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Toni Negri
Toni Negri (Padua, 1933) es un politico y
pensador italiano de renombre mundial. En
los años setenta fue inspirador de la corriente
denominada ¿Autonomia Obrera», sufrió cuatro
años de prisión preventiva hasta que en 1983
fue elegido diputado italiano y, tras perder
su inmunidad parlamentaria, se exilió a París
durante catorce años. Desde muy pronto
destacó la originalidad y el rigor de sus trabajos
sobre Descartes, Spinoza y Marx. Entre sus
obras se encuentran La anomalía salvaje,
Dominio y sabotaje, Marx más allá de Marx y
la reciente Imperio, que ha sido un éxito
mundial. Actualmente cumple condena en la
Casa di Reclusione di Rebibbia de Roma.
Traducción de
Inés Bértolo
DEBATE
Primera edición: mayo 2003
ISBN: 84-8306-534-7
Depósito legal: B. 18.743 - 2003
Compuesto en Zero pre impresión, 5. L.
Impreso en A & M Grific, S. L., Santa Perpétua de Mogoda (Barcelona)
Impreso en España (Printed in Spain)
C 845347
Breve introducción
a la idea de un abecedario
biopolítico...
TONI NEGRI: ¡He aquí una propuesta que cambia respecto al punto de
vista habitual e introduce cierto brío en la entrevista! Quizá esto me
permitirá expresarme de manera diferente, incluso sobre temas a pro-
pósito de los cuales nunca me había expresado.
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De] retomo. Abecedario biopolítico
]. Adriano Sofri fue uno de los líderes del grupo extraparlamentario Lotta
Continua. Cuando, en diciembre de 1969, una bomba explota en el Banco de la
Agricultura de la piazza Fontana, en pleno centro de Milán, causando numerosas
víctimas. se detiene enseguida a un anarquista. Pinelli, que murió durante su inte-
rrogatorio después de caerse por una ventana del cuarto piso. La investigación de-
mostrará más tarde la total ausencia de relación entre el atentado de piazza
Fontana y los círculos anarquistas. En los años siguientes, la extrema izquierda, y
en particular el periódico de Lotta Continua, que tenía el mismo nombre que el
grupo, pone en marcha un programa de denuncia repetida de la muerte de Pinelli y
de acusación explícita y a veces extremadamente violenta del comisario que lle-
vaba el interrogatorio, Luigi Calabresi. Esa campaña anti-Calabresi, con tonos a
menudo amenazadores, circula en el interior del Movimiento. En 1972. un co-
mando de tres hombres asesina al comisario Calabresi. Pasan los años, la investi-
gación atribuye el atentado de piazza Fontana a la extrema derecha y a los servi-
cios secretos desviados», el grupo Lotta Continua se disuelve a mediados de los
años setenta; en 1986, un <<arrepentido» ex militante de Lotta Continua, Marinó, le
cuenta a la policía, en circunstancias aún hoy muy poco claras, que el asesinato
de Calabresi fue ordenado por Sofri y materialmente ejecutado por otros dos mi-
litantes de Lotta Continua, Bompressi y Pietrostefani. Empieza entonces un folle-
tín judicial con múltiples rebotes que, después de que el proceso fuera reabierto en
varias ocasiones y anulado por el tribunal de casación, de que las pruebas a cargo
hubieran desaparecido o se hubieran evapora'do en el transcurso de la instrucción
y de que los testimonios contradictorios no hubieran sido tomados en considera-
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Ade…
ción (lo que llevará al historiador Carlo Ginzburg a comparar el mecanismo judi—
cial del caso con el funcionamiento de los procesos por brujería), se salda con la
condena de Sofri, de Bompressi y de Pietrostefani a veintidós años de prisión por
el asesinato de Calabresi y su encarcelamiento en febrero de 1997, veinticinco
años después de la muerte del comisario. En virtud de la ley sobre los <<arrepenti-
dos» que blanquea a todos los que hablen, Marino está libre. Los tres inculpados
gritan su inocencia. Pietrostefani huye aprovechando una puesta en libertad pro-
visional. en el momento de la última arevisión del proceso»; Sofri y Bompressi
eligen quedarse para testimoniar el error judiciario del que son víctimas. Bom-
pressi está actualmente bajo el régimen de ususpensión de pena» por razones de
salud (al estar gravemente enfermo, la encarcelación pone en peligro su vida);
Sofri, a pesar de un movimiento a favor de su liberación muy importante, está to-
davia en prisión, en Pisa: sigue clamando su inocencia. llegando hasta a rehusar
la gracia. que sólo se concede a los culpables. Los autores del atentado de piazza
Fontana nunca han sido arrestados. En los años setenta, una serie de atentados sin
autor marcarán para Italia la época de lo que se ha llamado la ¡estrategia de la ten-
sión»: piazza della Logia, en Brescia (una bomba causa varios muertos en un
mitin sindical), lta!icus (una bomba explota en un tren), etc. En cada nuevo aten-
tado nos encontramos frente a la hipótesis de una colusión entre los medios de ex-
trema derecha y ciertas franjas de los servicios de información. A principios de los
años noventa, una nueva serie de atentados mortales (en Roma, en Florencia y en
Milán) ofrecerá de nuevo esa imagen turbia y hará planear la sombra de un lazo to-
davía más inquietante entre los aservicios desviados» y la mafia.
ll
Del retorno. Abecedario biºpolítico
¿Por qué?
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Ade...
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Del retorno. Abecedario biopolítico
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Ade...
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Del retomo. Abecedario biopolítico
Sofri entró en prisión hace tan sólo cuatro años. Fue arrestado en aque—
llos tiempos, pero no por las mismas razones. Y fue arrestado de nuevo
hace diez años. Toda esta historia ha sido organizada como una ven-
ganza, porque Sofri, repito, fue acusado de haber organizado el asesi—
nato del famoso comisario relacionado con la historia de la defenestra—
ción de Pinelli, el anarquista acusado de poner la bomba de la piazza
Fontana. El anarquista no tenía nada que ver con todo eso, pero murió.
Y el comisario Calabresi, ése era su nombre, fue abatido por unos fran—
cotiradores. La justicia acusó entonces a Lotta Continua, cuyo líder era
Sofri, basándose en las declaraciones hechas en los años ochenta, mu—
cho más tarde pues, por un aarrepentido» más que dudoso que había
sido militante de Lotta Continua. Todo el caso suscitó un gran revuelo en
Italia, las firmas a favor de la liberación de Sofri se han multiplicado,
pero no hay nada que hacer. Está condenado, así como otros dos ex
miembros de Lotta Continua, a veintidós años de prisión, está en la cár-
cel deñnitivamente desde febrero de 1997. Todo eso es absurdo. Cómo
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A de…
No, las Brigadas Rojas me tenían inquina por haber declarado que la
guerra había acabado.
Si. Había que tomar una decisión. Es una larga historia... Conocía a al-
gunos miembros de las Brigadas Rojas, había seguido toda su constitu-
ción desde el interior, hasta sentía cierta simpatía por su movimiento,
al principio del todo. Habíamos creado una revista que se llamaba
Contro—írrformazione, de la que yo era uno de los fundadores con algu-
nos miembros de las Brigadas Rojas. Pero, en cierto momento, empe—
zaron a matar. ¡Evidentemente, yo ya no estaba de acuerdo! Pero tam-
bién había muchos otros camaradas con los que yo estaba en contacto
y que rechazaban esa lógica; así que juntos dijimos que no estábamos
de acuerdo. Además, el primer asesinato cometido por las Brigadas
Rojas fue puramente accidental, la teoría vino después. Era absurdo, la
cosa ocurrió en Padua, en la universidad en que yo daba clases: ataca-
ron ia sede del Partido Fascista, y un carabinero inñltmdo respondió dis—
parándoles. Le mataron. No había ningún proyecto de asesinato, era
una defensa, pero, en el marco de la organización de las Brigadas Rojas,
decidieron que había que justificar absolutamente esa muerte dándole
una legitimación teórica. A partir de ese momento, cometieron locuras.
