You are on page 1of 404

DISPUTACION XVI

LA CAUSA FORMAL ACCIDENTAL

Muchas de las cosas explicadas a propósito de las formas sustanciales son


aplicables a las accidentales; en efecto, convienen de algún modo en el con-
cepto general y tienen segÓll él muchas cosas comunes que no es menester
repetir aquí. En definitiva, pues, explicaremos cómo conviene esta causalidad a
los accidentes y si tienen, según dicha razón, algo peculiar.

SECCION PRIMERA.
SI TODOS LOS ACCIDENTES EJERCEN UNA VERDADERA CAUSALIDAD FORMAL,
Y SOBRE QUÉ EFECTO
1. El motivo de duda está en que el accidente ni es causa forma! de su
sujeto ni del compuesto; por consiguiente no posee efecto alguno; luego tam-
poco posee una causalidad verdadera y esencial. Esta última consecuencia es
evidente, puesto que la causa y el efecto son correlativos; la primera, a su vez,
está clara por la suficiente enumeración de las partes; el antecedente en cuanto
a su primera parte se prueba por ser la sustancia el sujeto del accidente y por-
que el accidente nópuede ser la causa formal de la sustancia. Y en cuanto a
su segunda parte se prueba, porque si el accidente fuese la causa formal del
compuesto, dicho compuesto sería un uno per se, porque de una causa propia
y esencial resulta un efecto propio y esencial; mas el compuesto' de accidente
y sujeto no es un uno per se; luego.
DISPUTATIO XVI'~/ posru; ergo nullum effectum habet; ergo
DE FORMAL! CAUSA ACCIDENTALI neque veram ae per se causalitatem. Haee
Multa quae de substantialibus formis dic- ultima consequentia est 'evidens, quia causa
ta sunt, accidentalibus applicari possunt; et effectus correlativa sunt; prima vero con-
conveniuot enim a.liquo modo in ea com- stat a sufficienti partium enumeratione; an-
muní ratione et secundum ~am multa. ha-
bent cornmunia, quae hic repetere non opor- tecedens autem quoad' priorem partem pro-
tebit. Tandem ergo explicabimus quomodo batur, quia subiectum accidentis est sub-
haee causalitas accidentibus conveniat, et aD stantia; non potes~ autem accídens esse cau-
secundum eam rationem aliquid ~abeant sa formalis substantiae. Quoad posteriorem
singulare.
vera partem probatur, quia si accidens esset
SECTIO PRIMA
formalis causa compositi, tale compositum
UTRUM OMNIA ACCIDENTIA VERAM EXERCEANT
CAUSALITATEM FORMALEM, ET CIReA QUEM esset per se unum} quia ex causa propria
EFFECTUM et per se consurgit proprius ac per se ef-
1. ,Ratio dubitandi est quía accidens ne- fectus; sed compositum 'ex accidente et sub-
que est causa formalis sui subiecti nec com- ieeto non est per se unum; ergo.
10 Disputaciones metafísicas
Disputación XVI.-Sección 1 11
2. Refutación de la opinión de Auréolo.-;- Respecto de. este proble~a pue-
de traerse a colación la opinión de Auréolo citada por Caprealo, !n
11, dlst. 18, enseña la fe que se da en la Eucaristía. Por otra parte, si los argumentos que
allí cita Capréolo fuesen de algím peso, probarian lo mismo respecto de la for-
<l. 1, quien afirma que ningún accidente po.see la. entidad propia de l~ for~a
mediante la cual modifica formalmente al sUJeto., SIDO que es la actuaclOn mIS- ma sustancial y de su información; efectivamente, todos insisten principalmente
ma. Mas apenas puede entenderse qué es lo que quiso decir, a no ~e~ que, por en esto~ en averiguar en qué consiste dicha información, si es que es algo disq
ventura, haya entendido que ningún accidente es algo realmente dlstmto ~e la tinto del acidente, a ver si es algo relativo o absoluto y otras cosas semejantes,
entidad de la sustancia, sino que es únicamente un modo, cosa que esta en cuestiones corrientes en la información sustancial y en cualquier otra unión.
contradicción y disonancia con las verdades de la fe por muchos conceptos. 3. Múltiple división de los accidentes.- Así, pues, para dar solución al
¿Pues quién sería capaz de comprender que los accidentes. estén separados en problema planteado, hay que distinguir diversas clases de accidentes. En efecto.
la Eucaristía y qne permanezcan sin la enudad de ~a sustancia, y que. no. po~ean hay unos accidentes que modifican propia e intrínsecamente la realidad a la que
entidad alguna propia, realmente distinta de la entidad d~ la sustanCIa? i Como, se dice que advienen; otros que son sólo denominación extrínseca, cOmo la ac-
igualmente, puede entenderse debidamente toda la doct~ma que d~fiend~ la fe ción respecto del agente y el hábito o el traje respecto del hombre vestido.
sobre las cualidades infusas si éstas no tienen sus entldades propms) dlstmtas A su vez, de la primera clase de accidentes hay algunos que tienen entidad
de la entidad natural de 1;
sustancia? Además, esa opinión está en contra de propia y realidad distinta tanto de la sustancia como de las otras entidades ac-
Úl experiencia cuanto puede estarlo una realidad ffsica; pu~s ¿quién hay que cidentales. Otros, en cambio, son únicamente ciertos modos unidos a otras en-
viendo que el aire está ahora iluminado y desp;,és q,:e~a pnvado de la I;,z no tidades, los cuales a veces se identifican realmente con la sustancia, como por
perciba casi con los ojos que la luz es una entidad dlstmta de la susrancla del ejemplo la presencia local; mientras que a veces se identifican con otros acci-
aire? Y no quiero hablar de otros puntos que hemos de exponer en sus lu?a~~s dentes, como le sucede a la figura respecto de la cantidad y a la relación de se-
propios acerca de la cantidad, de la cualidad, etc. Por otra parte, esa opmlOll mejanza -si es que se trata de un modo distinto- con la blancura.
en tal sentido no se apoya en argumento alguno probable, pues ¿porqu~ va
a estar en contradicción con la naturaleza del accidente el poseer una entidad Las entidades accidentales tienen verdadera causación formal
propia distinta de la sustancia y naturalmente dependiente de ella? No ~bstan­
te, acaso no haya sido ésta la intención de dicho autor, fimo que el. a.ccldente, 4. Así, pues, afirmo en primer lugar: los accidentes qUe"" tienen entidad
bien se trate de una realidad distinta del sujeto, bien no, no se dlstmgue en propia dístinta de la sustancia ejercen una causalidad formal propia y verda-
realidad de la actuación o de la inhesión en el sujeto; en efecto, todos los ar- dera. No es que afirme que este concepto les conviene unívocamente, pues en
gumentos que cita Capréolo en aquel pasaje parec~ que se dirigen a esto. esto tendrán características idénticas a las que tiene la razón de ser o la de
De acuerdo con este sentido no se excluye. que el accIdente pueda ser verdadera existencia misma; en efecto, siendo la forma la que confiere el ser, si el ser
y propiamente una forma; sin embargo no explica bien la causalidad formal de que di~ha forma confiere no es ser unívocamente, esa forma no será unívoca-
la misma. También en este sentido es peligrosa tal sentencia, según lo hace no- mente causa formal. Sin embargo, igual que el accidente, aunque sea ente por
tar allí Capréolo; en efecto, si la información o -10 que es lo mismo- la in- analogía, con todo es ente con verdad y propiedad y no metafóricamente, po-
hesión del accidente no es en la realidad· distinta de él, no es posible compren- seyendo un ser real verdadero y propio, del mismo modo el 9..ccidente que con-
der cómo se pueda conservar el accidente sin su actual inhesión) cosa, ~ue nos fiere tal ser es verdadera y propiamente causa formal, aunque no lo sea unívo~
camente. Además la sustancia está verdaderamente en potencia pasiva y recep-
·0'·1

2.. Aureoli opinio reiicitur.- Cirea hane lis lumen esse entitatem quamdam distinc-
quaestionem referri potest opinio Aureoli tam a substantia aeris? Omitto alia quae de servetur, quod tamen in Eucbaristia fieri realiter sunt ídem cum substantia, ut verbí
apud Capreolum, In I1, disto 18, q. 1, di- quantitate, qualitate, etc., suis loeis dicemus. docet fides. Praeterea, si argumenta quae gratia, praesentia Iocalis, interdum vero sunt
centis nullum aceidens habere propriam en~ Praeterea, illa sententia in eo sensu nulla ibi refert Capreolus essent alicuius momenti, ídem cum aliis accidentibus, ut figura curo
titatem formae, per quam formaliter afficiat rationi probabili nícitur; cur enim repugnat ídem probarent in forma substantiali ~t in- quantitate, et relario similitudinis (si est mo-
subiectum, sed esse ipsam aetuationem. rationi accidentis quod babeat entitatem formatione eíus; omnes enim in hbc potis- dus distinetus) cum albedine.
Quod víx intelligitur quid signifieet, nísi fo~.. propriam distinctam a substantia et natura- sime insistunt, ut inquirant quid sit illa
tasse intellexit nullum accidens esse rem dl- informatio, si est aliquid distinetum ab ac- Accidentales entitates vere causant formaliter
liter pendentem ab illa? Fortasse tamen non
stinctam realiter ab entitate substantiae, sed cidente, an sit respectivum vel absolutum, 4. Dico ergo primo:. accidentia quae pro~
fuit híc sensus illius auctotis, sed quod et aIia huiusmodi quae in sub'3tantiali infor-
modum tantum, quod multis modís repug- accidens, sive sit res distincta a subiecto sive priam habent entitatem distinetam a sub~
nat et dissonat veritatibus fidei. Quis enim matione et in quaIibet unione vulgaria, sunt. stantia, propriam ac verarn exercent causa-
non) in re non distinguatur ab actuatione 3. Multiplex accidentium divisio.- Ut
intelligat accidentia in Eueharistia separar!, seu inhaerentia in subieeto; omnia enim ar- litatem formalem. Non assero hanc ratÍonem
et manere sine entitate substantiae, et quod ergo quaestionem propositam expediamus, eis univoce convenire; in hoc enim eadem
non habeant propriam aliquam entitatem di·· gumenta quae íbi refert Capreolus ad hoc distinguenda sunt varia genera aecidentium. ratio erit quae de ratione entis aut de ipso
stinetam realiter ab entitate substantiae? tendere videntur. Iuxta quem sensurn non Quaedam enim sunt quae proprie et intrin- esse; nam, eum forma sit quae dat esse,
Item quomodo potest recte intelligi tata excludit quin accidens esse possit vere ac seee afficiunt rem cui accidere rlicuntur; si esse quod dat talis forma nOD est uni-
doer:ina quam fides docet de qualitatibus proprie forma, male tamen explicat ~orma­ alia) quae solum extrinseee denominant, ut voee esse, talis forma non erit univoee cau-
infusis) si illae non babent proprias encita- lem causalitatem dus. Estque etiam III hoc actio respectu agentis et habitus. seu vesti- sa formalis. Tamen, sieut accidens, quamvis
tes distinetas ab entitate naturali substan- sensu periculosa sententia,. ut ibí notat Ca- mentum respectu hominis vestid. Priora rur- analogice sit ens, nihilominus vere ae pro-
tiae? Est praeterea illa sententia contra ex- preoIus; nam si informatio ve! (q~od ideI;ll sus accidencla, quaedam sunt habentia pro- prie est ens et. non metaphoriee, verumque
perientiam quantum res physica esse potest; est) inhaerentia accidentis non est 1fl re dl~ priam entitatem et realitatem rustinctam tarn ac proprium esse reale habet, itt! accidens
quis enim videns aerem illuminari nune et stincta ab illo, intelligi non potest quomodo a substantia quam ab aliis entítatibus acci~ quod dat tale esse est vere ac proprie causa
postea amittere lurnen, non fere videat ocu- aecidens sine sua actuali inhaerentia .con~ dentalibus. Alia vera sunt tantum quidam formalis, etsi non sit univ.oee talis. Praeter-
modi affixi aliís entitatibus, qui interdum ea, substantia vere est in potentia passiva
MM

12 Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Sección 1 13


tiva respecto de dichos accidentes; por tanto, en sentido I.::ontrario, los acci~ sea próximamente causa de modificación, o sea la razón proXlilla de modificar,
dentes mismos son los propios actos que actualizan y que vienen a llenar esa si no es porque está intrmsecamente ordenada a ello por su naturaleza; mas
capacidad receptiva estando inherentes en ella y siendo sustentados por ella; est~ mismo es lo que con toda verdad se afirma respecto de la propia entidad
luego son formas con propiedad y tienen una causalidad formal propia. Este es accIdental; luego en ella hemos de detenernos y afirmar que ella misma por sí
el sentido de todos los filósofos y teólogos, quienes llaman a estos accidentes es apta para ejercer esta causalidad. Por 10 que atañe a la condición asimismo
causas formales. En apoyo de ello está también la divina teología al llamar a necesaria para causar, nada peculiar se ofrece que decir aquí fuera de lo que
la justicia inherente causa formal de nuestra justificación. Finalmente, estos ac. . ya se dijo a propósito de la forma sustancial; efectivamente, sólo pueds'>, reque-
ddentes son causa de sus propios efectos; y no son extrínsecos, sino que son rirse como condición necesaria la. proximidad e indistancia, pues la existencia no
intrínsecos, puesto que por sí mismos constituyen intrínsecamente sus efectos. es propiamente una condición, según se' explicó allí mismo.
Por tanto no puede suceder ni por divloa potencia que tales efectos se pro-
duzcan sin semejantes causas, como por ejemplo el que 10 blanco se produzca Explicación de dicha causalidad
sin la blancura. Así, pues, siendo evidente que estos accidentes no son causas
materiales, es menester que sean causas formales, ya que fuera de estas dos no 6. Por lo que a la causalidad se refiere, hay que filosofar igualmente del
existe ningún otro género de causa intrinseca. mismo- modo; en efecto, nO puede negarse que se trata de algo realmente dis-
5. De aquí cabe inferir que aquellos cuatro elementos que se explicaron tloto de la forma y del sujeto, puesto que Dios puede conservar la entidad total
antes en la causa formal sustancial se encuentran también proporcionalmente de la forma accidental y del sujeto slo que el accidente ejerza su causalidad for-
en esta causa formal accidental, a saber, el prlocipio formal y próximo de cau- mal sobre el sujeto; y esto resulta absolutamente incomprensible si la causali-
sación, la condición necesaria, la causalidad y el efecto. En este género el prin- dad actual no es algo distloto de la forma que la causa y del sujeto que la
cipio tanto principal como próximo es la entidad misma de dicha forma, apta recibe, ya que la separación en la realidad es señal evidente de distinción real,
por su naturaleza para informar de tal suerte; la cual aptitud no consiste en según antes se demostró. Me queda por añadir todavia que tal causalidad no
algo realmente distinto de la entidad de dicha forma, sloo que es su diferencia es algo distloto de la unión o inbesión actual del accidente en su sujeto, según
intrínseca y. esencial, puesto que a ello está esencial y primariam~nte ordenada se afirmó respecto de la forma sustancial, pues existe la misma razón propor-
por su naturaleza, al igual que se dijo de la forma sustancial. Igualmente, por cional.
ser esa aptitud absolutamente inseparable de dicha entidad locluso por poten- 7. Solución a los argumentos de Auréolo.- Mas se impone agul responder
cia divina, 10 cual constituye un indicio de que no se trata de un modo real- brevemente a los argumentos de Auréolo. Es el primero que o esa información
mente distloto. Además, porque si la aptitud para loformar fuese una especie es algo absoluto o relativo; si es absoluto, será., en consecuencia~ separable de
de potencia realmente distinta de la forma accidental, se trataría de un acci- la forma por la potencia absoluta de Dios, de tal suerte que eso absoluto per-
dente, respecto del cual habría que preguntarse de nuevo a ver si modifica por m~mezca .en el sujeto sin la forma, puesto que Dios puede separar cualqúier
sí mismo, cosa que no podría negarse si no queremos incurrir en un proceso absoluto de otra cosa. Empero si es relativo, el eEtar informado, como por ejem-
al lofinito; ni. puede encontrarse otra razón alguna de por qué dicha aptitud plo el estar blanco, será, consecuentemente, algo relativo. Segundo, porque si
es algo distinto de la forma, ¿a qué predicamento pertenece? Pertenecerá sobre
todo al predicamento de la acción; mas esto no puede afirmarse, porque, de
et receptiva talium accídentium; ergo e con- sunt, eadem proportione reperiri in hac for-
verso accidentía ipsa sunt proprH actus ac- maIi causa accidentali, nimirum, formale
tuantes et quasi repIentes illam capacitatem principium ac proximum causandi, condi-
reeeptivam eique inhaerent et ab ea su::,- tionem necessariam, causalitatem et effec- afficiat ,vel sit proxima ratio afficiendi, nisi modo potest nisi actualis causaIitas sit ali-
tentantur; ergo sunt proprie formae pro- tumo Principium, tam principale quam pro- quia ad .hoc est intrinsece ex natura sua quid distinctmn a forma causante et sub-
priamquc eausalitatem formalem exereent. ximum, in hoc genere, est ipsa entitas talis instituta; sed hoc ipsum verissime dicitur iecto recipiente, nam separado in re est;
Atque ita sentiunt omnes pbilosopbi et formae natura sua aota ad sic informan- de ipsa entitate accidentali; ergo in ilIa si- signum evidens distinctíonis m re, ut supra
theologi, qui haee accidentia causas forma- stendum est et dicenduni ipsam per seip- ostensum esto Addo vero uIterius huiusmodi
dum, quae aptitudo ñon est aliquid in re
les vocant. Favetque divina theologia, dum distinctum ab encitate talís formae, sed est sam ésse aptam ad hanc camalitatem prae- causalitatem non esse aliud ab actuali unio-
iustitiam inhaerentem vocat causam forma- intrinseca et essentialis differentia eius, nam standam. De conditione item necessaria ad ne vel .1nhaerentia accidentis in subiecto, sic-
lem nostrae iustificationis l. Denique haec eausandum nihil peculiare hic dicendum oc- ut dictum est de forma substantiali; est
ad hoc est per se primo ex natura sua in.. currit, praeter ea quae dicta sunt de forma
accidentia sunt eausae suorum propriorum stituta, sicut de forma substantiali dictum enim eadem ratio proportionalis.
effectuum, et non extrinsecae, sed intrinse- f',.St. Item, quia illa aptitudo omnino est in- substantiali; sola enim propinquitas et in- 7. Aureoli argumenta enodantur.- Opor-
cae, quia per se ipsa intrinsece constituunt distantia requiri potest ut conditio necessa- tet tamen hic breviter satisfacere argumen..
separabilis a taIi entitate, etiam per divinam rial existentia enim proprie non est eondi-
suos effectus. Dnde fieri non potest per di- potentiam, quod est signum non esse mo- tis Aureoli. Primum est, quia vel- illa infor-
vinam potentiam ut tales effectus fiant sine tio, ut ibídem declaratum esto matio est quid absolutum ve! re&pectivum;
dum ex natura rei distinctum. Praeterea,
talibus causis, ut album, verbi gratia, sine quia si aptitudo ad informandtlm esset qua- si absolutum, ergo separabile a forma per
albedine. Cum ergo constet haec accidentia Explicatur dicta causalitas potentiam Dei absolutam, ita ut tale abso-
si potentía quaedam ex natura rei distincta
non esse causas materiales, necesse est ut a forma accidentali, i11a esset quoddam ac- 6. De causalitate ítem eodem modo phi- Iutum maneat in subiecto sine forma, quia
sint causae formales; nullum enim est aliud cidens; de quo rursus interrogandum est an losophandum est; negad enim non potest Deus potest separare quodcumque absolu-
genus causae intrinsecae praeter haec duo. per se afficiat; quod negari non poterit nisi quin sit aliquid ex natura reí distinctum a tum ab alio. Si vera relativum, ergo esse
S. Hinc colligere Hcet quatuor illa quae velimus in infinitum procedere; nec potedt forma et a subiecto, quandoquidem' potest informátum, ut, verbi graria, esse album, est
in causa formali substantiali supra decJarata reddi alia ratio, cur illa aptitudo proxime Deus conservare totam entitatem formae ac- re!ativum. Secundo, nam si est quid distinc-
cidentalis et subiecti absque eo quod ac- tum a forma', cuiusnam praedicamenti est?
cidens ,exerceat suam causalitatem forma- Maxime enim erit de praedicamento aetio-
1 Conc. Trid., sess. 6, C. 7. !em clrea subiectum; quod intelligi millo nis; hoc autem dici non potest, quia alias
Disputaciones metafísicas Disputación XVI,-Sección 1 15
14
10 contrario, la causalidad de la forma no sería ~al1:salidad formal, sino eficien~e. está privada de su acción y no 10 está de su existencia.. Por consiguiente estos
Tercero, si la actuación de la forma es algo dlst1?to, dad~ q:re ella actu.ahza argumentos han de resolverse prescindiendo de la cuestión de la distinción en-
principalmente al sujeto, pregunto a ver si 10 ac.tu~hza por S1 m1sma o med1ante tre la esencia y la existencia.
una cosa distinta; si lo hace mediante algo dlstmto, entramos. en un proceso 9, Así, pues, por lo que se refiere al primero hay que decir que esta infor-
al infinito; si 10 hace por sí misma, sería mejor, en consecuencta, detener~e en mación o actuación es algo absoluto que incluye esencialmente una relación
la forma misma. A estos argumentos se reducen todos los que pone alh C;a- trascendental. Mas es algo absoluto no como una entidad realmente distinta de
préolo con toda amplitnd, excepción hecha ~e los que corresponden a la dIS- la entidad de la forma, sino ,como un modo realmente distinto, implicando con-
tinción de la cantidad respecto de la sustanCia, de los que nos ocuparemos en tradicción desde este punto de vista el que tal modo se conserve sin la forma
misma, aunque no suceda 10 contrario. Incluye además dicho modo la relación
su debido lugar. 1 d' , " trascendental de la unión actual con el sujeto, implicando contradicción por este
8, A ellos, empero, responde Capréolo dando por sup~.esta a IstmclOn
real entre la esencia y la existencia y afirmando que la actua~lOn de ~a .forma. es capítulo la permanencia de dicho, modo en la realidad sin que permanezca ese
algo distinto de la forma; pero que no se trata de un .acc1dente dlSt1?to, smo sujeto modificado e informado por tal accidente, Ni es algo nuevo o raro el que
que es el ser de la forma misma, el cual queda redUCIdo a la especI':' de la un modo absoluto incluya esencialmente una relación trascendental, sino que es
forma, de la que dimana, Empero lo que da por supuesto no es, nec,esano en el algo muy frecnente y común a muchas entidades, sobre todo si son imperfectas
problema presente, ni puede resultar satisfactorio en su sentencIa). ,81 se expresa e incompletas, Ni se sigue tampoco de aquí que las denominaciones derivadas
consecuentemente, ya que implica contradicción el que la actuaclOfl es~é sel?a- de las formas absolutas sean relativas, como blanco, o estar blanco y otras se-
rada de la forma informante; ahora bien, de acuerdo con su s.enten~13, DlOS mejantes; en efecto, estas denominaciones no se' toman -por así decirlo- de
en la hnmanidad de Cristo separa de la forma informant,:, su eXlst~nCla, y c:>ll las uniones, sino de las formas que están unidas, y las formas son absolutas.
l'
la misma razón podría hacer otro tanto en la form~ aCCIdental. NI es conVlll- Al segundo argumento se responde debidamente diciendo que este modo de in-
¡ cente la respuesta que alli insinúa, a saber, qne DIOS no, pue~e s~p~rar de la formación queda reducido al predicamento de la forma accidental, por ser un
forma su existencia propia si no la suple medIante una eXIstenCia d1stlllta. Con- modo en cierta manera completivo de su ser, al igual que la subsistencia es a
f cedamos que esto sea as!; con todo, esa existencia distinta, mediante la cual su manera completiva del ser de la sustancia, Si alguno dijese que estas cau-
f'
i¡ suple Dios la existencia propia de la forma, n0.es un :fecto formal de l~ forma. salidades se redncen a los predicamentos de la acción o de la pasión, no en
li
[! Además, aun separada e impedida esa existenCia propm, permanece la 1nform~­ cuánto acciones, sino en cuanto causalidades específicamente distintas acaso no
, '
,1
ción propia; luego es algo distinto de la existencia. ~?nsecuentemente, habna se eqUlvocarfa mucho; mas esto 10. examinaremos al tratar del número sufi-
" que afirmar sin duda en dicha sentenci~ que esa aCClOn no pertenece al ser ciente de predicamentos. Al tercer argumento respondo que la actuación no
j de la existencia, sino al ser de la esencia del compuesto total, y que es ~lgo actúa propiamente al sujeto, sino que une la forma al sujeto, y mediante esta
anterior al ser mismo de la existencia~ según se e<:ha ~e ver. e~ la humamd~d forma es actuado el sujeto; al igual que tampoco es la acción la que propia-
de Cristo, en la cual, de acuerdo con esta sentencla,. ~olo e~st1o el ser proplO mente obra, sino que une la causa. agente al efecto en su género. Por tanto
de la esencia y, no obstante, se dio en ella la ~ctuacI?n p'Opl~ del alma, de I.a del mismo modo que la acción en el grado en que procede del agente no s~
que se vio privada el alma en la muerte, de CrIsto, sIendo. as! que no fue J?r~­ realiza mediante otra acción, sino por sí misma, igualmente esa actuación en el
vada nuevamente de ser alguno de la existencia. y la cantidad en la Eucanstla grado en que actúa o modifica al sujeto, no lo modifica mediante otra realidad,

sua existentia., l11a ergo argumenta solvenda ut album aut esse aIbuni et similes; nam
parat esse a forma info~mante in C~risti hu~ sunt' abstrahendo ah illa quaestione de di- hae denominationes non sumuntur ab unio-
causalitas formae non esset formalis, sed ef- manitate et eadem raUone posset ldem fa- stinctitme essentiae 'et existentiae. nibus (ut sie dicam), sed a formis unitis:
ficiens. Tertio, quía si actuatio formae est eere in forma aecidentali. Nec satisfacit re- 9.,: ,,;Ad primum ergo dicenduro est hanc formae autem absolute sunt. Ad secundum,
quid distinctum, curo ipsamet maxime ~c­ sponsio quarn ibi insinuat, scilieet, Deuro irtfotm'aticínem vel aetiJationem esse quid recte dicitur, hune modum informationis re-
tuet subiectum, inquiro en aetuet per S~lp­ non posse separare esse ,proprium a !orma, absólutum, includens. essentialiter transcen~ dud ad praedieamentum formae accidenta~
sam ve1 per aliquid aliud; si per aIlud, nisi illud suppleat per ahquod esse abenum. ~éñta1em, respettulit: Est autero quid ab- lis; quia est modus compIens quodammodo
procedetur in infinitum; si per seipsam, Esto enim hoc ita sit, nihilominus illud esse sQlutum 'non ut entitas realiter distineta
ergo satíus fuedt stere in ipsa forma. Et esse cius, sieut subsistentia suo modo cam~
alienum, per quod Deus supplet. esse pro- ~,áb,' entitate formae, sed ut modus ex natura pIet esse substantiae. Si quis vera dkeret
ad haee argumenta reducuntur amnia quae prium, non est effeetus. formahs form~e. réi. distinctlls, et' ex hac parte implicat con~
ibi latissime Capreolus refert, praeter ,e,a has causalitates revocari ad praedicamenta
Item, separata et imp~dlto esse pro.pn?, tradielionem conservari talem modum sine actlonis vel pass"ionis, non ut acciones, sed
quae pertinent ad distinctionem quantitatls manet informatio propna; ergo est ahqUld ipsa forma, Heet non e converso. Itieludit
a substantia, quae suo loco tractabimus. ut causalitates specie distinctas, fortasse non
distinetum ab esse. Et ita esset sine dubio praeterea modus j11e' transcendentalem re- admodum erraret; id vero examinabimus
8. Ad haee autero respondet Capreolus dieendum eonsequenter in illa sentencia, ae- spectum actualis unionis 'ad subiectum, et
supponendo rustinctionem realero ínter esse tractando de sufficientia praedicamentorum.
tionero illaro non pertinere ad esse existen: ex hae parte implicat contradictionem ma-
ét essentiam et dicendo actuationem formae Ad tertium respondeo actuationem proprie
tiae, sed ad esse essentiae totius e?mpo~itl, nere in rerum natura modum illl1m, quin
esse aliquid distinctum a forma; i~lu~ antero esseque aliquid prius ipso esSe eXlsteI?-uae, subiectum maneat affectuQl et informatum non actuare subiectum, sed unire formam'
non esse aliud accidens, sed esse lpSlUS for- ut patet in Christi humanit~te, in qua, l~ta tali accidente. Neque est novum .aut singu- subieeto, per quam formam subiectum ae-
mee, quod reducitur ad speciem. forroae, a illaro sententiam solUIn fUIt esse essenuae lare modum absolutum indudere essentia- tuatur; sieut aetio proprie non agit, sed
qua fluit. Sed id quod suppomt n.on est proprium, et ta~en in. illa fuit. prop.ria a7- liter trancendentalem respeetum, sed est coniungit causam agentem effectui in suo
neeessarium in praesenti, neque sausfacere tuatía animae qua pnvata fUlt amma In valde frequens et commune multis entitati- genere. Unde, sieut accio, eo modo quo est
potest in eius sententia, si eonsequenter lo~ Christi morte ' cum tamen non fuerit privata bus, praesertim imperfeetis et incompletis. ab agente, non est pér aliam actionem, sed
quatUI' . nam implicat contradietionem se~ denuo aIiquo' esse existentiae. Et quantitas Neque inde etiam sequitur denominationes per seipsam, ita illa actuatio, ea modo quo
parari ~ctuationem illam a forma informan~ in Eucharistia privatur sua actione' et non sumptas a formis absolutis esse respectivas, actuat ve! attingit subieetum, non per aliud~
te; at vera iuxta illius sententiam Deus se~
Disputación XVI.-Sección 1 17
16 Disputaciones metafísicas ------------------~

11. Solución del motivo de duda.- Ni constituye un obstáculo el motivo


sino por si misma. Ni .por lo que a esto se refiere, son iguales las características de d,:,da expuesto al principio; en efecto, hay equivocidad en aquel término
de la forma, puesto que la forma en su entidad precisiva no incluye esencial- esenczalmente cuando se le aplica al efecto en cuanto es efecto o en cuanto es
mente la relación trascendental de la unión actual, a la que sin embargo in- un solo compuesto; pues aunque el compuesto accidental no sea esencialmente
cluye dicha actuación. U?o en la razón de ser, sino sólo accidentalmente, en la razón de efecto es esen-
CIalmente efecto de la forma accidental; efectivamente se trata de relaciones y
Explicación del efecto de esta forma razones formales diversas, y por eso no hay inconveniente alguno en que aquel
10. Por lo que atañe al cuarto, al efecto concretamente, hay que afirmar compuesto que no es uno. esencial sino accidentalmente en cuanto tal sea un
que el efecto propio de esta forma es sól.o el compuesto accidental, por ser él efecto es~ncial ~e la forma. accidental; ya que tal compuesto, sea cual s~a, exige
lo que primaria e inmediatamente resulta del accidente en cuanto informa al d.e por SI esenCIalmente dicha forma, en cuanto es tal compuesto determinado,
sujeto, y ser él solo lo que intrínsecamente y a su modo depende esencialmente sIendo. por tanto causado esencialmente por ella en su género.
de dicha forma; por tanto éste es el efecto propio y único de tal forma. Ade-
más, el efecto de esta forma no puede ser el sujeto mismo, por ser una sustan- Por qué no resulta un uno «per se)) del accidente y del sujeto
cia, la cual de suyo es anterior al accidente; por consiguiente, es menester que
sea el compuesto, ya que no hay ninguna otra cosa que pueda serlo. Se podrá 12. Se refuta el argumento de algunos.- Mas, a fin de desentrañar esto
decir que hay un medio entre estas cosas, a saber, el que el sujeto sea modi- desde sus raíces, puede preguntarse por qué no resulta un ente uno per se de la
ficado por la forma accidental, por ejemplo, que el efecto de la blancura sea forma accidental y del sujeto, dado que dicha forma se une con tal sujeto ver-
ponerse blanco el sujeto, por así decirlo, o estar blanco, que es 10 mismo; y dadera y ::ealmente por sí misma. Piensan muchos que la razón está en que la
esto es algo distinto del compuesto total de sujeto y blancura, ya que expresa forma aCCIdental supone en el sujeto algún ser de existencia, y que ella con-
únicamente el efecto que se da en el sujeto como consecuencia de la blancura; fiere. también su ser de existencia propio y peculiar; y de un doble~ ser de exis-
~~tenCta no puede resultar compuesto un uno per se, sino únicamente per acéidens.
por consiguiente este es el efecto formal de la forma accidental, y no todo el
compuesto. Respondo que el que la blancura convierta al sujeto en blanco y el Así opin~ Soncin~s, lib. yn
Metaph., q. 5; Y lo indica Enrique, Quodl. X, q. 8,
constituir juntamente con él un compuesto accidental determinado son absolu- don.de dl~e que -SI el accId.ente no P?seyera en el sujeto su propio ser, sino que
tuv~era sol? el ser del sUJeto, de nmgún modo compondrían un ente uno per
tamente lo mismo, sin que haya más diferencia que el modo de significación,
acctdensJ SIDO per se. Esta es· la razón~ según refiere allí mismo, de que algunos
según es claro por los términos mismos y por 10 que se dijo anteriormente res-
pecto de la forma sustancial. Sólo hay que advertir que el compuesto acciden- de los que defendían muchas formas sustanciales esencialmente ordenadas en el
n:~stno .compuesto,. para dejar a salvo el que de ellas resultaba un uno per se,
tal, aunque en el género de la causa formal sea efecto de la sola forma acci-
dental, con todo, en absoluto no resulta de la forma sola, sino al mismo tiempo ,dIJeran .que las prImeras formas no conferfan el ser al estar actualmente unidas
~on la última forma. Mas aún, también Capréolo, In lIl, disto 17, q. 1, concl. 2,
y principalmente del sujeto mismo. Acaece por eso que dicho efecto puede ser·
Juzg~ probable que puede acontecer naturalmente alguna vez que la forma sus-
significado o bien precisivamente en cuanto es causado por la forma, y en este
tan~l~1 confie~a el. ser de la esencia, sin dar el ser de la existencia, apoyándose.
sentido decimos que el efecto de la blancura es hacer blanco al sujeto; o bien
absolutamente, en cuanto de ese sujeto determinado y de esa forma resulta esto en CIerto testlmomo de Santo Tomas en el opúsculo De natura materiae, c. 8)
blanco, y de esta suerte se dice que el compuesto accidental es un efecto de 11. Solvitur ratio dubitandi.- Nee ratio tur talí subieeto. Multi existimant rationem
la forma accidental. dubitahdi in principio posita aliquid obstat; esse quia forma accidentalis supponit in
est enim, aequivocatio in termino illo per se. subieeto aliquod esse existentiae' et prae-
sed per seipsaro attingit. Neque quoad hoc caro, seu esse alburn, quod idem est; hoc dum ad effeetum ut est effectus vel ut est ter~a ipsa canfert suum propriu'm ac pe-
est eadero ratio de ipsa forma, quía forma autero quid distinctum est a toto composito umml cúmpositum applicatur; ipsum enim cuhare esse existentiae; ex duplici autem
in sua praecisa entitate non ineludit essen- ex subiecto et albedine, nam dicit tantum accidentale compositum, licet in ratione en- esse existentiae non potest unum per se
tialiter transcendentalem respectum actuaJis effectum relictum ab albedine in subiectp; tis non sit per se unum, sed. per aecidens, componi, sed tantum per aecidens. Ita
unionis, quem tarnen ineludit il1e. actuatio. hic ergo est effectus formalis formae acci.. in ratione effeetus est' ver se effectrts formae Sonc.. VII Metaph., q. 5; et indicat Hen-
dentalis, et non totum compositum. Respon- accidentalis; sunt enim hae diversae habi- rie., Quodl. X, Q. 8, uhi ait Ql10d si acci-
Declaratur effectus huius formae deo albedinero reddere subieetum album et tudines et rariones formales, et ideo nil den.s non haberet suum proprium esse in
10. De quarto, scilieet, de effeetu, dieen- cum illo constituere tale eompositum aeci- veta! illud compositum quod non est per subleeto, sed solum esse subiecti, nullo mo-
dum est proprium effectum huius formae dentale, idem omnino esse solumque in" se unum, 81!d per accidens, ql.lMenus tale do eomponeret unum ens per accidens sed
esse solum eompositum aecidentale, narn il- modo significandi differre, ut eonstat ex ip- est, esse effectum per se aecidentalis for- per se. Unde, ut ibídem refert, no~nulli
lud est quod primo et ímmediate consurgit sis terminis et ex superius dictis de forma mae; nam i1liJd eomoositum, qualeeumque etiam ex his quí ponehant oIures formas
ex accidente informante subiectum, et illud substantiali. Sotum est advertendum aeci- sit, per se et essentialiter. requirit illam for- substanciales per se ordinatas in eodem
soluro est quod intrinsece et suo modo es- dentale compositum, Heet in genere causae mam, quatenus tale compositum est, unde composito, ut salvarent ex illis consurgere
sentialiter pendet a talí forma; ergo hic est formalis sit effectus solius formae aeciden- ab i1la per se causatur In suo geI1:ere. unum per se, dicebant priores formas non
proprius et unit.-us effeetus talis formae. talis, absolute tamen non eonsurgere ex sola dare esse quando actu sunt conillnctae lllti-
forma, sed simul et maxime ex ipso subi~c­ Ex, accidente et subiecto cur non fiat unum ~ae formae. Immo e!Íam Canieo!., In JII,
Deinde effeetus huius formae non potest es- per se
se subiectum iPSUffi, curo sÍ! substantia, too Quo fit ut ille effeetus significad possit dlst: l~, q. 1, conel. 2, exhtimat probabile
quae ex se est prior accidente; ergo oportet ve! praecise ut causatur a forma, et sic di- 12. Ratio, aliquorum improbatur.- Sed, fien altquando posse naturaliter ut forma
ut sit compositum, quía nihil est aliud quod cimus effectum albedinis esse reddere album ut hoc radicitus explieetur, quaeri potest substantialis det esse essel"lti::Je et non det es-
esse possit. Dicetur fortasse ínter haee dari subieetum; vel absolute, ut ex tali subiecto enr ex forma accidentali et subieeto non se existentiae, propter. quoddam testimonium
medium, scilicet subiectum esse affeetum et forma consurgit hoc album, et hoe modo consurgat ens per se unum, quandoquídem D. Thomae, in Opusculo De natura mate-
accidentali forma, ut, verbi gratia, effectum dicitur compositum uccidentale esse effec- talis forma per seipsam vere ac realiter. uni- riae, C. 8, cum tamen probabilius s'it illud
albedinis esse subieetum albere, u~ sic di- tus forrnae accidentalis.
2
-..------------------
1""" -----

18 ____ ___ __._ _______________ ~sputacion~ me~afisica~ Disputación XV/.-Sección 1 19


siendo así que es más probable que dicho opúsculo no sea de Santo Tomás_ solo orden y predicamen t o. Y por este motIVO. . .
no puede constltmrse un uno
Cabe añadir que no han faltado tomistas que juzgaron probable que los acci- per se .CaD. la materia y la cantidad, porque, aunque la materia posea un ser
dentes no poseyeran una existencia propia distinta de la existencÍa de la sustancia, sustantIaI Incompleto, con todo no está ordenada a la cantidad como al acto
y según la sentencia de éstos -si es verdadero el principio admitido- se sigue con e que haya de completarse dicho ser. Y de igual manera no resulta un
que del accidente y la sustancia resulta un uno per se, pues de las realidades que 1 se con el alma y sus po t enelaS,
uno per . .
smo .
un uno per acczdens porque aun-
tienen una existencia absolutamente y per se una se afirma con razón que poseen ~ue e .al~a posea tambi~n un ser incompleto, sin embargo no 'está ordenada
unidad per se, ya que la unidad sigue al ente y el ente recibe el nombre del ser. No ~ t0-?stltu~r un ser complero con sus propiedades, las cuales son de un orden
obstante, todas estas afirmaciones están fundadas y dan por supuesta la distin- :n~~~or, Silla. que se ordena esencial y primariamente a la materia, como po-
ción real entre la existencia y la esencia, la cual nosotros juzgamos que es im-
posible refiriéndose a la esencia actual; y aunque fuese posible o verdadera,
b.d t el mISmo orden. Por tanto, igual que decíamos antes que la razón de-
loa a ~ual de la ~ateria y de la forma resulta un uno per se no es otra sino
sin embargo no es necesaria para resolver la cuestión presente; En efecto, cual l~ proporcIón y relaCIón mutua que guardan dentro del mismo género asi por
sea la esencia, tal es también la existencia; por tanto, igual que la esencia puede
ser una, bien por entidad simple, bien por composición, otro tanto pasa con
e cont:-ano, la raz.ón debido a la cual no se constituye un uno per' se 1a de
sustanCla y ~el. aCCidente no es otra más que el no tener dicha proporción sino
la existencia misma. Así, pues, si se afirma que sólo constituyen un uno per se o.tra m y dlstmta, ya que, por más que la sustancia sea capaz del accidente
aquellas cosas que tienen una existencia simple y no compuesta, el principio es
falso y se ha aceptado sin fundamento. Mas si se trata de un ser con unidad
b
sm ~I? argo ?O está esencIalmex;te orden~da a dicho acto, según se explic6
tarntlen antes, y, por el contrarIo, el aCCIdente mismo es un acto de tal na-
de composición, en este caso, aunque sea verdad que la forma accidental con- rura. eza, que no se ordena a completar la sustancia en su género sino a per-
fiere su propio ser, continúa el mismo problema de por qué de ese ser concreto f ecclOnarla en otro género. '
y del ser del sujeto no resulta compuesto un ser único que sea verdadera y 14. Por esto se llega también ~ comprender que esta unidad Y su natura-
propiamente un uno per se. leza han de tenerse en cuenta no solo por lo que respecta al ser d 1 .
13. Argumento eficaz de la conclusión.- Cabe responder en otro sentidO hda' sino también
.. '1 dI" e .a eXlsten-
a ser e a esenCIa, sea cualquiera la clase de distinció
que la forma accidental presupone un ser sustancial completo y perfecto y que, aya entre ellos? má~ aún, primariamente se encuentran ~~n la esencia e ~ que
por tanto, del ser de dicha forma y del ser del sujeto no puede componerse tal, y en la :xlstenCIa P?f razón de ell~. Efectivamente, con la mate~i~t.mn~~
un ser uno per se. Este argumento es de gran valor por lo que se refiere a los f?rma sustanCIal se constItuye una esenCIa verdaderamente una po di h Y
accidentes que tienen por sujeto una sustancia completa. Sin embargo, puesto ~yo, y pOf e;o el ser la misma es uno verdadera y esenda1men~e; ~n c:~~
?e o
que opinamos que la cantidad inhiere en la materia prima con la que no cons~ 10, ~on, .a. arma aCCIdental y con el sujeto sustancial no se constitu
tituye un uno per se, sino per accidens, hay que añadir, en consecuencia, que; ,~sencIa umea Y', consecuentemente, tampoco resulta de ellos un sel uno ~:r ~a
la forma .ccidental, por el hecho mismo de ordenarse a un sujeto dotado de mpero, por ma.s que se afirme que la forma accidental compone únicamen~
un ser de distinto orden o predicamento y no ordenarse a constituir o com- un uno per acctdens, con todo 10 compone mediante una u:nió d d
pletar dicho ser en ese orden o' predicamento, no constituye con él un uno< física, ya que tratamos de la forma accidental propia l. cual in~. ver .a e;a y
'per se, sino per accidens, puesto que 10 que es, un uno per se debe ser de un ::rente en su .su;,eto; y, por lo mismo, según decia~os antes a11~~:~~S~~
, . dad, esta umdad, aunque en comparación con la unl·dad per se sea unidad
opusculum non esse D. Thomae. Adde non sermo sit de uno esse per compositionem~ orrunis e! praedicarn.enti. Atque hac ratione
sic quarnvis verum sit formam accidentalem ver~o, accidens ipsum est talis actus ut non
defuisse thomistas qui probabil~ putaverint ex ma~ena. et quantl!ate non fit unum per ordmetur ad complendam substantiam in
accidentia non habere propriutIJ. esse distinc- dare suurn proprium esse, eadem quaestio se, qUla) hcet matena babeat incompletum
manet, cur ex tali esse et esse subiecti nol'¡l suo genere, sed ad perficiendam iliam in alio
turo ab esse substantiae, iuxta quorum sen- esse ~ubstantiale, non tarnen ordinatur ad genere.
tentiam (si verurn est principium positum) componatur unurn esse quod vere ac pro- ql1ant~,tatem ut ad actum quo illud esse
prie sit per se unum. 14. Ex q.u0 etiam intelligitur hane uni-
sequitur ex accidente et substantia fieri cpmpI:?dum. esto Et similitel' ex anima et ta~em e.t ratlOnem eius non soIum in es se
unum per se, nam quae habent ídem esse 13. Ratio efficax conclusionis.- Alitex potent11S su~s non r~sultat unum per se,
ergo responderi potest form3m accidenta- e.X1stenuae, sed etiam in. esse essentiae (qua~
omnino ac per se unum, merito dicentur se~, :per acc~dens, qUla, licet anima habeat htercumque .haec distinguantur) consideran_
habere unitatem per se, cum unum sequa- lem supponere completum ac perfectum es- etlam esse ll'l.completum, non tamen ordi-
se substantiale, et ideo ex esse taHs for.. d.am esse;. lmmo,. pe~ prius in essentia ut
tur ens et ens ab esse dicatur. Verurntamen na~ur' ~d complendum unum esse cum pro~
rnae et subiecti non componi unum esse SIC, et r~uone eIUS 'ln existentia re.p erin
haec omnia fundantur et supponunt distinc- pnetatlbus suis, quae sunt inferioris ordinis Ex materIa e~m et forma substancial ver~
tionem realem inter esse et essentiam, quam per se. Quae ratio est optima, quantum sed per se primo ordinatur ad materiam'
ad accidentia quae subiectantur in substane. ~t una essent13 propter dictam causam et
nos existimamus non esse possibilem. 10- u.t ad potenti.am eiusdem ordinis. Itaque: Ideo esse illius est vere ac per se un~'
quendo de essentia actuali; et quamvis es- tia completa. Tamen, quia opinarour quan- SlCUt su~ra dlcebamus rationem ob quam
titatem inhaerere in materia prima, cum ex .forma autem accidentaIi et substantiaU
set possibilis aut vera, non est tamen ne- ex mat7na et. ~orma fit per se unum non sublecto non fit una e.ssentia, et ideo neque
cessaria ad' praesentem quaestionem defi- qua non facit unum per se, sed per ac.- esse. al~am nrSl, mutuam propor'tion-em et
cidens, ideo ~ddendum est formam acci~ unum esse per se ex illis resultat. Quam-:
niendam. Nam, qualis est essentia, tale est habltu~lDem quam intra ídem genus ba-
dentalem, hoc ipso quod natura sua respic~t quam vera forma accidentalis dicatur com~
etiam esse; unde sicut essentia potest esse ben.t. Ita) e contrario, ratio oh quam ex p~nere unum tantum per accidens, nihilo-
una, ve! oer entitatem simpllcem vel per subiectum habens esse altenus ordinis el aCCIdente et substantia non fit per se unum
praedicamenti et' non ordinatur ad consti- mmus per ,:eram ac physicam unioncm iJ-
compositioñem, ita etiam ipsum esse. Si non es~ aBa nisi quia non habent illam Iud compon~t; agimus enim de accidentati
ergo dicantur i11a tantum constituere unum tuendum vel complendum illud esse in illo pr?po~tl0nem, se~ a.liam Ionge. diversam,
ordine et praedicamento, non eonstituere ~o~ma p:opna! quae intrinsece SUD subiecto,
per se. quae habent unum esse simplex et qUIa, bcet substantta Slt capax aecldentis non lD .aeret, .et Jdeo, ut supra disputando de
non compositum, falsum est illud princi- curo illo unum per se, sed per accidens,,- tamen, est per se ordinata ad talem actum
quía quod est per se unum deb~t esse unim unrta!e dlce~a~us, haee unitas, licet com-
pium et sine fundamento sumptum. Si vero ut supra etiam dec1aratum est; et, e con: paratione unrtatls per se analogice sh uni-
20 Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Sección 1 21
analógicamente, no obstante no es unidad sólo por metáfora, sino porque ver-
dadera e intrínsecamente participa algo de la naturaleza de la unidad, en lo el concurso de tal potencia, precisamente porque en ello interviene una caus?~
lidad formal a la que Dios no puede suplir.
que supera en gran manera a los entes per accidens, a los que se Hama tales
sólo en atención a la agregación o coordinación, ya que no todo compuesto . 16. A la objeción principal se responde que, en general y hablando con
per accidens tiene el mismo grado de unidad, según dijimos allí mismo. De esta rIgor, no ,es necesario que el sujeto dependa de semejante forma accidental, se-
suerte se ha dado satisfacción completa al motivo de duda propuesto; porque, gún se echa de ver en Ja luz respecto del aire y en otros casos semejantes
aunque esta forma constituya un uno per accidens, sin embargo, por ser ll,.'1 derivados de algo extrínseco. Por tanto, aunque tratándose de algunas formas
uno tal que implica alguna unidad física y real, puede, por lo mismo, compo- se dé cierta dependencia del sujeto respecto de ellas, con todo, hablando con
nerlo mediante causalidad formal propia y esencial, proporcionada a tal com- propiedad, la forma accidental en cuanto tal no incluye en sn causalidad la
puesto. dependencia del sujeto respecto de ella misma. Queda aún por añadir qne el
sujeto no depende jamás del accidente como de su propia causa formal, punto
Análisis de otros efectos de esta forma accidental en que parecen estar de acuerdo todos los autores; porque, si el compuesto
sustancial depende de sus accidentes propios, casi todos reducen esa dependen-
15. Empero queda en pie otra objeción contra la parte exclusiva de la c~a al género de la causa material, a la que llaman causalidad dispositiva, te-
conclusión por el hecho de que no es sólo el compuesto, sino también el su- menda lugar esto sobre todo en la disposición que prepara y adapta al sujeto.
jeto mismo del accidente el que parece ser efecto del accldente que le informa Porque aquella que es concomitante y como conservadora del sujeto no puede
y) consecuentemente, parece que este efecto procede de la causalidad formal tener razón de causa dispositiva, ni mucho menos de formal, puesto que su-
de la forma accidental. Se prueba la afirmación, porque el sujeto de un acci- poneen absolnto el ser del sujeto y dimana de él o se justifica por razón de
dente depende del _accidente mismo en el ser; ahora bien) no depende más que él; y por eso se dice con razón que estos accidentes conservan el ser del su-
en el género de la causa formal; luego. La mayor es evidente en el compuesto, jeto no como causas a, prioriJ sino a posteriori como propiedades concomitantes
el cual depende de la disposición última, y es más clara aún en la materia, la de tal sujeto,' cosa que puede afirmarse con verdad de todos los accidentes in-
cual no puede existir sin su cantidad, y en el alma, que no puede existir sin trínsecos. Efectivamente, las características son casi idénticas en todos ellos, exis-
sus potencias. Además) amén de estos efectos positivos, puede esta forma tener tiendo únicamente diferencias en esto, en que algunos son en absoluto conse-
un efecto formal privativo que consiste en la eliminación de la forma contra- cuencia del sujeto, mientras que otros se presuponen en orden de naturaleza,
ria pues el calor formalmente expulsa al frío, y así en otros casos. Asimismo) no porque tengan alguna causalidad especial además de su información, sino
un' accidente parece que puede ser causa formal de otro accidente, como por por estar exigidos por parte de la materia y decirse de ellos, por esto mismo,
ej~mplo se dice que la cantidad es la razón de existir en un lugar, siendo así que se reducen según dicha razón a la causa material.
que existir en un lugar es un accidente distinto de la cantidad misma; y del 17.. Cómo un .accidente elimina del sujeto a otro accidente.- Por 10 que
mismo modo se dice, por ejemplo) que el objeto) bien por sí mismo, bien me- atañe a la primera, confirmación, opinan algunos que un accidente elimina efi-
di'ante la especie, es la causa formal del acto de visión; es más, de la misma cientemente de un sujeto a su contrario, mas no formalmente. Empero, aunque
pótencia visiva se dice que en cierto modo es la causa formal de su visión, esto sea verdad respecto de la forma accidental que está en el agente, en rela-
pl,les Dios no puede producir la visión o un vidente sin potencia visiva o sin ción' con la expulsión de la forma- contraria que habia en el paciente, con todo.,'

tas, non tamen est unitas solum per meta- tate formalí formae accidentalis. Assumptum potentia~, .quia intervenit ibi eausalitas for- dispositivae, nedum formalis, cum absolute
phoram, sed quia vere et intrinsece parti- probatur, quía subiectum accidentis pendet malis qttam Deus supplere non potest.
cipat aliquam rationem unitatis, in quo mul- in esse ab ipsomet accidente, et nonnisi supponat esse subiecti et ab ipso -manet vel
16. :Ad principalem obiectionem respon- ratione illius debeatur; et ideo haee acci-
tum excedít entia per aecidens, quae per in genere causae formalis; ergo. Major pa- detur non esse in universum 'ac per se 10-
solam aggregationem aut coordinationem ta- tet in composito, quod pendet ab ultima dis- dentia merito dicllntur conservare esse sub-
quendo .,necessariru::n ut subiectum ab huius iecti, non a priori ut causae, sed a poste-
lia dicuntur; non enim omne compositum positione; et cIarius in materia, quae non mO,di forma accidentaJi pendeat, ut con-
per accidens aeque llnum est, lIt ibidem di- potest esse sine sua quantitate; et in anima, riori ut proprietates concomitantes tale sub~
sta~' in, lÍJ.mine respectú aeris, et similibus iecturn, quod de intrinsecis omnibus acci-
ximus. Atque ita amnino satisfactum est quae esse non potest sine suis potentiis. quae ab,· extl'Ínseco veniunt. Quapropter,
rationi dubitandi propositae; naro, Heet haec Praeterea, ultra hos effectus positivos ha- dentibus vere dici. potest. Est enim fere
etiamsi respectu aliquarum formarum inter- eadem ratio in omnibus illis, solumque pot-
forma constituat unuro oer accidens, tamen bere potest haec forma effectum formalem venÍat aliqua dependentia subiecti ab ipsis,
quia illud tale est ut alitluam unitatem phy-, privativum, qui consistit in abiectione for- est esse differentia in hoc, quod quaedam
nihilominus, per se loquende, forma acciden- simpliciter consequuntur, alía ordine natu-
sicam el: realem ineludat, ideo potest illud mae contrariae; calor enim formaliter ex~ talis ut sic in sua eausalitate nop' ineludit
componere per causalitatem formalero 17[0- pellit fngus, et sic de aHis. Demde, unum rae :mpponuntur, non quia specialem cau-
dependentiam subiecti ab ipsa. Addo dein- salitatem habeant praeter suam informatio-
priam ac per se, tali composito proportio- accidens videtur posse es se causa formalis de subiectum nunquam pendere ab acciden-
natam. alterius accidentis, ut quantitas dicitur esse nem, sed quía ex parte materiae requiruntur
te ut a propría causa formalí, in que om- et ideo secundum eam rationem dicunt~
ratio essendi in loco, cum tamen es se in loco nes auctores convénire videntur'; nam si
Examinantur alii effectus huius formae sÍ! accidens distinctum ab lpsa <¡uantitate; ad materialem causam revocari.
eompositum substantiale dependet a. propriis 17. Accidens quomodo a subiecto expel-
accidentalis et similiter obiectum ve! per seipsum ve1 aecidentibus, fere omnes revocant illam de-
15. Sed superest altera obieet!o contra per speciem dicitur esse causa formalis ac- lat accidens.- Ad primam confirmationem
pendentiam ad genus causae materialis, quidam opinantur accidens effective expela
exclusívaro partero conelusicnis, quia non tus visionis, verbi gratia; immo ipsa po- quam vocant causalitatem dispositivam; et
soluro eompositllro, sed etiam ipsum sub- tentia visiva dicitur aliquo modo esse cau- lere a subiecto suum contrarium et non for-
maxime hoc habet locum in dispositione maliter. Sed, -¡icet hoc sit verum de forma
iecturo accidentis videtur esse effectus ac- sa formalis suae visionis; ideo enim non praeparante et aptante subieetum. Nam illa
cidentis informantis ipsum, et consequenter potest Deus facere visionem aut videntem accidentali: quae est 'in agente, l'espectu ex-
quae est concomitans quasi conservan~ sub- pulsionis formae contrariae quaf' , erat in
etia~ hunc effectum provenire ex causali- sine potencia visiva aut sine eoncursu talis iectuÍn, non potest habere rationem éausae passo, tarnen de forma quae recipitur in
22 Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Secci6n 1 23
- - -

esto no puede ser verdad respecto de la forma que se recibe en el paciente ni, rcorpórea el ser capaz de tal modo de estar en lugar, sIno que también de
en general, respecto de las formas contrarias, en ~uanto en relación al mismo ella se deriva naturalmente e! estar en algún lugar del modo dicho. Y e~ ob-
sujeto una está por sí misma en repugnada con otra y la expulsa, ya que nin- jeto, si se compara con la potencia, en cuant;0 influy.e en ella. ~~ espec1e, o
guna forma expulsa eficientemente a otra realizando la expulsión directamente -en cuanto concurre al acto mediante la espeCIe, no tIene condlCIOn d~ causa
y por sí misma, puesto que, como dicen, ningún agente obra teniendo por fin formal) sino de causa eficiente, como es manifiesto de por sí; mas 81 se lo
un mal; ni hay acción alguna que tenga por fin esencialmente la corrupción, considera en cuanto es término y en cuanto especifica al acto, entonces no
sino que esencialmente produce alguna realidad positiva, de la que se sigue la ejerce ninguna causalidad propia, sin9 la simple condición de término) la que
privación de otra. Mas la forma accidental que está en el paciente no se causa algunos reducen a la causa formal y la califican de extrinseca, punto d: que
eficientemente a sí misma ni a ninguna otra forma mediante la cual expulse a ya nos ocupamos antes; ahora, empero, sólo tratamos de la causa propIa 10-
su contraria; por consiguiente no ejerce eficiencia alguna en orden a dicha eXR formante. Finalmente, la potencia vital no es en modo alguno causa !orrp,al
pulsión, sino que expulsa la forma contraria sólo mediante la información del de su acto, sino. que es causa activa y receptiva; mas en orden a la constltUClOn
sujeto, por el hecho de que tienen entre sí repugnancia formal natural respecto del sujeto y la razón de viviente actual, es decir, de. sujeto cognoscente o amante,
del mismo sujeto. Así, pues, respecto del argumento, concedo que la expulsión o algo similar, puede afirmarse que en cierto modo concurr~, formalmente, I?ues-
de una forma contraria pertenece al efecto formal de la forma accidental, mas to' que, aunque semejante vida actual tenga su consumaClOn formal medmnte
no de cualquiera, sino de la que tiene contrario. Y esto na está en contradic- el ácto segundo, con todo incluye también al primero" al que el seg;mdo .su-
ción con la conclusión propuesta, 'no sólo porque debe entendérsela aplicada pone de suyo y esend?lmente; y acaso ésta sea la. raz.o? de qu:' sea lmposlble
al efecto positivo y propio que es causado por la forma esencial y primaria- el que alguno vea sin la potencia visiva y sin su eJerCICIO, cuestión de que nos
mente, sino también porque la expresión exclusiva no excluye los hechos con- ocupamos en otra parte. ,
comitantes; y esta expulsión de una forma contraria de tal manera acompaña 19. De un solo accidente sólo se da un efecto formal.- Por que puede
al efecto positivo de tal forma) que se sigue con necesidad natural en virtud haber varias formas accidentales en un mismo sujeto, y no sólo varias formas
de esa misma causalidad formal por la que la forma modifica al sujeto y entra en sustanciales.- De todo esto se infiere, finalmente, que el efecto formal de esta
la composición de! compuesto. forma accidental sólo puede ser uno; y se infiere también, por el contrario, que
18. Un accidente, no causa formalmente ningún otro accidente distinto de a este efecto formal sólo puede concurrir una sola causa formal. Y en esto ,hay
sí.- A la segunda confirmación se responde que, con propiedad, ninguna for- cierta semejanza entre la - forma accidental y la sustancial, y hay también al-
ma accidental causa formalmente otro accidente distinto de sí y de su unión con guna diferencia o desemejanza. En efecto, se diferencian ·~n que las formas sus-
el sujeto, puesto que una forma no causa formalmente otra forma. Por eso, si tanciales no pueden unirse esencial ni accidentalmente en el mismo sujeto, mien-
un accidente está intrínsecamente unido a otro, o será debido a la natural re- 'tras que varias formas accidentales pueden unirse de ambos modos en el mismo
sultancia del uno respecto del otro, cosa que pertenece a la eficiencia, o a la sujeto; puesto que, al no constituir un uno per se ni conferir el ser en abso-
subordinación necesaria, por la cual el uno es razón de recibir al otro, cosa que luto, sino sólo de un modo relativo, no hay contradicción en que esta clase de
pertenece al género de la causa material. De esta suerte, pues, se dice de la seres se multipliquen en el mismo sujeto, bien de una manera completamente
cantidad que es la razón de estar circunscriptivamente en un lugar de los
accidental, es decir, sin ninguna relación entre sí, como cuando algo blanco se
dos modos dichos, porque no sólo es la razón a la que debe la sustancia

passo, et in uruversum de formis contrarfis et proprio, qui per se primo causatur a for- porea est cápax talis modi essendi in loco~ tione non' potest fieri ut videat quis sine
quatenus respectu e.iüsdem subiecti una per ma; tum etiarn quia dictio exclusiva non et ad illam naturaliter consequitur esse ali~ potentia visiva et usu eius, de qua alias.
seipsam repugnat alteri et expellit ilb.m, exc1udit concomitamia; hat~c amem expul- cubi dicto modo. Obiectunl autem, si com- 19. Unius accidentis unicus tantum ef-
illud non potest esse verum, quia nulla for- sio formae contrariae ita comitatur positi- pan~tur ad potentiám, quatenus in eam in~ fectus formalis.- Cur pIures accidentales
ma expellit effective aliarn, directe et per vum cffectum talis formae ut naturali neces- fluit speciem vd quatenus mediante specie formae possint esse in eodem subiecto, non
se efficiendo expulsionem, _luia (ut aiunt) sitate consequatur ex vi eiusdem camalitatis concurnt ad actum, non habet rationem autem pIures substantiales.- Ex quibus om-
nullum agens intendens ad malum opera- formalis qua forma afficit subiectum et ,(atísae formalis, sed 'effecíÍvae, ut per se nibus tandero infertur effectum forrnalem
tur; neque est olla actio quae pel' se ten- componit compositurn. constat; si vero consideretur ut terminat et huiusmodi accidentalis formae unicum tan-
dat ad corruptionem, sed per se facit aliquid 18. Accidens nullum aliud accidens a se- specificat actum, sic npllam propriam cau- tum esse, atque etiam ,e converso ad huius-
positivurn ex quo sequitur privatio alterius. distinctum causat fornwliter.- Ad alteram salitatem exercet, sed puram rationem ter~ madi effectllm formaIcm unicam formalem
At vero forma accidentalis 'guae est in pas- confirmationem respondetur nullam formam mini, quam aUqui revoeatlt ad causal11 for- causam posse concurrere. In quo est simi-
so non causat effectÍve seipsam negue ali- accidentalem proprie causare formaliter aliud maJem, et extrinseeam 'eam vacant, 'de quo litudo aliqua inter formam accidentalem et
quam aliam formam per quam suum con- accidens distinctum a se et a sua unione iam supra diximus j nune vera solum agi- substantialem et aliqua differentia aut dissi-
trarium expellat; nullam ergo efficientiam cum subiecto, quia una forma non causat mus de propria eau'sa' informante. Denique miIitudo. Differunt enim quia substantia-
exel'cet ad illam expulsionem, sed solurn in- formalitcr a1i2m formam. Unde, si unum patentia vitalis nulla modo est, qmsa for- les formae nec per se nec per acc1dens
formando subiectum expellit contrariam for- accidens es! intrinsece connexum alteri, erit maIis suÍ actus, sed activa et receptiva; ad coniungi possunt naturaliter in eodem sub-'
rnam, ea quod inter se habent forrnalem aut propter naturaIem resultantiam unius constituendum aurem subieetum in ratiotle iecto, pIures vero formae accidentales 'utro-
repugnaníÍarn naturalem respectu eiusdem ab alio, quae ad efficientiam pertinet¡ aut actualiter vjventis, id est, cognoscentis vel que, modo possunt símul esse in eodem
subiecti. Ad argum~ntum ergo concedo ex- propter subordinationem necessariam qua amantis, aut quid simile, dici potest con~ subiecto; quia cum non ·constituant per se
pulsionem forrnae contrariae pertinere ad unum est ratio recipiendi aliud, quod per- currere aJiqua ex parte formaliter, quia licet unum nec dent esse simpliciter sed secun-
effectum formalem formae accidentalis, non tinet ad genus causae materialis Sic ergo huiusmodi actualis vita consummetur for- dum quid, non repugnat huiusmodi es se
omnis, sed eius quae habet contrarium, Ne- quantitas dicitur esse ratio essendi in loco maliter per actum secundum, tamen etiam multiplicari in eodem subiecto¡ ve! omnino
que hoc repugnat conclusioni positae, tum circumscriptive, utroque ex dicti~ modis; ¡neludÍ! primum, quem seeundus per se ae per accidens, id est, sine ulla habitudine
quia illa intelligenda est de effectu positivo nam et est ratIO per quam substantia eor-' essentialiter supponit; et fortasse hac ra- ¡nter se, ut cum album fit musjcum, vel
Disputación XVI.-Sección 1 2S
24 Disputaciones me tafísicas

convierte en mUSICO, o bien en cierto modo de manera esencial, puesto que el de dichas formas entre sí, y cual sea esta umon, tal será dicha unidad; y baj0
uno se subordina al otro, como lo hace la potencia al acto, o el acto primero este concepto esa forma pertenece únicamente a una especie total, por más que
al segundo, y de este modo 10 cuanto \!s colorado y el ojo es vidente. Resulta resulte de la fusión de muchas formas parciales. Todavía cabría investigar aquí
con est.o que, según ,el primer modo, pueden multiplicarse en un mismo sujeto si pueden dos formas sustanciales de la misma especie colaborar en la produc-
los accIdentes que dIfieran al menos especifica o genéricamente, llegando hasta ción de un mismo efecto formal; pero esta cuestión ya se trató con anteriori-
un ~úm7ro que no posee límite alguno determinado; pues,- aunque no puedan dad en sentido general al estudiar el principio de individuación. y añadimos
ser mfimtos por la razón general de que es contradictorio que exista un infinito todavía que, aunque tales formas se encontrasen unidas en el mismo sujeto,
actual, y aunque quizá tampoco por defecto de los agentes naturales puedan estas no concurrirían al mismo efecto formal, sino que cada una conferiría su efecto
formas multiplicarse más allá de un limite determinado, tanto en un mismo su- íntegro distinto del de la otra, según se desprende fácilmente de lo dicho.
jeto como en sujetos distintos, sin embargo, en cuanto depende del sujeto y de
las mismas formas accidentales, no puede señalarse en esto límite alguno, ni hay Si los modos accidentales poseen actividad causal y de qué clase
""""J
mayor repugnancia en una multiplicación mayor de estas formas que en una 21. En segundo lugar, hay que afirmar que los accidentes que no poseen
menor, puesto que en estas entidades que se hallan en relación accidental, esta una entidad propia distinta de los otros ejercen ciertamente una causalidad for-
circunstancia nada tiene que ver con su repugnancia, a no ser que interven- mal, aunque de un modo distinto del de las otras formas accidentales. La pri-
g~ alguna contrariedad u oposición especial por otro concepto. Lo contra~
mera parte se prueba, en primer lugar, por inducción, pues la figura es la for-
no acaece en las que se subordinan esencialmente,'! puesto que, por el hecho ma de la realidad figurada, siendo éste el sentido en el que Aristóteles, bajo
mismo de guardar entre sí subordinación, es esencialmente necesario que exista distinción, a la cuarta especie de cualidad la llama forma o figura J y sin ern~
en e?as una. entidad primera y una última y, consecuentemente, si hay algu- bargo, la figura no es una realidad, sino úniCamente un modo distinto. Asimis-
nas mtermedias, es menester que tengan mi número determinado, por la mis- mo el sitio y el donde, o sea la presencia local, modifican formalmente al su-
ma razón por la que lo probamos antes respecto de los predicados esenciales. jeto, razón por la cual confieren al hombre, por ejemplo, la denominación de
. 20. La semejanza entre la forma accidental y la sustancial consiste en que, sedente, .o estante, o presente; sin embargo, se trata también de modos y no
Igual que el compuesto sustancial se constituye con una forma única de la mis- de entidades distintas. Otro tanto cabría decir de la mutación pasiva de una
ma manera también el compuesto accidental, en cuanto es uno a su ~odo y per- ~osa. Además, podría darse como razón el que estos accidentes modifican por sí
tenece a una sola especie, se constituye únicamente por una sola forma acci- mismos verdadera y realmente a los sujetos en los que están y con los que
dental, puesto que mediante la subordinación de género y diferencia no se rea- componen un solo compuesto accidental, el cual, en cuanto dotado de tales ca-
liza la multiplicación de formas, ni siquiera en las accidentales; y de muchas racterísticas, depende intrínsecamente de ellos como de acto propio constitutivo,
formas accidentales de diversas especies no se constituye propia e inmediata- mientras que los accidentes mismos dependen de sus sujetos como de causas
mente un ser único, sino sólo atendiendo a la unidad del sujeto, el cual cons- materiales; ,por consiguiente ejercen sobre sus sujetos causalidad formal.
tituye múltiples composiciones con las dbrzrsas formas. Cabe objetar: a veces 22. Se prueba la segunda parte de la afirmación por el hecho de que, al
una sola forma. resulta de la unión y proporción de muchas, por ejemplo una no ser realidades distintas, sino únicamente modos, estos accidentes no modi-
mezcla proporcIOnada, la salud, la hermosura, y acaso un, hábito único. Mi fican sus sujetos mediante algún modo de unión realmente distinto de ellos mis-
respuesta es que o estas unidades no son propias, o resultan de cierta unión
lium formarum inter se, <!t qualis fueót Uta!Ís sub distinctione nominat formem seu
aliquo modo per se, quia unum subordina- ces se, est dari iI?- eis primum et ultimum, et: haee unio, talis erit illa unitas; et sub ea figuram, et tamen figura non est res, sed
tur alteri, ut potencia ,ad actum, vel actus consequenter, S1 quae sunt media, necesse ratione iIla forma tantum est unius speciei modus tantum distinctus. Itero, situs et Ubi
primus ad secundum, guomodo quantum est est ut sint in certo numero cadem ratione totalis, etiamsi ex pluribus partialibus coales- seu praesentia localis form~liter afficiunt
coloratum et oculus videns. Quo fit ut priori qua id supra probatum est de praedicatis cato Inquiri e!Íam hic posset an ad eum- subiectum, unde hominem, verbi grada, de-
modo possint accidentia saltem specíe aut essentialibus. ' clem effectum formalem possint convenire nominant sedentem, aut stantem, vel prae-
genere differentia in eodem subiecto mu1- 20. Similitudo autem ínter accidentalem sentem; tamen sunt etiam modi et non en-
et substantÍalem formam consistit in hoc simul,duae formae accidentales eiusdem spe-
tiplicari in quovis numero sine ullo certo titates distinctae. Idem did potest de pas-
termino: quamvis enim infinita esse non quod, sÍCllt substantiale compositum 'LlOica dei; sed haec quaesdo disputata est supra
in, cornmum tractando de principio indivia siva rei mutatione. Deinde reddi potest ra-
possint ex generali ratione quod repugnat forma cOllstituitur, ita etiam accidentale tio, quia haec accidentia per sese afficiunt
infinitum in actu dari, et !icet fortasse etiam compositum, quatenus suo modo unum est duationis. Et deinde addimus quod, licet tales
ex defectu agentium naturalium non possint et uníus speciei, per unlcam tantum formam forrnae' coniungercntur in eodem subiecto, vere et in re ipsa subiecta in quibns sunt
accidentalem constituitur, quia per subor- non concurrerent ad eumdem effectum for- et cum eis componunt unum accidentale
hae formae ultra certum aliquem terminum malero, sed unaquaeque conferret suum in-
multiplicari, tam in eodem quam io diver~ dinationem generis et differentiae non fit compositum; quod quatenus tale est, intrin-
multiplicado formarum, etiam in acciden- tegrum effectum c1istinctum ab alia, ut ex sece pendet ab eis ut a proprio actu con-
sis subiectis, tamen, quantum est ex parte
subiecti et ex parte ipsarum formarum ac- talibus; ex multis autem formís acciden- dictis facile constato stituente; ipsaque accidentÍa pendent a suis
cidentalium, nulIus potest in hoc assignari talibus diversarum specierum non fit unum . Accidentales madi an et qualiter causent subiectis ut a materíalibus causis; ergo ipsa
terminm, neque est maior repugnantia in proprie ac immediate, sed tantum ratioI,le exercent causalitatem formal~m circa sua
unius subieeti, quod cum variis formis mul- 21. Secundo dicendum est accidentia quae
ma.iori multitudine harum formarum quam non habent propriam entitatem distinctam subiecta.
in minori, quía in his quae per accidens tiplicem facit compositionem. Dices: inter- 22. Secunda pars a&sertionis d~clara:tur,
dum una forma consurgit ex coniunctione ah aliis exercere quidem causalitatem for-
se habent, oihil hoc refert ad repugnantiam malem, diverso tamen modo quam aliae for- nam haec accidentia, cum non sint res di-
eorurn, nisi aliunde specialis contrarietas aut et I?roportione. plurium, ut temperamentum, stinctae, sed modi tantum, non afficiunt
samtas, pulchntudo et fortasse uous habitus. mae accidentales. Prior pars probatur primo
oppositio intercedat. Secus vero est in rus inductione, nam figura forma est rei figura- subiecta mediante aliquo modo Qnionis ab
quae per se ordinata sunt, nam hoc ipso R~spondeo has unitates vel nQn esse pro- ipsis distincto ex natura rei per quem eis
prtas vel consurgere ex aliqua unione ta- rae} et ita Aristoteles quartam specle'm qua-
quod habent inter se ordinem, per se ne-
26 ______I?isputaciones metafísic~ Disputaci_ón_~\TI.,---S--:e=c",c=io,,'n':..-'=l_________--__________2-,~
mos y mediante el cual se unan) sino que se unen inmediatamente por sí mis- que se ordenan a efectos distintos; por lo cual nada tiene de absurdo el que en
mos, según la doctrina expuesta a propósito de la distinción modal y de la na- ona misma realidad se multipliquen y el que un mismo modo, que es medio
turaleza del modo. Resulta de aquí que en estas formas modales la misma causa en orden a un fin, sea forma imperfecta respecto del SUJeto, o que e~ mismo
formal no se distingue de su causalidad actual, puesto que la causalidad de la modo de información, que, en cuanto derivado de la forma,. constituye la
forma, como dije muchas veces, no es algo distinto de la unión actual de la causalidad de ésta en cnanto la nne y la modifica, sea nna especIe de forma de
forma con el sujeto; luego donde no se distingue la unión de la forma, tam- la misma. Y toda~ía añado, para expresarnos mejor y c?n más prol?iedad, gue
poco se podrá distinguir la causalidad. Un indicio de esto lo tenemos también en el ámbito del ser hay algunos modos que no constItuyen especies propias,
en que estas formas modales ni por potencia absoluta de Dios pueden perma- sino que se reducen a las especies o predicamentos de las otras realidades o
necer en la realidad si no causan actualmente sus efectos; pues la sesión formas ya que son únicamente como condiciones exigidas, o causalidades in-
no puede permanecer sin constituir 'a"'~ alguien en sedente, etc.; y esto quedó ttínsec~s de ellas; estos modos no poseen la naturaleza propia de forma, sino
demostrado respecto de los modos con un sentido general en las páginas an- que conservan la razón propia de modos sustanciales y accidentales. Por este
teriores, a saber, que no pueden conservarse separados de las realidades a las motivo tampoco se puede decir de la unión del alma racional, por ejemplo, que
que modifican; y no pneden estar unidos con ellas si no las modifican formal- sea una forma, puesto que no puede calificársela de sustancial ni de accidental.
mente; por consiguiente no pueden existir actualmente si no ejercen su cau- Igualmente tampoco se puede decir que es forma la unión de la humanidad con
salidad actualmente; así, pues, esto es señal de que su causalidad actual no es el Verbo ni la subsistencia propia, según demostraremos luego. Así pues, en este
distinta de ellos mismos, sino que está intrínseca y esencialmente incluída en sentido tampoco se puede decir de la inhesión accidental que sea una forma ni~
sus naturalezas. Por -tanto, en esto está la diferencia entre dichos modos y las hablando con rigor, un accidente distinto, sino un modo del accidente. Por con-
otras formas propias, mientras que en las restantes características tienen una siguiente la conclusión propuesta ha de aplicarse a los primeros accidentes;
semejanza proporcional. efectivamente ellos son los únicos, propia y absolutamente hablando, que me-
23. Objeción contra las afirmaciones. anteri01'8S.- Solución.- Respecto de recen llamarse accidentes o formas accidentales. Finalmente puede afirmarse que
estos modos sólo puede plantearse una duda, que consiste en que de la afirma- mediante dicho argumento queda debidamente probado que estos modos, ha-
ción anterior se deduce que el modo de unión o de inhesión de la entidad blando en general, participan de la causalidad formal imperfecta y poseen otro
accidental es una forma realmente distinta de la forma inherente, por ejemplo modo peculiar de modificar, que pertenece a la causa formal.
de la blancura; empero esto parece ·absurdo, ya que, de 10 contrario, cuantas
veces se trate de una forma que sea una realidad distinta de la materia, será Las formas extrínsecamente adyacentes o denominantes no causan nada
menester hacer intervenir dos formas y que se unan, a fin de que pueda brotar
el efecto formal. Se sigue además que la generación es una forma de la materia 24., Afirmo en tercer lugar: los accidentes impropios, los cuales únicamen-
distinta realmente de la forma que es introducida por la generación; y otro te confieren una denominación extrínseca °
son adyacentes, no ejercen una
tanto sucederá en la alteración y en cualquier mutación, guardada la proporción verdadera causalidad formal, sino que participan sólo del nombre de ésta según
debida. Se responde, en primer lugar, que aunque se conceda todo esto, en cierta proporción. Se prueba por inducción, puesto que la acción no es una
la realidad no existe absurdo alguno, con tal que se evite la equivocidad en forma del agente, ya que ni 10 modifica ni le confiere ser alguno, ni compone
las palabras; puesto que estas formas no sólo son de' distinta naturaleza, sino con él algo verdaderamente uno. Otro tanto acontece con la visión, por ejem-

num et ad 'diversos effectus ordinantur; forma neque accidens distinctum, si pro-


uniantur, sed seipsis immediate coniungun~ tionibus ineludí. In hoc ergo est differentia quare nihil est absurdi quod in eadem re prie loquamur, sed modus aecídentis. Con-
tur) iuxta doctrinam supra traditam de di- inter hos modos et alias propl'ias formas, multiplicentur et quod idem modus qui est dusio ergo posita intelligenda est de prio-
stinctionc modali et de natura modi. Unde in reliquis vero omnibus proportionaliter via ad terminum sit forma imperfecta re·· ribus aecidentibus; ala enim tantum, pro-
tit in his formis modalibus eamaro ipsam conveniunt. spectu' subiecti, vel quod ídem modus in- prie et absolute loquendo, accidentia seu fOl'-
formalero non distingui a sua causalitate 23. Obiectio contra supra dicta.- Dis- formationis, qui, ut est a forma, est causa- mae accidentales dicenda sunt. Denique did
actuali, quia causalitas farroae, ut saepe dixi, solvitur.- Solum potest circa hos modos Ii(as eius, ut illam unit et affidt, sit aliqua- potest argumento illo recte ~stendi hos mo-
non est aliud ab unione actuali farmae ad dubitari, quia ex praedicta as~ertione sequi- lis forma eius. Addo vero deinde, ut melius dos, in universum loquendo, imperfectam
subiectum; ergo ubi non distinguitur uDio tur modum unionis seu inhaerentiae entita- et' proprius loquamur, quosd:lm esse modos causalitatem formalem participare, habere-
a forma, nec causalitas distingui potedt. tis aecidentalis esse formam ex natura reí "lui in latitudine entis non constituunt suas que aliurn peculiarem', afficiendi modum, ad
Cuius etiam signum est ,quia huiusmodi distinctam a forma inhaerente, verbi gra- proprias specíes~ sed reducUllLur ad species causam formalem pertinentem.
farmae modales non possunt manere in re- tia, ab albedine; hoc autem videtur absur- vel praedicamenta aliarum rerum ve! forma-
rum natura nisi actu causantes suos effce- durn, alias, quotiescumque forma est res di- rum, qUla soluro sunt tamquam conditíones Extrinsecus adiacentes formae aut denomi-
tus, etiam per potentiam Dei absolutam; stineta a materia, erit necessarium ut duae requisitae vel causalitates earum intrinseeae:, nantes nil causant
non enim potest manere sessio nisi consti- formae interveníant et coniungantur ut ef- et hi modi, non habent propriam rationem
tuat sedentem, etc.; quod in umversum de feetus f('lrmalis possit eonsurgere. Deinde formae, ,sed retínent propdam rati:onem mo- 24. Dico tertio: accidemia impropria,
modis e~t in superioribus demonstratum, sequitur generationem esse formatr matel'iac dorum substantialium et aeeidentalium. Et quae solum ~xtrinsecus denominant aut nd-
scilicet, conservad non posse separatos a ex natura rei distinetam a forma quae per hac ratione neque unio animae rationalis, iaeent, non exereent veram causalitatem for-
cebus quas modificant; non possunt autem generationem introducitur; et idem erit de verbi grada, dici potest -forma, quia nec malem, sed solum seeundum quamdam pro-
eis esse coniuncti quin eas afficiant forma- alteratione et qua vis mutatione, servata pro- 3ubstantialis neque aecidentalis did posset. portionem_ denominationem eiLls participant.
liter; non possunt ergo actu esse quin actu portione. Respondetur imprimís, quamvis Item neque unio humanitatis ad Verbum Probatur inductione, nam aetio non est for-
causent; signum est igitur actualem causa- hace omnia coneedantur, in re níhíl' esse nee propria subsistentía vere did potest for- ma agentis, quia non afficit illud nec dat
litatem eorum non esse distinctam ab ipsis, absurdi, si voeum aequivoeatio tollatur; ma, ,ut infra ostendemus. Sic ergo neque ilH aliquod esse, neque cum lilo componit
sed intrinsece et essentialiter in eorum ra- nam hae formae et sunt diversarum ratio- finhaerentia aceidentalis formae dicj .potest aliquid vere unum. Idem est de visione,
28 Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Sección 1I 29
pIo, respecto del objeto al que denomina visto; ¿quién, en efecto se atrevería su disputación propia en qué sentido .melen fundarse en estas denominaciones
a decir que la visión es una forma de !a realidad vista? Lo mism~ sucede con algunos entes de razón; por tanto, no queda ya ninguna dificultad que tratar aquí
la ropa respecto del h~mbre vestido, y con. la superficie circundante y continen- respecto de este punto.
te respecto de la realIdad contemda, y aSI en todos los casos semejantes. La SECCION II
razón de todos ellos está en que no confieren ser real alguno a las realidades
SI TODA FORMA ACCIDENTAL ES EDUCIDA DE LA POTENCIA DEL SUJETO
que reciben de ahí denominación extrínseca; por tanto, no se trata de verdade-
ras formas re~les, puesto que la forma es la que da el ser. Además porque to- 1. De todas las cuestiones que hemos tratado sobre la forma sustancial,
dos estos accIdentes no poseen. verdadera y real unión con las realidades a las sólo nos queda ésta referente a la forma accidental, la cual exige un tratamiento
que denominan, mientras que la forma no causa si no es mediante la unión~ especial; en efecto, si se considera atentamente 10 que hemos dicho en la sec~
bien sea distinta de la forma, bien no 10 sea; pues si no se da unión física, n~ ción anterior, allí hemos dejado inc1uído todo 10 que pertenece al concepto de
h~y compuesto verdaderamente uno; y donde no existe una composición pro- forma física, mientras que lo que pertenece al concepto de forma metafísica pue-
PIa, de la que resulte un compuesto que sea uno con cierta unidad física, no de tomarse de la sección última de la disputación precedente, ya que en su
puede haber una causalidad formal verdadera y física. Finalmente, la causalidad última parte hemos demostrado que los géneros y diferencias se dan en los ac·
formal y la material son cuasi correlativas, ya que se corresponden mutuamente' cidentes con la misma razón y proporción.
ahora bien, en las realidades que reciben extrínsecamente denominación de otra~ Se, explica el sentido de la cuestión, separando los puntos ciertos de los inciertos
no tiene lugar una verdadera causalidad material, ni puede tampoco decirse del
agente que sea causa material de la acción, pasando 10 mismo con los otros ele- 2. Las denominaciones extrínsecas no se educen de la potencia del sujeto.-
mentas; po.r c~t;siguiente tampoco las realidades que confieren extrínsecamente Así, pues, para separar los ptmtos ciertos de los inciertos en el problema pre-
?Da. ?enOmmaclOfl de esta suerte son verdaderas formas. Tenemos también un sente, hay que recordar aquella división trimembre propuesta en la sección pre-
md!~lO de est~. en que Dios es denominad3 agente o creador en virtud de un. cedente, entidad propia de la forma accidental, modo accidental y accidente que
acclO~ o relaclOn que se da en la criatura, y, sin embargo, nadie se atrevería consiste únicamente en una denominación extrínseca. Por 10 que respecta a este
a decll' que tal aCCIón se compara con Dios como una forma verdadera de éste tercer miembro, nad!! es menester decir, ya que es cierto que todos estos predi-
y si a estas realidades se las priva de una verdadera y física causalidad formal; cados que son denominación extrínseca de otras realidades no se educen de
nada puede quedar en ellas por 10 que puedan llamarse de algún modo formas la potencia de las realidades que reciben de ellos la denominación extrínseca
extrínsec~s... si no e.s cierta proporción que consiste en que tales realidades ex- puesto que no existen en ellas tomo ~n su sujeto ni dependen de ellas en ab~
presan clert?S relaclOnes a aquellas otras realidades a las que denominan, en las soluto, como pasa con el vestido, respecto del hombre y la superficie continente
cuales relaclOues se portan a modo de término o acto último pareciendo por respecto de la realidad contenida; o, si dependen, no es ciertamente en el gé-
10. mismo. . que. confieren su den?minación al modo de formas.' Y así qued~ ex- nero ,de la, causa material, sino o en el de la eficiente, como es el caso de la
~]¡cada y .confltmada la. conclUSIón respecto de sus dos miembros. En qué sen-- acción respecto del ag'ente, o' en el de la causa objetiva, com.o pasa con la visión
tld~ se dIce que constltuyen verdaderamente algunos de los predicamentos de respecto del óbjeto. Hay, pues, que advertir que la realidad que sirve de deno-
min~ción extrí~seca a otra, tiene q~e estar siempre intrínsecamente en alguna otra
aCCIdentes o algunas de sus especies habrá de explicarse luego, cuando nos ocu-
pemos de cada una. de las razones predicamentales; igualmente explicaremos en realIdad, ya que, o es una sustancIa, y entonces está en sí, o es una entidad o
tionis .fundad in proprüi disputatione dice- praesenti dubitatione separemus eerta ab
verbi gratia, respectu obiecti quod visum agens dici potest causa materiaEs actionis, mus; et ideo nulla superest circa hoc dif- ince"rtisi supponenda est trimembris illa di-
denominat; quis enirn dicat visionem esse et sic de aliís; ergo neque res sic denomi- fícultas hoc loco tractanda. visio praecedenti sectiane praposita de en~
farmam reí visae? Idem est de indumento nantes extrinsece sunt verae formae. Cuius SECTIO II titate propria forrnae accidenta1is, de modo
respectu hominis vestiti, et de superficie cir~ etiam signum est CJuod Deus denominatur accidentali et de accidente soluro extrinse(!us
curndante ac continente respectu reí con~ agens vel creator ab actione ve] relatione VTRUM OMNi:S FORMA ACClDENTALIS
EPUCATUR O1r POTENTIA SUBIECTI denominante. Et de hoc quidem tertio mem-
tentae, et de omnibus similibus. Quorum quae est in creatura, et tamen nemo dixerit
omnium ratio est quia haee amnia nullum . talem actionem comparari ad Deum ut ve- 1~:,:, E~, ,::(;b:t,~~US "",quaestiOi'ubus quas de bro nihil dicere oportet, nam certum est
esse reale conferunt illis rehus quas extrin- ram formnm elus. Seclusa autem ab his forma -substantiali traetavimus, 801a haec su~ haec omnia praedicata quae extrinsecus alía
sece denominant; ergo non SUDt verae for- rebus causalirate formali vera ac physica petest ',circa, accidentalem formam, quae pe- denominánt non educi de potentia earum
rnae reales, cum forma sit quae dat esse. nihil in eis relinqui potest ob quod vocen~ culiarem <leclarationetn reqmrat; nam, si rerum quae ab eis denominantur extrinse-
Item, quía haee amnia non habent veram tur aliquo modo extrinsecae formae rusí attehte considerantur quae in superiori sec- cus, cum in illis non sint' ut in subiecto
et realem uDianem ad 1'es quas denominant, proportio aliqua, quae in hoc consistit' quod tione dicta sunt" ibi eomprehendimus am- et ab eis ve! simpliciter non pendeant, ut
forma autem non causat nisí media unione, huiusmodi res dicunt aliquas habitudines nia quae ad rationem physicae formae spec-
tanÍ'; quae vera pertinerit ad' rauonem for- indumentum ab homine et superficies con-
sive sit distincta a forma sive non: sec1usa ad alias res quas denominant, in quibus se
enim unione physica, non est composi1:um gerunt ad madum uItimí termini vel actus mae methaphysícae~ ex sectione ultima prae- tinens a re contenta; ve! ~:lÍ pendent, non
vere unum; ubi autern non est propria com- et ideo denominare videntur ad madum for- cedentis disputationis sumí possunt. Nam est in genere causae materialis, sed vel ef-
positio ex qua resultet compositum quod sit marum. Atque ita explicata manet et con- in ultima eius parte ostendimus genera et ficientis, ut aetio ab agente, vel obiectivae,
unum aliqua physica unitate, non potest in- firmata eonclusio quoad utrl1mque partem.' differentias eadem ratione el: propartione in ut visio ab obiecto. Est igirur advertendum
tercedere vera et physica causalitas formalis. Quomado autem haee vere dicantur consti- accidentibus reperiri. ' sempcr eam rem quae ~xtrinseeus aliam de-
Tandem causalitas formalis et materialis tuere aliqua praedicamenta aecidentium vel Sensus quaestionis explicatur" certa ab nominat esse~ intrinsece in aliqua alia re,
sunt quasi correlativae, nam sibi invicem aliquas species eorum, declarandum erit in- incertis .~eparando nam vel est substantia aliqua, et illa est in
correspondent; sed in his rebus quae ex- fra, cum de singulis rationibus praedicamen~
trin.sece denominantur ab nliís, non inter- talibus disseramus; quamado irem in his
2. Denominationes extnnsecae non edu- se, yel est entitas aut modus accidentalis,
cedlt vera causalitas materialis; 'neque enim denominationibus soleant quaedam entia ra- cuntur de patentia subiecti.- Igitur;· ut in et SIC necesse est esse intrinsece in aliquo
p

Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Sección II 31


30
modo accidental, y en este caso es fuerza que esté intrinsecamente en algún sisten en alguna figura; puesto que la capacidad eficiente hnmana, que puede
sujeto por el cual sea sustentada. Por eso, cuando se produce de nuevo algunru ser regida o dirigida por el arte, -no se puede extender más allá, punto cuya
realidad que sirve de denominación extrínseca a otra, su modo de producción. justificación veremos luego; y cualquier clase de figura es sólo un modo deter-
o de educción no ha de ser considerado por respecto de la realidad que resulta minado de una cosa cuanta, como es de por si evidente.
extrínsecamente denominada, sino por respecto de aquella realidad o sujeto dd 4. Los accidentes naturales que se producen por transmutación se educen
que se deriva la denominación. Por tanto, si esa realidad es una sustancia, en de la potencia del sujeto.- Así, pues, de todo esto deducimos una sola cosa
ella tendrá lugar la producción del todo y la educción de la forma, al igual cierta, a saber, que las formas accidentales de orden natural que se producen
que sucede en las otras sustancias; mas si se trata de una forma o modo acci- mediante una acción propia y mediante una transmutación propia del sujeto,
dental, tendrá las mismas característiCas que tienen los otros accidentes. se educen de la potencia del sujeto, ya que en ellas concurren manifiestamente
3. Diversos modos de producción de las formas accidentales.- Conviene~ todos los elementos que, pueden ser necesarios para la educción de la potencia
a su vez, distinguir dos modos según [os cuales suelen producirse los acciden- de la materia, cosa que se demostrará a fortiori por lo que vamos a decir. En
tes, a saber; o esencialm~nte mediante una acción pr~pia, o por resultancia. cambio, otros muchos puntos que iremos recorriendo uno a uno y resolviendo
Además, entre las formas accidentales hay algunas que son de orden natural, con brevedad, son dudosos e inciertos.
mientras que otras son de orden sobrenatural, como la gracia, el «lumen gloriae»~
y otras semejantes. La misma distinción puede aplicarse a los modos acciden- Duda a propósito de las cualidades intencionales
tales, ya que algunos son naturales, como la figura de la tierra o el «donde)); 5. Sentencia de algunos.- Se duda, en primer lugar, si algunas cualidades,
otros son sobrenaturales, como el modo de existir del cuerpo de Cristo en la las cuales son naturales; en' cuanto natural se contrapone a -sobrenatural, ma8
Eucaristía. Y podemos añadir aquí un tercer miembro, ya que de algunos mo- . se las llama intencionales, soliendo distinguirlas por esta razón de las cualidades
dos se dice que no son naturales ni sobrenaturales, sino artificiales, el cual miem- absóltitamente naturales y físicas, como es el caso de las especies intencionales
bro no tiene propiamente lugar entre las formas o entidades accidentales, puesto y casos parecidos" se duda -repito- si semejantes cualidades se educen de la
que no bay ninguna que sea hecha propiamente mediante el arte, si no es por potencia del sujeto. ,En efecto, algunos lo niegan, como Soncinas, lib. VIl
ventura en cuanto el arte ayuda a la naturaleza, como sucede con la salud, o Metaph., q. 8, opinión que siguen Egidio, In 1I Sen t., disto 13, q. 2; Tomás
en cuanto los agentes activos son aplicados mediante el arte a los sujetos pasi- de Argentina, a, 8; el Cartujano, q. 1, quien aplica esto mismo a la luz que se
vos, como, por ejemplo, si el oro es producido por arte de alquimia, modo según p~oduce en el aire o en otro cuerpo diáfano, que es lo mismo que enseñó tam-
el cual son producidos otros mixtos, por ejemplo los licores, etc. Y todas esta. bién 01 Halense, lib. VII Metaph., texto, 13. El fundamento de éstos consiste
formas no son propiamente artificiale$, si no es acaso por cierta denominación en ,que tales formas se producen instantáneamente y sin resistencia y por la eli-
extrínseca; pues intrínsecamente son formas físicas y naturales, no sólo acciden- ,minació.9 de: su' 'contrario, y, consecueritemente, sin transmutación <;le la materia;
tales; sino que a veces pueden ser también sustanciales y de la misma naturaleza 'se ,les' llama, por eso; }ormas 'inmater~ales; luego no se educen de la potencÍ?
que las que se producen naturalmente. Por tanto, el que la aplicación de los de la materia. Se confirma, por producirse estas cualidades no sólo en los cuer-
agentes y de los sujetos pasivos se realice mediante p-rocedimiento artificial no po~ elementales;, sino también en los c~lestes; mas de la potencia del cielo no
constituye obstáculo para que sean prodúcidas por verdadera educción. Por con- puedeeducirseJorma alguna, porque de 1" contrario el cielo serla mudable y
siguiente las formas artificiales propias son únicamente modos, ya que todas con· l:ecibiría' ,impresiones ,que le son ,extrañas. .
:ngu.rfl"",'aliqua" consis'tunt; quía virtu~ ef- distinguitur (vocantur autero intentionalea,
subiecto a quo susterite.tur. Unde quando Eucharistia. Et addere hic possumus tertium ,~~,fJ,~y~>;~uma,na,:< quae, arte regi aut dirigi et ea ratione a qualitatibus omníno natura-
de novo fit quaelibet res quae aliam extrin- membrum, nam quidam modi dicuntur esse '<~~1?:~,te~~i'>,:nc:J~,:"" o/lt~,~( atnplius extendi, cuius libus et physicis distingui solent, ut sunt
sece denominat, modus pr.:lductionis aut non naturales nec supernaturales, sed arti~ ':t!lt~~n.~I1l::",':;~,~.f.t;a,', "vldebimus; figura autem species intentionales et similes), dubium (in-
eductionis eius non est comiderandus re- ficiales, quod membrum non habet locum ,9B~~~~,R,e:!:,;,~,?!,Bp1,:,~~?t, mo~us quidam, rei quan- quam) est an huiusmodi qualitates educan-
in propriis formis seu entitatibm: acciden- ,:',''':ta,e'<'',llf'''B:~,t,?$':;.:'cons,tat; , ,,,' . tur de potenda subiecti. Aliqui enim hoc
spectu rei extrinsecus denominatae, sed re-
spectu illius rei vel subiecti a quo est de- talibus, quia milla est quae per artern pro-.- ',",;~:'::{1¿:,,'J4p~i4eti~f,~:',\natut'aJia qua6 per trans~ negant, ut Soncin., VII Metaph., q. 8;
nominado. Dnde, si illa res sit substanda, prie' fiat, nisi fortasse vel quatenus ars ~d­ '}n1:':,!~~i,?,1Í~~,,,,\t~'UilJt-~, 'ex,: súbiecli potentia edu- quam opinionem sequuntur, In II Sent.,
in ea erit productio totius et eductio for- iuvat naturam, ut jn sanitate, ve! quatenu$ , ,~,':!J~r',"''',>,,\Hx,:-:J1'is<;~ergo, pmnibus unum taIi- Aegid., dist., 13, q. 2; Thomas de Argent.,
mae, sicut in aliis substantüs; si autem fue- per artem applicantur activa passivis, ut si tu!l1:-,-, :c~rt,~m", pi~irtlm, "accidentales formas a. 8; Carthus., q. ], qui hoc extendit ad
rit forma aut modus accidentalis, erit eadem :"D,¡tturalir, ,orcliniso 'qttae,,:' per propriatn actio- lurnen quod in aere vel alio corpore día..
aurum flt per artem alchiroiae, et hoc modo n'em, j;>ropriamque 'wbiecti" transmuta~ionem phano ab extrínseco producitur; quod etiam
ratio de his quae de caeteris accidentibus. fiunt alia mixta, ut liquores, ctc. Quae for- ,fiunt, educi de potentia; subiecti; nam in his docuit Alens., VII Metaph., text. 13. Fun-
3. Varii madi quibus fiunt accidentales mae omnes non sunt artificiales proprie, manifeste concurruIit ,ómnia quae. ad educ- damentum eorum est' quia hae formae fiunt
formae.- Rursus distinguere oportet dupli- nisi fortasse per quamdam denominationem tionem de potentia materiae necessaria esse 'in instanti et sine resistentia et abiectione
cem maduro quo accidentia fieri Bolent, sci~ extrinsecam; intrinsece eniro sunt formae possunt, quod a rortiori ex dicendis con- contrarii, et consequenter sine transmuta-
!icet aut per se per propriam actionem, aut physicae ac naturales, non solum accidenta- stabit. Alía vero multa dubia sunt et incerta, tione materiae; et ideo appellantur formae
per resultantiam. Item, inter formas acci- les, sed interdum etiam substantiales essc quae sigillatim attingemus el: breviter expe~ sine materia; ergo non educuntur de poten-
dentales, quaedam sunt naturalis ordi~s, possunt et eiusdem rationis curo iis quáe diemus. tia materiae. Et confirmatur, quia hae qua-
quaedam vera sunt ordinis supernaturahs, n~turaliter fiunt. Unde, quod applicatic litates non, solum ,fiunt in corporibus ele-
ut gratia, lumen gloriae et símiles. Et ea- agentium et patientium per artem fiat, ni»: Pubium de qualitatibus intentionalibm mentaribus, sed etiam in caelestibus; at 'Vero
dem distinctio adhiberi potest de modis ac- obstat quorninus per veram eductionem S. Sententia aliquorum.- Primum du- nulla form~ educi potest de potentia caeli,
cidentalibus, nam quidam sunt naturales, ut fiant. Propriae ergo artificiales formae tan-. bium est an qualitates quaedam quae na- alias caelum esset alterabile et reciperet pe-
figura terrae vel Ubi; aIii sunt eupernatu-
tum :mnt quidem modi, om~es enim iJ:¡¡ turales SUDt, prout naturale a superna,turali regrinas impressionee. .
rales, ut modus existendi corporis Christi in
$...21

32 Disputaciones metafísicas
Disputación XVI.-Sección 1I 33
------------------------~
6. Solución de la duda.- Sin embargo, esta sentencia no se apoya en nin·· mente de la potencia del sujeto, y el mismo argumento vale respecto de las otras
guna razón sólida, y por eso hay que afirmar que todos estos accidentes se cualidades intencionales.
edncen de la potencia de los sujetos en que se recibeu. Así lo defiende Ricar- . 7 .. Finalmente" ;uando se. dice que estas cualidades se producen en el su-
do, lr¡ ll, disto 13, a. 2, q. 1; Y Herveo, disto 18, q. 1, a. 2, y en el Quodl. VII, Jeto sm transmuta:lOn del sUJe~o, cabe ,~ntender esto de dos maneras. La pri-
q. 20. Y se prueba, porque estas cualidades son producidas por agentes natura- mera, absoh~t: y SImplemente Slll mutaclOn alguna real, y este sentido es falso;
les; luego no se producen de la nada; luego no se producen de un sujeto pre- pues al r~C1blr realn;ente algo y reducirse de la potencia al acto, es preciso
supuesto que concurre mediante su fuerza natural en el género de causa ma- que cambIen de algun modo realmente, esto es, que pasen de la carencia de
terial al ser y a la producción de dichas formas; luego son verdaderamente algún ser a su posesión. Hay otro modo de entenderlo aplicando la transmu-
educidas de la potencia de! sujeto, pues todas las otras condiciones que se re- taci~n c~r~~ptiva, ? sea aquella en que se da la pérdida de alguna perfección
quieren para la educción han sido 'inventadas libremente sin razón alguna. En o dlSposlclon propIa y connatural; y' en este sentido se dice con verdad de
efecto, . ¿por qué va a impedir la edncción e! que la forma accidental se pro- estas formas que se producen en el sujeto sin transmutación de éste, Ahora bien
duzca mstantáneamente? Pues también la forma sustancial se produce instantá- tal r;ansmutación ,na?a ~~ene que ver con la educción, cuyo concepto s610 s~
neamente; de aquí, por tanto, s610 se sigue que puede darse educción instantá~ rel~clOna coI?-, la ehmmacI~n .de otra forJ?a cuando yen, cuanto es necesaria para
nea y sucesiva, igual que pasa con la mutación, Ni tiene nada que ver el que la mtrodUCClon de una dlstmta. Mas SI se puede realIzar la inducción de una
para la educci.ón de la forma sustancial preceda una alteración sucesiva previa, forma sin corrupción o eliminación de otra, para la educción no será necesaria
ya que, según demostré antes, la naturaleza de la educci6n no consiste en una tal transmutación, sino que bastará una mutación perfectiva. Y se explica de
relación a la alteración precedente, sino en el modo intrínseco y en la causali- esta manera, porque en estos casos se da verdadera inducción de la forma en
dad propía de tal acción. Por tanto, por lo que a este punto atañe, es accidental el sujeto, mas no inducción .de una forma que sobrevenga de fuera -por va-
que preceda una alteración previa en orden a eliminar la forma contraria. Ade- lerme de las palabras de Arlstóteles-, esto es, no se trata de la mera unión
más, se afirma también gratuitamente que sea necesario para la educción el de una forma preexistente; por consiguiente se da verdadera educción de una
que la forma tenga contrario, puesto que esto no se requiere para una acción f9r~a, la cual estaba contenida en la potencia natural de! sujeto y no podía pro-
real y para una mutación de un sujeto presupuesto, lá cual mutación concurra dUCIrse de otra manera.
al ser y producción de la cualidad misma en el género de causa material. Se 8. Qué mutación está en contradicción con el cielo, y cuál no,- Con esto
explica también en la luz, la cual no tiene contrario, puesto que la iluminación queda respond!?o al f,:ndamento de la sentencia contraria. Por lo que respecta
e~ una acción de tal natur~leza q,ue t;0r ella no se produce esencial y prima- a la confirmaclOn, se mega que estas formas no puedan edudrse de la potencia
rIamente l~ fqrma de luz, SinO 10 dummado; por tanto es una especie de gene- del cielo, ya que en la potencia de éste están contenidas tanto ellas como las
raclOI?, aC:l~en~al, puesto que en este, caso conc~ren los tres principios de ge- n~~t~ciones mediante las cuales son producidas naturalmente. Ni está en contra-
neraClOn ldenucos en todos los predIcamentos, SI se guarda la debida propor- diCCIón' c~n el cielo cu~lquier mutación perfectiva o productiva, sino sólo aque-
ción, según testimonio de Aristóteles en e! lib. XII de la Metafísica. Ahora bien dIspone de algun modo para la corrupción, o la que desencaia una rea-
toda generación mediante la cual se hace o se coproduce una forma, es educció~ estado connatural que le es debido. Y sí el nombre de aiteración se
de esa misma forma, ya que, en otro caso, no sería posible señalar ningún con- : ••~~;¡i~;ida la mut~ción i?-stantánea y perfectiva, entonces no repugna que se dé
cepto determinado de educción; por consiguiente la luz se educe verdadera~ •.• en el Cielo. Sm embargo, de acuerdo con el uso habitual de hablar ,

vere educltur de poten~ ~ufficiet mutado perfectiva. Quod dec1aratur


6. Dubii enodatio.- Sed haee sententia tio eductionis non consistit in habitudine ad ratio de aliís qualita-
praecedentem alterationem, sed in intrínseco In hunc modum, nam ibi est vera inductio
Dulla firma ratione nititur, et ideo dicendum formae in subiectum et non est inductio for-
est huiusmodi accidentia emnia educi de po- modo et causalitate talis actionis. Dnde mae advenientis de foris (ut Aristotelis ver-
tentia subiectorum in quibus recipiuntur. quoad hoc per accidens est quod praevia
alteratio praecedat propter abiiciendam for- bis utar), id est, non est mera unio nraeexi-
Ita tenet Richard., In II, (list. 13, a. 2, stentis formae ~ erg-o est vera eductio for-
q. 1; et Hervaeus., dist 18, q. 1, a. 2, et mam eontrariam, Deinde gratis etiam dici· mae quae in naturali potentia 'subieeti con-
Quodl. VII, q. 20. Et probatur, quia hae tur esse necessarium ad eductionem quod tinf'batur et aliter fieri non poterat.
qualitates fiunt ab agentibus naturalibus; forma habeat eontrarium, eum hoc neces~ 8. Quae mutatio caelo repugnet, quae
ergo non fiunt ex nihilo; ergo nor. finnt ex sarium non sit ad realem actionem et mu-
tationem ex praesupposito subieeto, quae in non.- Atque ex his responsum est ad fun-
praesupposito subiecto concurrente per suarn damentum contrariae sentendae. Ad eonfir-
naturalem viro in genere eausae materialis genere eausae materialis concurrat ad esse
et fieri ipsius qualit1tis. Et declaratur prae- mationem autero negatur non posse has for-
ad esse et fieri taHum formaflJm; ergo vere
terea in lumine, quod contrarium non habet, mas educi de potentía caeli, nam in poten-
educuntur de potencia subiecti. Orones enirn
aUae conditiones quae ad eductionem requi- nam illuminatio talis est actio ut per earn t~a eius eontinentur tam ipsae, quam muta-
runtur sant voluntarie confictae ahsque ulla non per se primo fiat forma luminis, sed tlOnes per quas naturaliter fiunt. Nec caelo
ratione. Nam, quod forma accidentalis in illuminaturnj unde illa est _quaedam acci- repu~nat om~is mutatio perfectiva aut pro-
instanti fiat, quid impedit eductionem? Nam dentalis generatio, nam ibi concurrunt' tria d:,cttv~, sed 11Ia tantum quae aliquo modo
generationis principia quae in omnibus es'
etiam substantialis forma in ínstanti fit; so- cuius ratio non dJspontt ad corruptionem seu quae extrahit
lum ergo inde sequitur dari posse eductio· praedicamentis eadem sunt, proportione ser- clus ,formae. nisi quando neces- r;:m a connatur~l! s.tatu sibi debito. Quod
nem instantaneam et sueeessivam, sieut et vata, teste Aristotele, XII Meta?h. Omnis. Baria _est ad inductÍonem Si autem SI nomen alteratloms ad instantaneam et
mutationem. Nec refert quod ad eductionem autem generatio per quam fit seu compro- póssit fieri inductio rormae sine corruptio- perfectivam mutationem extendatut, sic non
substantialis formae praecedat successiva dllcitur forma est eductio eiusdem formae, ne:, ,vel' abiectione aIterius, non erit neces- repugnat caelum alterari; usitato tamen mo-
alteratio praevia, nam, ut supra ostendi, ra- alioqui nulla certa ratio ,eductionis assignari saria- talis transmutatio ád eductionem, sed re loquendi alteratio non dícitur nisi suo--

3
_--------------~-------~'f"I"I'""--------------

34 Disputaciones metafísicas
-------
Disputación· XVI.-Secc_io_'n_Il____________________3_5
no se da el nombre de alteración si no es a la mutación sucesiva que tiende a sea verdad que la producción de estas cualidades no es una educción natural, se-
una cualidad partiendo de su contraria, y en este sentido se dice que el cielo gún demuestran los argumentos expuestos, con todo juzgo que no rebasa los lími-
es inalterable; mas entendido así el nombre de alteración, la educción de una tes de la educción de la forma de la potencia del sujeto, sino que más bien,
cualidad tiene mayor extensión que la alteración. Y lo que es más aún, añado igual que hay unas cualidades de orden natural y otras de orden sobrenau"al
que no sólo estas cualidades corporales, sino también las espirituales que se y ambas son verdaderas cualidades, del mismo modo en la educción de la for-
producen mediante una acción propia de modo natural, se educen de la poten- ma accidental, hay algunos casos que son del orden natural y otros del sobre-
cia del sujeto, en el cual y del cual se hacen. Esto, en efecto, es lo que pasa natural, pero en unos y otros se trata de verdadera educción.
con el entendimien'to agente, que no crea las especies inteligibles, sino que las 10. Explicación de la duda.- Por tanto, hay que afirmar simplemente que
educe de la potencia del entendimiento posible, en cuya potencia natural están estas cualidades se producen por educción de la potencia del sujeto, y as! se
contenidas, y de la que dependen en su producción y en su ser; por tanto, son expresan comúnmente los teólo&,?s, sobre todo los más m?der~lOS, cuando tra-
educidas de ella al acto mediante el poder del entendimiento agente. Y por el tan de la gracia y de la producclOn de los sacramentos, segun hlce notar en el 1
mismo motivo los actos vitales, tanto del entendimiento como de la voluntad, y !II tomo de la III parte. Y se prueba con todos los argumentos propuestos
no sólo en los hombres sino también en los ángeles, se producen 'por educción, en la primera duda, ya que en estas formas tienen lugar todas las condiciones
ya que antes estaban contenidos no sólo en la potencia activa, sino también reqneridas para I.~ educciMl y c,:,alquie~ cla~e. de dependencia, de ~ausalidad y
en la receptiva de sus potencias propias, de las que dependen naturalmente en modo de realizaclOn. La dtferencIa cons1ste unlcamente en que el sUJeto no con-
su producción y en su ser. Estos son, pues, los únicos elementos que pertenecen curre a estas formas mediante su potencia natural, que es una condición que
al conc'epto de la educción, según explicaremos más ampliamente j!n la duda si- requieren 'dichos autores en el sujeto para que se pueda decir que la forma se
guiente. edtlce de la potencia de él, cosa, sin embargo, que no prueban; en consecuen-
'da" -parece que añadieron esa condición únicamente en orden a excluir estas
Duda a propósito de las cualidades sobrenaturales formas, igual que puede cualquiera inventar o añadir otra condición distinta
9. Parecer de algunos y su fundamento.- Puede dudarse, en segundo lu- 'pJU"a excluir otras formas, y no habrá manera de establecer nada en firme, si
gar, si también las formas sobrenaturales, de las que dicen los teólogos que no se determina un concepto de educción basado en una razón general y sóli-
son esencialmente infusas, se educen de la potencia del sujeto en el que son pro- da. Así, pues, aunque aquella condición sea necesaria para la educción natural,
ducidas. Algunos lo niegan en absoluto, puesto que para estas formas no existe ho lo es, sin embargo, para la educción entendida en absoluto, bajo la cual
en el sujeto potencia natural; por tanto; tio pueden educirse de él. Y se cOn- queda comprendida la educción sobrenatural, para la que no se requiere por
firma, puesfo que nada se educe sino de donde está contenido; mas el alma, del sujeto potencia natural receptiva, sino que basta la potencia obedien-
por ejemplo, no contiene en modo alguno. la gracia en su sustancia; luego no En. efecto, ¿por qué, igual que se dan cualidades naturales y sobrenatura-
puede ser educida de ella. Y esta misma razón vale para todas las cualidade, intelecciones naturales y sobrenaturales, producciones naturales y sobrena-
semejantes. Finalmente, éste es el motivo de que algunos teólogos afirmen que no se va a dar también una educción sobrenatural de un sujeto presu-
la gracia y formas semejantes son creadas; otros, que son concreadas; y todos ;, [:' Il;i'¡;~~si~q!~u:e sea distinta de la natural, tanto por parte del principio activo como
están de acuerdo al menos en afirmar que son infundidas, de suerte que se dé a ~~t aunque coincidan en el modo general de educción? Se prueba, fi-
~~:¡~!¡te;.;J)or esta razón, porque la educción de la forma se distingue inme-
entender que advienen extrínsecamente, pero no son educidas. Empero, aunque

cessiva mutatio quae ad unam qualitatem eductionis, ut amplius in sequenti dubita_ ;CE;;<li,~t.¡';~;~~l,qualitatum
~> ut argumenta
non ess<!
facta.
in subiecto ut forma dicatur de illius poten-
tia educi; quod tamen non probant; undc
tendit ex contraria, et hoc modo dicitur cae- tione confirmabimus. latitu .. solum videtur iila conditio adiecta ad ha~
lum inalrerabile; sic autem sumpto altera-
.~~~t~l~~~;~~~~ s,ubiecti,
Dubium de qualúatibus supernaturalibus formas exc1udendas, quomodo pptest unm-
tionis nomine, latius patet eductio qualitatis quisque aliam conditionem excogitare et ad-
quam alteratio. Quin potius .'lddo non sotum 9. Aliquorum, placitum et eol'Um. funda~ ~~ est na-
iungere ut alias formas excludat; et ita nihil
has qualitates corporales, sed etlam spiri- mentum.- Secundo, dubitari potest an for- erit firmum nisi aliqua ratio eductionis ex
tuales quae per propriam Bctionem fiunt mae 'etiam supernaturales, quae a theologis generali aliqua et firma ratione stabiliatur.'
modo naturali educi de potelltia subiecti in dicuntur per se infusae, educantur de po- IHa ergo conditio, quamvis sit necessaria ad
quo et ex quo fiunt. Sic en~m intellectus tentia subiecti in quo fiunt. Quidam abso- eductionem naturalem, non vero ad educ~
agens non creat species íntelligibiles, sed edu- lute negant 1, quia ad has formas non est tionem simpliciter, sub qua eductio supel'-
cit eas de potentia intellectus possibilis, in in subiecto oaturalis potemia, ergo non pos- naturaIis continettU') ad quam non requirj-
cuius naturali potentia continc:ntur et ab ea sunt iode educi. Et confirmatur, nam nihH
pendent in fieri et in es se ; unde ex ea edu- educitur nisi unde continetur; anima autem, tm ex parte subiecti potencia ,naturalis re-
cuntur in actum per virtutem intellect~s exempli causa, nullo modo continet gra- ceptiva, sed obedientalis sufficit. Cur eniro,'
agentis. Et eadem ratione actus vitales tam tiam in sua substantia j ergo non potest inde sicut datur qualitas naturalis et super-.
intellectus quam voluntatis, et in hominibm educi. Et eadem ratio est de omnibus qua- naturalis, et intellectio naturalis et super-
et in angelis, fiunt per eductionem; nam litatibus similibus. Tandem hac rarione ali- naturalis, et effectio naturalis et superna-
antea continebantur in potentia non tantum quí theologi dicunt gratiam et similes for- turalis, ex praesupposito subiecto non da-
activa, sed etiam receptiva suarum potentia- mas cread, a1ií concreari; omnes vero dicunt " ác,' modus bitur etiam eductio supernaturalis distinc-
rum, a quibus naturaliter pendent in fieri et saltem infundL Ut t;-xtrinsecus advenire, non
vero educi significent. Sed quamvis 'verum sit
rus
effectionis in' reperiuntur. Solun'l. ta a naturali, tam ex parte principii activi
in esse; haec autem solum sunt de ratione ésf disctimen. quía ad has' formas non 'con-. quam passivi, licet. in generaii modo educ-
cur.rit subiectum pe! naturalem po~entiam, tionis conveníant? Et declaratur tandem hac
1 Fonseca, lib. V Metaph., c. 1, q. 4; Conimbricens., lib. 1 Phys.,· c. 9, q. 12. :quam conditionem dicti auctores réquirunt ratione, nam eductio formae iromediate el
..
,.----------------,----------

36 Disputaciones metafísicas Disputación XVI~.~S~e~c~cc:io~'n~Il=-______________


diata y adecuadameute de la creaClOn de la forma en las cosas que se prod ucen cuencia, tampoco aquella acción, en cuanto por ella es copl'oducida la gracia,
mediante una acción propia, ya que los filósofos llegaron al conocimiento de puede tener razón de creación; y éste es el motivo de que no se cree ninguna
la. educción de la forma precisamente por esto, porque se dieron cuenta de que forma que dependa del sujeto en su producción, puesto que no es producida
las formas no eran producidas por creación; luego dan por supuesto que toda esencial y primariamente, sino que es coproducida sin creación mediante la ac
forma que se produce mediante una acción propia y no es creada se educe de ción con que se produce el sujeto. Finalmente, se explica esto desde un punto
la potencia del sujeto. Y tienen razón, puesto que lo que se crea, se hace de de vista opuesto, ya que, cuando tal forma deja de ser, no se aniquila, puesto
la nada, esto es, sin sujeto alguno y sin concurso de causa material, mientras que sólo cesa conjuntamente -por así decirlo- con la cesación del compuesto,
que ser educido no consiste más que en ser producido de un sujeto con el re- el cual no es reducido a la nada.
ferido concurso y dependencia en la producción y en el ser. 12. Los accidentes sobrenaturales no son creados ni concreados.- Se ex-
U. Pueden responder que la creación exige que se haga sin ningún suje- plica una afirmación de San Agustín.- Así, pues, con esto queda suficiente~
to,. o al menos sin ninguna potencia natural del sujeto, pero que no va contra mente demostrado, según mi opinión, que no se da creación de estas cuaIidá-
el concepto de creación en cuanto tal el que la producción o realización de la des sobrenaturales, si se producen con dependencia del sujeto, aunque ésta tenw
forma se haga a partir de un sujeto sólo según la potencia obediencia!' Em- ga lugar mediante una potencia receptiva obediencial; y de aquí se concluye
pero esto contradice al concepto de creación tal como 10 conciben y explican todavía con más claridad que no se puede decir que sean concreadas, hablando
todos los doctores, a saber, que sea una producción de un ente de la nada; con rigor, en virtud de tal acción. En efecto, aunque a veces se produzcan jun-
ya que la forma que de cualquier manera se produce de un sujeto presupuesto tamente con la creación del sujeto y se afirme de ellas entonces que son cou-
no puede decirse con verdad que se haga de la nada. Por eso Santo Tomás y creadas, esto, sin embargo, les es accidental y les conviene sólo por denoinina-
todos los otros llegan a la conclusión de que la creación propia tiene siempre ción extrínseca; hablando, empero, en rigor y en virtud de la propia acción
por término una realidad subsistente, puesto que la forma inherente, por de- mediante !a cual son producidas en el sujeto, no pueden ser concreadas, puesto
pender de un sujeto en su producción y en su ser, no puede ser término de que se dlc~ de una forma que .es coucreada cuando. ,el compuesto total que
Q'eación. Además, la acción mediante la cual se produce esa forma -bien sea consta de dIcha forma es creado Juntamente por la aCClOn por la que es prodú-
educida de la potencia natural, bien de la potencia obediencial del sujeto- no cida ella misma; mas el compuesto que consta de semejante forma no es crea-
tiene por término esencial y primariamente a la forma misma en sí, sino al com- do mediante tal acción, puesto que no es producido absoluta y simplemente en
puesto, o sea a 10 que está informado por tal forma eu cuanto tal; por consI- cuanto ente, sino sólo en cuanto es tal compuesto concreto; luego no es pro-
guiente, igual que 10 que esencial y primariamente se produce por la acción con d;tcido de la nada, sino de un sujeto presupuesto; luego tampoco puede de-
la que se produce el calor no es el calor mismo sino 10 caliente, mientras que Cll'se de estas cualIdades que sean concreadas, a no ser que en sentido l5.tü se
el calor es producido conjuntamente o coproducido, del mismo modo lo q\le ,t~:ne el nombre' ~e creació~ como sir;ónimo d~ cualquier realización o produc-
esencial y primariamente se produce por la acción con la que se produce la ClOn ASl, pues, SI estos aCCIdentes ID son creados,' ni son concreados.
gracia no es- la gracia sino lo agraciado; y esa acción, en cuanto tiene por tér- que sean educidos, porque, como dije, la educción está en oposició'n
mino lo dotado de gracia, no puede ser creación, ya que la creación es la pro- con la creación de la forma y constituye con ella una división ade-
ducción de la entidad total que existe en el término primario de tal acción; y Ni hace a! caso el que a la producción de estas formas se le llame infu-
mediante dicha acción no se produce la entidad total del compuesto dotado ";,<...,.,,.... s6lo se· le llama de esta suerte para dar a entender que 'provienen
de gracia, sino que solamente es completado en el ser de agraciado; en conse- extrínseca y superior y que no se adquieren mediante una virtud
adaequate condisdnguitur a creatione formae iecto quacumque ratione non potest vere gratia, potét ha-
in his quae per propriam actionem fiunt; priae actionis per quam fiunt in subiecto.
did fiel'Í ex nihilo. Dnde D. Thomas et hac enim de cau.. non possunt concreari; quia tune forma
inde namque philosophi in cognitionem omnes colligunt creationem proJ:'riam sem- subiecto in fieri ~oncreari dicitur. quando per aetionem qua
eductionis formae pervenerunt, quia intel- pel' terminari ad rem subsistentem, quia n'ID,'n,'" " fit, sed lpsa comproducltur creatur totum compo..:
lexerunt formas non fieri per creationem; forma inhaerens, cum ex subiecto pendeat compo- situm quod ex tali forma constat; sed coro-:.
ergo supponunt omnem formam quae per in fieri tt in esse, non potest terminare crea- a positum quod ex huiusrnodi forma constat
propriam actionem fit et non creatur, educi tionem. Praeterea, aetio per quam fit talis for- non' creatur per illam actionem, quia non
de potentia subiecti. Et quidem merito, nam forma (sive educatur ex pot~ntla naturali, lit absolute et simpIiciter in Ql'1antum ens'
quod creatur fit ex nihilo, id est, ex nullo sive obedientiali subiecti) non terminatur sed solum in quanrum tale composirum:
subiecto et absque eoncursu causaf: materia- per se primo ad ipsam formam in se, sed und.e n()!J, fit ex nihilo, sed ex praesuppositd
lis; edu::i autem nihil aliud est quam fieri ad compositum seu informau.rn talí forma sublecto; ergo neque huiusrnodi quaIitates
ex subiecto cum praedicto concursu et de- ut sic; ergo sieut quod pe! se primo fit possunt' dici concreari, nisi late súrnarur no.:
pendentia in fieri et in esse. per aetionem qua fit calor non est ipse ca- men creationis pro quacumque effectioni!
11. Sed respondere possunt creatíonem lor, sed calidum, calor aute,,n confit seu super- seu temporali productione. Si ergo 'haec ac.:
cequirere ut sit ex nu110 subiecto, vel saltem comproducitur, ita quod per se primo fit subiec~ ddemia, ,nec creantur nec concreantur restat
ex nulla potentía naturalis subleeti, non vero per actionem qua fit grada non est gratia, receptivam ut educantut r nam (ut dixi) eductio' proxi":
esse contra racionem creadonis, ut sic, pro- sed gratum; illa autem aetio) prout termi- conCluditpr me opponitur creationi formae et adaequat~
ductio aut effectio formae ex subiecto seeun- natur ad gratum, non potest esse creado, se loquendo et con~a ilIam dividi~r. Nec refert quod pro-
dum potentiam tantum obedientialem. Sed quía creatio est productio totius entitatis licet" interduni ductlO ,harum quahtatum vocetur infusio'
hoc repugnat rationi creatioms prout ab quae est in termino primario tali~ actionis; flant sim111 CUm' áeatione subiectí 'et tune
coocreari dicantur,-' tamen ,id' est per acci.;. soIum Fn1Jl1 ita vo,c::tt~ est ad significandl,.l~
omnibus doetoribus condpitur et exponitur, per illam autem act10nem non fit tota eo- provemre ab extrmseca et superiori causa
nimirum quod sit produetio entis ex nihilo; titas compositi grati) sed solum completur deos ,et soIum per extrinsec<tm 'denomina- et non acquiri per intrinsecam virtutem ei
nam forma quae tit ex praesupposito sub- io esse grati; ergo neque lila 'actio, proul. 'tionem; loquendo tamen per se et ex vi' pro-
actionem, sicut solent aequisiti habitus com,;.'
Disputaciones metafísicas Disputación XVI.-Sección Il 39
38
caballo 'o de un león, puesto que dicha aCClOn se realizaría también mediante
y acción intrínseca, tal como suele llegarse a la posesión de los hábitos adqui-
ridos. Mas esa infusión no se realiza sin dependencia del sujeto en su produc- educción, como se prueba' por el mismo argumento.
14. Se infiere, en segundo lugar, de 10 dicho que toda forma accidental
ción y en su ser, ni ha de concebírsela tampoco como la infusión del agua en
propia, si se hace mediante una acción propia y de modo connatural atendien-
un vaso, sino como la infusión de la luz en el aire, no quedando, consecuente-
do a su término, se educe siempre de la potencia del sujeto. Esto es evidente
mente, tal infusión fuera del ámbito de la educción. De esta suerte se ha dado por lo dicho. En primer lugar, por inducción, puesto que así se realiza tanto
respuesta satisfactoria a los motivos de la sentencia contraria y se ha explicado
la forma sobrenatural como la natural; por tanto así se realiza cualquier forma.
el modo de hablar de los teólogos. Ni hay obstáculo en conceder que la gracia
En segundo lugar por la razón, puesto que toda forma accidental por su na-
está contenida en la potencia obediencial del alma, ya que estar contenido en turaleza depende del sujeto como de causa material en su producción y en su
una potencia obediencial no es más que 10 que dijo San Agustín: poder tener
ser, y est? es .10 único que se requiere para la educción, según se demostró.
la fe es propio de la naturaleza de los hombres. Por eso se dice también con
toda razón que la gracia se educe de la potencia obediencia! del alma, puesto t:0r :so dIJe s~ se hace d~ modo natural atendiendo a su término; puesto que
SI DIOS prodUjese un accIdente fuera de todo sujeto (y 10 puede hacer igual
que no es apta por su naturaleza para ser producida por sí, sino con depen-
que J?uede conservarlo), ese accidente no sería producido por educción~ sino por
dencia del alma o de otra naturaleza que posea una capacidad semejante. creaCIón, pues serla producido a modo de realidad subsistente sin dependencia
de caus~ ~ material, siendo así producido de la nada; sin embargo, ese modo de
Corolarios de la doctrina anterior producclOn no puede ser connatuul a una forma accidental, igual que no puede
serIe connatural existir fuera de su sujeto.
13. Por lo dicho se comprende, en primer lugar, que una forma accidental 15. D~je también si se hace mediante una .acción propia, para excluir' las
producida en un sujeto sobrenaturalmente sólo en cuanto al modo, mas no en formas aCCIdentales que se concrean o generan Juntamente con sus sujetos, las
cuanto al término, con mucha más razón es producida por educción que no cuales, bien atendiendo a la realidad misma, bien al menos al modo de hablar
por creación. Tenemos ejemplos en la potencia visiva restituida a un ciego por merecen especial consideración. En efecto, de dos modos puede suceder qu~
intervención divina, y en la salud que se obtiene milagrosamente sin orden o una forma accidental sea coproducida mediante la produccióu del sujeto. El
disposición de las causas naturales. En efecto, aunque el modo de realizar.se sea primero es por la sola: concomitancia en la duraci6n~ mas por una acción com-
sobrenatural, sin embargo la forma que se produce es natural, y se reclbe en pletamente distinta de la acción por la que se produce el sujeto, sin que la
el sujeto según su potencia y capacidad natural, dependiendo de él en su ser una resulte naturalmente de la otra, del modo que se dice que la gracia fue con~
y en su producción, incluso atendiendo al modo concreto como se produce; crea?a con los ángeles o la luz con el aire, si es que recibe la luz en el mismo
en efecto, esa acción, aunque sea milagrosa en cuanto a los otros elementos, instant~ en que es creado; ,en estos casos la acción productiva de la forma ac-
atendiendo a la dependencia del sujeto se produce de un modo natural y es por cidenta~ en .cuantó, a .ta,' 'realidad misma es una verda~era educción completa-
Jo mismo ,una verdadera educción. Por tanto, puede aplicarse esto a la educción mente ldéntlca por naturaleza con aquella que se reahza posteriormente en el
de la forma sustancial cuando sucede que por parte del agente se realiza de un ,tiempo, según a fortiorí es evidente por lo dicho antes sobre la educción de la
modo milagroso mediante una transmutación súbita y extraordinaria, como cuan- ~?rrn,a- ,-sustancial~,'" A-, SU'- vez, en cuanto al modo de hablar, recibe otra deno-
do Cristo convirtió el agua en vino; efectivamente, aquel modo milagroso no -rninaci6n extrmseca ,a causa de la concomitancia de las acciones, según se ex-
excluyó la verdadera razón de educción por la causa dicha. Lo mismo habría
que decir de la acción por la que Dios resucitase y diese vida .1 cadáver de un cidentali, sicut non potest illi esse connatu-
rale esse extra subiectum.
15. Dixi etiam si per propriam act10nem
terminum, multo magis fieri Der eductionem fiat, ut excluderem formas accidentales quae
parari. Non fit· autem illa infusio sine de- et non per creationem. Exempla sunt de
pendentia a subiecto in fieri et in esse; ne- concreantur ve! congeoerantur cum suis sub-
potenda visiva quae caeeo divinitus restitui- lectis, de quibus, vel quoad rem ipsam ve!
que eni'l1 cogitanda est sicut infusia aquae tm, et de sanitate qUle miraculose fit abs-
in vas, &.ed sicut infusia luminis in aerero; saltem quoad modum loquendi, peculiaris
que ordine vel dispositione naturalium cau- e~t ratio. Duobus enim modís contingit ac-
et ideo talis infusio non est extra latitudi-
sarurn. In his enim, Hcet modus agendi sit cldentalem formam comproduci Der súbiecti
nero eductionis. Atque ita sath:factum est supernaturalis, tam~n forma quae fit natu-
motivis contrariae sententiae et explicatus productionem. Primus est per solam conco-
ralis est et in subiecto recipi~ur seeundum mitantiam in duratione, tamen per propdam
modus loquendi theologorum. Nec est in- potentiam et capacitatem naturalem et ab
conveniens concedere gratiam contineri in actione~ omni~o diversam ab actione qml

~1~~~;~:¿~1~~~~~~l~~lt]antum
illo pendet in esse et in fieri, etiam prout producltUr sublectum, absque naturali re-
potentía obedientiali animae; narn contineri tali modo tit, nam illa aedo, etiamsi quoad
in obedientiali potentía nihil atiuu est quam sultantia unius ab alia, quo modo dicitur
alia sit miraculosa, quoad dependentiam conereata gratia angelis, vel lumen aeri si
quod Augustinus dixit: Posse habere fidem,
naturae est hominum. Et ideo optime eti8m
vero a subiecto flt modo connaturalL et ideo in eodem instan~i in que creatur, il1umine--
vera est eductio. Unde hoc fxtendi potest tur, et tunc actlo productiva formae acci-
dicitul' gratia ex patentia obedientiali animae
extra omne s~l:~:~~:r;
ad eductionem formae substantiaJis, quando de-ntalis "quoad rem ipsam vera est eductio
educi, quía non est nata per se fieri, sed ex parte agentis eontingit iieri miraculoso
dependenter ab anima ve! al~a natura ha- facere sicut I omnin? eiusdem rationis cum iHa quae fit
modo per subitam et extraOrdlOariam trans- rion fier~t per eductionem; P?s~enus tempore, ut a fortiori constat ex
bente similem capacitatem. mutationem, ut cum Chri3tus convertit nem ~ fleret enim ad m'odum reí- subsisten':" dlCtlS supra. de eductione formae substan-
Corollaria e supenori doctrina aquam in vinum; nam ille modus miracu- tia, sine denendentia a materia1i causa, atque tia1is., Ouoad modt¡m autem loqtlendi acci-
losus non exc1usit veram rationem eductio- it,q .ex nihilo; tamen ille modus' productio- pit aliam denominationem extrinsecam
13. Ex dictis intelligitur, primo, formam
accidentalem supernaturaliter factam in sub-
nis, propter causam dic~am. Idemque esset rus 'non potest esse connatutaEs formae ác- propter coricomitantiam actionl1m, 'lit dec1a~
de actione qua Deus excitaret et vivificaret
ieeto quoad modum tantum et non quoad
-~....--------- - - ----

40 Disputaciones metafísicas DisputaciÓn XVl.-Sección 1::1____________________..:::41


"_.. _-"---"--
plicó. El seguudo modo de coproducción de la forma accidental en un sujeto agente natural, se realiza por modo de educción, ya que es producido de un
se debe a la resultancia natural, cnal es la que existe entre una propiedad in- sujeto presupuesto y con dependencia intrínseca de él; mas hemos dicho antes
trínseca y la forma sustancial o la esencia. Y en este caso se dice con más oro- que estos modos participau imperfectamente de la uaturaleza de la forma, y,
pi<;dad que la forma accidental es coproducida con la producción de su sujeto; por tanto, también participan imperfectamente de la naturaleza de la educción,
e Igual que aquella copróducción no se realiza sin cierta actividad de la esen- no ciertamente desde e! puuto de vista de la dependencia de la materia, la cual
cia sobre su propiedad, del mismo modo no se produce sin que se dé cier- más bien es la mayor que puede darse, sino por parte de la realidad educida,
t~ educción de. esa misma propiedad de la potencia del sujeto en que se re- la cual es una forma imperfecta. De aquí se puede iuferir que de aquellos m~
cIbe, ya que dlcha actividad, considerada precisivamente como distinta de la dos que no poseen la razón propia de forma no se dice, si no es muy impro--
producción de la sustancia misma, depende esencialmente del sujeto en e! gé- piamente, que pueden ser educidos; por ejemplo, no será tan propio afirmar
nero de causa material. Mas, igual que a esa actividad no se la juzga como una dd movimiento local que se educe de la potencia de! sujeto, como afirmarlo de
acción propia y esencial por ser por su naturaleza una consecuencia y resultado su ,tétmino",ya que el movimiento no es, propiamente una forma del sujeto, sino
del término de la otra acción, siendo éste e! modo propio y connatural de tal el camino para la forma. Por eso propiamente no es educido, sino que es l.
actividad, del mismo modo no se juzga que se trate de una educción propia, educción. misma,; iDas de igual manera que no se produce propiamente la ac-
puesto que por educción considerada en absoluto entendemos una acción que ción, tampoc~ se .educe Ja educción, a no ser que se diga hablando en sentido
se ordena esencial y primariamente a producir algo de un sujeto presupuesto; lato que. se educe. por sÍ. misma, al igual que se dice que la acción se produce
y esta diferencia tiene más que ver con el modo de hablar que con la realidad! poisÍ.misma.Y ést.e es el juicio que se ha de dar de los modos accidentales,
misma, según constará más manifiestamente por lo que luego se dirá sobre los;éualesnosonproducidosde por sí, sino. que resultan una vez puestos otros;
la causa eficiente. de .estetipo son la. relaciones que resultan una vez establecidos el fundamento
16. Cualquier modo accidental de cualquier clase es educido de la potencta ,y' ",~r','tétm,in0" si. "es", que suponemos, que tales relaciones son modos realmente
del sujeto.- En tercer lugar, se deduce de lo dicho que todo modo accidental, ~~,$~ij·W?S ,de su,' ft:md~niento; .efectivamente, del mismo modo que son pro-
ya sea natural, ya sobrenatural, de igual modo que participa de la naturaleza de d~ddas,.: $e p~oducy.n eón dependencia de! sujeto, y eu este sentido son educ;"
la forma, de la misma manera debe producirse por educción, sobre todo si se !las·q~)a,.pote9pi~-deé~te; sin embargo, por no ser hechas mediante una ac-
hace mediante una acción propiamente tal. Esto, hablando en general, es evi- ?itsn:,p,ropiaj sino'<l'0r' -ser, ,únicamente un resultado, por eso propiamente no se
dente, ya que dicho modo depende esencialmente de! sujeto en su producción tratad" una educ¡:ión, sino que valiéndose de su nombre propio, debe llamár-
y en su ser, hasta tal punto que ni por potencia absoluta de Dios puede pr~ .se!etesultaucia,.
ducirsefuera del sujeto, dato en que rebasa los límites de la entidad acciden-
tal, según se demostró antes, de lo que resulta que nunca puede producirse la duda a propósito de las formas artificiales
mediante una creación propia; por tanto, si es producido por sí, es menester

~
que sea producido a modo de educción. Esto es manifiesto sobre todo en el
predicamento «donde), el cual consiste en un modo accidental y al que se or- ~r~~~~~~j~~~ii~:,~~s~e: a vera sila sesolución
llega educen de
de la
unapotencia del sujeto.a
duda corriente
en absoluto, puesto que el sujeto de estas forma.
dena esencialmente e! movimiento local, según se desprende de la doctrina co-
mún en el lib. r de la Física; mas como ese movimiento es producido por un >'ij~ {~~!: para ellas, sino en potencia obediencial respecto del
argumento apenas es óbice, puesto que ya se de-
-educe verdaderamente de la potencia obediencial. En
ratum esto Secundus modus comproduetio<. differentia magis ad modum loquendi quam
rus formae accidentalis subieeto est propter ad rem spectat, ut apertius constabit ex in':'
naturalem resultantiam, qualis est ínter pro- fra dicendis de causa efficienti. non per se 'fillOt. . sed resultant positis aliis;
prietatem intrinseeam et substantialem for- 16. Quivis modus accide1".talü cuiusvis quales sunt relationes resultantes positis fun-
mam seu essentiam. Et tune proprius dici- conditionis educitur de poremia 'subiecri.- damento et terminO', si, supponamus huius-
tur forma accidentalis eomproduci ad pro- Tertio colligitur ex dictis Omnem modum modi reiationes esse modos ex natura rei
ductionem suí subiecti; sicut autero illa accidentalem, sive naturalem sive superna~ distinctos a suo fundamento; nam eo modo
comproductio non fit sine aliquali activitate turalem, sicut participat rationem formae, qua fiunt, dependenter ,a. subiecto fiunt, at-
essentiae in proprietatem suaro, ita non fit ita fieri per eductionem, maxime si per pro- que ita edueuntur de, potencia eius; tamen,
sine aliquali eductione eiusdem proprietatis priam actionem fiat. Hoc patet in genere quia han' per, propríam actionem fiunt, sed
a potentia subiectí in quo recipitur, quia illa loquendo, quia talis modus essentialiter pen- soluro resultant, ideO' non ~st illa proprie
activitas praecise considerata ut condistinc- det in ncri et in esse a subif!cto, adeo ut eductio; sed proprio nomine appellatur re-
ta a productione ipsius substantiae, essen-. nec per potentiam Dei absolutam possit sultantla.
tialiter pendet a subiecto in genere causae extra subiectum fieri, in quo excedít acci- Expedítur dubíum de formís artífícíalibm
materialis. At vero, sicut illa acuvitas non dentalem entitatem, ut supra ostensum es!,
censetur propria et per se aetio, quia na- quo fit ut nunquam possit fieri per pro- 17. ,DeDique hine expeditur frequens du-
tura sua consequitur et result'l.t a termino priam creationem; quare, si per se fit, per bium de formis artificialibus, an educantur
alterius actionis, et hic est iIlodu5 proprius modum eductiorus fieri necesse est. Et hoc de potentia subiecti." Quidam enim absolute
et connaturalis talis activitatis, ita illa' non maxime patet in praedicamenro Ubi, quod negant, quia subiectum harum formarum
censetur propria eductio, quia per eductjo~ consistit in modo quodam accidt.ntali, et ad non est in potentia, naturali ad illas, sed
nem absolute dictam intelligimus actionem illud est per se motus locatis, ut constat obedientiali respectu artis humanae. Haec
quae per se primo tendit ad agendum aH· ex cornmuru doctrina in 1 Ph'{<;.; illa autem tamen. ratio parl,lrn obstat, quta iam osten-
quid ex praesupposito subiecto; quae etiam motio, cum ab agente ~atura1i fiat. per m~ sum est vere educi formam .de potentia
42 Disputaciones metafísicas 43
Disputación XVI.-Sección II
segundo lugar, porque esa potencia obediencia! no rebasa los límites de la
Mas deduzco de aqul que esto no es característico de dichas formas por el he-
potencia natural, esto es, de la que puede ser reducida al acto por un agente
cho de ser producidas por arte, sino que es común a todas las. figuras, aunque
de orden natural, ya se trate de un acto naturalmente debido a dicha potencia,
sean producidas por una acción meramente natural· en efecto, SIempre son pro-
ducidas por sola resultancia o de la producción, ~ del enrarecimiento, o de la
ya no. Por eso, cuando el hombre realiza una forma de este tipo, la produce
realmente mediante su virtud motiva natural, aunque no la mueva por su VO~
Juntad y la dirija por arte. Por" eso acontece que a veces una forma o figura condensación y situación de la cantidad.
semejante SO~ producidas casualmente o en virtud del concurso de muchas cau- sed commune est omnibus figurls, etiamsi
sas por un agente natural. Tercero, porque, en otro caso, en el movimiento de tom situro earurn, et ideo in effectiane ha- per actionem mere naturalem effician~ur;
rum formarum nori est propria educcio, sed semper enim fiunt per solam resultanttam,
una piedra arrojada por el hombre hacia arriba, el «donde) que tiene por tér- qualis in naturali resultancia esse po~est.
mino no se educiría de la potencia del sujeto, ya que también de la piedra. se vel ad praductionem vel ad rarefactionem,
Hinc vero colligo hoc non esse propnum
harum formarum ea quod per ar~em fiant, densationem aut situationem quantita:tis.
puede decir que está únicamente en potencia obediencial respecto de dicho mo-
vimiento; más aún, en cierto modo se trata de una potencia menor, por ser
violento dicho movimento; empero el consiguiente es falso, puesto que el en-
friamiento del agua, aunque sea violento, se realiza por educción; así_, pues, aun-
que esté en contradicción con la forma, hay capacidad natural por parte de la
materia; y esto es 10 que sucede en la piedra respecto del movimiento· hacia
arriba. Y el que tal movimiento le sea impreso por un agente libre o natural,
nada tiene que ver con la educción.
18. Por eso otros defienden en absoluto que las formas artificiales se edu-
cen de la potencia del sujeto por las razones dichas. Mi opinión, en cambio,
es que de estas formas se debe dar el mismo juicio que se ha dado de los otros
modos que se producen por resultancia. En efecto, estas formas artificiales sólo
son ciertos modos accidentales, según antes se dijo, y no hay una acción física
que se ordene esencialmente' a ellas; pues aunque la intención del artífice las
tenga por fin esencial y dirija, por esto, de tal modo su acción mediante el
arte que llegue a infundir la forma pretendida, con todo, la acción misma me-
diante la cual realiza su intención no tiene a dicha· forma por término esencial
e inmediato, sino algún otro modo del que dicha forma resulta. En efecto,· es-
tas formas se producen siempre mediante movimiento local, el cual tiene por
término próximo un "donde», y d~ él resultan las diversas figuras de los oh-
j,etos artificiales, bien por corte y división de partes, bien por composición y
disposición ordenada de ellas, y por eso en la realización de estas formas no se
da educción propia, sino sólo la que pnede haber en una resultancia natural.

obedieotiali. Secundo, quia illa potentia obe~ respectu motus sursum. Quod autem ille
dientialis non est extra latítudmem poten- matus imprimatur ab agente libero vel na-
ciae naturalis, id est, quae ab agente ordinis turali nil refert ad eductianem.
naturalis reduci potest in actum, sive taEs 18. Quapropter alii absolute doeent for-
actus sit naturaliter debitus tali potentiae mas artificiales educi de poteotía subieeti
sive non. Unde, quando horno efficit talem propter rationes dictas, Ego vero censeo
farmam, revera efficit mam per virtutem mo- idem esse iudicium de his farmis quad de
tivam oaturalem, quaínvis eam maveat per aEis modís quí per resultanti·{1J1 fiunt; oarn
voluntatem et dirigat per artem. Quare in- hae formae artificiales salum ')unt modi qui-
terdum contingit similem farm'lm ve! figu- dam accidentales, ut supra dictum est, et
raro ab agente naturali fieri cas'u seu ex ad illas non est per se aedo physica; quam-
concursu plurium causarum. Tertio, quia vis enim ¡ntentio artificis qd illas per se
alias in motu lapidis sursum proiecti ab tendat, et ideo tali modo dirigat per - artem
homine, Ubi ad quad terminatur non edu- actianem suam, ut farmam intentarn indu-
ceretur de potentia subiecti, q uia etiam la- cat, tamen actio ipsa, per qU·{ffi exsequitur
pis dici potest esse tantum in patentía obe- intentionem suam, non terminamr per se et
diendali respeetu talis motus; ¡mmo quo- irnmediate ad talem formam, sed .ad ali-
. dammado est minar ina potentía, quia mo- quem alium modum ex qua talis forma re-
tus ille violentus est; consequzns autem est sultat. Semper enim hae forrnac fiunt per
falsum, quia frigefaetio aquae, etiamsi sit motionem loealem, quae proxime terminatur
violenta, fit per eduetionem; quamvis enim ad Ubi, et inde resultant vari.1e ñgurae ar-
repugnet formae, ex parte materiae est na- tefactorum, vel per incisionem et divísionem-
turalis capacitas; sic autero est in lapide partium, vel per compashionem et ordina"
DISPUTACION XVII
LA CAUSA EFICIENTE EN GENERAL

RESUMEN
Comienza con una introducción que encuadra la disputación en el tratado
general de las causas y propone las dos partes que abarcará el desarrollo de la
misma:
l. Concepto de causa eficiente (Sec. 1).
11. Clases de causa eficiente (Sec. 2).

SECCIÓN 1

Propuesta y explicada la definición de Aristóteles (1), limita su sentido a
la causa eficiente (2), excluyendo con, especial cuidado la causa final (3). Expone
cómo conviene dicha definición a la causa primera yola segunda (4), y cierra
la sección rechazando la acusación de los que censuran dicha definición por
creer que con ella se incurre en el defecto de incluir lo definido en la defini-
ción (5-6) ,

SECCIÓN II

Dada la multitud de causas a las que aplicamos el calificativo de eficientes,


se impone la división de éstas (1). La primera es en causa esencial -de la que
depende verdaderamente el .tecto----, y causa accidental, ya por parte de la causa
misma, ya por parte del efecto (2). Resuelta una duda sobre la atribución de la
causalidad al supuesto (3), considera en especial la causa accidental por parte
del efecto (4), Y discute si las condiciones pueden considerarse como causas ac-
cidentales (5). La segunda división es en causa física y causa moral (6). La
cuarta división, extensamente expuesta, es en causa principal y causa instrumen-
tal, de las que nos ofrece hasta cuatro definiciones y explicaciones (7-15), para
acabar proponiendo su propia doctrina sobre los dos miembros de esta divi.,
sión (15-18), y concretam'ente sobre el sentido en que se afirma que el instru-
mento obra en virtud del agente principal (19). Añade aún otras dos divisiones
de la causa eficiente: en primera y segunda (20), y en unívoca y equívoca (21).
Termina la disputación considerando las dos clases de instrumento que pue-
den darse: unido y separado (22).'
I
i'

DISPUTACION XVII
LA CAUSA EFICIENTE EN GENERAL

Después del estudio de las causas material y formal, que son intrínsecas,
corresponde hablar de las causas extrínsecas, que son la final y la eficiente;
y aunque entre éstas se tenga a la final por primera y más noble, sin embargo
la causalidad de la causa eficiente no es más conocida, y por ello se comen-
zará por el estudio de ésta. Empero no es necesario preguntarse si existe esta
causa, ya porque esto quedó suficientemente probado antes al tratar del número
de las causas; ya también porque no hay nada más evidente y notorio por la
'experiencia; en. efecto, las transmutaciones y generaciones de que tenemos ex-
periencia no pueden realizarse si no es por obra de algún eficiente que sea
i la causa de la transmutación y del efecto; pues nada puede hacerse pasar a sí
mismo del no ser al ser. Así, pues, dando por supuesto que existe en la rea-
I lidad este género. de causa, hay que ver cuál .es su concepto y en qué consiste
su causalidad, y cuáles son los requisitos para que pueda causar. Mas, puesto
que en este género hay muchas especies y modos de causas, por ello comen-
zaremos por explicar en general en qué consiste esta causa y cuántos miembros
se contienen bajo ella, y qué es 10 que todos tienen de común. Luego nos ocu-
I paremos de cada una de las especies de causas eficientes y de cada uno de los
diversos modos de causar -propios de Jas mismas, en' la medida en que veamos
que es conveniente para una explicación completa de esta materia.
I
DISPUTATlO XVII quod sit causa et transmutatiorus et effec-
iI DE CAUSA EFFICIENTI IN COMMUNI
tus; nihil enirn potest seipsum de non esse
ad es se transferrc. Supposito igitur in rerum
I Post considerationem materifllis et forma-
lis causae, quac intrinsecae sum, dicendum
natura hoc genere causae, videndum est
quid sit et in qua consistat causalitas eius,
sequitor de causis extrinsecis, quae sunt fi- et quid requirat ut causare valp.at. Quia vero
I nalis et efficiens; inter quas, licet finalis
censeatur prior et nobilior, tameri efficientis
in hoc genere multae sunt causarurn species
ae modi, ideo prius in communi declarabi~
causalitas est nobis nodor, ~t ideo de illa mus quid sit haee causa et qUOl. membra
dicendum prius esto Non est autem neces-
sarium quaerere an haec causa sit, tum quia sub se cantineat, quidque omnibus i1lis com~
hoc satis probatum est supra, tractando de mune sito Pastea vero de singulis causarum
numero causarum, turo edam quia nihil est eHicientium speciebus et varEs earuro cau-
evidentius et notlUS experientia; naro trans- sandi modis sigillatim disseremus, quantum
mutationes et generationes quas experimur pro huius materiae complemento' expedire
fieri non p08sunt nisi ab aliquo efficienti, censebimus.
Disputación XVII.-Sección 1 49
~--------

Disputaciones metafísicas
48 cosa engendrada- sin embargo, la causa material no queda excluída por esa
partícula, puesto que en su género concurre con la misma primacía a la mu-
tación juntamente con la causa eficiente, y, por tanto, también ella es princi-
SECCION PRIMERA pio esencial de donde primariamente se origina la mutación. Acaso dirá alguno
NOCIÓN DE CAUSA EFICIENTE que, aunque respecto de alguna producción la materia ejerza su causalidad en
una mutación al mismo tiempo que la causa eficiente, no obstante, comparando
. , e '1 1 género en ella.- Aristóteles en
1. Definición de 1~tstoteles.- e~a etSIi~ II de la Física, c. 3, define la en absoluto la causa material con la causa eficiente, disfruta ésta de prioridad,
el lib. V .de la Metaf",ca, ~'. 2, Y ue es .. ueIlo de donde proviene el .~!.¡ .. puesto que es necesario que la materia misma sea producida antes de que cause.
causa eficIente en gener~l dlclento q. t d E;ta definición necesita de proh¡as Mas esto nada tiene que ver con la cuestión presente, ya que esa precedencia
mer principio del cambt? o de a a~w ~e' neda reducirse a su v.erdadero sen- es remota y se refiere a otra acción de la que Aristóteles no hizo mención, ni
interpretaciones Y aclaraclOnes a fin lq. P .usa eficiente y explique la cau- nos consta suficientemente si la conoció; por tanto viene a resultar algo como ac-
rido, de manera que co~prenda a cuae~U1e~i~er lugar, parece que en ella no cidental respecto del concurso de la materia y de la causa eficiente para una
salidad propia de la mIsma. Porque 1 ,p o ya que esa partieul. de donde, mutación natural. Así, pues, esto no basta para excluir la causalidad de la ma-
d
hay nada que se ponga en e~ l,;,gar e ge~er;e usa impropiamente en el lugar teria, porque, en otro caso, también quedaría excluída la causa eficiente segun-
que es la única que pone. Anstoteles, no, so o. pues también del tiempo y del lu- da por no ser absolutamente la primera respecto de la producción, ya que es
del género, sino que también es muy e2U1~OC¿e proviene el movimento. Por. eso, necesario que ella misma sea producida primero. Pueden, pues, afirmarse dos
gar se puede. afirmar que es a,quelloh e on obreentender principio esencwl; y cosas: la una es que, aunque según la realidad la mutación natural proceda al
parece que en el lugar ~el ?~nero ay i~ec:usa eficiente es un principio esen- mismo tiempo de la causa eficiente y de la material, no obstante, según la ra-
para no incurrir en falacIa ~lclendo. q~e. d 1 movimiento habrá que decir que zón, es anterior el influjo de la causa eficiente que el de la material; de donde,
dal de donde procede el pn~e~' 'prmcIP1~al edel ue~ pri~ariamente proviene o si nos expresamos según las razones precisas y formales, la pasión procede de
la causa eficiente es un prmcIpl.o :senc de esta ;uerte resulta que la descrip- la acción y no al revés, siendo, por 10 mismo, verdadera y propia esta expresi6n
por el que se produce ~a mut.acI6~, y te género mediante el cual puede causal: porque obra el agente, recibe la materia. En cambio, no seria propio
ción de Aristóteles contiene vrrtua mente es afirmar lo contrario: que obra el agente porque recibe la materia. De esta suer-
definirse la causa eficiente. . . . . Mas entonces surge una segun- te, pues, se dice que el eficiente es primero en la razón de causar comparán-
2. Modo de adaptarla a lo ~~ftn¡do, soloiic.da conviene igualmente a otras
dolo con la materia. Se dice~ además, que la materia queda excluida por aque-
da dificultad, ya que esta defin~C16n aSI e::;:cipio esencial del movimiento y de lla partícula de donde. En efecto, en rigor significa una relación a un principio
causas, pues la materia en su gen~ro es P eda exc1uída mediante aquella par- extrínseco; pues la materia es causa de la mutación porque la recibe intrtnse-
la quietud. Ni basta con que se dIga qued':lu te e'a partieula pudiera excluirse ·camente en sí misma y en sí la sustenta; en cambio el agente es principio de
. . te porque aunque me tan - . . la acción o mutación sólo porque de él se origina y porque a él dice esencial
dcn1a prtmartamen , , r d d é t no es principio primero del mOVlmlen- relación como a principio extrínseco del que depende; y esta razón y relación
la causa formal -pues en reaél a. s a , por la que decíamos en las páginas propia queda explicada mediante aquella partícula de donde, la cual es equl-
. más bien su t rmmo, razon . . d 1
to, smo que es . ente causa de la generacIón, SIDO e a valente a la partícula por el que, que se atribuye con propiedad a la causa efi-
. anteriores que la forma no es proplam
ciente, puesto que el principio material es más bien aquel del que. Por eso, en
virtute contineat hoe g~n?s per quod pot- orden a una mayor claridad, se podría decir que la causa eficiente es un prin-
SECTIO PRIMA
est causa efficiens defimn. .. cipio esenCial extrínseco por el que se realiza primariamente la mutación.
QUID CAUSA EFFICIENS SIT • 2. Qualiter ad solum deftmtum. ~dapte­
secunda dlfftculta~,
1 Definitio Aristotelica.- Quod tn ea tur. _ Sed tune oritur . . ' emt nihil ad praesens refert, quía illa antecessio contrario vero non proprie dicetur ageos
gen'us.- Aristote1es, V ~e.taph., ~. 2, et quia definitio sic exposlta ellam conv
est remota et respectu alterius actionis, cuius
II Phys., c. 3, caU3am eff:clentem m .com- aliís causis, nam materi~ iI?- suo g~n~re est agere quia materia recipit. Sic igitur dicitur
principium per se mutat1~ms e~ qmetls. ~ee Aristoteles non meminit, nec satis constat efficiens esse primum in ratiane causandi
muní definit dicens ess~ Id unde pnmum an illam cognoverit. Unde est quasi per ac-
rincipium est mutationis aut qUtetls. ,quae satis est si dicatur excludl p~r lHam p~rtlcu­ comparatione materiae. Deinde dicitur ma-
~efinitio multa interpretatione et addltlO~e lam primo, quía, Hcet per l~am partleulam cidens respectu concursus materiae et effi-
cientis ad naturalem mutationcm, Non ergo
teriam excludi per illam particulam unde.
N am in rigore significat habitudinem ad
. d' t ut ad verurn sensurn reducatur, Ita possit excludi causa f~rm.al~s (nam r~ve!a
~ l~~.mem causam efficientem comprehen- '11 non est primum prmclpmm mutauoms, id satis est ad excludendam causalitatem principiurn extrinseeum; materia ením est
dat et eius propriam causalitate?1 declaret. ~ed potius est terminus dus, propter quod materiae, alias etiam causa secunda efficiens causa mutationis quia illam in se intrín~
dicebamus in superioribus formam n?n es~e e~cluderetur, quia non est prima simpliciter sece recipit et in se sustentat; agens vero
Nam imprimis nihil in ea esse ~T1detur <;luod
loco generis constitUiltur, nam lHa. partl~ula proprie causam generationis, sed rel g~m­ respectu effectionis, cum neco!sse sit illam est principium actionis seu mutationis 50-
unde quam solam Aristoteles pomt, et 1l~­ tae), tamen causa materia~is ?-on excludltur· prius effici. Duo ergo dici possunt: unum 1um quia ab illo manat et ad illud dícit
per illam partieulam, qUla m ~uo genere essentialem habitudinem, ut ad principium
prop;ie ponitur loco generis Jet va~~e. aei~l~ ue primo concurrít ad mutatlonem c';1m
est quod, Hcet secundum rem naturalis mu~
extrinsecum a quo pendet; et haec propria
tatio simul sit a causa efficienti et materiali)
vaca est.· nam et tempus et ocus lCl po . :'>
esse id 'unde incipit motus. 9uar~ s.u~m- ~~~sa efficienti, et ideo etiam i~l~ est pn!1-' tamen secundum rationem prior est influxus ratio et habitudo declaratur per illam par-
cipium per se unde ptimo 1.~Clplt mutatH? ticulam unde, quae aequivalet particulae a
lli endum videtur loco generts .p~mctptuf!' Causae efficientis quam rnaterialis, unde, se-
teer gsc; ne autem videatur commlttl. n';1g~tlo Dicet fortasse aliquis J 9ua~vls respectu ah- cundum praecisas rationes formales loquen-
quo, quae proprie trih4itur efficlenti; nam
materiale principium potius est ex quo. Un-
~icendo causam efficientem .ess.e .pnnclpmm cuius effectionis matena slmul causet m~ta­
tionem cum efficienti, tarnen, absol';lt~ com- do, passio est ab actione et non e converso, de, maioris c1aritatis gratía, dici posset ca~­
er se unde est primum pnnclpmm mot~s, ideoque vera est ac propria haec causalis sa efficiens esse principium per se extrin-
~'cendum erit causam efficientt!m esse prm~ parando ca"sam materialem . et efflclentem,
' locutio, quia agens agit, materia recipit. E secum a quo primo est mutatio.
! . "'r se a qua primo est aut fit mut~­ hanc esse priorem, qUla opportel ut lpsa
ri~;ur:tJu~ ita fit ut descriptio Aristotel1s materia prius fiat quam causet. Sed hoc
4
Disputacion~s metafísicas Disputación XVIl.-Sección 1
5"O~_____ ~________~--.~---:~::~ 51
~.
-------_ - -- ._-
..
----
. Mas entonces se presenta una tercerSl
3 . Modo de excluir de ella el ftn. l' d ma's bien conviene a la causa en un género de causa, Por eso se dice que la causa segunda es prinCIpIO pri-
d fi '" así explca a ,
dificultad, puesto 9ue la e nlClOfl 1 fin es un principio es~ncial y extnn~eco, mero de donde procede e! movimiento, porque en el género de causa próxima
final ue a la eficiente; en. efecto, e r' or ue el efiCIente no obra SI no de ella se origina primariamente el movimiento, y en este sentido pone Aris-
V conq prioridad sobre el e,fiClente en el ca~:~~r~e ¡
la causa final pri;mera entre tóteles el ejemplo del padre respecto del hijo. Algunos, empero, juzgan con Ale-
~s movido por el fin, sohendo, por eso, el influjo de la causa final, sobre Jandro de Afrodisia que por esa partícula quedan excIuídas las causas instru-
todas las causas. Mas, p0:-, ser, ~uy oSeca~ro or eso se -afirma en poca~ palabras mentales, porque no son causas propiamente. Mas, puesto que Aristóteles se
todo respecto de la mutaclOD flslc.a y r er: d
orden de la intención, 8m embar- vale de! ejemplo de una causa consiliante, la cual parece todavía más impropia
y llega a la conclusión universal de que la definición conviene a todo eficiente
ue, aunque la causa final sea prImera eficiente; más aún, que ella sola es
qo, en la ejecución la causa' pnmera ,es la mente en realidad, Y éste es el modo o a todo el que causa una transmutación, parece que más bien hay que afirmar
ra que influye o mueve esencial y ~~t,rmseca dicha cosa que explica suficiente- qne quedan comprendidos todos los modos de causas eficientes, según lo hizo
como se ha de entender la definlCIon an~:.s Pues 'el fin es un principi?, o ur:a notar Escoto, y que cada causa tiene en su orden la razón de principio del que
l
mente la partícula de donde o p~: e q la cual se ordena una mutaclOn; SI? primariamente se origina una acción, bien como de principio principal, bien
causa por razón de la cual se rea ~za, o a inci io or el que, o de donde pn- como de instrumental, bien como de perfectivo y ejecutivo, bien como de per-
embargo no se le llama co~. prol?,edadu!~sto Pse ~firma con toda propiedad de suasivo o colaborador. Por tanto, esa partícula primariamente sólo se añadió
madamente procede una acclOU, smo q o para excluir las causas completamente accidentales que no influyen en modo
alguno con propiedad en la acción, o para expresar el modo de causar propio
la causa eficiente.... , ' rimera causa Y a la segunda.- .~?S
4. Si esa deftn'ClOn conviene. ~ la p or el hecho de que esa de~m~lO!, de la cansa eficiente y para distinguirla de la material y formal, las cnales no
surge inmediatamente la cuart~ dIficultad p or una parte parece convemr unt- son primeras de! mismo modo que la eficiente, según se explicó antes. Respecto
no abarca todas las causas efiCIentes. p~es 1p , nica de donde primariamente se de la segunda parte, si nos fijamos en e! pensamiento de Aristóteles, parece cier-
camente a la causa primera, por serIe a m~ ~ la causa principal, pero no a la tamente que sólo definió la causa eficiente natural, la cual obra siempre me-
origina toda mutación, o conVIene a, o ~u principio próximo de acción, ya que diante el movimiento o mutación; en efecto, en el lib. II de la FísicaJ Aristó-
instrumental o a la fact;ltad, que eSid~ es decir, en virtud de un agente ar:- teles trataba únicamente de las causas naturales, y, sin embargo, en el lib. V
de la Metafísica no añadió absolutamente nada a la definición o a la doctrina
el instrumento no obra SI no ~s mov '1 instrumento es aquello de donde pr~­
terior, y por eso no puede d.ec~rse qu~:s or otra parte parece qt;e esa defi?l- sobre la causa eficiente. Empero en ambos lugares dejó entender que, guardada
madamente procede un ~ovlmlento. eficienie según su eficiencia pnmera. y prm- la debida proporción, la definición podía extenderse a toda cansa eficiente. Por
ción no conviene a la prtmera c~,?sa , la creación por no ser la creaClOn una eso, al poner ejemplos, dijo: Verbi gracia el que da un consejo, y el padre
ci alisima, que es ~a que se rea Iza por res onder' que la expresión. de don.de- respecto del hijo, y, en una palabra, aquello que produce respecto de lo que
m~tación. A la pru:r',:ra parte ~a\:;t~e no hay que entenderla del l?runer pnn- 'es producido, y aquello que inmuta respecto de lo que es inmutado. Si, pues,
primariamente se angtna el movzmz , . io completamente independiente Y qu~ en lugar de la palabra mutación o quietud, ponemos la palabra acción, la de-
cipio en absoluto, esto es, de ~n prmclp e de 10 contrario, según concluye e finición comprenderá todas las causas eficientes, incluso la primera en cuanto
~o tenga nU;g~.ma causa anterIOr;, ~~ d.~finición al motor o eficiente p!imero; creadora, porque, según veremos luego, también la creación es una acción, aun-
que no sea una mutación.
argumento, umcamente con;engr;a imer principio en un orden determlllado O'
. o que hay que entender a e pr .
sm 4 Primae causae et secund1s an, tIla ~e- ti definido· conveniret; sed intelligendam
esse de primo principio in tali ordine aut
in actionem, vel ad denotandum proprium
d ab illa finis excludatur.- finÚio conveniat,- At vera occurr:t, staum modum causandi efficientis causal;'! et distin-
3d, Quo:~u~rit tertia difficultas,. quia de~ uarta difficultas, quia illa defin~u,o nOD gen~re causandi. Dnde causa secunda diei~
guendam illam a materiali et formali, quae
Se tunc , O'l'US conventt causae q l' mnero causam efflclentem. tur primum principium unde est motus, non ita sunt primae sicut efficíens, ut supra
finitio sic declarata p 'fin'ls prinR comp ectltur o '1' ae pri- quia in genere causae proximae ab illa pri- dec1aratum est, Ad posteriorem partem, si
11" ti·· est entm " R i c enim videtur convemre su 1 ~aus. " ,
finali
. . quam e IClen '.
r se et extrlOsecum et es " t prius roae qUla . sola l'lla est unde pnmo lOClp~
rut
m.o oritur motus, et ita Aristoteles ponit Aristotelis mentem inspiciamus, videtur qui..:
clplUrn pe lf'cl'ens' nam efftclens '. . vel ad summum conve eiemp,lurn in patre respectu fild, Aliqui Vero dem solum definivisse causam efficientem
in causando quam e 1 fine' e' ideo causa amms m~ta~lOJ. imtrumentali vel ,exi,s,timant curo Alexandro Aphrodisaeo per naturalem, quae semper agit per motum vel
, ,. motum a , eausae pt mClpah, non ver~ rincipiurn illam particulam excludi causas instrumenta~
non ag1t ruS!,. ' ínter omnes causas. facultati, quae, est proXlmmu~onP agit nisi .les, quia non sunt proprie eausae. Sed, eum
mutationem; in II enim Phys. tantum de
finalis solet dlCI pnma finalis vaIde obs- a<Tendi nam mstrumentu ',' 'd o causis naturalibus Aris!oteles disputabat, et
Sed quia influ:ms causa~ll physicae et rea R n';otu~ seu in virtute prioris 8,geous"det 1 ~e Aristoteles ponat exemplum in causa consi- tamen in V Metaph, nihil omoino addidit
es t maXlme respe . r d' .. "'urnentum ess, 1 un liante quae videtur magis· impropria, et
~ .'
j

curus viter dicitur etsl o - non potest lCl lOS . idetur illa aut definitioni aut doctrinae de causa effi.
lis routatlo~llS! Ideo brfioalis pIÍor sit, tamen primo est motus. Alu!:nde ri~~~ c:usae effi-
universaliter condudat omni efficienti ve! cienti. Utroque tamen loco insinuavit, ser-
transmutanti c'onvenire definitionem, potius
dine inkn:lOOls cfaf.u~an,em ca1!<;arn esse pri- definido non eonve~lre p . ' am ef- dicendum videtur omnes modos eausarum
vata proportione,. posse definitionem exten-
. ecutlOne e 1Cle r se ., d m nrlmam ac potlsslm di ad omnem efficientem eausam, U nde,
10 exs·immolams '111m oa esse quae pe Et clentl " secun u ~
'squaeesp. Ad , e r c"eadonero, efficientium eomprehendisse, ut Scotus nota~ ponens exempla, dixit: Ut is qui consulit
mam, " fluit <leu movet. ficlenuam em, priorem vit, et unaínquamque eausam in SUD ordine
et extrinsec,e r~l~l1te~ mest pr-nedicta defin~~ quia cred~tio dnuornn eess,t iFta~a~~~~ticulam undo
j

et pater fiUi, et uno nomine id quod efficit,


habere rationem principíi a quo primum est
h oc modo lOte 19~n a d vel a quo satis partero lcen ~ 11' d m eius quod jit, et quod immutat, eius quod
aetio, ve! 'Qt a principali principio, vel ut
tia, quod illa p~rucfinis 1 un e
princrpium vel cau~ prlmo
. 'el'p,', motuS non
in . esse iute
r' 'd 1gen
est orn-a
ah instrumentali vel ut' a perficiente et
immutatur. Si ergo Joco illius vocis muta-
1 'o qu~m tendit mu- de primo priocip~o Slmp lCáte~u~am habet tionis ve! quietis ponamus vocem actionis,
j

declarat. Est emmfi' exsequente, ve! ut a cOIisulente aut adiuvan~


sa propter quam t ve ,1 dicitur prindpium níno independenu :t a~o ut argumemum te. llia ergo partícula primo solum addira
comprehendet definitio omnem efficientem
tat}-o, non tanrndeen ;r~~n~anat actio, se? hoc priorem causam, al.lOqu, tori seu efficien~ est, vel ad, exdudendas causas amomo per eausam, etiam primarn u.t creantem, quia, Ut
a quo" v~l u di .iur de causa efficienu. eoncludit, tantum pnmo mo . infra videbimus, etiam creatio actlO est,
.nccidens, quae nuIlo modo proprie influunt quamvis non sit mutatio,
proprllsS1me Cl
=5~2_ _ _ _ _ _ _ _.._______________D_is...p_u_ta_ciones metajísica~ Disputación XVIl.-Sección II 53
5. Cómo no está incluido en ella lo dejinido.- Surge, empero, de aquí e~ cuanto es fin, ,sólo causa mediante una moción metafórica; en cambio el
otra dificultad, porque parece que de este modo lo defioido se incluye de algún Clente causa medlante una acción propia que d él d efi-
modo en 'la definición; pues causa eficiente será, según la explicación dada, un t~mbién incluido el que esta causa no confiere ~ efe~~':u e. y en ~sto queda
principio esencial por el que primariamente se origina una acción;' mas es SillO otro que emana de él mediante la acción en lo c ' 1 ser s.ropno,. formal,
igualmente oscuro en qué consiste la acción; más aún, es casi lo mismo y ne- caus~ formal y material por causar éstas su efecto dánd~~e se ifere?cJa ~e la
cesita la misma explicación, ya que acción y producción son lo mismo; por llaman~oselas, por lo mismo, causas intrínsecas; en cambio s~a P':°Pla e~t~dad,
eso la denominación de eficiente o de agente se atribuye por causa de la acción; ~s d~xt~mstca~ es decir, no comunica al efecto su ser propio y '_po~a~:t d~c~~~
por tanto, definir el eficiente por la acción es explicar 10 mismo por lo mismo, ID ~Vl ua, smo o~ro que brota y emana realmente de dicha causa median
o una cosa oscura por otra más oscura. Añádase también que la causa ha de ~~IÓ~. ~uedan, pues, su.ficiente?,ente claras, por lo dicho, tanto la definici' te da
definirse por el efecto, puesto que son correlativos, mas la acción no es el efec- nstote ~s con;o .la reahdad mIsma, a saber, en qué consiste la causa efi~~nt~
to de la causa eficiente, sino, como luego diré, la razón de causar. Sin em- y en q~e se ,dIstmgue de los otros ,géneros de causa, cosas todas ue se com-
bargo, hay que afirmar que, comparándose la acción con el agente a modo de prenderan mas exactamente
.d d al exphcar cada uno de ¡os reqUlSltOS
.. q que conen
una forma, no es ilegítima la explicación de la naturaleza del agente por el or- rren en esta causaI1 a y son necesarios para ella. -
den a la acción; mas Aristóteles se valió de la palabra mutación, porque nos
es más conocida, para que mediante ella lleguemos a comprender en cualquier
realidad. la emanación o dependencia respecto de aquel priucipio del que recibe SECCION JI
el ser. Por eso, aunque la razón propia de la acción y su distinción respecto CLASES DE CAUSA EFICIENTE
del agente y del efecto sea, como luego veremos, más oscura, sin embargo,
por el momento basta entender por acción la emanación o dependencia del efec- b .1. Por se~ tan amplio el ámbito del nombre de causa eficiente y por atri-
to respecto de su causa extrínseca, de la que recibe el ser; en efecto, expresán- . Ulrse a muc. as cosas con suma impropiedad y en virtud de ci;rta analo ía
dose de este modo en sentido confuso y general, es clarísimo que en el efecto u;'perfe~ta, nlIent~as que a otras, aunque se atribuya con propiedad, se ha~e
se da una dependencia o emanación respecto de su principio, sea cual sea el s~ em argo, se~un dIversos modos de causar, por todo ello, antes de avanz '
concepto de esa dependencia o emanación. . mas, ~n ~eces~no dar d,e antemano las diversas divisiones de esta causa a~
6. Por tanto, aunque la acción no sea un efecto del agente, sin embargo, cuya mteh?"encIa. es preCISO tener ante los ojos la definición dada anterior~e p .
por ser vía hacia el efecto, o dependencia del efecto respecto del agente, queda pues la diferenCIa en las causas surgirá del diverso modo en qu t. ?te,
de ella. e par IClpen
suficientemente comprendido o explicado el efecto en la acción misma. Pues
lo mismo da decir que la causa eficiente es el principio primero de donde pro-
cede una acción, que decir que es de donde procede el efecto mediante la Causa eficiente esencial y accidental
acción, o sea que es un principio del que brota o depende el efecto mediante la 2.. Diver~o:. modos de causas (lccidentales.- Así, pues, puede establecerse
la acción. En esto se deja entender también perfectamente la diferencia entre la prrmera dIVISIón de la causa eficiente eu esencial y accidental la cu ¡ f
esta causa y las otras, pues la materia y la forma, hablando en rigor, no causan expued,ta por. Adstóteles en los lugares citados. Causa esencial es ~que¡¡a ade ~:
mediante la acción, sino mediante la unión formal e intrínseca; el fin, a su vez, que epende dIrectamente el efecto según el ser propio que tie
e. efecto
. ' der m·Ismo mo do que d·.IJO Anstóteles
. que el estatuario ne
era encausa
cuanto
de
5. Qualiter in illa non sit inclusum de- nís et distinctio eius ah agente et ab effectu
finitum.- Nascitur vero inde alia difficuI- obseurior sit, ut pmtea videbimus) in prae- tionem, quatenus flnis est; at efficiens eau- SECTIO II
tas, quia videtur hoc modo definitum poní sentí tamen satis est per aetionem int!!lli- sat per propriam actioncm ab illo dima-
gere emanationem ae depenrientiam effee- QUOTUPLEX SIT CAUSA EFF1CIENS
quodammodo in definitione; e~ it enim cau- nantem. Et in hoc etiam induditur hane
sa efficiens, iuxta expositionem datam, prin- tus a sua causa extrinseca a qua esse reci.. ~ .. Quoniarn hoc nomen causae efficientis
pit: nam hoc modo, confuse et generatim causarn non dare effectui 'suum ac proprium
'Cipium per se a quo primo est aetio; aeque tatlSSlme patet et impropriissime ac per im~
loquendo, notissimum est dad in effectu formale esse, sed aliud ab eo manans media
autem obseurum est quid sit aetio; immo p~rfe;tam q~amdam analogiam multis rebus
dependentiam seu emanationem a suo prin- actione, in quo differt haec e::..us3, a formali trlbmtur, a111s vero, lieet tribLlatur proprie
fere est ídem et eadem expositione indiget,
nam actio et effectio ídem sunt; unde effi-
cipio, quidquid illa dependentia vel emana- et materiali, quod hae eausant suum effee- ~~men secundum varios eausandi modoS:
dens vel agens ah accione dicitur; definire tio sito ~m dando illi suam pl'opriam entitatem et lOeo, pIl~squa~ ulterius procedamus, nece~­
6. Quocirea, quamvis aecio non sit effec- se est vanas hUlUS eausae divisiones praemit·
ergo efficiens per aetionem est ídem per Ideo causae intrinsecae appellantur; c:usa
tus agentis, tamen, quia est via ad effeetum tere,. ad quas int~l.ligendas opus est prae
idem vel obseurum Der obseurlus declarare. seu dependentia effectus ab agente, satis in vero eff~ciens est extrinseca, id est, non
Adde eausam per effectum dcfiniendam es- o~uhs habere defimuonem datam; nam iuxta
ipsa actione comprehenditur ve1 indicatur com~uDl~ans effectui suum proprium et
se, eum sint correlativa; actionern autem d~versu~ I?odum participandi .i1lam erit
effectus. Perinde enim est dicere efficientem (ut .Ha dlcam) individuum esse, sed aliud dlfferent13 In eausis.
non esse effectum eausae efficientis, sed ra- causam esse primum principium unde est
tionem eausandi, ut infra dica".Il. Dicendum reahter profiuens et manans' a tari causa
acdo ae dicere unde .:!st effeet'Js) media QC- media aetione. Ex his ergo satis eonstat tum Causa per se efficiens et per accidens
tamen est, eurn aetio eomparetur ad agens
per modum formae, non male rationem
tione, seu esse principium a que effectU3 de~nitio Aristotelis, tum res ipsa, quid, viw ? Varti modi caUSQ)"um per accidens-
agentis per ordinem ad actiouem declarad;
profiuit seu pendet per aetionem. In quo
dellee:, causa efficiens sit, et in quo ab aliis P~1t~a ergo divisio causae efficientis c~n­
at Aristoteles mus est nomine mutationis, reCte etiam signifieatur differentia inter hane Stlt~l potes.t in per .se ~t p.er accidens, quam
causaro et alias, nam materia et forma, per g~nenbus. ca~saru~ distinguatur; quae om-
Quia nobis est notior, ut per il1aro intelli- ma exaetlUs 10telhgentur declarando singula tradldlt. Anstotel.es 10 cltatls locis. Causa per
se loquendo, non causant media actione, sed se est 11l~ a qua di~ecte pendet effcetus se-
gamus in unaquaque re emanationem seu per formalem et intrinsecam unionem; finis quae ad hanc eausalitatem coneurrunt ac
dependentiam ab illo principiO a quo esse cundum lllud propIlum esse quod habet in
vero 'sotum causat per metaphoricam mo- nece¡;saria sunt. quantum effeetlls est, quo modo (ait Aris~
recipit, Unde, quamvis propria ratio aetio-
Disputaciones metafísicas Disputación XVll.-Sec:.:c=io,"'n"--",1l~_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _5_5
~-- ", --,:-- ropiamen;; en ~~s~~~~
a ella sola lienta esencialmente y no el agua. Además añado todavía que la aCClOn es atri-
la estatua; y por ser esta ~a umc~ cau.s P En cambio la causa accidental, buida accidentalmente al supuesto cuando la capacidad de obrar está también
estará dedicada toda la dlsI::utaclón ;l~:~~te~sí debido a cierta relación, seme- accidentalmente en él, como en el ejemplo dicho, ya que en este caso en el
al no ser verdadera causa, SIDO ser; definida con facilidad en una sola supuesto mismo despojado de todo no se contiene en modo alguno la capa-
janza o unión con l~ causa, no pU~, e dserd diversos modos. En efecto, a ve- cidad de obrar, hasta tal punto que la acción se une con él completamente per
descripción común, smo q~e es exp ~ca a~te ede la causa, mientras que a veces accidens. Mas si la capacidad de obrar está esencialmente en el supuesto, aun-
ces se habla de causa aCCIdental por P t de la causa se dice que causa que se considere al supuesto mismo desprovisto de todo, no será llamado causa
se habla de ella por parte del ef;:cto. '~~~tiJ::;;e:te unido al principio esencial accidental de la acción, sino esencial, y de esta suerte juzgo que se trata de
accidentalmente aquello que esta aCCI 1 ujeto mismo de la forma, la cual causas esenciales en estos casos: el sol ilumina, el fuego calienta, de acuerdo
de causación, cosa que 1?uede ser a veces. de s dice del agua que calienta acci- con el cuarto modo de predicación esencial, tomado del lib. 1 de los Analíticos
es el principio de la aCCIón; en este sentl o l.se te y en consecuencia, calentar. Segundos, c. 4, por contener el fuego radical y virtualmente la razón propia de
dentalmente por a~aecerl~ ~l agua ;s~~~le~~ l:~ la c~usa de la estatua, A v~ces, dar calor. Se objetará: luego también es esencial: el hombre hace la estatua,
De este modo -dIce ArIst,ot~les- . o cidentalmente con otra en el mIsmo cosa que está en contra de Aristóteles. Algunos responden que ésa no es una
empero, hay otra forma d!Stmta umda ac fi a la capacidad de obrar, pres- proposición esencial, porque no es necesaria, sino contingente. Pero esto nada
,¡ sujeto, digo accidentalmente por lo q?e se re ere otro concepto. En este sentido tiene que ver con la causalidad esencial, 0, 10 que es lo mismo, con el cuarto
dndiendo de si están. unidas necesan~m~~te PO~alienta etc. Y añade Aristóteles modo de predicación esencial, puesto que tampoco estas proposiciones son ne-
el músico escribe accldentalme~te,. y o , oan~o sea roá; remoto que el primero, cesarias: el músico canta, lo cálido calienta, y, sin embargo, son esenciales se-
que este segundo modo ~s mas lmprop~b~ e absolutamente nada al efecto de gún el cuarto modo. Por tanto, en 10 que a la causalidad atañe, yo juzgo 9ue
ya que la forma concomlt~nte no contn Y ostener al menos en sí la for- son esenciales éstas: el animal se mueve, el hombre razona, habla, etc.; mlen-
a
la otra; mientras que el su¡et? de la forF , ~: ~e además que pueden seña-
roa misma, parece que contrIbuye en a go ..
larse estas causas accidentales t~nto len parttlc
u1:
c~mo en ~eneral, es decir, en
ca o lo blanco caliente. Igual-
tras que creo que aquella otra: el hombre hace una estatua es más bien acci-
dental, porque aunque ese arte no pueda estar más que en el hombre (pres . .
cindo de las inteligencias), sin embargo, es absolutamente accidental al hombre,
.
1a espeCIe 1 'nero por e¡empo: eso blan , , . 1 1 de donde resulta que el hombre considerado en absoluto no incluye tal arte, a
o en e ge . ' ido sim le o compuesto, por eJeffip o: e
mente pueden ser exph~adas enl"
nt st d"f P Mas estas cosas pertenecen más no ser en una potencia muy remota.
músico edifica, o el n;USt.c,o Po te e{pde t a~:~ción y por ser accidentales, pue- 4. Cuál es la causa accidental por parte del efecto.- Suelen también se-
bien al modo de predlcaclo.n fiq,;,e a ~ Clos div;rs;s modos de concebir y de ñalarse a veces causas accidentales por parte del efecto, esto es, por parte de
den multiplicarse hasta el m ruto segun aquello que adviene al efecto esencial, y de este modo la misma causa esencial
hablar.. d d S '10 podda dudar alguien, dado que las de algún efecto es causa accidental de aquello que está unido con el efecto esen-
3. Se responde a u,!a u a.- o
acciones pertenecen esencI~lmenlte a los :u p
uestos por qué dice Aristóteles que
uest~ de la forma, Comienzo por
la acción se atribuye aCCIdenta mente a , sluP nte del supuesto en cuanto está
cial, de la manera que el movimiento es causa del calor, corno lo cálido causa
de lo negro, En este sentido se dice también que las cosas que suceden por
azar o fortuitamente tienen causa accidental, como el que uno que está cavando
. d
respon er que a ac
1 ción proviene . esenCIa d me
o que no procede necesartamente . encuentre un- tesoro. Mas en este género de causas accidentales hay que adver-
modificado por una forma. determma a,
de él considerado en si mIsmo, y q~e en,
P:: 10
te sentido es caliente quien ca-
'd ns scribit et album calefa-
tir, en primer lugar, que se le llama accidental al efecto algunas veces respecto
lIleeess~no secundum se, et ita calidum per tamen sunt per se quarto modo. Dnde quod
tu,a,e ·) et qUla
toteles) statuarius est. causa .stapllc1ter
SlCUS per aCCl e
't
,
Addit vero Aristoteles
haec sola est propne et Slm , causa' ' C1t,, eroc. moduro esse mag1s ,hunc
' poste-
.lmpropnum seu
se calefadt, non vero aqua, Aldo vero dein- ad causalitatem attinet, ego censeo has es se
de tune actionem per acddens tribui sup- per se: animal se movet, homo ratiocinatur,
fere de sola illa futura est ~ot~ dlsputaUo non: remotum quam priorem, quia forma posito quando vis agendi per accidens etiam loquitur, etc,; illa vero: horno facit statuam
sequens. Causa autero per accldens, c~r;n m~~~mitanS nihil omnino coniert ad effec- illí inest, ut in exemplo dicto, quia tunc in magis est per accidens, quia etsi ars illa non
non, sit vera ca~s~'. se~ per quamdaI? ~~~i~= ~~m alterius, subiectut? autem !ormae" cu~ ipso supposito nude sumpto nullo modo possit esse nisi in bomine (íntelligentias
tudrnem vel slmlhtudmero aut comu It m ipsam formam 1D se smtmeat, ahquId continetur vis agendi, et ita omnino per ac- omitto), tamen simpliciter 8ccidit homini,
nem curo causa sic ap:penetur~ ~on Pd~~i~ ~~n~erre videtur. Addit praeter~a po~se has cidens illi coniungitur actio, At vera si V13 unde horno simpliciter dictus I}on includtt
commode una commum ?e.scnpt1o~e d causas per accidens, tam in paruculan quam agendi per se insit supposito, etiam si sup- artem illam nisi in potentia valde remora.
niri sed variis modis d1c1tor. Ahquan o , muni id est in spede seu genere, poshum ipsum nude proferatur, non dice- 4. Causa per accidens ex parte effectus,
eni:n dicitur causa per acddens ex parte caEu- In .com, ut'hoc alb~m aut album calefacit. tUr causa per acddens sed per se actionis, quae,- Solet etiam interdum assignari cau-
sae aliquando vera ex par e , t effectus ' x aSSHman,
1 osse simplidter ' vel composlte
'1 exp'1- sa per accidens ex Darte dfcctus, id est,
C> et ita cense~ has esse per se: sol illuminat,
pa;te causae id dicitur per ·.Kcldens c,au~a~~ c~eri! musicus aedificat, vel polycletus mu~ ignis. calefacit, iuxta quartum modum di- respectu eius quod accidit eftectui per se,
quod pe!.' accidens coniunctum est pn?Clpl .' dificat Se'd haec magis pertinent ad cendi per se, ex I Poster" c, 4, quia ignis arque hoc modo ipsamet cama per se ali~
per se causand1,' quod 1'nterdum est. lpsum " oclum praedicandi quam causand'1, et cum
SICUS a e ,
radicalíter et virtute includit. propriam ra- cuius effectus est causa per accldens eluB
subiectum formae, quae es;. 'pr~n~it~~~ ~nt per acddens, in infinitum POS~U?t ~ul­ tionem calefaciendi. Dices: (rgo haec est quod coniungitur effectui per se, quomodo
agendi; et hoc modo. aqu~ ?lCltU uod ti licari iuxta varios modos conclpupdl et per se: horno facit statuam, quod est contra motus est causa caloris aut ('alidum causa
cere per acddens qma accldlt aquae q p d' . Aristorelem. Respondent aliqui illam propo- nigri, Hoc etiam modo ea quae casu vel
sit calida et con~equenter quod calefada.t!. loq3uenDl~bio satisfit.- Soluro potest quis sitionem non esse per se, quia non est ne- fortuito eveniunt dicuntur habere causam
. A' tot)
Et hoc 1110d o (alt . ! l S . pQlycletus
- r -f
e s ,
d bitare cum actlones. 'po'li-
per se smt sup cessaria,- sed contingens, At hoc nihil refert per accid~ns, ut quod fodiens quls inveniat
causa statuae, Int~rdun; vero ,est a laro o;~~ t~um, 'cm dicat Aristoteles actionem per ad causalitatem per "e seu (qL..od idem est) thesaurum. Est autern in hoc genere cau-
per accidens :'lIten ,:onmncta m dod~tinet ad acddens tribuí supposito formae, Respond,eo ,ad quartum modum dicendi per se; nam sarum per acddens advertendum primo,
lecto, per accldens (mqua~) quo / ti e primum actionem per se. esse a supposlto etiam hae propositiones non sunt necessa- interdum effectum appellari per accidens
yim effidendi" quidqUld Slt 1m a la .Ia ~~_ quatenus affectum est taU forma, non vero Musicus canit, calidum calefacit, et respectu concUl'SUS aliquarum causarum,
necessario comungantur, Et hoc moao
Disputaciones metafísioas Disputación XVIl.-Sección II 57
56
. ' ue supuesto dicho concurso, ese efec- tipo, o consisten más bien en una figura de predicación qne en un tipo de cau-
del concurso de Clertas causas, por mas q , " l o el que al caer una salidad, como cuando se dice: el médico sana al músico, clase a la que perte-
. 'aI d t 1 causa' como por ejemp , , necen casi todos los ejemplos aducidos en el primer miembro; o se reducen
to se slga esenCl mente e a, ' ll' es' accidental' sin embargo, supuesto
piedra, suceda que Pedro camme !or a 1 su fuerza y' le produzca una herida ciertamente a la casualidad y al azar, de que nos ocuparemos luego.
ese concurso, el que la piedra le l~ra cO~sencialmente de la fuerza activa con.. 5. Si son causas accidentales las condiciones requeridas para obrar.- Ade.
determinada, ~s ya W1 efecto que dl~:aen este caso que la piedra es causa ac- más de estos dos modos suelen contarse también entre las causas accidentales
creta de la p,edra, y por e~o no se 1 es ecto de aquel. concurso o incluso ciertas condiciones necesarias para obrar, las cuales no influyen esencialmente en
cidental de dicho efecto, smo .que o .~s ¡" \edra Mas de los efectos accideo- el efecto o acción; asi por ejemplo, la contigüidad del agente Con el paciente,
respecto de la intención de qmen movl a op más . extensamente al tratar de la la supresión de algún impedimento, y cualquier otra semejante, la cual suele
tales en este senudo nos ocuparemos. lueg , ue cuando se llama accidental llamarse condición sine qua non. Sin embargo, aunque ésta sea accidental res..
casualidad y del azar. Hay que advert;~o a~e~~s efecto esencial, puede llamársele pecto de la causalidad propia y directa, no obstante, en cuanto a la necesidad
a un efecto por el hecho df estar
accidental de dos maneras. a una, so o . ,
m:;
por relación a la intención del agente;
. ma con la conexión de un
física y en cuanto puede ser objeto de ciencia, es en cierto modo esencial, 'Y
por eso se ha de tratar especialmente más abajo de estas condiciones necesa-
la otra, por relación tambié~ c~n la ~CCl~uem~ ef~cto no sólo cae fuera de riamente exigidas. Advierto únicamente que, puesto que esta condición sine qua
efecto con otro. Acontec~, e ectlvamen e, " culada en modo alguno a su non conviene con el principio esencial de la acción en que es necesariamente
. " d 1 g te smo que tampoco esta vm exigida, a veces no es fácil discernir de cuál de los dos modos concurre a la
la 1l1tenClOn e a ~n, 1 está cavando la tierra encuentre un
acción, como por ejemplo, e que unO t~~: propiedad de causas Y efectos acci- acción una disposición o propie~ad, a saber, si como principio esencial o s610
tesoro. y en estos casos s~.trata co~ to está por su naturaleza vinculado con como condición sine qua non. Por eso a veces puede esto conocerse acudiendo
dentales. A vec~s, en cam lOí ~ e e~ del agente, como por ejemplo, la co- a una razón general o al modo de tal propiedad, igual que nos damos cuenta
otro, aunque calga fuera, de a m~encl n ida en virtud de la naturaleza con fácilmente de que la contigüidad es solamente una condición por consistir única-
rrupción de una cosa esta necesar.lamen~ un fuera de la intención del agente mente en una relación o modo de presencia, cosas que no son activas en virtud
g
la generación de otra, e~tando'l s~ e: s: e( efecto accidental, aunque no tan de su género, y del mismo modo concluimos que la figura o la densidad no son
natural, y por esta razon sue e am 1 casa anterior ya que, en cuanto está principios esenciales de las acciones, sino que son a 10 más condiciones exigi-
propiamente Y en absoluto co~o en e d es esencial' La señal de esto la te- das para algunas acciones o para la rapidez y modalidad de las mismas. A ve-
necesariamente vinculad¿ e~ c~r~~ :;s~ ciencia y d~mostración. Más aúo, por ces, empero, esto es' más oscuro y hay que averiguarlo acudiendo a alguna ra-
nemas en que respecto e e p e . . e a ser como un medio nece- . ron especial de aquella realidad que está en litigio, según acaece en la vulgar
. 'ó d forma contrarla Vlen ,cuestión de si el conocimiento del 'objeto es sólo condición necesaria para que
cuanto la pnvacl n e un~ .. , la introducción de otra forma, puede
sario en el género de la dlSpoSlclOn para f de la m·tención del .gen- el apetito produzca su movimiento, o si es también principio esencial copro-
.
deCIrse . ho efecto no est'a completamente
que dlc d uera
' ml'smo cae sin embargo en ductor; pues resulta difícil decidirse por motivos ciertos en favor de cualquiera
se lo preten a en Sl , de ambas partes, debiendo valernos, por tanto, de conjeturas especiales tomadas
t~; puesto que, aunque O? . ehido al fin rincipal, y, por tanto, en 10
CIerto modo dentro de la 1I;lten:Ión d .antes electos no los contamos entre de la propia materia. No obstante, hay que hacer aquí dos observaciones ge-
que a la cuestión presente atane, a'dsern~J P eso todos los que- son de este
los que provienen de una causa aCCl ent . or , ved. consístunt magis in figura praedícatio_ esse faciJe ad discernenduro utro modo ali-
nis quam' in causalitate, ut cum dicitur: qua dispositio seu proprietas rei concurrat
medicus Sanat musicum, cuiusrnodi fere sunt ad actionem, an, scilicet, ut principium per
est propriíssime causa et effeC1US per acci- oronia extmpla posita in priori membro, ve! se, an solum ut conditio sine qúa non, Et
quamvis supposito illo concursll, talis ef: dens. Interdum vero Jnus effe,tu~ ex, natura certe reducuntur ad casum et fortunam, de ideo aliquando id cognosci potest ex generali
fectus p'er se manet a taU causa;. ut, verbl rei est connexUS curo aEo, quan~vls S1,t prae- quibus intra.
gratia quod cadente lapide c~ntmgat Pe- ter intentionem agentis, ut veól grat~a, cor-
ratione 6.ut modo talis proprietatis, ut facile
trUID 'illac incedere, accidentru lUID es~; tl"-
5. Conditiones requisitae' ad agendum, intelligimus propinquitatem esse tantum
ruptio unius ex natura rei nece~sano con
ri

men supposito illo concursu, quod lapls sua an sint causae per accidens.~- Praeter hos conditionem, quia sOlum est aut relatio au!
iuncta es! curo generatione alte:1Us, est t:a- duos modos solent etiam inter causas per modus praesentiae, quae ex ,<;uo genere non
vi percutíat et tale vulnu~ e~fici~t, effe~t~s men praeter intentionero ag,et;ttls naturahs,
est per se proveniens a tah Vl ~cuva lapldlS, accidens numerari conditiones quaedam ne- sunt activa, et eodem modo ratiocinainur
et hac ratione solet etiam dtCl, effect1.~s p~r cessariae ad agendum, quae per se non in- figuram aut densitarem non E;sse principia
et ideo tune non dicetur !alJ1S causa. ~er accidens non tamen ita propne et slmpli-
accidens illius effectus, nisi. respe~tu. llhus citer sic~t prior; nam, quatenus est neces-
Buunt in effectum ve! actio1J.em, ut est per se actionum, sed ad summum esse con-
CODcursus ve1 etiam reilpectu lDtentlOms 000- propinquitas agentis ad passum, ablatio ali- ditiones requisitas ad aliquas actiones vel
sario connexuS, est aliquo ,modo per se. cuius impedimenti et quaelibet alia similis, ad velocitatem et modum earum, Aliquando
ventis. Sed de his effectibus hoc modo per Cuius signum est quod de 1110 esse potest
quae vocari solet conditio sme qua non. vera id est obscurius et ex speciali aliqua
accidens dicemus inferius plura, tractando scientia et demonstratio, I~lUO, quatenutI Verumtamen haec, licet sit per accidens ratione eius rei de qua est quaestio id ve-
de casu et fortuna. Rursus est adv~rtendum, in genere dispositionis privatlo, forro,ae co n
quando effectus dicitur per accldens? ea trariae (;st quasi roedium m.cess,a~lum a d respectu .propriae et directae ('Busalitatis, ta-
men quoad physicam necessitatem et qua-
nandum est, ut accidit in illa vulgari quaes-
tione an cognitio obiecti sit solum conditlo
quod coniungitur effectui per se, duphclter introducendam alia~ formam, dlCl ~otest tenus sub scientiam cadere potesl, est quo- necessan3 ut appetitus efficiat suum motum,
did posse per accidens. Un? mad?, respec- ille effectus non esse o~nino prae,ter mten-
tu solius intentionis agenus; abo m?d~,
dammodo per se, et ideo de his conditio- ve! sit etiam principium per se coefficiens;
tionem agentis; quia, heet non Slt ,propter nibus necessario requisitis peculiariter infe- vix enim potest ex, certa tatlone alterutra.
etiam l'espectu ipsius actionis et ~on,nexlOt.lls se intentus, est tamen aliquo :nodo lntentus rius dicendum erit. Solum adverto, quoniam pars definid, -et ideo peeuliadbl.1s coniecturis
unius effectus curo aEo, CnntlDglt e~ro propter principalem finem, et Ideo, q~od ad hqiusmodi conditio sine qua non curo prin- ex propria materia' :;umptis utendum esto
unuro effectum non soluro esse praeter 1~­ praesens attinet, non eomputa'Ilus hUlUsmo- cipio p~r se actionis in eo convenit quod Duo tarnen hic generatim advertenda occurD
tendonero agentis, sed ,etiam, nullo mo od di effectus ínter eOs qui sunt, a ,eau~a pe!. Cllt ex 11ecessitate requisita, interdum non runt. Unwn est, quandocwnque experimen~
esse connexuro curo actlone e1US, ut qu accidens. Unde omnes qui hUlmmod1 sun~
fodlens terrarn inveniat thesamum. Et tune
Disputación XVIlo-Seceión II 59
Disputaciones metaflsieas -----'---
58
nerales. La una es que, siempre que nOS consta por experiencia que una pro-
e':t~ndida en su acepción general, t:; I~;~~ completamente. de la causa física
este sentido la causa moral no se d' f
dIstmgue de la causa flosloca que obra natural lay hemos explIcado, o sinoo que se
piedad es necesaria para la acción y no puede explicarse por otrO concepto la cuando la voluntad ama lib e t necesarIamente; efectIvamente
razón suficiente de esa necesidad, si nO es acudiendo a la causalidad propia y de su amor, al que sin em~a~geon ee' en este slentid.o es causa verdadera V física
esencial, en este caso no hay que acudir a la condición sine qua non, sino que en¡"lend I'
e a causa , ausa morad" o hbrement
moral corno absolut e, E n otro" sentIdo se
esto es indicio suficiente de una causalidad eficiente esencial; y hay nn ejemplo aquella causa que no produce de su ~men~e d lstlnta de la física, y se llama así
te de tal manera qu~ le es imputabl~ et:~e~t:~a~ente, mas se pana moralmen-
magnífico de esto en la necesidad de la especie impresa para ver, necesidad
que no se descubre en modo alguno como suficiente si no se da por supuesta moral al que aconseJa al que l' ' e este modo se leO llama causa
la eficiencia esencial, y, por tanto, no se afirmará legítimamente que se trata 0d N , S u p lea, o al que pudie d d b
PI e. osotros tomamos la causa IDO al ' n o y. .e lendo, no im-
de una condición sine qua non. Empero en los casoS en que sin eficiencia esen- se llame causa física a la .que produ~e en ;s~e segundo sentido, de suerte que
cial se puede dar razón suficiente de la necesidad de tal condición, se llegará
a comprender con facilidad que se trata únicamente de una condición sine qua
duce sólo imputativamente De aquí vfr a eramente, y moral a la que pro-
no físico o metafísico e ~ d"" resu ta que, ~onsiderando esto en un -pla~
non, sobre todo si se descubre por otro concepto en la causa una fuerza dis- dO 0d' 1 ' s a IVISlün queda redUCida a 1 o
.IVl la a causa en esencial y accid n t 1 P a pnmera en que se
tinta suficientemente proporcionada para que se la pueda pensar como suficien- verdad físicamente sólo puede ser fa a. uesto 9.~e la causa que produce en
te para influir en la acción, y acaso esto es lo que sucede en el referido ejem- produce sólo moral o imputativamente causa .~sencta; en cambio la causa que
plo de! conocimiento reqnerido para el apetito elícito, del que noS ocuparemo, que causa accidental, puesto que no i~fl~onsl erad.a 1de modo físico, no es más
en otra parte. Baste con esto acerca de la primera división. se trata siempre o de una caus ye . eSe?C18 y verdaderamente. Por eso
cerIo, o de una causa 'que aplica ~a qcnaeu no Imp!dle, aunque pueda y deba O ha-
Obo sa esenCla o que la estO 1 b
La causa física y la causa moral el c?nsejo, len con ruegos, bien a modo d ',. , lmu a, len con
medIante el movimiento local com d e mento~ e mcluso algunas veces
60 Qué se entiende por el nombre de causa físicao- De qué causa moral ~?rqueo' aunque sea la causa 'física °es~~~~alo d~no al~hca el fuego a nna casao
tratamos aquí.- Doble modo de obrar de la causa física o- En segundo lugar, tI.on, SIn embargo, es sólo causa accidental aque movlml~nto de combus-
puede dividirse la causa eficiente én física y moral. Por causa física no se en- cIdental en el plano físico, se la reputa . Mas a. esta causalIdad, que es ac-
tiende en este lugar la cansa corporal o natnral qne obra mediante el movi- putativo. Así, pues, respecto de la como elsenclal en el plano moral e im-
. causa mora entendida de d
miento corpóreo y material, sino que se la entiende más universalmente como nos qued a que deCIr, porque en cua t f' . . este mo o, nada:
de ciencia; y en cuanto es' esenciat o es¡ lsramente aCCIdental, no es objeto
la cansa que influye verdadera y realmente en e! efecto; porque, igual que de-
damos más arriba que '<<naturaleza)) quiere significar a veces cualquier esencia, 'rresponde a la ciencia moral, noaa 1 meta
en elSlea
, .p ano moral, su consideración ca..
A su vez la fO o
f
de! mismo modo se le llama alguna vez influjo físico a aqne! que se produce a era puede tener un doble modo d
des ddecir., necesaria o contingentemente e da~c~o¿ " . causa ISIca y ver-
mediante nna verdadera causalidad real, propia y esencial, y de este modo tam- ~ saber, natural ~,libremente,
bién Dios al crear es causa física, y el ángel mientras produce un movimiento~, paremo~ luego, puesto que pertenece~ Ysobre s:o~ os modos ~e ~~C1on nos ocu-
bien en el cielo, bien también en sí mismo, y el entendimiento mientras pro
R
perfeCCIOnes y naturalezas de las diversas causas, ya o atambién
la expheaclOn
de la serieya ydecane-
las
duce la intelección, Y la voluntad la volición, y asi en los demás casos o A su
vez, se puede llamar a la causa moralmente eficiente de dos maneras: pues se qu~a libere· efficit, et hoc modo causa mo- ~er acgd~ts, curo per se ac vere non in-
llama algnnas veces causa moral sólo por e! hecho de obrar libremente, y en rahs n~n omnino condistinguitur a physica ua~. n e semper est aut causa non iro
gener~u!D sumpta, ut a nobis explicara est pedl~ns, cum passit ae debeat, aut caus;
Causa physica et moralis sed d:sunguetUl' a physica naturaliter ac ne~ appltcans causam per se vel inducens i11am
to constat aliquam proprietatem esse neces- ~~ssano agente; sic enim voluntas dum li~ SlVe per con~i~iu~) sive per preces, sive pe:
sariam ad actionem et aliunde non potest 6. Quid hic nomine causae physicae.- re ,amat, vera et physica· causa est sui madum mentl, Slve interdum etiam per 10-
sufficiens ratio. illius necessitatis reddi, nisi. Causa moralis quae in provosito.- Duvlex a;ro;ls'AQ¡yem tamen moraliter seu libere dulem. motum, ut curo quis applicat ignem
ex propria et per se causalitate, tune non modus agendl causae physicae.- Secundo, e !Clt. l? :vera. modo sumitur causa mo- 'lfmU1; nam, licet sit causa rer se physica
esse confugiendum ad conditionem sine qua dividí potest causa efficiens in physicam et ~~h.s ut dlstmgUltur omnino a physica et 1 tuS motus combustionis, tamen solum est
non, sed illud esse sufficiens signum ali~ moralem. Causa physica hoc lo<;c non su- ¡F-It;rr de illa causa quae per se non ~ere causa per, accidens. Haec vero causalitas
cuius efficientiae per se; cuius optimum roitur pro causa corporali seu naturali agen~ e IClt, moraliter tamen ita se gerit ut ei 9-uae p~yslce est per accidcns, moraliter e;
exemplum est in necessitate speciei impres- te per motum corporeum et materialem, sed effectus ; quomodo causa can- lmput~tl\.'e reputatur rer se. De causa ergo
sae ad videndum, quae nuna sufficiens in~ universalius sumitur pro causa vere ae rea- rogans, . a?t non impediens cum ~o~a~. hd~ ~odo sumpta, nihil ampliu",
te11igi potest nisi posita efficientia per se, liter influente in eHectum; nnm, sicut di- debe~t, . d1cltur causa moralis, At- o 1S. Icen um est, quia, quatenus est
et ideo r.on recte dicetur illa esse conditio cebamus superius naturam interdum signi- posten~n modo nunc sumimus mo- ~er accldens physice, non cadit sub scien
sine que non. At yero, qua·.",do sine effi- ficare quamcumque essentiam, ita influxus ut causa phy:;ica dicatur twm) quatenus vero est per se in gener~
cientia per se reddi potest sufficiens ratio physicus aliauando vocatur ille qui fit per moralis, quae tantum ¡m- mon.~ ad. scientiam moralem spectat eius
necessitatis talis conditionis, facHe intelligi veram causalitatem realero, propriam ac per , ut, physice !leu metaphy- conSl erauo,. non ad metaphyslcam. Causa
poterit illaro tantum esse conditionem sine se, et hoc modo et Deus est causa physica c~nslderando, divisio haec revo- autero phY~lCa ac vera duplicem potest ha-
qua non, maxime si aliunde est in causa duro creat, et angelus duro efficit moturn, pnorem de causa J:er se et per bere .agend1 modum, scilicet, vel naturaliter
r
aUa virt1Js satis proportionata ut intelligaw vel in caelo vel etiam in seip<;o, et intellec- causa vere efficiens physice vel hber7, seu necessario ve1 contimienter
e~e sufficiens ad influendam actionem, et tus dum efficit intellectionem, e! voluntas causa per se; causa- autem ~t, d.e 1118 •duobus . modis a¡:!;'~ndi dfcemu;
fortasse ita contingit in dicto exemplo de voEti.onem, et sic de caeteris. Causa Vf't'O p~~~~~,:e~( ta?tum seu imputative cau- mfenus, qUla maxime pertinent ad explican-
cognitione ad appetitnm elicitum requisitá, moraliter efficiens dupliclter dici potest. Ali- consIderata, tantnm est causa da3tumpf" .
er ectlOnes et naturas diversarum
de quo alias; et hactenus de prima divi- quando eniro dicitur causa moralis solum
sione. l·.rffl
Disputación XVIl.-Sección 1I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _-"-61
Disputaciones metafísicas
60 Por eso, aunque sea la tierra la que germina yerba verdegueante, sin embargo
. diodo de influir o de concurrir la causa se atribuye a Dios el producir heno para las bestias y yerba para la servidum-
lUon de los efectos del Ulliverso Y e f
atañe a la moralidad propia de bre del hombre, y el formar el feto en el útero y, finalmente, el realizar
primera con las causas segunda~'1 por o ~~~dio no corresponde a la presente todas nuestras obras, según expondremos luego más ampliamente. Luego el que
los actos libres en cua~to son 1 1 res, .su a la teología divina. las denominaciones de ver, etc., no se atribuyan a Dios, es porque no están
ciencia, sino a la filosofm mora, o mejor tomadas de la pura eficiencia, sino más bien de la información y recepción del
movimiento o acto realizado. Efectivamente, no se dice que ve el que de cual-
Primera explicación sobre la causa principal e instrumental . quier manera produce la visión, sino el que de tal suerte la produce, que que-
.a causa eficiente se divide en pno- da informado por ella; más aún, esta denominación se toma principalmente de
7 En tercer lugar, la verdadera Y propl b mn ambiguo Y equivoCO, esta segunda relación, hasta tal punto que si pudiese permanecer sin la eficien-
cipal' e instrumental, siendo el us~ de e~~a~n~:~e~~! su ~ignificaci6n. Suele Ua- cia, o al menos sin la eficiencia principal, habria bastante para tal denominación.
razón por la cual habrá que explicar d g pia y absolutamente se atribuye En consecuencia, no hay duda de que a toda causa principal que opera «ut quod»
marse causa principal a .aq~~lla a a lf~: s~~~ientemente el concepto; en pri- puede atribuirsele con verdad y propiedad el efecto atendiendo únicamente a la
la acción. Mas esta descnpclOn no exp 1 alma por ejemplo, es on
1 forma de una cosa, como e , . d' . pura eficiencia.
mer 1ugar, porque a . l o e s evidente' luego S1 esta lVl- 8. Si la denominación absoluta de agente es atribuible al instrumento.-
cierto modo causa, Y no es l~strumenta, coro rinci al ,si~ embrago, la acción
t
sión es adecuada, está contel';lda en la causa 1m! ;eiún dijo Aristóteles, pro-
no se le atribuye con propiedad? ~~rque e o:vien~ a toda causa principal. Hay,
Mayor dificultad se ofrece por el hecho de no parecer que esto sea propio de
la causa principal, ya que a veces se atribuye a la instrumental, como se ve en
los ejemplos teológicos. En efecto, se dice que el hombre consagra, absuelve, etc.,
píamente no hila; luego esa descnpclOD na e a causa principal que opera, Y otra aunque sólo haga esto instrumentalmente; y en las cosas físicas se dice del se-
pues, según explica el argumento expuest~~ un las ue suele llamarse causa prin~ men que dispone propiamente la materia y que mediante esa disposición pro-
que es el principio principal de la ~pe~~clO:, ~a co~viene a lo más a la primera duce la generación. El motivo parece estar en que tal denominación se atri-
cipal ut quod y ut quo; Y la delscnpclOn OO's cabe ob)'etar todavia que la des- buye propiamente al supuesto que opera, y, por tanto, si acaece que el instru-
causa, pero no a 1a segunda
. . y o que es ma t ,uod sino que conVlene . so'1o a la mento es un supuesto que opera por s! de algún modo, puede también atri-
cripción hecha no Co~vlene a toda caus\ u u:tiver;al y primera. pues, como se bu!rsele la acción. En efecto, si se dice del agua propia y absolutamente que
causa próxima y partlcular, m~. na a r:ncipal se divide en primera Y segunda; produce calor, aunque sea sólo como causa per accidens, sólo por el hecho de
echará de ver lue?o, la ca~sa e Clente p dos son causa principal; mejor, es. más ser el supuesto que sustenta el principio productor de calor, ¿qué tiene de ex-
es decir, en prÓXima Y umversal, y las. mbargo el efecto no se le atribuye traño el que se atribuya la acción al hombre o a otro supuesto, por más que
rincipal la primera que la seg,;nda, y .'lll e la segunda' pues cuando el hom- posea únicamente capacidad instrumental de operación? Mas a esto cabe decir
P . te a la pnmera
absoluta Y proptamen. d" smo aDios camina, ve o entlen . de, aunque
que esta denominación nunca se atribuye a la causa, a l!0 ser en virtud de al-
bre camina, ve, o e?t1.ende, no se. ;cen¿~e más principal que el hombre. Pero guna principalidad -valga la expresión- que posea en tal operación; por ejem-
tenga en esoS movumentos una m ue . t arque en realidad los efectos plo, se atribuye al hombre el consagrar o el absolver, etc., porque en la reali-
esta objeción no nos pone en m':l~h? apn~ao'pJmera con verdad y propiedad, zación de las acciones externas mediante las cuales se obtienen esos efectos, ope-
de las causas segundas pueden at;l lUlrse a. ga stnO Dios, que da el incremento.
ya que ni el que planta es algo, n< e que ne , tUl' instrumentali, ut patet exemplis theo-
descriptio non convenit óI?n~ ca,usae pri~~ dat, Deus·. Unde, licet terra germinet her-
logicis; horno enim dicitur consecrare, ab-
tiam seriero et connexionem ci ali. Haec enim, causa pnnclpahs ut rat~o
J bam virentem J Deo tamen tdbuitur quod
€RUsar um, rom e solvere, etc., quamvis solum instrumenta1i~
. fl
effectuum universi et moduro 1D uen 1 d~e,:
d' f!cta declarat, alta est q~ae, operatur, a~? producat faenum iumentis et herbam servi-
ter hoc fadat; et in physicis semen dicitur
. . causae curo secun IS, e est prindpium prmclpale operan 1, tuti hominum, et quod formet faetum in
concurren d1 pnmae . rb' proprie disponere materiam ~t mediante illa
de moralitate autem quae acUbus 1 ens ~~:e solent did causa principalis Uf qU 9d eJ utera, ae denique quod omnia opera nostra
dispositione generationem efficere. Et ratio
convenit quatenus liberi sunt,. n0:J? spectadt Uf uo' descriptio autem data convemt. a. operetur, ut inferius latius dieemus. Quod
~~~ priori causae, non vero posteno n . ergo illae denominatiónes videndi, etc., non esse videtur quia illa denommatio proprie
. '. d entero sClenttaID. se tribuitur supposito operanti, et ideo, si con~
conslderatlo a praes . ' d di- lmmo ulterius obiid potest quod non. oy?- tribuantur Deo, ideo est quia non sunt de-
ad moralero philosophlam ve1 pouus a tingat instrumentum esse suppositum ali-
n; causae ut quod conveníat \Ua, desc:lptlO, sumptae ex pura effidentia, sed magis ex
vinam theologiam, quo modo per se operans, illi etiam potest
sed soli causae proximae et tJart1~ula,nf n_on informatione et receptione motus aut actuS
De causa principali et .i!'lstrumentali prima ~ero universali et primae. l!t ~D1I? l~ ern~8 effecti. Non enim dicitur videre qui utcum~ attribui actio. Etenim, si nqua proprie et
simpliciter didtur calefacere, etiamsi tantum
expoStt10 constabit causa efficiens prmclpahs m. pr1~ que fadt visionem, sed qui ita fadt ut ea
sit causa per atcidens, solum quía est sup-
7 Tertio dividitur causa e~ficiens vera mam et 'secundam seu proximam et umv~r­ inIormetur; immo ab hac posteriori habi-
positum sustentans principium calefaciendi¡
ac propria in prindpalem et lnstrumen~r salero dividitur, et utraque est c~usa prm- tudine praedpue sumitur illa denominatio,
quid mirum quod homini ve1 alteri suppa-
lem quorum verborum usus ~ole~. esse va e cipalis' immo principiallor est pnma quam a,deo ut si illa manere posset sme efficientia,
sito tribuatur actio, etiamsi solam vim in-
ambiguus et aequivocus, quare dlllgenter :x~ secunda, et tamen sim~lidter et proprie :o~ ve! saltem sine efficientia prindpali, ad i1~
strumentalem operandi habeat? Sed ad noc
plicanda est eorum sig~ificati<) .. Causa. pnrr= attribuimr effecms pnmae, ¿;ed s~cun .a:, lam denominationem sufficeret. Igitur non
did potest hanc denominationem nunquam
'm horno ambulat, videt aut llltelhglt, est dubium quin effectus quo!.!.d puram ef-
cipalis did salet ea CUt pro pr¡le et dSlmt:,p cum em ' 1 'd ut in- ficientiam omni prindpali causae operanti attribui causa,e nisi ratione I'llicuius prind-
.'
citer attnbmtul' acUo, er
. V uro laec eser -
. 'd ro dicitur Deus am'ou are, VI ~r: a palitatis (ut sic dicam) quam jn tali opera..
tio non satis rem declarat; pr1~O ql;H e t' ~e~rrgere quamvis principalius effl~lat. motus ut quod vere ac proprie attribui possit.
tione haber; ut homini attribuitur quod
. 'm ve·A;)1' grat ta es 'U 'm horno Sed haec oblecUO non ·8. Agentis _absoluta denommatio an in-
q uia for. roa rel, ut anl a , : ' l'
"t non mstrumenta 1S, ~~~tu:aurget na~ revera possunt effectL~s strUmento tribuatur.- Maiorero difficulta- consecret vel absolvat, etc., quia in exer-
aliquo modo causa, ,~,. .
ut constat; ergo, si dlVl~10 ,1Ua, est a q
dae uata
mi causarum sec~ndarum propri~ et vere att?- ~em ingerít quia non videtur hoc proprium cendis actionibus externis per quas HU ef-
feetus fiunt operatur ut causa principalis et
continetur sub causa pnnclpah, .et taI?en ut bui primae, quía neque qui r.l~ntat est a loO
.causae-, principalis, naro interduro attribui-
propne. non tn'b' Ultur, actiO quta amma, ·u qut'd, neque qui rigat , sed qua incrementum
Aristote1es dixit, proprie non net; ergo 1 a
Disputación XVIl.-Sección Il 63
Disputaciones metafísicos
------'- ral I?ara la introducción de la forma sust .
62 propia e mtrinseca para tal accI·o.n . t ancIal del fuego, posee una virtud
. . ms rumental E f .
ra como causa principal Y por realizarlas como dueño de sus acciones. Del se- sm capaCIdad proporcionada ' ni la posee como algo . n e tecto,
' m, puede obrar
. .
men, en cambio, no se dice que genere propiamente, ni tampoco que organice llego a posee como innata y . YSI' se dIce . ex rmseco o adventlclO'
.d
1 propIa.
Icapac! ad, pero que es ,instrumental . '
o disponga propiamente la materia, a na ser en cuanto mediante. su propia vir- . que posee Ciertamente la
est
tud puede realizar algo previo, en lo que se porta como agente principal. Final- mos, a saber, qué es lo que le falta o es 1 precl~amente 10 que investiga-
mente, del agua no se dice que calienta esencialmente, sino accidentalmente, dado. que se demostró que operaba por ;~:ud a raz~n. de principio principal,
no teniendo, por tanto, nada que ver con la cuestión, ya que aqu! tratamos de cesarlO 10 que se añadía en segundo 1 propl~, y tampoco parece ne-
la atribución esencial. Y esa misma denominación accidental tiene su funda- te. Primeramente, porque igual que eygar 1a prorósIto de la virtud suficien-
mento en el hecho de que el agua se porta como operante principal en la ra- la forma de fuego, del mismo modo t ca or - so; no basta para introducir
zón de subsistente Y de sustentante del principio productor de calor. Así, pues, lor; luego, por la misma razón la form ampoco, as~a J~ sola forma sin ca-
hablando en absoluto, es propio de la causa principal el que se le atribuya la porque la causa principal ha d~ ser ult~r~~n::r: PJ~n~!'Jo suficiente. Además,
acción y el efecto. Esto podda acomodarse proporcionalmente al agente «quod" y. ambas se. distinguen de la instrumental. masnI e IVI 1 a e~ total y parcial,
y al principio de obrar «qua», a aquél en cuanto operante, a éste en cuanto vrrtud suficIente; luego no es legítimo' ~ ~ausa parCIal no opera con
razón principal del operar, Puede añadirse todav!a que se denomina en abso- esto. . Asimismo, cuando se dice que IacapaCla
que s':dlad dlstmga
de la cade la instrumental por
su ~,ente, o se entiende la suficiencia en cual ui. ' usa pnnClpa debe ser
··1
luto causa principal a la causa operante {<lit quod», mientras que al principia-
se le denomina sólo reductiva Y relativamente. Basta, por lo mismo, que se le fi
efiClente, y esto es falso' de 10 cont . . q el genero u orden de causa
aplique también de igual modo la descripción. En este sentido, pues, es defen- porque ~Iinguna es _absol~tamente sufi~~~~~e ~I~~na . causa tegunda se.ría principal,
dible aquella definición, aunque en ella no se explica la razón propia en virtud concurnese con la segunda obraría co o' as au.n,.01 a causa pnmera cuando
de la cual se le atribuye el efecto absolutamente a la causa principal, siendo asi no opera como suficiente por sí sola :;: c~usa. prmclp~l, ya que en estos casos
que en esto parece consistir precisamente la razón propia de la causa principal. género determinado también la . ,:"pelo SI se entIende la suficiencia en su
luego la razón pr~pia de causa ca~:cim;ltrumental es suficiente en su orden;
por esto. Finalmente lo que se añ~de p n? queda sufiCIentemente explicada
Segundo modo contribuye a la explicación, ya porqu: r.ro!:;lt?d ~l ~~ncurso debido, en nada
a toda causa principal, sino sólo a la se gunda .eSI a e .• concurso no conviene
9. En otro sentido suele llamarse causa principal a la que influye en el !la se debe únicamente a la causa princi 1 .' ya ta:?len por.que el concurso
efecto con su virtud propia; o de otra mauera, a la que influye con virtud efecto, al calo.r se le debe el concurso pa, smo tam len a la mstrumental; en
suficiente, es decir, a la que es suficiente con el concurso debido para producir es que el calor es suficiente. por copa~a ~alentar y para producir el fuego, si
el efecto. Sin embargo, no parece que quede explicada suficientemente de nin- por ninguno de estos modos 'la razón ~,gUlente no J¡>arece explicarse bastante
guno de estos modos la razón propia y adecuada de esta causa. Porque el instrumental. e causa prmclpal, ni distinguirse de la
influir con virtud propia en el efecto no sólo conviene a la causa principal, sino
también a la instrumental, sobre todo en los instrumentos naturales, dejando
aparte los otroS. Pues el calor natural, que es el iustrumento para convertir el
alimento en sustancia del que se alimenta, tiene fuerza natural e innata para hu~stantia~ . aliti, paturalem et innatam viro c~"';lsae prin~ipali.s. dicitur debere esse suf-
• a .et a~ l11am acrionem, et simiEter calor fl~lens, aut mtelhgltur de sufficientía in om-
esa acción, Y de igual manera el calor del fuego, si es el instrumento natu-
19ruS, . SI est naturale instrumentum ad in~ m genere auí ordine causae efficientis et
trodu~endam formarn substantiaiePl igrus hoc est. f~lsuI?' alias nulla causa secdnda
illi eodero modo accomroodetur descriptio. propnam ~t insitam virtutem habet ad illa~ es~et pfl?Clpahs, quia nulla est absolute suf~
quia ma eadero operatur ut dominus suarum In hune ergo moduro sustineri potest illa a~uonero lOstrumentariam. Neque enim sine ficlens; lmmo nec causa pdma, quando con-
actionum. Semen autern non dicitur propde definitio, quarnvis in ea non explicetur pro- :tute proportio~ata agere potest, neque
pria ratio ob quaro causae principali sim- c?,rre.ret cu.m secunda, ageret ut causa prin-
generare, nec etiam proprie organízare aut aro . babet extnnsecam aut adventitiam' clpahs, qu~a tune non operatur ut per se
disponere materiam nisi in qUllntum propria pUciter tribuitur effectus, curn tamen in ea hrr lOna~am et propriam. Quod si dicatu'r so~a s~ff~clens. Si vero intelligatur de suf-
virtute potest aliquid praevium efficere, in consistere videatur propda ratio causae prin-- a ere .quldem virtutem, esse tamen instruR ficlenu~ m St;t0 genere, etiam causa instru-
qua se gerit ut agens principale. Denique eipalis. m~nta:l~m, ~oc est quod inquirimus, nempe mentahs est m suo ordine sufficíens' ergo
aqua non didtur per se calefr~'.::ere, sed per
acddens, et ideo non est ad rem, quia hic Secundus modus q~l1~ 1111 deslt ad rationem principalís prin-
per hoc ~on. sa~is declaratur propri~ ratio
ClP~l: curo ostet;Isum sit propria virtute ope-
ag imus de attributione per se. Et illa eadem causae prmclpahs. Denique, quod additur
9. Aliter ergo did solet .causa principa- rarI, 3eque entro necessarium videtur quod de concursu de?ito, nihil amplius rem de-
denominado per accidens fundamentum ha- lis illa quae propria virtute influit in effec- .S~CU!l o loco adiiciebatur de virtute suffi
bet in ca quod aqua in ratione subsistentis Clenu Primo dq t;tl'dem, qUla
., - calor- clarat, .tum q~la necessitas concursus non
tum; vel aliter, quae sufficienti virtute in- non ;uff' <¡lcut solus convemt omm causae principali, sed tan-
et sustentarís principium calefaciendi se fluit, seu quae curo concursu Sibi debito-' 't. IClt a lOtroducendam formam ignis
gerit ut principale operans. Sic igirur, sim- sufficiens est ad producendum effectuiQ.. ~ a neq~e sola forma sine calore; ergo ea~ tum secundae, tum eriam quia concursus
n?n t~ntum debetur causae pdncipali sed
pliciter loquendo, proprium ~st pdncipalis Null0 tamen ex his modis videtur sufficien- fi~r¡ rat1on~ forma non erit pdncipium suf- euam mstrumentariae; calod enim debetur
causae quod ei tribuantur acÜo et effectus. ter declarad propda et adaeq uata ratio hu- den:s, Demde,. qui:'l causa principalís divi-
mo concursu~ et a~ ~al~faciendum et ad produ-
Et posset hoc cum proportione accom - ius causae. Nam propria virtute infiuere in est ultenus tu totalem et partialem
cendum 19nero, SI Slt sufficiens calor' Dullo
dari agenti quod et principio ag endi qua, utraque distinguitur ab instrumentali .'
illi ut operanti, huic ut principali rationi
effecturo non soluro principali causae' con-'
venit, sed etiam instrumentali, praesertiro in -;_i;;_.ufii;~i.;;a~Udt_em
partialis non operatur virtute
er~o ex bis modís' videtur satis d~clarari
operandi. Et addi etiam potest caUSa..TIl prin- ergo recte i.n hoc separa- r~u? cal!sae principalis et ab instrumentada
naturalíbus instrumentis, quidquid sit de·
cipalern absolute dici de causa operante ut aliis. Calor enim naturalis, qui est instru- Praeterea, euro virtus dlsungm.
quod, de principia autem nonnisi reductive mentum ad convertendum alimentum in.
et secundum quid; ideoque satis esse ut
Disputación XVIl.-=Sección II 65
Disputacicmes metafísicas ------

64 mo, no ·le
respecto de corresponde el influir'
la cual es instrume .
t mm:dIatamente en la inducción de la forma
Tercer modo rarla por vía de eficienci'" C J?- o,. smo que le corresponde únicamente prepa·
ID uye mmedtatamcnte en la f .~
. fl .. onsllSUlentemente or e1 contrarIO,. toda causa que
10. Por esto puede haber otro modo de expresarse: que la causa princi· orma sera, causa ' pp.
<l.

. 1 .
pa! es aquella que próximamente Y por propio influjo influye en el efecto o en · 11 . Los instrumentos influyen en la orm nnclpa. y no mstrumental.
la forma constitutiva del efecto. Esta sentencia se explica mejor poniendo al e,pal.- Empero esta sentencia no d f .. bal pretendtda por el agente prin·
mismo tiempo el concepto de causa instrumental Y la diferencia entre ambas. fa! l. es a mlS1 e porqu . I
· so que a causa mstrumental en cu t ' ' e, en pnmer ugar, es
Efectivamente, causa instrumental será aquella que mediante su acción no aC~ diatamente y en sí misma la for an m~trumental no alcance nunca inme-
°
túa inmediatamente en e! efecto o forma, sino en algo previo, de 10 que dieha que se hace evidente en prl.merm,a pretendl~a por el agente principal, plmto
n e ec~?, en las cosas sobrenaturales l~s s
E f ' - ugar partlendo d . d .
forma resulta sin que sea afectada próximamente Y en si por el instrumento. e una. m UCClón contraria.
De aquí resulta qne toda causa instrumental es principal respecto de algún producclon de la gracia actuando· d' acramentos son mstrumentos para la
efecto, a saber, de aque! en que influye próximamente Y por si; en cambio es
. . ' mme latamente en 11 di·
esucnsto, medIante las acciones de h . e a, y e mIsmo modo
instrumenta! respecto de aquel otrO que de él resulta. Se explica con ejemplos, Jobras sobrenaturales, sobre las que ses~ b~,mamd~.d, producía inmediatamente
primeramente en las cosas artificiales, pues una sierra, por ejemplo, es instru, III parte. Asimismo, en las cosas natural:S o amp lamente en el 1 tomo de la
mento para realizar un determinado objeto artificial, y este instrumento sólo rea- tengan acción inmediata en la eduCClOneaorma . , d eS mfas probable t ·que
l los accidentes
.
l
liza próximamente la operación de cortar, impulsando Y removiendo de su lu· mento~ de i a sustancia. Igualmente es rob . ~~s anCla, como mstru~
gar las partes intermedias, Y respecto de este efecto está más bien en relación actúa mstrumentalmente
. en la prodUCCln .Pó dablel la opmlOn deI··bl
e aesp·· aue el fantasma-
de causa principal; de aqul, empero, brota la forma artificial, respecto de la argo, no aoltca su acción a algo previ . . ¿.ecle mte Igl e, y, sin em-
cual se le compara como causa instrumental, porque no actúa inmediatamente ma en sí. Finalmente parece ue 1 o, smo mme latamente a la especie mis~
b
a orma
con su propia acción en ella, sino que resulta del primer efecto. Además, en mente por la forma del instru!ento ai del efecto es. alcanzada inmediata·
las cosas naturales el calor del fuego es instrumento para la forma de fuego, como cuando mediante un sello . ~nas veces en los Instrumentos de arte
se ImprIme una f i ' '
porque actúa inmediatamente en el calor respecto del cual se porta como causa en una moneda, por más que en estos gura semeJante en la cera o
principal; de aqul a su vez surge la forma sustancial, sobre la que no actúa una fiRura, sino un «donde}) di a lo casos .en realidad no se produce de suyo
inmediatamente, según la sentencia probable de Escoto Y de otroS. Finalmente, As!, ¡;ues, con un sentido ~ás ggellera'}ues2~~::' Escoto, ue .al que luego citaremos.
en las cosas sobrenaturales, de. acuerdo con la opinión del Paludano, Capréolo estos mstrumentos no alcanzan de s ' a 9 SIn duda es verdad que
.I . uyo con su aCC1ón 1 fi
y otros, se llama a los sacramentos instrumentos de la gracia porque no e\ercen Cla ; . Sin embargo, esto no se debe a ue .a a gura o forma arti·
su influencia en ella, sino en algo previo para la misma. Por esO este modo de fique dIcha forma no es productibl d q concurran Instrumentalmente, sino a
expresarse se puede atribuir nO sin razón a los autores citados en los eiemplos 'principal la produce de otra man~r e otra suerte. Por eso tampoco el agente
segundo y tercero, a los que parece apoyar bastante Santo Tomás, I, q. 45, a. 5, término local de movimento el cu la, ya quedde suyo produce únicamente un
· ~ a es un {( ande}) y d .
a! decir que la cansa segunda instrumental no participa de la acción de la can· mIento con un modo y orden determinado b ,por pro nC.lr ese movi-
sa superior, a no ser en cuanto, mediante algo que le es propio, opera dispo- figura concreta; luego en esa acción el a ,rota. co;n0 cOi;seCUencla de él una
sitivamente en orden al efecto del agente principal. y puede darse como raz6n den distinguirse por la aplicación med· tgent~ prmd~lpal e mstrumental no pue-
el que el concurso del instrumento siempre es. imperfecto, Y que, por lo mis- e'" laa o mme tata de s " Y
s mas, SI nos fiJamos en el término que se pro duce de suyo, u aCClon.
el cual lo
es que
un
lis; inde vero resultat forma artHieíalis,
Tertius modus ad quam comparatur ut instrúmentalis ·cau-,
sum
f .ut immedi at e attmgat
. .
mdnctionem eius ~~. attingere productionem 'Ipeciei intelligi
et dta:nen ~on attingit aliquid prae=
S¡\ quia illam non attingit immediate propria
10. Propter haec potest eS3e alius dicen- ormae ad Quam est instrumentum sed so : ISJ
actione, sed solum resultat ·ex priori effectU. ¡euro ut .."d iosa lClendo praeparet.
- tI? eff·· ' Unde• vmn;, se. lI?medlate ipsam speciem in se
di modus, causam principalcm eam esse
quae proxime et per propriurn influxum in-
Deinde in naturalibus catar. ,gnis egt ingtru-
mentum ad formam ignis, quta immediate tincinverso omnt~ ca~sa. quae immediate at- ~ee~lqUe m mstrum;ntis artis aliquando vi~
me~:ali~~mam ent pnnclpalis et non instru- t' .r ler formam mstrumenti proxime at-
fluit in effectum 'Jeu in formam constituen- attingit calorem respectu cuius se hahet ut ~r;'fl orma effectus, ut cum sigillo impri-
tem effectum. Quae sententia melius dec1a- causa principalis; inde vero resultat forma 1 VI • cerae au~ monetae similis fig ura
11. Instrumenta attingunt form .
ratur adiungendo simul rationem instrUmen-
talis causae et utriusque differentiam. Cau-
substantialis, quam immediate non attimdt,
iuxta probabilem sententiam Scoti et alio-
ram ab agente
tenti
•.. .am tnten-
b ' pnnctpalt.- Haec vero sen- ~uamvls tunc etlam l'evera non per se fia!
sa enim instrumentalis erit illa quae sua rumo Denique in supernatu"alibus, iuxta falsu::n ~ro art no~ potest, quia imprimís ta~~~' s~d ~bi, quidquid Scotus infra ci-
actione non attingit immediate effectum Paludani, Capreoli et aliorum opinionem, mental st causam mstrumentalem ut instru- veru~ qSl?cr1 cet. Igitur generalius dieítur
seu formam, sed aliquid praeviurn ex quo
taHs forma resultat quam proxime et in se
sacramenta dicuntur instrumenta gratiae
quia non ipsaro, sed aliquid praevium e.d
iri se f:m~un~uam attingere immediate et
quod' patet m. mtentam ~ ~rincipali agente,
~: ~tti~~e~; fi:~.:e~e~n}:,:~:'::t~rf;~~i~~
instrumentum non attingit. Unde fit ut om- ipsam attingunt. Unde non. immerito hic :in__ prImo contrana mductione Nam con~ur~~~~ ~~dnqon. eS~llqufia instruroentalitel
.•·;.'.m.'e~~:e:datuffr.aI.ibuds sacramenta sunt instru-
, ura 1 a arma non est r
nís causa instrumentalis sit principalís re- modus dicendí tribui potest his auctoribus e IClen am gratiam' . ter per se producibilis Unde ne u . a 1~
spectu alicuius effectuS, illi,lS, nimirum, in secundo et tertio exemplo citatis, quibuS ~ !\ttingendo. et . T . ' lpsam m se agens principale illam' aIiter ind~c~ .1P~~~.
quem proxime et per se attingit; instrum'en- non parum favere videtur D. Thomas, 1, 'spae hurnanitatl~ml t~~er Cbhn~tus pe! actiones f-er . se so!uro fac~t terminum locale~ mo-
taHs vero sit respectu alterius, qui inde re- .q. 45, a. 5, dicens quod causa secunda ,uper~~~u~.¡i;;: a 10ge at lmmedlate opera lOn:s, qm e~t. alIquod Ubi, et quia illaro
sultat. Exemplis declaratur primo in arti- instrumentalis non participat actlOoem cau~ T tom 'I~~ quib?s dicturn est late in
rob b·.¡' partls. Rursus in natura- motlonem efflclt certo modo et ordine . d
ficialibus, nam serra, verbi gratia, est in- sae superioris nisi in quantum per aliquid resultat talis figura' ergo in .' m e
strumentum ad tale artificium faciendum, sibi proprium díspositive operatur ad ef~ P ba 1 tU.S est accidentia ut instru~ possunt .' ea actlOne non
. ~gens . pr10cipale et instrumental
quod instrumentum proxime soluro effi- fectuID principalis agentis. Et ratio reddi Z~~Wb~í~il¡s~u;~stantlarum
i',i
attin&"ere immediate
f<;r!llae substanttalis. Est etiam
d"
lstmgUl ID attmgendo mediate vel i rnme d' e
cit incisionem, impellendo et loco moven- potest quia concursus instrumenti semper OplDIO phantasm,a instrumentali~ te. Iromo, si consideremus terminum per ta- se
do partes intermedias, et ad hunc effec- est imperfectuS, et ideo non pertinet ad ip-
tum potius coroparatur ut. causa principa- 5
Disputaciones metafísicas Di,putación X VIl.-Sección-
,
II - - - - -
- " , , '

cióll: algo que puede realizar el in ' _67


real1Za como instrumento. Em ero ::umento como ~fecto propio y algo ne
"donde», parece que el instrumento lo afecta con más inmediateidad, puesto
que el pintor no mueve el color si nO es mediante el pincel, y así en otros casOS. fl asu~;o presente se refiere, que ~n ~¡"s.
cosas conVIenen en esto, por lo ~ue
La última forma, a su vez, o la figura no se produce de suyo mediante otra e~ :~ec~~n dqule como instrumento ejerce
. o e agente principal en "
I:t~~entod~n
cuanto tal y mediante
mme latamente y por si sobre
acción, sino que es un resultado del primer término. esencIalmente capaz de ser p;OduC~~n~ este .es sus~:p.tible de dicha acción o
man ra ~~ concepto de instrumento n~tur~l reahdad dlfIclh;nente se salva de otra
12. Se explica, además, por razón, puesto que puede entenderse que el ins-
trumento concurre de tres maneras al efecto de! agente principal, a saber, o
sólo remotamente, produciendo en concreto algo previo, o sólo próximamente, ~l~:::nt:%':' ex~mseca,
7 según luego explic;r:
len seoto, In IV, disto 1, q. 1 . '
~n s;~
cond Impropiedad y por de-
vor e esta sentencia se in-
es decir, actuando inmediatamente en la forma pretendida por e! agente prin-
cipal, o de ambos modos a la vez; ahora bien, la razón de instrumento nO se Cuarta explicaci6n de la causa principal . t
limita al primer modo, ann concediendo que pueda concurrir asi; luego no es 13. El cuarto modo de expresión d e ms rumental
legitimo distinguir, atendiendo a dicho modo de actuar, e! agente instrumental .qu~lla que obra únicamente en cuant pue e. ~er que la causa instrumental es
de! principal. La menor quedó bastante explicada con los ejemplos aducidos. trano es causa principal la que tiene de o mov! ,a po~ otra; y que por el con-
Puede darse como razón el que, aunque e! concurso instrumental sea de orden de lotro: Esta explicación parece tomad;oJe s~ fuerza para operar sin la moción
inferior, sin embargo, puesto que e! instrumento no puede realizar su acción en o~ mstrumentos del arte; en ef t o que nos enseña la experiencia
por si solo, sino ayudado Y confortado por e! agente principal, por lo mismo no eXiste otro modo de operar. Por ~~oo, estos nos ~son. más concidos y en ellos
no existe repuguancia alguna en que e! instrumento alcance inmediatamente con en el argumento cuarto afirma que l' Santo Tomas, hb. II cont. Gent c 21
su acción al efecto del agente principal. Por eso Santo Tomás, IIl, q. 77, a. 3, sar algo a no ser por vía de movim' e mstrumento no se emp1ea nunca para . ,cau~
.,
ad 3, Y en q. 79, a. 2, ad 3, dice: ningún obstáculo hay en que la causa ins- pertene~e ser algo que mueve siendo ~~~d:.a que al concepto de instrumento
trumental produzca un efecto mejor Y superior a su especie. Con este argu- que el mstrumento es un medio entre la ,y. en. el argumento quinto afirma
mento queda refutado e! fundamento de la sentencia contraria; ni en otros pa- dU~ !a eficacia de! agente principal lleg~~us~/tr1nctpa~ y el efec~o, de tal suerte
sajes está Santo Tomás en contradicción con nosotros, sino que más bien pres- e mstr~mento. De esto infieren alg un . s a e e ecto medIante la moción
ta apoyo a esta sentencia; en efecto, nO afirma que e! instrumento concurra sólo modo. amba explicado- que cuando co~s -:-extr.emamente opuestos al tercer
dispositivamente al efecto del agente principal, sino que dice que no participa y la mstrumental, el efecto sufre más in c~:ren Juntamente la causa principal
la acción de! agente principal a no ser mediante su propia acción. Por esO los l~~trumental q~e de la principal (entiend~eellata:ne~te la. influencia de la causa
tomistas concluyen que todo instrumento tiene dos acciones: una, mediante clOn. -como dlcen- de supuesto a mas mme.dIatamente con inmedia-
la cual realiza algo que le es propio, en la que no ejercita plenamente su oficio :nedlal.'te el instrumento); se dice' i
que ~l agente pnncipal no obra si no es
de instrumento; otra, propiamente instrumental, por la que influye inmediata- l'.'medlatamente con inmediación de n t~m;lO, que el agente priocipal obra más
mente en e! efectO de! agente principal. El Ferrariense defiende que estas ac- 81 no es por virtud de él. Por esto v ~ u , puesto q~e el instrumento no obra
puesto q~e 7 instrumento en cuan'to ta~onfirm~ rac~onalmente dicha sentencia,
S
ciones son siempre realmente distintas, en Il cont. Gent., c. 21. En cambio Caye- 1
fano, l, q. 45, a. 5, afirma con más razón que esto no es necesario, ya que a agente prmclpal; mas el instrumento no no o ra .81. no es por virtud de un
veces sólo hay una acción única en la que distinguimos por razón o acomoda- de la vrrtud del agente principal si no puede 'drec!blr fuerzas en su operación
es mOVl o por ella' 1
~str~mentum
. l
ex propriis otest . ' uego e concepto
attingat effeetum principalis agentis. Unde ahqmd quod attingit ut in~tru attmgere, et operandi modus Unde D
productum, qui est Ubi~ immediatius vide~ D. Thomas, IU, q. 77, a. 3, ad 3, et q. 79, bo autem conveniunt in hoc rnentum. Am- Gent., c. 21, ¡atione . Thomas, II cont.
a~tione~e ~nstrumen~um
tur instrumentum illum attingere, quia pic- a. 2, ad 3, dicit: Nihil prohibet caUsam praesentem spectat nem .' quod ad rem nunquam adhiberi d 4, al! mstrumentum
tor non movet colorem rusi medio penicíllo, instrumentalem producere po'tiorem effec- tale est et Der ut nisi per viam motua causadndum. aliquid
tum et ultra suam speciem. Ex qua ratione mentum exercet' . uam ut mstru- strurnenti e s, nam e ratIone m-
,fug~~ilf:u~t ~~~c~~Wsg~~e~d~~~~:~~u~ ~~: ~~e;;,n~n~Ui~:a q~f,d i~~~l'::'':;:~~~mm~;~~ ;m:~
et sic de aliis. Ultima vera forma seu figu-
ra non alia actione per se attingitur, sed ex solutum manet fundamentum contrariae sen-
tentiae; neque D. Thomas in eliQ loco no~
priori termino resultat.
12. Praeterea dec1aratur ratione, quia tri- bis repugnat, sed potius huic sententiae
~:1i~:X n':;\ter}~~;:~:el'~f~~~~:~~~~~~¡ ~~= ~~ ~fie~;~~~~~S~rin~f~~fi~a~~~t¡: ~f:~~~~;
f~1a~~t1;~~~~~~~:~~~ei~f~ri~~r 1,cl~:;:~~~tiE; ~~~io in!~~~t 7:li~~im~~:~~~:n~fs~ld~~~~s E~
bus modis intelligi potest instrumentum favet; non enim ait instrumentum tantum
coneurrere ad effectum principalisendo agentis , dispositive concurrere ad effectum 'principa-
lis agentis, sed non participare actionem upra
scilicet, vel tantum remate, etting
licet aliquid praevium, vel tantum proxime,
sci-
principalis agentis, nisi media aetione pro~ IV, disto 1 q 1
, . . mc mat etmm Seot., In concurrun( cau ~ra~tato, quanclo simu1
talis, irnmediatiussa prrnCl
atti ~al·1sff et lDstrumen~
.
nempe attingendo imroediate formam inten- pria. U ncle thomistae e01ligunt omne instru- strumentali quam a ~gl. e '~et;tm ab io-
mentu m duas habere aetione, ~ unam, qua
tam a principali agente, vel simul utroque
agit aliquid proprium, in qua non complete Quarta expo;itio causae principalis (in9uam? immediatio:en~?:r' l)mmediat~u.s
.modo; sed ratio instrumenti non limitatur et mstrumentalis qUla prmcipale agens non ;mt . ~uppos~t1,
ad priorem maduro, estO interdum ita pos~ exereet officium instrumenti; aliam proprie strumenturn'
sit eoncurrere; ergo non recte in eo modo instrumentalem, qua immediate influit in 13. Quartus ca
.lDstrumentalem ruod us d·leend"1 esse potest . . ' immed"mtlOneaglt nlSl per
autero . lO-.
ens effectum principalis agentis. Quas aétiones dlettur agens principale' d'· vutuus
attingendi distinguitur instrumentale ag lum ut mot usam. eam es se quae 50- q.uia instrumentum non ~~~e .1~tl.US ~gere,
a prineipali. Minor satis dec1ar:lta est exem~ semper esse realiter distinetas contendít Fer-
pIi'l adduetis. Et ratio reddi potest, quia etsi rarien., iI cont. Gent., c. 21. Caietanus vera, ....••.
.::;, i.; ;:f!~:ci:;,~~~; eausat?
a ab a11o; e (ontrado vero
ess~ qU'le per se et
ems. Atque- hine confir 1 ruS!.1O VIrtute
sententia:. atorut ra~lOne
instrumentalis concursus sit inferioris ratio- 1, q. 45, a. 5, rectius dieit hoc non esse altenus VIro habet op d' . .. . nam instrumenmtum SIC non
haee.
nis, tamen, quia instrumentum non attingit necessarium, nam interdum est unica tan-
tum aetio, in qua seeundum n.!Íonem vel
>:: .l~~~;:,,;::'i~:~~:\~ su~pta VI'd etar ex hiseran
quae1.
'artls experirnllf' illa . .
OlSl 10. vlrtute principalis a enti· .
potest mstrumentum ... g s, sed non
aglt
per se soluro, sed ut adiutum et conforta-
accommodationem distinguimus aliquid quod sunt et'm elS . non' aliusemmest te principalis agentis,mt~ ~n operando virtu~
ruS! qUla ab illa mo-
tum a principali agente, ideo nulla est re-
pugnantia quod instrumentum immediate
68 Disputación XVIl.-Sección Il
----. ---- 69
- qu·e····d· ·a·- debl'damen~explicado p.or. el hech,o de obrax en_
--
ne causa instrumental 1 1 que no ne gún dijo Aristóteles, lib. IV De Partibus animal., c. 10, sin embargo, en rea-
-l.'11anto movida por otro, y, en consecuencia, causa prmclpa sera a lidad es un agente principal, pues tiene en sí una virtud parcial para trans-
cesita la moción de otra para .operar. ., por parte de la causa principal,- portar, o impulsar, o levantar. Por eso, en estos casos muchas veces la moción
14. Si el instrumento e,xzge altruna ~~~::nte el concepto, ni resulta satis- de una cosa es sólo una condición necesaria para llevar o impulsar a otra, lo
Pero tampoco esta sentenCia exphc~ P I ' trumento obra en cuanto mo- cual no basta para privarla de la esencia de agente principal y para conferirle
factoría. Efectivamente, cuando se dlCed!U~~ne:~. La una, respecto del m~yi­ la esencia propia del instrumento. Es más, también el cielo -según pretenden
vida por otro, ~~be entend.er. esto del' tr ento mismo y previa a su aCClOn, muchos- no mueve si no es movido, y sin embargo no mueve como instru-
miento o mutaclOU real recIbIda en e m~. ~m 1 Ferrariense en el lib. TI cant, mento, punto del que nos ocuparemos luego. Por tanto, la razón o condición
y en este senti~o entiende dicha propo~lcl ?
e ro osición no puede ser univer- de mover siendo movido mediante una mutación real en sí recibida, no basta
Gent., c. 21. Sm embargo, en este senu~o adaPder~ a no ser en los instrumen- para distinguir debidamente a la causa instrumental de la principal, porque no
' s aún apenas sera v e r , . .
salmenre verdadera, ma '. d la operación mediante un mOV1m1ento todos los instrumentos son, movidos de esta suerte para obrar y porque acaece
tos del arte, los cuales son aphca os a ales no 10 será en modo alguno; que algunas causas principales son movidas aproximadamente del mismo modo
local; en cambio, en los instr?mentos natu~ 'acción recibe en si antes de con que sucede que se mueven algunos instrumentos. Tenemos un indicio de
porque SI. e1 f antasma . es un mstrumento'..t que 1';) Esto empero es algo fi cUClO
' , esto en que los instrumentos del arte necesitan de algún movimiento incluso
obrar? ¿Recibe acaso en s~ alguna luz e~p1f1tuaa;erial 'Igualme~te, el calor del para realizar aquello que pueden hacer por su propia virtud, consiguiéndose
y en contradicción palmana con un su¡etod m fueg¿ y el calor vital o la po- s6lo mediante el arte el que dicho movimiento se realice de una manera or-
fuego es el instrumento de éste p~ra engen. r~~ument~s en los cuales no puede denada.
tenda nutritiva- 10 es para produ.cIT carne, dn:te Del mis:no modo se dice que 15. Si las criaturas pueden ser llamadas instrumentos de Dios.- Así, pues,
pensarse ninguna verdadera moc;ón antece e el' cual una vez desprendido, no puede decirse que el instrumento obra en cuanto movido por otro en un sen-
el semen es un instrumeIl:to de generant e,. . 1 Dejo a un lado los instru- tido distinto, es decir, en cuanto subordinado a otro, o en cuanto hace sus ve-
recibe ninguna nueva mocIón del agente pr.rt:;,aa;"ente en la JI! parte, q. 13 ces, o también en cuanto ayudado por el agente principal, según los diversos
mentos sobrenaturales; de los que Fe ocup que gmueven siendo movidas actúan géneros de instrumentos que se explicarán luego. Ciertamente que en este sen~
y 62. Todavía añado que no todas .as cosas tos sino que algunas actúan como tido es verdad que todo instrumento obra en cuanto movido por otro -si es
. n rigor- como mstrumen , 1 'ó
-propiamente y e .1 E fecto algunas no causan a teraCl n que es licito expresarse así-, sin embargo esto no es algo característico del
agentes principales, al m~nos rarc~ es. n ~jempio la pimienta no da calor si instrumento entendido estrictamente, tal como ahora tratamos de él y 10 dis-
si previamente no han SIdo a tera as, .por bargo no calie:nta sólo mediante la ,tinguimos de la causa principal, sino que más bien es algo común a todo prin-
no ha sid~ !,revia~ente c:'~ntat:biJ~ ~mlae~uya propia e innata, que es virtud cipio inferior de obrar y a toda causa fuera de la primera. Porque, en primer
virtud reclb1da, sm? tam len • or tanto se porta en esto como agente lugar, todas las causas segundas obran movidas por la primera, esto es, co'n el
eminentemente destmada a calentar, p 1 bastón si no es moviendo la mano. concurso y auxilio de la primera, como explicaremos luego, y, sin embargo,
. . 1 1 al e te el hombre 110 mueve e . .
prmclpa. gu~ ID n , 1 11" mars" a la mano mstrumento, o mejor, no son propiamente instrumentos, sino que son causas principales en su género.
y aunque bajo este concepto sue a. a ~to anterior a los instrumentos, se- Ya sé que algunos entre los autores antiguos llamaban a veces a las causas se-
instrumento de los itlstrumentos o mstrume
gundas instrumentos, de la primera, como pued~ verse en Santo Tomás, q. 3,
est instrumentum eius ad g~neran~~ De Potentz'a, a. 7, donde llega a la siguiente conclusión: por consiguiente Dios
vetur' ergo ratio instrumentalis causae rec-
te e~~licatur per hoc quod est agere ut .m~­ em et calor vitalis vel potentla nutnt1va
19n ,
ad producendam carnero, m 'b u s Dulla
. <;tUl,
tam ab alio, ct consequenter c~us~ prmCl- anim., c. 10, tamen revera est partiale mo- 15. CY'eaturaene dicendae De¡, instrumen-
palis erit q~ae ad agendum non mdlget mo- vera motio antecedens excogltan potest. vens principale, nam in se habet partialem ta.- Alio ergo sensu potest dici instrumenD
tione altenus. . 'b' Item semen dicitur instrumentum generan- virtutem trahendi, aut impellendi, aut sub- tum agel'e ut motum ab aEo, id est, ut sub-
14. An aliquam motionem vendtcet S~ t tis, ~uod, postquam deci~u~ est, nullam .TI?- levandi. U ncle in his saepe mOtÍo unius rei ordinatum alteri vel ut habens vicem ilD
instrumentum a principali cau;a.- Sed ne- vam motionem a orincIpah agente rec~plt. solum est eonditio necessaria ad trahendum
lius, vel etiam ut adiutum a püncipali agen-
que haee sententia ple~e. remo declarat aut Omitto supernaturalia instrumenta, de q~b: ve! impellenclum aliam, quod non satÍs est te, iuxta varia genera instrumentorum infe-
satisfacit. Cum enim dicltur mstrurnJ.nu;m late dixi in III, q, 13, et 62, Addo del~ ad tollendam rationem principalis agentis et rius decIaranda. Et in hoc sensu est quidem
agere ut moturo ab alio, duob.ls mo 18 m- on omnia quae movent mota agere ut tn- inducendam propriam l'ationem instrumenti.
verum omne instrumentum agere ut motum
telligi potest. Uno modo, de ,motu vel mu- ~tl'umenta; proprie et in rig?r~, sed ut agen- Immo et caelum (ut rnulti qol~Jnt) non mo- ab alío ~si tamen ita loqui HC;!L), tamen hoc
tatione reali recepta in ipso ~nstrumedto. et tia principalia, saltem parualu. Na~ quae- vet nisi moturn, et tamen non movet ut in~ non est proprium instrumenti stricte :mmp-
raevia ad acclonem eius, et noc mo o m- dam non alterant oisi alterata, ut plper non strumentum, de quo inferius. Itaque ex ra- ti, prout nune de ilIo agimus et a principali
felligit illam propositionem Ferr3;r., II eont. calefacit ni3i calefactum, et tamen non ca- tione vel conditione moventis moti per rea- causa illud distinguimus; quin potius coma
Gent., c, 21. Non .tameD: potest. m. eo ~e~si~ tefadt solum per virtutem l'eceptam, sed lem mutationem in se receptam, non recte mune est omni inferiori principio agencli '
propositio esse umversabter vera, l~m . distinguitur instrumentalis causa a princi~ omnique causae praeter prim<l.'TI, Nam im~
eriam per propriam et innatam, quae e~t, paJi, quia neque omnia instrumenta ita mo-
invenitur vera nisi in instrum~nt1s aru
uae per moturo localem apphcantur a d virtus eminens ad calefaciendum; unde Ul
ea se gerit ut principale agens, Itero, non
ventur ad agendum, f"t fere eo modo quo
primis omnes eausae seeundae agunt motae
a prima, id est, cum concursu et auxilio
¿perandum; in instrumentis autet;n naturae, contingit aliqua instrumenta moveri contin~
movet horno baculum n1si mo.,~ndo d~~num. git etiam maveri aliquas causas principales.
primae, ut infra_ decIarabimus, et tamen non
niinime; naro si phantasma e~t lllstr,ul!leo- sunt proprie instrumenta, sed causae prin-
Quamvis autem hac ration~ "f~ eat ICI ma- Cuius signum est quod instrumenta anís,
tum quam actionem in se ptl~S re:lplt. ~t nus instrumentum, vel potlU3 mstrumen~ cipales in suo genere. Scio n01lDul1os ex an-
a at? Numquid recipit in se Buquoa spm- etiam ad id agendum quod ex propda _vil'- tiquis auctoribus vacare aliquando causas-
t~ale turnen? At id fictitium est eta1sub~ect? instrumentorum seu instru.~entt1m ante l,n-
strumenta, ut Aristote1es dlXlt, IV de Parnb.
tute possunt, indigent aliquo motu, et per secundas instrumenta primae, ut patet apud
materiali plane repugnans. Itero, e or 19roS Irtem solum fit ut ílle motus ordinate fiat. D. Tbomam, q. 3 de Potent" a. 7, ubi ita
Disputación XVIl.-Sección 1.=-1_ __ 71
Disputaciones metafísicas
77'O~
" ____------------------~~~~~
. (do en el que todo agente es instru-
Cuál es el verdadero concepto de la causa instrumental y de la principal
es causa de toda acezan en el m1.Smo s;: ~ismo se toma de 1, q. 105, a. 5. y 16. Diversas acepciones de instrumento.- Puesto que la dificultad de este
mento de la divina virtud operante. Es Physica c 9 donde afirma problema parece depender en gran parte del uso de los términos, por eso, para
a el Damasceno en su ,., .
del mismo mod o se expres . que hay que anteponerlo a Ans- no enredarnos en algún equívoco, es menester distinguir las significaciones de
que éste es un dogma de PI~tón, ~~eq~~~~:~~o, lib. 1 Phys., texto 29. Por es? éstos. Y comenzando por el instrumento, o por la causa instrumental, hay una
tóteles en este punto. Lo m1smo t' m ergo afirma que se puede decrr manera de distinguirla de la causa principal por antonomasia, esto es, de la
d' t 1 q 1 § Ad quaes I O n e , . . 1 . que obra con absoluta independencia, tal cómo afirmó Escoto; en este sentido
Escoto, 1n IV , 18. , . , • • 1 d dos maneras' de modo prrnclpa pn-
que una causa obra de modo prmclpa e tido la~ causas segundas no son es fácil distinguir en general estos miembros; mas ahora no los entiendo en
. d dientemente Y en este sen d' este sentido, porque creo que es una manera impropia de expresarse.. En se-
mario, esto es, ID epen ' d " ncipal secundario, esto es, me lan- gundo lugar, se puede llamar causa instrumental a toda causa o virtud que se
principales, sino in~trun:ent~les. De ~~ ~st~r~odo dice que las causas segundas da a alguien a fin de que obre mediante ella; en este sentido- también la forma
te una forma _propm e mtrmseca, Y r suficientemente la noción de causa puede llamarse instrumento del supuesto, aunque esto no sea una manera co-
son principales. Aunque .con est~ nO 1e:~r'!~; que las causas segundas son prin- rriente de hablar, ya que la forma es un constitutivo esencial del supuesto mis-
principal, sin embargo uene raz~n ,a b duda de que asi hay que Ua- mo; empero sí se le llama a toda otra virtud sobreañadida al supuesto; más
cipales, y en la doctrina de ~t1stotel~ l~o F~~ic: y del lib. V de la Metajísica, aún, a veces incluso se da este nombre a las partes integrantes, sobre todo a las
marlas, según se deduce del hb. II d I ' dad misma de la palabra, es orgánicas, como es el caso de la mano y el brazo; en este sentido los teólogos
en los lugares citados. y ~tendiendo a .a ~ror:nte que independientemente; llaman a la humanidad de Cristo instrumento unido con el Verbo, cosa que se
. afirma con más propiedad en orden a ¡as acciones milagrosas y sobrenaturales
eVIdente que no es 10 m1smo obrar prrnC1pa . . m1 no es precIso . que sea abso-
que en orden a las acciones connaturales a la humanidad. Entendido el instrumen-
por 10 tanto, para que una causa sea pr~nclPla 'que una causa sea dependiente
. depend'lente.Y, por el .contrano, to de este segundo modo, se da este nombre a cualquier virtud o principio de
lutamente ID b e .
que sea una causa mstru~ operación conferido a un supuesto operante a fin de que obre mediante él, aun
y necesite del auxilio de otra supenor no 1 ~sta para múnmenP un instrumento, en el caso de que tal virtud sea suficiente e igualmente perfecta, o que incluso
mental. Además, al entendimiento nO se e lJuZg~ic~aropoco ; la voluntad Y a sea más excelente que el efecto. En cambio, causa principal en cuanto distinta
. ., . ' al de sus actos natura es, . d de la instrumental entendida de esta suerte, será el supuesto mismo operante
sino prrnclplo prrnclp , el obrar estén subordma as a sus
otras facultades semejantes, por mas fqu~ e~ e incluso a todos los accidentes, en cuanto tiene virtud de obrar por sí mismo, o por su sustancia, o por su for-
formas. Es verdad que a todas estas ac ta, eS'ciertamente si por el nombre de ma. Todavía se entiende por instrumento en otro sentido aquello que sustituye
les llaman algunos instrumentos, Y con razon, . , 'el cual no existe por .a otra cosa en la ejecución de una acción, aunque puede suceder que rucho
. d d principio quo d e operaclOn, . instrumento supere en excelencia a la acción o efecto a que se destina, y de esta
instrumento enuen en to o 1· d '\ algán supuesto' no, empero, S1
' en f suerte se suele decir que la gravedad es' un instrumento del generante, y que
causa de SI" m1smo, smo
. 'para que se vaga
. e etal y de la acción; e' ecto, en
hablamos con todo rigor de la ca~sa 111strumen. strumento para producir calor, el ímpetu es un instrumento del que arroja algo, y en este caso la causa prin-
. 1 l ' o es proplOmente un ro cipal como relativamente opuesta a este instrumento será aquella cuyas veces hace
este senudo e ca Ot n f . , del principio o de la causa.
puesto que el efecto no supera la per eCClOn Vera rano ínstrumentalis et principalis htunanitatem Christi coniunctum Verbi in-
causae quae strumentum, quod proprius dicitur in ordine
ad actiones miraculosas et supernaturales
'dem principaliter et independenter operad; 16. Instrumenti acceptiones variae.- quam in ord.1ne ad actiones connaturales
concludit. Sic ergo Deus est causa .omnis ~t ergo causa sit prindpalis, non oportet Quoniam ergo huius reí difficultas magna humanitati. Atque hoc secundo modo sump-
actionis prout quodlibet agens. est tnstrU- ut sit omnino independens. Et. e .converso, ex parte pendere videtur ex usu termino~ tum instrumentum didtur quaelibet virtus
mentu~ divinae virtutis operanus' ldero sduo- uod causa sit dependens et l?dlgenS a~­ rum, ideo, ne in aequivoco laboremus, opor- aut principium agendi data suppasito ope-
. demmo ~lio alterius superioris, non ~at1s .est ut Slt tet significationes horum distinguere. Et in-
mltur ex 1105
,q. , a .5. Eteo . c 9 ranti ut per eam operetur, ethmsi talís vir-
loquitur Damascen., jn sua Ph.YSlca, . i~ causa ínstrumentalls. P7aeter~a, mtellectus cipiendo ab instrumento seu causa instru- tus sit sufficiens et aeque perfecta, ve! etiam
ubi ait illud esse dogma Platoms, q':lemtej'
m psse Ansto 1. on censetur commumter mstrumentum , mentali, uno modo distinguí patest a causa nobilior quam effectus. Causa vero princi~
n . .. uorum actuum principali per antonomasiam 'leU omnino in-
hoc censet praeIerendu - 9 U de sed principale pnnclplUlll s r símiles palis divisa contra instrumentalem hoc modo
ldem Simplicdi~S, 1 Ph¡S,§, ~J\l:ae~tio:em
1 dependenter operante, lit Scotus dlxit; et
naturalium neque voluntas et ~ lae . 'Sic facilis est horum membrorum in com-
sumptam, erit ipsummet suppositum ope-
Seot In IV, 1St. ,q. , . facultates 'quamvis in agenda smt subordl- rans, quatenus per seipsum vel per suam
- ., ait du liciter dici posse causam. pnn- s muni distinctio; sed non ita nunc loquor,
~g~Íiter op:rari. Primo principaliter, 1d e~~ natae suis formís. Verum. est h3: omne~ quía existimo improprium esse sermonem. substantiam aut per suam formam vim ha-
facultates immo et accidentla omnla, ,:~can bet operandi. Alio item modo dicitur in-
ildependenter, et sic. causas ~~~~~d~ec~n_ ab aliquibus instrumenta, ~t recte qUl e;n,
Secundo dici potest causa instrumentalis
strumentum id quod loco alterius substitui-
esse principales, sed lnstrume a . ro 'omnis causa vel virtus quae alicui datur ut
do principaliter, id est, per fordman:t cPau- si nomine instrumenti intelhgant omne pn;n~ per eam operetur~ quomodo etiam forma tur ut actionem exsequatur, etiamsi cantingat;
. ' ethocmo oa1 - cipium quo operandi, quad non est propter potest dici instrumentum suppositi, quam~ tale instrumentum esse nobilius actione vel
priam et mtrmsecam,. -.
sas secundas esse prmc1pales. In qua,. .
licet se sed ut aliquod suppositum e~ utatur, ll0r-
v;ro si rigorose loquamur de Instrumenta 1
vis id non sit in usu, quia fOl'ma constituit effectu ad quem destinatur, quo modo gra-
vitas dici solet instrumentum generantis et
non satis explicet rationem causae dPnnc~= :e,ssentialiter' ipsum suppositum; dlcitur ta-
. tamen didt causas secun as e causa et actione; sic enirn calor non es~ de omni alia virtute superaddita sup- impetus instrumentum proiicientis, et sic cau-
pal1s,. v~re 1 s et in doctrina Aristotelis cer- rie instrumentum ad calorem pro~ucen­ sa principalis respective opposita huic in-
i~~~~~~t7:n etiam de partibus
~~~r~~~lf~ ee~se appell~nd~s, ~t ex I\!hY . ~~, cum non excedat effectus perfectlonem •.~¡~~á,~ti~~:~IJtf,r;
et V Metaph., in lOC1S c1taU." sum1 .
Et principií seu causae. "1 organicis, ut de
quomodo 1;heologi vocant
strumento erit illa cuius vicem instrumentum
gerit. Et in moralibus est frequentius usita-
ex ipsa vocis proprietate constat non esse
Disputación XV/l.-Sección II 73
Disputaciones metafísicas
------------~
- - - - -

