae siderant, tamen suscepti laboris numquam
partim jam in .lucem prodiere, partim colla- me poenitere potuít, confidoque leetorem
Disp.: qisputaciólJ; sec .. o 8ect.: sección, sectio;· q.: cuestión, quaestio; sententiarn meam, vel ipso adductum expe-
boro ut quam primum, Deo favente, com-
a.: artículo; dist.: distinción. pleantur) opus hoc, quod mmc, christiane rimento, comprobaturum.
lector, tibi ofiero, dillgenter e1aboratum Ita vera in hoc opere philosophum ago, ut
-praemitterem. Verum, ¡ustas ob causas, lu- semper tamen prae oculls habeam nostram
1 Cfr. Ueberweg, Grnndriss ... 14. Auflage. Band III, págs. 214-15. cubrationes in tertiam D. Thom. partem philosophiam debere christianam esse, ae di-
<lifferre non potuí easque primum omnium vinae Theologiae ministram. Quem mihí
praelo mandare oportuit. In dies tamen luce scopum praefixi, non solum in quaestioni-
darius intuebar, quam illa divina ae super- bus pertractandis, sed multo magis in sen-
naturalis Theología hane humanam et na- tentiis seu opinionibus seligendis, in eas
turalem desideraret ae requireret, adea ut propendens, quae pietati ae doctrinae reve-
non dubitaverim illud inchoatum opus pau- latae subservire magís viderentur. Eamque
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Disputaciones metafísicas
---------- Motivo~ plan~e tod"- ~bra _ _ _ _ . ._______________1_9
haciendo a veces un alto en la marcha filosófica, me ocupo marginalmente de al- de las divisiones contenidas bajo estos (miembros). h~sta todos lo~ gé~eros y los
guno~ problemas teológicos, no tanto por detenerme a examinarlos o explicarlos grados de ser contenidos dentro de las fronteras o lumtes de :sta CIencIa:
minuciosamente -cosa que sería ajena a la materia de que ahora trato-, cuanto Mas como habrá muchos que deseen tener toda es~a ~~ctrma en coteJo c.~ los
para señalar como con el dedo al lector con qué procedimiento se han de aplicar libros de Aristóteles, no sólo por ver cuáles son los prmclplos de tan ¡;ra~ ~I1os?f?
y adaptar los principios metafísicos a la confirmación de las verdades teológicas. que le sirven de fundamento, si~o también para que su uso, les se~ :nas facd y uul
Confieso que en el estudio de las divinas perfecciones ~llamadas atributos~ me para entender a Aristóteles, también en este punto procure ser utÜ al lector me~
he detenido más de 10 que acaso crea alguno que exige el fin aqui pretendido; diante un índice elaborado por mí, en el que ---.-con ~~a lectur~ atenta- se P3 dra
pero me impulsó a ello en primer lugar la dignidad y elevación de los problemas, comprender y retener en la memoria ~on suma faC~l~ad -SI no me engano--:-
luego el que jamás me pareció haber traspasado los límites de la razón natural, cuantas cosas Aristóteles trató en sus lIbros de metahslca; y a su vez se podran
y mucho menos los de la metafisica. tener a la mano todas las cuestiones que suelen suscital'se en la exposición de dichos ....J
y por haber creido siempre que gran parte de la eficacia para comprender los libros.
problemas y profundizar en ellos radica en el método oportuno de investigación y Nos pareció, por fin, oportuno avisar al benévolo lect~r que .ésta es efe:tiva-
enjuiciamiento, que sólo con dificultad y acaso ni así siquiera podría yo seguir, si mente una sola obra y que no hubiésemos separado las dIsputaclOnes en mas de
--según la costumbre de los expositores- trataba todas las cuestiones ocasionalmen- un volumen si no existiese alguna razón que nos hubiese obligado a ello. Pues, en
te y como al azar, tal como surgen a propósitO' del texto del Filósofo, por ello juzgué primer lugar, la hemos dividido en dos tomos para que no. resulte moles~a por s~
que sería más útil y efectivo, guardando un orden sistemático, investigar y poner tamaño; y, en segundo lugar, para hacer, en cuanto sea pOSIble, un merecldo servI-
ante los ojos del lector todas las cosas que pueden estudiarse o echarse de menos cio a los que están pendientes de nuestros trabajos, lanzamos primeramente este tomo
referentes al objeto total de esta sabiduria. Cuál sea dicho objeto 10 explica la prime- tan pronto como salió de la imprenta, aunque el otro se encuentra ya tan avanzado
ra disputación de esta obra, y en ella al mismo tiempo explicamos la dignidad, utili- que creo que no estará esta parte completamente leída, antes que aquélla haya
dad y los demás puntos que los escritores suelen poner inicialmente en los proe- sido publicada. Ojalá que ambas y las demás obras que proyectamos redun-
mios de las ciendas. Luego, en el primer tomo, se examinan cuidadosamente la den en mayor gloria de Dios Optimo Máximo y utilidad de la Iglesia Católica. Vale.
razón de mayor extensión y universalidad de dicho objeto -que se llama ente-
subinde procedít per contentas sub his par- quae inter illos libros exponendos excitari
con sus propiedades y causas. En el estudio de las causas me detuve más de 10 titiones ad usque genera omnia et gradus so1ent.
que suele hacerse, por juzgarlo no sólo muy difícil, sino extraordinariamente útil entis, qui intra huius scientiae terminos seu Demum, berugnum lectorem admonen-
para toda la filosofia y teologia. En cambio, en el segundo tomo hemos analizado limites continentur. dum duximus, unum quidem opus hoc esse,
Quía tamen erunt permulti, qui doctri- nee eius disputatjones fuisse ab uno vo]u-
las razones inferiores del mismo objeto, comenzando desde la división del ente en mine seiungenda"sJ nísi alíqua nos ratio coe-
nam hanc uruversam Aristotelis libris appli-
creado y creador, por ser la primera y más intima a la quididad del ente y la más eatam habere eupient, tum ut melius perci- gisset. Nam imprimís ne mole sua nonnihil
apta para el desarrollo de esta doctrina; desarrollo que avanza desde aquf a través piant quibus tanti philosophi prindpiis ru- afferret molestiae, in duo volumina mud di-
tatur, tum ut eius usus ad ipsum Aristote- visimus; deinde vero, lit, quoad fierí posset,
lem intelligendum fadlior sit ac utilior, hae nostrorum laborum studlosis debitum offi-
ob causam, philosophico cursu nonnunquam runt, pertractarem, idcirco expeditius et uti- cium praestaremus, hoe prius emisUnus
etiam in re .1ectori inservire studui, indice statim ac e praelo prodiit; quamvis aliud
intermisso, ad quaedam Theologica diverto, lius fore censui, servato doctrinae ordlne,
non tam m in illis examinandis aut accu- [quem toti operi praescripsimus] 1 a nobis eo iam processerit, ut existimem non prius
ea omnia inquirere et ante oculos lectoris
rate explicandis' immorer (quod esset abs proponere, quae de toto huius sapientíae elaborato, quo, sj attente legatur, facillime hane partem perlectam fore, quam illa fue-
re de qua nunc ago), quam ut veluti digito obieeto investigari et desiderari poterant. (ni fallor) poterunt omnla, quae Aristote1es rit in lucem edita. Utinam utraque et cae-
índicem lectü:ri quanam ratione principia Illud vero obíectum quodnam sit, explanat in libris Metaphysicae pertractavit, et com- tera quae molimur in magnam Dei Optimi
metaphysicae sint ad Theologicas veritates prima huius operis disputatío, simulque in prehendi et memoria retineri; rursusque Maximi gloriam, et Ecclesiae Catholicae
confirmandas referenda et accoromodanda. ea praefamur dignitatem, utilitatem et cae- prae marubus haberi quaestiones omnes utilitatem cedant. Vale.
Fateor me in divinis perfectiorubus, quae at- tera quae in prooemiis seientiarum scriptores
tributa vocant, contemplandis, immoratum praemittere consuevenmt. Deinde, in priori 1 Esta frase aparece añadida en algunas ediciones, por ejemplo en la de J. B. Golo-
fuisse diutius quam alicui fonasse praesens tomo eiusdem obiecti amplissima et uruver- sino, Venecia, 1605 (N. de los EE.).
institutum exigere videretur; at compulit salissUna ratio, quae \ videlicet, appellatur
me rerum imprimis dignitas et altitudo, ens, eiusque proprietates et causae diligen-
deinde quod mihi nunquam visus sum lu- ter expenduntur. Et in hac causarum con-
minis naturalis, atque adeo nec metaphysieae, templatíone latius quarn fieri soleat irnmo-
Umites transilire. ratus surn, quod et perdifficilem illam, et
Et--- quonlam---hidlcávi semper magnam ad ad oronem philosophiam et Theologiam uti-
res intelligendas ac penetrandas, in eis eon- lissimam esse existimaverim. In tomo autem
venienti methodo inquirendis et iudicandis, altero inferiores eiusdem obiecti rationes
vim positam esse, quam observare vix aut prosecuti sumus, initio sumpto ab i1la en-
ne vix quidem possem, si, exposítorum tis divisione in C1'eatum et creatorem, utpote
more, quaestiones orones, prom obiter et quae prior est, et entis quidditati vicinior..
veluti casu circa textum Philosophi OCCut- et ad huius doctrinae decursum aptior; qui

1 Aceptamos la lección quae como más probable, frente a otras ediciones en las que
se lee qua (N. de los EE.).
Disputaciones metafísicas
356 ---
.
de sabiduría por ocuparse de las pnmeras causas Y de los principios
. . . de. todas . las
laxado en la sección anterior. Por constgmente, st. 1as cien-
cosas, como h.emos dec , .d d todas ésta que es la pnmera de
das especulauvas son las mas apetect as e ' '
ellas, será ciertamlente ~at mmáasy~~e~ee~ib~~~bre tiende a su felicidad natural; ahora
Finalmente e apetl o . . 1 f
. . , 'ct · e r medio de esta ciencia, o me¡or, consiste en .a.per ecta
bien. esta se a qmer po
·, de ella Porque, como se ce en e1
di libro X de la Etica
'
esta felicidad está
.,
poseslOn n la co~tem ladón de Dios y de las sustancias separadas, .~ontemp.1a~IOn
puesta e . p 1 fin principal de esta ciencia. Luego tambien la felicidad
que es¡ el ac:ot' preonp!uonya~to de esta ciencia Por consiguiente, este apetito es suma- DISPUTACION II
natura consts e · , R t s
mente conforme tanto a la naturaleza como a .la recta . razon.
f ' · es a, pue , que
investiguemos con todo afán y diligencia esta c1encta per ectlSima.
LA RAZON ESENCIAL O CONCEPTO DE ENTE

mas causas, omni.umque prin~ipia, quod a felicitas in contemplaüone Dei et substan-


nobis superiori sectione sat.ts d~daratum tiarum separatarum posita est; haec aute~
est. Si ergo scientiae specuiattvae mter oro- contemplado proprius actus est et p~a:ct­
nes maxime appetuntur, mter qu~s haec puus finis huius scientiae:. er~o et fe~ct~as RESUMEN
est suprema, erit utique ex se m.a~tme ap- naturalis in actu huius sctentme cons1StJ.t; ·
petibilis. Tandem maximus homtD;ts. appe- est erg~ hic appetitus maxime consentaneus, Las partes de esta disputación están claramente señaladas por las seis seccla-
titus est ad suam naturalem felicttatem; tam naturae quam rectae rationi. Superest
haec autem per hanc scientiam cm;nparatur, nes que la componen:
ergo ut omni diligentia et studio hanc per-
vel potius in ipsius perfec~a assecutt~ne con- l. Concepto forma! del ente (Sec. 1).
sistit. Nam, ut traditur ltb. X Ethtc., haec fectissimam scientiam investigemus.
Il. Concepto objetivo del ente (Sec. 2).
lll. Precisión del concepto de ente (Sec. 3).
IV. Contenido del concepto de ente (Sec. 4).
V. Trascendencia del ente (Sec. 5).
VI. Contracción del ente' a sus infe>·io1'es (Sec. 6).

SECCIÓN I

Expuestas las nociones de concepto fo1'mal y objetivo (1), ent,.a en la expo-


sición de las posiciones históricas, de las cuales la primera nie'ga simplemente
que el concepto formal de ente sea uno (2), mientras otras dos, sobre todo Fonseca
-autor de la segunda-, después de muchas distinciones inútiles, acaban admitien-
do una unidad insuficiente del concepto fotmal (3-8). Suárez defiende la unidad
del concepto fm·mal propio y adecuado del ser (9), distinto de los demás en su
realidad y según su razón fm·mal (10-11). No, se multiplica a pesat de su 1'elación
a multitud de objetos (12), ni es concepto meramente nominal (13). La analogía
no es óbice para su unidad (14 ).

SECCIÓN II

Propuestas tres dudas, con las que se plantea el p1'oblema de la unidad del
concepto objetivo del ente (1-3), siguen dos posiciones históricas extremas -ne-
gación total en una y afi,.mación de unidad absoluta en otra (4-5)- y una inter-
me-dia, pe1'o inaceptable (6-7). A continuación expone el Eximio su opini6n, en-
cen-ada en dos afirmaciones fundamentales:
A) Al concepto formal de set responde un solo concepto objetivo (8); explica
cómv expresa el concepto de se,. la sustancia y el accidente (9-11), los géneros su-
premos, etc. (12-13), concluyendo con la demostración "a pdori" de su tesis (14).
B) El concepto objetivo de ente p1'escinde de toda razón pa,.ticular. Es con-
secuencia de lo anteriot (15). Explica cómO: se obtiene por la opetación de la
mente (16), pasando luego a probar su afi1'mación y defenderla contra las obje--
ci<>~U~S, deduciendo además las consecuencias (17-36).
358 Disputaciones metafísicas

SECCIÓN III
Está requerida por la última parte de la anterior: ¿la preci~ión mental supo-
ne· la precisión 1·eal? ¿Añade la "talidad" U;"! mo~o. ~ealm:ente ~zsünto al ser antes
de la consideración intelectual? (1). Hay una opm10n aftrmatwa, que se cree ser
la de Escoto: sus argumentos (2-6). Frente a ella, propone Suárez su afirmación
de que el concepto objetivo de ser, tal como existe en la realidad, no es algo DISPUTACION II
realmente distinto y preciso de los inferiores en que existe (7). La prueba con
acopio de argumentos (8"11) y rebatiendo las razones aducidas en pro de la opi- LA RAZON ESENCIAL O CONCEPTO DE ENTE
nión de Escoto (12-17).
Plan y método de doct1cina que se ha de seguir en esta obra.~ Supuesto 1
'
SECCIÓN IV ¡0 dicho sobre el objeto o sujeto de nuestra disciplina, se impone en primer \
La opinión de Avicena con la corrección de Soto (1-2) nos introdnce al pro- lugar la necesidad de exponer su esencia propia y adecuada, y, a continua- .
blema del contenido del concepto de ser. Pam resolverlo, hay que comenzar por ción, sus propiedades y causas, todo lo cual constituirá la parte principal y pri- ·,
distingnir el ente como participio y el ente como nombre (4-5) y la significación mera de esta obra. Propondremos en la segunda la división más importante del !
de ambos. Precisamente la solución está en el ente tomado con valor d'e nombre mismo ; de este modo, cuanto permitan las fuerzas naturales de la razón, estudia-
~"lo que tiene esencia real" ( 6-7)-, ya que' en él cabrá por igual el "ser en acto" remos y explicaremos todas las cosas que están bajo el ente, y que incluyen su 1

y el "ser en potencia" (8). Una vez acl<rrado que la doble significación -partici- concepto, en cuanto entran en la razón objetiva de esta ciencia y abstraen de la !
pial y nominal~ del ente' no es equívoca (9-12), explica cómo el ente-participio materia según su ser. Para proceder con mayor concisión y brevedad, y para podeJ:_--1
sólo es predicado esencial d'e Dios, mientras que el ente-nombre lo es de todo tratar las cosas con método apropiado, nos abstendremos de prolijas explicaciones
ser (14). del texto aristotélico, y consideraremos las mismas cosas de que se ocupa esta
sabiduria con el método doctrinal y expositivo que mejor se acomode a ellas.
SECCIÓN V Porque, en lo que se refiere al texto aristotélico en estos· libros de metafísica,
Desarrolla el problema de la trascendencia del ente. La admiten todos respecto hay algunas partes que apenas tienen utilidad, bien por reducirse a proponer
de los entes completos y de los incompletos ulteriormente resolubles (1 ). La difi- cuestiones y dudas, que deja sin resolver, como es el cas9 del tercer libro, bien
cultad se centra en las diferencias últimas. La opinión de Escoto es que el ente por detenerse en la exposición y refutación de las opiniones de los antiguos, como
no las trasciende (2-4). La refutación del Doctor Sutil (5-7) y la demostración se puede ver fácilmente en casi todo el primer libro y gran parte de los otros,
de la sentencia verdadera (8-15) ocupan casi toda esta sección, que se cierra con bien, finalmente, porque repite o resume las mismas cosas dichas en los libros
la solución de algnnas objeciones (16-18). .anteriores, según se echa de ver en el libro XI y otros. Realmente, las cuestiones
útiles que merezcan o precisen estudiarse, se esforzaron bastante en explicarlas,
SECCIÓN VI tal como aparecen en el texto aristotélico~ diversos expositores griegos, árabes y
De la trascendencia pasanws lógicamente a la contracción del ente a sus infe- latinos y, de entre todos ellos, nosotros nos valdremos especialmente de la expo-
riores. Expuestas las diversas opiniones históricas (1-6), en el n. 7 explica Suá- DISPUTATIO li que ipsas, in quibus haec sapientia versatur,
rez la suya: "per madum expressioris conceptionis alicuius entis contenti sub DE RATIONE ESSENTIALI SEU
eo doctrinae ordine ac dicendi ratione quae
ente". La prueba a continuación con argumentos de autoridad y de mzón (6-11), ipsis magis consentanea sit, contemplari.
CONCEPTO ENTIS
Nam, quod spectat ad Philosophi textum in
concluyendo con la cuestión de la diversidad p1'imaria de los géneros supremos,. Ordo ratioque doctrinae in hoc opere ser- his Metaphysicae libris, nonnullae partes
en íntima conexión con estos problemas del ser (12). vanda.- His suppositis quae de obiecto seu eius parum habent utilitatis, vel quod varias
subiecto huíus scienciae tradidimus, neces- quaesciones ac dubitaciones proponat, eas-
sarium imprimís est eius propriam et adae- que insolutas relinquat, ut in teto tercio li-
quatam racionem, ac deinde proprietates bro, vel quod in anciquorum placicis refe-
eius et causas exponere, et haec erit prior rendis et refutandis immoretur, ut ex primo
principalis pars huius operis. In posteriori fere libro, et ex magna parte aliorum con-
praecipuam eius partitionem proponemus, stare facile potest, vel denique quod eadem
atque ita res orones quae sub ente continen- quae in prioribus Iibris dicta fuerant, vel
tur, et illius rationem includunt, ut sub repetat, vel in sumrnam redigat, ut patet
obiectiva ratione huius scienciae cadunt, et a ex libro XI, et aliis. Quae vero utilia sunt,
materia in suo esse abstrahunt, quantum ra- scituque digna et necessaria, insudarunt
tione naturali attingi possunt, invescigabimus satis in eis explicandis, prout in littera Aris-
et explanabimus. Ut enim maiori compendio totelis continentur, varii e:ll;positores graeci,
ac brevitate utamur, et convenienti methodo arabes et latini, ex quibus nos praecipue
universa tractemus, a textus aristotelici pro- utemur Alexandri Aphrodisaei, Averrois, et
lixa explicatione abstinendum duximus, res- maxime omnium divi Thomae expositione.
360 Disputaciones metafísicas Disputación se~unda.-S_e_·c_cz_'ón_I____________________3_6_1
sición de Alejandro de Afrodisía, de Averroes y, sobre todos ellos, de la de Santo Se llama concepto formal al acto mismo o, lo que es igual, al verbo con que el
Tomás. Por otra parte, en las disputaciones siguientes abordaremos el análisis entendimiento concibe una cosa o una razón común. Se le da el nombre de con-
objetivo de los problemas, procurando, al mismo tiempo, explicar con minuciosi- cepto, porque viene a ser como una concepción de nuestra mente; y se le llama
dad el pensamiento y sentido de Aristóteles, y cada uno de los testimonios, que formal, bien porque es la última forma de la mente, bien porque representa formal-
suelen ser el fundamento de casi todas las cuestiones. Más aún: para dejar com- mente al ente:Q.dimi_ento la cosa cgnocida, bien porque, en realidad, es el término
pletamente contentos a los estudiosos de Aristóteles, hemos puesto al fin 1 de la formal e intrínseco de la concepción mental, consistiendo, por decirlo así, en esto
obra un índice de todas las cuestiones que suelen suscitarse a propósito del texto su diferencia del concepto objetivo. Llamamos concepto objetivo a la cosa o
aristotélico, conservando su orden, o de las que a nosotros se nos ocurrieron, y razón que, propia e inmediatamente, se conoce o representa por medio del con-
consignamos los pasajes en que las discutimos. Y si por ventura la fidelidad al cepto formal; por ejemplo: cuando concebimos un hombre, el acto que realiza-
método que nos hemos propuesto jmpide tratar en nuestras disputadones algunas mos para concebirlo en la mente se llama concepto formal, en cambio, el hombre
sentencias de Arjstóteles, que se encuentran en estos libros y pueden ser útiles conocido y representado en dicho acto se llama concepto objetivo: En realidad, Ja
para otras ciencias, en el mismo índice ponemos unos breves comentados al denominación de concepto le corresponde extrínsecamente por referencia al con-
texto de Aristóteles, en que explicamos los puntos que no se tocaron en las cepto formal, por medio del cual afirmamos que se concibe su objeto; por eso,
disputaciones y que sean difíciles o útiles. Así, pues, en la presente disputación con toda razón se le llama objetivo, porque no se trata de un concepto que sea,
tenemos que explicar el problema del concepto del ser en cuanto ser, ya que la en cuanto forma, término intrínseco de la concepción, sino en cuanto objeto y ma-
existencia del ser es algo de por sí tan claro, que no necesita explicación alguna. teria a que se aplica la concep~ión formal, a la cual tiende directamente toda la pe-
En efecto, después del problema de la existencia, es el de la esencia el primero netración de nuestra mente, siendo éste el motivo de que algunos, tomándolo de
de todos, que debe darse por resuelto o explicarse respecto del sujeto de cada Averroes, le llamasen intención entendida y otros tazón objetiv·a. La diferencia, por
ciencia al comenzar el desarrollo de ésta. Como, a su vez, es ésta la primera y lo tanto, entre el concepto formal y objetivo está en que f.l formal es siempre ªlgo
suprema de todas las ciencias naturales, no puede aceptar de otra la demostración verdadero y positivo, siendn además en las criaturas una cualidad inherente a la
o explicación del concepto y quididad de su sujeto, siendo preciso, por ln mismo, mente; por el contrario, el concepto objetivo no es siempre una verd~dera cosa·
hacer su estudio y explicación inmediatamente al comienzo. ppsitiva. Efectivamente, concebirnos a veces las priviciones y otra's cosas,
que se llaman entes de razón, porque objetivamente no existen más que en
SECCION PRIMERA el entendimiento. Además, el concepto formal es siempre algo singular e indiv.t-
dual, por ser algo producido por el entendimiento e jnherente a él; empero-, el
SI EL ENTE EN CUANTO ENTE TIENE EN NUESTRO ENTENDIMIENTO
concepto objetivo a veces puede ser efectivamente una cosa singular e individual,
UN CONCEPTO FOR!'viAL COMÚN A TODOS LOS ENTES
en cuanto puede presentarse a la mente y ser concebida por· el acto formal; pero
l. Definición de concepto formal y objetivo y su diferencia.- En primer muchas veces es una cosa universal o confusa y común; por ejemplo: hombre,
lugar, damos por supuesta la distinción vulgar entre concepto formal y objetivo. sustancia y cosas parecidas. Así, pues, el fin principal de esta disputación es expli-
car el concepto objetivo del ente en cuanto tal, según toda su· abstracción, a la
Rerum vera ipsaruin examinationem in se- tio, quid sit ens in quantum cns; nam, quod que debe, segú_n dijimos, ser el objeto de la metafísica. Pero atendiendo a la dificul-
quentibus disputationibus lradcmus, simul- ens sit, ita per se notum est, ut nulla de-
que curabimus Aristotelis mentem ac sen- claratione indigeat. Post quaestionem autem
sum, et singula testimonia, in quibus fere an est, quaestio quid res sit est prima om- actus ipse, seu (quod idem est) verbum quo et ad quarn mentis acies directe tendit, prop-
quaestioncs omnes hmdari solent, accuratius nium, quam in initio cuiuscumque scientiae intellectus rem aliquam seu cornmunem ter quod ab aliquibus, ex Averroe, intentio
declarare. Ut vera Aristotelis studiosis om- de subiecto eius praesupponi aut declarare rationem concipit; qui dicitur conceptus, intellecta appellatur; et ab aliis dicitur ratio
ni ex parte satisfaciamus, in fine 2 huius necesse est. Haec autem scientia, cum sit quia est veluti proles mentis; formalis au- obiectiva. Unde colligitur differentia inter
operis indicem quaestionum omnium quae omnirnn naturalium prima atque suprema, tem appellatur, vel quia est ultima forma conceptum formalem et obiectivum, / quod
circa textum Aristotelis, et servato eius or- non potest ab alia sumere vel probatam mentís, vel quia formaliter repraesentat men- formali&f semper est vera ac positiva res et
dine, tractari solent, vel nobis occurrerunt, vel declaratam subiecti sui rationem et ti rem cognitarn, vel quia revera est intrin- in creaturis qualitas menti inhaerens, obiec-
posuimus, et loca in quibus nos eas dispu- quidditatem, et ideo ipsam statim in initio secus et formalis terminus conceptionis men- tivus vero non semper est vera res positiva;
tamus, designavimus. Quod si fortasse sen- tradere et declarare oportet. talis, in quo differt a conceptu obiectívo, ut concipimus enim interdum privationes et
tentiae aliquae Aristotelis, quarum cognitio ita dicam. Conceptus obiectivus didtur res alia, quae vocantur entia rationis, quía solum
ad alias scientias utilis est, in bis libris oc- SECTIO PRIMA illa, vel ratio, quae proprie et immediate habent esse obiective in intellectu¡ ItenVcon-
currant, quae in nostris disputationibus, ser- per co.nceptum forrnalem cognoscitur seu ceptus formalis ·semper est res singularis et
vato doctrinae ordine quem instituimus, trac- UTRUM ENS IN QUANTUM ENS HABEAT IN
repraesentatur; ut, verbi gratia_, cum homi- individua, quía est res producta per intellec-
_tari __ p.o_r:l _p9_:;¡s_in._t, __ _in_ ___eQde:m. __ indice _____breves MENTE NOSTRA UNUM CONCEPTUM FORMALEM
nem concipimus, ille actus, quem in mente tum, eique inhaerens; conceptus autem
circa textum Aristotelis annotationes tradi- OMNIBUS ENTIBUS COMMUNEM
efficimus ad concipiendum hominem, voca- obiectivus interdum quidem esse pbtest res
mus, in quibus, quidquid in disputationi- l. Conceptus formalis et obiectivus quid tur conceptus formalis; horno autem cogni- singularis et individua, quatenus mentí
bus tactum non est, et aliquid difficultatis sint, et in quo differant.- Supponenda im- tus et repraesentatus illo actu dicitur con- obiici potest, et per actum formalem concipi,
vel utilitatis habet, declaramus. In praesenti primis est vulgaris distinctio conceptus for- ceptus obiectivus, conceptus quidem per saepe vero est res universalis ve! confusa et
ergo disputatione explicanda nobis est quaes- malis et obiectivi; conceptus formalis dicitur denominationem extrinsecam a conceptu co~munis, ut est horno, substantia, et simi-
formali, per quem obiectum eius concipi lia,;' In hac ergo disputatione praecipue in-
l El "index locupletissimus" parece que debía estar al fin de la obra según algunas dicitur, et ideo recte dicitur obíectivus, quia tendimus explicare conceptum obiectivum
expresiones de Suárez, como en el caso presente. (N. de los EE.) non est conceptus ut forma íntrinsece termi- entis ut sic, secundum totam abstractionem
2
Propiamente aquí, según el orden aceptado en esta edición, debería decir "al prin- nans conceptionem, sed ut obiectum et ma- suam, secundum quam diximus esse meta-
cipio". (N. de los EE.) teria circa quam versatur formalis conceptio, physicae obiectum; quía vera est valde dif-
362 Disputaciones metafísicas 363
Disputación se~unda.-S::ec::cc:i::ónc._:I:__~~~~~~­ ------

tad del tema y a su íntima dependencia de nuestro modo de concebir, comenzamos


por el concepto formal, que puede resultar mucho más claro a nuestro juicio.
el nombre, y en este sentido, el?- cuanto son análogos, ;w
tienen un solo. con~epto
real sino muchos, como es ev1dente tanto en los analogos de proporcionalidad,
.coU:o en los de proporción o atribución. Efectivamente, si al oír la palabra riente
Exposición de las diversas sentencias se forma W1 concepto propio de la cosa significada, no será uno, sino doble el
2. La primera niega en absoluto que se dé un concepto formal del ser que concepto que se forma: uno del hombre, ~u': es el que .se ríe pr.opia y for~al­
sea verdaderamente uno en si, preciso y distinto de los otros conceptos de los mente; otro del bruto, que sólo puede rec1b1r tal apelativo en v1rtud- de cterta
seres particulares. Esta es la opinión de Cayetano en el opúsculo sobre la Analogía proporcionalidad. Y si no se forman ambos conceptos, sino solamente uno de ellos,
de los nombres, c. 4 y 6. En efecto, aunque se exprese de manera oscura y distinga entonces no se concibe la palabra según toda su analogía o significado común
entre ooncepto perfecto e imperfecto, sin embargo esta distinción coincide con respecto de aquellas cosas, sino solamente o en cuanto es. unívoca respecto del
otra de Fonseca, que vamos a tratar en seguida. Por eso, si se le lee atentamente, hombre, o en cuanto, en sentido traslaticio, significa metafóricamente el bruto.
ésta es en realidad su opinión; y Fonseca, libro IV Metaph., c. 2, q. 2, sec. 3, Lo mismo pasa en los análogos de atribución, por ejemplo, en sano, ya que si se
afirmó de él que habla alcanzado la verdad o que estaba muy cerca de ella. Todo forma el concepto propio de la cosa significada, entonces no es uno, sino múltiple,
\ el fundamento está en que de otra manera el ente sería univoco y no análogo, pero uno del animal que es sano propia y formalmente, otros de otras cosas, que debi-
ya veremos luego que esto es falso. Esta es la prueba de su conclusión: son uní~ .do a diversas relaciones o denominaciones derivadas de la salud del animal, reciben
vacos aquellos objetos cuyo nombre es común. Ahora bien, la razón de sustancia extrínsecamente el apelativo de sanas. Mas en ambas clases de analogía puede
implicada en su nombre es idéntica, según el testimonio de Aristóteles al comien- formarse un concepto bastante confuso, que más que referirse a nada real, se
zo de los Predicamentos; mas como también el nombre de ente es común a refiere a la significación de la palabra, como sería si, oída la palabra sano, conci-
todos los entes, tenemos que concluir que o la razón de este nombre es· una e bieses aquello que se ordena a la salud. Del mismo modo, pues, en nuestro caso,
idéntica, y entonces el ente será unívoco, o no es una, y en este caso tampoco el oida la palabra ente, puede formarse un concepto confuso, que comprenda cuanto
concepto formal del ente podrá ser uno, ya que el concepto formal recibe su tiene ser o relación al ser; pero es sólo un concepto del significado de la palabra,
unidad de la concepción de alguna cosa o razón una, a la que se refiere adecuada- ya que si realmente se conciben las cosas significadas por dicha palabra, no se
mente. Por lo tanto, si el concepto se adecua también con el vocablo o nombre de forma un concepto, sino muchos.
ente, no puede tener mayor unidad que la que tenga la razón una de ser, signifi- 4. Sentencia de Fonseca, muy parecida a ésta.---- De esta opinión se dife-
cada por dicho nombre. rencia poco la de Fonseca, que distingue arriba un triple concepto de ser: con-
3. La segunda opinión, que no pasa de ser una explicación de la anterior, cepto distinto, confuso y medio, es decir, confuso en parte y en parte distinto.
es la del Ferrariense en el libro I cont. Gent., c. 34. Distingue un doble con- Distinto es el que representa determinada y expresamente todas las entidades sim-
cepto: le llama a uno significado del nombre y al otro significado objetivo; res- ples que inmediatamente significa el ente; mas éste no es· un concepto, sino mu-
pecto del concepto de ser, dice que el primero puede ser uno, pero lo niega del chos. Confuso es el que lo representa todo de manera confusa e indeterminada,
segundo; el fundamento de ambos extremos radica en la analogía del ser. Se y éste si es uno. En cambio, concepto medio -en parte confuso y en parte dis-
explica de esta forma por la razón común de los análogos; en efecto, pueden éstos tinto----- es el que determinadamente sólo representa una naturaleza, por ejemplo,
concebirse de dos maneras: la una, con un concepto propio real significado por sustancia, incluyendo las demás, a saber, cantidad, cualidad etc., sólo de modo
patet, tam in analogis proportionalitatis si, audito nomine sani, concipias quod habet
ficilis, multumque pendens ex conceptione commune est nomen entis; ergo vel ratio quam proportionis seu attributionis; nam ordinem ad sanitatem. Sic igitur in praesen-
nostra, initium sumimus a conceptu formali, nominis est una et eadem, et sic ens erit si, audito hoc nomine, ridens, proprius con- ti, audito nomine entis, potest formari con-
qui, ut nobis videtur, notior esse potest. univocum, vel non est una, et sic nec con- ceptus reí significatae formetur, non unus, ceptus confusus, comprehendens quidquid
ceptus formalis entis poterit esse unus, quía sed duplex conceptus formatur: unus ho- habet esse vel habitudinem ad esse : sed hic
V miae sententiae refemntur conceptus formalis habet suam unitatem ex minis, qui proprie ac formaliter ridens est; tantum est conceptus quid nominis; tamen,
2. Prima sententia absolute negat dari aliqua una re ve! ratione concepta, quam alius bruti, quod solum per quamdam pro-
unum conceptum formalem entis, qui revera si r.evera concipiantur res illo nomine signi-
adaequate respicit. Unde, si ille conceptus portionalitatem sic appellatur. Quod si non ficatae, non formatur unus conceptus, sed
sit in se unus et praecisus ac distinctus ab est etiam voci seu nomini entis adaequatus, uterque horum conceptuum, sed alter tan-
aliis conceptibus particularium entium. Ita piures.
non potest magis esse unus quam sit una tum formatur, non concipítur illa vox se- 4. Sententia Fonsecae huic proxima.-
sentit Caietan., opuse. De Analog. nomin., ratio entis illo nomine significara. cundum totam analogiam seu communem
c. 4 et 6. Licet enim obscure loquatur, et Nec multum ab hac sententia differt Fonse-
3. Secunda opinio, quae potius est prae- significationem ad res illas, sed vel solum ca supra distinguens triplicem conceptum
distinguat de conceptu perfecto vel imper-
cedentis explicatio, est Ferrar., I cont. prout univoca est respectu hominum, vel entis, scilicet, distinctum, confusum et me-
fecto, tamen illa dístinctio coincidit cum Gent., c. 34, qui distinguit duplicem con- solum prout translata est, et metaphoríce
alia Fonsecae---statim --tractanda;---unde; si at- dium, id est, partim confusum, partim di-
ceptum: unum appellat quid nominis, alium brutum significat. Et simile est in analogis
tente leganu-, hoc revera sentit; eumque stinctum. Distinctus est, qui determinare et
quid rei; priorem dicit posse es se unum in attributionis, verbi gratia, sanum; nam si
veritatem attigisse, aut proprius ad illam proprius reí significatae conceptus formetur, expresse repraesentat omnes entitates sim-
accesisse, dixit Fonseca, IV Metaph., conceptu entis) posteriorem vero mini- plices, quas ens immediate significar, et
me; utrumque vero fundat in analogía non est unus, sed multiplex: unus animalis,
c. 2, q. 2, sect. 3. Fundamentum est, quia quod formaliter et propríe sanum est; alií hic non est unus, sed piures. Confusus est
alias ens esset univocum, et non analogum, entis. Et explicatur in hunc maduro qui repraesentat omnia confuse et indeter-
quod infra videbimus esse falsum. Sequela ex communi ratione analogorum; dupliciter aliarum rerum, quae per varías habituclines
seu denominationes a sanitate animalis ex- minate, et hic est unus. Medius vera qui
probatur, quía univoca sunt quorum nomen enim concipi possunt: uno modo, proprio partim confusus, partim distinctus est, qui
conceptu reali significato per nomen, et hoc trinsecus sanae appellantur. In utroque au-
est commune. Ratio vera substantiae nomini tem ex his analogis potest unus conceptus determínate repraesentat unam naturam,
acommodata est eadem, teste Aristotele, ini- modo, quatenus analoga sunt, non habent verbi gratia, substantiam, caeteras vera, sci-
unum conceptum realero, sed piures, ut valde confusus formai.-i, qui magis est de
tio Praedicament.; sed ornn_ibus entibus J._icet, quantitatem, qualitatem, etc., implicite
vocis significatione quam de a].iqua re, ut
Disputación .~~gunda.-Sea~~.!'!-. 1 365
364 Disputaciones metafísica$
común y diferencia contrayente, por ejemplo, animal, hábito, etc? Porque el
implícito e indeterminado, en cuanto todas guardan cierta proporción con la sus- ente, en cuanto ente, comprende todas las cosas en general, y así como en el
tancia; a este concepto se le llama también uno. concepto de sustancia o cualidad no se incluye nada que no sea ente, tampoco se
5. Esta variedad de tautas distinciones estorba más que ayuda a la claridad.- incluye en el concepto de animal o de hábito. Y el hecho de que el concepto
Estas distinciones creo que se multiplican sin motivo, y que, más que explic-ar el compuesto pueda resolverse en varios de los cuales ninguno incluya al otro, cosa
problema, arrojan confusión sobre él. Porque debemos referirnos al concepto fonnal que no puede realizarse en el simple, tiene muy poco que ver con la significación
de ser, no atendiendo tanto a lo que podernos conocer o comprender de cuantas mediata o inmediata. ¿Quién va a admitir que ente sjgnifica inmediatamente a
cosas caen bajo esta palabra, tal cual son en sí, cuanto al modo como son signifi- racional y no a hombre, sólo porque racional expresa un concepto simple y hom-
cadas pur ella; de lo contrario:, no trataremos del concepto del ser en cuanto ser, bre, compuesto? Por consiguiente, concretando -nuestra atención de una manera
sino del de todas las cosas, tanto existentes como posibles, en cuanto son tales. y propia y precisa al concepto formal de ser en cuanto tal, no le pertenece que
se distinguen entre sí, de suerte que resulta imposible a cualquiera concebirlas mediante él se conciban distintamente los seres particulares según sus propias y de-
bajo un solo concepto formal, excepción hecha de Dios, como hizo notar el mismo terminadas razones. Por lo tanto, si no nos salimos del concepto de ser en cuanto tal,
autor. Mas en este sentido sólo podrá ser concepto de sustancia y de vivien- siempre se tratará de un concepto confuso respecto de los seres particulares en cuan-
te, si ha de tener ese grado de explidtud y distinción, aquel en que se conciban to tales. Por eso dice Santo Tomás en la I, q. 14, a. 6, que si Dios conociese las
distintamente todas las sustancias y todos los vivientes en cuanto son tales, co- cosas distintas de él únicamente en cuanto son entes, las conocería sólo en gene-
rrespondiendo también en este -caso a Dios solo el poder tener un concepto formal ral, de una manera confusa e imperfecta; concluyendo de aquí que no las conoce
distintn de sustancia, viviente, etc. solamente en cuanto participan de Ja razón de ser, sino también en cuanto cada
6. Se podría objetar que sustancia, viviente y otros nombres parecidos no una se distingue de las demás; opina, por lo tanto, que el concepto de ser en
significan inmediatamente estas o aquellas naturalezas sustanciales o vivientes, sino cuanto tal, si se lo toma de forma precisiva, es siempre confuso respecto de cual-
la razón de sustancia, viviente, etc., y que, por Jo tanto, para formar un concepto quier razón determinada de ser, en cuanto, considerada en si misma, es tal y se
distinto que responda al significado de dicha palabra, no hace falta descender distingue de las demás, sea simple o compuesta.
hasta las naturalezas particulares ; pero que no es éste el caso del ente, por significar 7. Refutación: del modo de e,xpresarse de otros.- Por esto mismo, también
inmediatamente las entidades, al menos las simples, es decir, las que no se resulta superfluo para explicar el presente problema el otro miembro de un con-
componen de naturaleza común y diferencia que las contraiga. Mas esto, en rea- cepto-, confuso en parte y en parte distinto. En primer lugar, porque es hablar
lidad, es falso, según se echará de ver mejor en la sección siguiente, resultando impropiamente decir que el concepto de sustancia es de una manera implícita
evidente por el momento con sólo -atender al modo ordinario de· concebir las cosas. o confusa el concepto de accidente, y, en general, sólo con suma impropiedad
¿Quién hay, efectivamente, que diga que el ser significa inmediatamente a Dios se puede decir que el concepto propio del primer analogad;o es el concepto con-
en cuanto es Dios, por más que Dios sea simplicísimo, sin composición de natu- fuso de los otros analogados secundarios, aunque sea éste el modo de expresarse
raleza común y diferencia contrayente? La misma pregunta se puede formular, de muchos que dicen que igual que un mismo nombre-, por más que inmediata-
finalmente, acerca de la sustancia, del accidente, y de otros géneros o conceptos mente sólo signifique el analogado primero, significa secundariamente los demás,
simples. Además, ¿qu<! razón hay para afirmar que el ente significa con más de la misma manera el concepto- formal de primer analogado representa conÍusa-
derecho inmediatamente las entidades simples que las compuestas de naturaleza
communi et differentia contrahente, ut est imperfecte; unde concludit non tantrnn ea
et indeterminate, quatenus omnes cum sub- poterit habere eorum formalem conceptum animal, habitus, etc.? Nam ens ut sic gene- cognoscere secundum quod communicant in
stantia proportione quadam conveniunt, et distinctum substantiae, viventis, etc. ratim omnia sub se comprehendit, et sicut ratione entis, sed etiam secundum quod
hic etiam unus es se dicitur. 6. Dices, substantiam, vivens et similia in conceptu substantiae vel qualitatis nihil unum ab alio distinguitur; sentit ergo con~
5. Tot distinctionum diversitatem obesse nomina, non significare i_mmediate has vel includitur quod non sit ens, ita neque in ccptum entis ut sic, praecise in eo sistendo,
potius quam pmdesse clatitati.- Sed huius- illas naturas substantiales aut viventes, sed conceptu animalis vel habitus. Quod autem semper esse confusum respectu cuiuscum-
modi distinctiones mihi videntur sine causa rationem substantiae_, viventis, etc., et ideo conceptus compositus possit resolvi in piu- que determinatae rationis entis, prout in se
multiplicari, remque potius confundere quam ad formandum conceptum distinctum re- res, quorum neuter alterum includat, non talis est et ab aJiis distinguitur, sive campo-
· explicare. Nam de conceptu fonnali entis spondentem significato talis vocis, non es- autem conceptus simplex, parum refert ad sita sit, sive simplex.
loqui debemus, non iuxta id quod de rebus se necessarium ad particulares naturas de- mediatam vel immediatam significationem. 7. Modus loquendi aliOrum non prob~
omnibus, quae sub hac voce comprehendun- scendere; secus vero esse de ente, quia im- Quis enim credat ens immediate significare tU1·.---- Quapropter etiam illud membrum
tur, cognosci et comprehendi potest, prout mediate significat entitates, saltem simplices, rationale, et non hominem, quia rationale de conceptu partim confuso, partim distinc-
in se sunt, sed prout hac ·voce significantur; id est, non compositas ex natura communi et dicit simplicem conceptum, et horno com- to, est supervacaneum ad rem praesentem
alioqui non er\t sermo de conceptu entis in differentia contrahente. Sed hoc revera fal- positum? {taque, sistendo proprie ac prae- cxplicandam. Primo· qujdem, quia conceptus
quantum ens:; -- se"Ct-·-·-cte·-- crm:c·ep Lu--··yei'üíh om- sum est, ut fusius constabit ex sectione se- cise in conceptu formali entis ut sic, non substantiae improprie dicitur implicite vel
nium turn existentium, tum etiam possibi- quenti, et nunc brevi_ter patet ex communi pertinet ad ipsum ut per eum concipiantur confuse esse conceptus accidentis, et in uni-
lium, quatenus tales sunt, et inter se distin- modo concipiendi. Quis enim dicat ens im- distincte particularia entia secundum pro- versum conceptus proprius primi analogati
guuntur, quomodo a nemine possunt uno mediate significare Deum ut Deus est~ prias et determinatas rationes; ideoque con- impropriissime dicitur esse confusus con~
conceptu formali distincte concipi, nisi a etiam si Deus simplicissimus sit, et non ceptus entis ut sic, si in ea sistatur, semper ceptus caeterorum analogatorum, quae se-
solo Deo, ut recte i_dem auctor notavit. Hoc compositus ex natura communi et difieren- est confusus respectu particularium entium, cundaria sunt, quamvis multi ita Joquantur
autem sensu etiam conceptus substantiae aut tia contrahente? Denique idem interrogari ut talia stmt. Et 'ideo D. Thomas, 1, dicentes, sicut idem nomen, licet immediate
viventis, si illo modo sít explicitus et distinc- potest de substantia_, accidente, et aliis gene- q, 14, a. 6, dicit quod si Deus tantum co- significet primum analogatum, secundario
tus, erit tantum ille quo ornnes substantiae ribus vel conceptibus simplicibus. Item, cur gnosceret alía a se, in quannun sunt entia, significat caetera, ita conceptum formalem
vel viventja omnia, quatenus sunt, distincte magis dicetur ens significare immediate enti- tantum cognoscerct in communi, confuse et primi analogati confuse repraesentare caete-
concipiantur, quomodo solus etiam Deus tates simplices, quam compositas ex natura
366 Disputación segunda.-Secc_,io,_.'n:_-1_ _ _ _ _ _ _ ._ _ _ _ _ _ _ _ _ _3_6_7
mente a los demás en cuanto son semejantes o proporcionados al primero, puesto absoluta; consecuentemente esto no ?asta para que ~ dicho co?cept? se le llame
que lo que representa algo distintamente, parece que representa conse:uentemen- concepto implícito o confuso del accidente. Estas mismas cons1derac10nes pueden
te al menos de modo confuso las otras cosas que le sean semeJantes. Por ser fácilmente aplicables a los demás analogados o a sus conceptos; en efecto,
más que esto tenga poca impor;ancia, y que acaso que_de· red~c~do a un n:odo el concepto formal de hombre riente en cuanto tal, no es, en modo. alguno, el
de expresarse no lo admito, ya que el concepto propio y dtstmto del pnmer concepto confuso de prado, ni el concepto propio de animal sano es e~ concepto ~e
analogado es 'solamente uno, y formalmente sólo representa al mismo primer la medicina, y así en otros casos. La causa está en el fundamento de dicha analogm,
analogado; y en est~ no es legítim~ la c?~paración con el nom?re, puesto ~ue el el cual o puede ser una conveniencia o semejanza real entre los analogados, seg{m
nombre significa úmcamente por . Impos1c1on y, por eso, el. ,mlsmo. nombre. q~e explicaremos del ente más abajo, la cual. no es represent~ble po: el .conc~pto
significa una cosa primaria y proptamente, puede, por traslac10n, aplicarse a sigm- propio de analogado alguno; o no es proptamente una semeJanza, smo solo cierta
ficar otras cosas secundariamente; en cambio, el concepto de una cosa naturalmente proporción o atribución, que no es tampoco razón suficie~te para que el conce~to
sólo representa la cosa misma; y, por lo tanto, si es el concepto propio y adecua- propio de un analogado, en cuanto tal, represente en cierta manera los demas,
do del primer analogado según su propia razón, no puede representar a los demás, sino que representa solamente la forma, siendo los demás calificados como tales
de donde tampoco es causa de que s~ l_es conozca: pudiendo ser, a lo su~o~ c?mo por subordinación a ella, que es representada en dicho concepto independiente-
el origen u ocasión de que se· conciban y denommen las otras cosas segun cierta mente y tal como es en sí, sin atender a su relación con los demás.
proporción o relación al analogado principal; todo lo cual no basta par~ qu;. al 8. Digo, además: entiéndase como se quiera este modo de hablar-el que
concepto particular y propio del primer analogado se le llame con.cepto 1mphc11o al concepto determinado de sustancia se le llame concepto confuso de los demás
o confuso de los demás. Además, pregunto si el concepto del pnmer analogado géneros de seres o accidentes-, tampoco entonces puede dicho concepto llamarse
es completamente idéntico al concepto que _corres~op.de al nombre pr~pio ~e. esa concepto formal del ser en cuanto ser, no sólo porque es el concepto formal
misma cosa o naturaleza, v. gr., la sustancm, o s1 es, por el contrano, d1stmto. propio de la sustancia en cuanto es sus.tancia, y el concepto propi? de ser tiene
Esto último no puede sostenerse, porque, si ambos son conceptos propios de la que ser distinto del concep~o de sus.t;m_cm, puesto que el s:r ~e di~Ide r~ctamente
sustancia, no se comprende dónde está la diversidad para. que se pueda a~rmar en sustancia y accidente, smo tambien porque el ser no stgrufica mmedmtamente
de uno que representa los accidentes y del otro no. SI, por el contrano, se la sustancia, según demostraremos más abajo y, en consecuencia, tampoco expresa
admite lo primero, no tiene en su favor tal concepto más razones para represe.ntar
los accidentes que tiene el concepto de hombre para representar los otros amma-
inmediatamente el concepto formal propio de sustancia. Concluímos, pues, que el/
concepto formal de ser en cuanto ser, comparado con los entes concretos como ¡
les · más aún tiene menos, por ser menor la semejanza. Además, en otra hipótesis, tales, siempre es un concepto confuso e indistinto al representar este o aquel ente. 1
'
habría '
que admitir que la sustancia tiene un concepto fori"? al cot:?ún en c~erto
.
Nos referimos solamente a los entes concretos, en cuanto tales, porque respecto
modo a la sustancia y al accidente, lo cual es absolutamente 1mprop10 y, en ngor, del objeto que propia e inmediatamente representa ~sea cual sea~ se le puede
falso, porque aunque el accidente diga relación a la sustancia,. ~in ~mbar?o, el llamar, y es en realidad, un concepto propio y distinto, igual que el mismo con-
concepto de sustancia no representa, en modo alguno, esa relacwn, smo solo su cepto de animal es confnso respecto del hombre, pero propio y distinto respecto
término, y a éste no formalmente bajo la razón de término, sino según su razón de animal en cuanto tal, por más que, valiéndose de la misma comparación, este·

ra, quatenus Uli primo similia sunt vel pro~ conceptus speciaJis et proprius primi analo- absolutam rationem suam; ergo hoc non tus substantiae dicatur confusus reliquorum
portionalia; nam quod repraesentat distinc~ gati dicatur implicitus vel confusus reliquo- satis est ut ille conceptus dicatur implicitus generum entium, seu accidentium, tamen
te aliquid, consequenter videtur repraesen- rum. Deinde interrogo, an ille conceptus vel confusus conceptus accidentis. Atque adhuc ille dici non potest conceptus forma-
tare, saltero confuse, alía llli similia. Sed primi analogati sit idem on:mino e?~ c:on- ídem considerari facile potest in caeteris lis entis ut sic, tum quia ille est proprius
hoc quamvis sit parvi momenti, et fortasse ceptu qui respondet propno nonum ems- analogatis seu conceptibus eorum; nam conceptus formalis substantiae, ut substan-
de modo loquendi, mihi non probatur, quia dem rei seu naturae, verbi gratia, substan- oonceptus fonnalis hominis ridentis ut sic, tia est, conceptus autem proprius entis es~
huiusmodi conceptus proprius et distinctus tiae an vero sit diversus. Hoc posterius dici nullo modo est conceptus confusus prati, se debet diversus a conceptu substantiae_,
primi analogati tantum est unus, et fonna- non' potest, quía, si uterque est proprius nec conceptus proprius animalis sani est quandoquidem ens recte dividitur in sub-
liter tantum repraesentat ipsum primum ana~ conceptus substantiae, intelligi non potest conceptus medicinae, et sic de aliis. Et stantiam et accidens; tum etiam quía ens
logatum; in qua non recte curo nomine in qua sit diversitas, ut alter dicatur reprae~ ratio est, quia id quod fundat huiusmodi nen significar immediate substantiam, ut
éomparatur, quía nomen significar per im- sentare accidentia, et non alius. Si vero analogiam, vel est a]jqua realis convenientia infra ostendam; ergo nec immediate expri-
positionem tantum, et ideo idem nomen, dicatur prius, ergo non magis potest ille seu similitudo ínter analogata, ut de ente mir proprium fonnalem conceptum substan-
quod primario ac proprie unum significat, conceptus dici repraesentare accidentia, infra dicemus, et illa non repraesentatur tiae. Relinquitur ergo conceptum formalem
potest per translationem imponi ad alía quam conceptus proprius hominis alia ani~ conceptum proprium alicuius analogati; entis ut sic, comparatum ad determinara
secundario significanda; conc_~p_tus au~ malla · immo minus id dici poterit, cum sit ~~ .. ~..'" non est propria similitudo, sed solum entia ut talia sunt, sernper esse conceptum
tero reí tantum naturaliter repraesen- mino; simHitudo. Itero, quía alioqui dicen~ proportio quaedam vel attributio, et haec confusum et indistinctum in repraesentan-
tat rem ipsam, et ideo si est pro- dum esset substantiam habere unum con- etiam non satis est ut conceptus proprius do hoc vel illud ens. Dico autem respectu
prius et adaequatus conceptus primi analo~ ceptum fonnalem aliquo modo communem unius analogati, ut tale est, repraesentet particularium entium, ut talia sunt, quia re~
gati secundum propriam rationem eius, non substantiae et accidenti, quod revera impro~ aliquo :modo reliqua, sed solum fonnam spectu eius obiecti quod immediate et pro ..
potest repraesentare reliqua; unde nec per priissimum est, et in rigore falsum, quia illam, per ordinem ad quam reliqua talla prie repraesentat (quodcumque illud sit),
se facit illa cognoscere, sed ad summum es- licet accidens dicat habitudinem ad substan- denominantur, quae absolute et prout in se dici potest et revera est proprius et distínc-
se potest veluti origo, seu occasio, ut alia tiam, tamen conceptus substantiae nullo talis est, et non curo habitudine ad reliqua, tus conceptus, sicut ídem conceptus anima-
concipiantur et denominentur secundum modo repraesentat illam habitudinem, sed per talem conceptum repraesentatur. lis, qui respectu hominis est confusus, re-
aliquam proportionem vel habitudinem ad solum terminum eius, et illum non forma~ 8. Addo ulterius: quidquid sit de hoc spectu animalis ut sic est proprius et distinc-
primum analogatum; quod non est satis ut liter sub racione termini, sed secundum loquendi modo, quod determinatus concep- tus, quamvis sub hac eadem comparatione
368 Disputación segunda.-Sección l
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mismo concepto simple suela llamarse confuso respecto del concepto compuest Por lo tanto, tampoco significa muchos en cuanto son muchos, por no significarlos
con que se concibe a animal mediante su definición. Y de igual manera en dio según las diferencias que los separan, sino más bien según la conveniencia que
versos hombres, o en uno en diversos tiempos, puede darse un concep•_.: de· - los uné o hace semejantes; esto, consecuentemente, es señal de que a dicha palabra
, d' . al . 11 , ~ ser corresponde asimismo en la mente un solo concepto formal, por el que se concibe
mas }sttdn_to_ que otro y condtrarw, amarsele confuso respecto de uno que
sea m~s 1s~tdi~'d edn c~antodsu ce e que se conoce con m.ayor o menor perfección
1
inmediata y adecuadamente lo que ella significa. O mejor aún, invirtiendo las
!a: razon o qu~ a rmsmda e_ ser en cuanto ser; esta misma distinción, empero, cosas, de esta señal deducimos que la imposición de esa palabra es consecuencia
db ~ conceptods _ormda 1es, na a twn~ que ver con el presente problema, porque más del modo concreto de concebir las cosas en un solo concepto. El tercer argumento
1en. es pro ucto e aque1 qu_e tiene el concepto y de· su mayor o menor inteli- nos lo aporta el concepto de existencia; en efecto, parece evidente por sí que
g~ncm, o del n;odo de conceb1r, que de la relación al objeto, que es lo que prin- hay un solo concepto formal de la existencia en cuanto tal, ya que, cuantas veces
Cipalmente aqm atendemos. hablamos de la existencia en este sentido y la analizamos. como un acto único,
en realidad no formamos muchos conceptos, sino uno solo; por lo mismo, tam-
La verdadera sentencia bién el concepto formal de existencia en cuanto tal es uno, porque de la misma
manera que lo abstracto se· concibe como una sola cosa, igualmente lo concreto
9: Omitidas, pues, estas distinciones, afirmaremos que el concepto formal en cuanto tal constituído predsivamente; por consiguiente, al ser en cuanto ser
prop1o y adecuado de ser, en cuanto ser, es uno, con precisión real y de razón le corresponde con igual derecho un solo concepto formal; porque ser, o es igual
resp~cto de, los concep_tos for~ales_ de las otras cosas y objetos. Esta es la opinión que existente, o, si se toma como existente aptitudinal, su concepto tiene la misma
c?m;m, segun el antenor testnnonm de Fonseca; la mantienen Escoto y todos sus razón de unidad. Este es el motivo de que al concepto de ser no sólo se le llame
d1sc~~ulos, según veremos en la sección siguiente; Capréolo, In I, dist. 2, q. 1, con-. uno, sino también el más simple, de tal manera que en él se resuelven en último
cluswn 1_ Y 9, y en las resp~estas al argumento contra ellas; Cayetano, ln De Ente término los demás, porque por medio de los otros conceptos concebimos este o
q:
et Essentza, c. 1, 2, que clta a Santo To~ás, q. 7 De Potentia) a. 5 y 6; Soncinas, aquel ente concreto; en cambio, en éste prescindimos de toda composición y
IV Metaph., q. 1, Iavello, q. 1; Flandna, q. 2, a. 6; Herveo, Quodl. ll, q. 7; determinación, siendo;, por lo mismo, corriente .también afirmar que este concepto
Soto, en lo,s Praedzca:n:'., c. 4, q. 1; y se deduce claramente de los lugares de es por propio derecho el primero que el hombre forma, puesto que en igualdad de
Santo_ To~as que. se citarán en la sección siguiente. Se prueba, primeramente, por circunstancias es lo que puede concebirse con mayor facilidad respecto de cual-
expenen:m: efect1V~I?ente, al oír la palabra ser, advertimos que nuestra mente quier cosa. Todos estos puntos los expone Santo Tomás en la q. 1 De Verit.~
no se dispersa o dtvtde en mu:hos conceptos, s~nn que más bien se recoge en a. 1, y en la q. 21, a. 1; también Avicena en el libro U de la Metafísica. Por todo
uno, como le pasa cuando conc1be a hombre, {lnnnal y otras cosas ;;;imilares. Se- esto, apenas hay quien tenga duda acerca de este concepto comunisimo y confuso;
g.undo, porque, como dijo Aristóteles en el libro I De Interpret., las palabras ahora bien, ya dejamos demostrado que ningún otro concepto que no sea confuso
srrve? para expr_esar nuestros ~onceptos fort?ales; ahora bien: la palabra ser respecto de los seres particulares en cuanto tales, puede llamarse con verdad y
no solo es. m_aten~;mente ~na, smo que tamb1én, por imposición originaria, tiene propiedad concepto del Ser en cuanto ser. Por fin, si el concepto formal del ser no
una sola ~1gruficacwn, en Vlrtud de la cual no signific-a inmediatamente naturaleza es uno, tendrán que ser muchos. ¿Cuántos serán, pues? No hay razón alguna para
alguna ba¡o la razón propia y determinada, por la que se distingue de las demás, afirmar que son dos mejor que tres o cualquier otro número, porque, de multipli-
carse estos conceptos, .es preciso' que se multipliquen según una determinada di-
idem conceptus simplex soleat dici confusus fatetur Fonseca supra_; tenet eam Scotus
re~pectu illius conceptus compositi quo significar plura ut plura sunt, quia non
et omnes eius discipuli, ut videbimus seccio- existens, conceptus ejus habet eamdem ra-
ammal per suam definitionem concipitur. ne sequenti; Capreol., In I, dist. 2, q. 1, significar illa secundum quod inter se dif- tionem unitatis. Hinc etiam conceptus entis,
Atque simili modo potest, vel in diversis concl. 1 et 9~ et in responsionibus ad argum. ferunt, sed potius ut inter se conveniunt~ non solum unus, sed etiam simplicissimus
hominibus vel in uno diversis temporibus contra illas; et Caiet., de Ente et es sen t., vel similia sunt; ergo signum est huie voci dici solet, ita ut ad eum fjat ultima resolutio
unus conceptus entis esse distinctior alío~ c. 1, q. 2, qui citat D. Thomam, q. 7 de respondere etiam in mente unum conceptum caeterorum; per alios enim conceptus con-
et e contrario unus potest vocari confusu~ Pot., a. 5 et 6; Sane., in IV Metaph., formalem, qua immediate et adaequate con- cipimus tale vel tale ens; per hunc autem
respectu alterius distinctioris~ quatenus con- q. 1; Iavell., q. 1; Flandria, q. 2, a. 6; cipitur quod per hanc vocem significatur. praescindimus omnem compositionem et de-
tÍ...11!fit ips~mmet rationem seu quidditatem Hervaeus, Quodl. II, q. 7 _; Soto, in Praedi- V el potius e contrario hoc signo colligimus, terminationem, unde hic conceptus dici
entts ut s1c magis vel minus perfecte co- cam., c. 4, q. ·1; et plane colligitur ex ex tali modo concipiendi res uno conceptu, etiam solet ex se esse primus qui ab homine
gnosci, quae distinctio conceptuum fonna- talis nominis impositionem processisse. Ter- formatur, quia, caeteris paribus, facilius de
D. Thoma, locis citandis :;:ectione sequenti.
lium nihil ad propositum refert, quia magis Et probatur primo experientia; audito enim tia, argumentad possumus ex conceptu exis- quacumque re concipi potest, quae omnia
est ex parte concipientis, et ex perfecto vel nomine entis, experimur mentem nostram tentiae; videtur enim per se evidens, dari tradit D. Thomas, q. 1 de Verit., a. I~ et
imperfecto _l':l:flJirJ~,____ _y_e_l __ rpodo co_ncioiendi non distrahi neque dividi in piures conccp- unum conceptum formalem existentiae ut q. 21) a. 1; et Avicen., II Metaph. Qua-
quam. ex habii:~dlne ad oblectum, qmim hi~ tus, sed colligi potius ad unum, sicut cum sic, quia, quoties hoc modo de existentia propter de unitate huius conceptus com-
praec1pue constderamus. loquimur et disputamus tamquam de uno
concipit hominem, animal, et similia. Secun- munissimi et confusi fere nullus est qui
do, quia ut Aristoteles dixit, I de Interpret., actu, revera non formamus piures conceptus, dubitet; ostendimus autem nullum alium
V era sententia.
per voces exprimimus nostros formales con- sed unum; ergo etiam conceptus formalis posse vere ac proprie dici conceptum entis
9. His ergo dlstinctionibus praetermissis ceptus _; sed vox ens non solum materiali- existentiae ut sic unus est, quia, sicut ut sic, qui non sit confusus respectu par-
dl~endum est conceptum formalem pro~ ter est una, sed etiam unam- habet signifi- concipitur abstractum per modwn unius, ticularium entium, ut talla sunt. Tandem,
pnum et adaequatum entis ut sic esse cationerp. ex primaeva impositione sua, ex ita et concretum ut sic praecise consritutum; si conceptus forma}is entis non est unus,
unum, re et ratione praecisum ab aliis con- vi cuius non siguificat immediate naturam ergo similiter enti ut sic unus conceptus erunt ergo piures; quot ergo erunt? Non
ceptibus formalibus aliarum rerum et obiec- aliquam sub determinata et propria ratione, formalis respondet; nam ens vel est idem est maior ratio de duobus quam de tribus,
torum. Haec est communis sententia, ut sub qua ab aliis distinguitur. Unde nec quod existens, vel, si sumatur ut aptitudine vel quolibet al,io numero; quia, si multipli-
Dis{YUtación segunda._S:_e_c_a_·o_·n_I_ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ __::371
versidad de las cosas 0 entidades comprendidas en el ámbito del ser; mas com<> posee una sola razón simple formal adecuada; por lo tanto, según ella ha de
todas estas entidades pueden multiplicarse hasta el infinito e ir distinguiéndose prescindir de los otros conceptos formales. Segundo, porque lo mismo que nuestra
según sus propias razones, si se admite en un caso que el concepto o los conceptos mente, al conocer precisamente aspectos que en la realidad no se distinguen, dis-
de ser en cuanto ser, representan esas determinadas naturalezas del ser, incluso en tingue en si realmente sus propios conceptos formales, del mismo modo, en sen-
cuant~ distintas, no hay razón alguna para limitarlos a dos antes que a tres, cuatro, tido inverso, al confundir y unir las cosas que en la realidad se distinguen, en
etcétera, según se verá con mayor evidencia por lo que diremos en la sección virtud de su semejanza, reduce a unidad su concepto, formando en realidad y
siguiente sobre el concepto objetivo; porque, aunque el concepto formal, en según la razón formal uno solo; y éste es el procedimiento conforme al cual se
cuanto producido en nosotros y por nosotros, parezca poder resultar más conocido conciben los entes en dicho concepto- formal de ser. En efecto, la mente los
por experiencia, no obstante, l~ comprensión exacta de su uni?a.d depe~de en · aprehende a todos únicamente en cuanto son semejantes en la razón de ser y, en
gran parte de la uuidad del ob¡eto, del cual suelen los actos rec1b1r su umdad y cuanto tales, forma de ellos una imagen única que, en una sola representación,
distinción. expresa lo que es, y esta imagen es el prOpio concepto formal; por consiguiente,
10. Esto nos lleva a comprender, en primer lugar, en qué sentido y por qué es en absoluto uno realmente y en su razón formal, prescindiendo, en virtud de
razón se dice que este concepto formal, según la realidad misma, prescinde de los ella, de los conceptos que representan más distintamente los seres particulares o
otros conceptos, y es porque en su objetividad es realmente distinto del concepto sus esencias.
de sustancia en cuanto tal, del de accidente, del de cualidad y de otros semejantes; 12. El concepto formal de ser, en cuanto ser, no se multiplica según la
claro está que hablamos del entendimiento humano, que incluso cuando separa multitud' de objetos particulares.- Se concluye, en tercer lugar, que este concepto
lo que en la realidad no está separado, divide dentro de si los conceptos, formando- formal de ser no sólo es uno, sino que incluso no puede multiplicarse según su
conceptos realmente distintos de la misma cosa, según la diversa precisión o abs- relación a objetos más determinados o concebidos con mayor distinción por parte
tracción del objeto concebido, a la manera que los conceptos formales de justicia de los mismos objetos. Ciertaraente que cabe la multiplicación de estos conceptos
y misericordia divina en nosotros son realmente precisos o distintos, aunque la formales, o numéricamente en diversos sujetos, o en uno solo en tiempos distintos,
misericordia y justicia en sí no se distingan. Así, pues, en este sentido el concepto y acaso incluso según la especie por parte de quien los conciba de un modo más
de ser en cuanto ser, por prescindir en su representación de la razón propia de perfecto o con claridad mayor y más distinta aprehensión de la misma razón form·al
sustancia en cuanto tal, de la de accidente y de todas las demás, necesita ser en de ser en cuantn ser (por más que acaso esta distinción no pase de ser una cuestión
de grado mayor o menor dentro de la misma especie, sobre todo si nos limitamos
sí realmente preciso y distinto de los conceptos propios de dichas razones o na-
a los conceptos que pueden formarse naturalmente por el hombre); no obstante,
turalezas en cuanto son tales, cosa que también admiten todos sin dificultad.
por una determinación mayor o menor del objeto, no puede multiplicarse el con-
11. En segundo lugar, se deduce de lo dicho que el concepto formal de ser, de cepto de ser en cuanto tal, ya que, según se demostró, por el ~echo de no limitarse
la misma manera que es en si realmente uno, lo es también según su razón formal, al concepto común de ser en cuanto ser, sino de descender a este y aquel ente en
y que según ésta, es también intelectualmente preciso de los conceptos formales cuanto. tal, aunque se multipliquen los conceptos formales, no es por multiplica-
de las razones particulares. Resulta así, primeramente, por ser este concepto en sí ción del concepto del ser en cuanto tal, sino por agregación del concepto de sus-
el más simple, no sólo objetivamente, sino también formalmente; por consiguiente,. tancia, accidente, etc.
cissimus, sicut obiective, ita etiam formali- torum particularium.- Tertio sequitur hunc
cantur hi conceptus, necesse est multiplicad loquimur enim in intellectu humano, qui ter; ergo in se habet unam simplicem ratio- conceptum formalem entis non solum esse
iuxta aliquam diversitatem rerum vel enti- dum ea etiam quae in re distincta non sunt, nem fonnalem adaequatam; ergo secundum unum, sed etiam non posse esse piures
tatum sub latitudine entis comprehensarum; mente dividit, in seipso conceptus partitur, eam prescinditur ab aliis concepübus forma- secundum habítudinem ad obiecta magis
hac autem entitates in infinitum possunt conceptus realiter distinctos formando eius- libus. Secundo, quia, sicut mens nostra, determinara, seu distínctius concepta ex par-
multiplicari, et secundum proprias rationes dem reí secundum diversam praecisionem vel . praescindendo ea quae in re non distinguun- te obiectorum. Possunt quidem hi conceptus
distingui, et si semel ponitur conceptum vel abstractionem reí conceptae, quomodo con- tur, in seipsa realiter distinguir conceptus formales multiplicari, vel secundum nume-
conceptus entis ut sic repraesentare deter- ceptus formales iustitiae et misericordiae di- formales suos, ita e converso, confundendo rum in diversis subiectis, vel in eodem di-
minatas naturas entis, etiam ut distinctas, vinae in nobís sunt realiter praecisi seu di- et coniungendo ea quae in re distinguuntur, versis temporibus, forte etiam secundum spe-
non est ulla ratio cur sistendum sit in dua- stincti, quamvis misericordia et iustitia in se quatenus in se sirnilia sunt, unit concep- ciem ex parte concipientis altiori modo vel
bus potius quam in tribus vel quatuor, etc., non distinguantur. Sic igitur conceptus entis tum suum, formando illum re et ratione cum maiori claritate et distinctiori appre-
ut evidentius constabit ex his quae sectione ut sic, cum in repraesentando praescindat hensione ipsíus rationís formalis entis ut
sequenti dicemus de conceptu obiectivo; a propria ratione substantiae ut stc, acciden- formali unum; hoc autem modo condpiun-
tur entia hoc formali conceptu entis; sumit sic (quamvis fortasse tota ha ee distinctio sit
nam, Hcet formalis, quatenus a nobis et in tis, et omnium aliarum, necesse est ut in se solum secundum magis et minus intra eam-
nobis -fit,----videatw: esse posse ____experkntia sit rea~iter praecisus et distinctus a concep- enim mens illa omnia solum ut ínter se
dem speciem, maxime sistendo in concep-
notior, tamen exacta cognitio unitatis eíus tibus propriis talium rationum vel natura- "+~'~·~··~"" llirrulia in ratione essendi, et ut sic formar
tibus quí ab homine naturaliter fonnari pos-
multum pendet ex unitate obiecti, a quo rum ut tales sunt, et hoc etiam facile orones unam imaginero unica repraesentatione for- sunt); at vero ex maiori vel minori deter-
solent actus suam unitatem et dístinctionem fatentur. mali repraesentantem id quod est, quae ima- minatione obiecti non potest conceptus en-
sumere. 11. Secundo colligitur ex dictis hunc go est ipse conceptus formalis; est ergo ille tis, ut sic, multiplicari; quia, ut ostensum
10. Ex quo intelligítur primo quo sensu formalem conceptum entís, sicut in se est conceptus simpliciter unus re et ratione for- est, hoc ipso quod non sistitur in communi
quave ratione hic conceptus formalis dicatur unus secundum rem, ita etiam secundum mali, er secundum eam praecisus ab bis conceptione entis ut sic, sed descenditur ad
secundum rem jpsam praecisus ab aliis con- rationem formalem suam, et secundum eam conceptibus qui distinctius repraesentant hoc et illud ens, ut talia sunt, licet multi-
ceptibus, scilicet, quía a parte reí est realiter etiam esse ratione praecisum a conceptibus particularia enria seu rationes eorum. plicentur conceptus formales, non tamen
distinctus a conceptu substantiae ut sic, ac- formalibus particuladum rationum. Patet conceptus entis ut sic, sed adíungendo con-
primo, quía hic conceptus in se est simpliu 12. Formalis conceptus entis ut sic non
didentis, qualitatis, et caeteris similibus; multiplicatur secundum multitudinem obiec- ceptum substantiae, vel accidentis, etc.
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Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-Secci6n II 373
372
13. No es éste un concepto meramente nominal, sino también real.- De lo es contradictoria la unidad de concepto formal, por no tener los analogados entre
si verdadera semejanza y converiiencia. En cambio, hay otros que significan una
dicho se deduce en cuarto lugar, que es falso el llamar a este concepto meramente
forma o naturaleza que se halla intrínsecamente en todos los analogados; de ellos
nominal, y no ~oncepto del objet'? significad? con el nombre de ser. y s~gón la
es el ser, según veremos luego, porque los accidentes no son seres por denomina-
razón con que mediante él se le s1grufica. Pruneramente,. po~9-ue, se~ ~Je, este
ción extrínseca, sino por naturaleza intrínseca o por la razón de ser que partici-
concepto goza de prioridad por el vocablo y por su aplicac10n para Sigruficar las
pan, y en esta clase de análogos no hay obstáculo en que haya un solo concepto
cosas de esta manera determinada. En efecto, aunque, por lo que a nosotros reSr
pecta los conceptos se forman muchas veces mediante las palabras, sin embargo,. formal, simple y absolutamente uno en sí realmente y en su razón formal ade-
considerado en si y absolutamente, el concepto es anterior, f!lumbrando él mismo cuada; en qué consiste su analogía se explicará luego.
la palabra con que se e~presa y siendo el origen de su imposición; por consi-
guiente, dicho concepto es simple y absolutamente el concepto de la cosa en si,
y no sólo en orden a la significación de la palabra, de suerte que se le vaya a SECCION II
calificar por ello de concepto nominal o significado del nombre. Segundo, porque SI EL ENTE TIENE UN CONCEPTO O RAZÓN FORMAL OBJETIVA
este concepto es una especie de imagen simple que representa naturalmente lo que
por la palabra se significa arbitrariamente; mas sólo consiste en eso, en ser con- l. Prim•r motivo de ood'cl.- Hay dos razones para dudar. A la primera se
cepto de un objeto, por más que al ser el concepto más simple y no poder, por aludió en la sección anterior y se funda en la analogía del ser : porque si el con-
ello, ser declarado su objeto propio mediante definición propiamente tal, solemos cepto objetivo del ser es uno, o lo es con unidad de univocación, y en este caso
valernos para su explicación de descripciones, las cuales parece que no hacen más desaparece la analogla, o sólo con unidad análoga, y entonces en realidad no es uno,
que explicar de modo más distinto la significación de la palabra; de esta suerte, o hay contradicción en los términos, porque la analogía incluye intrínsecamente
puede con sentido aceptable decirse que dicho concepto es el significado del o bien diversas razones que únicamente guardan proporción entre sí, o bien di-
nombre, con tal de no excluir, por ello, que es el concepto propio y adecuado de versas relaciones a una sola forma, en virtud de las cuales el concepto objetivo
la cosa inmediatamente significada por dicho vocablo. de un nombre análogo no puede ser uno. Se explica y confirma esto, porque para
14. Qué análogos tienen una mzón común.- El fundamento de la pri- que el ente pueda tener un concepto objetivo uno, es preciso que todos los entes
mera sentencia -ya que de la segunda ya hablamos bastante- se roza con la convengan en una sola razón formal de ser, la cual se significa inmediatamente
materia de la analogía del ser que trataremos luego, y está además en función de por la palabra ser, ya que la unidad del concepto objetivo exige unidad de objeto
lo que diremos sobre el concepto objetivo, puesto que muchos opinan que la uni- o al menos de razón formal; ahóra bien, si todos los entes convienen en una
dad del concepto formal no está en contradicción con la analogía, pero sí la del razón formal, es necesario que tengan también una sola e idéntica definición, lo
concepto objetivo, del que nos ocupamos después. Baste, por ahora, decir breve· mismo que tienen un solo concepto objetivo, porque si el concepto objetivo es uno,
mente, apoyados en Santo Tomás, In 1, dist. 19, q. 5, a. 2, ad 1, que entre los también puede ser una su definición; en consecuencia, nada le falta al ente para
análogos por atribución hay algunos que significan la forma, la cual sólo se da una perfecta univocación.
intrínsecamente en el analogado principal, y en los otros únicamente por relación 2. Segundo.- Se puede dudar, en segundo lugar, porque si el concepto ob-
o denominación extrínseca, como en el caso de sano y otros semejantes, y en éstos jetivo de ser es uno, será, por ello, preciso en si mismo y abstracto de todos los

13. Hic conceptus non est tantum no- mttone declarad, ad illud explicandum uti quía analogata non habent inter se propriam logia, vel unitate tantum analoga, et sic vel
solemus descriptionibus, quae solum viden- símilitudinem et convenientiam. Alia vera revera non est unus, vel est repugnantia in
minis, sed etiam Tei.- Quarto colligitur ex
tur norninis significationem distinctius de- esse quae significant formam seu ~aturam terminis, quía analogía intrinsece includit,
dictis, falso vocari hunc conceptum tantum vel plures rationes habentes tantum inter se
nominis, et non reí significatae nomine en- clarare; et hoc modo potest in bono sensu intrinsece inventam in omnibus analogatis;
dici conceptus me esse quid nominis, dum- et huiusmodi est ens, ut infra videbimus, proportionem, vel plures habitudines ad
tis, et secundum eam rationem qua per il-
lud significatur. Primo, quía, ut dixi, hic modo non excludatur quin ille sit proprius nam accidentia non sunt entia per intrinse- unam formam, ratione quarum conceptus
et adaequatus conceptus rei imrnediate sig- cam denominationem, sed per intrinsecam obiectivus nominis analogi non potest es-
conceptus prior est voce et impositione eius
nificatae per illam vocem. naturam seu rationem entis, quam partici- se unus. Quod declaratur et confirmatur,
ad res tali modo significandas. Nam, Ucet quia ut ens habeat unum conceptum obiec-
quoad nos conceptus saepe formentur mediis 14. Quorum analogorum detur U1W: ra- pant; et in huiusmodi analogis non est in-
tio communis.- Fundarnentum prirnae sen- conveniens dari unum conceptum formalem tivum, necesse est ut omnia enria conveniant
vocibus, tamen secundum se et simpliciter,
tentiae (narn de secunda iam satis dictum símpliciter et absolute in se unum re et in una racione formaU entis, quae per no-
prior est conceptus, qui ex se parit vocem
qua exprimitur, et est origo impositionis est) tangit materiam de anaJogia entis infra ratione formali adaequata; in quo autem men ens immediate significetur, quia uni-
tractandam, et pendet etiam ex dicendis de eius a na logia consistat, infra explicabitur. tas conceptus obiectivi requirit unitatem rei,
ei_u_s; (;!_rg()_ t_ªlis ---~On(:_ei>_!l:l:~ __ est ~-i-~p~citer et vel saltem rationis formalis; si autem om-
absOlute con¿eptuS ___reT secundum ·se;- et non Conceptu obiectivo, nam multi existimant
unitatem conceptus formalis non repugna- nia enria conveniunt in una ratione fonnali,
tantum in ordine ad significationem vocis, SECTIO II
re analogiae, sed unitatem conceptus obiec- ergo ut sic habent unam et eamdem defini-
ut hac ratione dicatur conceptus no- UTRUM ENS HABEAT UNUM CONCEPTUM SEU tionem, sicut unum conceptum obiectivum;
minis, seu quid nominis. Secundo, quía. tivi, de qua re postea. Nunc breviter dicitur
ex D. Thoma, In 1, dist. 19, q. 5, a. 2, ad 1, RATIONEM FORMALEM OBIECTIVAM quía, si conceptus obiectivus unus est, etiam
hic conceptus est per rnodum cuius-
inter analoga attributionis quaedam esse definido eius potest esse una; ergo nihil
dam simplicis imaginis naturaliter re- l. Ratio dubitandi prima.- Ratio dubi- deest enti ad perfectam univocationem.
praesentantis id quod per vocem ad pla- quae significant formam, quae intrinsece
tantum est in principali anialogato, in aliis tandi duplex est. Prima tacta est sectione 2. Secunda.- Secunda ratio dubitanch
dtum significatur; sed in hoc tantum con- pr~ecedenti, fundaturque in analogía entis, est, quia, si conceptus obiectivus entis est
sistit quod sit conceptus rei, quamquam, vero solum per habitudinem vel denomina-
tionem extrinsecam, ut sanum et similia, et qma, si conceptus eius obiectivus est unus, unus, ergo secundum se est praecisus et
quía conceptus ille sirnplicissimus est, et vel unitate univocationis, et sic tollitur ana-
his repugnat unitas conceptus fonnalis; abstractus ab omnibus inferioribus, seu de-
ideo obiectum eius non potest propria defi-
374 Disputaciones metafísicas _Di_·s_p_u_ta_cz_"ón segunda.-Se._:c_:cz:::.ón.:::_I:.::I___________________3_7_c_5
·seres· infertores,
· 0 razones determinadas de ser; .mas · • como el
·d consiguiente es Ahora bien: el concepto objetivo no es más que el mismo objeto, en cuanto co-
imposible, ha de serlo también el antecedente. L~ 11acwn es e~1 ente, puesto que nocido o aprehendido mediante dicho concepto formal; por lo tanto, si el concep--
si el concepto de ser es uno no incluirá por lo mtsmo formal m _actualmente en si to formal es uno, es necesario que el concepto objetivo sea también uno,
los modos- determinados de ser_; éstos, e? efe~toj ~e oi:onen mtrinsecarnente y
son causa de distinción; de ah1 que sea tmpostble mclmrlos actualmente en un Exposición de las diversas sentencias
solo concepto objetivo; por consiguiente, p~a que el concepto de ser sea l1?o,
tiene que prescindir de todos ellos. A~ora bten, voy a demostrar que esto es Im- 4. Primera sentencia.- Respecto de esta cuestión, quienes niegan la existen-
posible del siguiente modo: porque st el ente en cuanto ta_l prescmde de las ra- cia de un solo concepto formal de ser, niegan consecuentemente también que sea
zones determinadas de los seres, para contraerse o deternunarse a ellas, es, por <uno el objetivo. Asi opina Cayetano en los pasajes citados en la sección anterior,
lo mismO', necesario que se le agregue algo; pues bien, o lo que se añade es ser, opinión 1, y el Ferrariense en el lugar anotado. De los que admiten la unidad del
0 es nada. Si es nada, ¿cómo podrá determinar realmente al ser y constituir
concepto formal de ser, niegan la unidad del objetivo: Soncinas, IV Metaph.,
una determinada razón de ser? Si, por el contrario, es ser, no podrá el ente en q. 2 y 3; el Hispalense, In 1, dist. 3, q. 1; Herveo y Flandria en los pasajes ci-
cuanto tal prescindir de él, porque aquello de que algo prescinde no está incluido tados en la sección precedente. Se le atribuye la opinión también a Capréolo, pero
en él. Tampocn puede entenderse que puedan prescindir del ente los modos en realidad no defiende tal cosa, como diré luego. En favor de esta sentencia se
mediante los cuales se contrae, y que, sin embargo, se incluya intrínsecamente cita también a Santo Tomás en I, q. 13, a. 5; q. 7 De Pat., a. 7; De Verit., q. 2,
en ellos; ni tampoco lo contrario, que el modo que contrae al ser no incluya más a. 11, lugares todos en que manifiesta que a las palabras que son comunes a Dios
que ser, y no obstante lo determine a una razón especial de ser. En efecto, la y a las criaturas no corresponde una sola razón concebida o significada, sino mu-
contracción y determinación no se comprende sin adición; mas la adición resulta chas. Los fundamentos de esta opinión han sido considerados al principio, porque
incomprensible si lo que se añade no es de tal naturaleza que no incluya aquello por muchos que sean los argumentos ofrecidos por estos autores, sin embargo,
a que se añade real o mentalmente, según el modo como se entienda ser añadido. la fuerza de todos ellos estriba en las dos dificultades expuestas. No están de
Y se confirma pm haber sido ésta la causa de que Aristóteles haya dicho en el acuerdo dichos autores en la explicación del concepto, mejor dicho, de los concep-
libro III de la Metafísica, texto 10, que el género caía fuera de la razón de las tos objetivos que responden al ente. En efecto, algunos dicen que mediante el
diferencias, concretamente porque abstrae y prescinde de ellas; por lo tanto, si -concepto formal de ser se representan inmediatamente todos los géneros de ser,
el concepto objetivo de ser es uno y preciso-, es necesario que no se incluya en ·en cuanto guardan entre si cierta proporción o relación, así, por ejemplo, el Fe-
los que le contraen. rrariense. Lo mismo opina Cayetano. En cambio, otros dicen que mediante el
3. Razón de una dificultad en contra.- Contra esto está el que a un solo concepto formal de ser se representa inmediatamente esta disyunción, sustancia o
concepto formal debe responder necesariamente un solo concepto objetivo; mas accidente, por ejemplo, Soncinas, Herveo, y otros. Por fin, algunos dicen que se
como se demostró que sólo existe un concepto formal de ser, se deduce necesa- representan en absoluto todos los géneros, razones o conc~.Ptos simples no copula-
riamente que sólo ha de existir uno objetivo. La mayor es evidente, porque el tiva ni disyuntiva o simplemente, por ejemplo Fonseca, IV Metaph., c. 2, q. 2,
concepto formal debe todo su modo de ser y unidad al objeto; por consiguiente, sec. 4 y 7.
para ser uno es necesario que el objeto al cual tienda sea en cierto modo uno. 5. Segunda sentencia.- La segunda sentencia, completamente opuesta, defien-
1 vus nihil aliud est quam obiectum ipsum, non respondere unam rationem conceptam
terminatis entium rationibus; consequens hens ens nih-il indudat ms1 ens, et tamen ut cognitum vel apprehensum per talem con- seu significatam, sed plures. Fundamenta
est impossihile; ergo et antecedens. Seque- quod illud determinet ad specialem rationem ceptum formalem; ergo, si conceptus for- huius opinionis tacta sunt in principio; nam,
la patet, quia si conceptus entis est unus, entis. Nam contractio et determinatio non malis est unus, necesse est ut obiectivus licet plura argumenta ah his auctorihus af-
ergo formaliter et actualiter non includit in intelligitur sine additione; non potest autem etiam unus sit. ferantur, tamen vis omnium in duabus dif-
se determinaros modos entium; illi cnim intelligi additio, nisi id quod additur tale ficultatibus tactis posita est. Non conveniunt
intrinsece opponuntur, et distinctionem ef- sit ut non includat id cui additur aut secun- V ariae sententiae referuntur. autem praedicti auctores in explicando con-
ficiunt; unde impossibihile est ut in uno dum rem aut secundum rationem, iuxta mo- 4. Prima sententia.- In hac quaestione, cepturn, vel potius · conceptus obiectivos qui
conc_eptu obiectivo actu includantur; ergo dum quo addi intelligitur. Et confirmatur, qui negant dari unum conceptum formalem enti correspondent. Quidam enim aiunt im-
ut conceptus entis sit unus, necesse est ut nam ob hanc causam dixit Aristoteles, III entis, consequenter etiam negant dari ohiec- mcdiate repraesentari per conceptum for-
ah his omnibus praescindat: hoc autem es- Metaph., text. 10, genus esse extra rationem tivum 1 • Et ita sentit Caiet., locis_ citatis malem entis omnia genera entium, quatenus
se impossibile sic ostendo, quia si ens, ut differentíarum, scilicet, quia abstrahit et sectione praecedenti, in prima opinione; et inter se habent aliquam proportionem vel
sic, praescindlt a determinatis rationihus praescindit ab illis; ergo, si conceptus ob- Ferrar., loco citato. Ex bis vero qui admit- habitudinem, ut Ferrar., et idem sentit Caiet.
entium, ergo ut ad eas contrahatur seu de- iectivus entis est praecisus et unus, necesse tunt unum conceptum formalem entis, ne- Alii vero dicunt per conceptum formalem
terminetur, aliquid ei addi necesse est; ergo est ut in contrahentibus non indudatur. gant unum ohiectivum Soncin., IV Me- entis irnrnediate repraesentari hoc disiunc~
vel id quod·--additur·---est· ·ens; ·vei-- nihil; si 3. Ratio dif#cultatis in contrarium.- In taph., q. 2 et 3; et Hispal., In I, dist. 3, tum, substantia vel accidens, ut Soncin.,
nihil, quomodo potest ens realiter determi- contrarium autem est, quia uni conceptui q. 1; Hervaeus et FJand., locis citatis sec- Hervaeus, et alii. Rursus alii dicunt reprae-
nare, et propriam aliquam rationem entis formali unus conceptus obiectivus neces- .tione praecedenti. Tribuitur etiam Capreolo, sentari ahsolute omnia genera seu rationes,
constituere? Si vera est ens, ergo non pot- sario respondet; sed ostensum est dari unum sed revera id non docet, ut infra dicam. vel conceptus simplices, non copulative nec
est ens, ut sic, ah eo praescindi, nam quod conceptum formalem entis; ergo necessario Citatur etiam pro hac sententia D. Thomas, disiunctive vel simpliciter, ut Fonseca, IV
ab alio praescinditur non includltur in illo. dandus est unus obiectivus. Malar constat, 1, q. 13, a. S, q. 7 de Potentia, a. 7, q. 2 Metaph., e:. 2, q. 2, sect. 4 et 7.
Neque enim intelligi potest quod ens prae- quia conceptus formalis hahet totam suam de Verit., a. 11, quihus locis significat, voci- S. Secunda sententia.- Secunda senten-
scindatur a modis quibus contrahitur, et rationem et unitatem ah obiecto; ergo, ut 'bus quae communes sunt Deo et creaturis, liia omnino contrari.a est dari con..-eptum
quod nihilominus in eis intrinsece includa- sit unus, necesse est ut tendat in ohiectum
tur; neque e contrario, quod modus contra- aliquo modo unum; sed conceptus obiecti- 1
Pereira, II Phys., c. 2, in fine.
376 Disputacwnes metafísicas Disputación segunda.-Sección 1 1 · - - - - - - - - 377
de que se da un concepto objetivo de ente totalmente uno. La sostiene Escoto, In 1, que hasta cierto punto es uno .y preciso, no absoluta, sino relativamente· es-
dist. 3, q. 1, y In Ill, dist. 8, q. 1 y In I!, dist. 3, q. 3 y 6; Iavello, Metaph., JY ciertamente preciso de algún modo, puesto que no contiene expresa y deten~.ina­
q. 1; Soto, Praedicam., c. 4, q. 1; la rrusma adopta Capréolo In I, d1st. 2, q. L damente lo que es propio de los miembros inferiores; sin embargo, no es absolu-
Hay, sin embargo, una diferencia entre estos autores, po:que. Escoto defiende este tamente preciso ni siquiera racionalmente, para evitar que sea unívoco. Y explica-
concento como preciso ex natura rei de las naturalezas mfenores y de los modos cómo esta precisión es relativa y n.o absoluta, porque el concepto confuso de ser
que c~ntraen el ser. Otros, en cambio, sólo defienden la unidad del concepto ob- de tal manera excluye lo que es propio de la sustancia y demás entidades simples,.
jetivo por parte de nuestro modo de concebirlo, sin que intervenga precisión o que no por ello su esencia es distinta de la esencia de estas entidades.
distinción real; de esta diversidad de opiniones hablaremos en la sección si- 7. Pero estas distinciones, según insinué en la sección precedente, no las-
guiente. Tambi6n me ocuparé luego de otra diferencia que hay entre los mismos creo de utilidad para la explicación del problema; al revés, cuanto más se multi-
autores respecto de la univocación o analogía. plican, más oscuro y confuso parece. Dejando, pues, a un lado los conceptos
6. La tercera opinión, término medio entre las citadas, usa de distinciones, distintos o particulares de sustancia y de los otros géneros o miembros que divi-
y se explica de diversos modos. Efectivamente, algunos dicen que el concepto den el ser común, nos limitamos aquí al concepto objetivo que_ responde· inme-
objetivo de ser, tomado independientemente en sí, sin los inferiores, es uno y diata y adecuadamente al concepto formal que dijimos en la sección anterior que
prescinde racionalmente de ellos ; mas comparado con los inferiores y en cuanto correspondía en nuestra mente a la palabra ser y al objeto por ella inmediatamente
incluído en ellos, no es uno, y concilian las razones de duda que aduci- significado, ya que los demás conceptos· particulares considerados en sí mismos
mos al principio; porque, puesto que con el concepto formal de ser se con- no son conceptos del ser en cuanto ser, sino de los diversos entes determinados e~
cibe el ente en sí y sin relación alguna a los inferiores, es necesario que·, al menos cuanto tales.
desde este punto de vista, tenga unidad dicho concepto objetivo. Mas cuando Primera afirmación
este concepto se considera como existente en los mismos inferiores, no puede tener
unidad, dado que esos inferiores, por ejemplo sustancia y accidente, se diferencian 8. Bxiste una razón objetiv·a de ser.- Digo, pues, en primer lugar, que al
por ser seres; por consiguiente, no pueden tener unidad en el ente en cuanto tal, ya . concepto formal de ser responde un solo concepto objetivo adecuado e inmediato
que no pueden a::mvenir y diferenciarse según lo mismo, siendo confirmada esta que no significa expresamente ni la sustancia, ni el accidente, ni a Dios, ni a la
última afirmación por los motivos de duda puestos al principio. Con orientación criatura, sino que significa todas estas cosas como si fueran una sola, a saber, en
distinta, Fonseca, más arriba, supuesta aquella división en concepto confuso, dis- cuanto son de algún modo semejantes entre sí y convienen en ser. Están de acuerdo
tinto y medio, es decir, confuso en parte y en parte distinto, afirma de este tercero con esta conclusión los autores de la opinión segunda, no se opone Fonseca, y cuen-
que puede efectivamente ser uno, pero no preciso de los inferiores, sino que ta con fuerte apoyo por parte de Santo Tomás en los pasajes anteriormente citados
es, por ejemplo, el concepto de sustancia; sobre el concepto distinto dice de modo del De' Ver#, q. 1, a. 1; q. 21, a. 1, por cuanto dice que el concepto de ser es
similar que no puede ser un concepto que se adecúe con el ente, excepción hecha el más simple y el primero de todos, y que se contrae a la sustancia, cantidad, etc.,
acaso de Dios, ya que en nosotros incluye el concepto de sustancia, cualidad, etc. mediante una determinación y expresión de dicho modo de ser, palabras que forzo-
Empero, según dije, éstos en realidad no son conceptos del ser en cuanto tal. samente deben referirse al concepto objetivo, ya que el concepto formal no be
Finalmente, sobre el concepto confuso de ser, que es el que hace al caso, dice
entis ut sic. Tande:rll de conceptu confuso quem diximus sectione pr.aecedenti corre-
obiectivum entis simpliciter unurn. Hanc cipio adductas; nam, quia per concepturn entis, qui ad rem spectat, ait quodammodo spondere in mente huic vocí ens et rei im-
tenet Scot., In I, dist. 3, q. 1, et In III, dist. formalem entis concipitur ens secundum esse unum et praecisum, non tamen simpli~ mediate significatae per illam; caeteri enim
8, q. 1, et In 11, dist. 3, q. 3, et 6; lavell., se et sine ulla comparatione ad inferiora, citer, sed secundum quid: esse quidem ali- conceptus particulares secundum se sumpti
IV Metaph., q. l.; Soto, in Praedicam., c. 4, necesse est ut sub hac saltero consideratio- quo modo praecisum, quia non expresse et non sunt conceptus entis in quantum ens,
q. 1; et in eadem opinione est Capreolus, ne conceptus ille obiectivus habeat unitatem. determinate continet id quod est proprium sed ut sunt talia vel talla entia.
In I, dist. 2, q. l. Est tamen diversitas inter Quando vera hic conceptus consideratur ut inferiorum membrorum; non esse autem
has auctores, nam Scotus ponit hunc con- in ipsis inferíoribus existens, non potest ha- simpliciter praecísum, etiam secundum ra~ Prior assertio.
ceptum ex natura rei praecisum ab inferío- bere unitatem; dífferunt enim ipsa inferio- tionem, ne sequatur illum esse univocum. 8. Datur una ratio entis obiectiva.-' Dico
ribus naturis et modis contrahentibus ens. ra, verbi gratia, substantia et accidens, per Declarat autem hanc praecisionem esse se. . ergo primo conceptui formali entis respon-
Alii vera solum ponunt hanc unitatem con- idipsum qua en tia sunt; ergo non possunt cundum quid, et non simpliciter, quia hic dere unum conceptum obiectivum adaequa-
ceptus obiectivi ex modo concipiendi nostro, in illo ut sic habere unitatem, quia non pos- conceptus confusus entis ita excludit ea- tum et jmmediatum, qui· expresse non dicit
absque praecisione et distinctione quae sit sunt secundum idem convenire et differre, quae sunt propria substantiae et caeterarum substantiam, neque accidens, neque Deum,
in rebus; de qua diversitate opinionum di- et hanc etiam posteriorem partero confir- entitatum simplicium, ut tamen eius essen- nec creaturam, sed haec omnía per modum
cemus sectione sequenti. De alía vero díf- mant rationes dubitandi in principio positae. tia non sit alia quam essentia huiusmodi unius, scilicet quatenus sunt inter se alíquo
ferentía, qüa·e··--ethníi·--·esr· tmer·· --ho·s-- auctores Aliter Fonsec.-,- supra, supposita illa distinc- entitatum. modo símilia et conveniunt in essendo. In
quoad univocationem vel analogiam, dice- tióne de conceptu confuso, distincto et me- 7. Sed hae distinctiones, ut praecedenti hac conclusione conveni-lmt auctores secun-
mus inferius. dio, seu partim confuso, partim distincto, sectione attigi, mihi non videntur deservire dae sententiae, et Fonseca non dissentit, et
6. Tertia opinio, media inter praedictas, de hoc tertio conceptu dicit posse quidem ad rem expllcandam; sed quo amplius mul- plurimum favet D. Thomas, locis supra ci-·
utitur distinctione, et varií,s modis explica- esse unum, non tamen praecisum ab inferio- ~ tiplicantur, eo magis res videtur obscurari tatis de Veritate, q. 1, a. 1, q. 21, a. 1, qua-
tur. Quidam enim dicunt conceptum entis ribus, sed esse conceptum substantiae, verbi et confundi. Omissis ergo conceptibus di- tenus dicit conceptum entis esse simplicis-
obiectivum in se et absolute sumptum sine gratia; de conceptu autem distincto simili- stinctis seu particularibus substantiae et simum et primum omnium, determinarique
inferioribus, esse unum, et ratione praeci- ter dicit non esse unum adaequatum enti, aliorum generum seu membrorum dividen~ ad sub~tantiam, quantitatem, etc., per quam-
sum ab illis, tamen comparatum ad inferio~ nisi fortasse in Deo, in nobis vero include- tium ens in communi, hic solum agimus de dam determinationem et expressionem talis.
ra et ut inclusum in illis non esse unum, re conceptum substantiae, qual,itatis, etc. eo conceptu obiectivo, qui immediate et madi entis, ubi necesse est esse sennonem
et ita concilian! rationes dubitandi in prin- Sed, ut dixi, hi revera non sunt conceptus adaequate respondet illi conceptui formali, de conceptu obiectivo; nam formalls non
378 Disputaciones metafísicas
···----- ---- ----··------.
__ta_~_o~.egu~da.
_Dis_._pu s~~~ó~n_·~[[~--------- 379

determina ni contrae. Por eso dice Santo Tomás con más claridad en 1, q. 5, a. 3, así sucesivamente. O se incluyen ambos disyuntivamente, como afirma el mismo
ad 1 :La sustancia cantidad y cualidad contraen el ser, determinándolo a una Soncinas, lo cual, amén de ser contra la experiencia, como diré enseguida, acarrea
quididad 0 natural;za; y la contracción es ininteligible sin .ci~,rta u~d~d y comu- consigo -la univocación del ser, que él mismo pretende evitar, ya que la disyunción
nidad de concepto objetivo. Igualmente corrobora esta opm10n Anstoteles en el .ustancia o accidente conviene con la misma verdad, valor absoluto e igualdad de
libro IV de la Metafísica, texto 7, donde dice que la metafísica estudia el ser en primada al accidente que a la sustancia, porque de la misma manera que para la
cuanto ser, bajo el cual se contienen los otros géneros; a propósito de esto, dice verdad de una proposición disyuntiva basta la verdad de uno de los miem-
Santo Tomás que la filosofla primera estudia el ser común y las propiedades que bros, igualmente para que un predicado disyuntivo se aplique con igualdad
como tal le corresponden. Esta sentencia puede probarse por razón del siguiente <fe primacía y absolutamente, basta que una de sus partes convenga ab-
modo: es preciso que el concepto formal de ser tenga un objeto adecuado; mas solutamente y con igualdad de primacía al sujeto; ahora bien, el ac-
éste no puede ser un agregado de las diversas naturalezas de entes, según sus ra- ddente es accidente con la misma verdad y propiedad con que la sustancia
zones determinadas, por más que sean simples; por consiguiente, es necesario es sustancia; por lo tanto, dicha disyunción conviene por razón de uno de sus
que dicho concepto sea uno en virtud de alguna conveniencia y semejanza de los miembros al accidente con la misma verdad y propiedad con que conviene o la
seres entre sí. La suficiente enumeración convierte la consecuencia en evidente, :sustancia por razón del otro. Lo mismo puede verse en todos los predicados simila-
porque damos por supuesto -lo cual es de por si hartn dar<>--' que el concepto res, pues, por ejemplo, ser Dios o criatura, se dice con la misma propiedad del hom-
objetivo no es uno con unidad real, es decir, numérica o entitativa, ya que es bre que de Dios, y así en otros casos. Cabe, :finalmente, que ambos se incluyan
patente que tal concepto es común -a muchas cosas. Es asimismo evidente la mayor simplemente, es decir, sin conjunción ni disyunción, a saber sustancia accidente.
propuesta, por ser dicho concepto formal un acto del entendimiento, y todo acto Pero esto, en primer lugar, está en contra de la experiencia, porque lo que se con-
del entendimiento, al igual que todo acto --en cuanto es un{)---<, debe tener un cibe se percibe con la mente, estando así sujeto a la experiencia; ahora bien, nos-
objeto formal adecuado, al cual deba su unidad. Se prueba la menor, a su vez, Otros, al oír el término ser, y al concebir precisivamente lo que entendemos signi-
porque, si· este objeto adecuado resulta de la agregación de muchas naturalezas de ficarse con esta voz, no percibimos en nuestra mente ni la sustancia en cuanto
ser, pregunto cuáles son estas naturalezas y cómo se agrupan en tal concepto: tal, ni el accidente en cuanto tal~ según puede cada uno experimentar en sí mismo.
en efecto, no hay m.odo alguno de concebir o de entender esto. Se aclarará toda- ' 10. Además, este concepto formal es simple y limitado, y preciso en la rea-
vía excluyendo todas las maneras según las cuales se afirmó o sea posible ima- lidad misma de los conceptos formales propios de sustancia y accidente en cuanto
ginarlo. tales; por lo tanto, sustancia y accidente no se representan propia y distintamente
9. El ser no significa inmediatamente la sustancia y el accidente.- Efectiva- _por él, como se representan por los dos conceptos de sustancia y accidente. Ni se
mente, en primer lugar, lo que dice Soncinas, que este concepto consta de sus- puede tampoco afirmar que aquel concepto uno de ser contiene de un modo más
tancia y accidente en cuanto tales, es absolutamente falso. Porque, o se incluyen eminente la representación formal total implicada en ambos conceptos considera-
amb.os copulativamente en dicho concepto, cosa que él no dice ni puede decir, dos conjuntamente, puesto que este tipo de universalidad en un concepto formal
ya que de lo contrario afirmaríamos falsamente que la sustancia es ser o que la .es ajeno al entendimiento humano, del cual tratamos, y apenas se da en el angé-
cualidad es ser, porque ni la sustancia es sustancia y accidente, ni la cualidad, y Jico; no es, pues, dicho concepto universal por la representación eminente de
determinatur nec contrahitur. Unde apertius non esse unum unitate reali, id est, numera- ~ubstantia est substantia et accidens, neque que coniunctione vel disiunctione, scilicet,
I, q. 5, a. 3, ad 1, ait D. Thomas: Sub- ti seu entitativa; nam constat hunc concep- qualitas, et sic de aliis. Aut includuntur illa substantia· accidens. Et hoc imprimís est
stantia, quantitas et qualitas contrahunt ens, tum esse communem multis rebus. Maior duo disiunctive, ut ipse Soncinas dicit, et contra experientiam, quia id quod concipi-
applicando ens ad aliquam quidditatem seu item assumpta evidens est, quia ille con- boc, praeterquam quod est contra experien- tur, mente percipitur, et hoc modo sub ex-
naturam; contractio autem intelligi non pot- ceptus formalis est actus intellectus; omnis tiam, ut statim dicam, ex illo sequitur uni- perientiam cadit; nos autem, audito nomi.
est sine aliqua unitate et communitate con-- autem actus intellectus, sicut et omnis actus, vocatio entis, quam ipse vitare intendit, ne entis, et concipiendo praecise id quod
ceptus obiectivi. Atque eodem modo favet quatenus unus est, habere debet aliquod nam hoc disiunctum, substantia vel accidens~ hac voce significari intelligimus, non perci-
huic sententiae Aristoteles, IV Metaph., obiectum adaequatum, a quo habeat unita- tam vere, simpliciter et aeque primo con- pimus mente substantiam ut sic neque ac-
text. 7, ubi inquit metaphysicam conside- tem. Minor vera probatur, quia, si obiectum :venit accidenti, sicut substantiae, quia, sicut cidens ut sic, ut quiJjbet in sese experiri
rare ens in quantum ens, sub quo alia gene- illud adaequatum est ex aggregatione plu- ·ad veritatem disiunctivae sufficit veritas potest.
ra continentur; ubi D. Thom. ait primam rium naturarum entis, quaero quae sint istae unius partís, ita ut praedicatum disiunctum 10. Deinde ille conceptus formalls sim-
philosophiam considerare ens commune, et naturae, et quomodo in illo conceptu aggre- -aeque primo ac simplicíter praedicetur, plex est et limitatus, ac re ipsa praecísus a
ea quae sunt eius jn quantum huiusmodi. gentur: nullo enim modo id concipi et intel- sufficit ut una pars eius aeque pri- propriis conceptibus formalibus substantiae
Ratione p~t_(!St__ J:!-ª~_C:______ ~_<!ll_te~~i_fl; ._.i!~ . _.pr_obar_L ligi potest. Quod patebit etiam excludendo ac simpliciter subiecto conveniat; et accidentis, ut talia sunt; ergo per illum
NeceSse est COriCeptum formaleffi entis ha- omn-es inodos quibus id assertum est, vel tam vere autem et tam proprie ac- non repraesentantur substantia et accidens
bere aliquod adaequatum obiectum; sed il- excogitari potest. -cidens est accidens sicut substantia est sub- proprie et distincte, sicut repraesentantur
lud non est aggregatum ex variis naturis en- 9. Bns non significat substantiam et ac- 1ltantia; ergo disiunctum illud tam vere ac per duos conceptus substantiae et acciden-
tium secundum aliquas determinatas rationes cidens immediate.- Primo enim, quod Son- _-proprie convenit accidenti ratione unius par- tis. Neque enim dici potest quod ille unus
earum, quantumvis simplices; ergo oportet cinas ait, conceptum illum constare ex sub- ?s sicut substantiae ratione alterius. Quod conceptus entis eminentiori modo contineat
ut ille conceptus sit unus secundum aliquam stantia et accidente ut sic, est plane falsum; in omnibus similibus praedicatis videre li- totam illam formalem repraesentationem,
convenientiam et similitudinem entium inter nam, vel in illo conceptu includuntur illa <:et, nam esse Deum vel creaturam, verbi quae est in duobus illis conceptibus simul
se. Consequentia est evidens a sufficienti duo copulative, et hoc ipse non dicit, nec vere ac proprie dicitur de homine sumptis; nam h¡c modus universalitatis in
.enumeratione, quía supponimus (quod est dicere potest; allas falso diceretur ~ubstan­ et sic de aliis. Vel denique conceptu formali est alienus ab intellectU
per se notum) illum conceptum obiectivum tia esse ens, vel qualitas esse ens, quía nec duo simpliciter, id est, abs- humano, de quo agimus, et vix reperitur in
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muchos en cuanto muchos, sino por la confusión de muchos en cuanto de algUna sario agregar algo a aquel concepto, diciendo que consta de la razón especial de
manera son uno. Y si mediante este concepto, la sustancia y el accidente no se sustancia creada y de accidente, lo cual es de por sí increíble y puede rebatirse más
representan con tanta propiedad y diStinción como por los dos conceptos propios eficazmente con los argumentos aludidos. Todavía queda un argumento similar
de sustancia y accidente, no se descubre medio alguno cómo puedan represen- por parte· del otro miembro, es decir, del accidente, pues también él, según los
tarse según sus formalidades propias, sino solamente en cuanto de algún modo :referidos autores, es análogo y, al menos respecto de algunos accidentes, acaso es
son semejantes entre si; por consiguiente, no Consta dicho concepto de sustancia verdad, como luego diré; por In tanto, pregunto igualmente si el accidente entra
y accidente incluso representados absoluta y simplemente del modo dicho. en el concepto de ente según el concepto común o, por así decirlo, según una
11. Acontece, además, según esta forma de crmcepto, que apenas se ·parte del concepto objetivo común a los accidentes; ambas posturas tienen en
entiende qué es lo que concretamente predicamos de algo cuando decimos contra los argumentos propuest.os, pudiendo, finalmente, concluirse que este miem-
que es ser; en efecto, lo que se predica es el concepto objetivo; por lo tanto, si bro hay que dividirlo también en otros muchos.
dicho concepto es la totalidad sustancia-accidente, la predicación : esto es ser 12. El concepto de ser no incluye todos los géneros primeros.- Acaso ésta
equivale a: esto es sustancia-accidente; y semejante predicación no puede hacers:· haya sido la causa de que hayan dicho otros que el objeto adecuado del concepto
deterrninadamente, es decir, verdadera o falsamente, a no ser que se entienda que formal de ser es o incluye todos los primeros géneros o todas las entidades sim-
ambos miembros del predicado se predican copulativamente o disyuntivamente ples, que dividen inmediatamente al ser. Pero contra esta sentencia valen de igual
puesto que dichos miembros no se unen a la manera de un sustantivo y ~ modo los argumentos anteriores. Primero, porque estas naturalezas no pueden
adjetivo para predicarse como uno solo, por más que, aunque así se hiciese, el incluirse en tal concepto ni copulativa, ni disyuntiva, ni simplemente y sin cópula
sentido seria copulativo, y se convertida en falsa la proposición. Todavia está en alguna, según se demuestra aplicando idénticamente el raciocinio que hemos hecho,
contra de toda esta opinión el que si en dicho concepto están ambos a dos, sustan- pues tiene la misma fuerza, según quedará fácilmente patente a quien lo conside-
cia y accidente, de cualquier modo de los ya mencionados, puedo aún preguntar rare. Segundo, por experiencia, porque en virtud de la concepción del ente no
cuál es el concepto de sustancia alli incluido, porque la sustancia o se entiende percibimos todas estas naturalezas determinadas de ser, en cuanto son tales y se
en tal caso como sustancia creada, o como increada, o como algún concepto ob- distinguen entre si; y el percibir tantas naturalezas se baria -aún mucho más difícil
jetivo común a ambas. No cabe afirmar lo primero ni lo segundo, ya que el ser que percibir solamente la sustancia y el accidente, hacié.ndose asimismo mucho
de que hablamos ahora es común al ente creado y al increado, según dijimos antes más increíble que exista en nosotros un concepto formal que represente distinta-
que era el objeto de esta ciencia. Mas si se afirma lo tercero, se desprende de ello mente todas esas naturalezas, que no el que sólo represente la sustancia y el ac-
un argumento ad hominem contra los autores citados; ya porque la sustancia es cidente; y si efectivamente el concepto formal de ser no representa con la debida
algo análogo respecto de 1-a sustancia creada e increada y, por consiguiente, sí distinción estas naturalezas en cuanto son tales y se distinguen entre si, hay que
la analogia no es obstáculo para que se dé un concepto objetivo común a la sus- concluir que las representa únicamente en cuanto convienen -entre si y se asemejan
tancia creada e increada, también podrá darse el concepto de ente. O también de alguna manera, que era lo que se pretendía. La consecuencia es clara, ya que,
porque la sustancia creada dista más de la increada que el accidente de la sustan- según expliqué algo más arriba, no puede hallarse por el momento medio entre
cia creada; por eso, s~ somos consecuentes en nuestro modo de hablar, sería nece- estos dos extremos. Tercero, porque casi por la misma razón por que se dice que
angelice; non est ergo ille conceptus univer- non coniungantur per modum substantívi
salis per eminentem repraesentationem plu- et adiectivi, ut per modum unius praedicen- quenter loquendo, addere aliquid illi con- dem modo priora argumenta. Primum, quia
rium, ut plura sunt, sed per confusionem tur; quanwis, etiam si hoc modo fieret, sen.. _ceptui, dicendo constare ex determinata ra- tales naturae ne'c copulative, nec disiuncti-
plurium, ut aliquo modo unum sunt. Quod sus rediret copulativus, et fieret falsa pro- tione substantiae creatae et accidentis, quod ve, nec simpliciter et absque ulla copula
si per illum conceptum non repraesentantur positio. Rursus accedit contra totam hanc tamen per se est incredibile, et efficacius possunt in tali conceptu includi, ut patet
substantia et accidens tam proprie ac distinc- sententiam, quía si in illo conceptu reperi.. impugnad potest argumentis factis. Et ad- applicando eodem modo discursum factum;
te sicut per duos proprios conceptus sub- tur utrumque horum, substantia et accidens,. _huc superest simile argumentum ex parte habet enim eamdem vim, ut facile cuivis
stantiae et accidentis, non intelligitur me- quocumque ex praed;ictis modis, inquiro alterius membri, scilicet, accidens; nam hoc consideranti patebit. Secundum, ah expe-
dium, quomodo repraesentari possint secun- ulterius quis conceptus substantiae ibi in- etiam secundum praedictos auctores analo- rientia, quia ex vi conceptionis entis non
dum propria, sed tantum prout inter se sunt cludatur; nam substantia vel ibi sumitur gum est, et saltem respectu aliquorum ac- percipimus has omnes definitas naturas en-
aliquo modo similla; ergo non constat con- pro substantia creata, vel pro increata, vei cidentium est fortasse verum, ut infra di- tis, ut tales sunt, et prout inter se distin-
ceptus ille ex substancia et accidente reprae- pro aliquo conceptu obiectivo communi cam; inquiram ergo similiter an accidens guuntur; multoque difficilius esset tot per-
sentatis etiam dicto modo absolute et simpli- utrique. Primum et secundum dici non pos- intret conceptum entis, secundum aliquem cipere naturas quam substantiam et accidens
citer. sunt; quia ens, de quo nunc loquimur, com~ conceptum communem, vel (ut ita dicam) tantum; multoque incredibilius est dari
11. Acced¡t praeterea quod iuxta huius- mune est enti creato et increato, prout supra secundum partem conceptus obiectivi com- nnum conceptum formalem in nobis, qui
modi conceptunL_vix __ intelligitur _quid de- diximus esse obiectum huius scientiae; si omnibus accidentibus; et contra distincte repraesentet has omnes naturas,
finite praedicetur de aliquo, cum dicitur vero dicatur tertium, consurgit inde argú- utrumque possunt applicari argumenta facta, quam solam substantiam et accidens; quod
esse ens; nam id quod praedicatur est mentum ad hominem contra praedictos auc- .ac denique potest concludi hoc etiam mem- si conceptus formalis entis non ita distincte
conceptus obiectivus; si ergo ille concep- tores; tum quía substantia est quid analo- brum esse in pJura alia dividendum. repraesentat h,as naturas ut tales sunt, et
tus est totum hoc substantia accidens, gum ad increatam et creatam substantiam; 12. Conceptus entis non includit genera prout inter sese distinguuntur, conclu-
haec praedicatio: hoc est, aequivalet huic: ergo si, non obstante analogia, datur unus· omnia prima.- Propter hanc ergo fortasse ditur solum repraesentare illas prout
hoc est substantia accidens; huiusmodi conceptus obiectivus communis substantiae .causam dixerunt aJii obiectum adaequatum inter sese conveniunt, et aliquo modo
autem praedicatio non potest determí- creatae et increatae, poterit etiam dari cOn- illius conceptus formaDs entis esse vel inclu- similes sunt, quod est intentum. Sequela
nate fieri, aut vere, vel falso, nisi utraque ceptus entis. Tum etiam quia magis distar. dere genera omnia prima seu omnes entita- vero patet, quia, ut paulo antea declaravi,
pars praedicati intelligatur copulative aut substancia creata ab increata quam accidens tes simpl¡ces, quae proxime dividunt ens. ínter haec duo non potest in praesenti me-
disiunct~ve praedicar~, curo illae duae partes a substantia creata; oporteret ergo, conse- Sed contra hanc sententiam procedunt eo- dium inveniri. Tertium, quia fere eadem ra-
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382 Disputaciones metafísic~ Disputación segunda.-Sección li 383
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el concepto objetivo de ser incluye _todos los primeros g~neros o todas las entida- extensamente en la sección anterior. Segundo, porque también aquí se puede es-
des simples, habría que decir que, rncluye toda~ las enttdad.es, aunque sean com7 grimir el argumento de Soto, sacado de la experiencia, porque de algunas cosas
puestas por ejemplo, hombre, lean, etc., segun sus propms razones, cosa que nos damos cuenta de que las concebimos como ser y dudamos si son sustancia o
nadie dijo hasta ahora. La ilación es clara porque si el ente incluye en su con- accidente, por ejemplo, la cantidad sabemos evidentemente que es una realidad;
cepto todos los géneros o naturalezas simples, es, o porque la razón de ente en mas si es sustancia o accidente, o lo dudamos, o no pasamos de la opinión; por
cuanto tal no prescinde realmente de ellas, o porque no añaden al ente nada que consiguiente, en el concepto de ser no se incluye la sustancia en cuanto sustancia,
no sea ente, o porque se cree que racionalmente la razón de ser se determina o , es decir, expresamente y según su propia razón. En tercer lugar, porque de otra
contrae inmediatamente a dichas naturalezas. Ahora l:1en, la primera y segunda forma sería igual el concepto objetivo de ente y el concepto objetivo de sustancia,
de estas razones se cumplen de igual modo en cualquier entidad, incluso en las puesto que el concepto objetivo de sustancia no consiste más que en la razón de
especies ínfimas, porque, en la realidad, en la razón de ente no se da una mayor sustancia concebida determinadamente y según su modo peculiar por el entendi-
precisión respecto de la razón de hombre, caballo, etc., que de la razón de sus- miento, y se afirma que esta razón de sustancia se concibe de igual modo en el con-
tancia y accidente, ni hombre añade tampoco al ser algo que no sea ser en mayor cepto de ente. Además, si en la razón de sustancia así concebida se incluyen confusa
grado que la sustancia, o cantidad, etc. La tercera razón se propone ilógicamente,_ o implícitamente los conceptos de los accidentes, bien se expresen con el nombre
porque si el ente. en cuanto tal. no dice una sola razón objetiva o concepto, nada de entes, bien con el de sustancia, se incluirán de igual manera, ya que es la
hay en el ser en cuanto ser, según el objeto concebido, que pueda propiamente divi- misma la . razón
d concebida y el mismo el modo de concebirla, a saber, expresa
dirse, determinarse o contraerse ni inmediata, ni mediatamente; dicha razón, por y determma amente; consecuentemente, el concepto objetivo de sustancia y de
consiguiente, en nada impide que todas las entidades, sean las que sean, se incluyan ser será el mismo; pero esta consecuencia es completamente falsa y contra el
en el concepto de ser, si se -afirma que algunas concretamente se incluyen, ni se modo ordinario de pensar, porque si la predicación: la sustancia es sustancia es
podrá asignar a unas razón suficiente con más derecho que a otras. tautológica, nn lo es, sin embargo : la sustancia es ser; por lo tanto, no hay ~ólo
13. El concepto de ser no incluye la sustancia explícitamente e implícitamen- diferencia de nombres, sino también de las razones objetivas que se predican.
te las demás casas.___,.Por todo esto, puede, finalmente, afirmarse que en el objeto Además, en otra hipótesis, sería lo ·mismo hacer una división de toda sustancia
adecuado del concepto formal de ente no se incluyen muchas naturalezas deter- que hacerla de todo ser. Del mismo modo, seria igualmente falsa la proposición:
minadas y distintas de' ser según sus notas propias, ni siquiera todas bajo una el accidente es ser, que ésta: el accidepte es sustancia, cosas todas absolutamente
razón común, sino que determinada y expresamente sólo se incluye una, y las falsas.
demás sólo implícita y confusamente,_ por ejemplo, de manera especial y ex- . ~4. Prueba "a ~riorí" d'e la conclusión.- Por fin, desde la realidad misma y
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presa la naturaleza de la sustancia en cuanto tal y en cambio las naturalezas stgwendo una especie de argumento a priori, se prueba nuestra opinión contra
de los accidentes implícitamente. Pero también este modo puede refutarse con todas las anteriormente citadas, puesto que todos los entes reales tienen verdade-
no menor eficacia que los precedentes. En primer lugar, porque ya demostré .
ramente alguna semejanza y conveniencia en la razón de. ser·, pueden, por lo
antes que por medio de un concepto formal que represente explícita y determina- nusmo, ser concebidos y representados bajo esa razón precisa, por la cual convie-
damente la sustancia en cuanto sustancia no se puede, hablando con propiedad,. nen e?tt;e sí; ~or consiguiente, pued~n, bajo dicha razón, constituir un solo concep-
representar ni siquiera implícita o confusamente los accidentes, segú_n expliqué to obJetivo, y este es, en consecuencm, el concepto objetivo de ente. El antecedente
ente ut sk quantum ad rem conceptam}
ti accidentia, neque implicite neque confu- est eadem, et modus concipiendi illam est
tione qua dicitur conceptus hic obiectivus se, si proprie loquamur, ut late declaravi
entis includere omnia prima genera, vel oro- quod proprie dividí, determinari aut contra.. idem, scilicet expresse ac determina te;
sectione praecedenti. Secundo, hic etiam conceptus ergo obiectivus substantiae et en-
nes entitates simpllces, dicendus esset in- hi possit, neque immediate neque mediate; urgeri potest argumentum sumptum ab ex-
cludere orones entitates, quantumvis com- ergo illa raüo nihil obstat quominus oro- tis erit idem; consequens autem est plane
perientia, ex Soto, nam experimur de aliqua falsum et contra communem modum con-
positas, hominem, leonem, etc., secundum nes entitates, quaecumque illae sint, inclu-
dantur in conceptu entis, si aliquae dicun.. re nos concipere quod sit ens, et dubitare cipiendi; nam hace praedicatio: substantia
proprias rationes suas, quod nullus hactenus an sh substantia vel accidens; ut, verbi
dixit. Sequela patet, quia, si ens includit .i,n tur determínate includi, nec de quibusdam est substantia, est identica; haec autem mi-
gratia, de quantitate evidenter scimus es- nime : substancia est ens; non ergo diffe-
conceptu suo omnia genera, vel naturas sim- poterit sufficiens ratio assignari magis quam se realitatem; an vero sit substantia vel
plices, vel est quía ratio entis ut sic, secun- de aliis. runt tantum in nominibus, sed etiam ratio-
accidens, vel dubitamus vel in opinione ver- nibus obiectivis quae pr~edicantur. Itero
dum rem non praescindit ah ipsis, vel est 13. Conceptus entis non includit sub- satur; ergo in illo conceptu entis non in-
quía illae nihil addunt supra ens quod non stantiam explicite et alia imrplicite.- Prop- alias perinde esset distribuere omnem sub-
cluditur substantia ut substantia, id est, ex- stantiam et omne ens. Item tam falsa esset
sit ens, vel est quía ratio entis secundum terea tandem aliter dici potest in obiecto
presse et secundum propriam rationem. Ter- haec propositio: accidens est ens, sicut
rationem intelligitur immediate determinad, adaequato conceptus formalis entis non in-
cludi plures naturas entis determinatas {e tic, quía alias idem esset conceptus obiecti- haec: accidens est substantia; quae omnia
seu contrahi ad illas naturas. At vero prima entis et conceptus obiectivus substan-
et secunda __ harum ___ rationum _¡;:p_d_em modo distinctas secundum propria, neque orones sunt plane falsa.
sub una aliqua communi, sed unam tantum quia conceptus obiectivus substantiae 14. A priori probatio conclusionis.~
procedunt in quacumque entitate, etiam in aliud est quam ratio substantiae deter-
speciebus infimis, nam secundum rem non detenninate et expresse, alias vero implici~ Ultimo, ex re ipsa et quasi a priori proba-
te et confuse, verbi gratia, naturam substan- minate et secundum proprium modum ab tur nostra sententia contra omnes praedictas,
magis praescindit ratio entis a ratione homi- intellectu conceptae; sed eodem modo dici-
nis vel equi, etc., quam a ratione substan- tiae ut sic, determinate et expresse, naturas quía omnia entia realia vere habent aliquam
tur. concipi ratio substantiae per conceptun1 similitudinem et convenientiam in ratione
tiae et accidentis, neque etiam horno ad- vero accidentium implicite. Sed hic etiam entls. Rursus, si in ratione substantiae sic
dit supra ens allquid quod non sit ens, modus non minus efficaciter impugnari pot- essendi; ergo possunt concipi et repraesen-
est quam praecedentes. Primo, quia supra concepta includuntur confuse vel implicite tari sub ea praecisa ratione qua inter se
magis quam substantia vel quantítas, etc. conceptus accidentium, sive significetur no-
Tertia vero ratio non affertur consequenter, ostendi per conceptum fonnalem explicite conveniunt; ergo possunt sub ea ratione
et determinate repraesentantem substantiam, mine entis, sjve nomine substantiae, inclu- unum conceptum obiectivum constituere;
quía, si ens ut sic non dicit unam obiecti- dentur eodem modo; quía ratio concepta
vam rationem seu conceptum, nihil est in ut substantia est, nullo modo repraesenta- ergo ille est conceptus obiectivus entis, An-
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384 Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-Sección ll 385