El momento más grave correspondió evidentemente al caso Aldo Moro.
Hicimos todo lo posible para salvar la vida de Moro, hasta fuimos a ha—
blar con un miembro del gobierno, Bettino Craxi, que estaba en esa
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Del retomo. Abecedario biºpolltico
¿Fue en ese momento cuando dijo que la lucha armada había acabado?
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Ade…
Y ese hombre que tenía que eliminarle, nunca había pensado real—
mente en ello, antes...
Sí, es un poco raro de decir, pero es así. Es un buen hombre, sabe us-
ted… Cuando habla del pasado, le parece una locura, no lo compren-
de. En realidad, creo que para ellos es una experiencia de esquizo-
frenia total. El sigue siendo de izquierdas, pero otros han pasado a ser
de derechas. Al principio discutíamos mucho, ya que estaba en una
celda de cinco personas. Hablábamos continuamente. Ahora somos
dos, y a menudo nos dormimos después de haber visto un poco la te-
levisión. Con todo, el publicista-brigadista me contó por ejemplo una
historia increíble, a la vez divertida y triste, que se remonta a 1982, es
decir, al final de la lucha armada. Formaba parte del comando que
secuestró a un general americano, el general Dozie3, un personaje
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Del retorno. Abecedario biopolídco
Sí, casi todos, menos los que están en Francia, y algunos que están en
Brasil, en Inglaterra, en América Central. Pero los demás si, todos
fueron arrestados.
En resumidas cuentas, a partir del momento en que firmamos el
documento de los 90», la ruptura estaba consumada, incluso en la
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Ade...
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Del retomo. Abecedario biopolitioo
por una vida mejor. En Milán, por ejemplo, donde viví buena parte de
los años setenta, había barrios que habían sido <<liberados» y donde
no se pagaban impuestos, ni el transporte, ni los alquileres...
Barrios autogestionados. ..
Era una prisión especial, una división de alta seguridad para los de—
tenidos políticos donde estábamos todos confinados. Hubo una re-
vuelta, los guardias fueron hechos prisioneros, levantamos barrica—
das en la prisión durante tres días. Llegó la policía y dio la orden de
asalto. Era la guerra. Entonces, para seguir resistiendo, tiramos las
basuras, luego atacamos las tuberías. provocamos inundaciones y
empezamos a romper las paredes, intentamos armamos por todos los
medios. Piense en las películas americanas, es precisamente eso...
Después, cuando la revuelta fue reducida —la policía había atacado
con explosivos desde helicópteros—, la policía nos apaleó hasta los
huesos, a todos, uno tras otro, hubo episodios de tortura. Eramos
treinta en una única celda, y de vez en cuando entraban los guar-
dias…
Todo aquello era muy duro. Nunca he sido romántico en políti-
ca. Es cierto que los extremistas se convirtieron en terroristas. Pero
debo decir que a pesar de todo he salido de todas estas situaciones
con cierta... confianza. Siempre he considerado el asesinato político
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Ade...
como un crimen, y por lo tanto había que resistirse. Pienso que las
Brigadas Rojas, que eran extremistas, se convirtieron en terroristas
porque los condujeron a ello. La mayoría de las relaciones de fuer-
za de la época no dejaba ninguna escapatoria. La única línea que nos
hubiera permitido ganar realmente era la constitución política de un
partido, de una organización o de un movimiento. Es lo que inten-
tamos hacer, pero en ningún caso se podía precipitar la cosa, a pe-
sar de que el terrorismo de Estado nos empujaba al desliz. En la cár-
cel nos dimos cuenta de que había que negociar la paz.
Había que pensar en la forma de salir de ese callejón sin salida, y los
acontecimientos ocurrieron en ese sentido. Ahora todo eso se ha aca-
bado. salvo en algunos círculos estalinistas muy duros… Después de
aquello, mi problema fue salir de prisión: fui elegido diputado, fui li-
berado gracias a mi inmunidad parlamentaria, hubo una batalla par—
lamentaria para retiránnela, huí a Francia en el momento en que iba
a volver a ser encarcelado... Esperé realmente hasta el final de la ba-
talla parlamentaria, pero sabía que me querían volver a meter en pri-
sión. Nadie podía aceptar una alternativa abierta. Era necesario hacer
que mi caso recayera en el sistema judicial, en los meandros de la
magistratura... Hay que saber que a menudo, en Italia, todo se resume
a eso. El poder judicial se ha convertido en un poder casi enteramen-
te independiente. Aquella época era el inicio de la sociedad de los
jueces: ese poder se ha vuelto exorbitante porque llegó a acuerdos
con la izquierda política del país. La gente de izquierdas entendió que
cabía la posibilidad de hacer cualquier cosa. Cuidado, estoy conven-
cido de que la justicia es en sí misma absolutamente necesaria; pero
el drama viene cuando reemplaza enteramente a la política, cuando
llena el espacio político y llega a dictar sus leyes. Lo que ocurrió con-
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Delretomo. Abecedario biopolftico
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A de…
Trabajadores de la posmodernidad...
Si, pero hay que entender que esa posmodernidad, esa Silicon Valley
italiana que encontramos hoy en el nordeste del país, ha sido reali-
zada por gente que venía de la miseria y de la experiencia de la inmi-
gración interna, y que es la lucha política la que ha permitido su
transformación. Es muy marxista, esta vieja idea según la cual son
las luchas las que hacen la historia, y no sólo la historia, porque ade-
más difunden por todas partes una conciencia, y ése es un poco el
principio que encontramos en todo mi trabajo teórico.
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Del retomo. Abecedario biopolítico
Sí, porque la acción es una lucha para constituir el mundo, para in-
ventarlo. Estoy convencido de que ya hemos hecho grandes progre-
sos enla transformación de la naturaleza, en su superación. Actuar,
luchar, todo eso quiere decir crear.
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Ade…
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De] retomo. Abecedario biopºlfúco
4. Renato Curcio fue uno de los fundadores de las Brigadas Rojas. de las que
representa en cierta manera la aprimera generación». Arrestado en I975. fue con-
denado a treinta años de prisión. Desde finales de los años noventa goza de la liber-
tad condicional.
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A de...
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.Ade…
Y si prosiguiéramos con...
A de Atentado...
¿Atracos?
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Ade…
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A de…
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B de…
B de Brigadas Rojas…
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Si, ya hemos hablado de ello. En Italia, entre 1943 y 1945, había ha-
bido una guerra de resistencia extremadamente poderosa. Veinti-
cinco años después, en 1968, la memoria seguía ahí, porque el anti-
fascismo estaba ligado a la lucha de clases. Los pobres, en Italia, por
lo menos en el norte, seguían siendo antifascistas. A partir de los años
sesenta la izquierda extraparlamentaria penetró todas las capas so-
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B de…
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Del retomo. Abecedario biopolítioo
C de Campo…
C. para mi, es ante todo Campo. En italiano sólo hay una palabra para
decir a la vez xchamp» y <<camp»*. Por lo tanto me gustaría elegir mi
<<campo» como un campesino va a trabajar su campo, o como un lin-
g(lista explora campos semánticos. Pero el francés es una lengua
compleja: en su lengua, de igual forma tendría que elegir mi acam-
pc» como uno se encuentra en un campo de batalla, y es precisamen-
te a esa lógica a la que me opongo, y de la que intento escapar. Elegir
<<campo», de acuerdo, pero mientras sea para cultivarlo y hacer que
crezcan plantas, deseos, lazos: la vida, no la guerra.
