ADOLESCENCIA EN CRISIS

Psicoterapias Vol. 8

Mónica Bustamante, Colombia

Yazmín Ríos-Rodríguez (Pto. Rico)

José R. Rodríguez (Pto. Rico)

Lic. Esther Any Krieger

Lic. Victoria Aloisio

Lic. Sara Sinay-Olstein

Dra. Lic. Leticia E. Luque

RV Ediciones

Autores Varios
I.S.B.N: 9789879060-53-7
Editor: Ricardo Vergara/Ediciones
Título: Adolescencia en crisis
Temática:Psicología - Psicoterapias
Formato: 15, 5 x 22,5
Primera edición: mayo 2008
Coordinación de Producción y Edición: Ricardo Vergara
Te:(005411) 4776-4234
email: ediciones@vergara.net.ar
www.rvediciones.com.ar
Cramer 1853, 7° A (1428) Buenos Aires
Republica Argentina
En Madrid: Victoria Vélez: 625666045
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Todos los derechos reservados.
® Ricardo Vergara, Ediciones
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Permitida la reproducción de los artículos, citando
la fuente.
ADOLESCENCIA EN CRISIS 
Nociones de Adolescencia y su
transformacion en el contexto
psicoterapéutico:
una voz desde el adolecente
y desde la familia.
Monica Bustamante S
Bogotá, Colombia
Este texto busca transmitir los resultados de las re-
flexiones que han emergido de los procesos terapéuticos
con adolescentes, en busca de propiciar una discusión
del proceso terapéutico y de la adolescencia que lleve a
nuevas aproximaciones de la psicoterapia. En ese senti-
do, este escrito no pretende ser una recopilación teórica
en torno a la psicoterapia con jóvenes, tampoco busca
hablar por los jóvenes, o de la experiencia de “ser joven”
o “ser terapeuta” (aunque parte de allí), sino que estable-
ce el debate entre la vivencia de la juventud, sus senti-
dos y significados y las narrativas que sobre el “ser joven”
se evidencian y transforman en el contexto terapéutico,
como estructurar las reflexiones que emergen del proceso
psicoterapéutico. Para iniciar, considero importante tener
en cuenta que:
En primera instancia es fundamental establecer la
esencia de la experiencia terapéutica en el trabajo con
jóvenes, desde donde se reflexiona en este texto. Debo ad-
mitir que considero el trabajo con adolescentes y jóvenes
 Psicoterapias 8
en contextos terapéuticos enriquecedor y de manera per-
sonal lo encuentro apasionante. Las experiencia que tuve
la posibilidad de compartir con un equipo de psicólogos
de distintas aproximaciones teóricas, pero con una pasión
compartida por la juventud; y las múltiples discusiones y
debates emergentes de diversos procesos de aprendiza-
je en trono al proceso psicoterapéutico me han llevado a
profundos interrogantes en torno a lo que significa la ju-
ventud, los jóvenes y al proceso psicoterapéutico con jóve-
nes, en síntesis preguntas por el sentido y el significado
asociado al “Ser Joven “, en el contexto Colombiano.
En segunda instancia es primordial aclarar algunas
aproximaciones al proceso psicoterapéutico, desde donde
emergen las reflexiones que este documento busca debatir
en torno a la juventud. A nivel teórico y desde la pers-
pectiva sistémica constructivista, es posible plantear que
la “esencia” del proceso terapéutico, se debe al encuentro
de dos seres, diferentes. La diferencia, cuando es recono-
cida en una dialogo de iguales (es decir no jerárquico) y
enmarcada en un profundo respeto; permite deconstruir
las certezas. Este encuentro da pie a la incertidumbre, a
la posibilidad de aceptar otras visiones del mundo y a la
reflexión constante ante las experiencias y construcciones
vitales concebidas como opciones.
En el proceso dialogico con jóvenes, emergen varios cues-
tionamientos en torno a la cotidianidad, narrativas marca-
das por las nociones de juventud que se han convertido en
constructos culturales a través de los cuales el joven y su
familia evalúan, significan y dan sentido a las experien-
cias que viven y que corresponden a un espacio temporal
del ciclo vital (Fisher; 1989). Estos constructos culturales,
estas nociones de juventud presentes en el contexto tera-

Equipo de la Universidad de la Salle; Vicerrectoría de Bienestar y De-
sarrollo Humano; Bogota Colombia. (psicólogos y amigos)

Procesos y debates guiados por mentores como la Dra. Ángela Her-
nández, el Dr. Orlando González y Dr. Jairo Estupiñán, personal do-
cente de la Maestría en Psicología Clínica, Universidad Santo Tomas,
Bogota Colombia.
ADOLESCENCIA EN CRISIS 
péutico, se convierten en elementos fundamentales, en la
medida en que son narrativas dominantes a través de las
cuales, son percibidas y evaluadas, las experiencias del
joven y la relación entre el joven su contexto y su familia.
Este texto busca proponer una reflexión en torno a las
posibles transformaciones de las nociones de juventud
desde el contexto psicoterapéutico y sus implicaciones. En
busca de establecer el debate, en la primera parte el do-
cumento recoge la forma como estas nociones de juven-
tud han sido evidenciadas en las narrativas del proceso
psicoterapéutico con jóvenes y sus familias. En segunda
instancia el texto propone algunos de los elementos que
han sido relevantes en las experiencias de transformación
de las nociones de juventud, desde la experiencia psicote-
rapeutica y finalmente propone algunas de las implicacio-
nes que estas transformaciones han tenido en el proceso
terapéutico y algunos interrogantes que emergen en torno
a esta visión de juventud.
Parte I
Las nociones presentes en el
contexto terapeutico
En concordancia con lo planteado por Escobar (2005),
en el proceso psicoterapéutico con jóvenes hay cuatro no-
ciones socialmente construidas sobre la adolescencia que
se hacen evidentes en las narrativas del joven y de la fa-
milia:
La primera noción de adolescencia narra una percep-
ción del adolescente como un sujeto cuya rebeldía y con-
flictividad se explica esencialmente por las características
“naturales” de esta etapa de su momento vital (por ejem-
plo por cambios hormonales o crecimiento corporal que
se supone le des-adaptada socialmente). Este sujeto en
transición (“de niño a adulto”), rebelde y “sin personalidad
definida”, es a su vez imaginado como proclive a la agresi-
 Psicoterapias 8
vidad y a involucrarse en “malas actividades”; es por esto
entonces un sujeto vulnerable a múltiples riesgos, presa
de sus propios instintos y de su incesante búsqueda de
experiencias. Según Escobar (2005) las imágenes de in-
complitud, transitoriedad, conflictividad y vulnerabilidad,
propias de estas nociones, permiten afirmar cierta tenden-
cia a la construcción de una juventud representada como
una condición homogénea, si lo joven se entiende desde
una concepción naturalizada, sus problemáticas así como
las prácticas orientadas a su formación se pueden imagi-
nar como generales, aplicables a todas y todos; elemento
que de manera errada, impide considerar la multiplicidad
de experiencias propias del joven.
La segunda noción de adolescente es aquella del ado-
lescente vulnerable asociado contextualmente a la delin-
cuencia, el consumo de drogas y el embarazo no deseado,
describen al adolescente como sujeto peligroso, portador
de peligro para otros; estoes, según Escobar (2005), al
suponer un sujeto fácilmente influenciable, donde las de-
nominadas “malas compañías” se mencionan como cau-
sa primordial del ingreso juvenil a las redes delictivas y
a pandillas. Noción que centra su narrativa, en la visión
negativa de la adolescencia dejando de lado cualquier po-
sibilidad según la cual el ser “adolescente” pueda ser artí-
fice de su propio destino.
Complementando lo dicho aparece una tercera noción
que plantea Escobar (2005), como sujeto sin saberes, para
referirnos al énfasis que se hace en la educación como for-
madora de un sujeto al cual habría que transmitir el acer-
bo cultural que representa la escuela, en palabras de una
docente, “hacerlo una persona de bien”, y que pareciera
desconocer los saberes propios de la mixtura cultural que
poseen los jóvenes.
Una cuarta y ultima noción es la del joven como sujeto
de derechos, Escobar (2005), que combina dos supuestos:
el que las nuevas generaciones son las más llamadas a
realizar la transformación social (“el cambio está en sus
manos” “son el futuro del país”) y el que tal logro es viable
ADOLESCENCIA EN CRISIS 
esencialmente por su incorporación al modelo de la parti-
cipación ciudadana; esto indica que el reconocimiento de
los derechos es entonces inscrito y casi homologado al de
la participación, esencialmente referida a procurar la opi-
nión de los-las jóvenes.
En todas estas definiciones construidas de adolescen-
cia se identifica, según Escobar (2005), una concepción
transversal donde el adulto es un sujeto acabado y el ado-
lescente un proceso, “así, la supuesta turbulencia propia
de los adolescentes, los riesgos y el aprendizaje darían
paso a una identidad clara y definida, que caracterizaría
las búsquedas del mundo adulto, del ciudadano adulto”.
(Escobar,2005). Se puede afirmar que además de los ad-
jetivos que configuran las imágenes de vulnerabilidad, pe-
ligro, ausencia de saberes, presencia de derechos tanto
jóvenes como adultos revisten a la juventud con algunos
atributos valorados como lo juvenil: libertad de expresión,
espontaneidad, energía, búsqueda de experiencias, vigor,
disfrute, etc. Ser joven es entonces portar los atributos que
en el momento de nuestra sociedad, en la época, se consi-
deran típicos de tal sujeto, e incluso deseables para otras
poblaciones (Serrano & Quintero; 2003).
Estas cuatro construcciones asociadas a la adolescen-
cia, en el contexto psicoterapéutico se convierten en ele-
mentos que marcan las percepciones que tiene el joven en
torno a si mismo y a sus experiencias, asignándole diver-
sos sentidos y significados a su cotidianidad.
Nocion de adolescencia asociada al sistema
relacional: La co-indivdiuacion
La naturalización de estas nociones de adolescencia esta
atravesada por la individuación, que tanto para el adoles-
cente como para la familia se convierte en el indicador
10 Psicoterapias 8
de adultez, que determina el fin de la adolescencia. La
posibilidad que tiene el adolescente de alcanzar esta indi-
viduación, esta sin embrago, permeadad por la idea que
tenga el joven de si mismo y de sus posibilidades. En esta
construcción las nociones como de transición, de vulnera-
bilidad, de peligro y de ausencia de saberes, se convierten
en obstáculos y limitantes, para alcanzar lo que el joven
como la familia consideran marcaría la adultez. Al consi-
derar la adolescencia como un periodo en transito entre
la niñez y la adultez, la adultez, en este caso tanto para el
joven como para la familia, esta asociado a una indepen-
dencia emocional y funcional, opuesta a la dependencia
propia de la niñez.
Las narrativas asociadas a la individuación del adoles-
cente se caracteriza, según Sullivan (1999), por la separa-
ción afectiva del núcleo familiar y la construcción de nue-
vas estructuras afectivas con el grupo de pares, en el que
se busca la identificación y emancipación del sistema fa-
miliar. Esto significa que las relaciones con pares adquie-
ren características prioritarias para el adolescente, emer-
gen nuevas identidades, nuevas narrativas que potencian
distintas alternativas a la realidad, antes limitada a la sola
“emergencia” que nacía del sistema nuclear familiar. Por
otra parte, durante los primeros años de vida, las priorida-
des afectivas están dadas por un alto grado de dependen-
cia emocional y adaptativa que tiene su sentido centrado
dentro del sistema familiar de origen; pero a medida que
este proceso de desarrollo emocional avanza, los estados
de dependencia para la adaptación al ambiente disminu-
yen y aumentan las posibilidades de encontrarse con pa-
res, siendo estas las relaciones que finalmente adquieren
su mayor importancia en la etapa de la adolescencia.
Es allí donde afectivamente se convierten en elementos
indispensables para la co-construcción de la realidad y la
búsqueda de narrativas que permitan a los individuos po-
tenciarse y desarrollarse como seres independientes del
ADOLESCENCIA EN CRISIS 11
contexto familiar. En el proceso terapéutico estos se remite
a narrativas donde el joven y la familia consideran que el
adolescente no esta en capacidad de tomar decisiones y de
asumir las consecuencias de estas decisiones de manera
responsable. Bien sea por las características propias de la
adolescencia o por la relación de estas con las caracterís-
ticas propias de la juventud, a nivel relacional se plantea
que hay una imposibilidad del adolescente de asumir el
mundo. Emergue de esta manera una asociacion entre la
posibilidad del adolescente de tomar decisiones y asumir
las consecuencias de esas decisiones; como pautas que
tanto para el joven como para la familia marcan el fin de
la niñez y del periodo de la adolescencia cocebido como un
peridodo de transicion. Esta nocion se traduce en térmi-
nos de las valoraciones y expectativas que tiene el joven
y la familia, en torno a la posibilidad que puede tener
el adolescente de ser independiente; a nivel funcional se
cuestiona el papel del joven en el contexto familiar y la po-
sibilidad del adolscente de ser responsable de si mismo a
nivel social, a nivel economico o incluso de poder construir
una familia nuclear, es decir se asume que el adolscente
no sabe que quiere o que es lo mejor para su presente y
futuro; por otro lado a nivel emocional se cuestiona la
posibilidad del joven de ser responsable por sus realciones
amorosas, por el manejo de su sexuallidad, por la confron-
tacion o cercania con pares y por tanto se presume el joven
corre el riesgo de ser vulnerable a asumir el pensamiento
de otros. Asociad a la idea de vulnerabilidad, se plantea
que hay una inmadurez emocional, que impide que el ado-
lescente sienta un “verdadero amor” tanto en la narrativas
del joven como en aquella del contexto familiar.
Sin embargo en el contexto terapeutico, estas narrativas
aunque dominates, no son unica ni absolutas. El joven
tambien se aproxima a su contexto en términos positivos,
en algunas ocasiones relacionando especificamente algun
acontecimiento de su pasado, una decisión que haya te-
nido frente a una experiencia en particular como poitiva
12 Psicoterapias 8
y existosa. En la mayoria de los casos esta narrativa es
atagonica a aquella que tiene el sistema familiar, ya sea
frente al adolescente o a la decision que este asumio en
su contexto. El antangonismo, llega incluso a cuestionar
la cosmovision del sistema familiar y sus valoraciones del
contexto social. Cuando este antagonismo esta relaciona-
do con nociones negativas de la adolsecencia, como aque-
lla que considera al joven como vunerable; se genera en el
adolsecente un sentimiento de “impotencia” frente al con-
texto asociado a”culpa” a la “rabia” o a un gran “tristeza”.
Es fundamental como lo establece Gammer y Cabie
(2000), que no existe un único rol social o una única na-
rrativa de identidad; sin embargo como nacen dentro de
un contexto relacional, son narrativas que incluyen un
ideal, una norma del “deber ser” que ha sido construida a
lo largo de las generaciones y que el sistema en su orga-
nización y en la búsqueda del equilibrio. La ruptura en el
mantenimiento del sistema suscita un conflicto, una crisis
que hace que los roles a través de los cuales la familia se
está relacionando, deban ser reconfigurados e igualmen-
te las narrativas de vida, el sentido de la experiencia y el
significado del sistema tengan que ser reconstruidos. Una
negociación que incluye (en términos de independencia) la
necesidad de reconocer en el otro una potencial realidad,
una decisión y el respeto de la alteridad, empiezan a ser
parte de la relación entre el joven y su familia.
ADOLESCENCIA EN CRISIS 13
Desde la psicoterapia la co-individuación se evidencia
el proceso de negociación de las narrativas y la construc-
ción de nuevos sentidos de vida, transforman los patrones
relacionales en la que el joven empieza a ser considerado
como generador y posible constructor de una realidad que
va más allá del sistema familiar pero que tiene la misma
validez o que produzca una posible alternativa viable.
Parte II
Transfromacion narrativa en la psicoterapia
A nivel inidvidual
En el ámbito psicoterapéutico es posible identificar cua-
tro elementos que permiten una aproximación analítica
al discurso; aunque estos elementos no son únicos, su
aproximación desde la propuesta constructivista, permite
analizar las transformaciones presentes en las narrativas
durante de los procesos terapéuticos primero como análi-
sis de estructuras temáticas narrativas y en segundo lugar
análisis dialógico conversacional (Lavanderos y Malparti-
da 2001):
La narrativa dominante planteada por Hayden White
(1980), hace referencia a una lectura y significación de la
realidad, propia del contexto cultural; esto significa que
hay una “historia compartida”.

De manera paralela, la antropología considera que esta transformación
del rol social es un elemento que permite identificar el inicio y fin de la
adolescencia, debido a que tradicionalmente la adolescencia ha tenido en
Occidente una definición funciona; es decir, se plantea que el adolescente
deja de serlo cuando ha llegado a tener, además de unas características
biológicas, una independencia económica, unos derechos de ciudadanía
y la posibilidad de potenciar la generación de un nuevo sistema familiar
(rol filial).

