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La UNODC también trabaja con proyectos sobre justicia de menores, reforma penal
y apoyo a las víctimas y a testigos de delitos. Estas acciones resultan en una amplia
gama de manuales y herramientas de evaluación (en inglés) que abarcan todas las
esferas del sistema de justicia penal, basadas en normas internacionales y
estándares definidos por las Naciones Unidas.
La UNODC desarrolla proyectos y presta asistencia técnica en los siguientes temas:
Justicia de menores
Reforma penal
Reforma de la justicia penal
Justicia restaurativa
Alternativas a la prisión
Apoyo a las víctimas
Violencia de género
Monitoreo de desempeño del sistema de justicia penal
Las actividades de proyectos en diferentes países incluyen una serie de
intervenciones, tales como:
Educación y formación
Consultoría
Reformas legislativas
Suministro de recursos a las organizaciones no gubernamentales
Preparación de informes y manuales sobre las mejores prácticas en el área
Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal
La Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal es el órgano principal del
sistema de las Naciones Unidas para formular políticas y recomendaciones sobre
cuestiones de la justicia penal, incluida la trata de seres humanos, los crímenes
transnacionales y los aspectos de la prevención del terrorismo. La Comisión
supervisa el uso y la aplicación de las normas de las Naciones Unidas relativas a
estas cuestiones y guía el desarrollo de políticas para abordar nuevas cuestiones.
La Comisión ofrece a los Estados miembros un foro para el intercambio de
conocimientos, experiencias e información para el desarrollo de estrategias
nacionales e internacionales. La Comisión también coordina esfuerzos con otros
organismos de las Naciones Unidas con mandatos en materia de prevención del
delito y justicia penal, como el Consejo de Seguridad de la ONU, la Conferencia de
Estados Partes en la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional y la Conferencia los Estados Partes en la Convención de
las Naciones Unidas contra la Corrupción.
Análisis de la prevención en nuestro país
Luego de tres años de la implementación del Programa Nacional para la Prevención
Social de la Violencia (PNPSVD) en los ámbitos estatal y municipal, diversas
preguntas demandan respuestas precisas para poder fortalecer y consolidar esta
política: ¿qué retos enfrentan los gobiernos estatales y municipales para la
ejecución exitosa de las acciones preventivas delineadas desde el PNPSVD y con
qué fortalezas cuentan? ¿Qué resultados inmediatos perciben los beneficiarios
directos a partir de su participación en las diversas acciones preventivas que se
llevaron a cabo entre 2013 y 2016? Éstas fueron las preguntas guía de la serie de
investigaciones Prevención del Delito en México: ¿Cómo se implementa?
El documento presenta una evaluación cualitativa de un conjunto de acciones
implementadas en el municipio de Guadalajara y financiadas por el subsidio
denominado Programa Nacional de Prevención del Delito (Pronapred)- Se
concentró en recoger las experiencias y el punto de vista de diferentes actores
involucrados en estas acciones: funcionarios a nivel estatal y municipal que fueron
clave para los procesos de implementación; operadores de estas acciones –
asociaciones civiles, consultores–, y su personal en terreno; beneficiarios directos
– integrantes de las poblaciones definidas como prioritarias por el Programa
Nacional para la Prevención Social de la Violencia (PNPSVD)–; y miembros de las
comunidades donde han tenido lugar las mismas. Esta evaluación también se basó
en la observación in situ y la revisión minuciosa de la documentación relativa al
proceso de implementación de las acciones que se llevaban a cabo en el municipio
de Guadalajara hacia finales 2015, lo que permitió una comprensión más fina no
sólo de las mismas acciones y sus alcances, sino de los múltiples desafíos que
debemos atender si queremos fortalecer la joven política de prevención en México
y posibilitar su consolidación.
Algunos de los principales hallazgos de esta evaluación fueron:
La ausencia de mecanismos de focalización impide que las acciones
Pronapred lleguen a la población más vulnerable a la violencia y el delito.
La falta de esquemas de operación sostenible en la atención de factores de
riesgo provoca que las acciones Pronapred se vean confinadas a lo que dura
su ejecución anual: un tiempo no mayor a cinco meses.