parece, de suyo, evidente por sus tér~os, porque aEi como ser y no ser. son se funda eu lo que antes dijimos citando a Santo Toma's: que la analogía del ser
primariamente diversos y opuestos, razon por. la cual se afirma que. el prnnet no consiste en una forma que sólo se halle intrínsecamente en un analogado y
principio es que una cosa es o no e(), de la mts~a manera cada ser tiene. al~a extrínsecamente en los demás, sino que consiste en el ser o entidad intrínseca-
semejanza y ·conveniencia con todo ser; efectiva.mente, nu~stro entendimiento mente participado por todos; todas las cosas tienen, por ello, conveniencia real en
descubre una mayor conveniencia entre la sustanc~a y el ac~I~ente q~e entre la esta razón y, consecuentemente, tienen también unidad objetiva en la razón de ser.
suStancia y el no ser, o sea, la nada; también la cnatura part1c1pa e~ cterto m o~o
del ser de Dios, y se dice por eso que es, al m_enos, su huella, ~or cierta comuni- Segunda afirmación
dad y semejanza en el ser; por esta razón estudiamos el ser de D10s_arrancan~o del 15. El concepta objetivo de ser prescinde de tada razón particulat.- Afirmo,
ser de la criatura, y lo mismo hacemos con el ser de. la sustanc~a, a partt~ del en segundo lugar, que el concepto objetivo de ser prescinde conceptualmente de
accidente. Este es finalmente, el motivo de que les atnbuyamos ctertas propteda- todos los seres particulares o miembros que dividen al ente, aunque sean las enti-
des o atributos ~munes, como el tener alguna bondad o perfección, poder obrar dades más simples. Creo que esta conclUsión se deduce necesariamente de la ante-
0 comunicarse y otros semejantes; por consiguiente, existe en la. realidad mis~a rior; en efecto, puesto que todos los seres determinados que dividen de algún
cierta comunidad y semejanza entre ~odos los seres reales. La prrmera c~nclusi~n modo al ser son entre sí distintos y múltiples objetivamente, es incomprensible
también es de suyo bastante clara, b1en por ser todos los seres cognoscibles. baJo que puedan convenir en un solo concepto objetivo, a no ser que, al menos racio:..
dicha razón o conveniencia bien asimismo porque a las otr-as cosas que tienen nalmente, se haga precisión y abstracción de las razones propias que los distin-
entre sí alguna convenienci~ se las concibe bajo ella, reduciéndolas. a ~nida~ y guen. Como toda la dificultad radica en esta abstracción y precisión, hay que
totalidad, en grado mayor o menor, según la may~r o menor cnnvemencm; bien, comenzar por explicarla, para probar luego la conclusión en sí misma: y por sus
por fin, por haber en la realidad f:mdarnento suficiente .p~m este modo de conce- propios argumentos.
bir, y no faltar capacidad y efica~m. en nuestro. ;ntendum~~:o para esta clase de 16. Así, pues, bay que advertir que la abstracción o precisión del entendi-
concepción, por poder hacer la maxtma abstraccwn y precision d~ todas las razo- miento no requiere la distinción de las cosas, o la precisión de alguna razón o
nes. Resulta, por esto mismo, fácil también la segunda conclusión, pu~sto que, modo, que en virtud de su naturaleza anteceda, en la realidad misma, a la precisión
según dijimos, la unidad del concepto objetivo no consiste en una umdad real del entendimiento, sino que esta precisión puede realizarse con el objeto más simple
y numérica, sino en una unidad formal o fundamental, que ,n~ es otra cosa q"?e la de diversas maneras, a saber, o a modo de forma que prescinde del sujeto, o, al
conveniencia o semejanza antes propuesta. A su vez, la ~lt1~a consec.uenci~ es revés, de sujeto que prescinde de la forma, o a modo de una forma que prescinde
evidente, supuestas las otras, porque, si dicho co~cepto ob~etlvo es posible, ~ene de otra forma, como cuando en Dios prescindimos a Dios en cuanto tal de su
:1
que ser trascendental, el más simple y, en este sentido, pr.Imero de todos, y ,estos acto de voluntad, y el acto de la voluntad lo prescindimos de Dios, y el acto de
son los atributos del concepto de ser. Aquella convemencia se ~unda ademas. en la voluntad del acto del entendimjento; de la misma manera prescindimos la sub-
el acto de existir, que es como el elemento formal en el concepto .de. ente, pud~~­ sistencia de Dios de su naturaleza como un modo suyo, no porque afirme nuestro
do de aquí argumentarse también que así como el concepto obJetivo ~:1 eXIstir entendimiento que es un modo-, sino porque, en cuanto está de su parte, lo concibe
o existencia es uno:, del mismo modo lo es el concepto de ente. En definitiva, todo como un modo. De esta suerte, pues, abstrae y prescinde el entendimiento una
cosa de otra, como lo común de lo particular, no en virtud de la distinción o pre-
tecedens per se notum videtur ex terminis; quae habent inter se convenientiam aliquam,
nam, sicut ens et non ens sunt primo diver- sub ea concipiuntur unite et coniunctim, _nia fundantur in eo quod supra ex D. Tho- propriis rationibus, in quibus distinguun-
sa et oppositaJ propter quod dicitur esse magis autem vel minus pro racione maioris ma adduximus, quod analogia entis non est tur. Sed, quia tata difficultas in hac abstrae-
primum principium omnium, quodlibet es- vel minoris convenientiae; tum denique )n aliqua forma quae intrinsece tantum sit tiene et praecisione consistit, prius declaran-
se vel non esse-, ita quodlibet ens habet ali- quia in re est fundamentum sufficiens ad in uno analogato et extrinsece in aliis, sed da est, et postea conclusio per se et propriis
quam convenientiam et similitudinem cum hunc modum concipiendi, · et in intellect:ti-"" in esse seu entitate quae intrinsece partici- probanda.
quolibet ente; maiorem enim convenientiam non deest virtus et efficacia ad huiusmodi patur ab omnibus; in illa ergo ratione ha- 16. Est ergo advertendum abstractionem
invenit intellectus inter substantiam et ac- conceptionis modum, nam est summe abs- bent omnia realem convenientiam, et con- seu praecisionem intellectus non requirere
cidens quam inter substantiam et non ens tractivus et praecisivus rationum omnium. -sequen ter unitatem obiectivam in ratione distinctionem rerum, seu praecisionem ali-
seu nihil; creatura etiam participat aliquo Et bine etiam facilis est secunda conse-- entis. cuius rationis vel madi, quae ex natura rei
modo esse Dei, et ideo dicitur saltero esse quentia, quia, ut diximus, unita~ concep: antecedat in re ipsa praecisionem intellec-
vestigium eius propter aliquam convenien- tus obiectivi non consistit in urutate reah Posterior assertio. tus, sed in re simplicissima posse fieri huius-
tiam et similitudinem in essendo; qua ra- et numerali, sed in unitate formali seu 15. Conceptus entis obíectivus praecisus modi praecisionem variis modis, scilicet, vel
cione ex esse creaturae investigamus esse fundamental.i, quae nihil aliud est quam est ab omní ratione particulari.- Dico se- per modum forrnae a subiecto, vel e contra-
Dei, et similiter ex esse accidentis, esse sub- praedicta conveniencia et similltudo. illti~a ~.····~:~;¡:~~h~i;c~'c§onceptus obiectivus est secun- rio per modum subiecti a forma, vel per
stantüie. ·neD.iC¡'Ue___ h~ü::- ·ratiOne "tiibUimUs il- vero consequentia evidens est, praes?p~ost"" . praecisus ab omnibus parti- modum formae a forma, ut in Deo praescin-
lis proprietates aliquas seu attributa com- tis aliis, quia, si talis conceptus obte~ttVl!s seu membris dividentibus ens, dimus Deum ut sic a suo actu voluntatis,
Ínunia, ut habere bonitatem aliquam vel est possibilis, ille est tr:mscenden~, stn1pli- etiam sint maxime simplices entitates. et actum voluntatis a Deo, et actum volun-
perfectionem, posse agere vel se com- cissimus, et hoc modo prtmus omruum, quae Haec conclusio videtur mihi necessario con- tatis ab actu intellectus; et similiter prae-
municare, et similia; est ergo in re ipsa sunt attributa conceptus entis. Item illa con- sequens ex praecedenti; quia, cum omnia scindimus subsistentiam Dei a natura Dei
aliqua convenientia et similitudo inter entia veniencia fundatur in actu essendi, qui est entia determinara aliquo modo dividentia tamquam modum eius, non quod intellectus
ornnia realia. Prima consequentia etiam est veluti form~le in co~ceptu entis, unde etiam ens sint inter se distincta et plura obiective, affirmet esse modum, sed quod instar madi
per se satis clara, tum quia omnia entia su? sumitur argumentum, quod sicut conceptus non possunt intelligi convenire in unum ex parte sua illam concipiat. Sic igitur abs-
illa rattone et converuentia sunt cognosct- obiectivus ipsius esse seu existentiae unus obiectivum conceptum, nisi saltero secun- trahit et praescindit intellectus aliquid ab
bilia; tum etiam quia hae ratione aliae res, est, ita etiam conceptus entis. Tandem oro~ dum rationem fiat praecisio et abstractio a aliquo tamquam commune a particulari, non
'3><8>1:6'___________:______________D::__c_is~putaciones metafísica.
Disputación segunda.-Sección II 387
c1s1on que se d~ objetivamente con anterioridad, sino por causa de su imperfec~
to, confuso e inadecuado modo de concebir; por este motivo, al conside-- algún otro género determinado, ni es tampoco un agregado de todos ellos.
rar un objeto, no abarca cuanto hay en él tal como existe en la realidad, sino . .
constgwente, es algo uno que prescmde
. •
de estos según la razón. La mayor y·~ me-
sólo según cierta conveniencia o semejanza que guardan entre sí muchas cosas nor quedaron probadas antes; la consecuencia salta a la vista porque esta pr ·-
.• • 1 , · , . ' eci
y a las que bajo cUcha razón reduce a la unidad nuestra consideración. Resulta d; ston segun a razon consiste urucamente en la distinción de razón en orden a los
aquí que para que un concepto objetivo sea racionalmente preciso respecto de las c~nceptos formal~s. S~ confirma, en. segundo ~ugar, porque debido a esta preci-
otras cosas o conceptos, no se requiere la precisión de las cosas en si mismas, smn, no es m~r~ Identidad la sustancza es ser, ru el accidente es ser, y, no obstante,
sino que basta la denominación proveniente del concepto formal que representa ambas pr?postctones son :.erdaderas, p~rq.ue se entiende que en ellas se predica
al objetivo, porque, en efecto, mediante él no se representa el objeto según todo- algo com~n a las .dos rea;;dades, ~ero d1stmto de las mismas según la razón. Este
cuanto tiene de realidad, sino sólo atendiendo a dicha razón de conveniencia es el motlvo,. segun argmam?'s mas a;nba, de que pueda suceder que después de
como se puede ver en el concepto objetivo de hombre en cuanto tal, el cual raciC: haber concebtdo u~a .cosa. ~aJO 1~ razon de ente, se dude si es sustancia 0 acciden-
nalmente se dice que prescinde de Pedro, Pablo y otros singulares, de los que te, lo cual resulta mmteligtble sm una distinción al menos racional. Se confirma,
no se distingue realmente. Ahora bien, esta precisión, según el entendimiento, es- en terc~r lugar, po:que no hay otra causa de que exista un concepto objetivo de
una denominación derivada del concepto formal ; en efecto, horn bre, en cuanto sustancm 9ue prescmda s~gún la r~zón de todas las sustancias-, y uno de accidente
objeto de dicho concepto no se representa según todas las modalidades con que que prescmda ~e los ac~I?entes, smo la conveniencia que tienen y según la cual
existe en la realidad, sino según la conveniencia que se da entre muchos hombres: pueden concebirse prectsivamente · en consecuecia lo un"smo h afi
del ente. . ' ' - ay que rmar
que se conciben bajo dicha razón como si fueran una sola cosa.
17. Razón: de la conclusión.-Explicada así la precisión de razón en el con- 18. Refutación de una evasiva.---- Acaso se ie ocurra responder a alguno que
cepto objetivo, no es difícil demostrar que se da en el concepto objetivo de ser, no hay entre todos los .entes una conveniencia real en la razo'n d esercomo 1a h ay
entre to d 1as sustancias en la razón de sustancia o entre todo 1
porque mediante el concepto formal de ser no se representa Dios, ni la sustancia · as
d · . -'-" s os acct"d entes en
creada, ni el accidente según el modo de su existencia real ni según sus diferencias, la razon e acctde~te. Ahora bten, o se quiere significar que entre los seres en
sino sólo en cuanto de algún modo convienen entre sf y son semejantes; por con- cuanto tales no eXIst~ conveniencia alguna real, o que no hay tanta como entre
siguiente, lo qne inmediata y adecuadamente es objeto de dicho concepto formal las ot:as cosas. Lo pn~ero es completamente falso, ni hay quien lo pueda enten-
prescinde, según la razón, del concepto objetivo propio de la sustancia o del ac- der, st. no .s?n los .que JUZgan, por ejemplo, que el accidente sólo se llama ser por
denommacwn .extrmseca
. y en el mismo sentido en que se llama sana 1a me di cma,·
cidente. El antecedente quedó probado en la conclusión que precede, sobre todo
como parece ms~uar alguna vez c;ay.etano en el opú~culo sobre la Analogía d~
si se tiene en cuenta lo que se dijo en la sección anterior; la consecuencia, por
los nombres, ~· 2, pero no es verosilUll que él haya opmado. tal cosa, según expli-
su parte, queda clara, porque la precisión_ según razón. no consiste en otra cosa, caremos ampliamente más abajo;, al tratar de la analogía del ser, y el mismo Caye-
como se ha explicado. Se confirma, en primer lugar, porque el concepto objetivo tano, 1, q. 1.3' a. 5, enseña. expresamen~e que el ser, aunque se diga analógica-
de ser según la razón no es el concepto objetivo de sustancia- u de accidente, o de mente de Dws y de las ,cnaturas, se d1ce de ellos intrínsecamente; además de
q~e P~;ece claro de por SI que de nada se puede decir que es ser real por deno-
ob distinctionem vel praecisionem quae in sentatus secundum omnem modum qua in mmaclOn extrínseca, porque ésta es la razón propia 0 el fundamento de los entes
re antecedat, sed ob imperfectum, confu- re existit, sed secundum conveníentiam
sum seu inadaequatrnn modum concipiendi quam plures homines habent, qui per m~ a~cuius alterius determina ti generis; neque
suum; ratione cuius in obiecto quod consi- dutn unius sub ea ratione concipiuntur. praecise concipi possunt; ergo idem dicen-
etiam. es~ aggregatum ex omnibus illis; ergo dum est de conceptu entis.
derat nün comprehendit totum quod est 17. Ratio conclusionis.- Sic ergo expli-
e~t abqm~ ~um .secundurn rationem prae- 18. Ev~io refellitur.- Fortasse aliquis
in illo, prout a parte rei existit, sed solum cata hac praecisione rationis in conceptu
71sum ab. Il~s. Mawr et minor probatae sunt :espondcb1t non esse convenientiam realem
secundum aliquam convenientiam ve~ sirni- obiectivo, non est diffícile ostendere reperirí m superwr:~us: consequentia patet, quía
litudinem quam piures res ínter se habent, in conceptu obiectivo entis, quía per con- ~ter omnia entia in ratione entis, sicut est
haec praectsto secundum rationem solum t-?ter orll:nes substantias in ratione substan-
quae per müdtrm unius sub ea ratione consi- ceptum formalem entis neque Deus, neque consistit in distinctione rationis in ordine
derantur. Quü fit ut ad conceptum übiecti- substantia creata, neque 2.ccidens repraesen- tme, vel mter accidentia in racione accidentis.
ad conceptus formales. Confinnatur secundo, Sed, vel est sensus inter entia ut sic nul-
vum praecisum secundum rationem ab aliis tantur secundum modum qua in re sunt, nam propter hanc praecisionem haec non
rebus seu conceptibus, non sit necessaria neque prout ínter se d~fferunt, sed solum lam . es se realem convenientiam, vel non es-
est identi~a: substantia est ens, neque se tantam quanta est inter alía. Primum est
praecisio rerurn secundum se, sed sufficiat prout aliquo modo ínter se conveniunt ac haec: accldens est ens, et tamen utraque
denon:ünatio quaedam a conceptu formali similía sunt; ergo id quod immediate et plane. fals~, . n~que intelligi potest, nisi
es.t ~era, quia in eis intelligitur praedicari a_b h1s qu~ .extstlm~~t accidens, verbi gra-
repraesentante illum obiectivum, quía, sci- adaequate obiicitur huic conceptui aliqutd commune utrique et secundum ra-
licet, per -illum- non- repraesentatur obiectum est secundum rationem praecisum a nr:om:i<> :, tta, non dtct ens mst extrÜl8eca denomina-
. ab utroque distinctrnn. Et hac etiam tiene, sicut medicina dicitur sana ut inter- ·
illud secundum id totum quod est in re, conceptu obiectivo substantiae vel
sed solum secundum talem ratíonem conve- tis. Antecedens probatum est praec:ed:enti
ratione, ut supra argumentabamur, fieri pot- dum videtur insinuare Caietan~s, opuso.
est ut post conceptionem alicuius sub ra- De Analog. nom., c. 2; sed non est verisi-
nientiae, ut patet in conceptu obiectivo ho- conclusione, adiunctis etiam quae dicta sunt tiot~e entis, dubitetur an sit. substantia vel
minis ut sic, qui secundum rationem prae- superiori secdone; consequentia vero patetr mile eum ita sensisse, ut dicetur latius infra,
a:ctdens, quod sine distinctione saltem ratio- tractando de analogía entis · et ex-
cisus dicitur a Petra, Paulo et aliis singula- quia praecisio secundurn rationem in nul-
~s neque intelligi potest. Confirmatur ter- presse ídem ~et., I, q. 'n, a. 5,
ribus, a quibus in re non díffert. Illa autem lo alío consistit, ut explicatum est. Et con-
tio~ q;lla non alía ratione datur conceptus docet ens, Jjcet analogice dicatur de
praecisio secundum rationem est denomina- firmatur primo, nam conceptus obiectivus
Ob1ecuvus substantiae secundum rationem Deo et creaturis, intrinsece de illis dici · et
tío a conceptu formali; quía nimirum horno, entis secundum rationem non est conceptus
obiectivus substantiae, aut accidentis, aut ab ornnibus substantiis et acci- pe: se quidem notum videtur non posse 'ali-
ut obiicitur taü conceptui, non est reprae-
'li:mtiarn accidentibus, nisí propter conve- qmd esse reate ens per denominationem ex-
,._ quam habent, et secundum quam trinsecam; nam haec est propria ratio vel
/ Disputación segunda.-Sección ll 389
388 Disputaciones metafísicas
ción e inclusión en todas las cosas o modos que lo determinan, materia de que
de razón, como luego se dirá; por consiguiente, es necesario que lo que es ente nos vamos a ocupar luego. Ahora· sólo queda la objeción de que los predicamentos,
real sea tal objetiva y formalmente por su entidad intrí_nseca, que se identifica con según lo dicho, no son primariamente diversos, por convenir en una razón común.
él y es inseparable de él mismo, aunque se pueda pensar que todo lo demás se Se responde que no se llama primariamete diversos a los predicamentos porque
puede prescindir o separar de él; de este modo, los accidentes, aunque la entidad no convengan en nada, siendo manifiesto que existen muchas conveniencias o se·-
de la sustancia se separe de ellos, se concibe que retienen su entidad intrín- mejanzas entre lo-s diversos predicamentos, ya que los predjcamentos de accidentes,
seca, en virtud d~ la cual son entes reales; por eso decíamos antes con Santo. además de la razón de ser, convienen en la razón de accidente; algunos incluso
Tomás que la analogía del ser no impide que la razón formal significada por el convienen en la razón de .accidente absoluto y se distinguen de los relativos, etc.
ser se dé intrínsecamente en todos los analogados. Se sigue de aquí que han de tener Se les llama, pues, primariamente divefsos porque no convienen en género alguno,
necesariamente entre sí alguna conveniencia real según la razón intrínseca de como hizo notar Porfirio en el capítulo sobre la especie. Además, porque no se
ser, como se probó también antes. El que esta conveniencia no sea acaso tanta distinguen por diferencias propiamente tales, sino por sí mismos, como se probará
cuanta existe entre las sustancias o accidentes entre sí en sus propias razones, no por lo que vamos a decir en la sec. 5,
interesa para este problema, porque lo único a que nos abocaría sería, en defini-
tiva, a que la unidad del concepto de ser no es tanta, pero no a que no exista y no Corolarios d'e la doctrina anterior
sea suficiente para la precisión del concepto objetivo según la razón. Tampoco
hay tanta conveniencia entre las sustancias en cuanto tales como la· que hay entre 21. El modo intrínseco de' sustancia o accidente no se incluye en la razón __
los hombres y, sin embargo, ambas bastan para la unidad y precisión del con- de ser.- De esto deduzco primeramente que en el concepto objetivo del ser así J1
cepto objetivo. prescindido no se incluyen actualmente los modos intrínsecos de la sustancia
19. Cabe responder de otra manera y señalar una diferencia, porque la o de los otros miembros que dividen al ser. Es evidente, porque o se incluirían.__
razón de ente es íntima a todas las cosas y parece por ello que no puede prescindirse en cuanto constituyen dicho concepto o en cuanto lo dividen. No es lo primero, pues
de algunas cosas ni siquiera según la razón; y, en cambio, las otras razones no no es posible que lo uno en cuanto uno se constituya con modos o diferencias
son tan íntimas a las cosas. Pero esta diferencia tampoco significa nada, si se la opuestas. Ni tampoco lo segundo, po~que el concepto estaría entonces actualmente
considera con la debida proporción; en efecto, también las razones de sustancia dividido en dos, y no sería ya un concepto uno, en contra de lo que se probó.
y accidente, tomadas en su sentido más general, son íntimas a todas las sustancias Y lo confirmo preguntando, qué significa incluir actualmente dichos modos. O
y accidentes, sea cualquiera la razón bajo la cual se prescindan o consideren. se trata efectivamente de que en la realidad misma dicho concepto común incluye
Mas esto no empece nada para la precisión del concepto objetivo, sobre todo los modos de aquellas cosas en que se realiza, o se trata de que en nuestra mente
después de haber demostrado que esta precisión no se funda siempre en algnna o en el referido concepto objetivo, en cuanto es concretamente término del con~
distinción real, sino sólo en ese modo de concebir, en virtud del cual las cosas cepto formal, se incluyen actualmente los consabidos modOs opuestos. El primero
se consideran bajo un aspecto y no bajo otro. de estos extremos es verdad, pero aquí no hace al caso, ya que ahora se considera
20. Refutación de otra evasiva.- Contra esta doctrina pueden hacerse mu- el concepto objetivo en cuanto preciso y adecuado al concepto formal de ser en
chas objeciones, que atañen en parte a la analogía del ser, en parte a su distin- cuanto ser, y no según toda la realidad que puede tener en cada uno de sus

rftmdarnentum entiurn rationis, ut postea etiam non est tanta convenientia ínter sub- tim distinctionem vel inclusionem ejus in obiectivo et sic praeciso non includi actu
dicetur; necesse est ergo ut quod est ens stantias ut sic quanta est inter homines, et omnibus rebus vel Útodis determinantibus modos intrínsecos substantiae vel aliorum
reale, sit tale realiter ac formaliter per suarn nihilominus utraque sufficit ad unitatem et ipsum, de quibus in sequentibus dicendurn membrorum quae dividunt ens. Patet, quia
intrinsecam entitatem, quae est idem cum praecisionem conceptus obiectivi. e~t. Nunc solum illud obiicitur, quia ex dic- vel includerentur ut constituentes illum con-
ipso, et inseparabilis ab ipso, etjarn si rell- 19. Aliter potest responded et assignari tis sequitur praedicamenta non esse primo ceptum entis, vel ut dividentes. Non pri-
qua omnia ab eo praescindi vel separari in- differentia, quia ratio entis est intima om- diversa, quia in aliqua rationc communi mmn, quia impossibile est unum, ut unum,
telligantur; et ita etiam accidentia, licet en- nibus, et ideo non videtur posse praescindi conveniunt. Respondetur praedicamenta modis seu differentiis oppositis constitui.
titas substantiae ab eis separetur, intelligun- etiam secundum rationem ab aliquibus, aliae non dici primo diversa quia in nullo con- Neque etiam secundum, quía iam ille con-
tur intrinsece retinere suam entitatem, qua vero rationes non sunt tam intimae rebus. veniant, cum constet piures conveniencias ceptus actu esset divisus in duos, et ita
sunt entia realia; et ideo supra cum D. Tho- Sed haec etiam differentia nulla est, si cum vel simílitudines inter varia praedicamenta ille conceptus non esset unus, cuius opposi-
ma dicebamus analogiam entis non exclu- proporcione sumatur, nam etiam rationes intercedere, nam praedicamenta accidentium tum probatum est. Et confirmo, nam inter-
dere quin formalis ratio significara per ens substantiae et accidentis communissime praeter rationem entis conveniunt in ratione rogo quid sit actu includere illos modos:
intrinsece in omnibus analogatis reperiatur. sumptae intime sunt in omnibus substantiis, acddentis; quaedam etiam conveniunt in aut enim est quod in re ipsa communis ille
Hin_c____autem ___ ne_c_e_s_sariQ ----~-~~qui tur_____ 1.1t _ill_a ha- ratione accidentis absoluti, et distinguuntur conceptus entis actu includat, in rebus illis in
et accidentibus, sub quacumque a respectivis, etc. Dicuntur ergo primo di- quibus existit, illos modos; aut est quod
beant inter se aliquam realem convenien- praescindantur et considerentur. Hoc ergo
tiam secundum suam intrinsecam rationem versa, quia in nullo genere conveniunt, ut in mente seu in conceptu illo obiectivo, ut
nihil impedir ad praedsionem conceptus Porphyrius significavit in capite de specie. praecise terminante talem conceptum for-
entis, ut supra etiam probatum est. Quod
obiectivi, maxime cum ostensum sit hanc Item, quía non propriis differentiis differunt, malem, includantur actu illi modi oppositi.
autem haec convenient~a fortasse non sit
tanta quanta est inter substancias vel ac- praecisionem non fundari semper in aliqua sed seipsis, ut ex dicendis sect. 5 constabit. Primum horum est verum, sed non est ad
cidentia inter se in propriis rationibus, ad distinctione reí, sed solum in tali concipien- rem, quia hic conceptus obiectivus conside-
rem praesentem non refert, nam- ad sum- di modo, quo res sub una habitudine et Corollaria ex superiori doctrina ratur ut praecisus et adaequatus conceptui
mum concludit unitatem conceptus entis non sub alia consideratur. 21. Modus intrinsecu;s substantiae vel ac- formali entis, ut sic, et non secundum totam
non esse tantam, non vero quod non sit 20. Altera evasio refutatur.- cidentis non includitur in conceptu entis.- realitatem, quam in re habet in omnibus
aliqua, et sufficiens -ad praecisionem con- hanc vero doctrinam multa obiici possunt,_ Ex bis infero primo in hoc conceptu entis inferioribus suis; hoc enim modo concep-
ceptus obiectivi secundum rationem. Sicut quae partim attingunt analogiam entis, par-
390 Disputaciones metafísicas
Disputación segunda.-Sección Il 391
inferiores, pues en este sentido el concepto de ser ni puede ser preciso ni uno
~or incluir e~ acto. cuanto es necesario para la distinción de todos los géneros ; y se trae a colación Santo Tomás, en los lugares citados, y en el De Ente et Essen-
cconceptos; m propm y verdaderamente puede llamarse concepto del ente como tia, c. 1, pasaje en el cual viene en el fondo a opinar lo mismo Cayetano, por más
aal, sino que se trata más bien de una plnralidad de conceptos de todos los seres que se distinga de Escoto y señale en este punto una diferenci& entre el ser y los
·c,egún sus realidades totales, de las qne el concepto preciso de ser no se distingue demás nombres que significan determinados géneros o esr-écit:!s; pero, en reali-
realmente. En apoyo de esto está que de esta manera también se puede decir del dad, no existe diferencia alguna que tenga mucho que ver con la cuestión pre-
concepto de hombre que incluye actualmente todos los individuos, ya que el sente, a excepción de la que se tratará en la sección siguiente. Por ello, esto se
, {Concepto objetivo de hombre, en cuanto existe en la realidad, incluye realmente prueba y explica mejor: primero, con el ejemplo de hombre (lo mismo se podrla
..\los misffi{)S individuos y sus modos propioS, y hombre no se distingue realmente decir de casos parecidos); en efecto, inmediatamente significa al hombre y media-
~-más de sus individuos, que el ser se distingue de la sustancia, accidente y otros tamente a Pedro, en el que se da en la realidad la razón de hombre; por consi-
:.:géne:ros, según se verá más abajo; sin embargo, por este motivo, sólo con mucha guiente, lo mismo pasa con el ser, etc. El consiguiente se prueba por paridad de
::impropiedad se podría decir que el concepto objetivo de hombre incluye actual- razón, porque en ambos casos el nombre es común y en ambos casos. el concepto
-mente todos los individuos o ses principios individuantes. Mas si nos referimos objetivo prescinde de los inferiores según la razón, sin que los signifique el nom-
al concepto de ser, preciso en otro sentido más relacionado con nuestro proble- bre más que en virtud de cierta conveniencia que tienen entre si.
ma, es falso que incluya actualmente los modos opuestos de los géneros inferiores, 23. Hay, en segundo lugar, una explicación a priori, porque del mismo modo
puesto que, en cuanto tal, sólo incluye lo que representa por su concepto formal; que las palabras expresan los conceptos formales de la mente, significan también
ahora bien, mediante dicho concepto formal no se representan expresa y distinta- inmediatamente los objetos que inmediatamente se representan por tales con-
mente estos modos según sus razones propias, porque el entendimiento, en cuanto ceptos; porque las palabras en tanto sirven para representar los conceptos, en
tal, al concebir no percibe nada de ellos, según se desprende de lo dichn, de la cuanto po:t imposición significan aquello mismo que los conceptos representan
misma experiencia y de otros casos similares, pues no existe otra razón para naturalmente; por eso se impone a veces a una palabra significación general,
afirmar que hombre no incluye actualmente a los individuos, sino sólo potencial- por ser también común el concepto que expresa; por lo tanto, lo mismo que cons-
mente, si no es porque, en cuanto representado mediante el concepto preciso de tituye el objeto inmediato del concepto formal, constituye el significado inmedia-
hombre, no se considera en él razón alguna individual, sino únicamente la razón to de la palabra adecuada a dicho concepto, y éste es el caso del término ser
de hombre. respecto del concepto formal de ser.
22. Ser no significa inmediatamente' la sustancia o el accidente.- Se deduce, 24. En tercer lugar, se explica más aún esto, porque la palabra ser de tal
en segundo lugar, que esta palabra ser no significa inmediatamente la sustancia modo significa la pluralidad de las cosas, que las comprende a todas en virtud
o el accidente ~ ~tros géneros o entidades simples según sus propias razones, sino de una primera y única imposición; por consiguiente, es señal de que no las
el concepto obJetivo de ser en cuanto tal y en esta razón los g<éneros o entidades significa inmediatamente, sino mediante un concepto objétivo común a todas
en que se verifica .. Esta es la opinión de todos los autores citados, tanto aqui ellas. El antecedente queda explicado por la diferencia que hay entre la analogía
como en la conclusión de la sección precedente, en especial Escoto, In l, dist. 3 de esta palabra y la de otras que son análogas sólo por razón de proporcionalidad
q. 1 y 3; también se citan: Avicena en I de su Metafísica, c. 4; Algacel, c. 6{ o relación extrínseca a una cosa; porque en los otros casos, por su imposición
originaria, la palabra significa siempre sólo una cosa, aplicándose luego a significar
tus entis nec praedsus esse potest neque id quod repraesentatur per conceptum for~
unus, cum includat actu totum id quod ad malem eius; per illum autem conceptwn etiam Avicen., I suae Metaph., c. 4; Al- obiecta quae per huiusmodi conceptus im-
distinctionem omnium generum et concep- formalem non repraesentantur hi madi ex- gazel, c. 6; et sumitur ex D. Thoma., cit. mediate repraesentantur; nam in tantum
tuum necessarium est; nec proprie ac vere presse ac distincte secnndum proprias racio- locis, et de Ente et essentia, c. 1, ubi Caie- deserviunt ad exprimendos conceptus in
dici potest conceptus entis ut sic, sed sunt nes eorum, quia intellectus ut sic concipiens, tanus in re idem sentit, quamvis ab Scoto quantum illud ipsum quod conceptus natu-
potíus piures conceptus omnium entium nihil horum percipit, ut ex dictis et ex ipsa differat et constituat in hoc differentiam raliter repraesentant, voces ex impositione
secnndum tatas reaUtates eorum, a quibus etiam experientia notum est, et ex- aliis si- inter ens et alia nomina significantia deter- significant; et ideo vox interdum in com-
conceptus praecisus entis re ipsa non di.. milibus; non ením alia ratione hamo dicitur vel species; sed revera nulla muni imponitur, quia conceptus quem ex-
stinguitur. Confirmatur, nam hoc modo, non includere actu individua, sed potentia quae ad rem pracsentem multum primit, communis etiam est; ergo illud ip-
etiam conceptus hominis did potest actu tantum, nisi quia, ut repraesentatur per con- praeter eam quae tractanda est sec- sum quod est ímmediatum obiectum for-
incLudere omnia individua, quia conceptus ceptum praecisum hominis, non considera- '"r<:b:',~~~"· Unde potius hoc declaratur malis conceptus, est immediatum significa-
obiectivus hominis prout in re ipsa existit, tur in illo aliqua individualis ratio, sed solum p primo, exemplo hominis (et tum vocis adaequatae illi conceptuí; huius-
realiter includit ipsa individua et proprios ratio hominis. de similibus); significat enim im- modi autem est haec vox ens respectu
modos eorum, nec magis distinguitur in re 22. Ens non significat immediate sub- hominem, et mediate Petrum_, in conceptus formalis entis.
hOrno a súis iridiVidUiif;·-·quam- diVidítür -ens stantiam vel accídens.- Secundo infertur a parte rei ratio hominis reperitur; er- 24. Tertio, hoc amplius declaratur, quía
a substantia, accidente et aUis generibus, ut hanc vocero ens non significare immediate similiter ens, etc. Probatur consequens haec vox ens ita signíficat plura ut ex
inferius consta bit; valde autem improprie substantiam Vel accidens, aut alia genera paritate rationis, quia utrobique nomen unica et prima impositione illa omnia com-
propter hanc causam dicetur conceptus seu entitates simplices secundum proprias commune, et utrobique conceptus obiec- prehendat; ergo signum est non significare
iJbiectivus hominis actu includere omnia in- rationes e~rum, sed conceptum obiectivum est secundum rationem praecísus ah illa immediate, sed medio aliquo conceptu
dividua seu principia indivlduantia eorum. entis ut sic, et ratione illius genera seu enti- inferioribucs, et nomen non significat illa, obectivo communi omnibus illis. Antece-
Loquendo autem de conceptu entis praeciso tates in quibus in re ipsa existit. Ita sentiunt aliquam convenientiam quam inter dens declaratur ex differentia ínter analogiam
1 in alío sensu, quí magis est ad rem falsum omnes auctores citati, tam hic, quam in huius vocis et aliarum, quae per solam
H est includere actu modos oppositos 'inferio- conclusione sectionis praecedentis, praeser- Secnndo declaratur a priori, quía, proportionalitatem vel extrinsecam habitudi-
rum generum, quía, ut sic, solum includit tim Scot., In I, díst. 3, q, 1 et 3; citantur voces exprimnnt conceptus formales nem ad unum analoga sunt; nam in caeteris
tttentt~ ita etiam immediate s~gnificant 'Jemper vox ex primaeva impositione signifi-
¡,
1 392
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?fsputaciones
____ - - - -metafísicas
,, --.._____________ Disputación segunda.-Secct_·ó_n~·-Il_______ 393
otra distinta en virtud de alguna metáfora, lo cual hace que signifique inmediata- En efecto·, estas tres cosas, concepto formal, concepto objetivo y término guar-
mente a ambas como por una especie de doble imposición y significación. Y en esto dan proporción entre sí, y por eso muchas veces argumentamos pasando del uno-
coinciden con los .términos equívocos, diferenciándose únicamente en que ambas al otro, sin incurrir en círculo vicioso, sino tomando de cada uno lo que nos pare-
imposiciones son igli~Imente primeras en los términos equívocos, y no se deriva la ce más conocido o nos conceden los otros con mayor facilidad.
una de la otra, como sucede en los términos análogos citados. Ejemplo: la risa 25. Se apoya mi cuarto argumento en que precisamente por esta significa-
por su primera imposición, significa solamente cierta acción del hombre; lueg:, ción inmediata del concepto o razón común de ser, puede distribuirse el ente con
se aplicó traslaticiamente para significar la amenidad del campo. Igualmente sano, toda propiedad, diciendo: todo ente es bueno, y dividirse en sustancia y acciden-
por primera imposición, significa únicamente la salud que existe en el animal; pero te, por ejemplo; en efecto, no es sólo la palabra la que se divide, sino lo signifi- 0

luego se aplicó traslaticiamente para significar otras cosas relacionadas con la sa- c•do por ella. Esto mismo es la razón de que puedan establecerse muy bien
lud del animal. La razón está en que por una parte esta significación e imposición comparaciones diciendo que este ente es más perfecto que aquél, según lo hace
múltiple no se originó de un solo concepto, sino de muchos; por otra, en que no se también Aristóteles en el libro VI de la Metafísica, c. l. Y podemos, finalmente,
funda en una conveniencia real de las cosas significadas, sino sólo en una relación 0 valernOs con todo derecho de esta palabra como término extremo o medio de un
proporción extrínseca. En cambio, la palabra ser, por su imposición propia y origi~ silogismo, ya que la unidad de vocablo no sirve para el raciocinio, si no es por
naria, tiene una significación común a todos los entes, según es evidente no sólo razón de la unidad de su significado próximo e inmediato. En este sentido cobra
por el uso común y aprehensión de dicha palabra, sino también por el significado todo su valor aquella afirmación común de que el ser, en cuanto ser, es el objeto
formal o cuasi formal de la misma, que es la existencia, común por sí misma e del entendimiento o de la ciencia metafísica; se requiere, por lo tanto, que el
intrínseca a todos los entes reale.s; finalmente,· porque dicha imposición proviene significado inmediato de dicha voz tenga un único contenido; pues esta razón cobra
de un único concepto formal de ser en cuanto tal. Con esto viene a quedar pro- eficacia en tanto en cuanto se considere que no se trata de un objeto cualquiera,
sino de un sujeto del que se hacen demostraciones, y sirve de medio para de-
bada también la primera consecuencia, ya que una misma palabra no puede, en
mostrar algunas cosas respecto de sus inferiores. Queda, por fin, la experiencia
virtud de una sola imposición, significar muchas cosas en cuanto son muchas,
aludida tantas veces, de que al oír el nombre ser) concebimos algo que no es
sino en cuanto de algún modo forman unidad, siendo, por lo mismo, esencial a sustancia ni accidente. Ni cabe argüir, según manifiestan algunos, que en este
una voz común que, al menos según la razón y en orden a los conceptos que caso no pasamos del concepto de la voz, ya que esto está en contra de la expe-
expresan las palabras, no signifique inmediatamente una pluralidad de cosas en riencia; porque es muy distinto el concepto que forma quien conoce el sentido
cuanto son tales. Puede, en nuestro caso, demostrarse, porque ser no significa in- de la palabra ser, que quien lo ignora; éste, en efecto, concibe la palabra y se
mediatamente la sustancia sola, ya que, de lo contrarío, el accidente no sería detiene en elia, o duda de lo que puede significar; en cambio, aquél, además de
intrínsecamente ser, ni significa tampoco al mismo tiempo la sustancia en cuanto la palabra, concibe la cosa significada, sin dudar en modo alguno de su significado,
sust-ancia, ni el accidente en cuanto accidente, según puede fácilmente explicarse y no concibe, sin embargo, la sustancia ni el accidente; en consecuencia, esta pa-
haciendo un recorrido por los tres miembros antes propuestos, a saber, porque labra tiene otro significado más inmediato.
no puede significarlos de inmediato, ni disyuntiva, ni copulativa, ni simplemente,. 26. Objeta, empero, Soncinas algunas razones que pondremos en la sec-
como podrá comprobarse con facilidad aplicando los argumentos arriba expuestos. ción siguiente, pues lo único que prueban es que el ser nn significa una cosa

cat unum tantum, postea vera per metapho- ut patet, tum ex communi usu et appre- plicando argumenta supra facta. Haec enim metaphysicae; unde necesse est ut sit aH-
ram aliquam translata est ad significandum hensione talis vocis, tum ex formali vel tria, conceptus formalis, obiectivus, et vox, quid unum immediate illa voce significa-
aliud; unde fit ut immediate significet quasi formali significato eius, quod est es- proportionem ínter se servant, et ideo ab tum; haec enim ratio in tantum efficax es-
utrumque quasi duplici impositione et signi~ se, quod de se commune est et intrinse- uno ad aUud saepe argumentamur non qui- se potest in quantum illud non est utcum-
ficatione. In quo cum aequivods conveniunt, cum omnibus realibus entibus; tum denique dem vitiosum drculum committendo, sed que obiectum, sed etiam est subiectum, de
solumque differunt quod in aequivocis utra- quia illa impositio orta est ex unico con- de unoquoque sumendo quod nobis notius, qua fiunt demonstrationes et medium ad
que impositio est aeque prima et non manat ceptu formali entis ut sic. Atque bine pro- aut ab aliis facilius concessum videtur. demonstrandum aliqua de inferioribus. Ul-
ab altera, sicut in praedictis analogis. Exem- bata etiam relinquitur prima consequentia, 25. Quarto argumentar, qufa propter timo accedit experientia saepe tacta, quia
pla sunt: risus ex prima impositione solum quía una vox non potest ex vi unius impo- hanc immediatam significationem conceptus audito nomine entis aliquid concipimus, et
significat quamdam hominis actionem; post- sitionis significare plura ut plura, sed ut seu rationis communis entis potest pro- non substantiam, ncque accidens. Dici enim
ea vera translata est haec vox ad significan- sunt aliquo modo unum, et ideo de ratio- priissime ens distribui, dicendo : omne ens non potest (ut aliqui significant) tune nos
dam agri amoenitatem: similiter sanum ex ne vocis communis est. ut saltero secundum est bonum, et dividi, verbi gratia, in sub- sistere in conceptu vocis, quia id est contra
prima impositione significat solum sanitatem rationem et in ordine ad conceptus quos stantiam et accidens; non enim sola vox ibi experientiam; alium enim concepwm for-
in animall existentem;-- deinde---·vero trans- voces exprirnunt, non significet immediate ········ div,·idiltur, sed quod voce significatur. Prop- mat qui scit vocis ens significationem,
latum est ad significanda alia quae habent plura, ut talia sunt. Quod in praesenti os- terea optime fit comparatio, dicendo quam qui ignorat; hic enim concipit vo-
habitudinem ad sanitatem animalis. Et ratio tendí potest, nam ens non significat im- hoc esse perfectius ens quam illud, quam cero et ib¡ sistit, vel dubitat quid ea voce
est, tum quia haec multiplex significatio et mediate substantiam solam, alias accidens etiam facit Aristoteles, VI Metaph., c. l. significetur; ille vero praeter vocem
impositio non est arta ex uno conceptu, non esset intrinsece ens, neque etiam signi- Ac denique optime utimur hac voce tam- concipit rem significatam et de sig-
sed ex multis, tum etiam quia non fundatut ficat simul substantiam ut substantiam neque quam extremo vel medio syllogismi, nam nificatione nullo modo dubitat, et tamen
in reali convenientia rerum significatarum, accidens Ut accidens, ut declarari facile pot- vocis unitas non deserviret ad ratiocinan- non concipit substantiam neque accidens;
sed solum in extrínseca habitudine vel est discurrendo per illa tria membra supra dum, nisi ratione unius significad proximi habet ergo haec vox aliud immediatius sig-
proportione. At vero nomen ens, ex pro· posita, quia, scilicet, nec disiunctive, nec ~t immediati. Atque hoc modo est optima nificatum.
pria et primaeva impositione, habet signi- copulative, nec simpliciter potest illa im- dla communis ratio, quod ens, in quantum 26. Sed obiicit Soncinas nonnullas ra--
ficationem communem omnibus entibus, mediate significare, ut facile patebit ap- ens, est obiectum intellectus, vel scientiae tiones, quas sequenti sectione afferemus;
394 v;sputaciones metafís,ea_, Disputación segunda.-Secci~n_I=::I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _3_95

intermedia realmente distinta de la sustancia y del accidente, pero no que nO cluyendo de ello que .se identifican. ;ntre sí. Y. para la eficac!a de esta. prueba no
pueda distinguirse por razón mediante un concepto. ~onfuso de la mente. Objeta se requiere que en dtcha stgmficacmn se supnma todo med1o de razon. Por eso
después que Aristóteles, en el hbro X de la .Metafzstca, texto -~' d1ce que e! s~r dice, a propósito de lo mismo, Santo Tomás que ser significa las naturalezas de
significa los diez pred_ic~entos, ~o cua_J exphca ~verroes refinendolo a la SlgJll- los. diez géneros en cuanto están en acto o en potencia, con lo que declara bastante
ficación primaria y sm mtermedios, stendo segmdo en esto por .A. de Hales. que no las significa inmediatamente según sus razones propias, sino según alguna
Pone, en segundo lugar, otra objeción, porque Aristóteles, en el libro VI ~e la razón común. Por consiguiente, no necesitamos la explicación de Averroes, aunque
Metafísica, texto 4, dice que, caso de no darse e?tes abstract~s ~e la ma~~na, la deja bastante claro que sólo excluye un medio que sea género y exprese una
· filosofía natural seria la filosofía primera, es decir, que la ctencta metafis1ca no naturaleza determinada y propiamente contraíble, cuestión de que hablamos luego.
podría distinguirse de ella en modo alguno, y esta consec"?encia no .sería legítima, A lo segundo responden algunos que el raciocinio de Aristóteles es bueno, pero
si el ser en cuanto ser significase algo común a la sustancia y al accidente, porque que no se funda en que el ser no pueda significar un concepto común a la sustan-
esto podría ser el obj~to de la metafísica, aunque no ~u?iese e~tes inmater~a~es. cia y al accidente, sino en que si no existiese cosa alguna que abstrajese de la
Podemos poner como objeción, en terce~ lugar~ lo de A;1s~otele~~ lib. l de la Ftstca, materia según su ser, la razón de ser en cuanto ser no abstraería de la materia
texto 25, donde dice que el ente no nene nmguna s.1gnificac10n una, que .Pu_e'!a más que la razón de cuerpo o de ser natural, y por ello, el estudio del ser en
ser medio de un silogismo; en efecto, por este motivo rechaza aquel rac1ocmm cuanto ser no trascendería los límites de la filosofía natural, porque en ese caso
de Parménide.s: todo lo que es fuera del ser, es no ser; pero el no ser es nada. la sustancia material seria el primer ser; y la ciencia del primer ser es la misma
Luego, todo lo que es fuera del ser es nada. que la ciencia del ser común, como había dicho al principio del libro IV y ad-
27. Puede ponerse una cuarta objeción de Aristóteles en el libro VII de la virtieron Santo Tomás y Escoto en el lugar citado del libro VI.
Metafísica c. 4 texto 15, cuando afirma que el mismo ser se dice de todos los 29. Pero esta respuesta general requiere ser mejor analizada. En primer lu-
géneros o ' predicamentos,
' pero no del mismo modo, o sea, no segun • 1a mtsma
. gar, puede dudarse si, por más que no existiera sustancia alguna inmaterial, no de-
razón y concepto. Se cita, en quinto lugar, al mismo Aristóteles que dice en el li- bería darse una ciencia metafísica distinta de la física y de la matemática. En
bro VIII de la Metafísica, c. 6, texto 16: este ser mismo ciertamente, es decir, por efecto, parece que hay que responder que si, ya que tendríamos en este caso la
sí en cuanto es tal, es inmediatamente sustancia, cualid'trd, cantidad, etc., y, por razón de ser que abstraería de la sustancia material y de la cantidad y otros ac-
eÚo no entra en la definición; como si dijera que el ser desciende inmediatamente cidentes. Quedarían también las propiedades comunes, como ve·rdad, unidad, iden·-
a l;s primeros géneros, que es lo que sienten y opinan en .di~hos pasajes -:'-verroes, tidad, diversidad, el todo, la p(fl'te, etc., de las que ahora no tratan ni la física
Alejandro y Santo Tomás. Se aduce, en sexto lugar, a Anstoteles en el libro I de ni la matemática, ni tratarían tampoco en aquel caso, por ser más generales y
·Jos Analíticos Ptz'mm·os, c. 28, en que manifiesta que es tal la naturaleza de los rebasar los lúnites de sus objetos propios. Sería, por lo tanto, necesaria una ter-
primeros géneros, que no puede predicarse nada de ellos, según parecen exponer cem ciencia, superior a ambas, que sería, por lo mismo, la métafísica. Consecuen-
Alejandro y Filopón. . . . ·temente, puede dudarse en segundo lugar si dicha ciencia sería entonces más per-
28. Solución.- Respecto del primer testlmomo se responde que Anstóteles fecta que la filosofía natural; y parece también que así hay que admitirlo, porque
nada dice allí de la significación inmediata, sino sólo de la predicación común e trataría de un objeto más abstracto y superior.
igual de ser y uno, ya que se verifican por igual en todos los predicamentos, con-
reperiuntur, et inde concludit inter se est scientia pr.imi entis et entis communis,
solum enim probant ens non significare esse. Ad cuius rationis efficaciam ne- ut in principio lib. IV dixerat, et D. Tho-
non ens; sed non ens est nihil; ergo quid- cesse non est ut in hac significatione tol-
aliquod medium ex natura rei distinctum quid est praeter ens, est nihil. mas ct Scotus in d.i,cto loco, lib. VI, ani-
a substantia et accidentibus, non vero quod latur omne medium rationis. Unde D. Tho- madvertunt.
27. Quarto obiici potest Aristoteles, mas ibi ait ens significare naturas decem
ratione distingui non possit per confusum VII Metaph., c. 4, text. 15, dicens ipsum 29. Haec vero communis responsio
mentís conceptum. Obiicit deinde Aristo- generum secundum quod sunt actu vel po- mawn eget examine. Dubitari enim impri-
ens dici de omnibus generibus seu praedi- tentia, in quo satis indicat non significare
telem, X Metaph., text. 8, dicentem ens camentiS, non tamen similiter, id est, non mís potest an, licet nullae essent immate-
significare decem praedicamenta, quod Aver- illas immediate secundum rationes proprias, riales substantiae, danda esset scientia meta-
secundum eamdem rationein et conceptum. sed secundum aliquam communem. Exposi-
roes exponit de prima significatione et Quinto citatur idem Aristoteles, VIII Me- physicae, a physica et mathematica distinc-
sine medio, quem ibi sequitur Alex. Alens. tio itaque Averrois necessaria nobis non ta. Nam videtur ita esse asserendum, nam
taph., c. 6, text. 16, dicens ipsum ens hoc

;~~;:~~~~~:.~~~~I~·pse
Obiicit secundo Arist., VI Metaph., tcxt. 4~ quidem, id est, per se et ut tale est, statim satis sitdeclaret tune daretur ratio entis abstrahens a sub-
dicentem si non dantur · entia abstracta a esse substantia:rn, quale, quantum, etc., et quod genus, se solum
quodque stantia materiali et a quantitate aliisque ac-
materia, philosophiam naturalem csse pri- ideo non poni in definitione, quasi dicat, definitam et proprie contrahi- cidentibus. Darentur etiam proprietates
mam philosophiam, id est, metaphysicam de quo postea dicemus. Ad secun-
ens immediate descendere ad prima genera, respondent allqui argumentum Aristo- communes, ut verum, unum, idemJ diver-
scientiam ab····1.lla····distingui minime· posse, quibus locis Averroes, AJ,exander et D. Tho- sum, totum~ pars, etc.~ de quibus nec physi"~
quae consequentia non esset bona, si ens bonum esse, non tamen fundari in eo
rnas ita exponunt et sentiunt. Sexto af- ens significare non possit conceptum ca, nec mathernatica tractant nunc, neque
ut ens significare! aliquid commune sub- fertur Arist., I Prior., c. 28, ubi significat etiam ttu1c tractarent, cum sint communiora,
~tnrumu01em substantiae et accidenti, sed in
stantiae et accidenti, nam illud esse posset prima genera talla esse, ut de ipsis nihil et excedentia propria obiecta. Ergo neces-
obiectum metaphysicae, etiamsi non essent si nulla esset res abstrahens ·se-
dicatur, ut AJ,exander et Philoponus viden- saria esset tertia scientia utraque superior,
immaterialia enria. Tertio obiicere pos- tur exponere. a materia, ratio entis ut sic
sumus Aristotelem, I ·Phys., text. 25, ubi 28. Solutio.- Ad primum testimonium ·~:::,,~~::'~~~'':~;
_:.(
a materia magis quam ratio
entis naturalis, et ideo conside-
quae proinde esset metaphysica. Unde pot-
significat ens non significare aliquid unum respondetur Aristotelem nihil ibi dicere de est secundo dubitari an illa scientia esset
quod possit esse medium syllogismi; ea ut sic non transcenderet limites prior tune quam naturalis philosophia; vi-
significatione immediata, sed solum de ge-
,enim de causa reiicit illam ratiocinationem nerali et aequali praedicatione entis et )>!~~~~~~~;,,~ naturalis, quia tune materialis detur enim ita dicendum, quia esset de ob-
.Parmenidis: Quidquid est praeter ens, est unius; nam in omnibus praedicamentis a e-
'-S esset ptimum ens; eadem autem iecto abstractiori et priori.
c-3,_96:___ _ _ _ _ _ _ _ _ _"_ _ _ _ _ _ _ ___cDi=-:·sputaciones metafísica; Disputación segunda.-Sección I_I_______ 397
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30. Para mí todavía es probable que, admitida tal hipótesis, quedara aún por sola conveniencia real, no por alguna abstracción peculiar encaminada a construir
lugar para la citada metafísica; en efecto, ahora es una sola de sus partes la: que e1 objeto de una ciencia. Igual que ahora coinciden también la cantidad continua y
trata de las sustancias espirituales; pero podría, seguir entonces existiendo por lo la discreta en la razón común de cantidad, y no existe, sin embargn, una matemá-
que se refiere a las otras partes,- y se ocuparía del ser, de los demás trascendenta..: tica común, por ocuparse suficientemente la física de dicha conveniencia y razón
les, de los diez predicamentos y de los principios y causas universales. Pero admi- común, en la que no se da abstracción especial constitutiva de un objeto peculiar
tido esto, según la mente de Aristóteles en el lugar citado, sería, sin embargo escible. Lo mismo, consecuentemente, pasaría en aquel caso.
la filosofía uatural la primera cieucia o filosofía, al meuos eu diguidad y excelen~ 32. En cuanto al tercer testimonio, dejamos a un lado la explicación de Soto
cia, porque trataría del objeto más noble, o sea, de la sustancia en cuanto tal y y otros que dicen que es falsa la proposición: cuanto hay fuera del ser es no
de toda sustancia, y se ocuparía, consecuentemente, de las primeras causas y ser, porque el ser, en su predicación simple, se toma como la sustancia, lo cual,
principios de las cosas, no ciertamente según la abstracción de la mente, sino en rigor, es falso, como demostraré luego, y, además, guardada la debida propor-
según su realidad. ción de sujeto y predicado, todavía podria decirse con verdad que cuanto es fuera
31. Por eso, lo que parece concluirse con mayor probabilidad es que en del ser es no ser. Dejada a un lado, repito, esta explicación, se responde que
ese caso no haría falta una ciencia metafísica especial, distinta de la filosofía -Aristóteles no niega que el ente pueda ser término medio de un silogismo, y que
natural. La razón es porque entonces la filosofía trataría de toda sustancia y, no es ésta la causa de rechazar el razonamiento de Parménides, sino porque no
consecuentemente, de todos los accidentes, inclusO' de la cantidad en cuanto eS -¡ólo consideraba el ser como uno propia y rigurosamente, siendo así que sólo
una propiedad de la sustancia, no sólo en lo que se refiere a su entidad y esencia, es análogo, sino también porque usaba equívocamente la palabra uno; en efecto,
sino también en cuanto se distingue, bien de la misma sustancia, bien de todas de acuerdo con esto, concluía de las premisas arriba propuestas que lo que es,
sus otras propiedades, porque todas estas consideraciones de la cantidad no abs- o sea el ser, es uno; por consiguierite, cuanto es fuera del uno, es nada~ de
traerían de la materia sensible ni rebasarlan el ámbito del objeto de la filosofía, suerte que reducía todas las cosas a- unidad, en lo que hay manifiesta equivocidad,
Y por esta misma razón pertenecería a la misma filosofía la división y estudio de porque él pretendía que todas las cosas eran realmente uno; en cambio, el ser,
todos los predicamentos, puesto que nada habría en ellos cuyo fundamento real ·si se toma precisiva y como inmutablemente, no es uno de este modo, sino sólo con
no fuese la sustancia sensible; en efecto, los predicamentos de accidentes no ten- unidad de razón; pero si se le toma distributivamente y por cada uno de los
drían una extensión mayor que el predicamento de sustancia. Además, el estudio entes, en este sentido cada ente es ciertamente uno, pero no son uno todos los
de todas las esencias y de todas las causas reales sería también de competencia
entes.
de la filosofía, por la misma razón. Finalmente, por idéntico motivo, trataría de 33. Por lo que respecta al cuarto testimonio, se niega la explicación, pues
los predicados comunes a la sustancia y a los accid~ntes, y no habría necesidad de cuando Aristóteles dice que el ente existe en todas las cosas, pero no de la misma
establecer una ciencia especial por causa de ellos solos, por'que no abstraerían
forma, no es legítimo explicar "no con el mismo concepto"; sino "no del mismo
de la materia sensible y el concepto de ente no sería distinto del concepto de ser
material, ni habría obstáculo en que la razón de ser y otras semejantes fuesen modo", porque se predica en sentido absoluto respecto de la sustancia y relativo
comunes a los objetos matemáticos y fisicos, porque se trataría de una comunidad respecto de las otras cosas, según expone Santo Tomás. El quinto sólo prueba
que el ente no es el medio en cuestión, que se contraiga propiamente a los infe-
substantiae, et quoad entitatem et essentiam riores por algo que no sea ente, sino por simple determinación, por la cual cada
30. Mihi quidem probabile est, etiam
data illa hypothesi, adhuc relinqui locum eius et quatenus distinguitur tam ab ipsa
rnetaphysicae scientiae; nunc enim una tan- substantia quam ab aliis omnibus proprie- set secundum convenientiam realero, non rationem Parmenidis, sed quía et sumebat
tum pars eius est, quae de substantiis spiri- tatibus eius, quia tota haec consideratio- secundwn aliquam pecuharem abstractio~ esse ens unum proprie et in rigore, cum
tualibus disputat; quoad reliquas ergo par- quantitatis non abstraheret a materia sensi- nem pertinentem ad constituendum obiec~ solum sit analogum, tum etiam quia voce
tes manere tune posset, disputareque de bili nec excederet latitudinem obiecti phi- tum scientiae. Sicut etiam nunc quantitas unius aequivoce utebatur; sic enim ex prae-
ente aliisque transcendentibus, et de decem losophiae. Atque eadem ratione ad eamdem continua et discreta conveniunt in com- missis supra positis concludebat id quod
praedicamentis, et de principiis ac causis philosophiam spectaret omniurn praedica- muni ratione quantitatis, et tamen non da- est, seu ens, esse unum; ergo quidquid est
universalibus. Hoc tamen posito, nihilomi- mentorum divisio et consideratio, quia nihil t?r una .n:'-athematica communis, quía phy- praeter unum, est nihil; ut ita conficeret
nus iuxta mentem Aristotelis, citato loco, in eis esset re ipsa non fundatum in sub- stca suff1c1enter tractat de illa convenientia omnia unum esse, quae est manifesta ae-
naturalis philosophía esset prima scienti:i seu stantia sensibili; nec enim latius se exten- et ratione communi, in qua non rcperitur quivocatio, nam ipse intendebat omnia es-
philosophia, saltero dignitate et praestantia, derent praedicamenta accidentium quam specialis abstractio constituens peculiare se unum in re ipsa; ens autem si praecise
quoniam ageret de nobilissimo obiecto, sci- praedicamentwn substantiae. Rursus om- obiectum scibile; ita ergo esset in eo casu. sumatur, et quasi immobiliter, non est hoc
licet, de substantia ut sic, et de omni sub- nium essentiarum, ornniumque causarum 32. Ad tertium testimonium, omissa Soti modo unum, sed ratione tantum; si autem
stancia; et- com:equenter .etiam ager_et _de pri- realium considerado ad philosophiam aliorum expositione, dicentium illam pro- sumatur distributive et pro singulis entibus,
mis causis rerum et prindpiis, non quidem taret, propter eamdem causam. Ac "~.,;......... positionem esse falsam: quidquid est prae- sic quidem unumquodque ens unum est,
ageretet d: ~g~~~\~~~~
1
secundum abstractionem mentis, sed secun- t~ ens, est non ens, quia ens simpliciter non tamen omnia sunt unum.
pari ratione eadem
communibus substantiae 33. Ad quartum negatur illa expositio;
dum rem. dictum accipitur pro substantia; hoc enim
31. Unde tandem dicitur probabilius vi- nec propter illa sola oporteret in rigore falsum est, ut infra ostendam, et curo enim ait Aristoteles ens existere in
deri in eo casu non fore necessariam scien- scientiam constituere, quia non abstraherent praeterea, servata proporcione praedícati et omnibus, sed non similiter, non recte ex-
tiam metaphysicae specialem et a naturali a materia sensibili, et conceptus entis non subiecti, adhuc esset verum dicere quid- ponitur, id est, non uno concéptu, sed non
philosophla distinctam. Ratio est quia tune esset alius a conceptu entis rnaterialis. Ne- quid est praeter ens esse non ens; hac eodem modo, quía de substantia simpliciter,
philosophia ageret de omni substantia, et que obstaret quod ratio entis et similes, (inquam) omissa expositione, respondetur de allis vero secundum quid dicitur, ut
consequcnter de omnibus accidentibus, communes essent re'bus mathematicis et Aristotelem non negare ens posse esse me- D. Thom. exponit. Quintum solum probat
etiam de quantitate prout est proprietas physicis, nuia illa communitas solum es-: dium syllogisnll, neque hac de causa reiicere ens non esse tale medium, quod proprie
Disputación setunda.~Sec_ct_"ó_n_I_I~~~~~~~~~~- 399
398 Disputaciones
objetivamente tal distinción, coo tanta mayor verdad se predicará el uno del
género es ser por sí mismo, y es tal ser, lo cual es rigurosamente verdadero otro' asf, por ejemplo, aunque eonsideremos precisivamente la sabiduría divina
según veremos más ampliamente en las secciones 5 y 6; sin embargo, no excluy; y la' distingamos racionalmente de Dios, al compararla con El, afirmamos que
un medio conceptual debido a nuestro modo confuso de concebir. Al &exto res• existe en Dios verdadera y propiamente. Concebida precisivamente de este modo-
pondo, primeramente, qríe Aristóteles no hace alli mención alguna de los diez la razón de ser, se la compara legítimamente con la sustancia y el accidente, y se
primeros géneros, sino que dice en términos generales que hay algunas realida- afirma que se da en ellos, y de esta suerte se pueden hacer las predicaciones :
des que se predican de otras, sin que de ellas se predique nada; es algo que- la sustanct'a es ser, y el accidente es se1'. En apoyo de ello está que toda esta com-
podemos aplicar a los trascendentales, de los cuales nada se predica como supe..' paración o composición resulta de conceptos simples; consecuentemente, una vez
rior, y creemos que así es como hay que restringir la proposición, porque, comO> que el entendimiento ha concebido precisivamente el ente, puede concebir al
igual, nada hay de lo que no pueda predicarse olgo, porque aun los mismos
mismo tiempo la sustancia o el accidente según sus conceptos propios, ya que
trascendentales se predican recíprocamente con propiedad, aunque no con absolu-.
estos conceptos simples no son contradictorios entre sí, como es claro; por con-
ta identidad. Por lo tanto, si quiere alguien aplicar la frase a los diez predicamen-
siguiente, puede entonces el entendimiento comparar de la misma manera el ente
tos, tiene que circunscribirla con sentido distinto a predicados superiores, que
a la sustancia como existente en ella, ·y de modo similar al accidente; en conse-
sean géneros o especies, porque, tomada en absoluto, ¿cómo va a ser verdad, si
nos consta con evidencia que se aplican muchos predicados a los primeros géne~ cuencia, el concepto de ente, incluso en cuanto comparado con el concepto de
ros? Es más: el mismo Aristóteles, en el libro II de los Analíticos Segundos, c. 14, sustancia y de accidente, prescinde de ellos según la razón.
manifiesta que algunos predicados superiores o más universales están contenido; 35. Se puede objetar: en consecuencia, el concepto de ser, también en cuan-
dentro del género, y que, en cambio, otros se predican de las demás cosas fuera to incluido en sus inferiores, prescinde de ellos, lo cual está en contradicción con
de género, lo cual entienden todos los expositores que se dijo por el ser y otros afirmaciones anteriores, ya que incluido en sus inferiores no es otra cosa que
(predicados) semejantes. ellos mismos, porque nada hay en ellos que no -sea ser. La consecuencia está
34. El concepto de ser, incluso en cuanto se. compara con los inferiares,. clara, puesto que el ente no puede compararse a sus inferiores o predicarse de
prescinde de ellos.~ De lo dicho se deduce, finalmente, que el ser no sólo sig- ellos, sino en cuanto está en ellos. Por consiguiente, si en cuanto expresa un
nifica un concepto uno y preciso, considerado absolutamente en abstracto, sin() concepto preciso, se le compara con los inferiores~ será preciso también en cuanto
también en cuanto se le compara con los inferiores para ser predicado de ellos" está en ellos. Se responde que hay equivocidad recíproca entre nuestro modo de
o en cuanto se le considera como existente en los mismos. Se prueba, porque des- concebir y la realidad misma, y viceversa. Por lo tanto, en rigor, se niega la con-
pués de cualquier conocimiento abstracto de un concepto común respecto de los: secuencia, porque aunque el concepto de ente aprehendido precisivamente por nos-
particulares, puede el entendimiento establecer el conocimiento comparativo; por otros segúl;J. la razón esté en los inferiores, sin embargo, en cuanto preciso, formal-
consiguiente, aquello mismo que es objeto de abstracción en el ente, puede com- mente habiando, no está en los inferiores, es decir, no tierie en ellos el estado o
pararlo a los inferiores; en efecto, no hay en el concepto de ser ninguna dificultad modo de ser que tiene por denominación extrínseca derivada de la precisión de
mayor que en otros conceptos comunes, sino que existe más bien la misma razón, nuestro entendimiento. Y cuando se dice que este concepto, en cuanto preciso, se
o sea, que el concepto en su totalidad se da en los inferiores, sin que importe el compara con los inferiores, y se predica de ellos, no se trata de atribuirlo a los in-
que se distinga de ellos realmente o sólo por razón; más aún: cuanto menor sea
nor fuerit ínter illa distinctio in re, eo verius 35. Dices: ergo conceptus entis, etiam
contrahatur ad inferiora per aliquid quod mo ipse Aristoteles, 11 Poster., c. 14~ unum attribuetur alteri; sic enirn, quamvis ut inclusus in inferioribus, est praecisus
non .sit ens, sed per simplicem determina- significat praedicata superiora seu univer- sapientiam Dei praescindamus, et ratione a ab illis, quod repugnat Supra dictis, quia
tionem, qua unumquodque genus seipso est saliora quaedam contineri intra genus, quae- Deo distinguamus, illam ad Deum compa- inclusus in inferioribus nihil aliud est quam
ens, et tale ens, quod verissimum est, ut dam vero de alüs dici etiam extra genus, rantes, vere ac proprie dicimus sapientiam ipsa, quía nihil in ipsis est quod non sit
latius videbimus, sect. 5 et 6, non tamen quod expositores omnes dictum esse intel- esse in Deo. Ad hunc ergo modúm ratio ens. Sequela vera patet, quia ens non pot-
excludit medium conceptum ex confuso ligunt propter ens et similia. entis praecise concepta recte ad substantiam est comparari ad inferiora vel praedicari
modo concipiendi nostro. Ad sextum re- 34. Conceptus entis, etiam ut compara- et accidens comparatur et in eis esse dici- de illis, nisi ut est in illis; ergo, si ut dicit
spondeo imprimís Aristotelem nullam ibi tur ad inferiora, est praecisus ab illis.- tur, et hoc modo fiunt hae praedicationes, praecisum concepturn comparatur ad infe-
mentionem facere decem primorum gene- Vltimo sequitur ex dictis ens non solum substantia est ens, et accidens est ens. riora, etiam ut est in illis erit praecisus.
rum; sed absolute ait quaedam esse quae dicere conceptum unum et praecisum, Unde confirmatur, quía omnis haec campa- Respondetur esse aequivocationem a modo
de aliis praedicantur, de ipsis autem nihil; prout absolute abstractum considcratur, sed ratio vel compositio fit ex simplicibus con- concipiendi nostro ad rem ipsam, et e con-
quod nos possumus exponere de transcen- etiam prout comparatur ad -inferiora, ut de ceptibus; ergo postquam intellectus con- trario. In rigore ergo negatur sequela, quia,
dentibus, de quibus nihil ut superius prae- eis praedicetur, vel existens in eis conside- praecise ens, potest simul concipere licet conceptus entis, qui a nobis praescin-
dicatur, sic e11itp __ rí:!:stri_ngenG!:l __ videtur illa retur. Probatur, quía post quamcumque no-·····c ~··~·S<Lbsta,Ltiam vel. accidens secundmn proprios ditur secundum rationem, sit in inferiori-
propositio; nam ut aequale, nihil est de titiam abstractivam conceptus communis a conceptus, quia hi conceptus simplices non bus, tamen ut est praecisus, formaliter lo-
quo non possít aliquid praedicari, nam ípsa particularibus potest intellectus facere com- habent inter se repugnantiam, ut per se quendo, non est in inferioribus, id est, non
transcendencia de se invicem praedicantur parativam; ergo illud ipsum quod abstrac- constat; ergo sirniliter potest tune intel- habet jn illis eum statum seu modum es-
proprie, et non omnino identice. Unde si tum est in ente, potest ad inferiora com- lectus ens ad substantiam comparare tam... sendi quem habet per denominationem ex-
quis velit de decem generibus illud mem- parare; non est enim maior repugnan tia in quam in illa existens, et similiter ad ac- trinsecam ex praecisione intellectus. Quan-
brum exponere, necesse est ut aliter illud conceptu entis quam in aliis communibusj cidens; ergo conceptus entis, etiam ut com- do autem dicitur hic conceptus, etiam ut
restringat ad praedicata superiora, quae sint sed potius est eadem ratio, sci~icet, quia paratus ad conceptum substantiae et ac- praecisus, comparari ad inferiora cisque
genera vel species, nam absolute quomodo totus ille conceptus est in ipsis inferioribus, oidentis, est secundum rationem praecisus attribui, non est sensus quod secundum
potest esse verum, cum evidenter constet sive ab eis re distinguatur, sive ratione tan- ab illis. eam praecisionem seu denominationem ac-
multa de primis generibus praedicari? Im- tum, hoc eni.m nihil refert; immo v¡uo mi-
400______ Disputaciones

feriares según dicha precisión o atribución, .sino ,sólo de que la razón así con:ebida,
comparada con los inferiores, se encuentra mclmda en todos ~llos ..Por eso, s1 no se
--
Disputación segunda.--Sección Ill 401

entiende reduplicativamente la razón de ser en cuanto ?rectsa, smo que se habla SECCION Ili
-sencillamente de· la razón de ser precisivamente conceb1da, es verdad que tal ra-
zón se da en los inferiores, y que se incluye absoluta e íntimamente en ellos-, y SI LA RAZÓN O CONCEPTO DE ENTE_, REALMENTE Y CON ANTERIORIDAD A LA OPE-
que no obstante, es racionalmente precisa, aunque realmente no lo sea. RACIÓN INTELECTUAL, PRESCINDE, DE ALGÚN MODO_, DE SUS INFERIORES
36. Pero surge en seguida una dificultad, ya que, según esto, no ·~arece
1. Planteamiento del problema.- Esta cuestión puede parecer común a to-
faltarle cosa algUna al concepto de ser para tener la naturaleza de un un1vers·al
propio, puesto que será uno en muchos y. (predicable) de muchos. Pero. se~7- dos los grados o conceptos superiores respecto de sus inferiores, materia que tra-
jante dificultad está en función de dos motivos. de duda propuestos al !'rmc1p1o tamos en la disp. V, sec. 1 y en la disp. VI, sec. 2. Pero presenta aqul una dificul-
tad especial a causa de la trascendencia del ente, debiéndose, por lo tanto, afron-
de la sección. Se refiere el primero a la univocidad del ser, porque, s1 el ente
tarla brevemente en este momento. Admitimos que, además de la distinción real
no es unívoco basta esta razón para que no sea propiamente un universal; cómo
perfecta, que tiene lugar entre entidades materialmente separables, puede darse
se deduce de 1~· dicho que no es univoco y qué es lo que le falta para la univocación, en las cosas, antes de la consideración del entendimiento, otra menor, cual es la
es un problema que se tratará más abajo en su lugar propio, al es_tu_diar las divi- que suele existir entre una realidad y su modo, según diremos luego más amplia-
siones del ser; ahora me basta afirmar que cuantas cosas hemos dicho sobre la mente. Ahora bien : aquí damos por cierto que la razón de ente no se distingue
unidad del concepto de ser parecen mucho más claras y ciertas que el que el ente realmente, según el primer modo, de los inferiores en que existe, cosa de suyo
sea aoálogo, de suerte que no se procede debidamente negando la unidad del evidente en todo predicado común y que resultará a fm·tiori más clara por lo que
concepto por defender su analogía, sino que, si hu?ie~a que negar un~ de las se dirá. Lo que, empero, tratarnos de saber, es si ser tal etlte o tal otro, añade al-
dos habría de negarse antes la analogía, que es mc1erta, que la umdad del gún modo distinto del ente mismo realmente y antes de la consideración del en-
con'cepto, que parece demostrarse con argumentos ciertos. Pero, en realidad, no tendimiento, de suerte que ente y tal enteJ por ejemplo sustancia, se distingan
~:es necesario negar ninguna, puesto que para la univocación no basta que. el con- realmente en la razón formal, en cuanto que sustancia añade un modo que no
¡"cepto sea de algún modo uno en si, sino que se requiere qne se halle en Igualdad
1 f).e relación y orden respecto de muchos, cosa que no suce~e ~n el conc~pto de
expresa el ente.

ente, como explanaremos más ampliamente en el ·Jugar mdicado. H~bm _otra Argumentos en pro de la afirmación
dificultad por parte del modo como el ente desciende o se contrae a los I~fenores 2. El primero,_;r>arece efectivamente, por lo dicho, que hay que afirmarlo.
según la razón, cuestión a la que poco más abajo dedicaremos una sección pro-- En primer lugar, porque la razón de ser en la realidad es la misma que se concibe
pia, porque implica una dificultad compleja y depende de algunas cosas que han en la mente; ahora bien: concebida en la mente, no incluye el modo de sustancia
o accidente; por consiguiente, tampoco en la realidad; más las razones de sus-
de explicarse antes.
tancia y accidente incluyen sus modos propios; luego la razón de ente es, en la
realidad, distinta de ellas. Se prueba la mayor -puesto que todas las demás
tribuatur inferioribus, sed solum quod ratio loco est tractandum, agendo de divisioni~ proposiciones son evidentes-, porque no decimos que la razón de ser se dé en
illa sic concepta ad inferiores comparata in bus entis; nunc solmn assero omnia quae
omnibus illis inclusa inveniatur. Quocirca, diximus de unitate conceptus entis longe
si non fiat illa reduplicatio de ratione entis
SECTIO III omni communi praedicato, et a fortiori pa-
clariora et certiora videri quam quod ens
ut praecisa, sed simpliciter sit senno de sit analogum, et ideo non recte propter UTRUM RATIO SEU CONCEPTUS ENTIS RE IPSA tebit ex dicendis 1 • Inquirimus autem an
ratione entis praecise concepta, verum est defendendam analogiam negari unitatem llT ANTE INTELLECTUM SIT ALIQUO MODO esse tale vel tale ens addat aliquem modum
PRAECISUS AB INFERIORIBUS ex natura rei et ante intellectum distinc-
rationem illam esse in inferioribus et in conceptus, sed si alterum negandum esset,
tum ab ipso ente, ita ut ens, vel tale ens~
eis omnino et intime includi, et nihilomi- potius analogia, quae incerta est, quam l. Explicatio quaestionis.- Haec quaes- verbi gratia, substantia, ex natura rei in ra-
nus rationc praescindi, quamvis in re non unitas conceptus, quae certis rationibus vi- tio videri potest communis omnibus gradi- tione sua formali distinguantur, quatenus
sit praccisa. detur demonstrari, esset neganda. Re ta- bus seu conceptibus superioribus respectu substantia addit aliquem modum, quem non
36. Sed statim urget difficultas, quia men vera neutram negari necesse est, quia inferiorum, de quibus agendum est disp. didt ens.
iuxta haec nihil videtur deesse conceptui ad univocationem non sufficit quod con- V, sect 1, et disp. VI, sect. 2. Sed hic
entis ad rationem proprii universalis, nam ceptus in se sit aliquo modo unus, sed hábet difficultatem specialem propter trans- Argumenta partis affirmantis
erit unum in multis et de multis. Sed haec necesse est ut aequali habitudine et ordine cendentiam entis, et ideo breviter cxpedien- 2. Primum.- Videtur ex dictis sequi ita
difficultas -pender: --ex --auabus ratiO'iiibus du- respiciat multa, quod non haber conceptus hic est, supponendo, praeter distinctio- esse affll·mandum. Primo, quia ratio entis
bitandi in principio sectionis positis. Una nem realem perfectam, quae intercedit inter eadem est in re, quae mente concipitur;
entis, ut latius citato loco exponemus. Alia
entitates mutuo separabiles, posse in rebus sed in mente concepta non includit modum
est de univocatione entis, quia si ens non difficultas erat de modo quo ens descendit, ante intellectum aliam minorem inveniri,
est univocum, illa ratio sufficit ut non sit vel trahitur ad inferiora secundum rationem, substantiae vel accidentis; ergo neque in
-qualis esse solet inter rem et modum rei, re ipsa; sed rationes substantiae vel ac-
proprie universale; quomodo autem ex dic- de qua re paulo inferius propriam facie- ut infra latius dicturi sumus. Hic ergo ut
tis non sequatur esse univocum, et quid cidentis inc~udunt suos modos; ergo ratio
mus sectionem, quia et obscuram habet d.if- ' certum supponimus rationem entis non di- entis in re est distincta ab illis. Maior
_ijli ad univocationem desit, infra in proprio ficultatem et ex aliis prius dicendis pendet. ~tingui realiter priori modo ab inferioribus (caetera enim omnia nota sunt) probatur,
1t1 quibus existit, quod per se notum est in quia non dicimus rationem entis. eodem
1
Disp. VII.
Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-Secciónl.'CII.__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _4":0':"3
402~------------------------ ---.~

la realidad del mismo modo que se concibe, refiriéndonos concretamente al moda colige con todo derecho de efectos. formales o constitutivos distintos; así, pues,
que le confiere la precisión por parte de quien la concibe, ~ino que decimos que como es distinto lo que se constituye por la razón de sustancia de lo que se
la razón concebida es la misma que la que se da en la realidad, cosa que parece constituye por la razón de ser en cuanto tal, es preciso que tengan en la realidad
de suyo evidente, puesto que. el .entendimi~nto en e.ste concepto no finge ~1 objeto- alguna distinción.
o razón concebida; por constgmente, concibe la misma que se da en realidad. 5. El cuarto.-Suele, en cuarto lugar, hacerse hincapié en la dificultad del
3. El segundo.- En segundo lugar, las cosas que son separa~les en la rea- argumento, por parecer imposible que una misma cosa convenga con otra y se
lidad, son de algún modo distintas en la realidad, porque las dos mcluyen nega- , distinga de ella por lo mismo; pero la sustancia, realmente y con prioridad
ciones de la misma razón o sus equivalentes, sobre todo en los seres finitos; aho- a nuestra consideración, conviene con, o es semejante al accidente en la razón de
ra bien : la razón de ser es separable en la realidad de la razón de sustancia, por-· ser y se diferencia, o es distinta en la razón de sustancia; ambas cosas, conse-
que se conserva en la de accidente, y viceversa; es separabl.e ~e la de accidente cuentemente, se distinguen de algún modo realmente en la misma sustancia; de lo
porque se conserva en la sola razón de sustancta; por cons1gmente, es de algún contrario, sería semejante y diferente del accidente por lo mismo. Lo cual se
modo distinta de ellas en la realidad. Se puede objetar que la razón de ente que prueba que es imposible por ser dos cosas contradictorias; en efecto, convenien-
se da en la sustancia. no es separable de ella, como tampoco lo es respecto del cia y semejanza dicen razón de unidad, porque la semejanza se funda en la misma
accidente la que se da en él, y que no se requiere, por lo tanto, una distinción unidad, como dijo Aristóteles en el V de la Metafísica; en cambio, la desemejanza
teal entre ellas. Pero así más se prueba lo contrario, porque para la distinción implica más bien razón de multitud. Se confirma y aclara la contradicción,
real basta el modo de separación antes expuesto, o sea, que una razón pueda' porque si la razón de sustancia y de ser son completamente idénticas en la sus-
existir alguna vez sin la otra, porque si en realidad son totalmente idénticas, tancia, todo, consecuentemente, cuanto sea de esencia de la sustancia es de esen-
no resulta comprensible, sobre todo en las cosas finitas, que no tengan que acom- Cia: del ser y viceversa. De lo contrario, se distinguirían esencialmente, ya que la
pañarse siempre, puesto que las cosas que son completamente idénticas en la esencia se cambia al añadir o quitar algo; ahora bien: si se distinguen esencial-
realidad. se mantienen siempre identificadas; ahora bien: en el accidente, por mente, tienen, por lo mismo, alguna distinción en la realidad, porque la razón
ejemplo, la razón de ente y sustancia no se identifican; luegu, tampoco se identi- esencial consiste en la cosa misma. Si, pues, todo lo que es de esencia de la
fican esencial y absolutamente. sustancia es de esencia del ente, se deduce que, por una parte, la razón de
4. El tercero.---- Esto mismo se explica, en tercer lugar, de esta manera: la: sustancia se da en el accidente, con el que conviene en la razói1 de ser, y que,
sustancia en la realidad no es sustancia por lo mismo que es ente (igual sucede, por otra parte, no se da, porque en realidad el accidente no es la sustancia, sino
con el accidente); luego hay realmente alguna distinción entre el concepto obje- distinto de ella. Se deduce también que la sustancia es semejante al accidente
tivo de ente y el de sustancia, incluso tal como en realidad existe en la misma en la razón de ser, ya que esto se da por supuesto, y que no es semejante, porque
sustancia. El antecedente es claro, porque la sustancia es ser por lo mismo que la razón de ser en la sustancia no es del mismo tipo que la razón de ser en el
lo es el accidente, puesto que en la razón de ser son una misma cosa; luego,. accidente. Y se sigue también, por lo tanto, que la razón de ser se afirma del
la sustancia no es sustancia por lo que es ser, de lo contrario, todo lo que por accidente en virtud de su conveniencia con la sustancia y se puede negar por la
tal razón quedara constituído en la razón de ser, lo quedaría también en la razón diferencia que se afirma tener en la misma razón. Finalmente, conveniencia y
de sustancia. La primera consecuencia se prueba porque la distinción real se disconveniencia expresan relaciones esencialmente distintas; por consiguiente, exi-

modo esse in re, quo concipitur, quantum possit una ratio reperíri sine alia; quia, si stinctis; cum ergo aliud quid constituatur quidquid est de essentia substantiae, est de
ad modum, scilicet, quem habet ex praeci- in re sint omnino ídem, non videtur intel- per racionero substantiae quam per rationem essentia entis, et e contrario; alioqui dif-
sione concipientis, sed dicimus rationem ligibile, praesertim in rebus finitis, quod entis ut sic, necesse est ut in re habeant ali- ferrent essentialiter, nam quocumque ad-
illam conceptam esse eamdero quae est in non se semper comitentur, quia, quae in quarn distinctionem. dito vel ablato mutatur essentia; si autem
re, et hoc videtur per se notum, quía intel- re omníno ídem sunt, ubique sunt ídem; 5. QuaTtum.- Quarto, censeri solet dif- differunt essentialiter, ergo in re ipsa habent
Iectus in hoc conceptu non fingit rem, vel sed in accidente, verbi gratia, ratio entis et ficile argurnentum, quía íropossibile videtur distinctionem aliquam, nam essentialis ratio
racionero conceptam; ergo eamdem conci- ratio substantiae non sunt idem; ergo neque ut eadero res secundum idem conveniat in re ipsa consistit. Si autem quidquid est
pit quae est in re. secundum se et absolute ídem sunt. curo alia et ab ea differat; sed substancia de essentia substantiae est de essencia entis,
3. Secundum.- Secundo, quae in re sunt 4. Tertium.- Quod in hunc modum ter- a parte rei et ante omnem intellecturo con- sequitur et rationem substantiae reperiri in
separabilia, in re sunt aliquo modo distinc- tia declaratur, quia substantia a parte rei venit seu est similis accidenti in ratione accidente, cum quo convenit in ratione en-
ta, quía includunt haec duo negationes eius- non ex eo est substantia, ex quo est ens entis, differt autem seu est dissimilis in ra- tis, et non reperiri, quía revera accidens
dem rationis seu aequivalentes, rnaxime in (et ídem est de accidente); ergo est aliqua,. cione substantiae; ergo haec duo distin- non est substantia, sed dissimile illi. Se-
rebus finitis; sed ratio entis est in re sepa- distinctio ex natura rei ínter conceptum guuntur ex natura rei aliquo modo in ípsa- quitur etiaro substantiam esse similem ac-
rabiEs a_ ___ ratione substanciae, nam salvatur obiectivvm entis et substantiae, etiam V"""', substantia, alioqui secundum ídem cidenti in ratione entis, quia hoc supponitur,
in accidente, et e contrario est separabilis in re sunt in ipsamet substantia. Antece- omnino esset sirnilis et dissimilis accidenti. et non esse similem, quia ratio entis in sub-
a ratione acddentis, quia salvatur in sola dens patet, quía substancia ex eodem est Quod esse iropossibile probatur, quía haec stantia non est eiusdem madi curo ratione
substamia; ergo est aHquo modo in re ens ex quo accidens, nam in ratione entis duo includunt contradlccionem, nam conve- entis in accidente. Et consequenter etiam
distincta ab illis. Dices rationern entis, quae unum sunt; ergo substantia non est sub- nientia et símilitudo dicit aliquam rationem sequitur rationem entis affimarí de acci-
est in substantia, non esse separabilem ab stantia ex eo quod ens, alioqui quidquid ea. unitatis; similitudo enim fundatur in uní- dente propter convenientiam cmn substan-
illa, neque quae in accidente, ab illo, et ideo ratione constitueretur in ratione entis, con- tate, ut Aristoteles dixit, V Metaph.; dis- tia, et negad posse propter disconvenien-
non esse necessariam distinctionem ex na- stitueretur etiam in ratione substantiae. Pri- similitudo autem dicit potius rationem mul- tiam quam in eadem ratione habere dicitur.
tura rei inter illa. Sed contra, nam ad dl- ma vero consequentia probatur, quia di- titudinís. Et confirmatur et explicatur con- Denique convenientia et disconvenientia
stinctionem ex natura rei sufficit praedictus stinctio e:x; natura rei optime colligitur ex, tradictio; quia, si in substancia ratio sub- dicunt relaciones essentialiter diversas; er-
separationis modus, scilicet, quod alicubi effectibus formalibus seu constitutivis di- stantiae et entis est omnino eadem, ergo go requirunt in re fundamenta et raciones
Disputaci6n segunda.-Sección 11] 405
404 ------· ---
Disputaciones metafísicas ------~--------- -----
respecto de los géneros de los que se predica esencialmente; la unidad, en cambio,
gen en la realidad fundamentos objetivos y razones esencialmente distintas que aunque predique realmente la misma naturaleza, no lo hace formalmente, porque
sirvan de fundamento o término. la unidad expresa una propiedad, no una esencia. Por más que Escoto acaso habla-
6. Estos argumentos y otros semejantes son la causa de que opinen algunos ba ahí en otro sentido, a saber, que el ser expresa la esencia de todos los géneros,
que el ente expre~a un concepto objeti.vo,, distinto por su nat?raleza y preciso pero no en su totalidad, y que la unidad, en cambio, estaba en absoluto fuera de
de todos los infenores y conceptos ba¡o el conterudos, por stmples que sean, la esencia. Se deduce también la misma opinión de Aristóteles, VIII de la Metafí-
como sustancia, accidente y otros parecidos. Se cree comúnmente que ésta es la sica, c. último, texto 16, en que dice que el ser, por sí mismo, sin agregar nada,
op.inión de Escoto, In 1, dist. 3, q. 1 y 3 y dist. 8, q. 2; y In II, dist. 3, q. 1; la · se determina a la sustancia, cantidad, cualidad, y que no se incluye, por eso, en
siguen los escotistas, que opinan a fortiori lo mismo de todos los predicados uni- las definiciones, por no expresar una naturaleza determinada contraíble por dife-
versales, que se estudiarán luego con más detenimiento. rencia alguna. Así lo expusieron efectivamente el Comentador, Santo Tomás y
Alejandro de Hales en dicho pasaje; en cambio, Escoto explica que Aristóteles
Sentencia verdadem excluye las diferencias distintas realmente, pero no formalmente. Esto, empe-
7. Hay que afirmar, sin embargo, que el concepto objetivo de ser, tal como ro, está claramente en contra de la mente de Aristóteles, y ni, el mismo Escoto se
existe en la realidad misma, no es algo realmente distinto y preciso de los infe- expresa consecuente~ente,, por~ue tampoc? los géneros inferiores se distinguen
riores en que existe. Esta es la opinión común de toda la Escuela de Santo Tomás, realmente de sus diferencias, smo a lo mas formalmente, según la: doctrina del
defendiéndola necesariamente, en primer lugar, todos los que niegan que el propio Escoto; por consiguiente, Aristóteles excluye también esta distinción y
concepto objetivo de ser sea realmente preciso, por ejemplo, Soncinas, Cayetano, composición en la determinación del ente a sus inferiores.
el Ferrariense; explicó esto especialmente Cayetano en el citado opúsculo De 8. Prfmera ~a~ón.- Se prueba, en primer lugar, por la razón. Si el ser y
ente et essentia, c. 1, q. 2; lo mismo sostiene Fonseca en el lugar indicado, aun- la sustanc1~ se distmguen ~ealmente, o están en la relación de todo y parte, o en
que parezca opinar diversamente en lo que se refiere a la distinción entre los la de contmente y conterudo, o son absolutamente distintos. Esto último ni lo
predicados esenciales superiores e inferiores, libro ll de la Metafísica, c. 2, tex- dice nadie ni es comprensible; de lo contrario, la sustancia tomada precisiva y
to 11, y en otras partes, de que trataremos luego en su lugar. Lo mismo mantienen formalmente, como distinta respecto del ente, no incluiría el ser, lo cual es im-
tambi~n a fm-tiori todos los que niegan que el género se distingue realmente de posible, puesto que del concepto esencial de sustancia es el ser absolutamente.
las especies o la especie de los individuos, por ejemplo, Gregario, In 1, dist. 8, Pero también se prueba que no puede afirmarse tampoco lo primero, porque si
q. 2 y 3; Capréolo, q. 4, a. 3, en el argumento contra la 2 conclusión; Soncinas, el ser y la sustancia se distinguen de este modo, la sustancia puede resolverse
VII Metaph., q. 36; Soto en la Lógica, q. 3, a. 2. Capréolo defiende especial- en dos .conceRto~ ~~almente distintos; por lo tanto, en toda sustancia singular
mente esta opinión, ln 1, dist. 2, q. 1, al argumento de Escoto contra la se. d~ dicha dist:n~wn real, q~e antecede a nuestro entendimiento, y tiene que
última conclusión. Es también la opinión manifiesta de Santo Tomás, en el e~s~ ~n, las rrus~as cosas smgulares; por consiguiente, ·los dos conceptos se
I cont. Gent., c. 26, razón 4; más aún: el mismo Escoto, en el libro X Metaph., disttngmran no solo en cuanto son aprehendidos por nosotros, sino también
texto 3, parece mantener esta opinión; en efecto, establece una diferencia entre en la re:Wdad. misma. M~s por parte de ambos conceptos puede demostrarse que
ser y uno, porque -dice____. el ser expresa real y formalmente la misma naturaleza esto es rmpos1ble; en prrmer lugar, por parte del concepto del mismo ser, puesto

fundandi seu terminandj. essentialiter di- obiectivum entis esse ratione oraecisum7 quidditative praedicatur; unum vero, licet tionem et compositionem excludit Aristote-
versas. ut Soncin., Caiet., Ferrar.; et specialiter praedicet eamdem naturam realiter, no:ri ta- les in determinatione entis ad sua inferiora.
6. Propter haec et similia argumenta id declaravit Caiet., in dicto opuse. de En- men forrnaliter, quia unum dicit passionem, 8. Prima ratio.- Ratione probatur pri-
opinantur aliqui ens dicere conceptum te et essentia, c. 1, q. 2; et ídem tenet non essentiam. Quamvis fortasse in alio mo. Si ens et substantia ex; natura rei di-
obiectivum ex natura rei distinCtum ac prae- Fonseca, loco citato, quamvis de distinctio- .sensu ibi Scotus locutus est, scilicet, ens stinguuntur, vel se habent ut totum et pars,
cisum ab omnibus inferioribus et a con- ne inter praedicata essentialia superiora et dicere essentiam omnium generum, non ta- seu includens et inclusum, vel ut omnino
ceptibus quantumvis simplicibus sub eo inferiora aliter sentire videatur, JI Metaph., men totam, unum vero omnino esse extra condistincta. Hoc posterius nemo dicit, ne-
contentis, ut sunt substantia, accidens et c. 2, text, 11, et alibi, de quo infra suo essentiam. Sumiturque haec sententia ex que apprehendi potest, alias substantia
similia; et haec censetur communiter opinio loco. Idem etiam a fortiori tenent omnes Aristotele, VIII Metaph., c. ult., text. 16, praecise et formaliter sumpta ut condistincta
Scoti, In I, dist. 3, q. 1 et 3, et dist. 8, q. 2, qui negant genus ex natura rei distingui ab ubi dicit ipsum ens seipso absque aliquo ab ente, non includeret ens, quod est im-
et In II, dist. 3, q. 1; et eam sequuntur speciebus, vel speciem ab individuis, ut addito deterrninari ad substantiam, quantita- possibile, cum de conceptu essentiali sub-
Scotistae, qui a fortiori idem sentiunt de Greg., In I, dist. 8, q. 2 et 3; Capreol., q. 4, tem, qualitatem, et ideo non poni in defini- stantiae sit es se ens simpliciter. Quod ve ro
omnibus praedicatis universalibus, de qui· a. 3, ad argum. contra 2 conc.; Sonc., VII tionibus, quia. non dicit determinatam na- nec primum dici possit, probatur, nam, si
bus latius inferius. Metaph., q, 36; Soto, in Logic., q. 3, turam contrahibilem per aliquam differen- ens et substantia illo modo distinguuntur,
a. 2 L. Eamdem opinionem specialiter . Et ita exposuerunt Commentator, D. resolví potest substantia in duos conceptus
V era sententia tenet Capreol., In I, dist. 2, q. 1, ad ar- et Alex. Alens., ibi; Scot. vero ex natura rei distinctos; ergo in qualibet
7. Nihilominus dicendum est concep~ gum. Scoti cont. ult. concl. Et est aperta exponit quod Aristoteles excludat differen- singulari substantia datur illa distinctio ex
tum entis obiectivum prout in re ipsa exis- sententia D. Thomae, I cont. Gent., c. 26; t:ias realiter distinctas, non vero fonnaliter. natura rei quae antecedit intellectum, et
tit non esse aliquid ex natura rei distinc- rat. 4; immo et Scotus, X Metaph., text. 3, Sed hoc et est aperte contra mentem Aris- debet esse in rebus ipsis singularibus; illi
tum ac praecisum ab inferioribus in quibus hanc videtur tenere sententiam; constituit :totelis et ab ipso etiam Scoto non dicitur ergo duo conceptus, non tantum prout a
existit. Haec est opinio communis totius enim differentiam inter ens et unum; natri .consequenter, quia etiam inferiora genera nobis apprehenduntur, sed etiam in re ipsa
Scholae D. Thomae, quam imprimis neces- ens (inquit) praedicat eamdem naturam rea ... '-!J.On distinguuntur realiter a suis differentiis, distinguentur. Hoc autem esse impossibile
sario docent omnes qui negant conceptum liter et formaliter de generibus, de quibus sed ad summum formaliter, iuxta eiusdem ex parte utriusque conceptus ostendi potest,
Scoti doctrinam; ergo hanc etiam distinc- primo ex parte conceptus ipsius entis, nam
1
Vide Anton. Trombetam, VII Metaph., q. 16; Ant. And., q. 7.
406 ])¡sputactOn segunaa._S_ec_c_io_'n_l_Ilc..__________________4:'"0':'_7
que si prescinde en la realidad misma y se disting~e del modo que .le contra.e al da, el concepto total de sustanda, y sobre él torna a plantearse -el problema de
ser de la sustancia, pregunto: ¿cuál es el ser que se p1ensa q~e que~a, Sl se presclllde su distinción o no distinción real del ser, porque, caso de no distinguirse, esto
de dicho modo? o es el ser común y abstracto de toda smgulandad, o el ya de- mismo podrá afirmarse de la sustanda; mas si se distingue, será necesario re-
terminado a un ente singular, Lo primero es evidentemente falso, bien porque, 'solverlo en otros dos conceptos realmente distintos y continuar asi hasta el infi-
de lo contrario en la realidad misma existiría una cosa universal y de manera nito. Cabría responder a este argumento, negando la división dicotómica que se
universal lo cu'al es contradictorio por tratarse de un ente que existe realmente, puso al principio, es decir, que el ente se distingue de la sustancia como
y es pr~ducido, y está; consecuentemente, intr~nsecamente concretado al singu- una parte de otra parte, o como la parte del todo, sino (que se distingue) como
lar; bien, igualmente, porque no puede comumcarse a otro! .salvo a e~ta sustan- un concepto simple común de un concepto simple particular, de manera que el
cia si se habla del individuo. P'or lo tanto, hay que acltmttr necesanamente lo común se incluya en el particular y no al revés; pero aunque esta respuesta im-
se~do, y en este caso pregunto si en el ente así preciso del modo de sustancia /plique quizá algo verdadero, como. expondremos más extensamente luego, no obs-
hay alguna distinción real entre la razón común de ser y tal ser determinado, tante se desprende de ella con clandad que no puede haber distinción real entre el
o no; porque si existe la distinción, vuelve a adquirir valor el n;ismo argumento; ·concepto ~e se~ tal como. existe realmente en sus inferiores y éstos. Porque, si un
en efecto, será preciso resolver dicho concepto en dos y contmu~r asi hasta el concepto mfenor, por e¡emplo, el de sustancia, es simple, de manera que no
infinito; si, por el contrario, nn hay distinción, no será, por lo miSmo, necesario ~pueda resolverse en dos conceptos realmente distintos entre sí ¿cómo puede
para que la razón común de ser se determine a un ente concreto fingir entre comprender~e que haya en él distinción ~ea! .entre él mismo y algo' en él incluído?
ambos una distinción real; por consiguiente, tampoco para que el ente se con.. Por consiguiente, esto explica con suficiencia que tal modo de distinción no se
traiga a la sustancia, porque la razón es la misma, y todos los argumentos pro. d.a actualmente en las cosas mismas, sino sólo como en su fundamento consumán-
puestos al principio pueden aplicarse al concepto de ser, que se afirma que está dose mediante la precisión de la mente. '
prescindido de la sustancia, en cuanto existe realmente en ella, y hay que resolverlos . 10. Segunda razón ..- En se~undo l':gar, e! concepto de ser no sólo se pres-
necesariamente en él, y de esta suerte no quedará fundamento alguno para fingir cmde de las cnaturas, smo tambten de Dws; mas como en Dios no se da distin-
tal distinción. Aparte de todo esto, queda el que nuestra mente apenas puede ción real entre el concepto de ser, en cuanto tal, y el concepto de tal ser es decir
concebir una entidad real y singular, y que, sin embargo, no incluya en su razón del ser increado e infinito, tampoco, por lo tanto, se da en los demás' seres. L~
intrínseca y esencial, con el sentido formal más riguroso, la razón de sustancia y n:ayo~ ~onsta por _lo que se ha dic~o; 1~· meno; es también cierta, ya por la suma
accidente. srmplictdad de . Dms,
1 puesto que si en el se diera alguna distinción real, no sería
9. Esto mismo puede demostrarse, además, por parte del otro concepto, o , sumamente stmp e; ya porque, de lo contrario, existida en las cosas una razón
sea, del modn que contrae al ente; pregunto, en efecto, si el ente se incluye Íl);. real, distinta realmente de todas las demás, anterior por sí -y por su naturaleza a
trinsecamente en él o no; si no se incluye, no es nada; la sustancia, por Dios en cuanto es Dios, a saber, la razón de ser que se distinguida en Dios de
lo tanto, no añade nada sobre el ser, ni puede dicho modo ser causa de la la razón de Dios; mas esto es imposible, ya que Dios, eri cuanto Dios es esen-
1distinción entre el ser y la sustancia; más aún : ni siquiera puede determinar o cialm.ente el ~rimer ser en dur~ción, perfección y naturaleza. Finalmen;e, porque
contraer el ser, o constituir la sustancia; ¿cómo, en efecto, lo que no es nada, 1~ ~sma razon de. ser que. eXIste en Dios posee esencialmente las propiedades
podrá realizar todo esto? Pero si se incluye dicho modo, abarcará, en consecuen- d1vmas, como ser mdepend1ente e increada; de donde, incluso según la razón
turn conceptum substantiae, et de illo redit in illo inclusum? Igitur hoc ipsum satis
si in re ipsa praescindit et distinguitur a fingere; ergo neque ut determinetur ens: quaestio an distinguatur ex natura rei ab declarar hunc distinctionis modum non es-
modo contrahente ipsum ad esse substan~ ad substantiam; est enim eadem ratio, et ente vel non; nam si non distinguitur, se in rebus ipsis actualiter, sed solum ut
tiae, quaero quale ens est illud quod mane- omnia argumenta in principio facta applicari idem dici poterit de substantia; si vero di- in fundamento, per rationis autem praecisio-
re intelligitur praeciso illo modo. Aut enim possunt ad illum concepturn entis, qui dici- stinguitur, oportebit illum resolvere in alias nem consummari .
est ens comrnune et ab ornni singularitate tur esse praecisus a substantia, prout in ea .duos conceptus ex natura reí distinctos, et 10. Secunda ratio.- Secundo, conceptus
abstractum aut deterrninatum ad singulare realiter existit, et in illo necessario solven:- sic in infinitum procedere. Posset huic ar ... entis non solum a creaturis, sed etiam a
ens. Primum est evidenter falsum, tum quía da sunt, et ita nullum manebit fundamen- gumento responderi negando bimembrem Deo praescinditur; sed in Deo non distin-
alias in re ipsa esset res universalis et uni- tum ad talero distinctionem fingendam. partitionem in principio positam, scilicet, guitur ex natura reí conceptus entis, ut
versaliter, quod repugnar, quía illud ens est Praeterquam quod vix potest mente concipi ens distingui a substancia tamquam partero sic, a conceptu talis entis, scillcet, increati
a parte rei existens et productum; ergo est encitas realis et singularis, et tamen quod in a parte, vel tamquam partero a toto, sed vel infiniti; ergo neque in caeteris enti-
intrinsece determinatum ac singulare; tum sua intrinseca et essentiali ratione formalis- Ut simplicem conceptum communem a sim- bus. Maior constat ex dictis et minor etiam
etiam quia est incommunicabile alteri, prae- sime non includat rationem substantiae aut plici~ conceptu particulari, ita ut comrnunis est certa, tum ex smnrna Dei simplicitate,
terquam huic substantiae, si in individuo accidentis. in particulari includatur, quamvis non e nam si in eo esset aliqua distinctio ex na-
loquamur. Secundum ergo necessario di- 9. Deinde ídem ostendi potest ex parte contrario. Sed, quamvis haec responsio ve- tura reí, non esset summe simplex; tum
cendum- est;--- et --tune---interrogo ---an in ente alterius conceptus seu modi contractivi en- fortasse sumar, ut inferius .Iatíus expo~ etiam quía alias daretur in rebus aliqua
sic praeciso a modo substantiae sit aliqua tis; nam inquiro an in illo intrinsece incht- nemus, tamen ab ea manifeste sequitur non ratio realis ex natura rei distincta ab om-
distinctio ex natura reí ínter communem datur ens necne; si non includitur, nihil posse esse distinctionem ex natura rei ínter nibus aliis, ex se et natura sua prior Deo,
rationem entis et tale ens, vel non; nam est; nihil ergo addit substantia supra ens, conceptum entis, prout existentem realiter ut Deus est, scilicet ~lla ratio entis, quae
si est distinctío, redit ídem argumentum; neque illud potest efficere distinctionem in- in suis inferioribus et illa. Nam si concep- in Deo esset distincta a ratione Dei; hoc
oportebit enim resolvere illum conceptum ter ens et substantiam; imno nec potest tus inferior, verbi gratia, substantiae, est autem est impossibile quía Deus, ut Deus,
in duos, et sic procedere in infinitium; si determinare seu contrahere ens aut consti- simplex, ita ut non possit resolví in duos essentialiter est primum ens et duratione,
vero non est distinctio, ergo, ut communis tuere substantiam; quomodo enim id quod conceptus ínter se ex natura reí distinctos, et perfectione, et natura. Denique, quia
ratio entis determinetur ad tale ens, non est nihil haec omnia praestabit? Sí autem quomodo potest inteUigi quod in eo sit di- illamet ratio entis, quae in. Deo est, essen-
oportet ínter ea distinctionem ex natura rei includitur, ergo et modus ille íncludit to- stinctio ex natura reí ínter ipsum et alíquid tialiter habet divinas proprietates, ut esse
408 ________________Disputadones metrtflsicas .Disputad6n segunda.~S:_c_ct_"6_n_l_I'--I~~~~~~~~~~~~~~~ 409
de ser tal como existe en la realidad, Dios dista infinitamente de las criaturas. nas personas, que convienen en esta razón común distinguiéndose en las propias
Con estos argumentos, se empeña Soncinas en el libro IV Metaph., q. 2, en y, sin embargo, en cada una de ellas la razón de persona y la razón de tal persona
probar que el ente no expresa un concepto objetivo preciso; mas lo que prueban se no se distinguen realmente, sino sólo por razón. Se patentiza igualmente en las
refiere a la precisión real, pero no a la precisión según la razón. Se demueStra razones comunes a Dios y a las criaturas, según quedó ya prácticamente explicado
la primera consecuencia del argumento, porque aunque los conceptos inferiores al tratar la razón de ser tal como existe en Dios. Y puede todavía explicarse res-
de ser en las criaturas no tengan la misma simplicidad que el concepto de Dios} pecto de· la razón, por ejemplo, de sabiduría, en la que convienen de algún modo
y pueda parecer por ello distinta su naturaleza, es, sin embargo, idéntica por lo la sabiduría creada Y la increada y, sin embargo, ni en la misma sabiduría increada
que se refiere al caso presente, ya porque si las razones expuestas al principio se distingue realmente la razón de sabiduría y la propia de tal sabiduría, a causa
hubieran demostrado la distinción real entre el ser y los inferiores, demostradan de su simplicidad Y perfección suma, ni pueden tampoco distinguirse realmente
absolutamente la misma en Dios, pues cabe el mismo modo de aplicación, según ambas razones en la sabiduría creada, porque, aunque se considere precisivamente
se echará de ver en las soluciones; ya también porque respecto del ser en cuanto la razón de sabiduría, si se la considera como existente en realidad en la sabiduría
tal, los conceptos inferiores de las criaturas son igualmente simples, sin que pueda creada, hay que pensarla corno intrínsecamente creada y, en consecuencia, sin
concebirse en ellos realidad alguna anterior por naturaleza a la entidad propia de distinción en sí misma y sin precisión alguna real respecto del modo con que se
cada una, según su razón determinada. ¿Cómo, en efecto, puede concebirse que contrae al ser de la sabiduría creada; de lo contrario en la sabiduría creada ha-
exista en la sustancia, realmente o por su naturaleza, alguna entidad que sea bría que concebir una razón real de sabiduría que abs~rajese de creada o increada
anterior por razón de ente que por razón de sustancia? no sólo según la razón, sin~ tambi~n según la realidad, lo cual es completamente
11. Tercera razón.__,. Finalmente argumento, porque la sola distinción. de absurdo y no puede conceb1rse racmnalmente, puesto que cuanto hay de entidad
nuestros conceptos, mediante los que concebimos algo a modo de común o particu- en la sabiduría creada es producido y dependiente. Puede, por fin, demostrarse lo
lar, no es suficiente indicio de distinción real en la cosa concebida; por lo tanto, no mis~o en las razones comunes única:nente a las cosas creadas, lo que haremos
la denuncia tampoco en el concepto de ser respecto de sus inferiores; consiguiente- amphamente luego al tratar de los umversales.; basta ahora explicar con brevedad
mente, no existe tal distinción. Esta segunda consecuencia es evidente, porque no que, en virrud de la sutileza y modo de concebir del entendimiento humano estos
puede excogitarse ningún otro indicio o huella de tal distinción, la cual no ha de conceptos superiores o inferiores pueden variarse o multiplicarse de infinitas ~ane­
admitirse, no digo ya sin razón suficiente, pero ni siquiera sin una razón apre- ras; esto, por consiguiente, es señal de que no siempre se fundan en una distinción
miante, porque, hablando en general, no deben multiplicarse las distinciones sin que se dé en las cosas, sino en nuestro modo de concebir, supuesto cierto funda-
motivo, principalmente y sobre todo ésta, que apenas resulta concebible por la Jne?to d~ sernejanz.a, con;reniencia o emin:ncia. de las cosas mismas; en otra hipó-
razón. La primera consecuencia es, a su vez, clara por no haber, tratándose del tests, sena necesano fingir en cada cosa mfimtos modos realmente distintos me-
concepto común y particular en el ser, ninguna razón de más valor que en los diante los que se constituye plenamente y plenamente se distingue de las d~más.
otros conceptos; mejor, en el ente, debido a su transcendencia, hay menos razón Esto ~uede aclarar~e. con dive~sos ejemplos, porque el sentido común, v. gr., tiene
de distinción. Y el primer antecedente se evidencia, en primer lugar, sobre todo capacidad de perc1brr los ob¡etos de todos los sentidos externos; por lo tanto,
en las cosas divinas, pues el concepto de persona divina es común a las tres divi- puede abstraerse un concepto común a la visión y al sentido interno, o sea. el del

independentem et increatam; unde etiam tas sub ratione entis quam sub ratíone bus divinis personis, quae in ea communi p~entit'l. creataranonem aliquam realero sa-
secundum illam rationem entis prout est in substantiae? ra,tione conveniunt, et in propriis dístin- plentme, quae non solum secundum ratio-
re, infinite distat Deus a creaturis. Quibus 11. Tertia ratio.- Ultimo argumentar, guuntur, et tamen in unaquaque earum nem, sed etiam secundum rem abstraheret
argumentis Soncinas, lib. IV Metaph., q. 2, quía sola distinctio conccptuum nostrorum, ratio personae et ratio talis, personae non a ra~io?e creatae et increatae, quod et ab-
contendit probare ens non dicere concep- quibus aliquid concipimus. per modum com- distinguuntur ex natura reí, sed racione tan- surdissi.mum. est .et mente concipi non pot-
tum obiectivum praecisum, sed probant de munis et particularis, non indicat sufficien- tum. Deinde patet etiam in rationibus com- est, qwa qwdqwd est entitatis in sapientia
praecisione secundum rem, non tamen de ter distinctionem ex natura reí in re con- munibus Deo et creaturis, ut fere iam ~reata est factum et dependens. Tandem
praecisione secundum rationem. PJima vero cepta; ergo neque illam indicat in concep- explicatum est in racione entis prout in ~dem ostendi potest rationibus communibus
consequentia argumenti probatur, quia, licet tu entis respectu inferiorum; ergo nulla De.o existit. Et declarari etiam potest in ~olis rebus creatis, qtwd late praestabimus
conceptus inferiores enti in creaturis non est talis dlstinctio. Haec secunda conse- ratrone sapientiae, verbi gracia, in qua con- mfra; de universalibus disputan tes; nunc
sint aeque simplices conceptui Dei, et ideo quentia patet, quía nullum aliud excogitari veniunt aliquo modo sapiencia creata et in- ~r~v1ter declaratur, quia possw1t ex sub-
videri possit dispar eorum ratio, tamen in potest indicium aut vestigium taJis distinc- c!eat~, ~t tamen neque in increata sapien- tilitate et modo concipiendi humani intel-
praesenti est .eadem, tum quía, si rationes tionis, quae non solum sine sufficienti, ve- tia distmguuntur ex natura reí communis lectus hi conceptos superiores et inferiores
in principio factae ostenderent distinctio- rum etiam sine cogenti ratione asserenda ratio sapientiae et propria talis sapientiae, infinitis modls variari et multiplicad; sig-
nem ex natura rei inter ens et inferiora, non est, quia, et in universum loquendo, propter summam simplicitatem et perfectio- num ergo est id non semper fundari in
eamdem---omnino----ostenderent----in-- -Deo, nam distinctiones non sunt multiplicandae sine eius; neque etiam in sapientia creata distinctione quae sit in rebus, sed in modo
eodem modo applicari possunt, ut in solu- causa, et praesertim ac specia)iter haec, quae possunt illae duae raciones ex natura reí concipiendi nostro, supposüo aliquo funda-
tionibus patebit; tum etiam quia respectu vix mente concipi potest. Prima vero con- ~stingui, quía, quantumvis praescindas ·ra- mento similitudinis, convenientiae aut
entis, ut sic, etiam inferiores conceptos crea- sequentia patet, quia non est maior ratio ~onem sapientiae, si illam consideres emin.entiae !psarum rerum; alioqui oporte-
turarum sunt simpl,ices et in eis non potest de conceptu communi et particulari in ente, ~ ~e existentem in sapientia creata, ret fmgere rn unaquaque re infinitos modos
intelligi aliqua realitas prior natura quam quam in reliquis; .immo in ente propter mtelliges illam intrinsece creatam, et ex n~tura rei distinctos, quibus in se plene
sit propria uniuscuiusque entitas secundum transcendentiam suam est minor distinc- conse;t~enter in re ipsa indistinctam, constltuatur et ab allis plene distinguatur.
detenninatam rationem eius. Quomodo tionis ratio. Primum vero antecedens patet et nurume praecisam ex natura rei ab illo Quod uno vel alio exemplo declaratur, nam
enim concipi potest ut in substantia sit imprimís in rebus di't"inis tantum, nam con- modo quo determinatur ad esse sapientiae sensus communis, verbi gratia, habet vím
realiter seu ex natura rei prior aliqua enti- ceptus personae div¡nae communis est tn- creatae; alloqui oporteret intelligere in sa- percipiendi obiecta omnium sensuum exter-
Disputación segunda.-Secció.n~_l::l~l----------·----~ 411

sentido perceptivo del color, y otro común al oído y al sentido común, a saber el 13. Se responde, pues, al primer argumento negando la primera consecuen-
del sentido perceptivo del sonido, y así de los restantes. ¿ Qnién, sin embargo: se cia, porque la razón de ser se dice que es en realidad la misma que en el enten-
atrevería a decir que en el sentido común se distinguen realmente entre sí la capaci- dimiento, debido a que efectivamente todos los seres poseen en la realidad la
dad de percibir el color o el sonido, o que la capacidad de sentir en general se misma semejanza y conveniencia bajo la cual los concibe el entendimiento cuan-
distingue en este sentido de la propia capacidad y modo de alcanzar sus objetos do concibe el ser; mas como este modo de concebir el ser es inadecuado respecto
y no más bien que existe aquí una capacidad simple que abarca todos esos objetos' de los seres tal como existen en la realidad, por eso se afirma que la razón de
a la cual, por concebirla inadecuadamente el entendimiento la compara con otra~ ser así concebida no incluye los modos concretos de los seres; y en esta expresión
cosas, logrando abstraer así conceptos comunes que no se distinguen realmente, no se trata ya de la razón de ser en absoluto y tal como es en sí, sino en cuanto
sino sólo por razón? Lo mismo pasa con la luz del sol en cuanto tiene el poder cae bajo la denominación del entendimiento; de donde resulta ignal que si se
de iluminar, en el que conviene con el resplandor del fuego, y el de calentar dijera que mediante dicho concepto no se considera el ser bajo las razones ex-
en que conviene con el calor, y el de agostar en que conviene con la sequía·, pu- presas de los entes inferiores, sino sólo bajo un concepto común e inadecuado.
diendo el entendimiento abstraer de todos ellos diversos conceptos, todos los Por ello, no es legítima la inferencia de que también en la realidad misma, la
cuales resulta pueril e infundado considerarlos como realmente distintos en la razón de ser, tal com-o existe en los entes singulares, no incluye sus propias ra-
luz. zones o modos. Cabría también hacer una: distinción en la proposición que se
tomó como mayor, o sea, que la razón de ser concebida en la mente es la misma
Soluciones de los argumentos que en la realidad; en efecto, es la misma realmente, pero no racionalmente, bas-
tando esto para que pueda en la realidad incluir las razones propias de los entes
12. Respuesta al primero.~ A los argumentos propuestos al principio se· res.. inferiores, aunque no las incluya en cuanto concebida precisivamente; igual que
ponde primeramente en general que hay en todos una gran equivocidad al .la sabiduría divina es en la realidad la misma que se concibe en la mente, aunque
pasar en el argumento de la razón objetiva, en cuanto prescindida por el entendi- como concebida en la mente, no se piense que incluye la justicia a la que de
miento, a la misma en cuanto existe en la realidad, y al atribuir a las cosas mismas hecho incluye esencialmente, puesto que el no incluirla en cuanto concebida
lo que sólo por denominación extrínseca conviene a las razones concebidas y . sólo significa que, en dicho concepto precisivo -no negativo-- no se considera
prescindidas en cuanto caen bajo tal consideración y precisión del entendimiento. expresa y distintamente en cuanto la incluye.
Y esto es lo que sobre todo debe tenerse en cuenta en todos estos argumentos, 14. Respuesta al segundo.- Al segundo se respondió ya debidamente allí
que se fundan únicamente en el modo de hablar y concebir. En efecto, nosotros
igual que concebimos, así hablamos, de donde resulta que, de la misma manera que la razón de ser en la sustancia no es separable de la sustancia, sucediendo lo
que nuestros conceptos, aun siendo verdaderos y no falsos, no siempre, sin em_... mismo en el accidente; y de esto se concluye más bien la identidad e indistinción
bargo, son adecuados a las cosas mismas, de igual suerte las palabras se miden .real, puesto que las cosas que se encuentran en la realidad de tal manera que ni se
por nuestros conceptos, debiendo, por lo mismo, ponernos en guardia para no distinguen realmente ni pueden separarse una d~ otra, ni Viceversa, no hay razón
transferir a las cosas mismas nuestro modo de concebir y para no juzgar a causa para que se distingan por su naturaleza, si no se descubre por otro concepto
de los diversos modos de expresión, que hay verdadera distinción en las cosas, algún principio suficiente de distinción, y en el caso presente no hay ninguno.
cuando en verdad no la hay. .Por eso, referente a la réplica, se responde que la razón de ser que se da en

norum; potest ergo abstrahi communis con- Argumentorum solutiones 13. Ad primum ergo respondetur ne- realiter, non tamen ratione, et hoc satis est
ceptos visui et interiori sensui, scilicet, 12. Ad primum respondetur.- Ad argu~ -gando primam consequentiam, nam ratio ut in re possit includere proprias rationes
sensus perceptivi colorjs et alius communis menta ergo in principio posita respondetur, entis dicitur esse eadem in re, quae est in inferiorum entium, quamvis ut concepta
auditui et sensui communi, scillcet, sensus primum in genere, in illis omnibus- esse mente, quia revera omnia entia habent in re praecise illas non inc}udat; sicut sapientia
perceptivi soni, et sic de reliquis. Quis au- magnam aequivocationem argumentando a eam similitudinem et convenientiam, sub divina eadem est in re, quae mente conci-
tem djcat in sensu communi ex natura reí racione obiectiva, ut praecisa ab intellectu, qua intellectus illa concipit, cum concipit pitur, quamvis ut mente concepta non intel-
distinguí vim percipiendi colorem vel sonum ad illam prout est in re, et attribuendo ens, et quia hic modus concipiendi ens est ligatur includere iustitiam, quam in re ipsa
inter se, aut vim sentiendi in communi rebus ipsis quod solum per denominatio- inadaequatus respecto entium, prout sunt in essentialiter includit, quia, quod ut concepta
distinguí in eo sensu a propria vi et modo nem extrinsecam convenit rationibus con- re, ideo dicitur ratio entis sic concepta non non indudat, soluro est quod non expres-
qua attingit sua obiecta, et non potius es- ceptis ac praecisis, ut sunt sub tali consi- o:includere determinatos modos entium, in se et distincte consideratur ut includens il-
se ibi unam simpllcem virtutem, quae at- deratione ac praecisione intellectus. Et hoc qua locutione iam non est sermo de ratione lam conceptu illo praecisivo, non negativo.
tingit omnia illa obiecta, quam intellectus est maxime considerandum in his omnibus entis absolute et ut in se est, sed ut est 14. Ad secundum.- Ad secundum recte
inadaequate concipiens comparat cum aliis argumentationibus, quae solum in modo lo- ,sub denominatione intellectus; unde perin- ibi responsum est rationem entis in substan-
rebus,--et----Sic---abst-rahit---conceptus---eommunesj quendi .et concipiendi fundantur. Nos enim, ~~ est ac si diceretur per illum conceptum tia non esse separabilem a substantia, et
non re, sed racione distinctos? Idem est in sicut concipimus, ita loquimur; unde sicut non considerari ens sub expressis rationibus similiter in accidente, et hinc potius colligi
luce solis, quatenus et virtutem habet il- conceptus nostri, etiamsi veri et non falsi inferiorum entium, sed solum communi et identitatem et indistinctionem ex natura rei,
luminandi, in qua convenit cum splendore sint, non tamen semper sunt adaequati rebus 4nadaequato concepto, et ideo non recte in- quía quae ita se habent in re, ut nec realiter
ignis, et calefaciendi, in qua convenit curo ipsis, ita etiam voces sunt commensuratae fertur quod etiam in re ipsa ratio entis distinguantur, nec unum ab alio separari
calare, et exsiccandi, in qua convenit cum conceptibus nostris, et ideo cavendum est ne .prout est in singulis entibus non includat possit, neque e converso, non est cur in re
modum concipiendi nostrum transferamus p~oprias rationes seu modos eorum; posset ipsa distinguantur, nisi aliunde s.it aliquod
siccitate, et ah his omnibus potest intel~
lectus varios conceptos abstrahere, quos ad res ipsas, et propter diversum loquendi ·-étlam distinguí maior propositio assumpta, sufficiens principium distinctionis, quod in
omnes in luce ex natura rei existimare di- modum existimemus esse distinctionem in .·sci¡icet, rationem entis eamdem esse in re. praesenti nullum invenitur. Unde ad replicam
Btinctos frivolum est et sine fundamento. rebus, ubi vere non est. quae mente concipitur; est enim eadem respondetur rationem entis, quae in substan-
412 Disputaciones metafísicas
Disputación segunda.--Sección Ili 413
la sustancia no es realmente la misma que se da en el accidente, ni al revés, sino
que es idéntica sólo según la razó?-, es ~e~ir, según cierta .conveniencia y seme- razón. De aqui sólü se puede llegar a la conclusión de que la razón común a am-
janza que puede la razón conceb,1r precistv:unent~ como SI f~era una. s~la cosa,_ bos, por precisión del entendimiento, se distingue de las propias de ellos.
bastando para esto que dicha razon, concebida .ast com.o comun, se distmga ~­ 16. ¿Cómo puede la misma entidad convenir y diferenciaJ'se por la misma
cionalmente de las razones propias de la sust~cm y acctdente. r:o:que lo exclusi- razón simplicísima?_. Respecto del cuarto, juzgan algunos imposible a causa del
vo del ser infinito es únicamente que una mtsma cosa sea numer1camente comu- argumento propuesto que una misma cosa según la realidad, sin tener en si dis-
nicable a muchas cosas realmente distintas por identidad perfecta con todas y tinción alguna real, pueda ser principio o fundamento de semejanza y distinción
cada una de ellas, aunque cada una sea incom:micable. El hecho de que una m~s­ respecto de otra. Otros, en carnbio, piensan que esto es contradictorio en la seme-
ma cosa, que en sí es realmente simple, es decir, no compu:sta d~· grados c~n dis- janza de univocidad, pero no en la de analogía, lo cual sería bastante para nos-
tinción real sea realmente incomunicable a otra con la que tiene cterta semeJanza y otros. Pero yo juzgo que esto tampoco es contradictorio en la semejanza de
conveniencia en virtud de la cual pueda concebirse una razón común a ellas, es univocidad, como puede demostrarse por el ejemplo no sólo de las cosas divinas,
algo que nd excede la perfección de una cosa finita. Más aún: algo semejante sino también de las creadas. En efecto, el Padre y el Hijo convienen unívoca~
puede darse en cualquier cosa por imperfecta que sea. mente en la razón de persona; ¿pues quién negará en este caso cierta unidad y
15. Al tercer argumento.___, Al tercero se responde, ~n pr~er lugar, que en conveniencia, o afirmará que es meramente análoga, siendo la una igualmente
la realidad la sustancia es ser por lo mismo que sustancia, y viceversa, a saber, perfecta que la otra en la razón de persona? Y, sin embargo, en cada una de las
por su naturaleza intrínseca y por la entidad que tiene objetiv:;mente; 1~ mismo- personas no puede fingirse ninguna distinción real entre el fundamento de la di-
pasa, con la debida proporción, en el accidente. P~r eso, ,segun esto rms~o, la ferencia y el de la semejanza. Efectivamente, la misma paternidad simplicisima
sustancia no es ser por lo mismo que el accidente, m al reves, porque el accidente en si misma se distingue realmente de la filiación en su entidad relativa, convi-
es ser por en.tidad accidental y en orden a la. sustancia; en ~am~~o, la sust??-cia niendo con ella en la razón común de relación o personalidad; es semejante cuasi
es ser por entidad sustancial y en si independt:nte de s~bordinac:on o relacton a genéricamente y distinta cuasi específicamente, por más que estos grados o con-
un sujeto, ni de este modo ~hablando en el !Dls.mo sentJdo- ac_c1dente Y sustan- ceptos no se distingan realmente en ella. En las criaturas la cantidad y cualidad
cia son uno en la razón de ser, tal como se constltuyen en la real1dad. En segundo .convienen -segím es probable___, unívocamente en la razón de accidente, y, sin
lugar, si nuestra expresión no se refiere a la realidad~ sino a nue~tra razón preci- embargo, en cada una de ellas la razón de -accidente no se distingue realmente de
siva, entonces se dice que la sustancia no es sustancia _POI lo rmsmo que ~s ser, la razón propia, como luego sé dirá con más amplitud; esto mismo juzgo que
por lo mismo, repito, según la razón; mas de aquí solo se pued~ conclmr q~e sucede en todas las especies respecto de sus individuos, como se dirá en su
la razón de ser y de sustancia se distinguen racionalmente en la IDisma sustanct~, lugar. La razón está en que, si la distinción y conveniencia son de diversos órde-
y de igual manera, la razón de ser y de accidente en ~st~. Igualmente, l_a sustancia nes, no repugna que se funden en lo mismo, pues de esta .manera la una no im-
y el accidente sólo puede afirmarse que están cot;stltmdos por lo !Dlsmo ~n la plica la negación de la otra, más aún, en cierto modo la exige. Esto es lo que
razón del ser, del mismo modo que son uno en dicho concepto, o sea, segun la pasa en el caso presente; la distinción es, efectivamente, real; en cambio, la con-
veniencia es sólo según razón, y, por ello, no repugna que dos cosas simples,
tia reperitux, non reperiri eamdem secun- esse ens, ex quo est substantia, et e converso,_ que en la realidad son realmente diversas primariamente, posean según la razón
dum rem in accidente, neque e converso, nimirum per suam intrinsecaro naturam et
sed solum eamdem secundum rationem, id entitatero quam in re habet; et idem est~
est se-cundum quamdam convenientiam et servata proporcione, in accidente. Quocirca: de solum potest concludi rationem illam Eadem enim paternitas in se simplicissima
si~ilitudinem, quam potest ratio per maduro in eodem sensu, non ex eodem substantia communem utr¡que per intellectus praeci- in sua entitate relativa dístinguitur realiter
unius praecise concipere; et ad hoc satis est est ens ex quo accidens, neque e converso, -sionem distingui a propriis eorum. a filiatione, et convenit curo illa in com-
quod huiusmodi ratio, quae hoc rno?o ut nam accidens est ens per entitatem acd- 16. Quomodo possit eadem entitas per muni ratione relationis seu personalitatis;
communis concipitur, secundum ratmnem dentalem et in ordine ad substantiam; sub- eamdem simplicissimam rationem convenire estque similis quasi generice, et dissimilis
distincta sit a proprüs rationibus substan- stantia vero est ens per entitatem substan- -et differre.- Ad quartum, quibusdam videtur quasi specifice, quamvis in ea hi gradus seu
tiae et accidentis. Quod enim est proprium tialem et in se absolutam ab ordine seu impossibile ut idem secundum rem absque conceptus ex natura rei non distinguantur.
rei infinitae, solum est ut eadem numero habitudlne ad subiectum, neque hoc modo ulla distinctione ex natura rei, quam in se In creaturis, quantitas et qualitas (ut est
res sit comrnunicabilis multis rebus realiter (in eodem sen su loquendo) accidens et sub- habeat, possit esse principium seu funda- probabile) univoce conveniunt in ratione
distinctis, per identitatem perfect~m cum stantia sunt unum in ratione entis, prout in mentum convenientiae et distinctionis ab accidentis, et tamen in unaquaque earum
omnibus et singulis earum, quamv1s earum re ipsa constituuntur. Secundo dicitur, si alio, propter argumentum factum. Alii vero ratio accidentis non distinguitur ex natura
quaelibet incomrnunicabilis sit. Quod vera non loquamux secundum rem, sed secun- putant hoc quidem repugnare in convenien- rei a propria, ut infra latius dicetur; et
eadem res, quae in se est realiter simplex, dum rationem · sic substan- tia univoca, non vero in analoga, quod nobis idem existimo esse de omnibus speciebus
id est non- composita--e)'S;---gradibus___ ~ __ natura tiam non ex eodem esse esset. Ego vero existimo etiam in respectu suorum individuorum, ut suo loco
rei ctistinctis, sit realiter incommunicabilis quo est ens, ex eodem (inquam) ·Convenientia univoca id non repugnare, ut dicetur. Ratio vera est, quia si distinctio et
alteri, cum qua habet aliqua~ similitu,di;nem rationem · ex hoc vero sensu solum potest patet exemplis, tum ¡n divinis, tum in crea- convenientia sint diversorum ordlnum, non
et convenientiam, ratione cmus concrp1atur concludi 'ratioriem entis et substantiae di- tis. Nam Pater et Filius univoce conveniunt repugnat in eodem fundari; sic enim una
in eis aliqua ratio communis utrique, hoc stinguí ratione in ipsa substantia, et rationem k ratione personae; quis enim negabit ibi non involvit negationem alterius, immo
non excecüt perfectionem rei finitae; imroo similiter entis et acddentis in accidente. al-iquam unitatem et convenientiam, aut quodammodo illam requirit. Ita vero est in
in qualibet re quantumvis imperfecta ali- Atque eodem modo substantia et a~ci~et;s affirmabit illam esse analogam, cum in ra- praesenti; nam distinctio est realis, conve-
quid huiusmodi reperiri potest. solum dici possunt ex eodem consntm m tione personae tam perfecta sit una sicut nientia autem secundum rationem tantum,
15. Ad tertium.- Ad tertium responde- ratione entis, eo modo quo in illo conceptu alia? Et tamen in singulis personis nulla et ideo non repugnat ut duo simplicia, quae
tur primo substantiam in re ipsa ex eodem lUlUIU sunt, scilicet secundum rationem. Un- fingi potest ex natura rei distinctio ínter secundum rem sunt realiter primo diversa,
distinctionis et convenientiae fundamentum. secundum rationem habeant unitatem funda-
414
alguna unidad, fundada en la semejanza o conveniencia real que tienen entre sí.
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Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-.Seccíón IV 415