Análisis Narrativo, establecido por la propuesta de intervención- investiga-
ción narrativa; Dr. Orlando González; 2006
14 Psicoterapias 8
La narrativa alterna es un elemento que emerge dentro
de las narrativas y que involucra esas “desviaciones” de la
misma a una lectura que no corresponde a aquella repar-
tida por la red cultural, pero que nace como alternativa a
ésta.
Los acontecimientos, como aquellos elementos en los
cuales se describen través del código semiótico las expe-
riencias relacionales que han sido parte de la vida.
La experiencia se deriva de los acontecimientos, pero
es un elemento narrativo diferente, en la medida en que
se convierte en una interpretación de los mismos; es la
significación que un ser le da a un evento, y aquello que
es relevante para su aprendizaje. La forma como este se
relaciona, ya sea con la historia o con la memoria, son la
evidencia de estos cuatro elementos semióticos dentro de
la narrativa, los cuales permiten a nivel investigativo e in-
terventivo una aproximación a la psicoterapia y a la forma
como ésta resignifica los sentidos y las relaciones en un
proceso transformativo.
Teniendo en cuenta que psicoterapia es un proceso,
es posible también plantear que la transformación de las
narrativas asociadas a la adolescencia sucede en el trans-
curso de todo el proceso terapéutico.
Las narrativas percibidas en las sesiones iniciales del
proceso terapéutico con jóvenes comparten las siguientes
características:
a. Se originan en la significación de algunos aconteci-
mientos considerados por el adolescente como negativos.
b. Estos acontecimientos para los adolescentes se ven
asociados a experiencias negativas con sentimientos de
tristeza, rabia, comportamientos agresivos y una creciente
perspectiva de fracaso.
c. Las historias o narrativas dominantes que surgen
de estos relatos, en todos los casos se muestran vincula-
das a la definición de la adolescencia como una etapa de
transición, de continua rebeldía, irresponsabilidad y con
la creciente imposibilidad del adolescente (desde la narra-
ADOLESCENCIA EN CRISIS 15
tiva del adolescente mismo, como de sus padres) de tomar
decisiones en la vida y asumir sus consecuencias.
La transformación de estas narrativas dominantes nace
en la medida en que las narrativas alternas se convierten
en narrativas dominantes. En estos procesos terapéuticos
con jóvenes, la narrativa alterna brota de una necesidad
conceptual o lógica del adolescente de narrarse de forma
diferente (es decir como un ser responsable, capaz de asu-
mir y tomar decisiones). A través de la resignificación de los
acontecimientos, en algunos casos acompañado o asocia-
do a la connotación positiva, que permite que se reflexio-
ne en torno a la experiencia propia de un acontecimiento
determinado. El acontecimiento no cambia y de hecho lo
comparten tanto el adolescente como su familia; sin em-
bargo la experiencia y el papel o rol del adolescente en ese
acontecimiento se transforma. Dado que la resignificación
está asociada con pensamientos positivos, aprendizajes,
mecanismos de afrontamiento o “poder de decisión” en un
momento determinado; el adolescente empieza a narrarse
de una manera diferente. Su definición en todos los casos
es diferente, aunque hay elementos que se mantienen, pri-
ma la necesidad del adolescente de definirse en términos
de un ser capaz de tomar decisiones y de asumir la conse-
cuencias de sus actos.
En la medida en que los acontecimientos son asociados
a experiencias positivas, en las sesiones intermedias y fi-
nales; el joven empieza a considerar las narrativas domi-
nantes, en este caso negativas asociadas a la adolescencia,
como nociones que no permiten significar adecuadamente
los acontecimientos vitales de los que ha experimentado
en el pasado o que puede llegar a experimentar en el futu-
ro. Las narrativas alternativas, que en este caso contem-
plan una visión positiva de la adolescencia, en particular
la posibilidad de ser “capaces” de tomar decisiones y de
responsabilizarse frente a estas decisiones, empiezan a
ser nuevos filtros para significar acontecimientos pasados.
Esta nueva significación, se genera también una nueva
16 Psicoterapias 8 ADOLESCENCIA EN CRISIS 17

experiencia, en torno al pasado. Una vez el adolescente dialogico, a nivel semántico, las metáforas permiten que
siente que en su pasado antes acontecimientos negativos los consultantes hablen de sus emociones y sensaciones
las decisiones que tomo fueron las adecuadas, o que res- más libremente, pero es el parafraseo, cuando se refiere a
ponden a una condición, necesidad o sentimiento particu- una narrativa dominante o experiencia, el que posibilita a
lar que le a permitido adatarse a un entorno determina- través de las preguntas, una reflexión en el consultante en
do (posiblemente hostil); esto permite que el adolescente torno su posición ante las narrativas tanto propias como
empiece a sentirse o considerarse capacitado para asumir del sistema familiar. Siempre que se llega a una resignifica-
un futuro incierto. Esta noción de capacidad potencia las ción es porque el psicoterapeuta se mantiene en el mismo
narrativas alternativas (en este caso nociones positivas nivel lingüístico del consultante, su transición está dada
de adolescencia) como prioritarias, frente a las narrativas por medio de preguntas o a través de la resignificación de
dominantes en la mayoría de los casos compartidas con experiencias en posibles narrativas alternativas.
el sistema familiar. Al considerarse a la adolescencia y al
adolescente en términos positivos y no negativos, el indivi-
A nivel relacional
duo adquiere nuevas formas de entender su contexto y de
asignar sentido a su realidad, narrativas que no dependen
Gammer y Cabie (2000) establecen que en a nivel rela-
únicamente del estado del ciclo vital en el cual se en-
cional las narrativas en torno a la adolsecencia en el con-
cuentra el individuo. Aunque la narrativa de capacidad de
texto terapeutico se hacen evidentes en las valoracionesy
tomar decisiones y de asumir consecuencias, es relevante
expectativas que narra tanto el joven como su familia, en
tanto para el joven como para la familia, para cada uno
torno a los vinculos emocinales y funcionales dentro del
tienen un sentido diferente. Para el joven es la posibilidad
sistema familiar.
de ser independiente, mientras que para la familia se con-
En primera instancia en términos de las valoraciones y
vierte en un indicador de madurez y por tanto de fin de la
expectativas que tiene el joven y la familia, en torno a la
adolescencia. Es fundamental establecer que en las narra-
posibilidad que puede tener el adolescente de ser indepen-
tivas del adolescente, este nunca busca la madurez como
diente, a nivel funcional se cuestiona el papel del joven en
meta final, no quiere ser adulto o no establece que esta sea
el contexto familiar, y a nivel emocional se cuestiona la per-
una de sus prioridades.
tenencia de éste al contexto de acuerdo a la existencia, de
acuerdos o desacuerdos con el sistema. Cuando se ve en el
Frente al papel del terapeuta en el proceso psicotera-
contexto terapeutico un antaginismo en las valoraciones
péutico para que se de esta transformación; desde lo vi-
y expectativas que tiene el joven y la familia tanto a nivel
venciado, es fundamental que el terapeuta reconozca el
funcional como a nivel emocional, se genera en el joven un
lenguaje desde donde habla el consultante, si la estructu-
sentimiento de “impotencia” frente al conexto asociado a
ra lingüística hace referencia a un acontecimiento, el psi-
”culpa” cuando asume una posicion que tanto emocional
coterapeuta responde asociado al acontecimiento o a la
cono funcionalmente se convierte en antagonista ante el
experiencia; no obstante, no hace referencia a una historia
sistema familiar. Estas narrativas , presentes en las se-
o memoria específica a menos que el consultante prime-
siones iniciales, usulmente estan asociadas a nociones
ro desarrolle un acercamiento a ésta a través de la expe-
negativas de la adolescencia y del adolescente en si. En la
riencia de un acontecimiento específico. Para un cambio
medida en que los acontecimeintos son resignificados y en
18 Psicoterapias 8
la medida en que las experiencias cambian, las narrativas
alternativas se postencian y con ella se empiezan a re-eva-
luar los sentiientos de incapacidad y culpabilidad ante el
antagonismo con el sistema familia. En la medida en que
estas experiencias cambian, las narrativas del adolescen-
te frente a si mismo, sus expectativas y su valoraciones,
pasan de ser negativas a ser positivas, pero aun mas pa-
san de ser colectivas, es decir de tener como referencia las
narrativas en términos de valoraciones o expetativas que
tiene el sistema familiar del adolescente a una narrativa
que prioriza unas valoraziones o expectativas indivdiuales
(que pueden o no ser concodantes con el sistema famiiar).
Esta prioridad desde los inidvidual da al adolescnete la po-
sibilidad de ser anatgonico con el sistema familiar, y no
cuestionar en términos de este antagonismo sus vinculos
emocionales o funcionales. En la medida en que las expe-
tativas y valoraciones del adolescente empiezan a emerger
desde su indivdiualidad y no asume la posicion del co-
lectivo como unica y verdadera; se hace posible redefnir
en términos temporales, tanto el pasado como el futuro;
es decir las capcidad de individuo de tomar decisiones y
asumirla las consecuencias de esas decisiones, se hace
viable; en especial cuando estas decisiones son pueden
o no ser antagonicas al sistema familiar. Usualmente un
vez es identificada la narrativa alternativa en el consul-
tante, esté la narra y la asocia con un acontecimiento que
le permite hallarle sentido a sus vivencias de una manera
diferente y potenciar sus capacidades y cualidades en tro-
no al futuro.
Parte III
Conclusiones
En particular este trabajo hace énfasis en el papel con-
textual, donde los sentidos y significados asociados a la
“adolescencia” emergen de una red cultural de sentido; o
sea que existe una red habilitada para el cambio, donde la
ADOLESCENCIA EN CRISIS 19
realidad se construye mediante el diálogo y en el que la re-
definición de las experiencias y acontecimientos hace po-
sible la aparición de nuevas narrativas de vida, narrativas
alternativas a la narrativa dominante y además estimula
el surgimiento en general de una “juventud” capaz de ser
activa y constructora de su propia realidad, de su propia
definición y, por tanto, de sus relaciones.
Se plantea en este documento al psicoterapeuta un
cuestionamiento sobre la existencia de las nociones de
adolescencia y la forma como estos patrones culturales
pueden limitar las relaciones en el sistema familiar. A nivel
interventivo, se resaltan algunos elementos:
La idea según la cual las narrativas dominantes y las
narrativas alternativas contienen valoraciones y expecta-
tivas sobre el mundo, que se derivan lingüísticamente del
diálogo del recuento de algunos acontecimientos y sus
experiencias.
Al resignificar una narrativa dominante, esta es asi-
milada por el consultante mediante la resignificación de
experiencias y en algunas ocasiones es asociada con los
acontecimientos.
La psicoterapia y su rol transformador es un proceso di-
námico, cuyos resultados están ligados con las decisiones
del consultante y del terapeuta, no con la adquisición de
patrones de madurez o contextos culturales vinculados a
la adultez de manera específica. La búsqueda de la adultez
o madurez es un elemento que está asociado a los adultos,
al sistema familiar y en algunos casos al terapeuta, pero
en ningún proceso es una necesidad del joven.
Esta propuesta se enmarca en la teoría de la compleji-
dad (Morin, 2001). Desde esta perspectiva, la “Juventud” se
convierte en una “emergencia”; una noción que nace de las
relaciones culturales y que como tal supera las caracterís-
ticas descriptivas tanto biológicas como comportamenta-
les. No existe una “juventud” sino múltiples nociones aso-
ciadas a experiencias vitales y a contextos determinados.
En la medida en que cambian las nociones de juventud,
20 Psicoterapias 8 ADOLESCENCIA EN CRISIS 21

presentes en el contexto psicoterapéutico, se hace posible • Morin, Edgar. 2001 (1999). La mente bien ordenada. Barcelona: Seix
que el joven signifique de manera diferente sus experien- Barral Los Tres Mundos.
cias y de sentidos distintos a las posibilidades frente a si • Serrano, José Fernando; Quintero, Fernando, et al, (2003) Saber
joven: Miradas a la juventud bogotana 1990-2000, DIUC- DAAC, Bo-
mismo y al entrono.
gotá-Colombia
Algunos elementos que no han sido analizados y que • Sullivan, M. (1999) La adolescencia, editoria Paidos
seria fundamental tener en consideración son: • White, M., & Epston, D. (1980). Narrative means to therapeutic ends.
En primera instancia el papel del genero en la cons- Adelaide: Dulwich Centre Publications.
trucción de las nociones de adolescencia desde el joven y
desde la familia.
En segunda instancia, el hecho de que la noción de ado-
Mónica Bustamente, Colombia
lescencia se transforme de negativa a positiva, pero no se
da una de-construcción o una transformación de la narra-
tiva de adolescencia. Psicóloga y Antropóloga, Universidad de los Andes, Bogota Colombia.
Master en psicología clínica, Universidad Santo Tomas, Bogota Colom-
Este elemento genera múltiples interrogantes ante la re- bia; Candidata a doctorado en Educación con énfasis en Mediación Pe-
lación entre la construcción vital cultural y la posibilidad dagógica, Universidad de la Salle Costa Rica; estudios en maestría en
que tiene el ser humano de transformarla. Ciencias Sociales con énfasis en Antropología, Facultad Latino Ameri-
Uno de los principales interrogantes que surgen de este cana de Ciencias Sociales (FLACSO) Quito, Ecuador
recuento esta en considerar que ni los patrones biológi- E-mail: 0824monica@gmail.com
cos, ni los patrones culturales son determinantes de la
humanidad, ni en un ciclo vital, ni en los procesos que ex-
perimentamos diariamente en nuestra relación con otros;
es el ser humano el que determina, construye, significa y
resignifica su vivencia.

Bibliografía
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22 Psicoterapias 8
La bulimia nerviosa en atletas
versus no-atletas de dos recintos
universitarios en Puerto Rico
Yazmín Ríos-Rodríguez, Psy.D, CPPF, CPAS*
José R. Rodríguez, MD, MPH, PhD, FAAETS**
Resumen
Se presenta un estudio el cual identifica síntomas aso-
ciados a bulimia nervosa (BN) entre atletas y no atletas de
dos universidades de Puerto Rico. La prevalencia identi-
ficada de la BN en Puerto Rico se encuentra entre 1 a 3%
en población adulta. Nuestro estudio utilizó una muestra
de 565 sujetos universitarios de ambos géneros seleccio-
nados por disponibilidad de los cuales se identificaron: 96
atletas y 499 no atletas, a los cuales se le administro dos
instrumentos; el BULIT-R, una escala que ayuda a diag-
nosticar síntomas de desordenes alimentarios de acuer-
do al DSM-IV-TR, y el CES-D, una escala de cernimiento
de depresión mundialmente utilizada. Se encontró que la
consistencia interna del BULIT-R y del CES-D fue adecua-
da según la psicometría realizada (i. e., alfa de Cronbach =
0.91 y 0.94, respectivamente) por lo cual recomendamos
su uso en población puertorriqueña. En términos de la
muestra total el 8% de ésta presentó sintomatología de BN
según el BULIT-R. Se encontró que el 16 % de mujeres
atletas en la muestra presentó sintomatología relaciona-
da a BN. Se evidencia una correlación moderada baja, (r=
0.299) según Champion (1981), entre bulimia y depresión.
ADOLESCENCIA EN CRISIS 23
Sugerimos que se explore más profundamente dicha co-
rrelación en futuros estudios.
Palabras claves: atletas puertorriqueños, bulimia nervo-
sa, depresión, universitarios
Keywords: Puerto Rican athletes, bulimia nervosa, de-
pression, universities
Introducción
El concepto de bulimia nervosa (BN) ha sido definido
desde diferentes perspectivas. Actualmente, BN como pro-
blema social es ampliamente reconocido. Sin embargo, la
prevalencia real de BN no puede determinarse ya que la
mayoría de los casos no son informados. En Puerto Rico,
al igual que en muchos otros países, los datos estadísti-
cos al respecto son limitados (Ríos, 2004). Sin embargo,
tenemos que reconocer que los síntomas y consecuencias
de BN varían según la etapa de desarrollo físico, cognosci-
tivo y emocional de la persona, por lo que requerimos sea
explorada la condición en forma más exhaustiva según la
etapa de desarrollo en que se encuentra el sujeto.
Marco conceptual
Los/as profesionales de salud mental realizan diagnós-
ticos basados en evaluaciones de los síntomas asociados
a las enfermedades como la anorexia nervosa (AN) y BN.
Para propósito de este estudio se define la BN de acuerdo
al DSM-IV-TR (Diagnostic and Statistical Manual of Men-
tal Disorders, Revised Fourth edition)(APA, 2000). La BN
incluye la presencia de: (1) episodios recurrentes de in-
gesta voraz, (2) comportamiento compensatorio inapropia-
do recurrente como método de pérdida de peso (vómitos
auto-inducidos; mal uso de laxantes, diuréticos, enemas,
24 Psicoterapias 8 ADOLESCENCIA EN CRISIS 25

u otros medicamentos; ayunas; o ejercicio excesivo) y (3) definitivamente, repercutirá en beneficio terapéutico para
disturbio de imagen corporal o una preocupación persis- el paciente.
tente o excesiva con la forma y el tamaño del cuerpo. Un
Tabla 1
episodio de ingesta voraz se caracteriza por las siguientes:
Síntomas conductuales, psicológicos
(1) comer, durante periodos cortos de tiempo una cantidad
y fisiológicos de BN
de comida que es más grande de lo que la mayoría de las
personas comerían durante un periodo de tiempo y bajo
circunstancias similares, y por (2) un sentido de pérdida Síntomas conductuales Síntomas psicológicos Síntomas fisiológicos
del control sobre el comer durante el episodio. Además, la
1. 90% de los pacientes 1. Represión de sentimientos, 1. Funcionamiento menstrual:
ingesta voraz y el comportamiento compensatorio inapro-
tienen peso normal especial coraje Amenorrea, Periodos
piado ocurren por lo menos dos veces en semana por un
2. Atracones de comidas 2. Depresión y/o Ansiedad Irregulares
periodo de tiempo de 3 meses. 3. Métodos purgativos: 3. Obsesión: Comida, Peso 2. Deshidratación: Piel seca,
Existen varias perspectivas que tratan de ampliar el Vomitar, uso de y Apariencia Física uñas débiles y/o
concepto de la BN. Algunas de las perspectivas son: bio- Laxantes, 4. Relaciones Superficiales orquetillas,
lógica, psicológica y socio-cultural. Este estudio parte de Abuso de sustancias: del yo desmayo, mareos y sed
una perspectiva socio-cultural de la BN. La perspectiva Anfetaminas, Drogas, 5. Baja autoestima constante
sostiene que hay un impacto de factores socioculturales Alcohol 6. Hipersensibilidad 3. Problemas dentales
en la manifestación y significación de los desórdenes men- 4. Abuso cafeína 4. Problemas digestivos
tales (Scheff, 1966). De acuerdo a Scheff (1966) los mo- 5. Intento suicida 5. Fatiga
delos que explican la enfermedad sin tomar en considera- Diuréticos 6. Catarro mayor frecuencia
ción la cultura, no han podido conceptualizar ni intervenir 7. Músculos contraídos
adecuadamente con los desórdenes mentales. De acuerdo
a la perspectiva sociocultural, se considera que los des-
Las féminas con BN presentan irregularidades en su ci-
órdenes ingestivos han aumentado dramáticamente por-
clo menstrual y amenorrea (Crisp, 1981; Johnson et al.,
que la imagen corporal y las conductas ingestivas están Distribución
1982; Lacey, 1983; Pyle de los/asRusell,
et al., 1981; Root, 1983;
impactadas por visiones socioculturales sobre la belleza
física y el cuerpo gallardo. Para Schwatz, Thompson y participantes
1979; Weiss y Ebert, 1983; Giannini y por Género
Slaby, 1993; Kowal-
ski, 2003; Thurman, 2003).
ATLETAS
Johnson (1982) el interés cultural por el peso y las dietas
No obstante, según opinión de muchos psiquiatras, las
esta asociado al aumento en la incidencia de la Anorexia 34%
consultas por trastornos bulímicos son cada vez más fre-
y la Bulimia.
cuentes (Guillemot y Laxenaire, 1994). NO-ATLETAS
Algunas investi-
Los síntomas de BN incluyen síntomas conductuales,
gaciones que exploran de nuevo el tema llegan a la con-
psicológicos y fisiológicos (Root, Fallon y Friedrich, 1986).
clusión de que existe una 66% prevalencia general entre el 4
La Tabla 1 presenta los múltiples síntomas (Greenhill,
y 8 % en las mujeres, lo que podría 75% incluir variaciones
25%
2003), comúnmente reconocidos en la patología. Se ha de
(Thompson, 1996; Guillemot y Laxenaire, 1994). En tér-
Hombres
notar la multivariedad y complejidad de dichos síntomas,
minos epidemiológicos
Mujeres se ha informado prevalencias de BN
lo que hace necesario que el clínico se familiarice con es-
que fluctúan entre 1 y 3 porciento en las mujeres jóvenes y
tos para lograr un rápido y certero diagnostico. Lo anterior
adolescentes en los siguientes países: Estados Unidos, Ca-
26 Psicoterapias 8
nadá, Europa, Australia, Japón, Nueva Zelandia y Africa
del Sur. Los estudios de prevalencia de BN se han llevado
a cabo primordialmente utilizando muestras de estudian-
tes universitarias. Los estudios de Rasic y Muni-Brander
(1988) proponen que la mayoría de los casos reportados de
BN están entre los grupos de personas cuyas edades fluc-
túan entre los 20 y 30 años de edad. Lamentablemente,
los estudios realizados en Puerto Rico, en donde se identi-
fica la prevalencia de desórdenes ingestivos son bien pocos
(Santos, 1996). Uno de los estudios refleja que la preva-
lencia en la isla es de 3.8% para mujeres universitarias
(Lebrón y Reyes, 1993). En el estudio realizado por Santos
(1996), se encontró una prevalencia de 1.8% para mujeres
de áreas de escasos recursos utilizando la misma escala de
auto-informe. Ríos (1998) encontró una prevalencia de BN
de 17% en un estudio piloto de atletas universitarias. Este
estudio concluye que debido a las demandas que exige al-
gunos deportes, las atletas buscan las alternativas para
no ganar peso y entre éstas se encuentran las conductas
bulímicas. Marín (2003) encontró que el 13% de las atle-
tas de alto rendimiento de Equipos Nacionales de Puerto
Rico presentaron conducta relacionada a BN.
Comorbilidad
Los desórdenes de ingestión de alimentos se han aso-
ciado a distintas variables. En un estudio realizado por
Fornari, Sandberg, Lachenmeyer, Cohen, Matthews &
Montero (1989), se sugiere que la variación estacional de
síntomas en pacientes de BN se parecen más a los sínto-
mas de pacientes con Desórdenes Estacionales Afectivos
(DEA) que a los síntomas de pacientes de Anorexia Nervo-
sa (AN) y aquellos con ausencia de psicopatología. Cabe
la posibilidad de que algunos pacientes de DEA adicional-
mente tengan BN y que algunos pacientes de BN estén
sujetos a variaciones estacionales en síntomas afectivos e
ingestivos (Altemus et al., 1995; Halmi et al., 1981; Levy,
ADOLESCENCIA EN CRISIS 27
Dixon y Stern, 1989; Miller, Mcluskey e Irving, 1993; Vera
et al., 1991). Existe una relación entre las características
de síntomas estacionales de bulímicos diagnosticados con
desórdenes afectivos de por vida y los síntomas estaciona-
les de personas con DEA en que las variaciones estaciona-
les a su vez afectan comportamiento ingestivo.
Han sido varios los estudios que han encontrado una
correlación de desórdenes ingestivo y la sintomatología de-
presiva. En los estudios de Feighner, Viesselman & Roig
(1995), estos encontraron que 79% de sus pacientes bulí-
micos presentaban sintomatología depresiva.
Thackway, Smith, Bodfish & Meyer (1993) realizaron
un estudio para comparar intervenciones conductuales
y cognoscitivas-conductuales para BN en medidas de re-
sultados conductuales y psicológicos. Encontraron que
las intervenciones cognoscitivas-conductuales eran más
efectivas que las conductuales exclusivamente. Fairburn
(2003) realizó un estudio de 102 pacientes diagnosticados
con BN utilizando un enfoque cognoscitivo-conductual,
cuál se le dio seguimiento por cinco años, lo que concluye
que la BN tiene predictores de persistencia. Hiller & Zau-
dig (1989), realizaron una investigación para evaluar si la
comorbilidad de desórdenes ingestivos es comparable con
la comorbilidad de desórdenes depresivos. Se encontró
que los patrones de comorbilidad entre los desórdenes
ingestivos y los desórdenes depresivos no estaban relacio-
nados unos con otros. Se ha reportado por algunos inves-
tigadores una relación entre, identificación con el rol social
de atletas, y una reacción depresiva a un evento relevante
negativo (i.e., lesión atlética) (Brewer, 1993; Enns et al.,
1987; Fornari et al. 1989). Dichos estudios demostraron
la vulnerabilidad específica a la depresión más allá de fac-
tores de personalidad a identificación con roles sociales
por parte de los atletas.
Lebrón y Reyes (1993), realizaron un estudio donde se
examinó predictores de tratamientos psicológicos a cor-
to plazo para bulimia nervosa. Se encontró que sólo el
grado de preocupación sobre forma, peso y nivel de au-
28 Psicoterapias 8 ADOLESCENCIA EN CRISIS 29

