Lo que hay detrás de los ben Yisrâ’ël y ben Noaj, de acuerdo al

Judaísmo
Por: ‘Asâ’ël

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“El Judaísmo manipula la identidad y la fe de las personas por medio de esta

clasificación, mal usada, y han reglamentado todo por medio de sus blasfemos
compendios de fe, como el Talmud. Se traen entre manos una falsa clasificación
de la humanidad, y cierran la puerta a la Tôrâh, al margen de no ser quienes
realmente dicen que son ¿Por qué? Porque la identidad es transmitida vía
paterna, sin embargo ellos la cambiaron para ser vía materna.”

¿Sucesión materna, o paterna?

El judaísmo cambió la identidad vía paterna por vía materna, lo cual consta en el tratado de fe
que tienen, llamado Talmud. No es esto lo que enseña la Tôrâh, pues por citar un ejemplo, lo
vemos en los hijos de Yôsëf, que fueron Manashêh y ‘Efrayim, hijos de éste con la hija del
sacerdote de On, claramente paganos. Sin embargo ambos hijos de Yôsëf fueron considerados
yisraelitas, y bendecidos por Ya’aqôb (Berëshît/Gn. 49). Si con el criterio del Judaísmo
evaluamos el asunto, entonces tanto Menashêh como ‘Efrayim eran paganos gentiles, y
Ya’aqôb bendijo a paganos gentiles, pues su madre no era judía, de hecho, ni existía todavía el
concepto de judío, ni de conversión al Judaísmo. La escritura deja bien en claro esta sucesión
por vía paterna: Así fue ‘Abrâhâm, fue Yitzjaq y fue Ya’aqôb; luego vemos más casos, tal el de
Îzebel y Ajâb (I Melakim/R. 19-22), y Shelomôh y Na’amâh (I Melakim/R. 14-21). Si vemos las
cosas desde la halajâh rabínica, en ese caso entonces ni Manashêh, ni ‘Efrayim, ni Robo’am, ni
Ajazyâhû hubieran sido hebreos, cosa que si fueron, y en ciertos casos hasta gobernaron al
pueblo.

La clasificación artificial de ben Noaj y ben Yisrâ’ël

Sin embargo aún están convencidos, y convencen a otros incautos, que solo un pueblo judío es
Yisrâ’ël, lo cual es absolutamente falso; y digo “un”, pues el judío de hoy es diferente a aquel
verdadero judío observante de la Tôrâh de antaño, como lo fue nuestro Maestro Yehôshua,
judío por linaje, y ¿Practicante de Judaísmo? ¡Jamás la Tôrâh nos habla de crearse tal religión!
Mâshîaj era un yehûdy/judío, hijo de padre judío (descendiente de Yehûdâh/Judá), y practicante
de Tôrâh, no de la Religión Judía. Por otro lado, todo el que lea la escritura en forma objetiva,
sabe que Yisrâ’ël quedó dividida en dos casas: Yisrâ’ël o ‘Efrayim, y Yehûdâh/Judá. Los
judíos (insisto: los que vemos hoy) han absorbido la identidad totalmente, y además han tapado
la realidad de que Yisrâ’ël es más que Yehûdâh/Judá, y por si fuera poco, también han cerrado
la puerta de la Tôrâh, no solo a su gente, sino también al mundo gentil; pero entiéndase por
favor que estos son falsos judíos, judíos talmúdicos, que han creado una religión totalmente
desligada de la Tôrâh, pues si fueran verdaderos judíos, como lo es nuestro Rey Yehôshua no
hubieran deformado la Tôrâh, como ya da testimonio Yehôshua en su época, denunciando a los
fariseos. El celo lo debe mostrar uno preservando, no adulterando y mal formando.
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Las profecías también testifican de personas de las naciones tomándose del manto de un
yehûdy/judío; pero por favor comprender que un yehûdy verdadero como es nuestro Mâshîaj,
no es un judío talmúdico, y con ostentaciones de derechos sucesionales falsos, como lo vemos
hoy.

Pero lo paradójico aquí, como adelantamos, es que si bien las tribus del norte fueron
absorbidas, se denota lo mismo para los que reclaman ser Casa de Yehûdâh ¿Por qué?
Primero porque la condición de yisraelita por cuestión de sucesión de la promesa, es falsa, ya
que claramente han apostatado de la sucesión vía paterna, como enseña la escritura (inclusive
ni aun se ve bien la hibridación en las escrituras: Dt. 7:3), y por otro lado, la llamada Religión
Judía, es una fe muy diferente a la que practicaron aquellos yisraelitas, aquellos hebreos de
antaño, los verdaderos hijos de Ya’aqôb.