72 en, c~nsecuencia, ambas principales aun ue .


prmClpal se afirma con razón 'b q parCIales. De esta clase de causa
el instrumento. En las acciones morales se bace uso más frecuente de este gé- esa virtud de operar como inqt,:e o ra ~or propia virtud, no sólo porque tiene
nero de causa instrumental o ministerial. cialmente proporclOnada
' al efectonnseca e mnata' ,sino tam b·len , por tenerla eseu-
i 7 Finalmente Y en el sentido más propio, se llama causa instrumental a
o
que a veces reclame el concurso YdPor no neceSItar de elevación alguna; y aun-
aquella que concurre o es elevada en orden a producir un efecto más noble que neral de ser ente participado n e una causa superior debido a la ra·zón ge-
ella misma, esto es, que supera la medida de su propia perfección y acción, despr.6oporcI n en relación con ' elo oefb stante
t
esto no se d eb e a mnguna
. especial
como el calor en cuanto concurre a la producción de la carne y, en genera1, el que se le debe por razón de su perf~~ ~ ~ por tanto sólo requiere el concurso
accidente en cuanto concurre a la producción de la sustancia. Muchos tienen 19 E ' . ClOno
n que senttdo se dice que l ' t
dudas acerca de esta clase de instrumentos, no sólo en las cosas naturales, sino principal:- A su vez la causa instr:m~ns rumento opera 'p~r virtud del agente
o

también en las sobrenaturales, refiriéndonos, como de hecho nos referimos, a ins- así conSIderada, será aquella que influ e n~al er cuanto dlStmta de la principal
trumentos verdaderamente eficientes y que influyen físicamente en los efectOS naturaleza o perfección inferior se ' y : e e~ecto medIante una virtud de
mismos de orden superior, tal como puede verse en Escoto y en otros, In IV, plos anteriores. Se dice de és;a gun que o exph~ado en el concepto y ejem-
disto 1, y 10 expondremos más ampliamente en la disp. siguiente al tratar de porque. no . necesite de alguna vir[:~ ~~~:a por VIrtud de! .agente principal no
la causa eficiente de las sustancias. Nosotros, empero, damos por supuesto que su accIón. Instrumental, bien se trate de mseca" esto ~s, eXIste.t;te en ella, para
pueden existir semejantes instrumentos en cualquier orden de realidades, según a su reahdad, ya sea permanente y d ~na VIrtud mnata, bIen sobreañadida
mostraremos respecto de las naturales en e! lugar citado y segúu dijimos de
las sobrenaturales en la tercera parte, y según 10 admiten todos respecto de
--.-como dicen- fluyente y consistente :a
era, ~u~ cuando cese la acción, ya
:'iversa manera según las diversas clases del .movImIento; pues puede existir de
las cosas artificiales, por más que en ellas, como dije, la forma principalmente Instrumental es necesaria or ue en . e mstrumentos, aunque alguna fuerza
pretendida por el artífice no reciba esencial e inmediatamente la influencia del brot~l' ninguna acción, s:gln ~iz~ nota~tIO ~aso, de ~a realidad tal no podría
instrumento, sino que brota como un resultado. Mas sea cual sea su modo de exphcado en e! I tomo de la In ddebIdamente Escoto antes y según dejé
producción, supera en cierta manera la fuerza del instrumento considerado en estos h,strumentos operan por vfr~~~' d~fP. XXXI, ~ec .. 6. Se dice, pues, que
si mismo y es producida por él en cuanto es dirigido y movido con arte. As!, que eXlste en ellos es desproporcionada .age~t,: prmcIpal, porque la fuerza
pues, cuando distinguimos el instrumento de la causa principal, 10 tomamos en lativa según la medida de la virtud y el 1118';', CIente y sólo posee fuerza ope-
éste sentido propio y riguroso. no se le debe propiamente y por sí ': evaclO.n del agente principal. Por eso
que s.e debe únicamente al agente rin:l:~~ dIcho c?ncurs~ o elevación} sino
18. De esta suerte causa principal será aquella que influye en la acción
mediante la cual se produce el efecto con la virtud principal, esto es, más ex-
celente o al menos de igual excelencia que el efecto. De este modo no sólo
es~a lll,terpretación cesan todas lasP dijic~ltad por razon de el. De acuerdo COn
mas aun, muchas cosas de las e es expuestas en los otros modos'
la causa primera, sino tamb~én la segunda, tanto la unívoca como la equívoca,
quedan comprendidas bajo el nombre y concepto de causa principal. y este con-
modo, pueden reducirse a un sen~~e~~~pt~~le~llos,excepción hecha del terce;
cepto no conviene sólo a la causa total, sino también a la parcial, con tal que
Causa primera y segunda
obre con virtud similar, ya que la causa parcial propiamente dicha dice relación
20. Con esto resultan fácilmente com 'bl
a una causa coparcial de la misma naturaleza y del mismo orden, de suerte que sas eficientes, las cuales son subd' . . ~rensl es otras divisiones de las cau
ninguna de ellas se subordine a la otra, sino que de ambas resulte una causa total tiali'er es' ex 'alibus causis 'et id IVISlOnes e los miembros expuestos. Se divide-
principal del mismo orden, parcialmente compuesta de dichas causas, siendo~ est r ,lcet
causprinci.pa.1s, 1" ,e
partialis. Eto utraque fIu
huiusmodi nensn et( dur,a b115
T cessante actione, sive sit)
cipue intenta ab artífice non attingatur per . a 'pnnc1palls recte dicitur operari pro- ~,s ,~t a~unt) et in motu consistens' in
prm vrrtute, non solum quía habe i ' varus emm mstrum<Jntis vario mod '. ,
tum hoc genus causae instrumentalis seu
ministerialis,
17, Ultimo ac propriissimo modo dicitur
se et immediate ab instrumento, sed resul-
tet; quocumque tamen modo fiat, excedít !ti':: ~~i~n~~~~ lli:
tam f f '
m virtutem ag~nd~tr~~d ~~;::;;a a~i~uaall:~~n
m per se proportlona- ac!' d"
vis instrumen~a~i~e~~
on posset a taIt re ulla
aliquo modo viffi instrumenti secundum se
causa instrumentalis illa quae concurrit seu considerati et fit ab illo prout ab arte diri- ;atio~e;~~',U\ice;, ~~~r~~%gi~~~:a~lic~';,~~':; ~ \~,~r~e~r=~a~¡ ¡~cie :o~~aIiic~~:ti~O~i~it,
elevatur ad efficiendum nobiliorem se seu gitur et roovetur, Hoe igitur proprio et ri- ~perlO~ls, ca"';1sae ob generalem raclonem en- XXI, sect, !J., Di~untur ergo haec lnstr p~
ultra mensuram propriae perfcctionis et ac-
tionis, ut calor, quatenus concurrit ad pro-
garoso modo instrumentum sumimus cum
illud a causa prindpali distinguimus, ~:o~~;~~:ie~' non 'amen ob. specialem im- ~~i~'~ll~pefa" m 7 ':"e pri~éipalis agentr.,
1ft