Una vez concluidas las acciones Pronapred, en los nueve meses (por lo
menos) que transcurren entre las actividades de un año y el siguiente, no se
da seguimiento a sus beneficiarios.
La ausencia de esquemas homologados en la producción de información de
calidad sobre el ciclo de implementación de las acciones Pronapred dificulta
su monitoreo y evaluación y, por lo tanto, la posibilidad de conocer su
potencial de incidencia en la prevención de la violencia y la delincuencia, así
como en la configuración de entornos de convivencia pacífica.
No se cuenta con una política local de prevención que defina líneas
estratégicas y de acción a las que se vinculen las acciones Pronapred a la
luz de problemas específicos de violencia y delito.
Las débiles capacidades institucionales para la gestión de la prevención a
nivel municipal y estatal dificultan los procesos de ejecución y coordinación
de las acciones Pronapred, así como los consensos para empujar mejoras
en su implementación y en su contribución a los objetivos del PNPSVD.
Violencia familiar: es aquella que se da por alguno de los integrantes del grupo
familiar sobre otro, ocasionando una lesión no accidental en el aspecto físico y
psíquico. Cabe destacar que este tipo de violencia es penado por la ley, sin embargo
es un delito que no suele ser denunciado, ya que la victima siente temor y vergüenza
de denunciar a un miembro de su propia familia.
Violencia laboral: es toda acción ejercida dentro del contexto laboral que
manifieste abuso de poder por parte del empleador, del personal de mayor jerarquía
o de un tercero vinculado con el trabajador. Suele manifestarse a través del maltrato
verbal, recurrente y sostenido sobre un trabajador o trabajadora; el acoso sexual y
la agresión física.
Violencia docente: este tipo de violencia se origina en las aulas de clases, siendo
el causante el propio personal docente del centro educativo. En muchas ocasiones
esta violencia es realizada con el objeto de mantener el poder y el orden dentro del
grupo.
Suele manifestarse a través de calificativos humillantes, y discriminación ya sea por
su condición social, académica o sexual. Es importante resaltar que las victimas no
solamente son los alumnos y sus padres, también pueden ser los mismos
compañeros que integran el personal administrativo y de servicio del colegio.
Lamentablemente en la actualidad, la violencia docente ha tenido un importante
crecimiento con el paso del tiempo.
Violencia en la comunidad: es aquella que se origina dentro de la misma
comunidad y que se encuentra relacionada con los pocos o escasos valores
inculcados, y el mal concepto de la conducta insana de las personas que viven
dentro de esa comunidad. Este es un fenómeno que existe desde hace tiempo y
que con el transcurso del tiempo se ha ido incrementado, teniendo un impacto
negativo en el desarrollo del individuo dentro de la sociedad.
Esta clase de violencia se manifiesta a través de actos como robos, hostigamiento
a los habitantes, agresiones sexuales, etc.
Violencia institucional: son todas aquellas acciones u omisiones, en donde los
servidores públicos de cualquier orden de gobierno practiquen actos
discriminatorios, con la finalidad de dilatar, obstaculizar o impedir el ejercicio y
disfrute de los derechos humanos de todos los individuos, así como su acceso al
goce de las diversas políticas implantadas por el estado.
El por que de la violencia en la manifestación del crimen
No existe un único factor que explique las distintas manifestaciones de violencia.
Ahora bien, hay crímenes que resultan más difíciles de entender pues escapan
totalmente a la razón. Por ejemplo, cuesta asimilar el que un individuo se acerque
a un desconocido y lo apuñale hasta matarlo o que alguien pase en automóvil por
delante de una casa y se ponga a disparar sin ningún motivo.
Algunas personas sostienen que la violencia es inherente al hombre. Sin embargo,
hay quienes consideran que este rasgo no forma parte de la naturaleza humana
(véase el recuadro “¿Somos violentos por naturaleza?”).
