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´ Universidad de San Carlos de

Guatemala
Sede Livingston
Facultad de Humanidades

Licda. Vilma Arzú


Sociología General.

Perspectiva Dialéctica.
Perspectiva Materialista.
Educación y Desarrollo

Erika García
Irma Leiva
Kailee Flores
Lester Paná.
Livingston, 16 de Junio de 2018
INTRODUCCIÓN.
La dialéctica como el discurso en el que se contrapone una determinada concepción o
tradición, entendida como tesis, y la muestra de los problemas y contradicciones,
entendida como antítesis. De esta confrontación surge, en un tercer momento llamado
síntesis, una resolución o una nueva comprensión del problema. Este esquema general
puede concretarse como la contraposición entre concepto y cosa en la teoría del
conocimiento, a la contraposición entre los diferentes participantes en una discusión y a
contraposiciones reales en la naturaleza o en la sociedad, entre otras.
El materialismo histórico ve en el desarrollo de los modos de producción de los bienes
materiales necesarios para la existencia de los hombres, la fuerza principal que
determina toda su vida social, condicionando también la transición de un régimen social
a otro. Sin producir bienes materiales no puede existir ninguna Sociedad
El desarrollo social se manifiesta cuando la persona humana adquiere mejores
condiciones de vida. La carencia de educación para niños, adolescentes y jóvenes en el
país significa transitar por el círculo perverso de pobreza y esto detiene el desarrollo
social de la colectividad.
PERSPECTIVA DIALÉCTICA.

La dialéctica; literalmente: técnica de la conversación; con igual significado, en

latín (dialéctica— es una rama de la filosofía cuyo ámbito y alcance han variado

significativamente a lo largo de la historia.

Originariamente designaba un método de conversación o argumentación análogo a lo

que actualmente se llama lógica. En el siglo XVIIIel término adquirió un nuevo

significado: la teoría de los contrapuestos en las cosas o en los conceptos, así como la

detección y superación de estos contrapuestos. De manera más esquemática puede

definirse la dialéctica como el discurso en el que se contrapone una determinada

concepción o tradición, entendida como tesis, y la muestra de los problemas y

contradicciones, entendida como antítesis. De esta confrontación surge, en un tercer

momento llamado síntesis, una resolución o una nueva comprensión del problema. Este

esquema general puede concretarse como la contraposición entre concepto y cosa en

la teoría del conocimiento, a la contraposición entre los diferentes participantes en una

discusión y a contraposiciones reales en la naturaleza o en la sociedad, entre otras.

El término adquiere un significado no circunscrito al ámbito de la retórica gracias,

fundamentalmente, a los escritos del filósofo alemán G.W.F. Hegel. En la época en que

escribe una de sus grandes obras (Fenomenología del espíritu, 1808) el mundo parece

haberse puesto en movimiento, transformando de forma visible lo que había durado

siglos. Se trata de los primeros momentos del modo de producción capitalista que, a

diferencia de los anteriores, se basa primordialmente en la circulación de las mercancías

y del dinero. Entonces el viejo problema filosófico del cambio se agudiza: ¿cómo

entender racionalmente que una cosa pueda cambiar de apariencia y seguir siendo la
misma cosa? Hegel concibe la realidad como formada por opuestos que, en el conflicto

inevitable que surge, engendran nuevos conceptos que, en contacto con la realidad,

entran en contraposición siempre con algo. Este esquema es el que permite explicar el

cambio manteniendo la identidad de cada elemento, a pesar de que el conjunto haya

cambiado.

Con el mismo proceder Karl Marx analizará la realidad social y, claramente en sus

escritos a partir de 1842, la entenderá como una realidad conflictiva debido a la

contraposición de intereses materiales incompatibles. Así dirá, en el Manifiesto

comunista (1848), que "toda la historia de la humanidad hasta ahora es la historia de

la lucha de clases"; esto es: la confrontación entre clases sociales es el motor del cambio

histórico.

En el siglo XX el filósofo alemán Theodor W. Adorno titulará Dialéctica negativa (1966)

una de sus obras capitales. Esta obra se inicia con una afirmación provocativa: "La

formulación dialéctica negativa atenta contra la tradición". Se refiere Adorno a que en la

dialéctica de Platón o en la de Hegel el resultado del movimiento de contraposición es la

afirmación de algo, mientras que lo que él pretende es subrayar el carácter inconcluso

de cualquier momento del movimiento de contraposición, tanto a nivel social como

cultural.
PERSPECTIVA MATERIALISTA.

El materialismo histórico es la doctrina del marxismo-leninismo sobre las leyes que rigen

la evolución de la Sociedad humana. El materialismo histórico es la aplicación

consecuente de los principios del materialismo dialéctico al estudio de los fenómenos

sociales. Antes de Marx imperaba en la ciencia la interpretación idealista de la historia.

