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REVISTA ICONO 14, 2010, Esp. Año 8, pp. 62-83. ISSN 1697-8293.

Madrid (España)
Juan F. Plaza: Medios de comunicación, anorexia y bulimia
Recibido: 24/02/2010 – Aceptado: 14/04/2010

A8/ESP – REVISTA DE COMUNICACIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS – ISSN: 1697 - 8293

MEDIOS DE
Palabras clave
COMUNICACIÓN, Anorexia, bulimia, trastornos
alimenticios, medios de comunicación,

ANOREXIA Y BULIMIA género, perspectiva de género


Key Words
Anorexia, bulimia, eating disorders,
La difusión mass media, gender, gender perspective

mediática del Abstract

‘anhelo de delgadez’: During the last decades, cases of


anorexia, bulimia and other eating
disorders have increased expo-
un análisis con nentttially, especially among adoles-
cents. Although causes of these
disorders are varied, scientific
perspectiva de género research has tested the influence of
the media and other sociocultural
factors in the symptomatology of
eating disorders. Media messages
Juan F. Plaza repeatedly emphasize the beauty and
thinness as a sign of prestige and social
Profesor success for women. In this article, we
analyze how is built a new mystique of
Facultad de Comunicación. Facultad de Comunicación.
Universidad Pontificia de Salamanca. Henry Collet, 90-98, femininity from a gender perspective,
37007, Salamanca (España) - Telf.: (+34) 923282750 – Email: associated with the appearance and the
jfplazasa@upsa.es – Web: www.upsa.es desire for thinness, and their relation-
ship to eating disorders.

Resumen
En las últimas décadas han aumentado exponencialmente los casos de
anorexia, bulimia y otros trastornos alimenticios, especialmente en las
adolescentes. Aunque las causas de estos desórdenes son múltiples, la
investigación científica ha probado la influencia de los medios de co-
municación y otros factores socioculturales en la sintomatología de los
trastornos de la alimentación. Los mensajes de los medios destacan

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insistentemente la belleza y la delgadez como signos de prestigio y éxito social para las mujeres.
En este artículo analizamos desde una perspectiva de género la construcción de una nueva místi-
ca de la feminidad asociada a la apariencia y al anhelo de delgadez, y su relación con los desórde-
nes alimenticios.

Introducción
Cada año 150.000 mujeres estadounidenses más consistentes factores de riesgo de
mueren de anorexia, según la Asociación padecer trastornos de la conducta alimen-
de Bulimia y Anorexia (Wolf, 1991). En taria (Grabe, Ward y Hyde, 2008).
las adolescentes, la anorexia es la tercera Los distintos trabajos científicos a los que
enfermedad crónica más frecuente, tras la haremos referencia más adelante establecen
obesidad y el asma. Distintas investigacio- conexiones entre diferentes trastornos
nes en Europa y Estados Unidos revelan alimentarios y la percepción del propio
grados importantes de insatisfacción con la cuerpo, la autoestima, el ideal de delgadez
apariencia y el propio cuerpo entre adoles- imperante en una sociedad y otros factores
centes de los dos sexos, especialmente de carácter sociocultural. Los medios no
entre mujeres, con porcentajes del 40% de son, obviamente, los únicos agentes socio-
las chicas y el 18% de los chicos (Knauss, culturales que difunden y sustentan un
Paxton y Alsaker, 2008). Un meta-análisis determinado concepto de belleza, un
reciente de la Universidad de Wisconsin- patrón estético de delgadez más o menos
Madison en el que se han examinado más inalcanzable o, en general, un modelo
de 100 estudios que relacionan la exposi- ejemplar de figura, pero su importancia
ción a los medios de comunicación, la por su penetración social y por la credibili-
insatisfacción corporal de las mujeres, la dad que le otorgan los y las adolescentes (el
internalización de la delgadez ideal y los grupo de mayor riesgo en enfermedades
desórdenes alimenticios explica que del comportamiento alimenticio) hace que
aproximadamente el 50% de las chicas sean punto de mira no sólo en el debate
preuniversitarias dicen estar insatisfechas público no especializado, sino también en
con sus cuerpos. Este sentimiento no sería el estudio científico de la anorexia y la
trascendente si no tuviera consecuencias: la bulimia, en el que en no pocos trabajos ha
investigación ha identificado la insatisfac- considerado a los medios como una varia-
ción con el propio cuerpo como uno de los ble influyente más.

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Objetivos
Presentar las evidencias científicas acerca su asociación al éxito personal y social,
del papel de los discursos de los medios de especialmente para las mujeres. Analizar
comunicación de masas en el inicio, acele- críticamente los mensajes de los medios
ración y desarrollo de la anorexia y la bu- acerca de la belleza y el cuerpo desde una
limia. Determinar las relaciones entre la perspectiva de género.
delgadez normativa como valor supremo y

Metodología
Tras realizar una revisión bibliográfica de cas que nos sirvan de marco de análisis para
las últimas investigaciones relativas a la entender las relaciones entre la imagen y el
importancia de los factores socioculturales cuerpo ideales, la diferente (y asimétrica)
(y, específicamente, de los medios de ma- socialización de varones y mujeres en lo
sas) en el desarrollo de la anorexia y la que se refiere a la apariencia física y los
bulimia, se establecerán conexiones teóri- desórdenes alimenticios.

1. Adolescencia, anorexia, bulimia y


medios de comunicación
¿Qué papel juegan los medios de comuni- que en torno al ideal de delgadez occiden-
cación social en el desarrollo de los tras- tal se ha constituido un mercado con una
tornos alimenticios? ¿Son la causa de en- importante cantidad de intereses económi-
fermedades como la anorexia y la bulimia o cos, presentes también en los media: reme-
son un desencadenante, o más bien un dios farmacéuticos, remedios naturales, la
acelerador, como la gasolina en un incen- industria de la moda y la cosmética, etc.
dio? Es difícil afirmar taxativamente una Detrás de un imperativo estético suele
correspondencia causa-efecto entre los haber casi siempre una compleja maquina-
discursos e imágenes sobre el cuerpo y la ria comercial, publicitaria y mediática
delgadez de los medios de comunicación y (Ventura, 2000).
los desórdenes alimenticios, pero parece La preocupación social por los desórdenes
evidente que estos son el principal vehículo de la conducta alimentaria va en aumento,
de difusión de aspiraciones estéticas inal- aunque en los últimos años se ha logrado
canzables para la mayoría de las mujeres y comprender mejor y tratar con eficacia
de los varones. Además, no hay que obviar