En efecto, las cosas que en la realidad son distintas, pueder: ser semejantes en
SECCION IV
lo mismo en que se distinguen. Más aún: la semejanza postula mtrínsecamente dis-
tinción real con cierta unidad de razón, es decir, formal o fundamental, pues una EN QUÉ CONSISTE LA RAZÓN DE SER EN CUANTO SER Y CÓMO CONVIENE
misma cosa propiamente no es semejante a sí misma. El hecho de que esta con- A LOS ENTES INFERIORES
veniencia o semejanza sea imperfecta, como en el caso de la analogía del ser y
otros parecidos, hace que se comprenda más fácilmente cómo pueden las cosas, l. Qué entiende Avicena por el nombre de ente.- Habiendo afirmado que
por más que sean primariamente diversas, tener, no obstante, entre si una seme- el ente e.xpresa un solo concepto objetivo, es preciso explicar con brevedad en
janza imperfecta, porque no se las llama primariamente diversas porque carezcan q~é ~?ns1ste s~ ra~~n formal o esencial, al menos mediante una especie de des-·
de toda semejanza entre sí, ya que esto no es preciso que suceda en las cosas o cr1pc10n o, ~xphcacwn. de las p~abras, pues tr~tándose de una razón simplicísima
razones reales, sino porque se distinguen primeramente por si mismas, y con y abstractlstma, propmmente no puede definirse. La opinión de Avicena, que
esta distinción es compatible la semejanza imperfecta de que acabamos de hablar. transmiten el Comentador y Santo Tomá~, IV Metaph., com. 3, y libro X Metaph.,
coro. 8, es que el ser s1gruficaba un accidente común a todas las cosas existentes
De esto tenemos un ejemplo en Dios, en el cual 'no se puede excogitar ninguna
es decir, la existencia misma que afirmó sobrevenía como un accidente a la~
distinción real de grados; de donde su simplicísima naturaleza es por si misma
cosas, ~orc¡ue ~? les puede donar o privarlas de ella. Esta opinión está fundada
completamente distinta de la naturaleza creada, y, no obstante, es, al mismo tiem~ ~ la s1grufic~c10n de la palabra ente, que se deriva del verbo ser y es su partici-
po, principio de cierta conveniencia análoga y relativa con ésta; por consiguiente,. pm; ~h?ra bien: el ver~o. ser, tomado absolutamente, significa el acto de ser o
estos dos hechos no están en contradicción. d~ eXIstir, pues ser y eXIs~r, según consta por el uso común y el significado de
17. De lo dicho se desprende con claridad la respuesta a la última confirma- dichas palabras, son lo m1smn; en consecuencia, ente significa adecuadamente
ción. En efecto, ya se dijo que la razón de sustancia y de ser en la sustancia son lo que esj po.r eso en Aristóteles, libro 1 de la Física, texto 17, y con frecuencia
ciertamente idénticas en absoluto en la realidad, pero difieren racionalmente; y en otros pa~aJ.es, en vez de ente se pone lo que es, es decir, lo que tiene el acto
que bajo el primer aspecto tienen en la sustancia la misma razón esencial, aunque ~e s.er o eXIstir, de suerte que es lo mismo ente que existente; por lo tanto, ente
racionalmente distinta, y lo mismo pasa a propósito de la razón de &er y acciden~ stgnifica form~almente el ser o existencia, que cae fuera de la esencia de las cosas.
te, tal como se halla en éste; por el contrario, del accidente y la sustancia com- 2. Ex~nando So.to esta opinión sin citar a Avicena, en el c. IV Antepraedic.,
parados entre si se afirma que en la razón de ser tienen una razón esencial idén- q. 1, al fin dice, en pnmer. bgar, que ente es siempre el participio del verbo ser,
tica sólo mentalmente, no realmente, y en todas las ilaciones hechas en dicha con- como existente lo es de extstzr, y que formalmente significa la existencia mientras
firmación se incurre en equivocidad, pur no discriminar las diversas razones y mo- q_ue .materialmente, lo que tkne la existencia; mas explica luego que enfe no sólo
st~ca lo que es actualmente, por ejemplo, existente, sino lo que es actual o po-
dos de conveniencia y distinción. tencialmente, puesto que de un hombre no existente se predica con verdad que es
natura per se ipsam est prorsus dístincta: ser, como que es animal o sustancia, y, no obstante, concluye que el ser no se
tam in reali similitudine vel convenientia,
quam ínter se habent. Ea enim quae in re a natura creata, et tamen simul est princi- dice quiditativamente de las cosas, sobre todo de las creadas, porque dice· rela-
diversa sunt, in eo ipso in quo distinguun~ pium alicuius convenientiae analogae et se-
tur, possunt esse similia: quin pocius simi~ cundum quid curo eadem; haec ergo duo SECTIO IV nificat actum essendí seu existendí · es-
non repugnant. se enim et existere ídem sunt, ut ex' com-
litudo intrinsece postulat distinctionem se~
17. Ad ultimam confirmationem, re· IN QUO CONSISTAT RATIO ENTIS IN QUANTUM muní usu et significatione horum verborum
cundum rero cum aliqua unitate rationis, ENS, ET QUOMODO INFERIORIBUS ENTIBUS constat; signifícat ergo adaequate ens id
seu formali, aut fundamentali, nam idern sponsio patet e;¡¡; dictis. Iam enim dictum est
rationem substantiae et entis in substancia
CONVENIAT quod est; unde apud Aristotelem, lib. I
proprie non est sibi ipsi simíli. Quod si Phys., text. 17, et saepe alibi, Joco entis
haec convenientia vel similitudo sit imper- esse quidem eamdem omnino secundum l. Quid entis nomine intelligat Avicen- ponitur id quod est, id est, quod habet
fecta, qualis est in analogía entis et simili- rem, differre tamen ratione et priori con~ ·na.- Cum dictum sit ens dlcere unum con- actum essendl seu existendi, ut ídem sit ens,
bus, facílius intelligitur quomodo possint sideratione habere in substancia eamdem ceptum obieccivum, oportet in quo eius quod exístens; dicit ergo ens de formali
res ínter se, quantumvis primo diversae, rationem essentialem, ratíone tamen diver~ formalis seu essentialis ratio consista! bre~ esse seu existentiam quae est extra rerum
habere nihilominus aliquam imperfectam sam, et ídem est de ratione entis et ac- V~ter declarare, saltem per descriptionem quidditatem.
convenientiam; non enim dicuntur primo cidentis prout in accidente reperíuntur; e ahquam aut tenninorum explicationem · 2. Hanc opinionem attingens Soto, ta-
diversae; quia-----nu!lo---modo inter se_ símiles contrario vero accidens et substancia ínter -;~irn,pli.cciumssi'nail,.la
,
ratio sit abstractissimae~
· definiri non potest.
cita nomine Avicennae, c. 4 Antepraed.,
q. 1, in fine, prius dlcit ens semper esse
sint, hoc enim in nullis rebus vel rationibus se comparata, dic1;1ntur habere in ratione
entis essentialem rationem eamdem secun- ergo quam referunt participium verbi sum, sicut exístens, verbi
realibus reperiri necesse est, sed quia se Commen. et D. Thomas, IV Metaph., existo, et de formali significare esse, de
ipsis primo distinguuntur; cum qua di~ dum rationem tantum, non secundum rem,
et in omnibus illationibus in ea confirma- 7.om_.. 3, et lib. X Metaph., coro. 8, ens · materíali vero, quod habet esse; postea
stinctione stat praedicta imperfecta conve- s1gnif1care accidens quoddam commune re- vero declarat ens non solum significare
niencia. Cuius reí exemplum est in Deo, in tiene factis commitdtur aequivocatio, non bus omnibus existentíbus, nimirum ipsum quod actu est, sícut existens, sed quod est
quo nulla distinctio graduum ex natura rei dlstinguendo diversas rationes et modos e.sse quod rebus accidere dixit, cum eís pos~ actu vel potentia, quia de homine non exis-
excogitari potest; un de illa simplic~ssima convenientiae et distinctionis. stt c~mfe~ri ~~ auferri. Quae opinio fundata tente vere dicitur esse ens, sicut esse animal
_es~ m s1gruflcatione vocís ens; derivatur vel substantiam, et nihilominus concludit
erum :a verbo sum, estque participium eius; ens non dici quidditative de rebus prae-
verbum autem sum, absolute dictum, sig~ sertim · creatis, quia dicit habitudinem ad
416 Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-Sección IV:_ _ _ _ _ _ _ _ __ 417
ción a la existencia la cual cae fuera de la esencia de la criatura. En esto precisa- .ne. que a~!tirse., neces~riamente por los autores arriba citados, puesto que la
mente constituye la' diferencia entre ser y casa, porque cosa se pre dica. quiditativa- pnmera s1gmficacwn esta fundada en la propiedad y rigor del verbo ser el cual
mente porque significa la quididad verdadera y en ab~oluto . d~te~rmnada y sin tomado en absoluto, significa el ser actual o existencia; por esto mismo dicen taro~
referencia a la existencia; el ser, en cambm, no se predica qmdttattvamente, por- bién los dialécticos que en la proposición de segundo adyacente el ~erbo es no
que no significa la quididad sin más, sino bajo razón de existir o en cuanto puede puede nunca desvincularse del tiempo. Lo mismo se desprende' del uso común
poseer la existencia. Y ésta creyó que había sido la razón de q71e Aristóteles porque si alguien dice: Adán es, significa que éste existe. Pues este verbo ha~
dijese en el libro VIII de la Metafísica, te~to 16, que el ente no ~e mcluye en las blando en. rigor, tien: ~plicadn en si su propio participio, en el que pued~ re-
definiciones de las cosas. Toda esta doctrma parece que la tomo Soto de Caye- solver~e d1cha pr~posicion. Mas a su vez, consta también por el uso común que
tano en el opúsculo In De ente et essentia, c. 4, inmediatamente antes de la -entej mcluso tomandolo corno el ente real -en este sentido hablamos ahora-
cuestión 6, donde, amén de otras cosas, dice que a Avicena sólo hay que repro- no sólo se atribuye a las cosas existentes, sino también a las naturalezas reales con~
charle llamar al ente predicado accidental, porque propiamente la existencia no sideradas en sí mismas, existan o no: es el sentido en que la metafísica considera
es un accidente, sinu un acto sustancial; pero no hay que censurarlo por negar al ente, el cu~l ~e. es~: modo se divide en diez predicamentos. Ahora bien: e1
que el ente sea un predicado esencial y quiditativo-, porque esto es verdad, puesto :nte,, en ~st~ sigt~l!Jcaclo~, no co~se~va el valor del participio, porque el participio
que la existencia cae fuera de la esencia, y cita a Santo Tomás, Quodl. U, a. 3} Implica sigmficacwn de tlempo, s1gruficando así el ejercicio actual de ser 0 existir.
el cual dice que el ente sólo se predica esencialmente de Dios, que es lo que ma- por esto, la palabra existent~ no puede jamás decirse de una cosa que no exist~
nifiesta también en I, q. 3, a. 4 y 5 y en I cont. Gent., c. 25 y 26. en acto, Y~ que conser~a stempre el valor de participio del verbo existir; en
3. El ente, participio y nombYe.~ Para explicar esto y eliminar la equivoci- .consecuencia, es necesariO que el ente en esta segunda significación se tome con
dad, tenemos que valernos de la distinción que suele usarse en el ente, rechazada v~l~r. _de nombr;. Por eso los autores arriba citados admiten efectivamente esta
antes sin motivo por Cayetano y Soto. Fonseca, en cambio, la acepta con razón d1v1s1on, por ~a~ que la rechacen en sus expresiones, porque lo mismo da decir
en el libro IV Metaph., c. 2, q. 3, sec. 2, y la da a entender con bastante claridad que el. ente s1gm~ca a veces una cosa que existe actualmente, y a veces sólo en
Santo Tomás en el Quodl. citado, aunque no con las mismas palabras. Así, pues, potencia, que decir que se toma a veces como participio y a veces como nombre
el ente, como se ha dicho, se toma a veces como participio del verbo ser, y en o, como ~1ce~1 otros, pa:ticipial y nominaln::ente .. En efecto, por lo mismo que ei
este sentido significa el acto de existir como c;::-r:cido, y es igual que existente en ente. ?o. stg~ufica la entidad actnal y la extstencm, ya no se toma con valor de
acto ; pero otras veces se toma como nombre que significa formalmente la part1c1pm, smo como nombre verbal. Por. eso, Santo Tomás, en el Quodl. citado,
esencia de la cosa que tiene o puede tener la existencia, pudiendo d,ecirse que despues de tratar del ente en cuanto se d1ce del ser actual, añade: mas es ve1·dad
significa la misma existencia, no como ejercida en acto, sino como potencial o qu.e .este nombre,. e~~e, en cuan.to significa una cosa a la que corresponde el
aptitudinal, del mismo modo que viviente, en cuanto es participio, significa el uso exzstzr, en tanto stgnzfzca la esencza de la cosa y se divide eh: los diez géneros.
actual de la vida, pero como nombre, significa sólo lo que posee una naturaleza Solución del problema
que puede ser principio de operaciones vitales. Es evidente que esta distinción tie-
. 4. Significación del ent~ como pcrrticipio.- Supuesta, pues, esta significa-
CIÓn de la palabra, res~lta fáctl resolver la cuestión entendida en general. En efec-
esse, quod est extra essentiam creaturae. Et significat I, q. 3, a. 4 et S, et 1 cont. to, hay que afirmar pnmeramente que, considerado el ente en acto, como signifi-
in hoc constituit differentiam inter ens et Gent., c. 25 et 26.
res, quod res quidditative praedicatur, quía 3. Ens et pa1'ticipium, et nomen,_, Ad haec distinctio necessario a praedictis auc- exist~t, c¡:uia semper retinet vim participü
significat quidditatem veram et ratam ah- explicandarn hanc rem et tollendam ae- t~r~bu~ admittenda si~, patet, nam prior sig- verb1 extsto; ergo necesse est ens in hac
salute, et sine ordine ad esse; ens autem quivocationem, utendum nobis est usitata ruftc~tro fundata est m proprietate et rigore posteriori significatione sumi in vi nominis.
non praedicatur quidditative, quía non sig- distinctione entis, quam Caietan. et Soto verb1 sum, quod absolute dictum actuale Unde pracdicti auctores re ipsa admittunt
nificat absolute quidditatem, sed sub ratio- supra sine causa reiiciunt. Fonseca vero esse seu existentiam significat; unde etiam hanc partitioncm, quamvis verbis contem-
ne essendi, seu quatenus potest habere es- merito eam arnplectitur, IV Metaph., c. 2, dialectici dicunt in propositione de secun- nant, nam perinde est dicere ens interdum
se; et hac ratione existimavit dictum ab q. 3, sect. 2, eamque satis insinuat D. Tho- do adiacente verbum est nunguam absolvi signifi~are rem actu existentem, interdum
Aristotele, VIII Metaph., text. 16, ens non mas, dict. Quodl., licet non eisdem ver- a tempore. Et patet etiam ex communi usu potentta tantum, quod dicere interdum su-
poni in definitionibus rerum. Quam totam bis. Ens ergo, ut dictum est, interdum su~ nam si . quis dicat Adam est, significat ip~ mi ut participium, aliquando vera ut no-
doctrinam videtur sumpsisse Soto e:x; Caiet., mitur ut participium verbi sum, et ut sic sum exrstere. Habet autem hoc verbum in men, seu ut alii loquuntur, participialiter
opusculo De Ente et esentia, c. 4, proxime significat actum essendi ut exercitum, est~ suum participi~m in ipso inclusum, et nominaliter. Quia hoc ipso quod ens
ante q. 6, ubj praeter alia dicit Avicennam que idem quod existens actu; interdum vero potest resolv1 praedicta propositio. non significat actualem entitatem et existen-
solum reprehendí, quia vocat ens praedica- swnitur ut nomen significans de formali ;;;;;,~~~,;:; ex communi usu ens, etiam tiam, iam non surnitur in vi participii, sed
tuiri accidentale-;--·protrrie erilm e·s·se non est essentiam eius rei quae habet vel potest- ·· ~- :m:
pro reali (ut nunc loquimur), ~amq';lam nomen verbale. Unde D. Thom.,
accidens, sed substantialis actus; non vero habere esse, et potest dici significare ip- tnbm rebus existentibus sed m dtcto Quodl., postquam tractavit de
esse reprehensione dignum, eo quod neget sum esse, non ut exercitum actu, sed in . naturis realibus secundum se ~onsi­ ente, prout dicitur ab actuali esse, subdit:
ens esse praedicatum . essentiale seu quid- potentia vel aptitudine, sicut vivens, ut est deratis, si ve existant, sive non· quomodo Sed verum est quod hoc nomen ens secun-
ditativum; hoc enim verum est, cum esse participium 1, significat actualem usum .- metaphysica considerat ens, et 'hoc modo dum quod importa! rem cui competit huius-
sit extra quidditatem, chatque Div. Tho- vitae, ut vero est nomen significat solum .m decem praedicamenta dividitur. Sed modi esse, sic significat essentiam rei et
mam, Quodl. U, a. 3, dicentem ens de id quod habet naturam quae potest esse m hac significatione non retinet vim par- dividitur per decem genera. '
solo Deo praedicari essentialiter, quod etiam vitalis operationis principium. Quod autem . qt?a .P.articipium consignificat tempus,
stgniftcat actuale exercitium essen- Quaestionis resolutio
1 Creemos que la palabra principium, que sustituye a participíum en algunas edici<>- existendi, et ideo haec vox, existens 4. Ens participiwm quid importet.- Hac:
(ntmq¡u.,m dici potest de re quae actu non ergo supposita vocis signíficatione, faci-
nes, carece de sentido (N. de los EE.)
Disputación segunda.-..Sección IV 419
418_·- - - - - - -
cado de dicha palabra tomada con valor de participio, su razón consiste en ser Intimo de todas las acciones y propiedades que le convienen; y bajo este concep-
algo que existe en acto, o que posee el acto real de existir, o que tiene realidad to, se le llama naturaleza de cada cosa, según se desprende de Aristóteles en 1
actual distinta de la potencial, la cual es nada actualmente. Todo esto, cir-· libro V de la .Metafísica, texto 5, y lo hace notar Santo Tomás en el c. 1 del ;e
cunsc;ito a la explicación de un concepto simplicísimo, sólo puede probarse por ente et essenlta, Y en el Quodl. 1, a. 4, y en otras muchas partes. En cambio, de
el modo común de concebir y por la significación de la palabra que hemos expli- acuerdo con el se~d~ modo, decimos que la esencia de una aJsa es lo que se
cado. Y, finahnente, porque puede deducirse de lo dicho en las secciones anterio- expresa por la ~~firuc10n, comn dice ~ambién San~o Tomás en dicho opúsculo
res que el ente, bajo esta razón, puede tener un concepto form~ y objetivo uno, De ente et essent~a, c. 2, Y en este ~entido suele decirse también que la esencia de
común a todos los entes existentes actualmente, por ser semeJantes entre si, y una cosa es lo pnmero que se concibe de ella; digo primero, no en orden de ori-
convenir en la existenCia actual y en la entidad; también se deduce que dicho gen (ya qu_e de esta suerte la ~oncepción de las cosas suele más bien comenzar por
concepto puede significarse con esta palabra; por consiguiente, la razón de ente lo qu~ est~ fue~a .de su esenc1a), smo más propiamente en orden de eXcelencia y
asi entendido y de su concepto no puede consistir en otra cosa, ni explicarse de de pr~acm O~Jeti~a, porque es de e~encia d.e una cosa lo que concebimos que
otro modo alguno. le conv1ene pnmanamente y se constituye prnnariamente en el ser intrínseco de
5. En segundo lugar, digo: si el ente se considera como significado de dicha la cosa o de tal cosa, y .e,n este sentido recibe también la esencia, en relación con
palabra tomada con valor de nombre, su razón consiste en ser algo que. ti~ne esen- nuestro modo de expres1~~'
pondemos
:1 nombre de quididad, por ser aquello con que res-
cia real, es decir, no ficticia ni quimérica, sino verdadera y apta para eXIstir real- 1 a ·la pregunta que . es una cosa". Y., finalmente , se llama esencza, · por-
mente. La prueba de esta conclusión es proporcionalmente idéntica a la de la pre- que es o pnmero que se p1ensa 9.ue hay en una cosa por el acto de ser. Podemos,
cedente, porque este concepto simple no puede entenderse o explicarse de otro pues, de todos estos modos explicar la razón de la esencia.
modo. 7. E~, qué consiste l9.ue) una esencia sea real, podemos explicarlo mediante
Naturaleza de la esencia real una negac10n ~ una afirmación. Seg~n. el primer modo, esencia real decimos que
es. la que en s1 ~o envuelve contradrcctón alguna, ni es mera ficción del entendi-
6. Esencia del ente cama nombre.~ Sólo nos faltaba exponer qué es la esen-
m.le~to. ~n. camb10, de acuerdo con .el .se.gundo modo, puede explicarse: primero,
cia real o en qué consiste su razón, pues siendo la esencia aquello por lo que a posterzort; por el hecho de se.r ·prmc1p10 o raiz de operaciones 0 efectos reales,.
llamamos o denominamos ser a una cosa, como dice Santo Tomás en el c. 2. -del sea en el ge-';1-ero de la. caus~ efic1ente, de la formal o de la material; efectivamente,
De ente et essentia, cosa que se cumple especialmente con el ser tomado en esta en e~te sentido no eXIste nmguna ese?cia real que no pueda tener algún efecto 0
acepción, no puede, en consecuencia, explicarse debi9-ament~ en qué consiste la prop1edad real. Segundo, puede exphcarse a priori. por la causa extrínseca (aun-
razón de ente real sin comprender en qué consist12.. flll 4$Ht''fha real. Dos puntos que esto .no sea ~erdad de la esencia en ·absoluto, smo de la esencia creada), y en
cabe tratar aquí, indicados concretamente por las dos palabras: primero, en qué este se.ntido, dec1:no~ que es reql la esencia que puede s·er producida realmente
consiste la razón de la esencia; segundo, en quk consiste el ser real. El primero por D10s Y constltmrse ~omo ser de. un ente actual. En cambio, esta razón de
no podemos explicarlo, si no es en relación con los· efectos o propiedades de la esencia n~ puede ~rop1amente explicarse mediante una causa intrinseca por
cosa, o en orden a nuestro modo de concebir y de hablar. De acuerdo con el pri- ser ella misma la pnmera causa o razón intrínseca del ser y la más simple, tal
mer modo, decimos que la esencia de una cosa es el principio primero y radical e
lis est quaestionis resolutio in communi sit habens essentiam realem, id est non fic~
tam nec chymaericam, sed veram et aptarn et radicale ac intimum principium omnium Ratio ergo essentiae bis modis potest a no-
sumpta. Dicendum est enim primo, sumpto a:tionum ac proprietatum quae rei conve~
ad realiter existendum. Probatio huius con- bis declarad. ,
ente in actu, prout est significatum illius ruunt, et sub hac ratione dicitur rwtum
vocis in vi participü sumptae, rationem eius clusionis eadem proportionaliter est quae- 7. Quid autem sit essentiam esse realem,.
praecedentis, quia hic simplex conceptus· uniuscuiusque ·rei, ut constat ex Aristot., possumus aut per negationem aut per af~
consistere in hoc, quod sit aliquid actu V Metaph., text. 5; et notat D. Thomas,
existens, seu habens realcm actum essendi, non potest alio modo intelligi aut explicari.. firmationem exponere. Priori modo dicimus
De Ente et Essentia, c. 1, et Quodl. I~ essentiam realero esse quae in sese nul-
seu habens realitatem actualem, quae a po- Quid sit essentia -realis a: ~' et saepe alias. Secundo autem modo
tentiali distinguitur, quod est actu nihil. lam .involvit repugnantiam, neque est mere
6. Ens nomen quid.~Soluni restabat ~cunus esse.ntiam rei esse quae per defini-
Hoc totum, cum solum consistat .in decla- conf1cta per intellectum. Posteriori autem
exponendum quid sit essentia realis, vel in- tronem explicatur, ut dicit etiam D. Tho~
ratione simplicissimi conceptus, non potest mas, dicto opusculo De Ente et Essentia 1 modo exp¡icari potest, vel a_ posteriori per
aliter probad quarn ex communi modo con- qua ratio eius consistat; nam cum essentia hoc quod sit prindpium vel radix realium
sit secundum quam res dicitur seu denomi• c. 2, et sic etiam dici solet illud esse es-
cipiendi et ex significatione vocis a nobis operationum vel effectuum, sive sit in ·ge~
natur ens, ut Div. Thom. ait, De Ente et se.t;ttiam :ei quod primo concipitur de re;
explicatae. Ac denique, quia ex dictis· in pr~mo Cu:quam) non ordine originis (sic
nBre causae efficientis, sive formalis sive
praecedentibus sectionibus constare potest Essentia, c. 2, quod maxime verum est de materialis; sic enim nulla est essentia 'realis
ente in hac acceptione sumpto, ideo erum potms solemus conceptionem rei in~
ens ----·sub ----hac ---ratione _p.osse___ habere unum . ab bis quae sunt ext.t'a essenti:im quae non possit habere aliquem effectum
conceptum formalem et obiectivurn, com- potest satis explicad in qua consistat vel proprietatem realem. A priori vero pot~
entis realis, nisi intclligatur in qua cOllSÍf•tal re9, .sed ?rdi?e notabilitatis potius et pri~
munem omnibus entibus actu existentibus, mttatJ.s ob1ect1; nam id est de essentia rei est explicari per causam extrinsecam (quam-
essentia realis. Iñ qua duo peti possunt,
cum ínter se sLrnilia sint et conveniant in
quae illis duabus vocibus indicantur: pri~ q~od concipimus primo illi convenire e~ vis h~c non simplidter de essentia, sed de
actuali esse et entitate, constat etiam pos- pruno constitui intrinsece in esse rei vel essentm creata_ verum habeat), et sic dici-
se conceptum illum hac voce significad; mum, in qua consistat ratio essentiae; se-
talis reí, et boc modo etiam vocatur essen... mu~ essentiam esse realero, qua~, a Deo
ergo "entis sic sumpti et conceptus eius ratio cundum, in quo consistat quod realis
Primum non potest. a nobis exponi, tia quidditas in ordine ad locuciones nostras realiter produci potest, et constitUí in es...
non potest in alio consistere, nec potest
vel in ordine ad effectus vel passiones quia est id per quod respondemus ad quaes~ se entis actualis. Per intdnsecam autem cau..
aliter explicad. tlonem quid sit res. Ac denique appellatur sam non potest proprie haec ratio essentiae
5. Dico secundo: s~ ens sumatur prout vel in ordine ad nostrUm modum
es~entia, quia est id quod per actum essendi
est significatum huius vocis in vi nominis piendi et loquendi. Primo modo d:~::;, explicari, quia ipsa est prima causa vel ratio
essentiam rei esse id quod est p pruno esse intelligitui' in unaquaque re. intrinseca entis et s.\mpllcissima, ut hoc
sumptae, eius ratio consistit in hoc, quod
'' 420 Disput~~ones metafísicas E!!f"'lación segun_d_a_.-_S_e_c_cz_·o_·n--=clcV____________ 421
como se la concibe en este comumsimo concepto de esencia; por eso, sólo pode- respecto de estos dos ~embros es la misma que la razón de ente respecto de ser
mos decir que esencia real es la que de suyo es apta para ser o existir realmente. en ac~o Y ser en pote~c~a. o ~e :nte considerado nominal y participialmente; por-
l___ De todos estos modos podemos explicar la razdón comhún de e.nte; eLmpero una que, ~gu~l que el part~c1p10 stgrufica el ente en acto, de la misma manera el nom-
inteligencia más exacta del problema depende e mue as cuestmnes. a primera bre stgmfica el ente en potenci?.- Sin embargo, el consecuente parece falso en abso~
es qué clase de entidad es la de la esencia real cuando no existe actualmente. l~to, p~esto que hombr~, en v1:tud de una misma imposición, significa el hombre,
La segunda, en qué consiste la existencia actual y para qué se requiere en las bten eXIstente en acto, bten posible; es. más, el concepto simple de hombre que res-
cosas. La tercera, cómo se distingue la existencia de la esencia. Mas como estas ponde a esta palabra representa por Igual el hombre existente 0 el posible.
cuestiones son casi exclusivas del ente creado y requieren una prolija explica- lo tanto? en este caso no ·se da una significación equívoca; luego lo mismo' p~~~
ción, las desplazamos para la disp. VII, satisfechos por ahora con la descrip- proporcwnalmente con el ente tomado bajo aquella doble razón 0 si "ficación
ción que dimos del ente y de la esencia. y con el concepto que le corresponde. gm
9. Solución.- Ejemp!o oportuno para la comprensión de la solución.- Se
En qué convienen el ser en acto y el ser en potencia responde ~~e e_l ente, se~n esa doble acepción, no significa una doble razón de
8. Hay, empero, una duda a propósito de las dos conclusiones expuestas, ser que , d1v1da a una razon . o concepto común, sm·0 que si"gnifi ca un concepto de
que no puede soslayarse aquí, por más que se roce con la división del ente en ser ser mas o m:nos prec1so; en efecto, el ente', tomado con valor de nombre, signi-
en acto y ser en potencia; se trata de saber si la doble significación del ente fica
"rt
lo que t tiene esencia
¡ · , prescindiendo de la existenci·a actual,smexcmra
real, · 1 ·1
tomado nominal y participialmente es simplemente equívoca, o análoga, de tal cte amen e o negar a, smo solo abstrayendo de ella precisivamente. en cambi0
manera que no le corresponda ningún concepto- común a ambos miembros, o si, el ente,
· enal cuanto es · participio,
. . '
significa el ser mismo real, o sea, ' e1 que tiene
por el contrario, tiene un concepto común; porque si se afirma esto último, toda- esen.cm'd re p con e.XIstencm actual, dándole de este modo una si"gru"ficacwn · , mas ,
vía no hemos explicado suficientemente la razón comunísima de ser, pues hemos contra1
"d a. ·, or eso,·.al modo que animal ' al predicarse d 1 • ·
e genero mtsmo en su
explicado la razón de cada uno de los miembros, pero no la razón de ser, en cons1 eracwn prec1s1va , y .del bruto en cuanto es un ·animal determma · do, no di v1"de
cuanto es común y abstrae de ambos miembros. Resultará, además, muy difícil un c?ncepto ~omun a! arumal en cuanto tal y al animal concreto, sino que ex resa
la explicación de tal concepto y de su razón, e incluso de su nombre, porque no la' d
mxsrna
l razon
b' de ammal en cuanto -prescindida o contrai'da·, lo mtsmoseeee-
· d bp d
se expresa por el ente tomado nominal ni participialmente; ahora bien, no es ctr e ente aJo aquella doble acepción. Tenemos todavía un eJ"emplo ma"s ap ·
d 1 "d' .. , " . . ropm-
posible otro modo de significación que abstraiga de estos dos. Así, pues, si se afir- ? ~n a ts~osicton , ,en cuanto stgmfica una especie de cualidad distinta del
ma el primer significado, se sigue que no hay un concepto de ente común a Dios habxto Y un g.'!nero .comu~ a ambos; en efecto, no tiene otra significación común
y a las criaturas en cuanto posibles, sino sólo en cuanto existentes en acto, cosa con 1~ que exprese mmedtatamente otro concepto común al género y a la especie
que parece completamente falsa y contra el modo común de pensar y además (efec!'IVan;ente, esto e~ imposible, porque el género y la especie nada tienen de
contra todo lo que dijimos antes sobre el concepto comunísimo de ser. Se infiere ~mu~, s1 no es el. ~smo .concepto de género); significa, pues, el género mismo
también que hombre se predica equívocamente del verdadero hombre posible y ~~edi~tamente o significa mmediatamente alguna especie con el doble significado
del que existe en acto. La deducción es evidente, porque la razón de hombre e mJsmo modo, pues, el ente no significa un concepto común al ente considera~
communissimo conceptu essentiae concipi.. vel ita analoga ut nullus conceptus com.. rum ~e~brorum, quae est de ente respec-
munis utrique membro ei respondeat, an tiam realem praescindendo ab actuali exis-
tur; unde solum dicere possumus essen.. tu e?tls. m actu et m potentia seu de ente tentia, non quidem excludendo illam seu
tiam realero eam esse quae ex se apta est vero habeat aliquem conceptum commu- nomma~t7r. et pa~"tic.ipialiter sumpto; nam,
nem; nam si hoc posterius dicatur, non~ negando, sed praecisive tantum abstrahen-
esse, seu realiter existere. His ergo modis, Ut part1c1pmm s1gmficat ens in actu ita ?o; ens vera ut participium est, significat
potest a nobis communis ratio entis decla- duro est a nobis communissima ratio entis n?men ens in potentia. Consequens a~tem 1psum ens reale seu habens essentiam rea-
rari; magis autem exacta huius rei intel- satis explicara; declaravimus enim singulo- tr!detur plane falsum; nam hamo ex vi
ligentia pender ex pluribus quaestionibus. !em cum .existencia actuali, et ita significat
rum membrorum rationes, non autem ra- e~usdem im:positionis significar hominein¡ illud mag1s contractum. Unde, sicut animal
Prima est, qualis sit entitas essentiae realis, tionem entis, ut communis et abstrahentis s1ve act~ eXIstentem, sive possibilem; im~ dictum de ipso genere praecise sumpto et
quando actu non existir. Sectmda, quid sit ab utroque membro. Deinde difficillimus mo. et srmplex conceptus. hominis, qui illi de bruto quatenus tale animal est non
existentia actualis, et ad quid necessaria sit erit ad explicandum talis conceptus et ratio V~l respondet, aeque repraesentat hotn_jnem dividit aliquem conceptum commun;m ad
in rebus. Tertia, quomodo existentia di- eius, immo et nomen, quia nec significabitur ~~ste?-te~ ';el poss!bilem; non est ergo animal ut sic et tale animal, sed dicit eam-
stinguatur ab essentia. Sed quia hae quaes- per ens nominaliter sumptum nec participia- 1b~ stg~.iflca_oo aeqmvoca; idem ergo est
tiones propriae fere sunt entis creati, et dem rationem animalis ut praecisam vel
liter; non potest autem fingi alius modus ~oport10nahter de ente sub illa duplici ra- ut contractam, ita dicendum est de ente
prolixam requirunt disputationem ideo eas significandi abstrahens ab his duobus. Si tlone seu significatione sumpto et de con~
prolixam --requirunt-- disp-utationem,..-irleo e.,1s sub illa duplici acceptione. Magisque ac-
vera dicatur primum, sequitur non posse dari qui illi respondet. ' commodatum exemplum est in dispositio-
contenti pro nunc praedicta entis et es- 9. Resolutio.- Exemplum accommoda-
conceptum entis cornmunem Deo et creatu- ne, ut significar quamdam speciem qualita-
sentiae descriptione. tum ad resoltaionis intelligentiam.- Re- tis ab habitu distinctam et genus utrique
ris, ut possibilibus, sed tantum ut actu exis-
tentibus, quod videtur plane falsum et con- spo~detur ens secundum illam duplicem ac- com~une; non enim habet aliquam sigm-
Ens in actu et in potentia in qua conveniant
tra communem modum concipiendi, et contra ceptmnem non significare duplicem racio- ficatronem communem, qua immediate sig-
8. Una vera dubitatio circa duas con- ne~? -entis dividentem aliquam communem ~ificet alium conceptum communem gene-
clusiones positas hic praetermitti non pot- omnia supra dicta de communissimo con-
r~tl~n:m seu conceptum comrmmem, sed n et speciei (id enim impossibile est, quía
est, quamvis attingat divisionem entis in ceptu entis. Sequitur deinde hominem ae- Slgilificare conceptum entis magis vel mi~
quivoce dici de vera homine possibili, vel ~eneri et speciei nil est commune praeter
ens in actu et ens in poten tia; scilicet, nus praecisum: ens enim in vi noffiinis 1psum conceptum generis); significar ercro
an illa duplex significatio entis nominaliter. actu existente. Patet sequela, quia eadem
est ratio de homine respectu illorum duo-
sumptum significar id quod habet essen- vel immcdiate genus ipsum, vel immedia~e
et partidpialiter sumpti sit mere aequivoca,
1
' 422 ______________________Disputaciones metafísicas ~-lh~s~p~u~ta=a~·o='n=-=s~eg~u=n=d=a=.~~=e=c=a~o='n=·=l~V------~---------------------------~423
do nominal y participialmente, sino que posee una doble _si~cación inmediata, predicarse de Dios c~n verdad: en. cambio, el ser en potencia en modo alguno
mediante la cual significa o el ser que prescinde de la eJUstencm actual, o el ser puede afirmarse de Dms. Es mas, m de las criaturas existentes en cuanto tal
'dd esse
afirma C()ll _prop1e a _ , porque ya no existen en potencia, sino en acto, siendo, sin
que existe actualmente. Por lo !'ffito, aqu~lla doble signifi~ación o :s. equivoca
o se al:erca mucho a la equivoc1dad, en vutud de un sentido traslaticiO que se embargo, afirmado de ellas el ente, tanto con valor participial como con valor de
funda en c,ierta proporcionalidad. Parece, pues, que, e?. P.rimer lugar, el ente sig- nombre, puesto qu:, aunque tengan existencia actual, se afirma de ellas también
nificó una cosa que tiene ser real y actual, como part1c1p10 del verbo ser; de alli con verdad que tienen esencia real, prescindiendo, no negando, la existencia
se aplicó luego la palabra. para significar precisivam~t;~e lo que. tiene esen~ia real. actual.
Hay un ejemplo de lo m1smo en la palabra dispos1c10n; efectlvameme, s1 ha de . . }2. De doru:l7 s7 comprende, finalmente, que el ente, considerado con pre-
significar el género y la especie, tiene indudablemente una significadón equívoca, clston, en cuanto sigruficado c~n valor de nombre, puede dividirse con propiedad -~n
o a lo más análoga, en virtud de cierta proporcionalidad. .'Ser e~ acto Y en ser e~ potencm, y que ser en acto es lo mismo qt.ie ente significado
10. Así, pues, al ejemplo de la palabra hombre que se aducía en apoyo de por d1cha palabra cons1derada como participioJy que ambas cosas significan la razón
la opinión contraria, se responde negando la semejanza. Porque la palabra hombre d~ ser, ya .precisa, ya deterrmnada a la exiStencia actual, bien sea con determina-
no posee doble significación, una para significar el hombre precisiva,'llente y en CIÓn ~sencml, con;o es el caso de Dios, bien sea con determinación ajena a la
potencia, la otra para significar el hombre existente en cuanto tal, sino que tiene ese~~m, como se ¡uzga que es el caso de las criaturas, materia que luego se dis-
una solamente, con la que significa al hombre precisivamente, exista o no, signi- -cutlra; el. ser .en potenc1~ expresa también un ente real, en cuanto a la esencia
ficación que es proporcional o semejante a la que tiene el ente tomado sólo con re~, co?tracto y determmado no por algo positivo, sino por la privación de
valor de nombre. Mas la que tiene con valor de participio no se da en la palabra eXIstencia actual. . .Mas el ente. así contraído, o sea, en cuantoconcetoenta
b'd ¡
lwmbre, y no hay término alguno incomplejo y simple que signifique todo el est~do, no se s1gn1fica ~edu~nte la yoz ente, ni mediante cualquiera otra incom-
contenido de esta expresión compleja, hombre existente. Y si fingimos que la ple¡a que .Yo conozca, sm~ solo medmnte los términos compuestos ser posible, ser
palabra hombre se aplica para significar todo esto, tendrá automáticamente una en poten~wJ ,Y ot~os parecidos. Conviene mucho tener en cuenta todo esto, porque
doble significación equivoca, la que afirmamos existir en el nombre de ente. de estas s1gmficac10nes de las palabras depende en gran parte la concepción d d _
11. Se entiende, además, que el ente, tomado con valor de nombre, no ra de las cosas, Y. ·~p~yándose también en gran parte en ellas quedó expue:~~ i~c~­
significa el ser en potencia, en cuanto opuesto privativa o negativa_mente al ser en dentalmente la d1vts1on del ente en ser en acto y en ser en potencia, que lue 0
acto, sino que significa solamente el ser en cuanto expresa precisivamente la esen- trataremos de nuevo ex professo. g
cia real, lo cual es bastante distinto; en efecto, así como la abstmcción precisiva
es distinta de la negativa, del mismo modo el ente considerado nominalmente, ¿Es el ser un predicado esencial?
aunque signifique precisivamente el ser que tiene esencia real, no añade empero . · 13. Se infiere de aquí ocasionalmente que la razón comunísima de ente, sig-,
una negación, a saber, la de carecer de existencia actual, que es la negación o ~c~da. por esta palabra ~onsi~erada con valor de nombre, es esencial y se predica
privación que añade ser en potencia. Lo cual se. evidencia también por el hecho qmditatlvam:nt~ de sus infenore~, por más que ente, en cuanto dice existencia
de que el ente. con valor de nombre es común a Dios y a las criaturas, pudiendo actual Y ~e s1gmfica por el participio del verbo ser, no sea en absoluto un predica-
do esenc1al, excepto en el caso de Dios. Esta segunda parte, por ¡0 que a Dios
'Speciem quamdam duplici significatione. sic, sed unicam tantum, qua significat ho-
Ita ergo ens non significat conceptum ali~ minem praecise, sive existat sive non; quae
significarlo est proportionalis vel similis sumptum commune est Deo et creaturis cm;tractu~ et determinatum non per ali-
quem communem enti nominaliter et partí~
cipialiter sumpto, sed immediate habet du~ illi quam habet ens solurn in vi nominis ~t de De? affirmarl vere potest; ens autem' QUld posttJ.vum, sed per privationem actua-
sumptum. Alia vero, quam habet in vi par- m pote?ua nullo modo potest praedicari de lis existentiae. Ens autem sic contractllnlt
_plicem signi:ficationem, qua significat vel
tic\pii, non reperitur in hac voce homo, ne- Deo; nnmo nec de creaturis existentibus 1. !!~u prout in tali statu conceptum, non sig-
ens praescindendo ab actuali existentia vel Ut sic proprie dicitur, quía iam non sunt
ens actu existens. Quocirca illa duplex sig- que est ullus terminus incomplexus et sim- mficatur .per ~anc vocero ens, nec per ali-
nificarlo vel aequivoca est vel maxime ad plex, qui significet totum hoc quod hac ~ potem;Ia sed in actu; cum tamen de illis~. quam aham mcomplexam quae mihi nota
voce complexa significatur, homo existens. dtct posstt ~ns, !am ut participium quam ut ' stt, sed S?l~ per ~os termines complexos,
aequivocationem accedit secundum quam- nomen, qma, }lcet habeant actualem exis-
dam translationem fundm:am in aliqua pro- Quod si fingamus vocero hominis transferri ens posstbtle, ens m potentia et símiles·
ad totum hoc significandum, iam habebit tentiam, vere etiam de illis dicitur quod quae omnia sunt diligenter advertend;
portionalitate. Primo enim ens signi:ficasse
videtur rem habentem esse reale et actuale, dupijcem significationem aequivocam, quam habent essentiam realero, praescindendo et nam ex his vocum signi:ficationibus mul~
dicimus esse in nomine entis. non negando actualem existentiam. pend~t vera rerum conceptio, et ex bis mag-
tamquam participium verbi essendi; inde
vero translata est illa vox ad praecise signi- 11. Ex quo ulterius intelligitur ens . 12. Unde tandem intelligitur ;, ·ens prae- na etlam ex parte obiter exposita est divisio
ficandum id quod habet essentiam realem. sumptum in vi nominis non significare ens ctse sumptum, ut in vi nominis significatur ~ntis in ens in actu, et ens in potentia, quam
Cuius simile etiam est in vece illa disposi- in potencia, quatenus privative vel negative dividí posse in ens in actu et en~ 1terum postea ex professo tractabirnus.
itO;---·nañi', --u(·--·srgruñcac·--genus- ·et- ·speciem, opponitur enti. in actu, sed significare so- po.ten.tia et ens in actu idem esse quod
lum ens ut praecise dicit essentiam realero, e.n~ ~.tgru:ficatutl)._ per hanc vocero in vi par- Ens an sit praedicatum essentiale
sine dubio habet aequivocam significatio-
quod valde cUversum est; sicut enim abs- t.tcipn sumptam~ atque ita illa duo signi- 13. A:tque hinc obiter colligitur ratio-
nem, vel ad summum analogam secundum
tractio praecisiva diversa est a negativa, ita ficar: rationem~entis vel praecisam vel de- nem ent1s communissimam, quae signlfica-
.quamdam proportionalitatem.
ens nominaliter sumptum, licet praecise di- ternunatam ad actualem existentiam sive tur per ea.r:t vocero in vi nominis sumptam,
10. Igitur ad exemplum de voce hamo~ haec determinatio essentialis sit ut ~st in
·quod in contrarium afferebatur, responde- cat ens habens essentiam realero, non vero esse essenttalem et praedicari quidditative
addit negationem, scilicet carendi existen- Deo, sive sit extra essentiam, ~t censetur de suis inferioribus, quamVis ens, ut actua-
tul' non esse simile; nam hamo non habet
tia actuali, quam negationem seu privatio- esse in creaturis, de qua re inferius dispu- lem. 9i~it existentiam et signi:ficatur per
duplicem significationem, unarr:t_ qua signi- tandum; ens autem in potentia dicit etiam
ficet hominem praecise vel in potentia, nem addit ens in potencia. Quod inde etiam p~rtlCipmm essendi, absolute non sit prae-
manifeste patet, nam en.s in vi nominis reale ens, quantum ad realem essentiam, dicatum essentiale, nisi in solo Deo. Haec
ali.am qua significet hominem existentem ut
Disputaciones metafís[cas
--
Disputación segunda.-Secció_n_I_V
_ _ _ _ _ __
424 --- 425
. . . naturales suele tratarse llJ_ego, en eh de la esencia, sino porque no expresa naturaleza alguna determinada, sino que
, ·
se refiere, es teo1ogica, y, segn'n Iiprmcipios
d ' /1 d' XI~
1 tomo I de la III parte, en a tsp. , lo trasciende íntimamente todo, ·lo cual es lo mismo que otros afirman del ser
libro XII, y yo la expuse con ~p ~:s ::p~aremos luego al tratar de, Dios. Ma en cuanto significado por la palabra cosa) el cual admite Soto más arriba que se
sec 1, y algunos puntos tam ten , función de lo que despuos se ha de predica quiditativamente, porque significa la quididad real de modo absoluto, pues
por. lo que a las criaturas se refiere,. esta .en la esencia en la criatura; podemos
decir sobre la distinción entre ~a, eXIstenc~a Jo
se uede afirmar en absoluto que
es lo mismo significar la quididad real que la esencia real, la cual significa el ser,
en cuanto prescinde de la existencia actual, ya que esencia y quididad se identifi-
ahora dar por supuesto que, dtstn:ga~se 1 crlatur! porque puede conferirs_ele o can en absoluto, diferenciándose sólo por la etimología de los nombres. Ahora
el existir no pertenece a la esencia e ~ conexi'o,'n con la esencia de la cnatura bien: ~esult~ incornprens~ble que una esencia· o quididad sea real sin relaciórii
t 'ndose en necesana ·
arrebatársele, n?. encon ra , b .o la cual es invariable y se afirma necesar~a- a la eXIstencia y a la entidad real actual; efectivamente, no tenemos otro modO
concebida precisivamente, razon .aJ tituye. en este sentido, pues, se dice de comprender como real nna esencia que no es actual, sino porque es de t,J
mente de cada cosa cuy_a. ~sencm cons e ~edica uiditativa o esencialmente naturaleza, que no le resulta contradictorio convertirse en entidad actual, condiJ\
que el ente tomado partlclptalmente no s p t de vfsta la opinión de Avicena,. ción que adquiere por la existencia actual; por lo tanto, aunque el e}l"jstir en acto
de las criaturas, siendo verdad desde ~ste pnnl oQuodl 11 ya citado, y en otros no sea ~e .esenda de la criatura, el orde~ a ,la existencia, no obstante, o la aptitudj
. . d d "te Santo Tomas en e · ' , .
arnba cita a, que a nu . . d Avicena ser censurado umcamente, o para eXIstir, pertenece a su concepto mtrmseco y esencial, y de este modo ell
lugares anteriormente referidos, pudiedndo ct'dente materia de que nos ocupa- ser es un predicado esencial. ¡
. 1 . t cia es un ver a ero ac ' . '6 d ¡
por ¡uzgar que a. exis en or haber omitido otra acepción y exphcaci n e 15. Con esta ocasión, incidentalmente, inferimos que si el ente se toma con
0
remos en su debido lugar, P . había que negar en absoluto que el valor de nombre, se identifica en absoluto con cosa, o sea, significan lo mismo,
ente, y haber pensado.' en cons;cuencm, qu~ la cual se divide en diez predic-a-
ente bajo una determm~da razon, respecto e con la única diferencia de la etimología de las palabras; efectivamente, se dice
mentos, pueda ser esencial a todos ~!los. d arte de la conclusión -que sin cosa atendiendo a la quididad, en cuanto es algo firme e invariable, es decir, no
14. Se prueba, por lo tanto, a ~e~un ra e;encia real conviene a todo ente ficticio, llamándosele por este motivo quididad real; en cambio, ente, en la sig-
razón parece negar Sot<>---', porque e ene 11 el ente bajo dicha acepción nificación arriba apuntada, expresa lo que tiene esencia real; significan, pues, en
real y le es esencial. en grad? s~~~; e~: d~ ~~te modo conviene a la criatura,
absoluto el mismo objeto o razón real. Este es el motivo de que Avicena, en el
es un predicad? esencial. Adema~~~ lo esta proposición: el hombre es ser, se tratado I de su Metafís., c. 6, por no haber distinguido esta doble significación
aunque no eXIsta, como por e¡ P · ne de un modo esencial y secun- del ser, lo haya dividido en ser y cosa; porque sostuvo que el ser significaba
t rna. pero no 1e conv1e . formalmente la existenda actual, y cosa, en cambio, sólo la quididad o esencia
dice que posee verd ad e e ' ne nada anterior de que se denve
dario, como una propie~ad, puesto que r;o ~rf: es él el primer concepto de cual- real, como hizo notar Santo Tomás, In II, dist. 37, q. 1, a. l. Por consiguiente,
como si fuera una pr.opled~d,. porqut mas viene como predicado esencial quidita- asignandO" al ente la doble significación arriba expresada, una de ellas coincide
quier ente real; por constgu~~nte,fir e ,co;anto Tomás en el Quodl. referido, que con la significación del nombre cosa, o sea, la misma que conviene al ente tomado
tivo de la cosa. En este s~ntl o a mo di 'di'ndose 'en los diez géneros. y Aris- con valor de nombre. Y así dice Santo Tomás, en el citado Quodl. II, que la
el ente siguificaba la esencta de las ~osas t VId elas definiciones no por estar fuera palabra ente, en cuanto significa una cosa a la cual corresponde existir, significa'
tóteles afirmó que el ente no forma a par e e ' la esencia de la cosa, y se divide en los diez géneros. Creemos haber dado con
vel eo quod aliam acceptionem e~ exl?~ca­
posterior pars, quatenus. a~ peum sp~ctat tionem entis omiserit, et id~ stmpli.ctter cit determinatam naturam, sed intime trans--
theologica est, et ex pnnc~pns naturahb_us nis sumptum et rem idem omnino esse
negandum putaverit ens mb ahqua .~u~:me,_ cendit omnia, sicut alii dicunt de ente, ut seu significare, solumque differre in ety-
tractari solet i_nfra, lib. XII, _et ~am ~ate dts- sub qua in decem praedicame?t~ divtditur, significatur hac voce res, de quo Soto su-
. . tom I tertiae parus, m dtsp. XI, tnologia nominum; nam res dicitur a quid-
serm m · · ¡ d' esse posse essentiale omnibus Illis. . • pra concedit quidditative praedicari, quia di tate, quatenus est aliquid firmum et ra-
sect. 1, et aliquid attingemus m ra, tspu- 14 Probatur ergo altera conclusiOrus significat absolute quidditatem realero; idem
Q uantum vero spectat ad tum, id est, non fictum, qua ratione dicitur
tan do d e Deo · · · ¡ d d' pars . (quam immer~to Soto negare vi?etur): enim est significare quidditatem realem,
creaturas, pendet ex dicendls. t? ra e 1~ quidditas realis; ens vera in praedicta sig-
quia habere essenttam reale~ convemt .or. quod significare ~ssentiam realero, quam nificatione dicit id quod habet essentiam
stinctione e:¡,:istentiae ab essentm m creatu~a' ni enti reali estque illi maxtme essentl~ e' . significat ens, ut praescindit ab actuali exis-
nunc supponarous, sive distingua.ntur, stve realero: eamdem ergo omnino rem seu ra-
er o ens sub praedicta ratione est praedtca- , tentia, quia essentia et quidditas idem om- tionem realero important. Unde Avicenna,
non, absolute esse dicendum .exlstere n~~ nino est, solumque etymologia nominum
esse de essentia creaturae, qma potest 1 1
td:n essentiale. Praeterea, esse ens .hoc modo tract. l suae Metaph., c. 6, quía non di-
convenit creaturae, etiamsi non extstat, diversa. Quod vero essentia aut quid- stinxit iHam duplicem significationem entis,
dari et ab illa auferri, et ita non h~bet ne- realis sit, intelligi non potest sine or-
. connexionem cum essentm crea- modo haec propositio: hamo est ens, eam divisit ínter ens et rem; nam ens dixit
cessanam b atione tur esse aetemae veritatis; ~ed no~ COlm'n.~.t ad esse et realero entitatem actualem; de formali significare actualem existentiam,
tuxae-- p-raecise~---- concepta_, ___ y:~ . -f1.11 ~ r illi er se secundo, ut propnetas ahqu~, enim aliter concipimus essentiam all- rem vero solum quidditatem seu essentiam
nonp supponit .aUquid pri~s aill~u~std~ri:~;
est invariabilis et necessano dicttur de una- quam, quae actu non e;Kistit, esse realero
quaque re cuius est essentia; hac erg? . ra- realero, ut notavit D. Thomas, In 11, dist.
tamquam passto; nam po m~ nve- nisi quia talis est ut ei non repugnet esse 37, q. 1, a. l. Ergo attr.ibuendo enti illam
tione ens p-articipialiter sumptum d.tci_tur actualem, quod habet per actua-
non praedicari quidditative seu essentta~tt7r conceptus cuiusvis entis r;alis; ergo cciddi- duplicem significationem supra explicatam,
nit ut praedicatum essentmle et de q di t existentiam; quamvis ergo actu esse altera coincidit cum significatione nominis
de creaturis, et quoad hoc v~ra est op~m?
Avicennae supra recitata, eamque ~ct¡lt~t tate rei. Et hoc modo dixit D. ~om., . e e~ sit de essentia creaturae, tamen ordo res, scilicet, illa quae convenit enti in vi
Q dl ens significare essenuam ret vel aptitudo essendi est de intrin- nominis sumpti. Et ita Div. Thomas, in
D Thomas, dicto Quodl. 11, et .alhs octs
s~ ra citatis, solumque P?test .AVtcenna r~- diuod'
vt 1
.,per decem genera. Aristoteles autem
• • ·b s non
essentiall conceptu eius; atque hoc dict. Quodl. II, dicit nomen ens, secundum
dixit ens non poni in defimuon.t u ' di- ens- praedicatum est essentiale. quod importat rem cui competit esse, sig~
phendl vel eo quod eXlstentlam putavent Unde obiter colligo ens in vi nomi~
~!~e ve~m accidens, de quo infra suo loco, qui,a sit extra quidditatem, sed quta non nificare essentiam rel et dividi per decem
426 Disputaciones metafísicas ])isputación segunda.~Sección V 427
~--------------------------~ -----------------
esto cumplida respuesta a todcs los problemas suscitados a propósito de la primera a la que se toma de la fo;ma toda; por ejemplo, dice que si en el hombre hay una
sola alma _que sea en realidad ~egetativa, sensitiva y racional, hay que distinguir en
opinión. ~11~ los d1versos grados o, r~ahdades formales, y la diferencia que se toma de la
SECCION V ulnma reahd_ad _se llama .ultuna? no sólo porque constituye la especie última, sino
Sr LA RAZÓN DE ENTE TRASCIENDE A TODAS LAS RAZONES Y DIFERENCIAS DE LOS porque. por s1 mtsma se diferencia de las otras y no es resoluble en varios conceptos·
ENTES INFERIORES, DE TAL MODO QUE SR ENCUENTRE ÍNTIMA Y ESENCIALMENTE p~r~ s1 supon~m~s que el alma r~~ional, en cuanto tal, es una forma completa ;
INCLUIDA EN ELLOS di?tlllta por s: rmsma de la sens~uv~ y de todas las superiores, en este caso, lo
llllsroo qu~ d1cha forma es ser mtrmseca y quiditativamente del mismo m d
l. Los entes completos, e inclusa los incompletos resolubles en varios con- 13. diferenc1a tot?ada de ella es intrínseca y quiditativamente 'ser y su conce~t~
ceptos, participan de la razón de ser.- Este problema no ofrece dificultad en los no es, por lo rms~o, absolutamente simple, sino que puede resol~erse en el con-
entes completos o en aquellos que son concebidos por nuestro entendimiento a c~pto d~ ser Y. algun otro modo con que el concepto de ser se determina a1 ser de
modo de entes completos, como es el caso de los individuos, especies y géneros, dtcha d1ferene1a ;, por lo tanto, esta ~ferencia no será última, puesto que se distin-
directamente constituidos en algún predicamento, hasta los géneros supremos; gue de las demas cosas por algo diverso de sí misma.
en éstos, efectivamente, se divide el ser y de ellos se predica esencialmente, y, por 3. Fundamento de Escoto.- Aquí radica el primer y princi 1 f d
lo mismo, de todos los inferiores que bajo ellos se contienen. Además, no cabe E coto. f t d'f . pa un amento
de s · , en e1ec o, una 1 erencm no es .otra . ' como es ev1'dente,. por 1o tanto
dudar tampoco que el ente se incluye íntima y esencialmente no sólo en los seres o conviene
· 1 con as otras en el concepto
. qmdttativo de ser, o no,· Sl· no conviene
· '
completos y en sus conceptos, sino en cualesquiera entes parciales e incompletos, me uye, consecuentemente,. dtcho. concepto en su quididad y esenc1a, · que es'
rewlubles en varios conceptos reales, porque si son resolubles en varios conceptos 1o que se pret end e; ahora bten: st conviene con las demás en ese conc t
reales, deberán, por lo menos, resolverse en el concepto de ser, que es el más necesario·'que.
di· d se
1 diferencie por algo distinto·' por consiglll'ente, una d'f ep ?' es
1erencta se
universal de todos. Esto se probará a fortiori por lo que hemos de decir luego. stmg¡;rr~ e as otras por otra diferencia; en consecuencia, dicha diferencia no
2. Supuestas estas cosas, es opinión de Escoto, ln 1, dist. 3, q. 3, y dist. 8, ~m la. uluma, puesto 9ue se resuelve en otra ulterior, y entonces habrá ue se ·
q. 2, y In 11, dist. 3, q. 6, que el ente no se incluye en las diferencias últimas ni mvestlgando. ~e ~a nusma manera sobre esa otra diferencia, a ver si fncluy~
en los modos intrínsecos con que se determina a los diez primeros géneros, ni en ·1f~~;~~::r qm.dttat.tvo de ente en que conviene con las demás, y, de este modo 0
sus propios atributos convertibles con él, corno son uno, verdadero, bueno, de < al m~m~o o detenernos en una última diferencia que de tal manera' se
los que opina en otro lugar que son propiedades positivas y reales, como se ve por s1 rmsma de las demás cosas o conceptos, que ni siquiera convenga
In II, dist. 3, q. 1, en el argumento. Qué es lo que Escoto entiende por <liferen- con en el, concepto de ser, Y. no incluya, por lo tanto, intrínseca y quiditati-
cia última, es algo que no explicó con suficiente claridad; en efecto, no llama V'aiJ?-ente _la razon de ser, porque s1 la incluyera, convendría en ella con las demás.
última diferencia a la que constituye la especie última, puesto que dice allí expr<>- y s1, se d1~se e~ta conveniencia, precisaría otra diferencia por lá que (!e distinguies;
samente que racional, o la racionalidad, no es última diferencia, si es que el alma segun 1a octrma ~e Aristóteles; lib. '! ~e la Me'lafís., c. 9, y lib. X,
c. 5 de u~
racional es realmente distinta de la sensitiva. Llama, pues, diferencia última a la cosas que convienen entre s1 se distinguen por diferencias. Esta razón' es a~li-
que proviene de la última realidad de la forma y, en cambio, diferencia no última
ceptus reales, est etiam indubitatum in eis formae, dlfferentiam autem non ulti- P~!' ~e notum est; ergo vel convenir curo
genera. Et per haec satisfactum est ornnibus q~ae s~tur a: tota fonna; ut, si est
intime et essentialiter includl ens, quia, si a~us m conceptt; quidditativo entis, vel non;
quae circa prirnarn opinionern adducta sunt. sunt resolubilia in piures conceptus reales, m homrne una anima, quae realiter st non convemt, ergo non includit talem
ergo, ut mínimum, debent resolví in con~ sensitiva et rationalis in illa concep~um i~ sua quidditate et essentia,
SECTIO V ceptum entis, qui est universalissimus oro... .~:~fe~':'~~rc divcrsi gradus seu r~alitates quod mtendimus si autem convenit curo
nium. Itero a fortiori hoc constabit ex di- ,--~ et differentia quae ab ultima rea~ al~is ~n ill_o con.ceptu, necesse est quod per
UTRUM RATIO ENTIS TRANSCENDAT OMNES
cendis. sumitur dicitur ultima, non solum a~1qmd ahud differat; ergo una differentia
RATIONES ET DIFFERENTIAS INFERIORUM
2. His suppositis, est opinio Scoti, In 1, con.stituit ulti?:Jam speciern, sed quia ~tffere_t ab a~is per aliam differentiam; ergo
ENTIUM, ITA UT IN EIS INTIME ET
dist. 3, q. 3, et dist. 8, q. 2, et In 11, dist. 3, d1ffert ab aUts, ct non est resolubilis ~ll~ dtffe.rentt~ non erat ultima, quando-
ESSENTIALITER INCLUDATUR
q. 6, ens non includi in differentiis ultimis, conceptus; si autem fingamus ani- qmdem m aliam ulteriorem resolvitur et
l. Entia completa, immo et incompleta neque in modis intrinsecis, quibus ad prima . . ut sic esse integrarn et tu?c u~terius eodem modo inquirendum
decem genera determinatur, neque in suis dtstrnctam formam a sensitiva et ent de 1lla alia differentia, an includat con-
in plu,res conceptus resolubilia, rationem propriis passionibus, quae cum ipso con- orrrnilms .sur:erior¡bus, tune, sicut talis 'for~ C~J?tum qui~ditativum entis, in quo cum
entis participant.- Haec quaestio dlfficul-
tatern non habet in entibus completis, vel
vertuntur, ut sunt unum, verum, bonum, "iflfer<entia'mtrm~ece et quidditative ens, ita ~llis. c.m;vemat, atque ita, vel procedemus
.quae per ____ moduro ____GQmpletorum __ entium ab de quibus alibi ipse sentit esse positivas et """ ab lila sumpta est etiam intrinse- t~ rnftm.tum, .vel sistendum erit in aliqua
reales proprietates, ut patet In 11, dlst. 3, . . · .e~s, e t. ideo eius concep~ dtffcren~ta ultl?,lll, quae ita per se differat
intellectu concipiuntur, ut sunt omnia indi- q. 1, ad arg. Quid autem Scotus intelligat
vidua, spedes et genera, quae directe in al,i- est srmphctter srmplex, sed resolvi ab om~bus alas rebus vel conceptibus ut
per differentiam ultimam, obscure satis ab conceptum entis, et aUquem alium n~que m conceptu entis cum illis conve-
quo praedicamento constituuntur usque ad
eo explicatur; non enim vocat ultirnam dif- q~o ?eterminetur conceptus entis n~t,. et c~nsequenter intrinsece et quid~
summa genera; nam in haec dlviditur ens,
fere:titiam illam quae constituit ultimam talis differentiae, et ideo talis diffe- ~~t~ttve rat10nem entis non includat; nam,
et de illis essentialiter praeclicatur, et conse~
spedem, nam ibi expresse dicit rationale non es~ ultima, quandoquidem per st mcluderet, conveniret in ea cum aliis ·
quenter de omnibus aliis· inferioribus, quae
vel rationalitatem non esse d~fferentiam ul~ a se dtstinctum ab alüs differt. si autem conveniret, indigeret alia diffeÍ-en:
sub bis continentur. Deinde non solum de timam, s,i ánima rationalis est in re ipsa
completis entibus et conceptibus, sed de Scoti.- Et bine sumi~ tia? qua differret, iuxta doctrinam Aristo-
diversa a sensitiva. Igitur differentiam ulti- ac praecipuum fundamentum telis, V Metai?h., c. 9, et lib. X, c. S,
quibuscumque partialibus vel incompletis
mam appellat, quae sumitur ab ultima reali- una differentia non est alia, ut quod ea quae mter se conveniunt, differen-
entibus, quae resolubilia sunt in plures con~
_:4c:2cc8_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _Disputaciones metafísicas segunda.--sección V
;c:_"C---- _ _ _ _ _ _ _ _ 429
cable de la misma manera a los modos intrínsecos, mediante los cuales el ente se
contrae a los diez primeros géneros, porque al concebirse cada uno de dichos Refutación de la opinión de Escoto
géneros a modo de un ente completo, se da por cierto que incluyen quiditativa- 5. Impugnación de la explicación de Escoto de la diferencia última y no
mente la razón de ser, en la que convienen todos aquellos géneros; por lo tanto .-ú!timo.- Los tomistas atacan con razón esta opinión de Escoto, aunque algunos
es necesario que se distingan por algunos modos o diferencias : se sigue enton~ de ellos la apoyen a veces, corno haré notar luego. En primer lugar, la distinción
ces preguntando si también estos modos incluyen el ser; caso de no incluirlo entre diferencia última y no última, tal como la propone y explica Escoto, no sólo
tenemos lo que pretendíamos; mas si lo incluyen, hay que preguntar en qué s: supone un falso fundamento, sino que además es insuficiente. Lo primero es
evidente, porque en realidad- no existe diferencia alguna que se tome de la forma
diferencian de los otros y cómo se contrae el ente a ellos, y así, o habrá que pro-
ceder al infinito o detenerse en una diferencia o modo que no incluya el ser; física en su totalidad. En primer lugar, porque según la sentencia más verdadera,
por consiguiente, no militando razones mejores en pro de~ uno que del otro, habrá en el compuesto sustancial no hay más que una forma y, no obstante, todo compues-
que detenerse en aquel primer modo, mediante el cual el ente se contrae a sustan- to sustancial tiene cierta semejanza con los otros compuestos y con todas las sus-
cia, cantidad, etc. tancias creadas y, por consiguiente, de su forma, en cuanto tiene semejanza con
ellos, se deriva una diferencia que no es última; por lo tanto, no se toma diferen-
4. Segunda razón de Escoto.- La mejor confirmación de esto es la segunda cia alguna de la forma en su totalidad, sino que la última diferencia se toma de su
razón de Escoto, tomada de la proporción entre la composición metafísica y la último grado o realidad, como dice el mismo Escoto. Esta razón se aplica a las
ffsica; ambas, en efecto, resultan de potencia y acto, o sea, como dice Escoto, de sustancias compuestas, pero es más evidente en las simples, o sea, en las inmate-
determinable y determinante; ahora bien: la composición física se resuelve:, en riales creadas, que constan de género y diferencia, por no darse en ellas, física-
definitiva, en la última potencia determinable, que no debe incluir en su enti- mente hablando, más que una naturaleza simple, de la cual se toman las diferen-
dad nada de forma o acto determinante, y en la última forma o acto determinan- cias últimas y no últimas, según sus diversos grados o conceptos. El rpismo pro-
te, que no ha de incluir nada de potencia determinable; igualmente, por lo tanto, -Cedimiento sigue el argumento en las formas accidentales, porque de una sola e
en la composición metafísica todos los entes deben resolverse en los últimos con- idéntica Íorma objetiva, por ejemplo, la blancura, se toman la diferencia no última
ceptos, determinable y determinante, sin que uno incluya al otro o viceversa; de· color y la última de blancura. Además, aunque se concediese que en el com-
cualquier resolución de éstas, por parte de los conceptos determinables, se termina puesto sustancial existen varias formas, ninguna diferencia habría que se tomase
últimamente en el concepto de ser, en el que, en cuanto tal, no se incluye en acto -de una forma completa. Imaginemos que el alma racional en el hombre es distinta
de la sensitiva, etc., pues ni en este caso racional sería una diferencia tomada de
modo alguno o diferencia determinante; consecuentemente, debe corresponder
toda la forma. Se prueba, porque, según dicha forma, el hombre sería semejante
también por parte del concepto determinante algún modo o diferencia que no a los ángeles en la intelectualidad; luego de dicha forma se derivaría otra diferencia
incluya de manera alguna el concepto determinable de ser. Finalmente, respecto anterio.r; luego la diferencia de racionalidad, en cuanto es propia del hombre, no
de los atributos del ente, acumula Escoto multitud de razones que dejo a un lado se den va tampoco en este caso de la forma completa, sino de _su último grado;
ahora, porque de estos atributos hablamos ex professo en la disp. siguiente. mejor dicho, entre esta forma y las otras hay necesaria conveniencia, o en la razón
común de forma sustancial, o en la razón de alma y principio de vida respecto de
tiis d.ifferunt. Atque haec ratio eodem modo potentia et actu, seu (ut Scotus loquitur) Opinio Scoti confutatur immaterialibus. creatis, quae genere et dif-
applicari potest ad modos intrinsecos qui- ex detenninabili et determinante; sed in 5. Differentiae ultimae et non ultimae ferentia constant, quia in eis non est nisi
bus ens contrahítur ad prima decem genera; compositione physica resolutio ultima fit explicatio Scotica impugnatur.- Hanc opi- una simplex natura, physice loquendo, a
nam, cum unumquodque illorum generum ad ultimam potentiam determinabilem, quae nionem Scoti merito impugnant thomistae, qua sumuntur differentiae non ultimae et
condpiatur per modum entis completi, cer- in sua entitate nihiJ includat fonnae seu .quamvis nonnulli eorum interdum illi fa- ultimae secundum diversos gradus seu con-
tum est quidd.itative includere rationem en- actus determinantis, et ad ultimam formam veant, ut infra notaba. Et primo quidem ceptos eius. Et eodem modo procedit ratio
tis, in qua omnia illa genera conveniunt; seu actum determinantem, quae nihil indu.. illa distinctio d.ifferentiae ultimae et non in formis accidentalibus, nam ab una et
ergo oportet ut aliquibus modis seu dif- dat potentiae determinabilis; ergo similiter ultimae, ut ab Scoto proponitur et explica- eadem forma secundum rem, verbi gratia,
ferentiis differant; de illis ergo modis ul- in compositione metaphysica omnium en~ tur, et supponit falsum fundamentum et albed.ine, sumitur differentia non ultima
terius quaeritur an includant ens; nam, si tium resolutio facienda est in ultimas con- insufficiens est. Primum patet, quia revera coloris, et ultima albedinis. Deinde, etiam-
non includunt, hoc intendimus; si vero ceptus determinahilem et determinantem, nulla est differentia quae ex tota forma si daremus in composito substantiali esse
includunt, quaerendum est per quid dif- quorum unus alium non includat, nec e piures formas, nulla esset differentia sump-
ferant ab aliis et quomodo ad illos modos sumatur. Primo quidem, quía iu:xta
.converso; sed omnis haec resolutio ex parte veriorern sententiam in composito substan- ta a tota aliqua forma. Finge enim animam
contrahatur ens, et ita vel procedetur in conceptuum determinabilium fit ultimate rationalem in homine esse distinctam a
infinitum -- --vel----sistendum- erit·----in- .. aliqua dif- non est nisi una forma, et tamen om-
conceptum entis, in quo ut sic actu non sensitiva, etc., adhuc rationale non esset
feremia seu modo, qui, non includat ens ; cluditur aliquis modus seu d.ifferentia de- ne compositum substantiale habet aliquam differentia sumpta a tota forma. Probatur,
ergo, cum non sit maior ratio de uno quarn terminans; ergo etiam ex parte conceptus convenientiam curn aliis compositis et cum quia secundum illam fonnam horno habe-
de alio, sistendum erit in primo illo modo, deterrninantis debet correspondere aliquis 1Jmnibus substantiis creatis, et consequen- ret convenientiam cum angelis in intellec-
quo contrahitur ens ad substantiam, quanti- modus vel differentia, quae nullo modo tet ab illius forma, ut habet convenientiam tualitate; ergo ah illa forma sumeretur alia
tatem, etc. includat conceptum entis determinabilem. cum illis, sumitur aliqua differentia non d.ifferentia prior; ergo differentia rationali-
4. Secunda ratio Scoti.- Atque hoc ma- Denique de passionibus entis p)ures ratio- ultima; ergo nulla diffefentia surnitur a tota tatis, prout est propria hominis, adhuc in
xime confirmat secnnda ratio Scoti, sumpta nes multiplicat Scotus, quas nunc omitto, forma, sed ultima surnitur ab ultimo grad'u oo casu non sumeretur ex tota forma, sed
ex proporcione inter metaphysicam et phy- quia de iis passionibus dicendum est ex seu realitate eius, ut ipse Scotus loquitur. ex ultimo gradu eius; immo ínter eam for-
sicam compositionem; utraque enim fit ex professo d.isputatione sequenti. ~uae ratio procedit de substantiis composi- mam et alias necessario es~et convenientia,
tls, sed evidentior est in simplicibus seu vel in communi ratione formae substantia-
430 · Disputación segunda.-Sección V 431
las otras almas realmente distintas; por lo tanto, se podrían derivar de ellas porque dicha diferencia se toma .de un grado más perfecto de la misma forma;
rencias no últimas, según todas estas razones; no habría, por lo tanto, diferencia_ por ejemplo, sensible y racional, dando por verdadera la sentencia de la unidad
alguna que se tomase de la forma total; en efecto, por idénticas razones no puede del alma en el hombre, son diferencias de las cuales ninguna se toma de la
haber en las formas accidentales ninguna de la cual en su integridad se tome una forma total, y sensible se toma de ella según un grado superior y menos perfec-
única diferencia, según confiesa Escoto. to; sin embargo, porque, aun considerada según dicho grado preciso, es ser verda-
6. También las diferencias últimas.- Por todo esto, se puede además probar dero y real, por ello .dicha diferencia incluye el ser intrínseca y esencialmente, en
que la división de Escoto es insuficiente. En efecto, dejando a un lado la diferen- cambio, racional se toma de la misma forma según un grado inferior real y más
cia que se dice tomada de toda la forma, ya que no hay ninguna, según demostré perfecto, y tamb~n la forma de que se toma, incluso según esta consideración, es
confiesa el mismo Escoto que hay una diferencia última que se toma de 1~ real y verdadero ser; por consiguiente, con mucha mayor razón la diferencia real
última realidad de' la forma; por consiguiente, es necesario que admita otro géne-
incluye íntima y esencialmente el ser. Además, no existe razón alguna mayor en
ro de diferencias que no se tomen ni de toda la forma ni de su última realidad,
sino de la forma según una realidad común o superior, Como pasará, por ejemplo, pro de la una que de la otra, porque tan simple es el concepto de diferencia sen-
con la diferencia "sensitivo" en el hombre, si en él el alma sensitiva no se distingue sible como el concepto de diferencia racional; ninguno de ellos, en efecto, inclu-
realmente de la racional, o como pasará con la diferencia "color" en la blancura._ ye formalmente al otro, ni lo contrario. Lo explico así, porque el mismo Escoto
Esta diferencia, por lo tanto, ni es última, como es evidente, ni es no última, &egún indica que la diferencia racional propiamente no se distingue de las demás por
la explicación de Escoto, porque no se toma de la forma total, sino sólo de un otra diferencia-, ·sino por sí misma, puesto que, al mismo tiempo que es aquello por
determinado grado de su realidad; consiguientemente, "la enumeración que Esco- lo que otra cosa se distingue, es también diferente por sí misma, para no alargar-
to hace de estas diferencias es insuficiente. Queda por preguntar si, en su opinión,_ nos hasta el infinito y convertir la misma diferencia en especie, como si constase
estas diferencias que ni se toman de la forma total, ni son últimas, incluyen o no de género y otra diferencia; ahora bien : todo esto se cumple de igual manera en
el ser intrínseca y quiditativamente. Porque si no lo incluyen éstas, se sigue que la diferencia superior, o sea, sensible) que no consta a su vez de otra diferencia,
no hay en absoluto ninguna diferencia real que incluya el ser, cosa que él mismo ni es especie, sino que por sí misma se diferencia de la que se le oponga, en cuanto
niega, además de que resulta bastante absurda, porque, si ningtma diferencia es divide y contrae el género superior y constituye su propia especie subalterna; por
ser, no existen en las cosas diferencias reales, ni, consiguientemente, se constitu- consiguiente, ambas diferencias son de la misma naturaleza, y lo mismo pasa
yen mediante ellas las esencias reales, ni se distinguen esencialmente. Mas, si con todas las superiores. Si se objeta que estas diferencias subalternas son deter-
estas diferencias incluyen el ser, lo mismo hay que decir de las últimas diferen- minables por las últimas diferencias, esto, en primer lugar, nada tiene que ver
cias, aunque no se tomen de toda la forma, sino de su último grado. Esta canse~ para que aquéllas incluyan el ser con más razón que éstas; al contrario, según
cuencia se prueba, en primer lugar, porque las diferencias subalternas, por ejem- el raciocinio de Escoto antes expuesto, se sigue más bien que estas diferencias,
plo, sensible, no se toman de toda la forma, sino de uno de sus grados reales, en cuanto son determinables por las inferiores, no las incluyen, y en cuanto de-
siendo esto suficiente para que incluyan el ser; con más razón bastará esto, po:r terminan a las superiores tampoco pueden incluir a éstas y que son, consecuente-
lo tanto, para que las últimas diferencias incluyan al ser. La ilación es evidente, mente, tan simples como puedan serlo las diferencias últimas. Además, también
/ ,.:¡_, _
Us, vel in ratione anitnae et principii vitae est non ultima, íuxta Scoti declarationem, consequentia, quía talis differentia surnitur ferentiam, sed per se ipsam, quia, dum ipsa
respectu aliarum animaruro realiter distinc- quia non sumitur a tota forma, sed solum a perfectiori gradu illius formae; ut verbi est quo aliud differt, sirnul etiam est se ipsa
tarum; ergo secundum has orones rationes a quodam gradu realitatis eius; ergo insuf- gratia, sensibile et rationale, supposita vera differens, ne in infinitum procedamus, ipR
possent ab illa sumí differentiae non ulti- ficienter ab Scoto numerantur huiusmodi sentencia de unitate animae in homine, sunt samque differentiam speciem faciamus, ut-
mae; ergo nulla esset differentia quae su- differentiae. Et quaerendum restat an iuxta differentiae, quarum neutra sumitur a tota pote ex genere et aJia differentia constan-
meretur a tota forma; propter similes enim illius opinionem hae differentiae, quae nec forma, et sensibile sumitur ab illa secun- tero; sed totum hoc eodem modo procedit
raciones in formis accidentalibus nulla esse sumuntur a tota forma, nec sunt ultimae, dum gradum superiorem minusque perfec- in differentia superiori, scilicet sensibile,
potest a qua tota aliqua differentia unica includant intrinsece et quídditative ens, tum; tamen, quia forma etiam secundum il- quia etiam illa non constat alia differentia,
sumatur, ut Scotus fatetur. necne. Nam si illae non includunt ens se- lum praecisum gradum considerata realis neque est species, sed se ipsa differt ab alia
6. Differentiae etiatrl< infimae.-- Unde quítur nullas Omnino esse differentias rea... est. verumque ens, ideo differentia illa ens sibi opposita, quatenus dividit et contrahit
ulterius ostendi potest insufficientem esse les quae ens includant, quod et ipse negat, intrinsece et essentialiter includit; rationale
et per se est satis absurdum; quia, si nul- superius genm, et constituit suam propriam
Scoti divisionem. Ornissa enim differentia, autem sumitur ab eadem forma secundum subalternam speciem; est ergo eadem ratio
quae suroi dicitur a tota forma, quae revera la differentia est ens, nullae sunt in rebus- inferiorem gradum realero magisque per-
differentiae reales, et consequenter nec per utriusque differentiae, et idem est de om-
nulla est, ut ostendi, Scotus jpse fatetur fectum, et forma a qua sumitur, etiam se- nibu& superioribus. Quod si dicas huius-
dari differentiam--ultimam quae -sumitnr ab eas constituuntur essentiae reales, neque es- cundum illam considerationem, est realis
ultima realitate formae, ergo necesse est ut sentialiter distinguuntur. Si autem illae diffe- modi differentias subalternas esse determi-
verumque ens; ergo multo matori ratione nabiles per differentiaS ultimas, hoc impri-
admittat aliud differentiarum genus, quae rentiae includunt ens, ergo idem dicendum realis diffcrentia includit intime et essentia-
neque a tota forma, neque ab ultima realiR est de ultimis differentiis, etiamsi non su- mis nil refert ut illae potius quaro hae
liter ens. Praeterea nulla est maior ratio ens includant; hnmo, iuxta discursum
tate eius, sed a forma secundum aliquam mantur a tota forma, sed ab ultimo gradu de una quam de alía, nam taro simplex
communem seu superiorem realitatero su- eius. Probatur haec consequentia, primo, quía est conceptus differentiae sensibilis, sicut Scoti supra facturo, potius sequitur has
matur, ut erit differentia sensitivi in homi- ha e differentiae subalternae, verbi gratia, sen.. conceptus differentiae rationalis; neuter differentias, prout detenninabile& sunt per
ne, :-i in eo anima sensitiva non est realiter sibile, non sumuntur a tota forma, sed a quo- enim altenun includit forma)iter, neque e inferiores, non includere illas, et quatenus
a rationali distincta, vel sicut differentia daro gradu reali eius, et hoc satis est ut in- contrario. Quod sic declaro, nam, ut ipse determinant superiores, etiam non posse
coloris in albedine. Talis ergo differentia, cludant ens; ergo multo magis id sufficiet Scotus indicat, haec differentia, rationale, ipsas superiores includere, et consequenter
neque est ultima, ut per se constat, neque ut ultimae differentiae includant ens. Patet proprie non differt ab aliis per aliam dif- esse tam simplices, quantum esse possunt
432 Disputacione'-"'e!_afísicas J)isputación segunda.-Sección V 433
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que riene esencia verdadera y real. Ahora bien: o estos modos tienen una esencia
las diferencias últimas, sobre todo en la opinión de Escoto, son determinables
real y, por ende, son ser intrinseca Y esencialmente, o no la tienen, y en este caso
por las diferencias individuales; por consiguiente, también en esto les es aplica-
no pueden constituir una esencia real, ni pueden añadir nada real para contraer un
ble el argumento.
concepto superior y para constituir una determinada esencia y distinguirla de otras;
7. Igualmente las diferencias individuales.- De aquí parece seguirse, finala
y se confirma, porque si estos modos no son ente, no son nada, luego, en nada
mente, expresándonos en consecuencia con la opinión de Escoto, que las diferen-
pueden contribuir a la constitución de las esencias reales. Algunos responden que
cias individuales son las únicas que deben llamarse últimas, por ser las únicas
no son entes quod, pero que son entes quo, o sea, un algo del ser y que, por lo
que se toman de la .última realidad de la forma y que no se diferencian en modo
xnismo, ni son absoluta y unívocamente ser, según dice Escoto, ni son totalmente
al guno por otras, m en cuanto son diferencias constitutivas -lo cual es común nada. Mas esta respuesta parece consistir sólo en palabras, porque el ser ente qua
a to_das :as diferencias, según. se dijo-, ni por diferencias que las contraigan a
no es otra cosa que ser forma o acto real en una constitución o composición meta-
los mfenores, ya que no las llenen, según es propio de dichas diferencias indivi-
duales; pero tampoco habló Escoto de las diferencias últimas en este sentido física; empero no puede haber forma ninguna ni acto real de cosa alguna que no
sea en sí mismo algo real, lo cual es ser en sí mismo ente real; por consiguiente,
según se desprende de los lugares citados y de las razones aducidas, ni se pued~
es contradictorio decir que algo es ser real quo, y no ser quod, ya que ese
afirmar de ellas que no incluyan el ser, por otras razones arriba expuestas, a saber ser qua debe fundarse en el quod necesariamente. Y esto puede demostrarse por
porque también éstas se toman de la materia o de la forma según la verdader~ inducción en cualquier composición física. Pero existe la misma razón en la
realidad de éstas. Además, porque el concepto de diferencia individual en sí no composición metafísica, porque también en ella se conciben la _potencia y acto
es más simple que el concepto de diferencia específica o genérica, aunque no sea como constitutivos de la realidad integra o esencia; de donde, inclusn considera-
tan común o susceptible de contracción, pues esto en nada atañe a la simplicidad dos en si mismos, deben concebirse necesariamente como poseedores de algo de
del concepto, porque más bien las cosas superiores y más universales suelen ser realidad o de esencia al menos parcial; en otro caso, nn podrían concebirse como
más simples. Además, las razones que expondremos a propósito de los modos aptos para constituir y completar la esencia real; esta razón puede aplicarse a
intrínsecos, tendrán también valor probativo respecto de estas diferencias indi- todas las diferencias, tanto últimas como no últimas, genéricas, específicas o indivi-
viduales, puesto que, según diremos, la razón es la misma o proporcional. duales.
8. Las modos intrínsecos del ente implican la razón de ser;- También res- 9. En segundo lugar, pueden a su vez aplicarse aquí las razones expuestas a
pecto de los modos intrínsecos se demuestra la falsedad de la opinión de Escoto propósito de las diferencias, principalmente la de que una diferencia no última,
primeramente, porque dichos modos o son positivos y reales, o no. Esto segund~ es decir, subalterna, incluye el ser por el hechn de tomarse de la forma según
ni lo afirma Escoto, ni es verdad, según contra algunos demostraré en la sección algún grado de su realidad; pero también estos modos intrínsecos se toman de la
siguiente. ¿Cómo, en efecto, podrían constituir las diversas esencias de las cosas forma o naturaleza según algún grado de su realidad; luego incluyen también al
y la diferencia esencial entre ellas, si no fuesen modo-s reales y positivos·? Si, pues, sef. Se explica la menor, porque el modo de perseidad en la sustancia se toma de
son tales, ¿cómo puede concebirse que no incluyan intrínseca y esencialmente al la realidad de cualquier naturaleza sustancial, en cuanto conviene con las demás
ser?, porque, según demostramos en la sección anterior, es ser intrínsecamente lo en la aptitud de subsistir, y, según esto, en las sustancias inmateriales dich.o modo

hi, madi habent aliquam realero essentiam, physica inductione ostendi potest. Est au-
differentiae ultimae. Et praeterea etiam dif- simplicior quam conceptus differentiae spe- tem eadem ratio in metaphysica composi-
et ~ta intrinsece et- essentiaUter sunt ens;
ferentiae ultimae, maxime secundum opi- cificae vel genericae, etiam si non sit ita vel nullam habent, et sic nec possunt es- tione, quía etiam in illa potentia et actus
nionem Scoti, sunt determinabiles per dif- communis vel contrahibilis; hoc enim nihil concipiuntur ut constituentia integram rea-
sentiam realem constituere, neque aliquid
ferentias individuales; ergo etiam in hoc refert ad simplicitatem conceptus, Dam po- litatem seu essentiam; unde in se etiam con-
:reale addere ad contrahendum superiorem
est eadem ratio de illis. tius superiora et universaliora solent esse conceptum et constituendam determinatam siderata necessario concipi debent ut ha-
7. Item differentiae individuales.- Un- simplidora. Et praeterea rationes quas de bentia aliquid realitatis seu essentiae saltem
essentiam et distinguendam illam ab aliis.
de videtur tandem sequi, consequenter lo- modis intrinsecis faciemus, de his etiam dif- partialis; alias non possent concipi ut apta
ferentiis individualibus probabunt, nam ut Et confirmatur, nam si hi modi non sunt
quendo iuxta opinionem Scoti, solas dif- ens, ergo nihil sunt; ergo nihil conferre ad constituendum et complendum eSsentiam
ferentias individuales deberc dici ultimas, ostendam, eadem est seu proportionalis ea- realem; et haec ratio applicari potest ad
po-ssunt ad essentias reales constituendas.
nam illae solae sumuntur ex ultima realitate rum ratio. Respondent aliqui, has modos non esse ens omnes differentias taro ultimas· quam non
formae, et per alias nullo modo differunt, 8. Modi intrinseci entis rationem entis ultimas genericas, specificas et individuales.
ut quod, tamen esse ens ut quo seu aliquid
neque ut per differentias constituentes imbibunt.- Iam igitur de modis intrinsecis entis, et índe neque esse simpliciter et uni- 9. Secundo, possunt e contrario hic ap-
(quod commune est omnibus differentiis, falsa etiam ostenditur opinio Scoti. Primo, voce ens, ut Scotus loquitur, neque omni- plicari rationes factae de differentiis, prae-
ut dictum est), neque ut per differentias quia, vel Hli madi sunt positivi et reales, sertim illa, quod differentia non ultima, id
nihil. Sed haec responsio solum videtur
contraherites ·ad itíferiora, qUia ·mas non vel non. Hoc secundum neque ab Scoto in verbis consistere, quoniam esse ens ut est subalterna, ideo includit ens, quía su-
habent, quod est proprium harum differen- dicitur, neque est verum, ut contra aliquos mitur a forma secundum aliquem gradum
quo nihil aliud est quam esse formam seu
tiarum individualium. Sed neque Scotus in ostendam, secrione sequenti; quomodo actum realem in metaphysica constitutione realitatis eius; sed etiam hi madi intrinseci
hoc sensu est Jocutus de differentiis ultimis, enim possent constituere varias rerum es- "Seu compositione; nulla autem potest es- sumuntur a forma vel natura secundum
ut patet ex locis citatis, et ex bis quae ad- sentias, et essentiale discrimen i,nter illas, se forma vel actus reaUs alicuius, nisi in se aliquem gradum realitatis eius; ergo etiaro
duximus, neque de illis dici potest quod si non essent reales m o di et positivi? Si -sit ·aliquid reale, quod est esse in se ens includunt ens. Minor declaratur, nam in
ens non includant, propter alias rationes a...-::tem huEusmodi sunt, quomodo mente con- reale; ergo repugnat dicere aliquid esse substancia modus per se sumitur ex realita-
supra tactas, scilicet, quia etiam hae su- cipi potest eos non indudere íntrinsece et reale quo, et non ens ut quod, nam illud te cuiuscumque naturae substantialis, qua-
muntur a materia vel forma secundum ve- essentialiter ens? Nam ut praecedenti sec- quo in huiusmodí, quod necessario fun- tenus cum allís convenit in aptitudine sub-
ram realitatem earum. Item, quia concep- cione ostendimus, ens intrinsece est quod dári debet. Quod in omni compositione sistendi, et ita in substantiis immateriali-
tus differentiae individualis in se non est habet veram et realem essentiam; aut ergo
434 Disputaciones
Disputación segunda.~S
__e_cct_._ón_V
____________ 435
se toma de la fonlla simple completa, según tal razón precisa; en ~ambio, en
materiales de la forma metafísica completa, o sea, de la naturaleza mtegra y, dos con que se contrae, lo cual está en contradicción con el género, según
secuentern'ente, de la materia en cuanto contribuye por su parte a .subsistir y d~ ;;:eba el mismo Aristóteles en d lib. VI de los Tópicos, c. 3. Escoto responde
la forma en cuanto constituye absolutamente la naturaleza sustanc1al. Se apoy:.h e el ente no es género porque, aunque no se incluya en todas las diferencias, se
pues la primera consecuencia, en la paridad de razón, y porque, al. igual que este :luye al menos- en algunas, a saber, en las diferencias no últimas que se toman
mod~ intrínseco, que determina inmediatamente al ser, se conCibe como algo_ de la forma completa. Respecto de esto, hemos comenzado por probar que se
apoya en un falso- supuesto-, porque no existen ningunas diferencias que se tomen
simple por sí mismo y no como diferente de los demás por otro modo, lo mismo-
de la forma completa-, en el sentido propugnado por Escoto, es decir, que se to-
pasa con la diferencia, tanto subalterna como última, se~ se declaró.
men de la forma completa en su totalidad, por así decirlo, y no según un grado
10. De la opinión de Escoto se· dednce que el ser es genero y el modo de ser
0 concepto preciso. Por otra parte, no es convincente, porque ¿qué importa que
verdadera diferencia. Refutación de la inepta respuesta de Escoto a la objeción.- el ente se incluya en ciertas diferencias últimas y remotas para que no sea género
En tercer lugar, porque si el concepto de sustancia se resuelve en el concepto de respecto de la sustancia y del accidente en que se divide próxima y unívocamente
ser y en el concepto de un modo completamente distinto del ser, que lo contrae
mediante diferencias propias, ajenas a su concepto? Según la opinión de Escoto,
y no lo induye, nada puede faltarle a este· modo para ser una verdadera diferen- habría que llegar con más razón a la sentencia contraria: que esas diferencias no
cia, ni al ente para ser género, principalmente dando por supuesto Escoto que et -últimas, tal como son excogitadas por él, no son propiamente diferencias, slno
ser es unívoco. La consecuencia respecto de la primera parte se prueba, porque ciertas especies de ser, puesto que son resolubles en el concepto de ser qtúditativo
el concepto de diferencia sóln exige que contraiga esencialmente un predicadO: y unívoco en ellas, ~ e.n una diferencia última 9-ue no incluya el ser; nada falta,
superiar unívoco y quiditativo, sin incluirlo, sino constituyendo con él un grado pues, allí para constitmr y componer una especie.
esencial haciendo el oficio de forma, de donde le viene que se predique -como se 11. En cuarto lugar, estos modos intrínsecos son desiguales en perfección
dice- in quale quid, y que sea, consecuentemente, lo que le haga diferenciarse entitativa, lu_ego son seres. El antecedente es evidente, porque la sustancia es más
de los demás·, y todas estas cosas, según la doctrina de Escoto, convienen . a loo perfecta que , el accide~te y no por razón de aque_llo en. que convienen; p,or lo
modos que contraen el ser. En cuanto a la segunda parte, la consecuencia se prue- tanto, lo sera por razon de aquello en que se dtferencmn: luego lo sera por
ba porque al concepto de g<énero sólo pertenece el ser predicado unívoco y quidi- razón de su propio modo intrínseco. Y esto es evidente de por sí; en efecto,
tativo, o in quid, sin expresar toda la quididad hasta su último grado -por es<> la sustancia es más perfecta precisamente porque existe en sí, y, en cambio, el
suele decirse que se predica Ín' quid incompletamente_., y el que sea susceptible accidente existe en otro; por consiguiente, el modo mismo de la perseidad es
de ser contraído y determinado mediante diferencias esencialmente distintas, de· más perfecto que el modo de existir en otro; luego ambos tienen una determina-
donde le viene el predicarse de muchos esencialmente diferentes; y todo esto es apli- da perfección; por ende, ta..'llbitén entidad, porque la perfección no puede conce-
cable al ser según los principios de Escoto. Por eso, adoptando una actitud contraria,, birse sin entidad realj puesto que, o son lo mismo, o la perfección supone la
Aristóteles en el lib. III de la Metafís., texto 10, prueba que el ente no puede ser entidad y es propiedad de ella. Puede, por lo tanto, estructurarse un nuevo argu-
género pr~cisamente porque se incluye esencialmente en todas las diferencias y mento o confirmación; en efecto, en estos modos .....-y dígase lo mismo de todas
las diferencias- se cumplen los atributos del ser; efectivamente: son algo y no
bus ille modus sumitur ex tota forma sim- quoad priorem partem probatur, quia de-
plici secundum eam praecisam rationem; in ratione differentiae nihil aliud est, nisi quod in omnibus differentiis et modis quibus resolubiles sunt in conceptum entis quid-
materialibus vero ex tata forma metaphysica essentialiter contrahat superius praedica- contrahitur, essentialiter includitur, quod ditativum et univocum ipsis, et in aliquam
seu natura integra, et consequenter ex ma- tum univocum et quidditativum, non in- repugnat generi, ut idem Aristoteles pro- differentiam ultimam, quae non includat
teria, quatenus ex parte sua confert ad sub- .cludendo ipsum et cum illo constituendo· bat, VI Topic., c. 3. Respondet Scotus, ens; nihil ergo ibi deerit ad constitutionem
sistendum, et ex fornla, quatenus absolute gradum essentialem aliquem per modum ens non esse genus, quia licet non in om- et compositionem speciei.
constituit substantialem naturam. Tenet er- formae eius, ex quo habet quod praedicerur- nibus, saltem in aliquibus differentiis in- 11. Quarto, hi modi intrinseci sunt inae-
go prima consequentia a paritate rationis; (ut aiunt) in quale quid, et consequenter cluditur, scilicet in differentiis non ultimis, quales in perfectione entitativa; ergo sunt
et quia, sicut hic modus intrinsecus im- quod faciat differre ah aliis; haec autem quae sumuntur a tata forma. Sed hoc im- entia. Antecedens patet, quia substantia est
mediate detenninans ens concipitur ut quid omnia conveniunt modis contrahentibus ens primis ostensum est supponere falsum, quia perfectior accidente, et non ratione eius in
simplex se ipso et non per alium modum iuxta doctrinam Scoti. Quoad alteram vero· nullae sunt diffexentiae quae sumantur a quo conveniunt; ergo racione eius in quo
differens ab aJ;iis, ita etiam differentia tam partem probatur sequela, quia de racione tota forma in sensu ab Scoto intento, id differunt; ergo ratione sui proprjj madi
subalterna quam ultima, ut dedaratum est. generis solum est quod sit praedicat~m est, quae sumantur a tota forma totaliter (ut intrinscci. Quod etiam per se notum est;
10. Ens esse genus, et modum entis univocum et quidditativum seu in qmd, sic dicam) et non secundum aliquem prae- ideo enim substancia perfcctior est, quia est
veram differ~n~iam, __i_nferty~ _§_;(____ §coti opi- non exprimens ____ totam quidditatem usque· cisum gradum seu conceptum. Et deinde per se, accidens vero in alio; ergo ipse
niofíe.- Resp-OñsiO--Scoti ad illatum incon- ad ultimum gradum (propter quod dici so- satisfacit, nam quid refert quod ens modus per se essendi perfectior est modo

~~:~~~~~n~in):
veniens refutatur.- Tercio, quia, si concep- let praedicari in quid incomplete), et quod existendi in alio; ergo uterque habet ali-
tus substantiae resolvitur in conceptum en- quibusdam
ut non situltimis
genu& etrespectu
remo-
sit apturn contrahi et determinad per dif- quam perfectionem; ergo entitatem, nam
tis, et conceptum modi omnino condistinc- ferentias essentialiter distinctas, ex quo ha- et accid~ntis, in quae proxime perfectio sine cntitate reali concipi non pot~
ti ab ente, et. contrahentem, et non inclu- bet quod de pluribus essentialiter dif--- et un:ivoce dividitur per differentias pro- est; aut enim sunt idem, aut perfectio sup-
dentem ipsrun, nihil deesse potest huic modo ferentibus praedicetur; sed hoc totum con- prias et extra sui rationem? Immo e con- ponit entitatem : et est proprietas eius. Un-
quominus vera differentia sit, neque enti venit enti iuxta principia Scoti. Unde e trario iuxta Scoti sententiam inferendum de no-vum argumentum vel confirmatio con-
quominus genus sit, praesertim cum Scotus contrario Aristoteles, III Metaph., text. 10, esset illas differentias non ultimas, prout fici potest; nam in bis modis (et idem est
supponat ens esse univocum. Sequela inde probat ens rum posse esse genus, quia ab ipso finguntur, non esse proprias dif- de onuiibus- differentüs) reperiuntur pas-
ferentias, sed quasdam species entis; nam siones entis; sunt enim aliquid, nec enim
436 Disputaciones metafísicas ~a_c,_'ón_s_e_gunda.--Sección V_________ 437
~

meramente nada; son uno, pues cada modo_ ,es indívis? .e~ si y dis~nto de cual- entes incompletos alguna entida.d, tienen alguna semejanza real con los entes
quier otro; y buenos, por tener su perfecc1_on ~ _apettbil~dad definida; y verda- completos; puede, por lo tanto, pensarse un concepto de ser más universal, que,
deros, pues no son ficticios y _son de suyo mt~hg1bles. Fmalmente; el modo por según la razón, prescinda de estos dos. El que tal sentencia sea falsa en sí, se de-
el que se constituye la susta~cm debe ser ,e~ c1erta manera sus~ancm, puesto _que, rou"estra por tres razones. La primera es sólo ad hominem, admitida la sentencia
como dijo Aristóteles el?- el lib. 1. de la Fzsz.ca, c. 6, la s~stancm no se constituye de Escoto sobre la univocidad del ser. En efecto, en este caso se desprende con
de no sustancias, pudiendo dec1rse lo rmsmo proporciOnalmente respecto del mayor evidencia, -según la explicación anterior, que el ente completo es un géne-
modo de accidente; ahora bien: lo que es sustancia es también ser; luego.
ro común a los diez predicamentos, porque tienen diferencias reales que caen
12. Explicación de una sentencia que podría suponerse coma de Escota.-
Puede haber alguie.a que tome pie de aqui para explicar la sentencia de Escoto, fuera de su razón, con todos los demás requisitos que se requieren para la esencia
del género, según se ve aplicando el argumento arriba propuesto.
0 mejor para proponer otra nueva. En efecto, la diferencia o modo constitutivo
de la sustancia no es sustancia completa, sino incompleta; por esta razón, pues, 14. La segunda razón está en que el ser tomado con la máxima universali-
la sustancia ___,.lo más general del predicamento sustancia- puede tener diferen- dad en cuanto transcendental y objeto de la metafísica o del entendimiento, abs-
cias en que no se incluya, pues solamente el género es sustancia completa; en trae de completo e incompleto, pues todas estas cosas, según se desprende de la
cambio, la diferencia es sólo sustancia incompleta; así, pues, conforme a esto, forma de explicarlas, son algo que se añade al ser en cuanto ser, en orden a la
puede decirse que el ente que se determina al ser de la sustancia, de la cantidad precisión o expresión de nuestros conceptos. Al menos, no hay duda de que pueda
y de los otros géneros que se encuentran en los compartimentos estancos de los ser significado y concebido el ser con esta generalidad, según decía poco antes;
predicamentos, es sólo el ente completo, y que no se incluye, por lo mismo, en y en este sentido hablamos del ser ahora, pues precisamente en cuanto es tal
los modos intrínsecos por los que se determina, es más, ni siquiera en las diferen- constituye el objeto de la metafísica; por consiguiente, el ser así entendido se
cias que son también entes incompletos. En este sentido, todos los argumentos incluye intrínsecamente en las diferencias y modos intrínsecos. Y si por ventura
propuestos carecen de valor contra esta sentencia, porque no se niega que los algunos de los partidarios de la sentencia propuesta dicen que ellos no hablan
modos y diferencias sean ser hasta cierto punto, sino sólo que sean entes comple- de esta clase de ser, sino del ente completo, comienzan por salirse del problema de
tos, en lo que no hay ningún absurdo. que ahora tratamos. Además, no evaden la dificultad que es el principal intento
13. Se demuestra que esto es aieno al pensamiento de Escoto JI falso.-
en la explicación de esta sentencia, a saber, cómo desciende el ente a sus inferio-
Esta explicación, empero, ni está de acuerdo con el pensamiento de Escoto, ni
es verdadera en sí. Lo primero es evidente, por negar especiahnente Escoto que res; porque, aunque digan (¡ue el ente completo se contrae a la sustancia por un
el ente se incluya en las últimas diferencias, concediendo, en cambio, que se modo que ni es ser completo, ni simplemente nada, sino un ser incompleto, les
incluye en las no últimas; no se refiere, pues, al ente completo, porque ninguna falta por explicar cómo y por qué el ente comunísimo se determina al ser del
diferencia es ente completo de este modo. Además, Escoto habla del concepto ente completo e incompleto; porque yo pregunto respecto de lo que el ser com-
universalísimo de ser real, que puede obtener nuestra mente por abstracción, pleto añada al ente, si es que incluye al ser tomado en toda su generalidad; por-
según consta manifiestamente de los lugares citados; mas el ser completo según que si no lo incluye, será nada, y entrarán en vigor todos los argumentos pro-
se acaba de explicar, no es el concepto universalísimo de ser, pues poseyendo los puestos; mas si lo incluye:, resultará que la diferencia o modo que lo contrae o
sunt nihil; et unum, nam unusquisque ens quod determinatur ad esse substantiae,
modus est in se divisos et distinctus a quantitatis, et aliorum quae in rectis ,lineis ceptus entis nam, cum entia incompleta hac generalitate significad et concipi, ut paü-
quolibet alio; et bonum, quia habent suam praedicamentorum ponuntur, solum esse aliquld entitacis habeant, convenientiam ali- lo antea dicebam; sk autem nunc nos lo-
definitam perfectionem et appetibilítatem; ens completum, et ideo non includi in mo- quam realem habent cum entibus cornple- quimur de ente, quía ut sic est obiectum
et verum, quia non sunt conficti et per se dis intrinsecis qulbus determinatur, immo tis; ergo concipi potest ratio entis univer- metaphysicae; ergo huiusmodi ens intrinse-
intelligibiles sunt. Tandem modus quo neque in differentiis quae etiam sunt in- salior, quae secundum rationem ab bis prae- ce includitur in differentiis et modis intrin-
constituitur substancia, aliquo modo sub- completa encia; et in hoc sensu omnes ra- scindat. Quod amero illa sententia in se falsa secis. Quod si fortasse auctores praedictae
stantia esse debet; nam, ut dixit Aristote- ciones factae non procedunt contra hanc sit, tribus rationibus ostenditur. Prima est sententiae dicant se non loqui de huius-
les, 1 Phys., c. 6, substantia non Constitultur sentenciam, qula non negatur differentias tantum ad hominem, supposita sentencia modi ente, sed de ente completo, imprimís
ex non substantiis, et ídem proportionali- et modos esse aliquo modo entia, sed solum Scoti, quod ens sit univocum; tune enim non loquuntur ad rem de qua nunc agi-
ter est de modo accidemis; sed quod est esse entia completa, quod nullam habet ab- evídentius sequitur iuxta praedictarn inter- mus. Deinde non effugiunt difficultatem
substantia, est etiam ens; ergo. surditatem. pretationem ens completum esse unum ge- quae in tata hac sentencia praecipue decla-
12. Sententiae Scoti, quae fingi posset, 13. Aliena ab Scoti mente et falsa os- nus commune ad decem praedicamenta, qula rad intenditur, scilicet, quomodo ens ad
explicatio.- Hinc vera sumere potest ali- .tenditur.- Sed haec expositio neque est ad habet differentias reales extra sui rationem, inferiora descendat; nam, Hect dicant ens
quis_______ ,(~c<:;asionem____::¡_d_______í:!}{P~_c_:u?:da!J:l: ·- senten- mentem Scot:i, neque in se vera est. Pri: mnnia alia requisita ad rationem gcn~ris_, completum contrahi ad substantiam per
tülm SCoii~- ver CCrié novam -afíám- introdu~ mum patet, quía Scotus specialíter negat ut patet applicando rationem supra factam. quemdam modum, qui nec est ens comple-
cendam. Differentia enim seu modus con- ens includi in differentiis ultimis, in non 14. Secunda ratio est, quia ens com- tum nec omnino nihil, sed incompletum
stituens substanciam non est substantia com- ultimis autem concedit includi; non loqui- munissime sumptum, ut est transcendens, ens, restat illis explicandum quomodo et
pleta, sed incompleta; hac enim ratione tur ergo de ente compl~to, quia hoc modo et obiectum metaphysicae vel intellectus, per quid ens communissimum determine-
substantia, quae est generalissimum praedi- nulla differentia est completum ens. Deinde abstrahit a completo et incompleto; nam tur ad esse entis completi vel incompleti.
camenti substantiae, habere potest differen- Scotus loquitur de universalissimo concep- haec omnia, ut ex modo significandi patet, Nam de eo quod addit ens completum su-
tias in quibus non includatur, quia genus to entis realis, quem mens nostra potest se habent per additionem ad ens in quan- pra ens, inquiram an includat ens com-
illud tantum est substantia completa, dif- abstrahere, ut manifeste constat ex dtatis tilm ens, in ordine ad praecisionem vel ex- munissime sumptum; nam, si non includit,
ferentia autem est solum incompleta sub- locis; ens autem completum praedicto mo- pressionem nostrorum conceptuum. Et sal- erit nihil, et procedent omnia argumenta
stantia; ad hunc ergo modum dici potest do explicatum non est universalissimus con- tero dubium non est quin possit ens in facta; si autem includit, ergo differentia seu
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DisP'l!!acion~s

divide incluye al mismo dividido. Por lo tanto, sólo quedará por preguntar refe-
metafísicas
---
Disputación segunda:---Sección V
-----------------

:mente a las cosas, lá razón de ser se incluye en todas las sustancias y en todas
439

rente a dicho modo, en qué se distingue del mismo ente común que incluye en sí sus partes, y en todos los accidentes y en todos los modos positivos reales; por-
mismo, y en qué se diferenCia de los otros entes, viniendo ~ encallar así esta expli- .que todas estas cosas tienen de alguna manera verdadera esencia, es decir, no fic-
cación en las mismas dificultades que Escoto pretende evrtar. ticia ni imaginaria, sino real, apta para existir fuera de la nada. Y si las cosas se
15. La tercera razón y la más apropiada consiste en que el concepto de consideran metafísicamente, el ser se incluye en todos los géneros y especies e in-
ente completo, común a los diez predicamentos en cuanto se constituyen en dividuos sin discusión, y hemos demostrado que también se incluye en las dife-
sus compartimentos estancos y no común a otras cosas, es imposible, porque las rencias y en los modos positivos intrínsecos, y fuera de éstos nada más hay en las
sustancias incompletas, que no se ponen directamente en el predicamento de la: cosas.
sustancia, son entes más perfectos que los accidentes que se ponen directamente 17. Respuesta a una objeción.- Se puede argüir que, además de esto, están
~ _ en el predicamento de los accidentes. Esto es claro, bien consideremos las sustan- Jos atributos del ser, de los que no se dijo nada. Respuesta: respecto de estos
1 das incompletas físicamente o bien metafísicamente, porque la materia prima es atributos se puso en tela de juicio si significaban algo positivo realmente distioto
más perfecta y tiene más entidad que la cantidad, y la forma sustancial más que del ser, o sólo negativo, o un ente de razón. Si se da por verdadero esto último
la cualidad. Del mismo modo, la racionalidad, en cuanto es diferencia sustancial, hay que afirmar, consecuentemente, que d¡chos atributos no incluyen formalmente
, es algo más perfecto que cualquier accidente; luego el ser, en cuanto es común al ser, sin que esto vaya contra la conclusión, porque tales atributos no expresan
a la sustancia y al accidente, es mucho más común a las sustancias incompletas formalmente diferencias o modos que determinen o afecten realmente al ser.
y a todo aquello, consecuentemente, que incluye por cualquier motivo la entidad, Mas si la sentencia verdadera es la primera, hay que afirmar en consecuencia que
por ser ésta la única semejanza que puede tenerse en cuenta entre la sustancia y estos atributos, en su concepto formal, incluyen el ser por las mismas razones
el accidente; de donde el concepto de ente completo, si es el concepto' de nn .arriba aducidas, y que los tales atributos están contenidos en la enumer-ación
ente que sea esencialmente uno, sólo puede ser el concepto de sustancia. hecha, porque expresan modos reales del ser, a él adecuados y con él convertibles;
para la siguiente disputación reservamos el tratar cuál de estas opiniones es la
Solución del problema verdadera. Por otra parte, ya se insinuó también el argumento de más valor res.:-
pecto de la conclusión, derivado de la razón de ser antes explicada, que consiste
16. Hay que afirmar, pues, que el ser, en cuanto ser, se incluye intrínseca-
en poseer esencia real, en lo cual no se incluye que dicha esencia sea perfecta
mente en todo ser, y en cualquier concepto de diferencia positiva o modo del ser
real. Así lo enseña Santo Tomás, I cont. Gent., c. 25, y en la q. 31 De Veril., o imperfecta, total o parcial, sino únicamente que sea real; esto se ha d~ incluir
a. 1, y lo indica en el Quodl. II, a. 3, y en I, q. 3, a. 4; q. 4, a. 3, ad 1; por fuerza en todas las cosas y modos o diferencias reales. También es general
q. 5;, a. 1, y lo profesan los tomistas: Cayetano, In De ente et essentia, c. 1; el argumento a posteriori, por darse siempre en todas estas cosas algún efecto, o
Soncinas, V Metaph., q. 14; Soto, en los Antepraed., c. 4. Lo mismo defiende cuasi efecto real, que resulta incomprensible si no incluye algo de entidad, porque
Fonseca, IV Metaph., q. 4: c. 2, q. 3, y está tomada de Aristóteles III de la constituYen, completan o integran y distinguen el ser real, de suerte _que incluso
Metafís., texto 10, al que cité antes. Si se tiene en cuenta lo que se dijo contra
Escoto, se prueba suficientemente por inducción, porque si nos referimos física- nibus substantiis et omnibus partibus ea- differentias aut modos realiter determinan-
rum, et in omnibus accidentibus et in om- tes aut afficientes ens. Si autem prior sen-
modus contrahens vel dividens includit ip- incompletas, et consequenter ad omne id, nibus modis positivis realibus; nam om- tentia vera est, consequenter asserendum
summet divisum. Unde de illo modo resta- quod quacumque ratione entitatem includit, nia haec habent aliquo modo essentiam est has passiones in formali conceptu suo
bit inquirenduln per quid distinguatur ab nam haec sola convenientia considerad pot- veram, id est, non fictam nec imaginariam, .includere ens propter easdem rationes supra
ipso ente in communi, quod in se includit, est ínter substantiam et accidens. Unde sed realem, aptam ad existendum extra ni- adductas et contineri has passiones sub
et per quid differat ab aliis entibus, et ita conceptus ille entis completi, si sit concep- hil. Si autem metaphysice res considerentur, enumeratione facta, quia dicunt modos rea-
incidet haec explicarlo in difficultates quas tus entis quod sit per se unum, tantum ens includitur in omnibus generibus et spe- les entis illi adaequatos seu convertibiles
Scotus vitare intendit. esse potest conceptus substantiae. ciebus et individuis absque controversia, et cum ipso; qua e autem harum opinionum
15. Tertia ratio et maxime propria est, -ostensum a nobis est includi etiam in dif- verior sit, sequenti disputatione tractabitur.
quia ille conceptus entis completi commu- Quaestionis resolutio ferentiis et in modis positivis intrinsecis; Ratio autem aptior 1 conclusionis iam
nis decem praedicamentis, prout in rectis 16. Dicendum ·est ergo ens, in quan- sed praeter haec nihil est in rebus.
etiam tacta est, et sumitur ex ratione entis
lineis constituuntur, et non allis rebus, est turn ens, intrinsece includl in omni ente, 17. Obiectioni 1;espon.detur.- Dices pas-
'Siones cntis esse praeter haec omnia, de supra explicata, quae est habere essentiam
impossibilis, quia perfectiora entia sunt in- et in omni conceptu positivae differentiae, realem, in quo non includitur quod Uia es-
completae substantiae, quae non ponuntur aut modi entis realis. Ita docet D. Thomas, quibus nihil dictum est. Respondetur : de
bis passionibus in controversia positum est, sentia sit perfecta vel imperfecta, integra
directe in praedicamento substantiae, quam I cont. Gen., c. 25, et q. 31 de Verit., vel partialis, sed sol u m quod realis sit; hoc
accidentia,-- -quae- po-nuntur directe-· in prae- a. 1, et indicat Quodl. II, a. 3, et I, q; 3, formaliter dicant aliquid positivum ex
natura rei distinctmn ab ente vel solmn autem necesse est includi in omnibus re-
dicamento accidentis. Quod patet, sive consi- a. 4, q. 4, a. 3, ad 1, q. 5, a. 1, et docent
deremus physice substantias incompletas sive negativum aut ens rationis. Si hoc ergo bus et modts seu differentiis realibus. A
thomistae, Caiet., de Ente et essentia,
metaphysice, nam materia prima perfectior c. 1; Soncin., V Metaph., q. 14; Soto, posterius vcrum est, consequenter dicendum posteriori autem generalis etiam ratio est,
est, magisque habet de entitate quam quan- in Antepraed. c. 4. Idem tenet Fon- est passiones illas formaliter non includere quía in his omnibus reperitur semper ali-
titas, et forma substantialis magis quam sec., IV Metaph., q. 4, c. 2, q. 3, et ens, neque hoc esse contra conclusionem, quis effectus seu quasi effectus reaUs, quod
qualitas. Similier rationalitas, prout est dif- sumitur -ex Aristotele, III Metaph., text. quia illae passiones formaliter non dicunt non potest intelligi sine inclusione alicuius
ferentia substantialis, perfectius quid est 10, quem supra citavi. Et suppositis iis
quam quodlibet accidens; ergo ens prout quae contra Scoturn dicta sunt, sufficienter 1
Algunas ediciones ponen a priori, lección que creemos igualmente admisible. La
est cornmune ad substantiam et accidentia probatur inductione, quía, si loquamur phy- contraposición de a posteriori que se encuentra líneas más abajo incluso la hace más pro-
multo magis commune est ad substantia'S sice de rebus, ratio entis incJuditur in om- bable. (N. de los EE.)
44~0:'______________ ·--------~Disputaciones meta~ ----------------------~441
el modo mismo ---por el cual, a nuestra manera. de entender, el e~te ;omún se
contrae a Dios o sea al ente increado- se concibe como un constitutivo de tal: SECCION VI