ducendam carnem, et in universum acciden,>


quatenus concurrit ad producendam sub-
18. Atque ita causa principalis eTÍt illa
quae per virtutem principalem, id est, ve1 ;:::~i~v;oncurs".:'~bif:~~¡~~e
e ltO.
~~a~q~~r¡e~;: est J!l. ins:¡fi¿~~s
ra~
'~t e:~l~:'; ~~~~~pv~io~;~~
lU~ta
mensuram virtutis et elevati .
stantiam; Et de hoc genere instrumentorum
multi dubitant, non soluro in naturalibus,
nobiliorem vel saltero aeque nobilero curo
effectu, influit in actionem per quam ta1is
,19. Instrumentum ut dica '1.tr opera"
mrtute pri '1' "..
pnnclpahs agentis. Unde neque el'
vel pro t 1"
o~s
propfle
!r~ill~'~~Ce~~~!!~g;!~~~~~¡~· s::;~:a~: ~~~e:~ia~!d i;lf~~~:~~~~tK1~~~alil:;~~~
rt tn
sed etiam in supernaturalibus, loquendo, ut effectus producitur. Quomodo non soluro
loquimur, de instrumenús vere efficientibus causa prima, sed etiam secunda, tam uni-
ac physice attingentibus ipsos superiores ef-
fcctus; ut videre lieet apud Scotum et alios,
voca quam aequivoca, sub nonúne et ratio-
ne causae principaHs comprehenditur. Nec ;~on~f~iO~~ ra'f0nis seu P,,~,¿J~n~:rt~~ ~l~~e:o~i:~"'lt omnes ldifficulta,e;ni=~¡::'f;;
In IV, dist, 1, et latius attín~emus dispu-
tatione sequenti, tractando de causa efficien-
solum causae totaE, sed etiam partiali con-
venit illa ratio, si virtute sínlili opereror, ~;e~ti~c ~~~,~t7¿;':~3ri~~aVir~~~~ar;~fn~iP~:¡; :~:;, e:~J~~n:'':l~ ~~d~~ ida~o:r~:,,;;i~::
ti substantiarum, Nos autem supponimus in
omni ordine rerum dari pone huiusmodi
quia partialis causa proprie d Jcta didt ha- intrins~ca, id es~ ~on m 19~at aliqua virtute .
bitudinem ad compartialem eiusdem ratio- actionem l'ns,rum'emale
,n ea eX1.stente,
'H ad suam Causa p.
rima. et secunda
instrumenta, ut de naturalibus ostendemus nis et ordinis, ita ut neutra alteri. subordi-
citato loco, et de supernaturaJibus diximus innata nive superaddl·'a m"
rel, slve.l
et SlVeaSltyirtus sit
perma- 20 A tque ex his facite inteHiguntur
d"" . aliae
netur, sed ex utraque coalescat una causa lVlS10nes causarum efficientium, quae sunt
in III p., et de arúficialibus onilles admit- totalis prindpalis eiusdem ordinis, quae par-
tunt, quamvis in illis, ut dixi, forma prae-
Disputación XVIl.-Sección 11 75
Disputaciones metafísicas
74 ~f:~au~~t~~'ct~f es? .mismo di::ha división se aplica con sentido más propio
,'j
[ pues, en cuarto lugar, la causa eficiente en primera y segunda . división que, si 1 . P P prOlnma. Efectivamente, hay causas que producen el efecto de
se entiende en sentido lato, puede dividir a la causa eficiente en general, puesto a ~Il1sma naturaleza, y se les llama unívocas, por- ejem lo el fue!Yo cuando
p~~J:je ~ue~f"g~neral, la causa que al operar por ~irtud de ~u propia f~~=
[
I que toda causa dependiente de otra, bien sea principal, bien sea instrumental, ::a
í puede ~amarse causa segunda; mas, hablando en sentido más estricto, la 'que ~, . . c o semejante, es una causa unívoca y p in i 1 d
como hace notar con razón Santo Tomás· III 67 1 r ~ pa en su or en,
sas que producen un efecto de naturale;a ¿isd.~ta"'" a. . as hay otr~s cau..
allí se subdivide es la cansa principal; en efecto, hay una causa que es com-
' las. cuales :8 pre~lS? que
pletamente independiente en su operación, y a ésta se le llama primera; en
sean más excelentes que su efecto, a ue de lo
sino instrumentales, y a éstas se I~s tarna caus~~ntrar;o no serIan prlllclpale~,
cambio, hay otra que es dependiente, por más que opere con virtud 'principal
y proporcionada, Y a ésta se le llama causa segunda. Que ambas cIases de causa
existen en la naturaleza es de todo punto evidente. Pues, o bien existe en formalmente con el efecto en la misma forma sin~qUlVo~as, po~ no conyemr
temente. Puede, además, dividirse también la c~usa r~u~ a contIenen emmen-
libe~tadCI~I. ~e o~)f.a
la realidad una causa principal que depende de otra en su operación, y de este
P?r necesidad de naturaleza y la que obra con e'.' causa
muiaci~~msmo.
miembro se infiere necesariamente el otro, ya que no puede procederse basta
dIr.se en aquella que obra mediante movimiento o pue e dlVl-
sUJ~to movim),'~~~le~do .~n
el infinito en las causas dependientes, siendo preciso, por tanto, detenerse en
alguna independiente, que es lo que demostraremos más ampliamente luego al pr.evlamente supuesto, y en aquella que obra sin de
probar la existencia de Dios. A su vez, admitida la causa independiente, se. \sm sUJeto. Mas ~stas
divis.iones están contenidas en las anteriores y m~~aclOn
infiere con necesidad el otrO miembro, ya que no todas las causas pueden ser pIcan unas determmadas aCCIOnes o modos de operar propios d di h so o ex-
independientes; más aún~ esa causa no puede ser más que una sola, según de- de todos los cuales se hablará en concreto más abajo. e c as causas,
mostraremos más extensamente después cuando tratemos de las acciones de la
cansa primera, y luego al estudiar la unidad de Dios. Por eso no decimos más Instrumento unido y separado
respecto de esta división, puesto que de estos dos miembros se ha de ocupar
casi en su totalidad nuestra disputación sobre la causa eficiente. me~~i oE~ ¡'"?'to lugar, hay qu~ hacer constar la división de la causa instru-
e mst:um~nto e? umdo y separado, términos en los ue suele ha-
b~runa gran eqmvocldad, SIendo necesario, por lo mismo advert~
con dilig
Causa unívoca y equívoca
21. La causa instrumental na es causa equívoca.- En quinto lugar, se
~gl~niue l?ue~e
1entenderse de. dos maneras que el instr~mento
está unido e~i
~~~~t~e=e~ts~: ;\0' :u:a~~:al~ú~g:d~ ~~~á ~~f!F:I~ ~a~:iI:~:d~ Ú::~
e prmclpa -ya que al mstrumento se le llama .d d'
divide la causa en univoca y equívoca, división en la que puede dividirse tam-

clert~ prelsencla o po~ cualquier unión real con el agente ::~c~;~ta~~l ':n~~~
bién a la causa en general, con tal que llamemos equivoca a la causa instru-
mental. Esto, empero, se afirma con impropiedad Y está fuera del uso común,

oJ¡)U~sto a éste, será e! que no está en ~odo" al;,~a~n:~~ ~:ar:l ';;ge':e C~~?t~
según hizo notar Santo Tomás, In IV, disto 1, q. 1, a. 4, q. 1, ad. 4, tomándolo que a p urna es un lOstrumento unido etc' b' d '
de Alejandro Y de! Comentador, XI Metaph., como 24. As!, pues, la que se

de nnión o separación puede haber gradación' y v::i~:d ~~ el~~~so:ér:~~~~


divide alli es la causa principal, pudiendo dertamente hacerse la división con elp , como es el semen una vez desprendido y , 1 d' n
sentido general, ya que la causa primera es también equívoca. Mas por supo-
nerse a la causa primera no sólo equivoca, sino también de un orden completa-
1 Il~~ ac~oI?m~date !lia divisio dat:.tr de causa nibus in particulari est inferius disputan-
immo talís causa non potest ;;:sse nisi uniea, pn~~lpah proxlm~. Quaedam enim est quae dum.
subdivisiones dictorum membrorum. Quar- ut latius demonstrabimus infra tractando
to enim dividitur causa effidens in primam de actionibus primae causae, et inferius dis- e!,flclt e~fectum emsdero rationis, et haee di- Instrumentum coniunctum et separatum
et secundam, ubi, si late loquamur, dividi putando de unitate Dei. Et ideo de hac di- atar uruvoca, ut ignis dum generat ignem'
potest causa efficiens in commuui, quia om~ visione nihil amplius dicemm, quia cirea e~ universaliter causa quae operando pe; . 22. Sexto, annotanda est divisia eausae
mstrumentalis seu instrumenti in coruunc-
nis causa ab aUa pendens, sive sit principa- haec duo membra futura est fere tota nos~ vrrtutem suae formae siniílein reddit effec- tum et separatum, in quibus terminis solet
lis sive instrumentalis, potest dici secunda; tra disputa.tio de causa efficienti. t~.lm .est causa univoca et in suo ordioe prin- esse magna aequivoeatio et ideo diligenter
strietius ~amen loquendo, subdividitur ibi Clpalls, ~t recte notat D. Thamas, UI, q. 62, ad,:ertendum est duobus modís intelligi pos~
causa principalis; uam quaedam est omnino a.!.. Alta v.ero est causa producens effectum se m~trumentum esse coniunctum principali
independens in operando, et haec didtur Causa univoca et aequivoca alterms rauonis, quam oportet esse nabilio- agentl. (respectu erum illius dicitur coniunc-
prima; alía vera est dependens, etiarosi per 21. Instrumentalis non ap.Quivoce cau- rem . effectu, alioqui principalis non esset, tum mstrumentum aut separatum) sdlicet
virtutero principalero et proportionataro sa.'-:- Quinto, dividitur causa ·-in univocam sed ~nstrumen~alis, ct haec appellatur causa aut secund~ esse, aut secundum' causali~
operetur, et haee voeatur causa secunda. et aequivocam, in qua partitione dividí etiam aeqUlvo:a; qUla non convenit forrnaliter cum tatem. COnI~mctum secundum egse appello
Quod autero utrumque genus eausae in re- potest causa ;in cornmuni, si camaro instru- effe~tu m eadem forma, sed eminenter illam quod est umtum ~liquo modo, ve! per con-
rum natura demr, ,evidentissimum esto Aut roentalem aequivoearo appellemlls. Quod ta- co~tn:~et.. R~rsus dividí potest causa erlam ta~tum, vel per ahquam praesentiam, ve! per
eniro datur in rebus aliqua ca'..lsa principalis men improprie dicitur et pra-eter commu- prmclpahs m. earo quae ex neeessitate natu- ahquam umonem realem, agenti principali
dependens ab alia in operando, et ex hoc nem usum, ut notavit D. Thomas, In IV, rae, vel curo IIbertate. Item, in earo quae agit quomodo calamus est instrumentum coníun¿
membro necessario infertur alterum, quia disto 1, q. 1, a. 4, q. 1, ad 4, ex Alexandro per .moturo vel routationem ex praesupposito tu~, etc.; separatum autem, huic oppositum
non potest in infinitum procedí in causis et Cemment., XI Metaph., como 24. Divi- sÜ~)lecto et earo quae agit sine motu et mu- en~ ~uo~ nullo modo conillngitur agenrl
dependentibus, et ideo in aliqua indepen- ditur ergo ibi causa principalis, et quidem tatlo~e et absc;Iu~ subiecto. Sed hae divisio- pnnc1J?ah, ut est semen iam decisum, et iux-
denti sistendum est, quod latius proseque- dividí potest in cororouni, quia causa prima nes m supenonbus conrlnentur solumque t~ vanos modos c~niunctionis et separatio-
mur infra, demonstrando Deuro esse. Ad- etiam est aequivoca. Sed qUla causa prima declaran.t ~eterminatas actiones aut modos rus J?o~est esse lautudo et var¡(!tas in his
missa autero causa independenti, necessario non soluro aequivoca, sed etiam omoino al- operandl dlctarum causarum, de quibus om- termmlS. Secundum causalitatem coniunctum
etiam infertur alterum membrum, quia non terius ordinis esse supponitur, ideo magis
possunt orones causae esse independentes;
a'
Disputaciones metafísicas
76 •• - •. _ •• - • _ _ _ _•• ---, --- -- _ _ o'" _ _ _ _ • _ _ _

l.!amo unido según la causalidad al instrumento que necesita del influjo ac-
tual y propio y de la causalidad del agente principal para causar, modo se-
gún el cual también la pluma es un instnunento unido; de donde, por el
contrario, instrumento separado será .el que en su acción no requiere el in-
flujo especial y la causalidad del agente principal. En este sentido, si se llama
al calor instrumento del fuego para calentar, aunque esté unido según el ser,
puede decirse que está separado según la causalidad por no necesitar para ca-
lentar ningún otro influjo más que su propia virtud; por eso acontece que al-
gunas veces el instrumento puede estar unido de un modo y separado de otro, DISPUTf\CION XVIII
como se echa de ver en el ejemplo propuesto. Por el contrario, a los sacramen-
tos se les llama instrumentos separados de la humanidad de Cristo que existe
en el cielo, esto es, separados según el ser, aunque acaso según la causalidad LA CAUSA EFICIENTE PROXIMA, SU CAUSALIDAD Y REQUISITOS QUE
estén unidos, puesto que nada pueden realizar si no influye actualmente con NECESITA PARA CAUSAR
ellos Jesucristo mediante su humanidad. A veces el instrumento puede estar
unido de ambos modos, como la vista o la especie impresa; a veces, separado
de ambos mados, como la gravedad de lo engendrado respecto de lo generante.
Todas estas cosas están claras con tal que se entiendan los términos. Sólo queda RESUMEN
en este problema un punto dificil: cómo puede existir un instrumento separado
según la causalidad, hablando con propiedad y rigor del instrumento según el
El contenido de esta disputación puede distribuirse en los siguientes apar-
último modo que se explicó antes. Porque si se lo entiende en un sentido más tados:
amplio por la virtnd de suyo suficiente para el efecta, la cual hace las veces
l. Existencia de la causalidad eficiente propiamente dicha· en el orden crea-
de la causa que la aplicó, entonces la cuestión- está clara, por ejemplo en el
do (Sec. 1).
Úllpetu de los objetos arrojados, en la gravedad, etc. Sin embargo, en el ins-
!l. Principios de causación, tanto para las sustancias como para los acciden-
trumento propio, el cual debe ser elevado para producir un efecto superior,
tes (Sec. 2-4)
como es el semen, por ejemplo, esto es muy dificil de entender. Mas la acla-
ración de ello exige la explicación previa de muchas cosas que serán expuestas llJ. Existencia y naturale.•a de la causalidad eficiente en los accidentes (Sec.
5-6).
en las disputaciones siguientes. IV. Condi;iones. que la caus~ eficiente exige para obrar (Sec. 7-9).
V. En. que cons,ste. l~ causaltdad de la causa eficiente (Sec. 10).
appello illud instrumentum quod ad cau~ lpS1S Christo per humanitatem suam. Ali-
quando potest esse instrume·\tum utroque VI. Sz la causa e/tctente, al obrar, corrompe o destruye algo, y en qué
sandum indiget actuali et proprio influxu
et causalítate principalis agentis, quomodo modo coniunctum, ut visus vel species im- sentido (Sec. 11).
etiam calamus est instrumenturn coniunc~ pressa; aliquando utroque modo separatum,
tum; unde e contrario separatum instru- ut gravitas geniti respectu generantis. Quae SECCIÓN 1
menturn erit quod in sua actione non re~ omnia clara sunt, si termini intelligantur.
quirit specialem infiuxuro et causalítatem Unum sotum manet in re difficile, quomado Expuestas tres opiniones con sus respectivos fundamentos (1-4), Suárez con-
principalis agentis. Et hoc !r.odo, si calor possit dad instrumentum separatum secun~ creta su doctrma en tres afirmaciones:
duro causalitatem, proprie et in rígore 10-
vocetur instrumentum ignis ad calefacien-
quendo de instrumento iuxta ultimum roo- A) Lo~ al[e?'tes creados son causas eficientes propiamente dichas (5). Se de-
duro, liCft sit coniunctus secundum esse, muestra:. ftlosof,came?'t~, por experiencia y "ad absurdum" (6-7), "a priori" (8)
potest dici separatum secundum causa1ita~ duro supra declaratum; nam si latius su-
tem, quia non indiget alío influxu ad cale- matul' pro virtute per se sufficienti ad effec- Y¡ resolvtendo las ob¡ecwnes (9 cll); teológicamente, por principios sobrenatura-
faciendum, praeter propriam virtutem suam. tum, quae vÍGem supplet illius causae quae es (12-13).
Unde fit aliquando posse ins¡l'umentum es-, illaro impressit, sic res 'est clara, ut in im-
petu prOlectorUm, gravitate, cte. Tamen in B) No sólo las sustancias incorpóreas sino también las corpóreas, son ver-
se coniunctum uno modo et separatum alio, daderas causas eficientes (14). '
ut patet in dicto exemplo. Et e converso, instrumento proprio, quad elev~ri debet ad
sacramenta dicuntur instrumenta separata agendum superiorem effectum, ut est semen, sí ~) Las causas cr~adas no. pueden produci:- sustancias en su totalidad.-- peto
humanitatis Christi existentis in caelo, ni- verbi gratia, illud est intellectu difficillimum. i gl nefrar una sustar:cza a parhr de una matena sustancial presupuesta educien-
mirllm secundllrn esse, et taml:!n secundum Sed huius rei expositio multa prius expli-
(O a arma sustancral (15-18). '
causalitatem fortasse sunt coniuncta, quía canda postulat, quae in sequtntibus dispu-
nihil possunt efficere rusí actu influente curo tationil:Jl,.¡s tradentur.
SECCIÓN 11
. Sentadas unas nociones previas sobre el principio de eficiencia (1-4), y exa-
7!~nadas detentdamente. y r~chaza:Ias dos opiniones (5-14), para resolver la cues-

l,ond~f~ eSltablecen vanas af<Tmac,ones, que son demostradas y defendidas contra


as t zcu tades: '
A) Los accidentes, como instrumentos de la producción de la sustancia lls
gan próxima y esencialmente a la educción de la forma sustancial· (15-21).' -
76
c¡ l.lamo uuido según la causalidad al instrumento que necesita del influjo ac-
tual y propio y de la causalidad del agente principal para causar, modo se-
!~ún el cual también la pluma es un instrumento unido; de donde, por el
contrario, instrumento separado será el que en su acción no requiere el in-
flujo especial y la causalidad del agente principal. En este sentido, si se llama
al calor instrumento del fuego para calentar, aunque esté unido según el ser,
puede decirse que está separado según la causalidad por no necesitar para ca-
lentar ningún otro influjo más que su propia virtud; por eso acontece que al-
gunas veces el instrumento puede estar unido de un modo y separado de otro, DISPUTACION XVIII
como se echa de ver en el ejemplo propuesto. Por el contrario, a los sacramen-
tos se les llama instrumentos separados de la humanidad de Cristo que existe LA CAUSA EFICIENTE PROXIMA, SU CAUSALIDAD Y REQUISITOS QUE
en el cielo, esto es, separados según el ser, aunque acaso según la causalidad NECESITA PARA CAUSAR
estén unidos, puesto que nada pueden realizar si no influye actualmente con
ellos Jesucristo mediante su humanidad. A veces el instrumento puede estar
unido de ambos modos, como la vista o la especie impresa; a veces, separado
de ambos modos, como la gravedad de lo engendrado respecto de lo generante.
Todas estas cosas están claras con tal que se entiendan los términos. Sólo queda RESUMEN
en este problema un punto difícil: cómo puede existir un instrumento separado
según la causalidad, hablando con propiedad y rigor del instrumento según el El contenido de esta disput acton
liados: . , pued e d·tstn·b·
mrse en los siguientes apar-
último modo que se explicó antes. Porque si se lo entiende en un sentido más
amplio por la virtud de suyo suficiente para el efecto, la cual hace las veces d (IS· Exi)stencia de la causalidad eficiente propiamente dicha en el orden crea-
de la causa que la aplicó, entonces la cuestión- está clara, por ejemplo en el o eco 1 .
ímpetu de los objetos arrojados, en la gravedad, etc. Sin embargo, en el ins- II p. .. .,
tes (Sec. ~~)zPws de causaczon, tanto para las sustancias como para los acciden-
trumento propio, el cual debe ser elevado para producir un efecto superior,
como es el semen, por ejemplo, esto es muy difícil de entender. Mas la acla- 5_6{1l. Exi;tencia y naturaleza de la causalidad eficiente en los accidentes (Sec.
ración de ello exige la explicación previa de muchas cosas que serán expuestas
en las disputaciones siguientes. g'. Condil;iones. que la caus~ eficiente exige para obrar (Sec. 7-9).
. En. que conmte la causaltdad de la causa eficiente (Sec 10)
lpS1S Christo per humanitatero suam. Ali- VI. S, la causa eficiente, al obrar, corrompe o destruy'- algo' y
appello illud instrumentum quod ad cau- quando potest esse instruroe~itum utroque
sandum indiget actuali et proprio influxu sentido (Sec. 11). ' en qué
modo coruunctum, ut visus ve! species im-
et causalitate principalis agentis, quomodo pressa; aliquando utroque modo separatum,
etiam calamus est lnstrumentum coniunc- ut gravitas geniti respectu generantis. Quae SECCIÓN 1
turo; unde e contrario separatum instrU- omnia dara sunt, si termini intelligantur.
mentum erit quod in sua actione non re- U num solum manet in re difficile, quomodo Expuestas tres opiniones con sus respectivos fundamentos (1-4) S '
quidt specialem influxum et causalitatem possit dari instromentum separatum secun- creta su doctrma en tres afirmaciones: ' uarez con-
principalis agentis. Et hoc !I'.odo~ si calor duro causalitatem, proprie et in rígore 10- A) Lo~ age;,tes creados son causas eficientes propiamente dichas (5) S d
vocetur instrumentum ignis ad calefacien-
dum, licet sit coniunctus secundum esse,
quendo de instrumento iuxta ultimum mo-
duro supra declaratum; nam si lacius su-
muestra~ ftlosófzcame?Zt~, por experiencia y "ad absurdum" (6-7), "a pri.ori~' (~)
potest dici separatum secundum causalíta- matur pro virtute per se sufficienti ad effec- ~e;e(f~~~e;)~o las ob¡ecwnes (9-11); teológicamente, por principios sobrenatura-
tem, quia non indiget alio influxu ad cale- tum, quae vicem supplet illius causae quae
faciendum, praeter propriam vir1.utem suam. illam impressit, sic res est cl8.Ta, ut in im-
Unde fit aliquando posse ins~rumentum es-, ten Ias corporeas,
R) No sólo las sustancias ,·ncorpo'reas' s,·no tam b·' ' son ver-
petu prOlectorum, gravitate, ..:tc. Tamen in
se coruunctum uno modo et separatum alio, instrumento proprio, quod elevnri debet ad d aderas causas eficientes (14).
ut patet in dicto exemplo. Et e conversO, agendum superiorem effectum, ut est semen, s" C) Las causas creadas no pueden producir sustancias en su totalidad pero
sacramenta dicuntur instrumenta separata
humanitatis Christi existenus in caelo, ni-
verbi gratia, illud est intellectu difficillimurn. ~ generar
do I f una sustancia
. a partir d e una ma terta
. . presupuesta educien-
sustanczal ~
Sed huius rei expositio multa prius expli- a arma sustanctal (15-18). '
mirum secundum esse, et tamen secundu;}} canda postulat, quae in seqm ntibus dispu-
causalitatem fortasse sunt coniuncta, quia
nihil possunt efficere rusi actu influente curo tationibLs tradentur. SECCIÓN II
min~:nta~a: u.~as nociones previas sobre el principi~ de eficiencia (1-4) y exa-
Jión s:s e e enz ament~ y r~chaza:!as
dos opiniones (5-14), para resolver la cues-
las, dificu:::~!~~en vanas aflrmacwnes, que son demostradas y defendidas contra
an A)r' 1:0S accident~sJ_ como instrumentos de la producción' de la sustancia lle-
g. p ox,ma y esenctalmente a la educción de la forma sustancial, (15-21).'
Disputaciones metafísicas Disputación XVIll.-Resumen 79
continua de su acción, desde lo próximo a lo distante (20-23) L -~-t-'---­
78
B) La forma' instrumental, para obrar, debe estar unida a una causa prin~ tada perm,te dar cumplida .respue t i ' . a oc nna sen-
cipal (22-26). jicientemente las experiencias que sle~ ~i:::na~~u~:s:t(~4~~r.artos y explicar su-
C)Los accidentes pueden ejercer toda su actividad sobre la sustancia, aun.
estando separados de la forma sustancial (27). SECCIÓN IX
D) Si los accidentes están separados de su forma sustancial, el influjo de
ésta debe ser suplido por alguna causa superior corpórea o por la Causa Pri- Expuestos cuatro poderosos motivos de d d (1-4) f" •
cuestión (5-6), ésta se resuelve afirmando qu u a t 1 Y ,¡oda el senltdo de la
mera (28-33). Se responde ampliamente a una objeción (34-42). haber desemejanza de forma y semejanza de :':7e::a é/;J,¡en¡; y pa~ente debe
;:f
algunos corolarios (9-13) y las respuestas a los argumento; (1~_~~).se esprenden
SECCIÓN 111
¡ndicados los motivos de duda (1), se distinguen dos modos de producci6n
SECCIÓN X
de los accidentes: por acción propia y por resultancia natural (2). Se estudian
Después de precisar el sentido del tema ( 1 ) ' . . .
TI;ntes (2-4), se afirma resueltamente que la caus1zi;~;s:fen~; d:s oPf,,?wnes d'fe-
detenidamente ambos modos: primero, la resultancia natural (3-4), aquilatando
su esencia (5-6) y su doble modalidad (7-9), extrayendo los oportunos corola-
rtOS (10-13) y respondiendo a las objeciones (14); después, la eficiencia por ac-
s'tste en la acción (5), cosa que se demuestra c ' . c usa e tczente con-
defiende contra las razones opuestas (8-12). on VOrlOS argumentos (6-7) y se
ción propia, examinando los diferentes casos que presenta (15-24).

SECCIÓN IV SECCIÓN XI
Planteada la duda que motiva esta seccwn (1), y sentado que un accidente 1 1"
se concreta en dos principios' 1 La e repa:~n a so UCto1}-, de la cuestión, que
Unas consideraciones previas (1-2) p P
puede emanar naturalmente de otro (2), se afirma que sólo la cualidad puede d . ..
Q
orru cton Q aestruccton de una
ser principio de verdadera producción de los accidentes (3) y se demuestra por se Pro uce por ef¡ciencia positiva y propia (3-4) 2 o L d t ., cosa nunca
experiencia, examinando uno por uno todos los accidentes, en especial la cua- pretendida directamente se realiza or care .' . .a. e~ ruccton de una cosa,
precisa y aplica a caso,' especiales p d' t nCla de. ef¡c¡enCla (5). La doctrina se
lidad (4-10). rran la sección (6-10). me zan e unos zmportantes corolarios que cie-
SECCIÓN V
Sin el concurso de la sustancia, los accidentes no pueden realizar funciones
vitales (1-3), pero sí pueden producir acciones no vitales (4-5).

SECCIÓN VI
Mediando entre dos opiniones opuestas (1-2), Suárez establece que. en las
acciones. vitales, los accidentes son instrumentos de la forma (3), mientras que
en las no vitales son principios principales de acción (4).

SECCIÓN VII
Después de enumerar las condiciones que la acción exige en el agente y en
el paciente (1), omitiendo otras innecesarias (2-3), se exponen la dificultad de
la cuestión y las diversas opiniones (4-5). Unos presupuestos previos (6-8) dis-
ponen a la solución de la cuestión, que se fija en las siguientes afirmaciones:
A) En la resultancia natural, el agente es distinto del paciente (9-10).
B) En la acción física, también (11-20). Se plantean y resuelven varias di-
ficultades (21-40).
C) En los seres espirituales, el agente no siempre se distingue realmente
del paciente (41-44).
D) En los actos inmanentes, no es preciso que el agente y el paciente se
distingan siempre realmente como principios "quod" y "quo" (45-51).
La sección se cierra exponiendo los corolarios que se desprenden de la doc~
trina anterior y resolviendo las objeciones que a ella se oponen (52-55).

SECCIÓN VIII
Precisado el alcance de la cuestión (1), se exponen dos op,mones, aduciendo
las razones y las experiencias en que se apoyan (2-12). Después de señalar los
diferentes modos de distancia e indistancia entre el agente y el paciente (13), y
de preparar la solución examinando diversos casos (14-19), se concluye que el
natural modo de obrar de la causa eficiente se despliega, como por· una línea
------------..,..,--_ .._ - - - - - ; - - - - - - - - - ---------

DISPUT ACION XVIII

LA CAUSA EFICIENTE PROXIMA, SU CAUSALIDAD Y REQUISITOS QUE


NECESITA PARA CAUSAR

En la disputación anterior casi nos hemos limitado a explicar la definición


nominal de causa eficiente y de sus varias especies y modos; conviene ahora
tratar distintamente todo lo concerniente a esta causa, con arreglo a aquellos ca-
pitulas o miembros que hemos estudiado en otras causas, a saber, cuál es la
cosa que causa, qué efecto produce, mediante qué o por qué principio causa,
qué condiciones requiere para causar y, finalmente, en qué consiste la causalidad
actual de esta causa. Todas estas cuestiones pueden tratarse., ciertamente, en
común de la causa eficiente; sin embargo, para mayor claridad, parece que se
debe investigar en primer lugar todo esto en las causas creadas, que son más
conocidas para nosotros, después tratar de la causa primera e increada Y'J final-
mente, estudiar la dependencia de las demás causas con respecto a ésta. Pero
no distinguimos el tratamiento sobre la causa eficiente de la sustancia y de los
accidentes, porque, -según veremos, están U1~idas de tal manera que la producción
de las sustancias no se efectúa sino mediante los accidentes. Y por la misma
razón no establecemos separación en la disputación de la causa principal e ins-
trumental, puesto que al tratar de la causa próxima eficiente, a la cual se atri-
buye esencial y propiamente la acción, se ha de ver también qué principios o
qué instrumentos usa para obrar.

DISPUTATIO XVIII ficienti in communi tractari; tamen, maioris


DE CAUSA PROXIMA EFFICIENTI EIUSQUE CAU- c1aritatis gratia, visum est haee omnia prius
SALITATE, ET OMNIBUS QUAE AD CAUSANDUM in causis creatis, quae nobis notiores sunt,
REQUIRIT inquirere, postea vero disserere de causa
prima et inereata, ae tandem de dependencia
In superiori disputatione fere tantum de- caeterarum ab ipsa. Non distinguimus autem
claravimus quid nominis causae efficientis, tractationem de causa efficienti substantia-
et plurium specierum ae modorum eius; rum et accidentium, quoniarn, ut videbimus,
nune oportet distincte traetare omnia quae haee ita eoniuncta sunt ut substantiarum
ad hane causam pertinent, per ea capita seu productio non nisi mediis accidentibus fiat.
membra quse in aliis causis attigimus, sci- Et eadem ratione non separamus disputa-
Hcet, quae res causet, quid causet, per quid tionem de causa principali et instrumentali,
seu quo principio causet, quas conditiones quoniam tractando de causa proxima effi-
ad causandum requirat, ac denique in quo cienti, cui per se et proprie actio tribuitur,
actuaIls causalitas huius causae consistat. símul videndum est quibus principiis qui-
Quae omnia possent quidem de causa ef- busve instrumentis ad efficiendum utatur.
6
Disputaciones metafísicas Disputación XVIll.-Sección 1 83
82
nIon,2. fundamento
Razones dealguno ue t anterí.or.- N o, encuentro, en favor de esta opi-
la sentencia
SECCION PRIMERA rece haber sido que cuant~ se :t~r: llnportanc:a.. Si~ embargo, el principal pa-
se quita a la divina potencia del cr~r~o:' la eflclencl~ de la criatura, otro tanto
Sr LAS COSAS CREADAS PRODUCEN ALGO VERDADERAMENTE no; esto último atenta contra 1 f "p~..les, o DIOs obra todas las cosas, o
1. Diferentes opiniones.- Pedro de Ailly no participa de la opinión ante- adelante que es absolutamente f:ls~ Ica~a ,dIvina, por I~ qu~ mostraremos más
Mor.- En esta materia hubo una antigua sentencia, según la cual las cosas crea- y no depende de Dios. En cambio y. ~?neoh ya que ImplIca que algo existe
das no obran nada. sino que Dios 10 produce todo en presencia de ellas, aunque pregunto si 10 hace de manera inm~df~ta lOS o ac~. todas la~ cosas, nuevamente
se atribuye acción al fuego, al agua, etc., por apariencia y porque Dios deter- tamente y por virtud insuficiente L y d
r VlItud sufiCIente, o sólo media-
minó, como por un pacto, no producir tales efectos sino en presencia de tales Por el contrario, si lo primero ~s c~el~t~gu~ ~ se opone a la perfección divina.
cosas. Exponen esta opinión Averroes, IX Metaph., comm. 7, Y en el lib. XII, puesto que una causa suficiente' y eficaz b' tes ta superflua toda otra eficiencia,
comm. 18; Alberto, II Phys., trato JI, c. 3; Santo Tomás, III cont. Gent., c. 69; de que la naturaleza no hace uada asta para un .efecto. Y así, habida cuenta
y 1, q. 105, a. 5; In Il, disto 1, q. 1, a. 4; sin embargo no citan a ningún antor a las cosas creadas. Lo confirmo' cuenl v~no, no confrrió ningú:'1 poder de obrar
. t . a qmer cosa que se sup .
cierto como defensor de la misma, si bien parece que se inclina a ella Filón, Jun amente con una causa segunda pod 'h 1 onga que DIOS hace
erte . fi . , r a acer a por si solo pue 1
lib. JI Allegar., cuando dice que Dios es la única causa eficiente, y lib. De Che- P nece a su m mta virtud, según se p t . " ' s a menos esto
rubo et Ilam. glad., al afirmar que obrar es propio de Dios y, en cambio, pade- cho, obra de esta manera. La consecuenci a entIzara ~as adelante; luego, de he-
cer es propio de la criatura. Mas estas cosas pueden entenderse fácilmente por conviene más a la divina virtud y fi .a re.sulta eVIdente, no sólo porque esto
ce .. e cacIa, smo sobre todo
antonomasia, como también otras expresiones de los filósofos, que expondremos sallO para que se haga la criatura. Y 10 rU;bo ) p.orque pa~ece ne-
después al tratar de la acción de Dios. También suele atribuirse esta opinión a t.~ra depende esencialmente de solo Dios p d. del modo SIgme,:te: la cria-
alendo serlo sin cualquier otro. 1 ' no pu lendo ser hecha SIn El Y pu-
Pedro de Ailly, In IV, disto 1, a. 1, al final; sin embargo, en ese lugar declara
abiertamente que las causas segundas obran verdadera Y propiamente por su dependencia que la vincula únic~m uetgo llti·
puede ser cnatura sin esta esencial
propia virtud y según su naturaleza, y no por la sola voluntad de Dios, si bien llas ~osas que le son esenciales; ;~re t:nt~OS, ~a qu~ no pue~e e~istir sin aque-
añade que, al mismo tiempo, es cierto que la criatura no hace nada sino por dencla con respecto a solo Dios' . . ' to a cr1atu~a eXIste por su depen-
voluntad de Dios, y obrando también 'El mismo; más aún, haciendo que la cria- solo Dios, ya que 'eficiencia y d'e condslgu~entemente, eXIste por la eficiencia de
lue" pen enCIa o son idéntica .
tura obre y, consiguientemente, haciendo también Dios más de lo que haría solo, go mnguna cnatura tiene eficiencia sobre ' s o. son correlatIvas;
todo lo cual corresponde a la necesidad del concurso divino y puede tener sen- guna causa segunda que obre algo. otra y, pOI lo mismo, no hay nm-
lido verdadero y falso, como después veremos en su propia disputación. En cam- 3.Segun~a opinión.- La segunda senten' .
fI.l~O • ~ ?Ieba ~l. poder de m'oducir
Cla (J"

bio, se inclina más a esta opinión Gabriel, In IV, dist. 1, q. 1, a. 3, club. 3, las cnaturas corporales, pero lo concede
donde considera esta sentencia como probable y aduce en su favor aquellas pa- OpInlOn Santo Tomás en los lu are 't d a as espIrItuales. Expone esta
labras de 1 Cor., 13: Dios obra todo en todas Zas cosas, y de lICor., 3: No que Fans vitae, el cual d~cia que í1i~g~ ~~:r O~' toma~a de. Avicebrón, en el libro
por nosotros mismos tengamos la capacidad suficente de pensar algo como pro- tud de la sustancia espiritual íntimam t P ~s actIvo, SInO que una cierta vir-
veniente de nosotros, sino que nuestra suficiencia 'iJierw de Dios. A pesar de todo, das aquellas acciones que p~ecen reali~~de eX1ste~te en los cuerpos, efectúa to-
as por os cuerpos. Se funda, al pare-
él no se atreve a afirmar dicha opinión.
F 2'd Rati"cmes praecedentis sententiae.- cet .
divinam
. virtutem et eff·ICaCtam,
.. tum
phorum locutiones, quas postea referemus, un amentum pro hac sententia nullum vi :;:~x:me ~U1aQhoc ,videtur necessarium ut
SECTIO PRIMA agentes de actione Dei. Solet etiam haee ~eo quod .~it a1i~uius mementi; praecipuu~ a ura ato uod Ita probo, nam creatura
UrnUM RES CREATAE ALIQUID VERE EFFICIANT opinío tribui Petro Aliacensi, In IV, disto 1, ~me? f~sse. vldetur, quia quantum effí- a solo peo. habet essentialem dependentiam
a. 1, in fine; ibi tamen aperte fatetur cau- ~~~tlae tnbllitt;r creaturae, ta,otum adimitur cum SIne 1PO fie~i non possit et sine quo~
1. Variae opiniones.- Aliacensis a prae- sas secundas vere ac proprie agere vírtute lvmae pot('~t1ae creatoris; nam vel Deus cumque al10 ~en possit; ergo non otest
cedenti sententia alienus.- In hac re fuit propria et ex natura reí, ac non sola volun~ operatur: ?mma, vel non; hoc posterius de- esse creatura SIne hac essentiali depemkntia
vetus sententia asserens res creatas nihil tate Dei; ~'(ddit tamen simul verum esse crea~ ~ogat d1Vmae e~ficaciae; unde iofra osten- q~am. a s?lo Deo habet, quia non potes~
operari, sed Deum ad praesentiam earum turam nihil facere nisi ex voluntate Dei, et , emrs esse.on;nIno falsum et erroneum, quia e~se sme hlS quae essentialia sunt· ergo om
omnia efficere, tribui autem actionem igni, ipso etiam faciente, immo et faciente ut ipsa l~p lcat alrqmd es se et non pendere a Deo D1S creatura est per dependenti~m a sol~
aquae, etc., propter apparentiam, et quia faciat, et consequenter plus etiam Deo fa- ~~s autell? Deus. omnia efficit, interrogo rur~ Deo; e!~o ~st per efficientiam solius Dei
Deus veluti pepigit non efficere tales effec- dente quam si solus faceret, quae pertinent .an lmmedlate et sufficienti virtute an nalm efflclenua e~ dependentia ve! sunt idem'
tus nisi ad talium rerum praesentiam. Hanc ad necessitatem diviní concursus et possunt medla~e tantum et iosufficienti virtute 'Hoc ~~t su~~ ~or~elauva; ergo nulla creatura ha~
opinionem referunt Averroes, IX Metaph.,
comm. 7, et lib. XII, comm. 18; et Alber-
verum et falsum sensum habere, ut postea postent;s derogat divinae perfectioni. in au- e lClentlam in aliam, et consequentel'
in propria disputatione videbimus; magís te~ pr~~um verum est, superflua est omnis oulla est causa secpnd~ quae aliquid efficiat.
tus, 11 Phys., tracto II, c. 3; et D. Thom., autem favet huic opinioni Gabr., In IV, a}~~ efflCleI?-tia, quia una causa sufficiens et . 3. Secunda sententta.- Secunda senten-
III cont. Gent., C. 69, et 1, q. 105, a. 5, disto 1, q. 1, a. 3, dub. 3, ubi hanc senten- e lcax s~t~s est ad effectum. Unde cum tIa negat. creaturas corporales posse quid_
et In I1, disto 1, q; 1, a. 4; nullum tamen natura 1}zhzl fa9iat frustra, nullam vi;tutem
tiam reputat probabilem et in favorem eius q~.m efflcere, sed de spiritualibus id COD-
certum auctorem pro ea referunt; in eam affert illa verba ICor., 13: Deus operatur ~~erand.1 c0I?-tuht rebus creatis. Et confirmo
vero inclinare videtur Philo, lib. II Allegor .• ee lt.. Hanc re~ert. D. Thomas citatis locis
omnia in omnibus; et II Cor., 3: Non quod m qll1dqUld ponatur Deus facere cum cau' t,x AVl¡cebroo1 ID hb. Fonti~ vitae, quí dice_
dum ait Deum esse unicam causam efficien- simus, sufficientes cogitare aliquid ex nobis, sa 1secunda, poterit facere se solo nam ho~ at nu .1um corpus ~sse actlvum s d
tem; et lib. de Cherub. et flam. glad., dum quasi ex nobis, sed sufficientia nostra ex ~~ t~~ spectat. ad infinitam virt~tem eius, da~ VlItutem spiritualis substa~ti:e ~t~~~
ait proprium esse Dei effieere, ereaturae au- Deo esto Ipse tamen non audet illam sen- Pat t ra pateb1t ~ ergo de facto ita facit. eXlstentem in corporibus eff·lcere omnes ac
tem patio Sed haec facile possent per an~ ti
tentiam asserere. e consequentla, tum. quía hoc magís de- ones quae per corpora fieri videntur. F un~-
tonomasiam intelligi, sicut et _atiae philoso-
.2"

Disputación XVIlI.-Sección 1 85
Disputaciones metafísicas -------------------
---,--,--,,- ---- - --- - - -
concurran suficientemente las disposiciones accidentales· luego esa virtud es la
cer, en que el agente debe estar íntimamente presente al paciente; mas los cuer- que produce todas las generaciones sustanciales. '
pos no pueden tener entre sí tal presencia, pues la cantidad impide esa íntima
penetración de una cosa en otra que la acción requiere. Por eso deCían que la Primera afirmación sobre la eficiencia de las causas creadas
cantidad no sólo no es activa, sino que incluso impide la acción. Se confirma,
porque la sustancia corpórea es la más inferior de todas y la más desemejante 5. Sin embargo, de~e decirse, en primer lugar, que los agentes creados pro-
del primer agente, por lo cual no tiene bajo sí ninguna sustancia que le esté ducen ,verdadera y propIamente efectos que les son connaturales y proporciona-
sometida y sobre la cual pueda obrar, ni puede tampoco tener semejanza con dos; Pl~nso que. esta ve,rdad no sólo es evidentísima por los sentidos y por la
Dios en la operación. De aquí que San Agustín, en el lib. V De Civitate Dei, rTazon~ sma tad'?dblénl ce~tlsuna según la ~octrina .católica. Por eso, así como Santo
c. 9, diga expresamente: las causas corporales no deben irzcluirse entre las efi- ?mas, aten 1 o. e pnmer punto de VIsta, calIficó de necia la opinión opuesta,
aSI nosotros, temendo .en cuenta el se.gundo, podemos llamarla temeraria y erró-
r:ientes. nea. Como consecuen~Ia, de elh~, t?dos los fil~sofos y teólogos la rechazan justa-
4. Tercera opinión.- Según la tercera opinión, las cosas corporales pueden
producir accidentes, pero no sustancias, mientras que las sustancias creadas es- mente ..En efecto, ~1'1stote1es, SI bIen nunca CItó ni refutó de manera expresa la
sentenCIa opuesta, SIempre supone como cosa evidentísima que las causas nat _
:es produ.cen algo. M~s. aún, todos los filósofos 2ntiguos, cuyas opiniones re::e
pirituales pueden producir algunas sustancias inferiores. La refiere en el mismo
lugar Santo Tomás, tomándola de Avicena, lib. 1 Sufficient., c. 10, y lib. IX de
su Metafísica, c. 4 y 5, el cual, según parece, cometió dos errores en este punto. el en el ]¡b. 1 de la Ptstca, en el 1 de la Metafísica, y en otros lugares, suponen
Uno, que una sustancia creada espiritual puede crear otra, ya que la primera cau- frecuent?mente ,que las ca~sas naturales producen algo, por 10 cual se esforzaron
sa increada produce inmediatamente una sola inteligencia, y la produce perfec- en exp]¡car que y de que pueden producir, ya que de la nada nada se hace
tísima; 'ésta, a su vez, crea una segunda, la segunda una ter~era, y así hasta Tambi~n Platón, a quien ~ité en la disputación antel'Íor tomándolo del Damas~ ,
llegar a la ínfima. El otro error sostiene que esta sustancia espiritual ínfima in- ce:lO, hama -en .este sel;udo- a las cosas naturales instrumentos de la causa
pr~mera, po.rque .llenen v.~tud ?perativa derivada y dependiente de ella. En el
funde las formas sustanciales en la materia dispuesta por los agentes corporales
próximos, que no bastan para producir formas sustanciales. En cuanto a la pri- mIsmo se~~I~O dIJO tamb:en Tnsmeglsto que el mundo es instrumento de Dios
~ que reclblO de El ,omdlas para producirlo todo. De igual modo Filón. en ,1
mera parte, se" fundaba en que de 10 uno no procede, de manera próxima e in-
mediata, más que 10 uno. En cuanto a la segunda parte, que se relaciona más llb .. De C;ongress. quaerendae eruditionis causa, afirmó que Dios permitió' a este
con la cuestión presente, se apoya en que estos agentes corporales no obran nada mf1mo genero de cosas sembrar y engendrar. Tales filósofos fueron seguidos por
a no ser mediante los accidentes, los cuales son principios insuficientes para la el COffi.entador y otros posteriores. De entre los Padres, San Agustín, en el lib. lIT
producción de formas sustanciales. Y confirma esto porque consta por experien- De Trtmtate, c. 7, 8 Y 9, parece haber imitado el modo de hablar de dichos
cia que se generan muchas sustancias cuyas causas próximas no son suficientes filósofos cuando sostiene que -!Jios ha introducido en los elementos y en otras
c~usas :re~d~s las :azones sen:males de las cosas. Esas razones seminales no son
para introducir tales formas, como sucede cuando se generan animales por pu-
Silla p:mclplOs ~~t1VOS y paSIVOS de las generaciones y movimientos naturales,
trefacción, a causa de unas disposiciones accidentales que concurren casual o
fortuitamente; ello es, pues, indicio de que se encuentra como preparada alguna que DlOS depOSIto en las cosas creadas, como elegantemente expuso Santo To-
virtud espiritual superior para introducir las formas sustanciales, siempre que nes accidentales sufficientel' concurrunt· er- laborarun! in explicando quid et ex quo fa-
go ab illa virtute fiunt omnes generationes cere possmt, cum ex nihilo nihil fiat. Plato
damentum dus fuisse videtur quia agens iDereata solam unam intelligenciam earoque substantiales. edam, quem superiori disputatione ex Da~
csse debet intime praesens passo; corpora perfectissimam immediate efficit, illa vero rnasceno citavi, hoc sensu vocat causas na-
autem non possunt ita sibi esse praesentia, creat secundam, et secunda tertiam, et sic Prima assertio de efficientia causarum
creataru,n turales instrumenta primae causae, quia vir-
nam quantitas impedit illum intimum illap- usque ad infimam. Alter error asserit hanc tutem habent agendi ab illa deIÍvatam et
sum unius rei in aliam, quem actio requirit. infimarn substantiam spiritualem infundere 5. Dicendum tamen est primo agentia dependentem. Qua sensu dixit etiam Tris-
Vnde aiebat quantitatem non solum non substantiales formas in materiam dispositam creata vere ac proprie efficere effectus sibi megistus 1 mundum esse instrumentum Dei
esse activam, verum etlam actionem impe- a proximis agcntibus corporalibus, quae sub- connaturales et proportionatos. Quam veIÍ- et ab eo semina accepisse ut omnia produ-
dire; et confirmatur, quia substancia corpo- stantiales formas efficere non sufficiunt. tatem non tantum sensu et racione exístimo
cat. Et eodem modo Philo, lib. de Congress.
rea est ínfima omnium et dissimillima pd-. Fundamentum eius quoad priorem partem esse evidentissimam, sed etiam iuxta doc-
mo agenti, et ideo nec inferiorem habet sub- trinam. Catholicam certissimam. Unde, sicut quaerendae eruditionis causa, dixit Deum
fuit quia ab uno non est nísi unurn pro- huic ínfimo generí rerum permisisse semi-
stantiam sibi subiectam, in quam possit age- xime et immediate. Quoad posteríorem vera, ob pnorem causam oppositam sententiam
re, nec similitudinem potest habere ad D(eum D. Thomas stultam appellavit, ob posterio- nare atque gignere. Quos philosophos secuti
quae ad rem praesentem magís speetat, quia sunt Commentator et alii posteriores. Ex
in agendo. Quare August., V de Civitat., haec agenda corporalia nihil agunt nisi me- rem vacare possumus temerariam et erro-
c. 9, exptesse dicit corporales causas non neam; ideoque merito rciicitul' ab omnib1.ls Patribus vero, Augustinus, lib. III de Tri-
diis aecidentibus, quae sunt insufficiencia nit., c. 7, 8 et 9, videtur in modo loquendi
esse inter causas efficientes numerandas. philos~phis et theologis; Aristoteles enim,
principia ad efficíendas formas substantiales. dictas philosophos imitatus dum ait indi-
4. Tertia sententia.- Tertia sententia quarnVlS nunquarn oppositam sententiam ex~
Et confirmat hoc quia experimento constat disse Deum elementis et aliis causis creatis
fuit res corporeas posse efficere accidentia, presse rctulerit aut refmaverit, tarnen ubique
multas substantias generad, quae non habent, ut evidentissimum supponit naturales causas seminales rerum rationes. Quae nihil aliud
non tamen substancias, spirituales autem
proximas causas sufficientes ad introducen- aliC;luid facere. Immo omnes antiqui philoso- sunt . quam principia activa et passíva ge-
substantias creatas posse efficere aliquás in- das tales formas, ut cum generantur anima-
feriores substantias. Hanc refert ibidem D. phI, quorum opiniones ipse refert I Phys. neratlonum. e~ motuum naturalium, quae
Thomas, ex Avicenna, lib. 1 Sufficient., lia ex putrefaccione ob dispositiones acci- et 1 Metaph., et alibi, sacpe supponunt Deus pOSUlt In rebus creatis, ut eleganter
c. 10, ,et lib. IX suae Metaph., c. 4 et 5, dentales, quae casu seu fortuito concurrunt; causas naturales aliquid efficere; et ideo exposUlt D. Tho.tp.as, 1, q. 115, a. 2, et In
qui in ea re videtur duos errores habuisse. ergo signum est esse quasi paratam aliquam
Vnus est quod una substantia creata spiri- spiritualem virtutem superiorem ad inducen- 1 In dial. IX, et in Pimand., c. 16, in fin.
tualis potest creare aliam, nam prima causa das formas substantiales, quoties disposido-
Disputaciones metafísicas Disputación XVIlI.-Sección 1 87
86 "-------~

más, 1, q. 115, a. 2" e In 11, disto 18, q. 1, a. 2; en el mismo lugar, Durando, que el agua sea cálida; luego tampoco ahora podemos inferir que sea fría, o
Herveo, Egidio y otros; Capréolo, In 1, disto 42, a. 3. También el mismo San qne el fnego sea cálido.
Agustín, lib. VII De Civitate Dei, c. 30, hablando de Dios, dice: Administra 7. Alguno puede objetar que aquel pacto no fue totalmente arbitrario, sin.o
todas las cosas que creó de tal manera que también él mismo las deja ejercer y fundado de alguna manera en las naturalezas de las cosas, no porque sean acti-
producir sus propios -movimientos. Esta sentencia es confirmada y alabada por vas, sino porque poseen cualidades semejantes a las que se han de producir, y
todos los escolásticos, siempre que tratan de la efIciencia de las causas o de la así colegimos que el fuego es cálido por el hecho de que Dios calienta en. su
'1 presencia, ya que este pacto se fundó en tal cualidad del fuego. Ahora bIen,
libertad humana, los cuales pueden consultarse en los lugares citados e in 11,
i"

l disto 1, y en ese pasaje sobre todo Durando, q. 5.


esto no puede mantenerse filosóficamente. De una parte, porque, por igual ra-
zón, con arreglo a las naturalezas de las cosas, Dios hubiera debido producir
6. Se prueba la afirmación por experiencia.- Absurdos a que lleva la con- la blancura en presencia de la blancura, ya que no siendo, de suyo, el calor una
clusión opuesta.- Se demuestra, en primer lugar, por experiencia; en efecto, cualidad más activa que la blancura, tampoco aquel pacto le es debido por na-
¿hay algo más patente al sentide que el hecho de qne el sol ilumina, el fuego turaléza al calor más bien que a la blancura. Idéntico argumento puede hacerse
calienta, el agua refrigera? Y si obje.tan que nosotros experimentamos que esos a propósito de toda otra cualidad, e incluso de la cantidad, y de la sustancia, y
efectos se realizan en presencia de tales cosas, pero sin ser producidos por ellas, de cualquier otra realidad. De otra parte, porque aquello no se verifica en las
destruyen por completo toda la fuerza de la argumentación filosófica, ya que no causas equívocas, en las que la forma o cualidad no es semejante, ni tampoco
tenemos otros procedimientos para experimentar que los efectos proceden de sus es necesariamente más eminente, si nada han de hacer aquéllas. Además l segÚll
causas o para colegir las causas a partir de los efectos. Corroboran esta expe- esta. sentencia, result~n superfluas las disposiciones de la tierra, las lluvias, las
riencia el consentimiento común y las declaraciones de todos, que piensan así oraciones, lbs movimientos de los cielos, etc., si todas estas cosas nada produ-
sobre estas co~as. cen; bastaría, por el contrario, que hubiese trigo para que en su presencia Dios
engendrase trigo, y 10 mismo sucedería con las demás cosas. También se- elabo-
En s,egundo lugar, razono bas,~.hdome en las dificultades, pues según dicha
ra un argumento semejante a base de los diferentes órganos e instrumentos con
opinión no es posible distinguir los vivientes de los no vivientes, porque unas que Dios compuso los cuerpos, en especial los vivientes; pues así como algunos
cosas no tendrían el principio· de sus acciones en mayor medida que otras. Ade- se muestran, por su misma disposición, aptos para recibir, así otros 10 son para
más, en vano' habría dado la naturaleza a las diversas cosas las diferentes cua- obrar, todo 10 cual sería superfluo si estas cosas no hiciesen nada. Finalmente,
lidades y virtudes que en ellas comprobamos. Más aún, no nos sería posible por este motivo dijo muy bien Aristóteles, TI De Cae/o, c. 3, y 1 de la Elica, C. 7,
colegir, basándonos en la acción) tal variedad de cualidades en los elementos y, que todas las cosas están ordenadas a su operación, por 10 que no hay nada
por consiguiente, tampoco en las demás cosas. Efectivamente, si no es el fuego más opuesto a la disposición y al fin de las cosas qne carecer de toda eficiencia.
quien calienta, sino Dios en presencia del fuego, de manera igualmente natural Por otra parte, si las cosas creadas nada obrasen entre sí, todas serían por
l'odria calentar en presencia del agua, por 10 que de esa acción no podemos naturaleza igualmente incorruptibles, ya que no podrían padecer nada de un agen-
llegar a la conclusión de que el fuego sea cálido más bien que a la de que lo te creado; consiguientemente, Dios habría ordenado en vano tantos movimientos
sea el agua. Porque si Dios pudo comprometerse, de modo igualmente conforme de los cielos y tan gran multitud de causas a fin de que estas especies de cosas
con las naturalezas de las cosas, a calentar en presencia del agl;la -supongamos
que lo hizo-, entonces no sería legítimo colegir, partiendo del calentamiento, lefactione colligere aquam esse calidam; er.. rae. Praeterea, iuxta illam sententiam su-
,
1,
go nec nunc possumus inferre esse frigidam perfluae sunt terrae dispositiones, pluviae,
I aut ignem calidum. orationes, caelorurn motus, etc., si haec om-
,
I
JI, disto 18, q. 1, a. 2; ubi Durandus, Her- aut ex effr:-ctibus causas colligere. Et huic 7. Dieere potest aliquis pactum :il1ud nia nihil agunt; sed sufficeret adesse triti-
I vaeus, Aegid. et alH; et Capreo!., In. 1, disto experlentiae attestatur communis consensus non fuisse omnino arbitrarium, sed funda- curn, ut Deus ad praesentiam eius triticum
42, a. 3. Fursus idem Augustinus, VII de et vox omnium, qui ita de rebus his sen- tum aliquo modo in naturis rerum, non quía generaret, et sic de rebus aliis. Praeterea fit
I Civ., C. 30, de Deo loquens, ait: Sic omnia, tiunt. Secundo, argumentor ab incommodis, illae activae sint, sed quia habent qualitates simile argumentum ex variis organis et in-
iji quae creavit, administrat ut etiam ipse pro- nam iuxta illam sententiam non possunt vi- similes producendis; et ita colligimus ignem
esse calidum, eo quod Deus calefacit ad
strurnentis quibus Deus composuit carpora,
l' ' ,prios exercere et agere motus sinat. Quam
sententiam confirmant et _celebrant scholas-
tici omnes, ubicumque vel de causarum ef-
ventia a non viventibus distingui, quia non
magis haberent res quaedam principium sua-
rum actionum quam aliae. Deinde frustra
praesentiam eius, quia hoc pactum funda-
tum fuit in tali qualitate ignis. Sed hoc non
praesertim viventia; nam, sieut quaedam ex
ipsa dispositione apparent apta ad recipien-
!: dum, ita etiam alia sunt ad agendum, quae
ficientia vel de hominis libertate disputant, natura dedisset diversis rebus varias 'quali- potest philosophice dici, tum quia eadem ra- omnia essent superflua, si hae res nihil age-
1;; qui videri possunt citatis loeis, et In II, tates et virtutes quas in eis experimur. Im- tione iuxta naturas rerum debuisset Deus rento Denique hac de causa optime dixit
disto 1, ubi praesertim Durand., q. 5. mo neque ex actione possemus huiusmodí producere albedinem ad praesentiam albedi- Aristoteles, II de Caelo, c. 3, et I Ethie.,
6. Experimento probatur assertio.- Ab- qualitatum varietatem in elementis colligere, nis, quia si ex se non est magis activa qua- C. 7, omnia esse propter suam operationem,
surda ex opposita conclusione.- Et proba- et consequenter neque in a1iis rebus. Nam, litas calor quam albedo, ergo ex natura reí
quare nihil magis repugnat institutioni re-,
1', tur primo experientía; quid enim sensu no- si ignis non calefadt, sed Deus ad praesen- non est magis debitum pactum illud calod rum et flní earum quam omni efficientia
rius quarn quod sol .¡numinet, ignis calefa- tiam ignis, aeque naturaliter posset calefa- 'quam albedini. Et idem argumentum fieri
potest de quacumque alia qualitate, immo carere. Praeterea, si res ereatae nihil agerent
1, dat, aqua refrigeret? Quod si dicant expe- cere ad praesentiam aquae; ergo ex illa ac- inter se, ex natura rei orones essent aeque
riri quidem nos fieri hos effectus praesenti- tione non possumus magis colligere ignem et de quantitate, et de substantia, et de qua-
cumque re. Tum etiam quía illud non habet incorruptibiles,_ quía ab agente creato nihil
bus his rebus, non tarnen fieri ab illis, pIane esse calidum quam aquam. Si enim Deus pati possent; frustra< ergo Deus tot motus
destruunt ornnem vim philosophicae argu- aeque consentanee ad rerum naturas potuit loeum in causis aequivocis, in quibus non
paclsci de calefaciendo ad praesentiam aquae, est similis forma ve! qualitas, neque est ne- caelorum tantamque causarum multil;Udinem
mentationis, quia nos non possumus aliter ordinasset ut hae rerum inferíorum species
I experiri dlmanationem effectuum ex caush. ponamus id fecisse, tunc non liceret ex ca- cessario eminentíor, si illae nihil sunt actu-
88 Disputaciones metafísicas 89
i'lferiores se conservasen durante largo tiempo mediante una sucesión de gene- cacia o autoridad divina, que más bien la apoya y explica en grado sumo. Efec-
raciones y corrupciones; pues con mayor facilidad permanecerían siempre las tivamente -como argumenta Santo Tomás en el lugar arriba citado-, Dios co-
mismas cosas creadas desde el principio si Dios mismo nada destruyese, ya que municó su bondad a las cosas creadas de tal manera que les dio también una
las cosas, por su parte, no lucharían entre sí ni se corromperían. Se puede pen- inclinación y un poder para comunicar a otras lo que participan de la bondad
sar en muchos inconvenientes parecidos, a base de los cuales se comprende que del mismo Dios, repartiendo. a cada una según su capacidad. Porque, como dijo
1
todo. el orden natural está en pugna con aquella sentencia. a este prop6sito Platón, en el diálogo Sobre la naturaleza, Dios es bueno 'v no
8. Razón "a priori" de la conclusión.- En tercer lugar, se da lÍna razón I es atacado por los celos, ni envidia a nadie; por eso hizo todas las cosas bue-
a priori: el poseer. facultad operativa no repugna a las cosas creadas, sino que nas y semejantes a sí en la tendencia a comunicarse según su capacidad. De
más bien conviene en grado sumo a su perfección; luego, puesto que Dios hizo aquí que algunas se comuniquen materialmente y otras formalmente; no hay)
a cada una de las cosas perfecta en su naturaleza, no debe negarse que las creó pues) contr~dicci6n en que también se comuniquen eficientemente.
de tal modo que posean una connatural facultad operativa. Se prueba el antece- 10. Si Dios, obrando con las causas segundas, hace más que si obrara solo.-
dente porque no toda facultad operativa exige nna perfección infinita; bastará, Así, pnes, lo que decía más arriba Pedro de Ailiy -que Dios, al obrar con las
pues, la virtud finita de la criatura para que pueda tener alguna eficiencia. El causas segundas, hace más que si produjera todas las cosas por sí solo- es cierto
antecedente es manifiesto, ya que no hay ninguna razón probable que persuada presupositivarÍlente (por así decirlo), pero formalmente es falso. Es decir, si la
de la necesidad de nna perfección infinita para cualquier acción. Antes al con- causa segunda produce algo, se supone que Dios, además de haber producido
trario -lo veremos después-, los teólogos se esforzaron mucho por encontrar a la causa segunda y de haberle comlmicado la perfección de la actividad -con
una razón probativa de que para crear se requiere un poder infinito; por tanto, lo que muestra en mayor grado su poder-, hace luego con la causa seg~l1da
para las demás acciones y transformaciones no se precisa tal poder, sobre todo todo 10 que ésta realiza; y, en tal sentido, presupositivamente hace más. En
cuando se trata de agentes que no obran sin depender de uno superior. cambio} mediante la misma acción por la que obra con la causa segunda no hace
9. Se sale al paso de una objeción.- Dirá alguien que implica contradicción más, ni siquiera igual, que si obrara por sí solo, ya que no aplica toda la efi-
esto mismo, a saber, el ser agente y dependt!r, en el obrar, de un agente supe- cacia neeesaria para obrar solo. Por eso, con tal modo de obrar, si bien obra
rior, por lo cual en todo agente se eXige un poder infinito, pues si obra, obra con virtud suficiel1te en cuanto causa primera, empero no obra con virtud su-
por sn sola virtud y sin depender de otro. Tal objeción toca el fnndamento de ficiente en todo género. Esto no implica imperfección en Dios, ya que no lo
la sentencia contraria, del que nos ocuparemos ampliamente después al tratar hace por indigencia o impotencia, sino por voluntaria y prudentísima aplicación
de la necesidad del concurso divino; ahora respondemos brevemente negando el de su poder. Desde este punto de vista, también es cierto lo que decía Pedro
supuesto; pues, así como no es contrarlictorio existir y existir en dependencia de AilIy, a saber, que las causas segundas no hacen nada sino por voluntad de
de otro, tampoco hay contradicción en obrar y obrar dependiendo de otro. ¿Por Dios; pues requieren -como diremos posteriormente- el conCUrso de Dios,
qué habría de haberla? ¿Acaso porque la hay en que una misma acción proceda concurso que El presta no por necesidad, sino yoluntariamente; sin embargo, tal
simultáneamente de vadas causas totales? Pero esto es falso, si tales causas per- voluntad no es por completo absoluta (excluídos los milagros), sino que se adap-
tenecen a órdenes diversos y están subordinadas esencialmente. Por ello) esta ta a las naturalezas de las cosas y procede como de un cierto débito de justa
eficiencia de las causas segnndas se encuentra tan lejos de atentar contra la cfj- distribución; por eso, este voluntario no impide que semejante e.ficiencia sea
rum deroget divinae efficacitati vel auctori- fectionem activam, in quo suaro potentiam
per generationum et corruptionum successio- theologi ut rationem invenirent quae probet tati ut potius illam maxime commendet et magis ostendit, et deinde agit curo causa se-
nem diu conservarentur; facilius enim per- ad creandum requiri infinitam virtutem; ad declaret. Nam, ut D. Thoroas supra argu- cunda quidquid ipsa agit; et ita praesup-
manerent perpetuo eaedem res a principio alias ergo actiones et mutationes ;non requi~ mentatur, ita communícavit Deus suam crea- positive plus agito At yero per ipsammet
creatae si Deus ipse nihil corrumperet, quia ritur talis virtus, praesertim in his agentibus tis rebus bonitatem ut eis etiam dederit in- actionern, qua curn ipsa causa secunda agit,
res ipsae ínter se non secum pugnarent nec quae non agunt absque dependentia a su- clinationem et vim ad communicandum aEis non plus neque aequaliter agit quam si se
se corrumperent. Similia multa incommoda periori. id quod de bonitate ipsius. Dei participant, solo ageret, quia non applicat totam effica-
possunt facile excogitari, ex quibus intelli- 9. Occurritur obiectioni.- Dices in hoc unicuique impertiendo iuxta capacitatem ciam necessariam lit solu3 agat. Dnde in taU
gltur totum naturae ordinem contra illaro ipso reperiri repugnantiam, scilicet, quod sit suam. Quia, ut ad hoc propositum dixit modo agendi, quamvis agat sufficienti vir-
sententiam pugnare. agens et dependens in agendo a superiori Plato, in dialogo de Natur.) bonus est Deus tute in ratione causae primae, non tamen
8. Ratio a priori conclusionis.- Tertio agente, et ideo requiri infinitam virtutem in el livore non tangitur neque ulli invidet; et sufficienti in omni genere. Nequc hoc est
est ratio a priori, quia habere vim agendi omni agente, quía, si agit, sola sua virtute ideo omnia fecit bona sibique similia in ap- imperfectionis in Deo, quia non est ex in-
nOn repugnat rebus creatis, sed potius est agit et absque dependentia ab alio. Quae petitu se communicandi iuxta captum suum. digentia aut impotentia eius, sed ex volun~
maxime consentaneum perfectioni earum; obiectio tangit fundamentum contrariae sen- Dnde quaedam se materialiter communicant, taria et prudentissima applicatione virtutis
ergo, cum Deus condiderit unamquamque tentiae, de quo dicendum est late infra trac- alia formaliter; non ergo repugnat quod suae. Quo sensu verum est etiam quod Alia-
rem in natura sua perfectam, negandum non t~ndo de necessitate divini concursus; nune etiam efficienter se communícent. cus aiebat, nempe causas secundas nihil age-
est tales creasse res quat' habeant conna- respondetur breviter negando assumptum; 10. An Deus plus agat efficiens cum re nisi ex voluntate Dei; requirunt enim,
turalem virtutem agendi. Antecedens proba- sicut enim non repugnat esse et ,dependcnter causis secundis quam si solus.- IgÍtur, quod ut infra dicemus, concursum Dei, quem
tur, quia non omnis virtus agendi requirit ab alio esse, ita non repugnat agere et de- Aliacus supra dlcebat, plus, scilicet, agere Deus non nt:cessitate, sed voluntate praebet;
perfectionem infinitam; ergo sufficiet virtus pendenter ah alío agere. Cur enim? An quia Deum efficiendo cum causis secundis quam illa tarnen vol untas non est omnino absoluta
finita creaturae ut efficacitatem aliquam ha- repugnat eamdem actionem símul esse a plu- si se solo omnia efficeret, praesuppositive (seclusis miraculis), sed est accornmodata
bere possit. Antecedens patet, quia nulla pro- ribus causis totalibus? At hoc falsum est, si (ut ita dícaro) verum est, formaliter autem naturis rerum et quasi ex quodam dcbito
babilis ratio persuadet necessÍ!atem infinitae illae causae sint diversorum ordinum et es- falsum; id est, si causa secunda aliquid ef- iustae dis1±ibutionls; et ideo hoc volunta-
perfectionis ad omnem actionem. Quin po- sentialiter subordinatae. Quocirca, tantum ficit, supponitur Deus et effecisse ipsam riurn non impedit quominus huiusmodi ef-
tius, ut infra videbimus, multum laborarunt abest ut haec efficientia causarum secunda- causam secundam et cornmunicasse illi per- ficientia sit simpliciter naturalis 'rebus crea-
90 ... _ --
Disputaciones
..
metafísicas Disputación XVIlI.-Sección 1 91
--~ --_.~._

------
ahsolutamente natural a las cosas creadas. Como también por voluntad de Dios de San Basilio señala -Homil. IX- que, en virtud de estas palabras, y de otras
tienen las cosas la facultad operativa misma, mas no por una voluntad totalmente parecidas, las cosas naturales recibieron eficacia para producir continuamente. ge-
sobreañadida y como unida de modo meramente gnituito a aquella voluntad por neraciones y corrupciones de otras cosas; y desarrolla más por extenso la mlsm~
la que quiere que existan tales criaturas, sino que estas voluntades guardan co- materia. San Ambrosio, lib. III Hexam., desde el c. 8, y lib. V Y VI, en caSI
nexión, en conformidad con el débito naturs! V la conexión de las cosas mismas. todo su contenido. Por eso dice Jesucristo, Me., 4: Una cayó en tierra buena y
Por consiguiente, ~1 hecho de querer Diós qtie el fuego caliente y que el agua producía fruto) etc.; y más abajo: La tierra fructifica espontáneamente" primero
refrigere no es meramente voluntario, sino a su manera debido, en el supuesto la hierba, después la espiga y por último el trigo granado; y en Lc., 21: Como
de que quisiera crear tales cosas. Nos referimos a la facultad operativa conna- quiera que los árboles producen fruto por sí mismos, etc.; y en Sap., 16, se
tural, pues la sobrenatural e infusa tiene una razón distinta, que no nos incumbe. considera milagroso que el fuego, olvidando su virtud, no consumiera a los jus-
Con lo dicho queda simultáneamente probada la conclusión establecida y re- tos ni sus vestidos; y en ese mismo lugar se atribuye al agua el poder de ex-
suelto e! fundamento de la primera opinión. tinguirlo todo) y a los dragones el poseer dientes envenenados para m~tar, y si
11. Sobre la dependencia esencial, a la que se alude en la confirmación, alguna vez se ven impedidos de ejercer tales acciones, se atribuye a la divina
trataremos ex professo después, en la disputación de la creación; por ahora me llOtencia.
limito a decir que se comete equivocación en la proposición «la criatura depende Además, hay otras verdades de fe que no pueden mantenerse sin este prin-
esencialmente de solo Dios», ya que dicha proposición puede entenderse positiva cipio. La primera y principal es la verdad del libre albedrío, que no puede con-
y negativamente; entendida positivamente ofrece el siguiente sentido: la crian sistir en otra cosa que en la facultad y modo de obrar, según mostraremos más
tUfa tiene una exigencia esencial a depender de solo Dios; y esto no es cierto, adelante. De aquí que el Concilio Tridentino, ses. VI, can. 4, condene a quienes
hablando en general, aunque pueda verificarse, quizá, de alguna acción o de al- afirman que el libre albedrío creado no produce nada en absoluto y se comporta
guna cosa, atendiendo a una condición especial, lo cual pertenece a las cuestiones de manera meramente pasiva. En virtud de esa definición condena plenamente
pElrticuIares sobre la creación, la gracia, etc. En cambio, si se entiende negativa- la primera opinión antes referida y define nuestra conclusión, Es más, el Con-
mente su sentido es que la razón de criatura, en cuanto tal, no exige esencial~ cilio quiere (lo cual confirma a f01"tiori esta verdad) que la voluntad humana
mente dependencia si no es de Dios, lo cual es cierto porque en virtud de esta posea eficiencia, no sólo en las operaciones naturales, sino también en las sobre-
afirmación no se excluye el que, de hecho o según algún modo de producción, naturales n obras libres de la gracia. Sobre esta base se comprenden en ,eguida
pueda tener dependencia de Dios y de alguna criatura, como es evidente de suyo. los testimonios que Gabriel aducía en contra, y en los que se trataba especial-
mente de las obras de la gracia, las cuales se atribuyen a Dios como causa pri-
Se trata la misma afirmación pO'r principtos sobrenaturales mera de tal modo que no quede excluída nuestra cooperación. Pues en el mismo
pasaje dice San Pablo que nosotros nO somos suficientes por nosotros mismos y
12. Hasta ahora nos hemos ocupado filosóficamente de la conclusión estable- que nuestra suficiencia proviene de Dios. Y el que en un lugar afirma que Dios
cida; mas, como dijimos que también es cierta según la doctrina revelada. es obra en nosotros, en otros sostiene que coopera con nosotros y que nosotros so,:,
preciso añadir unas breves consideraciones a este respecto. Pues bien, tal certeza mas colaboradores de la gracia divina.
se desprende, en primer lugar, de! modo de hablar de la Sagrada Escritura, 13. No tiene menor eficacia la razón que se apoya en la eficiencia del acto
Gen., 1: Germine la tierra hierba verde y Produzca 12 tierra seres vivient.e$~ don- pecaminoso; pues 'si no es la causa segunda quien obra, sino Dios en presencia
cat terra animam viventem; ubi BasiL, ho.- sess. VI, can. 4, damnat dicentes liberurn
tis, Sicut etiam ex voluntate Dei habent ip- tialiter postulat pendere a solo Deo; et hoc mil. 9, annotat ex vi horum et similium arbitrium creatum nihil omnino agere, me-
sam virtutem agendi, non tamen ex volun- non est verum, in universum loquendo licet
j
verborum accepisse res naturales efficadam reque passive se habere. Qua definitione
tate omnino superaddita et quasi mere gra- fortasse de aliqua actione vel de aliqua re -continuo erficiendi rerum generationes et cor.. pIane damnat primam sententiam supra re-
tis adiuncta illi voluntad qua vult tales crea- ob specialem conditionem id possit verificari, ruptiones; quod latius prosequi!ur. Ambros.) latam et nostram conclusionem definit. Et
turas esse, sed sunt connexae hae voluntates quod spectat ad speciales quaestiones de lib. III Hexam" a C. 8, et lib. V et VI, (quod a fortiori rem convindt) non sa1um
iuxta naturale debitum et connexionem ip- creatione, vel de gratia, etc. Negative autem fere per tatos. Unde, Marci 4, ait Christus: in naturalibus operationibus, sed etiam in
sarum rerum. Dnde, quod voluerit Deus ig- intellecta, sensus illius est quod ratio crea- Aliud cecidit in terram bonam, et dabat fruc- supernaturalibus, seu gratiae operibus libe-
nem calefacere et aquam frigefacere non est turae, ut sic, non postulat essentialiter de- tum, etc.; et infra: Ultra terra fructificat, ris, vult Concilium habere efficientiam hu-
mere volumarium, sed suo modo debitum, pendentiam nisi a Deo, Et hoc est verum, primum herbam, deinde spicam, deinde ple- manam voluntatem. Ex qua obiter intelli-
ex suppositione quod voluerit tales res crea- quia ex vi huius non excluditur quin de fac- num frumentum; et Lucae 21: Arbores cum guntur illa testimonia quae Gabriel in con-
re. Loquimur aurem de vi agendi connatu- to vd secundum aliquem modum productio- producunt iam ex se fructum, etc.; et Sapo trarium afferebat, in quibus specialiter ser-
ra1i, nam de supernaturali et infusa aUa est nis possit habere dependentiam a Deo et 16 miraculo tribuitur quod ignis, suae vir- mo est de operibus gratiae, quae ita tribuun-
ratio, quae ad nos non spectat. Atque ita ab aliqua creatura, ut per se constato tutis oblitus, iustos et indumenta eorum non tur Deo ut primariae causae, ut non exclu-
simul probata est conclusio posita et solu- consumpserit; et ibi tribuitur aquae quod datur cooperario nostra. N am in eodem loco
tum fundamentum prioris sententiae. Ex principiis supernaturau'bus eadem asser-
tia tractatur omnia extinguat, et draconibus quod vene- ait Paulus, et nos non es se sufficientes ex
11. Quod vero in confirmatione tangitur natos habeant dentes ad ocddendum, et di- nobis et sufficientiam nostram ex Deo esse.'
j
de essentiali dependentia infra in disputatio- 12. Hactenus tractata est philosophice vinae potestad tribuitur, si interdum ab his Et qui in uno loco ait Deum operari in
ne de crcatione ex profe~H:c tractandum est; conclusio posita:; quia vera diximus etiam actionibus impediuntur. Praeterea- sunt aliae nobis, in aliis ait cooperari nobiscum et nos
nunc solum dico committi aequivocationem habere certitudinem iuxta fidei doctrinam, veritates fidel quae sine hoc principio sub- esse cooperatores gratiae Dei.
in iIla propositione: creatura essentialiter pauca de hac parte adiungere necesse esto sistere non possunt. Prima ac praedpua est 13. Nec minorem efficaciam habet ratio
pendet a solo Deo; potest enim intelligi illa Colligitur ergo haec certitudo primo ex mo-
j
veritas liberI arbitrii, quod nonnisi in vi et quae ex efficientia actus peccati desumitur;
propositio positive et negative; positive in- do loquendi divinae Sc:ripturae Gen., 1:
j modo agendi consistere potest, ut infra os- nam si causa secunda non efficit, sed Deus
te1lecta reddit hunc sensum: creatura essen- Germinet terra herbam virentem; et produ- tendemus. Unde Concilium Tridentinum, ad praesentiam eius, nos non facimus voli-
92 ______________"__---.:D=!sput~ciones metafísicas Disputación XVIlI.-Sección 1 93
de ella, nosotros no realizamos voliciones malas, sino que Dios solo es quien nos mos después con mayor amplitud. Por eso, aunque la cantidad no sea activa,
las infunde en presencia de los objetos; pero esto es blasfemo y erróneo, no no impide totalmente la acción, de igual modo que la materia, si bien no es
s610 porque entonces no pecaríamos libremente, sino también porque en tal caso activa, tampoco impide la acción de la forma; pues, según parece, la. cantidad
e1 pecado no procedería de nosotros, sino de Dios. Además) proporcionan una se compara con las cualidades de igual manera que 1. materia con la forma.
excelente razón teológica las definiciones conciliares sobre el misterio -de la En- De aquí que ni una ni otra sea impedimento para la acción, sino que más bien
carnación. En ellas se enseña que en Cristo hay dos operaciones y dos princi- contribuye, a su modo, a ella, si no obrando, al menos sustentando y aplicando de
pios de operación o virtudes operativas; a este respecto puede consultarse el manera connatural el principio activo.
Damasceno, lib. !II De fide, c. 15. Ahora bien, todas estas cosas V otras seme- A la confirmación se responde que la sustancia corpórea, según su totalidad,
jan~es no pueden ser ciertas si en la naturaleza creada no existe nÍnguna virtud no se halla en el ínfimo orden ni a gran distancia de Dios, sino sólo según la
activa. materia prima, por lo cual reCOnocemos que ésta no posee ninguna facultad ope-
Finalmente, la creación del alma racional da origen a un argumento de gran rativa J?;opia; en. cambio, se~ún la forma, los cuerpos están dotados de mayor
valor; porque, según la opinión contraria, tan cierto es que el hombre gene- perfecclOn y semejanza con DlOS, y de aquí que, según ella, puedan tener virtud
l'a?te crea ~l alma racional come que el. fuego engendra fuego; efectivamente,. operativa. Abora bien, San Agustín habla, en el texto citado, de las c,usas efi-
aSl como DlOS produce fuego en presencIa del fuego, y la acción se atribuye al cientes que se actúan a si mismas en cierto modo, o sea, que tienen dominio
fuego sólo porque es una condición sine qua non) puesta la cual Dios obra de de sus acciones y pueden aplicarse a la acción. Efectivamente, se expresa de esta
man~r~ , infalible~ así. también Dios, en presencia del semen humano, y no sin esa manera: Las causas corporales) que son hechas en mayor grado que hacen" no
condiclOn crea mfahblemente el alma. Pero el consiguiente es un error en la fe.
j deben contarse entre las causas eficientes, ya que pueden lo que de ellas hacen
las voluntades de los espíritus.
Segunda afirmación
14. Qué eficiencia niega San Agustín a los cuerpos.- Digo en segundo lu- Tercera afirmación
gar: no sól~ las. sustancias incorpóreas, sino también las corpóreas pueden po- 15. Afirmo en tercer lugar: aunque las causas creadas no puedan producir
see: una efiCle?Cla física y ve:~adera. Esta afirmación se sigue de la precedente, una sustancia en su totalidad o de manera esencial y primaria, sí que pueden ge-
caSI por la mIsma demostraclOn y certeza, ya que las experiencias, las razones nerar una sustancia a partir de una materia sustancial presupuesta, educiendo la
y los testimonios aducidos tienen validez tanto para las causas naturales y mate- ~orma sustancial. Y semejante eficiencia debe atribuirse a las causas corporales
riales como para las inmateriales. Más aún ~ si se trata de la eficiencia mediante más bien que a los espíritus creados. La primera parte de esta afirmación es cer-
una acción transeúnte, el hecho de que los cuerpos realizan operaciones nos re- tísima, ya que las causas creadas no pueden crear nada, como pondremos de
~ulta ~ás conocido y evidente que el hecho de que las realízan las sustancias manifiesto al tratar de la creación; ahora bien, una sustancia no puede ser hecha
lilcorporeas. Por ello nada hay que añadir en confirmación de esta conclusión. esencial y primariamente y en su totalidad sino por creación; en efecto, no pue-
En cuanto al fundamento de la opinión contraria, no tiene ningún valor; pues de ser hecha de nn sujeto presupnesto, porque la tot.lidad de la sustancia, sien..
para que un cuerpo obre en otro no es preciso que se encuentre simultáneamente do un ente esencialmente completo, no supone ningún sujeto; luego necesaria-
con él, d~ manera E~n~trativa, e~ un mismo lugar, antes bien basta que entre mente ha de ser hecha de la nada y, en consecuencia, por creación. De aquí
ellos se de una prOXImIdad sufiCIente, como muestra la experiencia y explicare-
tendit et inferius latius declarandum esto fiunt quam faciunt, non sunt inter causas
tiones malas, sed Deus solus eas nobis in- sine illa eonditione. Consequens autero est Quocirca, quamvis quantitas non sit activa, efficientes numerandae, quoniam hoc pos-
fundit ad praesentiam obieetorum, quod est error in fideo non tamen omnino impedit actionem, sicut sunt quod ex ipsis facíunt spirituum vo-
blasphemum et erroneum, non solum quia materia etiam non est activa, non tamen im- luntates.
tune non libere peeearemus, sed etiam quia Secunda aS$ertio
pedit actionem formae. Ita enim videtur
tune non a nobis, sed a Deo peeeatemus. 14. Augustinus quam efficientiam neget quantitas ad qualitates comparari, sieut ma- Tertia assertio
Praeterea sumitur optima ratio theologiea corporibus.- Dico secundo: non soluro sub- teri!l ad formam. Unde neutra impedit~ sed 15. Dico tertio: quamvis causae ereatae
ex definitionibus Coneiliorum cirea Inearna~ stantiae ineorporeae, sed etiam eorporeae pOtlUS confert suo modo ad actionem, si non non possint efficere substantiam secundum
tioms mysterium, quibus doeent esse in habere possunt physicam et veram efficien~ agendo, sal1.em sustentando et eonnaturali se totaro seu per se primo, possunt tamen
Christo duas operaciones duaque aperandi tiam. Haee sequitur ex praecedenti, eadem modo applieando principium agendi. Ad con- ex subst~ntiali materia praesupposita sub ..
principia seu apera trices virtutes, de quibus fere demonstratione et certitudine; nam ex- firmationem autem respondetur substantiam stantiam generare educendo substantialem
legi potest Damascen., III lib. de Fid., e. 15. perientiae, rationes et testimonia adducta corpoream s'eeundum se totam non esse in formam. Haee autem efficacitas eorporali~
Quae amnia et similia _vera esse non pos~ tam de causis naturalibus et materialibus; infimo ordine neque summe distare a Deo, bus potius causis quam spiritibus ereatis tri~
sunt, si in natura creata nulla vis est agendi. quam de immaterialibus proeedunt. Immo. ~ed soIu.m -secundum materiam prÍlnam, et buenda esto Prima pars huius assertionis est
Tandem ex creatiane animae rationalis nas- si de efficientia per actionem transeuntem l~eo de 111~ fatemur nullam habere propriam certissima, quia eausae creatae non possunt'
citur optimum argumentum, quia iuxtl'). con- sermo sit, notius et evidentius nobis est cor- vnn agendl; at vero secundum formam ha~ aliquid creare, ut agentes de creatione os-
trariam apinionem non minus veruro est ho- para agere quam incorporeas substantias. bent eorpora maiorem perfectiom;m et simi- tendemus; substantia autem per se primo
minero generantem creare animam rationa- Quare nihil in huius conclusiorus eonfirma- litudinem ad Deum;, et ideo secundum illam ac secundum se totaro, non potest fieri nisi
Iem quam ignem generare ignem; quia, sieut tionem addere oportet. Neque fundamentum habere possunt vim effidendi. Augustinus per creationem; non enim potest fieri ex
Deus ad praesentiam ignis facit ignem et e0J?-trariae sententiae ullius est momenti, autem in citatis verbis loquitur de causis praesupposito subiectb, quia toti substantiae
actio tribuitur igni solum quia est eonditio qUIa, ut unum eor~us agat in aliud, non est efficientibus quae se aliquo modo agupt id nullum subicctum supponitur, curo· sit ens
sine qua non, et qua posita Deus infallibi- neeesse ut penetratlve sit simul cúm illo in est, quae dominium habent suarum ac'tio~ per se completum; ergo necessario fieri de-
liter fadt, ita Deus ad praesentiam humani eodem loco, sed satis est quod sint suffi- nuro et sese possunt. applicare ad agendum. bet ex nihilo, atque adeo per creationem.
semirus ereat animam infallibiliter, et non denter propinqua, ut ipsa experientia os- Sic enim ait: Corporales causae, quae magis Et mnc est quod substantia spiritualis crea-
~ -

94_~_ __ ~~~~~~~~~~~~~~~~=D.:::'isputaciones metafísicas Disputación XVIlI.~Sección JI 95


resulta que la sustancia espiritual creada no puede crear otra que le sea seme- que una sea más perfecta para que pueda producir otra menos perfecta; a no
jante en especie- o en grado, ya que dicha sustancia, por ser simple en su esen- ser que conste por otra parte que aquélla contiene a ésta de manera emmente;
cia, sólo puede hacerse por creación. Por' igual razón una sustancia material no en cambio, los espíritus creados, si bien son más perfectos que los cuerpos, como
puede ser producida, en cuanto a la materia, por una causa creada, ya sea in- están limitados a su propio orden y cada mio constreñido a significar sus pro-
corpórea o corpórea; y en este sentido afirmamos que la sustancia en su totalidad pias perfecciones, no contienen eminentemente las cosas corpóreas; y como no
y de manera esencial y primaria, es decir, en toda su entidad y sin suponer nada son formas en la materia, sino totalmente separadas, resultan desproporcionadas
sustancial, no puede ser producida por una causa creada. Pero de este punto se para introducir las formas en la materia; también de esto diremos bastante des-
han de hacer abundantes consideraciones en 10 que sigue. pués, al tratar de las inteligencias creadas, donde mostraremos que no pueden
16. Las formas sustanciales son producidas por supuestos corpól'eos.- Mas producir en los cuerpos ni formas sustanciales ni cualidades, ya que tampoco
la segunda parte de la conclusión acerca de la educción de la forma sustancial pueden alterar los cuerpos al arbitrio de su voluntad. Y si no pueden esto, mu-
por la propia eficiencia de las causas segundas no es tan evidente y cierta como cho menos podrán introducir la forma sustancial en la materia, pues quien no
lils anteriores refer.entes a la eficiencia en absoluto, porque la producción de esta tiene la facultad de disponer la materia mucho menos puede tener la virtud de
forma es menos sensible y, por tanto, nos resulta menos conocida que la eficien- informarla. Por el contrario, los agentes corporales, por tener posibilidad de al-
da de los accidentes, y porque la explicación de dicha eficiencia encierra una terar y disponer la materia, resultan más proporcionados para poder informarla,
dificultad no pequeña, como veremos en Ja sección siguiente. No obstante, esta ya educiendo de ella la forma sustancial, ya introduciéndola en ella, según la ca-
parte es más probable, sobre todo considerada en general y sin descender a los pacidad y cualidad de la forma.
modos particulares de explicar tal eficiencia. Y se demuestra, en primer lugar, 18. En consecuencia, respondemos al fundamento de Avicena, por lo que
porque, de igual manera que vemos que el fuego calienta, así también vemos re-specta a su primer error, negando que de la primera causa sólo pudiera proce-
que el fuego genera, y que el sol produce minerales, y que la tierra, también der una inteligencia o un efecto, pues dicha causa no obra por necesidad natural
con la acción del sol, germina hierba, etc. En segundo término, porque, como para encontrarse determinada a un solo efecto, sino que es un agente intelectual
estas cosas no se hacen por creación, sino por generación, no se requiere -ni que posee las ideas eje-mplares de infinitas cosas, cuya producción decide a su
por parte de la cosa hecha ni por el modo según el cual se hace~ un poder arbitrio y voluntad. Por lo que hace al fundamento del segundo error, entraña
infinito para su producción; luego ese poder no supera la capacidad de las cau- una dificultad que pertenece a la sección siguiente.
sas creadas; consiguientemente, les ha sido comunicado por la primera causa y
es connatural a ellas. Mas de esto se tratará ampliamente en la sección siguiente,
ya que no puede probarse con exactitud y defenderse si antes no se ha explicado
el modo de dicha eficiencia. SECCION II
17. Las sustancias espirituales no pueden producir formas sustanciales.- En
cuanto a la tercera parte de la conclusión ~ue esta eficiencia no debe atri- CuAL ES EL PRINCIPIO EN CUYA VIRTUD UNA SUSTANCIA CREADA PRODUCE A OTRA
buirse a los espíritus creados~, se pone de manij¡esto por el hecho de que no
son proporcionados para semejante acción, mientras que las causas corporales son 1. La materia no es principio "qua" de ninguna acción.- Nos preguntamos
más proporcionadas y acomodadas. Ahora bien, .entre las cosas creadas no basta a un mismo tiempo por el principio principal y por el próximo o instrumental,
toda vez que uno no puede explicarse suficientemente sin el otro. Ahora bien,
ta non potest aliam sibi similem, ve! in spe- descendendo ad particulares modos explican-
cie vel in gradu, procreare, quia talis sub- di hanc efficientiam. Et prohatur primo,
stancia, cum sit simplex in essentia, non pot.. quia, sicut videmus ignem calefacere, ita et quo'd aliqua sit magis perfecta ut possit ef- ea ve! in eam introducendo substantialem
est nisi per creationem fieri. Et eadem ra~ ficere minus perfectam, nisi aliunde constet formam, iuxta formae capacitatem et quali-
generare ignem, et solem producere minera- eam eminenter continere; spiritus autem tatem.
tione materialis substancia quoad materiam lia, et terram actione etiam solís germinare
non potest effici a causa creata, sive incor- herbam, etc. Secundo, quia cum hae res non cread, !icet sint perfectiores quam corpora, 18. Ad fundamentum ergo Avicennae
parea sive corporea; et hoc sensu dicimus tamen cum sint limitati ad' proprium gra- quoad priorem negamus a prima causa so~
fiant per creationem, sed per generationem, dum et singuli ad proprias significandas per- lam unam intelligentiam vel unum effectum
substantiam secundum se totam se per se neque ex parte rei factae neque ex modo
primo, id est, quoad totam entitatem et nihil fectiones, non continent eminenter res cor- potuisse prodire, quia prima causa non agít
quo fit requiritur virtus infinita ad earum poreas, et cum non sint formae in materia, naturae nece-ssitate lit ad unum effectum sit
substantiae supponendo, non posse effici a effectiónem; ergo talis virtus non excedit
causa creata; sed de hac re plura in sequen- capacitatem causarum creatarum; ergo est sed omnino abstractae, improportionatae determinata, sed est intellectuale agens, ha-
tibus dicenda sunt. sunt ad formas in materiam inducendas; de bens in se infinitarum rerum exemplaria,
illis communicata a prima causa estque illis qua item re dicemus plura infra, tractando quarum effectionem sua voluntate et arbitrio
16. Formae substantiales a corporeis sup- connaturalis. Sed de hac parte plura in sec- de intelligentiis creatis, ubi ostendemus eas definit. Fundamentum autem secundi erroris
positis fiunt.- Secunda vero pars condu- tione sequenti; non enim potest exacte pro- nec substantiales formas, nec qualitates pos- postulat difficultatem ad sequentern sectio~
sionis de eductione formae substantialis per bari et defendi nisi prius modus -huius effi- se in corporibus efficere; neque enim pos- nem pertinentem.
propriam efficientiaro causarum secundarum . cientiae dedaretur. sunt ad nutum suae voluntatis 'corpora al-
non est tam evidens et certa sicut sunt, su- 17. Spirituales substantiae formas sub- terare. Quod si hoc non possunt, multo mi- SECTIO Ir
periores de efficientia absolute, quia effectio stantiales efficere nequeunt.- Tertia vero nus poterunt in 'materiam formam substan-
huius formae minus sensibilis est, ideoque pars conclusionis, nimirum, quod haec effi- tialem inducere; nam qui virtutem non ha- QUODNAM SIT PRINCIPIUM QUo SUBSTANTIA
rninus nota nobis quam ftfficientia acciden- cientia non sit spiritibus creatis tribuenda, bet disponendi materiam, multo minus ha- CREATA EFFICIT ALlAM
tiuro, et quia in hac efficientia explicanda ex eo patet quod sunt improportionati ad bere potest vim eam informandi. Agenda 1. Materia nullius actionis principium
non parva est difficultas, ut seccione sequenti huiusmodi actionem; causae autem corpo- 'vero corporalia, cum possint materiam al- quo.- Simul quaetimus de principio prin m

videbimus. Nihilominus est haec pars pro- rales sunt magis proportionatae et accommo- terare ac disponere, magis proportionata sunt cipali et proximo' seu instrumentali, quía
babilior, praesertiro absolute sumpta et non datae. lnter res autem creatas non s'atis est ut eam possint informare, ve! educendo ex unum sine altero satis explicari non potest*
il
[i
·'
i
308 Disputaciones metafísicas
"
cualquier disposición semejante), aunque excluya sólo formalmente a la forma
accidental que se le opone de manera directa, corrompe d.ispositivamente la
sustancia misma, porque de este modo causa la introducción de la forma opues-
ta y, según queda dicho, una forma concurre al no ser de un término en el
mismo orden causal en el que concurre al ser del término opuesto. Por ello,
como el accidente tiene, por su propia razón y virtud, facultad de disponer para
la forma sustancial que le es connatural y de expulsar formalmente la disposi-
ción contraria, por eso puede decirse que, en este orden, corrompe la sustancia
por su propia virtud. Y si aquellos accidentes y disposiciones del paciente con- DISPUTACION XIX
curren también efectivamente a la educción de su forma, en el mismo orden
de eficiencia concurren a la corrupción de otra; o, si no tienen eficiencia para
lo primero, tampoco la tienen para lo segundo. En este sentido es universal-
mente cierto que únicamente son principios eficientes de corrupción los que CAUSAS QUE OBRAN NECESARIAMENTE Y CAUSAS QUE OBRAN LIBRE
O CONTJNGENTEMENTE. EL HADO, LA FORTUNA Y EL AZAR
producen la generaciónJ cuando la corrupción se lleva a cabo por eficiencia; pues
cuando sobreviene sólo por carencia de eficiencia no necesita un principio ac-
tivo propioJ sino solamente es preciso que lo que era principio activo o con-
servativo de la cosa deje de obrar.

omni simili dispositione), licet accidentalem


formam directe oppositam excludat tantum
formaliter, substantiam vero ipsam corrum-
pit dispositive, quia hoc modo causat intro-
ducúonem oppositae formae, et, ut dictum
est, in eo genere causae una forma concur-
nes passi effective etiam concurrunt ad educ-
tionem suae formae, eodem efficientiae ge-
nere concurrunt ad corruptionem alterius;
vel si ad illud prius non habent efficientiam,
neque etiam ad hoc posterius. Atque ita in
universum verwn est illa tantum esse prin-
T ·
1

~'.·1·'..•
RESUMEN

La prese"!t~ .disputaciónJ que estudia el modo de obrar de las causas eficien-


tes, puede dzvzd~rse en tres partesJ claramente señaladas en la introducción:
l. Causas que obran necesariamente (Sec. 1).
rit ad non esse unius termini in quo con- ·cipia efficientia corruptionem quae efficiunt Il. Causas que obran con libertad (Sec. 2-9).
currit ad esse oppositi termini. Unde, quia generationem quando corruptio per efficien-
accidens ex propria ratione et virtute sua Ill. Causas contingentes. El hado, la fortuna y el azar (Sec. 10-12).
tiam fit; nam quando accidit per sola m
habet disponere ad formam substantialem carentiam efficientiae non indiget proprio
sibi 'COnnaturalem et formaliter expellere SECCIÓN I
principio agendi, sed solwn necesse est ut
coritrariam dispositionem, ideo dici potest in
.Qoc genere propria vi corrumpere substan- illud quod erat principium agendi vel con-
se-rvandi rem ab agenda cesset. La sección. se abre afirmando q~e en el orden creado hay muchas causas que
tiam. Quod si acddentia illa et dispositio-
obran necesarzam~nte (1). Se explzcan los ocho requisitos necesarios para ello
(2-11) Y· se termzna declarando que las causas que obran de esta manera son
las carentes de razón (12-14).

SECCIÓN II

~e inicia en ~sta seccz~n el e~tu~io de una cuestión , gravísima y extensísi-


... ma' J que ocupara las secczones szguzentes, hasta la 9 inclusive: la libertad. Ex-
puestos los ar~mentos de la parte nega~ivaJ con sus razones (1-7), y sentadas
un.as observaczones para exponer el sentido de la cuestión (8-9), se señala un
1

pnmer error n.egador de la libertad (10-11) y, contra él, se demuestra que ei

J. hombre obra Ztbremente muchas veces (12-17) y que en él existe alguna facul-
tad lzbre (18-23 ).

SECCIÓN. III

Apl?z~ndo para otro lugar la cuestión de la libertad divina (1), se exponen


dos opznzones parczalment~ verdaderas (2-4). El problema de la libertad en las
ca~as cre~das es susceptzble de tres sentidos distintos, que determinarán so-
luczon~s ~iferentes: a) Si la Causa Primera no fuese libre al obrar, tampoco
lo ser?a nznguna causa segunda (S-6). b) Si Dios obrase por necesidad natural,
la c'!atu.ra, aun. foseyendo ~na facultad libre, obraría necesarz"amente (7-14),
e) s, Dzos confznese necesanamente a las causas libres el concurso que ahora
les presta, ellas seguirían siendo libres (15-21).
11
¡;''
li
310 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Resumen
1

311
SECCIÓN IV
afirma y demuestra que la voluntad ejerce propísimamente la libertad en el ins-
Señalados los dos modos de proponer la dificultad que motiva esta sección (1 ), tante en que obra (3-6), con lo cual queda refutado el fundamento de la sen-
se expone una primera interpretación de .z~ _n;isma (2-3), _refután,~ola amplia-
mente (4-7). Se explica y demuestra la definzc!On de_ causa hbre - aquella que,
puestas todas las condiciones exigidas para la operaczón, puede .o?rar o abstener-
T tencia opuesta (7-8).

SECCIÓN X
se de hacerlo"- (8-12), resolviendo, de acuerdo con ella, las dtftcultades (13-16) ¡_
Fijado el doble sentido del término "contingencia" (1) y el alcance de la cues-
SECCIÓN V tión (2), ésta se resuelve afirmando que, con respecto a las causas próximas que
obran por necesidad natural, no hay ningún efecto contingente (3-4); que, con
·- Para aclarar unos motivos de duda antes consignados, se establecen las si-
respecto a toda la colección de las causas necesarias, tampoco hay efectos con-
f(Uientes afirmaciones: tingentes (5-7) y que, de cualquier modo que intervenga la causa libre en la
A) Todo agente racional, y sólo él, es capaz de libertad (1).
serie de las causas naturales, el efecto puede ser contingente (8-9). Tras unas
B) La sustancia espiritual es el principio radical de la acción libre (2).
breves consideraciones sobre los futuros contingentes (10-11), la sección se clau-
C) El principio próximo de la acción libre es siempre una potencia espi- sura resolviendo unas dificultades (12-13).
ritual (3).
D) El libre albedrío no consiste en un acto ni en un hábito, sino en una
SECCIÓN XI
potencia (4-8).
E) El libre albedrío no es una potencia distinta del entendimiento y de la Se exponen, censuran y refutan tres errores sobre el hado (1-8), se deter-
voluntad (9-10). mina el sentido en que puede admitirse como realidad (9-10) y se preoisa la
F) La libertad formal no radica en el entendimiento, sino en la voluntad significación verdadera y el empleo que debe hacerse del nombre "hado" (11-12).
sola (11-25 ).
SECCIÓN XII
SECCIÓN VI
Determinado el alcance de la cuestión (1), se explica el sentido de los tér-
Tras la exposición de optnzones (1-6)., se resuelve la cuestión, afirmando que minos ''azar'' y "fortuna" (2-4) y se afirma que el azar es una causa "per ac-
para la libertad de la voluntad no es necesario que preceda en el entendimiento cidens" (S-8), lo mismo que la fortuna (9), estando los efectos de ambas some-
un juicio práctico que la determine totalmente (7-9). Se responde a los funda- tidos a la voluntad divina (10).
mentos contrarios (10-11) y a una objeción (12-14).

SECCIÓN VII

Según dos opiniones muy semejantes, al defecto de la voluntad precede un


error en el entendimiento (1-8). La cuestión se resuelve negando que el juicio
erróneo deba preceder necesariamente (9-10), aunque, moralmente hablando, siem-
pre se_ dé en el entendimiento algún defecto (11), y admitiendo como probable
un juicio práctico erróneo subsiguiente al acto libre (12-13).
.-
SECCIÓN VIII

Determinado el alcance de la cuestión (1) y rechazado el parecer de Escoto,


para quien la voluntad sólo puede obrar libremente (2-3), Suárez afirma que la
misma 'l'9ltmtad pucdf! amar unas 'o.&a.S---de-mane-r...a-lib-re-y-otras-necesariamen-
te (4-6). Después de explicar una opinión dudosa (7-8), se establece: que la 1

voluntad no tiene ningún acto absolutamente necesario en cuanto al ejercicio 1

(9-14); que es movida necesariamente, en cuanto a la especificación, por el b~en · ·•, t.>
universal (15-18) y que la libertad se ejerce mós perfectamente en la elecctón
de los medios (19-20). La sección se cierra con las respuestas a las razones r
aducidas al principio (21). , ,,

SECCIÓN IX
Señalada la última dificultad, sobre si la causa libre posee libertad cuando
obra o antes de obrar (1), contra el parecer de Ockam, Gabriel y otros (2), se
T
DISPUTACION XIX

CAUSAS QUE OBRAN NECESARIAMENTE Y CAUSAS QUE OBRAN LIBRE


O CONTINGENTEMENTE. EL HADO, LA FORTUNA Y EL AZAR

Además de todo lo dicho en la disputación anterior sobre las causas eficien-


tes creadas, queda por estudiar el modo de obrar de tales causas; y lo hemos
reservado para esta disputación . porque entraña una dificultad especial y por-
que de él ·depende la famosa distinción de efectos necesarios y contingentes, y
el conocimiento de muchas causas. Así, pues, hablaremos en primer lugar de
las causas que obran necesariamente; después, de las libres, y por último de las
contingentes, con lo cual quedará claro qué son, entre las causas naturales, el
hado, la fortuna y el azar.

SECCION PRIMERA
Sr ENTRE LAS €AUSAS EFICIENTES CREADAS HAY ALGUNAS QUE OBRAN
NECESARIAMENTE; NATURALEZA DE ESA NECESIDAD

l. Existen causas que obran necesariamente, si se dan los requisitos para


obrar.- Cuáles son es~os requisitos.- La presente cuestión es fácil, y por ello
debe decirse brevemente, en primer lugar, que entre las causas creadas hay mu-
chas que obran de manera necesaria, si se aplican todos los requisitos que ne-
cesitan para obrar. Esto es claro por la experiencia y por una inducción fácil;
en efecto, el sol ilumina necesariamente, el fuego calienta, y así en otros casos.

DISPUTATIO XIX bit quid sint in naturalibus causis fatum,


fortuna et casus.
DE CAUSIS NECESSARIO ET LIBERE SEU CON-
TINGENTER AGENTIBUS; UBI ETIAM DE FATO,
FORTUNA E1' CASU
SECTIO PRIMA
UTRUM IN CAUSIS EFFICIENTIBUS CREATIS
SJNT ALIQUAE NECESSARIO AGENTES, ET QUA-
Praeter omnia quae de causis efficienti- LIS SIT ILLA NECESSITAS
bus creatis in superiori disputatione diera
sunt, superest disputandum de modo agen- l. Dantur causae necessario agentes, st
dí talium causarum; quod ín hanc dispu- requisita ad agendum adsint.- Quae sint
tatioriem reservavimus, quia peculiarem ha- ideo breviter dicendum est primo dari in
bet difficultatem, et quia ex eo pendet ce- ista requisita.- Haec; quaestio est facilis, et
lebris illa distinctio de effectibus necessariis causis creatis plures quae necessario ope-
et contingentibus, et plurium causarum cog- rantur, si omnia quibus ad óperandum in-
nitio. Dicemus ergo imprimis de causis ne- digent adhibeantur. Hoc constat experien-
cessario agentibus, deinde de Iiberis, ac tan- tia et inductione facili; nam sol necessario
dem de contingentibus; ex quibus consta- illuminat, ignis calefacit, et sic de aliis. Ra-
314 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.- Sección 1 315

La razón debe tomarse de la intrínseca condición y determinación de la natu- y, para que obre de manera necesaria, debe suponerse simple y absolutamente
raleza, como explicaremos en la afirmación siguiente. Pero se añade la condi- potente; mas no es absolutamente potente sin potencia suficiente. La segunda
ción si se dan todos los requisitos, porque debe ~uponerse una causa suficiente, es que tenga un paciente capaz y suficientemente aproximado, ya que los agen-
próximamente apta y con todas las condiciones requeridas para obrar. Pues si tes creados no pueden obrar nada sino a base de un sujeto presupuesto; y,
falta alguna de estas cosas no se seguirá la acción, y no ciertamente por indi- por ser finitos, lo exigen dentro de una esfera proporcionada, fuera de la cual
ferencia o indeterminación de la causa, sino por defecto de alguna concausa o no tienen capacidad de obrar. La tercera -que se sigue de aquí- es que el
por falta de virtud o de una condición necesaria para la operación. Ahora bien, medio, si existe alguno entre el agente y el paciente, sea expedito y capaz de
entre los requisitos necesarios para obrar no debe incluirse la acción misma, la acción. del. agente; porque suponemos que los agentes no pueden obrar nada
como es evidente de suyo, ya que de lo contrario no se diría nada especial acerca a. distancia sr no es a través del medio. La cuarta, que no haya nada de igual
de estos agentes, sino lo que es común a todos -no sólo a los agentes, sino v~tud para resistir que impida la acción; porque nada puede superar obrando
también a las cosas-, a saber, que si poseen la forma por la que se consti- st ~o tiene virtud activa superior, por lo cual se demostró arriba que para la
tuyen en tal ser o razón, necesariamente r~sulta la consecuencia de que sean acc~ón se necesita una proporción de desigualdad mayor. La quinta es que el
tales. Porque, de igual modo que si alguien posee la blancura es por necesidad paciente no s: encuentre ya en el término o tenga toda la forma que el agente
blanco, así también, si ejerce la acción, necesariamente obra; y esa necesidad puede productt. Pues por esta sola causa la gravedad no mueve a la tierra si-
es sólo de consecuencia (como suele decirse) o condicionada, no de consecuente tuada en el centro; la presente condición se halla contenida en la segunda ya
o absoluta, la cual es ajena al caso propuesto, ya que por ella no pueden dis- que p~~a la acción se requie:e el pac~ent~ en aquel estado en el que es c~paz
tinguirse las causas. Por tanto, para referirnos a la verdadera y propia necesi- de accmn; y una vez que esta en el termmo, ya no es capaz de acción. Por úl-
dad, no debe incluirse la acción misma cuando se dice que la causa obra nece- timo, esta condición coincide con aquella otra,_ señalada anteriormente, de que
sariamente si se emplean todos los requisitos. De ahí se sigue, a fortiori, que el agente y el paciente deben ser, al principio, de alguna manera desemejantes.
tampoco debe contarse entre éstos todo aquello que es posterior a la acción y 3. s.e~to.- Se aplica una sexta condición, a saber, que si alguna acción
consecuencia de ella, como resulta evidente por sí mismo. Más aún: hablando es preeng1da naturalmente, se presuponga ya; así, el apetito del bruto aun
con propiedad, lo que es tal no puede decirse necesario para -la acción, sino cuan~o opere na~almente, no ~iempre es activo, porque preexige de modo ne-
más bien necesario en virtud de la acción. cesariO, una. condictón que no ~1empre se. da. Y, de manera semejante, la vista
no actúa SI no precede la acctón del ob¡eto sobre ella. Esta condición se en-
2. Primero y segundo requisitos para obrar.- Tercero.- Cuarto.- Quin-
cuentra contenida virtualmente en las anteriores, pues cuando. una acción es
to.- Consiguientemente, bajo aquella condición deben incluirse todos y solos
r·equisito previ? para otra, o ell? se debe a que mediante aquélla se completa
aquellos requisitos que son previos para la acción. Y de éstoS enumeran mu-
la facultad activa, co~o en el e¡e~plo de la .vista, la cual debe primeramente
chos los autores, como puede verse en Escoto, IX Metaph., q. 14, ad 2; An-
ser afecta~a por ~1 obJeto, ya que sm la especie no tiene su virtud activa com-
tonio Andrés, q. 1, ad 2; Zimara, theor. 112, quienes señalan seis condiciones.
pleta .. E tgual ptens~n muchos acerca del conocimiento del objeto que es ne-
La primera es que la causa posea íntegra y suficiente virtud activa; y resulta
cesariO para el apetito, o sea, que completa su facultad activa. Pero es más
evidente de suyo, puesto que la acción debe suponer una potencia suficiente;
tem.; et, ut necessario agat, supponi debet continetur h~~ conditio in secunda, nam
simplicter et absolute potens; at non est passum reqmr1tur ad actionem in eo statu
tio autem sum'enda est ex intrinseca condi- pertinens ad propositum, quia in ea non absolute potens sine potentia sufficienti. Se- in quo sit capax actionis; potsquam autem
cione et determinatione naturae, ut in '3e- possunt causae distingui. Ut ergo sit sermo ctmda ut I;tabeat passum capax et sufficien-
ter approx1matum, quia agencia creata nihil
est0 termino, iarn non est capax accionis.
quenti assertione declarabimus. Additur vero de vera ac propria necessitate, non 'est in- Deruque haec conditio coincidit cum illa
illa conditio si omnia necessaria adsint, quia cludenda ipsa actio cum dicitur causa ne- possum agere nisi ex praesupposito subiec- supra tractata, quod agens et passum debent
supponenda est causa sufficiens et proxime cessario agere, si omnia requi$ita adhibean- to; et quia sunt finita, requirunt illud in~ in principio esse aliquo modo dissimilia.
apta et cum omnibus conditionibus ad agen- tur. Ex quo a fortiori sequitur non debere tea proportionai:am sphaeram, extra quam 3. Sextum.- Sexta conditio adhibetur
dum requisitis. Nam, si aliquid horum desit, etiarn in bis annumerari quidquid est pos- non !J.abent virn agendi. Tertia~ quae bine 1 ~t s~ aliqua actio naturaliter praerequiritur:
non sequetur actio, non quidem ex indiffe- terius actione et ad illam consequens, ut sequnur, est ut medium, si quod interiectum ~a .Jam pra~suppo~atur; ut apetitus bruci,
rentia vel indeterminatione causae, sed ex per se clarum est. Immo, proprie loquendo, est inter agens et passum, sit expeditum et hc'?t naturaliter operetur, non semper agir
defectu alicuius concausae, vel ex defectu quod est huiusmodi non potest dici necessa-
capax accionis agencis; supponimus enim quta necessario praerequirit conditione~
virtutis aut conditionis necessariae ad ope- rium ad actionem, sed potius- neCeSSarium agencia nihil posse efficere in distans nisi quae non semper adest. Et similiter visus
randum. lnter haec autem necessaria ad per medium. Quarta, ut nihil sit impediens non agit nisi praecedat actio obiecti in ip-
ex actione.
agendum non debet numerari ipsa actio, ut 2. Primum et secundum requisitum ad actionem, aequalis virtutis ad resistendum · sl!m· Et h~ec conditio in praecedentibus
per se notum est, quia alias nihil speciall! quia nihil potest vincere agenda nisi in vir: Vlrtute contmetur, nam quando una actio
agendum.- Tertium.- Quartum.- Quin-
de bis agentibus diceretur, sed id quod com- tum.- lgitur sub ea conditione includi de- tute activa excedat, et ideo supra ostensum ?J aliarn praerequiritur, vel id est quia per
mune est omnibus, non solum agentibus, sed est ad actionem necessariam esse proportio- t~am. compl~tur vis agendi, ut in exemplo
bent omnia et sola illa quae sunt praevia ad
etiarn rebus, nimirum, si habeant formam actionem. Haec autem plura numerantur ab nem maioris inaequalitatis. Quinta, ut pas- de. Vls~, qm J?Iius debet pati ah obiecto,
qua in tali esse seu ratione constituuntur, sum non sit iarn in termino seu habeat qma sme specte non habet vitutem agendi
auctoribus, ut videre licet apud Scotum, In
necessario fieri conseQuens ut sint tales. Si- IX Metaph., q. 14, ad 2; Antonium An- totam iformam quam agens potest efficere. completarn. Et idem ~nsent multi de no-
<."Ut enim, si albedinem quis habet, neces- Proptl?'.r hanc enim solam causam gravitas ti~ia. obiecti necess~ia ad appetitum, quod
dream, q. 1, ad 2; Zimaram, theorem. 112,
sario est albus, ita si actionem exercet, qui sex ponunt conditiones. Prima est uc non movet terram existentem in centro; et rum1rum complet vrm agendi illius. Rectius
necessario efficit, quae est tanrum necessitas causa habeat integram ac sufficientem vir~
consequentiae (ut aiunt) seu conditionata, tutem agendi, quae est per se nota, quia . ~ ~~unas edici'::mes, hinc está sustituido por hanc, con lo cual se introduce una
non consequentis seu absoluta; quae est im- acrio supponere debet potentiarn sufficien- ligera vanac10n del mauz, pero no del sentido de la frase. (N. de los EE.)
Disputación XIX.--Sección 1 317
316 Disputaciones metafísicas
íntegra o, si se dice íntegra y total en su género, necesita la unión de toda otra
acertado afirmar que le aplica el objeto de una manera suficiente y proporcio- causa necesaria en cualquier género o razón de causación. Por eso, bajo aquella
nada. Pues lo que dijimos en la segunda condición -que se requiere un pa- condición queda comprendido todo concurso de la causa superior a la que esté
ciente suficientemente próximo- debe extenderse, por lo que atañe a los ac- esencialmente subordinada la inferior, ya se dé esta subordinación de causas
tos inmanentes, al objeto que se comporta como .mate~ia sobre 1~ cual versan eficientes únicamente entre las causas creadas y la increada, ya también recí-
tales actos. Y en general, siempre que una causa efic1ente necesita otras con- procamente entre las causas creadas, cosa que después veremos.
causas -aun~ue sean .de diverso género- para obrar, no podrá iniciar la ac-
ción a no ser que todas las concausas necesarias se encuentren dispuestas de 5. Si hay algunos agentes naturales indiferentes a varios efectos.- Puede
tal modo que puedan concurrir en su género; pues el paciente_ es neces~rio pre-
añadirse una novena condición: que la causa natural no sea igualmente indi-
cisamente porque la acción de un agente creado no puede eJercerse sm causa ferente entre varios efectos, pues entonces, precisamente porque la causa no es
material. En consecuencia, puesto que el objeto conocido o el conocimiento del líbre, sino natural, no realizará necesariamente uno y, en consecuencia, no hará
ninguno, puesto que no hay mayor razón para uno que para otro; y, por no
objeto es una concausa necesaria para la apeti_ción vital, ya concurra por modo
ser libre, no podrá estar determinada a uno más que a otro, a no ser que se
de causa eficiente, ya por modo de causa final, ya por modo de causa formal
extrínseca, ya por modo de materia sobre la cual (porque de todos estos modos
elimine la indiferencia por otro medio. Suelen aducirse muchos ejemplos, pero
sólo citaremos los suficientes para explicar la raíz de esta indiferencia. Es el
caben opiniones, que nada interesan al presente), el conocimento del objeto es
por necesidad una acción previa a la eficiencia del apetito. primero el del fuego que existe en el centro de la tierra con figura circulat, el
cual se encontraría, en todas sus partes, a igual distancia del lugar más elevado;
4. Séptimo.- Octavo.- Se añade una séptima condición: que la causa no
sea libre; pero esta condición no nos es necesaria, pues es precisamente lo que
porque dicho fuego no se moverla hacia una parte más bien que hacia otra,
ya que no hay ninguna razón o causa determinante. TampoCo se movería ha-
sostenemos en la afirmación, a saber, que algunas causas no son libres en su
cia todas partes, pues de lo contrario se dividida en todas sus partes. El se-
obrar, sino que, puestos los requisitos, obran por necesidad. También puede
agregarse una octava condición: que la causa tenga el necesario concurso de la
gundo es el del vidrio perfectamente plano superpuesto a una piedra perfecta-
causa primera. Pero de este concurso se ha de tratar ex professo más adelante. mente plana, y sobre el cual cae otra piedra perfectamente plana, pues no
Por lo que concierne a la cuestión presente, esta condición, o no pertenece a
lo romperá, ya que o lo dividirá en todas sus pattes -lo ,cual es impo-
sible-, o no hay mayor razón para que divida unas partes más bien que
los requisitos previos o está contenida en las anteriores, tal como las hemos
otras. El tercero, bastante conocido, es el del bruto que tiene al mismo tiem-
explicado. Porque si se trata del concurso actual, éste no se distingue de la
po dos objetos igualmente apetecibles, y que no se movería hacia ninguno
acción misma; por ello, así como la acción no está incluida en las condiciones
de ellos. El cuarto es el de las causas superiores que pueden producir con-
preexigidas para obrar, tampoco lo estará el concurso actual. En cambio, si se
trarios, las cuales no pueden determinarse por sí a uno de ellos, si se apli-
alude al concurso aptitudinal (por llamatlo así), o a la suficiente aplicación y can a la operación con aquella indiferencia. El quinto y más difícil es el de
unión de la primera causa para concurrir, en este sentido es ciertamente nece-
toda causa natural que, aun cuando esté determinada a producir la forma en
saria dicha condición; se halla, empero, contenida en lo ya dicho, que 'es'
una especie, no obstante es indiferente a varios individuos de dicha especie.
necesaria una causa que posea su virtud íntegra y todas las concausas; porque
la virtud de la causa segunda, desprovista de la virtud de la primera, o no es
dae sine virtute primae, vel non est integra, in centro terrae in figura circu1ari, qui se-
vero dicitur quod applicat illi obiectum 4. Septimum.- Octavum.- Septima vel si dicatur integra et totalis in suo ge- cundum omnem suam partem aeque distet
mfficienú et proportionato modo. Quod condicio additur, ut causa libera non sit; nere, indiget coniunctiene omnis alterius a supremo loco; ille enim non moveretur
enim in seqmda condicione diximus, neces~ sed haec conditio non est nobis necessaria, causae necessariae in quocumque genere vel in unam partem potius quam ir!. aliam, quia
sarium esse passum sufficienter propinquum, quia hoc est quod in assertione asserimus,. ratione causandi. Quocirca sub ea condi- nulla est ratio vel causa determinaos. Neque
quoad actus immanentes extendendum est nimirum, aliquas causas non esse in ope~ cione comprehenditur omnis concursos su- etiam moveretur versus omnem partem,
ad obiectum quod se habet ut materia circ..a randa liberas, sed positis requisitis ex ne.. perioris causae. cui inferior sit essentialiter quia alias divideretur in omnem suam par-
quam tales actus versantur. Et in univer~ cessitate agere. Octava item conditio addi subordinata, sive haec subordinarlo in ef- tero. Secundum est de vitro perfecte plano
sum quotiescumque aliqua causa efficiens potest) ut causa habeat nec_essarium concur- ficientibus solum sit inter creatas causas et superposito lapidi perfecte plano, supra quod
indiget aliis concausis, . etiam diversorum sum primae causae. Sed de hoc concursu increatam, sive etiam inter crestas causas cadat · aliud saxum perfecte planum; non
generum, ad efficiendum, non poterit in~ inferius ex professo agendum est. Quod inter se; quod infra videbimus. enim franget illud, quia vel dividet in om~
choore actionem nisi omnes concausae ne- vero ad praesens spectat, haec condicio aut 5. An sint aliqua naturalia a!{entia ad nem suam partem, quod impossibile est;
----'o"'~';c'"o'~~~~~~~;-~~~~..::~-flnea ex nraereAui-sitis,-au.t---ia-superieribus, plures indifferentia effectus.- Nona condi-
cessar1ae smt 1ta d1spos1tae ut possmt m .t' .,.,
vel non est maior ratio cur quasdam partes
prout a nobis explicatae sunt, concinetur. tio addi potest, ut causa naturalis non sit
suo genere concurrere; ideo enim neces- Nam si sit sermo de actuali concursu, hic aeque indifferens inter piures effectus, nam potius quam alias dividat. Tertium vulgare
sarium' est passum, quia actio agentis crea ti non distinguitur ab lpsa _accione; et ideo,. tune, hoc ipso quod causa non est libera, est de bruto habente simul duo obiecta ae~
fieri non potest sine causa materiali. Sic sicut actio non comprehenditur in condi- sed mtturalis, non faciet ex necessitate al~ que amabilia, quod ad neutrum mov~retur.
igitur, quia obiectum cognitum vel cognitio tionibus praerequisicis ad agendum, ita ne- terum, et consequenter neutrum faciet, quia Quartum de causis superioribus valentibus
obiecti est concausa necessaria ad appeti.tio- que actualis concursus. Si vera sit sermo non est maior ratio de uno quam de alio; efficere contraria, quae ex se non possunt
nem vitalem) sive concurrat per modum ef- de aptitudinali concurso (ut ita dicam), seu et quía ]ibera non est, non poterit ad unum ad alterum determinari, si cum ea indiffe~
ficientis, sive per modum finis, sive per mo- de sufficienti applicatione et coniunctíone determinari magis quam ad alium, nisi ali~ rentia ad agendum appliceritur. Quintum et
dum formac extrinsecae, sive per modum primae causae ad concurrendum, sic quidem unde indifferentia tollatur. Exempla solentJ difficilius est de omni causa naturali, quae
materiae circa quam (de bis enim omnibus necessaria est-illa conditio; continetur ta- adhiberi multa, afferemus tamen ea quae licet definita sit ad formam efficiendam in
possunt esse opiniones quae ad praesens men in eo quod diximus necessariam esse sufficiant ad radicem huius indifferentiae una specie, est tamen indifferens ad varia
nihil referunt), noticia pbiecti est actio ex causam habentem integram virtutern et om- explicandam. Primum est de igne existente individua illius speciei.
necessitate praevia ad efficientiam appetitus. nem concausam; nam virtus causae secun-
318 Disputaciones metafísicas 1 =D~i~sp~u~t~aa~·~ón~X~l=X~-~~S~ec~c~io='n~l----------------------------------~319
miento local; consiguientemente, por el mismo hecho de no poder moverse, taro-

l
6. Hacia dónde tendería el fuego orbicular existente en el centro de la
. poco pueden separarse.
tierra.- A pesar de todo, parece que hay que decir que esta condición debe
reducirse más bien a alguna de las anteriormente establecidas o al defecto de 7. Por qué debe romperse un vidrio perfectamente plano al chocar contra
alguna. Porque esta condición de la indiferencia, considerada en sí misma, es una piedra totalmente plana.- El segundo ejemplo, en primer lugar, no puede
en cierto modo incompatible con la propia determinación de los agentes natu- acaecer naturalmente, ya que una cosa perfectamente plana no puede caer na-
rales, ya que es propio de éstos el encontrarse determinados a una sola cosa; turalmente por igual sobre un plano en el primer momento, así como un plano
entonces, ¿cómo pueden tener de suyo indiferencia? Y no basta con decir que no puede separarse por igual de otro plano, porque sería preciso o que se diese
e-stán determinados a una sola cosa según una razón común;J porque en este el vacío o que el aire llenase en un instante todo aquel lugar. Pues en este
sentido también el agente libre se halla determinado a una sola cosa, que es el sentido se sigue, por el contrario, que si un plano cae por igual sobre otro
bien en general. Mas si se dice que el agente natural está determinado a una plano, o una parte del aire sale al mismo tiempo en un instante -de modo
sola cosa en especie, pero no en individuo~ en primer lugar de ahí se sigue que recorra tan pronto el espacio remoto como el próximo--, o permanece allf
que, a lo swno, en estos agentes se da la indiferencia indicada en el último penetrativamente, o con seguridad, si queda aire intermedio, aquellos dos pla-
ejemplo, pero no la expresada en los otros. E incluso cabe objetar contra aqué- nos no se tocan. Es, por tanto, necesario que el plano que cae establezca con-
lla que esto mismo da la impresión de ser ajeno a la constitución conveniente tacto en una parte antes que en otra; aunque sobre esto pueda surgir la misma
de 1~ naturaleza, a saber, que' tales agentes hayan sido creados con alguna in- dificultad, a saber, por qué cae y establece contacto en una parte antes que en
diferencia y que, por su parte, no puedan determinar~e a sí mismos; porque otra si el plano es igual y tiene el mismo peso en todas sus partes. Por esta
de esta manera serían de suyo totalmente ineptos para obrar. Además, en los razón, o hay que buscar una causa extrínseca de esta desigualdad -pu~stos
cuatro primeros ejemplos -en cuanto contienen alguna verdad- no parece tales cuerpos y tal movimiento-, a saber, que el medio no es igualmente di-
que la carencia de acción proceda de indiferencia, sino de algún impedimento visible en todas sus partes, o algo por el estilo; o ciertamente, si nada de esto
o de la falta de alguna de las condiciones necesarias sentadas arriba. Así, en el ocurre, debe decirse que el plano que cae por igual no puede desalojar todo
primer ejemplo, considero muy probable que el fuego, en ese caso, no hubiera el aire intermedio y por esta causa no toca al vidrio ni lo rompe. Mas la razón
de _ser ~ovido ab intrinseco. Y la razón deriva de la igualdad de actividad y es que, incluso la más pequeña partícula de aire, al no poder ser penetrada al
resistencia en todas las partes; pero entre las condiciones exigidas para obrar mismo tiempo ni recorrer un espacio, resiste a cualquier grave que cae para no
necesariamente una era que una virtud igual no ofrezca resistencia a la acción; ser arrojada de allí; como también, inversamente, ninguna fuerza, por muy
ahora bien, en aquel caso todas las partes del fuego inclinan por igual a un grande que sea, puede separar simultáneamente a dos planos en todas sus par-
movimiento ascendente rectilíneo con respecto a cada una, y de esta manera tes, porque no puede entrar simultáneamente el aire para llenar el vacío. Por
consiguiente, en ese caso no se sigue el efecto porque se da un medio suficiente
tienen entre sí igual actividad y resistencia, de donde resulta que ninguna se
mueve. Mas no se separan totalmente entre sí por esas propensiones cuasi con- para impedirlo.
trarias. En primer lugar, porque tienden más a su conservación que a su lugar. 8. Y si, urgiendo la dificultad, concedemos que el aire sale simultánea-
En segundo término, porque la división misma debería realizarse por moví- mente o que aquella caída se realiza a rravés del vacío, pueden decirse dos cosas

6. Ignis orbicularis in centro terrae exis- determinare; nam hoc modo essent ex se ipso quod moveri non possunt, nec dividi secundum omnem partero. Propter quod vel
tens quorsum tenderet.- Sed nihilominus ineptissima ad agendum. Praeterea, in pri- possunt. aliqua extrinseca causa huius inaequalitatiS
dicendum videtur hanc conditionem redu- mis quatuor exemplis, quatenus veritatem 7. Vitrum perfecte planum plane pla· quaerenda est, positis talibus corporibus et
cendam potius esse ad aliquam ex superius aliquam continent, non videtur carentia ac- num saxum concutiens, quare confringen- tali motu, scilicet, quod medium non est
positis seu ad defectum alicuius. Nam haec tionis oriri ex indifferentia, sed ex aliquo dum.- Secundum exemplum imprimis non aeque divisibile secundum omnem partem,
conditio indifferentiae, per se considerata~ impedimento vel defectu alicuius conditionis potest naturaliter accidere, quia non potest vel aliquid huiusmodi. Aut certe si nihil
est quodammodo repugnans cum propria necessariae ex supra positis. Verbi gratia, naturaliter perfecte planum aeque primo ca- horum intercedat, dicendum est illud pla-
determinatione naturalium agentium, nam il- in primo exemplo, valde probabile mihi est dere super planllm~ sicut non potest planum num quod aeque cadit non posse excludere
lis proprium est esse determinata ad unum; ignem in eo casu non fore ab intrinseco ~eque separari a plano, quia oporteret vel omnem aerem intermedium atque oh hanc
quomodo ergo possunt ex se habere indif·- movendum. Ratio autem oritur ex aequali dari vacuum vel aerem in ins[anti replere causam non contingere vitrum nec confrin..
ferentiam? Neque enim satis est si dicatur · · totum illum locum. Sic enim e contrario gere illud. Ratio vero est quia vel minima
es se determinata ad unum secundum com.. acUVltate et resistencia omnium partium;
munem aliqnam rationem. hoc enim modo inter condiciones autem requisitas ad agen- sequitur, si planum aeque cadat super pla- particula aeris, dum non potest penetrari
------'~==_a¡J.ql:tai~raillli!<ll[l;_J!J>O_-<r!l!rU!!QJ;!ll._fdi>tlnr.~l~cx----neeessitate,-una---erat-ut-virtus -ae ... num, aut aliquam partem aeris in instanti nec simul pertransire aliquod spatium, re-
etiam agens liberum est determinatum ad si~ul egredi, ita ut tam cito pertranseat sistit cuicumque gravi cadenti, ne illuc ex-
lJilUm, scilicet ad bonum in communi. Si qua lis non resistat actioni; in illo autem
vera dicatur agens naturale esse determina- casu omnes partes ignis aeque inclinant ad remotwn spatium sicut propinquum, aut pellatur, sicut e contrario nulla vis quan..
tum ad unum in specie, non tamen in in- motum sursum per lineam rectam respectu rnanere ibi penetrative, aut certe, si aer ma- tumvis magna potest slmul secundum om-
dividuo, primo hinc fit ad summum repe- uniuscuiusque, et ita inter se aequalem ha- net medius, illa duo plana non se contin- nem partem separare duo plana, quia non
riri in his agentibus indifferentiam in ulti- bent activitatem et resistentiam, et inde fit gere. Necesse est ergo ut planum cadens, potest sirnul ingredi aer ad replendum va-
mo exemplo indicatam~ non vero quae in ul nulla moveatur. Nec vero per illas qua~ prius secundum unam partero contingat cuum. !taque in eo casu non sequitur ef-
alüs significatur. Et adhuc contra illam si contrarias propensiones omnino dividuo~ quam secundum aliam; quamquam circa fectus, quia datur medium sufficiens ad im-
hoc ipsum possit eadem difficultas suboriri, pediendum.
obiici potest, quia hoc ipsum videtur prae- tur inter se. Primo quidem, quia magis in- cur, scilicet, prius secundum unam partem 8. Quod si urgendo difficultatem demus
ter conveniens institutum naturae, nimirum, clinantur ad suam conservationem quatn ad
quod haec agentia condita sint cum aliqua suum locum. Secundo, quia ipsa divisio de-
indlfferentia et quod ipsa 1100 possint ses e beret fieri per motum localem; unde~ hoc ....
1 cadat et contingat quam secundum aliam,
si planum est aequale et aequalis ponderis
aut aerem simul egredi aut casum illum fie-
ri per vacuum, duo dici possunt verisimilia
320 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección 1 321
verosímiles. La primera es que la piedra obraría naturalmente cuanto pudiese,
Y asi no partirla el vidrio, sino que lo comprimirla de tal modo que lo corrom-. Finalmente, si admitimos una aprehensión igual en todas las circunstancias,
pería y le haría cambiar de naturaleza, como veremos que sucede con el trigo tanto respecto de la apetición como de la ejecución, parece que debe conce-
triturado en el molino; pero el cuerpo que de allí surgiera podría ser continuo derse que el apetito del bruto no tiene facultad de determinarse a uno más
pues si se dividiese en partículas, como la harina, apenas sería posible dar un~ bien que al otro, por carecer de libertad. Consiguientemente, aquella indeter-
razón natural de por qué se separaban unas partes más bien que otras a no minación no proviene de indiferencia, sino más bien de la natural necesidad
ser reduciendo aquella variedad o desigualdad en el efecto a alguna desi~ldad Y determinación en el modo de obrar y de la falta de una condición necesaria
en el contacto y en la alteración resultante de él por razón de los poros de para obrar así; y ese defecto tiene su origen en causas que son iguales en su
los cuerpos mismos o por algunas otras causas que allí concurren. O cierta- género y se resisten mutuamente. Porque, según dijimos, el apetito sensitivo
mente, si aquel contacto no bastara para que de allí resultase una alteración no puede obrar sino con una suficiente proposición y moción del objeto, la
suficiente pafa corromper el vidrio, no es inconveniente, sino necesario, afirmar cual falta en el caso citado, ya que ninguno de aquellos objetos es aprehendido
que no habría de romperse. La razón es que, cuando un cuerpo cae sobre otro en absoluto como digno de que se le ame y de que se tienda a él, según es
no lo rompe sino por causa de· algún· movimiento local producido desigual~ preciso para que el efecto del apetito se siga por necesidad. Y la razón por la
mente en las partes del cuerpo roto; porque la rotura se produce cuando una que aquella aprehensión o juicio no se da, en el caso propuesto, estriba en que
de sus partes es oprimida antes que otra, que no puede resistir por falta de dichos objetos se impiden mutuamente, al mover y resistir por igual en su
virtud ni ceder o flexionarse por causa de la dureza; mas en el caso citado el modo de causación. De esta manera, también en aquel caso faltan las condicio-
vidrio no podría moverse localmente, porque es tocado e impulsado por igual nes arriba enumeradas.
en todas sus partes y también recibe simultáneamente y por igual en todas 10. Por qué un agente natural equívoco produce un efecto más bien que
sus partes la resistencia del cuerpo colocado bajo él. Por eso, si aquél no otro.- En el cuarto ejemplo podemos negar, en primer lugar, que haya alguna
fuese igualmente plano o igualmente sólido y cediese con mayor facilidad causa natoral que por si misma sea igualmente indiferente para producir efec-
en alguna parte, por ésa se rompería el vidrio. Y de este modo, en el ejemplo tos contrarios; antes bien, Aristóteles -según veremos más adelante- esta-
propuesto, la acción nunca cesa por indiferencia, sino a causa de un impedi- blece como diferencia entre las potencias libres y las natorales el hecho de
mento que resiste por igual. que aquéllas son potencias para cosas opuestas o contrarias, mientras que és-
9. Hacia cuál de dos objetos iguales igualmente propuestos debe moverse tas no, sino únicamente· para uno de los opuestos. Debe entenderse esto en
un bruto.- En el tercer ejemplo cabe tarobién negar fácilmente que aquella absoluto y siempre que permanezcan igual todas las demás circunstancias, pues
desigualdad pueda darse de manera natural en todos los casos, ya que los in- nccidentalmente ocurre que del efecto · de un mismo agente natural se siguen
dicados objetos no pueden conSiderarse y oponerse por igual al mismo tienipo; efectos contrarios, según explicamos arriba en el caso de la antiperístasis. Tam-
o, aun cuando concedamos que se representan a la vez como igualmente ama- bién por la diversa disposición de la materia sucede que un mismo sol reblan-
bles, diremos que también son amados simultáneamente, pero que se mueve dece la cera y endurece el barro; y por la diferente concurrencia de causas
hacia la consecución de uno antes que a la del otro porque el movimiento se acontece asimismo que el sol concurre para efectos diversos o contrarios; mas
aprehende como más fácil hacia aquella parte debido a alguna circuostancia. .siempre obra con natural necesidad y determinación, supuestas todas las causas

Primum est quod saxum naturaliter ageret resistere potest propter defectum virtutis
quantum posset, et ita non divideret vitrUm, nec cedere aut flecti propter duritiem, fit prehenditur. Denique, si adrnittamus aequa- in eo casu desunt conditiones supra enu-
&ed ita comprimeret ut corrumperet et in confractio; in dicto autem casu non posset lem apprehensionem in omnibus circumstan- meratae.
aliam naturam commutaret, sicut videmu~ vitrum moveri localiter, quia et secundum tiis, tam respecto appetitionis quam exse 4
10. Aequivocum agens naturale, cu.,.
accidere in tritico mola contrito; illud a u- omnem partero aeque contingitur et impel- cutionis, concedendum videtur non esse in hunc potius quam illum effectum efficiat.-
tem corpus quod inde consurgeret posset litur, et a carpore supposito etiam simul et appetitu bruti facultatem ut se determinet In quarto exemplo negare possumus im-
es se continuum; nam si esset in particulas aeque resistitur secundum omnem partero. ad unum potius quam ad aliud, ob caren- primis esse aliquam naturalem causam quae
divisum, sicut est farina, vix posset reddi Unde si illud non esset aeque planum vel tiam libertatis: Unde illa indeterminatio non per se sit aeque indifferens ad efficiendos
naturalis ratio cur quaedam partes potius aeque solidum et secundum aliquam par- provenit ex indifferentia, sed potius ex na- effectuS contrarios; quin potius Aristoteles,
quam aliae dividerentur, nisi reducendo il- tem facilius cederet, secundum illam con- turali necessitate ac determinatione in modo ut infra videbimus, in hoc constituir diffe-
lam varietatem vel inaequalitatem in effectu fringeretur vitrum. Atque ita in illo exem- operandi, et defecto conditionis necessariae rentiam inter potencias liberas et naturale<:!,
ad aliquam inaequalitatem in contactu et plo nunquam cessat. actio ob indifferentiam, ad sic operandum; qui defectos ex causis quod illae sunt potentiae ad opposita vel
----ilaiiTtecerfiaiinilojinf.:e.='¡m¡¡di.ie¡;:=cicoi>intiJsrrurill!geetrrriTte,-'-,pJI•C<JO'llpO!lte"r...:.;p:Jlun,C<Jocss-..;sree,ddr-:oob--impcdimentum.---aequaliter--resistens. in suo genere aequalibus et invicem sibi contraria, hae autem minime, sed ad alte-
ipsorum corporum vel propter aliquas alias 9. Ad quod e duobus aequalibus aeque resistentibus provenit. Nam, ut diximus, rum tantum oppositorum. Quod intelligen-
causas ibi concurrentes. Vel certe si con- propositis obiecris movendum brutum.- In non potest appetitus sensitivos operari nisi: dum est per se, et caeteris omnibus eodem
tactus ille non esset satis ut inde resultare! tertio exemplo negari etiam facile potest il- cum sufficienti propositione et motione oh~ modo se habentibus, nam per accldens con-
alteratio sufficiens ad corrumpendurn vi- lam aequalitatem posse naturaliter accidere iecti; haec autem deest in illo casu, quia tingit ex effectu eiusdem naturalis agentis
trum, non est inconveniens, sed necessa- in omnibus, quia non possunt illa obiecta neutrum illorum obiectorum apprehenditur sequi effectus contrarios, ut supra in anti-
rium dicere non fore confringendurn. Ratio simul aeque considerari et obiici; vel etiam- absolute ut amandum et prosequendwn, peristasi declaravimus. Ex diversa itero dis-
est quia dum unum corpus super aliud ca- si demus simul repraesentari aeque amabi- prout necessarium est ut effectus appetittls positione materiae contingit ut idem sol
dit non frangit illud nisi propter aliquem lia, dicemus simul etiam amari, prius tamen necessario sequatur. Ratio autem ob quam molliorem .reddat ceram et lutum obduret;
motum localem inaequaliter facnun in par- ad unum quam ad alterum assequendum illa apprehensio seu iudicium in eo casu et ex vano causarum concursu contingit
tibus corporis confracti; nam dum una pars moveri, eo quod motos versus illam partero non habetur est quia illa obiecta mutuo se etiam ut sol ad varios vei repugnantes ef-
eius prius deprimitur quam alia, quae nec ob aliquam circumstantiam ut facilior ap- impediunt dum in suo modo causandi ae- fectus concurrat; semper _tamen agit cum
qualiter movent ac resistunt. Atque ita etiam naturali necessitate ac ~eterminatione, sup-
21
322 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección 1 323
que concurren a la vez. Es más, en lo que de él depende siempre iocoa la
a~ión. ~~ igual m~do, ilumioando y cal~ntando; y después, con arreglo a la agentes naturales no puedan determinarse a sí mismos para efectos iodividuales
dxsposJcton del paCJente ~ la conc~rencia de otras causas, se sigue el efecto a no ser que la determinación comience en la causa primera, sino que es una
proporcionado con la rmsma necesidad. En este sentido dijo Aristóteles, II natural imperfección e iodigencia de tales agentes y una cierta subordioación
De Generat., texto 18, que un mismo agente natural que se comporta siempre que tienen con respecto a la causa primera, en razón de la cual son considera-
de igual modo (esto es, en sí y con respecto a lo demás) está naturalmente ordena- dos como instrumentos de dicha causa; por eso, así como dependen de ella
do a hacer siempre lo mismo. Consiguientemente, por razón del poder. de obrar en el obrar, igualmente dependen en la determioación para producir este m-
cosas contrarias tampoco hay indiferencia alguna en las causas naturales, ya que dividuo más bieu que aquél. Más aún, por este efecto entendemos rectamente
nunca pueden producir cosas contrarias por sí solas, sino en unión con otras, que la obra de la naturaleza es obra de una inteligencia; y que el efecto, por
puestas las cuales neCesariamente producen un efecto u otro. muy necesario que sea con respecto a la causa particular, es libre con regpecto
11. Por qué cualquier causa eficiente produce un efecto singular más bien a la universal. Consiguientemente, rJe todo esto resulta claro que en las causas
que otro dentro de la misma especie.- En el quioto ejemplo existe alguna naturales no hay ninguna indiferencia propia, que esté en contradicción con
mayor ambigüedad sobre la iodiferencia o determioación de cualquier causa na-
la necesidad de obrar, para que tal causa, una vez puestas todas las demás con-
tural para efectos iodividuales o singulares. A este respecto se da la opinión
no improbable de que, aun cuando la virtud de la causa natural, considerada causas y condiciones exigidas para la operación, no obre por necesidad sin nin-
absolutamente, sea indiferente a muchos individuos por modo de causa sup_e- guna iodiferencia en absoluto.
rior y suficiente para todos ellos, no obstante, aplicada en particular a este pa-.
ciente con estas circunstancias, se halla naturalmente determinada a producir
·tal forma individual; mas cuando decirnos que la causa obra necesariamente Cuáles son las causas que obran necesariamente
cumplidos todos los requisitos, nos referimos a todo lo requerido en particular f
para la acción. Sin embargo, es más probable -segón iodiqué arriba- que 1 12. En segundo lugar, debe afirmarse que todas las causas que obran sio
esta determioación a un efecto iodividual provenga del concurso y de la de- uso de razón, en cuanto tales, obran con la indicada necesidad. Se toma esto .
terminación de la primera causa; y, puesto éste, debe afirmarse que también de Aristóteles, lib. IX de la Metafísica, c. 2, donde establece esta diferencia
esta condición se encuentra contenida en los requisitos previos para obrar, en entre las potencias racionales y las irracionales : las irracionales están determi-
conformidad con lo que hemos explicado. Porque la causa segunda necesita
el concurso de la primera determioado a un efecto particular y, ofrecido ese J nadas a una sola cosa, mientras que las racionales son indiferente~ a cosas opues-
tas. Qué entiende por potencias racionales, y si conviene a todas ese modo de
roncurso en acto primero y aplicados todos los demás requisitos, esa causa que- obrar, lo veremos después; ahora nos limitamos a afirmar que todas las facul-
da determinada necesariamente a tal efecto en particular. Y así también, según tades que carecen por completo de uso de razón ejercen sus operaciones por
el modo indicado, en este caso no se da indiferencia alguna que esté en con-
necesidad natural. Esto puede confirmarse también por inducción, pues asf cons-
tradicción con la necesidad natural de obrar. Ni esta última indiferencia atenta
ta experimentalmente en todos los órdenes de cosas hasta los animales irra-
--<:Omo se objetaba- contra la debida ordenación de la naturaleza, de que los
cionales.
pcsitis omnibus causis simul ooncurrentibus. per modum causae superioris et sufficientis 13. Si el apetito sensitivo del hombre opera libre o necesariamente....;.... Sólo
Immo semper, quantum est ex se, eodem ad omnia illa, tamen in particulari appli- podría haber duda acerca del apetito sensitivo del hombre, al que algunos atri-
modo inchoat actionem illuminando et ca- cata ad hoc passum cum his circumstantiis,
lefaciendo; ac deinde iuxta passi dispositio- est naturaliter determinata ad talero formam
nem vel concursum aliarum causarum, ea- in individuo efficiendam; cum autem dici-
quod naturalia agentia non possint sese de- Quae sint causae necessario agentes
dem necessitate proportionatus sequitur ef- mus causarn necessario agere adhibitis om-
fectus. Et hoc sensu dixit Aristot., 11 de. nibus requisitis, sermo est de omnibus i"n terminare ad individuos effectus nisi deter-
minatio incipiat .a prima causa. Sed haec est 12. Secundo dicendum est omnes cau-
Gener., text. 18, naturale agens idem eodem particulari quae ad actionem requiruntur. naturalis imperfectio et indigencia talium sas quae opetan!ur absque usu rationis, qua-
modo se habens (nimirum in se et respectu Probabilius vero est, u:t supra attigi, hanc agentium et quaedam subordinarlo quam ad tenus tales sunt, ooerari cum praedicta ne-
aliorum) natum esse semper facere idem. determinationem ad individuum effecnun primam causam habent, propter quam veluti cessitate. Hoc sumftur ex Aristotele, lib. IX
Igitur ob virtutem agendi contraria milla provenire ex concurso et definitione primae instrumenta quaedam eius censentur; et Metaph., c. 2, ubi hoc discrimen constituit
etiam est indifferentia in causis naturalibus,
quia nunquam possunt per se solas efficere causae; qua pasito, dicendum est hanc con-
-----~c~on~tr~a~n;';a'!',":,;';:e~a;'-;;,!ia~111~0",';c~n:Osc';;aJTI11':o8~,"q;;:w;;.;<b:OuO;s-'"-;;p;;o~si[;'o"·,~-dditionem etiam wntineri jn praerequisitis- aa----
..-1"-. ideo, sicut ab ea pendent in operari, ita et in
determinatione ad operandum hoc indivi-
inter potencias rationales et irrati.onales,
quod potentiae irracionales sunt determina-
ex necessitate faciunt unurn vel alterum ef- agendum, iuxta ea quae a nobis explicata duum potius quam aliud. Immo, ex hoc ef- tae ad unum, racionales vera sunt indiffe-
fectum. sunt. Indiget enim causa secunda concursu fecru recte intelligimus opus naturae esst>- rentes ad opposita. Quid vero intelligat ¡)er
11. Quodvis efficiens unde hunc potius prirnae determinato ad particularem effec- opus intelligentiae; et effectum, quamtum- potencias racionales, et an omnibus conve-
singularem effectum quam illum in eadem tum~ quo concurso exhibito in actu primo, ris necessarium respecto causae particula- niat ille operandi modus, infra videbimus;
specie efficiat . - In quinto exemplo nonnulla et alüs omnibus requisitis adiunctis, talis ü;, esse liberum respecto universalis. Con- nunc solum asserimus facultates omnes quae
maior est ambiguitas circa indifferentiam vel causa necessario determinatur ad talem ef- stat igitur ex bis omnibus in naturalibus rationis usu omnino carent naturali neces-
determinationem cuiuscumque causae natu- ff'ctum in particulari. Et ita etiam hoc modo causis nuUam esse propriam indifferentiam, sitate suas operaciones exercere. Quod etiam
ralis ad individuos vel singulares effectus. nulla hic intervenit indifferentia quae re- quae necessitati agendi repugnet, quominus inductione confirmari potest; ita enim ex-
In qua est opinio non improbabilis, quod, pugnet naturali necessitati agendi. Neque 1 talis causa, posicis omnibus alüs concausis,
et conditionibus requisitis ad operandum,
perimento constat in omnibus rerum gradi-
bus usque ad bruta animalia.
licet virtus causae naturalis, absolute con- haec ultima indifferentia, ut obiiciebatur,
ex necessitate absque omni prorsus indiffe· 13. Appetitus sensitivus hominis, libere-

i
siderata, sit indifferens ad multa individua est contra debitam naturae institutionem,
rentia operetur. ne an necessario agat.- Solum posset de
324 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección 1 3:
buyen no sé qué vestigiO de libertad; e incluso hay quienes lo extienden al dera atentamente el asunto, parece que ni siquiera Dios puede hacer que, «en
apetito de los brutos, como diremos nuevamente más abajo. Pero en esta cues- sentido compuesto» (como suele decirse), una causa que por su naturaleza obra
tión, que se trata con mayor amplitud en Teología, la verdad es que sí hay necesariamente, deje de obrar si se ponen todos los requisitos para la acción;
alguna participación de libertad en el apetito sensitivo humano, la hay en tanto sino que sólo puede apartar alguno de los requisitos, con lo que simplemente,
en cuanto existe una participación de la razón en la cogitativa del hombre.
o «en sentido dividido», puede hacer que tal causa no opere; así, en el ejem-
Y si en ésta no se da verdadero razonamiento, como ciertamente ocurre, tam..
poco habrá en aquél -considerado en absoluto- auténtica libertad que ex- plo citado, Dios impidió la acción del fuego negando a éste su concurso, o sea,
cluya la necesidad de obrar, una vez puestos todos los requisitos. Y así con no aplicando su virtud a obrar con el fuego; pero esto es uno de los requisitos
este ejemplo más bien se confirma y viene como a consumarse la ind~cción previos para que el fuego pueda obrar. Consiguientemente, no hizo Dios que el
hecha. Su razón estriba en que la raíz adecuada de la libertad es el uso de fuego no obrase habiéndose puesto todos los requisitos, sino que apartó uno
razón, segón veremos después, por lo cual 13. carencia de uso de razóri es tam- de éstos. Porque si Dios hubiese determinado prestar su concurso en lo que
bién la causa adecuada de la carencia de libertad y, consecuentemente, de ne- de El depende y dejar integras las demás condiciones exigidas, no podría im-
cesidad en la operación. Mas si tratamos de encontrar la raíz intrínseca y cuasi pedir aquella acción, ya que ello implica la eliminación de lo que es natural
positiva de esta manera de obrar, no es otra que la misma naturaleza de tales
sin ninguna eficiencia contraria o, al menos, sin denegación del auxilio o de
cosas o facultades, que por su naturaleza poseen esta determinación en el modo
la eficiencia necesaria por parte de Dios. Pues, ¿cómo es posible que se impida
de obrar, por el hecho de no ser tan perfectas que puedan participar del domi-
nio de sus operaciones. Además, porque la indiferencia en el obrar nace in- una a,cción natural si no se pone ningún impedimento? O ¿en qué otro impe-
trinseca y adecuadamente de la amplitud de la facultad racional, como expli- ,dimento puede pensarse, si no interviene ninguno de los antes indicados? Así,
caremos más adelante; pero, así como la afirmación es causa de la afirmación, pues, si se realiza la suposición dicha, según queda explicada, la acción se si-
igualmente la negación lo es de la negación. gue con tanta necesidad que no puede ser impedida como no sea eliminando
. 14. De aquí cabe inferir, por último, que esta necesidad es tan grande que la suposición en alguna de sus partes. Ahora bien, la diferencia entre Dios y
no puede ser eliminada ni impedida de pasar al acto, no sólo por la virtud in- los Qemás agentes creados consiste en que, puestas todas las coridiciones que
trínseca de la facultad misma, sino ni siquiera por otras causas naturales, sean se requiereri, fuera de Dios, para las acciones de los agentes naturales, El pue-
las que fueren. Porque, según dijimos, las causas naturales pueden impedirse de impedir la acción por su sola voluntad, negando lo que es necesario por
por resistencia o por acción contraria; y de esta manera pueden elimiilar todos los parte de El; en cambio, las cosas creadas no pueden hacer esto, sino única-
requisitos para obrar; mas, una vez aplicados éstos, no pueden detener la ac- mente por una acción o una resistencia opuesta, o ciertamente porque, me-
dón del agente necesario, ya que no tienen poder para cambiar las naturalezas diante alguna moción local, pueden poner algún impedimento o apartar la ma-
de las cosas ni para hacer desaparecer propiedades totalmente intrínsecas. Dios teria u otra condición necesaria. De esta manera, queda suficientemente claro
es el único que parece tener este poder; ·pues por él hizo que el fuego no de qué clase y cuán grande sea esta necesidad.
quemase a los tres jóvenes, y otras cosas Semejantes; ahora bien, si se consi-

et similia; tamen, si res attente ponderetur, cientiae necessariae ex parte Dei. Quomodo
a:r;petitu sensitivo hominis dubitari, cui ali- in modo operandi, eo quod non sint adeo etiam Deus ipse non videtur posse facere enim potest naturalis actio impedid nullo
qni tribuunt nescio quod libertatis vesti- perfectae ut participare possint dominium ut in sensu (ut vocant) composito, causa posito impedimento? Aut quod aliud impe-
gium. Imrno sunt qui id extendant ad ap- suarum operationum. ltem, quia indifferen- quae natura sua necessario agit, ab agendo dimentum intelligi potest, si nullum ex
petitum brutorum, ut inferius iterum attin- tia in operando inttinsece et adaequate ori- cesset positis omnibus requisitis ad actio- praedictis intervenit? !taque dicta supposi-
gemus. Sed in ea re, quae in theologia la-
tius disputatur, veritas est, si quod est par-
tur ex amplitudine rationalis facultatis, , ut
infra declarabimus; sicut autem affirmatio
,, nem; sed solum potest auferre aliquod ex
requisitis, et ita sirnpliciter seu in sensu di-
tione facta, ut declarata est, tanta necessi-
tate suboritur actio ut impediri non possit
ticipium Iibertatis in appetitu sensitivo ho- est causa affirmationis, ita negarlo nega- viso potest facere ut talis causa non opere- nisi tollendo aliqua ex parte suppositionem.
minis, in tantum esse in quantum est par- tionis. tur; ut in dicto exemplo Deus impedivit
ticipium rationis in cogitativa hominis. Quod Differentia autem inter Deum et alia agen-
14. Ex quo tandem inferre licet huius- actionem ignis negando igni concursum cia creata in hoc est quod, positis omnibus
si in hac non est vera ratiocinatio, ut revera modi necessitatem tantam esse, ut non so- suum, id est, non applicando virtutem suam
non est, neque in illo per se sumpto est quae extra Deum requiruntur ad acciones
lum per intrinsecam virtutem ipsius facu}- ad operandum cum igne; hoc autem est
vera tibe:rtas quae excludat necessicatem unum ex praerequisitis ut ignis agere pos- naturalium agentium, potest ipse sola sua
taUs, verum etiam per quasclliD.que 3Iia-s-
operandi, positis omnibus requisitis. Et ita sic. Non ergo fecit Deus ut ignis non vcluntate i.mpedire actionem, negando id
naturales causas auferri non possit, aut im-
hoc exetnplo potius confirmatur et quasi ageret positis omnibus requisitis, sed a1i- quod ex parte sua necessarium est; aliae
pediri quominus in actum prodeat. Possunt
consummatur inductio facta. Ratio autem quidem, ut diximus, naturales causae se quod ex eis abstulit. Nam si Deus statuis- vero res creatae hoc non possunt, sed solum
eius est quia adaequata radix libertatis est impedire per resistentiam vel contrariam set dare concursum quantum est ex se per actionem vel resistentiam opposimm,
usus rationis, ut infra videbimus, et ideo actionem; atque ita possunt etiam auferre et alias condiciones requisitas integras re- aut certe quía per aliquam motionem lo-
carentia usus rationis est etiam adaequata omnia ad operandum requisita; tamen, bis linquere, non posset illam actionem im- calem possunt aliquod impedim.entum po-
causa carentiae libertatis, et consequenter positis, continere actionem necessarii' agen- pedire, quia implicat tollere id quod natu- nere vel materiam aut aliam conditionem
necessitatis in operando. Quod si intrinse- tis non possunt, quia rerum naturas immu- rale est absque ulla contraria efficientia, vel necessariam auferre. Atque ita satis constat
cam ec quasi positivam radicem huius modi tare non valent, nec proprietates omnino saltem absque denegatione auxilü seu effi- qualis et quanta sic haec necessitas. ·
operandi inquiramos, nulla est alia nisi ipsa intrinsecas auferre. Solus Deus videtur ha..
natura talium rerum vel facultatum, quae bere hanc potestatem.; per illam enim ef-
ex natura sua habent hanc determinationem fecit ut ignis non combureret tres pueros~
326
Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.--Sección II 327

SECCION 11 mueve siendo movida obra por necesidad, pues el hecho de que se mueva no
depende de ella, sino del motor, cuya moción no puede ella poner ni impedir;
81 ENTRE LAS CAUSAS EFICIENTES EXISTEN ALGUNAS QUE OBRAN SIN NECESIDAD y el que siendo movida obre tiene una consecuencia necesaria, como razoná-
Y CON LIBERTAD bamos antes.
3. Tercero.- La tercera razón es que en la sección anterior hemos de-
. L Argum,e"!tos de la parte negativa.- -Primero.- Esta cuestión es graví- mostrado que toda causa que obra privada de razón obra por necesidad; con-
~a y extenslSlma, y . depende en gran parte de las dificultades teológicas ori- siguientemente, si alguna causa produce algo sin necesidad, será o el hombr~
g:znadas por los ml~te.nos sobrenaturales de la gracia y la predestinación divina; o una inteligencia creada (por no aludir ya a la causa primera, puesto que aqm
mas e~~: e~te. lugar untcamente debe tratarse en la medida en que puede definirse nos referimos principalmente a las creadas); pero de ninguna de estas causas
por prmc1p1os naturales. Pues bien, si atendemos a la razón natural, parece de- puede afirmarse esto, según la razón natural. Se prueba, en primer lugar, acerca
f?Ostrarse. con _muchos argumentos que no puede haber ninguna causa eficiente· de las inteligencias, porque por razón natural sólo se conocen como motoras
sm necestdad mtrlnseca de obrar. En primer lugar, porque la causa primera, de las esferas celestes; pero en tal acción no pueden considerarse como causas
de la ~ue proceden todas las demás, obra por necesidad de su naturaleza; y que obran libremente, pues de lo contrario esos movimientos no serian nece-
por razon natural no puede entenderse otra cosa; luego mucho más todas las cau- sarios ni inevitables y las inteligencias creadas podrían invertir el orden del
sas que obran bajo _ella. El antecedente se da por supuesto comúnmente, según universo a su arbitrio. Por eso, en atención a esta ca1,1sa han sido puestas por
e~ p~ecer de Artstoteles y otros filósofos; y se patentiza por la razón, pues los filósofos las inteligencias segundas igualmente inmutables que la primera;
Sl Dios no, obrase P?r necesidad de s? ·naturaleza no sería inmutable, ya que luego, puesto que existe la misma razón para este efecto y para los demás,
ahora podna conducrrse de manera distinta que antes. Se demuestra la pri- d~be pensarse que las inteligencias son causas que obran necesariamente en to-
m:ra consecuenc~a por9ue la causa segunda no obra si no es movida por la dos los casos, en la medida en que pueden conocerse por razón n~tural. Con
prnnera; luego st la prrmera ~nueve necesariamente. a la segunda para que obre, esto se prueba a fortiori la segunda parte acerca del. hombre; en pnmer lugar,
la segunda .se mu~ve necesariamente; luego también .obra necesariamente, por- porque el obrar de manera no necesaria implica perfección o imperfección; si
que la _moctón acuy~ D? puede subsistir sin la pasiva, ni la moción actual· para perfección, ¿c<?mo la atribuiremos a los hombres, siendo así que no participan
obrm; sm ~a operac~on actual, no sólo porque no puede darse una moción sin su de ella las inteligencias? Si imperfección, ¿por qué la atribuiremos a los hom-
término, smo tambtén porque no puede frustrarse la moción divina. bres más bien que a los brutos? En segundo término, porque el hombre está
2. Segundo.- De aquí se elabora la segUnda razón, que tiene validez aun sometido a las influencias celestes, igual que las demás cosas inferiores; pero
cuando no supongamos que la causa primera obra por necesidad, sino libre- las causas inferiores tienen, por influencia celeste, cierta necesidad en sus efec-
~ente, pues aunque de aquí se siga rectamente que .los efectos no son necesa- tos· luego en virtud de la misma influencia, participan de esa necesidad las
nos con respecto a la causa primera, no obstante parece inferirse con igual acciones y 'costumbres humanas; la experiencia misma y las predicciones de los
e~cacia que bajo la caus~ primera no hay ninguna otra que no obre por nece- astrólogos parecen persuadir esto suficientemente.
Sidad, ya que. no hay nmguna que obre si no es movida por ella· en efecto 4. Cuarto.- La cuarta razón consiste en que, si alguna causa obra sin
toda causa segunda necesita ser movida por la primera; pero tod~ causa qu~ necesidad, es preciso que posea alguna facultad o potencia dotada del poder de
SECTIO II quia nisi Deus ex necessitate naturae ope- m a;. sed onmis causa moveos mota ex ne- philosophis intelligentiae secundae aeque im-
UTRUM INTER EFFICffiNTES CAUSAS SINT ALI- raretur, non esset immutabilis, nam posset cessitate operatur, quia quod. moveatur non mutabiles ac prima; ergo cum eadem sit
QUAE ABSQUE NECESSITATE ET CUM LIBERTATB nunc aliter se habere quam prius. Prima est in potestate eius, sed moventis, cuius ratio de hoc effectu et de alüs, censendae
OPERANTES vero consequentia probatur quia secunda motionem nec ipsa oonere potest nec im- sunt intelligentiae causae in omnibus n:e-
causa non agit nisi mota a prima; ergo si" pedire; quod autem- mota operetur neces- cessario agentes, quantum racione naturali
l. Partis negativae argumenta.- Pri- prima necessario movet secundam ad ope- sariam habet consecutionem, ut prius argu- cognosci possunt. Et hinc a fortiori proba-
mum.- Haec quaestio est gravissima et la- randum, se~nda necessario movetur; ergo mentabamur. tur altera pars de homine; primo quidem,
tissima et magna ex parte pendet ex diffi- et nece~sano. ope~atur, quia nec stare pot- 3. Tertium.- Tertia ratio sit quia su- quia vel agere absque necessitate pertinet
cultaubus theologicis quae oriuntur ex su- est mono acnva sme passiv~ neque actualis periori sectione ostensum est omnem cau- ad perfectionem vel ad imperfectionem; .si
pernaturalibus mysterüs gratiae et praedes- mocio a~ operandum sine actuali operatione, sam operantem absque ratione ex necessitate ad. perfectionem, cum intelligentiae illarn
timtion:3 di inse; OOG vgro loco sol u m est
i
tJJm qma non potest esse mocio sine suo agere; si ergo aliqua causa quidpiam effi- non participent, quomodo ea m .tribuemus ho-
ttactanda quantum ex naturalibus princi- termino, tum etiam quia non potesi:- frUs.:. cit absque necessitate, erit aut horno aut in- minibus? Si ad imperfectionem, cur pocius
püs definiri potest. Si ergo naturalem ra- trari divina motio. telligentia creata (ut iam primam causam illam tribuemus . hominibu~ quam brutis?
tionem spectemus, videtur multis rationi- 2. Secundum.- Atque hinc fit secunda omittam, quia hic de creatis potissime ser- Secundo, quia horno subiectus est influen-
bus probari nullam esse posse causam ef- ratio, quae procedit etiamsi non suppona- roo esi); sed de neutra causa ex his dici tiis caelestibus sicut aliae res inferiores; se(!
ficientem absque intrinseca necessitate agen- mus pnmam causam agere ex necessitate id potest, sequendo rationem naturalem. inferiores causae habent ex influentia cae-
di. Primo quidem, quia prima causa, a qua sed libere, quia, licet hinc recte sequaru: Quod primo de intelligentiis probatur, quia 1esci necessitatem quamdam in effectibus
omnes aliae manant, ex necessitate naturae respecto primae causae effectus non esse ratione naturali solum cognoscuntur ut mo- suis; ergo ex eadem participant necessita-
operatur, neque aliud potest ratione naturali necessarios, tamen eadem efficacia videtur trices orbium caelestium; sed in ea actione tem humanae actiones et mores; quod ex-
intelligi; ergo multo magis omnes causae inferri sub prima causa nullam esse aliam non possunt existimari causae libere agentes, periencia ipsa et astrologorum praedictiones
qua~ sub illa operantur. Antecedens sup- alias motus illi non essent necessarü neque satis persuadere videntur.
quae non ex necessitate operetur, quia nulla
pomtur communiter ex sententia Aristotelis est quae operetur non mota ab illa; omnis inevitabiles possentque intelligentiae creatae 4. Quartum.- Quarta ratio sit, nam si
et aliorum philosophorum; e:t patet racione, enim causa secunda indiget moveri a pri- suo arbitrio invertere ordinem universi. Un- aliqua causa absque necessitate operatur,
de propter hanc causam positae sunt a necesse est habere aliquam facultatem seu
328 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección 11 329

detener sn operación, incluso habiéndose cumplido todos Jos requisitos para un único modo de obrar, sino también porque o el obrar por necesidad es me-
obrar; pero en las cosas creadas no existe ninguna potencia que sea tal; luego jor que obrar sin ella, o no. Si es mejor, entonces, si la voluntad. alcanza ese-
tampoco existe libertad o carencia de necesidad en el obrar. La mayor es ma- modo de obrar en los actos perfectísimos, lo alcanzará en todos. SI no es me-
nifiesta a contrario- por lo dicho en la sección anterior; porque la causa segunda jor, entonces, por la misma razón por la que la voluntad no pose.e ese modo
no obra nada a no ser mediante alguna facultad suya; pero es principio de una más perfecto de obrar en todos sus actos, y en los que le son propiOs en grado
operación necesaria aquella facultad que la ejerce necesariamente, una vez pues- sumo, no lo poseerá en los demás.
tos todos los requisitos; luego, para que alguna acción no sea necesaria, es 7. Se confirma, en segundo lugar, porque si la voluntad es libre en alguna
preciso que alguna potencia posea la manera opuesta de obrar. La menor se de sus operaciones, o tiene esa libertad en el instante en que o~ra o antes de
prueba porque, si hubiese alguna potencia de esa clase, sería o el entendi- obrar; no en el mismo instante, porque entonces ya obra necesanamente; pues;,
miento o la voluntad, ya que hemos dicho que en todas las cosas inferiores así como cuando una cosa existe, existe necesariamente, igualmente cua?-do ob~a,_
no hay ninguna que sea tal; pero esto no puede atribuirse al entendimiento, obra necesariamente. Tampoco antes de obrar, ya que entonces no eJerce nm-
ya que, conocida suficientemente la verdad, necesariamente presta su asentimien- guna acción no necesaria. Además, porque incluso entonces necesariamente 0()1
to, como sabemos por experiencia; luego el entendimiento es, de suyo, una po- obra.
tencia determinada a una sola cosa. Y si alguna vez no queda bastante deter-
minado, ello ocurre únicamente por insuficiente aplicación del objeto o porque Observaciones con las que se expone el sentido de la cuestión
las razones propuestas pug:D.an entre sí y vienen como a resistirse mutuamente; 8. «Libre» y «necesario» se toman en muchos ~entidos.- Aunque esta
pero esto no basta para la indiferencia en el obrar, como hemos explicado arri- cuestión general versa sobre todas las causas creadas, e mcluso puede extenderse-
ba, guardando la debida proporción, en el caso de las potencias inferiores. también a la increada, no obstante, la trataremos en especial con ref~rencia a
5. Tampoco la voluntad parece poseer ese modo de obrar, ya que el en- ]as acciones humanas, no sólo porque nos son más conocidas y se disputa de·
tendimiento es una potencia más perfecta que la voluntad; por tanto, si él no ellas con mayor frecuencia, sino también por.que, a propósito de todos los ag~n­
participa de esta manera de obrar, tampoco la voluntad. Además, porque la tes inferiores, suponemos qu: e~ ellos no tiene .l~gar otr? modo de obrar smO'
voluntad no obra si no es movida y determinada eficazmente por el entendimiento; por necesidad como se ha mdicado en la seccmn anteriOr; y de los agentes-
porque la voluntad es una potencia ciega, que no puede pasar al acto si no superiores sól~ podemos filosofar según ci~rt~ proporción con nuestras cosas,. en
es conducida por el intelecto, ni puede resistir a éste si mueve e impera con cuanto coincidimos con ellos en el entendmuento y en la vol~tad. Ahora bien,.
eficacia, pues de lo contrario podrá haber un defecto en la voluntad aunque el para que quede claro el sentido d~ las palabras, d~be advertirse que l~s tér-
entendimiento haga cuanto pueda para dirigirla, cosa que no admiten los tra-· minos «necesidad» y «libertad», «libre». y «necesarto», pueden ~ener. diferen-
tadistas de filosofía moral. tes acepciones. En efecto, hab!ando. propiamente y a la I_Danera '!i~l~ctlca, «ne-
6. Se confirma esta razón, en prinier lugar, porque la voluntad (y lo mis- cesario» se opone tanto a lo Imp?sible com? a lo que tl~ne poSibilidad de 00·
mo ocurre con el entendimiento) obra necesariamente en sus actos más impor- existir, de igual manera que se ~ce nec~sana aque~ acci?n .qu~ no puede no-
tantes, como el amor del bien en cuanto tal y la tendencia al último fin; lueg<> existir o producirse, sobreentendien~o. siempre la hipótesis mdicada? a saber~
en todos. La consecuencia es manifiesta, no sólo porque cada facultad tiene que se hayan puesto todos los requiSitos para obrar; de esta necesidad de la
operandi modus~ tum etia.m quia vel ope: ralis sit de omnibus c"ausis creatis, immo-
potentiam quae vim habet continendi suam invicem; quod non satis est ad indifferen· rari ex necessitate melius est quam operan extendi etiam possit ad increatam, specia-
operationem, etiam positis omnibus requisitis tiam in operando, ut in ;inferioribus poten-· sine illa_, vel non. Sí est melius, ergo si vo- liter tamen illam tractabimus de hwnanis
ad operandum; sed nulla est in rebus creat;is tiis, proportione servata, supra declaravi~ luntas assequitur illum modum operandi in actionibus, tum quia et nobis notiores sunt
talis·potentia; ergo nec libertas seu carentla mus. perfectissimis actibus,. assequetur in o~­ et de illis frequentius disputatur, tum etiam
necessitatis in agenda .. Maior constat a con- S. Neque etiam voluntas videtur habere bus. Si non .est mehus, ergo qua ratiOne quia de omnibus inferioribus agentibus sup-
trario ex dictis sectione praecedenti; nam illum operandi modwn, nam intellectus esr non habet voluntas perfectiorem operandi ponimus non habere in eis Iocum alium
causa secunda nihil operatur nisi per aliquam perfectior potencia_ quam voluntas; ergo si modum in omnibus actibus suis_, et maxime modum agendi nisi ex necessitate, ut sec-
facultatem suam; illa autem·facultas est prin- ille non participat hunc modum operandi, sibi propriis, non habebit in reliquis.
cipium necessariae operationis quae illam ne- neque eciam. voluntas. Deinde, quia voluntas. 7. Confirmatur secundo, quia si voluntas tione praecedenti tactwn est; de superio-
cessario exercet, positis omnibus requisitis; non operatur nisi mota et determinata J!f- est libera in aliqua operatione sua, vel eam ribus vero non possumus nos philosophari
@rge u-t aliqYa aai>e nen sit Jl&o!!S~atia-epe»:Ft"'"'~-.tf:í<ie"'aeiter---ab--intReetu-;-nam-voluntas-est po- libertatem habet in instanti quo operatur vel nisi secundum quamdam proportionem ad
ut aliqua potencia habeat oppositum operandi tentia caeca, quae non potest exire in ac- priusquam operetur; non. in eodem instan~i, res nostras, quatenus cum eis intellectu et"
modum. Probatur autem minor, nam si quae tum nisi ducatur ab intellectu, nec potest quia iam tune necessariO oper~tur; q~a voluntate convenimus. Ut autem de vocibus.
esset huiusmodi potencia, esset aut intellec- ei resistere, si efficadter moveat et imperet, sicut res quando est, necessano est, Ita constet, advertendum est has voces -necessi-
tus aut voluntas, nam in inferioribus om- sJias poterit esse defecws in voluntate, etiam-- quando operatur, necessario opera~. Ne- tatis et Iibertatis, et liberi ac necessacü. va-
nibus diximus nullam esse huiusmodi; sed si íntellectus quantum in se est faciat ad- que etiam prius quam operetur, qwa tune riis modis accipi posse. Proprie enim et·
intellectui non potest hoc at~ibui, quía ex dirígendam illam, quod philosophi morales. rmllam exercet actionem non necessariam. dialectico more loquendo, necessarium op-
necessitate praebet assensum, cognita suffi · non admittunt. Et praeterea_, quía etiam nmc ex necessitat:! ponitur .tam impossibili quam possibili non
cienter veritate, ut experíentia notum est) 6. Et confirmatur primo haec ratio, nam non operatur. esse, quo modo necessaría actio dicitur quae
est ergo intellectus de se potencia term:inata voluntas (et ídem est de intellectu) in po-
ad unum. Quod si interdum. non satis de- tissimis actibus suis ex necessítate operatur,. Notationes quibus sensus quaestionis non potest non esse aut fieri, subintelligendo-
tcrminatur, id solwn est ex insufficienti ap- ut in d.ilectione boni ut sic et in intentione exponitur semper illam hypothesim, scilicet, positi.s-
plicatione obiecti vel ob raciones propositas ultimi finis; ergo in omnibus. Patet canse- 8. Liberum et necessarium multipliciter omnibus requisitis ad agendum, et de hac
ínter se pugnantes et quasi resistentes sibi quentia, tum quia unius facultatis unus est sumuntur.- Quamvis haec quaestio gene- necessitate actionis diximus sectione praece-
330 Disputación XIX.-Sección 11
Disputaciones metafísicas 331
acción nos hemos ocupado en la seccmn que precede. En otro sentido, suele las que son honestas y únicamente se realizan por deliberación y apetito de la
tomarse «ne~sario» en cuanto s~ opone a voluntario; según esta acepCión, para rectitud y de la justicia. En este sentido se toma a veces «libre», en cuanto
que ~a acaon .se llame necesaria no b~sta que no pueda no ejercerse, sino que excluye .n,o sólo la necesidad propia, sino también la servidumbre, como, en
tamb1en es prec1so que no sea voluntaria, lo cual puede ocurrir de dos modos · la Sagrada Escritura, los santificados por la gracia o la gloria se dicen peculiar-
negativamente o contrariamente; del primer modo se dicen necesarias todas la~ mente libres, a saber, de la servidumbre del pecado. En otro sentido se dice
acciones de las cosas carentes de conocimiento, aun cuando sean máximamente acción libre la que no es coaccionada, sino voluntaria; y esta libertad no exduye
naturales; pues, aunque metafóricamente puedan llamarse espontáneas, en cuan- la primera necesidad, que consiste en la determinación a una sola cosa con im-
to están conformes con el apetito natural y metafórico, sin embargo no son vo- potencia de suspender la acción, sino que sólo excluye la violencia y 1~ coac-
luntarias en sentido propio, ya que no proceden del conocimiento sin el cual ción; de esta manera es evidentísimo que se dan acciones no necesarias, no
no puede h~ber voluntario, según consta por el lib. III de la Etica, 'c. 1, y trata sólo en los. hombres, sino también en los brutos, aunque dichas acciones sean
Santo Tomas en I-II, q. 6, a. 1 y 2. Del segundo modo se dice necesario lo en los hombres tanto más perfectas cuanto más perfecta es en ellos la razón
que es violento y coaccio~.ado, pu_esto que va contra el propio apetito elícito, ya de voluntario. De aquí tomaron ocasión algunos, especialmente los herejes, para
sea perfe_cto, como el ractonal, o Imperfecto, como el sensitivo. Y de este modo decir que las acciones del hombre no son libres por otra razón sino porque son
la acción del bruto, si procede del mero apetito, aun cuando sea necesaria en perfectamente voluntarias, de suerte ·que «libre» sea derivado, no del verbo «li-
e~ primer sentido, no 1~ es según estos modos posteriores, por no ser violenta brar», sino del verbo libet (agrada). En un Ultimo sentido, y propísimo, se
m puramente natural, smo espontánea; mas de este modo será necesaria la ac- llama acción libre la que es verdaderamente libre de aquella necesidad que en
ción si el bruto se ve obligad~ a hacer algo en contra de su propio apetito; su obrar tienen las cosas naturales e irracionales, como se ha explicado en la
y, a este respecto, ocurre lo nnsmo con las acciones humanas. En este sentido sección anterior. Y de esta libertad o no-necesidad tratamos propiamente en
se dice en II Cor., 9: No por tristeza o por necesidad, etc.; aunque las accio- la presente cuestión; y en este sentido fue tratada siempre por los filósofos an-
nes humanas pueden decirse también necesarias de otras maneras aun cuando tiguos, pues nunca dudó ninguno, ni pudo dudar, de si los hombres, en mu-
sean volu!ltarias, e incluso aun cuando sean iibres, a saber, por~ue se hacen chas de sus acciones, obran espontáneamente y · moviéndose y aplicándose a la
por necestdad de precepto, acerca de la cual se dice en I Cor., 7: No teniendo obra por propia voluntad, previo el conocimiento, sino que lo sometido a con-
n_ecesidad, s~no. poseyen~o el dominio de su voluntad. O porque se hacen por troversia fue si en este mismo voluntario se mezcla la necesidad y la determi-
cterto sometmuento servil, a la manera como se dicen necesarias las acciones nación a una sola cosa.
de un siervo, principalmente si las realiza por temor.
9. Mas porque <dibre» se opone a «necesario», se dice de casi tantos mo- Primer error que niega la libertad
d~s como «necesario» mismo. Pues si se cree que «libre» es derivado del verbo 10. Pues bien, en esta cuestión hubo un antiguo error de algunos filóso-
«librar», de modo que se diga acción libre aquella que está libre de toda ne-
fos, los cuales afirmaron que todos los efectos y acciones de las causas del uni-
cesidad, ser~ libre en !odas los sentidos aquella acción que no tenga ninguna
verso, incluso de las voluntades humanas, provenían de cierta necesidad fatal,
de las antedtchas necestdades, cosa que apenas se encontrará fuera de la acción
nacida de la conexión de todas las causas y del influjo de los cielos y de las
divina; aunque se dé también, a su manera, en algunas humanas, sobre todo en
modo inveniatur, in eis maxime quae ho- ac propriissimo modo dicitur actio libera
nestae sunt et tantum ex consilio et appe- quae vere libera est ab ea necessitate quam
den ti. Alio ver o modo surni solet necessa- tanea; erit autem hoc modo necessaria ac- titu rectitudinis ac iustitia.e fiunt. Atque ita in agenda habent res naturales et irratio-
rium prout opponitur voluntario, quo modo ti? s! brutum contra proprium appetitum sumitur interdum liberum ut excludit non nales, ut superiori sectione declaranun est.
ut actio necessaria dicatur non satis est ut ahqmd agere cogatur, et quoad hoc idem tantum necessitatem propri_am, sed etiam Et de hac libertare seu non necessitate dis-
non possit non exerceri, sed etiam oportet est de humana actione. Qua modo dicitur servitutem, qua modo, in Scriptura 1, sanc- putamus proprie in praesenti quaestione;
ut voluntaria non sitJ quod potest dupliciter II ad Corinth., 9: Non ex tristitia aut ex tificati per gratiam vel gloriam dicuntur et in hoc sensu disputata fuit semper etiam
accidere, scilicet vel negative vel contrarie: necessitate~ etc.; quamquam humanae ac- peculiariter liberi, utique a servitute peccati. ab antiquis philosophis; nullus enim un-
priori modo dicuntur necessariae omnes ac- tiones aliis etiam modis dici possint neces- Aliter dicitur actio libera quae coacta non quam dubitavit, vel dubitare potuit, an ope-
tiones rerum carencium cognitione, etiamsi sariae, etiamsi voluntariaeJ irnmo quamvis estJ sed voluntaria; qua e libertas non exclu- rentur hornines in multis actionibus suis
max.ime naturales sint; nam, Iicet metapho- liberae sint, nirnirum, quia ex necessitate dit necessitatem prirnam, quae consistit in spontanee et propria voluntate sese moven-
rice dici possint spontaneae, quatenus sunt praecepti fiuntJ de qua dicitur I ad Corinth., determinatione ad unum cum impotentia tes et applicantes ad opus praevia cogni-
----~c;;o;;n.;:fo;¡;r;:m:¡e;;s;,¡;•~P¡¡P;eti"'"¡;<w¡,:·,n--;¡at"ur~al"'i..:eJ:t~mc_;e:;t~ap~ho=o,r;;icO;o:o;·:----:z:':~N""':o"/'n~btzaa'ben.s____necessitaU?-m--,-------petestatem suspendendi. actionem, sed excludit tantum tione, sed an in hoc ipso voluntario mis-
tamen propne non sunt voluntariae, cum autem habens suae volumatis. Vel quia fiunt violentiam et coactionem; qua modo evi- ceatur necessitas et determinatio ad unum,
non sint ex cognitione, sine qua volunta- ex subiectione quadam servili, quomodo di- dentissimum est dari acciones non necessa- hoc est quod in controversiam vocatum est.
rium esse non potest, ut constat ex III cuntur necessariae actiones serviJ praesertim rias, non solum in horninibus, sed etiam in
Ethic., c. 1, et tractat D. Thom., I-II, si eas faciat ex timare. brutis, quamvis eo perfectiores sint in ho- Primus error libertatem negans
q. 6, a. 1 et 2. Posteriori modo dicitur 9. Curn autem Iiberum necessario oppo- minibus illae actiones quo ratio voluntarü 10. In hac ergo re fuit antiquus quo-
ne~essarium quod est violentum et coactum, natur, tot fere modis dicitur quot neces- in eis perfectior invenitur. Ex qua aliqui, rumdam philosophorum error, qui dixerunt
qula est contra proprium appetitum elici- sarium ipsum. Si enirn Ziberum dicnun cre- praesertim haereticiJ sumpserunt occasionem omnes effectus et acciones causarum uni-
tu.m, vel perfectum, ut est rationalis, vel d&tur a verbo libero, ita ut actio libera di- dicendi hominis acciones non alia ratione versi, etiam hurnanarurn voluntatum, nece~­
inlperfecturnJ ut est sensitivos. Et hoc modo catur quae_ ah omni necessitate libera esr, esse liberas nisi quia sunt perfecte volun- sitate quadam fatali provenire, arta ex con-
actio bruti, si ex mero appetitu procedat, illa actio erit ornnibus modis libera quae tariaeJ ita ut liberum non a verbo liberoJ nexione causarum omniurn et caelorurn ac
quamvis sit necessaria primo modo, non nullam habet ex praedictis necessitatibus,. sed a verbo libet~ dicturn sit. Ultimo tam.en stellarum influxu. Ita refert Augustin., IV
tamen bis posterioribus modis, quia non quod vix reperietur nisi in divina actione;
est violenta nec mere naturalis, sed spon- quamquam etiam in aliquibus humanis suo 1 Rom., 6 et 8; 11 Cor., 3.
332 Disputaciones mete¡jísicas Disputación XIX.-Sección II 333

estrellas. Así lo refiere S. Agustln, en el lib. IV de las Confesiones, c. 3, y en .que no son causas naturales, sino meramente extrínsecas y preternat~ales o
el V De Civitate Dei, c. 1, donde Luis Vives cita a Demócrito Empédocles Sobrenaturales, porque el tratamiento y refutación d~ esos. , errores no mcun;a.b_e
y Heráclito en favor de esta sentencia, que suele también atrib~.irse -común- .al metafísico, sino al teólogo, toda vez que la consJderacwn del pecado ortgJ-
mente a los estoicos, aunque sin razón, como diré después.· Posteriormente si- ·nal y de la gracia," y de otras causas semejantes, excede la r~ón natural. Asf,
guieron este error muchos herejes, como Simón Mago, Bardesanes, Prisciliano, .pues, contra estos errores debemos demostrar dos cosas. Pn~era, que en el
Manes y otros, según consta por San Agustín y otros escritores antiguos. m hombre existe alguna facultad activa que de suyo y por su mtrinseca Y par-
mismo error han suscitado en la actualidad los herejes, como refieren por ex- ticular naturaleza no está determinad3. solamente a una cosa, sino que de suyo
tenso los doctores modernos, que disputaron sapientísimamente contra ellos. es indiferente a obrar esto o aquello, y a obrar o no obrar, una vez puestos
Pero no han enseñado este error de igual rriodo ni bajo los mismos principios,. todos los requisitos para la operación. En segundo lugar, debe demostrarse que
según creo, pues algunos atribuyeron esta necesidad a influencia de los astros,. ninguna causa extrínseca impide siempre este modo de obrar. Con ello que-
otros al concurso o a la moción divina, o bien a la eficacia de la divina volun- dará probado que entre las causas eficientes creadas hay algunas que pueden
tad, o a la gracia. Por otra parte, algunos negaron la libertad absolutamente .,brar, no por necesidad natural, sino por libertad, y que de hecho obran as!
y en todos los actos, tanto internos como externos, tanto buenos como malos,. frecuentemente.
mientras que otros únicamente en las acciones morales u honestas, pero no en
las civiles o indiferentes.
11. Ahora bien, casi ninguno de los citados filósofos o herejes declaró su- Se demuestra que el hombre obra muchas veces libremente
ficientemente si esta necesidad que atribuyen a las acciones humanas procede
de la intrinseca naturaleza del hombre o sólo de la acción de alguna causa ex- 12. Afirmo, pues, en primer lugar, que es evidente por la razón natural
trínseca, pues únicamente de este segundo modo explican esta necesidad. NO> y por la misma experiencia de las . cosas _que el hombre, en mu_chos de sus
obstante, si se expresaron consecuentemente, es preciso que hayan pensado que actos, no se deja llevar por la necesidad, smo por su voluntad y hbertad. Esta
esta necesidad se funda también en la intrínseca naturaleza del hombre, porque en
.conciusión se demuestra, primeramente, por el consentimiento común de los
él no existe facultad alguna que por su naturaleza sea indiferente en sus ac- 'filósofos. En efecto as! opinan acerca de la libertad humana Aristóteles y los
ciones. En efecto, si las cosas no se mueven violentamente, sino de acuerdo
con la exigencia de su naturaleza, cada cosa se mueve según la aptitud natural peripatéticos, segrn; consta por Arist?teles, .lib. IX de la _Met?física, c. 1 Y si-
que. de suyo tiene para moverse; consiguientemente, puesto que el influjo de- guientes, donde distingue las potencJas raciOnales de las rrrac10nales. y concede
los cielos y el concurso de Dios no es violento, sino natural, si el hombre- únicamente a las primeras el poder intrínseco de obrar po~ si miSmas co~as
obra siempre necesariamente en virtud de tales causas, es indicio de que, por contrarias, a saber, por libertad interna; y en ID de la Etzca, ?esde el prm-
su naturaleza, exige ese modo de obrar. Paso por alto las opiniones de aque- cipio, establece esta libertad como fundamento de toda la doctrm~ moral. La
llos que atribuyeron esta necesidad a la gracia divina o al pecado original, misma libertad reconoció Platón, según resulta claro por el Gorgzas y por el
último libro de la República; asimismo los estoicos excluían las voluntades
humanas de la necesidad del hado que afirmaban en las demás cosas, como
lib. Confess., c. 3, et lib. V de Civitat., 11. Nullus autem fere ex prae:dictis phi- atestigua San Agustln, lib. V De Civitate Dei, c. 10, donde Vives, apoyán_dose
c. IJ ubi Ludovicus Vives signat Democri- losophis aut haereticis declaravit satis ID en Plutarco -lib. I De Placitis-, refiere que los estoicos pensaban de la hber-
tum, Empedoclem et Heraclitum pro hac haec necessitas quam humanis actionibus
sententia, quae solet etiam communiter stoi- attribuunt oriatur ex intrinseca hominis na-
cis ttibui, sed immerito, ut inferius dicam. tura an vera solum ex actione alicuius ex- quae non sunt causae naturales, sed mere Hominem saepe operari libere demonstratuT
Hunc errorem postea secuti sunt multi hae- trinsecae causae; hoc enim tantum poste- extrinsecae et praeter vel supra naturam;
retici, ut Simon Magos, Bardesanes, Pris- riori modo hanc necessitatem declarant. Ve-. nam horum errorum pertractatio ac confu- 12. Dico ergo primo. evidens esse na-
cillianus, Manichaeus et alii, ut constat ex rumtamen, si consequenter locuti sun:t, ne- tatio non ad metaphysicum., sed ad theo- turali ratione et ipso rerum experimento
Augustino et aliis antiquis scriptoribus l, cesse est ut senserint necessitatem hanc logum pertinet, quoniam considerarlo de hominem in multis actibus suis non ferri
Eumdemque erroreiÍl excitarunt his tempo~ fundari etiam in intrinseca hominis natura, ·peccato orignali et gratia, et aliis similibus ex necessitate, sed ex voluntate sua et liber-
<:ausis, naturalem ratic;>nem excedit. Contra tare. Haec conclusio probaur primo ex
ribus haeretici, ut late referunt moderni quia nimirum nulla est in eo facultas natura communi consenso philosophorum. Ita enim
Doctores, qui contra illos sapientissime dis- sua indifferens in actionibus suis. Quia si hos ergo errores duo a nobis ostendenda
de libertate hominis sentit Aristoteles et
--------~p~u~tarun~~·~·~V~e~runl~~ta~rn~e~n~n~o~n<_~eo~d~e~rn~~tn~o~d~o---
nec sub eisdem principiis, ut existimo, hunc res---nen-vielenter,-sed-iux-ta-natur-a~uae----------- =~:__~-- -sunt. Primum, esse in homine facultatem peripatetici, m constat ex Aristot., lib. IX
aliquam activam. quae ex se et ex sua in-
errorem docuere, nam quidam astrorum in- debitum moveantur, ita unaquaeque res m~ Metaph., c. 1 et sequent., ubi distinguit
ttinseca ac particulari natura non est de- potentias rationales ab irrationalibus, et
fluentiae necessitatem hanc tribuerunt, alii vetur sicut ex se apta nata est moveri; cum
t:erminata ad unum tantum, sed indifferens prioribus tantum concedit intrinsecam vim
divino concursui seu motioni, vel efficaciae ergo in:fluxus caelorum ac concursos Dei
divinae voluntatis, vel gratiae. Rursus qui- non sit violentos, sed naturalis, si ex huius- ex se ad hoc vel illud operandum, et ad per se operandi contraria, nimirum ex in-
dam omnino et in omnibus actibus, tam modi causis horno semper necessario ope- -Qperandum et non operandum, positis om- tema libertate; et 111 Ethic., a principio,
internis quam externis, tam bonis quam ma- ratur, signum. est natura sua postulare nibus requisitis ad agendum. Deinde osten- libertatem hanc statuit ut totius moralis
lis, alii vero solum in moralibus seu ho- huiusmodi operandi modum. Omino eorwn .dendwn est nullam extrinsecam causam im- doctrinae fundamentum. Eamdem agnovit
nestis actionibus, non vero in civilibus seu sententias qui hanc necessiratem ~ibuerunt _pedire semper hunc operandi modum. Ita Plato, ut constat ex Gorgia et ex lib. ult.
indifferentibus Iibertatem negarunt. aut divinae gratiae aut peccato origínali, enim ostensum erit dari inter causas agen- de Republica; stoici etiam a necessitate fati,
tes creatas nonnullas quae non ex necessi- quam in aliis rebus asserebant, voluntates
I Aug., lib. de Haeres., c. 35, 46 et 70; Clemens, lib. 111 Recog.; Roffensis, a. 36; tate naturae, sed ex Iibertate operari pos~int, humanas excipiebant, ut testis est August.,
Richar., a. 7; Bellarm., late, lib. 111 de Grat. et lib. arbit., et sequentib. er saepe de facto ita operentur. lib. V de Civit., c. 10, ubi Vives ex Plu-
334 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección II 335

tad humana igual que Platón. También Cicerón, en el libro De Divinatione 13. Se demuestra la afirmación por experiencia.- En segundo lugar, po-
y en el De natura deorum, para defender la libertad humana negó la prescien- demos argumentar apoyándonos en la experiencia; porque experimentamos evi-
cia divina, por pensar que ésta era contradictoria con la libertad humana, la dentemente que cae bajo nuestra potestad el hacer u omitir algo, y para ello
cual creyó que era evidente hasta por la misma experiencia de las cosas. De nos valemos de la razón, del discurso y de la deliberación, a fin de inclinarnos
esta manera --como dice San Agustín arriba-, para hacer libres a los hom- más a una parte que a otra; consiguientemente, la elección depende de nues-
bres los hizo sacrílegos. Consiguientemente, es señal de que esta verdad re- tro arbitrio; de no ser así, en vano se nos hubiera -concedido esta facultad de
sulta bastante manifiesta por la luz natural, ya que ha sido admitida de co- deliberar y consultar, como acertadamente dijo Damasceno en el lugar antes
mún acuerdo por los filósofos más sabios y por sus escuelas. ·También defien- citado. A esto se añade el modo corriente de obrar y de gobernar las acciones
den con toda constancia esta verdad los Padres de la Iglesia, todos los esco- humanas por medio de consejos, leyes y preceptos, exhortaciones y reprensio ..
lásticos y los filósofos católicos; no es preciso citarlos ahora a todos, sino úni- nesJ promesas de premios y amenazas de castigos, todo lo cual seria superfluo
camente a los que trataron esta verdad apoyándose en los filósofos y en prin- si el hombre obrase por necesidad natural y no por su libertad.
cipios filosóficos, como Eusebio, lib. VI De praeparat. Evang., en todo él; Gre-
gorio Niseno, en los cuatro últimos libros De Philosoph. que se le atribuyen 14. Objeción que quita fuerza a la experiencia.- Dirá alguno que con to-
dos estos indicios y experiencias sólo se prueba evidentemente que el hombre,
y que se encuentran en Nemesio, lib. De natura hominis, donde, desde el c. 32
hasta el 42, se ocupa de esta cuestión; Damasceno, lib. II De fide, c. 25; y e-n sus operaciones, es dirigido y movido por la razón, mas no que Jas ejerce
S. Agustin, en el tomo I, en los tres libros De libero arbitrio; y en el tomo VII, libremente. Porque todas esas cosas que se proponen en el argumento -a sa-
discutiendo contra Pelagio y defendiendo el libre albedrío y conciliándolo ber, castigos y premios, exhortaciones, deliberaciones, etc.- únicamente pa-
con la gracia, procediendo por principios teológicos, supone cierta esta verdad recen contribuir a que las acciones mismas o sus objetos sean aprehendidos y
natural y demuestra que la gracia no destruye la naturaleza, sino que la per- juzgados como dignos de que se tienda a ellos o de que se huya de ellos, pero
fecciona. Aproximadamente de igual manera proceden Próspero, S. Anselmo, no a que sean_ elegidos con libertad. Por eso, quien se mantuviese con pertina-
S. Bernardo y otros Padres que escribieron sobre la concordia del libre albe- cia en la opinión contraria diría consecuentemente que, puesta la aprehensión
drío con la gracia y la presciencia. De aquí resulta claro incidentalmente que, que nace de todas aquellas causas y circunstancias, el hombre es determinado
cuando éstos y otros autores antiguos defienden el libre albedrío, no tratan de necesariamente a obrar esto o aquello; pero la aprehensión misma o· el juicio
!a libertad únicamente en cuanto se opone a la coacción, sino también en son necesarios una vez aplicadas tales causas; y la aplicación de dichas causas
cuanto' excluye la necesidad de obrar; de lo contrario, no se esforzarfan por muchas veces procede de fuera, y entonces tampoco puede s~r libre, sino ne-
conciliar la gracia, la providencia o la predestinación con la libertad, puesto cesaria para el hombre; aunque hay ocasiones en que procede de la voluntad
que es evidentísimo que nosotros no realizamos por coacción, sino espontánea- propia, como cuando el hombre voluntariamente consulta o inquiere para ele-
mente, las cosas que hacemos por voluntad. Pero la dificultad sólo podía ver- gir; en tal caso, de esa misma voluntad se dirá que nace necesariamente- de
Mr sobre la indiferencia en la operación; consiguientemente, ponen su empeño otra aprehensión o juicio; y, de esta manera, siempre habrá que detenerse en
en defender esta indiferencia y en armonizada con la gracia y con la .nlpción alguna primera aprehensión o juicio proveniente de las causas eternas. Puede
divina. confirmarse esta evasiva, porque también tenemos experiencia de que algunos

tarcho, lib. 1 de Placitis, refert stoicos de tat; et Darnasc., lib. 11 de Fid., c. 25;
Iibertate humana ídem cum Platone sen- et August., tom. 1, tribus libris de Libero 13. Experimento probatur assertio.- Se- mirum poenae et praemia, exhortaciones,
sisse. Cicero etiam, in libro de Divinatione, arbitrio; in torno autem VII, disputaos con- cundo argumentari possumus ab experien- consultationes, etc., solurn ad hoc conferre
et de Natur. Deor., ut hominis libertatem tra Pelagium et liberum arbitrium defen- tia; experimur enirn evidenter situm esse videntur ut actiones ipsae vel obiecta ea-
deos ac cum gratia conciliaos, ex theolo- in nostra potestate aliquid agere vel omit- rum ut appetibilia vel ut fugienda appre-
defenderet, divinam praescientiam negavit,
quod putaret hanc pugnare cum libertate gicisque principiis procedens, hanc natura- tere, et ad hoc utirnur racione et discursu hendantur ac iudicentur, non vera ut libere
lem veritatem ut certam supponit et osten- ac consultatio'ne ut in unam partem potius eligantur. Unde consequenter d.icet qui in
humana, quam vel ipso rerum experimento quam in aliam inclinemur; est ergo electio contraria sentencia fuerit pertinax, posita
credidit esse evidentem. Atque ita, ut Au- dit gratiam non destruere naturam, sed per-
posita in nostro arbitrio; alioqui, ut recte apprehensione quae ex omnibus illis causis
gustinus supra dicit, ut homines faceret li- ficere. Atque eodem fere modo procedunt dixit Damascenus supra, fuisset nobis data et cixcumstantiis enascitur, hominem neces-
beros, fecit sacrilegos. Signum ergo est ve- Prosper, Anselrn., Bernard. et alii Patres superflue haec deliberandi et consultandi sario determinari ad hoc vel illud operan-
ritatem hanc satis esse lumine naturali per- qui de concordia liberi arbitrii cum gratia vis. _Hu e accedit usitatus modus operandi et duro; apprehensionem autern ipsam vel iu-
sptcuam, cum a saptenttonbus philosopfus et prae1>ctenna scnpserunt. Unde obJter con- gubernandi humanas actiones per consilia, dicium necessaria esse applicatis talibus cau-
eorumque scholis communi consenso recepta stat has et alias antiquos auctores, cum li- per leges et praecepta, per exhortationes ac sis; talium autem causarum applicatio sae-
sit. Patres etiam Ecclesiae et scholastici om- berum arbitrium defendunt, non agere de reprehensiones, per ·promissiones praemio- pe est ab extrinseco, et tune etiam non pot-
nes et philosophi catholici veritatem hanc libertare prout solum opponitur coactioni, rum et comminationes poenarum, quae om- es:: esse libera, sed necessaria ipsi homini;
constantissime defendunt, quos omnes nunc sed etiam ut excludit necessitatem in ope- nia supervacanea essent si horno necessitate aliquando vero est a propria voluntate, ut
referre non est necesse, sed eos tantum rando; alias non laborassent in concilianda naturae et non libertate su a operaretur. cum !'omo voluntarie consulta! aut inquirir
qui ex pbilosophis et philosophiae princi- gracia, providentia aut praedestinatione cum 14. Obiectio experimentum enervans.- u:: ehgat; et tune de illamet voluntate di-
püs hanc veritatem tractarunt, ut Euseb., libertare, cum sit evidentissimum nos quae Dicet aliquis bis omnibus indicüs et expe- cetur ab alia apprehensione vel iudicio ne-
lib. VI de Praeparat. Evang., per totum; voluntate agimus, non coacte, sed sponta- rientüs solum probari evidenter hominem cessario oriri; atque ita sistendum semper
Greg. Nyssen., in quatuor ultimis libris de nee agere. Difficultas vera solum esse pot- ratione duci et rnoveri in suis operationibus, esse in aliqua prima apprehensione vel in-
Philosoph., qui ei attribuuntur, et reperiun- erat de indifferentia in operando; in hac non vero eas libere exercere. Nam ea om- dicio ab aeternis causis prefecto. Et con-
tur apud Nemes., libr. de Natura hominis, igitur defendenda et cum divina gratia et nia quae in argumento proponuntur, ni- firrnari potest haec evasioJ nam etiam in alí-
ubi a c. 32 usque ad 42 de hac re dispu- rnotione componenda Iaborant.
336 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección II 337
~brutos son refrenados, para no hacer algo, por los castigos que se les imponen, sino en la libertad o indiferencia. Además, experímentamos que, incluso des-
de suerte que la memoria del castigo anterior basta muchas veces para esto. pués de conocer la amenaza del castigo o la promesa del premio, cae bajo nues-
Y, de manera semejante, son inducidos con beneficios y con algunos signos o tra potestad el dejarnos o no dejarnos mover por aquella razón; y lo mismo
palabras por modo de exhortación o de estímulo, todo lo cual, y otras cosas ocurre con los ruegos, las exhortaciones y otras incitacio?es pa~ecidas. Fina}-
análogas no se emplean con los brutos porque ellos tengan potestad de obrar mente tras la deliberación sobre los medios, con frecuenc1a elegunos uno mas
e no obrar, sino porque se mueven diversamente según las diversas aprehen- bien ~ue otro sólo porque queremos. Y con esto resulta claro también que no
·siones, en verdad espontáneamente, pero por necesidad, de acuerdo con la exi- hay semejanza con lo que se aducía acerca de los brutos. ~ cuant~ a la con-
gencia de la aprehensión; luego de este modo puede uno tratar de mover al firmación sobre la potestad divina de inferir necesidad,. decunos pr~eramente
hombre a obrar valiéndose de exhortaciones, consejos, etc., y desde luego con que esta evidencia natural excluye los milagros o las _acciOnes extraordmartas de
mayor perfección en lo que concierne al discurso de la mente y a la captación Dios. Por eso basta que, apoyándonos en los efectos, demostremos que en nues~
de todas las razones que pueden determinar al apetito o a la voluntad, pero no tra facultad intrínseca se da este modo de obrar y, consecuentemente, que no
en lo que atañe a la indiferencia o carencia de necesidad. Puede confirmarse, le es connatural, o congruente con las naturalezas de las cosas, el ser extrínse-
en segundo lugar, porque, si suponemos que Dios obliga alguna vez a la va- camente movido por Dios de otra manera; y que eso no puede afirmarse de
Juntad del hombre dotado de razón (ya que damos por supuest<> que Dios pue- alguna obra nuestra, y mucho menos de todas, a no ser que conste por reve-
de hacerlo), en tal caso el hombre creería obrar por su propio arbitrio y liber- lación.
tad, tal como ahora obra, ya que experimentaría que era movido por su razón 16. En segundo lugar, podemos añadir un experimento tomado de las ac-
y su voluntad y no dispondría de ningún principio para conocer la necesidad ciones humanas moralmente malas, que no pueden atribuirse a una moción di-
que Dios le habría inferido extrínsecamente; así, pues, de la sola experiencia vina que imprima necesidad sin manifiesta impiedad contraria a la misma luz
no puede colegi:rse suficientemente la existencia de operaciones libres en el natural; consiguientemente, las acciones malas proceden de nuestra libre de-
hombre. terminación. Tanto más cuanto que Dios no sólo prohibe, sino también castiga
15. Se refuta la obieción.- Se responde: estos argumentos concluyen que gravísimamente estas acciones; pero esto sería injustísimo si impusiese necesi-
esta experiencia no es tan manifiesta y evidente que no deje a un hombre pro- dad en orden a ellas. Con ello queda también claro que el castigo y el premio
tervo alguna posibilidad de tergiversarla; de lo contrario, no hubiera podido no ae- confieren al hombre únicamente por causa· de las acciones subsiguientes,
darse entre los hombres diversidad de opiniones o de errores acerca de esta -a-._.aber" para estimularlo a ellas o retraerlo de ellas, sino también! precisa y esen-
cuestión. A pesar de todo, si queremos considerar plenamente nuestro modo de ci!llmente, por razón del bien o del mal que en ellas ha realizado. Y por la
obrar, con facilidad saldremos al paso de las objeciones antedichas. Así, pues,
tenemos experiencia de que, no sólo cuando cambia el conocimiento o la apre-
Jl11ma OIUIIfi el hombre es considerado digno de alabanza y de honor en aten-
ción a sus acciones, cosas todas que resultarían ininteligibles sin la libertad.
hensión del objeto, sino también cuando permanece la misma, depende de nues- Twnbién se confirma por ello que éste es el común modo de pensar de todos
tra voluntad sentarnos o estar de pie, marchar por este camino o por aquél, y los hombres acerca de las acciones humanas. Porque todos juzgan que son dig-
«ras cosas semejantes. Luego es señal de que este diverso modo de obrar no nos de castigo aquellos que obran mal, por el hecho de que obrar así depende
-consiste formal o próximamente en el discurso y en la aprehensión de la razón, de su voluntad y potestad, por lo cual llevan a mal la injuria inferida por un

.quibus brutis experimur per inflictas poe- luntate sicut nunc operatur, quia ratione et
nas coerceri ne aliquid faciant, adeo ut vol untate sua se moveri experiretur et nul-. bertate vel indifferentia. Praeterea experi~ liter pravis, quae tribuí non possunt divinae
memoria praecedentis poenae ad hoc saepe lum haberet principium ad cognoscendam mur etiam post cognitlllD comminati.onem motioni inferenti necessitatem absque ma-
sufficiat. Et similiter inducuntur beneficüs necessitatem extrínsecos a Deo illatam; ergo poenae aut promissionem praemii situm es- nifesta impietate ipsi lumini naturae con-
et aliquiboS signis aut verbis per modum non potest ex sola experientia satis colligi se in potestate nostra ea ratione moveri aut traria; prodeunt ergo malae actiones ex li-
exhortationis aut excitationis, quae omnia e~se in hominibus liberas operationes. non moveri; idemque est de precibus, ex- bera determinatione nostra. Eo vel maxime
et similia non ideo circa bruta fiunt quia 15. Dissolvitur obiectio.- Respondetur hortationibus et similibus excitationibos. De- quod Deos non solum prohibet, sed etiam
in potestate eorum sit agere vel non agere, haec argumenta concludere experimentum nique post consultationem mediorum sa.epe gravissime punit has actiones; at hoc inius-
sed quía iuxta diversas apprehensiones di- hoc non esse ita perspicuum ac per se no- eligimus unum prae alio, solum quia volu- tissimum esset si ad easdem necessitatem
mus. Atque ita etiam constat non esse Ri- inferret. Unde etiam constat poenam et

¡---
-verso modo moventur, spontanee quidem, tum quin homini protervo relinquatur aH-
ex necessitate tamen, iuxta exigentiam ap- mile illud quod de brutis afferebatur. Ad praemium non conferri homini solum prop-
-• quis tergiversandi locos; alioqui nulla po-
1 -:~~~~2::¡~~~v~e~ir~o~iude
------------~P~·~·~h~•nn~si~ornnwis~;~·~·~g~o~aKd~h~'nJnru<~!DDK"~"~u~!lln_ocornn~-c--.~;..~~~ ter subsequentes actiones, scilicet ot ad illas
tendere quis potest moveri hominem ad tUlsset esse aenacre-inter-¡p·sos homines imprimis
divina dicimos
potestatehanc
in- vel alliciatur vel ab eis retrahatur, sed etiam
.operandum per exhortaciones, consilia, etc., opinionum aut errorum diversitas. Verum- excludere mirap.l)_a praecise ac per se propter bonum vel malum
cum maiori quidem perfeccione quantum ad tarnen, si modum nostrum operandi plene aut Dei. Unde satis quod in eis operatus est. Et propter eam-
discursum mentis et perceptionem rationum considerare velimus, facile praedictis obiec- est si ex effectibus ostendamus esse in in- dem causam censetur horno dignos laude et
omnium quae determinare possunt appeti- tionibus occurremus. !taque non solum ex- trínseca facultate nostra hunc operandi mo- honore ob actiones suas, quae omnia sine
tum aut voluntatem, non tamen quantum perimur, mutara cognitione vel apprehen- dum, et consequenter non _esse illi connato- libertate intelligi non possunt. Et bine etiam
'ad indifferentiam vel necessitatis carentiam. sione obiecti, sed etiam stante eadem, situm rale, aut rerum naturis consentaneum, quod confirmatur hunc esse communem modum
Confirmari secundo potest, nam, si ponarnus esse in voluntate nostra sedere aut stare, extrinsecus a Deo aliter moveatur; neqoe id sentiendi omnium hominum de humanis ac-
Deum aliquando necessitare voluntatem ho- hac vel ~lla via incedere, et similia. Signum affirmari posse de aliquo opere nostro, ne- tionibus. Omnes enim iudicant esse dignos
minis utentis racione (supponimus enim ergo esr hunc varium operandi modum for- dum de omnibus, nisi ex revelatione constet. poena eos qui male operantur, eo qood sic
Deum id facere posse), in eo caso videre- malirer seu proxime non consistere in dis~ 16. Deinde addere possumus experimen- operari in eorum voluntate et potestate po-
tur homini ita operari proprio arbitrio et vo- curso et apprehensione ra.tionis, sed in li- tum sumptum ab actionibus humanis mora- situm _ sit> et ideo indigne ferunt iniuriam
22
338 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección 11 339
hombre que tiene uso de razón, pero no la inferida por un demente o por uno quiere libremente los bienes que no le son necesar~os; luego tam?ié-?- las cri~­
que no la advierte; es más, no consideran injuria el daño inferido por éstos. turas que participan del grado intelectual y, en cterto modo, comcrden en él
En consecuencia --como acertadamente señala Eusebio arriba-, incluso aque~ con Dios, participao asimismo del modo libre de obrar. El antecedente se pro-
llos que niegan el libre albedrío, al llevar a mal las injurias que les causan otros bará después al tratar de las perfecciones de Dios. Se demuestra la consecuen-
nombres y tratar de vengarlas, están confesando, quiéranlo o no, que les han cia, no sólo porque Ja libertad perfectísima sigue, ,según nm~s~o ~odo de :n-
sido inferidas libremente; porque si aquéllos no hubieran tenido potestad de tender, a la intelectualidad perfectfsima; luego segun la par~Ic!pacton_ ,de la m-
no causar tales daños, en ese caso no habría ningún motivo de injuria ni de telectualidad será también la participación de la libertad; smo tambteo porque
justa ira o venganza. Por eso también Damasceno, lib. 11 De fide, c. 7, dice 6e da la misma razón proporcional, a saber, que la criatura int.electual pu~de
que no hay virtud ni vicio en aquello que se hace por necesidad, cosa que tam- percibir algún bien como necesario o como indiferente, ~s de~Ir, como. bten
bién enseñó con graves razones Dionisia, c. 4 De divinis nominibus; y S. Agus- absolutamente o sólo relativamente, esto es, que lleva aneJo algun mal, mcon-
tín, lib. De vera relig., c. 13 y 14, y en la Carta XLVI, diciendo que, eliminado veniente o dificultad; así, pues, la criatura que participa del grado intelectual
el libre albedrío, queda eliminado el jnicio y el castigo justo, e incluso la participa también de la libertad.
reprensión; y Crisóstomo, en la Homil. LX in Matth. y en los sermones sobre
la providencia; y Clemente Alejaodrino, lib. 1 Strornaton, y otros muchos. Se demuestra que en el hombre existe alguna facultad libre
17. Por último, podemos argumentar con una razón a priori, que debe
tomarse del modo y perf~cción cognoscitiva de la naturaleza del entendimiento; 18. De esta primera conclusión se sigue una segunda no menos evidente:
porque la libertad nace de la inteligencia, ya que el apetito vital sigue al co- existe en el hombre alguna potencia activa que es libre por su poder y natura-
nocimiento, por lo cual un conocimiento más perfecto va acompañado de un leza intrínseca, o sea, que tiene tal dominio de su acción que goza del poder
apetito más perfecto; luego también el conocimiento universal e indiferente de ejercerla o no ejercerla y, consiguientemente, de realizar una acción u otra,·
a su modo va seguido asimismo de un apetito universal e indiferente; pero el o sea, la opuesta. Todas las partes de esta afirmación se encuentran de tal ~~­
conocimiento intel<;ctual es de tal maoera universal y perfecto que percibe la nera conexas que una es consecuencia de la otra. Así, pues, en la afirmacmn
razón propia del fin y de los medios y puede considerar en cada uno la bondad que precede hemos probado el uso de. la lib~rtad que experimentamos en _nos-
o malicia, la utilidad o desventaja que tiene; también qué medio es necesario otros mismos; y de este uso se colige evidentemente alguna facultad hbre,
para el fin, y cuál es indiferente, por haber posibilidad de emplear otros; lueg<> c:ómo_dcl acto se infiere la potencia. Mas añadimos que esta facultad, en cuanto
el apetito que sigue a este conocimiento tiene esta indiferencia o perfecta po- · ti''UI:\re, no puede ser sino activa o, inversamente, que la facultad no puede
testad en la apetición, de suerte que no apetezca necesariamente todo bien o todo iQr· Ifbre si no es activa y en cuanto es activa. Esta parte debe tenerse muy en
medio, sino cada uno según la razón de bien que ba juzgado en él; luego el cUcntá a fin de explicar correctamente y defender la libertad de albedrío. Y se
bien que no se juzga necesario, sino indiferente, no se ama necesariamente. sino demúeotra 88Í: la pasión en cuaoto pasión no puede ser libre para el paciente
libremente; y en este sentido -como dedamos antes- a la deliberación ra- como tal, sino sólo en la medida en que la acción de la que proviene tal pa-
cional sigue la elección libre. Se confirma, pues Dios es un agente libre porque sión es libre para él; luego la libertad no se da formal y precisivamente en
una potencia paciente en cuanto tal, sino en una potencia agente. La conse-
illatam ab homine ratione utente, non vero quia libertas ex intelligentia nascitur, nam cessaria; ergo et creaturae quae partici- licet, esse in homine aliquam potentiam ac-
illatam ab amente aut non advertente, im- appetitus vitalis sequitur cognitionem,. et pant intellecrualem gradum et in eo aliquo tivam ex sua vi et intrinseca natura libe-
mo damnum ab his illatum inter iniurias ideo perfectiorem cognitionem comitatur modo cu.m Deo conveniunt, participant raro, id es4 habentem tale dominium suae
non reputant. Unde, ut recte supra advertir perfectior appetitus; ergo et cognitionem etiam liberum operand.i modum. Antecedens actionis ut in eius potestate sit eam exer-
Eusebius, ipsi etiam qui liberum arbitriwn universalem et suo modo indifferentem se- infra probabitur inter disputandum de per- cere et non exercere, et consequenter unam
negant, dum graviter ferunt iniurias sibi ab quitur etiam appetitus universalis et indif- fectionibus Dei. Consequentia vero proba- vel aliam seu oppositam actionem elicere.
alüs hominibus illatas et eas vindicare co- ferens; cognitio autem intellectualis ita est tw, tu m quia perfectissima libertas conse- Omnes partes huius assertionis sum ita
nantur, velint, nolint, eas libere illatas con- universalis et perfecta ut propriam rationem quitur nostro modo intelligendi pedectissi- connexae ut una ad alteram consequatur.
fitC"ntur; quia si non fuisset in aliorum po- finis et mediorum percipiat, et in unoquo- mam intellectualitatem; ergo iuxta partici- !taque in praecedenti assertione probavimus
testate talia nocumenta non inferre, nulla ibi que expendere possit quid habeat bonitatis pationem intellectualitatis erit etiam partid- usum libertatis quem in nobis experimur;
esset ratio iniuriae aut iustae ira e vel vin- ve! malitiae, utilitatis aut incommodi; item patio libertatis; tum etiam quia intercedit ex hoc autem usu evidenter colligitur fa-
dictae. Et hinc etiam Damascenus, lib. ,11 quod medium sir necessarium ad finem, eadem proportionalis ratio, nimirum, quod cultas aliqua libera, sicut ex actu infertur
de Fid., c. 7, dicit neque virtutem neque quod vero indifferens, eo quod alia adhiberi creatura intellectualis potest percipere bo- potentia. Addimus vero hanc facultatem~
--------iv;¡i;,n,;um.;¡-:Ce,.,s.isi>e-"im,-':e¡;jo;¡:=,qffiiuoffidiFia--iini;ecBeeisiisiiu'aattienn\ir;;;-~p,;oO:s<Ssfirumt; ergo appeutus qm lianc c-ogriitionem D.Uiii-aiiejuod Ut necessarium vel ut indiffe- quatenus libera est, non posse esse nisi ac-
quod etiaffi. graviter docuit Dionys., c. 4, sequitur habet hanc indifferentiam seu per- rens, seu ut bonu.m simpliciter aut tantum tivam, seu e converso facultatem non posse
de Divin. nominib.; et August., lib. de Vera fectam potestatem in appetendo, ut non om- secundum quid seu habens adiunctum ali- esse liberam nisi sit activa et quatenus ac-
relig., c. 13 et 14, et epist. XLVI, dicens ne bonum aut omne medium necessario ap- quid mali, incommodi aut difficultatis; igi- tiva est. Quae oars est valde notanda ad
ablato libero arbitrio auferri iudicium ct petar, sed unumquodque iuxta rationem tur creatura quae participat intellectualem recte explicanda:rñ et tuendam arbitrü liber-
iusram poenam, vel etiam obiurgationem; boni in eo iudicatam; . ergo illud bonum gradum participar etiam libertatem. tatem. ·Probatur autem sicJ nam passio ut
ec Chrysost., homil. LX in Matth., et in quod non iudicatur necessarium, sed indif- _ra~sio non potest esse libera patíenti ut sic,
orationibus de providentia; et Clemens Ale- ferens, non amatur necessario, sed libere; Dari in homine aliquam facultatem liberam sed solum quatenus actio a qua talis passio
xand., lib. 1 Stromaton, et plerlque alü. atque hac ratione, ut supra dicebam, ad demonstratur
provenit illi est libera; ergo libertas for-
17. Ultimo possumus argumemari ratio- rationalem consultationem sequitur electio 18. Ex hac prima conclusione sequitur maliter ac praecise non est in potentia pa-
ne a priori, quae sumenda est ex modo et libera. Et confirmarur, nam Deus est agens secunda, quae non est minus evidens, sci~ riente ut sic, sed in potentia agente. Con-
perfectione cognoscendi naturae intellectus ; liberum quia libere vult bona sibi non ne-
---
340 Disputaciones metafísicas
341
Disputación XIX.-Sección li
c.uencia es manifiesta, ya que a la potencia pasiva en cuanto tal únicamente res-
ponde la pasión, como a la activa la acción; luego si la pasión es libre única~ siva en cuanto tal no puede cambiar su disposición natural; pues, ~demás de
mente por denominación tomada de la acción libre, la facultad o dominio de la causa material, se requiere la eficiente, precisamente porque el pactente ~como
la libertad no puede existir en una potencia pasiva en cuanto tal, sino en una tal no puede transformarse a st mismo; lueg? tampoco puede_ un~, potenci~ep~~
activa. Se prueba el antecedente porque la acción, si procede del sujeto -en siva, ea cuanto pasiva, tener la facultad de m~oar su. ?etermmact?n,_ ya q
el sentido en que hablamos de ella ahora-, infiere necesariamente una pasión determinación no se lleva a cabo sin alguna mmutacwn y, consigUientemente,
y, de manera inversa, la pasión ni puede existir sino en cuanto es inferida me- tampoco sin alguna efectuación. . . t
diante la acción ni puede no existir si la acción emana del agente; así, pues, 20. Se refuta una objeción.- Se opondrá: la potenaa P~Slva en. cuan °
toda la libertad e indiferencia versa sobre la acción en cuanto acción, y sobre tal puede resistir o no resistir a la acción; luego por esta razon I?odra enten-
la pasión únicamente en cuanto se infiere de la acción; luego la potencia libre derse la libertad en una potencia pasiva como tal, concretament~ st s_uponemos
debe ser una potencia activa en cuanto activa, y no en cuanto pasiva. que depende de su poder el resistir o no resistir al_ agente. As_t, qwenes afu~
19. La potencia pasiva en cuanto tal no es libre.- Se dirá: la potencia roan que el a~or no es producido por ~a _volunta~, smo_ 9-ue es Impreso en :~
pasiva en cuanto pasiva puede ser de suyo indiferente para diversos actos o roo- por el objeto conocido o por el conoclDllento mismo, drrán, empero, que
suyo indiferente para la blancura o la negrura; luego por la misma razón puede cÚando el objeto o el conocimiento, en cuanto de ellos depende, obren n:ce-
dos contrario~, como es evidente en la materia prima y en una superficie de sariamente, no obstante, el amor es libre con respecto. a la ~olunta.~ porque esta
ser facultad libre una potencia pasiva en cuanto tal. Se responde negando la tiene poder para resistir o no resistir a tal efectuación o ~presw~ del ai?or ·
consecuencia, ya que para la libertad no basta la indiferencia para varios actos Se responde, en primer lugar,. que, como _1~ voluntad, ~~nsiderada mdeterm~­
y la carencia de ellos, sino que es necesario un poder interno por el que dicha damente, es de suyo indiferente para. rectbrr o n~ recibir el a~or, r_esulta _m-
facultad pueda determinar esa indiferencia a una de las partes; mas este poder comprensible que por sf misma y por su J?Ura ~nu~ad y potencia pasiva resista
no puede darse en la facultad pasiva en cuanto tal, sino en la activa. La razón 8 la impresión del amor; porque la resistencia solo . puede proceder formal-
consiste en que, si la facultad es indiferente sin un poder interno de determi- mente de algo contrario o incompatibte, mas no del SUJet~ c~paz en cuapto tal.
narse, en lo que de ella depende siempre y necesariamente permanecerá en la Además, de aqul resulta que tal resi~tencia n? .~uede ser m~l~';rente Y hbre,. ya
misma disposición e indiferencia o carencia de todo acto, hasta que sea deter- Qt!C únicamente nace de la formal mcompat1b1hdad u opos1c1on de las entlda-
minada por otra. Y esto, en verdad, podrá ser libre con respecto a la otra cau- ~; por ello, si la voluntad, por ejemplo, . a. v,ec~s resiste formaii?ente por su
sa que realice la determinación, pero no con respecto a la que la reciba. Así, si .mlsma. entidad a la impresión del amor~ ~e.sistlra siempre y _nec_esana~ente, por-
[)Uponemos que el cielo es indiferente, de modo meramente pasivo, para el mo- p a,icmpre lendrá la misma incompatibilidad ~ormal; y. SI no la. tiene, n~nca
vimiento y la quietud, no es posible entender que el movimiento o la quietud ,resistid., a nó ser que se añada algo en cuya vrrtud. se~, mcompauble. y ~;ststa,
sean libres con relación al cielo, ya que éste no tiene el poder de determinar y . ent~es podrá distinguirse la libe~tad e?. la reahzacwn . o no real1zac10n d_e
una de estas dos cosas, sino que ese movimiento podrá denominarse libre con eso. Asl, en el ejemplo. propuesto, s1 ad~tlmos en el ob¡eto o en el conoci-
respecto a otro agente, si procede de una voluntad libre. Y lo mismo ocurre, miento la existencia de un poder productivo del amor, la voluntad s~lo podrá
en general, con toda potencia pasiva en cuanto pasiva; porque la potencia pa- resistir a esa actividad de uno de estos dos modos : o apartando el obJeto o su
consideración, cosa que no puede realizar sino obrando o queriendo algo, o no
sequentia est manifesta, quia potentiae pas- cultas libera. Respondetur negando conse-
siVae ut sic solum respondet passio, sicut quentiam, nam ad libertatem non sufficit passiva ut sic non potest. suam naturalem indifferens ad recipiendum vel non recipien-
activae actio; ergo, si passio non est libera indifferentia ad varios actus et carentiam dispositionem immutare; ideo enlm ultra dum amorem, intelligi non posse quod per
nisi per denominationem ab accione libera, eorum, sed necessaria est interna vis qua marerialem causam requiritur efficiens, quia seipsam suamque puram entitatern et po-
facultas seu dominium libertatis non potest talis facultas possit eam indifferentiam ad passum ut sic non potest seipsum transmu- tenti.an passivam resistat impressioni amo-
esse in potentia passiva ut sic, sed in ac- alterutram partem determinare; haec autem tare; ergo neque etiam potest potencia pas- ris · nam resistentia formaliter solu.m esse
tiva. Antecedens autem probatur, quía actio vis non potest esse in facultate passiva ut siva, quatenus passiva est, habere vlm in- po:est ab aliquo contrario vel repugnante,
si sit ex subiecto, ut nunc de illa loqui- sic, sed in activa. Ratio est, quia si facul- choandi suam determinationem, quia deter- non ab ipso subiecto capad ut sic. Deinde,
mur, necessario infert passionem, et e con- tas sit indifferens sine interna vi se deter.. minarlo non fit sine aliqua immutatione_, et bine fit ut talis resistencia non possit essc
verso passio neque esse potest nisi quatenus minandi, quantum est ex se semper ac ne- indifferens et libera, quia solum oritur ex
per actionem infertur, neque esse -non pot- cessario manebit in eadem dispositione et • ______ :=:~:~:::i~~~i~~,::n~eque
sine aliquaDices:.
dissolvizur.- effectione.
poten- formali repugnantia vel oppositione entita-
esr si actio ah agente manet; igiut'JIJr:...Jt:on<JtaL_--'jnnda>,.mfferentia __seu_carentia_omnis-actus, do~ - uf sic potest resistere actioni vel tum; et ideo,. si voluntas, verbi gracia, per
libertas et indifferentia est circa actionem nec ab alia determinetur. Quod poterit qui- non resistere; ergo hac racione intelligi pot- suammet entitatem formaliter resistit inter-
ut actio est, non vera circa passionem nisi dem esse liberum alteri causae efficienti erit libertas in potencia passiva ut sic, ni- dum impressioni amoris, semper ac neces-
quatenus ex accione infertur; ergo potentia determinationem, non vera recipienti. Ut si mirum si fingamus in potestate eius situm sario resistet, quía semper habebit eamdem
libera esse debet potentia activa ut activa, ponamus caelum esse mere passive indiffe- esse resistere agenti vel non resistere. Ut formalem repugnantiam; quod si hanc non
et non ut passiva. rens ad motum et quietem, intelligi non qui dicunt amorem non elici a voluntate, habet, nunquam resistet, nisi aliquid aliud
19. Passiva potentia ut sic non est h- potest quod motus vel quies, sint libera sed illi imprimi ab obiecto cogniro vel a adiungatur qua repugnet et resistat, et tune
bera.- Dices: potentia passiva ut passiva ipsi caelo, quia ipsum non habet vim alter- cognitione ípsa, dicent nihilominus, quam- in eo efficiendo vel non efficiendo poterit
potest esse ex se indifferens ad varios actus utrum horum de:fi.niendi, sed respecto alte- vis obiectum vel cognitio quantum est ex cerní libertas. Ut in exemplo pasito, si ad-
vel modos contrarios, ut patet in materia rius agentis poterit ille motus denominari se necessario efficiant, nihilominus amorem mittamus in obiecto vel cognitione esse Vim
priina et in superficie ex se indifferente ad Iiber, si a volunrate libera pro:fi.ciscatur. Et esse liberum voluntati, quia in potestate eius activam amoris, solum poterit voluntas illi
alóedinem et nigredinem; ergo eadem ra- idem est in universum de omni potentia esr resistere vel non resistere tali effectioni activitati resistere alterutro e duobus modis,
tiene potest potencia passiva ut sic esse fa- passiva quatenus passiva est; quia potencia seu impressioni amoris. Respondetur pr~­ scilicet, vel removendo obiectum sen con-
mo, cum voluntas nude sumpta ex se :nt siderationem eius, quod non potest prae-
...

342 343
Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección 11
colabo~ando con el mismo objeto o conocimiento, lo cual supone que la volun- modo de acto primero. Y, con referencia a los mismos, decimos que esta ta-
tad. ~sma e~ causa efi~iente, al menos parcial, de ese amor, y de esta manera cultad tiene libertad en cuanto es efectiva de dichos actos, y no formalmente
la mdiferencta de la hbertad queda siempre reducida a la facultad de hacer en cuanto es receptiva, ya de esos mismos actos, ya de otra cosa ordenada a
algo en cuanto tal.
~- ~ d
21. De qué clase es la libertad divina.- En qué radica la libertad creada.- 22. De acuerdo con la opinión de los filósofos.- y,
en este sent1 o, to os
Se dirá, por último, que en Dios hay libertad perfectisima, a pesar de no con- los filósofos en especial Aristóteles, explican nuestra hbertad por el poder de
SIStir formalmente ~n ~a. facultad de obrar. Y _se demuestra esto, no sólo por- obrar y no' obrar, o de obrar lo opuesto; así, en el lib. I de Magn. Moral.,
que la facultad activa umcamente se da en Dms con respecto a las acciones c. 9, dice que está en nuestro arbitrio el hacer cosas buenas Y malas, Y lo. des-
ad e~tra~. mientras ~ue ~a libertad consiste formalmente, y de manera esencial arrolla ampliamente en m de la Etica, sobre todo. en el c. S; pero. los bienes
y pnmana, en el ~smo ac~o de amor, que es inmanente en Dios, para hablar y los males morales de que se trata alli, consisten formal Y propiamente · en
a ~uestro n:todo, smo tamb1én porque -como diremos después- la potencia los actos de la mis~a voluntad. Por eso concuerdan también con es.ta verdad
activa en Dm~ es conceptualmente distinta de la voluntad; pero sólo la volun- expresiones semejantes de la Sagrada Escritura: Quien pudo prevancar ~ no
tad es potenc~a formalm~nte libre, según diremos poco más abajo. Se responde prevaricó, hacer el mal y no lo hizo, Eccles .. 31; y aquélla: O haced el arbol
que nos referrmos a la hbertad creada, que se ejerce próxima y primariamente bueno y su fruto bueno, o haced el ~rbol malo y su fruto m~lo, Mt., 12. _Sa~
sobre los actos de la misma facultad libre. Pues -como rectamente observó Agustín, exponiendo estas palabras, hb. C~ntra Ad•mant. Mamch., c. 26, dice.
Escoto, In 1, dist. 39, § Quantum ad primum dico quod voluntas- la libertad Cae bajo el poder de la voluntad el cambiarse de tal "'!anera que pueda ,obrar
pue<:Je entenderse o en orden a los diversos ·actos inmanentes en la misma po- el bien. Y Metodio, lib. De libero arbitrio, explica la libert~d por la razo':' de
tencia, o en orden a los diversos objetos, o en orden a. los diversos efectos ex- que se ha conferido al hombre el poder de ~acer lo que qu~era; algo se.me¡ante
trínse~os. Esta última relación o indiferencia es posterior y cuasi consiguiente se lee en Basilio, homilla Quod Deus non s'l.t auctor malorum; en Nacmnce??,
a la libertad, en cuanto la potencia que quiere libremente es también eficiente orat. 1, y en otros que se han de citar más adelante. Por '?!timo, el Concilio
de aquello que quiere, o puede aplicar una potencia que lo efectúe. En cambio, de Trento, sesión VI, c. 4, cán. 4 y S, para defender la hbertad de nuestra
la ~egunda ~el~ción. es. form~mente requerida y por sí misma suficiente para puntad, . enseña que ést~ no ~e compor~a _en sus actos de modo mer~ente
la libertad, si tiene mdiferencia; no obstante, el tener esta indiferencia en el mis- Jlllli.yo, sin<> que los realiZa activamente, msmuando que el uso d~ la hbertad
mo acto inmediatamente con respecto a los objetos sin ninguna adición o in- .~ en ]a acción, y la facultad de la libertad en alguna potencia_ en cuanto
mutación es propio de solo Dios, como demostraremos más abajo al ocuparnos Ctf.va, Con eato queda demostrado también que entre. las causas _efi_crente~ c~ea­
de El, y por ello la libertad de la voluntad divina no existe formalmente en daJ: .Jaay algunas que obran libremente, lo cual constituye el ob¡etivo prmcipal
una facultad activa, ni tampoco en una facultad receptiva, sino sólo en cierta de la. presente disput~ción.
eminencia del mismo acto purísimo. La libertad de la criatura, por el- contra- 23. Ahm" se ofrecla ocasión de explicar cuál sea esta facultad qne goza
rio, no puede determinarse a los objetos sino por mediación de algunos actos de tal libertad en su operación. Además, cuál sea su indiferencia, Y en qué
segundos añadidos a la facultad libre, respecto de los cuales sea indiferente por resida. Pero estas cuestiones se tratarán al resolver los argumentos, pues cada
una de ellas acarrea graves dificultades en virtud de los argumentos propuestos.

stare nisi aliquid agenda seu volendo, vel tas intelligi potest aut in ordine ad diversos eorumdem dicimus libertatem inesse huius- operari. Et Methodius, lib. de Libero ar-
non cooperando ipsi obiecto vel cognitioni, actus immanentes in ipsa potentia, aut in modi facultati quatenus est activa talium bitrio, per hoc libertatem declarat, quod
quod supponit voluntatem ipsam esse cau- ordine ad diversa obiecta, aut in ordine ad actuum, et non formaliter quatenus recep- homini data est potestas faciendi quae ve-
sam efficientem saltem partialem ipsius diversos effectus extrinsscos. Haec ultima tiva est vel ipsorum actuum vel alterius rei lit,· et similia leguntur apud Basilium, ha-
amoris, atque ita semper indifferentia liber- habitudo seu indifferentia est posterior et qua e ad ipsos ordinetur. mil. Quod Deus non sit auctor malorum;
tatis reducitur ad facultatem aliquid agendi, quasi consequens Iibertatem_, quatenus po- 22. Secundum philosophorum senten~ Nazianz., orat. 1 ~ et alias infra referendos.
quatenus talis est. tentia libere voleos est etiam efficax eorum tiarn.- Atque ita philosophi omnes, prae- Ac denique Conc. Tridentinum, sess. VI,
21. Libertas divina qualis.- Libertas quae vult, seu applicare potest potentiam sertim Aristoteles, nostram libertatem de- c. 4, et can. 4 et 5, ut nostrae voluntatis.
creata in qua sita.- Dices tandem in Deo quae illa efficiat. Secundus autem respectus clarant per potestatem agendi et non agendi, libertatem tueatur, docet eam in suis acti-
esse perfectissimam libertatem, cum tamen est formaliter requisitus et per se sufficiens vel oppositum agendi, ut lib. 1 Magn. Mo- bus non mere passive se habere, sed active
______,.il!,.a,_~~o?',rm~a.,l,.it"er¡:_"'n'"o~nc_oc"o"n"s"'is"t"at<_!!iDL.!Jfaª'c;¡ul¡¡tilautJ>e_ _.ad-J.-ib@l'-t-atem,------si--in-eo----sit-indiffe:rentia ;- ta- ·.1!!---- _¡-~,~9,__ ait_ in nostro arbitrio esse bond illos operari, insinuans usum Iibertatis con-
agendi. Quod probatur, tum quia facultas malaque facere, quod late prosequitur 111 sistere in actione, facultatem autem liberta~
:f~~tr~~ ~b~r:~u:n:~ r;~¡~~~e~c~~n~~ ~: f:e:~a~=~~s~~~!e~~~!~:u: !f::~~~ Ethic., praesertim c. 5; bona autem et ma-
la moralia, de quibus ibi est sermo, for-
tis in potencia aliqua quatenus activa est.
Atque ita simul probatum relinquitur inter
se- pruno est in ipso actu amoris, qui est ditione vel iriunutatione ulla, est proprium maliter ac proprie consistu.nt in actibus ip- -
immanens in Deo, ut nostro more loqua- solius Dei, ut infra ostendemus de ipso dis- causas efficientes cteatas aliquas esse libere
sius voluntatis. Unde etiam huic veritati agentes, quod in praesenti disputatione prin-
mur; tum etiam quia, ut infra dicemus, putantes, et ideo libertas divinae voluntatis consonant similes Scripturae locütiones : Qui
potencia activa in Deo est racione distincta non est formaliter in facultate agendi, neque potuit transgredí et non est transgressus _, cipaliter intendimus.
a voluntate; sola autem voluntas est poten- etiam est in facultate recipiendi, sed in sola facere mala et non fecit, Eccles. 31; et ill.a: 23. lam vero occurrebat declarandum
tia formaliter libera, ut paulo post dicemus. eminentia quadam ipsius purissimi actus. Aut facite arborem bonam et fructum eius quaenam sit haec facultas sic libera in agen-
Respondetur nos Ioqui de libertate creata, At vero libenas creaturae non potest deter- bonum, aut facite arborem malam et fruc- da. ltem qualis sit indifferentia eius, et in
quae proxime ac primario exercetur cixca minari ad obiecta nisi intercedentibus ali- zum eius malum, Matth. 12. Quae verba trac- quo posita sit. Sed haec inter solvenda ar-
actus ipsiusmet facultatis liberae. Ut enim quibus actibus secundis qui addantur ipsf tans' Augustinus_, lib. contra Adimant. Ma- gumenta tractabuntur; singula enim ex ar-
recte notavit Scotus, In 1, dist. 39, § Quan- facultati liberae, respectu quorum sit indif- nich., c. 26: In vol~ntatis potestate (inquit) gumentis propositis graves postulant diffi-
tum ad primum dico quod voluntas, liber- ferens per modum actus primi. Et respectu positum est ita mutari t~t bonum possit cultaÚ~:s.
344 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección 111 345
¡
1
3. En cambio, otros más antiguos estiman que, de la hipótesis de que
SECCION 111 Dios oh_re por necesidad natural, no se sigue que toda causa segunda obre por
.~ SI ENTRE LAS CAUSAS EFICIENTES PUEDE HABER ALGUNA QUE OBRE LIBREMENTE,
necesidad, sino que el efecto puede ser contingente por razón de la causa pró-
xima, aun cuando la primera influya por necesidad natural. El fundamento está
SI LA PRIMERA CAUSA OBRA POR NECESIDAD; Y, EN GENERAL, SI LA LIBERTAD
en que, cuando el efecto depende de varias causas, puede tener una peculiar
DE LA ACCIÓN EXIGE QUE SEAN LIBRES TODAS LAS CAUSAS QUE EN ELLA INFLU-
condición o defecto por razón de una causa, y no por razón de otra. Así, por
YEN, O BASTA CON QUE LO SEA UNA
ejemplo, Q.e dos asentimientos a las premisas, uno cierto y otro incierto, resulta
l. Así, pues, el primer argumento plantea ante todo la cuestión de si la un asentimiento incierto a la conclusión; y de una causa primera perfecta y una
causa primera obra libremente o por necesidad natural; pero esto debe tra- segunda defectuosa se sigue un efecto imperfecto; porque, como suele decirse,
tarse después, en una disputación peculiar sobre las perfecciones divinas; aquí lo bueno es bueno por su causa íntegra, y lo malo lo es por cualquier defecto.
suponemos que realiza de manera no necesaria, sino libre, todo lo que obra pro- Asl, pues, para que el efecto sea libre o contingente puede bastar la libertad
piamente fuera de si, lo cual no es sólo cierto por la fe, sino que también de la causa segunda, aunque la primera obre necesariamente. Porque, depen-
,,
1
creemos que se puede demostrar suficientemente por la razóD. natural, como pon- diendo el ·efecto de ambas causas, se requiere el influjo de una y otra para
¡: dremos de relieve en el lugar citado. Con esto queda resuelto aquel primer que se siga el efecto; en cambio, para que no se siga es suficiente con que
argumento, negando el antecedente. falte una de las dos causas; y, por igual razón, para que el efecto se siga ne-
¡r 2. Opinión y fundamento de Escoto.- Todavía queda, empero, una cues- cesariamente, es .preciso que ambas causas influyan de manera necesaria; mas
,j tión hipotética en torno al mismo argumento: aunque Dios obrase por nece- para que sea libre o contingente basta con que una de las dos pueda no in-
sidad natural, ¿seguirla siendo inteligible que la causa creada obrase libre- fluir. De esta manera, poco más o menos, lo sostienen Cayetano, 1, q. 14, a. 13,
mente? Porque esta cuestión es controvertida entre Escoto y los principales se- a propósito de ad 1, y q. 19, a. 8; el Ferrariense, 11 cont. Gent., c. 67, a pro-
1
guidores de Santo Tomás. En efecto, aquél niega absolutamente la posibilidad pósito de la razón 5; y Capréolo, In I, dist. 38, quienes atribuyen esta opinión
de que una causa segunda obre libremente si la primera obra por necesidad natu- a Santo Tomás, porque en los lugares citados afirma que, si bien la ciencia de
ral; y piensa que Aristóteles, o cualquier otro filósofo que enseñó simultánea- Dios es causa necesaria, de ella provienen efectos contingentes, ya que su in-
mente estas dos cosas -que Dios obra por necesidad, y el hombre con liber- flujo queda modificado en la causa segunda; y cosas semejantes mauifiesta el
tad-, mantuvo extremos contradictorios. El fundamento de Escoto se ha in- mismo Santo Tomás en De Veritate, q. 2, a. 14, ad 5, y q. 5, a. 9, ad 10.
dicado arriba en el primer argumento, y estriba en que la causa segunda no Igual opinión defiende Gabriel, In I, dist. 38, q. única, a. 1, en su 2.• parte;
obra si no es movida por la primera; por tanto, si la primera obra y mueve y Palacios, disp. 2.
necesariamente, es preciso que la segunda se mueva y obre con la misma ne- 4. De estas dos opiniones, una y otra encierran parte de verdad, pero nin-
cesidad. Asl lo expone Escoto, In I, dist. 1, q. 1; dist. 4, q. 4; dist. 38, ad 1; guna explicó ni fundamentó exactamente el problema; pues aquella cuestión
dist. 39, § Quantum ad primum; e In 11, dist. 1, q. 3; lo mismo opinan los condicional o hipotética es susceptible de diferentes sentidos, que conviene dis-
partidarios de Escoto, según puede verse en Córdoba, lib. 1, q. 55, duda 4; tinguir porque, en conformidad con ellos, la cuestión habrá de definirse de
siguen igual sentencia algunos de los modernos comentadores de Santo To- diferentes modos.
más, en 1, q. 19, a. 8.
3. A1ii vero antiquiores ex1st1mant ex sequatur, necesse est uttamque causam ex
SECTIO III gi posset causa creata libere efficiens; haec illa hypothesi quod Deus ex necessitate na- necessitate influere; ut autem sit liber vel
UTRUM IN CAUSIS EFFICIENTIBUS POSSIT enim quaestio controversa est inter Scotum turae operetur, non sequi omnem causam contingens, satis est ut altera possit non
ESSE ALIQUA LIBERE AGENS, SI PRIMA CAUSA et praecipuos sectatores D. Thom. lile enim secundam ex necessitate operari~ sed posse influere. Ita fere Caietanus, I, q. 14, a. 13,
EX NECESSITATE OPERETUR; ET IN UNIVER- absolute negat fieri posse ut causa secunda esse effectum contingentem ratione causae circa ad 1, et q. 19, a. 8; et Ferrar., 11
SUM AN LIBERTAS ACTIONIS REQUIRAT LI- libere efficiat, si prima agit ex necessitate proximae, quamvis prima naturali necessj- cont. Gent., c. 67, circa rationern S; et
BERTATEM IN OMNIBUS CAUSIS IN ILLAM IN- naturae; putatque Aristotelern, vel quern- tate influat. Fundamentum est quia quan- Capreol., In 1, dist. 38; qui hanc senten-
FLUENTIBUS, VEL IN UNA SUFFICIAT cumque alium philosophum qui illa duo do effectus pendet a pluribus causis, potest tiam tribuunt D. Thom., eo quod praedictis
simul docuit, scilicet, Deum necessario et habere peculiarem cond.iüonem aut defectum
l. Primum igitur argumentum petit im- ratione unius causae et non ratione alterius. locis dicat quamvis scientia Dei sit causa
hominem libere operari. contradictoria _do- necessaria, ab ea prodire effectus contingen-
primis an prima causa libere operetm vel Sic enim ex· duobus assensibus praemissa-
cuisse. Fundarnenturn Scoti est supra tac- tes, quia influxus eius modificatur in causa
ex necessitate naturae; sed hoc tractandum rum, altero certo et altero incerto, efficitur
est infra in propria disputatione de divinis turn in primo argumento, scilicet, quia causa assensLJs conclusionis incertus, et ex cause. secunda; et similia habet idem D. Thom.,
perfectionibus; hic supponimus non neces- secunda non agit nisi mota a prima; un de prima perfecta et secunda defectuosa, sequi- q. 2 de Veritate, a. 14, ad S, et q. 5, a. 9,
sario, sed libere efficere quidquid proprie si prima necessario agit et movet, secundam tur effectus imperfectos; quía, u_t dicitur, ad 10. Earndem opinionem tenet Gabriel,
extra se efficit, quod non solum fide cer- eadem necessitate moveri et agere necesse bonum ex integra causa et malum ex quo- In 1, dist. 38, q. unica, a. 1, part. 2 illius;
tum est, sed etiam naturali ratione suffi- es t. Ita habet Scotus, In I, dist. 1, q . .1; cumque defectu. Sic igitur, ut effectus sit et Palados, disp. 2.
cienter probad posse credimus, ut dicto loco dist. 4, q. 4; dist. 38, ad 1; dist. 39, liber aut contingens, sufficere potest libertas 4. Utraque ex his sententiis aliquid ve-
ostendemus. Atque ita solutum manet illud § Quantum ad primum; et In 11, dist. 1, causae secundae, quamvis causa prima ne- rum continet~ neutra tamen exacte rem de-
primum argumentum, negando anteceden<>. q. 3; et idem sentiunt sectatores Scoti, ut cessario operetur. Nam, cum effectus pen- claravit aut confirmavic; illa enim condi-
2. Scoti sententia et fundamentum.- videre licet apud Cordubam, in I lib., q. 55, deat ah utraque causa, utriusque influxus tionalis seu hypothetica quaestio piures pot-
Adbuc tamen manet circa idem argumen- dubio 4; et eamdem sententiam sequuntur requiritur ut sequatur effectus; ut autem est habere sensus, quos oportet distinguere;
tum hypothetica quaestio, utrurn, licet Deus nonnulli ex modernis commentatoribus D. non sequatur, satis est quod altera causa nam iuxta illos diversis modis quaestio de"
ageret ex necessitate naturae, adhuc intelli- Thomae, I, q. 19, a. 8. desit; et pari ratione~ ut effectus necessario finienda est.
346 Disputaciones metafísicas 347
Disputación XIX.-Sección III
6. De qué clase de perfección es la libertad.- Se objetará: la libertad
Primer sentido de la cuestión y de su resolución requiere una perfección mezclada de alguna imperfección, a sabe~, la poten-
5. Así, pues, el primer sentido es: si en la primera ·causa no hubiese li- cialidad o .la mutabilidad, y por este capítulo puede no resultar ev1d~nte aque-
bertad al obrar, ¿podría haberla en alguna causa segnnda? En este sentido debe lla consecuencia. Por eso, también nosotros reconocemos que en la criatura hay
negarse en absoluto que alguna causa segunda pueda ser libre si la primera libertad con indiferencia para varios actos, pero no en Dios. Se responde ne-
no lo es. En tal ,sentido es cierta la afirmación de Escoto de que estaban alu- gando el antecedente, porque la libertad, considerada preci~~ y absol?ta?lente_,
cinados los filósofos que dijeron que Dios obra por necesidad natural, v los no iocluye imperfección algnna, ya que puede salvarse admiuen~o _la mdiferen-
hombres libremente; a pesar de que ni Escoto pretende dar este sentido ·ni la da para Jos objetos o efectos sin ninguna co~posición. ~ pot~nc1al1dad re.specto
razón que esgrime lo demuestra, según veremos. Consiguientemente, la primera de los diversos actos, y únicamente expresa cierto domm10 e mdepen~enc1a con
razón es que, si Dios no posee libertad, la criatura no pUede participar de relación a tales cosas u objetos. Y de este modo hay libertad en Dws, puesto
ella. Se dirá: de igual modo podría argumentar alguno que, como Dios no que es la libertad por esencia; en _cambio; en la c~~atura e~ste única~en~e por
tiene sentidos, tampoco puede la criatura participar de ellos. Respondo que participación, por lo que lleva aneJa esa rmperfecc10n que mc_luye la mdiferen-
.cia para actos .diversos, en la cual todo lo que hay ~e poten":'~lidad y ~e co~­

r
no hay semejanza, ya que la libertad en cuanto tal pertenece a la perfec-
ción absoluta, y si ésta no se encuentra en Dios formalmente, tampoco puede posición implica imperfección; per?, supuesta :sta 1mpe~eccmn, la rmsma !?-
,, darse en la criatura. Por ello, seria más .semejante el argumento de que, si en diferencia y dominio sobre el prop1? acto e~trana ~erfeccwn_; .Y esta perfecc~~n
1' Dios no hubiese conocimiento, tampoco podría haberlo en Ja criatura y, con- no podria ser participada por la cnatur~ s1 en ~10s no e:x1st1~se la ~erfeccwn
!
secuentemente, no P.odría haber entendimiento ni sentidos. La segunda razón misma de la libertad pura y exenta de 1mperfeccwnes. Y no ttene vahdez con-
está en que, si alguna causa segunda es capaz de libertad, lo será en grado sumo tra este sentido la razón de la segunda sentencia; porque esa razón supone que,
la criatura intelectual; pero, si ~n Dios no hay libertad de obrar, tampoco pue- manteniéndose la necesidad de Dios al obrar, hay causas segundas libres, y ya
de haberla en la criatura intelectual; luego. La menor se demuestra porque demostrarnos que de la antedicha hipótesis se signe lo contrario de esto.
Dios es intelectual por esencia, mientras que la criatura lo es por participación;
luego cuanta perfección pueda excogitarse en el grado iotelectual, de donde naz- Segundo sentido de la cuestión y su resolución
ca la libertad, se encuentra de manera más excelente en Dios. Así, por ejemplo,
la perfección intelectiva, el conocimiento universal de todos los bienes, la inma- 7. El segnndo sentido de la cuestión es : si sucediese, por un imposible,
terialidad de las potencias, la no necesaria conexión con los bienes extrínsecos que Dios obrase por necesidad natural y la criatura tuviese nna facultad ope-
o independ~ncia de las cosas externas, o si hay alguna otra cosa parecida que rativa libre por su naturaleza, ¿impediría Dios, por razón de su natural modo
pueda ser razón de la libertad, ya por parte del objeto, ya por parte del sujeto de obrar el uso de la libertad en la criatnra hasta el punto de que, de hecho,
,, o de la propia naturaleza, todo lo que es de este tenor -repito- se encuentra no tuvie~e una acción libre, aunque poseyese una potencia libre? Ciertamente,
en Dios de modo más excelente.- Consiguientemente, si todas estas cosas no parece que la parte negativa se sigue . ~on _evidencia de . la opinión d~ algunos
pueden ser suficientes en Dios para que sea libre en su obrar_, tampoco serán tomistas, que estiman que para la acc10n hbre de la crtatura es suficiente q~e
suficientes en Ja criatura. obre mediante una facultad de suyo libre y que no sea arrastrada necesaria-

Primus quaestionis sensus eiusque resolutio 6. Libertas cuiw. generis perfectio.- actum, perfectionis est, quae perfectio non
turar esse non posset, et consequenter neque Obiicies: libertas requirit perfectionem ad- posset participari a creatura nisi in Deo
intellectus neque sensus. Secunda ratio est, mixtam alicui imperfectioni, nimirum po- esset iosa perfectio libertatis pura et sine
5. Primas igitur sensus est, si in pri- quia si aliqua causa secunda est capax li- tentialitati vel mutabilitati, et ex hoc capite imperfectionibus. Neque contra hunc sen-
ma causa non esset libertas in agenda, an bertatis, maxime intellectualis creatura; sed potest non esse evidens illa consecutio. sum procedlt ratio secundae sententiae; nam
posset esse in aliqua causa secunda. Et in si in Deo non est libertas in agendo, neque Unde nos etiam fatemur in creatura esse illa supponit quidem, stante necessita~e Dei
hoc sensu negandum omnino est pos se ul- in creatura intellectuali es se potest; ergo. libertatem CUJO indifferentia ad varios ac- in agenda, esse causas secundas hberas,
lam causam secundam esse Jiberam si pri- Probatur minar, nam Deus est intellectualis tus, non tamen in Deo.. Responde~ ne- cuius oppositum ostendimus sequi ex prae-
ma non sit. Quo sensu verum est quod Seo- per essentiam, creatura per participationem; gando assumptum; nam libertas praeClse et dicta hypothesi.
tus ait hallucinatos fuisse philosophos di- ergo quidquid perfectionis in gradu intellec- absolute sumpta nullam includit imperfec-
~------"ce"""''""'"'__¡:n)(e"numR-:aag&•'"'""'-'""'X'-"R,.e<>S@O!S;sscilitEaai!<te,_,a,.a>tn""""""'""'--ttuuaallii--ecxxcoooggitarl-potest, unde uriatul'--liber- tionerii, quia salvad potest cum indifferen- Secundus quaestionis sensus eiusque
homines vero libere; quamquam nec Scotus tas, excellentiori modo est in Deo. Ut, verbl tia ad obiecta vel effectus absque ulla com- resolutio
hunc sensum intendat nec ratio eius illum gratia, perfectio lntelligendi, universalis co- positione vel potentialitate respectu diver- 7. Secundus sensus quaestionis est, si
probet, ut videbimus. Ratio ergo prima est, gnitio bonorum omnium, immaterialitas po- sorum actuum, solumque dicit domin~um per impossibile contingeret Deum agere ex
quia si Deus non habet libertatem, non est tentiarum, non necessaria connexio cum ex- quoddam et independentiam respectu tahum necessitate naturae, creaturam autem habere
unde creatura illam participe!. Dices: eo- trinsecis bonis seu independencia ab exter- rerum seu obiectorum. AtQue hoc modo est facultatem agendi ex natura sua liberam, an
dem modo argumentad quis posset, quia nis rebus, vel si quid aliud eiusmodi est, libertas in Deo, quia est libertas per essen- Deus, propter suum naturalem modum agen-
Deus non habet sensum, non esse unde quod vel ex parte obiecti vel ex parte sub- tiam · in creatura vera est tantum per par- di, impediret in creatura usum _Iibertati~,
creatura illum participe!. Respondeo non es~ iecti seu proprlae naturae e:sse possit ratio ticip~tionem, et ideo habet illam imperfec- ita quod de facto non haberet actmnem li-
se simile, quia libertas ut sic pertinet ad Ilbertatis, quidquid (inquam) huiusmodi est, tionem adiunctam quam includit indifferen- beram, etiamsi haberet potentiam liberam.
perfecrionem simpliciter, quae si in Deo excellentiori modo in Deo invenitur. Si ergo tia ad diversos actus, in qua quidquid est Et quidem pars negativa videtur rnanifeste
non sit formaliter, neque in creatura esse haec omnia in Deo satis esse non possunt potentialitatis et compositionis, imperfectio- sequi ex quorumdam thomistarum opinione,
potest. Unde similius argumentum est quod ut sir in agenda liber, neque in creatura nis est; supposita vero .hac ~perfecti?ne, qui existimant ad liberam actionem creatu-
si in Deo non esset cognitio, etiam in crea~ satis erunt.
ipsa indifferentia et dommatus m propnum rae satis esse quod per facultatem ex se li-
Disputación XIX.-Seccion lil 349
348 Disputaciones metafísicas
y el objeto indiferente de suyo, es decir, que por sí mismo no sea suficiente para
mente o determinada a una sola cosa por el objeto. Pero Dios no eliminaría imprimir necesidad a la faculta<!. Efectivamente, esta opinión supone que nin-
estas dos condicionesa aun cuando, por necesidad natural, obrase con todo su guna otra causa puede inferir necesidad a la voluntad si no es el objeto o me-
poder en la voluntad y con la voluntad creada; luego, no obstante ese modo de diante el objeto, lo cual es falso; porque también Dios puede imprimir nece-
úbrar de Dios, la criatura seguiría obrando libremente. sidad a la voluntad, no como objeto, sino como agente de potencia infinita. Más
8. Ahora bien, este fundamento es falso y ofrece una grave ocasión de aún: si la voluntad únicamente pudiese recibir necesidad del objeto, nunca po-
errar en la presente materia. Porque, en primer lugar, no distingue suficiente- dría apartarse de su modo connatural de obrar o moverse necesariamente, a no
mente entre estos dos extremos : poseer una facultad libre y tener exoedito el ser cuando ella misma, por su naturaleza y por su impulso intrínseco, es lle-
libre uso de tal facultad, . siendo así ~ue son .muy distintos; pues e( primero vada de manera necesaria. Porque el objeto, en cuanto objeto, no mueve a la
pertenece a la sola potenc1a o acto pr1mero, m1entras que este último pertenece voluntad de modo preternatural, sino máximamente connatural e intrínseco, y
al acto segundo. Pero, aun cuando no pueda darse un acto libre sin facultad por ello el objeto, en su orden, no mueve necesariamente a Ja potencia que, por
li?re, porque el acto segundo y vital supone esenciaJmente el primero, en cam- lo demás, es libre, sino cuando ella misma no es libre con respecto a tal objeto;
biO puede darse una facultad libre sin uso de la libertad no sólo cuando no luego si la voluntad sólo puede ser movida necesariamente por medio del ob-
obra, sino que también al obrar es impedida de tener sob;e su acto el dominio jeto, en realidad no es movida necesariamente acerca de aquello para lo cual
que por su naturaleza podría tener. Porque este dominio consiste en el poder era libre de suyo, de igual modo que en el cielo la voluntad es atraída nece-
de n~ hacer aquello que uno está haciendo, o de hacer otra cosa. Mas puede sariamente por Dios en cuanto objeto visto con claridad, porque ella misma
ocurnr que un agente que, por lo demás, es de suyo indiferente, sea de tal ma- no es libre, de suyo, con respecto a tal acto.
nera arrastrado o determinado a obrar por otro agente superior que con res- 10. Así resulta que, de aéuerdo con aquella opinión1 Dios nunca puede
pecto a esa acción_ o modo de ob~ar, no tenga potestad de no obrar: y enton- mover necesariamente la voluntad a un acto para el cual ella es libre por si
ces, conservando libre la facultad Innata, puede verse privado del uso de la li- misma; pues, o Dios propone un objeto que de suyo es suficiente para mover
b_ertad. ~e confirma, porque todos los teólogos enseñan que Dios puede infe- necesariamente a la voluntad, y entonces la voluntad no es realmente libre de
rrr neces~dad a nuest~a .voluntad; pero en ese caso no quitaría la facultad libre, suyo para tal acto, con lo cual no sufre ninguna necesidad extrínseca, o pro-
~a que esta no ~e, distmgue d~ Ja vol~nt~d misma, sino que impediría su uso pone un objeto que, en su género, no puede mover necesariamente a la volun-
libre Y lo co?vertlrm en necesano. Constgrnentemente, deben distinguirse esas dos tad, y en virtud de ese objeto nunca se moverá necesariamente la voluntad, a
cos~s; y ~lOS puede hac~r que una facultad, siendo libre de suyo y perma- no ser que Dios imprima necesidad por otra parte. Se dirá: puede proponerse
~ectendo hbr~ en acto pnmero acerca de algún objeto, no sea llevada hacia él un objeto de suyo insuficiente para mover necesariamente, pero· de tal modo o
hbremente, smo por alguna moción necesaria que impida el uso de la libertad. bajo tal juicio que infiera necesidad a la voluntad. Respondo: en primer lugar,
Paree; que en esto concuerdan los teólogos, In II, dist. 15, y lo supone Santo eso no puede ocurrir sin un juicio falso, a saber, juzgando que es el sumo bien
Tomas, I-II, q. 6, a. 4; y lo defiende Escoto, In IV, dist. 49, q. 6, § Duo ergo. o el bien necesario lo que no es tal, y Dios no puede infundir ese juicio. Ade-
más, aun admitiéndolo, la voluntad no se movería entonces como potencia libre
9. De aqu.f se sigue, adem.ás, que es falso lo que aquella sentencia supone
de suyo, sino como potencia determinada a una sola cosa; pues, así como por
de que para el uso y el acto hbre basta con que la facultad sea libre de suyo
liberam et obiectum ex se indifferens seu 10. Arque ita fit ut iuxta illam senten-
beram operetur et quod ab obiecto non ne- vel aliud agendi. Fieri autem potest ut quod per se non sufficiat ad inferendam tiam Deus nunquam possit necessitare vo-
cessario trahatur, seu ad unum determine- agens alioqui ex se indifferens ita feratur necessitatem facultati. Nam haec sententia luntatem ad actum ad quem ipsa ex se est
tur. Haec autem duo non auferret Deus, v.el _determinetur ad agendum ab alio supe- supponit nullam aliam causam posse infer- libera; narn vel Deus proponit obiectwn ex
etiarnsi ex necessitate naturae tota sua po- rtori agente ut respectu talis actionis seu re necessitatem voluntau nisi obiectum vel se sufficiens ad movendum necessario vo-
testnte in voluntate et cum voluntate creata modi agendi non habeat potestatem non mediante obiecto, quod falsum est; nam luntatem, et tune revera voluntas non est
ageret; ergo, non obstante illo modo agen- agendi, et sic retinendo innatarn facultatem etiam Deus potest inferre necessitatem vo- ex se libera ad talem actum, et ita nullam
di Dei, adhuc creatura libere ageret. liberam potest privad usu libertatis. Con- luntati, non ut obiectum, sed ut agens in- patitur extrinsecam necessitatem; vel pro-
8. Hoc vero fundamentum falsum est et firmatur, nam omnes theologi docent posse finitae potentiae. Immo, si voluntas solum ponit obiectum quod in suo genere non est
magnam praebet occasionem errandi in hac Deum inferre necessitatem voluntati nos- ab obiecto necessitatem pati posset, nun- pateos necessario movere voluntatem, et ex
materia. Imprimís enim non satis distinguit trae; tune autem non auferret facultatem quam posset extrahi a suo connaturali ope- vi ralis obiecti nunquam voluntas necessa-
inter haec duo, scilicet, habere facultatem liberarn, quia haec non distinguitur a vo- randi modo, aut necessario moveri, nisi rio rnovebitur nisi aliunde Deus inferat ne-
-'-------lililllleerrlaJ!fmn-e.,tHh"""'b"'er"e>-<e"'X"'I'"eWdit"ttlemm--l!;tib'"e"·"""n.,.,-t""'""""n">--rnluntate ipsa, sed impedhet libemm usum quando ipsa ex natura sua et intrinseco im- cCssitatem. Dices: potest proponi obiectum
talis facultatis, cum tamen valde distincta eius et in necessarium commutaret. Sunt petu necessario fertur. Narn obiecturn, ut
de se insufficiens ad necessario movendum,
sint; nam illud prius ad sola m potentiam ergo illa duo distinguenda; potestque facere obiectum, non movet voluntatem praeterna-
turali modo, sed maxime connaturali et in- eo tamen modo vel sub tali iudicio ut ne-
seu actum primum pertinet, hoc vero pos- Deus ut facultas, ex se libera et rnanens Ji..; cessitatem inferat voluntati. Respondeo, pri-
terius ad actum secundum. Quamvis autem bera in actu primo circa aliquod obiectum, trinseco, et ideo obiectum in suo genere
non movet necessario potentiam alioqui li- mum, id fieri non posse absque iudicio fal-
actus liber esse non possit absque facultate non libere feratur in illud, sed ex necessa- so, nirnirum, iudicando esse summum bo-
libera, quia actos secundus et vitalis essen- ria aliqua motione quae usum libertatis im- beram, nisi quando ipsa respecto talis ob-
iecti non est libera; ergo si vol untas solum num vel bonum necessarium quod tale non
tialiter supponit prirnum, at vero facultas pediat. In quo videntur convenire theologi est, quod iudicium Deus immittere non
libera potest esse absque usu libenatis, non In 11, dist. 15, idque supponit D. Thomas: potesr necessitari medio obiecto, revera non
necessitatur circa id ad quod de se erat potest. Deinde, etiam illo pasito, voluntas
solum quando non operatur, sed etiam dum 1-11, q. 6, a. 4; et tenet Scot., In IV,
operatur impeditur ne illud dorninium ha- dist. 49, q. 6, § Duo ergo. libera, ut in patria voluntas necessitatur a tune non move.retur ut potentia ex se li-
beat in suum actum, quod ex natura sua 9. Ex quo ulterius sequitur falsum esse Deo ut obiecto ciare viso, quia ipsa de se bera, sed ut potentia determinata ad unum,
habere posset. Consistit enim hoc dominium quod illa sententia supponit : ad usum et respectu talis actos non est libera. quia sicut natura sua fertur non tantum
in potestate non agendi id quod quis agit, actum liberwn satis esse facultatem ex se
350 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.--Sección 11I 351
su naturaleza tiende no sólo al verdadero bien, sino incluso al bien aparente, es legítima la consecuencia de que en tal caso no habría en la voluntad creada
igualmente por su naturaleza tiene aptirud para ser movida necesariamente ha- ningún uso o acto libre.
cia el bien en apariencia necesario. Y de este modo nunca se salva el que la 12. Si Dios obrase por n~cesidad natural, no se daría en las causas ningún
voluntad pueda ser movida necesariamente por Dios a un acto que realizaría. ejercicio de la libertad.- En este sentido, parece que debe decirse que, dada aque-
libremente por sí misma. Pcro esto es, en verdad, falso y contrario a la opinión lla hipótesis, no queda ningún uso de la libertad eu el agente creado. Y también en
t:omún, y niega la omnipotencia de Dios. Porque, siendo El autor y dueño de este sentido dice con verdad Escoto que erraron los filósofos que sostuvieron
la voluntad, puede moverla e impulsarla como quiera para que obre necesaria- que Dios obra por necesidad natural y admitieron efectos libres y contingentes
mente, o impedirle en absoluto obrar. Se confirma, ya que el poder que la vo- procedentes de las causas segundas. Mas la razón de Escoto no tiene validez
luntad creada tiene para querer o no querer no goza de eficacia infinita, puesto- en este sentido, ni me resulta aceptable, como diré más adelante. Consiguiente-
que es proporcionado a la virtud finita de tal potencia; lue~o en ambas puede mente, la razón propia debe tomarse de lo dicho poco antes, ya que Dios pue-
ser vencida y superada por un agente extrínseco de virtud infinita, como es de mover la voluntad, por su potencia infinita, de tal manera que le imprima
Dios; consiguientemente, la voluntad creada puede ser movida de tal manera necesidad, según se ha demostrado, y lo mismo podría ocurrir también si ob,rase
por Dios a querer un objeto que por lo demás sea de suyo indiferente, que por necesidad natural, ya que no se afirma que en tal caso tenga menor poten-
la voluntad así movida quede totalmente impotente para resistir o para usar el cia, sino sólo menor indiferencia o libertad; mas si Dios obrase por necesidad
poder que tiene de no querer tal objeto. Es más: que esto pertenece a la om- natural, al actuar sobre la voluntad creada obraría con toda la eficacia que pu-
nipotencia divina parece enseñarlo en alguna ocasión San Agustín, y no sin diese; luego siempre obraría imprimiéndole necesidad y, de esta manera, nunca
razón, puesto que aquel efecto o moción no implica contradicción alguna. Así,. habría uso de la libertad en el agente creado. La menor es evidente, porque
pues, en tal caso, aunque la voluntad sea libre de suyo y no sea movida ne- es condición del agente natural el obrar todo cuanto puede, ya que no tiene
cesariamente por el objeto, no obstante, el uso mismo y el acto no es libre facultad de moderar su acción, es decir, de aplicarla más o menos, puesto que
para la voluntad, ya que un agente superior no le permite hacer uso de su fa- eso únicamente se lleva il cabo mediante una potencia libre.
cultad libre; ni ella puede tener potestad, con respecto al agente superior, para 13. Se responde a una objeción.- Pero quizá dirían los filósofos que Dios,
resistirle cuando emplea su potestad absoluta. al obrar por necesidad natural, no siempre obra todo lo que absolutamente pue-
11. Por tanto, para el acto o uso libre de la voluntad no es suficiente de, sino cuanto exige la naturaleza de las causas segundas, por las que es de~
una facultad de suyo libre junto con la indiferencia del objeto o del juicio, Lerminado a obrar más o menos y de este o de aquel modo. Ahora bien, en pri..
a no ser que, al propio tiempo, una causa superior no infiera ninguna fuerza mer lugar, sólo hablamos en la hipótesis de que la potencia divina tenga ab-
o eficacia preternatural, sino que deje a la voluntad obrar según su modo con- soluta necesidad en su obrar. En segundo término, añadimos ,que, cualquiera
natural, como. afirman también los Padres de la Iglesia que voy a citar en se- que sea la razón por la que se afirme que Dios obra por necesidad natural y
guida. En consecuencia, no es sólido el fundamento de aquella opinión. Por lo no por libertad, no puede tener una determinación de su acción en virtud de
.. cual falta ahora examinar si, sentada la hipótesis de que Dios obrase por ne-
cesidad natural y el hombre tuviese una facultad libre de suyo, no obstante
la capacidad natural de la causa segunda; porque la potencia de Dios no se
refiere adecuadamente a aquella capacidad, sino a una mayor; luego no puede
ser determinado por ella. Pues ¿por qué habría de ser limitado por ella de tal
in verum bonum, sed etiam in bonum ap- ad nolendum tale obiectum. Immo hoc per- sitate naturae, et quod in homine esset fa- tatem illi inferendo, atque ita nunquam esset
parens, ita natura sua nata est necessario tinere ad divinam omnipotentiam aliquando cultas ex se libera, nihilominus recte sequa- in agente creato libertatis usus. Minar patet,
ferri in bonum apparens necessarium. At- docere videtur Augustinus 1, et non imme- tur nullum fore tune in ·voluntate cceata quia haec est conditio naturalis agentis ut
que üa nunquam salvatur quod voluntas rito, cum in illo effectu vel motione nulla usum seu actum liberum. agat quantum potest, quia non habet facul-
possit necessitari a Deo ad actum quem ex involvatur repugnan tia. Tune igitur, quam- 12. Si Deus ageret ex necessitate naturae, tatem temperandi suam actionem, seu magis
se libere eliceret. Quod sane falsum est et vis voluntas ex se libera sit et ab obiecto nullum in causis esset libertatis exercitium.- vel minus illam applicandi, quia hoc non
contra communem sententiam, derogatque non moveatur ex necessitate, nihilominus Bt in hoc sensu dicendum videtur, data fit nisi per potentiam liberam.
omnipotentiae Dei. Nam, cum ipse sit vo- usus ipse et actos non est liber ipsi volun- illa hypothesi, nullum relinqui usum Jiber- 13. Obiectioni satisfit.- Sed dicerent
luntatis auctor et dominus, potest quomodo tati, quia non perrnittitur a superiori agente tatis in agente creato. Atque in hoc etiam fortasse philosophi Deum, agenda ex ne-
voluerit ipsam movere ac impellere ut ne- uti sua libera facultate; nequé: ipsa habet sensu vere dicitur ab Scoto errasse philoso- cessitate naturae, non semper agere quan-
potestatem respectu superioris agentis ad phos ponentes Deum agere ex necessitate tum absolute posset, sed quantum natura
cessario agat, vel impedire ut omnino non resistendum illi sua absoluta potestate utenti. naturae et admittentes effectus liberas et causarum secundarum exigir, a quibus de-
- ______,"g;;ahtn.rtaEot-crc-eonfir:mrmmabtu"rr,-..:nl-a-.m'Dllp;,orrt!tenstarrsvelqt-u"Ia"'m;=----:ccill:'l"c.=:'Il<""itur~::-"a~d~a"ctlUum______seu_USJl.[l)_liher_um
volantas creata habtt ad voiendum vel no- voluntatis non satis est facultas ex se libera
contingentes a causis secundis. Ratio vera terminatur ut magis vel minus et ut hoc
Scoti nec procedit in hoc sensu nec mihi vel illo modo agat. Sed imprimis nos non
lendum non est infinitae efficaciae, cum sit cum indifferentia obiecti seu iudicii, nisi probatur, ut infra dicam. Propria ergo ratio loquimur nisi ex hypothesi, quod divina po-
commensurata finitae virtuti talis poten- etiam superior causa nullam vim seu prae- sumenda est ex paulo antea dictis, quia Deus tencia habeat absolutam necessitatem in
tiae; ergo in utraque potest vinci et su- ternaturalem efficaciam inferat, sed volun- potest per infinitam suam potentiam ita mo- agenda. Deinde addimus quacumque ra-
perari ab cxtrinseco agente infinitae virtu- tatem ipsam sinat suo connaturali modo vere voluntatem ut necessitatem iili inferat, tione dicatur Deus agere ex necessitate na-
tis, ut est Deus; potest ergo a Deo ita operari, ut Patres etiam Ecclesiae ,loquun- ut probatum est, idemque posset etiam si turae et non ex libertare, non posse deter-
moveri creara voluntas ad volendum ob- tur, quos statim indicabo. Non est ergo ex necessitate naturae ageret, quia tune non minationem actionis suae habere ex capa-
iectum alioqui de se indifferens, ut volun- solidum illius sententiae fundamentum. Qua- ponitur esse minoris potentiae, sed solum citare naturali causae secundae; nam po-
ras sic mota impotens omnino sit ad resis- propter videndum nunc superest an, posita minoris indifferentiae seu libertatis; sed si tentia Dei non respicit adaequate illam ca-
tendum vel utendum pote~tate quam haber illa hypothesi quod Deus ageret ex neces- Deus ageret ex necessitate naturae, dum in pacitatem, sed ampliorem; ergo non potest
voluntatem ageret creatam, ageret quanta ef- ah illa determinari. Cur enim ah ea ita li-
1 In Enchir. :ficacia posset; ergo sem"per ageret necessi- mitaretur ut nunquam posset plus agere,
352 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección 1I1 353
modo que nunca pudiese hacer más, siendo así que tiene una potencia mayor?
Reconozco que de aquella hipótesis y de la infinitud de la potencia divina se cede, ¿eliminaría en ese caso la contingencia de la acción e impediría el uso
siguen muchos imposibles; a pesar de todo, sentada dicha hipótesis, sólo se de la libertad? Este sentido es profundamente diverso de los anteriores y se
sigue por referencia extrínseca que Dios, por su potencia, siempre mueve la sigue de varias suposiciones, como consta de manera suficiente. Por eso, en la
voluntad creada de tal modo que le infiere necesidad. Y por eso los Santos afirmación inmediatamente anterior hemos dicho que, de la necesidad de la ac-
Padres atribuyen a la sabiduría divina y a la providencia libre el que, al obrar ción de Dios, habría de seguirse un impedimento del uso de la libertad, ya que
y mover la voluntad creada, se acomoda a ella de tal modo que no le imprime la moción de Dios sería mayor de lo que ahora es, concurriendo Dios libremen-
necesidad, sino que la deja moverse a su manera. Así puede verse en San Agus- te; mas al presente nos preguntamos si, suponiendo que la moción no es ma-
tín, De Praedestinatione et gratia, c. 15; Próspero, Ad obiect. Gallor., c. l yor ni diversa en magnitud (por as! decirlo), sino sólo en el modo de confe-
y ll; Cirilo, lib. IV In loan., c. 7; Damasceno, lib. II De Pide, c. 30. rirla -a saber, porque la misma que se da ahora libremente, en aquel caso se
14. Y contra esta solución de la cuestión en el sentido indicado no tiene concedería por necesidad natural-~ se seguiría de esto precisamente que que-
validez el fundamento de la segunda opinión; porque para la libertad del acto dase impedido el uso de la libertad y eliminada la contingencia de las cosas.
o la contingencia del efecto no es suficiente que la causa segunda sea en sí En este sentido parecen tener validez la opinión y la razón de Escoto.
misma libre o contingente, sino que se precisa que se le deje ejercer su acción 16. Ahora bien, estimo que debe afirmarse que, aun cuando la causa pri-
en cuanto es tal, ya que de lo contrario sólo es libre materialmente (por así mera obrase por necesidad natural de aquel modo, no impedirla el uso de la
decirlo), pero no obra como libre; ahora bien, la acción no recibe su razón libertad ni eliminaría toda la contingencia de los efectos de las causas segun-
y denominación de la causa considerada materialmente, sino en cuanto influye das. Y a este respecto apruebo la segunda opinión antes aducida, porque, aun-
en acto. Pero aquella razón no demuestra que la necesidad de Dios en su obrar que concurran varias causas a un solo acto, para que éste sea libre basta con
no impida el libre uso de la facultad creada. Tampoco contradice a esto Santo que lo sea la causa próxima y con que no sea apartada de su natural modo de
Tomás, allí citado, en este sentido o en el anterior, ya que no trata de la ab- obrar por la cooperación de otra causa; pero en el caso indicado sucededa
soluta necesidad de Dios en su obrar, sino de la necesidad de inmutabilidad, así; luego: La mayor se demuestra suficientemente con el fundamento de la se-
que no excluye la absoluta libertad, como explicaremos después en la dispu- gunda opinión; pues, aunque concurran varias causas y todas ellas, excepto
tación sobre Dios. una, obren necesariamente en cuanto de ellas depende, si una puede no reali~
zar el acto en virtud de su sola libertad, eso basta para que el efecto sea libre
Tercer sentido de la cuestión y su resolución o contingente; porque absolutamente puede no existir, y el modo necesario de
obrar de las demás causas no impide el uso de esta potestad por parte de la
15. Si Dios confiriese necesariamente a las causas libres este concurso que otra causa, segón se supone por la hipótesis señalada. Se explica fácilmente
ahora les presta, ellas seguirían siendo libres.- El tercer sentido de la cues- ·probando la menor, ya que Dios, en tal caso, no movería la voluntad creada
tión es: si Dios obrase por necesidad natural, y no hiciese más ni prestase a más fuerte o vehementemente que ahora; pero ahora la moción de Dios no aparta
la libre voluntad creada otro concurso o moción fuera del que ahora le con- a la voluntad creada de su modo connatural de obrar; luego tampoco entonces
la: inmutada; porque el hecho de que esa moción o concurso se dé, por parte
cum rnaiorem habeat potentiarn? Fateor qui- talis est suam actionem exercere sinatur,
dem ex illa hYPothesi, et ex infinitate po- quia alias solum materialiter (ut ita dicarn) tati Jiberae creatae quam modo praebet, tuum causarum secundarum. Et quoad hoc
ten tia e Dei, sequi multa impossibilia; nihi- est libera, non vera agit ut libera; actio an tune tolleret contingentiam actionis et approbo secundam sententiam supra adduc-
lominus tamen, illa posita, per locum ex- autem non sumit suam rationem et deno- impediret usum libertatis.. Qui sensus est tam, quia, licet piures causae concurrant ad
trinsecum 1 sequitur Deum per potentiam minationem a causa materialiter sumpta, sed valde diversus a praecedentibus, et ex plu~ unum actum, ut ille sit liber satis est quod
suam semper ita movere voluntatem crea- prout actu influente. Illa autem ratio non ribus suppositionibus procedit, ut satis con- causa proxima libera sit et quod per coo-
tam ut ei necessitatem inferat. ldeoque Sane- probat necessitatern Dei in agenda non im- stat. Unde in proxima assertione praece~ perationem alterius causae non extrahatur
ti Patres divinae !>apientiae et liberae pro- pedire liberum usurn facultatis creatae. Ne- denti diximus ex necessitate actionis Dei a suo naturali operandi modo; ita vera con-
videntiae tribuunt ut in agenda et movendo que etiam D. Thomas, ibi citatus, et in fore impedimentum 1 usus libertatis, quia tingeret in eo caso; ergo. Maior sufficienter
voluntatem creatam ita sese accommodet ut hoc vel in priori sensu contradicit, quía non motio Dei esset maior quarn nunc sit, Deo probatur fundamento secundae sententiae;
ei vim non inferat, sed eam suo modo se agit de absoluta Dei necessitate in agenda, libere concurrente; nunc autem inquirimos, nam, licet pJures causae concurrant, et om-
movere sinat. Ut videre licet apud Augus- sed de necessitate immutabilitatis, quae non si supponamus motionem non esse rnaiorem nes praeter unam, quantum est ex se, ne~
tinum, de Praedestinatione et gratia, c. 15; excludit absolutam libertatem, ut infra de- neque diversarn in magnitudine (ut sic di- cessario operentur, si una potest ex sola sua
f-C~~~~~~;.P,;r~os-;¡p~e=.r;::um'"";"C2"d--,_;;0;-b~ie~c_,t".~G~all~o'"'""''-'¡c¡-.~l"'ee't=l.c'\'-;~-'c,Iar_,.,a..,b"im..,.u"'s--'"in"-'di""'·sputatione de Deo. cam), sed solum in modo dandi illam, quia libertate non elicere actum, id satis est ut
yr um, 1 . m oann., c. 7; Damas- effectus sit liber seu contingens; quia sim-
cen., lib. 11 de Pide, c. 30. Tertius quaestionis sensus eiusque resolutio nimirum eadem quae nunc libere daturl
tune ex necessitate naturae daretur, et an pliciter potest non esse, neque necessarius
14. Neque contra hanc decisionem quaes~ 15. Si hunc. quem nunc praebet Deus modus agendi caeterarum causarurn impedí~
tionis in hoc sensu procedit fundamentum. concursum causis liberis necessario daretJ ex hoc praecise sequatur impediri usurn li-
bertatis et tolli contingentiam rerum. Et in usum huius potestatis in altera causa, ut
secundae sententiae; quia ad Iibertatern ac- ipsae liberae manerent.- Tertius quaestio- supponitur ex dicta hypothesi. Et declara~
tus vel contingentiam effectus non satis est nis sensus est, si Deus ageret ex necessi~ hóe sensu videtur procedere sententia et tur facile probando minorem, quia Deus in
quod causa secunda sit secundum se libera tate naturae, et non plus ageret neque alium ratio Scoti.
eo casu non moveret fortius aut vehernen~
seu contingens, sed oportet ut quatenus concursum aut motionem praeberet volun- 16. Dicendum vera censeo, etiam si pri- tius voluntatem creatam quarn nunc rnovet;
ma causa ageret ex necessitate naturae illo sed nunc motio Dei non extrahit voiunta~
l Algunas ediciones sustituyen el vocablo extrinsecum por intrinsecum. No es pre- modo, non impedituram usum libertatis ne- tem a suo connaturali operandi modo; ergo
ciso advertir la profunda modificación que semejante cambio introduce en el sentido de que ablaturam omnem contingentiam effec- neque tune immutaret; narn, quod illa mo-
la frase. (N. de los EE.)
1
En otras ediciones: fore impediendum usum libertatis. (N. de Ios EE.)
23
-
354 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección Ill 355

de Dios libre o necesariamente nada importa para el efecto que produce ad Dios da por necesidad natural, quitase la libertad al acto de la voluntad hu-
extra si ' dicho concurso o moción no es mayor en SI' mtsmo.
. mana, también ahora la quita, ya que precede por igual. O ciertamente, si ahora
I'l. De aquí argumento, en segundo lugar, que de lo contrario se seguiría no la quita -porque, aun cuando preceda bajo alguna razón, sin embargo, en
que el acto de nuestra volun~ad . ahora no es libre sino porque Dios co~curre absoluto se confiere con dependencia de la misma voluntad creada, como ex-
libremente a él; pero el constgmente es ~also, no sólo porque, f~rmal e ~e­ plicaremos luego-, por la misma razón no la quitaría en el caso indicado, ya
diatamente, yo no tengo dominio sobre m.1, acto por razon de la hbertad r:by~a, que, si bien se daría necesariamente por parte de Dios, a pesar de eso se da-
sino por razón de mi libertad, sino tambten porque, de no s~r así, la apet~cton rla también con dependencia del libre albedrío creado.
del caballo o la del león sería libre por el hecho de que Dtos concurre hbre- 19. Y no resulta satisfactoria la respuesta de Escoto, que si Dios obrase
mente a ella; consiguientemente, es acto libre con respecto a una causa aquel por necesidad natural, su moción sería absolutamente necesaria, y así elimina-
que es realizado por ésta de tal manera que ella tenga P':der y facultad de no rla toda la contingencia del efecto, pero ahora es libre y por eso no la elimina.
realizarlo, sin que obsten otras causas concurrentes al mismo ~cto, ya concu- Esto -repito- no satisface, ya porque explica, a lo sumo, que actualmen~e
rran en cuanto de ellas depende, naturalmente, ya concurran hbremente; mas se salva la contingencia o la libertad del efecto con respecto a la voluntad di-
]a :oluntad creada se comportada así en el caso citado, como queda demos- vina, mas no con respecto a las causas segundas, ya también porque si eritiende
trado; luego. que, dada aquella hipótesis, la moción de Dios sería absolutamente necesaria,
18. En tercer lugar, puede probarse lo mismo no sólo dando cumplida es decir, que habría de realizarse necesariamente, supone una cosa falsa; efec-
respuesta al fundamento de Escoto, sino también retorciéndolo; pues, si tu- tivamente sólo sería necesaria en lo que dependiera de Dios; mas, como al
viese algún valor, demostraría que también ahora se elimina la contingencia de mismo ti~mpo dependería de la voluntad creada y no podría realizarse sin ella,
{os efectos y el uso de la libertad en todo acto de la causa segunda, en cuanto por esto no sería absolutamente necesaria. Así, pues, en tal caso se diría que
procede de ella, y que no hay nada Iib_re a no ser por ~elación, a la Iibert~d Dios obraba por necesidad natural por el hecho de que estaría determinado,
de la causa primera. Ahora bien, el cons1gmente es contrariO no solo a la razcn por su intrínseca naturaleza y por sí mismo, a concurrir con la voluntad; sin
natural, sino también a la fe, pues de no ser así no se nos podrían imputar embargo, como ese concurso no se pone _en la realidad si no coopera a la vez
,'i los actos libres. Se demuestra la consecuencia porque tampoco ahora la causa la voluntad misma, por eso no se realizaría con absoluta necesidad, sino de
segunda obra si no es movida por la prim~r~ o si no c~m~urre la primera, acuerdo con la exigencia de la cooperación de la voluntad libre.
y ahora la causa primera influye o mueve asmusmo con prwndad natural, con 20. Se infiere de aquí una regla general que confirma la opinión propues-
igual prioridad que movería si obrase por necesidad natural. Además, esta mo- ta, a saber: en nada se opone a la libertad o contingencia del . acto o efecto el
ción de Dios es ahora igualmente eficaz, según se supone, y puede demostrarse hecho de que alguna causa concurra a él por necesidad natural, con tal de que
incluso con el mismo argumento de Escoto, ya que no es compatible que Dios alguna obre con indiferencia, respecto de la cual el efecto se denomine libre. La
mueva y que la criatura no se mueva; por consiguiente, puesta la moción de razón de esto se ha declarado suficientemente al explicar el fundamento de la
Dios, la voluntad creada se mueve necesariamente; luego si tal moción, que sr:gunda sentencia, pero puede ilustrarse más con algunos ejemplos. Uno es
-según una opinión probable- que el conocimiento o el objeto conocido con-
tio ve.l concursus,. ex parte Dei libere aut 18. Tertio probari idem potest non so- curre eficientemente al acto de la voluntad; porque ese concurso, en cuanto
necessario detur, nihil refert ad effectum Juro satisfaciendo fundamento Scoti, sed
quem ad extra producit, sj ipse concursos etia m retorquendo illud; nam, si esset ali- talis motio, data a Deo ex necessitate natu- quia tamen simul penderet a voluntate creata
cuius momenti probaret etiam nunc tolli rae, tolleret libertatem in actu voluntatis nec posset in re poni sine illa, ideo non esset
vel motio in se non est maior.
contingentiam effectuwn et usum libertatis humanae, etiam nunc tollit, quia aeque an~ absolute necessaria. !taque diceretur tune
17. Unde argumentar secundo, quia alias Deus agere ex necessitate naturae, quia esset
ab omni actu causae secundae, quatenus ah tecedit. Vel ce.rte si I1unc non tollit, quia
sequeretur actum voluntatis nostrae nunc illa est, nihilque esse liberum nisi per re- Iicet aliqua ratione antecedat, tamen abso- ah intrinseca natura et ex se determinatus ad
non esse Iiberum 1 nisi quia Deus ad illum spectum ad libertatem primae causae. Con- lute datur dependenter ab ipsa voluntate concurrendum cum voluntate; tamen quia
libere concurrit; consequens autem est fal- sequens autem non solum est contra ratio- creata, ut rnox explicabimus, eadem ratione ille concursus non ponitur in re nisi coope-
sum, tum quia formaliter et immediate ego nem naturalem, sed etiam contra fidem, in praedicto casu non tolleret, quia, licet rante sirnul ipsa voluntate, ideo non pone-
non babeo dominiuin in meurll actum oh quia alias non possent actus liberi nobis im· daretur necesaario ex parte Dei, nihilominus retur in re curo absoluta necessitate, sed
libertatero Dei, sed ob libertatero meam; putari. Sequela vero probatur, quia etiam daretur etiam dependenter a libero arbitrio iuxta exigentiam cooperationis liberae vo-
tum etiam quia alias appetitio equi vel leo- nunc causa secunda non agit nisi mota a creato. lumatis.
nis esset libera, quia Deus ad illam libere prima seu concurrente prima, et nunc _etiaJ?l 19. Nec satisfacit responsio Scoti, sci~ 20. Atque hinc colligitur generalis re-
concurnt; est ergo actus líber respectu alí- causa prima priú.s natura influit seu movet, licet, quod si Deus ageret ex necessitate gula quae sententiam propositam confir-
cuius causae qui ita fi.t ah illa ut sit in ea eadem prioritate qua moveret si ex neces- naturae, motio eius esset simpliciter neces- mat, scilicet, nihil obstare libertad vel con-
potentia et facultas ad non efficiendum illum, sitate naturae ageret. Est etiam haec motio saria, et ita tolleret omnern contingentiam tingentiae actus seu effectus quod aliqua
non obstantibus allis causis ad eumdem Dei nunc aeque efficax, ut supponitur, et effectus; nunc autem est libera, et ideo non causa naturali necessitate ad illum concur-
actwn concurrentibus, sive illae quantum probad etiam potest ipso argumento Scoti, tollit illam. Hoc (inquam) non satisfacit, rat, dummodo aliqua cum indifferentia ef-
est ex se naturaliter sive libere concurrant; quia non stat Deum movere et creaturam tum quia ad summum declarat salvari nunc ficiat, respectu cuius effectus denominetur
ita vero se gereret voluntas creata in prae- non moveri; ergo, pos ita Dei motione, ne- contingentiam vel libertatem effectus respec- liber. Ratio huius satis declarata est expli-
dicto casu, ut ostensum est; ergo. cessario movetur voluntas creata; ergo si tu divinae voluntatis, non vero respectu cau- cando fundamentum secundae sententiae,
sarum secundarum; tum e tia m quia si in- amplius vero illustrari potest nonnullis
I Este párrafo ofrece diversas redacciones en varias de las ediciones que hemos con- telligar, data illa hypothesi, motionem Dei exemplis. Unum est, iuxta probabilem sen-
sultado. Por ejemplo, la de B. Colosino: Acrum voluntatis nos trae nunc es se nobis libe- fore absolute necessariam, id est, necessario tentiam, quod cognitio seu obiectum co-
rum, quia Deus ad illum libere concurrit ... ; la Balleoniana: Actum voluntatis nostrae ponenda m in re, falsum sumit; solum enim gnitum concurrit effective ad actum volun~
nunc non esse liberum, quia Deus ad illum libere concurrit. (N, de los EE.) esset necessaria quantum esset ex parte Dei; tatis; nam ille concursos, ut est a cogni-
356 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Seccián IV 357
procede del conocumento, es natural y sin libertad, y sin embargo el acto es ben tomarse con referencia a lo mismo. En cambio_, si «necesario» se entiende
simplemente libre por la indiferencia de la voluntad. Por eso, aunque el co- no sólo relativamente, sino absolutamente como aquello que simplemente no
nocimiento, en lo que de él depende, influya por necesidad natural, no obs- puede no ser, en tal sentido es verdad que resulta contradictorio que un efecto
tante, porque su influjo actual no adquiere realidad sin el actual influjo de la sea necesario y tenga contingencia por parte de alguna causa; ahora bien, en
voluntad, en consecuencia no es absolutamente necesario. Algo semejante cabe este sentido no es cierto que sea necesario aquel efecto al cual concurre alguna
decir del influjo del hábito que concurre con la potencia libre: porque el há- causa que obra necesariamente, pues basta con que, relativamente y en lo que
bito no tiene, de suyo, indiferencia o propia libertad, sino que obra por nece- depende de la virtud de esa causa, se haga de manera necesaria, con lo cual
sidad natural cuando obra su potencia. El otro ejemplo es de los efectos de es compatible el que, por otra razón o con referencia a otra causa, pueda tener
,:,,¡ los agentes naturales, en cuanto proceden de éstos y de Dios; porque esa ac- contingencia o libertad.
ción, si bien procede del agente próximo por necesidad natural, es libre con
1
·i! respecto a la causa pri~era, puesto que· -según la doctrina cierta- Dios presta
libremente su concurso. Por ello, atendiendo el poder de Dios, dicha acción SECCION IV
puede en absoluto existir o no existir, aunque tal poder no se dé en el agente POSIBILIDAD DE ARMONIZAR LA LIBERTAD O CONTINGENCIA DE ACCIÓN DE LA
próximo. Sin embargo_, de hecho esa acción se denomina simplemente natural, CAUSA SEGUNDA, SIN QUE OBSTE EL CONCURSO DE LA PRIMERA; Y, CONSIGUIEN-
ya porque, así como recibe del agente próximo su determinación y especifica- TEMENTE, EN QUÉ SENTIDO ES VERDAD QUE CAUSA LIBRE ES AQUELLA QUE, PUES-
ción, igualmente recibe estas denominaciones, ya también porque, en virtud de TAS TODAS LAS CONDICIONES EXIGIDAS PARA LA OPERACIÓN, PUEDE OBRAR O
cierta ley general y de una voluntad definida_, Dios concurre ya a estas acciones ABSTENERSE DE HACERLO
de acuerdo con la exigencia de la naturaleza o causa segunda. En este sentido
debe entenderse lo que suele decirse de que el influjo de la causa primera es l. Se apunta a esta dificultad en el segundo argumento consignado al prin-
! ¡ cipio de la sección 2_, y la toca también Escoto en el argumento de que la cau-
modificado en la segunda o por la segunda. Así, pues, dada la hipótesis en
.1 sa segunda o la voluntad creada no puede obrar nada si no es movida por la
que nos movemos, la acción sería libre por referencia a la causa segunda, aun-
primera; pero cuando es movida por Dios_, ella se mueve necesariamente; !uego
que la primera prestase su concurso por necesidad natural.
su movimiento, con respecto a ella misma, nunca es libre y contingente. La
21. Si una misma acción puede ser libre para uno y necesaria para otro.-
mayor es_, en sus términos, de Santo Tomás, 1, q. lOS, a. 1, ad 3, y a. 4 y 5;
Por eso, lo que Escoto supone arriba --que una misma acción no puede ser
y ~e demostrará más adelante_, al tratar de la dependencia de las causas segun-
necesaria con respecto a una causa y libre con respecto a otra, porque lo ne-
das con respecto a la primera. La menor es del mismo Santo Tomás, 1-ll,
cesario y lo contingente se oponen contradictoriamente- o no es cierto o, en
q. 10, a. 4, ad 3, donde dice: Es imposible que Dios mueva a la voluntad y
el sentido en que puede serlo, no hace al caso. Pues se ha demostrado que dos
que la floluntad no se müeva. Y puede defenderse fácilmente, no sólo por la
causas pueden influir en un mismo acto, una libremente y otra por impulso eficacia y perfección de la moción divina, sino también por la mutua relación
natural de su naturaleza; por tanto, en este sentido no es contradictorio que entre el mover y el ser movido. Se propone de otro modo la misma dificultad :
un mismo efecto sea contingente y necesario con respecto a causas diversas; causa libre es aquella que, puestos todos los requisitos para la operación, pue-
pues, por la misma razón_, no hay contradicción, ya que los contradictorios de- de obrar y no obrar; pero uno de los requisitos para que la causa segunda
tione, naturalis est et sine libertate, et ni- etiam quia ex generali quadam lege et de- obre es la moción de Dios, puesta la cual no puede obrar y no obrar, sino que
hilominus actus est simpliciter liber prop- finita voluntate, iam Deus concurrit ad has
ter indifferentiam voluntatis. U nde licet actiones iuxta exigentiam naturae seu cau- contradictoria sumi debearic respectu eius- cundae, illamque etiam attingit Scotus illo
,, sae secundae. Quo sensu accipiendum est dem. Si aurem neces~arium sumatur non argumento quod causa secunda seu volun-
cognitio, quantum est ex se, ex necessitate
; naturae in:Buat_, tamen, quia eius in:fluxus quod dici solet, influxum causae primae tanrum respective, sed absolute pro eo quod tas creata non potest quidquam agere nisi
actualis in re non ponitur sine actuali in- modificari in secunda vel ex secunda. Sic simpliciter non potest non esse, sic verum mota a prima; sed cum movetur a Deo,
1: fluxu voluntatis, ideo absolute non est ne- igitur, data hypothesi in qua versamur, ac- ese repugnare _effectum esse necessarium et necessario ipsa se movet; ergo morus illius
cessarius. Simile quid dici potest de in:fluxu rio esset libera ex habitudine ad causam habere contlngentiarn ab aliqua causa; ta-
men in hoc sensu non est verum esse ne- respectu eiusdeln nunquam est liber et con-
habitus concurrentis cum potentia libera; secundarn, quamvis prima ex necessitate na- tingens. Maior in terminis est D. Thomae,
habitus enim ex se non habet indiHeren- turae praeberet concursum suum. cessarium illuin effectum ad quem concur-
rit aliqua causa necessario agens, quia satis 1, q. 105, a. 1, ad 3, et a. 4 et 5, et pro-
tiam aut propriam libertatem, sed ex neces- 21. Una et eadem actio an possit alteri babitur infra, dum agemus de' dependentia
sitate naturae o eratur o erante sua poten- esse libera, alteri vero necessaria.- Qua- est quod respective et quantum ex vi illius
causae- -necessario fiat, cum quo stat ut ex secundarum causarum a prima. Minor au~
¡'! tia. Aliud exemplum est de effecubus agen.. cuca, quo Scotus supra sumu, non posse
alio capite, seu respectu alterius, habere rem est eiusdem D. Thomae, 1-11, q. 10,
1• tii..Im naturalium, prout sunt ab ipsis et a eamdem actionem esse necessariam respectu
·. ' ~ '

Deo; illa enim actío, quamvis a proximo unius causae et liberarn respectu alterius, possit contingentiam seu libertatem. a 4, ad 3, ubi dicit: Impossibile est Deum
1
1

; ' agente sit ex necessitate naturae, respecto quia necessarium et contingens contradic- movere voluntatem et voluntatem non mo-
SECTIO IV veri. Et facile suaderi potest, tum ex effi-
primae causae est libera, quia iuxta veram torie opponuntur, vel non est verum vel in
quo sensu verum esse potest non est ad QUOMODO STET LIBERTAS VEL CONTINGENTIA cacia et perfeccione divinae motionis, tum
docttinam Deus libere praebet concursum
IN ACTIONE CAUSAE SECUNDAE, NON OBSTAN- ex mutua relatione ínter movere et moved.
suum. Unde ex potestate Dei absolute pot- rem. Quod enim duae causae possint in
TE CONCURSU PRIMAE, ET CONSEQUENTER QUO Alio modo proponitur eadem difficultas;
est illa actio esse et non esse_, quamvis haec eumdem actum influere, altera libere et al-
SENSU VERUM SIT CAUSAM LIDERAM ESSE nam causa libera est quae, positis omnibus
potestas non sit in proximo agente. De facto tera ex naturalf impetu naturaeJ demonstra-
tamen illa actio denominatur simpliciter na- tum est; in hoc ergo sensu non repugnat QUAE, POSITIS OMNIBUS REQUISITIS AD AGEN-
requisitis ad agendum, potest agere et non
turalis_, tum quía sicut ab agente proximo eumdem effectum esse contingentem et ne- DUM, POTEST AGERE ET NON AGERE
agere; sed unum ex requisitis ut causa se.:.
accipit suam determinationem et specifica- cessarium respectu diversorum; na m ob l. Haec difficultas petitur in secundo ar- cunda agat est motio Dei, qua posita non
tiOnem, ita et has denominaciones; tum eamdem causam non est contradictio, cum gumento posito in principio sectionis se- potest agere et non agere, sed necessario
358 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección IV 359

obra necesariamente, de igual manera que, no puesta aquélla, necesariamente porque toda la libertad de la voluntad nace del juicio de la razón; luego el
~o obra; luego esa definición repugna a toda causa segunda y, en este sentido, acto libre se define de manera excelente y suficiente por el orden a tal juicio
no hay ninguna contingencia o libertad con respecto a ella, sino sólo con res- o, lo que es igual, por el orden a todos los requisitos por parte del intelecto
pecto a la primera. y de la voluntad. En seguudo término, porque para la libertad basta la indi-
ferencia del objeto y no se requiere la indiferencia de la potencia, como resulta
claro en la voluntad divina, que de suyo siempre está determinada a una sola
Se expone la primera formulación cosa;. no obstante, siéndole indiferentes los objetos creados, esto basta para que
los quiera libremente; luego también bastará lo mismo para el acto libre de
2. Esta dificultad es una de las principales de la presente materia, y ofrece la voluntad.
1 ocasión de explicar más ampliamente qué es la causa libre o qué condiciones
¡:' requiere y, al mismo tiempo, exponer la definición comúnmente admitida de Refutación de la opinión indicada
:r
. :1 causa libre. Pues bien, los autores -arriba citados- que ponen toda la razón
1'1 de la libertad en la indiferencia objetiva (por así decirlo), resolverán fácilmente 4. Toda esta doctrina arranca de un fundamento falso, según he demos-
la presente dificultad diciendo que es potencia libre aquella que, puestos todos trado en la sección inmediatamente anterior; y parece que la ocasión de error
;¡ estuvo en no haber establecido la suficiente distinción entre la raíz de la liber-
los requisitos por parte de ella, todavía permanece indiferente o no determi-
!li tad y la libertad formal de la potencia y del acto. En efecto, la indiferencia
,,
nada a una sola cosa en virtud del objeto, y por ello en nada obsta al uso de
la libertad el hecho de que, puesta la moción de la causa primera, la voluntad del juicio es raíz de la libertad -como quedó señalado arriba y opinan común-
'i
il ya quede determinada a una sola cosa, de suerte que no pueda no realizar el mente los teólogos-, pero no es la misma libertad formal, ya que el juicio no
r!.Cto para el que es movida. En este sentido, para resolver la primera dificultad es libre en sí ni procede próximamente de una potencia formalmente libre,
:;¡ como diré después, sino que se dice indiferente objetivamente o por parte del
:;-e aplica la conocida distinción entre necesidad en sentido compuesto y en sen-
,il
tido dividido; pues, el que la voluntad movida por Dios obre necesariamente, objeto, pues propone un objeto de tal modo indiferente que no arrastra por
~ 'i
sólo es necesidad en sentido compuesto, por lo cual ao es incompatible con la necesidad a la voluntad. Y de aqui resulta que el juicio indiferente indica su-
::¡
libertad del acto necesario de esa manera. A la segunda dificultad responderán ficientemente, en una naturaleza tal que puede juzgar así, alguna facultad for-
restringiendo la mayor y la definición común de facultad libre entendida como malmente libre y, en consecuencia, también un uso o acto libre, si a dicha
aquella que puede obrar y no obrar, puestos todos los requisitos, concretamente facultad se le deja obrar del modo que le es propio y no se le impone ninguna
i por parte del entendimiento y de la misma voluntad, pero no por parte de fuerza extrínseca por la que sea obligada o, hablando con mayor propiedad,
!' Dios. Antes que estos autores modernos indicó esa modificación Almain, en movida necesariamente a tender a un objeto que, por lo demás, sea indiferente
sus Moralibus; y, si bien no la aprueba, tampoco la impugna suficientemente. de suyo. Pues que esto es posible lo hemos demostrado arriba, y de ello hemos
3. Por eso los teólogos modernos antes citados han elaborado otra defini- inferido legítimamente que, en absoluto y sin la restricción indicada, para el
ción de acto libre: es el movimiento de la voluntad realizado en virtud de un uso libre no basta el juicio indiferente y la facultad libre por sí misma.
juicio de la razón tal que por sí mismo, o por el objeto que propone, no baste 5. Primera inferencia.- De ~ colegimos, además, que no es correcto
para determinar la voluntad a una sola cosa. La confirman, en primer lugar, restringir la descripción común de facultad libre: Aquella que, puestos todos

agit, sicut illa non posita, necessario non ad solvendam prio.rem difficultatem appli- voluntatis oritur ex iudicio rationis; ergo ipsum iudicium non est liberum in se ne-
agit; ergo repugnat illa definitio omni cau- catirr cornmunis illa distinctio de, necessi- -oprime et sufficienter definitur actus liber que est proxime a potentia formaliter li-
' !
sae secundae, atque ita respecto illius nulla tate in sensu composito et in sensu diviso; per ordinem ad ta1e iudiciwn seu, quod bera, ut dicam infra, sed dicitur indiffe-
est contingentia vel libertas, sed tantum nam, quod voluntas mota a Deo necessario idem est, per ordinem ad omnia requisita rens obiective seu ex parte obiecti, quia;
ope.retur, solum est necessitas in sensu com- · ex parte intellectus et voluntatis. Secundo, proponit obiectum ita indifferens ut non
.respecto primae.
posito, et ideo non repugnat libertati actus quia ad libertatem sufflcit indifferentia ob- trahat ex necessitate voluntatem. Atque bino
Prior dicendi modus proponitur sic necessarii. Ad posteriorem autem diffi- iecti et non .requiritur indifferentia poten- fit ut iudiciwn indifferens sufficenter in-
2. Haec difficultas est una ex praecipuis cultatem respondebunt limitando maiorem tiae, ut patet in volumate divina, quae de dicet ·in tali natura quae sic iudicare pot-
huius materlae, et occasionem praebet am- et cornmunem definitionem liberae faculta- ·se semper est determinata ad unum; tamen, est facultatem aliquam formaliter liberam,
plios declar~ndi quid sit causa .libera, seu tis, quod, · sít illa potest agere quia obiecta creata sunt illi indifferentia, et consequenter etiam usum seu actum li-
. . ni- id sa_tis est ut libere ea velit; idem ergo sa- berum, si talis facultas modo sibi proprio
netur · ac recepta definitio causae mirum, ex parte intellectus et tis erit ad liberwn actum voluntatis. operari sinatur nullamque extrinsecam vini
liberae. ergo quos supra retuli, · tatis, non vero ex parte Dei. patiatur qua cogatur, vel, proprius toquen-
·.¡' ponentes totam rationem libertatis in indif- ficationem ante hos modernos auctores in- Refutatur dicta sententia do, necessitetur ut in obiectum tendat alio-
ferenti.a obiecti.va (ut sic dicam), facile ex- dicaverat Almainus in suis Moralibus, quam qui de se indifferens. Hoc enim esse pos-
4. Tota haec doctrina procedit ex falso
1

pedient praesentem difficultatem dicentes tamen non approbat, licet non satis eam. sibile supra probatum est, ex quo merito
liberam potentiam esse illam quae, positis impugnet. fundamento, ut in proxima sectione prae- intulimus absolute et absque praedicta limi-
! .
omnibus requisiti.s ex parte ipsius, adhuc 3. Unde praedicti. novi theologi aliam ·cedenti probavi; et occasio errandi fuisse tatione non satis esse ad usum liberwn iu-
manet indifferens seu non determinata ad commentati sunt definitionem actus liberi, videtur quia non distinguitur satis inter ra- dicium indifferens et facultatem ex se li-
unwn ex vi obiecti, et ideo nihil obstare scilicet, esse motwn voluntatis factum ex ·dicem libertatis et formalem libertatem po- beram.
usui libertatis quod, posita motione primae tali iudicio rationis quod per se, vel per tentiae et actus. lndifferentia enim iudicii 5. Prima illatio.- Ex quo ulterius col-
causae, iam voluntas manet ad unUm dete.r- obiecturn quod proponit, sufficiens non sit est radix libertatis, ut supra tactum es1¡ ligimus non recte limitari receptam descrip-
mfuata, ita u.t non possit non exercere ac- ad determinandam voluntatem ad unum. ·et est communis theologorum sententia; tionem facultatis liberae, scilicet: Quae, po-
tum ad quem movetur. Atque in hoc sensu Quam confumant primo quia tota libertas non est tamen ipsa formalis libertas, quia sitis omnibus requisitis ad agendum.. porest
~---------------

360 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección IV 361

los requisitos para la operación, puede obrar y no obrar; no es correcto -re- t"S posible; consiguientemente, es necesario añadir algo para que aquella dis-
pito- restringirla a los requisitos por parte del jnicio y de la voluntad, ya que, tinción sea satisfactoria. Por otra parte, la conocida restricción de la definición
aun cuando concurran todos los requisitos por parte del jnicio y la facultad de libertad, ~on la que se da solución a la segunda dificultad, ya ha quedado
m.Isiml sea libre de suyo, puede no ser libre en el uso o, lo que es igual, el rechazada,_ aparte de que es arbitraria y ofrece ocasión de introducir cualquier
acto puede no ser libre; consiguientemente, para que aquella definición abar- otra semeJante, _por capricho, en esta materia. En efecto, por igual razón po-
que no sólo la facultad libre en sí misma (por así decirlo) o en acto primero, dría ~guno dectr 9-ue, puesta cierta influencia del cielo o aplicada una moción
sino también el uso o acto libre, no bastan aquellos requisitos. Por eso los especial del demomo, nuestra voluntad no puede dejar de obrar siguiéndola y,
herejes contemporáneos, aunque ven que nosotros obramos siguiendo el juici9 sin embargo, e!l~o~ces obraría libremente, ya que, puestos todos los requisitos
y la advertencia de la razón, y que no somos arrastrados o determinados nece- por p~te del JlllCIO y de ~a facultad intrínseca, aquella operación no se sigue
sariamente por los objetos, no obstante dicen que no obramos libremente, ya necesarmmente, aunque se s1gue necesariamente en virtud de otros supuestos.
que se nos impone necesidad de parte de Dios mismo. Pero en esto yerran al . 7. Tercera inferencia.- Finalmente, por lo dicho queda claro que se ha
afirmar que, de hecho, Dios siempre obra de esa manera en nosotros, lo cual ·~ventado falsamente la expr~sada definición de acto libre -aquel que es rea-
es contrario a la fe, a la Sagrada Escritura y a la recta razón; mas no cometen lizado por la . voluntad en vtrtud de un juicio de la razón no necesitante-,
error at inferir que, si Dios imprime necesidad extrínseca al acto, éste no es .porque es P?Sible que el acto, por otra.s causas, sea necesario con necesidad que
libre de hecho; ni tampoco lo cometerían si se limitasen a decir o que este ~pida el, libre uso, como se ha _explicado; luego esa definición puede conve-
modo de obrar de Dios es posible, o que, puesto dicho modo, la indiferencia nir a al~un acto 9'?-e sea. necesario en absoluto. La primera razón- en que se
del juicio no bastaría para el uso libre. apoya ~cha definición úmcamente prueba que el juicio indiferente es la raíz
6. Segunda inferencia.- Todavía se infiere, además, que con las respues- de la libertad; mas de aquí no resulta que la definición de acto libre se com-
tas de aquella opinión no se contesta satisfactoriamente a las dificultades ex- plete añadiendo que proceda de tal juicio, sino que debe añadirse que proceda
puestas. Porque aquella distinción entre sentido compuesto y dividido, por la de la facultad acorde con el juicio, no impedida ni sometida a necesidad ex-
que se resuelve la , primera dificultad, aunque rectamente explicada s~a satis- trinseca, lo cua! _se explica en la definición común mediante. las palabras puestos
factoria, como después veremos, no obstante, tomada con esa generalidad no todos los requtstios, puede obrar y no obrar. En la segunda demostración se
puede bastar; en efecto, demostraremos que una necesidad, incluso en sentido supone una cosa falsa cuando se dice que, para el acto libre la indiferencia
compuesto, repugua al uso de la libertad y lo destruye. Y se patentiza fácil- del objeto es de tal manera suficiente que no resulta necesari~ la indiferencia
mente por lo dicho, ya que Dios, mediante alguna moción y actividad suya, de la poten~ia; pues, ¿cómo va a ser li~re el acto si la potenci:,~. no es indife-
puede inferir necesidad a la voluntad, en cuyo caso el acto no ser~a ?ecesario rente para e¡ercerlo? O también, ¿por qué se dice indiferente el objeto en ra-
en sentido dividido, puesto que la voluntad podría, de suyo y prescmdiendo de zón ~e ~bj:to, a no ser porque no _imprime necesidad a la potencia, sino que
aquella moción, no ejercer dicho acto; en cambio, sería necesario en sentido la de¡a mdiferente? En cuanto al e¡emplo de la voluntad divina, o utiliza un
compuesto, porque, puesta aquella moción, no puede no realizarse; a pesar de supuesto falso o está fuera de la cuestión, ya que se aduce en un caso deseme-
eso, aquella nec~sidad en sentido compuesto e!iminaría el uso libre, pues su- jante. Efectivamente, la voluntad divina, aunque de una manera más elevada
ponemos que Dms, en tal caso, mueve necesar18mente a la voluntad cuanto le y perfecta, con todo, es verdaderamente indiferente de suyo para querer los

agere et non agere, non recte (inquam) li- di Dei esse possibilem vel, illo pasito, non· dere oportet ut: illa distinctio satisfaciat. fundatur illa definitio solum probar iudicium
mitari ad requisita ex parte iudicii et ip- sufficere ad usuro liberum indifferentiam Rursus limitatio illa communis de:finitionis indifferens esse radicem libertatis; non ta-
sius voluntatis, quia, concurrentibUs omni- iudicii. libertatis, qua solvitur posterior difficultas, men inde fit definitionem actus 1iberi com-
bus requisitis ex parte iudicii, et existente 6. Secunda illatio.- Vel ulterius infer- improbara iam est, praeterquam quod est pleri ex hoc quod procedat a tali iudicio,
ipsa facultare de se libera, potest in ipso tur non satisfieri difficultatibus positis per voluntaria et occasionem praebet introdu- sed addendum est quod procedat a facul-
usu non esse libera, seu, quod idem est, responsiones illius sententiae. Nam distinc- cendi quemcumque similem pro libito in tare consentanea iudicio non impedita nec
potest actus non esse liber; ergo, ut illa tio illa sensus compositi et divisi, qua prior hac materia. Nam pari ratione posset quis extrinsecam necessitatem pariente, quod
'!; expeditur difficultas, licet recte explicara dicere, posita quadam influentia caeli vel
definitio comprehendat non solum faculta- communis definitio illis verbis explicuit ut
tem liberam in seipsa (ut sic dicam) seu in satisfaciat, u:t infra videbimus, tamen ita adhibita Jpeciali daemonis motione, non positis omnibus requisitis, possú ager~ er
actu primo, sed etiam usum seu actum li- generatim sumpta satis esse non potest; poss~ voluntatem nostram non operad se- non agere. In secunda vero probatione fal-
hernm non st1fficiunt illa requisita. Unde nam ostendemus necessitatem aliquam, quendo illam, et nihilominus tune libere surn assumitur cum dictur ad actum libe-
huius -temporis haeretici, cum videant nos etiam m sensu compos1to, repugnare--·usui operaturam, quia, positis omnibus requisitis rum ita sufficere indifferentiam obiecti ut
operari ex iudicio et advertencia rationis, libertatis eumque destruere. Et patet facile ex parte iudicü et intrinsecae facultatis, non non sir nec:ssaria indifferentia potentiae;
et ab ipsis obiectis non feni aut determi- ex dictis; nam Deus aliqua motione et ac- necessario sequitur illa operario, etiamsi ex quomodo emm erit liber actus, si potentia
nari ex necessitate, nihilominus aiunt nos tivitate sua potest inferre necessitatem vo- aJia suppositione necessario sequatur. non sit indifferens ad exercendum illurn?
non libere operari, eo quod ab ipso Deo luntati, et tune actus non esset necessarius 7. Tertia illatio.- Tandem constar ex Aut cur obiectum in ratione obiecti dicitur
necessitatem patiamur. In que quidem er- in sensu diviso, quia voluntas, de se et se- dictis falso excogitatam esse novam illam indifferens, nisi quia non infert necessita-
rant, asserentes ita Deum de facto in nobis clusa illa motione, posset non exercere il- definitionem actus liberi, nimirum, esse il- tem potentiae, sed eam indifferentem relin-
semper operari, quod repugnar fidei et di- lum actum; esset autem necessarius in sen- Ium qui fit a voluntate ex iudicio rationis quit? Exemplum autem de vol unta te divina
vinis Scripturis ac rectae rationi; non er- su composito, quia, posita illa motione, non· non necessitante, quia potest actus aliunde aut falsum sumir aut non est ad rem, quia
rant tamen in illatione, nimirum, quod si potest non exerceri; et tamen il1a necessitas esse necessarius necessitate impediente li- affertur in eo quod non est simile. Volun-
Deus infert extrinsecam necessitatem actui, in sensu composito tolleret usum Iiberum, berum usum, ut declaratum est; ergo illa tas enim divina, quamvis altiori et perfec-
non est de facto liber; nec etiam errarent quia supponimus Deum tune necessitare vo-- definitio potest convenire alicui actui ah- tiori modo, vere tamen est indifferens de se
si solum dicerent vel hunc modum operan- luntatem quantum potest; aliquid ergo ad-· salute necessario. Ratio autem prima qua ad volendum creara obiecta; non est enim
362 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección IV 363
objetos creados, pues no está naturalmente determinada a ello; de lo ~ontra­ siderado precisivamente no incluye el acto, sino la carencia de acto, la cual,
rio, ¿cómo seria libre? Y, aunque se baya det~rmi?_ado desde la etermdad y si se da con perfecta advertencia de la razón y plena potestad de querer, será
siempre persevere necesariamente en esa determm~cwn, no obstante,. la deter- libre. Pero digo «si nos referimos al poder absoluto» porque, moralmente o de
minación misma (sea lo que fuere) procede de la h?er.tad y su n~ce~1da.d no ~s ordinario~ esa carencia de apetición no se ejerce sin un acto positivo que sea
'¡ de naturaleza sino de inmutabilidad, la cual no ehmma la propia mdiferen~a o una nolición -por la que se rechaza el objeto propuesto u otro acto acerca
que de suyo 'posee la cosa libre. Siu e~bargo, ~o~~ue en la v~luntad de J?•os
'

de él~ por ejemplo~ el amor o la tendencia al mismo-, o bien una conversión


00 se da realización de su propio acto 01 composlclon de _potencta y acto, d1cha a otro objeto contrario o diverso~ como consta suficientemente por la experien-
il
':·1
indiferencia no está en potencia con respecto al acto, smo en acto puro . co!l cia; porque es muy difícil que, habiendo una advertencia perfecta y práctica
respecto a los objetos; por ello, en ~s~e aspecto no debe compararse la Indi- de la razón, se suspenda todo acto de la voluntad.
1 ferencia de la libertad creada con la divma, 9. Con ello se comprende al mismo tiempo que esta indiferencia de la
.,¡ facultad. libre se salva suficientemente~ de manera primaria y precisiva~ por la
~ l!
Explicación de la definición de libertad referencia al acto o a la carencia de acto, que suele llamarse libertad de ejer-
•!, cicio porque en virtud de ella resulta indiferente el mismo ejercicio del acto.
8. Así, pues, para responder cumplidamente a. l~s, dificultades pr~puestas, Ahora bien, como esta facultad libre es vital y de tal manera perfecta y espi-
ante todo debe retenerse y explicarse aquella descnpc10n de !acult~d hbre, en rítual que puede volver sobre sí misma y sobre sus actos, siempre que puede
la que se postulan dos cosas. Una, que la facultad sea po~encia activa que, por no ejercer librem:nte algún acto, puede también~ mediante otro acto positivo,
sí misma y por su capacidad interna, tenga poder para eJercer y para suspen- querer esa carencia o no querer realizar tal acto. Y de esta manera nunca se
der su acción. Otra~ que esa facultad, cuando re~iza el acto, se encuentre en da libertad de ejercicio sin alguna libertad de especificación, pues siempre que
tal disposición y preparación próxima (por así decrrlo) para la obra. que, pues- la voluntad puede libremente no amar, puede asimismo realizar algún acto que
tos todos los requisitos para obrar, pueda obra~ y no ob~ar. La pr1mer~ p~te Eegún su razón y especie, sea incompatible con el amor, con lo cual, en es~
de esta sentencia no encierra dificultad~ y cas1 no neces1ta nuev~ exphcac1~n,. caso se da alguna indiferencia en cuanto a la especificación del acto. Además
supuesto lo dicho en la sección 2, donde. hemos probado qu~ la hbertad _radi~a de ésta~ puede haber otra en orden a actos contrarios con respecto a un mismo
en una facultad activa en cuanto tal; porque de esto se s1gue con ev1denc1a objeto, en cuanto tiene posibilidad, ya de amar libremente, ya también de odiar.
que la libertad requiere una facultad activa indiferente para obrar . Y para no Y esta doble potestad está incluida también en la facultad libre tomada en sí
obrar. Por ello, para mayor claridad, podemos separar en la potencia hbre dos misma y absolutamente, aunque no sea preciso que la posea. acerca de todos
potencias 0 como dos partes de una sola potencia: una, ordenada a querer o y cada uno de los objetos, pues no es necesario que sea igualmente libre acerca
!1
ejercer el acto; otra, ordenada a no querer o susp~nder la acci_~n. Por_q~e esta de_ todos ellos, como diremos _más adelante. Esto es suficiente a propósito de la
11 última parte de esta potencia, aunque e~ sí sea ciert.a perfeccwn pos1nv_a, no pr1mera parte de esta s~ntencm.
obstante en el uso únicamente puede eJercerse medmnte la sola negac1ón o
~
i·' carencia' de acto de tal facultad, si nos referimos a su poder absolu~o, según .se
10. En la segunda parte de la sentencia propuesta se explica no sólo la
razón de facultad libre, sino también lo que es necesario para el uso de la
:¡, toma de Santo Tomás, 1-II, q. 6, a. 3, y de otros teólogos en el m1smo pasaJe, libertad o acto libre; pues todo esto está comprendido en la antedicha defini-
!:;
,, puesto que el no querer~ en cuanto tal, puede ser libre, pero el no querer con-
l!i: non includit a~m, sed carentian actus, qure
.... ad hoc naturaliter determinata, alias quo- illa facultas, dum exercet actum, ita sit dis- si sit cum perfecta advertencia rationis et
rentiam seu nolle exercete talem actum. At-
que isto modo nunquam est libertas quoad
,,'
¡, modo esset libera? Et, licet ab aeterno se posita et proxime (ut ita dicam) prreparata plena potestate volendi, libera erit. Dico au- exercitium sine aliqua libertate quoad speci-
determinaverit e:t in ea determinatione ne- ad opus ut, positis omnibus requisitis a~ tem si de absoluta potestate loquamur, quia ficationem, nam quotiescumque potest vo-
cesario semper perseveret, tamen illamet de- agendum, possit agere et non agere_. ~n pn- morallter seu ordinarie huiusmodi carentia luntas libere non amare, potest eciam elicere
terminatio (quidquid ipsa slt) est ex liber- ma huius sententire parte non est difficultas, appetltionis non exercetur absque positivo aliquem actum, secundum suam rationem et
·
tate; eiusque necess1tas non e~t natu~ae, nec fere est necessaria nova explicarlo, sup- actu qui sit vel nolitio qua refutatur obiec- speciem repugnantem amori, et ita est ibi aH-
sed immutabilitatis, quae non tolh:t propnam positis qure in sectione 2 ?icta s~nt~ ubi os- tum propositum aut alius acrus circa illud, qua indifferentia quoad specificationem ac-
indifferentiam quam ex se habet res libera. tend.imus Iibertatem conststere m facultate verbi gracia, amor vel intentio eius, vel sit tus. Prreter qllam potest alia intercedere in
Tamen, quia in voluntate Dei non e~t. effi- activa ut sic; ex hoc enim manifeste s:qui- conversio ad aliud obiecrum repugnans aut ordine ad contrarios actus respectu eiusdem
cientia proprii actus neque composttlo ex tur libertatem requirere facultatem acttvam diversum, ut experientia satis constat; quia obiecti, quatenus potest vel libere amari
"·;i¡;;:_ _ _ _ _ _ _~p¡>oDJ•t<eecDn!lotiia•__eetU•llc:tnu'~-_¡jdaee<nLJiWlilll•-_uinwd;¡¡jiLff"e~re<:Jnl]]t:''.ª"::'n:'o~nc-_m;-'!:d;'i¡;ff~e';re:¡n~t;¡em~;;ª"d;;;"agendum et non agendum. difficillimum esset, existente perfecta et prac- vel etiam odio haberi. Quam duplicem po-
est in potentia respectu actus, sed m puro Unde claritatis gratia, possumus in potentia tica advertencia rationis, omnem actum vo- testatem includit etiam facultas libera, se~
actu. respectu obiectorum~ et ideo in hoc libera' duas potentias · prrescindere, seu quasi luntatis suspendere. cundum se et absolute sumpta, quamvis ne-
non est comparanda indifferentia libertatis duas partes unius potentire. Una e~t ad vo- 9. Ex quo obiter intelligitur hanc indif- cesse non sit ut illam habeat circa omnia et
creatae cum divina. lendum seu exercerdum actum; aha ad no- ferenciam facultatis liberre primo ac prrecise singula obiecta, quia non oportet ut sit reque
lendum seu suspendendam actio~em.. H~c satis salvari per habitudinem ad actum vel libera circa illa omnia, ut inferius attinge-
Definitio libertatis 'explicatur enim posterior pars huius P?tes~atis, hcet ~n carentiam actus, qure solet dici libertas quoad mus. Et haec de priori parte huius semen-
8. Ut ergo difficultatibus propositis sa- se positiva quredam p_erfectio stt~ tamen_ m exercitium, quía per eam ipsum exercitium tire.
tisfaciamus retinenda irnprimis et explican- usu per solam negatlonem seu carenttam actus indifferens est. Cum tamen haec fa- 10. In secunda parte sententire proposi-
da est iiJ.3' descriptiO facultatis liberae, in actus talis facultatis exerceri potest, si rle cultas libera vitalis sit atque ita perfecta tae declaratur non solum ratio facultatis li-
qua duo postulanrur. Unum est qm?d illa absoluta eius potestate loquamur, ut sumitur et spiritualis ut in seipsam et in suos motus berre, sed eriam id quod necessarium est
sit potentia activa~ ex se et ex sua mtema ex S. Thoma, 1-11, q. 6, a. 3, et aliis theo- reflectere possit, quotiescumque potest non ad usum libertatis seu actus liberi; hoc
facultate habens vim ad exercendam et sus- Ioids ibi, quia non velle, ut sic! potest esse exercere libere aliquem actum, potest etiam enim totum comprehendit prredicta defini~
pendendam actionem suam. Aliud est quod Iiberum, non velle autem prrectse sumptum per alium positivum actum velle illam ca- tio libertatis, et merito, quia tata difficultas
364 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección IV 365
cton de libertad, y con razón, ya que toda la dificultad y utilidad de la liber- o querer de esa manera, y por ello tal carencia no puede ser libre. Consiguien-
tad estriba en el uso· y ejercicio de la m1sma. Debe tenerse en cuenta que hay temente, para que la facultad tenga libre uso, es necesario que, puestas todas
dos maneras de decir que algo se requiere para un acto: una, como requisito las condiciones preexigidas antecedentemente o en acto primero, pueda obrar
previo para la acción; otra, como intrínseca o esencialmente incluido en la y no obrar por su interna virtud y facultad. Y (para salir al paso de las obje-
acción misma. Lo primero suele denominarse prerrequisito en sentido antece- ciones) cuando decimos «por su interna virtud y facultad» no excluimos el con-
dente o por parte del acto primero, prescindiendo de que tal prerrequisito sea curso divino o un auxilio mayor necesario según la cualidad de los actos; pero
el principio propio de la acción o una condición previamente exigida para ella dejamos esto a los teólogos.
de cualquier modo o en cualquier género de causa. Lo segundo suele llamarse 12. Se demuestra que la indicada definición no debe entenderse de los
requisito en sentido concomitante o en acto segundo, por no distinguirse de requisitos en -sentido concomitante: según dijimos, esos requisitos están in-
la acción libre misma, que es el acto segundo de la facultad libre. Consiguien- d_uidos en la acción; pues, así como la acción se requiere para obrar, así tam-
temente, cuando se dice que es libre aquello que, puestos todos los requisitos btén puede llamarse requisito todo lo que está incluido en la acción. Ahora
para obrar, puede obrar y no obrar, debe entenderse de los prerrequisitos en bien, ~a acción se . requiere en c~anto es aquello por lo que, formalmente, la
sentido antecedente y en acto primero, no de los otros. Esto mismo queda apun- pote~cm se determina y . s~ consutuye como agente en acto; por eso no puede
tado en la sentencia anterior al decir que la facultad libre debe estar dispuesta mclmrse en aquellas cond1c10nes con las cuales la potencia debe ser indiferente para
y próximamente preparada para la operación de tal suerte que, con esa dis- obrar y para no obrar, ya que eso implica una contradicción palmaria; luegO
posición, pueda obrar y no obrar; porque en dicha preparación se incluyen to- tampoco debe incluirse en aquellos requisitos todo lo que pertenece a la razón
'1
'1 dos aquellos prerrequisitos en acto primero para obrar. intrí~seca de ~cción o está incluido en ella de manera esencial, puesto que existe
11. Y, en verdad, fácilmente puede demostrarse que, para el uso libre, es la mrsma razon para todos aquéllos quf" para la acción. Esta interpretación de
r{ecesario que, junto con todos aquellos prerrequisitos, permanezca íntegra la aquella definición se desprende de la opinión común de los teólogos, In 1, dist. 38
expresada indiferencia y aquella como doble potestad. En primer lugar, por- y 39! e In 11, dist. 24, y de la doctrina de San Anselmo que explicaremos en
que, de lo contrario, el cesar de obrar, por ejemplo, no pocedería de la vir- segu1da.
' '
tud y facultad intrlnseca, sino del defecto de alguna condición exigida; pero
esto no contribuye en nada a la libertad, ya que no hay ninguna potencia na- Se resuelve la primera dificultad
tural que obre de manera tan necesaria que no pueda dejar de obrar en alguna
ocasión por defecto de una condición requerida, como la proximidad del pa- 13.' Doble moción de nuestra voluntad por la divina.- Con esta interpre-
ciente u otra semejante. Más aún: si se considera con atención, eso no es po- tación se revuelven fácilmente las dos dificultades señaladas al principio. A la
der no obrar, sino más bien impotencia de obrar o no poder obrar con tal de~ primera se responde que puede entenderse de dos maneras la moción de Dios
fecto; pero la indiferencia de la libertad no se funda en la impotencia de obrar, con respecto a nuestra voluntad. Una, antecedente al -actual concufso con el
sino en la potencia de no obrar. Por eso, cuando la misma voluntad carece de acto de la vol"U?-tad; otra, c~~sistente en .el concurso actual mismo. La primera
algón acto por causa de una natural inadvertencia de la razón, esa carencia de . es poco ~onocrda en metafisrca, es decrr, por los solos principios naturales;
acto no procede de la potencia de no obrar, sino de la impotencia de obrar pero es cierta en teología y, sea la que fuere, está contenida en las condiciones
que se requieren para el acto antecedentemente, esto es, por modo de principio 0
Iibertatis et utilitas eius in ipso usu et exer- tione includ~ntur omnia illa prrerequisita 1n
citio libertatis posita est. Est autem conside- actu primo ad operandum. tia non potest esse libera. Ut ergo facultas tum id quod est de intrinseca racione ac~
randum dupliciter posse dici aliquid requi- 11. Et quidem quod ad usum liberum liberum usum habeat, necesse. est ut, positis cionis seu in illa essentialiter includitur; nam
ri ad actum: uno modo, tamquam praere- sit necessarium cum illis omnibus dictam omnibus condicionibus prrerequisitis antece~ ea~em est de illis omnibus ratio qua: de ipsa
1·1 quisitum ad actionem; alio modo, ~amquam indifferentiam et quasi duplicem potesta- denter seu in actu primo, ex interna vi ct acuone. Atque hrec interpretacio illius defi~
intrinsece vel essentialiter inclusum in ipsa tem integram manere, facile ostendi potest. facultate sua possit agere et non agere. Cum nicionis colligitur ex communi sentencia
actione. Illud prius dici solet prrerequisitum Primo, quia alias cessatio, verbi gratia, ab autem dicimus ex interna vi et facultate (ut theologorum, In I, dist. 38 et 39, et In 11
antecedenter vel ex parte actos primi, sive opere non esset ex intrinseca v"i et facultate, obiectionibus occurramus), non excludimus dist. 24, et ex doctrina Anselmi, qu~
illud sit proprium principium actionis sive sed ex defectu alicuius conditionis requisi~ divinum concursum, vel maius auxilium ne- statim explicabimus.
conditio pra:requisita ad illam quocumque tre; hoc autem nil confert ad libertatem, cessarium pro actuum qualitate, sed id theo~
1
mgdo ue.J in qumris genere C8Jl8fe Hoc au- nuiJa ese enim naturalis potentia ~Il neces~ logis relinquimus. Expeditur prior difficultas
tern posterius dici potest requisitum conco- sario agens qure non possit interdum non 12. Quod autem dicta definitio intelli~ .1~. Duplex motio nostrae voluntatis per
mitanter seu in ipso actu secundo, quia non agere ex defectu conditionis requisitre, ut genda non sit de requisicis concomitanter, dtvmam.- Atque ex hac interpretatione fa~
distinguitur ah ipsa accione libera, qua: est approximationis passi vel alterius similis. probatur, quia bree, ut diximus, includuntur cile expediunru:r duae difficultates in prin~
actos secundus facultatis liberae. Cum ergo Immo, si quis recte perpendat, illud non est iJ?- ipsa accione; nam, sicut accio est requi~ cipio tactre. Ad primam enim respondetur
i. dicitur liberum esse quod, positis omnibus posse non agere, sed est potius impotentia stta ad agendum, ita quidquid in accione in~ duplicem intelligi posse motionem Dei re~
1
requisitis ad agendum, potest agere et non agendi seu non posse agere cum tali defec~ clud.itur potest dici requisitum. Est autem spectu voluntatis nostrae. Una est antecedens
' agere, intelligendum est de praerequisitis ru:; libertatis autem indifferentia non funda- accio requisita ut id quo formaliter deter~ actualem concursum ad actum voluntatis ·
antecedenter et in actu primo, non de alüs. nzr in impotentia agendi, sed in potentia miJ?-atllr potentia et constituitur actu agens, alia consistens in ipso actuali concursu. Prio~
Et hoc ipsum ins.inuatur in prredicta sen~ non agendi. Unde, quando ipsamet voluntas et tdeo non potest includi in his conditioni~ parum nota est in metaphysica seu ex solis
tentia cum dicinzr debere facultatem libe~ caret aliquo actu. propter naturalem inadver~ bus cum quibus potentia debet esse indif- principiis natura:; tamen in theologia esr
ram ita esse dispositam et prox1me prrepara~ tentiam rationis, illa carentia actus non est ferens ad agendum et non agendum, quia certa, et qurecumque illa sit, concinetur sub
tam ad opus ut cum ea dispositione poss.it ex potentia non agendi~ sed ex impotentia involvinzr manifesta repugnan tia; ergo ne- conditionibus requisitis ad actum anteceden~
agere et non agere; in ·illa enim prrepara~ sic operandi seu volendi, et ideo talis caren- que etiam includ.i debet in illis requisitis to-- ter seu per modum principü aut actus pri-
366 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección IV 367
de acto primero. Pues, aunque esta moción se lleve a cabo mediante un acto vital puede dejar de sentir la moción, pero puede no consentir; mas esta cuestión
-que es acto segundo con respecto a la potencia en que radica-, no obstante, presenta una difícil y prolija discusión en Teología, de la que nos abstenemos
con referencia al otro acto en orden al cual se confiere dicha moción, se com- intencionadamente, y, prescindiendo de todas las opiniones, nos contentamos
para por modo de principio, y por ese motivo se dice que es por modo de con la respuesta que todos admiten bajo las palabras consignadas, si bien no
acto primero; dsí, el juicio «hay que obrar el bien» es principio del acto de hay unanimidad sobre su sentido, acerca del ·cual no nos pronunciamos ahora.
la voluntad por el que se ama tal bien; por eso, aunque en el entendimiento 15. La dificultad que estamos tratando afecta propiamente a la segunda
sea un acto segundo, con respecto a la voluntad se considera como primero; moción, pues es aquella en virtud de la cual la acción de la causa segunda de-
y lo mismo ocurre con otros semejantes. La segunda moción es más conocida pende por sí y esencialmente de la primera; y, como. ya he dicho, no consiste
por la luz natural, ya que físicamente es necesaria, de modo más intrínseco, en otra cosa que en el mismo concurso de Dios. Por qué se llama a éste mo-
para la acción de la criatura; y se cuenta esa moción entre los requisitos para ción, 1o explicaremos más abajo y al estudiar la dependencia de la causa segun-
el acto en sentido concomitante, puesto que el concurso de Dios está esencial- da en su obrar con respecto a la primera. Así, pues, de esta moción es cierto
mente incluido en la acción de la criatura. que, una vez puesta, la voluntad no puede no moverse; sin embargo, negamos
14. Así, pues, acerca de la primera moción debe decirse que, una vez que esto sea contrario al uso de la libertad, ya que dicha moción no es una de
puesta, todavía tiene la voluntad posibilidad de no realizar el acto en orden las condiciones previamente requeridas para el acto, sino que está esencial-
al cual se da tal moción, pues, siendo dicha moción una de las condiciones mente incluida e~ la acción misma de la voluntad. De qué clase es este con-
preexigidas para el acto libre, si no dejase expedita a la potencia, quitarla el curso o moción de Dios, cómo existe juntamente con el influjo de la voluntad
libre uso porque la determinaría a una sola cosa. Entonces, ¿qué libertad o creada, y si puede decirse de alguna manera anterior sin lesión de la libertad,
elección habria, si sólo se concediese una parte?, como dijo con razón Evodio y, finalmente, de qué manera cae bajo la potestad del hombre el tener o no
a Constancia, según consta por Turriano, lib. IV Pro epistolis Pontific., c. 2. tener esta moción de Dios (porque esto también es cierto y necesario para la
Por eso el Concilio de Trento, ses. VI, c. 4, acerca de esta moción previa, libertad), lo trataremos en el lugar que hemos citado poco antes.
incluso en las obras de la gracia, define que, puesta ella, todavía tiene la vo-
luntad potestad de no consentir. Y esto no atenta contra la eficacia de la mo-
ción divina, ya porque no ocurre por impotencia, sino por sabiduría, providen- Se responde a la segunda dificultad
cia y voluntad del primer motor, ya también porque, cuando El quiere, hace 16. Por . último, la segunda dificultad ya queda resuelta en virtud de lo
asimismo, de manera eficaz, que la voluntad consienta infaliblemente, aunque dicho; efectivamente, pasando por alto la primera moción -que no hace a
pueda no consentir. Ahora bien, esencial y absolutamente no es contradictorio
1

11 nuestro caso ni se habla de ella en el argumento-, acerca de la segunda o con-


que, existiendo esta moción, la voluntad no se mueva con aquel acto o mo- curso de Dios se niega que sea uno de los prerrequisitos antecedentes de los
vimiento libre en orden al cual se da dicha moción, ni hay correlación, a este que se trata en la definición de libertad, según hemos explicado, y por ello
respecto, entre el mover y el ser movida, cuando una moción se compara con declaramos que, puesta dicha moción, la voluntad no puede dejar de moverse
[il otro acto como principio de éste y no sólo como vía hacia el término. Del modo porque ya se supone constituida bajo su acción, inas no sin su determinación
como dijo San Agnstin en otro lugar que quien es movido de esta manera no libre. Y en este sentido se responde· también perfectamente mediante la dis-
¡i
tinción entre sentido compuesto y dividido; porque, establecida esta mocióri en
1

,:1
•. 11·1·1
1

mi. Narn, Iicet hrec motio fiat per actum naret potentiam ad unum. Qua: autem esset
vitalem, qui est actus secundus reSpectu po- libertas aut electio ubi una tantum pars tionem~ posse autem non consentire; sed ipsiusmet voluntatis creatre, et an possit di-
tentire in qua inest, tamen respecto alte- fuisset concessa? ut recte dixit Evodius ad haec res habet in theologia gravem et pro- ci aliquo modo prior absque laesione liber-
rius actus propter quem datur illa motio, Constantium, apud Turrianum, lib. IV pro lixam disputationem, a qua nos consulto abs- tatis, ac denique quemado sit in potestatc
comparatur per modum principii, et ea ra- Epistolis Pontific., c. 2. Et ideo Conc. Tri- tinemus, et ah omnibus opinionibus a.bstra- hominis habere vel non habere hanc Dei
tione dicitur es se per modum actus primi; dentinum, sess. VI, c. 4, de huiusmodi mo- hentes ea responsione contenti sumus quam motionem (hoc enim etiam verum est et ad
ur iudicium de bono agenda est principium tione pra:via etiam in operibus gratia: de- omnes sub pra:dictis ver bis amplectuntur, libertatem necessarium), dicemus in loco
actus voluntatis quo tale bonum amatur; un- finit, illa posita, adhuc esse in potestate vo- licet in eorum sensu sit dissensio, de quo paulo ante citato.
', ¡ de, licet in intellectu sit actus secundus, ta- nunc iudicium non ferimus.
luntatis non consentire. Neque hoc est con-
1 men respecto voluntatis comparatur ut pri- tra efficaciam divina: motionis, tum quia id 15. De altera vera motione procedit pro- Respondetur ad posteriorem difficultatem
1;'
1 mos; et idem est de alüs similibus. Pos- non provenit ex impotentia. sed ex _sapien- prie difficultas quam tractamus; nam illa 16. Denique secunda difficultas iam ex
terlOr motlo est mag1s nota lunune Iiaturali, cia, providentia et voluntate ipsius primi mo- est qua 'per se et essentialitex pendet actio dictis expedita est; omissa enim priori mo-
li'
1;;
quia physice est magis inttinsece necessa-
ria ad actionem creatune, cornputatur autem
toris, tum etiam quia, quando ipse vult,
etiam facit efficaciter ut voluntas infallibili-
causae secunda e a prima; et, ut dixi, non
est aliud quam ipse concursus Dei, de quo
tione, qme neque ad nos spectat nec de illa
in argumento est sexmo, de posteriori seu
illa motio inter requisita ad actum concomi- ter consentiat, quam.vis possit non cansen- cur motio dicatur, dicemus inferius et trae- concursu Dei negatur esse ex prrerequisitis
', i tanter, quia concursos Dei essentialiter in- tire. At vera per se et absolute non repug- tanda de dependentia causa: secunda: a pri- antecedenter, de quibus loquirur definiti.o li-
cluditur in actione creaturre. ma in operando. De hac ergo motione ve- bertatis, ut explicuimus, et ideo fatemur, illa
!: 14. De priori igitur motione dicendum
nar, stante hac motione, non moveri volun-
tatem illo actu seu motu libero propter rum est, illa posita, non posse voluntatem posita, non posse voluntatem non moveri,
est quod, illa posita, adhuc potest voluntas quem talis motio datur, nec quoad hoc sunr non moveri; nega:mus tamen id repugnare quia iam supponitur constituta sub actione
non opexari illum actum propter quem da- correlativa movere et moveri, quando una usui libertatis, quia illa motio non est ex con- sua, non tamen sine determinatione sua
tur talis motio, quia cum illa motio sit ex motio comparatur ad alium actum ut prin- ditionibus pra:requisitis ad actum, sed essen- libera. Atque in hoc sensu optime etiam re-
conditionibus pra:requisitis ad actum libe- cipium eius et non tantum u:t via ad termi- tialiter includitur in iosamet actione volun- spondetur pex distinctionem illam de sensu
rum, nisi relinqueret illam potestatem expe- num. Quomodo alias dixit Augustinus eum tatis. Qualis autem sit hic concursus seu mo- composito et diviso; posita enim hac mo-
ditam, tolleret usum liberum, nam determi- qui sic movetur non posse non sentire mo- tio Dei, et quomodo sit simul cum influxu tione in sensu composito, non potest vo-

------~---- - --
368 Disputaciones metafísicas Disputación XIX .-Sección V 369
sentido compuesto, la voluotad no puede no obrar, por suponerse que ya _está efecto, hemos demostrado que todas las cosas carentes de razón carecen tam-
obrando; de aquí que eso no repugne a la libertad, puesto que en la misma bién de libertad, a causa de su imperfección. De aquí resulta que, inversamente,
suposición se incluye y ya se supone el uso de la libertad, acerca del cual, como todos los agentes racionales o intelectuales son también agentes libres, pues
de cualquier otra cosa, se dice con verdad que cuando existe, existe necesaria- ªquella negación de uso de razón es la causa adecuada y suficiente de la ca-
mente, auoque absoluta y simplemente (y esto se afirma en sentido dividido) rencia de lib~rtad; luego la afirmació-!1 opuesta es asimismo la razón adecuada
pudiera no existir. Esto mismo es lo que afirmó San Anselmo, lib. De concor- de la afirmación opuesta. Se confirma, porque se ha probado en particular que
dia praesc., desde el principio, y lib. 11 Cur Deus horno, c. 17 y 18: que la el hombre es uo agente libre, auoque es inferior a todos los del orden intelec-
necesidad que procede de una suposición antecedente elimina la libertad, pero tual; luego a fortiori debe decirse que todos los agentes creados que poseen
no la que procede de una suposición consiguiente. En efecto, llama suposición entendimiento poseen también libertad. Esto lo repetiremos en particular acerca
antecedente a todo aquello que riosotros denominamos prerrequisito en sentido de las inteligencias creadas, cuando nos ocupemos de ellas más adelante. Y no
antecedente, o por parte del acto primero, para el acto libre; por eso llama él se opone a ello el argumento basado en los movimientos o influencias celestes.
a esta suposición antecedente causa de la cosa, de donde, si en virtud de t~l Pues, por lo que se refiere a las inteligencias que ·mueven los cielos, aunque
suposición se sigue necesariamente el acto, queda anulada la libertad, a cuya sean libres en otras cosas, al mover los cielos pueden ser llevadas por alguna
razón pertenece el que la potencia, con todos aquellos prerrequü;itos, perma- necesidad, ya en virtud de la moción e imperio de un agente superior, ya en vir-
nezca íntegra para obrar y no obrar, incluso en sentido compuesto con relación rod de uo fin preconcebido, al que aman y al cual tienden de manera inmuta-
a tales condiciones antecedentes, como se ha explicado. En cambio, llama su- ble. En cuanto a la influencia de los cielos, debe afirmarse que dicha influencia
posición consiguiente a toda aquella que incluye la acción misma de la cn.ia- no se extiende directa y esencialmente a las cosas espirituales y materiales, no
tura, porque esa ya supone el uso libre, según queda declarado. Por tanto, la sólo porque únicamente influyen mediante el movimiento físico, del que es in-
necesidad que procede de ella no puede eliminar el uso libre, ya que no es capaz la realidad espiritual, ~ino también porque la realidad espiritual es de
tma necesidad real, sino sólo de inferencia, como dijo Santo Tomás, De Veri- orden superior y, por tanto, la realidad material no tiene posibilidad de obrar
tate, q. 24, a. 1, ad 13, quien confirma esta doctrina en el lib. 11 de la Física, direCtamente sobre ella. En cambio, las almas humanas son inmateriales en sí
lect. 15, al principio; la apoya también San Agustín, De Civitate Dei, lib. V, y tienen libertad en cuanto son inmateriales y obran mediante una potencia
c. 10. inmaterial; por lo que la influencia de los cielos no puede impedir a los hom-
bres el uso de la libertad, auoque indirectamente, por medio del cuerpo y de
SECCION V sus afecciones, pueda inclinarlos más o menos a una u otra parte; pero el hom-
bre puede, con sU libertad, vencer esa inclinación y dominar a los astros.
¿EN QUÉ FACULTAD RADICA FORMALMENTE LA LIBERTAD DE LA CAUSA CREADA? 2. La sustancia espiritual es el principio radical de la acción libre.- De
l. Todo agente racional, y sólo él, es capaz de libertad.- En el tercero y aqul resulta claro, además, que el principio principal quo de la acción libre siem-
cuarto motivos de duda propuestos en la sección 2 se pide que expliquemos pre es alguna sustancia o forma sustancial espiritual. Se demuestra porque se-
más claramente cuáles son las causas creadas que en su obrar no están sujetas mejante principio es o el alma racional o alguna sustancia superior; pero el
a necesidad, y por qué facultad poseen este dominio. A propósito de las cau- alma racional es inmaterial, y mucho más lo es cualquier sustancia superior;
sas principales o que operan ut quod, la solución es fácil por lo ya dicho; en tio ex dictis; ostendimus enim res omnes extendí directe ac per se ad res spirituales
racione carentes carere etiam libertate ob ec immateriales, tum quia solum influunt
!untas non operari, quia iam supponitur ope- declaratum est. Suppositionem autem conse- irnperfecrionem suam. Qua fit ut e contrario per physicum motum, cuius res spiritualis
raos; unde id non repugnat libertati, quia in quentem vocat omnem illam quae includit omnia agentia rationalia seu intelleccualia incapax est; tu m etia m quia res spiritualis
ipsamet suppositione includitur et iam sup- ipsammet actionem creaturre, quia iam illa sint etiam agencia libera; nam illa negatio est ordinis superioris, et ideo in eam direc-
ponitur usus libenatis, de qua, sicut de supponit usum liberum, ut declaratum est. usus rationis est sufficiens et adaequata ra- t~ agere non ootest res rnaterialis. Animi
qualibet alia re, vere dicitur, quando est, Unde necessitas ex illa non potest ipsum li- tio carentiae libertatis; ergo opposita affix- autern hominuln in se immateriales sunc
necessario esse, licet simplidter et absolute berum usum auferre, quia non esc necessitas matio est etiam adaequata ratio oppositae et •Iibertatem habent quatenus immateriales
(quod dicitur in sensu diviso) posset non rei, sed illationis tantum, ut D. Thomas di- affirrnationis. Et confurnatur; nam osten- sunt et per immateriakm potentiam ope-
esse. Et hoc ipstml est quod dixit Anselm., xit, q. 24 de Verit., a. 1, ad 13, qui hanc sum est in particulari hominern esse agens rantur, et ideo in:ftuentia caelorum non pot-
lib. de Concordia praesc., a principio, et lib. doctrinam confirmat lib. 11 Phys., lect. 15, liberum, licet in gradu intellectuali sit in- est libertatis usum horninibus impedire,
II Cur Deus horno, c. 17 et 18, necessita- in principio; favet etiam D. Agust., V de fimum omnium; ergo a fortiori dicendum etiamsi indirecce medio corpore et affec-
tun ex supposítione antecedente coHere H- Chit., c. 101,.---------- esc omnia agentia creata quae intellectum tibus eius possit illos in alterutram par-
1' bertatem, non vero ex suppositione conse- habent habere eciam libertatem. Quod ite- tem rnagis aut minus inclinare, quam incli-
1 quente. Suppositionem enim antecedentem SECTIO V
rum de intelligentiis creatis in particulari nacionem potesc horno sua libertate supera-
vocat omne id quod nos dixirnus esse prae- QUAENAM SIT FACULTAS IN QUA FORMALITER dicemus infra de eis disputantes. Neque re et astris dominad.
1

requisitum antecedenter seu ex parte actus RESIDET LmERTAS CAUSAE CREATAE contra hoc obstat argumentum sumptum ex 2. Spiritualis substantia liberae actionis
primi ad actum liberum; unde hanc sup- l. Omne et solum rationale agens est motibus aut influentüs crelorum. Nam quod radicale principium.- Ex quo ulterius con-
!
positionem antecedentern ipse vocat causam libertatis capax.- In tertia et quarta racio- attinet ad intelligentias motrices crelorum, stat principiurn principale qua liberae ac-
rei, et ideo, si ex tali suppositione neces- ne dubitandi, sect. 2 propositis, petitur ut etsi in alíis rebus liberre sint, possunt in tionis semper esse substantiam aliquam seu
sario sequitur actus, tollitur libertas, de cuius distinctius declaremus qurenam sinc causre movendis crelis necessitate aliqua duci, vel ex substantialem formam spiritualem. Probatur
racione est ut cum omnibus illis prrerequisi- creatre qure in agenda non subduntur neces- motione et imperio superioris agencis vel ex quia huiusmodi principium vel est anima
tis rnaneat potencia integra ad agendum et sitati, et per quam facultatem hoc dominium fine prreconcepto, quem immutabiliter dili- rationalis vel aliqua superior substancia; sed
non agendum, etiam in sensu composito re- habeant. Et quidem de causis principalibus gunt atque intendunt. Quod vero ad influen- anima racionalis eSt imrnaterialis, et multo
spectu talium conditionum antecedentium, ut seu operantibus ut quod, facilis est resolu- tiam caelorum attinet, dicendum est illam non magis ornnis superior substancia; ergo. Et
24
370 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V 371

luego. Se confirma, porque toda forma material, en cuanto tal, obra desprovista recibe de una potencia superior mediante su acto; consiguient~mente, aq'?-ella
de inteligencia y razón, y, consiguientemente, obra de modo meramente natu- potencia que es principio próximo del acto esencial e inmediatamente hbre,
ral; luego la forma que es principio de la acción libre deoe ser espiritual. debe ser espiritual y esencialmente perteneciente al orden intelectual, en cuanto tal.
3. El principio próximo de la acción libre siempre es una potencia espiri-
tual.- El acto libre es elícito o imperado.- En tercer lugar, también resulta El libre albedrío no consiste en un acto o en un hábito, sino en una potencia
,i claro por esto que el principio próximo de la acción libre es alguna potencia 4. De aquí concluimos, en cuarto lugar, que el libre albedrío creado con-
'! ¡ de la sustancia espiritual en cuanto es espiritual o intelectual. Y añado esto siste directa y formalmente en una potencia tal que tiene el indicado pod~r
por razón del alma humana, la cual, aunque tiene muchas facultades, varias de y dominio sobre su propio acto. N o es necesario detenerse en refutar las opi-
1.:. 1

ellas son materiales porque no le convienen en cuanto es intelectual, y por ello niones de quienes dijeron que el libre albedrío consiste en algún acto, o e~
1' . no son principio próximo de la acción libre. La razón de esta afirmación es un hábito, o en una potencia en cuanto modificada por un hábito. De esas opi-
1·1
que el principio próximo debe ser proporcionado al principal. Además, porque niones, sostuvo la primera Herveo, Quodl. 1, q. 1; la segunda) San Buenaven-
'1, '
una cosa no tiene dominio de sus actos sino en cuanto es intelectual; luego tura, In Il, dist. 25, a. 1, q. 4; la tercera, San Alberto, In 11, dist. 24, a. S.
11
:· únicamente posee este dominio en virtud de una facultad perteneciente al orden Ahora bien, dichas opiniones o no son probables o emplean los términos en
btelectual; pero este orden es inmaterial en sí mismo y en todas las potencias sentido diferente. Porque el hombre posee libre albedrío incluso cuando nada
próximas a él; luego. Sólo debe advertirse que una acción puede denominarse obrase; de lo contrario, perdería el libre albedrío por el solo hecho de dejar de
libre en doble sentido, a saber: como acto elícito, es decir, próximamente, en obrar, cosa que es absurda; consiguientemente, el libré albedrío no puede con-
orden a la potencia que realiza la acción -así, el querer es libre-, o bien sistir en un acto. Además, el hombre tiene libre albedrío porque puede obrar
como acto imperado, o sea, remotamente, en orden a la potencia que mueve o y no obrar, una vez puestos todos los requisitos para la operación; pero es pró-
aplica una facultad inferior a la operación; de esta manera es libre el andar. ximamente capaz de obrar por alguna potencia; luego posee próximamente la
Pues bien, cuando tratamos del principio próximo de la acción libre, deb~ en- libertad por alguna potencia del alma; luego tal potencia será el libre albedrío.
tenderse de una acción propiamente libre en orden a su principio 1 inmediato, Además, si la libertad de albedrío consiste en algún acto, pregunto si ese acto
y en este sentido decirnos que el principio -próximo de la acción libre es una es realizado por la potencia libre o no. Si se afirma lo primero, la libertad ya
facultad espiritual; porque el principio próximo de la acción que sólo es libre precede a tal acto y, por tanto, se da en la potencia misma con anterioridad
imperativamente puede ser a veces una facultad material en cuanto es una al acto. Si se afirma lo segundo, ese acto es necesario; entonces, ¿cómo puede
potencia locomotriz que reside en los miembros del cuerpo, ya que esa poten- consistir en él la libertad de albedrío?
cia puede estar subordinada a una sustancia espiritual superior, en la cual existe 5. Se responde a una obieción.- Quizá se digá que aquel acto, aun sien-
la auténtica facultad que tiene dominio sobre su acto y, mediante él, sobre la do necesario, puede ser principio de una elección o deliberación libre; pues así
potencia inferior y su acción. Por eso, cabe decir también que, aWl cuando la parece que razona Herveo. Considera, en efecto, que la potencia no es. apta
1,'¡¡ acción ·imperativamente libre se realice próximamente --de manera física y. en para realizar un acto libre si no precede un acto necesario que sea principio
1" cuanto a su entidad- por otra potencia, la denominación de libertad sólo la de aquél; porque la deliberación -dice- precede al acto libre, y a la delibe-
"
::1 ración precede la voluntad de deliberar. Pero esto puede entenderse del acto
!i¡'
¡·: confirmatur, nam omnis forma materlalis, nem aliquam denominari liberam, scilicet,
1'1 quatenus talis est, operatur absque intelli- ut actum elicitum seu proxime in ordine illa ergo potentia quae principium proxi- consistere. ltem horno est liberi arbit::rij,
·;,¡ gentia et ratione, et ideo operatur modo me- ad potentiam efficientem actionem, quemo- mum est actus per se ac immediate Iiberi quia potest operari et non operari, positis
re naturali; ergo forma quae est principium do ipsum velle libertim est, vel ut actum im- spiritualis esse debet ac per se spectans omnibus requisitis ad agendum; est autem
liberre actionis esse debet spirirualis. peratum seu remate in ordine ad potenti.am ad intellectualem gradum, quatenus talis est. pateos proxime ad operandum per aliquam
:·,
···.1
3. Proximum principium liberae actionis moventem seu applicantem inferiorem fa- potentiam; ergo libertatem habet proxime
semper est potentia spiritualis.- Liber ac- cultatem ad agendum, quomodo ambulare Liberum arbitrium non in actu vel habituJ per aliquam potentiam animae; talis ergo
:r: tus, vel elicitus vel imperatus.- Tertio, bine est liberum. Cum ergo agirnus de proxirno sed in potentia aliqua consistere potentia erit liberum arbitrium. Deinde, :si
etiam constat principium · actio- principio actionis liberre, intelligendum est 4. Atque bine quarto concludimus libe- libertas arbittü consistit in aliquo actu, in-
1 ¡ nis liberae esse potentiam substan- de actione proprie libera in ordine ad suum rum arbitrium creatum directe et formaliter quito an ille actus sit elicirus a potentia
tire spiritualis quatenus s¡>iritm>!is immediatum principiumJ et hoc modo dici~ consisrere in huiusmodi potencia qure prre~ libera, necne. Si primum dicatur, iam liber-
tellectualis est. Quod mus principium · liberre dictam vim et dominium haber in suum pro- tas antecedit illum actum; est ergo in ipsa
'1
¡:· facultatem actum. Neque oportet immorari in potentia ante actum. Si vera dicatur secun-
earum refutandis eorum opinionibus qui dixerunt dum, ille actus necessarius est; quomod.o
quia non conveniunt illi quatenus intellec- est interdum esse potest ma 4
liberum arbitrium consistere in aliquo actu, ergo in illo potest consistere arbitrii liber-
tualis est, et ideo non sunt principium pro- terialis ut est potencia motiva secundum lo- vel in habito, vel in potentia prout aliquo ha- tas?
·¡, xirnum liberre actionis. Ratio huius assertio- cum residens in membris corporisJ quía illa bitu affecta. Ex quibus opinionibus primam 5. Obiectioni respondetur.- Dicetur for-
1: nis est quía principium proximU.m debet esse potest subordinata superiori substan- tenuit Hervaeus, Quodl. I, q. I; secundam tasse illum actum, etsi necessarius sit, posse
1 ~ es se accommc:xiatum principali. 1tem, quia tire spirituali, in qua est propria vis domi- Bonav., In 11, dist. 25, a. 1, q. 4; tertiam esse principium liberae electionis aut deli~
res non habet dominium sui actos nisi qua- nativa in suum acnun, et mediante illo in Albertus, In 11, dist. 24, a. 5. Verum hae berationis; ita enim visus est philosophati
tenus intellectualis est; ergo non habet hoc inferiorem potenti.am et actionem eius. Unde opiniones aut probabiles non sunt aut aliter Hervaeus. Existimat enim potentiam non
dominium nisi per facultatem pertinentem gd etiam dici potest quod, licet actio impera- vocibus utuntur. Horno enim liberum arbi- esse aptam ad eliciendum actum liberum
gradum intellectualem; hic autem grados tive libera, physice et secundum suam en- trium habet, etiam quando nihil operaretur; nisi praecedat actus' necessarius qui sit prin-
immaterialis est secundum se et secundum ti.tatem, proxime fiat ab alia potencia, de- alias amitteret liberum arbittium per solam cipium eius; nam liberum acrum (inquij:)
omnes potencias sibi proximas; ergo. ·so 4
nominationem autem libertatis non habet cessationem ab actu, quod absurdum est; praecedit deliberatio, et deliberationem pr:re-
Ium est animadvertendum dupliciter actio- nisi a superiori potencia medio actu eius; non ergo potest liberum arbitrium jn actu cedit voluntas deliberandi. Sed hoc intelliti
Disputación XIX.-Sección V 373
372 Disputaciones metafísicas
0
infusión de otro, puede en seguida libremente querer o no querer tal objeto.
del. entendimiento o del acto de la voluntad. Pues bien, es cierto que, con an-
Además, aun cuando en el hombre muchas veces preceda esa voluntad de de-
terioridad al primer acto realizado libremente, debe Preceder de manera nece-
liberar, o de investigar o considerar algo ·más acerca del objeto en cuestión,
saria un acto del entendimiento, no libre, ni propiamente voluntario, sino na-
incluso esa voluntad de deliberar no es natural, sino libre, puesto que no hay
~al; porque, como no s~ ~uede querer nada que no se haya conocido pre-
nada que mueva necesariamente a tenerla; luego esa voluntad de deliberar tam..
vtamente, antes de cuaiqwer volición debe darse algún juicio; por tanto, ese
juicio que precede a la primera volición no puede proceder de la voluntad y, poco precede siempre al otro acto libre acerca de cualquier objeto ni, cuando
precede) es siempre natural y necesaria. La razón está en que, para que la vo-
consecuentemente, tampoco puede ser libre. Ahora bien, sería del todo impro-
luntad quiera un objeto, no se precisa que haya querido antes la consideración
pio y falso afirmar que tal juicio es el Iib~albedrlo mismo por el hecho de
qu~ puede ser, en su género, fundamento y origen del uso libre, puesto que
del objeto, sino que basta con que posea esa consideración por la naturaleza,
s?lo .es una condición requerida y una aplicación del objeto para que la poten- o por la voluntad, o por otro medio. Porque lo único necesario con respecto
na hbre pueda usar de su facultad. Y, aunque concediéramos que dicho juicio al objeto que se ha de querer es que sea conocido previamente; en cambio,
concurre activamente al acto realizado libremente por la voluntad, a pesar de que ese conocimiento tenga su origen aquí o allí es accidental. Y por la mis-
todo la libertad no consistiría en él; porque, más bien, él influye de suyo na- ma razón -aunque rimchas. veces la deliberación e investigación intelectual es
turalmente, aunque está esperando (por así decirlo) el consentimiento o influjo directamente voluntaria- no es necesario que proceda de alguna volición na-
de la voluntad, de cuyo poder depende el prestarlo o suspenderlo; consiguien- tural o necesaria, sino que puede proceder de una volición libre; es más, mo-
temente, no es legítimo atribuir la libertad a ese juicio o acto del entendimiento ralmente sucede asi) y por ello con frecuencia es culpable la inadvertencia, ya
como a principio en el que radica de manera próxima. que podia haberse tenido la advertencia por la voluntad libre. Consiguiente-
6. En cambio, si eso se entiende del acto de la voluntad:) no es universal- mente, por este capítulo no es necesario que ningún acto natural de la voluntad
mente cierto que, con anterioridad a todo acto libre de la voluntad, deba pre- preceda al acto libre.
ceder al~ acto na~urai que sea principio del acto libre; pues ¿cuál es ese 7. Si toda intención del fin es necesaria.- Desde otro punto de vista, pue-
acto, o cu~ la necesidad de que deba preceder? Se responderá que es la volun- de objetarse que la intención del fin precede siempre a la elección de los me-
tad de. dehbera.r. Mas no es así; porque, en primer lugar, en Dios hay per- dios; pero la intención del fin es necesaria, puesto que la libertad -según
fecta hbertad sm tal voluntad, preexistiendo en su entendimento (según nues- piensan Aristóteles y Santo Tomás- sólo se da en la elección de los medios;
tra manera de entender) una perfecta ciencia de las cosas, meramente natural luego, por est~ causa, al acto libre precede siempre algún acto necesario que
y necesaria. Asimismo el ángel, en su primer instante, realizó un acto libre de es el principio próximo y la razón de la elección libre; luego en él debe po-
su voluntad sin voluntad previa de deliberar mediante el entendimiento, sino nerse primariamente la libertad de albedrío. Respondo que se súpone una cosa
únicaJ:?ente suponi~~do aig,ún ~onocimiento actual del entendimiento, que po- falsa y que la inferencia es mala. Efectivamente, no toda intención del fin es
seyó mnato y recibido mas bien que adquirido por su propia voluntad. De necesaria, porque hay muchos fines particulares a Jos que- tendemos con liber-
tad, no sólo de ejercicio, sino también de especificación; solamente amamos
~e~a semeJan~e, el . ~ombre, s~ tiene en su entendimiento una suficiente pro-
posiCIÓn y cons1derac10n del ob¡eto, aunque no la tenga por aplicación de la por necesidad el fin último o supremo, y eso únicamente en cuanto a la espe-
voluntad, sino por excitación del objeto que se le presenta, o por manifestación cificación, no en cuanto al ejercicio, al menos en el presente estado de vida,
Como diremos poco más adelante, donde explicaremos en qué sentido se dice
potest de actu intellectus vel de actu volun- intellecms ut principio in quo prox.ime re- mediate libere velle aut non velle tale ob- ideo saepe inconsideratio est colpabilis, quia
tatis. Verum ergo est ante primum actum sidet. iectum. Ac deinde, licet in homine saepe consideratio poterat per liberam voluntatem
libere elicitum debere necessario praecedere 6. Si vero id intelligatur de acto volun- antecedat illa voluntas deliberan.di seo ali- haberi. Ex hoc ergo capite non est necesse
acrum intellectus, non liberum nec proprie tatis, non est in universum verum ante om- quid amplios inquirendi vel considerandi de ut aliquis actus naturalis volontatis prae-
voluntarium, sed naturalem; quia cum ni- nem actum liberum voluntatis praecedere tali obiecto, etiam ill.a voluntas deJiberandi cedat liberum.
hil possit esse volitum quin sic praecogni- aliquem actum naturalem qui sit principium non est natoralis, sed libera, quia nihil est 7. An omnis intentio finis necessaria.-
tum, ante omnem volitionem antecedere de- actos liberi ~ quis enim est talis actus, aut quod necessitet ad illam habendam; ergo Aliter obiici potest, quia intentio :fi.nis sem-
bet iudicium aliquod; illud ergo iudicium quae necessltas cur antecedere debeat? Re- neque illa voluntas deliberandi sempei an- per praecedit electionem mediorum; inten-·
quod antecedit primam volitionem non pot- spondebitur illum esse voluntatem deliberan- tecedit alium actum liberum circa omne tio autem :finis necessaria est; nam libertas,
est esse ex volontate profectum, e~ Conse- di. Sed contra; nam imprimis in Deo est obiectum, neque, com antecedit, semper ut Aristot. et D. Thomas sentiunt, solum
quenter neqoe liberum. lmproprlissime ao- perfecta libertas sine tali voluntate prae- est naturalis ac necessaria. Et ratio est est in electione mediorum; ergo ex hoc
tem ac falso dicetur illud iodicium esse existente in intellectu (modo nostro 'intelli- ·-"!'-- - _quia, ut. vol untas velit obiectum non est capite ante actum liberum antecedit sem-
ipsum liberum arbitrium eo quod in suo gendi) perfecta rerum scientia mere natu- necesse ut prius voluerit considerationem
genere possit esse fundamentum et origo ~ali ac. necess~ria. Angelus· etiam in primo per aliquis actos necessarius, qui est p.rin-
obiecti, sed satis est quod talem conside- cipium proxinrum et ratio electionis libe-
liberi usos, quia solum est conditio requi- mstanu habmt actum liberum voluntatis rationem habeat, sive illam considerationem
'¡ sita et applicatio obiecti ot potencia libera absqoe praevia voluntate deliberandi per rae; ergo in eo ponenda est primo libertas
habeat a natura, sive a voluntate, sive aliun- arbittii. Respondeo et falsum assomi et
.1 possit sua facultate uti. Et qoamvis dare- intellectum, sed supposita tantum aliqua dc. De necessitate enim obiecti volendi so-
mos iudicium illud concurrere active ad actuali cognitione intellectu.s, quam habuit male colligi. Non enim omnis intentio :finis
' Iom est quod sit praecognitum; quod vero
actum libere elicitum a voluntate, nihilo- co~creatam et recep?m potius quam pro~ illa cognitio hinc vel inde proveniat, acci- necessaria est; sunt enim multi fines par-
minus non in illo consisteret libertas; nam pna voluntate acqms1tam. Et similiter horno dcntarium est. Et eadem racione, etiamsi ticulares quos non solum quoad exercitium,
potius ipsum de se naturaliter influit, ex- s~ in intellectu .habet sufficientem proposi- saepe accidat consultationem et inquisicio- sed etiam quoad specificationem libere vo-
pectat tamen (ut sic dicam) consensionem !tonem et constderationem obiecti, etiamsi nem intellectus esse directe voluntariam~ lum.us, solumque finem ultimom aut sum-
seu infiuxum voluntatis, in cuius potestate · ~am non habeat ex applicatione volunta- non oportet ut sit ab aliqua volitione na- mum necessario amamus, idque quoad spe-
est illum tribuere aut suspendere; non ergo ns, sed ex obiecti oblati excitatione vel ex turali seo necessaria, sed potest esse a vo- cificationem tantum, non quoad exerciti.um;
recte triboitur libertas illi iudlcio seo actui locutione aot infusione alterius, potest im- litione libera, immo moraliter ita accidit, e~ saltem pro statu huius vitae, u~ paulo in-
,,,, 375
374 Dtsputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V
,,li
l¡ que la libertad versa sobre la elección. Además, cuando precede la intención ser principio de un acto libre en cuanto podemos valernos de él cuando que-
del fin, la libertad que se da en la elección de los medios no debe atribuirse remos; por consiguiente, el hábito no da la libertad, sino que más bien la re-

L 11¡'
a dicha intención como a su prindpio propio, sino a la facultad de la que
proceden la intención misma y la elección, ya porque aún permanece incierto
si la intención es el principio propio y per se de que se realice la elección, Q
cibe (por así decirlo) de la potencia en que reside, en cuanto la potencia es la
o
que utiliza el hábito y está en su poder el emplearlo no emplearlo. La tercera
razón puede ser que el hábito no confiere el poder obrar, sino que da facilidad
1

'!il ~ólo una disposición previa o condición necesaria para ella, ya también, y so- en el obrar; por eso, la voluntad afectada por un hábito no puede realizar nin-
bre todo, porque, aun cuando la intención concurra activamente con la poten- gún acto de orden natural que no pueda llevar a cabo, en absoluto, sin ese
¡l¡
¡¡ cia a la elección, sin embargo la determinación de elegir este medio con pre- hábito; mas el libre albedrío no exige necesariamente esta facilidad en el obrar,
ferencia a otros no procede de la intención, sino del poder de la voluntad sino la absoluta potestad de obrar y de no obrar, una vez puestos todos los
misma, gracias a cuyo influjo la elección es intrínsecamente voluntaria y, por requisitos; por esó, el hombre que tiene uso de razón es libre desde el prin-
tanto, determinada a este me_dio más bien que a otro. En consecuencia, no cipio, antes de adquirir dicha facilidad; la libertad, pues, no consiste en un
puede entenderse por ninguna razón que la facultad de la libertad resida pro- hábito ni en la potencia juntamente con el hábito, toda vez que ella tiene por
piamente en algún acto, sino en una potencia, de la que próximamente nace sí misma potestad .absoluta. Sólo en los hábitos esencialmente infusos puede
el acto libre. parecer eso probable, en cuanto estos hábitos no se limitan a conferir facilidad,
8. Fácilmente puede demostrarse con argumentos parecidos que el libre sino también el mismo poder. Puede, por tanto, concederse que estos hábitos
albedrío no es un hábito. En primer lugar, porque o ese hábito sería natural completan en esta parte la libert3.d intrínseca respecto de los aétos sobrenatu-
y congénito con la potencia, o sería adquirido mediante actos (omito los há- rales. Aunque también sin ellos pueda decirse que la potencia -si tiene por
bitos infusos porque ahora sólo hablamos de la libertad natural y de los actos otro medio un auxilio proporcionado-- es simplemente libre para tales actos,
de orden natural); no puede afirmarse lo primero, ya que, según la verdadera ya que es snficiente de suyo para no realizarlos, y para llevarlos a cabo puede
doctrina, no hay ningún hábito natural que se haya infundido naturalmente a ser completada, no sólo mediante los hábitos, sino también mediante otras ayu-
la voluntad, si nos referimos al hábito en sentido propio, considerándolo como das. Y en esta doctrina no se presenta dificultad, ni San Buenaventura o San
una cualidad distinta de la potencia y que le confiere una facilidad o inclina- Alberto oponen ningún argumento que necesite nuestra respuesta.
ción; porque ésta no la da la naturaleza, sino el uso. Ni la experiencia ni la
razón enseñan nada distinto; porque la inclinación o virtud qrie la naturaleza El libre albedrío no es una potencia distinta del entendimiento y de la voluntad
infundió a la potencia no es algo distinto de Ia misma potencia. Por eso, si tal
vez San Buenaventura o San Alberto entienden con el nombre de hábito una 9. Se rechaza la opinión del Halense.- Así, pues, suponiendo que la fa-
habilidad o capacidad connatural de tal potencia, sólo difieren de nosotros en cultad libre radica próximamente en alguna potencia del alma o de la sustan-
. '
la terminología. Tampoco puede afirmarse lo segundo, ya que los hábitos de cia intelectual, queda por investigar cuál sea esa potencia. Y, en primer lugar,
'1
la facultad libre se adquieren mediante actos libres; por tanto, el uso del libre no faltaron quienes afirmasen que es una potencia distinta del entendimiento y
lj,1 1 albedrío precede a ese hábito; luego el libre albedrío mismo no puede con- de la voluntad. Así lo sostiene Alejandro de Hales, II p., q. 72, miemb. 2, a. 1,
! 1
sistir en tal hábito. Hay, además, una razón general: en tanto puede el hábito § 3, donde dice que el libre albedrío, considerado propia y especialmente, es
:¡, pium actus liberl in quantum possumus eo parte intrinsecam libertatem respecto su-
fe.rius attingemus, et ibi declarabimus qua- bitus esset naturalis et congenitus cum po-
• 1

modo libenas dicatur versari circa electio- tentia, ve1 acquisitus per actus (omitto ha- uti cum volumus; non ergo dat ipse habi- pernaturalium actuum. Quamvis eciam sine
'·j '.
i nem. Deinde etiam, quando intentio :finls bitus infusos, quia nunc de naturali liber- tus libertatem, sed potius (ut ita dicam) illis possit potentia, si alias habeat auxilium
illam accipit a potencia in qua residet, qua- proportionatum, dici simpliciter ·libera ad
''
11: antecedit, libertas quae est in electione me- tate et de actibus ordinis naturalis loqui-
tenus potencia est quae habitu utitur, et in tales actos, quía ad non eliciendos illos per
diorum non est ei attribuenda ut proprio mur); primum dici non potest, quia,. iuxta
,,!1 principio, sed facultati a qua est ipsa inw veram doctrinam, nullus est naturalis ha- eius facultate positum est illo uti vel non se sufficit; ad eliciendos autem, non tan-
,,,, uti. Tercia ratio sit quia habitus non dat tum per habitus, sed etiam per auxilia com-
tentio et electio, tum quia adhuc incertum bitus naturaliter inditus voluntati, si pro-
i est an intentio sit proprium ac per se prin- prie loquamur d<:! habito prout est qualitas posse operari, sed dat facilitatem in ope- pleri potest. Neque in hac doctrina occur-
cipium efficiendl electlonem, vel tantum dis- distincta a potentia, addens illi facilitatem rando; unde nullum actum naturalis ordi- rit difficultas, nec D. Bonaventura aut Al-
positio praevia seu conditio necessaria ad vel inclinationem; hanc enim non dat na- nis potest voluntas efficere affecta habito, bertus argumentum aliquod obüciunt quod
illam, tum maxime quia, etsi intentio con- tura, sed usus. Neque aliud docet experien- quem absolute non possit absque habito; nostra responsione indigeat.
currat acuve cum potentm a e ecnonem, ua ve rano; nam me ma 10 aut virtus- liberum autem arbitrium non necessario re~
quirit hanc facilitatem in operando, sed ab- Liberum arbitrium non esse potentiam ab
tamen determinarlo ad eligendum hoc me- quam natura indidit potentiae non est aliud intellectu et voluntate distinctam
dium prae alüs non est ah intentione, sed ab ipsa potentia. Unde si fortasse D.' Bo- solutam potestatem agendi et non agendi,
ex virtute ipsius voluntatis, ex cuius in:Buxu naventura aut Albertus nomine habitus in- positis omnibus requisitis; unde horno ra- 9. Sententia Alensis improbatur.- Sup-
est intrinsece voluntaria ipsa- electio; et con- tdligunt habilitatem seu vim connaturalem cione utens a principio Iil:ier est antequam posito ergo facultatem liberam proxime po-
sequenter determinata ad hoc medium po- talis potentiae, solum in nomine a nobis illam facilitatem acquirat; non ergo con- sitam esse in aliqua potencia animae seu
tiús quam ad aliud. Nulla ergo racione in- differunt. Secundum etiam dici non potest, siscit libertas in aliquo habitu neque in po- substanciae intellectualis, inquirendum su-
telligi potest quod facultas Iibertatis proprie quia habitus f3.cultatis liberae per actus li- tencia simul cum habito, cum ipsa per se perest quaenam potentia illa sit. Et impri-
resideat in aliquo actu, sed in potentia, a beras acquiruntur; antecedit ergo Usus li- habeat absolutam potestatem. Solum in ha- mís non defuerunt qui dicerent esse po-
qua proxime est actus liber. beri arbittii huiusmodi habitum; ergo non bicibus per se infusis id videri potest pro- tentiam discinctam ab intellectu et voluntate,
8". Et similibus argumencis facile ostend.i potest ipsum liberum arbitrium consistere babile, quatenus hi habitus non tantum dan.t Ita tenet Alex., Alens., 11 p., q. 72, memb.
potest liberum arbitrium non esse aliquem in tali habito. Praeterea est generalis ratio, facilitatem, sed ipsum etiam posse. Unde 2, a. 1, § 3, ubi ait liberum arbitrium,
liabitum. Primo quidemJ quia vel talis ha- quia habitus in tantum potest esse princi- concedí potest hos habitus complere ex hac proprie et specialiter sumptum, esse poten-
376 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V 377
cierta potencia motriz distinta del entendimiento y de la voluntad. Pero esta plica suficientemente la función del libre albedrío; porque no consiste adecua-
opinión es indemostrable e ininteligible. En efecto, o se trata de una potencia damente en la moción de otras potencias, sino también en la volición de cual•
1
que mueve localmente, o de una potencia que mueve a otras potencias en orden quier objeto con potestad de no quererlo. Téngase, pues, por evidente y cierto
'-- a sus actos. Acerca de la primera es probable que en el a1ma, o también en que esta facultad .en la que radica próximamente la libertad formal, no es dis-
11 la8 inteligencias, sea distinta. del entendimiento y de la voluntad, ya para mo- tinta del entendimiento y de la voluntad. Cuál de estas potencias sea, queda por
1 verse a si misma, ya para mover otras cosas, como se ha indicado arriba y se explicar.
1 dirá también más adelante al tratar de las inteligencias creadas. Sin embargo,
1: Ja libertad no puede estar colocada formalmente en esta potencia. Primer~ La lib~rtad formal no radica en el entendimiento, sino en la voluntad sola
" porque esa potencia no realiza propiamente un acto inmanente, sino una acción
transeúnte, por lo cual es más imperfecta de lo que se requiere para ser capaz ll. La libertad no está compuesta formalmente por la razón y la voluntad.-
de libertad formal. Segundo, porque dicha potencia no pasa al acto si no es En este punto pueden darse tres interpretaciones. La primera es que el enten-
aplicada por la voluntad; pues un ángel o un hombre se mueve a si mismo, dimiento y la voluntad integran, simultánea y formalmente, la libertad de albe-
o mueve otras cosas:~ cuando quiere; más aún: en general,., el principio del mo- drío, de suerte que una y otra de _estas potencias es formalmente libre en sus
vimiento en los vivientes más perfectos es el apetito; luego esa potencia no es actos, y de la libertad de ambas resulta la perfecta libertad del hombre con sus
libre de manera activa (por así decirlo) o elicitiva, sino de modo pasivo o im- actos humanos. Sostuvo esta interpretación Durando, In ll, dist. 24, q. 3, donde
perativo; por tanto, no es una potencia libre en si misma, sino sometida a una dice primero que el entendimiento simultáneamente con la voluntad es una po-
potencia libre. En consecuencia, su acto únicamente es voluntario por denomi- tencia formalmente libre; y piensa que es opinión de Aristóteles, en IX de la
nación del acto de oira potencia, no intrínsecamente por sí mism~, lo cual es Metafísica, c. 3, lugar en que dice indistintamente que las potencias naturales
necesario para la potencia formalmente libre, como expondré poco después. Si son libres. Después, añade Durando que el entendimiento es libre con prioridad
se trata, en cambio, de una potencia que mueve a otras, tal potencia, en la y mayor perfección, ya que, siendo la libertad una propiedad de la potencia ra-
criatura intelectual,· no es distinta de la voluntad y el entendimiento; porque, cional, aquella que sea más perf~ctamente racional será más perfectamente libre;
hablando de la moción objetiva, en ese sentido el entendimiento mueve a la pero el entendimiento es una potencia racional más perfecta, e incluso él solo es
voluntad; si nos referimos a la moción efectiva o que aplica a la operación, propia y cuasi esencialmente racional, mientras que la voluntad únicamente lo
en tal sentido es la voluntad la que mueve, no sólo a si misma, sino también a es por cierta participación o subordinación, en cuanto tiene aptitud para ser di-
las otras potencias; pues no nos apl~camos a obrar libremente sino porque que-
1 remos; consiguientemente, es superflUo e ininteligible imaginar otra potencia, ya
rigida por la razón; luego el entendimiento es también primariamente libre. Se
confirma porque el entendimiento no sólo es libre, sino que además es rafz de
que no nos inclinamos y aplicamos a la operación sino apeteciendo y queriendo. la libertad de la voluntad; porque de la indiferencia del juicio, que incumbe
10. Si acaso Alejandro de Hales no establece una distinción real, sino con- al intelecto, nace la indiferencia de la elección, que corresponde a la voluntad;
ceptual, entre esta potencia que mueve a otras po~enc~as. y la voluntad, y dice consiguientemente,- la libertad es anterior y más perfecta en el entendimiento,
en este sentido que el libre albedrío es una potenaa distmta de la voluntad, en pues aquello por causa de lo que una cosa es tal, lo es a su vez en mayor me-
:1 primer lugar sólo difiere de nosotros en los términos. En segundo lugar, no ex- dida. Por último, de ahí parece concluir implícitamente Durando que el libre
imperative; non est ergo in se potentia li-
albedrlo está como compuesto formalmente del entendimiento y la voluntad.
!1 tiam quamdam motricem distinctam ab in-
1 1 tellectu et voluntate. Verumtamen haec sen- bera, sed subiicitur potentiae liberae. Unde
'·.¡· tencia neque probari neque íñ:telligi potest. eius actus solum est voluntarius per deno- liberi arbitrii; non enim adaequate consi- taph., c. 3, ubi indistincte ait potentias na-
1

Aut enim est sermo de potentia motrice minationem ab aCtu alterius potentiae, non stit in motione aliarum potentiarum, sed turales esse liberas. Deinde subillníit Du-
! ~
secundum locum aut de. potentiá. motrice intrinsece per seipsam, quod necessarium etiam in volendo quovis obiecto, cum po- randus intellectum esse prius et perfectius
aliarum potentiarum ad actus suos. De prio- est ad potentiam formaliter liberam, ut pau- testate non volendi illud. Sit ergo constans liberum, qiria, cum proprium sit potentiae
ri probabile est esse in anima, vel etiam in Io infra exponam. Si autem sermo sit de et certum facultatem hanc in qua proxime rationalis esse liberam, quae perfectius fue-
intelligenilis, distinctam ab intellectu et vo- potentia motrice aliarum potentiarum, talis est formalis libertas non esse aliam ab intel- rit rationalis erit perfectius libera; intellec-
luntate, sive ad movendum se sive ad mQ-o potencia in creatura intellectuali non est lectu et voluntate. Quae autem harum po- tus autem est perfectior rationalis potentia;
vendas res alias, ut supra tacturn est, et alia a vol un tate et intellectu; nam, loqueo- tentiarum sit, explicandum superest. immo ille solus est proprie et quasi essen-
dicetur etiam infra tractando de intelligen- do de motione obiectiva, sic intellecrus mo- tialiter rationalis; vol untas autem solu m
vet voluntatem; si autem de motione effec- Libertatem formalem non esse in intellectu, participatione seu subordinatione quadam,
tiis creatis Vernmtamen non potest liber- sed in sola voluntate
tas in hac potentia formaliter constitui. Pri- nva seu applícatíva ad opus, sic voluntas quatenus apta est ratione dirigí; ergo in-
mo, quia illa potentia proprie non elicit est quae movet et se et alias potentias; non ll. Libertas non coalescit formalitei- ex tellectus est etiam primario Iiber. Et con-
actum immanentem, sed actionem transeun- enim applicamur ad operandum libere nisi ratione et voluntate.- In qua re tres modi firmatur, nam intellectus non solum est li-
tem; et ideo imperfectior est quam oportet quia volumus; fingere ergo aliam poten- dicendi esse possunt. Primus est intellectum ber, sed etiam est radix libertatis volunta-
tiam et superVacaneum est et inintelligibile, et voluntatem simul_ ac formaliter complere tis; nam ex indifferentia iudicii, quod ad
ut sit capax forrnalis libertatis. Secundo,
quia illa potentia non exit in actum nisi quia non nisi appetendo et volendo incli- libertatem arbitríi, ita ut utraque ex his intellectum spectat, oritur indifferentia elec-
namur et applicamur ad operandum. potentüs formaliter libera sit in suis actibus tionis, quae pertinet ad voluntatem; ergo
a¡::plicata per voluntatem; movet enim an- 10. Quod si fortasse Alensis non re, sed libertas prior et perfectior est in intellectu,
er ex uttiusque libertate consistat perfecta
gelus vel horno se aut alia, quando vult; racione distinguit potentiam hanc motricem libertas hominis cum suis humanis actibus. nam propter quod unumquodque tale, et
immo, in universum, princlplum motus in potentiarum a volunrate, et hoc sensu vocat Hunc tenuit Durand., In 11, dist. 24, q. 3, illud magis. Tandem bine tacite concludere
viventibus perfectiOribus est appetitus; er- liberum arbitrium distinctam potenriarn a ubi primum ait intellectum simul cum vo- videtur Durandus liberum arbitrium forma-
go illa potentia non est libera active (ut voluntate, primum solum -in ver bis a nobis luntate esse potentiam forma1iter liberam; liter quasi coalescere ex intellectu et volun-
sic dicam) seu elicitive, sed passive seu differet. Deinde non satis declarat munús putatque esse sententiam Aristot., IX Me- tate. Unde e.t a Magistro ibi, et a D. Tho-
378 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V 379

Por eso el Maestro, en el lugar citado, y Santo ·Tomás, en I-II, q. 1, a. 1, la potestad de emitir juicio y de no emitirlo, pues de lo contrario no habrá
definen el libre albedrío como la facultad de la voluntad y la razón, pues la libertad formal en ningún lugar. Y puede también confirmarse esta parte con
conjunción y no debe tomarse en sentido copulativo, sino colectivo. Por consi- 1os argUmentos de Durando. .
guiente, la función del libre albedrío no radica en el juicio solo ni en la sola 13. La libertad reside formalmente en la voluntad sola.- La tercera mter-
elección, sino en uno y otra simultáneamente. pretación es que la libertad radica formalmente en la voluntad y no en el en-
12. La libertad no radica fonnalmente en el entendimiento solo.- La se- tendimiento. La sostienen Santo Tomás, 1, q. 83, a. 3; y 1-II, q. 13, a. 1, com-
gunda interpretación puede ser que la libertad se da formalmente en el entendi- pletado con el 6, e In ll, dist. 24, q. 1, lugares en que defienden lo mis~o Ca~
miento solo, y no en la voluntad. Esta interpretación no la encuentro en nin- yetano, Capr~olo, Conrado y otros tomistas; también están de acuerdo. Ricardo,
'
1
gún autor, mas parece que puede fundamentarse con bastante probabilidad en en la citada dist. 24; ·y Escoto, dist. 25, y Enrique, Quodl. 1, q. 16. P1enso que
cierta sentencia admitida por muchos, a saber, que la voluntad es determinada esta opinión es certísima, y quedará suficientemente probada en contra de las
absolutamente a la elección por el juicio del entendimiento, de tal manera que anteriOres si demostramos que en el entendimiento no se da libertad formal, por
ni puede determinarse a elegir algo sin dicho juicio ni, puesto éste, tiene posi- no quedar, fuera de la voluntad, niuguna otra potencia en la que pueda ~arse.
bilidad de discrepar de él o no adecuarse a él. Porque de este principio se Y esto puede demostrarse del siguiente modo : el entendimient~,__ en sí _J!l1~~Q2
sigue abiertamente, en primer lugar, que la potencia de la voluntad no es for- no es libre_I!i_en cuanto a la especificación ni e_!!_ Ct!_anto_~--~j_~cig_Q de __ ª-_U_--ª~to;
malmente libre. Primero, porque nunca deper¡de de su poder el obrar y no es
. luego no es Iibl-e de ñiri.i\ffi~(Jil~~ra,:_p~es~_tio _P9Ji~l~ _pens~__2!!o mod~ dj_st!P:!o
obrar, una vez puestos todos los requisitos antecedentes, según se explicó antes. de libertaq.
En efecto, uno de esos requisitos es el juicio de la razón, puesto el cual la vo- -- 14. Se demuestra la primera parte porque el entendimiento está determi-
luntad no tiene poder para no obrar, si se ha juzgado que debe obrar, o para nado, por su naturaleza, a asentir a la verdad y disentir de }a .falsedad; y si no
obrar, si se ha juzgado que no debe obrar. En segundo lugar, porque la volun- hay en el objeto ninguna de estas dos razones, o el ente.ndim~ento no la. ~apta,
tad, en su determinación, se comporta de una manera pasiva más bien que ac- no puede realizar ningún acto porque no puede obrar sm ob¡eto. Se drra que
tiva, ya que sigue por cierta necesidad la moción de otra facultad; pero la liber- entre estos miembros cabe un medio, a saber: que el entendimiento no vea
tad formal no puede darse en una potencia en' cuanto movida, sino en cuanto claramente en el objeto la verdad o la falsedad, pero que se le presente de alguna
se mueve a si misma, como se ha demostrado. En tercer lugar, se aclara con el manera por razones probables o por testimonio de alguien. Por tanto, en ese
ejemplo de la potencia ejecutiva o locomotriz; porque ésta puede mover y cesar caso podrá el entendimiento ser libre en cu~t? a la especificación d~ su acto.
en el movimiento, y puede también realizar este movimiento o su contrario, a Se responde, en primer lugar, que el entendimiento no puede. detenmnar~~ por
pesar de lo cual no es formalmente libre, ya que no puede hacer eso como mo- si mismo a la especie del acto, a no ser ~ue pueda deter~narse ~am~~en al
viéndose o determinándose a sí misma, sino en cuanto es movida y sigue nece- ejercicio, porque una potencia no se determma a tal acto si. no es _e¡erc.Iendolo
¡,. sariamente la moción de la voluntad; luego igual habrá que decir de la volun- y porque, según dijimos arriba, ]~ li?ertad ~e descubre esencial y _pnmanamente
tad, puesto que obedece al juicio del entendimiento con la misma necesidad. Y de en el ejercicio del acto; por cons1gmente, s1 demostramos que el mtelecto no es
esta parte, demostrada del modo indicado, se sigue necesariamente la segunda : por si mismo libre en cuanto al ejercicio de su acto, con ello resultará también
que la libertad radica formalmente en el entendimiento por lo que respecta a claro que, con respecto a tales objetos, no tiene libertad formal de especificación.

' lectu quantum ad potestatem ferendi iudi- ergo nullo modo est Iibe.r; neque enim alius
.i' ma, 1-11, q_ 1, a. 1, definitur liberum ar- enim ex his requisitis est iudicium rationis, cium et non ferendi iudicium, quia alias modus Iibertalis excogitari potest.
14. Prior pars probatur, quia intellectus
bitrium esse facultatem voluntatis et ratio- quo posito non est in potestate voluntatis nullibi relinquetur fo.rmalis libertas. Et pot-
est etiam haec pars confirmari argumentis ex natura sua determinaros est ut assenrlat
nis; illa enim particula et non copulative, aut non agere, si iudicatum est esse agen- vera et dissentiat falso; quod si neutra ha-
sed collective sumenda est. Unde munus li- dum, aut agere, si iudicatum est non esse Durandi. rum rationum in obiecto sit, aut eam ipse
beri arbitrü non in solo iudicio vel sola agendum_ Secundo, qp.ia voluntas in sua de- 13. Libertas in -sola voluntate formaliter non percipiat, neutrum actum elicere potest,
electione, sed in utroque simul consistit. terminatione magis passive quam active se residet.- Tertius modus dicendi est liber- quia non potest absque obiecto operari.
12. Libertas non est in solo intellectu ge.rit, cum necessitate quadam sequatur mo- tatem esse formaliter in voluntate et non Dices inter haec membra dari posse me-
formaliter.- Secundus modus dicendi esse tionem alterius facultatis; at formalis li- dium, nimirum, quod in obiecto intellectus
potest Iibertatem esse formaliter in solo in- in intellectu. Haec est D. Tñomae, 1, q. 83,
benas non potest esse in potentia ut mota, a. 3, et I-11, q_ 13, a. 1, adiuncto 6, et non ciare videat veritatem aut falsitatem,
tellectu, et non in voluntate. Hunc non in- appareat tamen aliquo modo rationibus pro-
venia apnd gljq_Jtem anctorem- videtur an- sed ut se movente, sicut ostensum est. Ter- In 11, dist. 24, q_ 1, quibus locis idem te-
cio, declaratur exemplo potentíae exse-cuti- nent Caietan., Capreol., Conrad. et alü tho- babilibus vel testimonio alicuius. Tune ergo
tem posse satis probabiliter fundari in qua- poterit intellectus esse liber quoad specifi-
dam sententia a multis recepta, nimirum, vae se u motivae secundum locum; illa enim mistae; consentiunt etiam Richard., dicta
et movere potest et cessare a motu, et hunc cationem actus. Respondetur, imprimís, non
voluntatem omnino determinad ad electio- dist. 24; et Scotus, dist. 25; et Henric.,
motum efficere vel contrarium, et tamen posse intellectum ex se determinari ad spe-
nem a iudicio intellectus, ita ut nec sine QuodL 1, q. 16. Et hanc sententiam censeo ciem actos nisi etiam possit se determinare
illo possit determinari ad aliquid eligendum, non est formaliter libera, quia id non pot- esse verissimam, quae satis probata erit con-
est quasi se moveos seu determinaos, sed ad exercitium, quia poten tia non se dete.r-·
neque illo pasito possit ab illo discrepare tra p.raecedentes si ostenderimus non esse minat ad talem actum nisi exercendo illum,
seu non conformari illL Nam ex hoc prin- tamquam mota et necessario sequens mo- in intellectu formalem libenatem, quia nul- et quia, -ut supra diximus, libertas primo
cipio aperte sequitur, primo,- potenriam vo- tionem voluntatis; ergo idem dicendum erit Ja potentia praeter voluntatem relinquitur, et per se cernitur in exercitio actus; si ergo
luntad~ non esse formaliter liberam. Primo, dr;: voluntate, cum pari necessitate obsequa- in qua esse possit. Id autem in hunc mo- ostenderimus intellectum non. esse ex se Ii-
quia nunquam est in potestate eius agere et tur iudicio intellectus. Ex hac autem parte dum demonstrari potest, quía intellectus se- berum quoad exercitium actus, constabit
non agere, positis omnibus requisitis ante- sic probata_ necessario concluditur altera, ni- cundum se neque est Iiber quoad specifica- etiam circa talia obíecta non habere forma-
cedenter, ut superius declaratum est. Unum mirum libertatem formalite.r esse in intel- tionem sui actos neque quoad exercitium; lem libertatem quoad specificatiorlem.
380 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V 381
15. Además, puede explicarse y demostrarse a priori porque, acerca de ta- 17. La segunda parte acerca de la necesidad de ejercicio se demuestra por-
les objetos, así propuestos, el entendimiento permanece por sí mismo como suspen- que ninguna potencia cuyo acto no sea intrínsecamente volUntario puede ser
so e indeterminado, no precisamente porque tenga poder y dominio intrínseco de formalmente libre en cuanto al ejercicio; pero el acto intelectual no es intrín-·
su acto, sino tan sólo porque el objeto no está aplicado de manera suficiente para secamente voluntario; luego el entendimiento no es una potencia formalmente
que, en virtud del impulso natural por el que se inclina a la verdad, sea arras- libre. Para que se entienda el antecedente, supongo que un acto puede ser vo- .
trado hacia él necesariaiÍ:Iente. En esto se descubre la gran diferencia existente luntario en doble sentido:- primero, extrínsecamente, por denominación recibida
entre la voluntad y el entendimiento; porque el entendimiento no puede estar del acto de una potencia distinta que mueve o aplica a otra potencia en orden
de alguna manera indeterminado acerca de su acto a no ser por causa de una a la operación; así, el andar es voluntario cuando uno se mueve espontánea-
imperfecta proposición del objeto. En cambio, la voluntad, incluso acerca de mente. En un segundo sentido, un acto es voluntario intrínsecamente y por sí
un objeto que se le propone exactamente, puede quedar indiferente según la mismo, a la manera como es voluntario el acto de amor; en efecto, ¿hay algo
J¡ 1 capacidad del objeto. Por esta razón, en el entendimiento divino no hay, pro- más espontáneo que amar? No obstante, hablando en absoluto, no es vo-
piam.ente.' nin_guna indiferencia en cuanto al juicio, ya que siempre es un acto luntario por denominación de otro acto, sino por sí mismo. Porque no es
il de ctencta evtdente y con perfecta manifestación del objeto, mientras que en la
voluntad hay indiferencia con respecto a los objetos, aun cuando se le propon-
preciso que quien ama quiera, con un acto anterior y distinto, amar; y, aun-
que a veces alguien pueda hacer eso según su libertad, sin embargo es ac-
:1
,, gan de manera perfectísima. cidental para el amor voluntario, porque uno puede realizar, inmediatamente
y sin un acto anterior, el amor; y el mismo amar es, intrínsecamente, que-
i" 16. Y una razón más a priori puede tomarse de la diversidad entre los objetos
rer el amor. Pero hay una diferencia consistente en que, en la primera mo-
'i'l '
del entendimiento y los de la voluntad; porque el objeto formal del entendi-
miento es la verdad; ahora bien, en un mismo objeto no puede haber verdad dalidad de voluntario, el acto que se dice voluntario por denominación de
Y falsedad, ya que la verdad es esencialmente indivisible, según se ha tratado otro es objeto y efecto del mismo; objeto, ciertamente, porque a él tiende el
arriba, por lo cual el entendimiento, esencialmente ·y en cuanto depende de los acto anterior i efecto, en cambio, porque dicho acto no sólo es qUerido en
méritos del objeto, siempre está determinado a una sola cosa en lo concerniente calidad de objeto, sino también causado, al menos mediatamente, en cuanto,
a la especie del acto; por tanto, si alguna vez no es determinado suficientemente en virtud del acto de la vo)untad o del apetito, se aplica la potencia inferior
sólo se debe a que el objeto no se le propone o aparece de manera suficientC: a la operación. Por el contrario, el acto que por sí mismo es intrínsecamente
pero no al interno poder y dominio del mismo entendimiento sobre su acto. En voluntario, no se compara como objeto propio o efecto con aquel otro acto
cambio, el objeto de la voluntad es el bien; y un mismo objeto puede ser a la por el que es voluntario, ya que es voluntario por sí mismo y, propiamente,
vez bueno y malo, es decir, conveniente o inconveniente en orden a cosas diver- no es objeto o efecto de sí mismo; consiguientemente, tiene un objeto dis-
sas o bajo diversas razones, por lo cual, aun cuando se dé una perfecta propo- tinto al que tender directamente y es efecto de la potencia que lo realiza,
~ici?n o un perfecto conocimiento del objeto, la potencia apetitiva puede quedar y sólo es voluntario por cierta reflexión virtual que incluye en sí mismo; pOi
mdiferente, en cuanto a la especificación, para tender hacia ese objeto o recha- eso suele decirse que es querido por modo de acto, no por modo de objeto.
zarlo; por consiguiente, la indiferencia de especificación no se halla formal y 18. El acto voluntario en sí siempre es realizado por el apetito.- Con
esencialmente en el entendimiento~ sino en la voluntad. ello se entiende que no puede ser voluntario intrínsecamente y por sí mismo

15. Praeterea, potest a priori declarari 17. Altera pars de necessitate quoad exer- quis amorem elicere, et ipsummet amare,
luntatis; nam formale obiectum intellectus citium probatur quia nulla potentia cuius intrinsece est vefle amorem. Sed est diffe-
et probari, quia intellectus circa talia ob- esr veritas; in eodem autem obiecto non
iecta, sic proposita, non ideo manet ex se actus non sit intrinsece volunt:irius potest rentia, quod in priori modo voluntarü, ac-
possunt esse veritas. et falsitas, quia veritas esse formaliter libera quoad exercitiurn; sed tus c¡ui denominatur voluntarios ab alio est
quasi suspensos et indeterminatus quia ha- consistit in indivisibili, ut supra tractatum
bet intrinsecam vim et dominium sui actus, actus intellectus non est intrinsece volunta- obiectum et effectus eius; obiectum quidem,
est, et ideo per se, et qilantum est ex me-- rios; ergo intellectus non est potentia for- quia in ipsum tendit prior actus; effectus
sed solum quia obiectum non est satis ap-
plicatum ut naturali impetu, quo inclinatur ritis obiecti, intellectus semper est deter- maliter libera. Ut intelligatur antecedens, autem, quia talis actus non solum est voli-
ad verum, ex necessitate in illud feratur. minatus ad unum quoad speciem actus; suppono duobm modis posse ac.tum esse vo- tll$ ut obiectum, sed etiam causatus, saltero
In quo cernitur magna differentia inter vo- unde, si interdum non satis determinatur, luntarium: primo extrinsece, per denomina- media te, quatenus ex vi actus ,voluntatis vel
luntatem et intellectum, nam intellectus non solum est quia obiectum non satis propo- tionem ab actu alterius potentiae moventis appetitus applicatur inferior potentia ad ope-
· de indeterntinatus cit- nitur sen ap.pare~ non vern_ex......interna vi seu applicantis aliam potentiam ad opus, randum. At vera actos qui per seipsum est
ca suum actum nisi ob imperfectam pro- et dominio ipsius intellectus supra actum quornodo deambulatio est voluntaria quando intrinsece voluntarios non comparatur ut
positionem obiecti. At vero voluntas etiam suum. Voluntatis autem obiectum est bo~ quis sponte sua se movet. Secundo modo, proprium obiectum vel effectus ad illum
circa obiectum exacte propositum potest es- num; potest autem ídem obiectum esse si- est aliquis actus voluntarios intrinsece et actum quo est voluntarios, quia est volun-
se indifferens iuxta capacitatem obiecti. Et mul bonum et malum, seu conveniens vel per seipsum, ut actus amoris voluntarios tarios seipso, et non est proprie obiectum
·hae ratione in intellectu divino nulla est disconveniens in ordine ad diversa seu sub est; quid enim magis spontaneum quam vel effectus sui ipsius; habet ergo aliud ob-
proprie indifferentia quoad iudicium, quia diversis rationibus, et ideo, stante perfecta amare? Et tamen, per se loquendo, non est iectum in quod directe tendat, et est effec-
semper est actus scientiae evidens et cum obiecti propositi.one seu cognitione, potest voluntarios per denominationem ab alio ac- tus potentiae a qua elicitur, et solum per
perfecta manifestatione obiecti; in volun- esse potentia appetitiva indifferens quoad tu, sed per seipsum. Non enim est necesse quamdam virtualem reflexionem, quam in
tate autem est indifferentia respectu obiec- specificationem ad prosequendum vel refu- ut qui amat priori et distincto actu velit se includit, est voluntarios; unde dici solet
torum, etiamsi perfectissime proponantur. tandum tale obiectum; indifferentia ergo amare; et quamvis interdum aliquis pro li- volitus per modum actus, non per modum
16. Et ratio magis a priori sumi potest bertate sua id facere possit, tamen est ac- obiecti:
quoad specificationem per se ac formaliter cidentarium ad voluntarium amorem; im-
ex diversitate obiectorum intellectus. et vo- 18. Actus in se voluntarius semper est
non reperitur in intellectu, sed in voluntate. mediate enim et absque priori actu potest elicitus ab appetitu.- Ex quo intelligitur
382 Disputaciones metafísic_as Disputación XIX.-Sección V 383

ningún ,acto sino aquel que es realizado por la potencia apetitiva. Se de- tencia sea formalmente libre en cuanto al ejerciCIO, es decir, capaz de determi-
muestra, porque el voluntario en sentido propio, en cuanto se distingue del narse a si misma a ejercer un acto libre, es necesario que sea una potencia que
connatural, proviene formalmente de algún acto elícito del apetito vital; y así,. obre voluntariamente de manera intrínseca mediatlte su acto; luego, no siendo
en la primera modalidad de voluntario, el acto que se dice voluntario extrinse- d entendimiento una potencia de esa clase, como es evidente de · suyo, se con-
camente recibe esa denominación de algún acto realizado por algún apetito VItal, cluye legítimamente que no es una potencia formalmente libre en el ejercicio
que lo impera; luego, como el acto que es voluntario por sí mismo no redbe de su acto.
" esta denominación de otro acto realizado por el apetito, necesariamente debe ser 20. Esto puede confirmarse, en primer lugar, por el común modo de pen-
i¡' llevado a cabo por el apetito vital. Y puede explicarse por la misma razón y sar y de hablar de todos los hombres; pues, como el hombre puede considerar
l:¡ modo de tal acto; pues el acto realizado por la voluntad se despliega a manera esta cosa o la otra, si a alguno se le pregunta por qué se dedica a la considera-
jll
!! de tendencia intrínseca y espontánea y de inclinación al objeto, por lo cual esa ción de esta cosa más bien que a la de otra, contestará que lo hace porque quie-
tendencia es también espontánea por sí misma; pero este modo de tendencia es re; más aún : el que cree lo que no ve claramente, lo cree porque quiere, con
propio de la potencia apetitiva; luego también es propio de ella el que su acto voluntad dirigida por la razón si cree prudentemente; por eso dicen los teólogos
sea intrínsecamente voluntario por si mismo; consiguientemente, como el enten- que creer es meritorio y depende de un afecto piadoso de la voluntad; luego
dimiento no es una potencia apetitiva, es claro que su acto no es intrínseca- es indicio de que el entendimiento nunca se determina libremente a una de las
mente voluntario por sí mismo; y ésta era la segunda parte del antecedente que dos partes sino mediante la voluntad; luego él no es formalmente libre en si
se asumió. mismo. Se confirma, por último, p,ues cuando el acto o ejercicio del acto inte-
19. Con respecto a la primera parte --que sólo puede ser libre en cuanto lectual no se realiza por necesidad natural, el hombre no puede adoptarlo o pre-
al ejercicio aquella potencia cuyo acto es intrínsecamente voluntario--, se ex- ferirlo a· la carencia de tal acto o ejercicio si no es mediante cierta elección, en
plica como sigue: el ejercicio del acto, o (lo que es igual) la determinación de la virtud de la cual esto se prefiere a aquello; pero la elección es un acto de la
.¡: potencia a obrar, debe ser o natural por el solo impulso de la naturaleza o vo- voluntad; luego la determinación de la potencia en orden al ejercicio del acto
.,
•• 1

luntaria por la inclinación elícita del operante. Y no es posible entender otra siempre tiene lugar en virtud del imperio o moción de la voluntad que elige,
,11 razón por la que una causa pase a la operación sino porque tiene tal naturaleza y así toda la libertad de dicho acto procede formalmente de la voluntad y no
determinada por si misma a esa operación, o porque quiere y apetece dicha ope- del entendimiento. Y lo mismo se concluye, con mayor razón, cuando la elección
ración. Pero la potencia libre en cuanto al ejercicio no es determinada a la ope- no versa únicamente sobre el ejercicio del acto intelectual~ sino también sobre su
ración por el solo impulso natural; luego ha de ser determinada voluntariamen- especie, como cuando alguien elige creer firmemente más bien que no creer o
te; por tanto, o es determinada extrínsecamente por el voluntario que realiza otra dudar; porque es preciso que esto se lleve a cabo por la voluntad que deter-
potencia, y entonces no será una potencia libre formalmente, sino imperativa- mina al entendimiento, como dijo acertadamente Santo Tomás en 11-II, q. 2,
mente, ya que no se mueve a si misma en cuanto al ejercicio, sino que es mo- a. 1, ad 3.
vida y determinada por otro; o es determinada por el voluntario intrínseco, y 21. El uso de razón es la raíz de la libertad.- Así, pues, con la demostra-
en ese caso es preciso que dicha potencia sea apetitiva; luego, para que una po- ción de esta parte queda, en primer lugar, suficientemente refutada la opinión
de Durando; en efecto, si el entendimiento no es formalmente libre, el libre
nullum actum posse esse intrinsece et per tarium, quae erat posterior pars anteceden-
albedrío no puede consistir formalmente en el conjunto o agregado de ambas
seipsum voluntarium, nisi ille qui est eJi~ tis assumpti.
citus a potencia appetitiva. Probatur, quia 19. Prior vero pars, scilicet solam illam libera quoad exercitium, id est, potens seip- dem, nam quando actus seu exercitium ac-
pwpriurn vOluntarium, ut distinguitur a con- potentiam esse posse Jiberam quoad exer- sam determinare ad exercendum actum li- tus intellectus non habetur ex necessitate
natura1i, formaliter provenit ab aliquo actu· citium cuius ac.tus est intrinsece volunta- berum, necesse est ut sit potencia intrinsece naturae, non potest ab homine assumi seu
elicito ah appetitu vi.tali, et ita in priori rios, declaratur in hunc modum, quia exer- voluntarie operaos per-suum actwn; cum praeferri carentiae talis actus seu exerciti.i
modo voluntarü actos ille qui extrinsece citium actus, seu (quod ídem est) determi- ergo intellectus non sit talis potentia, ut nisi per quamdarn electionem qua hoc prae-
d.icitur voluntarios eam denominationem re- natio potentiae ad operandum, esse debet per se constar, recte concluditur ipsurn non fertur alteri; sed electio est actus volunta..
cipit ab aliquo acto elicito ab aliquo appe- aut naturalis ex solo impetu naturae aut esse potentiam formaliter liberam in exerci- ris; ergo determinarlo potentiae ad exerci-
titu v:itali, a qua irnperatur; ergo actus qui vol!lntaria ex inclinatione elicita operantis. tiO sui actus. tium actus semper est per imperium seu
i
per seiPsum est voluntarios, cum non reci- Neque enim intelligi potest alia ratio ob 20. Quod quidem confirmari potest pri- motionem voluntatis eligentis, atque ita tota
1
püit hanc denorninationem ab alio actu eli- quam causa aligua exeat in aliguod opus, mo ex communi modo sentiendi et loquendi libertas talis actus est formaliter ex volun-
cito ab appetitu, necessario debet esse eli- nisi vel quia est talis naturae ex se deter- omnium hominum; cum enim possit horno tate et non ex intellectu. ldemque maiori
citus ab appetitu vitali. Et ex ipsa ratione minatae ad illud opus vel quia vul~ et ap- de hac re vel illa considerare, si quis in- ratione conduditur quando electio non so-
1
et modo talis actos potest etiam reddi ra- petit talem operationem. Sed potencia libera terrogetur cur potius in huius rei conside- lurn est de exercitio actus intellectus, sed
i
tio; nam actos elicitus a voluntate est per quoad exercitium non determinatur ad opus ratione qua m alterlus occupetur, respondebit etiam de specie eius, ut_ cum quis eligit cre-
¡·' modum intrinsecae et spontaneae tenden-
tiae et inclinationis in obiectwn, et ideo ta-
ex solo .impetu naturae; ergo est determi-
nanda voluntarie; ergo aut extrinsece per
id facere quia vult; immo et qui credit ea dere firmiter potius quam discredere vel du-
bitare; illud enim necesse est fieri per vo-
quae non manifeste videt, credit quia vult
1
lis tendentia seipsa etiam est spontanea; voluntarium elicitum ab alia potencia, et voluntate ratione regulata, si prudenter cre- luntatem determinantem intellectum, ut rec-
hic autem modus tendentiae est proprius sic non erit potencia formaliter libera, sed dit; et ideo dicunt :theologi credere es se te dixit D. Thom., 11-11, q. 2, a. 1, ad 3.
1
appetitivae potentiae; ergo est ePam illius imperative, quia ipsa non se movet quoad meritoriurn et pendr!re ex pia affectione vo- 21. Rationis usus radix est libertatis.-
proprium quod actus eius sit per seipswn exercitium, sed movetur et determinatur ab luntatis; ergo signum est intellectum nun- Ex probatione igitur huius partis relinqui-
intrinsece voluntarios; cum ergo intellectus alio. Vel per voluntarium intrinsecum, et quam libere 'determinad ad alterutram par- tur imprimis satis improbata opinio Duran-
1

non sit potencia appetens, constat actum. sic necesse est ut talis potencia sit appeti- tem nisi per voluntatem; ergo non est ipse di; nam, si intellectus non ese formaliter
eius non esse per seipsum intrinsece volun- tiva; ergo, ut potentia aliqua sit forrnaliter in se formaliter liber. Et con:firmatur tan- liber, non potesc liberum arbitrium forma-
384 Disputación XIX.-Sección V 385
Disputaciones metafísicas

potencias -entendimiento y voluntad-. Y digo formalmente porque, radicalmen- formal o poder para una u otra cosa, mientras que en su acto significa la inme-
te, el entendimiento o razón pertenece al libre albedrío. Y en este sentido se ha diata relación a la potencia que realiza el acto, con potestad próxima para su
dicho que el libre albedrío es la facultad de la voluntad y la razón. Porque es opuesto. Por eso, si se afirma en el mismo sentido que la indiferencia del acto
de la voluntad formalmente, y de la razón presupositiva o radicalmente. Y no es de la voluntad procede de la indiferencia del juicio, la sentencia no es cierta,
necesario discutir con Escoto, Enrique y otros, que niegan que deba llamarse porque en el juicio, en cuanto precede a la voluntad, no puede darse esta indi-
i a la razón raíz de la libertad, sino sólo condición necesaria para la libertad; por- ferencia formal, según se ha demostrado. Consiguientemente, debe tomarse en
1

que par7ce que estos autores se preocupan de la manera de hablar más que de sentido distinto la indiferencia que se atribuye al juicio como raiz de la libertad,
!:1 la doctr!~~· Pues, com? _el conocimiento es sólo una condición necesaria, previa y puede llamarse indiferencia no formal, sino objetiva; pues, como el juicio de
,,1 la razón, a causa de su perfección y amplitud, propone en el objeto varias razo-
"1 a la vohcJOn, por eso umcamente quieren dar al modo del conocimiento el nom-
bre de condición necesªria para el modo de la volición, que consiste en la liber- nes de conveniencia o disconveniencia y, de· manera semejante, no siempre pro-
11'
tad. Pero puede decirse muy bien que la raíz de la libertad es el uso de la ra- pone un med,io como necesario, sino como indiferente, ya que, además de dis-
zón .o. intel~gencia; porque, si hablamos de Jas potencias mismas, las potencias cernir su grado de utilidad y dificultad, al mismo tiempo descubre o propone
:.'i• 1
apetitivas stguen a las cognoscitivas, de manera que, aun cuando' la raíz de éstas otros medios, por eso es fundamento de la elección libre de la voluntad. Pero
i1•·li sea ~1 alma, sin embarg~~ inmediatamente es raíz de la potencia cognoscitiva, y que en el juicio no se da otra indiferencia o libertad necesaria resulta suficien-
,¡ ~ediante ella de la apeuuva; de esta manera, el apetito más perfecto radica pró- temente claro por lo dicho arriba contra la opinión de Herveo. Y se patentiza
x~z;namente en la po!encia cognoscitiva más perfecta; luego también esta perfec- fácilmente en la libertad divina; porque, presupuesta la sola ciencia natural de
il,,'
cwn formal de la hbertad procede de la perfección de entender o de razonar. todos los objetos posibles, la voluntad divina quiere libremente este o aquel ob-
Por tanto, así como una pasión es raíz de otra, así también se dirá que la líber~ jeto fuera de sí por la sola indiferencia o no necesidad de los objetos, indiferen-
Lad de la voluntad radica en la inteligencia de la razón. Y la misma proporción cia o no necesidad que entiende clarísima y necesariamente en virtud de su
;¡: se da entre los actos, puesto que, así como hay un orden esencial entre las po- ciencia natural .
.• ,!
•1 tencia~, igualmente lo hay entre sus .actos; y porque moralmente aquélla es una 23. Así se ha dado cumplida respuesta a todos los fundamentos de Duran-
il cansahda~ _Per s~, p_ero el _fundamento de todo el orden moral es la libertad, por do; porque ser potencia formalmente libre no es lo mismo que ser potencia ra-
eso t~bten la mdif~rencta e~ los actos de la voluntad proviene del juicio de cional, ni es algo que acompañe necesariamente a aquello, sino que única:tnente
la razon, como. ensena co~ aci~rto Santo T~más, en 1, q. 83, a. 1, y en otros acompaña a la potencia apetitiva racional; por lo que hace a la potencia racional
l~gares antes citados, a qmen siguen los tomistas en los mismos pasajes; y Son- en cuanto tal, sólo es consecuencia de ella el ser libre formal P, radicalmente. Y
cmas, Iavello y otros, en IX Metaph. en este sentido hay que entender a Aristóteles en IX de la Metafísica, donde ha-
22. Unicamente conviene observar que los autores aludidos dicen muchas bla indistintamente de las potencias racionales a manera de una sola cosa, y úni-
veces que la indiferencia del acto voluntario nace de la indiferencia del juicio de camente pretende enseñar que en la parte racional que denominamos mente hay
'i· 1~ razón; y en ~sa. expresión debe evitarse la equivocidad del término indiferen- indiferencia en el obrar; pero cómo concurra a esta indiferencia cada una de
" cta; porque, atnbmdo a la voluntad, en la potencia misma significa la libertad las potencias de esa parte superior, no lo trata, pero lo hemos explicado nos-
otros.
liter consistere in collectione seu aggregato perfe.ctior appetitus radicatur proxime in na_t~ali scientia obiectorum omnium possi-
utriusque potentiae, intellectus et voluntatis. perfectiori potentia cognoscente; ergo etiam vero eius significar immediatam babitudinem
ad potentiam elicientem actum, cum prox.i- bilium, voluntas divina libere vult hoc vel
Dico autem formaliter, nam radicaliter per- haec perfectio formalis libertatis oritur ex ma potestate ad oppositum. Unde, si in eo- illud extra se, propter solam indifferentiam
Bnet intellectus seu ratio ad liberum arbi- ·
trium. Quo sensu d.ictwn est liberum ar- perfeccione intelligendi seu ratiocinandi. Sic- dem sensu dicatur indifferentia actus vo- vel non necessitatem obiectorum, quam per
bitrium esse facultatem voluntatis et ratio- ~t ergo una passio est radix alterius, ita luntatis oriri ex indifferentia iudicii, non est naturalem scientiam clarissime et necessario
nis. Est enim voluntatis formaliter, rationis libertas voluntatis dicetur radicari in intel- vera sententia, quia in iudicio, ut antecedit intelligit.
autem praesuppositive seu radicaliter. Ne- ligentia rationis. Et eadem est proportio in- voluntatem, non potest esse haec formalis 23. Atque ita satisfactum est omnibus
que oportet cum Scoto, Henrico, et aliis ter actus, quia, sicut est ordo per se ínter indifferentia, ut demonstratum est. Aliter fundamentis Durandi; na m es se potentiam
disputare, qui negant rationem es se dicen- poten~ias, _ita inter actus earum; et quia ergo sumenda est indifferentia attributa iu- formaliter liberam non est idem quod esse
dam radicem libertatis, sed solum conditio- moraliter illa est causalitas per se, funda- dicio ut radici libertatis, et potest dici in- potentiam rationfl).em, nec necessario illud
nem necessariam ad libertatem; nam hi mentum autem totius esse mora lis est li- differentia non formalis sed obiectiva; nam concomitans, sed solum comitatur potentiam
--------'a~u:;:c:;;t:OoO:re~s:=;Vl;d;e;;.n;;t~ur~~d";e"-m~o~d;::o~lo~q:;:u~e"n~dí~~m~a~g~18~--"bertas,igiwr--etiam-indifferenti:r·.in actibus quia · iudicium rationis propter suam per- appetitivam rationalem; ad potentiam autem
quam de re contendere. Nam, quia cognitio voluntatis provenir ex indicio rationis, ut fectionem et amplitudinem proponit in oh· rationalem ut sic solum consequitur quod
solum est necessaria conditio praevia ad recte docet D. Thornas, 1, q. 83, a. 1, et iecto varias raciones convenientiae vel dis- sit libera formaliter aut radicaliter. Et hoc
volitionem, ideo modum cognitionis solum aliis locis supra citatis, quem thomistae eis- convenientiae, et similiter proponi~ medium modo intelligendus est Aristoteles, IX Me-
appellare vohwt conditionem necessariam dem Iocis sequuntur; et Sonc., Iavell., et non semper ut neceMarium, sed W indif- taph., ubi indistincte loquitur de potentiis
ad modum volitionis, qui in libertare con- alii, IX Metapb. ferens, quia ·et discernit gradum utilitatis rationalibus per modum unius, solumque
sistit. Oprime tamen dici potest radicem 22. Solum oportet observare dictas auc- et difficultatis eius, et simul invenit vel pro-
intendit docere in parte rationali quam men-
libertatis esse rationjs seu intelligentiae tores saepe dicere indifferentiam actus vo- ponit alia media, ideo fundamentum est Ii-
berae electionis voluntatis. Quod autem in tem appellamus esse indifferentiam in ope-
usum; nam, si de potentüs ipsis loquamur, Juntatis oriri ex indifferentia iudicii rationis rando; quomodo autem ad hanc indifferen-
potentiae appetitivae sequuntur cognosciti- in 9-11!1 l?cution.e cavenda est aequivocati~ indicio non sit alia indifferentia vel libertas
necessaria, satis constat ex dictis supra con- tiam concurrant singulae potentiae illius
vas, ita ut, licet radix earwn sit anima voc1s sndif/erentzae; nam attributa voluntati partís superioris non ttactat, a nobis autem
immediate tamen est radix potentiae cogno: in ipsa potencia significar formalem líber~ tra opinionem Hervaei. Et patet facile in
declaratum est.
scitivae, et mediante illa appetitivae; et ita tatem seu potentiam ad utnunlibet; in actu libertate divina; nam, praesupposita sola
25
386 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.--Sección VI 387

24. En segundo término, por la demostración de la misma parte queda re- la razón. Y en el caso de que, manteniéndose aquel juicio, todavía no consin-
chazada la segunda opinión, que negaba la libertad formal en la voluntad; pues tiese la voluntad, con todo, el hombre sería digno de reprensión por razón de
si la libertad formal no se da en elentenlíuiúento, segiln ha pi:<ib:iiiO, pre- se es tal juicio, no por razón de alguna voluntad anterior, formal o virtual, sino pre-
ciso que esté en la voluntad, ya que de lo contrario no eSfai:fá en ningún sitio. Ade- cisamente a causa .de la libertad del entendimiento. Y por la misma razón la
más, dicha sentencia es por sí misma muy improbable y ajena a cualquier opinión inconsideración o el error podria ser culpable desde el punto de vista del en-
·¡. humana, porque todos piensan que el hombre es libre por el hecho de que, si tendimiento solo sin intervención de la voluntad, cosas todas que son absurdas,
! quiere, obra, y si quiere, deja de obrar. Por eso, también la Sagrada Escritura pues no hay nada más contradictorio que la existencia del pecado sin lo volunta-
1

i'! atribuye esta potestad de indiferencia en grado máximo a la voluntad, I Cor., 7: rio. Consiguientemente, así como en el hombre no se da otra bondad o malicia
.¡', No teniendo necesi4ad, sino dominio de su voluntad, e igualmente por eso toda moral de carácter formal, a no ser la que procede de la voluntad, así tampoco
'1'¡'
bondad y malicia, y toda razón de premio o castigo se considera que está en la se da otra potencia formalmente libre fuera de la voluntad. Y esto no atenta
.1
1
voluntad, como enseñan con mayor amplitud los teólogos. Y con toda claridad contra la perfección del entendimiento, ya que en absoluto constituye mayor·

!:¡
el Concilio de Trento, ses. VI, c. 5, habiendo enseñado que cae bajo el poder perfección el ser regla de la voluntad, y es incompatible con esa perfección la
del hombre el cooperar con la gracia o resistir a ella, declara expresamente que libertad radica_da formalmente en la misma potencia, no sólo porque la regla debe
'¡,11' el hombre hace eso por su voluntad libre, ya sola, si resiste, ya ayudada por la ser cierta y de suyo inmutable, sino también porque aquella operación que es
' gracia de Dios, si coopera. Y, finalmente, por esta razón los Padres antiguos lla- regla no lo es por una inclinación y tendencia a la cosa regulada, sino por cierta
'· man muchas veces al libre albedrío voluntad libre, segón puede verse en San adecuación a ella, adecuación que no es _indiferente, sino cierta y determinada;
!'~ Agustin, lib. TII De lib. arb., c. 1 y ss.; y en Damasceno, lib. II De fide, c. 25; pero la voluntad, que es como ciega, necesita la regla o dirección del entendi-
y hay también ocasiones en que lo llaman libre albedrío de la voluntad, como miento; ahora bien, como tiende a su objeto por una inclinación voluntaria per-
es patente en San Agustin, De Civitate Dei, lib. V, c. 9, y en San Ambrosio, , fecta, es capaz de libertad; y en esto puede aventajar relativamente al entendi-
lib. II De fide, c. 3. miento, aunque absolutamente sea inferior en perfección.
25. Y con esta parte -que la voluntad es formalmente libre- puede con-
firmarse la otra, a saber, que el entendimento no es formalmente libre, ya que
no dében establecerse en el hombre actos realizados por dos potencias que sean SECCION VI
libres por sí mismos únicamente en virtud de laS relaciones a sus potencias, pues MODALIDAD DE LA DETERMINACIÓN DE LA CAUSA LIBRE POR EL JUICIO DE LA RAZÓN
i¡: de lo contrario se darla un doble desorden moral en tales actos del entendimiento
y de la voluntad. Efectivamente, en seguida que el entendimiento juzgase que l. Primera opinión.- Sin embargo, todavía nos falta responder a la dificul-
este objeto malo podía elegirse, en este acto considerado precisivamente y con ante- tad propuesta en favor de la segunda opinión, que está exigiendo una cuestión
rioridad a otro consentimiento de la voluntad habría malicia, porque de suyo es distinta, a saber, de qué modo es determinada la voluntad por la razón cuando
opuesto a la razón y, por otra parte, es formalmente libre. Además, en la elec- quiere libremente. A este respecto, los discípulos de Santo Tomás antes citados,
ción de tal objeto habría una nueva malicia, ya que dicha elección es un nuevo y otros más modernos, mantienen con toda decisión que la voluntad no puedt:
acto libre que el hombre podría evitar y que versa sobre un objeto contrario a ser determinada al acto libre si no precede en el entendimiento un juicm prác-
tico definido o, según dicen otros, un imperio en virtud del cual, aquí y ahora,
24. Secundo ex probatione eiusdem par- arbitrium saepe nomínant liberam volunta-
tis improbata relinquitur secunda sententia, lem3 ut videre est in August., lib. 111 de iudicio, adhuc voluntas non consentiret, ni- est indifferens, sed certa et determinata;
quae formalem libertatem in voluntate ne- Lib. arb., c. 1 e.t seq.; et in Damas., lib. II hilominus horno dignus esset reprehensione voluntas autem, qui11 est quasi caeca, indi-
gabat; nam, si formalis libertas non est in de Pide, c. 25; interdum vero vocant libe- ratione talis iudicii, non ratione alicuius vo- get regula au:r. directione intellectus; qliia
intellectu, ut ostensum est, necesse est ut rum voluntatis arbitrium, ut patet apud Au- luntatis prioris, formalis aut virtualis, sed vero tendit in suum obiectum per voJu,nta-
sit in voluntate, alias nullibi esset. Deinde gust., lib. V de Civit., c. -9; et Ambr., praecise oh libertatem intellectus. Eadem- riam inclinationem perfectam, capax est li-
est per sese valde improbabilis illa senten- lib. 11 de Pide, c. 3. que ratione inconsideratio aut error pos- benatis; et in hoc potest secundum quid
tia et aliena ab ornni hominum sensu; om- 25. Atque ex hac parte, quod voluntas set esse culpabilis racione solios intellectus excedere intellectum, quamvis simpliciter sit
nes enim censent hominem esse liberum, sir formaliter libera, potest confirmari alte- absque interventu voluntatis, quae omnia in perfectione inferior.
quia si vult, operatur, et si vult, cessat. ra_, quod, scilicet, intellectus non sit for- sunt absurda, cum nihil magis repugnet
Unde etiam Scriptura sacra banc potesta- maliter Iiber, quia non sunt ponendi in ho- quam esse peccatum absque voluntario. Sicut SECTIO VI
.c__ _ _ _ _~te;.;m~:,.m.;diiuifrier,.,e..inC..te>im,;:-cmiru,!IX1=.,m"e"'a"t"tt41rb'iiwm't:.,v"'o.tlun=-~-roffitcjjno¡e,--,a«"cntu"s~elirn·c:r;nri-ca.--dduabus potentüs- per se ergo non est in homine alia formalis bonitas
QUOMODO CAUSA LIDERA DETERMINETUR
tati 1 ad Cor. 7: Non habens necessitatem, liberi ex solis habitudinibus ad suas poten- vel malitia moralis nisi quae a voluntate pro-
A IUDICIO RATIONIS
sed potestatem habens suae voluntatis, et tias, alias duplex inordinatio moralis esset venit, ita neque est alia potencia formaliter
ideo etiam omnis bonitas et ma1itia, omnis- in huiusmodi actibus intellectus et volun- libera praeter voluntatem. Neque hoc est l. Prima sententia.- Superest tamen
que ratio praemii aut poenae in voluntate tatis. !taque, statim ac intellectus iudicaret contra perfectionem intellectus, quia simpli·· respondeamus ad difficultatem in {avorem
esse censetur, ut Iatius theologi tradunt. hoc obiectum pravum esse eligibile, in hoc citer maior perfectio est esse regulam volun~ secundae sententiae propositam, quae aliam
Ac diserte Concilium Tridentinum, sess. VI, acto praecise sumpto et an:te alium censen- tatis, cui perfectioni repugnat libertas forma~ quaestionem postulat, quomodo, scilicet, vo-
c. 5, cum docuisset esse in potestate ho- sum voluntatis esset malitia, quia de se est liter in eadem potencia, tum quia regula luntas, duro libere vult, a ratione determi..:
minis libere cooperari vel resistere gratiac, rationi dissonus,. . . et alioqui est formaliter debet esse certa et de se immutabilis, tum netur. In qua discipuli D. Thomae supra
expresse declarat id facere horninem liPera líber. Rursus in electione talis obiecti es- etiam quia iila operario quae est regula non citati, et alü recentiores, omnino contendunt
sua voluntate, vel sola, si resistat, vel ad- set nova malitia, quia ille est novus actos est per inclinationern et tendentiam in rem non posse voluntatem determinad ad libe-
iuta Dei gratia, si cooperetur. Ac denique liber, quem horno vitare posset, et de ob- regulatam, sed per quamdam commensura- mm actwn nisi praecedat in intellectu de-
antiqui Patres hac ratione liberum ipsurn iecto rationi contrario. Quod si, stante illó tionem ad illam, quae commensuratio non finitum iudicium practicum vel, ut alii lo-
388 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VI 389

ponderadas todas las circunstancias, profiera una senteÍlcia definida de que el sión; dice que, existiendo un imperio eficaz por parte del entendimiento, no que-
hombre debe elegir esto, o lleve a cabo un impulso que se exprese con la fór- da a la voluntad ninguna libertad para contradecirlo. Y añade que el imperio
mula haz esto. El fundamento puede estar en que la voluntad no tiene posibi- no recibe esta eficacia de la indicada voluntad, hablando en absoluto, porque,
lidad de ser atraída sino hacia un objeto conocido y propuesto por la razón, no pudiendo darse un proceso al infinito, necesariamente se ha de llegar a un
puesto que es un apetito racional, como consta por el lib. III de la Etica, c. 2; imperio del entendimiento que preceda a toda acción de la voluntad y que arras-
consiguientemente, mientras la razón no juzgue de manera determinada lo que tre eficazmente consigo a la voluntad. Y Belarmino, que defiende esa opinión,
:¡¡., debe elegirse, la voluntad no puede elegir; de lo contrario, tendería a un objeto dice, en el lib. 11 De grat. et libero arbit., c. 8, que, as! como la voluntad de
"r:: desconocido, ya que no se da conocimiento .verdadero sin juicio; pues mediante los bienaventurados está determinada a amar a Dios, una vez puesta la visión
'li la simple aprehensión todavía no se conoce si una cosa es tal o no lo es; luego, de Dios, igualmente, en la elección de cualquier cosa particular, la voluntad está
1¡ inversamente, cuando se da el juicio definido «esto· debe elegirse», la voluntad determinada a nna sola cosa en cuanto a la especificación y en cuanto al ejer-
.1
:¡_¡ no puede dejar de elegir, pues de no ser así también entonces se dejaría llevar cicio y, en realidad, elegirá necesariamente cuando esté presente un juicio prác-
'!·¡ sin razón, y formalmente, b al menos virtualmente, sería arrastrada a lo desco- tico particular que dicte de manera absoluta, aquí y ahora, después de considerar
nocido porque, al no elegir, rechaza ese objeto con un acto formal o virtual, o todas las circnnstancias, que esto debe elegirse. ·
!¡¡
1,1 bíen no quiere adoptar tal medio sin ninguna razón o juicio; por consiguiente, 3. · .Pero entonces pregunto de nuevo si es~ juicio es absoluta y simplemente
... es contradictorio que la voluntad obre así. Quizá por eso dijo San Bernardo, necesario, de suerte que sea proferido por el entendimiento en virtud del solo
lib. De grat. et libero arbit., que la voluntad está siempre emparentada con la objeto y medio evidente, o merced a otra causa que rp.ueve necesariamente al
razón, pues, aunque no siempre se mueva por la razón) nunca) empero, se mue- entendimiento en orden a tal juicio, o si, por el contrario, es un acto simple-
ve sin ella. mente libre. Si se afirma lo primero, es evidente que se destruye el uso de la
2. Segunda opinión.- Pero esta opinión no agrada a Enrique, ni a Escoto libertad, ya que tal uso no se distingue ni en la realización del juicio mismo ni
y sus disdpulos, como resulta claro por los lugares citados y por Antonio An- en el acto de la voluntad que es consecuencia neCesaria de él. Tampoco sirve _de
d[és, IX Metaph., q. 2. Y en verdad, la razón insinuada en la sección_ anterior, nada aquí el sentido compuesto, porque aquella suposición con la que se integra
a1 exponer la segunda sentencia, es irrebatible, a mi juicio; porque, si aquel jui- necesariamente el acto es de suyo simplemente necesaria y no libre, y es ante-
cio de la razón se preexige de tal manera para obrar que, en su género, es causa cedente como causa que obliga al acto subsiguiente, y ese modo de composición
necesaria para el acto libre de la voluntad, y puesto tal juicio la voluntad no se encuentra en el amor beatífico, sin que pueda el acto de la voluntad ser m~ce­
puede dejar de consentir en él, entonces la voluntad D.o es una potencia tal que, sario de otra manera. En cambio, si se afirma que aquel juicio. es libre (como
puestos absolutamente todos los prerrequisitos para la operación, pueda querer y termina concediendo, después de inútiles y oscuras dis.tinciones, Iavello, IX Me-
no querer; luego no es una potencia libre. Toda la deducción parece evidente taph., q. 4), pregunto también si dicho juicio es libre elicitivamente en virtud
de acuerdo con los principios antes demostrados. Y se explica más aún : puesto del entendimiento o imperativamente en virtud de la voluntad. Lo primero no
el juicio, la voluntad quiere necesariamente en sentido compuesto (como suele . puede afirmarse -según la opinión, con la que estamos de acuerdo quienes discu-
llamarse), y esto lo conceden fácilmente los autores de aquella opinión, hasta timos este punto, de que el entendimiento no es una potencia formalmente libre.
el punto de que Medina, 1-11, q. 9, a. 1, dub. 2, después de la segunda conclu- Mas si se dice lo segundo, o se procede hasta el infinito o se destruye por com-

quuntur, imperium quo hic et nunc, pen~ habere semper voluntatem cognatam ratio- post secundam conclusionem, dicat, stante solios obiecti et medü evidentis, aut alte-
sati:s omnibus, de:finitam sententiam proferat nem, quia, licet non semper ex ratione, imperio efficaci ex parte intellectus, nullam rius causae necessitantis intellectum ad tale
hoc esse homini eligendum, vel impulsum nunquam tamen absque racione movetur. restare libertatem in voluntate ad contra- iudicium, an vero sit actos simpliciter liber.
quí hac voce explicatur, fac hoc, efficiat. 2. Secunda sententia.- Haec vero sen- dicendum. Et subdit non habere imperium Si primum dicatur~ evidemer destruitur
Ratio esse potest quia voluntas non potest tentia non placet Henrico, neque etiam Seo~ hanc efficaciam ab ista voluntate, per se usus libertatis, quia talis usus neque cer-
1
ferri nisi in obiectum cognitum et per ra~ to et discipulis- eius, ut patet ex Iocis cita- loquendo, quia, cum non sit abitio in in~ nitur in ferendo ipso indicio neque in actu
tionem propositum, cum sit apperitus ra~ ti5 et ex Antonio And., IX Metaph., q. 2. finitum, necessario deveniendum est ad voluntatis qui ad illud necessario consequi-
tionalis, 111 Ethic., c. 2; ergo, donec ratio Et sane ratio insinuata in superiori sectio- unum imperium intellectus antevertens om~ tur. Neque hic iuvat quidquam sensus com-
1
•¡ determinate iudicet quid eligendum sit, non _ne, referendo secundam sententiam, apud nem actionem voluntatis, quod securn ef- positus, quia illa suppositio cum qua _ac~
:ficaciter rapiat voluntatem. Et Bellarminus, tus necessario componitur est in se simpli-
.i
'11
potest voluntas eligere; alias tenderet in
objectum jncognitum guia cognitio vera
me est irrefragabilis; narn si illud iudicium
rationis est ita praereguisitum ad o:p_eran- qui illam tenet sententiam, lib. JI de Grat. citer necessaria et non libera et est antece-
non est sine indicio; per puram enim ap- dum ut in suo genere sit causa necessaria et libero arbit., c. 8, dicit quod, sicut va~ dens tamquam causa necessitans ad subse-
prehensionem nondum cognoscitur an res ad actum liberum voluntatis, et illo indicio !untas beatorum est determinata ad aman- quentem acnun, qui modus compositionis in
sit talis vel non sit; ergo et e converso, posito voluntas non potest non consentire dum Deum posita visione Dei, ita in qua- amore beatifico reperitur, nec potest actos
stante illo definito iudicio: hoc est eligen~ illi, ergo voluntas non est talis potentia cumque re particulari eligenda voluntas est voluntatis alio modo esse necessarius. Si
dum, non potest voluntas non eligere, quia quae, positis omnibus absolute praerequi- determinara ad unum quoad specificationem vero dicatur iudicium · illud esse libernm
i alías etiam tune sine ratione duceretur, et sitis ad operandum, possit velle et non vel- et quoad exercitium, et reipsa necessario (ut tandem post inutiles et obscuras distinc-
i'
formaliter, vel virtualiter saltem, ferretur in le; ergo non est potencia libera. Tata col- eliget quando aderit praesens iudicium prac~ riones concedit Iavell., IX Metaph., q. 4),
incognitum, quia non eligendo, vel formali lecrio videtur evidens iuxta principia su- ticum particulare dictans hic et nunc ah- interrogo rursus an illud iudicium sit libe-
vel virtuali actu refutat illud obiectum, vel perius demonstrata. Et declaratur amplios; salute omnibus consideratis hoc esse eli~ rum elicitive ex vi intellectus vel impen-
vult non amplecti tale medium sine ulla nam posito indicio, voluntas ex necessitate gendum. tive a voluntate. Primum dici non potest ln
rarlone vel iudicio; repugnat ergo volun- vult in sensu (ut aiunt) composito; quo.d 3. Sed nmc interrogo rursus an illud sententia cum qua convenimus qui de hoc
tatem sic operari. Propter quod fortasse facile concedent auctores illius sententiae, iudicium sit absolute et simpliciter neces- puncto disputamus, quod intellectus non est
dixit Bernard., lib. de Grat. et libero arbit., adeo ut Medio., 1-11, q. 9, a. 1, dub. 2, sarium, ita ut feratur ab intellectu ex vi potentia formaliter libera. Si vero dica.tur
390 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VI 391
pleto aquella opinión, pues, con referencia a ese acto de la voluntad que deter- tivo y práctico, porque no es el especulativo, sino el práctico, el que determina
mina al entendimiento a tal juicio, pregunto si es determinado por otro juicio a la voluntad. Y dicen que éste es libre, aunque el especulativo sea natural.
del entendimiento, y a propósito de él se planteará la misma cuestión, y as! se Pero esto no quita fuerza a la dificultad propuesta; porque si, puesto todo
procederá al infinito. Si, por el contrario, aquel acto libre de la voluntad no el juicio especulativo sobre la conveniencia, utilidad, honestidad o torpeza del
procede de la determinación de un juicio semejante anterior, se extraen dos con- objeto, y sobre otras razones o circunstancias, el juicio práctico de que se debe
clUsiones opuestas a dicha opinión. Primera, que la voluntad no es determinada amar o elegir tal cosa es ~libre, se repite a propósito de él todo el argumento
en todos sus actos libres por el juicio del entendimiento; segunda, que nunca h~cho, a ver po~ quién es determinado el entendimiento en orden a tal juicio.
es determinada de ese modo sino en virtud de alguna volición libre anterior, SI ~?r el ente~dimiento, entonces el entendinúento es libre; si por la voluntad,
,,
1
gracias a la cual se siguen las demás cosas y de la cual participan su libertad. ¿ q~~ ~etermma a ésta? Y de esta manera se concluye que la primera determi-
4. Quizá diga alguno que, dándose dicho juicio, es imposible que la volun- naciOn hbre. de la voluntad se realiza sin tal juicio, y que no hay ningún juicio
1' tad no consienta, pero que la voluntad puede eliminar ese juicio, y por ello sq: que determme completamente a la voluntad a algún acto a no ser en virtud de
acto es libre y no necesario. Mas esta respuesta no satisface al argumento pro- una volición anterior libre. '
puesto, sino que admite, tácita e implícitamente, que dicho juicio es libre; de Jo ?· T erce:a opinión.- Finalmente, dicen algunos que aquel juicio práctico
contrario, la voluntad no podrla suprimirlo; pero no explica en virtud de qué es hhre en vtrtud de la voluntad que ama dicho objeto, y que la voluntad por
voluntad es libre desde el principio. Pues no basta con decir que es libre indi- su parte, ama dicho objeto en virtud de tal juicio; y que esos dos actos son 'cada
rectamente porque la voluntad no lo impidió; ya porque la voluntad pudo rea- uno con respecto al otro, _causa en div~rs? orden de caus~idad; porque, p;r una
lizar, al menos, una volición libre con la que impidiese dicho juicio, y acerca de parte, la voluntad determma al entendimiento para que ¡uzgue prácticamente de
esa volición se repite el mismo argumento, ya también porque, aun cuando para esa manera y, por otra, ~1 e~tendimiento determina a la voluntad a que quiera
la negación del acto pueda quizá bastar el voluntario indirecto, sin embargo, · t~l cosa. Y no es contradictorio -afirman- que esas dos cosas se precedan y se
para el ejercicio positivo del acto libre e imperado no basta, sino que se precisa sigan una a otra, ya que ello ocurre en órdenes diversos de causalidad. Porque
un acto formalmente libre, q!Je impere y determine a la potencia. Además, otra la. v_oluntad dete;mina al entendimiento eficientemente, núentras que el enten-
evasiva que puede tomarse de Iavello en el lugar antes citado, no debilita la dumento determma a la voluntad finalmente. Pero esta doctrina no me resulta
fuerza del argumento; dice, en efecto, que aquel juicio es libre radicalmente, lo aceptable; primeramente, porque no se apoya en ninguna razón, ni es neCesaria
cual le viene del entendimiento y no de la voluntad; pero esto no es responder al para. nada; y, por otra parte, apenas puede entenderse esa mutua prioridad y
dilema establecido, sino evitarlo, porque ser libre radicalmente no es otra cosa moción entre aquellos dos actos. En segundo lugar, demuestro que es imposible:
que ser ralz de la libertad, que se da en la voluntad; y no se pregunta por eso, en todo acto vital, la suficiente ~plicación del objeto necesario para el acto, pre-
sino por la libertad formal; porque el mismo acto del entendimiento que es cede absolutament.e y en ~ual9-_mer arde?- de causalidad a. tal acto, y no puede
ralz del acto de la voluntad es verdadera y formalmente realizado por su po- suceder que la nusma aphcac10n del ob¡eto provenga eficientemente del acto al
tencia, y acerca de él se pregunta si es realizado por la potencia de manera ne- cual se ordena; pero el juicio de la razón se requiere para el acto de la volun-
cesaria o con indiferencia. Otros contestan .distinguiendo eritre juicio especula- tad en cuanto aplica el objeto; luego es imposible que el juicio de la razón
necesariO para el acto de la voluntad provenga eficientemente de ese mismo acto.
secundum, vel p.roceditur in in:finitum vel Neque enim satis est si dicatur esse liberum
omnino destruitur illa sentencia, nam de illo indirecte quia voluntas non impedivit illud:
acru voluntatis qui determinat intellectum ad tum quia saltem potuit voluntas habere va... speculativum, sed pracricum determ.inat vo- sarum, quia et voluntas determinat intellec-
tale iudicium inquiro an dete.rminetur ex litionem liberam qua impediret illud iudi~ luntatem. Et hoc aiunt esse liberum, etiam- tum ut ita practice iudicet, et intellectus
alio iudicio intellectus, et de illo redibit cium, de qua redit idem argumentum ~ tum si contingat speculativum esse naturale. Sed determinat voluntatem ut velit talem ·rem.
idem argumentum, et sic procedetur in in- etiam quia, licet ad negationem actus for- hoc non enervat difficultatem propositam; Neque repugnat (inquiunt) illa duo mutuo
finitu.m.. Si vero ille actus liber voluntatis tasse possit sufficere voluntarium indirec- nam si, pasito teto iudíclo speculativo de se antecedere et subsequi, quia id fit in d.i-
Don est ex detenninatione similis i.udicií tum, tamen ad exercitium positivum actus obiecti convenientia, utilitate, honestate aut versis generibus causaru.m.. Voluntas enim
prio.ris, inferuntur duo illi sententiae con- liberi et imperati non sufficit, sed neces- turpitudine, et aliis rationibus aut circum- determinat intellectum efficienter, intellec-
traria. Primum est voluntatem non deter- sarius est actus formaliter liber, imperans stantiis, iudicium practicum de tali re aman-
tus autem voluntatem finaliter. Sed haec
liberis et determinaos potentiam. Alia p.raeterea da seu eligenda .liberum est, de illo red.it docttina mihi non probatur; prim~ enim
evasio quae ex lavello sumi totum argumentum factum, a quo nimirum
nulla ratione fundatur, neque ad aliquid est
iu- ___ ~ ~~ ;d:~eterminetur intellectus ad tale iudicium. Si necessaria; et aliunde vix potest mente con-
radicaliter, quod" intellectu, ergo intellectus est Jiber; si a
voluntate, quid determinat illam? Atque ita cipi illa mutua prioritas et motio inter illos
consequuntur et ab ea participant habet ab intellectu et non a voluntate; sed
concluditur primam determinationem libe- duos actus. Et praeterea ostendo esse im-
tem. hoc non est respondere ad dilemma factum,
possibilem, nam in omni ac.tu vitali suffi-
4. Dicet fortasse aliquis, stante illo iu- sed illud eludere, quia esse liberum radi- raro voluntatis fieri sine tali iud.icio, nul-
lumque esse iudicium omnino determinaos ciens applicatio obiecti necessarii ad actum,
dicio impossibile esse voJuntatem non con- caliter non est aliud quam esse radicem li-
sentire, posse tamen voluntatem tollere iu- bertatis, quae est in voluntate, de quo non voluntatem ad aliquem acnun, nisi in vir- simpliciter et in omni genere causae, ante-
dicium illud, et propterea actum elus esse inquiritur, sed de libertate fonnali; narn tute prioris volitionis liberae. cedit talem actum nec fieri potest ut ipsa-
liberum et non necessariu.m.; sed haec re- illemet actus intellectus qui est radix actus 5. Tertia opinio.- Dicunt tandem aliqui met obiecti applicatio effective proveniat ab
sponsio non satisfacit argumento proposito, voluntatis est vere ac formalite.r elicitus a illud iud.iciwn practicum esse liberu.m. ex actu ad quem ordinatur; sed iud.icium ra-
\led tacite et implicite admittit illud iud.i- sua potencia, et de illo inquiritur an ex vi voluntatis amantis illud obiectum, et vo- tionis requiritur ad actum voluntatis u:t ap-
cium es se liberum; alía9 non posset volun- necessitate vel cum indifferentia elicitus si.t luntatem ipsam amare illud obiectum ex vi plicans obiectum; ergo impossibile est ut
tas auferre illud; non declarat autem per a potentia. Alü .respondent distingu~tntes de talis iud.icü, atque illos duos actus esse sibi iudicium rationis necessarium ad actum vo-
quam voluntatem sit a principio liberum. indicio speculativo vel practico, quia non invicem causas in diversis generibus cau- luntatis effective proveniat ab eodem acru.
392 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VI 393
il

l
La mayor puede probarse por inducción en todos los demás actos vitales. dis; en virtud de la moción de la voluntad y, no obstante, en su género, es causa de
tintos de aquel de que tratamos. Y puede tomarse un argumento proporcmnal ese mismo acto de la voluntad en virtud del cual él es, por su parte, voluntario.
de los actos naturales, porque es imposible que un agente que necesita un pa- y si- esto resulta imposible en el primer acto, como ciertamente resulta, no se
' ciente para obrar no suponga absolutamente y en todo orden de causalidaQ. la debe a que es simplemente primero, sino a que es causa del acto de la voluntad
aplicación del paciente a tal acción, o que se aplique el paciente mediante de tal modo que, simplemente y en todo orden de causalidad, se supone con an-
esa misma acción. Y puede darse como razón que el agente es impotente para terioridad a él; pero esta razón es válida a propósito de cualquier otro acto;
obrar si no es sobre una materia aplicada; luego es imposible que mediante esa consiguientemente, nunca puede ocurrir que el juicio del entendimiento sea libre
misma acción realice la ap~cación, sino que debe suponerla de manera absoluta. en virtud de un acto de la 'voluntad que sigue a dicho juicio. O, de otra manera,
Además, porque de Jo contrario tal acción, en cuanto es aplicativa del paciente, no puede suceder que la voluntad sea determinada a un acto libre por el jnicio
no versaría sobre el paciente en cuanto aplicado, sino en cuanto distante, cosa que nace_ del mismo acto libre. Y, en este sentido, lo que acontece es, o que es
que vamos a explicar más ampliamente en seguida a propósito de la cuestión . determinada por un juicio totalmente necesario, lo cual repugna a la 'libertad,
de que tratamos. o que la determinación libre no procede de tal juicio, y esto es lo que se pre-
6. La menor del primer silogismo es cierta en virtud del principio de que tendia.
no se quiere nada que no se haya conocido previamente. Y si alguno pretenqe
que el juicio de la razón no es sólo una condición y aplicación del objeto, sino Solución de la cuestión
también un principio que realiza juntamente con la voluntad su acto, no ami-
nora, sino que aumenta la fuerza del argumento; porque será más contradicto- 7. Así, pues, por razón de estas dificultades, estimo que para la determina-
rio que ese juicio proceda eficientemente de la moción del acto de la voluntad ción libre de la voluntad no resulta necesario tal juicio práctico que la determine
por el hecho de que se dice que ese mismo juicio es principio eficiente de tal totalmente. Además del razonamiento hecho (que parece ser a posteriori y por los
acto de la voluntad. Y se confirma además, en primer lugar, porque la voluntad inconvenientes), puede esto explicarse a priori y por la realidad misma, ya que.
no aplica ninguna potencia a su acto sino queriendo dicho acto; luego, si la vo- el jnicio del entenditpieuto no mueve a la voluntad si no es mediante el objeto
luntad aplica directamente el entendimiento a ese juicio, lo hará mediante un que propone; pero el objeto propuesto no siempre infiere necesidad a la volun-
acto con el que quiere que el entendimiento juzgue aquello; por tanto, ¿qué es tad o la determina a una sola cosa, ni es esto necesario para que la voluntad pue-
111, lo que mueve a la voluntad a querer esto? ¿Otro juicio anterior, o el mismo da tender al 9pjeto; luego tampoco es necesaria por parte del juicio, y ni siquie-
que se va a querer? Si es otro, entonces la voluntad no .es determinada a ese· ra es posible, tal determinación. Se demuestra la mayor porque, o el juicio mue-
1[1 acto por el juicio que quiere, sino por el anterior. Si es ese mismo, entonces ve únicamente en razón de objeto, o él mismo, por su propia r'azón, tiene una
11 dicho juicio mueve a la voluntad por modo de objeto, antes de que sobre él se peculiar eficaCia para determinar a la voluntad. Esto último no puede afirmarse,
,,
j,i
haya juzgado de niuguna manera. Se confirma, en seguudo lugar, porque de lo ya porque tal eficacia estaría en contradicción con la libertad de la voluntad,
,1,, contrario el primer acto del entendimiento podría proceder de la voluntad mis- según se ha dicho, ya también porque tal manera de mover es ajena a la fun-
ma, lo cual se opone a la opinión general, fundada en el principio no se quiere ción del entendimiento, función que consiste en iluminar y dirigir y regular las
nada que no se haya conocido antes. Y se demuestra la consecuencia porque tam- operaciones de la voluntad, ya, finalmente, porque dicha manera de mover es
bién podría decirse del primer acto del entendimiento que es libre y voluntario propia de la voluntad, que ha sido dada especialmente para este fin, a saber,
Maior inductione ostendi potest in omnibus eius, non enervat, sed auget vi m argurnenti; set esse liberum e~ voluntarium ex me- non esse necessarium tale iudicium practi-
alüs actibus vitalibus extra illum de quo nam ex eo magis repugnabit illud iudicium tiene voluntatis, et nihilominus in suo ge- cum omnino determinaos ipsam. Quod prae-
agimus. Et ex naturalibus potest·' sumi ar· esse effective ex motione actus voluntatis, nere esse causam eiusdem actus volunta- ter discursurn facturo (qui videtur esse a
gumentum proportionale, quia impossibile quod ipsummet iudicium dicitur esse prin. tis quo ipse est voluntarios. Quod si ·in posteriori et ab iriconvenienti) potest_ a priori
est ut agens quod passo indiget ut agat, cipium efficiens talero actum voluntatis. Et primo actu hoc est impossibile, ut reve- er ex re ipsa declarari, quia iudicium in-
non supponat absolute et in omni genet;"e confirmatur praeterea, primo, quia voluntas ra est, non est quía est simpliciter pri- tellectus non movet voluntatem nisi medio
causae applicationem passi ad talero actio- non applicat aliquam potentiam ad actum mus, sed quia tali modo est causa actus obiecto quod proponit; sed obiectum pro-
nem, aut quod per ipsammet actionem sibi suum nisi volendo illum actum; ergo, si vo- voluntatis ut ad illum simpliciter et in cm- positum non semper infert necessitatem vo-
applicet passum. Et ratio reddi potest, quia luntas directe applicat intellectum ad illud ni genere causae praesupponatur; haec au- luntati aut determinat illam ad unum, ne-
agens est impotens ad agendum nisi circa iudicium, id faciet per actum quo vult- ut tem ratio procedit in omni alio actu; nun- que hoc est necessarium ut voluntas possit
~:------jm~a'fite~riita~mif-iap~pjill16ca~tiia~m.f;¡;e~r~g~o;::¡1 ~;;,.~·ibiJ·.;=~t-~·~~~tus id iudicet; quid ergo movet vo- quam ergo fieri potest ut iudicium intellec- in obiectum tendere; ergo nec est neces-
quod per illam actionem ipsammet appli- luntatem ut hoc velit? Num aliud prius tus sit liberum per acrum voluntatis subse- saria ex parte iudicü, immo nec possibilis
cationem efficiat, sed omnino debet suppo- iudicium, an ipsum quod est volendum? quentis. ipsrun. V el aliter fieri non potest ut
Si aliud, ergo non determinatur voluntas ad talis determinatio. Maior probatur, quia vel
nere illam. ltem, quia alias talis actio, ut voluntas determinetur ad actum liberum per iudicium movet tantum ratione obiecti vel
illum actum a iudicio quod vult, sed quod iudicium quod ex eodem actu libero na-
applicativa passi, non versaretur clrca illud praecedit. Si illud idem, ergo illud iudicium ipsummet ratione sui haber peculiarem ef-
ut applicarum, sed distans, quod statim de- per modurn obiecti movet voluntatem prius- scirur. Atque ita fit ut vel determinetur per
iudicium omnino necessarium, quod re- ficaciam ad determinandam voluntatem. Hoc
clarabitur magis in re de qua_ agimus. quam de illo sit iudicarum ullo modo. Et posterius dici non potest, tum quia talis ef-
6. Minor autem primi syllogismi certa confirmatur secundo, nain alias primus ac- pugnat libertati, vel quod determinarlo li-
bera non oriatur ex tali iudicio, quod est ficacia repugnaret libertati voluntatis, ut dic-
est ex illo principio quod nihil est volitum tus intellectus posset esse a voluntate ipsa, intentum. tum est, tum etiam quia talis movendi mo-
quin praecognitum. Quod si quis contendat quod est contra omnium sententiam, fun- dus est alienus a munere. intellectus, qui est
iudicium rationis non tantum esse condi- datam in illo principio: Nihil volitum quin Quaestionis resolutio illuminare et dirigere ac regulare voluntatis
tionem et applicationem obiecti, sed etiam praecognitum. Et sequela probatur, quia 7. Propter has ergo difficultates, extsu- operationes, tum denique quia ille movendi
pr.incipium effiCiens cum voluntate actum etiam de primo actu intellectus dici pos- mo ad libcram determinationem voluntatis modus est proprius voluntatis, quae in hunc
'
,.
i

394 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VI 395

l
.

para mover eficientemente a las. d~más potencias en cuanto al ejercicio; luego ese poder impulsivo eficaz, pues de lp contrario destruirla la libertad de la vo-
no puede suceder que el entendimtento, el cual es movido eficientemente por la luntad, y la alabanza o la reprensión no deberla atribuirse a la voluntad, sino al
. voluntad, mueva por su parte a la voluntad de igual mauera. As! lo enseña ex- entendimiento. Esto es lo que admite en último término Medina, por la autori-
presamente Santo Tomás en 1-II, q. 9, a. 1 y 3. dad de Santo Tomás, 1-II, q. 17, a. 5.
1'
¡1 8. Mas algunos oponen que el entendimiento mueve eficazmente a la volun- 9. Queda por demostrar la segunda parte, a saber, que la voluntad no siem-
,1,.
'i• ta~ e~ orden a la ope~ación por ~1 imperio práctico. Se responde que el imperio pre es determinada a una sola cosa por el objeto propuesto; esta parte es cierta
pra,cttc.o del entendumento, en vrrtud del cual se entiende que uno se impera y la admiten todos; la prueba ex professo Sauto Tomás, 1-II, q. 10, a. 2. En
a st mtsmo o a su. voluntad, no es algo distinto del juicio perfectamente práctico efecto, tanto da decir que la voluntad no es movida necesariamente por otra cosa
Y totalme.nt:: defimdo con tod~s las circunstancias. Y no es posible entender en como decir que no es determinada a una sola cosa por ella, según demuestran
el entendumento un a~to que m;tpulse a la voluntad si no es por modo de juicio; los argumentos arriba aducidos; pero es cierto que no es movida necesariamente
C??JO tam:po~o se entiende el Imperio sobre otros si no es por modo de loca- por todos los objetos; luego tampoco es determinada a una sola cosa; consiguien-
. cton que .m:une lo que deba hacerse; y cualquier otra cosa que se imagine en temente, sólo en el cielo será determinada a una sola cosa, en cuanto al ejercicio,
e! entendt~Ie~to, se afirmará gratuitamente, no podrá explicarse en qué con~ por la inlioita bondad de Dios claramente intuido, según la doctrina común; en
srste, Y sera aJena ~ la razón de entendimiento, el cual es, esencial y adecuada~ cambio, por lo que hace a la especificación, es determinada por el bien en gene-
mente,, una potencra cognoscitiva y judicativa; por eso no puede realizar un ral o por otros objetos seffiejantes, como diremos después; pero no por todos,
~cto ~mo por modo de aprehensión o de juicio. Consiguientemente, como este ya que no en todos aparece alguna razón necesaria de bondad, o no aparece
ImperiO de 9ue tratamos no es una mera aprehensión, según es evidente de suyo una bondad tal que no lleve aneja alguna malicia o desventaja, o algún defecto.
no J?Uede s~r más que un juicio práctico. Y Aristóteles o Santo Tomás nunc~ Pero aunque el objeto no determine de esa mauera a la voluntad, puede ser de
e~phcan raciOnalmente el imperio sino por modo de juicio completamente prác- tal modo ~ulicien~e para ~xcitarla y es~mularla '\ue ella misma, por su libertad, l
nco, como se trata por. extenso en 1-11, q. 17. Así, pues, este juicio únicamente se determme o tienda a el, ya que, SI en el objeto se representa alguna razón
mue~e, de suyo, en calidad de objeto, como se ha explicado. Y si a veces parece de bondad, ésta es de suyo suficiente para mover la voluntad; luego esa deter-
que Impulsa eficazmente, sólo es en virrud de algún acto eficaz de la misma vo- minación no. es necesaria para que la voluntad se mueva.
l~tad, ~ue se di~ anteriormente; porque, si la voluntad se propuso eficazmente
o mtento co~seg~ este fin, o escogió emplear tal medio, ·el entendimiento, lle- Respuesta a los fundamentos contrarios
gada la ocas1ón, ¡uzga aqui y ahora que absolutamente debe hacerse esto su-
pues~a la voluntad anterior. Y entonces la voluntad queda completament; de- 10. Con esto no sólo queda probada nuestra opinión, sino que también se
ternunad~, no tanto por el juicio como por sí misma. Señal de ello es que no ha dado respuesta a los fundamentos de la opinión contraria. Efectivamente, del
se determma de mane~a absoluta, sino cuasi condicional, a saber, siempre que quie- hecho de que la voluntad no puede ser movida hacia lo desconocido sólo resulta
ra perseverar en la mtención o elección hecha. Por eso, si la voluntad quiere que es necesario el juicio del entendimiento para que la voluntad pueda elegir,
antes retroceder, puede hacerlo e impedir ese imperio. En cambio, cuando no pero no se sigue la necesidad de que ese juicio determine a la voluntad a una
precede tal voluntad eficaz, es imposible que el imperio del entendimiento tenga sola cosa. Esto lo dijo elegantemente Sau Bernardo, lib. De grat. et lib. arb., con

finem peculiariter data est, ut ·alias potentias praecedit, 4Dpossibile est ut imperium in- saria .ratio boni, vel non appare_t talis bo-
Cum ergo hoc imperium de quo agimus nori teilectus habeat illam vim impulsivam effi~
efficienter moveat quoad exercitium; ergo sit mere apprehensio, ut per se constar, non nitas quae non habeat admixtam vel mali-
non potest :fieci ut intellectus, qui a volun~ cacem, alias destrueret voluntatis liberta- tiam vel incommodum aliquod aut defec~
po~est esse nisi iudicium practicum. Neque
tate efficienter movetur, · vicissim eodem tero, et laus aut reprehensio non esset vo~ tum. Quamvis autem obiectum non sic de-
Ar1stoteles aut D. Thomas imperium ratio-
modo illam moveat. Atque hoc docet ex~ luntati, sed intellectui attribuenda. Atque termine! voluntatem, potest esse ita suffi-
naliter unquam declarant quam per modum
presse D. Thomas, 1~11, q. 9, a. 1 et 3. iudicii omnino practici, ut latius in 1~11, hoc tandem fatetur Medina, propter D. ciens ad excitandam et alliciendam -illam ut
8. Sed obüciunt aliqui quia intellectus Thom. auctoritatem, 1~11, q. 17, a. 5. ipsa sua libertate determinetur aut feratur
q. 17, tractatur. Hoc igitur iudicium ex se
per impe.rium p.racticum efficaciter movet 9. Superest probanda altera pars, scili- in illud, quia si in obiecto repraesentatur
solum movet ex parte obiecti, ut declaratum cet, quod voluntas ab obiecto proposito non
voluntatem Respondetur impe.rium est. si interdum videtur efficaciter aliqua ratio boni, illa est de se sufficiens
i' quo intelligitur est in virtute alicuius ac~
semper determinetur ad unum, quae certa ad movendam voluntatem; ergo i11a de ter~
!'· est et recepta ah omnibus, eamque ex pro- minatio necessaria non est ut voluntas mo-
perfecte cessit; nam si vol untas propo~
fesso ·probat D. Thomas, 1~11, q. 10, a. 2. veatur.
omnino definito cum omnibus sui[ vel intendit consequi hunc finem aut Nam perinde est dicere voluntatem non ne-
tiis. Neque intelligi potest in intellectu ac~ cessitari ah alio quod non determinari ad Responsio ad contraria fundamenta
eiegit adhibere tale medium, intellectus 'nac~
!JlS. i_~p~sivus voluntatis nisi per modum ta occasione, hic et nunc iudicat o~ino unum ab illo, ut probant argumenta supe- 10. Ex quo non solum probata est nos-
mdicu; s1cut respecto aliorum non intelli~ esse hoc fadendum, supposita priori vo~ rius facta; sed est certum non necessitari" tra sententia, sed etiam responsum est ad
gitur imperium nisi per modum locutionis ab omnibus obiectis; ergo nec determinari fundamentum oppositae sententiae. Ex eo
luntate. Et tune voluntas omnino determi~
in?ma?ti~ quid agend~ sit; et ·quidquid ad unum; igitur quoad exercitium solum enim quod voluntas non potest ferri in in~
natur, non tam a indicio quam a· se. Cuius
ahud m m[ellectu fing¡tur, et gratis asseri~ in patria ab infinita' bonitate Dei ciare visi cognitum, solum habetur necessarium esse
sign~ est quia n~:m absolute, sed quasi
tur et explicari non potest quid sit et est condtllonate determmatur, scilicet si velit determinatur ad unum, iuxta receptam doc- iudicium intellectus ut voluntas possit eli-
extra rationem intellectus, qui esse~uialiter in intentione seu electione facta ~ersistere. trinam; quoad specificationem vero, a bono gere, non vera sequitur oportere ut illud
et adaequate est potentia cognoscitiva et iu~ Unde si a priori voluntate velit retrocedere in communi aut alüs similibus obiectis, ut iudicium determine! voluntatem ad unum.
d~c~tiva; et ideo non potest habere actum potest, et impedire huiusmodi imperium~ infra attingemus; non vera ab omnibus, Quod eleganter dixit Bernard., lib. de Grat.
rus1 per modum apprehensionis vel iudicii. Quando autem talis voluntas efficax non quia non in omnibus apparet aliqua neces~ et lib. arb., his verbis : Est ratio data vo-
1
396 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VI 397
'

l las siguientes palabras: La razón ha sido dada a la voluntad para que la instruya,
no para que la destruya; pero la destruiría si le impusiese alguna necesidad pará
que se desenvolviese a su antojo. Por eso, cuando en el argumento se dice que
es necesario que el entendimiento juzgue primero lo que se debe elegir, la pro-
posición puede ser ambigua; porque, si el sentido es que debe juzgar primera-
mente la bondad, la utilidad o la conveniencia que tiene el medio que se va a
la voluntad sólo necesita el conocimiento de aquel objeto hacia el cual tiende;
pero el desconocimiento o la no consideración de otro objeto no le incumbe, ab-
solutamente hablando; luego, si el entendimiento juzga que este medio es útil
o elegible, aun juzgando al mismo tier!.po que otro es útil, la voluntad puede
elegir uno, y no es necesario que el entendimiento juzgue antes determinada-
mente, a propósito de uno de ellos, que debe ser elgido, ni siquiera que es más
elegir y la elección misma, la proposición es verdadera; mas, si el sentido es digno de elección que el otro.
)1: que primeramente debe juzgarse en absoluto, y que debe elegirse esto absolu- 12. Se responde a una objeción.- Se dirá: si el juicio del entendimiento
:,¡ ij
tamente, es falsa. Porque significa que, ponderadas y consideradas todas las cir- es indeterminado, ¿cómo puede ser determinada la elección de la voluntad? Se
.111 , cunstancias, aquí y ahora resulta ya necesario por alguna razón elegir esto, por responde : no puede decirse que el juicio es indeterminado cuando mediante él
,¡¡
,,

1
· lo cual debe elegirse absolutamente; pero no hay uingima razón por la que tal se juzga de qué clase es el objeto, y qué conveniencia o amabilidad posee; pero
1'1
juicio sea necesario con anterioridad a toda elección; es más: esto repugna a la puede decirse o que el juicio es múltiple, cuando acerca de varios objetos se
f:¡ libertad de la elección, según se ha demostrado. Luego es suficiente el juicio juzga cómo son, o cabe decir también que es un juicio determinado acerca de
¡:: por el que un medio se juzga útil y, examinadas todas las circunstancias, apto un objeto indiferente, o sea, que no tiene una unión necesaria con la voluntad,
para poder ser elegido; y lo mismo ocurre con cualquier objeto bueno que se aunque posea alguna bondad o conveniencia; y esta determinación del juicio,
i 1

juzgue suficientemente bueno para poder ser amado. En efecto, así como, para ~moque no basta para imponer necesidad a la voluntad, es, empero, suficiente
; ~ ¡· 1 que la vista pueda moverse hacia un objeto, no es preciso que se aplique en para que ella, según su libertad, pueda determinarse y seguir dicho juicio.
.
. '' cuanto visto o en cuanto que se debe ver, sino en cuanto visible, de igual ma- 13. Pero se insistirá: si sólo hay un juicio, la voluntad lo seguirá absoluta-
!P mente, ya que no tiene otro al cual dirigirse .. En cambio, si hay varios juicios_,
, nera, para que la voluntad sea movida por un objeto, basta con que se le pro-
~1
'. ¡
ponga como amable, aunque no se juzgue que deba elegirse absolutamente. necesariamente seguirá aquel que verse sobre el medio más útil o sobre el ob-
l,_ljl
11. Se aclafa esto, en primer lugar, acerca de la voluntad y el entendimiento jeto mejor, y de esta manera siempre será determinada por el juicio. Se res-
1,1:1'111 de Dios; pues, para que Dios, en su eternidad, quiera libre y determinadamente ponde, en primer lugar, que pueden darse juicios acerca de medios iguales, .y
::'f,'ii' a]go fuera de sí, no es preciso que con anterioridad a toda determinación libre entonces la voluntad no podrá ser determinada por el juicio ni quedará necesa-
111 preceda en el entendimien_to divino, según nuestro modo de entender, este juicio: riamente en suspenso, sino. que su libertad consiste precisamente en poder ele-
<c. Yo tengo que amar o elegir absolutamente esto», pues tal juicio sería temera- gir uno y omitir el otro. Y si no puede hacer esto, no veo de qué modo pueda
rio, infundado y, en rigor, falso, por implicar que tal objeto fuera de Dios es, decirse que es libre; pero en realidad puede hacerlo, ya que es libre para po-
,,,,
11
con respecto a El, de alguna manera necesario; consiguientemente, sólo precede der querer lo que es bueno y no querer lo que no es necesario. Un excelente
1•:1 el juicio de que tal objeto es conveniente o elegible; luego lo mismo debe en- ejemplo de esta libertad lo proporciona la voluntad divina, la cual, entre esta
tenderse acerca de la voluntad creada. En segnndo lugar, se confirma y explica materia y otra totalmente igual y semejante, y entre estos cielos y otros com- \'
11
porque, para que la voluntad elija un medio, no es preciso que el entendimiento pletamente iguales (y así con respecto a las demás cosas), eligió crear éstos más
1 juzgue sobre él de tal manera que no posea juicio sobre ningún otro, ya que bien que otros, lo cual no puede atribuirse a un juicio desigual, ya que ni por
'1'!
1 voluntas solum eget cogmtione eius obiecti sufficit tamen ut ipsa pro libertate sua pos-
luntati ut instruat illam, non ut destruat; Na.m sicut, ut visos ferri possit in obiectum, in quod fertur; ignoratio vera vel inconsi-
¡: sit se determinare et sequi illud iudiciurn.
destrueret autem si necessitatem ullam im- non est necesse quod applicetur ut visum deratio aiterius obiecti est illi impertinens,
¡!" poneret, quominus pro arbitrio suo sese vol- vel ut videndum, sed ut visibile, ita, ut vo- 13. Sed urgebis: nam si unum tantum
per se loquendo; ergo, si iudi.cet intellec- adest iudidum, illud omnino sequetur vo-
veret. Unde, cum in argumento sumitur !untas moveatur ah obiecto, satis est quod tus hoc medium esse otile vel eligibile,
necessarium esse ut intellectus prius iudicet proponatur ut diligibile, quamvis non iudi- Iuntas, quía non habet aliud . ad quod se
etiamsi simul iudicet aliud esse utile, potest vertiu. ~i vera adsunt plura, necessario se-
quid eligendum sit, ambigua esse potest cetur omnino eligendum. voluntas unum eligere, neque est necesse
propositio; nam si sit sensus prius indicare 11. Quod declaratur primo in divina quetur illud quod est ·de utiliori medio aut
m intellectus .prius de altero determinate meliori obiecto, atque ita semper determi-
quid bonitatis, utilitatis aut convenientiae voluntate et intellectu; na m ut Deos in iudicet esse eligendum, immo neque esse
habeat medium eligendum et ipsa electio, aeternitate sua aliquid extra se determinate nabitur a iudicio. Respondetur, iÍnprimis,
eJigibilius alio.
vera est propositio; si vera sit sensus prius ac Iibére ·velit, non oportet ut ante omnem 12. Obiectioni respondetur.- Dices: si posse esse iudicia de rnediis aequalibus, et
~-------:'eO'ss"'e'ii:iu":dooi"íc;';an"d::'um'T.;..;o"b~so;;;IC'u;;te;;;;e:;;t-oo;;;m~run_,·;<o~h:;:o::;co.:e;;s;----:d'"e~t;er;;rnm,-:;';;;ationem liberam praecedat nostro tune voluntas nec poterit determinari a iu-
. iudicium intellectus est indeterminatum,
·'· se eligendum, falsa est propos1t10. Nam red- modo mte:IIlgeDcli m mtellectu dtvino hoc quomodo voluntatis electio esse potest de- dicio nec necessario erit suspensa sed haec
.!; dit hunc sensum, quod, pensatis et consi- iudicium: Hoc mihi omnino amandum est ter.minata? Respondetur non posse dlci iu- est eius libertas ut unum possit 'eligere et
. ,;:. deratis omnibus, iam hic et nunc est sub aut eligendum; esset enim ~le iudicium te- dicium indeterminatum quando per illud aliud omittere. Quod si hoc non potest non
1
aliqua ratione necessariurn hoc eligere, et ' merariurn ac sine fundamento et in rigore iudkatur quale sit obiectum, et quam con- video quomodo possit dici libera; sed re-
.,1 ideo esse omnino eligeodum; nulla est au- falsum; nam includit quod tale obiectum venientiam vel amabilitatem habeat; sed vera id potest,· quia ad hoc est libera ut
tem ratio oh quam tale iudicium sit neces- extra Deum sit ipsi aliquo modo necessa- dici potest vel multiplex iudicium, quando possit velle quod bOnum est et non velle
:· sarium ante omnem electionem; immo re- rium; solum ergo antecedic iudicium quod de pluribus obiectis iudic3tu.r qualia sint, quod necessarium non est. Estque illustre
1 pugnat hoc libertati electionis, ut ostensum tale obiectum sit convenieos aut eligibile; vel potest dici deterrninatum iudiciurn de exemplar huius libertatis voluntas divina,
1 est. Sufficit ergo illud iudicium quo me- ergo idem intelligendum est in voluntate obiecto indifferenti, id est, non habente ne- quae inter hanc materiam et aliam omnino
dium hoc iudicatur utile et, pensatis ornni- creata. Secundo confirmatur ac declaratur; cessariam coniunctionem cwn voluntate, licet aequalem et similem, et inter hos caelos et
.i bus, aptum ut eligi possit; et idem est de nam, ut voluntas e¡·tgat unum medium, non aliquam bonitatem vel convenientiam ha- alias ornniD.o aequales (et sic de allis rebus),
quolibet obiecto bono, quod, scilicet, iudi- est necesse quod ita de illo iudicet intellec- beat, et talis determinatio iudicii licet non hos elegit creare prae aliis, quod non potest
cetur sufficienter bonum ut amari possit. tus ut de nullo alio iudicium habeat, quia sufficiat imponere necessitatem voluntati, referri in iudicium inaequale, quía neque
398 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VII 399
parte de ellos ni por parte de Dios hay razón alguna en la que pueda fuodarse en dicho objeto, o ,aplicarlo a que investigue con mayor diligencia, a propósito
un juicio semejante que sea verdadero; consiguientemente, esa elección previa de ~que! ob¡eto, ~uanta sea su bondad, y si lleva aneja algllDa malicia o discon·
sólo nace de la libre determinación de la voluotad divina. Además, incluso cuan- veruencJa por razon de la cual pueda no sólo no amarlo sino incluso odiarlo. Con-
1 do los objetos o los medios se juzgan desiguales, considero más prob~ble (aun- siguientemente, el juicio en cuanto tal nunca determina de manera absoluta a
que menos cierto) que la voluntad no se determina necesariamente a lo que es la voluntad, a. no ser qu.e, por otra parte, el objeto tenga ese poder por razón
mejor en virtud del juicio. Se demuestra porque, por el solo hecho de que nin- de la excelencia de su bondad, cosa que trataremos más abajo. Asl, pues, de este
' 1guna de las dos cosas se propone como necesaria, la voluntad puede no amar. modo se resuelve perfectamente toda la dificultad propuesta y se hace una ex-
1 ';
\a ninguna; luego también puede amar indiferentemente a una de ellas, prescin- celente defensa de nuestra libertad, además de entenderse con toda claridad d
idiendo de la otra. Y, en opinión de muchos, esto es necesario en la voluntad di- qué manera se da formalmente en la voluntad y cómo actúa el entendimiento
'1
1,.1 en orden a ella y a su uso.
)vina, ya que pudo hacer cosas mejores que las que hizo, y, sin embargo, no
'11,, 1,
¡quiso hacerlas. Por eso enseñan todos los teólogos que la Encarnación de Dios
¡:11
'fue el mejor medio de redimir a los hombres, y que Dios juzgó necesariamente
¡~s~o. con _su razón antes de quererlo, ~ pe~ar de lo cual, .Y ?Janteniéndose ?i~~o SECCION V 11
"
h JUICIO, Dms pudo no querer ese medio, smo· otro. Cons1gu1entemente, el JUlClO

:¡ 1acerca de un medio mejor o más útil no determina a la voluntad a quererlo. CUÁL ES LA RAÍZ Y EL ORIGEN DEL DEFECTO DE LA CAUSA LIBRE
J Pero he dicho «en virtud del juicio» porque, en virtud de un acto o de uoa
1:
i intención anterior de la voluntad puede ocurrir que se determine absolutamente l. Pero todavía quedan por resolver tres dificultades señaladas en la cuar-
' i a elegir el medio más útil, si esa mayor utilidad es necesaria para conseguir el t~ razón propuesta en la sección segunda, y en sus confirmaciones. La primera es :
!l fin, tal como se intentaba; porque en ese caso ya no es solamente más útil, sino SI !a vol';ffitad pu.ede, a su ant~jo,, ~uerer algo contra el juicio de la razón, (en
necesario para realizar dicha intención. En cambio, si esta mayor utilidad no es que sentido es c~erto aquel prmc1p10 de muchos filósofos y teólogos, segón el
1: 1
J necesaria para la intención del fin, el juicio acerca de ella .no determin'ará a la c:ual no puede haber un defecto en la voluntad si no precede en el juicio, por
1
,1:
' 1' voluntad a que quiera absolutamente ese medio. eJe.m~l~, qu~ s~a erróneo, o al menos imprudente y precipitado? Estableció este
·1'!1 14. Con esto, finalmente, resulta claro qué deba decirse cuando sólo hay prmc1p10 Artstoteles, e~. la E~ica, lib. III, c. 1, 3 ~ 5; lib. VI, c. 12 y 13; lib.
un juicio; porque, aunque el entendimiento piense únicamente en un solo ob- VII, c. 3; y en De Amma, hb. III, texto 58, pasa¡es de donde se ha tomado el
i'
li; jeto, y juzgue que dicho objeto es conveniente y diguo de ser apetecido, y ex- siguiente ~oma: Todo el que peca es ignorante. Parece que t~mbién enseñó
horte prácticamente a la voluntad, en cuanto le es posible, a que lo. apetezca, esto el Sabto, Proverb., 14, al decir: Yerran los que obran el mal. Puede con-
todavla puede la voluntad, segón su libertad, no amarlo, puesto que, para no ~marse porque, de lo contrario, cabr~a !a posibilidad de que el hombre siempre
ejercer el acto precisamente no necesita otro juicio, sino que basta con que, por JUZgase prudentemente con el entendlintento y, no obstante, fuese vicioso en Ja
medio de aquel que el hombre posee actualmente, no juzgue que este bien voluntad, ~o cual est~ ,en contra de to~a la filosofla moral y de la experiencia.
!debe ser amado necesariamente por él aquí y ahora. Por eso, en tal caso la vo- 2. . Pnmera opznwn.- En esta dlficultad, Escoto y otros autores no ven in-
!Juntad puede o suspender el acto o apartar al entendimiento para que no piense converuente en conceder que pueda darse un defecto moral en la voluntad sin
que preexista ningón defecto en el entendimiento, porque para faltar moralmente
ex parte ipsorum nec ex parte Dei est ali- pnons actm aut intentionis voluntatis fieri
qua ratio qua possit fundari tale iudicium potest ut omnino determinetur ad eligen- cogitet, vel applicare íllum ut de tali obiecto possit velle aliquid contra iudicium ratio-
quod vel;'Um sit; est ergo illa praeelectio dum utilius medium, si illa maior utilitas diligentius inquira~ quanta sit eius bonitas, nis, quomodo verum sit dogma illud phi-
solum ex deterrninatione libera divinae vo- necessaria sit ad consequendum finem prout et an habeat conmctam aliquam malitiam losophorum et theologorum plu.rium, non
luntatis. Rursus etiam quando obiecta vel fuerat intentos; nam tune iam non est tan- vel disconvenientiam, ob quam possit non posse ~ss~ d~~cnun in voluntate nisi prae-
media iudicantur inaequalia, censeo proba- tum utilius, sed necessarium ad talem in- solum non amare illud, sed etiam odisse. cedat m mdic10, ut quod erroneum sit, vel
bilius (licet minos cenum) non determinari tentionem explendam. At si illa maior uti- Nunquam ergo iudidum ut sic determinar saltem imprudens et inconsideratwn. Quod
voluntatem necessario ad id quod est me- litas non sit nece~saria ad intentionem finis, omnino voluntatem nisi alioqui obiecnun ob principium tradidit Aristoteles, lib. 111
lius ex vi iudicü. Probatur, quia, hoc ipso iudicium de illa non determinabit volunta· exceUentiam bonitatis eam vim habeat, quod Ethi~., c. 1, 3 et 5, et lib. VI, c. 12 et 13,
quod neutrum proponitur u:t necessarium, tem ut omnino tale velit medium. inferius attingemus. In hunc ergo modum et hb. VII, c. 3, et lib. 111 de Anima
otest voluntas utrumque non amare; ergo 14. Ex quo tandem constat quid dicen- optime solvitur tota difficultas proposita text. 58, ex quibus locis sumptum est illud
etiam potest indifferenter amare quo et um stt quan o unum tantum a eSt iudi- nos traque libertas egregie defenditur; et di- axioma: Omnis peccans est ignorans. Quod
illorum, praetermisso :dio. Et in divina vo- cium; nam, etsi intellectus de uno tantum lucide intelligitur quomodo in voluntate for- etiam Sapiens docuisse videtur, Proverb. 14,
luntate multis videtur hoc necessarium, quia obiecto cogitet, et illud iudicet esse conve- maliter sit, et quomodo ad illam. et ad usum dicens : Errant qui operantur malum. Et
potuit meliora facere quam fecit, et tamen niens et dígnum ut appetatur, et quantum eius operetur intellectus. confirmari potest, nam alias contingere pos-
noluit. Unde omnes theologi docent Dei potest practice invitet voluntatem ut illud ~et hominem semper prudenter iudicare per
Incarnationem fuisse optimum medium ad appetat, adhuc potest voluntas pro sua li- SECTIO VII mtellectum, et tamen esse vitiosum in vo-
redimendos homines, idque necessario iu- bertare illud non amare, quia ad non exer- QUAE SIT RADIX ET ORIGO DEFECTUS CAUSAE luntate, quod est contra omnem moralem
dicasse Deum ocios ratione quam illud vel- cendum actum praecise non indiget alio iu- LIBERAR philosophiam et experientiam.
let, et nihilomi.nus stante illo iudicio, po- dicio, sed satis est ut per illud quod horno 2. Prima opinio.- In hac difficultate
tuisse Deum id non velle, sed aliud. Iudl- nunc habet non iudicet hoc bonum hic et l. Sed adhuc supersunt solvendae tres Scotus et alii auctores non reputant incon:
cium itaque de meliori vel utiliori medio nunc esse sibi necessario diligendum. Unde dif~icultatestactae in quarta ratione propo- veniens concedere posse esse moralem de-
non determinar voluntatem ad illud volen- potest tune voluntas vel suspendere actum sita in sectione secunda, et confirmatio_ni- fectum in voluntate, nullo praeexistente de-
dum. Dixi autem ex vi iudicii quia ex vi vel divertere intellectum ne de illo obiecto bus eius. Prima est, si voluntas pro libito fecto in intellectu, quia ad deficiendum mo-
400 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección VII 401
basta la libertad de la voluntad creada, haga el int~Iecto lo que .haga, ~egún
consta con claridad por Escoto, en los lugares antes cna~os, con qmen ~stan de incluso no elícito, alguien juzga que debe tender hacia este bi~n deleitable. Y,
acuerdo Gabriel y los nominalistas en general, In Ill, dist. 36; y Almam, trat. en este sentido, antes de cualquier acto moralmente malo, y antes del primer
III Moralium c. De prudentia. . . . a]ecto desordenado, precede siempre aquel juicio práctico por el que un objeto
3. Sigue' aproximadamen~e esta opinión. Adriano, Quodl. _1~; per? l.a luru- menos bueno se propone simplemente como digno de ser amado, elegido, o in-
ta 0 expone diciendo que, qwen obra mal, siempre posee un JUICIO practico por cluso preferido a otro bien mayor, juicio que se dice prácticamente falso por no
~er conforme al apetito rectO.
el que juzga simplemente, en cortgruencia con s.u afecto, que él debe hacer esto,_ o
que es necesario que él haga esto, supuesto dich~ ~f~cto, aunque por otra ~arte 6. Pero aún persiste la dificultad, porque nunca se demuestra suficientemente
no tenga ninguna ignorancia o error acerca del JUICIO sobre toda la honestJ.dad que sea necesario este juicio tan absoluto para que Ja voluntad se mueva -cosa
y malicia del objeto o de la operació'.'. . . .• . _ . que expresé antes diciendo que no se precisa un juicio de que se debe amar un
4. Parece, sin embargo, que la citada hm1tacwn m se ha. anad1do de manera objeto} sino de que se puede amar, ni de que se debe elegir, sino de que se puede
consecuente ni es plenamente satisfactoria, ya gu~ .no e~ ~re~1so que todo _afecto elegir-, y que ~o ¿ie:rp.pre sc_necesira un .juicio _ COOJ.parati~Jlanunlo_Jl_sj),
desordenado de la voluntad proceda de aquel ¡mcm pract1co con el que simJ?le- por ejemEio, _gl!e_ esto_es~digna-<k_.seLekgi¡Jg__C()t!_.JJ~eJ_erei1cia .. lLQ.l!:'lL~_sas. _sino
mente se juzga que algo debe hacerse en consecuen~ia. ~on ~n _afecto ant~nor. que· baga_IIIJ!Lahsnluto,_a__:¡ªber,_qye_estQ pu_<;de_J;sr elegido Q_gli~_Y.til. O bien,
Porque, o bien ese afecto o apetito que precede a tal ''?~cm practico e_s realtzado si es éomparativo, puede ser de igualdad o de superioridad, no absolutamente,
por la voluntad, o bien significa solamente una propensmn natural~ o mcluso ha- sino en una determinada razón de bien, como deleitable, etc.; por ejemplo, si,
bitual, de la voluntad. Pero de ninguno de esos .modos es neces?r10 que pr~ceda movido por la intención de obtener la salud, alguien delibera acerca de dos me-
tal afecto o el juicio práctico congruente con el. Porque constdero _la pnmera dios, y juzga que ambos son aptos y útiles, pero que éste es más honesto y aquél
voluntad desordenada que se da en el hombre o en el ~ng~l q~e primeramente más deleitable, y al mismo tiempo juzga en acto que, segón la razón o la ley
se encuentra bien afectado y dispuesto, incluso con una mclmacmn n~tural o ~a­ de la virtud, debe preferirse aquél, mientras que, de acuerdo con la inclinación
corporal o sensible, debe anteponerse éste, parece que no se requiere ningún otro
¡~:
bitual: en él no precede un juicio práctico nacido de alguoa afección antenor
mala o que incline al maL . . .. juicio práctico a fin de que la voluotad elija, a su arbitrio, uno de esos dos me-
5. Cabe responder que también en ese caso precede alguna mclinacwn na- dios; porque no puede explicarse la necesidad de otro juicio; en efecto, con las
1'
1' tural o elfcita, y aunque ésta no sea mala en sí, no obstante, ~om~ el hom~re se consideraciones indicadas ya queda suficientemente propuesto el objeto, y el juicio
deja llevar por ella de tal modo que juzga -no con pru~en.cm, s~? con mcon- sólo se requiere para que proponga el objeto, como hemos dicho arriba siguiendo
sideración- que él debe hacer o a~ar .algo? _pued~ cons~ttnr ocas1on de p~car. la opiuión de Santo Tomás, expresada también en I-II, q. 82, a. 4, y de manera
Así, por ejemplo, en el símil que Adr1ano utihza, SI un~ uene el a~ecto de hbrar excelente en De Veritate, q. 22, a. 11, ad 5, y a. 12.
a un hombre de la muerte, y después comprende que ~~lo puede librarlo a costa 7. Esto puede explicarse todavía más; porque el juicio absoluto «esto ha
de mentir, aun cuando aquel primer afecto a~tual y ehctto no sea malo, ~1 hom- de hacerse» es susceptible de tres sentidos (como advierte Adriano arriba y con-
bre puede juzgar absolutamente, en confornudad con aquel afecto; que el debe viene tener muy en cuenta para entender todo lo dicho). El primero consiste
mentir. De manera semejante, movido por un natural amor prop1o no malo, o en indicar solamente la futurición del acto, como cuando decimos que Pedro ha
de ser elegido para el episcopado; este sentido es improcedente con respecto a
raliter sufficit libertas- voluntatis creatae, bitualem voluntatis. Neutro autem modo
quidquid intellectus oper~tur, yt patet. ex necessarium est quod praecedat talis affec- num delectabile sibi esse prosequendum. bus mediis, et iudicet utrurnque esse ap-
Scoto in locis supra cttaus, CUl consennunt tus vel iudicium practicum illi conforme. Atque in hunc modurn ante omnem actum tum et utile, hoc vera esse honestius, illud
Gabriel et nominales communiter, In 111, Sumo enim primam voluntatem pravam, malum moraliter et ante prirnum affectum autem delectabilius, simulque actu. iudicet
dist. 36; et Almain., ttactatu 111 Moralium, quae est in homine vel angeJo prius bene pravum praecedit semper illud iudicium secundum rationem aut legem virtutis illud
c. de Prudent. affecto et disposito etiam in naturali vel h~­ practicum qua aliquod obiecrum minus bo- esse praeferendum, iuxta inclinationem au-
3 Et hanc fere sententiam sequitur bituali inclinatione .: in eo non praecedtt num simpliciter proponitur ut amandum, tem corporis aut sensus hoc esse antepo-
Ad~ian., Quodl. IV; eam vera Iimitat vel iudicium practicum ex aliqua priori affec- eligendum aut praefereridum etiam alteri
nendum, nullum aliud iudicium practicum
exponit dicens eum qui m~e operatur . se~­ tione vel mala vel ad rn-alum inclinante. rnaiori bono, quod iudicium dicitur prac-
tice falsum quia non est conforme appe- requiri videtur ut voluntas suo arbitrio eli-
per habere iudicium practtcurn qua stmph- 5. Responderi potest etiam tune praece- gat aliquod illorum; nulla enim necessitas
citer iudicat, consentanee ad suum affectum, dere aliquam inclinationem naturalem vel titui recto.
6. Sed adhuc superest difficultas, quia a lterius iudicii explicari potest; nam per
hoc sibi esse faciendum seu hoc oportere elicitam, quae licet in se mala non illa quae diximus iam est sufficienter pro-
a se fieri, suppostto ta a. ecu~, ~c~t a as men qma amo ex 1 a na se üuci -,;,,;tut -- ;':---- ~::~,~~:l~iu:;satis probatur esse necessarium
nihil i~oret neque erret cuca mdtctum de non 'prudenter sed inconsiderate iudicet ali- i hoc ita absolutum ut voluntas mo- positum obiecturn, et iudiciurn solum requi-
ritur ut proponat obiectum, ut supra dictum
omni hÓnestate et malitia obiecti seu operi~. quid sibi esse faciendum vel amandum, p~t­ veatur, quod sUpra dieebam non esse neces-
sarium iudicium de obiecto amando, sed de est ex sententia D. Thomae, quam etiam
4 Verumtamen haec limitatio nec Vl- est esse occasio peccandi. Ut, verbi gratla,
det~ consequenter addita nec plene satis- amabili, nec de eligendo, sed de eligibili, habet I-11, q. 82, a- 4, et oprime q. 22 de
in exemplo quo Adrianus utitur, si quis Verit., a. 11, ad 5, et a. 12.
facere, qufa non es t necesse ut o~s p:a- habet affectum liberandi hominem a morte, nec semper esse J?.eCessarium iudicium com-
vus affectus voluntatis procedat ex Illo m- et deinde intelligat non posse illum liberare parativum (ut sic dicam), scilicet, hoc es- 7. Et potest hoc amplius declarari; nam
dicio practico qua aliquid simpliciter . iudi- nisi mentiendo, etiamsi ille prior affectus se eligibile prae aliis, sed sufficere absolu- hoc iudicium absolutum : Hoc est facien-
catur faciendum consequenter ad pnorem actualis et elicitus non sit malus} potest tum, scilicet, hoc esse eligibile aut utile. dum (ut advertit Adrianus supra, et est val-
affectum. Aut enim ille affectus seu appe- horno indicare absolute, consentanee ad il- Vel si sit comparativum, potes:t esse cum de notandum ad intelligenda omnia quae
titus qui praecedit tale iudiciu!D practicum lum affectum, sibi esse mentiendum. Siml- aequalitate, vel cum excessu non simplici- diximus), tres potest habere sensus. Primus
est elicitus a voluntate, aut stgnificat tan- liter ex naturali amare sui non malo, vel ter, sed in tali ratione boni, puta detecta- est ut solum dicat futuritionem actus, ut
tum propensionem naturalem aut etiam ha- etiam non elicito, iudicat aliquis hoc bo- bilis, etc.; verbi gracia, si ex intentione sa- cum dicimus Petrum esse eligenduffi. ad
nitatis consequendae quis consulat de duo-
episcopatu'U~~~~rJ~\r,t i¡n'"rtiM!'l\ V ARRA

B!llLIOTKA D~ HU.,~.~-.JID1\DES
402 Disputaciones metafísicas Disputación XIX ....,..Sección VII 403
1. las acciones morales como resulta claro por sf mismo. El segundo consiste en
significar un débito 'de ley y de honestidad; también este sentido es improce- Solución de la cuestión
dente en el caso presente, pues es claro que no se pr~cisa que todo el que obra
libremente juzgue de ese modo, ya que, de lo contrariO, par~ obrar el mal sería 9. Por eso, en la dificultad propuesta, estimo que debe afirmaroe que podemos
preciso poseer un juicio herético, cual sería J~gar, a p~op?sito de tal acto, q.~e hablar del juicio, la disposición o el defecto del entendimiento que antecede .a
debía hacerse en aquel senti~o. El tercero consiste _en stgru~.car una consecucto~ la deliberación libre de la voluntad, o bien del que la sigue, al menos en orden
necesaria de una cosa a partir de otra, o la necesaria coneXIon 'de la obra subsi- de naturaleza. Ignalmente puede hablarse, ya de una necesidad física y absolura
guiente con el propósito o intención anterior. Así, quie?, de!erminó vengarse de para que la voluntad pueda obrar, ya de una necesidad moral en conformidad con
un enemigo, inmediatamente. que se le presenta la ocasmn JUZga que debe m~­ lo que, moralmente hablando, ocurre siempre.
tarlo. Este sentido pertenece más a la cuestión; sin embargo, también parece evi- 10. Así, pues, en primer lugar, no considero absolutamente necesario para
dente que tal juicio no siem~re es neces~io para obrar· el bien o. el mal, porque obrar el mal voluntariamente. que preceda un defecto de error en el juicio del
no siempre se da esa coneXIÓn necesana entre la obra que se JUZga que debe entendimiento, ya especulativo, ya práctico. Según creo, prueban esto suficien-
hacerse y algún afecto antecedente, según demuestran con suficiencia los argu- temente los argumentos aducidos; y afirmamos que esto se sigue del principio
mentos aducidos. de que ningún juicio del entendimiento basta de suyo para determinar a la
1'
! 8. Podemos, además, añadir un cuarto sentido, a saber, que signifique la re- voluntad. Ni puede apoyarse lo contrario en las palabras de Aristóteles, toda vez
solución absoluta (por así decirlo) del hombre en orden a realizar tal obra o a que él no habla del error, sino de la ignorancia. Tampoco en las palabras del
querer tal objeto. Y este acto, si se examina atentamente la cuestión, no puede Sabio, no sólo porque no se refiere al error que antecede a la voluntad, sino que
anteceder al decreto libre de la voluntad, sino que debe seguirlo, no sólo porque puede entenderse del que la sigue, como diré en seguida, ya también porque
aquel juicio, en el sentido indicado, no puede inferirse, en virtud de la delib.era- Adriano expone esas palabras -y no desacertadamente- aplicándolas al error
ción, de algunas premisas -ya que éstas sólo demuestran, por parte del obJeto,. de las costumbres, no al de la inteligencia, de ignal manera que se dice qne
su bondad o utilidad, pero no la decisión del hombre-; sino también porque yerra quien se aparta deJ camino recto, aun cuando no tenga un juicio falso
dicha resolución es libre y en la realidad no es algo distinto de la elección o en su entendimiento.
la ejecución libre, pues no cabe entender ningún otro objeto de aquel juicio en 11. Algún defecto del entendimiento precede moralmente al defecto de la
el sentido expuesto, y el hombre no podría juzgar con verdad acere.• .d.e tal re- voluntad.- En segundo lugar afirmo que, moralmente hablando, la voluntad nun-
solución libre si no la tuviese ya; y, finalmente, porque, como tal JUlCIO es en ca falla si no precede en el entendimiento algún defecto, al menos cierta incon-
absoluto libre, es preciso que nazca de alguna voluntad libre; ahora bien, no · sideración de varias razones o motivos que pueden retraer a la voluntad de aquel
hay ninguna otra voluntad libre de la que pueda nacer, sino aquella por la que afecto en el que peca. Esto lo prueba de manera suficiente la experiencia, y acer-
el hombre determina hacer lo que así juzga que debe hacer; luego en uingún
ca de dicha inconsideración puede entenderse lo del Filósofo; porque se dice
sentido es verdad que aquel juicio prácticamente falso anteceda de manera nece-
que esta inconsideración es cierta ignorancia práctica. Más aún : con referencia
saria a cualquier deliberación desordenada de la voluntad.
a ella interpreta Santo Tomás las palabras del Sabio, en 1-Il, q. 78, a. 1, ad 1;
porque el juicio sobre lo que se debe hacer o apetecer, proferido absolutamente
ad actiones morales, ut per se constat. Se- (ut i.ta dicam) hominis resolutionem de talí
cundus est ut significet debitum legis et opere exsequendo aut obiecto volendo. Et Qu.aestionis resolutio pientis, tum quia non loquimr de errore
honestatis. Et hic sensus etiam est imper- hic actus, si attente res consideretur, non antecedente voluntatem, sed potest intelligi
tinens in praesenti, quia clarum est non es- potest antecedere decretum liberum volun- 9. Quocirca in proposita difficultate di- de subsequente, ut iam dicam; tum etiam
se necesse ut omnis qui libere operatur sic tatis, sed subsequi, :tum quia illud iudicium cendum censeo posse nos loqui de iudicio, quia Adrianus illa verba exponit, et non
iudicet, alias Oporteret ad operandum malum in eo sensu ex vi consultationis non potest dispositione aut defec_tu intelle.ctus qui an- male, de errore morum, non intelligentiae,
habere iudicium haereticum, quale esset in- inferri ex aliquibus praemissis, quae solwn tecedit deliberationem liberam voluntatis, sicut errare dicitur qui discedit a recta via,
dicare de tali actu esse faciendum in illo ostendunt ex parte obiecti bonitatem aut vel qui subsequitur saltem ordine naturae. etiamsi in intellectu non habeat iudicium
sensu. Tertius est ut significet necessaria~ utilitatem, non hominis resolutionem. Tum Item) sermonem esse posse aut de necessi- falsum.
consecutionem unius ex alio seu necessariam etiam quia illa resolutio libera, et in tate physica et absoluta ut voluntas operari ll. Aliquis defectus intellectus moraliter
non est aliud vel exsecutio· possit, vel de necessitate morali secundum praecedit defectum voluntatis.- Secundo
illius ea qua e~- moraliter loquendo, semper acci- assero, moraliter loquendo, nunquam volllD-
inimico, oblata in eo sensu intelligi potest; non pos- dunt. tatem labi quin praecedat in intellectu ali-
occasione statim iudicat esse occidendum. ser autem horno vere indicare de tali reso- 10. Primo ergo non existimo absolute quis defectus, saltem inconsideratio aliqua
Et hic sensus magis ad rem spectat; tamen lutione libera nisi iam illam haberet. Tum necessarium, ad operandum malum per vo- plurium rationum vel motivorum quae pos-
etiam videtur evidens tale iudicium non deDique quia, cum illud iudicium absolute luntatem, ut praecedat defectus erroris in sunt voluntatem continere ab eo affectu in
semper esse necessarium ad operandum vel Iiberum sit, oportet ut ex aliqua voluntate indicio intellectus, vel speculativo vel prac- quo peccat. Hoc satis probar experientia,
bonurn vel malum, quia non semper inter- libera oriatur; non est autem alia voluntas tico~ Quod mihi satis probant argumenta et de hac inconsideratione intelligi potest
cedit iUa necessaria connexio inter opus libera unde oriri possit, nisi illa qua hornO' facta; et hoc fatemur sequi ex illo princi- Philosophus; nam haec inconsider3tio did~
quod faciendum iudicatur et aliquem ante- decemit facere id quod sic iudicat sibi es- pio, quod nullum iudicium intellectÍJ.s per tur quaedam ignorantia practica. Immo de
cedentem affectum, ut argumenta facta satis se faciendum; ergo in nullo sensu verum . &e sufficit ad determinandam voluntatem. illa interpretatur D. Thom. verba Sapientis,
probant est iudicium illud practice falsum neces- Neque oppositum fundad potest in verbis 1-11, q. 78, a. 1, ad 1; quia iudicium de
8. Addere ulterius possumus quartum sario antecedere quamcumque pravam de- Aristotelis, cum ipse non de errare, sed de agendis vel appetendis absolute prolatum
sensum, nimirum, u:t significet absolutam liberationem voluntatis. ignorantia loquatur. Neque in verbis Sa- cum tali inconsideratione quidam error prac-
404 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VIl 405
con tal inconsideración, es un error práctico por ser un acto imprudente y, de manera alguna al consentimiento libre, entonces no se pone para que represente
suyo, disconforme con el apetito recto. Ahora bien, no comprendo que sea ne- al objeto ante la voluntad ni para que induzca a ésta al consentimiento; en ese
cesario incluso moralmente y según los acontecimientos ordinarios, que ese jui- caso, ¿para qué es necesario tal acto? Se responde que parece necesario, en
. con
cio, o 'sea formalmente comparativo, en el sentido de que esto debe elegirse primer lugar, por la natural simpatía y armonía de estas potencias, que_ fue
preferencia a lo otro, o verse formalmente sobre un objeto en cuanto debe amar- necesaria para que el hombre pueda realizar mejor lo que determina hacer. Ade-
se o hacerse, de manera absoluta, en alguno de los sentidos arriba establecidos; más, porque, con anterioridad temporal o natural a su consentimiento, el hom-
porque contra esto tienen suficiente validez los argumentos antes sentados; e:d bre no sabe que va a consentir, y por ello es preciso que, inmediatamente que
cambio, entiendo que moral y ordinariamente interviene un juicio con el que se consiente, sepa y se notifique a si mismo (por decirlo de este modo) o promul-
juzga de manera absoluta que este objeto o esta obra es aqui y ahora conve- gue su consentimiento; pero esto se lleva a cabo mediante aquel juicio.
niente por deleite u honor, o por otra razón semejante, y digno o suficiente para
ser apetecido aqul y ahora. Efectivamente, este juicio basta para que la voluntad 13. Y de aquí resulta, además, que, sí aquel consentimiento libre versa so-
pueda moverse, como se ha demostrado con amplitud y expondré más abajo bre alguna cosa que ha de hacerse y, por tanto, debe ponerse en práctica me-
en la disputación de la causa final. Pero frecuentemente se tiene tal juicio de diante alguna acción, en seguida el entendimiento juzga de manera totalmente
ese modo absoluto y simple; porque, de ordinario, no se tienen al mismo tiem- práctica que eso debe hacerse; éste es el imperio que Santo Tomás pone en el
po varios juicios, ni se comparan varios objetos entre sí ni varias razones de entendimiento después ·de la elección eficaz de la voluntad. En cambio, si el
bondad y de maldad pertenecientes a un mismo objeto; es más, aun cuando consentimiento de la voluntad procede por simple amor o deleite sin ordenarse
en alguna ocasión anteceda esta comparación, en el momento en que el hombre a la realización de otra acción, entonces no se sigue en. el entendimiento un
quiere libremente un objeto malo, por lo regular aparta los ojos de su mente juicio de que deba hacerse alguna cosa, el cual sirva como para impulsar a la
de otras razones y atiende a aquella que mueve su voluntad a tal acto, y de operación, aunque se sigue un juicio acerca de tal consentimiento en cuanto
ese modo concibe el juicio antedicho. Y esto es suficiente para que tal juicio prestado ya, y puede llamarse como una cierta ciencia de aprobación por la
se considere prácticamente erróneo, ya que incluye virtualmente la comparación que el hombre, en virtud del libre consentimiento malo, como aprobando ese
y preferencia de aquel objeto con respecto a otros y, por consiguiente, incluye consentimiento, juzga prácticamente que él debe amar aquello. Por eso no pue-
una disconformidad con el apetito recto. de llamarse imperio con respecto a tal consentimiento de la voluntad, porque
12. El juicio práctico sigue al acto libre de la voluntad.- Pero añado, en el imperio en cuanto tal se refiere al acto subsiguiente; en efecto, no se im-
tercer lugar, que es probable que del consentimiento libre de la voluntad acerca pera lo que ya se ha hecho, sino lo que debe hacerse, como observa con acierto
de las cosas que hay que hacer se siga necesariamente en el entendimiento aquel Santo Tomás en 1-II, q. 17, a. 3. Lo dicho parece suficiente acerca de aquella
juicio práctico sobre esas mismas cosas, por el que se juzga en absoluto que primera dificultad, según requiere la presente ocasión. (Consúltese Santo Tomás,
esto debe hacerse en los sentidos tercero y cuarto arriba explicados. Y si esto II cont. Gent., c. 48, y en el mismo lugar el Ferrariense, a propósito de la ter-
es cierto, por razón de tal juicio puede decirse con verdad que yerran siempre, cera razón.)
l! incluso intelectualmente, quienes obran el mal, mas no con un error especula-
tivo, sino práctico, ni tampoco con un eror que anteceda al consentimiento libre
li de la voluntad, sino que se siga de él. Se objetará: si· tal juicio no antecede en sum antecedat, sed qui ex illo sequatur. post efficacem electionem voluntatis. Si au-
Dices : si tale iudidom nullO modo ante- tem consensos voluntatis sit per simpJ.lcem
cedit consensum liberum, ergo non ponitur amorem vel delectationem sine ordine ad
'¡'.
'
ricus est, nam est actus imprudens et de se mali eiusdem obiecti; immo, licet haec col- ut repraesentet voluntati obiectom, neque - aliam actionem exsequendam, tune in in-
difformis appetitui recto. Non intelligo au- lacio aliquando antecedat, in eo momento ut inducat illam ad consensum; ad quid tellectu non sequitur iudicium de aliqua re
tem esse necessarium etiam moraliter et se- quo horno libere vult obiectum pravum, re- ergo est necessarius talis actus? Respondetur agenda quod sit quasi impulsivum ad opus,
cundum id quod regulariter accidit ut iu- gulariter avertit aculas mentis ab aliis ra- videri necessariom primo ex naturali sym-
dicium hoc sit vel formaliter comparativum, sequitur tamen iudicium de tali consens11
tionibus, et ad illam attendit q1me moveat pathia et consensione harum potentiarum,
scilicet, hoc esse eligendum prae alio, vel ut voluntatem ad talero acturn, et ita concipit quae necessaria fuit ut h.omo possit melios ut iam exhibito, et dici potest quasi quae-
formaliter sit de obiecto ut omnino dili- praedictum iudiciurn. Et hoc satis est ut exsequi quod faciendum decernit. Deinde, dam scientia approbationis qua horno ex vi
gencio vel faciendo in aliquo sensu ex su- illud censeatur practice erroneum; nam vii- quia prius tempore vel natura quam horno pravi consensos IiberiJ quasi approbando il-
pra · contra hoc enim sufficienter tute includit et praelatio- consentiat, non scit se consensurum; et lum consensom, practice iudicat id sibi esse
ideo _n~cessarium est ut, statim ac con sen~ diligendom. Illud tamen non potest dici
ae rectum. tit, sciat et (ur ita dicam) sibimet notificet imperium respecto talis consensos volunta-
qua absolute boc obiec- 12. Iudicium practicum actum liberum seu promulget suum consensum; hoc au- tis qoia imperium, ut sic~ respicit ac.tum
tum vel boc opus bic et nunc esse conve- voluntatis sequitur.- Addo vera tertio pro- tem fit per illud iudicium. :::obsequentem; non enim imperatur quod
niens ob deleCtationern vel bonorem, vel habite esse, ex consenso libero voluntatis 13. Et bine fit ulterius ut si ille liber iam factum est, sed quod faciendum est,
aliam similem rationem, et dignum vel suf- circa res agendas, ex necessitate sequi in consensos sit de aliqua re agenda, et ideo ut tecte notat D. ThomasJ 1-11, q. 17, a. 3.
ficiens ut bic et non e expetatur. Hoc enim intellecto iudiciom illud practicum de eis- per aliquam actionem sit exsecutioni man- Atque baec videntur satis de illa prima dif-
iudicium sufficit ut voluntas moveri possit, dem rebus qua simpliciter iudicatur hoc es- dandus, statim intellectus omnino practice ficultate pro huios loci opporttlnitate. (Vide
ut late probatum est et infra dicam in dis- se agendum, in tertio et quarto sensu supra iudicet id esse agendum; et boc est impe~ D. Tbom., II cont. Gent., c. 48, et ibi Fer-
putatione de causa tinali. Freqoenter autem declarato. Quod si boc verum est, ratione rium quod D. Thomas ponit jn intellectu rar.J circa rationem tertiam.)
habetur tale iudicium illo modo absoluto talis iudicii merito dici possont errare sem-
e;t simplici; nam regulariter non babeo~ per, etiam secundum intellecturn, qui ope-
simul plura iudicia, nec comparantur vana rantur- malum,_ non errare speculativo, sed
obiecta inter se nec piures rationes boni ct practico, neque errare qui liberum cansen-
406 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección V111 407
tario perfecto, que sigue al conocimiento intelectual, y sin discusión a veces ad-
SECCION V 111 mite necesidad; por nuestra parte, de buen grado concedemos a Escoto que esta
acepción de la palabra libre no es del todo inusitada, pues también la emplea
PARA QUÉ ACTOS EXISTE INDIFEEENCIA EN LA CAUSA LIBEE en algunas ocasiones Santo Tomás, como es evidente por la cuestión 10 De
Potentia, a. 2, ad 5, cu~do dice que Dios se ama libremente. Nosotros, empero
1. La segunda dificultad señalada más arriba era cómo_ se. llama a la vo-
-según observamos en la Sección 2-, no entendemos «libre» en este sentido,
luntad potencia formalmente libre, siendo as! que en sus prmcrpales actos apa-
rece no libre. En esta dificultad se insinúan dos cuestiones. Una: si la voluntad sino en cuanto añade algo a «voluntario», ya que el Filósofo lo distingue de esto
puede realizar unos actos libremente ~ otro~ por necesida~. Otra : si p~ede en ID de la Etica, c.· 4 y 5; pero no se distingue con respecto a la voluntad
alnbas cosas, cuáles son los actos que eJerce libremente y cuáles los que eJerce humana, a no ser que lo libre excluya la necesidad de obrar, como enseñaron los
necesariamente. demás teólogos, In 11, dist. 24 y 25; y Alejandro de Hales, 11 p., q. 72, miem-
bro 3, a. 5; y Santo Tomás, q. 6 De Malo; y consta suficientemente por los
''i
Primer punto sobre el doble modo de obrar de la voluntad argnmentos con que hemos demostrado que estarnos libres de la necesidad de
obrar.
,.1 2. · Sobre la primera parte puede aducirse aqui la opinión de Escoto, In 1,
' 4. La misma voluntad puede amar unas cosas libremente y otras de ma-
i dist. 2, q. 7, y dist. 10, q. 1, y en Quodl., q. 16, lugares en los que afirma que nera necesaria.- Asf, pues, suponiendo este sentido verdadero, en el caso pre-
una potencia sólo puede tener un modo de obrar; por eso, como la voluntad sente debe decirse que no hay contradicción en que una misma voluntad quiera
es, por naturaleza, libre en su obrar, no puede tener otro modo de operar en
unas cosas libremente y otras de manera no libre, sino necesaria. Se patentiza
sus actos· y así concluye que la voluntad realiza libremente todos sus actos;
por inducción, ya que la voluntad divina ama al mismO Dios necesariamente
hasta el PW1tO de sostener que incluso Dios se ama a _sí mism~ librement~,. Y
que el Padre y el Hijo producen libremente (por la nnsma razon) al Espmtu y a las demás cosas no por necesidad, sino con libertad; e igual sucede, guar-
Santo. Pero en esto no puede haber discusión entre los católicos, a no ser qu_e dando la debida proporción, en la voluntad creada. Y la razón a priori -que,
se dé equivocidad en el término «libertad». Por tanto, Es~oto,. en el lugar CI- al mismo tiempo, desvirtóa el fund~mento de Escoto, si se aplica contra él-
tado, no entiende lo «libre» en cuanto se opone a lo necesano, smo en cuanto se consiste en que esas dos cosas no entrañan oposición, ya que no están referidas
opone a «coaccionado» o «no voluntario». Porque all~ declara exp~esamente (y a lo mismo. Pues el que un mismo acto sea, a la vez y bajo el mismo respecto,
no hubiera podido negarlo sin herejía) que la proceSión del Esplntu Santo es libre y necesario implica una contradicción palmaria; pero no hay contradicción
totalmente necesaria, de suerte que implica contradicción el que no se dé, o el alguna en que, tratándose de actos diversos y sobre objetos diversos o por di-
que Dios no se ame; pretende, empero, que la necesidad no contradice a la versos medios, uno proceda libremente y el otro necesariamente de una misma
libertad sino que más bien la consolida y perfecciona; y, a la inversa, que el potencia. Y no es preciso que el otro modo de obrar sea adecuado a tal poten-
modo de obrar naturalmente repugna a la voluntad, ya que lo libre y lo nanrral cia, ya que puede ser una potencia superior y más universal; asimismo puede
son modos de obrar no sólo diversos, sino también opuestos. tener sobre un acto una doble potestad, a saber, la de obrar y la de no obrar,
3. Sin embargo, todo el razonamiento de Escoto se funda en una equivo- y, en cambio, sobre otro, sólo una: la de obrar. Por último; esta diferencia
cidad de términos, porque claramente entiende lo «libre» en sentido de Jo volun-

SECTIO VIII actibus habere; atque ita concludit volun- nam liberwn ciare sumit pro voluntario non repugnare eamdem voluntatem quas-
1' tatem libere exercere omnes actus suos; perfecto, quod sequitur ad intellectualem dam res libere amare, alias vero non libere,
An QUOS ACTUS SIT INDIFFERENTIA cognitionem, et absque controversia inter-
:1 IN CAUSA LIBERA
adeo ut asserat Deum etiam seipsum libere sed necessario. Patet inductione, quía vo-
diligere, et Patrem ac Filium (eadem ra- dum admit#-t necessitatem; et nos gratis luntas divina necessario diligit ipsum Deum,
l. Secunda difficultas superius tacta erat tione) libere producere Spiritum Sanctum. concedimus Scoto hanc acceptionem vocis alia vero non necessario, sed libere; et idem
quomodo voluntas dicatur potencia forma- Sed in hoc non potest esse controversia in- liberum non es se prorsus inusitatam; nam invenitur, servata proportione, in voluntate
liter libera_, cum in praecipuis actibus suis ter catholicos, si non sit aequivocatio in illa etiam D. Thomas interdum utitur ut creata. Ratio vera a priori est, quae simul
inveniatur non libera. In qua difficultate voce libertatis. Scotus ergo in citato loco patet ex quaestione 10 de Potent., a. 2, ad 5, dissolvit fundamentum Scoti, si contra hoc
duae quaestiones insinuantur. Una est an liberum prout opponitur neces- dum d.icit Deum libere se amare. Nos vera, applicetu.r, nam illa duo non includunt op-
n_pJ;I __!Jt___i!!__~_f_tione 2 annotavimus, non sumimus positionem, quía non sunt respectu eiusdem.
vero ex necessitate elicere. Alia est, si utrum- voluntario. enim ibi fatew.r (neque liberum hoc modo, sed ut aliquid addit su- Quod enim idem actus sirnul et secundum
que potest, quosnam actus libere, quosve id potuisset haeresi negare) processio- pra voluntarium; ab illo enim distinJnritttr idem sit liber et necessarius, plane involvit
necessario exerceat. nem Spiritus Sancti esse omnino necessa- a Philosopho, 111 Ethic._, c. 4 et 5 ; non contrad.ictionem; tamen, quod actus diversi,
riam, ita ut implicet contradictionem illam distinguitu.r autem respectu voluntatis hu- et circa diversa obiecta, vel per diversa me-
Prior punctus de duplici modo operandi non esse, aut Deum non se amare; con- manae, nisi liberum excludat necessitatem in dia, unus procedat libere et alter necessa-
voluntatis tendit tamen necessitatem non · repugnare operando, ut caeteri theologi docuerunt, In rio -ab eadem potentia, nulla est repugnan-
2. Circa priorem partero referri potest Iibertati, sed potius firmare ac perficere il- 11, dist. 24 et 25; et Alens., 11, q. 72, tia. Neque necesse est ut alter modus ope-
hic opinio Scoti, In 1, dist. 2, q. 7, et lam; et e converso modum operandi na- membr. 3, a. S; et D. Thomas, q. 6 de randi sit adaequatus tali potentiae, nam pot-
dist. 10, q. 1, et in Quodl., q. 16, quibus turaliter repugnare voluntati, quia liberum Malo; et satis constat ex üs quibus pro- est esse potencia superior et universalior;
Iocis asserit unius potentiae tantum esse et naturale sunt madi operandi non tantum bavimu¡; nos esse liberas a necessitate agendi. item potest circa unum actum habere du-
posse unum operandi modum; et ideo, cum diversi, sed etiam oppositi. 4. Libere quaedam, alía necessario ama- plicem potestatem, agendi scilicet et non
voluntas natura sua libera sit in operando, 3. Verumtamen totus discursus Scoti re potest eadem voluntas.- Hoc ergo vera agendi, clrca alium vera alteram tantum,
non posse alium operandi modum ín suis fundaw.s est in nominwn aequivocatione; sensu supposito, dicendum in- proposito est scilicet agendi. Denique in obiectis ipsis pot-
408 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección VIII 409
puede fundamentarse en los objetos mismos, y de aW se toma la razón a priori, ferencia o poder de no obrar. También puede explicarse mejor esta razón por
como se explicará en seguida, en la segunda parte prop~esta de esta sección. los ob¡etos; efectivamente, el objeto . adecuado de la voluntad es el bien, que
5. Con esto se comprende lo que debe decirse de esta misma cuestión bajo necesari~ment~ . ~ebe suponerse conoctdo, ya que la voluntad es esencialmente
los términos libremente y naturalmentej pues también este segnndo vocablo pre- un apetito ehctttvo;. por . eso, necesariamente obra con un conocimiento previo
i·! senta equivocidad en Escoto, en el lugar antes citado. En efecto, nnas veces se y l'or modo de apenc1ón; y esto es obrar voluntariamente. Ahora bien, bajo este
dice que obra naturalmente lo que opera no sólo por impulso de la naturaleza, CJbJeto adec~ado puede?, en~ontrarse varios objetos muy diferentes en bondad,
sino también sin conocimiento previo y, consiguientemente, sin apetito elícito; y, por lo mismo,. tambie? diferentemente amables en lo que respecta a la liber-
este «natural» excluye no sólo a «libre», sino también a «voluntario», a la ma~ tad o. a la ~eceSldad. Fmalmente; . que el acto realizado por el apetito sea vo-
nera como decimos que la tierra se mueve naturalmente, el fuego calienta, etc.; luntario .c~nsiste en un modo positivo de ese acto, de tal manera intrínseco que
v en este sentido es verdad lo que Escoto dice de que la voluntad no pu!'de no se .dlstn_:gue del acto, P?r 1? que es inseparable de él; pero la libertad del
1 obrar libre y naturalmente, incluso en actos distintos, ya que es preciso que a~to solo anade ~u::~.a denommación tomada de la potencia, en cuanto tiene capa-
opere con un conocimiento previo y de manera voluntaria. Mas en otro ~en_~do, cidad de. no reahzarlo o de suspenderlo, y esa denominación· puede no convenir
11 no menos empleado, se llama operación natural la que procede de una mclma- al acto S1 la voluntad no tiene tal potestad sobre él. .
ción de la naturaleza en cuanto absolutamente determinada a una sola cosa, aun
cuando al mismo tiempo proceda de un conocimiento previo y del apetito vital $egundo punto: a qué objetos es mOvida necesariamente la voluntad
y, por último, voluntariamente, a la manera como se dice que los brutos se mue-
ven naturalmente o apetecen algo; y en este sentido sostiene muy bien Santo 7. A propósito de la segunda parte podrían tratarse varias cuestiones so-
Tomás, en 1, q. 41, a. 2, y q. 8, a. 1 y 2, que no hay contradicción en que bre los actos n:cesario_s de la voluntad, ya en la vida presente, ya en la futura.
la misma potencia de la voluntad que ejerce varios actos libremente, realice Pero esas cuestton~s tienen sus lugares ¡;ropios, bien en la psicología, bien en
algunos de manera natural, ya que la misma voluntad tiene su propia natura- la teología; aquí _solo se rozan en la medida en que son necesarias para explicar
leza, por la cual puede ser determinada a algún acto, aunque no sea determinada e? gen:ral los diferentes modos de las causas eficientes y la necesidad o con-
a todos por razón de la diferencia de objetos, como después veremos. tmgencm de los efectos del universo, y para resolver las dificultades que se
6. Por qué la voluntad no puede moverse sino voluntariamente.- Mas pue- presentan ~ce:ca de esto, ya 9ue a eso tiende toda la presente disputación. y de
de preguntar alguno: puesto que la voluntad obra voluntariamente y libremen- manera pr,m~Ipal debe es.tud~arse cierta opinión de muchos que afirman que la
te, ¿por qué le repugna poseer otro modo de obrar que no sea el voluntario volu?,tad umcament_e es hb!e. ,en la elección de los medios, no en el amor 0 in-
y, en cambio, no le repugna poseer otro modo de obrar que no sea el libre? te~cwn del fin. D1cha op1ruon puede fundamentarse en Aristóieles III de la
Se responde que ello ocurre porque el primer modo es adecuado a la voluntad Et.ca, c. 2 Y 3, donde dice que la deliberación no versa sobre el ¡¡,', sioo sólo
y el segundo no; en efecto, la voluntad es adecuadamente voluntad, pero no sobre los medio?. De. ~W puede elaborarse un argumento: todo lo lJbre puede
es adecuadamente libre albedrío, ya que éste es cuasi inferior o más limitado, some~erse a dehberacmn; pero no puede someterse a deliberación más que la
porque el libre albedrío iocluye necesariamente la voluntad o principio del acto e!ecaón; luego só!o :s libr: la elección. La mayor es clara, ya que en toda cosa
voluntario, según hemos explicado arriba, y añade la libertad, o sea, la iodi- hbre hay alguna mdiferencm y razón de tender o no tender; luego puede so-
potestatem non operandi. Deinde ex obiectis cessariis voluntatis, vel in praesenti vita vel
est haec differentia fundari, et inde sumi- aliquid appetere; et hoc modo dicit oprime , potest magis explicari haec ratio; nam etiam in futura. Sed illae quaestiones pro-
tur ratio a priori, u:t statim in alia parte D. Thom., 1, q. 41, a. 2, et q. 8, a. 1 et 2, adaequ.atum o~iectum voluntatis est bonum, pria habent loca, vel in scientia de anima
proposita huius sectionis declarabitur. non repugnare eamdem potentiam volunta· qu?d necessano supponi debet cognitum,
qu1a voluntas essentialiter est appetitus eli- vel in theologia; hic vera solum attingun~
S. Ex quibus intelligitur quid -dicendum tis quae piures actus libere exercet aliquos
citivus ; et ideo necessario operatur praevia tur __ quatenus necessariae sunt ad explican-
sit de hac eadem re sub illis terminis liber~ naturaliter elicere, quia ipsa voluntas suam
et naturaliter; nam etiam in hac posteriori cognitione et per modum appetitionis; et duro in generali varios modos efficientium
propriam habet naturam, a qua potest de~
vece est aequivocatio apud Scotum supra. terminai'i ad aliquem actum, quamVis non hoc est operari voluntarie. Sub hoc. autem causarum et necessitatem vel contingentiam
Interdum enim dicitur naturaliter operari determinetur ad omnes propter differentiam obiecto adaequato possunt esse vari~ oblec- effectuum universi, et ad solvendas diffi~
quod non solum ex naturae impetu, sed Úl multum in bonitate differentia et ideo cultates drca hoc occurrentes, huc enim tota
obiectorum, m mox videbimus.
etiam absque praevia cognitione, et conse- etiam diversimode amabilia quoad liberta~ haec disputarlo tendit. Praecipue vero est
6. Cur voluntas non nisi voluntarie mo~
quenter absque appetitu elicito operatur; tem ve~ necessitatem. Denique actum elici- tractanda quaedam sententia multorum di-
veri possit.- Sed quaeret aliquis, cum vo--
naturale excludit non solum ll- ab appetitu esse voluntarium consistit Centium voluntatem so!um esse Jiberam in
repugnet ei habere alium modum operandi
¡--in,- >•ositi1r~ modo talis actus, ita intrinseco electione mediorum, non vero in amare vel
terram naturaliter distinguantur, et ideo est ab intentione finis. Quae sententia potest ha·
quam voluntarium, non repugnet autem ha-
Iefacere, etc.; et in boc sensu verum est bere alium modum operandi quam liberum. ¡~~~;:~.~~:~~; liberum autem in actu so~ bere fundamentum in Aristot., 111 Ethic.,
quod S~otus ait non posse voluntatem libere 1 denominationem a potenl:ia,
Respondetur id contingere quia prior modus quatenus potens est ad non eliciendum seu c. 2 et 3, ubi dicit consultationem non esse
et naturaliter operari, etiam in diversis ac- est adaequatus voluntati, non autem poste- de fine, sed tantum de mediis. Ex quo pot-
tibus, quia necesse est ut praevia cogni~ suspendendum illum, quae denominatio pot~
rior; nam voluntas adaequate est voluntas, est non convenire actui, si voluntas non est confici argumentum; nam omne liberum
tiene et voluntarie operetur. Alio tamen
modo non minus usitato dicitur operario non est autem adaequate liberum arbitrium; habeat talem potestatem in actum. potest in consultat!,onem cadere; sed non
naturalis quae est ex inclinatione naturae nam hoc est quasi inferius seu magis limi- potest cadere in consultationem nisi electio;
ur omnino determinatae ad unum, etiamsi tatum; nam liberum arbitrium necessario Posterior punctus, ad quae obiecta ergo non est libera nisi electio. Maior patet,
simul sit ex cognitione praevia et ex appe~ includit voluntatem seu principium volun- necessitetur voluntas nam -in omni libero est aliqua indifferentia
