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BOLETÍN DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Octava época, año 1


2
ABRIL-JUNIO

2014
BOLETÍN DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Octava época, año 1, núm. 2, abril-junio, 2014

Batallón de indios yaquis en el ejército constitucionalista.


AGN, INEHRM, Osuna, caja 2, foto 150.
BOLETÍN DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
Archivo General de la Nación
Mercedes de Vega
Directora General
Alba Alicia Mora Castellanos
Directora General Adjunta
María Fernanda Treviño Campero
Directora de Publicaciones y Difusión
Marco Antonio Silva Martínez
Jefe del Departamento de Publicaciones
Diseño y formación: Elisa Cruz Cabello
Asistencia en la corrección de estilo: Elvia Alaniz Ontiveros y Cinthia Guadalupe Loera
Pérez.
Asistencia en la investigación: Carlos Alday García

Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación, octava época, año 1, número 2, abril-junio de
2014, es una publicación trimestral del Archivo General de la Nación, donde se publica
y distribuye, con domicilio en Eduardo Molina 113, colonia Penitenciaría Ampliación,
delegación Venustiano Carranza, C. P. 15350, México D. F.
Tel. 51 33 99 00, exts. 19325, 19424 y 19330
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Editor responsable: Marco Antonio Silva Martínez.
Reserva de derechos de uso exclusivo ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor
número: 04-2009-110916591800-106.
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Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación número: 15036.

ISSN-0185-1926

Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación se terminó de imprimir en agosto de 2014
Tipográfica, S. A. de C. V. Imagen núm. 26, Col. Lomas de San Ángel Inn, C. P. 01790,
México, D. F.
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de sus respectivos autores, quienes sólo ceden sus derechos de reproducción al Archivo
General de la Nación.
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Instituto de Investigaciones Estéticas, Instituto de Investigaciones sobre
Universidad Nacional Autónoma la Universidad y la Educación,
de México Universidad Nacional Autónoma
de México
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Consultora independiente, Carlos Armando Preciado de Alba
Proyecto InterPARES (colaboradora) División de Ciencias Sociales
y Humanidades,
Diana Birrichaga Gardida Universidad de Guanajuato
Facultad de Humanidades,
Universidad Autónoma María José Rhi Sausi Garavito
del Estado de México Departamento de Economía,
Universidad Autónoma Metropolitana-
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Dirección de Tecnologías
de la Información Alicia Salmerón Castro
Instituto de Investigaciones Dr. José
Mercedes de Vega María Luis Mora
Dirección General,
Archivo General de la Nación María Fernanda Treviño Campero
Dirección de Publicaciones y Difusión,
Gisela González Flores Archivo General de la Nación
Dirección del Archivo Histórico Central,
Archivo General de la Nación Juan Voutssás Márquez
Instituto de Investigaciones
Claudia López Iglesias Bibliotecológicas y de la Información,
Dirección del Sistema Nacional Universidad Nacional Autónoma
de Archivos, de México
Archivo General de la Nación

Javier Mac Gregor Campuzano


División de Ciencias Sociales
y Humanidades,
Universidad Autónoma Metropolitana
Iztapalapa
Tabla de contenido

Presentación 9

Reglamento de la Ley Federal de Archivos 11

GALERÍAS DE LA HISTORIA

Diego de Guadalajara y la física newtoniana en la construcción 47


de relojes novohispanos del siglo XVIII
Juan Manuel Espinosa Sánchez

PORTALES DE LA ARCHIVÍSTICA

La administración de archivos: 67
una propuesta de profesionalización
Georgina Flores Padilla, Celia Ramírez López,
Felipe Ramírez Peña, César Augusto Ramírez Velázquez
y Sandra Peña Haro

Restauración de un plano con soporte de papel 91


translúcido referente a la “Ruta del ferrocarril
de Mérida a Sisal, Yucatán”
Alejandra Odor Chávez

Victoria San Vicente, archivista privilegiada 111


Juan Manuel Herrera

RESEÑAS

Santos o embusteros 133


Adriana Rodríguez Delgado,
Por Jesús Díaz Romero

México agrario 136


Regina Tapia,
Por Pavel Navarro Valdez
Evaluación de Documentos en Iberoamérica 140
Norma Catalina Fenoglio, (coord.)
Por Silvano G. A. Benito Moya

DOCUMENTOS DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Imagen centenaria: batallón de indios yaquis 147


en el Ejército Constitucionalista
María Inés Ortiz Caballero

El fondo bibliográfico Carlos Lazo Barreiro 149


en el Archivo General de la Nación
Ana Silvia Ruiz Zamarrón

Conservar y restaurar documentos, una noble misión 167


entrevista con Beatriz González Bedolla
Elvia Alaniz Ontiveros
Marco Antonio Silva Martínez
184
Normas para la entrega de originales
PRESENTACIÓN

El 13 de mayo del presente año se publicó en el Diario Oficial de la Federación el


Reglamento de la Ley Federal de Archivos. Por considerarlo un documento
de interés general, especialmente para la comunidad archivística nacional,
así como para los archivistas y lectores de otras naciones, se reproduce de
manera íntegra en esta edición.
La sección Galerías de la Historia presenta el artículo “Diego
de Guadalajara y la física newtoniana en la construcción de relojes
novohispanos del siglo XVIII”, que incluye una semblanza biográfica del
personaje y documenta el trabajo realizado por este científico y relojero
nacido en la ciudad de México en 1742, conocedor de la ciencia matemática,
la ingeniería hidráulica y la astronomía observacional de su tiempo; quien
además editó en 1777 el periódico Advertencias y Reflexiones varias conducentes
al buen uso de los Reloxes grandes y pequeños y su regulación.
Tres textos conforman la sección Portales de la Archivística. El primero de
ellos “La administración de archivos: una propuesta de profesionalización”
–coescrito por cinco profesionales que se desempeñan en el Instituto de
Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (IISUE), la Facultad de
Filosofía y Letras (FFyL) y el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas
y de la Información (IIBI) de la UNAM– analiza mediante un diagnóstico las
opciones profesionales que se tienen en México sobre administración de
archivos y gestión documental y se compara con la oferta que se brinda
en otras naciones americanas y europeas; el texto propone la creación de
una licenciatura que considere como uno de sus ejes la administración
de archivos y la archivística, enmarcada por las ciencias sociales y las
humanidades.
El segundo trabajo explica paso a paso la restauración de un plano de
1866, resguardado en el AGN con la “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal,
Yucatán”; se destaca la colaboración establecida entre los restauradores
y el investigador que solicitó la consulta del documento, así como las
dificultades que debieron resolverse durante el proceso de restauración,
como la sensibilidad y fragilidad de los materiales constitutivos del plano, la
gran cantidad de fragmentos y faltantes ocasionados por el sistema previo

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de almacenamiento, las dimensiones del documento de más de dos metros de
largo y el limitado presupuesto para su restauración, entre otras.
A través del tercer texto “Victoria San Vicente, archivista privilegiada” se
ofrece la semblanza laboral de esta historiadora y archivista cuya capacidad
organizativa contribuyó a instruir y profesionalizar al personal del AGN, en
tanto se elaboraba la Guía General del Archivo General de la Nación, instrumento
de consulta básica publicado a principios de los noventa, donde logró unir
esfuerzos para preservar la memoria documental del país.
En la sección Documentos del AGN se da referencia de la peculiar “Imagen
centenaria” que ilustra la portada de este número, el “Batallón de indios
yaquis en el Ejército Constitucionalista”, el cual combatió bajo las órdenes
de Álvaro Obregón armado con arcos, flechas y machetes; igualmente se
describe y comenta la incorporación al AGN del Fondo Bibliográfico Carlos
Lazo Barreiro, arquitecto, maestro en urbanismo y político que nació hace
cien años en la capital del país. Resulta particularmente interesante la lista de
las dedicatorias autógrafas que humanistas e intelectuales del siglo pasado
hicieron a la familia de este personaje.
También se incluye en la misma sección una entrevista con una
restauradora formada en el AGN, Beatriz González Bedolla, quien cumple
tres décadas de trabajo especializado en esta institución al desempeñarse
fundamentalmente en el Departamento de Conservación y Restauración, y
a últimas fechas, en la biblioteca “Ignacio Cubas”.

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R EGLAMENTO DE LA LEY FEDERAL DE A RCHIVOS

Al margen un sello con el Escudo Nacional, que dice: Estados Unidos


Mexicanos.- Presidencia de la República.

ENRIQUE PEÑA NIETO, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos,


en ejercicio de la facultad que me confiere el artículo 89, fracción I, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y con fundamento
en lo dispuesto por los artículos 27, 37 y 38 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal y 1, 9, 10, 11, 12, 14, 15, 17, 18, 19, 24, 26,
27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 39, 40, 42, 43, 44, 46, 47, 49, 50, 54 y 56
de la Ley Federal de Archivos, he tenido a bien expedir el siguiente

REGLAMENTO DE LA LEY FEDERAL DE ARCHIVOS


TÍTULO PRIMERO
DISPOSICIONES GENERALES

Capítulo Único

Artículo 1. El presente ordenamiento es de observancia obligatoria para las


dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, la Oficina
de la Presidencia de la República y la Procuraduría General de la República.
El Archivo General de la Nación interpretará en el orden administrativo
este Reglamento y los instrumentos normativos que emita de conformidad
con lo dispuesto en el presente ordenamiento.
En la sustanciación de los procedimientos administrativos, se aplicará
supletoriamente, en lo no previsto en el presente Reglamento, la Ley Federal
de Procedimiento Administrativo.

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Artículo 2. Además de las definiciones contenidas en el artículo 4 de la Ley
Federal de Archivos, para los efectos del presente Reglamento se entenderá
por:

I. Declaratoria de Prevaloración: Documento oficial expedido por


la Unidad Administrativa Productora que manifiesta el proceso de
valoración aplicado a sus Archivos, mediante el cual se describe la
naturaleza de la documentación y se determina su Destino Final;
II. Estabilización: Proceso para detener el deterioro físico de los
Archivos y documentos;
III. Ficha Técnica de Prevaloración: Documento para la autorización
del Destino Final, que contiene la descripción de las características
generales del Archivo y de la Unidad Administrativa Productora
de la documentación;
IV. Plan Anual de Desarrollo Archivístico: Instrumento elaborado
por el Área Coordinadora de Archivos que contempla las
acciones a emprender a escala institucional para la actualización
y mejoramiento continuo de los servicios documentales y
archivísticos, el cual, una vez aprobado por el Comité de
Información deberá ser publicado en el sitio de Internet de
cada Dependencia y Entidad, así como sus respectivos informes
anuales de cumplimiento;
V. Publicaciones Oficiales: Medio de difusión del rango del Diario
Oficial de la Federación, boletines y gacetas emitidos por
entidades federativas y municipios;
VI. Sistema Institucional de Archivos: Unidades de Archivos
de Trámite, de Concentración, en su caso, Histórico y Área
Coordinadora de Archivos que interactúan desde que se producen
los documentos hasta su Destino Final;
VII. Unidad de Enlace: La que se refiere el artículo 28 de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, y
VIII. Unidad Administrativa Productora: Las áreas que integran la
estructura organizacional de las Dependencias y Entidades,
conforme a sus reglamentos interiores o estatutos orgánicos,

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según corresponda, que en términos del artículo 14 de la Ley
están obligadas a contar con un Archivo de Trámite.

TÍTULO SEGUNDO
DE LA ORGANIZACIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE LOS ARCHIVOS

Capítulo I
De las obligaciones

Artículo 3. Para el cumplimiento del artículo 22 de la Ley, las Dependencias


y Entidades deberán registrar y notificar el listado de Expedientes
desclasificados en el sistema informático que para tales efectos habilitará
el Archivo General de la Nación en el sitio de Internet, que incluirá la
descripción del documento y la identificación del Expediente al que
pertenece.

Artículo 4. Los servidores públicos, al entregar y recibir su encargo, deberán


verificar que los Expedientes que integran sus Archivos, correspondan a las
Series documentales relacionadas en la Guía Simple de Archivos a que hace
referencia el artículo 19, fracción IV, de la Ley, en los plazos que señalen las
disposiciones aplicables en la materia.

Artículo 5. Todas las Series documentales registradas como históricas en


el Catálogo de Disposición Documental cuya vigencia haya concluido,
deberán ser sometidas a dictamen del Archivo General de la Nación para
que establezca el Destino Final, dentro del año siguiente.
Una vez realizado el dictamen referido en el párrafo anterior, las
Series documentales dictaminadas con valor histórico serán transferidas al
Archivo General de la Nación cuando la Dependencia o Entidad no tenga
un Archivo Histórico o, en su caso, al Archivo Histórico de la Dependencia
o Entidad, de acuerdo a las disposiciones y criterios que establezca el
Archivo General de la Nación, en un plazo no mayor a un año de la fecha
del dictamen correspondiente.

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Artículo 6. La Transferencia secundaria de toda Serie documental histórica
al Archivo General de la Nación o al Archivo Histórico de la Dependencia
o Entidad, según corresponda, deberá sustentarse en el dictamen a que
se refiere el artículo 5 de este Reglamento y en el acta de Transferencia
correspondiente.
Tanto el dictamen como el acta deberán ser conservados de forma
permanente por el Archivo General de la Nación en el instrumento
administrativo que éste determine.

Capítulo II

De las facultades del responsable del Área Coordinadora de Archivos y de


los responsables de los Archivos

Artículo 7. Cuando la especialidad de la información así lo requiera, el


responsable del Área Coordinadora de Archivos elaborará los criterios
específicos para la organización y Conservación de Archivos en coordinación
con el titular de la Unidad Administrativa Productora, tratándose del
Archivo de Trámite o, en su caso, con los responsables de los Archivos de
Concentración o Histórico, conforme a lo dispuesto en el artículo 8 de la
Ley.

Artículo 8. El responsable del Área Coordinadora de Archivos participará


en el Comité de Información con voz y con voto, únicamente cuando se
traten asuntos en materia de Archivos.

Artículo 9. El responsable del Área Coordinadora de Archivos deberá


cubrir el siguiente perfil:

I. Contar con estudios de licenciatura, preferentemente en


archivonomía, archivología, ciencias de la información, gestión
documental, o estudios de posgrado o especializados en dichas
materias, y
II. Contar con experiencia mínima de dos años laborando en
administración documental, gestión de información o archivos.

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En el caso de que la Dependencia o Entidad cuente con un Archivo
Histórico, el titular del Área Coordinadora de Archivos deberá tener un
nivel mínimo de dirección de área o su equivalente, dentro de la estructura
orgánica de la Dependencia o Entidad de que se trate.
El nombramiento del titular del Área Coordinadora de Archivos será
informado al Archivo General de la Nación.
Artículo 10. Además de las funciones establecidas en el artículo 12 de la
Ley, corresponde al responsable del Área Coordinadora de Archivos de las
Dependencias y Entidades:

I. Coordinar las acciones necesarias para garantizar que los


responsables de los Archivos de Trámite, de Concentración y en
su caso, Históricos, cumplan con las disposiciones internas que
en materia de Archivos apruebe el Comité de Información de las
Dependencias y Entidades, así como con aquéllas de aplicación
general;
II. Supervisar que los Archivos de su Dependencia o Entidad
se encuentren actualizados, organizados y conservados de
conformidad con las disposiciones aplicables en la materia,
y permitan la localización expedita de los Expedientes, su
disponibilidad e integridad;
III. Proporcionar asesoría a los responsables de los Archivos de Trámite,
de Concentración e Histórico, en su caso, en materia de gestión de
documentos y administración de Archivos;
IV. Proponer al Comité de Información los indicadores que permitan
evaluar anualmente la aplicación de los instrumentos de control y
consulta archivística, así como el cumplimiento de los Plazos de
Conservación y el Destino Final de los Documentos de Archivo;
V. Coadyuvar con la Unidad de Enlace en la identificación de la Serie
documental en la que se encuentre la información solicitada, así
como con el área responsable de su resguardo;
VI. Solicitar la publicación en el portal de obligaciones de trans-
parencia de su Dependencia o Entidad, los programas de
capacitación en materia de Archivos, los indicadores anuales y los
instrumentos de control y consulta archivística, y

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VII. Las que otras disposiciones jurídicas le confieran en materia de
Archivos.

Artículo 11. Además de las funciones a que se refiere el artículo 14 de


la Ley, corresponde a los responsables de los Archivos de Trámite de las
Dependencias y Entidades:

I. Planificar y promover la correcta Administración de los


Documentos que se encuentran en el Archivo de Trámite;
II. Asesorar a su Unidad Administrativa Productora en materia
de Archivos, así como colaborar con ésta para la correcta
organización y tratamiento uniforme de la documentación del
Archivo de Trámite;
III. Implementar los servicios de consulta, préstamo y reproducción
de documentos del Archivo de Trámite, conforme a las
disposiciones jurídicas aplicables;
IV. Representar a su unidad administrativa en materia de Archivos
ante el Área Coordinadora de Archivos;
V. Detectar las necesidades en materia de servicios archivísticos,
de conformidad con lo que establezca el Área Coordinadora de
Archivos;
VI. Mantener informada al Área Coordinadora de Archivos respecto
a los avances y cumplimiento de los programas en materia de
Archivos de su unidad administrativa;
VII. Registrar y controlar la documentación dirigida a la unidad
administrativa a que se encuentra adscrito el Archivo de Trámite,
a fin de integrarlos en los Expedientes correspondientes;
VIII. Aplicar las disposiciones internas en materia de Archivos;
IX. Ejecutar acciones de seguimiento que garanticen la recuperación
y Conservación de la documentación del Archivo de Trámite;
X. Instrumentar las medidas necesarias para evitar la acumulación
de Expedientes que ya no se encuentran activos;
XI. Mantener debidamente organizados los Expedientes activos para
su ágil localización;
XII. Facilitar a los servidores públicos autorizados en términos de las

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disposiciones jurídicas aplicables, los Expedientes que obran en
el Archivo de Trámite;
XIII. Garantizar el tratamiento adecuado de la documentación del
Archivo de Trámite, de conformidad con la normativa en materia
de disposición documental;
XIV. Llevar un control efectivo de la documentación desde su
ingreso hasta su Transferencia primaria, verificando la correcta
aplicación de las normas que resulten aplicables en el ámbito de
su competencia;
XV. Coordinar con el área responsable del registro de entrada y salida
de correspondencia la implementación de los mecanismos para
regular la producción documental, y
XVI Propiciar la correcta Valoración Documental que permita
disponer de manera adecuada y oportuna de la documentación
que se encuentre en el Archivo de Trámite que así lo amerite.

Artículo 12. Además de las funciones a que se refiere el artículo 15 de la


Ley, corresponde a los responsables de los Archivos de Concentración de
las Dependencias y Entidades:

I. Planificar y promover la correcta Administración de los


Documentos que se encuentren en el Archivo de Concentración;
II. Dar cumplimiento a las disposiciones en materia de Transferencia,
concentración y disposición de la documentación del Archivo de
Concentración;
III. Vigilar la correcta aplicación del Catálogo de Disposición
Documental;
IV. Representar al Archivo de Concentración en materia de Archivos
ante el Área Coordinadora de Archivos;
V. Coadyuvar con el Área Coordinadora de Archivos en el análisis
y resolución de las necesidades respecto al manejo de la
documentación del Archivo de Concentración;
VI. Presentar los informes que le sean requeridos por el Área
Coordinadora de Archivos o por otras instancias respecto al
desarrollo de las actividades y el cumplimiento de sus programas;

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VII. Verificar que las Transferencias primarias se efectúen de
conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables,
particularmente en lo establecido en el Catálogo de Disposición
Documental de la Dependencia o Entidad;
VIII. Procurar que la Transferencia de la documentación al Archivo de
Concentración sea ágil y se integre adecuadamente a su acervo;
IX. Promover la Transferencia de la documentación cuyo Plazo de
Conservación en el Archivo de Concentración haya concluido,
de conformidad con lo establecido en el Catálogo de Disposición
Documental;
X. Entregar en préstamo al personal autorizado, mediante los
mecanismos establecidos, la documentación solicitada de
conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables;
XI. Entregar al Archivo General de la Nación o al Archivo Histórico
de la Dependencia o Entidad, según corresponda, los Expedientes
históricos cuyo Plazo de Conservación haya concluido para su
conservación, a través de los mecanismos establecidos en las
disposiciones jurídicas aplicables, previo dictamen por parte del
Archivo General de la Nación, en términos del artículo 5 del pre-
sente Reglamento;
XII. Asesorar a quienes lo requieran respecto al desarrollo y
cumplimiento de los programas de Archivo de Concentración;
XIII. Efectuar los movimientos necesarios para evitar la acumulación
excesiva de documentación, procurando la oportuna Trans-
ferencia o depuración de la documentación conforme a las
normas establecidas, y
XIV. Coadyuvar con el Área Coordinadora de Archivos en la valoración
de la documentación para la identificación de Documentos
Históricos.

Artículo 13. Además de las funciones a que se refiere el artículo 17 de la Ley,


corresponde a los responsables del Archivo Histórico de las Dependencias
y Entidades:

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I. Planear y supervisar la correcta organización, descripción,
preservación y difusión de los Documentos Históricos;
II. Dar cumplimiento a las disposiciones en materia de organización,
descripción, preservación y difusión de la documentación del
Archivo Histórico, y
III. Representar al Archivo Histórico ante el Área Coordinadora
de Archivos y el Archivo General de la Nación para detectar
las necesidades en materia de normatividad y desarrollo, y
normalizar adecuada y efectivamente la selección y organización
de Documentación Histórica.

TÍTULO TERCERO
DE LOS ARCHIVOS HISTÓRICOS

Capítulo I
De la permanencia

Artículo 14. El Archivo General de la Nación emitirá los lineamientos que


contengan los requisitos para la conservación y custodia permanente de
documentos históricos, por parte de las Dependencias y Entidades que
cuentan con Archivos Históricos.

Capítulo II
De los Documentos Históricos confidenciales

Artículo 15. La identificación de Series que contengan Documentos


Históricos confidenciales, en términos del artículo 27 de la Ley, se llevará
a cabo desde la Unidad Administrativa Productora, y será registrada
en el Catálogo de Disposición Documental y validada por el Comité de
Información respectivo.
La Ficha Técnica de Prevaloración y la Declaratoria de Prevaloración
que se presente en la solicitud de dictamen de Destino Final de las Series
documentales, deberán precisar que las mismas contienen Documentos
Históricos confidenciales y que ha concluido el Plazo de Conservación
permanente que establece el artículo 27 de la Ley.

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Capítulo III
Del acceso a los Documentos Históricos confidenciales

Artículo 16. La respuesta mediante la cual una Dependencia o Entidad


niegue el acceso a Documentos Históricos confidenciales, se emitirá en los
términos y plazos que señale la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental, y deberá estar fundada y motivada,
así como señalar la fecha de creación de los documentos solicitados a los
cuales se está negando el acceso y aquélla en que concluya el plazo a que se
refiere el artículo 27 de la Ley.

Artículo 17. Ante la negativa de acceso a Documentos Históricos


confidenciales o de la resolución que declare la inexistencia de los
documentos solicitados por parte de una Dependencia o Entidad, el
solicitante podrá interponer ante el Instituto, el recurso de revisión a que
se refiere el artículo 49 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la
Información Pública Gubernamental.
El Instituto resolverá sobre la procedencia del acceso a Documentos
Históricos confidenciales, de conformidad con el procedimiento previsto
en el Capítulo IV del Título Segundo de la Ley Federal de Transparencia y
Acceso a la Información Pública Gubernamental, y observando lo dispuesto
por el artículo 30 de la Ley.

Artículo 18. Los recursos derivados de la falta de respuesta a una solicitud


de acceso a Documentos Históricos confidenciales por parte de una
Dependencia o Entidad, en el plazo señalado en el artículo 44 de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental,
las atenderá el Instituto de conformidad con lo dispuesto por el artículo 53
de la Ley antes citada.

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TÍTULO CUARTO
DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Capítulo I
De las atribuciones y patrimonio

Artículo 19. El Archivo General de la Nación proporcionará a las


Dependencias y Entidades, la asesoría técnica para la elaboración de los
instrumentos de control y consulta archivística a que se refiere el artículo
19 de la Ley, en los términos siguientes:

I. Las Dependencias y Entidades a través de su Área Coordinadora


de Archivos, deberán solicitar por escrito al Archivo General de
la Nación la asesoría técnica, debiendo indicar los alcances de la
misma;
II. El Archivo General de la Nación en un plazo de veinte días
hábiles deberá otorgar respuesta en la que proponga una
comisión integrada por servidores públicos del propio organismo
descentralizado, para que se proporcione la asesoría técnica
correspondiente, y
III. De la asesoría técnica prestada, el Archivo General de la
Nación deberá dejar constancia documental en el Expediente
correspondiente.

Artículo 20. El Archivo General de la Nación sólo estará obligado a


atender las asesorías técnicas cuando el proyecto de necesidades se refiera a la
elaboración de instrumentos de control y consulta archivística.
El Archivo General de la Nación no quedará vinculado por la asesoría
técnica realizada a las solicitudes efectuadas por las Dependencias y
Entidades cuando el planteamiento no se refiera a la elaboración de
instrumentos de control y consulta archivística. Las asesorías sólo serán
con efectos orientadores.
Sin perjuicio de lo anterior, el Archivo General de la Nación podrá
desarrollar y difundir en su portal guías para la elaboración de instrumentos
de control y consulta archivística.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 21


Artículo 21. En términos de lo dispuesto por el artículo 28 de la Ley, el
Archivo General de la Nación podrá verificar las condiciones de resguardo
de los Archivos de Concentración de las Dependencias y Entidades que
tengan Series con Documentos Históricos confidenciales.

Artículo 22. El Archivo General de la Nación concentrará en sus


instalaciones las Publicaciones Oficiales, en los términos que establezcan
los lineamientos que refiere el artículo 44, fracción XIII, de la Ley.
Dichos lineamientos deberán establecer planes de conservación y difusión
de las versiones impresas y privilegiar el resguardo electrónico.

Artículo 23. El Archivo General de la Nación podrá brindar los siguientes


servicios complementarios, en términos del artículo 44, fracción XII, de la
Ley:

I. Tecnológicos, tales como expedición de guías, tutoriales


multimedia, proyectos de tecnología y desarrollo, Estabilización,
así como suministro, custodia de materiales archivísticos y
restauración documental;
II. Técnicos, tales como el uso de instalaciones, equipos y laboratorios
del Archivo General de la Nación, así como la capacitación a
distancia;
III. De consultoría, en los términos previstos en la normativa
aplicable;
IV. De investigación, tales como proyectos de investigación,
seminarios, conferencias, ponencias, grupos de trabajo, y
V. Los que otras disposiciones jurídicas señalen.

La prestación de los servicios complementarios tiene por objeto desarrollar


acciones que permitan la modernización de los servicios archivísticos,
el rescate y administración del patrimonio documental, así como el
fortalecimiento del patrimonio del Archivo General de la Nación.

Artículo 24. Los servicios complementarios a que se refiere el artículo


anterior se proporcionarán conforme a lo establecido en las disposiciones

22 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


que al efecto emita el Archivo General de la Nación, atendiendo a lo
siguiente:

I. Ser ejecutados por los servidores públicos adscritos al Archivo


General de la Nación u otras personas cuando así se requiera, de
conformidad con las disposiciones aplicables;
II. Se lleven a cabo en las instalaciones del Archivo General de la
Nación o en el lugar que la materia específica lo requiera, y
III. Serán dados a conocer a través de folletos informativos y demás
medios de comunicación pertinentes.

Artículo 25. El patrimonio del Archivo General de la Nación se integra


con:

I. Los bienes y derechos que le transfiera el Gobierno Federal para


el desempeño de sus funciones;
II. Los recursos que, en su caso, le sean asignados anualmente en el
Presupuesto de Egresos de la Federación correspondiente;
III. El ingreso por la venta de bienes y servicios que lleve a cabo el
Archivo General de la Nación de acuerdo a sus atribuciones;
IV. Los subsidios, transferencias, participaciones, donativos o
donaciones, herencias y legados que reciba de las personas físicas
o morales, nacionales o extranjeras, así como los beneficios
que reciba derivados de los contratos y convenios que celebre
conforme a las disposiciones jurídicas aplicables, y
V. Los demás ingresos, rendimientos, bienes y derechos que adquiera
o se le adjudiquen por cualquier título jurídico.

Artículo 26. De conformidad con lo que establece el artículo 42 de la


Ley, el Consejo Académico Asesor asesorará al Archivo General de la Na-
ción en los conocimientos desarrollados en las instituciones académicas
especializadas en las disciplinas vinculadas con las atribuciones de dicho
organismo descentralizado, para lo cual tendrá las siguientes funciones:

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I. Emitir recomendación al Archivo General de la Nación sobre
los documentos de interés público que puedan ser considerados
Patrimonio Documental de la Nación;
II. Realizar una revisión anual del desempeño del Archivo General
de la Nación;
III. Exponer ante el órgano de gobierno del Archivo General de la
Nación, los resultados de la revisión citada en la fracción anterior;
IV. Propiciar entre la comunidad académica nacional e internacional
la consulta del acervo histórico del Archivo General de la Nación;
V. Recomendar al Archivo General de la Nación, la celebración
de convenios y acuerdos para realizar actividades académicas
conjuntas con instituciones públicas o privadas, nacionales o
internacionales afines;
VI. Asesorar y colaborar en la organización de conferencias,
seminarios, coloquios, y en general, cualquier evento de difusión
cultural que organice el Archivo General de la Nación;
VII. Presentar propuestas al Archivo General de la Nación de
estudiantes de instituciones académicas que puedan realizar su
servicio social o prácticas profesionales en sus instalaciones, y
VIII. Las demás que les confieran las disposiciones jurídicas aplicables.

Artículo 27. El Consejo Académico Asesor estará integrado por académicos


y expertos que representen a instituciones académicas especializadas en
las disciplinas vinculadas con las atribuciones del Archivo General de la
Nación, así como por integrantes a título personal.
Los integrantes a título personal del Consejo Académico Asesor serán
designados por el Director General del Archivo General de la Nación, y
estarán en funciones por un período de dos años y podrán ser ratificados
hasta en dos ocasiones.
La organización y funcionamiento del Consejo Académico Asesor será
establecido por el Archivo General de la Nación, a través de los lineamientos
respectivos.

Artículo 28. Los integrantes del Consejo Académico Asesor deberán reunir
los requisitos siguientes:

24 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


I. Tener cuando menos 30 años de edad en el momento de la
designación;
II. Contar con trayectoria destacada en disciplinas afines a la
archivística, en términos de los lineamientos que al efecto emita
el Archivo General de la Nación, y
III. Poseer un grado académico superior al de licenciatura.

Artículo 29. Los académicos y expertos serán convocados mediante


invitación y, en caso de aceptar la misma, serán nombrados como Consejeros
y ejercerán su cargo en forma honorífica, y no recibirán emolumento o
contraprestación alguna por el mismo.

Capítulo II
De la coordinación con otras autoridades

Artículo 30. Para tramitar la autorización de salida del país de los documentos
a que se refiere el artículo 31 de la Ley, el interesado deberá presentar su
solicitud en el formato que para tal efecto establezca el Archivo General de
la Nación, mediante publicación en el Diario Oficial de la Federación.
La solicitud debe formularse mediante oficio con firma autógrafa, y
deberá contener, cuando menos, lo siguiente:

I. La referencia completa de cada documento en la que se indique


el fondo documental, Sección, Serie, Expediente, volumen y
número de foja o pieza, según sea el caso;
II. El motivo de la salida;
III. El periodo que estará fuera del país, y
IV. La fecha de reincorporación.