Dicho esto, el verdadero problema es el de la elección: la elec-
ción del propio (campo», la elección de la militancia. No hay verdad
que no salga de una elección de <<campo», porque la verdad nunca es
neutra. Cuando se pretende que la ciencia es neutra, se la condena a
la impotencia. Cuando se pretende que la vida es neutra, se la con-
dena al aburrimiento. La militancia es la forma a través de la cual
volvemos accesible la alegría de la verdad y el placer de la vida. La
militancia desarrolla un campo lingiiístico que corresponde a la ple—
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Dde...
D de Desgarro. ..
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Del retomo. Abecedario biopolitico
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D de...
que era nuestro fin, ya no tenía sentido, ni desde el punto de vista del
sujeto —porque la clase obrera y todos los demás sujetos de las lu-
chas estaban en plena modificación—, ni desde el punto de vista de
la conciencia crítica. Había que reinterpretar todo aquello. Para mi,
esa búsqueda de un nuevo proyecto era absolutamente fundamental.
Odio a la gente que dice: <<La clase obrera ha muerto y la lucha conti-
núa». No. Si la clase obrera ha muerto, lo que es cierto, todo el siste—
ma ligado a aquella relación de fuerzas entra en crisis. Al final de los
años setenta la victoria del poder no reafirmó el viejo sistema, sino que,
al contrario. lo modiñcó profundamente. De esa forma, ha permitido
la posibilidad de nuevas resistencias, de luchas, de líneas de fuga. Por
lo tanto había que actuar dentro de esa novedad, contestar a la tenden—
cia. en la realidad de las nuevas relaciones de poder que esa transfor—
mación implicaba. Se uataba pues de grandes cambios históricos: paso
del fordisma al posfordismo, de lo moderno a lo posmoderno. .. Esas
mutaciones no transformaban sólo las estructuras de la producción y
del poder, sino también los sentimientos de la gente, las formas del len—
guaje y las expresiones del deseo. Esto fue lo que ocurrió. Se estable—
cieron nuevos códigos, se impusieron nuevas formas de mando, se dis-
pusieron nuevos controles. ¡Ahí está el desgarro! Desde un punto de
vista subjetivo, parecía imposible poder soportar el peso de esa muta—
ción, su enormidad. La vieja forma de la vida y de las luchas estaba
rota en mil pedazos: como si cada dispositivo hasta el momento so—
brentendido por la acción práctica y por el pensamiento crítico se hu-
biera derrumbado definitivamente. .. La vida se volvía cada día más
complicada, y los obstáculos que sobrepasar, más altos y difíciles.
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Del retomo. Abecedario biopolítioo
No, Francia era un país que conocía bien, ni siquiera contaba con la
atracción de la novedad. Mitterrand había ganado pero ya estábamos
en 1983, en septiembre. Era un período de crisis relativa, de cambios,
ya no había aquella euforia de 1981. Eran ya las primeras desilusio-
nes del mitterrandismo. Yo estaba en una situación extremadamente
grave. Había abandonado a mis amigos en Italia. Toda la prensa ita-
liana se desenfrenaba sobre mi huida, que intentaba hacer pasar por
una traición. Esa idea de que no se puede huir es particularmente
fuerte en Italia. Huir es traicionar. Pero lo increíble es que si, como
era predecible, la derecha iba a tacharme de cobarde, la izquierda me
arrojaba al fango. La izquierda decía: <<Hemos confiado en él, lo he-
mos elegido diputado, lo hemos elegido como representante de las
luchas, contra las leyes de excepción a propósito de la contestación
social y el terrorismo, y se ha ido. Nos ha abandonado». En realidad,
el Partido Comunista me odiaba porque era el símbolo y el reflejo de
su propia crisis y estaba obligado a sacar consecuencias. Y la extre—
ma izquierda, o por lo menos lo que quedaba, había acabado por to-
mar una posición completamente irrealista, porque estaba todavía
convencida de poder ganar, lo que era una locura. No habia admiti—
do la derrota. Yo había acabado por entenderlo; pero, desde un pun-
to de vista psicológico, aquello seguía siendo difícil de aceptar.
No, pero, ya sabe, no era fácil. Era como si me fuera para siempre.
No sólo son difíciles de vivir los grandes acontecimientos políticos,
están todas las cosas más sencillas a través de las cuales uno tiene la
impresión de estar en lo justo. Siempre hace falta tiempo para asimi-
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D de…
lar hasta qué punto los demás han sufrido. Estaban en particular los
camaradas de prisión, con los que había tenido relaciones muy inten-
sas, muy fuertes.
Sí. No todos, pero buena parte de ellos. Y, vista la situación en que nos
encontrábamos, los que no pensaban en una traición no podían real-
mente decirlo, aunque sólo fuera por los guardias, por la policía, para
quienes eso hubiera representado una exaltación de la evasión. Se ju-
gaban algo gordo, los procesos estaban desarrollándose o por hacer, no
se bromeaba. Los más oportunistas decían: <<No somos como Negri,
nos hemos quedado aquí, Negri nos ha traicionado». Los demás, los
que estaban de acuerdo conmigo, no decían nada. La derecha y la iz-
quierda me atacaban, hasta dijeron que era un filósofo malvado, un
cartivo maestro, un maestro malvado. porque mi comportamiento no
era socrático. Tendría que haber aceptado la Ley aunque la Ley fuera
injusta, porque era la única posibilidad de defenderse. ¡Habría incluso
que verlo! Me cayeron treinta años de reclusión en base a denuncias
delirantes hechas por <<arrepentidos». Acababa de marcharme, había
esperado más de cuatro años un proceso que no llegaba. En cuanto no
estuve allí, el proceso pudo empezar. Bastó con que algunos <<arrepen—
tidos» me acusaran de todo y cualquier cosa: ellos querían salir de la
cárcel, yo había huido; ninguna defensa era posible.
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De! retomo. Abecedario biopolítico
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' Dde...
¿Realmente tenía ese carisma del que tanto se habla, más que Deleuze?
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D de...
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Del retomo. Abecedario biopolítico
Si, ¡si que soy un imbécil! Pero también era el único que podia per-
mitírselo.
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D de…
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Del retomo. Abecedario biopolítico
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Dde...
¿Algo intangible?
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Del retomo. Abecedario biopolítico
Independientemcnte del juicio moral que se puede tener sobre ese tipo
de arrepentimiento» interesado, es un instrumento de doble ñlo.
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D de…
¿Qué izquierda?
¿Como en América?
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De] retomo. Abecedario biopolítico
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Ede...
E de Imperio*. ..
¿Qué puede decir sobre el concepto de Imperio tal como lo ha
desarrollado con Michael Hardt?
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Ede...
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Del retomo. Abecedario biopolitico
Han perdido ahora, pero espere a ver qué pasará en los próximos años. ..
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Ede...
Creo que hay que ser claro sobre el concepto de lo biopolítico. <<Bio-
político» quiere decir al pie de la letra el entrecruzado del poder y de
la vida. El hecho de que el poder haya elegido inscribirse en la vida
misma, de que haya hecho de ella su superficie de inscripción pri-
vilegiada, no es nuevo: es lo que Foucault llamaba <<biopoder», y es
aquello cuyo nacimiento describe a partir de finales del siglo XVIII.
Pero la resistencia al biopoder existe. Decir que la vida resiste, sig-'
nifica que afirma su potencia, es decir, su capacidad de creación,
de invención, de producción, de subjetivación. Es lo que llamamos
<<bíopolítico»: la resistencia de la vida al poder, dentro de un mismo
poder que ha investido la vida. Desde ese punto de vista, toda la his-
toria de la filosofía está en realidad del lado del biopoder, con algu—
nas excepciones.
E de Eugenesía. ..
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E de...
Es bastante peligroso.
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Ede...
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De] retomo. Abecedario biopolftico
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Del retomo. Abecedario biopolftioo
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Fde...
F de Fascismo. ..