titu vitali, ac denique volun_tarie, qua modo tarii actus, ut supra declaratum est, et ad- 7. Circa posteriorem partem variae et ratio tendendi aut non .tendendi; ergo pot~
dicuntur bruta naturaliter se movere aut dit Iibertatem, id est, indifferentiam seu quaestiones tractari possent de actibus ne- est cadere in consultationem an tale obiec-
i 1

410 Disputacioms metafísicas XIX.-Sección Vlll 411


meterse a deliberación si tal objeto o tal acto es conveniente o no. Y se con- Ferrariense, m cont. Gent., c. 62, y otros comúnmente; nosotros suponemos
firma, en primer lugar, porque la voluntad y el libre albedrío se compatan de más verdadera esta opinión, aunque aquí sólo tratamos de la voluntad que obra
igual manera que el entendimiento y la razón; pero el entendimiento, en cuanto según su naturaleza, y especialmente en el presente estado de vida.
razón, no versa sobre los principios, sino sobre lo que colige de los principios; 9. Y en este sentido afirmamos, en primer lugar, que la voluntad no tiene
luego la voluntad, en cuanto libre albedrío, no versa sobre el fin, sino sobre lo ningún acto absol~tamente necesario en cuanto al ejercicio, ya verse sobre el fin,
que elige por razón del fin; en efecto, según dijo Aristóteles, lib. VI de la Eti- ya sobre los mediOs. Así lo defiende Santo Tomás en el lugar citado, I, y en
ca, c. 2, de igual modo que se relacionan los principios a lo especulable, así ,se 1-II, q. 10, a. 2, y comúnmente los tomistas. Santo Tomás lo demuestra porque
relacionan los fines a lo operable. En~ segundo lugar, se confirma porque es pre- la voluntad en esta vida puede siempre apartar el pensamiento de cualquier
ciso que todo lo variable y móvil se fundamente en algo invariable e inmóvil; bien que se le presente. Parece que esta razón no es universal o universalmente
pero la elección libre es de ~suyo variable; luego debe fundamentarse en algo verdadera y) por lo tanto) que tampoco prueba suficientemente la afirmación·
invariable; ahora bien, se fundamenta en la intención del fin; luego ésta debe porque el primer pensamiento del hombre es meramente natural, y el hombr~
ser invariable y no libre. no puede apartarlo; luego no siempre depende de la voluntad del hombre apar-
8. De qué manera es necesaria la intención del fin.- Pero esta opinión tar el pensamiento. Señaló esta dificultad Cayetano en aquel artículo, y concede
; '
'! ¡ necesita ser entendida con moderación y explicada. Supongamos, pues, en pri- que el primer pensamiento no está sometido al poder de la voluntad; y, de ma-
'1 mer lugar, la conocida distinción de una doble necesidad y libertad, a saber, nera s~me)ant~, concede que el primer amor o el primer acto de la voluntad es
i' en cuanto al ejercicio del aCto y en cuanto a la especificación, la exposición de necesario en cuanto al ejercicio, como enseñó en 1-ll, q. 9, a.· 4. Y no piensa
cuyos términos queda suficientemente clara por lo anterior. Supongamos, ade- que esto vaya en contra de Santo Tomás en el primer pasaje, porque Santo To-
iL .
i(, más, la distinción de un doble fin: próximo o particular y último o universal; más -dice- no niega absolutamente que la voluntad tenga algún acto nece-
"'i de esta división se ha de tratar ex professo después, en la disputación de la
causa final; por ahora, sucintamente, se llama fin particular cualquier bien
~arío en cuanto al ejercicio, sino que niega que la voluntad sufra esa necesidad
de parte del objeto, lo cual es cierto porque sólo proviene de la natural con-
'(
,¡ privado que es amado por sí mismo, como la s~lud o la ciencia; en cambio, se dición y propensión de la misma voluntad. Y de modo parecido afirma que la
llama fin último la misma felicidad del hombre, ya se ponga ésta en alguna volunta~; en cuanto depende ~e . la fuerza del objeto, puede apartar cualquier
!'¡: cosa determinada, ya se considere en general bajo la razón formal de bienaven- pensamtento, y que esto es lo un1co que afirma Santo Tomás, a lo cual no con-
''1' turanza en absoluto o bajo la razón más universal de bien en general. Además, tradice el que alguna vez, por una determinada disposición o por otra causa
!.! omitamos por ahora el estado de la vida futura y, en especial, de la felicidad no pueda apartar tal pensamiento. '
sobrenatural ya conseguida) cuya corisideración no incumbe al metafísico. Pero lU. Pero yo considero, en primer lugar, que esa interpreta~ión es contraria
los teólogos discuten prolijamente si en tal estado la voluntad es determinada a Santo Tomás y a la verdad. Lo primero es evidente, porque Santo Tomás,
necesariamente, incluso en cuanto al ejercicio, al amor de Dios; porque Escoto,
1

en I, q. 82, a. 2, niega absolutamente la necesidad de nuestra voluntad en cuan-


In 1, dist. 1, q. 4, niega que incluso en dicho estado tenga lugar esta nece- to al ejercicio fuera de la visión beatífica, y no habla sólo por parte del objeto,
,'',li sidad en algún acto de la voluntad; enseña la opinión contraria Santo Tomás) sino en absoluto de la voluntad misma. Lo segundo es claro porque, así como
1, q. 82, a. 2; Capréolo, In I, dist. 1, q. 3; Cayetano, en el citado a. 2; el
1:1. Capreol., In 1, dist. 1, q. 3; Caietan., dict. seu primum voluntatis actum esse necessa-
1~ i tum vel talis actus expediat necne. Et con- rum terminorum expos1tto satis ex superio- a. 2; Ferrar., 111 cont. Gent., ~. 62, et rium quoad exercitium, sicut docuit 1-11,
1

firmatur primo, nam ita comparatur volun- ribus constat. Rursus supponatur distinctio alii cominuniter_, quam sententiam nos ut q. 9~ a. 4. Neque putat hoc esse contra D.
tas ad liberum arbittium, sicut intellectus duplicis finis, scilicet, proxirni seu particu- veriorem supponimus; hic tamen solum Thomam in priori loco~ quia D. Thomas
ad rationem; sed intellectus, m est ratio, laris et ultimi seu universalis; de qua par- agimus de voluntate secundum naturam (ait) non simpliciter negat habere volunta-
non versatur circa principia, sed circa ea titione ex professo dicendum est infra in suam operante, et praesertim pro statu huius tem aliquem actum necessarium quoad exer-
quae colligit ex principiis; ergo volunta"i, disputatione de causa finali; nunc breviter, vitae.
9. Atque in hoc sensu dicimus, primo, citium, sed negat pati voluntatem illam ne-
ut liberum arbitrium, non versatur circa fi- particularis finis dicitur quodlibet privatum cessitatem ah obiecto, quod verum est quia
nem, sed circa ea quae eligit propter finem; bonurn quod propter se amatur, ut sanitas 'Voluntatem nullum habere actum simplici-
ter necessarium quoad exercitium, sive circa provenit solum a naturali condicione et pro-
ut Aristoteles dixit, lib. VI Ethic., vel scientia. Ultimus vera dicitur ipsa fe- pensione ipsius voluntatis. Et similiter ait
habent ad specula.- licitas constituatur in ali- finem sive circa media. Ita D. Thomas,
dicto loco, 1, et 1-11, q. 10, a. 2, et tho- voluntatem, quantum est ex vi obiecti, pos-
communiter. Probatur autem a D. se avertere omnem cogitarionem, et hoc so-
Thoma quia voluntas in hac vita potest lum asserere D. Thom., cui non repugnat
sub universaliori racione boni in quod interdum ex tali dispositione aut alia
rnobili; sed electio est de se varia- Praeterea, omittamus nunc Sta- avertere semper cogitationem cuiuscumque
tum vitae futurae et praesertim supernatu- . boni sibi propositi. Quae ratio non videtur causa non possit avertere talem cogitatio-
bilis; ergo debet fundad in aliquo invaria- nem.
bili; fundatur autem in intentione finis; ralis felicitatis iam obtentae, de quo non universalis seu in universum vera, atque ita
ergo haec debet esse lnvariabilis et non li- pertinet ad metaphysicum considerare. Theo-- neque Satis probare assertionem; nam pri- 10. Ego vero imprimis existimo inter..
bera. logi vera fuse disputant an in eo statu vo- ma cogitatio hominis est mere naturalis, pretationem illam esse contrariam D. Tho-
8. Quomodo intentio finis necessaria luntas ex necessitate determinetur etiam quam horno avertere non potest; ergo non mae et veritati. Primum patet, nam D. Tho-
sit.- Sed haec sentencia moderatione indi- quoad exercitium ad dilectionem Dei; nam .semper est in voluntate hominis cogitatio- mas, 1, q, 82, a. 2, absolute negat necessi-
get et declaratione. Supponamus ergo irn- Scorus, In 1, dist. 1, q. 4, etiam in eo statu nern avertere. Quam difficultatem attigit tatem quoad exercitium in nostra voluntate
primis vulgarem distinctionem duplicis ne- negat habere 'locum hanc necessitatem in Caietanus in eo articulo, et concedit primam extra visionem beatam, et non loquitur ~an­
cessitatis et libertatis, scilicet, quoad exer- aliquo actu voluntatis; conttariam vero sen- cogitationem non esse in potestate volun- tum ex parte obiecti, sed absolute de ipsa
citium actus vel qU.oad speci.ficationem, quo- tentiam docet D. Thomas, 1, q. 82, a. 2; tatis; et similiter concedi_t primum amorem voluntate. Secundum patet, quia, sicut vo-
412 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección VIII 413
la voluntad no tiene ningún acto sin que concurra el objeto en su orden, asl
tampoco sufre ninguna necesidad en su acto (me refiero a una necesidad intrín-
seca y connatural) que no sea causada por el objeto en su orden, a saber, en
-
eficiente. Y de manera semejante es falso que sea absolutamente necesario como
.
ensenaron con _acierto. Escoto, en su Quodl., q. 21, y Enrique, Quodl.' XII,
q._ 26; y lo mismo p1ensa Conrado, 1-li, q. 9, a. 4, y otros expositores en el
razón de causa final que la invita y mueve metafóricamente. Por eso, también
nusmo lugar. Se demuestra porque la voluntad nunca es movida necesariamente
en el estado de bienaventuranza, Dios visto claramente mueve la voluntad de
en cuanto al ejercicio, a no ser que el objeto mismo en su orden concurra de
tal manera que la determina necesariamente a una sola cosa en razón de ob-
mane~a suficiente a esa necesidad y someta enteramente a sí la voluntad; pero
jeto y de último fin; porque también esa necesidad es intrínseca y connatural
,,,, a la voluntad en cuanto informada por Ja caridad. Y eso no está en contradic- el obJeto que se p;opo?e en el primer pensamiento no es de esa clase, pues mu-
ción con Santo Tomás en otro lugar, 1-li, q. 10, a. 2, puesto que allí habla chas ~eces es ~??D bien, particular. y de_?.ciente; luego. Además, de no ser así,
de la voluntad del hombre itinerante que tiende a la bienaventuranza; antes la p~un:era volicmn del angel hubiera sido necesaria en cuanto al ejercido y,
bien, esta doctrina está tomada del mismo Santo Tomás, en 1, q. 8Z, a. 2, arg. 2, consiguten!emente,, no ~ubiera habido en ella ningún mérito, lo cual es ajeno
con su solución; porque el argumento era que el objeto se compara a la vo- a la doctrma com~ de los teólogos, sobre todo en la escuela de Santo Tomás.
luntad como el motor af móvil; pero el movimiento se sigue necesariamente Por otra parte, s1 el fundamento de Cayetano o del Ferrariense fuese sólido,
en el móvil a partir del motor. Y responde que el motor causa necesaria- no solamente sería necesario en cuanto al ejercicio el primer acto voluntario de
¡,' menté el movimiento en el móvil cuando el poder del motor excede al móvilJ toda la vida, siuo tam?ién el. primero. de cada dia, o de cada vez que el hom-
de tal manera que toda su posibilidad queda sometida al motor; ahora bien, bre comienza a advertrr mediante el mtelecto y a consentir mediante la volun-
!''11 tad. Pero ~1 consiguiente es abiertamente falso y contrario a la experiencia. La
1 como la posibilidad de la voluntad se refiere al bien universal y perfecto, toda
su posibilidad no se subordina a ningún bien particularJ por lo cual no es mo- consecuencia es patente, porque también el primer pensamiento de cada día es
vida necesariamente por él. Luego Santo Tomás piensa claramente que toda n~tur.al, Y el primer acto de. la voluntad procede de ella sola, que por su efica-
:i la posibilidad de la voluntad está sometida al bien universal y perfecto, de don- cia tiende al objet.o. Pero nmguna de las dos . razones tiene valor alguno, pues,
de resulta que es movida necesariamente por él. Por eso, siempre que Santo To- aunq'?e el pensamiento sea natural, puede aphc:Ir un objeto que no mueva ne-
más da razón de algún acto de la voluntad intrínsecamente necesario, siempre ~esarmmente; y, aunque la .volunta~ sola produzca ese acto·, puede realizarlo
la señala por parte del objeto, según puede verse en los lugares citados. hbre~ente, ya que por .su ~Is~a entidad posee cierta virtud eminente para ejer-
11. El primer acto de la voluntad en quien tiene uso de razón no es nece- cer dicho acto .y una mclmacwn natural a él, y al mismo tiempo tiene potes-
Mrto en cuanto al ejercicio.- Por esto considero, además, que es falso lo que tad para refrenarlo y suspenderlo.
Cayetaoo dice de que el primer acto de la voluntad en el hombre que ya tiene . 12. El primer ac~o de la volunlad del hombre que usa de la razón por vez
uso de razón es necesario en cuanto al ejercicio; aunque opinen lo mismo a este pnmera no e~ necesan.o en c;tanto a la especificación.- Por eso añado, ademásJ
propósito otros tomistas, como el Ferrariense, lib. 1 cont. Gent., c. 23, y más ~ue . aquel pnmer acto no sol?. no .•es necesario en cuanto al ejercicioJ sino ni
claramente en el lib. lii, c. 89; y Capréolo, In 11, dist. 24, q. 1, ad 7, el cual siqmera en cuanto a la especificaci~n.· Se ¡;trueba por una razón proporcional;
i
1
i
añade también que ese acto no ·procede activamente de la voluntad, sino sólO puede, en ~fect~, suced~r qu~ el obJeto aphcado por el primer pensamiento no
pasivamente, lo cual es improbable, según indicamos arriba tratando de la causa baste pa~a inferrr necesidad, ~.el uso en cu~nto a la especificación; porque pue-
de ocurnr que no sea la fehc1dad o el b1en en general, siuo algún bien par-

luntas nullum actum habet nisi concurrente tota eius possibilitas moventi subdatur; cum attigimus dispUtando de causa efficienti. et _con~a exp~rientiam. Sequela vera patet,
obiecto in suo genere, ita nullam necessi- aurem possibilitas voluntatis sit respectu Et similiter falsum est quod sit simpliciter qwa etJam pnma cogitatio in singulis die-
J tatem patitur in suo actu (loquor de :in- boni universalis et perfecti, non subiicitUT Decessarius, ut recte docuerunt Scotus, in bus est naturalis, et primus actus voluntatis
'' trinseca et connaturali necessitate) quae non eius possibilitas tota alicui particulari bono; Quodl., q. 21, et Henricus, Quodl. XII, est a sola illa, sua eficacia tendente in ob-
i·¡ causetur ab obiecto in suo genere, scilicet, et ideo non ex necessitate movetur ab illo. q. 26; et idem serttit Conrad., 1-11, q. 9,
a.. 4~ et alii expositores ibi. Et probatur,
iectum. Neutra vera ratio est ullius momeo~
'1 in ratione causae finalis allicientis et mo- Ergo ciare sentit D. Thomas totam possi- tiJ quia lice~ cogitatio sit naturalis, potest
¡: ventis metaphorice. Unde etiam in statu bilitatem voluntatis subüci bono universali qma voluntas nunquam movetur necessario applicare ob1ectum non necessitans; et licet
beatitudinis Deus ciare visus ita movet vo- et perfecto; et ideo ex necessitate moveri quoad exercitium nisi obiectum ipsum in ':oluntas .sola ~ff~ciat illum actum, pOtest
luntatem ut in ratione obiecti et ultimi finis , ab illo. Unde quoties rationem reddit D. suo genere sufficienter concurrat ad illam hbere eff1cere, qwa per suammet entitatem
illam ex necessitate determinet ad unum; Thomas alicuius actus voluntatis necessari ab necessitatem et omnino sibi subiiciat vo- habet eminentem quamdam vim ad facien-
nam etiam illa necessitas est intrinseca et int:rinseco, illam luntate~; sed obie~tum quod per primam dum illum actum et naturalem inclinatio-
. proporutur non est huiusmodi, nem in illum, et simul etiam habet poiesta~
tae. Quod non repugnat D. Thomae in alio actus in urente ra- saepe est quoddam particulare bonum tem qua possit cohibere et suspendere illum.
loco, I-11, q. 10, a. 2, quia ibi loquitur tíone non est quoad exercitium necessarius . - ac deficiens; ergo. ltem alias prima volitio 12. Pr~mus f!Oluntatis actus hominis pri-
de voluntate viatoris tendentis in beatitu- Et hinc ulterius existimo, falsum esse quod angeli fuisset necessaria quoad exercitium, mo utentzs rattone non necessarius quoad
dinem; quin potius haec doctrina sumitur Caietanus ait, nempe primum actum vo- et consequenter nullum in ea fuisset meri~ specificationem.- Ex quo praeterea addo
ex eodem D. Thom., 1, q. 82, a. 2, ar- luntatis in homine iam utente ratione esse tum, quod est alienum a communi doctrina illum primum actum non solum non esse
gum. 2, cum solutione; erat enim argu- necessarium quoad exercitium; quamvis alii theologorum, praesertim schola D. Thom. necessarium quoad exercitium, verum etiam
mentum, obiectum comparad ad voluntatem thomistae idem circa hoc sentiant, ut Fer- ltem, si fundamentum Caietani aut Ferra- nec . quo~d specificati?nem. Probatur pro-
ut movens ad mobile; motum autem ne- rariensis, lib. 1 cont. Gent., c. 23, et cl:i- rii solidum esset, non solum primus actus portJonah r~IJ.one, qma fieri potest ut ob-
cessario consequi in mobile ex movente. ri_us lib. 111, c. 89; et Capreolus, In 11, voluntatis totius vitae esset necessarius tectum apphcatum per primam cogitationem
Respondet autem quod movens tune ex dJst. 24, · q. 1, ad 7, qui etiam addit illum quoad exercitium, sed etiam primus in sin- non sit sufficiens ad inferendam necessita-
necessitate causat motum in mobili, auando actum non esse active a voluntate, sed pas- ~ulis diebus, vel quoties honio incipit per tem, erl:am quoad specificationem; nam pot~
potestas moventis excedit mobile, ita quod sive tanturn, quod improbabile est, ut supra mtellectum advertere et per vol'untatem con~ est acctdere ut non sit beatitudo nec bo-
sentire. Consequens autem est plane falsum num in communi, sed aliquod bonum par-
1

j
'
:!
414 Disputacionse metafísicas Disputación XIX.-Sección VIII 415

ticular más próximo a los sentidos, como la salud o algún placer. Por eso de- . y · ahora como un bien absolutamente necesario, de suerte que la carencia de
mostraremos después, al tratar de la causa final, que no es preciso que el pri- ese acto no pueda aprehenderse bajo ninguna razón de bien; pero esto nunca
mer acto de la voluntad humana verse sobre el fin último absolutamente. Y se ·ocmre_, en la presente vida, acerca de ningún acto de la voluntad, como sabe-
confirma, porque este primer acto de la voluntad humana puede ser moral- : mos por experiencia, y porque no hay ninguna razón u ocasión de tal necesidad.
mente bueno o malo, ya que el primer objeto propuesto puede ser malo, y la Y si alguien imagina que alguno, por error, tiene aquí y ahora un juicio deter-
voluntad puede, bien rechazarlo, bien abrazarlo, y por ello obrar bien, o mal. minado sobre algún objeto y sobre el ejercicio del acto acerca de él, fácilmente
Si ocurre lo mismo, a este respecto, con la voluntad angélica, es objeto de una concederé que, por hipótesis, ese hombre ha de obrar necesariamente; afirmo,
¡.·.· investigación distinta. empero, que la suposición es, según el modo humano, imposible en un hombre
1
,, 13. Así, pues, a la objeción aducida contra la razón de Santo Tomás "' no insensato o que no carezca suficientemente del uso de razón.
!, :· responde que, aun cuando el primer pensamiento del hombre sea natural y, por 15. Segunda afirmación.- En segundo lugar debe decirse que, aunque acer-
tanto, no dependa del poder del hombre el no tenerlo en aquel instante en que ca del fin propuesto bajo la razón de bien uuiversal, la voluntad se mueva ne-
lo recibe naturalmente, sin embargo, está en su poder el apartarlo en seguida cesariamente en cuanto a la especificación, no obstante, cuando ama o tiende a
que lo advierte de manera suficiente; y esto basta para que la voluntad no otr~s fines particulares, s~, mueve libremente incluso en cuanto a la especificación.
sea movida necesariamente en cuanto al ejercicio, puesto que tiene libertad para EstiiD.o que esta afirmac10n es congruente con la doctrina de Santo Tomás en
consentir en él p no consentir, sino apartarlo. Además, aunque el primer pen- los lugare~ citados. Por lo que respecta a la primera parte, se explica y demues-
saruiento sea natural, el juicio de que hay que amar o no amar ese objeto puede tra, en pnmer lugar, porque, una vez propuesto el bien general, aunque la vo-
no ser totalmente natural, ya que, permaneciendo aquel pensamiento naturalt luntad no sea forzada a amarlo en acto, no puede, empero, odiarlo, ya que no
la voluntad puede aplicar el entendiruiento a que considere e investigue más la encuentra en él ninguna razón de mal; por eso, si quiere realizar un acto es
cosa para emitir el juicio. Y si el entendimiento aún no lo advierte con tal su- preciso que sea de amor y no de odio. Y ésta es la necesidad en cuanto ~ Ja
ficiencia que esto dependa del poder de la voluntad, todavía no hay suficiente especificación. Lo mismo ocu.rre con. la felicidad en común, ya que, según dice
uso acrual de razón, por lo cual tampoco hay plena libertad; y de ahí se siguen ~an Agustín _en muchas ocasiOnes, s1 se pregunta a un hombre si quiere ser fe-
"' los movimientos que los teólogos llaman indeliberados. liz, no hay nmguno, que respon~a o pueda responder que no quiere, sino que, 0
14. Finalmente añado que, aun cuando el pensamiento pleno .Y perfecto fue- callará, o contes.tara que lo qwere en sumo grado; pero ésta es necesidad en
se totalmente natural, si no propusiese el objeto como bien absolutamente ne- cuanto a la esp~cificación. Y la razón es que en éstos y otros objetos semejantes
1
cesario --es más, no sólo el objeto, sino también el acto mismo--, no por ell() n_o apar_ece razo~ alguna de mal; pero suponemos que no puede odiarse nada
se movería la voluntad de manera necesaria. Y estimo que ésta es la razón a smo baJO la razon de mal, como tampoco puede amarse sino bajo la razón de
''1
priori de la conclusión establecida. Porque, cuando la voluntad es arrastrada ha- bien.
1
cia el objeto, no sólo quiere el objeto, sino que también quiere virtualmente el . 16. En ~uanto. a la segunda parte, la conclusión se pone fácilmente de ma-
ejercicio de su acto, ya que es intrínsecamente voluntario, sBgún se ha expli- rufie.sto _POr mducc16n y por la razón; efectivamente, quien pretende conseguir
'1 cado arriba; por eso, para que la voluntad sea movida necesariamente en cuan- la ctencra, la salud, u otros bienes semejantes, no los ama de tal manera que no
'1 to al ejercicio, es preciso que el hombre aprehenda y juzgue tal ejercicio aqul
:i
'1 ticulare sensibus propinquius, ut sanitas aut cium tamen de obiecto diligendo vel non iudicet tale exercitium hic et nunc ut bo- locis, et quoad priorem partem declaratur
1 ::
voluptas aliqua. l!nd.e infra, tractando de cau- diligendo potest non esse omnino naturale, num simpliciter necessarium, ita ut careo- et probatur primo, nam proposito bono in
sa finali, ostendemus non esse necessarium quia, stante illa naturali cogitatione, potest tia talis actus sub nulla ratione boni appre- communi, licet non cogatur voluntas illud
ut primus actus voluntatis humanae sit cir- hendi possit; hoc autem in ha e vita nun- actu amare, non tamen potest illud odisse
voluntas applicare intellectum, u:t ad iudi- quam accidit circa aliquem actum volunta-
ca finem ultimum simpliciter. Et confir- cium ferendum magis rem considere! et in- quia nullam rationem mali in eo invenit?
matur, nam hic primus actus in humana quirat. Quod si intellectus nondum ita suf-
tis, ut experiencia notum est, et quia nulla et ideo si actum exercere vult, oportet ~t
voluntate potest esse et bonus et malus est ratio vel occasio talis necessitatis. Quod sit · amoris, et non odii. Et haec est neces-
ficienter advertit ut hoc sit in potestate vo- si quis finga.t aliquem ex errare habere hic
moraliter; nam primum obiectum proposi- luntatis, nondum est sufficiens rationis usu& sitas quoad specificationem. ldem est de fe-
tum potest esse pravurn, quod potest vo- et nunc tale iudicium de aliquo obiecto, et licitate in communi, nam, ut Augustinus
actualis; et ideo etiam non est plena liber- exercitio actus circa illud, concedam facile
Iuntas vel refutare vel amplecti, atque ita saepe ait 1, si horno interrogetur an velit
tas; indeque sequuntur motus quos theologi ex hypothesi talem hominem necessario ope-
bene vel maJe An vero idem quoad esse beatus, nullus est qui respondeat aut
vocant indeliberatos. raturwn; dico tamen suppositionem huma- respondere possit se id nolle, sed aut tace-
-moao-esse impossibilem in homine non bit, aut respondebit se id maxime velle;
si stupido, aut qui non careat Sufficienter ra- haec autem est necessitas quoad specifica-
¡' 13. Ad obiectionem ergo factam contra tionis usu.
rationem D. Thomae respondetur quod, li- obiectum ut bonum omni- tionem. Ratio autem est, quia in bis et si-
cel prima cogitatio hominis sit naturalis, et no necessarmm, immo non solum obiectum,. 15. Secunda assertio.- Secundo dicen- milibus obiectis nulla apparet ratio .mali;
ideo non sit in potestate hominis non ha- sed ipsum actum, non ideo moveretur yo- dum est, licet circa finem sub universalis supponimus autem nihil posse. odio haberi
bere illam pro eo instanti in quo illam na- lumas ex necessitate. Et hanc existimo esse boni ratione propositum voluntas feratur nisi sub ratione mali, sicut nec amari nisi
turaliter recipit; esi: tamen in eius potes- rationem a priori conclusionis positae. Nam necessario quoad specificationem, tamen, sub ratione boni.
tate, statim ac sufficienter advertit, illam voluntas quando fertur in obiectum, non dum amat vel intendit alias fines particu- 16. Quoad alteram partem constat etiam
tollere; et hoc est sufficiens ut voluntas solum vult obiectum, sed etiam virtute vult lares, libere fieri etiam quoad specificatio- facile conclusio inductione et ratione; nam
non necessiteiur quoad exercitium, cum. li- exercitium sui actus, quia es:t intrinsece vo- Hanc assertionem existimo esse con- qui intendit consequi scientiam, sanitatem,
berum ilii sit vel consentire vel non c~m­ luntarius, ut supra declaratum est; et ideo, ,~~~~~d~o~ctr~inae D. Thomae in citatis aut similia bona, non ita ea diligit, quin
sentire, sed divertere cogitationem. Deinde, ut voluntas necessitetur quoad exercitium, 1
etiamsi prima cogi_tatio sit naturalis, iudi- necessarium es:t ut horno apprehendat el Aug., XIII de Trio., c. 4, et in lib. de Lib. arb., saepe.
¡
t
XIX.-Sección VIII 417
1 416 Disputaciones metafísicO;s
cuanto a la especificación en el apetito elícito de estos bienes; por-
1 pueda asimismo odiarlos o rechazarlos; porque en estos bienes particulares se que, según .decía arriba, la ~oluntad tiene. poder, ya para susl?ender el acto al
encuentra a veces algún defecto o alguna incomodidad o dificultad por razón de que se inclma, ya para reallZar el contrarm, cuando en el obJeto puede haber
la cual pueden desagradar a la voluntad. Más todavia, desde este pimto de vista · alguoa razón distinta en la que pueda fundamentarse tal acto. Que éste es el
es también libre el amor del mismo Dios, no sólo en cuanto al ejercicio, sino pensamiento de Santo Tomás consta por la solución ad 3, donde, no ~bstante
incluso en cuanto a la especificación, ya que, aun cuando Dios en sf mismo sea esa natural moción o propensión, añade que la voluntad no es determmada a
el bien universal, sin embargo, puede aprehenderse por modo de algún bien ningún bien particular, sino únicamente al bien en general. En ese pasaje habla
particular, y puede aprehenderse en él alguna razón de mal o inconveniencia, de hi determinación en cuanto a la especificación; porque_, comO explica en
al menos en orden a sus efectos; y mucho más puede descubrirse esta incomo- seguida, en el a. 3, tampoco en orden al bien en general es determinada la vo-
didad o dificultad en la intención o amor del mismo Dios, por Jo cual fácilmente luntad en cuarito al ejercicio, sino únicamente en cuanto a la especificación.
puede ser rechazado por la voluntad, y alguna vez hasta puede ser odiado el Pero puede áñadirse además que, con respecto a estos bienes, cabe admitir al-
mismo Dios. guna necesidad en cuanto a la especificación, a saber: o hablando en absoluto
17. Objeción tomada de Santo Tomás.- Pero objetará alguno apoyándose y prescindiendo de las razones extrínsecas; porque algunos de estos bienes son
en Santo Tomás, 1-II, q. 10, a. 1, el cual dice que el hombre apetece natural- tan congruentes con la naturaleza que muy difícilmente o en manera alguna pue-
mente por su voluntad algunos bienes particulares, como el conocimiento de la den odiarse, a no ser de modo muy accidental y por razones muy extrínsecas.
verdad, el existir, el vivir, y otros semejantes; mas la apetición natural implica Más aún, incluso por éstas, rarísimas veces se odian tales bienes en sf mismos,
necesidad, al menos en cuanto a la especificación. Por eso, en el mismo pasaje, sino que su investigación y búsqueda desagrada por su dificultad, o porque im-
ad 1, declara que, en semejante apetición, la voluntad obra por modo de ·na- pide otras ventajas sensibles. O también pueden amarse necesariamente estas
turaleza; pero cuando la voluntad obra como naturaleza tiende con alguna deter- cosas si se aprehenden como absolutamente necesarias para la felicidad; aunque
minación a una sola cosa, ya que éste es el modo de obrar de la naturaleza. en tal caso, más que como fines se aman cómo medios o partes del fin necesario
18. Solución y explicación de Santo Tomás.- Se responde primeramente y universal.
que Santo Tomás, en el lugar citado, no habla de necesidad alguna, ni siquiera 19. En tercer Jugar, debe afirmarse que la libertad de la voluntad se ejerce
i
1
en cuanto a la especificación, sino del modo de obrar naturalmente, según ctmsta de manera más evidente y perfecta en la ·elección de los medios, hasta el pun-
por el título del articulo, y el término naturalmente no tiene, en el lugar in- to de que todo acto libre, en cuanto tál, participa en alguna _medida de la razón
dicado, la misma significación que necesariamente; porque Santo Tomás diS- de elección, y bajo esa razón puede someterse a deliberación. Abonan esta con-
-tingue de manera clara estas dos palabras en dicho artículo, así como en e1 se- clusión las razones aducidas al principio de esta duda. Y se explica brevemente
gundo. Por consiguiente, allí moverse naturalmente significa lo mismo que mo- porque para la intención del fin es movida la voluntad sólo por alguna inclina-
verse por una propensión de la naturaleza; porque en ese pasaje Santo Tomás ción natural, aunque se mueva libremente; en cambio, para la elección de Jos
pretende enseñar que la voluntad posee una propensión natural, no sólo a sus medios es movida en virtud de la apetición del fin, apetición que la voluntad
intereses particulares, sino también a Jos bienes propios de otras potencias o fa- se apropió sobre la inclinación natural; por eso se dice de modo más especial
cultades de todo el hombre. Y en este sentido dice que apetece naturalmente la y con mayor propiedad que la voluntad se mueve a sf misma en la elección de
.i ciencia, la vida, etc. Sin embargo, con esta inclinación natural es compatible la
appetitu elicito horum . bonorum; quia, ut haec bona in seipsis odio habentur, sed
possit etiam odio habere vel refutare; nam Unde ibidem, ad 1, declarat in huiusmodi supra dicebam, voluntas habet vim vel sus- eorum inquisitio et procuratio displicet prop-
in his particularibus bonis interdum inve- appetirione voluntatem operari per modum pendendi actum. ad quem inclinatur vel ter suam difficultatem, vel quia impedit alia
nitur aliquis defectos vel aliqua incommo-- naturae; quando autem voluntas ut natura etiam ellciendi contrarium, quando in ob- sensibilia commoda. Vel etiam possunt haec
d.itas aut difficultas, racione cuius displicere operatur tendit cum aliqua determinatione iecto es_se potest aliqua alia ratio in qua necessario amari si apprehendantur ut sim-
possunt voluntati. Quin potius sub hac ra- ad unum, nam hic est modus operandi na- huiusmodi actus fundari possit. Et hanc es- pliciter nccessaria ad felicitatem; quamvis
tione etiam ipsius Dei amor liber est, non turae. se mentem D. Thomae cOnstar ex solutione tune non tam ut fines quam ut media vel
solum qnoad exercitium, sed etiam quoad 18. Solutio et explicatio D. Thomae.- ad 3, -ubi, non obstante illa naturali mo- partes necessarü et universalis finis amentur.
specificationem, quia, licet Deus secundum Respondetur primo D. Thomam ibi non tione vel propensione, addit :voluntatem ad 19. Tertio dicendurn est libertatem vo-
se sit universale bonum, apprehendi tamen qui de necessitate ulla etiam quoad nullum particulare bonum determinad, sed luntatis evidentius et perfectius exerceri in
modum cuit~sdam particularis ficationem, sed de modo operandi ad bonum in communi. Ubi loquitur electione mediorum, adeo ut omnis actus
liber, quatenus talis est, participet aliquo
~~m~t.~¡r~~~~~·¡o~;cl~q:~u:~oad
·
specificationem;
a. 3, etiam ad bo- modo rationem electionis, et sub ea ratione
1 magis potest quod necessarioj nam aperte distinguir D. num in communi non determinatur volun- possit sub consultationem cadere. Hanc con-
i vel difficultas in Thomas has duas voces in illo auiCulo, et tas quoad exercitium, sed tantum quoad clusionem suadent cationes a principio
intentione vel amare ipsius Dei, et ideo fa- in secundo. Significat ergo ibi naturaliter specificationem. Sed potest ulterius addi huius dubitationis factae. Et declaratur bre-
cile potest a voluntate refutad, et interdum moveri idem quod moveri ex propensione respecto horum bonorum admhti posse ali- viter, quia ad intentionem finis ferntr vo-
1! etiam Deus ipse odio haberi. naturae; intendit enim ibi docere D. Tho~ quam necessitatem quoad specificationem, l untas ex sola aliaua inclinatione naturali,
1
17. Obiectio ex D. Thoma desumpta.- mas voluntatem non tantum habere natu- scilicet, vel oer se loquendo et seclusis ex- quamvis libere fera-tur; ad ·electionem vero
Sed obüciet aliquis D. Thomam, 1-11, q. 10, ralem propensionem ad privara commoda, trinsecis ratiOnibus; sunt enim quaedam ex mediorum fertur ex vi appetitionis finis,
a. 1, dicentem hominem naturaliter per vo- sed etiam ad bona propria aliarum poten- bis bonis ita consentanea naturae ut vix quam ipsa voluntas ultra inclinationem na-
luntatem appetere quaedam particularia ha- tiarum vel partium totius hominis. Et hoc sur nullo modo nossint odio haberi. nhi turalem sibi adiunxit; et ideo specialiori
na, ut cognitionem veri, esse, et vivere, et modo ait naturaliter appetere scientiam, vi- va1de oer accidens- et ob raciones valde ex- modo magisque ex propriis dicitur voluntas
similia; natura lis autem appetitio includit tsm, etc. Cum hac tamen naturali propen- trinsec3s.· immo etiam propter has rarissime movere se in electione mediorum quam in
necessitatem saltem quoad specificationem. sione stat libertas quoad specificationem in
TI
.1

418 Disputaáones metafísicas


Disputación XIX.-Sección VIII 419
los medios que en la intención del fin; porque obra de manera más perfecta-
mente libre cuando se mueve a sí misma con mayor perfección; luego. Además, prefiere a su carencia o cesación, es una elección virtual por la que tal acto se
se explica la segunda parte porque la libertad de cualquier acto proviene de las elige aquí y ahora como. medio para incoar u obtener la felicidad. Por esta razón
diferentes razones que hay en el objeto o en el mismo acto, y de la comparación suele decirse que toda intención de un fin particular es una elección virtual de
formal o al menos virtual de dichas razones. Porque, si hay libertad en cuanto ta felicidad, a la cual no es siempre necesario que preceda la intención elícita
a la especificación, es preciso que en el objeto exista alguna razón de bie'n, aten- de la, misma felicidad, sino que basta la inclinación natural y necesaria. En este
dida la cual pueda ser amado, y algún defecto o alguna razón de mal, atendida sentido, pues, toda deliberación versa, de manera proporcional, sobre la elección,
la cual pueda ser odiado; en cambio, si hay libertad sólo en cuanto al eje.rcicio, y toda acción libre participa de alguna razón de elección; y por eso se estima
es necesario que en el objeto, o al menos en el mismo acto, haya algún defecto que la misma elección formal y propia, que procede de la propia y elícita in-
o carencia de bondad, atendida la cual pueda ser aprehendido como inconveniente
tención del fin, es una acción máximamente libre; y de este modo se dice que
1: o al menos no necesario aquí y ahora; y de esta manera, siempre que el acto v
1

su omisión es libre, se realiza cierta comparación explícita o implícita entre es:


e1 libre albedrío versa, .cuasi por antonomasia, sobre la elección, aunque tenga
otros muchos actos libres, según se ha explicado.
tas razones, y de este modo también se lleva a cabo cierta elección de un acto
con preferencia a otro, o de un acto con preferencia a su omisión, o bien al 21. Si es más perfecto obrar libremente o necesariamente.- Con esto se ha
contrario. dado respuesta suficiente a las razones sentadas al principio de esta duda. Por
20. Pero en esta elección de un acto con preferencia a otro, es preciso que lo que hace a la dificultad que desde la sección 2 aplazamos hasta aquí, con
1¡ la comparación se haga en orden a algún tercero o a alguna razón común, a la ocasión de la cual hemos elaborado la presente sección, ya queda explicado de
1
cual esté inclinada de algún modo la voluntad formal o virtualmente, para que qué manera una misma voluntad es capaz de obrar de ambos modos, libre y ne-
pueda tener algún principio o fundamento de la elección que ha de hacer, se- cesariamente. Mas cuando se pregunta si el modo de obrar libremente es más
f gún se ha propuesto en los argumentos aducidos al principio y resulta claro perfecto que el modo de obrar necesariamente, por qué la voluntad consigue
por la cuestión misma. Efectivamente, quien elige entre el bien honesto y el aquél en algunos actos y no en todos, en los menos perfectos y no en los más
deleitable, con certeza se supone inclinado al bien en cuanto tal, pues de lo con- perfectos, debe decirse que el obrar libremente no es siempre ni en todos los
trario no elegiría inmediatamente entre los bienes particulares, sino que antes casos mejor que el obrar por necesidad; antes bien, la regla de la perfección
determinaría consigo mismo si debia buscar el bien; y lo mismo sucede en to-. está en que el objeto sea amado según su dignidad y capacidad, de suerte que,
dos los casos semejantes. Así, pues, aunque la tendencia a un fin particular, en si el objeto es el bien supremo y sumamente necesario, sea amado con entera
cuanto es un movimiento hacia algún objeto por razón de su bondad y hacia necesidad, mientras que, si es un objeto menos bueno, o no necesario, el acto
otros por razón de él mismo, sea amor o intención del fin, no obstante, en cuan-
sobre él quede bajo el dominio del qne ama. Y en este sentido Dios se ama a
to es un acto libre por el cual se prefiere este bien a otros, es una elección vir-
sí mismo necesariamente, y a las demás cosas ·libremente, a pesar de que su
tual de este bien para que sea medio o, ciertamente, parte de la felicidad a la
que la voluntad tiende en sus actos. Y el mismo acto de intención o amor, in- acto es perfectísimo desde todos los puntos de vista; por tanto, debe decirse
'¡ cluso de la felicidad suprema, en cuanto se ejerce libremente aquí y ahora y se lo mismo, guardando la debida proporción, en el caso de la voluntad creada.
'i
'' i

i intentione finis; tune autem perfectius ope- aliquod tertium vel ad aüquam rationem
ratur libere quando perfectius sese mover; qua ta1is actus hic et nunc eligitur ut me- sectionem fecimus, iam declaratum est qua-
communem, ad quam sit voluntas a1iquo
ergo. Praeterea declaratur altera pars, quia modo affecta formaliter aut virtute, ut pos- dium ad inchoandam vel obtinendam feli- modo eadem voluntas sit capax utriusque
libertas cuiuslibet actus provenit ex variis citatem. Atque hac racione dici solet om- modi operandi, libere, et necessario. Cum
sit habere aliquod principium vel funda-
'' rationibus quae sunt in obiecto vel in ip.. mentum electionis faciendae, ut in argu- nem intentionem finis particularis esse vir- autem quaeritur si modus operandi libere
; 1.
somet actu, et ex formali vel sa1tem vir~ tllalem electionem felicitatis, .ad quam non est perfectior quam modus operandi neces-
mentis in principio propositum est et ex re
tuali collatione earum. Nam si sit libertas ipsa" declaratur. Nam qui eligit inter bonum semper est necesse ut praecedat intentio
elicita ipsius felicitatis, sed sufficit natura1is sario, cur voluntas illum assequitur in qui-
quoad specificationem, oportet quod in ob- honestum et delectabile, certe supponitur busdam actibus et non in omnibus, et 1n
iecto sit aliqua ratio boni propter quam di- ac necessaria prooensio. Sic igitur omnis
affectus ad bonum ut sic, a1ias non statim minus perfectis et non in perfectioribus,
ligi possit, et aliquis defectus vel aliqua eligeret inter specialia bona, sed prius f)e- consultatio versaiur modo proportionato
circa electionem, et omnis actio libera par- dicendum est operari libere non semper et
ratio mali, propter quam possit odio ha- cum statueret bonum esset sibi in omnibus esse melius quam operari ne-
si vera sit libertas tantum ticipar aliquam rationem electionis; et ideo
formalis f!C propria electio, quae pro- cessario; sed regula perfectionis est quod
tendencia in finem par- cedit a propria et elicita intentione finis, obiectum ametur pro dignitate et capacitate
ipsomet actll sit aliquis defectus vel ca- rlcularem, quatenus est motus in aliquod ob- eius, ita ut si obiectum sit bonum summum
rentia 6onitatis, ob quam possit apprehendi censetur actio maxime libera; atque hac ra-
iectum propter bonitatem suam et in alia ac summe necessarium, tata necesSitate
ut hic et nunc disconveniens vel saltem non propter ipsum, sit amor vel intentio finis, tione Jiberum arbitrium dicitur quasi per
antonomasiam versari circa electionem, ametur; si vera sit obiectum minus bo-
necessarius; atque ita, quoties ac:rw et eius tamen, quatenus est actus liber quo hoc bo-
omissio est libera, fit inter has rationes quae- quamvis piures alias actus liberas habeat, num, aut non necessarium, ac.tus etiam cir-
num praefertur aliis, est virtualis electio ut declaratum est. ca illud sit sub dominio .diligentis. Et hac
darn collatio explicita aut implicita, et ita huius ·boni ut sit medium, vel certe pars
etiam fit quaedam electio unius actus prae 21. Liberene an necessario operari per- ratione Deus diligit se necessario et alía li-
felicitatis quam voluntas intendit in suis bere, cum tamen acrus eius sub omni ra-
alio vel unius actus prae omissione eius, fectius.- Et per haec satis responsum est
actibus. Et ipsemet actus intentionis veJ cione perfectissimus sit; idem ergo dicen-
aut e contrario. dilectionis etiam ultimae felicitatis, quatenus .ad rationes positas in principio huius du-
20. In hac vera electione unius prae alio, bitationis. Ad difficultatem vero ex secunda dum est, servara proportione, in voluntate
hic et nunc exercetur libere et praefertur
necesse est ut compararlo fiat in ordine ad sectione huc remissam, cuius occasione hanc creara.
eius carentiae vel otio, est virtualis electio
420 Disputaciones metafísicaS Disputación XIX.-Sección IX 421

SECCION IX debe afirmarse que la libertad de la voluntad se ejerce propiamente en el mismo


instante y sobre el mismo acto presente que realiza "o ejerce. Así lo enseñaron
SI HAY LIBERTAD EN LA CAUSA MIENTRAS OPERA EN ACTO Escoto, In I, dist. 39; Herveo, Quodl. I, q. 1, dub. 6; Capréolo, In ll, dist. 25;
L La última dificultad resultante de la sección 2 es si la causa libre, posee Gregario, In I, dist. 39, aunque éste añadió algo falso, como diré en segnida. Se
lib~rtad actual cuando obra o· antes de obrar; porque, si ya obra, opera nece- demuestra esta .opinión, en primer lugar, por la razón insinuada, que para mí tiene
sariamente, de manera que es imposible en ese momento no obrar, y el mismo valor de demostración; porque si la voluntad, en el. instante en que realiza el acto,
argumento puede hacerse sobre la carencia de operación; pero si la libertad siem- no procede libremente al acto, antes nunca fue libre en orden a dicho acto, ya que
pre mira al futuro, ningún acto existente en la realidad será libre, porque el sólo fue libre con respecto a aquel instante en que había de realizar libremente tal
acto futuro, en cuanto tal, no es existente, y así de hecho no habrá ningún acto. Además, porque si en aquel instante no pone el acto de manera libre, sino
efect~ libre; además de que es contradictorio que lo futuro, en cuanto futuro,
necesaria, por igual razón en todo el tiempo anterior, en el que careció del acto,
sea libre y después, en el presente, no se ejerza libremente, siendo así que lo no careció de él libremente, sino necesariamente; y la misma razón valdrá para el
futuro- no es futuro por otra razón sino porque alguna vez será presente. tiemp'o futuro; luego en realidad nunca hay ejercicio de la libertad.
2. En esta dificultad Ockam, Gabriel y otros nominalistas, In I, dist. 38, 4. En segundo lugar, se explica a priori; porque los autores de la pri-
enseñan que la voluntad no es libre con respecto al acto· que ya está realizando mera opinión cometen error al no distinguir entre prioridad temporal y de na-
en aquel mismo instante en que lo realiza, a no ser o en cuanto procede de la turaleza, ni entre verdadero sentido compuesto y sentido dividido. Así, pues, se
indiferencia y libertad que la voluntad tuvo inmediatamente antes de aquel ins- entiende que la voluntad, en el mismo- instante en que ejerce el acto libre, y
tante, o en cuanto la voluntad tiene en ese instante poder de omitirlo en el con prioridad de naturaleza a su realización, tiene poder para llevarlo a cabo,
tiempo inmecJ.iatamente siguiente, aun cuando se den todas las demás condicio- y después, en virtud de ese poder, se entiende que lo realiza; luego con la mis-
nes o causas que a él concurren; y dicen que en esto se. distingue la causa libre ma prioridad natural debe entenderse que es capaz de realizar y de no realizar
de la natural. Parece que sostiene esta opinión el Maestro, en 11, dist. 25, c. 2, ese acto; de lo contrario, en realidad no se entiende que sea libre para realizar
donde dice que el libre albedrío no se refiere al presente ni al pasado, sino al dicho acto. Se confirma y explica, porque en el tiempo inmediatamente anterior
futuro. Su fundamento se ha señalado arriba, y es que en el presente la voluntad a aquel instante se supone que la voluntad tiene ese poder para realizar y no
ya está determinada a una sola cosa, y que lo que es, cuando es, es preciso que realizar el acto. Y en aquel instante naturalmente anterior a que dicha potencia
sea, como afirma el Filósofo en 1 De interpret., c. último. Por eso Boecio, en I se determine al acto, no hay nada que le quite el poder de realizarlo; luego
De consolat., prosa última, dice que la salida del sol y el caminar del hombre ·la voluntad conserva uno y otro poder en aquel instante, y en virtud de ellos
coinciden en que, cuando se realizan, no pueden no realizarsej pero difieren en· realiza o no realiza el acto en el mismo instante. Por eso, si la voluntad se con-
que la salida del sol, incluso antes de realizarse, había de suceder necesariamente· sidera simple y absolutamente en dicho instante coq todos los requisitos previos
en cambio, el caminar del hombre no. ' para obrar, en realidad puede no realizar tal acto en ese instante, y éste es un
3. La volunta~ ~jerce propísimame~t.e J~ libertad en el instante en que ope- poder en sentido dividido o con prioridad de naturaleza, poder que es necesa-
ra.- Pero esta op1n1on es falsa y, a Dll JWClO, enteramente improbable. Por ello rio y Suficientísimo para la libertad. En cambio, si ~e considera ya en aquel otro

SECTIO IX mediate- ante illud instans habuit, vel qua- tis libertatem proprie e)!"ercerl m eomet in- quo actum liberum elicic, prius natura quam
AN LIBERTAS CAUSAE SIT DUM ACTU OPERATUR renos in eo instanti ·habet voluntas potesta- stanti, et circa eumdem actum quem prae- illum eliciac, intelligitur habere potestatem
tem ut jn tempore immediate sequenri il- sentem elícit seu exercet. Ita docuit Scot., ad eliciendum illum et deinde ex ea potes-
l. Ultima difficultas resultans ex s,cun- lum omittat, etiamsi omnes aliae condicio-
da seccione est an causa libera aáualem In 1, dist. 39; et Hervaeus, Quodl. 1, tate intelligitur illum elicere; ergo in eodem
nes vel causae ad illum concurrentes 3.ssis- q. 1, dubio 6; Capr., In 11, dist. 25; priori naturae intelligenda est potens ad eli-
libertatem habeat cum operatur, vel prius tant, in quo aiunt causam liberam a natu-
quam operetur; quia si iam operatur, ne- Greg., In 1, dist. 39, qui tamen aliquid ciendum et non eliciendum talem actum;
rali differre. Quam sententiam videtur am- falsum addidit, ut statim ostendam. Proba.. alioqui revera non intelligitur libera ad eli-
cessario operatur, ita ut impossibile sit pro plecti Magíster, in 11, dist. 25, c. 2, ubi
tune non operari, et idem argumentum fieri tur haec sententia primo racione insinuata, ciendum illum actum. Et confirmatur ac
dicit liberum arbitrium ad praesens et ad
,, potest de carentia operationis; si vero li- praeteritum non referri, sed ad futurum. Ert
quae apud me 'est demonstratio, nam si declaratur, nam in tempore immediato ante
bertas semper respici:t futurum, nullus ac- voluntas in instanti quo elicit actum non illud instans supponitur voluntas habens il:..
:.1 ~undamentum . eius est supra tactum, qui
tus in re existens erit liber, qui3 actu;> fu- libere procedit in actum, nunquam antea lam _potestatem ad eliciendum et non eli-
m 1am voluntas est determina fuit libera in ordine ad illum actum, quia ciendum actum. Et in illo instanti ·prius na-
est, tantum fuit libera per respecturn ad illud tura quam illa potentia se determinet ad
i ., nullus erit effectus liber; praeterquam necesse est esse, ut 1 de
¡.,¡. quod repugnat futurum, -ut futurum, ess.:: instans in quo erat IiLere effectura talero actum, nihil est quod ei potestatem abstu-
i''· - lnterp., c. ult. Unde Boet., 1 de Consolat., actum. ltem, quia si in illo instanti non Ierit ad illum eliciendum; ergo retinet vo-
i': liberum, et postea in praesentia non exer-
ceri libere, cum futurum non alia ratione
pros. ult., aít ortum solis et gressum ho- -
minis in hoc convenire, quod, dum fiunt,
libere, sed necessario habet actum, ergo pari luntas utramque potestatem in illo instanti,
';i sit futurum nisi quia aliquando erit prae- ratione toto tempore praecedenti, quo acto et ex illa elicit vel non elicit actum pro
non possunt non fieri; differre vero) quza caruit, non libere, sed necessario caruit; et ipsomet instanti. Quocirca, si voluntas sim-
sens. ortus solis, etiam prius quam fiat, necessa-
2. In hac difficultate Ocham, Gabriel et eadem ratio erit de tempore '-futuro; ergo pliciter et absolute in eo instanti sumatw
rio erat futurus; gres sus autem hominis non revera nunquam est usus libertS.tis. cum omnibus praerequisitis ad agendum,
alii nominales, In 1, dist. 38, docent vo- ita.
luntatem non esse liberam respecto actus 4. Secundo declaratur a priori, quia auc- revera potest in illo non elicere talem ac-
3. Volumas propriissime libertaiem exer-.
quem iam exercet, pro illomet instanti quo tores prioris sententiae in eo errant quod tum, quae est potestas in sensu diviso, aut
cet in instanti quo operatur.- Haec vero non d{stinguunt prioritatem temporis et na-
iltum exercet, nisi vel quatenus procedit ex in prioritate naturae, quae necessaria et
sententia falsa est, et mihi plane impro- turae, et verum sensum compositum a di- sufficientissima est ad libertatem. Si 'Vero
indifferentia et libertate quam voluntas im- babilis. Quapropter dicendum est volunta-
viso; voluntas ergo in eodem instanti in consideretur iam in illo posteriori naturae
~ .1
:1
1:1 422 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección IX 423

~
instante posterior en orden de naturaleza en el cual ya ha realizado el acto, en-
tonces ya no puede retroceder en ese mismo instante; pero esta necesidad es aquel acto, al menos en cuanto al ejerciCIO. Un argumento igual puede hacerse
sólo -de composición, por una suposición que sigue a la determinación o acción sobre el mérito de Cristo, del cual es más cierto que comenzó desde el primer
de la misma voluntad. instante de su concepción.
( 1
5. Se confirma porque Dios amó a las criarnras libremente desde toda la 6. Por último, cabe elaborar argumentos proporcionales acerca de los hom-
eternidad y, sin embargo, en ningún instante o duración real careció de esa bres, pues, como decía arriba, el hombre puede realizar en el primer inStante
determinación libre, la cual se compara a la voluntad divina de igual manera de su uso de razón un acto libre, tanto bueno -como malo. Además, siempre que
que el acto libre a la nuestra; luego la libertad de la voluntad no se refiere el hombre peca no desmerece o pierde la gracia en el tiempo inmediatamente
sólo al acto posterior en duración real, sino también al acto existente en el mis- anterior al instante en que realiza el acto pecaminoso, como es evidente de suyo;
mo instante, que ciertamente será posterior en naturaleza, si tal acto es verda- porque nadie peca o desmerece por lo que va a hacer, sino por lo que hace,
deramente realizadO y causado por la potencia, o sólo según la razón o el en- como expone ampliamente San Agustín, en su Epístola 107. Luego es preciso
tendimiento, si únicamente se trata de una determinación libre del mismo acto. que, en el mismo instan_te en que se realiza el acto del pecado, sea libre, ya
De lo contrario seria ininteligible el amor libre en Dios, porque ni hubiera ama- que nadie peca verdaderamente sino cuando puede evitar lo que hace o hacer
do libremente desde la eternidad, ya que siempre amó perpetuamente, ni taro~ Jo que omite. Asimismo, hay un argumento semejante cuando el pecador se arre-
poco después del instante de la eternidad, porque mucho menos puede empezar piente; porque no consigue la gracia ni antes ni después del instante de la con-
a amar lo que nunca amó o dejar de amar lo que amó y tal como lo amó desde trición, s.ino en el mismo momento en que realiza la contrición, y sólo en ese
la eternidad. instante se. dispone suficientemente, a pesar de que la disposición debe ser libre,
,,
"' y en el mismo merece la gloria; luego en el mismo y durante el mismo ejerce
Igual argumento puede tomarse de la acción libre que los ángeles realizaron
,,i·J
,\: en el primer instante de su creación, puesto que en dicho instante tuvieron mé~ el acto libre.
;:
rito, según la opinión más verdadera. Y no tiene valor alguno lo que Ockam 7. Se refuta la razón de la sentencia opuesta.- El fundamento de la pri-

~ .l dice de que aquel acto fue meritorio porque dependió del poder de los ángeles mera opinión ya queda rebatido. Porque Aristóteles habla claramente de una ne-
el permanecer o no permanecer en él en el tiempo inmediatamente siguiente, cesidad condicionada y en virtud de hipótesis consiguiente, y en el sentido de
il
1
ya que este poder podía hacer que la continuación de dicho acto fuese merito- la misma debe entenderse Boecio; pues lo que dice de que la salida del sol era
ria y su cesación constituyese la carencia de tal mérito; sin embargo, ello nada necesaria anteriormente no debe entenderse sólO de una prioridad temporal, sino
1,: importaba para el mérito en el primer instante, no sólo porque aquel poder ~o. también de una prioridad de naturaleza o de causa. Más aún, en el tiempo an-
se ejercia en el primer instante -y nosotros no merecemos formalmente t terior era verdad decir que aquel efecto iba a suceder por necesidad, precisa-
el poder libre, sino por su ~jercicio--, sino también porque la cesación de aqu 1 mente porque tiene necesidad en su causa. En cuanto a lo que dicen de que
acto no puede contribuir al mérito y, sin embargo, los ángeles malos, que de~ una misma potencia no puede 3:ctuar y no actuar simultáneamente, es un so-
jaron de realizar aquel acto inmediatamente después del primer instante, a pe- fisma de equivocidad de términos; porque simultáneamente y en un mismo ins~
1.:¡' sar de eso merecieron en el primer instante; luego en dicho instante fue libre tante. se da uno y otro poder, pero no para realizar ambos actos conjuntamen-
'!· te, smo separadamente, esto es, o uno u otro, segón su arbitrio. Por eso aun
cuando ejercite una parte de ese poder, por ejemplo, realizando el act~, sin
in quo iam elicuit actum, iam non potest quod nunquam dilexit, aut desinere quod
pro illo eotlem instanti retrocedere; sed dilexit et prout ex aeternitate dilexit. ldem
haec solum est necessitas compositionis ex argumentum sumi potest ex actione libera illo instanti fuit ille actus liber, saltem quoad cy.rn tamen dispositio debeat esse libera, et
silppositione consequenti determinati.m angelorum, quam in primo instanti suac exercitium. Atque idem argumentum fieri in ·eodem meretur gloria m; ergo in eodem
seu actionem ipsius ·voluntatis. creationis habuerunt, cum in illo habuerint potest de merito Christi~ de quo certius est et pro eodem exercet actum liberum.
5. Et con:firmatur, nam Deus ex aeter- meritum iuxta veriorem sententiam. Neque incepisse a primo instanti conceptionis suae. 7. Ratio contrariae sententiae destrui~
nitate libere dilexit creaturas, et tamen pro es!: ullius momenti quod Ocham signi:ficat, 6; Tandem possunt fieri proportionalia tur.- Fundamentum prioris sententiae iam
nullo instanti vel reali duratione caruit illa actum illum fuisse meritorium quia fuit in argumenta in hominibus, nam, ut supra di~ solutum est. Aristoteles enim ciare loquitur
determinatione libera, quae ita comparatur potestate angeli in illo durare vel non du- -cebam, horno potest in primo instanti usus de necessitate conditionata et ex hypothesi
ad divinam voluntatem sicut actus liber ad rare tempore immediate sequenti; haec enim rationis habere actum liberum, tum bonum, consequenti, et de eadem intelligendus est
nostram; ergo libertas voluntatis non est potestas noterat conferre ut continuarlo il- turn etiam malum. ltem, quoties horno pec- Boetius; nam quod ait ortum solis prius
tantum res ectu actus osterioris duratione lius actuS esset meritoria e tio __esset -cat, non demeretur vel amittit gratiam ~n fuisse necessarium, non solum est intelligen-
reali, sed etiam respectu actus existentis in carentia talis meriti I; tamen ad meritum immediato ante instans in quo exer- dum de prioritate temporis, sed etiam de
eodem instanti, posterioris quidem natura, in primo instanti nihil id conferebat, tum cet actum peccaminosum, ut est per se evi- prioritate naturae seu causae. Immo, ideo in
si talis actus sit vere elidtus et causatus a quia illa potestas non exercebatur in primo dens; nemo enim peccat aut demeretur in priori tempore verum fuit dicere effectum
potentia, vel solum secundum rationem aut instanti, nos autem non meremur formali- eo quod facturus est, sed in eo quod facit, illum ex necessitate futurum, quia in sua
íntellectum, si solum sit determinatio libera ter per potestatem liberam, sed per usum ut late Augustinus, epist. 107. Ergo neces- causa habet necessitatem. Quod vero aiunt,
eiusdem actus. Alias non posset intelligi in eius; tum etiam quía cessatio ab illo actu se est ut in eodem instanti in quo actus non posse earndem potentiam simul effi-
Deo dilectio libera, quía neque ex aeterni- non potest conferre ad meritum, et tamen peccati exercetur, sit Iiber; quia nemo vere cere et non efficere, sophisrila est consistens
tate libere dilexisset, quia semper perpetuo ange1í mali, qui immediate post primum peccat nisi tune quando potest vitare quod in vocum aequivocatione; utraque enim
dilexit, neque post instans aeternitatis, quia instans cessaverunt ab illo actu, nihilomi- facit vel facere quod omittit. ltem, est si~ potestas simul est in eodem instanti, non
multo minus potest aut incipere diligere nus in primo instanti meruerunt; ergo pro mile argumentum quando peccator conte- tamen ad exercendwn utrumque actum con~
ritur; ille enim non consequitur gratiam iunctim, sed divisim, id est, vel unum vel
·ante nec post instans contritionis, sed in alium pro suo arbitrio. Unde_, licet alteram
I La palabra medii de otras ediciones creemos que carece de sentido. (N. de los EE.) ipsomet momento in quo contritionem elicit, partem potestatis excerceat~ verbi gratia, eli-
et in eodem tantum se disponit sufficienter, ciendo actum, potestatem tamen retinet ad
Dis¡mtacián XIX.-Sección X 425
424 Disputaciones metafísicas

embargo conserva el poder para lo opuesto, y podría ejercerlo en el mismo ins- SECCION X
tante, no ciestamente en simultaneidad con el otro acto ni entrando en compo-
sición con él, sino de manera absoluta. SI LA CONTINGENCIA DE LOS EFECTOS DEL UNIVERSO PROCEDE. DE LA LIBERTAD
DE LAS CAUSAS EFICIENTES, O PUEDE DARSE SIN ELLA
8. El acto de la voluntad no dura necesariamente algún tiempo.- No obs-
tante, añade Gregario, en el lugar antes citado, que, en el supue·sto de que la l. Un acto se dice contingente en doble sentido.- Para que no encierre
voluntad haya realizado un acto, no puede abandonarlo, no sólo en el mismO. ambigüedad el término «contingencia», es necesario advertir que puede decirse
instante, sino ni siquiera en el tiempo inmediatamente siguiente; porque piensa en doble sentido que un efeCto es contingente: de una manera, porque se hace
que es contradictorio que un acto cese en el mismo instante en que comienza casualmente y fuera de la intención del agente; en este sentido, se toma muy
1 a existir. Pero este parecer no tiene fundamento ni en teología ni en filosofía; estricta y rigurosamente la palabra «contingencia»; pero ahora no hablamos
1 en efecto, no es contradictorio que una cosa que se realiza dure sólo un in~­ así, ya que del efecto casual trataremos en la última sección de la presente dis-
i tante, ya que un mismo instante puede constituir el primero y el último ser de putación. De otra manera se toma «contingente» en cuanto significa algo in-
la Cosa; pues ¿qué contradicción hay en esto? Responde que es contradictorio termedio entre lo necesario y lo imposible, al modo como dicen los dialécticos
que lo contingente incluye a un mismo tiempo lo que es posible que exista y
que una cosa comience y cese simultáneamente. Ahora bien, si el comienzo se
lo que es posible que no exista; con esta significación se toma ahora, y parece
realiza en un instante intrínseco y la cesación en un instante extrínseco a la que así lo consideró también Aristóteles, en 1 De interpret., c. último, donde
misma cesación o intrínseco a la misma existencia, no hay contradicción alguna, trata de los futuros contingentes.
ya que no se sigue que la cosa eXista y no exista simultáneamente, sino que 2. En segundo lugar, debe advertirse que un efecto puede compararse, ya
-sólo se sigue que la cosa existe de tal manera que ni existía inmediatamente a su causa próxima sólo según su virtud intrínseca, ya a la misma causa en
antes ni ha de existir inmediatamente después; de igual modo que un mismo cuanto unida al concurso u oposición de otras causas, que en todo el orden del
instante tiene existencia, y en él podría :Óios crear a un ángel y no conservarlo universo pueden oponérsele o concurrir con ella; entre esas causas podemos in-
más; luego por, esta razón no hay ninguna necesidad de continuar el acto libre~ a
cluir, bien la causa primera, bien sólo la serie y orden de las causas segundas.
Pero tampoco por otra, pues los ángeles malos, según es probable, sólo perma- Y en este último sentido hablamos ahora, porque suponemos que, en orden a
necieron un instante en sus actos buenos; y el qUe peca no está obligado por · la causa primera, no hay ningún efecto del universo que suceda por necesidad
ninguna necesidad a perseverar en la acción de pecar, pues de lo contrario el absoluta, ya que todos dependeq de su concurso, que ella puéde negar según
hombre, en esta vida, podría pecar por necesidad durante algún tiempo y no su libertad; por eso, en orden a ella, no hay ninguna cosa tan necesaria o nin-
gún efecto poseedor· de una causa que obre tan necesariamente que p.o pueda
desistir de pecar, lo cual es completamente absurdo. Por el contrario, quien co-
ser y no ser y, en este sentido, sea contingente. Ahora bien, aun cuando Dios
menzó a merecer, persevera libremente en el mérito, ya que de otra manera nada: obre libremente, suponemos que está preparado para concurrir con las causas se-
merecería por su perseverancia en la buena obra; pero esta cuestión es amplia- gundas y que presta su concurso por una ley establecida; por eso consideramos
mente disentida por los teólogos. la contingencia o necesidad de los efectos naturales, en orden a las causas segun-

SECTIO X sam proximam tantum secundum virtutem


oppositum, quam posset in eodem inst:Lti seu intrinsecum ipsi existentiae, nulla est .AN EX LIBERTATE CAUSARUM EFFICIENTIUM intrinsecam eius, vel ad eamdem ut con-
exercere, non quidem simul cum alio actu repugnantia, quia non sequitur quod res sit ORIATUR CONTINGENTIA IN EFFECTIBUS UNI- iunctam concursui vel oppositioni aliarum
nec faciendo compositionem cum illo, sed simul et non sit, sed solum sequitur quod' VERSI, VEL SINE ILLA ESSE POSSIT causarum, quae in toto ordine universi i1li
absolute. ita sit, ut neque immediate antea fuerit, occu.rrere vel cum il1a concurrere possunt;
8. Actus voluntatis non necessario per neque immediate post futura sit; quoinodo· l. Dupliciter aliquis actus dicitur contin- in quibus possumus vel primam causam
aliquod tempus durat.- Addit tamen Gre- gens.- Ut non sit ambiguitas in voce con- comprehendere, vel tantum seriem et ordi-
ipsum instans habet esse, et in eo posset . nem causa.rum secundarum. Atque hoc pos-
garios supra, facta suppositione quod vo- tingentiae, oportet advertere dupliciter pos-
Deos creare angelum et non conservare am- se dici effectum contingentem : .uno modo, teriori modo nunc loquimur; supponimus
luntas elicuit actum, non solum non posse
plius; ergo ex hac parte. nulla est necessi- quia casu et praeter intentionem agentis fit; enim in ordine ad primam causam nullum
pro eodem instanti illum verum
vero- quo sensu valde stricte et rigorose sumitur effectum universi ex absoluta necessitate
ex nam ut est probabile, vox contingentiae; nunc autem non ita Io- evenire, quia omnes pendem ex concu.rsu
. r~pugnar_e ~ct;um in
eodem instanu m quo mcmlt esse. Sed ne- per unum tantum instans durarunt in bonis quimur, nam de effectu casuali dicemus eius, quem ipsa pro sua libertate negare
que in theologia neque in i)hilosophia habet actibus; et qui peccat, nulla necessitate co-· sect. ult. huius disputationis. Alio ergo mo- potest; et ideo in ordine ad illam nulla est
haec sententia fundamentum. Non enim re- gitur perseverare peccando, alias posset ho- do sumitur contingens ut dicit quoddam res tam necessaria nullusve effectus habens
pugnat rem quae fit pro unico tantum in:. rno in hac vita pro aliquo tempore ex ne-· medium inter necessarium et impossibile, causam tam ·necessario ag'entem, qlÍi non
stanti durare; nam potest idem instans esse cessitate peccare et non desistere a peccan-· quomodo a dialecticis dicitur contingem possit esse et non es se, et in hoc sensu sit
primum et ultimum es se rei; qua e est enim do, quod absurdissimum est. Et e contrario· complecti simul possibile esse et possibile contingens. Nunc autem, etsi Deos agat li-
in hoc repugnancia? Respondet repugnare qui coepit mereri, libere perseverat in me- non es se; et in hac significatione sumitur bere, supponimus esse pa.ratum ad concur-
quod res simul incioiat et desinat. Sed si rito; alias nihil in ea perseverantia boní in praesenti, et sic etiam sumptum videtur rendum cum causis secundis, et definita lege
inceptio fit per instañs intrinsecum, desitio operis mereretur; sed haec res Jatius a: ab Aristotele, 1 de lnterpret., c. ole., ubi de praebere suum concu.rsum; et ideo contin-
vero per· instans extrinsecum ipsi desitioni theologis disputatur. funuis contingentibus disputat. gentiam vel necessitatem effeCtuum natura-
2. Secundo est observandum effecturn Hum ita consideramos in ordine ad causas
aliquem comparari poSSf;" vel ad suam cau- secundas ac si a prima non penderent vei
426 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección X 427

das, de igual manera que si no dependiesen de la primera, o que si la primera ción natural de la causa. En este sentido, los filósofos admiten correctamente la
no pudiese negar su ·concurso ni impedir o cambiar las acciones de estas causas. contingencia en los efectos de las causas naturales, porque es contingente el efec-
Porque los milagros que Dios puede hacer en esto no los tiene en cuenta la to que puede ser producido y no producido por su causa; pero, en absoluto,
filosofía, aunque tampoco los niega si son verdaderos, sino que dice que son este efecto puede ser producido y no producido por su causa, ya provenga esto
excepciones de la regla general, las cuales no le competen. ' de la virtud, ya de la falta de virtud, por los posibles impedimentos; lu!'go.
4. Efecto contingente intrínsecamente y extrínsecamente.- Sin embargo,
Solución de la cuestión para mayor claridad, de aqui se distingue acertadamente un doble efecto con-
tingente: intrínsecamente o sólo extrínsecamente. En el primer sentido se llama
3. S~ntado esto; la solución de la presente cuestión es facilísima; por ello efecto intrínsecamente contingente porque procede de una causa que por su in-
debe .dectrse, en pnmer lug~r, que en orden a la causa próxima que obra por trínseca virtud y facultad puede dar contiogencia al efecto. N o porque esta con-
·¡ necesidad natural, no hay nmgún efecto contiogente por la virtud iotrínseca de tingencia sea alguna vez un modo intrinseco inherente al mismo efecto, pues
tal causa, aunque puede ser contingente por imperfección o defecto de dicha no es más que una denomioación tomada del poder y modo de obrar de su
causa, que puede .qu"'<lar impedida en virtud del concurso o de la oposición de
causa, sino porque tal denominación proviene de la sola virtud y perfección
otra ca_usa. La prrmera parte de esta afirmación es clara, pues si la causa está
intrínseca de la causa propia. Esta contingencia sólo se da en orden a la causa
determinada J?Ot su. naturaleza a una sola cosa, debe ser tan poderosa para obrar
que por su. vrrtud ~trínse~a no pueda dejar de obrar; luego, por esta razón, el libre. En el segundo sentido, es decir, extrínsecamente, se llama contingente el
efecto no tiene contmgencm, sino necesidad. En consecuencia si se atiende a la efecto cuando la carencia de necesidad que hay en él sólo deriva de los impe-
sola ~irtud iotrí~seca de la causa y a su modo natural de ~brar, no se podrá dimentos extrinsecos. Con esto se comprende también que semejante contingen-
c.olegrr ,de ~hí m qu~ el efect~ no ha de. ~roducirse ni que puede no existir, cia no depende de la libertad de alguna causa, ni siquiera de la primera, ya
smo mas b1en que tlene nece~1dad ~e extstlr desde ese punto de vista; luego que únicamente consiste en la referencia a la causa próxima, que puede quedar
el _ef:cto no puede tener conttngenc1a por razón de este respecto a tal causa. impedida; y esta referencia es la misma, tanto si intervienen como si no inter-
~surnsmo, la otra parte de la conclusión es también igualmente verdadera y fá- vienen causas libres, e incluso ·aunque Dios obrase por necesidad natural, con
cil; porque, a:un; cuando la_ causa próxima obrt de manera necesaria, es impo- tal de que hubiese producido las mismas causas naturales que ahora existen.
tente para res1s~ a cu:Uqwe_r causa contraria que se le oponga, o para vencer S. Excluídas las causas libres, en toda la serie y colección de las demás no
Y superar cu~qmer resistencia que pueda ofrecerle otra causa; luego por esta hay ningún efecto contingente.- Afirmo en segundo lugar: el efecto que es
r~zón es pos!ble que no se produzca un efecto que, por otra parte, se produ- contingente respecto de la causa próxinia que obra de manera· natural, si se
crría nec~s~ria?'ente en cuanto depende de la virtud y modo de obrar de la compara a todo el orden y serie de causas del universo, y entre estas causas no
causa proXl.IDa; l"';lego tal efecto es contingente, no por la virtud, sino más bien hay ninguna que obre libremente, al menos en cuanto aplica otras causas o
P.o~, la falta de vutud de su causa, juntamente con el posible concurso u opo- aparta impedimentos, no tiene contingencia, sino necesidad. Esta afirmación se
SlCIO~, de otras c~usas; en ellas incluimos no sólo las causas eficientes, si . 0 toma de Santo Tomás, 1 cont. Gent., c. 67, razón 3.a., donde dice: Así como
:¡ tambien las materiales y las que de cualquier manera resisten o impiden la a \ de una causa necesaria se sigue el efecto de manera infalible, así también se
1
'i ac si prima non posset suurn concursum lam virtutem intrinsecam causae et ad na- Atque hoc modo recte admittunt philosophi -;i¡'- extrinsece dicitur effectus contingens quan-
1. negare aut actiones harum causarum im- turalem modum agendi eius, non poterit contingentiam in effectibus causarum natu- do carentia necessitatis quae in illo est solum
.pedire aut immutare. Nam miracula quae inde colligere aut effectum non esse futu- ralium; quia contingens effectus est qui a est ab extrinsecis impedimentis. Ex quo
m hoc Deus facere potest, philosophia non rum, aut poss.e non esse, sed potius habere sua causa potest fieri et non fieri; sed hic etiam intelligitur huiusmodi contingentiam
j' considerat, neque etiam negat si vera sint effectus absolute potest fieri e:t non fieri a non pendere ex libertate alicuius causae,
P-ecessitatem essendi, quantum est ex eo
sed dicit esse excepciones a generali regula' causa sua~ sive id proveniat ex virtute sive etiam primae, quia solum consistit in ha-
1

capite; ergo effectus non potest habere con-


quae ad ipsarn non pertinent. ' tingentiam ex hac habitudine ad huiusmodi ex defectu virtutis, ex impedimentis possi- bitudine ad causam proximarn, quae impe-
caus.am_. Nihilominus altera etiam pars con- bilibus; ergo. diri potest; quae habitudo eadem est, sive
Quaestionis resolutio 4. Contingens effectus et intrinsece et· liberae causae interveniant sive non, immo
duslOms vera est et facilis; nam licet
3. facillima est praesentis causa necessario impotens est extrinsece.- Hinc tamen maioris claritatis etiamsi Deus ageret ex necessitate naturae,
et ideo dicendum est ad _sibi__ ,____-~,;;;:;_:recte distinguitur duplex effectus con-. dummodo easdem naturales causas produ-
ope- et superan- scilicet vel intrinsece vel tantwn xisset quae nunc sunt.
rantem ex necessitate naturae nullum esse dam omnem resistentiam quae ab alia causa ex,triJlSe,ce Priori modo dicitur efíectus ab S. Seclusis causis liberis, in tota serie et
effectum contingentem per intrinsecam Vir- fieri potest; ergo ex hoc capite contingere intrinseco contingens quia manat a causa collectione aliarttm nullus est effectus con-
tutem talis causae; esse tamen posse con- potest ut non eveniat effeCtus qui aliunde quae ex intrinseca vi et potestate potest dare .tingens.- Dico secundo: effectus qui est
tingentem ex irnperfectione vel defectu talis necessario eveniret quantum est ex virtute contingentiam effectui. Non quod haec con- contingens respecto causae proximae natu-
causae, quae impedlri potest ex concursu et modo agendi :proximae causae; ergo talis tingentia aliquando sit modus intrinsecus raliter operantis~ si comparetur ad totum
vel. opposiri?n~ alterius causae. Prior pars effectus est contmgens, non ex virtute sed inhaerens ipsi effectui; nihil enim est aliud ordinem ac seriem causarum universi, et
hwus assertwms clara est, nam si causa est potius ex defectu virtutis suae causae' ad- quam denominatio sumpta ex potestate et in his causis nulla interceda! libere agens,
natura sua determinata ad unum, ergo ita i~cto possibili concursu vel oppositione modo agendi suae causa::; sed quod talis de- saltem ut applicans alias causas vel remo-
est potens ad agendum ut ex intrinseca sua al.larum causarum; sub quibus comprehen- nominarlo a sola intrinseca virtute et perfec- vens impedimenta, non habet contingentiam,
virtute non possit non age're; ergo effectus drmus non solum efficientes causas sed tione propriae causae proveniat. Et haec sed necessitatem. Haec sumitur ex D.
ex ha: parte non habet contingentiam, sed etiam materiales et quovis modo resis~entes contingencia tantum est .in ordine ad cau- Thom.~ 1 con t. Gent., c. 67, rat. 3, ubi ait:
necess1tatem. Unde si quis !·espiciat ad so- seu impedientes naturalem actioneq¡ causae. sam liberam. Posteriori autem modo seu Sicut ex causa necessaria sequitur effectus
428 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección X 429

sigue de una causa contingente completa, si no está impedida. En dicho lugar .Con respecto a muchas causas, y sólo poseen infalibilidad y necesidad con res-
advierte muy bien el ;Ferrariense que ello debe entenderse de los efectos de las pecto a todas conjuntamente. Porque es C..ificilísimo, al menos para los hombres
causas naturales. Se toma también de Durando, In I, dist. 38, q. 3;. Escoto, --;-por omitir a los ángeles-, conocer todas estas causas, no sólo porque algunas
In I, dist. 1, q. 1; dist. 8, q. 2, y dist. 39; pero la expuso más claramente '.están alejadisimas de los sentidos y muy ocultas, como los astros o sus virtudes,
Gabriel, In 1, dist. 38, q. única, a. l. Se demuestra, porque si todas las causas -sino también porque constituyen una gran multitud y sus convergencias y opo-
de cualquier orden que concurren al efecto y pueden promover o impedir su siciones son diferentes y múltiples, y, finalmente, porque estas causas no obran
producción obran por necesidad, entonces con la misma necesidad se seguirá :Sin la materia, cuya disposición es también variable y muchas veces descono-
un efecto tal cual puede seguirse de todas esas causas así dispuestas y aplica- cida; por eso es muy trabajoso comparar entre sí y observar todas estas cosas
das. Se explica, porque así como una causa narural próxima no impedida y de tal manera que de ellas pueda conocerse previamente algún hecho futuro en
que tiene materia apta suficientemente aplicada produce ·de manera necesaria el particular con conjetura bastante probable, y mucho menos con certeza infali-
efecto proporcionado, así también, si la misma causa está totalme:rte impedida,. ble. Consúltese sobre este punto Benito Pererio, lib. II In Gen., c. 2 y 3.
con igual necesidad no obrará nada, o si no está del todo, sino sólo en parte 8. De cualquier modo que intervenga la causa libre en la serie de las cau-
impedida, con igual necesidad producirá un efecto imperfecto o monstruoso; .sas naturales, el efecto puede ser contingente.- En tercer lugar, afirmo: si para
luego si todas las causas, tanto las agentes como las impedientes, concurren de un efecto cualquiera, incluso de las causas naturales, concurre una causa libre,
esa manera en virtud del solo curso natural y necesario, y cada una de ellas ya sea como ~ausa per se, ya como causa per accidens, aplicando el agente o· la
cbra también con necesidad a su manera, en el sentido de que la impediente materia, o bien apartando un impedimento, ello basta para que el efecto sea
impide necesariamente, y la que aplica la materia lo hace también necesaria- en absoluto contingente, aun cuando se compare a todo el conjunto y serie de
mente, y asi las demás, entonces tal efecto, considerado en orden a toda la se- las causas. Se prueba porque es efecto contingente aquel que puede existir y
rie y cole~ción de dichas causas, no tiene contingencia, sino necesidad. no existir en virtud de su causa; pero semejante efecto, comparado a toda la
6. Y en esta conclusión no encuentro motivo de duda, ya que toda esta colección de sus causas, puede en absoluto existir o no existir por el solo hecho
necesidad se entiende subordinada a la voluntad divina, como supusimos al prin- de que entre esas causas interviene alguna libre, en virtud de cuyo arbitrio
cipio, y con respecto a ella cualquiera de estos efectos tiene contingencia, o sea,. puede acontecer, bien que la materia no se halle dispuesta para tal efecto, bien
posibilidad de no suceder; empero, también en esto interviene la libertad di- q"?-e la causa próxima y per se esté ausente, bien q?e se interponga otro impe-
vina. Así, es absolutamente verdadero e indudable que, con respecto a todo el dimento semeJante, lo cual basta para que no se siga el efecto. Así, si un la-
orden o colección de las causas agentes, no puede haber ninguna contingencia brador no ara la tierra, cosa para la cual es libre, queda impedido el fruto na-
en los efectos, a no ser que en ese conjunto de causas intervenga alguna causa tural aunque se den las lluvias convenientes y concurran todas las demás cau-
libre. sas; y la misma razón vale para cualquier otro efecto que exija algún concurso
7. Con estas dos afirmaciones se entiende en seguida cuán difícil es cono- de una causa libre sin el cual no pueda producirse.
cer previamente con certeza estos efectos contingentes futuros, incluso mera- 9. Diferencia entre los efectos naturales y los contingentes no libres.- De
mente naturales, que tienen contingencia con -respecto a una u otra, o también aquí cabe inferir la diferencia entre estos efectos contingentes, a los que en cier-

' certitudinaliter, ita ex causa contingente etiam cum necessitate operantur suo modo, rium causarum habent contingentiam, et so- agens vel materiam, aut removens prohi-
1 i, completa, si non impediatur. Ubi recte Fer- id est, quae impedit, necessario impedit, et Ium habent infallibilitatem ac necessitatem bens, id satis est ut ~ffectus sit simpliciter
!'. rar. advertit intelligendum id esse de effec- quae materiam applicat, necessario, et sic respecto omnium simul. Est enim difficilli- contingens, etiamsi ad totam collectionem et
tibus causarum naturalium. Sumitur etiam de aliis; ergo talis effectus consideratus in mum, saltem hominibus, ut angelos prae- seriem causarum comparetur. Probatur, nam
ex Durando, In I, dist. 38, q. 3; et Scoto, ordine ad totam seriem et collectionem ta- termittamus, omnes huiusmodi causas ·co- effectus contingens est qui potest esse et
In I, dist. 1, q. 1; dist. 8, q. 2, et dist. 39; lium causarum, non habet contingentiam, gnoscere, tum quia quaedam sunt a sensibus non esse ex vi suae causae; sed huiusmodi
1 sed clarius eam proposuit Gabriel, In I, sed necessitatem. remotissimae et valde occultae, ut sunt astra effectus, comparatus ad totam collectionem
dist. 38, q. unic., a. J. Et probatur, quia 6. Neque in hac conclusione invenio ra- se u virtutes eorum; tum etiam quod in suarum causarum potest simpliciter esse et
si omnes causae quae in omni genere ad tionem dubitandi, nam teta haec necessitas magna sint multitudine, et earum concur- non esse, vel ex eo so1um, quod inter illas
effectum concurrunt et illius productionem ~t~~i~~~icsubordinata voluntati divinae, ut sos et oppositiones variae sint et multipli- causas aliqua libera intervenit, ex cuius ar-
prom~vere agun~·t~~TI~~i~~~~~~~~e~t~r~e~s~p~ec:it~uf~ill~it~u~s
ces; tum denique · quod hae causae non bitrio accidere potest ut vel materia non
vel vel impedire possunt, agunt absque materia, cuius dispositio etiam sü ~sposita ad talem effectum, vel causa
sequetur Ü est, escva:ria et saepe ignota; et ideo valde ope- proxrma et per se absit, aut aliud simile
causis sic dispositis et applicatis sequi pot- tamen in hoc ioso intercedit etiam libertas rosum est haec omnia ita inter se conferre impedimentum interveniat, quod satis est ut
est. Et declaratur, nam sicut naturalis cau- divina. Et ita simpliciter et absque dubita- et observare ut ex eis possit aliquid futurum effectm non sequatur. Ut si agricola non
sa proxima non impedita et habens ma- tiene verum est, resoectu totius ordinis seu in particulari praecognosci satis probabili aret terram! quod illi liberum est, impedi-
teriam aptam sufficienter applicatam neces- colleciionis causarurñ agentium, nullam pos- coníecturaJ nedum infallibili certitudine. Le- tur naturalis fructus, etiamsi sint pluviae
sario prOducit proportionatum effectum, ita se esse contingentiam in effecübus, nisi in gatur de hac re Benedictus Pererius, lib. 11 congruentes et omnes aliae causae concur-
si eadem causa sit omnino impedita, eadem · illa collectione causarum aliqua causa libera In Gen., c. 2 et 3. ra.nt; eademque ratio est de quocumque
necessitate nihil ooerabitur, vel si non om- interveniat. 8. Quovis modo causa libera intercedat aho effectu postulante aliquem concursum
nino, sed ex parte impedita sit, eadem ne- 7. Atque ex his duabus assertionibus in naturaliurit. causarum serie, effectus esse causae liberae sine quo esse non possit.
cessitate faciet imperfectum vel monstruosum obiter imelligitur quam sit difficile cum cer- potest contingens.- Dico tertio: si ad ef- 9. Discrimen inter naturales effectus et
effectum; ergo si causae omnes tam a gen- ritudine praecognoscere hos effectus contin- fectum quemlibet, etiam naturalium causa- contingentes non liberos.- Atque bine col-
tes quam impedientes ex solo naturali ac gentes futuros, etiam mere naturales, qui tum, causa libera concurrat, sive ut caus'l ligere licet differentiam inter hes effectus
necessario cursu ita conveniunt, et singulae respecto unius vel alterius, vel etiam plu- . per se sive ut causa per accidens, applicans contingentes, quos lato quodam modo li-
430 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección X 431
to sentido amplio podemos llamar libres, y los anteriores naturales : porque és- 11. La verdad determinada de los futuros contingentes.- Pero esta dificul-
tos sólo son contingentes relativamente con respecto a una p varias causas, pero tad exige una investigación más profunda y extensa, de la que se ócupan los
no con respecto a todas consideradas colectivamente; en cambio, aquéllos, es dt:- teólogos, In 1, dist. 38, y en I, q. 14, a. 13. Ahora se responde brevemente que
cir, los libres, son absolutamente contingentes, ya se comparen a cada una de la determinación de la verdad en una proposición de futuro contingente no debe
las causas, ya a todas tomadas simultáneamente. De donde resulta también que tomarS<; del he~ho de qu~ la causa de la cual ha de provenir tal efecto esté ya
estos efectos libres pueden conocerse de antemano en sus causas muc)Jl menos determmada a él en su virtUd y facultad desde aquel tiempo o instante a partir
que aquéllos. Porque el efecto natural, aunque formalmente --en cuanto contin- del cual ya es. verdad decir que ese efecto ha de ser, sino del solo hecho de que
gente- no pueda conocerse en su causa como ciertamente futuro, es decir, en alguna vez dtcha causa, en su acción, haya de estar determinada a un efecto
la_ sola causa próxima considerada en sí misma, puede, empero, conocerse en libre, pues esto es }o ~nico que se enuncia mediante aquella proposición, no
la colección y comparación de todas las causas, ya que entonces no se conoce que la causa, por st mtsma y por su virtud, esté ya determinada a tal efecto.
como contingente, sino como necesario; en cambio, el efecto absolutamente con- Por eso es compatible con la absoluta contingencia de estos efectos la determi-
tingente no puede conocerse de antemano con certeza como futuro ni en una !!ada verdad o falsedad de aquellas proposiciones en las que se enuncia que aqué-
ni en todas las causas al mismo tiempo, ya que desde ambos puntos de vista es llos ~an de suceder, ya que esta verdad determirlada no repugna a la contin-
absolutamente contingente y, por tanto, en virtud de las causas, indeterminado .gencta en mayor medid~ que en una pr?posición de presente. Porque, au..f\ cuan-
e indiferente para existir y para no existir; por ello, a no ser que se conozca do el efecto pueda realiZarse y no realizarse, de lo cual le viene el ser contin-
por otra parte la suficiente determinación libre de la causa para determinar el gente, no obstante; de hecho ocurrirá determinadamente una de las dos cosas
efecto, de ninguna manera puede conocerse previamente con certeza en virtud y de ahí le viene el ser futuro contingente determinadamente. Y creemos qu~
de las causas. en esto Aristóteles se engañó y habló contra los principios de nuestra fe aun-
10. Aquí se presentaba de inmediato ocasión de tratar acerca de la pres- que no falten. católicos que se esfuercen en int~rpr~tarlo y defenderlo. D~ aquí
ciencia y la predicción de estos efectos contingentes en cuanto son futuros; por- resulta, adem~s, que no es totalmente contradtctono que estos efectos libres,
que si antes de realizarse no tienen en sus causas una cJ:eterminación para exis- antes de realizarse, puedan conoc~rse previamente de manera cierta al menos
tir o para no existir, entonces no puede haber ninguna verdad determinada en con aq~ella cie~cia que, por su infinitud, comprende e intuye tod~ verdad y
las. proposiciones en que se enuncia como futura una de las dos cosas; parece todo objeto esctble ·tal como es; y en esto cometió un error más craso Cicerón
claro que esto lo concedió consecuentemente Aristóteles, e incluso que lo demos- al negar a Dios la presciencia de todos los futuros. Pues aquella ciencia 110
tró ex professo en el lib. 1 De intrepret., c. 8. Pero de aquí se sigue, además, destruye esta contingencia, no sólo porque no inmuta ni altera (por así decirlo)
su obJeto . -ya que, de . lo contrario,_ ~e haría fal~a a sí. misma si, sabiendo que
que ninguna de las dos partes, ni la que afirma ni la que niega que semejante el. ef~cto tba a ser contmgente, lo htctese necesano-, stno también porque esta
efecto ha de suceder, puede ser conocida de antemano como determinada- ctencta de los futuros, en cuanto tal, no es causa de los mismos sino mera
mente verdadera, ni siquiera por Dios; porque lo que no es verdadero no es intuición; pero de esto se trata en otro lugar. '
escible; luego lo que no es determinadamente verdadero tampoco puede sa- . 12. O~ras dos dificultades quedaban en torno a la última conclusión. La
berse como determinadameilte verdadero. Y en este sentida lo concedió Cice- prunera, Sl la sola libertad de la causa segunda es suficiente para la indicada
rón, lib. De fato et divinal., según refirió San Agustín, V De Civitate Dei, c. 9.
11. Futurorum contingentium veritas de- habet quod sit contingens, tamen de facto
beros appeUare possumus, et priores natu- scatur libera determinatio causae sufficiens terminata.- Sed haec difficultas altiorem et alterum determinate accidet, e.t inde habet
rales : quod hi tantum secundum quid sunt ad determinandum effectum, nullo modo fusiorem disputationem postulat, de qua quod sit futurum contingens determinaté.
contingentes respecto unius vel pluriUm potest ex vi causarum certo praecognosci. theologi, In 1, dist. 38, et 1, q. 14, a. 13. Et in hoc putamus Aristotelem deceptum
causarum, non tamen respecto omnium col- 10. Hic vero statim offerebat sese occa- Nunc breviter respondetur determinationem fuisse et contra principia nostrae :fidei lo-
]ective sumptarum; illi vero, scilicet liberi, sio disputandi de praescientia et praedic- veritatis in propositione de futuro contin- cutum, quamvis non desint catholici qui il-
sunt simpliciter contingentes, sive ad sin- tione horum effectuum contingentium qua- genti non esse sumendam ex eo quod cau- lum interpretad ac defendere conentur. Hinc
gulas, sive ad omnes causas suas simul tenus futuri sunt; nam si antequam fiant sa a qua proventurus est talis effectus sit vero ulterius fit non omnino repugnare ut
sumptas comparentur. Ex quo e tia m fit ut non habent in causis suis determinationem iam determinata ad illum in sua virtute et hi effectus )iberi, antequam :fiant, certo
hi effectus liberi multo minus possint prae- ad esse vel ad non ergo nulla facultate ah eo tempere vel instanti ex quo praesciri possint, ea s3.Item scientia quae
in causis illi. Nam effectus determinata verum est d.icere illum effectum esse futu- propter suam in:finitatem omnem veritatem
-rum, sed ex eo solum quod aliquando talis omneque obiectum sdbile comprehend.it ac
non posslt m causa cognosci ut certo futu- tur; quod plane videtur consequenter con- causa in accione sua determinanda sit ad intuetur eo modo quo est; in quo turpius
ros, id est, in sola causa proxima in se cessisse Aristoteles, immo et ex professo liberum effectum, nam hoc solum enuntia- erravit Cicero negans Deo praescientiam
considerata, tamen in collectione et colla- probasse lib. 1 de lnterp., c. 8. -Ex hoc au- tur per illam propositionem, et non quod omnium futurorum. Neque enim illa scien-
tiene causarun;t omnium cognosci potest, tem ulterius sequitur neutram partero, af- causa, ex se et ex sua virtute sit iam de- tia hanc contingentiam destruit, tum quia
quia iam non ut contingens, sed u~ neces- firmantem vel negantem huiusmodi effec- terminata ad talem effectum: Quapropter non immutat seu alterat (ut ita dicam) suum
sarius cognoscitur; at vero effectus sim- tum esse futurum, posse praesciri u~ deter- cum absoluta contingentia horum effectuum obiectum, alias seipsam redderet falsam, si
pliciter contingens neque in una neque in minate veram, etiam a Deo; nam quod non stare potest determinata veritas vel falsitas sciendo effectum fore contingentem faceret
omnibus causis simul certo praecognosci est verum, non est scibile; ergo quod non earum propositionum in quibus illi futuri necessarium; tum etiam quia haec scientia
potest ut futuros, quia uttoque respecto est est determinate verum non potest etiam esse enuntiantur, quia haec veritas deter- futurorum ut sic non est causa eorum, sed
simpliciter contingens, atque adeo ex vi cau- sciri ut determinate verum. Atque ita id minata non repugnat contingentiae magis pura intuirlo; sed de bis alias.
sarum indeterminatus et indifferens ad esse concessit Cicero, lib. de Fato et Divinat.~ quam in propositione de praesenti. Quia li- 12. Aliae duáe difficultates supererant
et non es se; et ideo, nisi aliunde cogno- uc Augustin. retulit, V de Civit., c. 9. cet effectus possit :fieri et non :fieri, ex quo circa ultimam conclusionem. Prima est an
432 Disputaciones metafísicas
Disputación XIX.-Sección XI 433
contingencia, incluso si por un imposible no hubiese libertad en _la causa pri-
en sentido absoluto, su razón inmediata se encuentra en Ja libertad de la causa
mera; ésta ya Se ha tratado arriba; porque tanto d~ pre~ntar ·s1 con aquella
próxima y en algún ejercicio de ella, como se ha explicado; pero su raíz pri-
hipótesis puede haber lugar en absolut~ ~ar~ la contmgenc1a ?e los efectos .n~­ mordial es la libertad de la causa primera, del modo que se ha expuesto más
turales corno preguntar si, con dicha !J!potes~s, ~u~de. ~aber hber~ad y ¡¡erc1c1o arriba, en la sec. 5.
de la libertad en la criatura. Porque SI hubiese e¡erc1c10 de la hberta<t;" habría
también contingencia absolutamente, mientras que sin él no !a habría; p~r ello
debe aplicarse aquf la respuesta antes dada. La segunda dificulta~ es s~, por
el contrario la sola libertad de la primera causa basta para la contmgencia del SECCION XI
efecto, aun~ue ninguna causa segunda fuese libre; pero a ésta se responde fá-
SI HAY ALGUNA RAZÓN VERDADERA PARA INCLUIR EL HADO ENTRE LAS CAUSAS
cilmente por lo .dicho, pues atendido el modo como aquel. efec:o es hbre, pue-
EFICIENTES DEL UNIVERSO
de decirse contingente, tal como ahora hablarnos. Ahora b1e~, SI ha de hablarse
de manera tan absoluta que los· efectos, en cuanto se realizan hbremente con
respecto a Dios, puedan decirse contingentes, lo trataremos después al ocupar- Diferentes errores
'1 nos de Dios y de su voluntad libre. l. Hubo una antigua opiufón de algunos filósofos, que atribuían todos los
¡¡ i 13. En qué agente libre se halla la raíz de la libertad.- Y con est~ queda
\¡ ¡ efectos del nufverso al hado. Y ponían el hado en cierta conexión y orden de
resuelta también otra dificultad que suele tratarse aquí, a saber, en q';e causa las causas del universo, de Jas cuales decían que procedían todas las cosas ne-
está situada la raiz de la contingencia, si en la libertad de la causa pnmera, o cesariamente, como refiere acerca de los estoicos Cicerón, lib. 1 De dtvinat.,
bien en la libertad de la segunda, o en ambas a un tiempo. Porque de~e decir- hada el final, y Diógenes Laercio, lib. VII de la vida de Zenón. Y atribulan
se, si se trata de la contingencia sólo extrínseca y. relauva, que su ~alZ no, s.e esa fuerza principalmente a los astros y a sus situaciones y disposiciones, jun-
halla en libertad alguna, ni de la causa segunda n1 de la prrmera, stno proxt- tamente con los movimientos de los cielos; porque de ahí provienen, con in-
mamente en una tal naturaleza y condición de la causa segunda, que puede soslayable necesidad, los diferentes aspectos y concursos de las causas del uni-
quedar impedida si se le une un determinado orden y serie de o!ras cosas y verso, de las cuales decían que se derivan, con igual necesidad, todos los efec-
causas naturales del que suele provenir tal impedimento .. Mas ~a prm;1era causa, tos de· este- mundo inferior. Por eso definían el hado como una conexión de cau-
Dios, únicamente puede decirse primera raíz de e~ta contmgencta de tgual modo sas que obtiene su eficacia de los movimientos y fuerza de los astros, según ex-
que es causa primera de todos los efectos del uruverso; a saber, porque El no pone Alberto, lib. 11 Phys., tract. 11, c. 19, tomándolo de Apufeyo y otros. Mu-
sólo ha creado sino también ha dispuesto y ordenado esas causas segundas de chos de ellos afirmaban esto no sólo de los efectos naturales, sino también de
tal modo que de ellas procediesen estos efectos cont~gentes. Per?, for.malmente las acciones humanas, tanto en las bien intencionadas como en las malas. Por-
hablando, nada importa para esto el que la causa primera produjese libremente que pensaban que los cuerpos celestes influyen en las voluntades humanas con
todas estas cosas, porque se seguiría la misma contingencia aun cuando las. hu- Ja misma fuerza y acción directa que en las demás cosas, según refiere San
biese creado todas por necesidad, con tal que las hubiese ordenado de Igual Agustín, lib. IV de las Confesiones, c. 3, y lib. V De Civitate Dei, c. l. En
modo y después concurriese con ellas. En cambio, hablando de la contingencia este lugar indica también (cosa que recoge asimismo Plotino, Enéada 111) que
algunos de éstos fueron tan necios que negaron que esta disposición de las cau-
sola libertas causae secundae sufficiat ad qua rumtrum causa posita sit radix contin-
dictam contingentiam, etiam si per impos- gentiae, an scilicet in libertate primae cau-
sibile non esset libertas in causa prima, et sae, vel. in libertate secundae, vel utriusque
haec supra tractata est; idem enim est quae- simul; dicendum est enim, si sit sermo de At vero loquendo de contingentia simplici-
rere an cwn illa hypothesi possit consur- lib. VII in vita Zenonis. Illam autem vim
contingencia tantwn extrinseca et secundwn ter, immediata illius ratio posita est in li- praecipue tribuebant astris et sitibus ac dis-
gere contingentia simpliciter in e~fectibus quid, ra~icem eius non esse posi~am in li- bertate causae proximae et aliquo usu eius,
naturalibus et quaerere an cum illa esse positionibus eorum, adiunctis caelorum mo-
bertate aliqua, nec secundae nec prunae cau- ut declara-mm est; primordialis autem radix tibus; bine enim inevitabili necessitate pro-
possit libertas et usus libertatis in creatura. sae, sed proxime in tali natura et conditio- eius est libertas causae prirnae, eo modo quo veniunt varii aspectus et concursus causa-
Nam si fuerit usus Iibertatis, erit etiam con- ne causae secundae, quae irnpediri potest, superius, sect. S, declaratum est. rum universi, ex quibus aiebant eadem ne-
tingencia simpliciter;. sine il~o aute~ n~n adiuncto tali ordine et serie aliarum rerum cessitate effectus omnes in hoc inferiori
erit · et ideo responsto superms tradua hic et causarum naturalium ex quo soleat tale mundo evenire. Unde definiebant fatum es~
applicanda Altera difficultas est an e occurrere. Prima autem cau- SECTIO XI se causarum colligamiam, ex astrorum mo-
ra- tibus ac vi efficaciam trahentem, ut refert
.,,oc,uo, etiamsi nulla sicut est prima cau- UTRUM ALIQUA VERA RATIONE · POSSIT FATUM
haec facilem Albert., lib. 11 Phys., tract. 11, c. 19, ex
sa omnium effectuum universi; quia nimi- INTER CAUSAS EFFICIENTES UNIVERSI Apuleio et aliis. Hoc autem multi eorum
ex dictis habet responsionem, nam eo modo NUMERAR! non solum de naturalibus effectibus, sed
rum tales causae secundae ab i:Psa fuerunt
quo ille effectus est !tb~, potest d~ci co~~ etiam de actionibus humanis, tam studiosis
tingens, prout nunc loquunur. An ver o tta et creatae et ita dispositae et ordinatee ut
ab eis huiusmodi effectus contingentes pro- Varii errores quam pravis, asserebant. Putabant enim cae-
simpliciter loquendum sit ut effectus, qua- l. Fuit vetus ·sentencia aliquorum .philo-
venirent. Ad hoc autem, formaliter loquen- lestia corpora eadem vi et directa accione
tenus resoecru Dei libere fiunt, dici possint sophorum, qui effectus omnes universi fato
do nil refert quod prima causa libere haec infiuere in humanas voluntates ac in caete-
contingentes, attingemus inferius ~isputando
de Deo eiusQue libera voluntate. OII~nia produxerit; eadem enim contingen~ tribuebant. Constituebant autem fatwn in ras res, ut refert August., IV lib. Confess.,
tia sequeretur etiam si ex necessitate creas- quadam connexione et ordine causarum uni- c. 3, et lib. V de Civit.J c. l. Ubi etiam
13. In quo agente libero sit radix liber- versi, a quibus aiebant omnia ex necessitate
talis.- Atque bine etiam expedita manet set haec omnia, dummodo eodem modo illa notat (quod· etiam Plotinus refert, Aenead.
provenire, ut de stoicis refert Cicero, lib. 1 III), quosdam ex bis adeo fuisse stolidos
altera difficultas quae hic tractari solet, in ordinasset et postea cum illis concurreret.
de Divinat., sub fin., et Diogen. Laert., ut negarint hanc dispositionem causarum
28
434 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección XI 435
·sas del universo, a la que atribuían una necesidad fatal, tuviese su orflen en table, por la que determinó crear, gobernar y mover todas las cosas de tal suerte
la sabidurla o en la voluntad divina, antes bien tenia por si misma una nece, que todo sucediese por necesidad, la cual es, con respecto a las criaturas, una
sidad intrinseca totalmente inevitable. necesidad absoluta y, en cambio, con respecto a Dios, una necesidad de inmu-
1
2. Otros, en cambio, aun sin negar que este orden de causas segundas pro- tabilidad.
.1'11 cediese de la voluntad divina, no obstante le asignaban una necesidad totalmente
insoslayable, incluso con respecto a Dios, quizá porque creian que Dios obra Resolución
por necesidad natural. Que asi opinó, de entre los herejes, Pedro Abelardo, lo
l'efiere Castro, Cont. Haeres., voz Libertas, y voz Futurum contingens; y lo 4. En esta doctrina del hado, así explicada, se contienen muchos eri-ores>
mismo expone de Wiclef, que dijo que todas las cosas acaecen por una necesidad no sólo contra la fe católica, sino también contra la razón natural, como fácil-
tan inevitable que ni el mismo Dios pudo crear las cosas de manera distinta mente puede ponerse de manifiesto por lo tratado hasta ahora. Por lo cual, no
que las creó ni gobernarlas de diferente modo que las gobierna, y que de ellas, sólo la doctrina misma ha sido condenada por la Iglesia en algunos concilios e
así creadas y gobernadas, no pueden provenir otras acciones que las que pr~ impugnada con toda diligencia por algunos Santos Padres, sino que también
vienen. Otros muchos herejes han segnido también esta opinión acerca del hado; el nombre mismo de hado resulta odioso a todos los católicos, aunque alguno.s
tal como ha sido afirmada por los citados filósofos. piensen que no debe ser totalmente rechazado si se le aplica una sana inter-
3. Otros, en cambio, pusieron la necesidad del hado no en los astros, pretación.
sino en la voluntad divina; así, Séneca, lib. II Natural. quaest., c. 35: De igual
manera -dice- que el agua de los torrentes impetuosos no vuelve sobre ·sí, Se censuran y refutan los errores expuestos
ni siquiera se detiene, porque la que sobreviene precipita a la anterior, así tam-
5. Primero.- Así, pues, en primer lugar, atribuir a las causas segundas
bién un ciclo eterno rige el orden del hado, y su primera ley es ésta: ajustarse
a lo establecido. Inmediatamente después, en el c. 36, definiendo el hado dice·
una necesidad fatal independiente de Dios es totalmente necio y contrario a la
que es una necesidad de todas las cosas y acciones, a la que no quebranta nin- razón natural. Esto no debe probarse de otra manera que demostrando que to"
guna fuerza. Lo mismo expone de macera excelente en el lib. IV De beneficiis,
das las cosas dependen de Dios en el hacerse, en el ser y en el obrar; esa ta-
rea la cumpliremos en las tres disputaciones siguientes.
c. 7. Parece que fue de igual opinión Platón, diálogo último de la República.
También algunos herejes modernos (y podemos atribuit esto a Calvino y sus se" 6. Segundo.- En segundo término, establecer la necesidad del hado bajo
i.' la causalidad y el influjo de Dios, inevitable incluso para el mismo Dios, es
goidores) introdujeron esta clase de hado, aunque quizá con nombre distinto; en
1
efecto, enseñan que todas las cosas suceden por necesidad, no por el solo in- contrario a la razón: natural. Se demuestra porque esa opinióri o encierra dos
flujo de los cielos, sino por el influjo superior de Dios, el cual mueve· y aplica errores o uno solo, a saber, o que Dios no es omnipotente o, por lo menos,
todas las causas segundas a la operación de tal macera que necesariamente pro" que no obra libremente todo lo. que obra fuera de sí; porque si Dios posee es-
1: ducen aquello a lo cual son impulsadas, y ninguna otra cosa. Pero subordinan tas dos perfecciones, ~qué disposición, influencia o necesidad de las causas s""
esta necesidad a la voluntad divina y dicen que, con respecto a ella, es en ab- gundas puede haber que El no pueda cambiar o impedit con su voluntad om"
soluto variable; aunque suponiendo una 'disposición eterna de Dios ya inmu- nipotente y libre? Que en Dios hay omnipotencia y voluntad libre lo demos"
traremos más adelante, al tratar de Dios y sus atributos. Ahora bien, la conclu-
f.ión debe entenderse de una necesidad absolutamente inevitable; porque si se
universi, cui fatalern necessitatem adscribe- Seneca, lib. 11 Natural. quaest., c. 35:
bant, a divina sapientia aut voluntate pro- Quemadmodum (ait) rapidorum aqua tor-
fectam esse, sed ex se habere intrinsecam rentium in se non recurrit, nec moratur versas res ita condere, gubemare et impel- dentem a Deo plane stultum est et contra
necessitatem prorsus inevitabilem. quidem, quia priorem superveniens praeci- Iere ut omnia ex necessitate eveniant, quae rationem naturalem. Hoc non aliter proban,..
2. Alii vera quamvis non negarent hunc pitat, sic ordinem fati aeterna series regit, respecto creaturarum est necessitas simpli~ dum est quam demonsttando omnia pendere
causarurn secundarum ordinem a divina vo- cuius haec prima lex, stare decreto. Et sta- citer, respecto vero Dei est necessitas im- a Deo in fied, es se et operari; quod tribus
luntate processisse, nihilominus ei tribue- tim, c. 36, de:finiens fatum, ait esse rzeces- mutabilitatis. disputationibus sequentibus praestabimus. .
bant necessitatem omnino inevitabilem, etiam sitatem rerum omnium actionumque, quam 6. Secundus.- Secundo constituere ne-
Resolutio cessitatem fati sub Dei causalitate et influ-
Dei, quia forte credebant Deum nulla vis rumpat. ldem op_time, lib. IV de
: ¡
necessitate naturae. Quod ex hae- c. 7. Eius~emque sententiae vi- 4. In hac doctrina de fato sic explicara xu, inevitabili etiam ipsi Deo, repugnar ra-
1
multi continent:ur errores non solum contra tioni naturali. Probatur, quia vel duos erro..
fidem, sed ctiam contra rationem res, ve1 alterum tantum indudit ea senten..
verb. :f¡,,,,m et sequacibus tribuere hoc genus-. naturalem, ut facile ex hactenus tractatis tia, scilicet, aut Deum non esse omnipoten-,.
clepho refert quod dixerit fati introduxerunt, licet fortasse non sub eo- constare potest. Propter quod et res ipsa ab tern, aut saltem minime operari libere quid-
tam inevitabili necessitate ut nec Deus ipse nomine; docent enim omnia ex necessitate Ecclesia est damnata in nonnullis conciliis, quid extra se operatur; nam si Deus has
potuerit aliter res condidisse quam condidit, evenire, non ex solo in:fluxu caelorum, sed et a sanctis Patribus diligentissime est im- duas perfectiones habet, quae potest esse
nec aliter gubernare quam gubernat; et ex ex superiori infiuxu Dei ita moventis et pugnata, et nomen ipsum fati catholicis om- dispositio, in:fluentia aut necessitas causanun
eis sic conditis et gubernatis non posse aJ.ias applicantis omnes causas secundas ad agen- nibus odiosum est, quamvis nonnulli ad.iunc- secundarum quam ipse non possit sua om...
actiones prodire quam prodeant. Piures dum ut ex necessitate illud agant ad quod ta sana interpretatione non putent esse om- nipotenti et libera voluntate immutare aut
etiam alii haeretici hanc sententiam de facto impelluntur, et nihil aliud. Hanc vero ne- nino reüciendum. imped.ire? Quod ·autem in Deo sint onuii~
secuti sunt, prout a dictis philosophis as- cessitatem subüciunt divinae voluntati, et potentia et libera voluntas demonstrabimus
serta est. respectu illius dicunt esse simpliciter varia- Notcintur et refelluntur dicti errores infra, de Deo et attributis eius disputanÚ:s.
3. Alii vero fati necessitatem non in as- bilem; quamvis supposita aeterna Dei dis- 5. Primus.- Primo igitur tribuere cau- Est autem conclusio intdligenda de ineyj...
tris sed in divina vol un tate posuerunt; sic positione iam immutabi1i, qua statuit uni- sis secundis fatalem necessitatem indepen- tabilf necessitate simpliciter; nam si sit ser-
436 Disputaciones metafísicas
Ln~s!p~u~ta~c~ión~~X~l~X~.--S~=e=c=c•=o=n_X~l___________________________________4.37
trata de una inevitabilidad sólo relativa, en el sentido de que proceda de la in-
0 entre las causas segundas hay algunas que por su naruraleza no necesitan, pára .
mutabilidad de Dios, desde este punto de vista no habrá error, si no se mezcla obrar, aquella moción necesitante de Dios, o no hay ninguna de esta clase; si se
por otra parte, como diremos. afirma esto último, entonces no hay ninguna causa de suyo libre e indiferente;·
7. Tercero.- En tercer lugar, establecer una necesidad del hado tal que en cambio, si se sostiene lo primero, entonces o Ja primera causa siempre hace
''!. derive del influjo de los astros y de otras causas naturales a todas las causas salir a la segunda de su natural modo de obrar, lo cual es ajeno a tOda recta ra-
inferiores, incluyendo en ellas también las voluntades humanas, es un error que zón, ya que la causa primera, segón el modo ordinario de su providencia, sólo
repugna asimismo a la razón natural. La presente conclusión se entiende aún coopera con la segunda en la medida en que ésta lo necesita, como diremos más
cuando esta necesidad se ponga como dependiente de la voluntad divina y como abajo, o ciertamente no siempre la causa segunda es de aquel modo movida ne-
mudable por ella. Se demuestra porque semejante necesidad fatal destruye la cesariamente a obrar por la primera, que es lo que pretendemos; luego de aquí
libertad de albedrio. Por este título ha sido condenada dicha sentencia en el resulta que es por completo falso el afirmar el hado en el sentido antes dicho.
Concilio I de Braga, c. 9, y por León I, Epist. 91, c. 11 y 13; acumula muchas
consideraciones contra ella Eusebio, lib. VI De praeparat. Evangel., c. 5 V sig.,
En qué sentido verdadero puede admitirse el hado en cuanto a la realidad misma
y escribe también ampliamente Crisóstomo, en los sermones sobre la Providen-
! cia, y San Agustin, en el citado lib. V De Givitate Dei, casi en todo él; y Gre- 9. En quinto lugar, establecer el hado en el sentido de que sólo se extienda
gorio Niseno o Nemesio, en el lib. VI de su Philosophia; Boecio, lib. VI De con- a los efectos de las causas naturales a los que no concurre en manera alguna la
solat., y otros· con frecuencia. Es más, incluso los filósofos rechazaron esta clase criatura angélica ni la humana con su libertad, y poner una necesidad fatal en
de hado, según se toma de Aristóteles, lib. I de la Etica, c. 1, y lib. I De inter- estos efectos, que provenga de la serie y orden de las causas del universo~ inevi-
pret., c. último, y Ammonio y otros intérpretes en dicho lugar y en el lib. 11 table por las causas segundas e incluso por la primera según su potencia ordina-·
de la Física, c. 6, donde lo tratan Simplicio, Temistio y otros; Alejandro de ria y según el modo de obrar y de concurrir connaturalmente debido a estas
Afrodisía, lib. De fato; Plutarco, lib. De fortunaj véanse otros testimonios en causas, o también por la inmutabilidad de algón decreto o predefinición del mis-
Julio Sireno, lib. De fato. También el fundamento de esa opinión encierra otro mo Dios, pero no por su potencia y voluntad absolutas, en este sentido -digo--,
error, a saber, que el influjo de los cielos cae directa y absolutamente sobre las el establecer el hado no contiene error alguno, sino doctrina verdadera, aunque
almas y voluntades humanas, lo cual atenta contra la inmaterialidad del alma y, debe observarse moderación en el empleo de los términos, como después diremos.
consecuentemente, contra su inmortalidad. Esta afirmación resulta clara en su totalidad por lo dicho en la sección anterior,
8. En cuarto lugar, establecer el hado atribuyéndolo a la eficiencia y al in- y no es preciso añadir ninguna demostración o explicación. Que los estoicos y
flujo de la causa primera, que movería necesariamente todas las causas se~undas, Platón admitieron el hado en este sentido, lo refiere -apoyándose en Plutarco y
'incluso las voluntades racionales, para cada uno de los efectos, es un error no otros- Luis Vives, V De Givitate Dei, c. 1 y 10, puesto que ellos excluían de,
sólo contra la fe, sino también contra la razón natural. Se prueba por lo dicho, la necesidad del hado las voluntades humanas' y las acciones libres. Por eso tam-
ya que también de este modo se destruye el libre albedrío. Por ello, asimismo en bién Damasceno, lib. 11 De fide, c. 25, expone, sin declarar el nombre, que los
este sentido ha sidp condenada esta necesidad fatal, aunque no con el nombre de filósofos no establecieron el hado acerca de las acciones humanas que son con-
hado, en el Concilio Tridentino, ses. VI. Y se explica con una razón filosófica: tingentes, sino acerca de las necesarias. De manera semejante, Tertuliano, lib. De

mo de inevitabilitate tantum secundum quid, genus fati oppugnarunt, ut sumitur ex Arist., inter causas secundas ¡;unt aliquae quae- na- dine causarum universi, inevitabilém per
proveniente sciffi:et ex immutabilitate Dei, lib. I Ethic., c. 1, et lib. I de Interp., c. ult., tura sua non indigent ad agendum illa Dei causas secundas, et per primam secundum .
ex hac parte non erit error, si aliunde non et Ammon. aliisque interpretibus ibi, et motione necessitante, vel nullae sunt huius- ordinariam potentiam et secundum modum
'
,,,, misceatur, ut dicemus. lib. II Phys., c. 6, ubi Simpl., Themist. et modi; si dicatur hoc secundum, ergo nulla operandi et concurrendi huiusmodi causis
!' 1
7. Tertíus.- Tertio constituere talem alii; et Alex. Aphrodis., lib. de Fato; Plu~ est ex se causa libera et indifferens. Si vero connaturaliter débitum, aut etiam ex immu-
,1'' fati necessitatem quae ex astrorum et alia- tarch., lib. de Fortuna; vide alia in Iulio dicatur primum, ergo vel prima causa semper tabilitate alicuius decreti vel praefinitionis
rum naturalium causarum influxu ad omnes Sirenno, lib.- de_ Fato. Fundamentum etiam extrahit secundam a suo naturali modo ope- ipsius Dei, non tamen ex absoluta potelitia
inferiores causas dimanet, sub illis etiam illius sententiae alium includit errorerri, ni- randi, quod est alienum ab omni recta ra- et vo!untate eius, hoc (lnquam) modo con-
voluntates humanas comprehendendo, est mirum, caelorum influxum directe et per se tione, quia causa prima iuxta ordinarium stitutio fati non continet errorem ullum, sed
error etiam naturali rationi cadere in humanas animas e:t voluntates; '_providentiae modum solum cooperatur se- veram doctrinam, quamquam in usu ver-
c___Clmc!ae quantum illa indiget, ut inferius di- borum moderatio tenenda sit, ut infra dice-
ponatur cemus; vel certe non semper causa secunda mus. Haec assertio :tata constat ex dictis
tate et per illam mutabilis. Probatur, quia er consequenter contra eius immortalitatem.
8. Quarto constituere fatum illud attri- illo modo necessitatur ad agendum a prima, praeced. sect., neque aliam probationem aut
huiusmodi fatalis necessitas destruit arbitrii quod intendimus; ergo bine fit falsam om- declarationem adiungere oportet. Hoc autem
1ibertatem. Quo titulo damnata est illa sen- buendo efficientiae et influxui primae causae
llino esse positionem fati in praedicto sensu, sensu posuisse fatum stoicos et PlatoQ.em
tentia in Conc. Brachar. 1, c. 9, et a Leo- necessitantis omnes causas secundas, etiam
racionales voluntates, ad singulos effectus, ex Plutarcho et aliis refert iudovicus Vi-
ne 1, epist. 91, c. 11 et 13, et contra illam Quo vero sensu possit fatum quoad rem vesj in · V de Civit. Dei, .c. 1 et 10, nam
multa congerit Euseb., lib. VI de Praepar. error est tum contra fidem, tum etiam con- ipsam admitti illi a fati necessitate voluntates humanas et
Evangel., c. 5, et seq._, et late etiam scribit tra rationem naturalem. Probatur ex dictis, 9. Quinto constituere fatum ln eo sensu liberas actiones excipiebant. Unde etiam
Chrys., in orationibus de Provident., et Aug., quia etiam hoc modo destruitur Jiberum ar- ut solum se extendat ad effectus naturalium Damasc~n., lib. 11 de Fide, c. 25, tacito
dict. lib. V de Civit., fere per totum; et bitrium. Unde in hoc etiam sensu damnata causarum ad quos neque angelica neque nomine refert philosophos non posuisse fa- ,
Greg. Nyssen. seu Nemes., Jib. VI suae est haec necessitas fatalis, quamvis non sub humana creatura sua libertate ullo modo tum circa humanas actiones quae contin...
Philosoph.; Boet., lib. VI de Consolat., et fati nomine, in Concilio Tridentino, sess. VI. concurrit, et in iis effectibus ponere fatalem gentes sunt, sed circa necessarias. Et simi.:.1
álii frequenter. Quin eciam philosophi hoc Et ratione philosophica declaratur, nam vel necessitatem, provenientem ex serie et or- liter Tertullianus, lib. de Anima, c. 20, in-
439
438 Disputaciones metafísicas -Disputación XIX.-Sección XI

':;'im~, c. 20! dice que también los filósofos distinguieron el hado y el libre al- los cualeS no tienen causa per se, según se demostrará allí. Por eso suceden
ebdrm;dr :ma~e por s~ propi;' opinión: Y nosotros ya sabemos por la fe que necesariamente con respecto al conjunto ~e todas las causas naturales, aunque
d e en zstzngutrse segun su tttulo. no pueden atribuirse a alguna causa per se y natural que se llame hado; así,
. 10. Pet:~ se preguntará si, con respecto a tales efectos, el hado es causa efi- pues, la indicada conclusión debe limitarse en este sentido.
CI~t~~ o que es; pue~ algunos estiman que el hado significa formalmente cierta
relacmn, porque Boecm, D.e consolat., prosa 4, define que el hado es un orden Qué debe pensarse del nombre «hado»
de C€fUSas s~gundas que eJecutan la providencia divina; pero el orden implica
reiaetón. Asi se toma
d" h de. Santo
, Tomás,1, q . 116,a. 2, a d .
3 Ahora1en,eb" d be 11. En sexto lugar, hacer consistir el hado en una disposición de las cau-
e~use que ~~te ~do m es solo relación, puesto que ésta en nada contribuye sas naturales, en cuanto setán sometidas a la divina providencia y obran infa-
a a ~fec~acton, m e~ una causa eficiente, ya que ninguna basta por sí sola liblemente con arreglo a su ordenación previa y a su permisión y presciencia,
para m:_nr esa necestdad. q_ue expr~sa el hado, sino que. es una colección de en realidad no contiene ningún error, sino más bien la doctrina católica, que
c~usas spuestas por la divma providencia de la manera necesaria para que se está asimismo de acuerdo éon la razón natural; pero es necesario .corregir o ex-
Siga tal efecto. Esto ~~ claro por la misma explicación que hemos dado del plicar de manera suficiente el modo de hablar. Toda esta couclusiún se toma
hado Y por la conclus10~ sentada. Pero aquella disposición de causas a la qu
~tros llaman orden o s:ne,__no es relación, sino que expresa en todas ; cada un:
1
de Santo Tomás, 1, q. 116, a. 1, y de Sao Agustín, a quien cita aquél, V De
Civitate Dei, c. 1, donde dice : Si alguno da el nombre de hado a la voluntad
.e as causas una a_phc_a,cmn adecuada para que pueda seguirse tal efecto;
ne~tamente, esta aphcac1?n no es relación, aunque quizá sea fundamento de r~~ o al poder de Dios, mantenga la doctrina y corriia la expresión. A la primera
parte de esta conclusión apunta Boecio en el lugar antes citado, cuando se es-
!ación o nosotros la expliquemos por _modo de relación. Y en este sentido puede fuerza por reducir el nombre de hado a su siguificación congruente y verda-
expfnerse Santo Tomas, en el pasa¡e antes citado, a propósito de la relación dera. Y a ella piensan muchos que puede reducirse la opinión de Platón, y la
en ugar del fundamneto, según resulta del mismo Santo Tomás opúsculo De de Séneca, a que hemos aludido arriba, ya que no pretendieron negar nuestro
~tr, q~e es el 28, c. 5, donde ?pina que el hado expresa la concllción de causa. libre albedrío. También da la impresión de opinar así Plutarco, lib. I De placi-
~ n;usmo pretende~ qUienes. m el u yen el hado entre las causas eficientes. Véa- tis, c. 27, y Aristóteles, lib. De mundo ad Alexandr., hacia el fiu, donde habla
se e¡andro, en el., Citado opusculo De fato , e . 2. Con ¡0 dicocaeentener
h b d excelentemente de esta cuestión. Es más, que ni siquiera los estoicos pensaron
tque ben 1 co1eccton
· , esta. 'al de causas están comprendidas no sólo ¡as efictentes
· ·
smo de otro modo ni uegarou el libre albedrío lo enseña San Agustín, V De civi-
am te~ ~s matert es, y_a que de éstas· depende en gran parte la conse~ución tate Dei, c. 10, como hemos indicado anteriormente. Por último, se explica por-
neces~1a e tal efecto; Sin- embargo, el hado puede referirse más bien a la cau-
que Con el nombre de hado, así expuesto, no se quiere significar ninguna otra
~a efici~nt~, porque. ésta es la qu; por sf misma produce el efecto supuesta una cosa sino que las causas segundas están subordinadas a la providencia divina,
. etermma a maten~ y las demas condicmnes requeridas para obrar. Colí .,.ese en cuanto todas estas causas han sido ordenadas por Dios a producir estos
tgualmente de lo dicho que el hado, según esta interpretación no siem r; es
causa. per se de todos los efectos, pues hay algunos· efectos p~r acciderfs ue
efectos, lo cual es certísimo. Se significa, además, que estas causas segundas
no producen nada que no haya sido previsto y preconcebido o predicho (pues
son casuales con respecto a las causas particulares, como diremos más abijo, el nombre de hado [fatum] se cree derivado de «decir» [fando]), Y de algo-
quit etiam philosophos distinxisse fatum et et in omnibus _causis applicationem accom-
arbitrü .libertatem; et subiungit ex propria m~datam ut !ah~ effectus sequi possit; qua e
sententt~: Et n~s secu.ndum fidem difieren- cemus, qui non habent causam per se, ut tius loco supra citato, dum nomén fati ad
qmdem. apphcauo non est relatio, licet for- congruentem et veram significationem redu-
da suo zam novzmus ntulo. tasse stt fundamentum relationis vel per ibi probabitur. Unde respectu collectionis
,10. Sed quaeres an fatwn respecto talium omnium causarum naturalium necessario cere conatur. Et ad eamdem putant multi
~odum relationis a nobis declaretur. Atque reduci posse sententiam Platonis et Senecae,
effectu~ sit causa efficiens, vel quid sit; Ita. potest exponi D. Thom., supra, de re- eveniunt, non tamen possunt attribui alicui
nam qrudam censent fatum formaliter sig- causae per se naturali quae fatum appelle- supra relatam; non enim intenderunt ne-
lauone pro fundamento, ex eodem D. gare nostri arbitrü libertatem. Quod sentire
~care relationem quamdam, eo quod Boe- T~om., _opuse. de .Fato,, quod est 28, c. S, tur; ita ergo est dicta conclusio limitanda.
uus, de Consolat., pros. 4, definiat farum videtur etiam Plutarch., lib. 1 de Placitis,
ubi _sentJ.t fatum d1cere conditionem causae. c. 27, et Aristot., lib. de Mundo ad Ale-
esse ordinem causarum secundarum dÚ.rinam Quid de fati nomine sentiendum
Et. ~~em volunt qui fatum numerant ínter xand., sub finem, ubi oprime de hac re
ordo autem re- effrc1entes causas. Vide Alexandrum, dicto 11. Sexto, constituere fatum in disposi-
.tione causarum naturalium, quatenus divi- Ioquitur. Quin et stoicos non aliter sensisse
_q. 116! a. 2, ad 3. Sed dicendum est nae providentiae subsunt et iuxta · illius de fato nec Iibertatem arbitrii abstuliss.e
licet hac collectione causarum docet August., V de Civit., c. 10, ut supra
hruusmodi fatwn neque esse solam relatio- n~n tantum comprehendi effidentes sed praeordinationem vel permissionem ac prae-
tactum est. Ac tandem dedaratur, quia per
nem; haec enim nil ad efficiendum confert · etram materiales; na~ ex bis mag~a ex scientiam infallibiliter operantur, in re ipsa
fatum sic expositwn nihil aliud significatur
nec es se unam aliquarD causam efficientem: parte pende! necessana consecutio talis ef- non continet errorem, sed potius catliolicam
nulla enim per se sola sufficit ad eam ne: docttinam, rationi etiam naturali consenta- nisi quod causae secundae subordinatae sunt
fe~tus; magls autem reducitur fatum ad ef-
cessitatem inducendam quam fatum iÍldicat · neam; modum autem loquendi corrigere vel divinae providentiae, quatenus omnes istae
~c~en~ern causam, quia haec est quae per se causae ordinatae sunt a Deo ad hos effectus
sed esse collectionem causarum ita disposi: m .. ucrt ef~e~tum supposita tali materia et satis explicari necesse est. Haec tota con-
tarum ex divina providentia sicut necesse dusio sumitur ex D. Thom., 1, q. 116, a. 1, producendos, quod certissimum est. ·Deinde
alirs condt~~nibus ad agendum requisitis. significatur quod istae causae secundae ni-
esr. ut talis effectus sequatur. Hoc constat ~ursus coJ?gitur ex dictis fatum, iuxta hanc et ex Augustino, quem ipse citat, V de
ex ipsa explicatione fati quam tracÍidimus Civit., c. 1, dicente: Si quis Dei fJOlunta- hil operantur quod non sit a Deo et prae-
mterpretau~nem, non semper esse causam
e~ ex .a~sertione posita. Illa vero causarum tem vel potestatem fati nomine appellat, sen- visum et praeconceptum seu praefatum (no-
per se ommum effectuum . aliqui enim sunt men· enim fati a fando dictum censetur) et
disposttto, quam alii ordinem aut seriem effectus per accidens qui' sunt casuales re- tentiam teneat et linguam corrigat. Et prio-
vocant, non est relatio, sed dicit in singulis rem partero huius assertionis intendit Boe- aliquo etiam modo praeordinatum vel per-
specto particularium causarum, ut infra di-
440 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección XI 441

n~ manera t_ambién preordenado o permitido y, en sentido más general, pro- citadOS y por San Agustín, lib. V De Civitate Dei, c. 9, y tract. XXXVTI In
VIsto por Dms; lo cual es igualmente certísimo y conforme con la razón na- Ioann., y Gregario, hornilla 10 In Bvang., y Gregario Niseno, lib. VI Philosoph.,
tural, como demostraremos después al tratar de los atributos de Dios. Y de ahí c. 2, o por otro nombre Nemes., lib. De anima eiusque facultatib., c. 35 y 36.
resulta que, en orden a la divioa providencia, se da cierta iulalibilidad o como La razón está en que hado, por su primera imposición, se destinó a significar
dice Boecio, inmovilidad en los efectos de las causas segundas, porque' nunca la raíz de la necesidad fatal, de la que pensaban que era una necesidad absoluta
pueden escapar por completo al orden de la providencia de Dios. Y esta io- quienes inventaron el nombre de hado; por ello no puede atribuirse, en su
~ovilid_ad se expresa con el nombre «hado», pero no excluye la contingencia significación propia, a todas las causas segundas, ni siquiera en cuanto some-
ru Ja libertad de algunas causas, puesto que no consiste en una necesidad ab- tidas a la providencia divioa. De ahí resulta, asimismo, que tampoco debe de-
sol~ta, sioo. ~n la iulalibilidad de la presciencia y la providencia divinas y en cirse con aquella propiedad que los efectos naturales que acaecen en este mun-
su mmutabilidad, a la cnal corresponde una necesidad semejante en los efectos do inferior suceden por el hado, ya que por lo regular nunca se producen sio
de las ~ansas segundas, la cual se denomina necesidad de suposición o de con.. intervención de alguna causa libre, bien sea angélica, bien humana, de suerte
secuencia, porque no puede suceder que acontezcan de manera distinta a como que ni aun debe decirse que las lluvias, los vientos y otros efectos semejantes,
han sido conoc~dos previa~ente, según explica Santo Tomás arriba, a. 3. Debe, que parecen eminentemente naturales, proceden de una necesidad fatal, pues
emper?, adver~se que, mcl_uso admitiendo esta significación, no es legítimo muchas veces quedan impedidos porque Dios lo permite o lo ordena, o son ex-
atribmrl~ a Dms, como advierte en el mismo lugar Santo Tomás, tomándolo citados mediante alguna acción de los espíritus buenos o malos. De esta ma-
de Boecm, antes citado. Porque el hado es una disposición de las causas en nera, pues, no debemos emplear absolutamente el nombre de hado; pero si al-
cuanto está sometido a Dios, pero no es propiamente el mismo Dios ni la vo- guno quiere usarlo corrigiendo su significación, no hay que dis~t~ con ~1 ~ y
luntad de Dios, a no ser causalmente, como en ocasiones se expresa San Agus- la aclaración o corrección consiste en que el nombre de hado signifique umca-
tio, lib. V De Civitate Dei, c. 1, y Séneca, y Aristóteles arriba. Y concuerda el mente una serie de causas sometidas a la providencia divina, que no les im-
mismo nombre de hado, que se ha derivado de «decir», por lo cual signi- pone necesidad, sino que deja a cada una obrar del modo que le es pr~po~­
fica lo que ha sido dicho, no el mismo que ha dicho. Añádase que tam- cionado. Añade Alejandro de Mrodisia, lib. De fato, c. 3, que el hado sigui-
J>OCO se atribuye propiamente el hado, con la significación iodicada, a los actos
fica, a veces, la naturaleza de alguna cosa; esa significación tiene fundamento
libres de la voluntad creada, ya que el libre albedrío está sometido inmediata-
en Aristóteles, lib. V de la Física, c. 6, text. 57, donde llama fatal a la genera-
mente a Dios y no a otras cauas o a la disposición de ellas, a no ser de ma-
nera accidental y remota; por lo cual, en modo alguno o sólo de manera muy ción o corrupción natural. De acuerdo con esta significación, el hado no tiene
impropia pueden atribuirse los actos propios del libre albedrío al hado, dando ni mayor necesidad ni mayor universalidad que la naturaleza. ·Por tanto, así
el nombre de hado a la misma providencia de Dios y a su ioflujo inmediato. como no todas las cosas suceden por orden o necesidad natural, sino unas li-
bremente, otras por casualidad, de igual modo no todas se producen por el
12. Y con ello resulta clara, fioalmente, la última parte de la afirmación, hado. No obstante, esta siguilicación de dicha palabra parece que ni se .en-
que sólo versa sobre el empleo de esta palabra «hado»; Santo Tomás dice que ~uentra en el uso corriente ni tiene fundamento en la etimología del té.rm~o,
los Santos Padres rehusaron emplearla por razón de aquellos que ponían el según el cual «hado» se deriva de «decir», como hemos observado sigmen-
hado en el infiujo de los astros. Que ~sto es cierto consta por los anteriormente

missum, ac generalius loquend~, provisum; fatum est dispositio causarum ut est sub lib. V de Civit., c. 9, et tract. XXXVII in nomen fati non est a nobis absolute usur-
quod etiam certissimum est et rationi natu- Deo, non vero est proprie ipse Deus vel Ioann., et Greg., homil. 10 in Evang-., et pandum; si quis autem corrigendo signifi-
rali consentaneum, ut infra ostendemus dis- voluntas Dei nisi causaliter, u.t loquitur in- Greg. Nyssen., lib. VI Philosoph., c. 2, vel cationem eo uti velit, non est cum illo con-
putando de atttibutis Dei. Atque bine fit ut terdum Aug., lib. V de Civit., c. 1, et Se- alias Nemes., lib. de Anima eiusque facul- tendendum; declarano autem se u corree ti o
in ordine ad divinam providentiam sit quae- neca, et Arist. supra. Consonatque ipsu.m tatib., c. 35 et 36. Et ratio est quia fatum est ut nomen fati solum significet seriem
dam infallibilitas vel, ut Boetius loquitur, nomen fati, quod a fando dictum est, unde ex primaeva impositione institutum est ad causarum divinae providentiae subiectam,
immobilitas in effectibus causarum secunda- significat id quod effatum est, non ipsum significandam radlcem fatalis necessitatis, quae illis necessitatem non imponit, sed
rum; quia nunquam possunt omnino sub- qui effatus est. Adde, neque etiam tribui quam absolutam necessitatem esse sentie- unamquamque modo sibi proportionato age-
terfugere ordinem providentiae Dei. Et haec fatum proprie in dicta significatione actibus bant invenerunt; et ideo in re sinit. Addit Alexand. Aphrodis., lib. de
immobilitas nomine fati declaratUr. Quae

aliquarum causarum, quia non consistit ·


Iiberis voluntatís liberu.m. ar-
'f --~~illi1~,~~:~~·:~.~~ nonetiam
secundis, potest
ut attribui
divinae
Fato c. 3, fatum interdum significare cuius-
que 'rei naturam, habetqu_e illa significarlo
fundamentum in Arist., lib. V Phys., c. 6,
vel dispositioni earum nisi per :Providentiae subsunt. Ex quo etiain fit ut
absoluta necessitate, sed in infallibilitate aocidens ac remote; et ideo vel nullo modo, neque effectus naturales qui in hoc infe- text. 57, ubi naturalem generationem vel
praescientiae et providentiae divinae eius- vel nonnisi impropriissime propríi actus li- riori mundo eveniunt dicendi sint fato eve- corruptionem fatalem vocant. Iuxta quam
que immutabilitate, cui corresponde! similis beri arbitrii possunt fato atttibui, ipsammet nire in illa proprietate, quia regulariter nun- significationem nec fatum habet maiorem
necessitas in effectibus causarum secunda- Dei providentiam e.t immediar.um influxum quam eveniunt sine interventu alicuius cau- necessitatem quam natura nec maiorem uni-
rum, quae dicitur necessitas ex suppositione eius fatum appellando. sae liberae, vel angelicae vel humanae; ita versalitatem. Unde sicut non omnia naturali
seu consequentiae; quia fieri non potest ut 12. Atque bine tandem constat ultima ut neque pluviae, venti, et símiles effectus, ordine vel necessitate eveniunt, sed quae-
aliter eveniant quam fuerint praesciti, ut pars assertionis, quae soJum est de usu huius qui videntur maxime naturales, dicendi sint dam libere, alia casu, ita non omnia fi~t
superius D. Thom. explicat, a. 3. Adver- vocis fatum; cuius usum air. D. Thom. re- fatali necessitate provenire; nam permittente fato. Ver:umtamen haec significarlo illius vo-
tendum est autem, etiam admissa hac sig- cusasse sanctos Patres propter eos qui fatuPJ Deo, vel ordinante saepe impediuntur, vel cis nec videtur esse in communi usu nec
nificatione, non recte a.ttribui Deo, ut ibí- in influxu siderum ponebant. Quod verum excitantur media aliqua accione bonorum habere fundamentum in illius vocis erymo-
dem notat D. Thom. ex Boet. supra. Nam esse cohstat ex superius ci~tis, et ex Aug., aut malorum spirituum. Hac ergo ratione logia qua fatum a fando dicitur, ut ex Au..
442 Disputaciones metafísicas 443
Disputación XIX. Sección XII
do a San Agustín; por eso, para que el hado sea algo no debe excluirse la pres- ¡¡ ue también a la causa· porque ese efecto no puede carecer de
ciencia y la providencia divina. yau'f:.e :~ :!'teq sentido trata del azar Aristóteles, II de la Físjca, 'f con él los
~:má; filósofos; sin embargo, explicado el efecto se ente~dera meJO[ laa e~~·~~
Así pues se dice efecto casual aquel que, de manera accidental y uer . 1
SECCION X 11 fu.ión ; intención se une a un efecto per se de alguna causa; p~r ~Jem~ o,
"!'uno cavando la 'tierra· descubre un tesoro. Esto es claro por la Slglllfidcaoón
¿DEBEN CONTARSE ENTRE LAS CAUSAS EFICIENTES EL AZAR Y LA FORTUNA? s1
común ,
de esa palabra, ya' que efecto casua1 es 1o m1sm · oqueelquesuceera-
as veces y fuera de la intención. Por tanto, parece que hay dos n?tas Aq~
l. El estudio del azar y la fortuna está en conexión con el estudio del hado, r rtenecen a la razón de aquél. Una, que suceda raras veces, com? opma ns-
p@rque rechazada la necesidad fatal, parece resultar consecuente que muchos 1'; 1 11 de la Física e 7 y en el mismo lugar Averroes, AleJandro, Santo
tate es, Alberto
Tomás . y otros,' si· bien
' Avicena pretend', · ·
to 1mutar · motivo como
esto sm , d b
efectos se produzcan en el universo por azar y fortuitamente. Y como no puede
producirse nada que no tenga causa eficiente, parece resultar también que esos dir • ' eguida Mas cuando se dice que aquel efecto sucede raras v~ces e e
ent:n~~r!e en s~ntido compuesto (valga la expresión), es decir, suporuendo una
i

efectos casuales o fortuitos deban tener alguna causa eficiente que se llame !

azar o fortuna. Así, pues, de esta causa nos preguntamos si existe y de qué usa determinada; porque hay muchas ocasiones en que el e.fecto es raro por~
clase es. Porque parece que no es alguna de éstas que obran necesaria o libre- ~ue la causa se pone raras veces, aunque, una vez puesta, se stga el efecto ste~
mente, y por tanto no puede ser ninguna. El supuesto es claro, ya que la causa re o de ordinario. entonces no es casual, sino que puede. ser per ~~, excep o
que obra necesariamente consigue su efecto siempre o con mucha frecuencia; P. 1a posicton
· " de t'al causa 0 el concurso de varias .causas es tambten 1 casual.y
81
pero se dice que los efectos casuales pertenecen a aquellos que raras veces su- En otro sentido, pues, el efecto se sigue raras veces mcluso puesta~ cau:.,
ceden; luego no proceden de una causa que obre necesariamente. Por otra par- en este sentido se dice que el efecto casual suced~ raras v~ces. ora ten,
te, la causa libre siempre opera a propósito y con intención del fin; pero se dice
que se da la casualidad cuando ocurre algo fuera de intención; por tanto, la
como ese efecto proviene siempre de la concurrencia d~ vartas dcafinius~ds, e~n
· que dic · ha concurrencra · no tenga una causa cierta Y e a l'pse
n:i
cesano
casualidad no es una causa libre; luego la casualidad no puede ser una causa universo de lo cual resulta también que sucede raramente; pordineso~ un ec 1 'd
eficiente.
no es un' efecto casual, como tampoco nmgun . , otro que de or ano va unt o
a un efecto per se. al ¡ 1 der fuera
El efecto casual 3 · En segundo lugar' pertenece a la· razón de t e ecto e suce .
1 · 1
de la intención de la causa agente; por eJemp o, si a ,Pasar ~ . Pdrocaeunap!e-
. , tanto
2. Aunque estos nombres azar y fortuna se emplean muchas veces como
sinónimos, en rigor tienen- diversa significación; por ello, trataremos primera- dra, se dice que es una caída fortuita? ya que fu~ aJena a -~ m~~~clC'!erante
mente del azar, y después de la fortuna. Pues bien, el nombre azar propiamente del hombre que pasaba como de la p!edra que C3.la, o ~amblen g al uien
significa más bien un efecto que una causa, y se dice de. cualquier efecto inopi- que la movía hacia el centro. y si aquel concurso fue~e mtentado por ~ '
nado, cosa que advirtió Boecio, lib. 1 De consolat., prosa 1, donde no admite con respecto a él no se diría que el efecto es casual, smo per se en su g nero.
que el azar signifique una causa, sino un efecto; no obstante, el uso ha hecho
se, mst posttto etiam talis caus~e v~l co~­
effectus carere aliqua causa; et ita agit d~
gustino notavimus; quare ut fatum aliquid semper vel frequentius consequitur suum -casu Aristot., 11 Phys., et cum eo caeten cursus plurium causarum casuahs ~lt.· Alio
sit,- iliVina praescientia et providentia exclu- effectum; effectus autem casuales dicuntur philosophi; tamen exp~c~to effectu intel- ergo modo sequirur raro effectus ettam po-
denda non est. es se ex iis qui raro eveniunt; ergo non eve.. ligetur melius causa. DtcJttlr ergo effec~s 'ta causa. et hoc modo dicitur effectus
nium a causa necessario operante. Rursus casualis is qui, per accidens ~t p:aeter opt-
Sl '
casualis raro '
evenire. Quia vero talis eff. ec-
SECTIO XII causa libera semper operatur a proposito et nionem vel intentionem, comunglntr ef!ec- tus semper provenit ex concursu plunum
UTRUM CASUS ET FORTUNA INTER CAUSAS ex intentione :finis; casus autem dicitur es- rui per se alicuius causae, ut quod fod1ens causarum, oportet ut ille concursus ~on ~­
EFFICIENTES NUMERAR! DEBEANT se cum praeter intentionem aliquid accidit; terram inveniat thesaurum. Hoc constat ex beat certam et de:finitam causam m. um-
non est ergo casus causa libera; ergo casus comm~ signi:ficatione illius vods, nam verso; ex quo e tia m :fit ut raro e':eruat, et
· causa efficiens. ~-IOe,m. est effectus casualis quod contingens ideo eclipsis non est effectus casualis, neque
raro et praeter intentionem. Duo itaque vi- omnis alius qui regulariter coniungitur cum
sublata necessitate videtur dentur esse de illius ratione. Unum est ut
sequens ut multi effectus casu et fortuito effectu per se.
2. Quamvis haec nomina casus et for- raro eveniat, ut sentit Aristot., 11 Phys., 3. Secundo, est de racione talis effectus
in universo eveniant. Cumque nihil possit tuna pro eodem saepe usurpentur, tamen c. 7, et ibi Averroes, Alexand., S. Thoma~,
:fieri quod non habeat efficientem causam, ut praeter intentionem ag_entis causae. eve-
in rigore habent diversam significationem; Albertus et alii, quamvis Avicen~ h~ li- niat; ut quod praetereunte ~etro Ia¡;us c~­
:fieri etiam videntr ut huiusmodi effectm e~ ideo dicemus prius de casu, deinde de mitare voluerit sine causa, ut statlm dtcam.
casuales vel fortuiti aliquam efficientem cau- fortuna. Nomen- igitur casus proprie signi- Cum autem dicitur ille effectus raro evenire, dat, dicintr esse casus fortw~~' qwa futt
sam habere debeant quae casus aut fornrnoa :ficat potius effectum quam causam, dici- intelligendum est in sensu . (ut ita .dicam) praeter intentionem tum honums ~anseu~­
nominentr. De hac ergo causa inquiximus turque de quolibet effectu inopinato, quod. comoosito seu facta suppostOone talis cau- tis tum Iapidis cadentis, vel generantts
an sit et qualis sit. Videtur enim non esse notavit Boet., lib. 1 de Consolat., pros. 1, sae;- saep~ enim est rarus e~fectus '!uia raro qu'od illum in centrum mov~bat. 9uod si
aliquam ex his quae necessario aut libere ubi non vult casum significare causam, sed ponitur causa, quamquam 1Ua pos1ta sem- ille concursus fuisset ab altquo tntentus,
agunt, et ita nullam esse posse. Assumptwn effectum; tamen iam usus obtinuit ur de per arit regulariter sequatur effectus; et respectu illius non diceretur effectus casua-
patet, quia causa necessario operaos, vel causa etiam dicatur; non potest enim ille tune non est casualis, sed potest esse per lis, sed per se in suo genere; est ergo de
444 Disputaciones metafísicas -Disputación XIX.-Sección XII 445

Consiguientemente, pertenece a la razón del azar el ser un efecto ajeno a la algunos efectos que se consideran casuales con respecto a las causas particula-
intención del agente, ya que es un efecto per accidens. res, no son casuales respecto de las causas universales, por ejemplo, respecto
4. Con esta explicación se entiende que en el universo no hay efectos ca- de los cielos (si concurren per se a tal efecto), como los monstruos y algunas
suales con respecto a Dios, sino únicamente con respecto a las causas segun- otras cosas que se dice que se generan per accidens. En cuanto al ?efecto que
das o particulares; y la razón está en que nada puede ocurrir fuera de la in- va unido al efecto en el pecado, para que no sea casual no es .prectso que . sea
tención de Dios, ya que nada puede escapar a su presciencia. Se dirá : a veces intentado per se, ya que esto es ajeno a su razón, porql;l~ nadte ,o~ra tendien-
ocurre en la realidad algo ajeno a la intención de Dios, como los pecados en do al mal; basta, por tanto, que sea previsto y perm1ndo; man~e porque
los actos humanos. Y quizá también, entre los efectos naturales, pueden darse Dios siempre lo ordenó al castigo o para que sea ocasión de un bte~ mayor;
algunos que, aunque sean conocidos previamente por Dios, no sean intentados lo ordenó -repito- 00 con una ordenación previa que anteceda segun la ra-
por El. Se responde, en primer lugar, que, con respecto a la causa que obra zón a la_ presciencia, sino que la siga. Y así, hablando. en absoluto, un. efecto
con entendimiento y voluntad, para que el efecto sea casual o fortuito se re- <"asual o fortuito nunca puede ser tal con respecto a D1os, como muy b1en en-
quiere, no sólo que sea ajeno a la voluntad, sino también ajeno a la ciencia o seña Santo Tomás, I, q. 103, a. 7, ad 2, y q. 116, a. 1, ad 2; y San Agustin,
a la opinión del operante. Porque si de una acción mía se sigue algo que yo lib. LXXXIII Quaest., q. 24; Boecio, I De consolat., prosa l.
preví que había de suceder, no puede decirse que para mí sea casual o fortuito, aun
Cuando pueda ser o no voluntario, sino sólo permitido, o también de alguna El azar en cuanto significa causa
manera involuntario. Por eso Aristóteles, en el lib. II Magn. Moral., c. 8, dice 5. El azar es una causa «Per accidens».- Por lo dicho ace~ca del efecto
que hay menos fortuna allí donde hay más entendimiento. Así, pues, para que,. casual resulta fácil explicar qué es el azar, en cuanto con este térmmo se expr~sa
con respecto ~ Dios, no suceda nada casualmente, basta que nada suceda fuera la causa misma del efecto casual. Hay que decir, pues, que no es una peculiar
de su ciencia y su presciencia. Añadimos, empero, que una cosa es hablar del causa per se destinada a tal efecto, sino que puede ser cualquier causa eficiente
efecto que se da eu el pecado, el cual siempre es una realidad, y otra hablar creada en cuanto que, de manera accidental y sin intención, a su efecto. P,er se
del defecto que sólo es carencia de la debida perfección moral; porque, hablan- se une otro efecto raro y totalmente accidental. Este es el parecer de Ar1stoteles
do del efecto, éste no puede ser casual con respecto a Dios, no sólo porque y de otros filósofos en los lugares citados; lo explica Santo Tomás, I, q. 16, a. 1,
es conocido previamente, sino también porque Dios mismo lo causa no única- porque este efecto conti~gente e~ el sentido indi~ado, en cuanto .tal, ~o es ente
mente per accidens~ sino per se~ y así puede decirSe que es de alguna manera ni uno absolutamente, smo relauvamente, es decrr, uno per acctdens~ luego _no
intentado, al menos en cuanto a la voluntad que Dios tuvo de concurrir a aquel es preciso que tenga una causa absolutamente ~ per se, al menos ~atur~l, smo
efecto si concurría asimismo la causa segunda. Por esta razón, ningún efecto sólo per accidensj luego el azar no es una determmada causa per. se, smo solo ~au-
natural puede llamarse casual con respectO a Dios, no sólo por la presciencia, sa per accidens. El antecedente es claro, ya que es un efecto contmgente, por eJem-
sino también por la eficiencia per se y alguna intención que Dios tuvo de tal plo, el que uno, al excavar un sepulcro, descubra un tesoro; pero esto no es
efecto por el solo hecho de querer crear de antemano unas determinadas cau- una cosa determinada; por eso -dice Santo Tomás- no puede haber en la
sas naturales aptas para un determinado efecto y concurrir con ellas. Por ello, naturaleza ninguna causa que incline «per se» a dicho efecto, ya que la causa
effectos qui respectu causarum particula- est declarare quid sit casus, u:t hac voce
ratione casus quod sit effectus praeter in- Unde Aristot., lib. 11 Magn. Moral., c. 8, rium censentur casuales, respectu causarum significatur ipsa causa effectus casualis. Di-
tentionem agentis, quia est effectus per ac- dicit ibi minus esse fortunae, ubi plus est universalium, ut caelorum (si per se con- cendum est enim non esse peculiarem ali-
cidens. intellectus. Ut ergo Deo nihil casu accidat, curran! ad talem effectom), non sunt ca- quam causam per se institutam ad talem
4. · Atque ex hac explicatione intelligitur satis est quod nihil praeter eius scientiam suales, ut monstra et quaedam · alia quae per effectum, sed esse posse quamlibet c~usam
non esse in universo effectos casuales re- et praescientiam eveniat. Addimus vera prae- accidens generari dicuntur. At vero defectus efficientem creatam, quatenus, ex acc1dente
spectu Dei, sed tantum respectu causaruni qui coniungitur effectui in peccato, ut non et praeter intentionem, coniungitur cum ef-
secupdarum, seu particularium; et ratio est terea aliud esse loqui de effectu qui est in
peccato, qui semper LSt res aliqua, aliud sit casualis non oportet quod sit per se fectu per se illius alius effectus rarus et
quia nihil evenire potest praeter intentio- intentus, quia hoc est praeter rationem eius, omninO accidentarios. Haec est sentencia
nem Dei, eo quod nihil possit subterfugere de defectu qui solum est carentia, debitae
cum nema intendens ad malum operetur; Aristotelis et aliorum philosophorum in lo-
praescientiam eius. Dices: interdum aliquid perfectionis moralis; nam loquendo de ef-
satis ergo est ut sit praevisus et permissus; cis citatis; eamque declarat D. Thom., I,
:fit in rebus praeter intentionem Dei, ut in fectu, ille non potest esse casualis respectu q. 16, a. 1, quia hic effectus dicto modo
maxime quod a Deo semper est ordinatos
humanis actibus peccata. Et fortasse etiam D~i, non. solum quia est praescitus, sed contingens, ut sic, non est absolute ens
ad ooenam vel ut sit occasio alicuius maio-
ris boni; ordinatus (inquam) non praeordi- neque unum, sed secundum quid, scilicet
tingere qui, licet sint a Deo, non per se causatur ab ipso Deo, et ita potest natione quae secundum rationem antecedar unum oer accidens ; ergo non oportet ut
tamen sint intenti. Respondetur imprimis, dici aliquo modo intentos, saltem quannun praescientiam, sed quae sequatur. Atque habeat Causam simpÍiciter et per se, saltem
respecto causae operantis per intellecnun et ad voluntatem quam Deus habuit concur- simpliciter loquendo nunquam potest ca- naturalem, sed solum per accidens; .ergo
voluntatem, non solum requiri, ad hoc quod rencli ad illum effectum, concurrente etiam sualis vel fortuitos effectos talis esse re- casus non est determinata causa per se, sed
effectus sit casualis seu fortuitos, ut sit causa secunda. Et ob hanc rationem nullus spectu Dei, ut recte tradit D. Thom., 1, solum causa per accidens. Antecedens patet,
praeter voluntatem, sed etiam ut sit praeter effectus naturalis potest dici casualis respec- q. 103, a. 7, ad 2, et a. 116, a. 1, ad 2; c.am effectos contingens est, verbi gratia,
scientiam vel opinionem operantis. Nam si tu Dei, non tantum propter praescientiam, et August., lib. LXXXIII Quaest., q. 24; quod fodiens sepulcrum, inveniat thesau-
ex actione mea aliquid sequatur quod ego sed etiam proprer efficientiam per se et ali- Boet., I de Consol., pros. l. rum; hoc autem non est unum quid; et
futurum esse praevidi, non potest dici esse quam intentionem talis effectus quam Deus ideo (ait D. Thom.) nulla potest esse causa
~hi casuale vel fortuitom, etiamsi esse pos- habuit hoc ipso quod voluit tales causas De casu, ut causam significat in natura quae per se inclinet ad illum ef-
sJt vel non voluntarium, sed permissum tan- naturales procreare aptas ad talem effectum S. Casus est causa per accidens.- Ex fectum, quia semper causa naturalis tendit
tum, vel etiam aliquo modo involuntarium. er cum illis concurrere. Unde aliqui etiam bis quae de effectu casuali diximus, facile ad aliquid proprie unum. Merito autem lo-
,_

446 Disputaciones metafísicas Disputación XIX.-Sección XII 447

natural siempre tiende a algo propiamente uno. Y con razón hablamos de la que no tiene uinguna causa per se creada, por Jo cual el descubrimiento del
causa natural, ya que la causa intelectual puede tender per se, considerándolo tesoro, que de ella proviene, se llama efecto fortuito, cuya causa per acciden¡
como uno, a algo que es per accidens, como aquel concurso de causas o de efec- es en parte el hombre que cava la tierra, en parte el que puso oro en aquel
tos, por lo cual entre las causas intelectuales puede darse una causa per se de lugar; y lo mismo ocurre en otros casos semejantes.
este efecto, según decíamos poco antes acerca de Dios; pero en tal caso, con 8. Pero hay que advertir, además, que estos efecto~ per ac~idens y .~ontin­
respecto a aquella causa, el efecto no será contingente, ya que no estará fuera gentes no sólo se producen por concurso de causas eficientes, smo tambien por
de su intención. Por lo tanto, puede concluirse la razón de esta manera : si el concurso fortuito de la causa eficiente con la material; porque de este modo
azar fues_e una causa per se, o sería intelectual o natural; no lo primero, ya que se engendran los monstruos, que raras veces se producen, por disposición de. la
la causa Intelectual es per se cuando obra en virtud de conocimiento e intención; materia; pero entonces el efecto no es casual con respecto a la causa mate.n~l,
pero el efecto casual es ajeno a la intención; tampoco lo segundo, ya que la sino con respecto a alguna eficiente. Avicena, lib. 1 Sufficient., c. 13, no advtrtló
naturaleza no inclina a algo uno per accidens del modo indicado; Juego el azar bastante esto, y por ello dijo que son efectos casuales no sól? los que suceden
no es causa per se de ningún efecto. raramente, sino también los que acaecen en orden a cualquiera de d.os extre-
6. De qué manera es Dios causa del efecto casual.- Se dirá: Juego tam- mos, o sea, los que igualmente pueden suceder que no suceder a un SUJeto; por
1 poco Dios es causa per se del efecto casual, en cuanto tal; el consecuente es ejemplo, con respecto a una superficie, el h~ce~se blanca o ne~a: ~ero es~o no
falso, porque ser casual es algo en el efecto; pero nada hay en el efecto que no se afirma correctamente, ya que el azar no significa causa material, smo eficrente, .
proceda per se de Dios. Se responde que el ser casual no añade ninguna rea- con respecto a la cual no hay ningún efecto contingente en orden a uno u otro
lidad al efecto, sino una denominación tomada de la unión o referencia a tal de dos extremos, a no ser en las causas libres. Porque las naturales están deter-
~.·ansa, mediante su efecto per se. Se dice, además, que Dios causa per se la minadas a una sola cosa; en las libres, en cambio, tal efecto no es casual por
contingencia de los efectos, porque El quiso que tales efectos se produjesen ca- esa. razón, sino libre, y será casual si se da fuera de intención, ~o cual no ocurre
sualmente, mas no que se constituyeran en razón de efectos casuales en orden propiamente sino en aquellos que raras veces se nnen a efectos mtentados per ~e.
a Dios,. lo cual era contradictorio, sino con respecto a la causa creada; y ese La indiferencia de la potencia material nada imp~uta para que ~1 efecto . ~e dtga
respecto también lo causa Dios, de la manera que puede ser o hacerse. casual, no sólo porque el efecto no se sigue en vrrtud d.e ella, sn;to tambie~ por-
7. Se dirá de nuevo : ¿cuál es el efecto que, en estos acontecimientos, se que, en lo que de ella depende, no es un efecto per acct~ens o aJeno a su !llten-
produce de manera enteramente accidental y sin caUsa per seJ si todo lo que es ción; porque esto pertenece propiamente a la causa eficiente, como es evidente
per accidens debe reducirse a una causa per se? Respuesta: no es preciso que de suyo. - ·
todo efecto, cualquiera que sea, tenga causa per se, sino que basta que s~ una 9. Qué es la fortuna.- Finalmente, por lo dicho se pone_ de manifiesto con
al efecto per se de alguna causa, y en este sentido debe entenderse cuando se facilidad qué deba decirse de la fortuna, acerca de la cual mventaron muchas
dice que se reduce a una causa per se. Y _así ocurre en el presente caso; v. gr., en fábulas Jos gentiles los cuales por desconocer la causa de muchos efectos ca-
el ejemplo del descubrimiento de un tesoro, el que allí se hubiera generado oro suales que acontece'n a los ho~bres, fingieron una diosa, a la que denominaron
procedió per se de alguna causa; igualmente, la excavación de la tierra es rea- Fortuna, que fuese la causa de esos efectos. Pe~o esa ficción la in:'-pu~aron, en-
lizada per se y con intención por el hombre; pero esa unión es tan accidental tre otros, San Agostin, lib. IV De Civitate Det, c. 18, y Lactancm, lib. III De
quimur de causa naturali, quia causa intel- tui, sed denominationem sumptam ex con-
lectualis potest per se intendere, ut unum, iunctione vel habítudine ad talem causam, coniunctio ill.a est ita per accidens ut nul- sed efficientem, respecto cuius nullus est
id quod est per accidens, ut conCursum il- medio per se effectu eius. Deinde dicitur lam habeat creatam causam per se, et ideo effectus ad utrumlibet contingens nisi in
Ium causarum vel effectuum, et ideo ínter Deum per se causare contingentiam effec- inventio thesauri, quae ex illa provenit, di- causis liberis. Nam naturales sunt deter-
causas intellectuales potest dari causa per tuum, quia ipse voluit ut tales effectus casu citur effectus fortuitus, cuius causa per ac- minatae ad unum; in liberis autem talis
se huius effectus, sicut paulo antea de Deo fieren.t, non tamen quod in ratione casua- cidens partim est horno fodiens terram, par- effectus non est casualis ex eo capite, sed
dicebamus ;, tune autem respecto illius cau- lium effectuum constituerentur per ordinem tim is qui posuit aurum in illo loco; et Iiber; erit autem casualis si sit praeter in-
sae, effectus non eri:t contingens, quia non ad Deum, id enim repugnabac, sed per idem est in similibus. tentionem, quod non invenitur proprie nisi
erit praeter intentionem eius. Unde potest respectum ad causam creatam; quem re- 8. Ulterius vero est advertendum hos in üs quae raro coniunguntur effectibus per
in hunc modum concludi ratio, nam si ca- spectum etiam Deus ipse causat, eo modo effectus per accidens et contingentes no~ se intentis. Indifferentia autem potentiae
sus esset causa per se, aut esset -int~llectua- quo aut fieri potest. solum evenire ex concurso causarum efft- materialis nihil refert u:t effectus dicatur
~-oiiontiu~m, sed etiam ex concurso fortuito ef- casualis, tum quia non sequitur effectus ex
intellectualis tune est per se ex scien- qui in huiusmodl ficientis causae cum materiati; sic enim ge- vi illius, tum etiam quia ex parte eius non
tia et intentione operatur; effectus autem accidens et sine causa per se, cum omne nerantur monstra, quae raro eveniunt, ob est effectus per accidens aut praetei inten-
casualís est praeter intentionem; non eti_am id quod est per accidens reducendum sit in dispositionem materiae; tune aute~. effec- tionem; nam hoc proprie pertinet ad cau-
secundum, quia natura non inclinat ad unum causam per se? Respondetur non oportere tus non est casualis respecto matenalis cau- sam efficientem, ut per se constat.
per accidens illo modo; ergo casus non est ur omnis effectus, qualiscumque sit, habeat sae, sed respecru alicuius efficientis. Quod 9. Quidnam sit fortuna.- Ultimo ex his
causa per se alicuius effectus. causam per se, sed satis est ut coniungatur non satis advertit Avicenna, lib. 1 Suffi- facile constat quid dicendum sit de fortuna,
6. Deus quomodo sit causa effe~;tus ca- effectui per se alicuius causae, et hoc sensu cient., c. 13, et ideo- dixit effectus casuales de qua multa fabulati sunt gentiles, qui igno-
sualis.- Dices: ergo nec Deus est causa intelligendum est curn dtcirur reduci in cau- non solum esse qui raro eveniunt; sed rantes causam multorum casualium effec-
per se effectus casualis, u:t talis est; con- sam per se. Et ita fit in praesen:ti; verbi etiam qui . ad utrumlibet eveniunt, id est, tuum qui hominibus eveniunt, deam quam-
sequens est falsum, nam esse casualem . est gratia, in exemplo de inventione thesauri, qui aeque possunt evenire et non evenire dar;n finxerunt, quam Fortunam appellarunt,
aliquid in effectu; nihil aucem est in ef- quod ibi aurum fuerit genitum, per se fuit alicui subiecto, ut respecto superficiei quod quae esset horum effectuum causa. Sed hu-
fectu quod non sit per se a Deo. Respon- ab aliqua causa; ipsa item terrae fossio per fiat alba vel nigra. Sed hoc non recte dicitur, iusmodi commentum impugnarunt ínter alios
detur esse casualem nihil rei addere effec- se et ex intentione fit ab homine. At vero nam casus non significat materialem causam, D. August., lib. IV de Civit., c. 18, et Lac-
D.sputación XIX.-Sección Xll 449
448 Disputaciones metafísicas
eo el lib. LXXXlll Quaest., en la 24. Lo segundo. que hay que _observar _es que
ver. sapient., c. 28 y 29; puede leerse Alberto, II Phys., tract. III, c. 10, y Es- se. producen en nosotros algunos efectos que consideramos fortmtos por 1g;norar
coto, en su Quodl., q. 21. Debe decirse, pues, que el efecto fortuito tiene for- su causa, a pesar de que no son efectos que procedan de nosotro~ per acc,dens,
malmente la misma razón que el casual, y sólo difieren en que el fortuito se dice sino que son producidos· per se en nosotros por alguna _causa super~or; así, el 9-ue
especialmente de las cosas humanas o con respecto al agente que obra a propó- uno, sin pretender ni pensar de antemano nada semeJante, exp~r1mente un 1m-
sito con razón e intención propia y elícita. Por eso, la fortuna es asimismo una pulso interior bueno, o el que uno que va a pasar por este cammo se vea como
causa per accidens de igual naturaleza que el azar, y sólo expresa determinada- arrastrado por el deseo y la voluntad de pasar por otro, y de esa manera escape
mente que hay una causa que obra a propósito, la cual es per accidens con res- a las asechanzas de sus enemigos, lo llaman los hombres fortuna; no obst~nte,
pecto al efecto que se sigue fuera de la in~endón. Puede, en consecuencia, su- ese efecto tiene una causa per se que lo intenta, a saber, un ángel o el m1smo
ceder que un mismo efecto sea fortuito y casual, es decir, que proceda de ]a Dios. Por eso dijo San Agustln, I Retrae!., c. 1, y lib. I Contra academicos, que
fortuna y del azar con respecto a sujetos diversos; así, el descubrimiento de un vulgarmente se da el nombre de fortuna a la que está gober~.ada po~ un ord~n
tesoro acontece por fortuna con respecto al hombre que cava la tierra, y por azar oculto y tiene una razón y. causa secreta. Eso lo expuso tambien el_ Filósofo, hb.
con respecto a Ja causa natural que genera el oro. Y si no fue generado allí, sino De bona fortuna, c. 2. Hasta aquí de la fortuna y de las causas eficientes creadas.
puesto por otro hombre, también él es causa en calidad de fortuna; no obstante ·
con respecto a él se dirá mala fortuna, y buena con respecto al otro; porque es~ creaturae amplissima quadam immensaque luntate incedendi alia via, et ita effugiat
! ' tos nombres no significan diversas causas per se, o divinas, sino denominaciones republica. ldemque attigit lib. LXXXIII hostium insidias, appellatur ah hom:inibus
tomadas de los efectos prósperos o adversos. De esta manera explicó la razón de Quaest., in 24. Alterum observandum est fortuna; habet tamen ille effectus causam
quosdam effectus in nobis fieri quos pu~a­ per se intendentem illum, nempe angelum
fortuna Aristóteles, II de la Física, c. 5, y lib. De bona fortuna. mus fortuitos eo quod illorum causam ¡g- aliquem vel Deum ipsum. Et ideo dbut
10. Los efectos de la fortuna están sometidos a la voluntad divina.- Sólo noremus, cum tamen non sint effectus qui Aug., 1 Rettact., c. 1, et lib. 1 contt. aca-
falta advertir dos cosas. Una, que algunos filósofos ban considerado la fortuna per accidens a nobis eveniant, sed per se demicos, vulgo appellari fortunam quae oc-
culto ordine regitur et rationem et causam
c~mo si sus efectos. no estuviesen sometidos en absoluto a ninguna provide.ri.cia, in nobis fi.ant ab aliqua superiori causa; ut
secretam habet. Quod etiam attigit Philo-
quod aliquis, nihil tale intendens aut prae-
m fuesen tampoco mtentados, previstos u ordenados por ninguna causa suprema. cogitans, aliquem bonum motum animi in soph. lib. de Bona fortuna, c. 2. Atque
Y por este motivo se reprende alguna vez a sí mismo San Agustín, como en I se sentiat, vel quod aliquis incessurus per hacte~us de fortuna et de efficientibus cau-
Retract., c. 1, por haber empleado el término «fortuna»; nosotros, sin embargo, hanc viam quasi rapiatur desiderio et vo- sis creatis.
subor~inamos toda fortun~ a la providencia diyi_na, ya qu~ nada nos suced~ por
casualidad que no haya sido ordenado o permitido por Dms, como se ha expli-
cado amba y expresó elegantemente San Agustln, lib. III De Trinit., c. 4, con
estas palabras: No sucede nada visible y sensiblemente que no sea mandado o
permitido en la corte interior invisible e inteligible del Emperador supremo, con
arreglo a la inefable justicia de los premios y los castigos, las gracias y las recom-
pensas, en esta amplísima e inmensa república de toda criatura. Lo mismo expuso

tant., lib. III de Ver. sapient., c. 28 et 29, et tiones sum:ptas ex effectibus prosperis vel
legi potest Albert., 11 Phys., tract. 111, c. 10, adversis. Atque ita explicuit rationem for-
et Scotus in Quodl., q. 21. Dicendum est tunae Aristot., 11 Phys., c. 5, et lib. de Bona
ergo effectum fortuitum formaliter eiusdem for.tuna.
rationis esse cum casuali, solumque differ- 10. Fortunae effectus divinae subiacent
re quia fortuitus dicitur specialiter in hu- voluntati.- Solum sunt duo advertenda.
manis rebus seu respectu agentis a propo- Unum est fortunam ita esse sumptan ab ali-
sito ex ratione et intentione propria et eH- quibus philosoohis ac si effectus eius nulli
cita. Unde fortuna causa est etiam per ac- omnino providentiae et a nulla
cidens eiusd~m rationis cum casu, solumque causa etiam su:pre,ma
determinare ut sit causa aut
sum
tus praeter intentionem . Unde fie- quod usus fortunae; nos vero
ri potest ut idem effectus sit fortuitus et omnem fortunam subiicimus divinae pro-
casualis, seu a fortuna et casu respectu di~ videntiae, quia nihil nobis casu accidit quod.
versorum; ut inventio thesauri est fortuna a Deo non sit vel ordinatum vel permis-
respectu hominis fodientis terram, casus sum, ut supra declaratum est, et eleganter
vero respectu causae naturalis generantis dictum est ab Aug., lib. 111 de Trin., c. 4
aurum. Quod si non fmt jbi genitum, sed his verbis: Nihil fit visibiliter et sensibili~
ab alio homine repositum, etiam ille est ~er qu_ot:! . non de interiori invisibili atque
causa ut fortuna; tamen respectu illius di- tntellzg¡,bllz aula summi Imperatoris aut iu-
cetur mala fortuna, respecto alterius bona; beatur aut permittatur, secundum ineffabi-
haec enim nomina non significant diversas lem iustitiam praemiorum atque poenamm
causas per se, aut divinas, sed denomina- gratiarum et retributionum 'in ista toti~ 29
---------------~- -- -- ~- - -

DISPUTACION XX

LA PRIMERA CAUSA EFICIENTE Y SU PRIMERA ACCION, QUE ES LA CREACION

RESUMEN

Esta disputación incluye diversos puntos, claramente señalados en los títttlBS


de las correspondientes secciones:
l. Si la razón natural puede llegar a conocer la posibilidad, y también la ne-
cesidad, de la creación de algunos entes (Sec. ji.
Il. Si para crear se requiere una virtud activa infinita y, por tanto, incomu-
nicable a la criatura (Sec. 2).
111. Si puede darse un instrumento de la creación (Sec. 3).
IV. Si la creación es, en la criatura, algo realmente distinto de ella (Sec. 4).
V. Si el concepto de creación exige la novedad del ser (Sec. 5).

SECCIÓN 1

Aclarada la significación de "creación" (1) y señalados cuatro motivos de


duda (2-5), se exponen dos opiniones contrarias: la que niega (6) y la que admite
la posibilidad de demostrar racionalmente la creación (7). Para resolver el pro-
blema, Suárez demuestra las tres tesis siguientes:
1." Posibilidad de la creación. Es probada (fa priori", defendida contra las
objeciones (9-13) y apoyada con razones 'probables (14).
2. a Existencia efectiva de la creación. Se demuestra con respecto a los cuer-
pos celestes (15) y a los inferiores (16), y se rechaza la eternidad de la mate-
,;a(17-20) y la de las inteligencias (21).
3." Necesidad de la causa primera creadora (22).
Seguidamente se responde a los argumentos contrarios y se examinan las opi-
nione~ de los filósofos acerca de la creación (23-30), haciendo hincapié en el pen-
samiento aristotélico y en ~us diferentes interpretaciones (24-26).

SBCCIÓN II

Contra la opinión de Avicena (1), la fe establece que ninguna criatura time


poder para crear (2); pero hay que llevar a cabo una investigación filosófica de
este principio. Después de consignar el motivo de duda y aclarar el sentido de
la cuestión (4-9), se registran dos opiniones extremas (10-11) y se aborda la sv-
lución del problema: es contradictorio que la criatura tenga poder de crear, aun-
que resulta dificilísimo aducir una demostración plenamente convincente de ello
(12-13). A continuación se examinan las razones que tres autores de relieve han
452 Disputaciones metafísicas

empleado para demostrar esta verdad: la de Escoto (14-19) es deficiente (20) y


no tiene eficacia con respecto a las criaturas espiritu~les (21~; la de O~kam no
posee mayor fuerza probativa (22); las de Santo Tomas, estudtadas detemdamente
por Suárez, no están exentas de dificultades (23-40); por tanto, la verdad en. cues-
tión no tiene una demostración racional cierta~ sino sólo probable y conletural
(41-44). La sección se cierra con dos respuestas al motivo de duda (45-46).

SECCIÓN 111

Apoyándose en los razonamientos anteriores, afirma el Eximio la. imposibili-


dad de que una virtud creada sea, por sí misma y por su naturaleza, znstru",!ento DISPUTACION XX
de la creación (1). Lo demuestra con diferentes razones y aduce, como conf'l.rma-
ción, una prueba de Santo Tomás (2-5). Aclara cierta expresión de Pedro Lom-
bardo, en el sentido de que éste nunca defendió la posibilidad de un instrumento LA PRIMERA CAUSA EFICIENTE Y SU PRIMERA ACCION, QUE ES LA CREACION
natural de la creación (6-8), Y rebate los inconvenientes que algunos oponen con-
tra el instrumento de la creación, cuando es elvado sobrenaturalmente (9-11).

I SECCIÓN IV
De Dios glorioso se hace en metafísica una doble consideración: en cuanto
Tras la potencia creadora!) conviene estudiar la acción creativa en sí misma (1). causa primera y en cuanto primer ente ; y!) si bien esta última razón es en sí mis-
Expuestas tres opiniones diferentes, con los argumentos en que se basan (2-10), ma anterior, no obstante, con respecto a nosotros y según el orden de exposición
se aborda la solución del problema de acuerdo con la tercera sentencia. Pero que venimos siguiendo, el estudio de la otra se ofrece primero, no sólo porque
conviene sentar algunas afirmaciones para aclarar la doctrina: La dependencia d2 mediante los efectos llegamos al conocimiento de Dios, sino también porque la
la criatura con respecto a Dios es algo que existe real e intrínsecamente en la presente disputación es necesaria para una consideración completa de las causas
criatura (11) y se distingue realmente de ella (12) -afirmación que demuestra del ente en cuanto tal. Así, pues, nada diremos ahora de la primera causa en sí
con ejemplos (13) y con una razón Ha priori'!) (14)-, aunque no con distinción misma y según las perfecciones que posee, ni siquiera de su ~xistencia; antes
completamente real, sino H ex natura rei"!) como un modo de la criatura misma bien, ahora damos por supuesto que Dios existe, cosa que demostraremos des-
(15-16). Tal dependencia no es auténtica mutación, sino producción de la cria- pués. También suponemos que El no tiene causa, ya que es preciso detenerse
tura -creación pasiva- y verdadera emanación de Dios -creación activa- (17- en algún ente no hecho, por no ser posible proceder al infinito. Trataremos, por
20). Respondiendo a una objeción, afirma y demuestra Suárez que la dependen .. tanto, de la eficiencia de este primer ente sobre los demás y de la dependencia
cia de la criatura tiene verdadera razón de acción transeúnte (21-22) y que la de éstos con respecto a él. Esa dependencia puede ser o considerarse de tres mo-
potencia activa de Dios H ad extrd' es la potencia ejecutiva divina, conceptual- dos, a ·saber, en la producción, en la conservación y en la operación; y de 108
mente distinta del entendimiento y de la voluntad (23). Al resolver los fundamen- tres nos ocuparemos· en la presente y en las dos disputaciones que siguen. Ahora
tos de las opiniones contrarias, sienta algunas afirmaciones de interés, con las bien, la dependencia en la producción consiste principalmente en la creación,
que se perfila la naturaleza de la acción creadora (24-32). Por último, rechaza no sólo porque ésta es la_ c1ependencial'r~l'~a_d!Lentee!,_cuanto _ente, que io-
algunas consecuencias derivadas de la segunda opinión (33-34). vestigamos ahora, sino también porque en esta acción consiste la primera pro-
ducción (por as! decirlo) de los entes factibles; por ello estudiaremos dicha
SECCIÓN V acción en esta disputación, ya que los otros modos según los cuales puede la
La presente cuestión se refiere a la eternidad de la sustancia del mundo (1).
Consignados los argumentos con que se prueba que el concepto de creación 1e- DISPUTATIO XX nunc esse Deum, quod. infra demonstrabi-
DE PRIMA CAUSA EFFICmNTI PRIMAQUB EIUS mus. Supponimus item ipsum non habere
qu'iere la novedad del ser (2), se exponen las opiniones contrarias (3-4) y se r•• causam, quia necesse est sistere in aliquo
ACTIONE, QUAE EST CREATIO
suelve la cuestión admitiendo el pensamiento de Santo Tomás (5) y haciendo las ente non facto, cum non possit in infinitum
afirmaciones que siguen: De Deo glorioso duplex es! in rnetaphy- procedi. Dicemus ergo de efficientia huius
l.a La creación no es necesariamente eterna (6). sies consideratio, scilicet, quatenus est pri- primi entis in alia et de dependentia alio-
ma causa et quatenus est primurn ens; et rum ab ipso. Quae triplex esse aut consi-
2. a Ninguna razón natural prueba que el mundo exista eternamente (7-10). quarnquarn haec posterior ratio secundum derari potest, scilicet, in fieri, in conservad
. . 3.a No es contradictorio que la creación se haya realizado desde la eterni- se sit prior, altera tamen quoad nos, et iux· et in operad; et de his tribus dicemus in
dad (11). Con esta ocasión, aclara Suárez el sentido de la expresión "de la nada" ta doctrinae ordinem quem prosequimur, hac et duabus disputationibus sequentibus.
venit consideranda prius, tum quia per ef- Dependentia autem in fieri potissimum in
(12) y responde a una objeción (13). fectus venimus in cognitionem Dei, turn creatione consistit, tum quia haec es! pro-
. De la eternidad de la creación no se deduce ninguna infinitud real en la cosa etiam quia ad integram considerationem pria dependentia entis in quantum ens quam
.creada (14); por otra parte, sería preternatural la creación eterna de realidades causarum entis ut sic necessaria est prae- hic inquirimus; tum etiam quia in hac ac-
corruptibles permanentes (15-17), y t.mbién la de realidades incorruptibles (18). sens disputatio. IgituT de prima causa se- tione consistit primum fieri (ut ita dicjlm)
Dando solución a los argumentos contrarios se cierra la sección (19-22). cundum se et secundum eas perfectiones entium factibilium; et ideo de hac actione
quae ipsi insunt nihil nUDC dicemus, irnmo dicemus in hac disputatione; nam alli modi
neque de existentia elUS; sed supponimus quibus prima causa potest res produeere, et
i I

II
I Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Seccián 1 455
454
causa primera producir las cosas, aparte de no ofrecer dificultad, se tratarán de él en su ser; por tanto, también subsiste verdaderamente mientras se hace en
suficientemente en las siguientes disputaciones. el cuerpo, como diremos más abajo al tratar de la snbsistencia.

SECCION PRIMERA Motivos de duda


POSIBILIDAD DE SABER POR RAZÓN NATURAL SI LA CREACIÓN DE ALGUNOS ENTES
ES POSIBLE, Y TAMBIÉN SI ES NECESARIA; 0, LO QUE ES IGUAL, SI UN ENTE EN
2. Primero.- Explicada en este sentido la palabra «creaClon», parece qne
CUANTO ENTE PUEDE DEPENDER ESENCIALMENTE, EN SU EFECTUACIÓN,
la posibilidad de l.a creación ,no puede conocerse por la razón natural; primero,
porque lo que ArIstóteles, Platón y otros filósofos respetables no conocieron, es
DE OTRO ENTE
veroslmil que no pueda conocerse por la luz natural; pero dichos filósofos ig-
1. En primer lugar, debe suponerse el significado del término «creación», noraron la creación hasta el punto de considerar como un principio primero y
pues qué es la realidad misma se explicará posteriormente. Pues bien, crea~ evidente que de la nada nada se hace, como consta por Aristóteles, l· de la Fí-
ción significa producción de algnna cosa de la nada, según definen los teólogos. sicaj luego.
Mas la expresión de la nada, para distinguir esta acción de las demás, excluye 3. Segundo.- El) segundo lngar, de ningún ente puede demostrarse que
todo concurso de causa material y toda dependencia de la cosa que se crea con ,ea creado; luego tari:tpoco puede demostrarse que la creación sea posible. Fl
respecto a algún sujeto, como acertadamente expone Anselmo en su Monolog., antecedente es manifiesto, ya que todo ente es o sustancia o accidente. Pero el
c. 8, de suerte que decir de la nada es tanto como decir de ningún sujeto; y así accidente, si está en un sujeto, ni se crea ni puede crearse, aunque sea máxi-
sedistingne esta acción de aquella otra que se realiza por educción de la po- mamente sobrenatural, seg4n se ha demostrado arriba; y que el accidente exis-
tencia del sujeto. Porque estas dos acciones dividen adecuadamente toda la ta y se haga separado del sujeto no puede descubrirse por la razón natural. Por
eficiencia; por eso, así como mediante aquella partícula se diferencia suficien- su parte, la sustancia o es espiritual o material; de la primera, apenas puede
temente la creación de la educción, de igual modo mediante ella se explica su- investigarse por la razón natural si existe, y menos aún demostrarse de qué clase
ficientemente la razón de creación. De ahí infieren los teólogos que todo lo que se es o de dónde procede; luego no puede conocerse evidentemente que exista alguna
crea debe ser subsistente o hacerse por modo de subsistente, pues es preciso sustancia espiritual producida por otro y, consiguientemente, tampoco podrá de-
que se haga fuera del sujeto o sin dependencia del sujeto. Ahora bien, lo que mostrarse la necesidad o posibilidad de la creación por razón de estas sustan-
existe sin dependencia del sujeto subsiste o se comporta a manera de subsis- cias. En cuanto a la sustancia material, siempre se hace de la .materia; pero
tente; y digo esto por razón deí accidente) el cual, si Dios lo produjese sepa- que la materia misma haya sido hecha, o que necesite la eficiencia de otro para
rado del sujeto.~ sería creado en sentido verdadero porque tendría un modo de poder existir, es indemostrable; por eso Platón y muchos filósofos afirmaron
ser semejante a la subsistencia. En cuanto al alma racional, aun cuando se haga que es eterna e increada, y no se descubre un medio natural para demostrar lo
t.'n el cuerpo, no obstante se produce verdaderamente de la nada, ya que no se contrario. Porque si hnbiese a1gnno, serla sobre todo la imperfección y poten-
hace del mismo cuerpo, puesto que no se educe de su· potencia ni depende cialidad de la materia. Pero, ¿por qué no puede decirse que la materia tiene
por sí misma esta entidad suya, aunque mínima e imperfecta? Porque tampoco
difficultatem non habent et attingentur sa- nihilo quod ex nullo subiecto; atque ita es evidente que esta imperfección de la potencialidad pasiva tenga una conexión
tis in disputationibus sequentibus. distinguitur haee aetio ab alia quae est per
eduetionem de potentia subiecti. Hae nam-
SECTIO PRIMA que duae acciones adaequate dividuot om- et ideo vere etiam subsístit dum in cor- el fieri separatum a subiecro non potest in-
AN POSSIT RATIONE NATURAL! COGNOSCI CREA- nem efficientiarn; et ideo sieut per illam pore :lit, ut infra dicemus tractando de sub- venid naturali ratione. Substantia deinde
TlONEM ALIQUORUM ENTIUM ESSE POSSIBILEM particulam sufficienter distinguitur creatio sistentia. aut spiritualis est aut materialis: illa prior
AN ETIAM NECESSARIAM; VEL (QUOD IDEM ab eductione) ita sufficientt=r etiam per illam vix potest per rationem naturalem investi-
explicatur ratio creationis. Unde inferunt Rationes dubitandi gari an sit~ nedum demonstrari qualis ve!
EST) AN UNUM ENS IN QUANTUM ENS POSSIT
ESSENTIALITER DEPENDERE EFFECTIVE AB theologi 2 quidquid creatur debere esse suh- 2. Prima.- Sic explicata vace creatio- uode sit; ergo non potest cognosci eviden-
ALIO ENTE sistens aut fieri per modum subsistentis, nis, videtur non posse cognosci ratione na- ter quod sit aliqua substantia spiritualls fac-
ut fiat extra subiectum turali creanoneni esse possibilem; primo, ta ab alío; et consequenter nec demonstrari
quia .quod Aristoteles) Plato et alii graves poterit creationem esse necessariam vel pos-
nificet nomen creationis, nam quid res ipsa sine dependentia a subiecto) philosophi non cognoverunt) verisimile est sibilem propter has substantias. Substan-
sit postea declarabitur. Significat ergo crea- habet se ad madum subsistentis; cognosci non posse naturali lumine; sed tia autem rnaterialis semper fit ex materia;
rlo effectionem alicuius rei ex nihilo, ut propter accidens) si fieret a Deo separatum illí phiLosophi ita ignorarunt creationem ut quod autem materia ipsa sit facta, aut ef-
theologi definiunt l. Illa auteJIl particula ex a suhiecto) quod vere crearetur, quia habe- tamquam primum principium ac per se no- ficientia alterius indigens ut esse possit) non
nihilo, ut distinguat hanc actionem ab allis, ret modum essendi subsistentiae similem. lUm haberent ex nihilo nihil fieri) ut con- potest demonstrari; unde Plato et multi
excludit omnem concursum eausae materia- Anima vero rationalis, etiamsi in corpore stat ex Aristot.} in 1 Phys.; ergo. philosophi posuerunt illam aeternam et Ím-
lis et dependentiam rei quae creattlr ab ali- fiat, vere tamen fit ex nihilo, quia non fit 3. Secunda.- Secundo de nullo ente productam, neque aoparet naturaIe medium
quo subiecto~ ut recte exponit Anselm.) in ex ipso· corpore; non enim ex eius potentia potest demonstrari esse ereatum; ergo nec quo oppositum áemonstrari pO,ssit. Nam si
Monolog.) e. 8, ita ut idem sit dictum ex educitur neque ab eo pendet in suo esse; potest demonstrari creationem esse pos si- quod esset, maxime imperfectio - et poten-
bilem. Antecedens patet, quía omne ens aut tialitas materiae. Sed cur dici non potest
est substancia vel accidens: accidens autem, materiam ex se habere hanc suam entitatem)
si sit in subiecto, nec creatur nec cread quamvis minimam et imperfectam? Neque
1 D. Thom., 1) q. 45, a. l. potest, etiamsi maxime supernaturale sit, ut enim est per se notum hane imperfectionem
2 D. Thom., supra) a. 4. supra ostensum est; accidens autem esse potentialitatis passivae habere necessariam
,

456 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección I 457


necesaria con la otra imperfección de la potencialidad pasiva que implica la cosa
necesitada de efectuación o creación.. . . .
Diferentes opiniones
4. En tercer lugar, para crear se reqmere. una .pot~ncl~ infinita; pero no 6. En esta cuestión, muchos teólogos opinaron que no puede demostrarse
puede demostrarse la posibilidad de una potencla activa ~~lta; luego tampoco que alguna cosa haya sido hecha o pueda hacerse por creación. Así lo sostiene
la posibilidad de la creación. La mayo~ se aclara a poste....o", ya que de I~ c??- Gregorio, In 11, disto 1, q. 2, hacia el final, y a ello se inclina Gabriel ~n el
traria la criatura podría poseer potencia creadora, pues ~ no hay ~on~~adiccl0n mismo lugar, q. 2, a. 2. Lo defiende Basolis, In 1, disto 1, q. 1, a. 3. I?1~hos
por la infinitud de potencia, no hay motivo para que eXIsta contradicclOn; p~ro autores suponen, a fortioriJ que no puede demostrarse 'lue todo ente distInto
el consiguiente es bastante absurdo por sí mismo. Se demuestr~ I~ m~nor por- de Dios haya sido hecho por El, o que no pueda haber muchos entes .reales
qne no hay ningún medio natural para demostrar una potenCIa. ~ta en el improducidos. Pues aunque, admitida- la creación de algunos entes, no se infiera
obrar; pues, si bien Aristóteles trató de de~ostrarlo .por. .el movumento, no .10 inmediatamente con evidencia la imposibilidad de que se den dos naturalezas
consiguió, como probaré más abaJo; y la Inlsma explicaclOn vale para C?a1qmer increadas, o que todo ente distinto de Dios haya sido hecho por El, sino que
otra razón natural. Por eso muchos han intentado demostrar por la creacIón que esto necesita una demostración peculiar, no obstante, si la creación no fuese
existe alguna potencia infinita en el obrar; pero ello constituye un circulo vi- posible, sería abs.olutamente imposible que. todos los ent.es distintos de Dios ha-
cioso o petición de principio en esta materia de que tratamos. yan sido prodUCIdos por El, pu~s es .evldente que eXIsten muchos ente~ que
5. En cuarto lugar, es contradictorio que el ente en cuant~ ente sea pro- sólo pueden ser hechos por creaCIón, ~I deben hacerse; así, todas las r~ahdades
ducido; luego es contradictorio que se cree algo; la consecuencia se despIen?\! espirituales, que, por no tener matena, no pueden hacerse de un sUJ~to pre-
de la definición de creación, pues si algo se haCe de la nada, se ~ace ese';lclal supuesto; igualmente los cielos, si suponemos que .no pueden producltse por
y primariamente según toda la razón de ente; luego se h~ce esencIal y pIlma: generación, como parecen demostrar de manera sufiCiente la na~al:za, la o~~­
riamente en cuanto ente. El antecedente se prueba, en prlDler lugar, porque, SI ración, el movimiento y todo 10 que de ellos sabemos .por eXJ;erlencla; tamblen
el ente en cuanto ente fuese factible, todo ente sería factible, pues 10 que con- la materia prima, que no puede hacerse de una matena anterIor.
viene a alguna razón de manera ese?cial y primaria y en cuan.to tal, conviene 7. La segunda opinión afirma que esta verdad puede demostrarse por la
a todo aquello en que se encuentra dicha razon; pero esto es abIertamente falso, razón natural. Esta es la sentencia más común de los teólogos, que Santo To-
ya que es preciso que se dé a1gÓD ente que no pueda ser producIDo;. de lo más sostiene In 11, disto 1, q. 1, a. 2; lo mismo supone In 1, q. 44, a. 1, y
contrario se procedería al infinito en la serie de produce.ntes y producIdos, Jo q. 45, a. 2; la profesa también el A1ense, II p., q. 6, a. 6; Escotó,!n 1, disto 8,
cual es imposible. En segundo lugar, se demuestra el Ullsmo antecedente por- q. 1; Argentin., In 11, disto 1, q. 1; Herveo, Quodl. 11, q. 1; EnrIque, Q~odl.
que el ente en cuanto ente abstrae de la entidad según el ser de la existencia V11I, q. 6. Y dicha sentencia está más de acuerdo c?n la Sagrada EscIlt~a,
y según el ser de la esencia; pero es imposible que se haga algún eute según pues ésta enseña que por este mundo visible es pOSIble demostrar que DlOS
todo este ser; luego es imposible que se haga en cuanto ente. I?e ah~ resulta existe, ya _que las mismas criaturas proclaman que tienen otro .autor. o hace~or,
también la imposibilidad de que se haga de la nada, ya que es llDposlble q~e lugares que examinaremos luego, después de demostrar la eXIstenCia de DIOS.
se haga según el ser de la existencia sin que se suponga según el ser de la esenCIa~ También se expresan del mismo modo los Santos Padres que citaré después en
el cual ser no es la nada absoluta, porque mediante él se distinguen las cosos dicho lugar. Y sin duda esta opinión es verdadera, y no puede probarse de otra
verdaderas de las ficticias y quiméricas; luego.
connexionem cum alia imperfectione poten- quia si aliquid fit ex nihilo, fi~ per se primO' Opiniones variae subiecto; item caeli, si supponamus eos non
tialitaris obiectivae, quam ineludit res effec- secundum totam rationem entis; ergo fit posse fieri per generationem, sicut natura,
tione vel creatione indigens. per se primo in quantum ens. Antecedens 6. In hac re fuit multorum theologorum operario, motus et quidquid de illis expe-
4. Tenio, ad ereandum requiritur virtus probatur primo, quia si ens in quantum ens opinio non posse demonstrari rem aliquam rimw', satis videntur ostendere; item ma-
infinita; sed non potest demonstrari esse esset factibile, omne ens esset facribile; quia esse factam vel fieri posse per creationem. teria prima, quae ex priori materia fieri non
possibilem virtutem activam infinitam; ergo quod convenit alicui rationi per se primo Ita tenet Gregor., In 11, disto 1, q. 2, ver- potest.
neque esse possibilem creationem. Maioll et secundum quod ipsa, convenit omni ei sus finem, et inclinat ibid. Gabriel. Q. 2, 7. Secunda sententia est hanc veritatem
deelaratur a posteriori, quia alias creatura in quo talis ratio invenitur; boc autem est a. 2. Tenet Bassolis, In 1, disto 1, q. 1, a. 3. posse demonstrari ratione natuxali. Haee est
posset habere virtutem creandi, quia si non plane falsum, guia necesse est dari aliquod Qui auctores a fortiori supponunt non pos- cornmunior sententia tbeologorum, quam te-
. : ,'em
-
.11'. HO';" Bea--est-€Hl'
~ u pe! se satis
~
ens quod fieri non possit; alias proce ere-
d
se aemonstrari omne ens distinctum a Deo net D. Thom., In I1, disto 1, q. 1, a. 2,
repugnet; consequens autem esse factum ab ipso, aut non posse esse idemque supponit In 1, q. 44, a. 1, et q. 45,
absurdum esto Minor yero proba~ur quia --- -tur in infinitum in producentibus et pro-
nullum est naturale medium demonsttandi ductis, quod est impossibile. Secundo pro- plura entia realia improducta. Quamvis a. 2; tenet etiam Alens., 11 p., q. 6) a. 6;
virtutem infioitam in agendo; Aristoteles batur idem antecedens, quia ens in Quan- enim, admissa creatione aliquorum entium, Scot., In 1, disto 8, q. 1; Argentin., In 11,
enim ex motu conatus est id demonstrare, tum ens abstrahit ah f:Dtitate secuDdum esse non statim evidenter inferatur esse impos- disto 1, q. 1; Hervaeus, Quodl. 11, q. 1;
non est tamen assecutus, ut infra ostendam; existentiae et secundum esse essentiae; im- sibile dari duas naturas increatas, ve! omne Henric., Quodl. VIII, q. 6. Estque haee
est autem eadem ratio de quacumque aTta possibile autem est fieri aliquod ens secun- ens distinctum a Deo esse ab ipso factum, sententia conformior divinís Scriptoris; illae
naturali ratione. Unde multi ex creatione dum totom hoc esse; ergo impossibile est sed hoc propria demonstratione indigeat, ta- enim docent ex hoc mundo visibili posse
conantur demonstrare esse aliquam virtu- fieri in quantum ens. Unde etiam fit esse men, si creatio non esset possibiJis, impos~ ostendi Deum esse, quia ipsae creaturae
tem infinitam in agendo; sed hic est circu- impossibile fieri ex :'lihilo, quia impossibile sibile omnino esset omnia enria distincta a clamant habere se alium auctorem vel fac-
lus vel petitio principii in hac re de qua est fieri secundum esse existentiae quin sup- Deo facta esse ab illo, quia evidens est torem; quae loca expendemus inferius, cum
disputamus. ponatur secundum esse essentiae; quod esse multa esse enria quae non possunt fieri nisi demonstraverimus Deum esse. Sancti etiam
5. Quarto, repugnat ens in quantum ens non est omnino nihil, Dam per illud distin- per creationem, .si fieri debeant. D.t res om- Patres eodem modo loquuntur, quos infra
fieri; ergo repugnat aliquid creari; conse- guuntur res verae a fictitiis et chimaericis; nes spirituales, quae, cum materiam non eodem loco referam. Estque sine dubio haee
quentia constat ex definitione creationis, ergo. habeant, non possu,n~ fieri ex praesupposito vera sententia, quae non potest meJius pro-
"
,
:
(;'-1 t
iL
,'.."'1)
e
r
'"¡'¿.t,·! l~ ,\'. ',','
h ,'"
j.

, , ';;-.J¿.J t-{,.~:J. ;', ' ',~ , t

,;.
,.. ~..: Disputación XX.--Sección 1
I -'
458 Disputaciones metafísicas 459
'C
I,
¡ -te
I ,:,
,~
': manera mejor que aportando los medios por los que es posible demostrar esta da, ya sea activa, ya pasiva. En el antecedente, pues, se toma «posible» en la \
~.~
\,J
verdad. primera acepción, y en el consiguiente, en la segunda; efectivamente, para que I
la creación sea posible se necesitan y bastan dos cosas: una, que no sea con- ¡
\.
-
J ,j,

Solución de la cuestión
tradictoria en sí misma; otra, que sea posible mediante alguna potencia; y de: "
esta manera, supuesto el_ antecedente, la consecuencia es evidente. \'~'
\'\1 8. Así, pues, podemos probar dos cosas: una, que la creaClOn es p()sible; 10. En cuanto al primer antecedente, se prueba, en primer lugar, porque
otra, que la creación existe en acto o ha sido realizada o es ejercida en el uni-
verso por alguna causa eficiente. De aquí extraeremos un tercer punto, a saber, ~o :.~~~eend:f~:~:~:r~u:e:tf;~a q~~n~:!~~i~~p~=~ ;~r~~e :~g~a;e q~~g:n:= ~\
que en el universo se da y es necesaria una primera causa a la que se )'eduzcan ginar, como pensaron algunos, que la nada misma haya de ser la materia de la
por creación todos los demás entes que tienen ser, como al origen primero de que se haga tal ente, lo cual entraña una contradicción palmaria; pues la pa-
su ser. labra de. no indica en ese caso relación de causa material, sino de término a quo j
ahora bIen, en ese sentido no es contradictorio en modo alguno que lo que de
Se demuestra la posibilidad de la creación suyo no era nada comience a ser algo en virtud de la producción de otro. Y si
queremos interpretar la palabra de según la relación de causa material, ha de
9. En primer lugar, que la creación es posible podemos probarlo a priori, exponerse en sentido negativo, no positivo, diciendo que se hace de la nada
si por otra parte suponemos demostrado que Dios existe y es sumamente per- aquello que no se produce de causa material alguna, en lo cual tampoco puede
fecto, en la medida en que puede ser o entenderse en el ámbito del ente. Por- ponerse de relieve ninguna contradicción; pues, de igual manera que se pro-
que, como diré después en el lugar citado, aunqu~ de manera absoluta nosotros dJlj;e en acto algo que antes era posible por la potencia activa y la pasiva con-
no podamos conocer a Dios o sus perfecciones 'a priori~ sin embargo, supuesto siderada. simultáneamente, ¿por qué no ha de poder, hacerse también en acto
algún principio o atributo demostrado a posteriori, de él podemos colegir a priori algo que sea posibk pQrJa-solapotencia -superior y más eficaz- d.el agente?
otro, como colegimos la inmortalidad de la inmaterialidad. En este sentido, pues, 11. Se responde a una objeción.- Podrá decirse: así como es contradic-
al presente suponemos demostrado que se da un supremo ente perfectísimo, e torio que se haga en acto algo que anteriormente era posible por la sola poten-
incluso potentísimo, según probaremos después, no por la creación -para no cia pasiva sin la activa, de igual manera, en sentido inverso, es contradictorio
cometer petición de principio-, sino por otros medios. Pues bien, argumento que se haga en acto algo que únicamente sea posible por la ,potencia activa sin
de este modo: la producción por creación no es tan imposible que implique la I?asiv~; pues ~por 9ué no ~s posible un efecto que provenga de la potencia
repugnacia o contradicción en sí misma; luego tampoco la potencia para obrar paslVa sm la actIva, SI es pOSIble uno que proceda de la activa sin la pasiva?
de esta manera es en sí imposible o implica repugnancia o imperfección; Juego S.e responde que la razón de la diversidad es bastante clara; en efecto, la ac~
tal potencia se da de hecho en algún ente, al menos en el primero; luego en Clón en cuant~ ac~ión expresa orden' esencial a la causa eficiente, por lo que
virt~d de ella es posible la creación. Esta última consecuencia es clar~, aunque resulta contradIctorIO que se dé una acción sin agente, mientras que la acción
conviene establecer una distinción en el vocablo o denominación -' «posible»; en cuanto acción no expresa orden esencial al paciente ni a la pasión -refirién-
porque en un sentido se toma negativamente, en cuanto es lo mismo que no donos a la acción en toda su amplitud-, sino que indica relación al efecto que
contradictorio; en otro sentido se considera positivamente, como aquéllo que
puede ser o hacerse, y en este sentido expresa denominación de alguna poten- tive pro eo quod potest esse aut fieri, quo qua materiali causa fit; in quo etia:m nulla
sensu didt denominationem ab aliqua po- potest repugnantia ostendi; Cut enirnJ sieut
tencia, vel activa vel passiva. In antecedenti fit aliquid in actu quod prius erat possibile
bari quam afferendo media quibus haec ve- eiu~ a priori, tamen, supposito aliquo prin-
ergo sumitur possibile priori modo] in con- per potentiam activam et passivam sirnul,
ritas demonstrari potest. cipio vel attributo a posteriori demonstrato, sequenti vero posteriori; nam ut creatIo sit
ex illo possumus colligere a, priori aliud, ,!lon poterit etiam fieri in actu aliquid quod
Quaestionis resolurio possibilis, duo necessaria sunt et sufficiunt: sit possibile Der solam potentiam agentis,
ut immortalitatem ex immatenalitate. Sic ~um, ut in se non repugnet; aliud, ut per
8. Duo iginrr probare possumus: unum igitur, in praesenti supponimus demonstra- eminentiorem magisque efficacem?
ahq~am potentiam sit possibilis; et ita, sup- 11. Obiectioni satisfit.- Dices: sicnt
est icreationem esse possibilem; aliud est rom dari unum supremum ens perfectissi- pOSIto antecedenti, consecutio est evidens.
creationem actu esse vel factam esse vel , immo etiam potentissimum, ut infra repugnat aliquid fieri in actu quod prius
10. Primum autem antecedens probatur esset possibile per solam potentiam passi-
p_etaInJlJI _ -pr-imo, quia nulla ostendi potest repugnan-
ti. Ex quibus eliciemus tertium, mmuum principium, sed ex aliis Iam igitur vam sine activa, ita e converso repugnat
tia in eo quod aliquid ex nihilo fiat, in vero fied in actu aliquid quod tantum sit possi-
dari in universo esseque ne~essariam unam argumentor in hunc modum, nam effectio sensu a nobis ~eclarato. Non enim fingen-
prirnam causam ad quam omnia alia entia per creationem non est ita impossibilis ut bile per potentiam activam sine passiva;
dum est, ut quidam putarunt, ipsum nihil Cut enim non potest esse effectus a poten-
quae habent esse reducantur per creationem in se involvat repugnantiam aut contradic- futurum esse materiam ex qua tale ens fiat.
tamquam ad prirnam originem sui esse. tionem; ergo nec potentia ad agendum hoc tia patienti sine agente, si esse potest ah
quod plane repugnat; nam illa particu1a ex agenti sine recípienti? Respondetur satis
modo est in se impossibilis aut repugnan- Don dicit ibi habitudinem materialis cau.c¡1lI"
Esse possibilem creationem ostendituT tiam aut imperfectionem involvens; ergo perspicuam esse rationem diversitatis; nam
sed termini a quo; sic autem nulla est re- actioJ lit actio, dicít essentialem ordinem ad
9. Primo ergo creationem esse possibi- talis potentia est de facto in aliquo ente, pugnantla ut id quod ex se nihil erat in-
lem probare possumus a priori, si aliunde saltem in primo; ergo ex vi illius est pos- efficiens, et ideo implicat contradiccionem
cípiat esse aliquid per effectionem alterius. esse actionem sine agente; BCcio yero, ut
supponamus probatum Deum esse et summe sibilis creatio. Haec ultima consequentia cla- Quod si velimus iUam particulam ex iuxta
perfectum esse, quannun in latitudine entis ra est; distinguere autem oportet illam vo- actio, non dkit essentialem ordinem ad pas-
habitudinem materialis causae interpretari sum neque ad passionem, loquendo de ac~
esse aut intelligi potest. Nam, ut infra ci- cem seu denominationem possibilis; uno non positive, sed negative exponenda est ut
tato loco dicam, quarnvis absolute nos non enim modo negative sumitur, prout idem tione in tota sua latitudine, sed dicit ha-
id dicatut fieri ex nihilo quod non ex 'ali- bitudinem ad effectum qui per illarn fit et
possimus cognoscere Deum ve! perfectiones est quod non repugnans; alio modo posi-
: I

11
11 Disputación XX.-Sección 1 461
460 Dispu~aciones metafísicas
11 .~in sujeto, o sobre e! sentido ,en que esto no resulta contradictorio, cosa que
mediante ella se produce y que depende de la causa agente. De manera seme- explicaremos fácilmente en lo que sigue, pues por ahora es suficiente saber que
nO se demuestra ninguna contradicción en ello; tanto más cuanto que algunos
jante, la potencia pasiva dice relación adecuada a la activa, puesto que no puede
recibir nada si no lo recibe de alguien, mientras que la potencia activa no ex- entienden la creación sin acción transitiva.
13. Falta probar la segunda consecuencia, que encierra el nervio de la ar-I
1,
1

'
'
presa relación adecuada a la pasiva -según diremos más por extenso después,.
en el lugar oportuno-, ya que no pertenece al concepto de potencia activa el gumentación, a saber, que esta potencia debe admitirse en la realidad, al me-
poder obrar en alguien, sino el poder obrar algo, pudiendo, por tanto, una cosa nos en e! primer ente, si en sí misma no implica repugnancia o imperfección.
ser posible en absoluto por la sola potencia activa, mas no por la sola potencia y e.to puede probarse, en primer lugar, por el principio general de que en el
pasiva. Además, la pasiva es imperfecta y por sí sola no es absolutamente ca- primer ente se encuentra formalmente toda perfección absolutamente simple,
paz para el efecto, si no es perfeccionada por la activa; mas la activa es per- cosa que demostraremos más abajo al estudiar la perfección del primer ser.
fecta en su género, por lo cual, de suyo, no hay contradicción alguna en que Porque semejante potencia expresa, en virtud de su propio concepto objetivo,
una potencia activa sea en su orden tan perfecta que, por sí sola y sm depen- , perfección absolutamente simple, ya que expresa una perfección que, de suyo,
del de una pasiva, contenga virtualmente en sí, no sólo el efecto, sino también no es contradictoria ni implica imperfección. De donde se desprende con toda
la acción. Con esto queda también probada la primera consecuencia, que es claridad que, en el ámbito del ente, es mejor tenerla que no tenerla, en lo cual
asimismo evidentísima, una vez supuesto el antecedente. Porque ¿puede imagi. consiste la razón de perfección absoluta; luego tal potencia debe atribuirse de.\
Itlarse en semejante potencia mayor contradicción que en el .modo indicado de manera necesaria al primer ente. Es prácticamente idéntico el argumento de qué \
producir? O ¿cabe pensar en alguna imperfección, y no más bien en una má- ,dicha potencia se encuentra por necesidad· contenida en la--º1l1Pipotencia, ya que \
xima perfección? é~ta se. extiende . a.todo.Jo. .posible,.o...~ea,ª, tod~lo que no~scoD,tr.a<li9torioen i:'::
12. Y pueden confirmarse ambas cosas si entendemos que la expresión de ~! fl.:I~~n:t,q; pe:rq Rert~p.ece al concepto de! primer ente e! poseer la omnipoten-
-o

la nada significa que toda la cosa que se produce esencial y primariamente como cia; luego también el tener esta potencia. El antecedente se demostrará en su !
término adecuado de la acción, el cual se llama ut quod, se produce en abso- totalidad después, al tratar de los atributos del primer ente. _.! ".
luto y según toda su entidad, sin que se presuponga ninguna parte o realidad 14. A estas razones se añaden otras que de suyo son bastante probables,
de la misma; porque todos estos sentidos son verdaderos y se reducen a lo 'pues este modo de obrar sin depender de otra tausa extrmseca, ya sea diciente,
I mismo. Pero también esto denuncia una gran per~ección por parte de la poten- ya material, está muy de acuerdo con la esencial perfección del primer ente~ .. ,
cia activa, sin que haya contradicción alguna por parte del efecto o de su pro- En primer lugar, porque el modo de obrar es proporcional al modo de ser; . . / í
ducción. Pues ¿qué contradicción implica el hecho de que una cosa íntegra, pero el modo de ser del primer ente es con toda independencia; luego igual- . ,j" ;,'
1,· que no existia, reciba en su totalidad el ser? Ciertamente, en virtud de los térc mente su modo propio de obrar será independiente de toda causa, incluso ma- \ y¡
1: minos no se descubre ninguna contradicción mayor que la de que una cosa que teda!. En segundo lugar, porque el poder activo determinado a obrar en nn,,';··J_
sólo se encontraba incoada en una de sus partes se perfeccione por la adición sujeto y de un sujeto, se encuentra muy coartado y limitado; luego no debe
I de otra parte que antes no existía, con la diferencia de que el primer· :hecho atribuirse al primer ente, por no haber razón alguna para que en él pueda tener
exige mayor poder en la operación. Consiguientemente, en esta clase de poten-
cia o producción no existe contradicción aIglma, sino sólo mayor perfección.
Unicamente cabría dudar sobre las características que puede tener esta acción haesitare qualis possit esse haec actio sine pliciter; ergo talis potentia necessario tri-
subiecto, aut quomodo id non repugnet. Sed buenda est primo enrio Idem fere argumen-
hoc explicabimus facile in sequentibus; sa- tum est quod haec potentia necessario in-
dependet ab agenti causa. Et similiter po- in dicto modo efficiendi? Aut quaenam ¡m- tis enim DUDe est quod in eo nulla osten- cluditur in omnipotentia, quía omnipotentia
tentia passiva dicit adaequatam habitudinem perfectio, et non potius maxima perfectio? ditur repugnancia. Eo vel maxime quod ali- se extendit ad omne possibile, id est, ad
ad activam, quia non potest recipere aliquid 12. Et utrumque confirmad potest, si qui intelligunt creationem absque transeun- omne ex se non repugnans; sed de ratione
nisi ab aliquo illud recipiat; potentia yero per illud ex nihilo intelligamus significari te accione. primi entis est u:t habeat omnipotentiam;
activa non dicit adaequatam habitudinem ut tota res quae per ,>e primo fit ut adae- 13. Superest probanda secunda conse- ergo et quod habeat hanc porentiam. To-
ad passivam, ut infra suo loco larius dice- Guatus terrninus actionis, qui vocatur ut quentia, in qua est vis illius rationis, nimi ~ tum antecedens demonstrandum est infra
mus, quia non est de ratione potentiae ac- quod, omnino et secundl.lm suam totam en- rum hanc potentiam ponendam esse in re- tractando de attributis primi entis.
tivae ut possit. in aliquo, sed ut pos- titatem. fiat, nulla eius rum natura saltem in primo ente, si in se 14. His accedunt rationes aliae per se
Don involvit -repugoantiam vel imperfectio- valde probabiles, nam hic modus agendi
per solam potentiam ei: eodem devolvuntur. nem. Hoc autem probari potest primo ex sine dependentia ab alía causa extra se,
per solam potentiam pas- indicatur magna perfectio ex parte vir.tutis illo generali principio quod in primo ent~ sive efficienti sive materiali, est valde con-
sivam. passiva est imperfecta, et activae, et nulla est repugnantia ex parte est formaliter omnis perfectio simpliciter sentaneus essentiali perfectioni primi entis.
sola non est simpliciter poteos ad effectum effectus ve! effectionis eius. Nam Quod res simplex, quod demonstrabimus infra trac~ Primo quídem, quia modus agendi est pro-
nisi perficiatur per activam; activa yero est tota, quae non erat~ secundum se totam tando de perfectione primi entis. Nam portionatus modo essendi; sed modus .es-
ex suo genere perfecta, et ideo ex se nullam aceipiat esse, quaenam jmplicatio es:t? Certe huiusmodi potentia ex proprio obiectivo sendi primi entis est cum omni indepen-
involvit repugoantiam ut aliqua potentia ac- ex terminis nulla apparet maior quam in eo 'conceptu dicit perfectionem simpliciter sim- dencia; ergo modus etiam agendi proprius
tiva sit in suo ordine adeo perfecta ut se quod res quae tantum erat inchoata secun- plicem; dicir enim perfectionem ex se non eius erit independens ab omni causa, etiam
sola et sine dependentia a passiva in sese dum unam partem perfi.ciatur per adiectio- repugnantem neque involventem imperfec- materiali. Secundo, quia virtus activa de-
virtute contineat e:t effectum et actionem. nem alteriu3 partis quae prius non erat, nisi tlonem. Ex quo plane fit ut in latitudine finita ad agendum in subiecto et ex subiecto
Et ita simul orobata est prima -consequen- quod illud prius requirit maiorem vim in entis melius sit habere illam quam non il- est valde contracta et limitata; ergo non est
tia, quae etiam es:t evidentissima supposito agendo. Non est ergo in huiusmodi poten- lam, in quo consistie ratio perfectionis sim- attribuenda primo enti, quia non est unde
antecedente. Quae eoim maior repugnantia tia ve! effectione aliqua repugnantia, sed
excogitari potest in huiusmodi potentia quarn tantum maior perfectio. Solum posset quis
462 Disputación XX.-Sección I 463
Disputaciones metafísicas
en cuyo caso valdrá para ellos la misma ra.zón que p~ra las cosas generables;
tal limitación; en efecto, el poder de obrar es proporcionado a la esencia; lue-
si por el contrario constan de una materIa de superIor naturaleza o son en-
go, así como la esencia del primer ente, por ser acto puro, no tiene por qué
estar limitada, así tampoco su poder. En tercer JugarJ porque está muy acorde
~es ~imples, con lo (ual se llega a la conclusión de que sólo han sido. produ-
cidos por creación, puesto que, si son simples, no pu.dieron ser producIdos ~e
con ]a razón el que en Dios se dé una potencia de naturaleza superior a la de
ningún otro modo, como es evidente de suyo; mas SI constan ~e. una mater1a
cualquier otro agente natural o creado; ahora bien, todos los demás agente.
superior, ello se debe a q1;le son ingenerables y, por lo tanto, urucamente pu-
necesitau un sujeto para obrar; luego la potencia divina no debe ser tan indi-
dieron ser hechOB por creación. A esto se añade el que las razones con que. en
gente, sino que, cuanto más perfecta es, tanto más libre ha de encontrarse para
seguida demostraremos que la materia de las cosas generables ~o puede ser Iffi~
obrar, sobre todo porque esa superioridad se da en todos los grados y perfec-
ciones posibles. producida son igualmente probativas para el caso de la mater.. de los cuerpos
celestes.
16. Se prueba la conclusión con respecto a los cuerpos inferiore$.- At~n­
Se demuestra que la creación existe de hecho diendo ahora al mundo inferior, en cuanto comprende los elementos y los mIX-
15. Se prueba la conclusión con respecto a los cuerpos cele.ies.- En se- tos pregunto si esta masa ha sido hecha o no; no cabe decir que no· haya sido
gundo lugar, debe añadirse (y con ello se confirmará más evideutemente la cou- be~ha, puesto que todas las especies de realidades que .en ella se encl!entran son
clusión anterior) que la creación es necesaria en los entes que ahora existen, de producidas en sus individuos; luego en ninguna espeCIe de esas realIdades pue-
suerte que sin ella no podrían existir. Se demuestra primero por inducción, em- de darse un individuo no hecho o que tenga el ser por sí mismo, ya que ello
pezando por las cosas materiales. Y, ante todo, pregunto si los cuerpos celestes constituiría una diferencia muy grande y sumamente esencjal entre ~a1 indivi-
han sido hechos o son improducidos. No puede afirmarse esto último, en pri- duo y los demás y, en consecuencia, no pertenecerian a 1::t mi~ma especie. Por
o

mer lugar por el argumento común para todas las cosas finitas, del que me tanto así como Aristóteles esgrime frecuentemente contra Platon el argumento
ocuparé en seguida; en segundo término, porque hay realidades mucho más ex- de q~e no se da el hombre separado de los individuos, porque aquél serí~ in-
celentes que los cielos que no existen sin e1iciencia, como se ve claro sobre todo corruptible y éstos corruptibles, de donde resultar¡~ que no serían d.e la mISma
en el caso del hombre. Asimismo, porque los cielos son impetfectos hasta el especie, igualmente nosotros afirmamos que no eXIste un hombre smgular q~e
extremo de necesitar el movimiento como complemento de sus acciones \ y, ade- tenga el ser por sí mismo, sin eficiencia de ninguna causa, pues. de lo contrarIo
no pertenecería a la misma especie que los demás hombres. El Dllsmo argumento
i más, un motor extrínseco que los mueva, ya que por sí mismos no pueden tener
aquel movimiento; por consiguiente, es mucho menos verosímil que tengan el es aplicable a las restantes especies y, por tanto, también a toda esta masa corporal
ser por sí mismos. Además, porque vemos que los cielos han sido constituidos de las cosas elementales. Efectivamente, si bien los filósofos acostumbran a de-
I
con todas sus virtudes, posiciones, aspectos y movimientos de la inan~:ra que cir que los elementos son incorruptibles considerados en cuanto a su totalidad
I
más convenía para la conservación y para las generaciones y corrupciones de las y corruptibles considerados en cuanto a sus partes, esto no debe entenderse de
cosas inferiores; luego esto es una prueba evidente de que no existen por sí, una incorruptibilidad intrínseca debida a la constitución natural.' pues en es~e
sino que han sido producidos por el autor común de todas las cosas. Este ar- sentido tienen idéntica naturaleza el todo y las partes, en espeCIal las homoge-
gumento 10 desarrollaremos más ampliamente después al demostrar la existen- neas, sino de una incorruptibilidad derivada del poder y modo de obrar de las
cia de Dios. Y si los cielos han sido hechos, nuevamente pregunto si constan causas naturales, ya que de esta manera nunca pueden corromperse los elemen-
de la materia de los elementos y, en consecuencia, si han sido producidos de ésta,
1
mentorum, et ideo ex illa sint facti, et sic nam haec esset magna differentia et maxi-
eadem ratio erit de illis quae de rebus ge- me essentialis inter tale individuum et alla,
I possit in illo habere talem limicationem; nam mis inquiro de corporibus caelestibus, an nerabilibus· an vero constent ex materia al- et consequenter non essent eiusdem speeiei.
virtus agendi est proportionata essentiae; si- facta sint an infecta. Hoc posterius dici rioris ratiocls, velo sint simplicia entia. et Unde sicut Aristoteles saepe contra Plato~
cut ergo essentia primi entis~ ea quod pUEUS Don potest, primo propter rationem com- sic conduditur non nisj per creationem fae- Dem 'argumentatur non dari hominem se-
actus sit~ non es~ unde habear limitationem, munem omnibus rebus finitis, de qua sta- tos esse, quia si sunt simplicia, null~ modo paratum ab individuis~ quia ille esset in-
ita neque virtus eius. Tertio, quia ratioDÍ. tim; deinde, quía res multo nobiliores cae-
I consentaneum est ut in Deo sit potentia patuerunt aliter fieri, U,! p~r .se ma~es~ eorruptibilis~ haec vero corruptibilia, et ita
·I,¡ lis non sunt absque efficientia, ut patet ma- esto Si vero constant supenon materIa, Ideo non essent eiusdem specíei, ita nos dicimus
!
altioris ratioDÍs quam in omni alio agente xime de homine. Item, quia caeli adeo sunt est quia sunt ingenerabiles, ideoque per so.:.. Don dari hominem singularem qui ex se
seu creato; sed alia omnia indigent imperfecti u~ motu ad complemen- lam creationem fieri potuerunt. Adde quod babeat esse sine efficientia alicuius eausae,
ad divina o. quibus statim probabimus materiam alias non esset eiusdem speciei cum aliis
seco motore rerum generabilium non posse esse infectam hominibus; et idem argumenturn est de
.1 fecriar est eo esse ad agen-
1

se motum illum habere non possint; _ergo aeque probant de materia caelestium cor- reliquis speciebus, atque adeo de tota hac
l' dum, maxime cum excessus sit in gradu multo minus verisimile est ex se habere es- porum. mole eorporea elementarium rerum. Nam

J ,
l'
et in omni perfecti.one possibili.
Creationem esse de jacto ostenditur
15. In caelestibus corporibus probatur
se. Item videmus caelos in omnibus suis
virtutibus, sitibus, aspectibus e_t motibus, ita
esse constitutos sieut expediebat ad. conser-
vatÍonem inferiorum rerum et earum gene-
16. Probatur conclusio in inferioribus
corporibus.- Venio ergo ad inferiorem
mundum, quatenus elementa et mixta com-
o plectitur, et interrogo an haee moles fac~
!icet elementa dici soleant a philosophis in-
corruptibilia secundum se tata et corrupti-
bilia seeundum partes, non est id intelli-
gendum de incorruptibilitate intrinseea per
conclusio.- Secundo addendum est (quo rationes et corruptiones; ergo est evidens 5it necne; non potest dici non facta, qwa constitutionem naturae, nam hoc modo ea-
evidentius confirmabitur praecedens con- argumenturn non esse a se, sed condita fuis-
dusio) creationem necessariam esse in en- omnes species rerum quae ~n llIa _sunt i.n dem est natura totius et partium, praeser-
se a communi omnium auctq[e. Quam ra- sws individuis fiunt; ergo lD nulla specle tim homogenearum, sed de incorruptibili-
tibus quae nunc sun!, ita ut sine illa esse tionem latius prosequemur ~ra demon- illarum rerum potest esse aliquod indÍvi- tate ex virtute et modo agendi naturalium
non potuerint. Probatur primo inductione, strando Deum esse. Si autem caeli facti sunt, duum non factum seu ex se habens esse; eausarum, quia sic nunquam possunt ele-
incipiendo a rebus materialibus. Et impri- interrogo rursus an constent ex materia ele-
464 Disputaciones metafísicas
Disputación XX.-Sección 1 465
tos considerados en su totalidad, .~qu~ en absolu~o ~on generables, pord lo cu~
no pudieron, de suyo, tener existencIa SID produCCIón, luego esta masa e cuer primero, por ser contrario a la naturaleza de la materia, pues, si bien no im...
pos no es improducida. . . plica contradicción, resulta, empero, ajeno al orden natural de las cosas, por lo
17 Quiénes afirmaron que la materia no es producf,daJ SinO coetern~ CO~ que es inverosímil que la materia posea por sí misma su entidad y, no obstante,
Dios -.:... Nuevamente pregunto si ha sido hecha de la nada o de la ,;"aterla; s~ l. posea en un estado preternatural y sin perfección formal alguna y, conse-
lo ~imero, esO es lo que se pretende; si lo se~do. (cosa q,,:e opmaron caSI cuentemente, sin provecho o utilidad. Pero si tuvo por sí misma alguna forma,
tod~s los filósofos), vuelvo a preguntar si la materla nusma ha s;do hech~ ohno. entonces ya no se trata de- la sola materia, sino de una sustancia íntegra que
y en verdad prácticamente todos los filósofos negaron que a ma~erla aya posee el ser por sí misma. De ahi resulta que esa sustancia en su totalidad
.d d id; afirmando por el contrario, que es coeterna con DlOS y que es absolutamente necesaria y que no puede dejar de ser, en igual medida en que
s~ o prlo uc , • mism'a V de manera absolutamente necesaria. Tertuliano, no puede dejar de ser la materia prima, porque lo que es independiente de otro
tiene e ser por SI b C V 1 t' 15 y 16 rn su ser, no puede perderlo; de donde se desprenderá también que esa ma-
1 l'b Cont Hermogen. c. 1 y 8, Y en el li. ont. a en m., ~. ,
~:fi:re lq~e profesaron este 'error los estoicos y los pitagóri~os, el mls:~ ~aJ;n teria no puede servir para otras generaciones, ya que siempre permanecerá con
dicha forma.
Hermes Trismegisto; también lo da a entender. Ire?~o. hb. TI, c. .' p a-
~io en la herejía 7. a, incluye asimismo a los pe!lpatet~cos; y Lactancl~ ~n e~ 19. Quizá se objete que la materia tiene por sí misma su entidad perpetua
Iib' II De origine e"oris, dice que los poetas y los filosofas pen~aro? e. I~ y que la forma también la tuvo perpetua, mas no por sí misma, sino por Dios.
m~do señalando concretamente a los académicos, y sobre ,todo a Clc~on, ~b. e Pero tampoco puede afirmarse esto, no sólo porque es contradictorio que tenga
' d rum Sianieron a estos filósofos muchos herejes, como erro genes, por sí misma la existencia sin poseer todo lo necesario para la existencia, sino
natUTa eo . b~ . ' d San Agus- también porque, en otro caso, esa forma emanaría de Dios por necesidad na-
Manes y otros, según se ve claramente en Tertuliano, 3':ltes Clt~ o, y en "f' h-
tin, lib. De haeresib., en la 46 y la 59; Gregori0 Nlseno, I~.
. . c.
mznzs, , Y Eusebio, lib.. vn De praeparat. Evang., c.
23' y,
D;
':f;:~~" atr';- tural, pues si se produjese libremente, ¿ cómo sabríamos con certeza que era
eterna? Ahora bien, es contrario a la razón natural afirmar que Dios obra fuera
de sí por necesidad de su naturaleza. Se sigue, además, que Dios conservaría
buye también a Sabelio este error. . esto es
esa forma con la misma necesidad con que la crea y, en consecuencia, que la
18. Refutación de la afirmación preceden!e.- Sm embargo,. q~~ tir las
materia siempre se mantendria necesariamente con aquella forma, no pudiendo,
ajeno a toda razón natural, puede pro~arse pnmer~~~e a~~::nl~s ser:S crea- por tanto, servir en manera alguna para las generaciones o corrupciones de las:
razones 2.ducidas en la primera concluslOn, y las coro . d 11 1 'nfima cosas.
dos- por la impe rfección de la materia prima; en efecto, s~en oíb~ a a 1
20. Resulta, pues, que la materia, al no existir por sí misma, necesitó un
de todas las sustancias, incluso de las corruptibles, resulta ~crel e fque. 'posdea
. t el ser por sí IDlsma per ecclOO e principio eficiente que la produjera; mas sólo pudo ser hecha por creación) ya
esa perfección suma ~;e t~~~sSl~~: e:em~~erespecies de realidades' generables, ni que no pudo ser producida de una materia anterior; luego, para que estas co-
la que no son capa d ento . si la ma- sas materiales puedan existir, es absolutamente necesaria la creación de alguna
tam oca sus formas. De ahí puede extraerse un s:gun o argu~ .
.p Dios y posee el ser por si mIsma, o careCIó, en cuanto tal, cosa. Se dirá: la producción de la materia no pudo ser creación, ya que ésta
terla es coeterna con . 1 , . a No puede afirmarse lo pertenec~ a una realidad subsistente, según dijimos, y la materia no es una rea-
de toda forma sustancial, o tuvo, a guna por SI IDlsm .
lidad subsistente, porque no es «lo que es». Responden algunos que, si bien la
materia no se crea en sentido propio, por la razón apuntada, se crea, empero,
menta secundum se tota corr?IDpi; absolute philosophos haeretici multi imi.~ati sunt, ut
tamen generabilia sunt,. et Ha n?n potue- Hermogenes~ Manichaeus~ ~j: alu" Ut constat
ront ex se habere esse sme effectlone; non ex Tertull. sup., et Augustmo, lib. de Hae~ licet non implicet contradictionem~ tamen necessarium est ad esse, tum etiam quia alias
est ergo non facta haee corporum moles. resib. in 46 et 59; et Gregor. Nyssen., est alienum a naturali ordine rerum, et ideo illa forma ex necessitate naturae manaret n
17. Materiam non factam, sed Deo coc:e- lib. de Opifido hominis, c. 23, et Euseb., verisimile non est materiam ex se babero Deo; nam si fleret libere, unde constaret
ternam, qui asser~erint.---: ~ursus ergo 10- lib. VII de Praeparat. Ev~ng:, c. 8 et 9, suam entitatem, et tamen habere iUam in esse aeternam? Est autem contra rationem
terrogo an facta Slt ex n~lo vel ex ~ate~ ubi etiarn Sabellio hunc trlbUlt errorern. statu praeternaturali et ahsque ulla formali naturalem dicere Deum agere extra se ex
ria; si primum, habetur mte?tum; . SI ~e­ 18. Impugnatur praecedens assertum.--: perfeccione, et consequenter absque usu vel necessitate naturae. Et praeterea sequitur,
cundum (quod omnes fere phllosoph~ eXlS~ Verurntamen, hoc esse ~ien~ a~ ?InDl utilitate. Si autem habuit formam aliquam qua necessitate agit Deus illam fonnam,
timarunt), interrogo r~sus an .matert~ [atione naturali, praeter, dIcta m prt?f1 as~ ex se, ergo iam non sola materia, sed quae- eadem conservare illam, et consequenter
facta sit, necne. Et qUldem phllosophi sertione, et quae cO~Ullla sun dam substancia integra est ex se habens es- materiam ex necessitate semper esse sub illa
ostendl se. Ex quo ulterius fit totam illam substan~ forma, ideoque minime posse ad rerum ge-
--tiaDl -e:ifse simpliciter necessariam, et tam
asseruerunt esse coaeternaDl Deo et ex se
ae omnino necessario habentem esse. In quo
mo exilla
cum .
omn1Um.,~o-~bS1taTI,ti::~u~ non posse non esse quam ipsam materiam
nerationes vel corrupciones deservire.
20. Relinquitur ergo materiam, cum ex
errore fuisse stoicos et pythagor~os, et. Pla- etiam corruptibilium, incredibile est primam~ quia quod est independens ah alio se non sit, indiguisse aliquo principio effi~
tonem ipsurn, et Hermetem Trlsmeglstum habere hanc perfectionem summam, ~u~e in suo esse, non ootest illud amittere. Unde denti a qua lacta sit; non potuit autem
refert Tertullian., lib. co~t. Hermogen., c. 1 est ex se habere esse, cuius per~~ctlOD13 etiam fiet illam materiam non posse deser~ nisi per creationem fieri, quia non potuit
et 8, et lib. cont. Valenun., c. 15 et ~6, et aliae species omnes rerum genera.!'Ilium et vire ad alias generationes, quía semper ma- fieri ex priori materia; ergo necessaria est
significat Irenaeus, .lib. 11, .c. 19) Eplp~an. formae illarum non sunt capace.s. iJnd~ su~ nebit sub iDa forma. omnino creatio alicuius rei ut hae res ma-
vero, haeres. 7, eham pertpat~t1~os adi~~ mi potest secunda ratio; naDl SI matena est 19. Dicet forte aliquis materiam ex se teriales possint existere. Dices: non potuit
git; et Lactant., lib. II de O~lgme err~)t1s, coaeterna Deo et ex se habens esse,. v 71 ut habere suam entitatem perpetuam et for- effectio materiae esse creacio, quia creatio
didt et poetas et philosophos ~dem senslss 7, sic fuit carens omni forma substantiah vel mam etiam habuisse perpetuam~ non !a- est rei subsistentis, ut diximus, materia au-
et spedaliter designat academlcos, et maXl- ex se habuit aliquarn. Primum dici. non pot- men ex se sed a Deo. Sed hoc etiam did tem non est res subsistens, quia non est
me Ciceronem, lib. de Natura deorurn. Quos est, quia repugnat naturae materlae; nam non potest, tum quia rr.pugnantiam involvit id quod esto Respondent aliqui materiam,
quod ex se habeat esse et Don quidquid licet non proprie creetur, propter dictam
30
I

466 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección 1 467

al menos impropiamente o en sentido amplio. Por mi parte, ~firtnO qI.le la pro- en el orden de la entidad; porque no se nos manifiestan, de las inteligencias,
ducción de la materia puede entenderse de dos maneras: pr1lllero, por si sola ni sus raz~nes especiales; ni sus diferencias, ni efecto alguno que sea propio de
y separada de la forma, y en este sentido no !'ay duda que. se crearía C?'! toda ellas,. en VIrtud de los cuales podamos demostrar que existen por otro y no por
propiedad, ya que no sólo sería subsistente, smo que ademas se produclIJ.a. por d nnsmas. Me refiero a una demostración estricta, ya que se puede extraer al-
I, i modo de un todo,' aunque ella sea, de por sI, una parte; pues el alma r~clona1 guna . conJe.tura del movimiento del cielo, como probaré después al demostrar
es también una parte y, sin embargo, se crea en sentido totalm:nte propIO. Es la eXlstencI~ de Dios; también en dicho lugar hay que demostrar ex protessQ
U más si la cantidad se produjese separada, se crearía con propiedad, según la aquel pr~cIP:o, q.ue a?ora debe darse por supuesto. Abora bien, del hecho de
o¡m;ión de todos. De otra manera, la materia puede ser producida (y así cree- que !as lDteligencJa~ tIenen una causa eficiente se colige con evidencia que la
mos que lo fue) existiendo bajo alguna forma, en cuyo caso, hablando en se~­ creaCIón es necesarIa para que ellas existan, pues no teniendo causa material
tido propio, se da la denominación de creado al .compuesto íntegr~ de mater13 .e~. se dijo arriba, es imposible que se hagan mediante otro modo de pro:
y de tal forma, por ser él el que propiamente eXiste, ya que, ,:n rigor, el pro- d.ucclOn . Y. esto lo confirma m.u y bien la producción del alma racional, produc-
ducirse se atribuye al mismo al que se atribuye el ser; y se dice que entonces CIón 9ue solo puede ser creaCIón, ya que no es educción de la potencia de la
la materja es concIeada, lo cual basta para la demostración que .~retendemos; materIa, .com.~ quedó igu~ente demostrado antes. Y este argumento prueba
porque el concepto de producción de la nada convi:ne a esa. aCClOD en cU3.?to que la creaClOn es, nece~arla para que los. ?ombres se generen, pues siempre
mediante ella se hace el todo sin suponer nada prevIo a la nnsma. Ahora bien, toma. parte (por aSI declIlo) en su generaclOn; de aquí que el ejercicio de la
si queremos dividir exactamente aquella ~cción compuesta en la. pluralidad .de creaclOn sea t~ frecuente como el de la generación humana. A no ser que al-
acciones parciales de que consta, descubrIremos que ~~~ª-Ja.- I~on de cr~6n guno sea tan lDsensato que llegue a afirmar la preexistencia de las almas racio...
que _se__ ~~CU~IrtJ:'ª ~~__ t:!l_~_proviene ._de_. aqu_~lJ~ yar~~ qlJ.~ ~ººsJ~te ~uctt-Ja nales con anterioridad a los cuerpos, 10 cual constituiría un error no sólo en la
materia de la nada, como se ha mdicado arriba al explicar la educclOn de la fe, sino también contrario a la razón natural, como se. demostrará en su lugar
forma aeTi'potenCla de la materia. En este sentido, los . Padr~s.'y Doctores de oportuno, pues I1:ad;3 tiene que ver con la cuestión presente. En efecto, aun cuan-
la Iglesia enseñan y demuestran de manera absoluta y sm a~clOn alguna que d.o las ::!lmas. eXIstiesen antes que los cuerpos, no por ello existirían por si y
la materia ha sido creada por Dios; así puede verse en Tertuhano, Iren~o, L.ac- sm causa efiCIente, pues, aparte de otras razones ya expuestas, siendo el alma la
tancio, Eusebio, Epifanio, Gregorio Niseno y San Agustin, en los pasajes Cita- form~ nat~al del cuerpo, si existiese por sí necesariamente, existiría desde la
dos poco antes. Y por lo. que hace a San Agu~tin, también ~n .el lib. 1 GIm~s. et~rmdad mformando al cuerpo; porque una realidad que tiene el ser por sí
ad litter., c. 14, y en el lib. XII de las Conteswnes, c. 4. AS1llllsmo, ambrosIO, mIsma no puede tenerlo en un estado preternatural y como violento, cual es el
lib. 1 Hexaem., c. 1; Atanasio, lib. De lncarn. Verbi. al principio, y en otros estado del alma s:parada del cuerpo. Así, pues, bien sea que el alma comience
con mucha frecuencia. con el cuerpo,. bIen que comience a. existir antes que .él, es preciso que tenga
2!. Para completar esta inducción, faltaba tratar de las inteligencias o rea- una causa efiCIente y, en consecuenC13, que sea producIda por creación.
, lidades inmateriales. Sin embargo, acerca de ellas no puede elaborarse un ar- fL.
gumento especial, fuera del general derivado del principio según el cual es con-
Ir tradictorio que existan varios entes impro~ucidos, y. de .a9uel. otro que afirma
Demostración de la causa primera creadora
que el ente improducido, es decir, que eXIste por SI, es mfimtamente perfecto. 2~.
En tercer lugar, ~ebe afir,;"arse (y se desprende de lo dicho) que en
el uruverso resulta necesar13 una prImera causa eficiente que haya producido por
f rationem, cread tamen saltem improprie stat, inveniemus ~otam rationern creatianis
seu largo' modo. Dico autem duohus mo~ quae in illa es! provenire ex ea parte quae speciales rationes, neque differentiae, neque cieationis usus quam humanae generationis.
dis posse intel1igi materiam fieri, primo est effectio materiae ex nihilo, ·ut supra aliqui effectus proprii· intelligentiarum. no- l\Tisi quis ita desipiat ut dicat animas ra-
per se solam ae separatam a forma. et tactum est explicando eductionem formae . bis innotescunt ex quibus demonstremus il- tionales praeexistere ante corpora, quod es-
tune sine dubio crearetu! propriissime, nam ex potentia materiae. Atque ita Patres et las habere esse ab alio et non a se. Loquor set error non solum in fide, sed etiam con-
et esset subsistens et fieret per madum Doctores Ecclesiae absolute et sine ullo ad- autem de demonstratione simpliciter, quia tra rationem naturalem, ut suo loco asten-
torius, quarnvis ipsa de se sit pars; anima dito docent demonstrant materiam esse nonnulla coniectura sumi potest ex motu dendum est, quia ad praesens non refer[
enim rationalis etiam est pars, et tamen videre in Tertul- caeli, ut infra ostendam demonstrando Deum nam etiamsi animae essent ante corpora:
propriissime creatur. Immo, si quantitas fie- esse. Ubi etiam illud principium ex profes- non tamen essent a se et sine efficiente
so est, _nune autem suppo- quía, praeter alias rationes tactas cum ani~
vero modo fieri potest ma- natur. eo autem quod intelligentiae ha- rna sir .naturalis forma corporis; si ex se
teria (et ita credimus esse factam) existens c. 4; et Am- bent causam efficientem, evidenter infertur necessarlO esset, ex aeternitate existeret in-
sub aliqua forma; et tune propúe loquendo bros., lib. 1 Hexaem., c. 1; et Athanas .• lib. necessariam esse creationem ut iIlae sint, formando corpus; nam res quae ex- se ha..
totum composinun ex materia et tali forma de Incarn. Verb., in princip., e[ alüs pas- quía cum non habeant causam materialem, bet esse non potest habere illud in praeter-
dicitur creari, quia illud proprie es[; fieri sim. Ut supra tactum est, non possunt per alium naturali ~ratu et quasi violento, qualis est
Ilutern ei proprie tribuitur cui er esse; tune 21. Supererat dicendum, ad complepdam modum productionis fieri. Quod oprime status amrnae extra corpus. Igitur sive ani~
autem materia dicitur concreari, quod sa- hanc inductionem, de intelligenilis seu rebus confirmar productio animae rationalis, quae ma incipíat cum corpore, sive ante illud,
tis est ad demonstrationem quam intendi- imniaterialibus. Verumtamen de illis nullum esse non potest rusi creatio, quia non est necessanum est habere cau~am efficientem
mus; nam illi actioni, quatenus per eam fit fieri potest speciale argumentum, praerer eductio de potentia ma.teriae, ut supra etiam et consequenter fieri per creationem. J

totum et nihil ei praesupponitur, convenit illud universale sumptum ex hoc principio probaturn esto Quae ratio probat necessa-
ratio productionis ex nihilo. Si aurem ac- quod repugnat dad plura entia improdu(,:t8 riam ·esse creationem ut homines generen- Demonstratur prima causa creans
curate velimus distinguere illam· actionem et quod em. improductum seu a se est iq.- tur, quia semper admiscetur Cut ita dicam) . 2~. Tertio ~icendum est Cet colligitur ex
compositam in pIures partiales quibus con- finite perfectum in genere ent:js, qula nequc eorum generationi. Dnde 13m frequens est dictrs) necessanam esse in universo unam
468 Disputaciones metafísicas Disputación XX,-Sección 1 469
creaclOn todas las demás realidades. Esto consta suficiente-?J-ente por el ra~ona­ la explicación que ellos dan de la producción de este mundo sensible, En cuanto
miento hecho en la afirmación que precede, Y la neceSidad de esta pnmera' al mundo superior e inteligible, es decir, de los ángeles, se expresaron con gran
I , causa eficiente c~n respecto a todos los demás seres se ha de demostrar con oscuridad, cosa nada sorprendente, pues, al no poder admitir que estuvieran
....,-~ ! mayor amplitud en el lugar citado, Mas el hecho d~ que, una ve~ supu~sta formados del caos, no se descubre la manera como podían sostener que habían
1 \~ dicha necesidad, esa primera causa no pudiera dar OrIgen a l~s. ?emas reali~~­ sido producidos por Dios, _si no era acaso defendiendo que también eran ma~
des a no ser por creación, se desprende claramente de l~ definlclOn de creaClOn
1I

11 teriales, aunque dotados de un cuerpo más sutil; efectivamente, ellos tenian por
I
antes expuesta, ya que la primera causa no p~do produclt las cosas... de una ma- evidente que Dios no puede producir nada sino como un artífice que obra a
teria porque no todas las cosas tienen materIa, y, por lo que atane a las 9-ue partir de una materia presupuesta, Y esto es lo que dio a entender Anaxágo-
:1
"
"
I la p~seen, también la materia debió ser producida, Unicamente debe, adver~se ras, a quien Aristóteles, en el lib. 1 de la Metafísica, c. 6, texto 18, alaba por
1
que las especies de las. cosas gener~b~es pudieron hacerse, en sus pnmeros m- haber dicho que todas las cosas estaban mezcladas excepto la mente, que era
¡
,1
i dividuos de una materIa que pree:nstIera temporalmente, en cuy~ caso, hablan- la única realidad pura y carente de toda composición; y ésta es también la ra-
,
:
-11
;'
,

I
L-. do con 'todo rigor, no serían producidas por creación; pero dec1Illos que para
i: ¡ su producción fue necesaria l~, creación, precis.amente en tanto. en cuan!o ~u­
II I ponen necesariamente la creaClOn de la materIa. En este sentIdo, el terrmno
zón de que Galeno, lib, 1 De usu part" c, 10, reprenda a Moisés por afirmar
que Dios creó todas las cosas por su mandato,
I i «creación», sobre todo cuando es emple~~o por los Sa~tos Padre~, suele exten-
24, Opinión de Aristóteles,- Pero, pasando por alto a los demás, acerca
de Aristóteles piensan muchos que desconoció la creación; así, Gregorio, In 11,
derse muchas veces a la nueva producclOn que se realIza a partlt' de una ma-
dist, 1, q, 1; Enrique, Quodl, VIII, q, 9; Janduno, 11 Metaph" q, 5; Marsilio,
teria creada preexistente, como aparece en San Agustín, lib. 1 Contra adverso lego In 11, q, 1, a, 2; Besarión, Iib, II Cont. calumniat. Platon" c, 6; y parece haber
et Proph" c, 24, opinado lo mismo el Comentador, VIII Phys., com, 4, y, en el mismo lugar,
Simplicio, Esta opinión encuentra no pequeño apoyo en los principios de aris-
Se resuelven los argumentos y se exponen las opiniones de los filósofos acerca tóteles, Primeramente, porque siempre admite y da por supuesto el principio
I
I de la creación de la nada nada se hace, En segundo lugar, porque define todas las acciones
il
1 ;: 23. Respondo a los argumentos: en el primero se pide qu~ lexpArliq~e~o.
en orden a la' potencia pasiva y piensa que todas las acciones llevan aneja una
pasión y un movimiento o mutación, como se ve claramente en el lib. m de la
i¡ lo que, acerca de esta verdad, pensaron los filós~fos, ~n especIa Istot~ eSJ Física, desde el principio. Y si se opone que Aristóteles en d~chos pasajes se
punto del que se ocupó muy ampliamente Eugubmo, lib, ~II Peren. ph.l~s., refiere únicamente a la acción y eficiencia de las causas naturales, aún persiste
C. 3 y ss. Y, por 10 que atañe a los otros filósofos, éstos .cIertamente ensenan
la objeción, puesto que nunca, ni siquiera en la Metafísica, extiende su doctrina
muchas veces que este mundo ha sido creado por algún prImer autor;.?o o~s­ a un modo distinto de acción; antes bien, en el lib, V de la Metafísica, c, 12,
tante, si se examinan rectamente, no le atribuyen una verdadera .creaclOn, s~o define la potencia activa en orden a la pasiva, afirmando que es la potencia de
una formación a· partir de una materia preexistente~ a la que dIeron tambIén transmutar a otro en cuanto otro; y en el c, 2 define igualmente la causa efi-
el nombre de caos según se advierte con claridad ~ por lo que refieren Tertu- ciente en orden al movimiento; por lo tanto, no conoció otro modo de eficien-
liano y los demás ;utores antes citados, y Lactancio en el Iib, VII, c. 3. Esta e.
, cia, Así lo confirma también el hecho de que afirmase que las realidades inco-

primam causam efficient~m quae p~r crea- praesertim in usu sanctorum Patru~, ex-
tendi saepe solet ad novam producuonem quidem illi explicarunt de effectione huius In 11, q. 1~ a. 2; et Bessar., lib. 11 cont.
tionem res alias effecent. Hoc satIs pate!! mundi sensibiIis. De mundo autem supe- Calwnniat. Platon., c. 6; et idem videtur
ex discursu facto in praecedenti asseruone. ex praeiacente materia creata, ut patet ex
Augustino, lib. I contra Advers. lego e~ riori e intelligibili, id est, de angelis. ob- sentire Comment., VIII Phys., comm. 4, et
Et necessitas huius primae ca'Ílsae efficien- scurissime locuti sunt; nec mirum. nam
Proph., C. 24. ibid. Simplic. Et habet haec opinio non parva
tis resnectu caeterorum omnium entium cum non potuerint illos ex chao formare, indicia ¡n principüs Aristotelis. Primo, qúia
demonsttanda est larius in citato loco. Quod non apparet quomodo potuerint illos a Deo ubique admittit et supponit illud princi-
Solvuntur argumenta, et quid philosophi de
autem, hac necessitate supposita, ~on PC!- productos constituere, nisi fortasse illos pium : Ex nihílo nihil fit. Secundo, quia
tuerit illa prima causa absque creatlone orl- creatione senserint
respondeo: in primo etiam materiales fecerint, quarnvis corpore omnes actiones definit per ordinem ad po-
ginem dare caete.ris cebus, constat ,ex de- suhtiliores; nam illi pro comperto habebant
finitione creatioDls supra data, qma non quid in tentiam passivam, et omnem actionem sen-
Deum nihil posse producere nisi ut arti- tir habere coniunctam passionem et motum
. qua re ficem--qui -ex praeiacente materia operatur. vel mutationem, ut constat ex 111 Phys., a
quía non omnes res Et hoc significavit Anaxagoras, quem Aris-
materiarn, et in his quae gubin., lib. VII Peren. philos.. c. 3 et se- principio. Quod si dicatur Aristotelem illis
quent. Sed quod ad alios philosophos at~ tot., 1 Metaph., c. 6, texto 18, laudat, eo 10cis loqui tantum de actione et efficientia
hent ipsa etiam materia debuit produci. quod dixerit omnia esse permixta praeter
Sol~ est advertendum species recum ge- tinet docent quidem illi saepe mundum naturalium causarum, adhuc obstat, quia
hund creatum fuisse ab aliquo primo auc- mentem, eamque solam esse puram et omni nunquam, etiam in Metaphysica, ad alium
nerabilium potuisse fieri in 8uis primis in- permixtione Jiberam. Unde et Galen., de
dividuis ex materia prius tempore existente, tore' tamen si recte expendantur, non illi actionis modum doctrinam suam extendit.
attribuunt veram creationem, sed formatio- Usu part., C. 10, reprehendit Moysem, quod Quin potius, V Metaph., C. 12, definit .po-
et tune non flerent per creationem in tato dixerit Deum imperio SUD omnia produ-
rigoce; quatenus tamen necessario ~U?Po­ nem ex praeiacente materia, qua~ etiam tentiam activam per ordinem ad passivam,
chaos appellarunt, ut constat ex I1S quae xisse. dicens esse potentiam transmutanm aliud
nunt creationem materiae, eatenus diclInuS 24. Aristoteles quid senserit.- AlUs vero
esse necessariam creationem ad earum pro~ referunt Tertullianus et alli auctores suprR in quantum aliud, et C. 2, eodem modo
ductionem. Et hac ratione nomen creationis, citati 1, et Lactant., lib. VII, c. 3. Et )loe praetermissis, de Aristot. multi censent H- definit causam efficientem per ordinem ad
Jum non agnovisse creationem, u:t Gregor..... motum; non ergo agnovit allum efficiendi
I In 11, disto 1, q. 1; et Henric., Quodl. VIIi, modum. Quod etiam confirmat quia res in...
,I 1 Vid. Aug., lib. XI de Civitat.~ c. 4, et lib, XII, c. 17. q. 9; et Iand., 11 Metaph., q. 5; Marsil.• rorruptibiles posuit aeternas sentiens esse
II
~---------------------------------------- - -----
470 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección 1 471

rruptibles son eternas, pensando que son necesarias por sí ~is.w:n~s, por lo que, la causalidad final no puede darse sin la eficiente; ahora bien, no es posible
en el lib. II de la Metafísica, c. 1, dice, en plural, que los pnnc,~,os de las cos~ que exista una sola causa eficiente de todas las cosas si no media la creación,
eternas no tienen causas; y parece que por «cosas eternas» entiende los mOV1- según quedó demostrado arriba. Además, en el lib. TI de la Metafísica, c. 2,
mientas de los cielos y la serie perpetua de generaciones y corrupciones, cuyos prueba el principio por el que sobre todo llegamos al conocimiento de la
principios son los cielos y las inteligencias. causa primera, a saber, que no puede darse un proceso al infinito en las causas
25. Otros, en cambio, estiman que Aristóteles tuvo conocimiento de la crea- eficientes. Finalmente, en el lib. De mundo ad Alex., parece enseñar esto con
ción y de que Dios es el creador de todas las cosas. Así opinó Averroes, II de toda claridad: Sería como un pecado gru:ve -dice- omitir, al estudiar las rea-
la Metafísica, como 4, y XII de la Metafísica, como 44, y lib. De substant. orbts, lidades del mundo, lo que se considera supremo en el mundo. Existe, pues, la
c. 2; Alejandro de Mrodisia, en los mismos pasajes, y también Santo Tomás, creencia antigua, y ciertamente hereditaria de todos los mortales, de que todas
alli mismo y en 1, q. 44; TI cont. Gent., c. 15; q. 3 De Potentia, a. 6, y VIII las cosas han sido constituidas para nosotros por Dios y mediante Dios. Y nin-
de la Física, lec. 2; Escoto, en su Quodl., q. 7, Y en In 11, disto 1, q. 3; To- guna naturaleza es suficiente por sí misma, si está privada de la salvación que
más de Argentina, q. 4; Herveo, tratado De aeternit. mundi, q. 4, Y 0o:os. El proporciona.
y lo demuestran porque, en el lib. II de la Metafísica, c. 1, dice que eXlste 26. Otros se valen de una distinción, afirmando que Aristóteles no conoció
el ente más verdadero y perfecto de todos, el cual es causa de los demás. Y se la creación con novedad del ser, pero sí conoció la creación por modo de dima-
refiere con toda claridad a la causa eficiente, según expone también alli mismo nación natural y eterna a partir del primer ente, y en este sentido defendió que
el Comentador diciendo que sólo el primer ser es por si mismo ente y verda- las realidades incorruptibles dimanaron de Dios desde la eternidad. Mas, aun-
!' dero, mientras que los demás reciben de él el ser y la verdad. Parece, pues, que que pueda sostenerse esto acerca de las demás cosas, con todo, no se puede
Aristóteles, al decir en plural los principios de las cosas eternas, entiende úni- mantener a propósito del alma racional; porque él mismo, en el lib. TI De ge-
camente a Dios, bien sea por su eminencia, bien por la pluralida~ de razones nerat. animal., C. 3, dice que el alma racional viene de fuera, o sea, que no es
de causación. Además, en el lib. 1 De caelo, C. 9, texto 100, admite una natu.. educida de la potencia de la materia y, consecuentemente, que es producida por
raleza inmortal y divina, de la que depende el mismo ser y el vivir de las de- creación. Y de ella se puede dar una razón especial: que sólo se hace cuando
más, en unas con mayor plenitud, en otras en menor grado; y en el lib. TI De se ofrece la creación del cuerpo, y por razón del compuesto. Efectivamente, no
Generat., c. 10, texto 59,. dice que el existir siempre no conviene a todas las es verosímil que Aristóteles admitiese que el alma no babía sido producida, si
cosas, puesto que algunas se encuentran muy lejos del principio mismo, por lo supo que todas las demás cosas fuera de Dios eran producidas. Tampoco cabe
cual -afirma- Dios, atendiendo a su modo deficiente, completó el universa. decir que él mismo pensó que todas las almas eran eternas y después, en el
al establecer, la generación continua; asimismo, en el lib. VIII de _la Física, y tiempo, se unían a los cuerpos; porque el mismo Aristóteles, en el lib. XII de
en el XII de la Metafísica, concluye que hay un ser primero y senor de todas la Metafísica, c. 3, texto 16, afirma con sentido general qne la forma no pre-
las cosas; pero no sería señor si no fuese principio' de todas~ Por eso afirma existe antes de unirse a la materia, y es claro que incluye al alma racional; por-
Aristóteles, en el lib. XII de la Metafísica, texto 38, que el cielo y la natura- que añade que en ella se da la particularidad de que permanece posteriormente,
leza dependen de Dios. También enseña con toda claridad, en los mismos lu- esto es, después de la disolución del compuesto; en cuanto al comienzo, puesto
"
gares, que existe un único fin de todas las cosas; de donde resulta en absoluto que comienza simultáneamente con el compuesto, no admite excepción alguna~
que existe también un solo eficiente, pues, como expondremos más adelante, Es, por tanto, más verosímil esta parte, aunque no puede negarse que Aristó-

esse et veritatem. Unde per illud pIuraJe absque efficienti; non potest autem dari una possit sustineri, tamen de anima rationali
per se necessarias, et ideo 11 Metaph.) c. 1, causa efficiens omnium nisi interveniente non potest; nam ipse, 11 de Gener. ani-
in plurali ait principia sempiternorum non principia sempilernorum solum Deum in-
telligere videtur Arist., vel propter eminen- ereatione, ut supra probatum esto Praeterea mal., e. 3~ ait animam rationalem venire
habere causas; per sempiterna autem intel- II Metaph., C. 2, probat illud principium de foris, id est, non educi de potencia ma-
ligere viderur motus caelorum et perpetuam tiam eius vel propter pIures causandi ra-
tiones. Praeterea in I de Caelo, c. 9, texto per quod maxime in cognitionem primae teriae, et consequenter fieri per creationem.
seriem generationum et corruptionum, qua- c\lusae devenimus, seilicet, non posse dad Potest aurem de illa l'eddi specialis ratio,
tum principia sunt caeli et intelligentiae. 100, poDit quamdam naturam immortalem
ae divinam, unde caeteris~ aliis exactius, processum in infinitum in causis efficienti- quia non fit nísi oblata creatione corporis,
25. Alii vero existimant Aristotelem co- bus. Denique, in lib. de Mundo ad Alex., et propter compositum. Neque enim veri-
gnovisse creationem et Deum esse creatorem aliis offuscatius ipsum esse mvereque de-
pendet; et 11 de Gener., e. 10, texto 59, ait id cIarissime docere videtur: Quasi flagi- simile est Aristot. posuisse animam non
. m Ita sensit Averroes 11 Metaph., tium (inquit) esset in disputatione rerum
non omnt us eonvemre ut semper SlQ.t, quó- factam, si reliqua omnia extra Deum cogno-
como 4, et XII Metaph., como 44, et lIb. mundi praeterire id quod summum ín mun- vit esse faeca. Neque etiam dici potest ip-
de Substant. orbis, c. 2; et Alex. Apbrodis.) niam quaedam longe ah ipso principio ab-
sunt et idcirco (ait) Deus modo deficienti do habetur. 1taque vetus fama eSt, et qui- sum sensisse omnes animas fuisse aetemas
his locis, et D. Thom' J ibid., et 1, q. 44, dem haereditaria mortalium amnium~ uni- et postea in tempore uniri corporibus; nam
et 11 cont. Gent.) c. 15, et q. 3 de Potent., consulens, universum complevit, cum gene-
rationem instiLUisset continuam; lib. etiam versa a Deo el per Deum nobis esse con- idem Arist., XII Mecaph., e. 3, texto 16,
a. 6, et VIII Phys., lect. 2; Seot., in Quodl., slÍlula. Nec vera ulla natura per se sufficit) generatim ait formam non praeexistere prius
q. 7, et In 11, disto 1, q. 3; Thom. de VIII Phys., et XII Metaph., concludit esse
unum primum ens et nrincipem omnium; orbata salute quam ille ferat. quam uniatur materiae, et aperte compre-
Argen., q: 4; Hervaeus, tracto de Aeternit. 26. Alii distinetione utuntur, dicentes hendit rationalem animam; nam subdit in
mundi, q. 4, e,t alii. Et probatur, nam ,H non esset autem prineeps nisi esset prin-
cipium omnium. Unde Arist., XII Mecaph., Aristotelem non cognovisse ereationem cum ilIa esse singulare quod maneat posterius,
Metaph., c. 1, dicit dari aliquod ens ven~­ novitate essendi, cognovisse autem crea- id es!, post dissolurum compositum; in in-
simum et perfectissimum omniurn, quod Slt texto 38 ait eaelum et naturam pendere a
Deo. Clarissime etiam docet eisdem loeis tionem per modum dirnanationis naturalis eeptione autem, eo quod simul cum com-
causa caeterorum. Et loquitur plane de cau- et aeternae a primo ente, et hoe modo po- posito incipiat, nullam admittit exceptio-
sa efficienti, ut ibi etiam' Comment. expo- dari unum finem omnium; ex quo plane
fit dari etiam unum efficiens, quia, ut infra suisse res ineorruptibiles manasse a Deo ex nem. Haee igitur pars verisimilior est, quam-
nit dicens solum primum ens esse per se aeternitate. Sed Hcet hoc de caeteris rebus quam negari non possit Arist. exiguam de
ens et verwo; caetera vero acquirere ab illo trademus, non potest esse finalis causalitas.
472 Disputaciones metafísicas Disputación XK.--Sección J 473
teles tuvo escaso conocimiento de la cuestión, por lo cual trató de esta eficien- es sus~ep~ble de múltiples sentidos. Uno es si la expresIOn en cuanto se toma
cia brevemente, si bien en el lib. IX de la Metafísica, c. 1, insinuó suficiente- red~~ y se aplica a la razón de ente abstractísima y común a Dio~
mente que copoda una 'potencia activa que no necesita del movimiento o mu- y a las cfla~~as. Este sentid? es falso, pues con él se significa que es término
tación pata obrat. de la creaclOn. el ente en VJItud de aquella razón precisiva, lo cual es falso.
27. En cuanto al segundo argumento, se ha probado de manera suficiente, Este es el sentIdo que se ?3 por supuesto y que se impugna suficientemente en
por inducción contraria, cómo se demuestra la existencia de algunos entes que a~,uel cuarto argumento ~ sm em~argo, en n~da se opone a la verdad de la crea-
sólo pueden ser producidos por creación, cosa que a-nosotros nos consta prin- (IOn, pl~e~! como es ~yIdente, dicha proposIción en tal sentido no se sigue d~
cipalmente acerca de las realidades materiales. Por lo que hace a las inmate- 1,a .definIclOD de c~eaclOn. En ef~cto, si s: hace el ente considerando reduplicada \
riales, sólo demostramos por hipótesis que, si hay alguna fuera de Dios, úni- ~Icamente la razo.n de ente finito o factIble, ello bastará para la razón de crea- L

camente pueden ser producidas por creación, y que tampoco pueden existir si ClOn, pues es sufiCiente que la cosa se haga totalmente de la nada. Y éste puede .c
no son producidas. En cuanto a saber si se prueba por razón natural que se s~" el segundo sentido ~e dicha expresión, el cual es verdadero, y de él sólo se
dan tales sustancias además de Dios, con respecto a las almas racionales lo ~I~e que tod? ente finito es creable, cosa que también es verdad. El sentido
suponemos por la ciencia del alma, pero con respecto a las demás 10 estudia- lütImO y propIO es que, l.a expresión f!!"". ~uanto se ~~~ .~l~ _~~pe~ifica!h~tWl~nJ~!
remos posteriormente, ya que no tiene que ver con la presente cuestión. y de este modo es certistma la propOSlClOn, ya que mediante la creación se hace
28. A propósito del tercero, acerca de la proposición mayor según la cual esencial y primariamente "la r,?alidad según toda la razón de ente, por no
s~poner en. e~a la creacI?n nInguna razón -de ente. Porque, según la doc-
para crear se requiere un poder infinito, hemos de tratar en la sección siguien-
t~ma de Arlstoteles, $-.. \1!c.e.. "que" .~s prodncido de ~lanera esencial y prima-
te; ahora sólo afirmamos que por otros medios se prueba con suficiencia que la
ria ag'!;ello que en mo.do alguno se da por supuesto en la realidad que se
creación existe y que se da en la realidad una potencia que es principio sufi-
ciente de ella, bien sea que dicha potencia deba ser infinita, bien sea que baste p.rodu_ce; en ~onsecuencla, que el ente en cuanto ente sea hecho no es otra cosa
SIDO que la misma razón de ente sea hecha esencial y primariamente en tal efecto
una finita. Consiguientemente, si por otra parte se demuestra de modo sufi-
ciente que para crear se exige una potencia infinita, de la necesidad de la crea- mediante tal acción. Y de este sentido no se sigue que pneda ser término de l.
ción se concluirá suficientemente que en la realidad se da una potencia infinita. creación ~o~o .ente según la. razón de ente que en sí posee; pues, como se sabe
y no habrá petición de principio o circulo vicioso, puesto que, o bien no de- por la diaIectlca, la expresión en cuanto) tomada especificativamente no infiere
mostramos la posibilidad de la creación por la infinitud de tal potencia, sino un sentido universal o distributivo, pues significa la razón adecu~da o sea
porqne inferimos de otra patte sn necesidad y la no contradicción, no sólo de la ~usa de! predicado, sino. que sólo designa la parte o razón según' la cual
c~nV1e~e. SIn embargo, legítimamente se desprende de dicho sentido que la ra-
ella, sino también de una potencia que sea su principio, haciendo abstración de
que sea finita o infinita, o bien, si de la infinitud de la potencia concluimos la zon Inlsma de ente en cuanto tal no se encuentra unívocamente en los entes
posibilidad de la creación, tomamos la infinirud misma de la potencia comG que pueden ser término de la creación y en el ente increado, como diremos des-
I
demostrada por la infinitud de la esencia y de la perfección divina, que cole- pués al explicar esta división.
gimos de otros principios, según veremos más abajo.
29. En qué sentido se hace por c,eación el ente en cuanto ente.- Al cuarto quantum ens 1 multiplicem sensum habere fit res secundum totam rationem entis, eo
respondo que la proposición mediante la creación se hace el ente en cuanto ente posse: unus est, si illud in quantum redu- quod creatio nullam rationem entis in ea
plicative sumatur et cadat in racionem entis supponat. Nam~ iuxta doctrinam Aristote~
abstractissimam et communem Deo ac crea- lis, illud dicitur per se primo fieri quod]
hae re eognitionem habuisse, ideoque per ficientec probari et creationem esse et dari turis. Et rue sensus est falsus, nam signi-
in rebus potentiam quae sit sufficiens prin- nullo modo supponitur in re quae fit; fieri
pauea de hae efficientia traetasse, quamvis, ficatur pec illum ens ex vi illius praecisae
cipium illius, sive illa infinita esse debeat ergo ens in quantum ens nihil aliud est
IX Metaph., e. 1, satis insinuaverit agno- rationis esse terminum creationis, quod fal-
visse se potentiam aetivam quae non indiget sive finita sufficiat. Unde, si aliunde satis quam quod ipsamet ratio entis per se pri-
sum esto Et hune sensum supponit quartum
motu vel mutatione ad agendum. probetur requiri ad creandum potentiam in- mo fiat in tali effectu per talem actionem.
illud argumentum, eumque sufficienter im-
27. Ad secundum argumentum satis pro- finitam, ex necessitate creationis sufficienter pugnat; nihil tamen obstat veritati crea- Ex hoc autem sensu non sequitur omne ens
batum est contraria inductione quomodo eoncludetur dari in rebus potentiam infini- tionis, quia illa propositio in eo sensu non seeundum rationem entis quam in se habet,
demonstrerur aliqua esse entia quae nonnisi tamo Neque erit peritio principii aut vitiosus sequitur ex definitione creationis, ut patet. posse terminare ereationem, quia, ut ex dia-
per ereationem fieri possunt, quod nobis circulus, quia vel non probamus creationem Nam si fiat ens reduplicando tantutD ra- leetica constat, partieula in quantum, spe-
praeser .. bus:-Be esse pes-sieHem-ex-iminitat~ iUius potentiae__ -tionem entis finiti seu factibilis, id satis cificative sumpta, non infert urnversalem
imrnaterialibus vero solum ex hypothesi sed quia aHunde colligimus necessitatem erit ad rationem creationis, nam sufficit ut sensum seu distributivum, quia non denotat
probamus, si quae sunt extra Deum, non- eius et non repugnantiam, tum illius, tum res fiat omnino ex nihilo. Atque hic esse adaequatam rationem seu causam praedicati,
nisi per creationem fieri pos se, neque etiam etiam potentiae quae sit principium eius, potest alter sensus illius locutionis, qui ve- sed solum designat partem vel rationem
esse posse si non fiant. An vero probetur abstrahendo ab eo quod finita .vel infinita rus est, et ex eo solum sequitur omne ens secundum quam convenit. Recte tamen in-
ratione naturali dari huiusmodi substantias sit; vel si ex infinitate potentiae concluda- finitum esse creabile: quod etiam est ve- fertur ex illo sensu ipsam rationem entis
praeter Deum, de animabus quidem ratio- mus creationem esse possibilem, sumimus rumo Ultimus autem et proprius sensus est ut sic non reperiri univoce in entibus quae
nalibus id supponimus ex scientia de anima, ipsam potentiae infinitatem ut demonstra- ut illud in quantum specificative tantum terminare possunt creationem et in eJ;l.te in-
de allis vero infra videbimus, nam ad prae- tam ex infinitate essentiae et perfectionis sumatur. Et hoe modo est verissima pro'- ereato, ot dicemus infra hanc divisionem
sens non refert. .
28. Ad tertium de maiori propositione,
divinae, quam ex aliis principüs eolligimus,
ut infra videbimus.
positio, quia per creationem per se primo l declarando.
seilicet, quod ad creandum requiratur vir- 29. Qualiter per creationem fíat ens in
rus infinita, dicturi sumus seccione sequen- quantum ens.- Ad quartum respondeo pro-
ti; nune solum dicimus ex aliis mediis suf- positionem illam per creQtionem lit ens in 1 Vide Caiet., 1, q. 44, a. 2.
474 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección 11 475
30. En cuanto a la última demostración, tomada del hecho de que el ser lib. 11 Cont. lulian., hacia el fío; y, por último, fue definido en el c. Firmiter,
de ]a esencia de las cosas se presupone a su creación, quienes estiman que el .obre la Santísima Trinidad y la fe católica.
ser de la esencia es en sí mismo algo eterno, quizá afirmaran que la creación 2. y de este principio cierto se colige casi con la misma certeza que nin-
es a partir de la nada de la existenci~, mas no de la esencia. Por su parte, Wi- guna criatura tiene de hecho poder de crear, pues no es verosímil que Dios haya
elef dijo que la creación uo es una producción de la nada absoluta, sino del ser otorgado a aI~a criatura este poder y no le conceda o permita su ejercicio;
inteligible al ser fuera de Dios, según refiere Waldés, en el tomo 1, c. 17. Asi. porque compete a la providencia divina el dejar que las criaturas realicen sus
'mismo Escoto, In 11, disto 1, q. 2, afirma que la creación es una producción propios movimientos o acciones y porque, en, otro caso, en vano existiría tal
de la nada, es decir, no de algo según el ser de la existencia ni según el ser potencia en la realidad. Además, porque lo que nunca ha sido realizado por
de la esencia, y, sin embargo, no de la nada, es decir, de lo que no es en modo ninguna causa natural se considera con razón que es imposible mediante causas
alguno ente, ni absoluta ni relativamente; mas supone que las cosas tienen un
naturales. Y, en este sentido, todos los Padres y teólogos niegan que la criatura
ser conocido antes de ser producidas. Pero la verdad es que el ser de la esen· tenga el poder natural de crear, de igual modo y con igual certeza que niegan
cia de la criatura, o el ser conocido o inteligible, no es nada real fuera de Dios, que una criatura haya creado a otra.
según diremos ampliamente después, en la disputación sobre la esencia y la 3. Ahora bien, aunque tengamos estas cosas como ciertas por la revelación,
existencia de la criatura. Por ello, dicho ser no constituye obstáculo ninguno
investigamos (lo cual es propio del cometido presente) si es posible defenderla.
para que la criatura sea producida por creación de la nada y en cuanto ente. y demostrarlas por razón natural, y estimamos que ello depende enteramente de
la cuestión 'propuesta; en efecto, si demostramos que el poder de crear, por la
SECCION II perfección infinita que exige, es incomunicable a la criatura, quedará probado
lo que la fe enseña acerca del hecho; en cambio, si la potencia creadora no
SI PARA CREAR SE REQUIERE UNA FUERZA ACTIVA INFINITA; Y, POR TANTO, SI implica esencialmente dicha infinitud, y, por ello, no es contradictorio que se
CONVIENE A DIOS DE TAL MANERA QUE NO PUEDE COMUNICARSE A LA CRIATURA -comunique a la criatura, será imposible demostrar por la razón que, de hecho,
no se haya comunicado tanto la potencia como su acto; porque dependerá de
1. La criatura nunca creó nada.- No han faltado filósofos que afirmen la voluntad de Dios, cuyo decreto, si no se nos manifiesta por los efectos, úni-
que, no sólo en cuanto a la posibilidad, sino incluso de hecho, la potencia crea- camente puede ofrecerse a nuestro conocimiento mediante la -revelación.
dora ha sido comunicada a las criaturas, y que un ángel superior creó al infe-
rior próximo a él, y que el más inferior creó las cosas corpóreas. Esto es lo Se consigna el motivo de duda y se aclam el sentido de la cuestión
que pensó Avicena, cuya opinión señalamos arriba al tratar de la educción de
las formas, y volverá a salirnos al paso más adelante, cuando nos ocupemos ,del 4. Así, pues, la razón de la dificultad en la cuestión presente consiste en
poder activo de las inteligencias creadas. Mas la doctrina verdadera y cierta sos- que, hasta ahora, no se ha encontrado una razón suficiente, y menos una de-
,
I tiene que, de hecho, ninguna criatura ha creado nada; en efecto, que Dios solo mostración, persuasiva de que para crear se requiere un poder absolutamente
es el, creador de todas las cosas lo admite la verdadera fe y lo enseñan todos los infinito. Me refiero al poder principal que puede producir el efecto por su pro-
sanros, en especial San Agostín, lib. XII De Civitate Dei, c. 24; Tertuliano, pia virtud, pues no queremos tratar ex professo del poder instrumental, ya que
lib. De praescript. haeretic.; el Damasceno, lib. 11, c. 3, y Cirilo Alejandrino, es una cuestión meramente teológica. Ahora bien, el poder principal de crear

30. Ad ultimam probationem, sumptam SECTIO II tandem definitum est in c. Firmi,ter, de creandiJ ob infinitam perfectionem quam
e~ eo quod esse essentiae rerum supponatur Sumo Trinit. et fide Carbol. requirit, esse incommunicabilem creaturae,
creationi earum, qui existimant esse essentiae UTRUM AD CREANDUM REQUIRATUR INFINITA 2. Ex hoc autem certo principio eadem demonstratum relinquetur id quod de facto
secundum se esse aliquid aeternum, dicerent VIS AGENDI, ET mEO ITA SIT DEI PROPRIA fere certitudine colligitur nullam creaturam fides docet; si autem potentia creandi non
fortasse creationem esse ex nihilo existentiae, UT CREATURAE COMMUNICARI NON POSSIT de facto habere potestatem creandi, quia ineludit essentialiter illam intinitatem, et
non vero essentiae. At vero Wicleph dixit non est verisimile dedisse Deum alicui crea- ideo non repugnat communicari creaturae,
creationem non esse productionem ex nihilo 1. Creatura nihil unquam creamt.- Non turae hanc potestatem et non concedere seu non poterit ratione probari non esse de fac-
simpliciter, sed ex esse ad esse ex~ defuerunt philosophi qui non solum de permittere illi usum eius; nam ad Dei pro~ to cornmunicatam tam potentiam quam ae-
tra Deum, ut refert 1, c. J.7. sibili, sed etiam de facto dicerent videntiam spectat ut sinat creaturas proprios tum dus: pendebit enim ex libera Dei \rO-
creandi esse motus seu actiones operari~ et quia alias luntate, cuius decretum, si ex effectibus non
esse ex frustra- esset talis potentia in rerum natura. manifestatur, per solam revelationem potest
aliquo secundum esse nee se~ proximum, et infimum creasse res corpo- ltemJ quia quod a nulla naturali causa un~ nobis innotescere.
cundum esse essentiae, non tamen ex niliilo, reas. Quod opinatus est Avicenna, cuius opi- quarn {actum est mt:rito censetur impos-
nionem supra tetigimus tractando de educ- sibile per naturales causas. Atque ita et Pa- Ratio dubitandi ponitur et sensus quaestionis
id est, de nullo modo ente, nec simpliciter, aperitur
nec secundum quid; supponit vero res ha~ tione formarum, et iterum occurret infra tres et theologi omnes eodem modo et sub
bere esse cognitum prius quam fiant. Ve~ tractando de virtute activa intelligentiarum eadem certitudine negant creaturam habere 4. Ratio ergo difficultatis in praesenti
ritas autem est esse essentiae creaturae, aut creatarum. Vera tamen ac certa doctrina naturalem vim creandi qua negant unam quaestione est quia nulla est hactenus in~
esse cognitum seu intelligibile, antequam: docet de facto nullam creaturarn aliquid creaturam creasse aliam. venta sufficiens ratioJ nedum demonstratio,
creaturae fiant, nihil reale esse extra Deum, creasse; solum enim Deum omnium crea~ 3. Quamvis autem haec sint nobis certa quae persuadeat requiri ad creandum virtu~
ut rucemus late infra, in disputatione de torem vera fides agnoscit et Sancti omnes ex revelatione, inquirimus (quod praesentis tem simpliciter infinitam. Laquor autem de
essentia et existentia creaturae. Quapropter docent, praesertim D. August., XII de Ci- muneris est proprium) an possirU ratione virtute princlpaJ,i quae sua vi potest effee~
illud esse nihil obstat quominus per crea- vit., c. 24; Tertull., lib. de Praescript. hae~ naturali persuaderi et convinci, q'Uod om~ tum producere; nam de virtute instrumen~
tionem fiat creatura ex nihilo et in quan~ retie.; Damascen., lib. 11, c. 3, et Cyrill. nino pendere censemus ex quaestione pro- taH nolumus ex professo disputare, eo quod
tum eDS. Alex., lib. II cont. lulian., sub finem. Ae posita; nam si probaverimus potentialIl res mere theologica ·sit. Virtus autem prm-
,
Disputación XX.-Sección 1I 477
476 Disputaciones metafísicas
de la nada. Y estimo que de esta manera es posible aSUTIlsmo probar suficien-
.1 puede entenderse en varios sentidos: primeramente, el que es universal en ese temente que dicha potencia es infinita e incomunicable a la criatura, no sólo en
orden, es decir, adecuado al objeto creable; y, acerca de éste, es evidentísimo cuanto se extiende a todo lo creable, sino también en cuanto determinada a
que no se puede comunicar a la criatura, cosa que no ha sido pues~a e"!l duda producir cualquier ente, cuestión de la que nos ocuparemos más adelante, en
(que yo sepa) por ningún autor. Y la razón es clara, pues tal potencia tiene un. ia disp. XXIT. Porque, desde este punto de vista, para la potencia creadora vale
objeto infinitamente perfecto en sentido sincategoremático, ya que en ese ám- la misma razón, en orden a obrar a partir de un sujeto presupuesto, que para
bito del objeto no es posible señalar ninguno de tan gran perfección que no cualquier facultad creada, ya que ninguna puede ser, en su operación, indepen-
pueda crearse otro de perfección mayor, y así hasta el infinito; luego en la po- diente de la causa primera, y tal independencia exige una perfección infinita,
tencia que contiene en su virrud todo aquel objeto se requiere una virtud y según veremos allí.
perfección absolutamente infinita, ya que ni puede bastar una actualmente finita 7. Así, pues, en un tercer sentido cabe entender el poder de crear única-
-pues de lo contrario podría ser igualada y superada por alguna parte de su mente por modo de causa principal próxima, que en su obrar depende de la
objeto- ni esa virtud puede ser infinita en sentido sincategoremático, porque causa primera y está limitada a un determinado orden o especie de cosas que
tiene toda su virtud y perfección existiendo simultáneamente y en acto. Tam- han de ser creadas, como a crear los cuerpos, o estas especies concretas de án-
poco bastará que sea infinita relativamente, es decir, en aIgón orden de entes; geles, o algo semejante. Con respecto a esta potencia no aparece razón suficiente
puesto que, en primer lugar, un infinito de esa clase es absoluta y actualmente para que requiera una perfección absolutamente infinita o para que no pueda
finito, y, además, el ámbito del objeto no queda contenido bajo algún género comunicarse a la criatura, pues no posee infinitud por parte del objeto -ya
u orden de entes, sino que comprende en absoluto toda la amplitud del ente que se la supone limitada a un objeto de perfección finita- ni tampoco por
creable; luego la potencia que contiene y sobrepasa a todo ese objeto no puede el modo de obrar, puesto que se la supone dependiente del concurso de otra.
ser infinita sólo relativamente, sino absolutamente y en todo el ámbito del ente. 8. Ni resulta satisfactorio lo que muchos afirman: que del modo de obrar
5. Puede emplearse una segunda razón: es imposible que una potencia se colige la infinitud, no por la independencia de la acción con respecto a una
productiva se encierre a si misma bajo su objeto adecuado, por ser imposible causa agente superior, sino por la independencia de la acción con respecto a la
que algo pueda crearse a sí mismo; pero toda criatura está contenida,. como es causa material; a saber, porque el reducir algo de la potencia al acto exige al-
evidente de suyo, bajo el ente creable; luego no puede tener por objeto ade-' gún poder, y cuanto más alejada del acto se encuentra dicha potencia, tanto
cuado d~ su potencia al ente creable en cuanto tal, ya que en otro caso se en-
,, cerraría a sí misma dentro de su objeto. Por esta razón, ninguna cosa generable
mayor poder se requiere en el agente; consiguientemente, 10 que se halla tan
I distante del acto que no está contenido en ninguna potencia pa~iva, para poder
puede poseer una potencia generativa tal que tenga por objeto adecuado al ente ser producido exige una potencia infinita en el agente. Esta razón -repito-
generable, y ningún individuo puede tener una potencia cuyo objeto adecuado no es satisfactoria, en primer lugar, porque no parece que la independencia de
sea la misma especie. Con estas razones, pues, se demuestra suficientemente que
la acción con respecto al sujeto sea tan importante ni indique tan gran perfec-
, la potencia creadora es, en este sentido, infinita, propia de Dios e incomunica- ción, que requiera en el agente un poder absolutamente infinito; pues, ¿por qué
:¡ ble a las criaturas.
I habría de requerirlo? Efectivamente, el concurso de la materia es algo finito;
I 6. También puede entenderse de otro modo l. potencia creadora: que, por ¿por qué, entonces, no podrá ser suplido por el poder de un agente de orden
sí sola y sin dependencia o concurso de otra, tenga poder para producir algo

cipalis creandi varüs modis intelligi potest: Jute complectinu totam latitudinem entis absque dependentia ve! concursu alterius, parte obiecti habet infimtatem, cum ponatur
primo, ut sit in illo ordine universalis seu ere.bilis; ergo potentia qu.e totum illud aliquid ex nihilo producere. Et hoc etiam limitata ad obiectum finitae perfectionis, ne-
adaequata obiecto creabili, et de hac ~vi-. continet et superat non potest esse secun- modo existimo satis probari posse talem que etiam ex modo agendi, cum ponatur
dentissimum est non posse commurucarl dum quid tantum infinita, sed simpliciter potentiam non modo ut se extendit ad om- dependens a concursu alterius.
creaturae; neque hoc est (quod ego sciam) et in tota entis latitudine. . ne creabile, sed etiam ut determinata ad 8. Nec satisfacit quod multi aiunt, ex
ah ullo auctore in dubium revocatum. Et 5. Secunda ratio adhiberi potest, quia creandum quodlibet ens~ esse infinitam et modo agendi colligi infinitatem, non ob in-
ratio est clara, quia talis potentia haber ob- impossibile est potentiam aliquam produc- iDcommunicabilem creaturae, de qua re ac- dependentiam actioms a superiori causa
iectum infinite perfectum syncategoremati- tivam seipsam claudere sub obiecto suo turi sumus infra~ disp. XXII. Nam quoad agente, sed ob independentiam actioms So
ce; nam in illa latitudine obiecti nullum adaequato, quia impossibile est aliquid pos- hoc eadem ratio est de potentia creandi et causa materiali; nimirum, quia reducere ali-
potest signari tantae perfectionis quin aliud se creare seipsum; creatura con- de quacurnque facultate creata ad agendum quid de potentia in actum requirit aliquam
maioris perfectionis creari et ita in tinetur sub ente per se notum ex praesupposito subiecto, qula nulla esse virtutem, et quo illa poteI}tia magis est elon-
--potest independens in agendo a prima causa gata ab actu, ea mruor virtus requiritur in
tute totum obiectum reQuiri~ adaequato suae potentiae ens ut sic, talisque independentia infinitam requirit agente; ergo quod ita est elongatum ab
tur virtus et perfectio simpliciter infinita, alias seipsam clauderet sub obiecto suo. Et perfectionem, ut ibi videbimus. actu ut in nulla potentia passiva continea-
quia neque actu finittt sufficere potest, alias hac ratione nuIla res generabilis potest ha- 7. Tertio igitur modo intel1igi potest vir- tur, requirit infinitam potentiam in agente
posset aequari et superari ab aIiqua parte bere taleII! potentiam generandi quae pro tus creandi solum per modum causae prin- ut fierl possit; hace (inquam) ratio non sa-
obiecti sui, neque potest virtus illa esse in- obiecto adaequato habet: ens generabile. Ne~ cipalis proximae, dependentis· in agendo a tisfacit, primo quidem, quia independentia
finita syncategorematice, quia simul et actu que aliquod individuum potest :habere po- prima causa et limitatae ad certum ordinem actionis a subiecto non videtur esse tanti
habet existentem totam suam virtutem et tentiam cuius adaequatum oblectum sit ipsa vel speciem rerum creandarum, ut ad crean- momenti, nec tantam indicare perfectionem,
perfectionem. Neque etiam satis erit quod species. His ergo rationibus satis demonsua- da corpora, vel has species angelorum, ve! ut requirat in agente virtutem infinitam sim-,
sir infinita secundum quid seu in aliquo tur potentiam creandi hoc modo esse infi- aliquid simile. Et de hac potentla non ap- pliciter; cur etenim? Nam concursus ma-
ordine entium; nam imprimis huiusmodi nitam et,. Dei propriam ac incommunicabi~ parer ratio sufficiens cur requirat perfectio- teriae quid finitum est; cur ergo suppleri
infinitum est simpliciter et actu finiturn, et Iem credfuris. nem simpliciter infinitam, aut cur non pos- non poterit per virtutem agentis superloris
praeterea latitudo obiecti non clauditur sub 6. Alio item modo potest intelligi poten- -sit commUnicarl creaturae, quia neque ex ordinis et perfectiorj~, esto infinita' non sit?
aliquo genere vel ordine rerum, sed abso- tia creandiJ quae vim habeat, se sola e~

I,

I
i'

,1
478 Disputaciones metafísicllS' XX.-Secci6n II 479
superior y más perfecto, aun cuando no sea infinito? Además, porque esa jerar-
quía o estimación proporcional no es formal, no sólo P9rque, a lo sumo, infiere Diferentes opiniones
un poder activo de orden superior al de toda potencia determinada a ohrar a 10. Así, pues, por estos motivos y otros semejantes, algunos teólogos sos-
partir de una potencia pasiva, ya sea próxima, ya sea remota, es decir, más O tienen que no hay ninguna razón suficiente que demuestre que repugna ahso-
menos alejada de! acto, sino tamhién porque aque! proceso debe entenderse con' Iutament,e a la cnatura el poder de crear. Esta es la opinión clara de Gabriel,
respecto a un mismo sujeto y en igualdad de circunstancias; puede, en efecto, In I1, dISto 1, q. 4, a. 3. En efecto, aunque enseña de manera absoluta que la
, suceder que para producir una forma más perfecta a partir de una potencia pró- criatura no puede crear, sin embargo, buscando la razón de esto afirma que no
xima se requiera mayor perfección que para producir una forma ínfima a partir puede aducirse otra sino la de que ésta es la condición de la cri~tura condición
que ha recibido de Dios, cuyo orden no puede violar se. En cuanto al hecho de
de una potencia remota. Así, pues, para cryar una cosa infima, por ejemplo, la
que las criaturas hayan. recibido esr.e peculiar modo de obrar, dice que sólo
materia prima, podrá bastar una potencia finita, aunque específicamente distinta e.onsta por la experIencia. Ahora bien, en prim~r lugar, esta experiencia se
de cualquier potencia generativa. ~ene, a lo sum?, en los ag~ntes y efectos materIales; pero, ¿cómo ha expe-
9. y la dificultad se acrecienta porque la virtud principal para obrar pue- rlDlentado Gabnel que los angeles no obran ni han obrado nunca nada sino
de atribuirse a la criatura en doble sentido: primero; como connatural y debida, 8 partir de un sujeto paciente? Asimismo, ¿ cómo ha experimentado que un
o dimanante de los principios de la naturaleza -así, e! calor en e! fuego-, o hombre, cuando engendra a otro, no alcanza con su eficiencia hasta la misma
bien como sobreañadida o infundida a la naruraleza -así, e! lumen gloriw en el alma? Además, parece que únicamente se funda en la condición y en el orden
bienaventurado-o Por tanto, aunque concedamos gratuitamente que la virtud que la criatura recibió, de hecho, de Dios; por consiguiente, o piensa que Dios
pud~ conceder a la criatura otra condición o modo de obrar, o no responde
connatural a los agentes creados no puede extenderse a la creación, a causa de
sufiCIentemente a ]a cuestión. La misma opinión mantiene más claramente Du-
b. desproporción indicada, no obstante, aquella razón nada prueba con respecto
rando, In I1, disto 1,. q. ~, el cual niega que se p~ecise un poder infinito para
a un poder sohreañadido a la naruraleza, porque cahe la posibilidad de que cre~; en co~secuencta, ~Iega que repugne a la crIatura el obrar algo sin mu-
tal poder sea sobrenatural y, en ese sentido, de orden superior, y consiguien- taclOD a partIr de un sUJeto, y resuelve todas las razones que suelen aducirse
temente, suficiente para superar aquella desproporción. Porque de esta manera para demostrar esto.
responden los teólogos cuando se aduce un argumento semejante, a saber, que ll. Sin embargo, la opinión contraria es común entre los escolásticos. La
para captar un objeto inteligible compuesto de potencia y acto se requiere una !'!ostienen el Maestro, en IV, disto 5; Santo Tomás, en 1, q. 45, a. 5, y en otros
luz intelectual de cierta perfección, y cuanto más acto y menos potencia' posee muchos lugares,. y todos sus partidarios; Escoto, a quien siguen también los
dicho objeto, para verlo se necesita una luz tanto más perfecta; luego si el oh- suyos, In IV, disto 1, q. 1; Ockam, In I1, q. 7, aunque piensa que no es po-
jeto es acto puro sin ninguna potencia, se requiere una luz infinita; los teó- sible demostrarla suficientemente; el mismo, en Quodl. JI, q. 9; Enrique, en
logos (digo) responden negando la consecuencia y afirmando que hasta una luz Quodl. IV, q. 37, Y Egidio, en Quodl. V, q. 1.
i de orden superior. Entonces, ¿por qué no podemos responder de igual modo
,1 Resolución de la cuestión
r~ acerca de la potencia creadora?
12. A mí, en verdad, me parece que la segunda opinión es verdadera y
! cierta; no obstante, considero dificilísimo aducir una demostración plenamente
1
1
Deinde, quia illa gradatio vel proportionalis too Quarnvis ergo gratis demus virtutem Variae sententiae sentit potuisse Deum aliam conditionem ve!
:¡" supputatio non est formalis, tmn quía ad connaturalem agentibus creatis non posse 10. Propter has ergo et similes causas modum agendi concedere creaturae, vel non
sununum infert vim agendi superioris ordi- extendi ad creationem, propter dictam 'im- nonnulli theologi dicunt nulla sufficienti ra- satis quaestioni respondet. Eamdem senten-
nis quam sit omnis potentia definita ad proportionem, .camen de virtute suptraddita tione ostendi repugnare simpliciter creatu- tiam darius tenet Durand., In 11, disto 1,
agendum ex potentia passiva, sive propin- naturae nihil probat illa ratio, quia illa vir- rae potentiam creandi. Ita sentit plane Ga- q. 4, qui negat ad creandum requiri virtu-
qua sive remota, seu magis aut minus e!on- briel, In 11, disto 1, q. 4, a. 3. Nam licet tem infinitam, ae subinde negat repugnare
tus esse potest supernaturalis, atque ita su-
gata ab actu; tum etiam quia ille progres- simpliciter doceat creaturam non posse crea- creaturae efficere aliquid absque mutatione
perioris ordinis, ac proinde sufficiens ad ex subiecto, et solvit rationes omnes quae
. debet respectu eiusdem, et cae- vincendam ill.am improportionem. Ita enim re, quaerens tamen huius rci rationem, re-
nam fieri ut ad spondet non posse reddi aliam nisi quia haec solent ad id probandum adduci.
i 11. Nihilominus contraria sententia est
mentum, scilicet, ad videndum obiectum est condltio creaturae, quam "a Deo recepit,
qua cuius ordinem transgredi non potest. Quod communis scholasticorum. Eam tenet Ma-
quam ex telligibile mixtum ex actu et potentia requi- gister In IV, disto 5, et D. Thom., 1, q. 45,
ritur lumen intellectuale alicuius perfectio-- vero creaturae hanc conditionem operandi
rc;mota potentia. Sie igitur ad creandam rem receperint, dieit solum constare experientia. a. 5, et saepe alibi, et omnes eius sectato-
infimam, verbi gratia, materiam primam, nis, et quo plus tale obiectum habet de aCttl Sed imprimís haec experientia ad surnmum res, et Scotus, quem sui etiam sequuntur,
,,¡ sufficere poterit finita potentia, distincta (3- et minus de potentia, eo perfectius requiri- habetur in agentibus effectibusque materia- In IV, disto 1, q. 1; Ocham In 11, q. 7,
men in specie ab omni potentia generativa. tur lumen ad videndum illud; ergo si ob- libus; quomodo vero expertus est Gabriel quamvis sentiat Don posse satis demonstra-
9. Et augetur difficu1tas, nam virtus iectum est purus actus nqllam habens po- angelos nihil agere nec egisse unquam nisi ri; Idero, Quodl. 11, q. 9; Henric., Quodl.
principalis ad agendum dupliciter potest tentiam, requiritur infinitum lumen; re- ex passo? Quomodo item expertus est unum IV, q. 37; et Aegid., Quodl. V, q. l.
creaturae tribui. Primo, ut connaturalis et spondent (inquam) theologi negando conse- hOminem, dum alium generat, non attingere
debita, vel manans a principiis naturae, ut quentiam et asserendo satis esse lumen su- efficiendo animam ipsam? Deinde so1um Resolutio ·quaestionis
est calor in igne, vel ut superaddita ve! in perioris ordinis. Cm ergo non possumul videtur fundari in conditione et ordine quem 12. Et mihi quidem posterior sententia
dita naturae, sieut est lumen gloriae in bea... eodem modo respondere de potentia creandi? de facto creatura recepit a Deo; vel ergo vera et certa esse videtur; difficillimum ta-
480 Disputacionse metafísicas Disputación XX.-Sección 1I 481
convincente para confirmarla. Señal de ello es que los autores que coinciden De -Trinitate, c. 8, tiene como cosa evidente que, si los ángeles, tantp buenos
en la conclusión disienten muchísimo al dar la razón de ella, y cada uno re- como malos, no pueden crear, ninguna criatura puede hacerlo.
chaza las razones de los otros. Por eso es, para mí, eficacísima la razón que
se toma del principio de la fe, por lo que he dicho que, a mi juicio, la afir- Examen de la razón de Escoto
mación es cierta más bien que evidente; en efecto, así como por el hecho de
que la criatura nunca creó nada, concluímos legítimamente que ninguna criatura 14. En tercer lugar, Escoto intentó dar alguna razón de esta inducción o
producida tiene potencia creadora, de igual modo pienso que, del hecho de que experiencia que suponemos, y colegir de dicha razón la causa de que ninguna
ninguna criatura producida tiene potencia creadora, es legítimo inferir que nin- criatura productible pueda ser creadora; podemos exponer y ampliar su razo-
guna criatura productible es capaz de esa facultad. Demuestro esta consecuen- namiento del siguiente modo: toda criatura es material o espiritual; pero ni
cia, en primer lugar, porque si tal criatura fuese posible, constituiría cierta- una ni otra de éstas puede crear; luego ninguna. La consecuencia es evidente,
mente un nuevo orden y grado de criaturas, además de los que existen ahora, porque -esos dos miembros, que encierran una oposición inmediata y contradic-
ya que poseería un modo de obrar distinto y más elevado; luego hubiera per- toria, abarcan todas las criaturas posibles. La menor, en cuanto a su primera
I, tenecido a la perfección del universo el que tal orden o grado de criaturas se parte acerca de las criaturas materiales, se demuestra porque, o la sustancia ma-
:¡ diese en él; luego, inversamente, habiendo fundado Dios el universo sin dicha terial crearía por la materia, o por la forma, o por los accidentes. No por la ma-
I criatura, es indicio de que ella no se encuentra contenida en el orden de las teria, ya que ésta no es ni puede ser activa, pues repugna intrínsecamente a su
criaturas ni es posible y, por tanto, no pertenece al complemento del universo. entidad e imperfección, porque esencialmente es pura potencia pasiva. Por tanto,
Ampliaremos esta razón más adelante, en la disp. xxxvm, cuando demostre- como esta razón es común a toda materia creable, !lO puede ser hecha una ma-
mos con un razonamiento semejante que en el universo existen inteligencias teria prima que sea principio de creación. Y esto, en verdad, parece evidente
creadas. en sí mismo y en sus términos; en efecto, una perfección tan grande como la
13. En segundo término, se explica más todavía la misma razón, porque, que indica la creación es enteramente contradictoria con una imperfección tan
entre las sustancias creables, no puede haber ningún grado más alto que el de grande como la que muestra la materia prima.
los ángeles o realidades intelecruales; y entre los accidentes, hablando en el 15. Tampoco puede ser principio de creación una forma material (pues de
plano filosófico, no hay ningunos mejores que aquellos que son connaturales a ésta tratamos ahora). En primer lugar, porque el modo de obrar es tal cual es
I
estas sustancias supremas; y, si nos expresamos en el plano teológico, no puede el modo de ser; pero esta forma tiene en su ser una dependencia connatural
i
l, I haber ningunos mejores que aquellos que pertenecen al orden de la gracia y de un sujeto; luego tamhién la tiene en toda acción de la que ella es princi-
I de la visión beatífica; consiguientemente, si en estos órdenes supremos de rea- pio propio y connatural. En segundo término, porque tal forma no es produc-
1, lidades no se descubre la potencia creadora, no es posible en ninguna criatura. tibIe de manera connatural por creación estricta, sino por educción o por con-
! Pues el que, dentro del grado de los ángeles, puedan hacerse otros específica- creación con todo el compuesto; luego tampoco ella puede ser principio de
mente más perfectos que todos los ya hechos, no basta para que posean un modo creación. La consecuencia es evidente, ya que, a lo sumo, puede ser principio
de obrar tan diverso en orden y en naturaleza; por ello San Agustín, lib. nI para producir una forma semejante a ella, y de un modo que también sea pro-
porcional a ella y connatural a la forma misma que ha de ser producida. Ex-
plico esto, en tercer lugar, porque dicha forma sería principio de creación de
men censeo ,cogentem demonstrationem ad in oecline creaturarum neque esse possibi- habet, si ange!i tam boni quam mali creare materiae creabili, fieri non potest materia
illam confirmandam afferre. Cuius signum est lem, ideoque ad complementum universi non non possunt) nullam creaturam posse. prima quae sit principium creandi. Et hoc
quia auctores qui in conclusione consen- pertinere. Quam rationem inferius locuple- sane per sese et ex terminis videtur notum j
tiunt, in ratione reddenda summe dissen- tabimus, dis:p. XXXVIII, cum simili dis- Ratio Scoti expenditur nam tanta perfectio quantam creatio indicar
tiunt, et singuli aliorum raúones impugnant. cursu ostendemus esse in universo intelli- 14. Tertio, conatus es! Scotus huius in- :plane repugnat cum tanta imperfectione
Quocirca apud me illa est efficacissima ra- gentias creatas. ductionis seu experientiae quam supponimus quantam materia prima prae se fert.
tio quae ex principio fidei sumitur, et ideo rationem aliquam reddere, et ex illa. causam 15. Neque etiam materialis forma (de
potius dixi mihi esse certam assertionem 1.3., Secundo explicatur amplius eadem
ratio, quia inter substantias creabiles nullus colligere ob quam nulla creatura factibilis hac enim nunc agimus) potest esse creatio-
quam evidentem: nam sicut ex eo quod ereatrix esse possit, cuius discursum sic pro- nis principium. Primo quidem, quia taHa
creatura nihil unquam creavit, recte ratio- esse potest aItior gradus quam sit angelo-
rum seu intellectualium retum; inter acci- ponere possumus et amplificare: nam omnis est modus agendi qualis est modus essendi;
cinamur creaturam factam habere ve! est materialis vel spiritualis: sed haec forma habet in suo esse connatu.
I sunt mellora quam ea quae neutra autem ex bis creare potest; ergo ralem dependentiam a subiecto; ergo et in
tura facta habet potentiam .creandi, recte
~I existimo colligi nullam creaturam faccibilem substantiis connaturalia sunt; si vero loqua- nulla. Patet consequentia, quia illa duo mem-
bra) quae includunt immediatam et contra-
omni -actione cuius ipsa est proprium er
connaturale principium. Secundo, quia talis
:1 esse capacem huius facultatis. Hane conse- mur ut theologi) nulla possunt esse meliora
quam ea quae pertinent ad ordinem gratiae dictoriam oppositionem, eomplectuntur om- forma non est connaturali modo producibi-
I quentiam probo primo, quia si talis creatu- nes creaturas pos sibiles. Minor vero Quoad lis per creacionem propriam, sed ve! per
1, ra esset possibilis constitueret sane alium e'!: visionis beatae; si ergo in bis supremis
priorem partem de creaturis materialibus eductionem vel per concreationem curn toto
ordinem et gradurn creaturae praeter eos qui ordinibus rerum non invenitur potentia probatur, quia ve! substantia materialis crea- composito; ergo neque ipsa potest esse prin-
'j, "
nunc sunt, quia haberet distinctum et al- creandi, in nulla creatura possibilis esto Nam ret per materiam, aut per formam, aut per cipium creandi. Patet consequentia, quia ad
tiorem operandi modum; ergo pertinuisset quod in gradu angelorum possint fieri alli accidentia. Non per materiam, quia haee surnmum esse potest principium producendi
ad perfectionem universi ut in eo esset talls perfectiores in specie quam sint omnes fae- non est activa neque esse potest; repugnat formam sibi similem, et modo etiam sibi
creaturarum ordo seu gradus; ergo e COD- ti. non est satis ut habeant mo~um ~pe­ enim intrinsece entitati et imperfectioni eius, porportionato et connaturali ipsi formae pro-
verso, CUm Deus condiderit universum sine randi tam diversi ordinis et rationis, et ideo quia essentialiter est pura potencia passiva. ducendae. Quod tertio ita declaro, nam talis
tali creatura, signum est illam non contineri August., III de Trinit., c. 8, pro comperto Dnde cum haec ratio communis sit omni forma aut esset principium creandi mate-
JI
--------- ... ---~---------

ii
:1
!I 482 Disputaciones metafísicas
Disputación XX.-Sección 11 483
la materia, o de la forma, o de! compuesto; no de la materia, puesto que tal
forma es posterior a la materia y la supone en orden de naturaleza para poder serIo el accidente material, el cual es no sólo. más dependiente, sino también
existir, por lo cual la supone asimismo para poder obrar. Tanto más cuanto menos perfecto, sobre todo porque ahora nos ocupamos de la causa principal.
que una forma tan imperfecta no puede contener eminentemente a la materia Me parece que este razo.namiento so.bre las cosas materiales es eficaz e igual-
mente válido para las sustancias producidas y las posibles, puesto que se funda
misma v, en consecuencia, no puede producir una realidad que le sea tan de-
en la peculiar naturaleza e_imperfección de la sustancia material en cuanto tal,
semejaníe. Tampoco puede crear la forma, ya que no puede producir una for- y en la connatural proporción entre el obrar. y el ser, la cual no puede cam-
ma espiritual, porque no puede sobrepasar su orden; ni puede producir una biarse; porque, si bien Dios puede obrar en la criatura o mediante la criatura
forma material, a no ser de modo connatural a la forma misma que ha de ser algo distinto de lo que es connatural a ésta, no puede, empero, hacer que re-
producida, porque no puede cambiar el orden connatural a las cosas mismas; sulte connatural a una criatura lo. que es desproporcionado a su naturaleza.
pero tal forma, cuando no es concreada con la materia, no es productible por 18. Paso a la segunda parte propuesta en el argumento principal, acerca
creación, sino por sola educción, ya que no es capaz de tener su propio ser sin de la sustancia espiritual. Escoto no la demuestra de otra manera sino porque
dependencia de la materia. la sustancia espiritual creada no puede producir nada a no ser mediante el ac-
16. De ahí resulta también que tal forma no puede ser principio de crea- cidente; pero mediante el accidente no puede crear nada; luego ningún ángel
ción de toda la sustancia material, ya que ésta únicamente puede ser creada puede tener poder de crear. Prueba la mayor por el hecho de que el ángel no
por aquel que puede crear la materia. Y qne mncho menos puede crear una puede realizar nada sino mediante los actos del entendimiento y de la volun-
sustancia espiritual se supone como evidente, porque no puede trascender su tad; pero estos actos son accidentes, y no es posible que sea producido un án-
orden al obrar. Y con el mismo razonamiento se concluye fácilmente que la gel en el que tales actos sean sustancia y no accidente, como prueba por exten-
sustancia material no puede ser en su totalidad o de manera esencial y prima- so en aquel pasaje y nosotros admitimos ahora, sea lo que fuere de la eficacia
ria principio de creación, no sólo porque, según queda dicho, la materia no de sus razones en cuanto a esta parte, eficacia de la que trataremos posterior-
puede sel" prmcipio de acción, y >Ducho menos de creación, sino también por- mente, al ocuparnos de las inteligencias creadas. Por lo que hace a la menor,
que todo el compuesto no puede tener poder activo si no es recibiéndolo de Escoto la prueba porque, en orden a crear, el accidente sólo podría requerirse,
estas partes de las que consta esencialmente; por tanto, si no puede darse en o bien como la acción misma que termina en la cosa creada, y esto no puede
la materia ni en la forma un poder creador o la proporción para tal acto, tam- decirse en el caso presente, ya que semejante acción se enCl,lentra en el término
poco puede darse en tpdo el compuesto. mismo -segón veremos después-, por lo que tal acción no puede ser la inte-
17. Faltaba tratar de los accidentes de esta sustancia, lo cual constituía el lección o la volición del, ángel; o también podría requerirse el· accidente como
tercer miembro propuesto en aquella primera parte; pero de los accidentes en principio de dicha acción; y que esto no puede ser lo demuestra únicamente
general haremos abundantes consideraciones en seguida; ahora tomamos este por el principio general de que el accidente no puede ser principio de la pro-
miembro como suficientemente demostrado por lo dichll acerca de la forma sus- ducción de una sustancia. Esto lo admiten todos, en verdad, acerca del princi-
tancial; porque si ésta, a causa de la dependencia natural que tiene con res- pio principal, y en tal sentido parece suficiente para e! propósito actual, ya que,
pecto a la materia, no puede ser principio de creación, mucho menos podrá como dijimos, sólo tratamos del principio principal.
19. Sin em~argo, e! mismo Escoto extiende la prpposición también al prin-
cipio instrumental, y en ese sentido no es universalmente verdadera, segón' vi-
i riam, aut formam, aut compositurn: non spiritualern substantiam creare tamquam
materiarn, quia talis forma est posterior ma~ evidens süpponitur, quia non potest tran- gis dependens est et minus perfectum, prae- accidentia, nec fieri potest angelus in quo
teria et ordine naturae supponit illam Ut es- scendere suum ordinem in agendo, Et eodem sertim cum tractemus nunc de causa prin- tales actus sint substantia et non accidens,
se possit, et ideo eriam illam supponit ut discursu faciIe concluditur non posse mate- cipali. Atque hic discursus de rebus mate- ut ibi fuse probat et nos nune admittimus,
agere possit. Maxime quod forma adea im- rialem substantiam secundum se totam aut rialibus mibi quidem videtur efficax et ae- quidquid sit de efficacia rationum eius quoad
perfecta non potest continere eminenter ip- per se .primo esse principium creandi, tum que procedere de substantiis factis et possi- hanc partem, de qua dicemus infra dispu-
sam materiam, et ideo non potest rem adea quia, ut dictum est, materia non potest esse bilibus; nam fundatur in propria natura el: tando de intelligentüs ·creatis. Minor autem
sibi dissimilem procreare. Neque etiarn pot- principium agendi, nedum creancij, tum imperfectione substantiae materialis ut sic probatur ab Scoto, quia accidens solum pos""
es! creare formam, quia non potes! produ- etiam quia totum cottlpositum non potest et in connaturali proportione inter agere et set requiri ad creandum ve1 tamquam actio
cere formam spiritualem, cum suom ardi- vim agendi nisi ab bis partibus ex esse, quae immutari non potest; nam licet ipsa quae terminatur ad rem creatam, et hoc
nero excedere non possit; formam essentialiter constat; si ergo Deus possit agere in creatura ve! per crea- dici non pc.test in praesenti, quia huiusmodi
turam aliud quam sit illi connaturale, non actio est in ipso termino, ut infra videbi..:.
naturali producendae; non pot- vis creandi aut proportio ad talem actionem, tamen potest facere quod sit connaturale mus: unde talis actio non potest esse in-
lrnlffil!tare ordinem rehus ipsis COD- neque in toto composito esse potest, . alicui creaturae id quod ese ilÍlproportiona- . teIlectio ve1 volitio angeli; vel posset re-
naturalem; taUs autem forma, quando non 17. Restabat dicendum de accidentibus tum naturae eius. quid accidens ut principium talis actionis;
concreatur materiae, non es! factibilis per huius substantiae, quod erat tertium mem- 18, Venio ad alteram partem in princi- hoc autem esse non posse solum probat ex
creationem, sed per solam eductionem, quia brum in illa priori parte propositum; sed pali argumento propositam de substantia generali principio quod accidens non pot-
non est capax proprii esse sine dependentia de accidentibus generatim sratim dicemus spirituali. Quam Scotus non aliter probat est esse principium ad producendam sub-
a materia. plura; nune hoc membrum sumimus ut sa- nisi quia substantia spiritualis creata nihil stantiam, Quod quidem de principio prin-
16.. Unde eriam relinquitur talem for- tis probatum ex dictis de substantiali for- potest efficere nisi medio accidente; sed cipali omnes admittunt, et in hoc sensu vi-
mam non posse esse principium creandi to- ma; nam si haec npn potest esse princi- medio accidente non potest quidquam crea- detur sufficiens praesenti intentioni; nam,
tam substantiam materialem, quía haec crea- plum creandi, propter naturalem dependen- re; ergo nulIus angelus potest habere vim ut diximus, solum agimus de principio prin-
d non potest nisi ab eo qui potest creare tiam quam habet a materia, multo mii1US creandi, Maiorem ex eo probat quod. ange- cipali.
materiam. Quod vero multo minus possit esse poterit accidens materiale, quod. et ma- Ius nihil potest efficere nisi mediis actibus 19. Verumtamen ipse Scotus extendit il-·
inteUectus et voIuntatis; bi autem BctuS sunt 1am propositionem etiam ad principium in-
~._------ --_.---------------

Disputacwn XX.-Sección 1I 485


484 Disputaciones metafísicas
tancial y más perfecto, podría subordinarse a la voluntad y aplicarse a su ac-
mos arriba· si atendiendo a una razón especial, es verdadera acerca del ins- ción mediante su acto accidental.
trumento de 1; creación lo diré después. Ahora bien, el razonamiento de Es- 21. Qué debe añadirse al razonamiento de Escoto.- Por consiguiente, aten-
coto supone, en lo con~rniente. a esta última parte, q~e si la criatur~ pudiese dido este motivo, no considero esta prueba comp totalmente eficaz con respecto
crear debería crear una sustanCIa; y 10 supone con lazon porque, segun hemos a las criaturas espirituales e intelectuales. Cabe, empero, aplicar aquí las con-
dich~ más atrás, sólo puede crearse una cosa subsistente o por modo de .subsis- jeturas con las que más adelante demostraremos que los ángeles no pueden con-
tente; pero la criatura no puede crear un accidente por modo de subsIstente, vertir la materia en forma al arbitrio de su voluntad; porque si esto es verdad,
es decir, separado del sujeto, ya que tal modo de ser no puede. ser connatural con mucho mayor razón no podrán producir algo de la nada; pero de esas ra-
al accidente· mas la criatura no puede tener poder para produclf una cosa de zones trataremos después. Además, es cierto que ninguna inteligencia finita
manera pret~rnatural o sin otras causas de las que depende necesariamente su puede crear otra más perfecta que ella, ya que esto supera el poder de la cau-
naturaleza. A esto se añade que el accidente inherente en la sustancia e impo- sa principal. Y tampoco hay razón para que pueda crear sustancias materiales,
tente por su naturaleza para existir de otro modo, no puede ~er por· su natu- toda vez que no las contiene eminentemente, por estar limitada a una especie
raleza principio de creación de un accidente separado por sí IDlsmo, ya que tal determinada y no tener ninguna proporción con las corporales; y con las otras
modo de obrar supera el modo de ser connatural a tal accidente. sustancias espirituales se compara de tal manera que vienen a distinguirse como
20. En qué falla el razonamiento de Escoto.- Así, pues, sólo hay un 'pun- especies perfectas dentro del mismo grado, igual que se distinguen las especies
to en el que parece deficiente esta argumentación de Escoto, y es aquel ~iIema o géneros de animal. Por eso, así como -hablando en absoluto- no puede un
de que el accidente únicamente puede requerirse para crear o como aCCIón o animal engendrar a otro de diversa especie, aunque sea menos perfecta, tam-
como principio de acción; porque, además de éstos, podría .darse ~. t:rcer poco podría un ángel crear a otro inferior; consiguientemente, sólo falta de-
miembro, a saber, que el acto accidental se pree~ja para ap.l~car o. dlrIgu . .la mostrar que tampoco puede crear a otro que le sea semejante en especie. De
virtud activa próxima, pues de este modo se reqUIeren tamblen la ffi,telecclOD ello sería fácil dar razón si fuese verdad que las inteligencias no pueden multi-
y la volición para las obras de arte y para mover localme~.t~. Pod~la, p~es) plicarse numéricamente dentro de la misma especie. Mas como tal opinión no
decir alguno que un ángel 'puede crear a otro de manera proxuna e .mmedl~ta es verdadera, por eso cabe afirmar que, al menos l. multiplicación de los indi-
valiéndose de su sustancia como principio activo, si bien, para que dIcho prm.. viduos no es pretendida en sí misma por la naruraleza, sino únicamente con
cípio actúe de un modo libre e intelectual, se necesita el acto de voluntad en vistas a conservar la especie, por lo cual no es connatural a los individuos in-
cuanto aplicativo de ese principio o potencia ejecutiva a la operación, y el .acto corruptibles el tener virtud propia para producir otros que les sean semejantes
del entendimiento en cuanto directivo; y en este sentido no hay inconvemente en especie. Por último, adaptando el razonamiento de Escoto, puede añadirse
en que el acto accidental se requiera para la creación de la sustancia. Porque la conjetura de que las sustancias intelectuales creadas, en las operaciones que
de esta manera en los animales la potencia generativa se aplica a obrar me- les son propias en grado sumo, cuales son las del entendimiento y las de la
diante el apetito, y en el hombre mediante la voluntad; y e~ ente~dimiento, aun voluntad, no pueden producir nada si no es a partir de un sujeto preexistente;
siendo una potencia más perfecta que la voluntad, se subordma a esta en cuanto luego es verosímil que no puedan tener poder natural para llevar a cabo una
al ejercicio o aplicación al acto. Así, pues, el poder de crear, aunque fuese sus- .cción completamente sustancial e independiente del sujeto.
strumentale, quo sensu non est in univer- ad creandum ve! tamquam acrio vel tam·
sum vera, ut supra vidirnus; an vero pecu- quam principium accionis; nam praeter haec voluntati et per actum eius accidentalem ad quendo non potest unum animal generare
liari ratione vera sit de instrumento crea- posset esse tertium membrum, scilicet, quod suam actionem applicari. aliud diversae speciei, etiam minus perfec-
tionis infra dicam. Supponit autem hic dis- actus accidentalis praerequiratur ad - appli- 21. Quid addendum Scoti discursui.- tae, ita neque unus angelus posset creare
cursu~ Scoti, quoad hanc ultimam partem, candam vel dirigendam proximam virtutem Propter hanc ergo causam non censeo haDc inferiorem; solum ergo restat probandum
quoad, c:i creatura posset cr~are. deber~t agendi; nam hoc modo requirun~r etiam probationem omnino efficacem quoad crea- quod nec sibi similem in specie creare pos-
creare substantiam; quod mento supporut, intellectio et volitio ad opera aros et ad turas spmtuales et intellectuales. Possunt ta- sit. Cuius reí facile redderetur ratio, si v.e-
quia, ut supra diximus, non potest creari movendum localiter. Posset ergo quispiam men hic applicari coniecturae quibus iofra rum esset non posse intelligentias multipli-
nisi aut res subsistens aut per modum sub- dicere unum angelum posse creare alium probabimus non posse angelos ad nuttun cari numero intra eamdem speciem. Sed
sisrentis; creatura autem non potest creare proxirne et irnmediate per substantiam suam suae voluntatis transmutare materiam ad quia illa opinio vera non est, ideo dici pot-
accidens per modum subsistentis seu sepa: tamquam principium agendi; tamen, ut formam; nam si id verum est) multo maiod est saltem multiplicationem individuorum
ratum a subiecto, quia . modus essendi illud modo libero et intel- racione non poternnt aliquid ex nihilo fa- non esse per se intentam a natura, sed so-
cere-;-· de "illis autem rationibus dicemus in- lum propter conservandam speciem, ideoque
potest autern creatura vim pro- cantem principium seu potentiam exse- fra. 'Praeterea certum est nullam intelligen- Don esse connaturale individuis incoITupti-
l' ducendam rem modo praetematurali aut sine quentem ad operandum, et actum inteIlectus tiam finitarn posse creare aliam perfectio- bilibus habere propriam virtutem producen-
aliis cau3is 2 quibus natura sua necessario ut dirigentem, atque hoc modo non esse in- rem se; nam hoc est supra virtutem causae di sibi similia in specie. Denique, accom-
pendet. Adde quod accidens inhaerens. sub- conveniens ad creationem substantiae requiri principalis. Neque etiam est cur possit crea- modando discursum Scoti, potest addi cOn-
stantiae et impotens natura sua ad eXlsten- actum accidentalem. Sic enim in animalibus re materiales substantias, quia illas non COD- iectura) quia substantiae intellectuales crea-
dum aliter non potest natura sua esse prin- tinet eminenter, cum sit ad definitam spe- tae, in operationibus sibi maxime proprüs,
potentia generandi applicatur ad operandwn
cipium creandi accidens per se separatum, ciem limitata et cum proportionem nuUam quales sunt imellectus et voluntatis, non
quia talis modus agendi superat modum es- per appetitum, et in homine per volunta-
tem; et intellecrus, !icet sit perfectior po-o habeat cum corporalibus; ad alias vero spi- possunt quidquam efficere nisi ex praesup-
sendi connaturalem tali accidenti. rituales sub5tantias ita comparetur ut intra posito subiecto; ergo verisimile est non
20. In quo deficiat discursus Scoti.- tentia quam voluntas, subordinatur illi posse habere vim naturalem ad efficiendam
eumdem gradum condistinguantur tarnquam
Unum ergo tantum est in quo diminutus quoad exercitium seu applicationem ad ac- species perfectae, sicut distinguunrur species actionem omnino substantialem et indepen-
videtur hic discursus Scoti, nempe illud di- tumo Sic igitur virtus creandi, etsi substan- seu genera animalis. Unde, sicut per se 10- dentem a subiecto.
lernma quod accidens tantum posset requiri tialis esset et perfectior, posset subordinari
486 Disputacwnes meta#sicas Disputación XX.-Seeeión 11 487
Se considera atentamente la razón empleada por Ockam hasta el infinito más realidades sucesivamente, si bien las que puede producir
22. Ockam, en la citada q. 7, aduce una razón distinta,' a saber, que toda simultáneamente o conservar en cualquier instante no sólo son finitas, sino tam-
criatura obra naturalmente o libremente; pe.r0 de ninguno de esos modos pue- bién determinadas en número y en cantidad, ya que la virtud finita requiere al
de tener poder de crear; Iuegó. Se prueba la menor en su primera parte, por- menos un término de esa cIase. A pesar de todo, esto mismo podría decirse
que tal causa, obrando naturalmente, crearía al mismo tiempo todo lo que pu- del poder de la criatura para crear, una vez admitido.
diese, ya que no estaría pendiente de la disposición o capacidad del sujeto pa-
sivo; por tanto, crearIa infinitas realidades, ya específicamente, ya individual- Se examina la primera razón de Santo Tomás de por qué se requiere un poder
mente, puesto que no es posible señalar ningún número finito al que pueda infinito para crear
('ausar. La segunda parte acerca de la causa libre se demuestra porque, aun 23. Así, pues, pasando por alto aquellas razones que, o bien son váli~as
cuando no crease necesariamente todas aquellas realidades, sin embargo, podría en particular acerca de esta o de aquella criatura, o bien procede? por m~dios
al menos quererlas y, por consiguiente, podría crearlas simultáneamente todas, muy extrínsecos, Santo Tomás intentó aducir, tomándolas del objeto prop~o y
10 cual es incongruente. Pero esta razón es menos eficaz que la anterior; porque del modo de la' creación, dos razones generales por las que, de manera urnver-
ninguno de los dos miembros queda suficientemente refutado; pues, aunque sal} toda creación repugna a toda criatura posible; la p~im~ra se encuentra. en 1,
,1 lal causa obrase de manera natural, no obstante, en su obrar dependería del q. 45, a. 5, c., y puede elaborarse así: el efecto o tennmo de la ~reaClón es
concurso divino, y podría ser determinada por él a producir realidades finitas, propio de la causa universalísima, de suerte que no pl!ede conve?tt a otra;
y éstas más bien qlJe aquellas otras; de igual modo que ahora un agente natu- luego también la creación y la potenc~a creadora es propIa de la. ptlmera causa
ral aplicado a un paciente es, de suyo, indiferente para producir, de entre las de tal manera que no puede comunicarse a otra. La consecuenc.13 es clara, ya
infinitas formas, esta q aquella forma individual, y es _determinado por el con- que la acción y la potencia sólo puede pertenecer a aquél a qUlen puede per-
curso de Dios. Pero Ockam afirma que es incongruente que tal criatura quede tenecer el efecto. Se prueba el antecedente porque el ser en cuanto tal es efecto
rmspendida en su acción, si puede producir infinitas realidades. Mas el mismo propio de la causa universalísima; pero también el tér~o propi? o efecto de
argumento puede hacerse así a propósito de la potencia divina; luego aquella la creación es el mismo ser en cuanto tal; luego el ténruno proplO de la crea-
incongruencia es nula, ya que las cosas infinitas no pueden ser produCidas to- ción sólo puede ser efecto de la causa primera. La mayor es p~tente, porque
das en acto simultáneamente. Con la misma raz.ón se impugna la demostración Jos efectos más universales han de atribuirse a las causas más urnversales; lue-
de la segunda parte, puesto que es posible aplicarla también a la voluntad di- go también el efecto universalísimo a la causa universalísima;_ pero el. ser es
vin&; consiguientemente, tal criatura no podría querer crear al mismo tiempo el efecto universalísimo; luego. La menor se demuestra porque medIante la
infinitas realidades, porque su objeto sería imposible, o, si lo quisiera, lo que- creación se produce el ente en cuanto ente; luego. mediante ella se com~ca
rría en vano e ineficazmente; por tanto, sólo podría crear a su arbitrio, de el ser en cuanto tal según su razón absoluta, atendida la cual es efecto urnver-
entre las infinitas realidades, éstas o aquéllas. El argumento, empero, concluye ,alísimo y propio de la causa primera. Escoto impugna esta razón en el lugar
rectamente que tal criatura podría crear, dentro de la misma especie o del citado, y otros escotistas, In 11, disto 1; la defienden extensamente Cay~tano,
mismo género, realidades sincategoremáticamente infinitas, es decir, no tantas en 1, pasaje citado; el Ferrariense, 11 cont. Gent., c. 21; ~pr~olo, In 11, disto ~,
que no puedan ser más, al menos sucesivamente, lo cual piensa Ockam que es q. 3. Pero algunas de las objeciones de Escoto tienen solUCIón verdadera y fáClI.
asimismo inconveniente, pero no lo es; porque el sol también puede crear así
nieos, sed nullum est; nam sol etiam po~est rucari. Consequentia est clara) quia illius
Ratio qua Ochamus utitur, perpenditur agens naturale applicatum passo ex se in- sic in infinirum plura generare succeSSlve, tantum potest esse actio et poteotia cuius
,,' differens est ad producendum hane vel il- quamvis ea quae simul potest facere vel potest esse effecrus. Antecedens autem pro-
1, 22. Aliam rationem adducit Ocham) dicta lam individuam formam ex infinitis, deter- conservare in quolibet instanti) non solum batur, quia esse ut sic est proprius effectus
',',1 q 7, scilicet, quia omnis creatura aut natu- minatur autem per con..."1ll'sum Dei. Sed- in- sint finita, sed etiam in determinato aliquo universalissimae causae; sed proprius etiam
, I'
, , 1 raliter agit aut libere; sed neutro modo pot- quit Ocham inconveniens esse ut talis crea- numero et quantitate) quia vinus finita sal- tenninus seu effectlls creatiorus est ipsum
'!'I' est habere virtutem creandi; ergo. Minor tura suspendatur ab actione sua, si potest tem requirit huiusmodi terminum. Verum- esse ut sic; ergo proprius terminus crea-
quoad priorem partem probatur) quía talis producere infinita. At hoc idem argumentum tamen hoc idem dici posset de virtute crea- tionis solius primae causae potest esse ef-
", causa naturaliter agens simul crearet quid- sic fieri potest de divina potentia; nullum turae ad creandum, si semel ponere~. fectus. Maior patet, quia effectus univer-
quid posset, quia non penderet ex disposi- ergo est Illud inconveruens, quia infinita non saliores in universaliores causas revocandi
Expenditur prima ratio D. Tho~e, cur ad sunt; ergo et uoiversalissimus effectus in
-::.,-it-____-jtl"·°oiDitJe;...v."e"l¡-c-¡a,;p-'a:,¡cui''''ajte..,...PVaej'r,i-f;"cilrellajjr:veil'llellri.g'-°lllliDj¡-I~'U=,D"t="P'!'rO~d=u",C=i"b=l·li:,'a,::~Lomnia_ELeadem
finita, vd in s_Decie ve1 in individuu) qma . b . , creandum mrtus infinita requiratur uoiversalissimam causam; sed esse est uni-
:¡'.; 1: ratione rmpugnatur pro atto alteIlus partis) 23. Omissis ergo rationibus quae vel in versalissimus effecrus; ergo. Minor autem
,pi'I'¡' nullus potest signari numerus finitus quem
causare possit. Altera pars de causa libera
quia ad voluntatem etiam divinam applicari particu1ari proceduot de hac aut illa crea- probatur, quia per creationem producitur
:~,:I'I'!: probatur quia, licet non necessario crearet potest; Don ergo posset talis creatura velle tora vel Der media valde extrinseca; D. ens in quantum ens; ergo per illam com-
illa omoia, tamen saltem posset velle) et creare, simul infinita, quia obiectum esset im- Thom. ex -proprio obiecto et modo creatio- municatur esse ut sic secundum absolutam
consequenter posset creare simul iIla omnia, possibile, vel si id ve11et) inaniter et ineffica- rus conatus. est duas generales rationes af- rationem suam, secundum quam est univer-
¡ ~
': I

,í i quod est inconveniens. Sed haec ratio mi- . ve11et; so1um ergo posset pro SUD ar-
clter ferre ob -quas in universum omnis creado salissimus effectus et proprius primae cau-
nus est efficax quam praecedens; neutrum bitrio haec vel illa ex infinitis creare. Recte omni creaturae possibili repugnat: priorem sae. Hanc rationem impugnat Scot., cit.
¡ I erum membrum satis impugnatur; nam, li- tamen concludit argumennun quod talis habet 1) q. 45, 8. S, in corpore; quae sic loco) et alii scotistae, In JI, disto 1, et eam
," cet taJis causa naturaliter ageret, penderet creatura posset, intra eamdem speciem vel formari potest: effecrus seu terminus crea- late defendunt Caiet., 1, loco cit., et Fer-
tamen in agendo a divino concursu) et ab idem genus) creare syncategorematice jofini- tionis est proprius causae universalissimae, rar., II cont. Gent.) c. 21) e.t Capreol., In II~
eodem posset determinari ad agendum fini- ta, id est, non tot quin plura., saltem suc- ita ut non possit alteri convenire; ergo et disto 1, q. 3. Et quidem nonnullae ex obiec-
ta., et haec potius quam illa; sicut nunc cessive, quod etiam Ocham censet inconve- creatio et potentia creandi est ita propria tionibus Scoti veram et faci1em habent 80-
primae causae ut non possit alteri commu- lutlonem.
488 Disputaciones metafísicas Disputacwn XX.-Sección II 489

24. En qué sentido se dice que el ser es efecto propio de Dios.- Porque, de Un efecto universal en multitud y, consecuentemente, de una razón objetiva
en primer lugar, impugna la proposición de Santo Tomás -el. ser es efecto adecuada más universal en la predicación. Y en este sentido es plenamente ver-
propio de Dios- como si su sentido fuese que sólo Dios produce el ser mismo dadero que un efecto más universal o más común, es decir, la razón de ente
en' cualquier criatura, y que las causas segundas no concurren activamente a la o de tal ente, cuanto más universal es, tanto más es considerado por una causa
realización del ser de la ~xistencia. Pero tal sentido es, sin duda, falso, como de mayor universalidad como la razón esencial y primariamente objetiva y ade-
probaré después al tratar de la existencia de la criatura, y no es el que Santo cuada de su potencia. Y la razón es clara, porque, aun cuando la causa uni-
Tomás pretendia,· sino que únicamente llama al ser efecto propio de Dios for- versal sea simple en sí misma, no obstante se dice universal por orden a la
malmente y de manera esencial y primaria, ya porque sólo Dios puede producir multitud de cosas que contiene eminentemente y que puede realizar; luego,
el ser del puro no-ser, ya porque es el único que puede producir, en cualquier cuanto más universal sea, tanto mayor número de cosas contendrá y podrá pro-
realidad, todo lo que se requiere para el ser de la misma. Y estos sentidos son ducir; por ello, tendrá una razón objetiva' tanto mayor en la predicación, es
, verdaderos, pero no sirven para la cuestión presente, pues se cometería una pe- decir, que contenga bajo si más cosas; luego, inversamente, cuanto más uni-
;:1
tición de principio, por ser esto mismo lo que hay que demostrar. Así pues versal en ~ste sentido sea el efecto, habrá de atribuirse a una causa tanto más
otro sentido será que sólo Dios mira al ser factible de modo que sea c~mo el universal, si se afirma que le corresponde adecuadamente y de manera esen-
objeto adecuado de su potencia; y en este sentido también es verdadera la cial y primaria. Ni es obstáculo contra esto el hecho de que las razones más
proposici?n, como resulta patente por sí mismo y por lo dicho al principio de universales en la predicación son menos perfectas; pues, aunque esto sea ver-
esta seCCIón, ~ los argumentos de Escoto no tienen validez contra ella; de qué' dad considerando dichas raz.ones según ]a precisión mental, no lo es, empero,
modo sea aplIcable al presente razonamiento, quedará claro por lo que se ha en cuanto incluyen a todos los inferiores; ahora bien, de este modo se dice
de decir. el ente y otra razón semejante adecuada a una potencia activa, ya que no
25. El efeCto más universal debe atribuirse a una causa más universal.- alcanza a esa razón precisiva, 'sino a todo lo qué está contenido bajo ella; y
Con ello se evidencia también fácilmente el sentido que presenta la otra propo- en este sentido se dice que el ente creable es el objeto adecuado de la potencia
sición ---el efecto más universal debe atribuirse a una causa más universal- divina; cosas todas que son suficientemente claras. Otros responden que el ser
impugnada asimismo por Escoto; porque, o se trata de la universalidad en per: en cuanto tal, incluso considerado en general como el ser de la existencia, es
fección, tanto de la causa como del efecto, y' entonces, aun cuando la proposi- la perfección mayor de todas. Pero del sentido de esta expresión trataremos
ción general fuese verdadera, no obstante es falso que el ente o el ser sea el' después, en la disputación ya indicada, porque ahora no es necesario.
efecto universalísimo, el cual no es el más perfecto, antes bien es el más imper- 26. Dónde se encuentra la dificultad de la razón de Santo. Tomás.- Cier-
fecto de todos, por ser el más ,común; o se trata de la universalidad en pre- tamente, la mayor dificultad está en la aplicación de estos principios generales
dicación, en cuyo caso la proposición sería ajena a la cuestión y no sería ver- para concluir la proposición que se pretende, porque parece que de ellos pue-
dad lo que se supone, ya que Dios no es causa universalísima en ese sentido. den inferirse, a ]0 sumo, dos cosas, las cuales dijimos arriba que son ciertas.
Pero a esto se responde fácilmente, porque se trata de una universalidad pro- Una es que la criatura no puede crear independientemente de la causa pri-
porcional al efecto y a la causa. Así, pues, por parte de la causa se trata de mera; mas no parece irúerirse en manera alguna que no pueda hacerlo con el
una universalidad en la causación, mientras que por parte del efecto trátase concurso de la causa primera; porque dar el ser no es propio de la causa pri-
mera, sino con la antedicha independencia. Por eso, en el lib. De cdusis se dice
de effectu universali in multitudine, et con- men prout includunt omnia inferiora; hoc
24. Bsse qualiter dicatur proprius Dei Seoti non procedunt contra illam. Quomodo. sequenter de ratione obiectiva adaequata autem modo dicitur ens et alia similis ratio
effectus.- Impugnat enim primo illam pro- vera deserviat praesenti rationi, patebir ex. universaliori in praedicando. Et hoe modo adaequata alicui potentiae activae; non enim
positionem D. Thom., quod esse est pro- dicendis. verissimum est universaliorem vel cornmu- attingit illam rationem praecisam, sed totum
priu,s effectus Dei, ae si sensus esset solum 25. Universalior effectus in universalio- niorem effectum, id est, rationem entis ver quod sub illa continetur; et hoc modo ens
Deum efficere ipsum esse in qualibet crea- rem causam reducendus.- Ex quo faci1e' talis entis, quo universalior est, eo respici creabile dicitur esse adaequatum obiectum
tura, et causas secundas non concurrere ac- etiam constat quem sensum reddat alia pro- a causa universaliori tamquam rationem ob- divinae potentiae, quae omnia sunt satis mB.-
tive ad efficiendum esse existentiae. Sed hic positio quod universalior effectus in univer- iectivam per se primo et adaequatam suae nifesta. Alü respondent esse Ut sic, etiam
sensus est sine dubio falsus, ut infra osten- saliorem causam reducitur, quam edam im- potentiae. Et ratio es! clara, quia, licet causa in communi sumptum pro esse existentiae,
dam disputando de existentia creaturae, et pugnat Scotus, quia vd est sermo de uni- universalis jn se sir simplex, tamen dicitur esse maximam perfectionem omnium. Sed
non est intentus a D. Thom., sed solum vo- versalitate perfectionis, tam causae quam ef-· universalis per ordinem ad multa quae emi- de sensu huius Iocutionis dicemus inferius
cat esse propnum e ectum el orma lter ectus, et SIC, cet genera s prOpOSltlO esset nenter 'continet et potest efficere; ergo quo in praedicta disputatione, nune enim neces-
ac per se primo, veI quia soIum Deus fa- vera, falsum tamen est quod ens aut esse sito fuerit universalior, eo continebit et poterit sarium non esto
cere potest esse ex oomino non esse vel universalissimus effectus, quia non est per-· efficere pluea; ergo eo habebit rationem 26. In quo sit difficultas rarionis D.
quia solus potes! facere in qualibet re om- fectissimus, sed potius imperfectissimus om- obiectivam universaliorem in praedicando, ,Thom.- Maior sane difficultas est in ap~
oia quae ad illius esse requiruntur. Et hi nium, cum sit cornmunissimus; veI est ser-· id est, plura sub se continentem; ergo et, plicatione horum generalium principiorum
sensus sunt veri, non tamen deserviunt ad mo de universalitate praedicationis, et sic' e converso, quo effectus fuerit hoc modo ad concludendam propositionem intentam,
rem praesentem, quia peteretur principium, nec propositio tsset ad re;m neque subsump-· universalior, eo in causam universaliorem quia ex illis ad surnmum videntur posse in-
cum hoc ipsum sit probandum. Alius ergo tio vera, quia Deus non est hoc modo causa reducendus est, si adaequate ac per se pri- ferri duo, quae supra diximus esse certa.
sensus erit quod solus Deus respicit esse universalissima. Sed hoc facilem habet re- mo illi correspondere dicitor. Neque contra Unum est quod creatora non passit creare
factibile, ut sit tarnquam adaequatum obiec- sponsionem, quia sermo est de universalitate' hoc obstat quod rationes universaliores in independenter a prima causa. Quod vero id
tum suae potentiae, et hoc etiam sensu esJ; proportionata effectui et causae. Unde ex praedicando sunt minus perfectae; nam, li- non possit cum concursu primae causae, mi-
vera propositio, ut per se constat et ex dic- parte causae est sermo de universalitate in cet hoc sit verum considerando illas ratio- nim~ videtur inferri. Nam dare esse non
tis in principio huius sectionis, et argumenta causando; ex parte vera effectus est sermo' nes secundum mentis praecisionem, non ta- est proprium primae causae, nisi curo prae-
------------------------------------,
.1

490 Disputadones metafísicas Disputación XX.-Sección Il 491


(y lo aduce también Santo Tomás): La causa segunda no da el ser sino en tal, sino a una creación determinada) sea una potencia universalísima; luego
virtud de la primera y en cuant~ participa de la operación de la primera, lo cual na es necesario que sea propia de la causa primera.
no es ver~ad por otra razó~ ~mo porque !a causa segunda únicamente puede 27. Pri,,!era solución de la dificultad.- A esta dificultad puede respon-
L derse, en prImer lugar, concediendo que con aquel razonamiento no se prueba
, obrar mediante el poder recIbIdo de la prunera. y dependiendo en su acccic$n
de la operación actual de Dios; luego de esta manera puede la criatura comu- nada más, y que ello no atenta contra la autoridad de Santo Tomás, pues pa-
nicar el ser, incluso por creación, según lo que se desprende de aquel princi- rece que él no pretendía concluir más con dicha argumentación. Yeso es evi-
pio. Además,. de dichos p~incipios se concluye con toda legitimidad que no dente, porque inmediatamente después de aquella razón refiere la opinión de
puede comurucarse a la criatura una potencia creadora que tenga por objeto quienes afirman que la criatura puede crear ,mediante la virtud recibida de Dios,
"!
adecuado. ente oreable o al ser mismo en cuanto incluye todo el ámbito del y, aunque Santo Tomás, en aquel pasaje~ dé a esto la denominación de crear
ente partlcIpable. Mas de aquí no cabe colegir que cualquier participación de instrumentalmente, no obstante, parece qt1e~ en realidad, sólo toma el término
esa potencia creadora universal, limitada y determinada a algún género o espe- instrumentalmente en sentido amplio, tal como se dice que también las causas
cie, o al menos a algunos individuos de las realidades creables, sea incomuni- segundas principales son instrumentos de la causa primera. Ello puede probarse
cabl~ ~, la criatura;, po~que ~ semejante potencia así determinada implica COn- porq';le de est~ modo cita en seguida. la opinión de Avicena, quíen afirma que
rradicclO.r;t en ~us termm<?s~ nI puede demostrarse en virtud de esos principios una mtehgenc13 creó a otra; pero AVIcena no sostuvo que la inteligencia crease
que sea ImposIble. Lo prImero es evidente~ pues la creación del león~ por ejem- como instrumento estrictamente considerado, sino como causa segunda principal.
plo, es especfficamente distinta de la creación del. hombre; luego por los tér- Ahora bien, en esta respuesta quedan dos inconvenientes: 'uno es que no se
minos no es contradictorio que exista una potencia creadora proporcionada a la defiende la razón ni se deja probada la conclusión; otro, referente al pensa-
cr~aclOn de tal especie y n,? a la creación en toda su amplitud~ como resulta miento de Santo Tomás, es que la razón con que demuestra inmediatamente
eVIdente en el caso de la facultad generativa o eductiva de la potencia de la después que la criatura no puede ser instrumento de la creación es también
materia, la cual potencia, en cuanto se extiende a todo generable posible, es válida acerca de la causa segunda principal, lo cual, sin embargo, es diflcil,
propia de Dios exclusivamente, sobre todo con independencia, y, en cambio según explicaremos ,más adelante al ocuparnos de dicha razón.
limitada a una determinada especie de generación, puede comunicarse a la cria~ 28. Segunda.- Asl, pues, en segundo lugar podemos responder que la efi-
tura con dependencia de la causa primera. Lo segundo es manifiesto, ya que tal cacia de aquella razón consiste en que del objeto formal y del modo de la crea-
potencia creada, aun cuando esté destinada a crear, no tendrá por objeto un ción infiere que no puede darse una potencia creadora que de suyo no se or-
efecto universalísimo, sino determinado y particular. Por eso, lo que Santo To- dene, como a su objeto adecuado, al ser en toda la amplitud del ente participable
más afirma en la demostración, a saber, que mediante la creación se produce (pues debe entenderse el ente en ese sentido siempre que, en la presente ma-
el ser absQlutamente, no en cuanto es éste en concreto o con tales caracterís- teria~ se dice ente en cuanto ente, a no ser que la expresión en cuanto se tome
ticas, es verdad referido a la creación en general~ mas no si se refiere a esta especificativamente, según dije). Mas parece que Santo Tomás pone la fuerza
creación especifica; porque mediante ésta se produce, ciertamente, el ser en de aquella inferencia en la siguiente proposición: Producir el ser absolutamente,
cuanto es tal ser, por ejemplo, del hombre o del ángel, por lo cual no es pre- no en cuanto es éste en concreto con tales características, pertenece a la razón
ciso que la potencia que nO se ordena adecuadamente a la creación en cuanto de creacián. Y puede elaborarse la deducción de esta manera: mediante cual-
quier crea~ión se produce esencial y primariamente el ser, no sólo en cuanto
1I dicta independentia. Unde in lib. de Causis quia creatio leonis, verbi gratia, est specie es tal ser, sino también en cuanto es ser; luego toda potencia de la que pro-
dicitur (quod D. Thom. etiam adducit): distincta a creatione hominis; ergo ex ter-
, 1:." Secunda causa non dat esse msi
in virtute minis non repugnat dari potentiam creatam ten tia ; ergo non oportet ut sit propria pri-
mae causae.
clusio. Aliúd, spectans ad mentem D.
Thom., quod ratio qua statim probat crea-
' 111,1 primae et· in quantum participat operaúo- commensUIatam creationi talis speciei et non
nem primae quod non alia ratione verum
J creatÍoni secundum totam suam latitildinem, 27. ,Prima enodatio difficultatis.- Ad turam non posse esse instrumentum crea-
l est nisi quia causa secunda tantum agere sieut est manifestum in potentia generativa hanc difficultatem primo responderi potest tionis procedat etiam de causa secunda pdn-
potest per virtutem acceptam a prima et de- seu eductiva ,de potentia materiae, quae, concedendo non ampljus probad illo discur- cipali, quod tamen difficile est~ ut inferlus
"
pendens in actione sua ab actuali operatione prout se extendit ad omne generabile pos- su, idque 'non esse contra D. Thomae auc- declarabimus attingendo rationem illam.
Dei; ergo hoc modo pote'st creatura com~ sibile, est propria solius Dei, maxime cum toritatem, quia ille non videtur amplius 28. Secunda.- Secundo ergo responde-
I
I municare esse, etiam per creationem~ quan~ independentia; limitata vera ad certam spe. concludere voluisse tali discursu. Quod patet, re possumus efficaciam illius rationis in eo
tum est ex vi illius principü. Rursus ex clem generationis, potest communicari crea- nam statim post illam rationem refert opi- consistere ut ex formali obiecto et modo
~__________-"jJllh~·SL>p~ruin~caip~i~js~o~pntnjTDmee-OCOan~c~l~ll~dujnnJ~r_nnnonn-ees~s~e"-_tUJUlr~Ae-cuIn_dependenna-a-prMna-eausa.-Se-
1 nionem __ djc~ntium posse creaturam creare creationis eliciat non posse dari potentiam
communicabilem creaturae potentiam crean- cundum patet, .quia talis potentia creata, per virtutem acceptam a DeoJ et licet D. creandi quae ex se non respidat ut adae-
Thom. ibi vocet hoc creare insttumentali-
, ' . .1

I di quae babeat pro obiecto adaequato ens etiamsi si! ad creandum, non habebit pro quat1;lm obiectum esse secundum totam lati-
ter~ tamen revera videtur solum sumere il- tudinem entis participabilis (huiusmodi enim
,J creabile seu ipsum esse ut ineludit totam la- obiecto universalissimum effectum, sed de-
1

:,:1 titudinem esse participabilis. Hinc vera non terminatum e~ particularem. Unde quod lud instrumentaliter late, prout etiam cau- ens intelligendum est quoties in hac mate-
i, !! potest concludi omnem participationem il- D. Thom. subsumit, scillcet, per creationem sae secundae principales dicuntur esse in- ria dicitur ens in quantum ens, nisi illud
lius potentiae creativae universalis, limita- produci esse absolute, non quatenus hoc ve1 strumenta primae causae. Quod probad pot- in quantum specificative sumatur, ut dixi).
tam ac determinatam ad aliquod genus vel tale, est quidem verum de creatione in ge_ est, nam hoc modo refert statim opinionem Vim autem illius illationis videtur D. Thom.
speciem, vel certe ad aliqua individua re- nere, non vero de hac creatione in specie; Avicennae dicentis unam intelligentiam ponere in illa propositione: Producere e$Se
mm creabilium, esse incommunicabilem nam per hanc revera producitor esse qua- creasse aliam; Avicenna vero non posuit absolute, non in quantum est hoc veZ tale,
creaturae; neque enim huiusmodi potentia tenus est tale, sciIicet hominis aut angeli, intelligentiam creare ut instrumentum in ri- perunet ad rationem creationis. PotestQue ita
sic determinata in ipsis terminis involvit et ideo non est necesse ut potentia quae gore sumptum, sed ut causam secundam formari decJuctioJ nam per omnem creatio-
repugnantiam neque ex illis principiis os- non respicit adaequate creationem ut sic) principalem. In hac vero responsione duo nem fit per se primo esse, non solum in
tendi potest impossibilis. Primum patet, sed talem creationem, sit universalissima po- incommoda relinquuntur; unum, quod ra- quantum est tale eSst; sed etiam in quan-
tio non defenditur nec manet probata con-o t\lTD est esse; ergo omms potentia a qua
492 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección Il 493

cede tal acción está ordenada, como a su objeto adecuado, al ser mismo~ n.O' ente creado participa de la naturaleza del ente; luego no puede producir abso-
sólo en cuanto es tal ser, sino absolutamente en cuanto es ser; luego tal pa- lutamente la naturaleza del ente, sino aplicándola a este ente. Por consiguiente,
tencia debe ser necesariamente universal y abarcadora de todo ente participa- así como el hombre no puede aplicar mediante su acción o producción la na-
ble. La consecuencia es cIara, ya que toda potencia abraza todas las cosas que turaleza del hombre a este bombre, si no es presuponiendo algo en virtud de
están comprendidas bajo su objeto adecuado y formal. La mayor es asimisml> 10 cual se realice la determinación de la naturaleza común a este individuo, de
patente por la doctrina del Filósofo en 1 de la Física, arriba indicada, y que igual manera, en general, er ente por participación no puede comunicar la na-
Cayetano explica también correctamente en 1, q. 44, a. 2. Porque se dice que el . turaleza del ente sino presuponiendo algo por lo que la naturaleza del ente
efecto es producido esencial y primariamente según aquella razón que no pre- quede determinada a este ente, lo cual repugna a la creación. Luego, inversa-
cedió por parte del efecto, pues si precedió, ya no se dirá que es producido mente, toda potencia que puede producir absolutamente el ente, sin presuponer
de m~nera esencial, sino accidental; porque cuando del aire se genera fuego, nada, produce absolutamente la naturaleza del ente, y no sólo aplicándola a este
no se produce esencialmente un cuerpo ni un elemento, pero se produce esen- ente; luego toda potencia que pnede producir de ese modo es una potencia uni-
!.'·
cialmente fuego. Así, pues, en toda creación se produce de manera esencial versal; no puede, por tanto, ser un ente participado, sino el ente por esencia.
I " el ente o el ser, no sólo en cuanto tal, sino absolutamente en cuanto ser, ya que 31. Algunos objeciones contra los dos razonamientos aducidos de Santo To-
ninguna razón de ente o de ser se presupone a la creación, puesto que es de más.- Pero aún no se aquieta la mente, sino que descubre muchas dificultades
n
,·,:·1
la nada. eh ambos razonamientos. Efectivamente, en el primero, parece que la proposi-
"

1 29. En cuanto a la menor, se prueba porque aquella razón según la cual ción subsumida, en la que se encuentra toda la fuerza- del argumento, a saber, toda
la potencia alcanza esencial y primariamente su efecto, parece ser la razón for- potencia que en algún efecto alcanza esencialmente alguna razón de ente eSJ de
mal objetiva bajo la que dicha potencia alcanza el mismo efecto. De donde suyo, universal para todas las realidades comprendidas bajo tal razón, no goza
resulta _que, en su causación, la potencia es tan universal y abstracta como lo de verdad universal; pues cuando se genera trigo, por ejemplo, no se genera
'1
:1"
es, en su orden, aquella razón formal objetiva a la que alcanza esencial y pri- esencialmente sólo el trigo, sino también el viviente, ya que no se presupone
, I

mariamente. Ja razón de viviente; porque el trigo o la hierba se engendra de la tierra no


1I11' 30. Se aclara otro razonamiento de Santo Tomás, explicativo del antf!rior.- viviente y, sin embargo, no por tener potencia para engendrar trigo tiene po-
i Para confirmar la misma deducción podemos añadir también otro razonamiento tencia para generar cualquier viviente. Igual sucede cuando el caballo engendra
del propio Santo Tomás, en el mismo artículo, solución ad 1: todo lo que ere. al caballo, no sólo del no-caballo, sino también del no-animal, a saber, del se-
[1
algo, crea absolutamente el ente, y no sólo aplicando el ser o la naturaleza del men; porque entonces se genera esencialmente el caballo y el animal y, a pe-
:1 ente a este ente; luego, en lo que de él depende, puede crear cualquier ente sar de eso, aquella potencia generativa no se ordena a la razón de animal como
:>
'1' creable. Se explica el antecedente, porque no es posible que quien participa de adecuada ni puede realizar las generaciones de todos los animales. Además, en
i !' alguna naturaleza la produzca absolutamente, sino aplicándola a algo, de igual otto caso se sigue que también Dios puede crearse a sí mismo, pues cuando
modo que Pedro no puede ser causa de la naturaleza humana en absoluto, pues se crea algún ente, en él se realiza esencialmente no sólo la razón de ente crea-
de lo contrario podría ser causa de sí mismo. Por tanto, sólo puede ser cansa ble sino también la razón de ente abstractísimo, ya que, por parte del efecto,
de que la naturaleza humana se encuentre en Pablo o en Francisco. Pero, asi no 'se presupone ninguna razón de ente; por tanto, si la consecuencia indicada
como este hombre participa de la naturaleza del hombre, igualmente cualquier
bominis, ita quodlibet ens creatum partici- est tota vis argumenti, scilicet, omnis po~
est talis actio respicit ut formale et adae- tentia suum effectum videtur esse formalis pat naturam entis; non ergo potest produ~ tentia per se attingens in aliquo effectu ra~
quatum obiectum ipsum esse, "non solum ratio obiectiva sub qua talis potentia attin.. cere absolute naturam entis, sed applicando tionem aliquam entis est de se universalis
in quantum est tale esse, sed absolute in git eumdem effectum. Unde tit ut in cau- illam ad hoc ens. Ergo sicu~ horno non ad omnia quae sub tali ratione comprehen-
quantum est esse; ergo talis potentia ne- sando tam universalis et abstracta sit po- potest per actionem vel productionem suam duntur, non videtur in universum vera i
cessario debet esse universalis et complec- tenria quam est in ordine suo ilia ratio for~ applicare naturam hominis ad hoc nisi prae- nam cwn generatur triticum, verbj gratia,
tens omne ens participabile. Consequentia malis obiectiva quam per se primo attingit. supponendo aliquid quo illa determinado non solum per se generatur triticum, sed
est clara, quia omnis potentia complectitur 30. Discursus alius D. Thom. explicans etiarn vivens, quia non praesupponitur ratio
Ilaturae communis ad hoc individuum fiat,
omnia quae sub SUD obiecto adaequato et priorem declaratur.- Addere praeterea pos- viventis; generatur enim triticum aut herba
ita in universum non potest ens per parti- ex terra non vivente, et tamen, quia habet
formali comprehenduntur. Maior etiam con- sumus ad confirmandam eamdem deductio4
stat ex doctrina Philosophi, 1 Phys., supra cipationem communicare naturam entis nisi potentiam ad generandum triticum, non
. iet. 1 nem alium discursum eiusdem D. Thom. in praesupponendo aliquid quo determinetur propterea habet potentiam ad generandum
eo em ar., i at. 3d l~a-quidquid natura entis 3d hoc, quod repugnat creatiom.
q" 44, a. 2. Nam effectus dicitur fieri per omne vivens. Idem est cum equus generat
creat aliquid, creat absolute ens, et non Ergo, e converso, omnis potentia quae potest equum, non solum ex non equo, sed eüam
se primo secundum eam rationem quaf; non
praecessit ex parte effectus; nam si prae- tantum applicando esse seu naturam encis producere absolute ens, nihil praesupponen. ex non animali, nempe ex semine; tune
cessit, iam non per se, sed per accidens fieri ad hoc ens; ergo quantum est ex se, potest do, producit absoIute naturam entis, et enim per se generatur et equus et animal,
dicetur; nam cum ignis generatur ex aere, creare quodlibet ens creabile. Explicatur an- non tantum applicando illam ad" hoc; ergo et tamen illa potentia generativa non re-
non tit per se corpus neque e1ementum, fit tecedens, nam fieri non potest ut qui parti 4 omnis potentia quae potest sic producere est spicit racionem animalis ut adaequatam, nec
autem per se ignis. Sic igitur, in omni crea- cipat aliquam naturam producat absolute il- universalis poten tia; unde non potest esse potest efficere generationes omnium anima-
tione tit per se ens seu esse, non solum ut lam, sed applicando illam" ad a1iquid, ut ens participatum, sed ens per essentiam. llum. Praeterea, alias sequitur etiam Deum
tale, sed simpliciter ut esse, quia nulla ratio Petrus non potest esse causa naturae huma- 31. Obiectiones aliquot contra utrumque posse creare seipsum, quia quando creatur
entis aut. esse supponitur ad creationem. nae absolute, alias posset esse causa sui .allatum D. Thom. discursum.- Sed adhue aliquod ens, non tantum in illo.tit per se
cum sit ex nihilo. ipsius. Unde solum potest esse causa" ut non quiescit animus, sed in utroque dis- ratio entis creabilis, sed etiam latio entis
29. Minor vero probatur, quia illa ratio natura humana sit in Paulo vel Francisco. cursu pIures difficultates invenit. Nam in abstractissimi, quia nulla ratio entis prae-
secundum quam per se primo attingit po- Sicut autem hic horno participat na~uram priori, illa propositio subsumpta, in qua supponitur ex parte ~ffectus; ergo si dicta
-~--_. ------------------

494 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección II 495

es universal, el objeto adecuado de la potencia creadora será no sólo el eDte madamente en cuanto tal ente. Ahora bien, aunque aquella proposlclOn, que
creable, sino el ente absoluta y precisivamente; luego comprenderá bajo si ab- f':Sfundamento del razonamiento antedicho, se admita con respecto a un efecto
Eolutamente a todo ente, incluso al mismo Dios. Y no cabe decir que el ente esencial y primario, no puede, empero, admitirse con respecto a cualquier efecto
abstracto en cuanto tal no es creado esencialmente porque la razón de ente esencial, según concluyen los argumentos aducidos; luego no es suficiente para
se presupone al menos en el creador; pues esto no impide la producción esen- concluir lo que se pretende.
'1 cial, ya que el fuego engendra esencialmente fuego, aun cuando se presuponga 33. No es meuor, sino quizá mayor, la dificultad del segundo razonamien-
1;:
"
en el generante la razón de fuego; por eso dije más arriba que la razón que se to; efectivamente, la proposición quien participa de una naturaleza no puede
i l produce de manera esencial no debe presuponerse por parte del efecto, toda producirla absolutamente, sino aplicándola a algoJ es decir, a estoJ es verdadera
'1 vez que por parte del agente no constituye obstáculo. en el sentido- de que no puede producirla absolutamente, o sea, en todas las

r
32. y si alguien responde que no se sigue eso, puesto que la potencia crea- realidades en que existe; a saber, si la naturaleza es especifica, no puede pro-
"
,
'1 dora no alcanza aquella razón abstractísima de ente, considerada precisivamente ducirla en todos los individuos para existir en los cuales tiene aptitud; pero
" como tal por la mente, sino en cuanto está incluida en la razón de ente creable si es una naturaleza genérica, o una razón trascendental, no podrá producirla
Ilí
"
,I cosa que arriba expresamos en términos dialécticos diciendo que no la alcanza: en todos los inferiores, guardando la debida proporción. Este sentido queda muy
I
I ba de manera reduplicativa, sino especificativa, la respuesta es, en verdad, bien demostrado por la razón de que, en caso contrario, tal realidad podría
:1
excelente, pero con ella se quebranta toda la fuerza de la razón y del argu- producirse a sí misma. Ahora bien, según este sentido, p no es verdad, o al
mento de Santo Tomás. Porque de igual modo se dirá que mediante la po- menos se acepta ~in demostración, que todo lo que crea, crea el ente de manera
:Iil absoluta; pues, ¿por qué no podrá crear unos entes y no otros, como hemos
1
tencia creadora comunicada a la criatura no se produce esencialmente la razón
de ente creable como tal, sino en cuanto está incluida en la razón de tal ente argumentado hasta ahora? Pero aquella proposición puede presentar otro sen-
, y CJ.ue también. de esa ~ane.ra, semejante potencia no alcanza al ente redupli~ tído, que parece ser el que mayormente se pretende con dicho razonamiento,
c~t1vamente, SIDO especificatIvamente, por lo cual no es legítimo, inferir que a saber, que quien participa de alguna naturaleza no puede producir esa natu-
"i dIcha potencia deba ser universalísima y comprender a todo ente creable. Por
eso, para mayor claridad podemos establecer distinción entre ser producido
raleza absolutamente, es decir, en su totalidad y en todas sus partes, sino sólo
presupouiendo alguna parte suya y aplicando a ésta otra; y en este sentido se
',11 esenc~almente y ser producido esencial y primariamente, y afirmar que para dice con entera verdad que todo lo que crea, crea absolutamente el ente; mas
,1
lo prImero basta que, por parte del efecto, no se presuponga la realidad según la proposición en tal sentido, ya sea verdadera, ya sea falsa, no queda demos-
:1 aquella razón en la que se dice que es producida esencialmente; pero añadiendo trada con el. razonamiento antedicho; porque, aun cuando algqien produjese
esto último: qne, según dicha razón, la realidad sea producida como el término absolutamente en el sentido indicado una naturaleza que le fuese semejante, no
propio y cuasi formal de la potencia agente, y no sólo como incluido en el 'Se sigue que pudiera ser causa de sí mismo, pues podría producir tal natura-
1II término formal.' Así, pues, mediante la creación se produce esencialmente el leza en su totalidad en uno u otro individuo, pero no en todos, o bien en una
'1
,
ente en cuanto ente creable, pero por la razón de creación no puede demos- especie (si la naturaleza fuera genérica), mas no en todas. Y por igual razón
trarse la necesidad de que se produzca esencial y primariamente según aquella podría crear algún ente absolutamente en el sentido expresado, es decir, en toda
l'
I razón trascendental, porque puede ser creadp por alguna potencia esencial y pri- .
su entidad, pero no todo ente.
.
!,1I consecutio universalis est, adaequatum ob- potentiam creandi communicatam creaturae
iectum potentiae creativae non erit tantum non fieri per se rationem entis creabilis ut
,
ens creabile, sed absolute et praecise ens; sic, nlsi quatenus inc1uditur in ratione talls tenus tale ens. Licet autem illa propositio, cur enim non poterit creare quaedarn entia
,1,'
ergo comprehendet sub se absolute omne entis, atque ita etiam huiusmodi potentiam quae est fundamentum illius discursus. ad- et non alia, Ut hactenus argumentati sumus?
ens, etiam ipsum Deum. Nec dici potest non attingere ens in quantum ens duplica- mittatur de effectu per se primo. non ta- Alium vero sensum potest illa propositio
, tnen admitci potest de omni effectu per se, reddere, qui videtur magis intentus in illo
ens ut sic abstractunl per se non creari, tive, sed specificative, et ideo non recte col-
quia ratio entis supponitur saltem in crea- ligi talem potentiam debere esse universa- ut argl!menta facta concludunt; non est discursu. nimirum, qui participat aliquam
tore; hoc enim non impedit productionem lissimam et comprehendere ens omne crea- ergo sufficiens ad conc1udendum intentum. naturam non posse producere illam natu-
per se, nam ignis per se generat ignem. bile. Unde claritatis gratia distinguere pos- 33. Nec minor est difficultas, sed for- ram absolute, ,id est, secundum se totam
licet ratio ignis in generante supponatur, etsumus inter- fieri per se et fieri per se pri- tasse maior in posteriori discursu; illa enim et secundum omnem partem eius, sed tan-
ideo supra dixi racionem quae per se lit mo, asserereque ad illud primum sufficere propositio: Qui participat aliquam naturam tum praesupponendo aliquam partem _eius
non debere su:pponi ex parte effectus, quia ut res, secundum eam racionem qua per se non potest absolute illam producere, sed ap- eique aliam. applicando, quo sensu verissi-
plicando illam ad aliquid seu ad hoc, in hoc me rucitur quidquid creat creare absolute
!+i_____---'=c!"="-'!gf:IlIJLlLnoD-OOSIaI~_cc----.,__-J:fi"'e"rJ'-·.ddici-tUr:.-non-supp<;matur@xpar-te-effec- senSlCest - vera quod non potest producere ens; tamen illa propositio in eo sensu, sive
32. Quod si respondeatur id non sequi, tus; hoc vero posterius addere, quod res
illam absolute; id est, in omnibus rebus in . vera sive falsa sit, non probatur in prae-
quia potentia creandi non attingit iUam secundum talem rationem fiat ut proprius
abstractissimam rationem entis. ratione 1 ut et quasi formalis terminus potentiae agen- quibus existit; videlicet, si illa natura sit dicto discursu; naro licet aliquis produce-
sic praecise sumptam, sed quatenus inc1u- tis, et non tanrum ut inclusus in formali specifica, non potest producere iUam in ret naturam sibi similem absolute in dicto
omnibus individuis in quibus apta est exi- sensu, non sequitur quod posset esse causa
ditur in ratione encis creabilis, quod supra termino. Per creationem ergo fit per se ens
dialecticis terminis diximus non attingere in quantwn en.s creabile, non tamen ex ra- stere; si vero sit - natura generica am ra- sui ipsius; nam posset producere talem na-
iUam reduplicacive, sed specificative, est qui- tione creationis probari potest esse neces- tio transcendentalis. non poterit eam pro- turam secundum se totam in uno vel alio
dem responsio optima. tamen per earndem sarium ut fiat per se primo secundum illam ducere in omnibus inferioribus, servata pro- individuo, non tamen in omnibus. aut in
infringitur tota vis rationis et discursus transcendentalem racionem; nam potest portione. Et hunc sensum probat optime una specie (si natura sit generica) et non
D. Thom~e. Nam eodem modo dicerur per creari ab aliqua potentia per se primo' qua- illa ratio, quia alias taHs res posset efficere in omnibus. Et pari ratione posset creare
seipsam. Iuxta hunc autem sensum, vel non aliquod eos absolute in dicto sensu, id est,
1 . El acusativo rationem, que aparece en otras ediciones, sólo introducida una ligera est verum ve! saltem sine probatione assu- secundum totam entitatem, non tamen om-
varliJción de matiz en la frase. (N. de los EE.) mitur quidquid creat creare absolute ens; ne ens.
Disputación XX.-Sección Il 497
496 Disputaciones metafísicas
35. Juicio acerca de las ob;eciones antedichas.- Confieso que no sé dar
34. Por eso es también verdad, en sentido recto, que quien participa de respuesta satisfactoria a todas estas dificultades; porque, en contra del segundo
alguna naturaleza ·no la hace existir absolutamente, sino que es causa de que razonamiento, me parece que concluyen positivamente (por así decirlo) que aque-
se encuentre en este individuo o en este ente; pero de ahí no se infiere legí- Ua argumentación no es adecuada; y en contra del primero prueban al menos
timamente que se presuponga algún principio individuante para la acción mediante que na es convincente, por no quedar suficientemente demostrados todos los
la cual es producido tal iodividuo o tal ente, ya que mediante esa acción puede principios que en él se emplean, aunque no conste que son falsos. Y todos se
producirse la realidad iotegra con todo sj¡. principio iodividuante. En efecto, reducen a éste: toda potencia creadora debe ser necesariamente tal que se extien-
cuaodo se dice que la naturaleza especifica es producida en e! iodividuo o apli- ela a todo lo creable. Ahora bien, parece que esto no se prueba de manera sufi-
cada al iodividuo, no debe imagioarse que una realidad, que es producida, se ciente por lo dicho hasta ahora y consideraodo precisivamente e! térmioo al que
aplique a otra preexistente, sino que se dice que es aplicada únicamente--pDrque tiende la creación. Mas queda por ver si ello puede inferiese con mayor eficacia
se realiza en un individuo, y no en su abstracción. Por eso también, cuando Dios considerando juntamente el término a quo, la especial re1adón de estos términos
creó a Adán, no creó a toda la especie humana absolutamente, es decir, abs- y el modo de obrar proporcionado a los mismos.
tracta, sioo. que la creó aplicándola (en conformidad con aquel modo de hablar) . 36. Ultima razón con que Santo Tomás prueba la afirmación.- Así, pues,
a este individuo, y no ciertamente presuponiendo en él, por parte del mismo, hay una últiroa razón del mismo Santo Tomás, en e! citado a. 5, ad 2: la po-
un principio de individuación, sino creando simultáneamente a éste. Así, pues, tencia creadora debe ser necesariamente infinit~; luego no puede ser creada;
aunque un ángel crease a otro que le fuera semejante en naturaleza aplicando y de igual modo cabe inferir que se extiende de manera necesaria a todo 10
su naturaleza específica a tal individuo, na seria necesario presuponer para su ac- creable; porque la potencia absolutamente infinita es también universalisima, y
ción un priocipio iodividualizador del otro ángel, sino que produjese al mismo su objeto debe ser iofioito, en la medida en que puede serlo en calidad de ob-
tiempo dicho principio; tanto más cuanto que en cada una de las naturalezas, jeto factible. Saoto Tomás demuestra e! antecedente porque la virtud de la po-
este principi,? no es otra cosa que la propia entidad de la naturaleza, si es siro· tencia no se considera sólo por 'la realidad producida, sino también por el modo;
pIe; o los principios que intrínsecamente la constituyen, si es compuesta. Se . pero el modo de producción de la nada iodica una fuerza infioita en e! obrar,
confirma porque, de 10 contrario, con el mismo razonamiento se demostraría ya que para producir algo de una potencia remota se exige una grao virtud, y
que, supuesto un ángel, Dios no podría crear otro semejante a aquél, ya que, de una más remota, mayor; luego para producir de ninguna potencia o de la
o mediante esa acci(m crearía tal naturaleza especifica absolutamente, y esto no, nada se requiere una virtud iofioita. Igual razón expone Alberto, In Il, disto 1,
porque mediante dicha acción no crea al primer ángel; o lo produce aplicando a. 7, y otros.
la naturaleza específica a este individuo, y en ese caso sería necesario presupo- 37. Algunos fundamentan esta razón en que entre e! ente y. la nada media
ner para tal acción un principio individualizador. Y si entonces se dice, como en una distancia infinita. Pero, como responde Escoto, antes citado, esto no es le-
verdad hay que decir, que la naturaleza se aplica a este individuo produciendo gítimo, ya que ningún ente dista de la nada sino conforme a los grados de en-
C:-D absoluto toda su entidad de la nada, se diría enteramente 10 mismo, aun tidad que en sí posee. Por eso dice también Santo Tomás, In IV, disto 5, q. 1, a. 3,
cuando un ángel crease a otro que tuviera con él semejanza específica o gené- ad 5, que, por parte del ente mismo, sólo hay distancia infinita entre el ente y el
rica; pues el hecho de que se presuponga una naturaleza semejante en el agente
mismo en nada obsta a la creación, como ya se ha dicho anteriormente. 35. ludicium de praedictis obiectioni- nita; ergo non potest esse creata; et eodem
bus.- Fateor nescire me omnibus his dif- modo inferri potest necessario extendi ad
34. Unde ulterius in bono sensu verum suam actionem supponeret principium ali- ficultatibus satisfacere; nam contra paste- omne creabile;- nam potentia simpliciter in-
est quod qui participat aliquam naturam quod individuans alium angelum, sed quod riorem discursum positive (ut ita dicam) finita est etiam universalissirna, et obiectum
non facit i11am absolute existere, sed est i11ud simul produceret; maxime cum hoc videntur mihi concludere non esse aptam eius e~se debet infiniturn, quantum esse pot-
causa quod sit in hoc individuo aut in hoc principium indlviduans in singulis naturis ratiocinationem illam; contra priorem yero est in ratione obiecti factibilis. Antecedens
ente; non recte tamen inde iofertur prae· nihil aliud sit quam ipsamet entitas natu- saltem ostendunt non convincere, quia non probatur ,a D. Thom. quia victus potentiae
supponi ad actionem per quam fit tale in· rae, si sit simplex, vel principia quibus in- omoia principia quae in eo sumuntur suf- non tantum attenditur ex re facta, sed etiam
dividuum vel tale ens aliquod priocipium trinsece constituitur, si sit composita. Et ficienter probantur, quamvis non ~onstet ex modo; sed modus producendi ex nihilo
iodlviduans; nam potest tota res cum toto confirmatur, quia alias eodem discursu pro- esse falsa. Et omnia reducuntur ad illud, indicat infinitam vim in agendo, nam ad
suo principio individuaote per illam actio- baretur, supposito uno angelo, non posse quod omnis potemia creandi talis necessa- producendum aliquid ex potentia remota
nem ·fied. Cum enim natura specifica dici. Deum creare alium illi similem) quia vel rio esse debeat ut se extendat ad omne crea- requiritur magna vlrtus, et ex remotior!
tur fieri in individuo vel applicari ad indi.. per illam actionem crearet talem naturam bile. Hoc autem non videtur satis convinci maior; ergo ad producendum ex nulla po-
viduum, non est fingendum quod una res, specificam absolute, et hoc non, quia per his qU!l~~_¡;'tenus diximus et praecise tentla seu ex nihilo requiritur infinita vir-
quae ,app lCetur praeexlsteOtl, se so um • 1 Iaril actlODem non creat pnorem angelum; considerando terminum ad quem tendit tus. Eamdem rationem habet Albertus, In
dicitur applicari quia in uno individuo tit vel producit applicando specificam naturam creatio. Videndum autem superest an con- JI, disto 1, a. 7, et alü.
et non in sua abstractione. U ode etiam ad hoc individuum, et sic oporteret ad ta- iungendo terminum a quo, et specialem ha- 37. Nonnulli fundant rationem hanc in
quando Deus creavit Adamum non creavir lem actionem supponi principium indivi- bitudinem horum terminorum, et modum eo quod inter ens et nihil est infinita di-
totam speciem humanam absolute, id est, duans. Quod si tune dicatur, ut vere dicen- agendi proportionatum illis, id possit effi- stancia l. Sed non recte, ut Scotus supra re-
abstractam, sed creavit illam applicaodo eam dum est, applicari illam naturam ad hoc cacius inferri. spondet) quia nu11um ens distat anihilo
(iuxta illum madum loquendi) ad hoc indi- individuum producendo absolute totam eius 36. Ultima Talio qua D. Thom. probat oisi secundum eos gradus entitatis quos in
viduum, non quidem praesupponendo in illo entitatem ex nihilo) idem' omoino dieeretur, assertionem.- Est igitur ultima ratio eius- se habet. Unde etiam D. Thom., In IV,
ex parte eius principium individuationis, etiamsi unus angelus crearet alium sibi si- dem D. Thomae, dicto a. 5, ad 2, nam disto 5, q. 1, a. 3, ad 5, ait non esse di-
sed illud simul creando. Sic igitur, quam- milem, vel in specie vel in genere; nam parentia creandi esse debet necessario infi- stantiam infinitam inter ens et Don ens ex
vis unus angelus crearet sibi sim.ilem in quod in ipso agente supponatur similis, na-
natura, applicando suam specificam naturam tura, nihil obstat creationi, ut iam supra 1 Henr., Quodl. IV, q. ult. ~ Rich., rn 11, disto 1, a. 4, q. 4.
ad tale individuum, non oporteret ut ad dictum esto
32
498 Disputaciones metafísicas
Disputación XX.-Sección 11 499
no-ente cuando el ente es infinito, ya que uno de los opuestos dista del otro tanto
cuanto patticipa del que queda. De aquí que San Agustin diga que la matcria, 39. .Obiecione~ contra la razón antes expuesta. -Ahora bien, Escoto y Du-
por ser imperfectísima, es casi nada; y que el ángel es casi Dios; y cada ente> rando? cItados arrIba, presentan muchas objeciones contra esta razón. Pero to-
cuanto más perfecto es, tanto más se acerca a Dios y más se aparta de la nada. das. !len.den a demostrar. que entre el ente y la nada, o no hay distancia o no
y cabe decir que la nada misma dista del ente, en cierto modo, "infinitamente,. es mfirnta, 10 cual no tiene que ver con la razón aducida, porque ya hemos
o más bien indefinida o indeterminadamente, porque no hay cosa que pueda probado que no es necesario imaginar esa distancia infinita propia y positiva,
!,! distar del ente más que la nada misma, o porque no tiene una distancia deter- y que el argumento no se toma de ahí, sino de la desproporción, la cual indica
minada, sino que puede tenerla cada vez mayor, de acuerdo con los diferentes un modo .de. ,obrar tal que ~xige suma eficacia por parte del agente. Sin embat-
grados del ente. Pero esto no tiene que ver con la cuestión presente, ya que go, la obJeclOn que propUSImos anteriormente parece debilitar mucho la fuerza
mediante la creación no se trasciende (por así decirlo) la totalidad de esta dis- c;le esta razón; porque el argumento prueba muy bien que la virtud creativa
tancia de la nada en todo su ámbito, sino sólo segón los grados de entidad que no es,. por este concepto, capaz de proporcionarse a la virtud eductiva de la
recibe el ente que es creado. p,?tencIa de la materi~; p~ro no es legítimo inferir de ahí que se precise una
38. Así, pues, otros comúnmente fundamentan aquella inferencia en la má- VIrtud absolutamente mfinlta, pues bastará que sea de orden diferente la cual
xima desproporción que existe entre el ente y la nada. Porque pata obrar a pat- suele ll~I:?arse también infini~a relativamente, y no hay inconveniente' ninguno
tir de una potencia más alejada del acto se requiere mayor virtud; luego se en admitIrla. Y esto ~s suficIente para 9-ue esa potencia no guarde proporción
con respecto a cualqU1er facultad que solo pueda obrar educiendo la forma de
exigirá mayor virtud ~n la proporción precisa en que el efecto se produzca a
partir de una potencia más remota; consiguientemente, cuando la separación la potencia de la materia, ya que la proporción sólo se guarda entre aquellas
entre el acto y la potencia se dé sin proporción alguna, entonces se requerirá cosas que ?enen i¡¡ual naturaleza o cantida~. Y se aclara esto más todavía por
1ma virtud mayor sin ninguna proporción; pero esta virtud sólo es infinita, ya
el razonarment? m~mo, pues cuando. se dice qu: para producir algo a partir
de .una potencIa mas remota se reqU1ere mayor VIrtud, trátase de una potencia
que toda virtud finita guatda alguna proporción con otra finita. Este modo de ar-
gumentat es frecuente en Aristóteles, como consta por los fibros IV y VIII de la pasiva y de un. ma~or o m~nor alej~miento del acto por falta de disposiciones
o a causa de dISposIC1ones IDcompaubles y, consecuentemente también se esta-
Física. Y de ahí razona Cayetano, por una proporción semejante: si bastase un
poder finito pata producir algo de la nada, se seguiría que pata producir algo de blec~ la c,?mparación e?tre virtudes ~ue sólo actúan por ed~cción de una po-
tencta l?aslVa. En cambIO, cuando se mfiere que pata producir algo de la nada
alguna materia se necesitatía igual poder que pata producirlo de la nada; pon-
se 'prec~sa mayor virtud, la expresión de la nada no designa una potencia pasiva
gamos, por ejemplo, que el poder creador finito vale cuatro, valiendo dos el po-
aleJadísuna del acto o muy indispuesta, sino que más bien significa la carencia
der de producir a partir de una materia remota; en tal caso, para producir a
de toda potencia pasiva; luego no puede concluirse que la potencia que produce
partir de una materia dos veces más remota se necesitará un poder que valga
por lo menos tres; luego, para producir a partir de una ulterior materia que sea de la. nada. sea, n;ayor o infinita por aun;ento (valga la fórmula) de la potencia
eductlva, SIDO umcamente que la potenCIa que es activa de esa manera, o sea
también dos veces más remota, se precisará un poder que valga cuatro; consi-
que pro~u.ce de la nada,. es de un orden distinto y superior al de toda potencia
guientemente, para producir algo de alguna materia se requiere tanto poder como
que es Ufllcamente eductlva, aun cuando sea capaz de educir una forma de cual-
para crear. quier potencia real que sea remotísima. Y en tal sentido no se sigue el incon-
parte ipsius entis nisi quando ens est infi- requiritur maior virtus; ergo qua propor-
nitum, quia unum oppositorum tantum di- tione effectus fiet ex remotiori potentia, ea- 39. Obiectiones contra praedicram ratio- tio solum servatur ioter ea quae sunt eius-
stat ab alio quantum de reliquo participat. dem requiretur maior virtus; ergo ubi elon- nem.- Contra hanc vero racionem multa dem rationis seu quantitatis. Et dec1aratur
Et ideo materia, quia est imperfectissima, gatio actus a potentia est sine ulla propor- obiiciunt Scotus et Durandus supra. Sed hoc amplius ex ipsomet discursu; nam cum
dicitur ab Augustino prope nihil; angelus tione, ibi maior sine ulla proportione virtus- omnia eo tendunt ut probent inter ens et dicit.ur ad producendum aliquid ex porentía
:1 ~ autem dicitur esse prope Deum; et unum- requiretur; ·haec autem non est nisi infini- nihil ve! non esse distantiam vel non infi- magls remota requiri maiorem virtutem ser-
i quodque ens, quo est perfecrius, eo magis ta; nam omnis virtus finita servat aUquaro nitam, quod non refert ad ration~m factam· mo est de potemia passiva et de maio;i vel
iam enim ostendimus non esse necessari~
I

.:1:11 accedit ad Deum et magis recedit anihilo. proportionem ad alteram finitam. Qui ar- minori elongatione ab actu ex defectu dis-
. ;·11 Ipsum autem nihil potest quodammodo dici gumentandi modus frequens est apud Aris- fingere illam infinitam distanriam propriam positionum vel propter repugnantes dispo-
."I"¡: infinite, vel potius indefinite seu indetermi- et positi,:"am, neque inde sumi argumentum, sitiones, et consequenter fit eriaID. compa-
;1 nate distare ab ente, quia nihil potest ma- totelem, ut constat ex IV et VIII Phys. sed ex lmproportione, quae indicat talem ratio inter virtutes activas solum per educ-
~i gis distare ab ente quam ipsum nihil ve! Ex quo simili proportione argumentatur modum operandi qui surnmam efficaciam in tionem de potentia passiva.. A[ vera cum
1'Ti1
__________-"q~url;aa~n~Q~n~h~.ÚhXex'~luln~a~rn~ddeetue~nm~iDDaatu.~rn~d~i~stna~n~_~.C~ru~·e~tan~u~s~,~na~rn~;s~i ad producendum aliquid agente. requirat. Verumtamen illa obiectio infertur ad producendum aliquid ex nihiIo
't,: tiam, sed potest habere maiorem et maio- ex mltllo sufflceret vlrtus ñnita, sequeretur quam supra proposuimus videtur valde ener- maiorem requiri virtutem, illud ex nihilo
~, rem, secundum varios gradus entis. Sed hoc aequalem virtutem requiri ad producendum vare hanc rationem; oprime enim probat non ~es~gnat aliquam potentiam passivam.
:H;~ I non refert ad praesens, quia per creationem aliquid ex aliqua materia et ex nihilo; sit
•. .
argumentum virtutem creativam esse ex hoc l't.D1otlsSlmam ab actu seu valde indispo-
!I' 1 non transcendirur (ut ita dicam) tota haec entm vutus creatrlx finita ut quatuor, vir- capite improportionabilem virtuti eductivae sitam, sed designat potius carentiam OInnis
'1: 1 distantia ipsius nihil secundurn totam lati- tus aotem producens ex materia remota sit de potentia materiae; binc tamen non recte potentiae passivae; ergo non potest conclu-
!. ; tudinem suaDl, sed solum secundum eos ut duo; ergo virtus necessaria ad produ- infertur fore necessariam infinitam simpli- di quod potentia productiva ex nihilo sit
gradus entitatis quos recipit ens quod crea- cendum ex materia duplo remotiori erit sal- citer, nam satis erit si sit alterius ordinis, maior vel infinita per augmentum (ut ita
tur. tem ut tria; ergo ad producendum ex ul- quae solet ~tiam dici infinita secundum quid, dicam) potentiae eductivae, sed solum quod
38. A!ü ergo communiter fundant illam teriod materia duplo etiam- remotiori erit quam admittere nullum est inconveniens. Et po~entia sic ac-tiva, scilicet ex nihilo, est al-
consecutionem in maxima improportione necessaria virtus ot quatuor; ergo tanta vir- hoc satis est lit illa potentia non servet terms et superioris ordinis ab omni poten-
quae est inter ens et nihil. Nam ad agen- tus requiritur ad producendum aliquid ex: proportionem respectu cuiusvis potentiae tia tantum eductiva, etiam si potens sit ad
durn ex potentia magis elongata ab actu aliqua materia quanta ad creandum. quae solum possit operari per eductionem edu~endam forma~. ex q~cumque potep.tia .
formae de potentia materiae; quia propor- re~l quae remoUSSlll)a Slt. Atque ita non
.!
, ,

Disputaciones metafísicas
i, 500 Disputación XX.-Sección II 501
veniente de que la potencia creadora y ,la eductiya sean .iguales) ya que ~on des-
requiere la potencia objetiva, es decir, posible por no repugnancia; pero esto
proporcionadas. A esto se añade que, SI no hubles,e parIdad en las ~~mas cosas,
indica un poder sumo en la potencia activa, y quizá por ello dijo Cirilo, en el
sino que se comparasen co~ diversos efectos. ,deSIguales en perfecclOo., ello no
lib. II Cont. Iulianum, que el poder obrar eficazmente como creador y producir
representaría gran inconvenIente, como tamblen hemos propuesto arrIba argu-
las realidades que alguna vez no existían es una de las cosas que son propias
mentando al principio. de la sustancia únzca y suprema de todas.
40. Resumen de todo lo dicho y prueba de la afirmación.-:- Se corrobora 41. Además, la creación es la primera de todas las acciones, mediante la
la conclusión con la autoridad de los Santos.- Así, pues, temen?o ~n cuenta cual puede comunicarse el ser participado, y en este sentido tiende esencial y
estas dificultades, he dicho más arriba que esta verdad resul~a mas CIerta para primariamente a producir el ente íntegro en cuanto ente; por tanto, de ahí re-
nosotros por las cosas que han sido hechas que por una tazon que ~ficazmente ~.:ulta con bastante verosimilitud que esta acción es tal que, por 'su naturaleza,
demuestre y convenza de que no puede realizarse otra cosa. Y d~. IgUal modo exige esencialmente el dimanar del mismo ser -por esencia, y que por ello no
estimo que, por las cosas hechas, se. de,;"uestra con gr~. probablhdad que s~ puede darse una entidad participada que posea virtud para tal acción.
requiere una potencia absolutamente infinita para l~ creaClOD de cualq?Ier cosa, 42. y por el mismo principio se comprende bastante probablemente que
porque, habiendo producido Dios mu.cha.s sustanc.... tan perfectas, nmguna d~ aquella gradación establecida más arriba -que para producir a partir de una
ellas recibió el poder de crear ni slqmera la realIdad m~a. y .que es caSI potencia mayor se requiere mayor perfección- debe entenderse no sólo en un
nada; luego es señal de que ello proviene únicamente de la ynnta.clón de tod~s género del ente, sino de modo absoluto en el ámbito del ente, y que, por lo
¡ estas sustancias por perfectas que sean; en otro caso, no serIa posIble dar razon mismo, para crear se precisa una virtud, no de un orden superior cualquiera,
I! alguna de por ~ué no basta para esto la máxima perfección que se halla en los sino del supremo, el cual puede entenderse en todo el ámbito del ente o de la
ángeles o en los serafines. Y de ahí se conjetura, ad~más, que ese orden supe..
1

potencia activa. Además, con ello resulta muy probable el principio de que la
rior, al que debe pertenecer necesariamente la potencIa. c!eadora, no es otro que potencia creadora se extiende necesariamente a todo lo creable, porque sólo es-
el del mismo ser por esencia, pues entre los seres partIcIpados no puede encon- pera (por asl decirlo) la no-contradicción por parte del objeto para que el efecto
trarse un nuevo orden o un nuevo grado fuera de los que ~an sido hechos; exista o se produzca, y porque el principio de la primera eman'!ci6lL)'_patlici-
por tanto, cuando por conjeturas se con~uye. que la potenCIa creadora debe pación procede del mismo ser por esencia, y por ello tal potencia no puede
ser de orden distinto, se concluye que es mfinita, ya que ese ord~ no es otro ser nada más que una virtud que sea el mismo ser por esencia, virtud que es
I
, sino aquel en que está el mismo ser por esencia. Y. esto es l? 9ue dio a ent7nder universalisima y, de suyo, tiene poder sobre todo ser participado. Y quizá por
Atanasio, en el sermón ID contra Arianos, al decIr: Adm'l.~'l.strar e~ prop'l.O de este motivo dijo San Agustln, lib. IX De Genes. ad litl., c. 15, que un ángel
las criaturas y de los siervos, pero fun~ar y c,rear, es excluszvo de D'l.~s y de ,su no puede crear una cosa cualquiera, en igual medida que no puede crear$e a sí
Verbo y Sabiduría. Asimismo, cabe exphcar !Das ~un esto, po~que el mIsmo mo~o mismo.
de eficiencia por creación indica una eficaCIa e mdepend~ncla suma en el, crea- 43. Así, pues, de estos modos entendemos que, aun cuando las razones an-
I dar, pues, como para obrar no presupone ninguna potencIa real fuera de SI, s6lo teriores no sean demostraciones enteramente convincentes, no obstante ayudan
;1, I

I
I tenUam obiectivam seu possibilem 1 per non genus entisJ sed absoJute in latitudine entis i
,1 sequitur illud inconveniens quod ~otentia fectarum; alias nulla ratio reddi posset cur repugnantiam; hoc autem indicat surnmam ideoque ad creandum requiri virtutem non
•• 1 creativa et eductiva sint aequales, qwa sunt maxima perfectio quae in angelis aut sera~ vim in potentia activa, et ideo fortasse dixit' qualiscumque ordinis superioris, sed supre-
improportionatae. Adde quod, si non es~ phim invenitur ad hoe non suffidat. ~tque Cyrill., lib. II cont. Iulianum, efficaciter mi, qui in tota latitudine entis seu poten-
,
, ,
,. sent caetera paria, sed ad diversos effectus hine ulterius fit eonieetura illum supenorem posse operari Ul creatorem et producere res tiae activae intelligi potest. Atque bine ul~
lnaequaliter perfectos compa.rarentur, ~on ordinem, euiús necessario esse debet poten- quae aliqu4ndo non eranf esse ltnum ex eis terius fit valde probabile illud principium,
esset illud magnum inconvemens, ut ena~ tia creativa, non esse alium nisi ipsi~s. esse quae propria sunt solius et omnium summae quod potentia ereandi necessario se extendit
supra argumentando in principio proposUl- per essentiam; nam inter esse parUClpata substantiae. ad omne creabile, quia non expectat (ut ita
mus. non potest novus ordo seu novus gradus 41. Deinde creatio est prima omnium ac- dicam) ex parte obiecti nisi non repugnan-
40. Dictorum omnium summa et f:!ro- tionumJ Der quam cornmunicari potest esse tiam ut effectus sit aut fiat~ et quia prin~
reperiri praeter eos qui facti sunt; eum participatum, et hoc sensu per se primo
batio assertionis.- Sanctorum auctont~te cipium primae emanationis et participatio--
ergo supputando eonclud.itur po~e~tiam crea- tendit ad producendum ens totum in quan-
condusto roboratur.- Propter has er9;O dif- tivam debere esse alterms ordiOls, conclu- nis est ab ipso esse per essentiam, et ideo
ficultates dixi veritatem hane cer- tum ens; hinc ergo satis fit verisimile hanc talis potentia nihil esse potest nisi virtus
actionem _talem esse ut natura sua essentia~ quae sit ipsum esse per essentiam, quae est
esse per essen- Jiter postulet manare ab ipso esse per es-
quam ex ratione quae demon- virtus universalissima et de se porens in
Athanas., serm. 3 sentiam, ideo que non posse dari entitatem omne esse partidpatum. Et ob hanc for-
stret atque convincat non posse aliud fie~i. cont. Arianos, cum dixit: Administrare crea-
Atque eodem modo censeo ~x ~ebus. facas participatam quae vim habeat ad talem ac- tasse causam dixit August., lib. IX de Ge-
turarum ac servorum est, condere autem tionem. Des. ad lit., c. 15, angelum tam non posse
probabilissime ostendi. ad C~US~l~ rel. cre~~ atque creare solius Dei et :'erbi ~ius oc
1, 42. Et ex eodem principio satis proba- quamvis rem creare quam neque seipsum.
tionem requiri potennam slmphclter mfini-
, ,
tam; nam cum faetae sint a Deo pIures sapientiae. Praeterea declaran .aJ?lP~us hoc biliter intelligitur illam gradationem supe- 43. His ergo modis intelligimus, quamvis
substantiae adeo perfectae, nulla earum ac- potest; nam ipse modus efflClentlae per rius factam, quod ad producendum ex ma- superiores rationes non sint demonstrationes
cepit virtutem ad creand~ vel ~mam creationem indicat summam quamdam ef- iori potentia requiritur m,aior perfectio, in- ommno cogentes, plurimum tamen confer-
rem et quae est prope mhil; ergo Slgnum ficaciam et independentiam in creatore, quia telligendam esse non solum intra aliquod re ad indicandam altitudinem potentiae crea-
est id solum provenire ex limitatio~e om- cwn ad agendum nullam supponat poten-
nium harum creaturarum quantumvls per- tiam realem extra se, tantum requirit po~
1 En otras ediciones se lee possibile, que no modifica sustancialmente el sentido del
texto. (N. de los EE.)
~-

i.
502 Disputaciones metafísicas
Disputación XX.-Seccwn 1Il 503
mucho a indicar la sublimidad de la potencia creadora y la razón por la que
acerca de la virtud infundida desde fuera a ·la naturaleza y de aquella que nace
resulta contradictorio que sea creada.
intrinsecamente; porque la virtud que se añade desde fuera dehe ser creada.
44. Finalmente, no me desagrada del todo (aunque Escoto la desprecie) otra
De ahí nace también otra razón: la virtud que se añade a la naturaleza de una
conjetura de Egidio, a saber, que, siendo toda criatura mudable y de algón modo
compuesta de acto y potencia, es verosímil que, por su naturaleza, s6lo sea cosa d~be ser necesariamente. accidental, ya que la sustancia no puede añadirse
capaz de una facultad que obre mediante el movimiento o la mutación e indu- • si nusm~ o ser sobr.enatural para si misma, por lo que la virtud sobreañadida
ciendo el acto en -la potencia. La consecuencia es manifiesta por el principio es necesarIamente accIdental; pero la virtud accidental QO puede ser principio
del poder de crear. Y esto puede colegirse suficientemente de su modo de ser,
de que el modo de obrar imita al modo de ser. Y de ahí resulta, inversamente
que ~1 poder crear conviene a Dios en cuanto es acto puro y el mismo ser po; fegón lo que hemos dicho arriba al. explicar el primer razonamiento de Escoto;
esenela y, por último, en cuanto posee virtud infinita. pues, :omo todo accidente, por su naturaleza, depende en su ser del sujet.o, no
e~ pOSIble qu~ tenga un modo counatural de obrar fuera del sujeto o indepen-
Se da cumplida respuesta a la razón establecida al p.rinc.pw cliente del ~U]:to, cual es el modo de la creación; luego no puede ser virtud
. 45. p'rimera respuesta.- Con esto se ha respondido suficientemente al prin- creadora prmclpal. ~n efect?, .debe considerarse atentamente que, aun cuando
Clp~ motIvo de duda sentado al principio. En cuanto a lo que, para aumentar
una forma qu~ es vlftud prmcIpal en orden a algún acto, sea sobrenatural con
, l·I

¡; la dlficnltad, se agregaba acerca de la virtud principal no innata, sino sobreaña- respecto al sUJeto, no obstante, dicha f.orma tiene su propia esencia y natura-
. ,¡.
j
dida, también puede resolverse fácilmente de dos maneras por lo dicho. La pri- leza que le es connatural, y por tanto ese modo de obrar es connatural a la for-
mera se toma de las cosas que de hecho creemos, pues de hecho no se ha co- ma misma. Consiguientemente, puesto que el modo de obrar sin sujeto no pue-
municado . a las sustancias creadas ninguna virtud principal de esa clase para de ser connatural al accidente, tampoco la virtud creadora podrá ser connatural
crear y, SID embargo, se les han concedido virtudes y cualidades de orden per- ya al snjeto, ya a la forma accidental, y por tanto tal forma no puede ser virtud
fectísimo; luego es señal de que a las naturalezas de las cosas .DO puede sobre- principal.
añadirse ninguna virtud que sea virtud principal de crear. Por eso, a mi juicio,
no se expresan rectamente ni con bastante congruencia quienes afirman que se SECCION 111
crean todas las cualidades sobrenaturales que se nos infunden; de lo contrario, SI PUEDE DARSE UN INSTRUMENTO DE LA CREACIÓN
también se crearían los actos sobrenaturales, como la visión beatífica, ya que
son verdaderas cualidades, y tan sobrenaturales como los mismos hábitos. De don- 1. No hay ningún instrumento natural de la creación .. . . ,. . No tenemos el
de resultada que el lumen gloriae, por ejemplo, que es principio principal para p;opósito de tratar esta cuestión ex professo y desde el punto de vista teológico,
producir la visión, sería asimismo virtud principal para crear, lo cual es absurdo. SIDO sólo de rozarla brevemente, en la medida en que puede desprenderse de
46. Segunda respuesta.- La segunda respuesta es que las razones antes los razonamientos ya hechos. En efecto, de lo dicho parece concluirse eficazmen-
aducidas no son probativas únicamente con respecto a la virtud connatural, sino te ':lue la. criatura no puede ser principio instrumental de la creación; quiero
en absoluto con respecto a la virtud creada; pues tienden a demostrar que nin- deCIr un lflstrumento tal que por su naturaleza esté destinado y ordenado a esa
guna virtud creadora pnede ser creada o limitada, lo cual es igoalmente válido acción y que tenga potencia instrumental natural para ena; pues, por lo dicho
tivae et rationem ob quam repugnat e$se sumitur ex rus quae de facto credimus, quia anteriormente acerca de la causa agente creada, resulta claro que entre las vir-
creatam. de facto nulla talis virtus principalis ad
: 44. Tandem mihi non omnino displicet creandum cornmunicata est substantiis crea- cedit de virtute indita naturae ab extrínseco naturalis, tamen illa forma habet suam pro-
(quamvis Scotus eam conternnat) alia con- tis, et tarnen illis additae sunt virtutes et et de illa quae ab intrinseco nascitur; nam priam essentiam et naturam sibi connatu-
ieetura Aegidü l~ nimirum, quod cum omnis qualirates perfectissími ordinis; ergo sig- virtus quae extrinsecus additur creata esse ralem; et ídeo ille modus agendi ipsi for-
creatura sit mutabilis et aliquo modo con- num est nullam vututem naturis rerum su- debet. Unde etiam oritur alia ratio, quia vir- mae est connaturalis. Cum ergo modus
fl :¡;tans ex actu et potentia, verisimile est non peraddi posse. quae ·sit principalis virtus tus .addita supra naruram rei necessario esse agendi sine subiecto non possit esse con-
~ esse capaeem natura sua potentiae agendi ereandi. Unde, iudido meo, non recte nec naturalis aecidenti, neque virtus creandi es-
~ nisi per motum vel mutationem et inducen- satis consentanee loquuntur qui dicunt om- debet aeeidentalis, nam substantia non potest
sibi ipsi addi ve! esse supernaturalis sibi, et se poterit connaturalis aut subiecto aut .ipsi
c;Io actum in potentiam. Patet eonsequentia Des supernaturales qualitates quae nobis in-
l formae accidentalis; et ideo talis forma non
1·1

ex illo principio quia modus agendi imi- funduntur creari; alias etiam supernatura- ideo virtus superaddita necessario est aeci-
potest esse principalis virtus.
"'·,!_ _ _ _ _,'¡,;aituriio~mCWo:cdTu)jmioe::;s;;;siíenR;d;;l~·',.;:E::x¡,,;q;¡u;.;o--;.fi;;';,'",e;.c;;o;;n;;,-~~le;;s;".:a:;ct;;.us, ut visio beata, crearentur, nam
dentalls; virtus autem accldenta1is non pot-
1·1 ano, u eo verua p sse rae-qualitates-eLtarn-supernaturales-- est esse --principalis virtus creandi. Quod ex
modo essendi eius satis colligi potest, iuxta SECTIO III
r ~enus est actus purus et ipsum esse per es- sicut ipsi habitus. Ex quo fieret ut lurnen
..
1. ~entiam, ae denique quatenus virtutem ha- gloriae~ verbi gratia, quod est principale ea quae superius diximus explicando pri- AN POSSIT DARI INSTRUMENTUM CREATIONIS
1 bet jnfinitam. principium ad faciendam visionem, esset mum discursum Scoti; nam cum omne ac~ 1. Naturale creationis instrumentum nul-
;1 etiam principalis virtus ad creandum; quod cidens sit natura sua pendens in esse a sub- lum.- Non est in animo hanc rem ex pro-
·1 . Sarisfir rafioni in principio posira. absurdum esto ¡ecto, fieri non potest ut habeat connatu- fesso ac theologice. traetare~ sed tantum bre~
¡I 45. Prima responsio.- Ex bis satis re~ 46. Secunda responsio.- Posterior re- ralem modum agendi extra subiectum seu viter attingere, quantum ex diseursibus fac-
,1' sponsum est principali rationi dubitandi in sponsio est rationes prius factas non probare independentem a subiecto, qualis est mo- tis concludi potest. Ex dictis enim videtur
I i principio positae. Quod yero in augmentum tantum de virtute e~nnaturali, sed simpli- dus creationis; ergo non potest esse prin- efficaciter concludi non posse esse creatu-
I difficultatis addebatur de virtute principali citer de virtute creata; eo enim tendunt ut cipalis virtus creandi. Est enim attente con- ram instrumentale princlpium creandi, tale
non innata, sed superaddita, duobus modis ostendant nullam ·virtutem creandi esse pos- siderandum quod~ licet forina aliQua, Quae (inquam) insttumentum quod natura sua sir
potest etiam ex dictis faclle expediri. Prior SI! creatam. aut limitatam, quod aeque pio- est principalis virtus ad aliquem actum, institutum et ordinatum ad talem actionem,
1 Aegid., Quodl. ~, q. 1. et Quodl. V, q. 1. sit supernaturalis subiecto, et ideo ille mo- quodque habeat naturalem potentiam in-
dus agendi sit etiam tali subiecto super- sttumentariam ad illaÓl'; constat enim, ex
S04 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección 11I 505

tudes . ac.tivas connaturales .a los agentes cieados hay alguoas iostrumentales y instrumental, porque de ambas maneras la acción es consecuencia del mismo
no prmCIpales, cual es la VIrtud del semen. Así, pues, en este sentido afirmamos ser natural de la forma; pero el modo de ser cou iodependencia del sujeto no
que por lo dicho se demuestra con legitimidad que no puede darse una virtud puede resultar connatural al accidente; luego tampoco puede resultarle conna-
creada que, por sí misma y por su naturaleza, sea virtud instrumental de la tural el. modo de obrar sio niogún sujeto previo; luego el accidente no puede
creación. Se prueha porque la virrud iostrumental de la criatura para las accio- ser virtud destinada por su naturaleza a obrar así, ni siquiera por modo de ins-
nes físicas y reales siempre es accidental; pero no puede ser connatural a una trumento. Buena cQnfirmación de esto es la razón con que Santo Tomás de-
virtud accidental el modo de obrar por creación, ni siquiera instrumentalmente. muestra) en 1, q. 45, a. 5, que la criatura no puede ser instrumento de la crea-
L~ mayor es manifie~ta por inducción c:n todos los instrumentos propiamente ción, a saber, porque la criatura no puede ser instrumento si, mediante algo
dIchos,. los. ,cuales recIben el nombre de Instrumentos, no sólo por la relación o propio de ella, no obra dispositivamente disponiendo para el· efecto del agente
denomma~lOn con respecto a algún agente anterior, sino en sentido propio por principaL
su modo mtrioseco de obrar y por su iosuficiencia de virrud en orden al efecto. 3. Por eso, si Santo Tomás, en el articulo citado, se expresa únicamente
y se prueba además de manera especial en el presente caso, porque si tal ios- en este sentido, a saber, refiriéndose a un instrumento que por su naturaleza
:rumento no fuese acci~.~nte, sería alguna sustancia. Entonces, ¿de quién sería está destinado a esta acción y posee virtud instrumental connatural para crear,
mstru~ento en la creaclOn? No de sí mismo, como es claro; tampoco de otra no habría dificultad alguna ni en la conclusión ni en la razón. Efectivamente,
sustanCIa ~reada, pues no hay ninguna que sea agente principal para crear, y lo que puede objetarse contra dicha razón: que muchas veces la acción del

d se. llama Instrumento por. parte del agente priocipal; por último, tampoco de
DIOS, ya que, como es eVidente de suyo, por parte de Dios no se necesita ins-
instrumento no es distinta de la acción del agente principal, en cuyo caso el
instrumento no obra dispositivamente en orden al efecto del agente principal,
sino que 10 produce de manera inmediata --como piensan muchos acerca del
1 trumento para ninguna creación; ni por parte de la sustancia misma puede pen-
I sarse una que por su naturaleza exija estar destinada a este fin de ser instru- fantasma con respecto a la especie inteligible-, esto (repito) tiene una fácil so-
mento de la creación, puesto que tal fio es muy extrínseco y muy accidental a lución e interpretación de aquel principio. Porque siempre el instrumento natu-
las creaciones de las cosas. Más aún, siendo la sustancia ente per $~, ninguna ral, en orden .al efecto del agente priocipal, obra según algo que le es propio,
Eustancia tiene nunca como fin connatural a sí misma el ser instrumento para lo cual tiene una correspondencia proporcionada en el efecto; pero no siempre
alguna acción, a uo ser que dicha sustancia sea de algún modo parcial y se com- se dice que obre dispositivamente con todo rigor y propiedad, es decir, intro-
pare con aquella de la que es instrumento de igual manera que la parte con el ducieudo una disposición previa realmente distiota del efecto del agente prio-
todo, y entonces se comporta asimismo más bien como portadora de la virtud cipal, sino, o bien de este modo, o bien porque el instrumento; según aquello
instrumental que como instrumento por su propia sustancia. que es propio de él, determioa la accióu del agente priocipal, determioación
, '
, 2. Que la virrud accidental no puede ser iostrumento natural de la crea- que puede reducirse al género de la causa material o dispositiva, a la manera
1', ción, cabe probarlo con una razón casi idéntica a la aducida con respecto a la como el fantasma determina la acción del entendimiento agente para producir
11i!
,< virrud priocipal. Efectivamente, el modo connatural de obrar debe ser propor- una determinada especie. Mas de ninguno de estos modos puede la criatura con-
1, ~
cional al modo de ser de la forma, ya actúe como virtud priocipal, ya como currir con virtud natural a la creación en calidad de instrumento; no cierta-
mente introduciendo una disposición previa, pues semejante acción siempre su-
.'
superius diccis de causa agente creata, inter dicitur ex parte agentis principalis; nec de-
virtutes activas connaturales agentihus crea- nique Dei, quia ex parte Dei non est ne- utroque modo acrio consequitur ipsum esse ad effectum principalis agenrls, sed inune~
tis esse quasdam instrumentarias et non cessarium ad ullam creationem instrumen- naturale formae; sed modus essendi cum diate illum efficere~ ut multi censent de
principales, qualis est virrus seminis. Hoc tom, ut per se constat; nec vero ex parte independentia a subiecto non potest esse con- phantasmate respectu speciei intelligibilis,
ergo sensu dicimus recte prohari ex dictis ipsius substantiae potest aliqua cogitari quae naturalis accidenti;- ergo nec modus agendi hoe (inquam) cornmodam habet solutionem
non posse dari virtutem creatam quae ex se natura sua Dostulet ad hunc finem institui ex nullo subiecto potest esse illi connatu- et illius principü interpretationem. Nam
et natura sua sit instnunentaria virtus crean- ur sir creationis instrumentum, cum ille fims ralis; ergo non potest accidens esse vinos semper instrumentum naturale secundum
di. Probatur~' quia virrus instrumentaria sit valde extrinsecus et valde accidentarius natura sua instituta ad sic operandum etiam aliquid sibi propriuJIlJ quod in effectu pro-
creaturae ad physicas et reales actiones sem- ad rerum creationes. Immo, cum subStantia per modum instrumenti. Atque hoc bene porcionate ei correspondet, operatur ad ef-
per est accídentalis; virtuti autem acciden- sir ens per se, nunquam tinis alicuius sub- confirmat ratio qua D. Thom. J 1, q. 45, fectum' principalis agentis; dispositive au-
taH non otest esse connaturalis modus stantiae ipsi connaturalis est quod sit in- a. 5, probat creaturam non posse esse in- tem operari dicitur non semper cum omni
agendi per creationem~ etiam instrumenta- suumentum a lquam actJ.onem, ruSl talis strufrientum creationis, scilicet, quia creatura rigore et proprietate, id est, inducendo dis-
rie. Maior constat inductione in omnibus suhstantia sit aliquo modo partiaUs et com- non potest esse instrumentum nisi per ali- positionem praeviam reipsa disrlnctam ab
proprüs instrumentis, quae non solUJn prop- paretur ad eam cuius esr instrumentum ut quid sibi proprium dispositive operetur ad effectu principalis agentis, sed ve1 hoc modo
ter habitudinem ve1 denominationem ad ali- pan ad totum, et tunc etiam potius se ha- effectum principalis agentis. ve! quia instrumentum, secuodum id quod
quod prius agens, sed proprie propter in- bet ut deferens virtutem instrumentariam, 3. Quocirca, si D. Thom. in illo arrlculo est sibi proprium, determinat actionem prin~
trinsecum modum agendi et insufficientiam quam ut instrumentum per propriam sub- in hoc tantum sensu loqueretur, scilicet, de cipalis agentis, quae determinatio reduci pot-
virtutis ad effectum, vocantur instrumenta. stantiam. instrumento natura sua ad hanc aetionem est ad, genus causae materialis seu disposi-
Et praeterea specíaliter probatur in prae- 2. Quod autem virtus accidentalis non instituto et habente connaturalem virrutem tivae, quo modo phantasma determinat ac-
senti, quia si tale instrumentum non eSliler possit esse naturale ins:trumentum crearlo- im.trumentariam ad creandum, nulla esset aut tionem intellectus agentis ad talem speciem
accidens, esset aliqua substantia. Cuius ergo rus, eadem fere ratione probari potest quae in conclusione aut in ratione eius difficul- producendam. Neutro aurem ex his modis
esset instrumentum in creatione? Non sui de principali virtute facta esto Nam mQdus taso Nam quod ohüci potest contra illam potest creatura naturali virrute cooeurrere
ipsius, ut constat; nec etiam alterius sub- connaruralis agendi esse debet proportiona- rationem, saepe actionem instrumenti non ad creationem ut instrumentum. Non qui-
stantiae crearae, quia nuUa est quae sit prin- tus modo essendi formae, sive agat ut vir- esse aliam ab accione principalis agentis, et dem introducendo dispositionem praeviam,
cipaIe agens ad creandum, e1: instrumentum tus principalis sive u.e instrumentada, quia tunc instrumentum non operad dispositive quia huiusmodi aerlO" semper supponit sub-
1:
",r _

506 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección 1lI 507

pone un snjeto que debe disponerse, lo cual repugna a la creación; tampoco cir: Por tanto, si nada obrase allí (sobreentiéndase: el instrumento) mediante
determin~do, mediante algo que I~ sea propio, la acción del agente principal, 10 que le es propio, en vano se emplearía para obrar. Y no sería preciso que hu-
ya que nmguna forma creada, segun su modo propio y connatural de obrar biese instrumentos detenninados para determinadas acciones. Esta razón, pues,
guarda proporción con la producción de la nada, por lo cual no puede deter~ -es excelente en el caso de los instrumentos natUrales, que por sí mismos están
minar tal acción concurriendo a ella según algo que le sea propio. ordenados y determinados y son necesarios para sus efectos. Pero tal demostra-
4. Así expuesta, esta razón puede acomodarse también a las causas segundas ción no tiene fuerza ningUna en el caso de los instrumentos divinos~ por ser
principales, y en ese sentido cabe afirmar que éstas obran dispositivamente en muy cierto que los instrumentos no están determinados, sino que son indiferen-
orden a los efectos de la causa primera, en cuanto determinan la acción de la tes y cuasi universales en virtud de la potencia obediencial; y son determinados
~sma mediante sus disposiciones propias. Esta razón, eri:J.pe~o, no bastará por 2 determinadas acciones por la voluntad divina y por una elevación o concurso
SI sola acerca de ellas, SI no se supone demostrado por otra parte que las virtu- especialisimo. Por eso tales instrumentos no son, en verdad, necesarios, ya que
des ?e las causas se~undas no pueden ser por su naturaleza suficientes o pro- Dios puede producir igualmente sin ellos los mismos efectos; mas no por esto
porcIOnadas~ en su genero, para producir un efecto de la nada, porque de ahi Ee dirá que son superfluos, porque, además de obrar verdaderamente cuando
i: son elevados y asumidos, no son elevados para obrar si no hay un fin y un mo-
:,1 sólo es pOSIble probar que ellas no pueden determinar el concurso de la causa
I prim,era a tal acc!ón. Antes a! contrario, esa razón, aplicada a los instrumentos tivo razonable.
!
propIOS y entendida de la manera expuesta, supone demostrado que la virtud 6. El Maestro de las Sentencias no defendió un instrumento natural de la
creada no puede ser principio principal de la creación. Porque se funda sobre creación.- Pero, aunque parezca que la razón y el argumento no concluyen más,
todo en que el instrumento, en aquello que obra dispositivamente o (valga !a sin embargo, todos los discípulos e intérpretes de Santo Tomás entienden su
e~resión). deter~na~vamente mediante lo que le es propio, se comporta como opinión en sentido más genera!, a saber, que la criatura no puede concurrir a
SI fuese vtrtud prmclpal, por lo que respecta a obrar según el modo connatural la creación ni siquiera como instrumento elevado por la virtud divina. Y, en
y proporcionado a tal naturaleza. verdad, Santo Tomás lo da a, entender suficientemente cuando rebate allí la opi-
5. Añádase, además, que si sólo consideramos el razonamiento de Santo nión del Maestro. En efecto, el Maestro no habla dicho que la criatura pueda
:1
Tomás en el artículo citad?, parece que no puede tener validez en otro sentido, ser instrumento natural de la creación, sino por ministerio divino; porque tra-
r,] ~ no ser con respecto al mstrumento connatural. En efecto, este principio: el taba de los sacramentos en cuanto son instrumentos divinos, según aparece cla-
,;r Instrumento, mediante algo que le es propio, obra dispositivamente en orden al ramente en In IV, disto 5. Por ello, el mismo Santo Tomás, en ni, q. 13, a. 2,
'1
efecto del agente principal no es necesario ni verdadero en otro sentido, supues- distinguiendo expresamente entre la virtud natural y el instruroento de la gracia,
ta la doctrina más común acerca de los instrumentos divinos elevados sobre- niega que la criatura pueda ser instrumento de la creación p de la aniquilación;
naturalmente para. las obras de justificación, transustanciación y otras semejan- lo mismo sostiene en II cont. Gent., C. 21; Y son de igual parecer todos los
tes; porque esos mstrumentos no obran nada por su propia virtud en orden al teólogos que impugnan la opinión del Maestro, como Alberto, Escoto, Enrique
efecto de la causa principal, según se ha tratado por extenso en los tomos I y Egidio, en los lugares citados en la sección anterior. Con todo, esta contro-
y In de la ni parte. Este sentido queda confirmado de manera suficiente por versia, en cuanto atañe al instrumento sobrenatural, debe estudiarse en TeoIo-
la demostración que Santo Tomás da inmediatamente de aquel principio, al de-
lius prinClpu, quam scatim D. Thom. sub- quamquam ratio et discursus non videatur
iectum quod disponendum sic~ quod repug- ponic probaturn quod virtus creata non pos- iungic, dicens : Si igitur nihit ibi afferet amplius concludere, omnes tamen discipuli
nac creationi. Neque etiam determinando sit esse principale principium creandi. Nam (suppIe, instrumentum) secundum id quod et interpreces D. Thomae inrelligunt gene-
per aliquid sibi proprium actionem princi~ in hoc maxime fundatur quod instrurnen- est sibi proprium, frustra adhiberetur ad raIius eius sencenriam, nimirum creaturam,
palis agentis, quia omnis forma creata~ se- tum~ quantum ad id quod dispositive ve! agendum. Nec oporteret esse determinata etiam ut instrumentum elevatum divina vir-
cundum proprium et connaturalern modum (ut ita dicam) determinative operatur per instrumenta determinatarum acttonum. Haec tute~ non posse concurrere ad creationem.
agendi, non habet proportionem cum actio~ id quod esc sibi proprium, ita se gerit ae enim ratio oprima est in instrumeotis ;natu- Et certe D. Thomas~ cum ibi sementiam
ne ex nihilo, et ideo non pocest secundum si esset vircus principalis quantum ad hoc rae~ quae per se ordinata, determinata et Magistri impugnat~ jd satis significaL Nam
aliquid sibi proprium decerminare huiusmo- quod est operari secundum modum conna- necessaria sunt ad suos effectus. In instru- Magister non dixerac creaturam posse esse
di actionem ad iDam concurrendo. turalem et proportionatum cali naturae. menÚs autem divinis nullam vim habet iDa nacurale instrumentum crearionis, sed per
4. ratio sic exposita potest accom- 5. Adde si solum discursum quia verissimum esj: instrumenta divinum miniscerium; agebat enim de sa-
non non esse decerminaca, sed indiffe~ cramenris quatenus sunt divina instrumenca,
les, quae in eo sensu dici possunt operari posse procedere in sensu, nisí rentia et quasi universalia per potentiam U[ patec in IV, disco 5. Unde idem D.
dispositive ad effectus primae causae~ qua- de instrumento connaturali. Nam iDud prin- obedientialem; determinantur autem ad de~ Thom., III, q. 13~ a. 2~ distinguens expres~
tenus per proprias virtuces decerminant ac- ci~ium ~ml~~entum per aliquid sibi pro- terminaCas actiones per divinam voluntacem se inter virtutem naturae eC instrumenrum
tionem eius. Tamen in eis ratio haec per pnum d¡spoSlttve operatur ad effectum prin~ eC elevationem seu specialissimum concur~ gratiae, negat creaturam posse esse instru-
se sola non sufficiet nisi supponatur aliun~ cipalis agentis non est in alio sensu neces- sumo Quare calia instrumenta non sunt qui-
mentum creationis vel annihilationis; idem
de probatum virtutes causarum secundarum sarium aut verum, supposira communiori dem necessaria; nam sine illis aeque potest
non posse esse natura sua sufficientes seu Deus eosdem effectus facere; non tamen in II COD[o Gent.~ c. 21, eC in eadem sen-
docttina de divinis instrumentis supernacu- cenria sunt omoes theologi qui sententiam
proportionacas in suo genere ad effectum ex raliter elevatis ad opera iustificationis~ ttan- propterea dicentur esse frustra~ quia et quan-
nihilo producendum, quia binc solum pro- do elevancur et assumuntur J vere agunt, et Magistri impugnant, ut Albert., Scot., Hen-
substanriationis ec similia; illa enim instru-
bari potest non posse illas determinare con- menta nihil operantur per propriam virru- Don sine fine ej: causa ratiooabili elevantur rico et Aegid., loc. cit. sect. praecedenti. Ve-
cursum primae causae ad talem actionem. Cem ad effectum principalis agentis, uc· in 1 ut agant. rurntamen controversia haee, quacenus at-
Quin potius ratio illa, applicata ad propria et III tomo III partis late traccaCum esto 6. Sententiarum Magister non asseTuit tinet ad supernaturale instrumentum~ in
insttumenca et dic[O modo iotellecta, sup- Et hunc sensum satis confirmar probatio il- rzaturale creationis instrumentum.- Sed theologia examinanda est; existimo enim ex
1

L
I

[
Disputación XX.-Sección III 509
,
508 Disputaciones metafísicas
l'
trumentos divinos, sostenemos decididamente que esta aCClOn puede comuni-
gía, pues pieuso que no es posible decidirla en virtud de los principios propios carse -por e1e'vación a un instrumento creado. Porque tampoco la acción conver··
,):, ' de la creación. siva de toda la sustancia en toda la sustancia puede ser connatural a la criatura,
':: "

7. Efectivamente, si fuese verdad que la criatura no puede en m:mera al- ni como a causa principal ni como a instrumento; de manera semejant~, la ac-
guna ser elevada por la virtud divina a realizar con una verdadera aCCIón ~ísi~a ción sobre el espíritu, especialmente porque en él se produce una cualldad so-
algo que exceda su natural potencia y virtud, o que sólo puede serlo mediante brenatural, no Duede ser connatural al cuerpo; y, no obstante, una y otra es
alguna virtud recibida en ella, que tenga poder connatural para tal efecto- -cosa comunicada po; virtud divina mediante elevación.; luego lo mismo sucede con
que opinan muchos teólogos, y no sin probabilidad-, si esto (digo) es verdad, la otra acción.
se afirma bastante consecuentemente y muy bien que la criatura no puede ser 9. Se rebaten los inconvenientes que algunos infieren contra el instrumente
elevada para que sea instrumento de la creación; pero si Dios puede elevar a de la creación.- La segunda parte se pondrá de manifiesto fácilmente aplicando
la criatura para que, por su misma entidad y sin otra sobreañadida, produzca las razones aducidas acerca de la virtud principal y del instrumento connatural,
un efecto que sobrepase su virtud natural, lo que yo considero más probable 'y considerando que no tienen validez en el caso del instrumento por elevación.
(pues pienso que de esa manera eleva al agua para producir la gracia, y al fuego Pues lo que rucen algunos que se ~igue, a saber, que tal instrumento posee
para atormentar a los espíritus, y a las palabras para transustanciar), si esto .-re- infinita virtud y perfección, no se sigue de ningún modo; porque la ac~ión de
pito- es cierto, no entiendo con qué razón pueda negarse la consecuenCia de este instrumento no se considera por su perfección, sino por la perfeCCIón del
que Dios puede utilizar una criatura como instr~ento .para. crear otra. ~orque primer agente y la potencia obediencia! del instrumento. Por ello, en esta clase
tampoco _se asigna una razón suficiente de la diferenCIa nl se aduce nmguna de instrumentos no es necesaria una realidad más perfecta para un efecto o una
razón especial probativa de que esto es imposible. acción más perfecta. Ni puede hacerse aquí la gradación de que para producir
8. La primera parte es evidente, pues la única diferencia parece consistir una cosa de una potencia. mayor se requiere mayor virtud; porque con el mis~
en que la creación no es una acción a partir de un sujeto, como son las otras mo insttumento puede Dios educir la forma de un sujeto, por mucha resistencia
acciones. Pero, en primer lugar, esta diferencia no es universal, ya que tampoco que oponga. Finalmente~ cabrá aducir la misma razón acerca del instrumento de
la transustanciación es una acción a partir de un sujeto, según enseña Santo la transustanciación, pues también se requiere una perfección infinita para tran-
Tomás, III, q. 75, a. 8. Y el que en la transustanciación se presuponga algo sustanciar por virtud propia o connatural.
como materia remota y como término a qua, o bajo otra relación semejante, nada 10. Además, no es apremiante lo que otros dicen que se sigue: que algo
importa, en verdad, para que resulte menos contradictorio el concurs~ de ll!1 puede ser asumido como instrumento para crearse a sí mismo. P:ues, en primer
instrumento creado a esa acción que a la creación. Además, por esa dtferenCIa lugar, negamos que se siga eso rigurosa y propiamente; porque, para que algo
no se demuestra, sino que se supone lo que hay que demostrar. En efecto, del sea instrumento físico, debe suponerse necesariamente que existe y, por tanto,
hecho de que la creación es una acción sin sujeto se infiere muy bien que no se supone su creación, para la cual no ~udo é~ ser instrumento. Ahora. bien,
puede ser connatural a la criatura, ni como virtud principal. ni como ins~u~ esa razón tendría alguna fuerza contra qUIenes dicen que una cosa no eXIstente
mento; sin embargo, a pesar de eso, por una razón proporclOnsl a otros ms- puede ser instrumento físico; pero consideramos improbable esa opinión. Por
ello, aunque en virtud de la creación no resulte contradictorio que cualquier
propriis principüs creationis non posse de- creandum aliam. Quia neque sufficiens ratio
finiri. differentiae assignatur neque affertur spe-
7. Nam si verum esset creaturam aut cialis aliqua ratio qua hoc probetur impos- vina contendimus hanc actionem posse eom- est necessaria res perfectior ad perfectiorem
nullo modo posse elevari divina virtute ad sibile. mun'icari instrumento creato per elevatio- effectum vel aerionem. Neque hic potest
agendum aliquid vera accione physica quod 8. Prior pars patetJ nam unica differen- nem. Nam etiam actio conversiva totius fieri illa gradatio quod ad producendurn rem
suam naturalem potentiam et virtutem ex- tia esse videtur quod creatio non est actio substantiae in totam substantiam non potest de maiori potentia maior virtus requiritur;
cedat~ aut nonnisi per virtutem aliquam in ex subiectoJ sicut sunt aliae actiones. Sed esse connaturalis crearurae neque ut prin~ nam eodem instrumento potest Deus edu-
ipsa receptam quae connaturalem vim ha- haee differentia imprimis non est universa- cipali causae neque ut instr.ument~;. a~o c~re formam ex subiecto quanturnvis resi-
beat 3d talem effectum, quod multi theo- lis; nam etiam transubscantiatio non est similiter in spirirum, praeserum qwa 10 illo stente. Denique eadem ratio fieri posset de
Iogi opinantur, et non improbabiliter, si hoe actio ex subiecto 1, ut docet D. Thom., IIIJ fit supernaturalis qualitas J non potest esse instrumento transubstantiationis; oam etiam
(inquam) est verum, satis consequenter e! C!. 75J a. 8. Quod autem in transubstantia- connaturalis corpori; et tamen utraque com- ad transubstantiandum virtute propria vel
optime dicitur non posse creaturam elevan tione supponarur aliquid ut materia remota municatur divina virtute per elevationem; connaturali requiritur infinita perfectio.
ut sit instrumentum _ereationis; si autem e:: ut terminus a quo, vel sub alia simili ergo idem est de altera actione. 10. Rursus non urget quod alli alunt ~e­
test ele::olar@ Gl'@atlH'am. yt.....per suam habitudine,-nihil-----sane--refel't-at-mi-nus---re- 9. Inámvenienna ab aliquibus illata con~ quiJ posse aliquid assumi ut instrumentum
met entitatem absque alia superaddita effi- pugnet instrumentum creatum concurrere tra creationis instrumentum retunduntur.- ad creandum seinsum. Primum enim nega-
ciat effeetum exeedentem virtutem suam na- ad. illam actionem quam ad creationem. Altera vero pars constabit facile applicando mus id sequi in -rigore et proprietate; nam
turalem, quod ego longe probabilius iudico Deinde ex illa differentia non probatur, sed rationes factas de virtute principali et de ut aliquid sÍ! instrumentum physicum, ne-
(sic enim existimo elevare aquam ad effi- sumicur quod probaodum esto Ex hoc enim
!~ .
ciendam gratiam, et ignem ad torq~endos
spiritus, et verba ad transubstantiandum),
si hoc (ioquam) est verum, non video qua
quod creatio est actio sine subiecto optime
infertur non posse esse coonaturalem crea-
turae neque ut principali virtuti neque ut
instrumento connaruraliJ el: considerando
non procedere in instrumento per ele.vatio-
nem. Quod enim quidam aiunt seqwJ tale
scilicet instrumentum habere in:finitam vir-
cessario debet supponi existens, et ideo sup-
ponitur crearlo eius~ ad quam ipsum non
potuit esse instrumentum. Haberet autem
illa ratio nonnullam vim contra eos qui di-
ratione consequentia negad valeat, posse instrumento; [amen, hoc non obstante. ex tutem et perfectionem, minime sequitur; cunt rem non existentem posse esse phy-
,. Deum uti una creatura ut instrumento ad proportionali ratione ad alia ins.trumenta di- nam aerio huius instrumenti non attendirur sicum instrumentum; illam tamen senten-
'1 eK perfectione eius, sed ex perfectione primi tiam improbabilem eensemus. Quare, licet
:r. Haec est sententia Magistri in· IV., q. 5, quam secutus est D. Thom. ibi, q. 1,.
J: a. 3, quaestiunc. 3, ad 4, et eamdem 'defendii: In 11, disto 1, '1.. 1, a. 3; Gab. J In IV, agentis et potentia obedientiali instrumenti. ex vi creationis non repugnet quamcurnque
,1 Unde in hoc ordine instrumentorum non creaturam fieri per ll?-strumentum creatumJ
disto IJ q. 1, a. 3, dub. 3.
;:·'
1e
"
..--
!;
l'

1,

1:"
510 Disputaciones 'Disputación XX.--Sección IV su
'Ii
criatura sea producida mediante un instrumento creado, no obstante, por la con.. "corresponde a la eficacia de la virtud ~vina, igual que, invers~mente~ ta~bién
dición presupuesta y preexigida para obrar, es contradictorio que una misma pertenece a la misma eficacia el que DIOS no pueda hacer mediante la crlaMa
cosa sea instrumento de su primera creación. Y esto es evidente argumentandO' nioguna cosa que no pueda hacer por sI solo. En cambio, hablando de las ac-
en forma semejante acerca del instrumento de la generación o de la educción,; ciones, hay muchas que son propias de Dios de tal modo que no. pueden. pr.oce-
porque nadie negará que Dios pueda usar la gracia existente en Pedro para pro- der de la criatura, como es "la misma acción de crear sólo con VIrtud prmclpaI.
'¡,
ducir la gracia en Pablo; pero negará que pueda utiIizarla para producirla a Pero esto no es exclusivo de Dios; porque también la acción de la criatura,
f.o cuanto tal, no puede ser realizada sio ella ni mediante otra criatura. Explica-
ella misma, no por la repugnancia de tal acción instrumental considerada en ab-
soluto, sino por la antedicha presuposición de la existencia para obrar. Por ello, remos la razón de esto en la sección siguiente, donde también señalaremos otra
razón por la que otros afirman que es imposible un instrumento de la creación,
si es verdad que una misma cosa puede ser producida en dos veces o con dos. y demostraremos que es ioeficaz.
acciones totales, que terminan verdadera y propiamente en el ser de aquélla,.
no hay- inconveniente ninguno en conceder que una misma cosa ya creada pue-
da concurrir eficientemente a su nueva creación, de igual manera que la huma- SECCION IV
,nidad de Cristo concurre eficientemente a la transustanciación del pan en ella
misma; pero de esto tratamos en otro lugar. Por último, procediendo de igual SI LA CREACIÓN ES, EN LA C~IATURA, ALGO REALMENTE DISTINTO DE ELLA
modo por las razones antes aducidas, fácilmente se pondrá de manifiesto que
no tie¿e lugar en este género de concurso o efectuación por potencia obedien- 1. Hasta ahora hemos tratado casi exclusivamente de la potencia creadora,
cial. y al mismo tiempo hemos explicado su efecto, en cuanto es el objeto o término
11. Si hay alguna acción exclusiva de Dios, de suerte que no pueda comu- al que esa potencia dice relación, al menos según nuestro modo de concebir;
nicarse a la criatura.- Pero algunos tienen por gran inconveniente el que no falta decir en qué consiste la acción misma, esto es, la creación.
exista ninguna acción ad extra que Dios no pueda comunicar a las criaturas;
porque si hubiese alguna, sería sobre todo la creación. Mas yo considero que Diferentes opiniones
ni la consecuencia es necesaria ni el consecuente, rectamente entendido, es in-
conveniente. Porque podría decir alguno que la acción por la que se realiza la 2. Primera.- En esta cuestión encuentro tres modos posibles de expresar-
unión hipostática es más elevada y más incomunicable a la criatura; y también se. El primero es que la creación, en cuanto. acción, no e~ ~go ~n la criatura,
que en los tesoros de la potencia divina hay otros modos de acciones que por sioo que en el mismo creador es el acto nusmo de la di.vma voluntad o ?~l
otros títulos superan a la creación; pues, aunque la creación sea la primera de imperio divioo, por el que produce las cosas ad extra. Y digo en cuanto acclOn
todas y como el fundamento de las otras, no es, empero, la mayor de todas. porque en cuanto relación, que supone la acción ya termioada .y es resultado
Además, una cosa es hablar de las acciones, y otra de las cosas que se hacen del término de la misma, se dice que la creación es algo en la Cf13tura, a saber,
mediante las acciones; así, pues, hablando de las cosas hechas, no hay incon- cierta relación real al creador. Se estima que ésta es la opioión de Santo To-
veniente alguno en que Dios pueda obrar mediante la criatura, como mediante más, en 1, q. 45, a. 3, al que exponen en este s.e,ntido Cayetano .~ otros tomis-
un instrumento, todo lo que puede realizar por su sola virtud; antes bien, estO' tas. La razón de Santo Tomás es que la creaClOn no es mutacron; luego no
puede ser en la criatura nada más que una relación. El antecedente es mani-
tamen~ ex conditione praesupposita et prae- cum in hoc genere concursus vel effectioDÍs-.
requisita ad agendum, repugnat rero eam- per potentiam obedientialem. est; quin potius hoc spectat ad e~ficac:ita­ tum dus, quatenus est obiectum seu ter-
dem esse instrumentum suae primae crea- Il. An sir: aetio aliqua Dei propria. Uf" tem divinae virtutis, sicut e contrarIO euam minus ad quem illa potentia dicit habitu-
tionis. Quod est evidens argumentando in nulli possit creaturae communicari.- Aliql.Ül ad eamdem efficaciam pertinet u! nullam dinem, saltem nostro modo concipiendi;
simili forma de instrumento generarionis seu vero magnum inconveniens dueunt qUOQ, rem possit Deus facere per creaturam quam superost ut dicamus de actione ipsa seu
eductionis; nemo enim negabit posse Deum nulla si! aetio ad extra quam Deus non pos- non possit facere se solo. Loquendo autem creatione, quid sito
uti gratia existente in Petro ad producen- sit eommunieare ereaturis, nam si quae es- de actionibus, multae sunt ita Dei proDriae
ut non possint esse a creau;rra, sicut. es~ iP.- Variae sententiae
daro gratiam in Paulo; negabit tamen posse set, esset maxime creatio. Sed ego nec con-·
iJIa uti ad seipsam non oh sequentiam censeo nec conse- samet actio creandi sola v!rtute prlDClpah. 2. Prima.- lo qua re tres invenio esse
Hoc vero non est proprium Dei; nam etia~ posse dicendi modos. Primus est creario-
creaturae-urtalis est, non potest fier! nem in ratione actionis non esse aliquid in
per se sumptae, sed ob praedictam praesup-
qua fit unio hypostatica esse altiorem ma- sine illa oec p~r aliam creaturam. CÍJil~_S re~ creatura, sed in ipso creatore esse ipsum-
l' positionem existentiae ad agendum. Quocir-
ca, si verum est posse eamdem rem bis seu gisque incommunicabilem creaturae; item- rodonem explicabimus sectione sequentl, Ubl
etiam attingemus rationem aliam ob quam
met actum divinae voluntatis aut divini im-
perii, quo res ad extra producit. Dico au-
duabus totalibus actionibus produci vere que in thesauris divinae potentiae esse alios·
modos actionum quae alüs titulis superaoC- alii dicunt esse impossibile instrumentum tero in ratione actionis, nam in ratione re-
ac proprie terminatis ad eius esse, nullum creationis, et inefficacem esse ostendemus. !ationis, quae supponit actionem iaro ter-
ese inconveniens concedere eamdem rem creationem; nam, lieet creatio sit omnium'
prima et quasi fundamentum aliarum. noD' rninatam et resultat ex termino eius, creatio
¡am creatam posse eoncurrere effective ed SECTIO IV aliquid esse dicitur in creatura, scilicet, re-
est tamen omnium maxima. Rursus aliud est
sui recreationern, sicut hwnawtas Chrisu loqui de actionibus, aliud de rebus quae per" AN CREATIO SIT ALIQUID IN CREATURA DI- ¡ario quaedam realis ad creatorem. Haee
concurrit effective ad traosubstantiationem actiones -fiunt; loquendo ergo de rebus fao. STINCTUM EX NATURA REI AB IPSA censetur esse sentencia D. Thom., 1, q. 45,
panis in ipsam; de quo alias. DeDique. eo- tisJ nuUum est inconveniens quod pos9it:" a. 3, quem ita exponit Caietan. et alü tho-
dem modo procedendo per rationes supe- Deus per creaturam, ut per instrumentum. 1. Hactenus fere solum diximus de po- mistae. Ratio D. Thomae est quia crearlo
rius factas, faelle constabit non habere 10- agere quidquid sola sua virtute facere pot-- tenria creandi, simulque declaravimus effec- non est mutatio; ergo nihil esse potest in
--------------------------

512 Disputaciones metafísicas


Disputación XX.-Sección IV 513
fiesto, pues la mutación se da sobre algún sujeto, como consta por la definición
de movimiento; pero la creación no se da sobre un sujeto, como consta también produce inmediatamente y por sí todos sus efectos, y no mediante acción al-
por la definición que de ella hemos dado anteriormente. Santo Tomás, en I, guna. En segundo término, porque, de 10 contrario, la potencia de Dios sería
q. 45, a. 2, demuestra la primera consecuencia porque la acción y la pasión principio, no sólo de su efecto, sino también de su acción, cosa que niega San-
convienen en la sustancia del movimiento y difieren según las diversas relaciones to Tomás en 1, q. 25, a. 1, ad 3. En tercer lugar, porque la acción transeúnte
al agente o al paciente, según se desprende del lib. m de la Física, texto 20. rs el complemento de la potencia activa; mas Dios no puede tener el comple-
Luego, eliminado de la creación el movimiento, no puede quedar nada a no ser mento de su potencia en la criatura, ya que en otro caso dependería de ella;
una relación, bien de la criatura al creador, bien del creador a la criatura. luego.
3. En segundo lugar, porque la creación no puede ser una acción formal- 6. Segunda.- La segunda opinión afirma que la creación es algo fnera
mente transeúnte; luego es formalmente inmanente en el creador y puede lla- de Dios, aunque no es algo realmente distinto de la criatura que se crea, y así,
marse virtual o eminentemente transeúnte, porque tiene poder para poner el efecto propiamente no se da en ella sino según la razón, si bien real y esencialmente
',! ad extra, lo cual conviene muy bien al acto de la voluntad o imperio divino. La es la criatura misma, es decir,' que la creación del hombre es la misma esencia
consecuencia es cIara, ya que no existe ningún medio entre aquellos dos miem- del hombre, y la creación del ángel la esencia del ángel, y así en los demás
bros. El antecedente se prueba porque la acción transeúnte es un accidente y, casos. Para poner la creación en la cosa creada, se funda esta opinión en que
en consecuencia, requiere necesariamente un sujeto_; pero la creación no requiere la acción en cuanto acción debe encontrarse necesariamente en su término, ya
un sujeto; luego no puede ser un accidente; luego DO puede ser una acción sea por identidad, ya de algún otro modo; porque la acción no· es sino la de-
transeúnte. pendencia y emanación del efecto con respecto a la causa; pero la dependencia
4. De ahí argumento, en tercer lugar, que toda aCClOn tiene prioridad na- debe darse necesariamente en la cosa que depende. Más adelante demostrare-
tural sobre su término; luego la creación también es naturalmente anterior a la mos por extenso este principio, pues es plenamente verdadero. Ahora bien, para
cosa creada; luego no puede darse en la cosa creada, sino en el creador. Esta afirmar la presente opinión que la creación no se distingue en manera alguna
última consecuencia resulta evidente, porque es imposible entender la creación de la cosa creada, a no ser por la razón, puede fundarse, en primer lugar, en
en cuanto acción extrínseca a Dios y anterior a la cosa creada, ya que acerca la proposición general de que ninguna acción se distingue realmente de su tér-
de 10 primero no se entiende en quién o de qué modo existe, y no puede con- mino, sino sólo conceptualmente. Y en tal sentido puede atribuirse esta senten-
cebirse una acción, en cuanto acción, subsistente en sí sola y como por si cia a los nominalistas, los cuales no ponen una acción intermedia según la rea-
misma. lidad entre el efecto y la causa, como puede verse en Ockam, In 11, q. 9, y en
5. En cuarto lugar, los tomistas argumentan que no sólo la creación, sino Gregorio, In 11) disto 1, q. 4 Y 5, quien añade, en la q. 6, que la creación se
tampoco ninguna acción de la potencia divina puede ser transeúnte con respecto encuentra en la criatura o que, más bien, es la criarura misma..
3 ésta, ni puede darse nunca una acción intermedia entre la potencia de Dios 7. En segnndo término, puede fundarse esta opinión en la peculiar razón
y su efecto, que sea distinta de la potencia de Dios; luego mucho menos po- de creación, a saber, que es una acción de la nada, y por ello no puede' ser un
drá darse esto en la creación. El antecedente se prueba, en primer lugar, por- accidente, sino una sustancia o por modo de sustancia, si por ventura se crea
que la virtnd divina se halla intimamente presente en todos sus efectos; luego un accidente separado. Pueden ayudar a confirmar esta opinión los argumentos

creatura nisi relatio. Antecedens patet, quia subiectum; ergo non potest esse accidens; omnem suum effectum. et non media ali.. effectus a causa; dependentia autem neces ..
mutatio est circa aliquod subiectum, ut ex ergo non potest esse actio transiens. qua actione. Secundo, quia alias potentia sario esse debet in re quae pendet. Quod
definitione motus constat; creatio autem non - 4. Unde argumentar tertio, nam omnis Dei non solum esset principitun sui effec- principium inferius late probabimus, est
est cUca subiecturn, ut etiam constat ex de- actio est prior ...natura suo termino; ergo tus, sed etiam suae actionis, quod tamen enim verissimum. Ut autem affirmet haee
finitione eius supra tacta. Primam vero con- creatio etiarn est natura prior re creat"}; negat D. Thom., 1, q. 25, a. 1, ad 3. Ter- opinio creationem non distingui ullo modo
sequentiam probat D. Thom., 1, q. 45, ergo non potest esse in re creata, sed in tio, quía actio transiens est complementum nisi secundum rationem a re creata, primum
a. 2, quia actio et passio conveniunt in sub- creatore. Patet haec ultima consequentia,

1 1' potentiae activae; sed non potest Deus ha- fundari potest in generali propositione quod
stantia motus et differunt secundum habi- quia impossibile est intelligere creationem bere complementum potentiae suae in crea- nulla accio distinguitur in re a suo termino,
tudines diversas ad agens ve! passum, ex ut actionem exua Deum et priorem quam
\ In Phys., texto 20. Ergo ablato motu a rem creatam, quia in illo priori non intel-
tura, alias penderet ab illa; ergo.
6. Secunda.- Secunda sententia est
sed ratione tantum. Et hoc modo potest
haee sententia tribui nominalibus, qui non
1.'I cteatione nihil potest remanere nisi relado, ligitur in qua aut quomodo sit, et non pot- creationem esse aliquid extra Deum, tamen ponunt actionem mediam secundum rem
!l'-______-"v"e=l"crc=e".=tur=."e--,o.d"--c"'r"e.....to..rc'"e..m'---v..e..l_c'"r"e.....to..r"'is'--'.::d'-----"l!L~lllCl·'pLactiO,-----.llLact;io, jn se_sola et in re non esse aliquid distinctum _a crea- ioter effectum et eausam, ut videre est in
creaturam. quasi per se subsistens. tura quae ereatur, et ita proprie non esse üchamo, In n, q. 9, et Greg., In 11,
3. Secundo, quia creatio non potest es- 5. Quarto argumeótantur tbomistae quia in illa nisi secundum rationem, realiter :tR- disto 1, q. 4 et 5, qui in q. 6 subdit crea-
se actio transiens formaliter; ergo est for- men et essentialiter esse ipsammet creatu-
maliter irnmanens in creante et dici potest non solum crearlo, verum neque ulla actio tionem esse in creatura, seu potius esse ip-
vutualiter seu eminenter transiens, quia vim. divinae potentiae respectu illius potest esse ram, videlicet creationem hominis esse ip- sam creaturam.
habet ponendi effectum ad extra, quod qua- transiens, neque unquam potest dari actio sam essentiarn hominis, et creationem an- 7. Secundo potest haee opinio fundari
ruat oprime in acturn divinae voluntatis veI media ínter potentiarn Dei et effectum dus, geli essentiam angeli, et sic de alüs. Haec in speciali ratione ereationis, scilicet, quod
imperii. Consequentia est clara, quia inter quae sit distincta a potentia Dei; ergo mul- sententia, Ut ponat creationem in re creata, sir actio ex nihilo, et ideo non possit esse
fundatur in hoc quod actio, ut actio, ne- accidens, sed substantia seu per modum
illa duo membra nullum est medium. Ante- to minus hoc dari poterit in creatione. An-
cedens vero probatur, quia actio transiens tecedens vera probatur primo, quia divina
cessario debet esse in suo termino, vel per suhstantiae, si ~fortasse accidens separatum
identitatem vel aliquo alío modo, quía ac.. creetur 1. Et ad hoc confirmandum iuvari
est accidens, et consequenter ex necessitate virtus est intime praesens jn omni effecru tia non est nisi dependentia et emanatio potest haee sententia argumentis prioris opi-
requirit subiectum; sed creatio non requirit suo; ergo irnmediate et per se producit
1 Guliel. de Rubion., In 11, disto 1, q. 1.
33
.. 1

"
,, I
' 514 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección IV 515

d~ la sentencia anterior, especialmente el tercero. Y puede confirmarse porque 9. De este fundamento se infiere (hablando en consecuencia con la presente
Si la creación fuese en la criatura algo distinto de la misma y como intermedi~ opinión) que en toda cosa creada se incluye alguna dependencia de Dios, total-
en~e e~a, y Dios, e~e algo, fuese lo que fuese, sería algo creado y hecho; pues mente inmutable e inseparable de la cosa creada, no sólo porque lo que es esen-
serIa distInto de DIOS y procedente de El; luego serla preciso establecer en cial es inmutable, sino también porque lo que no es distinto en la cosa no puede
el mismo una distinción entre él y su creación, y así se continuaría hasta el separarse permaneciendo esa cosa (pues en tal sentido hablamos). De ahí reo
infinito, o, si hay que detenerse en alguno, habrá que hacerlo en la primera suIta, en segundo lugar, que esta dependencia procede de Dios solo; porque
c~iatura. Para confirmar esto pueden valer los argumentos con que Escoto, In Il, toda dependencia de una criatura con respecto a otra es separable de la cria-
disto 1, q. ?, trat~ ~e probar que la creación pasiva (se refiere a la relación) no tura, sobre todo refiriéndonos a las cosas creadas, no a los modos de las cosas;·
es una realIdad distmta de la crIatura, argumentos que cita y resuelve Capréolo pues de esta manera es verdad que Dios puede por sí solo todo lo que realiza
en el mismo lugar, q. 2. mediante la criatura, o con ella, o en ella, o de ella. Y así, ·:oda dependencia
8. En tercer lugar, la presente opinión puede fundamentarse en la razón de la criatura en cualquier género de causa es accidental y mudable; pero la
esencial de creación en cuanto tal; porque pertenece a la esencia de la criatura dependencia con respecto a Dios solo es esencial e inmutable. Se infiere, en ter~
el depender del primer. ente; luego la dependencia por la que depende, además cer lugar, que esta dependencia de solo Dios es una creación en senti40 total-
de encontrarse en la crIatura misma, no es algo distinto de su esencia. Pero esta mente propio, por no implicar ningún orden a la causa material. En cuarto lu-
prime.ra y esencial dependencia del ente participado con respecto al ente por gar, parece que con ello se aduce una razón excelente de por qué la criatura
esenCIa es la creación; luego la creación no sólp se encuentra en. la criatura na puede concurrir a la creación, ni siquiera por modo de instrumento, pues
~s~a, ~ino que, además, no es o~a cosa que su esencia, por lo cual no puede precisamente por depender de una criatura distinta no sería esencial a otra
distmgwrse de ella en mayor medida que la esencia de cada cosa se distingue criatura, y así ya no sería creación.
de ésta. El primer antecedente es evidente, pues, así como pertenece a la esen- 10. T ercera.- La tercera opinión sostiene que la creación es algo en la
cia del primer ente el ser por esencia, y, consecuentemente, el ser por sí y no cosa creada, distinto de ella no realmente como dotado de entidad propia, sino
por .o~o, .~e igual modo compete a la es:ncia de todo otro ente el ser ente por eX natura rei como un modo de ella. Esta opinión, en la parte que respecta
parnclpacIOn y, por tanto, el ser dependiente de otro. Se demuestra la primera a la existencia de la creación en la criatura, es bastante común. La sostiene.·
consecuencia porque el depender es algo intrínseco a la criatura; luego le con~ Gabriel, en los lugares citados; Auréolo, citado por Capréolo, In 11, disto 1, q. 2,
viene por algo intrínseco; pero le conviene por la dependencia. Además, si el en el argumento contra la l.a. conclusión; Ockam, In 1, disto 43, q. 1; Tomás.
efecto formal es esencial, también 10 es la forma; pero el depender es como de Argentina, In 11, disto 19, q. 1, a. 1; Egidio, In 11, disto 1, p. 1, q. 3, a. 2,
el efecto formal de la dependencia; luego, si la criatura es esencialmente de- y en De esse et essentia, q. 7. Todos estos autores explican y aclaran también
pendiente, la dependencia misma pertenece a su esencia. Luego esto es suma- suficientemente que la creación no es una realidad enteramente distinta de la
mente verdadero acerca de la dependencia primera e inmutable en grado sumo; cosa creada; pero a veces la llaman asimismo creación pasiva y dependencia de
pero ésta es la creación, ya que --como decíamos arriba- ésta es la primera 1~ criatura con respecto a Dios, y en otras ocasiones le dan el nombre de crea"":
emanación del ente participable a partir del ente por esencia, y mediante ésta ción activa o acción transeúnte. Pero no explican suficientemente la distinción
puede cualquier criatura proceder de Dios solo. modal; es más, Egidio y algunos otros parecen negarla. Podría citarse en favor

9. Ex hoc autem fundamento infertur modum instrumenti, quía hoc ipso quod
nionis, praesertim tertio. Et confirmari pot- eius essentia, unde non magis potest ab illa penderet ab alia creatura non esset essen-
(consequenter loquendo iuxta hanc senten-
est, quia si creatio esset aliquid in crea- distingui quam essentia uniuscuiusque rei ah tiam) in omni re CIeata includi aliquam de- tialis alteri creaturae, et ita iam non esset
tura distmctum ab jpsa et quasi medians ipsa. Primum antecedens evidens est, quia creatio.
pendentiam a Deo, omnino immutabilem ~t
inter ipsam et Deum, illud quidquid esset, sicut de essentia priml entis est esse per inseparabilem .ah ipsa re creata, tum qUla 10. Tertia.- Tercia sententia est crea:-
creatum quid esset et factum; nam esset essentiam, et consequenter esse a se et non id quod est essentiale est irnmutabile, tum tionem esse aliquid in re creata, non qui-
distinctum a Deo et profiuens ab ipso; er- ah alío, ita de essentia omnis alterius entis etiam quia quod in re non est distinctum, dem reatiter ab illa distinctum tamquam ha-
go oporteret in illo creationem dus ab ipso ~st esse ens per parti.cipationem, et conse~ bens propriam .entitatem, sed ex natura rei
i ,
distinguere, et sic procederetur in infini-
tum~ vel si aliquo sistendum est, sistatur in
quenter esse dependens ah alio. Prima yero
Don est separabile manente illa re (ita enim
10<Juimur). Dnde fit, secundo, hanc depen- tt:mquam modum eius. Haec. opioio, quan-
probatur, quia dependere est dentiam esse a solo Deo; nam omnis de- tum ad eam partem de existentia creationis
prima c·eatura. Et ad hoc confirmandum pendentia unius creaturae· ab alia est sepa- in creatura, satis cemmuni~ esto Tenet eam
c:reaturae; ergo convenit
·au"- rabilis ·a·--creatura, praesertim loquendo de Gabc., cit. loc.; Aureol., cit. a Capr.) In 11;
¡, 11, disto rebus creatis, non de modis recum; nam disto 1, q. 2, in argum. como 1 concl.; Ocham,
passivam non esse per dependentiam. Rursus si effectus
"

fOl'malis est essentialis, etiam forma; sed hoc modo verum est posse Deum facere se In 1, disto 43, q. 1; Th. de Argent., In 11,
I ¡! rem distinctam a creatura, quae refert et solo quidquid facit per creaturam, vel cum disto 19, q. 1, a. 1; Aegid., In I1, disto 1,
solvit Capceol. ibi, q. 2. dependere est quasi effectus forma lis de-
pendentiae; ergo si creatura essentialiter est illa, 'Vel in illa, ve! ex illa. Atque ita omnis p. 1, q. 3, a. 2, et de Esse et essent., q. 7·;
8. Tertio potest haec sententia fundari
I in essentiali ratione creaturae u:t sic; nam dependens, dependentia ipsa est de essentia dependentia. a creatura in quovis genere
causae est accidentalis et mutabilis, depen-
qui omnes auctores satis etiam explicant et
declarant creationem non esse rem omnino
de essentia creaturae est ut pendeat a pri- eius. Ergo hoc maxime verum est de prima
dentia autem a solo Deo est essentialis et distinctam a re creata; interdum etiam vo-
mo ente; ergo dependentia qua pendet, et et maxime irnmutabili dependen tia; huius~ cant illam creationem passivam et depen:..
modi autem est creatio, quia, ut supra di- irnmutabilis. Tenio infertor hanc dependen-
est in ipsa creatura et non est aliud ah dentiam creaturae a Deo; vocant etiam
cebamus, haec est prima emanatio entis par~ tiam a solo Deo esse propriissimam crea-
eius essentia. Haec autem prima et essen- tionem, cum ad causam materialem nullum creationem activam seu actionem transeun-
:ti.alis dependentia entis participati ab ente ticipabilis ab ente per essentiam, C;!t. pec temo Distinctionem autem modalem non sa-
hanc potest esse quaelibet creatura a solo ordinem indudat. Quarto binc videtur op~
per essentiam est creatio; ergo creatio et tis explicant; irnmo Aegídius et nonnulli
Deo. tima ratio reddi ob quam non possit crea-
est in ipsa creatura et non est aliud quam tora ad creationem concurrere, etiam per alii negare videntur .. Posset in favorem huius
!!I
¡,.

I
_5_16_____________________-=Di~·sputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección IV 517
--------------------------------
de esta sentencia a Santo Tomás, In 1, disto 40, q. 1, a. 1, ad 1, donde llama
da que la luz tiene con respecto al sol es algo en la luz misma, e igual ecurre
a la creación acción transeúnte y la equipara a la acción de calentar; Santo
en cualquier efecto con respecto a una causa creada, según el modo de depen-
Tomás, empero, se expresa con gran ambigüedad en dicho pasaje; porque pa-
rece que, en toda acción transeúnte, pone la acción formalmente en el agente; . denda que tiene para con ella, ya sólo en la producción, ya también en la con-
y en el paciente sólo efectivamente o por modo de pasión; en este sentido r~ servación. Y, por la misma razón, si Dios solo iluminase el aire, la dependencia
interpreta Deza, In 1, disto 27, q. 1, notab. 1. Por eso también eayetano, 1, de esa luz con respecto a Dios sería algo en la luz misma; porque existe la
q. 25, 3. 1, dice que, si en Dios la potencia ejecutiva es conceptualmente dis- misma razón que para la dependencia con respecto al sol, o quizá mayor; luego
tinta del entendimiento y de la voluntad, no puede uegarse que la creación sea también la dependencia por la que la criatura depende en su totalidad de Dios
una acción transeúnte, y, a pesar de eso, afirma que aquella acción no es algo es algo en la criatura misma. La consecuencia es evidente, ya que, si en otros
distinto de la esencia de Dios, porque defiende con alcance universal que l. efectos la dependencia es algo en ellos, se debe a que la dependencia expresa
acción transeúnte se encuentra formalmente en el agente. Por eso hay que pre- un modo o condición del efecto, no de la causa; pero esta razón tiene igual
caverse contra esta ambigüedad de expresiones. validez, o mayor, en el caso de la dependencia total.
12. La dependencia de la criatura con respecto a.Dios es realmente distinta
'1' Resolución de la cuestión de ella.- Afirmo en segondo lugar: esta dependencia de la criatura con res-
,,1
pecto al creador no es totalmente idéntica a la criatura que es término de esa
11. Entre estas opiniones, me parece verdadera la última, tal como queda dependencia o creación, sino que es algo en ella, realmente distinto de la misma.
expuesta; mas, para explicar la doctrina y comenzar por lo que parece más Se prueba, en primer lugar, por paridad de razón, haciendo una inducción en
cierto, hay que decir, en primer lugar, que la dependencia de la criatura con todas las otras dependencias de lós efectos con respecto a sus causas eficientes;
respecto a Dios es algo que existe real e intrínsecamente en la criatura. Esta porque en todas la acción y, consecuentemente, también la dependencia se dis-
afirmación parece estar probada de manera suficiente en la tercera opinión, y no tingue realmente de su término, como se ha expuesto arriba y se tratará ex pro-
he leído a ninguno que la niegoe en estos términos, y todos la conceden en fesso más adelante, en el predicamento correspondiente; luego también la de-
términos equivalentes. Efectivamente, todos confiesan que la creación pasiva se pendencia ~ la creación será realmente distinta del término, pues sólo difiere
encuentra en la criatura, no sólo en cuanto significa la relación resultante (por- de las otras en que es una dependencia de la causa eficiente sin concurso. de la
que esto no es nada), sino en cuanto expresa la dimanación pasiva o la produc- materia o del sujeto; pero esta diferencia no tiene valor alguno para elinúnar
ción de la. criatura por Dios, ya se distingan estas cosas realmente, ya concep- la distinción, como quedará claro por lo que se ha de decir. Se· prueba, en se-
tualmente, pues ahora no tratamos de esto. Pero la dependencia no es más que' ,gondo término, porque esta dependencia es mudable y variable en la criatnra,
la emanación ·pasiva o creación, refiriéndonos a la primera dependencia con res- permaneciendo idéntica la cosa que se produce; luego se distingue realmente.
pecto a Dios solo, de la que abora tratamos. Y la razón estriba en que la de- La consecuencia se funda en el principio tratado arriba, en la disputación VII,
i pendencia de la criatura no es una denominación extrínseca en la criatura, antes
bien es una denominación extrínseca en Dios el hecho de que la criatura de-
seco 2, donde demostramos que hay un indicio cierto de distinción, ya sea real,
I ya al menos modal, cuando, de dos extremos reales, uno puede existir en la
':,

1
, penda de El; pero la criatura se dice dependiente por la dependencia; luego realidad sin el otro. Y esta es la señal principal por la que demostraroos en las
la dependencia es algo en ella, y no sólo en Dios. Tarobién, porque la dependen-

sententiae eitari D. Thom., In 1, disto 40, dentur incipiamus, dieendum imprimis est pendencia quam lumen habet asole aliquid ab ipsa. Probatur primo paritate rationis,
q. 1, a. 1, ad 1, ubi ereationem vocat ae- dependentiam ereaturae a Deo esse aliquid esr in ipsomet lumine, et ídem est in quo- inductione faeta in omnibus allis dependen-
tionem transeuntem et aequiparat illam ca- realiter et intrinsece existens in creatura. libet effectu respectu causae creatae, iuxta tiis effeetuum a suis causis efficiencibus;
lefactioni; tamen D. Thom. ibi valde ambi- Haee assertio suffidenter videtur probata in modum dependentiae quem ab illa habet, nam in omnibus aetio, et eonsequenter etiam
gue loquitur; nam in omni aetione tran- tertia sentencia, et neminem legi qui sub veJ in fied tantum vel etiam in conservari. dependentia, distinguitur ex natura rei a suo
seunte videtur ponere aetionem formaliter his terminis eam neget, et in aequivalen- Arque eadem ratione, si Deus solus illumi- termino, ut supra taetum est et infra in
. in agente, in passo vero solpm effective seu cibus omnes eam coneedunt. Omnes enim narer aerem, dependencia illius luminis B proprio praedieamento ex professo tractabi-
per modum passionis, er ita illum interpre- fatentur ereationem passivam esse in crea- Deo esset aliquid in ipso lumine; nam est tue; ergo et dependentia ereacionis erit in
tatue Deza, In 1, disto 27, q. 1, notab. 1. tura, non tantum ut signifieat relacionem eadem racio quae de dependencia a sole, ve! re distinera a termino; sotum enim differt
f,'--_ _ _ _ _....LLIK"'-..et.,·Lm....L;""ie"'c"...J.T,,....<ql--Cl2::>Sr,-"a....J'r,_'' ;U;t,,.....",,-i_.rr"eSSlI.u¡J.tta"'ntem..-Qllud_enim_nihil_~t-).,---sed - -ut forrasse maior; ergo eciam illa dependencia ab aliis quia est dependencia ab efficiente
qua Cieinura secundum se totam pendet n sine eoneursu materiae ve! subiecti; hoe
in Deo potentia exsecutiva est ratione di- dicit emanationem passivam seu fieri crea- autem discrimen nihil refert ad tollendam
Deo est aliquid in ipsa creatura. Patet
stincta ab intellectu et voluntate, negad non turae a Deo, sive haee re sive ratione di- consequentia, quia si in aliis effectibus de- distinctionem, u.t ex dieendis eonstabit. Se-
1:
posse quin crearlo sit aetio transiens, et stinguantur, nune enim hoc non agimus; cundo probatur, quia haee dependencia est
pendentia est aliquid in ipsis, ideo est quia
nihilominus ait illam aetionem non esse quid dependencia autem nihil aliud est quam pas- dependentia dicit modum ve! conditionem mutabilis et varia bilis in creatura, manente
distinetum ah essentia Dei, quia universa- siva emanatio seu creatio, loquendo de pri- effeetus, non causae; haee autem ratio ae- eadem re quae fi[; ergo distinguuntur a
liter tenet aetionem transeuntem formaliter ma dependentia a solo Deo, de qua nune que vel magis proeedit in dependencia to- parte reí. Consequentia fundatur in princi-
esse in agente. Quapropter eavenda est hae~- agimus. Ratio autem est quia creaturam de- pio supra traetato, disp. VII, sect. 2, ubi
talio
ambiguitas locucionum. \ pendere non est denominatio extrinseca in 12. Dependentia creatuTae a Deo, in re ostendimus hoe esse eertum signum distine-
Quaestionis resolutio 'd · sed potius in Deo est extrinseca~.
ereatura, ah ipsa distincta.- Dico secundo: JIaee de- tionis, ve! realis vel saltem modalis, sí ex
eoonunatio quod ab ipso creatuea depen- pendentia ereaturae a creatore non est om- duobus extremis realibus unum sine altero
11. loter has sententias, haec ultima, ut deat; sed erearura dicitur dependens a de- nino idem quod creatura quae est termi- a parte rei esse possit. Et hoc est praeci-
proposita est, vera mihi videtur; ut autem pendencia; ergo dependencia est aliquid in nus illius dependentiae seu ereationis, sed pl"lUm indicium quo in aliis aecionibus pro-
rem decIaremus, et ab üs quae cerciora vi- ipsa, et non tantum in Deo. Item quia de-
'1 est aliquid in ipsa, a parte rei distinetum bamus actionem distii:J.gui a parte reí a ter;..

I!
,..-
11
....----------------------------------------------------------------------------------I-~
1: I
I

518 Disputaciones metafísicas Disputación XX .-Sección IV 519


demás acciones que la aCClOn se distingue realmente del término. Se prueba el ducido por Dios mediante una causa segunda principal o instrumental, tam-
~ntecedente porque la dependencia por la que Dios conserva abora la cantidad poco hay dos dependencias, una con respe¡::to a Dios solo, que permanezca siem-
sin el sujeto en el Sacramento es distinta de aquella por la que conservaba la pre, y otra con respecto a la criatura, que cambie, según demostraremos a lo
misma cantidad en la sustancia del pan; pues la primera dependía de la ma~ largo de esta sección y repetiremos muchas veces en las dos disputaciones si-
teria, pero la otra no, sino que es por modo de creación; luego, si crease desde guientes; luego es necesario que toda la dependencia varíe sobre una misma
el principio la cantidad fuera del sujeto, y después la uniese al sujeto y la con- cosa. Por eso, siendo probable que, cuando se generan gusanos, o carne de ras
servase en dependencia de él, permanecería la misma cantidad sin la primera especies consagradas, se cree de nuevo bajo ellas numéricamente la misma ma-
dependencia de la creación; pues es improbable, como demostraré más abajo, teria prima que antes había existido en el pan, y siendo también probable
que en tal caso permanezcan simultáneamente dos dependencias totales; luego que se cree mediante la humanidad de Cristo en calidad de instrumento, en-
la dependencia de la creación es separable del término creado. Por tanto, lo que tonces, _aun cuando la materia prima que se crea sea la misma que existió an-
se muestra en este ejemplo debe entenderse 'en toda creación, no s610 porque tes, no obstante, su dependencia es diversa por el motivo indicado. Finalmente,
existe la misma-razón, sino también porque, si parece que esto entraña alguna si Dios aniquilase a un ángel y después lo crease de nuevo, no sería preciso que·
dificultad, se da en toda creación; y si falta en alguna realidad, faltará también la. dependencia fuese numéricamente la misma que antes había, pues, aunque
en todas. DI.OS pueda hacerlo, no tenemos por qué afirmar que es necesario; ya que, si una
13. Se demuestra la conclusión con ejemplos.- Mas no podemos aducir mIsma luz depende sucesivamente de diversos agentes mediante dependencias
ejemplos en el modo ordinario de creación de las sustancias, ya que tal crea- diversas, ¿por qué no puede Dios hacer que un mismo ángel dependa sucesiva-
ción es producida, siempre y en virtud de su. naturaleza, por Dios solo, y todo mente de El con dependencias diversas? Así, pues, todo esto demuestra de una
lo que es creado propiamente por Dios de la nada es conservado perpetuamente manera suficiente que hay alguna distinción real entre la dependencia de la
por la misma acción, como se dirá después, ya que esto es lo que exige la na- criatura y su término.
turaleza de la cosa. No puede, empero, tomarse de aquí un argumento de om- 14. Razón «a priori» de la conclusión.- En tercer lugar, la razón a priori
nímoda identidad e inseparabilidad; pues basta que, por intervención de un es que esta dependencia no pertenece a la esencia de la sustancia, de la cualidad
milagro u obra sobrenatural, pueda variarse la dependencia sobre la misma cria- o de la cantidad que depende, sino que es cierto camino para la misma. Esto
tura, ya que esto mismo no podría realizarse sin tllguna distinción real. Que se patentiza por la razón misma de sustancia, e igual ocurre en los otros casos;
ello sea posible por un milagro, puede explicarse (además del argumento adu- porque la sustancia, aunque sea creada, en su esencia es algo absoluto y sólo
cido), según la opinión probable de que la criatura puede ser instrumento de implíca esencialmente el existir en sí, y en las especies de la sustancia se en-
la creación, porque entonces puede Dios crear una misma cosa, bien por sí solo, tiende que la razón esencial queda completa con semejantes diferencias abso-
bien mediante un instrumento, y en ese caso las dependencias son diversas so- lutas, sin la relación trascendental que la dependencia actual incluye esencial-
bre una misma cosa; pues cuando crea mediante un instrumento, la dependen- ment~ ..Esto podría confirmarse porque no pertenece a la esenc!a de l~ criatura-j
cia es muy distinta de cuando procede de Dios solo, ya que, mediante ella, el el eX1stU' en acto; luego tampoco el depender en acto; esta inferenc13 es vá-
efecto depende simultáneamente de Dios y del instrumento creado, lo cual es lida según la opinión que distingue la existencia de la esencia en cuanto creada
ininteligible sin una dependencia nueva y distinta. Pues, cuando el efecto es pro- en acto; pero, según nues~a opinión, es menos eficaz. Que esta dependencia
causam secundam principalem ve! instru- successive pendeat diversis dependentüs?
mino. Antecedens autem probatur, quia de- huiusmodi creatio a solo Deo fit sernper et mentalem,. sunt ibi duae dependentiae, una Haec igitur omnia satis ostendunt esse ali-
pendentia illa qua nunc Deus conservat ex natura rei, et quidquid a Deo proprie a solo Deo, quae semper maneat, altera a quam distinctionem in re inter dependen-
quantitatem sine subiecto in Sacramento, creatur ex nihilo, perpetuo conServatur ea- creatura, quae mutetur, ut in discursu huius tiam creaturae et terminum eius.
distincta est ab illa qua conservabat earo- dem actione, ut infra dicetur, quia hoc pos- sectionis ostendemus et saepius repetemus 14. Ratio a priori conclusionis.- Tertio
dem quantitatem in substantia panis; nam tuIat natura rei. Tamen runc - non potest in duabus disputationibus sequentibus; er- est ratio a priori, quia haec dependentia
illa prior pendebat a materia, altera. vero sumi argumentum omnimodae idenritatis et go necesse est totam dependentiam variari non est de essentia substantiae, qualitatis
minime, sed est per modum creationis; ergo inseparabilitatis; nam satis est quod, inter- circa eamdem remo Quocirca, cum probabile aut quantitatis dependentis, sed est via
SI Deus crearet a principio quantitatem ex- veniente miracu10 seu opere supernaturali, sit, quando generantur vermes, vel caro ex quaedam ad ipsam. Quod patet ex ipsa ra-
tra subiectum, et postea illam ururet sub- variari possit dependentia circa eamdem speciebus consecratis, iterum creari sub illis tione substantiae, et idem est de aliis; nam
iecto et conservaret dependenter ab illo, ereaturam, quia hoe ipsum fieri non posset eamdem numero materiam primam quae substantia, licet creata sit-, in essentia sua
t¡------------¡mtm<e1~,a6em----qll:mtifaS sine IlEieri d@fl..
""g....-'sji"n'~qua_d.i&tinctione_ifi_];e._Quod-autem antea fuerat in pane, et sit etiam proba- est quid absolutum solumque includit es-
~,j dentia creationis; quod enim ibi simul ma- id fieri possit per miraculum, declarari pot- bile cread media humanitate Christi ut sentialiter esse per se. et in speciebus sub-
neant duae dependentiae totales, improba- est (praeter argumentum factum), iuxta pro- instrumento, tunc, !icet materia prima quae stantiae intelligitur essentialis ratio com-
l·!•
bile est, ut infra ostendam; ergo depen- babilem opinionem quod creatura possit es- creatur sit eadem quae antea fuit, tamen pleri per similes differentias absolutas, abs-
¡j dentia creationis separabilis est a termino se instrumentum creationis; nam tune pot- dependentia eius est diversa propter cau- que illa habitudine transeendentali quam
I creato. Quod ergo in hoc exemplo apparet esr Deus creare earndem rem,_ vel se solo sam dictam. Ae denique, si Deus anni- essentialiter includit actualis dependentia.
ir! ornni creatione intelligendum est, tum vel per instrumentum-, et tune dependentiae hilaret unum angelum et postea illum ite- Possetque hoc confirmari, quia de essentia1
quia est eadem ratio, tum etiam quia si sunt diversae circa earndem rem; nam quan- rum crearet, non oporteret dependentiam creaturae non est actu esse; ergo neque actu i
quid difficultatis in hoc esse videtur, in do ereat per instrumentum, longe diversa esse eamdem numero quae antea fuerat, dependere; quae illatio habet vim iuxta sen-
ornni creatione intervenit; quod si in ali- est dependentia quarn si esset a solo Deo; nam !icet Deus id facere possit, non est tentiam quae distinguit existentiam ab es-
qua re cessat, etiam in omnibus cessat. nam per illam pendet effectus simul a Deo -cur dicamus esse necessarium; quia si sentia ut actu creata; iuxta nosttam vero
13. Exemplis probatur conclusio.- Non et a creato instrumento, quod intelligi nOD iclem lumen successive pendet a diversis sententiam, minorem habet efficaciam. Quod
possumus aurem in ordinario modo creatio- potest sine nova et distincta dependencia. agentibus per diversas dependentias, cm non autem haec dependentia actualis non sit es-
nie substantiarum afferre exempla, quia Neque enim quando effectus tit a Deo per -potes t facere Deus ut idem ange1us ab ipso sentialis, latius et e.fficacius probabitur in-
11

'Ii
! 521
520 Disputaciones metafísicas Disputación XX.--Sección IV

actual no es esencial, se demostrará con mayor extensión y eficacia después, precisamente porque depende de El. Además, porque la relación es· natural-
contra la segunda opinión, por los inconvenientes que de ella se siguen, puesto mente posterior a la cosa creada y radica en- ella como en su sujeto propio; pero
que no explica rectamente la dependencia esencial de la criatura con respecto la dependencia es naturalmente anterior, no sólo a la relación, sino también
¡, a la cosa creada, al menos bajo alguna razón, concretamente porque el camino
al creador.
es anterior al término y la producción al ser ya producido. En tercero y último
.1 15. La dependencia de la criatura con respecto a Dios es un modo distinto lugar, porque se dice que esta relación resulta una vez puestos el fundamento
«ex natu.ra reí» de ella.- Afirmo en tercer lugar: esta dependencia que se da y el término; mas la dependencia no resulta del término, sino que más bien
en la crIatura no es una cosa absolutamente distínta en la realidad del término es un camino para él o una emanación de él a partir de Dios. Queda, pues,
de la creación, ni es la sola relación resultante del término de la creación sino que sólo es un cierto modo modalmente distinto de la criatura que depende.
un modo distint~ ex natura rei del término mismo. En todos estos casos' equi- y esto, por fin, Jo confirma muy bien aquel indicio de distinción ex natura rei
paramos la creaCIón a todas las otras dependencias, en las cuales son casi ciertas que antes adujimos. Pues, aunque la criatura y su dependencia se comparen
l~~as esas c?sas, y de ellas .se ext;ae un argumento bastante eficaz por induc- de tal manera que pueda permanecer ídéntica esta criatura aun cuando varíe la
cl~n y se~e,a?Za" pue~ la difere~cIa de que la acción se realice a partir de un dependencia o la creación, no puede, empero, a la inversa, permanecer esta
sUjeto o sro nm~ sUjeto nada lDlporta para todo esto, como se patentiza fácil- creación o dependencia sin arrastrar consigo a su término intrmseco, ya que
1': mente por lo dicho y quedará más claro por las soluciones a los argumentos. ~onsiste esencialmente en la producción o conservación de tal término; es, pues,
Además, ~emuestro bre.e~ente cada una de l.s partes. Acerca de la primera indicio de que en este caso interviene sólo una distinción modal.
no hay nmguna controv~rs~a, ya porque resulta superfluo excogitar esa entidad,. 17. En cuarto lugar, afirmo: esta dependencia no posee la verdadera razón
pue.sto que un m.odo dlStmto es suficiente para todos los puntos que hemos de mutación, pero tiene la genuina razón de vía o producción de la criatura, y
mdlcado, ya también porque el segundo fundamento de la segunda opinión e& en este sentido se llama creación pasiva; posee también la verdadera razón de
eficaz c.ontra di~ha entida~, ya finalmente porque esa entidad !la puede ser una emanación a partir de Dios y, en cuanto procede de El, puede llamarse verda-
sust?DCIa eS~?CJa~ente dISt:mta; pues, ¿quién la entenderá o la imaginará?; dera y propiamente acción del mismo Dios, formalmente transeúnte, con la que
~ bIen, ¿ qUIen dirá que DlOS no puede crear una sola sustancia? Y con faci- produce a la criatura. Para que se entienda toda la conclusión, supongo que en
hdad pued~n inferirs.e de esa posición otros inconvenientes parecidos. Tampoco la acción que se produce a partir de un sujeto se reúnen estos tres elementos,
es una enndad propIa que sea una forma accidental, puesto que no existe en que nosotros distinguimos por una relación y denominación, pero que no se
un sujeto !Ii puede un accidente tener intrínsecamente por término el dar el distinguen en la realidad, ni siqniera con distinción modal, a saber: la produc-
ser sustancial; resta, pues, que sea un modo, que es 10 que pretendemos. ción del término, la acción del agente y la pasión o mutación del sujeto; por-
16. La segunda parte acerca de la relación resultante, ya sea una realidad que un mismo modo de dependencia, con respecto a la forma que introduce,
y~ un modo distinto ex natura rei de la criarora, ya no, según la manera como s; se llama producción o vía hacia ella, con respecto al agente se dice acción del
I
dice que es resultante. no puede ser la dependencia de que ahora tratamos pues mismo, y, con respecto al paciente, se denomina mutación o pasión. Pues bien,
se funda en la misma dependencia; porque no puede tener ningún otr~ fun- de estos tres elementos, el último no tiene lugar en la creación. Y esta es la
damento o razón de fundamentar, de entre los que .enumeró Aristóteles V de primera parte de ]a afirmación, que Santo Tomás enseñó acertadamente al ne-
la Metafísica, c. 15, texto 20. Y es evidente, pues la criatura se refiere 'a ,Pios-

tet, quia ideo creatura refertur ad Deum signum ergo est solam distinerionem mo-
feeius contra seC'Undam sententiam, ab in- quae diximus satis sit modus distinctus, tum quia ab illo pendet. Item, quia rdatio est dalem hic intervenire.
commodis quae ex illa sequuntur, eo quod etiam quía secundum fuodamentum secun- natura posterior quam res creata in eaque 17. Dico quarto: haec dependentia Don
non recte declaret essentialem dependen:tiam dae sententiae efficaciter procedit contra. subieetator tamquam in proprio subiecto; habet veram rationem mutationis; habet w.-
quam habet eeeatura a creatore. hui?smodi entltatem, tum denique quia illa dependentia autem est ordine naturae prior men veram rationem viae seu fieri creato-
15. Dependentia creaturae a Deo modus entItas non potest esse substantia per se· non salum quam relario, sed etiam quam tes rae. et sic appellatur creatio passiva; habet
est ex natura rei distinctus ab ipsa.- Dico distincta; qws enim illam intelligat aut fin- creata, saltem sub aliqua ratione, scilieet. etiam veram rationem emanationis a Deo
tenio: haee dependentia quae est in aea- gat? vel quis dieat non Dosse Deum creare quia via est prior quam terminus et fieri et, quatenus ab ipso est, vere ac proprie
tura non est res omnino distincta realiter Il unam solam substantiam? et incom- quam factum esse. Tertio tandem, quia haec dici potest actio ipsius Dei, formaliter trans-
! termino erearioni~. neque est sola relatio moda facile possunt ex illa infern. relatio dicitur resultare pasito fundamento et iens, qua producit creatoram. Dt intelliga-
termino; -dependentia autem non resultat ex tur tota conclusio, suppono in actione Quae-
i dus quidam ex natura rei ab ipso- forma non sit: termino, sed potius est via ad illum seu fit ex subiecto coniungi haec tria, quae
termino. In his omnibus aequiparamus crea- neque possit intrinsece terminari emanatio eius a Deo. Relinquitur ergo ut habitudine et denominatione distinguunrur a
tionem omnibus a1üs dependenilis, in qui- ad dandum esse substantiale; superest ergo' solum sit quidam modus modaliter distinc- nobis, non tamen reipsa, etiam dístinctione
bus omma iIla fere sunt certa, et ab eis su- ut sit modus, quod intendimus. tus a creatura quae pendet. Quod tandem modali, scilicet. fieri termini, actionem agen-
mitur argumentum satis efficax per induc- 16. Secunda oars de relatione resultante optime confirmat signum iUud distinctionis tis et passionem seu mutationem subiecti;
tiooem et similitudinem. quia differencia sive iIla sit res, - sive modus ex natura rei ex natura rei quod supra adduximus. Nam, idem enim dependentiae modus, respectu
quod aerio sit ex subieeto vel non ex sub- distinctus a creatura, sive non, eo modo licet creatura et dependentia eius ita com- formae quam inducit, dieitur fieri seu vía'
iecto nihil ad haee omnia refert. ut faeile quo dicitur esse resultans non potest esse parentor ut possit haee eadem creatura per- ad illam. respectu agentis dicitur actio eius,
ex dietis patet et magis eonstabít ex solu- dependentia de qua nune agimus, quia fun- manere, variata dependentia seu creatione, er respectU passi dicitur mutatio seu passio.
tionibus argumentorum. Et praeterea probo datur in ipsa dependentia; nullum ewm tamen e conversO non potest haec creatio Ex bis ergo tribus hoc ultimum non habet
breviter singula. Et in prima quidem parte aliud fundamentum vel rationem fundandi seu dependentia manere quin suum intrin- locum in creatione. Et haec est prima pars·
nulla est controversia, tum quia superfluum habere potest. ex his quae Aristoteles nu- secum terminum secum ferat, quia essen- assertioois, quam recte docuit D. Thom.
est fingere iUam eotitatem~ cum ad omnia meravit, V Metaph., c. 15, texto 20. Et pa- tialiter est fieri vel eonservari talis termini; negaos creationem ess!! mutationem. et eam-
522 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección IV 523

gar que la creación sea una mutación; también la demuestra por extenso Gre- tación interviene en todo aquello que se ha mudado; luego la producción in-
gario, antes citado, en la 2.11. conclusión, donde dice con razón, por este mo- terviene en todo aquello que se ha producido. Sobre todo porque esto mismo~
tivo, que, aun cuando toda pasión sea acción o lleve aneja una acción, sin em- a saber, haber sido producido de nuevo, es en cierto modo un ser modificado,
bargo,' inversamente, no toda acción implica pasión, ya que no siempre versa al menos hablando en sentido amplio, según hemos dicho.
la acción sobre un sujeto o paciente, mientras que la pasión es ininteligible sin 20. La razón activa de creación conviene verdaderamente a la depen.dencia
1I un paciente, así como la mutación sin un móvil. Por consiguiente, puesto que la de la criatura con respecto - a Dios.- Por último, con esto se demuestra fácil-
1,
'1 dependencia de la creación no supone un sujeto del cnal se haga, no puede mente la última parte de la afirmación, a saber, que a esta dependencia de la
'
l
l'
1

~
poseer ]a verdadera razón de pasión o de mutación. criatura, en cuanto dice relación a la potencia divina de la que procede, le con-
18. Se dirá: la criatura misma sufre mutación cuando es creada, ya que se viene la razón propia de acción o creación activa. En esta parte parece situarse
comporta de distinta manera que antes; por ello se refiere a Dios con una nueva principalmente la controversia entre los autores en torno a la cuestión presente.
relación, no ciertamente por mutación de Dios, sino de la criatura, según la Mas hay que procurar no discutir sólo acerca del nombre. Porque esta cuestión
doctrina de San Agustín en V De Trinitate, c. último. Se responde fácilmente depende de aquella otra filosófica, si la acción transeúnte se encuentra formal·
que la mutación se dice unas veces en sentido propio, y así se dice únicamente mente ,en el agente o en el paciente, que hemos de tratar después, en el predi-
del sujeto que preexiste en duración (o, según otros, en orden de naturaleza) camento correspondiente. Ahora sólo _, advierto que, entre quienes establecen la
l' y mediante la acción se comporta de manera diferente a como se comportaba acción transeúnte en el agente, algunos la ponen como un cierto modo absoluto
antes. En este sentido negamos que la creación sea una mutación, y con mayor que incluye una relación trascendental que adviene de nuevo a la potencia ac-
claridad se dirá que no es una pasión. Pero otras veces, en sentido más amplio, tiva cuando obra, y la actualiza. Y quienes opinan de este modo acerca de la
1,
se llama mutación a toda acción o efectuación que introduce alguna novedad acción transeúnte, hablan bastante consecuentemente al negar en Dios seme-
en el efecto; de ese modo se afirmará que mediante la generación se muda, no jante acción, pues constituiría en El una gran imperfección. Sin embargo, ese
sólo la materia sino también la cosa engendrada; y en este sentido puede lla· modo de explicar la acción transeúnte es no sólo contrario a Aristóteles y otros
marse mutación la creación, aunque con menos propiedad, porque no se dice filósofos muy ponderados, sino además enteramente improbable, por haberse
propiamente que la cosa que es creada se comporte de distin~a manera que inventado sin fundamento o razón, cuando apenas puede entenderse. Otros, pues,
antes, pues antes no era nada, sino que debe afirmarse que posee absolutafÍJ.ente que sitúan la acción transeúnte en el agente, afirman que en éste no hay nada
el ser que antes no poseía. más que una relación real que en él resulta de la producción del efecto. Y és-
19. Con esta razón y respuesta se comprende que en la creación tiene Iu· tos también niegan de modo consecuente a Dios la acción transeúnte, pues en
gar esa relación de vía hacia el término que suele denominarse producción pa· Dios no resultan relaciones reales de sus efectos. Aunque quizá éstos afirmaran
siva. Porque, en primer lugar, semejante vía o producción no dice, en virtud consecuentemente que la acción de Dios es una relación de -razón, y es evidente
de su razón formal, relación al sujeto, sino sólo al término; luego, en virtud de suyo cuán improbable sea esto. También se apoya esa opinión en un fun-
de su razón precisiva, no es contradictoria con la creación. En segundo término, damento poco probable; porque aquella relación, si resulta en el agente creado,
en otras efectuaciones, tal producción no es otra cosa que la dependencia del supone el efecto ya producido; entonces, ¿cómo va a ser una acción? Si, por el
efecto con respecto a la causa, en cuanto es cierta tendencia al efecto. Pero todo contrario, no resulta, sino que se dice que es producida de manera cuasi esen-
esto se encuentra en esta dependencia de la creación. Además, porque la mu-
pendentia creationis. Praeterea, quia in omni venientem de novo potentiae aetivae cum
-dem probat late Gregor. sup., concL 2, in esse rnutationem, et dacius diceretur non eo quod mutatum est, intervenit mutari; agit et actuantem illam. Et qui ita sentiunt
qua ob hanc causam merito didt, quamvis esse passionem. Interdurn vero latius mu- ergo in omni eo quod facturn est~ intervenit de actione transeunte, satis consequenter
omnis passio sit actio vel habeat actionem tatio dieitur de omni actione aut effectione fieri. Maxime quia hoc ipsum, nempe de loquuntur negando in Dao huiusmodi ac-
coniunctam, non tamen e converso omnem quae aliquam novitatem poDit in effectu, et novo facturn esse, est aliquo modo, esse mu· tionem; nam esset in ,¡no magna imperfec-
actionern inferre passionem, quia non sem- sic dicetur per generationem mutari non so- tatum, saltem late Ioquendo, ut diximus. tio. Verumtamen modus ille explicandi trao-
per actio versatur circa subiecturn seu pas- lum materia, sed res genita; et hoc sensu 20. Dependentiae creaturae a Deo vere seuntem actionem est non solum contra
sum; passio autem intelligi non potest sine dici potest creatio mutatio, minus tamen (;onvenit ratio activa creationis.- Tandem Aristotelem et graviores phi1osophos, sed
patiente, nec mutatio sine mobili. Cum ergo proprie, quia res quae creatur dicitur bine facile ostenditur ultima pars assertio- etiam plane improbabilis, uípote sine fun-
creationis' dependentia non supponat ali- proprie se habere' aliter nis, nimirum huic dependentiae creaturae, damento aut ratione confietus, cum vix
quatenus dicit habitudinem ad divinam po· possit intelligi. Alii ergo ponentes actionem
ram aut antea non tentiam a qua fluit, convenire propriam ra- trahseuntem in agente, dicunt nihil in eo
bere. Ex hac autem ratione et responsione tionern actionis seu creationis activae. In qua esse nisi relationem realem in eo resultan·
18. Dices: creatura ipsa mutatur cum intelligitur habere locurn in ·creatione illam parte videtur praecipue posita dissensio io· tem ex productione effectus. Et hi conse-
creatur, nam aliter se habet quam prius; habitudinem viae ad terminurn quae fieri ter auctores circa praesentem quaestionem. quenter etiam negant Deo actiooem tran·
unde nova relatione refertur ad Deum, non passivum appellari soleto Primum enim Cavendurn tamen est ne solum de nomine seuntem, quia in Deo non resultant relario-
quidem per mutationem Dei, sed ipsius huiusmodi via seu fieri ex sua ratione for- contendatur. Pendet enim haec quaestio ex nes reales ex effectibus eius. Hi tamen for-
creaturae, imta doetrinam August., V de mali non dicit habitudinem ad subiectum, illa philosophica, an actio transiens sit for· tasse dicerent consequenter actionem in Deo
Trinit., c. ult. Respondetur facile mutatio- sed solum ad terrninum; ergo ex praecisa maliter in agente vel in passo, quam infra esse relationem rationis, quod quam sit im·
nem interdum proprie dici, et sic solum ratione sua non repugnat creationi. Dein:de in proprio praedicamento tractaturi sumus. probabile per se satis constato Et similiter
dici de subiecto quod duratione (vel, seeun- huiusmodi fieri in aliis effectionibus nihil Nunc solum adverto, inter eos qui ponunt nititur illa sentencia fundamento parum pro·
dum aliquos, ordine naturae) praeexistit et aliud est quam dependentia effecrus a cau- actionem transeuntem in agente, quosdam babili; nam re1atio illa, si resultat in agente
per actionem aliter se habet quam prius se sa, quatenus est tendentia quaedam ad ef- earn ponece ut modwn quemdam absolutum creato, supponit iam effectum productum;
haberet. Et hoc sensu negamus creationem fectum. Sed hoc totum reperitur in hac de- indudentem ~anscendentalem respectum ad- quomodo ergo erit aetio? Si vero non resul-
.:\ ) "\
,
r (\ t/¡'-
e'-'I( "
Disputación XX.-Sección IV 525
Disputaciones metafísicas
dal y primaria por la misma potencia agente -como imaginan algunos esco- acción? Porque, o bien obsta la carencia de sujeto, ya que la acción debe an-
tistas-, es algo meramente ficticio y sin fundamento. Por último, otros que teceder en orden de naturaleza a la cosa hecha; y esto no, pues a este respecto
también ponen la acción transeúnte en el agente, afirman que no es algo nuevl)- vale la misma razón para aquella dependencia en cuanto es una producción pa-
absolut~ o relativo .realmente distinto de la potencia y añadido a ella, sino que siva; por eso, de igual modo que, según la relación de dependencia o de vía,
es la mIsma potencIa agente en cuanto unida en acto a su efecto, es declI', con- puede anteceder en su género, aun cuando no esté en un sujeto, también l?0drá
l' notando que el efecto depende actualmente de ella. Estos no tendrán inconve- en la razón de acción; y ambas cosas quedarán más claras por las solUCIOnes
niente en conceder la acción transeúnte incluso en el mismo Dios; es más, se' de los argumentos; o bien se opone la perfección de la potencia divina; y esto
1,
expresarán consecuentemente. Ahora ,bien, éstos ponen la acción transeúnte en. no, porque la acción transeúnte no perfecciona a la potencia de que procede,
,I e! agente sólo de nombre, por lo que abora 'no discutimos con ellos. &ino que, más bien, toda la perfección que tiene la recibe de la potencia; con-
siguientemente, no aminora en mayor grado la perfección de la potencia divina
21. Se respor:de a una objeción.- Suponemos, pues, con Aristóteles, libro-
el que de ella proceda la acción transeúnte que el que provengan los mismos
IX de la Metafístca, texto 16, que las acciones que tienen un término produ-
efectos. Por otra parte, el que, medie la acción entre el efecto y la potencia. no
cido fuera de la causa agente se encuentran en e~ mismo paciente o término, y-
debilita en mayor medida la perfección de la potencia divina que el que medie
- n.o en el ag~nte. Y, de acuerdo c?n esta .sentencia, afirmamos que la dependen-
la dependencia; y ambas cosas tienen su origen en la limitación y potencialidad
na de la cnatura, en cuanto es CIerto flUJO procedente de Dios, tiene verdadera
de los mismos efectos. Por último, aunque concedamos gratuitamente que, con
I
razó!1 de acción transeúnte. Se demuestra, primeramente, porque, en el calen-
J tamIento del fuego y en todos los casos similares, la dependencia por la que-
respecto a alguna potencia creada, pueda decirse que la acción transeúnte es
"

complemento extrínseco o perfección de ella, porque tal potencia. esté por su


i se produce el calor en el paciente es la acción del calor existente en el fuego~
naturaleza ordenada y establecida con vistas a tal acción, sin embargo, no es
no p.or otra razón sino porque es cierto flujo que emana de él; pero la depen':'
preciso atribuir esto a la acción procedente de· la potencia de Dios, ya que esta
denCla por la que la crIatura es producida por Dios es cierto flujo que emana,
potencia es tal que no está por sí ,misma ordenada a la acción, sino que única-
del mismo Dios; luego tiene verdadera razón de acción. Dicen algunos que-
mente puede producirla por la plenitud de su perfección. Y esto conviene tam-
para la razón de acción no basta el ser un flujo procedente de la potencia ac-·
bién, por cierta participación, a algunos principios activos creados, según se
tiva,' antes bien se precisa que sea su actualización y complemento. Pero ~esta-.
apuntÓ arriba y se dirá con mayor extensión después, al tratar de las potencias.
respuesta parece consistir sólo en palabras, pues ninguna potencia activa en.
Así, pues, no pertenece a la razón de ~cci6n transeúnte en cuanto tal el ser
cuanto tal recibe un complemento o actualización en virtud de la acción, sino que
perfección de la potencia activa, ni siquiera de aquel modo extrínseco e im-
únicamente ejerce su actualidad; mas este ejercer no es actualizarse a sí misma
sino hacer que otro pase al acto, lo cual compete también a Dios. Porque e~' propio.
cualquier potencia meramente activa es sólo una denominación extrínseca, ya' 23. En tercer lugar, argumento que la potencia activa de Dios ad extra no
que las potencias activas con acción inmanente se actualizan a sí mismas, mas: es, formalmente hablando, ni el entendimiento ni la voluntad, sino la potencia
no en cuanto son activas únicamente, sino en cuanto son también pasivas. ejecutiva conceptualmente distinta .de ellos, como demostraremos más abajo al
22. De ahí argumento en segundo lugar; pues ¿qué se opone a que este· ocuparnos de los atributos de Dios; luego la acción de tal potencia no puede
fiujo de la creación, en cuanto procede de Dios, tenga verdadera razón de ser formalmente inmanente, ya que sólo el entendimiento y la VQlunt~d de una
,;
I tat~ sed quasi per se ae primo fieri dicitur similibus, dependentia qua fit calor in pas-'
ut a Deo~ habeat veram rationem actiorus? alicuius potentiae creatae, actionem transeun-
ab ipsa potentia agente, Ut quidam scotistae so non alia ratione est actio caloris existen-
imaginantur, est mera fictio et sine funda- Aut enim obstat carentia subiecti, eo quod tem dici posse extrinsecum complementum
tis in igne nisi quia est fluxus quidam ca- aut perfectionem eius, eo quod talis poten-
mento. Alii denique, ponentes etiam actio- loris ab illo maoans; .,ed dependentia qUB"< actio debet ordine naturae antecedere rem
nern transeuntem in agente, dicunt non esse factam; et hoc non, quia quoad hoc eadem tia sit natura sua ordinata et instituta prop-
fit creatura a Deo est fluxus quidam manans ter talem actionem, tamen necesse non est
aliquid Dovum absolutum vel respectivum au ipso Deo; ergo habet veram rationem" ratio est de illa dependentia ut est fieri
in re distinctum a potentia eique additum, passivum; unde, sicut secundum habitudi- hoc attribuere actioni emananti a potentia
actionis. Dicum aliqui non sufficere ad ra- nem dependentiae seu viae potest in suo Dei, quia haec potentia talis est ut non sit
sed esse ipsammet potentiam agentem ut tionern actionis quod sit fluxus a putentia..
eoniunctam acto suo effectui, seu connotando genere antecedere, etiamsi non ínsit sub-: ex se ordinata ad actionem, sed solum ex
sed oportere quod sit actualitas eJ iecto, etiam poterit in ratione actiorus; et plenitudine perfectionis suae illam habere
quod ab illa acto effectus. Et hi eius. Sed haec utrumque magis constabit ex solutionibus possit. Quod per quamdam participationem
seuntem etiam irnmo conse- argumentorum; vel obstat perfectio divinae convenit eriam aliquibus principüs agendi
nuIla potentia activa ut sic recipit comple- potentiae; et hoc non. quia BCtiO transiens creatis, ut supra tactum est et infra. dispu-
quenter loquentur. solo nomine mentum seu actualitatem ex actione, sed'
ponurit actipnem traoseuntem in agente, et non perficit potentiam a qua fluit, sed po- tando de potentüs, latius dicetur. Non est
ideo cum eis nunc non disputamus. solum exercet suam actualitatem; hoc au- tius quidquid ipsa perfectiorus habet a po- ergo de ratione actionis transeuntis ut sic
21. Obiectioni satisfit.- Supponimus er- tem exercere non est se actuare, sed} tentia recipit; non ergo magis derogat per- quod sit perfectio potentiae activae. etiam
go cum Arist., IX Metaph., texto 16, actio- aliud in actum reducere, quod Deo etiam.: fectioni· divinae potentiae quod actio traos- ilIo extrinseco et improprio modo.
nes quae habent terminum factum extra conveni!o Nam in qualibet potentia mere iens profluat ab ipsa quam quod profluant 23. Tertio argumentor quia potentia ac-
causam agentem esse in ipso passo seu ter- activa solum est extrinseca denonñnatio; ipsimet effectus. Quod veto ínter effectum tiva Dei ad extra, formaliter loquendo~ non
mino, et non in agente. Et iuxta hanc sen- potentiae enim activae actione irnmanenti; et potentiam mediet BCtiO, non magis dero- est inteIlectus neque voluntas, sed potentia
tentiam dicimus dependentiam creaturae, ut seipsas actuant, non lamen ut activae tan- gat perfectioni potentiae Dei quam quod exsecutiva ratione ab eis distincta, Ut infra
est quidam fluxus a Deo, habere veram ra- tum sunt, sed quatenus sum etiam passivae. mediet dependentia, et utrurnque provenit ostendemus disputando de attributis Dei;
tionem actionis traoseuntis. Et probatur pri- 22. Unde argumentor secundo; palID ex limitatione et potentialitate ipsorum effec- ergo actio talis potentiae non potest esse
'1 mo, quía 'in calefactione igrus et omnibus quid obstat quominus hic fluxus creationis•. tuum. Denique, etsi gratis demus. respectu formaliter immanens~ quia tantwn intellec-
1:
:'
526 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección IV 527
realidad inmaterial obran de manera inmanente; pero la potencia ejecutiva es de la razón precisiva de acción (según parece eXIgIr el argnmento), la afirma-
ji inmediatamente activa ad extra. Por consiguiente, el acto de la voluntad de Dios ción es falsa; porque sólo incluye la sustancia del flujo o de la dependencia,
no es la misma acción por la que obra ad extra~ puesto que sólo es la aplicación junto con una relación trascendental al principio del que fluye. Si, por el con-
de la potencia ejecutiva a la operación. Antes al contrario, aunque alguno sos... trario, dicha proposición se entiende de la acción con movimiento, es decir, con
tenga que la voluntad de Dios es la potencia próxima de obrar ad extra, no UD ,sujeto presupuesto, entonces puede entenderse bien o mal en cuanto a sus
podrá decir rectamente que la volición de Dios, según aquello que se encuentra· dos partes; efectivamente, si hablamos en sentido real o idéntico, es verdad que
realmente en la nllsma, es la acción por la que produce ad extraj pues más bien ta1 acción es la sustancia misma del movimiento; pero eso no lo tiene por ser
es el mismo principio de obrar ad extra, por ser la misma perfección formal acción, sino por ser tal acción, es decir, por proceder del sujeto; en cambio,
de la voluntad de Dios, la cual se da en El más bien por modo de' acto que por atendida la precisión y los conceptos formales no es cierto, porque el movi-
modo de potencia receptiva de su acto; pero el principio de obrar ad extra miento en cuanto tal significa el acto del móvil, cosa que no significa la acción
n~c~ ,:ntra (por a.sí decirlo) en la acción misma, ya que tal acción fluye de tal en cuanto acción, y por ello, aun cuando se elimine la razón de movimiento o
prmClplO. Ahora bien, 1a relación de razón que se entiende añadida al acto libre de mutación, puede permanecer la sustancia del fiujo o de la dependencia, que
de la voluntad de Dios en cuanto quiere la cosa que produce ad extra no puede baste para la razón de acción. De manera semejante, cuando se dice que la
tener razón de acción real, puesto que aquélla no es nada y ésta, en cambio, relación unida a la sustancia del movimiento pertenece a la razón de acción,
es una verdadera y real producción o acción, en virtud de la cual Dios se de- dIo puede entenderse, bien de la relación predicamental resultante, tanto en
n0m!n~ hacedor del cielo y de la tierra. La misma razón puede aplicarse al en- la causa agente como en el efecto producido, y en tal sentido es falsa la pro-
tenduruento, aun cuando se ponga en él la potencia ejecutiva. Por eso Escoto, posición, por no ser la acción un agregado de relación predicamental y mo-
In IV, disto 1, q .. 1,. § Isla ergo, prueba acertadamente, de manera general, que vimiento; y además, porque la acción es anterior como razón fundamentadora
el acto del entendimiento o de la voluntad no puede ser productivo del término de dicha relación; o también puede entenderse de la relación trascendental de
en cuanto ~cción, sino sólo en cuanto principio, ya que la acción productiva la misma emanación o dependencia a su principio, y así es verdad la pro-
y lo prodUCIdo se encuentran en el mismo sujeto. Con ello favorece abiertamente posición aducida, mas de ahí no se infiere legítimamente que, eliminada la mu-
esta opinión, a pesar de que In Il, disto 1, q. 5, y en otros lugares, parece ,pen- tación, sólo permanezca la relación predicamental, ya del efecto a la causa, ya
sar de manera distinta. de la causa al efecto; porque todavía puede perseverar la relación trascendental
de la misma dependencia a partir de su principio, aunque sea una dependencia
sin sujeto y sin propia 1p.utación. Todas estas cosas parecen tan ·evidentes que
Se resuelven los fundamentos de las otras opiniones apenas resulta creíble que Santo Tomás emplease aquella razón para concluir
24. Si la acción incluye el movimiento y la relación.- A la primera razón que la creación es únicamente una relación predicamental resultante en la cria-
de la primera opinión se responde concediendo el antecedente -que la creación tura hecha. Y por eso algunos intentan exponerla acerca de la relación trascen-
no .es una mutación-, pero negando la consecuencia, a saber, que no es una dental, de suerte que entendiese por ella aquella dependencia que nosotros he-
aCCIón; porque se pasa de lo inferior a lo superior en sentido negativo, ya que mos afirmado que se da en la criatura con respecto al creador. Porque ese modo
la acción tiene mayor extensión que la mutación. En cambio, cuando se dice de hablar no es inusitado en Santo Tomás, ya que en IlI, q. 2, con bastante
que la acción incluye la sustancia del movimiento y la relación, si se entiende
si intelligatur de ratione praecisa aetionis facto, et sic falsa est proposluO, quia actio
tus et voluntas· in re immateriali agunt im- a qua Deus denominatur factor eaeli et ter- (ut argumennun exigere videtur) falsa est non est aggregatum ex relatione praedica-
manenter; potentia aurem exseeutiva est im- rae. Et eadem ratio applieari potest ad in- assumptio; nam solum includit substantiam mentali et ex motu; item, quia actio est
mediate activa ad extra. Actos ergo volun- tellectum, etiamsi in ea ponatur exsecutiva .fluxus seu dependentiae eum transeenden- prior tarnquam ratio fundandi huiusmodi
tatis Dei non est ipsa aetio qua ad extra potentia. Unde recte Scotus, In IV, disto lJ tali habirudine ad principium a quo .fluit. relationem. Vel potest intelligi de relatione
agit, eurn solum sit applieatio potentiae ex- q. 1, § Ista ergo, generaliter probat aerum Si autem intelligatur illa propositio de ae- transcendentali ipsiusmet emanationis seu
secutivae ad agendum. Quin potius, etiarnsi imellectus ve! voluntatis non pOsse esse pro- tione cum motu~ seu praesupposito subiee- dependentiae ad suum principium, et sic
qws teneat voluntatem Dei esse proximam ductivum termini ut actionem, sed solum to, sic quoad utramque partem potest bene vera est propositio assumpta, non tamen
potentiam agendi ad extra, pon recte dicet ut principium, quia actio productiva et id ve! male intelligi; nam si loquamur realiter recte inde infertur, ablata mutatione, non
volitionem Dei, secundwn id quod realiter quod producitur sunt in eodem. In quo fa- seu identice, verum est talem aetionem esse manere nisi relationem praedicamentalem,
t--------<e"'~'ciinn-"iij;v",".,,-ee,.33"e,....ae"""·o"'D"'e"n"'~qquu•...,.""h:e"x"h."a~pp."v_-""c01't-aa:perre-huic-sententiae, 1::icet· In ipsam -sabstaBtiam motus; tamen id non aut effectus ad causarn, aut causae ad effec-
ducit; nam potius est ipsum principium disto 1, q. 5, et aliis lods, aliter sentire habet ex eo quod est aecio, sed ex eo quod !Um; nam adhue potest manere transcen-
agendi ad extra, quia est ipsa formalis per- deatur. est talis aetio, seilieet, quia est ex subieeto; dentalis habitudo ipsiusmet dependentiae a
feetio voluntatis Dei, quae in ipso potius secundum praecisionem autem ae formales suo principio, quarnvis sit dependencia sine
es! per modum actos quam per madum po- Aliarum opinionum fundamenta solvunzur coneeptus non est verum, quia motus ut subiecto et sine propria mutatione. Quae
teotiae receptivae sui aetus; principium au- 24. Actio an includat motum et relatio- sic dicit acttun mobilis, quod non dicit ae- omoia tam videntur per se clara ut vix sit
tem agendi ad extra nunquam iotrat (ut nem.- Ad primam rationem primae opi- tio ut aetio, et ideo quamvis auferatur ra- credibile D. Thom. usum fuisse illa ratione
sic dicam) actionem ipsam, cum a tali prin- nionis respondetur concedendo antecedens,. tio motus seu mutationis, potest manere ad conc1udendum creationem tanttun esse
cipio talis actio fluar. Respectos autem ra- scilicet creationem non esse mutationem, substantia fluxus seu dependentiae, guae relationem praedieamentalem resultamem in
tioms qui intelligitur addi libero actui vo- negando tamen consequentiam, scilicet non sufficiat ad rationem aetionis. Similiter, eum creatura facta. Et ideo aliqui conantur ex-
luntatis Dei ut volentis rem quam ad ex~ esse actionem; est enim ab inferiori ad su- dicitur relationem eoniunetam substantiae ponere de relatione transcendentali, ita ut
tra producit non potest habere rationem perius negative; accio enim latius pátet motus esse de racione actionis, id potest in- per eam intellexerit illam dependentiam
actionis realis, cum ille nihil sit, haec_ au- quam mutarlo. Cum vero dicitur actiol'lem telligi vel de relatione praedicamentali re- quam nos diximus esse in creatura a crea-
tem sit vera ae realis productio seu factio, includere substanrlam motus et relationero, sultante, vel in causa agente vel in effectu tare. Non eoim est inusitatus hic loquendi
..__ ----------------------------------------------------------------------------------c~ 1

528 Disputaciones metafísicas lJisputación XX.--Sección IV 529

i1'1i ~ frecuencia llama a la uruon relación, y nunca distingue entre la relación pre- no puede entenderse previamente a su vía en orden de naturaleza, ya que no
dicamental y el modo de unión, siendo así que no puede. negarse que s~ d.é ese tiene ningún ser real que no haya llegado a él por dicba vía.
1,1
"1 modo que incluye la relación trascendental a las cosas unIbles. Por COnSlguI;ote, 26. Si la creación es un accidente, y de qué sujeto.- Por ello parece que
esta exposición es probable, aunque no puede acomodarse a todas las locucIOnes puede responderse más fácilmente que la acción en cuanto acción no requiere
rlj;
I
de Santo Tomás, como queda patente por las soluciones a los argumentos en 1, un suj~!O de in.hesión, ~~o un principio del que
emane, pues la acción en cuan-
1 ,
q. 44, a. 3. .
to acclOn no dice relaclOn a aquello «en lo cual», sino a aquello «de lo cual»·,
25. La creación es una accwn fonnalmente transeúnte.-Al segundo se nie. . porque. de.?hí proViene el 9ue la acción en cuanto acción no confiera ninguna
'ga el antecedente; pues la creación es una ac~ión formalm;nte transeúnte, no
!
denornmaClon formal al paCiente, sino sólo al agente. Sin embargo, aun cuando
1

porque pase de un sujeto a otro, como parece unpugnar arn~a Deza, sino por- esta respuesta pueda resultar satisfactoria acerca de la acción en cuanto acción
que efectivamente sale del agente y se encuentra en el térmmo, por 10 cual se a propósito de la creación pasiva o dependencia en cuanto tal todavía qued~
dice que pasa a él. Ahora bien, en dicho argumento se plantea la cuestión l1!'a dificultad, ya que la producción en cuanto tal no dice relación al principio,
de si esta acción creativa es un accidente. Acerca de ello, Egidio y otros afir- smo a la, cosa que depende o es producida, y por eso es necesario explicar, con
man; porque es acción en sentido unívoco y consecuentemente pertenece al pre-- respecto a eIla en cuanto tal, en qué sujeto se encuentra. De donde nuevamente
dicamento acción, que es uno de los predicamentos de Jos accidentes. Y no resulta pue.de urgirse la dificultad acerca de la acción; pues, aunque la acción en cuanto
contradictorio que el accidente sea vía para la sustancia, ya que en la generación aCCIón no se refiera al sujeto de inhesión, no obstante, en la realidad siempre
sustancial también ocurre esto; y por el solo hecho de llamarse vía, se designa debe tener algún sujeto de inhesión. .
algo imperfecto y un ente del ente. Ahora bien, cuando se pregunta por el su- 27. En qué pr~dicamento se sitúa la creación.- Así, pues, muchos niegan
jeto de este accidente, responden que es el mismo término; pues, aunque sea que esta depe.ndenCla que es la creación sea un accidente, y afirman que es un
posterior en un género -a saber, en el de término-, sin embargo, puede ser modo s~stanclal de ]a cosa que es creada, modo que pertenece reductivamente
naturalmente anterior en el género de causa subjetiva. Pero esto último me al predlCat;nel~to de. la sustancia, porque no es más que la sustancia misma en
resulta muy difícil de creer; en primer lugar porque no estimo que la creación cuanto esta «m /ien» y como en un estado imperfecto. Y puede ello confirmarse
tenga causa material; luego tampoco puede tener causa subjetiva, ya que .~on 10 P?rque, atendiendo ~ este motivo, Aristóteles no coloca el movimiento en pre-
I
I mismo. El antecedente es manifiesto, porque la diferencia fundamental entre la dicamento alguno, sroo que 10 reduce al predicamento de su término, cosa que
acción creativa y todas las demás consiste en que aquélla es realizada por la h~ de entenderse del movimiento precisivamente en cuanto es vía hacia el tér-
sola virtud del agente, sin concurso de materia o sujeto. En segundo lugar, por- mmo, pues en cuanto es acción o pasión se sitúa en sus predicanientos, ya que
que no entiendo que el término de la vía pueda ser anterior a la vía misma el!- cuanto tal se compara por modo de forma al agente o al paciente; en cam-
bajo alguna razón que incluya la existencia real. Y añado esto teniendo en cuen- blO, en cuanto vía no se compara propiamente como forma al término sino sólo
ta la razón de fin, bajo la cual el término es anterior en naturaleza, ya que la como lo ~perfe~to a !o perfecto. ~onsiguientemente-' la creación ~asiva, en
causa final en cuanto tal no preexige la existencia real; pero la causa subjetiva cuanto ."S Vla haCia "!termmo sustancial, queda reducida al predicamento de la
preexige intrínsecamente la existencial real; luego, bajo esa razón, el término sustancIa; pero. no tiene razón de pasión, por no hallarse en un sujeto. Por
eso, en la medIda en que ese «fieri» se concibe como naturalmente anterior a

modus apud D. Thom.; nam 111, q. 2, hoc habet; et hoc ipso quod dicitur via,
saepius vocat unionem re1ationem, et nun- dicitur quid imperfectum et entis ens. Cum vme, quia nullum habet esse reale quod 27. In qua praedicamenta sita creatio-
quam distinguit inter relationem praedica- autem quaeritur huius accidentis subiec- non per illam viam ad illum pervenerit. Multi ergo negant hane dependentiam q~e
26. Creado an sit accidens, et cuius sub- li
mentalem et modum unionis, eum tamell tum, respondent esse ipsummet terminum; est creatio esse aecidens, asserentes esse mo-
negari non possit quin detur ille modus in- nam licet in uno genere, scilieet termini, iecti.- Quapropter faeilius videtur posse dum. substan!ialem rei quae creatur, qui re-
cludens transeendentalem habitudinem ad sit posterior, tamen in genere- causae sub- responderi actionem ut actionem non requi- dueuve pertmet ad praedieamentum sub-
unibilia: Est ergo probabilis haee expositio, iectivae potest esse natura prior. Sed hoc rere subiectum inhaesionis, sed principium stantiae,. quia nihil aliud es! quam ipsamet
non. tamen potest ad omnes D. Thom. 10- ultimum . creditu mihi est; primo, a quo fluat, quia aerio ut aetio non dieit substanua seeundum quod est in fieri et
entiones aecommodari, ut patet ex solutio- quia creationem habere cau- habjt~dinem ad i~ in quo, sed ad id a quo; quasi in statu imperfecto. Idque eonfumari
nibus a. 3, q. 44, 1. sam neque ha~ere potest nam lOde proveDlt quod aetio ut aerio nul- potest, nam motus propter hane causam non
lam denominationem formalem ccinferat pas- eolloeatur ab Aristotele in aliquo' praedi-
ter.- Ad secundum negatur antecedens; teeedens patet, quia haee est so, sed solum agenti. Verumtamen haee re- eameoto, sed reducitur ad praedieamentum
est enim creatio aetio formaliter transiens, ferentia actionis ereativae ab omnibus sponsio, Heet de aetione ut aerio est satis- SID termini, quod intelligendum est de motu
non quod ab uno subiecto transeat in aliud, quod fit ex sola vi agentis sine concursll faeere possit, tamen de creatione passiva praecis~ :ot est v~a a~ terminum, quia, lIt
ut Deza supra impugnare videtur, sed quod materiae vel subieeti. Secundo, quía non seu dependentia u,! sic adhuc restat diffi- est aetlo ve! passIO, 10 suis praedicamentis
effective exit ab agente et es! in termino, intelligo quod terminus viae possit ease cultas, quia fieri ut sic non dicit habitu- eollocatur, quia ut sic eomparatur per mo-
ideoque ad illum transrre dicitur. Petitur prior ipsa via sub aliqua ratione includente dinem ad principiurn, sed 3d rem quae dum. formae ad. agens ve! pariens; tamen,
vero in illo argumento an haee aetio crea- reaJem existentiam .. Quod addo propter ra- pendet s.eu fit, et ideo de illa ut sic expli- ut VIa non proprle eomparatur ad terminum
tiva sit aeeidens. In quo Aegidius et aIü af- tionem finis, sub qua terminus est prior care oportet in quo subiecto sito Unde ite- ut forma, sed solum ut imperfecrum ad per-
firmant; nam est univoee aetio, et consc- natura, quia causa finalis ut sic non prae- rum urgeri potest difficultas de Betione· fectul!l. Sic er~ ereatio passiva quatenus
quenter est de praedieamento actionis, quod requirit existentiam realem; at vero causa nam lieet aerio ut aetio non respiciat su11'- est V13 ad termIDum substanria1em redu-
est unum ex praedieamentis aecidentium. subiectiva intrinsece praerequirit existen- ieetum inhaesionis, tamen in re ipsa sem~ citur ad praedieamentum substantia~; non
Nec repugnat aeeidens esse viam ad sub- tiam reaJem; ergo terminus non potest sub per habere debet aliquod subieetum. inhae- habe.t aute~ rationem passionis, quía non
stantiam, quia generatio substantialis etiam ea ratione praeintelligi ordioe naturae suae sionis. e~t 10 subleeto. Unde quatenus illud fieri

34
--,!-1
i,
I

I ~ Disputaciones metafísicas
Disputación XX.-Sección IV 531
su término, hay que conceder que no se da en W1 sujeto, sino que se concibe puesta es probable, mas la anterior parece más verdadera, como dije en el
como en sí mismo, lo cual no es inconveniente, antes al contrario, más bien es tomo In de la nI parte, disp. L, seco 5. Y con esto se ha respondido también
1 una singular excelencia y modo de dependencia de la criatura. Pero en el mismo al tercer argumento de la misma o.pinión primera.
j'l
instante· de tiempo en que es producida, se encuentra, por una unión íntima
29. Toda acción transeúnte es de Dios.- Al cuarto se respo.nde que es
",,1 y cierta identidad, en el término mismo, no como en su sujeto, sino según la
.falso el antecedente, a saber, que no hay ninguna acción transeúnte co.n res-
relación especial y propia por la que la vía se refiere al término; en ella no
se requiere prioridad natural por parte del término, ya que no
exige una ver-
pecto a Dios; antes al contrario., toda acción transeúnte es acción del mismo
Dios; porque si pro.cede de la criatura, proviene de Dios por el concurso ge-
dadera causalidad, siuo una simple terminación. De, igual modo que el calen-
tamiento se encuentra no sólo en la cosa que se calienta, sino también en el neral, de suerte que una idéntica acción indivisible es de la .criarura y de Dios.
De ahí resulta que no sólo toda acción transeúnte del agente creado es asi-
calor que se p~oduce, en aquélla como en su sujeto de inhesión, al que supone,
y en éste, en cambio, como en su término formal, al que tiende, y por ello
mismo transeúnte con respecto al increado, ya que fluye fuera de ambo.s, sino
no lo supone, sino que lo lleva anejo y se identifica con él. Así, pues, en la también que toda acción inmanente del agente creado es transeúnte con res-
dependencia de la criatura, prescindiendo del orden al sujeto que no tiene, que- pecto a Dios, puesto que, en cuanto procede de Dios, sale fuera de El. Y no
da la relación al término, en el cual no está como en su sujeto, sino por una puede decirse que estas acciones no se comparen con Dios en cuanto acciones
distinta razón especial y propia, como cierto modo de ella. Porque es común sino en cali.dad de efectos, no sólo porque esto se afirma iulundadamente, y~
a otros modos el tener su razón propia de modificar, según consta acerca del que la relaCIón a ambos agentes es del mismo. modo, sino también porque' aque-
modo de unión y del modo de subsistencia, como veremos después. lla acción tiende a un término ulterior, por lo cual procede de ambos agentes
28. Por eso puede decirse consecuentemente que dicha dependencia crea- como un cierto flujo. hacia el término, y en esto consiste el ser acción. Final-
!
tiva, en cuanto tiene razón de acción, no es una acción accidental, cual es la mente, porque no se da acción para la acción. Y por las mismas razones se
que necesita de sujeto, sino que es una acción sustancial y, por tanto, no se concluye a lortiori que, cuando Dios obra por sí solo a partir de un sujeto pre-
coloca en el predicamento acción, sino que se reduce al predicamento sustancia. vio, entonces interviene una acción transeúnte de Dios; pues ¿quién creerá
que el calentamiento o la iluminación producida por el fuego o por el sol e.
I O cabe también añadir que en los predicamentos de los accidentes no se sitúan
una acción, pero no la realizada por Dios sólo?, ¿o que en la realidad ésta tiene
I únicamente aquellos que son accidentes verdaderos y propios, con verdadera
inhesión en un sujeto, sino también muchos que imitan. el modo de los acci- algo menos que aquélla? ~ ¿ o que si no tiene nada menos en la realidad no.
es en igual medida una verdadera acción? ' .
dentes en la deno.D?inación y cuasi información extrínseca o intrínseca como el
hábito, el lugar continente y otros semejantes; y quizá se comporta 'así la ac- 30. Cuando Dios obra, siempre obra mediante la acción.- Así pues a la
ción en c~anto acción en sentido general; por consiguiente, en el presente caso pr~era de~ostra,ción de aquel anteced~nte se responde que, de. la' fntim~ pre-
puede deClI'se que, aunque la dependencia de la creación sea en sí misma cierto senCIa de DlOS solo se concluye que DlOS obra en todas las co.sas con inmedia-
modo sustancial, no obstante, con respecto al agente se reviste del modo de tÚ! ción de virtud y de supuesto, pero no sin una acción intermedia; porque ésta
accidente, y ello basta para que se coloque en el predicamento acción. Esta res- no se da a causa de la distancia del agente, sino por ser su causalidad formal
que siempre debe encontrarse en el efecto. A lo segundo se responde concedien~
do la inferencia; porque la potencia ejecutiva de Dio.s es verdaderamente nrin-
concipitur Ut prius natura suo termino, con- tionem afficiendi, ut constat de modo unio- cipio de su efecto. y de su acción, ya que pertenece a la razón de acción tran- ,
eedendum est non esse in subieeto, sed nh. et de modo subsistentiae, ut infra vide-
eoncipi quasi in se~ quod non est inconve- bimus.
niens, irnmo potius haec est singularis ex- sed prior verior videcur, ut dixi ip. III tomo dam ad terminum, et hoe est esse aerio-
28. Unde eonsequenter diei potest illam III partis, disp. L, seet. S. Ex quibus re- nem. Denique quia ad actionem non est
cellentia et modus dependentiae creaturae. dependenriam creativarn, ut habet rationem
In eodern vero instanti temporis in quo fit sponsum etiam est ad tertium argumentum aerio. Et eisdem rationibus a fortiori con-
aetionis, non esse actionem accidentalem, eiusdem primae sententiae. c1uditur, cum Deus agit se solo ex prae-
est per intimam eoniunetionem et Quam-
cuiusmodi est illa quae indiget subiecto, sed 29. Actio omnis tTansiens est Dei.- Ad supposito subieeto, ibi intervenire actionem
dam identitatem in ipso termino nop tam-
quam in subieeto, sed secundum specialem esse actionem substantialem, ideoque non quartum respondetur falsum esse anteee- transeuntem Dei; quis enim eredat calefae-
et propriam habitudinem qua via eolloeari in praedieamento aetionis, sed re- dens, seilicet, lJullam esse aetionem trans- tionem vel illuminationem factam ah igne
terminum; in qua non requiritur prioi·it~!; duci ad praedicamentum substantiae. Vel euntem respectu Dei; quin potius omnis vel sole esse actionem, non vero factam a
natillae ex ,termini, quia non addi etiam potest in acci- aetio transiens' est aerio ipsius Dei; nam si solo Deo? aut aliquid minus in re habere
s.i[ _a ereawra, est a Deo per generalem eon- hane quam illam? aut si nihil minus in re
nem. Sieut vera ae veram eursum, ita ut una indivisibilis aetio eadem habet, non esse aeque veram actionem?
lefit et in calore qui fit, in illa ut in sub~ inhaesionem sed etiam mu1ta sit ereaturae et Dei. Quo fit ut non solum 30. Deus cum agit, semper media ac-
iecto inhaesionis, quod supponit, in hoe vera quae imitantur modum aecidentium in de- omnis aerio transiens agentis creati sit etiam tione agit.- Ad primam ergo probationem
ut in termino formali, ad quem tendit, et nominatione et quasi informatione extrinse- transiens respeetu increati, quia extra utrum- illius anteeedentis responderur, ex intima
ideo illum non supponit, sed seeum affert ca ve! intrinseea, ut habitus, loeus eontinens que fluit, sed eriam omnis aedo immanens Dei praesentia solum eonc1udi Deum agere
eique identifieatur. Sic ergo jn dependentia et similia, et fortasse aetio ut aerio in univer~ agentis ereati sit transiens respecto Dei, in omnibus immeruatione virtutis et suppo-
creaturae, ablato orrune ad subiecturn, quod sum ita se habet; sic ergo in proposito diei quia, lJ,t est a Deo, fluit extra ipsum. Nec siti, non yero sine actione media; haee
non habet, relinquitur habitudo ad termi- potest quod, lieet dependentia ereationis in se diei potest has actiones non comparari ad e?im non intereedit propter distantiam agen-
~~~e s~~m~:a e::: J~~:al~ ~ff~:;~~dei~~
num, in quo non est tamquam in subieeto, sit modus quidam substantialis, tameD per re- Deum ut actiones, sed ut effeeta, tum quia
sed alia sp'eciali et propria ratione, ut qui- ~pectum ~d agens induit modum accideotis, gratis hoe dicitur, eum habitudo ad utrum-
dam modus eius. Hoc enim commune est ldque satis est ut in praedicamento actionis que agens sit eiusdem modi, turn etiam quia eundum respondetur eoncedendo sequelam·
multis aliis morus, ut habeant propriam ra- eolloeetur. Quae 'responsio est probabilis; illa actio tendit in ulteriorem terminum, nam potentia exsecutiva Dei vere est prO:-
,unde ab utroque agente est ut fluxus qui- cipium sui effeetus et suae aetionis; est
.532 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección IV 533
'@eúnte el fluir realmente de su potencia; pero Santo Tomás, en el lugar citado,
32 Con esto se responde a la tercera parte de aquellos argumentos: de
1;) se expresa de acuerdo con la primera opinión, o habla de la potencia de Dios
dos ~aneras puede entenderse que la criatura es un ente esencialmente dep~­
con respecto al acto inmanente, que también es causa de efectos ad extra. A lo
tercero ya se ha dicho en qué sentido la acción en cuanto tal no es un verda- diente de Dios: una, que la misma dependencia actual pertenezca a la esenc~a
de la criatura, y en este sentido no es verdadero sino de la sola dependenCla
Ij'
1,1'1
dero complemento de la potencia activa, o si esto se atribuye a algunas en sen- actual, acerca de la cual consta que es su misma esencia modal. Pero ella ~o
'1 tido amplio, no pertenece, sin embargo., a la razón de acción en cuanto tal.
pertenece a la esencia de aquella criatura de la que e~ modo y dependen~la,
! ,1 31. A los fundamentos de la segunda opinión, en cuanto defienden que porque se ha demostrado que es algo separable de la mISma; y en este senndo
Ja dependencia no se distingue ex natura rei del término, debe decirse en pri- se desarrolla todo aquel argumento, el cual, consiguientemente, nada concluye.
mer lugar que esto, considerado universalmente acerca de cualquier acción y su Por tanto, hay que entender de otra manera que la criatura es un ente es~nciaI..
término, es falso, como se ha indicado arriba al explicar la causalidad de la mente dependiente de Dios, a saber, porque es un ente de tal naturaleza. y
causa eficiente,. y se dirá también después al tratar del predicamento acción. esencia, que no puede existir sin alguna dependencia de DIOS. Y este senudo
En segund9 lugar se niega que, a este respecto, haya una razón especial para es enteramente verdadero, y se demuestra muy bien por la naturaleza del ente
la creación, y que en ella la dependencia se distinga de! término en menor participado. Pero de ahí no resulta que la misma dependencia actual pertenezca
medida que en otras acciones, como se ha demostrado suficientemente en lo a la esencia, sino sólo que aquella condición o imperfección por la que tal na-
que antecede, habiéndose explicado también de qué manera no es obstáculo turaleza necesita de la dependencia. es esencial. Esto se patentiza porque, aun
para tal distinción e! que la creación sea una producción de la nada. Tampoco cuando pertenezca a la esencia de la criatura e! depender de Dios, no le per-
se sigue un proceso al infinito, puesto que 10 mismo podría inferirse en cual- tenece, empero, e! depender de solo Dios, o e! depender (cosa que es i~al)
quier acción. Porque cualquier acción es, a su modo, efecto del agente del que en virtud de la dependencia que dice relación a solo Dios, aunque tambIén
fluye, pero no es producida ni fluye por otra acción, pues no fluye como efecto, pueda depender suficientemente por tal. dependencia;. lueg? no dete~!na esen- I
sino como el mismo flujo y dependencia. Consiguientemente, de este modo la dalmente para sí misma una dependencIa concreta, smo solo la condICIón o in- /
creación podda llamarse en sentido amplio criatura, en cuanto ella es también digencia de dependencia.
producida por Dios de la nada; mas no es una criatura absolutamente, como
33. Se rechazan algunas consecuencias de la segunda opinión.- Con esto
cosa producida y término de la efección de Dios, sino como la misma depen-
dencia y efección, por lo cual para ella no es necesaria otra creación, ya que queda claro, en primer lugar, que es falsa. la prim~ra consecue,;,cia de a,!uella
su razón esencial consiste en ser dependencia y, por tanto, en orden a ella no opinión, pues la cosa que es creada en sentido prol?lO no deter~~ para SI una
se precisa otra. dependencia. Esta respuesta se toma también de Santo Tomás, dependencia determinada totalmente inmutable e mseparable, segun demostra-
1, q. 45, a. 3, ad 2. Y de ahí resulta que, aun cuando la criatura pueda cam- mos. En segundo lugar, consta que son asimismo falsas la segunda y ter.::ra
consecuencias de dicha opinión, porque ni siquiera la dependencia de s~lo DIOS
biar la dependencia con respecto a este o a aquel agente, sin embargo, en la
misma dependencia no puede variarse la relación a éste o a' aquel agente si es esencial O" enteramente inmutable en toda cosa creada. De lo contrarlO todas
las cosas formas y accidentes dependerían de Dios ahora y siempre por alguna
nO es cambiando la dependencia, pues mediante ella, y no mediante otra de_ depende~cia esencial e inmutable que dijese relación a solo pios, ya que de
pendencia, dice relación intrínseca a tal agente.
suyo tienen aptitud para depender de ese modo, y esto podna bastar para s~
enim de ratione actionis transeuntis ut rea- nihilo. Nec sequitur processus in infinitum,
¡ liter :Huat a sua potencia; D. Thom. autem, idem enim inferri posset jn qualibet actio- 32. U nde ad tertiam partem illorum ar- deat 3 Deo, non tamen u:t pendeat a solo
citato loco, ve! loquitur iuxta primam. sen- n~; Dam quaelibet actio SUD modo est ef- gurnentorum respondetur duohus modis.~­ Deo, aut (quod idem est) ut pendeat peJ:
1.'1·· tentiam, ve! loquitur de potentia Dei re- fectus agentis a quo :Huit, non tamen fit aut teUigi posse creaturam esse ens essenttall- dependentiam dicentem habitudinem ad so-
1