La solicitud deberá presentarse, por lo menos con seis meses de anticipación


a la fecha prevista para la salida.

Artículo 31. Para efectos del ejercicio del derecho del tanto por parte del
Archivo General de la Nación en el caso de venta de acervos o documentos
a que se refiere el artículo 32 de la Ley, el enajenante notificará a dicha

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 25


institución su intención de realizar la venta para que ésta en un plazo de
diez días hábiles contados a partir de la notificación, haga del conocimiento
por escrito al enajenante su intención de adquirir los acervos o documentos
respectivos.
Transcurridos los diez días sin que el Archivo General de la Nación
haya manifestado ejercer su derecho del tanto, se perderá dicho derecho.
Mientras el enajenante no realice la notificación de la enajenación por venta,
ésta no producirá efecto legal alguno.
La notificación que debe realizar el enajenante se presentará en el
formato que para tal efecto establezca el Archivo General de la Nación,
mediante publicación en el Diario Oficial de la Federación, el cual deberá
señalar los datos necesarios para identificar el documento, así como los
datos de identificación y localización del enajenante. Al formato se anexará,
en su caso, fotografías del documento que será objeto de la
Enajenación. El Archivo General de la Nación podrá requerir al enajenante
mayor información dentro del plazo de cinco días hábiles de presentada la
notificación. El requerimiento de información adicional suspenderá el plazo
a que se refiere el párrafo primero de este artículo hasta en tanto el enajenante
desahogue el requerimiento del Archivo General de la Nación.

Artículo 32. El Archivo General de la Nación podrá consultar al Consejo


Académico Asesor para resolver sobre el ejercicio de su derecho del tanto,
pero esta consulta no suspenderá el plazo para ejercerlo.

Artículo 33. Cuando el Archivo General de la Nación tenga conocimiento


de la enajenación por venta de los documentos a que se refiere el artículo
32 de la Ley, sin que se hayan observado las formalidades señaladas en
el artículo 31 de este Reglamento, formulará la denuncia de hechos, de
conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables.

Artículo 34. El Archivo General de la Nación se coordinará con las


autoridades de procuración de justicia, el Instituto Nacional de Antropología
e Historia, así como con las autoridades competentes para ejercer las
acciones necesarias para vigilar el cumplimiento de los artículos 31 y 54,
fracción III, de la Ley.

26 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Artículo 35. Cuando el Archivo General de la Nación en el ejercicio de sus
funciones conozca que un servidor público cometió presuntamente alguna
de las conductas señaladas en el artículo 54 de la Ley, dará vista al órgano
interno de control que corresponda para su inmediata intervención.

Título Quinto
De los órganos y mecanismos de coordinación

Capítulo I
Del Consejo Nacional de Archivos

Artículo 36. El Consejo Nacional de Archivos para su funcionamiento


emitirá sus reglas de operación.

Artículo 37. Para el cumplimiento de las atribuciones del Consejo Nacional


de Archivos establecidas en el artículo 36 de la Ley, éste podrá celebrar
convenios de colaboración con:

I. Los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de las entidades


federativas, así como del orden municipal;
II. Los órganos garantes en materia de transparencia y acceso a la
información de las entidades federativas;
III. Las instituciones culturales, de docencia o investigación,
nacionales o internacionales;
IV. Las instituciones u organizaciones nacionales o internacionales
dedicadas a la preservación de Archivos;
V. Los Archivos de las universidades públicas o privadas, nacionales
o internacionales, y
VI. Cualquier sujeto obligado distinto al Poder Ejecutivo Federal.

Artículo 38. Los instrumentos que establezcan la política nacional de


Archivos, serán publicados en el Diario Oficial de la Federación y el sitio
de Internet del Archivo General de la Nación o en los medios electrónicos
o impresos que el Consejo Nacional de Archivos determine para tal efecto.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 27


Capítulo II
Del Sistema Nacional de Archivos

Artículo 39. La conducción del Sistema Nacional de Archivos se llevará


a cabo conforme a las directrices y criterios nacionales establecidos por el
Consejo Nacional de Archivos, en términos del artículo 36, fracción II, de
la Ley.

Artículo 40. El funcionamiento del Sistema Nacional de Archivos se


sustentará en el principio de autonomía de sus integrantes.
La representación del Ejecutivo Federal en el Sistema Nacional de Archivos
será a través del Comité.

Capítulo III
Del Comité Técnico Consultivo de Archivos del Ejecutivo Federal

Artículo 41. El Comité a que hace referencia el artículo 43 de la Ley, se


integrará de la siguiente manera:

I. Un Presidente, que será el Director General del Archivo General


de la Nación y contará con voz y voto, y
II. Los representantes de cada Dependencia y Entidad, en términos
del tercer párrafo del artículo 43 de la Ley, los cuales contarán
con voz y voto.
Asimismo, el Comité contará con un secretario técnico, que
será designado por el Director General del Archivo General de la
Nación, con nivel mínimo de director de área, quien acudirá con
voz pero sin voto a las sesiones.

Artículo 42. Los miembros del Comité ejercerán su cargo de forma honorífica,
y no recibirán emolumento o contraprestación alguna por el mismo.

Artículo 43. El Comité emitirá sus lineamientos internos, los cuales


contendrán lo relativo a su organización y funcionamiento, de conformidad
con lo establecido en la Ley y el presente Reglamento.

28 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Artículo 44. El Presidente del Comité tendrá las siguientes atribuciones:

I. Representar al Comité en todos los actos y asuntos oficiales;


II. Aprobar las convocatorias y presidir las sesiones plenarias y
sectoriales, ordinarias y extraordinarias del Comité;

III.Orientar las actividades del Comité y promover las medidas


necesarias para cumplir los acuerdos que el Comité adopte, en el
ejercicio de sus funciones, y
IV. Convocar a invitados especiales en las sesiones del Comité, los
cuales participarán con voz pero sin voto.

Artículo 45. El Presidente del Comité será suplido en sus ausencias por
el servidor público que éste designe, quien deberá tener el nivel inmediato
inferior.

Artículo 46. El secretario técnico del Comité tendrá a su cargo las siguientes
atribuciones:

I. Coordinar las actividades del Comité conforme a las instrucciones


que reciba del Presidente;
II. Elaborar, de acuerdo con las disposiciones jurídicas aplicables
y en coordinación con los integrantes del Comité, el programa
anual de trabajo, así como supervisar su cumplimiento;
III. Integrar el Archivo del Comité;
IV. Convocar, previo acuerdo del Presidente, a las sesiones plenarias
y sectoriales, ordinarias y extraordinarias del Comité, así como
remitir con cinco días de anticipación el acta de la sesión anterior,
el orden del día, y en general, toda la documentación requerida
para el trabajo del Comité;
V. Apoyar y dar seguimiento al cumplimiento de los acuerdos del
Comité en el ejercicio de sus funciones;
VI. Coordinar y dar seguimiento a las actividades de las comisiones o
grupos de trabajo que se integren por acuerdo del Comité;
VII. Designar, dentro de los integrantes de las comisiones o grupos de

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 29


trabajo a que se refiere la fracción anterior, un auxiliar para que lo
apoye en las funciones establecidas en la fracción anterior, y
VIII. Las demás que en el ámbito de sus funciones le sean expresamente
encomendadas por el Presidente del Comité.

Artículo 47. Los miembros del Comité participarán en el análisis y


desarrollo de las normas sobre Administración de Documentos y Archivos
formuladas por el Archivo General de la Nación, y apoyarán y promoverán
los procesos de normalización documental dentro de la Dependencia o
Entidad que representan.
Asimismo, podrán integrarse en las comisiones o grupos de trabajo que
se determine crear por el Comité, para el cumplimiento de sus funciones.

Artículo 48. Los integrantes del Comité, de conformidad con su ámbito de


competencia, podrán agruparse en los siguientes sectores:

I. Educación y cultura;
II. Ciencia y tecnología;
III. Recursos renovables;
IV. Desarrollo agrario;
V. Hacienda;
VI. Seguridad nacional;
VII. Desarrollo económico;
VIII. Desarrollo social;
IX. Trabajo;
X. Energía;
XI. Salud, y
XII. Los demás que el Comité determine.

Artículo 49. Los representantes de las Dependencias o Entidades de cada


sector elegirán un representante sectorial de archivos entre sus titulares o
suplentes ante el Comité, el cual deberá:

I. Notificar su nombramiento al secretario técnico del Comité, y

30 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


II. Ejercer esta función durante un año y, en su caso, ser reelecto en
dos ocasiones.

En caso de dejar de ser representante de su Dependencia o Entidad en el


Comité, el sector deberá elegir, conforme al presente artículo, un nuevo
representante sectorial de archivos.

Artículo 50. El Comité celebrará anualmente dos sesiones ordinarias


plenarias y cuatro sesiones ordinarias sectoriales, conforme a lo siguiente:

I. En las sesiones plenarias participarán, además del Presidente del


Comité, los representantes a que se refiere el artículo 41, fracción
II, de este Reglamento, las cuales se convocarán de acuerdo al
calendario establecido por el Comité, y
II. En las sesiones sectoriales, participarán, además del Presidente
del Comité, los representantes sectoriales de archivo a los que
se refiere el artículo 49 del presente Reglamento, las cuales se
convocarán de acuerdo al calendario establecido por el Comité.

Artículo 51. El Presidente del Comité determinará la fecha y recinto


para la celebración de las sesiones. En caso de contar con las facilidades
tecnológicas, se considerará válida la presencia de los representantes a
través de videoconferencia.

Artículo 52. El Comité para sus sesiones sectoriales operará de acuerdo


con el siguiente procedimiento:

I. El secretario técnico remitirá a los representantes sectoriales


de archivo con al menos sesenta días de anticipación a la fecha
programada para la sesión sectorial, la agenda de los asuntos a tratar;
II. El representante sectorial de archivo deberá convocar a reunión
de su sector a los demás representantes y presentarles la agenda
para analizar y resolver los asuntos planteados en dicha agenda.
Podrán existir tantas reuniones de sector como sus participantes
consideren conveniente;

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 31


III. En caso de que entre los representantes del sector no se logre el
acuerdo, podrán enviar los planteamientos por escrito, motivados
y fundados, al secretario técnico del Comité para que se incluyan
en las sesiones sectoriales, considerándose válido para tal envío,
medios electrónicos, y
IV. El representante sectorial de archivos deberá enviar al secretario
técnico del Comité el acta de las reuniones que componen su
sector, donde consten los acuerdos alcanzados, con al menos
treinta días de anticipación a la fecha programada para la sesión
sectorial.
El procedimiento para llevar a cabo las sesiones plenarias será
conforme a los lineamientos a que se refiere el artículo 43 del
presente Reglamento.

Artículo 53. Las decisiones del Comité, serán definitivas e irrecurribles para
sus integrantes.

Artículo 54. El Comité sesionará de forma ordinaria de acuerdo al


calendario de sesiones y de forma extraordinaria cuando así lo disponga el
Presidente o a solicitud de uno de los representantes sectoriales de archivo.
Se considera que habrá quórum, con la asistencia de la mayoría de los
representantes de las Dependencias o Entidades en las sesiones plenarias, y
de los representantes sectoriales de archivo en las sesiones sectoriales.

Capítulo IV
Del Registro Nacional de Archivos Históricos

Artículo 55. Los Archivos Históricos de las Dependencias y Entidades


deberán mantener actualizados su directorio e instrumentos de consulta
ante el Registro Nacional de Archivos Históricos, de conformidad con las
disposiciones publicadas en el portal electrónico del Archivo General de la
Nación en esta materia.

Artículo 56. La organización del Registro Nacional de Archivos Históricos


se llevará a cabo atendiendo a los siguientes criterios:

32 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


I. La inscripción de los Archivos a que hace referencia el artículo
49 de la Ley, corresponde al Archivo General de la Nación, para
lo cual deberá registrar, actualizar y difundir, los datos sobre
los acervos y la infraestructura de los Archivos, así como los
documentos declarados Patrimonio Documental de la Nación, y
II. Estará conformado por:

a) Archivos Históricos del Poder Ejecutivo Federal;


b) Archivos privados que sean beneficiados con fondos
federales;
c) Archivos públicos registrados de manera potestativa, y
d) Archivos privados registrados de manera potestativa.

Los propietarios, poseedores o tenedores de Archivos particulares,


declarados Patrimonio Documental de la Nación, continuarán con la
propiedad, posesión o tenencia de los mismos, con excepción de los casos
previstos por la Ley y el presente Reglamento.

Artículo 57. El funcionamiento del Registro Nacional de Archivos


Históricos se regirá conforme a lo siguiente:

I. El responsable del Área Coordinadora de Archivos o el


responsable del Archivo Histórico en las Dependencias y
Entidades, vía electrónica, enviará al Archivo General de la
Nación la solicitud de inscripción de sus documentos en el
Registro Nacional de Archivos Históricos, acompañada de la
documentación que para tal efecto determine el Archivo General
de la Nación, para acreditar el valor histórico del documento.

Para el caso de los Archivos previstos en los incisos b), c) y d) de la fracción


II del artículo anterior, la solicitud de inscripción deberá realizarla el
propietario o poseedor de los documentos;

II. El Archivo General de la Nación llevará a cabo la revisión de


los documentos que se presenten para registro, la cual deberá

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 33


realizarse antes de proceder a la inscripción, con la facultad
de suspender o rechazar los que no poseen un valor histórico
conforme a las disposiciones aplicables.
La inscripción en el Registro Nacional de Archivos Históricos
no acredita la veracidad de los documentos que se presenten ante
el Archivo General de la Nación.
Dentro de los quince días hábiles siguientes a su recepción,
se procederá a la acreditación de los documentos entregados, en
términos de la presente fracción;

III. Los documentos acreditados como históricos que cumplan los


requisitos establecidos por el Archivo General de la Nación en
términos de la fracción VII de este artículo, se inscribirán en el
Registro Nacional de Archivos;
IV. Una vez realizada la inscripción, el Archivo General de la Nación
actualizará la información de la base de datos que corresponda.
Concluida la inscripción, se emitirá la cédula de registro,
dentro de los treinta días hábiles a su inscripción;
V. En caso de no ser procedente la inscripción, se realizará la
notificación correspondiente al solicitante;
VI. Para asegurar su permanencia, los Archivos Históricos inscritos
en el Registro Nacional de Archivos Históricos, deberán cumplir
con lo establecido en el artículo 50 de la Ley;
VII. El Archivo General de la Nación establecerá los requisitos que de-
berán cubrir los documentos de los Archivos Históricos que
soliciten su inscripción en el Registro Nacional de Archivos
Históricos, los cuales se publicarán en el portal electrónico del
Archivo General de la Nación, para consulta de los interesados, y
VIII. La información del Registro Nacional de Archivos Históricos es
pública.

Artículo 58. La recomendación del Archivo General de la Nación para


el otorgamiento de apoyos económicos de cualquier origen, cuando sea
solicitada, estará sujeta a que la información del Registro Nacional de
Archivos Históricos se encuentre actualizada.

34 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Artículo 59. El Archivo General de la Nación ofrecerá asesoría para
apoyar el registro de los Archivos Históricos. La capacitación y el apoyo
especializado en materia de organización, descripción, Conservación,
digitalización y difusión de Archivos Históricos, se dará exclusivamente a
aquellos archivos que tengan la información de su registro actualizada.

Artículo 60. El Registro Nacional de Archivos Históricos estará disponible


para su consulta en el portal de Internet del Archivo General de la Nación.
El Archivo General de la Nación deberá actualizar la información del
Registro Nacional de Archivos Históricos dentro de los cuarenta días
hábiles después de que se haya recibido la información correspondiente, en
caso de que no se haya realizado de manera automática.

Título Sexto
De la Declaratoria de Patrimonio Documental de la Nación

Capítulo Único

Artículo 61. Los Archivos de las entidades federativas podrán solicitar al


Archivo General de la Nación, de conformidad con los convenios a que se
refiere el artículo 45 de la Ley, que se incorpore a su acervo, los documentos
o Series documentales que hayan sido declarados Patrimonio Documental
de la Nación.

Artículo 62. El Archivo General de la Nación podrá declarar Patrimonio


Documental de la Nación, a petición de parte o de oficio, un Documento
de Archivo, o los acervos documentales, gráficos, bibliográficos o
hemerográficos que se consideren de interés público, mediante los siguientes
procedimientos:

I. A petición de parte:

a) La solicitud deberá presentarse ante el Archivo General de


la Nación y contendrá: el nombre, denominación o razón
social de quien o quienes la promuevan y, en su caso, de

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 35


su representante legal; domicilio para recibir notificaciones;
nombre de la persona o personas autorizadas para
recibirlas; la información necesaria que permita identificar
inequívocamente el documento objeto de la petición de
declaratoria; el nombre y domicilio de quienes pudieren
tener interés jurídico, si los conociere, así como los hechos
y razones por los que considere que el documento de que se
trate es susceptible de declaratoria;
b) El Archivo General de la Nación revisará si la solicitud
respectiva cumple con los requisitos señalados en el inciso
anterior, en cuyo caso se admitirá a trámite. En caso
contrario, dentro de un plazo de diez días hábiles contados
a partir de la presentación de la solicitud, el Archivo General
de la Nación prevendrá por una sola vez al promovente,
para que subsane las omisiones dentro del término de cinco
días hábiles, contados a partir de que haya surtido efectos
la notificación de prevención. Transcurrido el término sin
que la prevención haya sido desahogada, el trámite será
desechado;
c) El Consejo Académico Asesor opinará dentro de un plazo de
diez días hábiles si el Documento de Archivo o los acervos
documentales, gráficos, bibliográficos o hemerográficos se
ajustan a lo establecido por el artículo 4, fracción XXXI, de
la Ley, y
d) El Director General del Archivo General de la Nación
expedirá un acuerdo de declaratoria, dentro de un plazo de
veinte días hábiles posteriores a que el Consejo Académico
Asesor emita su opinión, la cual no será vinculante.
El plazo a que se refiere el párrafo anterior, podrá
ampliarse por única vez, hasta por veinte días hábiles,
cuando exista causa justificada a juicio del Archivo General
de la Nación, y

36 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


II. De oficio:

a) El Director General del Archivo General de la Nación


emitirá un acuerdo en el que se dé inicio al procedimiento
de Declaratoria de Patrimonio Documental de la Nación, el
cual se notificará a quienes pudiesen tener interés jurídico a
juicio del propio Archivo General de la Nación;
b) Cuando se desconozca la identidad o domicilio de quien
pudiera tener interés jurídico en un documento que se
pretenda declarar Patrimonio Documental de la Nación, el
Archivo General de la Nación dará inicio al procedimiento
de declaratoria mediante la publicación de un resumen del
acuerdo, durante tres días consecutivos en el Diario Oficial
de la Federación y tres días consecutivos en un periódico de
circulación nacional, dentro de los diez días hábiles siguientes
a la emisión de dicho acuerdo;
c) Los interesados tendrán un término de quince días hábiles, a
partir de la notificación o de la última de las publicaciones
a que se refiere el inciso anterior, para manifestar ante el
Archivo General de la Nación lo que a su derecho convenga
y presentar las pruebas que estimen pertinentes;
d) El desahogo de las pruebas ofrecidas y admitidas se realizará
dentro de un plazo de quince días hábiles, contados a partir
de su admisión;
e) El Archivo General de la Nación dictará un acuerdo de
cierre de instrucción del procedimiento, en un plazo de diez
días hábiles posteriores al desahogo de las pruebas a las que
se refiere el inciso anterior, poniendo a disposición de los
interesados las actuaciones, para que en su caso, formulen
alegatos en un término no mayor a cinco días hábiles;
f) Una vez transcurrido el término para alegatos el Archivo
General de la Nación solicitará la opinión del Consejo
Académico Asesor sobre la pertinencia de la declaratoria,
la cual se deberá emitir dentro de un plazo de diez días
hábiles;

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 37


g) El Director General del Archivo General de la Nación
emitirá la declaratoria correspondiente, en un plazo de
quince días hábiles posteriores a la presentación de los
alegatos o a que concluya el plazo para su presentación a
que se refiere el inciso e) de esta fracción. En caso de que
no se hayan presentado pruebas, el plazo para la emisión
de la declaratoria a que se refiere este inciso, se computará
a partir del día siguiente al que se haya concluido el plazo
previsto en el inciso c) de esta fracción, y
h) Durante la tramitación del procedimiento, el Director
General del Archivo General de la Nación podrá dictar
las medidas precautorias para preservar y conservar el
documento de que se trate, de conformidad con la Ley, la
Ley Federal de Procedimiento Administrativo y el Código
Federal de Procedimientos Civiles.
Las resoluciones que se emitan durante el procedimiento
podrán ser impugnadas en términos de lo dispuesto por la
Ley Federal de Procedimiento Administrativo.

Artículo 63. Las declaratorias de Patrimonio Documental de la Nación


deberán publicarse en el Diario Oficial de la Federación, así como en el sitio
de Internet del Archivo General de la Nación y en su boletín.
En caso de transferencia de los derechos de titularidad del documento
declarado Patrimonio Documental de la Nación en cualquier forma que
ocurra, se deberá informar al Archivo General de la Nación, y el nuevo
titular deberá actualizar la información a que se refiere el inciso a) de la
fracción I del artículo 62 de este Reglamento.

Artículo 64. El Archivo General de la Nación notificará al Instituto Nacional


de Antropología e Historia, a la Procuraduría General de la República y a las
dependencias y entidades del orden federal, estatal y municipal involucradas,
las situaciones previstas en los artículos 51, 52, 53 y 54 de la Ley Federal
sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, cuando
afecten a los monumentos que contempla el artículo 36, fracciones II y III,
de la citada Ley.

38 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Artículo 65. Cuando el Archivo General de la Nación tenga conocimiento de
la salida del país de algún documento declarado Patrimonio Documental
de la Nación, de algún documento original relacionado con la historia de
México y de libros que por su naturaleza no sean fácilmente sustituibles,
sin contar con la autorización a que hace referencia los artículos 31 y 44,
fracción IV, de la Ley, será aplicable lo dispuesto por los artículos 53 y 54
de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e
Históricos, y demás disposiciones aplicables.

Artículo 66. Cuando el Archivo General de la Nación tenga conocimiento


de que Archivos públicos o Privados de Interés Público, se encuentran en
peligro de destrucción, desaparición o pérdida, brindará la asesoría necesaria
para su Estabilización y Conservación.
Para la expropiación a que se refiere el segundo párrafo del artículo 33
de la Ley, se procederá conforme a lo dispuesto por la Ley de Expropiación.

Artículo 67. Al concluir la Estabilización a que hace referencia el artículo


33 de la Ley, el Archivo General de la Nación notificará al particular que
podrá ser sujeto a procedimiento de comprobación.

Artículo 68. El procedimiento de comprobación a que hace referencia el


artículo 33, segundo párrafo, de la Ley, se llevará a cabo bajo los siguientes
términos:

I. El Archivo General de la Nación, notificará a los particulares la


visita de comprobación que contendrá los siguientes requisitos:

a) Fecha de emisión;
b) Número de folio u oficio que le corresponda;
c) Domicilio en el que se desahogará la visita de comprobación;
d) Objeto y alcance de la visita de comprobación;
e) Fundamento;
f) En su caso, las medidas cautelares y de seguridad que sean
procedentes cuando se detecte peligro de destrucción,

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 39


desaparición o pérdida de los documentos materia de la
comprobación;
g) Nombre, cargo y firma del servidor público que expida la
orden de visita de comprobación;
h) Señalamiento del plazo y domicilio de la autoridad ante la
que debe presentarse el escrito de observaciones y ofrecer
pruebas con relación a los hechos asentados en el acta de
visita de comprobación, y
i) Los demás que señalen los ordenamientos legales o
reglamentarios aplicables;

II. En la visita de comprobación se levantará un acta que contenga


información detallada de las condiciones físicas en que se
encuentran los Archivos o documentos, la cual será suscrita por
las partes que intervinieron, de la cual se dejará una copia al
particular.
En caso de que el particular se niegue a firmar, no afectará la
validez de la diligencia ni del documento de que se trate, siempre
y cuando el verificador haga constar tal circunstancia en la propia
acta;
III. Con la información contenida en el acta de visita de comprobación,
el Archivo General de la Nación deberá solicitar opinión técnica
al Consejo Académico Asesor.
Asimismo, cuando el Archivo General de la Nación lo
requiera, podrá solicitar el apoyo de servidores públicos de otras
Dependencias y Entidades, así como de otras instancias públicas,
cuando no cuente con personal especializado;
IV. Dentro de los diez días hábiles siguientes a la conclusión de la visita,
los particulares podrán formular por escrito, ante la autoridad
competente, observaciones y presentar pruebas respecto de los
hechos, objetos, lugares y circunstancias contenidos en el acta de
visita de comprobación, y
V. El Archivo General de la Nación emitirá su dictamen, el cual
deberá notificar a las partes en un término no mayor a treinta
días hábiles.

40 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Cuando el particular se considere afectado por la resolución
de la autoridad podrá interponer el recurso de revisión previsto
en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo.

Artículo 69. En caso de que del dictamen a que se refiere la fracción V


del artículo 68 del presente Reglamento se desprenda que los Archivos
Privados de Interés Público y sus documentos, se encuentran en peligro de
destrucción, desaparición o pérdida, se procederá de conformidad con lo
dispuesto en la Ley de Expropiación.

Artículo 70. La autoridad competente con base en los resultados de la


visita de comprobación, podrá dictar medidas cautelares y de seguridad
para corregir las irregularidades que se hubiesen encontrado, otorgándole
un plazo para su realización.
No obstante lo anterior, la autoridad competente podrá imponer
por escrito y de manera fundada y motivada, en cualquier etapa del
procedimiento, las medidas cautelares y de seguridad que sean procedentes
para prevenir el riesgo o peligro detectado en la visita de comprobación.
El particular dentro de los cinco días hábiles siguientes a la notificación,
podrá manifestar por escrito lo que a su derecho convenga y, en su caso,
solicitar el levantamiento de dicha medida, debiendo acompañar las pruebas
que acrediten la subsanación de las irregularidades que dieron origen a la
misma.

Artículo 71. Cuando el particular no cumpla con las medidas cautelares y de


seguridad emitidas por la autoridad competente, ésta procederá a iniciar los
trámites de expropiación, conforme a los ordenamientos legales aplicables.

TRANSITORIOS

Primero. El presente Reglamento entrará en vigor al día siguiente de su


publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Segundo. Las dependencias y entidades de la Administración Pública


Federal deberán llevar a cabo las acciones necesarias a efecto de que los

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 41


responsables de las Áreas Coordinadoras de Archivos cumplan con el perfil
establecido por el artículo 9 del presente Reglamento, respetando en todo
momento los derechos laborales.

Tercero. Las Series que contengan Documentos Históricos confidenciales,


cuyo plazo no ha vencido en términos del artículo 27 de la Ley, y ya se
encuentren en un Archivo Histórico, serán identificadas por el propio
Archivo Histórico.
En los casos que exista duda sobre el carácter confidencial de la
información, el Archivo Histórico que corresponda consultará al Instituto
Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, quien
determinará la naturaleza de la misma.

Cuarto. Los lineamientos que contengan los requisitos para la conservación


y custodia permanente de documentos con valor histórico, por parte de las
dependencias y entidades de la Administración Pública Federal que cuenten
con Archivo Histórico, serán publicados por el Archivo General de la Na-
ción en un plazo de ciento ochenta días naturales, contados a partir de la
entrada en vigor de este Reglamento.

Quinto. Para la identificación de las Series documentales a las que se refiere


el artículo 15 del presente Reglamento, las dependencias y entidades de la
Administración Pública Federal tendrán un plazo de ciento ochenta días
naturales, contados a partir de la publicación del presente Reglamento.

Sexto. El nombramiento del representante de cada dependencia o entidad


de la Administración Pública Federal ante el Comité Técnico Consultivo de
Archivos del Ejecutivo Federal, a que se refiere el artículo 41, fracción
II, del presente Reglamento, deberá notificarse dentro de los treinta días
naturales siguientes a la fecha de publicación de este Reglamento.

Séptimo. El Comité Técnico Consultivo de Archivos del Ejecutivo Federal


emitirá sus lineamientos internos, a más tardar a los sesenta días naturales
contados a partir de la publicación del presente Reglamento.

42 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Octavo. El Archivo General de la Nación publicará en el Diario Oficial
de la Federación los lineamientos para la organización y funcionamiento
del Consejo Académico Asesor dentro de los ciento ochenta días hábiles
siguientes al inicio de vigencia del presente Reglamento.

Noveno. La implementación del presente Reglamento se realizará con


los recursos aprobados, por lo que no se requerirán recursos adicionales
para tales efectos y no incrementarán el presupuesto regularizable, para el
presente ejercicio fiscal.

Décimo. Se derogan todas aquellas disposiciones administrativas que


contravengan lo establecido en el presente Reglamento.

Dado en la residencia Oficial del Poder Ejecutivo Federal, en la Ciudad


de México, Distrito Federal, a siete de mayo de dos mil catorce.- Enrique
Peña Nieto.- Rúbrica.- El Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong.- Rúbrica.- El Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet
Chemor.- Rúbrica.- En ausencia del Secretario de la Función Pública, en
términos de lo dispuesto por los artículos 18 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública Federal y 7, fracción XII y 86 del Reglamento Interior
de la Secretaría de la Función Pública, el Subsecretario de Responsabilidades
Administrativas y Contrataciones Públicas, Julián Alfonso Olivas Ugalde.-
Rúbrica.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 43


GALERÍAS
DE LA HISTORIA
DIEGO DE GUADALAJARA Y LA FÍSICA NEWTONIANA EN LA
CONSTRUCCIÓN DE RELOJES NOVOHISPANOS DEL SIGLO XVIII

Juan Manuel Espinosa Sánchez*

“Para unos el tiempo se vincula a las manecillas del reloj de la iglesia;


para otros ese binomio tiempo-técnica se enlaza al conocimiento de
la naturaleza; y no faltan los que van más allá, los que se dedican al
esfuerzo para ahorrar el esfuerzo y, desde luego, los que piensan en
el lucro y en la voluntad del poder económico”.1

Arturo Azuela
Las Ciencias y el Quijote

Resumen

Este trabajo está enfocado al estudio de la física newtoniana en la


Nueva España del siglo XVIII. Explicaremos el periódico de Diego de
Guadalajara llamado Advertencias y Reflexiones varias conducentes
al buen uso de los Reloxes grandes y pequeños y su regulación;
asimismo sus Instrumentos con método, para su mejor conservación,
editado en la ciudad de México en la imprenta de Felipe de Zúñiga
y Ontiveros en 1777, que trata sobre la aplicación de las leyes de
la mecánica newtoniana en la fabricación de relojes mecánicos. De
manera paralela se escribió una semblanza biográfica del personaje
para mostrar sus conocimientos en la reparación y construcción
de instrumentos científicos, relacionados con la astronomía
observacional.

* Profesor-investigador de la Universidad de Quintana Roo y estancia de investigación en


el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo 2013-2014.

1 Azuela, Las Ciencias y el Quijote, p. 88.

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Palabras clave: Diego de Guadalajara, relojes mecánicos, mecánica
newtoniana, Academia de San Carlos, matemáticas y cálculo.