Hay quien dice que el fascismo también representa una forma a tra—
vés de la cual se puede organizar a la multitud. Creo que es una idea
impropia: cuando la multitud se vuelve fascista, es porque ha sido re-
conducída a la masa y a la soledad. La multitud sólo puede volverse
fascista cuando ha sido vaciada de su especificidad, es decir, del he-
cho de que es un conjunto de singularidades, una multiplicidad de ac-
tividades irreductibles. Al igual que el mal, el fascismo es siempre
una negación de la potencia, una sustracción fuera del Ser común.
Cada fascista empuja al odio del otro, santiñca la violencia como re-
medio contra los vicios del mundo, oblitera las diferencias, exalta
el orden del mundo pasado. .. El fascismo —cualquier fascismo—
reacciona de forma destructiva contra el movimiento de la vida, con-
tra la manera alegre y múltiple en que se inventa. El fascismo es tris-
te, es el reino de la vulgaridad y de la violencia. El fascismo reaccio—
na por lo tanto con terror frente a la emergencia de las diferencias, le
escandaliza el mestizaje, le horripilan las experiencias alternativas a
la pseudonormalidad sexual. La frustración, la hipocresía y la vio-
lencia son la base de todo ello; pero eso todavía no basta, porque lo
que domina por encima de todo es el culto fascista de la'personali-
dad, que siempre se vuelve a proponer.
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Gde...
G de Globalización. ..
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Del retomo. Abecedario biopolítico
que al principio era una manifestación contra las políticas de los ocho
Grandes se transformó en una manifestación contra la guerra; y esto
precisamente en el momento en que el 0-8, en una especie de febril
espera del 11 de septiembre, decidía añadir a la panoplia del control
de las poblaciones y de los movimientos ese formidable instrumento
que es la guerra. Hubo pues una anticipación por las dos partes: por
parte del G-8 y por parte de los no global. Nos encontramos al borde
de la guerra, y la guerra, de hecho, ocurrió. Desde entonces el estado de
guerra es permanente, las manifestaciones de paz se consideran actos
de traición, las protestas actos de subversión. .. Todo es potencial—
mente terrorista: ¿no era eso ya lo que nos decía Génova?
Añadiremos otra cosa. Con Génova, los no global se volvieron
realmente globalizados. El destino del mundo que en adelante el G-8
había destinado a la guerra ya no reposaba sobre su propio testimo-
nio. Es así como los no global se convirtieron en una multitud en
todo el sentido de la palabra, y fueron reconocidos como tales, para
lo mejor y lo peor: se convirtieron a la vez en un sujeto de liberación
y en un objeto de represión.
Por lo tanto no se puede evitar G de Guerra. Hay que subrayar una
vez más hasta qué punto la idea clausewitzíana de la guerra como
continuación de la política por otros medios ahora se ha revocado, se
ha vuelto del revés, se ha invertido. La guerra se ha convertido en el
fundamento del Imperio. ¿Cómo podemos pues luchar contra el Im-
perio? Y aunque dijéramos amo a la guerra», ¿cómo interpretar la <<gue—
rra a la guerra», que es un deber inscrito en el corazón de la libera-
ción? El movimiento no global nos muestra el camino del éxodo, es
decir, también el del asedio al poder por las multitudes, mueve la glo-
balización contra la guerra, se introduce y se interpone entre las partes
beligerantes... El movimiento no global es en realidad claramente
global. ¿Conseguirá la multitud llevamos fuera de la guerra?
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Hde...
H de Heidegger. ..
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Del retorno. Abecedario biopolítico
Sí, todos esos elementos en realidad formaban parte del margen mo—
ral de esa concepción filosófica; pero es una moralidad o una ética
que, como en todo el romanticismo, se han convertido en la clave de
interpretación del Ser mismo. En el Heidegger de los años veinte y
treinta, está esa intuición fundamental del Ser en términos morales.
Y es evidente que el concepto del tiempo, aterrador y caduco, sigue
siendo marginal. El concepto heideggeriano del tiempo es un folclo-
re 0 una caricatura.
¡Porque está ese Ser inmóvil, fijo, y el tiempo que da vueltas a su al-
rededor! Y los comportamientos del hombre, su posición en ese mo-
vimiento, son completamente marginales. La posición del hombre
está tomada en el tiempo, pero en un tiempo que no es nada, que es la
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H de…
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Del retorno. Abecedario biopolítieo
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H de…
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Del …. Abecedario biopolítico
sentimos nuestro propio cuerpo como un híbrido, un poco como los
franceses pueden decir: ¿Todos somos hijos de inmigrantes».
Dicho esto, repito, hay que resolver un enorme problema, y es el de
la confrontación entre hibridación y democracia ——porque sólo la
democracia absoluta es capaz de permitir y rendir cuenta de la mul-
tiplicidad de las singularidades que proliferan en lo común—, con-
frontación que es apta no sólo para organizar la multitud sino para
recuperar la hibridación como una riqueza.
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Ide...
! de Inconsciente. ..
Su reflexión sobre la memoria nos conduce a la I de Inconscien—
te. ¿Cree usted en el inconsciente? ¿Qué son esos recuerdos que para
usted son espectros? ¿Hay que exhumar la memoria, hay que traba-
jarla, ponerla a distancia?
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Del retorno. Abecedario biopol(tico
¡Pero el hecho de desear otra cosa que lo que somos capaces de ob—
tener forma parte de la vida!
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[de...
Es el gran postuladofreudíano. . .
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Del retomo. Abecedario biopolitico
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¡de...
pero por otro lado, ese conformismo, que es a la vez práctico y con—
ceptual, es un conformismo abierto. Integra continuamente la inven—
ción, el descubrimiento, la producción. Y es precisamente así como
debe funcionar lo común.
! de Invención. ..
La invención es sin duda la cosa más importante para salir del pen-
samiento heideggeriano. Porque esa pulsión de muerte que es una
pura fantasía se ha traducido, sin embargo, en la destrucción de Euro—
pa, el fm de la vieja Europa. Sigo de acuerdo con el materialismo his-
tórico sobre ese punto. Pienso que es la ideología de las clases domi-
nantes la que construyó su propio ataúd, no sólo con el nazismo, como
se dice a menudo, sino también con la exacerbación del nacionalis-
mo, con esa pulsión de muerte que se expandió por todas partes.
¡Todo ese período de nuestra historia que por ejemplo contó Thomas
Mann, y toda esa literatura a través de la cual creemos habemos
construido cuando nos hemos destruido, espero que cºnsigamos es-
capamos de ella! Desde ese punto de vista, el más perspicaz fue
Stefan Zweig. El mundo de ayer, el libro que redactó en el transcur-
so de los últimos años de su exilio en Brasil, levanta un acta terrible de
todo aquello, que debería, por sí solo, bastarnos para prohibirnos su
nostalgia.
85
Del retomo. Abecedario bíopolltico
bían retomado la bandera de la razón, la de las Luces, y eso era lo ina—
ceptable. La destrucción de Europa es la destrucción de las clases di-
rigentes europeas. Todo el liberalismo europeo posrevolucionario, a
partir de Luis Felipe, fue el agente de esa destrucción para evitar que
<<el pueblo» se apoderase del pensamiento. La paradoja de toda esta
historia es que, desde entonces, la producción se ha vuelto inmate—
rial. Este reciente paso de la producción material a la producción in-
material es esencial: mientras la producción es material, la burguesía
puede mantener su poder porque la confiscación de los instrumentos
de producción es fácil. A partir del momento en que la producción se
vuelve inmaterial —lo que llamamos el paso del fordismo al posfor-
dismo—, dos cosas cambian radicalmente: por una parte, la produc-
ción ha investido hasta el cerebro de los trabajadores, porque verda-
deramente es la inteligencia —la imaginación, la capacidad de
invención y de creación— quien se pone a trabajar; por otra parte, el
instrumento ya no es la máquina sino el cerebro, y por tanto la con—
ñscación por parte del capital del instrumento de producción se vuel-
ve imposible. Llegamos pues a esta formidable paradoja: el capital lo
ha ganado y lo ha perdido todo a la vez. Hoy, la gente se ha conver-
tido en propietaria de las formas, de los instrumentos, de las herra-
mientas con que producen la riqueza. Ya no necesitan que les pres-
ten herramientas. Durante mucho tiempo, el salario era el dinero que
nos daban por utilizar las herramientas de otros. Ahora, podemos de-
cir que hay que revisar la forma salarial misma.