toestima eran predictores significativos de los resultados. con investigaciones previas, reflejando que los problemas
Siever (1994) investigó las creencias sobre la importancia alimentarios ocurren con mayor frecuencia en atletas que
de atractivo físico, satisfacción con el cuerpo y actitudes y practican deportes donde se fomenta ser delgado/a. Este
comportamiento ingestivo en muestras representativas de estudio identificó varios factores de riesgo y factores deter-
lesbianas, hombres homosexuales y mujeres heterosexua- minantes para el desarrollo de desórdenes alimentarios en
les. Él encontró que las diferencias en la satisfacción con atletas. Algunos de estos factores es el sentirse presiona-
el cuerpo entre lesbianas, hombres homosexuales y muje- do ante una competencia y recurrir a laxantes, diuréticos
res y hombres heterosexuales, fueron altamente significa- y hasta inducirse el vómito, para mantener el peso ideal.}
tivos. Por ejemplo, las mujeres heterosexuales y hombres
homosexuales se preocupan más por su belleza física.
Tratamiento cognoscitivo conductual para BN
Siever (1994) fundamenta su hipótesis sugiriendo que las
mujeres heterosexuales, a causa de ser consideradas ob-
La terapia cognoscitiva-conductual (TCC) es considera-
jetos sexuales de parte de los hombres, demuestran una
da como una adecuada para intervenir con estos tipos de
serie de creencias más fuertes sobre la importancia de su
pacientes. La TCC para BN se compone de los siguientes
propio atractivo físico, mayor insatisfacción con sus cuer-
componentes: (1) construir enlace terapéutico, (2) estable-
pos y la mayor frecuencia de actitudes y comportamientos
cer el rol del paciente como un colaborador activo, (3) me-
de desórdenes ingestivos. Hombres homosexuales se pa-
dir los patrones alimentarios, (4) orientar al paciente del
recen más en estas características a mujeres heterosexua-
modelo de la terapia cognoscitiva-conductual, (5) educar
les que a hombres heterosexuales. Lesbianas y hombres
al paciente de la importancia de las asignaciones en la
heterosexuales le darán menos énfasis a estas variables
terapia cognoscitiva-conductual, (6) establecer los proce-
según Siever (1994).
dimientos de monitoreo de comida y peso, (7) eliminar las

dietas y hacer un patrón normal de comer a través del día,
Estudios con atletas (8) desarrollar estrategias y alternativas para los atraco-
nes de comidas y los métodos de purgación, (9) aprender
Szymanski y Chrisler (1991) encontraron que los atletas destrezas de imaginería y técnicas de relajación, (10) mo-
obtuvieron puntuaciones significativamente más altas que dificar asunciones acerca de la sobre evaluación de peso y
los no atletas en las ocho subescalas de Bulimia del Ea- forma, y (11) proveer información psicoeducativa a pacien-
ting Disorder Inventory (EDI) que indican la existencia de tes (Pike, Loeb y Vitousek, 1995).
comportamientos y actitudes patológicas. Este es un in-
ventario de 64 reactivos originalmente diseñado por para
Preguntas de Investigación
medir rasgos psicológicos y conductuales que se encuen-
tran en anoréxicos y bulímicos con un alto índice de con-
En nuestra investigación decidimos tratar de contestar
fiabilidad. En el estudio se observó que las mujeres atletas
las siguientes preguntas:
obtuvieron puntuaciones más altas que los hombres atle-
tas. Esta diferencia se puede deber a la presión cultural
de la mujer para que sea delgada (Booth, 1989). Sund-
got-Borgen (1994) realizó un estudio el cual fue consono
 4. Abuso cafeína 4. Problemas digestivos
5. Intento suicida 5. Fatiga
Diuréticos 6. Catarro mayor frecuencia
30 Psicoterapias 8 ADOLESCENCIA EN CRISIS 31
7. Músculos contraídos
1. ¿Cuales son los síntomas relacionados a la Bulimia Figura 1
Nervosa que presentan los estudiantes universitarios atle-
tas vs. no-atletas?
2. ¿Existen diferencias estadísticamente significativas a
un nivel p<.05 en síntomas relacionados a la Bulimia Ner- Distribución de los/as
vosa que presentan universitarios atletas vs. no-atletas?
3. ¿Existen diferencias por género en las conductas re- participantes por Género
lacionadas a la Bulimia Nervosa que presentan estudian- ATLETAS
tes atletas vs. no-atletas?
34%
4. ¿Existe relación entre las conductas asociadas a la
Bulimia Nervosa y sintomatología depresiva en estudian- NO-ATLETAS
tes universitarios atletas vs. no-atletas?

66%
75% 25%
Método
Hombres

Participaron 565 sujetos; 96 atletas, 499 no-atletas de Mujeres

dos recintos universitarios en Puerto Rico. La muestra fue
seleccionada por disponibilidad. La distribución por géne-
ro se muestra en la Figura 1 entre atletas y no-atletas. Se
utilizaron los siguientes instrumentos: 1) Cuestionario de
Información Sociodemográfica (CISD), 2) Prueba de Buli-
mia- (BULIT-R-1993) y 3) Escala del Centro de Estudios
Epidemiológicos para la Depresión (CES-D). Las pruebas
BULIT-R y la CES-D se encuentran ampliamente utiliza-
das en población puertorriqueña, demostrando consisten-
cia interna y adecuados índices de validación (Rodríguez,
2002).
Procedimiento
Se contactaron directores de Departamentos, profesores
y adiestradores de dos recintos universitarios. Se solicitó
la autorización de los/as participantes mediante una hoja
de consentimiento guardando los criterios éticos de buena
practica de investigación. Los instrumentos se adminis-
traron de forma grupa, pero manteniendo la confidencia-
lidad, en los salones de clases y en las áreas de práctica.
Se comprometió con los/as participantes de informarle los
resultados si así lo solicitaban.

Resultados
En nuestro estudio el 8% de la muestra total presentó
conductas asociadas a la Bulimia Nervosa. De igual forma
se encontró que 17% del grupo atletas presentó conduc-
tas relacionadas a bulimia nervosa (ver figura 2). De este
32 Psicoterapias 8 ADOLESCENCIA EN CRISIS 33

17%, se identificó en las mujeres atletas una mayor preva- Figura 3

lencia de sintomatología bulímica (94%) en comparación
a los hombres atletas (6%). En el grupo de no-atletas solo Ausencia y Presencia de sintomas
el 6% presentó
Ausencia sintomatología
y Presencia de BN.
de sintomas asociados a la Bulimia por grupo y género
En términos de depresión, el grupo de atletas presen-
asociados a la Bulimia por grupo y género Atletas No Atletas
tó un 20% de sintomatología depresiva según identificada Presencia
Atletas No Atletas Presencia
por el CES-D, siendo mayor en los varones atletas (52.7%) mujeres (94 %) mujeres (100 %)
Presencia
que en las mujeres atletas Presencia
(47.3%). En contraste, el gru- hombres (6 %)
mujeres (94 %) hombres (0 %)
mujeres (100 %)
po de no-atletas
hombres reporto
(6 %) 55.8% de sintomatología
hombres (0 %) depre- 17% 6%
siva, siendo mayor el 17% reporte en las mujeres (49%) que
6%
en los hombres (28%) (Véase Figura 3). Estas diferencias
iniciales fueron sometidas a pruebas estadísticas (X2) y
Ausencia
no se encontró diferencias estadísticamente significativas 83%Ausencia 94%
mujeres (37.5 %) mujeres (73 %)
Ausencia Ausencia
entre 83%
los géneros. Sin embargo,
mujeres (37.5 %) 94% se evidencia una correla-
mujeres (73 %) hombres (62.5%) hombres (27%)
ción moderada baja, (r= 0.299) según
hombres (62.5%) Champion (1981),
hombres (27%)
entre bulimia y depresión, que sugerimos se explore más
profundamente en futuros estudios. Conclusiones
Figura 2 La consistencia interna del BULIT-R y del CES-D fue
adecuada según la psicometría realizada (i. e., alfa de
Cronbach =Ausencia y Presencia
0.91 y 0.94, de sintomas
respectivamente) por lo cual re-
Ausencia y Presencia de sintomas comendamos su uso en población puertorriqueña. En
asociados a la depresión
nuestro estudio el 8% de la muestra total presentó con-
asociados a la depresión ductas asociadas a la Bulimia Nervosa lo cual significa que
Atletasutilizada tiene una No
la muestra
Atletas
prevalencia mayor que la
No Atletas Presencia Presencia
Atletas hasta ahora reportada para la población puertorriqueña.
mujeres (47.3%)
Presencia Presencia mujeres (49%)
Los atletas presentaron sintomatología de BN en un 17%,
hombres (52.7%)
mujeres (47.3%) mujeres (49%) hombres (28%)
siendo las mujeres atletas las que demostraron la mayor
hombres (52.7%) hombres (28%) 20%
prevalencia (16%) en comparación 55.8% con los varones (1%). Lo
20% anterior es consistente con lo que reporta la literatura so-
55.8%
bre dicho tópico (Drewnowski, Hopkins, & Kessler, 1988;
Enns, Drewnowski, & Grinker, 1987).
Los80%
siguientes síntomas de BN fueron más prevalentes: 43.3%
80% 43.3% estrictas (98%), ingesta voraz Ausencia
dietasAusencia (17%), e insatisfacción
Ausencia Ausencia con lamujeres
imagen corporal
(31.2%) (90%). Unmujeres
17 %(69.0%)
de atletas pre-
mujeres (31.2%) mujeres (69.0%) sentó hombres(68.8%)
síntomas de BN versus un 6 % hombres(31.0%)
del grupo no atleta.
hombres(68.8%) hombres(31.0%) En términos de depresión, un 32 % de la muestra total
presentaron sintomatología depresiva según el CES-D. Es
34 Psicoterapias 8
interesante mencionar que el grupo que reporto mas sinto-
matología depresiva fueron los hombres atletas. Aunque la
literatura en el área de depresión reporta consistentemente
que las mujeres tienden a ser las que más sintomatología
depresiva reportan, este hallazgo que aparenta contradecir
la literatura, puede ser fácilmente explicado desde la pers-
pectiva de que los modelos de belleza corporal ideal deben
ser imitados por los atletas, si estos no logran poseer este
ideal, la posibilidad de que presenten depresión existe, lo
cual quedó demostrado en este estudio.
En resumen, los sujetos que presentan conductas aso-
ciadas a la BN fueron mayormente mujeres, corroborándo-
se también la relación entre síntomas asociados a la BN y
la depresión previamente identificadas en varios estudios
en Estados Unidos y Puerto Rico (i.e., Fomar,1989; Ríos,
2002).
Limitaciones y Recomendaciones
Es necesario reconocer que los hallazgos obtenidos no
pueden ser generalizados debido al tamaño y a la forma
de selección muestral, por ser estos universitarios y selec-
cionados por disponibilidad. De igual forma, tenemos que
reconocer que este estudio amplía las investigaciones pre-
vias, no solamente en Puerto Rico, sino en Latinoamérica,
en el área de los trastornos alimentarios. Sugerimos que la
relación entre bulimia y depresión, se explore más profun-
damente en futuros estudios con muestras diversas. De
igual forma, recomendamos que se desarrollen servicios
de prevención para trastornos de conducta alimentaria y
se activen en diferentes escenarios donde las posibilidades
de desarrollar las condiciones son mas prevalentes. Con-
sideramos que el desarrollo de programas de capacitación
para profesionales que sean culturalmente competentes es
vital. Nuestra meta debe ser prevenir la condición y mejo-
rar la calidad de vida de dichos pacientes.
ADOLESCENCIA EN CRISIS 35
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Dra. Yasmín Ríos
Obtuvo su grado doctoral en Psicología Clínica de la Universidad Carlos Albizu, San
Juan de Puerto Rico. Es considerada una experta en el manejo de trastornos alimen-
tarios. Ha sido facultad invitada de varios programas graduados en Puerto Rico. Al
presente se encuentra es la Directora Ejecutiva de RS Psychological Clinic.
E-mail: rios2111@yahoo.com
Dr. José R. Rodríguez
Es Catedrático Asociado en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Me-
dicas. Como medico-epidemiólogo centra sus investigaciones en aspectos nutriciona-
les, gerontológicos y socio-médicos.
E-mail: jose.rodriguezgomez@vmail.uprrp.edu
ADOLESCENCIA EN CRISIS 39
La Psicopatología y la época
Lic. Esther Any Krieger
El no futuro prohibe a la adolescencia salir de un mito
interminable, tomado por la posmodernidad, que J. F.
Lyotard ubica como término. Más allá del filósofo francés
podemos decir que lo que está en juego ya no es el futuro
prometido, para antes o para después de la muerte. Sin
esta esperanza el ser humano discontinúa la realización
personal, pensada entre el siglo XVIII y el siglo XX, de-
jando de lado aquel entusiasmo que giraba en torno a la
emancipación de la condición humana.
Ya sea gracias a la ciencia que triunfaría definitivamen-
te sobre la ignorancia, rompiendo las cadenas del feu-
dalismo, poniendo fin a la explotación capitalista, o bien
apostando al capitalismo para triunfar sobre la pobreza,
siempre concentrada en un lazo histórico que pretendía
culminar en la felicidad y en la libertad. Incluso dentro de
la oposición a estas posturas, el monoteísmo abandonaba
cierta rigidez prometiendo progreso y el fin de los tiempos
de segregación, incluyéndonos en un nuevo encuentro
(posmodernismo) que finalmente no pudo hacerse cargo
de estas hermosas ideas y tampoco combatirlas.
“Esta desesperación de las esperanzas revolucionarias
permitió dar sentido a todo tipo de liberación, se volvió cul-
pable de las opresiones en su nombre y en las que ejerci-
taban en su contra”. Continuando con la sobre – promesa
del modernismo, el edén, aquel visionario del sueño que
se evaporó, se renuncia, supuestamente, a pensar en el
mañana cuando el pos – modernismo no alcanza a gestar