Abstract

The present paper focuses on the study of Newtonian physics in the


New Spain of the 18th century. We will explain Diego de Guadalajara’s
paper entitled Advertencias y Reflexiones varias conducentes al buen
uso de los Reloxes grandes y pequeños y su regulación: ‘Various
warnings and reflections towards the good use of big and small
watches and their regulation; as well as some other Instruments,
to help their conservation in the best possible way, published in
1777 in Felipe de Zúñiga y Ontiveros’s printing house in Mexico
City. A biography of Guadalajara was also written, due to the great
importance of his knowledge in the reparation and manufacturing of
scientific instruments related to observational astronomy.

Keywords: Diego de Guadalajara, mechanical watches, Newtonian


mechanics, San Carlos Academy, Mathematics and calculus.

Introducción

En el último tercio del siglo XVIII en la Nueva España floreció un grupo de


relojeros, quienes reparaban y construían relojes de sol y mecánicos, a ellos
perteneció Diego de Guadalajara y Tello, quien además fue profesor de
matemáticas de la Academia de San Carlos, asimismo, escribió un periódico
de relojería en 1777 con el título Advertencias y Reflexiones conducentes al buen
uso de los Reloxes y otros Instrumentos Matemáticos, Físicos y Mecánicos, en donde
para la elaboración de la maquinaría del reloj se usó la mecánica de Isaac
Newton, que está inserta en la obra los Principios Matemáticos de la Filosofía
Natural, por lo cual, el sabio De Guadalajara se convirtió en seguidor de la
física newtoniana en suelo novohispano.

48 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Datos bibliográficos de Diego de Guadalajara y Tello

De Diego de Guadalajara y Tello no existe una biografía; varios pasajes de


su vida permanecen oscuros, la fecha de su nacimiento está datada en 1742,2
en la ciudad de México, como se asienta en un documento localizado en el
Archivo General de la Nación en el fondo Desagüe, fechado entre 1802-
1804,3 relativo a las labores de la obra de Huehuetoca.
Aún se desconocen los colegios donde estudió De Guadalajara, pero se
sabe de su participación científica con sus contemporáneos. Con Antonio de
León y Gama realizó observaciones astronómicas en su observatorio personal,
por sus dotes en la reparación de instrumentos científicos colaboró en la
expedición de Malaspina, al componer varios aparatos, para tal fin redactó
Memoria de los reparos y composiciones que se han hecho en los instrumentos matemáticos
pertenecientes al rey de orden del señor Dionisio Galiano capitán de fragata, en 1791.
Dicha memoria está perdida,4 pero tenemos constancia de los instrumentos que
reparó: un círculo de Adams, un péndulo de Hellicot, un acromático de bronce
y un reloj de Arnold.5 Además, él y Joaquín Velázquez de León construyeron
conjuntamente telescopios para sus observaciones astronómicas.6
Diego de Guadalajara fue constructor y reparador de instrumentos
científicos de la referida comisión científica de Malespina; las fuentes
consultadas en el presente trabajo no indican que fuera experto en el
armado de relojes mecánicos, tampoco se menciona que tuviera un “taller de
relojería”, pero reparó telescopios, brújulas, cuadrantes y construyó relojes
solares, uno de ellos se localiza en la Universidad de Oxford y pertenece a
la colección del Museo de Historia de la Ciencia, el otro está ubicado en el
Museo Franz Mayer de la ciudad de México, “ambos relojes son del tipo
Ausburg, con un círculo de las hojas cortado o en forma de media luna, el
segundo posee un inclómetro graduado para ser latitudes de las ciudades
novohispanas (…) ubicadas entre los 40º y 50º del hemisferio norte”.7

2 Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Matrimonios, vol. 112, exp. 24, f. 200v.
3 AGN, Desagüe, vol. 31, exp. 1, ff.1r-4r.
4 González Claverán, La Expedición Científica de Malaspina en la Nueva España (1789-1794), p. 332.
5 AGN, Historia, vol. 397, f. 413r.
6 Espinosa Sánchez, “La óptica novohispana en la segunda mitad del siglo XVIII”, pp. 66-67.
7 Cházaro “Los instrumentos científicos de la Nueva España: circulación, usos y
transformaciones de la medición”, pp. 745-746.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 49


También contribuyó en la formación del laboratorio del Real Seminario
de Minería vendiendo instrumentos científicos y brújulas, desconocemos
con qué tipo de instrumentales dotó al colegio de Minería, aunque sabemos
que en 1803 contó con los siguientes aparatos: Ramsden, Adams, Le Noir
y Luis Berthaud.8
Por otra parte, fue relojero y como tal editó el periódico Advertencias y
Reflexiones más conducentes al buen usó de los relojes, del cual la Royal Society de
Londres mencionó que se trataba del primer periódico especializado en
relojes del mundo. En dicha obra mencionó a los relojeros ingleses y de
Europa continental, como Huygens, Hautefeville, Hook, Berthoud, Sully,
Harrison, Le Roy, Huberte, Elicot, Evans, San Levy, Cabrier, entre otros.
En su diario, De Guadalajara menciona que la geometría es importante
por la exactitud de las medidas, la mecánica para explicar correctamente la
potencia motriz, la analítica, la cual sirve en la resolución de los diversos
problemas en la relojería, el dibujo en función de dar proporción y simetría
y por último la música para brindar un sonido de campanas y flautas.9
Tuvo conocimiento de los adelantos técnicos de los ingleses en la
construcción de relojes mecánicos. Aquéllos aplicaban los teoremas de la me-
cánica newtoniana en la utilización de la energía motriz del reloj; un sistema
oscilatorio, que permitía las transformaciones de energía cinética a energía
potencial. Los primeros en usarlo fueron Fromanteel, Tompion y Quare,
cuyos relojes tienen manecillas, marcan la hora, los minutos y en ocasiones
los segundos.10 En la técnica relojera, los ingleses fueron innovadores al
incrustar rubíes y usar el temple de acero en los relojes marítimos. De
Guadalajara señala que la invención inglesa se debió a las matemáticas y
experimentos físicos para explicar el movimiento.11 En su diario mencionó
a John Harrison como un genio de la relojería inglesa.

8 Ramos Lara, Difusión e institucionalización de la mecánica newtoniana en México en el siglo XVIII, p. 70.
9 De Guadalajara y Tello, Advertencias y Reflexiones conducentes al buen usó de los Reloxes y otros
Instrumentos Matemáticos, Físicos y Mecánicos, p. 2.
10 Attali, Historias del Tiempo, p.138. Véase De Guadalajara, op. cit., pp. 4-5.
11 De Guadalajara, op. cit., núm.5, septiembre 12 de 1777, pp.1- 2.

50 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


En la parroquia del pueblo de Barrow en Lincolnshire le prestaron
libros y estudió varias obras científicas, como la Filosofía de la Naturaleza de
Nicholas Saunderson; en 1712 leyó los Principia de Isaac Newton y “reforzó
sus conceptos del mundo natural”.12 Los Principia del sabio inglés han
tenido alcances científicos y técnicos con una revolución de ambas ramas
gracias al desarrollo de la matemática, con el cálculo infinitesimal, y a que
así se preparó el camino para la filosofía natural de la Ilustración, regida
por la ciencia newtoniana con un razonamiento matemático para explicar la
naturaleza y el modo de construir instrumentos científicos.13
De gran trascendencia fue la postura newtoniana en el desarrollo de la
técnica, debido a que en el siglo XVI los relojes mecánicos fueron imprecisos
y no funcionaron con los cambios de temperatura como sucedía en altamar.
En el siglo XVII Huygens construyó el reloj de péndulo, el cual tuvo buenos
resultados en la travesía de los barcos europeos sobre el Atlántico, pero el
balanceo de las olas alteraba la oscilación del péndulo. En el siglo XVIII estos
relojes se dilataban por el calor y su funcionamiento fue lento, en la época
de frío se contraían, lo que ocasionó horas incorrectas. Harrison construyó
relojes con metales de acero y latón, fue la solución de este problema y en
1759 a su reloj H-3, con ruedas dentadas, le incorporó rubíes y diamantes
para un mejor funcionamiento. El H-4 se usó en altamar entre 1760 y 1764
con excelentes resultados, al grado de que la armada real inglesa de su
majestad dominó los océanos del mundo gracias al inventó de Harrison.14
Al conocer estos casos Diego de Guadalajara estuvo al tanto del
desarrollo técnico de la relojería inglesa; mediante su respectivo periódico
novohispano fue un teórico en la construcción de relojes mecánicos y
al ser catedrático de matemáticas de la Academia de San Carlos era un
profesionista y especialista, no un aficionado en la explicación de la física
newtoniana ni tampoco era artesano en el armado de relojes mecánicos.15

12 Sobel. Longitud. La verdadera historia de un genio solitario que resolvió el mayor problema científico
de su tiempo, p. 57.
13 Azuela, El Matemático, pp. 130, 134 y 173-178.
14 Sobel, op. cit., pp. 33-36, 63 y 92-113.
15 Cipolla, Las máquinas del tiempo, pp. 35-42.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 51


En lo referente a la matemática, De Guadalajara señaló que ésta es
importante en la pintura, por sus principios de la perspectiva, en la escultura
porque se utiliza la geometría de los sólidos, y también se emplea en la
dinámica, óptica, estática e hidráulica.16
Explicó en su curso de matemáticas de la Real Academia de San
Carlos (1790), aritmética, álgebra, ecuaciones de segundo grado, geometría
elemental, trigonometría, geometría práctica y secciones cónicas aplicadas
en la dinámica y perspectiva;17 utilizando a los “autores modernos”. El
método a seguir fue demostrar las proposiciones o teoremas con el modelo
inductivo-deductivo, conocido también como síntesis y análisis, el cual fue
empleado por Newton y el novohispano Ignacio Bartolache. Uno de los
libros utilizados por De Guadalajara en su curso fue Principios de Matemáticas,
de Benito Bails, editado en tres tomos, donde se detalla el cálculo y la
matemática más avanzada de la época.18
El manuscrito de De Guadalajara dedicado a la matemática está perdido,
por lo anterior haremos alusión a que participó activamente como un
hombre relacionado con la ciencia de los números al trabajar en proyectos
de ingeniería e hidráulica de la corona española, su capacidad matemática
no solamente quedó constatada como teórico de la ciencia de los relojes,
reparador de los mecánicos de bolsillo y de relojes mecánicos públicos,
sino también como académico de la cátedra de matemáticas de San Carlos,
además de haber usado la matemática en la ingeniería hidráulica.
Sobre este científico sólo conservamos sus análisis geométricos en el
desagüe de Huehuetoca y algunos planos de 1796: uno de corte vertical de
la laguna de Zumpango, tres planos delineados, para la longitud del terreno
nivelado, un plano iconográfico del canal de Huehuetoca y otro plano
iconográfico del canal de Nuestra Señora de Guadalupe.
En la construcción del desagüe de Huehuetoca también participó con
Antonio González Velázquez, quien combinó su profesión de arquitecto
y profesor, participó en dos construcciones de gran magnitud del Estado

16 Archivo de la Antigua Academia de San Carlos, (en adelante AAASC), doc. 592, ff. 1v.-2v.
17 AAASC, doc. 592, f. 3v.
18 Ibid., doc. 727, f. 1r. Acerca del desarrollo de la matemática newtoniana en la Academia de
San Carlos se puede consultar a Juan Manuel Espinosa Sánchez, “La Matemática Newtoniana
en la Real Academia de San Carlos de la Nueva España, a finales del siglo de la Ilustración y
Principios del siglo XIX”, 4 pp.

52 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


virreinal: el desagüe de Huehuetoca y el camino México-Toluca, en el pri-
mer proyecto, González, De Guadalajara y Tres Palacios revisaron el real
desagüe entre 1798 y 1802.19 En su informe elaborado en 1798, sobre
el reconocimiento hecho del nuevo canal del desagüe real llamado San
Cristóbal, mencionó que los trabajos de nivelación se habían llevado a
cabo en una distancia de 100 varas y que en los lugares donde estaban
los socavones hubo derrumbes los cuales representaban un peligro para
contener el curso del agua.20
Acerca del tajo de Zumpango, González, en su informe de 1801, explicó
que el terreno de la obra era defectuoso y aconsejó perfeccionar el tajo
cortando las paredes o lados del mismo en líneas de descenso con un ángulo
de 45 grados, retirar las tierras de los bordes y abrir una zanja.21
Cosme de Mier y Tres Palacios decidió abrir dos tajos entre los años
1796 y 1798, uno en la laguna de Zumpango y el otro en la de San Cristóbal,
para desaguar el canal de Huehuetoca. Tenían una longitud de 9,000 y
13,000 metros respectivamente, su idea era unirlos a unos 5,000 metros
para incorporarse con la corriente de Cuautitlán, la obra estuvo a cargo de
Diego de Guadalajara.22
El resultado de este laborioso esfuerzo fue incompleto, dado el peligro que
provocó el desbordamiento del lago de Texcoco en la temporada de lluvias;
la posibilidad de una inundación en la ciudad de México fue latente para el
Estado virreinal,23 así como los daños consecuentes y los ocurridos por esa
situación en años anteriores: infecciones y mortandad entre los habitantes.
Antonio González elaboró en 1788 dos manuscritos, uno de geometría
y el otro de arquitectura; para sus alumnos de la Academia de San Carlos y
junto con De Guadalajara y Tello fueron los matemáticos de la Ilustración
novohispana que colaboraron al servicio del Virreinato.24 De Guadalajara
19 Archivo Histórico del Ayuntamiento de México, (en adelante AHAM), Desagüe, leg. 1, exp.
28, ff. 14r-14v. En 1604 se inició la obra del desagüe de Huehuetoca por orden del virrey Juan
de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros, debido a la inundación que sufrió la capital de
la Nueva España en el mes de agosto del citado año. Véase José Sala Catalá, Ciencia y Técnica
en la Metropolización de América, pp. 99-119.
20 AHAM, Desagüe, leg. 1, exp. 37, f. 1v.
21 Ibid., ff. 2r- 2v.
22 Gurría Lacroix, El Desagüe del Valle de México Durante la Época Novohispana, pp. 150-152.
23 Lemoine Villacaña, El Desagüe del Valle de México Durante la Época Independiente, p. 14.
24 Cordero Herrera, “La Academia de San Carlos dentro del Movimiento de la Ilustración
en México”, p. 52.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 53


usó sus conocimientos teóricos sobre matemáticas y física newtoniana en la
elaboración de relojes.

La mecánica newtoniana en la construcción de relojes mecánicos en


la Nueva España25

En la Nueva España del siglo XVIII hubo varios relojeros además de Diego
de Guadalajara como José Rebollo Lozano, Juan Calderón,26 Pablo Gay,27
José Camacho de Mendoza,28 Marcos Rafael del Muro,29 Antonio de
Alzate,30 José Francisco Dimas Rangel31 y Manuel Tolsá.
Diego de Guadalajara y Tello fue el relojero “oficial” del virreinato en
la Nueva España, por orden del virrey Revillagigedo en 1790.32 Su trabajo
consistía en revisar el mantenimiento de los dos relojes mecánicos de la
ciudad de México, uno ubicado en la catedral metropolitana y el otro en el
real palacio, tenía el deber de atender su buen funcionamiento, arreglarlo a
la hora correcta del día y ocuparse de las reparaciones.33

25 Acerca del desarrollo de la física newtoniana y su aplicación en la Nueva España se puede


consultar a Juan Manuel Espinosa Sánchez, “Newton en la Ciencia Novohispana del siglo
XVIII”, pp. 156-219 y del mismo autor el artículo, “Ciencia y técnica en el último tercio del
siglo XVIII en México: la construcción hidráulica en el río Xamapa de Medellín, Veracruz”,
núm. 4, pp. 35-41.
26 Rebollo Lozano y Calderón trabajaron con Diego de Guadalajara en la reparación y ajuste
de los relojes mecánicos de la catedral metropolitana y del palacio virreinal. AGN, Obras
Públicas, vol.31, ff. 84r-94r.
27 Gay fue sucesor de Lozano como relojero del palacio virreinal en 1794. AGN, Obras Públicas,
vol.10, exp. 10, ff. 218r-224r.
28 José Camacho de Mendoza ajustó un reloj mecánico traído de Inglaterra, por encargo del
gobernador de Veracruz, en 1774. AGN, Obras Públicas, vol. 22, exp. 13, ff. 307r-319r. Los
relojes mecánicos ingleses también fueron exportados a Europa Continental, islas Barbados
y Nueva Inglaterra. En Cipolla, op. cit., p. 65.
29 Del Muro construyó en De Guadalajara en 1785, un reloj mecánico siguiendo al inglés
Elicot. Gazeta de México, núm.41, martes 5 de julio de 1785, México, Imp. De Francisco de
Zúñiga y Ontiveros, martes 5 de julio de 1785, p. 329.
30 Antonio Alzate escribió “El método para probar la bondad de los relojes de bolsa”, en su
Diario Literario de México, núm.7, el 4 de mayo de 1768, en donde citó a Sully y su obra Régle
artificille du temps y a Saverien con su obra Diccionario Matemático y Físico. José de Alzate, Obra, I.
Periódicos, pp. 49-50.
31 Rangel construyó once relojes grandes mecánicos para iglesias y civiles. Eduardo Piña
Garza, Los Relojes de México, pp. 110-113.
32 AGN, Obras Públicas, vol. 31, f. 90r.
33 Ibid., ff. 84r.-85r. y 87r.-94r.

54 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Además de ser un buen relojero de su época34 editó el periódico
Advertencias y Reflexiones más conducentes al buen usó de los relojes y otros Instrumentos
Matemáticos, Físicos y Mecánicos en 1777. En su “Introducción y Plan de la
Obra”, De Guadalajara se declaró ser seguidor de la mecánica newtoniana,
al indicar que ésta sirve para aplicar correctamente la potencia motriz en
los relojes.35
Cabe recordar que en los relojes de los siglos XVI, XVII y hasta mediados
del siglo XVIII, las piezas internas se hacían de madera; eran imprecisos en
dar el tiempo; empleaban el modelo geométrico y aritmético euclideano, con
una física aristotélica, cartesiana –aunque tiene adelantos como la geometría
analítica– con esta influencia están Copérnico en el siglo XVI, Kepler,
Galileo, Huygens en el siglo XVII, quienes rechazaron el aristotelismo, pero
seguían utilizando la matemática euclidiana en sus trabajos y Huygens en la
filosofía cartesiana.36
Los Principia de Newton abrieron el camino al analizar la filosofía natural
en la precisión matemática, con el cálculo de fluxiones, en óptica, mecánica,

34 Dimas Rangel y De Guadalajara fueron los mejores relojeros novohispanos a finales del
siglo XVIII. De Rangel se desconoce su fecha de nacimiento, pero las fuentes mencionan que
nació en Valladolid en la Nueva España, además participó en las tertulias organizadas por el
virrey Flores al lado de Antonio Alzate y Antonio de León y Gama. A fines del siglo XVIII
Rangel construyó un reloj mecánico para la iglesia metropolitana; también fabricó relojes
mecánicos que fueron enviados al virreinato del Perú. En 1787 escribió las Advertencias para el
buen uso de los relojes de faltriquera y para hacer juicio de su bondad, el documento está extraviado. En
1789 elaboró el Discurso físico sobre la formación de las auroras boreales. Además en 1791 redactó
la “Carta de D. Francisco Rangel al Autor de la Gazeta de Literatura que contiene varias
reflexiones tocantes al sistema de D. Antonio de León y Gama, al pie de ellas ciertas Notas de
un Anónimo”, publicado en la Gaceta de Literatura. Rangel también fue impresor y grabador,
falleció aproximadamente en 1814. Se pueden consultar las siguientes obras; José Mariano
Beristain y Souza, Biblioteca Hispano Americana Septentrional, vol. I, p.9; Andrés Cavo, Suplemento
a la Historia de los tres siglos de México durante el gobierno español, vol. III, p. 89; Gazeta de México,
núm. 38, p. 312; Gazeta de México, núm.40, p. 328. Sobre la labor científica de Rangel se
pueden consultar los siguientes trabajos: Juan Manuel Espinosa Sánchez y Patricia Aceves,
“Un científico Newtoniano en la Nueva España del último tercio del Siglo XVIII: Antonio de
León y Gama”, pp. 17-25 y Heréndira Téllez Nieto y Juan Manuel Espinosa Sánchez, “La
astronomía teórica novohispana: Francisco Dimas Rangel y la aurora boreal de 1789”, pp.
183-210.
35 De Guadalajara y Tello, Advertencias y Reflexiones conducentes al buen uso de los Relojes,
“Introducción y Plan de la Obra”, p. 2. El periódico de De Guadalajara era para especialistas
en la técnica relojera; no iba dirigido al pueblo, sino a los lectores con una cultura científica
y técnica, como puede verse por su vocabulario y erudición empleados en el conocimiento
de los relojeros ingleses y sus respectivos inventos. Véase María Dolores Sáiz, Historia del
Periodismo en España, vol. 1, pp. 87-93 y 174.
36 Azuela, La Ciencia Renacentista, pp. 9-109.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 55


astronomía, física; en la construcción de mejores instrumentos científicos;37
en el estudio de los metales, y con ello en la perfección de los mecanismos
de relojería, para el desarrollo de la navegación oceánica y la comprensión
del cosmos.38
La matemática newtoniana se aplica en la mecánica y también en la
construcción de un nuevo lenguaje para el estudio de: espacio, tiempo,
velocidad, aceleración, fuerza, entre otros conceptos que fueron interpretados
con una nueva matemática; con nuevas concepciones en la explicación de la
naturaleza y un novedoso método científico, en la investigación del cosmos
con un proceso de mecánica para la solución de diversos problemas,39 entre
ellos la fuerza motriz, mediante un análisis científico que prescindía de Dios
en la explicación newtoniana de movimiento.40
¿Qué era la fuerza motriz para Newton? En sus Principia, en la Definición
VIII mencionó: “La cantidad motriz de una fuerza centrípeta es una medida
proporcional al movimiento que genera en un tiempo dado”. Newton
explica el término de fuerza motriz al afirmar:

[...] quiero decir que refiero la fuerza motriz al cuerpo como un esfuerzo y
propensión del conjunto hacia un centro surgido de las propensiones de las
diversas partes en su conjunto [...] Por lo cual la fuerza acelerativa será a la motriz
lo que la celeridad es al movimiento. Porque la cantidad de movimiento surge de
la celeridad multiplicada por la cantidad de materia, y la fuerza motriz surge de la
acelerativa multiplicada por la misma cantidad de materia, pues la suma de las
acciones de la fuerza acelerativa sobre las diversas partículas del cuerpo es la
fuerza motriz del todo.41

37 La diferencia entre el modelo cartesiano y la ciencia newtoniana es un tema amplio que


no tocaremos aquí debido a que es pauta para otra investigación; la bibliografía es amplia
al respecto, se puede consultar un par de obras básicas sobre el tema Alexander Koyré,
Newtonian Studies, pp. 95-96, e I. Bernard Cohen, La Revolución newtoniana, p. 124. 38 Ibid.,
pp. 26 y 98.
39 Azuela, El Matemático, p. 107.
40 Hawking, S., Dios creó los números. Los descubrimientos matemáticos que cambiaron la historia, pp.
340-344.
41 Newton, Principios matemáticos de la filosofía natural, pp. 227 y 228.

56 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Posteriormente Newton retomó esta definición para proponer su segunda
ley de movimiento, la cual se refiere al siguiente postulado: “el cambio de
movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y se hace en la
dirección de la línea recta en la que se imprime esa fuerza.” Con esta ley
afirmó que el efecto de una fuerza externa sobre un cuerpo produce un
cambio en su estado de reposo,42 explicando que una “fuerza cualquiera
genera un movimiento”.
En la tercera ley de movimiento Newton mencionó que: “para toda
acción hay siempre una reacción opuesta e igual. Las acciones recíprocas de
dos cuerpos entre sí son siempre iguales y dirigidas hacia partes contrarias.”
Aquí, Newton explicó que los movimientos de los cuerpos son producidos
por fuerzas y los cuerpos tienen direcciones opuestas.43 La fuerza es la
acción externa a los cuerpos en movimiento y debe haber una igualdad
entre la acción y la reacción.44
Con la dinámica newtoniana se explicaron los movimientos de los cuerpos
en la Tierra y en el macrocosmos, además, en el escolio de los Principia
dedicado a las leyes del movimiento, Newton puso un ejemplo acerca de
cómo pueden ser utilizadas la segunda y tercera leyes del movimiento
cuando dice:

En relojes e instrumentos similares, construidos a partir de una combinación


de ruedas, las fuerzas contrarias que promueven e impiden el movimiento
de las ruedas se sostendrán mutuamente unas a otras, si son inversamente
proporcionales como las velocidades de las partes de la rueda sobre la cual
están impresas.45

Con este ejemplo Newton pretendió mostrar cómo pueden ser aplicadas
sus leyes de movimiento en la construcción de relojes mecánicos.

42 A. Sellés y Solís, La revolución científica, p. 135.


43 Ibid., p. 238.
44 Ibid., p. 135.
45 Newton, Principios, p. 252.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 57


¿Cómo aplicó De Guadalajara y Tello la fuerza motriz en los relojes
mecánicos? Usó la fuerza motriz, para dar movimiento a la maquinaria del
reloj mecánico y también mencionó que la construcción de un reloj “debe ser
hecha por un excelente matemático”.46 Posteriormente, explicó el movimiento
de la maquinaria de un reloj. Los primeros relojes construidos con la técnica
consistente en el movimiento de las ruedas que hacen mover a otras ruedas y
proporcionan una potencia motriz, fueron hechos en Inglaterra.47
Además De Guadalajara mencionó que para la fabricación de relojes
grandes, el relojero debe tener conocimientos teóricos en su construcción.
Estos relojes se usan en las iglesias y en los palacios.48 Las ruedas de este
tipo de relojes grandes son de acero para mover las manecillas, las cuales
son pesadas y metálicas.
¿Qué importancia tiene la construcción de mejores relojes, para la
ciencia? De Guadalajara mencionó a relojeros ingleses como Fatio, Quare,
Windimills, Huberte y Grahan, quienes construyeron relojes que fueron
usados en varios observatorios astronómicos. Al emplear los relojes
ingleses, los astrónomos obtuvieron mejores resultados, midiendo el tiempo
de los fenómenos celestes como un eclipse, un cometa y el paso de Venus
por el disco solar, entre otros. Estos relojes de ingeniería inglesa tienen
segunderos, lo cual permite a los científicos tener medidas temporales más
exactas al estudiar el macrocosmos.49
¿Cuál es la importancia de construir relojes de gran tamaño? De
Guadalajara indicó que los especialistas ingleses armaron este tipo de relojes
entre Elicot y San-Levy. Este último trabajó para la reina de Inglaterra.
San-Levy empleó el cálculo en la construcción de ruedas y piñones. Para
que los engranes de la maquinaria de los relojes grandes tuvieran un buen
movimiento, estos instrumentos mecánicos disponían de campanas y
música. De Guadalajara llamó a los relojes grandes públicos, porque son
“maquinarias para medir el tiempo, advierten las horas y distribuciones

46 De Guadalajara, op., cit., núm. 2, 12 de junio de 1777, p. 7.


47 Ibid., núm. 4, 12 de agosto de 1777, pp. 3-4. En la época de Newton la maquinaria de los
relojes era de madera, por lo que hay una innovación técnica con las construcciones relojeras
de acero. Vid., Alexandre Koyré, Pensar la Ciencia, p. 88.
48 De Guadalajara, op., cit, núm. 5, 12 de septiembre de 1777, p. 4.
49 Ibid., núm. 3, 12 de junio de 1777, p. 6.

58 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


de los divinos oficios y funciones de nuestra sagrada religión y regulan el
trabajo” de la sociedad.50
Los relojes grandes y públicos tienen defectos: se atrasan o su maquinaria
se para por completo y al ajustarlos, el relojero tiene que emplear el reloj
solar en la regulación del tiempo del reloj mecánico.51
Es de suma importancia recordar, que en la construcción de relojes
solares, se requerían conocimientos de astronomía, aritmética, trigonometría
esférica y óptica descriptiva. El reloj solar funciona mediante el movimiento
del Sol, cuya luminosidad se refleja en el gnomon, que a su vez proyecta
una sombra en la carátula del reloj, para indicar la hora. Estos relojes no se
atrasan y sólo dejan de funcionar por un eclipse solar o un día nublado, por
ello trasciende la importancia de los relojes solares.52
En la fabricación de los relojes mecánicos se utiliza la mecánica de
Newton, es decir, la segunda y tercera ley de movimiento, ambas se aplican
para proporcionar la fuerza motriz a la maquinaria del reloj. En el siglo
XVIII en Europa y América se siguieron armando relojes mecánicos con
los postulados de Newton,53 pero también se construyeron relojes solares,
por ejemplo: Manuel Tolsá construyó uno en el obelisco del Monte de la
Cruces, en el camino México-Toluca en abril de 1795.54
En la ciencia y la técnica de la construcción de relojes mecánicos hay un
progreso. La exactitud de los relojes ingleses condujo a su utilización en las
observaciones astronómicas y permitió a los astrónomos tener medidas más
precisas de los fenómenos celestes. La Nueva España siguió esta dirección.55

50 Ibid., núm. 1, 12 de mayo de 1777, p. 6.


51 Ibid., “Introducción y Plan de la Obra”, p. 3. 52 Un estudio sobre los relojes solares en
la Nueva España es el de, Juan Manuel Espinosa Sánchez, "Los relojes solares de la Real y
Pontificia Universidad de México del siglo XVII", pp. 35-47.
53 Sobre la difusión de las obras matemáticas de Isaac Newton en la Nueva España del siglo
XVIII, se puede consultar a Juan Manuel Espinosa Sánchez,”La obra científica y matemática
de Newton en la biblioteca de Antonio de León y Gama, en la época de la Ilustración
novohispana”, pp. 35-50.
54 AGN, Caminos y Calzadas, vol. 19, exp. 13, f. 350r. El camino carretero México-Toluca
se construyó por el proceso económico de la región occidente de la Nueva España para
abastecer de semillas, ganado, leña y otros productos alimenticios a la ciudad de México,
en donde se observa que el mejoramiento económico va acompañado del progreso de la
tecnología. Véase a John Tutino, “Las Nuevas Españas. Los Orígenes del Capitalismo, ¿Y
qué pasó?”, pp. 69-70.
55 En la Nueva España se utilizaron instrumentos más precisos en la astronomía, con Antonio de
León y Gama y Joaquín Velázquez de León al observar y estudiar el eclipse total de sol de 1778.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 59


Los ingleses construyeron relojes aplicando la mecánica de Newton,
para dar movimiento a la maquinaria y los perfeccionaron al hacerles
incrustaciones de rubíes y diamantes en las piezas de acero y latón; además
agregaron manecillas para marcar los segundos y tener una precisión exacta
en la medición del tiempo.
Diego de Guadalajara conoció los trabajos de los referidos relojeros
de Inglaterra y aplicó la física de Newton en la relojería novohispana a
finales del siglo XVIII. La aplicación de la física newtoniana en la época de la
Ilustración es una muestra de desarrollo y un rasgo de modernidad56 en la
ciencia de Europa y de América.