Según un gran número de especialistas, existen muchos factores y circunstancias
que pueden inducir a alguien a cometer un acto de violencia irracional. Un informe
publicado por la academia estadounidense del FBI (Buró Federal de Investigación)
llega a decir: “La persona que está en su sano juicio no comete un homicidio”. Es
posible que algunas autoridades no concuerden del todo con esta afirmación, pero
sí concuerdan con lo que da a entender. Por algún motivo, el agresor ya no piensa
con normalidad. Algo ha afectado su raciocinio, de modo que es capaz de actos
impensables. ¿Qué factores pueden contribuir a que un individuo decida matar a
alguien sin ninguna razón aparente? Examinemos algunas de las posibles causas
mencionadas por los expertos.
La desintegración familiar
¡Despertad! entrevistó a Marianito Panganiban, portavoz de la Oficina Nacional de
Investigación de las Filipinas, quien comentó respecto a los antecedentes de los
homicidas irracionales: “Provienen de familias rotas. Carecen de amor y afecto. No
tienen principios morales por los que guiarse y, por tanto, se descarrían”. Muchos
investigadores señalan que, por lo general, los criminales más agresivos han
crecido en un entorno familiar violento en el que las relaciones interpersonales
dejaban mucho que desear.
El National Center for the Analysis of Violent Crime, de Estados Unidos, hizo público
un informe que enumeraba ciertos factores que ayudan a identificar a los jóvenes
con propensión a cometer delitos violentos en los centros educativos. Según el
informe, la vida familiar de tales jóvenes suele tener las siguientes características:
una relación turbulenta entre padres e hijos; padres incapaces de darse cuenta de
los problemas de sus hijos; distanciamiento entre los miembros de la familia; padres
que ponen poca o ninguna restricción a sus hijos, y, por último, hijos
extremadamente reservados que llevan una doble vida a espaldas de sus
progenitores.
Hoy en día, muchos niños sufren a causa de la ruptura de su familia. Otros tienen
padres que apenas les dedican tiempo, de modo que crecen sin la atención y la
instrucción moral que necesitan. Algunos expertos creen que, debido al entorno que
les rodea, estos niños no desarrollan la capacidad de establecer vínculos afectivos,
por lo que les resulta más fácil acabar con la vida de otras personas, a menudo sin
ningún remordimiento.
Los grupos extremistas y las sectas
Los hechos indican que algunos grupos extremistas, así como algunas sectas, han
desempeñado un papel fundamental en la comisión de ciertos crímenes. Un chico
de raza negra de 19 años de Indiana (EE.UU.) apareció muerto en un lado de la
calle con un tiro en la cabeza. El muchacho acababa de salir de un centro comercial
y caminaba de regreso a su casa cuando un joven lo eligió al azar y le disparó. ¿Por
qué? Supuestamente porque quería ingresar en una organización que defendía la
supremacía blanca y deseaba ganarse el tatuaje de una tela de araña con el que
dicho grupo premiaba a quienes asesinaban a alguien de raza negra.
Tanto en el atentando con gas nervioso perpetrado en el metro de Tokio en 1995,
como en el suicidio colectivo de Jonestown (Guyana) y el fallecimiento de 69
adeptos de la Orden del Templo Solar (en Suiza, Canadá y Francia), se observa la
influencia de alguna secta. Estos ejemplos demuestran cuánto logran influir ciertos
grupos en la forma de pensar de algunas personas. De hecho, líderes carismáticos
han inducido a la gente a hacer cosas “impensables” tentándolas con supuestas
recompensas.
La violencia y los medios de comunicación
Según algunos observadores, hay indicios de que varios medios de comunicación
modernos fomentan la conducta agresiva. Estos sostienen que contemplar
constantemente las escenas violentas que aparecen en la televisión, las películas,
los videojuegos e Internet insensibiliza la conciencia e induce a cometer delitos
violentos. El doctor Daniel Borenstein, presidente de la Asociación Americana de
Psiquiatría, señaló: “Ahora mismo existen más de mil estudios, respaldados por más
de treinta años de investigación, que demuestran que hay una relación causal entre
las violentas imágenes que emiten los medios de comunicación y el comportamiento
agresivo de algunos niños”. Delante de un comité del Senado de Estados Unidos,
el doctor Borenstein testificó: “Estamos convencidos de que la repetida exposición
al entretenimiento violento en todas sus formas tiene significativas repercusiones en
la salud pública” (véase el recuadro titulado “Los videojuegos violentos: el punto de
vista de un médico”).