\
~ ser; luego no ~uede ~oncebirse, si no es bajo la raz~n de alguna :ntidad. Además,.
estas diferencias o modos suelen ser raíces de propiedades o acciOnes reales. Por
MoDALIDAD DE LA CONTRACCIÓN O DETERMINACIÓN DEL ENTE EN CUANTO ENTE
consiguiente. . . A SUS INFERIORES
¡ 18. Al primer fundamento de Escoto se responde que una d1ferencll1a, aun-
que sea última puede distinguirs~ de otra, por más que convenga con e a en la 1. Dificultad del problema.- Aqui radica la principal dificultad, causa de
razón común de ser, como defienden todos respecto de los primeros géneros que Escoto, Cayetano y otros se inclinasen por sentencias completamente opues-
comunísimos, de los cuales, por esto mismo, no tanto se die: que se ?Jferencian tas; los unos negando el concepto preciso y abstracto de ser, de manera que no
cuanto que son primariamente diversos, porque, de lo contrarm, no senan 1os ge- sea necesaria su contracción o determinación, por resultar ésta incomprensible de
neras supremos, sino que estarían contenidos bajo otro género sup~rio~, s_obre modo alguno aceptable, ya que ni puede realizarse por medio del no ser, según
todo admitida la univocidad del ser, como hace Escoto; en la seccmn siguiente se demostró en la sección precedente, ni tampoco por medio de ente alguno, ya
se explicará en qué sentido se ha de entender. esto. A lo segundo .s~ ;es~o.nde, en que, de lo contrario, habría que suponer realizada en dicho ente la determinación
primer lugar, que no es necesaria tal proporción entre la composicion f1s1ca y la y entraríamos en un proceso al infinito. Mas- esta sentencia, si se la entiende res-
metafísica, porque, si no, del mismo modo que es verdad :especto de tod~ forma pecte' de la abstracción según la realidad, o sea, fundada en alguna distinción
que no incluye nada de materia, y de la materia que no mcluye form:a mnguna, real, es verdadera y resulta aceptable desde este punto de vista; en cambio, si se la
igualmente tendría que exigirse de todo género. o cm;cepto dete_rmmable que entiende de la abstracción sólo según razón, no es verdadera, como demostramos,
no incluya diferencia alguna y, al revés, de toda diferencia que no mcluya al ser,. debiendo, por lo mismo, explicarse también según la razón cómo se realiza esta
que es el primer determinable. Decimos, en segundo lugar, que puede defenderse contracción o determinación. Otros, por lo mismo, de tal manera prescinden y abs-
dicha proporción entre las composiciones met~ísica .y física, mienr_ras no~ litn!te-;. traen el concepto de ser, que piensan que ha de determinarse y contraerse por
mos a ellas dando por sentado que ni el genero mcluye a la diferencia, ru la algo que no sea intrínsecamente ser, tal como discurre Escoto, que entendió- dicha
diferencia al g¿nero, al igual que ni la materia a la forma, ni la forma a 1~ materia; precisión no sólo según la- razón, sino también según la realidad; no obstante,
mas si, resolviendo la composición metafísica, se llega a los conceptos sunples no snfrió una doble equivocación, según probé: primero, al establecer dicho modo
compuestos de género y diferencia, en éstos no hay que guardar ya, respecto de de abstracción y precisión real; segundo, al fingir, una vez supuesta ésta, unos
los predicados superiores trascendentes, la referida proporción, puesto que en modos o diferencias positivas reales, que no son entes.
ellos no se da ese modo de determinación, sino otro que se explicará. 2. Si no se admite el concepto preciso de set·, no es necesaria contt·acción
alguna del mismo.- En otro sentido apoya esta opinión Soncinas, IV Metaph.,
entitatis; nam constituunt, complent aut necessariam. illam proportionem in ter com-
integrant 3.C! distinguunt ens reale, adeo ut positionem physicam et metaphysicam, alio- q. 1, ad 2; q. 19, ad 7, y en el lib. V, q. 14, cuando dice que el modo constitutivo
etiam ille modus, quo nostro more intel- qui, sicut de omni forma verum est nihil de la sustancia y consecuentemente determinativo del ser a la misma es solamente
ligendi determinatur ens in communi ad includere materiae, et de materia, nullam negación, o ente de razón. Por eso, dice, aunque· el ser se incluye quiditativamente
Deum seu ens increatum, concipiatur tam- includere formam, ita de omni genere seu en la sustancia, no se incluye, sin embargo, en aquello por lo que se contrae al
quam constituens tale ens : un de non pot- conceptu determinabili verificandum esset
est concipi nisi sub ratione alicuius enti- quod nullam includat differentiam, et e con-
tatis. Itero huiusmodi differentiae vel modi trario de omni differentia quod non inclu- SECTIO VI nem explicare oportet quomodo haec con-
solent esse radices proprietatum vel actio- dant ens, quod est primum determinabile: tractio seu determinatio fíat. Alii ergo ita
num realiurn; ergo. Secundo dicitur illam proportionem servar! QUOMODO ENS IN QUANTUM ENS AD INFE- praescindunt et abstrahunt conceptum en-
18. Ad primum Scoti fundamentum re- posse ínter compositionem metaphysicam. et RIORA CONTRAHATUR SEU DETERMINETUR tis, ut contrahi et determinad existiment
spondetur unam differentiam quantumvis physicam quamdiu jn eis sistitur, et tenet per aliquid quod intrinsece non sit ens,
ultimam posse esse diversam ab alia, etiam- in hoc, quod nec genus differentiam) nec l. Difficultas quaestionis.- Haec est quomodo philosophatur Scotus, qui non
si cum il1a in communi entis ratione con- differentia genus includit, sicut nec materia potissima difficultas, ob quam Scotus, Caie- solum secundum rationem, sed etiam ex
veniat, sicut de primis generibus generalis- formam, nec forma materiam; si autem re- tanus et alli in sententias extreme oppositas natura rei huiusmodi praecisionem excogi~
simis orones docent, quae propterea non solvendo metaphysicam compositionem per~ declinarunt; alli negando conceptum entis tavit; tamen in duobus deceptus est, ut
proprie differre, sed primo diversa esse di.. venitur ad simplices conceptus non campo- praecisum et abstractum, ut nulla sit neces- probavi: primo, ponendo talem modum
cuntur, quia alias non essent suprema gene- sitos ex genere et differentia, iam in illis saria eius contractio vel determinatio, quia abstractionis et praecisionis realis; secundo,
ra, sed sub alío superiori contenta, praeser- respectu praedicatorum superiorum trans- haec nullo convenienti modo intelligi pot- supposita illa, fingendo modos seu diffe-
tim posita univocatione entis, quam Scotus cendentium non oportet servari praedictam . quia nec fieri potest per non ens, ut rentias positivas reales, quae entia non sint.
¡)Onit; quo -rilOdo:-··aute:m hóé- ·m:tell.igendum proportionem, quia .in eis iam non . Ostensum est sectione praecedenti, neque 2. Non admisso conceptu praeciso entis,
sit, in sequenti sectione declarab1tur. Ad ille determinationis modus, sed alius iam etiam per a~iquod ens, alioqui in illo ente nulla contractio ipsius necessaria.- Aliter
secundum respondetur, imprimis non esse explicandus. supponetur iam facta determinado, et pro- vero favet huic parti Soncin., IV Metaph.,
cedetur in infinitum. Sed haec sententia, q. 1, ad 2, et q. 19, ad 7, et lib. V, q. 14,
si intelligatur de abstractione secundum dum ait modum constituentem substan-
rem seu fundata in distinctione aliqua ex tiam, et consequenter determinantem ens.
natura rei, vera est, et quoad hoc satisfa- ad illam, esse tantum negationem vel ens
cit; si ve ro intelligatur de abstractione se- rationis. Unde (inquit), licet ens includatur
-cundum rationem tantum, non est vera, ut quidditative in substantia, non tamen in
ostendimus, et ideo etiam secundum ratio- eo per quod contrahitur ad conceptum sub-
442 Disputaciones VI 443
concepto de sustancia, porque no se trata más que de una negación que uell!gJJa- la endende dotada de capacidad. formal para existir por si, sin sujeto de inhe-
mos con la expresión "por si". Pero no acabo de ver qué es lo que se"n.
! igualmente comprendemos, por otra parte, que .
existe en e1 acc1"dente una
Soncinas a esta opi~ón, dado que .él no .~dmite un ~oncepto_ objetivo de ser que so ' "nh . d
naturaleza positiva que exige la 1 estón en otro para po er eXIstir. .. .
prescinda de los m1embros de la d1syuncwn sustancla o acczdente, porque, si no 3. La sustancia y el accidente están constituidos por perfecciones posi~was.~
prescinde de éstos, no necesita en modo alguno quien le contraiga, sino que con La tercera sentencia admite la contracción o determinación del ser a los In_feno-
la sola supresión de uno de ambos miembros queda el otro determinado; ahora por modos positivos y reales; empero esta determinación puede explicarse
bien, el que queda no puede constituirse intrínsecamente por la sola supresión del dos maneras. Primero, como si se tratara de una especie de composición entre
otro miembro, sino por lo que intrínsecamente es. ¿Cómo, en efecto, puede en- el ser y un modo, de los ·cuales, como de partes metafísicas, se compone, por
tenderse que la sustancia se constituya en la razón de sustancia, que es la más ejemplo, el concepto de sustancia, y es resoluble en los mism~s; ~o es una
perfecta, por la negación solamente o por un ente de razón? Por eso, casi todos ·composición de género y diferencia, por el mero hecho de estar mclmdo el ente
los argumentos con que probamos contra Escoto que los modos del ser incluían en el modo mismo; en efecto, en las composiciones que son obra sólo de la razón,
el ser, valen contra esta opinión, a saber, que la sustancia sólo puede componerse no se reputa como obstáculo que lo determinable, cuando es trascendente, se
o constituirse de sustancias. Además, en otra hipótesis, también sería una nega- incluya en el concepto determinante. Esta es la razón de afirmar que los concep-
ción el modo con que el ente se determina al ser increado. Asimismo el concepto tos de sustancia y de otros géneros supremos o diferencias se llamen absoluta-
.de sustancia sería formalmente privativo o inventado por la razón, pero no real mente simples, no porque no sean resolubles en dos conceptos, ya que esto es
puesto que se afirma que es algo negativo o ente de razón aquello que formal~ exclusivo del ente, sino porque no son resolubles en dos conceptos que se pres-
mente le constituye. En otro caso, finalmente, tambi~n el accidente tendría a cindan mutuamente, ya que el uno tiene que incluirse necesariamente en el otro,
_fortiori q~e constituirse mediante una negación, puesto que es menos perfecto que -0 sea, el ente en el modo, aunque, por el contrario, el modo no se incluya actual-
la sustancia; estaremos, por lo tanto, en un círculo, porque la sustancia se consti- mente en el ser.
tuirá por la negación de inhesión, y el accidente por la negación de perseidad 4. Cómo piensan algunos que se realiza la determinación del ser.- Puede
cosa que resulta diffcilmente comprensible. Por todo ello, aunque a veces expli~ <>bjetarse: resulta contradictorio realizar dicha resolución en dos conceptos, y que
quemas estas cosas simples valiéndonos de negaciones, sin embargo una mente el uno esté incluido en el otro, porque si en el concepto del modo perseidad se
que proceda rectamente se da cuenta de que esas mismas cosas reales no están incluye el ser y la pel"seidad, se incluye en él, por lo tantn, todo cuanto hay en el
consdtuidas p_or ~egaciones; _por ejemplo, explicamos la diferencia del bruto por concepto de sustancia; por consiguiente, no se hizo resolución alguna. Puede
med10 de la uracwnahdad, sm que, por ello, pensemos que está constituido por responderse que el ente se incluye ciertamente en el modo de perseidad, pero de
una negación; del mismo modo, por una negación explicamos la infinidad manera distinta que en la sustancia, ya que en ésta se incluye como en un ente
de Dios, la cual pensamos legítimamente que consiste en una perfección completo y perfecto; en cambio, en el modo sólo como en un ·ente incompleto. Ade-
suma y positiva; así, pues, de esta manera, aunque expliquemos algunas más, la sustancia incluye el modo de perseidad como parte metafísica que la cons-
veces que la sustancia existe en sí misma por la negación de inhesión en tituye formalmente, estando consdtuida en su totalidad por el ser y el modo; en
otro, concebimos, sin embargo, en nuestra mente que no está formalmente cons- cambio, el modo perseidad se incluye a si mismo, mejor, es él mismo no como
tituida por dicha negación, sino por una perfección positiva, -en virtud de la cual parte de sí mismo, sino como aquello por lo que la sustancia se constituye; y por
stantiae, quia id solum est quaedam negatio, per rationem confictus, et non realis; quía absque subiecto cui inhaereat; sicut e con- resolubiJes in duos conceptus, hoc enim est
quam circunscribimus hac voce per se. Sed id per quod formaliter constituitur dicitur trario in accidente intelligimus esse talero
non video quid Soncinatem in eam sen- proprium solius entis~ sed quia non sunt
esse negativum seu ens rationis. Denique positivam naturam, quae postulat adhaesio- resolubiles in duos conceptus mutuo prae-
tentiam induxerit, cum ipse non ponat con- alias etiam accidens per negationem a fortio- nem ad aliud ut esse possit.
ceptum obiectivum entis praecisum ab hoc scindentes, quia unus necessario debet in
ri constitueretur, cum sit minus perfectu:m 3. Substantia et accidens per positivas alio includi, scilicet, ens in modo, quamvis
disiuncto substantia vel accidens, quia, si quam substantia; erit ergo quidam circulus,
ah bis non abstrahit, nullo modo contra- pcriectiones constituuntur,-' Tertia ergo e converso modus in ente actualiter non
quia substantia constituetur per negationem sententia admittit contractionem seu deter- includatur.
heme indiget, sed sola ablatione alterius inhaerentiae, accidens vero per negationem
membri alterum determinatum relinquitur; minationem entis ad inferiora per modos 4. Aliqui qualiter ens determinari exis-
perseitatis, quod vi:x; est intelligibile. Quo- positivos et reales; haec autem determinatio timent.~ Quod si obiicias quía repugnat
id autem quod relinquitur non potest in- circa, quamvis haec simplicia interdum a
trinsece constitui per solam ablationem al- dupliciter explicad potest. Primo, ut sit per fieri talero resolutionem in duos conceptus,
nobis per negaciones explicentur, tamen modum compositionis ex ente et modo et alterum in altero includi, nam si in
tedus membri, sed per id quod intrinsece mens recta concipit res ipsas reales non
est. Qua enim ratione intelligi potest sub- -aliquo, ex quibus, tamquam ex partibus me- conceptu modi per se includitur ens et ip-
constituí negationibus; sic differentiam taphysicis, conceptus substantiae, verbi gra- sum per se, ergo in eo includitur totum
stantia constitui in ratione substantiae, quaf bruti per irrationale explicamus, quod non
perfectissiJn-a··-est;·--per·- sóláin ·ne"[~atíOriem aut 1 componitur, et in eosdem est resolubi- id quod in conccptu substantiae; ergo nul-
propterea concipimus negatione constitui; lis; quae compositio non est ex genere et la facta est resolutio. Responded potest,
per ens rationis? Unde omnia fere argu .. similiter infmitatem Dei negatione declara-
menta quibus contra Scotum probavimus differentia, so¡um quía ens includitur in includi quidem ens in modo per se, aliter
mus, quam in summa quadam et positiva ipso modo; in his enim compositionibus, vero quam in substancia, nam in substantia
modum entis includere ens, procedunt con- perfectione consistere recte concipimus; sic
tra hanc sententiam, scilicet, quia substan- quae tantum sunt per rationem, non repu- includitur ut in completo et perfecto ente;
ergo, quamvis substantiam per se esse in- ta tur inconveniens quod detenninabile, in modo vero solum ut incompleto. Itero
tia non nisi ex substantiis coalescere vel terdum explicemus per negationem inhae-
constitui potest. Item, quia alias etiam mo- quando transcendens est, includatur in con- substancia includit modum per se ut partero
rendi in alio, tamen mente concipimus non ceptu determinantis. Et hac ratione aiunt metaphysicam formaliter constituentem ip-
dus quo detenninatur ens ad ens increa- per eam negationem formaliter constituí, sam, atque illa est totum constitutum ex
tum, esset negatio. Praeterea conceptus conceptus substantiae et aliorum supremo-
sed per positivam perfectionem, qua intel- rum generum vel differentiarum vocari ente et modo; modus autem per se includit
-substantiae de formali esset privativus aut ligitur formalem vim habere, ut sit per se seipsum, seu potius est ipsemet, non ut
simpliciter simplices, non quia non sunt
444 Disputaciones metafísicas Disputación segunda.-Sec.c~•:_'ó_n_·_V_I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _4:':4':::5

este motivo, resulta verdadera la resolución de la sustancia en ser y perseidad. entre dos especies prescindir o abstraer infinitos géneros, es decir, hasta el infinito
ni es completamente lo mismo lo que se incluye en el modo que lo que se concib~ -en cuanto pueden entre las dos multiplicarse infinitamente las especies intermedias.
en la sustancia. Sin embargo, ni siquiera en esta sentencia puede admitirse tal respuesta, porque
5. y si se apura más la dificultad arriba apuntada sobre la contracción 0 la mente rechaza en seguida el proceso al infinito, ya que, de lo contrario, no
determinación del ser al modo de perseidad, mediante qué se constituye o cótn<> existiría medida ni límite de resolución para concebir una cosa distintamente, ni
se evita el proceso al infinito, hay dos maneras de responder. La primera es que la: mente podría incoar o llevar a cabo semejante abstracción y determinación, a
el ente se determina a la perseidad por otro modo, de suerte que el modo PeT- _no ser estacionándose siempre en un concepto todavia resoluble en otros dos con-
seidad sea resoluble en dos conceptos, a saber, en el concepto de ser y en el 'de ceptos, y empezandn por otro semejante. Por eso, todos los autores se esforzaron
otro modo sin nombre, distinto, sin embargo, racionalmente de la perseldad' mis...
por evitar este proceso; ciertamente se juzga que es contradictorio a Aristóteles, en
ma y menos perfecto, ya que la misma razón que prueba que la sustancia es
resoluble de esta manera, parece también probarlo respecto del modo de perseidad
d lib. U de Metafísica, c. 2, textos 10 y ll, donde niega que se pueda proceder al
puesto que la razón de ser se halla en él modificada y de manera distinta que e~ ¡nfinito en los predicados quiditativos; en efecto, de dicho proceso se llegaría
la sustancia, y de manera distinta también que en el modo del accidente; por lo: .a una conclusión opuesta; en seguida añadiremos también otra razón de tipo
tanto, puede intelectualmente distinguirse en este caso la razón de ser que se :general contra esta respuesta.
(--modifica y la razón que la modifica, distinta racionalmente de aquella con que 6. Asi, pues, la segunda respuesta puede ser que el modo de perseidad no
\ se modifica en la sustancia, de suerte que la modificación misma sea de naturaleza es resoluble ulteriormente en dos conceptos, sino que se distingue por sí mismo
\distinta. Mas, de acuerdo con esta sentencia, hay que afirmar consecuentemente de cualquier otro ente completo o incompleto, pues cuando tratamos de resolver
\que también ese otro modo es resoluble en otros dos conceptos semejantes, y algo que está constituído en aquello con que se constituye, hay que pararse en
~podría, en consecuencia, procederse hasta el infinito, porque no existe razón aquello "con que", para no proceder al infinito. Porque lo que es razón de cons-
alguna mayor para detenerse en uno antes que en otro. Esto constituiría un tituir o de distinguir a una cosa como distinta, debe, por esto mismo, distinguirse
grave inconveniente, si se supone que estos conceptos son realmente distintos, por- de cualquier otra_ cosa; así, en efecto, en los seres físicos es la forma la que distin-
que sería preciso imaginar en la sustancia infinitos modos realmente distintos, gue a un compuesto de otro, siendo ella, en cambio, distinta por sí misma; y,
desiguales en perfección, que tendrían límite por parte del . modo perfectísim<> en general, el acto es el que distingue y él, en cambio, es distinto por sí mismo;
inm~diatamente constitutivo de la sustancia misma, pero no por el otro extremo,
, del mismo modo, pues, el mDdo perseidad -lo mismo pasa con los demás- con-
de suerte que existirían allí, simultáneamente, todos esos modos, sin que pueda
señalarse entre ellos ninguno infinito en perfección; estas y otras cosas parecidas trae el ser a la sustancia, a la que constituye y distingue de las otras cosas, y al
resultan verdaderamente absurdas. Pero si se afirma que hay únicamente distin- mismo tiempo se distingue a sí mismo de los demás, y determina por sí el ser a
ción de razón entre ellos, y que toda esta resolución y composición se hace por pre- sí mismo; de este modo ya no hay lugar para el proceso al infinito. Esta respuesta
cisión y denominación de nuestro entendimiento, no parece que haya gran incon- es_ bastante probable; sin embargo, ni está desarrollada coherentemente ni da sufi-
venie?te. en admitir todo esto, porque nuestro entendimiento puede comparar, dente explicación del problema, como se echará de ver por lo que diremos en la
prescmdir o abstraer las cosas entre sí de infinitos modos, igual que puede también 'Sell.tencia inmediata.

pars sui, sed ut id quo constituitur sub- dificatio ipsa. diversae ra.tionis sit. Iuxta
stantia; et hac ratione vera fit resolutio sub- hanc vera sententiam consequenter dicen~ aut praescindere et abstrahere; sicut potest 6. Secunda ergo responsio esse potest,
etiam inter duas species in infinita genera modum per se non esse ulterius resolubilem
stantiae in ens et per se; neque ídem om- dum est illum etiaro alium modum esse re~
nino includitur in modo quod concipieba- wlubilem in alias símiles duos conceptus, vel in infinitum praescindere et abstrahere, in duos conceptus, sed seipso distingui a
tur in substancia, et consequenter ita posse in infinitum pro· quatenus. inter duas species possunt aliae quolibet alio completo vel incompleto ente;
5. Quod si ulterius urgeatur difficultas cedi, quia non est maior ratio sistendi in intermediae in infinitum multiplicari. Sed nam cum procedimus resolvendo quod
supra tacta de contractione seu determina- uno quam in alio. Boc autem esset mag- nihilominus haec responsio non est proban- constituitur in id quo constituitur, sisten-
tiene entis ad ipsum modum per se, per num inconveniens, si ponerentur isti con· da, etiam in hac sentencia; quia mens statim dum est in eo quo, ne procedamus in infi~
quid fiat, aut quomodo non procedatur in ceptus ex natura rei distíncti, quia oporteret abhorret processum in infinitum, quia alias nitum. Nam quod est ratio constituendi
infinitum, duplex est modus respondendi. fingere in substancia infinitos modos ex na- nullus esset modus aut terminus resolutionis seu distinguendi aliud, hoc ipso est per se
Prior est determinari ens ad per se per tura rei distinctos et in perfeccione inae- ad rem distincte concipiendam, nec posset distinctum a quoj_ibet alio; sic enim in re-
alium modum, ita ut modus per se resolu~ quales, habentes terminum ex parte madi mens inchoare vel efficere huiusmodi abs- bus physicis forma est quae distinguit unum
bilis sit in duos conceptus, scilicet in con- perfectissirni et proxime constitutivi ipsius tractionem et determinationem, nisi sisten- coropositum ah alio, ipsa vero per se est
ceptum entis--- et---3lterius modi ..--innominati, substantiae, non vero ex alio extremo; ita seroper in conceptu ulterius resolubili distincta; et in universum actus est qui
ratione tamen distincti ah ipso per se mi~ ut orones iUi modi simul ibi sint, et tamen
duos alias conceptus, et incipiendo ah distinguit, ipse vero actus per se est di-
nusque perfecti, nam eadem ratio quae pro- in eis nullum sit assignare infinitum in per- simili. Unde auctores omnes conati sunt stinctus. Sic ergo modus per se ( et idem
bat substantiam ipsam esse sic resolubilem, feccione; haec enim et similia revera sunt hunc processum vitare; et videtur sane re- est de caeteris) contrahit ens ad substantiam,
probare etiam videtur de modo per se, nam absurda. At vero si asseratur solum esse· pugnare Aristoteli, II Metaph., c. 2, text. 10 quam constituit et disúinguit ah aliis, simul-
in eo est ratio entis modificata et aliter ínter haec distinctionem rationis, et om- et 11, ubi negat posse procedi in infinitum que se ipsum ab alüs etiam separat, et per
quam in substantia, et aUter etiam quam in nem hanc resolutionem et compositionem es- in praedicatis quidditativis; oppositum enim sese determinat ens ad seipsum; et sic
modo accidentis; ergo potest ibi ratione se per praecisionem et denominationem in- apene sequitur ex praedicto processu; et cessat processus in infinitum. Haec respon-
distinguí ratio entis quae modificatur, et tellectus, non videtur magnum inconve- -statim addemus alias rationes, quae com~ sio est probabílis, tamen non est satis con-
ratio illam modificans, racione distincta ah niens, totum hoc admittere; nam intellectus tnunes- sunt, etiam contra hanc responsio- sequenter dicta, nec rem satis declarat, ut
illa qua modificatur ad substantiam, ut mo~ potest infinitis modis res ínter SI! conferre ex dicendis in consequenti sententia patebit.
446 Disputaciones metafísicas segunda.-Se'cción VI 447
-----·--·----···-·----
la diferencia se añade al género, porque toda naturaleza es esencialmente
Explicación de la verdadera sentencia ma·s hay algunas cosas que se' dice que añaden al ser en: cuanto expre-
7. La op11llon cuarta, y que merece mi aprobación, es que esta determina- sar~ un modo suyo, que no se expresa por el nombre de ser.; y más abajo:
ción o contracción del concepto objetivo- de ser a. sus inferiores no se ha d~ la sustancia no añade sob1·e el ser diferen-cia alguna, sino que con el nombre de
entender a modo de composición, sino sólo a modo de una más expresa concep... sustancia se expresa un modo especial de ser. Afirma esto mismo en la q. 21, a. 1,
¡ ción de algún ente contenido bajo el ser, de suerte que ambos conceptos, tanto el V erit. También Escoto se valió del mismo modo de expresión, In !, dist. 8,
,~de ser como el de sustancia, por ejemplo, son simples e irresolubles en dos con. q. 3; se diferencia, sin embargo, por la manera de explicarlo) según se deduce
ceptos, y se diferencian únicamente en que uno es más determinado que otro. Lo· obviamente de lo dicho.
cual respecto de los conceptos formales se explica perfectamente; en efecto, 9. Se demuestra la posibilidad, del modo pmpuesto de contracción del ser.-
sólo se diferencian en que el objeto en si es concebido más expresamente por el Además, se prueba con ejemplos que este modo de abstracción y determinación
uno que por el otro, por el que sólo se le concibe confusa y precisivamente según intelectual es posible; en efecto, cuando dividimos la cantidad en medidas de dos
cierta semejanza con las demás cosas; mas todo esto puede verificarse sin com- codos, tres codos, etc., no puede pensarse que el concepto de cantidad de dos codos
posición propia, por solo el conocimiento confuso o distinto, precisivo o deter- se resuelva en el concepto de cantidad y en el de dos codos, porque es imposible
minado. Se entiende, pues, que a estos conceptos formales les corresponden dos· concebir la medida de dos codos sin concebir la cantidad; esto, pues, es señal
conceptos objetivos simples e irresolubles en varios conceptos, de los que uno se de que ambos conceptos sólo se distinguen como explícito y confuso. Casi lo
dice superior o más abstracto que el otro sólo porque responde a. un conceptO" mismo pasa con el concepto de calor y el de calor de ocho (grados), lo cual se
formal más confuso, mediante el que la cosa no se concibe según el modo deter- comprueba también porque el concepto común de calor no sólo se incluye en el
minado como es en sí, sino confusa y precisivamente. Puede también entenderse concepto total de calor de ocho (grados), sino también en cada uno de sus gra-
que el concepto superior se incluye en el inferior sin composición propia de éste,. dos; asi, pues, cuando se dice calor de ocho grados, no se añade un modo distinto
porque todo lo que se concibe confusamente en dicho concepto precisivo se que forme composición con el calor en cuanto tal, sino que se expresa y concibe,_--
encuentra más expresamente en el otro concepto, en todO' él, sea cual sea la razón el calor tal como se da en la realidad. En nuestro caso, esto resulta claro. respec--¡
bajo la que se le considera. Finalmente, se entiende la determinación del superior- to de la determinación del ente al ser infinito, pues la infinitud ni siquiera puede
al inferior y la adición del inferior al superior no como por adición de una parte a concebirse como un modo añadido al ente o como algo inferior al ser infinito
otra parte, sino sólo como algo que se hace por una mayor determinación o expre- mismo; por consiguiente, sólo tiene lugar en este caso el concepto más expreso y
sión, o por confusión del mismo .objeto en orden a diversos conceptos de la
mente.
determinado de un ser simpliclsimo; por este motivo, el ente mismo no es más j'
simple que Dios, aunque sea concebido de una manera más abstracta. Este puedec-"
8. Este modo de explicar el problema lo indicó Santa Tomás en la q. 1 del ser también el modo legítimo de comprender el concepto de sustancia y accidente.
De Verit.., a. 1, diciendo: lo prime1'o que el entendimiento concibe como más 10. Este modo es el más opto para resolve1· todas las dificultades.- Si este
conocido y en lo que resuelve todos sus conceptos, es el ser, siendo por ende modo, pues, es posible, lo cual basta por el momento, se puede probar fácilmente
ne·cesario que todos los otros con'cep•tos del entendimiento se elaboren por adición que hay que admitir también que asi se verifica. Primero, porque con este modo-
al ser; ahora bien, al ser nada puede' añadirse a modo de natumleza extmña, tal

Explicatur vera sententia superior vel abstractior alio, solum quía potest ad'di quasi extranea natura pe;) ut expressum et confusum. Idem fere est
-_probatur
7. Quarta igitur
est hanc
opinio et quae mihi
~ontr_actionem seu de--
respondet confusiori conceptui formali, per
quem non concipitur res secundum deter-
•· mod1um qua differentia additur generi, quia 1 in conceptu caloris et caloris ut octo~- cuius
_quaelibet natura essentialiter est ens; sed signum etiam est. quod conceptus commu..
t~rminationem __ COniePtus ___qhie(iiVlemís-- ad minatum modum quo est in se, sed confuse secundum hoc ali_qua dicuntur addere su- 1 ' nis caloris non solum includitur in toto.
inferiora non esse intelligendain per- inodum et praecise. Potest etiam intelligi ille con- pra ens, in quantum exprimunt ipsius mo-· ! calare ut octo, sed etiam in singulis gradi-
compositionis, sed solum per modum -ex- ceptus superior includi in irúeriori sine pro- dum, qui nomine ipsius entis non exprimi- bus eius; cum ergo diclrur calor ut octo,
pressioris. c.onceptionis alicuius entis con- póa compositione inferioris; quia totum id, tur; et infra: Substantia non addit supra : non additur modus distinctus faciens com-
11
tenti sub ente; ita ut merque conceptus,
tam entis quam subs·tantiae, verbi gratia,
quod confuse concipitur in illo conceptu
praeciso, reperitur in alio obiecto expres-
ens aliquam differentiam, sed nomine sub-)
sttmtiae expr-imitur specialis modus essendi.
positionem cum calare ut sic, sed exprimi-
tur et concipitur calor prout est in re. In
simplex sit et irresolubilis in duos concep- sius concepto, et in tato illo, quacumque ldem significat q. 21 de Verit., a. l. Eum- praesenti etiam hoc est manifestum in de-
tus, solumque differant quia unus est ma- ratione consideretur. Ac denique intelligitur dein item dicendi moduin signi:ficavit Scot., terminatione entis ad ens infinitum; neque
gis detenninatus quam alius. Quod in ordi- determinatio superioris ad inferius et additio In 1., dist. 8, q. 3; differt tamen in ratione enim concipi potest infinitas tamquam ali-
ne ad conceptus formales recte explicatur; inferioris ad superius, non quasl per additio- explicandi, · ut ex dictis faciJe constat. quis modus additus enti, vel tamquam ali-
differunt enim solum quia per unum expres- nem partis ad partem, sed per solam maio- 9. Modus contrahendi ens assignatus quid minus ipso ente infinito; solum ergo
sius conclpimr·----r-es------prüuc·est "llcse;- quam tern determinationem, vel expressionem, esse probatur.- Praeterea, hunc est ibi expressior magisque determinatus
per alium, quo solum confuse concipitur, confusionem eiusdem reí in ordine ad di- modum abstractionis et determinationis in- conceptus cuiusdam simplicissimi entis, et
et praecise secundum aliquam convenien- versos conceptus mentis. tellectualis esse possibilem, probatur exem- hac ratione ens ipsum non est simplicius-
tiam cum aliis re bus; hoc autem totum fieri \ 8. Talem modum explicandi hanc rem plis; nam cum dividimus quantitatem in Deo, quamvis in modo quo concipitur sit
potest sine propiia compositione per so~am indicavit D. Thomas, q. 1 de Verit., a. 1, bicubitam, tricubitam, etc., non potest intel- abstractius. Ita ergo recte intelligi potest
cognitionem confusam vel distinctam, prae- dioens: Quod primo i-ntellectus concipit ligi quod conceptus bicubitae quantitatis in conceptu substantiae et accidentis.
cisam vel determinatam. Sic igitur bis con-·' quasi notissimum, "et in qua omnes con_- resolvatur in conceptum quantiptis et bicu- 10. Ad omnes difficultates enodandas
ceptibus formalibus intelliguntur correspon-''r\ ceptiones resolvit, est ens, unde oportet biti, quia impossibile est conc1pere bicubi- talis modus aptissimus.- Si autem hic mo-
dere duo obiectivi simplices et irresolubiles quod omnes aliae conceptiones intellect.Us tum non concepta quantitate; signum ergo dus possibilis est, quod in praesenti suf-
in piures conceptus, quorum unus dicitur -.- accípiantur ex additione ad ens; sed enti est illos duos conceptus solum distingui sic... ficiat, et ita fieri censendum sit, facile sua-
_4:_c4c:8_·_ _ _ _ _ _ _:__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ D_c_isputaciones metaf!sicas Dispntación segunda.:~:::S:::•:::cc=i:::ón..__V:_:_I_________________44~9

se resuelve con facilidad la dificultad insistentemente repetida antes, y se explica 11. Finalmente, contra esta sentencia así explicada no se presenta dificultad
cómo puede el ente expresar un concepto preciso según la razón y, no obstante ..alguna de importancia, pues no se ocurre nada con que se pueda demostrar que
contraerse a los inferiores e incluirse íntimamente en todos ellos sin proceso ai -este procedimiento de abstracción y contracción según la razón sea contradictorio,
-o que no sea suficiente para todo lo que suele explicarse o pensarse sobre el
infinito y sin composición propiamente tal. Segundo, porque con este modo se
justifica perfectamente· cómo los géneros supremos expresan conceptos absoluta- ente y sus inferiores, o para cualquier experiencia derivada de nuestro modo de
mente simples, y puede, no obstante, abstraerse de ellos el concepto de ser por ,concebir, o de la que podamos estar conscientes. Sólo creo que puede objetarse
sola precisión del entendimiento, la cual no consiste en una especie de separación un testimonio del Filósofo en el lib. III de la Metafísica, texto 3, cuando dice que
de una cosa de otra, o sea, de lo formal de lo material, o de lo material· de ¡0 un predicad_o común no puede contraerse por una diferencia que incluya esencial-
,JJormal, según pasa cuando se abstrae el género de las diferencias, sino que ~ mente el m1smo concepto común. Pero, dejando a un lado que los testimonios to-
/.¡ ~~_§te __ en--un--conocimi~JJJo en cierto modo confuso, por el cual no se considera el mados de dicho libro no son de mucho valor, porque Aristóteles no dice en él
Objeto distinta y deterrninadamente, como es en realidad, sino según cierta seme- nada en pla~ de afirmar, sino _de argumentar o poner dudas, no obstante, se lo
janza o conveniencia con los demás, conveniencia que por lo que se refiere al con- dta con falsm, puesto que Aristóteles no habla de cualquier predicado común
cepto de ser existe en las cosas según todos sus aspectos entitativos y modos rea- sino ?el género. cuyas característi:as son distintas; pero el ente no es género:
les de los mismos, realizándose, por lo mismo, la confusión o precisión de dicho es mas, esta rmsma es la conclusión a que pretende llegar Aristóteles allí. De
donde resulta gratuito y ajeno a la mente del Filósofo el que algunos extiendan
concepto no mediante la separación precisa de un grado o de otro, sino sólo por
esto ~ todo pr:dicado común y univoco. De esto se volverá a hablar luego, al
el conocimiento precisivo del concepto confuso respecto del distinto y determina-
estudiar los umversales y la analogía o comunidad entre el ente y el accidente.
do. Por eso, en tercer lugar, puede demostrarse esto- ostensivamente, porque el
12. En qué sentido se llarrm a los supremos géneros primariamente diversos.-
concepto de ser no es preciso según la realidad, sino según la razón, como se probó.
Se sigue de aquí que el con~epto de sus:~cia y el concepto de perseidad, 0 sea,
Ahora bien: la precisión según razón puede verificarse según los· dos modos del modo per se) no se d1stmguen obJetivamente, sino sólo por el modo de
dichos, como se demostró, y no podrá idearse o inventarse fácilmente otrO dis- concebir, co~o ser quod, o con:o ser quo, igual que pasa con Dios y deidad;
tinto. Además, la precisión cuasi formal excluyendo un grado de otro no tiene- porque propiamente en la realidad no hay ser quo y ser quod, sino sola-
lugar en el ente por su ilimitación y trascendencia, y porque el contener uno a mente ser completo; mas la mente, que no puede explicar las cosas sim-
otro, fundamento de tal concepto, se cumple por igual en la entidad completa ples si no es por semejanza con las compuestas, se vale de estas maneras de con-
según su totalidad; por consiguiente, sólo la otra precisión, por confusión del -cebir. Por eso decía antes que se afirma con razón que uno de estos modos se
concepto, puede tener lugar en el ente; y, a la inversa, por lo tanto, la modifica- distingue del otro por sí mismo; empero, hablando consecuentemente lo mismo
ción o contracción a los géneros inferiores sólo puede realizarse mediante un habrí~ que decir de los propios géneros que son percibidos y están ~onstituidos
concepto simple más expreso y determinado, porque la contracción debe respon- P.or dich~s m~dos, ~orque, en realidad, no se constituyen por vía de composición,
der, proporcionalmente, a la abstracción, y la expresión o determinación a la pre- smo por I~e~IIdad simple y adecuada (igual que dicen los teólogos de la relación y
cisión. persona divma), puesto que todo lo que el uno incluye, lo incluye también el

deri potest. Primo, quia hoc modo expedi- est per separationem praecisivam unius gra- ll. Tandem contra hanc sententiam sic tum est, et praeter mentem Philosophi. De
tur facile difficultas saepe inculcata in su- dus ab aHo, sed solum per cognitionem explicatam non occurrit difficultas alicuius qua re iterum infra redibit sermo, tractando
perioribus; et explicatur qua modo ens pos- praecisivam conceptus confusi a distincto et momenti; nihil enim se offert quo o.stendi de universalibus et de analogía vel com-
sit dicere conceptum praecisum secundum determinato. Unde potest tertio hoc osten- possit hunc modum abstractionis et contrac- munitate entis et accidentis.
mtíonem, et nihUominus determinari ad in- sive probari, quia conceptus entis non est tionis secundum rationem repugnare, aut 12. Qua ratione suprema genera dican-
teriora, et intime includi in omnibus illis praecisus secundum rem, sed secundum ra.. non sufficere ad omnia quae de ente et eius tur primo diversa.- Bine sequitur concep-
absque processu in infinitum et absque pro- tionem, ut probatum est; praecisio autem inferioribus dici solent aut concipi, et ad tum substantiae. et conceptum perseitatis,
pria cornpositione. Secundo, quia hoc modo secundum rationem potest contingere illis omnem experientiam, quae ex modo conci- ,seu madi per se, obiective non distingui,
salvatur optime quomodo suprema genera duobus rnodis, ut ostensum est, et non facile piendi nostro sumatur vel percipj possit. sed tantum ex modo concipiendi, ut quod,
dicant conceptus simpliciter simplices, et poterit alius fingí vel excogitari. Rursus Solum video posse obüci Philosophi testi- vel ut quo, sicut Deus et Deitas; quia in
nihilominus possit ab eis abstrahi conceptus praecisio quasi formalis per exclusionem monium, III Metaph., text. 3, dicentis non re proprie non est quo et quod, sed tantum
entis per solam praecisionem intellectus, unius gradus ab alio non habet locum in P?sse c~mmune praedicatum contrahi per quod; mens autem, quia non potest expli-
quae non consistat quasi in separatione unius ente propter illimitationem suam et trans- differenuam quae per se includat ipsum care simplicia nisi ad modum composito-
ah alio, scilicet, formalis a materiali vel cendentimn; et quia continentia, in qua commune praedicatum. Sed ut omittam tes- rurn, utitur illis concipiendi modis. Et ideo
materialiS a -fó.inlali, ut fit in abstractione fundatur eius conceptus aeque est in tota quae ex illo libro sumuntur non supra dkebam recte quidem dici unum ex
generis a differentiis, sed quae consistat in entitate secundum se totam; ergo solum esse firmae auctoritatis, quia Aristoteles ni- hls modis distinguí ab alio se ipso; tamen
cognitione aliquo modo confusa, qua consi- potest in ente habere locum altera praedsio hil in illo libro docet asserendo, sed argu- consequenter loquendo, idem esse dicen-
deratur obiectum, non distincte et determi- per confusionem conceptus; ergo etiam e mentando et dubitando, tamen falso citatur, dum de ipsis generibus quae apprehendun-
nare prout est in re, sed secundum aliquam contrario modificatio seu determinatio ad quia non loquitur de quolibet communi tur ut constituta per tales modos; quia
similitudinem vel convenientiam quam cuni inferiora genera solum esse potest per sim- praedicato, sed de genere, de quo est alia revera ibi nulla est constitutio per modum
allis habet, quae conveniencia in ordine ad plicem conceptum magis expressum et de- ;.ttio; ens autem non est genus, immo hoc compositionis, sed per simplicem et adae-
conceptUm entis est in rebus secundum ta- terminatum, quia contraerlo debet propor- 1psum vult ibi Aristoteles concludere. Unde quatam identitatem (sicut dicunt theologi
tas entitates et modos reales earum, et ideo tionate respondere abstractioni> et expressio quod aUqui id exlend"Lint ad omne praedi- de relatione et persona divina), quia quid-
confusio seu praecisio talis conceptus non seu determinarlo praecisioni. catum comrnune vel univocum, gratis die- quid unum includit, includl,t aliud. Neque
450
otro. Ni existe razón alguna para que el modo de perseidad se distinga por ,¡
mismo de otro modo más que la sustancia, puesto que se halla también inmediata-
mente bajo el ser y lo incluye intima y totalmente. Y por esta razón se llama coa
todo derecho a los géneros supremos primariamente diversos, no porque convengBtt_
en algún concepto común confuso, sino porque no tienen diferencias determinadas
que caigan fuera de dicho concepto común, o sea, del ser, sino que poseen ¡1,
diversidad en sí mismos, en sus propias y determinadas naturalezas, aunque
tengan también una semejanza imperfecta en la razón de ser; estas dos cosas,
efectivamente, no son contradictorias, según se explicó con anterioridad.
DISPUTACION III
est ulla ratio oh quam modus per se magis non habent determinaras. differentias quae
se ipso distinguatur ab allo modo quam sint extra rationem illius communis seu DIVIDIDA EN TRES SECCIONES
substancia, cum proxime etiam sit sub ente, entis, sed se ipsis habent diyersitatem in
et intime ac totaliter includat illud. Atque propriis ac determinatis naturis, quamvis et-.
hac ratione optime dicuntur suprema gene- iam habeant imperfectam similitudinem m LAS PROPIEDADES Y PRINCIPIOS DEL ENTE EN GENERAL
ra primo diversa, non quia in nullo com- ratione entis: haec enim duo non repugna•t~
muni conceptu confuso conveniant, sed quia ut in superioribus dec,laratum est -

RESUMEN

Después de una breve introducción -·conexión de esta disputación con las


anteriores y materia de que se va a tratar- entra Suárez en el problema, que
divide. en tres partes:
l. Existencia y naturaleza de las propiedades del ser (Sec. I.).
II. Determinación del número de estas propiedades (Sec. 2).
lll. Los prim.:ros principios (Sec. 3 ).
SECCIÓN 1
Se abre esta seccwn planteando la duda motivada por las condiciones que
debe reunir toda propiedad real y verdadera (1 ). En consecuencia, parece resultar
contradictoria la existencia de una propiedad real del ente real en cuanto tal (1 ).
Exposición de opiniones:
1) Escoto (triple interpretación): el ente tiene propiedades reales y posi-
tivas (2).
2) Algunos tumistas: opinión muy semejante (3).
3) Santo Tomás, Soncinas, Gayetano, etc.: sólo afúJden negación (4).
Opz"nión verd'adera: prevz·os dos números aclaratorios sobre la predicación
y distinción de razón, y una vez explicado que el ente en rigor significa la entidad
de la cosa, pero que a veces se llama ente a todv lo que puede afirmarse de
otro (7), propone Suárez la verdadera sentencia en tres afirmaciones:
l.a El ente, en cuanto ente, no puede tener auténticas pasiones positivas,
reales y realmente distintas de él (8-9).
2." El ente, en cuanto ente, tiene algunas propiedades que rro son mera
ficción de la mente, sino que se predican de él verdadera y realmente ( 10 ).
3.a Estos atributos añaden formalmente al ente, ya una. negacz"ón, ya una de-
¿_!IQJ,ni>tación extrínseca; pero explican una perfección real y positiva ( 11 ).
Termina esta seccz"ón respondiendo a los argumentos según la doctrina ante-
riormente sentada (12), y explicando a modo de conclusión cómo se distinguen
los atributos .entre sí ( 13).
SECCIÓN 11

Plantea en ella el problema del número de estos atributos, exponiendo en los


primeros números las razones que hacen· dudosa la auestión (1 -2 ). La soltk-
es: el ente sólo tiene tres atributos: unidad, verdad, bondad (3).
560 Disputaciones metafísicas

detalle esta materia, ahora diremos brevemente sólo que la unidad trascen-
dental de que tratamos no se ha de limitar a la unidad singular o universal,
material y formal, sino que comprende toda unidad que en un ente real o en la
razón formal de ente real puede hallarse. Será, por tanto, unidad trascendental
cualquier razón de ente real per se, en cuanto que es adecuadamente y por sí
misma indivisa. Y digo del ente per se en el sentido que hemos explicado antes
que es objeto de la metafísica, ya que si se toma más ampliamente, no tiene
ninguna unidad, ni siquiera formal, como se ha dicho. Digo también en cuanto DISPUTACION V
indivisa, porque ni sola la razón de ente, ni sola la negación hace la unidad, sino
la razón de ente indivisa, como se mostró antes. Finalmente, digo adecuada y
por sí misma, porque la unidad en cada cosa o concepto objetivo real debe ser LA UNIDAD INDIVIDUAL Y SU PRINCIPIO
considerada según su propio concepto, y no según uno superior o inferior o
extraño, pues todas estas cosas o son inadecuadas o son accidentales de algún
modo; en cambio, la unidad de cada cual es algo adecuado a ella y le conviene
esencialmente. De lo cual se deduce que el hombre se llama uno esencial- RESUMEN
mente porque según su razón propia adecuada no está dividido en la razón
esencial, aunque en los individuos se divida entitativamente; y no se llamaría Como se nos dice en las breves l'meas mtro
· d uctorias, esta disputación tiene
absolutamente uno el hombre de aquel modo por estar indiviso en la razón de tres p·artes:
animal, ya que dicha indivisión no bastaría para la citada unidad, por no con-
venirle al hombre adecuada e inmediatamente por sí, sino por una razón su- . l. Individualidad de todas las cosas existentes. Concepto de individua-
lzdad (Sec. 1 y 2).
perior. Il. Princip!o de individuad~ de las sustancias (Sec. 3-6).
Con esto, pues, queda suficientemente explicado el concepto de unidad to--
mado en general. Pero, para poder explicarlo de una forma más explícita y radical, III. Pnnczpw de tndtvzduacwn de los accidentes (Sec. 7-9).
es preciso que digamos algo en particular de la unidad individual, formal y SECCIÓN I
universal, que son las unidades propias de la metafísica.
· Se plantea el problema a propósito de la naturaleza divina\ otros casos en
breviter dicitur unitatem transcendentalem, non secundum aliquam superiorem, inferio- que parec~n .d~se seres exzsten!es no individuales (1); mas, aquilatando el con-
de qua nunc agimus, non esse limitandam rem, aut extraneam; nam haec aut sunt cepto de zn~zvzduo fre_nte al _unzversal (2), y con eiemplos adecuados (3) se llega
ad unitatem singularem vel universalem, inadaequata, aut quodammodo per accidens;
unitas vera uniuscuiusque est illi adaequa- a la soluczon de la stngulandad e individualidad de todo lo existente '(4) p
materialem et formalem, sed comprehende- bada (4-5) Y defendida contra las obieciones (6-8). ' ro-
re omnem unitatem, quae in aliquo ente ta et per se illi convenit. Unde horno di-
reali seu in ratione fonnali entis realis citur unus essentialiter, quia secundum pro-
inveniri potest. Erit ergo unitas transcen- priam adaequatarn rationem suam non est SECCIÓN II
dentalis quaecumque ratio entis realis per divisus in essentiali ratione, quamvis in in-
-se, quatenus indivisa est adaequate et se- dividuis entitative dividatur; non dicetur Ganan;os el concep.ta de individuación viendo qué añade sobre la natura-
cundum se. Dico entis per se eo modo quo autem horno simpliciter unus illo modo, eo leza comun (1). La pnmera sentencia es que añade un modo real distinto· sus
supra explicatum est a nobis esse obiectum quod · sit indivisus in ratione animalis; ea
enim indivisio non sufficeret ad praedictam pruebas ocupan los númet·os 3-4. La segunda es que no añade nada en absolu-
metaphysicae; nam, si latius sumatur, nul-
lam habet unitatem, etiam formalem, ut unitatem, eo quod non conveniat homini to (5): La tercera es que no añade nada en las cosas inmateriales, pero sí en las
dictum est. Dico etiam ut indivisa, quia adaequate et per se primo, sed ratione su- ':"'~"'"!Jles (:_>). Planteado el problema con toda precisión (7), determina que el
perioris. Ex his ergo satis explicata est ra-
nec sola entis ratio nec sola negatio facit
tio unitatis in communi sumpta. Ut tamen 'pn ;m. uo( anad)e algo real (8), aunque no distinto realmente de la naturaleza es-
unitatem, sed ratio entis indivisa, ut su-
pra ostensum est. Denique dico adaequate distinctius et radicitus explicetur, oportet d ect1zca 9-17 ·. En . los nu'meros . szguzen
· · tes (18-30), principalmente a prop6sito
et secundum se, quia unitas in unaquaque ut de unitate individuali, formali et univer- bt!, a1gu~as ,ob¡eczones; se va ansiando el concepto, haciéndolo aplicable tam-
re seu conceptu obiectivo reali secundum sali, quae sunt propriae unitates metaphy- t:;(3~-:~)_"ngeles. Czerran la sección las soluciones de los argumentos en con-
_propriam eius rationem attendi debet, et sicae, in particulari dicamus.

III

. Dei~". aparte la sustancia divina (1), entramos en la determinaci6n del


f!""'Rzo. zz:dzmdualde las sustancias (2). La primera sentencia es la que pone
;o pn~:z¡n~ en l~ materia "signada" (3-4). Sopesados sus argumentos (5-7) y
. t;:,. as as _ob¡ect~s (8), rechaza el primer modo de explicar la materia
stgnd · matena modzfzcada por la cantidad (9-17). Rechaza asimismo el se-
gun o, en que la cantzdad es término de la relación de la materia (18-27). Refu-
562 Disputaciones metafísicas

ta, por fin, el tercero, que distingue entre principio constitutivo y principio de
multiplicabilidad (28-33), declarándose contra esta sentencta en la solución de
la cuestión (34).

SECCIÓN IV
En pocos números. e~pone Suárez la opinión de quienes defienden la forma
sustancial como princtpto de indivitluación con los argumentos en pro (1-2),
razones en contra y su discusión (3-6), para concluir admitiendo la doctrina
como probable en cierto sentido (7).
DISPUTACION V

SECCIÓN V LA UNIDAD INDIVIDUÁL Y SU PRINCIPIO


Enumerados algunos defensores de la existencia como principio de indivi-
duación (1 ), y dejando a un lado los que identifican la existencta con la adu~­ En esta disputación vamos a investigar tres cosas : primera, si esta unidad
lidad de la entidad, discute la opinión de quienes opman que las cosas se ~nd!­ conviene a todas las cosas existentes; segunda, qué es en ellas esta unidad; y:J
vidúan por una existencia realmente distinta (2-5). Hace l? mtsmo con quum:'s finalmente, qué principio o raíz tiene en cada una de ellas. Y como esto último
ponen tal principio en la subsistencia ( 6-9 ), para conclmr negando la subsu- no puede explicarse del mismo modo en todas las cosas, lo estudiaremos sepa-
tencia y existencia como principio de individuación (10). radamente acerca de las sustancias materiales, espirituales y accidentes.

SECCIÓN VI
Es la central. Parece que por exclusión concluímos que cada cosa se indi- SECCION PRIMERA
vidúa por su entidad (1). Así lo defiende Suárez. Lo irá aplicand~ a la materia SI TODAS LAS COSAS QUE EXISTEN O PUEDEN EXISTIR
prima (2-4); a la forma sustancial (5-13); a los. modos sustanctales (14); al SON SINGULARES E INDIVIDUALES
compuesto sustancial (15-17); a las sustanctas espt!'!tuales (18).
l. El motivo de plantear la dnda puede ser, primeramente, que la natura-
SECCIÓN VII leza divina es realmente existente, y, sin embargo, no es singular e indivi-
El problema de la individuación de los ,accidentes (1). Seg.~n unos se indi- dual, ya que, como enseña la fe, es comunicable a muchos. En segundo lugar~
vidúan por el sujeto (2); según otros, por s! mtsmos (3), soluczon por la que se cada ángel es_ algo realmente existente, y a pesar de todo, no tiene esta unidad
declara Suárez (4-5). numérica e individual, sino la esencial precisiva, tal como entendemos nosotros
que se da en el hombre como tal; luego ... Se prueba la menor porque esta uni-
SECCIÓN VIII dad individual se entiende que añade algo más sobre la formal o esencial, por
La existencia simultánea en el mismo sujeto de dos accidentes sólo numéri- v1rtud de lo cual puede la razón esencial contraerse y consiguientemente dividir-
camente distintos (1). Hasta cinco opiniones va discutiendo (2-14), para d'!' una se entre varios individuos; ahora bien: en el ángel no hay tal adición, sino que
detallada solución en los números 15-19, sacando las concluswnes pertmente< toda la esencia está como precisa y abstracta, razón por la cual no puede multi-
por lo que a la indivitluación se refiere (20-24). plicarse numéricamente; así sucedería que· si el hombre existiera tal y como se

SECCIÓN IX DISPUTATIO V quia natura divina est realiter existens, et


DE UNITATE INDIVIDUAL! EIUSQUE tamen non est singularis et individua, cum
Existencia sucesiva en el mismo sujeto de varios accidentes sólo numérica- PRINCIPIO secundum fidem sit communicabilis múltis.
mente distintos, problema y opiniones (1-2); solución afirmativa con respuesta Tria in b,ac disputatione inquiremus: Secundum, unusquisque angelus est res exis-
a las objeciones (3-10). primum, an haec unitas omnibus rebus tens, et tamen non habet hanc unitatem nu-
existentibus conveniat; deinde quid in eis mericam et individualem, sed essentialem
sit; ac denique quod principium seu radi- praecise, qualis intelligitur esse a nobis .in
cem in singulis habeat. Et quoniam hoc homine ut sic; ergo. Probatur minor, quia
~-ui1timum non potest in rebus omnibus ea- unitas haec individualis intelligitur aliquid
dem ratione explicari, sigillatim inquiretur addere supra formalem seu essentialem, ra-
de substantüs materialibus, spiritualibus et tione cuius contrahi et consequenter dividi
accidentibus,
potest ratio essentialis in plum individua;
SECTIO PRIMA sed in angelo non est haec additio, sed in
UTRUM OMNES RES QUAE EXISTUNT VEL eo est tota essentia quasi praecisa et abs-
EXlSTERE POSSUNT SINGULARES SINT ET tracta, propter quam rationem non potest
INDIVIDUAE secundum numerum multiplicarj; sicut, si
1. Ratio dubitandi esse potest primo, horno prout abstracte concipitur sic existe-
cS-::6:_:4_·_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _c:Dic.c:'sputaciones metafísicas Disputaci6n quinta.-Secci6n 1 565

le concibe en abstracto, no podría tampoco multiplicarse. En tercer lugar, el comunica a ellos como el superior a los inferiores, sino como la forma al su-
hombre en la realidad misma existe en Pedro y Pablo, y en cuanto tal no es puesto, o a los ~u~uestos, en los ·que no se multiplica ni divide según su propia
algo individual y singular; luego, no todo cuanto existe en la realidad tiene tal razón. Por cons1~ruente, esta unidad singular e individual se cumple por ]a ne-
unidad. Sin embargo, en contra de eso está lo que insistentemente enseña Aris- gación de comurucabilidad o de división.
tóteles contra Platón, que cuanto bay en la realidad es individual y singular. 3. Esto . se confirma y explica más de este modo: porque igual que la
2. Hay que suponer que el ente individual o singular se opone al ente razón de u.mdad e~ com~ ~e lleva a término por la negación de ·división, tal
común o universal, no sólo relativamente, en cuanto que según la comparación como ha .Sido explicado s1gu1endo a Aristóteles, de la misma manera la razón
de la mente o la consideración dialéctica el individuo está sometido a la especie, de tal ,urudad, a saber, singular e individual, se ha de cumplir también por una
puesto que eso ni conviene a· toda naturaleza individual, como es claro en la na- negacmn, ya porque no hay mayor razón en un caso que en otro ya también
i turaleza divina, ni se refiere tampoco' a lo que ahora tratamos; se opone, por porque las raz~:mes ~e más y rnen~s común deben guardar propor~ión, así que,
! Igual que la diferencia contrae al genero esencialmente y en el mismo orden así
consiguiente, de modo cuasi privativo, casi del mismo modo como se opone la uni-
dad a la multitud. En efecto, se dice común o universal aquello que según una e~ general, s~ comporta la determinación respecto de lo determinable, que se s¿bor~
razón única se comunica a muchos, o se encuentra en muchos; y, en cambio, d~an esencialmente, como ocurre en el caso prese11te. y no puede pensarse
se llama numéricamente uno, o singular e individual aquello que de tal forma nmgun~ otr~ ':e~ación de. división. o de divisibilidad que complete a la razón
es un ente que según aquella razón de ente por la que se dice uno, no es comu- de entldad mdlV!dual y smgular, smo sólo aquélla que explic mo b
11 'd d a s ya, a sa er,
niCable a muchos como inferiores y subordinados a él, o que en aquella misma que ~ea ta a entr a q~e toda su razón no sea comunicable a muchas entidades
razón son múltiples, pues estas dos cosas últimas vienen a decir lo mismo, y fue- seme¡ante~ o, lo que es 1gu~, que no sea divisible en varias entidades tales como
ron significadas por Aristóteles en el libro III de la Metafísica, c. 3, text. 14, e~ ella IIDsma. Por es~a. ~a~on, pues.' el hombre, en cuanto tal, no es una entidad
al decir: Llamamos singular a lo que es uno en número, y universal a lo que smgular, porqu~ es divisih..e. en varios que poseen entera la razón de hombre. y
está en éstos. P?r..el contrario, . e~ta cantidad de dos pies es individual, porque aunque 'se~
Todas estas cosas se pueden explicar con un ejemplo: la humanidad, como dtvisibl~,. ~o se divtde en varias cosas, de las que cada una sea tal como er 1
tal, en su concepto objetivo, no dice algo singular e individual, porque aquel todo di~1d1do; y así ésta es una división del todo en partes, y no del co~ -~
en particulares. u
concepto es de suyo común a muchas humanidades, que realmente son muchas, y
en ellas la misma razón de humanidad se multiplica. De lo cual resulta que Se ~odrá decir que est~ razón de individuo es común a la multitud y o1 ente
según la consideración de la mente, la razón de humanidad es superior y común Pt¡r acctdens, porqu~ t~b!én un mo~:Itón de piedras es tal que no puede comu-
a muchos en cuanto inferiores; pero, en camPio, tal humanidad, por ejemplo rucarse a muchos, ru dtv1drrse en varios tales como es él mismo· y cualquier ·n '_
la de Cristo, es individual y singular, ya que toda aquella razón o concepto mero tom~d~ en particular tiene lo n;Jsmo; más aún, cua~quie; especie 0 gén~­
objetivo de tal humanidad no puede ser común a muchos que bajo aquella ro, por e¡empln, el hombre o un annnal, no son divisibles en varios que sean
razón sean multitud, es decir, a muchas humanidades; en cambio, que esta hu- tales como es lo mismo dividido.
manidad sea comunicable, por ejemplo, al Verbo Divino o también a varios A esto. hay que :;sponder concediendo que todas aquellas cosas que partici-
supuestos, no está en contra de su unidad singular e individual, ya que no se pan de dicha negac1on, son con relación a ella individuos y singulares, como
ret, non posset multiplicari. Tercio, horno inferioribus et sib¡ subiectis, aut quae in illa superior inferioribus, sed ut forma supposi-
in re ipsa existit in Petro et in Paulo, et ratione multa sint; haec enim in idem in- communica~ilis multis simillbus entitatibus,
to. vel su:ppositis, in quibus secundum pro- seu (quod 1dem est) ut non sit divisibilis
ut sic non est quid individuum et singu- cidunt, et significata sunt ab Aristotele, P:I~m rattonem non multiplicatur nec di-
Iare; ergn non quidquid existit in rerurn lib. III, Metaph., c. 3, text. 14, dicente: in plures entitates tales qualis ipsa est. Hac
vtditur, Per hanc ergo negationem commu-
ilatura habet hanc unitatem. In contrarium Singulare exponimus quod numero est unum, enim racione horno ut sic non est singularis
nicabilitatis seu divisionis haec unitas sin-
est quod Aristoteles saepissime contra Pla- universale autem quod in his. Et explican- gularis et individua completur. entitas, quía est divisibilis in plures, in qui-
tonem docet, quidquid est in rebus esse tur exemplo; nam humanitas, ut sic, in suo b.us tata ratio hominis reperitur; e contra-
individuum et singulare. 3. Quod amplius ita confinnatur et ex-
conceptu obiectivo non dicit aliquid singu- plicatur; nam sicut ratio unius in communi no vero hace quantitas bipedalis individua
2. Supponendum est ens individuum lare et individuum, quia ille conceptus de est, quia, licet sit divisibilis, non tamefl in
seu singulare opponi enti communi seu uni- per ne!?ationem ~visionis completur, ut
se communis est multis humanitatibus, quae cum Anstotele expllcatum est ita ratio ta- plura, quorum singula talia sint quale erat
versali, non solum 'relative, quatenus secun- realiter multae sunt et in illis ratio ipsa totum divisum, et ita illa est divisio totius
dum mentis comparationem seu dialecti- lis •unius, •scilicet, singularis et 'individui
- J
ne-
humanitatis multiplicatur. Unde fit ut se- gattone. euam. co~plenda est, tum quia non in partes, non communis in particularia. Di-
cam considerationem individuum spee1e1 cundum rationem ratio humanitatis sit su- ces : haec ratio individui communis est
subiicimr; hoc enim neque omni naturae est ma10r ratro m uno quam in alío tum
individuae convenit, ut patet in divina, ne-
perior et communis multis ut inferioribus; e~iam quia rationes magis et minus co:nmu- multitudini et enti per accidens, quia etiam
que ád praesenteni ·coUsideratkmeni --spectat; at vera- haec humanitas, verbi gratia, Chris- n,ts de?ent se:vare proportionem, ita quod, acervus lapidum talis est ut non sit com-
opponitur ergo quasi privative, fere ad eum ti, individua et singularis est, quia tata illa stcut differentta per se et in eodem ordine municabilis multis nec divisibilis in plures
modum qua unitas multitudini opponitur. ratio seu conceptus obiectivus huius huma- contrahit genus, ita in universum determi- tales qualis ipse est, et numerus quilibet in
Commune enim seu universale dicitur quod nitatis non potest esse communis multis, nado s.e habet ~d d~terminabile, ut per se particulari sumptus id em habet; immo et
secundum unam aliquam rationem multis quae sub illa ratione multa sint, id est, mul- subordmentur, s1cut m praesenti fit. Nulla species aliqua vel genus, verbi gratia, horno
communicatur seu in multis reperitur; tis humanitatibus; quod autem haec huma- autem alia negatio divisionis seu divisibili- vel animal non sunt divisibilia in plura quae
unum autem numero seu singulare ac in- nitas sit communicabilis Verbo divino, verbi tatis excogitari potest, quae compleat ratio- sint talla quale est ipsum divisum. Respon-
dividuum dicitur quod ita est unum ens, gratia, aut etiam pluribus suppositis, non nem entitatis individuae et singularis nisi detur concedendo omnia illa quae illam ne-
ut secundum eam entis rationem, qua unum est contra singularem et individuam unita- ea .quae a. noJ:'is explicata est, scilicet, 'quod gationem participant, quantum ad id esse
dicitur, non sit communicabile multis, ut tem eius, quia non communicatur illís ut entltas talis s1t, ut tota ratio eius non sit individua et singularia, ut hic acervus lapi-
Disputaciones metafísicas ~lh~·~spu~~=a=·on~·~qw=·~n=~=·~S~ec=a=·on~'~I______________________________~567
566
Ahor~ se prueba el asert~ porque cuanto exist~ tiene una cierta y determi-
este montón de piedras, en este aspecto es algo singular e individual, e igual-
mente este grupo de dos o este grupo de tres es un cierto individuo de tal nada entJdad; pero toda entJdad tal lleva nccesanamente unida una negación·
número en su especie; y este género o esta especie, en su razón de género o es- luego también, por tanto, la singularidad y la unidad individual. La menor e~
pecie es un individuo; sin embargo, esto último sólo conceptualmente participa clara porque toda entidad, por lo mismo que es una entidad determinada no
·de tal unidad, y los otros sólo en la raz&1 de ente per accidens o de número o puede ser dividida de si .misma; luego tampoco pnede dividirse en varias' que
multitud. Por lo cual, para que la citada negación o indivisión se acomode al sean tales como es ella rmsma, pues, de lo contrario, toda aquella entidad estaría
ente y unidad per se -de que tratamos-, se ha de tomar en cuanto añadida a e11: cada una de ellas y, ~or consiguiente, en cuanto está en una, se dividiría de sí
la entidad sustancial, pues la razón de unidad, como dijimos arriba, no consiste m1sma en cuanto que esta en la otra, cosa que encierra una contradicción manifies-
en la sola indivisión, sino en la entidad indivisa. Por consiguiente, la razón de ta. Por consigui:nte, toda entidad, por io mismo que es una entidad en la natura-
l~za, es necesanamente una del modo dicho, y por lo mismo, singular e indi-
unidad per se individual y singular consistirá en la entidad que por su natura-
leza es per se una e indivisa en el sentido dicho o incomunicable. vidual.
Podrá decirse que, por lo menos, esta agua no será singular, porque es divi- S. Esta razón co~cluye que ni siquiera por la potencia absoluta pnede en-
sible en muchos en quienes se halla toda la razón de agua. Se responde a esto te~de~s: que una e~ttdad real, tal y como existe en la realidad, no sea singular
que no es divisible en varios que sean esta agua que se divide, sino que sean e mdtvl.dual, pues Importa contradicción ser una entidad y ser divisible en va-
únicamente agua, y, por ello, esta agua es singular y el agua, en cambio, común. ri~s enttt:Jades que sean t~les coi?-o .es ella misma. De lo contrario, podría ser, al
llllsmo tlempo,. una. y vanas entltatwamente o según la misma real entidad, cosa
Resolución de la cuestión que es contradictona. Y esta ra~ón convence también de que los universales no
pueden estar separados de los smgulares, porque si el hombre universal existiese
4. Explicada, por tanto, así la razón de individuo o de ente singular, hay fuera, de Pedro y Pablo, etc., o bien estada también en Pedro y Pablo 0 perma-
que decir que todas las cosas que son entes actuales o que existen o pueden necena enteramente separado fuera de ellos; si se dijese esto último ya el
existir inmediatamente, son singulares e individuales. Digo inmediatamente para hombre como tal sería al9o singular, contradistinto a Pedro y Pablo; po~ tanto,
excluir las razones comunes de entes que, como tales, no pueden existir inme- falsamente era llamado umversal. Y además, resulta de aqui que ni Pedro ni Pa-
diatamente, ni tener actual entidad más que en las entidades singulares e indi- blo son hombres, porque para que convenga a alguien un predicado esencial
viduales, desaparecidas las cuales, es imposible que permanezca nada real, como es menester que n\t~9?.?rª"-ºQ._~f?~ . --ª_qt!~l. Porque, ¿ ~IDº---!2~de :Rr~fficarse ver~
tratando de las primeras sustancias dijo Aristóteles en los Predicamentos, c. de dader:rmente~de_s'L.§Lno !:l!lª--~!L.g? O ¿cómo puede entenderse que constituya
la Sustancia. Y la asefción asi explicada es evidente por sí misma, y la prueba esencialmente a aquel en quien no está? Pero si está en Pedro y Pablo 0 bien
Aristóteles en contra de Platón en el libro I de la Metafísica, c. 6, y en el li- es ent~ramente lo mism~ real y entitativamente en los dos, y así Pedro'y Pablo
bro VII, textos 26 y 27, y con frecuencia en otros mnchos sitios. Aunque hay no seran do~ hombres, smo un?; o es distinto según la realidad y la entidad en
muchos que piensan que Aristóteles no interpretó rectamente la opinión de Pla- ambos, Y as1 aquel hombre uruversal y separado seria o bien un tercero distinto
tón sobre las ideas, porque o bien las puso en la mente divina, o, desde luego, de Pedro y Pablo, y entonces se diria falsamente que está en ellos y que es uni-
separadas de los individuos, no realmente, sino por una razón formal; pero esto versal, porque no sería más que un cierto singular distinto de los otros, 0 cierta-
nos interesa poco y además trataremos de ello en la disputación siguiente.
tur assertum, quía quidquid existit habet tionem. Et haec ratio etiam convincit uni-
dum in ea ratione singulare est et indivi- Quaestionis resolutio cenam et detenninatam entitatern · sed om- versalia non posse esse a singularibus se-
duum, et similiter hic binarius vel terna- 4. Sic ergo explicata ratione individui nis talis entitas necessario habet ~diunctam parata, quia si horno universalis existeret
rius est quoddam individuum talis specie n~gationern; ergo et singularitatem indi- extra Petrum et Paulum, etc., vel ille esset
seu singularis entis dicendum est res om-
numeri, et hoc genus vel haec species sub nes, quae sunt actualia entia seu quae exis- v:duam~ue unita~em. Minor patet, quía om- etiam in Petro et Paulo vel omnino mane-
ratione generis vel speciei est unum indi- tunt vel existere possunt immediate, esse ~s entttas, hoc 1pso quod determinata en- ret separatus extra illos; si dicatur hoc pos-
viduum; tamen haec tantum secundurn ra- singulares ac individuas. Dico immediate, Utas est, noi? .P?t:st dividi a seipsa; ergo terius, iam horno ut sic esset quaedam res
tionem, illa vero solum in ratione entis per ut excludam communes rationes entium, nec potest dtvldi m piures quae tales sint singularis condivisa a Petra et Paulo; falso
accidens vel numeri seu multitudinis eam quae ut sic non possunt irnmediate existere, qualis ipsa est, alioqui tata illa entitas esse~ er~o dicebatur universalis. Et praeterea se-
unitatem participant. Quocirca, ut praedic- neque habere actualem entitatem, nisi in in singulis, et consequenter, ut est in una qwtur nec Petrum nec Paulum esse ha-
ta negatio seu indivisio ad ens et unum entitatibus singularibus et individuis, qui- divideretur a seipsa prout est in alia, quoJ mines, quia, ut praedicatum essentiale ali-
per se (de quibus agimus) accommodetur, bus sublatis impossibile est aliquid reale manifestam involvit repugnantiam. Omriis cui conveniat, necesse est ut non sit sepa-
-sumenda est ut adiuncta entitati per se; rnanere, sicut de primis substantiis dixit ~rgo entitas, hoc ipso quod est una entitas ratum ab illo. Quomodo enim de illo vere
nam ratio unitatis, ut supra diximus, non ~ rerum natura, necessario est una prae- did poterit, si non sit i)1 illo? Aut quemo-
Aristoteles in Praedicamentis, c. de Sub-
.consistit in sola indivisione, sed in entitate stantia. Et ita explicata assertio est per se ~cto modo, atque i,deo singularis et indi- do intelligi potest essentialiter constituere
irídlViSii. Riitio--·-ergo·- ilii.itátis· ·per-- ··se·--mdivi- evidens, quam contra Platonem probat Aris- VIdua. eum in quo non est? Si vero est in Petro
duae et singularis consistet in entitate sua toteles, 1 lib. Metaph., c. 6, et lib. VII, 5.. Quae ratio concludit etiam de po- et Paulo, vel est idem omnino realiter et
text. 26 et 27, et saepe alias. Quamquarn t~nua .absoluta intelligi non posse ut rea- entitative in utroque, et ita Petrus et Pau-
natura per se una et praedicto modo indi- lis ~nt~t~s, prout in .re ipsa existit, singularis
visa seu incommunicabili. Di,ces : saltem multi existimant Aristotelem sinistre fuisse lus non erunt duo homines, sed unus • vel
baec aqua non erit singularis, quia est di- interpretatum Platonis sententiam de ideis, et; t~divtdua- non stt, quia implicat contra- est distinctus secundum rem et entitatem
quod vel illas· posuerit in mente divina, vel dictiOnem esse entitatem et esse divisibi- in utroque eorum, et sic ille horno univer-
visibilis in plura in quibus tota ratio aquae 1~m. in plures entitates, quae sint tales qua- salis et separatus aut esset quidam tertius
Teperitur. ReSpondetur non esse divisibilem certe non reipsa, sed ratione .tantum for-
mali ab individuis separatas; ;sed hoc pa- lis 1psa est. Alioqui esse posset simul una condistinctus a Petro et Paulo, et sic falso
jn pJura quae sint haec aqua quae dividi- et piures entitative seu secundum eamdem diceretur esse in illis et esse universalis
rum nostra interest, et illud iterum attin-
t:ur, sed quae sint aqua; et ideo haec aqua
gemus disputatione sequenti. Nunc proba- tealem entitatem, quod involvit contradic- quia non esset nisi quidam singularis di~
singularis est, aqua vero communis.
568 Disputaciones metafísica~ ~lh~·~spu~t=a=d=6n~q~u_i_nt_a_.-~S_e~c~~o~·n~l=I__________________________________ 56~

mente, si estuviese el mismo en uno y otro, sería preciso no sólo que fuese en sumo grado, es singular e jndjvjdual, mucho más lo será cualquier naturaleza
distinto de si mismo, sino también uno y varios realmente, según la misma esen- angélica, ya que es incomunicable. no sólo a muchas naturalezas, sino también a
cia, en cuanto existente en la realidad, cosas que son claramente contradictorias.. muchos supuestos, al menos por su propia naturaleza. Además, la razón de la
Por este motivo, consiguientemente, es preciso que toda cosa, en cuanto €xis- conclusi?n va~e jgualmente acer.ca de cualquier naturaleza o entidad espiritual, ya
tente en la realidad, sea singular e individual. que es 1mpos1bl~. que a tal enudad no le vaya unida la negación de comunicabi-
lidad, .o de dlvlSlÓn d~ .tal enti~ad en varias semejantes a sí, porque no puede
Respuesta a (as dificultades ella wsma quedar div1d1da ~e Sl y ser una y varias. Finalmente, nada tiene que
ver con esto que la sustancia y naturaleza espiritual pueda multiplicarse numé-
6. Respecto de lo primero, no faltan teólogos que digan que la esencia ric~eJ?-te. d.entro de la misma esp~cie o no. Pues, sj puede, es preciso que cual-
divina ni es singular ni universal. Ahora bien : esto es falso, pues esas dos cosas qmer '?div1duo de aquella ~s~ec1e tenga. uuidad individual y singular, y, por
incluyen una inmediata contradicción; por tanto, es imposible que alguna de lo demas, ~~mpoco podría existir la es.I:ec1e misma más que en algún individuo,
ellas no convenga a cualquier ente. Además, la naturaleza divina es de tal modo ~on;o_ se d1¡o tratando de los otros umversales. Pero si dicha multiplicación de
una en sí que no puede multiplicarse ni dividirse en varias semejantes; es, por mdiv1duos repugna a tal naturaleza, por ello mismo tal naturaleza existente en
\tanto, una naturaleza individual y singular, por razón de la cual de tal modo la realidad, es más singular e individual, por ser más incomunic;ble es decir
c!S --Dios uno 1ij~~~!_c;g_Ill~P._i~~~que no puede de ninguna forma multiplicarse. porque lo es de un modo como esencial, a la manera de la natural~za divina~
.\ Tiene, por consiguiente, la naturaleza divina unidad individual y singular a lo Por tanto, para la razón de la uuidad individual de que ahora tratamos basta la
que no repugna que aquella naturaleza sea comunicable a las tres Personas, ya adición de la me~cionada negación. En la sección siguiente se dirá sj 'para esta
que se comunica a ellas no como el universal al particular, ni como el superior negacmn se reqmere además una adjcíón positiva sobre la naturaleza específica.
al inferior, sino como la forma o naturaleza a los supuestos, en los que ella no. 8. A lo te~cero hay que responder que el hombre, tal como existe en la
se encuentra' dividida ni de ellos ni de si misma, ya que está ·toda en cada uno n~tur"!ez~, es smgular, porque no es algo distinto de Pedro y Pablo· en la sec-
CIÓn sigmente y en la disputación también siguiente se dirá si en ello; mismos se
y toda en todos al mismo tiempo, enteramente jndistinta de ellos; pero de esto
distingue de éstos realmente o no.
me ocuparé en otra ocasjón.
7. Respecto a lo segundo, algunos tomistas (como dije ya hablando de la
III de Santo Tomás, q. 4, a. 4) piensan que las naturalezas espirituales SECCION JI
existen separadas como en la sola esencia y perfección específica; sjn la propia SI EN TODAS LAS NATURALEZAS LA REALIDAD INDIVIDUAL Y SINGULAR EN CUANTO
contracción individual. Pero, acerca de este parecer y el sentido que puede tener TAL AÑADE ALGO A LA NATURALEZA COMÚN O ESPECÍFICA
para que no parezca que dice algo absurdo e ininteligible, hablaremos con más l. Hemos mostrado que en las cosas existe una unidad individual y singu-
comodidad en la sección siguiente, número 21; pues por lo que toca al presente,. lar; ahora comenzamos a explicar qué es, lo cual no puede llevarse a cabo mejor
no puede negarse que toda naturaleza angélica, tal como existe en la naturaleza, que declarando qué es lo que añade a la naturaleza universal o sea a la que
es singular e individual, ya que si la naturaleza divina misma, que es inmaterial nosotros concebjmos en abstracto y universalmente. ' '
natura, quae summe immaterialis est, sin- turae. lgitur ad rationem individuae unita-
stinctus ah aliis, aut certe si idemmet esset individuam et singularem, cuj non repug- gularis est et individua, multo magis erit
in uno et in altero oporteret esse et di- na! quod illa natura communicahilis sit tis, de qua nunc agimus, sufficit additio
quaelibet natura angelica; est enim incom- praedictae negationis. An vero ad hanc nega-
stinctus a seipso et unus et plures realiter tribus personis, quia cornmunicatur eis non municabilis non solum multis naturis, sed
secundum essentiam eamdem prout in re ut universale particulari, neque ut superius tionem requiratur additio aliqua positiva
etiam multis suppositis, saltem ex natura supra specificam naturam, dicetur sectione
existentem, quae sunt aperte repugnantia. inferiori, sed ut forma seu natura suppo- sua. Deinde ratio conclusionis aeque pro-
Hac ergo racione, necesse est ut omnis res sitis, in quihus ipsa neque ah ipsis neque sequenti.
cedit de qualibet natura vel entitate spiri- 8. Ad tertium respondetur hominem
prout a parte rei existit singularis et indi- a se ipsa dividitur, quia tota est in sin- tuali, quia impossibile est quin tali enti-
vidua sit. gulis et in omnibus simul, omnino indi- prout existit in rerum natura singularem
tati sit adiuncta negatio communicabilitatis esse, quía non est aliud a Petro et Paulo;
stincta ah illis; sed de hoc alias. seu divisionis ta)_is entitatis in piures sibi
Argumentorum responsa 7. Ad secundum nonnulli thomistae (ut an vero in eis habeat aliquam distinctionem
si~I:s, quia non potest ipsamet a seipsa ex natura rei ab eisdem, sequenti sectione
6. Ad primUm, non desunt theologi 1 attigi super III partem D. Thomae, q. 4, div1ili et esse una et piures. Denique ad
qui dicant divinam essentiam nec singula- a. 4) sentiunt spirituales naturas exis- et disputatione etiam sequenti dicetur.
hoc nihil refert quod spiritualis substantia
rem nec universalem esse. Sed hoc falsum tere abstractas in sola veluti specifica es- et natura possit intra eamdem speciem se-
est, nam illa duo includunt contradictio- sentía et perfectione, ahsque propria indi- cundum numerum multiplicari, necne. Nam SECTIO li
nerp illlmt;diat_ªm ; ____1,ll1_d~____i_n:tpQ~s_ibjl~ --~st _qgin viduali contractione. Sed de hac sententia.., potest, necesse est ut quodlibet indivi-
alterum eorum conveniat cuilibet enti. Prae- et de sensu quem habere potest ne dí- duum illius speciei habeat individuam et
UTRUM IN OMNIBUS NATURIS RES INDIVIDUA
terea divina natura est ita in se una ut cat rem omnino absurdam et inintelligi- ET SINGULARIS, UT TALIS EST, ADDAT ALIQUID-
singularem unitatem, neque ipsa species
multiplicari non possit aut i,n plures sími- bilem, dicemus cornmodius sectione sequen- SUPRA COMMUNEM SEU SPECIFICAM NATURAM
existere poterit nisi in aliquo individuo, sic-
les dividi; est ergo una individua et sin- ti, n. 21; nam quod ad praesens spectat, ut de aliis universalibus dictum est. Si l. Ostendimus esse in rebus unitatem
gul,aris natura, ratione cuius ita Deus est negari non potest quin omnis natura ange- vexo ea multiplicatio individuorum repug- individuam et singularem; nunc declarare
unus numero ut multiplicari nullo modo lica, prout in rerum natura existit, singu- nat tali naturae, hoc ipso talis natura in re incipimus quid illa · sit, quod non potest
possit. Habet ergo divina natura unitatem laris et individua sit. Nam si ipsa divina exi.stens magis est singu}aris et individua, melius aliter fieri quam declarando quid-
qrua est magis incornmunicabilis, scilicet, addat supra communem naturam seu quae
1 Vide Durandum et alios, In 1, dist. 35. quasi essentialiter, ad modu_n;¡ divinae na- a nobis abstracte et universe concipitur.
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570 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Se_ccz_·o_'n---'-l_l__________________________________csn
tamente y hasta definirse esencialmente sin individuación alguna. Como ocurre,
Exposición de varias opiniones -por ejemplo, en Dios, que porque es esencialmente este individuo singul-ar, no
2. La primera opinión afirma en general que por lo menos en las cosas puede multiplicarse ni concebirse verdadera y propiamente, si no se concibe
creadas el individu<uña4>: ..11- .lL!'?JU.I:~t~zL~.Yersal~_!!'o4{)_ r~!'b. gi~ti;!to ex bajo esta razón individual y singular. La primera consecuencia parece clara por
natura de la~llJsrÜa naturaleza y que con ella compone al individuo mismo. ESta ,¡ misma, porque el ser individuo es algo en la realidad, y esto no es esencial
parece-qué·"·~-;'-ía~ ¿,plñlóll& Escoto en In II, dist. 3, q. 1, en Quodl., q. 2, .a la naturaleza universal; más todavía: ni al mismo individuo --.como se dice
y en el libro VII Metaph., q. 16; en el mismo sitio Antonio ~drés, en la q. 17; comúnmente-, porque todos- los individuos son de la misma esencia; luego,
esta opinión tambi6n parece que la defiende Fonseca en el hbro V, q. 3, s. 2; -es preciso que añada algo a la esencia común. Y con esto se prueba fácilmente
q. S, a lo largo de toda ella. En favor de ella se esfuerza vivamente Juan Bautista la segunda consecuencia, porque lo que pertenece a la esencia y lo que está
Monlerio en una obra especial acerca de los universales, c. 6.
fuera de la esencia parece que se distinguen realmente; más aún : se distinguen
El fundamento de esta opinión puede ser tal vez lo qne según Aristóteles
en grado máximo aquellas cosas de las que una no pertenece a la esencia de la
:movió a Platón a poner las ideas universales separadas de los singulares, a saber,-
que las ciencias y demostraciones versan sobre los universales y no sobre los otra; ahora bien : lo que el individuo añade a la especie está fuera de su esencia,
singulares. Asimismo, porque las definiciones esenciales y propias se dan acerca como ya se mostrO; luego ...
de los universales y no de los singulares. También porque las propiedades que por 4. En tercer lugar, no queda constituido formalmente por lo mismo Pedro
sí mismas radican en las cosas convienen a éstas mediante las naturalezas uni- -como Pedro, que Pedro como hombre, sea porque aquello con que se constituye
versales de tal modo que es verdad decir que Pedro es risible porque el hombre como hombre es común a Pedro y a los demás hombres, y, en cambio, lo que le
es risible; como, por el contrario, los predicados contingentes convienen a las constituye en el ser de Pedro es propio suyo; sea también porque, de lo contra-
naturalezas comunes por razón de los individuos, pues el hombre corre porque rio, no habría más razón para concebir con un concepto universal al hombre
Pedro corre; luego todas estas cosas indican una distinción real entre el indi- que a Pedro. Y aqnf pueden añadirse todos los argumentos con que se suele
viduo y la naturaleza común; pero tal distinción no puede existir más que en probar que los universales se distinguen realmente de sus inferiores, de los
·Cuanto que el individuo añade algo a la naturaleza común, porque incluye a toda ·cuales, unos han sido ya tratados antes, cuando nos ocupamos del concepto de
ésta; luego no puede distinguirse de ella más que añadiéndole algo. ente y otros los tocaremos en la disputación siguiente.
3. En segundo lugar, pnedo argumentar que el hombre, por ejemplo, no es S. La segrmda opinión es diametralmente opuesta, y dice que .~_.i_gc;livid!!l'
esencialmente· algo individuo; luego, cuando se hace individuo es porque
se le ha añadido algo fuera de la esencia de hombre; por consiguiente, es pre~
11-~ ~~~~~!~~s~~h!~~~!l.!~ -"~-~-~-!L.l!.~~~~~~J~~~---l.!PJy_e_r.sJ!J,____ q!l,~-~--~H~!,_ real._ y_riºªj_tivo
y_ <!i~t;it>t()~d_e_!'_lla__Le_aL<> CQn~ep_tualiT1entt:,. ~i¡¡g_qu~ s_ada_,.cos•L Q. natun¡!J:za dir!:®
ciso que aquello sea por su propia naturaleza algo distinto del hombre en cuanto
(! ___-illm<;;diatarnt;nte es por sí misma indivi.~ual. De este modo piensan los nomi-
tal. El antecedente es claro, porque si el hombre esencialmente fuese este indivi~
nalistas en In 1, dist. 2, donde Occam lo trata en las qq. 4 y 6, y Gabriel en
duo, no podría multiplicarse en varios; más aún: ni podría tampoco concebirse
sin alguna individuación y singularidad, pues no puede concebirse una cosa sin las qq. 6, 7 y 8; también puede atribuirse esta opinión a Enrique, Quodl. V,
aquello que es de su esencia, y el hombre, en cambio, puede concebirse distin~ q. 8, donde juzga que el individuo sólo añade a la especie una negación; sobre
esta sentencia diremos algo más en la sección siguiente, opinión tercera.
Referuntur variae sententiae sit dicere Petrum esse risibilem, quía horno
2. Prima sententia generaliter affirmat est risibilis; sicut e contrario praedicata immo et definiri essenciallter absque allqua est ipsi Petro et aliis horninibus; quo autem
-saltem in rebus creatis indíviduum addere contingencia conveniunt communibus natu- individuatione. Sicut Deus, quía essenciali- constituitur in esse Petri est proprium eius;
communi naturae modum aliquem realem ris racione individuorum; horno enim currit1 ter est hoc singulare individuum, ideo nec tum eciam quía alias non posset magis con-
ex natura rei distinctum ab ipsa natura et quía Petrus currit; ergo haec omnia indi.. multiplicari potest nec vere ac proprie con- cipi horno sub conceptu communi quam
componentem cum illa individuum ipsum. cant discinctionem aliquam ex natura reí cipi, nisi sub hac individua ac singulari ra- Petrus. Addique hic possunt omnia argu-
Haec videtur esse opinio Scoti, In II, ínter individuum et naturam communem; tione concipiatur. Prima vero consequentia
sed haec distinctio esse non potest nisi qua- menta quibus probari soler universalia ex
dist. 3, q. 1, et in Quodl., q, 2, et VII videtur per se nota, quia esse individuum, natura rei distingui ab inferioribus, quae
Metaph., q. 1_6; et ibidem Anton. Andr., tenus individuum aliquíd addit supra natu- aliquid est in rerum natura, et illud non est
ram communem, quía includit totam illam_; partim supra atcigimus agentes de conceptu
q. 17; quam sentenciam videtur defendere essentiale naturae communi, immo neque entis, partim attingemus disputatione se-
Fonseca, lib. V, q. 3, sect. 2, q. S, per ergo non potest distinguí ab illa nisi ut ipsi individuo (ut communiter dicitur), quia
aliquid addens illi. quenci.
totam. Et pro ea pugnat acerrime Ioann. omnia individua sunt eiusdem essentiae;
3. Secundo argumentar quia horno, ver· S. Secunda sentencia extreme contraria
Baptista Monlerius, in speciali opere de ergo oportet ut addat aliquid praeter com-
bi gratia non est essentialiter individuum munem essentiam. Et hinc probatur facile est, individuum nihil omnino addere com-
universalibus, c. 6. Fundamentum huius muni naturae quod positivum et reale sit,
sententiae esse· potest illud fere quod (teste quid; ergo curo fit individuum, aliquid -ei consequentia, quía quod est de
Aristotele) Platonem movit ad ponendas additur extra essenciam hominis; ergo ne- essentia et quod est extra essentiam vi- aut re aut ratione distinctum ab illa, sed
ideas universalium a singularibus abstrac- cesse 'est tit illud sit ex natura rei distinc- dentur ex natura reí distinguí; immo ea unarnquamque rem vel naturam per se esse
tas, scilicet, quía scientiae et demonstracio--- tum ab homine ut sic. Antecedens p.!tet, maxime ita distinguuntur, quorum unum individuam primo et immediate. Ita sen-
nes sunt de universalibus et non de &in- quía si horno essentialiter esset hoc ir~divi­ non est de essencia alterius; sed id quod tiunt nominales, In l, dist. 2, ubi Ocham,
gularibus. Item, quía definiciones essenciales duum, non posset :i,n plura mulciplicari; individuum addit speciei est extra essentiam q. 4 et 6; et Gabriel, q, 6, 7 et 8; tribui
et propriae dantur de universaJ_ibus et non immo nec posset concipi absque aliqua in- eius, ut ostensum est; ergo. etiam potest haec opinio Henrico, Quodl. V,
de singularibus. Itern, quía proprietates, dividuatione et singularitate, quía non pot~t 4. Tercio, non eodem formaliter consti- q. 8, ubi sencit individuum solum addere
quae per se insunt rebus, conveniunt illis, res concipi absque eo quod est de essent:ta tuitur Petrus ut Petrus et ut horno, tum speciei negationem, de qua sententia dice-
medüs universalibus naturis, _i,ta ut verum eius; potest autem concipi horno distincte, quía id quo ronstituitur horno commune mus plura sectione sequenti, opinione 3.
572 Disputaciones metaflsicas Disputación quinta.-8ección_II_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___:5:"7~3
El fundamento está en que no puede concebirse nada real que no sea singu- y lo definido, ya que dicen la misma esencia y sólo difieren en el modo confuso
lar, como se probó en la sección precedente; luego, es contradictorio que una 0 distinto con que se las concibe. Y esto es común tanto a las sustancias simples
cosa se haga singular por la adición de algo real a la naturaleza común. En se- como a las compuestas y a los accidentes, ·si se definen en cuanto que son una uni-
gundo lugar, porque ninguna cos~ puede hacerse una por, la adición. real de dad per se. En efecto, los entes per accidens o no pueden definirse con una
algo positivo, como se mostró amba; luego tampocc; podr~ hacerse sm~ar e definición, o si de algún modo pueden definirse como una unidad por razón
individual. La consecuencia es clara, ya porque la smgulandad es una urudad, de la forma accidental, tal definición es, en cierta manera, distinta del sujeto a
ya también porque la verdadera y real unidad no es _otra que la u~dad sin~ular quien se atribuye. En cambio, en el segundo sentido, que es el que hace al caso
e individual. En tercer lugar, porque aquello que se anade o es esencial o acciden- presente, compara estas cosas entre sí Aristóteles en el segundo lugar citado, y de
tal · si es esencial, se sigue que la especie puede dividirse por diferencias esen-
esta forma, dice que en las cosas inmateriales es lo mismo lo que algo es, es
ciates contra lo que afirma Porfirio en el c. de la especie; de lo cual se dedu-
ce, además, que los individuos difieren esencialmente, y que la especie no dice decir, la esencia específica, que se explica por la definición_, que aquéllo de que
toda la esencia o quididad de los individuos, cosa que está en contra del parecer es, es decir, que el individuo o cosa singular, lo cual afirma que sucede de modo
de Porfirio y todos los dialécticos. Finalmente, se sigue que los individuos pue- diferente en las cosas compuestas de materia y forma. Piensa, por consiguiente,
den y deben definirse con una propia y adecuada definición esencial, en contra que 1~ cosa i~aterial es individual por sí misma, sin adición alguna, y que la
de lo que afirma Aristóteles en el libro VII de la Metafísica, texto 53. En cam- material no, smo que ésta se hace individual por una adición; así exponen este
bio, si lo que se añade es accidental, se deduce que el individuo es un ente per pasaje Santo Tomás y otros.
accidens; y se sigue también que el accidente no sobreviene a un sujeto ya indi- Y en el libro III De Anim~, texto 9, dice Aristóteles que en algunas cosas es
vidual, sino que lo constituye, cosa que es imposible, porque si uno de los dos diferente la cosa -suple individual~ de su quididad específica, lo cual enuncia él
se individualiza por el otro, más bien el que recibe la indivjduación es el ac- c?n estas palabras: Una cosa es la magnitud y otra el ser de la magnitud; agrega,
cidente por el sujeto que al revés. sm embargo:, que no en todas las cosas se encuentra esta distinción, lo cual
6. La tercera opinión puede valerse de la distinción entre las cosas espi- todos los expositores interpretan como dicho a causa de cosas inmateriales en las
rituales y materiales, pues en las inmateriales la cosa singular no añade nada que los individuos no son otra cosa que las mismas naturalezas especific~s sub-
a la naturaleza común; en las cosas materiales, en cambio, añade algo. Esta sistentes. Así lo hacen Averroes, Filopón, y extensamente Santo Tomás. Por
distinción parece fundada en Aristóteles, libro VII de la Metafísica, c. 11, tex- lo cual, parece que esta opinión la profesa también Santo Tomás en I, q. 3,
to 4, donde dice que en las cosas inmateriales no se distingue "lo que algo es" de
a. 3, y en el. tratado IJ_e Ente et Essenti«:~ c. S, en los cuales pasajes, y en m,
"aquello de quien es", y en las materiales, en cambio, se distingue; de las cuales
palabras, por lo que algo es entiende la esencia o la definición esencial, que q. 4, a. 4, piensa lo m1smo- Cayetano, y parece que era la opinión comúnmente
puede referirse o bien a lo mismo definido, o a los individuos en quienes existe a~rnitida en la escuela de Santo Tomás, como se verá más claramente por lo que
tal definido y definición. En el primer sentido comparó estas cosas Aristóteles en el duernos en la sec. 4. En efecto, el fundamento de esta sentencia se ha de
libro VII de la Metafísica, c. 6, text. 20 y 21, y enseñó en general que en los tomar de las cosas que allí se tratarán, a saber, que en las sustancias inmateriales
entes per se lo que algo es es lo mismo que aquello de que es, o sea:, la definició:t al no tener materia ni decir relación a ella, no puede concebirse cosa alguna e~
ellas que se añada a la esencia, y por eso son individuos por sí mismas; en
Fundamentum est quía nihil potest intelligi sequitur individuum es se ens per accidens;
reale quod singulare non sit, ut probatum sequitur etiam accidens non advenire sub- luroque differunt in confuso vel distincto ait Aristoteles in rebus quibusdam aliud es-
est sectione praecedenti; ergo repugnat quod iecto individuo sed constituere illud, quod modo quo concipiuntur. Quod - commune se rero, supple individuam, ab specifica
res fiat singularis per additionem alicuius iropossibile est, quía si -unuro ex alio in- est taro substantüs simplicibus quam com- quiddídatc rei, quod ipse dicit illis verbis:
realis supra naturam communem. Secundo, dividuatur, potius accidens a subiecto, quam positis et accidentibus, si quatenus sunt Aliud est magnitudo, aliud magnitudinl's
quía nulla res fieri potest una per realero e converso, individuationem accipit. per. se unum definiantur. Nam enria per es se; subdit vero non in omnibus re bus
additionem allcujus positivi, ut supra os- 6. Tertia sententia potest distinctione acc1dens, vel definid non possunt una defini- inveniri hanc distinctionem, quod omnes
tensum est, ergo neque singularis et indi- uti inter res spirituales et materiales; nam tione, vel si aliquo modo definiantur per expositores intelligunt dictum esse propter
vidua. Patet consequentia, tum quía singu- in immateriaUbus res singularis nihil ad- modum unius ratione formae accidentalis, res imroateriales, in quibus individua nihil
laritas est quaedam unitas, tum etiam quía dit supra naturam communem; in materia- illa definitio est aliquo modo distincta ab sunt nisi naturae ipsae specificae subsis-
vera ac realis unitas nulla est praeter uni- libus vero aliquid. Quae distinctio videtur eo subiecto cui attribuitur. Posteriori autem tentes. Ita Averroes, Philop., et late D. Tho-
tatem singularem et individuam. Tertio, quia fundata in Aristotele, VII Metaph., c. 11, modo, qui ad praesens spectat, coroparantur mas. Unde hanc sententiam videtur docere
vel id_ quod additur est essentiale, vel ac- text. 4, ubi dicit in rebus immaterialibus ab Aristotele in altero loco citato, et hoc ídem D. Thom. I, q. 3, a. 3, et De Ente
cidentale; si essentiale, sequitur speciem non distinguí quod quid est ab eo cuius est, modo ait in rebus immaterialibus idem esse et essentia, c. S, quibus locis Caietan., et
dividí posse------per------essentiales- differcntias, in materialibus vera distinguí, ubi per quod- quid est, id est, essentiam specificam, III, q. 4, a. 4, idem sentit, et videtur
contra Porphyr., c. de Specie; unde ulte- quid est intelligit essentiam seu definitionem quae definitione explicatur, curn eo cuius esse recepta sententia in Schola D. Thomae,
rius sequitur individua essentialiter differre, essentialem, quae comparad potest et ad e¡¡t, id est, cum individuo seu re singulari, ut ex bis quae referemus sect. 4 magis
et speciero non dicere totaro essentiam seu definitum ipsum et ad individua in quibus quod secus esse ait in rebus compositis ex constabit. Nam ex ibi tractandis sumcndum
quidditatem individuorum, quod est contra tale definitum et definitio existit. Priori mo- materia et forma. Sentjt ergo rem im- est fundamentum huius sententiae, scilicet,
Porphyr, et orones dialecticos. Denique se- do ea contulit Aristotel., VII Metaphys., materialem seipsa esse individuaro absque quia substantiae immateriales, cum nec ma-
quitur individua posse et debere definiri c. 6, text. 20 et 21, et generatim docuit in additione ulla, materialem vero non ita, teriam habeant nec ad illam dicant habitu-
propria· et adaequata definitione essentiali, entibus per se quod qujd est esse idem S~~ fieri hanc individuam per aliquam ad- dinem, nihil etiaro in eis excogitari potest
contra Aristot., VII Metaph., text. 53. cum eo cuius est, seu definitionem cum defi- dit:tonem; atque ita exponunt hunc locum quod addant supra essentiam, et ideo se ipsis
Si vero id, quod additur, est accidentale, nito, quia eamdem dicunt. essentiam so- D. Thoroas et alii. Et III de Anim., text. 9, sunt individuae; at vero in rebus compositis
574 Disputaciones metafísicas

cambio, en las cosas compuestas se añade la materia signada, de la cual puede algo añadido a la intención común. Los tomistas, por su parte, no disienten de esta.
tomarse algo que el individuo añade sobre la especie. conclusión, como se ve por Cayetano, libro I de los Andíticas Segundos, c. 4; In
Da Ente et Bssentia, c. 4; Soncinas, en el libro VII de su Metaph., q. 31;
Exposición de la dificultad Capréolo, In II,_ dist. 3, q. 1; Herveo, Qumilibeto III, q. 9; Soto, en la Lagica,.
7.. En primer lugar, es cosa admitida entre todos los autores que el indivi- q. 2 de los universales. Y se prueba por lo que diji100s hace poco, pues la na-
duo añade a la naturaleza universal una negación que formalmente completa o turaleza común de suyo no pide tal negación y, sin embargo, tal negación conviene
constituye la unidad del individuo. Esto es evidente por si mismo, supuesto el a esa naturaleza por sí e intrínsecamente en cuanto existe en la realidad y se ha
concepto de unidad que hemos explicado antes y añadiéndole lo que en la sec- hecho ésta; luego algo se le ha añadido por razón de lo cual se ha unido a la
ción anterior hemos notado sobre la razón o contenido del nombre de individuo. naturai:za común la negación, porque toda negación que conviene intrínseca y
Más aún: si se habla formaimente del individuo en cuanto que es uno de tal necesanan;tente a alguna cosa, se funda :n algo positivo que no puede ser con-
manera, entonces añade una negación a su concepto formal, y no sólo a la ceptual, smo real, puesto que aquella umdad y negación conviene a la cosa mis-
naturaleza común concebida en abstracto y universalmente, sino también a toda ma verdaderamente y por sí.
la entidad singular concebida precisivamente bajo una razón positiva, porque Puede proponer~e ~bién esta misma razón de otro modo, porque la natura-
toda esta entidad no se concibe corno una singular e individuaimente hasta que leza ,especifica en si_ ~sma y en ~uanto que es el objeto próximo del concepto
se conciba como incapaz de división en muchns seres de la misma razón. Por comun de hom.bre, leon, etc., no nene nada que repugne a la comunicabilidad y
tanto, la dificultad presente no trata de esta negación, pertenezca o no formal- f>?T eso se die~ ~e~tiv~~ente indiferente, como veremos más abajo; ah~ra
mente a la razón de tal unidad, pues acerca de esto también hay opiniones, so- b1en: ~r. ~sta md1v1duacmn se quita esta indiferencia suya y se hace incapaz
bre las cuales ya diji100s en la disputación anterior qué es lo que nos parece de tal ~visión, en cuanto q~e ~e ha conve~t~do en algo singular; luego es me-
más verdadero, sino que la dificultad está en el fundamento de aquella negación, nester pensar que se le ha anadido algo posltlvo, por razón de lo cual le repugna
pues como no parece que pueda fundarse en la sola naturaleza universal -pues- esto. Fmalmente, ~edro y Pablo oonvjenen en la naturaleza común y difieren en-
to que ella de suyo es indiferente y no pide tal indivisión en varios semejantes,. tre sí en sus proptas razones; luego añaden éstas a la naturaleza común. ahora
antes bien, se divide en ellos-, preguntamos por eso qué hay en la cosa individual bien: aquéllas son positivas, pues no se constituyen por negaciones en 1~ razón
y singular por razón de lo cual le convenga tal negación. d_e tal sus.tancia; luego... Lo mismo concluyen también los argumentos que han
sido aducidos para confirmar la opinión de Escoto.
Resolución de la cuestión 9. Digo, en segundo lugar, que el individuo, como tal, no añade nada
@ Digo, en primer lugar, que ,JJ!!~'!.f.du() afía<Jr ~ la_n'!!.\II~le~~....colllf!!' .~Jg<!' q~e sea. re.aJ:nente distinto de la naturaleza especifica, de tal manera que en el
r.ei!LPºuazón qeJ<> . . ~!l'!L~§ Sal_ indi,yidugsJe <:ollYiene aqm:Jla. m:ga<;.íQn._<Je diyi- m1smo mdiv1duo, Pedro, por ejemplo, se distingan er.x; natura· rei la humanidad en
sibiUsJª4. _~fl-Y~!'ÍQ§:_J"~~f:i.illlJ:Es. En esta conclusión estamos conformes con Escoto> cuanto tal, Y esta humanidad, o más bien aquello que se añade a la humanidad
y, además, puede verse en Santo Tomás, 1, q. 40, a. 2, que dice que en cualquier para que. se. haga ésta (~ue suele llamarse hecceidad o diferencia individual), y,
parte que hay algo común a muchos, es preciso que haya algo que sea distintivo. por consigut~~te, constituyen una verdadera composición en la misma cosa.
Y en el libro I cont. Gent., c. 42, razón 7, dice que tal distintivo debe ser En esta asercwn deben estar de acuerdo todos los que impugnan la opüúón de
additur materia signata, ex qua sumi potest sive illa formaliter pertineat ad rationem
aliquid quod indlviduum addat supra spe- huius unitatis sive non; nam de hoc intentioni communi. Et thomistae non dis- per hanc autem indivti.duationem tollitur
ciem. etiam sunt opiniones, de quibus iam diximus senciunt ab hac conclusione, ut patet ex h~e.c. ei?s indifferentia et fit .tncapax talis
praecedenti disputatione quid verius exis- Caietano, lib. I Poster., c. 4, de Ente et div1s1oms, quatenus singularis effecta est;
Punctus difficultatis aperitur timemus ; sed est difficultas de fundamento essentia, c. 4; Soncin., VII Metaph., q. 31; ergo necesse est ut intelligatur aliquid posi-
7. Primo, indubitatum est apud auctores illius negationis; nam cum non videatur Capreol, In II, dist. 3, q. 1; Hervaeo, tivum ei esse additum, ratione cuius hoc ei
omnes individuum addere supra naturam posse fundari in sola communi natura, illa Quodl. III, q. 9; Soto, in Logica, q. 2 uni- repugnat. Denique Petrus et Paulus con-
communem negationem aliquam fonnaliter enim de se indifferens est et non postulat v~r~alium. Et probatur ex his quae proxime veniunt in communi natura et differunt
complentem seu conscituentem unitatem talem indivisionem in plura similia, sed in diximus; nam communis natura de se non inter se in propriis rationibus; ergo illas
individui, Hoc per se notum est ex ratione ea potius dividitur ideo inquirimus quid postulat talem negationem, et tamen illi na- addunt naturae communi; sed illae positivae
unitatis supra explicata, adiunccis his quae sit in singulari et individua, ratione cuius turae, ut in re existit et facta est haec, per sunt; non enim constituuntur negationibus
sectione praecedenti notavimus circa ratio- ei conveniat talis negatio. se ~t intrinsece convenit talis negatio; ergo in racione talis substantiae; ergo. Idem etiam
nem seu quid nominis individui. Quin additum est ei aliquid, racione cuius illi concludunt argumenta quae ad confirman-
Quaestionis resolutio adiuncta est, quia omnis negatio ab intrin-
pocius, si .. formaliter..JPqu.amur Q_e.. .inQividl,lo, dam opinionem Scoti adducta sunt.
quatenus tali modo unum est, negationem 8. Dico primo: individuum aliquid rea·.; et necessario conveniens alicui rei, 9. Dico secundo: individuum, ut sic
addit in suo conceptu formali, non solum le addit praeter naturam commun~, rati~ fur1datur in aliquo positivo, quod non potest non addit aliquid ex natura rei distinctUU:
supra naturam communem abstracte et ne cuius tale individuum est et e1 convemt ess_e rationis, sed reale, quandoquidem illa a natura specifica, ita ut in ipso individuo
universe conceptam, sed eciam supra totam illa negatio divisibilitacis in plura similia urutas et negatio ipsi reí vere et ex se con- Petro, verbi gratia, humanitas, ut sic, et
entitatem ·singullarem praecise conceptam In hac conclusione convenimus cum Scoto, v~t. Vel al.iter . proponi haec ratio potest, haec hurnanitas, vel potius ¡d quod additur
sub ratione positiva, quía tata haec entitas sumiturque ex D. Thoma, I, q. 40, a. ~ _qwa natura spectfica secundum se et qua- humanitati ut fiat haec (quod solet vocari
non concipitur ut una singulariter et indi- dicente ubicumque est aliquid commune tenus est proximum obiectum conceptus haecceitas vel differentia individualis), ex
vidue, donec concipiatur ut incapax divi- multis oportere esse aJ.iquod distinctivum. communis hominis, .leonis, etc., nihil habet na~ura rei distinguantur et consequenter
sionis in plura eiusdem rationis. Difficultas Et I cont. Gent., c. 42, rat. 7, ait illud repugnans communicabilitaci, et ideo dicitur faCiant veram compositionem in ipsa re. In
ergo praesens non est de hac negacione, distinctivum debere esse aliquid additum negative indifferens ut infra videbimus; hac assertione convenire debent omnes qui
576 Disputaciones metafisicas Disputación quinta.-Sección .:elle__ _ _ _ _ __ 577
Escoto, como son Cayetano, In De Ent~ et Essentia, q. 5, y I, q. 5, a. 6; Son- ·que en la definición se explica. Pero en contra de esto está, primero, que aun-
cinas, libro VII Metaph., q. 3; Nifo, hbro f':' Metaph., <J!sp. 5; y otros. Pero, que en tal naturaleza esta unidad formal pueda distinguirse con la razón de la
.sin embargo, todos éstos no distinguen sufi.ct.e,ntemente ~~ atac~n. a _E~coto en unidad individual, con todo no puede concebirse que en la realidad esté pres-
toda su sentencia incluso en cuanto a la adic10n de la diferencm mdivtdual so- cindida segón su propia entidad y que sea realmente distinta de la unidad indi-
-bre la específica, 'o sólo en cuanto a la distinción ex natura rei, y por esto~ sus vidual, y que, como tal, carezca también de unidad universal. Se prueba esto,
argumentos, que parecen ser comunes a una y otra cosa, no son, por lo nusmo, porque aquélla, en cuanto tal, o es común o es incomunicable, pues estas dos
-cosas se oponen inmediatamente. Si es incomunicable, es individual; si es co-
1muyEneficaces. . .
la misma aserción es preciso que convengan qmenes ruegan que la natu- mún, es universal. Asimismo, aquella naturaleza que en Pedro es distinta de la
raleza es en la realidad misma universal, tales como son los más graves filóso- hecceidad de Pedro, o es por sí misma realmente distinta de la naturaleza que
fos y teólogos y toda la escuela de Santo Tomás, como. veremos en la ?isputa- hay en Juan -en cuanto que también en aquél se distingue realmente de su
ción siguiente. Y que una cosa se .si~~ de la~ otra es evidente, porque, Sl en l?s becceidad~ o no es distinta en cuanto tal. Si se dice esto segundo, aquella: na-
mismos individuos aquello que el rndivtduo anade a la naturaleza comun es dts- turaleza será común; pero si se dice lo primero, es precisO' que aquellas natura-
-tinto ex natura rei de ella, luego recíprocamente la misma naturaleza ha de pres- lezas, como tales, sean individuales y singulares, porque no difieren sino como
cindir en la realidad de tal adición o diferencia individual; y así, en la reali- distintas numérica y realmente dentro de la misma especie.
.dad la naturaleza y la hecceidad son dos entes, si no como dos cosas, sí, al menos, 11. Y de aquí puedo argumentar, en segundo lugar, mostrando directamen-
corr:o una cosa y un modo; luego cada una de ellas tien~ por sí su unidad, te que no puede existir una distinción tal en las cosas que sea una verdadera y
porque no puede comprenderse que algunas cosas sean dos SI no son uno y uno, actual distinción ex natura rei que preceda a toda operación del entendimiento;
pues el número supone las unidades; luego aquell~ natura}eza, en cu~to pres- -en efecto, cualquier distinción de este tipo debe existir entre entidades reales, o
cinde de la diferencia individual, tiene en la realidad misma la urudad; por ·entre una entidad real y su modo. Ahora bien: en el primer sentido será una
consiguiente, o la unidad individual o la univers:U. Lo primero no, P':'ed~ _afir- -distinción real, que necesariamente supone a cada una de las entidades en si
marse según la sentencia precedente, de lo contrano, la naturaleza sena mdivtdual misma singular e individual, cosa que es por si evidente, y en este sentido nadie
antes de tener la diferencia individual, y entonces se añadiría innecesariamente tal la niega, ya que la distinción de las entidades supcne a cada una de ellas cons-
diferencia· luego según esta opinión, hay que decir forzosamente que aquella tituida ya en si misma, y, por tanto, una y singular. En cambio, si la distinción es
naturaleza' en c~anto en la realidad prescinde y se distingue realmente de la ·entre la entidad y su modo, como se dice que sucede aquí, para que sea una
diferencia'individual, tiene unidad universal, lo cual es imposible, como puede en- verdadera distinción ex natura rei, es preciso que tal entidad, apartado el modo,
tenderse· por lo dicho en la sección precedente, y mostraremos más extensamente -se conciba que en sí misma tiene una verdadera entidad real, pues, de lo con-
después. trario, no podría entenderse la distinción ex natura reí entre tal modo y enti-
10. De acuerdo con la doctrina de Escoto, puede responderse que la natu- dad. La razón de ello es que tal modo o bien constituye intrinseca y formal-
raleza, en cuanto precisa de la individuación en la realidad, ni tie,ne .la unid~d mente a dicha entidad, o no; si la constituye, no se distingue, por tanto, ex
individual ni la universal, sino la unidad formal, que es como un terlillno medio .natura reí de ella, porque intrínseca y esencialmente se incluye en ella, de tal
entre dichas unidades, y no es otra cosa que la unidad de la esencia, que es la forma, que nada puede concebirse en aquella entidad que no incluya dicho
¡,,,, 1