Reflexión final

Al estudiar a un personaje como Diego de Guadalajara, integrante de la


comunidad científica-técnica del último tercio del siglo XVIII,57 se advierte
que los miembros de esta comunidad establecieron el avance de la ciencia
y la técnica mediante la aplicación de los postulados newtonianos en su
entorno.
Diego de Guadalajara es un ejemplo del estudioso novohispano que
contribuyó al desarrollo de la ciencia y la tecnología en América al interesarse
en la construcción de relojes mecánicos, así como en la divulgación
científica, por medio de un periódico donde analizó la manufactura de
tales dispositivos. A través de la interpretación del legado que dejó De
Guadalajara es posible tener una perspectiva de la comunidad de relojeros
novohispanos y un acercamiento a su entorno histórico-cultural,58 a partir
de la noción que se tenía de la ciencia en el siglo XVIII, cuando en el otro
lado del mundo y también con la participación de la física de Newton se
daba el movimiento cultural conocido como la Ilustración.

56 Richta, “The Scientific and Technological Revolution and the Prospects of Social
Development”, pp. 11-72.
57 Trabulse distingue a la comunidad científica de la época de la Ilustración novohispana y da
una serie de nombres para matizar el desarrollo de la ciencia y la técnica logrado por quienes
conformaron dicha comunidad. Véase su libro, Arte y Ciencia en la Historia de México, pp. 35-
49. El término comunidad científica-técnica se aplica cuando un grupo de dicha comunidad
“realiza intervenciones sobre el espacio: arquitectos, ingenieros, agrónomos y militares.”
Véase Horacio Capel, Historia de la Ciencia y las Disciplinas Científicas, p. 23.
58 Quemain, “Escritura y Lectura de la Historia. Entrevista con Roger Chartier”, p. 119.

60 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Siglas

AAASC Archivo de la Antigua Academia de San Carlos


AGN Archivo General de la Nación
AHAM Archivo Histórico del Ayuntamiento de México

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LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 63


PORTALES
DE LA ARCHIVÍSTICA
L A ADMINISTRACIÓN DE ARCHIVOS:
UNA PROPUESTA DE PROFESIONALIZACIÓN

Georgina Flores Padilla*1


Celia Ramírez López*2
Felipe Ramírez Peña*3
César Augusto Ramírez Velázquez*4
Sandra Peña Haro*5

Resumen

En México los archivos públicos y privados son frecuentemente


dirigidos por personal con formación empírica, lo que debilita la
administración y gestión. El sistema de educación superior de México
tiene dos opciones en el campo archivístico, aunque ninguna de
las carreras ofrece como un elemento central la administración.
Por lo anterior, no se están preparando profesionales con el perfil
que requieren las instituciones y organizaciones para el manejo
documental y de la información, tareas vitales para tomar decisiones
y preservar la memoria. Así, se propone la creación de una licenciatura
que considere como uno de sus ejes la administración de archivos y
la archivística, enmarcada por las ciencias sociales y humanidades.

Palabras clave: licenciatura, administración de archivos, gestión


documental.

Abstract

In Mexico non-specialists run a large number of public and private


archives, which weakens the administration and management. The
higher education system in Mexico provided is limited since there
are only two options that offer a degree in Archival Science. None

*1 IISUE- UNAM.
*2 IISUE- UNAM.
*3 FFyL- UNAM.
*4 IIBI-UNAM.
*5 IISUE- UNAM.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 67


of these options offer management as the fundamental axis of the
professional training, such situation leads to insufficient professional
profiles. The institutions and organizations require graduate specialist
in document management and information tasks, vital knowledge
for the decision-making and preservation of memory. Therefore, this
paper develops a proposal for a bachelors degree that includes, as
core variables of the program, management and archival science
topics framed by humanities and social sciences.

Keywords: higher education, management and archival science.

Presentación

Los archivos resguardan los documentos que conforman la memoria sobre el


quehacer de diversas áreas del conocimiento humano. Las transformaciones
actuales han generado cambios en los paradigmas de la administración de
archivos.
La publicación de una normativa federal en materia de archivos y acceso
a la información ha incrementado las exigencias para los responsables y
ha subrayado la importancia de la profesionalización. Por lo anterior,
se ha experimentado un paulatino y sensible aumento en la demanda de
profesionales con características que no se contemplan en los planes de es-
tudios en archivística que se imparten en el país.
Al proponer la licenciatura en administración de archivos y gestión
documental se consideró que es momento de consolidar una profesión
necesaria para el país, pues su alcance laboral es amplio y con una proyección
a corto, mediano y largo plazo. También se apreció que los egresados
deberán estar en formación permanente, y considerar la posibilidad de
ingresar al posgrado, que dará a la profesión mayor solidez académica. Es
importante mencionar que en una disciplina emergente como la archivística,
existe un potencial amplio de temas y líneas de investigación que posibilitan
el desarrollo de proyectos pertinentes y originales que ayudarán a resolver
problemas en las instituciones y organizaciones.

68 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Antecedentes. Los afanes del Estado mexicano. De la Biblioteca
Nacional a la Secretaría de Educación Pública

En 1915 Agustín Loera y Chávez, como Subdirector de la Biblioteca


Nacional, observó la necesidad incrementar los conocimientos de quienes
procesaban los libros y documentos, de ahí concibió la idea de fundar la
Escuela Nacional de Bibliotecarios y Archiveros, cuyo proyecto presentó al
gobierno el 7 de julio de ese año.1
En la planeación se acordaron ciertos puntos, dentro de los cuales
destacan que la escuela quedaría adscrita a la Biblioteca Nacional, los
estudios serían teórico prácticos, durarían un año y tendrían un carácter
gratuito.2 Por su parte, los requisitos de ingreso para los alumnos serían
contar con educación primaria y tener entre 15 y 45 años de edad. La
asistencia al primer curso sería obligatoria para los empleados de las
bibliotecas y archivos del Distrito Federal y para aquellos que quisieran
ocupar los puestos vacantes.3
Aprobado el proyecto, se inauguró la Escuela Nacional de Bibliotecarios
y Archiveros en el salón de cátedras de la Biblioteca Nacional, el 24 de junio
de 1916.4 La nueva institución quedó bajo la dirección de Loera y Chávez.
El primer curso tuvo una duración de un año, como se tenía planeado, y
contó con 121 alumnos.5
El segundo curso para bibliotecarios y archiveros se realizó de 1917 a
1918 con una inscripción de 114 alumnos. La administración determinó
ampliar el curso a dos años, además se creó la Academia de Bibliografía en
la cual los alumnos realizarían sus prácticas.6

1 Iguíniz, Juan Bautista "Apuntes para la historia de la enseñanza de la Biblioteconomía en


México, p. 13.
2 Sotelo Linares, Sandra, “Panorama de la enseñanza de la Bibliotecología en la UNAM. Informe
Académico por elaboración comentada de Material didáctico para apoyar la docencia”, p. 13.
3 Ibídem, p. 13.
4 Villanueva Bazán, Gustavo, “La Archivística: una ciencia en busca de sí misma (México
1915-1945)”, p. 31.
5 Sotelo, “Panorama…”, op. cit., p. 13. La autora nos dice que las asignaturas fueron:
clasificación de bibliotecas y archivos; organización de bibliotecas y archivos; catalografía;
traducción de francés; traducción de inglés; traducción del latín y conferencias de bibliología.
6 Villanueva, “La Archivística…”, op. cit., p. 47. El autor agrega que hubo cambios en la
currícula: paleografía y latín se impartirían en dos cursos anuales; así como, francés durante el
primer año e inglés solo el segundo. p. 47.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 69


Con una inscripción de 32 alumnos se abrió el tercer curso el 4 de marzo
de 1918, sin embargo, la escuela se cerró el 17 de mayo del mismo año por
órdenes de Venustiano Carranza, quien argumentó las difíciles condiciones
del erario nacional.7
En la década de los treinta del siglo XX se impartieron cursos a iniciativa
de Francisco Gamoneda, –destacado bibliotecario y archivista, quien
daría impulso a los estudios de archivonomía en México– éstos cursos se
impartieron en 1931. De 1937 a 1938 se efectuó un curso de biblioteconomía
y archivonomía en la Hemeroteca de la Secretaría de Hacienda, dictado
nuevamente por Gamoneda.8
Después del tercer congreso de bibliotecarios y primero de archivistas,
efectuado en 1944 se concretó la creación de la Escuela Nacional de
Bibliotecarios y Archivistas, dependiente de la Secretaría de Educación
Pública; inició labores en el Palacio de Bellas Artes en abril de 1945. El
objetivo principal de esta escuela era “[…] capacitar al personal que trabajaba
en bibliotecas y proporcionarles las técnicas mínimas para desarrollar su
trabajo, y que éste se viera reflejado en una mejor organización de las
bibliotecas y en adecuados servicios a la comunidad […]”.9
Al mismo tiempo se buscaba un mejor salario y reconocimiento
profesional, más tarde la escuela tuvo diversos cambios en su estructura,
plan de estudios y nombre, y se transformó en lo que actualmente es la
Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía [ENBA].10

El Archivo General de la Nación (AGN)

En definitiva, el tercer congreso de bibliotecarios y primero de archivistas,


antes mencionado, representó un hito en la archivística mexicana, pues
no sólo propició la creación de la ENBA, sino también permitió al AGN
iniciar una serie de acciones tendientes a la regulación de los archivos.
Destacan los esfuerzos de Julio Jiménez Rueda para vincular los archivos

7 Ibidem, p. 47.
8 Ibídem, p. 56.
9 Morales Campos, Estela, Educación bibliotecológica en México, México, p. 41.
10 Sotelo, op. cit., p. 18.

70 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


históricos con los administrativos y normalizar las labores del personal y del
funcionamiento de los archivos.11
Otro de los frutos de este primer congreso fue la expedición de dos
leyes, publicadas en el Diario Oficial de la Federación; la primera, en marzo
de 1944, facultaba al AGN para determinar el carácter histórico de los
documentos, prohibiendo su salida del país. La segunda, publicada el 24 de
agosto de ese año, es la llamada Ley de Bienes Nacionales la cual tipifica
dentro de los bienes públicos, entre otros, a los expedientes de las oficinas
y archivos públicos, los libros raros, las piezas históricas o arqueológicas,
las obras de arte de los museos, etc.12 La citada ley sería base fundamental
de los trabajos que en materia de normatividad archivística se realizaron
con posteridad.
El reglamento del AGN de 1946, que sustituyó al de 1920, pretendió
también la integración de una comisión consultiva del AGN ésta tendría por
objetivo estudiar las medidas tendientes a la modernización de los archivos.
En el informe que presentó Jiménez Rueda al finalizar su gestión al frente
del AGN en 1952, dejaba claro que para cumplir el objetivo relacionado con
el rescate de los archivos debía crearse un órgano autónomo (la Dirección
General de Archivos Nacionales) argumentando que, al depender el AGN de
la Secretaría de Gobernación, predominaban los intereses políticos sobre
los culturales e históricos.13

La Universidad Nacional Autónoma de México

En este contexto en 1952, José María Luján, subdirector de la Biblioteca


Nacional, solicitó a las “autoridades universitarias que se establecieran en la
Facultad de Filosofía y Letras, cursos de Biblioteconomía y Archivonomía”.14

11 AGN, Los Archivos Administrativos en México, pp. 22-25. Véase: Gómez Gómez, Alma Leticia
y Torres Monroy, Luis, en “La Necesidad de una Ley Nacional de Archivos”, ponencia
presentada en X Congreso Nacional de Archivos. Los archivos y la reforma del Estado.
Organizado por el Archivo General de la Nación y el Archivo General del Estado de
Campeche. Campeche, 28 de octubre de 1998. p. 4.
12 Ibídem, p. 4.
13 Ibídem, p. 5. A partir de 1958, la Secretaría de la presidencia sería la encargada de la reforma
administrativa del Estado y, consecuentemente, de la cuestión archivística.
14 Perales de Mercado, Biblioteconomía y Archivonomía en la Universidad Nacional, p. 12.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 71


Propósito que no era nuevo pues desde 1910, cuando se fundó la Escuela
Nacional de Altos Estudios, la Universidad Nacional contempló a la
archivística como una disciplina que se tenía que cultivar.
Aunque siempre se hicieron esfuerzos por cumplir con este objetivo, se
realizaron acciones concretas en 1956 con la creación de un programa de
maestría en archivonomía.15 En 1963 la maestría se convirtió en licenciatura
y en 1967 cambió su denominación a archivología. La entidad académica
responsable era la Facultad de Filosofía y Letras, con dicho plan de estudios
se pretendía:
[…] la preparación de profesionistas capaces de planear, organizar
y manejar los archivos tanto de tipo histórico como administrativo,
nacionales o particulares, ya que éstos son elementos indispensables para
el conocimiento del pasado e imprescindibles para la regulación de las
actividades de una sociedad […]
El archivo es […] un elemento básico de los servicios de información sin
los que ninguna actividad puede ser realizada con acierto. Los licenciados
en archivología son los profesionistas capaces y preparados para cumplir en
la forma más eficiente con este propósito.16
En abril de 1975 se suspendió la impartición de la licenciatura debido a
que decayó la inscripción, especialmente porque las expectativas laborales
eran reducidas, pues las plazas eran ocupadas por personas con formación
en otros campos, como la historia, o sin ninguna preparación archivística.17
No obstante, la situación ha cambiado pues en la actualidad los
especialistas en archivos se colocan rápidamente en posiciones laborales
relacionadas con su profesión.
Por otra parte, la disciplina no se ha consolidado debido a diversos
factores, entre ellos: un incipiente desarrollo de la archivística mexicana,
una limitada conformación de cuerpos de investigación, la falta en el país de

15 En esa época la Facultad de Filosofía y Letras no otorgaba títulos de licenciatura, solamente


impartía estudios de maestría que eran equivalentes pues los alumnos ingresaban después del
bachillerato. Más tarde, los planes y programas de maestría se convirtieron en licenciaturas y
se homologaron con el resto de los planes y programas de estudio de la universidad.
16 Organización académica 1974. Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, p. 57.
17 Sotelo Linares, “Panorama de la enseñanza de la Bibliotecología en la UNAM. Informe
Académico por elaboración comentada de material didáctico para apoyar la docencia”, p. 24.

72 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


posgrados en la disciplina y que los archivólogos no han logrado colocarse
en los espacios clave dentro de las instituciones y organizaciones, desde
donde se podrían impulsar proyectos y actividades que favorecieran la
consolidación de la profesión.

Situación actual de la formación profesional

En la actualidad existen varias instituciones de educación superior que


imparten programas formales para el manejo de los archivos y ofrecen
opciones de formación a nivel profesional y de especialización o posgrado.
En el afán de ampliar la información para construir un plan de estudios
en el campo, se realizó una revisión de los programas que se ofrecen y las
diferentes opciones formativas que contemplan. A continuación se exponen
los resultados obtenidos de la revisión de programas internacionales y
nacionales.

Programas internacionales

Para su revisión se exploró, en primera instancia, la oferta europea y


norteamericana y, luego, los planes que ofrecen universidades de España,
Francia, Canadá y Estados Unidos de América. En el cuadro siguiente se
describen instituciones que imparten los estudios y los títulos o grados que
otorgan:

País Institución Título o grado otorgado

Master of Archival Studies


University of British Columbia Dual Master of Archival Studies and
Master of Library and Information
Canadá
Studies

Undergraduate Certificate in Archival


Université de Montréal
Studies

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 73


País Institución Título o grado otorgado

Tres especialidades: paleografía,


archivística y biblioteconomía.
Universidad de Sevilla
Dirigido a graduados en historia,
historia del arte, biblioteconomía y
documentación

Universidad Carlos III de Máster oficial en archivística y gestión


Madrid. de documentos
España
Máster propio en gestión documental
Universidad Internacional de y administración de archivos. Pueden
Andalucía acceder quienes tengan título de
licenciado, graduado o diplomado

Máster oficial en archivística y gestión


Universidad Autónoma de de documentos. Pueden acceder
Barcelona quienes tengan título de licenciado,
graduado o diplomado

Master of Archives and Records


San Jose State University
Administration. Online

University of Maryland History/Library Science

Long Island University Archives & Records Management


Estados
Unidos de M.A. in Archives and Public History
América New York University
with a concentration in Archives

Graduate Doctorate
Undergraduate. Bachelor. Master:
Loyola University Chicago • Social Studies and History
• Public History and Archival
Administration

• Le Diplôme d’Archiviste
Paléographe
Francia École Nationale des Chartes18
• Master Technologies Numériques
Appliquées àl’Histoire

Cuadro 1. Programas de estudios enfocados a los archivos en norteamérica y Europa.19

18 La escuela más antigua de archivística en el mundo, fundada en 1821 en París “para


entrenar a los historiadores y a los funcionarios de los archivos en el examen crítico de las
fuentes”, p. 54.
19 La información de este cuadro se obtuvo de los portales de las distintas instituciones que
se refieren.

74 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Como se puede apreciar, hay una clara tendencia a favorecer la
especialización. El requisito previo para el ingreso a estas opciones es un
título universitario en cualquier disciplina. En contraparte, en el ámbito
latinoamericano, el conocimiento sobre archivística y la preparación de sus
profesionales abarcan desde el nivel técnico hasta el profesional.
A partir de la muestra de siete países de Latinoamérica se elaboró el
siguiente cuadro:

Título o grado Años en los que se


País Institución
otorgado cursa

Universidad Nacional
de Córdoba.
5 años (con un
Facultad de Filosofía Licenciado en
Argentina título intermedio de
y Humanidades. archivología
archivero en 3 años)
Escuela de
Archivología

Universidade Federal Licenciado de


Fluminense de Niteró; arquivología
Brasil 4 años bachiller (8
Río de Janeiro.
semestres)
Licenciatura de Arquivista
Arquivología

Universidad de Profesional en
La Salle. Facultad sistemas de
Colombia de Sistemas de información, 5 años
Información y bibliotecología y
Computación archivística

Universidad de
Costa Rica. Facultad 4 años (con un
Licenciado en
de Ciencias título intermedio
Costa Rica archivística
Sociales. Escuela de de bachiller en
Historia. Sección de archivística, 3 años)
Archivística

Universidad de la
República. Escuela
Universitaria de
Licenciado en
Uruguay Bibliotecología y 3 años
Archivología
Ciencias Afines.
Licenciatura de
Archivología

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 75


Título o grado Años en los que se
País Institución
otorgado cursa

Universidad Católica Licenciado en


Perú Sede Sapientiae Archivística y Gestión 5 años
(UCSS) Documental

Cuadro 2. Programas de estudios enfocados a los archivos en Latinoamérica.

A través de la información proporcionada en el cuadro anterior es posible


apreciar una fuerte tendencia a realizar programas de licenciatura con la
posibilidad de obtener un título intermedio.

Programas nacionales

En México hay dos instituciones que imparten licenciaturas en archivos, la


ENBA y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP). Hay una tercera
institución que ofrece un programa que se vincula de manera tangencial con
los archivos: la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
En la ENBA, cabe mencionar que el plan de estudios para la licenciatura
en archivonomía se cursa en dos ciclos de formación profesional: el primero
de ellos se imparte del 1º al 5º semestre que corresponden a la formación
del profesional asociado y el segundo, el cual cubre otros cuatro semestres
para un total de nueve y otorga el título de licenciado en archivonomía.20
La licenciatura en archivología que imparte la UASLP se desarrolla en ocho
semestres orientados a la formación de un profesional de la información en las
áreas de planeación, administración y gestión de sistemas integrales de archivos.
Finalmente, en lo referente a la licenciatura en ciencias de la información
documental que imparte la UAEM, se advierte que las disciplinas archivística,
bibliotecológica y la relativa al manejo de la información documental, se
entrelazan a lo largo de la carrera.21

20 Plan de Estudios de la Licenciatura en Archivonomía, Escuela Nacional de Biblioteconomía


y Archivonomía, s.f., http://www.enba.sep.gob.mx/htdocs/files/plan_licenciado_archivo.
pdf Consultado el 24 de octubre de 2012.
21 Oferta académica de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado
de México, s.f. http://www.uaemex.mx/fhumanidades/oferta/licenciatura.html Consultado
el 24 de octubre del 2012.

76 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Cabe mencionar que la investigación en archivística en las tres
instituciones es incipiente, debido al reducido número de profesores con
posgrado, la carencia de líneas y proyectos de investigación y la falta de
programas de posgrado de la disciplina en México.

Fundamentación de la propuesta

El proyecto de creación de la licenciatura en administración de archivos y


gestión documental respondió a diversos factores: en el aspecto laboral, a la
falta de profesionales con el perfil que requiere la administración y gestión de
documentos; en el orden económico, a la reducción de costos que significa
para las organizaciones contar con personal capacitado para administrar sus
archivos; en el orden social, al escaso reconocimiento profesional que tiene
la actividad archivística y, en el orden cultural, a la necesidad de consolidar
una disciplina de amplia tradición.
El nombre que se da a la licenciatura es un elemento importante pues
está sustentado en los siguientes conceptos:
La administración de archivos “como centros [o entidades que] se
crean ligados a las instituciones, organismos, familias o personas, públicas
o privadas”.22 De su competencia es también la elaboración de los
instrumentos normativos que deben regir su funcionamiento en el ciclo de
vida de los documentos (trámite, concentración e histórico).
Por su parte, la gestión documental refiere: “los documentos de archivo
se producen naturalmente, inevitablemente, como testimonio y como
prueba de la gestión de una institución, familia o persona, y por acumulación
van formando el fondo documental, que en algunos casos constituirá el
contenido documental del Archivo de la referida institución”.23
La pertinencia de formar profesionales en este campo responde a una
necesidad de alcance nacional, pues se requieren para administrar archivos
de instituciones y organizaciones públicas, privadas o sociales y de sujetos
particulares.

22 Sotelo Linares, op. cit., p. 23.


23 Antonia Heredia Herrera, p. 23.

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Los egresados deberán:

 Administrar estratégicamente los archivos con un enfoque centrado


en la calidad.
 Gestionar los documentos de archivo para hacer accesible la
información a los usuarios.
 Promover ante las áreas de informática las mejoras que contribuyan
a hacer más eficiente la transmisión de la información.
 Favorecer las condiciones para el cumplimiento de la LFA, cuyo
objetivo es:“establecer las disposiciones que permitan la organización
y […] la conservación del patrimonio documental de la Nación”, y
de la LFTAIPG que tiene por objetivo “garantizar el acceso de toda
persona a la información en posesión de los Poderes de la Unión,
los órganos constitucionales autónomos o con autonomía legal, y
cualquier otra entidad federal.”
 Aplicar cualquier normativa nacional e internacional.

Consideramos que estos propósitos no se cumplen cabalmente en la


formación archivística tradicional y responden a imperativos de carácter
económico y cultural no considerados hasta ahora.
Los imperativos de carácter económico obligan a la formación de
profesionales con conocimientos amplios en los campos del saber
señalados, quienes usualmente no poseen la mayor parte de las personas
que administran archivos.
Los imperativos de carácter cultural demandan a los licenciados en
administración de archivos y gestión documental el aprovechamiento de
los sistemas informáticos e identificación de las necesidades de información
de los interesados para orientar y brindar las facilidades en la utilización de
los documentos lo cual favorece la autenticidad, integridad, fiabilidad y
disponibilidad de los documentos.

Estado actual y tendencias futuras

La identidad de una profesión se basa en un corpus exclusivo de conocimientos


y en una cultura profesional, ésta surge de una historia y un propósito

78 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


común, un vocabulario compartido y valores colectivos, así como normas
y estándares. El conocimiento básico de los archivistas, por lo tanto, debe
abarcar tres aspectos, relacionados entre sí:

a) El conocimiento de la profesión y la evolución de la práctica


archivística, las bases teórico-prácticas de la administración, además
de referencias contextuales y del marco legal de la profesión.
b) El conocimiento de los documentos de archivo (teoría y metodología
asociadas a áreas específicas del trabajo de archivos).
c) El conocimiento del contexto en el cual los documentos se producen,
administran y preservan.

La publicación de las leyes federales de transparencia y de archivos


ha incrementado la importancia de la profesionalización del personal.
La demanda de formación se enfoca fundamentalmente a cursos de
capacitación para archivos de trámite y concentración y, en menor grado, a
los estudios de licenciatura.
Actualmente no hay suficientes profesionales en archivística que puedan
cubrir las demandas surgidas de una sociedad cada vez más globalizada,
con nuevos esquemas y retos de trabajo, donde la eficiencia, la eficacia, la
calidad, la competencia y el cumplimiento de las obligaciones, son requisitos
indispensables. Por ello, la formación de un licenciado en administración de
archivos y gestión documental se presenta como una respuesta pertinente a
las condiciones del entorno.
Algunos datos más confirman la conveniencia de ampliar las opciones para
formar profesionales en archivos, por ejemplo, de acuerdo con el Diagnóstico
sobre la situación archivística de las dependencias y entidades de la Administración Pública
Federal, (IFAI): 2007 una cuarta parte de ellas carecía de un programa explícito
de capacitación y asesoría en materia archivística. Según el Informe Experto
del Banco Mundial (que se publicó en 2000 con el título Los archivos de América.
Informe experto de la Fundación Histórica Tavera) sobre archivos, en las instituciones
encuestadas, 40% declaró carecer de personal con formación en este campo.24
Conviene aclarar también que la ausencia de estos profesionales se ha
sustituido parcialmente con programas de capacitación emprendidos por el
AGN y el IFAI, dirigidos en su mayoría al ámbito de la administración pública

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 79


federal. Asimismo, desde finales de la década de los ochenta del siglo pasado,
instituciones como la Universidad Iberoamericana, la Universidad Nacional
Autónoma de México y la Secretaría de Salud han organizado diplomados
y cursos encaminados principalmente a la capacitación del personal que
labora en los archivos históricos. En tanto, la Red Nacional de Archivos de
Instituciones de Educación Superior (RENAIES), a partir de 2004, ha dado
diplomados sobre archivos de trámite, concentración e histórico.
De manera paralela, en diversos foros académicos, la comunidad
archivística de México ha puesto de manifiesto la necesidad de contar
con programas de educación continua para quienes se ven ante la tarea de
organizar los documentos que generan y acumulan las dependencias.
También se debe contemplar que los egresados deberán estar en
formación permanente, con la posibilidad de ingresar al posgrado. Es
importante mencionar que en la administración de archivos y la archivística
existe un potencial amplio de temas y líneas de investigación, las cuales
posibilitan el desarrollo de proyectos pertinentes y originales, que ayudarán
a resolver problemas en las unidades de archivo.

Características de la propuesta

Con la información analizada se construyó la fundamentación académica


para un plan de estudios y se elaboró una propuesta curricular. La carrera
se cursaría en ocho semestres, siendo los primeros cuatros de formación
básica, donde se darían las herramientas formativas esenciales. Luego
vendrían dos semestres de formación intermedia (quinto y sexto), en los
semestres séptimo y octavo los estudiantes podrán realizar un proceso de
especialización, que en la presente propuesta se llama profundización.
Conviene mencionar que como la propuesta parte del proyecto
elaborado conforme al modelo educativo y la estructura de la Escuela
Nacional de Estudios Superiores Morelia de la UNAM, de reciente creación,
se consideraron los aspectos siguientes:

24 Palos Ramos, Juan José, Aplicación de las tecnologías de información en archivos históricos: proyecto
del Archivo Histórico de Monterrey, 18 pp. Disponible en:
http://www.agn.gob.mx/menuprincipal/archivistica/reuniones/2003/rna/pdf/0016.pdf
Consultada el 20 de octubre de 2013.

80 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


 Asignaturas por bloques, que deben tener una relación evidente.
 Asignaturas integradoras a lo largo de todos los semestres, para
propiciar la interdisciplinariedad.
 El inglés como asignatura obligatoria deibido a que la bibliografía en
buena medida está escrita en ese idioma.
 Áreas de profundización que posibiliten al alumno construir su perfil
profesional.
 Una opción técnica que facilita al alumno egresar como técnico
profesional después del segundo año con la certificación para
incursionar en el ámbito profesional.

La estrategia de aprendizaje principal es el estudio basado en problemas,


en casos y en proyectos, que en lo general obliga a la construcción de
aprendizajes significativos al conectar lo aprendido en el aula con una
práctica continua y la aplicación del conocimiento en espacios reales.
En consonancia con el modelo referido en el párrafo anterior, se busca
la creación de espacios propicios para el aprendizaje, el profesor asume un
papel de orientador, con un fuerte énfasis en vincular los conocimientos
teóricos con la práctica.
El objetivo del plan de estudios es formar profesionales capaces de
administrar archivos con una visión estratégica, por ello deben recibir
formación sobre la teoría y la práctica archivística, la administración, y
como elemento integrador, aspectos de las humanidades y ciencias sociales.
También se deben considerar los perfiles, pues permiten identificar las
características del sujeto en formación, desde su ingreso hasta el egreso.
En el caso del perfil de ingreso sería deseable que los estudiantes
provinieran del bachillerato en ciencias sociales, administrativas o
humanidades.
Con respecto al egreso se espera del profesional que sea capaz de:

 Diseñar estrategias administrativas para las unidades de archivo.


 Dirigir proyectos archivísticos de cualquier índole.
 Incidir en la toma de decisiones.
 Intervenir en las características de la producción de los documentos.
 Gestionar documentos en cualquier soporte.

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 Elaborar políticas, manuales y reglamentos archivísticos.
 Capacitar al personal de las áreas de archivos.
 Evaluar archivos.

La propuesta incluye dos áreas de profundización que se cursan durante el


cuarto año de la carrera y cuyo objetivo es especializar al estudiante a partir
de la formación integral de los tres primeros años.
Se plantea un área de especialización en valoración documental, espacio
profesional en donde existe escasez de expertos capaces de realizar esta
tarea y que hayan recibido preparación universitaria. Los egresados que
elijan esta área de profundización serán capaces de:

 Identificar los atributos de los documentos para establecer su valor


de conservación.
 Diseñar e implementar diversos instrumentos archivísticos para
justificar y formalizar la disposición documental.
 Coordinar equipos de trabajo para efectuar la valoración y disposición
de documentos.

Una segunda área de profundización es archivos históricos, en el caso de


México es realmente pertinente por la cantidad de documentos con esas
características que necesita ser gestionada y administrada por un profesional
capaz de:

 Evidenciar el alcance histórico de los archivos.


 Rescatar testimonios con valor histórico.
 Organizar y describir archivos históricos.

También se contempla en el quinto semestre de la carrera, el egreso


del estudiante como técnico profesional en archivos, quien adquirirá
conocimientos para:

 Aplicar acciones de rescate, preservación, identificación, valoración,


selección, organización, descripción, uso y disposición de los
documentos localizados en los archivos.

82 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


 Identificar los elementos centrales de la gestión y la administración,
con énfasis en la innovación administrativa.