spectu actus immanentis, qui etiam est causa fluit per aliam actionem, quia non :Huit ut ter pendens a Deo; uno modo, quod ipsa Jum Deum, quarnvis etiam possit per taJeID'
i: effectuum ad extra. Ad tertium ¡am dictum effectus, sed ut fluxus et dependentia ipsa. actualis dependentia sit de essentia creatu- dependentiam sufficienter pendere; ergo
rae, et sic non est verum nisi de sola ipsa non determinat sibi essentíaliter certam de-
est, quomodo aerio ut sic non sit verum Ita ergo creatio Jato modo dici potest crea-
complementum potentiae activae, vel si hoc tuca, quatenus ipsa etiam ex nihilo fit a dependentia actuali, quam constat esse pendentiam, sed solum conditionem aut in-
aliquibus largo modo tribuatur, non tamen suarnmet essentiam modaIem. Ipsa vero non digentiam dependentiae.
esse de ratione actionis ut sic. Deo; tamen non est creatura simpliciter, est de essentia eius creaturae cuius est mo- 33. Secundae sententiae aliqua ilIara re'"
31. Ad fundamenta secundae sententiae, Ut res facta et terminus effectionis Dei, sed dus et dependentia, curn ostensum sit esse probantur.- Atque binc constat, primo, faJ..¡
r-------.:~m~::mñid~r=i;¡.;ep¡¡eo,nitle,¡,Ditiiia¡;mfcrniÍio~n=aijs~nn~-~-__m___ipsa --dependentia-et--effectio, el ideo aa- quid -- separabile ab ipsa; et in hoc sensu sum esse primum illatum illius sententiae,
gui ex natura rei a termino, dicendum im- eam Don est necessaria alia creatio, quia procedit totum illud argumentum, qu~ nam res quae proprie creatur Don determi-
primis est hoc universe sumptum de omni eius essentialis ratio est quod sit dependen... proinde nihil concludit. Alio ergo modo 10- nat sibi aliquam determinatam dependen-
accione et termino eius esse faJsum, ut su- tia, et ideo ad illam non est necessaria alia telligendum est creaturam esse ens essen- tiam omnino irnmutabilem ac inseparabilem,
pra :tactum est explicando eausalitatem ef- dependentia. Quae responsio surnitur etiam tialiter pendens a Deo, quia nimirum est ut probavimus. Secundo, constat falsuID'
ficientis causae, et infra eciam dicetur tr":lC- ex D. Thom., J, q. 45, a. 3, ad 2. El bine ens talis natmae et essentiae ut sine aliqua etiam esse secundum e_t tertiurn illatum il-
tando de praedicamento aerionis. Deinde est quod, licet creatura possit mutare de~ dependencia a Deo existere non possit. Et lius opinionis, quia etiam dependentia a
negatur quoad hoc esse specialem racionem pendentiam ab hoc ve! illo agente, tamen hic sensus est verissimus, probaturque op- solo Deo non est essentialis 3Ul prorsus
in creacione, et minus in ea distingui de- in ipsa dependentia non possit mutari ha- time ex natura entis participati. Jnde vero irnmutabilis in omni re creata. Alias res
pendentiam a termino quam in allis actio- bitudo ad hoc vel illud agens nisi mutata non fit actualem ipsam dependentiam esse omnes et formae, et accidentia pendereol!
nibus, ut satis in superioribus probatum dependen tia, quia per seipsam et non per de essentia sed solum conditionem seu im- a Deo' nunc et semper per aliquam depen-
e_st, et declaratum quomodo hujc distinctioni aliam dependentiam dicit habitudinem in- . perfectione~ illam ob quam talis natura eget dentiam essentialem ac immutabilem respi-
non obstet quod creatio sit produetio ex trinsecam ad tale agens. dependentia esse essentiaJem. Quod patet, cientem solum Deum, quia ex se aptae sont,
quia !icet sit de essentia creaturae nt pen- sic dependere, et hoe satis esse posset ad
~------~------------------------------------------------------------------ .. <-r1
I
534 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección V 535
I
existencia; y, finalmente, porgue son verdaderas criaturas producibles de la es improbable; consiguientemente, esa razón es ineficaz en muchos sentidos
nada. De donde se sigue además, en primer lugar, que en toda producción de y tiene un fundamento falso.
formas interviene la verdadera creación, en contra de lo que se ha probado
I arriba y enseña Santo Tomás en 1, q. 45, a. 8. Se sigue, en segundo término,
1
que los agentes creados, o no obran nada o realizan el acto, o al menos no al- SECCION V
"