86
* lde...4
87
Del retomo. Abecedario biopolíticd
¿Abandonar África?
Hay un momento en que ya no. hay elección posible. Quizá ahí está el
verdadero avasallamiento. Es también la cuestión de la superviven-
cia. ¿La ha sentido alguna vez con particular intensidad?
88
Ide...
89
Ide...
.! de Nunca jamás*. ..
Cuando piensa en la expresión anuncajamás», ¿qué idea le vie-
ne a la cabeza?
91
Del retomo. Abecedario biopolltico
¿Y su hermano?
92
J de...
93
Del retomo. Abecedario biopolítico
94
J de…
Descartes lo hizo.
Si, pero los filósofos utilizan instrumentos que a pesar de todo son
exuemadamente sofisticados. Cuando se ponen esos mismos instru-
mentos en manos de todo el mundo, no está dicho que el resultado
sea satisfactorio. Es evidente que el sentido común es la cosa mejor
repartida del mundo, ¡pero la crítica filosófica de la tradición no es lo
más inmediatamente eficaz! Lo que hace falta es una crítica política
de la tradición. La opresión está fundada en la tradición, la Iglesia
está fundada en la tradición. Sobre esto es sobre lo que la gente tiene
que reflexionar, sobre esto deben reaccionar.
Habia crecido antes del mito del comunismo ruso. Mi padre es uno de
los fundadores del Partido Comunista, pero el viejo Enea, mi abue-
lo, nunca se inscribió. Creo que siempre votó por el Partido, pero
nunca se sacó el carnet. Mi abuela cosía dobladillos y camisas a
mano, era muy prudente en política, pensaba en construir la familia.
95
De! retomo. Abecedario biopolítico
.! de Alegrfa*. ..
96
1 de...
97
¡(de…
K de Kant. ..
Yo he propuesto Kant y usted me ha dicho: “¡Ah, no!, odio a
Kant». ¿Es cierto?
El hecho de que las formas que proyectamos sobre lo real para en-
tenderlo y organizado también tienen la capacidad de construir algo
nuevo. Esto nos conduce de nuevo al lenguaje, a ese momento de co—
99
Del retomo. Abecedario biopolitico
K de Kairós. ..
Pero no es el margen del que habla Heidegger, no es un margen
del Ser, es el margen del instante en que ocurre, del impulso más bien.
El instante que crea es el instante en que el Ser crea, pero puede ser
bloqueado por nuestra incapacidad para aceptar esa apertura. Porque
lo que intento describir a través de esa idea de kairós no es el impul-
so vital a lo Bergson: no basta con dar un continuum temporal para
describir el proceso de creación del Ser.
100
ch... '
Si, no es construir. ..
101
Del retomo. Abewdarío biopolítico
102
Lde...
L de Lombardo. ..
El espíritu lombardo, ¿qué es?
103
Del retomo. Abecedario biopolítioo
Sin embargo hubo una época en quefue una región muy pobre.
104
Lde...
ocurrieran delitos pasionales. Hoy, parece que todo eso ha cambiado
profundamente. Las últimas décadas del siglo xx han destruido la
generosidad de la gente y suscitado más bien hipocresía y egoísmo.
Es extraño tener que constatar esta transformación. No se puede ex-
plicar por un simple rechazo de la modernidad demasiado brutal que
ha hecho desaparecer la dimensión de lo <<local» y que ha burocrati-
zado la administración. Ha habido una revuelta federalista, a veces
hasta separatista, ha habido movimientos en contra de los inmigra-
dos, a veces abiertamente racistas... He intentado entender las ra-
zones de esas protestas, tanto en Lombardía como en el Véneto. Es
evidente que hay muchas cosas sobre las que no pueden estar de
acuerdo: pagan más impuestos que los demás ciudadanos italianos
cuando tienen un nivel muy bajo de servicios, etc. Pero ha habido
una especie de salto al vacío, un deterioro de su comportamiento cí—
vico, incluso la transformación radical de una revuelta, al principio
comprensible, en una violencia brutal.
105
Del retomo. Abecedario biopolitico
106
Mde...
M de Multitud. ..
“Multitud» es una palabra que le viene frecuentemente a los la-
bios. ..
107
Del retomo. Abecedario biopolítico
M de Materia. ..
108
Mde...
Los idealistas y todos aquellos que creen en Dios tienen una idea
muy clara de lo que es la materia: es el principio contrario al de Dios,
es lo contrario de lo verdadero, de lo que es bello y bueno. La mate-
ria, en Plotino, es la nada. El universo se convierte así en algo extra-
ño, porque la idea sin embargo siempre tiene que mezclarse con la
materia para existir, y el Ser tiene que mezclarse con la nada. Si ne-
gamos la consistencia de la materia, o el hecho de que sea lo que hay,
caemos en una de las formas más sofisticadas de la tontería filosófi-
ca. El único misterio que existe es cuando el Ser se define como algo
diferente de la materia, algo irreducible a ese conjunto de connota-
ciones determinadas que forman la materia. . . La materia es libre, los
átomos llueven en el universo y así lo constituyen. Únicamente un
clinamen* puede intervenir aquí, es decir, la libertad que se inserta en
la materia y produce su hibridación. Después de la verdad del mate-
rialismo antiguo, tenemos la potencia filosófica del materialismo
spinozista: la materia se presenta como un cuerpo, el cuerpo se pre-
senta como una potencia que remonta el plano de la inmanencia has-
ta poder decirse divina. Todas las teleologías fracasan porque igno-
ran a la materia. Y porque la materia es el espesor de la afirmación de
la libertad del hombre. Las teleologías lineales o dialécticas que pre-
figuran los modelos y las medidas del devenir desaparecen en conse-
cuencia. El materialismo es la afirmación de la vida, sin mistifica-
ciones teóricas ni autoridades políticas. El materialismo siempre es
revolucionario, porque la materia también lo es.
" Del latín clinamen: inclinación. Para Epicúreo y sus discípulos. desviación
espontánea de los átomos, que acarrea su aglomeración y la formación de los cuer—
pos, y permite comprenderla libertad humana. (N. dela T.)
109
Del retomo. Abecedario biopolitieo
M de Monstruo. ..
Esto nos da miedo porque es lo que deja vía libre a todas lasfanta-
stas.
Pues claro. Y sobre todo hoy a las fantasías ligadas a la ingenieria bio—
lógica, aunque el problema, en realidad, no es nuevo. Hemos llegado
a este punto con la ingeniería nuclear, tocamos los grandes puntos de
la vida: ser Dios, ¿no es lo que el hombre ha soñado siempre des-
de que es libre de pensar? Es divertido ver que, desde un punto de
vista filosófico, hasta en los pensadores reaccionarios, en Platón, en
santo Tomás, en Hegel, hay momentos en que sentimos esa tenta-
ción. La encontramos en todas partes porque es la fuente del ver-
dadero deseo de pensar. Hoy, estamos en ese punto. Hemos llegado
finalmente ante esa cosa formidable que habíamos dejado a la antro—
pología literaria, y de la que ahora somos capaces: la metamorfosis.
La materia, el monstruo pueden ser dominados por kairós. La materia
puede ser reconocida como kairós, y el monstruo puede ser recono—
cido como posibilidad de metamorfosis. Pero, como para toda po-
sibilidad abierta, nos encontramos ante una ambigiiedad terrible.
