Este documento presenta varios axiomas exploratorios sobre la comunicación humana. Explica que toda conducta, ya sea activa o pasiva, constituye una forma de comunicación. También establece que toda comunicación tiene un aspecto de contenido que transmite información, y un aspecto relacional que indica cómo debe interpretarse dicha información, constituyendo una metacomunicación. Además, señala que en toda interacción existe una "puntuación de la secuencia de hechos" que organiza los eventos de forma culturalmente compartida, y que las diferencias en esta
Este documento presenta varios axiomas exploratorios sobre la comunicación humana. Explica que toda conducta, ya sea activa o pasiva, constituye una forma de comunicación. También establece que toda comunicación tiene un aspecto de contenido que transmite información, y un aspecto relacional que indica cómo debe interpretarse dicha información, constituyendo una metacomunicación. Además, señala que en toda interacción existe una "puntuación de la secuencia de hechos" que organiza los eventos de forma culturalmente compartida, y que las diferencias en esta
Este documento presenta varios axiomas exploratorios sobre la comunicación humana. Explica que toda conducta, ya sea activa o pasiva, constituye una forma de comunicación. También establece que toda comunicación tiene un aspecto de contenido que transmite información, y un aspecto relacional que indica cómo debe interpretarse dicha información, constituyendo una metacomunicación. Además, señala que en toda interacción existe una "puntuación de la secuencia de hechos" que organiza los eventos de forma culturalmente compartida, y que las diferencias en esta
Denominaremos simplemente “comunicación” al aspecto pragmático de la
teoría de la comunicación humana. Se llamara mensaje a cualquier unidad comunicacional singular o bien se hablara de una comunicación cuando no existan posibilidades de confusión. Una serie de mensajes intercambiados entre personas recibirá el nombre de interacción. Con respecto a la unidad más simple posible, es evidente que una vez que se acepta que toda conducta es comunicación, ya no manejamos una unidad-mensaje monofónica (sonidos), sino un conjunto fluido y multifacético de muchos modos de conducta verbal, tonal, postural, contextual, etc. Los diversos elementos de este conjunto (considerados como un todo) son susceptibles de cambios variados y complejos, que van desde lo congruente hasta lo incongruente y paradójico. Nuestro interés está centrado en el efecto práctico de tales combinaciones en las situaciones interpersonales. En primer lugar hay una propiedad de la conducta básica por que suele pasársele por alto: No hay no-conducta o es imposible no comportarse. Ahora bien si toda conducta en una interacción es un mensaje, es decir, comunicación por lo tanto no puede dejar de comunicar. Actividad o inactividad, palabras o silencio tienen un mensaje e influyen sobre los demás quienes a su vez también responden y por ende comunican. Esto constituye un intercambio de comunicación en la misma medida que una acalorada discusión. Tampoco se puede afirmar que la comunicación solo existe cuando es intencional, consciente o eficaz. Que el mensaje emitido sea igual o no al mensaje recibido constituye un análisis importante pero distinto desde el punto de vista de la conducta. Con respecto a los malentendidos se refiere al desarrollo de las patologías afines relacionadas. La imposibilidad de no comunicarse es un fenómeno de interés teórico; por ejemplo, constituye una parte integral del “dilema” esquizofrénico. Si la conducta esquizofrénica se observa dejando de lado las consideraciones etiológicas (origen o causa de las enfermedades), pareciera que el esquizofrénico trata de no comunicarse. Pero incluso el sinsentido, el silencio, retraimiento, la inmovilidad (silencio postural) o cualquier forma de negación constituye una comunicación. La comprensión de este dilema básico en la esquizofrenia constituye una clave para muchos aspectos de la comunicación esquizofrénica, dado que el esquizofrénico se comporta como si evitara todo compromiso al no comunicarse, es imposible verificar si es su propósito o no. En síntesis, cabe postular un axioma metacomunicacional de la pragmática de la comunicación: no es posible no comunicar. Los Niveles De Contenido Y Relaciones De La Comunicación: Otra manera de decir que una comunicación no solo transmite información sino que al mismo tiempo impone conductas, Según Bateson, estas dos operaciones se conocen como los aspectos, referenciales y conativos de toda comunicación. Bateson ejemplifica los dos aspectos por medio de una analogía fisiológica: supongamos que A, B y C constituyen una cadena lineal de neuronas. Entonces el disparo de la neurona B es al mismo tiempo información de que la neurona A ha disparado y una instrucción para que la neurona C lo haga. El aspecto referencial de un mensaje transmite información y por ende en la comunicación humana es sinónimo de contenido del mensaje. Puede referirse a cualquier cosa que sea comunicable ya sea la información verdadera, falsa, valida, invalida, indeterminada. Por otro lado el aspecto conativo se refiere a que tipo de mensaje