Si bien hay un factor cultural transmitido, la cultura de un pueblo no hace a la fidelidad al pacto,
a la Tôrâh. Una cosa es cultura, y la otra es Tôrâh. Podemos preservar celosamente una
cultura, pero simultáneamente estar quebrantando la Tôrâh. Por ejemplo: Ocultar el Nombre es
un factor cultural introducido en el pueblo desde antes de Mâshîaj, convirtiéndose los
eufemismos hasta en un patrón cultural; sin embargo este mandamiento de hombres es
opuesto a la enseñanza de la Tôrâh (Dt. 6:13). Lo mismo en cuanto al lavado de manos: Se
constituye un factor de mucha importancia, en lo religioso y cultural, pero no existe tal indicación
en la Tôrâh, sino que se trata de mandamientos de hombres. También está el caso de la
denominación que los rabinos dan a las fiesta de Yôm Teruâh, donde dicen que es un Rôsh
haShânâh (Cabeza del Año); esto es una invención de ellos, pues la Tôrâh indica que el mes de
Aviv es cabeza de los meses, y si este mes es cabeza de todos, con toda claridad se deduce
que el primero del año es el primer día de Aviv. Así esta festividad con tal connotación se ha
convertido en un factor cultural de relevancia.

Así se habla también, hubiere o no una ascendencia probada (según el criterio ortodoxo), de
“vivir como judío”, pero la Tôrâh nuca habla de esta artificial clasificación, sino de vivir
“agradando a YHWH”, lo cual es muy distinto, pues la última alternativa es una cuestión de ser
fiel a la Tôrâh por temor de YHWH, no de ser fiel a una religión o patrimonio cultural.

¿Qué acontece entonces con las casas de Yisrâ’ël y Yehûdâh?

Sin duda, herederos de la promesa vía paterna ha de haber en este momento; personas que
trazando su ascendencia hacia atrás, llegamos hasta Ya’aqôb ¡No solo de la casa de Yehûdâh,
sino también de todas las tribus! En este momento hay descendientes siendo llamados a la
nueva alianza, y ese descendiente ha de mostrar que la Tôrâh está escrita en sus mentes y
corazones ¡La única forma de saber si es usted yisraelita! ¿Quién podría tener auténtico celo
por la auténtica Tôrâh más que un auténtico yisraelita? Y hasta aquellos ben Noaj, que de
corazón sincero abracen el pacto. Por su parte, vemos a los rabinos practicando una
mezcolanza de hechicería con tôrâh pervertida, y simultáneamente reclamando por propiedad
una identidad, la cual según ellos les pertenece. De hecho, si usted mira el emblema nacional
de la Yisrâ’ël actual, verá que se trata de un símbolo del ocultismo, de una estrella de seis
puntas, lo cual es pagano. El símbolo y escudo de la nación debería ser el Nombre de
YHWH, sin embargo se han encargado de borrar el Nombre de sus bocas, y de todo estandarte
que les evidencie, quebrantando así la Tôrâh descaradamente, la cual ordena invocar y dar a
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conocer el Nombre (Shemôt/Éx. 3:14-15, 9:16; Dt. 6:13). Sin embargo no va a ver usted ni
rastro del Nombre en el oficialismo judío, sino que solo oirá hablar de “Adonay D-is”, eso si,
anteponiendo con mucho orgullo su famosa bandera con el símbolo indecoroso de la
pésimamente llamada estrella de Dâwid, pues Dâwid (un verdadero yehûdy/judío,
descendiente de Yehûdâh/Judá por línea paterna, y además fiel a la Tôrâh, no “practicante de
Religión Judía y Talmud”) jamás uso ese blasfemo símbolo, ni dio indicaciones de usarlo.

Berëshît/Gn. 15:1 – “Después de estas cosas vino la palabra de YHWH a ‘Abrâm

en visión, diciendo: No temas, ‘Abrâm; Yo soy tu escudo...”

Mishlëy/Pr. 30:5 - “Probada es toda palabra de ‘Elôahh; Él es escudo a los que

en Él se refugian.”

Tehilâ’/Sal. 144:2 – “Misericordia mía y castillo mío; mi refugio y mi libertador; mi

escudo, en quien he confiado; el que sujeta los pueblos debajo de mí.”