¿Quién decidirá sobre este tema?
110
M de...
111
Del retomo. Abewdario biopolítico
No, la gente que participa hoy en este proceso es gente como usted y
yo, como nuestros hijos.
Pero mire usted a los científicos con sus comités de ética. Los cien-
tificos están sumidos en su pasión por conocer, entonces siguen; el
proceso de apropiación de lo vivo porla ciencia parece ser irrever-
sible.
Los comités de ética son interesantes, pero tienen una eficacia limi-
tada. Tendríamos que conseguir que de alguna forma la decisión se
volviera colectiva y actuante. Se dice que es el nudo de la democra—
cia: el problema es que hasta el mismísimo término de <<democracia»
se ha convertido en una idiotez porque lo hemos vaciado de toda su
potencia. Se dice <<el pueblo»: pero ¿qué es el pueblo? Se dice que
hay que remontarse al modelo de la polis clásica, pero esto no tiene
nada que ver con la concepción moderna de la democracia. Es real-
mente un inñemo, no podemos seguir con esta confusión, hay que
plantear las verdaderas preguntas. En adelante estamos en una épo-
ca en que el problema de la vida, el problema del poder y el de la po-
lítica se han vuelto centrales e indisociables. Desde ahí es desde don-
de hay que volver a partir.
112
M de…
113
Nde...
N de Nombrar...
¿Por qué el acto de nombrar es tan importante?
115
Del retomo. Abecedario biopolítico
N de Negri. ..
¿Algunas veces, su nombre ha debidofuncionar como sustantivo?
116
Nde... '
¿Qué hizo usted? ¿Desmontó las acusaciones?
117
Del retomo. Abecedario biopolítico
118
N de...
Quizá haya que buscarlo, construirlo. Quizá los dos nombres sean
rastros de otra cosa. Pero todo esto es un juego, a la larga se vuelve
fatigoso, y además en la vida a menudo se es alguien diferente.
N de Neutro. ..
¿Qué lugar le concede usted a la idea de lo aneutro»?
119
Del retomo. Abecedario biopolítico
logía y de medida. En todos los casos hay que comprender que las
fuerzas que hoy conducen a la innovación, a la modificación temáti-
ca, son en adelante fuerzas demasiado poderosas. La neutralización
está pues obligada a volverse odiosa, porque para volverse efectiva
siempre necesita una violencia mayor, una sobredeterminación de te-
rror. Es en ese momento cuando la guerra viene a completar la se-
cuencia de las disciplinas (de los individuos) y del control (de las po-
blaciones), y sobrepasa la definición moderna del poder.
Pero estamos pasando a otra cosa. El análisis del poder como aplas-
tamiento es laforma de la neutralización actual.
120
N de…
121
Ode...
0 de Opresión. ..
123
De] retomo. Abecedario biopolítico
124
Ode...
125
Pde...
P de Pánico. . .
El pánico tiene que ver con la opresión. Quizá el pánico sea el
estado extremo de un acontecimiento que hace que explote.
127
De] retomo. Abecedario biopolftico
128
Pde...
P de Plegaria. ..
¿No ha encontrado nunca un refugio en la plegaria?
Este es uno de los únicos puntos de mi vida en que sin duda hay cier-
ta parte de inconsciente. Un inconsciente totalmente idiota: cuando
tengo miedo, me ocurre que pienso en mi madre o en la Virgen. Es un
poco una superstición. Es algo que hago desde pequeñito. La plega—
ria y la superstición están muy ligadas. En Italia somos muy supers-
ticiosos: nos pasamos el tiempo identificando signos de buen o mal
augurio y zigzagueando entre ellos. Mis hijos son aún más supersti-
ciosos que yo: mi hija mayor, hace unos años, realizó un cortometra-
je muy bello que ganó un premio en el festival de Locarno. Es la his-
toria de una chica en una gran cama, en medio del mar, que está
esperando a su amante. El llega desde muy lejos, nadando, ella no
para de esperarlo y mientras tanto todos los signos de mal augurio
invaden la cama flotante: gatos negros, tres monjas, etc. La chica
reza, grita, implora y finalmente una gran tempestad se desencadena
sobre ella y su balsa invadida por los símbolos de mala suerte. Al fi-
nal, el amante exhausto llega de todas formas. Es una película oní-
129
Del retomo. Abecedario biopolítioo
Si, desde ese punto de vista, era formidable. Ya era muy vieja cuando
fui a la cárcel: nos escribíamos cartas muy largas en las que me con-
taba todo. Murió en 1982. Entre 1979 y 1982 me escribia cada se-
mana, nunca dejamos de hablar. Mi madre era una mujer extraordi-
naria, sabía la importancia de la libertad. Me permitió ir al extranjero
solo, en autostop, cuando tenía quince años, en los años cuarenta. Fui
a Inglaterra con muy poco dinero cuando todavía estaba en el institu-
to. Había bastado con que dijera que queria aprender inglés, que es-
taba harto de pasar mis vacaciones en la montaña en casa de mi her—
mana. Dejó que me fuera con la condición de que le escribiese. No
teníamos teléfono. De todas formas, no tenía suficiente dinero para
llamar por teléfono. ..
130
Pde...
Sí, sin duda. Ayer por la tarde estaba aquí el rector de la Universidad
de Bogotá, y le hice muchas preguntas. Me ha dicho que en los Andes
todo está por construir o reconstruir. Es una gran apuesta, pero es ho-
rriblemente complejo.
En realidad, tenemos que empezar a comprender que en la su—
perficie plana que el Imperio ha determinado ya no hay posibilida-
des para articular el razonamiento político con el esquema del evolu-
cionismo o la teoría de los Estados. Sin embargo, ya sabíamos lo
peligroso que eso era en el pasado: véase la manera en que el colo-
nialismo o el imperialismo han utilizado esa articulación. Marx tam-
bién pensaba que la historia de los simios había precedido a la de los
131
Del retomo. Abecedario biopolítico
hombres, y que por lo tanto había que conducir a esos simios al ni-
vel de los hombres. La ruptura del evolucionismo y la nivelación de
las condiciones de vida humanas por desgracia se presentaron bajo la
peor forma: la de la gestión neoliberal del capital global. Pero en este
mundo de circulación absoluta de las mercancías y de la información,
la singularidad de las experiencias comunes (comunidades, coo-
perativas) surge sobre un plano igualitario que no conoce principios
de jerarquía o de evolución y que busca una expansión global. No es
una coincidencia si Chiapas ha entrado en nuestro mundo, es decir,
tanto en nuestra realidad como en nuestro imaginario, en nuestra
comunicación y en nuestro lenguaje, como un elemento esencial.
Debemos pues consideramos siempre como interlocutores los unos y
los otros. Es un poco como el destino de la plegaria, el que recono-
cemos en la antropología política: en los dos casos, la llamada se
produce sobre un terreno de inmanencia, sobre una superficie rica en
singularidades que es precisamente aquella sobre la que nos encon-
tramos. Es ahí donde nos gustaría reconocer la paz.
132
Pde...
era la garantía de la paz. Lo que había que entender por <<paz», por lo
tanto, era claro: la posibilidad de sobrevivir, que se pagaba muy cara
ya que había que pagar el precio de la alienación de la libertad. La
guerra era la condición negativa de la paz, era la clave del chantaje
para empujar a la elección de la alienación. El Estado moderno nace
sobrepasando la guerra a través de la guerra. La guerra de los Treinta
Años representa el acta de nacimiento de la soberanía moderna, es
decir, de la paz. Pero ¿qué paz se podía esperar después de tanto
dolor? ¿Quién se hubiera podido imaginar que la paz llegaría atrave—
sando, en la carreta de Madre Coraje, el paisaje de las masacres?