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algunos de las más importantes, como la de la decisión voluntaria de adelgazar. El


anorexia o la bulimia. Sin embargo, están adelgazamiento se consigue suprimiendo o
muy activas las discusiones sobre los oríge- reduciendo el consumo de alimentos, espe-
nes de estas enfermedades: por ejemplo, cialmente „los que engordan‟, y con cierta
sobre el peso que tienen los factores bio- frecuencia mediante vómitos autoinducidos,
lógicos (predisposiciones genéticas, espe- uso indebido de laxantes, ejercicio físico
cialmente) frente a los factores sociocultu- desmesurado, consumo de anorexígenos y di-
rales. Incluso algunos autores discuten la uréticos, etc.” (Toro, 1996: 7).
propia denominación de trastornos de la Por su parte, la bulimia nerviosa es un
conducta alimentaria para englobar un ―trastorno del comportamiento alimentario
conjunto heterogéneo de enfermedades caracterizado por la presencia de episodios
relacionadas con los hábitos alimenticios, críticos en los que la persona afectada in-
aunque no es este el lugar para discutir giere cantidades de alimento significativa-
sobre esta terminología. En este artículo mente superiores a lo que es normal ingerir
trataremos en exclusiva la anorexia y la en circunstancias similares‖ (Toro, 1996:
bulimia, y presentaremos las evidencias 11). También en este desorden aparece la
científicas acerca del papel de los discursos sensación de pérdida de control sobre los
mediáticos en el inicio, aceleración y desa- hábitos alimenticios.
rrollo de estas enfermedades.
La adolescencia es una etapa crítica en la
Como explica Josep Toro (1996) en El construcción de una identidad personal
cuerpo como delitoi, en todas las culturas se global (y, por lo tanto, también en la for-
han llevado a cabo procesos para modificar mación de una identidad de género, más o
alguna característica corporal, pero nunca menos coherente con los cánones sociales
hasta el mundo moderno se ha pretendido establecidos). Una época de cambio como
aumentar el atractivo socio-sexual median- ésta es también un momento de zozobra,
te la reducción o disminución de las dimen- en el sentido de que los y las adolescentes
siones globales del cuerpo. Y es que el tienen una sensación de gran descontrol
anhelo de delgadez y la voluntad de lograr interno de muchas de las transformaciones
una complexión diferente a través del con- que sufren, a la vez que caminan con incer-
trol de la alimentación son claves para tidumbre hacia una madurez que no saben
comprender enfermedades como la ano- qué les deparará. Por estas razones, tratan
rexia: de imponer el control, no siempre con
“La anorexia nerviosa es un trastorno del éxito, como mecanismo de dominio sobre
comportamiento alimentario caracterizado lo que le angustia. Así, muchas veces la
por una pérdida significativa del peso corpo- comida se convierte en algo tangible que
ral (superior al 15%), habitualmente fruto permite manipulación y que viene a repre-

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sentar lo que el adolescente, mujer o Huertas y França, 2001) plantea la siguien-


varón, querría controlar: su imagen como te hipótesis: la redefinición de la identidad
ideal (López Fuentetaja y Castro Masó, durante la adolescencia es un proceso de
2007). negociación en el que la subjetividad se
Conformar una identidad es a la vez un construye a través de modelos; en concre-
proceso individual y relacional: supone to, a través del diálogo entre los prototipos
tener conciencia de ser uno mismo y, a su de los medios y las experiencias propias.
vez, de ser distinto a los demás. En este Pero el esfuerzo que hacen las chicas no es
camino de definición personal todos los sólo para alcanzar un canon estético con-
factores referidos a la imagen corporal no creto: el fin último de tener un determina-
son secundarios, ni mucho menos algo do aspecto, un determinado cuerpo, es la
baladí: ―No hay forma de imaginar quiénes aceptación social. Ser atractiva es una de las
somos, ni siquiera nosotros mismos, sin condiciones imprescindibles del éxito
una imagen corporal. Ni en las descripcio- (Plaza, 2007), y para las adolescentes me-
nes más espirituales es posible representar rece la pena si la recompensa es la acepta-
a alguien sin un cuerpo y un rostro‖ (López ción social, por grandes que sean las renun-
Fuentetaja y Castro Masó, 2007: 31). Más cias y los esfuerzos. Toro (1996) relata el
aún, los distintos mecanismos de socializa- origen de los primeros trastornos alimenti-
ción imponen los referentes de los ideales cios de los que se tiene noticia en Occiden-
de belleza que van a influir ―no sólo en la te, referidos a tremendos ayunos que en
construcción de la autoimagen y satisfac- casi todas las ocasiones ocasionaban la
ción corporal, sino también en el carácter muerte, sacrificios ofrecidos a Dios, en la
de las relaciones entre los sexos, e incluso mayoría de los casos protagonizados por
en el significado y experiencia de la sexua- mujeres. Dice este autor que el ayuno y la
lidad‖ (Pastor Carballo, 2004: 222). abstinencia de anoréxicos y bulímicos se
En los medios de comunicación aparecen practican ahora en función de la belleza
continuamente prototipos de belleza y corporal y la aceptación social y añadimos
comportamiento para las y los jóvenes, que, quizá, son estas características las que
figuras ideales, modelos deseados y desea- ahora se colocan en los altares, las que se
bles que proponen un determinado canon divinizan y son, por tanto, merecedoras de
estéticoii. La mayoría de los contenidos de cualquier sacrificio.
las revistas dirigidas a mujeres adolescentes En cualquier caso, desde hace casi dos
están protagonizados por famosas de la siglos los medios de comunicación se con-
música, el cine o el deporte, que son pro- vierten en los principales promotores de
puestas como referentes. Precisamente, en patrones estéticos; más aún, son partícipes
cuanto a los personajes famosos, Liebes (en importantísimos de un fenómeno de homo-

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geneización de las identidades de género en una perspectiva de género que nos ayude a
Occidente. No se puede obviar (y por eso entender por qué las mujeres (especial-
le dedicaremos un capítulo en este artículo) mente adolescentes) son víctimas mayorita-
que las mujeres son las principales afectadas rias de los trastornos de la conducta ali-
por la anorexia y la bulimia (10 a 1 frente a menticia, estrechamente ligados, como
los varones); y, desde luego, salvadas las explicábamos, a la percepción de la delga-
explicaciones biologicistas, que en caso de dez ideal, la insatisfacción con el propio
comprobarse científicamente sólo esclare- cuerpo y la exposición a los medios de
cen parcialmente el problema, es necesario comunicación.
recurrir a una interpretación crítica desde

2. Factores socioculturales y trastornos


alimenticios
Las causas por las cuales un adolescente, sión (un tanto maniquea) entre naturaleza y
varón o mujer, enferma de anorexia o de cultura como dos fuerzas opuestas y exclu-
bulimia son múltiples. Es probable que yentes, argumentando que los trastornos
existan agentes genéticos predisponentes, de la alimentación, especialmente anorexia
aunque la investigación científica apunta y bulimia, son cuadros complejos y multi-
que en la bulimia los condicionantes bio- causados, y afirmando la trascendencia de
lógicos son más importantes que en la poner a los fenómenos culturales en su
anorexia. Lo que es innegable es la influen- justo lugar, como ―importantísimos, que
cia en los trastornos de la conducta alimen- no exclusivos, agentes predisponentes,
ticia de distintos factores socioculturales: precipitantes y mantenedores de esas (…)
los hábitos alimenticios, los modelos de los enfermedades‖ (Toro, 1996: 7).
medios de comunicación, los valores aso- Pero el hecho de que algunas personas
ciados a la idea estética de la delgadez, la puedan estar predispuestas genéticamente
presión social ante el fenómeno de la belle- o tengan un riesgo mayor de padecer algún
za, etc. trastorno alimenticio no justifica el incre-
Josep Toro (1996) ha dedicado su obra El mento imparable de estos desórdenes, su
cuerpo como delito: anorexia, bulimia, cultura y circunscripción casi exclusiva a la cultura
sociedad precisamente a analizar la trascen- occidental (con sus valores, su idea de
dencia de los factores socioculturales en la cuerpo ideal, su presión para conseguir la
explicación de los desórdenes alimenticios. belleza…) y, lo que nos parece más tras-
El autor zanja desde el principio la discu- cendente, su mayor influencia en las muje-

