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INGENIERÍA EN BIOTECNOLOGÍA
BIOETICA
2.- OBJETIVOS.
3. INTRODUCCION
4. ANALISIS BIOETICO
Hablar de la muerte resulta, para algunos, de mal gusto. Tampoco es un tema sobre el
que pensemos demasiado. Sólo cuando nos toca muy de cerca, algún familiar o amigo
muy próximo y, enseguida, tendemos a olvidarlo.
Una cosa es que sepamos que vamos a morir y otra muy distinta es que nos sintamos
morir.
Ante el hecho de la muerte sólo tenemos dos certezas: la seguridad de que nos va a
alcanzar y la ignorancia del momento.
Pero su realidad, son dos condiciones: la idea que tenemos de la muerte y de su después
éstas condicionan la actitud ante la vida de un gran número de seres humanos.
Todo ello ha determinado que la búsqueda de una "muerte digna" se haya convertido en
uno de los temas –y de las obsesiones– más discutidos de nuestro tiempo.
En otras palabras, no se trata estrictamente del derecho a morir, sino del derecho a morir
con dignidad, y esto tiene que ver con los tratamientos que las personas reciben al final
de su vida, los cuales pueden ser insuficientes, proporcionados, excesivos, o aun
encaminados a producir la muerte. Por lo anterior, el derecho a morir con dignidad
debería entenderse como el derecho a recibir cuidados adecuados y proporcionados
Morir en condiciones que todos aceptemos como dignas necesita a su vez ser definido y
eso no es evidentemente un tema sólo médico sino un tema social y cultural. No puede
haber en este sentido un concepto único de muerte digna y el que debe primar es el del
paciente. La misión del médico debe entenderse entonces como su obligación de
ayudarle a morir de acuerdo a sus valores, incluyendo los esfuerzos por minimizar sus
padecimientos, asegurando su acompañamiento y favoreciendo el desarrollo o
recuperación de su autonomía espiritual.
Todo lo dicho me lleva a plantear que el modelo de atención que nos propone hoy la
Medicina Paliativa podría representar un profundo cambio en la cultura médica. Entonces
diría que la Medicina Paliativa se basa en un profundo respeto por la persona, por lo que
ella es y por su dignidad. Este potencial renovador sólo podrá lograrse si la disciplina no
sucumbe ante el peligro inminente de transformarse en una técnica más -la técnica de
controlar síntomas- que se mantiene fiel a la concepción global del ser humano que
estuvo en su origen.
Para ello es necesario tener presentes aquellos principios bioéticos que resguardan la
dignidad de la persona, incluso en condiciones de extrema debilidad, como suele ser la
etapa final de la vida, y que pueden resumirse en dos actitudes fundamentales: respeto
por la dignidad de la persona y aceptación de la finitud de la condición humana. Pienso
que estas actitudes son necesarias para transformar nuestros estándares de atención
médica, de acuerdo con lo expresado por la fundadora del movimiento de los hospices:
"Tú me importas por ser tú, importas hasta el último momento de tu vida y haremos todo
lo que esté a nuestro alcance, no sólo para ayudarte a morir en paz, sino también a vivir
hasta el día en que mueras" (Cicely Saunders).
5. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1. Argelia Lara Solares, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador
Zubitán”, Tlalpan, México, D.F.
http://www.incan.org.mx/revistaincan/elementos/documentosPortada/1172291086.
pdf
Consultado: [19/07/2011; 13:17]
2.- Buigues F., Torres J., Mas Sesé G., Femenía M., Baydal R., Hospital
Universitario Mariana Alta, Centri de Salud de Pedreguer. Denia
http://www.san.gva.es/docs/dac/guiasap027terminal.pdf
Consultado: [19/07/2011; 13:52]