canzan con su eficiencia a las mismas formas" ya sean sustanciales o acciden-


tales, sino, cuando más, a los modos o uniones de las mismas, y que sólo Dios SI PERTENECE AL CONCEPTO DE CREACIÓN LA NOVEDAD DEL SER
crea todas las formas. De aquí se sigue también, en tercer lugar, que no hay
ninguna razón natural por la que dejen de existir, por separación de su sujeto, 1. Acerca de la eternidad del mundo existe una doble consideración: una
otras 'formas más bien que el alma racional; cosas todas que son contrarias a referente· a su sustancia, otra concerniente al movimiento. Esta última es pro-
la verdadera filosofía y a la sana doctrina, como traté más ampliament. en el piamente física, y por e110 debe omitirse en esta ciencia, aunque no podremos
m tomo de la m parte, disp. IX, seco 1, hacia el final. dejar de tocarla más abajo, al demostrar que Dios existe y que no puede darse
34. Y por 10 dicho aquí y allí consta suficientemente que es también falsa un proceso al infinito en las causas eficientes subordinadas, tanto esencial como
la cuarta consecuencia de aquella opinión; en efecto, la razón que de la de- accidentalmente. En cambio, la primera consideración es propiamente metafí-
pendencia esencial e inmutable infiere que no puede darse un instrumento de sica, pues pertenece a la causalidad de los entes en cuanto entes, y resu1ta
11
la creación, se apoya en un fundamento falso; es más, comete una clara peti- necesaria para explicar la razón de creación, por lo cual entra pedectamente
I i
ción de principio, pues supone que pertenece a la razón de creación el ser de- en este lugar.
pendencia con respecto a solo Dios, que es lo que debía probarse. Añádase
que los autores de dicha opinión se ven obligados a poner en las cosas gene- Argumentos a propósito de la parte afirmativa de la cuestión
rables dos dependencias simultáneas, una esencial con respecto a solo Dios y
otra cuasi accidental (y, sin embargo, connatural) co~ respecto a las causas 2. Efectivamente, hemos dicho que la creación es una prnducción de la
creadas; luego, aunque las cosas ingenerables tengan dependencia esencial de nada; luego es preciso que la cosa que se crea fuese anterior~ente nada; luego
Dios y no la tengan connatural de un agente creado, no obstante, Dios podría pertenece a la razón de creación el que, antes de ella,' preceda el no-ser abso-
luto y completo de la cosa que es creada; por consiguiente, pertenece a la
hacer sobrenaturalmente que fuesen· producidas. por un agente creado en vir- razón de creación la novedad del ser. Esta última consecuencia es· evidente, por-
tud de una dependencia cuasi accidental y preternatural. Porque de esta ma-'
que todo 10 que tiene ser después del no-ser, tuvo alguna vez comieIlZo eIl.-.!'1
nera la gracia, aun cuando tenga -según aquella opinión- la referida depen- ser, y en esto consiste el tener novedad en el ser. En segundo lugar, porque
dencia esencial, y no posea otra dependencia connatural, sin embargo es ·pro- pertenece a la razón de creación el distinguirse de la conservación, al menos
ducida sobrenaturalmente mediante los sacramentos; luego 10 mismo podría de- en el concepto y denominación, en conformidad con lo que ha de tratarse en
cirse de un ángel, en cuanto se desprende de aquella razón; ahora bien) esa la disputación siguiente; pero no se distingue por otro capítulo sino porque la
segunda dependencia sería una verdadera creación, puesto que sería una acción, creación designa la novedad del ser, que no es expresada por la conservación; pues
a no ser que se diga que tal ángel se produciría a partir de él mismo, 10 cual un ángel, que ahora es conservado por Dios mediante la misma acción con que fue
creado, no se crea en este instante, porque en -el presente. momento no tiene
I posse dari insttumentum creatiCinis, rntltur
1

earum existentiam, ae denique quia sunt


verae ereaturae producibiles ex nihilo. Ex falso fundamento; irnmo aperte petit prin- angelus tieri ex seipso, quod improbabile"y~ Argumenta ad partem affirmativam
quo ulterius sequitur, primo, in omni for- cipium, nam supponit de ratione creationis est; illa ergo ratio multis modis est inef- '~.~ quaestionis
marum productione admisceri veram crea- esse ut sit dependentia a solo Deo, quod ficax falsurnque habet fundamentum. 2. Diximus enim creationem esse pro-
tionem) contra ea quae supra probata sunt, probandum erat. Adde quod auctores illius ductionem ex nihilo; ergo necesse est ut
e! quae docet D. Thom., 1, q. 45, a. 8. opinionis coguntur ponere in rebus genera- SECTIO V res quae creatur prius fuerit nihil; ergo de
Sequitur, secundo, agentia creata vd nihil bilibus simul duas dependentias, unam es- . UTRUM DE RATIONE CREATIONIS SIT NOVITAS ratione creationis est ut ante illam praece-
ve! actum vel saltem non at- sentialem a solo Deo et aliam ESSENDI dat non esse simpliciter et omnino eius rei
efficiendo formas, ve! substan- dentalem (connaturalet;n quae ereatur; ergo de ratione creatioois est
1. De-·aeternitate mundi duplex est con- novitas essendi. Patet haec ultima conse-
dos vel uniones earum, solumque a Deo et non ha- siderarlo, una quoad ~ubstantiam eius, al- quentia J quia omne id quod habet esse post
creare omnes formas. Unde ulterius sequi- connaturalem ab agente creato, nihi- tera quoad moturo. Haec posterior es! pro- non esse habuit aliquando initium essendi,
tur, tertio, nullam esse naturalem rationero lominus posset Deus supernaturaliter facere prie physica, et ideo praetermittenda est in et hoc es~ habere novitatem essendi. Se-
oh quam potius aliae formae· desinant esse ut flerent ab agente creato per dependen- hac scientia, quamquam non poterimus il- cundo, quia de ratione creationis est ut a
per separationem a subiecto, quam anima tiam quasi accidentariam et praeternatura- lam non attingere inferius demoDsttando conservatione distinguatur, saltem ratione
rationalis; quae omnia sUnt contra veram lem. Sic enim gratia, ticet habeat dictam de- Deum esse et non posse dari processum in et denominatione, iuxta ea quae .tractanda
:1
philosophiam et sanam doctrinam, ut larius pendentiam essentialem, iuxta illam senten- infinitum in causis efficientibus, tam per se sunt dis'putatione aequenti; sed non in alio
tractavi in 111 tomo 111 partis, disp. IX, tiam, et non habeat atiam dependentiam quam per accidens subordinarla. Prior vero distinguitur nisi quia creatio dicit novita-
sect. 1, versus finem. cc.nnaturalem, nihilominus tit supemarura- consideratio est proprie metaphysica, nam tem essendi, quam non dicit conservatio;
34. Et ex hic et ibi dictis satis constat liter per sacramenta; ergo ita dici posset de pertinet ·ad causalitatem enrlum quatenua ideo enim angelus, qui Dunc conserVBtur a
falsum etiam esse quartum illatum illius angelo) quantum est ex vi illius rationis; entia sunt, estque necessaria ad declaran- Deo eadem actione qua creatus fuit, non
sententiae; nam i11a ratio quae ex depen- illa autem secunda dependentia esset vera· dam rationem creationis, et ideo in hunc 10- creatur nunc, quia in praesenti nunc non
dentia essentiali et irnmutabili infert non crearlo, quia esset actio, nisi dicatur t$lis. cwn optime cadit. habet novitatem essendi; ergo. Maior patetJ
- - - - - - - - - - - - - - - - - - y - - - - - - - - - - - - - -,

Disputación XX.-Sección V 537


536 Disputaciones metafísicas

novedad en el ser; luego. La mayor es patente, pues si en algún efecto no se después del no-ser, de manera que el ser suceda al no-ser en una sucesión o
, '

distinguiese la creación de la conservación, tal efecto nunca sería creado, sino duración real. Así opina Alberto Magno, In 11, disto 1, a. 6 y 10, Y en VIII Phys.,
I siempre conservado, lo cual parece implicar una contradicción palmaria. Pues c. 1; Buenaventura, In 11, disto 1, a. 1, q. 1; Ricardo, en el mismo lugar, a. 3,
j'll ¿ cómo será conservado lo que no ha sido producido o creado? En tercer lugar q 4; Marsilio, en ese pasaje, q. 1, a. 2; Enrique, Quodl. 1, q. 7, Y Quodl. IX,
q. 17. Todos ellos enseñan, en virtud de este fundamento, que es imposible
.! pertenece a la razón de criatura el no ser eterna; luego pertenece a la razó~
que las cosas, incluso las sustanciales e incorruptibles, fuesen creadas desde la
de creación el no ser eterna; luego a la razón de creación pertenece la novedad
eternidad; y pensaron de igual modo algunos filósofos, como Filopón, en el li-
del se.r. Las consecue?c~as son claras; en cuanto al antecedente, puede probarse, bro en que responde a los argumentos de Proclo en favor de la eternidad del
en pr1ll1er lugar, teologleamente, porque los Santos Padres coligen que el Verbo mundo, c. 3. Acumula muchos argumentos en favor de esta sentencia Toledo,
es verdadero Dios por haber sido producido desde la eternidad. Y consideran
VIII Phys., c. 2, q. 2, que también la profesa.
que con ello se demuestra suficientemente que esa producción no es creación, 4. Aristóteles da por supuesta la opinión contraria en VIII de la FísicQ (si
ya que es eterna; luego suponen que la eternidad es contradictoria con la crea- es verdad que conoció la creación). Pero la defiende principalmente Santo To-
ción. La consecuencia es manifiesta, y el antecedente se prueba por lo que dice más, 1, q. 46, a. 2, a quien siguen sus discípulos: Cayetano, en el mismo lugar;
Atanasia, Orat. 11 cont. Arian.; y Nacianceno, Orat. XXXII, con el escolio de Ferrariense, en VIII Phys., q. 3; Herveo, tratado De aeternitate mundi, q. 2,
Nicet., n. 58; Basilio, lib. IV Cont. Eunom., § Quod Filius non sit CTeatuTa·
y Cirilo.Ale¡andrino, diálogo IV de Trinit.; Damasceno, lib. 1 De fide, c. 8 y
AmbrosIO, ilb. 1 Hexaem., c. 3, y otros, a los que citaremos después. Se prueba
9; e In 11, disto 1, donde también la sostienen Capréolo y Deza, y asimismo Egidio,
Ockam, Gabriel, Argentina, y especialmente Gregario, q. 3, Y Durando, q. 2,
el cual limita esto a la creación de las cosas incoITuptibles. Escoto, por su parte,
en segundo lugar el mismo antecedente por razón filosófica: lo que es eterno
es inmutable; pero la inmutabilidad repugua a la criatura. El antecedente e~ q. 3, estima que es un problema.
manifiesto, pues lo que es eterno, necesariamente debe permanecer en una du-
ración infinita, lo mismo que existió desde la eternidad; de lo contrario exis- Solución de la cuestión
tiría algo eterno que permaneciese solam~nte en una duración finita l~ cual
implica ~a contradicción evidente. Ahora bien, lo que necesariamen;e ·perma- 5. A mi me parece que la opinión de Santo Tomás es verdadera en lo con-
nece de Igual modo y en la misma disposición a través de una duración infi- cerniente a esta parte. Mas, para explicar y confirmar la cuestión, advierto que
nita, es inmutable. Con lo cual se confirma, porque si la criatura fuese eterna una cosa o producción puede ser eterna de dos maneras. De una, por su intrín-
l' Dios se vería obligado a conservarla por un tiempo o duración infinita. Y po;
la misma razón y necesidad la conservaría siempre perpectuamente, ya que no
seca necesidad, así como es eterna la generación del Verbo divino. De otra, sin
necesidad absoluta, por la libertad de la causa que quiere producirla desde la
hay mayor razón para una duración que para otra. eternidad.
6. La creación no es necesariamente eterna.- Así, pues, afirmo en primer
Se exponen las opiniones contrarias lugar: repugna a la creación el ser intrínsecamente eterna. Por ello cabe decir
que la novedad en el ser pertenece a la razón de creación, ya sea en acto, ya, al
3. Por estos argumentos y otros semejantes, algunos teólogos afirmaron menos, aptitudinalmente. Esta afirmación se sigue, ante todo, de la fe, no sólo-
que pertenece a la razón de creación el que mediante ella se comunique el ser
tionis esse quod per eam communicetur es- ubi etiam Capreol. et Deza, atque e-tiam
quia si in aliquo effectu non distingueretur Ambrosio, lib_ I Hexaem., c. 3, et alüs qUQS se post non esse, ita ut reali successione Aegidius, Ocham, Gabriel} Argentina, et
crearlo a conservatione, talis effectus nun- infra referemus. Secundo probatur idem an~ seu duratione esse sequatur post non esse. praecipue Greg., q. 3, et Durand., q. 2,
quam esset crea tus, sed conservatus sem· tecedens ratione philosophica, quia quod Ita sentit Albertus Magnus, In 11, d13t. 1, qui hoc limita~ ad creationem rerum in-
per, quod plane videtur involvere reptig- aeternum est, est lmmutabile; repugnat au- a. 6 et !O, et VIII Phys., C. 1; Bonw., corruptibilium. Scotus vero, q. 3, problema
nantiam. Quomodo enim conservabitur tem creaturae inunutabilitas: Antecedens pa- In 11, disto 1, a. 1, q. 1; Richard., ibid., esse existimat.
quod factum seu creatum non est? Tertie,., tet, quia quod est aeternum necesse est Ita a, 3, q. 4; Marsil., ibi., q. 1. a. 2; HenClc.,
Quod!. 1, q. 7, et Quodl. IX, q. 17. Qui Quaestionis resolutio
de ratione creaturae est ut non sit aeter- infinita duratione permanere, sicut ex aeter-
na; ergo de ratione creationis est ut non nitate fuit, alias esset aliquid aeternwn fi- omnes ex hoc fundamento docent impos- 5. Mihi opinio D. Thom. vera esse vi-
sit aetema; de ratione est nita tantum duratione est sibile fuisse res etiam substantiales et in- detur quoad hanc partem. Ad rem vero de-
corruptibiles creatas esse ab aeterno; idem- clarandam et confirmandam, adverto duo-
theologice pro- autem ex necessitate permanet eodem modo que senserunt nonnulli .philosophi, ut Phi- bU') modis posse rem aliquam ve! produc-
sancti Patres colligunt Verbum et in eadem dispositione per infinitam du- loponus in libro quo respondet ad argu- tionem esse aeternam. Uno modo ex in-
trinseca necessitate sua, quomodo divini
""

esse verum Deum quia ab aetemo produc- rationem, immutabile esto Unde confirma- menta Proc1i pro aeternitate mundi, C. 3.
tum esto Et inde putant sufficienter probari tur, nam si creatura esset aeterna. cogere- Et in huius sententiae favorem plura con- Verbi generatio aeterna esto Alio modo abs-
íllam productionem non esse creationem, tur Deus infinito tempore ve! duratione eam gerit argumenta Toletus, VIII Phys., C. 2, que necessitate simpliciter, ex libertate cau-
quia aeterna est; ergo supponunt repugnare conservare. Et eadem ratione ac necessitate q. 2, qui eam etiam amplectitur. sae volentis ex aeternitate eam efficere.
creationi .aetemitatem. Consequentia est cIa- eam semper perpetuo conservaret, quia non 4. Contraria sententia supponitur ab 6. Creatio non necessario aeterna.- Dico
ra~ et antecedens probatur ex Athanas., orat. est maior ratio de una duratione quam de Axist., VIII Phys., (si verum est ipsum ergo primo: repugnat creationi quod sit
11 cont. Arian.; el Nazianz., orat. XXXII, alía. cognovisse creationem). Eam vero oraeci- ab intrinseco aeterna. Unde dici potest no-
cum scholio Nicet., n. 58; Basil., lib. IV pue defendit D. Thom., 1, q. 46, a. 2, vitas essendi esse de ratione creationis, vel
'cont. Eunom., § Quod Filius non sit crea- Contrariae opiniones referuntur quem sequuntur eius discipuli; Caiet., ibi; actu vel saltem aptitudine. Haec assertio
tura; et Cyrill. Alexand., dialogo IV De 3. Propter haee et similia argumenta, Ferrar., VIII Phys., q. 3; Hervaeus, tracto imprimis sequitur ex fide, tum quia de fide
Trinit.; Damasc., lib. I De Fide, c. 8 el 9; aliqui tbeologi asseruerunt de ratione crea- de Aeternit. mundi, q. 2} et In 11, disto 1, est nullam creationem actu ;fuisse aeternam;
i
, 1

538 Disputaciones metafísictl.) Disputación XX.-Sección V 539

porque es de fe que ninguna creación fue eterna en acto, y, por tanto, se des- Se responde que para la razón aducida basta que la creaclOn pasiva o produc-
prende con mucho mayor fuerza que ninguna es necesariamente eterna; sino tam- ción de la criatura (ya se distinga de la criatura realmente, ya sólo conceptual-
bién porque es de fe que Dios no obra nada fuera de si por necesidad natural. mente) esté fuera de Dios y, en consecuencia, fuera de toda necesidad de exis-
1I
De donde se concluye la razón: ninguna criatura (bajo la cual puede induirse tir. Se dirá: luego si suponemos que la creación activa se encuentra en ,Dios
'1, también la misma creación, como vimos arriba) tiene el ser por sí misma y, con- y no en la criatura, aquélla _tendrá necesidad de existir y será intrínsecamente
siguientemente, tampoco tiene necesidad de existir; luego tampoco la creación eterna; luego necesariamente dará como consecuencia una creación pasiva eterna.
puede tener por sí misma esta necesidad; mas no la posee tampoco por una Se responde en general distinguiendo el antecedente, a saber, que será eterna
causa extrínseca; luego no puede ser eterna en el sentido indicado. Porque a dicha acción en cuanto a la realidad que pone en Dios, mas no en cuanto a la
ella no le r~pugna por su propia razón esta novedad; y tampoco le repugna por relación de razón que connota con respecto a la criatura, ya que no se entiende
parte de DIOS, ya que, como demostraremos después, Dios no obra nada fuera esta relación mientras no exista la criatura. Y si se insiste en que tal acción no
de si por necesidad natural; luego. es acción atendiendo a aquello que le añade la relación de razón, puesto que eso
7. Ninguna razón natural prueba que el mundo exista eternamente.- Y en no es nada, sino según lo que .en ella hay de entidad y realidad, debe respon-

1 i i
virtud de esta conclusión consta de inmediato que no puede demostrarse por
razón natural que el mundo exista desde la eternidad; supongo, en efecto, que
es evidente por. razón natural que el mundo recibió el ser por creación, según
derse que en dicha acción cabe considerar dos cosas: una, su ser; otra, su efi-
cacia actual, es decir, el que actualmente induzca una pasión; en cuanto a lo
primero, es eterna; en cambio, por lo que hace a lo segundo no lo es, -puesto
que tal acción posee tan gran nobleza y perfección que no infiere o pone su
se demostró arrIba. Con esto se concluye la razón del siguiente modo: sólo hay
demostración de las cosas. necesarias; pero que la creación del mundo haya exis- término sino cuando quiere el que obra. Y como la acción en cuanto acción no
tido siempre no es necesario, ni por necesidad intrínseca de la misma ni por expresa solamente la entidad de esa, acción en sí misma, sino que connota tam-
necesidad extrlnseca del agente; luego no es demostrable. No voy a detenerme bién la actual unión o emanación pasiva del término, por eso, de manera abso-
en refutar las razones de Aristóteles, trabajo que han realizado con bastante eru- luta, dicha acción no es necesariamente eterna, sino que puede ser temporal.
i
dición otros escritores, no sólo por este motivo, sino también porque las razones 9. Y, ciertamente, esta doctrina es verdader;1; mas si alguno la examina con
filosóficas o no tienen ningún valor o se encaminan principalmente a demos- atención, comprenderá que todo aquello que existe por modo de acto que se
trar que el mundo no tuvo comienzo por generación natural, cosa que es cer- entiende como eterno en Dios no es una verdadera acción, en el sentido en que
tIsima, sea 10 que fuere de la eficacia de los argumentos. Y la razón metafísica,
. t. acción significa tránsito actual y flujo que procede del agente y tiende al tér-
mino; porque semejante acción no es realmente separable del término, ya que
o teológica, que puede tener alguna dificultad o importancia, se va a tratar in- consiste en el fluir actual del mismo. Luego todo lo que se entiende como eternO-1
mediatamente. en Dios existe por modo de acto que sea principio de obrar, ya sea principio
8. Se resuelve una duda.- En efecto, alguno puede dudar acerca de la prue- como la misma -potencia o forma de la que mana en el tiempo la acción, ya sea ¡
ba de esta afirmación, ya que parece que apoyamos una cosa cierta en un prin por modo de acto inmanente que aplica la potencia ejecutiva para_ que en un:
cipio incierto y opinable, a saber, que la creación es algo creado y extrínseco "tiempo determinado produzca la acción, como es eternamente en Dios el acto \,
a Dios, lo cual es incierto, como queda de manifiesto por la secci9n anterior.
tione praeeedenti. Respondetur ad rationem non inferat seu ponat terminum suum ruSl
faetam satis esse quod creatio passiva seu quando vult operans. Et quia aetio ut actio
ergo multo magls nullam ex necessitate esse probatum esto Unde sic conc1uditur ratio, fieri ereaturae (sive re, sive ratione tantum non tanturn dicit entitatem illius aetionis
aeternam; tum etiam quia de fide est Deum nam demonstratio tantum est de necessarüs; a creatura distinguatur) sit extra Deum et secundum se, sed connotat etiam, actualem
nihil extra se agere ex necessitate naturae. sed creationem mundi semper esse non est eonsequenter extra omnem necessitatern es- eoniunetionern seu emanationem passivam
Unde concIuditur ratio quia omnis creatura nr_eessarium, neque ex intrinseea neeessi- sendi. Dices: ergo si supponamus creatio- termini, ideo simpliciter illa aetio non est
(sub qua etiam ipsa creatio comprehendi tate eius neque ex extrinseea neeessitate nem activarn esse in Deo et non in erea- ex necessitate aeterna, sed potest esse tern-
potest, ut supra vidimus) non habet ex se agentis; ergo non est demonstrabile. Non tura, illa habebit neeessitatem essendi eritque poralis.
esse, et -consequenter nec necessitatem es- irumorabor autem in solvendis rationihus .ab intrinseeo aeterna; ergo ex necessitate 9. Atque haec quidem doctrina vera est;
sendi; ergo nec creatio ex se potest habere . inferet creationem passivam aeternam. Re- s¡ quis tamen illam attente consideret, io-
Aristotelis, in quo alii scriptores satis eru- telliget illud quidquid est per modum ac-
hanc sed neque ab extrins'.!ca dite laborarunt; tum ob hoe ipsum, tum spondetur communiter distinguendo anteee"
ergo non pote~t esse dens, seilicet, quod erit aeterna illa aetio tus quod intelligitur aeternum in Deo non
etiam quia rationes vel nullius esse veram actionem, prout actio significat
quantum---ad- -rem quam ponit in Deo, non
quitur posterior I?ars, vero quantum ad re1ationem rationis quam actualem viam et fiuxum manantem ab agen-
1, de ratione creationis esse novltatem ut probent mundum non ineepisse per na4 te et tendentem in terminum; nam huius-
connotat ad creaturam; haec enim non in-
saltem aptitudine. Quia illi ex ratione sua turalem generationem, quod verissimum est, telligitur esse donec creatura existat. Quod modi aerio non est re separabilis a termi-
non repugnat haec novitas; neque etiam quidquid sit de rationum efficacia. Ratio au- si instes quia illa aecio non est aetio secun- no, cum consistat in aetuali fluxu eius.
repugnat ex parte Dei, quia, ut infra osten- tem methaphysiea seu theologica, quae pot- dum id quod relatio rationis illi adiungit, Ergo quidquid intelligitur aeternum in Deo,
demus, nihil extra se agit Deus ex neces- est esse alicuius difficultatis vel momenti, id enim nihil est, sed secundum id Quod esr per modum aetus qui sit principium
sitate naturae; ergo. statim attingetur. est entitatis et realitatis in ipsa, responden- agendi, sive sit principium, tamquam ip-
7. Nulla ratio naturalis probat mundum 8. Dubium ,dissolvitur.- Dubitare enim dum est in aetione illa duo posse conside- samet potencia vel forma a qua in tempore
esse ab aeterno.- Atque ex hac conclusio- potest aliquis caca probationem huius as- rari: unum est esse i!lius, aliud est actua- manat aedo, sive sit per rnodum actus Un-
ne obiter constat non posse ratione naturali sertionis, nam videmur fundare rem certam lis effieacia eius, seu quod passionern ln- manentis applicantis potentiam exsequentem
demonstrari mundum esse ab aeterno; sup- in principio incerto et opinabili, nimirurn, ferat actualiter; quoad primum aeterna est, ut taH tempore aetionern inferat, quomodo
pono enim ratione naturali constare rnuo- quod creatio sit aliquid ereatum et extra" quoad secundum, vero minime, quía illa ac- est ah aeterno in Deo actus voluntatis quo
dum habuisse esse per creationern, ut supra Deum, quod incertum est, u): patet ex sec- rio tantae est nobilitatis et perlectionis ut vult creare, non tamen pro ipsa aeternitate.
.----------------------------------------------------~ . . ~
!
i

1I

540 Disputación XX.-Sección V 541


I
Disputaciones metafísicas 1

de la voluntad por el que quiere c~ear, al1";que no en la tuisma eternidad, sino otra como cuando decimos que el tiempo vespertino se hace del matutino; efec~
en el tiempo o momento que El qUISO definir. tiva:nente, además de que esa expresión es muy impropia e inepta para la de- I
10 Con ello se resuelve fácilmente el argumento que más pudo mover a finición, denota asimismo un orden accidental, a no ser en las cosas sucesivas
los filÓsofos, pues si la creación existe en el tiempo, hubiera sido pr~ciso qUt en cuanto sucesivas; pero la creación no es de suyo una emanación sucesiva,
Dios cambiara, al menos por razón de la voluntad de crear, ya que, SI crea ~D sino momentánea, es decir, simultánea en su totalidad. Consiguientemente, la
el tiempo, en el tiempo quiere crear; luego sufre mutación. Porque debe dIS- expresión de la nada, o bien- significa, tomada en sentido negativo, la carencia
tinguirse el primer consecuente, «en el tiempo quiere», por parte de~ ac~o y por de causa material, y por esta parte no hay ninguna necesidad de novedad del
parte del objeto; el primero es verdadero y el segundo falso; es dec~r, SI el sen- ser, ya que la creación, aun siendo eterna, pudo ser independiente de la causa
\\ tido es que en el tiempo comienza a realizar el acto por el que qUIere crear> o material' o denota la relación al término a quo, que debe ser en absoluto no.-\
.1
su determinación libre, entonces se niega la c~~secuencia, ,ya que p~do querer ente, y ~Iltonces expresa únicamente orden de naturaleza, no de ~uración, como J
! observó también Avicena, lib. VI de su Metafísica, c. 2. Ahora bIen, eOCe orden
li \ desde la eternidad, por un acto eterno, la creaclOn que realIza en el tiempo; en de· naturaleza consiste únicamente en que la criatura, de suyo, no tiene en ab-
cambio, si el sentido es que en el tiempo quiere crear objetivamente, o sea, que
el crear en el tiempo fue el objeto de la voluntad divina, entonces el consecuente soluto ningún ser, si otro no se lo comunica por creación, y en este sentido de
es verdadero. Y para explicarlo suele decirse ordinariamente que es más verda- suyo es nada negativamente, es decir, no tiene el ser por sí misma. Por esta. 1
dero y' propio afirmar que Dios quiso crear en el tiempo que decir que quiso razón, aunque fuese creada desde la eternidad, sería creada de la nada, porque
\ en el tiempo crear; porque en la primera locución, la expresión en el t¡empo se de no tener el ser por sí misma ,pasa a tener el ser por otro, de sue!"te que el 1
'Ir mismo ser (que, si no fuese hecho, seria nada) es producido por creacl~n. Y en- -
une al verbo crear, mientras que en ]a segunda parece unirse al querer mismo;
\ mas de este sentido verdadero no se sigue ninguna mutación, ya que la voluntad tonces, aunque en ninguna duración real sea verdad decir que la cnat"fra. no
i11·" existe, o que es nada, sin embargo, es verdad afirmar que es nada con prlOfldad
",de ese objeto temporal es eterna. En cuanto a saber qué es esa voluntad eterna,
.1 o qué añade a la misma en la eternidad la determinación libre en orden a un natural a ser algo, porque tal prioridad natural no excluye el que sea de esa
'1,
"

objeto temporal, se ha de decir después, al tratar de los atributos de Dios, ya manera en alguna duración real, sino que debe explicarse negativamente, a sa-
que no interesa al presente; porque la dificultad es la misma, aun. cuando enten- ber, que sin la causalidad, que existe en virtud de la creación, la cosa sería nada.
damos que esa determinación libre de Dios se ordena a una creaCIón eterna. Escoto observó acertadamente esto In ll, disto 1, q. 2, distinguiendo una doble
11. No repugna a la creación el ser realizada desde la eternidad.- En qué prioridad natural: positiva y privativa. De igual modo que, en el mismo instaote
sent¡"do debe entenderse la expresión «de la nada» en la definición de creación.- en que la forma entra en la materia, se dice que es expulsada la' privación, la
En segundo lugar, afirmo: no pertenece a la razón de creación la novedad del cual se afirma que está en la materia cot;l prioridad natural a la' introducción de
ser actual, es decir, que no sea producido desde la eternidad. Se, demuesn:a por: la forma, no formal o positivamente, sino causal o negativamen~e, pues si no se
que ni está incluido esto en la definición de creación rectamente entendida, ru introdujese la forma, allí estaría la privación; pues de igual manera debe enten-
por ningún otro capítulo resulta ello necesario ni contradictorio lo opuesto. Se derse en el presente caso.
prueba la primera parte, porque cuando se dice que la creación es una produc- 12. Segunda parte.- La segunda parte se prueba porque no puede mos-
ción de la nada, la partícula de no significa sucesión de una cosa después de trarse repugnancia por ningún otro capítulo, cosa que se pondrá de manifiesto

eed pro tempore ve! momento quod ipse in lempore coniungitur cum verbo creare, cimus vespertinum tempus fieri ex matuti- ita ut ipsurnmet esse (quod, si non fieret,
definire voluit. in posteriori autem videtur coniungi cum no; nam praeterquam quod illa locutio nihil esset) per creationem fiat. Et tune,
10. Ex quo facile so!vitur argumentum ipso veJle, ex hoc autem yero sensu non est valde impropria et inepta ad definitio- !icet in nulla duratione reali verum sit di.'
quod maxime potuit philosophos movece, sequitur ulla mutatio, cum vo!untas illius nem, denotat etiam ordinem per accidens, cere creatura non est, aut nihil est, nihilo.
nam si creatio est in tempore, oportWsset tempora1ís obiecti sit aeterna. Quid autero nis! in successivis quatenus successiva sunt; minus verum est dicere prius natura esse
Deum mutari, saltem ratione voluntatis sit illa voluntas aeterna, quidve illi addat creatio autem non est de se successiva ema- nihil quam aliquid J quia illud prius natUra
creandi; nam si in tempore creat, in tem- in ipsa aeternitate libera determinatio ad. natio, sed momentanea seu tota simulo Illud non excludit ita esse in aliqua duratione
pore vult creare; ergo rnutatur. Distinguen- temporale obiectum) dicendum est infra ergo ex nihilo, vel negative sumptum sig- reali) sed explicandum est negative) scilicet)
durn est enim primum consequens) in tem- tractando de attributis Dei) nam ad prae~ nificat carentiam causae materialis, et ex quod sine causalitate, quae est per creatio-
.por~ vult? ex parte actus vel ex parte ob- sens non refert; eadem enim est difficultas, hac parte nulla est necessitas novitatis es. nem, ces nihil esset. Quod recte notavit
I ~--------c~:C=~~':'.'~;-'~-=~~'-'::e':~~~:-:~-:'i·amsi-intelligamus-iU.am-lib@-r-am-deter-mi~
sendi, quia creatio, etiamsi esset ¡teterna, Scot., In 11, disto 1) q. 2, distioguens du-
~ sum; id est, si sit seosus in tempore ~- nationem Dei esse ad creationem aeternam. potuit eSs-e independens a materiali causa;
vel denotat habitudinem ad terminum a
plicem prioritatem naturae, positivam, sci-
cipit habere actum quo vuIt creare, ve! 11- 11. Non repugnat creationi ab aeterno licet, et privativam. Sicut in eodem instanti
beram eius determinationem, sic negatur exerceri.- Particula ex nihilo in definitione quo) qui debet esse simpliciter non ens, et in quo forma ingreditur materiam dicitur
consequentia) nam per actum aeternum ve1- creationis qualiter intelligenda.- Dico se. sic denotat tantum ordinem narurae. non expeIli privatio, quae dicitur in materia es-
le potuit ex aeternitate creationem quam cundo: non est de ratione creationis novi- durationis, ut etiam Avicenna notavit) VI se prius natura quam introducatur forma,
facit in tempore; si vero sit sensuS' in :t:em- tas essendi actualis, seu quod non fiat ex suae Metaph., ·c. 2. Hic autem naturae or~o non formaliter seu positive, sed causaliter
pore vult creare obiective) id est) quod aeternitate. Probatur, quia neque in defini~ in hoc tantum consistit quod creatura de seu negative) quia nisi introduceretur forma,
creare in tempore fuit obiectum divinae tione creationis recte inteIlecta hoc inclu~ se nullum omnino esse habet nisi ab alio ibi esset privatio; sic ergo in praesenti in-
voluntatis, sic est verum consequens. Ad ditur, neque ex aliquo alio capite id est cornmunicetur per creationem, et ita ex se telligendurn esto
quod explicandum dici commuruter solet necessarium, aut oppositum repugnat. Prior est nihil negative) id est) non habet ex se· 12. Posterior pars.- Posterior pars pro.
verius ac proprius dici voluisse Deum in pars probatur, nam cum creatio dicitur esse esse. Atque hac ratione) etiamsi ab aeterno batur, quia ex nullo alio capite potest os-
tempore creare quam quod in tempore vo- productio ex nihilo, illud ex non significat crearetur, ex nihilo crearetur, quia ex non tendí repugnantia) quod facillime constabit
luerit creare; quia io prjori locutione illud successionem unius post aliud) ut cum di. habente esse ex se fit habens esse ab alio) solvendo difficultates in principio positas.
542 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección V 543
r
Ii
I
,, . '

facilisimamente resolviendo las dificultades puestas al principio. Por ahora se mismo ser permanente y en la misma duración indivisible, y por la misma ac-
explica brevemente, ,porque ello no es contradictorio por parte de Dios, como CIón indivisible, como diré en la disputación siguiente. Unicamente según nues-
resulta evidente, pues es omnipotente, ni repugna por parte del mismo ser crea- trO modo de concebir se aprehende dicha conservación o duración por modo de
do en cuanto tal, ya que, aun cuando sea producido desde la eternidad, será sucesión, ya que no podemos medir o concebir tal duración de otra manera sino
- verdaderamente creado y dependiente; porque no pertenece a la razón de tal como por coexistencia con una sucesión imaginaria infinita.
\ ser creado el no haber existido alguna vez en el tiempo anterior, como tampoco 14. Una cosa creada desde la eternidad no es infinitamente perfecta.- Y así
1 pertenece a su razón el que no haya de existir alguna vez en el tiempo poste- se entiende también fácilmente que de la creación eterna no se sigue ninguna

~
I rior; consiguientemente, sólo pertenece a su razón el no existir por sí mismo infinitud real en la cosa creada; pues, aunque .la duración eterna se diga infinita
y el no tener abso~uta necesidad de existir; pero tendría ambas cosas aunque en cuanto carece de principio, sin embargo, ésa es solamente, o bien cierta de-
.Juese producido desde la eternidad, porque, además de emanar eficientemente nominación extrínseca de coexistencia con la eternidad de Dios, en cuanto ca-
de otro, dependeria de su determinación libre. Tampoco repugna a la libertad rece de principio, o bien (cosa que parece más cierta) una negación de comienzo
de la causa la eternidad del efecto, pues, asi como la determinación de la volun- en la existencia; pero en la realidad no se añade a la criatura ninguna perfec-
tad divina es eterna y, a pesar de ello, es libre, porque con prioridad racional ción infinita, sino la misma existiendo siempre; de igual manera que, para el
a que esa volwltad se entienda determinada en su eternidad se entiende indife- ángel, el coexistir o durar mil años del movimiento celeste no es mayor per-
rente para querer éste o aquel objeto fuera de sÍ, igualmente, aun cuando crease fección física que existir un solo momento, sino que es la misma en su totalidad
desde la eternidad y en la misma eternidad, seria indiferente, con prio(idad ra-
durando sin interrupción; luego por ningún capitulo repugna a la creación el
cional, para crear o no crear. Además, tampoco por el modo según el cual se
ser eterna.
realiza la creación repugna que ésta sea eterna, ya que no se hace sucesivamente
sino toda al mismo tiempo y de manera indivisible, y por ello, aunque la eter- 15. Las cosas corruptibles permanentes pudieron ser creadas desde la eter-
nidad misma se entienda indivisible, la creación puede coexistir con ella. nidad.- Y de aquí infiero, adeniás, que no es necesaria la limitación que aplica
. .1
Durando acerca de las cosas incorruptibles, pues la creación de las cosas perma-
13. Se responde a una obieción.- Dicen algunos que, aunque la creación
nentes corruptibles, si se realiza toda simultáneamente sin sucesión, como exige
:1 en cuanto tal se haga toda simultáneamente, la conservación, empero, se realiza
de suyo la condición de las cosas permanentes, tampoco requiere ·por su intrín-
sucesivamente; pero una creación eterna lleva aneja, de manera necesaria, una
.conservación y una duración infinita sucesiva; por consiguiente, como es contra~ seca razón la novedad en el ser, ni tiene moti"o para que le repugne intrín-
dictorio que una sucesión sea eterna, según suponemos, también lo será que la secamente la eternidad en el ser; porque todo el razonamiento. aducido puede
creación sea eterna, al menos atendienq.o a la co~servación aneja. Esta objeción aplicarse de igual modo a semejantes cosas, Ahora bien, dice Durando que a una
tendría lugar, ciertamente, en la opinión de Buenaventura y de otros, que pien~ cosa corrup~ble le repugna la duración infinita, incluso en el sentido expuesto,
san que en el ser de las cosas incorruptibles, o en su duración o evo, se da su~ ya que una cosa corruptible no puede durar un tiempo infinito; pero es nece-
cesión real; pero tal sentencia es falsa, como demostraremos más abajo, al tratar sario que una cosa producida eternamente dure un tiempo infinito. La respuesta
de las duraciones. Por tanto, es asimismo falso que en la conservación perpetua común es que el argnmento demuestra que una cosa corruptible no puede ser
de estas cosas sea necesaria una duración real, ya que son conservadas en el creada desde la eternidad y ser abandonada a su naturaleza; porque de ah! se

quam realem successionem, nam in eodem quam existere uno momento, sed est eadem
I
Nunc autem dec1aratur breviter, quia id non tlonem ad creandum vel non creandum. esse permanenti et in eadem duratione in- secundum se totam sine interrnlssione du-
repugnat ex parte Dei, ut constat, cum sit Rursus, neque ex modo quo fit creatio re- divisibili conservantur, et eadem indivisibili rans; ergo ex nu110 capite repugnat crea-
t omnipotens, nec repugnat ex parte ipsius pugnat eam esse aeternam, quia non fit aetione, ut disputatione sequenti dicam. So- tioni esse aeternarn.
esse creati, ut sic, quia, licet ah aeterno successive sed tota simul et indivisibiliter; lum nostro conclpiendl modo i11a conserva- 15. Res corruptibiles permanentes ab ae-
1

fiati erit vere ereatum et pendens; non est et ideo quamvis aeternitas ipsa inteUigatur tio ve! duratio apprehenditur per modum terno crean pomerunt.- Et hinc ulterius
1 '1 enim de ratione tiJ.lis esse creati quod a indivisibllis, potes! illi coexistere creatio.
! ' successionis; quia non possurnus aliter men- coUigo non esse necessariam limitationem
i ~I parte ante aliquando non fuerit, sieut non 13. Obiectioni satisfit.- Dicunt aliqui, surare aut concipeee il1am durationem nlsi quam adiungit Durandus de rebus incorrup..
est de ratione eius quod a parte post ali~ quarnvls creatio ut sic tata simul fiat, ta- quasi per coexistentiam ad infinitam suc- tibilibus, nam etiam creatio rerum perma-
quando futurum non sit; solum ergo est de men conservationem fieri successive; crea- cess,ionem imaginariam. nentium corruptibilium, si tota simul abs~
eius ;ratione ut non slt a se et non tia autem aeterna necessario adiunc- 14. Res ab aeterno creata non infinite que successione fiat, ut ex se postulat rerum
. perjecta.-- Atque ita facile etiam intelligi- permanentium conditio, non requirit ex i.n~
utrumque autem haberet ex aeter- ; cum ergo repugnet successio- tur ex aetema creadone non sequi ullam trinseca ratione sua Ilovitatem essendi, ne-
nitate fieret, quia et ab effective ma- nem esse aeternam, ut supponimus, repug- realem infinitatem in re creata; nam, licet que habe! unde intrinsece illi repugnet ae-
naret et ex libera eius determinatione pen- nabit etiam creationem esse aeternam~ sal- duratio aetema dicatur infinita quatenus ca- teenitas essendi, nam totus discursus faetos
deret. Neque etj.am aeternitas effectus re- tem ob adiunctam conservationem. Quae oh- ret principio, illa tamen solum est ve! quae- eodem modo potest ad huiusmodi res .ap-
pugnat libertati causae, quia sicut detee- ieetio haberet quidem locum in opinione dam extrinseca denominatl0 coexistentiae ad p1icari. Sed inquit Durandus rei corrupti-
mlnatio divinae voIuntatis aeterna est, et Bonaventurae et aliorum,. qui putant in es- aeternitatem Dei, quatenus principio caret, bili repugnare infinitam durationem etiam
nihilominus es! libera~ quia prius ratione se rerurn incorruptibilium, aut earum du- vel (quod verius videtur) negatio quaedam in sensu declarato, quia non potest res cor-
quam illa voluntas intelligatur determinata ratione seu aevo, esse realem successionem; initii in existendo; in re tamen milla per" ruptibilis infinito tempore durare; res au-
in sua aeternitate inte11igitur indifferens ad illa tamen sententia falsa est, ut infra 05- fectio infinita adiungitur creaturae, sed ea- tem ab aeterno facta necesse est ut infinito
hoc ve! illud obiectum extra se volendum, tendemus disputando de durationibus. Quo- dem semper existens; sicu! angeIum coe- tempore duret. Responsio cornmunis est ar-
ita, licet ab aeterno .et pro ipsa aeternitate cuca faIsum etiam est in conservatione per~ xistere ve! durare mille annis caelestis mo- gumentum probare rem corruptibilem non
creare!~ esset indifferens prius secundum ra- petua harum rerum esse nece~sarjam ali- tus non est in illo maior perfectio physica posse ab aeterno creari et naturae suae re-
---------------,-<

544 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección V 545


sigue la indicada contradicción, a saber, que la cosa dure y no dure un tiempo divisible, otro fuego, tan eterno sería el fuego engendrado como el generante;
infinito; pero no prueba absolutamente la repugnancia de que tales cosas sean mas, para que se genere de la estopa, es necesario que la estopa haya existido
creadas desde la eternidad, ya que Dios pudo no abandonarlas a su naturaleza, alguna vez; por tanto, serán simultáneos en la eternidad la estopa y el fuego
sino conservarlas por un tiempo infinito. engendrado de la estopa, lo cual es abiertamente contradictorio. Tampoco puede
16. Estimo, sin embargo, que debe responderse de otra manera: las co- afirmarse lo segundo, porque (según se supone) la alteración sucesiva no puede
sas corruptibles pueden también durar un tiempo infinito abandonadas a su na~ ser eterna. Y esto puede entenderse fácilmente explicando el argumento aducido;
turaleza, si no está presente 'un agente contrario, o se encuentra n:'0dificado o en efecto, la alteración sucesiva procede de un contrario y mediante ella se aparta
dispuesto de tal suerte que no pueda obrar contra ellas, ya que mnguna cosa al contrario de una disposición preexistente en él; luego, si la alteración suce-
se causa la muerte a sí misma, hablando en absoluto. Pero si las cosas corrup- siva es eterna, también es eterno el paciente que existe con la disposición con-
tibles fuesen creadas desde la eternidad, nada podrían padecer eternamente do traria a- dicha alteración; luego en la misma eternidad~ simultáneamente tuvo esa
agentes contrarios, ya que no podrían padecer nada sino por movimiento suce- disposición y estuvo privado de ella por la alteración contraria, 10 cual es una
sivo, el cual repugna que exista desde la eternidad. Y digo de agentes contrarios contradicción manifiesta. Y la razón a priori estriba en que la cosa que es creada
porque tratamos de una acción corruptiva, pues la acción perfectiva, como la Ilu- desde la eternidad es creada en alguna disposición real, y por tanto es necesario
minación, la visión, la _intelección, muy bien puede ser eterna, porque puede que permanezca en ella durante un tiempo infinito; luego en todo ese tiempo
realizarse toda simultáneamente sin resistencia y, una vez realizada, puede, de no puede realizarse la alteración contraria; por consiguiente, es preciso que co-
suyo, durar un tiempo infinito. A la manera como dijo San Agustin, VI De Tri- mience en el tiempo. Por la misma razón, si algún hombre fuese creado desde
nitateJ c. lJ que el resplandor del fuego o del sol sería coeterno con él, si el la eternidad, incluso en estado de naturaleza pura, por un tiempo infinito no
fuego o el sol fuese eterno. En cambioJ la acción corruptiva que se lleva a cabo podrla padecer ninguna alteración intrlnseca, ya que vale la misma razón para
con resistencia del contrario, exige movimiento y sucesión, y por eUo no puede la alteración de una parte sobre otra, o del calor natural sobre los humores o la
existir desde la eternidad, como enseña el mismo Durando y suponemos noso~ nutrición~ que para cualesquiera otros agentes o pacientes, y por ello tal hombre
tros. Y de ahí resulta que las cosas corruptibles creadas desde la eternidad y no' necesitaría alimentos durante un tiempo infinito, y en ese tiempo no s610 no
abandonadas a su naturaleza, es decir, sin que Dios emplee ninguna protección moriría, sino que ni siquiera podría morir.
especial fuera del influjo general, puedan durar un tiempo infinito por ,defecto
17. Se dirá: todas estas cosas son preternaturales para las realidades co-
de acción de un agente contrarioJ de suerte que, aun cuando el fuego y la es~
il'!'i topa creados desde la eternidad se encontrasen próximos, el fuego no podría ac-
rruptibles y los agentes y pacientes contrarios; por tanto,. tales realidades
!,I ya no quedan abandonadas a su naturaleza, como se suponía. Se responde
tuar en la eternidad sobre la estopa y, por consiguiente, tampoco durante un
"
"1:' que con estos argumentos e inferencias, y otras semejantes, se explica al menos
,1 tiempo imaginario infinito. Se demuestra porque, si el fuego obrase sobre la es~
a posteriori que la creación eterna no es congruente con las naturalezas de estas
topa, o la corrompería y transformaría en sí simultáneamente y con una acción cosas, ya que cada cosa exige por su naturaleza el existir, y también el ser pro-
indivisible, o la alteraría sucesivamente. No puede afirmarse lo primero, no sólo
ducida en la medida y en el estado en que pueda ejercer sus acciones de ma-
porque sobrepasa la eficacia del fuego, sino también porque contradice la afir- nera acomodada a su naturaleza. Pero las cosas corruptibles hechas en la eter-
mación, pues si un fuego eterno engendrase inmediatamente, con una acción in~ nidad no podrían hacer en la misma eternidad nada acomodado a sí mismas.

linqui; quia hinc sequitur illa contradictio, gust., VI de Trinit., c. 1, quod splendor ignem, tam aeternus ~sset genitus sicut ge- aeterno crearetur, etiam in pura natura, non
scilicet, quod duret res et non duret tem~ ignis aut solis coaeternus illi esset, si ignis nerans; ut autem generetur ex stupa, ne~ posset per infinitum tempus pati aliquam
pore infinito; non tamen probare absolute aut sol esset aeterDUS. At vero aerio corrup~ cesse est stupam aliquando extitisse; erunt alterationem ab intrinseco, quia eadem es!
repugnare huiusmodi res creari ab aeterno, tiva quae fit cum resistentia contrarü, mo- ergo simul in aeternitate stupa et igois ge~ ratio de aIteratione unius partis in aliam,
quia potuit Deus non illas relinquere suae tum et successionem !"equirit, et ideo esse nitus ex stupa, quod plane repugnat. Se- vel caloris naturalis in humores aut nutri-
naturae, sed infinito tempore eas conservare. non potest ex aeternitate, ut Durandus ipse cundum etiam dici non potest, quia (ut mentum, quae est quorumcumque aliorum
16. Aliter vero respondendum censeo, docet et nos supponimus. Atque ita fit ut supponitur) suceessiva alteratio aeterna esse agentium vel patientium, et jdeo talis horno
res corruptibiles etiam posse infinito tempo~ corruptibiles ab aetemo creatae et suae non potest. Idque facile intelligi potest ex~ non indigeret cibis per infinitum tempus, et
re durare suae naturae ~e1ictas, si absic con~ relictae, . nulla adhibita plicando argumentum factum; nam aItera~ pro eodem non solum non moreretur, sed
tio _successiva est ex contrario et per eam neque mori posset.
ut eas agere non tempore ex rernovetur contrarium a dispositione prae- 17. Dices: haee omnia sunt praeterna-
nu11a res seipsam interimit, per se defecto actionis contrara agentis, ita ut, licet existente in ipso; ergo si successiva alteratio turalia rebus corruptibilibus et agentibus ac
do. Si aotem res corruptibiles ab aeterno ignis et stupa ex aeternitate creata essent est aeterna, etiam passum existens cum dis~ patientibus contrariis; iam ergo non relin-
crearentur, nihil possent ex aeternitate pati propinqua, non posset ignis in aeternitate positione contraria illi alterationi est aeter- quuntur huiusmodi res suae naturac;_ ut sup-
a contrariis agentibus, quia nihil possent agere in stupam, et per consequens, neque num; ergo in ipsa aeternitate simul habuit ponebatur. Respondetur his et similibus ar-
pati msi per motom suecessivum, quem re~ per infinitum tempus irnaginarium. Proba~ illam dispositionem et fuit illa privatum per gumentis et illationibus declarad saltem a
pugnat esse ex aeternitate. Dico autem a tllr, quia si ignis ageret in stupam, vel si~ contrariam alterationem, quae est aperta re~ posteriori creationem aeternam non esse con-
contrariis agentibus, quia agimus de aetio- mul et indivisibili actione illam corrumpe~ pugnantia. Et ratio a priori est quia res quae sentaneam naturis harum rerum, quia una~
ne corruptiva; actio enim perfectiva, ut il- ret et in se commutaret, vel successive al- ab aeterno creatur, in aliqua reali disposi~ quaeque res natura sua postulat existere,
luminatio, visio, intellectio, oprime potest teraret. Primum dici non potest, mm quiD. tione creatur, et ideo necesse est ut in ea atque etiam fieri in ea mensura et in eo
esse aetema, quia tota simul sine resistentia excedit efficacitatem ignis, tum etiam quia duret per infinitum tempus; ergo in toco statu in quo possit actiones suas exercere
fieri petest, et semel facta, potest ex se in~ repugnat positioni, nam si ignilil aeternus illo non potest fieri alteratio contraria; De~ modo naturae suae accommodato. Res au-
finito tempere durare. Quomodo dixit Au- indivisibili accione statim generaret alium cesse est ergo ut in tempore incipiat. Et tem corruptibiles in aeternitate factae pro
ob eamdem rationem, si horno aliquis ah ipsa aeternitate nihil aceornmodatum sibi
3S
546 Disputaciones metafísicas Disputación XX.-Sección V 547

Por ello, tampoco después podrían de suyo incoar la acción y la pasión;. pues conceptual y de la causalidad. Y no obsta el hecho de que Anselmo, en su MO'-
aquel tiempo imaginario infinito, en el que n~cesariamen.te duraríru.' en !a disp~si­ nologio, c. 8, apruebe también aquella exposición en la que se dice que lo que
ción en que habrían sido creadas, no tendn3 un térmmo posterIOr CIerto, SIDO se crea es hecho de la nada porque antes era nada y en virtud de la creaciónl
que podría acabarse con ~terioridad a .cualquier ~ns.tante determinado, y. de ,esa se hace algo. Efectivamente, en el lugar citado enseña primero la verdadera in-
manera la acción de la CrIatura podría mcoarse aSlIDlsmo antes de cualqUler ms- terpretación dada arriba, a saber, que mediante esa expresión se niega todo su..
t.nte· por consiguiente, no podrían de suyo incoar la acción determinando el jeto y toda materia de la que se haga la creación; y después emplea aquella
inst~te en el cual habría de ser incoada, sino que esto correspondería a Dios, otra interpretación, no como necesaria ni como conveniente a la creación preci~
lo cual es también sobrenatural. No obstante, supuesta la creación eterna, deci- samente en cuanto creación, sino como explicativa de la creación según se ha
mos que todas estas cosas se siguen con necesidad natural, y en virtud de esa llevado a cabo.
suposición de ]a creación eterna afirmamos que, aun cuando en lo demás sean 20. Al seguodo se responde, en primer lugar, que no hay inconveniente
abandonadas a sus naturalezas semejantes cosas, durarán un tiempo infinito. alguno en conceder que la cosa es creada por la acción por la que es conser-
18. Las sustancias incorruptibles creadas desde la eternidad no existirían ti.e vada, como diremos más adelante. En segundo lugar se afirma que~ incluso en
manera enteramente connatural.- Y añado, además, que esta desproporción o la creación eterna, puede establecerse distinción conceptual entre la creación y
(por así decirlo) preternaturalidad, aunque no del todo igual, viene a resultar· la conservación. Pues en cuanto esa creación se dice que existe absolutamente
casi la misma en la creación eterna de realidades incorruptibles, pues es necesario, en la misma eternidad, como simple participación del ser creado, tiene razón
que una cosa cualquiera creada desde la eternid~d permanezca tota1ment~ inva- de creación; pero en cuanto concebimos en ella cierta sucesión imaginaria, en...
riada por un tiempo infinito, tanto en la sustanCia como en todos lo~ accIdentes tonces en .cualquier instante determinado de tal sucesión tiene razón de con..
con los que ha sido creada, porque todos ellos son eternos y, por lo mIsmo, desde servación. Y esto 10 concebimos casi de igual modo en la generación eterna del
ese punto de vista, infinitos en duración según to~a la realidad o mod~ real ;n Verbo; pues en cuanto existe en su eternidad, es una verdadera producción y
que han sido creada.s eternamente; luego es precIso que persever~n SID V~I'1ar generación; mas en cuanto se entiende como coexistiendo con instantes de nues-
en una duración infinita. Ahora bien, toda criatura, aunque sea lDcorrupuble,' tro tiempo o con instantes imaginarios, es (por así decirlo) cierta permanencia
es mudable en el lugar o en otras operaciones, y por eso es preternatural, con en la misma generación; porque el nombre de conservación, que denota im...
respecto a ella, el ser producida. en aquel estado en que ':'0 pue~a ej~rcer ? cam- perfección, no puede atribuírsele. Véase Santo Tomás, De Potentia, q. 3, a. 14,
biar sus movimientos u operaclOnes naturales por un tiempo infinito. Sm em- ad 10.
bargo, esto no es absolutamente imposible o contradictorio, que es lo que pre- 21. De qué manera prueban los Santos la divinidad del Verbo de Dios por
tendemos. su existencia eterna.- Al tercero se niega el antecedente, a saber, que Ja etrrni-
Soluciones a los argumentos dad repugne a la razón de criatura. En cuanto a los Padres, cabe decir; prime-
ramente, que hablan suponiendo la fe, la cual enseña que ninguoa criatura ha
19. El primer argumento aducido al principio queda ya suficientemen~e re- sido creada desde la eternidad; de donde infieren legítimamente que, si el Verho
suelto por lo dicho; porque hemos demostrado q?; no per~enec~ a la razon de es eterno, no es una criatura. Mas porque a veces dan a entender que repugna
creación el que a ella no anteceda nada en duraclOn real, SIDO solo en el orden • la criatura la coeternidad con Dios, ello debe entenderse en conformidad con

agere possent. U nde neque etiam postea ex incorruptibilium) quia necessarium eSt rem ratione, sed solum ordine rationis et cau- instanti signato talis successionis habet ra-
se possent inchoare actionem et passionem; quamcurnque ab aeterno creatam omnino salitatis. Neque obstat quod Amelmus. in tioriem conservationis. Quod fere eodem
nam illud tempus imaginarium infinitrim, irnmutatam manere per infinitum tempus, Monol., c. 8, etiam approbat illam exposi- modo apprehendimus in aeteIDa Verbi ge-
pro quo necessario durarent in dispositione tam in substantia quam in accidentibus om~ tionem, ut quod creatur ex nihilo fieri di- neratione. Ut enim est in sua aeternitate;
in qua creatae essent, non haberet cer~um nibus cum quibus creata est, quía omnia catur eo quod prius erat nihil et per crea~ est vera productio et generatio; ut vero in'"
terminum a parte post, sed ante quodhbet illa sunt aeteroa, ideoque ex ea parte infi- tionem fit aliquid. Nam prius ibi docet ve-
nita in duratione secundum J:otam realitatem telligitur coexistens instantibus nostri tem-
instans signatum. posset finiri, et ita etiam ram interpretationem superiu:s traditam, poris aut imaginarüs, est (ut ita dicam)
ante quodlibet instans posset actio creaturae vel modum realem in quo ab aeteIDo crea- quod scilicet per illam particulam negetur
ta sunt; ergo necesse est lit p;ro infinita permanencia quaedam in eadem generatio-
inchoari; ergo non ex ~e inchoare omne subiectum et omnis materia ex qua
actionem pro es- duratione maneant. Omnis autero ne; nomen enim conservationis, quod im-
creatio fiat; postea vero adhibet illam aliam
incorruptibilis, muta- interpretationem, non ut necessariam neque perfectionem denotat, illi tribuendum non
ur- convenientem creationi ex eo praecise esto Vide D. Thom., q .. 3 de Potent., a. 14,
creatione aeterna, dlcimus tiones, et etiam illi est quod creatio est, sed ut declarantem crea- ad 10.
haec naturali necessitate sequi, et ex 10 eo statu fieri in quo non possit suos tionem prout facta esto 21. Qualiter Sancti ex aeterna existentia
illa suppositione aeternae creationis dic~us motus aut .operationes naturales exercere vd 20. Ad secundum respondetur, primo, Verbi Dei probent eius divinitatem.- Ad
quod, licet in re1iquis relinquantur hUlus- variare per infinitum tempus. Nibilominus nullum esse inconveniens concedere rem tertium negatur antecedens, nempe aeter_
modi res suis naturis, infinito tempore du~ tamen, hoc non est simpliciter impossibile creari actione qua conservatur, ut mox di- nitatem repugnare rationi creaturae. Ad Pa-
rabunt. aut repugnans, quod nos intendimus. cemus. Deinde dicitur,. etiam in creatione tres autem primo dici potest loqui ex sup-
18. Incorruptibiles ~ubstantiae non otn- aeterna, posse ratione distingui creationem positione fidei, quae docet riu1lam creaturam
nino connaturaliter existerenr ab aetemo Argumentorum solutiones a conservatione. Ut enim illa creatio dicitur esse ab aeterno creatam; ex quo recte col-
creatae.- Addo vero ulterius hanc impro- 19. Primum argumentum in principio esse absolute in ipsa aeternitate, ut simplex ligunt, si Verbum aeternum est, creaturam
portionem sive (ut sic dicam) praetematu- factum iam est sufficienter solutum ex dic- participatio esse creati, habet rationem crea- non esse. Quía vero interdum significantl
ralitatem, licet non omnino aequalem, paene tis; ostendimus enim non esse de ratione tionis; ut vero in illa concipimus quamdam creaturae repugnare coaeternitatem ad
.eamdem reperiri in creatione aetema rerum creatio~s ut ipsam nihil antecedat reali du- successionem imaginariam, sic pro quolibet Deum, intelligendum id est iuxm priorem
548 Disputaciones metafísicas

I l. conclusión anterior. De esta manera dijo San Agustín, XII De Civitate Dei,
c. 15, que, aunque los ángeles hubiesen sido creados desde la eternidad, sin em-
bargo no habrían sido coeternos con su creador, porque El siempre existió
en una eternidad inmutable, mientras que éstos han sido hechos. A la razón
-se responde que 10 que es intrínsecamente eterno es intrínsecamente inmutable;
en cambio, 10 que es extrlnsecamente hecho en la eternidad no es preciso que
sea intrínsecamente inmutable, sino que basta que permanezca sin mutación en
la misma eternidad o en la duración infinita que en ella se concibe.
22. De donde, a propósito de la coufirmación, concedo que, por el mero he-
cho de crear Dios algo desde la eternidad, necesariamente debe conservarlo en
un tiempo imaginario infinito, en el sentido explicado. Y esto no es inconve~ DISPUTACION XXI
ruente, ya que no es ésta una necesidad absoluta, sino en virtud de una supo-
I1 sición, que tiene lugar, proporcionalmente, en cualquier acción de' Dios. Pues si
LA PRIMERA CAUSA EFICIENTE Y SU SEGUNDA ACCION,
quiere producir una cosa en el tiempo, al menos en ese tiempo es necesario que'

il l la conserve; por tanto, si quier.e producir en la eternidad, ¿ qué extraño es que


la conserve necesariamente durante la eternidad? Ahora bieri, esta necesidad sólo
se da con anterioridad, pues ascendiendo hacia el comienzo, nunca se encuentra
QUE ES LA CONSERVACION

l'
!Ii
I
un término en dicha duración; pero no se da con posterioridad, ya que_ en cual-
quier instante determinado de esa eternidad podría Dios cesar en la conserva-
ción de esa cosa, y antes de cualquier instante determinado, en cualquiera, in-
RESUMEN
cluso determinable, podría cesar, a su arbitrio. Para lo que resta de la presente Cabe señalar en la presente disputación tres partes~ correspondientes a las sec-
materia remitimos al lib. vm de la Física. ciones de que consta:
conclusionem. Quomodo dixit August., XII non est necessitas absoluta, sed ex: suppo- 1. Posibilidad de demostrar por razón natural que los entes creados depen-
~e Civit., c. 15, lic;et angeli essent ab ae- sitione, quae proportionaliter habet loeum den siempre, en su ser, del influio actual de la causa primera (Sec. 1).
terno creati, nihilominus non fuisse futuros in qualibet actione Dei. Nam si vu!t pro- 11. Qué clase de acción es la conservación; su diferencia de la creación (Sec-
coaeternos creatori suo, ille enim semper fui! ducere rem in tempore, saltem pro illo tem-
aeternitate immutabili, isti autem facti sunt.
ción 2)
pere neeesse est u_t eam conservet; ergo
Ad rationem respondetur quod est ab in- si vult producere in aeternitate, quid nllrum 111. Si todas las cosas dependen exclusivamente de Dios en su conservación
trinseco aeternwn esse ab intrinseco im- quod pro aetemitate illam necessario con- (Sec. 3).
mutabile; quod vero est ab extrinseco fac- servet? Haec vera neeessitas tantum est a
tum in aeternitate non oportere ut ab in- parte ante, quia ascendendo versus initium, SECCIÓN 1
trinseco sit immutabile, sed satis esse si nunquam reperitur terminus in illa dura-
pro ipsa aetemitate ve! pro duratione infinita tione; non vero a parte post, quia in qua-
quae in illa cogitatur immutatwn maneat. Expuestos los motivos de duda (1-2) y el sentido de la cuestión (3), se re-
cumque instanti signato in illa aeternitate
22. Unde ad confirmationem concedo, posset Deus cessare ah illius rel conserva- suelve ésta afirmando que todos los entes fuera de Dios dependen, en su ser, de
hoc ipso quod Deus creat aliquid ab aeter- tione, et ante quodlibet signatum in quoli- la conservación divina~ tesis que se demuestra con abundantes testimonios de la
no, ex: necessitate debere illud conservare bet etiam signabili posset cessare pro SUD Sagrada Escritura y de los Santos Padres (4-5). Para probarla por la razón se
infinito tempore imaginario, in sensu decla- arbitrio. Caetera de hac materia in VIII
nto. Neque hoc est ineonveniens, quia haec emplean tres argumentos: en el primero, tomado .de Santo Tomás, encuentra
Phys. remittimus.
Suárez varias dificultades (6)~ que resuelve con las oportunas distinciones y acla-
" raciBnes (7-10), para terminar aceptando el razonamiento (11) y confirmándo-
lo (12)j el segundo, tomado asimismo del Aquinate, resulta evidentísimo para
[,! Suárez (13); el último es del propio Doctor Eximio (14). Después de citar al-
filósofos antiguos que tuvieron conocimiento de esta verdad (15), se re-
suelven los motivos de duda indicados al principio, con lo que se cierra la sec-
ción (16-17).
1"

SECCIÓN II
¡ :

En este punto se ofrecen dos opznzones: la primera, defendida por Enrique,


sostiene que la conservación es una acción distinta de la creación (1); la segun-
da~ mantenida por Santo Tomás y sus seguidores, afirma que la conservación
se distingue de la creación no reahnente, sino sólo conceptualmente (2). La cues-
tión se resuelve estableciendo una distinción y sentando las siguientes afirma-
548 Disputaciones metafísicas·
la conclusión anterior. De esta manera dijo San Agustín, XII De Civitate Dei,
c. 15, que, aunque los ángeles hubiesen sido creados desde la eternidad, sin em-
bargo no habrían sido coeternas con su creador, porque El siempre existió
en una eternidad inmutable, mientras que éstos han sido hechos. A la razón
se responde que lo que es intrínsecamente eterno es intrínsecamente inmutable;
en cambio, lo que es extrínsecamente hecho en la eternidad no es preciso que
sea intrínsecamente inmutable, sino que basta que permanezca sin mutación en
la misma eternidad o en la duración infinita que en ella se concibe.
22. De donde, a propósito de la confirmación, concedo que, por el mero he.
cho de crear Dios algo desde la eternidad, necesariamente debe conservarlo en
un tiempo imaginario infinito, en el sentido explicado. Y esto no es inconve- DISPUTACION XXI
niente, ya que no es ésta una necesidad absoluta, sino en virtud de una supo-
sición, que tiene lugar, proporcionalmente, en cualquier acción de' Dios. Pues si
LA PRIMERA CAUSA EFICIENTE Y SU SEGUNDA ACCION,
quiere producir una cosa en el tiempo, al menos en ese tiempo es necesario que
la conserve; por tanto, si quiete producir en la eternidad, ¿ qué extraño es que QUE ES LA CONSERVACION
la conserve necesariamente durante la eternidad? Ahora bieri, esta necesidad sólo
se da con anterioridad, pues ascendiendo hacia el comienzo, nunca se encuentra
un término en dicha duración; pero no se da con posterioridad, ya que_ en cual-
quier instante determinado de esa eternidad podría Dios cesar en la conserva-
ción de esa cosa, y antes de cuaIquier instante determinado, en cualquiera, in- RESUMEN
cluso determinable, podría cesar, a su arbitrio. Para 10 que resta de la presente Cabe señalar en la presente disputación tres partes, correspondientes a las sec-
materia remitimos al lib. VIII de la Física. ciones de que consta:
conclusionem. Quomodo dixit August., XII non est necessitas absoluta, sed ex su~po-­ 1. Posibilidad de demostrar por razón natural que los entes creados depen-
~e Civit., c. 15, lic;et angeli essent ab ae- sitione, quae proportionaliter habet locum den siempre, en su ser, del influio actual de la causa primera (Sec. 1).
terno creati, nihilominus Don fuisse futuros in qualibet accione Dei. Nam si volt pro- 11. Qué clase de acción es la conservación; su diferencia de la creación (Sec-
coaeternos creatori suo, ille enim semper fuit. ducere rem in tempore, saltem pro i110 tem- cián 2)
aeternitate immutabili, iSli autem facti sumo pore necesse est ut eam conservet; ergo
Ad rationem respondetur quod est ab in- si volt producere in aeternitate, quid mirum 111. Si todas las cosas dependen exclusivamente de Dios en su conservación
trinseco aeternum esse ab intrinseco im- quod pro aetemitate illam necessario con- (Sec. 3).
" mutabile; quod vero est ab extrinseco fac- servet? Haee vero necessitas tantum est a
1,
tum in aeternitate non oportere ut ah in- parte ante, quia aseendendo versus initium, SECCIÓN I
trinseco sit immutabile, sed satis esse si nunquam reperitur terminus in illa dura-
pro ipsa aeternitate ve! pro duratione infinita tione; non vero a parte post, quia in quo-
quae in illa cogitatur immutatum maneat. Expuestos los motivos de duda (1-2) y el sentido de la cuestión (3), se re-
cumque instanti signato in illa aeternitate
22. Unde ad confirmationem concedo, posset Deus cessare ab illius rei conserva- suelve ésta afirmando que todos los entes fuera de Dios dependen, en su ser, de
hoc ipso quod Deus creat aliquid ab aeter-
-no, ex necessitate debere iUud conservare
infinito tempore imaginario, in sensu decIa-
cato. Neque hoe est ineonveniens, quia haec
tione, et ante quodlibet signatum in quoli-
bet etiam signabili posset cessare pro suo
arbitrio. Caetera de hac materia in VIII
la conservación divina, tesis que se demuestra con abundantes testimonios de la
Sagrada Escritura y de los Santos Padres (4-5). Para probarla por la razón
emplean tres argumentos: en el primero, tomado ,de Santo Tomás, encuentra
s.
Phys. remittimus.
Suárez varias dificultades (6), que resuelve con las oportunas distinciones y acla-
raci8nes (7-10), para terminar aceptcmdo el razonamiento (11) y confirmándo-
lo (12); el segundo, tomado asimismo del Aquinate, resulta evidentísimo para
Suárez el último es del propio Doctor Eximio (14). Después de citar al-
_:;,~~~~¡~::o'~~ antiguos que tuvieron conocimiento de esta verdad (15), se re-
-motivos de duda indicados al principio, con lo que se cierra la sec-
I
ción (J 6-17).

II

En este punto .se ofrecen dos opznzones: la primera, defendida por Enrique,
sostiene que la conservación es una acción distinta de la creación (1); la segun-
. da, mantenida por Santo Tomás y sus seguidores, afirma que la conservación
se distingue de la creación no realmente, sino sólo conceptualmente (2). La cues-
tión resuelve estableciendo una distinción y sentando las siguientes afirma-
550 Disputaciones metafísicas

l.a Unas veces, la cosa es conservada _por la misma causa que la produjo,
y. en otras ocasiones, por causas diversas,' de ahí resulta que la producción- o
creación y la conservación no son realmente dos acciones (3). Tras responder
a una obieción (4) se confirma la razón antes aducida (S) y se soluciona una
nueva dificultad (6). De aquí se desprende la distinción de razón que existe
entre la creación y la conservación (7).
2. 4 A veces, la conservación es una acción distinta de la producción, por
la diversidad de la causa eficiente o de la material, dándose entonces entre la
producción y la conservación una distinción material más bien que formal (8).
Pero también puede distinguirse por parte del principio (9); con ello se com_ DISPUTACION XXI
prende que este modo de distinción no se dé naturalmente en la creación (10-11).
Por último, se da cumplida respuesta a los argumentos de las dos opiniones
antes reseñadas (12). LA PRIMERA CAUSA EFICIENTE Y SU SEGUNDA ACCION,
QUE ES LA CONSERVACION
SECCIÓN 111

Tras un breve proemio (1), se expone el sentido de la cuestión, señalando


las diferentes acepciones de "conservación" (2-3). La solución está recogida en
varias afirmaciones:
Explicada la primera emanación de todas las cosas a partir de la causa pri-
l.a Ninguna sustancia creada depende, en la conservación de su ser sustan- mera, corresponde tratar seguidamente de la dependencia cuasi continua o per-
cial, de otra causa creada; se demuestra acerca de las sustancias incorruptibles (4) petua que tienen en su ser y en su operación con respecto a la misma causa
.l' de las corruptibles (S), y se explica una razón con que Santo Tomás pretende primera, o, inversamente, del influjo o gobierno que la misma causa primera
probar la 'conclusión (6-8).
ejerce sobre sus efectos, a los que creó, para que puedan subsistir y obrar; por.-
2." Los accidentes no dependen siempre, en su conservación, de sus causas, que a estos dos capítulos -el de la conservación y el de la cooperación o con-
ni siquiera de las equívocas (9).
curs(}-- se reduce todo el gobierno divino, que es efecto de la divina providen-
3." Hay, empero, algunos accidentes que dependen, ,en su producción y en cia. Trataremos, pues, eu esta disputacióu del primer capítulo, y en la siguiente
su, conservación, de causas equívocas creadas (JO). Mas resulta m~y difícil dar del segundo.. Y acerca de la conservación hay que examinar principalmente dos
razón de esta dependencia (11-12); por ello, parece ineficaz el razonamiento del .puntos, a saber, cuál es su necesidad y de qué modo se distingue de la creación
Doctor Angélico (13). Para salvar la dificultad, se expone una razón distinta, o producción.
que explica satisfactoriamente varios hechos, a saber, por qué depende del agente
la conservación del movimento (14) y la de los actos inmanentes (15); por qué,
entre las especies intencionales, unas dependen, en su conservación, del agente, SECCION PRIMERA
y. otTas no (16). Seguidamente, se trata la misma cuestión con referencia a las SI PUEDE DEMOSTRARSE POR RAZÓN NATURAL QUE LOS ENTES CREADOS SIEMPRE
cualidades físicas (17). Pone fin a la sección y a la disputación la solución de- DEPENDEN, EN SU SER, DEL INFLUJO ACTUAL DE LA CAUSA PRIMERA
tenida de /as dificultades (18-27).
1. Motivos de duda.- Cienamente, puede parecer, en primer lugar, que no
dependen de ese modo, pues antes de que la cosa reciba el ser, no es eX!I'año
que dependa de otro en su producción; porque, no teniendo el ser por si IDlsma,

DISPUTATIO XXI revocatur. In hac ergo disputatione de prio-


CAUSA EPFICIENTI ET ALTERA EIUS ri capite, in sequenti de posteriori dicemus.
ACTIONE, QUAE EST CONSERVATIO Circa conservationem autem, duo praecipue
videnda sunt, nimirum, quae sit necessitas
Explicata prima emanatione omnium re:' eiu.3, et quomado a creatione seu produc-
rum a prima causa, dicendum sequitur p'e tione distinguatur.
dependentia quasi continua seu perpetua
quam j.n suo esse et operatione habent ab SECTIO PRIMA
eadem prima causa, seu e converso, de in- AN POSSIT RATIONE NATURAL! DEMONSTRARI
fiuxu vel gubernatione -quam eadem prima ENTIA CREATA IN SUD E55B 5EMPER PENDERE
causa habet circa suos effecrus, QU09 crea- AB ACTUAL! INFLUXU PRIMAE CAUSAE
vit, ut subsistere possint et operari; ad
o

haec enim duo capita, conservationis et coc- 1. Rationes dubitandi.- Primum quidem
o perationis seu concursus, tota divina guber- videri potest non ita pendere, quia BDte-
natio, quae effectus est divinae providentiae, o quam res accipiat esse, mum non est si
552 Disputaciones metafísicas XXI.-Seccián 1 553

no puede poseerlo hasta que lo reciba de otro, en lo cual consiste la producción sería sobre todo porque no participa de Dios el ser en el mismo grado
de la cosa; ~as, una vez q"?e l~ cosa recibió el ser, ya DO hay razón para que con la misma perfección con que se encuentra en Dios; pero esta razón no
dependa contmuamente del mfluJo actual de otro, puesto que este influjo actual ningún valor, ya porque, aun cuando el ser de la criatura fuese indepen-
es como una continua o, más bien, repetida concesión del mismo ser; pero ésta de esta manera, no por ello sería igual, pues todavía sería inferior por
parece no sólo innecesaria, sino también superflua; en efecto, cualquier cosa re- infinitos títulos;' ya también porque no se sigue, inversamente, que si el
tendrá el ser que se le concedió una vez, aun cuando no se le conceda más con del efecto es inferior en perfección al ser de la causa, deba ser también de-
tal de que no se le quite. Porque ninguna cosa se priva a sí misma de su' ser- . pendiente en acto, pues vemos que en las causas segundas ocurre 10 contrario;
luego, si se le concede una vez, lo conservará perpetuamente, en cuanto de ell~ efectivamente, el oro es producido por el sol con un cierto ser menos perfecto
depende,_ aunqu,e. no se le confiel:a más de manera actual, a condición de que no y, a pesar de eso, en ese ser no depende en su conservación del _mismo sol. Y
se le qUIte pOSitIVamente o mediante una acción contraria. Esto se confirma so- el calor se conserva cuando cesa la acción del fuego, aunque no llegue a la per-
bre todo en ~os entes il;tcorrup.ti~Ies, que son entes. necesarios y de por sí, y. a fección del calor del fuego. Y la casa existente en el exterior es de naturaleza
los que convIene por SI el eXiStir; luego ,no necesItan una conservación actual muy diversa e inferior a la idea de casa que tiene el artífice y, no obstante, per-
para ~xistir, pues, aun cuando cese la conservación, ninguna causa, al menos fuera roanece cuando cesa el influjo del artífice; ¿por qué, entonces, no podrá decirse
de DIOS, puede ejercer sobre ellos una acción con la que los prive de su ser' lo mismo de los efectos de la primera causa? O bien, ¿ qué razón especial po-
t~mpoco se privarán e~os mis~os, porque e.sto est1- en contradicción con su pro~ . aducirse acerca de ellos?
pJa naturaleza. Y la mlSma razon puede aplIcarse a los entes corruptibles, al me- 3. En torno a esta cuestión, no hay entre los teólogos ninguna variedad
nos cuando no son corrompidos por agentes contrari()s. de opiniones sobre esta materia. Aunque los que niegan que Dios obre inme-
2. En segundo lugar, puede parecer, por lo menos, que" no es posible de- diatamente en cualquier acción de la criatura se verán obligados, sin duda, a
mostrar otra cosa por razón natural, ya que ello no puede probarse suficiente- negar que toda cosa creada, o todo ente por participación, dependa inmediata-
! mente del influjo actual de Dios, pues lo que no depende en la producción tam-
mente ni por la potencia de Dios ni por la indigencia de la criatura. Se de-
m~estra la primer~ parte porque más bien parece pertenecer a la potencia de ,poco dependerá en el ser. Pero del falso fundamento de esta opinión se hablará
DIOS el poder realIzar unos efectos tales que, después de hechos, permanezcan en la disputación siguiente. Ahora, pues, aunque tratemos de manera principal
en su ser, a~ .cuando cese la ope~ación del agente; de igual manera que perte- de los efectos que son creados y producidos inmediatamente por Dios, no obs-
nece a la hablildad y a la potencia del artífice humano el construir un edificio tante, para que la investigación tenga valor universal, puesto que es una misma la
tan sólido que pueda permanecer perpetuamente una vez terminada la acción razón de todos, suponemos que todas las cosas son producidas inmediatamente
del artífice; consiguientemente, esto no repugna a la omnipotencia de Dios ni por Dios, aunque no siempre sean producidas por El solo. Asimismo, quienes
de ella puede colegirse lo contrario. La segunda parte queda demostrada po~ el niegan que la creación de las cosas pueda demostrarse por la razón natural, mu-
argumento anterior; porque parece que la indigencia de la criatura consiste úni- cho más negarán la posibilidad de probar la necesidad de la conservación. Pero
camente en que no puede tener el ser sino dado por otro, pero no en que no- ya hemos refutado ese fundamento. Sin embargo, aun suponiendo la demostra-
pueda retenerlo si no se le confiere continuamente. Y se confirma, porque si hu- ción de la necesidad de la creación, no es fácil probar la necesidad de la con-
biese alguna imperfección. universal de la criatura por la que necesitase. esta con-

ab alio pendeat in fieri; quia cum ex se seipsa privabunt, cum hoc propriae naturae
non habeat esse, non potest illud habere repugnet. Atque eadem ,ratio procedit de en- perfectio creaturae, ob quam indigeret bae 3. De hac quaestione inter theologos nul-
donec ab alio recipiat, quod est rem fieri; tibus corruptibilibus, saltem quando a con- conservatione, rnaxirne quia non participat la est de hac re opinionurn varietas. Quam-
al vero postquam res semel accepit esse, tlarüs agentibus non corrumpuntur. esse a Deo cum aequalitate vel cum eadem vis qui negant Deum immediate operari in
iam non est cur ab actuali infIuxu alterius 2. Secundo videri saltem .potest non perfectione qua es! in Deo; at haec ratio qualibet actione creaturae, cogentur sine du-
continuo pendeat, quia hic actualis infiuxus posse aliud probari ratione naturali, quia nullius m9menti est, tum quia etiamsi esse bio negare rem omnem crea talO, seu omne
est quasi continua quaedam seu potius re- nec ex potentia Dei neque ex indigentia creaturae hoc modo esset independens, non ens per participationem, pendere immediate
petita collatio ipsius esse; haec autem non creaturae id satis ostendi potest. Prior pars propterea esset aequale, nam adhuc esset ah actuali influxu Dei, quia quod non pen-
solum non videtur necessaria, verum etiam probatur, nam potius videtur pertinere ad aliis infinitis titulis inferius; turn etiam quia det in fieri, neque in esse pendebit. Sed de
nam quaelibet retinebit potentiam Dei ut possit tales effectus fa- contrario sequitur, si esse effectus falso illius opinionis fundamento disputatio-
r~:~~~~~:~~-.:~s~it-· inferius esse causae, debere De sequenti dicendum esto Nunc ergo, licet

res ~~~~~-:p~e~rrn~a~D~e~an~t~,~~~~~~~~~~~~~
tur, seipsam privat suo esse; erg~ si semel sicut spectat
~ pendens; nam in causis se-
oppositum accidere videmus; aurum
asole cum quodam esse minus
potissimum agamus de effectibus qui a Deo
irnmediate creantur et fiunt, tamen, ut uni-
versalis sit disputatio, quoniam est ornnium
detur, illud, quantum est ex se, perpetuo humani artificis ut tam firmum faciai aedi-
retinebit, etiamsi amplius actualiter non con- ficium quod perpetuo permanere possit post in quo tamen non pendet in COD- ratio e~dem, supponimus omnia A Deo im~
feratur, dummodo positive seu per aliquam finitam actionem artificis; non ergo repug- ab ipso sole. Et calor conservatur mediate fieri, etiarnsi non semper ah illo
actionem contrariam non auferatur. Et con- nat hoc omnipotentiae Dei, neque ex iDa actione ignis, etiamsi pon perve- solo fiant. Rursus qui negant creationem re-
fumatur hoc maxime in entibus incorrup- potest oppositurn colligi. Altera pars vero 1 perf'ecldoloe'D caloris ignis. Et domus rum posse probari ratione naturali,_ multo
tibilibus, quae sunt entia necessaria et de probata es! ex priori argumento; indigen- ese longe diversae et iníerioris ra- magis negabunt posse probari necessitatem
se, eisque per se convenit esse; ergo non tia enim creaturae in hoc solum videtur idea domus quam artifex babel, conservationis. Sed illud fundamentum iam
indigent actuali conservatione ut sint, quia consistere ut non possit habere esse nisi ab ,rihiilolrrllIOU! permanet cessante influxu est a nobis improbatum. Tamen) adhuc sup-
licet conservatio cesset, nulla causa) saltem alio daturn; non vero in hoc ut non poseit cur ergo non poterit idem dici de posita demonstratione necessitatis creationis,
extra Deum, potest exercere actionem circa retinere illud nisi continuo detur. Ee confir- primae causad aut quae singu- non est facilis ad probandum necessitas con-
illa qua ipsa privet suo esse; neque ipsa matur) nam si quae esset unlversalis jm- in illis poterit assignari? servationis.
r:-. ¡ ,
~-~----~~

L
554 Disputaciones metafísicas Disputación XXI.-Sección I 555
11
:1'
'11 t,da esta mole de cosas, la defiende y conserva, y vela por ella perpetuamente;
Solución de la cuestión y Gregorio, XVI Moral., c. 18: Una cosa es -dice- ser, otra ser principal-
mente, otra mutablemente, y otra ser inmutablemente. Porque todas estas cosas
4. Hay que afirmar, empero, que todos los entes fuera de Dios dependen.
en su ser de la conservación divina. La afirmación, en estos términos, es cer- son~ pero no son principalmente, ya que no subsisten en sí mismas. Y, de no
tísiroa, y de fe. Y con frecuencia la enseñan los Padres de la Iglesia, principal- estar sostenidas por la mano del que las gobierna, no pueden existir en ma-
mente San Agustín, en el lib. IV De Genesi ad litt., c. 12, donde, tratando nera alguna. Y más abajo: Porque todas las cosas han sido hechas de la nada,
aquellas palabras el Génesis, 2: Y Dios descansó el séptimo día de todas las y su esencia tendería de nuevo a la nada~ a no ser que la sostuviese con la mano
obras que había realizado, dice que deben entenderse del descanso de crear nue- de su gobierno el autor de todas. Y parece que entiende de esta manera aque-
vas obras de la nada, mas no de gobernar y conservar las creadas. De lo con- llas palabras de Job, 23: Sólo Dios existe, a saber, principalmente y sin depen-
trario -:-dice- desaparecerían inmediatamente. Porque la potencia del creador, denciade otro. Y piensa que en este sentido se dijo lo del Exodo, 3: Yo SQy
y la v1Ttud del omnipotente y sustentador de todas 1.. cosas, es la causa de el que soy. Por eso, en la homil. 17 In Ezech., dice: Dios rige de manera in-
que su~sista toda criatura. Y si esa virtud dejara alguna vez de regir las cosas compren,sible las cosas que creó de manera incomprensible. Y más adelante:
creadas, cesaría también al mismo tiempo la disposición de las mismas, y se El es interior y exterior, El inferior y superior; superior rigiendo, inferior sos~
derrumbaría toda la naturaleza. Pues, de manera inversa a lo que ocurre cuando teniendo, interior llenando~ exterior rodeando; rodea de tal modo que penetra;
uno habiendo levantado la estructura de un edificio :18 aleja, y, al cesar V re~ preside de tal manera que sostiene, está también dentro de tal suerte que sos-
tirarse él permanece su obra, el mundo no podrá permanecer _ni un abrir y ce- tiene, y sostiene de tal modo que preside. Con estas palabras parece aludir a
rrar de ojos~ si Dios le sustrae su gobierno. Pero no lo demuestra por la razón aquéllas de Hebr., 1: Sosteniendo todas las cosas con la palabra de su 'l.,irtud;
sino que lo confirma con testiroonios de la Escritura: Act., 17: En El vivimos: porque el término sostener parece ser lo mismo que conservar. Yeso se afirma
nos movemos y existimos; Sap., 7: La sabiduría se mueve más que todas las más claramente en Sap., 11: ¿Cómo podría permanecer algo si tú no qui!:'ieras,
cos~ móviles, y llega a todas partes; y en el c. 8: Llega de un confín al otro
o se conservarla lo que no fuese llamado por ti? Por ú1tiroo, Anselmo, en Mo-
confín enérgicamente, y lo dispone todo con suavidad; Joan., 5: Mi Padre eierce nolog., c. 12, dice: Sólo una mente irrazonable puede dudar de que todas las
su actividad hasta este momento. El mismo Agustín, en el lib. V De Genesi.
c. 20, exponiendo estas palabras, dice: Creamos de este modo o~ si podemQs~ cosas que han sido hechas se conservan y permanecen en el ser mientras exiiten
entendamos también que Dios ejerce su actividad hasta ahora, en el $.entido de porque las sostiene el mismo por cuya producción de la nada tienen el ser le
que, si es retirada su operación a las cosas que El ha creado~ perecerán; y lo mis- que son. Y más abajo: De igual modo que nada ha sido hecho sino por la esen-
mo repite en el lib. IX, c. 15. cia creadora presente, así nada permanece sino por su potencia conservadora,
5. Enseña la misma verdad Gregorio Nacianceno, orat. 11 De TheoloJ{., materia que prosigue en el c. 13, y en este sentido expone tácitamente la afir-
q. 36, donde, resolviendo la sexta objeción, expone que las anteriormente citadas mación de Rom., ll: De él y por él y en él existen todas las cosas, y la de
palabras de Joan., 5, fueron dichas por razón del gobierno y conservación de Col., 1: Todas las cosas tienen consistencia en él. Porque con éstas y otras ex-
las cosas; y el Damasceno, en el lib. 1, c. 3, dice: La misma trabazón y con- presiones semejantes de la Escritura '·se da a entender que la conservación de
servación y gobierno de las cosas creadas nos enseña que Dios es el que reunió las cosas se apoya en Dios, es decir, en la virtud y eficacia divina.

Resolutio quaestionis mundus stare poterit, si Deus . ei rerum molem coagm!ntavit eamque tueatur sicque est intus ut portet, ita portat ut pTae-
sui subtraxerit. Quod tamen racione non et conservet, eique perpetuo prospiciat, nos sideat. In quibus verbis aUudere videtur ad
4. Dicendum tamen est onuria entia ex- probat, sed Scripturae testimoniis confirmat, docet; et Gregor., XVI Moral., c. 18: Aliud illa Hebr., 1: Portans omnia .'Verbo virtu-
tra Deum pendere in sub esse ex divina Actor. 17: In ipso vivimus, movemur et (inquit) est esse, aliud prinCipaliter esse, tu suae; nam illud portare idem videtur es-
conservatione.. Haec assertio sub bis termi- sumus; Sapient., 7: Omnibus mobilibus mo- aliud mutabiliter, atque aliud immutabiliter se quod conservare. Quod apertius dicitur
nis certissima est et de fideo Traditurque bilior est sapientia; attingit autem ubique; esse. Sunt enim haec omnia, sed principali- Sap., 11: Quomodo posset aliquid perma~
frequenter ah Ecclesiae Patribus, praesertim et c. 8: Attingit a fine usque ad finem far- ter non sunt, quia in semetipsis minime sub- nere nisi tu 'Voluisses? aut quod a te 'Voca-
ab Augustino, lib. IV Genes. ad liuer., C. 12, titer, et disponit omnia sutl'Viter; 5: sistunt. Et nisi gubernantis manu teneantur, tum non esset, conservarel.ur? DeDique An-
ubi tractans ~lla vet,?a Genes., 2: Et requie- Pater meus usque modo esse nequaquam possunt. Et infea: Cuneta selm., Monolog., c. 12: Dubium (inquit)
quippe ex--nihilo facta sunt, eOTUmque es- 1'1onnisi irrationabili menti esse potest, quod
patrarat, esse re- nes., c. sentia rursus ad nihilum tenderet, nisi eam cuncta quae facta sunt eodem ipso susti-
quie a novis operibus ex nihilo condendis, possumus, etiam . auctor omnium regiminis manu teneret. Et nente 'Vigent, et perseverant esse quamdiu
non vero a conditis gubernandis et conser- operan Deum, ut si conditis ab eo rebw in hunc modum videmur intelligere illa ver- sunt quo faciente de nihilo habent esse
vandis. Alioqui (inquit) continuo dilaberen- operatio. eius subtrahatur, intereant; e~ lib. ba Job, 23: Deus solus est, scilicet princi~ quod sUnt. Et infra: Sicut nihil factum est
·1 i tur. Creatoris namque poten tia, et omnipo- IX, c. 15, ídem repetit. paliter et absque dependentia ab alio. Quo nisi per creatricem praesentem essentiam
untis atque omnitenentis virtus, causa sub- 5. Eamdem veritatem docet Gregor. sensu putat esse dictum Exodi, 3: Ego $um ita nihil vigeat, n~si per eius servatrice";
ststendi est omni crealurae. Quae 'Virtus ab zianz., orat. II de Theolog., q. 36, ubi,
as quae creata sunt fegendis si aliquando vens sextam ooiectionem, exponir, supra
qui sumo Unde homil. 17 in Ezech.: Deus potentiam: quod prosequitur in c. 13 et
(inquit) incomprehensibiliter regir quae in- tacite ita exponit id ad Rom., 11: e.x ipso
cessaret, simul et illornm cessaret species, tata verba loan., 5, dicta esse ratione comprehensibiliter crea'Vit. Et infra: Ipse .est
bernationis et conservationis rerum; et el per ipsum et in ipso sunt omnia, et ad
omnisque natura concideret. Neque enim, interior et exterior, ipse inferior et superior,
sicut structuram aedium cum fabrictl'Verit m@.scenus, lib. 1, c. 3, ·ipsa (inquit) Colos., 1: Omnia in ipso constant. His
~egendo superior, portando inferior, replen- enim et similibus Scripturae 10ciJtionibus
quis, abscedit, atque ilIo cessante atque abs~ conditarum compages et conservatio do interior, circumdando exterior; sic cir-
gubernatio Deum esse qui univeTsam rcrum conservationern in Deo, id est, in di-
cedente stat opus eius, ita 'Vel in ictu oculi cumdat ut penetret; ita praesidet ut portet, vina vinute et efficacia niti significatur.
556 Disputaciones metafísicas Disputación XXI. -Sección 1 557
6. La conclusión puede probarse por razón natural.- Así, pues, por lo di- pora que sea posible distinguir entre causa de la producción y causa del ser,
cho consta suficientemente que esta verdad es cierta e infalible; mas debe aña- es preciso entender por el ser la permanencia en el ser, y comprender ~, la
dirse que puede probarse o también demostrarse por una razón suficiente, COsa producción el mismo ser en cuanto existe simultáneamente con la producClon;
que enseñaron con más claridad, de entre los Padres citados,. el Damasceno y • • pero ser de esta manera causa del ser o de la permanencia en el ser es ser causa
Aoselmo, y piensan que la misma razón que prueba que DIos es creador de de la conservación; consiguientemente, se supone lo que debe demostrarse.
todas las cosas, prueba también que es conservador; sin embargo, esa conse-
cuencia ni parece evidente en sus términos ni completamente fácil. Pero la de- "8. Se responde que esa distinción no ha de entenderse en el sentido indi-
muestra implícitamente Santo Tomás, en 1, q. 8, 3. 1, Y más por extenso ea cado, como demuestra el argumento y explican el mismo Santo Tomás y Caye-_
la q. 104, a. 1, donde ofrece un razonamiento amplio y muy metafísico, el tano, aunque con cierta oscuridad. En cuanto a la realidad, pienso que d~be '
cual adolece de muchas dificultades, que Cayetano trata diligentemente en di- entenderse de manera que se diga que procede de la causa en la prodUCCIón
cho lugar. El compendio de todo el razonamiento es que Dios es causa de la. aquel efecto ql,le no requiere simple y absolutamente tal causa para existir, sino
criaturas no sólo en cuanto a su producción, sino también en cuanto a su ser únicamente para existir mediante tal acción o efectuación,_ y se diga que pro- ,
directamente y de manera esencial y primaria; pero cuando un efecto depende cede de la causa directamente según el ser, aquel que, para existir absoluta y ;
de su causa en cuanto a su ser directamente y de manera esencial y primaria, simplemente, exige .tal causa. Así" por ejemp10, se dirá que Adán procedt" de f
depende no sólo en su producción, sino también en su conservación; luego Dios según la producción y según el ser, porque requiere necesariamente tal
todas las cosas dependen de Dios de esta manera. causa para existir, mientras que se dirá que Abel procede de Adán segó~ la
producción, porque absolutamente no necesita esa causa para existir -ya que
7. Ahora bien, para que se comprenda el sentido de todo el antecedente, podría proceder de Dios solo-, sino únicamente para ser producido de tal
puede objetarse en seguida que, en la mayor, parece cometerse una petición modo, a saber, por generación natural. Cabe objetar: por la misma razón se
de principio y suponerse lo que debe demostrarse; pues ¿ qué ptra cosa puede dirá que Adán procede de Dios solamente en cuanto a la producción, pues po-
ser que el efecto dependa en su ser de la causa sino que dependa en su con- dría proceder de otro padre por generación natural. Se responde negando la
servación? Por tanto, afirmar que Dios es causa de la producción y del ser es consecuencia, porque no podría proceder de otro sin proceder de Dios. Y .en
10 mismo que decir que Dios es causa de la producción y de la conservación; este sentido dice acertadamente Santo Tomás allí que ningún efecto que reClbe
luego se supone lo que ha de demostrarse. En otro caso, resulta inútil la divi· de! agente la forma y el ser según la misma razón con que se encuentra en la
sión de las causas según la cual unas son causas de la producción de sus efec- causa, procede y dépende de tal causa según su ser, sino única~ente según su
tos y otras son causas del ser mismo. Porque no hay ninguna causa que realice producción, pues de lo contrario ese efecto exigiría esenciaImentt:, por razón
propia, esencial y directamente la producción, y no sea esencial y directamente de su forma, tal causa; mas esto no es posible, porque en otro caso, como se
causa d~l ser mismo; pues en él termina esencialmente la producción; es más, supone que la forma del agente es de la misma especie, requeriría esencialmente
el ser no puede causarse primariamente de otra manera que mediante la pro- la misma causa; luego exigiría ser causado por sí mismo, lo cual es contradic-
ducción. Por consiguiente, Dios) en el primer instante en que crea la cosa, es tilrio. Por tanto, legítimamente se concluye de aquí que sólo aquel agente que
causa del ser de la misma, puesto que es causa de su producción; y, de ma- es de naturaleza superior y que no comunica al efecto la forma o naturaleza o
nera semejante, el fuego, en el instante en que engendra fuego causando la ge- el ser de igual naturaleza, sino cierta participación inferior del mismo, puede
neración, da el ser al fuego engendrado, por lo que es causa de su ser. Luego,

6. Ratione naturali demonstrari potest 7. Ut vera sensus totius antecedt.':O.tis in- in fieri a causa ipsius esse, oportet per esse
conclusio.- Ex bis ergo satis constat ve· telligatur, obiici statim potest quia in maiori a solo Deo, sed solum ut tali modo fiat,
intelligere permanentiam in esse, et sub fieri scilicet, per generationem naturalem. Dices:
ritatem hanc certam esse et infallibilem: videtur peti principium et assumi quod pro- comprehendi ipsum esse prout simul cum
addendum vera est posse sufficienti ratione bandum est; quid enim aliud esse potest eadem ratione dicetur Adam esse a Deo
fieri existit; hoc autem modo esse causam solum quoad fieri, quia potuisset esse ab
probari" vel etiam demonstrari; quod ex pendere effectum in esse a causa nisi pen· ipsius esse seu permanentiae in esse est
dictis Patribus Damascenus et Anselmus alio parente per naturalem generationem.
dere in conservad? Idem ergo est dicere esse causam in conservari; sumitur erp,o Respondetur negando sequelam, quia non
apertius docuerunt sentiuntque, qua ra~ione Deum esse causarn fieri et esse quam di- quod probandum esto
probatur Deum esse creatorem omnlUm, cere Deum esse causam in fieri et conser- potuisset esse ab aliq, quin esset a Deo.
8. Respondetur distinctionem íllam non Et hoc sensu recte ibi D. Thomas dicit nul.
probari etiam esse quae vari; ergo sumitur quod probandum esto esse eo sensu intelligendam, ut argumentum lum effectum qui ab agente recipit formam
consecutio videtur vana est divisio et ·ipse D. Thomas et Caietanus de· et esse secundum eamdem rationem qua est
quamvis subobscure. Ita vera rem in causa, esse et dependere a tali causa se-
1, q. 8,' a. 1, et latius quaedam vero sunt causae ipsius esse. intelligendam puto, ut ille effectus dicatur cundum suum esse, sed tantum secundum
q. 104, a. 1, longum et valde meta· enim es! causa quae proprie per se ac di- causa in fieri qui non postulat talem fieri, qui~ alias ille effectus ratione suae for·
physicum habet discursum, qui pIures pa- recte faciat ipsum fieri, quae nqn sit per se simpliciter et absolute ut sit, sed rnae essentialiter postularet talem causam;
titor difficultates, quas ibi Caietanus dili· el directe causa ipsius esse; nam ad illud sit per talem actionem vel effec- hoc autem esse non potest, quia alias cum
genter tractat. Surnma totius discursus est per se terminatur ipswn fieri; immo. D:~ ille autem dicatur esse a causa di·, forma agentis supponatur -esse eiusdem soe-
quia Deus est causa creaturarum non tan- po~est aliter ipsum esse primo causan ~SI
tum quoad fieri, sed etiam quoad esse di· per fieri. Deus ergo, in primo instanti QUO ~l~;;li:;~~;~'~~~.'I~e!s:setalem
>~
qui, ut sÍ! absolute et
causam. Ut, verbi
ciei, eamdem causam essentialiter postula.
ret; ergo peteret causad a se, quae est re-
recte et per se primo j quando autem ef~ rem creat, est causa esse illius, quia e!lt dicetur esse a Deo secundum pugnantia. Recte ergo hinc concluditur so.
fectus pendet a causa sua quoad esse di· causa fieri eius j et similiter ignis, in in· esse, quia neces~ario postulat talem lum illud agens ·quod est superioris rationis,
recte et per se primo, pendet non solum stanti quo generat ignem causando genera- ut sit; Abe! autem dicetur esse ab quodque non communicat effectui formam
I in fieri, sed eñam in cqnservari; ita ergo tionem, dat esse igni genito, unde, est causa. secundum fieri, quia absolute non seu naturam aut esse eiusdem rationis, sed
pendent omnes a Deo. esse illius. Ergo, ut distingui possit cause illa causa ut sit, potuisset enim esse quamdam inferiorem eius participationem,
11
1,

558 Disputaciones metafísicas XXl.--Sección 1 559


!i'l·, ser causa de sus efectos, no solamente en cuanto a la producción, sino también 11. Además, con ello se evidencia también fácilmente el sentido de la pro, 1,
en cuanto al ser. posición menor asumida, a saber, que la causa del efecto no sólo según la pro--
9. Así, pues, de acuerdo con esta interpretación resulta fácil el sentid" de ducción, . sino también según el ser, es causa de él incluso en cuanto a la CQn-
la proposición mayor asumida, y evidentísima su verdad, puesto que Dios es. servación; porque el sentido es que, siempre que el efecto procede de la causa
de tal suerte que la exige simplemente y por necesidad absoluta para existir, no
1

1
causa de sus efectos de tal modo que ellos, por su intrinseca naturaleza y por
! necesidad intrínseca, exigen tal causa para existir, ya que, según decíamos arri- sólo depende de su influjo actual para recibir por primera vez el ser, sino tam'
! I ba, dependen esencialmente de ella. Y la razón a priori está en que sólo la causa bién para durar y perseverar en' él, lo cual es depender en la conservación. Ex,
primera es el mismo ser por esencia, mientras que todo otto ser es participación traigo de Santo Tomás, citado arriba, dos demostraciones de esta proposición
de aquel ser, y por ello, para existir requiere, por necesidad intrínseca, el in- asl explicada. La primera es que, cuando algo es causa del efecto en la pro--
flujo del mismo ser por esencia. Parece que esta razón no demuestra sólo que ducción, la pt;oducción misma no puede permanecer si cesa la acción de tal
Dios es causa de sus efectos directament~ según el ser de éstos, sino también causa; luego, cuando algo es causa del efecto directamente y de ,manera esen-
que únicamente Dios es de esta manera causa de los demás entes, ya que nin- cial y primaria según el ser del mismo, el ser de dicho efecto no puede per,
gún ente es producido por otra causa creada de tal suerte que necesite aoso-- manecer si cesa la acción de la causa, lo cual es depender de ella en la conser-
luta y simplemente de ella para recibir el ser, pues podría existir por influjo vación. Esta consecuencia se apoya únicamente en cierta paridad y proporción,
de Dios solo sin otra causa, mas no a la inversa. por lo cual no es muy evidente. Porque alguno podría decir que la dependencia
lO. y esto es verdad, hablando simplemente y con necesidad absoluta; de la producción con respecto a la acción de la causa es mayor o más inmediata
,
, pero, según cierta participación y conforme a cierto orden natural, se dice que que la del ser, pues el ser depende siempre mediante la acción, mientras que
I, ' algunas causas equívocas son causas esenciales de los efectos directamente según la producción depende inmediatamente por sí misma, ya que no se distingue
I de la acción. Sin embargo, la consecuencia es excelente; porque importa muy
JI' el ser de éstqs, porque la forma de tal efecto depende esencial y primariamente,
en todo su ámbito, de tal causa y puede ser producida por ella según toda su poco que la dependencia sea igualmente inmediata en el sentido indicado, es
1I especie y, conforme al orden natural, exige ser producida así. De esta manera decir, Il1ed'iante otra acción o por sí misma, con tal de que sea igualmente esen-
! ,! cial. Ahora bien, el ser participado depende del ser por esencia tan esencial,
es el sol causa de la luz, comprendiendo bajo el sol todo lo que participa d. '
su naturaleza en lo concerniente a la propiedad de la luz; porque en ese sen, mente como cualquier producción depende de su agente, y por ello no puede
tido dijo Aristóteles, TI De anima, que el fuego ilumina en cuanto participa d. permanecer sin la dependencia o acción actual.
la naturaleza del cielo. Y, por el contrario, la luz en cuanto tal exige por su 12. Y se confirma y explica; porque si tal ser exige, por razón de sí solo,
i naturaleza tal causa para existir, según el orden natural de las causas, aunque
absolutamente pueda ser producida por Dios. Por consiguiente, Dios es, bien
el influjo del primer agente para existir alguna vez en la realidad, entonces,
siempre que existe requiere el mismo influjo, ya que siempre es el mismo, y
el solo, bien en grado sumo, causa de sus efectos, no únicamente en cuanto lo que le conviene esencial y primariamente, le conviene siempre. Por último"..-e'
a la producción, sino también en cuanto al ser directamente y de manera esen- lo' confirmo: o la permanencia en el ser es álgo además del ser mismo -como
cial y primaria. pretenden algunos-, o no es nada fuera del ser mismo que se comporta siempre
de igual modo. Aunque lo primero sea falso, no obstante, de ello se sigue nece3a-
esse posse eausam suorum effeetuum) Don 10. Et hoc quidem verum est, simplici..
solum quoad fieri, sed etiam quoad esse. ter loquendo et de absoluta necessitate; ta- 11. Rursus, hinc fadIe etiam constat pendentiam ipsius fieri ab actione causae
9. Iuxta hane ergo interpretationem fa- men) secundum quarndam participationem sensus minoris proposicionis assumptae, sci- quam ipsius esse; quia semper esse penckt
cilis est sensus maioris propositionis as- et iuxta quemdam naturae ordinem) dicun- licet) Causam effectus non tantum secundum media accione, fieri autem immediate per
sumptae) et notissima est eius veritas, quia tue quaedam eausae aequivoeae eausae per fieri, sed etiam secundum esse, esse eausam seipsum, quia non distinguitur ab actione.
Deus ita est causa suorum effectuum ut se effectuum ditecte secundum esse eorum. clus etiam quoad conservari; sensus enim Sed nihilominus consequentia est optima;
iIli ex intrinseca natura et intrinseca neces- quia forma talis effectus secundum tOtaDl es[, quandocumque effectus ita procedit a parum enim refert quod dependentia sit
sitate talem causam postulent ut sint, quia) latitudinem suam pendet per se primo B causa ut simpliciter et absoluta necessitate aeque immediata in dicto sensu, id est, per
ut supra dicebamus) ab illa essentialiter pen- tali causa, et ab ea potest secundurn totam illam postulet ut sit, non solum pendere ex aliam actionem) ve! per seipsam) durnmodo
, ,1 dento Et . a p#ori est quia sola prima suam speciem et iuxta naturae ordi- actuali influxu eius Ut primo recipiat esse, sit aeque essentialis. Tam essenrialiter au-
sed etiam ut in ill0 duret ac perseveret,
~__________~~~~~~~~~~~áe~ss~e~n*t~i'rrrnrr&'~ornn~~e~_n~e~rn~~ita~~fi~er~i~f,~~~~E~t~h~o~c~rn~O~d~o~s~OI:n:e~s,:..
tem pendet esse participatum ab esse per
. autem esse, quod- e-st--pendere in conservari. Huius au- agente, ideoque manere non potest sine ac-
et ideo ex intrineca necessitate postulat ~- quidquid naturam eius participat quantum tem propositionis ita declaratae duas pro- essentiam quam pendet quodlibet fieri a sua
fluxum ipsius esse per essenuam ut Slt. ad proprietatem lucis; sic enim dixit Aris- bationes elicio ex, D. Thoma supra. Prima tuali dependentia seu actione.
Quae ratio non, solum videtur probare Deum toteles) 11 de Anima, ignem illuminare u~ est quia, quando aliquid est causa effectus 12. Et conf1rmatur ac declaratur; nam
esse causam suorum effectuum directe se- participat naturam caeli. Et eL converso lu- in fieri, non potest manere ipsum fieri ces- 'si tale essc, ratione sw" solius) postulat in-
cundum esse eorum, sed etiam solum Deum men ut sic postulat natura sua talero cau- sante accione talis causae; ergo quando aH- fiuxum primi agenris ut sit aliquando in
esse hoc modo causam caeterorum entium, sam ut sit, iuxta naturalem causarum ordi- quid est causa, effectus directe ac per se rerum natura) ergo quandocumque est, eum-
quia nullum ens ita fit ab alia causa creata nem, quamvis absoIute possit a Deo fieri ' primo secundum esse illius, non potest ma- dem infiuxum postulat, quia semper est
ut absolute et simpliciter lia indigeat ut Deus ergo vel solus ve! maxime est nere ipsum esse talis effectlls cessante ac- idem, et quod per se primo ei convenit,
esse recipiat; nam posset esse ex influxu suorum effectuum, non solwn quoad tione causae, quod est pendere in conser- semper convenit. Tandem confirmo; vel
solius Dei sine alia causa, quamvis non e sed eriam quoad· esse dlrecte Be per vari ah illa. Quae consequentia solum niti- permanentia in esse est aliquid supra ip-
converso. primo. tur in quadam paritate et proportione. et sum esse, ut quidam volunt, ve! nilúl e.st
ideo non est tam evidens. Posset enim quis praeter ipsum esse eodem modo se habens.
dicere maiorem vel irnmediatiorem esse· de- Primum,. licet faIsum sit) tamen ex eo ne-
, l'j
)
;1

I 560 Disputaciones meta.físicas Disputación XXI.-Sección 1 561


riumente que esa permauencia debe proceder de Dios, ya que siu El no puede nor se prueba, no sólo parque hay muchas cosas que no pueden ser privadas
existir nada, de cualquier modo que exista. Mas si se supone lo segundo, que es del ser mediante una acción contraria, como el ángel y otras realidades sim-
verdad, tiene validez la otra razón aducida, que todo lo que requiere intrínse- ples, sino también porque toda acción positiva tiende necesariamente a algún
camente y por necesidad absoluta aquel ser para existir por primera vez, lo ser; por eso, si Dios tuviera necesidad de acción para de~truir las cosas n.o j

exige para permanecer en el ser mientras existe, porque siemnre es lo mismo y podrJa aniquilarlas; luego, p~~a que pueda. haced?, e~ preCISO que pu~da aru-
se comporta de igual manera. quilarlas por la sola sustracclOn de su aCCIón o mauJo. Pero esto unlcamente
13. Otra prueba de la afirmación, tomada de Santo Tomás.- La otra prue- es posible en cuanto ellas . dependen de tal iuflujo y acción en su ser y en su
ba tomada de Santo Tomás es, ciertamente, a posteriori y por un ejemplo, pero, conservación; luego.
en mi opinión, evidentísima para un entendimiento bien dispuesto; porque Ve- 15. Los antiguos filósofos conocieron que las criaturas dependen de Dios
mos que la luz depende del sol en su producción y en su conservación, pues el en su conservación.- Esta verdad es, pues, suficientemente conocida por la luz
sol es una causa de naturaleza superior y, según cierta participación, es causa natural; y que, por ello, también la conocieron los filósofos, lo da a entender
de la luz no sólo en la producción, sino también en el ser, como se ha expli_ Justino Mártir, en su Orat. Paraenet. ad Gent., y lo confirma más ampliamente
cado. Pero cualquier ente creado depende de Dios mucho más esencialmente Eugubino, lib. 1 De Peren. Philos., desde el c. 26, y lib. m, casi en su tota-
que la luz depende del sol, y es uoa participación del ser divino mucho más lidad; y se toma de Platón, en el Timeo, y de Aristóteles" o del que escribiera
inferior de lo que la luz lo es con respecto a la lumiuosidad del sol; luego con su nombre, en el lib. De mundo ad Alexandr., y en el lib. XII De divino
depende de él mucho más en su conservación. ,apient. secundum Aegyptios, c. 19, donde se dice: De El proceden la perpe-
14. Ultima prueba de la conc!usión.- Podemos claborar la última razón tuidad, el lugar y el tiempo, y por beneficio suyo permanecen; y así como el
del siguiente modo: cabe entender de dos maneras que todas las cosas depen- centro del círculo está en sí mismo, mientras que 'las líneas trazadas desde él
den de Dios para permanecer en el ser: primera, permisivamente (por así de- a la circunferencia y la circunferencia misma con sus puntos existen en el mis-
cirlo), es decir, porque se mantienen en el ser mientras Dios les permite per- mo centro, así también todas las naturalezas, tanto las intelectuales como las
manecer, o sea, no son privadas de su ser por aquel que podría privarlas; se- sensitivas, tienen consistencia y firmeza en el agente primero. Y más abajo,
gunda; positivamente, esto es, por actual influjo sobre las mismas. AsI, pues, preguntando en qué sentido se dice que todas las cosas permanecen en el pri-
argumento: es evidente que todas las cosas dependen o son conservadas por mer artIfice, siendo así que la forma permanece en la materia, y la materia
Dios al menos de la primera manera; mas no pueden depender de esa manera' en la forma, y la modificación en el sujeto, responde que, adem~s de estos mo-
siu depender también de la seguoda; luego. Se demuestra la mayor porque dos, hay otro según el cual se dice que una cosa permanece en otro como !m el
corresponde a la omnipotencia de Dios el poder reducir a la nada, si quiere, agente, por ejemplo, la luz en el que luce, el rayo en aquel de quien dimana y,
las cosas que creó; luego, para que se conserven en el ser, resultará necesaria, por último, cualquier esencia simple en el eficiente. También Trismegisto, en
por lo menos, su permisión, la cual únicamente p~ede consistir en que no quie- Asclepio, llama a Dios Mente conservadora de todas las cosas, en la que todas
ra reducirlas a la nada, pudiendo hacerlo. La consecuencia es clara, y el ante- "¡ven y subsisten. Asimismo Séneca, en el lib. De consolat. ad Polybium, dice
cedente manifiesto por sus mismos términos; porque Dios no seria perfecto que Dios es la causa de las causas que custodia y gobierna todas las cosa$.; y
señor de todas las cosas, si no pudiese disponer de ellas como quisiera. La m~ éste hace también muchas consideraciones a este propósito en el libro De Pro-
fJ\dentia. Finalmente, los teólogos piensan de igual modo acerca de esta verdad
cessario sequitur illam permanentiam debere 14. Ultima conclusionis probatio.- Ul-
esse a Deo, quia nihil, quoque modo sit, rimam rationem possumus in hunc modum multae sont res quae non possunt privari Aegyptios~ C. 19, ubi dicitur: Ab illo suru
. potest esse sine illo. At vero, si secundum, conficere, nam duobus modis possumus in- esse per contrariam actioneOl, ut angelus perpetuitas, locus et tempus, eiusdemque
quod verum est, supponatur, procedít alia telligere res omnes, ut permaneant in esse, et aliae res simplices, tum eriaOl quia om- beneficio permanent, et sicut centrum cir-
ratio facta, quod quidquid illud esse ab in- pendere a Deo; primo permissive (ut ira nis positiva acrio necessario tendit ad ali- culi in seipso es!, lineae autem ab eo duc ..
trinseco et absoluta necessitate postulat ut dicam), quia nimirum tamdiu manent in quod esse; onde, si Deus semper indigeret tae ad ambitum ipseque ambitus cum punc-
primo sit, postulat ut permaneat in esse esse quamdiu a Deo perlnittuntur manere, actione ad desttuendas res,· non posset eas tis in eodem centro existunt; sic quoque
quamdiu est, quia semper est idem et eo- id est, non privantur suo esse ab illo a annihilare; ergo ut hoe possit, necesse est naturae omnes, tam quae ad intellectum
dem modo se habens. quo privad possent; secundo positive, id ut per soIam abstractionem actionis vel in- quam quae ad sensum perúnent, in agente
13. Altera probatio assertionis ex D. per actualem influxum in ipsas. lam fiuxus possit eas annihilare. Hoe autem fie- primo consistunt et con/innantur. Infca Ye~
non p()test nisi quatenus illae in suo es- co, inquirens quomodo res omnes dicantur
est a et a signo, ut pendere seu conservari a Deo saltem primo se et conservari a tati influxu et actione permanece in primo opifice, cum forma per-
opinor, intellectui bene dis- modo; sed non possunt illo _modo pendere pendent; ergo. maneat in materia, et materia in forma, et
posito; nam lumen pendere asole rusi pendeant etiam posteriori modo; ergo. 15. Veleres philosophi dependentiam affectio in subiecto, respondet praeter hos
in fieri et in conservari, quia sol est causa Maior probatur, quia ad omnipotentiam Dei creaturarum a Deo in conservatione cogno- modos esse alium, quo res dicitur perma-
superioris rationis, et secundum quamdam pertinet ut res guas condidit possit in ni.. 'Verunt.- Est ergo haee veritas satis Dota nere in alío ut in agente, 'Verbi graria, lux
participationem est causa Iuminis non so- hilum redigere, si velit; ergo ut conser- naturae Iumine, quam proinde philosophos in lucente, el radius in eo a quo emanat,
10m secundum fieri, sed etiam secundum ventur in esse, salteOl necessaria est eius etiam ~gnovisse significat Iusrin. Mart .. in et denique quaelibet essentia simplex in ef-
permissio, quae in hoc solum consistere I>9t- 'Orat. PI:' raenet. ad Gent., latiusque confirmat ficiente; Trismeg. eriaOl, in Asclepio, Deum
esse, ut dec1aratom esto Sed multo essentia- vocat Mentem conser'Vatricem rerum om~
lius pendet quodlibet ens creatum a Deo est ut non velit eas in nihilum redigere, Eugubin., lib. I de Peren. PhiIos., a c. 26,
cum possit. Consequeotia est clara, et an- et lib. 111, fere per totwn~ sumiturgue ex mum, i,:, qua omnia vivunt atque subsistunt.
quam lumen asole, Olultoque inferior par- Seneca etiam, libro de Consolat. ad Poly-
ticipatio est divini esse quam lumen sit teeedens patet ex ipsis terOlinis; quia non Platone in Timaeo, et ex Arist. veI sub no-
esset Deus perfectos dominus omnium· re- mine· eÍlis, in lib. de Mundo ad Alexandr., biurn, Deum vocat causarum causam custo-
lucis solis; ergo multo magis pendet in dientem et regentem omnia; qui multa
conservari ab illo. rum, si non posset de eis disponere ptout et lib. XII de Divin. sapient. secundum
vellet. Minor autem probatur, tum quJa etiam ad hanc rem haber in libro de Pro~
36
.. ~----------------------------------------------------------------------------,

562 Disputaciones metafísicas


Disputación XXI.--Sección 1 563
natural y la defienden con otras razones y la explican con ejemplos, como pue-
de verse en Buenavenrura, In 1, disto 37, a. 1, q. 1; Gregorio, In ll, dist. 3, embargo, en orden a la causa extrínseca no les conviene existir por si, sino
q. 1, a. 3; el Halense, 1, q. 10, miembro 2 y 3; Herveo, en el tratado De IlIIter- por una causa superior y con dependencia de ella.
nitate mundi, q. 6, Y otros que citaré en la sección siguiente. 17. Segundo.-- Al segundo se responde que esta verdad se infiere sufi-
cientemente de los dos capítulos propuestos allí. Porque, en primer lugar, per-
tenece a la magnificencia de la potencia divina el que no exista nada ni pueda
existir por un momento sin su influjo. También corresponde a ella el pleno
Se resuelven los motivos de duda dominio de todas las cosas creadas y la potestad intrinseca de aniquilarlas por
suspensión de su influjo. Por ello, en el caso de un artífice humanp, o también
16. Al· primer motivo de duda, la respuesta es patente por lo dicho; por- en el de los agentes naturales unívocos, el que puedan realizar efectos que, al
que I~ misma indigencia que se da en el ser de la criatura en el primer instante cesar su acción, permanezcan en el ser no es una perfección absolut~, sino
en que es hecha, para no poder existir sin la acción de otro, se da también en suponiendo alguna imperfección en el artífice, a saber, que no puede producir
ella mientras permanece en el ser. Pues, como la criatura, por razón de su ser ninguna cosa según su propio ser y entidad, sino únicamente según una cierta
precisivamente y en cuanto tal, necesita del influjo divino para existir, necesita forma y figura resultante de la situación y orden de tales cosas; y, supuesta
del mismo influjo mientras existe. Y no puede decirse con propiedad que esa esa imperfección, incumbe a la habilidad del artífice el componer las cosas a
conservación sea una repetida cpncesión del mismo ser, sino que, de igual modo partir de tales realidades, con tal orden y disposición, que tengan coherencia
que el ser mismo no es un ser repetido, sino que es un ser que permanece ~61ida y sean _estables. En cambio, en el casa del agente natural, se supone, por
idéntico, así también el influjo por el que se conserva la cosa es el mismo, o ejemplo, que de suyo es un agente uníVOCO,. lo cual no pertenece a la, perfec-
la misma concesión del mismo ser, como explicaremos más ampliamente en la ción absoluta; porque, en igualdad de circunstancias, es mucho más noble el
sección siguiente. Y no es superfluo este influjo, pues sin él las cosas creadas agente que de suyo posee un orden más elevad:! que el efecto y contiene <mi-
no serían autosuficientes para mantenerse en el ser. Por eso, si faltase dicho nentemente a éste. Sin emba~go, supuesta aquella imperfección --que la causa
influjo, inmediatamente volverían a la nada, no porque las cosas creadas se es de la misma naturaleza y orden que el efecto--, el poder realizar un efecto
privasen a sí mis1p.as de su ser -pues esto es contradictorio-, sino porque igualmente perfecto y permanente corresponderá a la perfección no absoluta,
serían privadas de él por el autor de su ser, y no mediante una acción con-
traria, sino mediante la suspensión de la acción necesaria para que pudiesen
sino. de dicho orden. Además, la necesidad de la conservación se colige
mo suficientemente de la imperfección del ser creada; pues, si de suyo fuese
aSimi.S-l
existir. Y, en cuanto a esto, la misma razón vale acerca de los entes incorrup- tal que pudiese permanecer siquiera por un momento sin el inflÍljo actual de la
tibies; pues, aunque se diga que éstos son necesarios según su potencia intrin- causa primera, también en el primer momento. o. inclusa en la eternidad po-
seca y en orden a los agentes naturales, no lo son, empero, en orden a la po- dría existir sin tal influjo) y no exigiría por. su intrínseca naturaleza el de-
tencia extrínseca de Dios, de la que dependen siempre y continuamente en sU pender de otro, lo cual es propio del ser infinitamente perfecto.
ser. Por tanto, aunque se diga que existen por si en orden a la causa intrínseca, 18. En cuanto a los ejemplos que allí se aducen, se responde primeramente
ya que no tienen por una forma distinta el ser en el que subsisten, sino por sí que, aunque no baste cualquier desigualdad entre el efecto y la causa para que
-lo cual es sumamente verdadero acerca de las sustancias inmateriales-, sin el efecto dependa en la conservació~, no obstante, la desigualdad que se da en-
illis per se esse, sed per superlorem cau- nitur, verbi gratia, quod de se sit agens
videntia. Denique theologl ita sentiunt de seu eadem rollatio eiusdem esse, ut sequenti sam et dependenú~r ab illa. univocum, quod non pectinet ad perfectio-
hac veritate naturali, eamque aliis rationi- sectione amplius explicabimus. Nec vero est 17. Secunda.- Ad secundum responde- nem simpliciter; nam caeteris paribus multo.
bus suadent et exemplis declarant, ut vi- superftuus hic infIuxus, quia sine illo nOD' tur ex utroque capite ibl proposlto suffi- excellentius est agens quod ex se ese emi-
dere licet in Bonavent., In 1, disto 37, a. 1, sibi sufficerent res creatae ut sustentarentur cienter colligi hanc veritatem. Primum enim nentiocis ordinis quam effecrus illumque
q. 1; Gregorio, In 11, disto 3, q. 1. a. 3; in esse. Quapropter, deficiente hoc in1luxu, ad amplitudinem divinae potentiaé spectat eminenter continet. Tamen, supposita illa
Alens., 1, q. 10, membr. 2 et 3; Hervaeo, statim in nihilum redigerentur, non quia ut nihil sit neque aliquo momento esse oos- imperfectione, quod causa est eiusdem ra-
in tractatu de Aeternitate mundi, q. 6, et ip~aemet res creatae seipsas privarent suo sit absque influxu eius. Ad eamdem item tionis et ordinis cum effectu, pertinebit ad
allis, quos sect. seq. referam. esse, id enim repugnans est, sed quia ab ' pertinet plenum dominium omnium rerum perfeetionem non simpliciter, sed illius or-
auctore sui illo prlvarentur, non per creatarum et intrinseca potestas annihilandi dinis, ut possit effectum aeque perfeetum ac
SolvuntuT rariones dubitandi sed per suspensionem eas per suspensionem sm inftuxus. Quocirca permanentern efficere. Rursus etiam colligi-
humano artifice, vel etiam in naturalibus tur necessitas conservationis sufficienter ex
tet ex dictis; nam inCOlTUp- agentibus univocis, quod possint efficere ef- imperfeerione creati esse; oam si ex se tale
gentia quae est in esse creaturae in primo Jicet secundum poten- fectos qui cessante actione sua in esse oer- esset ut posset vel pe! momentum perma-
instanti quo fit, ut sine alterius actione es- tiam inninsecam et in ordine ad naturalia , maneant non est perfectio simpliciter, sed nere sine aetuali infImu primae causae,
se non posslt, est in illa quamdiu permanet agentia dicantur enria necessaria, non ta~ supposita aliqua imperfectione nimirum lO etiam in primo momento vel io ipsa aeter-
in esse. Quia cum ratione sui esse praecise men in ordine ad extrinsecam potentiam artífice, quod non possit efficere cem ali- nitate esse posset sine tali inHuxu, neque
el: quatenus tale ·est indigeat creatura di- Dei, a qua semper ac continue pendent in quam secundum pcoprium esse et entitatem ex intrinseca ratione sua postularet depen-
vino influxu ut sit, quamdiu est eodem in- suo esse. Unde, !icet dicantur per se essc· eius, sed solum secundum quamdam for- df'ntiam ab alio, quod est proprlum esse
fluxu indiget. Neque illa conservatio dici pro- in ordine ad intrinseeam causam, quia n~ ~am et figuram consurgentem ex siro t:t infinite perfecti.
prie potest iterata collatio elusdem esse, sed per formam distinctam, sed per se habent. orcline talium rerum, qua imperfectione sup- 18. Ad exempla vera quae ibi afferuntur,
sicut lpsum esse non est iteratum esse, sed esse in quo subsistant, quod maxime verum posita, pertinet ad industriam artificis res primum respondetur quod, !icet non quae-
est unum esse quod idem permanet, sic est de immaterialibus substantiis, tamen componere ex talibus rebus, taIi ordine ac libet inaequalitas effectus ad causam suffi-
etiam influxus quo res conservatur est idem, ordine ad causam extrinsecam non dispositióne, ut firmiter cohaereant et sta- ciat ut effectus pendeat in conservari, tamen
biles sint. In agente autem naturali suppo- haee inaequalitas quae est ínter esse per es-
564 Disputaciones metafísicas
Disputación XXI.-Sección Il 565
~e el ser por esencia y el ~er por participa~ión, es decir, entre el ser indepen-
pues lo que no existe por sí, dejará al punto de existir si lo abandona aquel por
diente y aque! que es esencialmente dependiente, basta para que éste no pueda
el que existe, etc. Capréolo, In 11, disto 1, q. 2, a. 2, en el argumento contra
conservarse sin el influjo de aquél. En aquellos ejemplos se pide que explique-
la 3.0. conclusión, expone en favor de esta opinión otros argumentos tomados
m~s cuándo el efecto depende en su conservación de la causa creada. Pero esto
de Auréolo. También aduce otros Gregario, In Il, disto 1, q. 6, concl. 4. Pero
lo aclararemos más cómodamente en la sección 3.
los omito porque no ofrecen especial dificultad.
2. La segunda opinión afirma que la conservación no es una acción dis-
SECCION II tinta de la creación según la realidad o un modo real, .sino que sólo se distin-
guen por cierta connotación o negación incluida, o por la .razón, pues la
QUÉ ACCIÓN ES LA CONSERVACIÓN, Y CóMO SE DiSTINGUE DE LA CREACIÓN creaci6n expre.sa la efectuación de la cosa connotando que antes no existía.. mien-
1. . En. esta cuestión hay una primera opinión, de Enrique, Quodl. 1, q. 7, tras que la conservación designa la misma efectuación connotando que la cosa
existía ya antes. Esta es la' opinión de Santo Tomás, 1, q. 104, a. 1, ad 4;
el cual afama que en toda producción y, conservación de las cosas intervienen
dos acciones: una, por la que la cosa adquiere el ser; otra, por, la que es COD- De Potentia, q. 3, a. 3, .d 6, Y q. 5, a. 1, ad 2; y la siguen comúnmente los
se~ada en el ser; de éstas, la primera es anterior, la segunda posterior. El tomistas. Herveo, en el tratado De aeternit. mundi, q. 1; Egidio, De ente et
ml~mo, en e! Quodl. IX, q. 1; Auréolo y Gregario, a los que he de citar pos- essentia.. q. 7; el Ferrariense, III cont. Gent., c. 65; Capréolo, antes referido,
terJOrmente. El fundamento parece estar en que la acción por la que se confiere 01 cual cita especialmente, en contra de Enrique, a Bernardo dé Ganaco, Quodl. 1,
el. ser a la cosa es in~tant~eo, indivisible y carente de duración o permanen- q. 7. Hablando en absoluto, esta opinión es verdadera; mas para explicarla me-
CIa, por lo cual pasa mmediatamente, y le sucede la acción por la que la cosa
jor debe emplearse una distinción.
es conservada en el ser; porque la conservación es una acción permanente. Y
se .confirma, en primer lugar, porque si la cosa se conservase por la misma Solución de la cuestión
aCCIón por la que es producida, durante toda su existencia se encontraría como
en una continua producción, ya que la primera producción duraría continua- 3. Primera afirmación.- En efecto, unas veces sucede que la cosa es con-
mente. Mas p;rrece que es demasiado absurdo el consiguiente, a saber, que una servada exactamente por l~ misma causa que la produce, y otras, en cambio,
cosa sustancIal y permanente esté en continuo flujo. Se confirma,. en segundo por causas diversas, bien porque la producción es realizada por una con ayuda
lugar, porque muchas veces vemos que una cosa es producida por una causa· o concurso de otra, mientras que la conservación es llevada a cabo por una
y conserv2da por otra; luego en ese caso es preciso que la conservación se sola causa, bien, inversamente, porque la producción es efeCtuada por una y
distinga de la producción; luego también se distinguen siempre. Por último, para la conservación concurren muchas. Afirmo, pues, en primer lugar: cuando
lo confirma apoyándose en San Agustin, lib. De animo immort., c. 8, donde es- la conservación procede exactamente del mismo agente y con igual concurso
cribe así de Dios: Porque este poder y naturaleza incorpórea pr~ductora de de la causa material, o también con la misma independencia de la causa ma-
todos. los cuerpo~. sostiene el universo por la presencia de su potencia; pues no terial, entonces la conservación no es una acción distinta de la producción o
lo h.zo y se alelO, abandonando lo que había producido; y más adelante: Ese creación sino únicamente de manera conceptual o por connotación y relación.
pode~ p,?du~tor no puede estar ocios~ sin mantener lo que ha sido producido De donde resulta que, hablando formal y absolutamente, la acción y la con-
por el, nt deJarlo que carezca de especIe, por la que es en la medida en que es; servación no son en realidad d()s acciones. Este es el pensamiento de Santo


,1 sentiam et per participationem, seu inter momia, et ideo statim praeterit eique suc- cumque est; quod enim per se non est, si
deseratuT ab eo per quod est, profecto non
ter, contra Henricum, Bernardum de Gana-
co, QuodI. I~ q. 7. Et haec sententia, per
esse independens et illud quod est essentia- cedit actio qua res conservatur in esse; nam
liter dependens, sufficit ut hoc non possit
o

conservatio est aecio permanens. Et confir- ent, etc. Alia argumenta pro hac sententia se loquendo) vera est; ut tamen amplius
sine illius influxu conservari. Petitur autem matur primo, quia si res eadem actione refert ex Aureolo Capreol., In 11, disto 1, explicetur, distinctio quaedam adhibenda
in. illis exemplis ut explicemus quando ef- conse:varetur qua fit, semper quamdiu est, q. 2, a. 2, in argo como 3 concl. Alia etiam esto
feetus pendeat in conservad a causa creata. esset ID quodam continuo fieri, quía primum affert Gregor., In 11, disto 1, q. 6, cond. 4.
Sed ea omitto, quia non habent specialem Quaestionis resolutio
Sed hoc declarabimus commodius in sect. 3. fieri continuo duraret. Consequens autem
videtur absurdum, quod. res difficultatem. 3. Prima assertio.- Contingit enim in-
II 2. Secunda sententia est conservationem terdum rem ab eadem omoino causa con-
saepe non -esse aliam actionem a creatione secun- servari a qua fit, interdum vera a diversis,
QUAENAM ACTIO SIT CONSERVATIO, ET QUQ- ve! quia effectio fit ab una cum adminiculo
demus rem ab una causa et ab dum rem aut modum realem, sed solum
MODO A CREATIONE D~RAT connotatione quadam am negatione inclusa, ve! concursu, alterius, conservatio vet"o fit
est distingui
1. In hae re est prima sententia Hen- conservationem a productione; ergo et sem- seu ratione distingui, nam creatio dicit ef- a sola una causa, ve! e converso, quia pro-
ri~i, Quodl 1, q. 7, asserentis in omni re- per distinguuntur. Ultimo id confirmat ex fectionem rei connotando quod antea non ductio fit ab una, ad conservationem autem
rum productione et conservatione interce.,. August., libro de Anim. immort.) e. 8, ubi fuerit, conservatio autem dicit eamdem ef- multae concurrunt. Dico ergo primo: quan-
dere duas actiones; unam~ qua res acquii-it de Deo sic scribit: Haec vis el natura in- fectionem connotando _guod res antea iam do conservatio est ab eodem omnino agente
esse; aliam, qua conservatur in esse; ex corporea ejjectrix corporis universi, praesen- fuerit. Haee est sententia D. Thomae. l. et cum eodem concursu causae materialis,
quibus illa praeeedit, haec sequitur. Idem te potentia tenet universum; non enim jede q. 104, a. 1, ad 4; de Poten t., q. 3, a. 3, vel etiam cum eadem independentia a ina-
Quodl. IX, q. 1; Aureol. et Gregor., infra alque discessit ejjectumque deseruít; et in- ad 6, et q. 5, a. 1, ad 2, et hanc sequun- teriali causa, tune conservatio non est alia
citandi. Fundamentum esse videtur quia ac- fra : Illa effecloria vis "Vacare non potest tur communiter thomistae. Hervaeus, tracto actio a productione vel creatione nisi ratione
tici qua rei confertur esse est subita et in- quin id quod ab ea faclum es! tueatur, el de Aeternit. mundi, q. 1; Aegid., de Ent. tantum ve! connotatione et habitudine. Quo
divisibilis et carens duratione seu perma- specie carere non sinat, qua est in quantum- et essent., q. 7; Ferrar., 111 cont. Gent.) fit ut, formaliter ac per se loquendo, actio
C. 65; Capreol., sup¡'a~ qui refert speciali- et coDservatio non sipt in re duae acciones.
- - - - - - ----- -----~--------

566 Disputaciones metafísicas


Disputación XX.I.-SecciÚTI II 567
T~más. Y s~ demuestra porque no hay ningún principio suficiente para distin-
gUIr ~sas aCCIOnes; luego se afirmará sin motivo que son distintas. Pues, ¿quién 4. Se responde a una objeción.- Se dirá que las acciones suelen distin-
ereeta que el sol o una lámpara ilumina este aire con una acción distinta cuando guirse también por la diversidad de tiempo; pues por esa razón exige Aristó-
I , teles unidad de tiempo para la unidad de movimiento; pero la creación y la
se aplica por primera vez y en veces sucesivas? ¿Qué habría habido en la cau,"
p~a que la primer~ acción. se interrumpiese o cesase y la otra se incoase pos-
conservación se realizan en tiempos diversos o, al menos, aquélla se efectúa en
terIOrmente? Ademas, la prImera acción debería durar sólo un instante de nues- el primer instante y ésta en todo el tiempo que sigue. Respondo que, según
~o_ tiempo, y~ q.ue, PO! la misma razón por la que durase más, podría durar
la opinión de Aristóteles, un mismo tiempo continuo es suficiente para que
slem~re; consIgUIentemente, la acción subsiguiente, o duraría sólo otro instante
el movimiento sea el mismo y, consiguientemente, para que la acción sea la
s~m~Jante, Y así habría dos instantes inmediatos, o duraría todo el tiempo sub-
misma; pero, en el caso presente, el instante en el que se realiza la creación
slgw~nte en el que la cosa es conservada, y entonces podría decirse lo mismo, de manera continua (repito), del modo como un término indivisible puede unir-
con ~~al ~, mayor razón, a propósito de la primera acción, y se evitaría aquella está unido de manera continua al tiempo siguiente en que dura la conservación;
m~ttphcaclOJ?- superflua ?e acciones. Añádase que aquella segunda acción ha-
se inmediatamente a utia cosa divisible; por tanto, esto bastaría para que aque-
brIa de ser .mcoada mediante el último no-ser, 10 cual es ajeno a la naturaleza lla acción tuviese unidad, y por eso dice muchas veces Santo Tomás que la
de tales acc~ones. Igualmente, en la visión beatifica, por ejemplo, la acción por conservación es como una creación continuada. Lo cual no debe entenderse
la que el bIenaventurado ve a Dios por primera vez sería distinta de aquella en sentido de una continuid,!d propia, sino a nuestro modo de entender, es
por la .que después pers.evera en la visión de Dios. Y así la primera acción no decir, por coexistencia con una verdadera sucesión continua. Porque la conti-
sería bIenaventuranza, ID perpetua de suyo, lo cual es absurdo. Es más admitir nnidad propiamente dicha sólo se da en una cosa divisible, mientras que la
esto en cualquier visión corporal o en cualquier intelección y volició~ es ex- creación y la conservación son una acción indivisible, por lo que su unidad es
tra~o a toda razón y ajen? a la experiencia, en la medida en que puede inter- mayor y su duración no tiene lugar por sucesión ni por verdadera continnidad,
verur en la presente cuestIón. Más todavía, apenas es posible al hombre perse- sino por la permanencia de una misma acción indivisible. Porque, cuando no
ver~ únicamente por un instante en la acción vital que ejercé: También serIa hay _sucesión en el término o en la adquisición del '"término, tampoco puede ~a­
admrrable que en un agente natural, por ejemplo, la vista variase la acción sin herIa en la acción; pero aqui no hay sucesión el1 el término -puesto que es
cambiar el principio, ni el objeto, ni el paciente, ni el 'efecto. Y de manera el ser sustancial indivisible- ni en su adquisición -ya que se adquiere todo
semejante, que se multiplicase la acción sin nuevo ejercicio de la libertad. Por simultáneamente y se conserva todo simultáneamente-. De ahí resulta que,
último! la ac~ión tiene unidad por el término y por el principio, o también por cuando se dice' que la producción y la conservación duran un tiempo continuo,
el paCIente, SI versa sobre él; pero la producción y la conservación tienen exac- debe ello entenderse del tiempo extrínseco con el cual coexiste dicha acción,
tamente el .~smo término; luego,. si el principio es el misID?, según supone- pues si se habla de la duración intrínseca, es más bien un instante o evo indi-
mos, la aCClOn de que tratamos sera 13. IDlsma, ya que la creaCIón no tiene nin- visible, que comienza todo simultáneamente en el primer instante y persevera
gún sujeto; e ~~ual acontece, guardando la d~bida proporción, en la acción y también todo durante todo el tiempo siguiente y en cada una de sus partes e
~n, la. conservaClon que se lleva a cabo a parhr de un suleto, si el paciente es instantes.
ldenuco. 5. Con esto se confirma la razón aducida anteriormente, pues la conser-
vacido es ,una acción única, en cuanto dura todo e] tiempo posterior al primer
instante y todos los instantes que forman la continuidad de tal tiempo; luego
Haec est mens D. Thomae. Et probatur, prima aetio non esse[ beatitudo, neque de
quia nullum est principium sufficiens ad se perpetua, quod est absurdum. Immo hoc
distinguendas illas actiones; ergo sine causa admittere in quaeurnque corporali visione 4. Obiectioni lit satis.- Dices, etiam ex sunt una actio indivisibilis; unde eius uni-
asserentur distinctae. Quis enim credat so- ve! in omni "intellectione et volitione est temporis diversitate solere actiones distin- tas maior es!, eiusque duratio non est per
lem vel lucernam alia actione illuminare praeter omnem rationem et praeter expe- gtii; ideo enim Aristoteles ad motus unita- successionem nec per verarn continuationem.
hunc aerem cum primo applicatur et dein- rientiam, quantum in hac re intervenire pot~ tem requirit unitatem temporis; creatio au- sed per eiusdem indivisibilis actionis per-
ceps? Quid enim fuisset in causa ut prior tem et conservado fiunt diversis temporibus, manentiam. Nam, quando nen ese successio
esto Immo vix est homini possibile perse- in termino vel acquisitione termini, neque
aerio interrumperetur vel cessaret et alia vel saltem illa fit in primo instanti, haec
deinde inchoaretur? Rursus deberet prima verare tantum per instans in actione vitali vero in toto tempore subsequenti. Respon- in actione esse potest; hic autem non est
actio tantum per instans nostri temporis du- quam exercet. Mirum etiam esset quod in deD, ex sententia Aristotelis, idem tempus successio in termino, quia est esse substan-
ratione sem- agente naturali, verbi continuum satis esse ut motus sit ídem. et dale indivisibile, neque in acquisitione eius,
consequéi:Iter-iit actio sit eadem; at in prae~ quia simul totum aequiritur et simul totum
vel duraret per aliud simile instans tantum, neque passoj neque . Et senti instans quo fit creatio continue con- conservatur. Quo fit ut, cum dicitur produc-
et sic essent duo instantia irnmediata, vel quod in agente libero multiplicaretur actio iungitur tempori subsequenti quo durat tio ac conservatio durare uno tempore con-
duraret per totum subsequens tempus quo absque usu novo libertatis. Tandem aetio conservatio; condnue (inquam) eo modo tinuo. intelligendum id sit de tempere ex-
res conservatur, et tunc eadem ve! maiori h~bet unitatem ex termino et principio, vel quo potest indivisibilis terminus rei divisi- trínseco cui iDa acdo coexistit, nam si sit
ratione idem dici poterit de priori accione, etlam ex passo, si versetur circa illud; sed bili irnmediate copulari; hoc ergo satis es- scrmo de intrinseca duratione, potius est
et vitabitur illa superflua multiplicatio ac- productio et conservatio habent eurndem set ut illa actio esset una, et ideo saepe di- unum instans aut aevum indivisibile, quod
tionum. Adde quod illa secunda actio in- omnino terminum; ergo si principium sit cit divus Thomas censervationem esse qua- totum simul incipit in primo instanti totum~
choanda esset per ultimum non esse, Quod idem, ut supponimus, actio de qua egimulI si continuatam creationem. Quod non 'st que perseverat toto tempore sequenti et in
est praeter naturarn talium actionum. Item érit eadem, quia creatio nullum habet sub~ intelligendum de continuatione propria, sed singulis partibus ac instantibus eius.
in visione beata, verbi gratia, alia esset ac- iectum; idem autem est servata proportione nostro modo intelligendi seu per coexisten- 5. A[que hinc confirmatur ratio superius
tio qua beatus primo videt Deum et qua in actione et conservatione quae fit ex sub~ clam Bd venm successionem continuaIn. íacta, nam conservatio est "una actio, DroU[
deinde perseverat in visione Dei. Et ita iecto, si passum sit idero. Continuatio enim proprie dicta solum est durar toto tempere post primum instans et
in re divisibili, creatio autem et conservatio in omnibus instantibus continuativis taUs
1,
1:
I 568 Disputaciones metafísicas Disputación XXI.-Sección 11 569
también es una acción que tiene unidad con la misma producción o creación riar la acción en la creación y en la conservaClOn de una cosa, e incluso en
que se realiza en el primer instante. La consecuencia es patente, ya que no hay la misma conservación, tal como se realjza en las diversas partes de nuestro
mayor razón para distinguir el primer instante del tiempo inmediatamente si- tiempo; afirmo, empero, que ello resulta superfluo y no connatural, supuesta
guiente que para distinguir cualquier instante sucesivo de la parte de tiempo la identidad del término y el principio, sobre todo cuando la acción no se in-
que viene después de él. A no ser que alguien imagine, por ventura, en la mis- terrumpe.
ma conservación, una sucesión intrínseca real, cosa que es falsa y para mí im- 7. De qué clase y de qué grado es la distinción entre la creación y la con-
probable; y aun entonces queda el mismo argumento de que, de igual modo servación.- Con ello se entiende, además, fácilmente la distinción de razón en-
que se dice que la conservación es_ en sí una acción con unidad, a saber, por tre la creación y la conservación; en efecto, que se da -por lo menos ésta lo de-
continuidad, debe decirse que también tiene unidad con la creación, puesto muestra el diverso modo de hablar; porque no se dice que la cosa se conserva
que una parte no se une al último término en menor grado que a los términos en el primer inst~te en que es creada, ni que se crea, después del primer ins-
de la sucesión, de igual manera que, en la línea, un punto terminal se une tante, en el tiempo restante en que se conserva; luego entre esas dos cosas
verdaderamente a ella y, a su modo, constituye con las partes una unidad ínte- se da alguna distinción, al menos de razón, la ·cual no es otra que la apuntada
gra, en igual medida que un punto intermedio. arriba: que la creación, con este término, connota la negación de que antes
6. Se resuelve una objeción.- Con ello se resuelve incidentalmente el ar- se haya poseído el ser, mientras que la conservación connota, inversamente, la
gumento, si alguien objeta de este modo: si Dios aniquilase a un ángel y pos- posesión del ser tenido anteriormente. Y parece evidente de suyo que ésta es
teriormente crease al mismo, la acción creadora sería diversa únicamente por- sólo una diversidad de razón. Y se patentiza fácilmente por un simil tomado
que había sido realizada en distinto tiempo; luego la creación y la conserva- del término mismo, pues el mismo efecto creado, en cuanto existente en el
ción, que se llevan a cabo en tiempos diversos, serán acciones diversas. Porque primer instante o en cuanto existente en todo el tiempo que sigue, sólo puede
se responde que puede aducirse el mismo argumento acerca de la conservación, distinguirse conceptualmente; luego lo mismo ocurre en la acción indivisible,
que corresponde a un tiempo o instante anterior y poste~ior, a saber, que no y en este sentido se han impuesto diversos nombres con los que se exprese la
fS la misma acción, sino que se multiplican infinitas acciones en la sucesión de acción bajo esas relaciones y connotaciones diversas. Pero a veces se concibe
todos los instantes o partes del tiempo. Por tanto, cabe negar la consecuencia, o significa la acción no con esas relaciones, sino indistintamente, y entonces
ya que en aquel caso las acciones serían interrumpidas y discontinuas, mientras también se dice indistintamente de la producción y de la conservación, a la
que en éste hay una continua. Es, empero, mejor decir que el antecedente no manera como se dice que el sol ilumina el aire, no sólo en el primer instante,
es necesario, porque Dios podría reproducir al ángel con una acción numérica- sino también por todo el tiempo que dura la luz. Y en ese sentido se dice asi-
mente idéntica a aquella con que lo creó, ya que para él no es más difícil rea- mismo que Dios está ejerciendo su actividad hasta ahora, Joan., 5, según expone
lizar de nuevo una acción numéricamente idéntica que un efecto numéricamente San Agustin, lib. IV De Genesi ad litter., c. 12, y otros Padres antes citados.
idéntico, según he dicho más por extenso en otro lugar. Sin. embargo, también Con esto, pues, resulta suficientemente clara toda la conclusión. En cuanto a
podría, si quisiera, valerse de una acción diversa para reproducir el mismo saber por qué he añadido su última parte, se pondrá de manifiesto por la con-
efecto numéricamente, comO he apuntado en lo que precede. Por eso no he clusión siguiente. .
dicho que el antecedente sea falso, sino incierto, ya que depende de la libre 8. Segunda afirmación.- En segundo lugar, afirmo: a veces la conserva-
voluntad de Dios. Y por eso también no niego que Dios pueda, si quiere, va- ción es una acción distinta de la producción por la diversidad de causa eficiente

temporis; ergo etiam est una aetio cum lum quia diverso tempore fit; ergo crearlo quin possit Deus, si velit, variare actionem tur. Et facile patet a simili ex ipso termi-
ipsa produetione vel ereatione quae fit in et conservatio, quae diversis fiunt tempori- in rei creatione et conservatione, immo et in no, nam ipse effectus crea tus, ur existens
primo instariti. Patet eonsequentia, quia non bus, erunt actiones diversae. Respondetur ipsa conservatione, prout tit in diversis par- in primo instanti, vel ut existens in toto
es[ maior ratio distinetionis inter primum. enim idem argumentum fieri posse de con- tibus nostri temporis; dico tamen id esse tempore sequenti, solum ratione potest di~
instans et tempus immediate subsequens servatione, quae priori et posteriori tempori 8uperfluum et non connaturale, supposita stingui; ergo ídem est in actione ,indivisi-
quam ínter quodlibet instans eontinuativum vel instanti correspondet, quod scilicet non' identitate termini et principii, maxime bili, et ita sunt imposita diversa nomina,
et partem temporis quae post illud sueeedit. ~it eadem actio, sed infinitae multiplieentur quando non interrumpitur actio. quibus significetur actio sub illis diversis
Nisi quis fortasse fingat in ipsa conserva- in successione omnium instantium vel par- 7. Qualis et quanta creatíonís a conser- respectibus ac connotationibus. Inrerdum
tione realem intrinsecam successionem, tium .temporis. ergo vatione distinctio.- Hine praeterea facile vero concipitur vel significatur actio sine
inteIligitur distinctio tationis inter creatio- illis respectibus, sed indifferenter, et tune
l'elinquitur idem argumentum ea modo et ; hic vera est una ftem et conservationem; nam quod haee indifferenter etiam dicitur de productiooe
quo conservatio in se dicitur una actio,_ sci- Melius tamen dicitur antecedens saltem intercedat, ipse diversus modus lo- et de conservatione, quomodo dicitur sol
ticet, continuatione, debeat etiam dici una non esse necessarium, nam posset Deua ~e­ quendi ostendit; quia res non dicitur con- illuminare aerem, et in primo instanti et
cum creatione, quia non minus comungitur producere ange1um eadem numero actione servari in primo instanti quo creatur, ne R
toto tempore quo lurnen durat. Quo sensu
pars ultimo termino quam continuBtivis, ut qua illum creaverat; non enim illi diffici- que creari post primum instans reliquo tem- etiam dicitur Deus usque modo operaril
in linea punctus terminativus vere illi uni- lius est eamdem numero aetionem iterUlÍl pore quo conservatur; i~tervenit ergo ali- loan., 5, m:: August. exponit, IV Genes. ad
tur, et SUD modo constituit cum partibus efficere quam eumdem numero effectum, quod discrimen saltem ratioms ínter illa litter., c. 12, et alii Patres supra citati. Ex
unum integrum, sicut punctus continuati- ut alibi latius dixi. Tamen etiam posset si duo, quod non est aliud nisi supra tactum, his ergo satis patet tota conclusio. Cur velO
vu,. vellet diversa actione uti ad reproducendum quod creado sub hac voce connotat nega- ultimam partem eius addiderim, constabit ex
6. Obieclio dissolvitur.- Unde obiter eumdem numero effectum, ut in superio- tionem esse prius habiti, conservarlo vera sequenti conclusione.
solvitur argumentum, si quis ita obiiciat: ribus notavi. Et ideo non dixi anteceden. e contrario connotat possessionem eiusdem 8. Secunda assertio.- Dico secundo: Ín-
si Deus annihilaret angelum et postea eum- esse falsum, sed incertum, quia pendet ex. esse prius habiti. Quod vero haec sit tao- terdum conservatio est distincta actio a pro-
dem crearet, actio creandi esset diversa so- libera Dei voluntate. Unde etiam non nego, tum diversltas rationis, per se notum vide- ductione ob diversitatem efficientis vel ma-
570 Disputacion~s metafísicas , Disputación XXI.-Seccián 11 571
o material; pero en ese caso hay, entre la producción y la conservación, una - -era totalmente idéntica con la acción del fuego, como se explicará en la sección
distinción material más bien que formal. Se explica y demuestra la primera ,siguient:; luego es ~a a~ción nueva mediante la cual Dios, por sí solo, con-
parte porque la cantidad, por ejemplo, en el misterio de la Eucaristía, se con- -serva dicho efecto. Mas aun, acontece que la primera acción es sucesiva mien-
serva numéricamente idéntica no sólo en la materia del pan, sino también se- (fas qu~ la conservación es indivisible y permanente, ya que mediante ésta DQ
parada del pan. Por eso fue producida por una acción de la materia del pan y -se adqwere nada nuevo por_ partes, sino que se conserva simultánea e indivi-
es conservada separada por otra acción distinta. La razón estriba en que la .~~lemente. lo que se ha ~dqui;ido poco a poco; porque hablo de la conserva-
primera acción fue una educción de la potencia de la materia, o una concrea- .'C1Ol! ~ genuma, que se reallZa sm. aumento. Por último, la razón está en que la
I

ción con la materia, o tina coproducción con el pan, según las diferentes opi- "CclO~, por d~pender por s~ Dllsma del agente, no puede cambiar la depen-
niones; en cambio, la acción posterior se realiza sin sujeto alguno y es real- <lencJa o relaclOn al agente SlO que cambie la acción' por ello si la luz es pro-
mente idéntica con la creación; pero no se llama así únicamente porque esa d ~c:·da por una l'ampa;a y conservada por otra, la 'conservación
, es una acción
realidad ya preexistía. Con esto se entiende incidentalmente que este modo de dIstlOta de la. p~Oducclón; y, en general, ]0 mismo sucede siempre que el que
distinción entre la producción y la conservación -que una sea por modo de conserva es distInto del que produce.
educción, y otra por modo de creación, o a la inversa- no puede darse natu- 1.0. De aquí se comprende incidentalmente que este modo de distinción
ralmente, sino por un milagro u obra sobrenatural; porque la forma que es no t1~ne lugar, de manera natura], en ]a creación ni en la conservación corres-
producida mediante una acción dependiente de un sujeto no puede ser pro- P?,ndiente a ella, porque naturalmente no es posible que una cosa sea creada
ducida o conservada naturalmente con independencia del sujeto. Y, por la mis- DI, una vez creada, conservada sino por Dios solo; mas no ocurre' lo mismo
ma razón, si el accidente producido en un sujeto se trasladase a otro y fuese sobrenaturalmente, pues si Dios crease una cosa mediante un instrumento crea-
conservado - en él, la acción por la que se conservase en el otro sujeto seria do, y después' la conservase por sí solo, o al contrario, también entonces sería dis-
distinta de aquella por la que fue producido en el primero, ya que sería como tinta la acción por la misma razón. Mas he dicho que la comparación debe es-
una nueva educción y una nueva dependencia de una causa distinta; sin embar- tablecerse entre la conserv:ación correspondiente a la creación, porque de esa
go, esa diversidad no puede ser natural, porque un accidente no puede pasar manera ~a d~ hacers~ ~or~almente y por sí' misma la comparación, siempre
naturalmente de un sujeto a otro sujeto. que se mvestIga la dIStInClOn entre la producción y la conservación. Pues si
9. Distinción entre la creación y la conservación por variacton de la causll alguno compara la conservación del fuego en la materia con una creación cual-
eficiente.- En otro sentido puede distinguirse la conservación de la produc- qui~~a, es claro. que son acciones diversas. Igualmente, hay que d~tenerse en la
ción por parte del principio, como cuando el fuego es producido por el fuego a~~lOn y causalld~d de la. causa eficiente; porque si alguien compara la crea-
y después es conservado por Dios solo, o cuando el agua es calentada por el Clan de ]a mater13, por ejemplo,. con la conservación, tal cqmo procede, a su
solapar el fuego y, apartado el sol o el fuego, retiene el calor; porque enton- modo, de la forma que la actualIza, entonces la causalidad de la forma es dis-
ces es preciso que la conservación sea una nueva acción distinta. Esto se paten- tinta de ]a acción del agente; sin embargo, esto no es comparar formalmente
tiza fácilmente, porque cesó la primera acción y dependencia, pues el fuego ya la conservación activa con la producción.
no obra en el agua, por ejemplo, o en otro fuego generado y, en consecuencia, 11. F~a~m~~te, se entiende por .qué he dicho en la presente afirmación
cesó también la primera acción en cuanto procedía de Dios; porque en realidad que esta dIst1DClOn entre la conservaCIón y la producción es accidental y ma-

terialis causae; tune autem est materialis sí accidens produerum in unó subieeto trans-
potius distinctio quam formalis inter pro- aetione ignis, ut sequenti quaesdone decIa- I?eo; secus vero est supernaturaliter, nam
mutaretur in aliud et in eo conservaretur, rabitur; ergo est nova actio qua Deus se
duetionem et conservationem. Prima pars aetio illa qua conservaretur in alío subiecto SI Deus crearet rem per instrumentum crea-
declaratur et probatur, nam quantitas, ver- solo illum effeetum eonservat. Immo contio- tum, et postea conservaret se solo, ve! e
esset distincta ab illa qua fuit productUDl git priorem aetionem es se suceessivam, con-
bi gratia, in mysterio Eueharisnae conser- converso, tune etiam aetÍo esset distineta
in priori; quia esset quasi nova eduetio no- servationem vero esse indivisibilem et per-
vatur eadem numero, et in matería panis tí propter eamdem rationem. Dixi autem esse
vaque dependen tia a distincta causa; tamen rnanentem, quia per hanc nihil novum ae- collationem faciendam inter conservationem
separata a pane. Et ideo alía aetione fuit
producta ex materia panis, alia conservatur illa diversitas non potest esse naturalis, quia quiritur per partes, sed quod acquisitum est correspondentem creationi; quia ita est for-
separata. Et ratio est quía prior aetio fuit non potest accidens migrare naturaliter de paulatim, simul et indivisibiliter conserva- rnaliter ae per se facienda comparatio quo-
eduetio de vel concreatio subiecto in subieetum. tur; loquor enim de pura conservatione" ties inquiritur de distinctione inter p~oduc­
fit sine augmento. Denique ratio est tionem et conservationem. Nam si quis
iuxta varias opiniones. vero actio ob variationem efficiemis.- Alio modo pot- quia actio, cum per seipsam pendest ab comparet eonservationem ignis in materia
est ex nullo subiecto; et in re est ídem est distingui conservatio a produetione ex agente, non potest variare dependentiam vel eum ereatione quacumque, clarum est esse
quod creano j solum non ita appellarur quía parte principii, U! eum ignis produeitur ah habirudinem ad agens quin varietur aetio. aetiones diversas. Item sistendum est in ac-
res illa iam praeexistebat. Unde obiter in- igne et postea conservatur a solo Deo, vel Et ideo, si lumen producatur ab una lu- cione et causalitate causae efficientis' nam
telligitur hunc modum distinctionis inter cum aqua ealefit asole aut ab ígne, et re- éerna et conservetur ab alia~ conservatio est si quis eomparet creationem materiae; verbi
produetionem et conservationern, scilieet ut moto sole aU! igne reúnet ealorem; tune dístineta a produetione; et in univer- gl'atiaJ ad eonservationem, prout suo modo
altera sit per modum eductionis, altera per enim necesse est conservationem esse no- idem est quandoeurnque est distÍnetum est a forma actuante illam, sic alía est csu-
modum creanonis, vel e converso, non pos- vam aetionem distinetam. Quod faeile patet, a producente. salitas formae ab aetione agenns; tamen id
se nanuBliter intervenire nisi per miraculum quia cessavit prior aetio et dependencia; Ex quo obiter intelligitur hunc mo- non est formaliter comparare conservatio_
aut supernaturale opus; nam forma quae iam enim ignis non agit m aquam, verbi distinetiorus non habere locum natu- nem acnvam cum produetione.
fit per acnonem dependentem a subieeto gratia, aut in alium ignem genitum, et con- in creatione et eonservatione illi cor- 11. Unde tandem intelligitur, cut in hac
Don potest naturaliter fieri aut conservad sequenter cessavit etiam prior actio, ut erat tespolod"Dle, quia naturaliter non potest res assertione dixerim distinctionem hane inter
independenter a subiecto. Et eadern ratione, a Deo; nam in re erat omomo eadem cum neque ereata conservari, nisi a solo conservationem et produenonem esse per
572 Disputaciones metafísicas Disputación XXl.-Sección III 573

terial, mientras que en la anterior he sostenido que la identidad es esencial y cida por nosotros. En cuanto a las palabras de San Agustln, o no tienen nada
formal. En efecto, la distinción que hemos explicado no se da entre la conser- que ver con la cuestión, o, a lo sumo, confirman la misma conclusión.
vación y la producción por el hecho de que una sea conservación y la otra
producción, sino por el hecho de que una procede de una causa y otra de otra.
y esa distinción será la misma entre dos producciones, o también entre dos con- SECCION 111
servaciones, si interviene la misma diversidad de principios; luego la produc-
Sr TODAS LAS COSAS DEPENDEN nE SOLO DIOS EN SU CONSERVACIÓN
ción -¡ la conservación no tienen por sí mismas esta diversidad, sino más bien
identidad, si se comparan formal y precisivamente. l. Hemos dicho que pertenece a la eficacia de la primera causa el conser-
var .todas las cosas en el ser; corresponde explicar a continuación si esto es ex-
clUSIVO de ella; y, en consecuencia, expondremos la división común de las cau-
Se da cumplida respuesta a los argumentos sas en aquellas de las que dependen los efectos sólo en la producción o tam-
bién .en la conservación. Investigaremos también la raíz de - esta dive;sidad a
12. Los argumentos de la primera opinión casi no necesitan ser resueltos. ver SI basta. que la causa sea unívoca, o bien equívoca, o, en caso de que ésta
Porque se niega que la creación dure necesariamente sólo un instante de nues- no sea sufiClente, cuál lo será.
tro tiempo, hablando de acuerdo con la realidad, ya que dura mientras perma-
nece la conservación; pero, de acuerdo con el nombre o connotación, se dice Se expone el sentido di la cuestión
que sólo dura un instante porque únicamente en ese instante connota negación
de una existencia anterior. Nos referimos siempre a la creación que se lleva a 2. Una cosa puede depender en su conservación dr: otra por diferentes tí-
cabo con aparición de un nuevo ser, pues la que se diese desde la eternidad tulos.- Pero ante todo debe advertirse, según Santo Tomás, 1, q. 104, a. 1
no duraría un instante de nuestro tiempo, sino que sería un presente eterno, y 2, que cabe ente~der de varias !llaneras el que un~ cosa sea conservada por
y en ella -se distinguirían la creación y la conservación, de manera proporcio- otra, a saber, esenCIalmente o aCCIdentalmente. Se dIce que conserva acciden-
nal, como hemos explicado en la disputación anterior. A la primera confirma- talmente una cosa aquello que la protege de sus contrarios bien resistiendo a
ción se responde que, cuando se dice que una cosa permanente se encuentra éstos, bie~ apartándolos. Y en este sentido es cierto que Dio~ conserva una cria-
en una especie de producción continua, la expresión es ambigua; porque encon- tura med18nte otra; porque un ángel puede conservar fácilmente a un hombre
.trarse siempre en producción significa, en rigor dI:" términos, encontrarse como apartando, una piedra, el fuego" etc.; mas no se trata de esto, ya que ésta DO
en un continuo tránsito y sucesión; y en este sentido la proposición es falsa es tanto una conservación cuanto una distinta mutación local o de alteración
aunque no se sigue de la opinión antedicha, como es evidente de suyo. Un sen~ de la cual se sigue accidentalmente que la cosa, que ya existía, no se corrompe:
tido distinto puede ser que la criatura, mientras existe, depende en acto de la y de esta manera es conservada. Por lo que hace a la conservación esencial cabe
primera causa, de la que siempre recibe el ser mediante el mismo influjo actual e.stablecer una subdistinc.ióD;. por.que una es directa e- inmediata, la cual con- '¡::
por el que ha sido creada. Y en este sentido la proposición es verdadera, perD ~ste .en el permanente mfluJo del ser que fue comlmicado por creación; en h!'
~am~lO, otra es u'la. cons~~vación sólo mediata o remota, la cual consiste en el :¡!¡'¡i
impropia, pues ser producido en sentido riguroso connota cierta novedad en
el ser. La segunda confirmación es probativa de la segunda conclusión estable- mfl.uJo de algunas dlSposIcIOnes o formas que' son necesarias para que la cosa II l
aecideos ae materialem~ io superiori vero di- negationem pnorlS existentiae. Loquimur nobis positam. Verba autem D. Augustiru autem omnium advertendum est ex D. Tho~
xerim identitatem esse per se ae formalem. autem semper (le creatione quae est cum vel nihil ad rem fBclum vd ad summu~ ma. '[, q. 104~ a. 1 et 2, varüs modia m-
Quia nimirum distinetio quam explieuimus novitate e~sendi; nam ilIa quae esset ab· confirmant eamdem conclusionem. telligi posse unam rem conservari ab alia
noo ·est ieter coeservationem et productio- aeterno, non duráret per instans nostri tem- scilicet, per se ve.! per accldens. Per ac:
nem ex eo quod una est conservatio et porisJ sed esset nunc aeterrutatis, in eaque SECTIO III cidens dicuntur conservare rem ea Quae
altera productio, sed ex eo quod una est distinguerentur creatio et conservatio, modo UTRUM RES OMNES A SOLO DEO PENDEANT illam proteguO[ a contrariis, vd eis resi-
ah una causa ee altera ab alia. Quae distinc- proportionali, ut tlisputatione praecedeoti IN CONSERVARI stendo vel ea removendo. Et hoc modo cer-
tio erit eadem inter duas productiones, vel declaravimus. Ad primam confirmatiooem tum est Deum conservare unam creaturam
1. Diximus pertinere ad efficacitatem mediante alia; aogelus enim potest facile
etiam imer ct:uas conservationes, si eadem ~espondetur, cum res dicitur esse causae ut res omnes io esse con- conservare hominem avertendo lapidem, ig-
productio et conservado per se non habent esse semper in servet; sequitor ut declaremus an hoc sit nern, etc.; de quo non est quaestio. quia
hane diversitatern, sed potius identitatem, proprium eius, et consequeIÍter explicabi- haec non tam est conservatio quam alia
rigore significat esse in aUlodom
si formaliter ac praecise comparentur. ccntiouo transitu et successione; in mus cornmunem divisionem causarum in IllUtatiO localis, ve! alterationis, ad quam
tem sensu falsa est propositio, non eas a quibus effectus pendent tanrum in ex accident_e sequitur ut res, quae iam erat,
Satis/it argumentis sequitur ex praedicta sententia, ut fieri, vd etiam in conservarlo Et investiga- non corrumpatur, et ita conservetur. Con-
12. Argumenta prioris sententiae fere catum esto Alius vero sensus esse bimus radicem huius diversitatis, an scili- servatlo autem per se potest subdistingui·
Don indigent solutione. Negatur erum crea- quod creatura, quamdiu est, actu cet sufficiens sit quod causa sit univoca, vel nam una est directa ee immediata, quae con:
tionem ex necessitate durare tan[um per prima causa, a qua semper recipit esse aequivoca, vel, si haec non est satis. Quae- sistit in perseverante infIuxu ipsiusmet es~e
mstans nostri temporis secundum rern 10- eumdem actualem influxurn quo creata nam illa sito quod per productionem communicatum fuit;.
quendo; durat enim quamdiu conservatio Et hoc sensu est vera pro po sitio, tamen alia vera est conservatio solum mediata aut
Sensus quaestionis exponitur remota, quae consistit in infiuxu aliquarum
permanet; secundum nomen autem seu impropria, quia fieri in rigore
connotationem dicitur solum durare per m- quarndam novitatem essendi. Secunda 2. VaTiis titulis una res ab alia in sui dispositionum vel formarum quae necessa~
staos, quia tantum pro illo iostanti connotat firmatio -probat secundam conclusionem; conseruatione dependere potest.- Primum riae sunt ut res conservetur in esse. Et
-----------

~!
:i
574 Disputación XXI.-Secci6n 111 575
Disputaciones metafísicas
\ se conserve en el ser. Parece que Santo Tomás, en el lugar antes citado, ad 1
\ llama a la primera conservación principal, y a la segunda conservación secun~ Solución de la cuestión
~--~
. daria. Así, pues, no hay problema ninguno acerca de este último modo de con-
servación, porque es cierto que algunas criaturas son conservadas por otras de 4. Así, pu;s, afirmo en primer lugar: ninguna sustancia creada depende
esta manera, pues en este sentido dijo Aristóteles, XII de la Metafísica, texto 34 en su conservaCIón, por lo que respecta a su ser su aneiaI;-de una causa creada.
que el cielo y el so] conservan c'on su movimiento divino estas cosas inferiores~ ;Hizo notar esto Cilpréolo, In 11, disto 1, q. 2, a. 3, ad 4 contra la 3." conclu-
y la razón estriba en que este modo de conservación q:msiste únicamente e~ sión, tomándol~ de S.~nto Tomás, q. 5 De Potentia, a. 1, ad 7. Y puede de-
la producción de algunas cualidades o formas. Por eso, así como una criatura mostrarse por mducclOn y por razón del modo que sigoe: en las cosas inco-
obra en otra, así también puede obrar en las cualidades congruentes a su natu- rruptibles que son producidas por creación, la doctrina es darísima como ob-
raleza, mediante las cuales se conserve cómodamente. servó Santo Tomás, III, q. 13, 3. 2, ya que la conservación de es;as cosas se
realiza por pe.r,severancia de _la misma. acción por la que son creadas. Además,
3. Aquí deben considerarse' .dos cosas: una, que la conservación se dice porque la aCClOn por la que son conservadas no procede de la materia, puesto
propiamente de aquella que tiene lugar por eficiencia, en el sentido en que ha- que, ? esas cosa~ que. se conseryan .median~e ell~ no tienen materia, sino que
blamos ahora de ella, aunque puede extenderse a otros géneros de causas, sobre son SImples, o, SI la tIenen, tal mfluJo termIna SImultáneamente de manera in-:-
todo a la material y a la formal, de igual manera que la forma es conservada mediata en el ser de la materia misma; en consecuencia, por la misma razón
por ]a materia, y la materia lo es, a su modo, por la forma, y el compuesto por por la que la creación de estas cosas es exclusiva de Dios, también lo es la
las disposiciones materiales. Consiguientemente, puede decirse por esta razón conservación. Y esto es verdad asimismo acerca de la materia prima de las co-
I,
que la materia es conservada mediante las causas segundas, ya que, si bien no sas generables, pues, a propósito de la ~se.ryación __q¡¡e se lleva a cabo me-
introducen inmediatamente el ser en ella, no obstante, inducen en ella las for- diante la forma, ya hemos dicho que e~medj¡¡ta e impropia" sobre todo si es
l. mas mediante las cuales es conservada. Y, por una razón semejante, se dirá que a
cierto que la forma no concurre propiamente- y priori a la conservación de la
conserva el sujeto quien produce las disposiciones connaturales, como el sol COn- materia, sino sólo a posteriori y cuasi dispositivamente, como se ha indicado en :
serva los vivientes fomentando el calor natural de los mismos. La otra cosa que lo que precede. J
debe observarse es que la conservación se atribuye unas veces al individuo y 5. Adem~s, las sustancias corruptibles, ante todo, no dependen en su con-
otras a la especie, a la manera como se dice que las especies son conservadas: s;rvación ?e ~as sustancias .creadas 'inmateriales; porque éstas no pueden rea-
por la continua generación de los individuos, que es asimismo una conservación lizar por SI nusmas la edUCCIón de las formas de la potencia de la materia; lue-
impropia, por ser más bien una sucesión de generaciones. Por esoJ tampoco se go tampoco la conservación, ya que la misma razón vale para la conservación.
trata de ésta, ya que resulta claro que estas generaciones se realizan mediante Tampoco dependen en su conservación de los generantes unívocos, según cons-
las causas segundas. Trátase, pues, de la conservación en sentido plenamente" ta claramente por la experiencia. Y la razón está en que reciben perfectamente
propio, por influjo directo, inmediato y continuo del ser mismo en la misma las formas de aquéllos según su especie. Igualmente, porque en otro caso un
realidad singolar. individuo de una especie diría, según su ser, relación esencial o, al menos con-
natural de dependencia en el ser mismo con respecto a otro individuo 'de la
mIsma especie, y entonces, o habría que proceder al infinito, o sería preciso de-
priorem videtur D. Thom., supra, ad 1, et materia s:uo· modo per formam, et com-
vocare eonservationem principalem, poste· positum per dispositiones materiales. Hac Quaestionis resolutio lium; narn de conservatione quae est per
riorem vero seeundariam. De hoc igitur ergo ratione dici potest materia conservan. formam iam diximus esse mediatam et irn-
posteriori modo conservatiorus nulla ese mediis causis seeundis, quia, !ieet mediate 4. Dico igitllr primo: nulla substantia propriarn. Maxime si verum est formam non
quaestio, quia eertum est ho~ modo Quas· non influant esse in 1lIam, tamen inducunt creata pendet in conservad quoad suum es- coneurrere proprie et a priori ad conserva-
dam ereaturas eonservari per alias; sic in eam formas quibus mediantibus conser-· se substantiale a causa creata. Notavit hoc tionem materiae, sed tantum a posteriori et
enim dixit Arist., XII Metaph., texto 34, vatur. Et simili ratione, qui producit con· Capreolus, In 11, disto 1, q. 2, a. 3, ad 4 quasi dispositive, ut in superiodbus tactum
eae]um et solem divino motu suo conser- natll!ales dispositiones, dicetur conservare contra tertiam conclusionem, ex D. Thom., esto
vare haee inferiora. Et ratio est quia hic subiectum, quo modo sol conservat viventil' q. 5 de Potent., a. 1, ad 7. Potestque induc- 5. Praeterea substantiae corruptibiles im-
mod~s cons~rvationis solum consistit in pro- fovendo naturalem calorem eorum. AIterum tione et ratione ita ostendi; nam in rebus primis non pendent in conservari a substan-
incorruptibilibus quae per creationem fiunt, tiis creatis irnmaterialibus; nam hae non
rumo Unde, una creatura agit in aliarn, tribui individuo, ver? speciei, qu~­ res est clarissima, ut notavit D. Thom .. 111, possunt per se efficere eductionem forma.
ita etiam potest agere in qualitates con- modo dicitur conservari speCles per cone- q. 13, a. 2, quia conservatio harum rerum ·rum de potentia materiae; ergo nec conser-
sent.aneas naturae eiusj quibus commode nuaro generationem individuorum, quae est fiJ per eamdem actionem perseverantem qua vationem: est enim eadem ratio de conser-
conservetur . etiarn impropria conservatio, nam potius est creantur. Item, quia illa actio qua conser- vatione. Item non pendent in conservari a
3. Ubi duo sunt consideranda; unum est, generationum successio. Unde neque de hac- vantur non est ex materia, quia vel res quae generantibus univocis, ut expedentia con-
conservationem proprie dici de illa quae est est sermo, quia constat generationes has fieri. per illarn conservantur non habent mate- stat. Et ratio est quia recipiunt ·perfecte
per efficientiam, quomodo nunc de illa 10- mediis causis secundis. Est ·ergo sermo de- riam, sed sunt simplices, ve! si habent, talis eorum formas secundum speciem. Item, quia
1 quimur, extendi tamen ad alia genera cau- proprüssima conservatione per directum et influxus simul terminatur irnmediate ad es- alias unum individuum unius speciei secun-
se ipsius materiae; et ideo, qua ratione
i, sarum, praesertim materialis et formalis,
quomado forma conservatur per materiarn,
irnmediatum inftuxum continuum ipsius es-o
se in eadem singulari re. creatio harum rerum est propria ipsius Dei,
duro suum esse diceret essentialem vel sal-
tem connatura]em habitudinem dependen-
eadem etiam conservatio. Quod etiam est tiae in ipso esse ab alio individuo eiusdem
verum de materia prima rerum generabi- speciei, et sic, vel procedendum esset in
-
I

576 Disputaciones metafísicas


Disputación XXI.-Sección III 577
tenerse en alguno o algunos que se conservasen de modo nO connatural; pero
ambas cosas son enteramente falsas, como es evidente. Tampoco de un gene-· conservación. Así, pues, el segundo sentido parece ser que el cielo, por no obrar
tante equivoco, si éste fuera también una sustancia engendrada, según consta en las cosas inferiores sino mediante los accidentes, sólo llega instrumentalmente
asimismo por la experiencia; pues, aunque un caballo engendre a un mulo, el a la producción de la forma sustaocial, y por ello sólo tiene esta eficiencia mien-
engendrado no depende en su conservación del generan te. Y en estos casos, así tras dura la alteración previa, puesto que el instrumento únicamente obra' en
como en otros semejantes, la razón quizá esté en que estas generaciones son orden al efecto del agente principal mediante una propia acción previa; por
de alguna manera accidentales, por lo que el efecto no dice dependencia intrln- tanto, cuando cesa el movimiento de alteración cesa la acción del cielo sobre
~:eca de tal causa por razón de su ser, sino únicamente por razón de tal pro- la misma sustancia. Pero tales cosas se conservan cuando cesa la alteración, aun-
ducción. En seguida nos ocuparemos de otra razón general. que no sean generadas sino mediante ella, por lo cual no dependen en su con-
6. Se explica la razón de Santo Tomás en favor de la conclu.ión.- Final- servación del cielo, de igual modo que dependen en su producción.
mente, estas sustancias generables pueden compararse a las sustancias compues- 7. En este sentido, la pre,ente razón es probable; y puede explicarse más
tas celestes e incorruptibles. Y de esta maoera algunos piensan que las sustao- y confirmarse como sigue: la sustancia creada no produce otra sino mediante
·das inferiores dependen en su conservación del cielo, cosa que Fonseca indica los accidentes en calidad de instruri:J.entos; pero ninguna sustancia, por su na-
como veroslmil sin demostrarla, lib. V Metaph., c. 2, q. 9, seco 2. Pero Santo turaleza, depende en su ser y en su conservación de la eficiencia de los acci-
Tomás, antes citado, 10 niega; aunque aduce una razón bastante oscura, con dentes; es más,. en general, nin!:Ú!!.E.~_..!!!~L!)p¡'I~_.9",,, ..~!.,i¡l.s.~~<:!,~(), l'~ece
estas palabras: La acción del agente corpóreo no se extiende más allá del mo- depender ~_Sl mls~ _~~__ ,~:t!~?ns~!y'~c!ºº"~ º~_ J~_" ªs~jºp. ,,,9~L.il'$.!DU!W.9J.~2 ~ aun
vimiento, por lo cual es un instrumento del primer agente en la educción de c e .0' a veces ~~~~Ilaa.,.en su. J?r_?~~cci~~~_,p~~~to, ~HJ,~, . ~at ag~.n~e ~~ ~s apio
las formas de la potencia al acto, la cual se realiza mediante movimiento) mas para prodUC1!' talefecto smo meglan,te, e!dl11s1;rJll11eN0, de Igual mQdo que la ~s­
no en la conservación de las mismas, a no ser en cuanto, en virtud de algún mo· p~,,,- .il!trl!g¡:¡;Je; aunqÚe esproducidamediaote el -fantasllla en calidad "de·· ms-
vimiento, son retenidas en la materia las disposiciones con las que la materz"a lrumento, no depende de- él en _su conserva'Ci6Il, y a~I en otro~ casos'. Y la '. ra-
se hace propia de la forma. Pues de esta manera son conservadas en el ser, me- zon parece·- consistk en qúé' la relación' a un - instrumento menos perfecto no
diante el movimiento de los cuerpos celestes, las cosas inferwres. Esta razón puede fundarse en la intrínseca naturaleza e indigencia del efecto mismo, sino,
puede explicarse de dos modos: primero, que los agentes corporales no llegan a -lo sumo, en la naturaleza o voluntad del agente, porque o no es suficiente o
a la educción de las formas inmediatamente, sino s610 dispositivamente, por lo no quiere obrar sin tal instrumento. Por eso encaja muy bien aquí la distinción
cual no pueden ser causa propia de la conservacióR. Mas este sentido es con- de Santo Tomás, según la hemos explicado anteriormente, entre' la causa de la
trario a los principios de Santo· Tomás y al pensamiento del mismo en aquel sola producción, o también del ser mismo. Pues siempre que la causa, mediante
pasaje. Efectivamente, según ese sentido, la forma dependería del cuerpo celeste un instrumento imperfecto, realiza un efecto perfecto, es causa de la producción,
en la conservación de igual manera que en la educción, cosa que, sin embargo, mas no del ser, porque no es verosimil que tal efecto, en virtud de su ser con-
niega Santo Tomás. Pero entonces queda la dificultad de por qué el agente oor- ~iderado absolutamente, exija tal causa para existir, sino, a lo sumo, para ser
poral, de ese modo instrumental según el cual es causa de la educción de la hecho con tal género de producción. Y por eUo tal efecto nunca depende de tal
forma sustancial mediante el movimiento, no puede ser también causa de su causa en su conservación. Consiguientemente, como el cielo nO produce ninguna
Fustancia inferior a no ser de esta manera, a saber, mediante los accidentes, que

infinitum, vel necessario sistendum esset in satis obscuram his verbis: Actio agentis COT- conservationis eius. Secundus ergo sensus agens .!lQI;l _~st ,aptq.tp ad efficiendum talem
aUquo ve! aliquibus quae non connaturali poralis non se extendit ultra motum~ et ideo esse videtur quod caelum, quia non agit in e-f"W:tu,II.1 nisi" medio instrunieni.o; ut; llcet
modo conservarentur; utrumque autem est est instrUmentum primi agentis in eductione inferiora nisi medüs accidentibus, solum s.Pecies il!teUigi!-HJil!}~:~;_. medio' pbantasiíiate
plane falsum, ut contsat. Rursus neque a formarum de potentia in actum, quae est instrumentaliter att¡ngit effectionem formae Ul instrumento, non penOel~a15-i1Tó-m""é6ii­
generante aequivoco, si illud etiam sit sub- per rnOlUm; non autem in conservatione ea- substantialis, et ideo solum habet hanc effi- ~E1 et sicrutá1ñC1~tiaiio"ess~e~'víaefiJr
stantia genica, ut eham constat experientia; rum, nisi quatenus ex aliquo motu disbosi- cientiam quarndiu durat alteratio praevia, quia habitudo ad instrumentum ignobilius
nam, licet equus generet mulum, genitum liones in materia TetinentuT~ quibus materid quia instrumentum solum agit ad effectum non patés! fundari in intrinseca natura et
non pendet in conservari a generante. Et in !it propria formae. Sic enim per motum' principalis agentis praevia propria actione; ~ndigentia ipsius effectus, sed ad summum
his et similibus ratio est Quia hae corporum caelestium infmora conservantur cessante ergo motu alterationis cessat actio in natura vel voluntate agentis. quia vel non
generationes modo per accid~ns, in esse. ratio duobus modis cae1i circa ipsam substantiam. Conservantur est sufficiens vel non vult agere sine tati
aUte'th huiusmodi res cessante alteratione, instrumento. U nde hic optime quadrat di-
a tati causa, sed attingant quamvis non generentur nisi mediante iDa; stinct¡o D. Thom., prout a nobis supra ex-
solum ratione talis fieri. Aliam generalem sed tanttJm dispositive. et ideo non possinc et ideo non pendent in conservari a caelo, plicata est de causa solíus fieri, vel etiarn
racionem statim tractabimus. esse propria causa conservationis. Sed hic sicut pendent in fieri. ipsius esse. Nam quandocumque causa me-
6. Ratio D. Thomae pro conclusione ex- sensus est contra principia D. Thom. et 7. Estque in hoc sensu ratio haec pro- dio instrumento imperfecto agit perfecrum
plicatur.- Tandem possum hae substantiae contra mentem eius in illo loco. Narn. iuxta babilis, quae potest ita declarad amplius et effectum, est causa ipsius fieri, non vero ip-
generablles comparari ad cae1estes et in- iIlum sensum, eodem modo penderet forma confumari, quia substantia creata non efficit sius esse, quia non est verisimile talem ef-
corruptibiles substantias compositas. Et sic in conservatione sicut in eductione a coe- aliam nisi mediis accidentibus ut instrumen- fecrum ex vi sui esse absolute considerati
aliqui existimant substantias inferiores pen- pore caelesti, quod tamen D. Thom. negat. tis; sed nulla substantia ex postulare talem causam lit sit, sed ad sum-
dere in conservari a caeto, quod sine pro- Tune 'autem difficile relinquitur cur eo det in suo esse et mum llt fiat tati genere productionis. Et
batione verisimile indicat Fonseca, c. 2, instrumentali modo, quo agens accidentium; immo ideo talis effecttJs nunquam pendet a taU
q. 9, sect. 2, lib. V Memph. Sed id negat mediante motu est causa eductionis nobilior causa in conservan. Quía ergo caelum nul-
D. Thomas supra. Reddit autem rationem. substantialis, non possit etiam esse lam substantiam inferiorem efficit nísi hoc
modo, scilicet, per accidentia, quae' sunt jg-
37
---------- --