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res (10 a 1 frente a los varones; 15 a 1 provocadas y azuzadas por los comerciantes
según otras fuentes). Así, para terminar en modas ayudados por inteligentísimas
esta discusión, Toro dice taxativamente: campañas de mercadotecnia, de promoción y
―En efecto, ciertos fenómenos sociocultu- lanzamiento publicitario” (Toro, 1996:
rales son intrínsecos a la génesis de la ano- 243).
rexia, la bulimia y otras anomalías afines. ¿Cuál es la responsabilidad de los medios
Es más, sin ellos con seguridad no existiría de comunicación? Consciente o inconscien-
la actual ‗epidemia‘, y, además, probable- temente, son un factor en el desarrollo y
mente ni la anorexia ni la bulimia revestir- mantenimiento de los trastornos de la
ían su actual morfología, su presentación alimentación y los desórdenes relacionados
contemporánea‖ (1996: 7). con la imagen. Como mostraremos más
2.1. La difusión adelante, distintos estudios vinculan direc-
mediática del ideal tamente la exposición a los medios y la
de delgadez experimentación de sintomatología alimen-
taria, mediada por la interiorización de las
Los medios de comunicación de masas
presiones culturales.
difunden los patrones estéticos imperantes
en Occidente, en los que la delgadez es, sin Desde nuestro punto de vista, es impres-
lugar a dudas, uno de los valores funda- cindible evaluar la transmisión social de los
mentales. Los contenidos referidos a la valores corporales desde una perspectiva de
moda y al cuidado corporal ocupan un género. Como dice Rosa Pastor (2004:
espacio preeminente en las revistas femeni- 230):
nas. En el caso de las publicaciones dirigi- “La presión cultural de los modelos ideales
das a chicas adolescentes, además, los fa- sobre la belleza y el atractivo repercute en la
mosos y las famosas (que también respon- auto-imagen de varones y mujeres, causando
den a un determinado prototipo estético) efectos [diferenciales] en las estrategias de
se configuran para las más jóvenes como acercamiento entre los sexos, pero también
arquetipos de belleza y de comportamiento origina graves desajustes en la valoración de
deseados y deseables (Plaza, 2005). la propia imagen, en cuyo origen pueden es-
“Todas estas modelos corporales de nuestra tar importantes trastornos psicológicos”.
peculiar cultura constituyen a ojos de mu- Así, las influencias socioculturales pueden
chas mujeres y la mayoría de las jovencitas ser un buen predictor de la insatisfacción
la quintaesencia de la belleza y el éxito. de varones y mujeres, aunque los varones
Aparecen en todos los medios de comunica- tienen una mayor facilidad para ignorar las
ción rodeadas del prestigio social que sólo presiones sociales en torno al cuerpo (algu-
otorga la reverencia masiva de las gentes, nas de ellas, al menos) frente a la mayor

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vulnerabilidad de las mujeres. Volveremos moda suelen utilizar un lenguaje emotivo,


sobre esta idea más adelante. impresionista, poco argumentativo, pero
Qué duda cabe que las revistas femeninas muy eficaz.
están en el punto de mira por su responsa- Por supuesto, los medios de comunicación
bilidad en la difusión de determinados en general y las cabeceras dirigidas a muje-
patrones estéticos y la exaltación de algu- res se defienden de estas acusaciones. Ale-
nos valores relacionados con el culto al gan que no son responsables de las decisio-
cuerpo y la veneración de la delgadez como nes que (¿libremente?) toman las chicas y
bien supremo. Es verdad que, en cierta las mujeres adultas, y argumentan que no
medida, las revistas no inventan esos valo- está demostrada la relación causa-efecto
res: propagan unos ideales que ya existen. entre, por ejemplo, las campañas de publi-
Pero es igualmente cierto que éstas forman cidad y la anorexia. Igualmente, declaran
parte de un entramado comunicativo en el que hacen esfuerzos cada vez mayores por
que es abrumadora la presencia de esos que la información sobre los trastornos
ideales, en donde se produce una repeti- alimenticios se incremente y sea y de una
ción continua y a través de diferentes me- mayor calidad, evitando (con desigual
dios de los mensajes acerca de la imagen éxito) frivolidades en estas informaciones.
personal, que además suelen estar asocia- De la misma forma, algunas publicaciones
dos a cuestiones emocionales y de identi- intentan explícitamente ofrecer modelos
dad; igualmente, los medios adolecen de alternativos, mujeres que responden a
patrones corporales alternativos que tengan patrones estéticos distintos y menos peli-
éxito, alejados del estándar delgado impe- grosos para la salud con las mujeres co-
rante. rrientes puedan identificarse o proyectarse
Y es que delgada y éxito son palabras sinó- (Argente del Castillo, 1999).
nimas. La delgadez se asocia a elegancia, a La realidad es que, como hemos explicado,
prestigio. Ropa elegante y figura elegante las mujeres se ven mucho más afectadas de
son, en el imaginario simbólico, iguales a anorexia y bulimia que los varones, a pesar
delgadez. Cuidar el cuerpo supone estar de que a estos les interesa también su cuer-
delgada. Quien no está delgada no puede po (aunque de otro modo). Thompson y
llevar ropa de prestigio. Y estas asociacio- Heinberg (1999) recogen en su trabajo
nes suelen estar alejadas de cualquier re- sobre la influencia de los medios en los
flexión racional y, más bien, forman parte desórdenes vinculados con la imagen cor-
de un elenco de creencias y sentimientos poral y la alimentación algunas investiga-
profundamente sentidos e interiorizados ciones que han hallado que un 70% de las
que, de hecho, muchas veces gobiernan lectoras de revistas femeninas reconocen a
nuestras vidas. Los mensajes sobre belleza y estas publicaciones como una importante