Por otra parte para el egresado como licenciado y técnico profesional se


consideran como espacios laborales potenciales:

 Las secretarías federales y estatales


 Los gobiernos municipales
 Las cámaras del poder legislativo federal o estatal
 Los distintos órganos del poder judicial
 Los organismos públicos autónomos
 Las instituciones educativas
 Los institutos de transparencia
 Los archivos históricos federales, estatales y municipales
 Las empresas
 Los organismos internacionales
 Las instituciones educativas
 Las instituciones religiosas
 Los organismos no gubernamentales

La licenciatura en administración de archivos y gestión documental se


cursará en ocho semestres con 68 asignaturas.
La opción técnica profesional tendrá una duración de cinco semestres.
Los primeros cuatro son comunes. El alumno que elija esta opción cursará
una asignatura adicional llamada práctica supervisada, única a cursar en el
quinto semestre y cuyo objetivo es obtener el título correspondiente.
Como ya se mencionó el plan de estudios tiene dos etapas formativas. La
primera abarca del primero al cuarto semestre, incluyendo 35 asignaturas;
de las cuales 25 pertenecen a la parte formativa, dos son optativas, cuatro
talleres de integración, así como cuatro de aprendizaje del idioma inglés.
La segunda etapa, a partir del quinto semestre, comprende los
últimos cuatro semestres y tiene un total de 33 asignaturas: de las cuales
22 corresponden a las áreas de profundización; cuatro son talleres de
integración, cuatro son asignaturas de inglés y tres asignaturas optativas.
Por las características de la licenciatura, las prácticas son medulares

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 83


para la formación de los alumnos, constituyen un balance con la teoría
de la administración de archivos y gestión documental, así como con las
humanidades y ciencias sociales. Por lo anterior, todas las asignaturas tienen
un componente teórico y práctico. Una parte práctica se desarrolla en cada
curso y otra se concentra en los talleres de integración que se efectúan al final
de cada semestre y que favorece la reflexión, la aplicación de conocimientos
y la elaboración de productos académicos.
El plan de estudios establece mecanismos de flexibilidad que facilitan la
organización curricular que se explica a continuación:

 Solo se propone seriación indicativa en los talleres de integración y


en las asignaturas de inglés.
 A lo largo de la licenciatura, es fundamental la actividad tutorial,
especialmente en los dos primeros años.
 El alumno podrá elegir las asignaturas optativas de cualquier
licenciatura que se imparta en la facultad o escuela.

En la organización del plan de estudios se establecen tres campos de


conocimiento vinculados en el proceso formativo e integral del alumno:

 Teoría, metodología y práctica archivística


 Administración y sistemas
 Humanidades y ciencias sociales

Teoría, metodología y práctica archivística

Este primer campo está integrado por asignaturas que articulan el pensa-
miento abstracto derivado de la teoría archivística, el cual se vinculará con
el análisis de los procesos de gestión de documentos y administración de
archivos, asimismo se consideran asignaturas pertenecientes a otras disci-
plinas del conocimiento y que son necesarias para la preservación, conser-
vación, reprografía y difusión de los documentos.
Los estudiantes cursarán asignaturas cuyo propósito es analizar
los conceptos acerca de los procesos archivísticos de identificación,
clasificación, ordenación, descripción, recuperación de la información y

84 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


la evolución de la estructura interna y externa de los tipos documentales
producidos por las instituciones mexicanas. Del mismo modo, distinguir las
áreas que desarrollan funciones de recepción y despacho de corresponden-
cia con el fin de gestionar la producción de documentos de las entidades.
Además, el estudiante tendrá un acercamiento a las áreas de
profundización correspondientes a los semestres séptimo y octavo, para
desarrollar un trabajo archivístico complejo en escenarios reales.

Administración y sistemas

El segundo campo de conocimiento contempla aspectos tales como


planeación, organización, control y supervisión de los recursos involucrados
en el archivo de una institución. En este sentido se concibe que el profesional
sea quien dirija los procesos archivísticos, además de planear, difundir y
promover servicios acordes con las necesidades de los usuarios.
Asimismo, se pretende que él tenga la capacidad para atender las
necesidades de recursos humanos, financieros y materiales, requeridos en
los archivos para que la eficiencia y eficacia redunden en áreas operativas
con el principio de calidad.
Los archivos por su naturaleza integran el patrimonio cultural de la
sociedad, y como indica la Society of American Archivists (SAA):

[…] sin una cuidadosa selección de registros, cada sociedad perderá su patrimonio
cultural, comercial, institucional, científico y social. Sin la preservación de los
documentos legales, los derechos individuales e institucionales no pueden
ser preservados y protegidos, y sin el manejo adecuado de los registros
administrativos, los gobiernos y las organizaciones no pueden ser considerados
responsables. Los registros mantenidos en los archivos son, por lo tanto,
esenciales en una sociedad democrática y educada.25

En este campo el alumno adquirirá las habilidades necesarias para la


administración de archivos, el diseño y la implementación de sistemas de

25 Guidelines for a Graduate Program in Archival Studies (GPAS). p. 1. Disponible en: http://
www2.archivists.org/book/export/html/69. Consultada el 20 de octubre de 2013.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 85


información en las instituciones y en las organizaciones, la elaboración de
programas de calidad y el desarrollo de proyectos.
En los primeros cuatro semestres el estudiante analizará las características
de la cultura organizacional para reconocer su relación con los sistemas
de calidad y las variables de la comunicación. Asimismo, adquirirá
conocimientos sobre la administración de las instituciones públicas
mexicanas en los tres niveles de gobierno con el propósito de identificar las
funciones y estructuras de los organismos públicos, utilizará la tecnología en
los procesos archivísticos y revisará los fundamentos teórico-metodológicos
de las organizaciones para identificar sus características y transformaciones.
Una parte distintiva de la propuesta está en el énfasis en comprender
el alcance de los sistemas, por lo que resulta relevante que reconozca
las aplicaciones y los programas más acordes para administrar archivos
y gestionar documentos. Todos los elementos enunciados llevarán al
estudiante a profundizar en los procesos administrativos y en las teorías del
liderazgo para su aplicación en la práctica profesional.
También se procura que el estudiante aprenda a organizar los flujos de
información documental para su adecuada gestión, a reconocer las bases de
la administración de los recursos financieros y materiales para su aplicación
en las instituciones y organizaciones, así como analizar los conceptos,
procesos y alcance de la planeación estratégica.
En el séptimo y octavo semestre el alumno analizará las variables de la
administración de los recursos humanos para mejorar la capacidad laboral;
igualmente elegirá una de las dos áreas de profundización para incorporarse
al mercado de trabajo con conocimientos sólidos, ya sea en valoración
documental o en archivos históricos.

Humanidades y ciencias sociales

El tercer campo de conocimiento tiene como propósito principal que el


alumno cuente con una perspectiva integradora y sea competente para
vincular el conocimiento archivístico y administrativo con los saberes
históricos, filosóficos, sociológicos, pedagógicos y jurídicos.
La función formativa de las humanidades pretende que el egresado sea
capaz de comprender el devenir de las instituciones, lo cual es esencial para

86 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


ubicar en el espacio y el tiempo las prácticas sobre la creación y conservación
de los documentos.
Al trabajar con documentos también resulta conveniente que los
estudiantes conozcan la historia de la escritura, pues le proporcionará
saberes de utilidad para la gestión y la administración.
Por otra parte, la propuesta contempla la asignatura de teoría del
conocimiento, con la cual el estudiante recibirá una formación que lo
apoyará para comprender las bases teóricas de las disciplinas administrativa
y archivística. Otro elemento importante es la ética deontológica, ésta
preparará a los estudiantes para consolidar los valores que le permitan
asumir las responsabilidades propias de la profesión. Este aspecto
responde al deber de reforzar los principios que propicia la preservación
de la integridad de cada documento y de su conjunto, porque son la base
para la toma de decisiones y para conformar la memoria y el acervo social,
histórico y cultural de la sociedad. Además, es vital conocer el fundamento
contable, legal y administrativo para respaldar las acciones realizadas.
El responsable de un archivo, que asume como propio el valor ético en
la administración y gestión, será un sujeto clave para facilitar el trabajo de
auditoría que realizan distintas instancias públicas y privadas. Asimismo,
será un agente importante para la transparencia y rendición de cuentas
establecidas por la normativa federal.
Con respecto a la formación en ciencias sociales, el conocimiento del
marco legal de los archivos brindará a los egresados herramientas para
comprender que los procesos de carácter administrativo y archivístico están
ligados a una normativa. Además, será sustancial comprender los elementos
centrales de la propiedad intelectual, esto en el caso de la documentación
tiene especial importancia.
La propuesta también responde a una doble necesidad: capacitar y
ejercer la docencia. Por una parte el administrador realizará o facilitará la
capacitación del personal que efectúa la gestión. Por la otra, una carrera
primordialmente práctica, dará a los egresados conocimientos de estrategias
didácticas para ejercer como profesores.
Las humanidades y las ciencias sociales son esenciales para preservar
nuestra producción y herencia documental.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 87


Conclusiones

En el campo de la administración de archivos y gestión documental las


opciones profesionales que se tienen en el país no responden plenamente
a las necesidades del mercado laboral, ante el cúmulo de documentos que
actualmente generan los sectores público, privado y social, la cantidad de
archivos a lo largo y ancho del país, así como a la obligatoriedad establecida
en la legislación. De aquí, la necesidad de formar profesionales con bases
sólidas para la toma de decisión oportuna frente a la complejidad de los
cambios políticos, económicos, sociales y tecnológicos.
La formación de un profesional en la materia requiere conocimientos
administrativos, archivísticos, humanísticos y sociales para poseer una
visión innovadora, estratégica e integral la cual propicie que los archivos
cumplan su misión social, importante para la gestión, la investigación y la
preservación de la memoria histórica del país.
Esta propuesta muestra la relevancia de fortalecer la administración de
archivos y la disciplina archivística, en aras de optimizar la función de las
instituciones y las organizaciones, la democratización de la sociedad y la
conservación de los testimonios históricos del país.

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90 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


R ESTAURACIÓN DE UN PLANO CON SOPORTE DE PAPEL
TRANSLÚCIDO REFERENTE A LA “RUTA DEL FERROCARRIL
DE MÉRIDA A SISAL , YUCATÁN”

Alejandra Odor Chávez*

Resumen

Dentro del patrimonio documental que resguarda el AGN existe una


gran diversidad de soportes, entre ellos, planos y dibujos sobre
papeles translúcidos, los cuales son muy sensibles a la humedad y
al uso constante, por lo que comúnmente presentan deterioros
avanzados. El texto aborda la restauración de un plano de 1866,
con la “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal, Yucatán”, sobre un
soporte de papel translúcido. Se presentan los antecedentes, las
características y estado de conservación del plano, así como la
experiencia durante su restauración, que significó un gran reto por
sus dimensiones y deterioro. Se resalta el intercambio de información
entre los restauradores y el investigador interesado en consultar el
plano, pues fue muy enriquecedor para ambas partes.

Palabras clave: papel translúcido, conservación y restauración,


laminado.

Abstract

Within the documentary heritage that protects the AGN there is a


wide variety of supports, including plans and drawings on tracing pa-
per, which are very sensitive to dampness and constant use, so com-
monly present advanced deterioration. The text addresses the resto-
ration of a 1866 plane, with path railroad Mérida Sisal, Yucatán, on
a tracing paper support. Background, characteristics and condition
of the plane, and the experience during its restoration, which meant
a big challenge because of its size and deterioration are presented.
It highlights the exchange of information between restaurateurs and

* Jefa del Departamento de Conservación y Restauración del AGN.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 91


the researcher interested in viewing the plane because it was very
rewarding for both parties.

Keywords: Tracing paper, Restoration and conservation, Leaf casting.

Introducción

El Archivo General de la Nación (AGN) resguarda parte importante de la


memoria documental nacional, cuenta con un acervo que supera los 52
km lineales. El patrimonio resguardado consta de material bibliográfico,
hemerográfico, fotográfico (tanto negativos como positivos) y audiovisual,
así como diversos tipos de documentos con soporte de papel, entre ellos una
gran cantidad de planos y dibujos sobre papel calco,1 comúnmente llamado
“transparente”, aunque las técnicas de manufactura y las características de
éstos son muy variadas de acuerdo a su temporalidad y uso original.
Bringas y Castañeda proponen en su investigación referirse a este tipo de
papeles como papeles translúcidos,2 por las cualidades ópticas de los mismos
a partir de la dispersión de la luz entre sus fibras, y para fines de homologación
de términos entre colegas, así serán llamados a lo largo de este texto.
Por sus materiales constitutivos y técnicas de manufactura, los papeles
translúcidos suelen ser sumamente sensibles a la humedad directa, e incluso a
las fluctuaciones de las condiciones ambientales (especialmente la humedad
relativa). Comúnmente el tipo de obra realizada sobre estos soportes es
de gran formato (fueron muy utilizados para trazar planos y/o para hacer
calcas a escala), por lo cual su manipulación y almacenamiento representan
riesgos adicionales a los que sus materiales constitutivos les confieren.

1 Papel calco es la traducción del término en inglés tracing paper. Jennifer Libertad Bringas
y María Magdalena Castañeda, "Análisis de las propiedades físico mecánicas del adhesivo
hidroxipropilcelulosa en el proceso de laminado de documentos en soporte de papel albanene
y vegetal", México, 2013, tesis, ENCRyM, p.11.
2 Libertad Bringas y María Magdalena Castañeda, “Análisis de las propiedades físico
mecánicas del adhesivo hidroxipropilcelulosa en el proceso de laminado de documentos en
soporte de papel albanene y vegetal”, México, 2013, tesis, ENCRyM, p. 26.

92 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Debido a lo anterior, resulta común encontrar acervos documentales
con soportes de papel translúcido, que presentan deterioros como rigidez,
fragilidad, marcas de dobleces, roturas en las orillas (especialmente si
se almacenan enrollados), roturas y faltantes asociados a dobleces, y
deformaciones por contacto directo con humedad y/o fluctuaciones en las
condiciones ambientales.
Este texto aborda la restauración de un plano en papel translúcido de
gran formato, perteneciente a la Colección de Mapas, Planos e Ilustraciones
(Mapilu) del AGN, mediante la utilización de la técnica de laminado con
adhesivos reactivados con solventes,3 exponiendo las dificultades, retos y
beneficios obtenidos a partir de la aplicación de una técnica cada vez más
conocida, pero relativamente poco aplicada, para la restauración de obra
documental susceptible a la humedad o a ciertos tratamientos acuosos.

El plano a restaurar: “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal,


Yucatán”

El plano intervenido es un registro de la “Ruta del ferrocarril de Mérida a


Sisal, Yucatán” del año 1866.4 Debido a su mal estado de conservación y
considerable fragilidad, no había sido descrito y mucho menos digitalizado,
no se conocían sus dimensiones, y únicamente se contaba con el título,
mismo que resultaba relativamente visible por estar localizado en uno de los
fragmentos superiores del documento.
A raíz de las constantes peticiones de un investigador, quien solicitó
la consulta del plano como parte importante de su tema de estudio,
(relacionado con el autor del plano, el ingeniero Ignacio Fernández de
Galindo), se consideró la posibilidad de estabilizar la obra para obtener una
imagen digital y permitir de este modo su consulta.

3 Un laminado consiste en la adhesión de un papel japonés en la totalidad de una de las caras


del documento, para recuperar su estabilidad mecánica cuando presenta demasiadas roturas,
faltantes o fragilidad considerable.
4 AGN, Mapas, Planos e Ilustraciones, número 3760.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 93


Características generales

Se trata de un plano de aproximadamente 248 × 68 cm, conformado a partir


de la unión de cuatro pliegos de papel translúcido, cuya gran transparencia
se obtuvo a partir de la impregnación del papel en alguna resina o aceite.5
Debido a esto, la sensibilidad del soporte ante el agua no es tan marcada
como lo sería en un papel albanene o vegetal, cuya transparencia se obtiene
por medios mecánicos, como el ultra refinado de las fibras o el súper
calandrado de la hoja,6 pero tampoco resultaba posible la aplicación directa
de humedad sin ocasionar deformaciones importantes en el papel, que
además es sumamente delgado y transparente.
Por otro lado, las tintas presentes en el plano (negra y roja) son solubles
en agua y ligeramente solubles en alcohol, lo que limitaba aún más los
posibles tratamientos para su estabilización física.
Durante el diagnóstico del plano se detectó una marca de producción
del soporte la cual para el investigador significó una importante aportación,
al ubicar regionalmente el papel utilizado por el ingeniero Fernández de
Galindo. En uno de los pliegos, se encontró un gofrado con el nombre
Angoulême, una región en Francia, conocida por el auge de su producción
papelera durante el siglo XIX, y en donde actualmente existe un Museo del
Papel.7

Estado de conservación

Debido a que el plano estuvo almacenado en una guarda de tamaño similar


al formato carta, se encontraba doblado en al menos 20 partes, y casi en
todos los casos el doblez ya había generado la ruptura del soporte en dichas
zonas, dejando más de 40 fragmentos.
Aunado a la fragmentación, el plano presentaba una oxidación y
fragilidad considerable y, al ser muy delgado, era prácticamente imposible

5 Durante la intervención de restauración, en ocasiones se detectaba un ligero aroma parecido


al de la resina colofonia, por lo que probablemente el soporte fue impregnado con dicha
resina o algún material similar.
6 Bringas y Castañeda, op. cit., pp. 34-38.
7 Musée du papier d’Angoulême en <http://www.angouleme.fr/museep/> [consulta:
agosto 2012].

94 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


manipularlo sin ayuda de un soporte auxiliar, aun cuando se trataba de
fragmentos pequeños.
Dicho deterioro es típico de papeles translúcidos de este tipo: “El papel
translúcido que se obtiene por la adición de sustancias como aceites y
resinas, aunado a las condiciones del medio ambiente, se vuelve más frágil,
quebradizo, y amarillento con el tiempo”.8 El soporte de papel también
presentaba algunas deformaciones, probablemente por fluctuaciones en las
condiciones ambientales, así como dobleces y faltantes.
Los elementos plasmados se encontraban en buen estado, pero su
principal problema era la manipulación del soporte, pues en esas condiciones
era prácticamente imposible desdoblarlo y/o extenderlo para consultarlo o
digitalizarlo sin ocasionarle mayores daños al documento.

Antecedentes

Desde 2010, debido a la necesidad de restaurar diversas obras sobre distintos


soportes de papel translúcido, relacionadas con el pabellón de México en
la Exposición Universal de 1900, el Departamento de Conservación y
Restauración del AGN consideró la necesidad de implementar alguna técnica
que permitiera el refuerzo estructural de dichos documentos, aportando
la menor cantidad de agua posible durante los tratamientos, para limitar
el riesgo de causar deformaciones y/o modificar las dimensiones de los
documentos tratados, pues suelen ser planos a escala.
Se realizaron pruebas con probetas de papel albanene moderno,
comparando los resultados obtenidos a partir del laminado con papel
japonés y adhesivos tradicionales en la restauración de papel como la metil
celulosa y el almidón de trigo, además de la técnica de reactivado de Klucel
G con alcohol y alcohol-acetona,9 propuesta por Susan Page desde 1997.10

8 Bringas y Castañeda, op. cit., p. 43.


9 El Klucel G es un adhesivo a base de hidroxipropil celulosa, utilizado en la restauración de
papel por su compatibilidad con el mismo, y por su estabilidad y reversibilidad a largo plazo.
10 Susan Page, Conservation of Nineteenth-Century Tracing Paper: A Quick Practical
Approach, en http://cool.conservation-us.org/coolaic/sg/bpg/annual/v16/bp16-09.html,
[consulta: marzo 2010].

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 95


En dichas pruebas, tanto en flexibilidad, como en la transparencia
obtenida después del laminado (este es un punto sumamente importante a
considerar durante la restauración de papeles translúcidos), el laminado con
Klucel G reactivado con alcohol etílico presentó los mejores resultados.
En cuanto a poder adhesivo, en todos los casos se consiguió una buena
adhesión entre el papel de la probeta y el papel japonés del laminado.
Con base en las pruebas realizadas, se decidió llevar a cabo el laminado
con Klucel G reactivado con alcohol etílico, en planos de papel albanene
e impregnados con resinas, de mediano formato; se obtuvieron óptimos
resultados,11 así como algunas intervenciones menores (refuerzos de
papel japonés) en diversas obras de papel vegetal, albanene, y papeles
impregnados, con lo que se constató el comportamiento de la técnica en
diversos tipos de soporte translúcido.

Plano de papel translúcido impregnado, laminado con Klucel G reactivado con alcohol
etílico, después de la intervención de restauración

11 Durante estas pruebas se hicieron algunas adaptaciones a la técnica propuesta por Page
–quien utiliza la mesa de succión durante el tratamiento–, pues en el Departamento de
Conservación y Restauración del AGN no se contaba con una mesa de succión.

96 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


La técnica de Klucel G reactivado con solventes se ha empleado
para papeles sensibles a la humedad, en material fotográfico, e incluso
actualmente se considera como una de las mejores opciones para la
estabilización mecánica de ciertos documentos con tintas ferrogálicas con
exceso de iones metálicos,12 pues brinda estabilidad física al soporte dañado
por corrosión de la tinta,13 y durante el tratamiento prácticamente no hay
aporte de humedad, lo cual podría ser perjudicial en el caso de este tipo de
tintas ferrogálicas.
A grandes rasgos, la técnica consiste en preparar un papel japonés del
grosor deseado, con varias capas de Klucel G en una de sus caras, dejándolas
secar por completo y posteriormente son reactivadas, por lo general con
cantidades mínimas de alcohol etílico (o mezclas de alcohol-acetona).
Debido a los buenos resultados obtenidos en la serie de documentos
de la Exposición Universal de 1900, así como en tratamientos locales
en documentos con tintas ferrogálicas con exceso de iones metálicos, la
técnica de Klucel G reactivado con alcohol etílico se consideró como una
buena opción para el tratamiento del plano de la “Ruta del ferrocarril de
Mérida a Sisal, Yucatán”, el cual por sus materiales constitutivos y técnica
de manufactura representaba ciertas limitantes en cuanto a la aplicación de
tratamientos acuosos, pero que requería una estabilización mecánica para
poder ser digitalizado y consultado.

Propuesta inicial

Debido a la carga de trabajo y a la reducción del personal en el Departamento


de Conservación y Restauración, así como a la gran inversión de tiempo y
recursos materiales que la restauración del plano en cuestión significaría,
la primera opción a considerar fue desdoblar y extender los fragmentos,
ubicar su posición, estabilizarlos mediante pequeños refuerzos (con papel

12 Eliza Jacobi, et al., “Rendering the invisible visible, preventing solvent-induced migration
during local repair on iron gall ink”, pp. 25-34.
13 El término corrosión de la tinta se utiliza para denominar al deterioro comúnmente
causado por tintas ferrogálicas con exceso de iones metálicos en su composición, y que se
observa como halos alrededor de los trazos, trasminación del texto e incluso carbonización
del soporte de papel. Las tintas ferrogálicas fueron las tintas más utilizadas para manuscritos
en México desde la colonia y hasta inicios del siglo XX.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 97


japonés previamente preparado con Klucel G para ser reactivados), y
digitalizar el plano, para permitir su consulta mediante la imagen obtenida,
de manera tal que, posteriormente, el plano pudiera almacenarse extendido
en la Mapoteca del AGN.
Se procedió al registro fotográfico del documento y a la separación de
los fragmentos que se encontraban apilados uno sobre otro, utilizando
láminas de Mylar14 debajo de cada fragmento para darle soporte y poder
transportarlo con seguridad al momento de armar el plano. Fue hasta
ese momento cuando se conocieron las dimensiones del documento y la
cantidad de faltantes que presentaba.
El proceso de ubicar los fragmentos para armar el plano fue complejo,
pues la mayoría del camino trazado se encontraba en blanco. Para este fin,
fue de gran ayuda la colaboración del investigador, quien solicitó la consulta
del documento, ya que nos proporcionó varios mapas actuales de la ruta
trazada en el plano.

Algunos de los fragmentos del plano sobre soportes de Mylar para facilitar
su movimiento y ubicación

14 Lámina delgada de poliéster transparente.

98 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Algunos de los fragmentos del plano sobre soportes de Mylar para facilitar
su movimiento y ubicación

De manera simultánea se fue estabilizando cada fragmento por separado,


desdoblando con ayuda de pinzas y espátulas las partes dobladas y encimadas,
recuperando el plano (en la medida de lo posible y únicamente mediante
la aplicación de alcohol y ligera presión), y colocando pequeños refuerzos
de papel japonés previamente preparado con Klucel G, y reactivados con
alcohol etílico para adherirlos. Estos refuerzos se colocaban de forma

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 99


seccionada, y únicamente en aquellas zonas consideradas como riesgosas
para la manipulación del plano durante su digitalización.

Detalle de refuerzos de papel preparado con Klucel G para reactivar, similares a los utilizados
en el plano

Proceso de estabilización de los fragmentos del plano, mediante la aplicación de refuerzos de


papel japonés preparado con Klucel G

100 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Estabilización de fragmentos

Cuando se tuvieron todos los fragmentos estabilizados y ubicados,


comenzaron a unirse entre sí con la misma técnica. Al notar la existencia
de demasiados faltantes en las zonas de unión entre los ellos, se puso en
duda que los refuerzos propuestos fueran suficientes para mantenerlos
unidos a largo plazo, e incluso que resistieran la digitalización, pues por las
dimensiones de la obra, ésta debería llevarse a cabo por partes. Por otro
lado, y debido a la gran fragilidad del soporte y al espacio destinado en
la Mapoteca del AGN para su resguardo, la idea de almacenarlo extendido
tampoco resultaba ya la opción más viable.

Propuesta final

Debido a lo expuesto en el apartado anterior, y con base en los resultados


obtenidos en laminados previos de papel translúcido con la técnica de Klucel
G reactivado con alcohol etílico,15 se decidió brindarle mayor soporte al
plano y unir los fragmentos mediante un laminado, el cual inicialmente no
estaba contemplado.

15 Remitirse al apartado de antecedentes.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 101


Se adquirió un papel japonés ultra delgado (5 gr/m2),16 para que aun con
el laminado, el plano conservara la gran translucidez que tuvo de origen, y por
las dimensiones del mismo se decidió laminarlo por partes, es decir adhiriendo
cada pliego de papel japonés por separado, siendo necesarios cuatro pliegos.
Se prepararon los cuatro pliegos de papel japonés, con tres capas de
Klucel G al 3% en agua, de acuerdo con la técnica de Susan Page,17 y
posteriormente se fueron adhiriendo uno a uno al plano que ya se encontraba
completamente armado y sujeto mediante los refuerzos de papel japonés
aplicados previamente.

Preparación del papel japonés para el laminado con Klucel G reactivado

16 Papel fabricado en Japón, 100% de fibras de kozo, que son muy largas, estables y resistentes.
17 Susan Page, op. cit.

102 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


El proceso consistió en colocar el papel japonés con las capas de Klucel
G hacia el documento, y comenzar a aplicar alcohol etílico mediante
aspersión, mientras se pasaba una brocha seca sobre el papel de laminado
para asegurar el contacto con el plano. Al tratarse de un papel japonés
tan delgado, la cantidad de alcohol requerida para reactivar el adhesivo fue
mínima.

Papel japonés preparado con Klucel G, sobre el plano a laminar

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 103


Posteriormente se colocaba peso y se dejaba secar al menos un día entre
la adhesión de cada pliego. En algunas ocasiones se tenían zonas con menor
adhesión entre los soportes, lo cual se solucionaba fácilmente, aplicando
alcohol de forma local y volviendo a secar bajo peso.
Durante el tratamiento de este plano, y en general al aplicar la técnica
de Klucel G reactivado con alcohol etílico, ha sido evidente la gran
flexibilidad que los soportes laminados adquieren después del tratamiento,
y la importancia del peso durante el secado del mismo, pues en la mayoría
de las ocasiones la falta de adhesión en algunas zonas, se relacionaba con la
falta de peso o con la distribución heterogénea de este.

Proceso de reactivación del adhesivo y unión entre ambos soportes de papel

104 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Una vez finalizado el proceso de laminado se consideró que la
intervención le brindaba al documento la estabilidad suficiente para ser
digitalizado y almacenado con seguridad (los objetivos iniciales de la
intervención), además de no resultar prioritaria la colocación de injertos,18
los cuales si bien le hubieran brindado mayor estabilidad y unidad visual
al plano, implicarían una gran inversión de recursos humanos y materiales
no contemplados y que ya habían sido rebasados conforme a la propuesta
original.
De este modo, se decidió digitalizar el plano al concluir el laminado
y buscar una forma de almacenamiento para brindarle protección a largo
plazo, pero que también resultara viable en cuanto a recursos materiales y
al espacio disponible para resguardarlo, tomando en cuenta que la consulta
del original estará restringida al quedar disponible para el usuario la imagen
digital.

Colocación de peso sobre la zona del plano que fue laminada

18 Los injertos son fragmentos de papel japonés de grosor similar o igual al del documento
restaurado, que se colocan en las zonas de faltantes de papel original, para brindarle mayor
estabilidad mecánica y unidad visual al documento.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 105


Almacenamiento del plano

Con base en lo anterior, se aprovechó la gran flexibilidad que el laminado


con Klucel G® le brindó al papel original, esto permitió desarrollar un
sistema de montaje para almacenar el plano enrollado, minimizando el
espacio a ocupar en las áreas de resguardo, lo cual en un acervo de las
dimensiones del AGN resulta prioritario y necesario en muchas ocasiones.
Si bien la forma ideal de almacenar obra de gran formato es extendida,
también es posible almacenarla enrollada, siempre y cuando se le brinde
soporte y protección para evitar los deterioros típicos del material enrollado.
Se optó por enrollar el plano alrededor de un tubo de cartón de 20 cm
de diámetro, a modo de soporte o “alma”, para evitar el daño de la obra
ante el movimiento o cualquier golpe. Para esto, y debido al presupuesto
limitado con el que se contaba, se reutilizó un tubo vacío (previamente
utilizado para almacenar un rollo de papel libre de ácido), éste se forró
con papel Tyvek.19 Posteriormente se colocó el plano sobre una tira de
papel Tyvek y se protegió en la parte superior con Mylar, permitiendo así la
apreciación del plano sin necesidad de tocarlo.

Preparación del tubo y el montaje del plano para su almacenamiento

19 Material ‘no tejido’ hecho a base de fibras de polietileno de alta densidad, sumamente
estable y libre de ácido.

106 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


El plano, entre el Tyvek y el Mylar, se enrolló cuidadosamente sobre el
tubo y se sujetó mediante cinta blanca de algodón, de 2 cm de ancho. En
la parte exterior del rollo se colocaron los datos de identificación del plano,
así como una fotografía del mismo, para facilitar su ubicación, sin tener que
desenrollarlo.

Conclusiones

La restauración del plano de la “Ruta del ferrocarril de Mérida a Sisal,


Yucatán” representó un gran reto para el Departamento de Conservación y
Restauración del AGN por diversos factores como: la sensibilidad y fragilidad
de sus materiales constitutivos, la gran cantidad de fragmentos y faltantes
ocasionados por el sistema previo de almacenamiento, las dimensiones
desconocidas en un inicio y que superaron los dos metros de largo, el
limitado presupuesto para su restauración y las características del espacio
destinado para su resguardo.