opinionem Scoti impugnant, ut sunt Caie- earum habet per se unitatem suam, quia non tra primo, quia l.icet in tali natura haec lis distinctio ex natura reí intervertens om-
tanus, de Ente et essentia, q. S, et 1, q. S, potest intelligi quod aliqua sint duo, nisi 1.mitas formalis possit ratione distinguí ab nem operationem intellectus; nam omnis
a. 6; Soncin., VII Metaph., q. 3; Niph., sint unum et unum : numerus enim sup- unitate individuali, tamen concipi non talis distinctio esse debet inter reales enti-
Ub. IV Metaph., djsp. S, et alU. Qui tamen ponit unitates; ergo illa natura ut praecisa potest quod a parte rei sit secundum entita- tates aut inter realem entitatem et modum
non satis distinguunt an impugnent Scotum a differentia individuali habet in re ipsa tem suam praeCisa et ex natura rei distincta eius. Et quidem, si sit superiori modo erit
quoad totam sententiam, etiam quoad ad- unitatem; ergo vel unitatem individualem, .ab unitate indíviduali et quod ut sic etiam distinctio realis, quae necessario supponet
ditionem differentiae individualis supra spe- ve~ universalem. Primum dici non potest, careat unitate universali. Probatur, quía vel unamquamque entitatem .in se singularem
cificam, vel solum quoad distinctionem ex iuxta praedictam sententiam, alioqui natura illa ut sic est communis vel incommunica- et indíviduam, quod est per se notum et
natura reí, et argumenta eorum videntur es- esset individua ante differentiam individua- bilis; haec enim duo immediate opponun- ita a nemine negatur, quia dístinctio entita-
se utrique parti communia, et ideo non lem, et ita superfiue talis differentia adiun- tur; si incommunicabilis, est individua; si tum supponit utramque entitatem in se
sunt admodum efficacia. In eadem assertio- geretur; ergo iuxta hanc sententiam neces- communis, est universalis. Item, vel natura constítutam atque adeo unam et singularem.
ne necesse est conveniant qui negant natu- sario dicendum est naturam illam, prout illa quae in Petra est distincta ab haeccei- Si autem dístinctio sit ínter entitatem et
ram esse a parte rei universalem, ut sunt in re ipsá praescindit et ex natura rei tate Petri, est per seipsam realiter distincta modum eius, qualis hic esse dicitur, ut sit
graviores _p~iloso_phi______¡::t ___ theol?_gi, __ et tota distinguitur a differentia individuali~ hab~e a__ natura quae est in loanne, prout etiam vera distinctio ex natura rei necesse est
schota D. ThOiTIUe; Ut videbimus disputatio- unitatem universalem quod esse 1mpoSSl;. illo distinguitur ex natura rei ab eius quod talis entitas praeciso modo intelligatur
ne sequenti. Quod autem unum ex alio bile intelligi potest ex dictis sectione praece- haecceitate, vel ut sic non est distincta; si in reipsa habere veram entitatem realem,
consequatur patet, quia si in ipsis individuis denti, et latius infra ostendemus. hoc secundum dicatur, erit illa natura com- alioqui intelligi non posset djstinctio ex na-
id quod addit individuum supra naturam 10. Responded potest iuxta doctrina.J? munis; si vero dicatur primum, necesse est tura reí inter talem modum et entitatem.
communem est distinctum ex natura reí Scoti naturam, ut in re praecisam ab indi- illas naturas ut sic esse individuas et singu- Quia ve~ modus ille intrinsece et formaliter
ah illa, ergo et e converso ipsa natura in viduatione nec habere unitatem individuam, lares, quia non d~fferunt nisi ut distinctae constituir entitatem illam vel non; si const~­
re ipsa praescindit a tali addito seu difieren- neque uni~ersa¡em, sed unitatem formalem, numero et realiter intra eamdem speciem. tuit, ergo non distinguitur ex natura rei
tia individuaH; atque adeo a parte rei natura quae est veluti ·media inter pra~dictas un!ta- 11. Atque hinc argumentar secundo, di- ab illa, quia intrinsece et essentialiter inclu-
et haecceitas sunt duo, si non ut duae res, tes et nihll aliud est quam urutas essennae, recte ostendendo non posse esse talem di.. detur in illa, ita ut nihil concipi possit in
saltero ut res et modus; ergo unaquaeque qu~e per definitionem explicatur. Sed con- stinctionem in rebus quae sit vera et actua- illa entitate quod non includat illum mo-
Disputación quinta,-5ección JI _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _579
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Disputaciones metafísicas
578
plíca así: en Pedro y Pablo, por ejemplo hay una d0 bl · ·
modo; pero si no se quiere decir que tal modo constituye tan intrínseca y fot:-· raleza universal y diferencia individual. lu~go en · 0e 0compos:ón de. n~tu-
malmente a dicha entidad, es preciso que se entienda que la supone ya cons- 0 J.
no sólo la diferencia individual de un~ de la del ~~~ Y. ~ e\~~· ente .distmta
tituída en su entidad y que realmente le sobreviene y la modifica, ya qne se la naturaleza de uno de la del otro. luego aqu 11 smo t"';.'¡ len la e~ti~ad de
supone que es, en la realidad, distinto de ella. Ahora bien: resulta imposible intrínseca y entitativamente com d :
as os natur ezas se distinguen
entender tal modo de distinción entre la diferencia individual y la naturaleza diante el entendimiento de las dffer~:ci~os~s ~¡':'guiares, aun prescindiendo me-
común; luego. Se prueba la menor porque, si prescindiendo de aquel modo, derse mla real distinción entre entidad s mdiv{duale~, porque no puede enten-
se concibe que la naturaleza tiene su entidad, consiguientemente aquella entidad· individuales y singulares. · es actua _ es mas que en cuanto que son
por si misma, y en cuanto que es anterior a aquel modo, debe ser necesariamente 13. Podrá decirse que se d. ti .
singular e individual; luego no necesita de una individuación sobreañadida, ni viduales, como dos materias se <Jis nguen Cle.rt~mente por las diferencias indi-
puede distinguirse de ella realmente, de la misma manera que si la línea no• des. Pero de este ejemplo tratar~~o~u~e~' u~~sunguen por las formas ? cantida-
pudiese entenderse constituida en la razón de línea sin rectitud, no podría la no puede suceder que una cosa se d. ti P 'Jorque, en general, p1enso que
rectitud concebirse como un modo naturalmente distinto de la línea y que sobre~ distinta de si, sino por su misma entid!d ng~ re mente de otra por una tercera
viene a ésta; ahora bien: si se concibe como un modo realmente distinto, se pues, guardada la debida proporción un~ q e es la;r~ la constituye en tal ser,l
debe a que puede pensarse la línea como existente en la realidad y como consti- por lo que se constituye. Ahora bien'· ~osa se stmgue por aquello mismo
tuida en la razón de linea sin tal modo. que en Pedro y Pablo hay dos dife .n e~ e. ~~"?/resente, esto es evidente por-
12. Se prueba la primera consecuencia, porque toda entidad existente en si, y cada una de ellas actualiza a r~ncms mt IV¡l uales realmente distintas entre
a na ura eza real de la qu di ·
la realidad, necesariamente debe ser por si misma singular e individual: en pri- rea1ment e y con la que compone a . d. .d e se stmgue
mer lugar, porque en cuanto tal se entiende que existe fuera de sus causas y que· otro, no sólo ·en cuanto a su diferens~ m. 1V1 uo como enteramente distinto del
tiene real actualidad y existencia; luego en cuanto tal se concibe como singu- naturaleza; luego, es menester que c~~cl~~~ en c~a~~ a toda la entidad de la
lar, porque nada puede ser término de la acción de las causas o ser capaz de las diferencias mismas, aquello que ~ermanec pres~m ~~d ~or el entendimiento
existencia, sino lo que es singular. En segundo lugar, pnrque tal entidad, con- sea realmente distinto y por ello singular. d: 1en a rea.I a en Pedro y Pablo,
cebida como tal con prioridad a cualquier modo distinto de si, es incomunica- una cosa, absolutamente idéntica en la re;r1d d o contrano, habría que decir que
ble a muchos inferiores, o sea, pertenecientes a su misma razón, porque ni dividuales en Pedro y Pablo Ni fi . a ' se contrae por las diferencias in-
puede dividirse de sl misma ní hacerse varias; luego, ya en cuanto tal es indi- naturaleza real la que se con~rae sem.s su¡ Cle~te qfue se diga que no es la misma
' o a m1sma ormalmente pu t ·d .d
viduaL En tercer lugar, porque aquel modo de hecceidad que constituye a Pe- f orma1' en cuanto puede existir en la realid d , ' e~ es a 1 en~t ad
dro es singuíar y propio suyo, y se dice que constituye y compone a Pedro mo- que supone la distinción real y por e n . .a ' es s~lo . ~na c~erta seme¡anza
dificando su naturaleza; luego, si aquella modificación es por una verdadera cosas que se dicen semejantes. ~er o Slgmente, la ~nd1yiduac1ón de aquellas
distinción y composición que existe en la realidad, es preciso que a aquel modo, no es una unidad real, sino ;olam~nt:n cuanto, se concibe p~r ~odo de unidad,
que es como un determinado acto particular, responda también una particular concepto mental como diremo d , de razon por denommaCión recibida del
' s espues.
entidad a modo de potencia actuable; luego aquella entidad que se supone
para tal acto debe ser individual y particular. Lo cual, en cuarto lugar, se ex- ris. Quod explicatur quarto: nam in Petr ~t Paulo sunt duae differentiae individuales
et Paulo, verbi gratia, est duplex compositi~ mter se realiter djstinctae, et unaquaeque
dum; si autem modus ille non intelligitur
12. Probatur autem prima consequentia, ex -?atura ~omrnuni et differentia indivi- ea~um actuat naturam realero, a qua distin-
quia omnis entitas in rebus existens neces~ duali; ergo 1 ~ utroque est distincta realiter gllltur ~x .n~tura rei et cum qua componit
ita intrinsece et formaliter constituere talem
entitatem, necesse est-· ut intelligatur sup- sario esse debet seipsa singularis et indivi- n~m soh;m .dif~e~enti~ individualis unius a suum m~viduum omnino reaJiter distinc-
ponere illam in sua entitate constitutam et
dua: primo, quia ut sic intelligitur esse dif~erentia mdlv1duali alterius, sed etiam tum a~ alio, non solum quoad differentiam,
extra causas suas et habere actualitatem entitas naturae qu?e est in uno, ab entitate
realiter advenirc illi et modificare illam, sed ettam quoad totam entitatem naturae.
realero et existentiam; ergo ut sic intelligi- natl~rae quae est m alio; ergo distinguun-
cum ponatur in re ipsa dlstinctus ab illa.
tur singularis, quia nihil potest terminare ergo ne~es~e es~ ut, etiam praecisis per intel:
lmpossibile autem est intelligere hunc mo~ tur illae duae naturae intrinsece et entitative
actionem causarum vel capax esse existen- lectum l_P~Is differentiis, id quod manet a
dum distinctionis inter differentiam indivi~ tamquam d.uae res singulares, etiam prescin-
par~e rel m Petro et Pau1o, sit distinctum
tiae, nisi quod singulare sit. Secundo, quía dendo per mtellectum differentias individua-
dualem et naturam communem; ergo. Pro~ reahter atque ideo singulare; alioqui dicen-
batur minor, quía, si praeciso illo modo
talis entitas, ut sic concepta ante modum ~es, qwa non potest intelligi realis distinctio
a se distincwm, est incommunicabilis multis ~ter actuai:s entitates, nisi quatenus indl-
duro esset rem aliquam omnino realiter
intelligitur natura habere entitatem suam, eam:Jem contrahi per differentias individua·
ergo illa entitas per seipsam, et ut est prior inferioribus seu eiusdem rationis, quia nec VIduae et smgulares sunt.
dividl potest a seipsa nec fieri plures; ergo 13 .. Di~es .. distingul quidem per dif- l~s m Petro et Paulo. Neque enim satis est
illo roQ(:io, d~Q_eJ __ p_¡;:~(;!_ssaril:) e_s_~~-- ~-ingularis
et individua; ergo non indlget 'iridividua-
iam ut sic est individua. Tertio, quia ille "--'~fd'1".entia; J.-?d~vid~ales, sicut duae materiae dice7e non eamdem naturam realiter con-
modus haecceitatis, qui constituit Petrum1 cuntur distmgw per formas vel quantita- ~rahi,. sed eamdem formaliter; nam haec
tione superaddita, nec potest ab illa ex est singularis et proprius eius et dicitur con- 1dent1tas formalis, prout in re esse potest
natura rei distinguí; sicut, si linea non pos~ :_s. ~ed de hoc. exen:tp~o dicemus postea;
set intelligi constituta in ratione lineae abs~
stituere et componere Petrum modlficando- u uruversum. ei_Um ex1stuno fieri non posse so!~ est similitudo quaedam, quae su~
naturam; ergo si illa modificatio est per a~ una res ~~s~nguatur reallter ab alia per po~1t. real~m distinctionem, et consequenter
que rectitudlne, non posset rectitudo concipi
veram distinctionem et compositionem quae . am a se distmctam, sed per suammet en- mdividuatwnem eorum quae similia dicun-
ut modus ex natura rei condistinctus a linea, in re sit, oportet ut illi modo, qui est veluti tlt~tem, per quam in tali esse constituitur tm:; _prout vero concipitur per modum
et adveniens illi; si autem nunc concipitur
modus ex natura rei distinctus, ideo est
quidam actus particularis, respondeat etiam ~a ~ervata proportione, per illud res di~ urutat1s, non est unitas realis, sed rationis
particularis entitas per modum potentiae gw_tt;r, per quod constituitur. Sed in tantum per denominationem a conceptu
quia potest concipi linea in re ipsa existens, actuabilis; ergo illa en titas, quae supponitur
et constituta .i,n ratione lineae absque tali praesenu est hoc manifestum, quia in Petro mentis, ut postea dicemus.
ta}l actui, debet esse individua et particula-
modo.
580 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección li 581
14. En quinto lugar, puede explicarse esto porque aquellas mismas dife- tal modo de argumentar en cualquier individuo. Algunos responden que entre
rencias individuales de Pedro y Pablo se distinguen entre si realmente como dos estas diferencias individuales no hay una conveniencia real de la que pueda abs-
cosas incompletas, pero singulares e individuales d~l n?smo modo que existen, traerse el concepto común; pero esto con dificultad se puede creer, como trata-
y, sin embargo, tienen entre sí semejanza y .conve~e~Cia; porque en verdad son remos en general en la disputación siguiente.
más semejantes entre si que respecto de la diferencia mdividual del caballo o del 15. Y de _aquí se toma la sexta razón, pues toda aquella distinción que se
león, y en ellas no es p~e~iso distinguir realmente ~l.go en lo cual ,sean, seme- supone que existe realmente entre la naturaleza y el individuo, ha sido tomada
jantes y en lo cual se distmgan, pues, d~ 1~ contrano, se pr~cedena as1 hasta del modo de concebir y hablar, según la conveniencia y distinción que se en-
el infinito lo cual en cosas o en modos d1stmtos realmente es moportuno, como cuentra entre los mismos individuos; ahora bien : esto no es ninguna señal para
se dijo a;riba en un caso semejante; luego, igual podrá decirse de los mismos
indicar, que haya distinción r~al, y por lo demás, hay muchas cosas que indican
individuos, Pedro y Pablo, porque aunque se distingan entre sí, y sean se- con mas clarJdad que no eXIste en la realidad tal distinción; luego. La mayor
mejantes, no es preciso que en ellos se distinga realmente aquello por lo que
consta por los argumentos. dados en f~vor de Escoto. La menor en su primera
son semejantes. y aquello por lo que se distinguen; luego, no h~y por qué dis-
parte es clara, ya por el e¡emplo aducJdo acerca de las mismas diferencias indi-
tinguir realmente la diferencia individual, ni de la naturaleza umversal como de
un extremo componente del individuo, ni de todo el individuo como del com- viduantes, ya también por lo que arriba tratarnos 'sobre el concepto de ente
puesto entero. Y no vale decir tampoco que aquellas diferencias individuales ace;ca del. cual. v?len. casi los mismos argumentos; ya porque, de -lo contrario;
son más simples y que son aquello con lo que se constituyen y distinguen los in- sena prec1so d1stmgmr realmente todos los conceptos comunes de los particu-
dividuos, y que, por serlo, más pueden distinguirse por sí mismos; porque esto, lares, lo cual mostraré más abajo que es falso. Finalmentt, se aclarará más esta
aunque tal vez con referencia a la distinción o concepto mental tenga su impor- parte por la solución de las dificultades. La segunda parte de la menor ha sido
tancia, como diré en seguida, con todo, si esta distinción estuviese en las cosas, suficientemente probada con los argumentos dados, y además, se confirma, final-
el argumento urgiría, ya que aquellas diferencias han de ser consideradas como mente, con -la señal de la inseparabilidad, pues aquellas cosas que aunque sean
dos modos reales existentes en la realidad y distintos realmente de cualquier otra concebidas por nosotros de modo diverso, de tal modo se comportan entre si
entidad, porque, como tienen efectos cuasi formales distintos numéricamente, que una no s.e separa de la otra o no puede separarse ni siquiera por potencia
a saber, constituir éste o el otro individuo, así también son numéricamente dis- absolut~, se f1~gen realmente distintas sin motivo alguno, como después trataré
tintos. Y aunque sean qua con respecto a los individuos, cm~ todo, en cuanto con mas arnphtud en la disputación de las distinciones; ahora bien: de tal
que en sí son algo y entes reales, aunque incompletos, son también quod, al manera se comportan en Pedro la razón de hombre y la propia individuación de
menos de modo incompleto, como notamos arriba en un caso semejante tratando P~dro, que no pueden separarse de manera alguna ni tal modo de la naturaleza~
del concepto de eute, y como advirtió también Cayetano en I, q. 11, a. 1, a pro- rn la na~uraleza en cuanto está en Pedro, de tal modo; luego. Ni soluciona
pósito de ad l. Y, sin embargo, con esta distinción y simplicidad tienen entre sí nada decir que la razón de hombre es separable de la dé Pedro porque puede
una real conveniencia en la razón común de tales modos, como dice el mismo estar en Pablo, pues esto no es considerar la razón de hombre tal como realmen-
Cayetano en el In De Ente et Essentia, q. 5; por consiguiente, o hay que distin- te existe, .sü;o _sólo tal como se concibe mentalmente, y, por ello, no es suficiente
·guir también en éstos la razón común de las propias, o ciertamente es engañoso para la distinción real que debe darse eutre las cosas que existen en la realidad
se id quo individua constituuntur et di..
si es una distinción entre cosas positivas, o entre una cosa y un modo real posi~
14. Quinto, potest hoc declarari, quia il-
1aemet differentiae individuales Petri et stinguuntur, et ideo magis posse seipsis
Pauli ínter se realiter distinguuntur tam- distinguí; quia, licet fortasse quoad distinc- argumentandi in quocumque individuo. Ali- laribus, quod infra ostendam esse falsum.
quam duae res incompletae, singulares ta- tionem seu conceptus mentis hoc aliquid qui respondent inter has differentias indi- Tandem constabít amplius haec pars ex
men et indlviduae eo modo quo sunt, et conferat, ut statim dlcam, tamen, si distinc- viduales non esse convenientiam realem a solutionibus argumentorum. Altera vero pars
nihilominus inter se habent similitudinem tio haec esset in rebus, argumentum urgeret, qua possit abstrahi communis concept~s · minoris satis probata est argurnentis factis.
et convenientiam, quía revera similiores sunt quia illae differentiae considerandae sunt sed hoc difficile creditu est, de quo dicetu~ Quae ultimo confirmatur a signo insepara~
inter se quam curn differentia indíviduali tamquam duo madi reales a parte rei exis- generaliter disputatione sequenti. bilitatis; nam ea quae, licet diverso modo
equi vel leonis, et in eis non oporteret tentes et distincti ex natura rei a qualibet 15. Atque hinc sumitur sexta ratio, quía concipíantur a nobis, ita se habent in re,
distinguere ex natura rei aliquid_ in quo sint alia entitate; quia, sicut habent effectus tota illa distinctio quae fingitur esse ex ut neutrum ab altero separetur vel separari
-símiles et in quo distinguantur, alioqui quasi formales numero distinctos, scilicet, natura rei ínter naturam et individuum, possit etiam de potentia absoluta, sine causa
procederetur in infinitum, quod in rebus constituere hoc vel illud individuum, ita sumpta est ex ,nodo concipiendi et loquendl finguntur ex natura rei distincta, ut infra
seu modls ex natura rei distinctis est incon- etiam sunt numero distincti. Et quamvís sint ex convenientia et distinctione quae inter latius dicam in disputatione de distinctioni-
veniens, ut supra in simili dictum est; quo respectu individuorurn, tamen quate- individua reperitur; hoc autem bus; sed ita se habent in Petro ratio hominis
ergo idem dici ___p_oterit de ipsjs j_ru:liyidill,s nus in se sunt aliquid et realia enria, licet nullum est ad indicandam distinc- et propria individuatio Petri, ut separari nul-
inco:ffipleta, Srint- etiam quod saltem incom- ~·-·,;Anem ex natura rei, et ··aliunde sunt multa, lo modo possint nec talis modus a natura,
Petro et Paulo, quod, Jlcet inter se dlstin-
guantur et símiles sint, non oportet in eis plete, ut in simili supra notavimus, tractan- quae urgentius indicant nullam esse in re nec natura prout est in Petro a tali modo;
-rlistingui ex natura rei id quo sunt símiles, do de conceptu entis, ut notavit etiam Caie- talero distinct\onem; ergo. Maior constat ex ergo. Neque quidquam iuvat dicere rationem
et id quo distinguuntur; ergo non est cur tan., 1, q. 11, a. 1, circa ad l. Et tamen argumentis factis in favorem Scoti. Minar hominis esse separabilem a Petro quia pot-
distinguatur ex natura rei differentia indivi- curn hac distinctione et simplicitate habent quoad primam partem patet, tum exemplo est esse in Paulo, quia hoc non est consi-
dualis, vel ex natura communi, tamquam ab inter se convenientiam realero in communi adducto de ipsis differentüs individuanti- derare rationem hominis prout realiter exis-
extremo componente individuum, vel a toto ratione talium modorum, ut ídem Caietanus bus, tum ex supra tractatis de conceptu tit, sed solurn prout mente concipitur, et
individuo, tamquam ab integro composito. ait, de Ente et essentia, q. S; ergo vel in entis, de quo eadem fe re argumenta fiunt; ideo non satis est ad distinctionem ex natura
Nec refert si quls respondeat illas diffe- his etiam distinguenda est ratio communis tum quia alias oporteret ex natura reí distin- rei, quae esse debet inter ea quae a parte
:rentias individuales esse simpliciores et es- a propriis, vel certe fallax est talls modu~ guere omnes communes conceptus a particu- reí sunt, si est distinctio inter res positiva·s,.
Disputaciones metafísicas 583
582
se individualiza por sí misma, y en la q. 10, De Potentia a. 3 niega que la
tivo. Por lo cual, aquella distinción que se concibe entre la razón común tomada · d ·· '' sus-
=~cm. pue_ a alcon~tltmrsde por u~ acc:idente ~ por tanto, esto que se añade no es
en abstracto y el individuo, es sólo de razón, ya que aquella naturaleza, en cuan- wgo extrano genero e 1a cosa Illlsma, smo que en las sustancias es sustancia
to tal, no se halla en parte alguna, si no es objetivamente en la mente. Y si al- al. menos incompleta, porque, en la realidad, no hay más que sustancia individual:
guien la llama distinción formal, porque nosotros concebimos una definición di- Fmalmente, la ~~rcera parte aparece clara fácilmente, porque- lo que se añade no
ferente del hombre como tal, y otra de Pedro, hará una cuestión meramente de .es una parte f1s1ca de la. sustancia, puesto que se predica del individuo ·como
palabras pues, por lo que toca a la realidad, tal distinción no se da realmente expr~sando toda su. esencm, cosa que no dice la parte física, y, por ello, no se
de tal ~anera que aquellas dos cosas se entiendan naturalmente distintas en Pe- p~edica del todo. NI es a_lgo a manera de un todo puesto directamente en el pre-
dro )'~Pablo, o que hagan una composición en la realidad, tal como ya se mostró. -d~camen:o de 1~ ~ustancm; por consiguiente, es algo incompleto por modo de
W Digo, en tercer lugar, que el individuo añade a la narnraleza común -<.iiferenc~a. Y asnm~n.:o contrae a la naturaleza común y la divide en individuos
algo conceptualmente distinto de ella, perteneciente al mismo predicamento y y constl~uye metaf1s1camente al mismo individuo como una unidad sustanciai
que compone metafísicamente el individuo como diferencia individual que con- .en su genero.
trae la especie y constituye al individuo. La primera parte de esta aserción <!]) Pero c~tra _est~ _conclusión puede objetarse una razón aducida en lo que
se sigue de las dos precedentes, pues se dijo en la primera que el individuo ~recede, pues SI el mdtvtduo añade algo, distinto al menos conceptualmente se
añade algo a la naturaleza común y en la segunda se negó que aquello sea s1~e un proceso hasta el infinito en los conceptos objetivos distintos po; la
realmente distinto; luego es necesario que al menos se distinga con la razón, razon, lo ~ual antes en un caso semejante juzgamos también inadmisible. la
porque, si no se distinguiera de ningún modo, tampoco se agregaría. Pero tam- consecuencm es cl~r~, porque el indi~duo se dice que añade a la especie 'algo
poco se sigue de aquí que lo que se añade sea algo de razón; en efecto, igual conceptu~ente d1stmt?, ~a. que conviene con otro individuo en la razón espe-
que son cosas diferentes distinguirse por la razón y ser sólo ente de razón, cffic~ y d1fJere en la md1~1dual; . pero también la misma diferencia individual
pues puede ocurrir que las cosas que son reales se distingan sólo conceptualmente, -co~:rlene con otra dife!encta sen:~Jante en la razón común y difiere de ella nu-
así también aquello que se añade puede ser real como lo es en verdad, aunque se mencamente; 1uego anade tambten según la razón algo conceptualmente distinto
distinga sólo conceptualmente. Podrá decirse que tal adición se hace sólo me- .sobre la, razón común de. tal diferencia; y a su vez de aquello que se ha añadido
diante la razón. Respondo: en cuanto a la cosa añadida, lo niego; en cuanto al se podra establecer el Jnlsmo argumento, y así hasta el infinito.
Pu~de responderse, primero, que en estos conceptos nuestros no hay un in-
modo de adición o de contracción, o de composición, concedo; pues igual que
convemente gr~ve en admitir tal proceso, ya que el entendimiento divide cosas
la separación de la naturaleza común respecto de las diferencias individuales es
que, en la realidad,,_ s.O?- enteramente indivisibles, y, por ello, no sería de maravi-
sólo mental, así también, por el contrario, el que la diferencia individual se en- llar. qu~ en estas divisiones o conceptos pudiese proceder el entendimiento hasta
tienda como añadida a la naturaleza común, es sólo por medio de la razón, pues el ~fimto. ~n ~e~undo lugar, podría alguien filosofar acerca del concepto de es-
en la realidad no existe aquella propia adición, sino que en cada uno de los indi- pecie Y de m~1v1d~o, como n~~?tros lo hicimos arriba acerca del concepto de
viduos hay una sola entidad que por sí misma tiene realmente una y otra razón. ente Y de sus I:TI~nores, pues dipmos que los inferiores añaden al ente algo con-
17. La segunda parte de la conclusión se sigue también abiertamente de lo ceptualmente distinto, de tal manera, sin embargo, que el concepto inferior, con-
dicho, y se toma de Santo Tomás, l, q. 29, a. 1, donde dice que la sustancia
tiaro individuari per seipsam, et q. 10 de ~a~us inconveniens; sequela patet, quía
ve~ ínter rem et modum realero positivum. sarium est ut saltero ratione distinguatur, Pot_ent., a. 3, negat posse substantiam per m?tv~duum. dicitu~ .addere supra speciem
Unde illa distinctio quae intelligitur inter quía, si nullo modo distingueretur, nullo a~ctdens constitui; non est ergo hoc ad- altqrud ratlone dtstmcturo, quia convenit
rationem communem abstracte intellectam, modo adderetur. Nec vera inde sequitur id ditu~ extra genus ipsius rei, sed in sub- cum. alio. i~di~i~uo .in ratione specifica,
et individuum, solum est rationis, quía illa quod additur esse aliquid rationis; nam, 'Sta?t~s est substancia, saltero incompleta, et dtffert m mdtvtduah; sed ipsa etiam dif-
natura ut sic nullibi est, nisi obiective in sicut est aliud distingui ratione, aliud vera qrua. m re ~on est nisi substancia individua. ferentia índividualis convenit curo alia simili
mente. Quod si quis illam vocet distinctio- esse tantum rationis, fieri enim potest ut Ter!J-a demque pars facile patet, quia hoc differentia ~n ratione conununi, et differt
nem formalem, quia allam definitionem quae realia sunt sola ratione distinguantur, addtt_um no~ est pars aliqua physica sub- numero ab illa; ergo addit etiam secundum
concipit mens de homine ut sic, et aliam de ita etiam id quod add~tur potest esse reale, -st.antme, qma praedicatur de individuo ut rationem aliquid ratione t:Ustinctum supra
Petra, faciet quaestionem de voce; quía, sicut revera est, quamvis sola ratione distin- dtcens totam essentiatn eius quam non dicit communero racionero talis differentiae · et
quod ad rem spectat, illa distinctio non guatur. Dices: illa additio est tantum per pars physica, et ideo nor: praedicatur de rursus de illo addito fiet jdem argumen~m
ita est in re, ut in Petra vel Paulo intel~ rationem. Respondeo: quoad rem additam tato. Nec est aliquid per modum totius ~t si7 in in~tum. R~sponderi potest primo;
ligantur illa ex natura rei distincta, vel coro~
positionem in re facere, ut ostensum est.
nego; quoad maduro adcUtionis se u con-
tractionis aut compositionis, concedo; nam
directe positi in praedicamento substantiae ·
e~t erg<! quid incompletum per modu~
:n hts nostrJs concepttbus non esse magnum
mconveniens admittere huiusmodiprocessum
16. Dico tertio indlYiduum acid~re_ supra sicut separarlo naturae communis a dif..- dtfferentme. Item contrahit naturam com- 9-ui? p~r!i~ur intellectus quae reipsa omnin~
naturam communem aliquid ratione distinc~ ferentiis índividuis est soluro per ratio- munem mamque dividit jn individua et mdtvtstbilia sunt, et ideo mirum non esset
tum ab illa, ad idem praedicamentum per~ nem, ita e converso, quod differentia indi- constituit metaphysice ipsum individdum si intellectus in bis divisionibus seu concep-
tinens. et individuum componens metaphy~ vidua)_is intelligatur ut addita naturae com- ut per se unum in suo genere. ' tibus in infinitum procedere posset. Secun-
sice, tamquam differentia individualis con- muni, solum est per racionero; nam in re 18. Sed contra hanc conclusionem obüci do posset aliquis ita philosophari de concep-
trahens speciem et individuum constituens. non est illa propria additio, sed in unoquo- potest ratio quaedam facta in praecedenti · tu speciei et individui, sicut nos supra de
Prima pars huius assertionis sequitur ex que individuo est una entitas utramque nat;n, si ~n~ividuum addit aliquid, salte~ conceptu entis et inferiorum eius ratiocinati
duabus praecedentibus; nam dictum est in rationem per seipsaro realiter habens. !atlo?e dt~tmctum, sequitur processus in sumus_; ~m~s e~ ~eriora addere supra
prima individuum addere aliquid naturae 17. Secunda pars conc~usionis e tia m se- mfimtum m conceptibus obiectivis ratione ens ahqmd rattone distmctum, ita tamen ut
communi, et in secunda negatum est illud quitur aperte ex dictis, sumiturque ex distinctis, quod etiam supra in simili repu- conceptus inferior immediate conceptua sub
esse distinctum ex natura rei; ergo neces- D. Thoma, I, q. 29, a. 1, ubi ait substan-
584 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección II
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cebido inmediatamente bajo el concepto de ente, no sea propiamente resoluble to que ha sido convertida en algo abstracto y universal en la mente, sino tam-
en dos conceptos, sino que sea sólo un concepto simple más expreso y determi- bién en cuanto que existe en la realidad, puede ser prescindida por la mente y dis-
nado que el concepto de ente; así, por consiguiente, en el caso presente puede tinguirse conceptualmente de la diferencia específica, como veremos abajo· y
decirse que el concepto de individuo no es propiamente compuesto y resoluble en cambio, la razón específica no puede distinguirse ni siquiera conceptuatm'ent~
en el concepto de otro modo o diferencia indi~idual, sino que es sól~ un co~­ de la diferencia individual más que como abstracta y hecha universal por la ac-
cepto más expreso de la misma naturaleza espe~rfica tal c':mo en. la realidad eXIs- tividad de la mente, pues en cuanto realmente existente, no puede concebirse
te en tal entidad, en la cual ni puede conceblrSe tal entidad m algo de aquella más que incluyendo la individuación; y, además, porque toda composición,
entidad sin que incluya tal razón específica, ni la misma razón específica puede incluso de. razón, ~eb: ~ntenderse en la realidad tal como existe en acto; por
concebirse distintamente tal como existe en la realidad; más que contraída en esto se entlende mas facdm.ente la composición entre la razón genérica y la espe-
tal 0 tal otra entidad. Y de este modo fácilmente se evita el proceso hasta el infi- cifica que entre la especifica y la individual. Pero a pesar de esto no hay que
nito, como consta por lo dicho en el caso semejante del ente. negar aque?a com~osición metafísica del individuo, porque basta ~ara ella con
19. Pero esta manera de responder puede parecer poco conforme con el que la razon espec1fica pueda ser separada por la mente como no incluida en
modo común de pensar y de hablar de los filósofos, que explican esta contrac- dicha diferencia individual.
ción de la especie en los individuos por una composición metafísica. Y esto pa~ 20. Y, por ello, admitido este género de composición y de resolución del
rece que no sin razón se afirma comúnmente, porque tamp~o el género y la ~di~iduo, se responde e-? tercer lugar que no es menester proceder hasta ei
diferencia se distinguen en la cosa en que se unen, como abaJO mostraremos, y, m:finito; en efecto, la illlsma mente que concibe al individuo como compuesto
sin embargo, a causa de las diversas semejanzas y desemejanzas que se encuen- del ?"":ce~t~ objetivo de la especie y la diferencia individual, concibe la dife-
tran entre las diversas cosas, forma el entendimiento los diferentes conceptos de rencia mdiv1dual como enteramente simple e irresoluble, porque no la concibe
género y de diferencia, de los cuales uno no se. incluye ~n .el. otro; por co~si­ bajo el concepto d.e la especie, sino de la diferencia sólo, a cuyo concepto perte-
guiente, también puede hacer asi entre la especie ~ los n;'diVId':os, pues eXIste nece el ser a~go simple y no co:npuesto de una razón común y otra diferencia
casi la misma proporción de ellos entre si y la tmsma diferencia con respecto que la contra1ga. De modo parecido puede verse también en las mismas diferen-
al concepto de ente. Pues aquél es trascendente, y, por ello, no puede contraerse cias específicas o subalternas, pues lo sensible o lo racional formalmente no se
propiamente por modo de composición ni tampoco añadírsel~ nada conceptual- componen de otras diferencias, sino que por lo mismo que son razones de dife-
mente en lo que él mismo no esté incluido; pero, en cambio, el concepto de r~ncia, ~r sí m.ism~s ~~eren de las otras; por consiguiente, así hay que conce-
especie (igual que el de género) es de suyo ilimitado y no tra~cBD;dente, y,, p~ ello, bir las diferencias mdividuales, en las cuales, en este aspecto puecle _ad~ti_rs_e
no es preciso que quede incluido en todo concepto determmatlvo de SI m1smo; a~'Lt!el ffi()Qo de_ contraer al en,te hasta si mismas por simple determinación~ del
podrá, por tanto, contraerse por modo de composición, y, por. consiguie~:lte, p'= ,<;llll.Cepto, sin ninguna composición. y aquella razón de la diferencia individual
drá también el individuo resolverse en los conceptos de especie y de diferencia en cuanto puede ser conCebida como una razón real y comút:Í, será también corn~
individual pues aquélla no es hombre, ni Pedro, verbi gratia, sino la 'diferencia: trascen~ente a cada una de las diferencias individuales, porque no puede
que cont:ae al hombre y constituye a Pedro. Podrá decirse que existe también concebirse ?ada en., ellas que no. incluya tal razón, y, por lo mismo, aquella
diferencia entre el género y la especie, porque la razón genérica, no sólo en cuan- razón comun tambien se deterrmnará a cada una de las diferencias, no por
conceptu entis non sit proprie resolubilis coniunguntur, ut infra ostendemus, et ni-
hilominus propter varias conveniencias et lis faeta in mente, sed etiaro prout in re tiam individualem ut omnino simplicem et
in duos conceptus, sed sit tantum conceptus
simplex magis expressus et determinatus, disconvenientias, quae inter piures res ipsa existens potest mente prae¡5cindi et irresolubilem, quia non concipit illam sub
reperiuntur, intellectus diversos conceptus ratione distingui a differentia specifica, ut conceptu speciei, sed differentiae tantum,
quaro conceptus entis; sic ergo in praesenti
format generis et differentiae, quorum unus, infra videbimus; ratio autem specifica non de cuius ratione est ut sit simplex et non
dici potest conceptum individui non esse
proprie compositum et resolubilem in con- in alio non includitur; sic ergo facere etiam potest distingui etiam ratione a differentia composita ex ratione communi et alía dif-
potest inter speciem et individua; est enim individuali, nisj prout abstracta et univer- ferentia contrahente. Sicut videre licet in
ceptum alterius roodi, seu differentiae indi-
fere eadem proportio eoruro inter se, et idem salis facta in mente, quia ut in re existens
vidualis, sed esse solurn expressiorem con- non potest concipi nisi ut jncludens indivi- ipsis etiaro differentiis specificis vel sub-
ceptum ipsius naturae specificae prout in re discrirnen a conceptu entis. Nam ille est alternis; sensibile enim vel rationale for-
transcendens, et ideo non potest proprie duationem; et quia omnis compositio, etiam
existit in tali entitate, in qua nec concipi maliter non componuntur ex aliis differen-
potest talis entitas neque aliquid illius enti- contrahl per modum compositionis, neque secundum rationem, intelligi debet in re
prout actu existit, ideo facilius intelligitur tiis, sed hoc ipso quod sunt rationes dif-
tatis, quin talero specificam racionero inclu- aliquid ei secundum rationem addi in quo ferendi, seipsis ab aliis differunt; sic ergo
dat, neque ipsa ratio specifica potest, ut ille non includatur; at vero conceptus spe~ talis compositio inter rationem genericam
et specificam quaro inter specificam et concipiendae etjam sunt differentiae indivi-
in re existit, distincte concipi, nisi ut in ciei (sicut et conceptus generis) est ex se duales, in quibus quoad hoc potest admitti
limitatus et non transcendens, et ideo non individualem. Sed hoc non obstante non
tali vel tali entitate contracta. Et hac ratio- modus jlle determinandi ens ad seipsas per
~e faene -Vitatur--·-processus·--m
íiifuílt-um~ Ut est necesse Ut includatur in omni conceptu illa metaphyska compositio in-
quia ad illam satis est ut specifica sirnplicem determinationem conceptos abs-
constat ex dictis in siroili de ente. determinativo illius; poterit ergo per modum
compositionis contrahi, et consequenter pot- possit mente praescindi ut non inclusa que compositione. Et illa ratio differentiae
19. Sed videri potest hic respondendi in ista differentia individuali. individualis, quatenus ut realis et communis
modus parum consentaneus communi modo erit etiam individuum resolvi in conceptum
concipiendi et loquendi philosophorum, qui speciei et differentiae individualis; illa . 2~. Et ideo adroisso illo genere composi- ratio concipi potest, erit etiam veluti
enim non est horno, nec Petrus, verbi gra- ttoms et resolutionis individui, respondetur transcendens ad singulas differentias indivi-
hanc contractionem speciei ad individua tertio non oportere progre di in infinitum;
expJ_icant per modum metaphysicae compo- tia, sed differentia contrahens hominem .et duales, quia nihil in eis concipi poterit in
constituens Petrum. Dices etiam esse dif- nam eadem mens quae concipit individuum quo talis ratio non includatur, et ideo illa
sitionis. Et non sine ratione videtur hoc
ferentiam inter genus et speciem, quia ratio Ut compositum ex conceptu obiectivo speciei etiam ratio communis determinabitur- ad
communiter affirmari, quia etiam genus et et düferentia individuali, concipit differen-
differentia non distinguuntur in re in qua generica non solum ut abstracta et universa- singulas differentias, non per novam com-
586 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección 11 587

una nueva compostcwn, sino por la sit;~ple de~erminació~, del concepto más ex- -o especie angélica queda determinada esencial e intrínsecamente a este indivi-
preso y determinado, y asi cesa cualqmer ultenor resolucton y proceso. duo, y que, consiguientemente, este individuo no añade nada positivo y real,
21. Digo en cuarto lugar que el individuo, no sólo en las cosas materiales ni siquiera conceptualmente distinto, sobre la misma especie, sino solo la nega-
y en los accidentes, sino también en las sustancias inmateriales creadas y finitas dón de comunicabilidad a muchos semejantes, la cual conviene inmediatamente
añade algo cüllceptualmente distinto a la especie. ~xcluímos de es~a afirmación -a tal especie por razón de sí misma y sin adición de ninguna clase.
a la naturaleza divina, porque estando tan esencmlmente determmada a esta 23. Este parece ciertamente que fué el sentido de los autores que cité en la
naturaleza numérica que le repugne por .:ompleto multiplicarse según ella, no 'tercera sentencia, y lo mismo piensan los que niegan que los ángeles, siendo di-
es posible ni siqniera conceptualmente abstraer (obrando con verdad) la razón ierente.s sólo en número, puedan ser creados dentro de la misma especie, aun de
común de la deidad de tal deidad, pues por el solo hecho de abstraerse de este potencia, abso~uta, pues esto .no puede negársele a la divina potencia por ninguna
modo no se concibe la verdadera deidad, porque pertenece al verdadero concep- otra razon, smo porque se JUzga que repugna al intrínseco y esencial concepto
to de la deidad ser ésta en número y no otra, por requerirlo así su infinitud. .-de esa naturaleza. Y tal sentencia tiene fundamento en Santo Tomás, 1, q. 50,
y de aquí resulta, consiguientemente, que esta deidad individual no añade nada a. 4, y q. De Spiritualibus e~·eaturis, a. 8, y en el lib. II cont. Gent., c. 95,
ni siquiera conceptualmente a la razón de la verdadera deidad. Y, por ello, es y en el De Ente et Essentia, c. 5, donde mantiene lo mismo Cayetano en la q. 9 ·
justamente censurado Cayetano por haber dicho en I, q. 3, a. 3, y otros lugares que y Capréolo, en In II, dist. 3, q. 1, concl. 5, y el Abulense, Paradox. IV, c. 34.
Dios puede tomarse en cuanto significa lo concreto y como lo específico de la Y parece que s~ inclina mucho a ella Ar~stóteles en el libro XII de la Metafísica,
naturaleza divina; efectivamente, un concepto tal, verdaderamente común, re- texto 40; y Avicena, libro V de la Metafzs¡ca, c. 5.
pugna a la divinidad verdadera, de cuya esencia es ser esta naturaleza singular; . 2~.. Pero esta opinión. su~o.ne, en primer lugar, que la materia signada es
y, por ello, no es más factible concebir en un concepto común al verdadero prmCipiO adecuado de tal mdlVlduación, mediante la cual el individuo añade a
Dios y abstraerle de este Dios, que concebir asi a Pedro. la razón ~sp;cifica algo P?sitivo, .que puede llamarse individuación positiva; y
22. Y con esta excepción, que es singular y que conviene especialmente a esta supos1c10n en el refendo sentido, es falsa. La mayor es claramente evidente
Dios por razón de su inñnitud, se conñrma la conclusión establecida y la regla P?r los autores ~itados. Y s~ razón es manifiesta, pues no niegan tal individua-
CIÓn en las refendas sustancias por otra causa, sino porque carecen de mat~ria;
general contraria en todas las criaturas, aun cuando sean inmateri-ales. Se prueba
porque en cualquier sustancia inmaterial, individual y finita, por ejemplo, el luego sup~nen que la materia o por sí misma, o en cuanto signada
Arcángel Gabriel, concibe la mente no sólo a este individuo en cuanto que con- por l.a ~a:'tld~d es la ra!~ adecuada de tal individuación, de manera que por
·cibe a esta entidad numérica, sino también a su razón específica y esencial, que el prmc1p10 st la aftrmacwn es causa de afirmación, la negación es causa de ne-
no incluye esencialmente esta entidad numérica ni la positiva repugnancia de ,gación, infieren de la carencia de materia la carencia de dicha adición o indivi-
poder comunic-arse a otro individuo; luego, allí concibe la mente algo común -¿.uación. La proposición. menor s.e probará extensamente en la sección siguiente,
y algo que se le añade por la razón, de modo que quede determinado a este mcluso para las sustancias matenales. Pero, aun cuando cóncedamos que en las
individuo; luego, en cuanto a esto exclusivamente no hay diferencia entre las ~usta~cias materiales tal diferencia individual se toma de la materia, no puede
sustancias inmateriales y las otras cosas. Se dirá quizás que cualquier esencia mfenrse eficazmente que la materia sea el principio adecuado de aquella diferen-
cia en toda la extensión del ente creado, pues las diversas sustancias tienen diver-
positionem sed per simplicem determinatio- naturae divinae. Nam talis conceptus vere -sentiam seu speciem angelicam, essentialiter 24. Sed haec sentencia imprimis sup-
nem conceptus magis expressi et determina- communis repugnat verae divinitati, de cuius et ab intrinseco determinad ad hoc indivi- ponit materiam signatam esse adaequatum
ti, et ita cessat ulterior resolutio et pro- essentia est quod sit haec singularis natura, .duum, et consequenter hoc individuum nihil principium illius individuationis, in qua in-
·Cessus. et ideo non magis potes-t verus Deus com~ positivum reaJ.e, etiam ratione distinctum, dividuum addít aliquid positivum rationi
21. Dico quarto: individuum non solum muni conceptu concipi et abstrahi ab hoc addere supra ipsam speciem, sed solam ne- specificae, quae potest dici individuatio
in rebus materialibus et accidentibus, sed Deo quam Petrus. gationem communicabilítatis in plura simi- positiva; haec autem supposítio in praedic-
etiam in substantiis immaterialibus creatis 22. Ex hac vera exceptione, quae singu- lia,, quae immediate convenit tali s:Peciei, to sensu falsa est. Maior constat aperte ex
et finitis addit aliquid ratione distinctum laris est Deoque specialiter convenit prop- .rattone sui ipsms absque additione ulla. praedictis auctoribus. Et ratio eius est clara
supra speciem. Excludimus ab hac conclu- ter infinitatem eius, confirmatur conclusio 23. Hic sane videtur fuisse sensus auc- quía non ob aliam causam negant huiusmodi
sione divinam naturam, quía cum illa sit posita et generalls regula contraria in om~ torum quos citavi in tertia sententia, et individuationem in praedictis substantiis
essentialiter ita determinata ad hanc numero nibus creaturis, etiamsi immateriales sint. ídem sentiunt qui negant angelos solo nisi quía, materia carent; ergo supponun~
naturam; ut omnino ei repugnet secundum Probatur, quía in qualibet substantia im- numero differentes posse intra eamdem spe- materiam vel secundum se vel ut signatam
·eam multiplicari, non potest etiam secundum materiali individua et finita, verbi gratia} ciem creari, etiam de potentia absoluta; non quantitate esse adaequatam radicem talis

t~-f.erum~~·~[~~a~li:~a;~ratione
rationem (si vera sit) abstrahi communis Gabriele Archangelo, concipit mens et hoc ÍJ?-divi~uationis, ut ex illo principio: Si af-
potest
nis\ quia hoc denegari
existimatur esse divinae
contra
ratio deitatis a tali deitate; nam, hoc ipso individuum, quatenus concipit hanc numero /trmatw est causa affirmationis, negatio est
"Quod siC- abStraliitüt~----non t<:in:dpüur vera entitatem, et rationem essentialem et et essentialem rationem talis causa negationis inferant ex carentia mate-
deitas, quía de vera conceptu deitatis est cificam eius, quae non includit naturae. Habet autem illa sententia funda- riae carentiam praedictae additionis seu
ut sit haec numero, et non alia; quía hoc hanc numero entitatem nec positivam re- mentum in D. Thoma, I, q. 50, a. 4, et individuationis. Minar vero propositio pro-
Tequirit eius infinitas. Et hinc consequen- pugnantiam ut conununicari possit alteri Quaest. de Spiritualibus creaturis, a. 8, et babitur late sectione sequenti, etiam in
ter fit ut haec :i,ndividua deitas nihil etiam individuo; ergo ibi concipit mens aliquid li cont. Gentes, c. 95, de Ente et essentia, substantüs materialibus. Sed quamvis dare~
secundum rationem addat supra conceptum commune et aliquid quod secundum ratio-- e, 5, ubi Caiet. ¡¿ tenet, q. 9; et Capreol., mus in materialibus substantiis huiusmodi
·verae deitatis. Unde merito reprehenditur nem ei additur ut ad hoc individuum deter- ln II, díst. 3, q. 1, concl. 5; et Abulens., individualem. differentiam sumi a materia,
Caietanus, eo quod I, q. 3, a. 3, et aliis minetur; ergo quoad hoc praecise non est ' Paradox. IV, c. 34. Et videtur mul,tum fa- non posset efficaciter inferri materiam esse
locis, dixerit Deum uno modo sumi pos~ differentia ínter substancias jmmateriales et ve~e Arist., XII Metaph., text. 40; et adaequatum principium illius differentiae
·se ut significat concretum, quasi specificum alias res. Dicetur fortasse quamlibet es- Av1cen., V Metaph., c. S. in tota latitudine entis creati; habent enim
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588 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.~Sección JI 589


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sos princ1p10s acomod3.dos a sus propias naturalezas, y t;o puede, establecerse especie, porque siendo abstracta y estando separada de la materia, no tiene por
un argumento suficiente para las cosas de un orden supertor, apoyandose en el dónde quedar limitada, y, por ello, no puede multiplicarse dentro de la misma
modo de composición o de individuación hallado en las cosas externas; de lo especie. Pero tal infinitud no sólo se afirma sin fundamento suficiente, sino que
contrario con el mismo motivo podría alguno negar que se dé en los ángeles .apenas puede explicarse en C¡ué consiste, si no es cometiendo una petición de
composición metafísica de género y diferencia, porque en los seres materiales el principio.
género se toma de la materia y la diferencia de la forma, lo cual muchos pretenden 26. Pregunto, por consiguiente, si tal infinitud es intensiva o extensiva. Lo
que ha de entenderse con toda propiedad. Igualmen~e~ con la ~sma facilida~ primero no puede afirmarse, porque toda la perfección intensiva de tal ángel
podría alguno decir que en los cuerpos celestes el mdiv1duo no anade ~ada posi- queda contenida dentro del determinado grado y límite de tal especie, en la cual
tivo a la especie, ni siquiera distinto conceptualmente, o porque no tienen ma- no hay ninguna formal infinitud intensiva, a no ser que se le llame infinita bajo
teria, como pensó Averroes, o ciertamente porque tienen materia de otra clase. algún aspecto, porque puede contener en si las especies de orden inferior sin-
Pues si es verdad que en las cosas inferiores_ la materia es la única raíz de la categoremáticamente infinitas, cosa que, sin embargv, no indica infinitud sino
diferencia individual, podemos atribuir esto únicamente a esta materia inferior, una cierta perfección de orden superior, por lo cual puede ser común a las espe-
pues acerca de la superior no podemos colegir con ninguna razón suficiente si cies de las cosas materiales, como se ve claro en la especie humana, bajo la que
tal cosa le conviene también, puesto que es de distinta clase. Dirán qmzas que pueden multiplicarse infinitamente las especies de los brutos. Por consiguiente,
aquella materia subyace bajo una cantidad de la misma clase, y que esto basta esta clase de perfección o de infinitud no tiene nada que ver con la cuestión de
para que sea un principio de la misma clase de individuación. Pero esto no sa- q~e tra~am.o~, ni puede tampoco se.r ~a razón por la que una especie sea por sí
tisface, pues, como mostraré después, la cantidad, siendo accidente, no puede mtsma mdtvtdual y no pueda multiplicarse en los individuos. Más aún: incluso
entrar, de ningún modo, en el principio de individuación de las sustancias. Por si admitiéramos aquella infinitud intensiva, verdadera y formal, en algún grado
consiguiente, las sustancias de orden superior pueden convenir en la composición limitado intrinsecamente, no se seguida que tal perfección no pudiese encontrarse
metafísica con las de orden inferior, y tener el principio de ello de un modo en muchos individuos semejantes, ya que esto no guarda una necesaria conexión
más simple y perfecto. Y así de la negación de la materia no puede sacarse un con aquello. Del mismo modo que, aunque se diera una gracia infinita en inten-
argumento eficaz. sidad en el alma de Cristo, por ejemplo, no se deduce de ello que no pudiesen
25. En segundo lugar, pues, vuelvo a la razón iniciada; en efecto, del he- darse otras cualidades de gracias, sean finitas o infinitas, distintas numéricamen-
cho de que la divina naturaleza incluya esencialmente su individuación positiva te. Y este argumento explica también que aquella infinitud intensiva propia y
y la incomunicabilidad respecto de los inferiores, se origina precisamente que formal no puede darse más en las sustancias que en los accidentes.
repugne a su infinitud tal multiplicación, pues toda sustancia inmaterial creada es 27. En cambio, si se trata de infinitud extensiva, en primer lugar se comete
finita; luego no hay motivo para que le repugne tener otra esencia enteramente una petición de principio, porque tal extensión no es otra .cosa que la multipli-
semejante y, sin embargo, realmente distinta en su entidad. Puede responderse cación de los individuos en dicha especie. Además, lo que se afirma envuelve una
que aunque la sustancia espiritual sea a\>solutamente finita en el género de ente, .contradicción, pues aquel individuo, formalmente y en si, es uno solamente;
es, sin embargo, infinita en su especie y tiene toda la perfección posible en su ¿cómo puede, por tanto, contener en si una infinitud extensiva, que consiste
en la sola multiplicación de los individuos? Podrá decirse que la contiene virtual-
diversae substantiae diversa principia suis principium eiusdem modi individuationis.
naturls accommodata, neque ex modo com- Sed hoc non satisfacit; nam, ut infra osten-. tracta et separata a materia_, non habet unde viduis multiplicari. Immo etiam si admit-
posltionis aut individuationis in rebus ex- dam, quantitas, cum sit accidens, nullo modo limitetur, et ideo intra illam speciem mul- teremus illam infinítatem intensivam, veram
terioribus invento potest sufficiens a.rgumen- potest ingredi principium individuationis tiplicarl non potest. Sed huiusmodi infinitas, et formalem, in allquo limitato gradu intrin-
tum sumí ad res superioris rationis; alioqui substantiarum. lgitur substantiae superioris et sine sufficienti fundamento asseritur_, et sece, non sequitur talem perfectionem non
eadem ratione posset quis negare dari in ordinis possunt in compositione metaphysica vix potest declarad in quo consistat, nisi posse in multis similibus individuis reperiri,
angelis compositionem metaphysicam ex ge- conv'enire cum substantiis inferioris ordinis, petendo principium. quia hoc non habet necessariam connexio-
nere et differentia, quia in rebus materiali- et habere principium illius simpliciori et 26. Interrogo ergo an haec infinitas in- nem cum illo. Ut, quamvis daretur gratia
bus genus sumitur a materia et differentia perfectiori modo. Atque ita ex negatione tensiva sit vel extensiva. Primum dici non infinite intensa in anima Christi Domini,
a forma, quod multi volunt esse cum pro- materiae non potest fieri argumentum ef- potest, tum quía tota perfectio intensiva verbi gratia_, non propterea sequitur non pos-
prietate intelligendum. Item eadem facilitate ficax. talis angeli continetur intra certum gra- se dari alias qualitates gratiae numero di-
posset quis dicere in corporibus coelestibus 25. Deirlde redeo ad radonem inchoa- dum et lirnitem talls speciei, in qua nulla stinctae, sive finitas sive infinitas. Quod
non addere individuum supra speciem ali- tam; nam, quod divina natura essentialiter est formalis infinitas intensiva; nisí forte argumentum etiam declarat infinitatem illam
quid positivum, etiam ratione distinctum, includat individuationem suam positivam dicatur infinita secundum quid, quia potest intensívam propriam et formalem non magis
vel quia non habent materiam, ut existima- et incommunicabilitatem respectu inferio- sub se continere species inferioris ordinis posse dari in substantiis quam in acciden-
vit Avei:roes, -vel·-certe--·-quía hao·enf'iiíateriam rum, ex ·eo praecise provenit quod in:finitati infinitas, quod tamen non tibus.
alterius rationis. Nam si verum est in his eius repugnat talis multipllcatio; omnis au- sed perfectionem quam- 27. Si vero sit sermo de infinitate ex-
rebus inferioribus materiam esse unicam tem substantia immaterialis creata finita est; unde hoc commune tensiva, primo petitur principium, quia haec
radicem differentiae individualis, solum pos- ergo non est cur ei repugnet habere aliarn esse potest rerum materialium_, ut extensio non est aliud quam multiplicarlo
sumus nos id attribuere huic materiae in- omnino similem essentiam, distinctam ta- patet in specie humana, sub qua species individuorum in ea specie. Deinde id quod
feriori; nam de superiori .nulla sufficienti men realiter in entitate. Responded potest, brutorum in infinitum multiplicari possunt. dicitur, repugnantiam involvit; nam illud
ratione possumus colligere an hoc etiam ei quamvis substanti.a spiritualis sit finita sim- ~oc ergo perfectiorús seu infinitatis genus individuum formaliter et in se unum tantum
conveniat, cum sit diversae rationis. Dicent pliciter in genere entis, esse tamen infinitam nil refert ad quaestionem de qua agimus, est; quomodo ergo potest infinitatem exten-
fortasse illam materiam subiacere quantitati in specie sua habereque totam perfectionem nec potest esse ratio oh quam species aliqua sivam in se continere, quae in sola multipli-
eiusdem rationis, et hoc satis esse ut sit possibilem in sua specie, quía cum sit abs.. per sese individua sit et non possit in indi- catione individuorum consistit? Dices con-
590 Disputaciones metafísicas: Disputación quinta.-Secci6n 11 sn
mente, no formalmente. Pero no puede explicarse en qué consiste esta infinitud material .todo aque~o que la contr?e. y determina a tal entidad, así, dos ángeles
o continencia virtual, o en qué se funda, ya que no consiste en la infinitud inten- d~ la IIDSma espec1~, .aunque se distmgan como dos formas íntegras, puede de-
siva de tal naturaleza, ni puede fundarse en ella, como ha sido probado ya; por cirse que no ~e . distinguen formalmente, sino material o entitativamente, del
consiguiente, no puede encontrarse ninguna razón por la cual repugne a la per- modo que se d1stmguen entre sí dos almas racionales.
fección de tal naturaleza comunicarse con muchos individuos semejantes en per- 29. Y ~al seiltenc!a puede ~rimeramente confirmarse con este ejemplo, pues
fección esencial. Por tanto, semejantes sustancias, aunque separadas de la mate- e~ alma racmnal, cons1dera_da .fí.slcamente, es tamb.itén una entidad simple y espi-
ria, son simplemente finitas. Ni tampoco es preciso que tengan la limitación de ntual, Y con todo no e~ mdiv1dual por su razón esencial, sino que añade algo
parte de la materia propiamente dicha (sea cualquiera la opiuión que se tenga en conceptualmente. Pero d1cen que el alma racional tiene una relación trascenden-
este punto acerca de las formas materiales), sino por la propia diferencia, o por tal ~1 :uerpo, Y que, por ello, se individualiza. Ahora bien: esto, en primer lugar,
sí y por su propia entidad, o porque tienen tal ser recibido, o finalmente, por- es U:~lerto, pues tal vez sea t~n verdadero que esta alma dice precisamente tal
que existen en tal supuesto por su propia naturaleza; por consiguiente, de la in..:. relac;on al cuerpo ~orque es esta concretamente, como lo contrario. y además,
fiuitud no puede tomarse ningún motivo por virtud del cual semejantes natura- s7 diga lo que se d1ga de esto, para el caso presente poco importa, pues propor-
lezas inmateriales sean esencialmente individuas e incomunicables. .r""--. c;onalmente ~uede tm;narse el m1smo argumento; en efecto, el alma racional, que
28. Puede decirse de otro modo que se toma la razón suficiente de sola la ?e~e . su ~~zon esl?ecifica con una relación trascendental al cuerpo, no tiene la
inmaterialidad. Porque las cosas que carecen de materia no pueden multipliCaÍSe mdiv1duac10n. prec1sam:?te por dicho c~rácter, sino por una adición conceptual,
tnflterialmente, como es evidente por sí; por consiguiente, sólo formalmente y por la cu~, dicha relac10n queda determmada a tal cuerpo precisamente, 0 mejor
esencial o específicamente; luego no individualmente o según la multiplicidad a tal .relac10n. al c?erpo; ~uego, en la ~is~a proporción, la sustancia del ángel,
numérica, porque ésta es la multiplicación material. Pero incluso esta razón, si ~u~ :1ene una ~azon esencial, abso~uta sm nmguna relación trascendental, no será
se toman en su propio sentido las palabras formalmente y materialmente en el mdiv1dual en v1rtud de ~qu_ella, smo por algo proporcionado a aquélla que con-
primer antecedente, es insuficiente y comete petición de principio; incluye, efec- cep?'almente ~e. le ha anad1do. Y un argumento parecido puede tomarse de los
tivamente, la conclusión misma en la razón, es decir, o que la distinción numé- accidentes esp1nt~mles, en _los cua:es el in~~viduo añade algo a la especie no sólo
rica se toma de la materia, o que es lo mismo diferir numéricamente que diferir en orden a los ~versos su¡etos, s1?0 tamb1en respecto del mismo; por ello, pues
materialmente. A pesar de que en las cosas materiales esto tenga algo de verdad, pueden es.to~ accidentes con relación al mismo sujetn, distinguirse numéricamen~
que después examinaremos, sin embargo, no puede tomarse de allí un argumento te y multiplicarse,. al menos, sucesivamente, como se ve claramente en los diver~
suficiente para las cosas inmateriales. Por consiguiente, la distinción individual sos actos de la m1sma clase en el m~smo intelecto angélico; por consiguiente, si
tiene mayor extensión que la diferencia material, tomada en dicho sentido, ya que en a9uellos _act?s. se encuentra la misma razón específica espiritual contraíble a
~os .~versos mdivtduos, no por los diversos sujetos, sino por las· diversas diferencias
diferir numéricamente es sólo distinguirse en las propias entidades con conve-
~div1duales. en orde~. a1 mismo sujeto, ¿por qué no podrá la misma razón especí-
niencia y semejanza en la razón esencial íntegra, lo cual puede ser común tanto a
fica sus:ancml y espmtu~l contraerse del mismo modo por diferencias individuales
las cosas espirituales como a las corporales. Por lo cual, si material y formal se proporc10nadas a ella? Ciertamente, no puede darse ninguna razón que sea suficien-
toman con mayor extensión, en cuanto formal dice la razón esencial abstracta, y
praecisaro, materiale vera quidquid illam aliq~a secundum rationero, per quam illa
tinere virtualiter, non formaliter. Sed expli~ ter roultiplícari, ut per se constat; ergo so- contrahit et deterroinat ad talem entitatem
luro formaliter et essentialiter se u specifice; ha~ltudo determinatur ad tale corpus, vel'
cari non potest in quo consistat haec s~c . duo angeli eiusdem speciei, quarovi~ potms ad talero ha.bitudinem ad corpus;
virtualis infinitas seu continentia aut in ergo non individualíter seu secundum nu~ distm~a_ntur ut .d:me ~orroae integrae, pos~
mericam roultiplicationero, quia haec est ergo eadem p~oportrone, substantia angeli,
quo fundetur, curo non consistat in infinitate s~t _dlc1 non dlstmgw fonnaliter sed ma~ quae habet ratlonem essentialem absolutam
intensiva talis naturae, neque in ea fundari roaterialis roultiplicatio. Sed haec etiam ~enaliter seu entitative, sicut distinguuntur
ratio, si verba materialiter et forrnnliter pro- absque transcendentali habitudine non erit
possit, ut probatum est; nulla ergo asignatur mter se duae animae racionales. individua ex vi illius, sed ex alicluo addito
ratio ob quaro perfectioni talis naturae re~ prie sumuntur in primo antecedente, insuf- 2~. Et hoc exe~plo potest primo confir~ s~c1.;mdum rationem proportionato illi. Et
pugnet coromunicari multis individuis in ficiens est et principiuro petit; nam con~ marr haec sententm; nam anima rationalis
clusionero ipsaro in ratione sumit, nimirum, Simlle argumentum sumi potest ab acciden-
essentiali perfeccione siroilibus. Huiusmodi physice :o.nsid~rata etiaro est siroplex enti- tibus spiritualibus, in quibus individuuro
ergo substantiae, quarovis abstractae a ma- vel distinctionero numericam suroi ex mate- tas et spmtualis, et tamen non est individua
ria, vel ídem esse differre numero quod dif~ addit aliqu..id supra speciem, non solum in
teria, simpliciter finitae sunt. Neque enim ex. ratione e~sentiali, sed aliquid secundum ordine ad diversa subiecta, sed etiaro re~
oportet ut llroitationero habeant a materia ferre materialíter. Esto enim in rebus mate- ratlonero addit. Sed dicunt animaro rationa- spe~tu :iusdem; ideo enim possunt haec
proprie dicta (quidquid quoad hoc sit de rialibus haec habeant aliquaro veritatem, habere transcendentalem habitudinero
quod postea examinabimus, taroen inde non acc1dent1a respectu eiusdero subiecti numero
materialibus fo.rmis), sed ex propria dif- et inde indlviduari. Sed hoc distingui et roultiplicari, saltero successive
potest sufficiens argumentum sumí ad im-
ferentia, vel ex se et ex propria entitate,
materialia. Distinctio ergo individualis 1_atius
est incertum, naro fortasse tam ut patet de diversis actibus eíusdero rationi~
aut quia habent tale esse recepturo, aut de~ trer~ ~st hanc aniroam ¡deo dicere talem ~n. eod~m intellectu angelico; si ergo in
nique quia natura sua in tall supposito exis~ patet quam materialis differentia dicto modo habrtudinem ad corpus, quia talis ipsa est 1~s. act1_bus reperitur eadem ratio specifica
tunt; igitur ex infinitate nulla ratio sumí suropta; differre eniro numero solum est e converso. Et deinde quidquid d~ spmtuahs contrahibilis ad diversa individua
potest oh quaro huiusroodi natura¡¡: inunate~ distingui in propriis entitatibus cum conve-
nientia et siroilitudine in ¡ntegra ratione
ad praesens non refert, naro idem non ex diversis subiectis, sed ex diversi~
riales essentialiter sint individuae et incoro~ ar¡run1en,twn proportionale sumí potest · differentiis individualibus in ordine ad idem
municabiles. essentiali; quod coromune esse potest tam . rationalis, quae habet suaro spe:
rebus spiritualibus quam corporalibus. Un- subiectum, cur non poterit eadero ratio
28. Dici aliter potest ex sola immateria- . rat10nero cum habitudine transcen- specifica substantialis et spiritualis siroiliter
litate sumí sufficientem rationero. Quia res de si materiale et formale latius sumantur, ad corpus, non habet indlviduatio~
prout formale dicit rationem essentialem contrahi per differentias individuales sibi
quae carent materia, non possunt materiali~ ex vi illius praecise, sed ex addltione proportionatas? Certe nulla potest reddi
Disputación quinta.-Sección~l:_l__________________:5~93
592 Disputaciones metafísicas
tal, repugna abstraerla de este individuo y convertirla en comunicable o indife-
te. Y argumentos parecidos pueden tomarse de las otras entidades simples, que rente, por9ue esta misma abstracción va- en contra de su naturaleza y esencia, como
por si mismas pueden distinguirse en número, como son dos materias o dos can- consta evidentemente en la naturaleza divina. Por consiguiente, se dirá con más
tidades, tal como veremos con más extensión en la sección siguiente. verdad y consecuencia que igual que en las sustancias inmateriales se dan verda-
30. Finalmente, sin causa se limita la potencia divina de modo que no deras y propias especies, así también se da el individuo:, que añade algo a la
pueda crear varios ángeles semejantes en esencia y especie, o si hubiera querido ani- especie según la razón, y, por consiguiente, que pueden d.arse varios individuos
quilar a los ángeles malos, no habría podido crear otros semejantes, cosa que por sí sem~jantes. Ahora bien: si se dan de hecho, y qué es lo más conforme con la
misma es increíble; y, por ello, casi todos los restantes teólogos, en In ll, dist. 3, Escntura y los Padres, pertenece a las disputaciones teológicas.
enseñan que puede hacerse. Escoto, en la q. 7; Durando, en la q. 3; Gabriel
en la q. 1, y otros; y Marsil., en In Il, q. 3, a. 3; Alejandro de Hales, ll,
q. 20, miembro último, a. 2, y en el libro VII de la Metaph., text. 41; y el Fe- Respuesta a los fundmnentos de las demás opiniones
rrariense, tomándolo de Santo Tomás, cont. Gentes, II, c. 93, dice que no @ Al fundamento de la primera opinión se responde que todas aquellas
repugna en potencia absoluta tal distinción numérica de las sustancias espiritua- cosas que se enumeran en el primer argumento indican solamente que la natura-
les, aunque niega que exista en el orden natural de las cosas; y se inclina a tez~ 7specífica ~ce un concepto objetivo ~~scinc!_~--~Q~~epD:Jalmen_te <1~ JQs
ella Santo Tomás en el Opúsculo 16, cap. último, donde extensamente explica ind1v1duos, y q!!~:.L.~_gp._!~ari"ª-~nte, eL il~dividuo añad_~ ·ª¡g_Q_ J:iiH.i!lJQ~coflC_ept_lJ~~l­
que la sustancia inmaterial es una numéricamente singular e individual, porque men~e ¡¡ _lil_ naturªl~z~_ -, C;!_~pec!ª-~a. En efecto, la ciencia humana versa -Sóbre las
de suyo no puede naturalmente ser participada por muchos; añade, sin embargo, SQ~-~~-~ncebidas. universa_!l!l~º_r~_,___ g~_~tl~~~uJlleS :~ttfltaii'JñiieCfiatiñl_egteJas·-d~fini-
que es propio de ingenio tardo deducir de ahí qne no pueda ser multiplicada go~~9iino·stiáCIOiies; Y.-ll~J:ª~~tº-·--·Rª"~t~L_@1L ..Q_1l~---P!l.Gd;n_~~r__ ~b_S'rr3.idRS. CO"ll-
por Dios. Pero sea lo que fuere de este modo de expresarse -si esto se ha de ~~2:!~~~e~e, ~unque, en la rea~9-~_tb __!l_Q __ ~~---cj_~n._.§~P~~das. Esto es e\r1den!é j)or
decir posible por potencia absoluta o natural, u Ordinaria, que quizás es sólo lo dtcho s.oOre el concepto de ente, acerca del cual se da una ciencia y se hacen
cuestión de nombre-, con todo, de cualquier modo que sea ello posible, se d~mostracmnes, aunque const; que, en la realidad, no está separado de las pro-
concluye suficientemente que la sustancia inmaterial no es individual en virtud pias rawnes de los entes, smo que se abstrae solamente según la razón. Por
de su razón esencial específica, pues si fuese así, implicaría una contradicción ello, tambiéJ? . esta distinción. ?asta -para aquellas locuciones causales : porque el
que tal sustancia se multiplicase individualmente, como la implica que el mismo hombre es r1s1ble, Pedro es rmble, ya que en ellas no se da una causa real y física
individuo se multiplique numéricamente. Con lo cual también, de paso, se ve que mtervenga entre Pedro y risible, sino que se explica la razón adecuada y el
que desconocen el sentido propio de la palabra los que dicen que en las natu- origen de aquella propiedad.
ralezas angélicas se da un concepto objetivo verdaderamente específico y lógica- 32. A lo segundo se responde que en tales argumentos (como noté arriba
mente _,así dicen,........,. universal, y que, con todo, aquella naturaleza es por sí misma tratando del concepto de ente) se comete fácilmente equivocación argumentando
tan incomunicable que implica contradicción que esté en varios individuos dis- d_es~e. nuestro modo de concebir y según el uso corriente de las palabras con que
tintos sólo numéricamente. Esto es abiertamente contradictorio, pues si tal natu- s1gnif1camos las cosas tal y como son concebidas por nosotros hasta las cosas mis-
raleza no puede estar de ningún modo en muchos individuos, se debe a que de suyO mas tal y como son en sí, e infiriendo la distinción real de la distinción de razón
y por su propio concepto esencial es de este modo incomunic-able; luego, si es '
incommunicabilis; ergo, si talis est, repugnat Nam scientia humana est de rebus universe
sufficiens ratio. Atque similia argumenta su- participad a multis; subdit tamen rudis illam abstrahere ab hoc individuo et reddere conceptis, de quibus immediate sunt defini-
mi possunt ex aliis entitatibus simplicibus, esse ingenii inde colligere non posse a communicabilem seu indifferentem, quia ciones et demonstrationes; et ad hoc satis
quae ex se ipsis possunt numero distingui, Deo multipijcari. Sed quidquid sit de hoc haec eadem abstraerlo est contra eius natu- est ut secundum rationem possint abstrahi,
ut sunt duae materiae vel duae quantitates, modo loquendi, an hoc sit dicendum posN ram et essentiam, sicut constat aperte in quamvis in re ipsa non separentur. Quod
ut videbimus Jatius sectione sequenti. sibile de potentia absoluta vel naturali seu natura divina. Verius ergo magisque conse- patet ex dictis de conceptu entis, de quo
30. Denique sine causa limitatur divina ordinaria, quod fortasse est quaestio de no- quenter dicitur, sicut in substantiis dm- datlllr scientia, et fiunt demonstrationels,
potentia ut non possit piures angelos creare mine, tamen, quacumque ratione id sit pos- materialibus dantur verae ac propriae spe- quamvis constet reipsa non esse praecisum
símiles in essentia et specie, aut si annihilare sibile, sufficienter concluditur substantiam cies, ita etiam dari individuum, quod aH- a propriis rationibus entium, sed tantum
voluisset malos angelos, non potuisset alios immaterialem non esse individuam ex vi quid secundum rationem addat supra secundum rationem abstrahi. Unde haec
similes creare, quod certe per sese incredibi- suae rationis essentialis et specificae; nam speciem, et consequenter posse etiam dari etiam distinctio satis est ad illas causales
le est; et ideo reliqui fere theologi, In II, si hoc haberet, implicaret contradictionem plura similia individua. An vero de facto locuciones : quia horno est risibilis, Petrus
dist. 3, docent id fieri posse a Deo. Scotus, talem substantiam individualiter multiplicari, dentur, et quid in hoc sit magis consenta- est risibilis; quia :i,n iis non datur causa
q. 7; Durand., q. 3; Gabr., q. 1, et alii; et sicut implicat idem individuum numerice neum Scripturis et Patribus, ad theologicas realis et physica quae intercedat inter
multiplicari. Unde etiam obiter constat pertinet disputaciones. Petrum et risibilem, sed explicatur adaequa-
Marsil., ln _U, ___ _q, __ 3, J:t_, _3; _Al?.:!I:.RIJ.d. 1\le:ns._,
II p., q. 20_, memb. ult., a. 2, et VII Metaph., priam vocem ignorare qui dicunt in ta ratio et origo illius proprietatis.
text. 41; et ex Thoma, Ferr., II cont. ris angelicis dari conceptum obiectivum vere Satisfit fundamentis aliarum opinionum 32. Ad secundum respondetur in huius-
Gent., 93, dicit non repugnare de potentia specificum et logice (ut aiunt) universalem, 31. Ad fundamentum primae sententiae modi argurnentis (quod supra notavi trac-
absoluta huiusmodi distinctionem numeri- et tamen illam naturam esse ex se ita incom- respondetur illa omnia quae in primo argu- tando de conceptu entis) facile committi ae-
cam substantiarum spirituaJium, quamvis municabilem, ut implicet contradictionem mento numerantur solum indicare naturam quivocationem argumentando ex modo con-
neget esse secundum ordinem naturalem esse in pluribus individuis solo numero di- specificam dicere conceptum obiectivum se- cipiendi nostro et ex usu verborum quibus
rerum; et favet D. Thom., Opuse. 16, stinctis; est enim haec aperta repugnancia; cundum rationem praeci!;>um ab individuis, significamus res ut a nobis conceptas ad res
capite ultimo, ubi late docet substantiam nam, si illa natura non potest ullo modo atque e contrario indlviduum aUquid ratione ipsas prout in se sunt, distinctionem rerum
immaterialem esse unam numero singularem esse in multis individuis, ideo est quia ex_ distinctum addere supra naturam specificam. ex distinctione secundum rationem colligen-
atque individuam, quia ex se non est nata se et ex proprio conceptu essentiali est ita
38
Dispu~aciones metafísicas Disputación quinta.-Sección II:___ _
594 --------------:----:-____._ -----=595
fal S onde por consiguiente, que el hombre sig- primer sentido, seria verdad que Pedro y Pablo diferirían esencialmente, según la
lo cual es un arg~ento so. _~ respdi e ci incluye en su razón esencial ninguna
cual significación negamos que ~n Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
nificado y concebtdo en cuanto ta ' no t e acertadamente prueba. y- e~ claf2,_].Qr-

qtJ~~f-Q!lc;~ptualme~te
de esta clase,_p_l:l!;..e....co
P=
diferencia individual, como. e~ aJe~;d~s aquellas, y mediant<O-var.ias ...diferencias
~-Y df:iefinin~sonf,{;ptUalmente._],~QLJ._Q___~~.l?''"_.se
~~b,;- añadiL!!)gQ:.J±ue_es!Lfu.era-<k_k es!'!lCUL-<Ie~
concluye rec;tamente que.._se_ ·· · -· ..--- · 1 . · . ... con todo ¡¡ue de alh
IÍ---- -b - --·-; Cj)ncebido para que se haga SillKlJ.tJJ',___m_ego, _______ b _____ -~-- dif-----~
difieran esencialmente, porque ni tienen diferencia esencial, ni distinción de
esencias. Pero, según el otro modo, es decir, según la precisión conceptual, se
dice que está fuera de la esencia del concepto objetivo todo aquello sin lo cual
puede salvarse el concepto de tal noción; y de este modo no es preciso que
aquello que se dice que está fuera de la esencia sea naturalmente distinto de lo
~~; __ r_s: ___ as_t_;_ . ·, , __ 1 entr~ ·-¡a-·nattiraféZi_ comP_n deJ_ hQm ____re___ y ~-~-- .--- e_rent::_~a: otro, sino que basta con que se distinga conceptualmente, ya que aquella misma
se s1ga la disuncwn rea ···· · · ··h ------·n-o se... halla en la realidad .tan .umversal
• d' 'd. al rque la natura1eza umana --e~-----------·---· ---- -- palabra fuera no significa estar absolutamente fuera de la realidad, sino estar fue-
~11 tvt u _, __ pQ_. ---------- ---- --·;b--- T-·en:tt~ll-cli"miento.- y cuando se afirma que 1o que
ra del concepto, o estar fuera de la realidad en cuanto concebida.
Y_g!:l_~!rac(a__ c;Qmo.. la __conci _e e~---eStá lU"era-·a:e-la esencia se distinguen realmente·
pertenece a la esencm y lo q~ ue responder que de dos manera~ se puede 33. Por lo cual, a la confirmación hay que responder casi con idéntica dis-
y no sólo conceptuai;nente, lay q . De nn modo según la realidad, o sea, tincmn, pues en la realidad el hombre no se constituye como hombre en abstrae~
entender que algo este fu~ra. de 1~ esenc:~ están en la' realidad; de otro, según to, ni como separado en si mismo, sino que se constituye como Pedro, Pablo,
consid~rando las cosas m.lsmas ta :~~ue en la realidad no estén separados. Se- Francisco; por lo cual, en cada uno de ellos queda constituído el hombre por lo
la razon que separa uno del otro, b t do en las cosas finitas ' que cuanto mismo que Pedro; ni hay en la realidad algo verdaderamente uno, constitutivo
gún el primer modo es verdadl-so re. odebe distingm'rse de ella realmente, del hombre que realmente sea común, sino. que hay varios constitutivos de cada
1' d d está fuera de a esencia . . uno de los hombres, en los cuales se dice que está la razón común fundamental-
en 1a rea 1 a d d . e estf.: fuera de la esencm; sm em~
porque, de otro modo, no ~ue e . _ecirSe qu r d~ Pedro 0 de Pablo esté de tal mente, a causa de la conveniencia y semejanza que tienen entre si, como tratare-
bargo, niego que la dife;en~I~ ~di~~eua~o,:;ogeristente en la realidad; en efecto, mos con más amplitud en la disputación siguiente. En cambio, según la razón,
modo fuera de 1~ esencm e lido~ -'s que en Pedro, Pablo, etc., y en cada uno- igual que se concibe como abstracto al hombre universal, así se entiende también
el hom~re ~o exts~e en la rea a ~~teneciente a la esencia del hombre, como- .que tiene su adecuado y común constitutivo; de lo cual, sin embargo, sólo puede
la propm d1ferenc1.a suya es ,al~o P de allí se sigue que el hombre en concluirse que -aquello es conceptualmente distinto de las diferencias singulares,
existente en el mtsmo. Pod;a ecuse que d Pablo no tienen la misma que constituyen especialmente a los individuos. A lo tercero se responde que
Pedro. y Pablo difiere esencm~::~~e,lao ~i~~:~e~fm~nte, pero que, sin embargo, por lo dicho sobre el concepto de ente, consta que tales argumentos no prueban
esencia. Se _responde que : 1 realidad nn es otra cosa que tenerla: la distinción ex natura reí; y lo mismo mDstraremos acerca de las naturalezas uni-
versales e inferiores en la disputación siguiente .
tienen la mtsma concept~; . ente, q~~nnt:" expresado asi, no significa sólo la
semejante; y porque "di er~r ese.ncta ~ nie' a también la esencial semejanza y 34. Al primer argumento de la segunda opinión se responde que prueba
real di~tin~ión de las. e~encias, smo h~l~.rn.idaJ conceptual de la esencia, p~r ello acertadamente que la cosa no se hace singular por una adiCión de realidad, o de
convernencm, y, constgmentemente, d'fi esencialmente las cosas que difieren un modo realmente distinto de la naturaleza que se dice que se ha hecho singu-
no se conc~de absolut~menteb que I. erq~ellas palabras se tomaran sólo en el lar, porque cualquier distinción semejante supone la entidad, y, por tanto, la
sólo numéncamente. Sm em argo, SI a singularidad en uno y otro extremo. Pero aquel argumento no prueba que la

do quod est fallax argumentum. Responde- praecisum non sit. Priori . ~odo- v~~ est si illa verba solum in priori sensu sumeren~
(praesertim in rebus finius) qmdqmd a constitutivum hominis, quod reipsa commune
tu: ergo hominem ut sic sigt?-ificatum ~t tur, verum esset Petrum et Paulum es- sit, sed sunt plura constitutiva singulorum
conceptum non dicere neque mclu?ere m parte rei est extra e~sentian; debere ~x sentialiter differre, iuxta quam significatio-
natura rei distinguí ah tila, qma ~on potest hominum, in quibus dicitur esse ratio com~
sua ratione essentiali individualem dtfferen~ nem negamus in Deo Patrem, Filium et munis fundamentaliter propter convenien-
tiam aliquam, ut argumentu,m recte proba!· alia ratione dici esse extra ess~ntt~t:?; nego Spiritrnn Sanctum differre essentialiter, quia
tamen hoc modo differentia~ mdivtdualem, tiam et similitudinem quam inter se habent,
Et patet, quia sec~ndum ratlOnem ab orr;ru: nec differentiam éssentialem habent nec ut sequenti disputatione Iatius dicemus. At
bus illis praescinditur et per pl;ues hmus verbi gratia, Petri aut Pauli,_ esse e.xtra ~s~ distinctionem essentiarum. ·Posteriori autem
sentiam hominis ut in ~e. tps~ .e~tstenttS' vero secundum rationem, sicut hamo com-
modi differentias secundum rauonem con~ modo, sciJ__icet, secundum praecisionem ra~ munis abstrahitur, ita intelligitu1' habere
trahi et determinad potest. ~nde rec~e narn horno in re non extsttt, mst m. Pet;o, tionis, dicitur esse extra essentiam conceptus
Paulo, etc., et in unoquoque p:opna en;s adaequatum et commune, constitutivum; in-
concluditur aliquid debere addt, 9-uod .slt obiectivi omne id sine qua salvari potest de tamen solum potest concludi illud esse
extra essentiaffi hominis sic concept!, ~t ~m­ differentia est de essentia ho~ms ~t m talis ratio _concepta; et hoc modo non est
ipso existentis. Dices inde seqm. h:mnmem ratione distinctum a singularibus differen-
gularis fiat; nego tamen inde seq~t. distmc~ necesse ut id quod esse dicitur exu·a es- tiis, quae individua specialiter constituunt.
tionem in re inter naturat?- hor!-ums ~?m­ in Petro et Paulo differre essenuahter, seu sentiam, sit distinctum ex natura rei ab alio;
p trum et Paulum non habere eamdem es- Ad tertium respondetur ex dictis de con-
munem et indivídualem ems . dtffe.rentm~, sed sufficit quod ratione distinguatur, quia
quia -natura- -hominis non reperltU;I-_lil re -1ta se~tiam. Respo~detur non haber~ eamdem- · verbum extra non significat abso~
ceptu entis constare illa argumenta non
probare distinctionem ex natura rei _; idem~
munis et abstracta sicut per mtellectum realiter, tamen habere eamdem ratlo~e, .quo~ esse extra rem, sed esse extra concep-
com . nih,il a]lud est quam habere stmllem.~ que ostendemus de naturis universalibus et
concipitur. Cum autem di cttur,
· quod est
. .de tum seu esse extra rem ut conceptam.
.
essentia, et quod est extra essentmm, d.tstm~ ~ ~~a differre essentialiter su~ l_lls ~erbrs 33. Unde ad confirmationem eadem fere
inferioribus, disputatione sequenti.
non significat tantum realero distmcu~mlem 34. Ad primum argumentum secundae
gm. ex na tura rei ' et non tantum
. . rat10ne,
r 'd . sed negat etiam essenuaadeo
em
distinctione respondendum est, nam a parte opinionis respondetur recte probare rem
respondetur dupliciter intelligt posse a tqm essentmrum, . rei horno non constituitur ut horno praecise, non fieri singularem per additionem realita-
esse extra essentiam. Uno ~odo secundum similitudinem et convenienuam, _atque 'deo neque in se separatus~ sed constituitur ut
unitatem essentiae secundum ratiOnem, 1 • tis vel madi ex natura rei distincti a natura,
rem seu considerando res tpsas prou~ sunt Petrus, Pau_lus, Franciscus; unde in uno~ quae singularis fieri dicitur, quia omnis talis
a parte rei; alío modo secundum r~u~nem simpliciter non conceditur differre essenua- quoque eodem constituitur horno quo Pe-
~ter ea quae solo numero differunt. Tamen~ distinctio supponit entitatem et consequentel'
praescindenteffi unum ab alio, quaJilVlS m re trus; neque in re est aliquid vere unum singularitatem in utroque extremo. Non pro-
'
596 _______________D_i_._sputaciones metaflsicas
cosa no pueda hacerse singular pJJr \'!~a<lici_oj!U!'-_¡¡l_gg__SO.~t\!altpe:t]J!' distinto, Disputación quinta.-Seccián ll 597
porque esta distinción no supone la entidad act~al, y, por c~n~tg'::ente, tampoco
la singularidad en uno y otro extremo, pues s1e~do es~a dtstmc10n conceptual, c~onada. a sí misma, y~ por con~iguien~e,. di~ti~ta de otra, que no le es propor-
ciOnada, Y -así no sera .Ya. la diferencia mdividual, como también arriba hemos
fácilmente puede entenderse entre la cosa concebida umversalmente y su modo.
35. y según esta doctrina, fácilmente se solucionau algunas dificultades que argumentado. Pero supnm1da la distinción ex natura 1·eiJ no vale el argumento
propone Cayetano en el In De Ente et Essentia, c. 2, q. 4, en contra de la doc- respecto de la naturaleza que se ha de contraer, porque en este sentido no se trata
trina de Escoto, en cuanto que pueden también objetarse contra la conclusión de una Y otra na~uraleza, de tal forma que pueda la diferencia convenir a una y
primera y tercera de las expuestas por nosotros, como es aquélla: el acto sin- repugnar a otra, smo 9ue es una conceptualmente. Pero si se trata de la naturaleza,
gular supone una potencia singular, libro II de la Física, c. 3, texto 36; ahora no como .contra~ble, s1':'o como contralda, as! es ya la misma cosa individual que
bien: lo que se dice que el individuo añade a la especie es un acto de naturaleza por la rmsma diferene:ta se constituye y distingue de otra.
3~. A lo segund~ se r~s~':de que sólo vale para la última razón formal de
singular· luego, supone una naturaleza singular, porque se refiere a ella como a
potencia: Se responde, por tanto, que la mayor es verdadera tratándose de un la urudad, o de la urudad _mdiv:tdual, que consiste en una negación, acerca de la
acto y potencia reales y distintos realmente, que es de los que Adstóteles trata cual concedernos q':e no anade nada a la entidad individual más que la negación;
n~sotros, en. camb~o, tratamos del fundamento de esta negación, y de lo que
en el lugar citado; pero no del acto y potencm conceptualmente dJSUntos por la
auade la entidad smgular a la naturaleza común por razón de lo al
razón ya explicada. Del mismo modo también, el acto especifico no supone una de tal negación. ' cu es capaz
potencia específica, sino genérica. 3~. A lo. tercero dicen algunos que aquello que añade el individuo a la
Otro argumento suyo es: lo que conviene a un individuo y repugna a otro
supone la distinción de ambos; ahora bien: la diferencia individual es así; lue- especie es acctde~tal. ~ora bien : que esto es falso lo persuaden ya los argu-
go no hace la distinción, sino que la supone. Pero este argumento, por razón de mentos q~e han stdo all~ expue~t?s, ya otros que daremos en la sección siguiente,
la forma, es más débil, pues fácilmente puede negarse la mayor como se ve claro ya tambten cu~n~o verumos diciendo, pues si esto que se añade es sólo con-
ceptualmente. distmto de l,a sustancia o esencia de la cosa, y unido por sí a ella
en este enunciado semejante: lo que conviene a una especie y repugna a otra como
supone la distinción de ambas, pues habria que añadir: o la realiza; por tauto, lo d determmando
·d por SI la naturaleza
.. común a la paru'cular,oequmanera
·d é
pue e s7r ~c~t ental? Por constgmente, otros simplemente llaman a esto esencial
mismo habría que añadir en el caso presente. Con todo, si el argumento no se
para el m~viduo, no para la especie, lo cual, en realidad, es así, si consideramos
diese para los individuos mismos, sino para la naturaleza que se contrae por
1~ cosa mtsma, pues lo que en absoluto constituye intrínsecamente a este indi-
esta diferencia individual, podría tener fuerza en contra de la distinción real en- VIduo Y lo compone es s~ p;o~ia diferencia, junto con la naturaleza común. ni
tre aquella diferencia y la naturaleza, pero no en contra de nuestra sentencia. puede no ya ser, pero ru siqUiera concebirse este individuo sin tal difere~cia
En efecto, en distintos individuos existen también naturalezas realmente distintas; Con. todo, conceptualmente, y según el modo de hablar de los dialécticos y me~
por lo cual, si las diferencias individuantes son distintas de ellas realmente, es pre-- ta!ísicos~ a~on;10_dado a. nu~stra manera de pensar, no se llama esencial a esta
ciso que la diferencia que conviene a uno y repugna al otro suponga dicha distin- dtferenc~a mdiyidual, smo mtrínseca entitativa, y cuasi material, para distinguirla
ción y no la cause, porque supone, como se dijo, una potencia singular propor- de la diferencm especifica, que es fo:m:U. en grado sumo, ya que efectivamente
se toma de aquel grado en que los mdividuos convienen formalmente 0 se ase-
bat autem argumentum illud non posse rem potentiam specificam, sed genericam. Aliud
fieri s,ingularero per additionem alicuius argurnentum eius est: quod convenit uni
individuo et repugnat alii, supponit distinc- sequ.enter distinctam ab alia quae sibi pro- tu~ argumen!ls ibi factis, tum aliis quae
ratione distincti, quia haec distinctio non P?'ftlonata non est; atque ita iam non erit
supponit entitatem actualem, et consequenter tionem moruro; sed dlfferentia individualis factemus sect10ne sequenti, tum etiam ex
est hulusmodi; ergo non facit distinctionem} differenti~ individua,tis, ut supra etiam ar~ dictis; nam si hoc additum solum est ra-
nec singularltatem in utroque extremo, qula gumentatr sumus. At vero ablata distinctio-
curo haec distinctio sit per conceptus, facile sed supponit. Hoc autem argumentum ex tione distinctum a substantia seu essentia
vi formae infirrnlus est. Nam facile potest ne ex natura reí, non procedit argumentum reí, et -J?er se illi coniunctum tamquam per se
intelligi potest inter rem universe concep- respecto naturae contrahendae, quia sic non
tam et modum eius. negari maior, ut patet in sirnili forma: quod ~etermmans naturam communem ad par-
convenit uní speciei et repugnat alteri sup- e~t una et. altera .natura, ut possit dlfferen- trcularem, quomodo potest es se accidentale?
35. Et iuxta hanc doctrinam facile sol- tla convemre uru et repugnare alteri, sed
vuntur nonnulla quae Caietanus, de Ente ponit dlstinctionem earum; addendum enim Alli ergo simpliciter vocant hoc essentiale
esset, vel facit; idem ergo addendum esset est una secundum rationem. s¡ vero sit ser-
et essentia, c. 2, q. 4, obiicit contra doctri- roo de natura non ut contrahibili sed ut individuo, non speciei, quod revera ita est
nam Scoti, quatenus contra primam et ter- in praesenti. Tamen, si argumentum non
contracta, sic iam est ipsa res i~dividua si rem ipsam consideremus, nam quod om~
fieret de ipsis individuis, sed de natura quae ~?. intrinsece constituit et componit hoc
tiam concluslonem a nobis positas applicari
per hanc differentiam individualem contra- q~~ pe: ipsam differentiam constituitur ef
possunt, quale est illud: actus singularis drstmgmtur ah alia. mdtvrduum, est propria eius differentia si-
supponit poten!tam singularem, 11 Phys., hitur, potest habere viro contra distinctio-
36. Ad secundum respondetur solum mul curo natura communi; neque potest,
c. 3, text. 36-;- -sed---id--quod. addere_dicitur nem ex natura rei inter illam differentiam non solum esse, verum nec concipi hoc in-
et naturam, non vero contra nostram sen.: procedere de ultima ratione fonnali unius
individuum supra speciem est actus singu-
tentiam. Nam in distinctis individuis sunt seu .~itatis indlviduae, quae in negation~ dividuum sine tali differentia. Tamen se-
laris naturae; ergo supponit naturam sin- consrsttt, ?e qua .fat~~ur non addere aijquid cundum rationem, et secundum maduro lo-
gularem, quia respicit illam ut potentiam; etiam naturae realiter distinctae; unde si
differentiae individuantes sunt ab eis ex na- supra entltatem mdivtduam praeter negatio- quendi dialecticorum et metaphyslcorum ac-
respondetur enim maiorem esse veram de net?; nos au tero agirnus de fundamento commodatum modo concipiendi nostro, non
actu et potentia realíbus et ex natura rei tUra reí distinctae, necesse est ut differentia
quae convenit uni et repugnat alteri, su.p- hums negationis et de eo quod addit enti- appellatur haec differentia individualis essen-
distin-ctis, de quibus loquitur Aristoteles ci- tas singularis supra communem naturam tialis, sed intrinseca entitativa et quasi ma-
tato loco; non vera de actu et potentia ra- ponat earum distinctionem et non factat
illam; quia supponit, ut dictum est, poten- ratione cuius talis negationis capax sit. ' terialis, ut distinguatur a differentia speci-
tione distinctis, propter causam explicatam. 3?.. A~ .tertium aliqui dicunt hoc quod fica, quae maxime formalis est: sumitur
Sicut etiam actus specificus non supponit tiam singularem sibi proportionatam, et con-
add.it rndrvrduum supra speciem, esse acd- enim ex illo gradu .in quo indiv.idua fonna-
dentale, Sed hoc esse falsum convincitur, liter conveniunt seu assimilantur. Itaque hoc
598 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección JI 599
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mejan. Por consiguiente, esto parece que s7 ~a ?e explica: así, ~ue los individuos la materia, porque en todas ellas la naturaleza está en un supuesto distinto de
de la misma especie, juntamente con la d~st~nc16n real, tle.nex: ~ntegra y p:r~ecta 'SÍ misma de algún modo. Em:a doctrina es verdadera, pero no pienso que Aristó-
semejanza en la naturaleza, en lo cual se d1~tmguen de l?s mdiYI~uos que difieren teles hablase en tal sentido en aquel pasaje. De otro modo lo expone Alejandro
en especie bajo un mismo género, que no t•enen entre s1 tanta. m tan perfecta se- de Afrodisía, que piensa, y es realmente muy probable, que Aristóteles en uno
mejanza. De aquí resulta, por tanto, que nuestra mente concibe aquello en que -y otro lugar de los citados arriba, ha hablado de las mismas sustancias, y que
dichos individuos convienen entre sí, como una unidad y como algo que es formal compara, del mismo modo, lo que algo es con aquello de que es. Lo cual puede
en ellos, y que por sí contribuye a la ciencia, pues la distinción en s?la la entidad confirmarse con las palabras del mismo filósofo, pues dice en el referido texto 41 :
se juzga que está como per accidens, y, por ello, se llama matenal. Y por la Se ha dicho además que' la quididad y cada cosa singular es lo mismo en algunas
misma causa no se da definición científica sino del concepto general y especifico, cosas, como en las primeras sustancias; así, pues, lo lee el mismo Alejandro. Y
y en este sentido, la especie última se dice esencia entera de los individuos, a aunque en el texto en dicho lugar no se repita comúnmente aquella expresión
saber tomada y concebida en sentido formal y abstracto, y en cuanto que su se ha dicho, con todo, la que habla precedido poco antes comprende también
coM~imiento sirve para la ciencia humana, la cual no desciende a los particula- esta dásula, corno se ve claramente por el contexto. De aquí, por consiguiente,
res según sus razones propias e individuales, ya que ni puede percibirlas tal como que por primera sustancia no entiende Alejandro las sustancias inmateriales,
son en sí, ni trata de los accidentes propios de los individuos, puesto que o les ·como Santo Tomás, porque Aristóteles en el último lugar se refiere a las cosas
convienen contingente y accidentalmente, o si tal vez son algo enteramente que había dicho en el precedente; y allf no había dicho nada de la sustancia
propio, están tan ocultos como las mismas diferencias individuales; finalmente, inmaterial en particular, ~ en ~1 otro pasaje aduce ninguna razón especial por la
porque sería muy laborioso y casi interminable descender hasta cada uno de los cual ponga en esto la diferenc1a entre las sustancias materiales e inmateriales·
1 particulares. Sin embargo, no hay duda de que los individuos, aunque difieran
1 ni h~y tampoco indicio por el cual digamos que usa equívocamente de aqu;l
sólo numéricamente, tienen en la realidad distintas esencias, que si se conciben térmmo co.n. aquello de que es, de tal manera que en el primer texto se tome
y se explican tal y como son en si, han de ser declaradas por conceptos y defini- por lo def1mdo, y aquí por el supuesto, siendo así diversa la comparación esta-
ciones diversas; y tendrán distintas propiedades, al menos de acuerdo con la rea- blecida en uno y otro sitio. Y, finalmente, nunca Aristóteles habla usado el
lidad, o según un modo propio, bajo cuyo respecto entran dentro de la ciencia nombre de primera sustanct'a para significar especialmente las sustancias inma-
angélica o divina. teriales, yu.es a~ que. en el libro IV, ~· 3, text. 7, parezca que usa dicha voz
38. Se responde a los fundamentos de la tercera op1ruon. A Aristóteles, en en tal s1g~ficac1~m, sm embargo, el mismo Comentador entiende alli por prime-
el libro VII de la Metafísica, se le puede responder allí con Alejandro de Hales ra sustancza a D1os, y sea lo que fuere de aquel pasaje, no se toma de allí ningún
que donde él dice que en las cosas que están separadas de la materia no se dis- argu~e~;o para este ~tro de que tratamos; por consiguiente, de acuerdo con esta
tingue lo que es de aquello de que es, no toma la materia con toda propiedad expoSiciOn, la sentencia de Aristóteles es la misma en uno y otro lugar. Por tan-
por materia prima, o por sujeto propio de alguna forma, sino por cualquier to, por primeras sustancias entiende Alejandro cualesquiera supuestos sustancia-
supuesto que, en la realidad, sea de algún modo distinto de su naturaleza;
les, de ~os, cuales ~o se se~ara lo. que algo es, es decir, la naturaleza común. y lo
del mismo modo que ninguna sustancia creada puede decirse que abstrae de que Anstoteles anade: Dtgo pnmera sustancia la que no se predica por estar
sic declarandum videtur, quod individua niunt, vel si fortasse sunt aliqua omnino pro4

eiusdem speciei cum reali distinctione habent pria, aeque latent ac ipsae individuales dif- trahere a materia, quia in omnibus natura speciali dixerat, neque in alio affert specia-
integram et perfectam similitudinem in na- ferentiae. Denique, quia esset Valde opero- est in supposito aliquo modo ah ipsa distinc- lem rationem ob quam differentiam in hoc
tura, in quo differunt ab individuis diffe- sum ac paene infinitum ad singula particu- to. Haec doctrina est vera, sed non existimo constituat inter materiales et immateriales
rentibus specie sub eodem genere, quae in- laria descendere. Nihilominus tamen non Aristotelem eo in loco in eo sensu fuisse substantias; neque est ullum indicium ob
ter se non habent tantam tam perfectamque est dubium quin individua, etiamsi solo 1ocutum. Aliter exponit Alexand. Aphrodi- quod dicamus aequivoce uti illo termino,
similitudinem. Hinc ergo fit ut mens nos- numero differant, habeant in re distinctas saeus, qui existimat, et revera valde proba- cum eo cuius est, ut in priori Joco sumatur
tra concipiat id in quo illa individua inter essentias, quae si prout in se sunt concipian- b.iliter, Aristotelem jn utroque loco supra pro definito, hic vero pro supposito, ut ita
se conveniunt tamquam unum quid et tur et explicentur, diversis conceptibus et cttato de eisdem substantiis esse Iocutum et diversa sit compararlo utroque loco facta.
tamquam id quod est formale in illis et definitionibus declarandae erunt; et distinc- eodem modo comparare quod quid est cmn Ac denique nunquam Aristoteles nomine
quod per se confert ad scientiam; nam tas etiam habebunt proprietates saltero se- eo cuius est. Quod ex verbis eiusdem Philo- Primae substantiae usus fuerit ad significan-
distinctio in sola entitate censetur esse cundum rem vel secundum aliquem modum ~ophi confirmari potest; ait enim in illo das specialiter immateriales substantias, nam
quasi per accidens, et ideo vocatur ma- proprium, sub qua racione cadunt sub text. 41 : Dictum est insuper quidditatem, licet )ib. IV, c. 3, text. 7, videatur illa voce
teriaHs. Earr1Qe~q11e_ ob _cauªam d~_fiilitio scientiam angelicam vel divinam. et unumquodque idem in quibusdam es- uti in ea significatione, tamen et Commen-
scientifica non datur nísi de communi 38. Ad tertiae opinionis fundamenta re- ~ ut in primis substantiis; ita enim legit tator ibi per primam substanlíam Deum
et spedfico conceptu, atque in hoc sensu spondetur. Ad Aristotelem, in VII Metaph., Ipse Alexander. Et quamvis in textu com- intelligit, et quidquid sit de illo loco, nul-
species ultima dicitur tota essentia indi- primo responded potest curo Alexandro muniter eo loco non repetatur illa partícula, lum inde surnitur argumentum ad alium in
viduorum, scilicet, formaliter ac praecise Alensi ibi, cum Aristoteles ait in separatis dictum est, tamen, quae paulo antea prae- quo modo versamur, itaque eadem est iuxta
sumpta et concepta, et prout eius cognitio a materia non distinguí quod quid est ab c:sserat, hanc etiam clausulam comprehen- hanc expositionem sententia Aristotelis in
ad humanam scientiam deservit, quae non eo cuius est, non sumere materiam· cum dtt, ut ~x contextu satis patet. Hinc ergo utroque loco. Per primas ergo substantias
descendit ad particularia secundum proprias omni proprietate pro materia prima vel per [n'lmam substantiam non intelligit intelligit Alexander quaelibet supposita sub-
et individuas rationes eorum, quia nec potest pro subiecto proprio alicuius fonnae, sed Alexander immateriales substantias, ut D. stantialia, a quibus non separatur quod quid
eas percipere prout in se sunt neque agit pro quovis supposito, quod a parte rei sit Thomas, quia Aristoteles in posteriori loco est, id est, communis natura. Quod vero
de accidentibus proprüs individuorum, quia aliquo modo distinctum a natura sua, qua- ~e~ e refen ad ea qua e .in priori dixerat; Aristoteles subdit: Primam substantiam
vel contingenter et per accidens eis conve- modo nulla substantia creata dici potest abs- :1b1 autem nihil de immateriali substantia in dico, quae non dicitur eo quod aliud in alio
600 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección Ili 601
como una cosa distinta en otra, como en su sujeto o materia, lo explica ~lejandro sólo en el sentido posterior y físico. Y así puede fácilmente hallarse la diferencia
de la sustancia, que no se define ~? una cosa en otra, sin? como una umdad que entre el individuo material y el espiritual.
tiene consistencia por sí, y en esto dif1ere del compuesto accidental, como es blanco,. 40. A la razón de la anterior sentencia (sea lo que fuere acerca de aquella
por ejemplo, 0 chato, con que se significa al~o en cuanto existent7 en un sujeto opinión de que en las cosas materiales la materia signada es el principio de indi-
como en su materia, pUes de tal compuesto mtegrado por este suJeto como ma- viduación, cosa que inmediatamente discutiremos) se responde que aunque en las
teria, y por el accidente como existente en aq~é~a, añade ~istóteles que en él, cosas inmateriales no se dé este principio de individuación, se ha de dar con todo
por ser una unidad accidental, lo que es se distmgue del su¡eto en que está. Y alguno equivalente, pues también aquéllas son sustancias individuales, no por vir-
as!, según esta exposición, na~a puede coleg~s~. del referido .texto en contra de tud de su concepto específico, sino del singular. Por lo cual cuando se dice
nuestra sentencia. Pero, ademas de esta exposiCIOn probable, tiene este texto otra que la sustancia ~spiritual es individual por sí misma, si s: entiende por sí
quizás más probable ; sin embargo, porque toca la cuestión de la distinción de m_isma como por vutud d~ su razón específica, se comete una petición de princi-
la naturaleza y el supuesto en las cosas inmateriales, se expondrá más cómoda- pio, y .se toma en un se~tldo falso, como se ha probado ya; pero si por sí misma
mente después en la disputación de la distinción de la naturaleza y el supuesto se entiende p~r s~ entidad, esto es ci.ertamente verdadero; pero, sin embargo,
en las cosas creadas. nada hay que ~mpida que .en aq':ell~ n;u~a entidad se distingan conceptualmente
39. Con relación al otro testimonio tomado del III libro De Anima, si hay la razón especifica y la diferencia md1Vldual, y que la misma entidad segón los
que mantener la interpretación común, sólo se puede responder que Aristóteles diversos respecto~, pued.a ser principio y fundamento de una y otra. En efecto,
fuk de aquel parecer, cosa que finalmente concede Escoto en In II, dist. 3, q. 7, en este. punto eXIste. ca~1 .la mt~~ ~azón. acerca de las sustancias materiales, pues
ad 1, donde dice que Aristóteles pensó que los ángeles son seres por sí necesa- ya se diga que el prmcipm de mdividuación de ellas es la materia signada, ya sea
rios, y que, por ello, no pudo pensar consecuentemente que puedan darse mu- cu~qmer otra. cosa, a pesar de todo no puede serlo nada que no sea la misma
chos ángeles en una especie, pues sj pudiesen darse, se darían de hecho, pues entidad. esenctal de la cosa, o total, o parcial; y, por esto, hay que distinguir
en las cosas por sí necesarias y eternas, es lo mismo ser y poder. Y de modo se- necesariamente en ella la razón específica, por la que se dice que es la esencia
mejante, si pudiese haber varios, también podrían ID:ultiplicarse hasta el infinito, o una parte de ella, y la otra razón, no real, sino conceptualmente distinta por
y, por último, serían actualmente infinitos. Ahora b1en: el fundamento de este la que se dice que es principio de individuación. '
raciocinio es incierto, a saber, que Aristóteles pensara que los ángeles sean entes
por sí necesarios. Y quizás Aristóteles, cuando pone esta diferencia entre los
individuos materiales e inmateriales, no habla precisa y metafísicamente del in- SECCION III
dividuo en cuanto dice sola sustancia singular, sino que babia f!sicamente del Sr LA MATERIA SIGNADA CONSTITUYE EL PRINCIPIO DK INDIVIDUACIÓN
individuo tal y como está en la realidad modificado por sus accidentes; y de DE LAS SUSTANCIAS MATERIALES
este modo parece que babia en el referido pasaje del libro III De ~nima, pues
dice que el individuo material es tal que de él se ocupan los sentldos, lo cual l. .On?~imos la sustancia divina, porque, como dijimos, es por sí y esencial--
no es verdad del individuo tomado con precisión rigurosa y metafísica, sino mente !n~v~dual? por lo tanto, no .hay razón para buscar en ella un principio
r

de su mdtviduacton con mayor motivo que de su esencia o de su misma exis-


dit Scotus, In 11, dist. 3, q. 7, ad 1, ubi tencia.
insit, ut in subiecto vel materia, explicatur
ah Alexandro de substantia, quae non signi- ait Aristotelem existimasse angelos esse
ficatur ut aliud in alío, sed tamquam unum entia per se necessaria, et ideo non potuisse physico modo. Et ita potest facile inveniri fundamentum. Nam quoad hoc eadem fere
per se consistens, in quo differt a compo- consequenter existimare posse dari piures differentia inter materiale et spirituale in- ratio est de materialibus substantüs; nam,
sito accidentali, ut est album, verbi gratia, ange¡os in una specie; nam si dari possent, dividuum. sive materia signata dicatur principium indi-
aut simum, in quo aliquid significatur, ut darentur de facto, quia .in per se necessariis 40. Ad rationem praedictae sententiae viduationis earum, sive quidvis aliud, nihil
in subiecto tamquam in materia existens; et aeternis jdem est esse et posse. Et simi- (quidquid sit de illa opinione, quod in re- tamen esse potest quod non sit ipsamet en-
de huiusmodi enim composito ex tali sub- liter si piures esse possent, in infinitum bus materialibus materia signata est princi- titas essentialis reí, vel tata vel partialis;
iecto ut materia, et accidente ut in ma etiam multiplicari, possent, ac denique actu p~um individuationis, quam statim disputa- unde in eadem oportet distinguere et ra-
existenti, subdit Aristoteles in eo, cum sit essent infiniti. Sed fundamentum huius bunus) respondetur, quamvis .in rebus im- tionem specificam, ob quam dicitur esse-
unum per accidens, quod quid est distin- discursus incertum est, scilicet, Aristotelem materialibus non detur hoc principium indi- essentia vel pars essentiae, et rationem aliam
gui a subiecto in quo est. Atque jta iuxta sensisse angelos esse entia per se neces- víduationis, aliquod tamen dandum esse non re, sed ratione distinctam, ob quam
hanc expositionem nih,il potest ex praedic- proportionale, quia etiam illae substantiae dicitur esse individuationis principium.
saria. Et fortasse Aristoteles, quando hanc individuae sunt, non ex vi rationis speci-
to textu contra-- nostram .. sententiam colligi. differentiam ponit ínter individua materialia
Praeter hanc vero expositionem probabilem, sed singularis. Unde cum dicitur sub-
et immaterialia, non loquitur praecise ac spiritualis se ipsa esse individua, si SECTIO IIl
habet ille tocus aliam fortasse probabilio- metaphysice de individuo ut dicit solam
rem; tamen, quia attingit quaestionem de intelligatur se ipsa, id est, ex vi suae rationis
substantiam singularem, sed loquitur phy- specificae, petitur principium·, et falsum as- UTRUM MATERIA SIGNATA SIT INDIVIDUATIO-
distinctione naturae a supposito in rebus sice de individuo ut in re ipsa est suis ac- NIS PRINCIPIUM IN SUBSTANTIIS
immaterialibus, tradetur commodius :infra sumitur, ut probatum est; si autem intelli-
cidentibus affectum; quo modo videtur gatur se ipsa, id est, per suam entitatem, MATERIALffiUS
disputatione de distinctione naturae et sup-
loqui in dicto loco 111 de Anima; nam ~st quidem id verum, sed nihil impedit quin l. Omittimus divinam substantiam, quo~
positi in rebus creatis.
39. Ad aliud testimonium ex 111 de materiale individuum tale dicit esse ut cir- m illamet entitate ratione distinguantur niam, ut diximus, illa per se et essentialiter
Anima, .si communis expositio retinenda ca illÚd sensus versetur, quod non est ve- specifica ratio et differentia individualisJ et individua est, unde non est quod in ea-
est, nihil responderi potest nisi Aristotelem rum de individuo rigorosa ac metaphysica quod eadem entitas secundum diversos re- quaeratur individuationis principium, magia
fuisse illius sententiae, quod tandem corree- praecisione sumpto, sed solum posteriori aé spectus possit esse utriusque principium ac quam essentiae vel existentiae ipsius.
~-

Disputación quinta.-Sección lli 603


·602
Sentido de la cuestión Por esta explicación se ve que aquí no se buscan los principios o causas ex-
trínsecas de la individuación, o mejor de los individuos, como son la causa eficien-
2. Para que se entienda el sentido de la cuestión,_ hay qude tomard, de lo te y final, ya que éstas no causan la individuación de otro modo que causando
dicho en la sección precedente, que en tales sustancias crea as pue e con- !a entidad individual, o sea, dando el mismo principio intrínseco de la individua-
siderarse una composición metafísica, que está integ~ada conceptualmente por la ción; éste es, pues, el que buscamos. Y aunque la cuestión sea general acerca
naturaleza específica y la diferencia individual, pues J_gual que a~uello _que_ 1~ .es- de todas las- sustancias creadas, como las materiales son más conocidas para nos-
. ,. . d al género según la consideración metafísica es la d1ferenc1a dtvtstva,
~e~~~' a~~t~activa del género y constitutiva ~e la e~pecie; asÍ-. lo qdue ¡el inpdiv~duo ·otros hablaremos de ellas primero, y después fácilmente se verá qué es lo que
podemos conjeturar acerca de las espirituales. Y como hay varias opiniones so-
añade a la especie se llama rectamente dtferencta contractiva . e a es ecte. y
bre este punto que piden un detenido examen, trataremos separ3damente de cada
constitutiva y distintiva de los individuos, que verdadera y prop_mmente s~ dice una de ellas.
que difieren en número; por lo cual, pues, se dice que la especie se predica de
3. Hay una sentencia célebre que afirma que el principio de individuación
varios seres numéricamente diferentes. Igualmente mostramos que aqu:Ho que
·es la materia signada. Esta es la opinión de Santo Tomás, I, q. 3, a. 3, ad 3, y
el individuo añade a la especie, aunque sea sólo co~ceptu~lU:et;-t.e distln~, es, q. 50, a. 4; III, q. 77, a. 2, y en In IV, dist. 12, q. 1, a. 1, quaestiuncula 2, y
sin embargo, algo real y positivo q~e funda l_a !'egac10n o md!vmón ~rop1a d~l Opuse. 29, y De Ente et Essentia, c. 2, donde Cayetano discute y defiende esto
individuo, ya que de suyo es incomumcabl~ y distinto de ~os otros_, o sea, mcomum-
mismo detenidamente; y Capréolo, en In Il, dist. 3; Soncinas, VII Metaph.,
cable a otros individuos, y, por ello, umdo a la especie constituye con ella un
q. 33 y 34; Ferrariense, I cont. Gent., c. 21, y otros que se citarán después.
individuo sustancialmente uno bajo tal especie; nada le ~alta, por tanto, para
S~ cree además. q_ue. ~ste f~é e~ parecer d~ Aristóteles, pues en varios lugares
tener verdadera razón de diferencia. Por lo cual algunos :p1ens~E que~ esto es lo piensa que la clistmcwn e Identidad numérica ha de ser atribuida a la materia
qye ha du~alm;&.WJ!!!!: Piigcil'i<:>_de inglylduacj~JL~ illll'~~no se·~~.,?~ de~buscar prima. Por lo cual, en el libro V de la Metafísica, c. 6, text. 42, dice que aque-
n~QJJ:\h_g¡m<>_~~pnede_xer.se.~n EscQ!:().Len !~ Il, d1st. 2: q. 6; y en Fons~ca, llas cosas son numéricamente uno, cuya materia es una solaj y en el libro VII
libro V Metaph., c. 6, sec. l. Pero la ~uestwn no se . d_1scute en tal sentido, c. 8, text. 28, dice que la_ forma con estas carnes y huesos es Sócrates y Calias;
ni acerca de ella existe verdaderamente dtversidad de opmwnes entre los que se y en el c. 10, text. 25, d1ce: El singular por su última materia, es ya Sócrates·
ocupan del principio de individuación. El senddo ..!1~.1~~~2'!(), Y. de este principio, en el libro XII de la Metafísica, c. 8, text. 49, concluye: El
qtlé .Jundamet1to o_ principio tiene en. la . reahdad ~quella dlf~re~c~a mdiv1dulll. pr-imer mot01" no puede ser s-ino uno numéricamente, porque carece de materia,
Sueleii, en efecto, tomarse estos predicados metaffstCOS de prinCipiOS re~mente juzgahdo necesario que las cosas que convienen en la especie y difieren en el
constitutivos de la cosa del modo como el género suele tomarse de la matena Y la número tengan materia y difieran por ella. Y de modo parecido, en el libro I
diferencia de la forma { y las denominaciones su~tanciales a veces se toman de la De Coelo, c. 9, prueba que no puede existir otro mundo, porque este mundo
materia, como cuando el hombre se llama matenal, y a veces de la forma, como .abraza toda la materia de las cosas naturales.
cuando se llama racional, y a veces de toda la naturaleza compuesta, como cuando
Por todos estos testimonios parece que ésta fué la sentencia de Aristóteles
se llama hombre · por consiguiente, de acuerdo con este modo de proceder, se .según la cual hay que afirmar consecuentemente (como refieren los mencionado;
pregunta ahora c~ál es el principio de esta diferencia individual. autores) que en las sustancias inmateriales no hay un principio positivo de indi-
Sensus qUilestionis individuum per se unum sub tali specíe·;
nihil ergo illi deest quominus veram ~abeat vel causas extrinsecas ind¡viduationis, seu existimatur haec sententia Aristotelis; nam
2. U t autem sen sus quaestionis intelli~ rationem differentiae. Unde nonnulli hoc potius individuorum, quales sunt causa ef-
gatur, sumendum est ex dictis sectione variis in locis distinctjonem et identita-
putant esse assignandum principium indívi- ficiens et finalis; nam ha e non aliter causant tem numericam materiae primae attribuen-
praecedenti in huiusmodi substantiis creatis duationis, et nullum aliud esse quaerendum, individuationem quam causando entitatem dam censet. Unde lib. V Metaph., c. 6,
considerad posse metaphysicam compositio~ ut videre est in Scoto, In II, dist. 2, q. 6; individuam, seu dando ipsum intrinsecum text. 42, diclt et esse unum numero, quorum
nem, quae secundum rationem est ex natura et Fonseca, lib. V Metaph., c. 6, sect. l. principium individuationis; hoc ergo est est materia una; et lib. VII, c. 8, text. 28,
specífica et differentia individuali; sicut Sed non disputatur in hoc sensu quaestio, ~uod inquirimus. Et, Jicet quaestio generalis ait: formam in his carnibus atque ossibus
enim id quod addit species supra genus, nec de illa vere est diversitas opiniomun s~t de omnibus substantiis creatis, quia ta- esse Socratem et Calliam; et c. 10, text. 25:
iuxta metaphysicam considerationem est inter eos qui de principio individuationis men materiales sunt nobis notiores, de illis singulare (inquit) ex ultima materia, iam
differentia divisiva seu contractiva generis, disputant. Sensus ergo quaestionis est, dicemus prius, et deinde facile constabit Socrates est; et ex hoc prjncipio, in lib. XII,
et constitutiva speciei, ita id quod addit quodnam fundamentum vel . pr~cipi?ffi ~ quid nos coniectari possimus de spirituali- Metaph., c. 8, text. 49, concludit: primum
individuum supra speciem recte d}citur dif- re ipsa habeat illa differentt~ mdtvtd~ahs. b?s· Et quoniam variae sunt de hac re epi- moto-rem non posse esse, nisi unum numero,
ferentia contractiva speciei- et constitutiva Solent enim haec metaphystca praedicata ruanes, quae prolixam postulant examina- quia est expers materiae, existimans neces-
ac distinctiva "im:livlduorum;- quae vere ac sumi ex pdncipiis realibus constituentibus eas sigillatim tractabimus. sarium ut. quae conveniunt specie et dif-
proprie differre numero dicuntur; ~ropter~a rem, quomodo genus dici solet sumi .a ~a­ ergo celebris sententia affirmans ferunt numero materiam habeant et per
enim species dicitur de pluribus differentt- teria et differentia a forma; et denommatto- principium individuationis esse materiam materiam differant. Et similiter, I de Caelo,
bus numero praedicari. Item ostendimus, nes substantiales interdum sumuntur a ma- signatam. Haec est sententia D. Thomae, c. 9, probat non posse esse alium mundum,
hoc quod addit ~ndividuum supra speciem, teria ut cum horno materialis dicitur, inte_r- q. 3, a. 3, ad 3, et q. 50, a. 4, III, q. 77, quia hic mundus totam materiam rerum
licet sit tantum ratione distinctum, tamen dum' a forma, ut cum dicitu: rationahs, 2, et In IV, dist. 12, q. 1, a. 1, quaestilm~ naturalium complectitur. Ex his ergo testi-
reale esse et positivum-, fundans negationem, interdum a tata natura compostta, ut e~ 2, et Opuse. 29, et De Ente et essentia, moniis apparet hanc fuisse sententiam Aris-
seu indivisionem propriam individui, quia dicitur horno; ad hunc ergo modum m ubi Caietan. proli:xe hoc disputat ac totelis, iuxta quam consequenter dicendum
per sese incornmunica~ile _est ~t ?lst!n:ctu;m praesenti inquiritur quod sít principium ;~.~~~r>dit; et Capreol., In II, dist. 3; Soncin., est (ut dicunt praedicti auctores) in substan-
ab aliis seu incommumcablle alus mdtvtdms, huius dlfferentiae individualis. Ex q~a _d~­ q. 33 et 34; Ferr., I cont. tüs immaterialibus non esse positivum indi-
-et ideo adiunctum speciei, cum illa constituit claratione constat hic non inquiri prmc1p1a et alij infra citandi. Et viduationis principium nec propriam dif-
Disputación quinta.-Sección II1 605
604 Disputaciones metafísicas
-cosas que se reducen a la materia como a causa primera, están fuera de la in-ten-
viduación, ni una diferencia in,dividual propia, sino sólo la naturaleza, de suyo in~ ción del agente y se hacen por azar. Por consiguiente, si la materia fuese la pri-
comunicable. . . f . ó · mera causa por la cual existiese tal individuo, el individuo, como tal, se haría
4 Co 0 fundamento de esta sentencia, s1 nos re enmos a 1a raz. n, cast no por azar y fuera de la intención del agente. Igualmente;;, lo que en el mismo sitio
' m •ro que no se reduzca a la propia autoridad de Anstóteles, a - dice en la cuarta razón: que una materia necesita otra cosa disü'nta de sí para
encuentro "' . . .. d' · .. d ¡ .
sab er, porque 1a materia
. es el principio de mult1plicac10n
·. y · tst1nc10n
1 e fos'dro- que' se distinga de otra: matm·iaj por consiguiente, no es aquélla la primera c~usa
dividuos dentro de la misma especie, como Anstóteles atesugua en o~ r: :r1 os de la distinción, tal como se tomaba en la razón aducida. Por lo cual, convencidos
1ugares,. ahora bien·· es principio de individuación aquello que es prmctpiO de
. di 'd 1 ll por estas y otras razones, m,uchos de los autores que siguen la mencionada opi-
distinción numérica; luego. En segundo lugar, es m yr ua aqu~ o que es nión, confiesan que como hay dos cosas que son de la razón propia del individuo,
incomunicable a los inferiores semejantes; pero la matena es el prtmer ~unda­ a saber, ser incomunicable a los inferiores y ser distinto de los otros individuos,
mento de esta incomunicabilidad, pues la forma, al ser acto es d.e suyo c?ITiurucable, la materia es el principio de individuación en cuanto a lo primero, y en cuanto
y, en cambio, la materia, al ser primera potencia, es de su~o mcomuruc-able ~ y la a lo segundo, lo es la cantidad, pues es ella la que distingue a las materias mis-
forma se limita y determina en el momento en que se restrmge ~ es::a maten~..En mas; lo cual veremos después con cuánta verdad y consecuencia haya sido
tercer lugar, porque el individuo es el primer sujeto ~n la coo:dmac1ón met~f1s1ca, dicho; pues ahora sólo examinaremos la fuerza de dichas razones.
pues de él se predican todas las demás cosas superto~es,. ~ el no se predica de La primera razón sólo tenía aplicación en la individuación en cuanto a la
ellas; luego el primer principio y fun~"'?"?to .d.el mdiv1duo,. como tal, debe distinción de uno con respecto a otro, sobre la cual, los autores mencionados
ser lo que es el primer sujeto entre los prmc1p1os f1s1cos; ahora b1en, tal es la ma-
confiesan ya que no surge de la matP.ria. Advierto, sin embargo, que los argu-
teria; luego. mentos dados no son convincentes acerca de toda distinción, pues, como diré
Examen de las razones de esta sentencia después, la materia a su manera tiene cómo distinguir a uno del otro, en cuanto
que ella tiene algún acto entitativo; sin embargo, prueban que no hay motivo
5. Pero, antes de que pasemos adelante, tales razones .-prescindiendo del para que la primera razón de toda distinción num~rica se atribuya a aquélla
argumento de autoridad- no son de gran pes~. P~es a la p:m;era puede r~sl'?I'­ más que a alguna forma.
derse fácilmente negando la mayor, ya q~e m~s b1en .es. pr.t?c1p10 de mult1pli~a­ 6. La segunda razón parte de la primera raíz de la incomunicabilidad, en
dón el que lo es de distinción; y el prmc1p10 . de dtstlt;cwn no es la matena, la que primeramente consiste la razón de individuo, como arriba se declaró, pues
sino más bien la forma, pues, como afirma el d1cho cornente, el acto es el que· el distinguirse de otro viene más bien como una consecuencia, según lo que
distingue. Por lo cual Santo Tomás, en el libro II Crmtra ~<;nt:~' c. 40, prueba arriba se dijo de la unidad en general; por lo cual, si aquella razón fuese eficaz,
ex professa que la materia no es la primera causa .d~ la. ,distmcm~ de las cosas, probaría suficientemente que la materia es el principio de individuación. Pero, si
y aunque pretende referirse principalmente a la dtstmc~on. esencial, las razo~es se considera esto atentamente, se advierte que hay una palmaria equivocación en
que aduce valen también para la distinción numéri~a, p~n;~1palmente lo que dice tal razonamiento, pues cuando se dice que la materia es el principio de incomu-
en la razón segunda que la farma no sigue a la dispostcwn de la ':"atena como nicabilidad del individuo, porque es el primer sujeto, de si máximamente inco-
a causa p,rimera, sino más bien al contrario, que la m~terz~ se a~.spane de tal
municable, o esta palabra incomunicable se toma equivocadamente, o se supone
manera que se siga tal forma. Igualmente, lo que allt mtsmo dice: aquellas

quod est primum subiectum inter J?rincipia sicut in primam causam:. esse praeter inten-- praedicti auctores fatentur non oriri a mate-
ferentiam individualem, sed Solum naturam tionem agentis, et casu fieri. Si ergo materia
de se incommunicabilem. physica; huiusmodi autem est matena: ergo~ ria. Adverto tamen argumenta facta non
esset prima causa ob quam esset tale indi- convincere de omni distinctione, namJ ut
4. Fundamentum huius sententiae, si Experuluntur rationes dictae sententiae viduumJ individuum ut sic casu :fieret et
rationem spectemus, fere nullum invenio, infra dicam, materia suo modo habet unde
5. Sed antequam ulterius progrediamurr praeter intentionem agentis. ltem, quod distinguat unum ab alio, quatenus ipsa ha-
quod ad Aristotelis aucto.t?-tatem n1;m .r~vo­ ibidem ait in quarta racione, unam materiam
cetur, scillcet, quia matena est pnnc1p1um hae rationes, seclusa auctoritate, non sunt bet aliquem actum entitativum; probant
magni momenti. Ad primam enim facile indigere alio a se distincto ut distinguatur tamen non esse cur prima ratio totius di-
multiplicationis et distinctionis individuorum 4b alia materia; non ergo illa est prima cau-
intra eamdem speciem, ut Aristoteles testa- potest responded nel?~do maio!et;I·; . ~ stinctionis numericae illi potius quam alicui
potius illud est princ1p1um mul~plicau?lli~' sa distinctionisJ ut in ratione facta sumebatur. formae attribuatur.
tur citatis !ocis; sed illud est principium Quapropter his et aliis rationibus convicti,
individuationis quod est principium nu- quod est principium distinctiorus; pnn?-- 6. Secunda ratio procedit de prima ra-
pium autem distinctionis non .est matena! n;mlti ex auctoribus qui prnedictam opinio- dice incommunicabilitatis, in qua primum
numericae distinctionis; ergo. Secundo, quia· nem sequuntur fatentur, cum duo sint de
illud est individuum quod est incommuni- sed potius forma, nam t;t e.st. m ~oromuru consistit ratio individui, ut supra declara-
proloquio actus est qm dtst:tngmt. Unde tatione individui, scilicet esse incommuni- tl.un est; nam distinctio ab alio potius se
-- <:abile jpfe_riori{J_p§_____ s_i_I]1i}il:ms ~.... _. sed materia inferioribus et esse distinctum ab
-··
est primum fllñda:rrlentUm huiu~ incommu- D. Thom., II cont. Gent., c. 40,. ex habet consequenter, iuxta supra dicta de
so probat materiam non esse pnmam. cau- aliis indiViduis, materiam esse principium unitate in communi; unde si illa ratio esset
nicabilitatis; nam forma, curo s1t actus, de individuationis quoad primum, quoad secun-
se communicabilis est, materia autem cum sam distinctionis rerum; et quamv1s de efficax, sufficienter probaret materiam esse
distinctione essentiali praecipue loqui ~n~en­ dum vero esse quantitatem, nam illa est quae principium individuationis. Sed si quis recte
sit prima potentia, d~ s~ est incommun~ca­ ipsas materias distinguit; quod quam sit
bilis, et forma tune hm.ltatur et determma- dat, rationes tamen eius. etiam de d1s~c~ consideret, a-perta aequivocatio in eo discur-
tiene numerica urgere v1dentur, praesernm 'Vere et consequenter dictum, postea exami- su committitur; cum enim dicitur materiam
tur cum ad hanc matenam coarctatur. Ter- nabimus; nunc enim solum vim dictarum
tic, quia individuum est primum subiectum quod in secunda ratione in9.uit, f~ non_ esse principiurn incommunicabilitatis indivi-
sequi dispositionem matel'l-ae SlCUt f:?"m~ rationum expendemus. Prima autem ratio dui, eo quod ipsa sit primum subiectum,
in metaphysica coordinatione; de illo enim solum procedebat de individuatione quoad
omnia superiora praedicantur, et ipsum non causam, sed magis e converso matenam S1C de se maxime incommunicabile, aut illa vox
disponi ut sequatwr talis forma .. Item ql;l~ dístinctionem unius ab alí,o, de qua iam incommunicabile aequivoce sumitur aut
de aliis; ergo primum principium et fu~da­
mentum individui, ut sic, esse debet lllud ibidem ah, ea quae reducuntur m matena»t
606 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-5ección Ill 607
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algo falso en la prueba. Efectivamente, puede entenderse de muchas maneras que tencia trata es incomunicable, está en contra de esto el que la materia signada -sea
la materia sea incomunicable: en primer lugar, que sea incomunicable a algo, lo que fuere.-. no tiene el ser incomunicable por razón de primer sujeto, en que se
como a sujeto físico al que informe, o en el que esté inherente; y este sentido fundaba dicho argumento; por consiguiente, si la materia signada es incomuni-
es muy verdadero, y rectamente se prueba partiendo de que la materia es el cable, lo será por otra causa, que puede ser común a las formas o a otras cosas,
primer sujeto; sin embargo, esto no tiene referencia con la cuestión de que como veremos en lo que sigue. Por lo cual, para aquella incomunicabilidad que
tratamos, sea porque no pertenece al concepto de individuo como tal el ser inco- pertenece al concepto mismo del individuo, es improcedente tal razón de primer
municable a otro como a su sujeto, pues los accidentes son individuales, aunque sujeto, pues las mismas formas angélicas y Dios mismo son incomunicables de
se comuniquen de este modo, y también las formas sustanciales; sea también este modo, aun cuando sean absolutamente -actos y no potencias. Por lo cual,
porque rucha incomunicabilidad no basta para la razón de individuo, pues la cuando allí se ruce que la forma es de suyo comunicable, también esto está
materia, en virtud de su especie, es, de este modo, incomunicable, y con todo, fuera de lugar, pues la forma, corno tal, es comunicable a la materia como a su
no es individual en virtud de su especie, sino común a muchas materias numé- sujeto, no como a su inferior; y también según su razón específica es comuni-
ricamente diferentes; por tanto, aquella incomunicabilidad no es la primera raíz
cable a las distintas formas, y por ello, según tal razón no es individual; con-
de la individuación, incluso en la materia misma; por tanto, mucho menos podrá
todo, esta forma es tan incomunicable como esta materia; luego, en cuanto a
ser la materia el primer principio de individuación de la sustancia por razón de
esta incomunicabilidad. De otro modo puede decirse incomunicable la materia, esto, no hay mayor razón acerca de la una que de la otra.
ya sea por modo de causa, o por modo de parte, o por modo de naturaleza para 7. Y por lo dicho consta que la tercera conjetura no tiene tampoco ninguna
el supuesto, o por modo de superior para los inferiores, y todos estos modos eficacia, porque es muy diversa la razón cuando se trata del sujeto de inhesión
son falsos, pues la materia se comunica a la forma del mismo modo que es su X- del de predicaciól!, pues aunque pueda pensarse una cierta proporción entfe
causa y que la sustenta. Asimismo, la materia se comunica al compuesto_ como e'stos dos sujetos, ya que el superior se compara al inferior, que le es sujeto como-
la parte al todo, y también como la causa al efecto, al cual no causa de otro forma que le da el ser, con todo, en absoluto no son de la misma naturaleza, ni
modo que comunicándo~e intrínsecamente su entidad. uno se funda en el otro; por lo cual, en las sustancias simples hay sujeción o sub-
Del mismo modo, la materia, como parte de la naturaleza, se comunica sólo ordinación de los inferiores a los superiores, sin sujeto de inhesión o de in-
al supuesto propio, si hablamos naturalmente; sobrenaturalmente, en cambio, formación.
se comunica también al ajeno, como puede verse en la humanidad de Cristo; Hay que añadir que ~gEe es sujeto de predicac;iQ_t;t p.o_· _~s _de_ suyo m᪷ imper-
pero todos estos modos no se refieren para nada al caso presente, como clara~
mente se ve. Y el último modo, además (en el que sólo los términos empleados
es·
~~f!Q. __qy~_ ª-~L P:t:~-9-J~·~do super!or, -COi110--lá"Irüitiii_a_ qUe- riCprínlfr suj~-to --es
inferior a la forma, y, por ellO, llo es necesario que aquello que es el primer sujeto
en dicha razón se usarían unívocamente) es abiertamente falso, y se ve por la en el orden de la generación e imperfección, sea el primer principio y fundamento
razón dada arriba, ya que la materia, como tal, en virtud misma de su especie del inruviduo, que es el primer sujeto en el orden de la prerucación, el cual con-
es comunicable a muchos inferiores que pueden subordinársele en orden a la tiene en sí toda la perfección de los superiores y añade algo propio con que viene
predicación, aunque no pueden ser sujetos de inhesión. Y si se dice que la como a completar y perfeccionar a aquélla.
materia- en cuanto tal es común, y que la materia signada de que aquella sen-
falsum in probatione assumitur. Multis ve1 per modum naturae supposito, vel per lem, contra hoc est quia materia signata, 7. Atque ex his constat tertiam coniec~
enim modis intelligi potest materiam esse modum superioris inferioribus, et omnes isti quidquid illa sit, non habet quod sit incom- turam nullam habere efficaciam, quía est
.incommunicabilem: primo, quod sit incom- mod~ falsi sunt; nam materia communica- municabilis ex racione primi subiecti, in longe diversa ratio de subiecto inhaesionis
municabilis alicui ut subiecto physico quod tur formae ea modo quo est causa eius. qua dictum argumentum fundabatur; si ergo et de subiecto praedicationis; quamvis
informet vel cui, inhaereat, et hic sensus et. sustenta! illam. Item materia communica- materia signata est incommunicabilis, erit enim excogitari possit quaedam proportio
est verissimus, et recte ex eo probatur quod tur composito ut pars toti et ut causa etiam oh aHam causam quae communis esse pot~ ínter haec duo subiecta, nam superius com-
materia est primuni subiectum; hoc tamen cffectui, quem non aliter causat quam com'" erit fonnis vel aliis rebus, ut videbimus in paratur ad inferías sibi subiectum ut forma
est impertinens ad rem de qua agimus, tum municando illi intrinsece suam entitatem. sequentibus. Quocirca ad illam incommuni~
quia non est de ratione individui ut sic, dans esse, tamen simpliciter non sunt eius-
Item materia ut pars naturae communica- cabilitatem quae est de ratione individui, dem rationis, neque unum fundatur in alio;
quod sit incommunicabile alteri ut subiecto, tur supposito proprio tantum, si naturaliter impertinens est illa ratio primi subiecti;
nam accidentia sunt individua, licet com~ unde in simplicibus substantiis est subiectio
loquamur, supernaturaliter vero etiam alieno~ nam et formae angelicae et Deus ipse sunt seu subordinarlo inferiorum ad superiora,
municentur hoc modo, et fonnae etiam sub- ut in Christi humanitate videre licet; sed illo modo incommunicabiles quamvis sint sine subiecto inhaesionis seu informationis.
stantiales; tum etiam quia illa incommunica- orones isti modj nihil ad praesens referunt,
bilitas non sufficit ad rationem individui; omnino actus, et non potentiae. Unde cum Adde, id quod est subiectum praedicatio-
ut per se constat. Ultimas vera modus (in ibidem dicítur forma de se comrnunicabilis, nis, ex se non esse imperfectius suo prae~
materia enim ex vi suae speciei est illo modo quo solo termini in praedicta ratione
incommunicabilis,---et---tamen-- non est----indivi- extra propositum est; nam forma, ut dicato superiori, sicut materia, quae est pri-
dua ex vi speciei, sed communis mu_ltis ma~ s-u-mpti univoce sumerentur) est aperte forma, est communicabilis materiae ut sub- mum subiectum, est inferior forma, et ideo
sus, ut ratione supra facta convincitur, iecto, non ut inferiori-; secundum suam necessarium non esse ut id, quod est pri~
teriis numero differentibus; non est ergo
illa incommunicabilitas prima radix indivi- materia ut sic ex vi suae speciei communi- mum subiectum in ordine generationis et
etiam specificam ratíonem comrnunicabilis imperfectionis, sit primum principium et
duationis, etiam in ipsa materia; multo ergo cabílis est multis inferioribus, quae illi pos~ est distinctis formis, et ideo secundum eam
minus poterit materia esse primum, princi- sunt subiici in ordine ad praedicationem, fundamentum individui, quod est primum
rationem non est individua; tamen haec for-
pium individuationis substantiae ratione quamvis non possint esse subiecta inhaesio- subiectum in ordine praedicationis, continens.
ma tam incommunicabilis est sicut haec in se omnem perfectionem superiorum et
huius incommunicabilitatis. Alio ergo modo nis. Quod si dicas materiam ut sic esse com- materia; ergo quoad hoc non est maior
potest dici materia incommunicabiljs, vel munem, materiam autem signatam, de qua addens allquid proprium quo illam veluti_
ratio de una quam de alia. complet ac perficit.
per modum causae, vel per modum partis, illa sententia Joquitur, esse incommunicabi-
- 608 Disputaciones metafísicas
Disputación quinta.-Sección lii _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___!J609
Vart"as objeciones contra dicha sentencia
dimensiones es el principio de distindón numerzca en aquellas z
8. Pero hay que ver si esta sentencia, aunque no pueda demostrarse por se encuentran muchos- indiv-iduos· de una especie· 'y comentand cosaBs en. as que
la razón, puede, sin embargo, defenderse y sostenerse convenientemente, pues D T · 't t 4 . ' o a oec10, en el
· e rznz a e, q. ', a. 2, dice que .la cantidad distingue las cosas materiales. y
esto nos bastaría para que, al menos por la autoridad de Santo Tomás y de Aris- esto parece que esta fundado en Anstóteles en el libro III de 1 M t f' · 3
tóteles, la defenditramos también nosotros. Y la primera razón de la dificultad t t 11 dond · 1 d' . ' a e a tszca, c. ,
ex · , . ' e plen~a que a tstmción específica se hace por la forma y 1
acerca de ella puede ser que la materia es de suyo común, no sólo en cuanto que
dnumwca d por
d lad' cantidad
.. , ' y en e1 l"b
1 ro X, c. 3, text. 4, solamente pone aquellos
' a
ella misma, según su razón específica es común a muchos individuos materiales, os mo os ,e. IVlSIOn, a sa.ber, por la forma y por la cantidad; y en el libro V
sino también porque la misma materia numéricamente puede caer bajo muchas de la Metaftsica, c. 13, atnbuye a la cantidad el ser principio de división or
formas, ya sean específicamente distintas, ya sólo numéricamente diversas, al loadcual d1ce que es cuanto l aquello que puede a·.zvz·a·zrse en cosas, de las cuales
' p
menos sucesivamente; ¿cómo puede ser, por tanto, la materia principio de indi- e a una ~s ap 1a para ;er a go determinado; y en el libro III de la Física c. 7
viduación? Porque el principio de individuación debe ser propio en grado má- text. 78, dtce que el numero nace de la división del cuanto continuo y la' razó~
ximo y en modo alguno común a varios individuos, ni simultánea ni sucesiva- puede estar en ~u: para ser la materia principio de individuación · ·
mente. A causa de esta dificultad se añadió en aquella opinión que la materia, haya algo que distmga a esta materia de aquélla. pero esto no '1 es preci.so q?e
no de cualquier clase, sino signada por la cantidad es el principio de individua- n:a, porque la distinción debe hacerse por el ~etc. ni es la e; a matena mi~­
ción. Ahora bien: lo que los defensores de esta misma; sentencia quieren signifi- blen esra forma es distinta de aqw'lla porq
mater,ia. '"'
h orma, pues mas
ue se ace Y se recibe en distinta
car con esa palabra es tan oscuro que para explicarlo se dividen de modo sor-
prendente en muchos pareceres diferentes. Es preciso, pues, exponer y exami- 10. Sin embargo, esta opinión es fals d ·
nar sus explicaciones para que aparezca más claramente cuánta sea la probabili- mentos. y podemos proceder de dos mod:s!
-)ue ~ Impugnars~ con serios argu-
dad que pueda tener esta opinión. niónl que m.antie~en los mencionados autor;s,e a p:~~=~o,q~~p~:~~~~~dladotra opi;
en a matena prnna, sino en todo el com uesto a no esta
Se rechaza el primer mado de explicar la materia signada perse la sustancia y de nuevo se adquier~ par;
Por lo cual sucede, hablando absolut
l
que se .~estrduye al corro~­
a gel?eracwn ~ la sustancta.
9. La primera explicación es que la materia signada por la cantidad no es
otra cosa que la materjq COQ cantidad, o afectada por la cantidad, porque piensan fo~~~ sustf"cial numérica en esta mate":.~n~\i~: ¡~n~:~da~~ ;'t~~~u~~toes;:
que dicho principio de individuación viene como a coniponerse de estas dos es a ece e. argumento, porque esta forma, en el momento en que se entiende
cosas, de modo que la materia dé la incomunicabilidad, y la cantidad la distin- ,l~~t: ~~l~:ra:~ ~~ta m~teria,1se .ent~ende que se recibe también en una materia
ción, como arriba decíamos. Así, Capréolo en In ll, dist.-_.-3, q. Í,- ~a. 1, ' ego. orma e mtrmsecamente no se hace distinta or la ca ti
COI;"cl. S, y en el a. 3, en la respuesta a los argumentos contra ella. Igualmente d ad · Igualmente, de la materia y la forma tomad · · p n -
Ferrariense, I cont. Gent., c. 21, y Soncinas, libro VII, q. 34. Se inclina tam- dentes a la can~dad, resulta este individuo sust~~JI~~Islt~:en!:t: ~~%~ :ece-
bién a ella Santo Tomás, en la q. 2 De Veritate, a. 6, ad 1, donde explica que
la materia signada natural es la materia con la determinación de estas o aquellas ;~n~: ~~~ou~a~ir~~~cdetu~ :!~~;~a~Jst:!~f~la;s ;entr~~cf~~~~:~/ t!:~i~~n~;
dimensiones; y en la q. 16 De Malo, a. 1, ad 18, dice que la materia suieta a
m~te¡?~ d~m~nsionibus subiectam esse
Obiiciuntur multa contra dictam sententiam in ea re explicanda defensores huius senten- Pn;'ctpzu_m dt~ttnctionis numeralis in his in . 10. S~d ~aec .sententia falsa est et gra-
tiae inter se mirum in modum dissideant. qwb~~ mvemuntur multa individua uniu15 vtbus ratwmbus Jmpugnari potest. Duobus
8. Sed videndum est, quamvis sententia Quorum exposiciones varias referre oportet autem modis . procedere possumus, primo,
haec ratione convinci non possit, an valeat specwt;, 7t super .Boetium, de Trinit., q. 4,
et examinare, ut quanta sit probabilitas a. ~' d1c1t ql!antztatem distinguere res ma- s~p?nendo aliam sententiam, quam prae-
convenienter defendi ac sustineri, nam hoc huius sententiae clarius appareat. tenales. Et Vtdetur fundatum in Aristotele ~hcti auctores tenent, quantitatem non esse
satis nobis erit ut saltem propter Aristotelis
et D. Thomae auctoritatem illam defenda- III ~etaph., c. 3_) text. 11, ubi distinctione~ m ma~eria prima, sed in tato composito, et
Primus modus explicandi materiam signa- s_pectficam censet fieri per formam, nume- destrm corrupta substantia, et novam com-
mus. Et prima ratio difficultatis circa illam tam reiicitur
esse potest, quia materia de se cornmunis rtcam vero per quantitatem, et lib. X, c. 3, parar! ad. ~enerationem substantiae. Ex quo
est non solum quatenus eadem secundum 9. Prima expositio est materiam signa- te~~· 4, tantum eos ponit divisionis modos, fit, srmplictter loquendo, prius hanc nume-
ratíonem spedficam communis est multis tam quantitate nihi_J_ aliud esse quam mate- Sclhce~, secundum formam aut secundum ro formam substantialem introduci in hanc
riam curo quantitate seu quantitate affec- qu~tt~atem; et V Metaph., c. 13, quantitati
individuis materiae, sed etiam quia eadem materiam et consequi quantitatem. Unde
numero materia subesse potest multis for- tam; ex his enim duobus censent hoc prin- attrtbUlt quod sit prindpium divisionis; un-
conficitur argumentum, quia haec forma,
mis vel specie distinctis vel solo numero cipium individuationis quasi i.ntegrari, ut de quantum esse ait quod dividi potest in
ea quorum unumquodque hoc aliquid na- cum primum intelligitur recipi in hac mate-
diversis, salte111 ___Sll(;(;(!_ssive; quor11~do ergo materia det incommunicabilitatem, quantitá.s ria_) intelligitur etiam recipi in materia di-
potest materia esse principiuin índividua- dlstinctiotiem, ui supra dicebamus. Ita ca; . . est esse; et 111 Phys., c. 7, text. 78,
stincta ab aliis; ergo formaliter et intrinsece
tionis? Nam principium individuationis preol., In II, d~st. 3, q. 1, a. 1, concl. S, dictt n01nerum nasci ex divisione continui
~uant!. Ra~io _v~ro es~e potest quia, ut mate- non fit distincta per quantitatem. Item ex
debet esse maxime proprium, et nullo et a. 3, in respons. ad argum. contra illam.
ldem Ferrar., 1 cont. Gent., c. 21, et Son- na stt pnnctplum mdividuationis, aliquid materia et forma praecise conceptis et ut
modo commune multis individuis, nec si-
mul nec successive. Propter hanc difficulta- cin., lib. VII, q, 34. Favet D. Thomas, q. 2 ne:essarmn~ est quod distinguat hanc ma- praevenientibus quantitatem, resultat hoc
tem additum est in illa sententia materiam De Verit., a. 6, ad 1, ubi explicat materiam t:nam ~b 1~a ,; s7d hoc non est ipsa mate- individuum substantiale; ergo illud ut sic
non utcumque, sed signatam quantitate, signatam naturalem esse materiam cum de- na, qllla distmctlo _debet fieri per actum · unum est, non unitate rationis, sed unitate
esse principium individuationis. Quid autem terminatione harum vel illarum dimenS?.O- est forma, nam poúus haec forma es~ r~ali et si~gulari a e transcendentali; ergo,
illa voce significetur, tam est obsct.Irum ut num; et q. 16 De Malo, a. 1, ad 18, dicit distincta ab illa, quia in distincta materia stcut ex v1 suae entitatis substantialis est
et recipitur. in se indivisum, ita etiam est substantialiter
Disputaciones met~[ísicas
Disputación quinta. Sección III ________________
~~6~10~---------------~--~~~~::~:: . 1 d' . 611
. distinto de to dos 108 otros.
· '
luego no tiene a tsttn-
"al terminadas puede estar bajo form~s diversas, y que, como tal, no es principio de
sustancial y entitatlvamente di que en el género de causa maten "
'd d N' 1.m porta que se ga . d d individuación; pero que, en cambio, la materia con estas determinadas dimen~
ción por la cantl a . 1 . rque en dicha sentencia no pue e e-
la cantidad es anterior .a la maten~~e~~e p~onsigo mismo, como se verá ~espu~~; siones es propia de este individuo, y que, corno tal, es principio de individua-
cirse esto fácilmente, stendo conse d t derse ello según la verdadera mheston ción. Pero pregunto, ¿qué añaden estas dimensiones determinadas a la cantidad?
ya también porque a1 me nos. no pue ed en cuerdo
en . . . 1a cant'd
con aquel prmCiplo, I ad Las dimensiones, efectivamente, pueden decirse indeterminadas sólo porque no
de la cantidad en la matena, pue_s, e ~ duración real sino en el compuesto; dicen cierto término de longitud, o de latitud; etc., y así la cantidad terminada
nunca está inherente en la ~~tena ~~ú~ signo de pri~ridad, porque lo q?-e no sólo añadirá los límites ciertos de las dimensiones; y esto no basta para el caso
luego tampoco puede converur e en . '. 1 no puede tampoco convemr con presente, pues la misma mateda, existiendo de este modo bajo la misma cierta
conviene en la re~li~ad y en la d~rac·lO~a r~:~tidad no hace a la cosa div:isa, o y determinada cantidad, puede estar sujeta a diversas formas, como es claro en
prioridad o postermnd~d; ah~.a btef .. hesión e información; luego, en mngun una misma rama, primero verde y luego seca, y en otros casos parecidos. En
distinta de las demás, smo me mnte ~ m nte en la materia, sino en todo el otro sentido, puede decirse cantidad indeterminada aquélla qne no está afec-
signo tiene la cantid~d ~ste efecto pn~:r:le a individuo, y, por tanto, distinto tada por ciertas disposiciones, como de tal rarefacción o densidad, o de otras
compuesto; por const~mente, supone aor que p:ra la validez del argumento_ basta cualidades con que la materia queda determinada a esta forma más bien que a
con una división antenor. Y por fin, P q es absolutamente antertor, la aquélla. Y en este sentido puede admitirse que la materia, afectada por la canti-
con que la materia, en algún gé~ero de caus~d q~e tenga va de suyo la distit;ición .. dad o por dimensiones de este modo determinadas, es decir, dispuesta así próxi-
materia digo, en cuanto que previene al ~a cant~ ala' forma- se recibe en la materia mamente, es hasta tal punto propia de este individuo que no puede estar en otro.
' t puede conc mrse as1: . 1 Sin embargo, ni los mencionados autores pueden hablar de este modo, ni en él
Finalmente, el argumen o f . recibe en esta materta porque a
d 'd
desprovista e cantt a ' d. luego esta orma se . d' 'd
d 11 dos resulta este m lVl un an tes se encierra la verdadera sentencia de los mismos. Lo primero es claro, porque
generación se hace en el singular; lueg? e ebraesv'ene al individuo ya constituído, ellos dicen que la cantidad por su propia razón y efecto formal distingue a nn
'd d
de sobrevenirle la cantl a ; mas.
' aún· esta so ' 1
. ·¿ d d' tinto de todos los otros; uego, individuo del otro; luego no le conviene esto a aquél por razón de otras cuali-
al cual podria Dios conservar sm cantl a ' ts el principio de individuación,. dades o disposiciones, pues, de lo contrario, no ya la materia signada por la
. f malmente no entra en . , b cantidad, sino la materia cuanta signada por las cualidades debería llamarse prin-
la cantidad mtrfnseca. y or d da una de las partes de esta, a sa err
sea de toda la sustancia compuesta, sea e ca cipio de individuación. Lo segundo es claro, porque, de lo contrario, se sigue
de la materia y de la forma. d tinuar en la otra sentencia, que la can- que los accidentes con que la materia se dispone para la forffia, se incluyen in-
11 En segundo lugar, po emos con 1 'sma en lo que se engendra y se trínsecamente en el principio de individuación de la sustancia; el consiguiente
· · ·ma y permanece a ffil fi
tidad está en la matena pn ' argumento no menos e caz~ es falso; por tanto. La consecuencia es evidente, pues la materia signada, de
corrompe. y entonces, por otro ~ado se. tomtamanb~n en cuanto afectada por esta. acuerdo con esta opinión, incluye intrínseca y formalmente éstos accidentes como
'
pues no sólo '
esta matena en SÍ IIDSIDa' smo .u:w
onsiguientemente, en m ' di 'd
V1 uos: inherentes en sí, que la determinan para tal forma. La menor se prueba, en pri-
cantidad puede estar bajo diversas formdas, y, e ás principio de individuación mer lugar, porque el individuo de la süstancia es una unidad por sí, directamente
' di . t . luego no pue e ser m . . . d colocado bajo el predicamento de la sustancia; no incluye, por tanto, intrínseca-
numéricamente stm os' , . . , la materia con dtmenslünes m e-
que la materia sola. Se podra dectr qmzas que mente a los accidentes, a pesar de que intrínsecamente incluye el princi.rio de
. h ab ea t ex
. se 1 distinctio-
et entitative distinctum ab omnibus ~s; venit quantltatem, di. for- minatis esse posse sub diversis formis, et
ero Denique sic potest ratiO conc ? · huius individui, ut non possit esse in alio.
ergo non habe r distinctionem · per quantlta-
sae n · · 't r in materia nuda quanutate; e~­ ut sic non esse principium individuationis, Verumtamen neque dicti auctores Ioqui pos-
tero Nec refert si dicas, m ?enere . cau ma rectpl u . h e materia, quia generauo-- materiam vero cum his determinatis dimen~
mat~rialis quantitatem esse p~lO~em m ma- go haec forma .l,l1 a ·¡r resultat hoc sunt in hoc sensu, neque in illo esset vera
sionibus esse propriam huíus individuí) et eorum sententia. Pr.imurn patet, quía ipsi
. Tum quia in ea sentenua Id non pot- in singulari fi.t; ergo ex 1 ts . . .
. . . ante adventum quanutaus ;, llll- ut sic esse principium individuationis. Sed dicunt quantitatem ex propria ratione et
term.
t commode consequentur d'.lcl, · u t infra inquiro quid addant hae detenninatae di~
mdividuumd
illa a vem.1 1'nd,·VI·duo iam. constituto,. effectu formal,i distinguere unum individuum
tractandum est;. tum e 113
es · m qma saltero non
• h _ mensiones supra quantitatem. Dimensiones
mo d t Deus sine quanutate serv.are- ab alio, ergo non convenit hoc illi ratione
otest id intelligi secundum. vera~ ~~~a quo pos se . ¡·. .
distinctum ab o mmbus a HS' e.rgo
quantltas-
. .-
enim possunt dici interminatae solum quia
aliarum qua.litatum seu dispositionum, alio-
P. m quantitatis in matena, qma. 1 . f maliter non mtrat pnncr non dicunt cenurn tenninum longitudinis,
swne · quam mhae- qui non materia signara quantitate, sed ma-
1'llud principium quant1tas n~
· e in duratione reah, sed com:!m:
~~:s~~iv~~ua~foniS, vel totius .comp~~~se aut latitudinis, etc., et sic quantitas terminata
solum addet cenos terminas dimensionurn;
teria quanta signara qualitatibus deberet dici
ret matena . liquo signo pnon substantiae, vel singula~um paruum ,. principium individuationis. Secundum pa~
"t . ergo neque m a . et hoc non satis est ad praesens, quia eadem
s~~;st illi convenire, quia quod a parte r~~ scilicet form~o et ;;~!~~::·possumus. in al~a materia hoc modo existens sub eadem certa
tet, quia alias sequitur accidentia, quibus ma-
~t in duratione--r.eali ...non ..conv:mt~. neq . 11. .secun d' ~antitas inest matenae pn-·' determinara quantitate, potest subesse
teria disponitur ad fonnam, intrinsece in-
cludi in principio individuationis substan~
.
Prms n
eque posterius convemre potest' sententla, quo qd .0 genito et corrupto,. distinctis formis, ut patet in eadem virga
. . tem non facit rem d'lVlsam
· aut mae et m~net ea em. ~r non minus efficax pr.ius viridi, postea sicca, et sirnilibus. Aliter
tia e; consequens est falsum; ergo. Sequela
qd"?a?u~as a~b aliis nisi inhaerendo et iut:or- et tune ahunde surmt haec materia potest dici quantitas interminata illa quae
patet, quia materia signata, iuxta hanc opi-
tstmc am in dullo signo habet quantltas argumentum, quia ~on ~~1~~ecta hac quan- non est affecta certis dispositionibus, ut
nionem, intrinsece ac formaliter includit
mando; ergo . in materia sed in roto secundum se, sed etlam. . f is et con- haec accidentia ut ipsi inhaerentia ipsamque
hunc ef!ectum pnmo onit illud' iam indivi- ru'
titare potest esse sub d¡versts orm tinctis. tali raritate aut densitate, vel aliis qualitati-
bus, quibus materia ad hanc formam potius
determinantia ad talero formam. Minor vero
composno; ergo supp 1' priori di visione sequ¡nter in individuis num:ro. i:m indi: probatur primo, quia individuum substantiae
d~m~, et conseq~;~fru!-~uia ad vim ratio- ergo non magis potest esse ~rm~cetur for-
quam ad aliam determinatur. Et hoc sensu est per se unum directe collocatum sub spe-
~i~tl~~~r:U~s¡~~od ge~ere
admitti potest materiam quantitate seu di-
in \liquo causa:, viduationis 9uam sola ~ar:~:i.onibus inter- mensionibus sic determinatis affectam, id
cie in praedicamento substantiae; non ergo
quod simpliciter prius est, matena, ut pra - tasse matenam cum un includit intrinsece accidentia, cum tamen in-
est:, sic proxime dispositam, ita esse propriam
trinsece indudat índividuationis principium.
612 · - - - - - - - _____________D:c.=isputaciones met_af_íst_._cas_
Disputación quinta.-Sección 1II
.~_:.:__:::::_____ _ __ 613

