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Teoría General del Proceso

TEORÍA GENERAL DEL PROCESO 1

Sesión No. 10

Nombre: Teoría General del Proceso. Jurisdicción y


competencia.

Contextualización

El Estado como ente público cuenta con atribuciones constitucionales que le


permiten como persona de derecho público tener facultades que afectan la
esfera jurídica del gobernado.

Dentro de las facultades procesales que le son conferidas al estado se


encuentran la jurisdicción, ésta se le atribuye al estado como eje uninstancial de
resolución de controversias, es decir, en primer término es únicamente el estado
a quién se le confiere la facultad de dirimir controversias que son públicas y que
puedan causar estado.

Es preciso señalar que la parte doctrinal asevera las puntualizaciones


mencionadas líneas arriba, sabemos pues que existen métodos alternativos de
solución de controversias que están fuera de la jurisdicción del estado, como
puede ser el arbitraje o la amigable composición; no obstante lo anterior,
únicamente el Estado puede tener la jurisdicción entendida como elemento
sancionador o para dictar la ejecución de actos litigiosos.

Dentro de la atribución jurisdiccional que le es atribuido al Estado, las divide


entre los órganos que componen al Estado atendiendo al principio de división de
poderes, así de manera formal, el poder judicial se encargará de la impartición
de justicia dentro de los cuales las dividirá por competencia según sea el caso
procesal que corresponda.

¿La jurisdicción es única? ¿La competencia procesal es oponible a la jurisdicción?


¿Existe alguna causa por la cual el Estado no pueda conocer de un asunto?
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Introducción al Tema

¿La jurisdicción es el único medio de acceso a la justicia en el Estado?

La jurisdicción como mencionamos es una atribución del Estado para administrar


la justicia, dicha potestad le es conferida por el ordenamiento constitucional
como uno de los elementos esenciales de la soberanía del Estado, la cual
emana del pueblo y es ejercida a través del Poder Judicial a través de los
órganos que para tal efecto designe la legislación aplicable.

No obstante lo anterior, el concepto atribución o potestad es insuficiente, porque


es un poder inherente al estado, atribuido por la ley a un juez y ejercido por el
actor en cuanto hace válida la acción, así pues, el Estado (o por cualquiera de
sus componentes, llámese Poder Judicial, Magistrado o Juez) no puede negarse
a resolver un proceso, porque es un poder – deber. No obstante lo anterior, un
Juez no siempre puede conocer de un asunto, porque no corresponde a su
materia, supongamos que una persona intenta hacer válido su derecho de
acción penal en un juzgado civil, si bien es cierto que no es posible para ese
Juez conocer del asunto, el Estado no puede negarse a conocerlo; en cuanto
sea llevado el asunto ante una autoridad competente, ésta tendrá la obligación
de conocer.

De lo anterior inferimos que la jurisdicción es la función de administrar justica


correspondiente al Poder Judicial, mientras que la competencia es el modo en
que es ejercida la atribución de la misma, por tanto la jurisdicción es una facultad
mientras que la competencia es una limitación de esa atribución que se
distribuye de manera práctica en territorio, turno, materia, cuantía, entre otras
para facilitar la aplicación de justicia, es decir, son divisiones de orden práctico.
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Explicación

Acción y Excepción

a. Acción.

Hemos definido a la acción como el derecho público subjetivo que tienen las
partes, en la acepción amplia tiene elementos que la distinguen de todos los
derechos públicos subjetivos que le dan la naturaleza jurídica de garantía
procesal, estos elementos son la capacidad, la instancia y la pretensión, siendo
el elemento subjetivo la capacidad de actuación de las partes.

El primer elemento, el de la capacidad, es estrictamente procesal toda vez que


su naturaleza legal es la de excitar al órgano jurisdiccional para que de entrada a
la instancia procesal, la capacidad es estrictamente procesal, un menor no
puede actuar por sí mismo, aunque tenga interés en el proceso toda vez que no
tiene capacidad de acción, así que será mediante su tutor o legítimo
representante que pueda accionar al órgano jurisdiccional.