Plano restaurado y enrollado, listo para ser almacenado

La intervención previa de documentos con características similares, así


como las pruebas realizadas sobre probetas de papel albanene facilitaron
la toma de decisiones durante la restauración del plano, las cuales fueron
cambiando conforme se resolvían los problemas detectados inicialmente.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 107


Este caso es un claro ejemplo de que la propuesta de restauración
planteada a partir del diagnóstico inicial de una obra puede cambiar
conforme se lleva a cabo la intervención, con la finalidad de conseguir los
objetivos planteados originalmente.
La técnica de laminado con Klucel G reactivado con solventes, para
el tratamiento de obra sensible ante métodos acuosos, se reporta en
publicaciones de al menos hace 16 años; actualmente se aplica en distintos
materiales como papel, fotografía e incluso textiles; sin embargo, aún no
es un proceso que resulte tan conocido o se aplique de manera común en
muchos talleres de restauración, aunque sus resultados en la mayoría de los
casos son sumamente favorables.
De este modo, resulta necesario continuar estudiando esta técnica
para conocer su estabilidad a largo plazo, mientras se difunde y aplica en
diversos casos, compartiendo con otros colegas los resultados obtenidos.
En los tratamientos llevados a cabo en el Departamento de Conservación
y Restauración del AGN, mediante el reactivado de Klucel G con alcohol
etílico, ha sido evidente la importancia del peso al momento del secado del
documento para conseguir una buena adhesión entre los soportes. También
destaca la gran flexibilidad adquirida por los papeles intervenidos después
del laminado (incluso papeles de pulpas mecánicas de madera sumamente
quebradizos), la facilidad de aplicación del tratamiento y su reversibilidad a
corto plazo (la reversibilidad a largo plazo es una de las múltiples líneas de
investigación sobre el tema).
No se trata de una técnica que sustituya a los laminados tradicionales
con adhesivos acuosos como la metil celulosa y el almidón de trigo, sino
de una buena alternativa para aquellos casos en los cuales la obra requiere
una estabilización mecánica, pero debido a diversas razones es sumamente
susceptible ante tratamientos acuosos, como lo sería un laminado tradicional.
Como en cualquier tratamiento de restauración, es imprescindible distinguir
aquellos casos en que resulta una opción viable y necesaria.
Cabe resaltar la importancia de la colaboración del Departamento de
Conservación y Restauración con otras áreas del AGN (Control de Acervos
Históricos, Centro de Información Gráfica y Digitalización) para asegurar
la conservación del plano en cuestión, así como la retroalimentación con el
investigador interesado en la consulta del mismo. En un archivo vivo como

108 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


el AGN, este intercambio de información con el usuario de la documentación
es sumamente enriquecedor para ambas partes y para la conservación del
patrimonio que resguardamos.
También resulta necesario agradecer a la Fundación del AGN por el
material aportado para la restauración del plano, así como al personal
del Departamento de Conservación y Restauración que participó en esta
intervención, especialmente a Alexandra Samkova, Giselle Arcos y Maribel
Arroyo, quienes colaboraron de forma voluntaria y permitieron concluir la
restauración en un tiempo que resultara viable para la institución.

Referencias

Bringas Botello, Jennifer Libertad y María Magdalena Castañeda


Hernández, “Análisis de las propiedades físico mecánicas del adhesivo
hidroxipropilcelulosa en el proceso de laminado de documentos en
soporte de papel albanene y vegetal”, México, 2013, tesis, ENCRyM.
Jacobi, Eliza, et al., “Rendering the invisible visible, preventing solvent-
induced migration during local repair on iron gall ink”, en Journal of
Paper Conservation, vol. 12, núm.2, 2011, pp. 25-34.
Musée du papier d’Angoulême en <http://www.angouleme.fr/museep/>
[consulta: agosto 2012].
Page, Susan, Conservation of Nineteenth-Century Tracing Paper: A Quick Practical
Approach, en <http://cool.conservation-us.org/coolaic/sg/bpg/
annual/v16/bp16-09.html>, [consulta: marzo 2010].

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 109


VICTORIA SAN VICENTE, ARCHIVISTA PRIVILEGIADA*
Juan Manuel Herrera**

Resumen

El trabajo de la historiadora y archivista Victoria San Vicente Tello


ha sido pilar no sólo para conocer el proceso de conformación del
Centro de Información Gráfica en el Archivo General de la Nación,
sino para comprender la evolución de esta dependencia desde los
ochentas hasta nuestros días. Gracias a su capacidad organizativa
logró conjuntar su pasión por la historia con la archivística. Su trabajo
contribuyó a capacitar y profesionalizar al personal del AGN, en tanto
se elaboraba la Guía General del Archivo General de la Nación,
instrumento de consulta básica, donde logró unir esfuerzos para
preservar la memoria documental del país.

Palabras clave: Victoria San Vicente, Archivo General de la Nación,


memoria documental.

Abstract

The work of the historian and archivist Victoria San Vicente Tello has
been pillar not only for the forming process of the Grafic Information
Center in the General Archive of the Nation, but to comprehend the
evolution of this dependence from the eighties to the present day.
Thanks to her organizational ability, she accomplished to combine
her passion for history with archival and she contributed to train and
professionalize GAN staff, while coordinating with Juan Manuel Her-
rera the preparation of the General Guide of the General Archive of

* Una versión de este artículo fue presentada como conferencia con el título “El privilegio de ser
archivista”, el 27 de marzo de 2014 para conmemorar en el AGN el Día del Archivista. El texto
está dedicado a la memoria de la historiadora y archivista Victoria San Vicente Tello (1955 -2012).

** Juan Manuel Herrera es director de la Biblioteca Manuel Lerdo de Tejada, de la Secretaría


de Hacienda y Crédito Público.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 111


the Nation, reference tool basic, where she managed to join efforts
to preserve the documentary memory of the country.

Keywords: Victoria San Vicente, General Archive of the Nation,


documentary memory.

Marzo es un mes importante y querido en el mundo de los archivos en


México por la enorme contribución del nuevo estatuto que Juan Vicente
Güemes Pacheco y Padilla, segundo conde de Revillagigedo, diera al
Archivo General el 27 de marzo de 1790. Más de dos siglos después (224
años más tarde), es preciso reconocer ese gesto ilustrado y asomarnos a
algún episodio de la inmensa historia que ese largo periodo contiene, para
pensar el significado de trabajar en un archivo, en rigor, para vernos en
cierto espejo.
Una habitación de la memoria como es el Archivo General, y por
extensión el resto de los archivos del país, no es memoria fija ni quieta,
no es una habitación permanentemente luminosa sino que la memoria
histórica es un territorio de luces y sombras, cambiante, apasionante aunque
no siempre sea comprensible su importancia cultural, ni su alcance desde
la perspectiva de las instituciones. Pero el trabajo en el Archivo, en todo
archivo, es un gran privilegio como trataré de sustanciar.
Cuando ingresé al AGN, en el lejano 1981, me quedó muy claro:
participaba en una etapa de transición que ocurría en los archivos
mexicanos y con mayor fuerza en el principal. Apenas unos años antes,
la nueva directora, la doctora Alejandra Moreno Toscano, sucedía a don
Ignacio Rubio Mañé. Dos épocas convivían pero estaba todo en tránsito,
se había dejado el Palacio Nacional y estaba remodelándose Lecumberri,
esa metáfora arquitectónica no solo implicaba un traslado, la mudanza era
también y principalmente entre dos maneras de entender, la memoria de
una nación: su importancia para el Estado y su relevancia cultural. Pero si
es lejana la situación de 1790 con Revillagigedo, también lo es la atmósfera
que se respiraba en Tacuba 8. Todo estaba en febril movimiento, pero
el edificio imponía en su arquitectura clásica una interminable serie de
compartimientos, los cuales impedían ver la composición del proceso de
cambio en su conjunto. Era un cambio radical. Desde el puente, es decir,

112 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Victoria San Vicente

desde donde se gobernaba la nave, quizá sólo Alejandra Moreno Toscano


entendía lo que estaba ocurriendo realmente.
De las ordenanzas de Revillagigedo de 1790 al 27 de agosto de 1982, el
Archivo recorrió espacios diversos: el Palacio Nacional, la Casa Amarilla en
Tacubaya, el Palacio de las Comunicaciones en Tacuba, pero como señalara
en su discurso esa mañana memorable la doctora Moreno Toscano, frente
al presidente José Lopez Portillo, secretarios de Estado, gobernadores,
presidentes municipales, académicos y archivistas de todo el país, “este
archivo ha empezado a ser general no solo en el sentido del tiempo que
abarcan sus documentos, sino también, y fundamentalmente, por la
amplitud de voluntades y colaboraciones que han contribuido a crearlo…”.

Señor presidente, los momentos excepcionales en la historia, en que se


hace necesario tomar alternativas, decidir entre opciones que marcarán más
tarde el destino de las generaciones siguientes, aquellos momentos que los
contemporáneos suelen calificar con el nombre de crisis, son también los mo-
mentos en que la historia debe ser reescrita. Solo si se tiene conocimiento del

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 113


trayecto seguido por la historia, pueden mirarse esos momentos sin desasosiego
y encontrar en ellos la ocasión para continuar los cambios. En los papeles que
aquí se conservan hay múltiples testimonios de ello […] la inauguración de
esta obra material forma parte de ese mismo impulso, de esa gana colectiva de
preservar nuestra conciencia histórica que, como hemos visto, no es otra más
que la vocación de enfrentar el presente, de enfrentar los dilemas de cada día que
deciden las posibilidades de la nación en el futuro.1

El orgullo de un logro mayor y la conciencia de su significado profundo


hacían eco en cada palabra de la entonces directora del AGN. Había
logrado obtener, en efecto, una casa digna y un edificio, Lecumberri, de
una fuerza abrumadora, pero había conseguido sobre todo modificar el
estatuto de la institución y alertado entre el gobierno, los académicos y la
sociedad la importancia de contar con un archivo nacional para la sociedad
democrática. Por añadidura, esa modificación abrió la puerta del Archivo a
nuevos profesionales de la historia y de la memoria.
Durante siglos se protegió el acervo, al menos se había conservado y
evitado en momentos dramáticos –las invasiones, la guerra– su pérdida
total. Pero durante todo ese tiempo, la habitación de la memoria y los
papeles tenían compañía, la de todos aquellos nosotros, dedicados al
cuidado de lo que hoy llamamos patrimonio documental, esos “archivos
sumamente confusos por impericia o por desorden en su colocación y en
todos crecidos volúmenes de papeles antiguos”, en palabras del segundo
conde de Revillagigedo.
De Juan de Dios Uribe en el siglo XVIII al día de hoy, en los numerosos
grupos de trabajo en los innumerables archivos mexicanos asoma una
historia no escrita. Estamos hablando de cientos, acaso de miles de personas
de quienes no sabemos casi nada.
Una luz evidente en ese recorrido de siglos es la importancia que la
historia institucional tiene en el trabajo cotidiano, no sólo como recurso
fundamental en el principio de procedencia, sino como áncora en donde
tratamos de fijar de tiempo en tiempo la situación de cada uno de los

1 Alejandra Moreno Toscano, “Discurso de inauguración del AGN en Lecumberri”, 27 de


agosto de 1982.

114 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


archivos o de los archivos en su conjunto. En contraste, una de las sombras
más evidentes en la historia de los archivos mexicanos es la escasa atención
brindada a las personas que han dedicado su vida a cuidar los acervos, a
procurar su conservación, a profundizar en su conocimiento y, en suma,
a propiciar su consulta y aprovechamiento público y privado. De don
Ignacio Rubio Mañé y la doctora Alejandra Moreno Toscano no tenemos
una aproximación bien documentada de su trabajo en el AGN, como no la
tenemos de innumerables personajes que desde el siglo XVIII, han trabajado
en esta noble institución.
Durante la elaboración de la Guía General del Archivo General de la Nación,
Victoria San Vicente y yo nos percatamos de esa enorme ignorancia. A
diferencia de alguien bien estudiado en España, como Juan Bautista Muñoz,
cosmógrafo real y quien fuera el constructor del inmensamente rico Archivo
General de Indias en Sevilla, no se ha estudiado suficientemente a José
Antonio Bonilla, ni a José Miguel Arrioja, menos al famoso señor Rosales,
paleógrafo del AGN del siglo XIX, a José Beltrán o a José María Celaya; de
Rafael López conocemos su poesía, pero no su trabajo archivístico, el cual
incluyó contratar a Octavio Paz, un joven de 17 o 18 años, en los primeros
años treinta como mecanógrafo del AGN.
Más tarde, al coordinar otra guía general, esta vez del Archivo Histórico
de la Ciudad de México, la presencia de don Francisco Gamoneda era
tan absoluta, su trabajo tan impecable, su labor tan duradera que llamó la
atención de San Vicente primero y más tarde y con mayor profundidad de
Xabier Coronado. Ambos han ayudado a entender quién era ese promotor
incansable del libro y de la memoria documental: organizó la Biblioteca
y el Archivo Histórico de Hacienda, el Archivo de la Ciudad de México,
la Biblioteca del Congreso, fundó bibliotecas públicas, en sus librerías
promovía las exposiciones, la lectura y el debate.
Muchos de quienes trabajan en los archivos lo hacen pasajeramente,
otros hacen de la vida en los archivos su pasión y tarea principal. Al revisar
la lista de colaboradores en la Guía del Archivo, durante la época de
Alejandra Moreno Toscano, es fácil comprobar la enorme movilidad que
en este campo existe en nuestro país. De 1981 en adelante son muy pocos
quienes continúan trabajando en archivos, los más conspicuos la doctora
Stella González Cicero y el maestro Jorge Garibay, de quienes habrá que

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 115


escribir muchas páginas sobre su gran contribución en la protección de los
acervos mexicanos.
Estas líneas, un primer boceto apenas, son para alguien con quien tuve
el privilegio de compartir trabajo y vida; y así conocer con mucho detalle
su absoluta pasión por los archivos mexicanos, su gusto por la historia y
sus motivos, el placer de descubrir documentos valiosos en los acervos,
especialmente en los del AGN y tener la curiosidad intelectual de buscar y
sorprenderse día con día con los papeles del pasado: Victoria San Vicente.
***
Ingresó al Archivo General de la Nación en 1983. Algunos de los más
jóvenes colaboradores del AGN hoy en día, quizá no habían nacido. Su
contacto con la historia era anterior, pues había realizado investigación
histórica en torno a las crisis agrícolas de fines del XVIII y la primera década
del siglo XIX, tanto en el Archivo Histórico de la ciudad, como en el propio
General de la Nación en Tacuba, en el antiguamente famoso acervo central.
Un día se presentó con Leonor Ortiz Monasterio, a la sazón directora
general del AGN (finales de 1982) y le pidió trabajo. Victoria San Vicente se
incorporó al equipo y de inmediato pasó a formar parte de un singular grupo:
el del recién formado Centro de Información Gráfica. Ahí trabajaba Mirta
Rosovski, quien haría del conocimiento de la fotografía una especialidad
y hoy es una autoridad en la materia: Alfonso, “Poncho” Morales, actual
director de la revista Luna Córnea.
Conocí a San Vicente una luminosa mañana de 1983, llamaba de inmediato
la atención pues era de una belleza deslumbrante y era fácil descubrir
su absoluta dedicación al conocimiento de los acervos fotográficos, las
cuestiones técnicas, la historia de los fotógrafos y los muy exigentes temas
de la conservación de las fotografías. Disciplinada, escribía todo, enviaba
memoranda y escritos, documentaba cada cosa que hacía o solicitaba hacer.
Pero no es fácil entender, treinta años después, lo que fue recibir el
archivo de los Hermanos Mayo o la localización e incorporación del archivo
de Ignacio Avilés o el de Enrique el “Gordo” Díaz, entre muchos otros
acervos. Su trabajo cuidadoso y tesonero facilitaba la comprensión de ese
universo poblado de millones de imágenes.

116 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Su trabajo comenzó una nueva época en la cual los acervos de imágenes
–que hoy son mucho mejor conocidos y tienen espacios propios, una
Fototeca Nacional, muchos investigadores especialistas– apenas empezaban
a estudiarse seriamente, digamos que el Centro de Información Gráfica
era una sala modesta en donde hoy está la librería del Fondo de Cultura
Económica.
“Sí, Victoria estaba rodeada de imágenes, una imagen es lo primero
que visualizo de Victoria, –recuerda Aurelio de los Reyes– recargada en el
mostrador de atención al público del Centro de Información Gráfica –de
reciente creación en aquel entonces, del Archivo General de la Nación– a
media luz por la deficiente iluminación; los rayos de sol penetraban por el
vano de una puerta al fondo. Sonriente, delgada, amable, con vestido rojo.
Detrás, colgada en la pared, una ampliación de gran formato del retrato
fotográfico de un camarógrafo con indumentaria militar y con su cámara
de cine montada en un tripié, que yo veía por primera vez. ‘¿Quién es?’,
le pregunté extrañado porque lo desconocía a pesar de investigar el cine
mudo. ‘Vicente Ladislao Cortés’”.2
La Coordinadora del Archivo Histórico Central era la doctora Stella
González Cicero, quien rememora a Victoria trabajando:

[…] en la fototeca de los Hermanos Mayo como una joven entusiasta, bien
preparada con muchos deseos de saber más sobre lo que tenía en encomienda.
Su persona tenía un encanto peculiar. Muchas fueron las aportaciones de su
trabajo en los archivos, pero considero que las guías generales una, la del AGN
y otra, la del archivo del Distrito Federal son las más preponderantes no solo
por su utilidad para el conocimiento y consulta de dichos archivos, sino por el
horizonte documental e histórico que nos brindan […].3

De su época como encargada del Centro de Información Gráfica, (CIG)


recuerdo con cierta nostalgia la noche en la que tuvo lugar la ceremonia
inaugural de la exposición fotográfica de los Hermanos Mayo, a la que
dedicó muchas horas –como era su costumbre en los proyectos que

2 Aurelio de los Reyes, “Victoria San Vicente”, p. 21.


3 Stella González Cicero, “Fortaleza que edifica”, p. 104.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 117


encabezaba–, ésta contó con la presencia de Faustino y de Julio Mayo.
Esa noche, la presencia de Carlos Monsiváis le dio una relevancia especial,
pues la conversación con los Mayo nos mostró –con la elocuencia de sus
fotos– la monumentalidad de su trabajo. Fue una exposición sin grandes
pretensiones museográficas, pero de una importancia extraordinaria en
tanto mostraba de otra manera lo que por décadas se había visto disperso
en las muchas publicaciones donde los Mayo trabajaron: El Día, El Diario de
México, El Popular, La Prensa, Tiempo, Siempre, Mañana y Hoy. Grandes obras
de la fotografía de prensa, cuyo inmenso legado continúa siendo un misterio
fascinante: nadie sabe cómo pudieron hacer tantas y tan buenas fotos Paco,
Faustino, Julio, Pablo y Cándido. Esa exposición, sería el antecedente
principal de la que años después se montaría con grandes recursos en el
Centro Julio González del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM),
y daría lugar a un extraordinario catálogo, en la época de Carmen Alborch.
Uno de los aspectos que caracterizaba el trabajo de Victoria San Vicente
era su interés por conocer y estudiar lo que se hacía en otros países en la
materia a su cargo. Incansable en su búsqueda de literatura especializada
localizaba y compraba libros por igual en Estados Unidos, Canadá, España
o Francia (antes de internet) y los leía con voracidad, pero sin prisa, es decir,
regresaba a ellos, hacía anotaciones, los usaba como cartas de navegación
hasta encontrar novedades editoriales de su interés. Esto viene a cuento
porque estableció contacto y participó en seminarios y reuniones; por
ejemplo, un seminario dirigido por el especialista de los archivos públicos
de Canadá, Sam Kula, acerca de los archivos de imagen y de imágenes en
movimiento. Ambos temas tenían y tienen relevancia en la conservación y
organización de acervos en el AGN.
El trabajo de quienes estuvieron con ella en el Centro de
Información Gráfica puede dar testimonio de su gran contribución en la
institucionalización de esta área tan relevante, por sus acervos y por las
cuestiones técnicas asociadas a la organización y cuidado de las fotografías.
Un ejemplo de ese trabajo, fue la colaboración con una fotógrafa
excepcional, Mariana Yampolski. En la exposición Bailes y balas fue posible
dar curso a una relación muy interesante la cual debería procurarse más
continuamente en nuestras instituciones: la del fotógrafo o artista curador
de una exposición fotográfica con imágenes que no son las suyas, pero que

118 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


su cultura visual ayuda a comprender y a seleccionar. El catálogo preparado
para la ocasión, de gran belleza, da noticia y testimonio de esa colaboración
afortunada. Al referirse al trabajo de Enrique Díaz, San Vicente nos dice:

el uso de las fotografías de prensa es un fenómeno de capital importancia, pues


acerca al ciudadano común con los personajes públicos, ceremonias privadas
y lugares hasta entonces desconocidos. La imagen de los acontecimientos
cotidianos y hechos sobresalientes se convierte en historia. En el oficio de
fotorreporteros existían dos modalidades, en la primera, el fotógrafo está
adscrito al periódico o revista y entrega sus negativos a la empresa y ésta se
convierte en la dueña de las imágenes; en la segunda conforman su propia agencia
fotográfica, proporcionando exclusivamente impresiones y retienen para si los
originales. En 1920, Enrique Díaz eligió el segundo camino y formó una agencia
denominada Fotografías de actualidad, ubicada en la calle de Donceles. Tiempo
después ingresaron como socios Luis Zendejas, Enrique Delgado y Manuel
García…En 1985 el AGN adquirió este valioso acervo para incorporarlo al
patrimonio documental del país y difundir este importante legado.4

Poco antes de esa incorporación, la doctora González Cicero, al hacerse


cargo de la Biblioteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia
Victoria San Vicente dejó el AGN. Leonor Ortiz Monasterio la nombró
titular del Archivo Histórico Central y ahí dio inicio una época muy
luminosa del trabajo en esa área, digamos el corazón mismo del AGN. La
promoción de un trabajo en equipo, la formación de personal, el intenso
trabajo de organización de acervos, la conversación constante y fructífera
con investigadores de numerosos centros de investigación histórica en
México y en el extranjero, todo eso caracterizó su trabajo en la Dirección
del Archivo Histórico Central.
Debemos tener presente que en 1985 ocurrió una de las mayores
catástrofes humanas y de recursos en nuestro país, los sismos de septiembre.
Prácticamente todas las actividades del AGN se volcaron a la identificación
de las pérdidas documentales –muy graves– en multitud de edificios del
gobierno federal, a la recuperación de archivos (me tocó personalmente por

4 Victoria San Vicente, “Agencia Fotografías de Actualidad”, p. 4.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 119


ejemplo, rescatar el Archivo de Migración), por lo que el traslado de acervos
dañados al Archivo quedó registrado en fotografías: parte del Archivo de
Reforma Agraria fue colgado en tendederos como ropa recién lavada en los
patios de Lecumberri. Se realizó en cualquier caso, un esfuerzo mayúsculo
para comprender la dimensión de la tragedia en términos de la devastación
archivística. Para dar una idea, se concluyó que cerca de 250 kilómetros
lineales de documentación habían quedado dañados o habían sufrido
pérdida en edificios públicos. Los edificios de los tribunales de distrito
en Pino Suárez se vinieron abajo. La sinuosa línea arquitectónica de esa
estación del Metro repite la silueta de una de las torres caídas.
En el sismo del 19 de septiembre perdió la vida un archivista muy
querido del AGN, el maestro Roberto Villaseñor, un hombre afable, de
maneras educadas, trabajador, dedicado no sin pasión a documentar las
expediciones del siglo XVIII, la de Alessandro Malaspina, la de Guillermo
Dupaix –su admirado Dupaix–. Villaseñor vivía en el edificio Nuevo León
en Tlatelolco y sumó consternación personal a la gran tragedia.
Al concluir el periodo de emergencia y recuperarse cierta normalidad
en el trabajo del AGN, Victoria recibió el apoyo para asistir al Stage Technique
International des Archives en París, que le permitió cotejar la experiencia
francesa, una de cuyas características centrales es la acumulación de trabajo
a lo largo de siglos, con la experiencia mexicana. Esa estancia, su segunda en
Francia, pues muchos años antes cursó parte del Liceo en París, transformó
su visión de los archivos y la persuadió de lo mucho que debíamos hacer en
México. Por lo demás al Stage habían asistido o lo harían después, la propia
Stella González Cicero, Leonor Ortiz Monasterio, Ángeles Suárez del Solar,
Amanda Rosales Bada, Lula Acuña y Yolia Tortolero, entre quienes ahora
recuerdo, y ha sido muy importante en la formación y en la construcción de
una sensibilidad hacia los archivos en México en su contexto internacional.
En la conmemoración de los 50 años del Stage, creado en 1951, los
archivos nacionales de Francia publicaron una memoria del mayor interés,
la cual da cuenta de este enorme esfuerzo no sólo por divulgar la tradición
francesa, sino sobre todo, como mecanismo idóneo para establecer un
vínculo, una conversación entre las tradiciones de trabajo en la conservación
de la memoria. Ese era el espíritu que durante muchos años animó el
trabajo de uno de los directores de los archivos nacionales de Francia más

120 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


universales: Jean Favier. Otros archivistas franceses, por cierto, participaron
en asesorías en la construcción del sistema nacional de archivos de México,
por ejemplo, Charles Kesckemeti.
Quizá el trabajo que mejor define el carácter metódico, con horizonte
de Victoria San Vicente haya sido la imaginación para construir el Registro
Central de Grupos Documentales. Este instrumento, hoy esencial, no
existía en el AGN. Es probablemente una de sus mayores contribuciones al
conocimiento ordenado de los acervos y de la actividad institucional a lo largo
del tiempo en el país. Conocer qué hay en una institución de archivo, cómo se
ha trabajado a lo largo del tiempo, quiénes han participado en la organización
de un acervo, qué se ha publicado, con qué instrumentos de consulta cuenta.
Pero debemos advertir que el Registro Central no tiene relación con el
Registro Nacional de Archivos impulsado por la propia doctora González
Cicero cuando se encargó de los archivos estatales y municipales, civiles y
eclesiásticos, el cual merece también por su gran significado, una atención
especial. El Registro Central tiene otro antecedente de mayor importancia.
Hoy en día, todos conocen y quizá utilizan las normas internacionales de
descripción archivística del Consejo Internacional de Archivos, pero pocos
o acaso nadie recuerda la reunión inaugural que despertó los trabajos que
desembocarían en ese gran corpus normativo, fue la reunión en Ottawa,
Canadá, de 1988, en ésta se convocó a un selecto grupo de archivistas de
todo el mundo para presentar ideas al respecto. A ella asistió San Vicente
con la representación de México y su ponencia incluyó precisamente la
noción del registro central de archivos.
Más tarde, junto con Yolia Tortolero formamos parte del grupo ad hoc
de descripción archivística del Consejo Internacional de Archivos cuyas
reuniones eran periódicas y que publicó las primeras versiones de Isad
G, (International Standard Archival Description. General) e Isaar (CPF)
(International Standard Archival Authority Record for Corporate Bodies,
Persons and Families). Esto adquiere sentido porque para conmemorar
el bicentenario de la fundación del AGN (marzo de 1990), Leonor Ortiz
Monasterio encomendó a San Vicente y a mí la formación de una nueva guía
general del AGN, pues la que se preparó con la doctora Moreno Toscano en
1981 ya era insuficiente.
Los trabajos los iniciamos hacia fines de 1987 –principios de 1988– y para

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 121


la redacción de la Guía, fue preciso hacer realidad el Registro Central. Todos
quienes participaron de ese esfuerzo, que incluyó la revisión de acervos, de
instrumentos de consulta, de bibliografía histórica, de memoria personal,
podrán dar testimonio de la capacidad de San Vicente en la organización del
trabajo y en su compromiso personal y entusiasmo, en la claridad de sus ideas.
Nada le distraía.
Este es el testimonio de Amanda Rosales:

Conocí a Victoria cuando tomó posesión como titular de la Dirección del


Archivo Histórico Central. Esta no era desde luego una tarea fácil; el hacerse
cargo de un inmenso acervo, exigía de quien asumía esta responsabilidad
un gran talento, conocimiento de la historia de nuestro país, dedicación y
persuasión. Lidiar con investigadores, empleados, colaboradores, funcionarios
que se querían lucir, y hasta con periodistas, empeñados en obtener la nota
sensacionalista en sus reportajes requería de una persona de carácter firme
y sí que Victoria lo tenía. Esto quedó demostrado en las tareas innumerables
que le fueron asignadas en su carácter de directora; no obstante la muestra más
palpable de su tozudez, perseverancia y firmeza de carácter, quedó evidenciado
en una anécdota que me quedó grabada, cuando con motivo de su designación
como Coordinadora junto con Juan Manuel Herrera, de la nueva Guía General
del Archivo General de la Nación, me invitó a colaborar con otros equipos del
Archivo, en la revisión de la descripción de los fondos documentales del siglo
XIX que resguardaba el Archivo.
En ese momento, me integré al proyecto de la nueva guía y me dediqué
por un lapso de tres meses a las actividades encaminadas a la actualización de
la Guía General, en la edición conmemorativa de su Bicentenario; la última
edición era obsoleta por haberse publicado en el año de 1981, durante la gestión
de la doctora Alejandra Moreno Toscano.
El proyecto tuvo en Victoria su mejor líder, sabía lo que quería y cómo
llevarlo a cabo; amplia conocedora de la historia, su visión y meta eran claras: la
guía general era en ese momento “el proyecto” y no había poder humano que
le quitara este propósito.
Fue en esa época en que se empezaron a correr serios rumores acerca de que
el Archivo General de la Nación, en lugar de pertenecer a la Secretaría de
Gobernación iba a pasar a ser una dependencia bajo la adscripción de la SEP,

122 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


lo que se perfiló como una amenaza para el Archivo General de la Nación;
para quienes conocíamos el Archivo consideramos que esto era una verdadera
“aberración histórica y un contrasentido”.
En corrillos y toda plática, giraban en torno a esta posibilidad con lo que
se ponía en juego el futuro del Archivo General de la Nación. A la mayoría de
quienes llevábamos años trabajando en el Archivo nos preocupaba sobremanera
esa situación, casi a todos, excepto a una persona…a Victoria. Ella no participaba
en estas deliberaciones; ella no perdía de vista su principal objetivo: la Guía
General. Comentábamos todos que ¡cómo era posible permanecer inmutable
frente a esta atrocidad que perpetraban las “autoridades ignorantes”!, no nos
podíamos explicar este fenómeno.
Victoria en su empeño por continuar con la guía, con desvelos, pese a los
obstáculos, ambiente de tensión…, se mantenía firme. No veía otra cosa.
Ese era su carácter, el de una persona de convicciones firmes, segura de
sí misma, valiente, inteligente y perspicaz, práctica y siempre dispuesta a decir
la verdad, no obstante el riesgo de herir la sensibilidad de quienes le trataban
cotidianamente.5

La Guía permitió establecer el estado del arte, el nivel de conocimiento


institucional de los acervos del AGN y, de la mano, dotar de un instrumento
permanente para actualizar ese conocimiento, el propio Registro Central.
Victoria San Vicente promovió, por otra parte y constantemente, la
posibilidad de un programa nacional de descripción archivística, el cual
no logró alcanzar la dimensión que ella imaginó. En la reunión de Citra,
mesa redonda de Archivos del Consejo Internacional de Archivos, presentó
una versión y en uno de los congresos nacionales de archivos, una acabada
propuesta: “Hacia una política nacional de descripción archivística: estado
actual y perspectivas”.
Escribió San Vicente:

Las diversas recomendaciones establecidas no sólo a nivel internacional,


sino también como resultado de experiencias nacionales exitosas, es intentar

5 Amanda Rosales, “Victoria San Vicente Tello”, pp. 12-14.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 123


establecer bases homogéneas y duraderas, adoptando otro principio básico de la
descripción que, aplicado consistentemente, conlleva a tareas de planificación: tal
principio es el de la universalidad, según el cual el conjunto de la documentación
de un archivo y no una o varias de sus partes debe estar descrita…6

Esas ideas por fortuna, no caducan, así que siempre son una referencia útil
en nuestros archivos.
Aparte de su capacidad para organizar las tareas, era muy culta y
poseía una muy fina imaginación y cultura visual inmejorable para el
trabajo museográfico. Una de las experiencias más gratas al verla trabajar
era cuando coordinaba las grandes exposiciones realizadas en el Archivo
General durante los años en los que fue directora del Archivo Histórico
Central, bajo la dirección general de Leonor Ortiz Monasterio. Quizá
conviene mencionar algunas. La muestra Voces del Pasado, por ejemplo,
acompañó la celebración del bicentenario del AGN y fue una oportunidad
extraordinaria para exhibir grandes joyas documentales del Archivo con
un guión muy vinculado a su historia, pero muy libre también. Fue una
exposición hecha no sólo con sensibilidad, sino con ese enorme cariño que
sentía por el acervo del AGN. Remito al catálogo, es una publicación de muy
buen gusto, pese a no ser una edición lujosa. La noche de la inauguración se
escucharon elogios mayores de personas que en general no eran proclives
a hacer carantoñas por compromiso, digamos, Guillermo Tovar de Teresa.
Otro grupo de exposiciones, enorme, la de las décadas de la ciudad de
México, una serie del mayor interés por el volumen de obra expuesta. O la
preciosa exposición de cartografía de Oaxaca montada bajo los auspicios
del maestro Toledo.
Una más en la que participó, aunque ya no trabajaba entonces para
el AGN: la preparada para el Congreso Internacional de Archivos del
año 2000, en Sevilla, la cual era un proyecto que había naufragado en su
primera intentona en alguno de los países miembros de ALA (Asociación
Latinoamericana de Archivos), y que me fue encargado por la entonces
directora Stella González, la diseñamos con material de numerosos archivos

6 Victoria San Vicente, “Hacia una política nacional de descripción archivística: estado actual
y perspectivas”, p. 38.

124 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


de América Latina, a partir de un guión inmejorable, seleccionado por su
espíritu revelador: Seis propuestas para el próximo milenio de Italo Calvino:
levedad, rapidez, exactitud, visibilidad y multiplicidad (Calvino ya no
alcanzó a escribir la última: consistencia).
La memoria de algunas de las personas que trabajaron con ella o la
conocieron como investigadores ofrece una imagen complementaria del
compromiso y rigor de trabajo de San Vicente en el AGN. Haré glosa de
algunos de esos recuerdos.