Tehilâ’/Sal. 119:114 – “Tú eres Mi escondite y Mi escudo; en Tu palabra he

puesto mi esperanza.”

Cuando Yehôshua peleó contra ‘Amalek y venció, Môshêh edificó altar y le llamó: ‫
יהוה נסי‬
YHWH-Nisî: ‘YHWH [es] mi estandarte’ (Shemôt/Éx. 17:5).

¿Lo ve? ¡Es el Nombre de YHWH el estandarte de Yisrâ’ël!

Así tambén: Tras la promesa de bendición, ‘Abrâm edificó un altar e invocó el Nombre de
YHWH (Berëshît/Gn. 12:8).

Vemos como el Nombre de YHWH es estandarte, escudo, refugio en el tiempo de angustia, y el

Nombre invocado por los padres, aquellos de quienes dicen descender y ser intérpretes los
rabinos, pero que actúan de una forma bastante diferente.

Ellos (rabinos), racialmente, entienden que hay ben Noaj y Judíos: Es cierto que hay ben Noaj,
pero por otro lado está extrapolado, pues como dijimos, se nos habla en cuanto a Yisrâ’ël de
doce tribus, y aún hoy hay descendientes de la Casa de ‘Efrayim, no se han perdido, como los
rabinos procuran demostrar, sin base alguna. Por otro lado, efectivamente, hay descendientes
de la Casa de Yehûdâh, constituidos por descendientes del Yehûdâh propiamente dicho, Levi y
Benyamin. Pero ya vimos que la forma de establecer esta identidad está herrada. De que hay
descendientes de aquellas tribus, los hay, el tema está en quienes son realmente ¡Elohim, ‘El
Shâddây sin duda alguna sabe muy bien quienes son!

Algo análogo hacen los Mormones, donde indagan (supuestamente) sobre la genealogía de las
personas que se acercan a sus congregaciones, y le dicen la tribu a la cual pertenecen, a la vez
que les introducen en su falso sistema de creencias, tan babilónico y pagano como el mismo
Catolicismo y demás sectas que se desprenden de éste.

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Por su parte, espiritualmente hablando: La escritura nos dice que aquel extranjero, o ben Noaj,
asume la condición de pueblo de Yisrâ’ël, como un natural, tras su conversión, cuya señal es
la circuncisión:

Shemôt/Ex. 12:48 – “Mas si algún extranjero habitara contigo, y quisiera

celebrar Pesaj para YHWH, que sea circuncidado todo varón, y entonces la
celebrará, y será como un nativo de la tierra; pero ningún incircunciso comerá
de ella.”

Hasta en esto han incluido un factor de absorción y engaño subsecuente, y es hacerle creer a la
humanidad que esto se llama: “Conversión al Judaísmo”. Esto es falso, pues jamás la Tôrâh
nos dice que esto sea tal cosa, sino “el ser uno con Am Yisrâ’ël (como un nativo)”, lo cual
explicamos es mucho más que Yehûdâh/Judá racialmente, y muy diferente a la Religión Judía
en lo espiritual, que es un tratado ideado por los rabinos, por medio de sus doctrinas ocultistas y
caprichosas tradiciones de hombres.

Aún las profecías nos hablan de esta realidad para el extranjero, recibido en el seno de la
comunidad verdadera de Yisrâ’ël:

Yeshayâhû/Is. 56:6-7 – “6 Y a los hijos de los extranjeros que sigan a YHWH

para servirle, y que amen el Nombre de YHWH para ser sus siervos; a todos los
que guarden el Shabbât para no profanarlo, y abracen Mi pacto, 7 Yo los llevaré
a mi monte qâddôsh, y los recrearé en Mi casa de oración; sus holocaustos y sus
sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de
oración para todos los pueblos.”

También la profecía nos habla de esta restauración, de ambas casas de Yisrâ’ël muy
claramente, aunque a los líderes religiosos les importe poco o nada esto:

Yejezq’ël/Ez. 37:19 “diles: Así ha dicho ‘Adônây YHWH: He aquí, yo tomo el palo
de Yôsëf que está en la mano de ‘Efrayim, y a las tribus de Yisrâ’ël sus
compañeros, y los pondré con el palo de Yehûdâh, y los haré un solo palo, y
serán uno en mi mano.”

Así vemos entonces, que Yisrâ’ël es más que la Casa de Yehûdâh, y el extranjero es puesto en
medio del pueblo, como uno más, y en lo espiritual la base de la fe es la Tôrâh, no una Religión
Judía. Inclusive si usted habla con un rabino ortodoxo, lo más probable es que le hable de los
ben Noaj, y que usted no tiene que hacer “Conversión al Judaísmo”, sino que “hashem” ha
previsto un maravilloso camino para usted como hijo de Noaj, o noájida.