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fuente de información sobre belleza y esta- gadez es „sentirse bien‟ con ella misma, como
do físico. En el caso de las adolescentes, la si ella supiera claramente quién es, y su
influencia de los patrones estéticos es ma- identidad no estuviera sostenida en este mo-
yor: en la adolescencia se viven las emocio- mento únicamente por su capacidad de con-
nes y los objetivos vitales de manera apa- trol sobre su cuerpo. Afirma que lo que busca
sionada. Para las chicas más jóvenes, con- es „conseguir una especie de paz para siem-
sumir medios de comunicación (revistas pre‟, siendo un objetivo más parecido a la
especialmente) es relativamente fácil y muerte que a la vida, y eso sólo lo puede lo-
coherente con su cultura juvenil. La inves- grar de esa forma. Se sigue viendo gorda,
tigación científica revela que el ideal de las porque para ella ser gorda es lo mismo que
modelos de belleza que admiran las chicas ser imperfecta y ésa es la versión insoportable
tiene proporciones que son peligrosas para que tiene de sí misma (López Fuentetaja y
la salud. Así, en la versión más extrema del Castro Masó, 2007: 197).
arquetipo encontraríamos una mujer con El anhelo de delgadez no conoce fronteras
un índice de masa corporal de 16, que geográficas, económicas o de clase. El
correspondería a alguien con anorexia. colonialismo cultural de occidente, la glo-
El ―anhelo de delgadez‖ es, por tanto, un balización de las identidades de género y la
factor de origen sociocultural que afecta democratización y homogeneización de la
especialmente a las mujeres, y particular- información (y, por tanto, de la difusión de
mente a las adolescentes. Este deseo cons- valores comunes) a través de los medios de
tante, permanente e incesante de ser del- masas está provocando que la anorexia, la
gada provoca que muchas mujeres, jóvenes bulimia y otros trastornos penetren a través
y adultas, tengan una preocupación excesi- de las culturas, las estructuras económicas
va y desproporcionada por su cuerpo, y los tejidos sociales. De hecho, durante
además de una percepción negativa de todo mucho tiempo la anorexia ha sido una
o parte de su figura: es lo que se conoce enfermedad occidental, además de un tras-
como trastorno dismorfofóbico (López torno que correlacionaba con el nivel so-
Fuentetaja y Castro Masó, 2007). Espe- cioeconómico (sólo los ricos [las ricas]
cialmente importante en el desvelo por la podían ―permitirse‖ ser anoréxicos). Su
propia imagen corporal es la preocupación manifestación, tal y como la conocemos
por el cuerpo como afirmación personal y ahora, está estrechamente ligada al desarro-
como forma de autosatisfacción para au- llo de los medios de comunicación de ma-
mentar la autoestima, algo que tiene una sas, que han actuado como agentes homo-
trascendencia mayor en esta etapa: geneizadores interclasistas de modas y
Lo que ella espera [las autoras se refieren al costumbres (Toro, 1996: 92). Así, el
caso concreto de una adolescente] de su del- hecho de que la anorexia y la bulimia se

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estén haciendo cada vez más frecuentes en sobrepeso están infrarrepresentadas. De


lugares y colectivos a los que antes apenas acuerdo con algunas teorías de la comuni-
afectaba no hace sino reforzar la idea de lo cación como, por ejemplo, la Teoría del
importantes que son los factores sociocul- Cultivo, la exposición repetida a los conte-
turales en el desarrollo de estos desórde- nidos de los medios lleva a los espectadores
nes. a aceptar las representaciones de mujeres y
Thompson y Heinberg (1999) afirman que hombres como representaciones de la rea-
ha sido claramente demostrado que los lidadiii, es decir, que las representaciones
medios impresos y la televisión afectan al de la delgadez ideal pasan a ser normativas,
sentimiento individual de la imagen corpo- deseables, esperadas y aspectos centrales de
ral. La exposición a las revistas y la televi- la belleza femenina (Grabe, Ward y Hyde,
sión puede llevar a alteraciones de la ali- 2008: 460).
mentación, insatisfacción corporal y otros 2.2. La investigación
trastornos, incluso ante exposiciones míni- científica acerca
mas a estos contenidos. Knauss y colabora- de la influencia
doras (2008) proponen un modelo teórico de los medios en
para explicar la insatisfacción con el propio los trastornos
cuerpo en chicos y chicas suizos. Como a alimenticios
otros investigadores, les llama la atención
Parece evidente que los medios de comuni-
el hecho de que sean las chicas las que ma-
cación son importantes en nuestras vidas.
yores trastornos relacionados con su propia
Podemos considerarlos como agentes so-
imagen presentan y las que también revelan
cializadores de primer orden, como la
una mayor preocupación por su cuerpo.
familia, la escuela o el grupo de pares. Por
Algunos estudios dicen que la internaliza-
su propia naturaleza, difunden un arsenal
ción de una idea de cuerpo, de un cuerpo
extenso de historias (algunas de ficción,
modelo, y la presión que se percibe de los
otras no) a través de distintos canales.
medios en cuanto a ajustarse a una figura
Tienen una alta penetración en todas las
utópica no son sólo factores predictores de
capas sociales, además de un poder de
un cuerpo objetivo, sino también predicto-
convocatoria y de seducción innegables. Sin
res de la insatisfacción corporal en adoles-
embargo, y aquí viene la dificultad para
centes y preadolescentes.
quienes pensamos sobre ellos y sus influen-
Películas, programas de televisión, revistas, cias, es extremadamente complicado cono-
actores y actrices… muchos discursos pú- cer cuál es su verdadero influjo en la vida
blicos enfatizan la delgadez. Los personajes de las personas.
extremadamente delgados están sobrerre-
presentados, mientras que las personas con

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¿Qué impacto tienen las historias que cuen- Romero, 2002; Guerro-Prado, Barjau
tan los medios en las identidades de la Romero y Chinchilla Moreno, 2001;
gente? ¿Qué influencia tienen en la forma- Knauss, Paxton y Alsaker, 2007, 2008;
ción de nuestra personalidad y, aún más, en Thompson y Heinberg, 1999; Toro,
nuestra definición como hombres y muje- 1996).
res, en la construcción de una identidad de De todos los estudios que podemos citar
género? Los medios de masas divulgan nos parece especialmente relevante el de
muchísimas imágenes y mensajes acerca de Grabe, Ward y Hyde (2008), Role of the
hombres y mujeres y de sus relaciones, por media in body image concerns among women: A
lo que es altamente improbable que estas meta-analysis of experimental and correlational
ideas no tengan algún impacto en nuestro studies. En él, las autoras realizan un meta-
propio sentido de la identidad. Por otro análisis en el que han examinado más de
lado, parece igualmente improbable que 100 estudios experimentales y de correla-
esos efectos sean totalmente directos, ción que relacionan la exposición a los
puesto que es difícil que una persona copie medios, la insatisfacción corporal de las
o tome prestada su identidad directamente mujeres, la internalización de la delgadez
de una revista o de la televisión. ideal y los desórdenes alimenticios.
La dificultad para medir estos efectos no es ¿Por qué este meta-análisis? Pues porque
óbice, sin embargo, para que los medios de algunos de los trabajos acerca de los posi-
comunicación sean objeto de estudio y bles efectos de los media en desórdenes
análisis desde distintas disciplinas. En el relacionados con la valoración negativa de
caso que nos ocupa aquí, el de los factores la propia imagen e incluso de la aparición o
socioculturales asociados a la anorexia, la del refuerzo de sintomatología de trastor-
bulimia y otros trastornos, ya hemos deja- nos alimenticios dejan algunas dudas, la
do clara cuál es la trascendencia de estos mayor parte de ellas metodológicas. En
agentes. Desde nuestro punto de vista, es realidad, aunque parece evidente que exis-
necesario completar la reflexión meramen- te algún tipo de nexo, no se tiene claro cuál
te teórica (válida, pero no suficiente) con es la ―fuerza‖ de esa vinculación ni tampoco
los trabajos científicos que en los últimos por qué algunas investigaciones devuelven
años sugieren que la exposición a los media resultados nulos. Una revisión en profun-
y la representación de un cuerpo ideal didad de los estudios científicos de las últi-
delgado tiene algún tipo de nexo con la mas décadas revela la utilización de una
imagen corporal y las alteraciones de la variedad de estímulos, medidas y metodo-
imagen en las mujeres especialmente logías para un mismo fin: encontrar la
(Castillo Pachón, 2006; Grabe, Ward y correspondencia entre la exposición a los
Hyde, 2008; Guerro-Prado y Barjau modelos de los medios y la percepción de