Disputación XX/.-Sección /11 579


578 Disputaciones metafísicas
ducidas por la luna y por otros astros. En seguida vamos a investigar la razón
son instrumentos menos perfectos que los efectos sustanciales, por eso, aunque de e,to. _,--.-- ..---___ _
estas sustancias sean producidas a veces por los cielos, sin embargo no depen~ 10. En tercer lugar, afirmo: (algunos accident~penden, en su produc- i
den de ellos en su conservación. ción y en su conservación, de causas equívocas creadas:-También esta conclusión
;1
I
8. y esto puede demostrarse, en tercer lugar, así: los elementos, según sus resulta cIara por experiencia; porque de esta manera la luz depende del ~ol
sustancias, no dependen en su conservación de los cielos; luego tampoco pue- o de otro cuerpo luminoso, las especies intencionales de los sentidos externos
den depender los mixtos; luego ninguna sustancia corruptible depende de esta dependen de los objetos, los actos vitales dependen de las potencias y, en ge-
manera del cielo, ya que estas sustancias sólo son o' simples o mixtas. Se prueba neral, los movimientos dependen de alguien que mueve actualmente. Y de ahí i
el antecedente, ya por la experiencia, puesto que el fuego o el agua, absoluta- resulta que únicamente estos efectos no dependen de solo Dios - en su conser-,'
mente hablando, se conservan de igual modo en ausencia o en presencia del sol .ación. Y digo de solo Dios porque también dependen de El inmediatamente!,
y cualquiera que sea la variacióu de la infI~encia del .cielo, ya .también. por el en su conservación; pues, de igual modo que toda operación de la criatura pro--il,
origen, porque el cielo y los elementos han SIdo prodUCIdos con IgUal prIondad; cede asimismo inmediatamente de Dios -según diremos más adelante-, tam-I!
en consecuencia, los elementos, por sí mismos y por su naturaleza, no depen- bién esta conservación que es realizada mediante la criatura procede igUaImente!~j­
den en su producción del cielo, sino que, o son producidos primeramente por de Dios de manera inmediata, ya que vale la misma razón, por ser esta con,""
creación, o después uno tiene aptitud para engendrar otro semejante a él; luego ' servación cierta operación o eficiencia. Y, en este sentido, no hay dificultad al..
tampoco dependen en la conservación. La primera consecuencia se demuestra guna en el presente punto. 1
por paridad de razón, o también a forliori, ya que las formas de los mixtos son 11. Pero sí es muy difícil dar razón de esta dependencia, puesto que no
más perfectas y, de suyo, igualmente' permanentes. Así lo confirma tambi~n la s~ da suficientemente por el hecho de que la causa es equivoca y el efecto par-
experiencia, pues, aunque el oro sea engendrado por el sol, se conserva sro la ticipa imperfectamente de la virtud de la causa; porque, por la afirmación an-
presencia o la influencia actual del sol, y 10 mismo en otros casos. Por consi- terior, es claro que esta razón no basta en el caso de otros efectos equívocos.
guiente, no hay ninguna sustancia que dependa inmediata y directamente en Por eso es también difícil señalar la razón por la que algunos efectos equivocos
su ser de otra sustancia creada. Y no encuentro ninguna razón que apoye ni de las causas creadas no dependen de otras en su conservación, mientras que
siquiera la probabilidad de lo contrario, y a la que sea preciso responder. otros si dependen. Señaló esta dificultad Santo Tomás, l, q. 84, a. 1, donde
9. Qué accidentes dependen en su conservación de sus causas, y cuáles no.- pregunta implícitamente por qué el agua calentada retiene el calor cuando cesa.
Mirmo en segundo lugar: los accidentes no dependen siempre en su conser- la acción del fuego y, en cambio, el aire no conserva la luz cuando cesa la
vación de sus causas, ni siquiera de las equivocas. Porque en las causas unívo- acción del sol. Y responde únicamente: Porque la materia del agua es re~eptiva
cas la cuestión es evidente, no sólo por la experiencia, sino también por la ra- del calor del fuego según la misma razón con que se encuentra en el fuego, mien-
zón antes aducida, la cual demuestra en general que el efecto nunca depende tras que el aire no es receptivo de la luz según la misma razón con que :;e halla
de una causa unívoca o de la misma naturaleza en su ser, sino únicamente en en el sol. Mas esta razón no parece suficiente, ya que puede invertirse el argu-
su producción. En cuanto al efecto realizado por una causa equívoca, es evi.. mento; porque la luz causada por el fuego en el aire no se conserva cuando cesa
dente en el calor producido por el sol, puesto que permanece cuando cesa el la acción del fuego, mientras que el calor causado por el sol se conserva; y, sin
influjo de éste, y lo mismo sucede con otras cualidades primarias que son pro- embargo, el aire es receptivo de la luz según la misma razón con que se en-

qualitatihus quae a luna et aliis astris fiunt. effectus imperfecte participat virtutem cau-
Rationem vera statim inquiremus. sae; nam constat ex praecedenti assertione
nohiliora instrumenta quam effectus sub- fortiori, quia farmae mi.'i:torum sunt perfec- 10. Dico tertio: aliqua accidentia pen- hanc rationem non sufficere in aliis effec-
stantiales, ideo, !icet hae substantiae inter- tiares et ex se aeque permanentes. Quod dent in fieri et conservari 8 causis aequivo- tibus aequivocis. Unde etiam difficile est
dum a caelis fiant, non tamen ab üs in con- etiam experientia confirmat, quia, !icet a.u- cis creatis. Haee etiam conc1usio constat ex- racionem assignare oh quam quidam effec-
servad pendent. rum generetur asole, conservatur sine 'Orae- periencia 1 sic enim pendet lumen a sale vel tus aequivoci causarum creatarum non pen-
8. Quod potest tertio in hunc modum sentia vel actuali influentia sotis, et sic de alio lucido, species intentionales sensuum deant ah aliis in conservare, alii vera pen-
ostendi quia elementa secundum suas. sub- alüs. Nulla ergo substantia reperitur quae exteroorllm ah obiectis, actus vitales a po- deaot. Quam difficultatem attigit D. Tho-
stantia; non pendent in conservad a caelis; irnmediate et directe pendeat in suo. esse .ab tentiis, et in uruversum motus ah aliquo mas, 1, q. 84, 8. 1, ubi tache quaerit cur
ergo nec mixta pendere possunt; ergo nul- alia substantia creata ..:r-:reque inV~DlO rano- actualiter movente. Atque ita fit ut taotum aqua calefacta retineat calorem cessante ac-
ae su stannae corrup o es 1 a pe e ;r ----nem--quae-vel-probabihter-opposltum-SU3~ hi effectus non dependeant a solo Deo in tione igois, aer vero non retineat lurnen ces-
caelo, quia hae 'non sunt nisi aut simplices deat, cui respo~dere. necesse, sit . conservari. Dico autern a solo, quia etiam saote accione solís. Et sofum respondet:
aut mixtae. Antecedens probatur, tom ex- 9. Quae acadentta pendeant ln conser- ab ipso pendent immediate in conservari; Quia materia "aquae est susceptiva caloris
perientia, nam ignis aut aqua, per ~e 10- vari a s!"is c~usis, quae non.- Dico. secun- nam, ea modo quo omnis operatio creatumc ignis secundum eamdem rationem qua est
quendo, aeque conservatur in ahsenoa vel do: a~clden~a non ~emp.er pende~t ~ con- est etiam immediate a Deo, ut infra dice- in igne; aer vero non est susceptivus lumi-
praesentia solis et quomodocumque mute- &ervan a sms caUS1S eoam aeqm~ocls. In mus, haec etiam conservatio quae per crea- nis secundum eamdem rationem qua est in
tur influentia ~aeli 1 tum ab origine, quia causis enim univocis est res manifesta, ~t ttlram fit est etiam immediate a Deo; eH .sole. Haec vero ratio non videtur sufficiens,
caeli et elementa aeque primo creata sunt; experiencia et ratione supra fácta, quae_ lD enim eadem ratio, cum haec conservatio sit quia potest argumennun cornmutari; oam
unde elementa per se et natura sua non universum probat effectum nunquam .pe~­ quaedam oper~tio seu efficientia. Et ita in lumen causaturn ah igne in aere non co~
pendent in fieri a caelo, sed vel primo fiunt dere a causa univoca seu eiusdem raoOnlS hoc nuIla est difficultas. servatur, cessante actione ignis, calor ven>
per creationem, vel postea unum aptum est in essÍ!, sed in ñed taotlfD1. De effec!U au- 11. Sed magna est in reddenda ratione causatus a sale conservatur; et tamen aer
generare sibi simile; ergo neque in co~- tem facto a causa aequlvoca, ~atet 10 ca- huius dependentiae; Don enim sufficienter est susceptivus lurninis secundum eamdem
servari pendem. Prima yero consequentla lore facto asole; permanet e~. cess~o~ redditur ex eo quod causa est aequivoca et rationem qua est in igne, et non est suscep-
probatur a paritate rationis, ve! etiam a influxu eius, et ídem est de alllS prlDlls
I
580 Disputaciones metafísicas
Disputación XXI.-Sección 1I1 581
cuentra en el fuego y no es receptivo del calor según la misma razón con que
está en el sol. Además, pregunto en qué consiste el que una cualidad sea reci- razón; pues, como el calor .-ya sea producido por el fuego, ya únicamente por
bida en el paciente según la misma razón con que se baIla en el agente, pues el sol- siempre dispone para la forma del fuego, por eso nO depende entera-
es susceptible de dos sentidos. Primero, que ser recibida según la misma razón mente, en su conservación, de tal agente; en cambio, la luz del aire no dispone
&ea lo mismo que ser de la misma especie; y en este sentido la razón no es formalmente y por sí misma para alguna forma sustancial, bien sea producida por
concluyente, ya porque el calor producido por el sol no es de la misma especie, el sol, bien por el fuego, ya que el aire ilumioado por cualquiera, si no se ca-
ya también porque es probable que el aire sea receptivo de la luz según la mis- lentase, no se dispondría para la forma de fuego, por lo que depende completa-
ma razón con que se encuentra en el sol; sobre todo de acuerdo con el mismo mente en su conservación.
Santo Tomás, el cual, en 1, q. 67, a. 3, prueba que la luz del sol no es una 13. Pero tampoco parece eficaz aquel razonamiento explicado de este modo.
forma sustancial por el hecho de que es un accidente del aire. Y esta razón nO En primer lugar, porque no es universal, ya que el acto de la ciencia depende
sería eficaz si no supusiese que la luz del aire y la del sol son de igual natura- en su producción y en su conservación del agente, mientras que el hábito nO
leza. depende de esa manera; y nioguno dispone p.ra la forma sustancial. En segun-
lZ. El segundo sentido es que el ser recibida una cualidad según la misma do término, las especies inteligibles producid.s por el entendimiento agente no
razón sea Jo mismo que ser producida unida en el paciente al mismo principio depend~n de él en su conservación y, no obstante, nO disponen para la forma
radical, es decir, a la misma forma sustancial tal como se encontraba en el agen- sustancial. Además, la figura, el calor y otras cualidades semejantes no disponen
te; éste es el sentido que Santo Tomás indica preferentemente cuando dice: para la forma sustancial y son cualidades permanentes, que no dependen de nin-
El aire no tiene aptitud para recibir la luz según la misma razón con que se halla guna causa que las conserve eficientemente. Por último, el que la cualidad dis-
en el sol, y expone: A saber, para recibir la forma del sol, que es principia de ponga o no disponga para la forma parece no tener relación con el hecho de
la luz; 'de donde concluye: Por eso, puesto que no tiene su raíz en el aire" la que dependa, en su conservación, de su agente. .
luz cesa inmediatamente que cesa la acción del sol. Explica más aún este mismo 14. Por qué el movimiento depende en S1f, conservación del agente.:- Otros,
sentido en la citada q. 67, a. 3, ad 1, donde afirma que la cualidad sigue a la pues, piensan que debe darse razón únicamente por la naturaleza intrínseca de
forma sustancial y, por tanto, de igual manera que se comporta el sujeto en la tales cualidades o efectos, puesto que son tales que incluyen esencial y conna-
recepción de la forma sustancial, así también se comporta en la recepción y ruralmente la dependencia de tal causa. Esta razón necesita ser explicada, para
conservación de la cualidad. De ahí concluye que, si la forma sustancial es que no parezca que toda la cuestión queda reducida a la naturaleza oculta de
recibida con la cualidad, entonces se recibe con estabilidad y sio depender en la cosa, lo cual no es tanto dar razón cuanto confesar su ignorancia. Porque es
su conservación del agente creado; en cambio, si se recibe imperfectamente, es: verdad que esta dependencia se funda en alguna peculiar condición o natura-
decir, disponiendo y preparando la materia para tal forma, en ese caso también ]eza de tajes efec~os; y pienso que no en todos proviene de ]a misma nlfz, sino
se conserva por algún tiempo después de cesar la acción del agente, aunque se que, en conforffiJdad con la naturaleza de cada· efecto, hay que investigar en
pierde con facilidad; mas si la cualidad no es recibida con la forma ni dispone él la razón de tal dependencia. Así, pues, en el movimiento se da fácilmente
para la forma, no pe~maneée en manera alguna cuando cesa la acción del agente razón de por qué depende siempre del agente actual, a saber, porque su ser
extrínseco. Consiguientemente, en virtud de este sentido es concluyente dicha es producción más bien que ser; en consecuencia, así como no puede darse pro-
ducción sin operación, tampoco puede darse movimiento sin motor. Y esta ra-

tivus caloris secundum eamdem racionem qua eSl recipere lumen secundum eamdem ra- lar, sive ah igne sive a sale productus, sem- videtur impertinens Ut in conservari pen~
est in soleo Deinde inquiro quid sit quali- tionem secundum quam est in sole, et ex- per disponit ad formam ignis, ideo non om- deat a SUD agente.
tatem aliquam redpl in passo secundum ponit: Ut scilicet recipiat formam solis, nino pendet in conservari a tali agente; lu- 14. MOIUS quare ab agente in conser~
earndem rationem qua est in agente; duos quae est principium luminis,· unde conclu- men vero aeris formaliter ac per sese non vcui pendeat.- Alii ergo putant rationem
enim potest habere sensus. Prior est ut idem dit: Et ideo, quia non habez radicem in disporut ad aliquam formam substantialem, esse reddendam solum ex intrinseca natura
sit recipi secundum eamdern rationem quod aere, statim cessat lumen cessante actione sive fiat asole sive fiat ab igne; aer enim talium qualitatum vel effectuurn, quia ni-
esse eiusdem speciei; et sic non concludit solis. Et eumdem sensum magis explicat ilIuminatus a quocumque, si non calefieret, rnlrum tales sunt ut essentialiter ve! conna-
ratio) tum quia calor factus a sole non est dicta q. 67, a. 3, ad 1, ubi alt qualitatem non ,disponeretur ad formam ignis, et ideo turaliter ineludant dependentiam a tali cau-
eiusdem speciei, tum etiam quia probabile sequi formam substantialem, et ideo, sicut omnino pendet in conservari. sa. Quae ratio explicatione indiget, nc vi~
esse susceptivum luminis secun- se habet suhiectum ad formae 13. Sed neque hoc modo explicatus ille deatur tota res ad occultam rel naturarn
discursus videtur efficax. Primo, quia non revocari, quod non tam est rationem red-
xime secundum D. 1, et 'retentionem qualitatis. Unde concludit, est universalis; actus enlm scientiae pen- dere quarn eius ignorantiam fateri. Verum
q. 67, 8. 3, ex ea probat lucem non si curo qualitate redpiatur forma suhstan- det in fieri et conservari ab agente, habitus est enim hane dependentiam fundari in ali-
esse formam substantialem quia in aere est tialis, tune firmiter recipi et sine dependen- autem non ita pendet; neuter autem dis- qua speciali conditione veI natura talium
acddens. Qtiae ratio non esset efficax, rusi tia in conservari ab agente creato; si verO ponit ad forrnam substantialem. Deinde effectuum; existimoque non in omnibus Dro-
suppaneret lurnen aeris et lurnen salís esse redpiatur imperfecte, id est, disponendo et species intdligibiles factae ab intellecru venire ex eadem radice, sed iuna unius-
eiusdem rationis. praeparando materiam ad ¡:alem formam. agente non pendent in conservad ab illo, cuiusque effectus naturam quaerendam eS!le
12. Alter sensus est ut qualitatem recipi tune etiam conservari aliquamdiu cessante et tamen non disponunt ad formam sub- in illo rationem talis dependentia!;!. Itaque
sec;undum eamdem rationem idem sit quod acúone agentis, facile tamen abiici; si autem stantlalem. Praeterea figura, calor, et aliae ill motu fadIe redditur ratio cur semper
produci coniunctam in passo eidem radicali qualitas nec recipiatur cum forma nec dis- quaJitates similes non disponunt ad forrnam pendea[ ab actuali agente, quia nimirum
principio, id est, eidem formae substantiali ponat ad formam, omnino non manere ce9~ substantialem et sunt qualitates permanen- eius esse.non tam est esse quam fieri;, quia
prout. erat in agente, quem sensum magis sante actione extrinseci agentis. Ex hoc ergo tes, quae non dependent ah· aliqua causa ergo fien non potes! esse sine agere, ideo
·D. Thomas indicat, durn ait: Aer nalUs non sensu talis conc1uditur ratio; nam quia ca-- conservante effective. Denique, quod qua- nec motus sine movente. Et haec ratio pro--
litas disponant ad formam vel non clisponat, bat de omni dependentia quatenus talis est;
Disputación XXI.-Sección III 583
582 Disputaciones metafísicas
17. Se trata la misma cuestión a propósito de las cualidades físicas.- Por
zón es demostrativa acerca de toda dependencia en cuanto tal; porque ésta es lo que hace a otras cualidades físicas, de las que parece haberse ocupad",ex-\
o cierta producción o la conservación misma. Por ello, depende por sí misma cIusivamente Santo Tomás, en los lugares citados, las razones de éste(son pro- )
esencial o intrínsecamente del agente, y una determinada dependencia depende bables; porque estas cualidades o disponen para 1a forma o son consecuencia-~
de un determinado agente. de la misma. Las que disponen, como anteceden por su naturaleza a la forma,
15. Por qué los actos inmanentes.- Con esto también se da fácilmente ra- por eso pueden preceder a tal forma, al menos en un ser remiso, y, por ~anto,
zón a propósito de los actos inmanentes, si, como muchos pretenden, sólo son pueden asimismo permanecer sin ella; en cambio, las que son consecuenCIa de
acciones y no cualidades; porque toda acción es por sí misma una dependencia la forma no pueden existir a no ser que o dimanen intrínsecamente de ella. o -\
esencial del agente. Pero, como toda acción tiene su término, y toda dependen- dependan actualmente de un agente poseedor de tal forma. Podemos añadir otra
da es dependencia de alguno, por eso suponemos como más verdadero que es- razón general: que las cualidades de una especie nunca dependen en su con-
tos actos son ciertas cualidades dependientes de sus potencias. Y se da una razón servación de las cualidades de la misma especie, por la razón antes aducida acer-
excelente por la naturaleza de tales cualidades; en efecto, son esencialmente ac- ca de las causas unívocas. En consecuencia, es muy probable que la luminosi-
tos vitales que para informar exigen una facultad que influya en ellos; por eso, dad y la luz del sol sean específicamente diferentes. Mas la cualidad que alguna
como no pueden existir naturalmente si no es informando en acto a su princi- vez es producida por otra superior y específicamente distinta es a veces de tal
pio próximo e intrínseco, por eso tampoco pueden existir naturalmente si no suerte que, hablando en absoluto, puede ser producida por otra de la misma es-
proceden actualmente del mismo. Esta razón no tiene validez en el caso de los pecie. En ese caso, aunque en alguna ocasión sea producida por una cualidad
hábitos, y, por 10 demás, los hábitos imitan a las potencias, ya que son, junta- superior, no depende de ella en su conservación. Porque, no exigiendo por su
mente con ellas, principios de acción y se confieren para disponer y ayudar a las naturaleza el proceder de esa causa superior para existir, no hay razón para que
potencias; en consecuencia son, por su naturaleza, permanentes e independien- dependa de ella en su conservación, aun cuando sea producida por ella, según
tes de la eficiencia actual de las mismas potencias. la doctrina sentada en la sección l.", al explicar el motivo de duda. De donde re-
16. Qué especies intencionales dependen en su conservaczon de los agentes, sulta que el calor, aunque sea producido por la acción del sol, es conservado
y cuáles no.- Acerca de las especies intencionales no puede darse razón en vir- sin la acción de éste, porque tiene aptitud para ser producido por otro calor.
tud de la naturaleza general de las mismas, puesto que vemos que unas depen- Pero cuando la cualidad es tal que nunca puede ser producida naturalmente
den en su conservación de sus agentes próximos, mientras que otras no. Por e-n un sujeto extraño a no ser por una cualidad superior que existe de manera
ello puede darse razón. o por la causa final, porque algonas están destinadas connatural en un agente superior, entonces hay indicio de que depende del agen-
a conocer únicamente en presencia de los objetos, y otras en cambio a ser rete~
te en su conservación, pues, así como necesita absolutamente esa dimanación
nidas en la memoria, o también puede entenderse, además, por estos diversos
fines, que las -especies de los sentidos externos son muy imperfectas y vienen para existir, de igual modo exige semejante influjo para permanecer en el ser;
a ser como instrumentos unidos a sus objetos, por 10 que, por su naturaleza, en por ello no se conserva la luz en el aire sin la presencia del solo de otro que
su ser y en su conservación, dependen de la acción de aquéllos; pero otras convenga con el sol en la naturaleza de la luz. Cayetano indicó esta razón, aun-
especies, tanto sensibles como inteligibles, son de- naturaleza más perfecta y, que en términos distintos, al defender la razón de Santo Tomás, en 1, q. 104,
consiguientemente, más independientes~

17. De qualitatibus physicis eadem tunc, licet interdum fiat a superiori Quali-
'nam iIla vel est quoddam fieri vel est ipsa tentias:" sunt enim cum illis prinCIpIa agen- quaestio tTactatuT.- De aliis vero qualita- tate, non pendet ab illa in conservari. Quia
conserva tío. Et ideo per seipsam essentiali- di, et dantue ad disponendas et iuvandas tibus physieis, de quibus solis videtur D. cum ex natura sua non petat dimanationem
ter ve! intrinsece pendet ab agente, et raEs ipsas potentias; et ideo natura sua sunt per- Thomas locutus citatis loeis, probabiles sunt ah illa superiori causa ut sit, non est cur
dependentia a tati agente. manentes et independentes ab actuali effi- eius rationes; nam hae qualitates vel dis- ab illa pendeat in conservari, licet ab illa
15. Quare aclUS immanentes.- Atque cientia ipsarum potentiarum. ponunt ad formaOl _vel consequuntur illam. fiat, iuxta doctrinam datam in sect. 1, ex-
hinc etiam facile redditur ratio de actibus 16. Species intentionales quae pendeant Quae disponunt, quía ex natura sua ante- . plicando rationem dubitandi. Et hine est
immanentibus, si, ut multi volunt, sunt in conservari ab agentibus, quae non.- De cedunt forrnam, ideo possunt saltem in esse quod calor, !icet fiat per actionem solis~
actiones et non qualitates; nam om- speciebus autem intentionalibus non potest remisso praecedere talem 'formam, et con- conservetur sine actione eius, quia naros est
per seipsam est essentiaKs ratio reddí ex natuea earum, cum sequenter etiam possunt Olanere sine illa; fieri ab alio calare. Quando vero qualitas
quae- vero formam consequuntur, non pos- talis est ut in extraneo subiecto Dunquam
be!". suum terrninum, et omnis dependentia suis proximis vera minime. sunt esse nisi vel inttinsece ab illa manent possit naturaliter fieri, nisi a superiori qua-
est alicuius dependentia, ideo ut verius su- Er ideo reddí potest vel ex finali cau- vel ab agente habente talem formam actua~ litate connaturali modo existente in supe-
ponimus hos actus esse quasdam qualitates sa, quia quaedam institutae sunt ad cogno- liter pendeant. Addere praeterea possumus riori agente, ronc signum est pendere ab
dependentes a :suis potentiis. Et ratio opti- scendum tantum in praesentia obiectorum. aliam rationem generalem, quod qualitates agente in conservari, quia, sicut absolute in-
ma redditur ex natura talium qualitatum; aliae vero ut retineañtur in memoria. vel unÍus speciei nunquam pendent in conser- diget illa emanatione ut sit, ita similem in-
sunt enim essentialiter actUs vitales, qui ad ulterius ex his diversis finibus intelligi pot- vad a qualitatibus eiusdem speciei, propter fluxum requirit ut in esse permaneat; et
informandum postulant facultatem influen- est species sensuum exterborum esse valde rationem superius factam de causis univocis. ideo lumen in aere non conservatur sine
tem in ipsos, unde, quía naturaliter esse non imperfectas, et esse quasi instrumenta con- Et ideo vaLde probabile est lurnen et lucem praesentia solís vel alteríus quod in natura
possunt rusí actu informando suum pro- iuncta suorum obiectorum, ideoque natura solis specie differre. Qualitas autern quae lueis cum sale conveniat. Et hane rationeOl,
Ximum et intrinsecum principium, ideo sua pendere ex actione eorum in esse et aliquando fit ab alía superiori et specie di- licet sub alüs verbis, indicavit Caietanus
etiatn naturaliter esse non possunt nisi ac- conservari; alias vero species vel sen~i!,i~ stincta, talis interdum est ut, per se loquen- defendens rationem D. Thom., 1, q. 104,
tualiter sint ab ipso. Quae ratio cessat in les vel intelligibiles, esse perfectioris rat1o~ <lo, fieri possit ab· alia e~usdem speciei. Et a. 1, dub. ult., et applicari potest ad omnes
habitibus, et alioqui habirus imitantur po- nie, et ideo magis esse independentes.
584 Disputaciones metafísicas Disputación XXI.-Sección 111 585
a. 1, duda última, y puede aplicarse a todos los efectos, tanto sustanciales como emplease un poder mayor, no podría darse razón de por qué esa mayor activi-
accidentales. dad sería debida al efecto, o, al menos, por qué se deberla a una en mayor me-
Primera duda incidental dida que a otro, a la manera como entendemos muy bien por qué el alma ra-
J cional es conservada por Dios separada del cuerpo, mas no el alma de! caballo,
18. Pero aún quedan dos dificultades. La primera es que toda cualidad de- • saber, porque la misma actividad de Dios que basta para conservar e! alma
pende de algún agente próximo en su producción y en su conservación; por racional unida" al cuerpo, basta para conservarla separada, cosa que no ocurre
eso, también en el calor, cuando cesa la acción del fuego, utiliza Dios otra ac- con el alma del caballo. Ahora bien, si para conservar e! alma racional fuera
ción mediante la cual conserva por si solo el calor, según dijimos antes, y esa del cuerpo se precisara que Dios emplease un concursa mayor, con el que su-
acción es de tal suerte que equivale a la acción que el fuego ejercía junto con pliese la carencia del ~uerpo unido, n.o podría darse ,razón d; por .qué e~e .ma-
el concurso común de Dios; consiguientemente, dicha acción bastaría por sí yor concurso sería debIdo al alma raCIOnal, o por que no sena debIdo aSllnISmO
misma para producir ese calor, si no hubiera sido producido, ya que mediante al alma de! caballo; porque Dios también podría conservar ésta fuera del cuer-
ella sola confiere Dios el ser a tal calor como causa suficiente de ese ser. Por po empleando un concurso mayor.
tanto, siempre que cesa la acción de la causa próxima, el efecto no puede con- 20. Mas esta respuesta ni adopta e! verdadero fundamento ni, partiendo de
servarse si Dios no suple la actividad de tal causa; luego, o todo efecto depende él, resulta satisfactoria. Porque, en primer lugar, parece imposible que Dios con-
en su conservación de su causa próxima, o no depende ninguno, porque si en serve por su sola virtud la forma en la materia, ya sea esa forma el, calor, ya
toda causa próxima Dios quisiera suplir la ausencia de ésta, el efecto nunca cualquier otra material, y que, sin embargo, no intervenga en ese caso una de-
dependería de tal causa en su conservación. 0, por último, hay que dar razón pendencia o acción total que baste por sí misma para conferir el ser a tal for-
de por qué Dios, en algunos efectos, se comporta de tal manera que, al cesar ma, si hubiera de ser introducida en tal materia desde e! principio y en igual-
las causas próximas, El continúa (por así decirlo) conservándolos, mientras que dad de circunstancias. Porque, según se ha demostrado, la acción conservativa
en otros no. O por qué la naturaleza de la cosa exige esto, de suerte que se no es esencialmente distinta de la productiva; pero esa acción, en cuanto con-
diga que un efecto depende en su conservación de su causa próxima y otro no. servación, es total e integra, y procede de una virtud suficiente; luego es esen-
19. Solución.- A esta dificultad puede responderse negando que para con- cialmente suficiente para la producción de dicha forma, si no se supusiera pro-
servar sin e! fuego el calor producido por e! fuego emplee Dios una eficacia ducida. Además, porque el calor, por ejemplo, no puede poseer o retener el
tan grande como la que bastaría para producir el calor sin el fuego, si fuese ser si no le es conferido por una causa intrínseca que sea suficiente para dar tal
j- empleada desde e! principio; antes bien, e! poder que Dios utiliza para concu- ser y que opere en cuanto tal. Y, a este respecto, la misma razón- vale para el
I
rrir con el fuego basta después para conservar el calor producido por el fuego. primer instante en que se recibe el ser y para cualquier otro en el que es con-
y como semejante eficacia no bastaría para conservar sin e! sol la luz produ- servado, como resulta claro por el razonamiento hecho en la sección 1. Pero
cida por el sol, por eso se aduce una razón excelente de por qué, una vez apar- mientras la forma se conserva, retiene todo su ser; luego lo recibe de alguna
tado e! fuego, Dios continúa (valga la expresión) el concurso conservativo del causa, en cuanto esencialmente -suficiente para dar tal ser; mas en aquel ins-
calor, mientras que, apartado el sol, no continúa el concurso conservativo de la . tante lo recibe de solo Dios en calidad de eficiente, pues suponemos que es
luz. Porque, si, apartado el age~te próximo, siempre fuese necesario que Dios conservado por solo El eficientemente; luego entonces Dios obra como causa
te neccessarium semper esset Deum maio~ cumque alía materialis, et tamen quod ibi
effecrus, tam s'Ubstantiales quam acciden- conservari a tali causa. Ve! denique red- rem viro adhibere, non posset ratio reddi non intercedat dependencia seu acrio totalis
tales. denda est ratio cur Deus in quibusdam cur iDa maior activitas debita sit effectui, per se sufficiens ad dandum esse tali for-
effectibus ita ~e babeat u_t cessantibus cau-- vel certe cur potius magis uni quam alteri mae, si a principio et caeteris paribus esset
Dubium primum incidens sis proximis ipse concinuet (ut ita dicam) debeatur; sicut recte intelligimus cur anima in talem materiam inducenda. Nam, ut os-
18. Sed adhuc supersunt duae difficul- conservationem eorum, in aliis vera 000'- rationalis conservetur a Deo separata a cor- tensum est, actio conservativa non est per
tates. Prior est quia omnis qualitas pendet item. Vel CUT boc postulet natura rei ut p.ore, non autem anima equi, quia nimirum se distincta a productiva; sed iDa aetio in
ab aliquo agente proximo in fieri et con- unus effecrus pendere dicatur a sua causs< eadem activitas Dei, quae sufficit ad con- ratione ,conservationis est totalis et integra,
servad; unde etiam in calore, cessante ac- proxima in conservari, et non alius. servandam animam rationalem unitam cor- e[ a virtute sufficienti; ergo est per se suf-
tione ignis, adhibet Deus aliam actionem 19. Enodatur.- Ad hanc difficultatem- suffidt ad eonservandam separatam, ficiens ad productionem illius formae, si non
qua· se solo conservat talem calorem, ut responderi potest negando ad conservan- non ita est in anima equi. At vero, supponeretur producta. Item, quia calor,
diximus, quae actio talís est ut ae- dum sine calorem ab . ad consery:andam arumam rationalem ex~ verbi gratia, non potest habere vel retinere
tra corpus necessarium esset Deum adhibere esse nísi datum ab intrinseca causa sufficienti
concursu Dei; per se esset sufficeret ad, producendum calorem sine
sufficiens illa acrio ad producendum illum maiorem concursum ,quo suppleret caren- ad dandum tale esse et ut sic operante. Et
igne, si a principio adhibererur, sed eam tiam coruuncti corporis, non posset ratio quoad hoc eadem est ratio de primo instanti
calorem, si non esset productus, quía per solum vim quam Deus adhibet ad concur--
illam solam dat Deus esse tali calori tam- reddi cur talis maior concursus debitus es- in quo recipitur esse et de quocumque alio
rendum cum igne sufficel'e postea ad eon-
quam sufficiens causa iDius esse., Quoties- . se! animae rationali, vel cur non eciam es~ in quo eonservatur, ut patet ex discursu fae-
servandum ealorem per ignem producnun.
cumque ergo cessat actio proximae causae, Et quia· similis efficada non. sufficeret ad' sel" debitus animae equi; nam etiam illam to sect. 1. Sed quamdiu forma conservatur,
posset Deus conservare extra corpus adhi~
effectus conservad non potest, rusi supplen- conservandum sine sole lurnen productuIn 8: bendo maiorem concursum. retinet totum suum esse; ergo recipit illud
te Deo activitatem talis causae; ergo vel sole, ideo optima ratio redditur eur remoto' 20. Haec vero responsio nec sumit ve- ab aliqua causa, ut per se sufficiente ad
omnis effectus pendet in conservad a sua igne Deus continuet (ut ita dicam) concur~ rum fundamen,turn neque etiam ex iDo sa- da~dum t.ale esse; rec~pit a'!tem ill?~ P:o
causa proxima, vel nullus, quia si in omní sum conservativum caloris, remoto autem tlsfacit. Primurn enim impossibile videtur eO lOstan11 a solo Deo ln ratlone efflClentlS,
causa proxima Deus velit supplere abseo- sole non eontinuet concursum conservati- quod Deus sola sua virtute conservet for-. nam supponimus a solo illo effeetive conser-
tiam eius, nunquam effectus pendebit in vum luminis. Nam, si remo,to proximo agen- mam in materia, sive illa sit calor sive quae- ~..vari; ergo agit tunc Deus ut causa per se
586 Disputaciones metafísicas Disputación XX/.-Sección /11 587
--~--------------------~
esencialmente suficiente y total, no ya s610 en el género de causa primera, como recibir el se.r de otro c~?r o de otro agente próximo semejante, por razón de
cuando concurría con- el fuego que calentaba, sino simplemente en el género su ser consl?erado preclslvamente, ya que ninguna forma que puede ser pro-
de causa eficiente incluso próxima; luego emplea mayor eficacia para tal con- du~ida esenc131me~te por un agente unívoco dice dependencia esencial con res-
servación que para la producción que se realizaba mediante el fuego. ~e~to. a otro en vlItud de su ser, como también se ha demostrado arriba; pero
21. Añádase que el primer concurso y acción se llevaba a cabo, al menos Unlcamente en cuanto a la producción se da esta dependencia en virtud del or-
en la producción de todo -el calor, de manera sucesiva, ~:ntr~s 9';l~ la conser- den de las causas naturales, el cual no se extiende a la conservación de todas las
vación persevera toda simultáneamente por modo de aCClOD meliVlslble; luego co~as. Por ello,. el calor es de suyo indiferente para ser conservado por cmil-
se realiza de manera distinta y en virtud de una eficacia mayor. Por último, si qmer ~g~nte uruversal, y esto le es debido en virtud de su ser, una vez que lo
admitiésemos que el calor es conservado por solo Dios sin un concurso mayor ha reCIbIdo. Pero la luz es una forma tal que eu virrud de su ser exige el pr<l-
que el que empleaba con el fuego, ¿por qué no podría conservarse la luz de ceder de la lu,z c,omo connatural a ell.a, no pudiendo, por tanto, ser producida
igual modo en ausencia del sol mediante un concurso igual? ~, si esto es.:po- por un agente uruvoco; en consecuenC13, sin dimanación alguna no le es debido
sible, ¿por qué no le es debido igual que al calor? Luego, mcluso adnutrdo natl~ralmente .el ser conservada por una causa superior sola. Y en toda otra
el otro principio, persiste la dificultad. Y, aun cU:.1i.1do supongamos 00 cual es cualI~~d semejante ').ue dependa en su conservación del agente próximo se des-
cierto) que Dios conserva cada cosa mediante su actividad integra y total, ten· cubrrra ~guna propIedad narural a partir de la cual pueda conjeturarse que tal
drá validez la razón que se hubiese aducido en aquella opinión, en el sentido forma eXl~e, en ~tud de su ser, la dimanación de tal causa próxima, según
expuesto, cuando la conserva por sí solo. se ha explIcado arrIba y resulta claro sobre todo en los actos vitales. Y en toda
22. Por tanto, la razón de la diferencia, que se pide en aquella dificultad, forma material (para responder con esto a cierto ejemplo aducido anteriormente
debe tomarse del principio sentado en la sección La, que unas veces el efecto en contra~ se encuentra tal modo de entidad que por su naturaleza requiere una
dimana de su causa por razón de su ser considerado absoluta y precisivamente, ca~sa efiCIente en cuanto operante sobre un sujeto presupuesto, por lo cual no
y otras sólo por razón de tal producción, producción que, sin embargo, no es eXIge ser conservada por Dios fuera del sujeto. Esto no ocurre así en el alma
adecuada a tal ser, ya en absoluto, ya según el orden connatural. Por consi- racional, que par.~ recibir el ser no exige una acción a partir de un sujeto y, por
guiente, cuando el efecto procede de su causa segunda conforme al primer modo, ende, la separaclOn del cuerpo no es obstáculo para que exija naruralmente el
entonces no exige ser conservado por Dios en ausencia de su causa; pero cuando ser conservada; consiguientemente, aquel ejemplo no ofrece semejanza; y C011
dimaua del segundo modo, le es debida la conservación por razón del mismo esto parece que se ha dado respuesta satisfactoria a toda la dificultad pr<l-
ser ya recibido, pues, como tal ser no dice por si mismo orden a otra causa, puesta.
exige connaturalmente el ser conservado por cualquiera, incluso por la primera,
a la cual corresponde conservar todo lo que ha sido hecho de manera connatu· Otra duda que debe observarse
ral. N o ocurre lo mismo cuando el orden a la causa próxima es totalmente esen-
dal en virtud de tal ser, porque entonces el cambiar tal orden no seda con- 23. La segunda dificultad es si entre la dependencia del efecto sólo en la
natural ni podría ser debido a la cosa poseedora de tal ser. Por eso, el calor producción, o en la conservación absolutamente, se da cierta dependencia in-
(y lo mismo sucede con cualquier forma semejante) no exige ser producido y termedia, segúu la cual la forma permauece durante a1gúu tiempo cuaudo cesa
sufficiens et totalis, non iam solum in ge- 22. Ratio ergo differentiae, quae in illa
nere causae primae, sicut quando concur· difficultate postulatur, sumenda est ex prin-
rebat cum igne calefaciente, sed simpliciter cipio posito sect. 1, quod interdum effectus esse ab alio calore, aut alio simili agente ma, ut supra declaratum est et maxime
in genere causae efficientis etiam proximae; manat a sua causa ratione sui esse absolute proximo, ratione sui esse praecise conside- patet in actibus vitalibus. Et in omni forma
ac praecise considerati, aliquando vero s()o rati, quia nulla forma quae per se fieri pot- materiali (ut per boc respondeamus ad
ergo maiorem efficacitatem adhibet ad talem
lum ratione talis fieri, quod tamen fieri non est ab agente univoco didt per se depen- quoddam exemplum in contrarium supra
conservationem quam ad productionem quae
dentiam ab alio ex vi sui esse, ut supra positum) taHs modus entitatis invenitur' ut
fiebat medio igne. est adaequatum tali esse, vel simpliciter vel
21. Adde quod prior concursus et actio, secundum ordinem connaturalem. Quando etiam probatum est; sed solum quoad fieri ex natura sua postulet efficientem causam
intercedit haec dependentia ex ordine na- ut operantern ex praesupposito subiecto, et
saltem in productione totius fieban ergo effectus manat a sua caus •• :o~~~~~~. turalium causarum, qui non extenditur ad ideo non postulat conservari a Deo extra
I successive, conservatio autem per- priori modo, tunc non postulat ( omnium rerum conservationem. Et ideo ca-
severat modum indivisibilis fit a Deo in absentia suae causae. subiectum. Quod secus accidit in anima ra.
lor de se indifferens es! ut conservetur a tionali, quae ad recipiendum esse non pos·
quoctimque agente universali; estque boc ei tulat actionem ex subiecto, et ideo separatio
Denique, si in calare admitteremus conser· vatio ratione ipsius esse iam recepti, quiá
vari a Deo solo sine maiod concursu quam debitum ex vi sui esse, postquam illud se· a corpore non obstat quorninus naturaliter
cum tale esse per se non dicat ordineD1 me! recepit. Lumen autem talls est forma,
adhibehat cum igne, cm non posset lumen postulet conservari j ~on est ergo illud exem·
ad aliam causam, connaturaliter postulat' quae ex vi sui esse postulat dimanationem plum simile, et ita videtur satisfacturn toti
eodem modo conservari in ahsentia solís conservari a quacurnque, etiam a prim!1, ad, a luce ut sibi connaturali, unde non potest difficultati propositae.
per aequalem concursum? Vel, si potest, cur quam spectat conservare quidquid factuID ah univoco agente produci; et ideo absque
non est hoc ei dehitum sicut calori? Ea- est iuxta modum conn~turalem. Secus uUa dimanatione non est ei dehitum natu· Aliud dubium nozandum
dem ergo restat difficultas, etiam admisso est quando ordo ad causam proximam est raliter ut a sola superiori causa conservetur.
altero principio. Et ratio quae in ea sen-
tentia reddita fuerit habebit locum ,.etiam omnino per se ex vi talis esse j nam tune Et in omni alia simili qualitate dependente 23. Secunda difficultas est an inter de·
si supponamus (quod verum est) Deum con- immutare illum ordinem non esset conna.- in conservari ah agente proximo, invenietur pendentiam effectus in fieri tantum, vel in
servare unamquamque rem per iotegram et turale, nec posset esse dehiturn rei baben~ aliqua oaturalis proprietas ex qua coniec- c,onservari simpliciter, detur dependentia
totaIem activitatem eius, in sensu exposito, tale esse. Unde calor (et idem ~st de q~aVl8 tare Uceat talem formam ex vi sui esse , quaedam media, secundum quam forma ma·
simili forma) non postulat fien et reClpertJ postulare dimanationem a tali causa proxi- oet quidem aliquamdiu cessante actione
quando illam se solo conservat.
588 Disputaciones metafísicas Disputación XXI ..-Sección 1/1 589

la acción del agente, pero va debilitándose paulatinamente y termina por pe- nera: si, al cesar la acción del agente, se conserva durante algún tiempo la for-
recer por completo, si no se repite la acción del agente. Porque Santo Tomás, ma producida, entonces, durante este tiempo, esa forma ya no recibe el ser del
en los lugares citados, parece pensar asi a propósito de las formas accidentales agente por el que había sido hecha; luegu es preciso que se conserve durante
que disponen para las formas sustanciales y antes de llegar a un grado perfecto, aquel tiempo por otra acción de un agente superior que baste por sí mismo
en el que se unen a sus formas, cesa la acción del agente! Porque entonces para infundir tal ser, de acuerdo con lo dicho poco antes en la dificultad inme-
--dice Santo Tomás- la cualidad permanece algún tiempo, pero no siempre~ diata; luego, en virtud de esa acción, hablando absolutamente, se conservará
como resulta claro en el agua calentada, que vuelve a su estado natural. Y, en durante cualquie~ tiempo, y no se puede dar razón de por qué esa acción
conformidad con los principios antes explicados, aduce la razón de que seme- ,del. age.nte ~upenor deba cesar por sí misma. En tercer lugar, aun cuando al-
jante forma accidental se conserva por raz6n de la forma sustancial; consiguien- gUIen Imagme que¡ esa otra acción conservativa, absolutamente hablando, de-
temente, si la acción llega hasta la producción de la forma sustancial, la dispo- biese ce~ar, no puede asignarse razón alguna por la que deba cesar por partes
sición se conservará absolutamente y siempre; en cambio, si la accÍón queda ¡() paulatInamente, ya que esto no es nada más sino que esa forma se corrompe

sólo incoada, podrá conservarse la disposición durante algún tiempo, pero no -sucesivamente; y no es posible aducir ninguna causa natural de esta sucesión.
siempre. Puede servir como segundo ejemplo el de los hábiios, que no dependen Porque, así como la forma no es producida sucesivamente en cuanto a la inten-
en su conservación de los actos de tal suerte que se extingan inmediatamente ,sidad, a no ser cuando es producida por un contrario con resistencia del otro,
que cesa el aet!); más, según opinan algunos, dependen de tal manera que van 'así tampoco se extingue sucesivamente sino cuando se corrompe por la acción
disminuyendo poco a poco por la sola cesación de los actos, y, si es grande, de un agente contrario ofreciendo ella resistencia; en cambio, cuando se co-
se corrompeu por completo. El tercer ejemplo -y el más difícil para mi- es rrompe por cesación de la causa agente, deja de existir por razón de tal cesa-
el del ímpetu impreso a una piedra lauzada hacia arriba; porque no deja de ción; en consecuencia, si el agente cesó por completo en su acción sobre toda la
existir inmediatamente después de cesar la actividad de quien la lanza, como es forma y todos sus grados, ¿cómo puede extinguirse sucesivamente? O también,
evidente de suyo; pues se imprime precisamente para que permanezca después ¿por qué se extinguirá un grado antes que otro, siendo así q~e la acción del
del contacto del que la impulsa; y, sin embargo, después va dejando de existir agente cesa por igual en todos? Y si ha de haber alguna sucesión, deberían
paulatinamente por sí mismo sin ninguna acción de un agente contrario, y, por dejar de existir primeramente los grados primeros, ya que habría cesado pri-
último, se aguta. mero la acción del agente sobre ellos, si los había producido sucesivamente;
,I 24. Explicación.- No obstante, este modo de dependencia me resulta di- mas esto no es posible, pues los primeros son fundamento de los posteriores.
i
I ficilísimo de eutender, porque al cesar la acción del agente cesa la dependencia 25. Así, pues, estas razones parecen convencer de que no existe medio
entre la causa de la sola producción y la del ser en absoluto; porque si la causa
' del efecto con respecto a él, ya que la accióu y la dependencia spn lo mismo y
11 sólo difieren en las relaciones que connotan, como se ha dicho repetidas veces; es tal que, al cesar su acción, el efecto nO puede subsistir ni un instante, es
por consiguiente, si, eliminada la dependencia, todavía permanece en su ser la causa propia del efecto en el ser y en la conservación; en cambio, si la causa
cosa hecha, siquiera por un instante, entonces permanecerá perpetuamente, en es tal que, al cesar la acción, el efecto puede subsistir durante .un momento,
cuanto depende de la carencia de tal dependencia, si no es destruida por otra par- también pnede siempre, en cuanto depende de tal causa, por lo cual ésta sólo
te. La consecunecia se manifiesta, ya que no existe mayor razón para un solo ins~ es cansa de la producción. En este sentido se distingueu aquellos dos miembro.
tante que para cualquier tiempo. Y lo explico, en segundo lugar, de esta ma-
1,
claro; nam si cessante actione agentis for- resistente; quando 'yero corrumpitur per
agentis, pauIatim tamen deficit ae tandem actibus paulatim minuantur, et si magna me facta aliquamdiu conservatur, ergo pro cessationem causae agentis, desinit pro ra- , ,
omnino perit, ~i aetio agentis· non iteretur. sit, omnino corrumpantur. Tertium et mihi illo tempore iam illa forma non recipit esse tione talb cessationis; si ergo agens omni-
,

Nam D. Thom., citatis locis, ita videtur difficilius exemplum· est de impetu impres- ab illo agente a quo facta fuerat; ergo ne- no cessavit a sua aetione circa totam for-
sentire de formis aecidentalibus quae dis~ so lapidi sursum proieeto; non enim statim cesse est ut conservetur illo tempare per mam et omnes gradus eius, qui potest suc-
ponum ad formas ,substantiales et antequam ae cessat aetivitas proiicientis esse desinit, aliam aedonem superioris agentis per se cessive desinere? Aut cur unus gradus'prius
perveniant ad gradum perfe~ in quo ut per se constat; nam ad hoc imprimitur 'Sufficientem ad infIuendum illud esse, iuxta desinet quam alius, ~um actio agentis ae-
8uis formis eoniunguntur, aetio agentis de~ ut maneat aliquamdiu post contactUII1 im- nuper dicta in proxima difficultate; ergo que in omnibus cessaverit? Quod si aliqua
sistit: Nam lUnc (ait D. Thom.) manel pellentis; et tamen postea paulatim per sese ex vi illius act¡onis, per se loquendo, quo-- successio est futura, deberent prius desinete
qU41itas aliquamdiu, sed non semper, sicut desinit esse absque ulla aetione contrarii -cumqlle tempere conservabitur, nee potest priores gradus. quia prius desierat aetio
patet in calefacta, redit ad suam reddi ratio- cUr iUa aerio superioris agentis agentis circa illos, si successive eos produ-
hic rnO- per sese cessare debeat. Tertio, etiamsi quis xerat; id' autem fieri non potest, cum prio-
supra declarata, quia huiusmodi forma ac- mihi est ad inteUigendum fingat. iIlam aliam actionem consetvativam, res sint fundamentum posteriorum.
cidentalis conservatur ratione formae sub- quia cessante aetione agentis per se loquendo, eessare debuisse, nulla ra- 25. Hae ig¡tur rationes videntur convin-
stantialis; si ergo actio perveniat usque ad cessat dependentia effectus ab ipso, quia tio reddi potest cur debeat cessare per par- cere non esse medium inter causam in fieri
formae substantialis produetionem, dispo- aedo et dependentia idem sunt, solumque tes seu pauIatim, quia hoc nihil aliud est tantum vel omnino in esse; nam si causa
sitio conservabitur simpliciter ae semper; si dlfferunt in respectibus connotatis, ut saepe quam Iormam illam successive corrumpi; est talis ut ceSsante illius actione effectus
Yero maneat actio inchoata tantum, con- dietum est; ergo si ablata dependentia ad- huius autem successionis nulla causa natu- non possit nec per momentum subsistere,
servari poterit dispositio aliquarndiu, non ta- huc res lacta manet in suo esse, vel· per ralis reddi potest. Nam sicut forma non tit illa est propria causa effeetus in esse et con-
men semper. Secundum exemplum esse pot- unum instans, quantum est ex vi carentiae ta- successive quoad intensionem, rusi quando fit servari; si autem causa est taIis ut cessante
est de habitibus, qui non ita pendent in lis dependentiae, perpetuo manebit, si aliun- ab uno contrario cum resistentia alterius, ita aetione effectus possit per momentum sub-
conservari ab actibus ut statim pereant ces- de non destruatur. Patet consequentia, quia Don desinit successive, nisi quando corrUID- sistere, potest et semper. quantum est ex
sante actu; iuxta aliquorum vero opinionem, non est maior ratio de uno instanti, quarn pitur pe! aetionem contrarü agentis, ipsa vi talis eausae; et ideo illa solum est causa
ita pendent ut per solam cessationem ab de quolibet tempore. Quod secundo ita de-
590 Disputaciones metafísic~ XX/.-Sección III 591
pOr' una oposición contradictoria inmediata, en la cual no es posible encontrar )que el ,proyectil comience a ser impelido en sentido contrario, sino también por-
un medio. que, si un impulso no fuese corrompido a no ser por un contrario, la piedra no
26. Por quién es corrompido el calor que queda en el agua después de l. , podría apartar de si todo el impulso; consiguientemente, es preciso que sea eli-
acción del fuego.- Si el hábito disminuye por cesación del acto.- De los ejem- . minado por pura privación. Por eso muchos niegan 10 que la presente dificultad
plos aducidos en contra, los dos primeros son facilísimos. Porque el calor del supone, a saber, que el impulso sea una cualidad impresa al proyectil, sino sólo
agua, cuando cesa la acción del fuego, se corrompe por una acción positiva que : un contacto del que 10 lanza, como continuado a través de las partes del medio,
procede de su contrario, resistiendo aquél, y por ello perece paulatinamente. segÓD parece haberlo enseñado Aristóteles al final de la Física. Y no faltao
Pero si imaginásemos, bien que en el agoa queda impedida la dimanación na- otrOS que piensen que la misma gravedad del proyectil es el instrumento de
tural del frío a partir de su forma, bien que un calor de seis grados, por ejem- que se vale quien 10 lanza mediaote un contacto para impulsarlo adonde quiere.
plo, es producido en un sujeto neutro del que no procediese ninguna acción Ahora bien, a mi juicio, también estas cosas son inciertas, porque apenas puedo
contraria, entonces, al cesar la acción del fuego, aquel calor permanecería siem- comprender aquel movimiento sin una cualidad impresa, como van enseñando
pre en el mismo sujeto y no dejaría de existir por sí mismo; pues, aun cuando ya con bastante frecuencia los filósofos. En cuaoto al modo de corrupción de
sea una disposición imperfecta para la forma de fuego, no obstante, como ab- dicha cualidad, ui siquiera los mismos filósofos que la defienden dicen nada; y,
solutamente no depende de ella en su conservación, podría permanecer siempre por mi parte, no encuentro nada que me resulte satisfactorio. Unicamente po-
de esa manera, si no fuese corrompida por otra parte. También el segundo demos afirmar que, aun cuando e! impulso no se corrompa por una auténtica
ejemplo supone una cosa falsa; efectivamente, por la sola cesación de! acto no acción de un contrario, sin embargo, deja de existir a la manera de aquellas
se corrompe ni disminuye, de Sl,lyo, el hábito, sino sólo por causas contrarias cualidades que se corrompen así, ya que cesa porque un contrario le ofrece re-
que intervienen con esa ocasión, según explicó Santo Tomás, I-II, q. 54, a. 3; sistencia u oposición. Así, pues, como esa cualidad se encuentra en un sujeto
donde, en la solución ad 1, declara que el calor no se extingoe de otra maoera contrario y que resiste a su actividad, a causa de la cual solamente se imprime
por cesación de quien calienta, y expone tácitamente 10 que hemos citado de l. esa cualidad por modo de instrumento, por eso 1'10 exige el ser conservada siem-
27. Cuál es la causa de la disminución del impulso en los proyectiles.- El pre allí; y porque, en otro caso, e! sujeto siempre resiste a ella y a su acción,
tercer ejemplo es realmente difícil, pues la misma experiencia parece enseñar la naturaleza de tal cosa exige que poco a poco se vaya cesando en su conser-
que aquel impulso disminuye poco a poco porque proviene de que el movi- vación. No obstante, esto no sucede por la dependencia intennedia con respecto
miento del proyectil también se debilita y laoguidece paulatinamente. Mas, por a su agente, sino por la peculiar naturaleza y finalidad de tal cualidad.
otra parte, no se descubre la acción de un agente contrario por el que sea co-
rrompido. Pues, o ese agente sería la forma intrínseca o la gravedad del pro- petus reInlttl, tum etiam quia si unus im- illam ponunt nihil dicunt neque ego in-
yectil, y esto no, porque ui la gravedad es productiva de otra cualidad, ui ella, petus non corrumperetur_ nisi a contrario, venio quod mihi satisfaciat. Solum dicere
non posset lapis a se abiicere omnem im- possumus, quamvis impetus non corrum-
por su parte, se intensifica por emanación, como e! frío en e! agua, ya que la petum; necesse est ergo ut per puram pri- patur per propriam actionem contrarü, ta-
gravedad no habla quedado debilitada por la impresión del impulso. O serla vacioDem auferatur. Quare multi negant men desinere ad modum earum qualitatum
debilitada por un medio resistente y que impulsara en contra, y tampoco quod haec difficultas supponit, scilicet im- quae sic corrumpuntur, quia desinit resis-
puede decirse esto, no sólo porque el impulso comienza a debilitarse antes de petum esse qualitatem impressam proiecto, tente seu renitente contrario. Itaque, quia
sed solum contactum proiicientis quasi con- illa qualitas est in subiecto contrario et re-
tinuatum per partes medii, prout Aristoteles sistente activitati eius, propter quam solam
ipsius fieri. Atque ita distinguuntur illa duo nem actus per se non corrumpitur nec di- docuisse videtur in fine Physicorum. Nec illa qualitas imprimitur per modum instru-
Dlemhra per irnmediatam oppositionem con- minuitur habitus, sed solum a causis COD- desunt alii qui putent ipsammet proiecti menti, ideo non postulat semper ibi con-
tradictoriam, in qua non potest medium trariis quae ea occasione interveniunt, ut gravitatem esse instrumentum quo proii- servari, et quia alias subiectum semper illi
inveniri. D. Thom. declaravit, ~-U, q. 54, a. 3, ubi , dens utitur medio contactu ad impellendum resistit et actioni eius, natura talis rei pos-
26. Calor relictus in aqua post ignis ac- in solucione ad 1 declarat non aliter desi-' quo vult. Sed mihi haec etiam incerta SUDt, tulat ut paulatim ah eius conservatione ces-
tionem a quo corrumpatur.- Habitus an nere calorem per cessationem calefacientis,. quia vix intelligo motum illum sine im- setur. Tamen hoc non est propter depen-
minuatur per cessationem actus.- Ex exem- et tacite exponit quod ex 1 citavimus. pressa qualitate, prout iam docent frequen- dentiam mediam a SUD agente, sed propter
plis autem in contr:u;ium adduetis, duo pri- 27. Quae sit causa diminutionis impetus tius philosophi. De modo autem corrupcio- pecuIiarem naturam et institutum :talis qua-
ma facillima sunt. Calor enim in aqua, ces- in proiectis.- Temum exemplum est sane nis illius qualitatis ipsimet philosophi qui litatis.
sante acti~ne ignis, corrumpitur aetio- diffi.cile, nam . videtur doce-
tente, et ideo paulatim perito . aurem fin- inde provenit ut motus proiecti paulatim
geremus ve! in aqua impediri naturalem di- etiam remittatur et langueat. Aliunde vero
manationem frigoris a forma eius, vel calo- non apparet actio agentis contrarii, a quo
rem ut sex, verhi gratia, produci in suhiecto corrumpatur. Aut enim illud esset intrin~
neutro, a quo nulla esset actio contraria, seca forma aut gravitas proiecti, et hoc non,
cessante actione ignis, tune ille calor sem- quia nec gravitas est activa alterius quali-
per maneret in eodem subiecto, neque ex tatis, neque ipsa intenditur per emanario~
!le desineret esse; nam, licet sit dispositio nem, sicut frigus in aqua, quia gravitas non
imperfecta ad formam ignis, tamen, quia fuerat remissa per impressionem impetus.
simpliciter non pendet ah ea in conservari, VeI remitteretur a medio resistente et íD.
posset ita semper manere, si aliunde non contrarium impellente, et hoc etiam did .1
corrumperetur. Secundum etiam exemplum non potest, tum quia prius quam proiectum
assumit falsum; narn per solam cessatio- incipiat in contrarium impelli, incipit UNIV~RSIDAr. DI; N,"-VARRA
BIBLlOTKA Dt: HWi\! l\¡¡Dl\D~S
r

DISPUTACIOT:\f XXII

LA PRIMERA CAUSA Y OTRA DE SUS ACCICNES QUE ES LA COOPERACION


O CONCURSO CON LAS CAu~AS SEGUNDAS

RESUMEN
Como se indica en las líneas introductorias, el contenido de esta disputación
puede reducirse a los puntos siguientes:
l. Necesidad del concurso divino (Sec. 1).
11. Su naturaleza (Sec. 2).
IIJ. Qué relación guarda con la acción de la causa segunda (Sec. 3-4).
IV. Si las causas segundas se subordinan esencialmente a Dios solo, o tam-
bién a otras causas creadas (Sec. 5).
SECCIÓN I

Hecha una aclaración necesaria para distinguir entre la conservación y el con-


curso (1), se expone una primera opinión -de Durando, Alberto, Enrique y
otros-, negadora del concurso esencial e inmediato de Dios, y se aducen las ra-
zones en que se fundamenta (2-5). La segunda opinión, opuesta a la anterior, es
la verdadera y tiene categoría de dogma católico (6), aunque también puede pro-
barse suficientemente por la razón, cosa que hace Suárez con abundancia de ar-
gumentos (7-13). La solución permite resolver los fundamentos de la sentencia
opuesta (14-15), aclarando el modo como Dios obra inmediatamente (16-21) y
refutando los inconvenientes aducidos por Durando y sus seguidores (22-23). Esto
da pie para exponer y rebatir una opinión de Fonseca sobre la manera como Dios
concurre con las causas material, formal y final (24-30)
SECCIÓN 11

Es evidente que el concurso divino no puede ser más que una acción o prin-
cipio de acción (1). Pero esto -puede entenderse de tres maneras: una primera
opinión sostiene que el concurso divino es una realidad procedente de la causa
primera y recibida en la segunda, que completa a _ésta y la determina a realiza~
un efecto concreto (2). Suárez la "echaza (3-6). Lo mismo hace con la segunda
-el concurso divino es sólo condición necesaria para que obre la criatura-, re-
batiendo sus fundamentos uno por uno (7-14). Así llega a lá solución del pro-
blema, concretada en las siguientes _afirmaciones:
38
594

1.0, El concurso divino, en cuanto es algo "ad extrd', es esencialmente algo


por modo de acción, o de cierta producción, que emana inmediatamente de
Dios (15-18).
2. a Dicho concurso no incluye por necesidad intrínseca algo infundido de
nuevo a la causa segunda, que sea principio de su acción o condición necesaria
para ella (19). La demuestra por diferentes testimonios (20) y razones (21-221,
rebatiendo o interpretando debidamente las condiciones aducidas en los argumen-
tos contrarios (23-38) y refutando las respuestas que algunos dan a las razones
del Eximio (38-45). Resuelve los fundamentos de las otras opiniones (46-50) y
aclara en qué consiste el que la causa segunda obre en virtud de la primera (51-
57), para !erminar precisando, cómo' se vale Dios de l~~ causas necesarias (58)
y de las hbres (59), y de que manera pertenece la acc¡on de la criatura al do-
minio de Dios (60).
DISPUTACION XXII
SECCIÓN IrI

En esta breve sección, expuesto el motivo de duda (1), se hacen algunas acla- LA PRIMERA CAUSA Y OTRA DE SUS ACCIONES, QUE ES LA COOPERACION
raciones que ayudan a comprender mejor la naturaleza del concurso divino en O CONCURSO CON LAS CAUSAS SEGUNDAS
relación con la criatura y con su acción (2-12).

SECCIÓN IV
-~

Tratando de explicar cómo concede Dios su concurso a las causas segun- Acerca del concurso de la causa primera con las segundas eo orden a las
das (1), se señala la dificultad de la cuestión (2); ésta es resuelta con respecto acciones de éstas, se encuentran pocas consideraciones hechas por Aristóteles o
a las causas naturales (3-9) y a las libres (10), punto en que se ofrecen diferentes por otros filósofos; en cambio, los teólogos tratan esta cuestión prolijamente. Y,
opiniones y soluciones a la dificultad propuesta (11-13). Suárez da la suya (14), en la medida en que puede conocerse por razón natural, es propia de este lugar.
apoyándola en varias razones (15-20). Establece al propio tiempo las diferencias En dicha cuestión hay que examinar, primeramente, cuál es la necesidad de este
en el modo del concurso divino con las causas libres y con las necesarias (21-23), ,concurso; después, en qué consiste; seguidamente, cómo se compara con la ac-
señala los autores que aceptan el modo expuesto por él (24-26) Y propone (27-28) ción de la causa segunda; y, por último, estudiaremos si las causas segundas o
y resuelve algunas objeciones contra la doctrina anterior (29-39). creadas tienen entre sí esta clas~ de subordinación, o sólo con respecto a Dios.

SECCIÓN V

Para determinar si las causas segundas dependen esencialmente~ al obrar, sólo


SECCION PRIMERA
de la primera o también de otras (1), comienza por señalar el motivo de duda (2),
exponer los diferentes sentidos de la cuestión (3-6), y consignar las varias opi- Sr PUEDE DEMOSTRARSE SUFICIENTEMENTE POR RAZÓN NATURAL QUE DIOS OBRll
niones dadas acerca de sU dificultad (7-9). La solución completa puede reducirse DE MANERA ESENCIAL E INMEDIATA EN LAS ACCIONES DE TODAS LAS CRIATURAS
a las afirmaciones siguientes~ que el Eximio explica, demuestra y defiende con- 1. He dicho en el título de manera esencial e inmediata porque, por lo
tra las objeciones: dicho en la sección anterior, es claro y evidente que, al menos remota y esen..
l.a Ninguna causa creada depende esencial e inmediatamente~ en su obrar, cialmente, el influjo divino es necesario para la acción de cualquier causa crea-
de otro agente creado, sino sólo de la causa primera (10-14).
2. a En ocasiones~ la virtud insuficiente de una causa segunda necesita ser DISPUTATIO XXII ad actionem causae secundae comparetur;
ayudada por otra causa creada que complete o supla su poder activo (15-17). ac tandem videbimus an causae secundae
Con ello resulta patente el sentido en que se llama universales a algunas de las DE PRIMA CAUSA ET ALIA EIUS ACTIONE, veI creatae habeant ínter se huiusmodi sub-
causas segundas (18 J, y cuál es la subordinación de los agentes inferiores a los_ QUAE EST COOPERATIO SEU CONCURSUS CUM ordinationem, vel ad solum Deum.
CAUSIS SECUNDIS
superiores (19 J. Por último, se responde a las razones opuestas (20-21 J. SECTIO PRIMA
De concursu primae causae cum secun~ AH PüSSIT SUFFICIENTER PROBARI RATIONE
dis ad actiones earum, pauca inveniuntur NATURAL! DEUM PER SE AC IMMEDIATE OPE-
ab Aristotele aliisve philosophis dicta; a RARI IN ACTIONIBUS OMNIUM CREATURARUM
theologis vero res haec copiose disputatur. 1. Dixi in titulo per se ac immediate,
Er quantum potesr ratione narurali cognosci, quia, ex dictis' ,disputat. praeced., constans
propria est huius loci. In qua re primo vi- est et certum, saltem remote et per accidens
dendum est quae sit necessitas huius. con- divinum infIuxum necessariurn es se ad actio~
cursus; deinde quid sit; postea quomodo nem cuiuslibet causae creatae, quia saltem
596 Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Seccion ; _ _ _._ _._ _ _ _ _~597
---_ .. _ - _ . -

,1,da, pues por 10 menos es preciso que Dios conserve en el ser a la criatura que para obrar. Y si Dios puede hacer esto, ¿cómo nos consta que no lo ha hecho
;\ obra algo; mas quien da el ser da también la operación, al menos remota y ac- ya? O si lo hiciese, ¿de qué otra manera lo haría que confiriendo a la criatura
l'
I
cidentalmente. un poder igual o mayor que el necesario para el efecto? Ahora bien, estó ya
lo ha hecho.
Exposición y defensa de la primera sentencia negativa
4. Tercera.- En tercer lugar, no es posible que dos agentes concurran
2. Razones de dicha opinión.- Primera.- Pues bien, no faltaron teólogos inmediata.mente a una misma acción, a no ser que ambos sean imperfectos y
que negasen que Dios concurre esencial e inmediatamente a las acciones de las sólo parCIales, cosa que no debe decirse de Dios; luego no concurre inmedia-
causas segundas. Se cree que el principal defensor de este error es Durando, tamente con la criatura a la acción de ésta. La mayor es patente, porque o una
In ll, disto 1, q. 5, Y disto 37, q. 1, aunque la opioión fuera más antigua; efec- de esas causas obra mediante la otra, o ninguna. Si 10 primero, se sigue que
tivamente, la citan Alberto, Enrique y otros; e iocluso San Agustín, V De Genesl la que obra mediante la otra no obra inmediatamente, sino sólo mediante la otra;
ad litter., C. 20, con estas palabras: Hay quienes opinan que solamente el mundo y como no puede decirse que la criatura obre mediante Dios, será Dios el que
ha sido hecho por Dios, y las demás cosas ya son producidas por el mundo mis- obre mediante la criatura, y en este sentido solemos hablar frecuentemente, a
mo, como El ordenó y mandó, pero Dios no obra nada. El fundamento es que saber, que Dios obra por las causas segundas o mediante las causas segundas.
la necesidad de esta cooperación no puede apoyarse en ninguna razón suficiente, E! mejor sentido de esta expresión es que Dios confirió a las causas segundas
por lo cual no debe afirmarse, ya que Dios no emplea un concurso superfluo y el poder de obrar, que las conserva y que, por así decirlo, las constituyó para
por completo ionecesario. Se prueba el antecedente, en primer lugar, porque que obren en lugar suyo. Mas si se afirma lo segundo, que ninguna de estas
las causas segundas no son instrumentos, sino causas principales, puesto que causas -ni la primera ni la segunda- obra mediante la otra, se sigue abier-
obran por virtud propia y no por una moción extrínseca, por 10 que a veces tamente que ambas son imperfectas, ya porque cada una de ellas obrada sólo
son unívocas y producen efectos semejantes a ellas; en cambio, cuando son equí- como causa parcial, ya también porque concurrirán para obrar sin subo:rdina~
vocas, son causas más perfectas y nobles; luego no necesitan el concurso de dón y como casualmente.
una causa superior. La consecuencia es evidente, ya que para producir el efecto 5. Cuarta.- En cuarto lugar, porque acerca de alglmas cosas creadas es
basta una virtud igual a él, o ciertamente más noble. preciso confesar que no proceden inmediatamente de Dios; luego, por igual
3. Segunda.- En segundo término, Dios pudo' producir una criatura que· razón, habría que decir lo mismo de todas las que proceden de causas segundas
realizase un efecto proporcionado a ella sin ayuda de otro; pues, ¿por qué ra- que obran con virtud principal. La consecuencia es válida por paridad de ra-
zón es esto contradictorio? En verdad, no se descubre ninguna repugnancia O zón, y el 'antecedente se demuestra, en primer lugar, acerca de toda acción de
contradicción; ni atenta contra la perfección o la potencia divina, sino que más la criatura, en cuanto acción, como es, por ejemplo, el calentamiento del fue-
bien indica en mayor medida la potencia de Dios. Efectivamente, así como fue 'go; porque, aunque concedamos que el calor, en cuanto calor, procede inme-·
propio de la potencia divioa no sólo producir las criaturas, sino también comu- diatamente de Dios, esto, empero, no puede decirse del calentamiento del fuego
nicarles un poder semejante de obrar, así también se demostrará más la misma en cuanto tal, ya que implica una contradicción palmaria. Efectivamente, la
potencia de Dios, si puede comunicar a sus criaturas esta virtud activa com- acción, o tal acción en cuanto tal, a saber, el calentamiento del fuego, dice rela-
pleta y totalmente íntegra; pero eso ocurrirá si no necesita la ayuda de otro ción esencial a este agente, a saber, el fuego; luego es imposible que esa ac-
necesse est ut Deus eonservet in esse crea- sumo Antecedens probatur primo, quia cau-
turam quae aliquid operatur; qui autem dat sae secundae non s'unt instrumenta, sed
ease dat etiam operationem, saltem remote principales eausae; nam virtute propria, et erit si alterius ope ad agendum non indi- vice suí operentur. Si autem dicatur secun m

et per aceidens. non per extrinsecam aliquam motionem, , geat. Quod si hoc Deus potest facere~ unde dum, nempe neutram ex his causis, scilicet,
operantur, unde interdum univocae sunt et constat non iam fecisse? Aut si faceret, quo nec primam nee secundam, per alteram ope-
Prima sententía negans proponitur effectus faciunt sibi similes; quando vera alio modo faceret quam dando ereaturae vir~ rari, plane sequitur utramque esse imper-
et suadetU1' sunt aequivocae, sunt perfectiores et nobi- tutem aequalem vel maiorem' quam ad ef- fectam, rom quia utraque solum ageret nt
2. Rationes praedictae sententiae.- Pri~ liores causae; ergo operantur sufficienti vir- fectum necessaria sit? Hoe autem iam fecit. causa partialis, tum etiam quía sine subor-
ma.- Non defuerunt ergo theologi qui ne- tute; ergo non indigent auxilio superioris 4. Tertia.- Tertio, fieri non potest ut dinatione et quasi fortuito eonvenient ud
gaverint Deum per se et immediate concur~ eausae. Patet conscquentia, quia ad effectum duo -agcntia irnmediate concurrant ad- eam~ agcndum.
rere ad actiones secundarum causarum. eu-. producendum sufficit virtus aequalis illi, aut dem actionem, nisi utrumque eorum im- 5. Quarta.- Quarto~ quía de aliquibu')
tus erroris praecipuus defensor censetur Du- certe nobilior. perfectum sit et tantum partiale, quod de rebus creatis neeesse est fateri non csse a
randus, In JI, disto 1, q. 5, et disto 37, 3. Secunda.- Secundo, potuit Deus ef- Deo non est dicendum; ergo non concurrit Deo irnmediate; ergo pari ratione ídem di-
q 1, quamquam illa sententia antiquior ficere creaturam operantem effectum sibi cum creatura immediate ad actionem eius. eendum esset de omnibus quae a causis se-
fuerit; illam enim referunt Albertus, Hen- proportionatum sine ope alterius: cur enim Maior patet, quía vel una ex illis causis agit cundís orincipali virtute operantibus proce-
ricus, et alE. Immo D. August., V Genes. hoc repugnat? Nulla sane apparet repugnan- per aliam, ve! neutra. Si primum, sequitur dunt. Consequentia tenet a paritate rationis,
ad litter.', e. 20, bis verbis: Sunt qui arbi~ tia aut contradietio; neque est contra divi- eam quae per aliam agit non agere imme- et antecedens probatur, primo in omni ac7'
trantur tantummodo mundum ipsum factum nam perfectionem aut potentiam, sed potius diste, sed solum mediante aIia, eumque non tione, ereaturae, quatenus actio est, ut est
a Deo, caetera iam fieri ab ipso mundo si- indicat magis potentiam Dei. Nam, sieut possit dici creatura agere per Deum, aget , verbi gratia, calefactio ignis; nam lieet de-
cm ille ordínavit et iussit, Deum autem ip- divinae potentiae fuit non solum efficere Deus per creaturam, et ita frequenter Ioqui mus calorem, ut calorem, esse immediate a
sum nihil operario Fundamentum est quia creaturas, sed etiam illis communicare simi- solemus, Deum, scilicet, operari per camas Deo, tamen de ealefactione ignis ut. sic id
nulIa sufficienti ratione fundad potest 'ne- lem -efficiendi vim, ita magis ostendetur ea- secundas seu mediis causis secundis. Cuius dici non potest, quia apertam involvit re-
cessitas huius cooperationis, et ideo asseren- dem potentia Dei si suis creaturis possit locutionis optimus sensus est Deum dedisse pugnantiam. Nam actio, vel talis actio ut sic,
da non est, quia Deus non adhibet super- hanc vírtutem agendi eompletam et orn~ino eausis secundis virtutem operandi, et con';' . nempe calefactio ignis, dicit essentialemha-
vacaneum ae minime necessarium coneur- integram communicare; huiusmodl autem servare illas, easque veIutí constituisse ut bitudinem ad hoc agens, nempe ignem; ergO'
- ----------
------~

598 Disputaciones metafísicas Disputación XXlI.-Sección 1 599


---,--- --"---------- --- ------
ción, en cuanto tal, proceda inmediatamente de Dios; y, sin embargo, dicha prácticamente de las aulas y es considerada herética por muchos modernos. Tam-
acción es algo en la realidad distinto del calor; luego. En segundo lugar, pa- bién Gregorio, en el mismo pasaje, q. 1, a. 3; Escoto, In ll, disto 1 y 37, q. úni-
rece que esto debe afirmarse, por una razón especial, de las acciones libres, ca; Buenaventura, disto 37, a. 1, q. 1, donde dice que esta opinión debe sos-
pues si éstas procediesen inmediatamente de la causa primera, no podrían ser tenerse sin ninguna ambigüedad; el mismo, In 1) disto 45, a. 2, q. 2; Herveo,
libres con respecto a la misma causa segunda, ya que no sólo la causa primera, tratado De aeternitate mundi, q. l. En segundo lugar, puede demostrarse lo
por ser más potente, arrastraria consigo a la segunda adonde quisiese, sino que mismo por el consentimiento común de los santos, que enseñan esta verdad
inclnso la segunda no tendría a su disposición y en su potestad el influjo de la como contenida en la Sagrada Escritura, y a los que señalaré brevemente, por-
causa primera para poder obrar cuando quisiera. En tercer lugar, hay una razón que esto no corresponde a nuestro cometido. Así, pues, San Agustín, habiendo
especiaIísima acerca de las acciones libres pecaminosas; porque es inconvenien- citado) en el lugar indicado anteriormente, a los que opinan.lo contrario, añade:
te atribuirlas a la causa primera en cuanto operante esencial e inmediatamente. Contra los cuales está pronunciada aquella sentencia del Señor: Mi Padre está
Podemos aducir un cuarto ejemplo a propósito de los efectos o causalidades de ejerciendo su actividad hasta ahora. Y más adelante: Además, porque El rea-
otras causas; porque aquéllas no proceden in,mediatamente de Dios en cuanto liza no sólo las cosas grandes y principales, sino también estas terrenas y últi-
causa primera, como es claro, pues esos Diodos de causar, sobre todo el formal mas, dice el Apóstol: Tú siembras el grano desnudo, pero Dios le da cuerpo
y el material, no pueden ser ejercidos por la causa primera; consiguientemente, como quiere, y a cada semilla le da el cuerpo propio. También demuestra esto
si la materia y la forma son suficientes, en su orden, para su causalidad propia, extensamente el mismo San Agustín, en su Ep. 146 ad Consentium, donde aduce
~.por qué no ha de serlo, en el suyo, cualquier causa eficiente? otros testimonios de la Escritura, como el de Jer., 1: Antes de formarte en el
útero, te conocí; y el de Le., 13: Si al heno del campo, que hoy existe y ma-
ñana se echa al horno, Dios lo viste de esa manera. El mismo San Agustín,
Opinión verdadera lib. IV De Genesi ad litter., c. 12, donde aduce un texto de Act., 17: En El
vivimos y nos movemos; y en el lib. IX, c. 12, cita otro de 1 Cor.: Ni el que
6. La segunda opmlOn afirma que Dios obra esencial e inmediatamente planta es algo, ni eJ que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Próspero, Sen-
-en toda acción de la criatura, y que este influjo suyo es absolutamente necesa- tent., 28l. El mismo Gregorio, lib. XVI Moral., c. 18, dice: Todas las cosas
rio para que la criatura produzca algo. Esta es la opinión verdadera, que debe- que han sido creadas, no tienen eficacia ni para subsistir ni para moverse por
mos explicar y confirmar más por extenso. Así, pues, afirmamos en primer lugar sí mismas, sino que en 'tanto subsisten en cuanto recibieron el deber existir,
que es tan cierto que Dios influye inmediata y esencialmente en toda acción en tanto se mueven en cuanto son _ordenadas por un instinto oculto. Y los de-
de la criatura, que el negar esto constituye un error en la fe. Se demuestra, pri- más Padres, siempre que tratan de' la providencia divina, suponen esta verdad
meramente, por el consentimiento común de los escolásticos, que piensan de esta .como certísima.
verdad como de un dogma católico, según consta por Santo Tomás, 1, q. 105,
a. 5;· I-U, q. 109, Y IU cont. Gent., c. 70; Cayetano y el Ferrariense, en el 7. Hay que afirmar, en segundo lugar, que esta verdad puede probarse
mismo lugar; Capréolo, In 1I, disto 1, q. 2, a. 3, a los argumentos contra la suficientemente por razón natural. Y, primeramente, parece inferirse con evi-
segunda conclusión; Alejandro, 1 p., q. 9, miembro 2, ad 2; Alberto, In 1I,
disto 35, a. 7, donde se expresa de este modo: La otra opinión ha desapareádo adducit) ut illud: Priusquam te formarem
modernorum reputatur haeretica. Item Gre-
gar., ibid., q. 1, a. 3; Seot., In JI) disto 1 in utero, novi te, Ierem., 1; et illud: Si
impossibile est illam actionem, quatenus ta- tem) cur non erit in suo quaelibet causa ef- ' et 37, q. u'nica; Bonavent., disto 37, a, 1, foenum agri, quod hodie est el cras in cli-
lis est, esse a Deo immediate; et tamen ficiens? q. 1, ubi ait hanc sententiam absque omni banum mittitur, Deus sic vestit, Lueae, 13.
i11a accio est aliquid in rerum natura di- ambiguitate esse tenendam; ídem, In l. Idem August., lib. IV Genes. ad litter.,
Vera sentenu'a disto 45, a. 2, q. 2; Herv.,- tracto de Aeter- C. 12, ubí adducít ilIud Actor., 17: In ipso
stinctum acalore; ergo. Secundo) hoc spe-
cíali ratione dicendum videtur de actioru- 6. Secunda sententia est Deum per se el nitate mundi) q. 1. Secundo) .idem probari vivimus, movemur; et lib. IX, C. 15) ad-
bus liberis, quia, si illae essent immediate a immediate agere in omni aétione creaturae, potest ex eommuni consensu sanctorum, qui ducit illud ICor.: N eque qui plantat est
causa prima) non possent esse liberae ipsi atque hune infiuxum eius esse simpliciter ne- hanc veritatem docent ut in divinis Serip- aliquid, neque qui rigat, sed qui incremen-
causae secundae, quia et causa prima, cum cessarium ut creatura aliquid efficiat. Et haec turis contentam) quos, quia hoc non est tum dat, Deus. Prosper.) Sentent., 281. Idem
sit potentior, secum ferret secundam qua est vera sententia, quae fusius est a nobis nostri muneris) breviter indicabo. Augusti- Gregorius, XVI lib. MoraL, C. 18: Omnia
vellet~ et secunda non haberet in manu et explicanda et confirmanda. Primum itaque nus ergo, cum eontrarium opinantes retu- (inquit) quae creala sunt, per se nec sub si-
potestate sua influxum causae primae- ut dicimus tam esse certum Deum infiuere im- lisset loco supra citato, subdit: Contra quos stere praevalent nec moveri; sed in tantum
posset operari cum vellet. Tertio, est specia- mediate ac per se in omnem actionem crea- profertur illa sententia Domini: Pater meus subsistunt in quantum ut esse debeant ac-
Hssima racio de actionibus liberis peccami- turae, ut id negare erroneum sit in fideo usque' modo operatur l. Et infra: Deinde, ceperunt, in tantum moventur in quantum
nosis; nam indecorum est illas attribuere Probatur primo ex communi consensu scho- quia non solum magna et praecipua, verum occulto instinctu disponuntur. Et reliqui Pa-
primae causae ut per se et immediate ope- Iasticorum) qui ita sentiunt de hac veritate, etiam ista terrena et extrema ipse. operatur, tres, ubieumque tfactant de divina provi-
ranti. Quartum exemplum afferre possumus ut de catholico dogmate, ut patet ex D. ita dicit Apostolus: Tu nudum granum se- dencia, hane veritatem ut certissimam sup-
de effectibus seu causalitatibus aliarum cau- Thom., 1, q. 105) a. 5, et in I-II, q, 109, minas, Deus autem dat illi corpus sicut vult, ponunt, .
sarum; illae enim non sunt a Deo irnme- et 111 cont. Gent., C. 70; Cruet. et Perrar., el unicuique semini proprium corpus. Idem 7. Secundo) dicendum est veritatem hanc
diate ut a prima causa, ut constat, quia illi ibi; CapreoloJ In 11, disto 1, q. 2, a. 3, ad late probat idem Augustinus, in Ep. I46 ad sufficienter probari posse natuTali ratione,
causandi modi, praesercim formalis et mate- argumenta contra secundam conclusionem; Consentium, ubi alia testimonia Scripturae Et primo videtur evidenter inferri ex dictis
rialis, non possunt a prima causa exerceri; Alexand., 1 p., q. 9, memb. 2) ad 2; Al-
si ergo materia et forma in suo genere suf- bert.) In Ir, disto 35, a. 7, ubi sic inquit: 1 loan., 5, ubi lege eumdem Aug., tracto I; Cyrill., et Chrys.) et Nazianz~, quos
fidentes sunt ad suam propriam causalita- Alia opinio fere cessit ab aula, et a multis ibi refert Tol~t. Similia testimonia sunt- Iob, 10; II Machab., 7; Ps. 144 et 146.
:¡;;¡¡¡:¡ :¡
----~-------------

600 Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Sección-=I'--_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ 60l


.---~--
---
denda de lo dicho acerca de la conservación, de suerte que también por esta ti serlo mediata o inmediatamente. Además, supuesta dicha opinión, no es con-
I razón se considera prácticamente tan cierto en la fe que Dios produce inme~ secuente afirmar que, al cesar la acción del fuego, Dios comienza a conservar
I diatamente todas las cosas como que las conserva. La primera inferencia se de.. el calor, ya porque, si el calor no depende de Dios en su obrar, ¿por qué debe
mu~stra, en primer lugar, porque si todas las cosas no son hechas inmediata- depender en su ser?; ya también porque el calor producido no depende en sn
mente .\'por Dios, entonces tampoco son conservadas inmediatamente, pues una ser del calor productor por razón del ser mismo, sino por razón de tal produc-
cosa se comporta en orden al ser de igual modo que en orden a la producción. ción, según se ha explicado y demostrado arriba; luego, aunque cese la acción
En efecto, el ser de una cosa no puede depender de su causa adecuada en ma- del fuego que calienta, no hay razón para que se precise la acción de una causa
yor medida después de producido que cuando estaba produciéndose. Asimismo, superior a fin de que se conserve aquel ser. Sobre todo porque, de acuerdo con
porque si la causa depende de Dios en el ser, también depende el efecto, ya esa opinión, el ·calor, para existir absoluta y simplemente, no depende esencial-
que ambos son entes por participación; luego, asi como la causa depende en mente de Dios, sino, a 10 sumo, remota y accidentalmente; en cambio, la ne-
el instante en que obra, igualmente el efecto en el instante en que es realizado, cesidad de la acción conservadora nace de la intrínseca y absoluta dependencia
puesto que también en dicho instante ambos son entes por participación; luego que la cosa tiene con respecto a tal causa para poseer el ser, como se ha ex-
todo efecto de una causa segunda depende de Dios en su realización y, en con- plicado antes.
secuencia, la causa segunda no puede producir nada sin el concurso de Dios. 9. y con esto se prueba, en segundo lugar, la primera inferencia, pues si ~) )

Finalmente, porque de 10 contrario se sigue que, a veces, la cosa no depende Dios no influye inmediatamente en toda acción de la criatura, entonces la misma
de Dios. en su conservación~ ni siquiera mediatamente, pues si el calor produ- acción creada no exige por sí misma esencialmente, para existir, el influjo de
cido por el fuego depende de Dios sólo mediante el fuego productor, cuando Dios, siendo así que también ella es cierta participación del ente; luego no hay
cese la acción del fuego ya no dependerá en manera alguna. Quizá responda razón alguna para que la forma que se produce mediante tal acción- exija, para,
Durando que los efectos de las causas segundas, mientras son producidos o su conservación, el influjo actual de la causa primera, ya que no exige esto ni ,
conservados por ellas, sólo son producidos o conservados por Dios mediatamente, por razón de su producción, de acuerdo con aquella opinión, puesto que la i;
mas cuando cesa la acción de la causa segunda, entonces Dios solo conserva producción no depende inmediatamente de Dios, ni por razón de su ser, sobre

,
el efecto inmediatamente, aunque haya sido producido de manera inmediata por todo por el hecho de que es un ser participado; pero esta razón no se consi-
la causa segunda sola, ya que ninguna cosa creada puede tener o conservar el dera suficiente en la acción misma, según dicha opinión; luego tampoco será
ser sin alguna causa eficiente; por eso, siempre que la causa segunda actúa in- suficiente en la forma o término de la acción.
mediatamente, ella basta; mas, al cesar ella, para que la cosa permanezca en e1 10. En tercer lugar, puede hacerse la misma deducción' de esta manera:: ,
ser es necesario que Dios actúe conservando~ de igual modo que también deci- los entes creados na dependen menos de Dios en cuanto agentes que en cuanto
mos nosotros que, cuando cesa la causa segunda, la primera emplea mayor fuer-

i
'rutes, ya que no están menos subordinados a Dios por una razón que por otra;
za y eficacia. y así como son entes por participación, así también son agentes; pero en cuanto.
8. Ahora bien, primeramente, según esta respuesta, la verdad arriba demos- entes, son por completo dependientes de Dios intrínseca y esencialmente;
trada acerca de la conservación de Dios queda restringida a la conservación in- luego de igual modo dependen en cuanto agentes; luego, cuando obran, no de-
mediata ° a la mediata, lo cual es ajeno a toda sana doctrina. En otro caso, penden sólo porque Dios los conserva en el ser, sino también porque, en su
cuando se dice que Dios es creador de todas las cosas, podría quedar limitado I
set quod sit mediate ve! immediate. Deinde, etiam sit aliqua participatio entis; ergo nul-
supposita illa sententia, non dieitur conse- la est ratio cur forma quae per talem actio-
de conservatione, ut hac etiam ratione fere ignis actione iam nulio modo pendebit. Re- J quenter, cessante accione ignis, Deum inei- nem fit postulet ad sui conservationem ac-
tam certum in fide habeatur Deum imme- spondebit fortasse Durandus effectus cau- pere conservare calorem, tum quia, si calor tualem influxum primae causae, quia neque
diate efficere omnia sieut et conservare. Pri- sarum secundarum, quamdiu ab ds fiunt non pendet in operari a Deo, cur debet de- hoc postulat ratione sui fieri, iuxta illam
ma illatio probatur primo quia, si non om- vel conservantur, tantum fieri vel conservari pendere in esse?; tum etiam quia calor pro~ sententiam, cum ipsum fied non sit imme-
nía a Deo immediate fiunt, ergo neque con- mediate a Deo, cessante vero actione causae ductus non pendet in suo esse a calare pro- diate a Deo; nec ratione sui esse, maxime
servantur immediate, quia ita res se habet secundae, tunc Deum solum immediate con- ducente ratione ipsius esse, sed ratione taHs ex eo quod est esse participatum; sed haee
ad esse sicut ad fieri. Neque enim esse rei servare effectum, etiamsi a sola causa se- fieri, ut supra declaratum et probatum est; ratio non censetur sufficiens in ipsa actione,
magis potest pendere a causa adaequata cunda immediate productus sit, quía nulla ergo, quamvis cesset aedo ignis calefacien- iuxta illam sententiam; ergo neque in for-
postquam factum est quam cum fiebat. Item, res creata potest vel habere vel retinere eSse tis, non est cur sit necessaria actio superio- ma seu termino actionis erit sufficiens.
quia si causa pendet a Deo in esse, ergo sine aIiqua efficienti causa; et ideo, quam- ds Cauaae ut conservetur illud esse. Maxime 10. Tertio, potest eadem deductio ita
et effectus, quia utrumque est ens per par- diu causa secunda ímmediate efficit, iDa quía, iuxta illam sententiam, calor, ut sit
ticipationem; ergo, sicut causa pendet in suffidt; cessante vero ilia, ut res permaneat absolute et simpliciter, non pendet essen- fieri, quia entia creata non minus pendent
a -Deo in quantum agentia quam in quan·
instanti quo agit, ita effectus in instanti in in esse necessarium est ut Deus efficiat tialiter a Deo, sed ad summum remote et
quo fit, quia etiam in eo instanti utrumque conservando, sicut nos etiam dicimus, ces.. per accidens; necessitas autem actionis con- tum entia, quia non minus sunt subordinata
est ens per participationem; ergo omnis ef- sante causa secunda, primam adhibere maio- servativae oritur ex intrinseca et absoluta Deo una ratione quam alía, et sicut sunl
fectus causae secundae pendet a Deo in fieri, rem vim et efficacitatem. dependemía quam res habet a tali causa ut entia per participationem, ita etiam sunt
et consequenter causa secunda nihil potest 8. Sed imprimís, iuxta hane responsio- habeat esae, sicut supra explicatum esto agentia; sed quatenus entia sunt, sunt om-
facere sine concursu Dei. Tandem, quia nem, veritas supra demonstrata de conser- 9. Atque hinc probatur secundo prima nino dependentia -a Deo intrinsece et essen-
alias sequitur quod interdum neque me- vatione Dei limitatur ad conservationem lm- illatio, quia si Deus non influit immediate tialiter; ergo' similiter pendent quatenus
diate res pendeat in conservad a Deo; nam mediatam vel ad mediatam, quod est alie- in omnem actionem creaturae, ergo ipaa ac- sunt agentia; ergo dum agunt, non solum
si calor ab igne productus a Deo solum num ab omni sana doctrina,' Alias, cum tio creara, ut sit, non postulat per se es· < pendent quía in esse conservantur' a Deo,
pendet mediante igne producente, cessante Deus dicitur creator omnium, limitari POs- sentialiter influxum Dei, cum tamen ipsa sed etiam quía in ipsomet agere per se et
,") f'<\
______ ~_~~-~~~ _________ ~_4~~----~

602 Disputaciones metafísicas Disputación XXll.-Sección 1 603


-------------------
mismo obrar, requieren esencial e inmediatamente el influjo de Dios. Y esto concepto de criatura o de ente participado en cuanto tal, según ponen de ma-
es lo que Aristóteles dice en alguna ocasión, que en los agentes esencialmente nifiesto las razones aducidas. Por otra parte, de esta manera se da una subor-
suhordinados, el inferior no puede obrar sin el influjo del superior, lib. II de dinación perfecta y esencial entre la causa primera y la segunda, y no hay nada
la Metafísica, c. 2; VII de la Física, c. 1, y lib. VIII, c. 5. contradictorio, como fácilmente se patentizará por las soluciones a los argumen-
11. En cuarto lugar, la misma argumentación de la conservación a la co- tos; luego no debe negarse a Dios esta influencia general. Por eso, parece que
operación puede confirmarse por una razón proporcional; pues, así como Dios no fue totalmente' ignorada por los filósofos, como hemos señalado acerca del
puede privar del ser a una cosa creada por la sola negación de acción, igual- pensamiento de Arist6teles en la razón 3,8.; y en el lib. De causis, que se atri-
mente puede privar a una cosa creada de su acción natural por la sola negación buye ya a Aristóteles ya a Proclo, hay varias proposiciones con las que se ex-
de concurso; luego, de igual manera que de la primera potestad se colige evi- presa esta verdad, y que trataremos en lo que sigue. También por esta razón
dentemente la dependencia inmediata en el ser, así también se colige de la Platón llamó a las causas segundas instrumentos de la primera, porque depen-
última la inmediata dependencia en la acción. Pero el antecedente (para confe- den del concurso de ésta en su obrar, como se toma del Damasceno, en su
sar la verdad) no resulta evidente por ningún experimento natural; mas es bas- Philos., c. 9; Simplicio, en II Phys., texto 29, y otros. Se cita asimismo a Tris-
tante evidente por los efectos sobrenaturales; efectivamente, Dios privó al fuego megisto, en el Dialog. Crater., quien dice que Dios, presente en todas partes,
babilónico de su acción sin oponerIe ningún impedimento desde fuera; luego siempre opera todas las cosas; y otras afirmaciones parecidas. Y Filón Alejan-
hizo esto por sustracción del concurso; pues, ¿de qué otro modo hubiera po- drino, en el lib. Quod mundus sit incorrup., sostiene que Dios asiste cooperan-
dido hacerse? Y esto es 10 que se da a entender en Sap., 11, cuando se dice do a ladas las partes del mundo.
que el fuego se olvidó de su virtud, a saber, que no podía ejercerla sin Dios.
También es, de suyo, muy congruente con la potencia divina el tener en su
Se resuelven los fundamentos de la primera opinión
mano las acciones de todas las cosas, de igual manera que tiene el ser de todas.
12. La quinta razón, bastante probable, es que la causa segunda no puede 14. Al primer argumento se niega el antecedente; porque las razones adu-
determinarse a sí misma a un efecto individual y particular, porque su facultad cidas explican suficientemente la necesidad de este concurso. Y no por eso ne-
es siempre indiferente para muchos individuos y no queda bastante deter- gamos que los agentes creados sean principales en su orden, como se ha C01?sig-
minada por el sujeto y las circunstancias; luego es necesaria la cooperación de nado arriba en las divisiones de la causa eficiente. Pero no se sigue que, S1 las
la causa primera, que con su voluntad puede determinarla a un efecto singular. ('ausas son principales, sean también independientes en su obrar, pues, como es
Sobre el fundamento de esta razón puede verse 10 dicho anteriormente, en la evidente de suyo, para esto último se requiere una perfección mucho mayor
citada disputación V, al tratar del principio de individuación. que para 10 primero. Consiguientemente, cuando se dice que para obrar es su-
13. En último lugar, una razón excelente es que este modo de obrar en ficiente una virtud igual al efecto, en primer lugar podemos responder que es
todos y con todos los agentes pertenece a la grandeza de la potencia divina y, suficiente en la razón de causa próxima, pero no en absoluto. Además) afirma-
por parte de Dios, supone una perfección sin imperfección; en cambio, por mos que es suficiente cori la debida proporción; pues, así como la virtud misma
parte de la criatura, ya consideremos la causa segunda, ya su acción, ya su es dependiente,. así también basta para tal acción, pero no independientemente;
efecto, aunque diga imperfección, ésta, empero, se halla inmersa en el mismo
imbibita in ipso conceptu creaturae seu en- xand., in libro Quod mundus sit ineorrup.,
irnmediate requirunt infiuxum Dei. Et hoc tis suae, quia lllmtrUm eam sine Deo exer- dieens Deum omnibus partibus mundi assi-
tis participati quatenus tale, ut rationes fae-
est quod Aristoteles aliquando ait, in agen- cere non poterat. Estque hoe per se valde stere cooperando.
tae declarant. Et alioqui, hoc modo inter-
tibus per se suhordinatis, inferius non pos- eonsentaneum divinae potentiae) ut in manu cedít perfecta et essentialis subordinatio in-
se agere sine infiuxu superioris, lib. II Me- sua habeat actiones omnium, sieut habet ter eausam primam et seeundam, nihilque Solvumur fundamenta primae sententiae
taph., c. 2, VII Phys" c. 1, et lib. VIII, omnium esse. est quod repugnet, ut patebit facile ex so- 14. Ad primum argumentum negatur an-
c. 5. 12. Quinta ratio valde probabilis est, Iutionibus argumentorum; ergo non est ne- tecedens; ratlones enim faetae sufficienter
11. Quarto, potest eadem argumentatio quia causa secunda non potest sese deter~ ganda Deo haec generalis influentía. U nde decIarant necessitatem huius coneursus. Ne-
a conservatione ad cooperationem confir- minare ad effectum in individuo et in par- neque a philosophis videtur fuisse omninQ que propterea negamus agentia creata esse
mari proportionali ratione; narn, sicut Deus tículari, quia eius facultas semper est in- ignorata, ut de Aristotelis mente in 3 rato principalia in SUD ordine, ut superius in di-
potest lem creatam suo esse privare per 80- differens ad plura individua, et a sl1bieeto attigimus; et in lib. dé Causis j qui vel visionibus eausae efficientls declaratum esto
lam negationem actionis, ita potest rem et circumstantüs non satis determinatur; Aristotelis vel Prodi esse censetur, variae Non Yero sequitur, si eausae principales
creatarn sua naturali actione privare per so- ergo necessaria est cooperatio primae eau- sunt propositiones quibus haec veritas signi- sint, esse etiam .in agendo independentes,
1am negationem concursus; ergo, sicut ex sae, quae voluntate sua potest eam deter~ ficatur, quas in sequentibus traetabimus. quia -multo maior perfectio requiritur ad hoc
priori potesrate evidenter colligitur imme- minare ad singularem effectum. De cuius Plato etÍam ob hanc rationem causas secun- posterius quam ad illud prius, ut per se
diata dependentia in esse, ita ex posteriori rationis fundamento videri possunt superius das instrumenta primae appellavit, quod ah constato Cum ergo dicitur ad agendum suf~
colligitur immediata dependentia in ipsa ac- dicta disp. V, dum de principio individua- eius concursu in agendo pendeant, ut su- ficere virtutem aequalem effectui, primum
tioneo Antecedens (ut verum fatear) non est tionis ageretur. mitur ex Damasc., in sua Philos., e. 9; et respondere possumus sufficere in ratione
evidens aliquo naturali experimento; ex su- 13. Ultimo, est optima ratio -quia hic Simplic., II Phys., texto 29, et alii. Refer- causae proximae 1, rton vero simpliciter.
pernaturalibus autern effectibus satis est modus agendi in omnibus et cum omnibus tur etiam Trismegistus, in Dialog. erater., peinde dicimus sufficere euro debita pro-
evidens.; privavit enim Deus ignem baby- agentibus pertinet ad amplitudinem divinae dieens Deum ubique praesentem semper portione; nam, sieut virtus ipsa est depen-
lonicum sua actione, nullo extrinsecus ob- potentiae, et ex parte Dei supponit perfec- agere omnia; et alía similia. Et PhiIo Ale- dens, ita suffidt ad talem actionem, non
iecto impedimento.; ergo id fecit per sub- tionem sine imperfeetione; ex parte vero
tractionem concursus; qua enim alio modo creaturae, sive eausaro secundam, sive ac- 1 No tiene sentido la sustitución de esta palabra por primae, como aparec@· en la
fieri potuisset? Et hoc significatur Sapient., tionem, sive effeetum eius eonsiderem,!+s, ed. de M. Sonn, París, 1605. (N. de los EE.)
11;> cum dicitur ignem oblitum fuisse virtu- quamvis imperfectionem dicat, tamen illa est
6_0_4___________________ "_ _Disputacio ne!_ metafí~cas Disputación XXIl.-Sección 1 605
por eso, además de ella, es preciso que influya la causa primera, de la que de- por eso algnnos teólogos distinguen entre la acción inmediata con inmediación
penden esencialmente todas las cosas. Pero alguno concluirá: luego siempre de virtud o Con inmediación de supuesto, y afirman que Dios opera con inme-
que una forma depende de su causa en la conservación, dependerá también eI1 diación de virtud en todas las acciones de las criaturas, mas no con inmedia~
la operación. Se responde que de esto ha de tratarse en la última sección de ción de supuesto. Así opina el Ferrariense, UI cont. Gent., c. 70, cuyo modo
esta disputación; por ahora se niega la consecuencia, pues, con respecto a una de hablar imitan algunos tomistas modernos. Y parece apoyarlo Santo Tomás,
causa creada, la dependencia no es tan esencial y cuasi trascendental como con en el citado C. 70; pues, al responder a la primera razón en contra, dice: No
respecto a la inereada. hay inconveniente en que una acción proceda de un agente inferior y de Dios)
15. Al segundo se responde que implica contradicción el que la criatura se' y de ambos inmediatamente, porque ello ocurre de diversos modos. Y la razón
capaz de obrar independientemente del creador, tanto por parte de l. misma estriba en que es contradictorio que dos agentes obren inmediatamente con
causa creada, que necesariamente tiene un poder operativo adaptado y propor- inmediación de supuesto; pero la causa segunda opera inmediatamente con in-
' 'L clonado a su ser, como por parte del efecto o de la acción que de ella procede; mediación de supuesto; luego la primera no obra inmediatamente en esa ac-
\ pues, como esas cosas son entes por participación, dependen esencialmente del ción. La mayor es evidente, pues el obrar inmediatamente con inmediación
li primer ente. Por tanto, así como no pertenece a la potencia divina el producir
1: un ente por sí mismo independiente en el ser, tampoco el producir un agente
de supuesto consiste en que entre el supuesto agente y el efecto no medie
otro supuesto.
11 por sí mismo independiente en el obrar; más aún, una y otra cosa repugnan 17. Sin embargo, esta distinción no es 'necesaria en la presente materia, y
¡I,; por igual a la perfección divina y a la imperfección de la criatura, como se ha ese modo de hablar no debe aprobarse, ya que no explica la cuestión y es de
',j explicado suficientementee tal manera equívoco que puede inducir a un sentido erróneo. Efectivamente, en
las cosas creadas, se dice que obran con inmediación de virtud, y no de su-
puesto, aquellas que establecen contacto con el paciente o el efecto por medio
De qué manera concurre Dios inmediatamente de alguna virtud que ellas mismas difunden, pero nO mediante su supuesto, cosa
que no es licito atribuir a Dios. Por tanto, hay que afirmar en absoluto que
16. El tercer argnmento versa en su totalidad sobre el modo de hablar más Dios obra con todos los agentes creados con inmediación de virtud y de su-
que sobre la doctrina. Y, ante todo, en él se pregunta si debe decirse que Dios puesto. Y, puesto que estamos de acuerdo en la primera parte, acerca de la
obra inmediatamente en orden a la acción de la causa segnnda. En verdad, por última debe advertirse que cabe decir que el supuesto es inmediato, ya en su
lo dicho consta con claridad que necesariamente debe confesarse que Dios in- operación, ya en su existencia o en la distancia local. Por ejemplo, si fuese
fluye en cierto modo inmediatamente, y en cierto modo también mediatamente. cierta la opinión de Escoto, de que el sol engendra inmediatamente oro en la
.'Porque obra mediatamente en cuanto da y conserva el poder de obrar a la cau- tierra mediante su forma sustancial, obraría ciertamente con inmediación de su-
'•. sa segunda que opera próximamente. Y en este sentido es verdad que obra me- puesto o con inmediación de acción -por así decirlo-, ya que la acción pre-
I diante ella, y que la creó con el fin de comunicar con ella la función de cedería inmediatamente de dicho supuesto, mas no operaria con inmediación
"de supuesto en el ser o en el lugar, pues distaría mucho de su efecto.
1,' obrar; en cambio, opera inmediatamente porque también la causa primera in-
fluye, por sí misma y con su virtud, en tal acción o efecto. Ahora bien, como
i,,11

'1 el influjo mediato y el inmediato parecen implicar entre sí cierta contradicción, dam theologi distinguunt de actione irnme- iIle loquendi probandus non est, quía rero
diata immediatione virtutis ve! immediatio- non declarat, et ita est aequivocus ut erro~
ne suppositi, et affirmant Deum agere im- neum sensum possit inclucere. Nam in re~
tamen independenter; et ide'o praeter eam agendo; immo utrumque aeque repugnat mediatione virtutis in omnibus actionibus bus creads illa dicuntur agere immediatione
necesse est ut influat prima causa, a qua divinae perfectioni et imperfectioni creatu A
creaturarnm, non tamen immediatione sup~ virtutis, el non suppositi, quae per virtutem
omnia essentialiter pendent. Sed inferet ali- rae, ut satis declaratum esto positi. Ita sentit Ferrar., III cont. Gent., a se diffusam condngunt passum vel effec~
quis: ergo quotiescumque aliqua forma pen- c. 70, quem modum loquendi "aliqui moder- tum, non tarnen per suppositum suum, auod
det a sua causa in conservad, pendet etiam Quomodo Deus immediate concurrat ni thomistae imitantur. Et videtur favere Deo attribuere nefas esto Simpliciter ergo
in operario Respondetur de hoc dicendum 16. Tertium argumentum totum est de D. Thomas in illo c. 70; 'nam respondens dicendum est Deum agere cum omnibus
esse in ultima sectione huius disputationis; loquendi modo potius quam de re. Et im~ ad" primam rationem in contrarium, ait: agentibm creads immediatíone virtutis et
Dunc negatur consequentia, quia a causa primis, in eo inquiritur an dicendus Sil Non est ineonveniens unam actionem pro- suppositi. Et quoniam' in priori parte con~
creata non est dependentia tam essentialis Deus immediate agere ad actionem causae cedere ab inferiori agente et a Deo, et ab venimus, circa posteriorem est advertendum
et quasi transcendentalis sieut ab increata. secundae. Et quidem ex dictis pIane constat utroque immediate, quía illud est alio 'et alia suppositum posse dici immediatum vel in
15. Ad secundum respondetur involvere necessario fatendum esse Deum aliquo modo modo. Ratio aurem est quia repugnat duo agendo veI in existendo seu in distantia lo~
repugnantiam quod creatura sit potens ad immediate influere, atque mediate etiam ali~ operari irnmediate immediatione supposíti; eali. Ut, verbi gratia, si vera esset opinio
agendum independenter a creatore, tam ex quo modo. Agit enim mediate quatenus cau- sed causa secunda agit irnmediate immedia- Seoti, solem generare immediate aurum in
parte ipsius causae creatae, quae necessario sae secundae proxime agenti dat et con~er-· tione suppositi; ergo prima in illa actione terra per suam formam substantialem, age-
habet vim agendi commensuratam et pro- vat virtutem agendi. Et hoc modo est verum non agit ímmediate. Maíor patet, quía age- ret quidem immediatione suppositi seu im-
portionatani suo esse, quam ex parte effec- agere per illam, et ad hoc illam. creasse. ut re immediate immediatione suppositi est mediatione' actionis, ut sic dicam, quia ab
tus vel actionis ab illa manantis; nam, cum munus agendi cum ea communlcaret; lm- quod ínter suppositum agens et effectum iIlo supposito immediate prodiret aedo, non
illa sint entia per participationem, essentia· mediate autem agit quia etiarn ipsa prima non intercedat aliud suppositum. tamen ageret immediatione suppositi in es~
liter pendent a primo ente. Quapropter, causa per sese et virtute sua influit in talem 17. Verumtamen, haec distincdo non est sendo 1 seu in loco" quia longe distaret a
sieut non spectat ad divinam ptltentiam actionem seu effectum. Quia vero mediatus in praesenti mateda necessaria, et modus suo effectu.
producere ens a se independens in esse, ita et immediatus influxus videntur quamdam
Dec producere agens a se independens in repugnantiam inter se involvere, ideo qui~ 1 En otras ediciones agendo. (N. de los EE.)
----------------

606 Disputación XXIl.-Sección 1 607


----------------

. 18. Por consiguiente, Dios opera necesariamente, dondequiera que obra efecto, pues, en cuanto tal, dicha acción dice relación o dependencia con res-
con inmediación de supuesto local o. en el ser, ya porque, merced a su inmen~ pecto a la causa primera de manera tan inmediata y esencial como con respecto
sidad:, se encuentra necesariamente presente en todas partes, ya también porque a la segunda.
la acción procede esencial e inmediatamente, no sólo de la virtud creadrt _....-que 20. Por .es~~ el obrar inmediatamente con inmediación de supuesto no ex-
puede decirse como uua virtud difundida por Dios-, sino también de la virtud cluye la aSOCIaCI?n de otro. supuesto operante; de 10 contrario, si dos lámparas
increada, que se halla en el mismo Dios; pero el agente que obra de ese, modo. prod~cen .un~ l1;llSma luz, nmguna de ellas obrará con inmediación de supuesto;
mediante su virtud está necesariamente presente allí donde opera. Así, pues por es mas, 111 SIqUIera la causa segunda obra de ese modo, ya que no obra sin la
esta razón se dice que Dios está en todas las cosas por esencia y por pote~cia; con.currencia del supuesto divino. Y si se objeta que Dios obra como causa su-
y por eso también, de la acción de Dios se infiere muy bien la presencia supo- penar y. unive.rs~l, y, en cambio, la criatura como inferior y particular, y que
sita1, como se ha dicho más arriba. con esa mmedlaCIÓn de supuesto no queda excluida la concurrencia de cualquier
19. Además, si se trata de la inmediación de supuesto en la operación; tam- supuesto, sino de aquel que sea inferior y subordinado en la operación como
bién es Dios un supuesto que obra inmediatamente en la acción de la criatura. pare;:e pretender el Ferrariense, esto es, en rigor, falso (aunque quizá ~stemos
y lo demuestro, en primer lugar, por la razón aducida ahora; porque esa ac- sufrIendo un equívoco), porque el ser supuesto inmediato en la operación no
ción no procede inmediatamente sólo de la virtud difundida por Dios, que es excluye la subordinación y sometimiento de otro, sino sólo la mediación en el
obrar. Es más, esta inmediación de supuesto en la operación bajo una razón
creada, pues esto equivaldría a caer en la opinión de Durando; luego procede no impide el que, bajo otra, pueda obrar mediatamente, concurriendo a la ac-
inmediatamente de la virtud increada existente en el mismo Dios; luego tam- ción de dos maneras, como explicó Santo Tomás, acerca de este mismo concur-
bién obra con inmediación de supuesto. La consecuencia es patente, ya porque so, en l, q. 105, a. 1. Y no constituyen obstáculo contra esto las palabras cita-
se- dice que el supuesto obra inmediatamente como principio quod cuando, me- das de JI! cont. Genl., pues cuando Santo Tomás dice de diversos modos no
diante una virtud inherente a él, obra de tal manera que la acción procede de entiende la inmediación de supuesto o de virtud, sino la acción en cuanto pro-
esa virtud inmediatamente como de un p'rincipio quo; ya también porque el cedente de la causa segunda y producida dependientemente, o bien en cuanto
supuesto divino es su propia virtud; por tanto~ la acción no puede derivarse derivada de la primera y realizada independientemente.
inmediatamente de la virtud sin proceder inmediatamente del supuesto, como 21. Con ello resnlta claro asimismo que, si bien puede decirse que Dios,
infiere Santo Tomás, In l, disto 37, q. 1, a. 1, ad 4. En segundo lugar, porque entre en cuanto confiere el poder de obrar a la causa segunda y conserva a ésta y la
Dios y la acción, en cuanto procede de El, no media otro supuesto; luego esa destina a obrar, opera mediante ella, no obstante, en cuanto coopera inmedia-
acción procede de Dios con inmediación de supuesto. Se dirá: entre la causa tamente con la criatura, no obra en sentido propio mediante ella, sino por si
primera y el efecto, está de por medio la segunda. Se responde que, hablando ,mismo y por su potencia y virtud. Y de ahí no se sigue ninguna de las im-
formal y propiamente, el antecedente es falso, porque una cosa es que la causa perfecciones que se Infieren en aquel argUmento por el hecho de que ambas
segunda coopere con la primera, y otra qlJ.e medie entre la primera y el efecto. causas~ la primera y la segunda, concurran inmediatamente por si mismas al
Lo primero es cierto, pero lo segundo es falso, considerando a la causa primera efecto. Porque el primer inconveniente general era que tales agentes serían im-
desde el punto de vista de la relación según la cual influye esencialmente en el' perfectos. Pero se niega la consecuencia ~ antes bien, sólo será imocrfecto aquel

18. Deus ergo necessario agit, ubicum- a virtute increata' inexistente ipsi Deo; ergo in effectum: quía ut sie illa actio tam im- una ratione non excludit quin sub alia oos-
que agit, irnmediatione suppositi locali seu agit etiam immediatione suppositi. Patet mediate ac per se dicit habitudinem seu sit mediate agere, duobus modis ad actio-
in esse, tum quia per irnmensitatem suam consequentia, tum quia tunc suppositum di- dependentiam ad causam primam sieut ad nem concurrendo, ut de hoc ipso concursu
necessario est ubique praesens, tum etiam citur immediate agere ut principium quod secundam. declaravit D. Thom.) 1, q. 105, a. 1. Neque
quía actio procedit per se et immediate, non quando per virtutem sibi inhaerentem ita 20. Quocirca, agere immediate immedia- contra hoc quidquam obstant yerba citata
tantum a virtute creata, quae dici potestl agit ut ab illa virtute immediate prodeat tione suppositi non excludit consoi'tium al- ex III cont. Gent., nam cum ait D. Thom.
quasi virtus diffusa a Deo, sed etiam a acdo tamquam a principio quo; tum etiam terius supposici agentis; alías, si duae Iu- aUa et alio modo non intelligit immedia-
virtute increata, quae est in ipsomet Deo; quia divinum suppositum est suamet virtus; cernae ídem Iutnen producant, neutra aget tionem ·suppositi vel virtutis, sed actionem
agens autem quod sic operatur per virtutem non ergo potest acdo immediate prodire a irnmediatione suppositi; ¡mmo nec causa se- ut a causa secunda et dependenter vel Ut
suam necessario ibi est praesens ubi opera- virtute quin immediate prodeat a supposito, cunda ita agit quia non agit sine consortio a prima et independenter factam. '
tur. Unde hac ratione dicitur Deus esse in ut colligit D. Thom., In 1, disto 37, q. 1, divini suppositi. Quod si dicas Deum. agere 21. Unde e~íam constat quod, !icet Deus,
omnibus per essentiam et per potentiam; a. 1, ad 4. Secundo, inter Deum et actio- ut superiorem et universalem causam, crea- quatenus dat vlrtutem agendi causae secun-
et ideo etiam ex accione Dei optime colli- nem, ut est ab ipso, non mediat aliud sup- turam yero ut inferiorem et particularem, dae et conservat illam, eamque ad agendum
gitur suppositalis praesentia, lit supra dic- positum; ergo est illa actio a Deo imme- et per illam immediationem suppositi non instituir, possit dici agere per illam tamen
tum esto diatione suppositi. Dices, ínter causam pri- excludi consortium cuiuslibet suppositi; sed quatenus irnmediate cooperatur c;eaturae~
19. Rursus, si si! sermo de immediatione mam et effectum m~diare secundam. Re- illius quod sit inferius et subordinatum in non agit proprie per illam, sed per seip~
suppositi in agendo, etiam Deus est suppo- spondetur, formaliter ac proprie loquendo, agendo, quod videtur Ferrariensis intendere, sum et per suam potentiam ac virtutem.
situm immediate agens in actione creatu- falsum esse antecedens, quia aliud est cau- hoc est in rigore falsum (quamvis forte in Neque inde sequitur aliqua imperfectio ea-
rae. Quod probo primo ex ratione nune sarn secundam cooperari prirr!.ae, aliud est aequivoco laboremus), quía esse immedia- rum quae in illo argumento inferuntur ex
facta; nam illa actio non procedit imme- mediare inter primam et effectum. Primum tum suppositum in \agendo non excludit eo quod utraque causa, prima et secunda,
diate tantum a virtute diffusa a Deo, quae est verum, secundum autem falsum, consi- subordinationem et subiectionem alterius, per seipsam immediate concurrat ad effec--
est creata, nam hoc esset incidere in opi- derando causam primam secundum hanc sed 'mediationem tantum in agendo. Immo tumo Primum enim rnconveniens generale
nionem Durandi; procedit ergo immediate habitudinem secundum quarn per se influit haec immediatio suppositi in agendo sub erat quod taHa agencia essent imperfecta.
-- ,--- - -~-~-----~-~~-----"'r-------------

608 ______-'D::: isputaciones_meta~fí~si~ca_s Disputación XXIl,-Sección 1 609


que, por su intrínseca condición y naturaleza, necesite la ayuda de otro, y que, ésta a posteriori, por la razón inversa; ahora bien, 10 que depende a priori de
por tanto, dependa propiamente de otro en su operación; pero el otro no será otro está siempre subordinado a él. Consiguientemente, en el presente caso, la
imperfecto; pues, como dijo con acierto Santo Tomás, nI cont. Gent., c. 70, no causa segunda depende de la primera a priori y de manera esencial, ya que por
se debe a insuficiencia de virtud, sino a la inmensa bondad del mismo, el haber sí misma es insuficiente para obrar algo sin la ayuda de aquélla, mientras que
comunicado a la criatura el poder de obrar y, en consecuencia, el querer pro- la ~a~sa primera no depende propiamente de la segunda, ni a priori ni a pos~
ducir los efectos, no por sí solo, sino juntamente con ella. terwn, pues, aunque según el modo de obrar por el que se acomoda a concu-
I 22. Otro inconveniente era que tales agentes serían parciales. Pero, si se
rrir con la causa segunda, no puede realizar por sí sola tal efecto, sin embargo,
1; entiende por parte del efecto, no se sigue, ya que no es producida una parte
en absoluto es por completo independiente y capaz de realizar por sí sola toda
del efecto por una causa y otra parte por otra, sino todo el efecto por cada una
de ellas en sus géneros, como observa Santo Tomás arriba. En cambio si se 1
la entidad que realiza mediante la causa segunda. Por tanto, entre estas causas
entiende por parte de la causa, puede haber cierta diversidad en el modo de hay no sólo subordinación, sino una subordinación máximamente esencial y per-
hablar; porque algunos conceden la consecuencia, pues, considerando en abso- fectísima. Mas, como la primera causa siempre obra en virtud de una ciencia
luto toda la causalidad eficiente necesaria para dicho efecto, ninguna de esas cierta y de su voluntad, y de acuerdo con el orden establecido por ella, no cabe
1 causas emplea toda esa causalidad, sino que la causalidad íntegra resulta del decir que concurra casualmente con la causa segunda para obrar) sino por una
concurso de ambas; por eso se dice que concurren parcialmente por parte de altísima providencia.
la causa; lo cual no constituye imperfección en Dios, pues, según dijimos, ello
i no se debe a insuficiencia, sino a la bondad del mismo. Otros, por el contrario,
estiman que debe negarse la consecuencia, puesto que, perteneciendo esas dos
causas a órdenes diversos, no se dice con propiedad que compongan una sola De qué manera concurre Dios con las causas material, formal y final
I '.,
\\ causa total, sino que cada una de ellas es causa íntegra en su orden. Y este
,:::'
I modo de hablar, por ser más común y más idóneo para indicar la desigualdad 24. Opinión. de Fonseca.- A la cuarta razón, se niega que exista en la
I y subordinación de estas causas, parece que debe aprobarse en mayor medida. realidad algo que sea un ente real y verdadero y que no proceda inmediata-
23. El tercer inconveniente era que tales causas concurrirían a obrar sin mente de Dios. En cuanto a los tres primeros ejemplos, debe negarse que haya
I subordinación y como casualmente. Mas no se sigue esto; pues, como nna de-
ninguna acción, bien sea natural, bien libre, buena o mala, en cuanto acción
I pende de otra, no falta' la subordinación. Es más, a veces suele dar~e subor-
dinación con cierta dependencia mutua; efectivamente, el instrurnf>uto, sobre real, sin que concurra inmediatamente la primera; de estos ejemplos se tratará
todo el que está uuldo, depende en su operación del agente principal, como la ampliamente en lo que sigue. Acerca del cuarto ejemplo elaboró una larguísima
pluma depende del escribiente; no obstante, también el mismo escribiente de- disputación Fonseca, V Metaph., q. 12, defendiendo que Dios es la causa pri-
pende en cierto modo de la pluma, en cuanto que no puede escribir sin ella. Aque- mera en todo género, que concurre inmediatamente con la seglmda al efecto o
lla dependencia puede llamarse a priori, porque procede del principio motor, y a la causalidad de ésta. Pero en este punto hay una cosa que, a mi parecer,
es clarísima y ~asi no necesita discusión alguna; mas no entiendo en absoluto
Negatur tamen sequela, sed illud solum im- currere 'ex parte causae; quod non est im- la otra, que Fonseca parece pretender en toda esa cuesti6n.
perfectum erit quod ex intrinseca condi- perfectio in Deo, quia, ut dhimus, id non
tione et natura: alterius ope indiget, quod est ex insufficientia, sed ex ipsius bonitate.
proinde ah alío proprie in agenda pendet; A1ii veo potant negandam sequelam, quia
aliud vera non erit imperfectum; nam, ut cum illae duae causae sint diversorum or- vero a posterIOrl, contrada raúone; semper Quomodo Deus concurrat cum materiali,
recte d¡xit D. Thomas, III cont. Gent., dinum, non proprie dicuntur componere autem id quod pendet ab alío a priori est formali ac finali causa
C. 70) non ex insufficientia virtutis, sed ex unam causam totalem, sed unaquaeque est subordin.tturr. illi. In praesenti ergo, causa
immensitate bonitatis ipsius provenit quod causa integra in suo ordine. Qui modus 10- secunda rendet a prima a priori et essen- 24. Fonsecae opinio.- Ad quartam ra-
creaturae cornmunicaverit virn agendi, et quendi, quia et communior est et aptior ad tialiter, quía insufficíens per se est ad ali- tionem, negatur quidquam esse in rebus
ideo non per se solum, sed cum illa velit indicandum inaequalitatem et subordinatio-- quid agendum sine illius ope, causa vero quod sit verum ac reale ens, quod non si!
tales effectus producere. nem harum causarum, rnagis probandus vi- prima profirie non pendet a secunda, neque immediate a Deo. .Ad tria autero prima
22. Aliud inconveniens erat quod talia detur. a priori neque a posteriori, quia, Hcet se- exempla, nt'gandum est ullam actionem, sive
agentia essent partialía. Sed si intelligatur 23. Tertium inconveniens erat quod ta- .cundum eum modum agendi qua se. accom- naturalem sive liberam, bonam aut malam,
ex parte effectus, non sequitur, quia non les causae sine subordinatione et quasi for- modat ad :concurrendum cum causa secun- guat,enus realis actio est, esse sine prima
fit pars effectus ab una causa et pars ab tuito convenirent ad agendum. Non tamen da, non possit sola efficere talem effectum, 1mmediate concurrente; de quibus late·- di-
alia, sed totus effectus a singulis suis ge- id sequitur, nam) cum una sit pendens ah tamen simrlidter est omnino independens cendum est in sequentibus. At vero de quar-
neribus, ut D. Thomas supra notat. Si vero alia, non deest subordinatio. Immo inter- et potens ad efficiendum se sola .omnem en- to exemplo prolixam texit disputationem
intel1igatur ex parte causae, potest esse di- dum solet esse subordinatío cum aliquali titatem qnam efficit per"o causam secundam. Fonseca, V Metaph., q. 12, contendens
versítas quaedam in modo loquendi; nam mutua dependentia; pendet enim in agendo Est ergo inter has causas non solum sub- Deum esse primam causam in omni gene- .
quidam concedunt sequelam, quia conside- instrumentum praesertim coniunctum a ordinatio, sed etiam- maxiroe :essentialis et re, irnmediate concurrentem cum secunda
rando absolute integram causalitatem effee- principali agente, ut calamus ab scriptore; perfectissima. Cum autem prima causa sem- ad effectum vel causalitatem eius. Sed unum
tivam necessariam ad illum effectum, neutra: tamen etiam ipse scriptor aliquo modo pen- per agat ex certa scientia et voluntate sua, in hac re mihi videtur c1arissimum et nulla
illarum causarum totam illam adhibet, sed det a calamo, quatenus sine illo scribere non et iuxta otdmem a se institutum, non potest fere indigens discussione; aliud autem om-
ex utriusque concursu consurgit integra potest. Ft potest illa dependentia vocari a dici fortuito convenire curo causa secunda nino non capio, quod Fonseca in tota illa
causalitas; et ideo dicuntur partialiter con- priori, quia est a principio movente, ·haec ad agendum, sed summa providentia; quaestióne intendisse videtur.
39
610 Disputacio!,!es metafísicas Disputación XXIl.-Sección 1 611
---
25. La primera es que Dios, al obrar, concurre inmediatamente con todas radas en si mismas y absolutamente, no 'implican una imperfección por la que
las causas a las causalidades de éstas. Y en este sentido, no sólo las causas se- no puedan convenir formalmente a Dios.
gundas eficientes, sino también la material y la formal se subordinan a I?!os 27. Confirma esto con otras razones, pero todas ellas, excepto la última,
y dependen de El, no ya únicamente en su ser, sino además en su causaClOD. prueban únicamente nuestra primera afirmación. Y la última es que Dios suple
y esto no es otra cosa sino que, cuando la materia causa, Dios concurre no por sí solo estas causalidades de la materia y de la forma, como es manifiesto
solamente conservando la materia, sino también produciendo la misma causali- en la cantidad de la Eucaristía; también nosotros dijimos que Dios puede con-
dad de la materia -sea ésta lo que fuere- y realizando también el efecto de la servar la materia sin la forma; pero no puede, mediante la causalidad eficiente
materia dando eficientemente el ser que la materia confiere materialmente; y lo sola, suplir las causalidades de tales causas; por tanto, cuando suple la causali-
mismo'ocurre de manera proporcional, con la forma, e incluso con el fin, en dad de la materia en la conservación de la cantidad, conserva el mismo género
cuanto su cau'salidad puede ser algo real, como después veremos. Y la razón es' de causalidad; luego también puede, dentro de ese género, concurrir con la
evidente por lo dicho, pues es ne~esario que todo.!o que es rea! proceda inme- materia a tal cansalidad. Prueba la menor, en la que radica la fuerza del argu-
diatamente de la eficiencia de DIOS; luego tamblen es necesarIO que las cau- mento, porque la causalidad de un género no está contenida ni formal ni vir-
salidades y los efectos de todas las causas procedan inmediatamente de la efi- tualmente en otro género. Y Dios mismo, aunque contiene eminentemente todas
ciencia de Dios. Y en este sentido puede entenderse rectamente de toda causa las causalidades, no puede, empero, en cuanto tiene razón de una causa, ejer-
segunda lo que se afirma al principio del lib. De causis: La causa primera ayuda cer el género o razón de otra. Además, porque una, causa no puede suplir la
a la segunda sobre su operación. '" función de otra, a no ser ejerciendo el oficio que ésta ejercía. Asimismo, por-
26. La otra es que Dios, no sólo como causa prImera efiCiente, SIllO tam- que, si Dios sustentase a los accidentes sin la materia y no supliese el cometido
bién como causa primera material y como causa primera formal, concurra. con de ésta, se daría en la naturaleza un efecto en acto sin una causa en acto. Ade~
la materia y la forma a todas las causalidade~ de éstas, de suerte q~e d!chas más, porque, si Dios conservase, por ejemplo, la forma del cielo sin la materia,
causalidades, incluso en cuanto proceden de Dl?S, sean formalmente dIversas de por su solo concurso eficiente, o éste seria el mismo que antes -y esto no
la eficiente. Omito la causalidad formal y la ejemplar, ya que en ellas es .esto puede ser, ya porque mediante el mismo concurso sólo puede producirse lo
probable, como expondré después en los lugares oportunos .. Así, pues, dIcho mismo, ya también porque entonces la causalidad de la materia sobre esa forma
autor habla en el sentido indicado, y expone esto de la materia y de la forma, no sería suplida por ninguna causalidad-, o es por un nuevo concurso eficien-
no en cuanto integran el compuesto -po!que, de esta manera, es tan c~~a la te, y esto no puede ser, porque sobre' un mismo efecto no puede añadirse una
imperfección que incluyen, que re~u1ta ev.ldente que ese ~odo de causaClon ~o nueva eficiencia a la antigua, o un concurso creativo a otro concurso creativo.
puede atribuirse formalmente a DIOS-,. Sin? de las causahdades que la mater1!l 28. Se rechaza la opinión antes expuesta.- Pero si alguno considera lo
y la forma ejercen mutuamente entre SI, lllientras la materta sustenta en el ser
que hemos dicho anteriormente acerca de la causalidad de la materia y de la
a la forma que depende de ella, o el sujeto a los accidentes :' inversame-?-te, forma, en seguida comprenderá la dificultad de esta opinión y se apartará de
la forma conserva a la materia en el ser; porque estas causalIdades, conslde- ella, no ~ólo por ser nueva y aj ena a los dogmas recibidos acerca de Dios,
sino también por ser falsa y apoyarse en fundamentos débiles. Porque, en pri-
25. Primum illud est Deum) efficiendo, lib. de Caus., in prine.: Causa prima 00-
immediate concurrere cum omnibus causis iuvat secundam super operationem suam.
ad causalitates earum. Quo sensu non solum 26. Aliud vero est quod Deus non solum per se et .absolute sumptae, npn incIudunt supplere vicem alterius, nisi exercendo offi-
efficientes causae secundae, sed etiam ma~ ut causa prima efficiens, sed etiam ut causa imperfectlonem propter quam non possint cium quod iIla exercebat. Ulterius, quia, si
terialis ct formalis, subordinantur Deo et prima materialis et ut causa prima formalis, Deo formaliter convenire. Deus sustineret accidentia sine materia el
ab ea pendent non tantum ~ 7ssen~0, sed concurrat cum materia et forma ad omnes 27. Quod aliis rationibus confirmat, sed non suppleret officium eius, daretur in re-
etiam in causando. Quod mhil ahud est causalitates earum, ita ut illae causalitates, omnes, praeter ultimam) probant sotum nos- rum natura effectus in actu sine causa Íl:l.
quam quod cum materia causat, Deus non etiam ut sunt a Deo, sint formaliter diver- trum primum assertum. Ultima, vero est actu. Deinde, quia, si Deus conservaret,
tantum concurrit conservando materiam, sed sae ab effectiva. Omitto causalitatem for- quia Deus supplet se solo has causalitates verbi gratia, formam caeli sine materia, solo
etiam efficiendo ipsam causalitatem mate- malem 1 et exemplarem; nam in eis est materiae et formae, ·ut patet in quantitate concursu efficienti, aut ille esset idem qui
riae, quidquid illa sit, et effi~ien?o etiam hoe probabile, ut infra suis locis exponam. Eucharistiae; et nos diximus posse Deum prior erat, et hoc esse non potest, tum quia
effeetum nJateriae, dando effecllve illud esse In dicto ergo sensu loquitur dictus auetor, conservare materiam sine forma; non pot~ per eumdem concursum non potest nísi
quod materia dat materialiter; et ídem est qui hoc exponit de materia et forma, non est autem per solam causalitatem effectivam idem fieri, tum etiam quia iam causalitas
proportionaliter de forma, ímmo et de fine, quatenus c.omponunt compositum, nam hoc supplere causalitates talium causarum; ergo, materiae ,cirea illam formam per nullam CaUa
quatenus eius causalitas aliquid reale esse modo tam dara est imperfeetio quam in- dum supplet causalitatem materiae in con~ salitatem suppleretur; aut est per novum
potest, ut infra videbimus. Et ratio per se cludunt ut evidens sit illum causandi mo- servatione quantitatis, retinet. idem genus coneursum effectivum, et hoc esse non pot-
constat ex dictis, quia, quidquid reale est, dum non posse Deo form~liter tribui,. sed causalitatis; ergo etiam potest intra illud est, quía circa eurndem effectum non potest
neeesse est esse immediate ex efficientia de causalitatibus quas materIa et forma mter genus concurrere ,curo materia ad' talem cau- nova efficientia addi antiquae, aut concurSl¡S
Dei' ergo et causalitates et effecta omnium se mutuo exereent dum materia sustinet in salitatem. Mmorem, in qua est vis argu- creativus creativo.
cau;arum necessario sunt immediate ex ef- esse formam a se 'dependentem, ve! subie~­ mentí probat quia causalitas unius gen'eris 28. Improbatur praemissa opinio.- Si
ficientia Dei Quo sensu recte intelligi pot- tum aecidentia, et e converso forma ~ont1- nec f~rmaliter nec virtualiter continetur in quis tam,~n consideret quae supra de causa-
est de omni causa secunda quod dicitur in net materiam in esse; nam hae causahtates, alio gen~i'e. Et Deus ipse, quamvis emi~ litate materiae et formae diximus, statim
nenter contineat omnes causalitates, non ta- intelliget huiús sententiae difficultatem atqu~
men potest, in quantum habet rationem ab ea dissentiet, non solum quod nova si! et
1 Formalem está sustituida por efficien tem en otr.'lS ediciones. (N. de los EE.) unius causae, genus, seu rationem !llterius praeter rc:cepta. de Deo dogmata, sed etiam
exercere. Item, quia una causa non potest quod falsa sit et debilibus nixa fundamen-
Disputación XXIl.--Sección 1 613
612 Disputaciones metafísicas - - - - - - - - - - - - ----- -----