A menudo se citan ejemplos para demostrar la veracidad de tales afirmaciones. En
el juicio del hombre que mató a sangre fría a la pareja que contemplaba la salida
del Sol en la playa —suceso al que aludimos en el artículo anterior—, los abogados
de la acusación presentaron pruebas de que el asesino se había inspirado en una
película violenta que solía ver vez tras vez. Y en el caso del tiroteo escolar en el que
perecieron quince personas, incluidos los autores de la tragedia, se dijo que estos
últimos pasaban muchas horas todos los días jugando con videojuegos violentos,
además de ver reiteradamente películas que exaltaban la violencia y el asesinato.
Las drogas
En Estados Unidos, el número de homicidios cometidos por adolescentes se triplicó
en un período de ocho años. Según las autoridades, ¿a qué se debe dicho
aumento? Entre otras razones, a las pandillas, en especial a las que trafican con
crack. De los más de quinientos asesinatos perpetrados recientemente en Los
Ángeles (California), “la policía atribuye el 75% de ellos a las pandillas”.
Un informe publicado por la citada academia del FBI señala: “Las drogas están
implicadas en una exorbitante cantidad de homicidios”. Algunas personas cuyo
raciocinio está afectado por el consumo de estupefacientes cometen asesinatos
bajo los efectos de estas sustancias. Por otro lado, los traficantes protegen su
negocio utilizando la violencia. Así pues, es obvio que las drogas constituyen una
importante razón por la que la gente comete crímenes horrendos.
La fácil obtención de armas destructivas
Como se mencionó en el artículo anterior, un solo hombre armado provocó en
Tasmania (Australia) la muerte de 35 personas y dejó heridas a diecinueve. El
asesino empuñaba armas semiautomáticas de estilo militar, razón por la que
muchos concluyen que el aumento de los delitos violentos se debe también a la
facilidad con que se obtienen este tipo de aparatos.
Según cierto informe, en 1995 hubo en Japón tan solo 32 muertes por armas de
fuego, relacionadas en su mayoría con ajustes de cuentas entre mafiosos. En
cambio, en Estados Unidos se produjeron más de quince mil asesinatos con esta
clase de armas. ¿A qué se debe la diferencia? A juicio de algunos especialistas, a
que en Japón existen leyes estrictas que regulan la tenencia de armas.
La incapacidad de afrontar los problemas
Al escuchar la noticia de un cruel asesinato, algunas personas quizá reaccionen
diciendo: “¡El que lo hizo debe de estar loco!”. Sin embargo, no todos los individuos
que comenten tales actos están trastornados, aunque muchos sí tienen problemas
para afrontar las presiones de la vida. De ahí que los expertos apunten que la
conducta violenta también puede deberse a ciertos defectos de la personalidad del
agresor. Entre estos se cuentan los siguientes: las deficiencias de aprendizaje; la
dificultad para relacionarse con los demás; los trastornos psicológicos debido al
maltrato físico o el abuso sexual; las tendencias antisociales; la aversión a un
determinado sector de la sociedad, como por ejemplo, las mujeres; la falta de
remordimiento, y el deseo de manipular a otros.
Algunas personas llegan a abrumarse tanto por su problema, sea cual sea, que su
mente se altera y se comportan de forma extraña. Este fue el caso de una enfermera
que tenía un ansia patológica de llamar la atención. Para saciar tal ansia, inyectaba
un relajante muscular a los niños pequeños a fin de provocarles un paro respiratorio.
Entonces disfrutaba de la atención que se le brindaba cuando los “salvaba”.
Lamentablemente, no siempre logró que los niños volvieran a respirar, de modo que
fue condenada por asesinato.
Como hemos visto, existen varios factores que pueden inducir a la gente a cometer
delitos violentos. No obstante, la lista quedaría incompleta si no mencionamos otra
importante razón.