Carmen Molina

Para algunos era la jefa Victoria, era eso, una jefa con carácter explosivo,
incomprensiva y exigente. Para mí, en cambio quizá solo conocí su lado dulce,
siempre encontré de su parte amabilidad, comprensión, apoyo y confianza […]
fue una oportunidad conocerla pues su habilidad, disposición al trabajo, eficacia
e inteligencia fueron para mí un excelente modelo a seguir.7

Clotilde Martínez

Recuerdo que en las mañanas Victoria hacía un recorrido por las galerías para
ver si todo estaba en orden y si todos estábamos en nuestro lugar para comenzar
un nuevo día de trabajo, sobre todo, supervisaba al personal de servicio al
público. Creo que todos teníamos cierto temor de que nos encontrara fuera de
nuestro lugar de trabajo y de que nos llamara la atención por lo mismo, porque
era una persona muy estricta respecto al trabajo; sin embargo, siempre nos trató
bien […] mientras colaborábamos en la elaboración de la guía general bajo su
coordinación y la de Juan Manuel Herrera fueron días muy intensos de trabajo.
Teníamos que investigar la procedencia institucional de cada grupo documental,
el periodo, los instrumentos de consulta, la descripción informativa y las fuentes.
Terminábamos un grupo y comenzábamos otro […] en las mañanas teníamos
reunión de trabajo para informar los avances y posibles problemas.8

7 Molina, Carmen, “Mi amiga Vic”, p. 37.


8 Martínez, Clotilde, “La Lic. Victoria San Vicente Tello”, p. 43.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 125


Edith Vera

En el AGN tuve oportunidad de conocerla, convivir con ella y trabajar, así como
constatar su gran calidad como persona, su paciencia y dulzura, su enorme
deseo y energía por contribuir al rescate de las fuentes históricas que estaban en
peligro de sucumbir y la enorme tarea de organizarlas para darlas a conocer. Ahí
fui testigo de su lucha por dar forma a esos monstruos de papel ingobernables de
inagotable contenido y de la ardua tarea para lograr hacer más amable la labor
de un sinfín de especialistas del mundo entero que esperaban hallar en ellos las
respuestas de un legado significativo que se pudieran convertir en materia para
siempre. Su labor dio resultados, y con creces, dejó un testimonio de enorme
valor documental.9

Linda Arnold

A mitad de los noventas Victoria continuaba trabajando en el Archivo General


de la Nación, donde yo acostumbraba pasar mis veranos. Su entusiasmo por
los archivos no dejaba de crecer, y cuando me acercaba a ella para plantearle
proyectos de catalogación, sólo encontraba en ella apoyo y hacía mi trabajo
siempre mucho más fácil.10

Paulina Rocha

Siempre hay alguien que confía en ti a primera vista, sólo porque sí, sólo de
verte te da un voto de confianza. Eso me pasó con Victoria. Quien me enseñó
a trabajar, fue la primera persona de la que aprendí a ser parte de un equipo, a
desempeñar una labor, a cumplir un horario, a llevar a cabo proyectos y lo
más valioso: ella me enseñó a producir un libro impreso, desde el manuscrito
original, hasta cuando lo mandábamos a los Talleres Gráficos de la Nación para
su impresión. Para ella los libros eran importantes y contagiaba su amor por
ellos en todo momento.11

9 Vera, Edith, “Para Victoria San Vicente Tello. In memoriam”, p. 47.


10 Arnold, Linda, pp. 67-68.
11 Rocha, Paulina, “La mirada”, pp. 93-94.

126 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Beatriz y Javier Mac Gregor

La imagen que guardamos de Victoria tiene que ver con dos planos que son,
en apariencia, distintos y ajenos, pero que en ella se anidaban y tensaban dando
por resultado la conocida reciedumbre de su carácter ilustrado; uno de tipo
más bien profesional, era su pasión por los libros y los documentos históricos,
visible en su vertiente de historiadora y archivista; y el otro, se refiere a algo que
tenía más que ver con su forma de ser y su personalidad, su anticonformismo
feroz y su carácter combativo […] Para Victoria los libros era tesoros y su
curiosidad hacia ellos era ilimitada.12

Cuando San Vicente dejó el AGN, y trabajó en la localización de acer-


vos en el Museo de los Ferrocarriles en Puebla, realizó una suerte de
catálogo de líneas y materiales con los archivos respectivos y participó en
numerosas reuniones técnicas locales con el afán de consolidar el trabajo de
organización de los acervos documentales, tan importantes y valiosos del
universo ferrocarrilero del país.
Otra época importante en el trabajo de los archivos fue su ingreso
al Archivo Histórico de la Ciudad de México, donde participó en la
preparación, coordinación y redacción de la Guía General. De nueva cuenta,
su pasión por conocer y documentar los acervos le permitió contar con
muchísima información relevante en muy poco tiempo. Ahí tomó noticia
y se emocionó con la figura de don Francisco Gamoneda a la cual me he
referido antes. Creo que compartía con Gamoneda algunas características:
la enorme voluntad de trabajo y el irrenunciable cariño hacia los libros y los
documentos.
Por lo demás tenía un ojo muy entrenado. Una ocasión, paseando en
Boston, quiso entrar en una librería de viejo, que las hay magníficas. Para
sorpresa absoluta del dueño encontró un folleto sobre México y en otro
salón, el plano que correspondía al folleto. El dueño se lo regaló.
Cuando la doctora Aurora Gómez Galvarriato fue nombrada directora
del AGN la invitó a incorporarse a su equipo. Un dato muy revelador es que

12 Mac Gregor, Beatriz y Javier, p. 56.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 127


en una condición ya muy complicada de salud, un año y medio más tarde,
no quería dejar de trabajar en al Archivo. Prácticamente acudió hasta la
víspera de entrar al hospital el 22 de mayo de 2010. El Archivo para ella
era no sólo un trabajo, era un motivo de vida y una ilusión, un verdadero
privilegio al que siempre quería corresponder con la mayor pasión. Nunca
acudió al AGN a pasar el tiempo, trabajaba incansablemente.
Para San Vicente –señala la doctora Gómez Galvarriato– el Archivo
era su casa, su familia, un jardín de senderos por los cuales había caminado
tantas veces, que con los ojos cerrados podía ir y venir, tomar atajos y nunca
perderse. Pues conocía cómo y cuándo fue armándose cada andamiaje del
acervo y de la institución. Lo que permanecía y lo que había cambiado. Me
enseñó caminos que cubiertos ya de maleza se habían olvidado, veredas
que se dejaron truncas y valía la pena retomar, otras que se habían torcido
y había que enderezar y aquellas que quedaban por recorrer. Su amor por
cada papel del archivo y el reconocimiento del esfuerzo y paciencia que a lo
largo de siglos han ido plasmando en el archivo personas como ella.
El Archivo General de la Nación es no sólo el más importante en México,
sino también ha sido una escuela para todos aquellos quienes hemos tenido
el privilegio de trabajar ahí. Nadie sensible puede pasar sin conmoverse
por la importancia de los acervos, con la inmensa riqueza histórica de
la documentación de sus colecciones, por la inmensa contribución en la
investigación a lo largo del tiempo y, en suma, por la notable presencia
del pasado en la construcción del presente promisorio al cual se refería la
doctora Moreno Toscano aquella mañana de 1982. Creo que Victoria San
Vicente es alguien ejemplar en esa gran escuela del espíritu y la conciencia
histórica del Archivo General de la Nación. Ahí trabajó muchos años, desde
1983 y hasta el 2010, con escala en otras instituciones relevantes, en otros
proyectos que le emocionaron, en el AGN fue feliz y su contribución será
duradera.
Como he dicho al principio, marzo es un mes importante para los
archivos de México y Victoria San Vicente, una archivista privilegiada, está
presente entre nosotros, en el Archivo General de la Nación para hacerlo,
si cabe, más querido.

128 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


Bibliografía

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Vera, Edith, “Para Victoria San Vicente Tello. In memoriam”, en Victoria a
un año de su ausencia, México, s. Ed., 2013, p. 47.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 129


RESEÑAS
SANTOS O EMBUSTEROS

Rodríguez Delgado, Adriana, Santos o embusteros: los alumbrados novohispanos del siglo XVII,
México, Editora del Gobierno de Veracruz, 2013, 184 pp.

La investigación histórica realizada en nuestro


país sobre la época virreinal novohispana invita
a la reflexión desde una arista ya conocida de la
historiografía contemporánea: la Inquisición
y las expresiones de religiosidad popular que
tuvieron presencia en la metrópoli primero,
y posteriormente, en la Nueva España, tal
como lo da a conocer Adriana Rodríguez
Delgado en Santos o embusteros: los alumbrados
novohispanos del siglo XVII. La autora, docente
de la ENAH e investigadora en archivos
históricos, nos lleva de la mano a través de las páginas de esta investigación
por un crisol de comportamientos y convicciones religiosas de la época
del Siglo de Oro novohispano, el cual, en contraste con el español, fue
característico por el esplendor cultural y económico que vivió la Nueva
España durante todo el siglo XVII.
De tal forma Santos o embusteros tiene un cariz que pretende explicar cuál
fue el papel del movimiento alumbrado en la España de fines del siglo XVI y
en la Nueva España durante casi todo el siglo XVII. El contenido central del
libro se presenta en cuatro apartados, un apéndice y los agradecimientos.
En la primera parte se aborda el tema de los orígenes del movimiento,
su aparición en Toledo, su presencia en la Alta Andalucía, Sevilla y
Extremadura y una vez identificado por la Inquisición, se evidencia la
incapacidad de esta institución para extinguirlo en aquellos reinos, pues
bien apunta Rodríguez Delgado, tal movimiento continuó vigente en la
Nueva España, principalmente en Puebla, Michoacán, Oaxaca y México.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 133


En la segunda se plantea cómo fue el traslado de las ideas y prácticas
alumbradas a suelo novohispano; en la tercera se plasma la organización
jerárquica que componía el grupo de los alumbrados y la manera de
sustentar y practicar sus principios doctrinales consistentes en la oración
mental, omisión de la autoridad eclesiástica, la negativa a realizar obras de
caridad para finalmente expresar que los alumbrados, al poseer el espíritu de
Dios, alcanzaban la impecabilidad y la perfección, manifestándose a través
de arrobos, raptos, ósculos, caricias y concupiscencia plena (indicios de
Dios). En la cuarta parte, la autora evidencia la actitud de rechazo total por
parte de la Inquisición a la herejía y las acciones aplicadas para detener las
creencias y prácticas de este movimiento religioso que trastocaba el dogma
fundamental del catolicismo: la necesaria intervención de la Iglesia para la
salvación de las almas.
La historia de las mentalidades es una veta importante de interpretación
histórica, la cual en México ha sido siempre preferida para escudriñar
en el pasado mental los principales problemas de diferentes índoles que
aquejaron a la sociedad formada por españoles, criollos y otros grupos
étnicos en los territorios de la Nueva España. De tal forma, vemos a nuestros
historiadores acercarse a las fuentes documentales en los repositorios
tradicionales recabando datos, planteando hipótesis y sosteniendo
tesis sobre la vida cotidiana, las creencias, la sexualidad, los miedos, las
sensaciones y las diferentes formas de religiosidad presentes durante los
años del sometimiento español en el virreinato de la Nueva España.
El rigor metodológico hace de Santos o embusteros una obra historiográfica
valiosa dentro de nuestra veta interpretativa de la historia de las mentalidades,
y que se manifiesta en el condensado contexto histórico de la España del
Siglo de Oro, así como en la necesaria instauración de la Inquisición por
parte de la corona, como instrumento de control y protección de la fe
católica en los territorios del nuevo mundo; tal panorama permite entender
el ámbito en el cual el alumbradismo se desarrolló y llegó a su culminación
dentro de “un cúmulo de elementos culturales sincretizados que permitieron
la formación de la mexicanidad”. Otra aportación relevante del libro a la
historia de las mentalidades mexicana son los análisis cualitativo y cuantitativo
de los 30 casos que Adriana Rodríguez revisó en el fondo Inquisición del
AGN, explicando la organización guardada por los integrantes del grupo

134 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


alumbrado, revelando la participación en él de corifeos y discípulos, tanto
criollos como españoles, religiosos de mediano estatus eclesiástico y laicos
de baja condición económica esencialmente, apoyándose en una vasta
bibliografía de autores especialistas en el tema del alumbradismo.
Tal análisis revela el enfrentamiento de la Inquisición con los alumbrados;
Rodríguez Delgado descubre el trinomio compuesto por los elementos
“alumbrado/ seguidor/ comunidad”, de tal trascendencia que si faltara
uno de estos componentes el fenómeno de los alumbrados nunca hubiera
existido.
Siguiendo a nuestra autora, podemos confirmar contundentemente que
en Santos y embusteros: los alumbrados novohispanos del siglo XVII comprendemos
el papel del movimiento religioso de los alumbrados, como una actitud de
liberación de un sector específico de la sociedad novohispana ante el control
total de la vida moral y material por parte de la Inquisición, salvaguarda de los
intereses políticos, económicos y espirituales de un imperio español incapaz
de detectar como en tal heterodoxia se cultivaba un rasgo constitutivo
de la identidad que en las siguientes centurias vincularía nuestro pasado
novohispano con la sociedad contemporánea, en la cual vivimos todavía en
búsqueda de equidad y justicia para todos los mexicanos.
Es vasto el conocimiento que el periodo novohispano de los siglos XVI
y XVII nos deja cuando penetramos por cualquiera de sus infinitas puertas.
Cuando lo hacemos por el umbral de la historia de las mentalidades equivale
a situarnos frente a un abismo donde no se ve fondo pero el historiador
sabe que cuenta con la metodología y la sensibilidad para abordar cualquier
problema, manejándolas hábilmente para desplazarse por los diferentes
estratos del misterioso sitio y lograr descifrar la inquietud autoimpuesta por
el investigador.
Jesús Díaz Romero
Archivo General de la Nación-DAHC

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 135


MÉXICO AGRARIO

Regina Tapia, México Agrario, Su origen, sus raíces, sus documentos, México, SEDATU/RAN/AGA,
2014, 72 pp.

La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y


Urbano arranca una etapa nueva, pero sin olvidar
su pasado, la razón de ser de sus antecesores y
responsabilidades heredadas. Gran parte de los
problemas sobre regulación de la tierra son de
sobra conocidos y recurrentes, aunque no por
ellos simples de resolver: diferendos sobre
mojoneras que cambian de lugar, alambradas
de púas instaladas por las noches, distintas
formas de acaparamiento, presión de la zonas
urbanas sobre terrenos laborables, necesidad de
actualizar registros acordes a las nuevas tecnologías de georreferenciación,
concesiones mineras o construcción de autopistas, presas y otras obras de
infraestructura para las necesidades de otros ramos de la sociedad que entran
en conflicto con el sector agrario. Por ello, frente a estos retos resulta
pertinente la publicación de México Agrario. Su origen, sus raíces documentos,
éste contribuye a echar una mirada al pasado y reflexionar hacia dónde se
dirigen las tareas del sector agrario.
El libro presenta la riqueza documental resguardada por el Archivo
General Agrario (AGA), en su sede de la colonia Penitenciaría. Un espacio
que conserva la memoria de miles de localidades esparcidas a lo largo de
nuestro país con toda su pluralidad de formas, cada una con historias
diversas, desde los antiguos pueblos de indios hasta los nuevos centros de
población ejidal, creados con la expansión de la frontera agrícola. Pero lo
que da unidad a ese archivo, rico y complejo es la relación con la tierra a
manera de propiedad social. En algún momento, hace unos años se habló
de una “nueva ruralidad” en la cual había que desplazar el problema de la

136 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


propiedad de la tierra como elemento central. No obstante, a los habitantes
del medio rural es la relación con la tierra lo que los define, es en el territorio
donde los hombres ejercen sus vidas, crean, imaginan, trabajan y entierran
a sus muertos. Es decir, la tierra y el territorio son elementos intrínsecos
de la cultura humana. Los vínculos y relaciones creados a través del tiempo
por muchos mexicanos entre sí y con las tierras que habitan y trabajan
constituyen la memoria resguardada en este archivo, el cual nos habla de
la persistencia de los campesinos por acceder a la tierra, sus dinámicas y
negociaciones, luchas y triunfos, derrotas y decepciones, pero también de
una inquebrantable obstinación que les otorga una identidad agraria.
La función primordial de todo archivo es la de resguardar y conservar el
acervo a su cargo, pero al tiempo ser un coadyuvante para que los materiales
ahí depositados contribuyan a la generación de nuevos saberes. Con esta
publicación, el AGA da un paso más en su proyección para la difusión del
conocimiento agrario, vital para el país, para llegar más allá de los interesados
primarios o la concurrencia especializada y alcanzar a un público más
amplio. Cualquier trabajo como éste sólo puede presentar una oteada a la
riqueza del vasto acervo resguardado por el AGA. Empero, la selección está
realizada con la pericia de alguien que conoce el archivo y sabe navegar
entre los expedientes de restituciones, dotaciones y ampliaciones para llegar
hasta el documento adecuado. Papeles seleccionados por quien domina su
materia de estudio para discernir qué materiales resultan pertinentes para
armar un discurso y presentar un panorama con el ingenio y creatividad para
articular un mensaje ágil que logra una conexión directa con los lectores.
Por ello el libro, bajo la coordinación de Regina Tapia, evidencia una labor
de equipo, a la que se le saca el mayor de los provechos.
La editora se inclinó por obviar la línea cronológica, que muchas veces
ata a los historiadores, y nos ofrece a cambio una propuesta hasta cierto
punto osada, pero de la cual sale bien librada, ya que realiza un acomodo
que le da valor y realce a los documentos presentados en un catálogo que
está lejos de ser excesivamente técnico o monótono; más bien es una
muestra lúdica en que mapas, resoluciones presidenciales, sellos, timbres
y fotografías nos hablan de las distintas formas de como se ha llevado el
registro de la propiedad agraria.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 137


La ubicación temporal siempre es necesaria para una adecuada
explicación de los procesos históricos y sus contextos, ello es solventado
con la elaboración de una muy bien lograda línea cronológica, la cual da
cuenta de los principales acontecimientos que han marcado la historia
agraria, entramada con caricatura política, fuentes que por la naturaleza del
archivo no se localizan en sus colecciones; sin embargo, nos demuestran la
versatilidad de los autores en el oficio de historiar.
El repertorio de mapas que ofrece el libro nos traslada a las diferentes
tierras de nuestro país, cada uno con sus referencias particulares del pueblo,
el cerro con tules, el arroyo, la cañada, la ermita o la casa grande, en este
trabajo literalmente la historia se despliega ante nosotros. La fotografías
tienen la cualidad de aparentar que nos hablan siempre en presente. Un
precioso conjunto de sellos notariales y timbres de pago de impuestos
nos remite a los procesos de escrituración, el documento escrito también
relata historias cargadas de emociones, a saber las oportunidades que abre
una resolución presidencial, la incertidumbre causada por un decreto de
expropiación o la frustración y rabia encerrada en la respuesta negativa
declarada como improcedente.
Ello me remite a un reclamo para México Agrario. Sus orígenes, sus raíces, sus
documentos: no hacer más visibles a los actores de estos procesos, a pesar de
estar presentes implícitamente en los documentos que producen, ejerciendo
su petición o reclamo. También lo están quienes fungen como mediadores
en este complejo proceso agrario como escribanos, copistas, notarios,
agrimensores y funcionarios. De entre el amplio universo de actores los que
sí destacan son los presidentes del siglo XX, aunque su posición relevante
no se deba a una exacerbada veneración a la figura presidencial, ni al peso
de la tradición historiográfica la cual nos hace ver al siglo XX cuantificado
en sexenios, sino por la propia reglamentación otorgada en materia agraria
por la última potestad al Ejecutivo, ya que toda reforma agraria conlleva
más allá de los asuntos técnicos un componente político; y al final de la
formación del comité ejidal, de las notificaciones al gobernador del estado,
la publicación de avisos para que los afectados presentaran alegatos y de
varias visitas del ingeniero y deliberación en comisiones, el último paso era
la resolución signada de puño y letra por el presidente de México.

138 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


El panorama aquí presentado es sólo un pequeño botón y deja al lector
con ganas de conocer más. Hoy día es cada vez más habitual encontrar en
la solapa de las publicaciones un CD con material adicional; aunque admito
que en esta ocasión ello hubiera roto el encanto y la delicadeza con la cual se
elaboró, casi artesanalmente, este libro. Así, me permito sugerir una futura
versión digital con más contenidos, de manera que se pueda distribuir a
un público mayor. Mientras tanto, es de reconocerse el trabajo que se
está realizando en el Archivo Agrario y de agradecerse la publicación de
materiales como los que contiene México Agrario. Su origen, su historia y sus
documentos.

Pavel Navarro Valdez


INAH-Museo Nacional de las Intervenciones

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 139


EVALUACIÓN DE DOCUMENTOS EN IBEROAMÉRICA

Fenoglio, Norma Catalina (coord.), Evaluación de documentos en Iberoamérica, Córdoba, Encuen-


tro Grupo Editor, 2013, 111 p. – contiene un CD-Rom con el mismo título, 1049 p.

La evaluación documental es una de las


especialidades más complejas de la Archivística
contemporánea, ya que se ocupa de dar forma
definitiva al patrimonio documental local,
regional o nacional. Los procedimientos
de identificación, valoración, selección y
disposición final (transferencia o eliminación)
de los documentos, encierran una enorme
responsabilidad, pues las medidas que se
tomen en cada una de las etapas conducirán a
un resultado irreversible, si llegase a
producirse una falla procedimental.
Si bien en la bibliografía científica se considera que la evaluación es
indispensable, pues hace óptimos los espacios edilicios, genera un corpus
documental más preciso en cuanto a sus valores permanentes, y abarata
costos de mantenimiento; sin embargo, no hay acuerdos totales a nivel
internacional sobre los criterios y procedimientos a adoptarse, debido sobre
todo a tradiciones jurídico-administrativas dispares.
En este contexto mundial aparece el libro Evaluación de documentos en Iberoamérica,
que es el fruto del proyecto internacional de homónima denominación, con
sede en la Escuela de Archivología de la Universidad Nacional de Córdoba
(Argentina), avalado y subsidiado por el Consejo Internacional de Archivos,
que ha tenido una duración de cuatro años: 2009-2012.
El equipo, integrado por archiveros de Argentina, Uruguay, Brasil,
Perú, Colombia, Costa Rica, México y España, ha trabajado en torno a
cinco áreas temáticas que nuclearon las problemáticas por las cuales

140 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


atraviesa esta especialidad del campo archivístico. Se organizaron sucesivos
encuentros –cuatro en total, uno al cabo de cada año– denominados FIED
(Foro Internacional de Evaluación de Documentos), que tuvieron por
objeto reunir a los integrantes para discutir personalmente las conclusiones
parciales que se alcanzaban vía internet en el trabajo por áreas, pero también
comunicar los avances logrados en sesiones públicas, tales como mesas
redondas y conferencias plenarias. El primer FIED tuvo lugar en Córdoba
(Argentina) en 2009; el segundo en San José (Costa Rica) en 2010; el tercero
en Lima en 2011; y el último en la ciudad de México en 2012.
El libro y su CD-ROM que contienen las conclusiones de los equipos
integrados por las áreas de trabajo del proyecto cuatrienal va mucho más
allá, porque es una verdadera puesta a punto de los problemas académicos
y pragmáticos actuales por los que pasa la evaluación documental en
Iberoamérica, y una discusión abierta e integradora cuya meta principal ha
sido la búsqueda de consensos para homologar desde la terminología hasta
los aspectos procedimentales.
La reconocida archivera argentina Norma Fenoglio ha sido la
coordinadora general del proyecto y cada una de las cinco áreas tuvo a un
responsable:

1. Terminología sobre evaluación documental, Raquel Umaña Alpizar (Costa


Rica).
2. Homologación de programas de evaluación documental, Aída Luz Mendoza
Navarro (Perú).
3. Muestreo, Andrea Tibaldo (Argentina).
4. Evaluación de documentos digitales, Alicia Barnard Amozorrutia (México).
5. Enfoques, criterios y métodos para evaluar documentos de archivo, Elisabet
Cipolletta y Andrés Pak Linares (Argentina).

1. Terminología sobre evaluación documental

Bajo este título se presenta un glosario trilingüe de terminología técnica


comparada que se usa en la especialidad de la evaluación documental,
compuesto por 51 vocablos. En el CD-Rom el glosario en castellano, catalán
y portugués aparece de forma interactiva.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 141


Es el producto intelectual fundamental logrado por el equipo que,
acompañado de sus definiciones lexicales, quiere invitar a la comunidad
académica a discutirlo y eventualmente a ampliarlo, sin perder de vista
que se ha buscado “redactar una única definición para hacer homogéneo el
vocabulario y su uso prospectivo”.
Otro aspecto interesante a destacar de la labor de los miembros del
área ha sido el estudio comparativo de los cuatro términos con los que
tradicionalmente se denominó a esta especialidad de la Archivística:
expurgo, selección, valoración y evaluación, a los fines de proponer el
término más adecuado actualmente.

2. Homologación de programas de evaluación documental

El título da cuenta de las conclusiones del grupo, que se abocó al estudio


de la revisión comparativa del contenido de los programas de estudio
sobre evaluación documental en centros de enseñanza iberoamericanos.
El resultado principal ha sido la elaboración de un modelo de programa
innovador, que pretende la homologación de contenidos comunes y
complementarios, necesarios para generar destrezas esenciales en el
profesional egresado de centros de enseñanza universitarios.
Se anuncia que, en una próxima etapa del proyecto, se quiere confeccionar
un Manual de Evaluación Documental con ejemplos de usos concretos y
cercanos a las realidades prácticas y situacionales de la región.
La discusión no está cerrada, todo lo contrario, pues se anhela desarrollar
una fase cualitativa la cual contará con la experiencia de profesores,
egresados y estudiantes en la implementación profesional de la Evaluación,
para ajustar, luego, los contenidos programáticos.

3. Muestreo

“El muestreo archivístico apunta a conservar una parte del universo de


documentos que sea representativo de la producción documental regional
o nacional con fines de conservación permanente, que ejemplifique a una
serie que, según una valoración previa, fue destinada a ser eliminada”. La
publicación advierte que el muestreo está supeditado a decisiones las cuales

142 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


no son del todo rigurosas técnicamente, pues la subjetividad estará presente
siempre a la hora de tomar decisiones.
Por ello, el equipo que se ocupó de esta delicada tarea, concluye una serie de
criterios procedimentales que deben aplicarse si se quiere ejemplificar la serie,
cuantitativa y cualitativamente, para posibilitar la investigación. El archivero
debe adaptar los criterios a las particularidades de cada serie y cada documento.

4. Evaluación de documentos digitales

Aunque la valoración de una serie documental no se ve afectada por el


soporte, el documento digital necesita de un tratamiento especial, por cuanto
la evaluación debe realizarse al principio del ciclo de vida del documento.
Por esta razón se conformó un equipo puntual que propone orientaciones
prácticas para los profesionales a la hora de evaluar archivos digitales, y
la implementación de políticas de conservación y eliminación. El libro
revela la dificultad de establecer políticas específicas, pues ellas dependen
de los entornos y disposiciones que prevalezcan para archivos nacionales,
regionales o locales. No obstante, se dan algunas orientaciones, y también
algunos requisitos básicos a considerar en la identificación y evaluación de
documentos digitales.

5. Enfoques, criterios y métodos para evaluar documentos de


archivo

Se ha buscado complementar el nivel conceptual sobre la evaluación


documental y su aplicación práctica. Para ello se relevaron muestras de
la práctica en cinco países, con el objetivo de normalizar las actividades
y desarrollar herramientas de trabajo aplicables en diferentes clases y
categorías de entidades. Se propone un formulario de valoración y tres
registros de transferencia, eliminación y desafectación de documentos. El
acápite concluye con algunas recomendaciones que invitan a reflexionar y
repensar los conceptos tradicionales en materia de evaluación, que deben
adaptarse a los actuales contextos.
El libro y su CD son un estupendo estado de la cuestión sobre las
investigaciones y discusiones actuales en materia de evaluación documental,

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 143


pero también un denodado esfuerzo en la búsqueda de homogeneidad
conceptual, homologación académica y procedimental para el futuro de los
archivos iberoamericanos.

Silvano G. A. Benito Moya

144 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


DOCUMENTOS DEL
ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
Imagen centenaria
Batallón de indios yaquis en el Ejército Constitucionalista1

María Inés Ortiz Caballero*

Un grupo de indios yaquis con traje de manta, sombrero y huaraches;


armados, unos con arcos y flechas otros con machetes, todos en posición
de combate, preparándose para el siguiente embate, todos ellos en medio de
un árido valle cerca de la nada, mirando a su adversario.
Esta escena, capturada por el fotógrafo Jesús Hermenegildo Abitia
aproximadamente en 1914, es ahora una imagen centenaria que representa
el testimonio y propaganda de la causa constitucionalista dentro del
movimiento revolucionario de México.
J. H. Abitia, quien firmó esta imagen, abrazó la causa revolucionaria
y se convirtió en el fotógrafo de la campaña del noroeste, fracción del
Ejército Constitucionalista, dirigido por el general Álvaro Obregón, quien
operó desde Sonora hasta Jalisco. Este recorrido permitió al fotógrafo
documentar y mostrar un discurso gráfico de un suceso de la historia de la
Revolución mexicana a través de una serie de postales.

* Jefa del Departamento del Centro de Información Gráfica, Archivo General de la Nación.