consiguientemente, no es posible por ninguna raz6n -como hemos dicho tam-


mer lugar, ningim teólogo o filósofo atribuye a Dios en sentido propio otro gé-
bién arriba- que la materia cause una forma no unida a ella. Finalmente) ape-
1: nero de causalidad que la eficiente, la final o la ejemplar, como es manifiesto
nas puede concebirse ese modo de causal' de Dios ad extra sin. eficiencia,. ,ya
por 10 que Santo Tomás enseña en I, q. 44, Y por 10 que en dicho lugar se
que ni es nada en el efecto con respecto a Dios, fuera de su entIdad y aCC1?~,
trata. Ahora bien, digo en sentido propio, ya que metafóricamente se atribuye
ni depende de Dios a no ser mediante la acción, ni la acción en cuanto f!.CC1?n
en ocasiones a Dios el ser como la forma de todas las cosas, y el vivificalo todo,
dice relación sino a la causa eficiente, aunque, en cuanto ordenada a tal ter"
o también el sostener y ser fundamento de todas las cosas, a la manera como
mino o a tal forma;. puede referirse a la causa final o a la ejemplar; entonces,
parece hablar a veces Dionisia, el cual en vano es interpretado torcidamente
¿qué es esa otra causalidad que se denomina snstentación? Es enteramente algo
en un sentido distinto. Y esto es tan cierto que los teólogos, por este motivo,
ficticio y de ninguna manera necesario. Porque la causalidad divina queda con-
niegan que el Verbo divino ejerza una auténtica causalidad al constituir el tér-
tenida con toda amplitud en los tres modos dichos. Ni por el hecho de que
mino de la humanidad, pues, no pudiendo ser eficiente, ya que no es común a
toda causa da el ser es preciso atribuir formalmente a Dios el modo de cual-
todas las personas, consideraron que se sigue evidentemente que no es de nin-
quier causa; de lo contrario, porque también la materia y la forma dan el ser al
guna clase; porque era evidente que no es final ni ejemplar. Un argumento
compuesto, sería necesario que Dios le diese el ser d~l1trO del mismo género
semejante es que, además de la bondad por la que Dios tiene virtud para ejer- de causa material y formal, 10 cual es completamente absurdo. Consiguiente-
cer la causalidad final, y además de las ideas por las que tiene poder para ejer- mente, del hecho de que toda causa da el ser sólo puede concluirse que Dios
'1 cer la causalidad ejemplar, no conocemos en Dios otra virtud de causar ad extra, da inmediatamente dicho ser, de ese modo o de otro más elevado. Además, de
a no ser la omnipotencia, que únicamente es una potencia eficiente, ya sta la
que toda causa segunda dependa de Dios no sólo en el ser, sino también en la
potencia ejecutiva, conceptualmente distinta de la voluntad y del entendimiento, eausación, no se sigue que dependa en el mismo género de causa, sino que de-
I ya sea otra de las potencias, ya sean todas en simultaneidad. Es, por tanto, algo pende, bien en ese, bien en otro más noble, es decir, ea la eficiencia.
inaudito el añadir a Dios otra virtud causativa ad extra -por ejemplo, soste-
niendo la forma- fuera de la eficiencia. Y, sin embargo, en dicha opinión, 30. Se destruye el fundamento de la opinión antedicha.- A la última ra-
zón en contrario, se niega la menor; porque Dios puede suplir con su eficien-
hablando consecuentemente, se admite esto de manera necesaria.
29. Además, argumento por razón: toda causalidad de la materia (y 10 mis- cia, sobre la forma, la sustentación de la materia o del sujeto. A la primera
demostración se responde que Dios, por su virtud activa, contiene eminente-
mo ocurre con la causalidad de la forma) incluye formalmente imperfección. La
razón está en que la materia no causa nada en el compuesto ni en la forma, mente los efectos de las demás causas y puede causar sin cHas, según su modo
a no ser mediante la intrínseca y formal unión de una con otra" no como por perfecto, 10 que las otras causan según su manera impe.rfecta, cuando no se
una condición sólo requerida, sino como por la misma causalidad formal, según da una dependencia totalmente esencial, como sucede entre el compuesto y la
materia o la forma. Y no por ello decimos que Dios, en virtud de la continen...
queda demostrado arriba; pero Dios no puede causar de ese modo por una
cia eminencial de la materia, ejerza la causalidad de la materia) sino que, 3.1 obrar,
unión formal, como es evidente de suyo; luego tampoco puede concurrir por
suple algo que la materia causaría poniéndose como sujeto. Con ello} se res-
una propia y formal causalidad de ese género; mas, por el solo hecho de que
ponde a la segunda demosh'ación que, aun cuando una causa creada no pueda
la causalidad no se lleva a cabo mediante unión, no es material ni formal) y,
suplir el oficio de otra" a no ser dentro del mismo género, no obstante, Dios
tis. Primum enim, nullns theologorum ve! aliam vim causandi ad extra, nisi omnipo-
philosophorum Deo tribuit secundum pro~ tentiam, quae solum est potentia efEectiva, malis, et ideo nulla racione fieri potest, ut vel altiori modo. Item, ex ea quod omnis
prietatem aliud causalitatis genus nisi effi- sive iHa sit potencia exsecutiva ratione di- supra etÍam diximus, quod materia causet causa secunda pendet a Deo non salum in
ciemis) finalis aut exemplaris, ut patet ex stineta a voluntate et intellectu, sive altera formam sibi non unitam. Tandem, vix pot- esse, sed etiam in causare, non sequitur
iis quae D. Thomas tradit, 1, q. 44) et quae illarurn, ¡¡ive omnes símu!. Addere ergo Deo est concipi ille modus causandi Dei ad ex- quod pende'at in eadem genere causae, sed
ibi tractantur. Dico autem secundum pro- aliam vim causandi ad extra, sustinendo, tra absque efficientía, quia neque in effectu vel in illo vel in nobiliori, seu effectivo.
prietatem, nam secundum metaphoram tri- verbi gracia, formam praeter efficientiam, est aIiquid respectu· Dei praeter entitatem 30. Fundo.mentum praedictae opinionis
buitur interdum Deo quod sit quasi forma inauditum esto Quod tamen in i11a sententia eius .et actionem, neque pendet a Deo nisi evertÍtur.- Ad ultimam ergo rationem in
omnium, el quod omnia vivificet, vel etiam eonsequenter 10quendo necessario admittitur. media actione, neque aetio ut aetio dicit contrariutn, negatur minal'; potest enim
quod sustineat et sit fundamentum omnium, 29. Praeterea argumentar ratione, quia habitudinem nisi ad efficiens, quamvis, ut Deus efficiendo supplere, circa formam,
quomodo interdum videtur loqui Diony- omnis éausalitas· materiae Cet idem est de ordinata ad talem terminum vel talem for- sustentatianem materiae seu subiecti. Ad
sius· l , qui frustra ad alium sensum detor- formae eausalitate) formaliter includit ¡m·· mam, possit respieere causam finalem vel primam I'robationem respondetur Deum per
quetur. Quod adeo verum est ut theologi perfectionem. Et ratio est quia neque in exempIarem; 'quid ergo est illa alm eausa- virn agenJi continere eminenter effectus alia-
propter hane eausam negent Verbum divi- composíto neque in forma causat rn~teria litas quae dicitllr sustentatio? Plane·· est quid rum eau~arum, et posse suo modo perfecto
num exereere propriam aliquam causalita- aliquid, nisi media unione intrínseca ac for- fictum et minime necessaiium. Nam divina causare id quod aliae eausant suis imper-
tem terminando humanitatem, quia, cum mali unius ad aliam, non tamquam per eausalitas in illis tribus modis amplissime fectis modis, absque illis, 'ubi non intervenit
non possit esse effectiva, eo quod non sit conditionem solum requisitam, sed tamquam eontinetur. Neque propterea quod omnis dependentia amnino essentialis, ut est ínter
communis omnibus personis, evidenter exis- per ipJB.m farmalem eausalitatem, ut supra causa det esse oportet Deo formaliter tri- compositum et materiam vel formam. Nec
timarunt sequi nu11am esse; nam quod non probatum est; non potest autem Deus per buere moduro cuiuslibet eausae; alias, quia propterea dicimus Deum per eminentialem
'sit finalis neque exemplaris, per se noturo formalem unionem ita causare, ut per se etiam materia et forma dant esse eomposito, continentiam materiae exercere eausalitatem
erat. Simile argumentum est quod, praeter est notum; ergo nec potest eoneurrere per apotteret Deum dare illi esse intra idem materiae, sed supplere aliquid efficiendo,
bonitatem qua Deus habet vim causandi proprlam et formalem causalitatem illius ge- genus cau.sae materialis et formalis) quod quod materia eausaret se subiiciendo. U nde
finaliter, et ideas per qllas habet vim eau- neris; hoc autem ipso quod eausalitas non absurdissimum esto Ex hoc ergo quod om- ad secundani probationem respondetur quod,
sandi exemplariter, non agnosclmus in Deo fit per unionem, non est materiaIis nec for- nis causa det esse salum potest inferri " !icet una causa creata non possit supplere
Deum immediate dare il1ud esse,. vd illo munus aIterius, nisi intra ide. genl.ls, Deus
In VIII, IX et X de Divínis nominibus.
614 __ _ _ Disputaciones metafísicas Disputación XXII.-SeccUjn 1I .. 615
~~~- _ ..
... ~- ._-

puede suplirla en otro género, cuando no existe especial contradicción. Mas !Jor mismo. Esto, rectamente explicado, puede encerrar un sentido ver~adero; mas
esto no se da un efecto en acto sin una causa en acto, sino cuando cambia el nosotros no hablamos ahora en dicho sentido. Porque Dios, mediante su vo-
género de causa. A la última demostración se responde que, cuando el accidente luntad concurre con la criatura- a la acción de ésta. Por tanto, la misma voli-
es conservado sin sujeto, ello se realiza por una nueva eficiencia, no añadiendo ción de Dios puede decirse, en su orden, concurso de Dios con la criatura, el
ésta a la anterior, -sino cambiando una por otra. Por tanto, si la forma del cielo cual es llamado por algunos concurso ad intra; pero el acto de la .vo~u?-tad de
se conservase sin. la materia, ello se llevaría a cabo mediante un influjo creativo Dios es, a su modo, principio esencial de toda acción ad extra; prmcIl?lO 7sen-
en su género; pero el anterior no permanecería, ya que no era propiamente dal (repito), bien por razón de sí mismo, bien por razón de la potencIa eJecu-
creativo, sino concreativo de la forma y dotado de cierta conveniencia con el tiva, que aplica a obrar, ya sea en la realidad, ya tambié~ se.gún .la razón,. de
eductivo. Si debe filosofarse de igual modo acerca de la materia conservada sin acuerdo con las diferentes opiniones acerca de la potencIa eJecu~lv~ .de DlOS.
la forma, ya se ha tratado ampliamente en lo que precede. Así, pues, el concurso de Dios ad intra será algo por modo de prmclplO de ao--
ción nO en la criatura sino en Dios mismo. Pero ahora no hablamos del con-
SECCION Ir curs'o en este sentido,' sino en cuanto es algo que emana de Dios y se recibe
SI EL CONCURSO DE LA CAUSA PRIMERA CON LA SEGUNDA ES ALGO A MANERA en la criatura, y el concurso no significa, en rigor, algo ad intra, sino ad extra.
DE PRINCIPIO o ACCIÓN Por consiguiente, esta opinión se entiende de otra maner~:. que el concurso
es UDa cierta realidad procedente de la causa primera y reclblda en 1. segunda,
1. Habiéndose demostrado que este concurso de que tratamos procede de que da a ésta su último complemento y la determina a realizar un efec~o ~o?~
]a primera causa, o le conviene en cuanto eficiente, queda claro que no puede creto. Y de esta manera se dice que este concurso es por J.?1odo de prmcIpIO,
ser otra cosa que una acción o principio de acción, comprendiendo bajo el prin- ya que es la virtud activa de la causa segunda, o por lo menos la complementa
cipio de acción tanto el principio en sentido estricto como cualquier condición formalmente. Y por razón de esta virtud se dice que todas las caus~s segundas
preexigida para obrar; porque, aparte de esto, no se encuentra en la causa efi- obran en virtud de la primera, como se afirma frecuentemente en el hb. De cau-
ciente, en cuanto eficiente, nada que pueda tener razón de concurso. Pues damns sis; e, inversamente, por razón de la misma v~tud, ~e dic~ que la primera causa
por sabido que ni el mismo supuesto agente en cuanto tal es concurso, ni tam- obra con inmediación de virtud ya que esta VIrtud mfundIda a la causa segunda
poco el efecto en cuanto tal. Efectivamente, el supuesto es como el primer prin- es virtud de la causa primera, ; de ella proced~ .i?mediatamente la acción .. Aq"Uí
cipio agente.. y el efecto es el término último de la efectuación; pero el con~ parece' estribar todo el fundamento de esta oplOIOn. Pero no encuentro mngun
curso expresa algo por modo de influjo o tendencia que procede del supuesto defensor de esta sentencia que la haya enseñado de manera expresa, a~nque los
agente hacia el térmioo. que vamos a citar en seguida en favor de la segunda dan a veces la ImpreSIón
de que favorecen a esta primera y hablan bastante confusamente.
Se expone la primera opinión
2. Pues bien, caben tres maneras de expresarse en torno a esta cuestión. Se rechaza la opinión expuesta
I,a primera es que este concurso es algo por modo de principio esencial. Y esto 3. Ahora bien, esta opinión es falsa y, en uno de sus sentidos, igualn;tente
puede entenderse de dos modos: uno, que tal priocipio se encuentre en Dios errónea que la sentencia de Durando negadora del actual concurso de DIOS a
¡as acciones de· las causas segundas, aunque en otro sentido es sólo improbable.
tamen potest in alío, ubi non intervenit convenire illi quatenus efficiens est, constat
specialis repugnantia. Nec propterea datur non pos'3e aliud esse quam actionem vel in 'eo non loquimlU'. Deus enim per volun- talem effectum efficiendum. Et hac ratione
effectus in actu sine causa in aetu, sed principium actionis, sub principio actionis tatem suam concurrit cum creatura ad aCM dicitur hle concursus esse per modum prin-
mutato genere eausae. Ad ultimam proba- comprehendendo tam principium per se tionem dus. Unde, ipsamet Dei volitio pot- cipii quia est virtus agendi eausae seCUD-
tionem Iespondetur, cum aecidens eonserva- quam conditionem omnem ad agendum est in :::uo ordine dici concursus Dei cum dae 'vel saltem formaliter complet illam. Et
tur sine subiecto, id fieri per novam effi- praerequisitam; nam praeter haee nihil re- creatura, qui ab aliquibus .vocatur c~mcur: propter hanc virtute~ dic1!ntur om.nes cau-
dentiam, non addendo illam antiquae, sed peritur in causa efficienti, ut efficiens est, sus ad intra; actus autem voluntatls Del sae secundae agere ID Vlrtute prlmae, ut
eommutando unam in alteram. Unde si for- quod rationem eoncursus habere possit. Sup- est suo modo principium per se omnis ac- saepe dicitur in lib. de Causis; et e con-
ma cae1i eonservaretur sine materia, id qui- ponimus enim 'neque ipsum suppositum tionis ad extra, principium Cinquam) per se, verso ratione eiusdem virtutis prima causa
dem fleret per ínfluxum ex suo genere crea- agens ut sic esse concursum, neque etiam vel ratione sui vel ratione potentiae exsecu- dicitur agere immediatione virtutis, quia
tivum; prior autem non maneret, quia non effectum ut sic. Nam suppositum est quasi tivae quani ápplicat ad agendum, vel se~ haee virtus influxa 'causae secundae est vir-
erat proprie creativus, sed concreativus for- primum principium agens, effectus vero est cund~m rem ve1 etiam secundum rationem, tus causae primae, et ab HIa immediate pro-
rnae et aliquam convenientiam habens eum Ultimus terminus effectionis; concursus au- iuxta varios modos sentiendi de potentia cedit actio. Et hoc videtur esse totum huius
eduetivo. An vero eodern modo philoso- tem dicit aliquid per modum influxus vel exsecutiva Dei. Sic igitur concursus Dei ad sententiae fundamentum. Nullum tamen :11-
phandum sit de materia conservata sine for- tendentiae a .supposito agente ad terminum. intra erit aliquid per modum principii ac.- venia assertorem huius sententiae qui ex-
ma, in superioribus late tractatum esto tionis non in creatura, sed in ipso Deo. presse eam docuerit, quamvis illi quos sta-
Prima sententia proponitur' Nunc' autem non loquímur in hoc sensu de tim pro secunda citabimus huic videantur
SECTIO Ir 2. Tres igitur dicendi modi cirea quaes- concursU, sed prout est aliquid manans a interdum favere et .satis indistinete loqui.
UTRUM CONCURSUS CAUSAE PRIMAE CUM SE-
tionem hanc esse possunt. Primus est, huius- Deo et l'eceptum in creatura; et concursus
modi concursum esse aliquid per modum Refellitur dicta sententia
CUNDA SIT ALIQUID PER MODUM PRINCIPII in rigore non significat aliqu,id a~ ~ntra, ·sed
principii per se. Quod dupliciter potest in N
ad extra. Alio ergo modo mtelhgltur haee 3. Haee_ vera opinio falsa est, et in uno
VEL ACTIONIS
telligi: uno modo) quod tale principium sit opinio, quod coneursus sit re~ quaedam sensu est aeque ,erronea ae sententia Du-
l. Cum ostensum sit concursum hunc, in ipso Deo. Et hoc recte explicatum pot- manans a prima causa et recepta m secunda, randi negantis actualem concursum Dei ad
de quo agireus, esse a prima causa. vel est habere sensum verum; nos tamen nune complens lnam ultimate ae determinans ad acciones causarum secundarum, fu aUo vera
616 DisPl!_~aci~:!es n:etafí~icas Disputación
---
XXII.-Sección
_-
....
Il
- - - -
617

Puede, por tanto, entenderse de dos maneras que el concurso de la causa pri- quizá en este sentido que Dios obra con inmediación de virtud y no de supues..
mera es una virtud infundida a la segunda como principio esencial de obrar. tO J cometieron un grave error, como es evidente por 10 dicho y se explicará más
De una manera, que el concurso de la causa primera a la acción de la criatura aún en seguida.
se detenga en la infusión de esa virtud y no concurra más inmediatamente a la 4. De otra manera puede entenderse que el concurso de la primera causa
acción de la misma causa segunda. Afirmo que, en este sentido, la presente es por modo de principio y virtud infundida, porque se incoa en la donación
opinión viene a coincidir realmente con la opinión de Durando y es igualmente de esa virtud, pero no se detiene en ella, sino que avanza más hasta la acción
falsa, en cuanto niega el concurso inmediato de la causa primera- a la acción de la criatura misma, de suerte que influya en ella inmediatamente no sólo Ja
de la criatura; mas, en cuanto establece algo superfiuo e infundado, será más virtud comunicada a la causa segunda, sino también la mis!Uu virtud divina e
improbable, como demostraré en el otro miembro. Se demuestra) pues, la cali- increada. De acuerdo con este sentido, no debería decirse que el concurso es
ficación dada, porque de aquella opinión se sigue que sólo la virtud creada es solamente algo por modo de principio, sino también algo por modo de influjo
principio esencial de la acción y efecto de la causa segunda, mientras que Dios o acción actual. Además, es improbable esa multiplicación de realidades en se·,
es únicamente principio remoto y accidental. Pero ésta es la opinión que se mejante concurso, ya que hablamos esencial y precisamente del concurso ne-
rechaza en Durando. La consecuencia es manifiesta, pues la causa que solamente cesario en virtud de la dependencia que todo efecto y acción tiene con respecto
confiere a otra virtud para obrar, si no concurre de otra manera a la acción de a la causa primera. Por ello suponernos que la causa segunda tiene completa
la misma, en realidad sólo concurre remota y accidentalmente, como el fuego la virtud activa en su orden; pues si la misma causa segunda es incompleta e
que cal.lenta el agua no concurre de otro modo a un segundo calentamiento que imperfecta, necesitará ciertamente el complemento de la virtud; esa indigencia,
proceda del agua caliente; y el entendimiento agente que produjo una especie empero, no proviene de la dependencia que la causa segunda tiene con respecto
inteligible no se dirá que concurre esencialmente al acto de entender. Por últi- a la primera, sino de la imperfección en el ámbito de la causa segunda. Y de
mo, de ese modo dice también Durando que Dios concurre a todas las acciones este modo es cierto que Dios suple a veceS J al menos sobrenaturalmente, la
de las criaturas, dándoles y conservando toda la virtud activa hasta su último imperfección de la causa segunda añadiendo a éstn una virtud activa, cosa que
complemento, sea éste lo que fuere. Porque nada importa que ese principio de hace en máximo grado con nosotros cuando infunde hábitos sobrenaturales;
obrar se haya dado con prioridad temporal, antes de que la criatura obre, o en sin embargo, esto es ajeno a nuestro propósito, ya que tal infusión de virtud
el mismo instante o tiempo en que obra. De lo contrario, puesto que el sol ilu- no pertenece al concurso de la causa primera, sino a la elevación o perfección
mina en el mismo instante en que es creado y recibe la virtud de iluminar, no de la causa segunda por la acción de la primera. Por consiguiente, hablando
necesitarla de otro concurso fuera de la infusión de la luz. De manera seme- de causa segunda perfectamente constituida en acto primero en su orden, es
jante, el que esa virtud sea eounatural y permanente, o el que sea dada extrin- improcedente añadirle otro principio activo recibido en ella, pues, por el mero
secamente por Dios y como transeúnte (como se expresan alguno", y no f'S otra hecho de ser algo creado, ella misma pertenece al orden de las causas segundas,
cosa que ser dependiente de Dios en la producción y en la conservación), im- y así se multiplican sin necesidad los principios activos en el mismo orden. En
porta poco para que Dios, si obra únicamente mediante esa virtud, influya· esen- contra de este concurso, asl explicado, tienen plena validez los argumentos de
cial e inmediatamente como causa primera. Por ello, si algunos autores dijeron Durando aducidos en la sección anterior.

est solum improbabilis. Duobus itaque roo- non aliter concurrit ad secundam calefac-
dis intelligi potest concursuro primae cau- tionem ab aqua calida profectam; et in- immediatione virtutis et non suppositi, valde to vil'tutis; tamen ea indi.gcmia non oritur
sae es se virtutem inditam secundae tamquam tellectus agens qui produxit specíem 1n- errarunt, . ut ex c.'ictis patet et magís statim ex dependentia quam causa secunda habet
principium per se agendi. Uno modo, quod telligibilem non dicetur per se concur- declarabitur. a prima, sed ex imperfectione in latitudine
concursus primae causae ad actionem crea- rere ad actum intelligendi. Denique illo 4. Alio modo intelligi potest concursum causae secundae. Atque he:::- modo verum
turae sistat in influxu illius virtutis et non modo etiam Durandus dieit Deuro con- primae causae esse per modum principü et est interdum Deum, saltem supernaturaliter,
concurrat immediatius ad actionem ipsius currere <1.d orones actiones creaturarum, dan- virtutis inditae, quia in collatione huius vir- supplere imperfectionem causae secundae ad-
causae seeundae. Et in hoc sensu dieo hano do illis et conservando totam virtutem agen- tuds quasi inchoatur, non tamen in ea sis- dendo illi virtutem agendi, quod maxime
opinionem reipsa incidere in opinionem Du- di usque ad ultimum cius complementum, ti1, sed. ulterius progreditur usque ad actio- nobiscum facit cum supernaturales habitus
randí et esse aeque falsam, quatenus negat quidquid illud sito Nam quod illud princl- nem ipsiusmet creaturae, ita ut in illam in- infundit; tamen hoc extra propositum nos-
irnmediatum cotlcursum primae causae ad pium agendi sit prius tempore datum, an- fluat immediate non tantum virtus commu-
nieata causae secundae, sed etiam ipsamet trum est, quia illa virtutis infusio non per-
actionem creaturae; quatenus vero ponit ali- tequam creatura agat, vel in eodem instanti tinet ad concursum primae causae, sed ad
quid superfluum et sine fundamento, erit aut tempore quo agit, nil refert. Alias, quia virtus divina et increata. Et iuxta hune sen-
sum dicendum n'on esset concUrsum esse elevationem vel perfectionem causae secun-
magis improbabilis, ut in alio membro os- sol illuminat in eodem instanti in quo crea- dae oer actionem primae. Loquendo igitur
tendam. Probatur ergo dicta censura, quia tur et accípit virtutem illuminandi, non in- tantum aliquid per modum principii, sed
etlam aliquid per modum actualis influxus de c~usa secunda perfecte constituta in actu
ex illa opinione sequitur solam virtutem digeret alio concursu praeter infusionem, lu- primo in suo ordine, impertinens est aliud
creatam esse principium per se actionis et cis. Similiter, quod illa virtus sit connatu- seu actionis. Deinde est improbabilis ilIa
multiplicatio rerum in huiusmodi concursu, principium agendi illi adiungere in ea re-
effectus causae secundae, Deum autem so- ralis ac permanens, vel quod sit extrinsecu5 ceptum, quia, hoc ipso quod est aliquid
luro esse principium remotum et per acci- a Deo data, et quasi transiens (ut quidam loquimur enim per se· ac praecise de con-
cursu necessario ex vi dep.endentiae omnis creatum, ipsa pertinet ad orrunem causarum
denso Haec autem est opinío quae in Du- loquuntur, et nihil aliud est quam esse pen..
rando reprobatur. Seque1a patet, quia cau- effectus et action,is a causa prima. Unde. secundarum, et ita multiplicantur principia
dens a Deo in fieri et conservari), parum'
sa quae solum dat alteri virtutem ad agen- refert ut Deus, si per illam tantum virtu- supponimus causam secundam habentem agendi in~ eodem ordine sine causa vel ne-
dum, si non 31iter concurrat ad actionem tem agit, per se ac immediate influat ut completam virtutem agendi in· suo ordine; cessitate. Et cQntra hunc concursum hoc
eíus, revera solum concurrit remote et per prima causa. Quapropter, si qui fortasse nam si ipsa causa secunda incompleta sit modo explicatum recte procedu,nt argumen;
accidens, slcut ignis qui calefaclt aquam auctores in hoe sensu dixerunt Deum agere et imperfecta, indigebit quidem complemen- ta Durandi superiori sectione facta.
618 Disputaciones metafísicas Dispu,ación XXIl.-Sección 1I 619
5. Se refuta una evasiva.- Quizá se diga que esta virtud que la causa que cualqui.er acción pueda ~er reali~ada ~or la criatura; en consecuencia, por
primera confiere a la segunda para concurrir con ella no pertenece a la causa- parte de DIOS no es necesarla esa vIrtud Instrumental; luego no tiene ningún
lidad de la causa segunda en cuanto tal, sino a la causalidad de la causa primera, valor en orden al concurso de la causa primera, que es necesario por sí mismo
por ser como un instrumento propio de ésta para concurrir con la segunda, y pertenece a la subordinación esencial de la causa segunda con respecto a la
y por eso, aunque esa virtud sea recibida en la causa segunda, mediante ella prImera.
no obra la causa segunda, sino Dios, de igual manera que, aunque el impulso
sea recibido en la piedra lanzada, mediante él no se mueve la piedra, 'sino quien Se expone la segunda opinión
la lanzó. Por consiguiente, así como se dice que quien la lanza mueve mmedia-
. tamente por el impulso, así también se dirá que Dios concurre inmediatamente 7. Primer fundamento de .la citada opinión.- La segunda opinión sostiene
por esta virtud, y esta inmediación, hablando en absoluto, es de virtud, no de que el concurso de la causa pnmera es algo por modo de principio en la misma
supuesto. De manera semejante, aun cuando se afirme que la virtud de la causa causa segunda, ordenado a ]a acción de ésta, pero no como principio esencial
segunda es completada por esta virtud que imprime la primera, no es, empero, de ella, sino sólo como condición necesaria para obrar. Así parecen pensar todos
con un complemento perteneciente al orden de la causa segunda, sino que le los que afirman que el c~ncurso de Dios versa sobre la causa segunda de ma~
añade la virtud necesaria por parte de la causa primera. nera antecedente a la aCCIón de ésta, aplicándola o determinándola a la acción.
6. Sin embargo, esta respuesta, o viene a caer en el primer sentido entera- Su;le atribui:se esta opinión a Santo Tomás, en los lugares que abajo se tra-
mente rechazado, o expresa algo esencialmente improbable e improcedente; en t::ran ; pero SIn razón, como demostraré; suele citarse asimismo a Capréolo, In U,
efecto, si se dice que esa virtud es de tal modo instrumento de Dios que la dIsto 1, q. 2, pero también sin razón. Por su parte, el Ferrariense, II cont. Gent.,
acción de Dios se detiene en la producción de la misma, y después ella sol. c. 70, a! principio, distingue en los agentes creados una doble virtud activa:
concurre con la causa segunda a la acción de ésta -a la manera como, en el una, firme y permanente, que es propia y natural; a la otra le da el nombre de
ejemplo aducido, la acción del que lanza la piedra se detiene en la impresión inten.ción de la virtud .divina que tiene un ser incompleto, y dice que ésta no
del impulso, y después la moción se da en orden al impulso-, si se afirma conVIene a las cosas SInO cuando. obran actualmente como instrumentos de la
esto (repito), caemos en el primer sentido, y asi resulta que la acción de la yirtud. divina. Y al fina! del § Ad secundum dubium, afirma que Dios realiza
criatura no expresa ninguna relación inmediata a la misma virtud increada de lOmedmtamente en todas las causas inferiores una cierta participación de sí mis-
Dios como a principio esencial de ella, cosa que ha sido rechazada en la sec- mo, con la cual ,alcanza simultáneamente, de manera inmediata, a los efectos
ción anterior contra Durando. En cambio, si además del influjo de esa virtud de ellas; porque la misma virtud existente en Dios y su intención producida
instrumental se dice que también influye Dios inmediatamente, por su virtud en las causas inferiores es recibida como una sola virtud' de igual manera
propia e increada, en la acción de la causa segunda, al punto se descubre con -dice- que el arte que se encuentra en la mente del artÍfice y ~u intención
I evidencia cuán improcedente es esa virtud instrumental que se darla por parte
de Dios, ya que entonces se encuentra íntimamente presente la virtud divina
recibida en el instrumento sé consideran una sola virtud. Y afirma que mediante
esta virtud Dios aplica las causas segundas a la operación, como el artífice aplica
por sí misma y es, en razón de su eminencia, suficiente y proporcionada para íos instrumentos. Con estas palabras parece que, en parte, alude a la sentencia
influir por sí misma en la acción; es más, debe influir así necesariamente para anterior, y en parte a esta posterior. Mas, para establecer esta virtud intencio-
nal, no se apoya" en ninguna razón, sino sólo en cierto testimonio de Santo To-
5. Evasio confutatur.- Dicent fortasse tinens; nam si illa virtus ita dicitur esse
hanc virtutem quam prima causa dat se- instrumentum Dei ut actio Dei sistat in ef- parte Dei non est necessada illa instrumen- creatis duplicem virn agendi: unam firmam
cundae ut cum illa concurrat non pertinere fectione eius, postea vero illa sola concurrat taria virtus; nihil ergo refert ad concursum et permanentem, quae est propria et natu~
ad causalitatem causae secundae ut sic, sed cum causa secunda ad actionem illius, sicut causae primae, qui per se! necessarius est ac raEs; aliam vocat intentionem divínae vir-
ad causalitatem causae primae, quia est quasi in exemplo quod adducitur aetio proiicien- pertinet ad ess~ntialem subordinationem t"';1tÍs habentem. es se incompletum, et hanc
proprium instrumentum dus ad concurren- tis sistit in impressione impetus, deinde vera causae secundae respectu primae., alt non convemre rebus, nisí quando actua-
dum cum secunda, et ideo, licet illa virtus motio est ad impetum, si hoc (inquam) di- liter operantur tamquam divinae virtutis
recipiatur in causa secunda, non agere cau- catur, redimus ad priorem sensutn, atque Secunda sententia proponitur
inst~umenta. Et in fine § Ad secundum du-
sam secundam ver illam, sed Deum, sieut ita tit ut actio creaturae nullam dicat im- 7. Primum fundamentum relatae senten- bium, dicit Deum immedíate agere in om-
quamvis impetus recipiatur in lapide iacto, mediatam habitudinem ad ipsammet virtu- tiae.- Secunda sententia est concursum nibus causis inferioribus quamdam sui par-
non lapis se movet per illum, sed qui pro- tem Dei inQ"eatam ut ad principium per se primae causae esse aliquid per modum prin~ ticipationem, cum qua símul immediate ip-
iecit. Unde, sieut proiiciens dicitur movere lllius, quod reprobatum est sectione praece- cipii in ipsa causa secunda, ordinatum ad- sarum effectus attingit; quia ipsa virtus in
immediate per impulsum, ita et Deus dice- denti, contra Durandum. Si vera praeter in- actionem eius, non tamen. ut principium Deo exi<;tens et eius intentio in causis in-
tur immediate concurrere per hanc virtu- ftuxum illius virtutis instrumentariae dicitur per se illius, sed solum ut conditionem ne- ferioribu~ producta accipitur tarnquam una
tem, quae immediatio, per se loquendo, est etiam Deus virtute sua propria et increata cessariam ad agendum. Ita videntur sentire virtus; sieut ars (mquit) quae est in mente
virtutis, non suppositi. Et similiter, licet cau- immediate inftuere in actionem causae se- omnes quí ponunt concursum ,Dei versari artificis et eius intentio in instrumento re-
sae secundae virtus dicator compleri per cundae, statim per se apparet quam sit im- circa causam secundam antecedenter ad ac- cepta pro una virtute accipiuntur. Et pe~
hanc virtutem impressam a prima, non ta- pertinens illa virtus instrumentaria quae se tionem dus appIicando ilIam vel determi-
J
hanc virtutem ait applicare Deum causas
men complemento pertinente ad ordinem teneat ex parte Dei, nam ibi aclest intime nando ad aetionem. Soletque haec opinio secundas ad operandum, sicut artifex instru_
causae secundae, sed addente illi virtutem praesens divina virtus per seipsam, estque tríbui D. Thomae, locis itifra tractandis; menta. In quibus verbis partim videtur ad
necessariam ex parte causae primae. propter eminentiam suam sufficiens et pro- sed immerito, ut ostendam; citari etiam so- priorem sententiam alludere, partim ad hane
6. Verumtamen haec responsio vel redit portionata ut per sese influat in actionem; let Capreo!., In II, disto 1, q. '2, sed aeque posteriorem. Ad ponendam autem hane
ad priorem sensum omnino reprobatum, vel immo ita debet necessario influere ut actio irrationabiliter. Ferrar; autem, II cont. Gent., virtutem intentionalem nuna racione move-
didt aliquid 'per se improbabile et imper- quaelibet fieri a creatura possit; ergo ex c. 70, in principio, distinguit in agentibus tur, sed sotum quodam testimonio D, Tho-
620 Disputaciones metafísicas
Disputación XXIl.-Sección II 621
m~s,. ,q. 3 De Poten tia, a. 7, y algunos tomistas posteriores han seguido esta
opmlOll. La fundamentan en algunas expresiones admitidas de los filósofos an- entre otras, una es que pertenece a la virtud que se refiere al fin universal el
tiguos. La primera es que los agentes segundos no obran si no son movidos aplicar las inferiores en orden a su fin; pero Dios es el agente supremo que
por el primero, y en esto hacen consistir la subordinación esencial entre estas· mira al fin universal; luego aplica los agentes inferiores para que obren aco-
causas, y de ahí concluyen que debe llegarse a un primer agente que no nece- modándose a aql!lel fin. Consiguientemente, esta aplicación no es acción de la
site de la moción de otro. Parece que procedió así Aristóteles, VII de la Física, criatura) ya que procede de Dios solo y precede a la acción de la causa segun-
c. 1, y lib. VIII, c. 5, y en Ir de la Metafísica, c. 2, a quien Santo Tomás imita da; por tanto, se compara a la acción de la causa segunda como principio de
siempre, tanto al exponer a Aristóteles como en otros lugares que se van a citar la misma.
en seguida; y, por parte de San Agustín, lib. VIII Genes. ad litter., c. 20, 9. Tercero.- El tercer principio es que la causa primera excita a la se-
y V De Civitate Dei, c. 9. Es más, parece que también la Sagrada Escritura gunda para la operación; este modo de expresarse no es tan frecuente en los
atribuye a Dios la premoción de las causas inferiores, como en Job, 13: El autores antiguos como el nombre de moción o aplicación; parece, no obstante,
que cambia el corazón de los príncipes; Prov., 12: El corazón del Rey está en que tiene el mismo alcance. Y puede explicarse de esta manera: aquella virtud
manos de Dios, y lo dirigirá adonde quiera; Jer., 10: No depende del hombre creada, cuando obra, se perfecciona en sí misma de algún modo, ya que es
su camino y los pasos del hombre serán dirigidos por el Señor. Por consiguien-
y mejor obrar que carecer por completo de acción; mas esta perfección no con-
te, las causas segundas obran movidas por la primera; mas esta moción no pue- siste en la acción misma, sobre todo en la acción transeúnte, ya que no se
de consistir en la acción misma de la causa segunda, no sólo porque la moción encuentra en el mismo agente; por tanto, consistirá en esta excitación por la
se encuentra en la cosa que es movida, mientras que la acción transeúnte no que tal virtud viene como a recibir la última actualización para obrar. Mas esta
se encuentra en el agente por el que es realizada, sino también porque esta excitación no puede proceder de la misma virtud creada, no sólo porque en
moción antecede a la acción, al menos en causalidad, ya que los agentes segun- muchas ocasiones no tiene actividad sobre sí misma, sino también porque para
dos son movidos precisamente para obrar, porque no pueden obrar si no son tal eficiencia necesitaría asimismo de una excitación; consiguientemente, pro-
movidos. cede de la causa primera.
8. Segundo.- El segundo principio es que la cansa segunda es aplicada 10. Cuarto.- El cuarto y principal principio es que la causa segunda es
por la primera a obrar. Se cree que este principio ha sido tomado de! lib. De determinada por la primera y exige esencial y necesariamente tal determina-
causis) proposición 16, donde se dice que la virtud divina es virtud de todas ción. Así opina Santo Tomás, 1, q. 105, a. 1, ad 3, cuando dice: El hecho
las causas; a saber, porque la virtud divina aplica las demás virtudes a sus mismo de que las causas segundas son determinadas a determinados efectos, lo
operaciones, como expuso Egidio, Quodl. V, q. 1, Y da a entender Santo To- reciben ellas de Dios. Y cabe aducir una doble razón de esta necesidad; una
más, 1, q. 105, a. 5, c. y ad 3. Porqne en el cuerpo del artículo dice que e! es universal para todas las causas segundas, a saber, porque sus virtudes son
primer agente mueve al segundo a obrar, y atendiendo a esto -afirma- todas indiferentes para producir diversos individuos, y no pueden determinarse a sí
las cosas obran en virtud del mismo Dios. En la solución ad 3, explica que mismas para este individuo más 'bien que para otro; ni es posible pensar otro
esto ocurre porque Dios no s610 da y conserva las virtudes de obrar, sino que -determinante suficiente, fuera de la primera causa. Pero esta determinación" sólo
también las aplica a la operación. En cuanto a la necesidad de esta aplicación, se lleva a cabo añadiendo algo a la misma virtud activa. La otra r:Izón es exclu-
siva de la voluntad libre, que de suyo está indeterminada, no sólo a los indi-
mae, q. 3 de Pot., a. 7, et nonnulli poste- potest eonsistere in ípsa aetione causae se-
riores thomistae hanc sententiam secuti sunt. cundae, tum quia motio est in re quae mo~ "tutem quae respicit finem universalem per~ non potest esse ab ipsamet virtute ereata~
Et illam fundant in quibusdam receptis lo~ vetur J aedo vero transiens non est in agente tinet applieare inferiores in ordine ad suum tum quia saepe non est activa in seipsam,
cutionibm antiquorum philosaphorum. Pri~ a qua fit, tum etiam quia haee motio ante- finem; Deus autem est supremum agens tum etiam quia ad illam efficientiam indi-
ma est quod agentia secunda non agunt nísi cedít actionem saltem causalitate, quia ad respiciens universalem finem; ergo applieat geret etiam excitatione; est ergo a prima
mota a primo, et in hoc constituunt subordi- hoc moventur agentia secunda ut agant, eo inferior&. ut agant aceommodata ad illum cau.sa.
nadanem per se intel' has causas; indeque quod non possunt, agere nisi mota. tinem. Haee ergo applicatiQ non est actio 10. Quartum.- Quartum ac praecipuum
concludunt perveniendum esse ad Uilum 8. Seeundum.- Sccundum principium creaturae; nam est a s('lk- ;peo et antecedit principium est quod causa secunda deter-
primum agens, non indigens morione alte- est quod causa secunda applicatur a prima -aetionem causae secundL\~'-i'---zomparatur ergo minatur a prima et Der se ac necessario in-
rius. Ita videtur processisse Aristoteles, VII ad agendum. Quod sumptum existimatur ex ad aetionem causae seeundae ut prineipium diget tali determinatrone. Ita sentit D. Tho-
Phys., c. 1, et lib. VIII, c. 5; et II Metaph., lib. de Caus., proposit. 16, ubi dicitur vir- eÍ'lls. mas, 1, q. 105, a. 1, ad 3, dicens: Hoe ip-
c. 2, quern 3empel' imitatur D. Thomas, tutem divinam esse virtutem omnium cau~ 9. Tertium.- Tertium principitim est sum qund causae seeundae determinantur
tum exponens Aristotelem, tum in aliis 10- sarum; quia, videlieet, virtus divina appli- causam primam excitare secundam ad opus; ad determinatos effeetus, est illis a Deo.
eis statim eitandls, et ex parte August., cat reliquas virtutes ad suas operationes, ut qui modus loquendi non est tam frequem Duplex autern ratio huius necessitatis afferri
lib. VIII Genes. ad litter., e. 20, et V cxposuit Aegid' J QuodI. V, q. 1, et significat apud auctores antiquos sieut nomen mo~ potest; una est universalis ad orones causas
de Civ., c. 9. Immo et Scriptura sacra D. Thomas, 1, q. 105, a. 5, in corpore, et tionis vel applicationis. Videtur tamen ha- secundas, quia, nimirum, virtutes earum sunt
videtur Deo tribuere praemotionem cau- ad 3. Nam in corDore ah primum agens befe eamdem viro. Et potest "in hunc mo~ indifferentes ad producenda varia individua,
sarum inferiorum, ut lab, 13: Qui im- movere seeundum ad agendurn, et secun- dum declarari: ea virtus ereata dum agit, nec possunt~sese determinare ad hoc· indi-
mutat COl' principum; et Prov., 12: Cor dum hoc (inquit) omnia agunt in virtute aliquo modo in se perficitur, quia melius viduum potius quam ad illud; nec cogitari
Regis in manu Dei est, et quoeumque vo- ipsius Dei. In solutione vero ad 3 declarat est agere quam omnino carere actíone; haee potest aliud sufficiens determinans praeter
luerit vertet ilhd; Hier., 10: Non est in hoc ideo esse quía Deus non solum dat et autem perfectio non consistít in ipsa actio~ primam causam. Haee autem determinatio
homine via eius, et a Domino gressus ho- conservat virtutcs agendi, sed etiam appli- ne, ptaesertim in transeunte, cum in ipso non fit rusi addendo aliquid ipsi virtuti ac-
minis dirigentur. Agunt ergo causae secun- cat eas ad agendum. Necessitas autem huius agente non sÍ!; consistet ergo in hac exci- tivae. Alia ratio esto propria liberae volun-
dae motae a prima; haee autem motio non applicationis inter alias una est, quia ad vir- tatione qua talis virtus veluti ultimate ae- tatis, quae de se est indeterm,inata, non so-
tuatur ad agendum. Haee autem excitatío lum ad individua, sed etiam ad speeies et
622 Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Sección_ll____________________6_2_3
~------ ---~ ~-----

vidnos, sino también a las especies y a actos contrarios, y por ello necesita una poseedora del supremo dominio sobre ellas.; porque. e~ acto perfecto de domi-
determinación previa, porque de un agente indeterminado no puede proceder nio es el pleno uso de la cosa que cae baJO el domfilO. Estas son las razones
un efecto determinado. Esta razón puede extenderse a los agentes naturales uni- principales que pueden aducirse en favor ~e la presente opinión. ~e ell~s, las
versales, que también son indiferentes para múltiples efectos específicamente dos primeras parecen apoyar en grado máXImo esta segunda sentencIa, mIentras
diversos, por lo que no pueden determinarse a uno de ellos. que la tercera y 1. cuarta dan la impresión de tener más validez de acuerdo
11. Quinto.- El quinto principio es que las causas segundas están esen- con la opinión anterior; la quinta y la sexta son indiferentes.
cialmente subordinadas a la causa primera, como los instrumentos al artífice,
sé'gún se expresan frecuentemente ponderados autores y, en especial, Santo To-
más, I-II, q. 6, a. 1, ad 3, y JI cont. Gent., C. 21, a. 4, y 10 indica en el lib. II!, Refutación de la opinión precedente
c. 70. Pero esta subordinación no puede entenderse ,a no ser que la causa pri-
13. Ahora bien, esta opinión no debe aprobarse en mayor medida que la
mera mueva previamente a la segunda y la acción de la segunda dependa de la anterior· ni creo que fuese opinión de Santo Tomás, Escoto o los teólogos an-
tiguos. Para demostrar esto, advierto q?e tam~ién esta seg~nda opinión :t;uede
moción de la primera. En otro caso no seria subordinación, sino cierta conco-
mitancia de dos agentes. Y la acción de la causa primera no sería anterior a tener lugar según los dos sentidos amba .explIcados. El p.r1mero es conS1~erar
la acción de la causa segunda, lo cual repugna por completo a la dignidad de
la causa primera y a la dependencia de la causa segunda. que el concurso de la causa prime~a cons~s~: total y preCisamente ,en reahzar,
sobre la misma causa, aquella previa condIclOn necesaria, ya se deSIgne con el
12. Sexto.- En sexto lugar, podemos argumentar porque este modo de nombre de moción, ya con el de _aplicación, ya con cualquier ~tro,. de suerte
concurrir de la primera causa, utilizando mediante su moción a la causa se-
que, fuera de ella, la causa primera no tenga ninguna .otra eficIe~cIa sobre el
gunda y sometiéndola perfectamente de esa manera a sí misma, implica una
efecto o la acción de la causa segunda. Y parece que m Ferrara nI los autores
mayor perfección en el modo de obrar de la causa primera con las segundas
modernos pretendían este sentido, como puede infe!irse de la.s .~ltimas pa~abras de
y no incluye ninguna contradicción; luego debe atribuirse a la causa primera.
Ferrara arriba citadas. y en verdad, en este sentido tal opllllOn no sena menos
La mayor se explica de varias maneras: en primer lugar, porque de este- modo falsa que la de Durando, ~uesto que, de acuerdo con esta explicación, Dios no. con-
es mayor la dependencia de la causa segunda con respecto a la primera, pues curnria esencialmente a la acción de la causa segunda, sino sólo remota y aCCIden-
no depende sólo en el efecto y en su acción, sino que incluso ella misma de- talmente a saber conservando la causa segunda y produciendo en ella cierta con-
pende de la primera en su causación; o, como dicen otros, no sólo el efecto dición n~cesaria ;ara obrar; pero este concurso es accidental con respecto al efecto
o la acción considerada en sentido incomplejo, sino también este complejo: la de la causa segunda, como es patente ~n ~l. caso de. quien aplica. fuego par.a q,:e-
causa segunda opera, procederá de la primera. 0, en términos diferentes, la
, mar. Pues si el que da y conserva el prmcIpIO esenCial de ob~ar sm .co~c?IrIr mas,
causa primera no sólo realizará el efecto o la acción de la causa segunda, sino sólo causa remota y accidentalmente el efecto procedente de dICho prmcIplO, mucho
que .también hará que la causa segunda obre; cosa que se atribuye asimismo más el que da la condición requerida para obrar; po~ es?, el que hace, ambas cosas,
a Dios frecuentemente en la Sagrada Escritura, y no puede entenderse sin la concurrirá accidentalmente de dos maneras, pero de nmgun modo esenCialmente. Así,
premoción dicha. Además, pertenece, por el contrario, a la perfección de la
primera causa el utilizar las segundas para sus fines y según su voluntad, como
iuxta vo1untatem suam, tamquam habens quocumque ario appelletur, ita ut praeter il-
supremum dominium earum; nam perfectus lam nullam a1iam efficientiam habeat causa'
actus dominii est p1enus usus reí quae sub prima circa effectum vel actionem causae
ad actus contrarios, et ideo indiget prae- 12. Sextum.- Sexto argumentari possu- dominium cadit. Hae sunt potissimae ratio- secundae. Et neque Perrara neque moderni
determinante) quia ab agente indeterminato mus gUla hic modus concurrendi primae nes quae pro hac sententia afferri posst;'nt. auctores videntur hUDC sensum intendisse,
non pote"t determinatus effectus exire. Pot- causae, utendo causa secunda per motionem Ex quibus duae primae videntur maXlme ut ex ultimis verbis Ferrarae supra citatis
estque haec ratio extendí ad naturalia agen- suam, et ~ta perfecte illam sibi subiiciendo, favere huic secundae sententiae, tertia vero colligi potest. Et revera esset in hoc sensu
tia universalia, quae etiam sunt índífferentia prae se fert maiorem quamdam perfectio~ ét quarta magis videntur iuxta priorem taJis opinio non minus falsa quam opinio
ad pIures effectus specie diversos, unde non nem in modo agendi primae causae cum opinionetn procedere; quinta autem et sex- Durandi quia iuxta 'hanc explicationem
possunt ad alterum eorum se determinare. secundis, et nullam incIudit repugnantiam; ta indifferentes sunt. Deus n~n concurreret per se ad actionem
n. Quintum.- Quintum principium est ergo est primae causae tribuendus. Majar
Refutatur praecedens opinio
causae secundae, sed solum remate et per
quod causae secundae essentialiter subordi- declaratur varüs modis: primo, quia hac accidens, nimirum conservando causam se-
nantur causae primae, ut instrumenta arti... l'atione maior est dependentia causae secun- 13. Haec vero sentencia non magis pro- cundam et efficiendo in illa quamdam con-
dae a prima, quia non solum in effectu et banda est quam praecedens; neque existi- ditionem necessariam ad agendum; hic au~
fici, ut frequenter loquuntur graves auctores mo fuísse opinionem D. Thomae aut Scoti
accione sua, sed etiam ipsamet pendet in tem concursus est per accidens respectu ef-
et signatim D. Thomas, I-II, q. 6, a. 1, vel antiquorum theologorum. Quod ut pro- fectus causae secundae, ut patet in appli-
causando a prima; ve1, ut alií aiunt, non
ad 3, et II cont. Gent., C. 21, a. 4, et in- solum effectus vel accio incomplexe sumpta, bem, adverto etiam -hanc posteriorem sen- cante ignem ad comburendum. Nam si dans
dicat in lib. 111, c. 70. Haec autem sub- sed etiam hoc complexum, causam seCUtl- tentiam habere locum ad duos sensus supra et conservans principium per se agendi, e~
ordinatio intelligi non potest rusi causa pri- dam agere, erit a prima. Vel aliter causa declaratos l. Primus est quod concursus cau- non ultra concurrens, solum remate et per
ma praemoveat secundam, et accio secundae prima non solum faciet effectum vel actio- sae primae censeatur omnino ae praecise accidens causat effectum ab illo principio
pendeat ex' mocione primae. Alias non esset nem causae secundae, sed etiam faciet ut consistere in agenda, circa ipsam causam, manantem, multo magis qui dat conditio-
subordinatio, sed concomitancia quaedam causa secunda faciat; quod etiam in Scrip- illam praeviam conditionem necessariam, nem requisitam ad agendum; unde qui
duorum agentium. Neque esset acdo pri~ tura sacra saepe Deo tribuitur, et sine illa sive nomine -rnotionis, sive applicationis, aut utrumque facit, duplici modo concurret p'er
mae causae prior actione causae secundae; praemotione intelligi non potest. Rursus e
quod pVme repugnat dignitaci primae cau· converso pertinet ad perfectionem prirnae 1 La- ed. de J. B. Colosino ofrece una lectura ligeramente distinta, a saber: « ... iuxta
sae et dependentiae causae secundae. causae ut utatur secundis ad suos fines et hane posteriprem sententiam habere locum duos sensus supra dec1aratos». (N. de los EE.)
--------- -----------

Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Sección Il 625


624 -------~------

pues, no es necesario tratar más de est~ sent!do; an~es ~~en, de él ~:~prendo. que, recibida en la criatura se compara a Dios por modo de acción o únicamente por
aun cuando concedamos que Dios reahza dIcha aphcaclOn y condlclOn prevIa, el modo de efecto; pues, aunque sea más cierto que se compara por modo de ac-
concurso de la causa primera no consiste esencial y form~lm:nte et;I ella; porque ción -como también trataré en la sección siguiente-, sin embargo no hace al
la causa primera, en virtud de su concurso, es causa esenCIal mmedlata y total) en caSo presente. Explicada de esta manera, la afirmación es muy admitida, y a mi
su género, del efecto y de la acción de la causa. segunda, como. s~, ha demos~rado en juicio certísima, y queda suficientemente probada por lo dicho en la sección
la sección primera; pero mediante la eficienCia de esta condlclOn. nec~sarIa no es anterior contra Durando, y en ésta contra las opiniones referidas) explicadas en
Dios causa esencial e inmediata, y mucho menos total~ de la aCCIón o del efecto el primer sentido.
de la criatura; luego el concurso de Dios no consiste formalmente en esta efi- 16. Se toma de Santo Tomás, 1, q. 105, a. 5, y II! cont. Gent., c. 70, en
ciencia. cuanto dice que la causa primera, mediante su concurso general, influye esen-
14. Falta, pues, que examinemos el otro sentido, a saber, qu~ ,el conc~rso cial e inmediatamente no sólo en el efecto, sino también en la acción de la
de la causa primera es incoado (valga la expresión) por esta mOClOn o aphca- causa segunda; porque no sólo el efecto, sino también la acción de la causa
ción de la causa segunda, pero se consuma en la realización iJ?-mediata y esen- segunda tiene alguna entidad participada, y por esa razón es preciso que pro ..
cial del mismo efecto o acción de la misma causa segunda. DeCImos que en _este ceda inmediata y esencialmente del primer ente por _esencia. En virtud de este
sentido dicha opinión discrepa extremadamente de la de Durando, pero anade principio se concluye así la razón: el concurso de Dios está incluido íntima y
a la verdad algo que ni es necesario ni resulta bastante inteligible, y p~ede esencialmente en la misma acción de la criatura) y también tiende esencial e
ofrecer ocasión de caer en algún error, prinCIpalmente sobre el uso de la lIber- inmediatamente al mismo término al que tiende la acción de la criatura; luego
tad humana. Mas, para demostrar con claridad todas estas. c.o,sas, debemos pro- por sí mismo y esencialmente es algo por modo de acción, o de producción de
ceder detalladamente, explicando y probando la tercera opmlOn, que es la ver- la misma acción, o de efecto de la criatura. Se confirma porque' este concurso
dadera. no puede consistir en todo aquello o en solo aquello que se da a la causa se-
gunda por modo de principio para que pueda obrar; luego consiste esencial-
Solución de la cuestión mente en algo que sea por modo de producción actual.
17. El antecedente ha sido probado contra las opiniones anteriores, y se
15. Primera afirmación.- Así, pues, a,firmo en pri~er lugar: el concurso t'xplíca de nuevo como sigue: puesta una entidad cualquiera que sólo concurre
divino, en cuanto es algo ad extra, por- sí. mIsmo es es~ncIalmente algo ,por ~odo por modo de principio, no es contradictorio que na se siga la acción o el efecto,
de acción, o al menos por modo de· CIerta prodUC~lón que emana mmedlata~ porque Dios puede suspender de la acción actual a todo principio activo creado,
mente de Dios. Explico las partes una por una:. digo en cuanto es algo ~<ad aunque esté aplicado a obrar con todas las condiciones preexigidas, e impedir
extra», para omitir la discusión acerca. del acto ~lsmo de .la voluntad de DlOS, que se produzca el efecto. En cambio, puesto el concurso actual ad extra, es
si debe llamarse concursO o no, y SI debe deCIrse que mfluye por modo de contradictorio que no se siga la acción o que no se realice el efecto; luego es
acción o por modo de principio; pue~, en lo c?ncernien~e a est'? sentido, basta señal evidente de que el concurso actual nO consiste por sí mismo y esencial-
lo dicho arriba sobre la creación. Y caSI por el mlsmo motIvO he dIcho o al menos mente en las cosas que son por modo de principio, sino en algo que sea por
por modo de cierta producción, a saber, para evitar la cuestión de si la acción . modo de acción: La mayor parece evidente por sus términos, porque en ellos
tura cotnparetur ad Deum per modum ae- aliquici ~Jer moduro actionis) veI fieri ipsius-
accidens, nullo tarnen modo per se. De hoc ritati quod nee necessariuro est nec satis tionis ve! soIum per moduro effeetus; quam- met actionis. vel effectus creaturae. Et con-
igitur sensu non oportet pIura disputare; intelligi potest, et occasionem potest prae- 'quam enirn verius sit comparari per modum firmatur; nám hic concursus non potest eon-
quin potius ex ea elido, etiamsi dem.us ~­ bere incidendi in aliquem errorem, prae- aetíonis, ut etiam se'ctione sequenti· attin- sistere in omni ea _ ve1 in solo eo quod da-
ficere Deum illaro applieationem ve! condl- sertim cirea usum buroanae libertatis. Vt gam, tarnen ad praesens non refert. Atque tur causae sec_undae per modum principii
tionem praeviam, rion consistere in ílla per autero haec omnia distincte probemus, pau- ita explicata eonclusio est ~eceptissima et ut operari possit; ergo consistit essentiali-
se ac formaliter eoneursum eausae primae; latim proeedendum est, tertiaro. ac veram mihi certissima, satisque probata ex dictis ter in aliquo quod sit per modum actualis
nam causa prima per eoncursum sU';lm est declarando ac probando sentent13m. superiori sectione contra Dufandum et in fieri.
causa per se immediata, et totalis 1D suo hae contra relatas sententias iri primo sensu 17. Antecedens probatum est contra su-
Quaestionis resolutio explicatas. periores sentencias, et iterum sic dec1aratur:
genere, effeetus et actionis eausae seeundae ,
ut sectione nrima demonstratum est; sed 15. Prima conclusio.- Dieo ergo primo: 16. Sumiturque ex D. Thoma, I,-q. 105, posita quacumque entitate quae solum con-
per efficientiam huius neeessariae .eondit~o­ divinus concursus, quatenus est aliquid ad 3. 5, et III cont. Gent., c. 70, quatenus di- currit per modum principii, non implicat
nis non est Deus caUsa per se et lmmedm- extra, per se essentiaIiter est aliquid per dt primam causam per suum generalem contradictionern ut non sequatur actio vd
ta nedum totalis, actionis vel effeetus crea- maduro actionis, vel saltem per modum eu- concursum per se et immediate infiuere non effectus; nam Deus potest orone principium
tu'rae; ergo formaliter non consistit in hae iusdam fieri immediate manantis a Deo. De- tantum in effectum, sed etiam in actionem agendi ereatum, quantumvis applicatum ad
claro singulas particulas: dico ~nim q"!ate- eausae secundae; quia non solum effectus, agen~';ll? eum omnibus conditi~nibus prae-
effieientia concursus Dei.
nUS est aliquid ad extra, ut om1tt~m ~~spu­ sed etiam actio causae secundae' habet ali- reqmsltls, suspendere ab actuah actione· et
14. Superest ergo ut alium sensum exa-
minemus, nimirum coneursum primae eau- tationem de ipsomet actu voluntatls De~, an quid entitatis participatae, et ea ratione ne- imp;dire ne effectus fiat. At vero posito ~ ac-
sae inehoari (ut ita dicam) ab hae molione dicendus sit concursus neene, et an dleen- cesse est ut immediate et per se -mane! a tuah concursu ad extra implicat contradic-
dus sit infiuere per modum actionis ve! per primo ente per essentÍam. Ex qúo principio tionem aetionem non sequi seu effeetum non
.vel applicatione eausae seeundae, conSUDl-
modum principii; naro quoad hune sensuro ita conc1uditur ratio: eoneursus Deí intime fieri; ergo signum evidens est aetualem
mari vera in effectione immediata et per
se ipsiusmet effeetus seu actionis ipsius sufficiunt suma dicta de creatione. Et fere ae per se itic1uditur in ipsa actione ereatu- concursum non consistere per se et essen-
ob eamdem causam dixi vel saltem per mo- rae> et per se etiam aC immediate tendit ad tiaJiter in ii5 quae ~unt per modurr¡. princi_
eausae secundae. In quo sensu dieimus illam
dum cuiusdam fieri ut, seilieet, abstineam eúmdem terminum ad quem teridit. aetio pii, sed in aliquo quod sit per modum ac-
sententiam extreme quidern discrepare a J

Durandi opinione.l aliquid vero addere ve- ab illa quaestione, an actio recepta in erea- creaturae; ergo per se et essentialiter est tionis. Maior videtur per se nota ex terlDÍ-
40
--~~~--------~----------------------------------------------=---~'

Disputación XXII.-Sección II 627


626 Disputaciones metafísicas
separable de tal movimiento por virtud divina, por la misma causa. En cam-
no se encierra ninguna repugnancia ni contradicción. Y. es cierto por la fe 9ue bio, que puesto el concurso actual ad extra no sea separable la acción de la
Dios hizo esto en muchas virtudes que operan por neceSIdad natural, y no eXiste " causa segunda, es sentir común y evidente, porque dicho concurso no es sepa-
mayor razón de repugnancia para algunas que. para otras. A no S7r que? !?or rable de ningún término y efecto de la causa primera; pues si es un concurso
ventura, diga alguno que esto repugna espeCialmente a aquella VIrtud Inten- ad extra, produce algo fuera de Dios; pero es preciso que esto sea hecho por
cional que dicen que es impresa por. Dios y que es como tra~~eúnte o fluyente, 10 la causa segunda, pues de lo contrario aquél no sería concurso con la causa
cual obedece a que tiene el ser lllseparable de la operaclOn actual, como la segunda, sino acción de Dios solo. Por eso, el mismo nombre de concurso de-
virtud de! arte impresa al instrumento _ es insepar~ble de la ob.ra de arte; por- clara suficientemente la inseparabilidad con respecto a la acción de la causa se-
que a ésta asimila el F errariense, arriba, aquella vrrtud. Pero cIe.rtamente, SI tal gunda. Luego el concurso es esencialmente algo por modo de acción o de pro-
virtud es inseparable de la acción actual de la causa segunda, mcluso por. po- ducción, en cuanto procede de la causa primera.
lencia absoluta de Dios, esto explica suficientemente que no es una realidad 19. Segunda afirmación.- Afirmo en segundo lugar: el concurso de la
distinta de ella y, en consecuencia, que no es principio de la !llisL?a, sino su causa primera, además de aquello que es por modo de acción, no incluye pJ!
actual emanación a partir de la causa primera. 0, por el contrarIO, SI se supone necesidad intrínseca algo infundido de nuevo a la misma causa segunda, que
que esa virtud es una realidad distinta de. la acción ~e l. causa segunda y su sea principio de su acción o condición necesaria para ella. Digo infundido de
verdadero principio, se niega sin probabIlidad que ~lOs pueda hacer que ,:lla nuevo) porque es cierto que el concurso de. la causa segunda supone en ella la
exista y que la acción no emane de ella, P?rque la VIrtU? no depende esencI~­ virtud activa dada y conservada por la causa primera, cosa que aquí damos por
mente de la acción que de ella procede, SIDO al contrano, y es realmente dis- supuesta, y preguntamos qué es preciso que sea añadido, por parte de la causa
tinta de la ac,ión y anterior a ella; ¿qué ~epugnancia ,hay, por tant?, en ':lue ~e primera, además de aquella virtud.
conserve sin ella? Además, puesta esa VJftud, todavIa es necesarIO el lllfl~Jo 20. Pues bien, esta afirmación puede tomarse de Santo Tomás, I-II, q. 109,
inmediato de Dios para que se siga la acción, cosa que se ha probado varIas a. 1, 2 Y 3, donde dice que para las acciones de las causas segundas se requie-
veces; luego Dios puede suspender aquel i11:flujo, y así impedir la ac~ión. ren solamente dos cosas: la intrínseca virtud connatural (porque habla de las
18. y de nada sirve e! ejemplo de la VIrtud del arte nnpresa al mstrumen- acciones naturales, las únicas de que tratamos en toda esta disputación) y el con-
to, ya que esa virtud sólo puede ser. ~ e! impulso i~preso ~l instrumento para curso de Dios, al que alli llama moción o auxilio de Dios que mueve; por qué
moverlo localmente o e! IllIsmo movnnlento. Ahora bIen, el Impulso puede que- lo llama de esa manera, 10 veremos después. Pero que con esa expresión no en-
dar impedido de ~roducir movimiento, como demue.stran las razones adu~i~as; tendía otra cosa distinta, es evidente, no sólo porque de lo contrario hubiera
y no encuentro nada que. pued~ oponerse en .~ontraf1o. En ~uanto al mOVllllien- omitido lo que es esencial y máximamente necesario, sino también porque en-
to mismo, no puede ser nnpedldo de la moclOn actu"! del ms.t~umento, ya 9ue tonces ya no se necesitarían sólo dos cosas para la acción de la criatura, sino'
no se compara con éste como virtud, sino como la mIsma aCClOn o prOdUCCIón. tres, a saber: su virtud, la moción y el concurso. Y parece que lo entendió de
y si de un instrumento así movido puede surgir por naturaleza alguna otra esta manera Cayetano, en el lugar citado, al decir que aquel auxilio de Dios que
acción distinta del movimiento y de su término, a la que se compare el movi- mueve es su cooperación. El cual profesa la misma opinión en 1, q. 14, a. 13,
miento del instrumento por modo de principio O de virtud, toda esa acción es y q. 19, a. 8, donde, al exponer el principio: La causa segunda no obra sino

nis, quia in eis nulla inyo~vit~ repugnantia tione quae ab illa manat, sed e converso, et sam. Quod autem pasito act1l3li eoneursu nimus, et inqUlrimus quid ultra i11am ne-
'auto implicatío contradlctlOms. Certumque est in re distincta ab actione et prior illa; ad e~tra non sit separabilis aetio eausae se- cessarium sit adiungi ex parte primae cau-
de, fide est id fecisse Deum in multis virtu~ quid ergo repugnat quod conservetur sine cundae, communis eonsensio et evidens est, sa,e.
tibus necessitate naturali operantibus, ne- illa? 1tem posita illa virtute adhuc est ne- quia iIle eoncursus non est separabilis ab 20. Haec ergo conclusio sumí potest ex
que est maiol' ratio repugnantiae in quibus- cessarius immediatus influxus Dei ut sequa~ aliquo termino et effectu primae causae; D. Thoma., I-II, q, 109, a. 1, 2 et 3, ubi
dam quam in a1ii5. Nisi fortasse aliquis di- tur aetio, quod sa~pe probatum est; ergo nam ,si est eoncursus ad extra" aliquid extra ad actiones causarum secundarum duo tan-
cat hac -specialiter repugnare illi intentionali potest Deus suspendere mum influxum, et Deum 'fit; id autem necesse est fieri a cau- tum didt requiri, nimirum, intrinseeam vir-
virtuti quam aiuDt imprimí a Deo et esse ita ímp~dire actionem. sa secunda; alias ille non esset eoncursus tutem connaturalem (loquitur enim de na-
quasi transeuntem seu influentem, quod lnde 18. Neque -exemplum de vil'tute ar#5 cum causa secunda, sed actio solius Dei. turalibus actiónibus, de quibus solis ,nobis
provenir quia haber esse inseparabile ab ac- impressa instrumento quidquam iuvat, nam Unde ipsummet nomen concursus satis de- sermo est in tota hac disputatione) et con-
tuali operatione, sieut virtus artis impressa ma virtus esse non potest nisi ve! ímpetus clarat inseparabilitatem ah aetione eausae cursum Dei, quem ibi vocat motionem seu
instrumento ínseparabilis est ab operatione impressus instrumento ad loealiter illlld rp.o- secundae. Ergo concursus essentialiter est auxilium Dei moventis; cur autem ita il-
artis' huic enim assimilat Ferrariens., su- vendum, vel ipsemet motus. At vera ím- aliquid ,per modum actiorus vel fieri, ut est luro appellet, infra .videbimus, Quod autem
pra, iUam virtutem. Sed certe, si raEs virtus petus impedid potest ne efficiat motum, a prima causa. ea voce ni! aliud intellexerit, patet, tum quía
inseparabilis est ab actuali accione eausae ut rationes factae pl'obant; nec video quid 19. Secunda conclusio.- Dico secundo: alias praetermisisset id quod per se ac ma-
secundae, etiam per potentiam Dei abso~u­ in contrarium obstet. Motus autem ipse concursus primae eausae, praeter id quod xime necessarillm est, tum etiam quia jam
tam, hac satis declarat non esse rem ab ~lla impediri non potest ab aetuali motione m- est per madum actionis, non ineludit ex non tantum duo, sed tria essent necessaria
distinctam, et consequenter non esse pnn~ strumenti, quia respectu illius non compara- intrinseca necessitate aliquid de novo indi- ad aetionem creaturae, scilicet, virtus eius,
cipium eius, sed actualem emanationero ip~ tUl' ut virtus, sed ut ipsa actio vel fieri. tum ipsi causae seeundae quod sit princl- motio et concursus. Atque ita intellexisse
sius a prima causa. Vel e converso, si illa Quod si ex instrumento sic moto nata e5~ pium actionis eius ve! q.mditio ad illain ne- videtur Caietanus ibi, dicens illud auxilium
virtus wpponitur reS distincta ab actione sequi aliqua alia acdo distincta a motu el cessaria. Dico de novo inditum:, quia cer- Dei moventis esse eooperationem eius. Qlli
causae secundae et verum principium eius, termino eius, ad, quam motus instrumenti tum est concursum causae seeundae suppo- eamdem sententÍ:;im' doeet, 1, q. 14, a. 13,
sine probabilitate negatur posse Deum effi~ comparetur pel' modum principii aut virtu~ nere in illa vil'tutem agendi datam et con- et q. 19, a. 8, ubi exponens illud axioma:
cere ut illa sit et ab ea non manet actio, tis, omnis illa actio separabilis est a tali servatam a prima causa, quod hic suppo- Causa secunda non agit nisi mota a prima,
quia virtus non pendet essentialiter ab ac- motu virtute divina, pl'opter eamdem cau-
628 Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Sección II 629
movida por la p"rfmera, dice que debe entenderse, no de una moción previa, lo dicho en la aserción anterior, y con más claridad por las soluciones a los ar-
sino de una mOCion que coopere intrínsecamente con la misma acción. Y añade: gumentos. La consecuencia se prueba, ya porque la naturaleza aborrece todo lo
Tal es la cooperación de la causa primera, de la que se ha escrito que llega de superfluo, como atestigua asimismo Aristóteles, 1 De caelo, c. 4, y en otros lu-
un confín al otro confín enérgicamente y lo dispone todo con suavidad, coope- gares, ya también porque las razones aducidas en la sección que precede en fa-
rando con todas las cosas según el modo de cada una. Igual opinión mantiene vor de la opinión de Durando demuestran que s610 debe asociarse a la causa
Escoto en varios lugares, y principalmente In IV, disto 1, q. 1, ad ult., doude segunda, para la acción, aquella eficiencia de la causa primera que sea por sí
afirma que no se dice que la causa segunda obre en virtud de la primera por- misma necesaria para la esencial dependencia de toda entidad o modo real con
que entonces reciba algo de ella, sino porque, con respecto a ella, ocupa un respecto al primer ente; ya, finalmente, porque de 10 contrario no habría nin-
Jugar inferior; y agrega: Con esto queda claro que no hay una nueva influencia guna fijeza, sino que, así como además del concurso actual unos requieren la
de la causa primera en la causa segunda propiamente dicha, que sea creación de moción y otros el complemento de virtud, uno podría exigir esas tres cosas y
algo inherente a la causa segunda, sino que en tal caso la influencia es un de- otro podría, a su capricho, agregar una cuarta, como es bastante evidente de
terminado orden de estas causas en la realización de un efecto común. Lo mismo suyo.
piensa Almain., trato 1 Moral., c. 1; y Gregario, In ll, disto 28, q. 1, a. 3, ad 12, 22. La segunda razón es que nada puede requerirse como principlO esen-
donde declara que el concurso de Dios consiste únicamente en la parcial coe- cial ni tampoco como condición necesaria del principio esencial; luego de nin-
ficiencia de Dios, en cuanto es requerido por la esencial subordinación de la gún modo; luego el concurso de la causa primera, en cuanto tal, no requiere
causa segunda a la primera; hago notar esto porque, por otra razón, requiere nada por modo de principio, sino únicamente por modo de acción. Las conse"
una especial premoción de Dios para los actos buenos, de 10 cual tratamos cuencias son cIaras por enumeración suficiente. La mayor queda bastante pro-
en otro lugar; el mismo, In 1I, disto 34, ad 8. También Capréolo, In Il, disto 28, bada con la refutación de la opinión anterior. La menor debe demostrarse con
q. 1, a. 3, ad 12 cont. 2 couel., doude, citaudo la opinión de Gregorio, la aprue- el mismo razonamiento, o con uno proporcional. Efectivamente, así como la
ba, y dice: Está de acuerdo Santo Tomás, [-JI, q. 109, en casi todos los ar- causa segunda en su orden puede estar completa en su virtud activa, a~í tam-
tículos. Igualmente Gabriel, In Il, disto 37, a. 3, dub. 2, imita a Gregorio. Ci- bién exige ciertas y determinadas condiciones necesarias, en el mismo orden,
taré a otros en la sección siguiente. para obrar; y suponemos que las posee todas, cuando tratamos precisamente de
21. Se demuestra por la razón, eu primer lugar, porque mediaute este con- la necesidad del concurso de la causa primera. Porque si falta alguna de ellas,
curso actual de Dios por modo de acción, tal como se ha explicado, queda a será preciso que, si la causa ha de obrar, antes se le añada dicha condición me-
salvo toda depeudencia eseucial, tanto de la causa segunda cou respecto a la diante la eficiencia de la causa primera, ya sola, ya con otra causa segunda;
primera en la causación, como de su acción en la producción, y también del ahora bien, esa necesidad no se sigue en virtud del concurso o de la dependen-
. efecto en todo su ser. Además, por razón de este concurso es cierto que la pri- cia con respecto a la causa primera, sino de un defecto especial. Consiguien-
mera causa produce inmediata y esencialmente todas las cosas, y también es temente, así como la causa completa en virtud no necesita de otro complemento
cierto todo 10 demás que acerca de ella, en cuanto causa de todas las cosas, se de virtud, igualmente la causa completa en las condicioues preexigidas para obrar
cree por autoridad o puede probarse por la razón; luego es superfluo excogitar en su orden no preexige ninguna nueva condición. Pero afirmar que, aparte de
cualquier otra cosa. El antecedente se pone suficientemente de manifiesto por esas condiciones conocidas por nosotros, que las causas segundas pueden adqui-

et c1arius in solutionibus argumentorum. ciae sunt clarae e.x sufficienti enumeratione.


dicit intelligendum esse non de modone primam; quad adverto quia ex alio capite Consequentia vero probatur, tum quia na- Maior satis probata est refutando priorem
praevia, sed de motione intrinsece coope- ad actus bonos requirit specialem Dei prae- tura abhorret quidquid superfiuum est, teste sententiam. Minor vera eodem seu propor-
rante ipsi actioni. Et subdit: Talis est au- motianem, de quo alias; idem, In JI, disto etiam Aristotele, 1 de Caelo, C. 4, et aliis tionali discursu demonstranda esto Nam, sie-
tem cooperatio primae causae, de qua scrip- 34, ad S. Capreolus etiam, In JI, disto 28, locis; tum etiam quia rationes praecedenti ut causa secunda in suo ordine potest csse
tum est quod attingit a fine usque ad finem q. 1, a. 3, ad 12 cont. 2 cone!., ubi referens seccione factae pro sententia Durandi pro- completa in virtute agendi, ita requirit cer-
fortiter, disponitque omnia suaviter, iuxta sententiam Gregorii, illam apprabat, et di- bant aolam illam efficientiam primae causae tas et determinatas conditiones necessarias
modum cuiusque cooperans unicuique. Ea- cit: Concordat S. Thomas, 1-11, q. 109, esse coniungendam eausae secundae ad ac- in eodem ordíne ad agendum, quas omnes
dem est sententia Seoti variis loeis, sed prae- jere singulis articulis. Gab. etiam, In II, tianem eius, quae per se fuerit necessaria habere supponimus quando de necessitate
sertim In IV, disto 1, q. 1, ad mt., ubi ait disto 37, a. 3, dub. 2, Greg. imitatur. Alias ad essentiálem dependentiam omnis entitatis concursus primae causae praecise disputa-
causam secundam non did agere in virtt.J.te .referam seccione sequenti. vel ·modi re'alis' a primo ente; tum denique mus. Nam si quae illarum desit, necessa-
primae quia tune aliquid recipiat ab illa, 21. Ratione probatur primo, quia _ p~r quia alias nullus esset status, sed· quacum- rium quidem erit, si causa illa operatura
sed quia -habet ordinem inferioris ad illam, hunc concursum actualem Dei per madum que re posita posset quís aliam adiungere, est, ut conditio illa prius adiungatur per
et subdit: Ex his patet quod causae primae actionis, prout explicatum est, salvatur om- et sicut praeter actualem concursum requi- efficientiam primae causae, ve! solam vel
in causam secundam proprie dictam non est nis dependentia essentialis, tum causae se- funt aIü motionem, 3Hi complementum vir- cum alia causa secunda; illa tamen neces-
influentia nova, quae sit creatio alicuius in- cundae a prima in causando, tum actionis tutis, posset aliquis illa tria. postulare, et sitas non est ex vi concursus aut dependen-
haerentis causae s,ecundae, sed influentia ibi eius in fieri, tum etiam effectus in omni alius pro suo arbitratu posset quartum quip- tiae a prima causa, sed ex peculiari defeétu.
est determinatus ordo istarum causarum in esse suo. Item racione huius concursus ve- piam adiungere, ut per se satis constat. Sieut ergo causa completa in virtute non
agenda effectum communem. Idem sentit fum est orimam causam immediate ac per 22. Secunda ratio est quia nihil potes't indiget alio complemento virtutis, ita causa
Almain., tracto I Moral., C. 1; e~ Gregorius, se effieere amnia, et quidquid aliud de illa requiri ut principium per se, nec etiam ut completa in conditionibus praerequisitis ad
In 11, disto 28, q. 1, a. 3, ad 12, ubi de- ut causante omnia vel auctoritate creditur conditio necessaria priricipii per se; ergo agendum in suo ordine nullam novam con-
cIarat concursum Dei consístere solum in ve1 ratiol1e probari potest; ergo supervaca,- nullo modo; ergo concursus primae causae ditionem praerequirit. Dicere autem praeter
partiali coefficientia Dei, quantum est ex neum est quippiam aliud fingere. Antece- ut sic nihil requirit per. modum principii, eas conditiones nobís notas, quas, causae se-
essentiali subordinatione causae secundae ad dens ex dietis in priori assertione satis patet, sed solum per modum actionis. Consequen- cundae possunt per se vel per alias secun-
Disputación XXll,-Sección 1I 631
630 Disputaciones metafísicas
no es término de otra, como diré más extensamente en la seCClOn siguiente,
rir por sí mismas o por otras causas segundas, requieren alguna otra condición sino también porque esa aplica,ción es una mutación en la misma cau.s~ segun-
oculta, que sólo pueden, tener por influjo de la causa primera, así como se dice da pero su acción se encuentra muchas veces en el paciente; y tamblen, ~~al­
gratuitamente, así también se desprecia COn facilidad, puesto que no se apoya m;nte, porque se dice que tal aplicación es una condición previa a la aCClOn;
en ninguna autoridad o razón de cierto valor o importancia. luego también es previo su término; por consiguiente, así como en la causa
23. Si las causas segundas son aplicadas a obrar por la primera, y de qué se!!Unda no hay nada real que pueda ser término de dicha mutación, tampoco
modo.- Se resuelve una objeción.- Pero, además, podernos demostrar positi- existe tal aplicación que sea en ella algo real previo a la acción,
vamente que no puede excogitarse ninguna condición semejante, discurriendo- a 25. De qué manera mUeve la causa primera a la segunda.- Con fó~mula
través de las cuatro que se han indicado en los argumentos antes aducidos. distintH se llamaba aquella condición movimiento por el que la causa pnmel"a
Efectivamente, en primer lugar, esta condición se denominaba aplicación de la mueve 'a la segunda a obrar. Y acerca de este movimiento cabe preguntar, c~n
causa segunda a obrar. Pero nosotros suponemos ya realizada toda aplicación el mismo razonamiento, qué término tiene y, consiguientemente, a .qu.é espeCIe
que nos sea conocida; y esta aplicación consiste, bien en alguna moción local, de movimiento o mutación pertenece, pues es preciso que todo mOVImIento real
bien en una acción vital o animal, como cuando la causa final es aplicada me- tienda a algo y se encuentre en alguna especie; pero tal ~ovimiento ~~ es lo-
diante el conocimiento o la potencia motriz mediante el apetito, De donde re- cal, pues no es preciso que las' causas ~eg.undas sean sometIdas a t:?utaclOn local
sulta que, así como esta aplicación consiste en alglma acción real, igualmente siempre que obran; en cuanto al mOVImIento en o~~en a la cantIdad, la ~ues­
no puede darse sin la eficiencia de la causa primera, de ordinario mediante las tión es más cierta; por lo que respecta a la mutacI~n ~~ orden a la cuahdad,
causas segundas, y en casos extraordinarios por sí misma, Ahora bien, fuera de
éstas, ¿qué otra aplicación puede darse? Porque si es eficiencia real, será mo-
tiene igual validez la razón expuesta acerca de !a
aphca~lOn; pero, fuer~ ~e es-
tas cosas, no hay nada que pueda ser produc.:Jdo medIante aquel mOVlm1ento,
vimiento o mutación 'real de la causa segunda. Entonces, ¿qué término tiene? como fácilmente se patentizar~ ~iscurriend? a través, de .todos los géner~s de ~?­
No local, ni de otro género fuera de la cualidad, como parece evidente. Tam- tes. Tampoco puede ese mOVImIento termmar por s~ mIsmo en la propIa. aC~lOn
poco puede ser una cualidad; pues, si esa cualidad se da como virtud activa, de la causa segunda, no sólo por las razones aduc1das acerca de la apltca~I?!1'
ya no es sólo una condición, sino un principio esencial de acción, y se repiten las sino también porque, de lo contrario, ese movimien~o Y,a no sería un~, condlclOn
razones aducidas anteriormente. Y si se da para que no obre nada, es impro- preexigida para" dicha acción, sino qu~ s:ría el pa.so mt,rmsec? a la aCClOn, puest.o
cedente para obrar y no es posible dar razón de por qué se le llama condición que se dice que tal acción es el termmo proplO e m~edlato de aquel. ~OVl­
necesaria. Se dirá que es necesaria para asociar el agente segundo al primero, tñiento. De donde resulta, además, que, as! como se dIce que el movnmento
como el instrumento a la causa principal. Pero estas cosas y otras semejantes, procede de la sola causa primera, as! también su t~rmino, .~a que el término
que pneden decirse verbalmente, no pueden explicarse en la realidad, puesto procede de la misma causa que el proceso;. l;tego~ SI la aCCI?n de la causa se-
que esa asociación no es ni, una unión real ni una presencia más íntima, sino mmda - es término intrínseco de aquel movImIento, provendra de la sola causa
sólo un cierto efecto nuevo, cuyo oficio y cuya necesidad para la acción de la primera, ·10 cual implica una manifiesta contra~icción; pues~ ~ cómo. es acción
causa segunda investigamos. de la· causa segunda, si procede de la cansa primera sola? Y SI se, d,lce que, la
24, Tampoco cabe decir que el término de aquella mutación, que se llama acción de la causa segunda no es término intrínseco de tal mOVlID.lento, SIDO
aplicación, es la misma acción de la causa segunda; no s610 porque una acción más bien extrí~seco o remoto, necesariamente habrá que asignar otro término
una aedo non est terminus alterius, ut st? Htatero procedit eodem modo ratio facta de
das causas comparare, requirere quamdam At vero praeter has, quaenam alia esse pos- quenti sectione latius dicam; tum etiam quia applicadone; praeter haec tarnen nihil est
aliam occultam conditionem, quam ex solo set applieatio? Nam si est realís efficientia,
erit reaEs motus ve! mutatio eausae seeun~
ille. applícatio est mutado in ipsa .causa se- quod per illuro motum fieri possit, ut fa-
dIe patebit diseurrendo per aroma genera
influxu eausae primae habere possunt, sieut cunda, aetio vero eius saepe est m passo;
gratis dictum est, ita faeile contemnitur, dae. Qvem ergo terminum habet? Non 10- tlll1l. deniql1e quía illa appli.catio dicitur es- entiurn. Nee vera potest ille motus per se
quod Dulla auctoritate ve! ratione alicuius calem, nec alterius generis extra qualitatem, se eonditio pl'aevia ad acdonem; ergo et terminari ad ipsammet aetionem causae se-
ponderis vel momenti nitatur. ut per se notum videtur. Neque etiam esse terminus eius est etiam praevius;, sieut ergo cundae, tum propter rationes factas de ap-
23. An et qualiter causae secundae a pri- potest qualitas aliqua; narn, si illa qualitas in causa secunda nihil est reale quod talem plicatione, turo etiam quia alias iam ille mo-
ma applicemur ad agendum.- Obiectio dis~ datur ut virtus agendi, iam non est condi- mutationem termináre possit, ita neque est tus non esset conditio ad illam aetionem
solvitur.- Sed ulterius positive ostendere tia tantum, sed principiurn per se aetionis, tális applicatio quae sit aliquid reale in ipsa praerequisita, sed esset intrinseca via ad il-
possumus nullam talem conditionem exco- et redeunt rationes superius factae. Si vera praevium ad aetIonem. lam aetionem, quanqoquidem illa aedo di-
gitari posse discurrendo per illa quatuor datur ut nihil agat, impertinens est ad agen~ 25. Qualiter prima causa moveat secun~ citur esse proprius el: immediatus terminus
quae in argumentis supra factis taeta suot. durn, nee reddi potest ratio cm dicatur con- dam.- Alio modo appellabatur illa ·eonditio mius motus. Ex qua ulterius fiet ut, sieut
Primo enim appellabatur haee candido ap~ dido necessaria. Dices esse neeessariam ut motus quo cáusa prima movet secundam ad ille motus dicitur esse a sola prima causa,
plicatio causae secundae ad agendum. At eoniungat seeundum agens primo, ut in- agendum. Et de hoe -motu eodem discursu ita et terminus eius, nam ~ ab eadero causa·
nos supponimus applicationem omnem no~ strumentum principali eausae. Sed haec et inquiri potest ,quem terminum habeat, et est terminus a qua est via; ergo si aetio
bis riotam iam factam; consistit autem haee similia, quae verbis diei possunt, in re ex- conseqUf"nter ad quam speciem. motus vel eausae secundae est intrinsecus terminus i1~
applicatio, ve! in' aliqua motione locali, vel plieari non possunt, quia illa coniunctio ne- mutationis pertineat, quia necesse est om~ lius motus, erit a sola causa prima, quod
in actione vitali seu animali, ut quando cau- que est aliqua reaEs unio neque intimior nem motum realem ad aliquid tendere et involvit apertam repugnantiam; quomodo
sa finalis applicatur per cognitionem vel po- praesentia, sed solum novus quidam effee- in aIiqua specie esse; talis autero motus non enim est actio causae' secundae, si est a sola
tentia motiva per appetitum. Quo fit 'ut, si~ tus, euius officium et neeessitatem ad ac- est loealís, quia non' est necesse causas se- prima? Quod si dicatur aetionem causae se-
CUt haec applicatio consistit in aliqua reali tionem eausae seeundae inquirimus. cundas lóealiter mutad quandocuroque cundae non ~ esse intrinseeum terminuro il-
accione, ita esse non possit sine efficientia 24. Nec vera dici potest terminum illius agunt; de' motu vero .ad quaÍltitatem cer- lius motus, sed patius extrinsecum seu re-
eausae primae, ordinarie quidem per causas mutationis, quae applicatio dicitur, esse ip- tior res est; de mutatlone autem ad qua~ moturo, necessario assignandus eri~ alius ter-
secundas, extraordinarie autem per seipsam. sammet aetionem causae secundae, tum quia
632 Disputaciones metafísicas Disputación XXlI.-Sección ~ ______________. _----=6c:3c:3
intrínseco y propio; pero el razonamiento que hemos hecho demuestra suficien- necesaria, suele ser producida por otras causas segundas, y no pertenece a la
temente que no puede señalarse ninguno. subordinación de la causa segunda con respecto a la primera.
26. Cómo es excitada la virtud de la causa segunda por la primera.- En 28. Ahora bien, la excitación de las potencias del alma se hace de dos ma-
tercer lugar~ se daba a aquella condición el nombre de excitación de la virtud. neras. Una, por el objeto, ya sea en el género de la eficiencia, como en las po-
y ~i se afirma que ésta tiene lugar por verdadera y real acción de la r-ausa pri- tencias cognoscitivas, ya sea en el género de la finalidad, como en las apetitivas.
mera sobre la segunda o sobre su virtud, mediante dicha acción se introducirá y también es evidente que la causa primera no excita con esta clase de excita-,
alguna mutación en la causa,. y a ella podrá aplicarse toda la argumentación dón a la segunda en virtud del concurso general, puesto que muchas causas
que acabamos de hacer. Pero si tal excitacién no se realiza por verdadera y real segundas no son capaces de excitación objetiva; y las que son capaces, no siem-
acción sobre la causa segunda, entonces ya no se opera sobre la causa segunda pre son movidas por la causa primera en calidad de objeto. Tampoco la causa
nada que se comporte por modo de principio, que es 10 que pretendemos. Y, primera, en virtud de su cometido general, tiene que aplicar los objetos exci-
además, falta que los autores que hemos citado arriba, y que exigen tal excitación, tantes si no es concurriendo con las causas segundas. En cuanto a las obras de
expliquen cómo se produce la excitación de la virtud sin acción o por denomina- la gracia, Dios, ciertamente, excita a los hombres de una manera peculiar; sin
ción extrínseca, como dicen, y cuál es Ja necesidad:- proveniente de la causa pri- embargo, dicha excitación no pertenece al concurso de la causa primera, sino
mera, de 'tal excitación, aparte de aquella otra que puede proceder de la causa que es para suplir o ayudar la imperfección de alguna causa segunda; de esta
segunda. Para qne se comprenda mejor esto, adviértase que la excitación de la clase de excitación divina tratan especialmente los teólogos al estudiar la
potencia para obrar se encuentra propísimamente en las potencias del alma, pero gracia. De otro modo se realiza la excitación sobre las potencias del alma me-
en cierto modo se extiende a algunas virtudes naturales, que no obran si pre- diante cierta eficiencia cuasi moral, por la natural simpatía que tienen, ya que
viamente no se han alterado sus sujetos, como la pimienta no calienta si nO están radicadas en la misma esencia del alma, con subordinación entre sí, y ésta
es triturada, y una cosa olorosa, en muchas ocasiones, no exhala olor si antes suele llamarse también moción o aplicación de una potencia por otra, al modo
no se ha calentado. como la potencia motora existente en los músculos es excitada o aplicada por
27· Así, pues, esta alteración previa suele llamarse excitación de la virtud el apetito, y se dice que la voluntad mueve de esta manera todas las potencias
en sentido metafórico; pero, en realidad, es, o bien un complemento de la vir- del alma. Mas tampoco este género de excitación tiene lugar en la causa segunda
tud mediante una cualidad añadida, o bien una aplicación o disposición del con respecto a la primera, no sólo porque incluye intrínsecamente un modo vi-
agente para que pneda emitir por sí mismo algún vapor o exhalación mediante tal de obrar, sino también porque requiere la unión de la facultad motora y de
la cual obra, como cuando la cosa olorosa se enrarece por calentamiento, puede la movida en un mismo principio radical. Con esto parecen quedar excluidos
exhalar más fácilmente el olor, y así en otros casos. Mas la excitación de la causa todos los modos de excitación que nosotros podemos explicar o alcanzar; fingir
primera no puede ser semejante a esta excitación natural por alteración previa, algún otro modo inefable y reclamar el asentimiento al mismo, es ajeno a toda
ya que ni siempre es necesario el complemento de la virtud en la causa segunda, razón, puesto que ni la fe cristiana 10 enseña, ni se explic9. su razón o nece-
como se ha demostrado, ni tampoco una disposición material; porque en mu- sidad.
chas causas segundas no es necesaria, como resulta evidente en el fuego que 29. Se objeta un cierto modo según el cual se dice que Dios aplica las
calienta, en el sol que ilumina y en el ángel que mueve el cielo; y, cuando es causas segundas.- Pero alguien puede decir que entre la causa primera y la

minus intrínsecus et proprius; nullum au- proprusslme invemn m potentiis animaeJ das fieri solet, nec pertinet ad subordina- per rtaturalem sympathiam quam habent, ex
tero assignari posse, discursas a nobis fac- extendi tamen aliquo modo ad nonnullas tionem causae secundae respectu primae. eo quod ín eadem essentia animae radican-
tus sufficienter ostendit. virtutes naturales, quae non agunt rusi priU3 28. Excitatio autero potentiarum animae tur, cum subordine.tione ínter se, quae etiam
26. Virtus secundae causae a prima quo- alterentur earum subiecta, ut piper non ca- duobus rnodís fit. Uno, ab obiecto, vel in dici solet motio vel applicatio uníus poten-
modo excitetur.- Tertio; vocabatur illa COD- lefacit niai conteratur, et res odorifera sae- genere efficientis, ut in potentiis cogoosci- tme per aliam, quo modo potentia motiva
ditia -excitatio virtutis. Quae si ponatur fieri pe non mittit odorem nisi prius calefiat. tivis, vel in genere finis, ut ln appetitivis. existeos io nmsculis excitatur vel applicatur
per verarn et realero actionem eausae primae 27. Haec ergo alteratio praeyia solet dici Bt hoc genere excitationis etiam est per se per appetitum, et voluntas dicitur hoc modo
in secundam ve! in virtutem eius, fiet per excitatío virtutis per metaphoram; re tamen notum primam causam non excitare secuo- movere orones animae potentias. Sed neque
illaro actionem aliqua mutatio in Causa, de vera est aut complementum virtutis per dam ex vi generalis concursus, quia roultae hoc gen LIS excitationis habet locum in causa
qua procedet tata argumentatio proxime qualitatem additam aut appHcatio vel dis- causae secundae non sunt capaces obiectivae secunda respectu primae, tum quia intrin-
facta. Quod si non sit illa excitatio per ve- positio agentis ut ex se emittere possit va- excitationis; quae vero capaces sunt, non sece ineludit vitalem modum operandi, tum
raro et realem actionem in causam seCUD- porem ve! exhalationem aliquam qua me- semper moventur a causa prima ut ::lb ob- etiam quia requirit coniunctionero facultatis
dam, iam nihil agitur in causa secunda quod diante agit, ut dUDl res odorifera per cale- iecto. Neque etiam causa prima ex sua" ge- moventís et motae in eodem radicali prin-
se babeat per maduro principii, quod inten- factionem rarefit, facilius potest exhalare nerali munere habet applicare obiecta exci- cipio. Atque ita videntur exclusi omnes modi
dimus. Et praeterea explicandum superest odorem, et sic de aliis. Excitado autem cau- tantia nisi concurrendo curo causis secundis. excitationis quos possumus nos explicare aut
illis auctoribus supra a nobis citatis, qui ta- sae primae non potes t esse similis huic na- Ad opera vera gratiae excitat quidem Deus assequi; fingere autero aliquem aliuro inef-
lem excitationem requirunt, quomado ex- turali per alterationem praeviam, quia nec homines peculiari modo; verumÚunen iila fabilero, eiusque hdero petere, cum nec chris-'
citario virtutis fiat sine actione aut per de- complementuro virtutis est semper nccessa- excitatio non pertinet ad concursum causae tiana fides illum doceat J nec ratio aut neces-
nominationem, ut vocant, extrinsecam, et rium in causa secunda, ut ostensum est, primae, sed ad supplendam vel iuvandarn sitas illius reddatur, ab oroni ratione alie-
quae sit necessitas taHs excitationis prove- neque etiam dispositio aliqua materialis; imperfectionem alicuius causae secundae; de num esto
niens a sola causa prima, praeter omnem nam in multis causis secundis necessaria qua genere divinae excitiltionis peculiariter 29. Obiicitur quidam modus quo Deus
illam quae esse potest proveniens a causa non esto ut est evidens in igne calefaciente, disputant thtologi in materia de gratia. Alio applicare dicitur cau~as secundas.- Dicere
secunda. Et ut hoc amplius intelligatur, ad- sole illuminante, et angelo movente caelum, moclo fit excitatío circa potentias arumae vero quis potest reperirí ínter causam pri-
verte exCÍtationem potentiae ad operandum et ubi est necessaria, per alias causas, secun- per quamdam efficientiam quasi moraleroJ Illaro et secundam quamdam sympathiam
634 Disputaciones metafísicas
Disputación XXIl.-Sección Il 635
segunda se da cierta simpatía proveniente, no de la radicación de las potencias
en una misma esencia, sino' de la esencial subordinación de la causa segunda a 3d 3. Pero formalmente tales causas tienen esta determinación por su naturaleza
la primera y del supremo dominio de la primera sobre la segunda. Semejante intrinse.ca. Por eso, desde este punto de vista suele decirse que la causa segunda
simpatía puede consistir en que, al querer Dios que la causa segunda obre, in- determ~a el concurso de la primera a la acción específica, más bien que ser
mediatamente se sigue, por una consecución necesaria, que la causa segunda determmada por ella, como parece expresarse Santo Tomás, In Il, disto 1, q. 1,
opera, no porque reciba en sí algo en virtud de aquella voluntad, sino porque a. '4, c., y ad 3, y en 1 cont. Geni., c. 66, razón 5, donde dice: Los agentes
la obedece en seguida obrando, igual que la potencia motora obedece al ape- segundos vienen a ser como particularizantes y determinantes de la acción del
tito. Consig~ientemente, cabe decir que medíante esta voluntad Dios aplica, primer agente. Y se toma de Dionisia, c. 4 De divinis nominibus, donde afirma
mueve o excita a la causa segunda a obrar. Y como ese querer de Dios inter- que la acción de Dios es, de suyo, indiferente, pero que varía según la diver~
\1Íene siempre en el concurso con la causa segunda, por eso se dice que la causa sidad de los sujetos y de las causas. Y se dice que las causas particulares de-
primera concurre excitando a la causa segunda. Sin embargo, este modo de terminan el concurso, no porque para ello realicen algo previo, pues ¿qué po-
exp:esarse, sea verdadero o falso, no pertenece a la presente cuestión; porque drían hacer?; tampoco porque Dios no 10 determine por su -voluntad, cosa que ex-
aqm sólo tratamos del COncurso externo y transeúnte, y esa excitación, ex- plicaremos en la sección 4; sino porque esta causa exige, por su naturaleza este
plicada del modo dicho, lÍnicamente se realiza por un querer interno. Además, concurso más bien que otro, y Dios se acomoda a la naturaleza de cada' una,
en virtud de aquella voluntad la causa segunda no recibe en sí nada por modo y por ello suele decirse asimismo que esta determinación, en cuanto proviene
de principio o condición necesaria para obrar, que es de 10 que ahora tratamos. de la causa segunda, se encuentra en el género de la causa material. Consiguien-
Por consiguiente, en el sentido en que discutimos al presente, en la causa se- temente, en estas causas que obran de manera natural, no es necesaria aquella
gunda no se produce ninguna excitación en virtud del solo concurso de la causa condición previa que se denominaba predeterminación. Y si hay ocasiones en que
primera. Si dicho modo de excitación es verdadero, por ser un punto difícil y estos agentes naturales, por razón de su virtud universal de obrar, tienen alguna
necesario para completar esta materia, se .explicará en la sección 4. indiferencia en la facultad de realizar cosas específicamente diversas, hablando
30. En cuarto lugar, se decía que aquella condición necesaria es la deter- en sentido natural y físico, siempre son determinadas a un solo efecto especí-
minación de la causa segunda por la eficiencia de la primera. Pero ésta no es fico, bien por sí mismas, bien por el concurso de otras causas, ya sea de la ma-
más probable que las demás y, argumentando en sentido general, si se dice que terial, ya sea de las coeficientes, según se ha explicado antes, disp. XVIII, seco l.
esta determinación tiene lugar por verdadera acción de la causa primera en la 31. De qué modo es deterniinada la causa segunda por la primera· a un
segunda, recobran vigencia los argumentos antes aducidos de, que tal acción in~ efecto individual.- Finalmente, aunque concedamos (lo cual es probable) que
flere a la causa segunda una mutación, sin que pueda asignarse término alguno la causa segunda es determinada por la primera en cuanto a la singularidad de
de dicha mutación. De manera especial, la necesidad de semejante predetermi- la acción o 'del efecto, como afirman los nominalistas y nosotros hemos consi-
nación es nula en las causas segundas que obran naturalmente, porque éstas se derado probable en lo que precede, no es necesario imaginar que dicha deter-
encuentran, por su naturaleza, determinadas a una sola cosa; y tal determina- minación se lleve a cabo mediante alguna acción de la causa primera sobre la
ción la recibieron de Dios, no por concurso, sino por infusión y conservación segunda, concretamente añadiendo algo a su virtud; es más, apenas puede en-
de semejante naturaleza. En est.e sentido habla Santo Tomás, I, q. 105, a. 1,
ad 3. Formaliter vero' hane determinationem secunda, esse in genere eausae materialis.
artarn non ex radicatione potentiarum in ea- dum, de qua nunc agimus. Ergo, ea modo ,habent tales . causae ab intrinseca natura. In his ergo causis naturaliter agentibus non
dero es~entiaJ sed ex essentiali subiectione qua nunc disputamus, nulla excitado tit in Unde sub hac eonsideratione did solet eau- est necessaria illa conditio praevia quae
causae secundae ad primam et supremo do- causa secunda ex vi solius concursus causae sam secundam determinare concursU11Í pri- praedeterminatio dicebatur. Quod si inter~
minio priroae in secundam. Consistere au- primae. An vera ille modus exeitationis ve- mae ad speciem actionis, potius quam de~ duro haec naturalia agentia propter vim
tero po test huiusmodi sympathia in lloc rus sit, quia punetus est diffidlis et neces- terminari ah illa, ut videtur laquí D. Tho- agendi universalem habent indifferentiam
quo~, volente Deo ut causa secunda opere- sarius ad complementum huius materiae) in mas" In I1} disto 1, q. 1, a. 4, in corpore, aliquam in facultate agendi res spede di-
tur, statim necessaria consecutione causa se- sectione 4 explieabitur. et ad 3, et I cont. Gent., e. 66, ratione 5, versas, naturaliter ac physice laquendo, sem-
cunda agit, non quia in se aliquid recipiat 30. Quarto, dicebatur illa conditio neces- ubi elidt: Secunda agentt'a sum quasi par- per determinantur ad unum effectum in
ex vi illius voluntatis, sed quia statim illi saría determinatio causae secundae per ef- ticulantes' et determinantes actionem primi spede, ve! ex se vel ex concursu aliarum
obedit agendo, sieut potentia motiva obedit fectionem primae. Haec autem non est pro- agentis. Et sumitul' ex Dionysio) c. 4 de causarum, aut materialis, aut eoefficientium,
appetitui. Per hane ergo voluntatem did pot- babilior quam -reliquae, et generatim argu- Divinis nominibus, dicente Dei aetionem ex ut supra, disp. XVIII, sect. 1, declaratum
est Deum applicare, movere, ve! excitare mentando, si haee determinatio didtur fieri se esse inqifferentem, variad autem ex di- esto
causaro secundum ad agendum. Et quia il- per veram aetionem primae causae in secun- versitate subiectorum et causarum. Dicuntur 31. Quo111odo secunda causa ad indivi-
lud velle Dei intervenit semper in concursu dam, redeunt argumenta supra faeta, quod autero eausae particulares determinare eon- duum effectum a prima determinetur.- De-
curo causa secunda, ideo prima causa dici- illa acdo inferat mutationem in eausam se- eursum, non quia ad hoc efficiant aliquid nique, ctiamsi dernus (quod probabile est)
tul' concurrere excitando causaro secundam cundam, cuíus mutationis nunus terminus praevium, quid enim possunt?; neque quia quoad singularitatem actionis vel effectus
Verurntamen hic dicendi modus, flive sit Ve- assignari potest. Spedaliter vero, haee ne- Deus voluntate 'sua illum' non determinet 1, determinad causam secundam a prima, ut
rus sive falsus, non pertinet ad praesentem cessitas talis praedeterminationis nulla est in quod declarabimus sectione 4; sed quia haee nominales affirmant, et in superioribus no-
quaestionem; lúe enim sQlum agimus de causis secundis naturaliter agentibus, quia causa natura sua postulat hunc concursum bis probabile visum est, non aportet fingere
concurSll externo et transeunte; illa aurem illae natura sua sunt determinatae ad unum; potius quam alium, Deus autero sese accom- . tuam deterrninationem fieri per aliquam ac-
excitatio tali modo explicata solum fit p.:r quam quidem determinationem acceperunt modat naturae uniuseuiusque, et ideo etiam tionem causae primae in secundam, addendo
velle internum. Item ex vi illius voluntatis a Deo non per concursum, sed per influ- did solet haee determinatio} ut est a' causa oimirum aliquid_ virtuti eius; immo vix pot-
nihil in se redpit causa secunda per modum xum et conservationem talis naturae. Quo
prindpü vel conditionis necessariae ad agen- sensu loquitur D. Thomas) 1, q. ~05) a. 1, 1 Las demás ediciones leean aqtú illum determinet, pero nos parece bien fundada la
corrección introducida por la de Colosino (N. de los EE.).
636 Disputaciones metafísicas Disputación. XXII. ......Sección.. Il _ _ _ __ 637
-- -_._---- ---.

tenderse de este modo, pprque también 10 que <:;e añadiera sería, de suyo, indi- la esencial subordinación y dependencia de la. causa segunda con respecto a la
ferente para producir muchos individuos semejantes; porque ninguna cosa do- primera. Porque, desde este punto de vista, existe la misma razón para la d:-
tada de virtud activa en alguna especie es determinada por sí misma a produ- pendencia de la causa libre que de la necesaria con respecto a la e.ausa pn-
cir únicamente un individuo, como se patentiza discurriendo por todas las vir- mera. Por tanto, si en la causa que obra de manera natural queda sufiCIentemen-
tudes naturales. Si alguno exceptuase, de manera muy peculiar, esta entidad te salvada aquella dependencia por el concurso, que consü:te en la acción, t~m..
o virtud que la causa primera añade a la segunda, lo haría sin fundamento y bién se salvará en la causa libre. Ni es necesaria tal condición en la cau~a hbre
se enredaría sin motivo en muchas dificultades. Será, pues, preciso confesar por su peculiar modo de obrar, pues, aun cuando la voluntad, por eJe~n;plo,
que, siempre que varía la acción del agente natural en diversos tiempos, o so- que es una potencia libre, sea de suyo indiferente, puestos todos los reqUISItOS,
bre diversos sujetos, varían también aquellas entidades predeterminantes que la para obrar o no obrar, sin embargo, en realidad es tan potente para obrar como
causa segunda recibe de la primera. Y, de modo semejante, si el fuego calienta si no tuviese otra facultad; e inversamente, es tan potente para no obrar como
sucesivamente, también debe recibir y padecer de manera continuada algo por si no pudiese hacer otra cosa. Así, pues, tiene plena potestad para ambas cosas
lo que sea determinado a tal acción sucesiva. Por último, o ese modo de de- y para cada una de ellas; luego, así .como otros agentes, por l~ pote~tad que
terminación es snperflno, o habrá que admitir que la facultad natural es de tienen para una sola cosa, pue~en real~zarla con el concurso ~omun y SIn aque-
suyo suficiente para la razón especifica del efecto, mas no para su singularidad. lla previa condición predetermmante, Igualmente el agente hbre, po~ la potes-
Y que aquello que se añade confiere virtud para la singularidad, resulta inin- tad que tiene para varias cosas, puede hacer,. con el concurso comun, una ~e
teligible, puesto que en el efecto, tal como se produce en la realidad, no se ellas (porque nos referimos a los actos contemdos dentro del or~en nat~a~~ SlO
distingue la razón específica y la singular. dicha condición. Y está tan lejos de oponerse a esto la peculIar condlclOn e
32. Sin embargo, debe decirse que esa determinación se realiza suficiente- indiferencia de la libertad, que más bien radica en ello su excelencia y dominio
mente por la predefinición voluntaria del concurso divino. Y así ~I fuego,. p~r sobre su acción.
ejemplo, es indiferente para producir este o aquel calor, no negatIVa o pnvatl" 34. Por eso, cuando se dice que una facultad indeterminada no puede re~­
vamente J es decir, porque no tenga 'virtud completa en su género para ambos, lizar un acto o efecto determinado, ello se cumple, a lo ~um?, en ,tma potencIa
sino positivamente, porque, en cuanto causa próxima, posee suficiente poder de tal manera indiferente a varias cosas, que sea por SI mIsma mcompleta. e
para ambos V no está determinado a ninguno; pero Dios, por su voluntad, de- insuficiente para cada una de ellas, y esa indiferencia~ en cua~to. tal, e~ paSIva
termina concurrir con él a éste más bien que a otro, y esto basta para que del e imperfecta más bien que activa y perfecta; \,or eUo, .tal mdlferencIa suele
fuego proceda este efecto numérico más bien que otro. COI?siguient~~ente, no llamarse negativa. En cambio, cuando la potencIa es mdlferente 'p?r su com-
es nect.saria tal condición predeterminante, que sea una realIdad reCIbIda en la pleto poder para una y otra de dos cosas opuestas, y por e.l domlmo sobre su
misma causa segunda. ' . propio acto, muy bieil puede realizar, aunque en acto pnr:lero se encu~:n:re
33. De lo dicho sobre los agentes naturales se mfiere que semejante con- indeterminada e indiferente) un efecto o acto segundo cletermmado, deterrnman-
dición es mucho menos necesaria en las causas segundas libres, en virtud de dose a sí misma en orden a él. Porque ésta es su. propia ~i~tud y potestad, .de
la cual le viene el ser libre; de esa manera, tamhIen la dIV!?a volu~:lta~ es m-
est hoc modo intelligi, quia etiam illud ad- non est intelligibile 1, cum in effectu, prout diferente para muchos objetos o efectos creados, y se determma a SI mIsma en
ditum de se erit indifferens ad plura indi- in re fit, specifica et singularis ratio non
vidua similia facienda; nulla énim res quae distinguatur.
in aliqua specie vim habet activam deter- et dependentiae essentialis causae secundae intra ordinem naturae contentis) absque illa
32. Dieendum est ergo illam determina- a prima. Nam eiusdem rationis est quoad conditione. Tantumque abest ut peculiaris
minatur ex se ad unum tantum individuum tionem sufficienter fieri per voluntariam
efficiendum, ut patet discurrendo per om- hoc dependentia causae liberae ae necessa~ conditio et indifferentia libertatis ad hoc ob-
praefinitionem diviní concursus. Itaque ignis, riae a prima causa.' Unde si in caus,a natu- sit, ut porius in hoc sit posita eius exceilen-
nes virtutes naturales. Si quis autem ve! verbi gratia, indifferens est ad hunc vel il-
peculiariter exciperet hanc entitatem vel vir- raliter agente sufficienter salv~tu: lila. de~ tia et dominium in suam actionem.
lum calorem faciendum, non quidem nega- pendentia per concursum, qU.l m ac::tlOne 34. Unde, cum dieitur facultatem inde-
tutem quam causa prima addit secundae, tive seu privative, id est, quia ad neutrum
gratis id assereret, et sine causa multis im- consistir etiam salvabitur in causa hbera. termÍnatam non posse determinatum actum
plicabitur difficultatibus. Oportebit enim fa- habeat completam virtutem in suo genere, Nec 'ver~ oh peculiarem modum agendi cau- vel effectum efficere, ad summum habet lo-
sed positive, quia ad utrumque est satis po- sae liberae est ,in ea talis conditio necessa~ cum in potentia ita indifferenti ad plura, ut
teri, quoties variatur actio agentis naturalis
diversis temporibus, ve! circa diversa sub- tens in ratione causae proximae et ad neu- ria quia; !icét voluntas, verbi gratia, quae sit per se incompleta et insufficíens ad sin-
iecta, variari etiam illas entitates praedeter- t¡;,um dererminatus; Deus autem sua volun- es; potentia libera, sit ex se indifferens, po- gula, quae ut sic magis 'est indifferentia pas-
minativas quas in se recipit causa secunda tate statuit cum illo concurrere ad hune sitis omnibus requisitis, ad agendum et non siva et imperfecta quam activa et perfecta;
a prima. Et similiter, si ignis successive podus quam ad alium, et hoc satis est ut agenduni~ tamen revera est tam potens ad propter quod talis indifferentia ~ici sol~t n.e-
calefacít, continue etiam aliquid debet in se ab igne procedat hie effectus numero potius agendum ac si non haberet alteram facul- gativa. At vero, quando potenna est mdif-
recipere et pati quo determinetur ad illam quam alius. Non est ergo necessaria talis tatem; f.t e converso tam potens est ad non ferens per completam vim ad utrumque op-
successivam actionem. Denique, vel super- conditio praedeterminans, quae sit res aliqua agendum ac si nihil aliud posset.., ltaque ad positorum et per dominium in suum actum,
fluus est ille modus determinationis, vel fa- recepta in ipsa causa secunda. utrumque et ad singula habet plenam po- optime tiotest, quamvis. in actu primo sit,
tendum erit facultatem naturalem esse suf- 33. Ex his autem quae" de naturalibus testatem; ergo, sieut alia agentia, per p?- indeterm-inata et indifferens, determinatum
ficientem de se ad specificam racionem ef- agentibus diximus, colligitur huiusmodi con- testatem quam habent ad unum, possunt il- effectum seu actum s'ecundum efficere, sese
fectus, non vera ad singularitatem eius. Jllud ditionem multo minus esse necessariam in lud exscqui curo communi concur~u absq:ue ad illum determinando. Haee est enim pro-
vero additum dare vim ad singularitatem iIla praevia conditione praedetermmante, Ita pria vis et potestas eius, a qua habet quod
causis secundis liberis ex vi subordinationis
agens liberum, per potestate~ quam hah:! libera sit; sicut etiam divina voluntas est
1 No tiene sentido, en el presente contexto, la expresión "quod est inintelligibile",
ad plura, potest cum comm~m concursu. ah~ indifferens a:d plura ol:Hecta vel effectus crea-
que aparece en otras ediciones. (N. de los EE.) quod eorum exercere (loqUlmur de a~bus tos, et ipsa se determinat ad aliquod eorum;
638 Disputaciones metafísicas
Disputación XXIl.-Sección II 639
ord~? a alguno de ellos; y de esta :ficacia y dominio ha recibido una partici-
paclOD la volnn:ad creada, annque dISte mucho de ella en su perfección y en pIeta la virtud activa con todos los requisitos previos para obrar, como resulta
~u modo. Efect:vamente, la voluntad inereada es indiferente para muchos ob~ necesario para la libertad.
Jetos fuera de 81, pero no para muchos actos de querer o de no querer, mien- 36. Tampoco depende de la volnntad el tener esta determinación, o una
tras que la voluntad creada es asimismo indiferente para muchos actos. Además más bien que otra; efectivamente, ¿qué hará para ello, si nada puede hacer
la voluntad increada se determina sin que se le añada un nuevo acto, y 1; no estando predeterminada? O también, si recibe determinación para querer un
creada por un nuevo acto. Finalmente, la voluntad inereada no depende de Otro objeto malo, ¿por qué se le va a imputar el no recibir determinación para no
en su determinación, y la creada depende al menos del concurso de la causa quererlo? Pues tampoco puede imputársele por razón de algún acto anterior,
primera; sin embargo, con dicho concurso, puede de igual manera querer las no sólo porque puede suceder que no haya precedido ninguno, sino también
cosas que son proporcionadas a ella y determinarse a tales cosas. porque aquél no pudo realizarse sin otra predeterminación, a propósito de la
35. La predeterminación física inferiría necesidad a la causa libre tanto en cual vuelve a plantearse la misma dificultad. Ni puede asimismo imputarse por
cuanto al ejercicio como en cuanto a la especificación.- Por eso ~ñado que causa de la privación de algún acto, ya porque tampoco depende de ella la
aquella condición llamada predeterminación no sólo no es necesaria a la causa predeterminación para tal acto ni, consiguientemente, se le puede imputar la
I!bre I?or su peculiar :nodo de obrar, sino que incluso le repugna por ese mo- carencia de acto, ya que, en general, la primera raíz de no obrar en la volun-
tlvo, SI ha de obrar hbremente en cuanto al ejercicio y la especificación; por- tad, incluso puestos otros requisitos previos, consiste en que no recibe esta pre-
que el uso de la libertad quedaría impedido, en lo concerniente a ambas par- determinación, porque si la recibiese, operaría; ya también .porque no siempre
tes, por tal predeterminación. Se explica esto, primeramente, por 10 que hace antecede a un acto malo positivo la carencia de un acto anterior debido, sino
a la especificación del acto, pues como se dice que sólo la primera causa rea- que, simultáneamente, al elegir uno se omite el otro. Y, por último, en tal prÚ'-'
H,za esta predeterminación) la volu!ltad se encuentra únicamente en potencia pa- ceso no se puede llegar al infinito, sino que hay que detenerse en algunos actos
SIva para ella; por tanto, no es hbre con respecto a la misma, sino que es in- primero~, de los cuales la voluntad hace uno voluntariamente y omite el otro.
diferente pasiva o negativamente, igual que la materia lo es para otras formas; y 'acerca de ellos no puede explicarse de qué manera depende de la voluntad
porque en la potencia pasiva en cuanto tal no hay libertad, según demostramos la precieterminación pasiva para uno más bien que para otro. Consiguientemen-
antes. Por consiguiente, no depende de la potestad activa y libre de la volun- te, si tal predeterminación fuese necesaria, desapareceda la indiferencia en cuan-
tad el recibir esta o aquella determinación; luego, cuando. es determinada a un to a la especificación del acto.
solo acto, puede realizar ése y no otro, ya que tampoco puede llevarlo a cabo 37. De ahí se concluye, además, que también queda eliminada en cuanto
si no es determinada a él, ni puede hacer que sea determinada a otro, sino que al ejercicio del acto. Porque, como se ha explicado, si aquella predeterminación
esto depende de la sola volnntad del agente extrínseco. Por tanto, nunca es pró- es necesaria, antes de recibirla no depende del poder activo y libre de la volun-
xima y activamente indiferente para varios actos, es decir, en cuanto a la espe- 'tad el realizar tal acto, ya que todavía no es potencia próxima, es decir) com-
cificación del acto. Esta última consecuencia es clara, porque la voluntad, antes pleta y con todos los requisitos previos para obrar; tampoco es un podt;r activo'
de recibir dicha predeterminación, es perfecta y activamente indiferente para remoto (por así decirlo), porque la voluntad no tiene potestad paro hacer algo
cualquier acto) pues si tal· predeterminación es necesaria} sin ella no está COm- con lo que se aplique esa condición o predeterminación, sino que únicamente
huius enim efficaciae et dominii participa- determinationem impediretur. Quod primo
se encuentra en potencia pasiva para ella, potencia que no basta para la libertad;
tionem accepit voIuntas creata, quamvis lon- dec1aratur in indifferentia quoad specifica-
ge imparem in perfeetione et modo. Nam tionem actus, nam cum sola prima causa ·Qmnibus praerequisitis ad agendum, sicut rentia prioris actus debiti, sed simu! duro
inereata vol untas est indifferens ad plura dicatur efficere hanc praedeterminationem, ad libertatem necessarium esto unus eligitur, alius omittitur. Ac denique in
obiecta extra se~ non yero ad pIures actus voIuntas tanturo est in potentía passiva ad 36. Neque' etiam est in manu voluntatis eo progressu non est procedendum in infi-
volendi vel nolendi, voIuntas autem creata illaro; unde respectu illius non est libera, habere hanc determinationem, ve! unam po- niulm, sed sistendum in aliquibu3 actibus
etiam ad pIures actus est indifferens. Dein- sed est passive seu negative indifferens, si- tius quam alhirn; quid enim ad hoc faciet, primis, quorum unum voluntas voluptarie
de increata voluntas determinatur sine novo cut materia ad alias formas; naro in po- aIro' facere nihil possit nisi praedeterminata? efficit, aIium omittit. Et in illis explicari non
actu i1li addito, creata vera per novum ac- tentia passiva ut sic non est libertas, ut su- VeI, si recipit deterrninationem ad volendum potest quo modo praedeterminatio passiva ad
tumo Ac denique voIuntas increata non pen- pra ostendimus. Non est ergo in potestate malum obiectum, cur ei imputabitur quod unum potius quam ad aIium si! in potestate
det ab aUo in sua determinatione, creata activa et libera voluntatis ut hane vel illam non' recipiat determinationem ad nolendum voluntatis. Sí ergo talis praedeterminatio ne-
vero pendet saltem a concursu primae eau- determinationem recipiat; cum ergo ad illud? Neque enim illi potest imputari prop~ eessaria esset, tolleretur indifferentia quoad
sae; eum ea tamen, sieut potest velle ea ' unum tantum actum determinetur, illuro ter a1iqu~m priorem actum) tum quia fieri specificationem actus.
quae sibi proportionata sunt~ ita et ad ea potest efficere et non alium, quia nec potest potest ut' nullus praecesserit, tum etiam quia 37. Atque inde ulterius conc1uditur tolli
se ·determinare. illum efficere nisi ad illum determinetur, ille fieri non POtuit sine alia praedetermina~ eti~m quoad exercitíum actus. Nam, ut de-
35. Praedeterminatio physica causam li- neque etiam potest efficere ut ad alium de- tione, de qua eadem redit diffieultas. Neque claratum est, si praedeterminatío illa est ne-
beram necessitaret, et quoad exercitium et terminetur) sed hoc est in sola voluntate etiam potest imputari propter privationero cessaria, ante illam receptam non est in: po~
quoad specificationem.- Dnde ulterius ad- extrinseci agentis. Ergo nunquam est pro- alicuius actus, tum quia nec praedetermi~ . testate activa, et libera voluntatis talem ac-
do, illaro conditionem quae praedeterroína- xime et active indifferens ad plUl;es actus; natio ad illum actum est in potestate eius, tum exercere, quia nondum est potentia prów
tia diciwr non solum non esse necessariam seu quoad specificationem actus. Patet haee et consequenter nec carentia aCU1S potest illi xima, id est, completa et cum omnibus prae-
causae liberae ob peculiarem maduro agendi ultima consequentia, quia voIuntas, ante re- imputari, quía in universum· prima radix requisitis ad agendum; etiam non est pote-
eius, Verum etiam illi ob eam causam re- ceptam hanc 'praedeterminationem, ad neu- non operandi in voluntate, etiam positis ams stas activa remota (ut ita dícam), quia non
pugnare) si ltbere quoad exercitium et spe- trum aetum est perfecte et active indifferens, praerequisitis, est quía non accipit hane est in potestate, voluntatis aliquid facere quo
cificationem operatura est; nam usus liber- quia si illa praedeterminatio est necessaria, praedeterminationem, naro si illam recipe- illa conditio seu vraedeterminatio adhibeaw
tatís quoad utramque partem per talem prae- sine illa non est completa vis agendi cum ret operaretur; tum etíam quia non sem- tur, sed solum tost in potentia passiva ad
pe; ad actum maIum positivum antecedit ca- illaro, quae non sufficit ad libertatem; quae
640 Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Secci6n 11
641
todas estas cosas ya se han explicado y demostlado suficientemente. Por otra rencía en cuanto a la especificación, o se debe a que puede suspender el acto,
parte, puesta en la voluntad esa condición que se llama predeterminación, no y esto .tamp,oco, ~orque la, voluntad n? puede resistir a la eficacia de dicha pre-
es posible que ella no ejerza su acto; ni puede resistir a su determinación o d:'termmaclOn .. NI qu;da. esta subordmada. al uso de la libertad, sino que más
moción; luego nunca tiene potestad de realizar o no realizar el acto; luego bIen la subordma a SI mIsma; luego de nmgún modo se encuentra en la volun-
desaparece la indiferencia en cuanto al ejercicio, que consiste en dicha potestad. El tad tal potestad ni J consiguientemente, la libertad en cuanto al ejercicio.
antecedente es cierto según la opinión que impugnamos, ya que se. dice que esta 39. Esto que~a confirmado asimismo por la definición que antes hemos
predeterminaci6n pertenece al concurso actual de Dios. Por ello, así como es im- d.~do de potencIa hbre, a saber, que pertenece a la razón de ella el poder obrar
posible que Dios concurra con la voluntad y que ésta no obre, es igualmente impo- o. no obrar, puesto~ .t?dos los r.equisitos previos para obrar; porque ahora se
sible que la voluntad reciba semejante predeterminación y no pase a la operación. d!~e que una condlclO11 necesarIa es la predeterminación hecha por la causa
Esto es cIaro por el mismo nombre de predeterminación; porque, si después de prImera, puesta la cual la voluntad no puede obrar o no obra,' sino sólo obrar'
recibir la predeterminación puede la voluntad no obrar, supongamos que no ope- !uego opera sin libertad en cuanto al ejercicio y de maner: necesaria. Y n~
ra; luego entonces aún permanece indiferente para obrar o no obrar; luego !m~o:;a que esa necesidad se desprenda de Una suposición, puesto que tal su-
necesita una predeterminación para obrar, y era falso que hubiese recibido una pOSIClOn es antecedente a todo uso de la libertad y procede extrínsecamente
predeterminación. como. se h~ explicado de n:anera suficiente; porque tal suposición, si imprim~
38. Se refuta la respuesta de algunos a nuestras razones.- Quizá diga al- neceSIdad, mfiere una neceSIdad absoluta y elimina la libertad, de acuerdo con
guno que, después de recibir la predeterminación) la voluntad puede, ciertamen- la doctrma de An selmo y otros expuesta más arriba. Por eso, tenía razón Es-
te, no obrar, pero no quiera admitir que no haya de obrar de hecho, porque, coto al decir: In IV, disto 49, q. 6, § Duo ergo, que la libertad de la voluntad
aun cuando pueda nunca se comporta así. Pero esto' es arbitrario y se afirma
J desaparece SI es predetermInada a una sola cosa por algtín hábito inherente'
ilógicamente. En primer lugar, porque, si puede con una verdadera potestad con el nombre d~ há?ito debe en:enderse todo 10 que antecede al acto segund~
que sea suficiente para la libertad, ¿qué razón hay para afirmar que esa potes- p~r modo de prmclplO o acto pnmero; porque para cada uno de ellos vale la
tad no se ejerce nunca? En segundo término, porque la conexión entre esa pre- IDlsma raz6n.
determinación y la operación es tan necesaria que resulta naturalmente imposi- 40. Con esto, finalmente, pueden confirmarse ambas partes como ~igue:
ble separar ésta de aquélla; es más, incluso ellos dicen que implica contradic- el que la voluntad de suyo indiferente para va'das cosas sea física e intrínsec3R
ción, como el estar simultáneamente determinado e indeterminado con respecto men~e d~;erminada a una de ellas no es sino querer esa cosa; luego tal prede~
q una misma cosa~ o que el agente mueva y el paciente. no sea movido; luego termmaClOn tampoco puede ser preexigida para querer) ni puede provenir, de
la voluntad no tiene potestad para resistir a la actividad de esta predetermina- ,manera totalmente e~trínseca, de la sola causa primera; porque el querer no
ción, porque no tiene potestad para lo imposible; luego es falso que, puest:} se ?a en nosotro~ Slll nosotros; y, aun cuando concediéramos que ello sería
la predeterminación, pueda na obrar. Finalmente, porque si la voluntad puede posIble. de potencia absoluta, al menos no podría suceder que fuese libre un
no querer aquello para 10 cual está predeterminlda, o eso ocurre porque puede querer tal que) con respecto a ét la voluntad se comportara de modo meramente
realizar el acto opuesto, y esto no, como resulta evidente por la demostración pasivo. Se prueba el antecedente., porque en la voluntad no existe nada sino como
de la primera parte, puesto que eso pertenece ya de alguna manera a la indife- acto segundo o primero, sin que pueda pensarse algo intermedio entre éstos
acceptam praedeterminationem posse qui-
ni Aristóteles o algún otro filósofo lo descubrió; consiguientemente, o esa pre~
amuia satis declarata et probata sunt. Rur~
sus, posita in voluntate illa condicione. quae dem voluntatem non operari, nolet tamen
praedeterminatio didtur, fieri non potest admittere, de facto non operaturam, quia H- vel id est quia potest suspende.re actum, el: aliorum in superioribus dec1aratam. Ideoque
quin ipsa exereeat actum; nec potest resí- cet possit, nunquam ita se gerit. Sed hoc hoc etiam nonJ quia non potest voluntas ·re~ merito dixit Scotus, In IV, disto 49, q. 6,
stere determinationi seu motioni elus; ergo frivolum est, et non eonsequenter díctum. sistere-' efficacitati illius praedeterminationis. § Duo ergo, libertatem voluntatis tolli, si
nunquam habet potestatem exercendi et non Primo quidem, quia si potest vera potestate Neque lIla subditur usui libertatis, .sed illam ab aliquo 4abitu inhaerenti praedetermine_
exercendi actum; ergo tollitur indifferentia quae ad libertatem sufficiat, unde affirmari ponus sibl sqbdit, ergo neutro modo est in tur ad unUfl1; nomine autem habitus intel-
quoad exercitium, quae in hac potestate con- potest illam potestatem nunquam exerceri? vol.untate illa potestas, et consequenter nec ligendum est quidquid per modum principü
sistit. Antecedens certum es! in ea opinione Secundo, quia tam est necessaria connexio libertas quoad exercitium. seu actus primi antecedit actum secundum;
quam impugnamus, uam haee praedetermi- ínter illam praedeterminationem et operario- 39. Quod etiam confirmatur ex definitio- naro de quolibet huiusmodi eadem est ratio.
nacio dícitur pertinere ad actualem concur- nem, ut naturaliter impossibile sit hanc ne potentiae liherae supra tradita, scilicet, 40. Unde tandem potest utraque pars ita
suro Dei. Dnde, sicut impossibile es! Deuro separad ab illa; immo et ipsi aiunt implicare de ratione illius esse ut} positis omnibus confirmari, quia voluntatem de se indiffe-
concurrere curo voluntate, et ipsam non ope- contradictionem, sicut esse simul determi- ptaerequisitis ad agendum, possit agere et rentem ad plura I' hysice et intrinsece deter-
rari, ita impossibile es! voluntatem recipere natum et indeterminatum respecta eiusdem, non agere; nam in praesenti una conditio minad ad unum eorum nihil aliud est quam
illam praedeterminationem et non prodire in vel agens movere et passum non moved; necessaria esse dicitur praedeterminatio facta velIe illud; ergo nec potest talis pra~deter­
opus. Et ex ipso nomine praedeterminatio- ergo non est in voluntate potestas ad resi- a prima causa," qua: posita Don potest volun- minatio esse praerequisita ad volendum, nec.
nís id consta!; uam si post receptam prae- stendum activitati huíus praedeterminationis, tas agere et non agere, sed agere tantum; potest omnino ab extrinseco provenire a sola
determinationem potest voluntas non opera- quia non est in ea potestas ad impossibile; ergo sine libertate quoad exercitium et ex causa prim~; quia velle non est in nobis
ri, ponamus non operari; ergo tune adhue ergo falsum est, posita praedeterminatione, necessitate agito Nec refert quod .illa Deces- sine nobis, et Hcet daremus de potentia ab-
manet indifferens ad operandum et non ope- posse non operario Tandem, quia si vol untas sitas sit ex suppositione, nam illa suppositio soluta id fieri posse) saltem non posset fieri
randum; ergo indiget praedeterminatione ut potest non velle id ad quod praedetermina- est antecedens omnem usum libertatis et ah Ut illud velle esset Tiberum, ad quod volun-
operetur, et falsum erat accepisse praede- tur, vel id est quia potest habere actum op- extrinseco proveniens, ut satis decIaratum tas mere passive se habel'et. Antecedens pro-
terminationem. positum, et hoc non, ut patet ex probatione est; talis autem suppositio, si necessitatem batur) quia in voluntate nihil est nisf aut
38. Responsio aliquorum ad nostras ra- prioris partís, quia iam id spectat. aliquo mo- inferat, inducit necessitatem simpliciter et actus secundus aut primus, neque inter haec
tiones refutatur.- Fortasse quis dicet, post do ad indifferentiam quoad specificationem; tollit libertatem, iuxta do.ctrinam Anselmi et potest excogitari medium; neque ah Aristo..
41
Disputación XXIl.-Sección 11 643
642 Disputaciones metafísicas
ell~s no es nec~saria la. predeterminación física del libre albedrío, Di algo se'
determinación es acto segundo, y lo llamamos querer, comprendiendo bajo él me¡ante que leSIOne la J¡b~:tad de albedrío; pero de esto tratamos en otro lugar.
el no querer y otros actos semejantes, o es acto primero, y entonces, o se 42.. Sz. fa ~u?ordznacton ~e la causa segunda a la primera subsiste sin la
subordina al uso de la voluntad, y ya no la predetermina, como es cierto que deter~tnaCLOn f;szca.- En qu~to ~~gar, se decía que aquella condición era ne-
ocurre con todos los hábitos existentes en la voluntad, o hace que la voluntad c~sarIa po~ razon de la subordmaclOn de la caUsa segunda a la primera, como
se someta a ella y a su eficacia necesitante, con lo que impide el uso de su SI, no I?udlera entenderse ~a verdadera subordinación sin alguna impresión (por
libertad. Añádase que es inaudito que en la voluntad se dé un acto primero que aSI decu:lo) de ~a causa pnmera sobre la segunda, que venga a ser como el uso
no sea hábito de la misma; y no puede explicarse con razón alguna para qué ele .1a Z;:lsma, Sm em~a:go, los argumentos aducidos bajo el nombre de moción,
es necesario tal acto primero, sobre todo en el orden de los actos naturales, como aphcaclOn, ~tc.) son ,:ah~os acerca de cualquier impresión real o que se designe
ahora hablamos. con cualqUIer otro tern;mo: Además, demuestro como sigue que esto no sirve
I

41. No se me oculta que en este lugar se ofrece ocasión de tratar muchí- de nada para la subordinaclOn: cabe entender una doble subordinación entre la
simas dificultades concernientes al libre albedrio, en particular las que discu- causa primera y la segunda; una es radical o aptitudinal, y consiste únicamente
ten los teólogos acerca de la presciencia divina, la predefinición, la predestina- en. que la causa segunda no es apta para obrar sino en dependencia de la causa
ción y la gracia, y, especialísimamente, aquella que consiste en el auxilio eficaz. prtmera. L~ raíz ,de esta. subord~ación, por parte de la misma causa segunda,
Pero ya advertimos antes que en este lugar no tratamos nada de las acciones es la ese~clal dependencl.~ que tIene en su ser con respecto a Dios. Por parte
sobrenaturales ni de la eficacia de la, gracia, sino únicamente del concurso ge- de cualqmer efecto o aCClOn que puede emanar de la causa segunda la ralz está
neral de la causa primera con las segundas; y negamos que esa predetermina- e? ser ;In ente por participación,. el ,cual sólo pued.e proceder del e~te por esen~
ción sea necesaria para él, o que sea posible armonizarlo, en las causas libres, C19~. As!, pues, para esta subordmaclón es necesarIa aquella acción de la causa
con el ejercicio de la libertad de éstas. A pesar de todo, es cierto que Dios tiene prImera sobre la segunda 'por la que le da y le conserva el ser y la virtud de
presciencia eterna de todas las cosas que se realizan en el tiempo; porque no obrar; pero basta ella, y mnguna otra es esencialmente necesaria, porque en vir-
se producen sin que El obre, y El no obra sino lo que conoce, ya que opera tud de ésta queda establecida toda la raíz y causa de dicha subordinación en
mediante el entendimiento; pero no -conoce nada en el tiempo, sino desde la acto primero.
eternidad; ahora bien, ese conocimiento no exige una predeterminación física 43. La otra es la subordinación en acto segundo. Y que ésta tampoco exige
de las causas, sino la presciencia eterna de todo lo que sucede en el tiempo. De una ,nueva ~cc~óI?- por la que la causa pr,imera confiera a la segunda algo por
manera semejante, es cierto que Dios, con su voluntad eterna, puede predefinir modo de. prmclplo actual, como suele deCIrse, 10 demuestro de dos modos. Pri-
los efectos congruentes con su providencia, y también que puede mover las mero, porque esta subordinación actual no es una denominación intrínseca en
voluntades de los hombres adonde quiere, cuando quiere y como quiere; y que la causa segunda, hablando en absoluto. Lo cual se patentiza por el hecho de
de esta manera puede asimismo otorgar a los hombres, y muchas veces 10 hace, que consiste únicamente en que la causa segunda dependa de la primera en el
auxilios eficaces de la gracia segúu la medida de su voluntad; pero estas cosas obrar; por consiguiente, si el mismo obrar en cuanto tal no es una denomina~
no pertenecen al concurso general; cómo se lleven a cabo, corresponde a los ción intrínseca en la causa agente, la dependencia en el obrar en cuanto tal no
misterios sobrenaturales de la teología. Lo único que creemos es que para todas será una denominación intrínseca, sino extrínseca, consistente en que Ja misma

nia non esse necessariam praedeterminatio- habet a Deo in suo esse. Ex parte vero cu-
tele aut alio philosopho inventum est; ergo generali concursu primae causae cum secun- nem physicam liberi arbitrii, neque aliquid iuscumque effectus vel actianis quae pote:it
vel illa praedeterminatio est actus secundus, dis; ad quem negamus i11am praedetermi- simile quod arbitrii laedat libertatem; sed manare a causa secunda, radix est esse ens
et illuro appellarous velle, sub quo et nolle nationem esse necessariam, aut in causis li- de his alias. per participationem, quod non potest esse
et similes actus comprehendimus; vel est beris posse in concordiam redigi cum usu 42. _ Num sine determinatione physica stet nisi ab ente per essentiam. Ad hane igítur
actus primus, et sic aU! subditur usui vo~ libertatis earum. Nihilominus tamen, verUIll subordinatio 'causae secundae ad primam.- subordinationem est quidem necessaria illa
luntatis, et ita non praedeterminat illam, ut est Deum habere aeternam praescientiam Quinto, dicebatur il1a canditio necessaria acdo causae primae in secundam qua dat
verum est de omnibus habitibus jn volun~ omnium quae in tempore fiunt; quia non propter' subordinationem causae secundae ad et conservat illi esse et virtutem agendi; illa
tate existentibus, aut subdit illam sibi suae~ fiunt sine ipso agente, et ipse non agit nisi primam, quasi non possit vera subordinatio vera sufficit, neque est alía per se necessa-
que necessariae efficacitati, et ita impedit quae cognoscit, quia per intellectum opera~ intelligisine aliqua impressíone (ut sic di~ ria, quia r:::x vi huius posita est tata radix
usum libertatis eius. Adde inauditum esse in tur; non cognoscit autem quidquam ex tem- cam) causae, primae in secundam, quae sit et causa illius subordinationis in actu primo.
voluntate actum primum qui non sit ha- pore, sed ex aeternitate; ea autem cognitio quasi usus eius. Verumtamen argumenta fac~ 43. Alia vero est subordinatio in actu
bitus eius; nullaque ratione declarari posse non requirit physicam praedeterminationem ,ta sub nomine ,motionis, applicationis, etc., secundo. Quod autem haec etiam non re~
ad quid talis actus primus necessarius sit, causarum sed aeternam praescientiam om- procedunt de quacumque reali impressione quirat navam actionem qua causa prima con-
praesertim in orrune naturalium actuum, ut nium qu;e in tempore sunt. Similiter 'Verum aut quavis alia vOce significetur. Deinde' ferat secundae aliquid per modum principii
nunc loquimur. est Deum posse sua voluntate aeterna prae .. quod ad subordinationem nihil hoc deser: actualis, ut vacant, duobus tnodis ostendo.
41. Video offerri hoc loco occasionem definire effectus suae providentiae consen- viat, ita óstendo: nam subordinatío ínter Prior est, quia haee actualis subordinatio
t1'8ctandí quamplures difficultates ad liberta~ taneos; posse item voluntates hominum mo- causam secundam et primam' duplex intel- non est denominatio intrínseca in causa se~
tem arbitrii pertinentes, praesertim illas quae vere quo vult, et quando, et quomodo vult; ligi potest. Una 'es!' tadicalis seu aptitudi_ cunda, per se loquendo. Quod patet quia
apud theologos de divina praescientia, prae~ atque ita posse etiam et saepe conferre ho- nalis; quae in -hoc tantum consistit quod solum in hoc consistit quod causa secunda
definitione, praedestinatione et gratia, et de minibus auxilia efficacia gratiae iuxta men- causa secunda non est apta ad agendum nisi pendeat a prima in agendo; si ergo ipsurn
illa maxime quae in efficaci auxilio consistit, suram voluntatis suae; sed haec non perti~ dependenter a causa prima. Radix' autem agere ut sic non est denominatio intrínseca
disputantur. Sed iam praemisimus hoc loco nent ad concursum generalem. Quomodo au- huius subordinationis ex parte ipsius causae in c~usa agente, 'dependentia in ipso agere
nihil nos agere de actionibus supernaturali~ tem fiant, ad supernaturalia theologiae mys- secundae est dependentia essentialis quam ut SIC non erit denominarlo intrinseca, sed
bus nec de efficacia gratiae, sed solum de teria pertinet. Id unum credimus, ad ea orn-
ú44 Disputaciones metafísicas Dispulación XXll.--Sección II 645
----
aCClQn de la causa segunda depende esencialmente de la causa primera como de
fuente primera y principal de su ser; ,luego para que I~ causa segunda, en. cuanto Se responde a los fundamentos de las otras opiniones
agente en acto, se subordine esenc1aln:en~e. a la pnmera, ~o es precIso que 46. Por lo dicho al demostrar nuestra opinión, se ha respondido virtual-
reciba en sí algo nuevo por modo de prmclplO, ya que, atendIendo a esta. faZ??, mente a los fundamentos de la sentencia contraria; no obstante, para explicar
no se suborJina como recipiente, sino como agente; luego esta subordmaclOfl en qué sentido deben entenderse las locuciones de autores muy ponderados, y
se encuentra establecida en la misma acción, en cuanto depende esencialmente de qué manera," con el solo concurso consistente en la acción, se salvan dichas
de la causa primera. locuciones y denominaciones, será preciso responder en particular a cada uno
44. En segundo lugar, se explica 10 mismo porque, aun cuan~o ~d.mitamos de ellos.
que la causa primera produce algo de la segunda por modo d~ p.n~lCIplO, to~a­
vía la causa segunda, en cuanto modificada por todo ese pnnclplO ent~ndido Exposición del principio siguiente: «La causa segunda no obra SU10 movida
precisivamente, queda subordinada a la causa primera sólo en acto pnmero; por la primera»
luego es preciso que en la acción se subordine actualmente por una nueva de-
pendencia en el obrar, como se ha demostrado en lo que precede; luego.!a 47. Así, pues, al primero se dice, en primer Jugar, que el princlplO la causa
subordinación actual del agente, en cuanto agente, no consIste en esa. aCClOn segunda no obra sino movida por la primeta, entendido con tal propiedad que
previa, la cual se ordena solamente a constituir o ~ompletar el acto pnme~~; la causa.• ademas de su ser y de toda la virtud activa connatural que posee, ne-
luego, aunque se suponga constituido sin dicha aCCIón, por la sola efectuaclOn cesite un nuevo movimiento verdadero y real recibido en sí misma para obrar,
y conservación de la causa y de su virtud, todavía se mantendrá íntegra la sub- es falso, según se demostró. Y no aparece profesado en tal sentido por Aristó-
ordinación actual en el obrar. teles en ningún lugar. Por ello, también es falso que se funde en tal principio,
45. En tercer lugar, se adara esto mismo con ejemplos; efe:~ivamente, el así entend;do, ya la reducción de todos los movimientos al primer motor, ya
calor, verbigracia, se subordina a la forma del fuego en la producclOn ~el fue?"o, la de todos los entes al primer ente. Porque aquella argumentación se apoya,
no porque mientras obra reciba en sí de la forma algo fuera de ~u ~l:t1dad, sm? bien en la experiencia física y en el orden de los movimientos sensibles, bien en
por la dependencia de la acción con respecto a aquellos dos. prmc~p!Os~ cons:l- la proporcional dependencia de todos los efectos con respecto a sus causas, pero
tuidos entre sí' de tal suerte que una está bajo el otr?~ es dectr, es mfenor a el, no en aquella misteriosa premoción, que no se fundamenta en ninguna razón.
posterior a él y dependiente de él. De m.anera seme~ante, en. el orden s?brena- Consiguientemente, el razonamiento físico de Aristóteles fue que todo lo que
turru el sacramento del bautismo, por ejemplo, esta subordmado a Cnsto en se mueve es movido por otro, y que todos los movimientos de los cuerpos infe-
el obrar, no porque en la acción actual reciba algo en sí,. según la opi?ión m~s riores se reducen de algún modo al motor del cielo, pero que el cielo mismo es
probable. Y fácilmente pueden encontr~rse. ?tros muchos. eJemplo~ pareCIdos. AS!, 'movi~o· por otro; y de esta manera, como no se puede proceder al infinito, hay
pues, tampoco en virtud de la subordmaclOn es necesano o pOSIble que el con- que detenerse en algún primer motor. El razonamiento metafísico proporcional
curso de la causa primera consista en algo que se confiera por modo de acto será que todo ente que no existe por sí procede de otro, y este otro, si no existe
primero a la causa segunda en la misma acción actual. por sí mismo, también existe por otro, y, no siendo posible proceder al infinito,
habrá que deten~rse en un ente por sí mismo. Y de manera proporcional podrá
desarrollarse el razonamiento entre los agentes en cuanto tales, en virtud de la
tutum sine illa accione, per solam effectio- esencial d~pendencia que hemos explicado; efectivamente, el que no es agente,
extrinseca in hoc consistens quod ípsamet
aedo cau;ae secundae pendet essencialiter a nem et conservationem causae ac virtutis
prima causa tamquam a primo ac praecipuo eius, adhuc manebit integra subordinado ac- Satisfit aliarum opinionum fundamentis cipio sic intellecto fundad, ve! reducrionem
fonte sui esse; ergo ut secunda causa, qua- tualis in agendo. omnium motuum ad primum motorem, vel
tenus ac!U agens est, essentialiter subordi- 45. Tercio declaratur hoc ipsum exem- 46;"" Ex iis quae ,diximus probando n08- omnium entium ad primum ens. Nam illa
fletur prima,e, non est necesse ut aliquid ,plis; nam calor, verbi gratia, subordinatur traro-, sententiam, virtute responsum est ad argumentatio fundatur, ve! in physica ex-
novum per modum principii in se recipia~, formae ignis in agendo ignem, non quia ali- fundamenta contrariae sententiae; ut tamen perientia et ordine sensibilium motuurn ve]
quia secundum hane racionem non subordl- quid in se recipit a forma dum agit, pra~ter déch:iremus quo sensu intelligendae sint gra- in proportionali dependencia omnium effec-
natar ut recipiens, sed ut agens; ergo sub- suam entitatem, sed propter dependentlam vium auctorum locuciones, et quomodo cum tuum a suis causis, non vero in illa occul-
ordinatio haee posita 'est in ipsa actione, actionis ab illis duobus principiis ita ínter s'olQ con,étl.tsu 'éónsistenti in actione salven- tissima praemotione, milla rátione fundata.
quatenus essentialiter pendet a prima ca~sa. se constitutis ut unum sit sub altero, id est, tui Iocutiúnes illae ac denominationes"neces- Itaque discursus physicus Aristotelis fuit
44. Secundo ídem declaratur, nam, hcet ut sit inferius illo, et posteríus illo, et pen- sarium erÍt ad singula sigillatim respondere. omne quod movetur ab alio moveri, om-
admittamus causam primam aliquid efficere nesque motus inferiorum corporum aliqüo
dens ab illo. Similiter in supernaturalibus, Expónitur axioma illud: «Causa secunda non modo reduci ad motum caeli, caelum autem
in secundam per modum principii, adhuc sacramentum, verbi gratia, baptismi est sub-
causa secunda, ut affecta toto ill0 principio qgit n(s{ mota a prima» ipsum moved ab aEo; atque ita, cum non
ordinatum Christo in agendo, non quia in 47. Ad pdmum ergo dicitur, primo, axio- procedatur in infinitum, sistendum esse in'
praecise concepto, est subordinat~ cau~ae actuali actione aliquid in se recipiat, iuxta
primae solum in actu primo; ergo In actlO- ma illud causa secunda non agit nisi mota aliquo primo motore. Discursus autem me-
ne oportet ut actualíter subordinet.ux per ~o­ probabiliorem opinionem: Et ~i!llili~ exem- a prima, intellectum ,in ea proprietate quod . taphysicus proportionalis erit omne ens Quod
pla multa facile possent mvenll'1. Igltur ne- causa, praeter suum esse et omnem virtutem non est a se manare ab alio, et illud aliud,
vam dependendam in agendo, ut lO supeno- que ex vi subordinationis necesse est, aut
ribus probatum est; ergo subordina~io. a~­ agendi connaturalem quam habet, indigeat si non sit a se, rursus esse ab alio, eumque
fieri potest, ut concursus primae causae co~­ novo motu vero ac reali in ipsa recepto ut non possit. procedi in infinitum, sistendum
malis agentis, ut agens est, non conslstlt l~
illa praevia accione, quae tantum ad c~mstl­ sistat in aliquo quod per mo~Ul~ actus prl: agat, falsum esse, ut probatum esto ;N'eque esse in ente a se. Et proportionali mado pot-
mi detur eausae secundae In lpsa actuah invenitur in eO sensu ah Aristotele alicubi erit discursus tieri inter agentia Ut sic, ex·
tuendum ve! comp!endum actum pl'lmu~
pertinet; ergo, quamvis supponatur constl- actione. traditum. Dnde etiam est falsuro irt illo prin- yi essentialis dependentiae a nobis explica-
Disputación XXll.-Sección 1I 647
646 Disputacz'ones metafísicas
ya sea que éste se produzca entonces, ya sea que precediera anteriormente. Por
por sí mismo, debe reducirse a otro en el cual se apoye al qbrar, hasta dete- eso, algunos de los autore.s citad.os, sobre todo San Agustín, no dicen que las
nerse en alguno que sea agente por sí mismo y no se apoye en ningún otro. c~usas segundas sean movldas mlen~ras obran, o que sean movidas para obrar,
Finalmente, puede hacerse un discurso natural por los movimientos sensibles SI~O . que toda ,causa s~g~nda es actlva de tal manera que también es pasiva y
de los c~erpos del universo, mediante los cuales estas cosas corpóreas se aplican movll con algun. mOVImiento; per~ con :sto no expresan una condición que
a obrar o a padecer tal como es preciso para la conservación del universo; tales causas reqUIeran para obrar, 8lO0 la nnperfección y potencialidad que tie-
porque esto es señal de que todas estas cosas están gobernadas por un solo nen por su naturaleza. Esto, empero, es suficiente para que entendamos que
príncipe supremo; consiguientemente, aquella proposición, en "el sentido indi- debe llegarse a alguna causa que obre de tal suerte que no pueda padecer nada.
cado, ni es verdadera ni necesaria para las citadas reducciones.
48. Dónde tiene su origen la expresión sobre la moción de las causas se- Se expone la siguz'ente expresión: «La causa segunda es aplicada
gundas por la primera.- Así, pues, aquella proposición contiene cierta metá- por la primera a obran)
fora y analogía tomada de los instrumentos artificiales, como demuestra muy
bien Fonseca, lib. V Metaph., c. 2, q. 9, seco 2. Efectivamente, porque vernos 49. ~ segundo., la proposición la causa segunda es aplicada por la primera,
que estos instrumentos sensibles, que dependen de nosotros y nos están subor- debe explIcarse de Igual l,llodo que aquella otra: es movida a obrar. Y, en ver-
dinados en el obrar, no' operan si no son movidos por nosotros,. por eso, para dad, Santo Tomás, qne es e! que más parece haber empleado aquella expresión,
explicar la subordinación y esencia! dependencia de las causas seglmdas con I, q. 105, a. 5, ante todo corrige el mismo término, ya que no llama en abso..
respecto a la primera en el obrar, se dice que las causas segundas no obran luto ~ la c~usa primera aplica~iva, sino cuasi aplicativa de la segunda. Además,
sino movidas por la primera. Pero el sentido propio es que no obran sino ayu.. en dicho lugar no hace menCión de otro concurso o moción sino únicamente
dadas por la primera, o (lo qne viene a ser igual) en calidad de cooperadoras de esa aplicación. Por eso, lo que en I-II llamó auxilio de Dio~ que mueve en 1
de la primera. Añádase, además, que es necesario que la causa segunda tenga 10. denominó aplicación de la causa primera. Y ambas no son otra cosa ~ue el
el ser dado y conservado por la primera. Y este continuo influjo de! mismo mismo concurso actual, por no deCir que Santo Tomás ignoró o silenció tal
ser, o de la virtud activa, puede denominarse como cierta moción continua de concurso, cosa que es absurda por sí misma y, además, está en contradicción
la misma causa segunda por la primera. Por otra parte, si la causa segunda ne- con e! propio Santo Tomás, en el citado a. 5, ad 2, donde de tal aplicación con-
cesita una nueva aplicación local o una excitación vital para obrar, también la cluye que es ?na sola. e idéntica l~ acción de la causa primera y la de la segun-
recibe de la causa primera, ya sea operando mediante causas segundas, ya sea, da; 10 cual solo es Cierto por razon del concurso por modo de acción como se
a veces, ,de ella sola; porque en muchas ocasiones obra así, no en virtud del explicará en la sección siguiente. '
concurso general, sino por alguna providencia especial. En este sentido se ex- 50. Por tanto, el mismo concurso actual e inmediato de la acción así como
presa la Escritura en los testimonios allí citados, los cuales, por tanto, no hacen se llama moción en sen~ido traslaticio, así t~mbién se denomina aplic~ción, para
a! caso. Y también en este sentido puede verificarse de alguna manera qne la ·expresar q~~ ~s concedldo por la causa primera en cuanto superior, y que es
causa segunda no obra si no es movida; porque, si es espiritual, obra por una por ella dlrlgldo y ordenado a los fines que pretende, 10 cual constituye nn
acción inmanente previa que recibe en si, con 10 cual sufre mutación; y si es cierto género de aplicación. Esto, y no otra cosa, es 10 que demuestra la razón
corporal, necesita la proximidad local, que recibe mediante algún movimiento, apuntada en aquel segundo argumento. Se entenderá mejor la razón de aquel
p~r aliquem motum, ve! qui tunc fit, vel qui meminit alterius concursus ve! motionis, sed
tae; nam quod non est agens a se, redu~ secundarum a prima, dicuntur causae secun- antea praecesserit. U nde aliqui ex auctoriw tantum illius applicationis. Unde quod in
cendum est in aliud in quo nitatur in agen~ dae non agere nisi motae a prima. Proprius bus citatis, praesertim Augustinus, non di ... I-II vocavit auxilium Dei moventís, in 1
do, donee sistatur in aliquo quod a se sit autem sensus est i11as non agere nísi adiu- eunt causas secundas moveri dum agunt, vel appeIlavit applicationem pdmae causae. Et
agens et in nullo alío nitatur. Denique fieri tas a prima, vel (quod ídem est) ut Coope- moveri ad agenduffi, sed omnem causam se- utrumque nihil aliud est quam ipse actualis
potest dlscursus naturalis ex sensibillbus mo~ rantes primae. Adde praeterea necessarium cundam ita es se activam ut etiam passiva concursus, ne dicamus D. Thomam hunc
tibus eorporum universi, per quos res istae esse ut causa secunda, habeat esse datum et sit et mobilis aliquo motu; in quo non ex- aut ignorasse aut tacuisse, quod et per se
eorporeae ita applieantur ad agendum ve! conservatum a prima. Et hic continuus in- plicant aliquam conditionem quam tales caU- est absurdum et repugnat eidem D. Tho--
patiendum sieut necesse est ad conservatio~ fiuxus ipsius esse, vel vrrtutis activae, potest sae requirant ad agendum, sed imperfectio-- roae, dicto a. 5, ad 2, ubi ex illa applica-
nem universi; nam hoc est signum haee dici quasi continua quaedam motio ipsius nem et potentialitatem quam natura sua ha- tione concludit unam et eamdem esse actio--
omnía ab uno supremo príncipe gubernari; causae secundae a prima. Rursus, si causa bent. Quod etiam est satis ut íntelligamus nem primae et secundae causae; quod so...
illa ergo propositio in dicto sensu nec vera secunda indigeat aliqua nova applicatione deveniendum esse ad aliquam causam quae lum est verum propter concursum per mo-
est neque ad praedictas reduetiones neces~ locali aut excitatione vitaH ad agendum, il- ita agat ut nihil pati possit. dum actionis, ut sequenti sectione declara-
saria. lam etiam habet a causa prima, vel per cau- bitur.
Exponitur haec locutt'o: «Causa secunda ap_ 50. Ipse ergo actualis et immediatus con-
48. Unde ducat originem locutio de mo- sas secundas operante, vel interdum ab ea plicatur a prima ad agendum)
done secundarum causarum a prima.- Con~ sola; saepe enim ita operatur, non ex vi cursus actionis, sicut per translationem di-
tinet igitur illa propositio metaphoram et generalis concursus, sed ex aliqua peculiari 49. Ad secundum, ita est explicanda illa citur motío, ita etiam dicitur applicatio, ut
analogiam quamdam sumptam ex artificia- providentÍa. Quo sensu loquitur Scriptura in propositio: Causa se::unda applicatur a pri- significetur dad a prima causa ut a supe-
libus instrumentis, ut probe notavit Fonse~ testimoniis ibi citatis, quae proinde non sunt ma, sicut illa: Movetur ad agendum. Et riori, et ab ea dirigí et ordinari ad fines a
ca, lib. V Metaph., c. 2, q. 9, sect. 2. Nam, ac;l remo Atque hoc etiam sensu verificari quidem D. Thomas, qui, maxiroe videtur ~e intentos, quod est quoddam applicationis
quia videmus haee sensibilia instrumenta, aliquo modo potest causam secundam non illa locutione usus, 1, q. 105, a. 5, imprimis genus. Et hoc probat ratio tacta in illo se-
quae a nobis in agendo pendent et nobis agere nisi motam; nam si est spiritualis, ipsam vocem corrigit, quia non simpliciter cundo argumento, et nihil aHud. Magisque
subordinantur, non agere nisi mota a nobis, agÍt praevia actione immanenti quam in se appellat causam primam applicanJ.em, sed intelligetur ratio illius vocis seu applicatio~
ideo ad explicandam subordlnationem et es- recipit, et ita mutatur; si vero. sit corpora- quasi applicantem secundam. Deinde ibi non nis, si distinxerimus duplicem appl~cationem,
sentialem dependentiam in agenda causarum lis, indiget propinquitate locali, quam recipit
648 Disputación XXll.-Sección II 649
término «aplicación», si distinguimos dos tipos de aplicación: una previa, como obrru: .~n calidad ?e. instrumento ~e ~sta; porque expresamente enumera esta
condición requerida, acerca de la cual no puede entenderse aquello, según se ha condlclOn como dlstmta de la aplIcacIón y de la eficiencia o conservación de
probado; a la otra la podemos llamar actual o formal, íntimamente incluida la misma ,c~usa segunda ~ de su vJ:tud. Estimo, empero, que Santo Tomás se
en la misma acción; en este sentido, pues, se dice que quien incoa la acción retractó tacltamente de dIcha doctrI~a en !' donde, tratando con gran exacti-
se aplica a la acción; y esa aplicación no es otra cosa que el cumplimiento de tud todos. los modos que la caus~ pnmer~ tIene de obrar con la segunda, omitió
dicha acción; por tanto, de este modo se llama aplicación al mismo concurso aquella. Virtud, cosa que no hubIera. pod.ldo hacer en un lugar propio y desta-
de la causa primera; tal aplicación, sin embargo, no procede de la sola causa cado, SI hubIese pensado que era esenCIalmente necesaria para el concurso de
primera, síno también de la segunda, con ayuda y, desde este punto de vista, la causa primera; tampoco la menciona en III canto Geni., c. 70. Ni es eficaz
asimismo con aplicación de la primera. Porque CDn esta razón de aplicación se el razonamiento que despliega en el citado a. 7 De Potenlia. Porque se funda
expresa la acción atendiendo a su primera emanación a partir de su agente, y en el hecho de que la causa segunda no puede producir el ser de la existencia
por ello, para significar que Dios concurre a ella según toda su razón, se afirma sino por modo de instrumento; 10 cual, hablando del instrumento en sentido
que Dios aplica la causa segunda a obrar. Lo dicho es suficiente a propósito, propio y riguroso, no es cierto, como señalaré en la solución al quinto, y más
de aquella locución. por extenso después, a! tratar de la esencia de la criatura.
53. Con qué acción se perfeccionan los agentes.- Al tercero se responde
En qué consiste que la causa segunda obre en virtud de la primera que aquella excitación es ficticia, a no ser que la misma inclinación natural a
obrar se denomine metafóricamente excitación; pero tal inclinación no se lleva
51. Una expresión distinta que se establece en el mismo argumento, a sa- a cabo por una acción distinta de aquellas con las que son conservadas y ayu-
ber, que la causa segunda obra en virtud de la primera, o que la virtud divina- dadas la causa segunda y su virtud. En cuanto a la razón que en dicho lugar
es virtud de toda causa agente, y otras semejantes que se encuentran en el lib. se- propone, se responde que los agentes creados, cuando obran, no se perfec-
De causis, están expuestas con palabras de Santo Tomás, nI cont. Gent., c. 70:s' cionan con una perfección distinta de la acción misma; y ningún filósofo ex-
donde dice lo que sigue: La virtud del agente inferior depende de la virtud cogitó nunca otra perfección anterior. Por su parte, la acción misma procede
del superior en cuanto el superior da al inferior la virtud de obrar, o la con- inmediatamente de Dios, pero no de El solo, sino junto con la causa segunda.
serva. Y más abajo: Es, pues, necesario que la acción del agente inferior no y si tal acción es inmanente en el agente, será una perfección intrfnseca del
sólo proceda de él por virtud propia, sino también por la virtud de todos los mismo; porque tal agente tiene poder para perfeccionarse a sí mismo, con el
agentes superiores, ya que obra en virtud de todos. Pero obrar en virtud no es debido y adecuado concurso de la causa primera. En cambio, si la acción es
otra cosa que operar mediante la virtud participada de una virtud superior, y transeúnte, la cuestión es si permanece en el agente según algo de ella, o si,
dependiendo en su acción del actua! influjo de ésta. En el mismo sentido, la aunque pase por completo al paciente, debe ,eguir 'llamándose perfección del
virtud divina se 'llama virtud de todas las causas, ya que conserva y ayuda en , agente; - de todo esto trataremos en su lugar oportuno, ya que nada interesa
acto a todas. Así, pues, estas dos cosas son suficientes y esencialmente requeri- para el presente cometido; pues cualquiera de estas cosas que se afirme, es su-
das para la verdad de semejantes expresiones. ficiente para esta perfección del concurso de la primera causa por modo de
52. Es cierto que Santo Tomás, q. 3 De Potentia, a. 7, añade una tercera: acción.
la virtud ínstrumental fluyente que la causa segunda recibe de la primera para
aliam praeviam, ut conditionem requisitam, agit in virtute primae, seu quod virtus di-
de qua non potest illud intelligi, ut osten- vina est virtus omnis causae agentis, et aliae instrumentum eius; diserte enim hane nu- naturalis inclinatio ad agendum díeator ex-
sum est; aliam vocare possumus actualem similes quae habentur libro de Causis, ex- merat tamquam distinctam .ab applicatione citatío; ilIa autem inclinatio non est per
seu forroalero, intime inclusam in ipsa ae- panuntur verbis D. Thomae, III cont. Gent'? et ab efficientia seu conservatione ipsius cau- actionem distinetam ab illís quibus causa
tione; s-ic enim, qui actionem inchoat, di- e. 70, ubi sic ait: Virtus inferioris agentis sae secundae et virtutis eius. Existimo ta- secunda et virtus eius conservantur et ad-
citur tune se applicare ad actionem; quae pendet ex virtute superioris, in quanlum su- men D, Thomam tacite retractas se illam iuvantur. Ad rationero vero ibi propositam
applicatio non est aliud quam exhibitio illius perior dat inferiori virtutem agendi, veZ con- doctrinam in 1, ubi, exquisite tractans om- respondetur agentia creata, dum agunt, non
actionis; hoc ergo modo vocatur applieatio servat eam. Et infra: Oportet igitur quod nem modum quo causa prima operatur cum perfid perfectione distincta ab ipsa aetione;
ipse eoncursus primae causae; tamen illa actio inferioris agentis non solum sit ah eo secunda, illam virtutem omisit, quod facere neque ullus unquaro philosophorum aliquam
applieatio non est a sola prima causa, sed per virtutem propriam, sed per virtutem non potuisset in proprio ae praecipuo loco, priorero perfectionem excogitavit. Aetio yero
etiaro a secunda, adiuvante prima, et sub omnium superiorum agentium; agit enim in si existimasset esse per se necessariam ad ipsa ab ipso Deo est immediate, non tamen
hae ratione etiam applicante. Sub hae eniro virtute omnium. Agere enim in vírtute nihil concursum primae causae, et siroiliter II! ah iIlo solo, sed cum ipsa causa secunda.
ratione applicationis significatur aecio seeun- aliud est quam agere per virtutero partici- cont. Gent., c. 70, illius non meminit. Nec Quod si talis actio sit immanens in agente,
duro primaro eroanationem a suo agente, et pataro a superiori virtute, et dependenter in, discursus quem fadt in dicto a. 7 de Po- erit perfectio eius intrinseca; tale enim agens
ideo, ut signifieetur Deuro eoncurrere ad sua actione ab aetuali influxu eius. Et ea- tentía est efficax. Fundatur enim in eo quod habet vim seipsum perficiendi, cum debito
illam seeunduro omnem rationero eius, di- dem modo dieitur virtus divina virtus om- causa secunda non potest efficere esse exi- et accornmodato concursu primae eausae. Si
citur Deus applieare eausam seeundaro ad nium causarum, quia omnes conservat et stentíae nisi per modum instrumeilti; quod, vero actio sit transiens, quaestio est an se-
agenduro. Et haee satis aunt ad illam locu- omnes actu adiuvat. Haee ergo duo SUffiA r·roprie et in rigore loquendo de instru- cundum aliquid suí maneat in agente, vel
tionero. ciunt, ct per se requiruntur ad veritatem mento, veruro non est, ut in solutione ad an, !icet omnino transeat in passum, etiam
similium locutionum. quintum attíngam, et latius jnfra, disputan- ibi sit dicenda perfectio agentis; de quibus
Quid sit causam secundam agere in virtute 52. Verum est D. Thomam, q. 3 de Po- do de essentia creaturae. suo loco dicemus, 11am ad praesens nil re~
primae tentia, a. 7, addere tertium, nimirum, vir- 52. Agentia qua actione perficiantur.- ferunt; quidquid enim horum dicatur, suf-
51. Alia yero locutio in eadero argu- tutem instrumentalem fluentem quam reciA Ad tertium respondetur illam excitationem fidt ad hanc perfectionem concursus primae
mento pasita, scilicet, quod causa secunda pit causa secunda a prima ut agat. tarnquam,· commenticiaro esse, nisi metaphorice ipsamet causae per modum actioIÚs. .
650 Disputaciones metafisicas
Disputación XXIl.-Sección II 651
54. Por qué se dice que las causas segundas son instrumentos de la pri-
mera.- Las razones cuarta y quinta, con todo 10 que en ellas se apunta, han esencialmente a la perfección, hablando en general, sino que sólo deben aña-
sido tratadas y resueltas al demostrar la segunda afirmación, excepto dos puntos dirse tales principios cuando intervenga alguna especial y verdadera causa y
que se insinúan en la razón quinta. Uno es que las causas segundas no obran necesidad 0, por 10 menos, utilidad.
como instrumentos de la primera; y éste es fácil, pues, aunque a veces se de- 5l? Cómo procede de Dios el que la causa segunda obre.- Así, pues, a
signen de esa manera para indicar la dependencia que, tienen en su obrar con la pnmera demos~ración se respond: que es 10 mismo el que la causa segunda
respecto a la causa primera, sin embargo no son propia y rigurosamente instru- depen~a de la p!lmera en la causaClón que el que dependa en su acción, o (lo
mentos, sino causas principales en su orden, puesto que, mediante sus virtudes que ~Iene a ser Igual) en su causalidad; porque, si depende en su ser y en toda
propias y suficientes en su orden, obran y producen efectos semejantes a ellas, su VIrtud, y además en su acción y causalidad, ¿en qué otra cosa puede o debe
como observó Santo Tomás, De Verit., q. 24, a. 1, ad 4 y 5; Y Escoto, In IV, depender? Pues lo que allí se añade acerca de este complejo la causa segunda
disto 1, q. 1, ad u1t.; y más arriba, al explicar las divisiones de la causa eficien- obra, no e,s, nada nuevo, ya que el que la ~riatura obre no es otra cosa que el
te, hemos declarado lo mismo. Omito también que en los instrumentos en se~R q¡ ue lal.acclOn proceda de ella. Por eso, la pnmera causa, al producir esta acción,
tido riguroso no es necesario que, antes de obrar, reciban en sí de la causa a rea Iza en cuanto procedente de tal causa. Porque, aun cuando la relación
principal algo por modo de principio y distinto de su entidad, de lo cual me de la acción a la causa segunda, concebida precisivamente, no mire a Dios como
ocnpo en otro lugar. El otro punto era acerca del orden de prioridad y poste- término de dicha relación, sin embargo, en cuanto es algo en la realidad, es
rioridad natural que se da entre las acciones de la causa primera y de la se- producida por Dios, como también la pasión en cuanto pasión no se refiere a
gunda; de él trataré en la sección siguiente. Dios, pero es producida por Dios; así, pues, en este sentido, el hecho de que
55. Dónde radica la perfección de la causa primera al concurrir con las la criatura obre, procede también de Dios.
segundas.- Al sexto fundamento, se niega absolutamente la afirmación, a sa- 57. Y 10 mismo sucede con aquella otra expresión: La causa primera
ber, que Dios concurriría más perfectamente si concurriera infundi~ndo algo hace que la segunda haga, si la partícula que no denota otra cosa que la dona-
actual por modo de principio; porque la perfección mayor no consIste en la ción de la virtud y del concurso físico necesario para obrar; en cambio, si de-
multiplicación de las entidades, de los principios o de los influjos, pues de lo signa una especial relación de finalidad, de suerte que signifique que la causa
contrario habrían de multiplicarse hasta el infinito estas cosas, sino que la ma- primera intenta especialmente toda acción de la causa segunda en particular,
yor perfección consiste en que cada cosa se haga con su debido peso, n.úmero ello es cierto en muchas ocasiones, mas no siempre es necesario; porque algu-
y medida. As!, pues, dos son las cosas que pertenecen a la suma perfección de nas acciones no las intenta, sino que las permite; y entonces Dios no hace pro-
la causa primera, en cuanto opera y coopera en las causas y con las causas se- piamente en ese sentido que la criatura haga, tlino permite que haga y coopera
gundas: una, que en la causa segunda no haya ninguna virtud, acto. primero a lo que ella hace. Por tanto, no corresponde a la perfección de la causa pri-
o condición requerida, que verdaderamente sea algo, y que no haya SIdo dado mera el concurrir de ese modo en general y a todas las cosas, sino que más bien
y conservado por la primera; otra, que la acción de .la criatura no pued~ ~ea­ está fuera de su sabiduría y su bondad. De esta manera puede retorcerse el ar-
lizarse sin el actoal influjo inmediato de la causa prnnera. Pero la muluphca- gumento en contrario, porque de la opinión opuesta se sigue que Dios hace,
ción de los principios activos, o de las condiciones necesarias, no pertenece en general, que obren incluso aquellos que obran mal, pues mediante su acción
propia, procedente de su sola voluntad, los determina a obrar; pero de esta ra-
54. Causae secundae cur dicantur instru- rioris natura qui inter actiones causae pri-
menta primae.- Quarta et quinta ratio, cum mae et secundae intercedít, de qua dieam ditionum necessariarum, per se non pertinet hoc igitur modo creaturam agere est etiam
omnibus quae in eis tanguntur, tractata sunt sectione sequenti. ' ad perfeetionem, generatim loquendo, sed a Deo.
et expedita inter probandam secundam 55. In qua sita perfectio causae primae ibi tantum addenda sunt taHa principia, ubi 57. Atque idem est de illa Iocutione:
assertionem, praeter duo puncta quae in concurrentis cum secundis.- Ad sextum specialis aliqua ac vera causa et necessitas, Prima causa facit ut secunda faciat, si par-
quinta ratione insinuantur. Unum est cau- fundamentum, simpliciter negatur assump- vel saltem utilitas intercesserit. tícula ut nihil aliud denotet quam collatio-
sas secundas non agere ut instrumenta pri- tum, nimirum perfectius concursurum 56. Causam secundam agere, guomodo a nem virtutis et phys'ici concursus necessarii
mae, quod est fadle, nam, licet inter~um Deum si concurrat influendo aliquid ac- Deo.- Ad- primam itaque probationem re- ad oper!'l.ndum. Si vero denotet peeuliarem
ita appellentur ad indieandam dependenuaro tuale per modum principii; non enim con- spondetur idem esse causam secundam pen- habitudinem finís, ita ut significetur primam
quam in operando habent a prima causa, sistit maior perfectio in multiplicatione eD- dere__ 3 prima in causando et pendere in ac- causam peculiariter intendere omnem actio-
tamen non sunt proprie et rigorose instru- titatum, principiorum aut influxuum, alioqui tione sua, seu (quod idem est) in causalitate nem causae secundae in particulari, est qui-
menta, sed causae principales in suo ordine; essent haec infinite multiplicanda; sed con- sua; nam si pendet in suo esse, et in tata dem id saepe verum, non tamen est semper
nam per proprias virtutes, et in ~u? ~rd~e sistit maior perfectio in hoc quod singula virtute sua et ulterius in actione et CaUsa-
j necessarium; aliquas enim actiones nOD in-
sufficientes, agunt, et effectus slb! slmt1es fiant in debito pondere, numero et mensura. litate sua, in quo aUo pendere debet aut tendit, sed permittit; et tunc non proprie
producu~t, ut notavit D. Thomas, q. 24 de Duo ergo spectant ad summam perfcctio- potest? Nam quod ibi additur de hoc com- in eo sensu faeit Deus ut creatura faciat,
Veritat., a. 1, ad 4 et 5; et Scott;s, In I~, nem causae primae, ut operantis et' eoope- plexo causam secundam agere, nihil novum sed permittit ut fadat eique facienti eoope-
disto 1, q. 1, ad uIt.; et supenus, exph- rantis in causis et curo causis ,seeundis: est, nam creaturam agere Olhil est aliud ratur. Dnde non pertinet ad perfectionem
cando divisiones causae efficientis, idem de- unum est ut nihil virtutis vel aetus primi, quarn actionem ab illa prodire. Unde prima primae causae ut ln uDiversum et ad omnia
claravimus. Omitto etiam in rigorosis in- ve! conditionis requisitae, quae vere sit ali- causa, efficiendo hanc actionem, efficit illam concurrat i110 modo, sed potius est praeter
strumentis non esse necessarium ut, prius- quid, reperiatur in causa secun.da, qUO? non ut prodeuntem a tali causa. Nam licet ha- sapientiam et bonitatem eius. Atque ita pot-
quam agant, in se recipiant a causa prin- sit datum et conservatum a prtma; aIlUd Ut bitudo actionis ad causam secundam prae- est argumentum in contrarium retorqueri,
cipali aliquid per modum principii, a sua aetio creaturae fieri non possit sine actuali cise concepta non respiciat Deum ut termi- nam ex opposita sententia sequitur Deuro
entitate distinctum, de qua alias. Aliud immediam influxu causae primae. Multipli- num illius habitudinis, tamen, ut est aliquid iD universum faceJ:e ut facíant etiam ii qui
punctum erat de ordine prioris et poste- cario autem principiorum agendi, vel con- in re, ab ipso Deo fit, sieut etiam passio Ut male fadunt; quia per propriam actionem
passio Don respicit Deum, fit tamen' a Deo; suam a sola sua voluntate prodetmtem eos
653
652 Disputaciones metafísicas ----------
----------------- -------''-----'--
bien, lo cual pertenece no sólo al perfecto dominio, sino también a la infinita
zón hablaremos por extenso en la sección 4. Finalmente, de otra manera, y en bondad y sabiduría de Dios.
sentido moral, se dice que Dios hace que los hombres hagan, con ilustraciones 60. De qué manera pertenece la acczan de la cnatura al dominio de Dios.-
e inspiraciones, a la manera como aparece en la Escritura dicha locución; mas Con esto se entiende, por último, que no siempre la acción de la criatura per-
no pertenece al concurso de la causa primera, sino al orden de la gracia o de tenece al uso positivo del dominio de Dios, sino que hay que emplear una dis-
una providencia divina especial, cuya consideración no es propia de este lugar. tinción; efectivamente, en cuanto dicha acción procede de Dios, pertenece pro-
58. De qué manera utiliza Dios las causas necesarias.- Lo que se dice piamente al uso de su dominio, ya que depende de su potestad y libertad; en
últimamente en aquel argumento, que incumbe al perfecto dominio' de la causa cambio, en cuanto proviene de la voluntad creada, si es buena y conforme a
primera el utilizar las causas segundas para sus propios fines, es certísimo; pero la voluntad de Dios, también se realizará en virtud del uso positivo de su do-
es falso e infundado suponer que esta utilización consiste en que siempre rea- minio, en la medida en que la manda o mueve a ella; pero si es mala, se se-
liza sobre la criatura algo distinto de ella y de su virtud natural. En verdad, guirá únicamente del uso negativo, a saber, porque no la impide, pudiendo
Dios puede, a veces, aumentar de este modo la virtud activa, si quiere, o suplir hacerlo.
todo lo que fa~te a la criatura; sin embargo, el que esto sea siempre necesario
no pertenece al dominio o al uso conveniente de las criaturas, sino que Dios se SECCIONIJI
valdrá más fáci1.~ente de sus criaturas si entendemos que les concedió virtudes EN QUÉ RELACIÓN ESTÁ EL CONCURSO DIVINO CON LA ACCIÓN DE LA CAUSA SE-
completas en su género y todas las condiciones requeridas, con las cuales, si El GUNDA Y CON EL SUJETO DE DICHA ACCIÓN
quiere añadir su concurso, ellas harán lo que El determine; y esto es utilizarlas
para obrar. 1. Motivo de duda por ambas partes.- Este titulo comprende muchos pun-
59. Cómo utiliza las libres.- Aunque este modo de valerse de la causa tos que son necesarios para explicar con mayor exa~titud qué es e~;e concu.rso
segunda exige algo especial en la cansa libre, porque ella, puestos todos los re- de Dios, y pueden resolverse brevemente por 10 dIcho en la. seCClon anterIOr,
quisitos previos para obrar, y preparado asimismo el concurso de Dios del modo sin acumulación de opiniones y argumentos. El primero es SI el concurso d!!
que explicaremos en la sección 4, no obra inmediatamente una sola cosa de Dios y la criatura constituyen una sola acción o varias. Que sean varias, lo da
maoera determinada, por lo que, si Dios quiere utilizarla para algún efecto de- a entender no sólo la multiplicidad de principios, sino también el orden natu-
terminado, tiene un modo especial, más bien moral que físico, según el cual 10 ral, según el cual se considera que el concurso. de Dios es ~nter~o1". al d~ la
hace; unas veces, propiamente, actuando y moviendo, como sucede con los bue- -criatura. En cambio) que sea una parece persuadIdo, tanto el mfluJo mmedlato
nos; otras, dejando y permitiendo, como con los malos. Y esto pertenece a la de Dios sobre la acción misma de la criatura, como el hecho de que no se da
infinita sabiduria de- Dios por la que conoce previamente qué va a hacer la causa acción en orden a la acción.
libre en cualquier ocasión y con cualesquiera circunstancias; y no corresponde La acción de la causa primera y la de la segunda es una sola
al presente lugar exponer esto con mayor amplitud. Unicamente advierto que,
cuando Dios concurre con la voluntad creada a un acto malo, no se vale pro- 2. Esta última parte es sin duda verdadera, y la enseña expresamente Santo
piamente de la voluntad para dicho acto (pues no es posible que Dios pretenda Tomás, en 1, q. 105, a. 5, ad 2, donde responde, al mismo tiempo, al primer
ese acto), sino que utiliza la voluntad que de esa manera obra mal para algún motivo de duda señalado por nosotros, diciendo: Una sola acción no procede

det~rminat ut ita faciant; de qua ratione tiones amnes requisitas, cum quíbus, si ipse luntate sic male agente ad aliquod bonum, da sunt ad declarandum exactius quid :sit
dicemus plura in sectione quarta. Alio tan- concursum adiungere voluerit, Íadent illae quod pertinet et ad perfecturn dominium, et hie concursus Dei, possuntque ex dictis in
dem ac morali modo dicitur Deus facere ut quod ipse decreverit; quod est mi illis ad ad infinitam Dei bonitatem et sapientiam. seetione praecedenti, absque opinianum et
homines faciant, illustrationibus et inspira- agendum. 60. Creaturae aedo qualiter ad dominium argumentorum multitudine, breviter expedi-
tionibus, quomodo in. Scriptura reperitur illa 59. Qualiter liberis.- Quamquam hie Dei. pertineat.- Ex quo tandem intelligitur rí. Primum est an concursus Dei et crea-
Iocutio; non tarnen pertinet ad concursum modus utendi causa secunda peculiare ali- non semper actionem creaturae. pertinere ad turae sint una aetio ve! pIures. Nam quod
prirnae causae, sed ad ordinern gratiae veI quid requirat in causa libera, nam illa, po- U~1.J,ll1 positivum dominii Dei, sed partitione sint pIures, indicat tum muItitudo princip~o­
specialis providentÍae divinae, cuius consi- sitis omnibus praerequisitÍs ad agendum, et uteIldum esse; nam quatenus illa aetio est rum, tum ordo naturae, quo censetur pnor
deratío non est huius loci. praeparato etiam eoncursu Dei eo modo quo ,a Deo, pertinet proprie ad usum dominii Dei concursus quam creaturae. Quod vero
58. Qualiter Deus utatur eausis neeessa- explicabimus sectione 4, non statÍm opera- eius, quin ex eius potestate et libertate pen- sit una, videtur convincere, tum immediatus
riis.- Quod tandern in ea argumento dici- tur unum determinate, et ideo, si Deus uti det; quatenu$ vero est a voluntate creata, infiuxus Dei in actionem ipsam creaturae,
tur, ad perfectum dominium primae causae illa vu!t ad aliquem determinatum etfectum, si sit bona et conformis voluntati Dei, erit
habet peculiarem modum, moralem potius etiam ex positivo usu dominii eius, quate- !Um quod ad actionem non est actio.
pertinere ut utatur causis secundis ad suos
ipsius fines, verissimum est; Íalso tarnen et guam physicurn, quo id fadt. Interdurn pro- nus illám imperat vel ad illam movet; si
sine fundamento fingitur hune usum consi- prie agendo ac movendo, ut in bonis, inter- vero sit mala, erit tantum ex usu negativo,
stere in hoc quad semper agat cirea ereatu- dum sinendo ac permittendo, ut in malis. quia nimirum ilIaro non impedit, cum passit. Aetionem eausae primae et seeundae
ram aIiquid distÍnetum ab ipsa et a naturali Quod spectat ad i11am infinitam Dei sapien- unam esse
virtute eius. Potest quidem Deus interdum tiam qua praenoscit quid causa libera, in SECTIO III
hoc modo augere virtutem agendi, si velit, quacumque occasione et curo quibuscumque ~UOMODO COMJ;'ARETUR CONCURSUS DEI AD 2. Atque haec posterior pars est sine du-
veI supplere quidquid creaturae defuerit; circumstantiis, operatura sit; quod amplius ACTIONEM CAUSAE SECUNDAE BT AD SUBIEC- bio vera eamque expresse docet D. Thomas,
tamen, Quod hoc semper sit necessarium, exponere non est huius loci. IlIud solum
non pertinet ad dominiurn veI convenientem adverto, cum Deus concurrit cum vo!untate
TUM EIUS
I, q. 105, a. 51 ad 2" u~i si~ul rest-:0ndet
usum creaturarum, sed facilius utetur Deus creata ad actum malurn, non proprie uti va.... l. Dubitandi utnnque, ratio.- Multa in ad primam raUonem dubltandl a nO~ls .po-
creaturis suis, si intelligamus dedisse illis Iuntate ad illuro actum (absit enim quod hoc titulo comprehenduntur quae necessa- sitam, dicens: Una aedo non proeedtt a
completas virtutes in SUD genere et condi- Deus illum actum intendat), sed utitU!' vo-
Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Sección III 655
654
de dos agentes (súplase totales) de un mismo orden, pero nada impide que una de Dios solo y o:ra de l.a, causa segunda, que terminan en un solo e idéntico
sola e idéntica acción proceda del agente primero y del segundo. Añádase: Más efecto, p~egunto ~l la ~cclOn. de la causa segunda procede únicamente de ella y
aún, ello es necesario, porque depende de uno y otro esencial e inmediatamente no de DlOS es.enclal c. mmedIatamente. Y de ningún modo puede afirmarse esto;
en sn género. Lo mismo defiende Santo Tomás en UI cont. Gent., C. 70; Y Egi- de lo co,:trano, se sIgue que sólo el efecto de la causa segunda es producido
dio, In ll, disto 1, q. 2, a. 6; y en el mismo lugar Capréolo, q. 2, a. 3, al argu- por. la pr1~er~,. pero no l~ acción misma; el consecuente es enteramente falso
mento de Durando contra la 6." conclusión. Por último, ninguno que piense y vIene a mCldrr en la opmión de Durando arriba tratada. Por eso Santo To-
rectamente acerca del concurso divino disiente en realidad de esta opinión; no más y otros teólogos enseñan que Dios no sólo es causa esencial 'e inmediata
obstante, para que se comprenda la diversidad que puede baber en la manera e? su orden de todos l?s efectos de las criaturas, sino también de todas las ac-
de explicarse, hago notar que existen dos opiniones sobre la acción transeúnte Clones; y en e~te sentIdo ~a~la también la Escritura cuando atribuye a Dios
de Dios. todas las operac;ones ~ movlmlento~ de las criaturas; y en el Evangelio de San
3. ¿Es inmanente o transeúnte la accton por la que Dios concurre?- Afir- Juan, c. 1, se dIce: Sm El no ha ..do hecho nada; pero la acción de la criatura
man algunos que la acción de Dios nunca es formalmente transeúnte, sino que . en c.uanto tal es algo; luego no se bace sin el influjo actual de Dios. Y resulta
la sola volnntad de Dios es su acción, y que aquella otra acción qne pasa a una ~ar:lfiesto por la razón, pues, o la acción de la criatura no es en realidad algo
materia extrínseca no se refiere a Dios como acción, sino como efecto de su distmto de su efecto, y entonces es necesario que procedan de las mismas cau-
acción; de acuerdo con esta explicación, se distinguen en grado sumo la ac- sas, ya que so~ lo m1Smo; o es un modo ex natura reí distinto del efecto y
ción de Dios y la acción de la criatura como una cosa increada y otra creada. ,en ese caso. tIene alguna. razón r;al que es preciso que dependa inmedi~ta­
Sin embargo, es cierto, incluso según esta opinión, que la acción de la criatura l1?ent:, d~ DlOS, con la mIsma. razon, ? mayor, que los demás. en:es por parti-
procede inmediatamente por sí misma, no sólo de la causa segunda, sino tam- c.I~aclOn, porque el ser qu~ tIene segun su modo es un ser dlsmmuido y par-
bién de la virtud o acción interna de Dios, ya deba llamarse a tal acción de~ tlClp~do y, por ta~~o, esenCIalmente dependiente del primer ser. En cambio, si
la criatura, por comparación con Dios, acción, ya efecto de El, 10 cual puede ser se. dIce ';lue la aCCI?n de la ~ausa ~egunda no procede de ella sola, sino que al
cuestión de nombre. Por eso, para eliminar la equivocidad, cabe decir, según Dllsmo tiempo prOVIene esenCIal e mmediatamente de la causa primera entonces
esta opinión, que el concurso interno de Dios se distingue de la acción de la es una sola e idéntica la a~~ión. d7 ambas causas, que es lo que pre~endemos;
criatura, mientras que el concurso externo o transeúnte se identifica con la ac- y resulta superflua otra aCClon dlstmta que proceda de la sola causa. primera en
ción de la causa segunda, bien sea que se encuentre en ella por modo de ac- orden al mIsmo efecto, ya que con la primera acción influye suficientemente
ción, bien por modo de primer efecto. La otra opinión, más cierta, es la que en 'él, según su orden.
defendimos anteriormente: que la acción transeúnte Y procedente de Dios es ac- 5: _ La acción ~~ la causa segunda depende por sí misma de Dios.- Quizá
ción de Dios en sentido verdadero, y que su voluntad concurre más bien por se dl!,a que la aCClOn de la causa segunda procede también de la primera, pero
modo de principio; de esta manera resulta evidente, no sólo en la realidad, sino de dIverso modo; porque procede de la segunda inmediatamente por sí misma
también en la expresión, que es una e idéntica la acción de la causa primera y de la primera, en cambio, por otra acción propia de solo Dios también tran~
y la de la segunda. seÚllte y existente fuera de Dios; pues en este sentido hablardos ahora. Pero
4. Dios es causa de todos los efectos Y acciones de la criatura.- Y de- semejante multiplicación de acciones es improcedente y contraria a toda razón
muestro esto más todavía, porque si en aquel efecto se dan dos acciones, una
duobus agentibus (supple totalibus) unius Nihilominus tamen verum est, etiam iuxta actiones, ·una solius Dei et altera causae se- necesse est immediate pendere a Deo ea-
ordinis, sed nihil prohibet quod una et ea- hanc sententiam} actionem creaturae per cundae, terminatae ad unum et eumdem ef- dem vel maiori ratione qua caetera ~ntia
dem actio procedat a primo et secundo agen- seipsam immediate manare non solum a cau- fectum, interrogo an aetio causae secundae per participationem; quia illud esse quod
te. Adde: Immo neeessarium est, quia ab sa secunda, sed etiam a vrrtute vel acdone ~it a sola illa et non a Deo per se et im- habet secundum modum suum, est esse di-
utroque essentialiter et immediate in suo interna Dei) sive illa acdo creaturae corn- ,,',m.ediate. ~t hoc did Dullo modo potest; minutum et participatum, ac proinde per se
genere pendet. Idem habet D. Thoroas, 111 paratione Dei dicenda sit actio, sive effectus alias seqmtur effeetum soIuín causae seCUD- pendens a primo ente. Si yero dicatur ac-
eius, quod ad nomen pertinere potest. Dnde Qae, fieri a prima, non tamen actionem ip- tionem causae seeundae non esse a sola illa
cont. Gent., c. 70; et Aegid., In I1, disto 1,
q. 2, a. 6; et ibi Capreol., q. 2, a. 3, ad ad tollendam aequivoeationem, did potest, ,sam; consequens est omnino faIsuro et in- sed simul esse per se et immediate a prim~
argo Durand. cont. 6 eonel. Denique ab hac in ea opinione, concursum internum Dei. ddens i~ opinionem Durandi supra tracta- causa, ergo est una et eadem actio utriusque
sententia nullus qui recte sentiat de divino distinguí ab actione creaturae, concursum t am . Et Ideo D. Thom. et alii theologi non causae, quod intendimus; et superflua est
concurso in re dissentit; tamen, ut intel- autem externum seu transeuntem esse idem ~olum .docent. esse Deum causam per se et aJia distineta actio quae sit a sola causa
ligatur diversitas quae esse potest in modo curo actione causae secundae, sive in illa 1mmedtatam m suo ordjne omnium effec- prima ad eumdem effectum, quia per prio-
explicandi, adverto de aetione Dei transeun- sit per modum actionis, sive per modum tuum creaturaruro, sed etiam omnium ac- rem actionem sufficienter influit in illum
primi effeetus. Alia opinio et veriar est, tionum;. et. ita etiam_loquitur Scriptura, cum
te duplicem esse opinionem. quam supra defendimus, actionem transeun- in suo ardine.
3. Actio qua Deus concurrit, num im- Deo trlblllt omnes operationes et matus 5. Actio causae secundae per seipsam a
manens, an transiens.- Quidam asserunt ac- tero et manantem a Deo esse vere actionero ~reaturarum; et loannis, 1, dicitur: Sinf:!
Dei, voIuntatem autem eius potius concur- Deo pendet.- Dicetur fortasse actionem
tionem Dei nunquam esse formaliter trans- 'lpSO factum est nihil; actio autem creaturae causae 5eeundae esse etiam a prima, tamen
euntem, sed solam Dei voluntatem esse ac- rere per moduro prindpii; atque ita tum in ut sic aliquid est; non ergo tit sine actuali
re, turo in modo loquendi, est evidens unam diverso modo; nam a secunda est imme-
tionem eius, eam yero actionem quae in ex- influxu De}. Et ratione patet, quia vel actio
et eamdem esse actionem causae primae et diate per seipsam, a prima vero est per
trinsecam materiam transit non comparad creaturac lO re non est ~liquid distinctum
secundae. ab effectli eius, et sic necesse est ut ab eis- aliam actio~em propriam solius Dei, tran~
ad Deum ut actionem, sed ut effectum ac- 4. Deus est causa omnium effectuum et seuntem etlam et extra Deum existentem;
tionis eius; iuxta quem loquendi modum dem camis manent, quia sunt idem' ve1 est
distinguuntur maxime actio Dei et actio
actionum creaturae.- Quod ita ulterius de- modus ex natura rei distinetus ab' effectu ita ~nim loquimur nunc. Sed ha~e multipli-
lCl'eaturae tarnquam res inereata et creata.
monstrO, quia si in illo effeetu sunt duae et sic habet aliquam rationem realem qua~ catio actionum impertinens est et contra
DisputaciónXXIl.-Sección II_I__________________6_5_7
656 ~~~~ .. ~-_._-~_ .._ .. _ .
Disputaciones metafísicas
sentido no sólo la acción de la causa segunda, sino también la aCClOD transeúnte
filosófica; pues en orden a la acción transeúnte no se da otra acción, sobre todo de la causa primera, tanto -cuando opera con la criatura comO cuando obra sola,
que sea asimismo transeúnte; de lo contrario incurriríamos en un proceso al procede y depende de la acción interna de Dios. Y parece que debe tomarse
infinito. Porque acerca de aquella prü:nera acción que se dice que procede de Dios en el mismo sentido lo que dice Santo Tomás, In lll, disto 23, q. 3, a. 1, que
solo, preguntaré si se da mediante otra acción también transeúnte o por sí las acciones de todos los agentes segundos se fundan en la acción del primer
misma. Si por otra, seguiremos avanzando, y así hasta el infinito; si por sí mis- agente, ya que todas se fundan de alguna manera en la divina voluntad. Sin
ma, eso se dirá más bien de una primera acción que, así como fluye por sí embargo, ya hemos dicho anteriormente que este acto interno de la voluntad
de la causa segunda, fluya igualmente por sí de la causa primera, ya que no de Dios no tiene propia razón de acción, la cual expresa un flujo y tendencia
hay ninguna contradicción en que emane por sí de ambas, puesto que perte- al término, sino que tiene más bien razón de principio, porque, o es la misma
nece a órdenes diversos, como dijo Santo Tomás arriba. Ni puede señalarse ma- omnipotencia de Dios, 0, si se distingue conceptualmente, se comporta como
yor repuguancia en el hecho de que proceda por sí misma de la causa primera aplicativa de la omnipotencia de Dios a obrar.
que en el hecho de que provenga mediante otra acción; es más, esto último 8. En el segundo sentido, en cambio, la acción exterior de Dios y la de
repugna en mucho mayor medida, ya que va contra la razón de acción en cuanto
la criatura es una sola e idéntica, según hemos dicho. Y por eso, atendiendo a
tal el ser término de otra acción. Resta, pues, que el concurso de Dios ad extr~
ésta razón, la acción de la criatura no puede emanar o depender propiamente
no es otra cosa que la mÍsma acción de la causa segunda, en cuanto fluye esen-
de la acción de Dios ni, a la inversa, la acción de Dios puede causar propia-
cial e inmediatamente de la primera.
mente la acción de la criatura, ya que una cosa no se causa a sí misma ni de-
pende de sí misma. Además, porque la acción en cuanto acción sólo es causa
de su término, y no es causa sino por modo de vía; pero la acción de Dios no
Si la acción de la causa segunda procede de la acción de la primera es vía para la acción de la criatura, sino para el efecto, ni la acción es término
de una acción. Así, pues, al influjo universal de la causa primera únicamente
6. Con esto se resuelve fácilmente otro punto perteneciente a esta sección, pertenece el que toda acción de la causa segunda proceda de la voluntad y
a saber., si puede decirse que la acción de la causa segunda es producida, ema- potencia de la misma causa primera, mas no que proceda mediante otra acción
na o procede del concurso o acción de la causa primera, o si, inversamente, la externa, sino que puede proceder por sí misma inmediatamente de la voluntad
acción de la causa primera causa la acción de la causa segunda. Porque parece o virtud de Dios. Por eso, cuando se dice que la acción de la criatura depende
que todos los autores hablan en este sentido, y da la impresión de que ello del influjo o concurso de Dios, o se toma el concurSO por el acto interno e in-
pertenece a la universal influencia de la causa primera. Además, la acción' de lllanente, en cuanto influye en la acción externa, o la expresión no debe con-
la criatura procede de Dios; luego depende de la acción de Dios. Por último, siderarse en sentido transitivo (por así decirlo) sino según la razón. Pero será
de esta manera la acción divina tiene prioridad natural sobre la acción de la ipás propio decir que la acción de la criatura procede también de Dios y, en
criatura, cuanto tal, es el mismo concurso de Dios a la acción de la causa segunda, de
7. Debe decirse, empero, con Capréolo, In ll, disto 1, q. 2, a. 3, a la 7.~ ra- la cual no se distingue en la realidad, sino únicamente según la razón o re-
zón de Auréolo contra la sexta conclusión, que la acción de Dios puede tomarse lación.
por el acto inmanente o volición del mismo Dios, o bien por la acción exterior.
En el primer sentido tienen perfecta validez los argumentos aducidos. Y en ese sensu non solum actio causae secundae, sed creaturae, quía idem non causat seipsum
etiátlL actio transiens causae primae, et quan- nec pendet a seípso. Item, quía actio ut
do.operatur cum creatura et quando sola accio soIum est causa suÍ termini, et non
omnem rationero philosophicam; nam ad dae, ut per se et immeruate fiuens a prima. operatur, procedit et pendet ab accione in- est causa rusí per modum viae; actio autem
actionem transeuntem non est alia actio, Sitne aedo eausae seeundae ab aetíone tci:na Ípsius Dei. Et' eodem sensu videtur Dei non est via ad actionem creaturae, sed
praesertim etiam transiens; aliogui in infi- primae slií1:l:endum quod D. Thomas ait, In III, ad effectum, neque acrio est terminus actio-
nitum procedemus. Petam enim de illa prio- di~t:,:.:23Lq. 3, a. 1, actiones omnium seCun- nis. Ad universalem igitur influxum primae
ri aetione quae dicitur esse a solo Deo, an 6. Atque hinc fadIe expeditur aliud dorutn agentium fundari super accione pri- causae solum spectat ut omnís acrio causae
sit per aliam actionem etiam transeuntem punctum ad hane sectionem pertinens, sci- ,mii:"agentis, quía omnes fl1ndantur aliquo secundae procedat a voluntate et potencia
ve! per seipsam. Si per aliam, procedemus licet, an actio causae secundae dici possit modo in divina voluntate. Tamen, iam in ipsius primae causae, non vera quod pro-
ulterius, et sie in infinitum; si per seípsam, fieri, manare aut esse a concursu vel actione superioribus diximus hunc actum internum cedat per aliam actionem externam, sed pot-
ídem dicetur melius de prima actione, quae, causae primae, vel e converso actionem cau~ vo1untatis ,Dei non habere propriam ratio- est procedere per seipsam immediate a vo-
sieut per se fluit a causa secunda, ita per sae primae causare actionem causae secun- nem' actionis; quae dicit fluxum et tenden- 1untate seu virtute Dei. Dnde quando actio
dae. Videntur enim omnes auctores ita loqui, tiam ad terminum, sed habere potius ratio- creaturae dicitur pendere ex influxu vel COD-
se etiam fiuat a prima, quia nulla est re-
idque videtur pertinere ad ,universalem in- nem principii, quía ve! est ipsa omnipoten- cursu Dei, vel sumitur coneursus pro im-
pugnantia quod per se fiuat ab utraque, cum
fIuentiam causae: primae. Item actio creatu- tia Dei, ve!, si ratione distinguantur, habet manenti et interno actu, quatenus influit in
sint divcrsi ordinis, ut D. Thomas supra rae est a Deo; ergo pendet ex actione Dei. se ut applicans omnipotentiam Dei ad agen- aerionem externam, vel Iocutio non debet
dixit. Nec maíor assignari potest in hoc DeDique hae ratiOJ).e divina actio est prior dum. sumí transitive Cut sic dicam) nisi secundum
quod per seipsam procedat a prima causa natura quam aedo creaturae. ' 8. Posteriori autem modo, exterior acdo racionem. Proprius enim dicetur actionem
'quam in eo guod procedat per aliam actio- 7. Dieendum vero est cum Capreolo, Dei et creaturae una et eadem est, ut dixi- ereaturae esse etiam a Deo, et ut sic esse
nem; immo hoc posterius multo magis re- In II, disto 1, q. 2, a. 3, ad 7 Aureoli con- mus. Et ideo secundum eam rationem non ipsum eoncursum Dei ad actionem causae
pugnat, nam est contra rationem acrionis ut tra sextam conc1usionem, actionem Dei pos- potest actio creaturae manare aut pendere secundae, a. qua non est aliud secundum
sic esse terminum alterius actionis, Relin- se sumí pro actu irnmanente seu volitione proprie ab actione Dei, neque e converso rem, sed tantum secundum rationem vel
quitur ergo ut concursus Dei ad extra nihil ipsius Dei, veI pro acdone exteriorl. Priori actio Dei potest proprie causare actionem respectum.
,aliud sit quam ipsamet actio causae seCUD- modo procedunt recte argumenta'facta. Quo
42
658 Disputacion~s metafísicas Disputación XXll.-Sección III 659

Si se da un orden de naturaleza entre la a0ción de la causa primera eso, distinguiendo conceptualmente esa acclOU en cuanto procede de la causa
y la de la segunda primera o en cuanto procede de la segunda, cabe decir que de la primera pro-
cede de modo más primario y principal que;# de la segunda; y, de manera se-
9. Con ello se resuelve también fácilmente el tercer punto muchas veces mejante, se dirá que la causa primera influye en tal acción con prioridad de
señalado acerca de la prioridad de naturaleza entre la acción de Dios y la ac- naturaleza sobre la segunda. En primer lugar, porque la causa primera es más
ción de la criatura. Porque, en primer lugar, hay que distingu~ en~re .la acción elevada e influye en el efecto de un modo más noble y más· independiente. En
interna y la externa, para expresarnos como muchos, en el sentIdo mdlcado. En segundo término, porque la causa primera recibe esencial y primariamente di-
segundo lugar, debe distinguirse la prioridad de naturaleza; porque hay una que cha acción bajo una cierta razón más universal, ya que la· ealIsa primera in-
consiste en la propia causalidad y dependencia de una cos~ C?ll respec:to a ~tra,; fluye en cualquier efecto o acción, precisamente porque le comunica alguna
y hay otra que únicamente consiste en cierta mayor dIgmdad, umversahd~?, entidad; en cambio, la causa segunda siempre influye bajo alguna razón de
independencia, -u otra propiedad semejante. Así, pues, comparand,o la accJ.on ente posterior y más determinada. De donde resulta, en tercer lugar, que el
de la criatura con, la acción interna de Dios, es claro que la aCCión de DIOS influjo de la causa primera se dice también anterior, por sí y en su género, en
tiene prioridad de naturaleza en ambos sentidos, a saber, en dignidad y en can- . el orden de subsistencia, que Aristóteles puso entre las prioridades de natura-
salidad, ya que de este modo la acción de la criatura depen~~ verdadera,,;,ente leza; porque el influjo de la causa primera no depende absolutamente de la
del acto de Dios. Ahora bien, en este sentido no sólo la aCClOn de la crlarura causa segunda sino en la medida en que, según su género, puede darse sin ella,
en cuanto tal sino también la misma acción exterior de Dios tiene posteriori- pero no al contrario. Y de esta manera explicó esta prioridad o subordinación
. dad de natur~leza sobre la acción interior de Dios, ya que es verdaderamente Cayetano, I, q. 14, a. 13; y la insinúa Escoto, In 1, disto 39, e In 1I, disto 37.
causada por ella. Y en este sentido poco más o me?-os hablan los autores cua~do 11. Se explica una proposición tomada del libro «De causis».- Y en los
dicen que la acción de la causa primera es antenor en naturaleza a la accl,ón mismos sentidos se expone aquella expresión del lib. De causis, proposición V",
de la causa segunda atendiendo a la causalidad, como es patente por lo que dice que dice lo siguiente: La causa primera obra antes en lo causado y penetra en
Capréolo arriba. Ni constituye obstáculo el que la acción de Dios, ~e esta ~a­ él con más vehemencia, donde ~ambién Santo Tomás, en el Comentario, aplica
nera sea anterior a la acción de la criatura, no sólo en naturaleza, 8100 tambIén la misma interpretación, y añade, tomándolo de Proclo, que la causa primera
en ~I tiempo y en la eternidad, ya que en estas expresiones no se considera. la influye antes, porque la causa segunda no obra sino en virtud de ella.
acción de Dios según su sola entidad absoI~ta, sino en cuanto conn~ta el ~n­
flujo actual sobre la criatura. De ese modo dIcen muc~os que la creacIón activa
existe desde el tiempo, aun cuando realmente sea mmanente, puesto que el En qué sujeto se encuentra el concurso de la causa primera
influjo actual que connota es temporal; y también desde .ese pun~o de vista se
12. El cuat:to punto perteneciente a esta cuestión es si el concurso de la
afirma que tiene prioridad natural, aun cuando tenga sunultaneldad temporol
causa primera se recibe en la segunda o en el efecto de ésta. La pregunta sólo
con el efecto. tiene lugar en el concurso transeúnte, ya que el inmanente no se recibe en el
10. Sin embargo, hablando de la acción cxter~a, tanto de Dios COlmo de sujeto, sino que es la misma volición subsistente de Dios. Pues bien, para pres-
la criatura, ya no puede decirse que una sea anterIOr en naturaleza a a otra cindir de las opiniones, hay que responder formalmente, de acuerdo con lo di-
con prioridad de causalidad, porque, como se ha demostrado, yor ser una sola
e idéntica acción, entre ellas no puede darse verdadera causalidad. A pesar de cedere vera eausaJitas. Nihilominus tarnen, prioritatem seu subordinationem Caiet., I,
distinguendo seeundum rationem illam ac- q. 14, a. 13; et insinuat Scotus, In 1, diat.
Sitne ardo naturae inter actionem causae tedor acdo Dei, naro vere eausatur ah ilIa. tionem, ut est a causa prima vel ut est a 39, et In JI, disto 37.
primae et secundae Bt hoc sensu fere loquuntur auctores, cum s,ecunda, did potest per prius ac principa- 11. Explicatur quaedam propositio ex
dicunt actionem causae primae esse priorem ,'!i¡]s, esse a prima quam a secunda; et simili lib. de Causo excerpta.- Atque eisdem mOR
9. Hinc rursus disso1vitur facite tertium natura actione ealisae seeundae seeundum "/<'+~(),dQ' dicetur causa prima prius natura in- dis expo::titur illa locutio lib. de Caus., pro-
punctum saepius tactu~ de p~ioritate natu- eausalitatem; ut patet ex Capreolo supra. ',,~ti~re in illam actionem quam secunda. Pri- posit. 1, quae talis est: Causa prima prtUS
rae ínter actíonem Del et actlOnem ereatu- N eque obstat quod aetio Dei hoc modo non :'~,IJ;,;, ~uia causa prima alt10r est, et nobiliori agit in causatum et vehementius ingreditur
rae. Est enim distinguendum primo de ac- solum natura, sed etiam tempore et aeter- .-, 'tnagisque independenti modo influit in ef- ipsur1l; ubi D. Thom. etiam, in Commenta-
tione interna et externa, ut loquamur ~Ut;n nitate est prior aetione creaturae, quia in his Jet~tum,' Becundo, quia causa prima recipit rio, eamdem interpretationem adhibet, ad-
multis, in sensu dicto. Secundo, de pnOfl- loeutionibus non consideratur acdo Dei in- per:' se primo actionem illam sub quadam iungens ex Proclo causam primam prius m-
tate naturae; nam quaedam est quae co~­ terna secundum solam entitatem absolutam uruversaliori ratione; nam causa prima in- ¡luere, quia causa secunda nor¡. agit nisi vir-
sistit in propria causalitate et depe~d~nt.1a eius, sed ut connotat aetualem infiuxum in fluít jn ,quemlibet effectum ve! actionem ex tute eius.
unius ab alio; a1ia, quae solum ~onslS~lt ln ereaturam. Quomodo dieunt multi creatio-· eo, 'p~aecise quod aliquid entitatis partici~at;
nero aetivam esse ex tempore, etiamsi realiter In quo subiecto sit concurSUs causae prtmae
maiori quadam dignitate, vel ~mversal~ta~c.' causa, autem secunda semper influit sub ali-
independentia, aut alia propnetate slm.ib. sit irnrnanens, quia aetualis influxus quem qua posteriori magisque determinata ratione 12. Quartum punctum hue spectans est
Comparando ergo accionem ereaturae ~d ¡n- connotat est temporalis; et sub ea etiaro ra- entis. ,Unde tit tertio, lit influxus eausae an coneursus causae primae recipiatur .i,n
ternam Dei actionero, claruro est actionem tione dicitur esse prior natura, etiamsi sit primae ex se et ex suo genere dicatur etiam secunda, vel in effectu eius. Quae interro~
Dei esse priorero natura utroque modo, sci- simul tempore cum effectu. pr~or. subsistendi consequentia, quam ínter gatio solum habet locum in concursu trans-
licet, et dignitate et eausalitate; naro hoc 10. At vero loquendo de actione externa, prlOTltates naturae Aristoteles posuit: nam eunte; naro immanens non recipitur in
modo aedo ereaturae vere pendet ab actu tam Dei quam creaturae, s~c no~ ~otest una influxus eausae primae absolute non pendet subiecto, sed_est ipsa volitio Dei subsistens.
Dei. In hoc autero sensu non solum aecio dici prior natura quam aha pnorltate cau- a causa secunda, sed quantum ex suo ge- Dt ergo abstrahamus ab opinionibus, fo1'-
ereaturae m: sic, sed etiam ipsaroet ae!io salitatis, quia, ut ostensum es!, cum sin! una nere potest esse sine illa, non vero e con- maliter respondendum est, iuxta dicta, con-
Dei exterior~ est ·posterior natura quam ¡n- et eadem actio, non potest )nter eas tnter- verso. Atque ad hunc modum explicuit hane c;ursum Dei in eo subiecto esse in quo est
660 Disputaciones metafísicas Disputación XX/l.-Sección IV
661
eho, que el concurso de Dios se encuentra en aquel sujeto. en el que está 1 la
Se expone la dificultad de la cuestión
acción de la causa segunda. Es evidente,. puesto que r:o ·se dIstinguen en .a rea-
lidad' luego tampoco pueden distinguirse eu e! sUJeto. Según esto, SI toda 2. Pero hay dificultad acerca de la unión para causar un solo y e! mismo
acció~ de la causa segunda se encrlentra en ella misma como al~unos pretenden? efecto y la misma acción; porque, cuando dos causas se unen para realizar una
en ella estará también el concurso de la causa primera, y medIante el~a pa.sara misma acción, o convienen de manera casual y contingente, o de propósito y esen-
al efecto o a la pasión o producción de! efect?, al m?d~ como (segun. ,dIcha cialmente. Mas no puede atribuirse el primero de estos modos al concurso de
opinión) el agente, mediante la acción que recIbe en SI, mfun_de la paslOn. ~n la 'causa primera con la segunda, no sólo porque esto contradice a la perfección
otro. Pero de acuerdo con la doctrina más verdadera, que ensena que la aCClOD de la providencia y operación divina, sino también porque de 10 contrario no
Itranseúnte se encuentra en el paciente, y la inmanente en el agente, ~e~e de- habría subordinación esencial de la causa segunda a la primera, o toda opera-
cirse que el concurso de Dios sobre la acción transeímte no es algo recIbIdo .~n ción He la causa segunda sucedería casual y accidentalmente. También encierra
la causa segunda, sino en el paciente, mientras que el co~curso p~ra la acc:on dificultad el segundo modo, porque si dos causas concurren intencionadamente
inmanente es recibido en el mismo agente, en cuanto en el se recIb~ la aCCIón a una misma operación, o ello se debe a que ambas están subordinadas a al-
de aquél. Y ambas partes resultan suficientemente claras por 10 dICho, y no guna superior que las aplica simultáneamente, cosa que aquí no se realiza, como
es evidente de suyo, o porque ambas están pOl' su naturaleza determinadas a
contienen ninguna dificultad nueva.
obrar de ese modo aquí y ahora, lo cual tampoco puede afirmarse en este caso,
porque ni la causa primera está así determinada por su naturaleza, ni la causa
segunda, al menos para un efecto o acción individual; o porque una, en virtud
de una intención especial, determina el efecto y la acción que se ha de produ-
cir y, en consecu~ncia, determina también a la otra causa a colaborar con ella
SECCION IV para la misma acción. Y parece que este modo no puede tener lugar aquí, puesto
que ni la causa segunda puede determinar así a la primera, como parece evi-
CÓMO PRESTA DIOS su CONCURSO A LAS CAUSAS SEGUNDAS
dente, ni, a la inversa, puede atribuirse ese modo de obrar a la causa primera
con respecto a la segunda, no sólo porque en otro caso la causa primera mo-
l. Hasta ahora hemos explicado si existe y qué es el concurso ~e Dios con verla y aplicarla a la segunda a obrar, cosa que hemos negado, sino también
las causas segundas; ahora falta exponer cómo concede u ofr~ce DIOS, ese con- porque, de 10 contrario, la determinación de la acción no procedería en manera
Curso a las causas segundas. Y al mismo tiempo se decla.rara de que manera alguna de la causa segunda, y esto 10 niegan todos; y también, finalmente, por-
coinciden y se unen la causa primera y la segunda p.a,ra reah~ar un mIsmo. efecto que,_ de no ser así, la causa segunda no podría hacer sino lo que hace, ya que
no dispone del concurso de Dios para otra cosa, y sin él no puede hacer nada.
y una misma acción. No aparece dificultad en la umon c~asl l?c~l, es deCIr, por
indistancia o presencia de entidades; porque en ese sent~do facllmente se com- Solución de la cuestión con respecto a las causas- naturales
prende que Dios, por razón de su inmensidad, puede umrse ~on todas las cau- 3. Por qué se dice que Dios concurre por modo de naturaleza con las caum
sas segundas a fin de obrar con ellas, ya que se encue?tra ínumamente presente sas que obran- necesariamente.-c:- Esta dificultad con respecto a las causas segun-
por esencia en todas ellas y en todos sus efectos y aCCIOnes.
Quaestionis difficultas aperitur nec causa secunda, saltem ad iD.dividuum
effeetum ve! actionem; vel qilia una ex
2. Sed difficuItas est de coniunctione ad peculiari intentione sua determinat effectum
causandum unum et eumdem effectum eam- et actionem efficiendam, et consequenter
actio causae seeundae. Patet) quia in re non SECTIO IV demque actionem; nam quando duae causae
distinguuntur; ergo nec .subie~to distingui QUOMODO DEUS PRAEBEAT CONCURSUM SUUM
determinat etíam aIiam causam ad coope-
conveniunt ad eamdem actionem efficicn- l'andum eidem actioni. Et hic modus non
possunt. Quocirca, si omms aetlo eausae s~­ CAUSIS SECUNDIS clam, ve! casu et contingenter concurrunt,
cundae est in ipsa, ut quidam voIunt, In videtur posse hic habere Jocum, quia nec
vel ex instituto ae per se. Prior autem ex causa secunda potest ita determinare pri-
eadem erit concursus causae primae, et per 1. Dec1aravimus hactenus an sir et quid his modis non potest attribui concursui cau-
sit concursus Dei cum causis seeundis; nu~c mam, lit per se notum videtur, neque e
"illaro transiet ad effectum ve! ad passionem eae primae cum secunda, tum quia hoc re- converso potest ille modus agendí tribuí
seu fieri effectlls, eo modo quo (iuxta illaro superest ut exponamus quomodo Deu~ trl- pugnar perfeetioni divinae providentiae et
buat ve! offerat hUlle concursum caUSlS se- causae primae respectu secundae, tum quia
sententiam) agens, media actione quam in operationis; tum etiam quia alias non esset alias causa prima moveret et applicaret se-
se recipit, influit passionem in aHud. Iuxta cundis. SimuIque dec1arabitur quomodo ~au­ subordinado per se in causa secunda ad
sa prima et secunda conveniant et comun- cundam ad agendum, quod negavimus; tum
veriorem autem doctrinam, quae docet ac- primam, vel omnis operatio causae secundae etiam quia alias determinatio actiorus nullo
gantur ad eumdem effectum et e.a~dem a~­ casu et per accidens eveniret. Posterior item
tionem transeuntem esse in passo, et in tionem efficiendam. Neque est dlfflcultas In modo esset a causa secunda, quod omnes
agente immanentem) dicendum est concur-" modus habet difficultatem) quia si duae cau- negant; tum denique quia alias causa se-
"eoniunctione quasi Iocali seu per indistan- sae ex instituto conveniunt ad eamdcm ope-
mm Dei in actionem transeuntem non esse tiam aut praesentiam ent~tatum; si.c enim cunda nihil aliud agere posset nisi id quod
aliquid in causa secunda receptum, sed in rationem, vel id est quia ambae subordi- agit, quía ad nihil aliud habet concursum
faciIe intelligitur Deus ratlOne suae lmmeD- nantur alieui "superiori, quae -illas simul ap-
passo; coneursum vero ad actionem imm~­ sitatis coniungi posse omnibus causis secun- Dei, sine quo nihil agere potest.
plieat, quod hic loeum non habet, ut per
nentem recipi in ipso agente, quatenus In dis ad operandum cum illis, quia est inti- se constat, vel quia ambae sunt natura sua Resolvitur quaestio quoad causas naturales
ea recipitur (tctio eius. Et utraque pars ,:on- me praesens per esse?tiam in oJ?1ni.bus illis determinatae ad ita operandum hic et nune,
stat satis ex dictis neque novam conttnet et in omnibus effeeubus et actlOmbus ea- 3. Quare dica'tur Deus cum cawJis ne-
quod liíc etiam dici non potest, quia nec cessario agentibus concurrere per modum
dífficultatem. rumo causa prima est sic determinata natura sua, naturae.- Haec difficultas respectu causa-
662 Disputaciones metafísicas Disputación XXII.-Sección IV 663
----------------------~
das que obran de manera natural puede resolverse con toda facilidad, advir- dente la determinación a un solo efecto numérico, ya que un mismo efecto
tiendo que, hablando simple y absolutamente, Dios presta voluntariamente este puede ser producido por acciones diversas numéricamente, y quizá también es-
concurso a las causas segundas, porque obra como causa intelectual, que no pecíficamente; pero al determinar la acción es lógico que quede determinado
puede ser coaccionada u obligada a obrar por nadie; sin embargo, en sentido necesariamente el efecto; porque una misma acción numérica no puede tender
relativo se dice que concurre a modo de naturaleza. Y ello por dos razones: a otrO término sino a aquel con el que se identifica.
en primer lugar, porque al concurrir se adapta a las naturalezas de las cosas,
5. La causa primera no concurre casualmente con las causas que obran de
y presta a cada una de ellas el concurso acomodado a su. virtud; 'en segundo
término, porque después que ha determinado producir y conservar las causas manera necesaria.- Y de aquí resulta, en primer lugar, que la causa priméra
segundas, por una ley infalible concurre con ellas a sus operaciones, 'y si esa ley y la segunda se unen no casualmente, sino esencialmente y de propósito para
se considera absolutamente, sin suponer ninguna voluntad particular y definida producir la misma acción, lo cual proviene en grado sumo del modo de obrar
de Dios, no implica necesidad, sino que sólo es como un cierto débito de con- de la causa primera, o de su ciencia y providencia. Ni para esto es necesaria
naturalidad. Por eso algunas veces Dios dispensa de esa ley negando semejante otra moción de la causa segunda, sino sólo esta voluntad de Dios que viene como
concurso. Ahora bien, supuesta la voluntad eficaz de Dios de concurrir con esta a preparar y ofrecer el concurso según las leyes de su sabiduría y providencia
causa para esta acción aquí y ahora, entonces la acción se sigue necesariamente divinas. Debe añadirse, empero, que esta determinación del concurso se funda,
en tal tiempo y lugar, tanto de la causa segunda como de la primera; mas, con en dos aspectos, en la naturaleza de la causa segunda. Primero, porque, por
respecto a la segunda, se trata de una necesidad natural, mientras que, con tener tal virtud, Dios determinó darle un concurso de tal especie, y a este res-
respecto a la primera, es sólo una necesidad derivada de una suposición, es pecto, como observé arriba, se dice que determina el concurso de Dios en cuan-
decir, de inmutabilidad. to a la razón específica, no porque determine absolutamente a la voluntad de
4. Así, pues, suponiendo esto, 'se explica fácilmente el modo como la causa Dios a dar tal concurso específico, pues de esta manera sólo Dios se determina
primera presta su concurso a estas causas segundas; porque Dios, así como a sí mismo voluntariamente, sino porque es una razón objetiva que requiere
decretó desde su eternidad el producir estas cosas y no otras, y en este tiempo, tal concurso. En segundo lugar; de manera semejante, porque, por obrar natu-
y con este orden, y con estos movimientos, etc., y no de otra manera, así tam- ralmente tal causa, por eso también Dios quiere, absoluta y determinadamente,
bién determinó concurrir con las mismas cosas a sus acciones, según su capa- concurrir con ella. Y en cuanto a esto cabe decir en el mismo sentido que la
cidad. Y porque, así como la ciencia de Dios es clarísima y en particular de causa segunda determina el concurso de la primera por lo que respecta al ejer-
todas las cosas, igualmente su voluntad 10 decreta todo también claramente cícío, ya que por su naturaleza reclama determinadamente aquí y ahora el ejer-
y en particular, y desciende a cada una de las cosas según la capacidad y ne- cicio de tal acción. Ahora bien, no parece que la determinación en cuanto a
cesidad de todas ellas, por eso, en la prestación de este concurso, también de- esta acción y este efecto individual pueda fundarse en modo alguno en la causa
terminó en particular desde la eternidad concurrir con esta causa en tal tiempo, segUnda, ya que siendo la misma numéricamente aquí y ahora en este sujeto,
en tal lugar} sobre tal sujeto, a tal acción y efecto individual, y en otro tiempo tiene poder para producir varios efectos numéricamente distintos y no exige en
a otra, y así sucesivamente. Y siempre digo a tal acción, porque no sería sufi- mayor medida el concurso para uno que para otro; por eso, la determinación
del concurso y de la acción en cuanto a esta parte, se atribuye exclusivamente

ruro ::;ecundarurn naturaliter agentium fa- secunda quam a prima; sed respectu se- npn sa,tis esset determinatio ad unum nu~ speciei, et quoad hoc, ut supra notavi, di-
cillime expediri potest advertendo, absolute cundae est necessitas naturalis; respectu au- mero effectum, eo quod possit ídem effectus citur determinare concursum Dei quoad spe-
et simpliciter loquendo, Deurn voluntate sua tem primae est tantum necessitas ex suppo~ fieri per diversas numero actiones, vel for- cificam rationem, non quia absolute deter-
praebere hune concursum causis secundis; sitione, seu immutabilitatis. tasse etiam specie"; determinando autem ac- minet voluntatem Dei ad dandum talem
nam agit ut intellectualis causa, quae a nuIlo 4. Hoc ergo supposito, faelle explicatur tionem, consequens est ut necessario deter- concursum in specie, sic enirn solus Deus
potest absolute cogi aut necessitari ad agen- modus quo prima causa praebet concursum minetur effectus; quia non potést eadem ac- se voluntarie determinat, sed quia est ob-
dum; nihilominus tamen secundum quid suurn his causis seeundis; nam Deus ex lio numero. tendere ad alium terminum, rusí iectiva ratio postulans talem concursum. Se-
diei concurrere ad modum naturae. Idque aeternitate sua, sicut decrevit has res pro~ ad illuro cum qua identifieatur. cundo, ad eumdem modum, quia talis causa
duplici ratione; primo, quia in concurrendo ducere et non alias, et hoe tempore, et cum 5. " Ut non casu concurrat causa prima est naturaliter agens, ideo etiam Deus ab-
sese aceommodat naturis rerurn et unicui- hoe ordine, et cum h1S motibus, etc., et non cum causis necessario agentibus.- Atque solute et definite vult eum illa concurrere.
que praebet concursum virtuti eius accom- aUo modo, ita etiam deerevit cum eisdeIl). hinc ·fit primo causam primam et secundam Et quoad hoe dici potest eodero sensu causa
modatum; secundo, quia postquam decrevit rebus eoncurrere ad earum actiones iuxta 'convenire non casu, sed per se et ex insti- secunda determinare coneursurn primae
Causas secundas efficere et conservare, in- capacitatem earum. Et quia, sieut scientia tuto. ad eamdem aetionem efficiendam, quod quoad exercitiurn, quía natura sua hie et
fallibili lege cum eís concurrit ad earum Dei est distinctissima et in partieulari de maX1me provenit ex modo operandi primae Dunc determinate postulat exercitium talis
operationem, quae lex si absolute sumatur, omnibus, ita et vol untas distincte et in par- <eausae, -seu ex scientia eius et providentia. actionis. At vero determinatio quoad hane
nullam supponendo particularem et defini- ticulari omnia deeernit, et ad singula de- Neque ad hoc est necessaria alia motio cau- individuam actionem et effectum non vide-
taro Dei voluntatem, non inducit necessi- scendit iuxta uniuscuiusque capacitatem et sae secundae, sed sola haec voluntas Dei tur posse fundari ullo modo in causa se-'
tatem, sed solum est quasi debituro quod- indigentiam, ideo in praebendo hoc con.. quasi praeparantis et offerentis coneursum cunda, nam eadem numero hic et nune in
dam eonnaturalitatis. Unde interdum Deus cursu, ex aeternitate etiam decrevit in par~ iuxta leges .suae divinae sapientiae et pro- hoc subiecto potens est ad pIures effectus
dispensat in ea Iege negando huiusmodi con- ticulari concurrere cum hac causa tali tem- Videntiae. Addendum est tamen hanc deter- numero disrinetos producendos, nec magís
cursum. At vero, supposita efficaci voluntate pore, tali loco, et circa tale subiectum, ad minationem concursus, quantum ad duo ha- postulat concursum ad unum quam ad
Dei eoncurrendi cum hac causa ad hanc ac- talero actionem et effectum in individuo, et bere fundamentum in natura eausae s:cun- alium; et ideo determinatio concursus et
tionem hie et nunc, iam ex necessitate pro- in tali tempore ad aliam, et sic de omnibus. dae. Primo etenim, quía est talis virtutis actionis quoad hane partem, soH 'primae
dit actio tati tempore et loco, tam a causa Dico autem semper ad talem ar;tÍíJnem, quía ideo decrevit Deus dare mi concursum -tali~ causae tribuitur, ut probabiliter docuit Gre-
664 Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Sección IV 665
a la causa primera, como enseñó con probabilidad Gregario, In 1, disto 17, q. 4, decreto~ para concurrir con ella; otros la llaman asimismo preparación u ofre-
a. 2, ad 7, y se ha dicho arriba. cimiento del concurso.
6. Las causas naturales, cuando hacen una cosa, incluso en sentido dividido, 8. El concurso de Dios es múltiple conforme a la variedad de las causas
no pueden hacer ninguna olra.- En segundo lugar, de lo dicho se sigue que segundas.--, En tercer lugar, se !n:ie~e incidentalmente de lo dicho que el con-
estas· causas que obran naturalmente, en aquel instante o tiempo en que operan,
ponderadas absolutamente todas las cosas, no pueden hacer nada más que aque-
curso de ?lOS
no, es ~no solo e ldentlco con todas las causas segundas, sino que
varia segun la dIversIdad de las causas segundas; porque Dios concurre con
lla realidad especifica e individual que hacen. Y, en cuanto a la especie, la cues- ellas de tal manera que se acomoda a cada una de acuerdo con su necesidad.
tión es clara, ya que tienen una virtud determinada a tal efecto específico, de- Por ello) así como concede concursos numéricamente diversos para efectos di-
terminada (digo) bien sea absolutamente, como en las causas particulares y uní- ver~os en núm~ro, así tambié~ presta concursos e,specificamente distintos para
vocas, bien sea aquí y ahora sobre esta materia así dispuesta, bien sea con otras aCClOnes que dIfieren en especIe. Y se confirma abIertamente por lo dicho arri-
causas que concurren simultáneamente. En cuanto al individuo, se prueba por ba, ya que el concurso de Dios ad extra no es algo distinto de la acción misma
la razón aducida antes, pues, aunque un agente natural tenga potencia activa y tiende al mismo término intrínseco; luego, según la variedad de las acciones'
de varios efectos individuales, dicha potencia, empero, es insuficiente por sí sola variará también el concurso. Por consiguiente, no puede decirse con verdad qu~
sin el concurso de Dios; por ello, si no lo tiene, no constituirá una cosa en po- hay un mismo concurso de Dios para todas las acciones de las causas segundas
tencia próxima, sino remota, para obrar; porque de esta manera no se dirá que a no ser que se trate, bien del concurso interno o de la voluntad con que Dio;
el fuego, privado del concurso de Dios, es absolutamente potente, antes bien concurre, bien de la identidad únicamente proporcional, en cuanto al modo y a
se dirá que es absolutamente impotente para calentar de ese modo. Así, pues, la razón general por la que todas las causas segundas necesitan del concurso,
como tales causas únicamente tienen preparado el concurso de Dios para un a saber, porque son entes y agentes por participación.
efecto numérico, sólo podrán realizar absolutamente ese efecto con potencia 9, Dios, por sí solo, influye en el efecto de manera distinta que junto con
próxima, la cual incluye, no sólo la mera facultad de obrar, sino también todos la causa segunda.- Es más, de aquí puede inferirse también incidentalmente
los requisitos previos a' la operación. que, con respecto a un mismo' efecto, Dios influye de una manera si lo produce
7. Qué concurso divino se requiere para poder, y cuál para obrar.- Se por si solo y de otra distinta si obra junto con la causa segunda; efectivamente,
dirá: el concurso es la acción misma; pero la acción no se requiere para poder, cuando obra por sí solo, emplea un influjo de suyo suficiente para el efecto;
sino para obrar; luego el concurso no se requiere para poder. Respondo que en cambio, cuando concurre con la causa segunda, adopta una actividad tal que
una cosa es hablar del concurso mismo en sí y en acto segundo, acerca del cual por si sola no bastaría sin la causa segunda, lo cual es manifiesto por lo dicho,
es válida la objeción, y a este respecto su conclusión es recta, y otra cosa es ya que no quiere obrar sino con aquella acción que sea común con la causa se-
hablar del concurso en acto primero y en aplicación próxima, que es como gunda. Pero, aunque aquel mismo efecto pudiese proceder de solo Dios y, por
decimos que se requiere para poder en absoluto; y ese concurso no consiste tanto, el influjo de Dios para tal efecto pueda darse, considerado absolutamente
en la acción sino en la virtud o voluntad divina, en cuanto próximamente apli- y en sí mismo, sin la causa segunda, no obstante, tal acción, que procede de la
cada y com~ unida en tal tiempo con la causa segunda, en virtud de su eterno causa segunda, no puede darse sin aquélla y, por ello, tampoco el concurso que
Dios presta para tal acción es por sí solo absolutamente suficiente para el efec-
gor., In 1, disto 17, q. 4, a. 2, ad 7, et cursu Dei non dicetur simpliciter potens,
supra dictum esto immo absolute dicetur impotens ad sic ca- vi sui aeterni decreti ad concurrendum lleralem rationem ob quam omnes causae
6. Causae naturales dum hoc agunt etiam lefacielldum. Sic igitur, quia huiusmodi cau- illa; quam alii etiam vocant praepara- secundae indigent concursu, scilieet, quía

~;5:~¡;:'~(:Ie1~s:e~U~O;,b~1~~atiOnem
in sensu diviso nil aliud facere possunt.- sae tantum habent paratum concursum Dei sunt entia et agentia per participationem.
ad unum numero effeetum, sotum illum 003- concursus.pro causa-
Dei multiplex 9. Deus se solo aliter ac cum causa se-
Secundo~ sequitur ex dictis has causas na-
turaliter agentes in eo instanti vel tempere sunt absolute facere potentía nimirum pro- ,;~5(~ ;)l~:t}~ol;ft~~~
:::;
varietate.- Tertio, infer-
ex dictis concursum Dei non esse
cunda in effectum influit.- Immo hine
quo agunt~ simpliciter pensatis omnibus, ni- xima, quae ineludit, non tantum nudam fa- etiam licet obiter inferre· aliter Deum in-
hil facere posse nisi illam rem in specie ~t eultatem agendi, sed etiam omnja praerequi- eUlmdem cum omnibus causis se- fluere respectu eiusdem effectus, si se solo
in individuo quam faciunt. Et de speCle sita ad operandum. iuxta diversitatem cau- illrnn efficiat, aliter cum causa secunda;
quidem est res clara, quia habent virtutem 7. Qui concursus· divinus ad posse, qui quia Deus ita cum illis 4.uia cum se solo agit, adhibet influxum per
determinatam ad talem effeetum in specie, ad agere requiratur.- Dices: concursus est unieuique iux- se sufficientem ad effectum; cum ergo con-
determinatam (inquam) vel simpliciter, ut ipsa acdo; aetio autem non requiritur ad . Et ideo, sicut ad effec- currit cum causa secunda, aecommodat ta-
in eausis particu!aribus et univocis, ve! sal- pos se, sed ad agere; ergo concursus non tribuit coneursus nu- lem activitatem quae per se sola non suf-
tem hic et nunc citca hanc materiam sic requiritur ad posse. Respondeo aliud esse ita ad actiones specie di- ficeret sine causa secunda, quod est manim
10qui de eoncursu ipso in se et in actu se.. 'versas, cOÍlcursus tribuit specie distinetos. festum ex dictis, quia non vult agere nisi
dispositam, ve! curo alüs causis simu! con-
cundo, de quo procedít obiectio, et quantum Et :Cúnfirmatur aperte ex supra dictis, nam e.'l aetione quae sit communis causae secun-
currentibus. De individuo vero id probatur ~oncur~s ,Dei ad extra non est aliud quam
ratione superius facta, quia, Hcet naturale ad id recte coneludlt; aliud vero esse loqui dae. Quamvis autem ille idem effeetus Plls-
de coneursu in actu primo et in proxima lpsa ,'actlo, et ad eumdem intrinsecum ter- set esse a solo Deo, et ideo influxus Dei
agens habeat potentiam activam plurium ef- mmum tendít; ergo pro varietate aetionum
feetuum in índividuo, tamen illa potentia applicatione, quo modo dicimus requiri ad ad talem effectum absolute et seeundum se
posse simpliciter; qui concursus non con- , erit eti~t;t varius coneursus. Non potest ergo possit esse sine causa secunda, tamen talis
per se sola est. insufficiens sine concursu vere dlc! esse eumdem concursum Dei ad
Dei; et ideo, si illum non habet, non con- sistit in aetione, sed in divina virtute seu aetio, quae est a causa secunda, non potest
stituet rero in potentia proxima, sed remota voluntate, ut proxime applicata et quasi con.. 0!Dnes acciones causarum seeundarum, nisi csse sine iUa, et ideo neque concursus quem
iuncta in tali tempore cum causa secunda nt sermo veI de concursu interno seu vo- Deus praebet ad talem actionem est solus
ad agendum; sic enim ignis privatus con- 1untate qua Deus concurrit vel de identitate absolute sufficiens ad effectum, sed tantum
soIum proportionaIi, quoad modum et ge- in suo genere, Cuius oppositum videtur opi~·
Disputaciones metafísicas Disputación' XXll.-Sección IV 667
666
to, sino de manera exclusiva dentro de su género. Parece que Córdoba opina 10 Se confirma, puesto que se ha dicho que la causa' pnmera define su concurso
para un ef'ecto individual y singular' .
contrario, q. 55, dub. 4; sin embargo, si se lee atentamente, no discrepa en respecto a la causa segunda Iib ' Y elsla neceSldad también se cumple con
la realidad. Consta, pues, de manera suficiente por 10 dicho cómo presta Dios . re, ya que e a no puede elegir un acto individual
con pref er~ncIa a otros de la misma especie.
su concurso a los agentes naturales.
h 11. .Diferentes h sentencias de 1os D oc tores.- Para explicar esta dificultad
a~ tescnto mudc Ollas Doctores escolásticos. Algunos de ellos parecen admitir
Se trata y explica la dificultad en el caso de los agentes libres
b
a ler amente
D. to o o que . se supone en I a d'fi1 eul tad senalada,
- acerca del modo
como lOS presta, medIante su voluntad este concurso a las c
As! parece opinar sobre todo Escoto l~ 1 dist 39 § V. ;usas s~gund~s.
10. Ahora bien, las cosas que hemos dicho encierran una gravísima difi-
cultad en el caso de los agentes libres; porque si la cansa primera les determina
el concurso de igual modo que a los demás agentes, entonces, en el ejercicio disto 41, § Primum istorum y § Sed cont:a· di~t al ~°al." contmgentza;
47
14 litter S. l ' 1 . ,., n , y en Quodl.
de sus acciones en particular y en potencia próxima, la cual incluye todos los ,. . , e sIg,!en os escotIstas, en especial Bassolis In 1 dist 38 a 2'
requisitos previos a la operación, ya no serán más indiferentes que los restantes ~ ~st. 39 a. 2; Malronis, disto 38, q. 1, a. 4, y q. 3; también rucard~ dlst '38'
agentes, con lo cual nunca tendrán uso y ejercicio de la libertad. Se explica el 5
. ,q. "parece suponer lo mismo cuando dice que Dios en su' volu~tal
antecedente en sus dos partes, porque Dios, Como causa primera, se une por conoce 1 1 sufiCIentemente
. d todas las cosas futuras . Y 1o armo . ' Imente Durando'
fi , 'gua
su voluntad a la causa segunda para colaborar con ella, y esa voluntad es eterna en e 1 ugar ~Ita o'dq · ~, aunque en otros pasajes no requiere concurso de Dio~
y precede a la causa segunda; pero es absoluta y eficaz, puesto que con ella Dios para
. as aCClOnes. " e las causas segundas . Tamb"' len mueh os tomIstas . modernos
quiere que tal efecto exista, ya que Dios únicamente opera ad extra por esta vo- s.guen esta opmlOn y la atribuyen a Santo Tomás. Pero en toda la d t' d
luntad; mas esta voluntad arrastra consigo a la causa segunda para obrar, de d 1 no se hhace mención ninguna d
éste e taI " ,.
opmlOn, ni puede aduclrSe. _nada
oc rIna
fuerae
suerte que no pueda resistir a ella; luego, por esta parte, la causa segunda, aun .e, o que emos tratado y expuesto en la seco 2, y de lo que acerca de la mo
siendo libre, queda determinada a una sola cosa, en cuanto al ejercicio, por Cion de la voluntad humana por Dios, trata el mismo Santo Tomás en I q 82-
la causa primera. Se confirma esto: para que dos causas libres concurran por a. 2; q. 104, a. 3 y 4; q. 105, a. 4; y en I-II, q. 9 Y 10, especialme~e ~. 4'
si mismas y con un determinado orden a una sola operación, no hasta el pro-. ad 3, y q. 109, en los prnneros artículos sobre todo a 6 ad 3 P d '
pósito y la voluntad preveniente de una, si no tiene eficacia sobre la otra para _ lugares nunca exprlCO' aquel
estos 'de dar un - concurso
modo .,. generalero sino
en to ue
os
arrastrarla adonde quiere; luego, si en el presente concurso únicamente precede a lo su,:,o, lo llama moción de la voluntad humana, y muchas vece's no hibl~
la voluntad' de Dios, por la que quiere eficazmente concurrir con la causa se- de él, smO ?e . otros modos según los cuales Dios puede mover moralmente la
gunda a tal efecto, para que el efecto se siga esencialmente es preciso que esa voluntad, prmcipalmente mediante los auxilios de la gracia lo cual
,a .la presente cuestión. ' no pertenece
voluntad de Dios tenga eficacia sobre la causa segunda libre, a fin de arras-
trarla consigo a obrar; y de esta manera se elimina la indiferencia en el ejer- S 12. De qué man~ra resuelven los autores citados la dificultad propuesta.-
cicio de la acción. Además, cuando Dios define mediante aqueIla voluntad el upuesta esta se~tencIa, sus autores responden de dos maneras a la dific~ltad
concurso que ha de dar, 10 define únicamente en orden a una sola cosa, ya que propuesta. La pnmera es que aquella voluntad por la que Dios determina el
no pretende varios efectos, s'ino uno solo; luego por esta parte se elimina tam-
bién la indiferencia en cuanto a la especificación o a la variedad de las acciones.
causa,m definire concursum suum ad I?ei ad actiones causarum secundarurn. Mul-
t;ed haec voluntas secum trahit ad operan- et singularem effectum; quae tIque thomistae moderni hanc opinionem se-
nari Cordub., q. 55, dub. 4; tamen, si at- duro causaro secundam, ita ut non possit
tente legatur, in re non discrepat. Satis ergo habet locum respectu cau- quuntur et I? Thom~e attribuunt. Sed apud
illi resistere; ergo ex hac parte determina- l~be~a~, quia non potest ipsa eum nulla ems mentlo fit in tota doctrina
ex his constat quomodo Deus praebeat con- tUl' ad unum quoad exercitium a causa pri-
cursum suum naturalibus agentibus. mdlvlduum actum prae aliis sua, neque aliquid afferre possunt praeter
ma causa secunda, etiamsi libera sito Et :a quae' sect. 2 !Iactavimus et exposuimus,
Tractatur et explicatur difficultas confirmatur hoc, nam ut duae causae liberae sententiae.- In et quae de. moUone hurnanae voluntatis a
in. agentibUs liberis per se ac certa lege concurrant ad unum multa scribunt Deo tractat ldem D. Thomas 1 q 82 a 2
10. Habent autero quae dixirous sum- opus, non satis est unius proposítum et vo-
luntas praeveniens, nisi efficaciam habeat in
Et quidam eorum ad- q. 104, a. 3 et 4, et q. 105; ~. 4 et' I~II'
mam difficultatem in agencibus liberis; quía
alteram u'ahendi illam quo vult; ergo, si in
totum id quod in 9. 9 ~t ~O, pr~es~rtim ,a. 4, ad 3, ~t q. 109:
si prima causa eodero modo determinat illis In pnmlS arucuhs, praesertim a. 6 ad 3
'v"!un"s,,ueíPOiPonitur de modo quo
concursum quo caeteris agentibus, non ma-
praesenti concursu solum praecedit voluntas
Dei, qua efficaciter vult concurrere curo
',_ suarn praebet hunc ~ed in his omnibus locis nunquam :xplicui~
gis erunt indifferentía in usu suarum actio- secundis. Quod maxime lIlum modum dandi generalem concursum
nuro in particulari et in potestate proxima,
causa secunda ad talero effectum, ut effec- _~cot1!s, In I, disto 39, §' Viso sed a~ summum voeat illum motionem va.:
tm per se sequatur necesse est voluntatem et disto 41, § Primum isto- ~untat1s humanae, et saepe non loquitur de
quae ineludit omnia praerequisita ad ope-
illaro Dei habere efficacitatem in causarn se- et disto 47, in fine, 1110, s~d de aHis modís quíbus Deus potest
randum, quam caetera agentia, et ita nun-
quam habebunt usum et exercitium liber- cundam liberam, ut illaro seeum trahar ad et sequuntur scotis- mo~a~lter m.overe voluntatem, praesertim per
operandum; et ita tollitur indifferentia in 1, disto 38, a. 2, auxllIa gratlae, quae ad praesens non spec-
tatis. Antecedens declaratur quoad utramque
partero, nam Deus ut causa prima per vo- exercitio actionis. Rursus, eum Deus per il- a 4 3 M,tironii, disto 38, q. 1, tanto
lam voluntatem defimt concursum dandum, , '7t qó : ; . etiam, disto 38, a. 1, 12. Qualiter satisfaciant praedicti aucto-
luntatem suaro coniungitur causae secundae ad unam tantum rem illuro definit, quia non
ad cooperandum 1lli, quae voluntas est ae- 5,. ldem supponere vldetur dum ait Deuro res difficultati.' propositae.- Supposita au-
terna et praeveniens causam secundam; es!
vult pIures effectus, sed unum tantum; ergo ~ua volunt~te s~ficienter'cognoseere 000- tem hac se~tentia, duobus. modis respondent
ex hac parte tollitur etiam indifferentia futu~a. quo~ etlaro asseruit ibi Durand., au~tores e~us ad prOposltam difficultatem.
autem absoluta et efficax; nempe qua Deus quoad specificationem seu varietatem acrio-
vult talem effectum esse, quía Deus per 3, etlamS1 alias non requirat concursum Pnor est, illam voluntatem Dei qua deter-
numo Et confirmatur, nam dictuín est pri-
solam hane voluntatem ad extra operatur;
Disputación XXIl.-Sección IV 669
Disputaciones metafísicas
668
e~o. concede ambas al mismo, tiempo. Por :ste motivo se dice de la providencia
concurso para la aCClOn de la causa segunda, procede de la libertad de la misma dlvma que lleg.a de un con/m a otro con/m enérgicamente y dispone todas las
voluntad y, por tanto, no impide, sino que conserva semejante libertad en cosas con suavzdad, Esta respuesta tiene fundamento en Santo Tomás, 1, q, 19,
la causa segunda, si la posee por otra parte. Esta respuesta encuentra funda- ~'. ~, ad 2, Y en otros lugares, c;londe enseña que pertenece a la eficacia de la
mento en la doctrina de Escoto, el cual, como vimos antes, afirmó por este mo- Ivroa vo.1untad el que se haga lo que ella quiere y del mod 1 .
tivo que, si Dios obrase por necesidad natural, con el concurso o moción con Tal dortn 'd·d o que o qUIere.
- na, aS.l toma. a en sen!! o general, es certísima; pero también es cierto
que mueve a la causa segunda eliminaría su libertad, pero ahora no la elimina
porque obra libremente. Sin embargo, esta respuesta no es satisfactoria; por- aque, cuando
,., b'd ¡ DlOS fqUIere
i'
que se haga algo de un modo dete . d ·
. rroma o, mcum e
b
su ~a 1 ur a y e. caCla el aplIcar las causas acomodadas a ese modo d b '
que la libertad de Dios puede contribuir a prestar un concurso acomodado a la porque, se contradIría a sí mismo si quisiera que se hiciese algo de e o rar,
causa segunda y a su libertad. Pero si el concurso o la moción de Dios es tal determmada y, por otra parte, impidiese o suprimiese las causas ~:a o:.~~er:
que, si Dios 10 prestase por necesidad natural, imprimiría necesidad a la volun- esa maner~ de o~rar, Así, pues, 10 que ahora investigamos es esto: de ué modo
tad creada, aun cuando Dios 10 conceda libremente obligará a ésta, como de- cua~do DIO~ qUIere que la causa segunda obre libremente y con indiferencia'
mostré más arriba; porque si la moción es la misma, tiene igual efecto en la pue e de~mrIe su concurso, sin que ello implique contradicción Por eso n~
causa segunda, y la relación libre a la causa primera hará, que la acción sea
libre para la causa primera, mas no para la causa segunda, Así, pues, en el pre- do codeCIr,
basta . para
. la eficacia y suavidad
.. de la providenciá divina' .que une esas
. s sas, smo que, o es necesarIO explIcar de qué modo no existe contradic-
sente caso, poco importa que Dios dé su concurso libremente del modo antes Cl,6~ en elIa~, cosa que n~ se hace en dicha respuesta, o hay que buscar un modo
explicado, pues de ahí sólo se desprende que la acción es libre para Dios, pero dIstinto segun el cual .DIOS pueda mover eficaz y suavemente a la criatura p
no para la causa segunda, ya que la dificultad propuesta parece demostrar que que obre y obre con hbertad. ara
ese modo de concurrir elimina su indiferencia. Se confirma, porque Dios puede 14.. Respuesta del autor ~ la precedente dificultad.- Así, pues, por causa
imprimir necesidad a la voluntad creada y, a pesar de ello, la imprimiría libre- de la dIficultad propuesta, estlmo, con o.tros muchos teólogos, que debe ex li-
mente; entonces,.1a acción sería libre para Dios y necesaria para la voluntad carse d~ otra manera el ;nodo como DlOS presta u ofrece su concurso a )as
creada; luego la relación de libertad con respecto a la causa primera no es su- causas hbres. Ese modo dIfiere en dos ~osas de aquel otro que hemos explicado
ficiente para que la ación sea libre para la causa segunda, a no ser que el modo e-? e~ ~aso de los agentes naturales. PrImero, en la determinación en cuanto al
de moverla y de concurrir con ella sea tal que esté acomodado a conservar el e)erCIClO, porque Dios, en virtud de la voluntad por la que determina prestar
uso de su libertad; consiguientemente, por la sola libertad divina no se resuel- con~urs.o a la ~ausa. libre, no decide de manera enteramente absoluta que ;~
ve satisfactoriamente la antedicha dificultad. causa lIbre realIce dicho acto, ni quiere absolutamente que tal acto .t •
13. Otra solución a la dificultad.- Otra respuesta es que Dios, aunque , como sobreen t end·lend o una cond·lClOn ., qUlere
. que tal acto exista en eXlS a, smo
cuanto de-
concede a los agentes naturales y libres un concurso definido mediante su vo- pend~ de El y de su concur.so, que determina prestar, y a él aplica su potencia
luntad, no obstante, 10 presta de diverso modo; porque a los agentes necesarios en v~rtud de .t;u voluntad~ SI es que la causa segunda o voluntad creada se de-
quiere darles un concurso con el que obren necesariamente, y a los libres uno t~"n:ma tambl~n a él e rofluye en él; porque siempre puede dejar de . fl .
con que obren libremente; y así no sólo quiere, Dios la acción, sino también el sIgUIendo su hbertad. m Ulr,
modo de la acción; y como la divina voluntad es eficaz para ambas cosas, por
ad utrumque est efficax divina voluntas repugnantia, quod per eam responsionem
ideo utrumque simul praestat. Et proptere~ nOJ? fi~, ve! quael'e~dus est alius modus quo
minat eoncursum ad actionem causae seeun~ supra explicato, nam inde solum habetur de ~ivina providentia dicitur quod atlingit effIcacIter et suavlter possit Deus movere
dae esse ex libertate eiusdem voluntatis, et acclonem esse liberam Deo, non vero ipsi a fme usque ad fmem fortiter et disponit creaturam ut faciat et libere faciat.
ideo non impedire, sed conservare similem causae secundae, quia difficultas proposita omnia suaviter. Quae responsío habet fun- .11. Auctoris responsio ad praecedentem
libertatem in causa secunda, si alioqui illam videtur ostendere illum moduro concurrenru damentum in D. ThomaJ 1, q. 19 a. 8 dzfftcu~tatem.- Propter difficultatem ergo
habeat. Haec responsio habet fundamentum tollere indifferendam eius. Et confirmatur~ ad 2J et aliis locis, ubí docet. ad efflcacia~ p~Opos.ltam, censeo cum aliis multis, theolo-
in doctrina Seoti, qui, ut supra vidimus, oh nam Deus potest necessitatem inferre volun- divinae voluntatis. pertinere ut quod vult, gIS aliter esse explicandum modum quo
hanc causam asseruit, si Deus ageret ex ne- tad creatae, et nihilominus libere eam in- ~atJ et eo. modo quo vult. Quae doctrina, Deu~ s~IU~ conc.ursum praebet vel offert
cessitate naturae, ablaturum, concursu seu feret; et tune aetio erit libera Deo, volun- lt~ generaum sumpta, certissima est, tamen caus.ls hbens. QUl modus in duobus differt
motíone qua movet causam secundam, li- tati autem creatae necessaria; ergo respec- ena!ll est certum, eum Deus vult aliquid ab 1110 quem in agenti1:ius naturalibus ex..
bertatem eius, nunc autem non auferre quia tus libertatis ad c:msam primam non satis fien certo quodam modo, pertinere ad sa- plieui.Il!us. Pri~o,. in.. determinatione quoad
libere agito Verumtamen, haec responsio non est ut actio sit libera causae secundae, nisi pientiam et efficaciam eius, applicare causas exercltmm, qU1a mmrrum Deus ex vi illius
satisfacit; libertas enim Dei conferre potest modus movendi illam et concurrendi curo accornmodatas ad illum modum operandi' voluntatis qua statuit praeber~ concursum
ut tribuat concursum aceommodatum cau- illa talis sit ut sit a.ccoromodatus ad conser- rep~gnaret enim sibi ipsi, si vellet aliquid causae liberae, non omnino absolute statuit
sae secundae et libertati eius. Si autem con- vandum usum libertatis dus; ergo ex sola fien tali modo et alioqui impediret vel tol- u.t ca~s.a libera illum aetum exerceat, neque'
cursus vel motio talis est ut, si a Deo tri- libertate divina non satis solvitur praedicta leret causas ad illum operandi modum. Hoc slmphclter vult il~~m actum esse, sed quasi
bueretur ex necessitate naturae, neeessitaret difficultas. . ergo est quod in praesenti inquirimus, quo- subrntelJecta condltlOne vult illum actum es-
13. Alia enodatio difficultatis.- Alía re- modo eum Deus velit causam secundam li- se, quantum est ex se et ex parte, sui con-
voluntatem creatam, etiamsi libere a Deo
detur, necessitabit illaro, ut supra probavi, sponsio est Deum, licet agentibus naturali- bere et. cum indifferentia agere, possit illi cursu~, qu;m praebere statuit, et ad illum
quia si motío est eadem, eumdem effectum bus et liberis definitum concursum tribuat concursum' suum definire quin in hoc in- ex VI ~ahs voluntatis applicat potentiam
habet in causa secunda; respectus autern li- per suam voluntatem, tamen diverso modo volvatur repugnantia. Unde non satis est suam, SI tamen causa secunda seu voluntas
ber ad causam primam faclet ut actio sit tl'ibuere; nam agentibus necessariis vult dare dicere J ad efficacitatem et suavitatem diví- creata ad ilJuin etiam se determinet et in
concursmn que necessario agant, liberis que nae providentiae, illa duo coniungere; sed vel illum inBuat; semper enim potest non in-
libera causae primae, non vero causae se-
cundae. Sic igitur in praesenti parum refert libere agant; et ita non solum vult Deus explicare oportet quo modo in illis non sit Huere pro sua libertate.
quod Deus libere praebeat concursum modo actionem, sed etiam modum actionis; et quía
~ ~-~-----~---""-""'''''''ii!!:;;¡

670 Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Sección IV 671


15. Prhnera razón.- Esta diferencia se funda, primeramente, en los diver- 18. Cuarta.- En cuarto lugar, esto es sobremanera necesario por razón de
sos modos de obrar que son connaturales a estos agentes. Porque los agentes. los actos ?Ialos de la voluntad creada. Efectivamente, no puede decirse que Dios,
naturales están determinados por su naturaleza al ejercicio de sus acciones; por por sí mlsmo, con su voluntad absoluta, determine que estos actos sean reali-
ello, como decía antes, la causa primera, aCOlp.odándose a ellos, les determina zados enteramente por la causa segunda; de 10 contrario no sólo los permitiría,
absolutamente su concurso; en cambio, los agentes libres no están así determi- sino que también los querria, 10 cual es ajeno a la sana doctrina . .f>.demás, pOl'm
nados por su naturaleza al ejercicio de sus acciones; consiguientemente, como que en otro caso la pnmera raíz y origen del mal de nuestra voluntad redunda~
Dios da a cada uno su concurso de manera acomodada a su naturaleza, también
ofrece su concurso a estos agentes sin una absoluta determinación para el ejer-
ría en . Dios,
, .
pues, como la voluntad de Dios es absolutamente anterior, ella
determmara SIempre a la voluntad creada para que quiera; luego la voluntad
cicio. creada siempre quie~e porque Dios quiere que quiera. Luego, cuando quiere el
16. Segunda.- En segundo lugar, parece persuadir esto la razón aducida; mal, lo qUiere precIsamente porque Dios quiere que "lo quiera. Consiguiente-
porque si Dios ofreciese su concurso con una voluntad absoluta y eficaz, física-
mente determinativa y productiva de tal acto, necesariamente arrastraría consi-
.
mente, la primera raíz de toda mala voluntad se reduciría a la divina 10 cuar
,
es lmplO. '
go a la causa segunda; y esa necesidad seria absoluta con respecto a tal causa, 19. Y. ~o satisfará quien responda que todas estas cosas son verdaderas y
pues, aunque se diese' en virtud de alguna suposición, aquélla, sin embargo, se- deben admItIrse acerca de la mala voluntad en sentido material, pero no en sen-
ria por completo antecedente y de tal manera eficaz que la causa inferior no tido formal, es decir, en cuanto es mala. Porque, en el caso presente, una cosa
podría en modo algnno resistir a ella. se sigue de la otra, ya que el acto libre de la voluntad creada acerca de este
17. Tercera.- En tercer lugar, porque, aun cuando el concurso actual no objeto y con estas circunstancias no puede darse sin tener la malicia concomí..
sea uno de los requisitos previos para obrar, sino que esté incluido en la acción, tante; por tanto, el que quiere con voluntad absoluta que dicho a.cto sea rea-
no obstante, el concurso en acto primero, o (lo que es igual) el tener de tal ma- lizado por la voluntad creada acerca de este objeto y con estas circunstancias,
nera ofrecido y preparado el concurso que esté en potestad del hombre el dis- y especialmente si lo quiere de tal modo que arrastra consigo a la voluntad crea-
poner de él si quiere, es uno de los requisitos previos necesarios para obrar, da para realizar ese acto, es claro que moral o virtualmente quiere la malicia
según se demostró arriba. Porque, en verdad, de otra manera no se entiende cómo necesariamente unida a tal acto, y es raíz y causa de la misma. No sucede así
está en la potestad próxima del hombre el incoar su acción. Luego este con- si Dios ofrece su concurso mediante aquella voluntad que incluye condición, tal
curso debe ofrecerse de tal manera, y mediante tal voluntad de la causa primera, como la hemos explicado; porque entonces absolutamente no quiere un acto
que, puesto él así, todavía esté en potestad de la causa ,segunda el obrar libre- malo, ni determina o arrastra a la voluntad creada a realizarlo, sino que sólo
mente con él o no obrar; pues en otro caso no se salva esta indiferencia con le ofrece un concurso con el que influye en el acto de la voluntad creada, cuan-
todos los requisitos previos para obrar) 10 cual pertenece a la razón de la acción do ésta realiza el acto. Esta es la principal diferencia por la que Dios quiere
libre. Luego es preciso entender que se ofrece mediante una voluntad que in- justamente permitir el acto pecaminoso, en cuanto procede de la voluntad crea-
cluye una condición, tal como nosotros hemos explicado. Porque, si se tratase da, y que, sin embargo, no puede querer en cuanto tal, como explican más
de una voluntad completamente absoluta, ese ofrecimiento del concurso no po- extensamente los teólogos que voy a citar en seguida.
dría dejar de pasar al ejercicio, o sea, al acto segundo. 20. Quinta.- Podemos aplicar una quinta razón, porque Dios puede im-
primir necesidad a la voluntad creada, aun cuando no sufriese necesidad por

15. Prima ratio.- Fundaturque haec dif- 17. Tertia.- Tertio, quia, !icet aetualis 18. Quarta.- Quarto, hoc est maxime habeat concomitantem malitiam; qui ergo
ferentia, primo, in diversis modis operandi concursus non sit ex praerequisitis ad agen- necessarium propter actus malos voluntatis vult voluntate absoluta illum actum elici a
connaturalibus his agentibus. Agentia enim duro, sed inclusus in accione, tamen concur- creatae. Dici enim non potest Deum ex se, voluntate creata circa hoc obiectum et cum
naturaBa natura sua sunt determinata ad sus in actu primo, seu (quod ídem est) ha- absoluta voluntate Seua, statuere ut hi actus his circumstantiis, et praesertim si ita vult
exercitium suarum actionum; et ideo, ut bere ita oblatum et preparatum concursum omnino fiant a causa secpnda; alias non lit secum trahat voluntatem creatam ad il-
supra dicebam, prima causa se illis accom- ut sit in potestate hominis habere illum si tantum illos permitteret, sed etiam veIlet, lum actum exercendum, plane vult morali~
modans absolute definit illis concursum; velit, est unum ex necessario praerequisitis quod aUenum est a sana doctrina. Praeterea, ter seu virtualiter malitiam necessario con~
agentia autem libera non sunt ita determi- ad agendum, ut supra probatum est: Quía . quia alioqui prima radix et origo mali nos- iunctam illi actui, et est radix et causa eius.
nata natura sua ad exercitium suarum ac- revera non "intelligitur alia ratione quomado trae voluntatis in Deum reduceretur, nam Secus yero est si Deus offerat concursum
tionum; cum ergo Deus unicuique det con- sit in proxima potestate hominis inchoare cum voluntas Dei simpliciter sit prior, illa per voluntatem illaul includentem conditio-
cursum modo accommodato naturae eius, his suam actionem. Ergo debet híc concursm¡ semper determinabit voluntatem creatam ut nem, ut a nobis explicata est; nam tune
etiam agendbus offert concursum sine om- ita offerri et per talem voluntatem causae velit; ergo semper voluntas creata 'vult quia simpliciter non vult actum malum; nec de-
nimoda determinatione ad exercitium. primae, ut, eo sic posito, adhuc sit in pótes- Deus vult illam velle; ergo etiam cum vult terminat aut trahit voluntatem creatam ad
16. Secunda.- Secundo, hoc videtur tate causae secundae libere cum eo operari malum, ideo vu!t quia Deus vult eam veIle. exercitium eius, sed sotum offert ilU conM
convincere ratio facta; nam si Deus offer- vel non operari; quia alias non salvatur Prima ergo radix omnis maIae voluntatis in cursum qua influit in actum voluntatis crea-
ret concursum absoluta et efficaci voluntate haec indifferentia cum omnibus praerequi- divinam refunderetur, quod impium esto tae, dum ipsa elidt illum. _Et haec est potis~
physice determinativa et effectiva talis actus, sitis ad agendum; quod est de ratione libe- 19. Nec satisfaciet qui responderit, haec sima differentia ob quam Deus iust~ vult
necessario secum traheret causam seeun- rae actionis. Ergo necesse est ut intelligatur omnia esse vera et admittenda de voluntate permittere actum peccati, ut est a vol~tltate
dam; quae necessitas esset absoluta respectu offerri per voluntatem includentem condi~ mala pro materiali, non yero pro formali, creata, quem tamen ut sic velie non potest,
talis causae, quia, licet esset ex aliqua sup- tionem, prout a nobis declarata esto Nam id est, qua.tenus mala esto Nam in praesenti ut latius explicant theologi statim citandi.
positione, illa tamen esset amnino antece- si esset amnino absoluta, non posset iIla unum ex altero sequitur, quia actus liber 20. Quiñta.- Quintam rationem adhibe-
dens, et ita efficag: ut inferior causa Dulla oblatio concursus non transire ad exerdtium voluntatis creatae cirea hoc obiectum et cum re possumus, quia Deus potest necessitare
modo posset ei resístere. seu actum seeundum. bis circumstantiis haberi non pot~st quin voluntatem creatam, etiam cum ab obiecto,
672 Disputaciones metafísicas
Disputación XXlI.-Sección IV 673
parte del objeto, el entendimiento o alguna disposición intrínseca, como hemos .. _------
visto en lo que precede; pero no se ve el modo como Dios pueda imprimir pri?,era en or~en a, é!.
Por eso declamos poco ha que la causa natural siempre
'más eficazmente necesidad en cuanto al ejercicio a la voluntad creada, si no es esta. en potencIa proxIma para un solo efecto singular, ya que sólo en orden a
con sn absoluta voluntad eficaz y operativa ad extra, arrastrando a la voluntad él tIene preparado el concurso de Dios.
creada para que quiera lo que El quiere que quiera. Luego, inversamente, cuan- 22. En tercer l~gar, un argumento evidente es que la voluntad creada no
do Dios quiere concurrir con la voluntad creada de tal manera que no la obli- puede
. a, SI' de alguna manera no
querer nada sm 1el concurso de Dios') por- t"nto
gue al ejercicio, no da su concurso mediante una voluntad tan absoluta y eficaz; tiene en su' . potestad e concurso
l" de Dios para varios actos, nunca
p u ede ab so-
luego lo presta por una voluntad acomodada a la libertad de la voluntad hu- 1uta y proxlInam~nte rea Izar cualqUIera de esos actos; pero nunca puede tener
mana y que, por tanto, incluye, por parte de El, una condición virtual, segón he- el concurso de DlOS en su mano y en su poder, si no lo tiene ofrecido previa y
mos explicado. De esta manera explicaron el modo corno Dios concurre con la antecedentemente,
, d d ' en lo que depende de la voluntad de D,'O s, ya que no se d a
causa libre casi todos los teólogos antiguos, a los que voy a citar inmediata- ni pue e ar~e silla por la voluntad de Dios. Tampoco puede la voluntad creada
mente, declarando antes la segnnda diferencia arriba propnesta. como prevemr a la voluntad divina, o hacer algo para arrastrarla a dar el con~
21. Se~nda diferencia en el modo del concurso divino con las causas libres curso general, ya ':Iue. la voluntad creada no puede hacer nada sin el mismo
y con las necesarias.- Se da, pues, otra diferencia entre el modo como la vo- concurso. Por conslgU1ente, la voluntad de dar el concurso debe siempre ante-
luntad divina ofrece su concurso a los agentes naturales y a los libres, porque a ce~er y, co,:,. respect? .a él, la voluntad creada tampoco puede, al menos en la
aquéllos sólo presta concurso para un acto, y a éstos, en cambio, les ofrece con- pr1me~a. vo]¡clón, anticiparse de alguna manera a la divina. Luego si esa volun-
curso suficiente para varios actos, en lo que de El depende, cosa que prueba ~a~ dlVlna se ~efine tn Ol:den a un solo acto o concurso, la voluntad creada
acertadamente la dificultad antes planteada. Puede probarse, además, aplicando urucamente pue e rea Izar. es~e en potencia próxima, y no tiene .en su poder un
concurso para otro; conslgUlentemente, 10 mismo ocurre con los dem'
proporcionalmente casi todas las razones aducidas en la anterior. Primero, por- · . d ' l ' as que, o
blen se SIguen e aque, o se reahzan esencialmente en el mismo género de
que Dios presta a cada causa segunda su concurso de manera acomodada a la concurso.
naturaleza de dicha causa. Pero es tal la naturleza de la causa libre que, puestas
todas las demás condiciones preexigidas, se encuentra indiferente para varios ?3. En cuarto lugar, también tiene aplicación aquí, con toda eficacia, la
actos; luego también debe recibir en acto primero el concurso de manera indi- ra~on tomada de los actos malos; porque es increíble que Dios quiera concu-
rrIr con la voluntad de! hombre aquí y ahora a un acto malo y '1 él'
ferente; luego, en cuanto depende de Dios, debe ofrecérsele concurso, no sólo elu so .en 1o que de El d epende. Porque eso no puede atribuirse '
para un acto, sino para varios. En segundo lugar, porque, de lo contrario, la asolao avoluntod
,Ill-

voluntad creada nunca estaría en potencia próxima para realizar varios actos; de! Illlsmo pecador, ya que la voluntad divina de concurrir antecede por co;-
luego nunca serla libre en cuanto a la especificación del acto. La segunda con- pleto a la voluntad de! I?ecador y a todo ejercicio libre de ella. Porque consi-
secuencia resulta manifiesta por lo que antes se dijo acerca de la causa libre. dero,a un h~~bre que piense en acto en un objeto malo con todas las circuns-
tanCiaS preeXlgldas para que la voluntad pueda asentir a dicho objeto o d' t"
La primera consecuencia es evidente, ya que ]a causa segunda no está en po-
tencia próxima para algún efecto si no tiene preparado el concurso de la causa
~e él;. pero no puede hacer ninguna de esas dos cosas mediante un actoIS;~s~
!IVO Slll e! concurso de Dios; y antes de hacer una de las dos no se le puede
ratum concursum 'primae causae ad illurn est v 1 t l'
Et ideo paulo antea dieebamus naturalem' .. o un a.s creat~ a lqUO modo praevenire
divmam. SI ergo lila voIuntas divina defini~
intellectu, aut aliqua intrinseca dispositione sum naturalibus et liberis agentibus, quia causam semper esse proxime potentem ad ~ ad unum tantum actum seu concursum
neeessitatem non pateretur, ut in superiori- illis sotum ad unum actum praebet concur- unum tanttun singularem effeetum quia ad em 1
bus visum est; non apparet autem modus sum, his autem ad pIures actus offert suf- ~um solum habet praeparatum D:i concur~ s, va untas creata illuro solum efficere
sumo potest potent~a p~oxima, neque habet con~
quo possit efficacius Deus inferre necessita- ficientem concursum, quantum est de se, cursum a~ alium m potestate sua., et conse-
tem quoad exercitium voluntati creatae~ quod recte probat diffieultas superius po- 22_. _T ertio, est .ev.idens argumentum, quia quent d d
quam absoluta voluntate sua efficaci et ope- sita. Et praeterea probad potest applicando y.,:p.l.u. ntas creata mhll potest .velle sine Del' . er 1 ero est e caeteris 'quae vel ad
... illum consequuntur, ve! per se fiúnt eodem
rativa ad extra, trahendo creatam volunta- cum proportione {ere omnes rationes faetas -'~~cursu; ergo nisi aliquo modo habeat in genere concursus.
tem ut id velit quod ipse volt eam veile. in praecedenti. Primo, quia Deus praebet , sya. potestate Dei coneursum ad pIures ac- . 23. Q~arto, hic etiam applicatur efficacl's-
Ergo, e converso, cum Deus vult ita con- unicuique causae secundae concursum modo , 't!lSj :nunquam potest siropliciter et proxime s t
currere cum voluntate creata ut illam ad accommodato naturae eius. Sed haee est elicere-quemlibet illorum actuum,' nunquam .lme :a.lo sumpta ex actibus malis; nam
mcredlbtle est Deum velle concurrere curo
exercitium non necessitet, non dat concur- natura causae liberae, ut, ,positis caeteris ~utem potest habere Dei concursum in manu voluntate hominis hic et nune ad actum ma-
sum per voluntatem ita absolutam et effica- omnibus eonditionibus praerequisitis, sit in- et potest~te SUa, nisi prius- et antecedenter lum, et ad illuro solum 1, etiaro quantum
cem; ergo praebet per voluntatem accom- differens ad pIures actus; ergo debet etiam habeat illum oblatum, quantum est ex vo~ d
modatam libertati humanae voluntatis, atque recipere in actu primo concursum modo in- l~n.tate Dei, .quia non datur, neC dad potest est e se. ~eq?e enim id ~efundi potest in
D 1 voluntatem. lPSl?S peccatons, quía voIuntas
adeo includentem ex parte illius virtualem differente; ergo debet, quantum est ex par- ruSl per el va untatem. N eque etiam vo- concurrendt Del omnino antecedit volunta-
conditionem, qualem explicuimus. Atque in te Dei, illi offerri concursus non tantum ad luntas c.r~ata potest quasi praevenire volun- .
unum actum, sed ad pIures. Secundo, quia tatem d1Vtnam, vel aliquid efficere quo illam t:m pecca~ons, et. omnem usuro Jiberum
hunc modum explicarunt fere omnes anti-
alias voluntas creata nunquam esset proxime tra?at ~q dandum generalem concursum, elUS. ConSIdero emm hominem actu cogi":
quí theologi modum concurrendi Dei cum
potens ad pIures actus efficiendos; ergo ~Ula • ni1111 potest voluntas creata efficere tantem d.~ obiecto p:ayo cum omnibus cir-
causa libera, quos statim referam, declarata .me V l c~m~tantus praerequ1S1tis ut voluntas pos-
prius secunda differentia supra proposita. nunquam esset libera quoad specificationem lpSO concursu. o untas ergo dandi con- Slt el assentiri ve! dissentiri; neutrum atitem
21. Secundum discrimen in modo con~ actus. Patet secunda consequentia ex dictis curs~m!ll.seropeí de~et a~tecede~e1 nec re- potest facere per positivum actum sine con-
cursus divini cum causis liberis ac cum ne- supra de causa libera. Prima vero sequela spec ~ 1 tus, sa tem ]U prtma vohuone, pot- cursu Dei, et antequam alterutrum facia~
cessariis.- Est ergo aliud discrimen inter patet, quia non est causa secunda proxime
potens ad aliquem effectum, nisi. habeat pa- 1 Está por completo desprovista de sentido la sustitución de sotum por bonum
moduin quo divina voluntas offert concur- presentan algunas ediciones. (N. de lós BE.) que

43
"

Disputación XXIl.-Sección IV 675


674 Disputaciones metafísicas
25, También. Escoto, aunque en los lugares arriba citados parezca pensar
imputar el que Dios quiera esto a aquello acerca del concurso que le ha de de. otra manera, SIn embargo, In 1I, disto 37, § Ad solutionem istorum, para ex-'
dar; luego, si Dios se propusiese concurrir con él al consentimiento malo, y no pltcar el concurso al acto pecaminoso, dice que la causa segunda tiene en su
a otro acto, esto dependeda de la sola voluntad de Dios y no podría imputarse potestad el h'concausar o no concausar con la primera·J y s'~ no concausa, como
a la voluntad del hombre; cuán ajeno a la bondad divina sea esto, lo dejo a b
d ~ e, de a t resulta que no hay rectitud en el efecto común a ambas. Donde
la consideración de todos. Llcheto declara así expresamente el concurso divino y la voluntad d D·
24. Autores que aceptan el modo antes expuesto.- Por eso muy pondera- Ia que se d a, y tam b·'len 1o da a entender Maironis In II dist 43 q eA. PlOS por
dos teólogos explican de este modo el concurso de Dios con la causa libre, sobre V Fb VI 1 T·d ' , . , ' .. or eso
ega, .¡ .• n rz en.,t., c. .7' afirma que por este motivo el concurso general
todo cuando hablan del concurso para el acto de pecado. Y puede tomarse de de DIOS se e~cuentra mmedmtamente en nuestra potestad incluso cuando
Santo Tomás, In 1, disto 47, q. 1, a. 2, donde dice que algo se hace fuera de la obramos;, y pIensa que ello es necesario para nuestra lib:rtad. Lo mismo d~~
divina voluntad consecuente de beneplácito, aunque nada se hace contra ella, fiende Cardaba, q. 55, dub. 8 y 10, aunque se expresa con menor pro iedad
y afirma esto por razón del acto malo; se tlama voluntad consecuente de Dios acerca del orden de naturaleza entre la causalidad de la causa primera /la d
a la voluntad absoluta y eficaz. Por eso, en I-II, q. 89, a. 1, ad 3, dice que la hqun~ e
voluntad de Dios es el principio universal del movimiento humano interior, pero 26.. También ~asi todos los otros autores explican de ese modo el con-
que la determinación para tal acto malo procede directamente de la voluntad
humana. Es corno si dijese que Dios, por sí miE'ffio, ofrece un concurso indi- 1curso d' 1 espeCIalmente Gregario' In 11, dist . 28 , q. 1, a. 3, ad 12·, a
II dlVlno, .1
G bne,
~. ,1St. ,q. 2, a. 2, concl. 4, y a. 3, dub. 1; disto 87, a. 3, dub. 2; Mar-
ferente, pero que es determinado -cuasi materialmente por la cooperación de la siho, In 1, q. 10, a. 2, parto 1, conc!. 4, al final; Adán, In IIl, disto 14, q. 3,
voluntad libre. ,Y, de manera general, da a entender que es de esa naturaleza dub. 2; Almam, tra!. 1 Moral., c. 1. También la favorece mucho Alejandr"
la moción o concurso de Dios con la causa libre, en 1-I1, q. 9, a. 6, ad 3, y de Hales, 1, q. 24, m<;mb.5; q. 26, memb. 4, a. 3; q. 40, memb. 4, ad 3;
q. 10, a. 4; IU cont. Gent., c. 73 y 90; De Potentia, q. 3, a. 7, ad 13; De Buenaventura, In Il, dlSt. 37, a. 1, q. 1, al último; y otros muchos que mnito
Verit., q. 5, a. 5, ad 1. Lo mismo opina Capréolo, en los lugares antes cita- para mayor brevedad. '
dos, seco 2, y especialmente In ll, disto 28, q. 1, a. 3, ad 12 contra 2 concl.;
Conrado, expresa y ampliamente, en I-Il, q. 79, a. 2; y Soto, 1 De natur. el
grat., C. 16, el cual dice, de manera más clara y en sentido más general que los Objeciones contra la doctrina anterior
demás tomistas, que Dios no concurre con la voluntad libre por una voluntad 27. . Las objeciones que p~eden presentarse a este modo de explicar el con-
de beneplácito, a la que no se pu~de resistir, sino con una voluntad distinta, a
curso dIV1nO con las causas lIbres se resolverán fácilmente por 10 que se ha
la que se puede resistir; sus palabras son: Todo lo que Dios quiere con volun- , tratado- antes. La primera puede ser: se sigue que el acto libre es realizado sin
tad absoluta, que suele llamarse de beneplácito, se realiza, según aquello: ¿Quién
voluntad absoluta y eficaz de Dios, lo cual parece contradictorio ya que todas
resistirá a su Voluntad? Mas cuando concurre con el hombre libre, no quiere que
las cosas dependen de esta voluntad divina. Segunda: se sigue q~e el acto libre
aquello se haga sino quedando a salvo la humana naturaleza y la voluntad libre,
se pro~uce de ~an~ra cuasi accíde-?tal o contingente, con respecto a Dios, ya
la cual, por tanto, puede resistir a Dios. qu: DIOS, por SI mIsmo, no preSCrIbe 10 que se ha de seguir de su concurso
y tiende, .como a la ventura, a aquello que la voluntad creada haga. En tercer-

non potest ei imputad quod 'Deus hoc ve1 concursum indifferentem, determinari autem
quasi materialiter ex cooperatione voluntatis 25. Scotus etiam, licet loeis supra citatis et a .. 3, dubio 1, et disto 87, a. 3, dub. 2;
illud velit cirea concursum illi dandum; ergo aliter sentire videatur, tamen In 11 dist 37 ¿vIa~sil., In 1, q. 40, a. 2, part. 1, cOllel. 4,.
liberae. Et generaliter talero significa! esse
si Deus proposuisset concurrere curo illo ad § Ad solulÍonem istorum, ut declaret ~on: 1~ fme; Adal!lus, In 111, disto 14, q. 3, du-
consensum malum et non ad alium actum, motionern ve! concursurn Dei cum causa cursum ad actum peccati, didt causam se- bIO 2; Almam., tracto I Moral., C. 1. Favet
hoc esset, ex sola voluntate Dei, nec volun- libera, I-II, q. 9, a. 6, ad 3, et q. 10, a. 4, cundam habere in potestate sua concausare etiam plurimum Alex. AIens., 1, q. 24,
tari hominis posset imputad; quam vero hoc et III cont. Gent., c. 73 et 90, et q. 3 de et non concausare pnmae; et si non concau- memb. S, et q. 26, memb. 4, a. 3, €t q. 40,
sit alienum a divina bonitate, omnibus con- Potent., a. 7, ad 13, et q. S de Verit., a. S, sal ut tenetur, inde fieri ut non sit rectitudo memb. 4, ad 3; Bonavent., In 11, disto 37,'
siderandum relinquo. ad 1. Idem sentit Capreolus, locis supra ci- in effectu communi ambabus. Ubi Lychetus a. 1,. q .. 1, ad uItimum, et a!ü phires, ques
24., Auctores qui praemissum modum tatis, sect. 2, et praesertim In 11, disto 28, expresse ita declarat divinum concursum et brev1tatts causa omitto.
amplectuntur.- Hioc graves theologi in q. 1, a. 3, ad 12 contra 2 conclus.; Conra- v~luntateT? D~i per quam datur, et signifIcat
hUDe maduro declarant concursum Dei curo dus expresse ac late, 1-11, q. 79, a. 2, el etlam Matroms, In 11, disto 43, q. 4. Unde ObieclÍones contra superiorem doctrinam
causa libera, tune maxime curo de concursu Soto, I de Natur. et grat" C. 16, qui expres- Vega, lib. VI In Trident., c. 7, ob hane 27. Quae autem contra hune modum ex-
ad actum peccati loquuntur. Et sumí potest síus quam caeteri thomistae, et generalius, causam dicit concursum Dei gene-ralem esse plicandi divinum eencursum cum causis li-
ex D. Thoma, In 1, disto 47, q. 1, 3. 2, ubi ait Deum non concurrere cum voluntate li- immediate in potestate nostra, etiam quando berís obiíd possunt, solventur faciJe ex his
ait aliquid fieri praeter voluntatem Dei be- bera ver voluntatem beneplaciti" cui non non operamur; ídque existimat esse neces- quae in superioribus tractata sunt. Primum
neplaciti consequentem, quamvis nihil fiat potest- resisti, sed voluntate alia, cuí resistí sarium ad nestram libertatem. Idem tener esse potest quia sequitur actum liberum.
contra eam, quod dieit propter actum ma- potest; yerba eius sunt: Quidquid Veu3 Corduba, q. SS, dubio 8 et 10, quamvis' de fieri absque ab80luta et efficad Dei volun-
lum; didtur aurem voluntas consequens vult voluntate absoluta, et quae dicitur be- ordine naturae inter causalitatem primae et tate, quod videtur repugnans; cum omnes res
Dei voluntas absoluta et effic:;¡.x. Et ideo neplaciti, fit iuxta illud: V oluntati eius quis secundae causae minus proprie loquatur. pe:r:deant .ex hac voluntate Dei. Secundo,
I-II, q. 89, a. 1, ad 3, didt voluntatem 26. Alií -etiam auctores fere omnes ita q.ma seqmtur- a~tum liberum quasi per ac-
resistet? Quando autem cum libero homine
Dei esse principium universale interioris mo- concurrit, non vult illud fien nisi salva hu- . declarant divínum concursum, praesertim cld.ens vel contmgenter fieri respectu Dei
tus humani, determinationem autern ad ta-
mana natura et libera voluntate, quae idcirco Gregor., In 11, disto 28, q. 1, a. 3, ad 12; qUla Deus ex se non praescribit quid ex su~
lem actum malum directe esse ex voluntate Gabriel, In 11, disto 1, q. 2. a. 2, cancl. 4, concursu eventurum sit, et quasi in incer-
humana. Ac si diceret Deuro ex se offerre resístere V'eo potes t .
676 Disputaciones metafísicas Disputación XXll.-Sección IV 677
----------------------~
lugar, parece seguirse _que Dios aplica su ~oncurso a estos actos sólo de manera motivo, con este modo de concurso no se elimina la indiferencia de la libertad,
general y confusa, a saber, a 10 que reahce la voluntad crea~a; pero es~o pa- porque no sólo esa voluntad de Dios se pone con alguna relación a la futura
rece constituir una gran imperfección. En cuarto lugar, se sIgue que DIOS no cooperación de la voluntad, sino que también ,estaría Dios preparado para dat
tiene perfecta providencia en particular sobre estos actos libres, puesto que no otro concurso, si la voluntad hubiera de realizar otra cosa.
dispone de ellos en particular .para que existan o no existan, sino sólo en con-
fuso, dejando la determinación en particular a la causa segunda. De donde re-
sulta, en quinto lugar, que la determinación de tal acto, no sólo en cuanto al Se responde a las objeciones
,ejercido, sino también en cuanto a la especificación, debe atribuirs~ e?;ter~mente
a la causa segunda. En sexto lugar, _esto parece estar en cOlltradlcclOfl con lo 29. A lo primero se responde que lma cosa es que el acto libre se realice
que hemos dicho arriba de que la determinación de! efecto individual procede, sin la voluntad de Dios absoluta, por la que quiera que tal acto exista, y otra,
de modo peculiar, de la predefinición de la causa primera; porque esto no es que Dios no concurra a tal acto en virtud de aquella voluntad absoluta. Pues
menos necesario en los actos libres que en los demás, ya que, cuando la volun- bien, de nuestra opinión sólo se sigue esto último, que admitimos como certí-
tad ama, no está en su poder el elegir este acto individual de a,;,or más ?ien simo, porque, a fin de que Dios concurra, basta la voluntad de concurrir, la
que otro que podría realizar. En séptimo lugar, porgue de lo dIcho se sIgue cual, en 10 que respecta a Dios) es absoluta y eficaz, ya que en virtud de eIia
que, puesta la voluntad divina de concurrir con la voluntad creada al acto de Dios aplica su potencia a concurrir, y realmente concurre en el tiempo de <lcuer":
do con el propósito de la misma voluntad. Sin embargo, como en el objeto de
ésta, puede acontecer que no se siga el acto~ aun c?~ndo por parte d: la vol~­
tad se dé virtud suficiente y todos los demas reqUIsitos; y por la m!sma razon esa voluntad, según resulta claro por el mismo verbo concurrir, está compren-
sucederá que Dios y la voluntad divina, por su parte, se comportará de igual dida la concomitancia o cooperación de otro, por parte del otro se sobreen~
modo con respecto al hombre con el que no concurre que con respecto a aquel tiende una condición, sin la cual la voluntad de Dios no tendrá efecto ad extra,
con quien concurre, 10 cual es absurdo, puesto que en uno obra algo que no y por eso, desde este punto de vista puede decirse condicionada. Efectivamente;
puesto que la acción transeúnte por la que Dios concurre con la voluntad crea'-
realiza en el otro. da depende tanto de la voluntad divina como de la creada, para que Dios con.
28. En octavo lugar, puede demostrarse directamente que ese modo no es curra a ella no es preciso que quiera absolutamente aquella acción en cuanto
necesario; porque Dios, en su eternidad, sabe previamente 10 bgue la voluntad procede de ambos principios, sino sólo en cuanto procede de El, dejando o cou-
creada va a querer en cualquier ocasión acerca de cualquier o Jeto y con cua~ cediendo a la otra voluntad el que dla también influya y, consiguientemente;
lesquiera circunstancias· luego Dios puede querer con voluutad absoluta dar su sobreentendiendo la condición de cooperación de la otra voluntad. Porque Dios
concurso para aquel s~lo acto que prevé ha de realizar. Y no es preciso que se comporta de este modo con las voluntades malas. Por eso dijo San Agustín,
ofrezca su concurso para otros actos, que ~abe con c~rteza que no se ~~~ de, ~ar 'V De Civitate Dei, c. 8, 9, Y en otros muchos lugares, que de Dios proceden
nunca. Por la misma razón, no es necesano que apllque alguna condlclon tacIta todas las potestades, pero no todas las voluntades. Y e! Concilio Tridentino,
o expresa a aquella voluntad, puesto que ya prevé que la condición quep~drla sess. VI, can. 6, por igual motivo define que Dios realiza estos actos de mai
darse en tal caso se dará, a saber, que la voluntad creada coopere. Por el mIsmo nera exclusivamente permisiva. Y de aquí concluimos claramente que, en virtud
del concurso general y de la necesaria subordin2ción entre la causa primera y
tum tendit in id quod voluntas creata fece- tate creata ad actum eius, acddere posse ut
rito Tertio, hine videtur sequi Deum appli- actus non sequatur, etiamsi ex parte volun- hunc madum concursus non tollitur indif- ideo ex parte alterius subintelligitur conditio
cate suum concursum ad has actus tantum tatis sit vrrtus sufficiens et omnia alia re- ferentia libertatis, quia et illa voluntas Dei sine qua illa Dei voluntas non habebit ef...
generali et confuso modo, scilicet, ad id quod quisita; eademque ratione fiet ut Deus et ponitur cum aliquo respectu ad futuram fectum ad extra, et ideo ex hac parte dici
voluntas creata effecerit; haee autem vide- divina voluntas ex parte sua eodem modo cooperationem voluntatis, et Deus paratus potest conditionata. Cum enim acdo trans-
tur esse magna imperfectio. Quarto, sequitur se habeat ad hominem cum quo non con- esset ad dandum alium concursum, si va- iens qua Deus concurrit cum volimtate
non habere Deum perfectam providentiam currit actu et ad eum cum quo concurrit, Juntas aliud esset operatura. . creata pendeat tum a voluntate divina} tum
in particularí de his actibus liberis, quando- quod est absurdum, cum aliquid operetur a creata, ut Deus ad illam concurrat non
quidem non disponit de illis in. particulari in uno quod non operatur in alío. Obiectionibus satisfit est necesse ut absolute velit illam actionem
ut sint veI non sint, sed solum lO confuso, 28. Octavo, potest directe ostendi illum 29. Ad primum respondetur aliud esse quatenus est ab utroque principio, sed so.:.
relinquens determinationem in paruculari modum non esse necessarium; nam Deus actum liberum fieri sine absoluta Dei volun- lum quatenus est ab ipso, sinendo am con-
causae secundae. Unde ulterius fit quinto, in sua aeternitate praescit quid voIuntas tate qua verit ut talis actus sit, aliud yero cedendo alteri voluntati ut etiam ipsa in..;.
at determinatlo talis actus, tam quoad exer- creata volitura sit in quacumque occasione quod Deus non concurrat ad talem' actum fluat, et consequenter subintelligcndo con.:.
eitium quam quoad specificationem, omn~­ crrca quodvis obiectum, et cum quibuscum- ex illa absoluta voluntate. Ex nostra ergo ditionem _cooperationis alterius voluntatis..
no tribuenda sit causae' secundae. Sexto, Vl- que circumstantiis; ergo potest Deus abso- sententia solum sequitur hoc posterius~ quod Sic enim se gerit Deus circa malas volun-
detar hoc repugnare cum iis quae. su~ra .d~­ luta voluntate velle dare concursum ad illum nos admittimus tamquam vcrissimum, quia tates. Propter quod dixit Augustinus} V de
ximus detenninationem effectus m mdivl- solum actum quem praevidet operaturam. lit Deus concurrat, sufficit volunt'as concu- Civit., c. 8, 9, et saepe alias, a Deo esse
duo p~uliari modo procedere ex praefinitio- Neque oportet ut ad alios actus, quos certe rrendi, quae, quantum ad id quod se tenet omnes potes tates, non tamen omnes volun'"
ne primae causae; hoc enim non minus ne- sdt riunquam futuros, concursum offe~at. Et ex parte Dei, est absoluta et efficax, quía ex tates. Et Concilium Tridentinum, sess. VI",
'Cessarium est in actibus liberis quam in eadem ratione necesse non est ut ahquam vi illius Deus applicat suam potentiam ad can. 6, propter eamdem causam definir
aHis, quia cum voluntas amat, non es.t ~n conditionem tacite ve! expresse apponat illi concurrendUlIl, et reipsa in tempore concur- Deum operari has actus permissive solum;
eius' potestate eligere hunc aetum amons 10 voluntati~ quandoquidem. i~m praeyidet con- rit iuxta propositum eiusdem voluntatis. Ta- 'Atque hinc aperte colligimus, ex vi gene.:.
iIidividuo potius quam alium quem facere ditionem illam quae ibl mtervemre posset, rnen, quia in obiecto illius voluntatis, ut ex raUs concursus et subordinationis necessa-
, posset. Septimo, quia sequitur ex dictis, po- futuram esse, nimirum, quod voIuntas crea- '¡pso verbo concurrendi constat, comprehen- riae inter causam primam et secundám, die.:.
:¡Jita, voluntate Dei concurrendi cum volun- ta cooperetur. Et ob eamdem causam per dítur concomitanda ~el cooperatio alterius, tam voluntatem concurrendi ex parte Dei
Disputación XXIl,-Sección IV 679
Disputaciones metafísicas
678
de concurrir en particular a este1O~ smo len cuanto está incluida en la voluntad
que no es necesario atribuir a D' .
la segunda, por parte de Dios es suficiente dicha voluntad de concurrir, sea 10 33 P 11 aque acto
que fuere de si, por razones especiales, Dios tiene otro modo de voluntad ab..
soluta con respecto a los actos buenos.
. or e o, tampoco se sigue 10 u
la imperfección o confusión (po 11 f
'. f
e ~e ln eria en cuarto lugar acerca de
Dios tiene providencia de todasrl amar a aSl) de la providencia divina; porque
30. Por ello, la otra proposición, a saber, que el acto libre es realizado sin as cosas en particula' d' 1 d
acerca de todas. Consiguientemente con re 1, pero no e 19ua mo o
la voluntad absoluta de Dios, no se sigue de nuestra opinión, pues, aunque di- de suceder, dispone simple y absol~tamente specto a lo~ ac~os buenos que han
cha voluntad no sea necesaria para el concurso, Dios puede tenerla por una ra- malos, en cambio aunque tamb¡'e' d' que se realIcen, con respecto a los
zón distinta. Y, ciertamente, en los actos buenos la tiene Dios, ya sea antece- , 1 ' n lspone en particular d·
Slmp e y absolutamente que se den . ,no lspone, empero,
dente a la ciencia por modo de predefinición, ya sea subsiguiente por modo de de ellos, en cuanto previstos como fu~:~ q~: se lesrrermita realizarse; y acerca
aprobación, cosa que en nada interesa para .el presente caso. En cambio, acerca o se castiguen. A~í, pues, Dios tiene e:fec~spone. lOS ?e qué manera se curen
de los actos malos no tiene Dios esa voluntad absoluta, porque Dios no quiere d,e las cosas en particular, pero acomo~ada : /~ov¡dencIa de todas y cada una
simple y absolutamente que estos males se realicen, ni se complace absoluta- Uvo algunos ponderados autores anti uos esa a. una de el1a~. Y por este mo-
mente en los que prevé que han de suceder, porque esto repugna a su bondad; estos actos malos procedan por rovid g .' pectalmente grIegos, niegan que
aunque tampoco quiere en absoluto que tales actos no se lleven a cabo, sino d.e manera peculiar, la disposici¿n abs~~~~; Y~r q~e c~n es.a fórmul~ entiend~en,
que quiere permitirlos, como dijo acertadamente Santo Tomás, 1, q. 19, a. 9, sl.no que absolutamente quiere que al o exi~a. q e .1?lOS n~ so:o ,Permlt:,
ad 3. Y, cuando prevé que han de suceder, se complace en ellos en cuanto Clentemente expresión por providengcz' ata. bIen,
proceden de El, 10 cual sólo es complacerse eu el concurso que presta para d la a, so o pretenm
'1' den quesegun
la r mdlca
" SUfl-
.
e estos actos malos no proceden de la prov' d . d" . alZ y ongen
enos. a ella tales actos como a su causa . 1 encla lvma, m deben atribuirse
31. A 10 segundo se responde negando la consecuencia; porque Dios, en modo de hablar a los actos buenos pr O!1a, Ets verdad que, a ve~es,. extienden ese
virtud de su ciencia cierta y de su voluntad, concurre con la voluntad creada . ' p 0 en onces toman ese termmo e t'd
roás estricto, por la eficaz predeterminació d" .. .n sen 1 o
a cualquier acto de ésta, y por eso no concurre con la voluntad creada de ma- voluntad creada, como expuso Santo Tom~s rmqa :i\¡ue ¡m1Prlmde1neces,dad a la
re Iadeterminación de"~O
nera casual o contingente, sino por providencia sapientísima. y aunque no siem- 34 ' Alq't
pre predefina con voluntad absoluta lo que la voluntad creada ha de hacer, no um o, sob ,a.,a
la voluntad creada y'a se h d' h
en1 1o que precede cómo p uede at1'1'bmrse . en , CIerto modo esta ,-dete
a. lC. ; o

~i~:~~~:~b:~:I~~o~~~~~!~s:~~Z:!;:~~:I~~~~~~::::~b~~~:;~:~~;::r~
por ello tiende a 10 incierto, pues, o predefine o al menos permite todo 10 que
tal causa segunda ha de realizar, y ve asimismo clarísima y certisimamente lo que
ha de hacer y concurre a ello con su voluntad, .
32. De aquí se resuelve también la tercera objeción negando la consecuen-
determmacIón no es otra cosa que su volición, 1a eua1 es c1aro que
os (ya
no que su
puede.
cia. Porque no es confusamente, sino de manera clara y en particular como Dios
aplica voluntariamente su concurso a este o aquel acto, sobreentendiendo siem-
pre, sin embargo, la condición de la libre cooperación de la voluntad creada, nisi . ql1at:nus in voluntate. concurrendi in ta~ .dispositionem qua Deus non solum per~
Pues esta condición nO se cumple menos en la voluntad de concurrir clara- p~rtlculan ad hunc vel illum actum inclu- ml~tlt, sed .absolute vult ut aliquid sit; vel,
mente y en particular a tal o cual acto, que en la voluntad confusa de concurrir, dltur. ut illa partIcula ex providentia satis indicat,
3.3. Quar~ minime etiam sequitur quod soluro mtendunt radicem et originem horum
quarto ,locQ mferebatur de imperfectione aut actUl!m malorum non esse ex divina provi-
31. Ad secundum respondetur negando C?nfUSlOne (ut sic dicam) divinae providen- dentta, D;que illi esse tribuendos tales actus
sufficere, quidquid sit an circa actus bonos sequelam, quia Deus ex certa scientia et t1~e; de omnibus enim in particulari pro- ut propr,tae causae. Verum est interdum ex~
ob speciales rationes habeat Deus alium mo· voluntate sua concurrit cum voluntate crea- vIdet Deus, sed non de omnibus eodem tendere 111um loquendi madum ad actus b
dum absoluta~ voluntatis.
30. U nde altera propositio, scilicet, ac~
ta ad quemlibet actum eius; et ideo non modo .. Un?~ de actibus bonis qui futuri no~, s:d tunc strictius utuntur ea vace p~
casu aut contingenter curo voluntate creata sunt s:mpltclter et absolute disponit ut sint· ;fflcacl praedeterroinatione Dei necessitatem
tum liberum fieri sine absoluta Dei volun- concurrit, sed ex sapientissima providentia. d: malts autem, quamvis etiam in 'particula:i mferente voluntati creatae ut exposuit D
tate, non sequitur ex nostra sententia, quia, Et quamvis non semper absoluta voluntate dlSp?nat, non tamen simpliciter et absolute Thomas, 1, q. 23, a. 1, ad' 1. .
quamvis illa voluntas non sit necessaria ad praefiniat quid voluntas creata operatura sit, 34, . Ad· quintum de determinatione vo-
ut smt, se? ut esse permittantur; et de illis
concursum, potest Deus alia ,ratione illam non tamen propterea tendit in incertum, quatenus lam futun praevidentur disponit luntatls creatae, iam .in superioribus dictum
habere. Et in bonis quidem actibus habet
illaro Deus, siv~ illa sit praecedens scientiam
quia vel praefinit vel saltern permittit quid- ~eus quomodo ve! curentur ve! ~uniantur. est quo modo haec determinatio possit ali-
quid talis causa secunda actura est, et videt ~lC ;rgo habet Deus de omnibus et singu- qU? modo tribuí causae secundae; ídem
per modum praefinitionis, sive subsequens etiam clarissime et certissime quid sit actu- I1s . Ir: particulari perfectam providentiam, ~mm mo~us proportionaliter habet locum
per modum approbationis, hoc enim ad ra; et ad illud sua voluntate concurrit. umc~Ulque tamen accommodatam. Atque ob l? ~ausa. ltbera: ~t m.aiori quadam ac pecu-
praesens ruhíl spectat. Circa malos autem 32. Unde etiam solvitur tertium, incon- ha~c causam auctores quidam graves anti- han ratu;me dlCltur illa se determinare ad
actus non habet Deus illam voluntatem ab- veniens negando sequelam. Non enim con- qm, praesertim graeci 1, negant hos actus suam actlone?1' . ~on qu!a se determinet sine
solutam, quia Deus non vult simpliciter et fuse, sed distincte et in particulari applicat malos esse ~x. providentia, quía per illam concu:su Del (¡l1ms entffi determinatio non
absolute haec mala fieri, neque in eis quae Deus voluntarie concursum suum ad hune vocem pecultanter intelligunt illam absolu- e~t ahud quam eius volitio, quam constat
futura praevidet complacet simpliciter, re- vel_ illum nctUtn; semper tamen subintel-'
pugnat eniro bonitati eius; quamvis etiaro lecta conditione liberae cooperationis ipsius
non velit absolute hos actus non fieri, sed voluntatis creatae. Haec enim conditio non 1 Origen" Theodor
lib. 11 Periarch e 12' rustin q 8 d O r thO d
velit eos permittere, ut recte dixit D. Thom., parte morali',
l'b V"D:
" 1 •
. 'd cr C."de, pa
lvm.;., 'd Gregar.
rovl.; oxos: Nys.,
Chrysost., hom.
lib. VII XII,
Philos
minus habet locum in voluntate concurren-
1, q. 19, a. 9, ad 3. Et postquam praevidet di rustincte et in particulari ad talero ve! c, 1, et lib. VIII, c. 4; seu Nemes., ltb< de Nat. homin., c. 39' et seq,,' Damas" 11 d'e'
esse futura, complacet in eis quatenus ab talem actum quam in confusa vol}.tntate con- p.de, c. 29 et 30. .
ipso SUDl, quod solum est complacere de currendi, quam necesse non est Deo tribuere
.concursu _quem ad ea praebet.
Disputación XXIl.-Sección IV 681
680
realizarse sin el concurso de Dios), sino porque la voluntad y la potencia de l~s requisitos previos, .la voluntad puede obrar y no obrar, así también, ofre--
Dios, en cuanto aplicada de esa manera a concurrlr, se encuentra como indife- CIdo y preparado sufic1entemente. ~l concu~so de Dios, puede no obrar con él,
rente y en expectación para cooperar con ella de acuerdo con el uso libre de ya, que ese es uno de los reqUl~ltos pl'eVlOs. Digo ofrecido el concurso tran-
su voluntad; y esto no proviene de imperfección, sino de la sapientísima pro- seun.te, mas. no puesto en la realzdad, porque entonces ya resulta imposible, en
videncia de Dios, que se acomoda a la causa segunda. Por eso, aunque el con- sentido compuesto, que la voluntad no obre, pues tal concurso no se distingue
curso divino sea absolutamente anterior en naturaleza, del modo antes explica- realmente de su acción. En este sentido dijo Santo Tomás I-II q 10 a 4
do, no obstante, relativamente y en su género cabe atribuir de manera' especial ad 3 : St· D'lOS mueve a 1a va1untad, es imposible que la voluntad
' ,. , . ,
no se mueva.
esta determinación a la causa segunda. Pero hablamos en sentido general en vir- Porque este concurso no es uno de los requisitos previos para la acción sino
tud del concurso, pues de otros modos o mediante otros auxilios, Dios es mu- que está intrÚlsecamente incluido en la misma acción. '
chas veces causa principal de toda determinación buena de la voluntad, sobre . 37· 'por eso se ni~ga la consecuencia a propósito de la segunda parte de la
todo en aquellas cosas que se realizan mediante la gracia, de lo cual tratamos mferencIa, ya que DlOS mfiuye también en acto sobre el hombre que opera
en otro lugar. en acto, pero no sobre el que no opera. ASÍ, Dios no se comporta de igual modo
35. Al sexto, concedemos que la determinación del acto o del efecto, prin- con an;bos en 10 concerniente a la acción externa con respecto al mismo Dios.
cipalmente en 'cuanto al individuo, nace de la determinación del concurso di-- Pero SI se tr~tase de la sola voluntad divina ad intra, por la que ofrece el con-
vino. Y esto no contradice 10 que se ha dicho acerca del concurso para los ac- curso, es posIble que desde ese punto de vist,a sea igual, y que tenga efecto en
tos libres; pues aquella misma determinación de concurso para un acto singu- ~o, pero no en el otro, por l~ libertad de ellos, 10 cual no representa inconve-
lar e individual puede proceder de una voluntad no enteramente absoluta desde mente alguno, porque en la m1sma voluntad de Dios se incluyó dicha condición
todos los puntos de vista, sino que incluya una condición por parte de la coope- cO,mo se ha explic~do, E~. cuant? a saber si en otra voluntad electiva o predeter~
ración libre del albedrío humano. Además, dicho concurso puede ofrecerse, no mmante, o en algun auxiho de!lvado de ella, se da siempre desigualdad no nos
sólo para un acto individual de una especie, sino también para varios de diver- corresponde discutirlo, '
sas especies, por ejemplo, para este acto de amor y este acto de odio; y de esta 38. Al octavo se responde que la presciencia condidonada qne en él se
manera, en cada una de las especies, es determinada la voluntad a tal acto in-:-- sup~ne, y que nosotro~ admit~os de buen grado, no impide el modo de con-
dividual y, no obstante, permanece indiferente, bien para usar o no usar el con- curl'll' que hemos explicado m da lugar a otro. Pues, como Dios sabe previa-
curso, bien para usarlo en esta o en aquella especie. mente lo que la voluntad creada ha de hacer si se aplica con tales circunstan-
36. Al séptimo, concedemos la primera parte de la inferencia, a saber9 cias, entre otras condiciones debe ponerse ésta, a saber, si Dios ofrece concurso
que, después de ofrecido suficientemente el concurso p·or parte de Dios, la vo- suficiente, ya que sin él no puede obrar nada. Pero este concurso suficiente en
luntad puede no obrar, incluso en sentido compuesto. Pero aquí no hay mayor ,cuanto .incluido en esta condición, debe ser tal que resulte indiferente, t~nto
inconveniente que en el hecho de que, puesta la permisión de Dios, todavia para el ejercicio como para la especificación del acto; y por ello no debe estar
pueda la voluntad no pecar; y ello es cierto y necesario, porque la permisión absolutamente definido en orden a un solo acto y a su ejercicio. Por tanto, aun-
se refiere a la potencia de la 'causa situada ante dos extremos opuestos, como que Dios prevea lo que la voluntad ha de obrar aquí y ahora si El presta su
dijo Santo Tomás, In 1, disto 47, q. 1, a. 2. Por último, así como, puestos todos concurso, es necesario que lo preste del modo exigido por la naturaleza de la

Ílcri non posse sine concursu Dei), sed qui;J voluntate non omnino absoluta ex omru par- operari, ita .etiam, sufficienter oblato ae prae- in ipsa voluntate Dei inclusa fuit illa con-
vaIuntas et patentía Dei, ut sic applicata ad te, sed includente conditionem ex parte coa- parato Dei concursu, potest non operari cum ditio, ut explicatum esto An vero in alía
concurrendum, est quasi indifferens et ex~ perationis liberae humani arbitrii. Rursus ille illo, quia illud est unum ex praerequisitis. voluntate electiva aut praefinitiva, ve! in ali-
pectans lit, iuxta usuro liberum voluntatis, concursus offerri potest non solum ad unum Dico autem oblato concursu transeunte, non qua auxilio ab ea manante, si! semper inae-
ita illi cooperetur; quod non es! ex imper- individuum ac!um unius speciei, sed etiam autem in re pasito, quia tune iam impossi- qualitas, non es! nostrum disputare.
fectionc, sed ex sapientissima providentia ad pIures diversarum specierum, ut ad hunc hile es! in sensu composito quin operetur 38. Ad oetavum rcspondetur praescien-
Dei sese accommodantis eausae secundae. aetum amoris et ad hune aetum odil; atque' voIuntas, quia talis concursus non distingui- tiam conditionatam quae in eo supponitur,
Dnde, licet simpliciter concursus Dei sit ita in singulis speciebus determinatur vo- tur in re ab actione eius. Quo sensu dixit quamque nos libenter admittimus, non im-
prior natura, modo superius explicata, ta- luntas ad talem actum in individuo, et nihil- D. Thomas, I-II, q. 10, a. 4, ad 3, si Deus pedire modum coneurrendi a nobis explica-
men, secundum quid et in suo genere, pot- ominus manet indifferens, vel ad utendum movet voluntatem, impossibile esse quin 'Vo- tum aut alteri loeum dare. Nam, cum Deus
est hace determinatio peculiari modo attd- concursu aut non utendum, vel ad utendum luntas moveatur. Hic enim concursus non est praesdt quid voluntas creata factura sit si
bui eausae secundae. Loquimur autero ge- illo in hac vel iUa specie. ex praerequisitis ad actionem, sed intrinsece cum talibus circumstantiis applícetur, inter
neratim ex vi concursus, naro aHi3 roodís 36. Ad septimum, concedirous priorem inclusus in ipsa actione. alias conditiones ponenda haee est, scilicet,
vel per alia auxilia, saepe est Deus princi- illationis partem, nempe post oblatum suf- 37. Unde ad aIteram partem illationis ne- si Deus offerat sufficientem concursum, quia
palis causa omois bonae deternlÍnationis vo- ficienter eoncursum ex parte Dei, posse vo- gatur sequela, nam in eum hominem qui sine eo nihil potest operario Ríe autero suf-
luntatis, et praesertim in iís quae per gra- luntatem non operari, etiam in sensu com- actu operatur Deus etiam aetu influit, non fidens concursus, ut in hac conditionali in-
tiam fiunt, de qua alias. posito. Neque hoc est maius inconveniens vera in eum qui non operatur. Et ita non clusus, talis esse debet tit sit indifferens tum
35. Ad sextum, concedimus determina- quam quod, posita Dei permissione, adhuc aeque se habet Deus ad utrumque quoad ad exercitium, tum ad speciem actus; et
tionem actus ve! effeetus, quoad individuum voluntas possit non peccare; quod verum et actionem externam respectu ipsius Dei. Si ideo non debet esse absolute definitus ad
praesertim, oriri ex determinatione divini neeessarium est, quia permissio respicit po- autem esset sermo de sola voluntate Dei ad unum tantum actum et exercitium eius.
concursus. Neque hoc repugnat cum iis quae tentiam causae ad utrumque oppositorum' se intra, qua offert concUrsum, fieri potest ut Quamvis ergo _Deus praevideat quid volunm
dicta sunt de concursu ad actus liberas; nam habentem, ut dixit D. Thom., In 1, disto 47, illa ex parte sua sit aequalis, et quod in uno tas operatura sit hic et nune si ipse praebeat
illamet determinatío eoncursus ad singula- q. 1, a. 2. Denique, sicut, positis omnibus habeat effec!um et non in alio, ex libertate coneursum, necesse est ut eo modo praebeat
rem et individuum aetum potest esse ex praerequisitis, potest voluntas operario et non" eorum, quod nullum est inconveniens,. quia quem natura ipsius voluntatis postulat, qui-
682 Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Sección V 683
voluntad misma, y que se entendía incluido en la antedicha hipó~e~is. P~rque . ofrece aquí ocasión de explicar la conocida división de las causas eficiente& en
si Dios cambiase el modo de su concurso, el efecto ya ~o se segUlna de 19ual aquellas que están subordinadas por sí mismas y esencialmente, y las que sólo
modo. Consiguientemente, aquella voluntad po: .la que DlOS ofrece e,l concurso, 10 están de manera accidental.
de suyo permanece siempre virtualmente condlclOnada, aunque, en vlttud de 1~
presciencia, equivalga a la absoluta, porque Dios prevé que tendrá efecto 81 Motivo de duda
concurl'e al mismo tiempo la otra voluntad. 2. Porque de esta división se toma el primer motivo de duda en la cues-
39 y por la misma razón no obstante esa presciencia, Dios, en 10' que de tión propuesta) ya que no sólo las causas segundas están subordinadas esencial-
El depende ofrece su concurs~ para otros actos, aunque la voluntad creada '!lo mente con respecto a la primera, sino que también, entre las mismas causas
haya de re~lizarlos, para que en absoluto pueda hacerlos y no .se deba a D~os segundas, las particulares están subordinadas a las universales; pero esta subor-
el que no pneda llevarlos a cabo. De igual manera que DIOS qUIere ?ar aUX1hos d~nación esencial consiste en la antedicha dependencia que la operación de una
suficientes a aquellos que conoce previamente que no han de usar bIen de tales tiene del influjo de otra; luego ese modo de dependencia no se da sólo con
auxilios, para que en absoluto puedan obrar de ese modo; porque, .de lo.con- respecto a la primera causa. Parece que la mayor se toma de Aristóteles, JI de
trario, no se podría imputar a ellos de hecho. el que. no o~rase~, SI se v~esen la Metafísica, donde, al demostrar que no se da proceso al infinito en las causas
privados de tales auxilios por la sola presciencIa autedlcha. Es. mas, ,esto mIsmo eficientes esencialmente ordenadas, supone que hay alguna subordinación no sólo
se supone en aquel argumento, cuando en él se dIce q~e DlOS est~ preparado entre dos -la primera y la segunda-, sino entre varias. Por eso, en el lib. JI
para concurrir a otros actos si la voluntad humana hubIese de reahzarlos, ~or­ de la Física, texto 26, dice: El sol y el hombre engendmn al hombre. Y en el
:que Dios no está preparado de esa manera sino por su vo!?ntad y d.etermma- II De generat., texto 55, por este motivo llama al sol autor de las cosas que
ción libre, no la que habría de tener en tal caso, pues ¿.qmen puede Juzgar de se han de procrear; y en la seco XXVI Problemat., q. 35, lo denomina autor y
ella?, sino la que tiene ya ahora. Consiguientemente, DIOS ofree: a las causas padre de los movimientos; y en la seco XI, q. 5, dice que el sol es el que lo
libres su concurso suficiente, no sólo para aquellos actos que re~hzat;. o han de mueve todo. Por último, en II De Generat., texto 56, y en XII de la Metafísica,
realizar, sino también para aquellos que podrían llevar a cabo .SI qUISIeran. texto 34, dice que el movimiento del cielo es causa de todas las generaciones
y corrupciones; y en 1 Meteor., c. 9, atribuye esto especialmente al movimiento
del sol. De manera semejante Santo Tomás, lIT cont. Gent., c. 67, afirma que
SECCION V los cuerpos inferiores obran en virtud de los cuerpos celestes. Y en el lib. IV,
capítulo último, dice que la generación y la corrupción de los cuerpos inferiores
SI LAS CAUSAS SEGUNDAS DEPENDEN ESENCIALMENTE, EN SU OBRAR, SÓLO DE
LA CAUSA PRIMERA o TAMBIEN DE OTRAS es causada por el movimiento del cielo. Finalmente, todos los filósofos parecen
pensar de esa manera acerca de la causalidad de los cielos, y por ello los lla-
man causas universales con respecto a todas las inferiores.
1. En último lugar, queda por ver eu la presente disputacióu si eds pro~~~
de la causa primera el concurrir del modo dicho con l as caus.as segun as a - Diferentes sentidos de la cuestión
operaciones de éstas," y que las demás dependan de ella, o SI e?-tre las ~~usas
creadas se da también esta dependencia y este modo de concurnr. Tamblen se 3. Para reducir esta cuestión a unos puntos concretos, debe advertirse que
se puede establecer comparación, ya entre causas supositalmente distintas, que
que in praedicta hypothesi intelligebatur in- alios actus si voluntas creata eos esset fac-
tura, nam Deus non est sie· paratus n~si ~er declarandi communero distinctionem causa- 26, ait: Sol et horno generant hominem. Et
clusus. Quia si Deus mutaret modum con- rum efficientium in eas quae sunt per se et
cursus iam non eodero modo sequerentur suam voluntatem (.t liberam determma~10- II de Generat., texto 55, hac ratione vocat
essentialiter subordinatae, et quae sunt tan- solem procreandarum rerum auctorem; et
effectds. Igitur voluntas illa qua Deu~ .affert nem non quam in eo eventu esset habltu-
tum ·per accidens.
concursum ex se manet semper condmonata rus' quis enim de illa iudicare potest?, sed seet. XXVI Problemat., q. 35, eum vocat
in virtute quamvis ex praescientia aequiva- qu~m nunc iam habet. Offert erg.o. Deus auctorem et parentem motuum. Et sect. XI,
leat absol~tae, quia praevidet Deus habit:u- causis liberis suuro concursum sufflclentem Ratio dubitandi q. 5, ait solem esse qui omnia movet. Ac
ram effectum concurre~te simul altera vo- non solum ad eos actus quos faciunt seu deDique II de Generat., texto 56, et XII
facturae sunt, sed etiam ad eos quos facere 2. Nam ex hac divisione sumitur prima Metaph., texto 34, motum eae10rum dicit
luntate. ill ratio dubitandi in proposita quaestione, quia esse causam omnium generationum et eor-
39. Et eadem racione, non obstante a possent si vellent.
non solum causae secundae respectu primae ruptionum; et 1 Meteor., c. 9, hoe peculia-
praescientia, Deus, quantum est ~x ~e, offert sunt essentialiter subordinatae, sed etiam in-
coneursum ad alios actus, quamvls 1110s non SECTIO V riter attribuit motui solis. Similiter D.
ter iosas causas secundas eausae particulares Thom., III eont. Gent., c. 67, ait corpora
sit effeetura voluntas creata, ut simplidter UTRUM CAUSAE SEC"!JNDAE PENDEANT ESSEN-
sunt - subordinatae universalibus; sed haee
possit il10s efficere, nee per Deum stet quo- inferiora agere in virtute corporum eaeles-
TIALITER IN OPERARI A SOLA CAUSA PRIMA, subordinatio essentialis consistit in praedicta
minus illos effidat. Sieut etiam Deus vult AUT ETIAM AB ALIIS
tium. Et lib. IV, c. ult., ait generationem
dependentia operationis unius ab· influxu al- et corruptionem inferiorum corporum ex
dare auxilia sufficientia iis quos praescit non terius; ergo ille rrodus dependentiae non
1. Ultimo loco videndum superest in hac motu caeli causari. Denique omnes philoso-
bene usuros talibus auxiliis, ut simpliciter est tantum respectu primae eausae. Maior
possint ita operari; quia alias non posset disputatione, an sit proprium pri.t;Iae caus~e phi ita videntur sentire de eaelorum causa-
eoncurrere dicto modo cum caUSlS secundls vidptllr sumí ex Aristotele, JI Metaph., ubi, litate, et ideo eos appellant causas univer-
eis de facto imputad quod non operareD:tur, probans non esse processum in infinitum in
si ob solam dietam praescientiam tahbus ad operationes earum; et 9uod ab illa eae~ sales respect~ inferiorum omnium.
terae dependeant, an yero mt:r eaus~s erea- causis effidentibus per se ordinatis, suppo-
auxillis privarentur. Immo hoc ipsum suppo- nit non tantum inter duas, scilicet primam Varii qUa"estionis sensus
nitur in IDo argumento, CUr:¡1 in eo didtur tas sit etiam haee dependentta et hlC con-
currendí modus. Ubi etiam oceurrit. occasio et sectlndam, sed ínter pIures esse aliquam 3. Vt quaestionem hane ad certa capita
Deum esse paratum ad concurrendum ad subordinationem. Atque hinc JI Phys., texto reducamus, advertendum est posse fieri com-
684 Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Sección V
---------------------------~~~~~~~= 685
se llaman causas ut quod, ya entre virtudes de una misma causa o de un mismo d.en7ia no .es esencial, sino ~cci~ental~ como resulta claro. Y si es cierto que
supuesto. La presente cuestión se trata principalmente en el primer sentido, y el CIelo es Instrumento ?e la !ntehge?CIa que mueve a algunas acciones, en cuan-
por ello trataremos primero de él, aunque añadiremos algo del segundo, par. t?; a ellas la dependenCIa sera esencIal; pero, en realidad, no existe ninguna ac. .
tener una solución completa. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que clO.n de. esa, clase,. como ~u7has veces hemos indicado; porque tampoco la in..
una cosa es hablar de las causas qu,e concurren parcialmente a una misma ac- tehgencla tl~n~ VITtud prmclpal para realizar se:mejantes efectos corporales, ni
ción en un mismo orden, y otra hablar de las causas esencialmente subordi- el solo mO~lmIento 107al puede servir por sí mismo para comunicar esta virtud.
nadas, COn dependencia intrínseca de una con respecto a otra en el obrar. Del 5. . !=asl por la mIsma razón, un cielo no depende esencialmente de otro en
primer modo es cierto que muchas veces concurren varias causas creadas a una su aCClOn, porque uno tampoco recibe de otro ni el ser ni la virtud de obrar
misma acción o efecto; y ello puede ocurrir alguna vez accidentalmente por UD Se ~irá: los cielos no obra~ sino mediante los astros, y 'éstos no obran sin~
fortuito concurso de causas que, por 10 demás, son suficientes por sí mismas; mediante la. luz, q,:e no reCiben más que del sol; luego todos dependen del
otras veces, en cambio, puede acontecer de manera esencial y por disposición sol en la VIrtud actIva y, conse~uentemente, en la acción. Se responde, en pri~
natural. De este modo concurren frecuentemente varios astr6s a un mismo mer lugar, negando l.a menor, ~InO que ,cada astro tiene su propia virtud innata
efecto, ya que cada uno no sería suficiente por sí solo. Así, pues, en torno a y co~natural, y I?ediante ~lla ln~uye; porque, así como tienen formas propias
este modo de concurso parcial no hay dificultad alguna, antes bien, quizá deba espe~lficamen:.e dIversas, ~Sl tambIén a esas formas siguen virtudes y facultades
entenderse así en gran parte el COncurso de los cielos, como diré más abajo. propIas ~specIficamente dIversas. Y no es verosímil" ni que todos los astros ten-
4. Por tanto, la presente cuestión se trata en el primer sentido. Y toda gan la vtrl1:d de obrar por un a~cidente extrínseco y que les advenga acdden-
su dificultad se centra en la dependencia de los cnerpos inferiores cOn respecto t~mente, ~I que u~a mIsma cualidad de la luz, por el solo hecho de ser reci-
a los cuerpos celestes. Porque acerca de las sustancias inmateriales, es cosa cier- b~da en dIVersos sUJetos, tenga efectos tan variados y diversos como tienen los
ta que no dependen esencialmente en su operación de ningún agente creado, dIversos astros; pero de esto nos ocupamos en otro lugar. Además, sea de esto
ya que no dependen de él en el ser ni en la facultad o virtud activa; luego I? que fuere, n? dependerá del sol, por ejemplo, la acción de la luna iluminada
tampoco se subordinan a él en el obrar. Además, con respecto a los mismos Sino en la medida en. que depend~ del fuego la acdón del agua caliente, y ésta
cuerpos celestes, es cierto, por la misma razón, que no dependen esencialmente, no es una depep.dencIa de modo Inmediato por subordinación esencial sino una
en sus acciones, de otros agentes creados, porque no dependen de ellos en el dependencia sólo .~em.ota, cual se, da en todo efecto con respecto a la' causa re-
ser; y la operación sigue e imita al ser. Además, porque los cielos no dependen mota que concedlO VIrtud operatIva a la causa próxima.
esencialmente en sus acciones de las inteligencias creadas, ya que tampoco de- 6. Por otr~ pa;te, no queda nioguna duda sobre la dependencia de los agen-
penden de ellas en su ser ni en sus virtudes, ni ellas pueden realizar por sí tes corpor~e~ Infenores can respecto a las inteligencias, pues por lo dicho cons-
mismas algo en los cuerpos, fuera del movimiento local. Se dirá: al menos me- ,ta, a fortzon, que no dependen de ellas esencialmente, sino, a 10 sumo, acci-
diante el movimiento, la acción del delo puede depender de la inteligencia. Res- dentalmente, .como de. quie!1 aplica prin~ipios activos a pasivos, y a.un de esta
pondo que, según la sentencia más verdadera, ese. movimiento sólo sirve para mane:a, no sle~t:re nI ordmanamente, SInO en 10 que concierne al movimiento
la acción del cielo por modo de aplicación a los dIVersos cuerpos, y tal depen- del CIelo. Por ultImo, acerca de los cuerpos inferiores entre sí, también es claro
parationem, aut inter causas suppositaliter 4. In priori ergo sensu tractatur praesens
distinctas, quae vocantur causae ut quod, quaestio. In qua tota difficultas est de de- e~t per se, sed per aecidens, ut constato Quod specie diversae. Neque est verisirmle aut
vel inter virtutes eiusdem causae seu eius- pendentia inferiorum corporum a corpori~ ;'jlverum est eaelum es se instrumentum in- omnia astra habere virtutem agendi p;r ac~
dem suppositi. Quaestio ergo haee praecipue bus caelestibus. Nam de substanrus' imma- telligen~ae m;>ventis ad aliquas actiones, cidens extrinsecum et accidentario illis ad-
traetatur in priori sensu, et ideo de illo terialibus est res certa non pendere per se -quoad lllas ent dependentia essentialis; ta- venientem, aut eamdero luminis qualitatem,
prirnum dicemus; aliquid vero addemus de in operando ab aliquo agente creato; quia men revera nullae sunt huiusmodi aetiones ex ea sotum quod -in diversis subiectis re~
posteriori, ut plena habeatur resolutio. Dein- ab illo non pendent in esse neque in facul n
~t supra ~etigimus; quia neqUe in intelligen~ cipiatur, habere tam varios et diversos effec-
de est observandum aliud esse loqui de cau- tate seu virtute operandi; ergo neque illi tIa est vrrtus principalis ad huiusmodi ef- tus quaro habent astra diversa; sed de hoc
sis partialiter concurrentibus ad eamdero ac- subordinantur in agenda. Rursus, de ipsis fectus eor~orales efficiendos, neque solus alias. Et praeterea) quidquid de hoc sit non
tionem in eodero ordine, aliud vero de cau- corporibus caelestibus eadero ratione certum motus loeahs potest per se deservire ad com- pendebit a sale actio lunae, verbi gratia il-
sis essentialiter subordinatis, curo intrínseca est non pendere - per se in actionibus suis municandam hanc virtutem luminatae, n1si prout pendet ab igne ~ctio
dependentia unius ab aUa in operando. Prio- ab aliis agentibus creatis, quia ab illis Don 5. Et eadem fere ratione unum caelum aqUae calefactae, quae non est dependentia
ri modo eertum est saepe concurrere pIures pendent in esse; üperatio autem sequitur no~ pendet ab alío per se in actione sua, immediate ex subordinatione essentiali sed
causas creatas ad eamdem actionem vel ef- esse et imitatur illud. Item, quia caeli non qUlB neqUe esse 1 neque virtutero agendi ha-
dependentia tantum remota, qualis e~t in
fectum; quod potest aliquando esse per ac- pendent per se in actionibus suis ab intelli- b~t. unum ab alio. Dices: caeE non agunt omni effectu respectu causae remotae quae
cidens ex fortuito concursu causarum alioqui gentiis creatis, quia neque ab illis pendent DlSl per astra; hacc vero non agunt Dis1 per
dedit virtutem operandi causae praximae.
per se sufficientium; aliquando vero potest in esse aut in virtutibus suis) neque illae luro~n, quod non habe?t rusí asole; ergo 6. Praeterea, nulla relinquitur quaestio
esse per se et ex institutione naturae. Et hoc possunt per se efficere in corpora aliquid omma pende~t a s?le In virtute 'agendi, et de dependentia inferiorum agentium corpo-
modo saepe concurrunt plura astra ad unuro praeter motum loealem. Dices: saltem me~ consequenter ID actlOne. Respondetur primo raHum ab intelligentiis, quia ex dictis a for':'
effectum, quia singula per se non suffice- diante motu potest actio caeli pendere ah negando minorem, sed unumquodque asttum tiod constat per se ab illis non pendere,
rento De hoc igitur modo partiaEs concursus intelligentia. Respondeo iuxta veriorem sen- habet propriam virtutem innatam" et conna~ sed ad summum per accidens, ut ab aDpli~
nulla est difficultas, immo fortasse caelo- tentiam illum moturo solum deservire ad ac- turalem per quam influit; nam, sicut habent cantibus activa passivis, et hoc etiam modo
rum concursus magna ex parte ita intelli- tionem caeli per modum appIicationis 3d di- formas proprias specie diversas, ita 3d illas non semper neque regulariter, rusí quantum
gendus est, ut inferíus diearn. versa carpora 1; illa autero dependentia non consequuntur propriae virtutes et facultates ad motum" cacH. Denique, de corporibus in-
1 ,Vide Soncin., XII Metaph.~ q. 13. 1 En algunas ediciones falta neqUe esse. (N. de los EE.)
1
686 Disputaciones metalí~icas Disputación XXIl.-Sección V 687
que no tienen la citada dependencia en el obrar, ya ~ue nin~un.o de e~os se cosas existentes en la naturaleza, y se compara al universo como el movimiento
compara con otro como la causa universal con la particular, m tiene razon al- del corazón al animal, cesando el cual cesa toda acción. Por eso el Comenta-
guna para tal dependencia. dor, 1 De cae lo, como 63, dice que el principio de la vida, que se encuentra
en el orbe, es causa de toda vida; y casi 10 mismo sostiene en XII Metaph.,
com. 18. Se confirma, en segundo lugar, porque de no ser así se elimina el
Diferentes opiniones sobre la dificultad de la cuestión orden esencial entre las partes del universo, 10 cual es contrario a su debida
7 . Así pues toda la cuestión se reduce a la subordinación de los cnerpos constitución, como se toma de Aristóteles, XII de la Metafísica, texto último.
inferiores ~on re;pecto a los celestes. Pues hay quienes opinan qu~ se. da sem:~ 9. La opinión contraria está tomada de Escoto, In Il, disto 14, q. 3, al fi-
nal; de Ricardo, en el mismo lugar, a. 2, q. 6; de Durando, en el pasaje ci-
jante dependencia esencial entre estos agentes, de ,suerte que el. CIelO mfl.uye xn
acto sobre todas las acciones de los cuerpos inferIores. Así opman Iavello, tado, 2.' parte de la distinción, q. 3; y de Enrique, Quodl. Xl, q. 15, y Quodl.
Metaph., q. 13; Soto, II Phys., q. 4, conc!. 1, e In IV, di,t. 48, q. 2, a: 2, XIV, q. l. Pues, aunque en este último lugar parezca que en parte es contra-
donde dice, en virtud de este principio, que si cesara el movll!ueu:o del cle~~
dictorio, no obstante, si se entiende debidamente, no repugna, como veremos.
inmediatamente cesaría toda la acción de los agentes natura~e~ m.ferlOre~, y q . y esta 0pinión me parece certísima; pero necesita algunas explicaciones,
todos los vivientes morirían al punto, ya que no pueden V1VIr sm algun mOV1-
miento. Lo da a entender asimismo el Ferrariense, IV cont. Gent., c. 97 '. ~ ~di Solución completa de la cuestión
vertendum tertio' pues dic:e que, en la generación del hombre, la creaclOfl: e 10. Primera ajirmación.- Así, pues, afirmo en primer lugar: ninguna
alma procede d~ Dios, pero las disposic~o~es del cue~po proceden esenctal e causa segunda depende esencial e intrínsecamente, en su obrar, de otro agente
inmediatamente del generante y del mOVimiento del CielO. creado. sino sólo de la causa primera, como de agente universal que influye
8. Para demostrar esto, Iavello aduce la siguiente razón (pues otro~ auto- inmediatamente, en su orden, sobre la acción de la causa inferior. Se explica
res no dan ninguna): toda acción de los cuerpos generable.' queda reduCida ne~ primero la conclusión; porque tratamos de una causa segunda que posea, en
cesariamente a alguna causa ingenerable; pero ésta no :s SInO el cuerpo ~e1:ste, cuanto causa próxima, virtud suficiente para alguna acción o efecto. Pues esto
luego. La mayor es patente, porque, así como es preclso que. ~odo mO~lmle~to debe suponerse ante todo para que se entienda la subordinación esencial; ya
se reduzca a algún principio inmóvil, igualmente toda ge~erac1on a algun prm- que si la causa particular es insuficiente en su orden, y es ayudada por otra
ci io ingenerable. Se prueba la menor porque tal age~te mgenerable no es ~a superior en aquello que le falta; no por ello habrá subordinación esencial en el
in~e1igencia creada ya que ella no puede transformar mmedlatamente :a ma~et1a obrar, sino concurso de causas parciales. Esto supuesto, se prueba la conclu-
en forma. Tampo~o es el mismo p~incipio, pu~sto que ~l no obra mme~tata­ sión, en primer lugar, porque la causa segunda no depende en su ser de otra
mente por sí mismo en estas cosas mfenores, smo a tra~es de. las causas mter- causa creada; pues arriba hemos demostrado que los elementos y los mixtos
medias' pero aquí tratamos de una causa que concurra. rnmedmtamente a todas no dependen del cielo en su conservación. Y por la misma razón no deperiden
las acciones de los generantes inferiores; luego es el C1elO. Y s~ confirma por de él las virtudes intrínsecas y connaturales a estas cosas; luego, por igual ra-
la autoridad de Aristóteles, que en VIII de la Física,. texto 1, dice que el mo- zón, tampoco dependen las acciones de las mismas, por su intrínseca natura-
vimiento primero es la vida, esto es, la fuente y prInC1p10 umversal de todas las leza, del cielo, 'ni, consecuentemente, de otra causa creada; porque ya hemos

ferioribus inter se, etiam est. res. clara non animae esse a Deo, dispositiones vero. cor- tura existentium, et ita comparatur ad uni- det in agendo ab alio agente creato, sed so-
habere praedictam dependentlam 1D oper~n­ poris esse a generante et a motu caeh per versum sicut motus cordis ad animal, qua lum a causa prima, nimirum, ut ab agente
do quia nullum eorum comparatur ad aliud se et immediate. cessante cessat omnis actio. Unde Comment., universali, immediate in suo ordine influente
ut' causa universalis ad. particularem~ aut 8. Iavellus ad hoc probanduro hanc ad- I de Caelo, como 63, ait principium vitae, in actionero inferioris causae. Explicatur
habet racionero ullatp tahs dependenttae. ducit rationem (aHi enim auct.o!es nu1lam quod est in orbe, esse causaro omnis vitae; prius conc1usio; agimus enim de causa se-
afferunt): Omnis actio generabl~lUm corpo- idemque fere habet XII Metaph., como 18. cunda habente in ratione causae proximae
Diversae opiniones circa quaestianis rum necessario reducitur ad ahquam ca~: Confirmatur secundo, quia alias tollitur ordo sufficientem virtutem ad aliquam actionem
difficuZtatem sam ingenerabilem; sed ?aec hon es~ D1~1 essentialis inter partes universi, quod es! vel effectum. Roc enim ante omnia suppo-
7. Tota ergo quaestio reducitur ad sub- corpus caeleste; ergo. Malar patet, qUla! SI- contra debitaro eius constitutionem, ut ex nendum est ut intelligatur subordinatio es-
ordinationem inferioruro c?rpo.rum respectu cut necesse est omnern motum reducl ad Aristotele sumitur, XII Metaph., texto uIt. sentialis ; naro si piuticularis causa sit in
caelestium. Sunt eniro qUl opmentur 1D~er­ aliquod principium imroobi~e, ~t~ om~em ge- 9, Contraria sententia sumitur ex Scoto, suo ol'dine insufficiens, et quoad id quod
venire huiusmodi essentialem depend~nttam nerationem ad aliquod prmclpmm mgene- In 11, disto 14, q. 3, in fine; et ex Richardo illi deest iuvetul' ab alia superiori, non erit
inter haec agentia, ita ut caelum actu mfluat rabile. Minor yero probatur quía illud age~s ibi, a. 2, q. 6; et Durando, ibidem, 2 parto propterea essentialis subordinatio in agendo,
in omnes actiones inferiorum corporum. Ita ingenerabile non est intelligentia creata, qU1a distinctionis, q. 3; Hendc., Quodl. XI, q. 15, sed erit concursus causarum partialium. Hoe
opinantur Iavellus, XII Metaph., q. 13; et illa non potest immediate tr~nsmutar~ ma- et QuocU. XIV, q. 1. Quarovis enirn in hoc ergo supposito, probatur primo conclusio,
Soto, II Phys., q. 4, concl. 1, .et. I~ IY, teriaro ad formam. Neque et~am est ~psum posteriori loco videatur ex parte' repugnare, quia causa secunda non pendet in suo esse
principum, quia 11lud n(;lD aglt per selpsum tarnen, si recte intelligatur, non repugnat, ab alía causa creata; supra enim probavi-
disto 48, q. 2, a. 2, ubi ex hoc prmclplO alt,
immediate in haec infenora, sed per ~ausas ut videbimus. Et haec sententia mihi vide- mus elementa et mixta non pendere in con-
cessante motu caeli, subito cess~turam orn-
nern actionem inferiorum agenuum natura- medias; hic autem agimus de ca.usa l~roe­ tur verissima; eget vera nonnulla explica- servari a caelo. Et eadem ratione non pen-
diate concurrente ad orones actlOnes mfe- tioneo dent ab illo virtutes 'intrinsecae et conna-
lluro, ornniaque viventia illi~o a~mas. ex- riorum generantium; ergo est caelum. Et
piratura, eo quod non pOSSlDt SlDe allquo turales his rebus; ergo pari ratione neque
motu vivere. Significat etiam Ferrar., ~V confirmatur ex Arist., VIII Phy~., t~xt. 1, Integra quaestionis resalutio actiones -earum pendent ex intrínseca sua
cont.. Gem., C. 97, § Adve~t~ndum ~ertto; dicente quod motus primus est vIta, ~d est, 10. Prima assertio.- Dico ergo primo: ratione a caelo, et consequenter neque ab
ait enim in generatione honums creatlonem fons et principium universale rerum ID na- nulla causa secunda per se et intrinsece pen- alia causa creata; nam caeteras iam exclu-
Disputación XXIl.-Sección V
688 Disputaciones metafísicas 689
do, citado arriba, trataba de suprimir esta depende
excluido las demás. La última consecuencia es evidente, puesto que la opera- causa. nCJa con Iespecto a la primera
ción es proporcionada a! ser. 13. La tercera razón puede ser que si el cielo infl .
11. Se dirá: a veces la forma depende en su conservaClOn del agente, como causa universal en 'las acciones de todas' las inferiores oUY~ eset~cIadlmente Y chomo
la luz depende del sol; luego al menos entonces dependerá también en su ac- . d' t . d'" - , se en len e que Io ace
mme la amente con mme IaClOn de supuesto o sólo d ' d. .
ción del influjo inmediato del sol. Se responde que, aun cuando se conceda modo, porque, como suponemos, ninguna ca~sa obI'a m'emeVdIr,.taUtam' no del p.nmer
· "' d
dIaClOll ente con lnme-
todo, nada se gana, porque no hay inconveniente en que alguna cualidad de- e supuesto sobre otra cosa localmente distante' pero el . 1 d'
penda de su agente en el obrar del modo indicado. Pero se afirma, en segundo chísimo de los agentes inferiores y de sus acciones
domodoe' lh .
Ed
cambio c~e °b Isdta lmu-
,SIoraese_
lugar, que en virtud del antecedente no se sigue el consecuente; porque las gun
. . , s pre~lso que o aga mediante una virtud difundida' 1
especies visibles dependen en su conservación del objeto y, sin embargo, no VIrt~d m~erente al CIelO mismo también se encuentra a gran distancia' d~~~,!u~au~
tienen una nueva dependencia inmediata en el obrar. Consiguientemente, de la sas ~ferIores y.de sus efectos, por 10 que no puede entenderse que influ a in-
¡ !
negación de dependencia en el ser creemos que se infiere perfectamente la in~ medmtamente, ~mo en e.uanto dIfunde alguna participación de sí mismo a ~ravés
dependencia en el obrar; pero, en sentido inverso, de cualquier dependencia de .1,os cuerpo~ l,nterm~dlOs hasta la causa particular que obra próximamente, la
en el ser no se infiere una nueva e inmediata dependencia en el obrar. Porque a<:clOll n:anar~ mmedIata~ente de la virtud, en cuanto llega hasta allí A60ra
ésta no es posible en muchas ocasiones con respecto a un agente creado; en bIen,. el mfluJ? de esta vlr~~d no p~ede afirmarse de manera. universal y' general
co. .n ~undamenlo,. pues ¿ qUien creera que el fuego necesita de una virtud sobre-
cambio, con respecto al agente increado aquella consecuencia es excelente, por anadlda por el CIelO p~ra calentar o iluminar? Y si en algún caso se da, no per-
la esencia! dependencia de toda entidad participada con respecto al primer ente. tenece a la dependencIa de la causa particular con respecto a la uni . 1 .
12. La segunda razón, semejante a la anterior, es que los efectos de estos a suplir 1 . f ' . d I v e r s a , smo
a msu I~lenCIa e a causa particular, como explicaré inmediatamente.
agentes naturales no dependen por si mismos y esencialmente, 'en su ser, del 14. y la razon e~ cla~a, porque después que el cielo ha impreso esa virtud
cielo, como también se ha demostrado arriba, ya que, en cuanto a esto, la mis- en el cu~rpo o agente m!e::lOr, aql!e! compuesto de virtud innata y virtud infundida
ma razón vale para las causas unívocas y para sus efectos; luego tampoco de .. por e~ CIelO es causa. proXlma sufiCIente para tal acción, en la cual ya no depende
pende esencial e intrínsecamente del cielo la acción de tales causas. La con- esencI~lment~, del CIelO, sino sólo remotamente, en cuanto de él recibió virtud
secuencia es clara, porque la producción es tal cual es el ser. Y ambas razones ?pe~~tlva, aSI como, el agua caliente depende del fuego en el calentar. Es, pues
tienen su fundamento en 10 que se ha dicho en la sección l.a, que la dependencia mdlclO de que aquella no es una dependencia esencial en el obrar de una caus~
de la causa segunda con respecto a la primera en su operación se funda en el con respecto a otra .. y es también indicio de que, si la causa particular tiene vir-
hecho de que tanto la causa segunda como su acción y efecto son entes por p~r­ t~d co~pleta .y sufICIente en su orden, no necesitará (hablando en absoluto) otra
ticipación, por lo cual dependen esencial e inmediatamente del ente por esenCia, VIrtud mfundIda por el ci~lo, ya que resulta superflua tal multiplicación de vir-
Pero esta razón no tiene validez con respecto a otra causa creada y, aparte de tudes. Y esto es lo ,que ~?,ectame~te pretendemos en la presente afirmación.
aquélla, no queda ninguna suficiente para introducir ese género de depende~cia; . 15. Se!J!lnda a¡trmacwn.- AfIrmo en segundo lugar: sucede con frecuen-
pero no debe exigirse multitud de causas para un efecto sin razón y neceSIdad. Cia que la VIrtud de una causa segunda inferior es por sí mISma defectuosa e i~-
Consiguientemente, también pueden valer para esto las razones con que Duran-
quibus Dm:andus, supra citatus, conabatur ut ~alefaciat ve! illuminet? Et sicubi inter-
12. Secunda ratio, similis praecedenti, tollere hanc dependentiam a prima causa. vem~, n0t;t spectat ad dependentiam causae
simus. Patet ultima consequentia, quia ope- 13., Te,rtia ratio es se potest quia, si cae-
ratio est proportionata ipsi esse. est quía effectus horurn agentium natura- partlcl!lans . ~b t;niversali, sed ad supplen-
lium non pendent' per se et essentialiter in !um l~flUlt per se et ut causa universa!is da~ msuffIclentram causae particularis, ut
11. Dices: interdum forma pendet in m actlOnes omnium inferiorum ve! intelli-
esse a caelo, ut supra etiam probatum est, statlm declarabo.
conservari ab agente, ut lumen a sale; ergo
quía quoad hoc eadem est ratio de causis gitu,r, id facere imm~diate immecliati,one sup- 14,. Et ra~io est clara, quía post impres-
tune saltem dependebit etiam in actione sua PO~ltl, ve1 tantu~ vlrtutis; non priori modo,
ab immediato infIuxu solis. Respondetur, uruvocis et effectibus earum; ergo neque sam l~am .v1ft~tem a caelo in corpus vel
acdo taÚum causarum per se et intrinsece qUla) ut. SUPPO~1lI;lUS, nulla causa agit im- agens mferlUs, lllud compositurn ex virtute
etiam si concedatur toturo, nihil referre, medrate Immedlatlone suppositi in rem loco
quia non est inconveniens ut aliqua qualitas pendet a cae1o. Patet consequentia, quia tale innata et 'Yi:tute infusa a caelo est proxima
est fieri quale est esse. Et utraque ratio distantem; caelum autem longe distat ab ~ausa sufftclens ad talem aetionem, in qua
pendeat a suo agente dicto modo in operario inferioribus agemibus et actionibus eorum
Secundo vero dicitur ex vi antecedentis non s-umit fundamentum ex ea quod sect. 1, dic- tarn non pendet per se a caelo, sed tantum
Si autern agit pasteriori modo necesse est remot~, 5luatenus ab illo accepit virtutem
sequi consequens; oaro species visibiles pen- tum est, dependentiam causae secundae a lit id faciat per virtutem diÚusarn' nam
prima in sua operatione fundari in ea quod agendl, SlCut aqua calefacta pendet in cale-
dent in conservad ah obiecto, et tamen non \lirtus caelo ipsi inhaerens etiam long~ distat faciendo ab ígneo Signum ergo est illam non
habent navam dependentiam immediatam in tam causa secunda quam actio et effectus ah ínferioribus cHusis et effectibus earuro
operando. Ex negatione igitur dependentiae cius sunt entia per participationem, et ideo esse -dependentiam per se in agendo unius
unde non potest inteIligi irnmediate influere' causae ab alia. Ac deinde est etiam signum
in csse cl'edimus optime inferri independen- per se et immediate pendent ab ente per nisi .quatenus aliquam suí participatione~ quod, si causa particularis in suo ordine'
tiam in operad; non vero e contrario, ex essentiam. Haec autem ratio non habet 10- per mterrnedia corpora diffundit usque ad
quacumque dependentia in esse inferri na- habeat completam et sufficientem virtutem
cum respectu alterius causae creatae, et se- c~usam partieularem proxime agentem, et a ~on indigebit (per se loquendo) alia virtut~
varo et immediatam dependenciam in ope- cIusa illa, nulla relinquitur sufficiens ad il- VIrtute, quatenus illue attingit, immediate
rari. Quia haec saepe non est possibilis re- mfluxa a caelo; est enim superflua illa mul-
lud genus dependentiae introducendum; non manabit acdo. At vera influxus huius vir- tiplicatio virtutum. Et hoc est quod in hac
spectu agentis creati; respectu vero agentis tutís non potest universe et generaliter af-
increati est optima illa consequentia, propter est autem exigenda multitudo causarum ad assertione directe intendimus.
aliquem effectum sine racione et necessitate. firmari cum fundamento; quis enim credat 15. Secunda assertio,- Dico secundo:
dependentiam essentialem omnís entitatis indigere ignem virtute superaddita a caelo
participatae a primo ente. U nde ad hoc etiam valere possunt rationes saepe contingit virtutem alicuius causae se-
44
690 Disputaciones metafísicas Disputación XXIl.-Sección V 691

perfecta en su orden, e insuficiente para el efecto, y por esa razón necesita la Además, también de este modo las generaciones de los animales dependen en
.yuda de otra causa creada que complete o supla su virtud activa. Y de esta ma- alto grado de la influencia celeste, y así se entiende muy bien cómo el so! y eJ
nera necesitan del influjo de los cielos los cuerpos inferiores para muchas de sus ~lOmbre gen~ran al hombre, a saber, porque el semen humano tiene una virtud
Rcciones, en especial para las generaciones de los mixtos, y sob:.:'e todo de los vi- ~perfect~. SI no es fomentado y ayudado por el calor del sol para completar
vientes. Demuestran esta conclusión los argumentos de la primera opinión; por- dicha aCCIO? Y en est~ sentido dice Enrique, arriba, que estos sémenes necesitan
que no puede negarse que se da algún orden esencial entre las causas sublunares. qu~ se les mfnnda la Virtud celeste para ser determinados por ella a sus diferentes
y las celestes; pero, suprimida la primera dependencia intrinseca y esencial, no acclO~es; . pues, como el semen tienen una acción tan variada y múltiple en la
puede entenderse otro modo de subordinación esencial entre semejantes causas~ or.gamzaclOn del cuerpo, no l?arece suficie;>te para eUo la virtud particular e in-
Puede tamhién explicarse fácilmente por inducción; porque los elementos, por trmseca, por lo que se conSidera necesana la virtud celeste. Esto es probable..
si solos y por su mutua acción y reacción, no pueden bastar para la composición a~que n? r,:sulte ~enos oscuro el modo como la virtud infundida por el cielo;
sustancial, de snerte que de ellos y por ellos se genere un verdadero mixto sus- SI es en SI mIsma SImple y obra naturalmente, puede bastar para aquella variedad.
tancial, .DO sólo porque ni en ninguno de ellos ni en todos simultáneamente se Pero, se.a de ello lo .que .fuere (que. ya se ha tratado arriba), es manifiesto que
encuentra la forma del mixto de manera formal o eminente, sino también porque,. la n~cesldad de este mfluJo celeste siempre proviene de insuficiencia de la virtud
siendo los elementos materia transeúnte con respecto a los mixtos, en ellos solos partIcu~ar, ya para superar la resistencia de la materia, ya para defenderse de los
no puede encontrarse toda la virtud activa y material de la generación del mixto. con~arIOs, ya para. completar toda la disoosición, tal como resulta preciso para
Resulta, por tanto, necesaria la virtud celeste que ayude a realizar la mezcla. reahzar la generaCión.
Además, los mixtos inanimados, hahlando en genenl, son muy débiles para ge- 17. y se ~~nfirma a cantrari?: porque, cuando la virtud del agente particu-
nerar otros semejantes a ellos, como consta por Ja experiencia. Y la razón parece lar resulta sufiCIente para su aCClOfl, para ella se requiere menor o nimmna in~
estar en que son poco activos, ya que tienen limitadas y debilitadas sus cualida-
fluencia celeste, en la medida en que puede colegirse de la razón o d~ la ex-
des primarias y son muy impedidos en su acción por los cuerpos circundantes y
por las cualidades contrarias de los cuerpos pasivos. Por este motivo, pues, fue periencia. Por eso sucede que el fuego genera fuego igualmente de una misma
también necesaria la virtud celeste, que ayudase a estos agentes 0, en verdad, rea- n;a.teria, ~ en igualdad de circunstancias, cualquiera que sea el ~specto o dispo-
lizase por completo la generación de estas cosas, como parece acontecer con la SICIón de l~s astros del cielo. Idénticamente, el color produce las especies visi-
b~es, y la Vista realiza el acto de la visión, y 10 mismo ocurre con otras acciones
eficiencia del oro y de los metales.
16. Por otra parte, es claro, acerca de los vegetales, cuánto dependen de lo. vltal;,s c?n tal de .que la disposición de los órganos se mantenga la misma y las
cielos en su generación y crecimie:q.to, lo cual no sucede de otra manera sino por'" dernas clTc,unstanc13s sean Iguales. En·este sentido dijo Santo Tomás, Opuse. 10~
que, mediante la influencia celeste, o reciben en si cualidades semejantes a las a..8, que St el cuerpo del hombre se conservase vivo y con la misma disposición dJ
suyas en la virtud activa, o reciben aumento o intensificación de sus cualidades, mzembros cesando el movimiento del cieloJ el hombre podría mover de igual modd
o porque la materia de que se generan o alimentan estos vivientes es dispuesta la mano o la lengua; y en la q. 5 De Potentia, a. 10, ad 8, dice que en tal caso
por virtud celeste para que pueda transformarse más fácilmente con su acción. perduraría el movimiento del corazón en el hombre.

cundae infedoris esse per se mutilam et Ím- ergo virtus caelestis quae iuvet ad mixtio-
perfectam in suo ordine et insufficientem ad nem perficiendam. Rursus mixta inanimata,
generatim loquendo, valde debilia sunt ad tum pendent ex infiuentia eaelesti sicque est necessarium ad generationem perficien-
effectum, et ea ratione indigere auxilio al- optime infel!igitur quomodo sol et h~mo ge- dam.
terius causae creatae quae compleat vel sup- generandum sibi similia, ut experientia con-
stat. Et ratio es'se videtur quia et parum ac- nerent .hommem, quia, nimirum, humanum . 17. Et confirmatur a contrario nam ubi
pleat virtutem agendi. Atque hoc modo in- s.emen lmperfe~tam vim habet rusi calore so-
digent influxu caelorum inferiora corpora ad tiva sUDt, eo quod habeant primas qualita- vutus agentis particularis invenitu: suffíciens
tes refractas et remissas, et a cireumstanti- lis. foveatur et lUvetur. ad eam actionem per- ad suam actionem, ve! minor ve! nulIa in-
pIures actiones suas, praesertim ad genera- ficlenda~. Et hoc l1?-0do ait Henricus supra,
tiones mixtorum, et maxime viventium. bus eorporibus et a contrariis qualitatibu5 fluentia caelestis. est ad illam necessaria,
patientium corporum in sua actione vaJde necessanam esse vrrtutem caelestem infiu- qua~~um ex ratlone aut experientia _potest
Hane conclusionem probant argumenta pdo- xam his seminibus qua determinentur ad
ris sententiae; non enim potest negad quiD impediuntur. Ob hane ergo causam neees- colhgl. lnde enim est quod ignis eodem
saria etiam fuit virtus caelestis, quae vel suas varias actiones; nam cum semen in
sit aliquis ordo per se ínter causas sublu- corporis organizatione tam variam et multi- modo generet ignem ex materia eadem seu
nares et caelestes; seclusa autem priori de- haec agentia iuvaret, vel certe harum rerum
plic~m ha~eat actionem, non· videtur ad id c~eteri~ . paribus, in quocumque aspec~ seu
pendenrla intrinseca et essentiali, non potest generationem omnino efficeret, ut in auri dlSpOSltlOne caelestium astrorum. Et eodem
et metallorum efficientia contingere videtur. ~uff¡cere Vlrtu~ particularis et intrínseca, et
intelligi alius modus subordinationis per se Ideo necessana censetur virtus caelestis. modo color efficit species visibiles et _visus
inter huiusmodi causas. Potest etiam faeile 16. Rursus de rebus vegetabilibus per-
Quod est probabile, quamvis non minus elidt actum visionis, et ídem es! de aliis
inductione declarari; nam elementa per se spicuum est, quantum ad sui generationem
obscurum sit quo modo virtus influxa a cae- a~tioni.b?s vitalibus, dummodo organorum
sola et per suam mutuam aetionem et reac- vel incrementum a caelis pendeant, quod
non aliter fit nisi quia per influentiam cae- lo, ~i in se ~implex sit et naturaliter agens, d.lSpOSltlO eadero eonservetur et caetera paria·
tionem non possunt sufficere ad substantia- ad illam vanetatem suffidat. QiJidquid vero smt. Et hoe modo dixit D. Thomas, Opuse.
lem mixtionern, ita ut ex eis et ab eis verurn lestem aut in se redpiunt qualitates Sui3
qualitatibus consimíles in virtute agendi, aut de hoc sit (quod superius est tactum) con- .10, a. 8, si corpus hominis vívum et cum
substanrlale mixturo generetur, tum quia ne- stat necessitatem huius infiuxus ea'elestis eadem dispositione membrorum conservetur
que in aliquo illoruro neque in omnibus redpiunt inerementum vel intensionem sua- ,
rum qualitatum, aut quia materia ex qua semper provenire ex insufficientia virtutis cessante motu caelí, posse hominem eodem
simul est forma mixti formaliter aut emi- particularis, _vel ad vincendam resistentiam
haee viventia generantur aut aluntur, per modo movere. manum aut linguam; et q. 5
nenter, tum etiam quia, cum elementa sint materiae, vel ad se tuendum a contrariis, vel
materia transiens respectu rilixtorum, non virtutem caelestem disponitur ut facilius pos- de Potent., a. 10, ,ad 8, didt in eo casu
sit eorum actione eommutari. Rursus hoc ad complendam totam dispositionem prout duraturum motum cordis in homiIl;e.
potest in sotis illis esse tota vis activa et
materialis generationis mixti. Necessaria est etiam modo generationes animalit,lm mul-
~--------- -

692 Disputaciones metafísicas XXII. Sección V

En qué sentido se llaman universales algunas de las causas creadas ellos en sus acciones y virtudes. Pero si Dios hubiera establecido otro orden
aVlod,mdo o supliendo por sí mismo o mediante otros cuerpos los defectos de loS
18. Consta, pues, por 10 dicho, en qué sentid,) pueden admit~rse algunas inferiores, estos agentes realizarían sus ~cciones de manera igualmente
causas universales fuera de la primera, y alguna subordinación esencial entre al- y connatural, según sus naturalezas propias y particulares. Y por la mismá
'gunas causas segundas entre sí, y qué es, en este punto, propio .de la causa pn- razón, si a veces sucede de hecho, o que una causa particular inferior es ayu-
mera, y cuál la diferencia entre ella y las demás. Porqu~ es propIo d~ ella el que dada suficientemente por otra causa inferior, o que es por sí misma suficiente
toda operación dependa por sí mi~ma .de ella rnmedlata y. esenc18h?ent~, d: para su acción, podrá realizarla sin concurso del cielo. Y de manera semejante,
suerte que, sea cuanta sea la virtud mferlOr, no pueda obrar .sm aquel mfl~Jo, m aunque la virtud de la causa inferior sea insuficiente para completar toda la ge-
tampoco pueda ser suplida por otro agente ni. por nmguna :rlrtud creada, meluso neración, y le falte por entero el auxilio celeste, e incluso le resista, y por esa
infundida por el mismo Dios. Pero la operacIón de una cnaWra no depende de razón no pueda llevar a cabo la generación, a pesar de todo realiza alguna alte"
otra de esta manera, como se ha explicado, y por :1l0 es .froplo de solo DlOS el ración o disposición remota, para la cual es suficiente tal virtud por sí misma.
ser de este modo causa universal de todas las aCClOnes. :::>m embargo, como las
cosas naturales y g~nerables y corruptibles poseen virtud~s imp~rfectas par~ obrar,
y tienen muchos contrarios, por lo~ que pue~~n quedar ImpedIdas de reahzar ?;,s Solución de las razones opuestas
acciones o generaciones, cuya contmua suceSlOn es n~cesana. para la conserv~clOn 20. Así, pues, el motivo de duda consig~ado al principio queda resuelto po,
del universo, por eso el autor de la ~aturaleza pr.oveyo alguno~ cuerpos super~ores lo dIcho; pues todas las afirmaciOnes de Aristóteles y de otros filósofos acerca
que tuviesen diferentes virtudes activas y .se aphcasen de ~~:lOs mod~s mediante del influjo de los cielos, y sobre la dependencia de los agentes inferiores con res-
un movimiento continuo, para que así pl!dlesen ayudar t~m01en de variaS mane~as pecto a ellos, se entienden suficientemente según el modo de subordinación y de-
a los agentes inferiores en sus generaclOnes o corrup~lOnes. Y por eso se dice pendencia que hemos explicado. A la razón de Iavello se responde que la acción
con razón que tales cuerpos superiores son causas unlver~ales~ ya que obran de del agente generable y corruptible no depende esencIal e intrínsecamente, de rna. .
al na manera en orden a los efectos de todas las c~usas mferlOres. En este sen-
tifo dice Dionisio c. 4 De Divinis Nominibus: El rayo del sol ayuda a la gene-
nera necesaria, de otro agente incorruptible fuera de la causa primera; y si al-
guna vez depende, sólo es cuando la virtud de iaJ agente es por sí mismo insu-
ración de los cue:pos sensibles, y a la vida mism~; mueve l' nutre, y hace crecer, ficiente y es ayudada por la unión del cuerpo incorruptible superior. La demos-
y perfecciona. . . tración que aporta Iavello por la inmediación de accion es improbable y más bien
19. De qué clase es la subordinación de los agentes mterW1'8S a los supe~ apoya 10 contrario; puesto que la causa primera obra en todas las acciones de
. _ y de manera semejante se comprende qUe las causas naturales se su- los cuerpos corruptibles de manera más inmediata que el cÍelo. Las demás con-
rtores.
bordinan esencialmente a las celestes, según e1 or den stabl·d
eCI o por e1 .aut o~ de firmaciones se han resuelto por lo dicho de la subordinación esencial y del modo
la naturaleza. No porque ni las virwdes ni los efecto~ de los cuerpos mfenores como el cielo influye con las causas inferiores. Con respecto a 10 que allí se trata
digan esencial e intrínsecamente relación o dependencia con respecto a los cuer- de la cesación de" todas las acciones inferiores al cesar el movimiento del cielo,
pos celestes, sino porque de hecho, según el. orden del universo, se encuentran en aquel sentido es improbable, a saber, de una ces2ción instantánea por depen-
de tal manera constituidos bajo ellos, que siempre son ayudados y confortados dencia esencial; pues el movimiento del cielo no es causa esencial, sino sólo apli-

Quomodo inter causas creatas aliquae conservationem, ideo providit auctor na~u­ autem Deus alium ordinem instituisset, vel inferiorum agentium ab illis, sufficienter in-
- uni'versales dicantur rae superiora quaedam corpara quae vanas per seips'4m vel per alía corpara iuvando telliguntur iuxta madum subordinationis et
haberent virtutes agendi et per moturo con- aut supp1endo defectos inferiorum agentium, dependentiae a nobis explicatwn. Ad rati~
'18 Ex hís ergo constat qua sensu ad- tinuum variis modis app1icarentur, ut ita aeque bene ac connaturaliter secundum pro- nern autem Iavelli respandetur actionem
mitti· possínt aliqua,e eausae uniyers,ales prae- possent variis etiam modi~ iuvare inferiara prias et particulares naturas haec agentia agentis generabilis et corruptibilis per se et
ter prímam, et ahqua subord~auo per se agentia ad eorum generatlones vel corrup- suas acciones perficerent. Et eadem ratione, intrinsece non necessario pendere ah alío
ínter aliquas causas secundas mter s~, et tiones. Idcoque merito illa superiora cor- si interdum contingat de facto, vel causam agente incorruptibili praeter primam cau-
quid in hoc sit proprium ~ausae prlII~ae, para dicuntur causae unive~sales? quia a.d particuIarem inferiorem sufficienter iuvari sam; quod si aliquando pendet, solum est
quaeve sit differentia ínter ll?sam et .alIas. effectus omnium causarum mfenorum all- ab alia causa inferiori, ve! per se esse suffi- quando virtus talis agentis est per se insuf-
Est enim ei proprium ut ornnlS operatlo ~b quo modo operantur. Quo mad? ait pion., cientem ad suam actionem, illam poterit ficiens ej: iuvatur ex consortio superioris
ipsa pendeat per se imme~iat~ et ~ssen~ta­ 4 c. de Divinís naminibus: Solts radtus ad exercere absque concursu cae1í. Et similiter, corpol'Ís incorruptibilis. Probatio autem
liter, ita ut quantacurnque S1t V1!'tu~ mfenar, generationem sensibilium corporl.fm con/ert quamvis virtus inferiorís causae sit ínsuf- quam adducit Iavellus ex immediatione ac-
sine illo infiuxu agere non pOSSlt, neque el ad vitam ipsam, movet et nutrtt, et auget, fidens ad perficiendam totam generacionem, tionis, improbabilis est, et potius suade! op-
etiam possit ab alio agente s~ppleri, nec .per et per/icit. .... desitque illi omnino caeleste auxilium, im- positmn; nam immediatius agit prima causa
virtutern alíquam creatam etmrn a Deo lpSO 19. Qualis subordinatto m agentzbus m- mo patius el resistat, eaque ratione non in actíonibus omnium corporum corrupti....
inditam. Hoc autero modo non pendet ope- ferioribus ad superiora.- Et simili modo possit generatianem perficere, nihilominus bilium quam caelum. Aliae vero confirma-
ratio unius creaturae ab alia, ut declaratum intellíguntur causae naturales per se subor- efficit aliquam alterationem ve1. dispositio- tiones solutae sunt ex dictis de subordina-
est, ideoque propriul!1 est solius 1?ei esse dinatae caelestibus iuxta ordinern ab auctore
naturae institutum. Non quia ve! virtutes
nem remotam, ad quam talis virtus per se tiane per se, ac de modo quo caelum iri-
hoc modo causam uillversalern ornillurn ac- suffidt. fluit cum jnferioribus causis. Quod vero ibi
tionum. Tamen, quia res naturales et gene- vel effectus inferiorum corporum per se et tangitur de cessatione omnium inferiorum
rabiles ac carruptibiles imperfectas habent intrinsece dicant habítudinem vel depen- Solvuntur rationes oppositae actianum cessante motu cae!í, in eo sensu
virtutes ad agendum, et multa habent con- dentíam a corporibus cae1estibus, sed quia 20. Ratio igitur dubitandi in principio improbabile .est, scilicet, de momentanea
traria a quibus impediri possunt ne suas de facto iuxta ordinem universi, sub illis. ita posita ex praedictis soluta manet; nam om- cessatione· propter. dependentiam essentia-
actio~es vel generationes dficiant, qu~r~ instituta' sunt ut ab eisdem iuventar et ~o­ nia dicta Aristotelis et aliorum philosopho- lem; nam motas caeli non est per ,se causa,
continua successío necessaria est ad UDlverSl veantur in suis actionibus et virtutibus. Si rum de influxu caelorum et de dependencia sed solum applicatio ad agendum. Sotum
Disputaciones metafísicas
694
cación para obrar. Consiguientemente, sólo podría decirse que desde aquel tiem-
po o momento cesarían todas las cosas, ya que deEde entonces comenzarían a
corromperse Y extinguirse; de esto, empero, tratamos en otro lugar. Véase
Santo Tomás, que lo ínsínúa en el citado Opuse. 10, a. 23, al final; y lo enseña
más ampliamente Soncinas, XII Metaph., q. 13, con otros antes citados.
21. De qué manera se ordenan entre sí las facultades de un mt'5mo supues.to.-
Fínalmente, por lo dicho se puede resolver con facilidad otro punto arriba
indicado acerca de las virtudes subordinadas de lID mismo supuesto; pues sucede
que en ellas se da dependencia esencial en el obrar entre varias virtudes, ya que
están conexionadas entre sí en mucho mayor medida que los diversos supuestos.
Sin embargo, en semejante subordinación, si es esencial y física, y en el género DISPUTACION XXIlI
de la causalidad eficiente, la virtud inferior siempre se compara como instru-
mental con respecto a la superior a la que se subordina. Y de esta manera las LA CAUSA FINAL EN GENERAL
facultades del alma dependen esencialmente del alma en las operaciones vitales,
y la especie íntencional depende de la potenda en la que ,"tá como en su sujeto.
y a lo mismo se reduce la dependencia que tiene, en el obrar, el hábito con res-
pecto a la potencia que modifica. Pero he dicho si es esencial, etc., porque el en-
tendimiento se subordina de alguna manera a la voluntad en algunos de sus actos, RESUMEN
pero no como a cooperadora esencial y príncipal, síno sólo como aplicativa y mo-
tora en orden a obrar. Y al contrario, la voluntad se subordina al entendimiento, . En la introdu~ción de esta Dis?ut~ción nos anuncia Suárez tres partes que
mas no como a coeficiente, sino como a quien aplica la causa final. Así, pues, v'enen a ser amplt~m.ente el d:nomznador común que agrupa -tal vez con algún
dondequiera que se da subordínación esencial, hay alguna razón de instrumento desorden- las multtples secctones que luego desarrollará. Creyendo que in.ter-
asociado y de agente principal; y bajo esa razón tal instrumento es por sí solo pretamos la mente del autor proponemos esta otra división:
príncipio ínsuficiente de tal acción y efecto. Parte 1: El fin es verdadera causa: (Sec. 1 y 2).
II: Efectos y causalidad de la causa final: (Sec. 3, 4 y 5).
ergo did posset quod ex ea tempore vel modo facultates animae pendent essentiali- III: Seres que pu;den ejercer la causalidad final: (Sec. 6, 7 Y 8).
momento cessarent omnia, quia ex tune in~ ter ab anima in operationibus vitae, et spe- IV. Los casos mas compleJos de causaltdad final: las acciones divinas y los
ciperent 'corrumpi et defieere; de qua alias. cíes intentionalis a potentia in qua ut in agentes naturales: (Sec. 9 y 10).
Vídeatur D. Thomas, qui íd insinuat dicto subiecto existit. Et ad ídem reducitur de-
Opusc. ID, a. 23, in fine; et latius id tradit pendentia quam in agendo habet habitus
a potentia quam afficit. Dixi autem si sir SBCCIÓN 1
Sone., XII Metaph., q. 13, eum a1üs supra
citatis. per, se, etc., quia intellectus aliquo modo Comienza por eUa la parte I de este tratado. En esta sección pretende probar
21. Eiusdem suppositi facultates qualiter subordinatur voluntati in aliquibus aetioni-
bus suis, non tamen Ut per se ae principali- la realtdad de la causa f!n~!; en la siguiente expondrá la división del fin. Con
inter se ordina:ri contingat.- Ultimo ex his
faeile resolví potest aliud punctum supra ter cooperanti, sed ut applicanti tantum et ambas c.omple~a la expostcton del concepto de jin. La presente sección nos ex-
tactum de virtutibus subordinatis eiusdem moventi ad agendum. Et e contrario vol un- pone s~zs "moüvos de ~uda que oscurecen la convicción mbre la realidad de la
suppositi; in íllis enim contingit esse depen- tas subordinatur intellectui, non tamen ut causa fmal (1-6); los deJa en suspenso, como suele hacer> para pasar primeramente
dentiam essentialem in agenda ínter pIures coefficienti, sed ut applieanti finalem cau~
sam. Ubieumque igitur est subordinatio per a dar los argumentos de ra~ón y testimonios con los que afinna que la causa final
virtutes, quia multo magis sunt inter se con-
nexae quam supposita diversa. Semper ta- se, intervenit aliqú.a ratio instrumenti con~ es algo real (7-8). A contmuación viene la solución detallada de las dificultades
men in huiusmodi subordinatione, si sit per iuncti et principalis agentis; sub qua ra~ propuestas, (9~16), aunque adVIerte que la solución definitiva queda aplazada
se ae physica, et in genere causae efficien- tione tale instrumentum per se solum est hasta el termmo del tratado.
tis, inferior virtus comparatur ut instrumen- insufficiens principium talis actionis et ef~
talis ad superiorem cuí subordinatur. Et hoc fectus.
SBCCIÓN II
Esta sección 1I se ocupa ~; la división del. fin; como dijimos y advierte Suá-
rez, se debe al d~seo de fa~tlttar la comprenstón de lo que después seguirá (1).
Propon.e selS dtv!stones d~l fm: 1:', fin por qué y para qué; se plantea una duda,
y es sz a';lb.os üenen razon propza de 1m y> en caso afirmativo, si hay alguno que
tenga prtor~dad; lo e:;po.ne y resuel.ve ampliamente (2-9). 2.', operación y reali-
~a~ prod".ctda (9). 3. , fm de la acctón y fin de la cosa hecha (10-11). 4.', fin ob-
,et~vo y fm formal, con las subdivisiones que indica (12). 5.', fin que se obtiene
y fm que se produce (13-14). 6.', fin último y no último (15-16). De la división
nacen dos .prob~em~s: l.', si l~s medios participan de álgún .modo de la causali-
dad del fm; 2., SI es necesarto establecer un fin último, en qué sentido. y qué

You might also like