You are on page 1of 2

La televisión en los tiempos del imbécil

Los seres humanos vivimos inmersos en una sociedad donde lo prioritario e importante es
estar constantemente comunicados. La comunicación se torna entonces, necesaria e
importante. Y esto lo sabía bien Alfonso Pereyra, el cual desde 1959, año en el cual el Perú fue
participe de la “magia” emisora televisiva, cuya finalidad primaria, era llevar información,
entretenimiento y espacios publicitarios para todos los peruanos, emitió la primera prueba
televisiva bajo la señal 3, convirtiéndose así en el pionero en la televisión peruana.

Todo marchaba bien por aquellas épocas, aun la globalización no ensuciaba los contenidos
nacionales y éramos aun autónomos, tanto así que, en 1959, radio América y Canal 4 deciden
producir la primera ficción peruana y un año más tarde, tras el éxito de esta, se produciría en
panamericana la primera telenovela peruana, indudablemente comenzaba una era de oro para
la televisión nacional.

La televisión solamente era exclusividad para una cierta parte de la élite Limeña, por esta
razón los medios se preocupaban por llevar un contenido nutrido de información, culto e
interesante a las aproximadas 55.000 familias que contaban con este servicio.

En los años 90 el Perú empezó a decaer, gracias a la peor enfermedad emisora global, los
síntomas pasaron desapercibidos, pero ya era un hecho que la televisión peruana había
adoptado formatos internacionales, los cuales no sumaban ninguna expectativa positiva en sus
receptores.

Este cáncer fue avanzando, lenta y sigilosamente hasta inmunizarse, destruyendo a su paso,
contenido netamente peruano, cultural, verídico, pulcro y conservador, pero cuando los
peruanos nos dimos cuenta, ya era demasiado tarde, estábamos plagados de programas
chabacanos.

Este tipo de televisión de contenidos superficiales, manipuladores, embrutecedores,


chabacanos y violentos es a lo que nos referiremos con TV basura. Muchos temas son tratados
con la superficialidad propia de quien únicamente busca el espectáculo lucrativo, generando
actitudes y representaciones negativas en aquél sector de la audiencia que tiene en la
televisión a su única y más creíble fuente de información y quizá de educación.

Lamentablemente y aunque parezca duro decirlo hasta los medios de información se han
prostituido deliberadamente durante la última década, siendo consientes ya, del poder que
tienen, en la percepción de los peruanos, los cuales, cabe recalcar, no son críticos en su
mayoría, guiándolos hacía una “verdad” según los intereses de las jerarquías más altas en el
Perú.

Pero para lograr que los peruanos sean títeres sin raciocinio, se les tenía que embrutecer, y
que mejor forma de hacerlo que trayendo formatos extranjeros, mal llamados realitys show,
que lo único que buscan aparte de entretener pobremente, es crear una novela ficticia entre
sus integrantes, para así mantenerte enfocado en sus vidas disque privadas y te olvides
totalmente de la tuya. Y pues gracias al gran poder legislativo no hay ninguna ley que prohíba
embrutecer a la gente, la persona que en un programa televisivo está esparciendo basura no
está cometiendo ningún delito, y si alguien se atreve a prohibir estos espacios, lo califican de
amenaza contra la libertad de expresión.
Arboccó de los Heros, psicólogo peruano, en respuesta a la pregunta de Denegri de el por qué
la Tv Basura vende, este respondió: “Por ejemplo el tema del esfuerzo, leer, estudiar, investigar
requiere un régimen especial en el cerebro. Algo que se ha comprobado es que la
concentración, la atención y el esfuerzo no es lo sólito, el estado natural del cerebro es buscar
de alguna manera el esparcimiento. Este tipo de televisión no invita a esforzarse", sentenció.

Es por esta razón de que la televisión actual ha influido en la formación de personas sin
aspiraciones a futuro, meramente conformistas y sin ganas de explorar su mente, y comparto
mucho un comentario del periodista Cesar Hildebrant, en el que postra, “A mí me da pena
patriótica decirlo, pero la verdad es que siento, con toda nitidez, que el porcentaje de brutos se
ha incrementado exponencialmente en el Perú".

Analizando todos los puntos desde un pensamiento neutral, no podemos echarle toda la culpa
a la televisión, pues los peruanos tenemos libre albedrio de elección, nadie nos obliga a
encenderla, pero esto funciona cabalmente con personas que tienen un rango de madurez
elevado, pero para niños de 4 a 12 años , cuyos hogares carecen de amor paternal, educación
de calidad, diversas opciones de entretenimiento, no les queda mas remedio que refugiarse en
la televisión y consumir “basura”, pues ningún canal, esta excepto de esto, por tal motivo es
algo hipócrita decir, “si no quieres ver basura, cambia de canal, puesto que todos están
mermados de lo mismo, unos más que otros pero al final, el contagio es inevitable, y con esto
ha quedado claro que la imbecilidad es rentable aquí en el Perú.

En su última columna en el semanario “Hildebrandt en sus Trece”, el periodista opinó que el


“porcentaje de brutos se ha incrementado exponencialmente en el Perú” y que la falta de
cultura se refleja en todos los ámbitos, incluso en la política. “Qué Javier Velásquez Quesquén,
que fue presidente del congreso, diga “teníanos” y “habíanos” es algo de lo más decidor”,
señaló.

Y no solo hablamos de embrutecer al espectador, si no de despertar ideas nuevas, pero


negativas, moralismo paupérrimo, sexismo nada conservador y libertinaje impuro.

Lamentablemente la televisión peruana ha vuelto, y adjunto el termino, lamentable, por que


ya no es de la misma calidad de antes, ya que, como anteriormente lo he citado, la estupidez
aquí es rentable, las productoras nutren de contenido predecible, nada innovador, pero si
lleno de morbo, violencia y escándalos ajenos, creando una filosofía de vida arraigada al
sensacionalismo y utilizando el escándalo como palancas de atracción a la audiencia.

Curarnos de este mal, requiere de un tratamiento largo y paciente, el cual la medicina mas
fuerte es la voluntad peruana y el deseo de superación, sin esto difícilmente podremos
arrancar de raíz este cáncer, que cada vez carcome más las bases de nuestra sociedad.

You might also like