El segundo elemento, la pretensión, que es el objetivo legal del proceso que va


ligado a los intereses del actor. Hasta ahora hemos hablado de la pretensión
como el elemento a dilucidar en el proceso a manos del juez de la causa, no
obstante en lo que se refiere a la acción como garantía procesal, es preciso
señalar que durante el proceso surgen diversas pretensiones secundarias
durante el proceso como la admisión de pruebas o testigos de descargo y que
en una misma acción puede ir acompañada de varias pretensiones.

El tercer elemento es la instancia, la cual es el elemento dinámico de la acción,


puesto que tiene más de un significado, ya que es el acto provocativo de la
acción, pues insta el curso de las actuaciones durante el proceso. Por otro lado
también es la ejecución de la acción en un juicio, incluso después de la
contestación de la demanda y hasta la sentencia definitiva.
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Los elementos no deben confundirse con la clasificación de la acción, esta


clasificación se realiza por la acción, el proceso y la jurisdicción, en este sentido,
la primera clasificación de la acción se da por la materia: la cual pueden ser
acciones civiles (materia civil, familiar, mercantil) acciones públicas
(administrativo, fiscal, constitucional) y acciones penales. La segunda
clasificación se entiende por el objeto material que persigue, estas son acciones
muebles, acciones inmuebles y acciones mixtas. La tercera clasificación consiste
en cuanto al fin que persiguen, las cuales pueden ser acciones constitutivas que
proceden cuando se quiere llegar a una resolución para crear un estado jurídico
que no existe y las acciones declarativas que requieren de la sentencia de un
juez para dar certeza a un estado de cosas que existen en la realidad, pero que
no se han reconocido como tales, finalmente están las de condena.

Existen formas de suceder la acción, es decir cuando el titular de una acción


adquiere una calidad tal que una persona puede subrogarse, a este suceso
procesal se le conoce como sucesión procesal o transmisión de la acción.
Dichas eventualidades conducen a la transferencia de la litis por cuestión
razonable; los requisitos para que proceda la sucesión procesal son tres:

a) Que la sucesión sea producida por litispendencia.

b) Que dicha transmisión provoque de manera real un cambio en la


identidad de las partes y;

c) Que en relación con el proceso en substanciación se solicite y se decrete


el cambio de partes antes de que se dicte sentencia.

La procedencia de la transmisión de la acción se debe fundamentalmente a la


muerte de una parte y que el heredero o legatario tenga el derecho de sucederlo
en la acción y que el proceso no verse sobre derechos personalísimos (en un
juicio de divorcio, por ejemplo, es improcedente la subrogación de la acción o su
transmisión, puesto que sólo el cónyuge puede divorciarse de su pareja, ni los
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hijos o herederos adquieren, por la vía de la herencia o el legado la calidad de


casado).

La transmisión puramente civil, cuando se trata de la transferencia de la cosa


litigiosa (cuando por ejemplo en un proceso civil en la venta de la factura objeto
del litigio o la cesión de un contrato litigioso).

Finalmente, las acciones se extinguen, terminan por causas naturales o por


causas procesales. Las causas más comunes de la extinción de la acción es la
sentencia, una vez que el litigio termina con una resolución firme por la vía de la
sentencia, ésta concluye. Al adquirir el carácter de cosa juzgada no es posible
por ninguna vía volver a ejercitar esa acción por la misma causa, la acción
también se extingue por voluntad de la actora, el desistimiento es la forma en
que la acción procesal termina, puede ser por voluntad propia o por el
cumplimiento espontáneo de las partes. Vimos líneas arriba cuando nos
referimos a la transmisión que la acción no puede ser transmitida cuando se
trata de derechos personalísimos, por tanto la acción termina.

b. La excepción.
La excepción es una figura jurídica (a diferencia de la acción que es un derecho
público subjetivo), que es el derecho que tiene el demandado para oponerse a la
pretensión del actor; es la forma en que puede ser oído y vencido en juicio,
asimismo tiene como objeto oponerse a la secuela procesal y por tanto hacer del
conocimiento del juzgador las razones por las cuales no debe acceder a
reconocer como fundada la pretensión del actor.