Pommier Gérard. Los cuerpos angélicos de la posmodernidad. Ed. Nue-
va Visión, Buenos Aires, 2002.
40 Psicoterapias 8
un relato sino que se posiciona en la nostalgia del relato y
en la ausencia del ideal. Sin esta constancia utópica la se-
cularización dejó rápidamente en dos fracturas al mundo
que abrió dos caminos: los practicantes del pre – moder-
nismo (religiosos) y los pos – modernistas adaptados a otro
sentimiento, lo virtual resplandeciendo en el siglo XXI .
La adolescencia queda atrapada en algo inconsistente que
se vale de un sentimiento que todo en la vida se puede
atrapar rápidamente. Este desasosiego sumado a la caída
del Padre, agrega algo no esperado, las enfermedades para
– sexuales (HIV).
Estas enfermedades evolucionaron en el tiempo y pode-
mos pensar que dependen de la inserción del cuerpo en la
historia, y la falta de historización del síntoma, teniendo
una incidencia mayor en las patologías.
En el caso clínico que describiremos podremos observar
el límite temporal del pasaje de la neurosis infantil a la
edad adulta.
Es necesario cierto tiempo en el pasaje de una edad
a otra, existiendo una involuntaria extensión en el tiem-
po que implica, una prolongación de la adolescencia en la
posmodernidad. Actualmente la adolescencia termina no
cuando el cuerpo se adapta a la reproducción sexual, sino
a través de un hecho psíquico sin el cual el deseo de tener
un hijo no aparece.
La indeterminación de la neurosis infantil prevalece
estadísticamente en la mujer hasta los 30 años o más,
situación que queda vinculada hasta el momento en que
se produce un acontecimiento que inicia una descompen-
sación, por ejemplo un duelo, contraer el SIDA como en-
fermedad. En estas patologías se observa que a partir de
estos sucesos se dispara el paso a la neurosis adulta de
manera abrupta, con situaciones inciertas y traumáticas.
ADOLESCENCIA EN CRISIS 41
Históricamente todo rito de iniciación social componía
el pasaje hacia la adultez, en la cristiandad ha sido la pri-
mera comunión y en el orden laico, el servicio militar.
En la posmodernidad este pasaje se prolonga más tiem-
po a partir de la pérdida de ritos que funcionen legítima-
mente en la sociedad.
La temporalidad del paso a la edad adulta depende de
los modos de simbolización de la muerte del padre, y cuan-
do esta dependencia parece innecesaria, desaparecidos los
rituales, el azar hará su destino en lo individual.
Hemos hablado de la psicopatología y la época, ahora
atravesando un caso, hablaremos de la adolescencia y la
época.
Caso
“No hay más que un síntoma social, cada individuo
es un proletario, es decir, no posee ningún discurso
con que hacer vínculo social”
(J. Lacan)
El psicoanálisis a la hora con su época se ocupa de los
nuevos acontecimientos y nosotros, los psicoanalistas, ex-
trayendo conclusiones nombramos las nuevas formas del
síntoma.
“Síntomas sociales”. ¿ Qué quiero decir con esto?. Es
por la constatación del aumento creciente de anorexias,
bulimias, toxicomanías, en la época actual.
Época de achatamiento, diría, caída de los ideales; de
la declinación de la función paterna y la consiguiente di-
ficultad clínica para la histerización del discurso en estos
casos. Casos donde el vector del amor al padre no se pre-
senta con claridad.
Lacan, durante mucho tiempo pensó que el síntoma,
formaba parte de la estructura del inconsciente; pero aún
sin necesidad de hablar del capitalismo, empezó a pensar
42 Psicoterapias 8
en el síntoma desabonado del inconsciente, como rechazo
de lo simbólico.
Actualmente nos encontramos con sujetos desidentifi-
cados de los ideales del otro, sujetos donde lo pulsional
queda desligado del significante la palabra, no mediatiza
la relación entre el sujeto y el goce. Es un goce autoerótico.
Refractarios al discurso analítico.
Luis. Se presenta ante mí diciendo
-Yo nunca conviví con mi padre, lo ví una sola vez en un
juzgado, vengo porque tengo HIV … “
Tiene 30 años. Está muy pálido, ojeroso, le cuesta mu-
cho respirar y hablar, está muy delgado. Se lo nota débil.
Dice que sus padres se separaron antes de su nacimiento.
Dice: -“Él no quiere saber nada de él …” acto fallido que
tomo para marcárselo.
Ante mi silencio Luis sigue hablando con dificultad.
Luis – “Vengo porque tengo miedo, estoy desorientado
para el problema que tengo, recién salgo de una interna-
ción, estuve en el Muñiz. Tengo miedo de morirme, de sufrir,
mi preocupación va por el sufrimiento. Aunque tener HIV no
es lo mismo que estar enfermo de SIDA”
Le digo: - “Claro, tener HIV puede ser el principio de
empezar a tener …”
Luis – “Sí, claro, yo antes no le tenía miedo a nada. Vivía
en la calle, a mí me gustó siempre la calle. Repetí 4º año;
murió mi abuela y se desmembró la familia “
A lo largo de estas entrevistas Luis, despliega sus temo-
res, cuenta su miedo a ser rechazado y a que su pareja se
de cuenta que el tiene HIV, ya que se lo oculta. Le dijo que
ADOLESCENCIA EN CRISIS 43
lo internaron por una neumonía. Él mismo no creyó cuan-
do le dijeron el diagnóstico.
Ante mi pregunta por ¿cómo cree que lo contrajo? Dice
– Por una relación sexual.
Luis – “A Silvia no la quiero perder. Antes no me impor-
taba nada. Me costó mucho relacionarme con las mujeres,
lla es una mujer grande, rubia, de ojos claros, me gusta. No
soy el mismo”
Cuenta que él estudiaba para zafar y que a los 13 o 14
años empezó a buscar sensaciones nuevas y empezó con
la droga. Siguió hasta la internación.
Se drogaba con todo de sustancias y varias veces ayudó
a no morir a sus compañeros “cuando se daban vuelta”
-“ Yo me podía quedar 3 días sin dormir inyectándome”
Fue a vivir a Brasil, allí intentó armar una pareja, la
mujer era también grande y con un hijito. Ella vivía droga-
da y Luis cuidaba del hijito.
Ahora con este problema del HIV no sabe cómo hacer.
Luis – “Pasé de estar todo el día en la calle a estar todo
el día encerrado en casa”
Vive con su madre y la pareja de ella. Varias veces apa-
rece en su discurso ubicándose como hijo de la madre.
Ante mi sorpresa frente a éste “ser hijo de la madre”, me
dice que siempre se sintió diferente a los demás chicos:
“ellos tenían mamá y papá”
Analista – “Usted, también tiene pero no quiso saber
nada de él. Tal vez ahora, tener el HIV es empezar a tener
un padre”.
44 Psicoterapias 8
Las entrevistas se suceden con muchas dificultades e
interrupciones ya que el paciente vive lejos del consultorio
y muchas veces no concurre porque recae (fiebres altas).
Frente a esto decido esperarlo a veces dos horas, cada vez
que él llama para venir, ya que depende del clima, si es
muy frío, y de su estado de salud, que parece empeorar.
En el despliegue de sus dichos queda claro que el sostie-
ne a López como su padre, a pesar de rechazar saber de él.
Se lo hago notar.
2) En este período de entrevistas Luis, dice que él no
preguntaba a su madre por López para no herirla. El no
sabe bien qué pasó entre ellos. Sabe que el padre tiene otra
familia. No sabe por qué se separaron.
Luis:
– “ Siempre nos cuidamos de no herir. Éramos mi vieja y
yo. Al padrino no lo pude curtir – (lapsus), quiso decir – vivir.
Me peleé con él. Creo que él transaba, traficaba. Nunca tuve
quién me dijera – Ponete las zapatillas y vamos a la plaza.
Mi madre siempre me quería imponer cosas, nunca pude ha-
blar con ella. Era la única campana que yo escuchaba”.
Aparece en su discurso una madre sobreprotectora, casi
violentando su intimidad.
Luis:
– Brasil representaba algo así como un lugar donde na-
die me estaba sobreprotegiendo ni me controlaba. En Brasil
me la agito. Ahora no puedo volver allí …Estoy débil – Ana,
cómo hago para cortar con la mami – dependencia “
3) Después de lo anteriormente trabajado aparece un
llamado de Luis, bajo la decisión de dejar la dependencia
materna. La droga fue un reparo. Un intento de salida falli-
da del goce materno para encontrar un lugar en el mundo
( Brasil) también fallido.
ADOLESCENCIA EN CRISIS 45
“Yo no podía decir que no, y me invitaban a curtir, y para
no herir me drogaba …”
Arma con sus pares el mismo lazo que con el otro ma-
terno y él, va al lugar de objeto, resto, drogado, perdido,
suspendido en el tiempo, entregado a la muerte. Si bien
aparece un intento de querer saber de López, dice: “miedo
de encararlo. Siento como un vacío, un abismo “
Su situación no mejoraba, puesto que no soportaba la
medicación. Le traía gastritis, ante lo cual debía suspen-
der el tratamiento del SIDA. Le muestro que el Sida es el
lugar al que va por miedo al rechazo paterno.
Dice:
- “Soy un cagón …que voy a hacer Ana, no tolero el coc-
ktail de droga” .
Me paro y con firmeza e incredulidad digo: “ ¿ te curtiste
los cocktails de todas las drogas y ahora no tolerás este
cocktail de drogas?, y lo despido con una palmada en el
hombro.
4) Aparece a la semana y parece otro. Está con ánimo,
más recuperado y con fuerzas.
Luis:
– “ Empecé a tolerar el cocktail, no me cae mal ahora,
quiero vivir. Quiero encararlo. Quiero encararlo y pregun-
tarle qué pasó. Tengo miedo a que él no quiera saber de mí.
No soporto más vivir así, mi casa es una tumba, y la calle
es la droga…
46 Psicoterapias 8
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Lacan, Jacques. El reverso del psicoanálisis. Seminario Libro XVII, Ed.
Paidós. Todo lo que el adolescente sabe sobre sexo,
Pommier, Gérard. Los cuerpos angélicos de la posmodernidad. Ed. Nue-
va Visión
Lic. Esther Any Krieger
Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina y Full
member IPA
Coordinadora Capítulo Psicoanálisis y Patologías actuales APA-
MN:21704.              Adolescencia deriva de la voz latina adolescere que sig-
Egresada de la UB de Buenos Aires
Egresada de la Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados.
Ex concurrente del Hospital de Clínicas Escuela General San Martín.
Ha participado de diversos cursos de posgrado, grupos de investi-
gación en Instituciones de Orientación Psicoanalítica, coordinando
cursos, seminarios y supervisiones clínicas en Centros Asistenciales,
Escuelas, Hospitales y Centros de Formación para Psicólogos. Realiza
práctica privada en consultorio particular con niños, adolescentes,
adultos, parejas y familias.
Fue integrante de la Subcomisión de Clínica del Centro Racker de la
Asociación Psicoanalítica Argentina.
Ha publicado el libro Fragmentos de la Historia del Psicoanálisis en la
Argentina, en colaboración.
Fundadora y co - coordinadora del Capítulo Psicoanálisis y Patologías
actuales de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
Es co-autora del libro sobre adicciones. Nuevas adicciones. Ricardo
Vergara ediciones. (2008)
Es entrevistada por medios gráficos nacionales e internacionales.
Escribe notas para el Diario Clarín y para el Diario La Nación.
Participa en distintos programas radiales y culturales de la ciudad de
Buenos Aires.
Teléfonos: 1550379781 / 0114 776 1851
ADOLESCENCIA EN CRISIS 47
Sexualidad Adolescente.
pero no sabe sobre sexualidad...
“…mi cuerpo mudo se abre…
Cuando a la casa del
lenguaje se le vuela el tejado
y las palabras no guarecen, yo hablo”
Alejandra Pizarnik
Lic. Victoria Aloisio
nifica: falta algo, carecer de. En un sentido positivo se tra-
duce como crecer, desarrollarse hacia la madurez.
El mundo adolescente es fascinante y angustiante a la
vez, es como un nuevo nacimiento, la ampliación de hori-
zontes y posibilidades. Éstas, potencian e irrumpen, como
un volcán que quema todo lo que encuentra. Es un trán-
sito difícil, una etapa decisiva para los nuevos desarrollos
de la personalidad, encontramos que ellos pueden dar sal-
tos magníficos o encierros interminables. Lo importante es
que nosotros, los adultos, estemos cerca y podamos incor-
pororarlos al transitar del mundo.
Recordar las palabras de Enrique Pichon Rivière tal vez,
sea importante para ubicarnos en los grupos de capacita-
ción. “En el complejo engranaje de la vida… dos sentimien-
tos espontáneos: atracción-rechazo, marcan el ritmo de las
relacione humanas. Cada enfrentamiento, cada encuentro
con el otro, despierta en nosotros una actitud… a través de
un impulso de acercamiento…. O tomar distancia, motiva-
dos por una interior sensación de repulsa”.
La vida humana comienza por la espontánea atracción
de un hombre y una mujer, fenómeno conmovedor. Si sen-
48 Psicoterapias 8
timos ese latido de vida y lo cultivamos, nos encontramos
con el vínculo respetuoso del amor. Es ineludible el trabajo
continuo y constante en el arte de amar. El acompaña-
miento, la reflexión, el diálogo en los grupos será funda-
mental.
Nosotros vivimos a cada momento, frente a situaciones
de cambio o ante una realidad desconocida, es un juego
de ficción que rige nuestro contacto con los demás.
El adolescente necesita un lugar para pensar, comparar
y confrontar su normalidad. Aquí surgen las dificultades,
sobre todo las referidas a la sexualidad, pues los manda-
tos y las modas, los exigen en forma constante. De ahí los
conflictos, la dependencia del juicio de los otros pares, las
mentiras que expresan para no quedar excluidos de la so-
ciedad.
La sensación inicial que tenemos como equipo al ingre-
sar a un colegio es que somos puestos a prueba por todos:
la dirección, los docentes, los alumnos/as y también por
los padres.
El trabajo que debemos realizar con los adolescentes en
los grupos, entre otras técnicas psicodramáticas, es utili-
zar el humor, ya que permite romper el hielo, establecer
simpatía y confianza. Esto no quiere decir que debemos
restar importancia y seriedad a los temas a tratar, pero
lo solemne no va para ellos. El humor debe ser oportu-
no, tenemos que poder visualizar un momento de tensión
y allí producir un descenso de los miedos y generar, con
esa distensión, un tema propicio para la creatividad, para
favorecer la mayor cantidad de interrogantes posibles y
responderlos con la mayor seriedad profesional.
El humor abre un espacio: logramos reírnos, jugar con
la palabra, fomentar lo lúdico y el placer en un ambiente
de respecto y tolerancia por la diversidad, siempre soste-
niendo un marco ético.
Esto es posible cuando la conducta del coordinador es
plástica, espontánea, flexible. Habría que pensar en los
ADOLESCENCIA EN CRISIS 49
propios prejuicios en relación a la sexualidad en general y
la sexualidad en particular de cada uno.
En el grupo de trabajo con adolescentes sobre el tema
de la sexualidad, en el mes de diciembre, los chicos men-
cionaron que sus padres les hablaron del artículo del dia-
rio La Nación sobre sexualidad adolescente.
Terapeuta (T): -¿Qué les parece esta información que
trajo Marina?
Carolina –Yo lo escuché antes que el diario. Lo hizo una
amiga: En la fiesta de egresados, de un colegio privado de
Capital, no la dejaban pasar, el pibe de la puerta tenía una
orden: no entraba nadie más. La flaca, que estaba con tres
chicas más, estaba ansiosa, salió de la fila, se aproximó y
le dijo algo al muchacho. Parece haberlo convencido, porque
todas entraron a la fiesta. Después, pasadas de alcohol, la
misma mina se agachaba, le bajaba el cierre del pantalón y
se la chupaba, le hacía un pete, al que hacía un rato cuida-
ba la puerta. El resto de los chicos los veían. Era una fiesta
en un boliche donde ninguno tenía más de diecisiete años.
Pagó la deuda.
Decidimos hablar del destape sin pudor, de un modo
sin prejuicios, en que los adolescentes viven la sexualidad
y se vinculan entre sí. Es un suceso relacionado con el
continuo bombardeo televisivo, con Internet, a los que se
les agrega el exceso de alcohol, el dominio de tecnologías
que apresuran el despertar sexual.
(T): -¿Qué opinan ustedes, los protagonistas, de este
“destape” sin pudor?
Micaela- Mi mamá me preguntó si yo hacía esas cosas.
Yo no, le dije. Las que nos exponemos somos nosotras, eso
es bueno para los varones.
50 Psicoterapias 8
Matías- Es el privilegio que tenemos de ser hombre. Cre-
cemos con cargas visuales saturadas de pornografía y
sexualidad, se ve todos los días en la tele.
Si bien la sexualidad está cada vez más explícita en los
medios de comunicación, ya no hay diferenciación de pú-
blico identificado, se licuó el límite entre lo que consu-
men los padres y los hijos. Los programas más vistos de
la televisión argentina, son parte de la cena familiar. No
es de extrañar que, chicas en el primario, quieran hacer
el baile del caño. Creo que en algunas partes los jóvenes
están desubicados en función de lo que quieren. No tienen
padres que los acompañen a armar un proyecto. Recor-
demos que en esta etapa hay una búsqueda laboriosa de
reconocimiento.
Pablo –Ya no hay noviazgos como los de nuestros viejos.
Queremos pasarla bien, rápido, como mejor pinte.
Valeria – Sí, yo aprendí a tranzar, no solo con varones,
sino con mujeres. Todos lo hacen, que se yo... quedo mal si
no tranzo con pibas.
Matías –Las mujeres llevan la delantera, son zarpadas.
Están más maduras que nosotros. Cuando sea más grande,
no quiero una novia que le haya hecho sexo oral a tantos
tipos.
Marina –Lo que pasa es que me dijeron que si hacés eso,
no perdés la virginidad, no te contagias enfermedades ni te
embarazas.
Micaela –Sí, pero yo no soy una petera, ni aunque me
tome dos litros de cerveza.
Pablo –Yo me junto en una casa antes, me chupo todo,
pero en el boliche no dejo que me hagan un pete, me da
calor
. embarazo, los colegios, sus familias deberían respaldar,
T: -Cómo reflexión, creo que ustedes deberían poder
incorporar que el sexo es un acto íntimo. Si es exhibi-
do en público, quizás pierde el pudor que tiene que ver
con el espacio de intimidad.
ADOLESCENCIA EN CRISIS 51
Valeria –Mi mamá quiere hablar de lo que me pasa, pero
yo no le cuento nada. A la última persona que le cuento algo
es a ella.
Guido –Yo tampoco hablo con mi papá. Si quiero saber
algo de sexo prefiero preguntarle a los pibes, lo último, se-
ría mi papá.
Marina -Hay mucho desborde en las fiestas de egresa-
dos. No veo la hora que terminen, si no vas te miran mal y
si vas, terminas con un dolor de cabeza terrible.
T: -Pregunten lo que necesiten saber sobre sexuali-
dad.
Carolina – Yo quiero saber si una mujer en la primera
relación sexual no queda embarazada.
Guido –A mí me preocupa si al hombre le duele el pene al
penetrar a una mujer.
Marina –Yo quiero saber cómo evitar el contagio del
SIDA.
Valeria –Me podes decir si puede tener un hijo una nena
de once años, está preparado su cuerpo, cómo se hace para
tener hijos.
Micaela - Será por eso que los padres tienen desconfian-
za con los actos sexuales, por los embarazos. Mi mamá me
dice, cada vez que salgo “cuidate”.
Una vez aclarados los puntos planteados en este paneo
de la reunión grupal, reflexionamos, sobre la carencia de
información básica para prevenir embarazos.
Pensamos que, si el embarazo se da en algún momento
de la escolaridad, no tiene porque significar el final de los
estudios de las chicas. Si ellos deciden llevar adelante el
acompañar la maternidad y paternidad de los adolescen-
tes, para evitar que el embarazo termine con el proyecto de
vida de las madres jóvenes.
Se están guiando por mitos, vamos a ver entonces los
métodos anticonceptivos. Recuerden, el uso del preservati-
52 Psicoterapias 8
vo, siempre para evitar el contagio de enfermedades. Así, el
grupo siguió trabajando por cinco reuniones donde fueron
preguntando y aclarando sus dudas.
También, proyectamos escenas de películas que luego
debatimos. Pensamos que el cine adelanta modelos posi-
bles. Realiza la revisión crítica de los súper-adolescentes,
mujeres seductoras, que pueden enseñarnos tanto como
los manuales con perspectivas de sexualidad. Nos muestra
como ser varón y ser mujer y como se agiorna la cultura.
Escuchamos muchas veces decir: “Si pasa en las películas
por qué nosotros no podemos actuar igual”. Se puede com-
prender la sexualidad con una visión actualizada.
En las películas de Disney, como espectadores, vemos
que las princesas y los príncipes azules existen de forma
diversa. ¿Por qué en Shrek las princesas no esperan ser
salvadas y pueden rescatar su vida propia con sus pata-
leos?
La incidencia de la Cultura actual en la
conducta sexual adolescente
Hay una tendencia en todas las sociedades, en adelantar
el inicio de la práctica y desinhibición sexual. Creemos que
trasciende el problema de padres, colegios, es una alarma
que debe ser entendida desde el contexto político. Se nece-
sita el compromiso con la situación y dar más confianza a
los adolescentes, para ser escuchados y entendidos.
En Argentina, los colegios están inundadas de celula-
res. Con ellos sacan fotos, graban, etc. Qué pueden hacer
los maestros ante el avance tecnológico, si bien es la edad
de llamar la atención, detrás de la actuación, quizás están
pidiendo que se marquen límites.
La adolescencia, es un cambio intenso que afecta al or-
ganismo en general, muy especialmente a las funciones
sexuales, que repercute en el plano psíquico. Estas mo-
dificaciones biológicas, suscitan muchas veces en el ado-
lescente, sensación de extrañamiento, como si no fuera el
ADOLESCENCIA EN CRISIS 53
propio cuerpo el que sienten crecer. Estos desconocimien-
tos transitorios, suelen combinarse con la falta de coordi-
nación en esos cuerpos, a veces desaliñados y despropor-
cionados.
El esquema corporal es la representación mental que
tenemos de nuestros cuerpos, como “estuches” de lo que
somos. La sexualidad despierta en el púber estallidos de
ansiedad y sentimientos de inseguridad. Matías dijo: “Pen-
sé que nunca iba a crecer, soy petizo, las pibas me pasan…
me miro y la tengo chica”.
Las manifestaciones son diferentes en la forma de ser
varón o mujer, varía de una época a otra. Atraviesan una
identidad fluctuante que se manifestará en cambios aní-
micos bruscos: llorar, reír, cambiar la ropa miles de veces,
adoptar distintas identidades, por ejemplo son mujeres se-
ductoras o niñas que acarician ositos de peluche.
La identidad como varones o mujeres está consolidada
desde la infancia. Mientras que la orientación sexual se va
definiendo en la adolescencia, en ciertos casos, dura hasta
la adultez, puede variar a lo largo de la vida. Como se dijo
en el grupo “tranzar a otra piba” es para no quedar “fuera”,
esto no implica conductas homosexuales.
La búsqueda del amor y el descubrimiento del sexo, son
parte fundamental en la adolescencia. Por ello, viven in-
vestigando información en Internet, quieren saber, cono-
cer rituales, ir a fiestas. No dejan de orientarse y recurrir a
la comunicación a través de este medio. Ámbitos virtuales
como el Chat hace el boom de un sexo en soledad, con un
punto en común: la posibilidad de moldearse a sí mismos,
como quisieran ser. Oscar Wilde dijo “dadle a un hombre
una máscara y será él mismo”, años antes del Messenger.
Esto les da la posibilidad de evitar en el mundo real la co-
nexión con otra persona que tanto los inquieta.
Existen informes que revelan que adolescentes menores
ofrecen sexo virtual en Chats abiertos a todo el público, en
algunos casos con la condición de que sólo recarguen los
teléfonos celulares. Con un lenguaje en el que omiten las
54 Psicoterapias 8 ADOLESCENCIA EN CRISIS 55