También Babel se ha encargado de tapar esta identidad, el Cristianismo, el cual profesa las
prácticas babilónicas, ligeramente disfrazadas con algo de pretendida justificación en las
escrituras, a lo cual sucumben también incautos, pues no tienen raíz y sustento. Muchas ovejas
están perdidas en medio de esta Babel, y han de responder llegado el momento al llamado de
la rûaj qôdesh (espíritu de apartamiento y pureza de ‘Elohîm), así como lo están aquellas que
siguen los principios de los rabinos de hoy, continuación de la doctrina de los fariseos a quienes
amonestó Yehôshua haMâshîaj.

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El judaísmo ha creado una serie de premisas, donde reglamenta todo en lo que respecta a los
llamados ben Noaj, o noájidas, o “vida noájida”, y por otro lado para los judíos, como
adelantamos, apropicuándose de la totalidad de la identidad de Yisrâ’ël, y considerando que
“solo son Yisrâ’ël lo judíos”, y esto tanto en lo racial como en lo espiritual. Para ellos, el retorno
de Yisrâ’ël no es ‘Efrayim y Yehûdâh, como indican con mucha claridad las profecías, sino el
retorno de “una Nación Judía”, “de judíos”, y por otro lado están las naciones, o noájidas, los
cuales han de vivir según lo que llaman: “Los Siete Principios o Leyes de Noaj”. Inclusive hasta
manipulan el lenguaje, y nos dicen que en el Sinay se entregó la Tôrâh a los judíos, lo cual es
totalmente falso, pues en el Sinay había doce tribus de Yisrâ’ël, no judíos (si la tribu de
Yehûdâh, lo cual es otro asunto), y hasta gente de otras naciones, siendo tratados como un
mismo pueblo, recibiendo la misma tôrâh, las mismas bendiciones, y también las mismas
obligaciones. Sin embargo, si usted habla con ellos de cualquier asunto de Yisrâ’ël, ellos
sistemáticamente hablarán como “de judíos” y “para judíos”. Vemos como el extranjero es
hecho uno con Am/Pueblo Yisrâ’ël como consecuencia de seguir la fe de ‘Abrâhâm. Una larga
trayectoria, y siglos de por medio de labor de la religión, ha llevado a ver las cosas como son
hoy.

Otras investigaciones sobre las tribus perdidas, señalan una shuvâh/retorno, y tomando también
como punto de partida un tribunal rabínico ortodoxo, según la Religión Judía, lo cual evidencia
una vez más este factor de absorción impuesto desde esta religión.

¿Quiénes son realmente los dirigentes del Judaísmo?

Dicho sea esto, entonces, los judíos actuales, al reclamar su posición como Yisrâ’ël, tanto
desde sus linajes como desde su fe, nos están engañando, y llevándose todo a la
implantación de un inicuo que se hará pasar por Mâshîaj, pero que no lo es. Esto es sencillo,
viendo la forma que conciben la identidad y la fe: Ni una ni otra cosa es según Tôrâh.

Por favor entender, que no excluyo en este comentario a los verdaderos adoradores que
hay entre los reconocidos como judíos, pero ellos también deben quitar todo lo falso de las
obras de la mentira heredadas, ese es el término de la nueva alianza (Yirmeyâhû/Jer. 31:31-
35), el tener la verdadera Tôrâh en la mente y el corazón, por lo que no hay lugar para doctrinas
de hombres y paganismo; el ser rociados con agua para limpieza, como dice la profecía
(Yejezq’ël/Ez. 36).

Es decir, han tapado la verdadera identidad como pueblo, y la verdadera fe que va de la mano
con dicho pueblo: Para ellos, si usted no es judío (según lo que ellos entienden como tal),
no es yisraelita en lo más mínimo, de hecho, también debe ser talmúdico, pues como seguidor
de la Tôrâh tampoco será usted considerado judío ¿Bien tapada la verdad, no es así?