Es común que se confunda excepción y defensa porque tienden a desvirtuar la


pretensión del actor, no obstante la excepción radica en que únicamente
procede contra actos procesales, deteniendo o terminando el proceso, contrario
sensu, la defensa ataca el fundamento de la pretensión, ya que implican la
discusión relativa a la litis. Es preciso señalar que la Suprema Corte de Justicia
de la Nación no reconoce diferencia entre defensa y excepciones (IUS
347576, QUINTA SALA).
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La clasificación de las excepciones se agrupan en dos rubros: por su efecto y


por los efectos a la acción; las primeras son por su efecto dilatorio las cuales
tienen una eficacia temporal demorando el ejercicio de la acción, impidiendo al
juez de la causa pronunciarse sobre la procedencia y las segunda, las que
tienen a la destrucción de la acción sin retrasar la marcha del proceso.
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Conclusión

La acción es una garantía procesal consagrada en la constitución que formaliza


el debido proceso y acceso a la justicia. Su consecuencia es el derecho de
excepción, el cual no es una garantía procesal, sino un acto jurídico procedente
de un derecho autónomo, mas no público subjetivo, cuya existencia no radica en
una garantía procesal sino de la interposición de un derecho de acción; es decir,
cualquier persona por el simple hecho de tener capacidad tiene derecho de
accionar al órgano jurisdiccional, pero no todos tienen derecho de excepción,
este surge únicamente en contra de una acción previamente ejercitada.

La acción es un derecho público, esto es porque corresponde a todo sujeto de


derecho como vimos anteriormente y éste es sólo procedente al órgano
jurisdiccional, las excepciones y defensas proceden contra el actor y cuya
valoración depende del órgano jurisdiccional.

Tanto acción como excepción son derechos abstractos, porque están en todo
sujeto de derecho, debido a que toda persona tiene el derecho de demandar,
como tienen derecho a defenderse.

Es un derecho humano según la reforma constitucional de 2011 porque se


encuentra contenido en la ley fundamental.
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Para aprender más

¿Es lo mismo excepción y defensa?

 Tesis aislada de la Suprema Corte de Justicia respecto a la definición de


excepción y defensa.

¿Cuál es la naturaleza jurídica de la acción procesal?

 Teoría del objeto abstracto procesal respecto al derecho de acción


realizado por el Dr. Luis Alfredo Brodermann para la revista de
investigaciones jurídicas de la UAM Azcapotzalco.
http://brd.unid.edu.mx/teoria-del-objeto-abstracto-procesal
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Actividad de Aprendizaje

Instrucciones:

Con la finalidad de reforzar los conocimientos adquiridos a lo largo de esta


sesión, ahora tendrás que realizar una actividad en la cual a través de un
resumen expliquen las relaciones jurídicas derivadas de la acción y la excepción.

Recuerda que esta actividad te ayudará a entender las implicaciones de la


reforma constitucional en materia de derechos humanos y al sistema de
garantías.
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Bibliografía

1. Azar Mansur, C. (2010) Mediación y Conciliación en México. México


UNAM.

2. Carpizo McGregor, J.; Carbonell, M. (s.f.) Derecho Constitucional. México:


Ed. Porrúa 2ª Edición,

3. Cossío Díaz, J.; Franco González, R. y Salas, J. F. (s.f.), El juicio de


amparo y la nulidad de los laudos arbitrales Revista Pandecta. Escuela
Libre de Derecho. Año 3, Número 1.

4. García Máynez, E. (1961), Introducción al estudio del derecho. México: Ed.


Porrúa.

5. Ovalle Favela, J. (2005) Teoría General del Proceso, México: Oxford.

6. Rojina Villegas, R. (2000) Teoría General del Proceso. México: UNAM.

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