individuación. En segundo lugar, porque se mostró antes que la diferencia indi- dar la . incomunicabilidad
. bl d de la individuación . Y se confirma .. efectlVameme
· se
vidual en la realidad no es naturalmente distinta de la naturaleza sustancial, y llama mcomuruca ·di e e este
h modo lo que de tal forma ' ·
es uno en s1 1rusmo 'que
que, por ello, es la misma sustancia individual; luego su principio intrínseco no no pue1 d e di VI· d rse
d. den mue
d" · os .seme¡"antes '· y lo que es tal, t"1ene precisamente
· por
es~o a prop1e a e 1stmgmrse de las otras cosas, caso de que existan y el
puede ser un accidente, sino la sustancia.
12. Y estas razones pueden valer también en la otra sentencia, que dice que mtsmo argu~e?to puede. h~c~rse por su parte sobre la cantidad, porqu~ si es
ella l~ que distmgue los mdmduos de una sustancia, también es ella la ue debe
la cantidad no está en la materia prima, sino en todo el compuesto, pues la
cantidad es un accidente; luego, en cualquier sujeto en que est<!, no puede entrar ~onstttrnrlos, ~ por el ~ontrario, ,si no puede constituirlos, qne es lo mis verda-
intrínsecamente en la constitución del individuo sustancial; luego no puede obrar s:;~n-;~~~s biense:r :~e¡·~~ente ~s~~ ~dueral de toda la extensión de la sustancia y
su distinción. Por lo cual, prescindiendo de aquellas sentencias, podemos argu- ° ya m IVI ua ~ tampoco los puede distinguir.
13 · Respond en a1gunos que est ·
mentar en tercer lugar, porque aunque la cosa sea una en sí con prioridad natu- no hace la primera distinción entre "¡~;"~~;f~eba ~ectamente que. la cantidad
ral a ser distinta de las demás, sin embargo, esto último se sigue intrínsecamente no prueba que no haga al una b ';0.s e una sustancia, pero que
de .lo primero sin ninguna adición positiva que se haga a la cosa misma que es para que la cantidad uedg ' a sa er' 1a numen ca y cuantitativa, y esto basta
una, sino sólo mediante la negación, por la que, puesto un extremo, se puede de individuación. p a en esta parte pertenecer intrínsecamente al principio
afirmar con verdad que esto no es aquello. Así, pues, aquello mismo positivo
que funda la unidad en cuanto a la primera negación o indivisión en sí, funda . Pero ~st? r~.spue~ta incurre en un equívoco, pues si la cantidad no causa la
consecuentemente la negación posterior de distinción respecto de otro, sentido en el
que suele decirse, y es muy verdadero, que una cosa se distingue de las otras
r:u;r:e~~:tl~i~~~~~:~ 0~~, p~~~:~~rc:l es la que supone y cuál la que causa:
por la que esta materi: no e~ aquélla o e~~~~s~!.a. que la distinción entitativa
por aquello mismo por lo que en sí se constituye, pues se distingue por aquello
ninguna otra distinción anterior puede pensarse cm no es aquélla, sea porque
por lo que es.
Casi en el mismo sentido dijo Santo Tomás, I, q. 76, a. 2, ad 2 que cada intrínseca a cualquier entidad pues com ' ~ea porque es también la más
cosa tiene la unidad del mismo modo que tiene el ser. Y es claro en la unidad co a .c,ualquier ente que su p;opia entida~,n~st~~~o~~n:~;u::d~s~~~i1:trínse-
especifica, pues la misma diferencia que constituye a la especie una en sí misma paracwn respecto de otro ente es anterior a la que se explica por esta n ~óse­
la hace distinta de las demás especies; por lo cual, lo que es principio de tal di- este ente no es aquél . 1 al egac1 n :
ringa d t . . ' por o cu no puede concebirse que una entidad se dis
ferencia, es también principio, no sólo de la unjdad, sino también de la distin- 14 e ~er~oentttlatttvamb:~te e inmediatamente por algo distinto de sí misma-
ción específica; luego, de modo semejante en la unidad individual, aquello que
es principio del individuo en cuanto a su constitución e incomunicabilidad o in- contra. t d cua am ·1en resulta (lo que es un argumento nuevo y suficiente·
divisibilidad en sí, es también el principio de distinción de él con respecto a· los
distingu¡·~ :n~~tatl. sentencm), que no. pertenece al efecto formal de la cantidad
a vamente una materm de otra d
otros; y, por el contrario, lo que es principio de distinción, debe ser también otra, porque como la cantidad su one la .' o una p~te e la materia de
principio de constitución. Por consiguiente, si la materia por sí misma y separada ne su entidad individual la cual : , ;natena ~o~o su¡eto, así también supo-
la cantidad constituye al individuo en sí incomunicable y uno, distingue también quíer entidad semejant/ luego d?s~~ mtsma "dendtttatlvamente e~ ~stinta de cual-
a aquél con relación a los otros, o si no puede dar la distinción, tampoco podrá ' . as cantl a es suponen dtstlntos sujetos en

tem indi~iduati.onis dare potest. Et confirr sed ali~m, interrogo quaenam sit illa quam
teriorem negationem distinctionis ab alio,
Secundo, quía ostensum est supra differen- ~a!ur. Nam mcommunicabile hoc modo suppomt, qua~ vero illa quam causat: prior
tiam individualem in reipsa non esse distinc- quo sensu dici solet, et verissimum est, per
illud rem distinguí ab aliis per quod in se
dicitur. . quod ita est in se un um ut non san~ !!ulla alia esse potest nisi distinctio
tam ex natura rei a natura substantiali, atque po~sit m .multa similia dividi; quod autem
constituitur, quia distinguitur per id quo entrtatlVa, qua haec materia non est illa,
adeo esse ipsammet substantiam indivi- h~msn:odl est, ex hoc praecise habet ut s; aut ,hae7 su~s~an~a no?- est illa. Tum quüi
d'uam; ergo principium intrinsecum eius est. Qua fere sensu dixit D. Thomas, 1, alia existant, ab illis distinguatur. Idem~u~ nulla a~Ia drst:nctro pnor excogitari potest;
non potest esse accidens, sed substantia. q. 76, a. 2, ad 2, unumquodque hoc modo
a_rgumentum P.o~est e converso fieri de quan- tu~ etmm qma haec est maxime intrínseca
12. Atque hae rationes possunt procede- habere unitatem quo habet esse. Et patet tt.tate, quod, Sl lila est quae distinguit indi-
in unitate specifica, nam eadem differentia, cmcumque entitati; sicut enim nihil concipi
re etiam in alía sententia, quod quantitafi Vl~ua substantiae, ipsa etiam debet ea con- potest magis intrinsecum unicuique enti
non sit in materia prima, sed in toto com- quae constituit speciem in se unam, facit stltuere, vel e contrario, si non potest consti-
illam a caeteris speciebus distinctam; unde quam ~ntitas e.ius, ita nulla distinctio veÍ
posito; quia quantitas accidens est; ergo est ext:a tot~m latitudinem substantiae et separatlo ab aho ente est prior illa qua~
in quocumque subiecto sit, non potest intrin- quod est principium talis differentiae est suppomt pot~us subiectum individuum, ne-
etiam principium non tantum unitatis, ~ed ~a e negatione ex:plicatur: Hoc ens non esr.
sece constitutionem individui substantialis tuere, ~t ver~u~ est, quía, cum sit accidens, dlud ;_ pr?pter quod intelligi non potest
ingredi; ergo non potest eius distinctionem etiam distinctionis specificae; ergo similiter que et:J.am d1stmguere potest.
in unitate _individuali id) quod est princi- unam. entltatem 9-istingui ab ali_a entitative,
efficere. Unde·--abstrahendo ah illis--sententiis, 13. Respondent aliqui rationem hanc ac pnmo, per ahud a seipsa.
pium individui quoad constitutionem eius,
possumus tertio argumentari quia, licet res
et incommunicabilitatem seu indivisibilita· recte p-:o~are. quant!tatem non efficere pri·· 14.. Unde etiam fit (quod est novum et
prius natura sit in se una quam sit distincta ~am distmctlOnem mter individua substan- sufficiens - argumentum contra totam hanc
ab aliis, tamen hoc posterius intrinsece se- tem in se, est etiam principium distinctiorús
ttae, llOJ?- .tam_en probare non efficere ali- sententlam) non pertinere ad effectum for-
eius ab allís; et e converso, quod est prin-
quitur ex primo absque additione ulla posi- quam, di~tmct:J.onem, scilicet, numericam "et malem quantitatis distinguere entitative
tiva quae fiat ipsi rei quae est una, sed pium distinctionis, debet etiam esse princi- quanutattvam, quod satis est ut quantitas
pium constitutionis. Si ergo materia per se, unam materiam ab alia, vel partem materiae
solum per negationem, qua, pasito alio ex-
et seclusa quantitate constituit individuum quoad ha~c p~rtem. p~ssit intrinsece pertine- a p~rte mat~riae, quia, sicut quantitas sup-
tremo, verum est dicere hoc non esse illud.
in se incommunicabile et unurn, diutinguit re ad ~rmclplum md1viduationis. Sed haec po~t. matenam ut subiecturn, ita supponit
!taque illud idem positivum quod fundat respo.t;tsm laborat in aequivoco, nam si
etiam illud ab aliis, vel, si distinctionem · m~v1~uam .e~titatem eius, quae per seipsam
unitatem quoad primam negationem seu quantJ.tas non causat pr.imam distinctionem,
indivisionem in se, fundat consequenter pos- dare non potest, neque incommunicabilita~ entltatlve distmcta est ab alia entitate simi-
614 Disputaciones metafísicas
~-----------------~~ Disputación quinta: S_ección.'-"II=I'---~~~~~~~~~~~~~--~--'6'.'1C:5
los que se reciben, y distintas partes d~' la ~antidad. sur_onen partes del sujeto consiste en que una sustancia esté fuera del sitio o lugar de la otra. Con lo cual
entitativamente distintas. Pues aquí tamb1en tlene aphcac10n aquel argumento de también se salva que la cantidad ·del mismo modo que distingue, constituye, pues
Cayetano que el acto singular supone la potencia singular, cosa que es verdadera primeramente hace a la sustancia extensa en sí misma, unida y determinada cuan-
principal:nente en el acto y potencia realmente distintos. Y tanto más cuanto que titativamente y que posea esta determinada mole corpórea, y consecuentemente,
siendo la cantidad realmente distinta de la materia en que está, n? puede hacerla hace que ocupe espacio local; y de modo semejante, primero la distingue cuan-
en la realidad distinta de sí misma; luego supone e': ella la e~tidad. que. por si titativamente, y luego de modo "situal''; ahora bien: toda esta distinción está
puede distinguirse de su cantidad; luego por la misma podra distmgmrse de fuera de la razón de sustancia individual, y es para ella algo accidental, como lo
todos los otros que no son ella misma; por tanto, esto no pertenece al efecto es la cantidad misma.
formal de la cantidad. . . . . 16. Esto, ciertamente, en la distinción "situal" es evidente por sí mismo, ya
Lo mismo puede también finalmen~e confirmarse a posterzon, pues s1 Dros, que es muy extrioseca y mudable, y por mucho que cambie de sitio la cosa
separada la cantidad, conservase por e¡emplo la sustancia del c.uerpo de Pedro, cuanta, permanece la misma numéricamente; más aún: una misma sustancia
las entidades parciales de materia que están en las manos, p1es, ~abeza, ~te., corpórea numérica puede ser conservada por la potencia de Dios sin sitio sea con
siempre permanecerían entitativamente distintas, sea que permaneciesen umdas cantidad o sin ella, al modo como está el Cuerpo de Cristo en la Euc.:ristía. Y
0 que no, pues aunque una entidad pudiese unirse o separa~se. ~e otr~, ~ :p:sar de modo semejante, la misma cosa cuanta puede constituirse por la potencia
de todo, hacerse una la otra o reunirse una y otr~ en un md1v1;Iuo I?d!vtsible de Dios en un doble sitio, como tratando del misterio de la Eucaristía mostré
conservando su entidad, es una abierta repugnancia, ya que sertan distmtas y extensamente, y también dos cuerpos distintos pueden colocarse en un mismo
no serían distintas. . . sitio, como ha hecho Dios con frecuencia, y se demostró en la materia de la
15. Por consiguiente, la distinción que supone la cantidad en la sustanc1~ es resurrección. Por consiguiente, esta distinción situal no afecta para nada a la
distinción entitativa y sustancial, y ésta es la que por si pe.rte~e.ce a la ~rn?ad unidad y distinción numérica. Ahora bien: sobre la distinción cuantitativa se
individual de que tratamos, pues por ella se concibe que el mdlVlduo es distmto da el mismo juicio que sobre la ca?tidad y la unidad que proviene de ella, la
de todos los otros sea dentro de la misma especie, si se compara con los seme- ·cual mostramos ya antes que es accidental para la unidad intrínseca y entitativa
jantes, sea bajo e{ género o bajo cualquier otro predicado. c~m??" si s~ compara de la sustancia material; por lo cual, aunque acompañe naturalmente a aquélla
con todos los otros; luego, si la cantidad aporta alguna dlstmcton, sera algo. ac- al ~odo. de una propiedad, con todo en el orden de la naturaleza la supone,
cidental a la razón de individuo, y que sobreviene al mismo; luego, por dicha y mas bien es causada por ella que la causa. Y, finalmente, la sustancia material
razón no pertenecerá la cantidad al priocipio de iodividuación. de que tratarnos. podría conservarse la misma numéricamente de potencia absoluta sin la cantidad
Esto se explica por la misma naturaleza de la cosa, pues la ~;ntidad~ ~o~~ da a la y, por consiguiente, podría retener toda la unidad individual con la incomuni~
sustancia la unidad cuantitativa, así puede sólo darle tamb1en la d1stmcron cuan- cabilidad y distinción sustancial, sin ninguna unidad ni distinción cuantitativa.
titativa o "situal'', de las cuales la primera sólo consiste en esto, que una sus- 17. Por lo cual, también Soncinas y el Ferrariense confiesan finalmente que
tancia 'esté separada de otra bajo los diversos té~minos de la. cantidad, y así no la sust.ancia material no tiene la unidad trascendental por la cantidad, pero
sea continua con aquélla con la continuidad propia de la cantidad; y la segunda que, sm embargo, es numéricamente una mediante la cantidad. Es extraño,
una substanti:;¡ sit extra situm seu locum locari possunt, et a Deo saepe factum est,
li; ergo distinctae quantitates supponunt suam entitatem, aperta repugnancia est, quía alterius. Unde etiam salvatur quod qllanti-
et essent distinctae et non essent distinctae. ut in materia de resurrectione demonstra-
distincta subiecta in quibus recipiantur, et tas ita distinguit sicut constituit; primo tum est 2 • Haec ergo situalis distinctio ni-
distinctae partes quantitatis, partes etiam 15. Distinctio, ergo, quam supponit enim facit substantiam in se extensam, uni-
quantitas in substantia, est distinctio enti- hil ad unitatem et distinctionem numericam
subiecti entitative distinctas. Nam et hic tam et determinatam quantitative et haben- refen. De distinctione autem quantitativa,
locum habet argumentum illud Caietani, tativa et substantialis : haec autem est quae tem hanc corpoream molero, consequenter
per se pertinet ad unitatem individ~alen;t, idem iudiciurn est quod de ipsa quantitate,
quod actus singulads supponit potentiam vero facit illam replere spatium locale; et et unitate ab illa proveniente, quam supra
singularem, quod maxime verum est in actu de qua tractamus; nam per hanc mtelli- similiter primario discinguit quantitative, et ostendimus esse accidentalem ad unitatem
et potentia realiter distinctis. Eo vel maxime gitur individuum esse distinct;tm .ab omn!- deinde situaliter; tata autem haec distinctio intrinsecam et entitativam substantiae ma-
quod, cum quantitas re distincta sit a mater~a bus aliis, vel sub eadem spec1e, s1 cum sl- est extra rationem substantiae individuae, et terialis; unde, licet illam naturaliter comi-
in qua inest non potest illam facere re dl- milibus comparetur, vel ~tiam sub geD;ere? accidentaria illi, sicut et ipsa quantitas. tetur ad modum proprietatis, tamen ordine
stinctam a s~ipsa; ergo supponit in illa enci- ve! sub quocumque praed1cato comm~, ~t 16. Quod quidem in distinctione situali naturae supponit illam, et potius causatur
tatem quae per se potest distinguí a sua cum omnibus alüs conferatur; ergo, s1 ali- est per se evidens, quia est valde extrínseca ab illa quam causet illam. Ac denique de
quantitate; ergo per eamdem poterit ~stin­ quam distinctionem co~fert qt;mn~t.as, . illa et mutabilis, et quantumvis res quanta si-
erit per accidens ad ratwnem m~hvtdm, :t potentia absoluta posset materialis substan-
gui ab omnibus allis quae non sunt tpsa; tum mutet, eadem numero manet; immo cia eadem numero sine sua quantitate ser-
non ergo hoc pertinet ad effectum formalem superveniens illi; non ergo ea rauone peru- Dei potentiam potest eadem numero
nebit quantita"s ad principium in?ividuatic:- vari, et consequenter retinere totam uníta-
quáfftltatis. --Quod--denique-· -a· -pD-steriori con- ~~·--,,ubstant,[a corporea, vel sine quantitate, vel tem individuam cum incommunicabilitate
firmari potest; nam, si Deus, separata .quan- nis, de qua agimus. Quod ex re tpsa e~h­ cum illa sine situ servari, ad eurn modum
catur, nam quancitas, sicut dat substantme ac distinctione substantiali absque unitate
titate, conservaret substantiam corpons Pe- quo est Christi corpus in Eucharistia. Et si- et distinctione quantitativa.
tri, verbi gracia, encitates parciales I?ateriae, unitatem quantitativam, ita solum potest militer potest res eadem quanta cum duplici 17. Quocirca etiam Soncin. et Ferrar.
quae sunt in manibus, pedibus, cap1te, etc., dare vel distinctionem quantitativa~,, v:el situ per Dei potentiam conscitui, ut tractan-
situalem, quarum prior solum cons1st1t 1!1 tandem fatentur substantiam materialem
semper manerent entitative distinctae, sive do de mysterio Eucharistiae late ostendi \ non habere a quantitate unitatem transcen-
manerent unitae, sive non, quia, licet una hoc quod una substantia sit sub divers~s et duo distincta corpora in eodem situ col- dentalem, sed tamen esse unam numero per
entitas possit coniungi vel separad ab alia, terminis quantitatis ab alia, et .ita non. srt
tamen unam fieri aliam, aut utramque coa- continua illi continuatione propna quant1ta- t Tertio toro., in III part., disp. LII, sect. 3.
lescere in unam indivisibilem, conservando tis; posterior autem consiscit in hoc quod :J Secundo tom., in 111 part., disp. XLVIII, sect. 5.
616 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección_lll____ _ _ __ 617

con todo, que tan fácilmente se aparten del verdadero sentido de la cuestión y ma; y por una acción del agente previa a la generac10n se determina que sea
usen rerminos eauívocos. Efectivamente, como hemos advertido muchas veces capaz de esta cantidad y no de otra, y aquélla, en cuanto tal, es la que se dice
y todos suponen,_.. y ellos mismos -según creo~ no ignoran, cuando aquí trata- que es principio de individuación. Y entendemos por cantidad en este lugar, no
mos de la unidad numérica, no tomamos el número en cuanto que es una espe- sólo la cantidad matemática (por llamarla así), sino la física, es decir, modificada
cie de cantidad, sino en cuanto puede hallarse en cualesquiera entes, como indica por cualidades y disposiciones físicas. Y así explicó este punto Cayetano en el
Santo Tomás en el Opúsculo 16, c. últ., donde dice de este modo que inclusa De Ente el Essentia, c. 2, q. 5. Le sigue Iavello, en el V Metaph., q. 15, y antes
la sustancia inmaterial es una numéricamente; del mismo modo que Aristóteles que ellos Egídío, Quodl. I, q. 5, a. l.
en el libro V de la Metafísica distinguió la unidad numérica, específica, genérica Pero, sin embargo, esta sentencia desagradó al mismo Cayetano, I, q. 29, a. 1,
y proporcional. Por tanto, esta unidad numérica es en cada cosa trascendental,. a causa del argumento que después referiré, y por esto halló otro modo de hablar
igual que la unidad específica o formal es a su manera trascendental respecto de (~í es que en realid~d es otro); dice efe~tívarnente que el principio de individua-
la naturaleza común; luego, si la sustancia material tiene unidad individual ción no es 1~.• matena en cuanto .que__ esta en J20tenci~a esta c~ntid_ad, sino__$!!
trascendental, y no por la cantidad, no pertenece la cantidad intrínsecamente al ~anto que y1rtualn:ente preconttene es~a cantidad. o es _la raíz .Y el fundamento
principio de individuación de la sustancia. Hay que añadir a esto que del mismo de esta --~anudad. Sm embargo, no entiendo suficientemente qué es lo que con
modo que la sustancia tiene unidad numérica predícamental por la cantidad, por -esas pala?r.~s se significa como distinto a priori, ya que la materia (especialmente
la cantidad misma no sólo se distingue, sino que se constituye y se hace indivisa en la opmwn de Cayetano y de otros tomistas) no precontiene la cantidad en el
en sí e incomunicable cuantitativamente por la mis·ma cantidad, pues no podría la género de causa eficiente, sino que ésta se hace por un agente extrínseco o resulta:
cantidad hacer a algo uno dentro de su género, si no lo hiciese también indiviso, de la. forma; por consiguiente, sólo puede precontenerla en el género' de causa
ya que en ello consiste la razón de unidad; por consiguiente, si hablan constante y ~atenal; y esto no ~s otra cosa que te~erla en potencia receptiva, o -lo que es
unívocamente de la incomunicabilidad y distinción del mismo género, distribuyen 1gua~__, tener potencia para ella; del m1smo modo que la materia en cuanto pre-
mal estos oficios, atribuyendo uno a la materia y otro a la cantidad; y, por el con- con~ene la forma, no pue~e s7r otra cosa que I.a materia, en cuanto está en po--
trarío, sí ahora hablan de la incomunicabilidad sustancial y después de la distín- tencm para la forma, o mas b1e~ en cuanto que está en potencia receptiva para
c:ión cuantitativa, no se mantienen en el verdadero sentido de la cuestión y admi- la forma, ya que no la precontlene de otro modo que en el género de causa
ten una equívocídad en el uso de las palabras. mat~rial, e igual también, por consiguiente, en el caso presente por el mismo
mottvo. Por tanto, todas aquellas palabras, la materia como fundamento cofi10.
raíz, como causa, se reducen a una misma cosa, ya que la materia no es' funda-
Se rechaza el segundo modo de explicar la materia signada mento de ~a cantida,d, sino mat~rial y pasivo, ni es la raíz como primer sujeto, ni
18.La segunda explicación es que la materia signada por la cantidad no ín- la causa, Sl no es solo la matenal, que consiste en la razón .de potencia receptiva,
~]llye a la cantidad misuw intrínsecamente, sino comd término_ de la rela~ión de la que se educe la forma; luego con todas aquellas palabras no puede signi-
de la misma materia a aqué,UB. Efectivamente, la materia, por su naturaleza, es ficarse. otra cosa que la potencia de la misma materia. Por lo cual, el argumento
capaz de cantidad; pero como tal no puede ser principio completo de individua- del m1smo Cayetano y los que haremos nosotros valen igualmente en contra de
ción, ya que es indiferente a cualquier cantidad, lo mismo que a cualquier for- esta opinión, que por esta razón no ha de ser tratada como diversa.
que qu~ntitatem, sicut ad quamvis formam; causae effectivae, sed ab extrínseco agente
quantitatem. Sed mirum est quod tp.m facile visam et incmmnunicabiJem quantitative per per acttonem autem agentis praeviam ad ge- fit vel resultat a forma; solum ergo potest
divertant a vero sensu quaestionis et ternll- eamdem quantitatem; non enim posset nerationem determinatur ut sit capax huius illam praehabere in genere causae materia-
nis aequivoce utantur. Ut enim saepe admo- quantitas facere aliquid unum in suo genere, quantitatis, et non alterius, et illa ut sic di- lis; hoc autem nihil aliud est quam habere
nuimus et orones supponunt, et ipsi (ut nisi faceret etiam indivisum, cum in hoc citur esse individuationis principium. Per illam in potentia receptiva, seu (quod idem
existimo) non ignorant, curo lúe agimus de ratio unius consistat; si ergo constanter et quantitatem autem intelligimus hoc loco non est) habere potentiam ad illam; sicut mate-
unitate numerica, non accipimus numerum, univoce loquuntur de incommunicabilitate s~lam mathematicam quantitatem (ut sic ria ut praehabens formam nihil aliud esse
ut est species quantitatis, sed ut in quibus- et distinctione eiusdem generis, male distri- dtcam), sed physicam, jd est, physicis quali- potest quam materia ut est in potentia ad
cumque entibus reperiri potest, ut notat buunt haec munera, aliud materiae, aliud tatibus et dispositiorúbus affectam. Ita rem formam, seu potius ut est in potentia recep-
D. Thomas, Opuse. 16, c. ult., ubi hoc quantitati tribuendo; si autem nunc de in- hanc explicuit Caietan., de Ente et essentia, tiva formae, quia non aliter praehabet quam
modo ait substantiam etiam immaterialem communicabilitate substantiali, postea de di- c. 2, q. 5. Sequitur lavell., V Metaph., in genere causae materialis; ídem ergo est
esse unam numero; quomodo etiam Aristo- stinctione quantitativa loquuntur, non per- q. 15, et ante illos Aegid., Quodl. 1, in praesenti propter eamdem rationem. Oro-
teles, in V Metaph. distinxit unum numero, sistunt in vera quaestionis sensu et aequi- q. 5, a. l. Haec vero sententia displicuit nía ergo illa verba, materia ut fundamen-
specie, genere et proportione. Haec ergo vocationem admittunt in usu verborum. · eidem Caiet., 1, q. 29, a. 1, propter argu- tum, ut radix, ut causa, eodem revol-
unitas numerica __ in___ un.aqu_am~e __ I~ ...tJ:anscen- mentum quod infra referam, et ideo alium vuntur, quía materia non est fundamen-
dentalis est, sicut unitas specifica vel forma- S ecundus modus exponendi materiam síg- - dicendi modum (si tamen est alius); tum quantitatis, nisi materiale et passi-
lis suo modo est transcendentalis respectu natam reiicitur ait enim non materiam ut est in potencia vum, neque est radix ut primum subiec-
naturae communis; ergo, si substancia ma- ad hanc quantitatem, sed ut virtute praeha- tum, nec causa, nisi materialis, quae consistit
terialis habet unitatem individuaro tfanscen- 18. Secunda expositio est materiam sig- bens hanc quantitatem, seu ut est radix et in ratione potentiae receptivae, ex qua forma
dentalem, et non per quantitatem, non per- natam quantitate non includere quantita_tem fundarnentum huius quantitatis, esse prin- educitur; ergo illis omrúbus verbis nihil
tinet quantitas intrinsece ad principium in- ipsam intrinsece, sed ut est terminum habi- cipium indiv¡duatiorús. Verumtamen non al,iud subesse potest, nisi potencia ipsius ma-
dividuationis substantiae. Adde, eo modo tudinis materiae ad ipsam. Est enim materia satis intelligo quid hls verbis distinctum a teriae. Quodrca et argumentum ipsius Caie-
quo substantia est una numero praedica- natura sua capax quantitatis, sed ut sic non priori significetur, quia materia (praesertim tani, et quae nos faciemus, aeque procedunt
mentali per quantitatem, non solum distin- potest esse completuro principium indivi- m sententia Caietan. et aliorum thomista- contra hanc sententiam, et ideo necesse non
guí, sed etiam constituí et fieri in se indi- duationis, quía est indifferens ad quamcum- · rum) non praehabet quantitatem in genere est illam ut diversam tractare.
618
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Disputaciones metafísicas
19. A éstas ha de añadirse también aquella otra opinión que afirma que la
Disputación quinta.-Sección lil
trario. Además, supuesta tal sentencia, arguye Cayetano en la I parte, que la po-
619

materia signada no es otra cosa que la materia inme~iatamente. dispuesta para tencia de la materia para recibir .la cantidad está en el género de la cantidad,
esta forma, ya que no se dispone más que con la cantidad modificad.• por tales puesto que la potencia y el acto están en el mismo género, como dice Aristóteles
cualidades. Esta sentencia puede mantenerse de dos maneras: en pnmer lugar, en el libro X de la Metafísica; luego tampoco aquella potencia para la cantidad
-entendiendo que la cantidad y demás disposiciones están inherentes en la materia -puede pertenecer intrínsecamente al principio de individuación de la sustancia,
y permanecen en ella, y que simplemente preceden en orden de nat~ral~za a la pues, de lo contrario, el individuo de la sustancia no sería sustancialmente uno:
introducción de la forma, y así puede rectamente entenderse la matena. dispuesta constaría, efectivamente, de cosas pertenecientes a varios predicamentos. A pesar
y "signada" para la forma; con todo, establecer de este. modo a la matena sig¡;ada ,de todo, esta razón, tomada en si, no es eficaz, pues como bien responde Iavello,
como principio de individuación es caer en la sentencia pr:cedente de C~prr;:olo, Ja potencia pertenece al génern de su actn primario, al que por si e inmediata-
ya que esta materia ~ignada incluye ~ntrinsecamente la c.an~Id.ad y l~s ~c~Iden~~s, ·mente se ordena, y del que a su manera toma la especie; y la materia, en cambio,
los cuales es imposible que esten mcluidos en el prmc1p10 de mdiv1duac10n -no está de tal modo en potencia para la cantidad que se ordene a ella esencial
como ya mostramos. Y si se dice que tales. disposiciones, a':nq~~ esté~ in~erentes y primariamente, sino a la forma sustancial, y por ello no es preciso que perte-
en la materia, a pesar de todo no están mcluí~a.s en el mdi_v1duo mtrmseca y nezca al predicamento de la cantidad. Y lo que en favor de Cayetano insta
formalmente, sino que vienen a ser como condicmnes requerid.as,. e_n con~ra. d.e Fonseca en el libro V de Metaph., c. 6, q. 4, que la potencia de la materia,
eso está el hecho de que entonces tiene que suceder que el prmc1p.10 ~': IndiVI- -aunque absolutamente no pertenezca a la cantidad, sin embargo, en cuanto re-
duación intrínseca y formalmente es sólo algo común a . muc~os mdividuos,. a ceptiva de ella pertenece a dicho predicamento, esto ---digo- no urge la dificul-
saber, la propia materia en si misma; ahora bien, esto es ID1posible, co~o arriba tad, ya que tal reduplicación de la materia, en cuanto receptiva de la cantidad,
argüíamos. Por lo cual eso no sería ya asignar lo que en sí y en realidad es el no añade una potencia real a la misma materia, sino que explica tal potencia
principio de individuación, sino a lo sumo aquello que. para nosot:os. ~uede ser -solamente en nuestro modo de concebir y de hablar por la relación a un término
la señ3l de la individuación, o la ocasión de la producc1ón de t~l md!Vlduo res- ·secundario que es la cantidad, y, por tanto, no es menester que por tal motivo
pecto del agente, acerca de los cuales modos hablarem?s despues. . pertenezca al predicamento de la cantidad. Por consiguiente, en lo referente
a la fuerza del argumento fundado en el axioma: El acto y la potencia están •n
Por lo tanto, puede también defenderse esta sentencia en otro se.ntld?: supo-.
-.el mismo género, es buena la respuesta de Iavello, como más· extensamente trata-
niendo que la cantidad y las otras disposiciones no están en la matena, smo en el
:remos después al ocuparnos de la causa material de los accidentes.
compuesto, y que en cuanto que obran la última disposición siguen a la forma; .Y
en tal sentido es lo mismo estar la materia dispuesta, que tener orden o potencta 21. A pesar de todo, de la respuesta misma se toma un argumento eficaz
determinada ~ara esta cantidad con estas disposiciones; y asi coincide este modo
contra esta opinión: en efecto, si la potencia de la materia antes dice referencia
a la forma sustancial que a la cantidad, también, por consiguiente, queda deter-
de hablar con la segunda exposición aducida. .
·minada primero su potencia para esta forma sustancial qué para esta cantidad;
20. Por consiguiente, toda esta explicación la juzgo falsa. Pues en, pr~mer
luego no queda signada o determinada para esta forma por la potenda para
lugar se supone en ella que la materia no tiene cantidad inherente en si, ru las
esta cantidad. La primera consecuencia es evidente, porque la potencia queda
otras disposiciones, cosa que aunque es probable, quizá no lo es tanto como lo con-
determinada para el acto de un modo proporcionado a si; y, por consiguiente,
19. Cum his etiam coniungenda est alía, riam ipsam secundum se; hoc autem est -supposita illa sententia, argumentatur Caiet., urget, quia illa reduplicatio materiae, ut re-
quae dicit materiam signatam nihil aliud es- impossibile, ut supra argumentabamur. Un- in I, nam potentia materiae ad quantitatem
se quam matcriam ultimo dispositam ad de hoc non esset assignare id quod in se ceptivae quantitatis, non addit potentiam
recipiendam est in genere quantitatis, quo- realem ipsi materiae, sed solum secundum
hanc formam, quia non disponitur nisi et revera est principium individuationis, sed niam potentia et actus sunt in eodem genere,
quantitate talibus qualitatíbus affecta. Haec ad summum id quod potest esse signum nostrum modum concipiendi et loquendi ex-
ut Ar.istoteles ait, X Metaph.; ergo neque plicat illam potentiam per habitudinem ad
autem sententia dupUciter affirmari potest: ind.ividuationis quoad nos, vel occasio pro- llla potentia ad quantítatem potest intrinsece
primo intelligendo quantítatem et alias dis- ductionis talis individui respectu agentis, secundarium terminum, qui est quantitas,
pertinere ad principium individuationis et ideo necesse non est ut ea racione ad
positiones inhaerere et manere in materia, de quibus n:lodis postea dicemus. Alio ergo -substantiae, alias individuum substantiae non
modo potest doceri haec sentencia, suppo- praedicamentum quantitatis pertineat. Quod
et simpliciter praecedere ordine naturae in- esset per se unum : constaret enim ex rebus ergo attinet ad vim argumenti fundati in
troductionem formae, et sic recte potest in- nendo quantitatem et alias d.ispositíones non diversorum praedicamentorurn. Haec tamen
inesse materiae, sed composito, et Ut confi.- illa maxima, actus et potentia sunt in eo-
telligi materia disposita et signata ad ~or­ ratio per se sumpta non est effi.cax; bene dem genere, bona est responsio Iavelli, ut
mam; tamen hoc modo ponere matenam ciunt ultimam dispositionem consequi !or- ·enim respondet Iavellus potentiam pertine-
mam et in hoc sensu idem est matenam latius infra dicemus, tractando de causa
signatam principium individuationis est in- re ad sui actus primarii, ad quem per
cidere in priorem sententiam Capreoli, quia esse 'dispositam quod habere ordinem ~eu materiali accidentium.
ordinatur, et a quo suo modo 21. Tamen ex eadem responsione su-
haec materia· signata "includit intrinsece quan- potcntiam determinatam ad banc quantlta-:: speciem; materia autem non est ita
tem cum his dispositionibus; atque hoc mitur argumentum efficax contra hanc ip-
titatem et accidentia, quae impossibile est potentia ad quantitatem ut per se primo ad sam opinionem; nam si potentia materiae
includi in principio individuationis, ut os- modo coincidit hic modus loquendi cum illam ordinetur, sed ad forma.m substantia- prius. respicit substantialem formam quam
tendimus. Quod si dicatur has disposiciones secunda expositione adducta. Iem, et ideo necesse non est ut ad praedica- quantitatem, ergo prius etiam determinatur
licet inhaereant materiae, non tamen includi 20. Hanc ergo totam expositionem fal- mentum quantitatis pertineat. Quod autem eius potentia ad hanc formam substantia-
in individuo intrinsece et formaliter, sed es- sam esse censeo. Et impr.imis in illa sup- in favorem Caietani instat Fonseca, V Me- lem quam ad hanc quantitatem; ergo non
se veluti conditiones requisitas, contra hoc ponitur materiam non habere sibi inh~e­ taph., c. 6, q. 4, quamvis potencia materiae signatur seu determinatur ad hanc formam
est quía inde fit principium individuationis rentem quantitatem et dispositiones alias, simpliciter non pertineat ad quantitatem, per potentiam ad hanc quantitatem. Prima
intrinsece et formaliter solum esse aliquid quod, ijcet probabile sit, fortasse tamen. non tamen ut receptivam quantitatis ad illud consequentia patet, tum quía potencia de-
-commune multis ind.ividuis, scilícet, mate- est aeque probabile ac contrarium. Demde, _praed.icamentum pertjnere, hoc (inquam) non terminatur ad actum modo sibi proportio-
620 Disputaciones metafísicas
Disputación quinta.-Sección III _ _ _ ______________c:6=2=1
si la potencia misma es sustancial y no di~e refer~ncia al acto ac.cidental ~?s
permanece tan indiferente como d~ suyo existe; luego, su potencia no está de-
que mediante el sustancial, no queda determmada mas que con la mtsma rela~ton
y proporción; además, porqu.e segú? el pa~ecer de estos autores, en la :eahdad
terminada para esta cantidad, ya que no puede entenderse que la potencia de sí
indiferente quede determinada sin ninguna adición o mutación que en ella se
la materia no recibe esta cantidad smo mediante esta forma, ,Y porque rec.1be es~a
forma recibe por ello esta cantidad; luego, de modo semeJante, en la potencm haga; luego, por tal potencia de este modo indeterminada no queda signada.
no se, determina
, ,
su capacidad para esta cant1"dd.
a smo en cuanto se dt .
e enruna La mayor es evidente por sí misma por la naturaleza de la materia. La menor es
tambi~n evidente de acuerdo con los principios de esta opinión que impugnamos,
para esta forma. Y el mismo argumento vale según la otra forma .de hablar de
Cayetano acerca de la materia, en cuanto que precontiene la . cant:ldad, pues la puesto que antes de la forma sustancial, no puede preconcebirse nada sustancial
materia no precontiene la cantidad más q~e en cuanto _Preconttene la fo;ma :t .la ·añadido a la materia, porque ¿qué otra cosa sería, o por quién sería hecho, o con
que sigue la cantidad; luego no precont1ene esta cantidad. con estas dtsp.osrcro- qué fundamento, o con qué fin? Ni tampoco nada accidental, ya que ningún ac-
nes más que en cuanto precontiene esta form~ a la que siguen esta cantidad y cidente precede en la materia a la forma sustancial, y en cualquier opinión no
estas disposiciones; luego no puede que<!"r s1gnada para esta. forma por el he- hay accidente alguno que preceda en la materia a la cantidad misma. Dicen al-
cho de que precontenga esta cantidad. Fmaln:ent~, vale la m1sma. f':"ma ~e a~­ gunos que se añade a la materia en aquel instante un cierto modo real y distinto
gumentar contra la otra locución de la J?atena dtspuesta, c?n la .ultm;a. ,dtsp~Sl­ realmente de la materia, previo a la introducción de la forma sustancial con su
ción, pues la materia: no queda determmada para .tal última d~sposiciOn smo caotidad y con las otras disposiciones, y que por este modo queda signada la ma-
teria, modo que unos llaman sustancial y otros accidental.
mediante la forma; suponemos, pues, que no se recibe en ella, stno en el com-
puesto; luego no puede la rn.ateria 9-ued~r. ,signada sea mediante la relac~é~ a
Pero unos y otros hablan gratuitamente, ni pueden explicar o dar razón de
las cosas que dicen, lo cual es ajeno a la verdadera razón del filosofar. Pues, en
tal disposición, sea por la misma disposiciOn en cuanto actu~ent.e recibida,
primer lugar, pregunto para qué es este modo. Dirán que para que la materia
puesto que de uno y otro modo ab~olutament~ .Precede la de:ermmac1ón de esta
quede determinada a esta forma. Pero, por el contrario, ella es indiferente a este
materia para esta forma, tanto segun la relac1on cuanto segun la actual recep-
ción. Pero esta razón vale acerca de la última disposición, que se da en el insta':- modo y a los demás infinitos modos; ¿qué es, pues, lo que determina a la mate-
ria a recibir en aquel instante aquel modo más bien que cualquier otro? Porque
te de la generación y sigue a la forma, pues si alguien pretende que la matena
si se dice que queda determinada por otro modo, procederíamos hasta el infinito;
queda signada mediante las disposiciones inmediatamente precedentes, hay que
proceder por otro camino.
y si se dice que queda determinada: por las disposiciones inmediatamente prece-
dentes, más acertadamente se diría que la materia queda determinada inmedia-
22. Por lo cual, arguyo en segundo lugar, principalmente c~ntra tod~ est.a tamente para la forma, y así es ya superfluo tal modo. Además de que los argu-
disposición, porque la materia es de sí indiferente para esta. ~anuda~ y dlspos~­ mentos con que en seguida probaremos que la materia no puede quedar de-
ciones, y para otras cosas; pero en el instante de la generac10~ (segun esta opi- terminada a la forma por las disposiciones precedentes, prueban igualmente que
nión), con prioridad natural a la recepción de la forma sus~an?ml, se queda des- no puede quedar determinada por ellas para la recepción de tal modo. Y si, final-
provista de todo accidente y sin ninguna entidad sobreanadida a ella; luego,. mente, se dice que la materia, sin ninguna determinación previa recibe este
modo por la virtud del agente, ¿por qué no se ha de decir lo mismo de la for-
nato; si ergo potentia ipsa substantialis teria disposita ultima dispositione, quia ma- ma? Por consiguiente, sin razón ni fundamento se hace intervenir este modo.
est et non respicit actum accidentalem, teria non determinatur ad talem dispositio-
nisÍ medio substantiali, non determinatur nem ultimam, nisi mediante forma; sup- ergo manet aeque indifferens ac de se exis- cidentalem. Sed utrique gratis loquuntur,
nisi cum eadem habitudine et proportione; ponimus enim non recipi in illa? s:d. in tit; ergo potentia eius non est determinata neque explicare possunt aut rationem red-
tum etiam quia iuxta sententiam horum composito; ergo non potest matena ~tgtll~­ ad hanc quantitatem, quía intelligi non dere eorum, quae d~cunt, quod est a vera
auctorum in re ipsa materia non recipit ri vel per habitudinem ad talero dispost- potest quod potentia de se indifferens de- philosophandi ratione alienum. Nam primo
hanc quantitatem, nisi mediante hac for- tioneffi, vel per ipsam dispositionern ~t terminetur sine additione ulla vel mutatio- inquiro ad quid sit iste modus. Dicent:
ma, et quia recipit hanc fonnam, ideo re- actu receptam, quia utroque modo praecedit ne in ipsa facta; ergo per talem potentiam ut materia determinetur ad hanc formam.
cipit hanc quantitatem; ergo simi!iter in simpliciter determinado huius mat.eria~ ad sic indeterminatam non sigillatur. Maior per Contra, ipsa est indifferens ad hunc mo-
potencia non determinatur eius capacitas. ad hanc formam, tam secundum habttudinem se nota est ex natura materiae. Minor etiam dum, et infinitos alias; per quid ergo deter-
hanc quantitatem, nisi quatenus determma- quam secundum actu?lem rec;:epti<?~em. Pr~­ est per se nota in principiis huius senten- minatur materia ut hunc modum in illo
tur ad hanc fonnam. Idemque argumentum cedit autem haec ratio de dtsposttwne ulti- tiae quam impugnamos, quia ante formam instanti recipiat potius quam alium? Si
procedit iuxta aliam formam loquendi. Caie- . ma quae est in instanti generationis, et con- substantialem nihil aliud substantiale potest enim dicas determinad per alium modum,
tani de materia, ut praehabet quantttatem, seq~itur formam. Si quis vera con_tendat praeintelligi additum materiae; quid enim procedemus in infinitum; si ve ro dicas de-
quia materia non praehabet quantitatem, materiam sigillari per dispositiones Imme- illud esset, aut a quo fieret, aut quo funda- terminari per dispositiones immediate prae-
nisi in quantum praehabet fonnam ad quam diate praecedentes, alla via procedendum .est. aut ad quid poneretur? Neque etiam cedentes, melius dicetur immediate determi-
scquitur- quantitas; ---ergo--ncc--praehabet- hanc 22. Undc- argumentor secundo princtpan accidentale, quia nullum accidens nad materiam ad formam, et ila superfiuus
quantitatem cum bis dispositionibus, nisi liter contra totam h,anc dispositionem \ praecedit in materia ante formam substan- est iste modus. Praeterquam quod argumen-
in quantum praeh,abet hanc formam, ad quia materia de se est indifferens ad h~nc tialem, et in omni sententia nullum acci- ta, quibus statim ostendemus non posse ma-
quam sequuntur haec quanti!a~ et. hae dis- quantitatem et has dispositiones, et ad alia;. dens praecedit in materia quantitatem ip- teriam per dispositiones praecedentes deter-
posiciones; ergo non potest stglllan ad hanc sed in in-stanti generationis (iuxta h,anc sen- sam. Dic_unt aliqui addi materiae in illo minari ad formam, eodem modo probant
fonnam in hoc quod praehabet hanc quan- tentiam) prius natura quam recipit f~rmaJ?l instanti quemdam modum realem et ex na- non posse determinad per eas ad talem mo-
titatem. Denique eadem forma argumentan- substantialem, reJ,inquitur nuda omm a;:cr- ~ura rei distinctum a materia, praevium ad dum recipiendum. Si vero tandem dicatur,
di procedit contra aliam locutionem de ma- dente, et sine ulla entitate illi superaddita; mtroduction.em formae substantialis cum sua materiam sine ulla determinatione praevia
et allis dispositionibus, et per recipere hunc modum virtute agentis, cur
Expositionem, en algunas ediciones (N. de los EE.). modum sigillari materiam, et nonnulli non dicetur ídem de forma? Sine racione
VOCant illum modum substantialem, alii ac- ergo vel fundamento interponitur hic modus.
Disputación quínta.~Sección III
622::___ _ __ ~~~~~~~~~~~~~~D--i~putaciones metafísicas 623
23. En segundo lugar, preguntaría cuándo y por quién es hecho este modo; da queda signada; por consiguiente, si él es enteramente absoluto la materia si _
porque o bien se hace paulatinamente mientras se dispone la materia, o se hace nada será algo enteramente des~gado de la cantidad y del orde~ a la cantida~,
en un instante, sea previo a la generación, sea en el mismo de la generación. y- lo cual va en contra de la refer1da sentencia. Y casi se hará el mismo argumento
ninguna de estas dos cosas puede entenderse o explicarse cómodamente, porque· si se pone aquel .modo con .una cierta relación trascendental, pues para que el
si se dice que se hace sucesiva y paulatinamente con las disposiciones, será sus-- modo sea sustan~Ial, es preciso que el término primario de aquella relación sea
ceptible de intensidad como son ellas; será, pOr tanto, un accidente, y por tanto,, la f?rma sustancial y no la cantidad, y así tampoco pertenecerá el orden a la
se corromperá en el instante de la generación. Igualmente, por esta parte el prin- cantidad, e? manera alguna, al principio de individuación. Pero si aquel modo se
cipio de individuación será intensible y remisible; y será también materia signa- supone acc1dental, no .P,uede explicarse qué es o a qué predicamento se reduce;
da en sí y modificada en orden a la forma, con prioridad temporal a la recepción además, .repu?na tamb1:n a aquella sentencia el que los accidentes no están en
de ésta. Y, consiguientemente, estando este modo en inmediata repugnancia con la ~atena prima; se stgue también que· el principio de individuación es un ser
el otro modo de determinación que tiene la materia respecto de la forma bajo la'. acc1d7ntal mtegrado P?t la sustancia y el accidente y que el individuo añade a la
que existe, se sigue que la materia pierde a aquél también poco a poco, y con el espec1e un modo accidental naturalmente distinto de la sustancia cosa que es
mismo motivo podría inferirse que poco a poco y sucesiv-amente pierde la unión: enteramente falsa. '
con tal forma, cosas todas que son absurdas e improbables. Y todo esto se infiere· 25. Por 1? cual otros responden que la potencia de la materia en tal instante
más claramente si suponemos que este modo se hace todo simultáneamente en queda .det~rmmada par~ e~ta cantidad por el mismo agente, sin ninguna cosa 0
algún instante precedente al de la generación, pues entonces la materia estaría al mod~ mtrmseco sobreanadido a ella. Pero esto envuelve una abierta repugnancia.
mismo tiempo bajo una forma y signada últimamente por otra, aparte de que· efecttvamente, o. se está hablando del agente como preconcebido en acto primer~
no puede darse razón de por qué se hace más bien en un instante que en otro_,. an~es ~e su accxón,. y de este modo es imposible que por él quede determinada
hablando de aquellas cosas en que la materia no es apta para la recepción de la la mtrmseca potencia y capacidad de la materia, por ser cosas enteramente distin-
forma. En cambio, si se dice que se hace simultáneamente en el instante mismo. tas, ~ porque la una como tal en acto no inmuta a la otra. Por lo cual, si en di-
de la generación, se sigue que la materia queda despojada con prioridad natural eh~ mstante ~~eda~e, aquel agente aniquila~o. antes de actuar en la materia y se
a la recepción de tal modo, y, por consiguiente, nada resiste al agente para que aplicase otro,. md~c1na en ella una forma distmta, proporcionada a sí.
no haga en ella todo cuanto puede; por consiguiente:, de la misma forma que se· . ~n cambm, Sl se está tratando del agente en acto segundo, o de su acción
dice que hace en ella inmediatamente tal modo, mucho mejor se podría deci" Implica enten~er ~ue el agente, por su acción, determina a la materia y no pon~
que hace inmediatamente su propia forma.
en ell~ nada mtnnseco .para determinarla, porque tal acción del agente está en
24. En tercer lugar, preguntaría qué es este modo. Porque no es sustancial,. el pactente, en el cual tiene necesariamente algún término.
primeramente porque no siendo la naturaleza ni una parte suya, ni la subsisten-·
.26. Puede "responderse que el agente determina a la materia mediante su
cía ni la existencia, no puede concebirse qué es. Además, o bien es enteramente
acCió~, per~ no por la que tiene en el instante de la generación, sino por la que
absoluto- incluso según una relación trascendental, y esto no podría afirmarse
tuvo m.medtatamente antes de .aque~ }nstante. La cual respuesta coincide_ con la
consecuentemente, sea porque se dice que por él queda determinada la materia:
sentencia que afirma que las dtspostctones que precedieron inmediatamente antes
para esta forma o cantidad, sea también porque mediante él se dice que la mate-

23. Secundo inquiram quando et a quo rationis; nam tune materia esset sirnul sub. ría; si ergo ille est omnino absolutus ma- re aut modo intrínseco ei superaddito. Sed
fiat iste modus; nam vel fit paulatimJ dum una forma, et ultimo sigillata ad aliam; teria signata erit quid omnino absolutum
hoc apertam involvit repugnantiam; nam,
materia disponitur, aut fit in uno instantiJ praeterquam quod non potest reddi ratio a quantitate et ah ordine ad quantitatem vel est sermo de agente ut praeintellecto
aut praevio ad generationem, aut in ipso cur in uno instanti fi.at potius quam in alio,. quod. est contra praedictam sententiam. E~ in actu primo ante actionem eius et hoc
instanti generationis. Nihil autem horum loquendo de his in quibus materia non est fere rdem argumentum fiet si ponatur ille modo impossibile est ut per illud 'detenni-
commode intelligi aut explicari potest; nam apta ad recipiendam forrnam. Si vero dica- ~us cum habitudine aliqua transcenden- r~:etur intrinseca potentia et capacitas mate-
si dicatur fieri successive et paulatim cum tur fi.eri simul i.n instanti generationis, se- tali; nat;n ut modus sit substantialis, oportet nae,. cum sint res _omnino distinctae, et una
dispositionibus, erit intensibilis sicut illae; quitur materiam prius natura relinqui nu- ut termmus primarius illius habitudinis sit ~t s1c actu non rmmutet aliam. Unde si
erit ergo aliquod accidens, ac proinde in dam quam recipiat talem modum, et con- forma. substantialis, et non quantitas, et m eo instanti illud agens annihilaretur prÍus-
instanti generationis corrumpetur. Item ex sequenter nihil resistere agenti quomínus in Ita ~t1~ nullo modo ordo ad quantitatem quam . a~eret in materia, et aliud applicare-
hac parte principium individuationis erit in~ illam agat quantum potest; ergo, sicut di- pertmebrt ad principium individuationis Si ~J d1stmctam formam sibi proportionatam
tensibile et remissibile; erit etiam materia citur immediate agere talem modum, multo a~te~ ille modus ponitur accidentalis, 'ex- m eamdem induceret, Si vero sit sermo de
prius tempere sigillata in seipsa et modifi- melius dicetur immediate agere suam for- plicar~ non potest quid sit vel ad quod agente in actu secundo, seu de actione eius
cata_ ad formam~- _quam __ illam_._recipiat.__ Et mam. revocetur; repugna! etiam implicat intelligere agens per actionem sua~
consequenter, cum hic modus sit immediate 24. Tertio, inquiram quid sit iste mo- sententiae quod accidentia non sunt in determinare rnateriam, et nihil intrinsecum
repugnans cum alio modo detenninationis, dus. Non est enim substantialis, primo, quía ~ateria prima; sequitur etiam individuatio- ponere. in illa ad determinandam illam quia
quam materia habet respectu fonnae sub cum nec sit natura nec pars naturae, nec rus principium esse ens per accidens ex talis actio agentis est in passo, in quo ~eces­
qua existit, sequitur materiam etiam paula- subsistentia nec existentia, concipi non pot~ s~bstantia et accidente conflatum, et indi~ sario habet aliquem terminurn.
tim illurn amittere, et eadem ratione posset est quid sit. Deinde, vel est omnino abso- Vtduum addere supra speciem modum acci- 26. Responderi potest agens determina-
inferri paulatim et successive amittere unio- lutus etiam secundum relationem transcen- dentalem ex natura rei distinctum a sub~ re materiam per actionem suam, non quam
nem cum tali forma, quae omnia sunt ab- dentalem, et hoc non dicetur consequenter,. quod omnino falsurn est. habet ¡n instanti generationis, sed quam
surda et improbabilia. Eademque apertius tum quia per illum dicitur determinari ma- Quapropter alii respondent poten- habuit immediate ante illud instans. Quae
sequuntur si ponatur hic modus fieri totus teria ad hanc formam vel quantitatem, tum- materiae in eo instanti determinad ad responsio coincidit cum ea sententia quae
simul in aliquo instanti ante instans gene- etiam quia per illum dicitur sigillari mate- quantitatem ab ipso agente sine ulla dicit dispositiones quae immediate ante
Disputación quinta.--S__e:--cc_ic.ón~I'--ll:_______________~----'6~2~5
D.isputaciof!~S metafísicas
624 s: corrompen totalmente; luego no pueden dejarla intrinseca
dispuesta, corno . se de~uestra por los argumentos propuestos; p~q~~sttlvamente
p~esta o d:termmada VIene a ser igual, ya que estas dos pa lab ras envuelven
dejan la potencia de la materia determinada, aunque no dejen en ella nada real.
Lo cual ciertamente no puede entenderse de la determinación intrínseca y posi-- decir dis-
wsrna realidad. la
tiva a causa del argumento dado, de que la capacidad de la materia es de suyo
27. Y digo siempre intrínseca p - ·¡- ·
universal e indiferente; luego no puede limitarse intrínsecamente si no se le virtud de las disposiciones d. y ost zvamente, ~orque negativamente, por
añade algo o se inmuta en sí misma de algún modo; y nada de esto se hace en
ella; y aquella relación a las disposiciones precedentes es sólo una cierta relación
nancia a la introducción de
rente que determinada p
p;:;:tntes, queda la m~ten~ en estado de no repug-
orma, cosa que mas bten es permanecer indife-r
de razón o determinación extrínseca. nada naturalmente a uÍ or otra parte, ~x~rínsecamente puede decirse determi-
y se confirma, porque si las disposiciones precedentes determinan la materia, cierta consecución n;tur~ ~~~:aa p:a rectbt; esta forma, porque tal vez con una
mediatamente despu~s de esta alt~ra~~Óna;~~ hy11 ahora, !acerca de este sujeto, in-
lo harán o bien eficientemente o bien formalmente, puesto que ningún otro gé...
nero de causalidad pueden tener aquellos accidentes en la materia, ya que aun- do a la introducción de esta fo p a a en e_ orden natural determina-
que en comparación de la forma se diga que concurren materialmente, sin em- . rma. ero esto en reahdad ' b" d ·
nación del agente que de la m t .· ' ' es mas 1en eternu-
lograr que la materia sea prindp:oe~~~~ur~eJ'oordeel~~' .t~ de~:r~ación no puede
bargo, con respecto a la materia, de ningún modo pueden hacerlo, porque con
t d ~lviduacwn, smo que pertene-
ella no se relacionan como potencias, sino como actos; luego sólo pueden deter-
ce al principio extrmseco que se toma de
minarla o formalmente o eficientemente. Ahora bien: formalmente no, porque
que según este modo de determinación anfe~r e e a~ente. y tanto más cuanto
t se co~ci~e al agente determinado
la forma que no existe no tiene ningún efecto formal real; por lo cual, como la
a introducir esta forma que determinado
materia en aquel instante perdió aquellas formas accidentales, perdió todos los nes, pues esta forma la induce por sí a es a c_antl a y a _las otras disposicio-
efectos formales de ellas. Ni tampoco eficientemente, sea por la misma razón, de
que lo que no existe no obra, sea también porque la materia nada recibe antes
en cuanto resultantes de esta forma d
y en c~bm, ~sta cantidad y disposiciones,
nemos. Por lo cual finalmente u~dee h:cuer o con a sentencia que ahora expo-
de la forma, como se mostró; por consiguiente, de ningún modo puede enten-
derse la potencia de la materia intrínsecamente determinada a esta cantidad, de
materia no queda 'dispuesta ni~eter . c~rse. un :gumento general: porque la
esta forma, y a causa de ella mm~ a mme atan:ente por sí más que a
tal manera que pueda así ser principio de su- individuación. ello, en si misma y en el orde: J:.t:rra~zol~ ter ella, recibe estos ~ccidentes; por
Y todo este raciocinio puede aplicarse en contra del último modo de hablar estos accidentes, ni a causa del orden a'ell o ma n~ p~ede ser esta a causa de
de Cayetano, porque la materia de sí no precontiene más esta cantidad que otra, diante la materia signada por el orden o~ y, consig~uenternente, tampoco me-
ni es más la raíz de ésta que de otra; pregunto, pues, por qué es determinada -signada, de este modo explicada no da a gunols a:ci~e?tes; luego, la materia
de modo que en aquel instante de la generación precontenga más esta cantidad ' pue e ser e prmc1p10 de individuación.
que aquélla, o sea la raíz de ésta más bien que de otra, y de nuevo se reproduce
todo el argumento aducido. Lo cual vale igualmente contra el otro modo de Tercera expostcton
· ., de la mzsma
· sentencia acerca de la materia signada
explicar la materia signada, que la materia esté dispuesta por las disposiciones
precedentes (pues de las subsiguientes se habló ya bastante en la primera razón den?!· h;,~a:e~~er~o:x!e~~;~~~n pes_ que acere; del principio ?e individuación po-
y en los argumentos aducidos en contra de la opinión de Capréolo); en efecto, ' rnnero en Sl lllsmo, es decir, en cuanto que en
tales disposiciones nada dejan en la materia, puesto que -tal como se supone- nitur
. . '· ergo non ..p oss~t illam relmquere
.
telligit"?r agens deterrninatum ad harre for-
praecesserunt, relinquere potentiam materiae nes effectus formaJes earum. Neque etiam mtnr:sece ~t pos1~ve dispositam, ut argu- ~am mtroduc_endam quam ad hanc quan-
deterrninatam, etiamsi nihil reale in illa re- effective, tum eadem ratione, quia quod non t~entl~ factls. convmcitur; nam, sive dicas utatem et altas dispo~itiones · nam hanc
linquant. Quod quidem de determinatione est, non efficir, tum etiam quia materia disp-ositam SlVe determinatam, perinde est; formam :per s.e. inducit, hanc -.Jera quantita-
intrinseca et positiva intelligi non potest, nihil recipit ante formam, ut ostensum est; nam cade_m res subest his vocibus. tem et dis:posltiOnes, qmite-nus ex hac forma
propter argumentum facturo, quod capacitas nullo ergo modo intelligi potest potentia ma- 2?·. D1co. autem . semper intrinsece et resultant, mxta sententiam quam prosequi-
materiae de se est universalis et indifferens; teriae determinata intrinsece ad hanc quan- t~ostttv~, qu_t~ negatiVe ex vi praecenden- mur. Unde tandem generale potest confici
ergo non potest limitari intrinsece, nisi ei titatem, ut hoc ,modo possit esse individua- tlum dtspo~rt:IOnum relinquitur materia non argurnentu~, quia materia non disponitur
aliquid addatur, vel aliquo modo in se mu- tionis principium. Atque totus hic discursus rep~gnans mtroductioni huius formae, quod nec determmatur per se primo, nisi ad hanc
tetur; nihil autem huiusmodi in ea fit; applicari potest contra posteriorem modum p~trus est manere indifferentem quam deter-
loquendi Caietani, quia materia de se non ~o~am .e~ propter hanc formam, et ratione
habitudo autem illa ad praecedentes dispo- nunatam. Rursus extrinsece potest dici hic Illms. rec1p1t haec accidentia, et ideo, secun-
sitiones solum est quaedam relatio rationis, magis praehabet hanc quantitatem quam et nunc naturaliter determinata ad recipien-
aliam, vel magis est radix huius quam al- dum se et ordine naturae, non potest forma
seu determina tia extrinseca. Et confirmatur; dam hanc formam, quia fortasse naturali esse ha~c propter haec accidentia, nec prop-
nam si dispositiones praecedentes determi- terius; inquiro ergo per quid detcrmine- q:tmdam consecutione hoc agens hic et nunc
tur ut jn illo instanti generationis magis ter ordin~m a~ illa, et consequenter nec
nant materiam, vel effective, vel formaliter; nrca ~oc subiectum immediate post hanc per mat:rmm. stgnatam per ordinem ad ali-
nullum enim- -aliud-- genus causalitatis habere praehabeat hanc quantitatem quarn a1iam, alteratiOnem naturali ordine est deterrnina-
vel sit radix huius potius quam alterius, ét qua acctdentta; ergo materia signata illo
possunt illa accidentia in materia; nam, licet tum ad hanc f?rmam introducendam. Sed !-11°?~ exp_lic~ta non potest esse principium
comparatione formae dicantur materialiter redit toturn argurnentum facturo. Quod etiam haec revera potms est determinatio agentis
eodem modo procedit contra alium roo- rndiv1duatroms.
concurrere, tamen respectu materiae mini- quam materiae, et ideo haec determinado
me, quia ad illam non comparantur ut po- duro explicandi materiam signatam, quod non potest efficere ut materia sit intrinse-
tentia, sed ut actus; ergo tantum possunt sit materia disposita per praecedentes dis- <:um pr.indpium individuationis, sed pertinet T ertia expositio eiusdem sententiae de
determinare illam formaliter, vel effective. positiones (nam de subsequentibus iam satis .ad extnnsecum principium, quod est ex par- materia signata
Sed non formaliter, quia forma quae non dictum est in pri.ma ratione et in argurnentis te agentis. Eo vel maxime quod etiam secun-
factis contra sententiam Capreol,i); nam illae . ~8. ~ery:ia exp~~atio est, de principio in-
est, nullum habet effectum formalem rea- dum hunc determinationis modum prius in- div1duat1orus dupl,ictter nos loqui posse, pri-
lero; unde sicut materia in illo instanti dispositiones nihil relinquunt in materia,
amisit illas formas accidentales, · amisit om- cum ipsae omnino corrumpantur, ut suppo- 40
Disputaciones metafísicas Disputación· quinta.-Sección lll _
626 627
. . .vo del individuo como tal, y es la raíz o el tidad, sino más bien en cuanto determinable a varias. ~odrá decirse: de este
realidad es el prmcipm const:ltu~f . . dividua! En segundo lugar podemos
- de qu.e se tmalad1erencmm l'licaciQ_~
·· modo también la materia se llamará raiz de la multiplicación de las especies en
fundamento ? . . .. d n a la· proclllcci9_n __ () ~-~
hablar del principiO de mdiVIdUaClOU ,".ll o; ~S el prirÚ:ipJoyla rálz por la que las sustancias generables y corruptibles, porque precisamente pueden multipli-
de los individuos, lo ~ual es preglu~~~r cua por qué se produce más bien este carse desde una misma materia por ser ésta capaz de todas las formas y ser en si
fos individuos sustanCiales se mu ttp tcan~o~uce distinto de los demás. A su vez, misma indiferente a ellas y a sus varias disposiciones. Se responde que no existe
individuo que aque~ otro~. o por d~ue r~~tarse cuál es el principio por ~í Y
en una y otra consideraciOn pue p 11 orden a nosotros es prmclplO de
:n
sí una razón semejante, pues aunque tal propiedad de la materia sea necesaria para
la mencionada multiplicación, sin embargo, no es la primera raíz de aquella
de la individuació?-, ~ .solamente aque o ~~e ;nsea, lo que es sólo ocasión de. tal variedad, porque siendo toda la materia de una sola especie y distinguiéndose
distinción de un mdlVlduo respect~ d<; ot ,hablando del principio que constitu- sus partes o porciones en sí mismas sólo numéricamente, ella cuanto de sí de-
distinción. Primerame~te,, ~or constgme~ee, verdaderamente se toma la diferencia'. pende está contenida en formas numéricamente distintas; y también porque la dis-
ye en la realidad al mdlVlduo y .del q tit ti a del individuo, niega esta opi- tinción específica está por si en las cosas, por lo cual radicalmente proviene de
individual contractiva de la especie y COI_l~ du va el principio de individuación,. la forma, que por si da la especie; y, por ello, esta distinción está sin discusión
nión que la materia signa~a por r!~~~:~e~toss~ropuestos. . . . , en las cosas materiales e inmateriales, corruptibles e incorruptibles, cosa que no
porque esto parecen conclrur .los 'nión que la materia es -12.8Qf.illt9-Y-1'-ªJz consta acerca de la distinción numérica, ni aparece tan necesario.
29. En segundo lugar di.ce .e~ta opi las sustañcias materiales. Se prueba 30. En tercer lugar, dice esta opinión que ~¡¡_teri'!c¿ignada por la can]l-
de la multi¡¡lic;¡¡¡¡ión de los md;y_~\!Jips en péiones por las que "8e realiza la dad es el priQ<j¡>ic> y raíz, ()3,1._1!1.epo~la gg¡sj<_\q.\!.eAPr'!ilt!C:fÍón ~fLÍ!l.Qi­
porque es el origen d~ l~s. generacu~ne.s yo cor~~ ue el compuesto de tal materia- ~_,distinto de loSU~m?s. Se explica porque este individuo puede compararse
multiplicación de los mdividuos. Asimismd' pll' le viene el no poder conservar"' o bien a los demás individuos existentes, o bien a los otros posibles que pueden ser
es corruptible por razón de .la .Dllsma, ya eu! ~e conserve la especie, se requiere- producidos de la misma materia, incluso por el mismo agente. Del primer modo,
p erpetuamente; y, por consigmente, par q . . nte la raíz de esta multiplica- la razón suficiente y primera de por guó este individuo es producido distinto de
. . " d ¡ · di iduos · por consigme , . d 'fi los demás, es porque es producido de una materia numéricamente diversa, por-
la multlphcaciOn · ey os ede m vtam b'; - d'trse que esta raíz es la matena m o ·I , -.
1en ana
ción es la matena. pu . . nti'dad no es capaz de a1teracton que no pudiendo estar la misma forma numérica en materias totales diversas nu-
'd d que la matena sm ca méricamente, por lo mismo que la materia es diversa en número, es preciso que
cada. por. la cantl · a, ' por arias y contranas . d'1sposi'ciones' que es •de lo que nace-
fistca· m de mutacto~ P.or ':, 'ndividuos Ahora bien, este oficto no pert~nece· la forma, al menos, sea numéricamente diversa; por lo cual, para esta distinción no
esta variedad y muluphcaclDn de Id . .da para una cierta forma y canudad, se requiere añadir otras disposiciones u otra signación a la materia, porque basta
a la matena •
en cuanto· siguada
. y etermma , no hemos tratado d e 1a ratz ' la distinción numérica de l_a materia en sí misma, o con su cantidad, lo cual, sin
sino absolutamente en si :msma, ~orqu~ h¡"s:a a~~~ de la raiz de la multiplica- embargo, no basta para que esta materia sea la raíz de- la distinción de este indi-
de este individuo en partlculard, sml o a. so u ~mpeeci'e. y la materia no es la raíz: viduo respecto de los demás no existentes, que han sido hechos de la misma
. d' 'd d ntro e a mtsma .... s '
ción de los m lVI uos e t determinada a una forma o can- materia o que pueden serlo. Por ello dijeron algunos que Aristóteles no asiguó
de esta multiplicación absolutamente en cuan o un principio de individuación por el que se distinguiese el individuo de todos

mo secundum se, id est, '!ua~e~us revera 29 Secundo ait haec opmto . ~ate~iat;t" nata ad unam formam vel. quantitatem, sed
esse ·prmct
. 'p¡'um et radicem multtphcatlorus-
· l'b 30. Tertio ait haec opinio, materiam sig-
est principium constituens mdtvtduum ut potius quatenus est determinabilis ad piu- natam quantitate, esse principium et radi-
. di 'd um in substantiis matena 1 us~
'et res. Dices: hoc modo etiam materia dice-
tale est et est radix seu fundamentum a lllVlUOr
b tur quia est origo generatwnum cem, vel saltem occas¡onem productionis
quo sÚ~itur individualis ~iff7r7nti.a. ~:cun­ P
ro a •
corruptionum, per quas fit 1·ndividuorum li
tur radix multiplicationis specierum in sub- huius individu¡ distincti a reliquis. Decla-
do loqui possumus de prJ?Clpto mdivtdu~­
• stantiis generabilibus et corruptibilibus; ideo
multi licatio. Item, quia compostt~ .ex ta - enim multiplicari possunt ex eadem mate-
ratur, nam potest hoc individuum compa-
tionis in ordine ad producttonem seu mulu- mateila ratione illius est corrupttblle, et rari, vel ad reliqua ¡ndividua existentia, vel
plicationem individuorum, quo~ es~ quae- ria, quia illa est capax orpnium fonnarum, ad alia possibilia, quae ex eadem materia
. d habet ut noh possit perpetuo conse~­ et secundum se indifferens ad illas et ad
rere quod sit principium et :a~lx o quam ~rf· et ideo ut species conservetm: reqm~ varias earum dispositiones. Respondetur non
produci possunt, etiam ab eodem agente.
. di ,dua substantialia multtplicantur, vel ;imr' indi~ridu'orum multiplicatio;. hu~s e~~ Priori modo sufficiens et prima ratio, cur
~~r ;otius producitur .hoc i~d~viduum qua~ multiplicationis radix est matena. t a.
esse similem rationem; nam, l.icet illa pro-
prietas materiae sit necessaria ad praedic-
hoc individuum producitur distinctum a re-
aliud seu cur producltur distt!lctuD? a r~h- etiam potest hanc radicem esse. matenam tam multiplicationem, tamen proprie non
tiquis, est quia ex diversa numero materia
. ' Rursus in utraque cons1derat1one m- affectam quantitate, quia mater~a .absque est prima radix illius varietatis, tum quia,
producitur, quia, cum non possit eadem nu-
qms. · · · r se
·ri potest id- quod est prmclptum pe quantitate non esset capax ~lterattoms p~y­ mero forma esse in diversis numero mate-
i~lin se individuationis, vel id t~ntum ~~od sicae et mutationis per va~ms et con.trili~~~
cum tota ipsa materia sit unius speciei et
seu portiones eius secundum se tan-
riis tota;Iibus, hoc ~pso quod materia est di-
in ordine ad -·nos ·est princi~mm -disttn~ d.ispdsitiones, ex qua nas:lt:ur .haec m - versa nmnero, necesse est ut forma saltem
numero distinguantur, ipsa quantum
dí unum individuum · ab· alío, vel quod duorum varietas et multtplicat~o. Hoc. au est de se contenta est fonnis numero di-
sit numero diversa; unde ad hanc distinc-
guen · · p n'mo
est solu.'ll occasio talis distmctton.ts. , tero munus non convenit matenae ut s¡gnal~ tionem non oportet dispositiones alias, vel
stinctis; tum etiam quia distinctio spedfica
endo de principio constttuente m tae et determinatae ad certam fo7am ~~ aliam materiae signationem adiungere, quía
ergo, loqu · diff quantitatem, sed ab~olute secun. umhÚiu;.
est per se in rebus, et ideo radicaliter pro- sufficit numerica distinctio materiae secun-
re m . d'1v1'd u um, et a quo vere. surmtur· · e-t venit a forma, quae per se dat speciem,
rentia individualis contracuva sp:c~et e quia hactenus non eg~us de radlce e ra- et ideo haec distinctio sine controversia in
dum se, vel cum sua quantitate, quod ta-
individui in particulan, sed absolu!e d d men non sufficit ut haec materia sit radix
constitutiva individui, negat haec op~nt? ~a­ materialibus et in immaterialibus, corrupti-
teriam signatam quantitate ~sse prrnclplli~ dice multiplicationis individuorum 3?" e~~:- bilibus et incorruptibilibus reperitur, quod
distinctionis huius individui a reliquis quae
s ecie. materia autem non est ra IX • non existunt, seu quae ex eadem materia
. div1'duatwnts,
. · qw'a hoc v1dentur conclu
m
dere discursus facti.
~ulti~licationis absolute quatenus detemu- de distinctione numerica non constat, neque
ita necessarium apparet. facta sunt, aut fieri possunt. Unde quidam
dixerunt Aristotelem non assignasse princi-
Disputaciones metafísicas
628
Disputación quinta.--5ección II1 629
los que no existen, ya que éstos se disrl?~en sufic.iet_ltemente por sola la c~mtra­
dicción sino que asignó sólo un princ1p1o que d1stmgue del modo refe:1do al para producir muchas formas semejantes a sí en especie y distintas numérica-
individ~o respecto de los otros existen:es, lo cual enseñó Fonseca, en hbro V,
c. 6, q. 4, s. 4; y lo mismo refiere tomandolo de Herveo, Quodl, V, q. 9, y Caye-
e: mente, y, sin embargo, aquí y ahora en esta materia introduce esta forma numé-
rica más bien que otras, la cual determinación no puede provenir del mismo fue-
tano, c. 2, De Ente et Essentia, q. 5. . . , go, sindo un agente natural y de por sí igualmente potente para introducir cualquier
Hay que añadir que por la materi~ cons1de;ada del .~odo d1cho, no solo se forma; ni puede provenir de la misma forma que se ha de educir, ya que ésta
distingue el individuo de los demás eXIstentes, smo tamb1en de cualesqmera ot~os aún no existe ni tiene por dónde determinar la virtud del agente; ni proviene de
posibles -incluso no existentes-, que pueden en~en?-r.arse de otras matenas la materia remota, pues ella es también de suyo igualmente indiferente; luego
numéricamente distintas, principalmente en aquellos mdtvld?os cuyas forma~ ?on proviene o bien de las disposiciones, si aquéllas permanecen en la materia, o bien
educidas de la materia, porque es muy verosímil que la lllsrna forro~ numenca, del orden natural de obrar aquí y ahora con estas circunstancias, pues no puede
no sólo simultáneamente, sino ni siquiera sucesivamente, pueda eductrse de ma- fácilmente pensarse ninguna otra causa natural. En efecto, lo que algunos piensan,
terias numéricamente diversas. En cambio, en los individu?s. q~~ pueden :ng~~­ que esto ha de ser remitido a la divina voluntad, aunque sea verdad acerca de los
drarse de la misma materia numérica, no tiene lugar la dtstl~c~on de .un m~vl­ efectos que provienen inmediatamente del mismo Dios, con todo, atribuir esto a
duo existente respecto de otro existente, por9ue no pue~en eXIs;17 al mismo nem- todas las causas naturales no parece filosófico, y en la teología tiene especial difi-
po varios individuos que consten de la ffilsma matena !lum¡;ncamente, y, por cultad a causa de la determinación de los actos libres y principalmente de los
ello, tal distinción siempre tendrá que ser de una cosa eXIstente respecto de otra malos, cosa que trataremos después al ocuparnos del concurso de Dios con las
no existente. . causas segundas. De este modo, por consiguiente, la materia signada y afectada
31. y aunque esta oposición contradictoria sea argument? sufi~tente de .la por esta~ circunstancias es el principi~ u ocasión de tal individuación, ya que ni
distinción de tales individuos, a pesar de todo aún se pued.e _mvestlgar el prm- la matena remota, pues ella es tambtén de suyo igualmente indiferente; luego
cipio y raíz de por qué se distinguet; de t~l modo que, eXIst1endo un?,. el ot:o sin la materia, pues si ésta es diversa, el efecto será también diverso.
no exista; 0 por que en esta matena se. mtroduzca esta forma numenca mas
bien que otra que pudiera hacerse. Efect1vamente,. la causa .de esto no puede fá~l~~ntf~3.~~t~t~~i~:tifrffiS~i~f,~~ru~~~~e~tJ~alJ!~~
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1ef~{~;~t~··'"qs\fetaÍ'g\lif~Jy~P~~~s1R:~e;\;~
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buscarse en sola la materia prima, ya que es la m1sma sucesivamente. en uno "! del ser GO!EO se comporta respecto del hacerse. Se responde negando la conse-
otro individuo, lo cual es quizás también verdadero acerca ~e la can~dad. c?evl- l:uenda ya que una cosa es que esto sea tal individuo, y otra, en cambio, que aho-
terna de la misma materia. Por consiguiente, hay que añadir otras dispos1c1ones ra se produzca este individuo más bien que el otro, y, por ello, estas cosas pue-
y circunstancias de la acción, a saber, que de est.~ sujeto así prep,arado Y dispuesto d.en nacer de distintas raíces; además, porque según esta explicación, la materia
en este tiempo, por este agente, se haga esta accwn; porque aqm sucede que ~~­ s1gnada no es tanto el principio de individuación cuanto la ocasión de inducir en
que la materia prima o remota sea la mist?a, con todo, de ella resulta este mdi- el sujeto esta forma más bien que la otra; ahora bien: ·esta forma no es ésta
viduo distinto de todos los otros que han s1do hechos de ella o que pueden hacer- porque ha sido hecha en este sujeto, en este tiempo y por este agente, ya que
se, ya que se hace la producción con diversas disposicion~s y circunstancias. Y to?as estas cosas son en sí mismas accidentales para ella y podría ser hecha por
esto se confirma y declara porque el fuego, por ejemplo, tiene de suyo potencta DIOs la misma numérica...rnente sin tales circunstancias, y hablando de las dispo-
pium individuationis. quo distinguatur indi- scinctio semper est rei ex:istentis a non exis-
viduum ab omnibus quae non existunt, quia tente. cendas plures formas sibi similes in specie, causis secundis. Hoc igitur modo materia
haec satis per solam contradictionero distin- 31. Quarovis autem haec oppositio con- et numero distinctas, et tamen hlc et nunc signata et bis circumstantiis affecta, est
guuntur; sed assignasse solum prim;:ipi~ tradictoria sufficiens argurnentum sit di- m hac materia introducit hanc numero for- principium seu occasio talis individuationis,
distinguens praedicto modo unum mdivl- stinctionis talium individuorum, tamen ad- mam potius quam alias, quae determinatio qma nec materia sufficit sine circurnstantiis,
duum ab aliis existentibus, quod docuit huc investigad potest principium et radix, non p_otest provenire ab ipso igne, cum slt ut dictum est, nec circumstantiae sine ma-
Fonseca, lib. V, c. 6, q. 4, sect. 4; idque cur ita distinguantur, ut uno existente, aliud naturale agens, et de se aeque potens ad teria; nam si haec sit diversa, effectus etiam
refert ex Hervaeo, Quodl. V, q. 9; et non existat; seu cur potius in hac materia quamlibet formam introducendam; nec pot- diversus erit.
Caiet., c. 2, de Ente et essent., q. 5. Ad- haec numero forma introducatur, quam alía, est ab ipsa forma educenda proveni.re, quía 32. Dices: ergo eadem materia erit prín-
dendum autern est per materiam praedicto quae fieri posset. Causa enim huius non pot- ipsa nondum est, neque habet unde deter- cipium intrinsecum constitutivum individui
modo consideratam non solum distingui in- est reddi ex sola materia prima, curo ea- minet virtutem agentis; neque provenit ex in suo esse; nam sicut res se habet ad fieri,
dividuum ab allis existentibus, sed etiam clero successive sit in utroque individuo, materia remota, quia illa etiam est de se
auod etiam fortasse est verum de quanti- aeque indifferens; ergo provenit vel ex dis- ita et ad esse. Respondetur negando conse-
a quibuscumque aliis possibilibus, etiam quentiam, tum quia aliud est harre rem esse
non existentibus, quae ex aliis materiis nu- tB.te coaeva ipsi materia e.· Adiungendae ergo positionibus, si illae manent in materia, vel
sunt aliae dispositiones et circumstantiae ac- ex naturali ordine agendi hlc et nunc cum tale individuum, aliud vero produci nunc
me.ro distinctis. ge_n_erar:LJ?QSS}!l).J~ . . Prae.~_ertim hoc indlviduum potius quam aliud, et ideo
in bis quorum formae a ¡nateria educuntur, tionis, scilicet, quod ex hoc subiecto sic· his circumstantiis; non enim facile potest
praeparato et disposito hoc tempere, ab h~ alia naturalis causa excogitari. Nam, quod haec possunt provenire ex diversis radici-
quía valde verisimile est eamdem numero bus; tum etiam quia imna hanc explicatio-
formam, non solum sim_ul, verum nec su~­ agente, haec actio fiat; hic enim fit ut, 11- quidam existimant, revocandum hoc esse in
cet materla prima seu remota sit eadem, ex divinam voluntatem, quamvis verum habeat nem materia signata non taro est principium
cessive posse ex divers1s numero materns
illa tamen fiat hoc individuum distinctum in his effectibus qui ab ipso Deo immediate individuationis, quam occasio inducendi
educi. In individuis autem quae ex eadem
numero materia generari possunt, non ha- ab omnibus aliis quae ex illa vel facta sunt, fiunt, tamen hoc attribuere omnibus cau- hanc fonn3m in subiecto potius quam
bet locum distinctio unius individui exis- vel fieri possunt, quia curo diversis disp.o- . sis naturalibus non videtur philosophicum, aliam; ista vera forma non est haec, quía
tentis ab alio existente, quia non possunt sitionibus et circumstantiis fit producr:o· et in theologia habet specialem difficulta- in hoc subiecto, hoc tempore et ab hoc
simul ex.istere plura individua ex eadem Et con:finnatur hoc ac declaratur; nam tg- tem, propter determinationem actuum llbe- agente fit, quia 1\aec sunt accidentaria illi
numero materia constantia, et ideo talis di- nis, verbi gracia, de se potens est ad produ- rorum, et praesertim malorum, quam infra secundUlTh se, et posset a Deo eadem nu-
attingemus tractando de concursu Dei cum mero sine his drcumstantiis fieri, et lo-
630 D-isputaciones metafísicas 631
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s1c10nes más bien son ellas las que se ordenan a tal forma que al contrario; por que ofrecen para la producción de tal sustancia individual, como se ha declarado.
'
consiguiente, la materia de tal modo signada sólo puede ser ocasión . de- por qué y esto se atribuye a la materia por razón de la cantidad más bien que por razón
esta forma sea producida por un agente natural de· acuerdo con el orden natural, -de las cualidades, ya que también la distinción numérica de las mismas cualida-
por el cual la virtud del agente natural fué determinada a realizar tal efecto más des es conocida por nosotros principalmente mediante la cantidad, pues si dos
que tal otro en tal sujeto aplicado y modificado por tales circunstancias. imágenes son entre sí muy semejantes, no las distinguimos de otra manera que
33. En cuarto lugar, añade esta opinión que la materia signada por la can- numerándolas en diversos sujetos cuantos. Y en el mismo sentido parece que se
tidad sensible se llama principio de individuación en cuanto a nosotros, porque ha de ent_ender que las mismas cantidades se distinguen numéricamente por el
por él conocemos la distinción de los individuos materiales entre sf. Así, Santo sitio, pues ello es verdad en cuanto a nosotros, ya que precisamente las distin-
Tomás en el Opúsculo 32, De' Natura materiae et dimensionibus indeterminatis, ,guimos sensiblemente y las numeramos porque las vemos en distintos sitios; pero,
c. 3, dice que de esta materia prima y de esta forma se hace el individuo de la sin embargo, en sí mismo no es verdad, ya que más bien ocupan diversos sitios
sustancia, pero que no se puede demostrar sin dimensiones determinadas que las cantidades porque son en sí mismas distintas; por consiguiente, solamente
sea el que está aquí y ahora, y por ello, dice, la matert'a, bajo ciertas dimensiones, es porque la cantidad tiene por naturaleza el constituir a una parte fuera de otra
llamada causa de la individuación, no porque las dimensiones causen al individuo, en un cuerpo fuera de otro en orden al sitio, y porque falta un principio más apto
puesto que el accidente no causa a su sujelo, sino porque mediante ciertas di- para distinguir los individuos materiales en orden a nosotros.
mensiones se demuestra el individuo aquí y ahora, como por una señal propia
e inseparable del individuo; y lo mismo indica en el Opúsc. 29 De Principio in- Resolución de la cuestión
dividuationis. Por lo cual, cuando en otros lugares dice Santo Tomás que el in- 34. Toda esta opinión en sí ciertamente es probable y a mí me agradó en un
dividuo añade los accidentes a la naturaleza especifica, como en I, q. 3, y en tiempo, pero temo que, según ella, no se explique suficientemente el parecer de
el Quodl. II, a. 4, y en la q. 2 De Veritate, a. 6, ad 1, y en otros lugares antes Aristóteles y de Santo Tomás, no sólo porque en otro caso nos habrían entregado
citados, parece que se ha de interpretar en orden a nuestro conocimiento. Efecti- un principio de individuación sumamente deficiente y equívoco, si omitido lo
vamente, aquello es la señal con que nosotros distinguimos a posteriori un indi- -que verdaderamente y en sí es el principio constitutivo del individuo nos dan
vidun de otro, pero no es aquello por lo que en sí mismo se distingue, como el únicamente o bien una señal a posteriori, o la ocasión de distinguir o de producir
mismo Santo Tomás en otros lugares u opúsculos citadns parece que explicó y los individuos, sino también principalmente porque de dicho principio parece
probó con una razón óptima, a saber, porque el accidente no causa su sujeto; que han inferido que en los seres separados de la materia no se dan varios indivi-
mayormente, siendo así que el mismo Santo Tomás, en J, q. 29, a. 1, y en la q. 9 duos, porque no se da tal principio de individuación. Y asimismo, a muchos y
De Potentia, a. 1, ad 8, dice que la sustancia se individualiza por sí misma y por doctos varones les parece muy difícil de creer lo que en tal sentencia se decía
principios propios, y que el accidente, en cambio, se individualiza por la sus- acerca de la determinación de los agentes a particulares efectos y formas por la
tancia; luego, como en otros lugares pone el accidente o el orden a los accidentes materia con las circunstancias de la acción, porque si se considera la cosa atenta-
entre las cosas que individualizan la sustancia, ha de ser interpretado necesaria- mente, todas ellas se reducen a la circunstancia de tiempo, que parece demasiado
mente o bien en cuanto a nuestro conocimiento o bien en cuanto a la ocasión extrinseca para que de ella pueda venir tal determinación. Pero de este último
punto trataré más cómodamente en la sección siguiente.
quendo de dispositionibus, potius illae ordi- ntonstratur individuum hic et nunc, sicut
per signum proprium individui et insepara- tioni talis individui substantiae, ut declara- babilis est et mihi aliquando placuit; ve-
nantur ad talem formam, quam e contrario; tum est. Attribuitur autem hoc materiae, ra-
solum ergo potest materia signata dicto mo-:- bile; et idem indicat Opuse. 29, de Prin- reor tamen an iuxta illam satis explicetur
cipio individuationis. Unde, quando aliis lo- tione quantitatis potius quam ratione qua- mens Aristotelis et D. Thomae, tum quia,
do esse occasio cur a naturali agente pro- Jitatmn, quia etiam ipsarum qualitatum nu-
ducatur haec forma ex naturali ordine, quo cis significat D. Thomas individuum addere alioqui valde diminute, et cum magna
accidentia supra naturam specificam, ut 1, meralis distinctio maxime nobis nota est ex aequivocatione, tradidissent nobis individua-
virtus agentis naturalis determinata est ad quantitate; nam, si duae imagines sint in-
talero effectum efficiendum potius quam q. 3, et Quodl. Il, a. 4, et q. 2 de Verit., tionis principium, si omisso eo quod vere
a. 6, ad 1, et aliis ¡ocis supra citatis, expo- ter se valde similes, non aliter distinguimus et in se est principium constitutivum indivi-
alium in tali subiecto tallbus drcumstantiis illas, quam in diversis subiectis quantis eas
applicato et affecto. nendus videtur in ordine ad cognitionem dui, solum nobis tradidissent vei signa a
nostram. Est enim illud signum quo nos a numerando. Et in eodem sensu videtur in-
33. Quarto addit hace opinio materiam telligendum quantitates ipsas distinguí nu- posteriori, veJ occasiones distinguendi, aut
postedori distinguimus unum individuum producendi individua; tum maxime quia ex
signatam quantitate sensibili dici princi- ab alio, non vero id quo in se distinguitur, mero ex sitibus; est enim id verum quoad
pium individuationis quoad nos, quia per nos; ideo enim illas sensibiliter distinguí- hoc principio videntur intulisse in separatis
ut ipse D. Thomas allis locis seu opusculis a materia non dari plura individua, quía
illud nos cognoscimus distinctionem indi- citatis explicasse videtur, et optima etiam mus et numeramus, quia eas in diversis si-
viQ IJ()rll_m __ n:m_t_~_ri_ali_\LID___ i_IJJ<;:I._ ?~__! ___Si.c___;Id_,____ Th9- 1ibus conspicimus; non tamen est verum non datur huiusmodi principium indlvidua-
ratione probasse, scillcet, quía accidens non .. tionis. lllud etiam, quod in ea sententia di-
mas, Opuse. 32, De Natura materiae et di- causat subiectum suum; maxime cum ídem secundum se; nam potius occupant quan-
mensionibus indeterminatis, c. 3, ait, ex titates diversos situs quia in se distinctae cebatur de determinatione agentium ad par-
D. Thomas, 1, q. 29, a. 1, et q. 9, De Po-
hac materia prima et hac forma fieri indi- tentia, a. 1, ad 8, dicat substantiam indivi- sunt; solum ergo quía quantitas natura sua ticulares effectus et formas, ex materia cum
viduum substantiae, non tamen esse hic et duad per seipsam, et per propria principia, ~oc habet ut constituat partem extra partem circumstantiis actionis, multis et doctis vi-
nunc demonstrabile sine dimensionibus de- accidentia vero individuari per substantiam; m corpus extra corpus in ordine ad situm, ris difficile creditu videtur, quía, si attente
terminatis; et ideo (inquit) dicitur materia ergo cum aliis locis ponit accidentia,. v~l et deest aptius principium ad distinguenda res consideretur, omnia reducuntur ad cir-
sub certis dimensionibus causa individuatio- orclinem ad accidentia inter ea quae mdi- individua materialia in orcline ad nos. cumstantiam temporis, quae videtur valde
nis, non quod dimensiones caUJsent indivi- viduant substantiam, exponendus necessario extrinseca, ut ab ea possit haec determinarlo
duum, cum accidens non causet suum sub- est, vel quoad nostram cognitionem, vel Quaestionis resolutio
provenire. Sed de hoc ultimo puncto dicam
iectum, sed quía per dimensiones certas de- quoad occasionem quam praebent produc- 34. Haec tota opinio in se quidem pro- commodius sectione sequenti. De alio vere
632 Disputaciones metafísicas p;_spu_tació_n_q_u_i_n_ta_.~ección ll:_'_ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 633
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Acerca del otro punto que se refiere a la mente de Aristóteles y Santo Tomás,
en lo tocante a Santo Tomás consta que dicha exposición está fundada en otros SECCION IV
lugares y palabras suyas, que no pueden conciliarse de otro mo~o. En cuant<> ¿Es LA FORMA SUSTANCIAL EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN
atañe a Aristóteles, no parece que nunca ex professo y rnetafistcamente haya DE LAS SUSTANCIAS MATERIALES?
investigado y declarado este principio, sin~ q~~ solamente. partie~d? de las cosas
sensibles y de modo físico enseñó que un mclivtduo matertal se dtstmgue de otro. 1. Hay otra sentencia importante en esta materia, que afirma que el prin-
Lo que de allí dedujeron los mencionados autores de que en las sustancias in- cipio interno de individuación _es la_ fqr:rpa sustancial. Esto suele atribuirse a
materiales no hay multiplicación de individuos en la misma especie, puede tener, a Durando, en In ll, dist. 3, q. 2, a pesar de que no añfma esto enteramente, como
lo sumo, un sentido probable, a saber, que nosotros no tenemos r~zones y princi- luego diré; en cambio, parece que la profesó Averroes, I De Anima, c. 7, y li~
pios para distinguir las sustancias espirituales numéricamente distintas, como tene.. bro II, in princ. y en los comentarios 7, 8, 9 y 60, y en el libro III de la Física,
coment. 60, y en el libro IV, coment. 38; se cita también a Avicena, libro VI
mos en las materiales; más aún: muchos extienden esto incluso a las sustancias ma-
Natural., p. I, donde afirma que la forma da al sujeto la unidad numérica; la
teriales incorruptibles, en las cuales tampoco tenemos tantos principios para conocer
mantiene Zimara, Theorem. 97, y Sebastián, Obispo Oxom., en el II De Anima,
o poner en ellas una distinción numérica, como tenemos en las sustancias corrup- c. l. Se indina a ella Aristóteles en el mismo pasaje, cuando dice que la forma
tibles, acerca de las cuales vale principalmente cuanto llevamos dicho. Finalmen- es lo que constituye a esto como algo. Y de esta palabra de Aristóteles hay que
te, lo que Aristóteles dijo en el libro I De Caelo, qne no puede haber otro mun- tomar el fundamento principal de tal sentencia, pues el principio de individua-
do más que éste, porque en éste se halla toda la materia, parece ciertamente que ción debe ser aquello que intrínsecamente constituye a esta sustancia, y es en
se refería o bien a que Dios creó el mundo de la materia y que no podía crear grado sumo propio de ella; luego, por razón de la primera propiedad, debe ser
la materia misma o bien a que Dios obraba por necesidad natural y que, por tanto, algo sustancial, pues los accidentes, como con frecuencia se ha dicho, ni consti-
no podía crear más materia de la que creó; o, ciertamente, que de tal modo estaba tuyen la sustancia ni esta sustancia, pues esta sustancia, también en cuanto es
Dios determinado en su manera de obrar, que no podía hacer de la nada en el tiem- ésta, es un ente por sí y sustancial. Y por razón de la segunda propiedad, este prin-
po ninguna sustancia L"ltegra y material, como veremos en el transcurso de esta obra. cipio no puede ser la materia, sino la forma, porque esta materia no es en grado
Por consiguiente, de aquella sentencia sólo se deduce por ahora que según la sumo propia de este individuo, ya que puede estar bajo otras formas; luego,
mente de Aristóteles, las sustancias materiales sólo se multiplican por la materia. es la forma el principio de individuación.
Ahora bien: sea lo que sea de la mente de dichos autores, consta que con esta 2. Por ln cual, argumentamos en segundo lugar, porque es uno mismo el
principio de la unidad y el de la entidad, por lo qne dijo Santo Tomás, en la
sentencia, tal como ha sido explicada, no nos ha sido entregado el propio e in-
q. única De Anima, a. 1, ad 2: Cada cosa tiene según lo mismo el ser y la indivi-
terno principio de la diferencia individual, ni siquiera en las cosas materiales.
duación. Ahora bien: cada cosa propiamente tiene el ser por la forma; luego,
Efectivamente, los argumentos aducidos en contra de otras exposiciones de esta también la unidad individual. La mayor es clara porque la unidad es nna pasión
sentencia prueban concluyentemente que tal principio no puede ser la materia que sigue a la entidad, y no le añade más que la negación; luego no puede tener
signada. otro principio positivo y real más que lo que es principio de la misma entidad.