La creación de la teoría del materialismo histórico está vinculada al descubrimiento más

grande hecho por Marx en cuanto a la interpretación de la historia y de los sucesos

históricos. “Así como Darwin descubrió la ley de la evolución del mundo orgánico, Marx

descubrió la ley de la evolución de la historia humana; el hecho tan sencillo, pero oculto

hasta entonces bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar,

comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte,

religión, &c.; que por tanto la producción de los medios materiales inmediatos de vida y,

por consiguiente, la correspondiente fase de la evolución económica de un pueblo o de

una época son la base sobre la que se han desarrollado las instituciones estatales, las

concepciones jurídicas, el arte y también las ideas religiosas de los hombres, con arreglo

a la que por tanto deben explicarse y no al revés, como hasta entonces se había venido

haciendo” (Engels). El materialismo histórico ve en el desarrollo de los modos de

producción de los bienes materiales necesarios para la existencia de los hombres, la

fuerza principal que determina toda su vida social, condicionando también la transición

de un régimen social a otro. Sin producir bienes materiales no puede existir ninguna

Sociedad. El hombre, con la ayuda de los instrumentos de trabajo, de la técnica, en el

proceso de producción influye sobre la Naturaleza, obteniendo lo necesario para

subsistir. El progreso de la Sociedad depende del perfeccionamiento del proceso de


evolución de la producción material. La historia de la Sociedad humana comienza desde

el momento en que el hombre se eleva hasta el empleo de implementos, convirtiéndose

en “un animal que produce instrumentos”. El aumento del dominio que el hombre ejerce

sobre la Naturaleza halla su expresión en la evolución de las fuerzas productivas de la

Sociedad. Y con la evolución de éstas, cambia también el otro aspecto necesario de la

producción material: las relaciones de los hombres en el proceso de la producción, las

relaciones de producción; cambia el régimen económico-social. El cambio de las

formaciones económico-sociales (ver) en la historia (el régimen de comunismo primitivo,

el régimen esclavista, el feudal, el burgués, el socialista) es, ante todo, la substitución de

unas relaciones de producción por otras más progresistas. Este cambio es siempre la

consecuencia, necesaria y sujeta a leyes, de la evolución de las fuerzas productivas de

la Sociedad. El afianzamiento de las nuevas relaciones de producción suele tener lugar

con el derrocamiento revolucionario de las viejas relaciones de producción. Los méritos

más grandes de la teoría del materialismo histórico de Marx radican, por consiguiente,

en haber puesto ante todo, su atención en las condiciones objetivas de la producción

material, en las leyes económicas que rigen la vida de la Sociedad y que son el

fundamento de toda la actividad histórica de los hombres. Gracias a la teoría de Marx,

“el caos y la arbitrariedad que imperaban en las opiniones sobre la historia y sobre la

política dejaron el puesto a una teoría científica asombrosamente compleja y armónica,

que revela cómo de un sistema de vida social, al crecer las fuerzas productivas, se

desarrolla otro más alto, cómo de la servidumbre de la gleba, por ejemplo, nace el

capitalismo” (Lenin). Descubrir en la producción material el verdadero fundamento de

toda la vida y de la evolución de la Sociedad, permitió comprender por vez primera el


gran papel creador que las masas populares y trabajadoras desempeñan en la historia.

La historia de la evolución social fue comprendida por primera vez como “la historia de

los propios productores de bienes materiales, la historia de las masas trabajadoras, que

son el factor fundamental del proceso de producción y las que llevan a cabo la producción

de los bienes materiales necesarios para la existencia de la sociedad. Esto quiere decir

que la ciencia histórica, si pretende ser una verdadera ciencia, no debe seguir reduciendo

la historia del desarrollo social a los actos de los reyes y de los caudillos militares, a los

actos de los “conquistadores” y “avasalladores” de Estados, sino que debe ocuparse,

ante todo, de la historia de los productores de los bienes materiales, de la historia de las

masas trabajadoras, de la historia de los pueblos” (Stalin). En dependencia del modo de

producción existente, de la existencia material de la Sociedad, se estructura también un

determinado carácter histórico de todo el régimen social, de las instituciones políticas, la

manera de pensar de los hombres, sus concepciones, ideas y teorías. La existencia

social determina la conciencia social. No es posible comprender correctamente la

esencia de las instituciones políticas, de las ideas y teorías, si se pierde de vista la base

material de su origen: la estructura económica de la vida de la Sociedad. No se puede

comprender por qué en una época determinada nacen unas instituciones e ideas, y otras

en distinta época, si se toman como punto de partida las propias instituciones e ideas y