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la propia imagen. Grabe y colaboradores tisfacción corporal y la sintomatología


hacen el esfuerzo de rescatar todas las va- de los trastornos alimenticios. Eso sí,
riables utilizadas y agruparlas en cuatro parece que esto es más cierto o que el
grandes categorías: la insatisfacción con el efecto es mayor en mujeres que antes
cuerpo, la autoconciencia del cuerpo, la de los experimentos ya estaban insatis-
internalización del ideal de delgadez y los fechas con sus cuerpos.
comportamientos y creencias acerca de la 2. Otro tipo de investigaciones con datos
alimentación. correlacionales (naturalistics, los califi-
En su revisión encuentran dos clases de can los autores) indaga en la ligazón en-
investigaciones: tre el consumo de medios de las muje-
1. Trabajos que examinan las conexiones res y su insatisfacción corporal. En este
entre el uso de los medios y las imáge- caso, los datos indican que una mayor
nes de los cuerpos femeninos que han exposición a revistas femeninas o a pro-
tratado de explicar a través de experi- gramas televisivos que muestran mode-
mentos de laboratorio si la exposición a los con una delgadez ideal se asocia con
distintos contenidos mediáticos sobre la mayores niveles de insatisfacción cor-
delgadez ideal incrementa la insatisfac- poral y sintomatología de trastornos
ción corporal. Estos estudios, aunque alimenticios en mujeres y chicas jóve-
arrojan datos interesantes para entender nes. Estos estudios son especialmente
los efectos de los medios sobre la ima- valiosos cuando se combinan con resul-
gen corporal pecan ―tal y como acla- tados obtenidos en situaciones reales,
ran Grabe y sus colaboradores no de laboratorio, y otros trabajos en
(2008)― de una cierta artificialidad y, los que los sujetos dan cuenta de su uso
por tanto, limitan de alguna manera su real de los medios.
validez externa. La mayoría de estas in- La bondad principal a nuestro juicio de la
vestigaciones han utilizado métodos ex- revisión de Grabe, Ward y Hyde es que
perimentales para comprobar si se in- realizan una exhaustiva investigación sis-
tensifica la insatisfacción corporal fe- temática de todas las conexiones globales
menina después de exponerlas a imáge- entre la delgadez ideal que muestran los
nes de modelos delgadas, y verificar medios, la insatisfacción corporal, la inter-
que no varía esta percepción ante la nalización de los modelos de delgadez y los
contemplación de imágenes neutras. comportamientos y creencias sobre la ali-
Los resultados son concluyentes: una mentación. Los resultados de su meta-
parte importante de investigaciones ex- análisis muestran asociaciones consistentes
perimentales indican que la exhibición entre las variables que se emplean en los
de prototipos míticos aumenta la insa- distintos estudios analizados, por lo que

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queda clara así la idea de que existen rela- en las valoraciones de actitudes unidas a
ciones científicamente probadas entre las anorexia, bulimia y otros desórdenes. En
representaciones de un cuerpo delgado y cuanto a la insatisfacción con el propio
las alteraciones y vulnerabilidades de las cuerpo, parece que la exposición a los
mujeres vinculadas con su figura. medios de comunicación está asociada con
En este meta-análisis se confirma la hipóte- niveles decrecientes de agrado con su as-
sis de que las mujeres expuestas a la delga- pecto en las mujeres.
dez mítica de los medios puntúan más alto

3. La construcción de una identidad


femenina, los discursos mediáticos y
los desórdenes alimenticios. Análisis con
perspectiva de género
Si hasta ahora hemos argumentado la im- instrumento provechoso para el estudio de
portancia de los factores socioculturales en las distintas realidades sociales y, por su-
el desarrollo de los trastornos relacionados puesto, de los contenidos de los medios de
con la alimentación; si los y las especialistas comunicación de masas. No en vano el
ponen en valor las presiones sociales sobre concepto ‗género‘ remite a factores cultu-
la imagen y el cuerpo ideal y su vinculación rales que configuran lo que son los hom-
con la percepción del propio cuerpo y la bres y las mujeres en el espacio social, y a
autoestima; y si desórdenes como la ano- través de él se entiende lo masculino y lo
rexia y la bulimia afectan de manera priori- femenino como dimensiones simbólicas,
taria a mujeres, parece que necesariamente culturales y, por lo tanto, construidas,
hemos de hacer alguna reflexión crítica que cambiantes.
conecte estas ideas con lo que social y cul- No es azaroso, por este motivo, que estos
turalmente significa para las mujeres la trastornos afecten tanto y tan despropor-
apariencia y, en especial, la delgadez. Es cionadamente a las mujeres. Sin desdeñar
imprescindible, desde nuestro punto de las posibles influencias biológicas (más
vista, incorporar un marco interpretativo importantes en la bulimia que en la ano-
que ofrezca una perspectiva global, estruc- rexia), la valoración sociocultural del cuer-
tural; y los indicadores de género son po de la mujer (tan diferente a la valora-
herramientas analíticas muy útiles de ob- ción del varón) y las presiones sociales para
servación multidisciplinar. De esta forma, que ―encajen‖ (nunca mejor dicho) en un
la variable ‗género‘ se constituye en un