pertinente ad mentem Aristotelis et D. Tho- Aristoteles dixít, in I de Caelo, non posse SECTIO IV est maxime proprium illius; ergo ratione
mae, quod ad D. Thomam pertinet, constat esse alium modum praeter hunc, quia in primae proprietatis esse debet aliquid sub-
hoc est tata materia, videtur certe intellexís- AN FORMA SUBSTANTIALIS SIT PRINCIPIUM
expositionem illam fundatam esse in allis stantiale; nam accidentia, ut saepe dictum
INDIVIDUATIONIS SUBSTANTIARUM
locis et verbis eius, quae aliter conciliari se, aut Deum creasse mundum ex materia, est, nec constituunt substantiam, neque
MATERIALIUM
non possunt. Quod vero ad Aristotelem at- nec posse materiam ipsam creare; aut Deum hanc substanciam; nam haec substantia,
tinet, non videtur unquam ex professo et agere ex necessitate naturae, et ideo non l. Est alia principalis sententia in hac etiam ut est haec, est ens per se et substan-
metaphysice principium hoc investigasse et posse plus materiae creare, quam creavit; materia, principium internum individuacio- tiale. Ratione autem alterius proprietatis,
declarasse, sed solum ex sensibilibus phy- vel certe ita esse Deum determinatum in nis esse formam substantialem. Haec solet hoc principium non potest esse materia, sed
sico more docuisse unum individuum mate- suo modo agendi, ut nullam substantiam tribuí Duran., In Il, dist. 3, q. 2, qui non forma, quia haec materia non est maxímc-
riale ab alio distinguere. Quod vera inde in- integram et materialem possit in tempore omnino illam affirmat, ut postea dicam; propria huius individui, cum sub aliis for-
tulerunt dlcti auctores, in substantiis imma- ex nihilo condere, ut in discursu huius ope- eam vero videtur docuisse Averr., I de mis esse possit; ergo forma est principium
terialibus non esse multiplicationem indivi- ris videbimus. !taque ex illa sententia so- Anima, c. 7, et lib. II, in principio, et individuationis.
duorum- in- -eadem----specie,u. .-flune--·po-test ad lum ad praesens colligitur, ex mente Aris- '----<:onl. 7, 8 et 9, et 60, et III Phys., com. 2. Unde argumentar secundo, quia idem
summum habere probabilem sensum, scili- totelis, materiales substantias non multipli- 60, et lib. IV, com. 38; citatur etiam Avi- est principium unitatis quod entitacis, prop-
cet, non habere nos raciones et principia ad cari nisi ex materia. Quidquid vera sit de cen., VI Natural., part. 1, dicens, formam ter quod dixít D. Thomas, quaest. unica,
distinguendas spirituales substancias nume- dare subiecto unitatem numerlcam; tenet de Anima, a. 1, ad 2, unumquodque secun-
mente. horum auctorutlll, constat ex hac
ro distinctas, quas habemus in materialibus; Zimara, Theorem. 97; et Sebast., episc. dum idem habere esse et individuationem.
immo multi hoc extendunt eciam ad mate- sentencia sic declarata non esse nobis tra.. Oxomen., 11 de Anima, c. l. Favetque Sed unaquaeque res proprie habet esse a
riales substancias incorrupcibiles, in quibus ditum proprium et internum principium Aiist., ibid., dum ait formam esse, quae forma; ergo et unitatem individualem.
etiám non habemus tot principia ad cogno- differentiae -individualis etiam in rebus roa~ constituit hoc aliquid. Et ex hoc verbo Aris- Maior constat, quía unitas est passio conse-
scendam vel ponendam in eis numericam terialibus. Nam argumenta facta contra hanc totelis sumendum est praecipuum funda- quens entitatem, et non addit illi nisi ne-
distinccionem, quot habemus in substantiis sentenciaro aliis modis expositam, plane mentum huius sententiae; nam princi- gatiooem; ergo non potest habere aliud
corruptibilibus, de quibus maxime proce- concludunt non posse materiam signatam pium individuationis esse debet id_ quod principium positivum et reale, nisi quod
dunt omnia quae dicta sunt. Denique, quod esse huiusmodi principium. intrinsece constituit hanc substantiam, et est principium ipsius entitatis.
634 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección _l_V___________________ 635
3. Pero objetará alguien en contra de esta sentencia y razón que, aung!l~ forma y la materia como concluye_ el argumento; con todo, si estas dos cosas se
l~_IueJ?,~ rect~~nte ~-.9~~-!';~~~~~~!.!.p_E.Y!!_ f! __ __l'!_~g_a4L_ sJl:l e~b~~g~, _no . qu_e comparan entre sí, la causa principal de esta unidad es la forma, y en este sen-
sea e~~- sola_ el prill_f!12_10__de Indi\'l~uaclOn,_ pues tambien __la __mat~na e$ el_ prm9~ tido se le atribuye a ella el principio de individuación. De la misma manera
]Ji<)lñJiirl§:'-~<>:::9_\1~º11~\ÍlUY~ ¡8,_~eJ1iida_d ~é_la cosa,y l'or ello se;á también el .que es necesaria también la materia para la razón o unidad específica, ya que la
prin_cipio__ de individua~ión, -~I __ no sol~, af menos_ ~~p.__lajol'Jna. Podna responderse razón de hombre o de humanidad, como tal, no puede constituirse sin materia,
de-acÚerdo con la sentenCia de -Durando en In IV, dist. 44, q. 1, que la forma y lo mismo sucede con la razón genérica de animal, de viviente, etc.; y a pesar
no sólo tiene virtud para individualizar al compuesto, sino a la materia misma, .de todo, se dice absolutamente que la razón específica se toma de la forma, por-
pues no sólo da el ser al compuesto, sino también a la materia; por lo cual re- que ella da el último complemento, y sólo presupone la materia como algo
sulta -dice- que por el hecho de unirse la materia a una misma forma numé- potencial e indiferente; por la misma razón, por consiguiente, se llamará aquélla
-rica, es ella misma una numéricamente. principio de individuación porque da el último complemento sustancial al indivi-
Pero esta opinión de Durando es falsa y con razón es rechazada por los de- duo, aunque presuponga la materia como potencial de suyo e indiferente; a causa de
más teólogos, como mostré en el tomo II, III p., disp. XLIV, sec. 2. Pues una lo cual dijo Aristóteles antes, y en el libro I de la Física, c. 7, texto 69, que la
y la misma materia numéricamente que existió en el ser que se corrompió, per- forma constituye a esto como algo. Y puesto que, según decíamos antes, la cosa
_manece en el que se engendra, ya que, de lo contrario, no sería el mismo numé- se distingue por lo mismo por lo que se constituye, la misma forma que constitu-
ricamente el sujeto de quien se hace la generación. Asimismo, porque, o es impo- ye a esto como algo, lo distingue de los otros, dado que el acto es lo que distin~
sible que la cosa que antes era numéricamente distinta de otra se haga después gue, libro VII de la Metafísica, c. 13, text. 49; luego. la forma es la que da la
aquélla -o sea, la misma numéricamente con ella de modo indivisible-, o que plenitud a la razón de individuo. Y esto lo confirma la común manera de hablar
la cosa que antes era una numéricamente, después en toda su entidad se haga y de pensar, pues si, por ejemplo, al alma de Pedro se une un cuerpo que consta
otra numéricamente distinta; luego la materia que bajo la forma de alimento es -de una materia distinta del cuerpo que tuvo aquélla primero, aun cuando aquel
una numéricamente, no puede hacerse otra numéricamente por el hecho de que compuesto no sea en todas sus partes el mismo que fué antes, con todo, hablando
comience a estar bajo la forma del alma; y las materias de Pedro y de Pablo, que absolutamente, aquel individuo se llama el mismo por razón de la misma alma;
son numéricamente distintas, no se harán numéricamente una, aun cuando _su- y, sin embargo, por el contrario, si al cuerpo que consta de la misma materia se
cesivamente estén bajo las formas de Pedro y de Pabln. Finalmente, en otro caso, le une un alma numéricamente distinta, absolutamente no se juzgará que es el
la misma materia numérica, una vez aniquilada, se restituiría por la sola unión mismo individuo, sino distinto; luegn esto es señal de que la individuación se
de otra materia a la misma forma; y hablamos de la verdadera unidad según la toma principalmente de la forma.
entidad real y física, y no sólo según la apariencia o según el modo vulgar de S. Pero todavía se objeta en contra de esta sentencia y de la razón aducida,
hablar, a la manera como suele llamarse una la cosa que está en continuo flujo .que aunque la forma en cuanto tal da el ser específico, con todo no da el ser
y se cambia sóln poco a poco; así, pues, aun cuando la mutación se haga en la individual y numérico, sino en cuanto que es ésta; luego el principio de indi-
forma, puede conservarse tal unidad, como se ve claramente en el rio, o en el viduación no es la forma en cuanto tal, sino aquello de donde le viene a la forma
árbol o en el bruto. misma el ser ésta; pero es ésta por razón de la materia; por consiguiente, más
4. Por consiguiente, pnede responderse de otro modo que es verdad que la
·causa adecuada e intrínseca de la unidad individual de la sustancia material es la individualis unitatis substantiae materialis aliis, quoniam actus est qui distinguit, VII
esse formam et materiam, ut argumentum Metaph., c. 13, text. 49; ergo forma est
3. Sed obiiciet aliquis contra hanc sen- stincta ab alía, postea fiat illa, seu eadem nu- concludit; tamen, si haec duo ínter se quae complet rationem individui. Et hoc
tentiam et rationem, quia, quamvis recte mero cum illa indivisibiliter, vel quod res, ·comparentur, praecipuam causam huius uni- confirma! communis concipiendi et loquen-
probet formam conferre ad unitatem, non quae erat una numero, postea secundum se tatis esse formam, et hoc sensu illi specia- di modus; nam, si animae Petri, verbi gratia,
tamen quod ipsa sola sit principium índi- totam fiat aUa numero distincta; ergo mate- liter attribui quod sit individuationis prin- uniatur corpus constans ex materia -distincta
viduationis; nam etiam materia est princi- ria quae sub forma cibi est una numero clpium. Sicut etiam materia necessaria est a corpore quod prius habuit, quamvis com-
pium intrinsecum constituens rei entitatem, non potest fieri aija numero, per hoc quod ad rationem seu unitatem specificam; non posítum illud non sit omni ex parte idem
et ideo etiam erit principium individuatio- incipiat esse sub forma animae; et materiae -enim potest ratio hominis vel humanitatis quod antea fuit, tamen, simpliciter loquen-
nis, si non sola, saltero cum forma. Respon- Petri et Pauli, quae sunt numero distinctae, ut sic sine materia con~titui, et ídem est de do, illud individuum dicitur idem ratione
deri posset iuxta sententiam Durandi, In IV, non fient una numero, etiamsi successive ratione generica animalis, viventis, etc.; et eíusdem animae; at verO_, e .contrario, si
dist. 44, q. 1, formam non tantum habere sint sub forma Petri et PauU. Denique alias nihilominus absolute didtur ratio specifi- corpori ex eadem materia constanti uniatur
viro individuandi compositum, sed etiam eadem numero materia semel annihilata re- ca surni a forma, quia illa dat ultimum com- anima numero distincta, simpliciter non
materiam ipsam, quía forma non tantum stitueretur per solam unionem alterius ma- solumque praesupponit mate- censetur idem índividuum, sed distincturn;
-dat esse composito-,- sed- etiam materiae.;- -unde -teriae ad eamdem formam; loquimurque de ut quid potentiale et indifferens; ea- ergo signum est indivíduationem sumi prae-
fit (inquit) ut hoc ipso quod materia iun- vera unitate secundum realem et physicam .dem ergo ratione illa dicetur principium cipue a forma.
gitur eidem formae numero, sit ipsa eadem entitatem, et non tantum secundum ap- individuationis, quia illa dat ultimum sub- S. Sed adhuc obiicitur contra hanc sen-
numero. Sed haec sententia Durandi falsa parentiam, vel vulgarem modum loquendi, "Stantiale complementum individuo, quamvis tentiam et rationem factam, quia, licet for-
est, meritoque a caeteris theologis reiicitur, quo modo res quae est in continuo fluxu, praesupponat materiam ut potentialem de ma ut sic det esse specificum, tamen non
ut ostendi jn II tom. III partís, disp. XLIV, et paulatim tantum mutatur, solet dici una; ·se et indifferentem, propter quod dixit Aris- dat esse índividuale et numericum nisi ut
sect. 2. Una enim et eadem numero mate- sic enim etiamsi mutatio fiat in forma, pot- toteles supra, et I Phys., c. 7, text. 69, est hace; ergo non forma ut sic, sed id unde
ria, quae fuit in corrupto, manet in genito, est conservari talis unitas, ut patet in fluvio, formam constituere hoc allquid. Et quoniam, ípsa forma habet ut sit haec, est índivi-
-alioqui non esset ídem numero subiectum, vel in arbore aut bruto. .Ut supra dicebamus, per ídem distinguitur duationis principium; sed est haec ratio-
ex quo fit generarlo. Item, quia impossibile 4. Respondetur ergo allter, verum qui- per constituitur; eadem forma. quae ne materiae; ergo materia potius est prima
est ut vel res quae antea erat numero di- dem esse adaequatam causam intrinsecam • •<Oon.sti"¡tuit hoc aliquid, distinguit lllud ah radix individuationis. Probatur minor pri-
Disputación quinta.-Se:-c=cz='o-:'n:__-V______ ~-------_ ___.637
636 Disputaciones_m~tafísicas
individualizarse por ella. Igualmente, porque las razones dadas arriba prueban
bien es la materia la primera ralz de la individuación. Se prueba la menor en pri- universalmente que nada sustancit~.l puede individualizarse por un accidente so-
mer lugar, porque la forma no es por sí misma ésta, pues, de lo contrario, lo breañadido, pues también esta materia es algo por sí uno, constituído bajo la
mismo podría decirse de cualquier entidad, ni sería menester preguntar por otro· razón específica de materia, a la que por si misma contrae. Más aún: natural-
principio de individuación; luego es ésta por la materia, ya que ninguna otra mente no se distinguen la materia y esta materia, como arriba se mostró acerca
raíz puede pensarse. En segundo lugar, la forma tiene todo su ser en orden a la de cualquier individuo, en su relación con la razón común; luego no puede esta
materia; luego también su individuación; luego la materia es el principio de materia intrínsecamente individualizarse por la cantidad, que es una cosa distinta
individuación de la forma, y, por consiguiente, de todo el compuesto. En tercer de ella, ni por el orden a ella, siendo así que más bien es esta cantidad la que
lugar, porque las formas se multiplican numéricamente en cuanto se reciben en dice orden a esta materia que al contrario.
diversas materias, y, por ello, las formas separadas no se multiplican numérica- Lo segundo es evidente acerca de la cantidad, porque de ella también pnedo
mente, ya que no se reciben en la materia; luego se individualizan también por preguntar de dónde le viene ser ésta, ya que no tiene esto por su razón especí-
el orden a la materia; por consiguiente, la última resolución de esta individuación fica, y como no se puede avanzar hasta el infinito ni se ha de cometer un círculo
se hace en la materia, puesto que esta forma es ésta porque se recibe en tal ma- vicioso e inútil, hay que detenerse en alguna cosa que sea por sí misma ésta;
teria; luego_ la primera raíz de la individuación es la materia. luego esto se ha de atribuir más bien a la sustancia que al accidente, puesto que
6. Estas objeciones son el fundamento de la opinión tratada en la sección -aquélla es una entidad anterior y más absoluta; o si se ha de admitir que dos
precedente, que más bien declaran y confirman esta sentencia de que ahora trata- entes incompletos por la relación mutua se individualizan el uno al otro según
mos, pues pueden casi todas retorcerse y aplicarse a la misma materia. Por con- diversos g~neros de causas, esto se habrá de afirmar preferentemente de la mate-
siguiente, concedo que la forma no es el principio de individuación del compues- ria y forma sustancial entre sí más que con cualquier accidente, ya que aquéllas
to según su razón específica, como es por sí mismo evidente, sino en cuanto que guardan una mayor conexión entre sí y mayor relación mutua. Luego todos los
es ésta; ahora bien: esto mismo se ha de decir de la materia, porque también la :argumentos dados pueden concluir acerca de la materia lo mismo que pretenden
materia tiene una razón específica y común, según la cual no es suficiente para acerca de la forma, ya que entre éstas existe en ese punto una cierta igualdad.
constituir un individuo; por consiguiente, si lo constituye lo hace en cuanto que Y, por lo demás, la materia sólo supera a la forma en esto, en que es una cierta
es ésta. Por tanto, preguntaré nuevamente: ¿de dónde le viene el ser ésta? Res- -ocasión de producir formas diversas e individuales, como arriba se declaró; la
ponden algunos que porque Dios quiso crear ésta más bien que otra, pero es(} forma, en cambio, supera a la materia en que es la que constituye principalmente
está fuera de la cuestión ya que no tratamos aquí del principio extrínseco de indivi- al individuo y es lo más propio de él, y en que más bien la materia es por causa
duación, sino del intrínseco, pues de lo contrario también podría .decir alguien que de la forma que al contrario, como se dice en el II de la Física, c. 9, text. 91;
esta alma es ésta" porque Dios quiso infundir más bien ésta que otra; O que luego, ponderadas todas estas cosas, el principio de individuación es, sobre todo,
esta forma es ésta porque Dios determinó a ella su concurso, cosa que es muy la forma.
probable, como diremos en la sección siguiente. Resolución de la cuestión
Otros responden que esta materia es ésta por razón de esta cantidad. PerO' 7. Por consiguiente, esta sentencia, tal como ha sido expuesta por nosotros,
esto es falso y no elimina la dificultad. Lo primero es claro, por lo dicho arriba, es bastante probable y se acerca mucho a la verdad. Sin embargo, absolutamente
porque como esta materia absolutamente se supone para esta cantidad, no puede
test per illam individuari. Item, quía ratio- duari, secundum diversa genera causarum,
mo, quia forma non est per seipsam haec; cipium individuationis compositi secundum nes supra factae universaliter probant nihil id potius dicendum erit de materia et for-
alioqui ídem dici posset de qualibet entitate, specificam rationem suam, ut est per se substantiale posse individuari per accidens ma substantiali ínter se, quam cum aliquo
neque oporteret quaerere aliud individuatio- notum, sed in quantum est haec; sed hoc superadditum; nam etiam haec materia est accidente, quia magis per se connectuntur,
nis principium: ergo est haec per mate- ipsum dicendum est de materia, quia etiam aliquid per se unum constitutum sub spe- et se invicem respiciunt. Ergo omnia argu-
riam, non enim potest alia radix excogitari. materia h,abet specificam et communem ra- clfica ratione materiae, per se illam contra- menta facta possunt idem de materia con-
Secundo, quía forma habet totum sumn tionem, secundum quam non est sufficien~ hens. Irnmo ex natura rei non distinguuntlir cludere quod intendunt de forma, nam est
esse in ordine ad materiam; ergo "et indi- ad constituendum individuum; ergo, si materia et haec materia, sicut supra osten- ínter cas, quoad hoc, quaedam aequalitas.
viduationem suam; ergo materia est prin- sum est de quolibet individuo respectu ra- Et aliunde materia solum superar formam
constituir, id facit in quantum est haec..
cipium individuationis formae, et conse- tionis communis; ergo non potest haec in hoc, quod est quaedam occasio produ-
Quaeram ergo rursus unde habet quod sit materia int.rinsece individuad per quantita-
quenter totius compositi. Tertio, quia for- cendi formas varias et individuas, ut supra
haec. Respondent aliqui, quia Deus voiuit tem, quae est res ah illa distincta, nec per
mae multiplicantur nmnero, quatenus in declaratum est; forma vera superar mate-
hanc potius creare quam aliam; sed hoc ordinem ad illam, cmn potius haec quantitas riam in ho-c, quod praecipue constituit indi-
diversis materiis recipiuntur, et ideo for- extra rem est, non enim hic inquirimu&
mae separatae non multiplicantur numero, dicat ordinem ad hanc materiam, quam e viduum, et quod est magis propria eius, et
extrinsecum principium individuationis, sed converso. Secundum de quantitate patet, quod materia potius est propter formam
quía non r_ec;jpiur:Ltu_r -~----~~~~yia ~-- ~:':"8"~ _ir:tdi- intr.insecum; alioqui etiam dice re quis pos-
vídUai1'fUr etiiuii"-per·. oi:dilleffi. id -materiitm : quia de illa etiam inquiram unde sit haec, quam e converso, ut didtur II Phys., c. 9,
ultima ergo resolutio huius individuationis set hanc animam esse hanc, quía Deus voluit cmn id non habeat ex sua specifica ratione, text. 91; ergo, pensatis omnibus, potissimum
fit ad materiam; est enim haec forma haec, potius illam infundere quam aliam; vel hanc et cum non sit procedendum in infinitmn, individuationis principium est fmma.
quía in tali materia recipitur; ergo prima fonnam esse hanc, quía Deus determinavit nec vitiosus et inutilis circulus committen-
radix individuationis est materia. ad illam suum concursum, ut est valde pro- dus, sistendum erit in aliqua re, quae per Quaestionis resolutio
6. Hae obiectiones sunt fundamenta babile, sicut dicemus sectione sequenti. Alii seipsam sit haec; ergo hoc potius tribuen-
opinionis tractatae sectione praecedenti, quae respondent hanc materiam esse hanc ratione dum est substantiae quam accidenti, cmn 7. Est ergo haec sententia, prout a nobis
potius hanc sententiam quam nunc tracta- huius quantitatis. Sed hoc et est falsum, et illa slt prior magisque absoluta entitas; vel, exposita est, satis probabilis, proximeque ad
mus declarant et confirmant. Possunt enim non evacuat difficultatem. Primum patet ex si admittendum est duo enria incompleta veritatem accedit, Simpliciter vera dicen-
fere omnes retorqueri, et fi.eri de ipsa mate- supra dictis, quia, cum haec materia sím- per mutuam habitudinem ad invicem indivi- dum est formam solam non esse plenum et
ria. Concedo itaque fonnam non esse prin- pliciter supponatur huic quantitati, non po-
638 Disp_t:!!_aciones metafísicas Dis¡mtació~t quinta.-Sección_V____________ _____ 639
hay que decir que la forma sola no es el pleno y tot~l principio de ind!viduación: mantiene que la existencia no es sino la actual entidad de cada cosa. En este
de las cosas materiales, si nos referimos a toda su entidad, aunque sea ciertamente . último sentido esta opinión coincide con la que afirma que cada cosa se indivi--
el principal, y, por ello, según el m~do. f~>rmal ~e hablar, a veces sea ¡uzga~a dualiza por si misma y que no necesita principio alguno de individuación, sino
suficiente para la denominación del md1v1duo rmsmo. Todas estas cosas seran su misma entidad; por lo cual, en realidad esta opinión no es digna de mayor
declaradas y probadas extensamente en la bección 6. reprensión que aquella otra de que después trataremos. Sólo puede censurarse
en ella que usa términos oscuros y ambiguos y que atribuye a la existencia más
bien que a la esencia esta razón de individuación, a pesar de que a la existencia no
SECCION V le puede convenir esto sino en la medida en que es una sola cosa con la esencia.
Ahora bien: si se procede de acuerdo con la primera sentencia~ formalmente
Sr EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN ES LA EXISTENCIA DTI I.A COSA SINGULAR será verdad por cierto que cada cosa en la razón de existente tiene alguna razón
individual de parte de la existencia misma, del mismo modo que esto blanco, en
l. No han faltado quienes lo afirmen así, cuya opinión trae Escoto en cuanto a la razón formal de blanco se constituye por la blancura~ aunque absolu-
In ll, dist. 3, q. 3; y Soncinas, libro VII de la Metaph., q. 32; la indica Enri- tamente~ puesto que esto blanco se toma como sujeto, no queda constituído por
que, Quodl. II, q. 8; y la misma le atribuye y a ella se inclina Cartujano en In ll, la blancura. Por lo cual, también, en el caso propuesto, hablando materialmente
dist. 3. Fonseca, en cambio, en el libro V, c. 6, q. 2, sec. 2, cita a Enrique en el -por decirlo así----; de la cosa existente~ o sea, de esta esencia numérica, es
Quodl. V, q. 8, en el que niega que el principio de individuación se haga por improbable la afirmación de que se individualice por la existencia por la que
la existencia, ni por nada intrínseco, sino sólo por el agente. Pero esto, igual que es existe, si ésta es algo distinto de ella~ o un modo realmente diverso.
de suyo improbable, tampoco nadie de los que yo he visto lo afirma, pues aunque 3. En primer lugar~ ciertamente, porque la esencia, permaneciendo dentro
el agente sea la causa extrínseca del individuo, con todo aquello que produce es del ámbito de la esencia~ se hace individual, y dentro de dicho ámbito se cG~trae
distinto del mismo agente; ahora bien: lo que hace es el individuo y le confiere la y determina la esencia específica; perü la esencia específica no se contrae por
naturaleza individual; luego aquello por lo que la naturaleza es individual es in- algo realmente distinto de sí~ como se probó arriba; luego no queda contraída
trínseco al mismo individuo. Y así, Enrique, en el mismo lugar expresamente con- a la esencia individual por la existencia. La mayor es por sí misma evidente, ya
cede que aquello por lo que el individuo tiene el ser esto es algo distinto de la
porque el hombre, por ejemplo, es de suyo común a muchos individuos, sea que
materia y del agente, lo cual explica él que es la razón o disposición del supuesto.
existan o que no, ya también porque Pedro y Pablo, en cuanto abstraen de la
Por ello parece sentir que la subsistencia es el principio de individuación en
todas las sustancias creadas, y así en el primer pasaje, al hacer la distinción,_ existencia actual, o sea en cuanto posibles, incluyen intrínsecamente sus razones
había hablado de la existencia o subsistencia, y por consiguiente, será preciso de- individuales por las que se distinguen; ya, finalmente, porque las diferencias es-
cir algo de cada una de estas cosas. pecíficas o esenciales convienen a las especies con conexión· necesaria, por virtud
2. Por tanto, la opinión acerca de la existencia es rechazada por todos como- de la cual las proposiciones en que se predican predicados esenciales se dice que
enteramente falsa e improbable; ahora bien: de acuerdo con ella, se puede proce- son de verdad perenne; y así, también conviene al individuo su diferencia indi-
der por dos caminos : primero, suponiendo que la existencia es realmente vidual. Por lo cual, Pedro tan necesariamente es este hombre, como es hombre,
distinta de la esencia del individuo; segundo, de acuerdo con la opinión que
titatem uniuscuiusque rei. Hoc postenon dividuari per existentiam qua existit, si haec
adaequatum individuationis principium re- viderim, nam, licet agens sit causa extrín- modo haec sententia in re coincidit cum est res ab ipsa distincta, vel modus ex natura
rum materialium, si de tota earum entitate seca individui, tamen id quod efficit, di- opinione asserente unamquamque rem indi- reí diversus.
loquamur~ quamvis sit praecipuum, ideoque stinctum est ab ipso agente; efficit autem viduari se ipsa, nulloque alío principio indi- 3. Primo quidem, quia essentia intra la-
iuxta formalem modum loquendi interdum individuum et confert illi naturam indivi- viduationis indigere, praeter entitatem suam; titudinem essentiae manens, fit individua, et
censeatur sufficiens ad denominationem eius- duam; ergo id quo natura est individua, est unde in re non est haec opinio maiori re- in ea contrahitur et determinatur essentia
dem individui. Quae omnia declaranda et aliquid intrinsecum ipsi individuo. Et ita prehensione digna, quam illa de qua postea specifica; sed essentia specifica non contra-
probanda sunt late, sect. 6. Henr., ibídem:! expresse concedit id per quod' dicemus. Solum reprehendí potest quod hitur per aliquid ex natura reí distinctum
individuum habet esse hoc, esse aliquid praeq obscuris et ambiguis terminis utatur, et quod a se, ut supra probatum est; ergo non
SECTIO V ter materiam et praeter agens, quod ipse- existentiae potius quam essentiae hanc ra- contrahitur ad individuam essentiam per
explicat esse rationem seu dispositionem tionem individuationis tribuat, cum potius existentiam. Maior per se evidens est, tum
UTRUM PRINCIPIUM INDIVIDUATIONIS SIT suppositi. Unde sentire videtur subsisten- existentiae non possit hoc convenire, nisi quía horno, verbi gratia, de se communis
EXISTENTIA REI SINGULARIS tiam esse principium individuationis in om~ quatenus est ¡ctem cum essentia. Si autem est multis individuis, sive illa existant, sive
l. Non defuerunt qui ita affirmaverint, nibus substantiis creatis, et ita in priori loco procedatur in priori sententia, formaliter non existant; tum etiam, quia Petrus et
quorum sententiam·- ·referunt Scot;·;--- In II, sub dístinctione locutus fuerat de existentia quidem verum erit quod unaquaeque res Paulus, ut abstrahunt ab actuali existentia,
dist. 3, q. 3; et Soncin., VII Metaph., q. 32; vel subsistentia, et ideo de singulis aliquid in ratione existentis habet aliquam rationem seu ut possiblles, intrinsece includunt suas
et illam indicat Henr., Quodl. II, q. 8; dicere oportebit. individualem ab ipsa existentia, sicut hoc rationes individuas, quibus distinguuntur;
eamque illi tribuit, et ¡n eam inclinat Car- 2. Opinio igitur de existentia ab omni- album, quantum ad formalem rationem albi tum denique quia differentiae specificae seu
thus., In II, dist. 3. Fans. vero, lib. V, c. 6, bus reiicitur, ut omnino falsa et improbabi- constituitur per albedinem, quamvis sim- essentiales conveniunt speciebus necessaria
q. 2, sect. 2, refert Henr., Quodl. V, q. 8, lis; dupliciter autem in ea procedí potest,. plíciter hoc album, quía pro subiecto acci- connexione, secundum quam propositiones
negantem individuationem fieri per existen- primo, supponendo existentiam esse ex na- pitur, non constituatur per albedinem. Unde in quibus praedicata essentialia praedicantur,
tiam; nec per allquid intrinsecum, sed per tura reí dlstinctam ab essentia individui; etiam in proposito, materialiter (ut sic di- dicuntur esse perpetua e veritatis; ita indi-
solum agens. Sed hoc, sicut per se ímproba- secundo, iuxta opinionem asserentem exis- caro) loquendo de re existente, seu de hac viduo convenit sua differentia individualis.
hile est, ita a nemine asseritur, quod ego tentiam nihil a)iud esse quam actualem en- numero essentia, improbabile est dicere in- Unde tam necessario Petrus est h~c horno,,
Disputaciones metafísicas
640 ---------------------~
y tan necesariamente se coloca a Pedro ?ajo el homb~e, c.~mo al hombre bajo el
animal· por consiguiente esta contracción y subordinacwn no se hace por la Disputación quinta.~Sección V 641
' actual, que le adviene
existencia ' contingentemente a la esencia. plenamente cons-
está fuera de esta esencia individual de Pedro, y como en Pedro y Pablo hay dos
tituida e individualizada. exi~tencias . nu,:ffi_éricas, asi hay dos humanidades numéricas, que tienen distintas
4. En segundo lugar, tiene aqui aplicación el argumento que arriba se refi-
enndade~ mdiv1duales de la esencia. En último término hay un argumento a
rió tomado de Cayetano, que el acto singular supone la potencia singular, el
postenon, porque --..supuesta esa sentencia- la entidad individual se conserva
cual principio dijimos que era verdadero en el acto y potencia distintos realmente,
la misma sin su existencia, o cambia varias veces de existencia como la Huma-
porque en ese caso la potencia se presupone realmente al acto en el orden natural,
y es algo uno distinto de su acto, y uno no por operación de la mente, sino nid~d .d~ Cristo,. que en d~ch~ opinión carece de existencia p;opia, y con todo
~s mdivtdu~l y tlen~ un prm:1pio intrínseco de individuación; y de modo seme-
por la realidad misma, y por esto no puede suceder que formal e intrínsecamente
Jante, la ~sma enttda~ numen~a de. la materia prima, en cuanto cambia de for-
tenga la unidad tomada de su acto. Ahora bien: según la referida opinión, la
m~s, se dice, que cambia de eXIstencias, y a pesar de todo permanece siempre la
esencia y la existencia se comparan de este modo; luego la esencia del mismo
-mtsma en numero.
modo que tiene por sí la entidad de la esencia distinta de la existencia y apta para
ser actuada por ella, así tambi~n tiene su unidad e individuación. De lo contrario,
6. Por . todo e~t?, se ~omprende fácilmente qué t¡es lo que se ha de juzgar
acer:a de dtcha opm10n, ·si se habla no de la existencia propia, sino de la subsis-
sería preciso entender que la existencia es un, acto de la naturaleza específica y
tencia. En efecto~ o hablamos formalmente· del supuesto, o sea de la naturaleza
universal, lo cual es bastante absurdo. en ab~tracto, o bten en concreto y formalmente del individuo en cuanto conteni-
S. En tercer lugar, porque en la misma existencia puede considerarse la
do ba¡o tal especie de sustan~ia,. ~ sab~r, de este hombre. En el primer sentido
razón común de existencia humana, por ejemplo, y la razón de esta existencia
~s verdad que el supuesto se mdtvtdualiza por esta subsistencia, porque se consti-
de Pedro o Pablo; luego, acerca de la misma existencia queda aún por investigar tuye formalmente por ella, y por este motivo, en la Trinidad hay tres supuestos
por medio de qué se hace ésta, pues no lo es por la esencia, puesto que según
esta opinión no la supone individual, sino común; ni por un accidente, como es
-aunqu~ haya una natur~l~za, porque hay tres subsistencias; en cambio, la person~
de Cnsto es una nu_men~amente, y un supuesto numérico, aunque tenga doble
evidente por sí mismo, y quedó bastante probado en lo que antecede; ¿por qué,
naturaleza, porque. sol.o. t1en7 una subsistencia numérica; por tanto, el supuesto,
pues? Si se dice que se hace ésta por sí misma, ¿por qué no se ha de decir esto
en c.uanto. tal~ se mdivtduahza. por la subsistencia. Aunque acerca de la misma
con mayor motivo de la esencia, siendo así que es anterior no sólo en orden de
subststei?-cta a~ qued~ la cuestión de por ql\é se hace ésta, pues también la razón
naturaleza, sino también en el de perfección, y además, en cierto modo más
-de subsistencia, po~ eJe~plo, la ?umana, es común y específica; en cambio, en
absoluta? Pues la existencia es el acto de esta esencia; por lo cual, esta existencia
Pedro e~ ésta s~bststencta numénca, o aquélla, acerca de la cual Cuestión habrá
será más bien ésta porque actúa a esta esencia; igual que en común difieren tam- que decir lo mismo que de las otras sustancias, o de los modos sustanciales de
bién la existencia del hombre y la del león o porque resultan de diversas esencias lo cual trataremos después. '
o porque dicen relación a ellas, supuesta la mencionada distinción. De lo cual
7. Del seguudo m~do, es decir, hablando de la naturaleza sustancial lnte-
puede deducirse una nueva confirmación, porque, como la existencia humana en
común está fuera de la esencia del hombre en común, así esta existencia de Pedro
?ra. ~n a~stracto, por e¡~mplo? de la humanidad, es falso e improbable que se
mdlvtduahce por la subststenc.ta, co:mo es ~vidente a fortiori por todos los argu-
sicut est horno, et tam necessario Petrus col- 5. Tertio, quia in ipsamet existencia pot- n:entos dados acerca de. 1~ eXIstencia. Es cierto, evidentemente, que la subsisten-
locatur sub homine, sicut horno sub ani- est considerad communis ratio existentiae
Cia es algo realmente distinto de la naturaleza sustancial, incluso tomada indivi-
mali; hace ergo contractio et subordinatio humanae, verbi gratia, et ratio huius existen-
non fit per existentiam actualem, quae con- tiae Petri vel Pau]j; ergo de ipsa existentia
tingenter advenit essentiae plene constitutae superest inquirendum per quid fiat hace; individuam Petri, et sicut in Petro et Paulo hac ra~ion~ in Trinitate sunt tria supposita,
et individuatae. non enim ab essentia, cum non supponat Bunt duae n~mero existentiae, ita duae nu- quamv.ls s1t una natura, quia sunt tres sub-
4. Secundo hic habet locum argumentum illam individuam iuxta hanc sententiam, n:-ero humarut~tes, habentes distinctas indiR SlStentlae; persona autem Christi est una
supra relatum ex Caiet., quod actus singu- sed communem; neque ab aliquo accidente, v!duas entitates essentiae. Ultimo a posterio- numero, et unum numero suppositum
laris supponit potentiam singularem, quod ut per se notum est, satisque in superiori- n est argumentum, quia (supposita illa sen- quamvis habeat duplicem naturam, qui~
principiuin diximus csse verum in actu et bus probatum; a quo ergo? Si dicas seipsa t7ntia) eadem individua entitas conservatur solum habet unam numexo subsistentiam ·
potentia ex natura rei distinctis, quia tune fieri hanc, cur non id potiori ratione dices sme sua existentia, aut mutat varias· exis- suppositum ergo ut sic per subsistencia~
potcntia realiter supponitur actui ordine de essentia, cum et ordine naturae sit prinr tencias, ut humanitas Christi in ea opinione individuatur. Quamvis de ipsa subsistentia
naturae, et est quid unum distinctum a suo et perfectione etiam, et cum quodammodo caret propria existentia, et tamen est indivi- quaestio supersit, per quid fiat hace· nam
actu, et tmum non cogitatione, sed reipsa, sit magis absoluta? Nam existentia est ac- dua, et habet .intrinsecum individuationis etiam ratio subsistentiae, verbi grati~ hu-
et ideo fieri non potest ut formaliter et tus huius essentiae; unde hace existentia principium; similiter eadem numero entitas manae, communis est et specifica; in 'Petro
intrinsece habeat unitatem ab actu suo. potius erit hace quia hanc essentiam ac- materiae p;ima~, prout mutat formas, dicitur vero est haec. numero subsistentia, vel illa,
Sed ita comparant-ur---- e-ssentia---et-- existentia mutare extstentms, et tamen eadem semper de q~~ quaes!:lon~ idem dicendum erit quod
-!llar"; ·srcüt iii" coinririmi etíam existentia ho- numero manet.
iuxta praedictam opinionern; ergo essentia, minis et leonis differunt, quía vel conse- de allis substantus, vel substantialibus mo-
eo modo quo per se habet entitatem essen- 6. Ex his autem facile intelligitur quid dis, quod infra videbimus.
quuntur, vel respiciunt diversas essentias,
tiae distinctam ab existencia et aptam ac- c~send.um sit ~e illa opinione, si non de 7. Secundo modo, id est, loquendo de
supposita praedicta distinctione. Ex quo
tuari per illam, ita etiam habet suam unita- ex.1stentm propna, sed de subsistentia lo- substantiali natura integra in abstracto ver-
teffi et individuationem. Alioqui oporteret potest sumi nova confumatio, quia, sicut
existentia humana in communi est extra
quatur. Nam, aut loquimur formaliter de b~ gr~ti~, ~um~nitate, falsum est et im~roba­
intelligere existentiam esse actum naturae ~upposito, aut de natura .in abstracto, aut bije rndiv1duar1 per subsistentiam, ut a for~
specificae et universalis, quod est satis ab- essentiam hominis in communi, ita haec m concreto et formaJ,iter de individuo, ut tiori patet omnibus argumentis factis de
existentia Petri est extra hanc essentiam contento sub tali specie substantiae, scilicet existentia. Certum est enim subsistentiam
surdum.
de hoc horrúne. Primo modo verum est sup- esse aliquid e:x; natura reí distinctum a sub-
positum individuad per hanc subsistentiam, stantiali natura, etiam individue sumpta. Cer-
quia formallter per illam constituitur, et tum est etiam huiusmodi
642 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección V 643
dualmente. Es cierto también que tal naturaleza puede conservarse como indi- una y otra cosa es errónea. La Consecuencia se explica así: en efecto cuando
vidual sin su connatural subsistencia, tal como ha sido conservada en Cristo· en aq~ella doble n~gación se dice que es indiviso en sí y dividido re;pecto de
Nuestro Señor· luego no puede individualizarse por ella intrínsecamente. Y si cu~qmer otro, o bie~ este estar dividido de cualquier otro significa que no está
alguien dice q~izás que se individualiza .al menos por el orden a ~qué~a, 1~ dirá umdo a otro, es decrr, que no está en otro, cosa que o no pertenece a la razón
gratuitamente y sin fundamento, porque s1 una de estas cosas ha de md1v1duahzarse de la naturaleza sustancial individual, o de lo contrario, ]a Humanidad de Nues-
por el orden a la otra, más bien la subsiste?-cia es ~sta por el orden a est~ natu~aleza· tro Señor Je~ucristo n? es individual; o bien estar dividido de otro (que es lo que
que al revés, pues la naturaleza es antenor y mas perfecta, y la subs1stencm, en clarament~ piensa Eru:1que) rechaza sólo la identidad y afirma la distinción respecto
cambio, no es sólo cierto modo y término de la naturaleza. Asimismo, en la na- de cu.a,lqmer otra entidad, o n,aturaleza semejante, y de este modo, aquella doble
turaleza divina hallamos una naturaleza individual única con triple subsistencia; negaci?n no basta para la razon de supuesto, o la Humanidad de Nuestro Señor
luego es señal de que la individuación de la naturaleza es algo desligado de la Jes.ucnsto es supuesto; por consiguiente, de ningún modo, se explique como se
subsistencia. qmera su concepto, pertenece la subsistencia a la individuación de la naturaleza.
8. Por lo cual, en esto parece que erró totalmente Enrique, pues piensa 9, Más todav~a: . ~ablando también en el tercer sentido concreta y formal-
que la naturaleza misma se hace ésta e individual por razón del supuesto. Acer- men~e acerca del Individuo. de .la n~t;ualeza específica, hay que decir que éste,
ca de lo cual enseña también otra cosa enteramente falsa e improbablej a sabers propi~en~e, no toma la mdivi~uacwn de la sustancia, sino de la naturaleza.
que el supuesto sólo añade a la naturaleza específica una doble negación, la de Pues ast dtcen los teólogos que s1 tres personas tomasen una humanidad existiría
indivisibilidad en sí y la de división con respecto a cualquier otro, y que por un hombre numéricamente, igual que ahora sólo existe un Dios numé;icamente
esta doble negación, se hace la naturaleza formalmente individual sin ninguna a ~ansa de 1~ :UUca naturaleza divina; aquel hombre tendría, por consiguiente, la
otra adición positiva sobre la naturaleza específica, en lo cual se contienen tres un:dad numenca de parte de la naturaleza individual Y ahora Cristo Nuestro
cosas falsas. La primera es que el supuesto sólo añade a la naturaleza la negación, Senor, en cuanto que es este hombre, es el mismo hombre numéricamente que
de lo cual trataremos después en su propio lugar; en efecto, hablando con rela-
sería si subsistiese en la propia naturaleza, a pesar de que la persona y la subsis-
ción a la naturaleza individual, es ello menos improbable, aunque no verdadero;
sin embargo, respecto de la naturaleza especifica es enteramente improbable~ tencia sean muy distintas de la propia y connatural de tal humanidad.
En segundo lugar, es falso que la naturaleza individual sólo añada a la específica luego la individuación de este hombre no se ha de tomar de la subsistencia, sin~
una negación, como se ve claramente por lo dicho en la sección segunda, porque- de 1~ ~atural7za. Pero :arazón está en que el individuo formalmente queda
de lo contrario, la naturaleza sustancial individual, como tal, no sería un ente· ~nst1t~1do baJo la espec1e por razón de la naturaleza y no por razón de la sub-
real, sino que sería solamente la naturaleza específica con las negaciones, lo cual sJ.stencm; por lo. cual sucede que aunque se dé el caso de que la subsistencia sea
ni siquiera se puede concebir con la, mente. Asimismo, porque tal negación re- diversa en especie o en género, a pesar de todo, si la naturaleza es de la misma
quiere un fundamento positivo, que no puede ser la sola naturaleza específica, espec~e, el individuo qu~da abarcado unívocamente y con toda propiedad bajo tal
como allí se mostró suficientemente. Lo tercero, en cambio, es mucho más falso, especie, por, lo cual. Cnsto. es unívocamente hombre con los demás hombres; y
todavía, a saber, que por aquellas mismas negaciones con las que -según Enri- por una razon semeJante, SI la naturaleza es la misma numéricamente es el mis-
que----- se constituye el supuesto, se haga la naturaleza individual, pues de ello mo hombre numéricamente, aun cuando la subsistencia sea diversa. '
se sigue o que la Humanidad de Cristo no es individual, o que es supuesto; y
esse indivlduam, vel esse suppositum; rent UJ?.am humanitatem, fore unum numero
conservad individuam sine sua connaturali gationem fieri naturam formaliter indivi-· utrumque autem error est. Sequela declara- hominem, sicut nunc sunt unus numero
subsistentia, ut in Christo Domino conser- duam absque aliquo alio positivo naturae tur; nam, cum in illa du_i,lici negatione Deus propter unam naturam divinam; ha-
vata est; ergo non potest per illam intrinsece specificae superaddito, in quo tria falsa: dicitur esse indivisum in se et divisum a beret ergo ille horno unitatem numericam
individuad. Quod si quis forte dicat indi- continentur. Primum est, suppositurn solmn quolibet alio, vel hoc esse divisum a quoli-
viduad saltero per ordinem ad illam, gratis addere supra naturam negationem, de quo bet aUo significat non esse alteri unitum ah individua natura. Et Christus Dominus
et sine fundamento hoc dicet, quia, si unum postea suo loco videbimus; nam, loquendo· seu non esse in alio, et hoc vel non est d~ nunc, in quanturn est hic horno, est idem
individuandum est per ordinem ad aliud, respectu naturae individualis est id minus- ratione naturae substantialis individuae vel num~ro horno qui esset si in propria natura
potius subsistencia est haec per ordinem ad improbabile, quamvis non verum; tamen humanitas Christi Domini individua non' est • subs1steret, cum tamen persona et subsi-
hanc naturam, quam e converso, quia na- respectu naturae specificae omnino est im- a~t esse _divisum ab alio (quod aperte Hen: stentia sint valde diversa a propria et con-
tura est prior et perfectior, subsistentia vero probabile. Secundo, falsum est naturam in- nc. senut), removet solum identitatem et naturali tali humanitati, ergo individuatio
solum est quidam modus et terminus na- dividualem supra spec:ticam solum addere significat distinctionem a qualibet alía ;nti- huius hominis non ex subsistentia, sed ex
turae. Itcm in- -divina---natura- invenllnus-uni- negationem; ut patet -evidenter ex dictis sec- tate, vel natura simi!i, et hoc modo illa natura sumenda est. Ratio vero est, quia
cam individuam naturam cum triplici sub- ll;divi~uum fonna_Jiter constituitur sub spe-

¡
tione secunda, quia alias substantialis natura duplex negatio non sufficit ad rationem
sistentia; ergo signum est individuationem individua, ut sic, non esset ens reale, sed: suppositi, vel humatútas Christi Domini Cle rauone naturae et non ratione subsisten-
naturae esse absolutam a subsistentia. esset solum natura specifica cum negationi- suppositum est; nullo ergo modo subsisten- tiae; undc fit ut licet contingat subsisten-
8. Quocirca in hoc plane videtur errasse bus, quod nec mente concipi potest. Item tia, quacumque via eius ratio explicetur ad tiam esse specie vel genere diversam, nihi-
Henric., nam de ipsamet natura sentit :fieri quia illa negatio requirit fundamentum po- individuationern naturae pertinet. ' l~rninus, si natura sit eiusdem speciei, indi-
hanc et individuam ratione suppositi. De sitivum, quod non potest esse sola natu:·a 1 9. Quin potius, loquendo etiam tertio Vlduum univoce et propriissime continea-
quo aliud etiam docet omnino falsum et specifica, ut ibi satis ostensum est. Tertiuín modo in concreto ac formaliter de individuo tur sub tali specie, quam ob causam Chris-
improbabile, scilicet, suppositum solum ad- vero magis falsum est, per illasmet negatiO:.. naturae specificae, dicendum est Ulud per tus est univoce horno cum alüs hominibus;
dere supra naturam specificam duplicem ne- nes, quibus (secundum Henric.) constituitur se loquendo non sumere individuationem et simiJi ratione, si natura sit eadem nume-
gationem, indivisibilitatis in se et divisionis suppositum, fieri naturam individuam; narn suam a subsistentia, sed a natura. Sic enim ro, est idem horno numero etiarn si subsi-
a quolibet alio, et per hanc duplicem ne- inde sequitur, vel Christi humatútatem non. dicunt theologi, si tres personae assume- stentia sit diversa.
':'_'_''_.___________________:::D:..:isputaciones metafísicas
644 Disputación quinta.-sección VI 645
10. Conclusión de toda la cuestión.~ Pero dije hablando propiamente, por- otr()jJrin_cjj>i()fkjtlc!iyjdllJ!~i<\!1 fuera d_e su entidad, _ofuera dtelosyrin_cipi()s inJr!n-
que aqui se insinuaba la cuestión de si con una doble naturaleza podría existir SecQs.-º~- q~~-~~l!.~~JL~:r:!!:J.dag. Pues si tal sustancia físicamente coriSiderada es sim-
el mismo individuo numérico a causa de la unidad de la subsistencia, ya que en ·pTe,-por sí misma y por su simple entidad es individual; en cambio, si es compuesta,
este sentido disputan Jos teólogos sobre si el Verbo divino seria un hombre o por ejemplo, de materia y forma unidas, así como los principios de su entidad son
varios caso de que tomase dos naturalezas. Efectivamente, de lo dicho parece la materia, la forma y la unión de éstas, de igual modo estas mismas, tomadas indi-
que se sigue que habría varios hombres numéricamente a causa de las varias hu- vidualmente, son los principios de su individuación; en cambio, aquéllas, por ser
manidades numéricas, porque quedó dicho que la individuación del concreto •e simples, serán por si mismas individuales. Esta sentencia la mantuvo Auréolo, según
toma de la naturaleza individual. A pesar de todo, sin embargo, como en el I tomo cita Capréolo en In II, dist. 3, q. 2; y en realidad la mantiene también Durando,
de la III parte dije con Santo Tomás, aquél absolutamente y según el modo en In II, dist. 3, q. 2. En cambio, Fonseca, al citarla en el V Metaph., c. 6,
ordinario de hablar, sería llamado un hombre no por sí y formalmente, sino q. 3, dice en la sec. 2, que es la más enrevesada de todas, y que si se reduce a su
como materialmente, por razón del supuesto, del mismo modo que se dice verdadero sentido deja la cuestión sin solucionar. A mí, no obstante, me parece
un artífice el que posee varias artes, no sólo distintas en número, sino tam- que es la más clara de todas, y que tanto él mismo, como casi los demás, vienen
bién en especie. Y esta unidad es muy distinta de la precedente, que se toma a caer finalmente en ella, ya que, en realidad, no puede distinguirse el funda-
de la unidad de la naturaleza, y no es tampoco la unidad del individuo formal- mento de la unidad de la entidad misma. Por lo cual, como la unidad individual
mente contenido bajo la especie, como prueba el argumento; del mismo modo, en lo que tiene de formal no puede añadir nada positivo real sobre la entidad
también, como la unidad del artífice que tiene varias artes distintas específicamen- individual, ya que en este punto subsiste la misma razón acerca de ella y de
te no es la unidad de la especie contenida bajo el género, sino la unidad mate- toda unidad, así el fundamento positivo de esta unidad en cuanto a la negación
rial o suposital, la cual se juzga que basta para aquel modo de hablar a causa de que dice, no puede añadir nada positivo, hablando físicamente, a aquella entidad,
la real o sustancial unión de varias naturalezas en un supuesto, porque el nombre que se denomina una e individual; luego aquella entidad, por sí misma, es el
sustantivo significa la naturaleza al modo de algo que está por si mismo, como fundamento de esta negación y en este sentido se afirma en aquella opinión que
se explicó extensamente en el referido lugar. Por consiguiente, a través de lo por si misma es el principio de individuación. Porque no niega esta opinión que
dicho consta suficientemente que no es acertado poner en la subsistencia o en la ep "'luella entidad individual pueda distinguirs~_con_la...razón__lli__j_tJlturaleza
existencia el principio de individuación de la naturaleza sustancial, o del indi- conn\nCle1a entidad singular, y que de este modo el indilddno añad!LIDbreJa
viduo constituído por ella. especie algo conceptualmente distinto. lo cual, segJÍn la consideraci_ó_n_metaffsica,
ti_e¡¡<:_!~?Ó!l de.!!iferencia individual, tal como se ba~¡li~ho _en ~e~ción preceden-
SECCION VI ~~_; y Durando no lo niega, sino más bien parece que lo supone. No obstante, esta

¿CUÁL ES, EN DEFINITIVA, EL PRINCIPIO DE INDIVIDUAciÓN DE TODAS


opinión afi"tte (que es Jo que propiamente pertenece a la cuestión presente) que
LAS SUSTANCIAS CREADAS? aquella diferencia individual no tiene en la sustancia individual un principio es-
l. Por lo dicho hasta ahora en contra de las opiniones anteriores, parece tem suam, esse singu}arem] 1 neque alio indl- formali non potest addere aliquid positivum
que resta, como tras una enumeración suficiente de las partes, que toda sustap.- gere individuationis principio praeter suam reale supra entitatem individuam, quia quoad
sia si¡¡g_uhu:__(p..Qr_s~ lllisllla o por su entic\ad es singular! y gue no necesita ningún entitatem, vel praeter principia intrínseca hoc eadem est ratio de illa et de omni uní-
quíbus eius entitas constat. Nam, si talis tate, ita positivum fundamentum huius uni-
10. Totius quaestionis conclusio. -Di- artificis habentis piures artes specie distinc- substantia, physice considerara, simplex sit, tatis quoad negationem quam dicit, nihil
xi autem per se loquendo, quía hic se in- tas non est_ unitas speciei contentae sub ge- ex se et sua simplici entitate est individua; positivum addere potest, physice loquendo,
sinuabat quaestio, an cum duplici natura nere, sed est unitas materialis seu supposi- si ve,ro sit composita, verbi gratia, ex mate- illi entitati, quae una et individua denomina-
possit esse idem numero individuum prop- talis, quae censetur sufficere ad illum modum ria et forma unitis, sicut principia entitatis tur; ergo illa entitas per seipsam est funda-
ter unitatem subsistentiae; sic enim dispu- loquendi, propter realero vel substantialem eius sunt materia, forma et unio earum, mentum huius negationis, et hoc sensu di-
tatur a theologis, an, si Verbum divínum ita eadem in individuo sumpta sunt prin- citur ab illa opinione seipsa esse principium
unionem plurium naturarum in uno sup- cipia individuationis eius; illa vero, cum individuationis. Non enim negat haec opi-
assumeret duas humanitates, esset unus ho- posito, quia nomen substantivum significat
mo vel plures. Nam ex dictis videtur sequi, sint simplicia, seipsis individua enmt. Quam nio in illa individua entitate posse ratione
naturam per modum per se stantis, ut latius sententiam tenuit Aureol. apud Capreol., In distinguí naturam communem ah entitate
fore p}ures numero homines propter piu- dicto loco explicatrun est. Igitur ex bis om-
res numero humanitates, quía dictum est II, dist. 3, q. 2; et in re eam tenet Duran., singulari, et hoc modo 2 individuum ad-
nibus satis constar principium individuatio- In II, dist. 3, q. 2. Eam vero referens Fonse- dere supra speciem aliquid racione distinc-
individuationem concreti sumí ex indi- nis naturae substantialis, aut individui per
vidua natura.- Nihilominus ___ tamen, ____.ut_ in __J ca, V Metaph., c. 6, q. 3, dicit in sect. 2, es- tum, quod, secundum metaphysicam consi-
illam·- CóriStitLiti, rton- recte in subsistentia vel se omnium implicatissimam, et quae si ad derationem, habet rationem differentiae indi-
tom. III partís dixi cum D. Thoma, ille
simpliciter et communi modo loquendj dice- existentia constituí. verum sensum reducatur, quaestionem inso- vidualis, prout in sectione praecedenti dictum
retur unus horno, non quidem per se ac ~utam relinquit. Mihi tamen videtur omnium est et Durand. non negat, sed potius sup-
formaliter, sed quasi materialiter ratione SECTIO VI clarissima, et tam ipsum quam fere alios in ponere videtur. Sed tamen addit haec opinio
Suppositi, ad eum modum quo dicitur unus eam tandem incidere, quia revera non potest (id quod proprie ad praesentem qUaestionem
QUOD TANDEM SIT PRINCIPIUM INDIVIDUATiü- fundamentum unitatis ab ipsa entitate di-
artifex quí piures habet artes, non solum pertinet) Ulam differentiam individualem non
NIS ill OMN~BUS SUBSTANTIIS CREATIS
numero, sed etiam specie distinctas. Haec stinguí. Unde, sicut unitas individua pro habere in substantia individua speciale ali-
autem unitas diversa est a praecedenti, quae l. Ex hactenus dictis contra superiores
sumitur ex unitate namrae, neque est uni- sententias videtur quasi a sufficienti par- 1
La frase encerrada entre corchetes falta en bastantes ediciones, por ejemplo, en
ms individuí fonnaliter contenti sub specie, tium enumeratione relinqui omnem sub- la de Vives (N. de los EE.).
2
probat; sicut etiam unitas stantiam singularem [se ipsa, seu per entita- Añadimos la palabra modo, que no
646 Disputaciones metafíslcas Disp111(lcÍÓ1'f quinta.---:Sección VI _ _ __ 6117
pedal o un fundamento que sea realmente distinto de su entidad; y, por ello, e:n modo alguno conservar su unidad sin ella. Y~ además, siguen vigentes tod~s
en este sentido dice que cada entidad por sí misma es el príncipio de su índivi- Íos argumentos comunes que arriba fueron aducidos acer~a de que la sustanc~a
duadón. Por consiguiente, esta sentencia es verdadera si se explica rectamente; no se individualiza por el accidente, ni por el orden al acc1d~nte_, P?~s la matena
a pesar de todo, para que aparezca más claramente, la explicaremos por separado es sustancia, aunque parcial. Asimismo, porque la sust~ncia mdividual es un
·en todos sus puntos sustanciales. ente per se. Asimismo, porque el accidente supone a un SUJeto ~al co:n:-o ~st~ ~n la
realidad, y, por consiguiente, singular..Igualmente, p~rque la diferencia mdlVldual
Cuál es el principio de individuación d<J la materia prima no es en la realidad distinta de la entidad que constituye; luego tampoco puede
2. En primer lugar, pues, cgm~nzando por !a materia prirna,Jiay~__que afirmar fundarse en una entidad distinta. . .
que esiJl.cJjyi<iu~Len._!? reali<lail, _y_ que J'l fu11damento de taL unidad es su misma 3. Corolario.- Y todas estas razones a fortiori valen de cualesqmera acci-
e11tida¡l p_()r_~í misma, tal como está en, la xealidad y sin níngún aditamento exe dentes o disposiciones de la materia. Por lo cual, la afirmación que suelen algu-
trínseco. Se prueba porque )a materia que yace bajo esta forma de madera es nos mantener de que la materia se individualiza por el agente -en cu~to .q?e
nnméúcamente diversa de aquella que está bajo la forma de agua o de hombre; ·su indiferencia hacia esta forma se individualiza y constriñe por l~s dtsposicio-
luego es en sí individual y singular. Ahora bien: el fundamento de tal unidad nes-, para que en algún sentido sea verdadera ha de ser entendida. d~ ~odo
en ella no es la forma sustancial, ni el orden hacia esta o aquella forma, como se :adecuado, pues el agente, para que ?bre en la :nat~r.ia, s~~one a ésta mdivi.dual,
probó antes en contra de Durando, ya que variada cualquier forma sustancial, y con su acción no puede qui:ar o m~?tar su m~v1duacwn; de lo contrano, la
siempre permanece la misma materia numéricamente, la cual, aunque actualmente destruiría y en lugar de ella mtroducina otra; m tampoco puede s~ceder q~e,
esté unida a esta o aquella forma, con todo, de suyo dice una común e indiferente lo que en la realidad es ya il_ldividual, po~ 1~ adición de algno~ entld~d. reciba
relación a cualquier forma que puede recibir. A su vez, tampoco la cantidad en sí otra individuación. Se dtce, por consigUiente, que la matena se limita por
puede ser el fundamento de esta índividual unidad de la materia, como prueba las disposiciones, o que queda determinada por . el agente a esta forma, .~o
el mismo argumento, si es verdad que la materia pierde y adquiere diversas can- en orden al ser sino en orden a la acción del mismo agente, y a la recepc10n
tidades en cuanto varían las formas sustanciales. Asimismo, porque según la mis- de la forma, y ~llo o bien de modo accidental y cuasi ':'egativo, ya qw; por las
ma opinión, la materia, con prioridad natural a recibir la cantidad, está bajo la disposiciones se quitan los impedimentos para esta acc1ón y para .1~ mt~oduc­
acción del agente que índuce la forma o la cantidad; y no está bajo él, sino en ción de esta forma, o bien en algún sentido por sí y ~~ modo .~ositlvo s1 tales
cuanto individual y síngular, ya que las acciones se realizan sobre los singu- disposiciones son naturalmente necesarias para la educc10n o umon. de esta for-
lares. Y si mantenemos que la cantidad misma es coeviter:D.a de la materia, puede ma con esta materia, pues esto es cosa que permanece controvertida entr.e, los
acomodarse el mismo argumento, al menos en orden a la potencia de Dios, pues filósofos, y para la dificultad prese.nte p?co importa, ~a que tal .coadapt~cwn a
puede Dios, efectivamente, quitar esta cantidad de esta materia y at¡¡¡'buirle otra, través de las disposiciones es cuasi extrmseca a la .m1sma maten~, que m7luso
o conservarla enteramente sin cantidad; sería, por consiguiente, la misma mate- tomada individualmente es de suyo capaz de cualqwer forma; y SI se reqmere.n
ria numérica sin la misma cantidad numérica; luego, no es la cantidad el fun- disposiciones, es más bien por razón de la forma que ~or ,razon ?e
.la_ mat~;m
damento de tal unidad para la misma materia, pues, de lo contrario, no podría misma; por consiguiente, en nada se refiere esto a su mtrmseca mdtv~duacwn.
4. Se responde a algunas objeciones.- Podrá decirse: esta matena no se
quod prlncipium vel fundamentum quod materia, quae, licet actu sit unita huic vel
sit in re distinctum ab eius entitate; ideoque unitatem reservare. Et praeterea sunt omnia est ut quod in re iam individuum est, per
illi formae, tamen ex se communem et indif-
in hoc sensu dicit unamquamque entitatem anrumenta communia supra facta, quod additionem alicuius entitatis aliam indivi-
ferentem habitudinem dicit ad quamcumque substancia non individuetur per accidens,
per seipsam esse suae individuationis prin- duacionem in se accipiat. Dicitur ergo ma-
formam quam potest recipere. Rursus, · ne- nec per ordinem ad accidens; materia enim teria per dispositiones lirnitari seu determi-
dpium. Est igitur vera haec sententia recte
explicata; ut tamen clarior fíat, eam sigil- que eciam quantítas potest esse fundamen- substancia est, licet partialis. Item quod in- nad ab agente ad hanc formam, non in or-
tum huius indlviduae unitatis materiae, ut dividua substancia est ens per se. Item quod dine ad e.sse, sed in ordine ad actionem ip-
latim in universis rebus substantialibus de- ídem probat argumentum, si verum est.
darabirnus. accidens supponit subiectum suum prout est sius agencis et receptionem formae, idque
materiam amittere et acquirere quantitates in re, et consequenter singulare. Item quod vel solum per accidens et quasi negacive,
Per quid individuetur '111'ateria prima varias prout formae substantiales variantur. -differencia individualis non est in re distinc- quia per dispositiones tolluntur impedimenta
ltem quia juxta eamdem opinionem materia ta ab encitate quam constituit; unde nec ad hanc accionem et huius formae introduc-
2. Primo igitur a materia prima incipien- prius natura, quam recipiat quantitatem, sub- potest fundari in entitate distincta. tionem, vel etiam aliquo modo per se ~t
do, dicendum est illam esse in re indivi- est actioni agentis inducenti_s formam vel 3. Corollarium.-Atque hae rationes a positive, si hae disposici?nes sunt na~urah­
duam, et fundamentum talis unitatis esse quantitatem; non autem subest, nisi ut in- fortiori procedunt de quibuscumque acci- ter necessariae ad educuonem ve.I un10nem
entitatem eiu¡¡_ pe_r_ seipsam, .. p.rouL.esL.in. re dividua __ et __ singularis, quia acciones sunt cir~ .dentibus vel dispositionibus materiae. Quo- huius formae cum hac materia; hoc enim
absque ullo extrinseco superaddito. Proba- ca singularia. Si autem teneamus eamdem ·circa cum dici ab a)iquibus solet materiam controversum est ínter philosophos et ad
tur, quia materia quae est sub hac forma quantitatem esse materiae coaevam, potest individuad ab agente, quatenus eius indif- praesentem difficultatem non refert, qui~
ligni, est numero diversa ab illa quae est ídem argumentum accommodari, saltem in ferentia ad hanc formam individuatur et haec coaptatio per dispositiones est quasr
sub forma aquae vel hominis; est ergo in ordine ad potentiam Dei; potest enim Deus coarctatur per dispositiones, ut aliqua ra- extrinseca ipsi materiae, quae etiam in indi-
se indiv¡dua et singularis. Fundamentum ab hac materia hanc quantitatem auferre- et tione verum sit, sano modo intelligendum viduo sumpta ex se capax est cuiuscumque
autem talis unitatis in ea non est forma aliam tribuere, vel omnino sine quancitate ·est; quia a gens, ut in materiam agat, sup- formae; et si dispositiones requi~untm;, J?O-
substantialis, neque ordo ad hanc vel illam servare; esset ergo eadem materia numero ponit illam individuam, et actione sua non tius est ratione formae quam rattone 1psms
formam, ut probatum supra est contra Du- sine eadem numero quantitate; ergo non est potest tollere aut immutare inrlividuation~m materiae; nih,il ergo hoc refert ad intrinse-
randum, quia variata quacumque forma quantitas fundamentum ta1is unitatis ipsi ma- eius; alioqui destrueret illam, et loco erus cam individuationem eius.
substantiaLi, semper manet eadem numero teriae, alias nullo modo posset sine illa suam :aliam introduceret; neque etiam fieri pot- 4. Obiectis aliquot satisfit.-Dices: ma-
648 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-5ección VI
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distingue de aquélla sino mediante la cantidad, ya que al ser pura potencia, no Esta conclusión puede probarse con las mismas razones proporcionales que
puede distinguirse más que por el acto. Asimismo, la materia esencialmente · la anterior, y puede fácilmente confirmarse con lo que se dijo antes, principal-
dice referencia a la forma según su especie; luego esta materia individual debe mente en la primera y segunda opinión. Porque, en primer lugar, ningún ac-
individualizarse por la forma o por la relación a esta forma. A lo primero se res- cidente puede ser principio intrínseco de individuación de la forma sustancial,
ponde que una materia se distingue de otra en orden al sitio, por la cantidad, porque también tal forma, en cuanto es ésta, es un ente sustancial, aunque in-
pero entitativa y realmente se distinguen por su entidad, como arriba se dijo,. completo, y pertenece al predicamento de la sustancia, y se coloca bajo la razón
porque como la materia de por sf tiene algo de entidad, sea de existencia o de esen- especifica de tal forma, aunque de modo reductivo. Igualmente, esta forma o bien
cia, también por razón de ésta tiene algo de actualidad entitativa, mediante la es absolutamente y en todo sentido anterior a los accidentes, y es origen de ellos,
cual puede distinguirse trascendentalmente de otra. A lo segundo se responde : o bien, si supone algunos en el género de causa material, no dice por sí relación
del mismo modo que la materia esencialmente tiene relación trascendental a la a ellos, sino que, a lo sumo, los requiere como condiciones o disposiciones nece-
forma, asi esta materia tiene esta relación trascendental a la forma, porque tiene sarias para preparar al sujeto; luego. de ningún modo puede individualizarse
esta capacidad numérica y esta potencia, y el hombre se individualiza por la por los accidentes. Además, la materia no puede por sí misma ser principio ifl..
relación a la forma; pero esto mismo es individualizarse físicamente por sí mis- trinseco de individuación de ninguna forma, ya que no es principio intrínseco-
ma, ya que su entidad esencialmente incluye esta relación. Y no es necesario de su entidad; y es el mismo el principio de la unidad que el de la entidad, como
que esta individuación se haga por la determinación de la forma (que es el sen- se ha dicho frecuentemente, porque la unidad no añade cosa alguna a la entidad,
tido en que debería proceder el argumento para que tuviera algo de dificultad), sino la negación que intrínsecamente la acompaña. El antecedente es claro, por~
ya que no sólo la materia en especie, sino también esta materia numérica dice que la materia es principio intrínseco del compuesto, ya que compone a aquél con
relación a la forma en común como a objeto adecuado de su capacidad, incluso su entidad; pero no compone de este modo la entidad de la forma; por consi-
tomada ésta individualmente, y, por ello, no se dice rectamente que la materia guiente, no es su principio intrínseco. En cambio, respecto de aquellas formas
se individualice por esta forma, sino que se individualiza por la relación indivi- que dependen de la materia en el hacerse y en el ser, la materia es causa por sí
dualizada a la forma. Del mismo modo, la potencia visiva especificamente dice en su w!nero de la forma, no en cuanto compo-nente intrínseco de la misma, sino
relación al color en común; e individualmente, de manera semejante, dice rela- en cuanto que la sustenta, que es un cierto género cuasi extrínseco de causalidad; y
ción no a éste o aquel color, sino al color en general; y, por ello, no se indivi- de este modo la materia puede decirse causa y principio de individuación de
dualiza propiamente por este color, aunque se individualice con tal o por tal tales formas en su género, de acuerdo con el principio establecido de que la
relación trascendental y entitativa al color. causa de la entidad es causa de la unidad, y porque la materia no causa sino la
forma singular e individual; luego, causando la entidad, causa su individuación.
Cuál es el principio de indi~-iduación de la forma sustancial Con todo, porque la diferencia individual se predica intrínsecamente de la cosa
5. En segundo lugar hay que decir que la forma sustaocial es ésta intrínse- individual, por esto no se toma de cualquier clase de causas extrínsecas de la
camente por s11: l!!i~p:~,ª··-elll;i~_g,_ de Jª----.cJml. ª-~ · tomase~ j!__ ~Jtim~~g~~~o __()_ rea- misma cosa individual, sino del principio intrínseco o de su entidad, y por ello,
h_U,~a--su=<Ii§r~iiciailldiYidJ!al.
en este sentido no puede ser la materia el principio intrínseco de individuación

teda haec non distinguitur ab altera rus1 se ut haec individuatio fiat per determina- individualis eíús. Haec conclusio probari unitas nullam rem addit entitati, sed nega-
per quantitatem, quía, cum sit pura poten- tionem formae (quo sensu deberet argumen- potest eisdem rationibus proportional.ibus tionem intrinsece comitantem illam. Ante-
tia, non potest distinguí nisi per actum. tum procedere, ut aliquid difficultatis ha- quibus praecedens, et ex supedoríbus, prae- cedens autem patet, quia materia est princi-
Item materia essentialiter respicit formam beret), quía non solum materia in specie,. sertim ex his quae in prima et secunda opi- pium compositi intrinsecum, quia per
secundum speciem suam; ergo haec indivi- sed etiam haec numero materia respicit nione dicta sunt, facile confirrnari potest. suam entitatem componít illud; non sic au-
dua materia individuarí debet per formam, formam in communi veluti adaequatum Nam imprimis nulla accidentia possunt es- tem componit entitatem formae; non est ergo
vel per habitudinem ad hanc formam. Ad obiectum suae capacitatis, etiam in individuo se intrinseca princip~a individuantia formam intrinsecum pdncipium eius. Respectu vero·
primurn respondetur unam materiam distin- sumptae, et ideo non recte dicitur materia substantialem, quía etiam talis forma, ut est illarum formarum, quae a materia pendent
guí ab a;Lia in ordine ad situm per quantita- individuad per hanc formam, sed indivi- haec, est ens per se, llcet incompletum, et in fied et in esse, materia est causa per se in
tem, entitative vera et realiter distingui per duad individuata habitudine ad forrnam. pertinet ad praedicamentum substantiae, et suo genere forrnae, non ut intrinsece com-
suam entitatem, ut supra dictum est, quía, Sícut potentia v¡siva in specie dicit habitu~ sub specifica ratione talis formae collocatur, ponens illam, sed ut sustentans illam, quod
sicut materia e:¡,; se habet aliquid entitatis, dinem ad colorem in communi, et in indi- quamvis reductive. Itero haec forma vel est genus quoddam causalitatis veluti ex-
sive existentiae sive essentiae, ita ratione viduo similiter dicit habitudinem non ad est simpliciter et omni ratione prior acci- trinsecum; et hoc modo materia dici potest
illius habet aliquid actualitatis entitativae, per hunc vel illum colorem, sed ad colorem in dentíbus, et origo illorum vel, si aliqua causa et principium individuationis talium
qu~m potest _1:f_~sc_(!:O_I:ie!l_!a_~.ter ·-· ab . .?~.a _c]J_:- co_lllllltl!_li; ___ et ideo non individ_uatur proprie supponit in genere causae materialis, non formarum in suo genere, ex principio pasito,
stingui, Ad seculldUni res¡)oiidetur :--eo ñiOdo per hunc colorem, quamvis individuetur dicit per se habitudinem ad illa, sed ad sum- quod causa entitatis est causa unitatis, et
quo materia essentialiter habet trascenden- cum tali seu per talem habitudinem trans- rnum requirit illa ut conditiones vel disposi- quia materia non causat formam, nisi sin-
talem habitudinem ad formam, ita haec cendentalem et en.titativam ad colorem. tiones necessarias ad praeparandum subiec- gularem et indíviduam; ergo causando enti-
materia habet hanc habitudinem trans- tum; ergo nullo modo potest ah accidenti- tatem -causat individuationem eíus. Tamen,
cendentalem ad formam, quia habet hanc Individuationis formae substantialis quod- bus individuari. Deinde materia non potest quia differentia indlvidualis intrinsece prae-
numero capacitatem et potentiam, et horno nam principium per seipsam esse intrinsecum principium in- dicatur de re individua, ideo non sumitur
individuatur per habitudinem ad fonnam; S. Secundo dicendum est formam sub- dividuandi ullam formam, quia non est in- ex causis quovis modo extrinsecis ipsius rei
sed hoc ipsum est individuarí physice per stantialem esse hanc intrinsece per suam- trinsecum principium entitatis eius; idem individuae, sed ex intrínseco principio seu
seipsam, quía eius entitas essentialiter inclu- met entitatem, a qua secundum ultimum autem est principium unitatis quod est prln- entitate eius, et ideo hoc modo non potest
dit hanc habitudinem. Non est autem neces- gradum seu realitatem sumitur differentia cip¡um entitatis, ut saepe dictum est, quía esse materia principium intrinsecum indivi-
650 ____!Jjsputacimu;s _metafísica.:. Disputación quinta. -Sección VI _ _ ____ __ 651
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de las formas. Lo cual se declara a po-steriori en orden a la divina potencia, forma, y se adquiere otra nueva, que es informada por la misma forma. Asimismo
pues puede esta forma susta~cia! c?~servarse, sin m_~teria, .Y enton~es,, del rnis~o es accidental para la misma nutrición que se haga por medio de estos o aquellos
rnodo que retiene su diferencia mdividual, as1 ~ambten ~cti~~e s.u mtrmseco prm- alimentos, y, sin embargo, de aquí procede que el alma informe después esta o
cipio de individuación; luego no es 1~ rnaterm tal prmctpto mtrinse.co. Y esto aquella materia; luego también esto es- para ella contingente y accidental; por
mismo es más manifiesto en el alma raciOnal, en la cual como la matena no causa tanto, no queda individualizada por esto, ni de suyo está coadaptada a esta materia
-por si el ser, asi tampoco la unidad o la individuación, como notó Santo Tomás numérica.
·en el II cont. Gent., c. 75; luego la materia no sólo no es el principio intrín- 7. Podrá quizás decir alguien que de por sJ pide esta alma, al menos al prin-
seco de individuación del alma, sino que ni siquíera es la causa por si del mismo, cipio, ser introducida en tal materia, aunque después pueda dejarla e informar a
aunque sea como una cierta ocasión de que, organizado tal cuerpo, cree Dios otra; y de este modo queda individualizada por aquella materia en la que pri-
en él tal alma. meramente se introduce.
6. Una pequeña duda.~ Pero la dificultad está en si se individualiza la Pero, en primer lugar, esto se afirma gratuitamente, pues si la misma alma
forma por la materia al menos como por el término al que dice relación. Pues puede en diversos tiempos informar naturalmente a diversas materias, es señal
en esto parece que está la diferencia entre la materia y la forma, en que la mate- de que su virtud informativa o su aptitud para informar no dice relación a esta
ria, por estar una misma numéricamente bajo diversas formas, no puede tener materia numérica como a su término adecuado. ¿Con qué fundamento puede
la terminación individual de parte de l.a forma a la que se refiere; en cambio, decirse, por consigu~ente, que de suyo pide más una materia que otra al comienzo, o
la forma no tiene tal indiferencia, sino que está determinada para actuar a tal ·que dice una relación más intrínseca hacia una que hacia otra? De lo contrario,
materia, y, por ello, puede individualizarse por esta materia, como por su tér~ podría decirse del mismo modo que la materia pedía por su naturaleza ser creada
mino, al cual dice relación en cuanto que es tal forma. Y así piensan común- bajo aquellas formas numéricas bajo las que fué creada, y que por ellas fué
mente los totnlstas, y de este modo entienden a Santo Tomás cuando afirma en individualizada, aunque pudiera después conservarse bajo otras formas; por
los pasajes citados antes y en otros, que la forma se individualiza por la materia. Y consiguiente, igual que esto se diría gratuitamente allí, así también se dice sin
en el mismo sentido puede explicarse lo que dice en la q. única De Anima, a. 3, ad fundamento acerca del alma. Imaginemos, pues, que aquella materia numérica
13, de que los principios de individuación de las formas no pertenecen a la esencia
que adquiere la prole por la propia nutrición, y a la que informa, estuvo prime-
de las mismas, pero que esto es verdadero solamente en los compuestos. Ahora
ramente bajo la forma de la sangre materna, de la que en un principio se fué for-
bien: en primer lugar la razón aducida no tiene aplicación en el alma racional, la
cual, permaneciendo la misma numéricamente, puede actuar diversas materias. mando el cuerpo de la misma prole; ahora bien : ciertamente, del mismo modo
Pues primeramente actúa de tal manera simultáneamente las diversas partes de la que pudo introducirse esta forma numérica después en aquella materia dispuesta
materia que componen el mismo cuerpo, que está toda ella en cada una de las par- por medio de la nutrición, así también si en la primera formación hubiese sido
tes; por consiguiente, no puede individualizarse por una coadaptación a todo el dispuesta por la sangre materna en virtud del principio seminal, de modo seme-
cuerpo y a cada una de sus partes. Pero urge aún más el que sucesivamente puede jante hubiera podido introducirse en ella naturalmente la misma forma; eviden-
informar a diversas materias íntegras, como cuando por la nutrición continuada temente, no se puede dar ninguna razón filosófica de por qué no habría de poderse;
poco a poco se pierde toda la materia en la .que primeramente fué introducida la luego esta alma, incluso en cuanto que es ésta, es indiferente para. informar
varias materias, sea al principio en la producción, sea después en la conservación.
duationis formarum. Quod a posteriori de- terminationem ex forma quam respicit; at
claratur in ordine ad divinam potentiam: vero forma non habet eam indifferentiam,
-potest enim haec forma substantialis con- sed determinatur ad hanc materiam actuan- fuit introducta forma, et aUa nova acquiri- sece respicere unam quam aliam? Alias eo-
servad sine materia, et tune, sicut retinet dam, et ideo individuad potest ex hac ma- tur, et eadem forma informatur. ltem ipsi dem modo dici posset materiam natura sua
suam differentiam individualem, ita etiam teria, tamquam ex termino ad quem dicit nutritioni accidentarium est quod bis vel postulavisse ut sub eis numero forrnis crea-
suum intrinsecmn principium individuatio- habitudinem, ut talls forma est. Et ha opi- illis cibis fiat, et tamen inde provenit quod retur sub quibus creata fuit, et ah illis fuis-
nis; ergo non est materia huiusmodi princi- nantur thornistae communiter, itaque intel- anima hanc vel illam materiam postea infor- se individuatam, quamvis potuerit postea
pium intrinsecum. Hoc autem manifsstius ligunt D. Thomam, locis supra citatis et met; ergo hoc etiam illi est contingens et sub aliis forrnis conservad; sicut ergo hoc
est in anima rationali, in qua, sicut esse non aliis, ubi ait formam individuad per ma- accidentarium; non ergo inde individuatur, esset ibi gratis dictum, ita etiam sine fun-
causatur per se a materia, ita etiam neque teriam. Et eodem sensu exponi potest quod nec de se est coaptata ad hanc numero ma- damento dicitur de anima. Finge enim illam
unitas aut individuatio, ut notavit D. Tho- ait, q. unic. de Anima, a. 3, ad 13, principia teriam. materíam numero quam proles per propriam
mas, II cont. Gent., c. 75, in solucione individuationis formarum non esse de es- 7. Dicet fortasse aliquis ex se postulare nutritionem acquirit et informat, fuisse prius
pr.imae rationis, et c. 81, in principio; ergo sentía earum, sed hoc esse verum solum in hanc animam ut saJtem in principio in tali sub forma sanguinis materni, ex quo in
materia non solum non est principium in- compositis. Sed imprimís ratio facta non materia introducatur, ;Licet postea possit illam principio corpus eiusdem prolls formatum
tdnsecu-m· --- i:in:livídua:rionhl- -an:itrrae·;-·-· ve·rum habet lüCi.lih Ífi ailirtia rationali, quae eadem relinquere et a)iam informare; et hac ratio- est; certe, sicut in illa materia postea per
etiam nec causa per se eJus, quamvis sit numero manens potest diversas materias ne individuad ab illa materia in qua primo nutdtionem cUsposita introduci potuit haec
· veluti occasio quaedam ut, organizato tali actuare. Primum enim simul ita actuat di- introducitur. Sed hoc imprimis gratis dici- numero forma, ita etiam, si in prima for-
corpore, Deus in illo talem animam creet. versas partes materiae componentes ídem tur; nam, si eadem anima potest' diversis matione disposita fuisset virtute seminis ex
6. Dubiolum.- Sed difficultas est an corpus ut tota sit in singulis partibus; ergo temporibus varias materias naturaliter infor- sanguine materno, simiijter potuisset eadem
individuetur saltem forma per materiam non potest per coaptiltionem ad totum cor- mare, signum est virtutem i):úormativam seu forma naturaliter in eam introduci; nulla
tamquam per terminum ad quem dicit ha- pus et ad singulas partes eius individuari. aptitudinem eius ad informandum non re- enim reddi potest philosophica ratio cur
bitudinem. In hoc enim videtur esse dif- Sed magis urget quod successive potest spicere ut adaequatum terminum hanc nu- non potuerit; ergo haec anima etiam ut
ferentia inter materiam et formam, quod informare diversas materias integras, ut mero materiam. Quo ergo fundamento dici haec, indifferens est ad plures materias in-
materia, quia eadem numero substat pluri- quando per nutritionem continuam paulatim potest ex se magis postulare unam materiam formandas, sive in principio in productioneJ
bus formis, non potest habere individuam amittitur tota materia in quam primum in principio quam aliam, vel magis intrin- sive postea in conservatione.
652 Disputacianes metafísicas Disputación quinta.-8ección VI 653
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8. U na cosa notable teológicamente.- Ni importa que diga alguien que es- que dependen de la materia en el' ser, porque tales formas de tal modo informan
tas materias se juzgan una y la misma porque la mutación se verifica paulatina- esta materia numérica-, que están totalmente determinadas a jnformarla, ni pue-
mente bajo las disposiciones y organización de una misma clase; ya que, en den naturalmente informar otra materia numéricamente distinta, ya que no pue-
efecto, esta nnidad de la materia o del cuetpo se debe más a su externa aparien- den separarse de ésta ui simultáneamente ni paulatinamente, lo cual puede decir-
cia y aspecto que a la verdadera y fisica entidad del cuerpo o de la materia. se también de las almas de los auimales perfectos si son extensas y divisi-
Añádase a esto que aunque sucediese que toda la materia se hiciese por la sepa- bles, como mantiene la opiuión común y tal vez la más probable (pues si se supo-
ración íntegra de un solo cuerpo y por la unión de otra materia, a pesar de todo ne que son índivisibles, valdrá para ellas el argumento dado- acerca de las almas
el alma informaría naturalmente a uno y otro. Así es como probablemente suce- racionales); por consiguiente, puede decirse rectamente que la forma sustancial
derá en la resurrección. De modo que si sucede que en esta vida han informado material es ésta intrínsecamente por la coadaptación a esta materia numérica,
dos almas a materias en absoluto idénticas, se podrá dar a una de ellas un cuerpo y por medio de esta materia, como por el término de tal relación. Pero, sin em-
tomado de otra materia, al cual informará no menos connaturalmente que si cons- bargo, tampoco en estas formas materiales puede decirse propiamente esto, ya que
tase de la anterior materia. Luego esto es señal de que esta alma, en cuanto que o bien se incluyen en esta materia numérica las disposiciones por las que esta ma-
tiene aptitud para informar, de ningún modo dice referencia determinada a esta ma- teria es preparada por el agente para esta forma, o bien se concibe esta materia
teria, y, por consiguiente, no está individualizada por esta materia, en cuanto que es prima según su pura entidad; y de ninguno de estos modos puede esto entender-
ésta, ni siquiera como por el término de su relación trascendental, ya que no es se o explicarse satisfactoriamente.
el término adecuado de aquél. Por consiguiente, se individualiza esta alma por 10. Lo- primero- es claro porque la materia con los accidentes no puede ser
sí misma y por la virtud misma de su entidad; y, por consiguiente, porque in- la razón de la individuación de la forma, ni siquiera como término de su relación,
trínsecamente tiene tal aptitud índividual para informar al cuerpo humano, del porque siendo esta relación trascendental y sustancial, no incluye los accidentes
mismo modo que decíamos antes acerca de la relación de la materia. Y de este en su término primario e inmediatO'. Asimismo, porque si suponemos que en
modo. lo enseña Toledo en particular acerca del alma humana en el libro III lo que se engendra no existen las mismas disposiciones que existieron en lo que
De Anima, q. 18, conc. 2 y 3, quien lo confirma además con el argumento que se corrompió, entonces pueden aplicarse los argumentos aducidos arriba, ya que
nosotros hemos traído antes, que al asignar el principio de individuación hay que la forma absoluta y simplemente informa con prioridad natural a la materia des-
detenerse en algo que se individualice por si mismo; luego, si la materia o la provista de accidentes; ahora bien: la informa en cuanto que es individual y
cantidad se dice que se individualizan por si, mucho más habrá que decir esto singular; luego del mismo modo se refiere a ella, según su aptitud y coadapta-
del alma racional, que es por si subsistente, y más bien da el ser a los demás ción individual. Pero si suponemos que permanecen en la materia las disposicio-
que lo recibe de ellos. Por consiguiente, la variedad de los cuerpos es una señal nes que hubo en el ser que se corrompió, de este modo la forma no informa a la
óptima a po<teriori de la distinción de las almas, ya que viene a ser como la materia en cuanto afectada por los accidentes, aun cuando aquéllos se presu-
ocasión de producir diversas almas, pero no es, sin embargo, el propio e intrín- pongan como condiciones necesarias, o tal vez sólo porque han permanecido desde
seco principio de individuación de las mismas. la precedente alteración; luego tampoco esta forma como tal dice referencia a los
9. Ahora bien: no parece que con el argumento antes propuesto pueda accidentes, sino sólo a la materia. Y esto tanto más es así cuanto que, aun cuando
discernirse si existe la misma razón acerca de todas las ()tras forma.~ sustanciales ita informant harre materiam numero ut om- 10. Primum patet, quia materia cum ac-
8. Notabile theologicum.-Nec refert si per seipsam et ex vi suae entitatis; et con- nino sint determinatae ad illam informan- cidentibus non potest esse ratio individua-
quis dicat has materias censeri unam et sequenter quia intrinsece habet talem indi- dam, nec possint naturaliter aliam numero tionis formae, etiam ut terminus habitudi-
eamdem quia paulatim fit mutatio sub dis- v.idu~m aptitudinem ad informandum corpus distinctam materiam informare~ cum non nis eius, quia cum haec habitudo sit trans-
positionibus et organizatione eiusdem ratiO- humanum, ad eum modum quo paulo antea possint ab hac separari, neque simul neque cendentalis et substantialis, non includit ac-
nis; quia haec unitas materiae vel corporis de habitudine materiae dicebamus. Atque paulatim, quod etiam procedit de animabus cidentia in suo primario ac per se termino.
magis est secundum externam speciem et ita in particulari de anima rationali docet brutorum perfectorum, si illae extensae sunt Item, quia si supponamus non esse easdem
apparentiam quam secundum veram ac phy- et divisibiles, ut communis et fortasse pro- dispositiones in gen.ito quae praecesserunt in
Toletus, lib. III de Anima, q. 18, concl. 2
sicam entitatem corporis seu materiae. Adde babilior tenet opinio (nam si indivisibiles corrupto, procedunt argumenta supra facta,
et 3, qui hoc confirmat argumento supra esse supponantur, procedet in eis argumen-
quod, licet contingeret totam materiam fie- a nobis facto, quia in ass.ignando individua- quod forma prius 1 natura absolute et sim-
ri per separationem integram unius corpo- tum factum de an.imabus rationallbus); rect.e pliciter informat materiam accidentibus nu-
tionis principio sistendum est in aJiquo quod i_gitur d¡cj potest materialis forma substan-
r.is et coniunctionem alterius materiae, ni- dam; informat autem illam ut individua et
per se individuetur; ergo si materia vel quan- tialis esse haec intrinsece quidem per coap- singularis est; ergo eodem modo respicit
hilominus anima utrumque naturaliter infor- titas dicantur per se individuari, multo roa-
maret. Sicut probabile est in resurrectíone tationem ad hanc numero materiam, per ip- illam secundum suam aptitudinem et coap-
gis jd est dicendum de anima rationali, quae sam vero materiam, tamquam per terminum
interdum eyen~lJ!'l:l.lTI·. TJt. _si CO!l.!Jnga_t_. !11 ..hac per se est subsistens, et magis dat esse re-
tationem individualem. Si autem suppona-
víta duas anímas eaSdem Offini.:ñ.O ··materias huius habitudinis. Sed nihilominus etiam mus manere in materia d.ispositiones quae
inforrnasse, poter.it alteri earum dari corpus tiquis quam rec.ipiat ab eis. Corporum ergo in his materialibus formis hÓc proprie dici fuerunt in corrupto, sic etiam forma non in-
ex alla materia, quod non minus connatu- varietas est optimum signum a posteriori non potest; quia, vel in hac numero materia format materiam ut affectam accidentibus,
raliter informabit quam si ex priori materia distinctionis animarum, quia est veluti oc- includuntur dispositiones quibus haec ma- licet illa praesupponantur velut condiciones
constaret. Ergo signum est hanc animam, ut casio producendi diversas animas, non est teria ab agente praeparatur ad hanc forrnam, necessariae, vel fortasse solum quia relin-
aptam ad informandum, millo modo respicere tamen proprium et intrinsecum principium vel intelligitur solum haec materia prima se- quantur ex praecedenti alteratione; ergo ne-
determinate hanc materiam, et consequenter individuat.ionis earum. cundum nudam entitatem eius; neutro au- que haec forma ut haec respicit accidentia,
non individuari ab hac materia, ut est haec, 9. Sed, an sit eadem ratio de omnibus tem modo .id satis intelligi aut explicari sed materiam tantum. Eo vel maxime, quod
etiam ut a termino suae habitudinis trans- allis fonnis substantialíbus, quae a matelia potest. licet varientur haec numero accident.ia, vel
cendentalis: quía non est terminus adae- pendent in esse, non videtur posse argu-
quatus illius. lndividuatur ergo haec anima mento nuper facto diiudicari, quia ha e formae
654 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.~Se:_-c::Cl:_-.ó::n:_-V::I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___::6--55
se variasen numéricamente estos accidentes, ya sea poCo a poco y naturalmente, ya esta materia, y no en otra, nO quita su aptitud intrínseca ni hace 9-ue
sea simultáneamente y sobrenaturalmente, y se diesen otros semejantes, se conser- esta materia sea el término adecuada de aquélla. Del mismo modo que qmzás
varía la misma forma numérica en la misma materia; luego de ningún modo dice hay en el universo alguna porción de materia que siempre estuvo bajo la m.isma
relación esta forma, en cuanto que es ésta, a tales accidentes numéricos, de tal forma numérica, y lo estará siempe, ni quizás hay modo natural de vanarla,
manera que quede individualizada por ellos. Más todavía, aun cuando concediéra- y no por ella la aptitud de la materia está de pot sí determinada a tal forma.
mos que esta forma requiere estos accidentes numéricos, no por ello sería 1a misma 12. El antecedente puede defenderse con muchas conjeturas que son comu-
forma tal en el individuo a causa de los accidentes, sino al contrario se requerirían nes incluso a las almas racionales. La primera es que por potencia absoluta esta
tales accidentes a causa de tal forma, hablando a priori y absolutamente, aun cuan" forma puede transferirse a otra materia e informarla; luego es señal de que en
do en cuanto a nosotros, sea en el orden de producción o de generación, tales dis- tal forma hay aptitud natural intrínseca para informarla, en cuanto de ella depen-
posiciones sean el principio o la ocasión de distinguir las formas. de. Se prueba la consecuencia, porque aunque aquella acción o transmigración
11. Y lo segundo, a saber, el que ni esta materia prima propiamente dicha de esta forma desde una materia a otra fuese sobrenatural en cuanto al modo, con
pueda ser de este modo el principio que individualiza a la forma, se prueba en todo el término producido sería natural, pues aquel compuesto de tal forma y
primer lugar porque esta materia puede ser común a muchas formas diversas, sea materia subsistiría naturalmente. La segunda: cualquier otra materia numérica-
en especie, sea en número; luego en cuanto tal no es principio suficiente de la indi- mente distinta es capaz, en cuanto de si depende, de cualquier forma individual,
viduación de la forma, porque lo que es de suyo común, no puede ser en cuanto tal aun cuando acontezca que esté en otra materia numéricamente distinta, pues sin
principio de individuación. En segundo lugar por parte de la forma misma, ya que fundamento pensaría alguien que la capacidad de esta materia está de suyo numé-
aunque esta forma una vez hecha en esta y de esta materia no pueda estar en otra ricamente limitada a estas formas más bien que a aquéllas, debido a que quizás los
a causa de la dependencia que tiene de aquélla, la cual dependencia es tal que ni si- agentes naturales, obrando según el orden natural, no pueden producir en ellas las
quiera aquella forma puede conservarse naturalmente sin aquel género de causalidad formas individuales que hacen en otras materias. Porque como la materia es de
material, ni, hay tampoco ningún camino o modo natural de trasladar esta forma por si pura potencia e indiferente, no puede atribuírsele tal determinación por un
a otra materia para que sea conservada por ella; sin embargo, a pesar de todo, motivo razonable; por consiguiente, aquella materia numérica, que de hecho·,
si la entidad de tal forma se considera en sí misma, su aptitud intrínseca no está bajo esta forma de este caballo, en cuanto de ella depende, sería capaz de otra
parece determinada a informar esta materia numérica, hasta el punto de que fuera alma de un caballo numéricamente distinto, la cual de hecho informa a otra
intrínsecamente inepta para informar naturalmente cualquier otra materia nu- materia; por consiguiente, también recíprocamente aquella alma, en cuanto de sf
méricamente distinta; luego no recibe su intrínseca individuación de esta mate- depende, es apta para informar ésta o aquella materia. La consecuencia es clara,
ria numérica, ni siquiera como dd término de su relación o aptitud informativa. porque la potencia y el acto natural se corresponden mutu-amente; por lo cual,
Se prueba la consecuencia porque no es esta materia el término adecuado de la potencia no dice relación naturalmente más que a aquel acto que tiene aptitud'
tal relación, ya que la aptitud de esta forma en sí misma podría ejercitarse con natural para informarla a ella.
la misma connaturalidad en cualquier otra materia, si fuese puesta en ella. En 13. En tercer lugar, porque si por ejemplo esta alma eqnina de suyo sólo fuese
efecto, el hecho de que por medio de las causas naturales sólo sea puesta en capaz para informar esta materia numérica, todas las almas equinas que pudie-

paulatim naturaliter, vel simul supernatura- licet haec forma semel facta in hac et ex non in aHa, non tollit intrinsecam aptitudi- contingat esse in alia materia numero di-
Uter, et alia similia dentur, conservabitur hac materia non pmsit esse in alia propter nem eius, neque facit ut haec materia sit stincta : sine fundamento enim existimaret
eadem numero forma in eadem materia; dependentiam quam habet ab illa, quae de- adaequatus terminus illius. Sicut fortasse est quis capacitatem huius materiae numero de
ergo nullo modo respicit haec forma, ut haec, pendentia talis est ut nec forma illa possit in universo aliqua portio materiae quae se esse Umitatam ad has formas potius quam
talla accidentia numero, ut ab eis indivi- natural,iter conservad sine illo genere cau- semper fuit sub eadem numero forma, ad illas, eo quod fortasse agentia naturalia
duetur. Quin potius, llcet daremus hanc salitatis materialis, neque etiam sit aliqua et semper erit, nec fortasse est via secundum naturalem ordinem non possint
formam requirere haec numero accidentia, via aut modus naturalis quo possit haec naturalis ad variandam illam, et non prop- ef:ficere in ea eas individuas formas quas in
non ideo esset ipsa forma talis in individuo forma in aliam materiam transferri ut ab terea aptitudo materiae de se determinata allis materiis efficiunt. Quia cum materia
propter accidentia, sed potius e contrario illa conservetur, nihilominus tamen, si en- est ad talero formam. de se sit pura potentia et indifferens, non
accidentia requirerentur talia propter talem titas talis formae secundum se consideretur, 12. Antecedens vera suaderi potest mul- potest ei convenienti ratione attribui talis
formam, loquendo a priori et simpliciter, non videtur eius aptitudo intrinseca detet... tis coniecturis, quae communes sunt etiam determina tia; illa ergo materia numero quae
licet quoad nos, vel in ordine ad produc- minata ad hanc munero materiam informan- animabus rationalibus. Prima, quía de po- de facto est sub hac forma huius equi,
tionem vel generationem tales disposiciones dam, ita ut intrinsece sit inepta ad infor- tentia absoluta haec forma transferri potest quantum est ex se capax esset alterius ani-
sint princip.i,um vel- occasio distinguendi for- mandam naturaliter ___ quamcumque aliam ma- in aliam materiam, et illam informare; ergo mae equi numero distincti, quae de facto
mas. teriam numero distinctam; ergo non recipit signum est esse in tali forma aptitudinem informet aliam materiam; ergo et e converso
11. Secundum autem, scilicet, quod ne- suam intrinsecam individuationem ab hac naturalem intrinsecam ad informandam illam, illa anima etiam est apta, quantum est ex
que haec materia prima pure sumpta possit numero materia, etiam tamquam a termino quantum ex ipsa est. Probatur consequen- se, ad informandam hanc veJ illam materiam.
esse hoc modo principium individuans for~ suae habitudinis seu aptitudinis informati- tia, quia llcet illa actio seu transmigrado Patet consequentia, quia potencia et actus
maro, probatur primo, quia haec materia vae. Probatur consequentia, quia non est huius formae a materia in materiam esset su- natura1is sibi mutuo correspondent : Unde
potest esse communis multis formis vel spe- haec materia terminus adaequatus illius ha- pernaturalis quoad modum, tamen tenninus potentia non respicit naturaliter nisi actum
cie vel numero diversis; ergo ut sic non bitudinis, quandoquidem aptitudo huius for- productus naturalis esset, compositum enim illum qui aptitudinem habet naturalem ad
est sufficiens principium individuans for- mae secundum se aeque connaturaliter pos- illud ex tali forma et materia naturaliter informandam illam.
mam, quia, quod de se commune est, ut set exerceri in alia vel alia materia, si in subsisteret. Secunda: quaelibet alia materia 13. Tertio, quía si haec anima equina,
sic non potest esse individuationis princi- qualibet poneretur. Nam quod per causas numero distincta est capax quantum est ex verbi gratia, tantum esset apta ex se ad in-
Secundo ex parte ipsius formae, quia naturales sol.um ponatur in hac materia et se cuiuscumque formae individuae, etiamsi formandam hanc numero materiam, onmes.
Disputación quinta.-sección VI 657
656 Disputaciones metafísicas ejemplos de la uni§n de la forma a }• ma~e;ia, o de la materia a la .forma, la
cual unión supongo, por lo qu~e~ des pues se dira, que es un modo sustancial. Igual-
sen informar a aquella materia numenca en los diversos tiemp.os, tendr~an entre mente en- ía sUbsistencia simple, ylo mismo ocurriría con la existencia, si fuese un
sí alguna conveniencia real, que no tendría? con ~as almas :qumas que mform~ modo real de la esencia, realmente distinto de ella. Y así consta que la nnión que
otras materias, ya que todas aquéllas tendrtan aptitud para mformar esta matena tiene ahora mi alma con mi cuerpo es numéricamente una e individual, sea porque
numérica la cual no podrían informar las demás almas equinas. Y el mismo es algo real y existente en la realidad y distinto realmente del alma; sea porque
argumen;o puede hacerse en todas las formas del agua, del fuego, y semejantes, difiere numéricamente y no específicamente del modo de unión de otra alma con
porque evidentemente bajo la misma especie de la forma de fuego, por ejemplo, se respecto a su cuerpo; tiene, por tanto, su diferencia individual; luego también
da una cierta amplitud de individuos que dicen relación a esta materia numérica so- algún principio intrínseco. o fundamento suyo; este principio, por consiguiente,
lamente, y otra gama de ellos que dice relación a otra materia, y asf en lo demás, decimos que no puede ser otra cosa sino la entidad del modo mismo, cualquiera
y de este modo, bajo el concepto específico puede darse 1m concepto objetivo que sea dicha entidad.
sustancial y común a muchos individuos de la misma especie y no a otros, lo Esto puede probarse, en primer lugar, por las razones generales aducidas ya,
cual parece absurdo, ya que tal conveniencia, siendo real y sustancial, será de que cada cosa es una en el mismo grado en el que es, y que la negación aña-
también esencial a tales formas, y, por consiguiente, la última especie será divi- dida por la unidad se funda inmediatamente en la entidad de la cosa tal como es
sible por muchas diferencias esenciales, lo cual envuelve una abierta repugnan- en sí misma; y, finalmente, porque cada una de las entidades simples es por sí
cia. Sin embargo, esta razón es más aparente que eficaz, puesto que puede tener misma intrínsecamente tal, o sea que queda constituída en su ser según nuestro
varias evasivas y dificultades, que tocaremos con más comodidad en las disputa- modo de concebir, y, por consiguiente, también por sí misma se distingue de las
ciones siguientes; no obstante, quedan otras razones eficaces que declararemos otras. Se prueba, en segundo lugar, excluyendo los otros principios de esta indivi-
y confirmaremos más en la sección siguiente. ,duación, pues, si hubiese algunos, serían principalmente esta alma o esta materia,
Queda, pues, suficientemente probada la conclusión propuesta de que el respecto de esta unión (para seguir con el ejemplo con que hemos comenzado,
principio intrínseco de donde se toma la diferencia individual de la forma sus- y omito los accidentes porque ya han quedado suficientemente excluídos con las
tancial es la misma entidad de la forma, en cuanto que de por sí tiene tal aptitud razones dadas de la materia y la forma); pero este modo no se individualiza
para informar la materia; en efecto, han quedado excluidas todas las cosas ex- propiamente por esta materia y esta forma, porque aunque tal modo de unión
trínsecas o distintas de la forma misma por no poder individualizarse por ellas, en el individuo no pueda estar en otra forma, a causa de la especial identidad
de lo cual resulta que la forma no es ésta porque dice relación a esta materia, real que tiene con esta forma, ni tampoco pueda hacerse ni conservarse en otra
sino que lo es únicamente en cuanto que tiene tal aptitud para informar la materia numéricamente distinta, porque se refiere a ésta no según su aptitud, sino
materia. según una cierta razón actual que adecuadamente se termina en esta materia,
a pesar de todo, sin embargo;, podrían esta alma y esta materia unirse con otra
Con qué principio se zndi'l.ridualizan los modos sustanciales unión distinta numéricamente. No es preciso, pues, que si la unión de esta alma
14. Digo en tercer lugar: el modo sustancial, que es simple y a su manera y forma se disuelve ahora y perece, y de nuevo esta materia y esta forma
indiyisible, __ tiene también su indlVidliación pOr --sí -niisJ:I!Ü y_ Il(} p_or algún _otro vuelven a ser unidas por Dios, reciban la misma unión numéricamente que
fiÍriélpi~ ii8.turaltnente distinto de sí. Se declara esto más, verbi gratia, con los
gratia, fonnae ad materiam, vel materiae ad stituitur nostro modo intelligendi ln suo esse,
animae equinae quae possent illam numero habere nonnullas evasiones et difficultates, formam, quam suppono ex infra dicendis et consequenter etiam seipsa distinguitur ab
materiam informare diversis temporibus ha- quas attingemus commodius disputationibus esse modum substantialem. Item in subsi- aliis. Secundo probatur excludendo alia prin-
berent inter se aliquam convenientiam rea- sequentibus; tamen aliae rationes efficaces stentia simplici, et idem esset de existentia, cipia huius individuationis, nam, si quae
1em_, quam non haberent cum animabas sunt, quas amplius confirmabimus et decla- si esset modus realis essentiae e:x; natura rei essent, maxime esset haec anima, vel haec
equinis informantibus alias materias, quía rabimus sectione sequenti. Restat igitur satis distinctus ab illa. !taque constat unionem materia, respecta huius unjonis (ut inchoa-
omnes illae haberent aptitudinem ad infor- probata conclusio posita, quod intrinsecum quam nunc habet anima mea ad meum cor- tum exemplum prosequamur, omitto autem
mandam harre numero materiam, quam aliae principium a qua sumitur individualis dif- pus esse unam numero et individuam, tum accidentia, quía illa iam satis exclusa sunt
animae equinae infonnare non possent. Et ferentia formae substantialis sit ipsamet en- quia est quid reale et a parte reí existens, rationibus factis de materia et forma); sed
idem argumentum fieri' potest in omnibus titas formae, quatenus ex se habet talem ap- et distinctum ex natura rei ab anima; tum hic modus non índividuatur proprie ex hac
formis aquae, ignis, et similibus, quod scili- titudinem ad informandam materiam; nam etiam quia differt numero et non specie a materia et ex hac forma; quia licet hic mo-
cet sub eadem specie formae ignis, verbi exclusa sunt omnia extrinseca vel distincta modo unionis alterius animae ad corpus dus unionis in individuo non possit esse
gratia, detur quaedam latitudo individuorum ab Ípsa forma, quod ab eis individuad non suum; habet ergo suam individualem diffe- in alia forma, propter specialem identitatem
respicientium hanc numero materiam tan- possit, quo fit ut forma non sit haec, quia rentiam; ergo et intrinsecum aliquod prin- realero quam habet cum hac forma, neque
tum, et aliam l~tit_~~Íll~tn aliar~ _r~spicien­ re_spicit hanc ___ materiam, ...sed solum quatenus cipiwn seu fundamentum eius; hoc ergo etiam possit fieri nec conservari in alía ma-
tium hanc numero niatetiam, et Sié Qe aliís, habet talem aptitudinem ad informandam principíum dicimus nihil aliud esse posse teria numero distincta, quía respicjt hanc
atque ita sub conceptu specifico posset dari materiam. nisi entitatem ipsius madi, qualiscumque non secundum aptitudinem, sed secundum
conceptus obiectivus substantialis et com- illa encitas sit. Hoc autem probad potest actualem quamdam rationem quae adaequa-
munis multis individuis illius speciei et non Substantiales modi quo principio indivi- primo rationibus generalibus factis, quod te terminatur ad hanc materiam, nihilomi-
aliis, quod videtur absurdum, nam illa con- duentur ita unaquaeque res est una sicut est, et nus tamen possent haec anima et haec ma-
venientia, cum sit realis et substantialis, erit quod negatio quam addit unitas immediate teria uniri alía unione numero distincta. Non
etiam essentialis talibus formis, et conse- 14. Dico tertio: modus substantialis, qui fundatur in entitate rei secundum quod in enim est necesse ut si unio huius animae et
quenter species ultima erit divisibilis per simplex est et suo modo indivisibilis, habet se est; ac deníque quia unaquaeque entitas formae nunc dissolvatur et pereat, et iterum
piures differentias essentiales, quod involvit etiam suam individuationem ex se, et non simplex seipsa intrinsece talls est seu con- rursus haec materia et haec forma a DeG-
apertam repugnantiam. Verum haec ratio ex aliquo principio ex natura rei a se di-
magis est apparens quam efficax, quia potest stincto. Declaratur exemplis in unione, verbi
658 Disputaciones metafísicas: Disputación quinta.-Sección VI
659
antes tenían Pues aun cuando concedamos que esto puede ocurrir, cosa que· y por ello no es menester que se añadan a la' naturaleza específica común, sino
todavía duda~ algunos, no tiene por qué ser así necesariamente ya que otros. modos. que la compongan a ella componiendo al individuo en que ella se incluye. Por
d fi ra de sentarse y semejantes no es preciso que se reproduzcan pre~tsa.men­ lo cual, según la misma constitución física, tales principios son simples, ni tienen
nJ
t e 1 gu 8 mos en número· más todavía, ni es natural. Pueden, por constgutente, otros por los que se individualicen físicamente, sino que se individualizan por sí
e olslas uruones
aque • distingui;se numéricamente
. . . . . en la
. r misma forma respector de fila mismos tal como ha sido declarado. Por tanto, !!!LeLi1IlPI2Jlta.Ja,Jo¡;ución,__sj_!to
misma materia; luego su princtplO ~e m4ivtduac10n no se toma con razon su ~ verdadera y propia, Jl<)_rqu_e ..!\>~~-Principios intrí¡1se~g-~_ ..deJ~. ÜJd.\yi.<lY.ª~~i.'Í!l~ !.O!l_los
· 1 d esta forma o de esta matena; luego es menester que de suyo tenga t~l rn~s·rg:g~iJ:túe-_ -~os _ J?_rf,p.~ipi_(/~ . Jntr!n~_ec?~- _d~ -)a-. --~-~ti4~d, como se ha dicho con
ctend e e fundamento intrínseco de su individuación, aunque de acuerdo con el
mo o un a esta forma y a esta materia según una re1"
fffé~encia~--porque ·"fa~- 'hldi\ddüiíClóri" ·srgüe- -~a, fá entidad, en cuanto que es
se refiera acmn trascend enti
a , pues ésta: una cierta negación; y en cuanto que incluye algo positivo es la misma
es la naturaleza de tal modo. entidad y natla añade a ella; ahora bien, esta materia y esta forma unidas en-
tre sí son los principios intrínsecos de toda la entidad de la sustancia com-
Cuúl es el principio de individuación del compuesto sustancial puesta de que tratamos; luego son también los principios intrínsecos de la in..-
15. En cuarto lugar, hay que decir que ~-~~-~t~~~_comp~~§l!t.t en cum_ta· dividuación física. Y se confirma, pues la materia y la forma, tomadas abso-
lutamente, son principios físicos de la especie de la sustancia compuesta y de
gp~ . ~~---!~L.f<?.~E!!_~_§._t_th ~eJ. _p_ti~~!Jll~--~~e~_l!~~~--A; --~t;9!~d~?.~C_!~n _e_s _f!~~a_Jm:!l}!_ y_ ~sta
in3ieria unidas entre _sí,, entre _1~~--~º-ªk:-ª---~_1_ pr!flCJP!9 _p1_as __!mpor_tap.te;_-~S Ja forma,. su especificación; luego esta materia y esta forma serán los principios físicos deJ
individuo y de su individuación. Y del mismo modo puede concluirse que nin-
_
q¡res~a?aSta P~!a~~-q~~-=~~-t~::~~l!lPl,l_~_ª_tº, e?J- ~ll_a_I?t_~g_~~- e_ª_}.!_n_ mc!!~g~º---4~ _ !!11 guna de las dos por sí, sino una y otra al mismo tiempo son este principio ade-
e-s_pfei~,~ ·sé~ l!1_?_g~4o _TI1Jll1~_n_~am(;'!_n_te _el __ nusmo. . .
~- Esta~ conclusión se sigue de lo que precede y por lo dicho e~ la see. 4, y cuado. Pues este compuesto, para ser entera y completamente el mismo en nú-
está de acuerdo con la opinión de Durando y de Toledo trata~as mas arnba, Y e:' mero, requiere no sólo esta forma o esta materia, sino una y otra al mismo
la realidad no disienten Escoto, Enrique, ni todos los nomn~ales; tampo.co di- tiempo, y variada alguna de las dos, no permanece absolutamente y en todas sus
siente Fonseca en el libro V Metaph., q. 5, aun cuando diga que es unpro- partes el mismo compuesto numéricamente que había antes, porque en alguna
pia la locüció~ de que nos valemos al decir que esta mate:ia y esta f~rma. son parte ha sido variada su entidad; luego !!'__materia y la forma SQR~eLprincipio
principios físicos de individuación,_ ya. que ni esta forma m es:_a matena m las adecuado de la unidad numérica de todo\ el ·compUeSti>;-.. -eii".ciúinto que es tal.
dos tomadas juntamente pueden anadirse a la naturaleza espeClfi.ca del hombre Y se confirma con la razón aducida, porque son los mismos los principios de la
para constituir con ella este hombre, y también porqu; esta materia y 7sta f~rm.a unidad que los de la entidad; es así que esta materia y esta forma son el princi-
son individuos, constituídos por sus naturalezas especificas y sus propms, I?rmci- pio adecuado intrinseco de esta entidad compuesta; luego también de la unidad
y de la individuación.
pios de individuación. Pero en tales razonamientos desde el. concepto f1s1co se
aparta a la composición metafísica, pues cuando esta matena Y esta forma se 16. Inferencia.- Se soluciona una objeción.~ Y con esto se ve claramente
llaman principios físicos de la individuación de este compues~o, no se comparan. que también esta unión misma numéricamente se requiere para la perfecta uni-
con la naturaleza especifica común, sino con el compuesto ffs1co que componen;. dad de tal compuesto, porque a su manera concurre intrínsecamente para su
constitución, pues la entidad del compuesto incluye intrínsecamente no sólo la
uniantur, eamdem numero unionem reci-
entidad de la materia y de la forma, sino también la unión de ellas entre sí; luego
quae sola sufficit ut hoc compositum, qua-
piant quam antea habebant. Na~ ~cet .de- tenus est individuum talis speciei, idem nu- componunt; et ideo non est necesse ut ad-
mus hoc posse fieri, de quo aliqm etlam dantur naturae specificae communi, sed ut nis eius. Et eodem modo concludi potest,
mero censeatur. Haec conclusio sequitur ex neutram per se, sed utramque simul esse hoc
dubitant, non est cur sit necessarium, quia praecedentibus et ex dictis sect. 4, et est componant illam componenda individuum
adaequatum principiurn Quia hoc composi-
in aliis modis figurae, sessionis, aut simi- consentanea opinioni Durandi et Toleti su- in quo illa includitur. Unde secundum eam~
libus, non est necesse eosdem numero re- dem physicam constitutionem talia principia tum, ut omnino et complete sit ídem nu-
pra tractatis, et in re non dissentiunt Scotus. mero, requirit non solum hanc formam vel
produci, immo id non est -?a~ural; .. Possunt et Henricus, nec nominales omnes; Pon- simplicia sunt, neque habent alía quibus
ergo illae uniones numero d1st1ngm m eadem physice individuentur, sed seipsis indivi- hanc materiam, sed utramque simul, et qua~
seca etiam non dissentit, lib. V Metaph.,. cumque variata non manet simpliciter et om-
forma respectu eiusdem materiae; ergo prin- q. 5, quamvis dicat impropriam esse locu~ duantur~ ut declaratum est. Non est ergo
cipium individuationis eius non sum~tur suf- impropria locutio, sed vera ac propria, quia ni ex parte ídem numero compositum quod
tionem cum dicimus hanc materiam et antea erat, quia aliqua ex parte variata est
ficienter ex hac forma vel hac matena; ergo hanc formam es.se principia individuationis. eadem sunt principia indivíduationis intrin-
oportet ut ex se habeat talis modus intrin- seca quae sunt principia intrínseca entitatis, eius entitas; ergo materia et forma sunt
physica, quia neque form~ haec, m;que haec: adaequatum principium unitatjs numericae
secum fundamentum suae individuationis, materia, neque ambae srmul addi possent ut saepe dictum est, quia indlviduatio se~
quamvis secundum illud respiciat hanc for- quitur entitatem, ut est negatio quaedam; totius compositi, ut tale est. Et confinnatur
naturae specificae hominis ut cum ea con- ratione facta, quia eadem sunt principia uni-
J?am et ha_~c __tnateri~-~------~~?i~_di~e ..... tra~s­ stituant _hunc ___ homin~m,_ et quía etiam haec ut autem includit posítivum, est ipsamet en-
tatis, quae entitatis; sed haec materia et haec
cehdentali ;-- quia- haec- éit ilátllra -taUs moai. materia- et haec forma sunt individua, ex: titas, nihilque illi addit; sed haec materia
et hace forma inter se unitae sunt intrín- forma sunt adaequatum principium intrin-
suis naturis specificis et proprüs lndividua- secum huius compositae entitatis; ergo et
Compositi substantialis quod principium tionis principiis constituta. Sed in bis ratio- seca principia totius entitatis compositae
indi'VidtJa¡tionis unitatis et individuationis.
nibus divertit a physica ratione ad metaphy- substantiae de qua agimus; ergo sunt etiam
intrínseca principia physica individuationis. 16. Illatum.- Obiectio solvitur.- Atque
15. Quarto dicendum est in substantia sicam compositionem; cum enim haec ma- bine constat etiam hanc unionem eamdern
composita, ut tale compositum est, adaequa~ teria et haec forma dicuntur principia phy- Et confirmatur, nam materia et forma ah-
numero requir¡ ad perfectam unitatem talis
tum individuationis principium esse hanc sica individuationis huius compositi, non salute sumptae sunt principia physica spe~ compositi, quía suo modo intrinsece concur-
rnateriam et hanc formam inter se unitas, comparantur ad specificam naturam commu-: ciei substantiae compositae et specificationis rit ad constitutionem eius; entitas enim
inter quae praecipuum principium est forma, nem, sed ad physicum compositum quod eius; ergo haec materia et haec forma erunt
compositi non solum entitatem materiae et
principia physica indivídui et individuatio-- formae, sed etiam unionem earum ínter se
660 Disputaciones metafísicas
Disputación quinta.-&cción Vl 661
variada la unión, quedará variada en algo la enti~ad y, por consiguiente, .la unid.ad
del compuesto mismo; por consiguiente, se reqUl:~e para la perfecta um~~d e m- rrunente se piensa que la forma es· lo que constituye la especie, y del mismo modo
dividuación. luego por este motivo podría tambten enumer~rse esta u!l10n entre esta forma, a este individuo bajo tal especie ..
las cosas q~e completan el perfecto principio de individuación del m1smo com- 17. Una pregunta y su respf.uesta.- Pero podrá preguntarse si la diferencia
puesto. Con todo no es tan necesaria como la materia y la forma, porq~t; éstas individual en rigor se toma del principio completo, a saber, de la materia y de la
son absolutamente los principios esenciales de tal compuesto; y . la urnon, en forma, o solamente de uno de ellos., pues los autores parecen opinar con frecuen-
cambio es como una condición requerida o causalidad de la matena y la forma, cia que se toma sólo de uno de ellos, porque, siendo sim¡)le esta diferencia, no
tal co~o dije en el tomo II de la ffi parte, disp. XXXIV, se.c. ~·. • . parece que se ha de tomar de todo el compuesto ni de un doble principio parcial,
Comparando también entre sí la materia y la forma, el prmctpto mas Impor- sino solamente de uno que sea simple. Las opiniones, sin embargo, difieren entre
tante es la forma no sólo con relación a la naturaleza especifica, tomada la forma sí, pues unos dicen que aquel principio es la materia, como Cayetano y otros; en
en especie, sino ~ambién respecto de este individuo, tomada ~a f.o~ma individual- cambio.'! otros dicen que es la forma, como Escoto, y a lo mismo se inclina Du-.
mente; porque esta forma es en sumo grado propia de este mdiv1duo, y porq~e rando. Y esto último es lo más verdadero, supuesto el anterior fundamento, a
ella es la que completa a esta sustancia integr-a numéricamente, pues esta m~tena saber, que la diferencia individual ha de ser tomada solamente de uno de estos
sólo la inicia, y en cuanto de ella depende no inicia más ésta que otra. Asim.tsmo, dos principios. Hablamos, sin embargo.'! de la cosa misma en si, pues en cuanto
porque esta forma es· el más importarite principio del ser, y por c~nsigmente, a nosotros, que para el conocimiento p-artimos de las cosas materiales, la distin-
es también el más importante principio de distinción de esta sustancia respecto ción de los individuos se toma frecuentemente de la materia o de los accidentes
de las otras ; a!Iora bien, el mismo principio es el de la unidad que el del ente que siguen a la materia, como son la cantidad y otras propiedades; en
cambio en sí misma, igual que la diferencia se ha de tomar del principio sustan-
y el de su distinción con respecto de los otros; por tanto ...
cial y no del accidental, asi entre los mismos principios sustanciales se ha de tomar
Podrá decirse que la forma es el principio de distinción especifica, porque de aquél que es el priocipal y el más propio y el último constitotivo de la cosa
hace diferir formalmente; por consiguiente, no puede ser el principio de la dis- misma; y tal es la forma como ha sido mostrado. Asimismo es esto verdadero
tinción numérica, pues, de lo contrario, la distinción numérica seria formal y hablando del individuo de tal naturaleza o especie, en cuanto formalmente se
esencial. Se responde que la forma según su razón específica y esencial hace la constituye en ella.
diferencia específica y esencial, y que, en cambio, la forma individual según su Y a causa de esta razón dijimos arriba que el supuesto es uno numéricamente
entidad, hace la distinción entitativa y numérica. Pues Pedro y Pablo más difieren si tiene una subsistencia numérica, aun cuando la naturaleza no sea una, ya que el
entre si numéricamente porque tienen almas numéricamente distintas que porque constitutivo formal del supuesto es la subsistencia incomunicable.'! de la que se ha
tienen cuerpos distintos. Y con esto aparece clara la última parte de la conclusión de tomar solamente la razón de supuesto individual como tal; y por el contrario,
que se prueba ya suficientemente por el común modo de hablar, a que nos hemos dijimos que la unidad y la diferencia individual de la cosa singular, en cuanto
referido antes, pues absolutamente se juzg-a el mismo hombre no sólo según la constituida bajo tal especie o esencia sustancial, ha de ser tomada de la naturaleza
apariencia, sino también según la verdad, el que tiene la misma alma numérica, sustancial, que formalmente constituye tal individuo. De este modo decimos,
aun cuando el cuerpo haya sido cambiado. La razón de ello está en que absolu- por consiguiente, a!Iora que la diferencia individual de este hombre concebido
formalmente en cuanto que es un individuo de la especie humana, se toma de
intrinsece includit; ergo variata unione in consequenter est etiam praecipuum princi-
aliquo variatur entitas, et consequenter uni- pium distinguendi hanc substantiam ab alüs; Ratio vera est, quia forma simpliciter cen- sunt quantitas et aliae proprietates; at vero
tas ipsius compositi; requiritur ergo ad per- sed idem est principium unitatis quod est setur constituere speciem, et similiter haec secundum se, sicut differentia sumenda est
fectam unitatem et indivíduationem; hac principium entis et distinctionis eius ab aliis; forma hoc individuum sub tali specie. a principio substantiali et non ab acciden-
ergo ratione posset etiam haec unio nume- ergo. Dices formam esse principium distinc- 17. Quaesitum.~ Responsio.- Sed quae- tali, ita inter ipsa substantialia principia,
rarf in his quae complent perfectum indivi- tionis specificae, quia facit differre formali- res an differentia individualis in rigore su- ab eo sumenda est quod praecipuum est
duationis principium ipsius compositi. Non ter; non ergo potest esse principium distinc- matur a completo principio, materia, scilicet, et magis proprium ac ultimum constituti-
est autem ita necessaria sicut materia et for- tionis numericae, alias distinctio numerica et forma, an vero ab altero tantum; narn vum ipsius rei; huiusmodi autem est forma,
ma, quia haec sunt simpliciter principia essen- esset formalis et essentialis. Respondetur for- auctores videntur frequentius sentire ab al- ut ostensum est. ltem est hoc verum, lo-
tialia talis compositi; unio vero est quasi mam secundum suam rationem specificam et tero tantum sumi; nam, cum haec diffe- quendo de individuo taHs naturae vel spe-
conditio requisita seu causalitas materiae essentialem facere differentiam specificam et rentia simplex sit, non videtur sumenda a ciei, prout formaliter in ea constituitur. Prop-
ac formae, ut dixi in II tomo III partís, essentialem, formam vera individuam secun- tato composito, neque a duplici principio ter quam rationem supra diximus supposi-
disp. XXXIV, sect. 2. Comparando etiam dum entitatem suam facere distinctionem partia,li sed ab uno tantum quod simplex turn esse unum numero, si unam numero
inter se materiam et fonnam, praecipuum entitativam et numeralem. Petrus enim et sit. Tamen differunt; nam quidam aiunt1 habeat subsistentiam, etiamsi natura una non
principium · est ---ronna;· -·noü-- tanm:rrr·-:r·especttr Paulus·--- magilr -- dífferunt inter se numero illud principium esse materiam, ut Caiet. et sit, quia formale constitutivum suppositi es1
naturae specificae, sumpta forma in specie, quia habent animas numero distinctas, quam alü; alii vero dicunt esse fonnam, ut Scotus; subsistentia incommunicabilis, a qua sola
sed etiam respectu huius individui, sumpta quia habent distincta corpora. Atque ex et in idem incUnat Durand. Et hoc poste• surnenda est ratio individualis suppositi ut
forma individua; quia haec forma est ma- bis patet ultima pars conclusionis, quae rius est verius, supposito priori fundamen- sic; e contrario vera diximus unitatem ac
xime propria huius individui, et quia illa satis etiam probatur ex communi modo to, scilicet, quod differentia individualis ab differentiam individuale¡:n rei singularis, ut
est quae complet hanc numero substantiam loquendi, quem supra notavimus; simpli- altero tantum ex bis principiis sumenda sit. constitutae sub tall speci€ vel essentia sub-
integram; nam haec materia solum inchoat citer eni,m censetur idem horno, non tan- Loquimur autem de re ipsa secundum se; stantiali, sumendam esse ex natura substan-
illam, et quantum est de se non magis in- tum secundum apparentiam, sed etiam se- nam quoad nos, qui ex rebus materialibus tiali, quae formaliter constituit tale indivi~
choat hanc quam aliam. Item quia haec for- cundum veritatem, qui habet eamdem nu- cognitionem sumimus, saepe distinctio indi- duum. Ad hunc ergo modum dicimus in
ma est praecipuum principium essendi, et mero animam, etiamsi corpus mutatum sit. viduorum ex materia sumitur, vel ex acci- praesenti differentiam individualem huiut
dentibus quae materiam consequuntur, ut hominis formaliter sumpti ut individuum
662 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección VII 663
esta alma. Pero, en cambio, si hablamos de este compuesto en cuanto aue es ·porque aquellas entidades, aunque sean forlnales, pueden ser enteramente seme-
perfectamente y por todas sus partes una unidad, se diría con más verdad que su iantes en la razón esencial, y entonces, aunque se distingan por sí mismas, sin
diferencia individual se toma toda de su entidad, y por ello de su principio físico embargo, la distinción es numérica, porque se da en la entidad y no en la razón
adecuado que incluye la materia y la forma, de tal modo que así también se veri- formal. Y se dice que se distinguen por sí mismas, no porque no sean semejantes,
ñque de todo aquel compuesto físico que se individualiza por sí ntismo o por sino porque una tiene de sí el no ser otra; y la semejanza no excluye la distin-
1!U propia entidad, pues por ella tiene la identidad absolutamente en sl y la ción, como se dirá después.
diversidad respecto de cualquier otro. Ni hay inconveuiente en que la diferencia,
que según el concepto metafísico es simple, es decir, no compuesta de género SECCION VII
y diferencia, se tome de la entidad o naturaleza física compuesta en cuanto que
¿DEBE TOMARSE DEL SUJETO EL PRINCIPIO DE INDIVIDUACIÓN
es una y se concibe al modo de una naturaleza individual.
DE LOS ACCIDENTES?
18. Por qué se indimdualizan las sustancias espirituales completas.- Final-
mente, por lo dicho consta suficientemente qué es lo que hay que decir de las l. En esta cuestión pueden darse casi las ntismas opiuiones que se han refe-
sustancias inmateriales en las cuales se hallan también diferencias individuales rido en la sección precedente; sin embargo, puesto que la ntisma doctrina que
como mostramos, porque como en ellas no está más que la simple entidad sustan- ·se ha dado acerca de las formas sustanciales ha de ser aplicada proporcionalmente
cial completa, se ve claramente que en ellas no puede haber otro principio de :a las accidentales, puede esta materia resolverse brevísimamente añadiendo sólo
individuación más que la misma entidad de cada cosa, que de suyo es tal y por unas pocas cosas que son propias de los accidentes.
sí ntisma se distingue de las otras. En esto convienen todos los que admiten Suponemos, por tanto, según lo dicho en la sección 2, que en las formas ac-
que estas sustancias son individuales, sea cualquiera el modo como declaren la ·ddentales son necesarias las diferencias individuales, que son aquellas que las
individuación de las mismas. Y los que dicen que de suyo convienen a tal naturaleza formas individuales añaden a las razones específicas, de las cuales se distinguen
específica espiritual, con mayor motivo y a fortiori enseñan que se individualizan :al menos conceptualmente, porque la doctrina dada allí es general, y las razo-
por sus mismas entidades, como aparece en Capréolo, en su In ll, dist. 3; Caye- nes aducidas valen de todas las especies e individuos. Por lo cual sucede, hablan-
tano, y otros, I, q. 3, a. 3, q. 50, a. 4; Soncinas, XII Metaph., q. 49; Iavello, do de los principios metafísicos que constituyen y distinguen las cosas, que no
q. 25; Ferrariense, I cont. Gent., c. 21. En cambio, los que piensan que in- existe ningún problema acerca del principio de individuación de los accidentes;
cluso en los seres inmateriales la individuación se hace por la adición de una pero se da, efectivamente, en ellos la diferencia individual que es propia de cada
diferencia, piensan también necesariamente que ésta se ha de tomar de la misma uno, y que contrae la especie al ser de tal individuo. Queda sólo, por consiguien-
entidad sustancial del ángel en sí ntismo, pues no se ha de tomar de los acciden- te, investigar cuál es el fundamento físico y el principio de esta diferencia, y en
tes. Y tampoco hay otra cosa de donde pudiera tomarse; todas las cuales afirma- este sentido investigamos aquí el principio de individutÍción de los accidentes,
ciones han sido ya suficientemente probadas con lo dicho. igual que tratamos del de las sustancias. Y por ello no tenemos en este lugar nin-
Por lo que toca al argumento vulgar de que si estas sustancias se diferencian guna controversia con Escoto, quien con sus hecceidades (que no son otra cosa
por .sus enti~ades, necesariamente se diferenciarán formal y esencialmente, ya que las diferencias individuales) pensó que se ponía ya térntino a esta cuestión;
ha srdo solucronado en un caso semejante cuando tratamos de las otras formas. nosotros, pues, admitimos también estas diferencias; pero con todo, preguntamos
todavía cuál es la raíz física de tales diferencias.
est speciei humanae, sU111i ex hac anima. At esse al,iud principium individuationis prae-
vero, si loquamur de hoc composito, ut per- ter ipsam uniuscuiusque rei entitatem, quae entitates quantumvis formales, possunt esse esse differentias individuales) quas indivi-
fecte et omni ex parte unum est, verius di- ex se talis est, et per se ab aliis distinguitur. {)mnino símiles in ratione essentiali; et tuncr duae formae addant rationibus specificis, a
cetur differentiam individualem eius sumi Et in hoc omnes conveniunt qui has sub- licet seipsis distinguantur, nihilominus di.. quibus saltero ratione distinguantur; nam
ex tata entitate eius, atque adeo ex adae- stantias individuas esse fatentur, quacumque -stinctio est numerica, quía est in entitate, non doctrina ibi data generalis est, et rationes fac-
quato principio physico, quod materiam et ratione declarent individuationem earum, jn ratione formali. Dicuntur autem distingui tae de omnibus speciebus et individuis pro-
formam includit, ut hoc modo etiam de tato Qui autem dicunt de se convenire tali natu- seipsis, non quia similes non sint, sed quia cedunt. Unde fit, loquendo de principiis me-
1llo composito veri:ficetur, per seipsum, seu rae speci:ficae spirituaU, multo magis et a una ex se habet quod non sit alia; simili- taphysicis constituentibus et distinguentibus
per suam entitatem individuari; nam per fortiori docent per suas entitates individuari, tudo enim non excludit distinctionem, ut res, nullam relinqui quaestionem cjrca prin-
.illam habet identitatem simpliciter in se, et ut patet ex Capreol., In II, dist. 3; Caiet., :infra dicetur. cipium individuationis accidentis; est enim
diversitatem ab omni alio, Neque est in~ et allis, I, q. 3, a. 3, q. 50, a. 4; Soncin., in eis differentia individualis, quae in uno-
conveniens quod differentia, quae secundum. XII Metaph., q. 49; Iavell., q. 25; Ferrar., SECTIO VII quoque propria est et contrahit speciem ad
.conceptum metaphysicum simplex est, id est, I cont. Gent., c. 21. Qui vera censent etiam esse talis individui. Solum ergo restat quae-
non composita ex genere- et· differentia·;-- su.. lJTRUM PRINCIPIUM INDIVIDUATIONtS
-in rebus immate-iialibus individuationem fie~ rendum quodnam sit physicum fundamentum
matur ex entitate seu natura physice campo- .ACCIDENTIUM SIT EX SUBIECTO SUMENDUM
ri per additionem differentiae, necessario et principium huius differentiae, et hoc sensu
sita, quatenus una est, et per modum unius etiam docent illam esse sumendam ab ipsa l. In hac dubitatione iidem fere dicen- investigamus hic principium individuationis
individuae naturae concipitur. entitati substantiali angeli secundum se; ·di madi esse possunt qui in praecedenti accidentium, sicut de substantiis diximus. Et
18. Spirituales substantiae completae quo quia nec sumenda est ab accidentibus, ne- sectione relati sunt; tamen, quja eadem ideo nulla nobis est hoc loco controversia
individuentur.- Ultimo ex dictis satis con- que est aliud un de sumi possit; qua e om- .doctrina quae de fonnis substantialibus data cum Scoto, qui suis haecceitatibus (quae
stat, quid dicendum sit de substantiis imma- nia satis probata sunt ex dictis. Argumen- ·est, ad accidentales est proportionaliter appli- nihil aliud sunt quam differentiae individua-
terialibus in quibus differentiae etiam in- tum autem vulgare, quod si hae substantiae canda, ideo brevissime potest haec res ex- les) quaestionem hanc terminandam esse
.dividuales inveniuntur, ut ostendimus; unde, per suas entitates differunt, necessario diffe. Jlediri addendo pauca quae sunt propria censuit; nos enim etiam admittimus diffe-
cum in eis non sit, nisi simplex substantialis rant formaliter et essentialiter, iam est so- accidentium. Supponimus ergo, ex dictis in rentias illas; tamen ulterius inquirimus phy-
entitas completa constat in eis non posse lutum in simili de aliis formis. Nam illae sect. 2, in formis accidentallbus necessarias sicam radicem earum differentiarum.
F"-

~6:.:64:..:_· _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _D=-c.:isf'_'!!aciones metafísicas Disputación quinta.-Secci6n VII 665


2. Por tanto, sólo pueden referirse aquí dos opiniones. La primera es que forma accidental. En resumen, dice que cada cosa es formal e intrínsecamente·
los accidentes se individualizan por el sujeto. Asi lo enseña Santo Tomás, I, q. 29, una numéricamente (en cuanto al fundamento de la unidad o la negación que
a. 1, y q. 39, a. 3, y en el Opúsculo 29, al fin. Pero en el Quodl. VII, a. 19, dice la unidad) por aquello mismo por lo que es un ente actual en la naturaleza
restringe esta opinión y afirma que es verdadera en los demás accidentes menos o es apto para ser tal, pues todo ente tal es singular, como arriba se mostró; ahora
en la cantidad, que dice que no se individualiza por el sujeto, sino por el sitio, bien, toda cosa por su misma entidad es intrínseca y formalmente tal ente ac-
y que los demás accidentes se individualizan por el sujeto, o al menos por la tual; luego por la misma es algo singular e individual, luego también los acci-
cantidad. De ello infiere que aunque pueda la cantidad individual ser conservada dentes tienen esto.
por Dios sin sujeto, con todo no sucede así con la blancura o los demás acciden- Y se confirma porque el sujeto no puede ser principio de individuación de
tes que necesariamente requieren un sujeto, cuando menos la cantidad misma, los accidentes; luego sólo puede ser tal principio la entidad intrínseca de los
para hacerse individuos. Y de aquí que enseñe Santo Tomás con frecuencia mismos accidentes. El antecedente es claro, pues primeramente el sujeto no
que no pueden darse dos blancuras separadas y distintas sólo numéricamente, ya puede decirse principio intrínseco de individuación de los accidentes, en cuanto
que no tendrían por qué distingnirse, I, q. 50, a. 4, q. 75, a. 7. Y lo mismo componente intrinseco y directo del accidente, porque ahora no tratamos del
afirma y defiende Capréolo en In l, dist. 54, a. 2, conc. 2. 1 compuesto de sujeto y accidente, sino de la misma forma accidental, que consta
Los fundamentos de esta opinión son los mismos que se adujeron antes para l que no se compone intrínsecamente del mismo sujeto, ni el sujeto de este modo
probar que la forma sustancial se individualiza por la materia signada. Y se '~ es su principio intrínseco. A su vez, tampoco el sujeto puede decirse principio
confirma, en primer lugar, porque los accidentes tienen todo su ser en orden al individualizante de los accidentes, como término de la relación o de la aptitud
sujeto; luego han de tener la individuación por el sujeto, pues cada cosa debe de tal accidente para informar tal sujeto; en primer lugar, porque respecto de!
individualizarse por los mismos principios por los que tiene el ser. En segundo mismo sujeto numérico pueden dos accidentes, sólo numéricamente distintos, te-
lugar, porque si los accidentes no se individualizasen por el sujeto, podrían va- ner aptitud para informarle; luego aquellas aptitudes no pueden distinguirse
rios accidentes sólo numéricamente diversos recibirse en un mismo sujeto, ya numéricamente por el sujeto; luego se distinguen por sí mismas. En segundo
que, no obstante la identidad del sujeto, podrían tener entre sí distinción, en lugar, esto urge más aún acerca de algunos accidentes, que según su relación pecu-
virtud de la cual no podría señalarse ninguna razón de esta repugnancia; sin liar no descansan en el sujeto, sino que dicen referencia a él, o de algún modo
embargo, vemos que no puede el mismo sujeto recibir dos blancuras o dos calo- llevan a él, como son las relaciones, los actos, hábitos y semejantes; por consi-
res; por consiguiente, toda la razón de esto estriba en que se individualizan por- guiente, si el accidente se dice que se individualiza por el sujeto, porque natural-
el sujeto, y por ello, dado que se reciben en el mismo sujeto, son uno y no dos. mente dice referencia a él, ¿por qué estos accidentes no se diría más bien que
3. Opinión de otros.- La segunda opinión es que cada forma accidental se individualizan por los últimos términos a los que naturalmente se· refieren,
se individualiza físicamente por sí misma, en cuanto que es tal entidad actual principalmente siendo así que toman de ellos según sus razones comunes, sus
o aptitudinal, y que no tiene otro principio intrínseco de individuación más que propias razones esenciales o especificas? En tercer lugar, porque se dice sin
su misma entidad. Así se toma de la opinión de Durando, tratada antes; y todas fundamento que este accidente numérico tiene natural coadaptación y relación
las razones que adujimos de la forma sustancial prueban lo mismo sobre la solamente hacia este sujeto, pues, aunque quizás a través de las causas naturales.