letras, prácticamente indescifrable, los menores se ofre- antes, chicas/os accedan a una Educación Sexual adecua-
cen. Tras el contacto inicial en el Chat, realizado el pago da, menores serán sus posibilidades de estar expuestos al
por Internet, cuando reciben el mensaje del saldo incre- abuso sexual durante la infancia, adolescencia y adultez. Los
mentado, quedan satisfechos: es el nuevo placer virtual. chicos informados en el nivel de la sexualidad, que han sido
respetados en su crianza, que tienen bastante segura la au-
toestima y que saben de sus derechos, son los que presentan
Cómo adquieren los chicos Educación Sexual
menos riesgos. También debería ser menor el índice de em-
barazos no deseados o precoces. Mayores serán las posibi-
En algún momento se produce el despertar sexual. En
lidades de acceder a una sexualidad responsable, segura y
la actualidad, siendo cada vez más jóvenes, los chicos se
placentera. Aunque se sancionó la Ley de Educación Sexual
enfrentan a su primera relación sexual. Ésta, puede ser
Integral, las dificultades para abordar el tema siguen exis-
deseada o no deseada. Perder la virginidad causa temores
tiendo en la práctica.
en ambos sexos, esta relación constituye un rito de pasaje
La educación sexual es una educación para la vida. La
iniciático. Creemos que, el pasaje a la adultez está desvin-
definimos como el aprendizaje de la sexualidad que se da
culado de la iniciación sexual, por tanta desinhibición.
en la comunicación diaria entre las personas y que está
atravesando todos los aspectos. Sabemos que está relacio-
No solo se reflexiona sobre la iniciación, sino también
nada con la autoestima y la propia imagen corporal.
acerca de los cuidados anticonceptivos y la prevención del
La Educación Sexual Integral, se enmarca en tres di-
SIDA. Volver a hablar de estos tópicos, porque en esta etapa
mensiones: la concepción integral de la sexualidad; los De-
es fundamental un trabajo explícito sobre las conductas de
rechos Humanos; la promoción y cuidado de la salud.
riesgos y los diferentes modos de prevención.
Dimensiones que se potencian en un encuentro que
No podemos ocultar la gravedad del tema. Si bien conocen
permite explorar la vida misma y sus realidades posibles.
el problema y están informados, muchas veces dicen y creen
Así, se podría construir un mundo diferente que permita
que “a mí no me va a pasar”.
romper estructuras desde esa otra mirada.
También se centran en preguntar por el amor, el aspecto
Educar sexualmente en grupos de pares, es desmitifi-
afectuoso, la vergüenza y sus temores.
car creencias y mitos, fomentar actitudes, de algún modo,
No debemos confundirnos con la aparente imagen, que
deconstruir para construir en la interacción. Sabemos que
son los chicos los que no están preparados para hablar de
ninguna información es neutra, todas tienen el peso de los
sexualidad. Creemos que todo tiene que ver con el contexto
valores y las prohibiciones de una cultura.
en el que se hable el tema, el lenguaje que utilicemos y la
Quizás este camino admitirá cambios, que promuevan y
actitud con la que enfrentemos la capacitación.
ofrezcan respuestas a la altura que nuestros adolescentes
Ni los padres, ni la escuela, ni los adolescentes pueden
requieren. En un clima de confianza donde puedan expre-
comunicarse en su totalidad. Debería ser el colegio el que
sar sus temores, inquietudes, inseguridades, en el que no
ofrezca un espacio específico para informar, ya que los ado-
sean juzgados sino escuchados. La historia que pretenda-
lescentes se resisten a hablar de estos temas, la sociedad no
mos contar aquí, será incompleta o con un final abierto
lo hace visible.
para abordar una sexualidad con un ejercicio pleno de li-
Llegado este punto, es importante aclarar que los estudios
bertad.
de la Organización Mundial de la Salud indican que cuanto
56 Psicoterapias 8 ADOLESCENCIA EN CRISIS 57

Bibliografía

La muerte de los jóvenes:

Diario La Nación 02/12/2008
Kusnetzoff, Juan Carlos: “La mujer sexualmente feliz.
Del mito a las verdad científica”. Buenos Aires, Granica, 2004.
Peker, Luciana (docente responsable): “La escuela: ni shhh ni ahhhh”.
Buenos Aires, Curso de formación ava. Universidad Torcuato Di Tella. Un alto impacto familiar
Escuela de Gobierno, educación. Pichon Rivière, Enrique: El descu-
brimiento del otro, en “Psicología de la vida infantil y juvenil. Buenos
Aires, Ediciones Nueva visión, 1990 Lic. Sara Sinay-Olstein

Lic. Victoria Aloisio

“Vuestros hijos no son vuestros. Son los hijos y las hi-
jas de la vida. Llegan a través de vosotros, pero no son
Lic. en Psicología, Sexóloga Cllínica. Integró el Equipo del Hospi- realmente vuestros. Podréis darles vuestro amor, pero
tal Italiano. Actualmente, en el Equipo de Salud Mental de la Fun- no sus almas, porque sus almas moran en la casa del
dación Creer y Crecer.Coordinadora en Cine Debate, especialista mañana…Porque la vida no retrocede, ni se estanca.
en Crítica de Cine. Sois los arcos para que vuestros hijos, flechas vivien-
(5411) 4801-3939 tes, se lancen al espacio.”
victorialo@fibertel.com.ar Kalhil Gibran

Considerando que, según la OMS, la vida se prolongó

30 años más, observamos que la gran cantidad de jóvenes
muertos de manera antinatural, nos pone sobre aviso. Algo
de lo que esta pasando en este mundo moderno, provoca
desprotección y desamparo. El sistema está colapsado. El
mundo globalizado aparentemente integrador, mientras
procesa sus objetivos, satura y desintegra muchos aspec-
tos de la vida. La “cultura de la muerte” se va instalando 
en las diferentes áreas individuales, sociales, culturales.
Es así que la cultura de la vida, el sistema de valores y
las creencias, sucumben por la violencia que se instala en
las tres generaciones. Para encontrar un sentido a la vida 
armónico,  valorizado y prudente, o sea, con el ritmo del
dar y recibir para el cual el ser humano se va preparando
hasta su madurez.
58 Psicoterapias 8
Cambió la visión del mundo, y a partir de los cambios se
van estructurando nuevas formas individuales, familiares
y sociales. Es así como la muerte de los jóvenes altera la
jerarquía  que marca la naturaleza entre las generaciones.
Salvador Minuchin, en “Técnicas de terapia familiar” (Pág.
70) dice que ”la familia que ha sufrido una muerte o de-
serción puede tropezar con problemas para reasignar las
tareas del miembro que falta”. Una de las dificultades que
se presenta en el proceso del duelo es la sensación de que
el ausente adquiere tanta presencia como si estuviera vivo.
Por lo tanto, si alguno de los miembros de la familia toma
sus roles o funciones, es vivido como un acto de lealtad
invisible o de deslealtad.
Estas familias atraviesan un proceso de transición con
perturbaciones en el desarrollo de las nuevas estructu-
ras. De la mayor o menor rigidez de la estructura familiar
dependerá la investidura más cercana a repetición o más
próxima a  evolución. Es por esto que la muerte de los
hijos, afecta el equilibrio familiar y a veces produce reac-
ciones patológicas. Los hermanos son  sometidos a ma-
niobras inconscientes  cuyo sentido inconsciente es el de
aliviar la culpa de los padres. Y es así que adoptan formas
diversas, como negar la muerte a través del ocultamiento
y silencio sobre la misma- “de esto no se habla” porque es
muy doloroso- o como realizar sustitución a  los vivos  de
atributos del muerto, lugar, ropas, comentarios. Esta es
otra manera de ocultamiento y negación de  la ausencia.
Sólo el trabajo de elaboración, permitirá nombrar, sim-
bolizar y resignificar el lugar ausente, con el sentido mayor
de la existencia y desprovisto de sentimientos de culpa y
ambigüedad.
Tenemos en nuestra historia ejemplos de movimien-
tos espontáneos, como ”Las Madres de Plaza de Mayo”,
quienes frente a un fenómeno único como la desaparición
de los hijos, identificadas con su pañuelo blanco, dando
vueltas a la plaza de mayo, intentaban un modo de elabo-
ración, mediante estrategias de búsqueda y organización
ADOLESCENCIA EN CRISIS 59
(en la repetición del ritual se fue estructurando la diversi-
dad de recursos posibles para el cambio).
Las “Abuelas de Plaza de Mayo”, a través del ADN como
aporte inédito científico, comienzan una búsqueda in-
cansable hasta lograr el encuentro con sus nietos vivos o
muertos.
Los grupos “Renacer” son grupos de autoayuda y auto-
gestión que se reúnen en las iglesias de todo el país con
coordinadores autogestivos para atravesar las diferentes
etapas del duelo de PADRES QUE PERDIERON HIJOS en
diferentes situaciones y de cualquier edad.
“Las madres del dolor”, frente a perdidas impensadas
e injustas, se organizan en redes espontáneas de conten-
ción. Lo mismo ocurre con los familiares de las víctimas de
Cromañon (“Los pibes de cromañon”). Grupos de padres
sufrientes buscando una forma de elaborar esas perdidas,
esos duelos sin fin, pero posibles de reparación en la so-
ciedad.
En la segunda mitad de la vida, la generación bisagra
enfrenta una paradoja en relación a la muerte de los jóve-
nes. La responsabilidad sobre los padres ancianos y el va-
cío de los hijos en el proyecto que ellos representan sobre
la propia vejez. ¿Cómo se envejece sin los hijos que pro-
metían en el imaginario, hacerse cargo de los años finales?
Quizás hoy vemos que no sólo hace falta que la muerte
deje vacío el lugar material de la filiación. Hoy se observan
dificultades en las expectativas directamente alimentadas
en los hijos que emigraron o directamente no ocupan su
lugar de hijos. 
Pero la muerte, define la ausencia y no nombra el esta-
do de los padres y las familias.  Porque no son huérfanos.
Es en este punto de inflexión, en el que hay un antes y
un después. Hay familias que no pueden sostener la in-
tegración sin el joven-hijo-nieto-sobrino-hermano- novio
que sin motivo aparente,  muere por accidente, por robo,
por violación, por asesinato.  Muere sin explicación y sin
necesidad.
60 Psicoterapias 8
Grossman, escritor israelí, dice en un artículo publi-
cado por el diario La Nación el domingo 20 de mayo de
2007 (pág.2, sección 6):
“Muchas veces, cada día, sentado ante mi mesa, toco el
tema del dolor y de la pérdida como quien toca la electrici-
dad con las manos desnudas […] Escribo. Desde la muerte
de mi hijo Uri, el verano pasado en la guerra entre Israel y
el Líbano, la conciencia de lo que ocurrió está presente en
cada momento de mi vida. El poder de la memoria es por
cierto enorme y pesado, y a veces tiene una cualidad para-
lizante. No obstante, a veces el propio acto de escribir crea
para mi un espacio, un marco de pensamiento que nunca
antes experimenté, donde la muerte  no es solamente la
absoluta y unidimensional negación de la vida”.
Evidentemente, Grossman logra una manera de elabo-
rar la ausencia desde la propia ausencia…que presentiza
a través de darle vida a los personajes que construye, sin
negar el dolor.
Desde los orígenes  de la civilización ha habido diversas
formas del mismo fenómeno (homicidios, filicidios, genoci-
dios, suicidios en masa, etc.). Cuando pensamos por qué,
encontramos algunas respuestas en “La pura cultura de la
muerte” del filósofo y psicoanalista Guillermo Maci , quien dice: puente que nos une a la vida, el sentido de la muerte es  el
“La sociedad del odio es una asociación mortal que, a tra-
vés del resentimiento, aniquilaría todo aquello que no se re-
signa a admitir como valor, porque trasciende a las ambi-
ciones absolutistas de sí mismo (el yo absoluto, el yo como
un único y absoluto ideal)  entonces hay que destruir todo
lo que no es el espejo de sí mismo como ideal. […] Lo más
importante para que la convivencia social sea posible es la
ética de la confianza. Hoy sólo prevalecen en nuestra so-
ciedad la desconfianza y la desesperanza […]  Por último,
todos terminamos por ser victimarios de nosotros mismos,
y la cultura de la vida (Eros) es invertida en su sentido y
transformada en la cultura de la muerte (Tánatos)”. Pero el
impulso vital y su propia naturaleza, revierten una y cada
ADOLESCENCIA EN CRISIS 61
vez este universo que recrea y recontrata con nuevos mitos
y mandatos que aportan las nuevas generaciones, justa-
mente y  a partir de nuevas contradicciones. Se reorgani-
zan, y los nuevos paradigmas generan nuevas formas que
recuperan el equilibrio entre el Tánatos y el Eros.
Tomando una charla que dio el rabino Sergio Bergman
para “Renacer”, grupos de autoayuda para padres que per-
dieron hijos:
“Aquellos que no son atravesados por la tragedia existen-
cial de la muerte de un hijo, o de un hermano, pasan a una
dimensión por la cual quien no está en esa tragedia , el que
no convive , el otro, que tiene su mejor disposición para decir
cosas sensatas, amorosas que consuelen… uno cuando lo
escucha internamente piensa “este no sabe de lo que esta
hablando”, no porque no sea preparado, profesional o filó-
sofo, sino porque en la escuela de la universidad del dolor
que trae la muerte, no se diploma nadie que no la transita;
es un espacio de la vida conviviendo con la muerte. No es lo
mismo convivir con la muerte que conmorir con la vida”.
Mis comentarios sobre esta manera espiritual de co-
nexión con la muerte, y la fuerza del amor que permite
seguir la conexión con la vida: Si se corta la conexión o el
absurdo, es el sin sentido. El reconocimiento de que esta-
mos en la vida, expuestos a que nos pasen muchas de las
cosas que nos pasan a los humanos, permite comprender
la vivencia de exclusividad e injusticia frente al propio do-
lor de la pérdida. Frases como “¿Por qué a mi?, ¿Qué hice
para merecer esto?” ejemplifican un sentimiento agregado
que distorsiona el sentido de la realidad. Todos estamos
expuestos…
La barbarie de estos tiempos se nos presenta como im-
parable. Las noticias de la mañana ya nos anuncian los
números de muertos que a lo largo del día van sumándose
con total naturalidad. La noticia ya no son las muertes,
sino las novedosas formas en que se describen. Hay un
62 Psicoterapias 8
doble juego en las noticias del día: por un lado informan y
por el otro naturalizan algo que es del orden de lo siniestro
– el valor del rating versus el valor de la vida-.
Entonces, hay que reconocer que estamos inmersos
en un sistema que desampara al individuo, porque, entre
otras cosas, la globalización tiene un costo muy alto como
proceso de cambio. Y es así que se dan fenómenos de des-
protección para una generación joven y para un sistema
familiar que no tiene sostén, para elaborar el alto impacto
que significa la muerte de un hijo, de un joven, que tiene
su vida por delante y se ve truncada, quebrada,  dejando
en la familia un espacio, un lugar vacío, sin retorno. Gran
trabajo deberá hacer la familia, para que sus miembros
procesen un duelo,  una perdida material, inesperada, la
ausencia de un cuerpo y la presencia espiritual,  enmarca-
da por la muerte.  La necesidad es de trabajar con la fami-
lia, para salir de una paradoja: “los hijos se mueren des-
pués que los padres; y frente a esta realidad de la muerte
de los jóvenes, queda alterada su jerarquía”. El objetivo
es encontrar un modo de regulación del sistema familiar
en el proceso del duelo. Un camino posible es desde la es-
piritualidad; se construye un vínculo a través del cual el
hijo trasciende desde la muerte a la vida. Tiene nombre y
es nombrado. Tiene un lugar dado por la ausencia y con-
formado por una presencia emocional y espiritual…nadie
puede reemplazar al ausente.
En México, por ejemplo, la forma de transitar la muerte
de sus muertos es una celebración. La fiesta de muertos
es una fiesta: se reúne la familia, se adorna la casa, se
hace una comida especial,  en los cementerios se canta,
se baila, se come,  y se los recuerda con su peculiaridad,
sus fotos, guirnaldas, etc. Entonces, los muertos queridos
ocupan un lugar, tienen presencia en la fiesta familiar y
social.
 Agrego estas definiciones de duelo, para tener un
punto de partida sobre la complejidad del proceso, y
a partir de cada sujeto, familia, comunidad encon-
ADOLESCENCIA EN CRISIS 63
trar los recursos que se adapten a las necesidades pro-
pias. Los aportes de los autores sobre etapas del duelo
son complementarios de las variadas y diferentes for-
mas de transitarlo, pero los cito para usar como refe-
rentes a autores que se especializaron en la temática.
Definiciones de duelo
Real academia española: 1.Dolor, lástima, aflicción o
sentimiento. 2. Demostraciones que se hacen para mani-
festar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien.
3. Reunión de parientes, amigos e invitados que asisten a
la casa mortuoria, a la conducción del cadáver al cemen-
terio, o a los funerales. 4. Fatiga, trabajo
Freud: Reacción a la pérdida de un ser amado o de
una abstracción equivalente: la patria, la libertad, el ideal,
etc.
Grinberg: Proceso dinámico complejo que involucra la
personalidad total del individuo y abarca, de un modo cons-
ciente o inconsciente, todas las funciones del Yo, sus ac-
titudes y defensas y, en particular, las relaciones con los
demás. [Puede]…aplicarse tanto al sufrimiento provocado
por la pérdida del objeto y de partes del Yo proyectadas en
el mismo, como también al enorme esfuerzo psíquico que
implica recuperar el ligamen con la realidad y el “comba-
te” librado por desligarse de los aspectos persecutorios del
objeto perdido y asimilar los aspectos positivos y bondado-
sos..
Weisman: Proceso global…[y]…continuo consistente en:
1) aceptar la realidad de la pérdida; 2) experimentar el dolor
de la pena; 3) adaptarse a un cambio de entorno y del ámbi-
to psicosocial; 4) retirar la inversión emocional en el finado,
y 5)desplegarla en otras direcciones
64 Psicoterapias 8 ADOLESCENCIA EN CRISIS 65