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determinado modelo estético hacen que En ese proceso de formación de una identi-
necesariamente tengamos que valorar la dad, en el que están implicados factores
relación cultura-imagen-cuerpo-feminidad. cognitivos, emocionales y relacionales, es
La estimación social y personal del cuerpo fundamental la construcción de la propia
está drásticamente determinada por la imagen, la visión global de quién es uno o
cultura ambiental y, desde luego, los desfa- una. Nuestro cuerpo y nuestro rostro son
ses entre el canon propuesto y el personal nuestra primera ―carta de presentación‖. En
son fuente de malestar y ansiedad. el caso de las mujeres, apariencia y femini-
Rosa Pastor (2004: 218) explica que ―el dad han ido históricamente muy estrecha-
cuerpo, que forma parte fundamental de mente unidas. La ―mística de la feminidad‖
nuestro imaginario y configura nuestra de la que hablaba Betty Friedan pasa ac-
identidad, es significado de forma genéri- tualmente, entre otras cosas, por la vorági-
ca‖, esto es, que la cultura occidental ofre- ne de lograr una belleza que cada vez pre-
ce definiciones distintas (y asimétricas) de senta exigencias más grandes.
lo que supone un cuerpo de mujer o de 3.1. Identidad y
varón. En cierta medida, el ―cuerpo generi- belleza: ¿una cárcel
zado‖ es un soporte que reproduce las para las mujeres?
relaciones de desigualdad entre los sexos;
Esta mística de la feminidad ha estado aso-
se define corporalmente a hombres y muje-
ciada a la consecución de una suerte de
res en oposición y asimetría (Pastor
―domesticidad virtuosa‖ (Wolf, 1991), y
Carballo, 2004: 219). La identidad de
era ése el valor social básico de la mujer;
género es el resultado de un proceso evolu-
ahora es el mito de la belleza el nuevo valor
tivo por el que se interiorizan las expectati-
principal para las mujeres, la lucha perma-
vas y normas sociales relativas al dimorfis-
nente (y siempre fallida) por una belleza
mo sexual, y hace referencia al sentido
virtuosa. Estar siempre bella es la condi-
psicológico del individuo de ser varón o
ción primera del éxito, algo que se con-
mujer con los comportamientos sociales y
vierte en mito, en cárcel de oro, una qui-
psicológicos que la sociedad designa como
mera que ejerce labores de control social.
masculinos o femeninos (Martínez Benlloch
En palabras de Naomi Wolf (1991: 13):
y Bonilla Campos, 2000: 90). Desde este
―Pasada una generación, ¿se sienten libres
punto de vista, las personas extraemos
las mujeres? Las mujeres ricas, educadas y
información para construir nuestra identi-
liberadas del Primer Mundo, las que gozan
dad de género de múltiples fuentes, entre
de libertades que nunca antes estuvieron al
las que se encuentran los medios de comu-
alcance de una mujer, no se sienten tan
nicación.
liberadas como desearían‖.

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Wolf (1991: 55) aclara que antes de que las bio de apariencia, con nuevas oportunida-
mujeres se incorporasen masivamente al des en la vida o con una mayor autoestima.
mercado laboral sólo unas pocas ejercían Un lector neófito de las cabeceras dirigidas
profesiones en las que se las remuneraba a mujeres podría pensar que cuando las
explícitamente por su belleza (por cierto, mujeres quieren cambiar de vida… adelga-
profesiones poco respetadas, en general): zan.
modelos, actrices, bailarinas y acompañan- Pero ¿por qué a los varones les interesa su
tes. Lo que sucede en la actualidad es que figura igual que a las mujeres y, sin embar-
para las mujeres ser-estar bellas es un re- go, caen menos en la anorexia? Josep Toro
quisito imprescindible en profesiones y (1996) explica que la anorexia en hombres
oficios muy alejados de las tradicionales y mujeres es distinta, por ejemplo, porque
profesiones de exhibición. ―Profesional los varones anoréxicos son mayoritaria-
pero femenina‖ (femenina quiere decir, en mente obesos antes de iniciar su trastorno,
realidad, ―atractiva‖) es, por ejemplo, un frente a un porcentaje pequeño de chicas
leitmotiv en las revistas dirigidas a mujeres. que lo son. Además ―insiste este psiquia-
Desde hace varios años el filósofo José tra― los chicos suelen ser más deportistas
Antonio Marina sigue periódicamente estas y no buscan exactamente una complexión
publicaciones para averiguar cómo van delgada, sino estar atléticos, ya que el este-
cambiando los estereotipos femeninos, y reotipo masculino está definido por la
no deja de llamarle la atención su obsesivo amplitud torácica y la imagen de fuer-
interés por la belleza. Dice Marina que los za/potencia física. Los varones experimen-
mensajes que se les dan a las mujeres son tan desde pequeños mayor presión social
contradictorios, porque se las llama a la para hacer ejercicio físico (―moldeamiento
liberación mediante la sumisión: activo‖), frente a las chicas, que suelen
“La belleza se convierte en modo de afirma- practicar lo que Toro llama la ―decoración
ción de la voluntad femenina. Y también, pasiva‖ de sus cuerpos. Aunque las expre-
por supuesto, en fuente de frustración per- siones que emplea Toro pueden ser más o
manente, porque no hay nada más sometido menos discutibles, más o menos afortuna-
al fracaso que las dietas de adelgazamiento” das, su argumentación nos conduce, de
(Marina, en Ventura, 2000: 16). nuevo, a argumentos no biológicos (socio-
culturales) y, necesariamente, a un plan-
En este sentido, hay cientos de ejemplos en
teamiento crítico desde una perspectiva de
las revistas femeninas que vinculan aparien-
género. Es evidente que la percepción
cia e identidad, y, por supuesto, delgadez
social del cuerpo femenino y del varonil no
con identidad. Por ejemplo, algunos de los
es la misma:
artículos que aparecen en estas publicacio-
nes relacionan un cambio de look, un cam-

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“(…) Mientras que las acciones de un hom- chicos a tener ‗conciencia de cuerpo obje-
bre señalan los hitos de su historia personal, tivado‘ (objectified body consciouness). Este
se nos ha hecho creer que la identidad de concepto, con una larga trayectoria en la
una mujer está vinculada intrínsecamente a investigación científica, revela cómo la
la percepción del cuerpo: la suavidad o aspe- construcción social del cuerpo femenino
reza de la piel, el pecho, la sexualidad, la hace que las mujeres aprendan a ver sus
maternidad, la crianza, las arrugas, el enve- propios cuerpos desde la perspectiva de un
jecimiento, son aspectos que las mujeres inte- observador externo. Como dice John Ber-
riorizan como si fueran sus únicas señas de ger, a lo largo de la historia el cuerpo de las
identidad. (…) En una sociedad que ha mujeres se ha concebido a través del reco-
exacerbado la importancia de la imagen, la nocimiento de las palabras de otros: ―Los
persecución de la belleza sigue gravitando hombres miran a las mujeres. Las mujeres
sobre la biografía de las mujeres” (Ventura, se contemplan a sí mismas siendo miradas.
2000: 20). Este hecho determina no sólo la relación
Las revistas, la televisión, la publicidad… entre hombres y mujeres, sino también la
nos bombardean con cientos de cuerpos relación de la mujer con ella misma‖ (en
delgados (a veces con una delgadez extre- Ventura, 2000: 25).
ma). Los discursos públicos que vehiculan No se puede, por tanto, entender la cons-
los medios (no todos, afortunadamente, trucción social del cuerpo femenino sin
pero sí una mayoría) unen con frecuencia la acudir a la Sociología y la Psicología dife-
autoestima de las mujeres con su apariencia rencial, a una perspectiva de género que dé
física y con su figura. Las mujeres aparecen una interpretación satisfactoria a por qué
preferentemente representadas como suje- las mujeres son más vulnerables que los
tos sexuales (casi siempre pasivos), objeto varones e internalizan el ideal físico de los
de deseo de los varones. Pero esto no es medios significativamente más que los
sólo una percepción fruto de un análisis chicos (Knauss, Paxton y Alsaker, 2008).
superficial: son conclusiones obtenidas en Además, las mujeres manifiestan una ten-
distintos trabajos. En el caso que nos ocu- dencia mayor que los varones a centrar la
pa, el de la relación de los medios de co- atención e identificarse con partes que son
municación y los desórdenes alimenticios, objetivadas por los demás y juzgadas por su
son muy interesantes las conclusiones de un aspecto, mientras que los varones, sin
estudio con adolescentes de ambos sexos embargo, lo hacen con aquellos aspectos
de las universidades de La Trobe (Austra- físicos considerados en su funcionalidad
lia) y la de Berna, en Suiza: en él se de- instrumental. La explicación de las diferen-
muestra que las chicas presentan una ten- cias puede residir, a juicio de Rosa Pastor
dencia significativamente más alta que los (2004) en la dicotomía pasivo/activo del