El Judaísmo actual y el rey mâshîaj falso

Este falso mâshîaj argumentará haber reunido a los expatriados, a todos los judíos que acepten
sus términos, y por eso es esta campaña lavadora de cerebros, donde todo lo yisraelita se
corresponde necesariamente con lo judío. Si existiese para ellos la reunión de las tribus
dispersas, para ellos todos son judíos, y deben reconocer el Judaísmo como fe, pero ya
estamos advertidos que esto no es así: Yisrâ’ël es Yisrâ’ël, con dos casas: ‘Efrayim y

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Yehûdâh, y su fe no es la religión Judía, sino la Tôrâh. No hay que dejarse engañar por el
factor de absorción que los rabinos o falsos hebreos han impuesto, es importante en este
proceso, para mantenerse firmes en la identidad y en la ‘emunâh/fidelidad.

Así el Nuevo Orden Mundial que se avecina, reconocerá como yisraelita solo a los judíos que
hay entre las naciones, con su equivocado criterio para discernir las genealogías y demás
atributos que hacen “al ser judío”, y estará todo el mundo bajo este régimen de reglamentos
basados en el Talmud y la Mishná, dividiendo al mundo en: Ben Yisrâ’ël, y ben Noaj. Para ellos
que un ben Noaj pretenda involucrarse con la Tôrâh (al menos como ellos la ven) es muy mal
visto; dicen que “D-is” ha proveído para los hijos de Noaj un camino que son estas “Siete Leyes”
de las que nos hablan.

La pregunta es: ¿Qué pasará con los verdaderos yisraelitas: Gente de la Casa de ‘Efrayim y de
la Casa de Yehûdâh verdaderos, aquellos que han salido de la apostasía de ambas casas, y
también con aquellos extranjeros que abrazan el pacto? Usted no espere ser reconocido como
yisraelita por este sistema perverso que está por llegar a su clímax, por el solo hecho de hacer
conversión como corresponde al ‘Elohîm de Yisrâ’ël, y tener la Tôrâh como base de su fe. Ya
vimos que deberá dar pruebas de judeidad, y de la forma como ellos lo ven, y además deberá
aceptar ese código perverso que es la tôrâh oral, que contradice la Tôrâh Escrita. En última
instancia será usted para ellos un ben Noaj, un noájida, además de “rebelde”.

Así entonces, no probando usted ni en su linaje ni en su fe ser yisraelita, tal cual ellos lo
entienden, debería ser un noájida, lo cual hasta no lo será usted, pues como observante de la
Tôrâh no se lo entenderá ni aceptará, y hasta se le trata/tratará de usurpador y blasfemo. Para
este sistema, creer en Mâshîaj venido hace casi dos mil años es un acto de idolatría, y esto
aunque usted, como yisraelita verdadero ya sepa que Mâshîaj no es una deidad que debe ser
adorada. Pero para ellos, Yehôshua ben Yôsëf ha sido deformado y llevado hacia la
connotación de ídolo (por la labor de Babel, el Cristo Ídolo: Jesús, en la cual están inmiscuidas
muchas ovejas), por tanto de seguro caerán todos en la misma red, como idólatras. Usted será
forzado a aceptar al mâshîaj/mesías que ellos pondrán sobre la silla, seguidor de los enigmas y
misterios del ocultismo y hechicería, mostrados como Judaísmo, tal cual lo evidencia el
emblema de la nación actual.

Está escrito:

Dâni’ël 8:23-24 - “23 Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores
lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. 24
Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y
prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los
qâddôshîm.”

Perseguirá al pueblo de los qâddôshîm, al verdadero Ya’aqôb, bajo argumento de herejía. El

instaurará el gobierno que se viene gestando desde hace miles de años, llevará a su máxima
expresión los esquemas del Talmud, que también lo vemos en los esquemas de la New Age, y
las Organizaciones Secretas.

Así entonces, una vez más, habrán dos grupos: Los judíos que aceptan y practican el Talmud,
que reconocerán a esta persona como su mâshîaj, y por otro los no judíos, no yisraelitas (según
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el criterio de ellos), que también lo aceptarán, y cuya base serán las “Siete Leyes de Noaj”, tal
cual ya vemos, y también en definitiva termina siendo el mismo Talmud su base de fe, pues
toda la reglamentación respecto de ellos está detallada en el Talmud y la Mishná. Según este
tratado de los rabinos, a un noájida no se le permite incursionar en ciertos aspectos de la Tôrâh,
y aclaremos, la “tôrâh” como ellos la ven. Han trazado un verdadero cerco alrededor de este
árbol de vida (Pr. 13:18), que es la instrucción de YHWH. Yehôshua nos mostró como se trata
de pervertidores de la fe, que no solo no entran ellos al Malkhût haShamayim/reino de los
cielos, sino que cierran la puerta a los que van entrando.