Worden: Proceso de adaptación a una pérdida que im-
plica […] cuatro tareas básicas: aceptar la realidad de la
pérdida, trabajar las emociones y el dolor de la pérdida,
adaptarse a un medio en el que el fallecido esté ausente y
recolocar emocionalmente al fallecido y seguir viviendo.
Neimeyer: Es un proceso personal […] que nosotros mis-
mos hacemos, no que se nos viene hecho, [y cuyo desafío
fundamental]…es el intento de reconstruir el propio mundo
de significados.
Franco y Antequera: Respuesta biopsicosocial, univer-
sal y compleja que experimenta un individuo ante pérdidas
significativas.
Etapas del duelo normal
sea una posibilidad de poner en la palabra escrita un grito
desesperado por rescatar el valor de la vida, por acompa-
ñar de alguna manera a los seres sufrientes, para que con
su alma en pena y sus cuerpos golpeados por el dolor,
puedan reparar y encontrar la fuerza para ser escuchados.
El deseo es que nuestros representantes gubernamentales
y la sociedad en su totalidad puedan arbitrar los medios
para transformar esta violencia en protección y amparo
para los jóvenes de este tiempo y sus familias.

Kübler-Ross Bowlby
Negación Aturdimiento/protesta
Rabia
Anhelo/Búsqueda de la figura
Resignación paterna

Depresión Desorganización/Desesperación

Aceptación Reorganización/Separación

El sentido de este aporte es, desde un lugar de total

humildad, transmitir el intento de comprender un fenó-
meno sumamente complejo de nuestro tiempo- y de todos
los tiempos- que nos abruma e impotentiza. Quizás esta
66 Psicoterapias 8
 Bibliografía:
• Bergman, Sergio. Charla para RENACER: Grupos de padres que perdie-
ron hijos. Buenos Aires.
• Bonszormenyi-Nagy, Iván; Zuk, Gerald. Terapia familiar y familias en
conflicto. México DF: Fondo de Cultura Económica,1985
• Del Pino Montesinos, J.; Pérez García, J.; Ortega Beviá, F. Resolución
de duelos complicados desde una óptica sistémica [en línea].
http://www.dip-alicante.es/hipokrates/hipokrates_I/pdf/ESP/434e.pdf
• Grossman, David. La palabra contra los depredadores. La Nación. 20
de Mayo de 2007 (pág.1-2, sección 6)
• Grupo Memoria y Justicia por Nuestros Pibes.
http://www.lospibesdecromagnon.org.ar/ . Diciembre de 2004
• Kübler-Ross, Elisabeth. Sobre la muerte y los moribundos. Barcelona:
Ediciones Grijalbo, 1975
• Maci, Guillermo. “La pura cultura de la muerte” [en línea]. La Nación.
4 de Octubre de 2004. http://www.lanacion.com.ar/641939
• Minuchin, Salvador; Fishman, Charles. Técnicas de Terapia Fami-
liar. Barcelona: Paidos, 1981.
 Lic. Sara Sinay-Olstein
Sara Sinay Olstein nació en Buenos Aires, el 11 de Agosto de 1943. Licenciada de
Psicología y Terapeuta Familiar, Presidente de la Fundación para la Segunda Mitad
de la Vida.
Integra el equipo interdisciplinario del Dr. Gastón Boero y la Psic. Margarita Ripoll,
en la Rep. O. del Uruguay. Es conferencista y trabaja en el Instituto de Terapia del
Reencuentro y la fundación del mismo nombre, con frecuencia anual, en grupos de
tres generaciones, (España: Valencia –Madrid). Conducción y creación de un progra-
ma radial durante tres años, hasta el 2005… “Para la Segunda mirad de la vida”.
Autora del libro “El Recontrato con la Vida…un Desafío”.
Co-autora del libro “Grupalismo- Primavera 2007” Ed: Ricardo Vergara.
Docente de postgrados en la Universidad CAESE y en Universidad de
Buenos Aires.
Tel.: (5411) 4772-0453 /  4777-1916
E-mail: solstein@fibertel.com.ar
www.saraolstein.com.ar
ADOLESCENCIA EN CRISIS 67
El uso de la telefonía móvil en la
población adolescente
Dra. Lic. Leticia E. Luque
Cuando se inventó el teléfono, el propósito de uso era
lograr la comunicación entre personas distantes entre sí e
imposibilitadas de comunicarse con cierta fluidez. El de-
sarrollo tecnológico luego lo convirtió en un elemento im-
prescindible en la vida humana y ahora lo usamos hasta
para comprar comida. Así, la telefonía convencional marcó
un hito en la historia de la Humanidad; luego, la telefonía
móvil – extensión de la telefonía fija – dio un agigantado
paso hacia delante en la evolución de este sistema de co-
municación.
No puede negarse que en el último lustro el teléfono mó-
vil se ha convertido en el “juguete” preferido de todos, es-
pecialmente de los más jóvenes. Estos son los principales
usuarios, sobre todo de algunos de los servicios como los
mensajes de texto cortos, los ringtones (tonos musicales) y
los juegos.
De representar un auténtico artículo de lujo y un mar-
cador de estatus social hasta mediados de los años 90’,
el teléfono móvil ha pasado a convertirse – a través de los
procesos de adquisición generalizada – en un aparato tec-
nológico ampliamente difundido e indispensable. Ha supe-
rado con creces la funcionalidad básica con la que fuera
concebido y se ha convertido, especialmente para los jóve-
nes, en un instrumento de ocio.
Las posibilidades del teléfono móvil son además cada
día mayores y se asemejan ya a las posibilidades que ofre-
ce Internet. Es un dispositivo que materializa el proceso
68 Psicoterapias 8
de convergencia tecnológica entre sonido, imagen, texto y
datos, con creciente resolución y muchas prestaciones en
la palma de la mano. Los teléfonos móviles son cada vez
más pequeños en tamaño, diversos en diseño, con pres-
taciones cada vez más amplias y complejas, y con precios
accesibles que facilitan su adquisición. Y gran parte de
auge actual tiene que ver con la necesidad, creada por el
mercado, de estar en todo momento “localizable”, cuya
implicancia básica es que sin móvil no figuras en el en-
tramado de la interconexión social, “no existís” (Salido &
Fernández, 2007).
La telefonía móvil ha sido pionera en la utilización de
nuevas formas de codificación de la información como lo
es el servicio de SMS (mensajes de texto). La posibilidad
de enviar mensajes de texto cortos a los aparatos de te-
lefonía móvil surge en pleno desarrollo de las redes GSM
(Global System for Mobile), en la década de los 90’, siendo
su utilidad original la complementación de los servicios
del buzón de voz. Así pues, los SMS no fueron concebidos
como canal de comunicación alternativo a la llamada o
comunicación mediante la voz (Salido & Fernández, 2007);
sin embargo, en la actualidad constituyen una capacidad
tecnológica aceptada universalmente y una importante
fuente de financiación para la industria (por participación
de programas de tv, sorteos, descargas de logos, juegos y
música, etc); tal como lo señalan los estudios de distintas
consultoras argentinas y de las empresas telefónicas de
distintos países, los SMS se han convertido en la opción
comunicativa más utilizada del teléfono móvil, y el grupo
adolescente es el mayor usuario de la telefonía móvil en
general.
Los adolescentes
En la actualidad los adolescentes deben encontrar su
identidad en una sociedad caracterizada por cambios per-
manentes y bruscos, donde toda satisfacción debe ser re-
ADOLESCENCIA EN CRISIS 69
suelta aquí y ahora, ya que ninguna postergación tiene
sentido.
La característica fundamental de esta época es ser una
“época de consumo y de información”, que transforma a la
sociedad actual en un lugar con miles de modelos, com-
pelida a adquirir cada vez más objetos anunciados por
los medios de comunicación, donde cada uno lucha por
ser original y también pretende destacarse por estar a la
moda.
Los adolescentes de hoy son los grandes consumidores
dentro de las familias, los más activos en lo que hace a de-
mandar bienes, y la demanda adolescente, por lo general,
suele ser superior a las posibilidades de satisfacción de
sus padres. Obviamente, entre los consumos privilegiados
actualmente está el teléfono móvil.
Como todos los bienes destinados al consumo, el móvil
tiene una dimensión material que cubre aspectos vincula-
dos con la satisfacción de necesidades (comunicación flui-
da y eficaz), pero al mismo tiempo, tiene un valor simbó-
lico: satisface las necesidades de las fantasías (Graner et
al, 2006). La posesión de teléfono móvil (uno o más) y las
características del mismo (color, tecnologías incorporadas,
costo del aparato, tipo de contrato) ubican de cierta forma
a su dueño dentro del mundo social, comunican intencio-
nes, y lo categorizar de ciertas maneras.
Y los adolescentes son muy sensibles a estos efectos. Tal
como Galán Rodríguez (2002) afirma, las tecnologías están
muy involucradas en los procesos de exhibición consciente
de la propia identidad y autoevaluación, y de todas ellas,
el teléfono móvil es el medio más íntimo de expresión, una
imagen sin palabras de la personalidad, con crecientes do-
tes de fetiche. Así es que los adolescentes evalúan a los
pares y se autoevalúan a través de lo que eligen, usan y
portan; son consumidores exigentes, que presionan a los
padres y son altamente susceptibles a las modas que se
imponen en cierto momento. Estos consumos culturales,
a la vez, definen la identificación adoptada por los grupos
de pares, y construyen su identidad. Así como el “rock and
70 Psicoterapias 8
roll” marcó pautas para las generaciones de jóvenes anta-
ño, el teléfono móvil es un modelo de identidad para las
generaciones jóvenes de la actualidad.
Desde este punto de vista es comprensible que para los
adolescentes no sea suficiente tener un teléfono móvil, sino
que éste además tiene que estar personalizado. Los ado-
lescentes lo personalizan de acuerdo a sus preferencias.
En primera instancia intentan obtener el modelo de telé-
fono que esté más a la moda y que mejor se adecue a sus
gustos y los de su grupo; luego lo personalizan mediante
ringtones, fondos y protectores de pantallas, configuración
de llamadas en espera, etc., siendo posible encontrar gru-
pos de adolescentes que tienen sus móviles con acceso-
rios o ringtones similares en tanto existe la posibilidad de
compartirlos mediante funciones específicas. Finalmente,
le imprimen su sello personal con diferentes accesorios
como fundas, fotografías adhesivas, carcasas removibles,
correas, entre otros.
Oksman y Rautiainen (2002) definen la relación entre
los móviles y los adolescentes como una relación funcional,
ya que los primeros funcionan como artefacto de comuni-
cación y también como objeto útil de la vida diaria (desper-
tador, calendario, reloj, agenda, mp3, radio, cámara, etc),
con capacidad de ayuda en la organización de la vida y las
relaciones sociales de los segundos. Un ejemplo de ello es
que los adolescentes usan los SMS principalmente para
mantenerse comunicados con su grupo de pares y utilizan
el teléfono para “ser localizados” por sus padres.
Fortunati y Manganelli (2002) afirman que los adoles-
centes son los responsables del uso creativo e inesperado
del teléfono móvil como un instrumento privilegiado para
comunicarse entre ellos. Son los protagonistas de una re-
volución en el campo de las nuevas tecnologías, siendo
unos exploradores de primera y dedicando tiempo en en-
señar ellos a sus mayores cómo se usa esta nueva tecnolo-
gía. La franja que va desde los 15 a los 24 años de edad es
la que gasta más tiempo y la que tiene más aptitudes en el
uso de este artefacto. Según los autores, el teléfono móvil
ADOLESCENCIA EN CRISIS 71
hace posible el mantenimiento y ensanchamiento de la red
comunicativa y social del adolescente, y el SMS le permite
sentirse verdaderamente acompañado.
Los grupos de pares son la primera ampliación de la red
de relaciones en las que entran los adolescentes; con los
pares “chatean” – ya no tanto por Internet como a través
del móvil – sea para planear salidas, pautar encuentros,
o estudiar juntos, pero básicamente para pasar el tiem-
po y estar juntos. Estos grupos son ámbito de contención
afectiva y espacios de autonomía, y funcionan como una
organización que determinan modos de elegir – entre otras
cosas – la vestimenta, las preferencias musicales, la comi-
da, y ahora el teléfono móvil.
Actualmente este artefacto es un elemento importante
en el mantenimiento del grupo de pares (Ling, 2002). Los
adolescentes adoptan este medio de comunicación para
mantenerse on-line con su grupo de pertenencia, con la
“hermandad virtual” en términos de Fortunati y Magnane-
lli (2002), y esto se ha acentuado con la incorporación de
Internet a los teléfonos móviles. Además, dentro del grupo
de pares los adolescentes crean su propio lenguaje, con
códigos que solo ellos creen o pretenden entender, y que
permite reforzar la pertenencia al mismo. Este lenguaje
es llevado a los teléfonos móviles, y expresado en general
mediante los SMS.
En estos aspectos la telefonía móvil no parece negati-
va, máxime si se considera que le permite al adolescente
seguir en contacto con su red social una vez finalizada su
jornada diaria, sin necesidad del encuentro físico (Graner
et al, 2006), y sin faltar al cumplimiento de sus obligacio-
nes. No obstante, es importante considerar el uso no-ins-
trumental del teléfono móvil, ya que, al igual que sucede
con otras nuevas tecnologías de la información y la comu-
nicación (TIC), éste se ha convertido en un instrumento de
ocio. Las posibilidades de este instrumento son cada día
mayores y se asemejan ya a las posibilidades que ofrece el
Internet, de modo que puede utilizarse como instrumen-
to para jugar (videojuegos), participar de sorteos, tomar
72 Psicoterapias 8 ADOLESCENCIA EN CRISIS 73