debe entenderse y que es por ende la relación entre los comunicantes. Ahora veamos un ejemplo: si una mujer A señala el collar que lleva otra mujer B y pregunta ¿son auténticas esas perlas?, el contenido de su pregunta es un pedido de información acerca de un objeto, pero al mismo tiempo proporciona su definición de la relación entre ambas. La forma en que pregunta (sobretodo el tono y el acento de la voz, la expresión facial y el contexto) indicarían una cordial relación amistosa, una actitud competitiva, relaciones comerciales, etc. B puede aceptar, rechazar o definir, pero de ningún modo, ni siquiera mediante el silencio puede dejar de responder el mensaje a A. Por ejemplo la definicón de A puede ser maliciosa; por otro lado B puede reaccionar a ella con aplomo o con una actitud defensiva. Debed notarse que esta parte de su interacción nada tiene que ver con la autenticidad de las perlas, sino que sus respectivas definiciones de la naturaleza de su relación, aunque sigue hablando de perlas. Las relaciones rara vez se definen deliberadamente o con plena conciencia. De hecho pareciera que mientras más espontánea y sana es una relación más se pierde en el trasfondo el aspecto de la comunicación vinculado con la relación. Del mismo modo las relaciones enfermas se caracterizan por una constante lucha acerca de la naturaleza de la relación, mientras que el aspecto del contenido de la comunicación se hace cada vez menos importante. Antes que los científicos conductistas comenzaran a indagar en los aspectos de la comunicación humana, los expertos en computadoras tropezaron con el mismo problema. Cuando se comunicaban con un organismo artificial, sus comunicaciones debían ofrecer tanto aspectos referenciales como conativos. Por ejemplo; si una computadora debe multiplicar dos cifras, es necesario alimentar tanto esa información (las 2 cifras) como información acerca de esa información; esto es la orden de multiplicarlas (instrucción). Es evidente pues que las instrucciones son de un tipo lógico superior al de los datos; constituyen metainformación puesto que son información acerca de información y cualquier confusión entre ambas llevaría a un resultado carente de significado. En la comunicación humana, observamos que existe la misma relación entre lo referencial y lo conativo; el primero transmite los datos de la comunicación y el segundo, como debe entenderse dicha información. “esta es una orden” o “solo estoy bromeando” son ejemplos verbales de esa comunicación acerca de una comunicación. La relación también puede expresarse en forma no verbal gritando o sonriendo u otras maneras. La capacidad para metacomunicarse en forma adecuada constituye no solo condición sine qua non (sin cual no) de la comunicación eficaz. Sino que también está vinculada a la percepción del self y del otro, es posible construir mensajes, sobre todo en la comunicación escrita con indicios metacomunicacionales muy ambiguos. Según Cherry la oración: ¿Crees que bastará con uno? Puede encerrar una variedad de significados, según cuál de esas palabras se acentúe, indicación que no siempre el lenguaje escrito otorga. Las ambigüedades de este tipo no solo constituyen las únicas complicaciones que surgen de la estructura de niveles de toda comunicación. Por ejemplo; un cartel que dice “no preste atención a este cartel”, Las confusiones o contaminaciones entre comunicación-metacomunicación pueden llevar impasses idénticos a los de las paradojas en el campo de la lógica. Por lo tanto sobre lo antes dicho establecemos con esto otro axioma de la comunicación; toda comunicación tiene una aspecto de contenido y un aspecto relacional tales que el segundo clasifica al primero y es por ende una metacomunicación.
La puntuación de la secuencia de hechos:
La siguiente característica de la comunicación se refiere a la interacción- intercambio de mensajes-entre comunicantes. Una serie de comunicaciones puede entenderse como una secuencia interrumpida de intercambios. Sin embargo, los que participan en la interacción siempre introducen lo que siguiendo a Whorf, ha sido llamado por bateson y Jackson la “puntuación de la secuencia de hechos”. La puntuación organiza los hechos lo que resulta vital para las interacciones en marcha. Culturalmente compartimos muchas convenciones de puntuación que si bien no son ni más ni menos precisas que otras versiones del mismo hecho sirven para reconocer secuencias de interacción comunes e importantes. Por ejemplo; una persona se comporta de determinada manera dentro de un grupo, la llamamos “líder” y a otra “adepto”, aunque sería difícil decir cual surgió primero o que sería uno sin el otro. La falta de acuerdo con respecto a la manera de puntuar la secuencia de hechos es causa de incontables conflictos en las relaciones, como es en el caso de las parejas. En la terapia de parejas, a menudo sorprende lo que en terapia tradicional se llama “distorsión de la realidad” por parte de ambos cónyuges. Resulta difícil creer que dos individuos puedan tener visiones tan dispares de muchos elementos de su experiencia en común, el problema radica fundamentalmente en su incapacidad para metacomunicarse acerca de su respectiva manera de pautar su interacción.