¿Cómo hubiera podido pensar en ello uno de los miles Símplicis-
simus3 que nacieron durante esa guerra? La paz se convierte en rea-
lidad en un ideal precedido por tantas desgracias que ya no se sabe
verdaderamente dónde ir a buscarlo. Entre 1618 y 1648, Alemania
perdió la mitad de sus habitantes. Cuando la paz se realiza en el
Estado moderno, ya se ha convertido en una utopía. Esta es la prime—
ra paradoja que debemos afrontar.
Sí. Si en aquella época la paz era un ideal que alcanzar, o más exac-
tamente una idea reguladora, hoy, al contrario, la idea de la paz vive
en el interior de la idea de la guerra. La guerra es el mantenimiento de
la paz, es el voyeurismo y la policía de la paz. He aquí pues una se—
gunda paradoja. Al contrario de lo que ocurrió al principio de la épo—
ca modema, la relación entre la guerra y la paz se ha invertido. La
paz ya no es la solución de la guerra, ya ni siquiera es ideal 0 utópica:
8. Novela alemana del siglo xvu escrita por Grimmelshausen, de gran impor—
tancia. Símplicissimus es un campesino que atraviesa la guerra de los Treinta Años:
el texto es una narración de su vida y sus desgracias.
133
Del retomo. Abecedario biopolítico
134
.P de…
135
Del retomo. Abecedario biopolitico
P de Pasión. ..
Pasiones humanas, pasiones políticas. ¿Es el lugar del máximo
de intensidad en un tiempo dado?
136
Pde...
No, eso es más bien lo que vosotros, los psicoanalistas, ilamáis ((lº-
cura de dos». La verdadera pasión es una construcción común; a la
vez en la pareja y fuera de la pareja. En la verdadera pasión lo con-
movedor es esa apertura: un sentimiento de potencia, unas ganas de
creación —que también ocurre a través del engendramiento, de los
hijos—, es decir, también unas ganas de comunidad, de reparto, de
cooperación. Nunca he creído que hubiera que sacrificar lo público
a lo privado o a la inversa; porque tampoco he creído nunca que se
tratara de términos opuestos. Cuando uno se encuentra con alguien
que comprende esto, es una bonita historia de amor, una historia viva
y llena de deseo. Para mi, la vuelta a Italia también coincidió con la -
realización del deseo de un amor de ese tipo.
137
Del retomo. Abecedario biopolítieo
[38
Qde...
Q de “¿Qué decir?»...
¿Qué decir hay? Quizá este punto sea para usted lo que parece
hacer converger todo hacia la problemática de la decisión.
¿Hay algo que decir hoy? Es evidente que tenemos el deber de pen—
sar, pero el peligro reside en cierto profetismo, en creer que se tienen
soluciones. Una moral epicúrea o estoica vale más que todas las mo—
rales proféticas. Estoy en completo desacuerdo con las morales pro—
visionales a lo Descartes, porque una moral provisional sólo puede
existir en un mundo teológico en que la verdad es otra cosa que lo
que hacemos; y porque una moral provisional siempre sobrentiende
una moral absoluta.
139
Del retomo. Abecedario biopolítico
entre dos personas. Pero dos personas que se aman es algo extraor—
dinario. Porque esa singularidad, esa toma de conciencia de la exis-
tencia, esa construcción del ser —cuando antes no había nada—, a
partir de ese momento, existe. Algo ha sucedido. ¿Cómo quiere usted
que una moral provisional tome en cuenta esto?
140
Qde...
141
Rde...
R de Resistir. ..
143
Del retomo. Abecedario biopolltico
R de Retorno. . .
¿Su retorno a Italia era secretamente un acto de resistencia?
144
R de…
lo único que seguía idéntico, como cadenas en los pies: era el canivo
maestro, el maestro malvado de los años setenta, y seguía siéndolo,
treinta años después de la tentativa de <<asalto al cielo» por parte de
las fuerzas proletarias. Me daba cuenta de que era una imagen fijada
para toda la vida. Como si toda mi existencia debiera quedarse petri-
ticada para siempre en el pasado. Y si esto era válido para los ene-
migos, también era en cierta medida lo que experimentaba con los ami-
gos reencontrados: una molestia que a veces acababa por resolverse
en una fidelidad sin límites, o que, al contrario, se transformaba en
una sospecha. Me querían, me odiaban a menudo; se trataba de las
mismas personas. Desde ese punto de vista, el retorno creó efectos
perversos. Por lo tanto tenía que romper el sortilegío inmediatamen—
te, y buscar la razón del retomo no en el pasado sino en el porvenir. ..
Volver para construir. Y las cosas fueron efectivamente en ese senti-
do. Dos acontecimientos me han devuelto a Italia pero, paradójica-
mente, ninguno de los dos es italiano. El primero fue Seattle; el se-
gundo, el éxito mundial del libro que habíamos acabado en París con
Michael Hardt antes de que volviese a Italia. Estos dos aconteci-
mientos me catapultaron fuera del pasado, me permitieron reencon-
trarme en primera línea. Le prometo que la sensación fue bastante
fuerte: un poco como el barón de Miinchhausen que sale del barro le-
vantado por los tirantes. .. Volver para estar aquí, para actuar. Y sólo
cuando los amigos vuelven a sonreírte y los enemigos a temerte se
vuelve a encontrar un lugar en la vida. En la vida política y social. El
retomo no es por lo tanto solamente la transferencia, sino el esfuer-
zo y la alegría de estar aquí: aquí y no en otro sitio. Es la alegría de
reencontrar no ya la comunidad y las raíces, sino la innovación lin-
gñísticá y la libertad de las pasiones. Hasta el recuerdo y la memoria
pueden recuperarse cuando se está de nuevo inmerso en la ontología,
en el ser a la vez pasado y presente de la vida, en la determinación del
estar—aquí. Cuando sucedieron los acontecimientos de Génova, esa
formidable insurrección —ganadora—— de las multitudes contra los
145
Del retomo… Abe'cedario biopolfde
<<Grandes de la tierra», entonces y sólo entonces mi retomo tuvo ver—
daderamente el sabor de la realidad. Creo que el retorno siempre es
algo personal, diferente según las personas y las circunstancias; pero
hay una especie de forma trascendental del retorno, que debe en-
contrar una materia adecuada para poder afirmarse como retomo
real. Para muchos de los que salían de los campos, por ejemplo, el
verdadero retomo probablemente debió de ser la construcción de
Israel; para los exiliados italianos del fascismo, significó construir
una república y las luchas sociales por el comunismo... Para nos-
otros que hicimos 1968, volver, regresar, significa construir aquello
que intuimos en los años setenta, aquello que Génova confirmó el
año pasado: las nuevas figuras de los sujetos políticos y del proceso
comunista. El retomo es el término que consigue mediar la resisten-
cia y el porvenir; mejor: que proyecta la resistencia en el porvenir &
través de un desplazamiento del tiempo y del espacio. El retorno,
para mi, se ha parecido al desplazamiento de un caballo en una tabla
de ajedrez.
146
Sde...
S de Sensualidad. ..
¿Pensamos con nuestros sentidos?
Creo que si. Los sentidos son fundamentales. Nunca he trabajado so—
bre los sentidos como tales. No estoy convencido de que la doctrina
inductiva clásica del materialismo o del empirismo radical sea la úni-
ca que funcione. Hay una interactividad profunda entre la razón y los
sentidos. Desde ese punto de vista, soy kantiano, no en el sentido de
la analítica pero sí en lo que respecta al esquematismo trascendental
y a la posibilidad de construir <<puentes» entre los sentidos y la razón,
nombres de imaginación. No creo que los sentidos solos sean la base
del conocimiento, ni de la facultad de juzgar o de actuar. Creo que el
materialismo vulgar, que conoció un período fasto a través del ma—
terialismo dialéctico soviético, se ha terminado. En estos últimos cin-
cuenta años se han escrito unas horribles idioteces en nombre de ese
materialismo. ¡Los grandes héroes del materialismo soviético eran
D'Holbach y La Mettrie, que no se lo merecían! Cuando era joven,
con veinticinco años, trabajé sobre el psicólogo materialista alemán
Fechner y sobre la tradición que se desprendía de él hasta Gehlen,
pero abandoné a esos autores, no se puede hacer todo. Dicho esto, es
un trabajo que me marcó. Lo que me interesa es la experiencia viva,
y llegué a ella a través de la filosofía de Spinoza. Todo el spinozis—
147
Del retomo. Abecedario biopolítico
148
S de...