2. Duae igitur opiniones tantum hic re- totum suum esse in ordine ad subiectum; bant ídem de forma accidentali. Et summa cum eius. Rursus nec subiectum potest
ferri possunt. Prior est accidentia individua- ergo individuationem habere debet a subiec- est} quia unaquaeque res per illud ídem for- dici principium individuans accidens tam-
ri per subiectum. Ita docet D. Thom., 1, to, nam unaquaeque res individuari debet maliter et intrinsece est una numero (quoad quam terminus habitudinis seu aptitudinis
q. 29, a. 1, et q. 39, a. 3, et Opuse. 29, in ex eisdem principiis a quibus habet esse. Se- fundamentum unitatis seu negationis quam talis accidentis ad informandum tale sub-
fine. Sed Quodl. VII, a. 19, limitat hanc cundo, quía si accidentia non individuaren- dicit unum), per quod est ens actu in re- iectum; primo, quía respectu eiusdem
sententiam dicitque esse veram in aliis acci- tur a subiecto, possent plura accidentia solo rum natura, vel aptum ut sit huiusmodi; subiecti numero possunt duo accidentia solo
dentibus praeter quantitatem, quam dicit, numero diversa in eodem subiecto recipi, quia omne tale ens est singulare, ut supra numero distincta habere aptitudinem ad
non ex subiecto, sed ex situ individuari, quía, non obstante ¡dentitate subiecti, ha- ostensum est; sed omnis res per suam informandum illud; ergo illae aptitudines
reliqua vero accidentia ex subiecto, saltem bere possent inter se distinctionem, unde entitatem est intrinsece et formaliter huius- non possunt distinguí numero ex subiecto;
ex quantitate. Unde infert, quamvis possit nulla posset ratio huíus repugnantiae assig- modi ens actu; ergo per eamdem est sin- ergo ex seipsis. Secundo hoc maxime urget
quantitas indivjdua conservari a Deo sine nari; videmus autem non posse ídem sub- guiare quid et individuum; ergo et acciden- de quibusdam accidentibus, quae secundum
subiecto, non tamen albedinem aut reliqua iectum duas albedines vel duos calores reci- tia hoc habent. Et confirmatur} quía subiec- habitudinem suatri non sistunt in subiecto,
accidentia, quae necessario requirunt sub- pere; tota ergo ratio huius est, quía a tum non potest esse principium individuans sed illud referunt vel aliquo modo in aliud
iecwm, saltem- quantitem---ipsam;--Ut fiant--in- subiecto -individuantur; -et ideo, hoc ipso- accidentia; ergo tantum esse potest huius- ducunt, ut sunt reJationes, actus} habitus
dividua. Hincque docet D. Thomas saepe quod in eodem subiecto recip¡untur sunt modi principium intrínseca entitas ipsorum et similia; si enim accidens dicitur indivi-
non posse dari duas albedines separatas et unum, et non duo. accidentium. Antecedens patet} quia impri- duad a subiecto, quia respicit illud naturali-
solo numero distinctas, quia non haberent 3. Aliorum opinio.__, Secunda opinio est~. rnis subiectum non potest dki principium ter, cur haec accidentia non dicentur potius-
per quod distinguerentur, 1, q. 50, a. 4, unamquamque formam accidentalem physice· intrinsecum individuationis accidentis} tam- individuari ab ultimis terminis quos natu-
et q. 75, a. 7. ldemque docet ac defendit individuad per seipsam, ut est talis entitas quam intrinsece et per se componens raliter respiciunt, maxime cum ab illis se-
Capreol., In I} dist. 54, a. 2, concl. 2. Fun- actu vel aptitudine, neque habere aliud in- accidens, quia nunc non agimus de com- cundum communes rationes sumant essen-
damenta huius sententiae sunt eadem quae trinsecum principium individuationis, prae- posito ex subiecto et accidente, sed de ipsa tiales se u specificas rationes suas? Tertio}
superius allata sunt ad probandum formam ter suam entitatem. Ita sumitur ex opinione accidentali forma} quam constat non campo- quía sine fundamento dicitur hoc accidens·
substantialem individuari a materia signata. Durandi supra tractata; et omnes rationes}. ni intrinsece ex ips_o subiecto, nec subiec- numero habere naturalem coaptationem et
Et confirmatur primo, nam accidens habet quas adduximus de forma substantiali~ pro- tum hoc modo esse principium intrinse- habitudinem tantum ad hoc subiectum;
666 Disputaciones metafisicas Disputación quinta.-Secci6n VIII _ _ _ _ _ _ _ _ _ 667
~ólo pueda ser hecho en él, sin embargo, él ~ismo es de por ~í apto para informar cantidad es el principio de individuación, y pueden representar un obstáculo para
a cualquier sujeto capaz de tal accidente, Igual que contranamente puede suce- la primera parte de la sentencia propuesta por nosotros, han sido ya suficiente-
der que este sujeto no pueda tener naturalmente más que esta. blancura. o. esta mente recorridos y solucionados en la sección precedente. Porque la primera con-
<:antidad, y, sin embargo, no por ello. se ha de entender su c~pacidad tan limitada firmación sólo prueba que el accidente tiene su individuación en orden al sujeto
·de sí y tan determinada a este accidente que no sea suficiente. de por sí para y que depende naturalmente de él, pero no que la individuación del sujeto sea
recibir otros accidentes semejantes. Finalmente, puede esto rmsmo defenderse el principio intrínseco de individuación del accidente. En cambio, en la segunda
con todas las razones que dimos acerca de la fonna sustancial. confirmación, lo mismo que en los fundamentos de la última sentencia, se pre-
senta la duda común que no puede ser aquí pasada por alto, aunque pide para sí sola
Resoluci6n de la cuesti6n una cuestión propia.
4. Esta controversia se puede conciliar y defiuir con la distinción ante~ ~­
$inuada. Dijimos, efectivamente, que podíamos hablar doblemen~e del prn~c;t­
pio de individuación: en primer lugar, en orden al ser y a la prop;a constitucion SECCION VIII
de la cosa en sí misma. En segundo lugar, en orden a la producción, en cua_nto ¿RESULTA CONTRADICTORIO QUE DOS ACCIDENTES, CUYA DIVERSIDAD ES SÓLO
que el agente queda determinado a producir un individuo distinto, ~ ~ realizar NUMÉRICA, SE DEN SIMULTÁNEAMENTE EN EL MISMO SUJETO
uno más que otro, y, por consiguiente, en orden a nuestro conoclffilento, en POR RAZÓN DE SU INDIVIDUACIÓN?
cuanto que sensiblemente (por. decir~o así) podemos di~tinguir. u:'o de o~o. Se-
gún la primera forma de constderactón -que es la mas a pr-wrz y la mas pr~­ l. Que accidentes diferentes sólo numéricamente, estén en el mismo sujeto
pia de esta ciencia---, es verdadera la última opinión, que enseña que .los a~ct­ puede suceder de dos maneras, a saber, simultáneamente o sólo sucesivamente;
dentes tienen su individuación y distinción numérica no de parte del suJeto, smo una y otra cosa está puesta en controversia, pero en la presente sección sólo
de sus propias entidades, oomo prueban suficientemente las razones propuestas, trataremos de la primera.
tanto aquí como en la sección precedente, y se verá más claro aún e? la .so-
lución de las dificultades. En cambio, según la segunda forma de conSideración Se trata la primera opini6n
-que es más física y a posteriori-, puede decirse que los. , accidentes rec~be~ 2. Está, pues, en controversia la primera opinión que niega que puedan dar-.
su individuación del sujeto como de raíz o más bien de ocaswn de su multipli- se simultáneamente en el mismo sujeto no sólo los accidentes pertenecientes a
cación y distinción. Sin embargo, esto no se a~rm.a del sujeto t~mado esc_ueta- la misma especie, sino tambü!n los de diversas especies, si están contenidos bajo
mente, sino que se ha de entender con la aphcaci?n ?e otras , circunsta.ncms o el mismo género próximo. Puede verse en Santo Tomás, ·r, q. 85, a. 1, donde
condiciones necesarias para la acción, como se explicara con mas comodidad en afirma que es imposible que el mismo sujeto sea perfeccionado al mismo tiempo
la solución de las dificultades. por varias formas de un género y de diversas esp·ecies, igual que es imposible
S. Por consiguiente, los fundamentos de la primera opinión, en cuanto que que el mismo cuerpo según lo mismo, sea coloreado al mismo tiempo con dí-
.son las mismas razones con que suele probarse que la materia signada por la versos colores, o configurado con diversas figuras. Y en la q. 8 De Veritate, a. 14,
explica esto acerca de las formas existentes en acto perfecto. Esta exposición la
nam, licet fortasse per naturales causas in consequenter in ordine ad nostram cogni- admiten comúnmente los tomistas y así resuelven las dificultades acerca de va-
solo illo fieri possit, nihilornlnus tamen ip- tionem quatenus sensibiliter (ut sic dicam)
sum de se apturn est ut informet quodvis distinguere possurnus unum ab alio. Priori
igitur consideratione (quae maxime a prio- tate· esse principium individuationis, et re- dere potest, scilicet, simul vel tantum suc-
subiectum capax talis accidentis; sicut e
ri est, et maxime propria huius scientiae), vera pugnare possunt priori parti sententiae a cessive; et utrumque est in controversia
contrario accidere potest ut hoc subiectum
non possit naturaliter habere nisi hanc al- nobis positae, satis tractata sunt et expedita positum, et in praesenti sectione solum
est posterior sentencia, docens accidentia non seccione praecedenti. Prima vera confirma-
bedinem vel hanc quantitatem, et tamen ex subiecto, sed ex propriis entitatibus ha- priorem tractamus.
non propterea capacitas eius intelligenda est tia solum probat accidens habere suam in-
bere suam individuationem et numericam
ita ex se limitata et determinata ad hoc dividuationem in ordine ad subiectum ab
distinctionem, ut satis probant raciones fac- eoque naturaliter pendere, non tamen quod Prima opinio tractatur
.accidens ut non sit de se sufficiens ad simi- tae, tam hic quam sectione praeced., et
lia accidentia recipienda. Denique hoc ipsum individuatio subiecti sit principium intrin- 2. In qua est prima opinio, quae non
patebit ampllus ex dicendis in solutionibus secum individuationis accidentis. In secun-
suaderi potest omnibus rationibus quas de argumentorum. Posteriori autem considera- solum de accidentibus eiusdem speciei, sed
.da vero confirmatione et in fundamentis etiam diversarum specierum, si sub eodem
-forma substantiali fecimus. tiene (quae magis est physica et a posterio- posterioris sententiae petitur commune du- genere proximo contineantur, negat posse
ri)- -dici- -poss-unt---acddentia accipere in~vi­ bium, quod hoc loco praetermitti non pot- simul esse ín eodem subiecto. Videatur D.
Quaestionis resolutio duationem ex subiecto tamquam ex radice, est, suam tamen propriam quaestionem Thom., l, q. 85, a. 1, ub¡: Impossibile
4. Haec controversia distinctione supra seu occasione potius multiplicationis et di- postula t. (inquit) est idem subiectum perfici simul
insinuata dirimenda est et definienda. Di- stinctionis eorum. Hoc tamen non de subiec- pluribus formis unius generis et diversa-
ximus enim dupliciter posse nos loqui de to nude sumpto, sed adhibitis aliis circum- SECTIO VIII rum specierum, sicut impossibile est quod
-principio individuationis: primo, in ordine stantüs vel conditionibus ad actionem neces- idem corpUJS secundum idem simul colore-
oad esse et ad propriam rei constitutionem sariis intelligendum est, ut in solutionibus AN REPUGNET DUO ACCIDENTIA SOLO
NUMERO DIVERSA ESSE SIMUL IN EODEM tur diversis coloribus veZ figuretur diversis
secundum se. Secundo, in ordine ad pro- argumentorum commodius explicabitur. fíguris. In q. autem 8 de Verü., a. 14, id
5. Fundamenta ergo prioris opinionis, SUBIECTO OB EORUM INDIVIDUATIONEM
<luctionem, quatenus determinatur agens ad declarat de formis existentibus in actu per-
distinctum individuum producendum, vel ad quatenus eadem sunt cum rationibus qui- 1. Accidentia solo numero differentia fecto. Quam expositionem amplectuntur
.efficiendum unum potius quam allud, et bus probari soJet materiam signatam quanti- esse in eodem suoieCto duobus modis acci- communiter thomistae, et ita solvunt ar-
Disputaci6n quinta.-<Sección Vlll 669
Disputaciones metafísic~ ------------------------------~
668
para la cuestión de que aqui tratamos que dO-s· accidentes según su ser real, ten-
rias especies inteligibles o sensibles que estén contenidas bajo el mismo género gan al mismo tiempo su acto completo de información en el mismo sujeto. Y el
próximo (como son las especies de hombre y de caballo), y que existao simultá- mismo argumento puede darse acerca de los hábitos de las virtudes morales o de
neamente en la misma potencia; y de dos ciencias, por ejemplo, o dos virtudes las ciencias en las que no tiene explicación tal distinción del ser real e inteligible.
morales o teológicas, que a pesar de que difieren en especie y están contenidas Y con esto puede extenderse también el argumento a los actos, pues no habrá
bajo el mismo género próximo pueden estar, al mismo tiempo, en la mism~ po- dificultad en que existan al mismo tiempo, cuanto depende de ellos mismos o de su
tencia, incluso con su intensidad perfecta, pues de todas estas cosas y demas se-. potencia receptiva, si no falta la virtud activa que pueda hacerlos simultánea-
mejantes dicen que están simultáneamente sólo en acto incompleto, ya que están mente, porque por lo demás, no existe mayor repugnancia entre los actos que
al mismo tiempo sólo en acto primero o en hábito, pero no en acto segundo. entre los hábitos de un mismo género, si por otros motivos no son contrarios.
3. Pero, verdaderamente, tal opinión en toda su generalidad es difícil de 4. Y asi tambi~n se soluciona la cuestión que Santo Tomás insinúa en la
mantener absoluta y simplemente. En primer lugar, porque no se puede dar una referida cuestión 8 De Veritate, a saber, que los actos de un mismo género se
razón suficiente acerca de ella, pues como bien objetó Escoto, Jn 1, dist. 3, q. 6, refieren a la misma potencia, y constituyen su término; y no puede una misma
§ Aal quaestionem igitw·, en los ejemplos que adujo arriba Saoto Tomás pre- potencia quedar terminada simultáneamente por varios actos. Hay que respon-
cisamente no pueden aquellos accidentes diferentes en especie estar al mismo der, pues, que ~sto es verdadero en los actos adecuados a una misma potencia,
tiempo, porque incluyen alguna oposición en orden al sujeto, pues siempre dos pero no en los madecuados; y como en el caso presente una especie o un hábito
colores se oponen o como contrarios extremos, o como extremo y medio, o como no es el adecuado acto primero del entendimiento, porque no le perfecciona en
más próximos a uno de los extremos; también las figuras incluyen repugnan- orden a su objeto adecuado, por ello pueden existir en él varios al mismo tiempo
cia en el sitio o en la rectitud y oblicuidad o en otra cosa semejante, pues no es aun cuando sean del mismo género, hasta que le perfeccionen de modo íntegro ;
preciso que todos los accidentes específicamente diferentes tengan la misma opo- comp~eto. Y lo mismo habrá que decir de cualesquiera formas accidentales. Como,
sición con relación al sujeto. Además, no urge mal Durando, In 11, dist. 3, por e¡emplo, del calor y de la sequedad, que aun cuaodo quizás convengan en el
q. 8, el argumento acerca de las especies inteligibles (aun cuaodo use mal del género próximo, pued~n estar al mismo tiempo en el mismo fuego, porque nin-
mismo para negar las citadas especies inteligibles); objeta, por consiguiente, guna de las dos cualidades llena por sí la natural capacidad del fuego, ni la
que, aunque el entendimiento no entienda actualmente, hay varias especies pasiva que tiene en razón de la materia, ni en cierto modo tampoco la activa
completas y perfectas, cuanto al acto de informar, pues la operación actual nada que tiene en razón de la forma por natural dimanación. Por consiguiente, par~
tiene que ver con el ser completo de la forma. Responde Cayetano en I, q. 85, que sea verdadera en algún sentido aquella proposición de Santo Tomás, se ha
a. 4, que ello es verdad tratándose de las especies en su ser real, pero no en su de ~ntender .acerca de las formas que completa y adecuadamente actúan la po-
ser inteligible. Pero prescindiendo de que esto es cometer una cierta petición de tencia del su¡eto en tal género_ o razón, como se verá mejo.r por lo que tenemos
principio en la cuestión que allí se disputa, a saber, si puede el entendimiento que decir aún. Pues esta opinión que hemos tratado hasta ahora no se funda
tener al mismo tiempo varios actos de inteligencia, porque, como él mismo ex- en la individuación de los accidentes y, por elJo, no se referia a la presente
pone, que aquello sea inteligible no es otra cosa sino que actualmente mueva a la cuestión; con todo, necesariamente había que darla por anticipado, sea para
potencia a la actual consideración; omitiendo, pues, como digo, todo esto, basta complemento de la doctrina, sea porque aporta claridad a lo que diremos después.
quod duo accidentia secundum suum esse est adaequatus actus primus intellectus, quía
gumenta de pluribus speciebus intelligibili- tes magis ad alterum extremorum; figurae reate simul habeant actum informandi com- non perficit illum in ordine ad adaequatum
bus seu sensibilibus sub eodem proximo etiam includunt repugnantiam in situ aut pletum in eodem subiecto. Et idem argu- obiectum eius; et ideo possunt in eo simul
genere contentis (ut sunt species hominis in rectitudine et obliquitate vel aliqua re mentum fieri potest de habitibus virtutum plures esse, etiamsi sint eiusdem generis,
et equi) in eadem potencia shn.ul existen- simili; non est autem necesse omnia acci- moralium aut scientiarum, in quibus non donec integre et adaequate ipsum perficiant.
tibus, et de duabus scientiis, verbi gracia, dentia specie differentia habere huiusmodi habet locum illa distinctio de esse reali aut Et idem dicendum erit de quibuscumque
vel duabus virtutibus moralibus vel theolo- oppositionem respectu subiecti. Deinde non intelligibili. Et ex ltis potest extendi ~rgu­ formis accidentalibus. Ut verbi gratia, ca-
giéis, quae, cum specie differant. et sub eo- male urget Durand., In II, dist. 3, q. 8, mentum etiam ad actus; non enim repug- lor et siccitas, quamvis fortasse conveniant
dem proximo genere contineantur, simul argumentum de speciebus intelligibilibus nabit eos esse simul, quantum est ex parte in genere proximo, possunt in eodem igne
esse possunt in eadem potencia, etiam cum (quamvis ipse male illo utatur ad negandas ipsorum aut ex parte potentiae receptivae simul esse, quia neutra illarum qualitatum
perfecta intensione; haec enim et similia di- species intelligibiles); argumentatur igitur, si non desit virtus activa quae possit si~ per se implet capacitatem naturalem ignis,
cunt esse simul solum in actu incompleto, quia, quamvis intellectus actu non intelligat, mul illos efficere, quia in reliquis non est neque passivam, quam habet ratione ma-
quia solum sunt simul in actu primo seu species piures sunt perfectae et completae, teriae, neque quodammodo activam, quam
maior repugnantia inter actus quam inter
in habitu, non in actu secundo. quantum ad actum infonnandi; nam ac- habet ratione formae per naturalem dima-
tualis operario nihil refert ad esse comple- habitus eiusdem gener.\s, si alias non sint
3. Sed rev(!ra_ . ciifficile est ()pi.rl_ionem contrarii. natione-m. Propositio ergo illa D. Thomae,
hanc in ea generalitate simplidter et ~ aOSolu- tuin fOimile. · ReSpOridet Caiet., I, q. 85, a. 4, ut aliquo sensu vera sit, intelligenda est de
te sustinere. Primo, quía non potest suffi- hoc esse verum de speciebus in esse reali, 4. Et ita etiam solvitur ratio quam D.
Thomas .insinuat in dicta q. 8 de Verit. formis quae complete et adaequate actuant
ciens eius ratio reddi; ut enim bene Seo- non tamen in esse intelligibili. Sed, ut omit- potentiam subiecti in tali genere seu racio-
tus obiicit, In I, dist. 3, q. 6, § Ad quaestio- tam hanc esse quamdam petitionem princi- scilicet, quía actus eÁusdem generis respi~
ne, ut magis ex dicendis patebit. Haec enim
nem igitur, in exemplis quae D. Thomas pii in quaestione quam ~bi disputat, scili- ciunt eamdem potentiam et terminant illam; opinio, quae hactenus tractata est, non fun-
supra attulit, ideo illa accidentia specie dif- cet, an possit intellectus simul habere piures non potest autem simul eadem potentia plu- datur in individuatione accidentium, et ita
ferentia non possunt esse simul, quia in- actus intelligendi, quia ut ipsemet exponit, ribus actibus terminari. Respondetur enim non referebat ad praesente¡:n quaestionem;
cludunt aliquam oppositionem in ordine ad illud esse intelligibile nihil aliud est nisi hoc esse verum in actibus· adaequatis eidem tamen necessario praemittenda fuit, tum ad
subiectum; semper enim duo colores oppo- quod actu moveat potentiam ad actualem potentiae, non vera in inadaequatis; ut in complementum doctrinae, tum etiam quia
nuntur, aut tamquam extreme contrarü, aut considerationem; ut hoc (inquam) omittam, praesenti una species vel unus habitus non lucem affert ad ea quae dicemus.
sicut extremus et medius, aut sicut acceden- ad quaestionem de qua hic agimus satis est
670 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección Vlll 671
los demás filósofos, sino a la misma experiencia repugna abierta~ente, como·
Segunda opinión arriba se vió, y se verá más por cuanto se diga después; con todo, Imponen mu-
5. La segunda opinión, por consiguiente, es también extrema: ningunos. chas limitaciones y excepciones a la referida sentencia; pero, por ser s~empre
accidentes pertenecientes a la misma especie pueden estar al mismo tiempo en difícil elegir el camino medio y dar razón del mismo, al hacer tal excepción no
el mismo sujeto. Esta opinión se supone que es la de Aristóteles en el libro V se punen de acuerdo entre sí.
de la Metafísica, c. 10, text. 15, cuando afirma que difieren específicamente los
accidentes que estando en la misma sustancia tienen diferencias. Tratando . de Tercera opinión
esto, en la lec. 12 da Santo Tomás la razón general de tal aserto, porque es Im- 7. Por tanto, la tercera opinión es de los tomistas, que distinguen los acci-
po~ible que varios accidentes de la misma eSpecie estén en el mismo sujeto. Lo- dentes en acto completo o en acto incompleto; en efecto, niegan que pueda ha-
mismo enseña en 111, q. 35, a. 5, donde tampoco admite varias relaciones sólo ber simultáneamente en un sujeto accidentes del primer modo diferentes sólo nu-
numéricamente diversas en el mismo padre respecto de varios hijos, ni en el méricamente, a causa de las razones dadas y de la autoridad de Aristóteles y de
mismo hijo respecto del padre y la madre. Y as! generalmente defienden esta Santo Tomás, a los que interpretan en este sentido. En cambio, lo admiten del
opinión Capréolo, en In I, dist. 7, q. 2; Cayetano, en III, q. 35, a. 5; segundo modo. As! Cayetano, I, q. 95, a. 4. Más claramente Capréolo, In Il, dist. 3,
Herveo, Quodl. III, q. 9, e In Ill, dist. 8, q. 1; y alli mismo, Paludano, q. 2; q. 2, a los argumentos cont. 9 concl.; Iavello, V Metaph., q. 16. Todos ellos pa-
Soncinas, VII Metaph., q. 4, donde aduce muchas razones. Pero la principal se recen haberlo tomado de Santo Tomás, q. 8 De Veritate, a. 14, y parecen guiarse
toma de la individuación, pues la distinción en las formas es solamente o bien principalmente por el argumento de las especies intencionales, ya que no pueden
formal, que es la específica, o material por el sujeto, que es la num6rica según negar que varias de ellas diferentes sólo numericamente puedan estar en el mism()
Aristóteles en el III de la Metafísica, c. 3, y en el libro V, c. 6; luego, cuand<> sujeto, a saber, en el mismo entendimiento~ o en la misma fantasía, o en el mismo
no interviene ninguna de éstas, no puede haber distinción; por tanto, donde hay medio según la misma parte.
unidad específica del accidente en el mismo sujeto, no puede haber pluralidad 8. Pero primeramente, esta distinción no es suficiente, pues mostraremos
numérica. Se confirma porque, de lo contrario, por la misma razón por la que después que no sólo estos accidentes intencionales, sino también varios otros
podrían dos accidentes sólo numéricamente distintos estar simultáneamente en según todo su ser completo pueden estar simultáneamente en el mismo sujeto.
el mismo sujeto, podrían también multiplicarse hasta el infinito, porque no hay Además, acerca de estos accidentes intencionales recae nuevamente el argumento
mayor razón para una multitud que para otra; de lo cual se deduce que existen ya dado, a saber, cuál es la razón por la que se dice que están de forma incom-
en el mismo sujeto infinitas relaciones, y otros inconvenientes semejantes. pleta en su sujeto, si es porque no tienen eficiencia, o porque su información
6. Pem también es dificil mantener esta sentencia en toda su generalidad y no es plena; esto último es falso, ya que están según todo su ser; luego infor-
sin ninguna excepción, a causa de los varios ejemplos en los que parece que falla man. Y lo primero parece que nada tiene que ver porque el ser completo del
enteramente, como probaremos en seguida. Y por ello, aunque ningún autor en- accidente no consiste en la eficiencia, sino en la información. A esto se añade,
señe absoJutamente la sentencia contraria en extremo, a saber, que cualesquiera finalmente, que si estos accidentes no pueden estar en el mismo sujeto a causa
accidentes sólo numéricamente diferentes, de cualquier especie que sean pueden de la individuación, consiguientemente sucederá lo mismo sea que estén o no
estar al mismo tiempo en el mismo sujeto, pues ello, no sólo a Aristóteles y a en operación actual, ya que antes de operar tienen su individuación por el suje-
Secunda opinio subiecto, quae est numerica ex Arist., IIT rientiae aperte repugnat, ut supra tactum piures solo numero differentes possint esse
5. Secunda ergo opinio etiam extre~a
Metaph., c. 3; lib. V, c. 6; ergo ubi neutra est, et ex dicendis latius constabit; plures in eodem subiecto, scilicet, in eodem in-
est, nulla omnino accidentia eiusdem spe- istarum intercedit, non potest esse distinc- tamen exceptiones et limitationes adhibent tellectu, veJ in eadem phantasia, veJ in eo-
ciei posse simul esse in eodem subiecto. tio; ergo, ub~ est unitas specifica accidentis praedictae sententiae; quía vera difficile est dem medio secundum eamdem partero.
Quae existimatur esse Aristotelis, V Me- in eodem subiecto, non potest esse pluralitas mediam viam eligere et rationem eius red- 8. Sed imprimis haec distinctio non est
taph., c. 10, text. 15, dicentis illa acciden- numerica. Confirmatur, quia alias, qua ra- dere, ideo in hac exceptione facienda inter sufficiens : nam ostendemus inferius non
tia differre specie quae cum in eadem sub- tione possent duo accidentia solo numero se non conveniunt. solum haec accidentia intentionalla, sed
stantia sint, differentiam habent. Ubi D. diversa in eodem subiecto simul inesse, pos- etiam plura alia secundum totum suum esse
Thomas, lect. 12, generalero rationem red- sent etiam in infinitum multiplicari, quía completum, posse simul esse in eodem sub-
non est maior ratio de una multitudine T ertia opinio
dit illius assertionis, quia impossibile est iecto. Deinde de his accidentibus inten-
plura accidentia eiusdem speciei in eodem quam de alia; unde infertur esse in eodem 7. Tertia ergo opinio est thomistarum, tionalibus redit argumentmn supra facturo,
subiecto esse. Idem docet III, q. 35, subiecto infinitas relationes, et alia similia distinguentium de accidentibus in actu com- qua, scilicet, ratione dicantur esse incom-
a. S, ubi etiam ptures relationes solo nu~ incommoda. pleto vel incompleto; nam priori modo ne- plete in subiecto, an quía non efficiunt, vel
mero diversas non admittit in eodem patre 6. Sed difficile etiam est sententiam hanc gant posse simul esse in uno subiecto acci- quía non plene informant; h,oc posterius
respectu· plurium·--filiorum;---neque- in·- eodem in tota hac generalitate absque ulla ex- dentia solo numero differentia, propter ra- est falsum, quía secundum totum suum esse·
filio respectu patris et matris. Et ita gene- ceptione sustinere, propter varia exempla _in tiones factas et auctoritatem Aristoteli_s et insunt; ergo informant; primum autem vi-
raliter defendunt hanc opinionem Capreol., quibus plane videtur deficere, quae statlm D. Thomae, quos sic exponunt. Posteriori detur ímpertinens, quia completum esse
In I, dist. 7, q. 2; Caietan., III, q. 35, a. 5; afferemus. Et ideo, quamvis nullus aucto- autem modo id admittunt. Ita Caietan., I, accidentis non consistit in efficiendo, sed
Hervaeus, Quodl. III, q. 9, et In III, dist. rum sententiam extreme contrariam simpli- q. 95, a. 4. Clarius Capr., In II, díst. 3, q. 2, in informando. Accedit tandem quod, si
8, q. 1; ibi Pal.ud., q. 2; Soncin., VII Me- citer doceat, scilicet, quaecumque acciden- ad argumenta cont. 9 concl.; Iavell., V Me- haec accidentia non possunt esse in eodem
taph., q. 4, ubi piures rationes adducit. Sed tia solo numero differentia, cuiuscumque taph., ·q. 16. Qui videntur hoc sumpsisse ex subiecto propter individuationem, ergo idem
praecipua sumitur ex individuatione; nam speciei sint, posse símul esse in eodem sub- D. Thom., q. 8 de Verit., a. 14, et praecipue erit, sive sint in actuali operatione, sive non;
dístinctio in formis solum est aut forma- iecto; id enim non solum Aristoteli et videntur ducti argumento specierum inten- quia príusquam operentur, habent suam in-
lis, quae est specifica, aut materialls ex omníbus philosophis, sed etiam ipsi expe- tionalium; quía negare non possunt quin dividuationem ex subiecto; ergo, vel illa ra-
672 Disputaciones metafísicas Disputación quinta.~Sección VIII 673

to; luego, o aquella razón no es adecuada o prueba igualmente que estos acci- -de las formas accidentales. Y por el mismo motivo, cosas enteramente semejantes
dentes no pueden distinguirse numéricamente en el ntismo sujeto, incluso mien- en un mismo accidente, se inmutarían unas a otras mutuamente, y multiplicarían
tras operan. en sí mismas a·ccidentes semejantes. Más aún, por idéntica o mayor razó~ la
cosa misma obraría sobre sí produciendo mediante un accidente otro seme¡ante
Cuarta opinión al mismo o si tiene ya dos, haría un tercero, y así hasta el infinito, cosas todas
que son ~nteramente falsas y absurdas. De lo cual se deduce que, incluso en tales
9. La cuarta opinión es que de los accidentes propios o que emanan intrín- mutaciones accidentales, el principio de ellas por parte del sujeto es la privación de la
secamente del sujeto no pueden existir varios diferentes sólo numéricamente en forma semejante; y por ello, tal mutación na tiende a la multiplicación de un
el mismo sujeto; pero, en cambio, sí que pueden estar simultáneamente los ac- accidente de la misma especie en el mismo sujeto.
cidentes que son comunes. Así, Janduno, V Metaph., q. 36. La razón de la pri-
mera parte es que la naturaleza huye de la superfluidad; por lo cual, al ser intrín-
seco a la naturaleza el accidente propio y bastar uno para la función y fin de Quinta opinión
la naturaleza, no se multiplica. Y de aquí se toma la razón de la segunda parte, 11. La quinta opinión establece la distinción de los accidentes que se hacen
pues como el accidente común adviene con frecuencia de un modo extrfnseco y por un movimiento propio y los que se hacen sin movimiento, y acerca de los
accidental, no repugna que se multiplique en el mismo sujeto, y así sucede que primeros niega que puedan estar simultáneamente en el mismo sujeto a causa de
varios calentamientos se hacen simultáneamente en el mismo leño por parte de la razón aducida de que el movimiento se hace desde un contrario hasta un
diversos fuegos. <:ontrario; en cambio, acerca de los últimos afirma que pueden simultáneamente
10. Pero esta sentencia, aunque sea verdadera en su primera parte, con todo estar en el mismo sujeto accidentes diversos sólo numéricamente. Esta opinión la
en cuanto a la segunda no lo es en su totalidad, porque ni varias blancuras ni refiere Fonseca, lib. V, c. 10, q. 1, sec. 1, y suele atribuirse a Escoto, Gabriel, Duran-
varios calores pueden estar al mismo tiempo en el mismo sujeto, a pesar de que do y otros en In Ill, dist. 8; con todo, Durando allí, en la q. 3, no dice nada de
son accidentes comunes. Ni lo que se dice de varios calentamientos· es verdadero, esto, sino que más bien, en la solución ad 1, de los accidentes absolutos sólo admite
pues cuando dos fuegos calientan un mismo leño en la misma parte, igual que ,que puedan estar en el mismo supuesto segón partes diferentes aquellos que son de
hacen un calor, hacen también un acto de calentar que procede de cada uno de la misma especie; de los relativos, en cambio, según los fundamentos diferentes.
ellos parcialmente y de los dos juntos como de causa total. Además, si aquella Gabriel, en cambio, en el mismo sitio, a. 3, duda 1, no se vale de ninguna dis-
regla fuese verdadera en general, se seguiría que dos ciencias de la misma especie tinción, sino que niega absolutamente que repugne que dos accidentes sólo nu-
y en orden al mismo objeto. podrían estar simultáneamente en el mismo sujeto, méricamente diferentes se hallen en el mismo sujeto. Y casi del mismo modo ha-
y de modo semejante dos templanzas diferentes sólo numéricamente, cosa que bla allí Escoto, q. única. Indica, sin embargo, que mediante la operación del agen-
no es probable. Finalmente se opone la razón general, porque incluso en las te natural no se lleva a cabo la multiplicación de cualidades de la misma clase
mutaciones extrañas y accidentales el agente extrínseco intenta asimilar a sí el en un mismo sujeto, porque el agente natural intenta perfeccionar una forma im-
paciente; y, por ello, si le halla ya semejante, no obra de nuevo sobre él, pues, perfecta preexistente, y por ello no induce una forma enteramente distinta, sino
de lo contrario, después que le hubiera asimilado a sí, una y otra vez obraría sobre algón grado o cuasi parte que une a la preexistente para perfeccionarla. Con lo
él y así seguiría la acción hasta el infinito, al menos en cuanto a la multiplicación

tio congrua non est, vel aeque probat haec marum accidentalium. Et eadem ratione, res autem affirmat posse simul esse in eodem
rem non est in universum vera, quía nec
accidentia non posse dístingui numero in piures albedines nec piures calores possunt -omnino similes in eodem accidente ad in- suhiecto accidentia solo numero diversa.
eodem subiecto, etiam dum non operantur. vicem mutuoque sese immutarent, et simi- Hanc opirúonem refert Fonseca, lib. V, c. 10,
simul esse in eodem subiecto, cum tamen
iia accidentia in seipsis muJ,tiplicarent. Im- q. 1, sect. 1, soletque tribui Scoto, Gab., Du-
haec sínt accidentia communia. Neque id mo, eadem vel maiori ratione, idem age-
Quarta opinio rand. et aliis, In III, dist. 8; tamen Du-
quod dicitur de pluribus calefactiorúbus ve- i'et in seipsum, per unwn accidens aliud
rum est, nam quando duo ignes ídem J_ig- rand. ibi, q. 3, rúhil de hoc dicit, sed po·
9. Quarta opinio est accidentia propria, num secundum earndem partem calefaciunt, simile in se producendo, vel, si iam ha- tius in solucione ad 1, in accidentibus abso-
seu quae intrinsece manant a subiecto, non beret duo, efficeret tertium, et sic in infini- lutis solum admittit ea quae sunt eiusdem
sicut efficiunt unum calorem, ita et unam
posse plura solo numero differentia esse tum, quae omnia sunt plane falsa et absur- speciei posse esse in eodem supposito se-
calefactionem, quae a singulis est partialiter,
in eodem; ea vero quae sunt accidentia et ab utroque simul ut a causa totali. Prae- da. Unde colligiur, etiam in his mutatiorú- cundum aliam atque aliam partem; in rela-
communia, posse simul esse. Ita Iandun., bus accidentalibus, principium earum ex tivis vero secundum aliud et a)iud funda-
terea, si regula illa esset generaliter vera,
V Metaph., q. 36. Ratio príoris partis est, parte subiecti esse privationem similis for- mentum. Gabr. autem ibi, a. 3, dub. 1,
quía natura abhorret superfluitatem; unde, sequeretur duas scientias eiusdem speciei et mae; et ideo hWusmodi mutationem non
in ordine ad idem obiectum, similiter duas nullam distinctionem adhibet, sed simplici-
cum accidens proprium sit intrinsecum na- tendere ad multiplicandum accidens eius- ter negat repugnare duo accidentia solo
turae, et- unum-----s-ufficia-t----ad--"-naturae-func-- temp!:!:rantias solo___ numero __ diversas posse si- dem speciei in eodem subiecto.
mul esse in eodem, quod non est probabile. numero differentia esse in eodem subiecto.
tionem et finem, non multiplicatur. Et hinc Et fere eodem modo loquitur ibi Scotus,
-sumitur ratio alterius partis; nam cum acci- Denique obstat ratio generalis, quía etiarn in Quinta opinio
extraneis et accidentalibus mutationibus quaestione unica. Indicat tamen per ope-
dens commune ab extrínseco et per acci- 11. Quinta opinio disr¡nguit de acciden- rationem agentis naturalis non fieri multi-
dens saepe proveniat, non repugnat multi- agens extrinsecum intendit assimilare sibi
passum; unde, si invenit simile, non ite- tibus quae fiunt per proprium motum vel plicationem qua).itatum eiusdem rationis in
plicari in eodem subiecto, et ita contingit quae sine motu fiunt, et de prioribus ne- eodem subiecto; quía naturale a gens inten-
piures calefactiones fieri simul in eodem rum agit in illud; aUas, postquam illud se-
gat posse simul esse in eodem subiecto, dit formam praeexistentem imperfectam per-
ijgno a diversis ignibus. me! sibi assimilaret, iterum atque iterum ficere; et ideo non inducit omnino aliam
propter racionero adductam quod motus fit
10. Sed haec sententia, _licet quoad prio- ageret in illud, et sic in infinitum procederet fonnam, se~ aliquem gradurn seu quasi
ex contrario in contrarium; de posterioribus
rem partero vera sit, tamen quoad posterio-- actio, saltem quoad multipijcationem for-
43
674 Disputaciones metafísicas Disputación quinta. Sección Vlll _________________,::6._-:75
.cual indica aquella distinción ac:rc~ ?e
los ac~identes ~que. se realizan con movi- otro distante la acción del otro, y en cambio, en el lugar intermedio no se impide
miento 0 sin él· y también )a msmua Antonio Andres, libro V Metaph., q. 8, la acción de ninguno; y así sucede que aparecen varias sombras. Y con esto se
pues dice que l~s accidentes relativos diferentes sólo numéricamente. p_ueden estar refuta fácilmente la primera distinción de los accidentes que se realizan mediante
en el mismo sujeto; en cambio, tratándose de los absolutos subd~stl~gue, pu:s el mov.imiento y ·sin él, pues si el movimiento se toma rigurosamente como movi-
algunos son educidos de la potencia del sujeto, Y. éstos no se m~llphcan nume- miento sucesivo que parte de un contrario, por ejemplo de la luz consta que
ricamente en un mismo sujeto; otros, en camb1o, no son eductdos y pueden es falso en su última parte, pues la luz no se hace por un movimiento, sino por
multiplicarse. y uno de éstos piensa que es la luz, acerca .de la cual prete~den mutación instantánea, ni se hace partiendo de un término positivo contrario, sino
los perspectivistas que dos focos hacen dos luces e~ una llliSma parte. del su¡eto, de uno privativo, y con todo no puede multiplicarse en el mismo sujeto. Asimismo
ya que producen dos sombras, y porque desaparecido un foco se extmgue en el aquélla parece una distinción muy accidental; pues ¿qué tiene que ver para esta
aire una de las luces y la otra permanece. . distinción numérica o para la identidad de los accidentes que se hagan por movi-
12. Todos los accidentes inherentes en un sujeto se educen de su potenCla.- miento o por mutación? Porque la distinción de los accidentes no se toma de
Pero estas cosas en parte son falsas y en parte no satisfacen. ~ para empezar. por allf, sino de sí mismos o del sujeto. Y si el sujeto está solamente en potencia para
esto último es falso que existan algunos accidentes en un suJeto que del mismo· un calor que se hace sucesivamente, ¿por qué no se dirá que está solamente en
modo que ~e hacen en él, no sean educidos de su potencia, ya que todos depen- potencia para una luz, aunque se haga simultáneamente? O, por el contrario,
den del sujeto en el ser y en el hacerse, y especialmente acerca de la luz es claro- si está en potencia para varias luces, ¿por qué no estará también en potencia
que se educe de la potencia del sujeto; en efecto, ni es creada, ni se hace sólo para varios calores? Y si se dice que en las cosas que se hacen sucesivamen-
en el sujeto, sino del sujeto, concurriendo, concretamente, el aire en el género d_e- te el agente no pretende inducir un accidente nuevo, sino perfeccionar el
causalidad material para su producción. Es falso tambi~n que las luces se mulu~ preexistente, lo mismo se diría de la luz y de cualquiera otra cualidad se-
pliquen numéricamente en un mismo sujeto; ni hay experiencia alguna con la mejante, que igual que se produce instantáneamente partiendo de la pri-
que tal cosa pueda probarse, pues la experiencia sólo enseña que en igualdad de vación opuesta, así también puede intensificarse en un instante, a partir de la
circunstancias hacen más dos focos sobre una misma parte que uno solo; pero privación de tal intensidad. Por lo cual también aquí tiene lugar la razón que se
ello no. se debe a la multiplicación de las luces, sino a la mayor intensidad de una tomó arriba de Escoto, porque no sólo el movimiento sucesivo, sino toda acción
misma luz, de lo que resulta que quitado un agente, incluso en aquella misma natural del agente es para asimilar a sí al paciente; y por ello no obra sobre uno
parte a la que llega la acción de uno y no la del otro, aparezca menor el efecto, ya semejante, sino que requiere en el paciente la privación, como principio de su
no porque se extinga una luz y permanezca la otra, sino porque se produce una acción; por consiguiente, cuando la luz está en el aire como cuatro grados y se
más tenuemente y se conserva asf. Y de aquí viene también el que a veces re- aplica un nuevo foco luminoso, no obrará en el aire en cuanto que es semejante
sulten dos sombras, porque la sombra no es otra cosa que la carencia o disminu- a sí en cuatro grados, sino más bien en cuanto que es desemejante en los grados
ción de la luz, y con frecuencia sucede que interpuesto un cuerpo entre dos focos: ulteriores; por consiguiente, vale la misma razón para los accidentes que se rea-
luminosos distantes entre sí, en un lugar impide la acción de uno de ellos, y en lizan por la mutación o el movimiento.
13. Y si el movimiento en tal distinción no se toma con tanto rigor, sino que
parrem quam uni.r praeexlstenri ut illam subiecto in fieri et in esse, et specialiter- comprende también la mutación, de tal modo que el sentido sea que aquellos
perficiar. In quo significar distinctionem de lumine constat educi ex potentia subiecti; accidentes que se hacen por sí por una acción propia no se multiplican en el
illam de accidentibus quae fiunt per mo~ nori enim creatur, nec solum in subiecto.
tum vel sine illo. Quam eriam insinuat Ant. fit, sed ex subiecto, concurrente scilicet aere,. stante actionem alterius, in loco autem in- calores? Quod si dicatur, .in his qua e suc~
Andr., V Metaph., q. 8. Dicir enim rela- verbi gratia, in genere causae materialis ad termedio neutrius actio impediatur; et inde cessive fiunt, agens non intendere inducere
tiva accidentia solo numero differentia pos- effectionem eius. Falsum est etiam 1umina: fit ut piures umbrae appareanr. Et bine novum accidens, sed perficere praeexistens,
se esse in eodem; de absolutis vero subdi- multiplicari numero in eodem subiecto; ne- confutatur facile prima distinctio de acciden- ídem dicetur de lumine et quacumque alia
stinguir, nam quaedam educuntur de poten~ que est ulla experientia qua id probari pos-· tibus quae fiunt per motum vel sine illo; simili qualitate, quae sicur fir in instanti ex
tia subiecti, er haec non multiplicantur nu- sit; nam solum docet experientia caeteris-- nam, si motus sumatur in rigore pro motu privatione opposita, ita eriam potesr intendi
mero i,n eodem subiecto; alía vero non edu- paribus, plus agere duo luminosa in eadem successivo, qui fit ex contrario, exemplo in instanti ex privatione tantae intensionis.
cuntur, er haec possunt multiplicari. Et parte quam alterum tantum; sed id non luminis consrar esse falsam posreriorem par- Unde hic etiam locum habet ratio supra
huiusmodi putat esse lumen, de quo per- est proprer multiplicationem luminum, sed tero; nam lumen non fit per motum, sed tacta ex Scoro, quia non solum motus suc-
spectivi contendunt a duobus luminosis duo proprer maiorem inrensionem eiusdem lu- per mutationem insrantaneam, nec fit ex cessivus, sed omnis actio naturalis agentis
lumina produci in eadem parte subiecti, minis, ex quo fit ur, ablato uno agente, vet termino positivo contrario, sed ex privativo, est ur passum reddat sibi simile; et ideo
quia duas umbras efficiunt, et quia abla- in ea parte ad quam pervenit unius actio, et tamen multiplicari non potest in eodem non agir in simije, sed requirit in passo
to uno luminoso allquod lumen in aere et non alterius, minar appareat effectus, non subiecto. ltem illa distinctio videtur valde privationem ut principium suae actionis;
corrumpitur et aliquod--- -manet.~-~-------- - quia unum -lumen--corrumparur et maneat per accidens; quid enim refert ad hanc quando ergo lumen est in aere ut quatuor,
12. Omnia accidrmtia subiecto inha·eren- aliud, sed quia idem remissius fiar et con- numericam distinctionem vel identitatem et applicatur novum luminosum, non aget
tia de eius potentia educuntwr.~ Sed haec servetur. Et hine est etiam ut interdum re- accidentium quod fiant per morum vel per in aerem quatemJs sibi sirnile est in quatuor
partim falsa sunt, partim non satisfaciunr. sultent duae umbrae, quía umbra nihil aliud· mutarionem? Quia distincrio accidentium gradibus, sed potius quatenus esr dissimile
Et, ut ab hoc ultimo incipiamus, falsum esr quam carentia vel diminutio luminis, et non inde sumitur, sed vel ex seipsis vel in ulterioribus gradibus; est ergo eadem ra-
est aliqua esse accidentia in subiecto quae saepe fit ut, inreriecto uno corpore duobu:s ex subiecto. Quod si subiectum est tantum tio accidentium, quae per mutationem vel
eo modo quo in eo fiunt, de eius potentia luminosis inter se distanribus, in uno loco- in potentia ad unum calorem qui· successive per motum fiunr.
non educantur 1, quia omnia pendent a ímpediat actionem unius, et in alio di- fir, cur non dicetur etiam esse rantum in 13. Quod si motus in ea distinctione
potentia ad unum lumen, licer simul fiat? non in eo rigore sumatur, sed ut compre-
1
De hoc latius disp. IV. Vel e contrario, si esr in porentia ad plura hendir mutationem, ita ut sensus sir ea
lumina, cur non erit in potentia ad piures accidentia quae per se fiunt per propriam
676 Disputaciones metaflsicas
---------------~:_:_: Disputación quinta.-Sección VJII ~-----
677
sujeto numericamente, y que otros, en cambio, se multiplican, así puede también mismo ~ujeto, ,Y sobre ellos explica en la concl. 4 el dicho de Aristóteles, que en
impugnarse la distinción: en primer lugar, porque se da a través de cosas que son tal sentido enuende que es verdadero universalmente y sin excepcíón. Pero añade
muy extrínsecas y accidentales para la distinción numérica de los accidentes. En ~espués que, de los ~ccidentes que son susceptibles de intensidad y remi-
segundo lugar, porque ninguna de las dos partes parece que es constante, pues las sión, sea que se adqrneran por movimiento o por mutación unida al movi-
especies sensibles se hacen por propia acción y a pesar de todo se multiplican miento, o. de otro n;odo cu~lquiera, es menester que se den varios de la mis-
numéricamente en la misma parte del medio; el sonido también parece que se ma. espec1e en _el m1smo SUJeto. Con lo cual parece que limita la opinión an-
hace por si con propia acción, y, sin embargo, se multiplica numéricamente en el ter~or a los acctdentes que sufren aumento y disminución; y así la sentencia an-
mismo sujeto, como parece probar la experiencia, pues oímos la armonía de varias teriO.r no es totalmente general, tal como dice en la conclusión cuarta. Pero ni
voces en un mismo tiempo y a través del mismo medio, lo cual no podría suceder siqmera con ~que~a Ii~tación parece en general verdadera dicha sentencia, por-
si los sonidos no fuesen diversos. Pero, contrariamente, la figura no se hace esen- que las. e~pec1es mten~IOnales. pueden intensificarse y remitirse, y, sin embargo,
cial y primariamente por el movimiento y, sin embargo, no puede multiplicarse nu- s~ mult:Iphcan. en el rmsmo ~u¡eto; y es probable que también el sonido se inten-
méricamente en el mismo sujeto, y lo mismo sucede en todas las cosas semejantes s~que y rermta, el cual, sm embargo, dice él que se multiplica en el mismo
absolutas, porque no pueden multiplicarse por la mutación de algo extrínseco, como su¡eto.
las cosas relativas, y, por ello, del mismo modo que no se hacen por si, así tam- E~ cuanto a lo que añade también allí, que en orden a la potencia absoluta
poco pueden multiplicarse por sí en el mismo sujeto; ni tampoco de modo con- d~ ?lOs no puede haber en el mismo sujeto varios accidentes numéricamente
comitante, puesto que aquella forma, que esencialmente se produce, y a la que distintos ct;ando, so.n tales que . ~o: su naturaleza se reúnen formando una uni-
siguen, no se multiplica: numéricamente en el mismo sujeto. da~ numér~~a mas mtensa, es dificil de creer, como inmediatamente explicaré con
14. Los accidentes relativos pueden multiplicarse bajo la misma especie en mas extenswn.
un mismo sujeto, pero no todos.- Por otra parte, la distinción de absolutos y
relativos no satisface plenamente, pues si las cosas relativas se toman con todo Resolució"! de la cuestión en cuanto al modo con que varios accidentes
semeJantes pueden estar al mismo tz'empa en el mismo sujeto
rigor como relativos en el ser y predicamentales, es ciertamente verdadero que
éstas pueden algunas veces multiplicarse numéricamente en el mismo sujeto, como 15. En medi? de. ta~ta variedad de pareceres es difícil señalar alguna regla
diremos al tratar de las relaciones; pero esto universalmente no es verdad, pues fija en esta matena e Indicar su verdadera razón. Con todo me parecen dos cosas
la relación de criatura no puede multiplicarse en el mismo sujeto. Ciertas en ~ste p:mto. Una es ~ue esta p~oposición universal negativa, que no
pu~den variOs accidente~ de la tnlsma especie estar en el mismo sujeto, no puede
Pero menos universal es la otra parte que trata de los absolutos, como se ve
verificarse absolu.ta y snnplemente sin alguna limitación. Y esto me lo prueban
claramente por los ejemplos aducidos acerca de las especies, los sonidos y seme-
sobre todo los e¡emplos acerca de las especies intencionales y de las relaciones
jantes. Fonseca se vale de otra distinción en el lugar arriba citado, sec. 3, que
supomendo que ellas son algo real distinto por su naturaleza de los ente~
coincide en gran parte con lo que llevamos dicho. En resumen viene a decir a~solutos. Por otra parte, el ejemplo aducido acerca del sonido no es tan con-
que de los accidentes adquiridos naturalmente por mo:vimientn, o por mutación vmcente, sea p~r9ue no es ~ierto que el sonido se haga directa e inmediatamente
unida al movimiento, no pueden darse varios de la misma especie en el por aquel m?virmento ? acción, sea, sobre todo, porque no consta. suficientemen-
te que los diversos sorudos que se oyen estén en la misma parte del sujeto, pues
actionem, non multiplicari in subiecto se- doquidem forma illa, quae per se fit et ad
cundum numerum, alia vero multiplicari, quam consequuntur, non multiplicatur nu- Aristot., quod in hoc sensu universe et sine inte.nsius coalescant, difficile creditu est, ut
sic etiam impugnari potest distinctio : pri- mero in eodem subiecto. exceptione verum esse intelligit. Addit vero stat1m latius declarabo.
mo, quia datur per ea quae sunt valde ex- 14. Accidentia relativa multiplicari pos- subinde ex accidentibus, quae non inten-
sunt sub eadem specie in eodem subiectoJ Resolutio . quffl!stio;ñ~ . quoad modum qup
trínseca et per accidens ad distinctionem duntur et remittuntur, sive per motum mu- plu'fa acctdentla s¡mzlta possunt simul es~
numericam accidentium. Secundo, quia non tamen omnia.- Praeterea, distinctio de tationemve motui coniunctam, sive alio mo-
absolutis et relativis non satisfacit omni se in eodem subiecto
neutra pars videtur esse constans; nam do ac51uirantur, necessarium esse dari plera-
species sensibiles fiunt per propriam actio- ex parte; nam, sj relativa sumantur in rigo-- que emsdem speciei in eodem subiecto. Un- 15. In tanta ergo sententiarum varietate
nem, et tamen multiplicantur numero in re pro relativis secundum esse et praedica- difficile est certam aliq uam regulam in ha~
mentalibus, verum quidem est posse haec de videtur priorem sententiam limitare ad r~ praescribere, eiusque veram rationem as-
eadem parte medii; sonus etiam videtur ea accidentia quae intenduntur et remittun-
per se fieri propria actione, et tamen multi- aliquando multiplicad numero in eodem signare. Duo tamen mihi in hac materia
plicatur numero in eodem subiecto, ut ex- subiecto, ut agentes de relationibus dicemus; tur; et ita prior sententia non est omnino certa videntur. Unum est, universalem hanc
periencia probare videtur; audimus enim sed non est hoc in universum verum; relatio generalis, ut in quarta conclusione significar. ne~ativ~ P.ropositionem, non posse plura
concentum plurium vocum in eodem tempo- enim creaturae non potest jn eodem subiecto Sed neque cum illa limitatione videtur in acc1dentta emsdem speciei esse in eodem
re et- per "idem:·-¡n:e-Qium:;·--quod- fiert--nou--pos;. multiplicari;- -Sed--- minus universalis est alia universurn vera haec sententia, quia spccics subiecto, non posse absolute et simpliciter
set nisi soni essent diversi. E contrario vero pars de absolutis, ut patet exemplis adduc- intentionales intendi possunt et remitti, et seu .sine a!i<¡tua limitatione verificari. QuoJ
figura non fit per se primo per motum, tis de speciebus et de sonis, et similibus. nihilominus in eodem subiecto multiplican- ~axm~e ~u probant exempla de speciebus
et tamen non potest multiplicari numero in Alia distinctione utitur Fonseca, loco supra tur; probabile est etiam sonum remitti et mtentwnahbus et de relationibus, suppo-
eodem subiecto, et idem est in ornnibus citato, sect. 3, quae magna ex parte cum intendi, quem tamen ipse dicit in eodem nendo eas esse aliquid reale distinctum ex
similibus absolutis, quia non possunt mul- praedictis coincidit. Et summatim dicit ex natura rei ab absolutis. Exemplum autem
subiecto multipUcarj. Quod etiam ibidem
tiplicari per mutationem alicuius extrinseci, accidentibus naturaliter acquisitis per motum de sono. adductum non est adeo convincens,
aut mutationem motui coniunctam non pos- addit, in ordine ad potentiam Dei abso- tum 9-ma non .est certum sonum fieri per
ut relativa, et ideo, sicut per se non fiunt,
se dari plura eiusdem speciei in eodem sub- lutam non posse in eodem subiecto esse se pnmo per illum motum seu actionem ·
ita nec per se multiplicari possunt in eodem
subiecto; neque etiam concomitanter, quan- iecto, et de bis explicat in quarta dicnun pl~a accidentia numero distincta, quando tum maxime quía non satis constat piure~
talla sunt ut natura sua in unum numero sonos quj audiuntur, in eadem parte sub-
678 Disputaciones metaf!sicas Disputación _q¡<inta.--sección V1ll
------------------~ 679
siempre se hacen al principio en lugares disth;tos, ~ ~¡ se perciben .P;opiamente; tensidad no tiene nada que ver con la cosa, puesto que éstos no difieren propia-
y cuando llegan al olcJ<: o a la _rarte .del ~edio prmama al oído, q;uzas no llegan mente en número; pero de eso trataremos en otra ocasión. Y esto mismo, final-
ya según su ser real, smo segun el mtencw~al solamente. Otr?s. eJemplos suelen mente, es más probable acerca de la luz y cosas semejantes.
aducirse sobre las continuidades y las durac10nes de dos movmuentos que pue- Ahora bien, no he encontrado cosa alguna que me satisfaga plenamente acerca
den hacerse simultáneamente en el mismo sujeto, como, por ejemplo, el mismo de qué regla general se puede dar o qué explicación de la diferencia puede asig-
leño puede simultáneamente calentarse y secarse, porque. l~s dos movimie?-tos, narse. Sin embargo, podemos explicarlo de este modo : ciertos accidentes difie-
aunque específicamente sean dive:s?s, con tod? las contmwdades y . duracmnes ren de tal manera por el solo número, que fuera de la distinción de las entidades,
de los mismos sólo parece que dif1eren numéricamente. Pero estos eJemplos no
en todas las demás cosas tienen una cierta semejanza y Conveniencia, por ejemplo,
son enteramente decisivos, porque es muy probable que tampoco la duración sea
,en la función u oficio a que están destinados y en cualquier relación que digan;
un accidente o un modo distinto realmente de la existencia de la cosa que dura,
ni tampoco la continuidad jntrínseca o entitativa de la cosa misma continua; ade- tal es el caso de dos colores, dos blancuras y semejantes. Pero existen otros que
más, porque aun cuando admitamos tales accidentes, ellos no est~ inmediatamen- .aunque convengan en su razón especifica y difieran en ella sólo numéricamente,
te inherentes en el móvil, sino mediante el movimiento al que mod1fican; y por ello con todo no tienen entre si una semejanza tan grande, sino que se distinguen o
propiamente no están en el mismo sujeto según lo mismo. Con todo, bastan los bien en su función o en su relación. Como, por ejemplo, dos especies visibles de
primeros ejemplos a los cuales puede añadirse que la misma potencia puede Pedro difieren numéricamente del primer modo; en cambio, dos especies visibles
tener al mismo tiempo varios actos numéricamente distintos, aunque tal vez no de Pedro y de Pablo difieren numéricamente del segundo modo, pues no son entre
enteramente semejantes, o sumamente perfectos, como si la voluntad o el apetito sf tan semejantes como aquellas dos, ya que tienen relaciones trascendentales di-
am'<l.n al mismo tiempo a dos hombres con actos diversos; o si el bienaventurado versas a sus objetos y se ordenan a diversas funciones.
-tal como pretenden muchos-- ama a Dios al mismo tiempo necesaria y libre- 17. Por consiguiente, digo en tercer lugar que los accidentes del primer
mente, por la caridad. género no pueden multiplicarse numéricamente en el mismo sujeto, y los. que son
16. Qué accidentes hay que pensar que pueden coexistir en un suieto y del segundo género pueden multiplicarse. Una y otra cosa puede probarse con
cuáles no.- En segundo lugar es cierto que no puede naturalmente suceder en la inducción y ejemplos aducidos. En efecto, los accidentes enteramente absolu-
cualquier clase de accidentes que varios, ·diferentes sólo numéricamente, estén al tos no se multiplican nunca numéricamente en el mismo sujeto precisamente
mismo tiempo en el mismo sujeto. Esto es claro acerca de todas las propiedades que porque son semejantes en el primer sentido; en cambio, los accidentes relativos,
convienen intrínsecamente, como son la cantidad, que conviene intrínse;::amente por sea con relación predicamental o trascendental, pueden multiplicarse, porque con
razón de la materia, las potencias o facultades connaturales, que en cada cosa la unidad específica pueden tener alguna desemejanza como material, con ocasión
emanan de la forma, y nunca se multiplican en la misma parte del sujeto dentro de de la cual pueden multiplicarse, por lo cual sucede que con relación a lo mismo
la misma especie, como consta suficientemente por la inducción. Asimismo, acerca nunca pueden multiplicarse; y por esto nunca puede multiplicarse la relación
de las cualidades reales y absolutas, sean las primeras, con que se dispone la materia, de criatura, porque el término de ella sólo puede ser uno y con referencia al
o las segundas, que resultan de aquéllas, como puede probarse también por la mismo ti.:rmino no pueden multiplicarse las relaciones. Por lo mismo también,
experiencia, pues el modo de insistir en la dificultad mediante los grados de in- aunque supongamos que las relaciones al padre y a la madre son varias y diversas

iecti esse; nam semper fiunt in principio eadem potentia potest habere simul piures tia quae adduci solet de gradibus intensio- ínter se sicut Ulae duae; nam diversas
in locis distinctis, et ibi proprie percipiun- actus numero distinctos, quamvis fortasse nis, non est ad rem; nam illi non proprie habent habitudines transcendentales ad ob-
tur; quando autem perveniunt ad auditum, nom omnino similes vel summe perfectos, numero differunt, de quo alias. ldem deni- iecta et ad diversa munera ordinantur.
vel ad partem medü auditui propinquam, ut si voluntas vel appetitus simul ament que est probabilius de lumine et similibus. 17. Dico ergo tertio, accidentia prioris
fortasse iam non perveniunt secundum esse duos homines actibus diversis; vel si beatus Quae autem generalls regula tradenda sit, generis non posse multiplicari numero in
reale, sed secundum intentionale tantum. (ut multi volunt) simul amet Deum neces- aut quae ratio differentiae assignanda, nihil eodem subiecto, quae vero sunt posterioris
Alia exempla adduci solent de continuita- sario et libere ex charitate. invenio quod mihi ex omni parte satisfaciat. generis posse multiplicari. Et utrumque pot-
tibus et durationibus duorum motuwn qui 16. De quibus accidentibus iudicandum Possumus autem hoc modo id explicare. est probad inductione et exemplis adductis.
simul in eodem fieri possunt, ut verbi gratia, posse coexistere in uno subiecto, de quibus Quaedam accidentia ita differunt solo nume- Ideo enim accidentia omnino absoluta nun-
idem lignum potest simul calefieri et exsic- non.- Secundo, est certum non in qua- ro ut praeter dlstinctionem entitatum in quam in eodem subiecto multiplicantur nu-
cari, qui duo motus, licet spede diversi sint, cumque specie accidentium posse naturaliter reliquis omnibus habeant quamdam simili- mero, quía sunt similia priori modo; ac-
tamen continuitates et duraciones eorum so- contingere ut plura quae solo numero dlf- tudinem et convenientiam, scilicet in mune- cidentia vera respectiva, sive praedicamen-
1um numero dlfferre videntur. Sed haec ferunt, simul sint in eodem subiecto. Hoc re vel officiis, ad quod destinantur, et in tali sive transcendentali respectu, multipli-
exempla-- non- admodum-----e-ogunt,- -tum -quia constat de omnibus- pro-prietatibus quae ab quacumque habitudine quam dicunt, ut sunt cari possunt, quia curo specifica unitate
valde probabUe est nec durationem esse ac- intrinseco conveniunt, ut sunt quantitas, duo calores, duae albedines, et similia. Alia habere possunt aliquam dissimilitudinem,
ddens aut modum ex natura rei distinctum quae ab intrinseco convenit ratione materiae, vero sunt quae, Jjcet in specifica racione veluti materialem, cuius occasione multipli-
ab existencia reí durantis, nec continuitatem potentiae seu facultates connaturales, quae conveniant et sub ea tantum numero dif- cari possunt, unde fit ut respectu eiusdem
intrinsecam seu entitativam a re ipsa conti- in unaquaque re manant a forma, et in ferant, tamen non habent inter se tantam nunquam possint multiplicari; et ideo non
nua; tum etiam quia, etiamsi admittamus eaderil parte subiecti nunquam multiplican.. ilimilitudinem, sed differunt vel in munere, potest multiplicari relatio creaturae, quia
huiusmodi accidentia, illa non insunt im- tur intra eamdem speciem, ut inductione vel in habitudine. Ut verbi gratia, duae terminus illius tantum potest esse unus, et
mediate mobili, sed mediante motu quem satis constat. Itero reales et absolutae qua- species visibiles Petri differunt numero respectu eiusdem termini non possunt rela-
afficiunt; et ideo non sunt proprie in eodem litates, vel primae, quibus materia disportitur, priori modo. Duae autem species visibiles ciones multiplicad. Ideo etiam, quamvis de-
-subiecto secundum idem. Tamen priora vel secundae, quae ex his resultant, ut ex..- Petri et Pauli differunt numero hoc poste- mus relationes ad patrem et matrero esse
exeffipla sufficiunt, quib_us addi potest quod perientia etiam probari potest; nam instan- riori modo; non enim sunt tam similes piures et solo numero diversas, tamen rela-
Disputaciones metafísicas Dis[ndacián quinta.-Sección Vll::_I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _6::8:::1
680
viduales son enteramente semej~tes y de la misma razón y disposición; en
sólo numéricamente, sin embargo la relación al padre no puede mulúplicarse en
cambio, cuando los accidentes son desemejantes y tienen varias disposiciones,.
el mismo hijo. entonces no basta uno para llenar la capacidad del sujeto, y por ello puede suce-
La razón de la diferencia entre ambos accidentes puede señalarse con bastan-
der que se mulúpliquen en el mismo sujeto hasta que colmen totalmente su
te probabilidad por lo dicho. Prim~ramente, por la causa fi~, porque c~~do
los accidentes son enteramente seme¡antes, sena superflua y oc10sa su multiplica- capacidad. Y así la potencia intelectiva, en cuanto que es capaz de la ciencia na--
ción en el mismo sujeto, porque la naturaleza huye de eso; pero cuando son de tural de Dios o del hombre, queda suficientemente dispuesta en acto primero con.
algún modo diversos, o se ordenan a diversos fi?es como es claro ~~ las especies la ciencia metafísica o filosófica numéricamente una, y por ello no permanece
intencionales, o resultan de cosas ordenadas a diversos fines y participan por ello ya capaz de otra ciencia semejante; con todo, la misma facultad intelectiva, en
de diversas disposiciones, como acontece en las relaciones; la multiplicación nu- cuanto que es capaz del actual conocimiento de los hombres, no queda plena-
mérica no es, por lo mismo, superflua ni ajena al fin conveniente a la naturaleza.- mente actuada con el solo acto con que conoce a Pedro o a Pablo, ni con una sola·
18. En segundo lugar, por parte del agente, porque cuando los accidentes son especie inteligible; y por ello es capaz de varios hasta que su facultad quede su-
totalmente semejantes, ningón agente por si pretende o bien la pluralidad de los ficientemente colmada, ya que todos aquellos varios no la actúan enteramente del
los mismos, o bien inducir otro en un sujeto que tiene ya otro enteramente se- mismo modo, sino en orden a diversas cosas.
mejante, porque el agente sólo pretende hacer al paciente semejante a sí, y esto Por lo cual sucede finalmente que de las disúnciones dadas antes, aquella
lo consigue mediante una sola forma de esta clase. Pero, en cambio, cuando los que disúngue entre el absoluto y el relaúvo se acerca más a la verdad, pues Jos
accidentes no son semejantes del modo dicho, cesa esta razón y el sujeto necesita absolutos no se multiplican, porque siempre son enteramente semejantes; los
una mayor asimilación; y por ello el agente la procura también. Como, por ejem- relativos, en cambio, sea según el ser o según la expresión o relación predica-
plo, aunque el medio, recibida la especie de Pedro le sea semejante intencional- mental, o según la disposición trascendental, pueden multiplicarse cuando se
mente, no es suficientemente semejante a Pablo, y por ello permanece en Pablo refieren a diversos términos o se ordenan a diversas funciones, a causa de la de--
la virtud de inducir una especie por la que lo convierta en semejante a sí, y del semejanza que tienen entre sí, porque ninguno de ellos actúa plenamente al sujeto,
mismo modo en casos parecidos. como ha sido ya declarado. Y de acuerdo con esto hay que explicar el lugar de·
19. Por lo cual, en tercer lugar, se da una razón tomada de la capacidad Aristóteles en el libro V de la Metafísica, pues no es preciso que tal indicio de
del sujeto, pues, como la materia prima, aunque sea indiferente a todas las formas diversidad específica sea universal absolutamente acerca de todos los accidentes~
sustanciales, no tiene a pesar de todo capacidad para tenerlas simultáneamente sino acerca de aquellos que en el individuo son perfectamente semejantes.
a todas, ni tampoco a varias, porque con una forma queda suficientemente actua-
da, así también el sujeto de los accidentes, aunque esencial y primariamente sea
Respuesta formal a la cuestián en cuanto se refiere a la individuación.
capaz de alguna especie de accidente, y por consiguiente sea indiferente a cual-
quier individuo suyo, sin embargo, no es capaz de recibir simultáneamente a to- 20. De todo esto se deduce la respuesta formal a la cuestión presente, a
dos o a varios individuos de tal especie, en cuanto se encuentra en ellos la causa de la cual se ha venido diciendo todo esto, a saber, que no nace por sí
razón específica del mismo modo, porque tal capacidad queda suficientemente de la individuación el que algunos accidentes sólo numéricamente diversos no pue-
actuada con una forma de tal especie. Pero esto sucede cuando las formas indi- dan estar al mismo tiempo en el mismo sujeto. Pues, aun cuando estuviesen al

tio ad patrem non potest in eodem filio ratio et subiectum indiget maiori assimila- e.iusdem rationis et habitudinis; quando cantur, quia sem¡)er sunt omnino similia;
multiplicari. Ratio autern differentiae inter tione; et ideo agens etiam illam procurat. vero accidentia dlssimilia sunt et varias respectiva vera, ve} secundurn esse vel se-
utraque accidentia potest satis probabilis ex Ut, verbi gratia, quamvis medium recepta habent habitudines, tunC unum non suf:ficit cundum dici seu relatione praedicamentali
dictis assignari. Primo, ex causa finali, quia specie Petri sit illi simile intentionaliter, ad rep~endam capacitatem Subiecti, et ideo vel transcendentali habitudine, multiplicad
quando accidentia sunt omnino sirnilia, su- non est sufficienter simile Paulo, et ideo fieri potest ut in eodem subiecto multipli- possunt quando diversos terminas respi-
perflua et otiosa esset eorurn rnultiplicatio in manet in PauJ,o virtus ad inducendum spe- centur, donec capacitatem eius omnino re- ciunt vel ad diversa munera ordinantur,
eodem subiecto, quod natura ábhorret; ciem qua illud reddat sibi simile, et sic pleant. Ut potentia intellectiva quatenus est propter dissimilitudinem quam in se habent,
quando vera sunt aliquo modo diversa vel de aliis. capax scientiae naturalis Dei vel hominis, quia nullum eorum plene actuat subiectumt
ordinantur ad diversos fines, ut patet in spe- 19. Unde tertio redditur ratio ex capa- sufficienter disponitur in actu primo una ut declaratum est. Et iuxta haec explicandus
ciebus intentionalibus, vel resultant ex rebus cítate subiecti; sicut enirn materia prima~ numero scientia metaphysicae vel philoso- est locus Aristotelis, in V Metaph. Non
ordinatis ad diversos fines, et diversas habi- quamvis sit indifferens ad omnes formas phiae, et ideo iam non manet capax alterius est enim necesse ut illud indicium diversita-·
tudines inde participant, ut contingit in re- substantiales, non -tamen habet capacitatem scientiae similis; tamen eadem facultas in~ tis specificae sit universale omnino de om-
lationibus; et jd_(!(}____PQA --~~t____ s~p~_-ct!P?,_ n{!_que _ad _habendas omr1es simul, neque piures, tellectiva, ut est capax actualis cognitionis nibus accidentibus, sed de his quae in indi-
praeter finem consentaneum naturae, nume- quia una forma sufficienter actuatur, ita hominurn, non plene actuatur uno actu, viduo sunt perfecte similia.
rica rnultiplicatio. etiam subiectum accidentium, quamvis per quo Petrum ve} Paulum cognoscit, neque
18. Secundo ex parte agentis, quia, quan- se primo sit capax alicuius speciei accidentis, una specie intelligibili; et ideo est capax Fo-rmalis responsio ad quaestionem quate-
do accidentia sunt ornnino similia, nullurn et consequenter sit indifferens ad quod- plurium, donec eius facultas sufficienter nus ad individuationem spectat
agens per se intendit aut pluralitatem eorum, libet individuum eius, nihilominus non est compleatur, quia illa plura non actuant il- 20. Ex his colligitur formalis responsio
aut aliud inducere in subiectum iam habens capax ut simul recipiat omnia vel plura in- lam omnino eodem modo, sed in ordine ad praesentem quaes_tionem, propter quam
aliud omnino simile, quia solum intendit dividua talis speciei, quatenus in eis speci- ad diversa. Quo tandem fit ut, ex distinctio- haec omnia dicta sunt, scilicet, non prove-·
agens reddere passum sibj simile, quod per fica ratio eodem modo reperitur, quía suf- nibus supra allatis, illa quae distinguit inter nire per se ex individuatione quod aliqua
unam tantum huiusmodi formam satis con- ficienter actuatur huiusmodi capacitas una: absolutum et respectivum, proxime ad veri- accidentia solo numero diversa non possint-
sequitur. At vero quando accidentia non forma talis speciei; et hoc contingit quando tatem accedat; absoluta enim non multipli- esse simul in eodem subiecto, Nam, licet-
sunt praedicto modo similia, cessat haec individuae fonnae sunt omnino símiles et
Disputaciones metafisicas ~a_a_·on_'_q_u_in_ta.-Sección .VI_II_ _ __ 683

mismo tiempo en él, podrían· perfectamente concebirse como distintos numéri- ninguna unión entre sí, ni por al~ término real positivo ni por otro género de
camente por razón de sus entidades, del modo que se distinguen las cosas que unión a manera de acto y potencia, sino que se unen solamente en el sujeto y
pueden existir simultáneamente, tal como se ha dicho, o como se distinguen las en la misma parte del sujeto, si tiene partes. En tercer lugar, que aquellos grados
que están sucesivamente en un mismo sujeto, como se dirá en seguida. En cam- no dicen relación al sujeto en algún orden, sino todos con la misma inmediatez,
bio, que algunos no puedan radicar en él nace de la iocapacidad natural del sujeto de tal manera que no hay entre ellos orden de primero, segundo y tercer grado,
-y de la adecuación que se da entre su potencia receptiva y tal acto, y, por consi- sino a lo más tal vez orden de generación y producción; con todo, si se hacen
guiente, de la falta del agente natural que podría realizar tal multiplicación. todos simultáneamente, todos son igualmente primeros. De la cual doctrina se
21. De lo cual todavía deduzco iocluso que en potencia absoluta no repugna sigue perfectamente que Dios no puede multiplicar los grados de calor inherentes
que varios accidentes sólo numéricamente diferentes, aunque sean totalmente seme- en el mismo sujeto sin que hagan uno más intenso, porque tal intensificación no
jantes, estén puestos simultáneamente en el mismo sujeto; porque no hay repug- es otra cosa que la reunión de varios grados semejantes en el mismo sujeto; y
nancia por parte de la distinción e iodividuación de los mismos, y Dios puede obrar sin estos principios no veo en qué fundamento puede apoyarse la limitación aque-
en el sujeto más allá de su natural capacidad; por otra parte, si Dios quisiera hacer lla, como mostraré .i,nmediatamente; más aún, aquella sentencia explicada asi no
esto para manifestación de su poder, no seria algo enteramente superfluo. Ahora limita propiamente que pueda Dios poner en un mismo sujeto cualesquiera cuali-
bien, esto para algunos queda limitado a aquellos accidentes que no sufren ioten- dades iotensibles diferentes sólo numéricamente, sioo que añade, que por el
sidad ni remisión, pues acerca de los que reciben aumento de intensidad, juzgan hecho mismo de ponerlas, necesariamente realizarán una más intensa.
que es imposible incluso por potencia absoluta que varios sólo numéricamente 23. Con todo, aquella doctrina de la intensificación envuelve algunas con-
-diferentes se den en el mismo sujeto sin que compongan una cualidad intensa, tradicciones que por ser ajenas a este lugar no pueden declararse expresamente;
si uno y otro de ellos está inherente en el sujeto, porque con ello se unen ya en- sin embargo, las indicaremos brevemente. Pues aquellos grados con que se dice
Lre sí necesariamente formando una unidad de mayor intensidad; efectivamente, que se compone la cualidad iotensa, por ejemplo, los ocho grados de calor, o
ninguna otra unión requieren dos grados de calor para componer un calor son indivisibles en sí, o tienen un determinado ámbito de intensidad y remisión:
intenso, sino estar en el mismo sujeto. Y por esto, si alguno de ellos está inhe- lo primero no puede afirmarse, primeramente porque, de lo contrario, la inten-
·rente en el sujeto y el otro no, sino que es sustentado por el mismo sujeto de otra sificación no podría ser un movimiento continuo, pues cualquiera de aquellos
manera, sin inhesión, entonces no repugnará que existan simultáneamente, o grados se debería adquirir necesariamente todo al mismo tiempo, ya que si no, no
mejor que estén sustentados simultáneamente por el mismo sujeto, porque en -sería· indivisible; luego toda la intensificación debería hacerse por mutaciones
tal caso no tienen entre sí la unión necesaria para componer una cualidad más momentáneas e indivisibles; luego no por una sucesión continua, cosa que va en
intepsa; y en esta sentencia se cita a Egidio, In I, dist. 17, In ll, dist. 1, q. 2, a. 1; -contra de los sentidos y experiencia, y contra la razón, porque mientras el agente
pero allí no dice nada. natural vence al paciente, no hay razón de que interrumpa la acción, ya que, de
22. Sin embargo, esta sentencia parece suponer unos princ1p10s falsos acerca lo contrario, no estaría en su poder reanudarla después, ni podr.ia darse una
de la intensificación de las cualidades. En primer lugar supone que la iotensifica- explicación filosófica de por qué la hace ahora más bien que antes o después.
ción se hace por una adición o congregación de rimchos grados de la misma cuali- En segundo lugar, porque de lo contrario los grados de calor de ningón modo
dad, enteramente semejantes entre si. Segundo, que aquellos grados no tienen harían un calor por sí, sino que se unirían en el mismo sujeto de modo entera-
inter se. Secundum, illos gradus nullam 23. lila tamen doctrina de intensione
in eo simul essent, possent optime intelligi putant etiam de potentia absoluta poni plura unionem inter se habere, neque in aliquo aliqua repugnantia involvit, quae cum sint
distincta numero ratione suarum entitatum, solo numero differentia in eodem subiecto, communi ac reali. termino positivo, neque ab hoc loco aliena, non possunt ex professo
sicut distinguuntur ea quae simul esse pos- quin unam intensam qualitatem componant, alio genere unionis per modum actus et po- declarari, indicantur tamen breviter. Nam,
-sunt, ut dictum est, vel sicut distinguuntur si utrumque eorum subiecto inhaereat, quia tentiae, sed solum uniri in subiecto et in vel gradus illi quibus qualitas intensa com-
quae successive insunt eidem subiecto, ut hoc ipso necessario inter se uniuntur in eadem parte subiecti, si partes habeat. Ter- poni dicitur, verbi gratia, octo gradus caloris,
statim dicetur. Sed quod aliqua inesse non unum intensius; quia nullam aliam unio- tium, illos gradus non respicere subiectum sunt in se indivisibiles, vel habent singula-
possint provenit ex incapacitate naturali nem requjrunt duo gradus caloris, ut ali.quo ordine, sed ornnes aeque immediate, rem latitudinem intensionis et remissionis:
·subiecti et adaequatione quae inter poten- unum intensum calorem componant, nisi ita ut non sit inter eos ordo primi, secundi primum dici non potest, primo, quía alias
tiam receptivam eius et talem actum repe- quod in eodem subiecto sint. Unde si et tertii gradus, nisi fortasse ordine genera- intensio non posset esse motus continuus ;
ritur et consequenter ex defectu naturalis alterum eorum subiecto inhaereat, alterum tionis et productionis; si tamen simul fiant, nam quilibet illorum graduum totus simul
agentis, quod eam possit multiplicationem vero non inhaereat, sed alio modo sus- omnes esse aeque primos. Ex qua doctrina necessario acquiri deberet, alioqui non es-
efficere. tentetur ab eodem subiecto sine inhaesio- optime sequitur non posse Deum multipli- set indivisibilis; ergo tota intensio deberet
21. Unde ulterius infero de potentia ne, tune non repugnabit esse simul, vel care gradus caloris in eodem subiecto in- fieri per mutationes momentaneas et indivi-
absoluta non repugnare plura accidentia solo potius sustentari simul ab eodem subiecto, haerentes quin faciant unum intensiorem; sibiles; ergo non successione continua, quod
·numero differentia, etiam si sint omnino quia tune non habent inter se unionem ne- quia talis intensio nihil allud est quam con- est et contra sensum et experientiam, et
similia, simul poni in eodem subiecto; quía cessariam ad unam intensiorem qualitatem gregatio plurium graduum similium in eo- contra rationem, quia quamdiu agens natu-
·ex individuatione et distinctione eorum non componendam; et in hac sententia citatur dem subiecto; sine his autem principüs, rale vincit passum, non est cur interrumpa!
repugnat, et Deus potest operari in subiec- Aegid., In 1, dist. 17, In 11, dist. 1, q. 2, non video quo fundamento niti possit illa actionem, alioqui non esset in potestate eius
tum l.Utra naturalem capacitatem eius; et si a. 1 ; ibi vero nihil dicit. limitado, ut statim ostendam; immo illa postea illam iterare, nec posset reddi philo-
Deus id vellet facere ad ostensionem poten- 22. Haec tamen sententia falsa principia sentencia sic explicata non proprie limitat sophica ratio cur nunc potius quam antea
tiae suae, non esset omnino superfluum. Hoc circa intensionem qualitatum supponere vi- posse Deum quascumque qualitates intensi- vel postea illam efficiat. Secundo, quía alias
.autem limüant aliqui ad ea accidentia quae detur. Primum, intensionem fieri per ad- bijes solo numero diversas ponere in eodem gradus caloris nullo modo facerent unum
non intenduntur nec remittuntur; nam de ditionem seu congregationem plurium gra- subiecto, sed addit, hoc ipso quod illas po- calorem per se, sed mere per accidens uni-
his quae intensionem recipiunt, impossibile duum eiusdem qualitatis omnino similium nat, necessario effecturas unam intensiorem. rentur in eodem subiecto, sicut albedo et
Dísputación quinta.-::Secci_ón IX 685
684 Disputaciones metafísicas ----------
-----=-"-"
cosas sin la referida unión de lo que puede entenderse un continuo dividido en
mente accidental como la blancura y la dulzura; y esto no basta más para que todas sus partes.
hagan un calor Jndividual que si Dios pusiese dos entendimientos en la misma 24. De todos estos princ1p1os contrarios acerca de la intensificación, se sigue
ahna. Más aún si ello bastara para la intensificación, no podría darse ninguna claramente que Dios puede poner en el mismo sujeto varias cualidades intensi-
razón de por ~u<! si Dios pusiese dos entendimientos en la misma alma, no ficables, diferentes sólo numéricamente, que no compongan una más intensa,
constituirían ellos uno más intenso, pues si se dice que las intelecciones no son como, por ejemplo, dos calores de ocho grados, ya que puede ponerlos inherentes
cualidades capaces de formar una más intensa oor agregación, en contra de en el sujeto sin que tengan entre sí ninguna unión esencial, sino sólo accidental
eso está el que segón tal opinión, para que las cualidades puedan unirse for• por razón del sujeto, la cual no basta para la intensificación.
mando otra más intensa, no se requiere sino que, siendo enteramente de la misma Ni en esto puede aducirse una nueva implicación de contradicciones; y pien-
clase, puedan unirse en el mismo sujeto, y esto lo tendrían las intelecciones al' san así con frecuencia los doctores en In 1 Sentent., dist. 17, en donde lo trata
menos en orden a la divina potencia. En tercer lugar se siguen de aquella senten- Gregario en la q. 5; Ockam, q. 7; Egidio, Quod!. IV, q. 1, donde aduce una
cia muchos absurdos, a saber, que una cualidad más débil pueda intensificar otra conjetura no despreciable, ya que Dios puede colocar dos cantidades, diferentes
igual o incluso más intensa realizando todos los grados que tiene en sí; .o si es sólo numéricamente, íntimamente en un mismo sitio, conservando su distinción,
que se opone la semejanza, se sigue que una cualidad más intensa no puede y sin ninguna unión real entre ellas por la cual formen una cantidad mayor;
tender a otra más débil, ya que son enteramente semejantes en la forma. Se ¿por qué, pues, no podría poner dos blancuras en el mismo sujeto, conservando
sigue también que no puede darse ninguna razón natural por la cual, cuando se su distinción, y sin ninguna unión por razón de la cual compongan una más
atenúa la forma, se abandona un grado más bien que otro, y otras cosas parecidas. .intensa?
que sería largo ir recorriendo. Por consiguiente, hay que decir necesariamente,
que en aquellos grados de intensificación de calor, por ejemplo, que nosotros divi- SECCION IX
dimos mentalmente, hay una amplitud dentro de la cual puede darse en ellos ¿ESTÁ EN CONTRADICCIÓN CON LA INDIVIDUACIÓN DE LOS ACCIDENTES EL QUE
una intensificación continUa, o una disminución, la cual amplitud es necesario VARIOS DE ELLOS CUYA DIFERENCIA ES SÓLO NUMÉRICA SE DEN SUCESIVAMENTE
que sea divisible hasta el infinito, pues, de lo contrario, no podría producirse una EN EL MISMO SUJETO?
alteración continua por razón de aquéllos, ya que el movimiento continuo debe
ser necesariamente divisible hasta el infinito; por lo cual, consiguientemente es l. Se dice que varios accidentes están sucesivamente en el mismo sujeto
necesario también que tales grados se unan entre sí en algún término común, pues .cuando el sujeto tuvo primeramente un accidente, y después lo perdió, y después
no puede concebirse de otro modo la continuidad entre ellos, ni la verdadera adquiere un accidente de la misma especie; entonces se pregunta si el accidente
unión real, sin la cual no puede entenderse tal amplitud, pues si dos grados no último necesariamente es, o sólo puede ser distinto numéricamente del primero.
están unidos entre sí de este modo, tampoco consecuentemente estarán unidas Algunos, en efecto, tan vehementemente defienden la individuación de los ac-
entre si en un grado las dos partes o mitades suyas (por decirlo así), ya que roda cidentes por el sujeto que juzgan imposible que ni siquiera de este modo existan
cualidad está compuesta de varios· grados del mismo modo que se compone cada varios accidentes diferentes sólo numéricamente en un mismo sujeto. De lo cual
grado de dos o tres partes iguales; en efecto, no pueden entenderse más estas se deduce que siempre se reproduce en el mismo sujeto el mismo accidente
numérico que había perecido antes, a saber, el mismo calor, la misma luz, y por
dulcedo; hoc autem non est satis ut efficiant ma remittitur, unus gradus potius abiiciatur runione, magis quam possit intelligi conti- subiecto ponere, servata earum distinctione,
unum individuum caloris, magis quam si quam alius, et alía similia, quae longum nuum in omnem suam partero divisum. et absque unione racione cuius unam inten-
Deus poneret duos intellectus in eadem esset persequi. Necessario ergo dicendum 24. Ex his autem contrariis principiis de siorem componant?
anima. Immo si ad intensionem id suf- est in illis gradibus intensionis caloris, intensione, plane sequitur posse Deum po-
ficeret, nulla posset reddi ratio cur si Deus verbi gracia, quos nos mente partimur, esse nere .in eodem subiecto piures qualitates
poneret duos .intellectus in eadem anima, latitudinem secundum quam potest in eis intensibiles solo numero differentes, quae SECTIO IX
illi non efficerent unum intensiorem; nam esse continua intensio vel remissio, quam non efficiant unam jntensiorem, ut verbi gra-
si dicas intellectus non esse qualitates quae latitudinem necesse est esse in infinitum AN REPUGNET INDIVIDUATIONI ACCIDENTIUM
tia, duos calores ut octo, quía potest illos UT PLURA SOLO NUMERO DIFFERENTIA SUG-
aptae sint coalescere in unam intensiorem, divisibilem, alias non posset ratione illorum ponere subiecto inhaerentes et inter se non
contra hoc est quia iuxta illam opinionem fieri alterarlo continua, quia motus conti- CESSIVE SINT IN EODEM SUBIECTO
habentes allquam unionem per se, sed so-
Ut qualitates possint coalescere in unam in- nuus necessario esse debet in infinitum lum per accidens ratione sub~ecti, quae non
tensiorem nihil aliud requiritur nisi quod, l. Dicuntur ptura accidentia esse in eo-
divisibilis; unde consequenter etiam neces- satis est ad intensionem. Neque in hoc dem subiecto successive, quando subiectum
cum sint omnino eiusdem rationis, possint sarlum est ut hi gradus inter se copulenn1r afferri potest nova implicatio contradictionis; prius habuit unum accidens, et deinde ami-
uniri- in eodem ---subie€to-;----ho€"autem---habe- aliquo term¡no- communi, quia non potest et ita sentiunt frequencius doctores, In I sit illud, et postea acquiri,t accidens eiusdem
bunt intellectus saltem in ordine ad divinam aliter inter eos concipi continuitas nec vera Sent., dist. 17, ubi Gregorius, q, 5; Ocham, speciei, et tune quaeritur an posterius ac-
potentiam. Tertio sequuntur ex illa sententia réalls unio, sine qua intelligi non potest q. 7; Aegidius, Quodl, IV, q. 1, ubi ad- cidens necessario sit vel possit esse numero
multa absurda, scUicet, quod qualitas remis- illa latitudo; quia si duo gradus non sunt ducit non contemnendam coniecturam, quia distinctum a priori. Quidam enim mordicus
sa possit aliam aequalem vel etiam intensio- ínter se uniti hoc modo, ergo neque in uno Deus potest duas quantitates solo numero
rem intendere efficiendo tot gradus quot ita defendunt individuationem accidentis a
gradu duae partes vel medietates eius (ut differentes in eodem situ intime collocare, subiecto ut impossibile existiment etiam
in se habet; vel, si obstat similitudo, sequi- sic dicam) erunt ínter se unitae; quia ita conservata earum distinctione et absque hoc modo esse plura accidentia solo numero
tur intensiorem qualitatem non posse inten- componitur tota qualitas ex pludbus gradi- ulla reali unione ínter eas, ratione cuius ef- differentia in eodem subiecto. Unde infertur
dere remissiorem, quia sunt omnino símiles bus, sicut componitur unusquisque gradus: ficiant unam maiorem quantitatem; cur er- semper reproduci in eodem subiecto ídem
in forma. Sequitur eciam nullam posse red- ex duabus vel tribus partibus aequalibus; go non poterit duas albedines in eodem numero accidens quod ante perierat, sci-
di naturalem rationem ob quam, cum for- non possunt autem haec intelligi sine dicta
684 Disputación quinta.-:-S=e~cct=·on~'c:__::I~X:___ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _6_8_5
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Disputaciones metafísicas
cosas sin la referida unión de lo que puede entenderse un continuo dividido en
mente accidental, como la blancura y la dulzura; y esto no basta más para que
hagan un calor individual que si Dios pusiese dos entendimientos en la misma todas sus partes. . . . . r

24. De todos estos principios contrarms acerca _de la 1r:tensific~cwn, s~ sigue


alma. Más aún si ello bastara para la intensificación, no podría darse ninguna claramente que Dios puede poner en el mismo su¡eto vanas cualtdad_es ~tenst­
razón de por qu6
si Dios pusiese dos entendimientos en la misma alma, no- ficables, diferentes sólo numéricamente, que no compongan una ma~ mtensa,
constituirían ellos uno más intenso, pues si se dice que las intelecciones no son como, por ejemplo, dos calores de ocho grados, ya que puede ~onerlos mh~rentes
cualidades capaces de formar una más intensa por agregación, en contra de en el sujeto sin que tengan entre sí ninguna unión esencial, smo sólo accidental
eso está el que segón tal opinión, para que las cualidades puedan unirse for• por razón del sujeto, la cual no basta para la intensificación. . . .
mando otra más intensa, no se requiere sino que, siendo enteramente de la misma Ni en esto puede aducirse una nueva impli,cación de contradiCCiones; y pien-
clase, puedan múrse en el mismo sujeto, y esto lo tendrían las intelecciones al' -san así con frecuencia los doctores en In I Sentent., dist. 17, en donde lo trata
menos en orden a la divina potencia. En tercer lugar se siguen de aquella senten- Gregario en la q. 5; Ockam, q. 7; Egidio, Quodl. IV, q. 1, donde aduce una
cia muchos absurdos, a saber, que una cualidad más débil pueda intensificar otra conjetura no despreciable, ya que Dios puede colocar dos cantidades, diferentes
igual o incluso más intensa realizando todos los grados que tiene en si; o si es sólo numéricamente, íntimamente en un mismo sitio, conservando su distinción,
que se opone )a semejanza, se sigue que una cualidad más intensa no puede y sin ninguna unión real entre ellas por la cual formen una cantidad mayor;
tender a otra más débil, ya que son enteramente semejantes en la forma. Se ¿por qué, pues, no podría poner dos blancuras en el mismo sujeto, conservando
sigue también que no puede darse ninguna razón natural por la cual, cuando se su distinción, y sin ninguna unión por razón de la cual compongan una más
atenúa la forma, se abandona un grado más bien que otro, y otras cosas parecidas. intensa?
que seria largo ir recorriendo. Por consiguiente, hay que decir necesariamente,
que en aquellos grados de intensificación de calor, por ejemplo, que nosotros divi- SECCION IX
dimos mentalmente, hay una amplitud dentro de la cual puede darse en ellos ¿ESTÁ EN CONTRADICCIÓN CON LA INDIVIDUACIÓN DE LOS ACCIDENTES EL QUE
una intensificación continUa, o una disminución, la cual amplitud es necesario VARIOS DE ELLOS CUYA DIFERENCIA ES SÓLO NUMÉRICA SE DEN SUCESIVAMENTE
que sea divisible basta el infinito, pues, de lo contrario, no podría producirse una EN EL MISMO SUJETO?
alteración continua por razón de aquéllos, ya que el movimiento continuo debe
ser necesariamente divisible hasta el infinito; por lo cual, consiguientemente es l. Se dice que varios accidentes están sucesivamente en el mismo sujeto
necesario también que tales grados se unan entre sí en algún término común, pues ,cuando el sujeto tuvo primeramente un accidente, y después lo perdió, y después
no puede concebirse de otro modo la continuidad entre ellos, ni la verdadera adquiere un accidente de la misma especie; entonces se pregunta si el accidente
unión real, sin la cual no puede entenderse tal amplitud, pues si dos grados no último necesariamente es, o sólo puede ser distinto numéricamente del primero.
están unidos entre sí de este modo, tampoco consecuentemente estarán unidas Algunos, en efecto, tan vehementemente defienden la individuación de los ac-
entre sí en un grado las dos partes o mitades suyas (por decirlo así), ya que toda cidentes por el sujeto que juzgan imposible que ni siquiera de este modo existan
cualidad está compuesta de varios grados del mismo modo que se compone cada: varios accidentes diferentes sólo numéricamente en un mismo sujeto. De lo cual
grado de dos o tres partes iguales; en efecto, no pueden entenderse más estas :se deduce que siempre se reproduce en el mismo sujeto el mismo accidente
numérico que había perecido antes, a saber, el mismo calor, la misma luz, y por
dulcedo; hoc autem non est satis ut efficiant ma remittitur, unus gradus potius abiiciatur
unum indivíduum caloris, magis quam si unione, magis quam possit intelligi conti- subiecto ponere, servata earum distinctione,
quam alius, et alia similia, quae longum nuum in omnem suam partem divisum.
Deus poneret duos intellectus in eadem esset persequi. Necessario ergo dicendum et absque unione ratione cuius unam inten-
anima. Immo si ad intensionem id suf- 24. Ex his autem contrariis principiis de siorem componant?
est in illis gradibus intensionis caloris, intensione, plane sequitur posse Deum po-
:ficeret, nulla posset reddi ratio cur si Deus verbi gratia, quos nos mente partimur, esse
poneret duos intellectus in eadem anima, nere :in eodem subiecto piures qualitates
latitudinem secundum quam potest in eis intensibiles solo numero differentes, quae SECTIO IX
illi non efficerent unum intensiorem; nam esse continua intensio vel remissio, quam
si dicas intellectus non esse qualitates quae non efficiant unam i.ntensiorem, ut verbi gra- AN REPUGNET INDIVIDUATIONI ACCIDENTIUM
latitudinem necesse est esse in infinitum tia, duos calores ut acto, quia potest illos
aptae sint coalescere in unam intensiorem, divisibilem, alias non posset racione illorum UT PLURA SOLO NUMERO DIFFERENTIA SUC-
contra hoc est quia iuxta mam opinionem ponere subiecto inhaerentes et inter se non CESSIVE SINT IN EODEM SUBIECTO
fieri alteratio continua, quia motus conti- habentes allquam unionem per se, sed so-
ut qualitates possint coalescere in unam in- nuus necessario esse debet in infinitum
tensiorem nihil aliud requiritur nisi quod, 1um per accidens ratione subtecti, quae non l. Dicuntur plura accidentia esse in eo-
divisibiJ_is; unde consequenter etiam neces- satis est ad intensionem. N eque in hoc
cum sint omnino eiusdem rationis, possint sarium est ut hi gradus inter se copulentur dem subiecto successive, quando subiectum
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aliquo termino communi, quia non potest et ita sentiunt frequentius doctores, In I
bunt intellectus saltero in ordine ad divinam aliter inter eos concipi continuitas nec vera sit illud, et postea acquirh accidens eiusdem
potentiam. Tertio sequuntur ex ma sententia Sent., dist. 17, ubi Gregorius, q. 5; Ocham, speciei, et tune quaeritur an posterius ac-
réalis unio, sine qua intelligi non potest q. 7; Aegidius, Quodl. IV, q. 1, ubi ad-
multa absurda, scilicet, quod qualitas remis- illa latitudo; quia si duo gradus non sunt cidens necessario sit vel possit esse numero
sa possit aliam aequalem vel etiam intensio- ducit non contemnendam coniecturam, quia distinctum a priori. Quidam enim mordicus
inter se uniti hoc modo, ergo neque in uno Deus potest duas quantitates solo numero
rem intendere efficiendo tot gradus quot gradu duae partes vel medietates eius (ut ita defendunt individuationem accidentis a
in se habet; vel, si obstat similitudo, sequi- differentes in eodem situ intime collocare, subiecto ut impossibile existiment etiam
sic dicam) erunt inter se unitae; quia ita conservata earum distinctione et absque
tur intensiorem qualítatem non posse inten- componitur tata qualitas ex pluribus gradi- hoc modo esse plura accidentia solo numero
dere remissiorem, quia sunt omnino símiles ulla reali unione inter eas, ratione cuius ef- differentia in eodem subiecto. Unde infertur:
bus, sicut componitur unusquisque gradus: ficiant unam maiorem quantitatem; cur er-
in forma. Sequitur etiam nullam posse red- ex duabus vel tribus partibus aequalíbus; semper reproduci in eodem subiecto idem
di naturalem rationem ob quam, cum for- go non poterit duas albedines in eodem numero acc¡dens quod ante perierat, sci-
non possunt autem haec intelligi sine dict:;¡¡
c6c:8_c6_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _--=D~isputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección IX 68T
consiguiente, el mismo "donde", el mismo movimiento local, principalmente si es. tampoco los entes sucesivos; luego también el término de la acción es menester·
por el mismo espacio, pues existe 1a misma razón para todas estas cosas. Y esta opi- que sea distinto. Con lo cual se confirma, porque si tales accidentes permanentes:
nión la defendió en parte Escoto, al menos cuando se trata del mismo agente y del que se hacen sucesivamente en el mismo sujeto, no fuesen distintos, también los
mismo sujeto; pero éste no se funda en la individuación, sino en que un mismo accidentes sucesivos podrían no ser distintos, y así podría reproducirse el mismo.
agente sobre un mismo sujeto siempre por naturaleza hace lo mismo, ni puede tiempo numérico, cosa que todos reputan como imposible.
darse razón suficiente alguna de por qué lo ha -de hacer numéricamente distinto.
Más todavía, Aristóteles en el libro VIII de Metafísica, text. 11, señala que Resolución de la cuestión
si el agente y la materia son uno numéricamente, también el efecto será numéri-
camente uno. Y se explica de este modo, porque si yo con los ojos abiertos miro 3. Pero hay que mantener un término medio y afirmar que puede suceder
continuamente esta pared durante una hora, hago y conservo el mismo acto· que existan sucesivamente varios accidentes sólo numéricamente diferentes en
numérico; por consiguiente, si cierro los ojos un poco y los abro de nuevo, un mismo sujeto. Lo cual, ciertamente, si se entiende acerca de la potencia de
haré otra vez el mismo acto numérico porque aquella interrupción no impide Dios es evidente por sí mismo, porque no envuelve ninguna repugnancia, y·
para nada que aquella potencia en toda aquella hora y en cualquiera de sus partes forzosamente se sigue de lo dicho que incluso simultáneamente pueden existir;
tomadas por sí, pueda hacer y recibir el mismo acto numérico. Y si se objeta por tanto, mucho más sucesivamente. Y esto basta para mostrar que los ac-
que de aquí se sigue que también la forma sustancial se reproduce la misma cidentes de la misma especie no tienen intrínseca distinción numérica y entitativa
numéricamente en la misma parte de la materia siempre que es inducida seme- por el sujeto o por una relación a este sujeto numérico; de lo contrario, no pue-
jante en especie, y por consiguiente, que naturalmente se reproduce el mismo· den distinguirse en modo alguno, aun cuando la producción o reproducción se haga
individuo que habla existido antes, lo cual eqnivale a decir que la resurrección en tiempos diversos, porque, como mostraré en seguida, la sola diversidad tempo-
puede hacerse naturalmente, no faltan quienes concedan esto, como puede verse· ral no- es suficiente por sí para esta distinción, si por lo demás en las mismas foTI:las
en Pablo Véneto, libro II de Generatione, al ñn. Otros niegan que exista paridad producidas no hay fundamento suficiente de distinción y de diferencia individual.
de razones porque la forma sustancial requiere la materia dispuesta y nunca. Y si se entiende la afirmación acerca de la potencia y el orden de los agentes na-
concurre con las mismas disposiciones. turales, así es también verdadera, como a fortiori se verá más claramente por lo
2. Hay en cambio otra sentencia extremadamente opuesta, a saber, que no· que diremos.
solamente pueden varios accidentes sólo numéricamente diferentes estar suce- 4. En segundo lugar digo que no sólo es posible que los accidentes distintos
sivamente en el mismo sujeto, sino que necesariamente tiene que ser así, siempre· sólo numéricamente se den sucesivamente en el mismo sujeto, sino que de hecho
que un accidente semejante en especie sea reproducido en el mismo sujeto; res-· sucede así según el orden natural. Esta es la opinión más común de los filósofos
pecto a lo cual Durando, Marsilio y otros afirmaron que es necesario incluso en libro V de la Física, c. 4, y II De Gen•ratione, c. últ.; y de los teólogos, In IV:
orden a la potencia absoluta de Dios, de cuya opinión, as! como de la de Escoto dist. 43 y 44. Acerca de ésta dije ya algo en el tomo II, parte III, disp. XLIV,
traté ampliamente en el tomo II, III parte, disp. XLIV, sec. 9. El fundamen~ sec. 7, donde mostré que según el orden natural no se reproduce en el mismo
de Durando es que siempre que se hace tal producción, se renueva una acción s~j7to el _mismo accidente numérico que se había corrompido, pues de este prin-
distinta de aquella que hubo antes, pues la acción no puede reproducirse, como· CipiO se mfiere que debe ser distinto, que es lo que aqul pretendemos. Y no es
licet, eumdem calorem, idem lumen, et con- stantialem reproduci eamdem numero in produci non potest, sicut neque entia suc-
sequenter idem ubi, eumdem motum· loca- eadem parte materiae, quandocumque indu- modo possunt distinguí, etiam si diversís
cessiva; ergo etiam terminum actionis opor- te~poribus fi~t productio seu reproductio;
lem, praesertim si sit per ¡dem spatium; citur simiJis in specie, et consequenter natu- tet esse distinctum. Unde confirmatur, quía
eadem enim est omnium horum ratio. Et raliter reproduci idem individuum quod qma, ut stattm declaraba, sola diversitas
si talia accidentia permanentia, quae sucessi- temporis non est per se sufficiens ad hanc
hanc opinionem ex parte defendit Scotus, antea fuerat, quod est dicere resurrectionem ve fiunt in eodem subiecto, non essent di-
saltero quando idem est agens idemque posse naturaliter fieri, non desunt qui id distinctionem, si alioqui in ipsis formis pro-
stincta, etiam accidentia successiva possent ductis non sit sufficiens fundamentum di-
subiectum; qu¡ non fundatur in individua- concedant, ut videre est in Paulo Veneto~ non esse distincta, et ita posset ídem tero-
tiene, sed in hoc quod idem agens circa idem lib. 11 de Generat., in fine. Allí vera negant stinctionis et differentiae indivídualis. Si
pus numero reproduci, quod orones repu- autem intelligatur assertió de potentia et
subiectum semper est natum facere idem, esse eamdem rationem, quia forma substan- tant impossibile. ""'
nec potest sufficiens ratio assignari cur faciat tialis requirit materiam dispositam, et nun- ordine naturalium agentium, sic etiam est-
numero distinctum. Quin etiam Aristot., quam concurrit cum eisdem dispositionibus. vera, ut a fortiori patebit ex dicendis.
Quaestionis resolutio 4. Secundo dico non solum esse possibile,.
VIII Metaph., text. 11, sjgnificat, si agens 2. Alia vera sententia est extreme con-
et materia sunt unum numero, etiam ef- traria, scilicet, non solum posse plura ac- 3. Sed media via tenencia est et dicen- verum etiam ita fieri secundum naturae ordi-
fectum esse unum numero. Et in hunc mo- cidentia, solo numero differentia, esse suc- duro posse fieri ut successive sint in eodem nem, ut accidentia solo numero distincta
dum explicitti.ll';----n:am-----si--- egii----apertiS- ·oculis cessive in eodem subiecto, sed necessario ita: subiecto plura accidentia solo numero diver- fiant successive i,n eodem subiecto. Haec est
continuo intueor hunc parietem per horam, esse quotiescumque accidens simile in specie sa. Quod quidem, si intelligatur de potentia communior sententia philosophorum, V Phy-.
eumdem numero actum efficio et conservo; in eodem subiecto reproducitur, quod etiam Dei, per se notum est, quia nullam involvit sicorum, c. 4, et II de Genera t., c. ult.;
ergo si paululum claudam oculos, et iterum in ordine ad potentiam Dei absolutam neces- repugnantiam, et sequitur a fortiori ex dic- et theolog., In IV, dist. 43 et 44. De qua
aperiam, eumdem numero actum iterum sarium esse tenuit Durand., Marsil., et alii~ tis etiam simul posse esse, multo ergo magis nonnulla d~xi II tomo III partís, disp. XLIV,,
efficiam, nam illa i,nterruptio nihil impedit quorum et Scoti opinionem late tractavi in successive. Et hoc satis est ad ostendendum sect. 7, ubi ostendi secundUm naturae ordi-
quominus illa potentia in tota illa hora, et II. tomo III partis, disp. XLIV, sect. 9~ accidentia eiusdem speciei non habere in- nem non reproduci in eodem subiecto idem
in qualibet eius parte per se sumpta, efficere Fundamentum Durandi est, quia quotieS- trinsecam distinctionem numericam et enti- numero accjdens quod corruptum fuerat;
possit et recipere eumdem numero actum. cumque illa productio fit, iteratur actio di- tativam per subiectum seu per habitudinem nam ex hoc principio infertur debere esse·
Quod si obücias sequi etiam formam sub- stincta ab ea quae antea fuit, nam actio re~ ad hoc numero subiectum; alloqui nullo distinctum, quod hic intendimus. Non est:
Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección IX 689
fácil asignar la primera causa y ralz de esta necesidad natural. Pues Durando .en una denominación extrínseca. Igualmente porque la misma acción numérica,
-más arriba la hace derivar de la diversidad de acción o de mutación; en lo cual aun la indivisible, puede durar: permanentemente y coexistir con un tiempo
piensa lo mismo Enrique Quodl., VII, q. 16, aunque difiera de Durando, por- ex:trinseco anterior y posterior, como es claro con la acción de iluminar, de ver
·que no pone esta necesid~d en orden a la potencia de Dios, como Durando, que y semejantes. O se trata del tiempo o duración intrínseca a la misma acción y a
erró gravemente en esto, como mostré en el referido lugar, ya que Dios en su la mutación por la que se produce, y así, como tal duración no es otra cosa en
0 brar no depende del tiempo ni de las otras circunstancias de qne pueden de- la realidad que la existencia de la misma acción, decir que estas acciones son
pender los agentes naturales, porque obran por movimiento y transmutación. A .distintas porque se hacen en tiempos distintos viene a ser ioual
0
que decir que son
causa de ello dijo Aristóteles, libro V de la Física, c. 4, que para la unidad del distintas porque tienen diversas duraciones y existencias que es lo mismo o al
movimiento se requiere la unidad temporal, razón que acepta Toledo en el menos 1o mismo . de oscuro; y precisamente esto es lo que' investigamos, por' qué
libro II De General., q. 13. e~ 1;ecesario que las. durac~ones, existe~cias o entidades de aquellas acciones sean
5. Pero esta razón es difícil y no parece satisfacer. En primer lugar porque dtstmtas, "':( no la misma s1e~pre repetida una y otra vez. Del mismo modo que
más bien la unidad numérica de la mutación ha de ser buscada en la unidad nu- c~aLJ.do D10s. reprodu~; la m1~n:a forma numérica, es cierto que la puede reprodu-
mérica del término o forma producida, que al revés, como enseñó Aristóteles en· cir con la J?lsma accwn n~enca con que primeramente la produjo, pues esto no
el libro V de la Física, en el mismo pasaje; luego cuando se dice que los acci- envuelve runguna repugnan~~~, c<:'m.o se trató extensamente en el referido lugar;
dentes producidos son numéricamente diversos, porque las acciones son di- l':e~o, para que sea_ una accwn distmta, o para que tenga una intrínseca duración
versas, se comete un círculo vicioso. En segundo lugar, porque, aunque suponga- dtsttr:ta, no es sn?ctente que sea hecha dos veces, o sea, con el tiempo extrínseco
mos que las acciones son diversas, no se sigue que las formas lo sean, ya que ant~rmr Y poster10r; luego para mostrar que respecto del agente natural estas
para la unidad de la acción se requieren más cosas que para la unidad de la forma accwnes necesariamente han de ser distintas, hay que buscar la razón en otra
parte.
11roducida, según el mismo Aristóteles en el lugar citado, y además, la forma no
tiene la unidad y distinción por la acción, sino por otras razones. Por lo cual . 6. Ni .~onvence, ~ampoco. la razón de ~quellos autores, a saber, que si aquella
:misma. accton numenca pudiese reproducuse, también las sucesivas podrían re-
sucede que una luz numéricamente la misma, que ha sido producida por una
producirse, lo cual parece enteramente contradictorio. Evidentemente, si esta razón
lámpara es conservada por otra, lo cual es preciso que se haga mediante una
fu~se válida, tendría aplicac~ón ig~almente en orden a la potencia absoluta de
acción diversa. En tercer lugar, porque acerca de las mismas acciones queda aún Dws. Por ello parece necesariO decu que en las cosas sucesivas puede considerarse
la cuestión de por qué es necesario que según el orden natural sean numérica- aquello q.ue es real ~ po~itivo, y aquello que se incluye en la sucesión por modo
mente distintas, pues lo que se afirma acerca de la diversidad de· tiempos no satis- d_e negación o de pnvactón, pues la sucesión dice intrínsecamente que algo haya
face, porque o bien se trata del tiempo extrínseco, que es el que se considera en sido Y no sea ya, ~,que alpo ~aya de ser y no sea todavía. Por consiguiente, en
el movimiento del cielo, y esto no parece que tenga nada que ver con la intrínseca cuanto a esta negae1on o pnvación, no puede el ente sucesivO ser restituído, porque
individuación o distinción numérica de las acciones, ya que de este tiempo sólo de .e~te modo no hay potencia con relación a lo pretérito. Pero en cuanto a lo
·se toma una cierta denominación extrínseca de las cosas que se dice que existen positivo, n~ parece que haya ninguna contradicción en que, igual que Dios repro-
en tal tiempo, y, por el contrario, la unidad y distinción numérica no consiste -duce el 1n1smo calor, reproduzca también la misma acción de calentar; y como
minatíone. Item qui_a eadem numero actio, priori et posteríori tempere extrínseco; ergo
autem facile primam causam et radicem quía acciones sunt diversae, vitiosus circulus etiam indivisibilis, potest permanenter dura- ut ostendatur respectu agentis naturalis has
huius necessitatis naturalis assignare. Du- committitur. Secundo, quia etiam si demus re et coexistere priori et posteriori tempori actiones necessario fore distinctas~ aliunde
randus enim supra eam reddit ex diversitate actiones esse diversas non sequitur formas extrinseco, ut patet de accione illuminandi~ est ratio petenda.
.actionis seu mutationis; in quo idem sentit fore diversas, quia ad unitatem actionís plura videndi, et sirnilibus. Vel est sermo de
Henr., Quodl. VII, q. 16, quamvis dif- 6. Neque ratio illorum auctorum convin-
requiruntur quam unitas formae productae, tempere seu duratione intrinseca ipsimet ac- cit, scilicet, quia si eadem numero actio
-ferat a Durando, quod non ponit hanc neces- ex eodem Aristotele, cit. loco, et alioqui tioni et mutationi qua producitur, et sic,
sitatem in ordine ad potentiam Dei, sicut cum talis duratio in re nihil aliud sit quam posset reproduci, etiam successiva repro-
forma non habet unitatem et distinctionem duci possent; quod videtur plane repug-
Durandus, qu¡ ín hoc graviter erravit~ ut ex accione, sed aijunde. Unde contingit ídem existencia ipsius actionis, dicere has actiones
praedicto loco ostendi, quía Deus in agendo esse distinctas quia diverso tempore fiunt, nans. Etenim si haec ratio valida esset,
numero lumen ab una lucerna productum procederet etiam in ordine ad potentiam
non pendet a tempere neque ab aliis cir- ab alia conservad, quod necesse est fieri per perinde est ac si diceretur esse distinctas
cumstantiis a quibus agentia naturalia pen- quia habent diversas durationes et existen- Dei absolutam. Unde necessario videtur di-
diversam actionem. Tertio, quía de ipsismet cendum in rebus successivis considerad
dere possunt, quía agunt per motum et tías, quod est idem vel aeque obscurum;
actionibus superest quaestio, cur necesse sit, posse id quod est reale et positivum, et id
transmutationem. Propter quod dixit Aris- secundum naturae ordinem esse numero hoc enim est quod inquirimus, cur neces-
toteles, V Phys., c. 4, ad unitatem motus ~e sit illas durationes, existentias aut enti- quod per modum, negationis seu privationis
distinctas; nam quod dicitur de diversitate in snccessione includitur, nam successio in-
xequiri temporis unitatem, quam rationem
temporis non--satisfacit; nam, vel est sermo tates illarum actionum esse distinctas~ et
airiplé:cti tüt . Toletus;---- liD~---- rr·-ae------Generat:, non potius eamdem iterum atque iterum re- trinsece dicit ut aliquid fuerit et iam non
•q. 13. de tempere extrínseco, quod in motu coeli petitam. Sicut quando Deus reproducir eam- sit, et aliquid futurum sit, nondum autem
S. Sed est difficilis ratio et satisfacere consideratur, et hoc nihil videtur referre dem numero formam, certum est posse illam sit. Quantum ad hanc ergo negationem seu
non videtur. Primo, quía potius unitas nu- ad intrinsecam individuationem vel distinc- reproducere eadem numero actione, qua privationem, non potest ens successivum
merica mutationis petenda est ex unitate tionem numericam actionum; quia ab hoc prius illam produxerat; hoc enim nullam restituí, quía hoc modo ad praeteritum non
numerica termini. seu formae productae, tempere solum sumitur quaedam extrinseca involvit repugnantiam~ ut praedicto loco est potencia. Quantum ad positivum autem
quam e converso, ut Aristoteles, V Physic., denominarlo eorum quae in tall tempore latius dictum est; ergo, ut sit actio distincta~ nulla videtur esse repugnantia quod, sicut
-eodem loco docuit; ergo, dum dicuntur esse dicuntur; unitas autem vel distinctio vel ut habeat intrinsecam durationem distinc- reproducitur a Deo idem calor, reprodu-
;accidentia producta esse numero diversa, numerica non cons~stit in extrinseca deno- tam, non satis est quod bis fiat seu cum catur etlam eadem calefactio; et sicut eadem
Disputaciones metafísicas Disputación quinta.-Sección IX
690 691
es uno mismo el acto de sentarse y uno mismo el "dónde", así es consiguiente- también muchos escritores modernos doctísimos se sienten atraídos h · U
mente uno mismo el movimiento local. Pues todas estas cosas dicen modos reales. Pues
d 1 Toledo
p . ' enCael VIII Phystc., q. ' conc¡. 2, rat. 3, deduce de esto laacm
· · 3 e a.
libertad
positivos, que tienen por sí mismos su individuación, y no dependen de un tiempo 1e af ~lme;ad. "dusa,I pues por su sola voluntad determina las causas segundas a
extrínseco más que otras cosas, sino de la intrínseca duración; por tanto, en este os e ec os m tVl ua es. Fonseca también en I Metaph e z q 3 8 di
aspecto se da la misma razón para éstas que para las demás cosas; por tanto, de que en algunos f t . ., · ' · , sec. ce
., e ec ?S es necesano recurrir a la divina determinación y' pre
parte de la acción no puede darse una razón suficiente por la cual repugne esto- fini c10n, cosa que rep1te en el lib. V e 2 . -
a los agentes naturales. la esencial dependencia de ¡ ' · ' q. 9' sec. 2, rat. 9, en la que prueba
7. Dicen, por consiguiente, otros que la causa y razón de esto depende de
otra cuestión, a saber, por qué la causa segunda es determinada a hacer este efec-
oqbrar ; y 1o mAidsmeo, entseñanb.. ~~: .~~~~~Ia::g~~:,b~~~~~~f~,,d~b~arl~~y:~~.,e~ ;¡
· 15' y3· natural
física
2· mas
que ¡am 1en porque. n0 es ar b'ltrano .
m. está fuera de la razón· '
to numérico aquí y ahora, más bien que otro, pues aquella misma que es la causa' a causa pnmera ayude a 1
de esta determinación debe ser también la causa por la que, siempre que la causa sus defectos en las cosas en ue éstas as causas segundas, y supla
segunda obra de nuevo, queda determinada para producir un efecto nuevo y que les falta el modo con ~ue pued!nar~c~n f~llar; Y en. el caso presente parece
distinto de todos los precedentes, pues por sola la virtud de la causa eficiente, o más bien que a otros. De esto volveremo: :rmmarse a Cl~rtos efectos singulares
por sola la capacidad del sujeto no puede darse una razón suficiente de tal cosa,. causas. Ahora, por consiguiente seg, lratar desJ:ues, al ocuparnos de las
ya que tanto la fuerza del agente, como la capacidad del mismo sujeto, es siem- cue~te~ente que Dios determinÓ su ~~n~;~~ ~ sentencm hay que decir conseg
pre la misma y permanece íntegra, y de suyo es igualmente indiferente para hacer duclr Siempre efectos nuevos y distintos on las causas s~gundas para pro-
o recibir a cUalquier individuo. efecto que existió primero y que ya dejó de ;er~o para produetr nuevamente el
Dicen, por tanto, algunos en la referida cuestión que toda la causa y raíz de 8. Pero con razón se pregunt ' ¡
esta determinación ha de reducirse a la diVina voluntad y predefinición. Pues consta que la Causa Primera haya"'Jeta o~ a~to~s de este parecer de dónde les
viendo Dios que este agente está dispuesto aquí y ahora para inmutar a tal sujeto, o bien esto era debido de algún modermu;a o e este modo su concurso, pues
hacia tal forma específica, y que de suyo es indiferente para esta o la otra forma in- modo natural de obrar de las mismas oo \;:~ causa~ selgundas, o fundado en el
dividual, y que no puede por si elegir o determinar su acción a ésta más bien lo mismo que el que la producción ~ea dete n?ce e a sola. v~lt;ntad de Dios,
que a otra cosa, El mismo con su voluntad decretó dar su concurso para la pro- que a otro. Si se dice esto último erman r~ada a este mdivJduo más bien
ducción de tal individuo en particular en este instante y en este sujeto; y porque que no tenemos revelación de tal' v~Iuntade~~a~~ cos!'- absolutamente incierta, ya
la causa segunda no puede obrar sin el <;oncurso de Dios, consecuentemente aqué- por la razón ni deducirlo de principios nat 1 lOS m se puede mostrar tampoco
lla queda determinada para hacer aquí y ahora tal individuo, y no otro. Esta siguientemente la razón primar¡·a· y
. .
~a. le~ algudnos. y st se dice lo primero, con-
cuasi u tlrna e esta dete . . . .
interpretación la toqué brevemente en el lugar referido, y señalé que no me de 1a· d tvma t aleza de 1as causas 'rrnmacton
· voluntad' sino de la n aur · no vtene
agradaba, porque tal razón no parece suficientemente filosófica, y porque en los que mvestlgamos, cómo puede fundarse e t 1 1 proXllllas; y esto es lo
actos libres presenta algunas dificultades ; ahora, en cambio, considerada la cosa· Sobre todo si no se funda en aquélla lasdo ten ~ na.~ra eza de la causa próxima.
más atentamente, juzgo que es muy probable, porque veo que no sólo Gregario numérico más que otro. e ermmact n para producir este efecto
en In I, dist. 17, q. 4, a. 2, ad 7 y dist. 35, q. 1, a. 1, y otros nominales, sina
a. 1 ~ et aliis Nominalibus, verum etiam causis secundis semper ad novas et distinc-
sessio et idem Ubi, ita consequenter ídem bet individuum agendum vel recipiendum .. multis ~odernis scriptoribus doctissimis
Dicunt ergo aliqui in praedicta quaestione, placere VIdeo. Toletus _enim VIII Phy · tos effectus. producendos, non vera ad pro-
motus localis. Nam haec ornnia dicunt rea- q3 12 ' SIC,, du~endum lte~ effectum, qui prius fuit
les modos· positivos, qui ex seipsis habent totam huius determinationis causam et radi- . · ' conc · ' rat. 3, ex hoc colligit
cem reducendam esse in divinam voluntatem et mm esse desnt. '
suam individuationem et non pendent ab libertatem primae causae quod pro sola vo-
extrínseco tempere magis quam aliae res, et praedefinitionem. Videns enim Deus hoc ~un~a~e sua determinat causas secund-as ad 8.. Sed inquiretur merito ah huius sen-
sed ab intrínseca duratione; est ergo eadem agens hic et nunc esse dispositum ad im- mdiv1duos effectus. Fonseca etiam, I Me- tel?-tiae auctoribus unde constet causam
ratio quoad hoc de illis quae de caeteris mutandum hoc subiectum ad talero formam taph., c. 2~ q. 3, sect. 8, dicit in quibus- pr.Imam hoc modo concursum suum deter-
rebus; igitur ex parte actionis non potest in specie, et de se esse indifferens ad hanc dam . e!fectibus necessarium esse recurrere mm.asse; . a';lt enil!l hoc erat allquo modo
sufficiens ratio reddi ob quam hoc repug- vel illam formaro in individuo, et ex se non ad dtvmam determinationem et praefinitio- ~eb1tum 1psts caus¡s secundis seu fundatum
net naturalibus agentibus. posse eligere seu determinare actionem nem, quod repetit lib. V, c. 2, q. 9, sect. 2, m connaturali modo agendi earum vel est
7. Dicunt ergo alii huius rei causam et suam ad hoc potius quam ad illud, ipse sua: r~t. 9, qua probat essentialem dependen- ex sola voluntate Dei, sicut quod 'determi-
rationem pendere ex alia quaestione, scilicet, voluntate decrevit dare concursum ad pro- uam ca~sarum secundarum a prima in agen- netur productio ad hoc individuum potius
unde causa secunda detenninetur ad hunc ducendum tale individuum in particulari in d_o; ~t tdem docent Copulata Conimbricen- quam a~ allud. Si dicatur hoc secundum,
numero effectum hic et nunc efficiendum, hoc instanti et in hoc subiecto, et quia cau- SI~, lib. !I Physic., c. 7, q. 15, a. 2 . Tum cum tai:s voluntas Dei revelatione non ha~
potius quam __ alium_; ___ nam_ __i_lla_____eJJ.Q!!_ffi.__qp_ae sa secunda non potest agere sine concursu ett~ qma non est voluntarium nec praeter beatur~ mcerta prorsus res erit, cum ratione
est causa huius determinationis, debet etiam bei; ·consequeritei- illa detenninatur ad agen- phys1~am ~t naturalem rationem- quod cau- o~t~?di non possit neque ex aliquibus prin~
esse causa ob quam, quoties causa secunda dum hic et nunc tale individuum et non sa pruna 1uvet causas secundas et suppleat ctpus naturahb"L_Is d~duci. Si vera dicatur pri-
de novo agit, ad novum effectum distinc- aliud. Hunc dicendi modum obiter attigi d~fectus ear~ in J;is rebus in quibus i:psae m~, ergo pnmarta et quasi ultima ratio
tumque ab omnibus praecedentibus efficien- in citato Joco, mihique non placere significa- VIden.tur d~ftcere; m praesenti autem vide- hums determinationis non est ex divina vo~
dum detenninatur; nam ex sola vi causae vi quía ratio non videtur satis plúlosophica,. t~ e1s deflcere modus quo determinari pos- luntate, sed ex natura causarum proxima-
efficientis aut ex sola capacitate subiecti et quia in actibus liberis habet aliquas smt ad qU<;sdam effectus singulares potius !um; et hoc est quod inquirimos, quo modo
non potest huius rei sufficiens causa reddi, difficultates; nunc autem re attentius con- quam ad abas. De qua re iterum infra, dis- m ?atura. causae proximae possit hoc fun-
cum taro vis agentis quam capacitas ipsius siderata, censeo esse valde probabilem, tum' putand? de causis. Nunc igitur iuxta illam da.n. ~axune si non fundatur in illa deter-
subiecti eadem semper sit et integra maneat, quia non solum Greg,, In I, dist. 17, sentent:lam consequenter dicendum est
q. 4, a. 2, ad 7, et dist. 35, q. 1, mmatlo ad ~une numero effectum produ-
et de se sit aeque índifferens ad quodli- Deum determinasse concursum suum cum cendum pot:lus quam ad alium.
rr
Disputaciones metafísicas 693
692 Disputación quinta.-Sección IX
9. Por lo cual podría decir alguno que las causas _segundas y fit;itas fsola- aquí y ahora en tal sujeto tal individuo, y después de aquél, otro y después de
mente una vez -por decirlo así- contienen en su v1rtud a cualqmer e ecto éste, otro, y así en los restantes, pues la misma naturaleza parece exigir esta de-
singular, y por eso después ~ue una causa ha .producido nna vez un efecto ?eter- terminación y orden para no llevar implicada en si cierta perplejidad y confusión.
minado, no queda en ella vutud para ~roduc1r nuevamente ~quel efecto, ~ para De aquí por tanto nace que nunca al obrar vnelva al mismo efecto, sino que
renovar la acción por la que le produ¡o, ya que por la pnmera producción su siempre produzca uno nuevo. Y elegí en el mencionado lugar esta forma de ex-
virtud ha quedado como agotada en cuanto puede quedar terminada en tal efecto presión, porque en un punto tan oscuro y difícil no se me ocurrió cosa alguna
numérico. Ahora bien, esto ha sido afirmado gratuitamente y sin prueba, ni es que me satisfaga plenamente, ni ahora se me ocurre tampoco; más todavía, esto
tampoco cosa que pueda concebirse, porque por si la virtud activa en cuanto tal, mismo que se atribuye a la naturaleza de tales agentes no parece que se pueda
no obra por alguna disminución o inmutación suya, sino por la inmutación o fundamentar o explicar suficientemente, pues como la virtud natural de obrar es
producción de otro; por lo cual su eficacia permanece tan integra y perfecta como de suyo simple y totalmente una misma, no se ve cómo pueda fundarse en ella
si nada hubiera producido; luego la producción que ha sido hecha ya una v:z no esta determinación natural, o de dónde puede constar. Ni tampoco pueden ayudar
deja incapacitada a la virtud activa para renovar aquélla una y otra vez, s1 por a esto las circunstancias extrínsecas en cuanto tales, como se mostró arriba acerca
lo demás no hay repugnancia por parte del efecto mismo. Y éste es el m~tivo por del tiempo; y vale enteramente la misma razón acerca del lugar en cuanto que
el que cualquier potencia activa, aunque sea finita, puede obrar suce.s!Vamente dice superficie extrínseca o relación a cuerpos extrínSecos.
hasta el infinito si persevera íntegra en su ser, porque permanece tamb1én entera Por consiguiente, hay que confesar que o bien depende esto de la divina vo-
en su eficacia, y de parte del efecto no repugna aquella sucesión o multiplicación luhtad solamente, o bien, si tiene alguna causa natural, permanece oculta para
hasta el infinito; luego lo mismo sucederá en cuanto a la reproducción del mismo nosotros, y a lo sumo puede decirse que como tales virtudes naturales se ordenan
efecto, si por parte de él no hay repugnancia. Y digo esto porque después que a la multiplicación de los individuos y a ella tienden naturalmente, es más con-
forme con las naturalezas de los mismos recibir siempre el concurso para los
ha sido producida la cosa un vez y permanece en el ser, no puede ser hecha nueva-
nuevos efectos. Y por esta causa, no sólo en la voluntad de Dios, sino también
mente por el agente, aunque permanezca entera su virtud activa, porque hay repug-
en las mismas naturalezas de las cosas se basa el hecho de que en las generaciones
nancia de parte del efecto, al menos por su misma naturaleza. En cambio, que aque-
de los hombres siempre se produzcan nuevas almas y no se unan nuevamente a los
llo que no es se haga no puede repugnar por parte de aquello mismo, aun cuando
cuerpos las que ya una vez fueron creadas y existen separadas.
antes haya existido. Pues ¿qué puede impedir que se haga nuevamente si ya no
existe? Porque dista ya tanto del ser como si nunca hubiera existido. Luego si et exercitio talis virtutis, ita ut natura de~ possit. Nec circumstantiae extrinsecae ut sic
por otra parte la virtud activa permanece íntegra, no puede tomarse de su inefi- terroinata sit ad agenduro hic et nunc in ad hoc iuvare possunt, ut supra ostensum
cacia la razón de esta necesidad. tall subiecto tale individuum, et post illud est de tempore; et est omnino eadem ratio
aliud, et post hoc alterum, et sic de reliquis; de loco, quatenus· dicit extrinsecam super-
10. Finalmente sólo puede añadirse que los agentes naturales, aunque de suyo ficiem vel habitudinem ad extrinseca cor-
nam ipsamet natura postulare videtur hanc
tengan virtud cuasi general e indiferente para varios individuos de la misma espe- determinationem et ordinero, ne in se in- pora. Fatendum ergo est, vel hoc pendere
cie, con todo piden de suyo un determinado modo y orden en el uso y ejerci:io volvat quamdam perplexitatem et confusio- ex sola divina voluntate, vel, si aliquam
habet causam naturalero, nobis esse occul-
de tal virtud, de tal manera que la naturaleza quede determinada para obrar nem. Hinc ergo provenit ut nunquam in tam, et ad summum dici posse, curo hae
agenda ad eumdero effectum redeat, sed virtutes naturales ad multiplicationem in-
semper novum producat. Quem modum di- dividuorum ordinentur eamque naturaliter
9. Propter hoc dicere posset aliquis cau- infinitum, si integra perseveret in suo esse; cendi ip loco praedicto elegí, quía in re ob-
sas secundas et finitas semel tantum (ut ita quia manet etiam integra in efficacia sua, intendant, esse magis consentaneuro naturis
scura et difficili nihil occurrit quod omnino eorum ut semper concursum recipiant ad
dicam) continere in virtute sua quemlibet et ex parte effectus illa successio vel roulti-
plicatio in infinitum non repugnat; ergo satisfaceret, neque nunc etiam se se offert; novas effectus. Hac enim de causa, non
singularem effectum, et ideo postquam talis iromo, hoc ipsum quod naturae talium agen-
causa semel aliquem effectum produxit, non ídem erit quoad reproductionem eiusdem solum in De~ voluntate, sed in ipsis etiam
effectus, s¡ ex parte eius non est repugnan- tium tribuittll' non videtur posse satis fundari naturis rerum fundatum est quod in homi-
relinqui in ea virtutero ad producenduro
iterurn illum effecturn, neque ad iterandaro tia. Quod ideo di,co, quía, postquam semel aut explicari; naro curo naturalis vis agendi nuro generationibus seroper novae animae
actionern per quarn illum produxit, quia per res producta est et in esse permanet, non sit ex se simplex et eadem omnino, non producantur et non uniantur iterum cor-
prirnarn productionem veluti exhausta est potest iterum ab agente produci, quamvis apparet quomodo in illa poSsit fundari haec poribus quae semel iaro creatae et separa~
eius virtus, quatenus ad talern numero effec- integra maneat eius virtus activa, quia ex naturalis determinarlo, aut unde constare tae existunt,
tum terminari potest. Sed hoc est gratis parte effectus repugnat, saltem. ex natura
et sine probatione dicturo, et intelligi etiam rei. Quod vero id quod non est, fiat, ex
non potest; nam virtus activa per se et parte ipsius repugnare non potest, etiaro si
quatenus talis-- -est--- non op~ratur per-- --ali- antea--fuerit.- Quid .enim hoc obstare potest
quam sui diminutionem vel immutationem, ut iterum fiat, si iam non est? Cum iam
sed per irnmutationero vel productionem tantumdero distet ab esse ac si nunquam
alterius. , Unde taro integra et perfecta fuisset. Ergo si aliunde virtus activa manet
manet efficac¡a eius ac si nihil produxis- integra, non potest ex inefficacia eius ratio
set; ergo ex vi productionis sem el factae huíus necessitatis sumi.
non manet impotens ad eamdero iterum 10. Addi - ergo tandem potest- agencia
atque iterum faciendam, si aliunde non naturalia, quamvis ex se habeant virtutem
est repugnantia ex parte ipsius effectus. Hac quasi generalero et indifferentem ad plura
enim ratione, quaelibet potencia activa, individua eiusdem speciei, tamen ex se pos-
quantumvis finita, potest successive agere in tillare certum roodum et ordinem in usu

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