Así los qâddôshîm, el pueblo puro y apartado de ‘Elohîm, las casas de Yisrâ’ël y de Yehûdâh,
serán tratados de herejes, de enemigos del sistema que se instaura, perseguidos y
quebrantados, hasta que el retorno de Yehôshua haMâshîaj ponga fin a tamaña maldad.

Pero de ellos serán librados oportunamente:

Yirmeyâhû/Jer. 30:7-9 7 ¡Ah, cuán grande es aquel Yôm [el Yôm de YHWH]!
tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Ya’aqôb [el
verdadero Yisrâ’ël]; pero de ella será librado. 8 En aquel día, dice YHWH
Tzeba’ot, Yo quebraré su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y
extranjeros [dicen ser judíos pero no son + el resto de los pueblos engañados
por ellos] no lo volverán más a poner en servidumbre, 9 sino que servirán a
YHWH su ‘Elohîm y a Dâwid su rey, a quien yo les levantaré [alusión a Mâshîaj].”

Es decir, todo hijo de Ya’aqôb va a ser perseguido por dos razones:

1: Por ser idólatra, adorador (según ellos) de Yehôshua ben Yôsëf, y no aceptar al inicuo que
pondrán a la cabeza del mundo.
2: Por meterse en asuntos de la Tôrâh, de la cual ellos (y según solo ellos) son “los dueños”.

Pero Mâshîaj vino para expiar la iniquidad, eso está escrito, la misma escritura nos testifica
respecto de él:

Dânî’ël 9:24 – “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu

ciudad qôdesh, para terminar la transgresión, y poner fin al pecado, y expiar la
iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir
el Qôdesh haQadashîm.”

Esto se cumplió en el siglo I, y ya no hay posibilidad alguna en un marco de verdad de las

escrituras para que esto se lleve a cabo. Yehôshua ben Yôsëf cumple las profecías.

Aquel yisraelita

En este momento no hay hombre que pueda probar con certeza su ascendencia de las tribus de
Yisrâ’ël, como corresponde; pero ‘Elohîm en Su poder sabe muy bien quienes son, y es fiel a la
hora de cumplir con la promesa de restaurar a Su pueblo. El término de la nueva alianza es
una Tôrâh escrita en el interior de cada miembro, en conocer todos a YHWH (Yirmeyâhû/Jer.
31:31-35). La promesa dada a ‘Abrâhâm se está cumpliendo, y esto se hará por más que los
malvados se hayan propuesto tapar esto a toda costa, por medio de sus agendas perversas y

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mentirosas, y con todo el veneno que hay detrás de su fachada de religiosidad e identidad
supuestamente hebrea.

¡Que mejor forma de reconocer a un yisraelita verdadero, que reconocer los atributos que pone
el Creador en sus corazones! ¿Fieles a la Religión Judía? No amigos, fieles a la Tôrâh, esa es
la fe del pueblo.

No obstante, usted podría ser tratado de antisemita por este tipo de comentarios, todo producto
también de la absorción de identidad de la que hablamos. El desaprobar tajantemente la mal
llamada estrella de Dâwid puede significar ser antisemita para mas de uno. Pero el
antisemitismo es un factor de odio y rechazo que va más allá de toda verdad. Simplemente
clasifica algo con tilde de semita y así es descartado y perseguido. Un ejemplo típico es el caso,
del cambio de los tiempos de parte del Imperio Romano, en pos del rechazo de todo lo semita, y
especialmente yisrelita. A Constantino y sus predecesores religiosos no les importó que la
Tôrâh ordene fechas y tiempos precisos, sino que catalogaron éstas como “costumbres judías”,
y así quedaron en desuso para ellos, o para lo que ellos entendieron como verdadera forma de
culto y espiritualidad para las masas. Así hay una gran diferencia entre rechazar prácticas de
origen (y hasta supuesto) en el mundo semita, por tratarse de iniquidad o meras
costumbres de hombres, a rechazar la Tôrâh que fue dada por medio de semitas, y desde
ellos ser profesada a las naciones ¿No es acaso quién esto hace, no solo un antisemita sino
también un enemigo de ‘Elohîm?

Por tanto una vez más, se evidencia la importancia de conocer la Tôrâh y muchos aspectos
actuales en torno a los pueblos, de manera de discernir correctamente.

Gracias por leer.

AmYisrael.net

Anunciando la nueva alianza de ‘Elohîm

Última actualización: Yôm 3, Jôdêsh 10, Shânâh 5979/
30 de Diciembre de 2008

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