y enviar fotografías y vídeos, chatear, escuchar música, El sueño alterado, el mal humor, la disminución del rendi-
etc. Así, y como ocurre con la televisión y los videojuegos, miento y la progresiva pérdida de relaciones sociales, son
el teléfono móvil capta la atención y el tiempo de los más algunos indicadores que alertan sobre la dependencia. El
jóvenes, desviando su atención de otras actividades menos problema se agudiza cuando el sujeto se aísla y prefiere,
“atractivas”, tales como el estudio escolar obligatorio. casi de forma exclusiva, el contacto con otras personas por
vía telefónica, especialmente si el contacto es solo vía SMS
(Luque, 2007).
Los riesgos
Por otro lado, los jóvenes que usan compulsivamente el
teléfono móvil tienen problemas socioafectivos y emocio-
El uso de esta nueva tecnología conlleva sus riesgos
nales, con tendencia al aislamiento y la agresividad. Es
cuando el mismo escapa a los fines para los cuales fue
por ello que Butt y Phillips (2008) afirman que el uso del
creada.
teléfono móvil se asocia a la personalidad; su estudio in-
En primer lugar podríamos ubicar la adicción al teléfo-
dica que los sujetos con rasgos de extroversión y los me-
no y el uso compulsivo de los SMS (Luque, 2007). En tan-
nos sociables son quienes más utilizan el teléfono móvil,
to es un problema que puede considerarse como adicción
pasando más tiempo en adaptar las melodías y el fondo
psicológica, requiere diagnóstico y tratamiento psicológico
de pantalla, a la vez que son quienes menos atienden las
adecuado. Si bien los casos tratados aun son pocos, lo que
llamadas entrantes.
más preocupa es que la población joven es la más pro-
Un estudio de Thomée (et al, 2007) señala que en
pensa a sufrir este trastorno de falta de control de los im-
el caso de los varones, el número de llamadas de teléfono
pulsos. En este sentido es que es preciso controlar el uso
móvil y los mensajes SMS diarios se asocian con trastornos
no instrumental del teléfono móvil que antes se mencionó.
del sueño, y el uso de SMS también se asoció con síntomas
Cada vez hay más menores de edades tempranas que tie-
de la depresión. En el grupo de mujeres, en cambio, el uso
nen su propio teléfono móvil simplemente porque los pa-
excesivo de los SMS se asoció con estrés prolongado, de la
dres están más tranquilos y suponen que así los pueden
misma forma que éste se asocia con usar el “chat” durante
mantener más “controlados”; sin embargo, esto favorece la
mucho tiempo diario.
dependencia hacia este artefacto.
Otro problema, correlativo al uso compulsivo del telé-
Es cierto que el teléfono móvil ha aumentado las posi-
fono móvil, es el referido a los problemas escolares que
bilidades de estar comunicado, y por ser una herramien-
surgen. La excesiva atención puesta en el aparato resta
ta útil, ha generado que rápidamente nos habituemos a
posibilidad de concentración en otras tareas y genera pro-
usarlo, pero la soledad, la necesidad de contacto y afecto,
blemas para atender en clases. También se han detectado
el tedio, la desorientación, pueden ser punto de partida
dificultades para escribir correctamente, por alteración de
del ciclo adictivo. Los dependientes no pueden pasar mi-
los movimientos de la mano y el abuso de los SMS, según
nutos sin su teléfono; duermen con el teléfono a su lado
señalan Moreno y García (2006).
alterando su descanso; siempre están expectantes de la
Un problema social que puede asociarse al uso del
respuesta al SMS enviado y la no-respuesta es altamente
teléfono móvil es el hecho de estar “localizable” todo el
frustrante; llevan y responden el teléfono hasta en luga-
tiempo. La pérdida de privacidad a causa de las nuevas
res inapropiados (ej: el baño); verse impedidos de usar el
tecnologías es un fenómeno aun no estudiado en profun-
teléfono equivale a un aumento marcado de la ansiedad.
didad; no obstante, es posible prever los impactos que la
74 Psicoterapias 8
misma tiene en la conformación de la identidad de los su-
jetos en pleno desarrollo.
Correlativamente a la pérdida de privacidad, encontra-
mos la exposición a mensajes no solicitados (publicidad a
manera de SPAM) y que suelen estar dirigidos en general
al usuario joven (por las características de consumo de
este grupo etario). Dichos mensajes provienen, en muchos
casos, de las mismas empresas proveedoras del servicio,
quienes cobran al receptor el mensaje y además lo incitan
a gastar dinero con promociones de distinto tipo. Esto últi-
mo lleva además en pensar en situaciones análogas como
el acceso a porno-webs; niños y adolescentes no siempre
buscan activamente el acceso a páginas de este tipo, sino
que ingresan a las mismas a través de publicidades que
reciben en sus propios correos electrónicos, mediante el
sistema de mensajería masiva. Esto ocurre también a tra-
vés del sistema de mensajes telefónicos no solicitados y es
a esto a lo que debe atenderse y requiere vigilancia pater-
na.
El riesgo de accidentes por enviar y responder llama-
das y mensajes es una realidad palpable, a la que no se
exponen únicamente los más jóvenes. La atención puesta
en el teléfono y en lo que se comunica no permite atender
simultáneamente a otros estímulos externos, de manera
que aumenta el riesgo de sufrir un accidente vial de cual-
quier tipo. El gran riesgo aquí es que este comportamiento
se observa generalmente en los adultos, quienes son los
“modelos a copiar”.
Otro aspecto a considerar es que en estado de embria-
guez o intoxicación es posible realizar llamadas o enviar
mensajes no apropiados, de los que es posible arrepentirse
después, particularmente si el estado mencionado se aso-
cia a una situación de soledad, depresión, carencia afec-
tiva, o se usa para obtener seguridad y actuar de modos
contrario a lo acostumbrado.
Existe un aspecto poco analizado en nuestro ámbito y
se refiere a la “digital divide”: la división de clases según el
acceso a las herramientas tecnológicas. Es preciso anali-
ADOLESCENCIA EN CRISIS 75
zar el impacto de la “no posesión” de teléfonos móviles en
los adolescentes que se sienten diferentes, acomplejados,
inseguros, menos populares, más pobres, más limitados,
excluidos, en relación a los que sí poseen dichos artefac-
tos.
Por último, y no por ello menos importante, la pérdida
de conocimientos de las reglas básicas de ortografía o la
generación de “nuevas reglas” es también un riesgo aso-
ciado a los SMS. Siendo el SMS el canal alternativo de co-
municación más utilizado – al menos por los más jóvenes
– surge un nuevo escenario donde el adolescente – como
usuario -, reformula los usos prescriptos del lenguaje ade-
cuándolo a los dispositivos de la telefonía móvil. El SMS es
el recurso principal de comunicación entre jóvenes, no solo
porque es el más barato y el más rápido, sino también por
ser el más “trasgresor”, porque ha propiciado el desarrollo
de un nuevo lenguaje basado en la creación de un nuevo
código. Los SMS permiten un máximo de 160 caracteres
(incluidos espacios en blanco) y por ello es comprensible el
uso del lenguaje abreviado y cargado de símbolos; esta es
una manera de aprovechar el lenguaje escrito y para eso se
ha regresado al uso de signos pictográficos y se aprovecha
al máximo el sonido de las letra, suprimiendo aquellas que
no son necesarias (ej:q = que) o bien reemplazándolas (ksa
= casa). También se incorporan palabras y expresiones en
ingles, con el objetivo de responder con inmediatez y bre-
vedad.
Al respecto, Moreno & García (2006) afirman que el de-
sarrollo de este nuevo lenguaje parece tener ventajas e in-
convenientes. Por un lado, es de suponer que será posible
que convivan perfectamente este nuevo registro de la len-
gua escrita con las normas correctas; un nuevo proyecto
de la Real Academia (Trenas, 2008) así lo expresa. Por otro
lado, dada la relevancia del lenguaje en la estructuración
de la psiquis humana, es esperable que la reducción del
lenguaje traiga aparejado no solo el empobrecimiento del
idioma sino también la reducción del pensamiento y de las
76 Psicoterapias 8
capacidades de razonamiento y de adquisición de conoci-
mientos.
Este nuevo lenguaje, además, puede causar malos en-
tendidos en la comunicación ya que pueden existir usua-
rios que no lo dominan con facilidad, especialmente los
adultos; de allí que la mayoría de los adolescente use la
nueva jerga con amigos, pero se esfuerce en escribir con
pocos símbolos y abreviaturas cuando se comunica con
los mayores (Oller, Schejtman & Farías, 2008). El nuevo
lenguaje puede concebirse como otra forma de marcar la
brecha generacional; a la vez, los adolescentes han asumi-
do el rol de “el que más sabe” sobre el uso de los teléfonos
móviles y los SMS, por lo que se ubican y son ubicados en
planos de igualdad o superioridad en relación a las figuras
parentales o adultas.
La comunicación, como proceso, también se ve alterada;
el uso de los SMS como principal canal comunicativo im-
plica un cambio en el código comunicacional en tanto co-
loca en segundo plano las relaciones cara a cara, para re-
emplazarla por códigos simbólicos que se presentan sobre
una pequeña pantalla que se mueve constantemente junto
a su portador, provocando la sensación de estar siempre
acompañados, menos solos, aunque la sensación no coin-
cida con la realidad (Luque, Boncini & Santa, 2008).
Consideraciones finales
El adolescente-portador-de-telefonía-móvil, en su rol de
consumidor exigente y demandante, define las formas ac-
tuales de la transición adolescente; son futuros adultos
incitados al consumo y a la aventura en grado extremo,
que se enfrentan a una generación de padres-adultos con-
fusos, indiferentes y que responde al reclamo ilimitado de
hijos adolescentes, sin lograr resolver un conflicto genera-
cional que ella misma no ha resuelto.
Así, la reflexión a realizar debe basarse en las moda-
lidades educativas que se brindan a los adolescentes, y
ADOLESCENCIA EN CRISIS 77
particularmente, en el rol que les corresponde ante ellos
a los adultos – sean padres, educadores o profesionales -.
El objetivo ha de ser lograr que esta generación adolescen-
te logre beneficiarse con las nuevas tecnologías sabiendo
desechar lo nocivo y perjudicial, haciendo hincapié en el
uso de la tecnología sin dependencia de la misma (Luque,
2008). Rescatar la riqueza del idioma, destacar la impor-
tancia del encuentro cara-a-cara, proponer modelos de
adultos seguros y amorosos, son formas de alcanzar dicho
objetivo. Siguiendo esta línea será posible prevenir y evitar
riesgos, concienciando (a menores y a mayores) sobre el
uso correcto de las nuevas tecnologías comunicativas.
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¿Por qué Internet llama tanto la atención a los adoles-
Trenas, M.A. (19/01/08). La Real Academia estudia adopter el lenguaje centes? ¿Qué aspectos de Internet los atrapan más dentro
de los SMS. La Vanguardia, http://www.lavanguardia.es/lv24h/2008 del ciberespacio? ¿Qué beneficios y qué peligros tiene la
0119/53428418578.html vida “virtual”, considerando que los máximos usuarios son
los futuros adultos de nuestra sociedad?.
Dra. Lic. Leticia E. Luque Psicólogos, sociólogos, educadores y padres preocupa-
dos por sus hijos hace tiempo que buscan respuestas a es-
Dra.en Ciencias de la Salud, Lic.en Psicología, Analista de Sistemas de tas preguntas. Las posibles respuestas están directamente
información. relacionadas con las necesidades de vínculos y las motiva-
Miembro de equipo de investigación en dependencias y creencias far-
macológicas.
ciones propias de la etapa adolescente.
Docente e investigadora Facultad de Psicología - UNC. A continuación se describe y analiza brevemente el com-
Universidad Nacional de Córdoba portamiento de los adolescentes en relación al ciberespacio
E-mail: letiluq30@yahoo.com.ar – dentro y fuera de éste -, intentando comprender lo que
ellos sienten y piensan en y respecto a ese mundo virtual
al que se ingresa mediante la red de redes.