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estereotipo de la feminidad y la masculini- ―como apuntábamos antes― que los


dad, respectivamente. Desde este supues- hombres no estén expuestos a los arqueti-
to, las mujeres, centradas en el cuerpo pos ideales de la misma forma que las mu-
objeto, atenderían a partes individuales, jeres.
que son evaluadas con respecto a los mode-
3.2. Las revistas
los de atractivo y, por tanto, dependientes
para adolescentes
de la mirada del otro, mientras que los
y el éxito de la
varones, al hacerlo sobre el cuerpo como
apariencia
proceso, responderían también a una eva-
luación estereotípica, pero desde la pers- Para terminar estas reflexiones acerca de
pectiva de la actividad y la dinámica, rela- los factores socioculturales y su relación
cionada con la socialización en la acción y con la anorexia y la bulimia, debemos refe-
no en la apariencia y belleza. rirnos a un medio de comunicación concre-
to: las publicaciones dirigidas a chicas ado-
En definitiva, la presión social sobre las
lescentes. Ya hemos hecho referencia ante-
mujeres, sus cuerpos y su apariencia hace
riormente a las revistas femeninas y a la
que ellas se enfrenten, en distintos contex-
polémica que las rodea en cuanto a la re-
tos, a la exigencia de ser juzgadas por su
producción de estereotipos de género. En
aspecto físico, algo a lo que, por cierto,
cualquier caso, desde nuestro punto de
también se enfrentan los hombres, pero de
vista las cabeceras dirigidas a un público
distinta forma:
adolescente presentan un matiz cualitati-
“Algo en su interior [en el de los hombres] les vamente distinto a sus homónimas para
dice que el poder económico, los logros profe- adultas: la audiencia a la que están dirigi-
sionales, el talento, la fuerza física, la cele- das.
bridad, la jerarquía, o, simplemente, la sim-
Los procesos mentales de este periodo vital
patía y la capacidad de seducción (al mar-
están dirigidos prioritariamente a consoli-
gen de sus anatomías), les protegen de la in-
dar lo que al individuo le hace único y
significancia o decadencia de sus cuerpos”
diferente a los otros, es decir, su identidad.
(Ventura, 2000: 27).
En este proceso adolescente hay una parte
En realidad, y volviendo a los medios de de identidad que permanece y otra nueva
comunicación entendidos como industrias que se descubre. En esta etapa, la impor-
culturales, las mujeres tienen muy pocos tancia que se le da a la apariencia física es
modelos en el mundo, excepto los de las vital, hasta el punto de que se le otorga un
revistas, frente a los hombres, que tanto en papel determinante en el mundo de las
el cine como en la literatura, la política, el relaciones. Así, frecuentemente identidad e
deporte o los negocios tienen referentes imagen corporal se confunden: ―La cons-
sobrados, lo que quizá explicaría en arte

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trucción de la propia imagen (…) es un porque forma parte del perfeccionismo con
proceso de carácter evolutivo complejo, que el paciente anoréxico pretende juzgar-
que va intrínsecamente unido a la constitu- se a sí mismo.
ción de la identidad‖ (López Fuentetaja y Las revistas para quinceañeras manejan de
Castro Masó, 2007). manera transversal un discurso que bebe
Muchas de las preocupaciones sobre el directamente de la cultura del éxito total
aspecto personal están profundamente (Plaza, 2007). Así, si dedican un reportaje
ligadas a lo que otros pudieran pensar. La a cómo relacionarse con los varones, la
idea imperante de la delgadez (de la que clave está en cómo ligar más, en cómo
todos participamos, en mayor o menor derrotar a una competidora en la conquista
medida) se configura como un medio para de un chico o en cómo vencer esa ―terrible
conseguir la autoestima y la aceptación maldición‖ que consiste en no tener pareja.
social. Josep Toro explica que existe corre- La puerta de entrada al éxito es gozar de
lación entre evaluar positivamente las ca- una buena apariencia: los consejos de belle-
racterísticas físicas propias (apariencia y za, las páginas de moda o las dietas adelga-
salud) y una buena adaptación psicológica zantes dibujan un canon estético que hay
(y al revés). Socialmente la idea de delga- que lograr para ser aceptada socialmente,
dez es señal de bienestar y éxito. Este psi- para gustar por encima de todo. Además, la
quiatra afirma que se ha incrementado la apariencia está absolutamente ligada a la
insatisfacción por la apariencia física, hasta feminidad, a la construcción de una concre-
el punto de que el 95% de las mujeres ta (y reductora) identidad de género. Las
sobreestiman el volumen de sus cuerpos: lectoras tienen, además, el ejemplo de los
―Es como si, aceptando la presión social, personajes famosos, que actúan como refe-
todos nos hayamos llegado a convencer de rentes y que suponen la sublimación del
que somos deformes, hipertróficos, dilata- éxito, su encarnación.
dos‖ (1996: 140). Las revistas plantean a las chicas qué deben
Las adolescentes reconocen que las conver- hacer para ser mujeres, o mejor, convertir-
saciones sobre el peso o el aspecto físico se en mujeres. Las adolescentes, tal y como
son sumamente frecuentes entre el grupo son reflejadas en las revistas, tienen muy
de coetáneas. La mayoría dice que envidian claro que el mero hecho biológico de per-
a las chicas capaces de seguir una dieta o tenecer a un sexo no garantiza la femini-
régimen de adelgazamiento. A la envidia de dad: ésta se alcanza. ¿Y cómo se logra ser
la complexión delgada y estructurada se le toda una mujer? Básicamente, a partir de
añade la envidia a la ―fuerza de voluntad‖ tres principios imbricados que actúan como
evidenciada por quien consigue adelgazar. condiciones de la feminidad: una apariencia
Esto es importante en la anorexia nerviosa, bella, unos determinados comportamientos