149
Del remo. Abecedain biopolítim
150
Tde...
T de Tentación. . .
151
Del retomo. Abecedario biopolítico
T de Tierra. . .
152
T de…
153
ucr retomo. A… DIOPOIIUCO
154
Tde...
155
Ude...
U de Unidad...
157
Del retomo. Abecedario biopolftico
158
Vde...
V de Venecia. ..
159
Del retomo. Abecedario biopolítico
160
V de...
Se quedó usted dos años más en Venecia, después de Mayo del 68. ..
161
Del retomo. Abecedario biopolítico
¿Realmente no se lo esperaban?
¿Le defendieron?
162
Vde...
Pero todavía hay algo que no comprendo. ¿Qué se debe entender por
aterrorismo» italiano de los años setenta, entonces? Hoy, nos dicen
que estamos en plena guerra contra el terrorismo. ¿Alguna vez se
parecieron a este terrorismo actual?
163
Wde...
W de Wittgenstein. ..
165
Del retomo. Abecedario biopolítico
Creo que Wittgenstein, mucho más que Heidegger, es el que nos per-
mite entrar en lo posmoderno. Lo posmoderno está dominado por la
producción inmaterial, por una producción que desde ahora ha teñi-
do todos los campos de la vida: la lectura de este mundo nos obliga
166
Wde...
167
Del retomo. Abecedariobiodeco
¿Y Ricoeur?
¿Lévinas?
168
Wde...
9. Filósofo italiano de finales del siglo XIX y principios del siglo xx (morirá
en 1944, asesinado por los partisanos antifascistas). Se le debe una reforma del pen-
samiento hegeliano que se convierte rápidamente en la filosofia universitaria italia-
na por excelencia. Se unió al fascismo desde los años veinte, y fue ministro de
Educación: gracias a ese cargo fue el autor de una reforma general de la enseñanza
que hoy sigue siendo la base del sistema escolar italiano.
169
Del retomo. Abecedario biopolítico "
170
Wde...
171
Xde...
X de la incógnita de la ecuación. ..
Para pensar nuestra época y sus múltiples metamorfosis, tene-
mos por lo tanto que pensar con una o varias incógnitas. ..
Es evidente que hoy se plantean mil problemas. Las prótesis del cuer—
po, las modificaciones genéticas, la relación entre el cuerpo y la má-
quina, la máquina como cibernética. .. todo esto, como decía, esboza
un camino a recorrer con prudencia pero hasta el final. Y no lo podre-
mos hacer hasta que hayamos realizado con anterioridad esa opera—
ción inicial de recomposición de la imagen del cuerpo. Es una ope-
ración transversal que debemos realizar en todas las disciplinas: en
medicina, en ingeniería, en filosofía, en biología. Ahí sí está en jue—
go realmente una revolución posmoderna profunda. Pero una ope-
ración así puede originar imprevistos, y uno de esos imprevistos es
el monstruo en el sentido en que empleo ese término.
Volvemos pues a ese problema que ya se ha planteado mil veces,
a esa metamorfosis epoca! que vivimos, en que la relación entre la
naturaleza y la cultura ha sido completamente interiorizada, en que
la relación entre un proyecto de vida y los progresos de la tecnología de
la reproducción de la vida se ha vuelto central. No sé cómo haremos
en el futuro. Esa X de la incógnita en matemáticas es lo imprevisto,
lo inesperado. Lo imprevisto es por definición lo que puede ocurrir.
173
Del retomo. Abecedario biopolítico
174
Yde...
Y de Ojos*...
El ojo es también por excelencia el ojo del artista, del que asabe»
ver. ..
175
Del retomo. Abecedario biopolítico
176
Zde...
Z de Zenón de Elea. ..
Zenón, claro está, son las paradojas. Las paradojas que deben afron-
tar todos los materialistas premodernos o posmodernos, menos
Spinoza: y es, de manera general, la imposibilidad de considerar los
átomos de otra forma que en su separación, la vida de otra forma que
en una serie de encadenamientos pasivos. Es la traducción reaccio-
naria de un materialismo revolucionario. El materialismo es en sí un
instrumento formidable de lucha contra toda preconstitución autori-
taria, tanto en el saber como en la religión, en la sociedad o en la
práctica de la ciencia política. El problema es que una vez que se ha
roto ese modelo de preconstitución autoritaria, somos incapaces de
salir de ahí. Y Zenón es eso: un suicidio de la Razón. Un suicidio
vano, porque el esquema sobre el que se funda es vano.
El tiempo es la ruptura entre la continuidad y la discºntinuidad,
es algo que empieza en cada instante. Cuando se coge una línea com-
puesta de puntos y se procede a la división infinita de esos puntos. el
problema no es por lo tanto alcanzar la tortuga, sino lanzarse al vacío.
El tiempo es eso: si nos lanzamos al vacío, sobrepasamos a la tortu-
ga. Zenón es el aspecto reaccionario, pesimista, brutalmente negati—
vo, de las filosofías del tiempo y del Ser. Zenón mira el mundo de
forma analítica, desde fuera, fuera de la acción. Pero sería falso creer
177
Del retomo. Abecedario biopolftico
que existe una necesidad analítica que nos conduce siempre a mirar
el mundo y su composición a posteriori. Al contrario, estamos siem-
pre en un mecanismo inductivo, en una mecánica dinámica; y esa di-
námica está dominada por el cuerpo, es decir, por las pasiones, por la
. organización y la disposición de su intensidad, por la continuidad de
los comportamientos, por el salto que efectuamos en lo real.
Es absolutamente necesario saltar en lo real, precipitarse y botar,
porque es la única manera de cambiar el mundo. La vida sólo es eso:
cambiar el mundo, transformarlo, inventarlo. Revolucionarlo. Y, sin
embargo, qué precio he tenido que pagar para volver a empezar a
construirlo. . . Hoy que el retorno ya se ha realizado, puedo olvidarme
definitivamente de las paradojas de Zenón. Ando mucho. El retomo
es volver a empezar a andar, es salir de todos los callejones sin sali-
da, es también, y sobre todo, hacer que vuelvan las pasiones que el
fracaso había aplastado. Menos recuerdos, por lo tanto, que nuevas
experiencias. El futuro no tiene un corazón antiguo, y el porvenir es
algo que construimos cada día, y que por consiguiente siempre
es nuevo. Volver a empezar no es volver hacia atrás, no es rasgar y
dividir hasta el infinito los episodios de la vida —como hace Zenón
con el espacio y el tiempo—, no es descansar sobre el pasado. Es re-
descubrir el origen. Somos comunistas desde el origen; pero el ori-
gen es el acto presente. El comunismo es el porvenir. Tengo una vida
normal.
178
Sumario
A de ................................................. 9
B de ................................................. 37
C de................................................. 41
D de................................................ 43
E de................................................. 59
F de................................................. 71
G de................................................ 73
H de................................................ 75
I de................................................. 81
J de................................................. 91
K de................................................ 99
L de................................................. 103
M de................................................ 107
N de........................................... -..... 115
O de................................................ 123
P de................................................. 127
Q de................................................ 139
R de................................................. 143
S de................................................. 147
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