no el modo de producción. Por ejemplo, las formas del Estado explotador (el Estado

esclavista, feudal y capitalista) siempre dependieron de la división de la sociedad en

clases: esclavistas y esclavos, feudales y siervos, burgueses y proletarios. También las

formas de la conciencia social (las concepciones políticas, la filosofía, la ciencia, la

religión, &c.), dependen siempre, en última instancia, de las relaciones de producción


imperantes entre los hombres, formas que cambian radicalmente al cambiar el modo de

producción, al cambiar el régimen económico. Al explicar el origen y la dependencia de

las instituciones políticas, ideas y teorías respecto del modo de producción, la teoría del

materialismo histórico no niega, ni mucho menos, la importancia de las primeras en la

vida de la Sociedad. Al contrario, el materialismo histórico subraya su enorme papel

social. Y con ello, difiere de raíz del materialismo económico) (ver). Una vez surgidas,

las instituciones e ideas políticas y sociales se convierten en una fuerza que influye sobre

las propias condiciones que las habían engendrado. Actúan como fuerzas reaccionarias

al servicio de los sectores y clases atrasados de la Sociedad, frenan el desarrollo social;

o bien, sirviendo a las clases avanzadas y revolucionarias, impulsan ese desarrollo. El

materialismo y el historicismo consecuentes están íntima e indisolublemente unidos en

la teoría del materialismo histórico. Por eso, precisamente, con el descubrimiento de la

teoría del materialismo histórico, la ciencia social se ha convertido por vez primera en la

auténtica ciencia sobre las leyes que rigen la evolución de la Sociedad humana.
EDUCACION Y DESARROLLO.

Educación y desarrollo son dos conceptos que han estado ligados por siempre y esto es

porque al hablar de educación nos estamos refiriendo al efecto de desarrollar de una

manera integral a la persona humana, siendo así de manera cognitiva, biológica y social.

En términos pedagógicos la educación escolar plantea que el individuo adquiera las

competencias básicas que le signifiquen resolver problemas y construir conocimientos

como plataforma para lograr un desarrollo armónico de la persona y su contexto social.

El desarrollo social está ligado entre otros, al concepto de persona humana y se puede

alcanzar en gran medida a través del proceso de enseñanza- aprendizaje. En este

sentido debemos hacer hincapié en el desafío que representa el cambio de paradigma

en el sistema educativo, transitar de los procesos nemotécnicos a procesos de análisis

y síntesis; de la subordinación estricto sensu a la autoridad, a practicar autodisciplina y

auto respeto como condición sine qua non para convivir con los demás, es decir, el buen

uso de la libertad, el reconocimiento del otro como par y un actuar con responsabilidad.

El desarrollo social se manifiesta cuando la persona humana adquiere mejores

condiciones de vida. Hablamos entonces de obtener mejores ingresos económicos, de

oportunidades de recreación, de una mejor nutrición, de vivienda y trabajo dignos y

cerramos el círculo virtuoso con una educación permanente.

La carencia de educación para niños, adolescentes y jóvenes en el país significa transitar

por el círculo perverso de pobreza y esto detiene el desarrollo social de la colectividad.


Uno de los retos más grandes que tiene Guatemala en el siglo veintiuno es el de realizar

reformas en el sistema educativo. Estas reformas pasan por incrementar el porcentaje

del producto interno bruto que en este año 2017 es de 3.2% lo que significa entre otras

cosas escasa cobertura y mala calidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje. En

estas circunstancias no será posible preparar a los estudiantes de acuerdo a las

exigencias de la globalización.

Debemos invertir en la educación para lograr el desarrollo social. Debemos invertir en la

formación de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes para que desarrollen habilidades

y destrezas para la vida. Que sepan comunicarse correctamente, que dominen un

segundo idioma, que apliquen el pensamiento lógico matemático y que dominen y

apliquen las Tic’s, que actúen con valores en su contexto ciudadano y que aprendan a

aprender. De esa manera podemos decir que estaremos en la senda para lograr el

desarrollo social que el país necesita.


CONCLUSÍON.

Debemos invertir en la educación para lograr el desarrollo social. Debemos invertir en la

formación de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes para que desarrollen habilidades

y destrezas para la vida. La educación y desarrollo como un referente de vida donde

aprendemos nuestras más grandes capacidades logrando desarrollar nuestras

habilidades, tenemos la educación donde aprendemos y nos desarrollamos como

individuos al igual que nos especializamos en algunas ramas como las matemáticas,

lenguaje y entre otras. El materialismo histórico ve en el desarrollo de los modos de

producción de los bienes materiales necesarios para la existencia de los hombres, la

fuerza principal que determina toda su vida social, condicionando también la transición

de un régimen social a otro.


E GRAFIA

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