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adecuados o inadecuados y, especialmente, popular). Trabajar el aspecto físico tiene un


la orientación hacia el otro sexo, la relación doble sentido, aunque en ambos casos se
con los chicos. promete el éxito teñido de felicidad y bien-
Es evidente que la belleza constituye uno estar personal. En primer lugar, ser bella es
de los pilares sobre los que se asientan de un triunfo individual, una inyección de
forma transversal los contenidos de las autoestima; en segundo lugar, la imagen
revistas. No hay más que ojear las páginas tiene un sentido relacional, supone estar
de cualquier cabecera para concluir que sus guapa para los demás (para los chicos,
fotografías muestran un modelo específico esencialmente), ser y estar sexy es esencial
de mujer, un canon estético que se concre- en esa especie de ―competición compulsiva‖
ta en un aspecto joven y delgado. Además dirigida a conquistar adolescentes varones.
de las imágenes, otros elementos remiten a Incluso en un tema tan delicado como la
este contenido: la publicidad; los artículos anorexia se plantea el ―ligoteo‖ como moti-
y las secciones sobre moda, maquillaje o vación final para salir de la enfermedad.
dietas; los consejos y guías para ser bella; Por ejemplo, la revista Súper Pop, en su
las noticias, entrevistas y reportajes sobre número 731, dedica un reportaje a la ano-
famosos y famosas, que no sólo se ajustan al rexia y la bulimia, con la participación
canon establecido sino que, además, son además de una especialista. En el texto se
destacados por su aspecto en el discurso definen la anorexia y la bulimia, se explican
periodístico. sus causas y se trata de instruir en la identi-
Alcanzar la belleza es algo más que la con- ficación de las señales de alarma; al final, se
secución de una simple apariencia, es parte avisa de las consecuencias físicas, psíquicas
de la esencia de la feminidad que se cons- y sociales. Básicamente, sugieren a las
truye en los mensajes de estas publicacio- adolescentes que esta enfermedad supone
nes y, además, es un medio imprescindible la pérdida de la belleza y de las relaciones
para lograr el éxito que, en última instan- sociales. En un pequeño despiece se advier-
cia, suele consistir en la conquista de los te: ―A los chicos… ¡les encantan las chicas
chicos (aunque no únicamente, porque ser con curvas!‖.
atractiva es también un medio para ser

Conclusiones
Estar delgado o delgada se está convirtien- de una vida supuestamente mejor. Como
do —si no lo es ya— en una auténtica dice Josep Toro, a fuerza de ver modelos
obsesión en nuestro mundo occidental. perfectos con una figura ideal y de escuchar
Dietas, productos adelgazantes… promesas mensajes sobre lo que es un cuerpo ―nor-

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mal‖ estamos todos convenciéndonos de desvelo por la belleza y la apariencia es


estar deformes, hipertróficos, gordos. importante en esta etapa, puesto que la
La delgadez normativa se configura como preocupación por el cuerpo es una forma
un valor supremo difícil de alcanzar para la de afirmación personal y también un ins-
mayoría de mortales. El canon estético trumento para aumentar la autoestima.
imperante no es sólo una mera expresión Distintas investigaciones indican que un
cultural de la belleza propia de una época, porcentaje altísimo de chicas adolescentes
sino que está peligrosamente asociado al están descontentas con su cuerpo (también
éxito, al triunfo personal y social. de mujeres adultas…). No es para menos.
Los modelos de referencia —tan importan-
La anorexia y la bulimia son trastornos
tes para las y los adolescentes— suelen ser
estrechamente vinculados a factores socio-
famosas extremadamente delgadas, algunas
culturales, tal y como demuestran muchos
con medidas enfermizas. No hay tampoco
estudios científicos. El hecho de que hasta
muchos modelos corporales alternativos en
bien entrado el siglo XIX no se conociesen
los medios, figuras de éxito con distintas
desórdenes relacionados con el control de
complexiones.
la alimentación tal y como los conocemos
hoy para conseguir un determinado aspecto Los medios de comunicación son agentes
físico, es una buena prueba de ello. Los muy importantes en la transmisión y po-
casos de ayuno voluntario anteriores al tenciación de los mensajes sobre el anhelo
siglo XIX de los que se tiene constancia de delgadez, un deseo presente de manera
están ligados a motivos religiosos (de puri- constante en los trastornos alimenticios.
ficación). Curiosa paradoja. Cómo cambian Los medios canalizan la presión social para
los dioses por los cuáles merece la pena estar delgado o delgada que, inequívoca-
hacer sacrificios que, en muchos casos, mente, es más fuerte sobre las mujeres que
llevan a la muerte. Además, los desórdenes sobre los varones.
alimenticios han penetrado en todas las Por eso, nos parece imprescindible analizar
edades, capas sociales y culturales. Hasta el los mensajes de los medios acerca de la
punto de que sociedades en los que apenas belleza y el cuerpo desde una perspectiva
se conocían estos trastornos empiezan a de género. Debemos entender que, en lo
tener un número de casos que poco a poco que se refiere a nuestra apariencia y nues-
se aproxima a los de Occidente. tro cuerpo, mujeres y hombres somos
La adolescencia es una etapa crítica, en el socializados de manera diferencial y asimé-
sentido de que es un momento clave para la trica. Por esta razón hemos propuesto en
(re)construcción y (re)definición de la estas páginas una reflexión crítica acerca de
propia identidad. En ese proceso, la imagen la experiencia corporal de las mujeres, de
personal juega un papel trascendental. El la renovada ―mística de la feminidad‖, que

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Juan F. Plaza: Medios de comunicación, anorexia y bulimia

las encierra en la cárcel de un cuerpo ideal difícil de alcanzar.

Referencias
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http://www.icono14.net

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Juan F. Plaza: Medios de comunicación, anorexia y bulimia

NOTAS
i
Sin duda, un libro de referencia sobre las relaciones entre anorexia, bulimia y factores socioculturales.
ii
Véase este tema desarrollado en Plaza (2005).
iii
La Teoría del Cultivo constituye una perspectiva de investigación sobre el impacto de los mensajes televisivos,
iniciada por George Gerbner y sus colaboradores a finales de la década de los sesenta. Aunque inicialmente se
analizó el problema de la violencia, a medida que avanzaba se fueron incorporando otros tópicos como los
estereotipos de género, raciales, sobre la ciencia y la salud, la política, etc. Mediante el Análisis del Cultivo se
trata de determinar en qué medida la exposición a la televisión sirve de vehículo para el aprendizaje de nociones
generales acerca de la realidad social. La Teoría del Cultivo se centra en determinar cuáles son las consecuencias
sociales de los mensajes difundidos a través de la televisión. Se centra en investigar los efectos ―no buscados‖ o
―no intencionados‖ de la programación convencional de la televisión que está diseñada para ―entretener‖ a la
audiencia (como series y películas) (Igartua y Humanes, 2004).

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