Exploración y experimentación de identidad

El ciberespacio, en tanto espacio social, permitiría en-

contrar respuestas nuevas a viejos planteos humanos.
Así, el ciberespacio es considerado por autores como Su-
ler (2006) y Wallace (2001) como un lugar para encontrar
respuestas a preguntas que existenciales que todo adoles-
cente se plantea: ¿Qué tipo de persona soy?, ¿quién quiero
ser?, ¿qué estoy haciendo y qué haré con mi vida?, ¿qué
clases de relaciones quiero entablar?, entre otras.
80 Psicoterapias 8
Los adolescentes, en la búsqueda de su propia iden-
tidad, quieren ser independientes, hacer su propia vida.
En el proceso que dicha búsqueda implica, el ciberespacio
se presenta como un lugar interesante para satisfacer las
necesidades de un espíritu deseoso de aventuras, espe-
cialmente cuando los propios padres saben poco o nada
sobre el mismo.
Durante la adolescencia se experimenta intensamente
con las relaciones íntimas; también se buscan compañe-
ros, aliados, nuevos grupos donde se pueda experimentar
el sentido de pertenencia; esto contribuye a la exploración
de la propia identidad. Y es en Internet donde el adoles-
cente encuentra una variedad casi ilimitada de personas
(pares o no) y grupos para interactuar, usando todo tipo de
“personajes” (experimentos de identidad) y compartiendo
valores e intereses (Wallace, 2001).
Además, si consideramos la adolescencia como un pe-
ríodo “de tormenta y cambios”, suponemos que puede ser
una etapa difícil y/o frustrante, donde el adolescente se
siente abrumado por las expectativas puestas sobre sí y
que provienen de su entorno (familia, escuela, amigos). Sin
duda el adolescente necesita una “chimenea” desde la cual
descargar ansiedades, temores, frustraciones, angustias,
rabias. Internet suele usarse como dicha chimenea, ya que
el sujeto se escuda en el anonimato para expresar libre-
mente aquello que no consigue descargar en otros ámbi-
tos. Al mismo tiempo, al adolescente le cuesta trabajo el
proceso de individuación, de separación de los padres y el
hogar conocido; y en este sentido Internet cuida muy bien
al sujeto que prefiere quedarse en la seguridad de la casa.
Una de las razones por las cuales Internet parece engan-
char tanto al adolescente es que permite conocer gente,
hacer cosas interesantes como comprar y jugar videojue-
gos, explorar el mundo, y hasta estudiar, todo estando on-
line y sin moverse de casa.
ADOLESCENCIA EN CRISIS 81
El mundo a través de la red
El adolescente puede realizar muchas actividades dis-
tintas en red. La más simple y común en Internet es la
navegación; el adolescente puede visitar páginas de sus
ídolos, crear sitios donde ellos mismos se describen, leer
un libro que posiblemente no leerían en formato impreso
(como ha ocurrido con el último libro de la saga de “Harry
Potter”), copiar monografías o artículos, aprender a armar
una bomba, escuchar o descargar música, entre otras ac-
tividades. Las páginas contienen una ingente cantidad de
ideas, conocimientos y visiones del mundo, más que sufi-
cientes para adolescentes ansiosos por descubrir su iden-
tidad y encontrar una dirección en la vida. Quizás huelgue
aclarar que entre visitar un museo interactivo y ver un
video en Youtube, lo segundo es indudablemente lo que
El correo electrónico es un medio de comunicación que
permite crear una relación de índole emocional, basada en
lo que se llama online disinhibition effect (efecto de desin-
hibición online). Para los sujetos más tímidos, retraídos,
parcos en el contacto cara-a-cara., la característica más
atractiva de esta forma de comunicación es la posibilidad
del contacto mediado, sin posibilidad de ver o escuchar
al otro; esta relación, que es un tanto ambigua y relativa-
mente anónima, suele alentar a decir cosas que de otras
formas no se dirían (Luque, 2007a), a la vez que la asincro-
nía de la comunicación permite reflexionar y releer lo que
se escribe antes de enviarlo.
Otra alternativa es el uso de la mensajería instantánea y
las salas de chat, donde la comunicación es en tiempo real
(la comunicación es sincrónica), al igual que en los SMS.
Cuando las conversaciones son en entornos multimedia,
los participantes deben crear “avatares” para represen-
tarse a sí mismos; esto da posibilidad al adolescentes de
cambiar de nombre, edad, rasgos, género, permitiendo así
ensayos de identidad (Wallace, 2001). Al respecto es preci-
so aclarar que hay dos tipos distintos de chats y requieren
82 Psicoterapias 8
análisis distintos. Por un lado, los de conversación priva-
da, donde los adolescentes chatean con sus compañeros,
conocidos y familiares; aquí el planteo es sobre los moti-
vos por los cuales los adolescentes tienen dificultades para
conversar frente a frente pero no las tienen para contarse
cosas cuando es mediante herramientas tecnológicas; al-
gunos adolescentes se conectan con sus amigos mediante
el chat a penas terminan de llegar a casa, cuando no han
pasado treinta minutos de verse por última vez; otros in-
cluso chatean entre sí estando en el mismo cibercafé o
en la sala de informática del colegio. Evidentemente, hay
necesidades de contacto con los pares, pero, a la vez, hay
dificultades para comunicarse sin tecnología mediadora.
Por otro lado, existen las salas de chat público, donde
los sujetos difícilmente se conocen entre sí; aquí entran en
juego las fantasías, la posibilidad de mentir, la protección
del anonimato, la capacidad de crear escenarios imagina-
tivos, entre otras. Estos son espacios que permiten apren-
der de otros y formar grupos heterogéneos, y tiene al mis-
mo tiempo aspectos positivos y negativos.
En general, las videoconferencias sólo son usadas por
los adolescentes más diestros en tecnología. Además, es
percibido como poco divertido, por cuanto resta fantasía y
anonimato al contacto. Sí es un medio utilizado por los jó-
venes (adolescencia tardía) en la búsqueda de satisfacción
sexual, por ejemplo.
El blog se está convirtiendo en el medio más utilizado
por los adolescentes en la actualidad. Si bien los medios
de comunicación han desvirtuado el uso de los blogs (es
usado como foro de discusión), los adolescentes conocen la
esencia del mismo, y lo utilizan con la función que tienen:
son una especie de revista o diario en línea, son “bitácoras
de viaje”. Los adolescentes los utilizan para registrar lo
que están pensando o sintiendo sobre los acontecimientos
de su día y de su vida personal; si bien pueden restrin-
gir el acceso a su blog personal para que sólo los amigos
pueden leer y enviar respuestas a sus entradas, a menu-
do su diario en línea está abierto para que todos puedan
ADOLESCENCIA EN CRISIS 83
leer sus pensamientos y emociones. Los adolescentes tam-
bién pueden utilizar los blogs como un foro de mensajes,
para sostener y registrar conversaciones con sus amigos
sobre temas de interés para todos; también pueden crear
un blog de una persona imaginaria creada por ellos, con
lo cual surge la posibilidad de ensayar con una identidad
que no se posee.
En todos estos “lugares del ciberespacio” los adolescen-
tes pasan mucho tiempo (Suler, 2006), existiendo pros y
contras en lo que allí se hace y en relación al impacto que
esto genera en la vida real.
Aspectos favorables. Adquisición de nuevas com-
petencias
Nos guste o no, las computadoras son parte de la vida
moderna. Aprender informática ya no implica ser fanático
de la tecnología ni tener aspecto de intelectual con poca
habilidad social. Sobrevivir en el nuevo milenio segura-
mente será posible si se adquieren las habilidades infor-
máticas y tecnológicas necesarias; en consecuencia, puede
suponerse que el apego de los adolescentes al ciberespacio
es realmente saludable, ya que actualmente casi no hay
actividades y profesiones que no requieren conocimientos
informáticos de algún nivel. Además, aquellos adolescen-
tes que dominan determinadas herramientas informáticas
(escanear, retocar fotografías, crear blogs y páginas web,
descargar música, etc), ascienden en la escala social del
ciberespacio; pueden enseñar a otros – no sólo pares sino
también adultos – y esto les da sensación de dominio y
logros, reforzando su propio conocimiento y convirtiéndo-
se en fuente de autoestima. Así mismo, estas capacidades
van más allá del ciberespacio o la computadora; diseñar un
blog, por ejemplo, requiere habilidades en diseño gráfico,
diseño de páginas web y dominio de lenguaje, de modo que
entran en juego aspectos creativos y técnicos a la vez.
84 Psicoterapias 8
Una diferencia significativa entre las conversaciones en
línea (chat) y fuera de línea (en la vida real) es que la tor-
peza propia de la interacción cara a cara – especialmen-
te en los adolescentes más pequeños – no se transfiere
a los contactos mediante Internet. Pensando en positivo,
podemos considerar que estas situaciones pueden ser una
buena forma de practicar las destrezas sociales para más
tarde generalizarlas en sus relaciones cara a cara.
Si se piensa en los videojuegos en red (intranet) y los
videojuegos on-line, también es posible enumerar bene-
ficios. Mediante los videojuegos es posible desplegar una
amplia gama de estrategias que son muy importantes para
el aprendizaje: la resolución de problemas, el aprendizaje
de secuencias, el razonamiento deductivo, la memoriza-
ción. También permiten introducir estrategias didácticas
grupales como el trabajo cooperativo y colaborativo, el
aprendizaje basado en la resolución de tareas, entre otros
(Gros, 2004).
Exploración de la información
Una característica atractiva de Internet para los ado-
lescentes es que allí no tienen prohibido el acceso a la in-
formación, y hay publicado sobre casi todo lo que alguien
está interesado en saber; esto es posible gracias a que la
mayoría de las zonas del ciberespacio no son controladas
– o lo son mínimamente – por el gobierno, los padres, la
escuela, y los adultos en general. La exploración de la in-
formación puede satisfacer la necesidad de sentirse libre
y único, por un parte por evadir el control paterno, y por
otro, porque el ciberespacio es un lugar sin fronteras don-
de todos pueden ser pioneros en su conquista.
Suele afirmarse que Internet está lleno de “basura”.
Aunque en algunos sentidos esto es cierto, el adjetivo es
relativo, porque depende de la perspectiva del usuario de
la información. Un aspecto positivo de esto es que los ado-
lescentes pueden decidir por sí mismos lo que es buena
ADOLESCENCIA EN CRISIS 85
información y lo que no lo es. Los escépticos sostienen que
no tienen la capacidad de hacer estas discriminaciones,
sin embargo, muchos adolescentes están a la altura del
desafío y ellos son quienes se han convertido en consumi-
dores-conocedores de la información de esta nueva era. El
otro aspecto positivo es que tienen que aprender a buscar
la información que desean; para ello tienen que aprender
sobre lógica booleana y los matices de la forma de expre-
sión de una palabra clave, obligándose a pensar acerca del
tema que investigan.
Aprender sobre otros y sobre sí mismos
El ciberespacio ofrece la oportunidad a los adolescentes
para entender a sus pares en otros lugares del mundo. En
general, las salas de chat, los foros y los blogs son de com-
posición internacional y el impacto de la discusión sobre
lo que ocurre en otros lugares del mundo es mucho mayor
cuando se expresa-conoce a través de estos medios que
cuando la información proviene de libros o de la televisión.
Pasar tiempo en comunidades de este tipo permite conocer
aspectos geográficos, económicos, idiomáticos, históricos,
de otros países, aun cuando no sea el objetivo del contac-
to.
El ciberespacio también ofrece a los adolescentes todo
tipo de oportunidades para satisfacer la necesidad de ex-
presar, explorar y experimentar con su identidad. Y con
ello pueden aprender mucho acerca de sí mismos; por
ejemplo, la construcción de un blog es un gran ejercicio
de búsquedas de respuestas a la pregunta “quién soy”;
saber qué se quiere revelar y qué no acerca de uno mismo,
obliga, de alguna manera, a averiguar quién eres. En el
chat y en los juegos, los adolescentes experimentan con
identidades imaginativas que expresan sus deseos ocul-
tos, necesidades y temores; las características del avatar
que crean para sí mismos pueden dar la oportunidad de
actuar como el tipo de persona que admira o se quiere ser.
86 Psicoterapias 8
Podemos suponer que los adolescentes pueden aprender
algo sobre ellos mismos de los personajes que crean, y que
incluso pueden desarrollar, en su vida real, los rasgos de
quienes admiran.
Formación de grupos
Uno de los aspectos que más atrae a los adolescentes
hacia el ciberespacio es la posibilidad de hacer amigos y
unirse para conformar grupos. En estos grupos virtuales
los adolescentes pueden hacer cosas similares a las que
hacen con sus grupos de pares de la vida real: bromear,
jugar, quejarse de sus padres y sus maestros, hablar de su
vida y de lo que sienten, buscar y dar apoyo, asesorar a los
demás, compartir angustias, etc.
El grupo es un fenómeno típico de la adolescencia y en
el ciberespacio hay distintos métodos para la formación
de grupos, que son conocidos y aprovechados por los ado-
lescentes. Pueden unirse a grupos ya formados o formar
nuevos, y en ambos casos la función será la misma: tener
un lugar donde sentirse incluidos y donde todos conozcan
su “nombre” (nick). Esto les brinda sentido de pertenencia,
el grupo es usado como objeto transicional, pero también
como objeto transaccional (Fernández Mouján, 1993), en
tanto el grupo surge como un espacio que – aunque virtual
– permite manipular de manera omnipotente lo real, y esto
otorga un sentido de cohesión e integridad grupal, con im-
pacto sobre la conformación de la identidad.
Aspectos negativos. El acceso a “todo”
En Internet hay de todo, y ello incluye pornografía, dro-
gas, métodos para ejercer violencia, entre otros. La exper-
ticia lograda en la búsqueda de información académica y
científica también se puede aplicar a la búsqueda de in-
formación sobre métodos abortivos, maneras de construir
bombas caseras, posibilidad de contactar personas con
ADOLESCENCIA EN CRISIS 87
inclinaciones sexuales desviadas, etc. Esto lleva a cues-
tionar la libertad de información, a preguntar quién debe
controlar lo que circula en Internet, y también a pregun-
tarnos sobre nuestras actitudes – como adultos – acerca
de la información disponible en el ciberespacio.
La adicción a Internet
Dado que el ciberespacio puede satisfacer muchas de
las necesidades de los adolescentes, existe la posibilidad
de convertirse en “adictos” a la misma. Algunos usuarios
– adolescentes o no – sufren fases de uso intenso de Inter-
net, pero no por ello son adictos; los que son atrapados por
la red generalmente sufren problemas en sus vidas reales,
particularmente soledad y falta de afecto (Luque, 2007b).
El ciberespacio se convierte en la vía de escape, un lugar
para actuar, e incluso la forma de pedir auxilio. Tal como
señala Young (1998), Internet es señalado como respon-
sable del trastorno, cuando en realidad los problemas se
encuentran en el entorno, en los vínculos, en lo vivido en
el mundo real.
La relación con otros
Si los adolescentes pasan tiempo conversando en la In-
ternet, es posible suponer que sus habilidades sociales de-
berían mejorar con la práctica y con el tiempo, máxime si se
considera que contactan con personas de diversas edades
y orígenes culturales, teniendo oportunidad de aprender a
relacionarse con una gran variedad de personas. En con-
diciones óptimas, los conocimientos adquiridos podrán ser
aplicados en la vida cotidiana. Lamentablemente, muchos
adolescentes usan el chat y el correo electrónico como si
fueran meros juegos de computadora, sin ver u oír a la
persona real detrás de las palabras escritas o avatares,
y – en forma inconsciente – se comportan como si la otra
persona fuese un robot o personaje de videojuego.
88 Psicoterapias 8
Los prejuicios y estereotipos sociales sobre personas
con ciertos rasgos y/u de otras culturas, pueden alterar
el contacto con cibernautas de otros países. El anonimato
suele dar como resultado no oír lo que el otro realmente
dice, sino lo que se quiere oír en función de los valores y
preconceptos personales. No obstante, esto no es un pro-
blema relacionado con el ciberespacio en sí, si no el trasla-
do de un problema social del mundo real hacia el mundo
virtual.
Por otro lado, puede ocurrir, en condiciones poco idea-
les, que el adolescente no logre aplicar a su vida real lo
que pudiera aprender de la vida virtual; así – y solo como
uno más de los ejemplos posibles – utilizaría el chat o los
juegos o su participación en blogs como formas de des-
cargar frustraciones, expresar conflictos reales de su vida
personal, intentar encontrar soluciones a sus problemas
mediante los personajes que asume, pero sin la intención
o voluntad de aprender y transferir el aprendizaje a la vida
cotidiana.
El lado oscuro de los “grupos virtuales”
Un aspecto negativo de la conformación de grupos vir-
tuales es que los adolescentes pueden unirse a grupos po-
líticos con ideas radicales o sectas satánicas u oscurantis-
tas, que aprovechan el idealismo y la protesta adolescente
para sus propios fines. También pueden participar de “or-
gías on-line”, de fraudes económicos, hackeo de sistemas,
entre otros. A nadie escapa que la participación en estas
actividades se produce en el mundo real también; sin em-
bargo, para un adolescente es mucho más fácil participar
de estas actividades cuando se está sentado en la compu-
tadora de casa.
Otro aspecto negativo de los grupos virtuales es que las
amistades en general son un tanto artificiales, superficia-
les, transitorias. Para los adolescentes que sienten ansias
de tener buenos amigos y necesitan del grupo, puede ser
ADOLESCENCIA EN CRISIS 89
muy angustiante que de pronto aquellos que consideraba
“amigos” se desaparezcan de manera inexplicable e ines-
perada. Es una realidad de las relaciones virtuales que
es demasiado fácil decir “adiós” o desaparecer sin siquie-
ra tener que despedirse; es cierto que hay quienes logran
encontrar y mantener buenos amigos en el ciberespacio,
pero no es lo más frecuente, y para los adolescentes la
decepción respecto a los amigos virtuales suele ser muy
problemática, especialmente para aquellos que están tan
sensibilizados a las cuestiones acerca de la intimidad, la
confianza y la lealtad.
Portarse mal en la red
Cuando se habla de “portarse mal en la red” se incluyen
desde el uso de lenguaje indebido con alta carga sexual en
el chat hasta las actividades de hackeo de sistemas infor-
máticos. Por supuesto, no todos los adolescentes tienen
tendencia a comportarse mal dentro de la red, y lo más
probable es que aquellos que sí lo hacen estén teniendo
problemas en su vida real y utilizando Internet como vía
de liberación de las tensiones cotidianas.
Por otro lado, un estudio efectuado por Daniel (2005)
muestra que los adolescentes afirman que no se compor-
tan mal en la red, aun cuando han señalado que – por
ejemplo – engañan a los docentes con trabajos monográ-
ficos copiados en línea, que visitan páginas pornográficas
cuando sus padres no los observan, y que usan vocabu-
lario soez en sus diálogos en el chat. A la vez, señalan
que sus amigos sí tienen comportamientos indebidos en la
red. Es decir, no perciben como negativas las actividades
mencionadas cuando los protagonistas de éstas son ellos
mismos, pero sí las perciben como negativas cuando son
realizadas por otros, incluidos sus amigos y compañeros
de estudio. Desde la teoría de la tercera persona (Perloff
Daniel, 2005), puede suponerse que esta actitud se debe a
que las personas en general tienen una imagen ética de sí
90 Psicoterapias 8
más favorable que la de los demás; esto no es diferente en
los adolescentes ni dentro del ciberespacio.
El engaño
Hay en Internet formas de proteger a niños y adolescen-
tes de los “adultos depredadores” (Suler, 2006); no obs-
tante, no siempre se logra. Así como hay adolescentes que
simulan ser adultos para ser aceptados en ciertos grupos,
también hay adultos que se hacen pasar por adolescentes
para atraerlos, ganándose la confianza de éstos. En otros
casos, los adultos no simulan ser adolescentes sino que
se presentan como alguien en quien se puede confiar, que
puede comprender y apoyar en la pelea y separación de los
padres, pero cuyos fines son siempre perversos. Internet
se convierte, así, en otra manera de abusar de menores
vulnerables.
Prevención
Internet es un medio útil, para los adolescentes, en la
búsqueda de su identidad e independencia; no obstante,
como toda actividad adolescente, requiere ser supervisada
y guiada. Tal como se ha expuesto, el ciberespacio presen-
ta lados oscuros además de aspectos favorables.
No es posible evitar que los adolescentes se sientan
atraídos por Internet; negarles el acceso a las nuevas tec-
nologías sería negarles un lugar en el mundo actual. In-
clusive al adolescente que sufre adicción hacia las nuevas
tecnologías no se le debe impedir el uso; por el contrario,
debe promoverse el uso de la tecnología sin dependencia
(Luque, 2008). No obstante, afirmar que los más jóvenes
deben saber de informática y tecnología porque el mundo
actual lo exige, no equivale a dejar que hagan lo que pre-
fieran dentro del ciberespacio.
Así como los padres responsables no permiten que sus
hijos conduzcan automóviles por el centro de la ciudad sin
edad para hacerlo, tampoco deben permitir que sus hijos
ADOLESCENCIA EN CRISIS 91
circulen por el ciberespacio sin límites de tiempo y acción.
Si es deseable imponer reglas de uso y pautas de convi-
vencia en el hogar y la escuela, cómo no imponerlas en
relación al ciberespacio. Sin normas claras reina el caos;
la permisividad sólo genera desprotección; la indiferencia
deja al adolescente fuera de control. Si un padre detecta –
hay software adecuado para el control de uso – que su hijo
adolescente está intentando hackear un sistema o visita
asiduamente páginas pornográficas, debe aplicar sanción
a dicho comportamiento tal como haría frente a cualquier
otro comportamiento inadecuado del mundo real.
Padres y educadores – adultos en general – debemos
participar activamente y adoptar una postura responsable
frente a lo que se debe permitir – y lo que no – a los meno-
res dentro del mundo virtual. A la vez, y teniendo presente
lo que señala Suler (2006), no todo debe ser supervisión
y restricción. Internet puede ser una buena herramien-
ta para transmitir conocimiento si se sabe usar de forma
adecuada; también es una buena manera de compartir
tiempo entre padres-abuelos e hijos adolescentes, y una
forma de mantener relaciones más fluidas con familiares
y amigos que viven en otras ciudades o países, generando
lazos duraderos e intergeneracionales. Los videojuegos son
herramientas didácticas que pueden explotarse con fines
educativos gracias a los beneficios que reportan a nivel de
resolución de problemas, pensamiento abstracto, toma de
decisiones, descargas de agresión, entre otros (Moreno &
García, 2006). Explotar la necesidad de escribir que impo-
nen el chat, los blogs y el correo electrónico es una buena
forma de potenciar el conocimiento del idioma y del len-
guaje escrito. Finalmente, debe alentarse a los adolescen-
tes a seguir participando de la vida real: realizar deportes o
actividades recreativas, tener amigos no-virtuales, formar
grupos fuera de la red, estudiar y crecer sin dependencias
tecnológicas.
Para poder guiar, supervisar y también hacer críticas
constructivas, primero es necesario conocer. La crítica
desde la ignorancia y el rechazo solo es nociva, pero nun-
92 Psicoterapias 8
ca productiva. En consecuencia, los adultos estamos obli-
gados a explorar el ciberespacio para conocer beneficios
y riesgos o peligros. Una buena forma de conseguirlo es
preguntándoles a los adolescentes sobre este tema; sin
censuras y mostrando interés real es posible aprender de
ellos, saber lo que efectivamente hacen en el ciberespacio,
interiorizarse del tipo de relaciones que sostienen, enten-
der sus motivaciones para usar su tiempo libre en activi-
dades “virtuales”, y comprender por qué la red los atrapa
tanto.
Bibliografía
Daniel, A. (2005). An exploration of middle and high school students’ perceptions
of deviant behavior when using computers and the Internet. The Journal of Techono-
logy Studies, XXXI (2): 70-80.
Fernández Mouján, O. (1993). Abordaje teórico y clínico del adolescente. Buenos
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Gros, B. (Coord.) (2004). Pantallas, juegos y educación. La alfabetización digital en
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Luque, L. (2007a). Ciberterapia. En Comprender las psicoterapias. Buenos Aires:
Vergara Ediciones. p.163-172.
Luque, L. (2007b). Adicción a Internet. En Nuevas adicciones. Buenos Aires: Ver-
gara Ediciones. p.5-16.
Luque, L. (2008). Ciberdependencia: estudio descriptivo con sujetos jóvenes de
Córdoba-Argentina”. En A.Trimboli, JC.Fantin & S.Raggi (comp). Modernidad,
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Moreno Herrero, I. & García Serrano, J. (2006). Las nuevas pantallas, un reto educa-
tivo. Revista Complutense de Educación, 17(1): 135-149.
Suler, J. (2006). The Psychology of Cyberspace. Libro electrónico disponible en
www.rider.edu/suler/ psycyber/psycyber.html
Young, K. (1998). Caught in the Net. Disponible en http://www.netaddiction.com
Wallace, P. (2001). La psicología de Internet. Barcelona: Paidós Ibérica.
Dra. Lic. Leticia E. Luque
Dra.en Ciencias de la Salud, Lic.en Psicología, Analista de Sistemas de
información. E-mail: letiluq30@yahoo.com.ar
Reseña Curricular de los autores
Dra. Yasmín Ríos, Puerto Rico
Obtuvo su grado doctoral en Psicología Clínica de la Universidad Carlos Albizu,
San Juan de Puerto Rico. Es considerada una experta en el manejo de trastornos ali-
mentarios. Ha sido facultad invitada de varios programas graduados en Puerto Rico.
Al presente se encuentra es la Directora Ejecutiva de RS Psychological Clinic.
E-mail: rios2111@yahoo.com
Dr. José R. Rodríguez, Puerto Rico Es Catedrático Asocia-
do en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Medicas. Como medico-
epidemiólogo centra sus investigaciones en aspectos nutricionales, gerontológicos y
socio-médicos.
E-mail: jose.rodriguezgomez@vmail.uprrp.edu
Mónica Bustamente, Colombia
Psicóloga y Antropóloga, Universidad de los Andes, Bogota Colom-
bia. Master en psicología clínica, Universidad Santo Tomas, Bogota
Colombia; Candidata a doctorado en Educación con énfasis en Me-
diación Pedagógica, Universidad de la Salle Costa Rica; estudios en
maestría en Ciencias Sociales con énfasis en Antropología, Facultad
Latino Americana de Ciencias Sociales (FLACSO) Quito, Ecuador
E-mail: 0824monica@gmail.com
Lic. Esther Any Krieger
Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina y Full
member IPA, Coordinadora Capítulo Psicoanálisis y Patologías ac-
tuales APA-Fundadora y co - coordinadora del Capítulo Psicoanálisis
y Patologías actuales de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
Es co-autora del libro sobre adicciones. Nuevas adicciones. Ricardo
Vergara ediciones. (2008)
Participa en distintos programas radiales y culturales de la ciudad
de Buenos Aires. Teléfonos: 1550379781 / 0114 776 1851
Lic. Victoria Aloisio
Lic. en Psicología, Sexóloga Cllínica. Integró el Equipo del Hos-
pital Italiano. Actualmente, en el Equipo de Salud Mental de la
Fundación Creer y Crecer.Coordinadora en Cine Debate, especia-
lista en Crítica de Cine.
(5411) 4801-3939, victorialo@fibertel.com.ar
 Colección Psicoterapias 2003-2008
Lic. Sara Sinay-Olstein
Licenciada de Psicología y Terapeuta Familiar, Presidente de la Fun-
dación para la Segunda Mitad de la Vida.
Autora del libro “El Recontrato con la Vida…un Desafío”.
Co-autora del libro “Grupalismo- Primavera 2007” Ed: Ricardo Verga-
ra.Docente de postgrados en la Universidad CAESE y en Universidad
de Buenos Aires.Tel.: (5411) 4772-0453 /  4777-1916
E-mail: solstein@fibertel.com.ar - www.saraolstein.com.ar

Dra. Lic. Leticia E. Luque

Dra.en Ciencias de la Salud, Lic.en Psicología, Analista de Sistemas de
información.
Miembro de equipo de investigación en dependencias y creencias far-
macológicas.
Docente e investigadora Facultad de Psicología - UNC.
Universidad Nacional de Córdoba
E-mail: letiluq30@yahoo.com.a

www.psicoterapiashoy.com.ar
Email: ediciones@vergara.net.ar
 Indice

Nociones de Adolescencia y su transformacion en el

contexto psicoterapéutico: una voz desde el adolecente
y desde la familia.
Monica Bustamante S, Bogotá, Colombia......................................5

La Bulimia Nerviosa en atletas versus no-atletas de

dos recintos universitarios en Puerto Rico.
Yazmín Ríos-Rodríguez, José R. Rodríguez..................................22

La Psicopatología y la época.
Lic. Esther Any Krieger.................................................................39

Sexualidad Adolescente. Todo lo que el adolescente

sabe sobre sexo, pero no sabe sobre sexualidad...
Lic. Victoria Aloisio......................................................................47

La muerte de los jóvenes: Un alto impacto familiar.

Lic. Sara Sinay-Olstein.................................................................57

El uso de la telefonía móvil en la población adolescent

Dra. Lic. Leticia E. Luque.............................................................67

Los Adolescentes en el ciberespacio.

Dra.Lic. Leticia E. Luque ............................................79