1 AGN, Colección de documentos INEHRM, Osuna, caja 2, fotografía número 150. Reprografía.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 147


El destino llevó a este fotógrafo a salir de su estudio en Hermosillo y
desprenderse de la toma controlada y teatral, que generalmente solicitaban
las clases altas. La revolución le concedió la oportunidad de registrar las
consecuencias gráficas de un movimiento social donde había hombres sin
poses, con su apariencia real en escenarios naturales, en los campos de
batalla, en la calle, en los campos.
J. H. Abitia fue compañero de Álvaro Obregón, quien lo invitó a
unirse a la causa constitucionalista. El fotógrafo inició su trabajo haciendo
retratos a Obregón con el objetivo de difundirlas entre sus seguidores y la
prensa.2 En este acompañamiento Abitia fotografió escenas revolucionarias
ilustrativas de algunos episodios de la historia nacional, las cuales podemos
conocer y reconstruir hoy en día. Imágenes que registran la lucha armada
constitucionalista en cuyo frente estaban generales, soldados y los aguerridos
guerreros indios yaquis.
Este grupo de indígenas desempeñó un importante papel en la Revolución
mexicana, al formar parte de los efectivos de combate al mando del general
Obregón, quien libró varias contiendas en Sonora en 1915, logrando el
triunfo del Ejército Constitucionalista al derrotar a villistas y zapatistas.3
El Archivo General de la Nación (AGN) resguarda una reprografía
de la imagen original que pertenece a la colección del fotógrafo Sabino
Osuna. Esta pieza forma parte de la colección de documentos del Instituto
Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).
La colección llegó al AGN en 1988 como parte de las disposiciones
contenidas en el decreto de creación del INEHRM donde se estipula
la obligación de esa dependencia de entregar en depósito al AGN las
reproducciones de documentos relativos a la historia de la Revolución
mexicana que logre reunir.
Así, esta pieza es al mismo tiempo testimonio de un fragmento de la
historia de la fotografía, de un fotógrafo, quien también fue combatiente y,
por supuesto, de la historia de México.

2 Ángel Miquel, “Jesús H. Abitia, fotógrafo y cineasta” en Imagfagia. Revista de la Asociación


Argentina de Estudios de cine y audiovisual, núm. 8, 2013, pp. 1-23.
3 Nueva historia de México. Ilustrada, México, El Colegio de México, 2008, pp. 423-436.

148 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


EL FONDO BIBLIOGRÁFICO CARLOS LAZO BARREIRO
EN EL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

Ana Silvia Ruiz Zamarrón*

“Así como el futuro del hombre no se forja ya con obras


individuales por hermosos o útiles que sean, tampoco el
del mundo se forja tan sólo con obras nacionales aisladas,
sino mediante la coordinación de anhelos, necesidades y esfuerzos”.

Palabras de Carlos Lazo en la Carrera panamericana de 1953.

En el marco del centenario del natalicio de Carlos Lazo Barreiro, el Archivo


General de la Nación (AGN), a través de la biblioteca “Ignacio Cubas”,
presenta el Fondo Bibliográfico Carlos Lazo Barreiro (FBCLB), incorporado
al acervo del AGN en calidad de donación el 20 de junio de 2011.

Semblanza del personaje

Carlos Lazo Barreiro nació en la ciudad de México el 19 de agosto de 1914,


hijo de Carlos María Lazo del Pino –arquitecto y doctor en ciencias– y
de Luz Barreiro Dublán. Desde temprana edad le atrajo construir, apenas
iniciada la formación académica en la primaria Instituto José Carpentier,
eligió el oficio de carpintería.
Heredero de una tradición arquitectónica familiar, con 20 años de edad
edificó su primera obra: un edificio de apartamentos en la calle Mariscal 44
del D. F. El 22 de julio de 1938 egresó con mención honorífica de la Escuela
Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México;
desde esa época sus diseños se adaptaban a cualquier sector; propuso una
escuela rural pre-fabricada valiéndose de una base desarmable, hecha por

*AGN, Biblioteca “Ignacio Cubas”

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 149


Carlos Lazo Barreiro

rieles de ferrocarriles de vía angosta que ya estuvieran en desuso; sobre


este sistema se montarían y trasportarían las aulas diseñadas igualmente con
material reutilizable. Hizo estudios superiores en el Massachusetts Institute
of Technology, University of Columbia en Nueva York; Armour Institute of
Technology en Chicago y en institutos de Canadá, Europa y Asia.
Gracias a que el también arquitecto Carlos Obregón Santacilia lo nombró
jefe de obras del Hotel Alameda, tuvo la oportunidad de involucrarse en los
trabajos del Teatro Nacional de México (Bellas Artes) y del Monumento a
la Revolución.
En 1934 y 1936 ganó los concursos nacionales del diseño de un timbre
postal aéreo y sobre el proyecto y supervisión de la construcción del Hotel

150 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


de la Marina en Acapulco, Guerrero. Ha sido el único arquitecto en obtener
en 1941, la beca del American Institute of Architects “Delano Aldrich”,
premio que emplearía para costearse estudios de urbanismo y planificación.
En 1946 se desempeñó como Comisionado Técnico de la Secretaría de
la Defensa Nacional, presidente del 5º Comité Electoral de la Comisión
de Programa en el Comité Nacional Alemanista (1946). Lo nombraron
presidente de las comisiones Técnica de Arquitectos de la Secretaría de
Bienes Nacionales y de la Federal de Planificación y Oficial Mayor de dicha
secretaría, en 1946. Dos años más tarde ocupó el cargo de Consejero de la
Presidencia.
En abril de 1950 asumió la gerencia general del proyecto de construcción
de Ciudad Universitaria (CU), –hoy valuada como patrimonio cultural de
la humanidad por la UNESCO– donde trabajó junto a Luis Barragán, Juan
O´Gorman, Enrique Yáñez, Pedro Ramírez, Enrique de la Mora, Enrique
Guerrero Larrañaga, José Villagrán García y como gerente de obras, Luis
Enrique Bracamontes. A finales de diciembre de 1952 dirigió la Secretaría
de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), compromiso que presidió
hasta su muerte.

Plano de Ciudad Universitaria

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 151


Fue representante de la UNAM y de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos
ante las universidades americanas de arquitectura; en 1945, fue director
fundador del Seminario de Planificación del Instituto Politécnico Nacional,
y en 1946, Miembro Fundador de la Sociedad Mexicana de Estudios y
Letras.
Codirigió de la revista Construcción, apoyó la creación y desarrollo de
Espacios y es autor de Planificación: Su contenido social y universal, Pensamiento y
destino de la Ciudad Universitaria de México. Participó en distintos programas
nacionales y municipales de gobierno de planificación mundial, nacional,
regional, municipal, urbana, de barrios, habitacional y de la ciudad de
México. Impartió clases de historia del arte de México y de la arquitectura
indígena, colonial, rural, tropical, templada y actual.

Carlos Lazo Barreiro explicando un plano

Compartió conocimientos con los escritores Fernando Benítez y José


Ezequiel Iturriaga, el filósofo Leopoldo Zea, el historiador Arturo Arnaiz
y Freg, el pintor Raúl Anguiano Valadez, el ingeniero Jorge L. Tamayo,
Juan O’Gorman, Diego Rivera, Dr. Atl, David Alfaro Siqueiros, entre
otras personalidades. Sus obras arquitectónicas no limitaron la perspectiva

152 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


al plano horizontal; con ingenio y avidez levantó cimientos sobre cuevas,
playas, acantilados, cerros, barrancos y cualquier espacio construible.
Destacan el hotel Polly en la delegación Cuauhtémoc; edificio Bush
o Continental en Paseo de la Reforma; casa en Sierra Leona núm. 374,
Lomas de Chapultepec, primera realización de la denominada arquitectura
cósmico-atómica o de la cueva civilizada; la Unidad Esperanza-Narvarte;
El Banco de México (sucursal Ver.) y el faro del Puerto de Veracruz;
Casa del Arquitecto Mexicano en Veracruz 24, en el D. F., Centro Urbano
y Habitacional “Belén de las Flores”; de igual forma, el Centro Urbano
SCOP en Narvarte. A él se debe la planificación regional y urbana de
Monterrey; Ensenada, Baja California; del puerto de Tampico; Tlalnepantla;
construcción del viaducto Miguel Alemán; plano regulador de Acapulco con
una realización parcial en el Malecón, plaza y carretera México-Acapulco;
terminación de la carretera Saltillo-Matehuala; planificación de la Cuenca
de Tepalcatepec y construcción de la carretera denominada “Ruta Corta de
México a Querétaro”.
Su historial profesional incluye más de 80 prácticas arquitectónicas;
planos reguladores de 22 ciudades; primeros lugares y menciones honoríficas
en concursos de diseño y arquitectura; escritor de libros sobre planificación,
memorias de la SCOP, programas nacionales y parciales de gobierno;
redacción de artículos en revistas y periódicos nacionales e internacionales;
conferencista.
Fundador de la Sociedad Mexicana de Estudios y Letras (1946);
miembro de la comisión encargada de la localización del terrero, proyecto
y obra del Cuartel General de las Naciones Unidas en Nueva York (1946).
Creador de la primera Escuela de Diseño Industrial, Gráfico, Textil y
Artesanal de México, antecesor de la Escuela Nacional de Diseño INBA-SEP
(1950). Miembro de honor y correspondiente de la Sociedad Colombiana
de Arquitectos; del Instituto Americano de Arquitecto de Washington y del
Instituto Filipino de Arquitectos en 1952.
Recibió condecoraciones del Ejército Mexicano, la Policía Federal de
Caminos; la Policía de los Ángeles California de los EUA y del gobierno de
la República Federal de Alemania.
El 5 de noviembre de 1955 mientras realizaba un viaje de supervisión
a las obras de reparación de daños que por inundaciones y ciclones había

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 153


sufrido la carretera Acapulco – Zihuatanejo. Alrededor de las 9:15 horas, el
avión Douglas DC-3, propiedad de la SCOP, donde viajaba junto con su hijo
se desplomó a orillas del lago de Texcoco, ambos pierden la vida.

Archivo particular del arquitecto Carlos Lazo Barreiro

El AGN resguarda el archivo y biblioteca personal del arquitecto. El primero


lleva el nombre “Archivo Particular del Arquitecto Carlos Lazo Barreiro” y
está custodiado bajo un contrato de depósito provisional anual, con fecha
de incorporación 24 de noviembre de 1992.
Las gestiones protocolarias con la familia Lazo Margáin se realizaron
con dos años de anticipación; el maestro Alejandro Lazo Margáin remitió
una carta a la entonces directora del AGN, Leonor Ortiz Monasterio Prieto,
en ella describe el alcance y contenido que resguarda el acervo documental,
conformado por información personal, familiar, de obras arquitectónicas,
gubernamentales y de planificación a nivel nacional, internacional, regional,
municipal y urbana; planos, proyectos y láminas de obras realizadas;
bosquejos de obras no efectuadas; dibujos personales; fotografías, algunas
con negativos, de eventos cívicos, sociales y festivos en especial de CU;
obras y proyectos de la SCOP; revistas; así como archivo de trasparencias, del
doctor Carlos Lazo del Pino, para la clase de historia del arte que impartía
en la Preparatoria Nacional, la Escuela de Arquitectura y en la Facultad de
Filosofía y Letras de la UNAM.
La riqueza informativa quedó valuada e integrada en 85 cajas
denominadas de archivo muerto (tamaño .80 cm); 500 piezas de obras
gráficas; 28 aerofotos con base de fibracel; 12 cartas geográficas y proyectos
con base de madera y 40 piezas de diversos soportes como planos, mapas
y dibujos.
Actualmente, el FBCLB está organizado, descrito y estabilizado
totalmente. El primer trabajo tuvo una temporalidad de marzo a octubre del
2011; en coordinación con la asociación Apoyo al Desarrollo de Archivos y
Bibliotecas de México, A.C. (ADABI), se llevó a cabo el proyecto denominado
“Descripción y Publicación del Instrumento de Consulta del Archivo del
Arquitecto Carlos Lazo”, con clave DF05-APBB-11D.
El informe final refiere la cantidad exacta de conformación: 9,145

154 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


expedientes contenidos en 269 cajas, de temática variada sustentada en
documentos textuales, hemerográficos, bibliográficos, cartográficos,
audiovisuales y gráficos. Incluye manuscritos, mecanuscritos, revistas,
diarios, folletos, libros, tesis, planos, mapas, dibujos, láminas, fotografías,
negativos, revistas y maquetas. Hay una copia digital de imágenes relativas
al proyecto que a su vez es instrumento de consulta.
De enero a diciembre de 2012, en convenio con ADABI se desarrolló el
proyecto “Diagnóstico y Estabilización del Fondo del Arquitecto Carlos
Lazo (continuación)” clave DF05-APBB-11/12D, que consistió en limpiar
y colocar guardas en documentos que lo requerían. La galería 8 resguarda
este grupo documental y para su consulta es necesario identificarse con
credencial de investigador.

Fondo Bibliográfico Carlos Lazo Barreiro

La invaluable colección del arquitecto está resguardada en la biblioteca


“Ignacio Cubas” del AGN, la incorporación fue realizada por donación,
según quedó certificada en la carta de intención de donación con fecha 20
de junio de 2011, suscrita y firmada por la maestra Yolanda Lazo Margáin,
los licenciados Amanda Porter viuda de Lazo y Lorenzo Lazo Margáin, así
como el ingeniero Leonardo Lazo Margáin, quienes por acuerdo voluntario
e irrevocable decidieron la donación.
Después de la valoración histórica que dictaminó la riqueza del acervo
y conforme a lo dispuesto por el marco jurídico y reglamentación vigente
del AGN, el compromiso quedó formalizó en el oficio DG/0291/2011 con
fecha 5 de julio del 2011. El AGN se comprometió a preservar, custodiar y
difundir los documentos recibidos en donación.
La biblioteca de Lazo Barreiro desde su origen estuvo custodiada en el
domicilio particular del arquitecto, ubicado en Sonora 80, colonia Roma
Norte, delegación Cuauhtémoc. Constituida por más de 8,107 obras, entre
libros, revistas, folletos y periódicos. La conformación del acervo se realizó
de tres maneras: donación, compra y almacenamiento de los arquitectos
Carlos Lazo del Pino y Carlos Lazo Barreiro. La familia de Lazo Margáin
contribuyó al incremento del acervo.
El acervo contiene información histórica segmentada en dos tipos:

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 155


Acta de donación del acervo bibliohemerográfico

el primero de índole contemporánea, con vertientes de investigación


sobre historia de México y temas como arte, arquitectura, filosofía,
política, religión, cosmología, ciencia, educación, antropología, economía,
planificación territorial y urbana, medicina, colecciones de literaturas,
ciencias de la comunicación, enciclopedias, diccionarios, anuarios, atlas
históricos y geográficos. Además, incluye textos de la administración
pública federal cuando Lazo Barreiro se desempeñó como servidor público.
El segundo, denominado Fondo Reservado, resguarda obras biográficas
editadas antes de 1920, o bien, que ostentan algún rasgo distintivo que
enriquece aún más la edición; ejemplo de ello son las obras adornadas con
grabados, litografías, heliografías o fotografías; ediciones numeradas de

156 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


tiraje muy limitado, libros raros o curiosos, de belleza artesanal e inclusive
facsímiles. También incluye “testigos”, conformados por autógrafos,
dedicatorias, comentarios personales anotados en las páginas, recortes de
periódicos o revistas, documentos manuscritos o mecanuscritos, tarjetas
personales, oraciones y estampas religiosas, timbres postales, recibos, hojas
con sellos de cera, postales, fotografías, dibujos, boletos de admisión e
inclusive naturaleza desecada. Le complementan dos compilaciones con
encuadernado personalizado y letras impresas con la leyenda “Arq. Carlos
Lazo” y “Dr. C.R.M.”.
El libro más antiguo del FBCLB es Stephani gormeleni cvriosolitae parifienfis
medici, synopfeos chirurgiae libri sex (1566), escrito en latín por el médico de
Etienne Gourmelen. La obra está conformada por los elementos siguientes:
encuadernado de la época en pergamino, con título pintado en el lomo;
ostenta dos sellos de tinta en la portada, uno no identificado con leyenda en
latín, el siguiente es autoría de la Biblioteca de la Real Sociedad Económica
de los Amigos del País de la Habana y texto con apostillas marginales de la
época.

Portada del libro Stephani gormeleni cvriosolitae


parifienfis medici, synopfeos chirurgiae libri sex

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 157


Trabajos previos y condición actual

El material bibliográfico detecta visiblemente el resultado del único trabajo


previo que le fue aplicado mientras estuvo en custodia de la familia Lazo;
una clasificación parcial de origen evidencia la utilidad de biblioteca pública;
sin embargo, derivado del paso del tiempo y de la falta de administración de
la misma, el orden coherente de la organización era inexacto a pesar de que
cuenta con un inventario de incorporación.
Actualmente el FBCLB está siendo catalogado, clasificado e indizado para
garantizar la adecuada utilización de los libros por parte de los usuarios y
del propio personal de la institución. Se divide en dos tipos de acervos, el
Contemporáneo y el Fondo Reservado. En estantería abierta, la consulta
requiere una credencial de elector para el acervo Contemporáneo; la
consulta del Fondo Reservado queda sujeta a restricciones de control y se
limita a investigadores que acrediten credencial emitida por la institución.
Los procesos técnicos empleados en la descripción se fundamentan
en las Reglas de Catalogación Angloamericanas (RCA2), la clasificación
y orden temático aplicado en el análisis de contenidos de cada ejemplar
utiliza el sistema de Clasificación Decimal Dewey (CCD). Una vez analizada
la información de la unidad bibliohemerográfica se registra en una ficha
catalográfica para referir parámetros esenciales de identificación y ubicación.
De manera sistematizada, la captura se hace en la base de datos de
la biblioteca “Ignacio Cubas” del AGN; una vez codificada, puede ser
consultada en línea. Si el material bibliohemerográfico ya poseía ubicación
topográfica y su etiqueta respectiva, la conservamos, respetando el principio
de procedencia y generamos la correspondiente a la biblioteca del AGN; esto
explica por qué algunas ediciones tienen doble etiqueta.
En las ediciones que atesoran testigos, éstos se rescatan y se capturan
los datos esenciales para su identificación, retomando algunas de las
reglas generales para la descripción archivística expuestas en la Norma
Internacional General de Descripción Archivística (ISAD-G), siempre y
cuando la extensión y contenido del aditamento permita emplearlas. La
descripción queda registrada en el campo de notas generales de la ficha
catalográfica y se materializa en rubros: descripción de la tipología, autor,
destinatario, tipo de documento, título si lo hubiera, asunto, síntesis de

158 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


contenido, fechas, entre corchetes se registra la ubicación de páginas donde
fue hallado para no descontextualizarlo.
Si la tipología del testigo es impresa, se estabiliza y separa del
libro, protegiéndolo en un folder desacidificado previamente con la
correspondiente ficha catalográfica. A fin de no descontextualizar los
testigos aislados, en el lugar donde se encontró se coloca un separador que
lleva inscrita la leyenda “Integra testigo resguardado en credenza”. Para
evitar destrucción, pérdida o robo la consulta de los testigos se hace en
línea: http://consulta-agn.segob.gob.mx/
La relevancia histórica del FBCLB va más allá del nombre Carlos Lazo;
muchos de los libros categorizados en el Fondo Reservado revelan aspectos
que bien podrían ostentar el título de patrimonio bibliográfico.

Dedicatorias autógrafas

De cuantioso valor histórico son las múltiples rúbricas plasmadas en las


portadas de algunos volúmenes, dedicados a tres generaciones de la familia
Margáin: médico César Ricardo Margáin, padre de la señora Yolanda
Margáin Gleason; Carlos María Lazo del Pino y al propio arquitecto Carlos
Lazo, por destacados humanistas e intelectuales de la época: Artemio del
Valle-Arizpe, Luis González Obregón, Andrés Iduarte, Antonio Mediz
Bolio, Dr. Atl, Gutierre Tibón, Vito Alessio Robles, Miguel Alessio Robles,
Francois Chevalier, Carlos Pellicer Cámara, José Rojas Garcidueñas,
Manuel Toussaint, Martín Luis Guzmán, José Luis Martínez, Fernando
Benítez, Arturo Arnaiz y Freg, Alfonso Caso, Antonio Caso, Manuel
Salazar y Arce, Darío Rubio, Erasmo Castellanos Quinto, Gregorio López y
Fuentes, Francisco Luis Urquizo, Ramón Beteta Quintana, Carlos Obregón
Santacilia, José Inés Novelo, Alberto María Carreño, Mauricio Magdaleno,
Miguel Othón de Mendizábal, Paul Westheim, Carlos Solórzano, Antonio
Pastrana, Federico E. Mariscal, Alberto J. Pani, entre otros.
Resulta atractivo destacar dos casos particulares de libros rubricados
pues son pocos los que se conocen firmados por sus autores; el primero,
de la autoría del abogado y escritor Artemio de Valle-Arizpe y dedicado
al médico César Ricardo Margáin. En 1961, tras la muerte del literato, su
biblioteca personal tuvo un infortunado desenlace: por orden de su hermano

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 159


Dos ejemplos de dedicatorias autografiadas

el general Francisco de Valle-Arizpe se trasladó el acervo bibliográfico al


Ateneo Fuentes, en Coahuila, quedando resguardado en el último piso. En
1984 esta parte del recinto se incendió y se destruyó la totalidad de tan
valiosa colección. El FBCLB protege una pequeña recopilación dedicada al
suegro del arquitecto Lazo, doctor César Ricardo Margáin, visible muestra
de una amistad entrañable entre ambos personajes.
La firma que aparece en el libro Cómo nace y crece un volcán es del pintor
mexicano Gerardo Murillo Cornadó, conocido como “Dr. Atl”, quien
sostuvo con el arquitecto Carlos María Lazo del Pino (padre de Lazo
Barreiro) una relación amistosa la cual comenzó en 1910. Para dicha época,
el arquitecto formaba parte de la comisión encargada de revisar el plan de
estudios de la antigua Academia de San Carlos; ambos proponían eliminar
el conflicto existente entre pintores, grabadores y escultores con los
arquitectos, lo que permitiría una relación interdisciplinaria entre artistas y
la mejor aplicación de un método de enseñanza que desarrollara el concepto
de “lo mexicano”.
Las dedicatorias y testigos permitieron reconstruir esta referencia
histórica, el Dr. Atl escribía entonces: “Mi querido Carlos, la coincidencia

160 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


entre la idea que me expusiste anoche y esta teoría, no es fortuita: es la
resultante lógica del estudio de un mismo fenómeno, hecho por dos mentes
igualmente organizadas”.

Libros con testigos

Las obras comentadas y con aditamentos proporcionan un panorama


general de la riqueza informativa la cual puede descubrirse en el FBCLB,
en particular las que dentro del Fondo Reservado contienen más de un
testimonial, de obligada lectura para hacer la interpretación de nuestro
devenir histórico.
Cada testigo tiene amplias expectativas de investigación vinculado con
el arquitecto Lazo Barreiro, pues ofrece datos precisos de su vida personal

Ejemplos de “testigos”

y laboral; sugestivos son los impresos de oraciones, estampas religiosas,


cédulas de agregación a apostolados católicos y actas de confirmación de
sacramentos, porque hablan de la vida cotidiana de la familia en el siglo XX
mexicano.
Las fichas de trabajo, cartas con anotaciones manuscritas y mecanuscritas,

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 161


bocetos y dibujos arquitectónicos, son referencias cruciales que deducen la
metodología de trabajo aplicada por los arquitectos a la hora de proyectar
y construir edificios; permiten observar la formación personal y académica
adquirida durante la enseñanza, desde la recopilación de fuentes hasta la
exposición del tema. En el libro Historia compendiada de Tamaulipas, escrito
por Gabriel Saldívar, aparecieron tarjetas de trabajo con resúmenes del
contenido y mapas elaborados por el arquitecto Lazo, a quien se debe la
planificación regional y urbana de esta entidad federativa.
Los bocetos arquitectónicos hallados en la edición Enseignement primaire
du dessin à l’usage des écoles primaires et des lycées et colleges, de Jules-Jean Pillet,

Apuntes sobre la enseñanza de la arquitectura

162 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


documenta los modelos educativos aplicados en la enseñanza de la
arquitectura por Carlos María Lazo del Pino, un sistema de instrucción
diseñado conforme a las pautas académicas impuestas por el academicismo
francés de finales del siglo XIX y principios del XX.
Los comentarios manuscritos en las hojas, los recortes de periódicos o
revistas, las hojas anexadas con datos informativos, fotografías y borradores
de textos, acrecientan el contenido del libro y por ende el valor cultural.
Otro claro ejemplo es México viejo y anecdótico de Luis González Obregón.
En la portada el libro ostenta una dedicatoria autógrafa del autor para el
doctor César Ricardo Margáin, entre sus páginas se encontró un recorte de
periódico de El Universal Gráfico, fechado el sábado 2 de enero de 1935, con
el artículo “Curiosidades de la historia. Compra-venta de Palacio Nacional
hace cuatro siglos”, escrito por Antonio Hernández Ferrer. Posiblemente
fue insertado para profundizar en la semblanza biográfica de Hernán Cortés,
pues se utiliza la línea de tiempo, ésta nos revela la escritura de compra-
venta de un solar, signada en Madrid, España, el 28 de enero de 1562.
En ella se declara que don Martín Cortés, marqués del Valle, adjudicó en
propiedad las casas principales del mayorazgo instituido por su progenitor
don Hernán Cortés, a su real majestad don Felipe, quien desde esa fecha
adquirió el lugar, donde hoy se levanta el Palacio Nacional, por la cantidad
de treinta y cuatro mil castellanos.
La publicación del arquitecto Federico E. Mariscal, La patria y la
arquitectura nacional. Resúmenes de las conferencias dadas en la Casa de la Universidad
Popular Mexicana del 21 de octubre de 1913 al 29 de julio de 1914, es una de las
más detalladas en el sentido tipográfico de testigos; es el impreso manuscrito
de la conferencia; asimismo, contiene anotaciones mecanuscritas referentes
a la Escuela Nacional Preparatoria, antes concentrada en los colegios de
San Idelfonso y San Pedro y San Pablo; de igual manera, un documento
con apuntes sobre a la construcción de la Catedral de México; fotografía del
convento franciscano de Tzintzuntzan, Michoacán; un recorte del Excélsior,
fechado el domingo 18 de junio de 1944, con el artículo “Urbanismo y
arquitectura”, del arquitecto Manuel Chacón. Tales documentos nos
aproximan a un pasado inmediato al narrar la evolución de los arreglos
propuestos en materia de arquitectura, haciendo énfasis en los propuestos
por el arquitecto Mariscal.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 163


Testigo recortado de un periódico

164 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


El Fondo Bibliográfico Carlos Lazo Barreiro ha generado desde
su ingreso a AGN nuevas vertientes y perspectivas de trabajo relativas al
cuidado que requieren y exigen las colecciones particulares categorizadas
bajo el rubro Fondo Reservado. Indudablemente el apoyo de la familia Lazo
Margáin ha sido crucial porque ha permitido mantener vigente la relevancia
histórica de la vida y obra del arquitecto.

Fuentes consultadas

Bibliografía
Dr. Atl, Como nace y crece un volcán, el Paricutín, México, Stylo, 1950
Bravo Saldaña, Yolanda, Carlos Lazo, vida y obra, México, UNAM, 2004, 71
pp., (Colección de Talleres).
____________, “El arq. Carlos Lazo Barreiro y su labor dentro de la
construcción de la Ciudad Universitaria: Una nueva lectura”, tesis
para obtener el grado de maestro en historia, Universidad Nacional
Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, División de
Estudios de Posgrado, 2000, 263 pp.
Ciudad Universitaria: Crisol del México moderno, México, Fundación UNAM,
Banco de México, Fundación ICA y Fundación Miguel Alemán A. C.,
2009, 279 pp.
Lazo, Carlos, Pensamiento y destino de la Ciudad Universitaria en México, México,
Miguel Ángel Porrúa, 1983, 242 pp.
Torres Santamaría, María Luis, “Catálogo de la sección personal del Archivo
Histórico Científico Manuel Sandoval Vallarta”, tesina para obtener el
grado de licenciatura en historia, Universidad Autónoma Metropolitana,
Iztapalapa, División de Ciencias Sociales y Humanidades, 2004, 589 pp.

Hemerografía

Boletín informativo SCOP, número extra, México, núm. 19, noviembre, 1955.
El Nacional, México, 3ª época, año XXVII, tomo XXXII, no. 9577, domingo 6
de noviembre de 1955 y no. 9578, lunes 7 de noviembre de 1955.
Lazo Barreiro, Carlos, “El camino de la planificación del territorial nacional”,
en Los diversos caminos de los arquitectos, México, vol. VIII, 2006, pp. 11-20.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 165


Lazo, Carlos, “Fuga y retorno de un arquitecto. Varios proyectos y una
realización; Sierra Leona 374”, en Arquitectura y lo demás, México, vol. II,
núm. 11, mayo 1947-marzo 1948.
Ruiz Zamarrón, Ana Silvia, “Testigos: Aditamentos documentales y
testimoniales del devenir histórico preservados en el legado bibliográfico
arquitecto Carlos Lazo Barreiro”, en http://www.publicaciones-
encrym.org/gestion/index.php/ediciones/article/view/205, [consulta:
junio 2014].
Seguridad Pública, México, año VI, números 58-59, diciembre, 1955–enero,
1956.

166 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


CONSERVAR Y RESTAURAR DOCUMENTOS, UNA NOBLE MISIÓN
ENTREVISTA CON BEATRIZ GONZÁLEZ BEDOLLA
Elvia Alaniz Ontiveros*
Marco Antonio Silva Martínez**

No he estado en los archivos ni en las papelerías


y se me archiva en copias y no en originales.
No he estado en los mercados grandes de la palabra,
pero he dicho lo mío a tiempo y sonriente.

“Resumen de noticias”/Silvio Rodríguez

Al ingresar en el Archivo, Beatriz no imaginó que su habilidad con las


manos le permitiría restaurar a lo largo de casi tres décadas cientos de
documentos antiguos, rotos, amarillentos, que contenían imágenes y textos
incomprensibles y emanaban un olor, el cual no dejaba lugar a dudas: eran
papeles que formaban parte de la historia.
Beatriz González Bedolla nació en Nocupétaro, Michoacán. Es la sexta de
los siete hijos que procrearon Emelia Bedolla Betancourt y Eliseo González
Rodríguez: cuatro mujeres y tres hombres. A la edad de siete años, cuando
su padre murió, ella, sus seis hermanos y su madre se trasladaron al Distrito
Federal animados por sus tíos paternos, quienes ya estaban establecidos en
Azcapotzalco; “vivíamos en la calle Jardín, jamás lo he olvidado”.
En Nocupétaro se levantaba a las seis de la mañana y ayudaba en
los quehaceres domésticos antes de irse a la escuela, “regaba las plantas,
barría con escoba de popote porque el piso era de tierra”. Le gustaban las
matemáticas y se le facilitaban las actividades manuales, “tal vez porque mi
mamá me enseñaba a bordar por las tardes”.

* Departamento de Publicaciones del AGN.


** Jefe del Departamento de Publicaciones del AGN.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 167


Bety en la Biblioteca “Ignacio Cubas”

Pocos meses permanecieron en la casa de sus familiares, pues su madre


consiguió un trabajo. Se mudaron a la colonia 20 de noviembre y Bety quedó
inscrita en la escuela primaria 7 de julio. Al concluir la educación secundaria
no hubo recursos económicos suficientes para continuar estudiando, por lo
que debió ayudar con los gastos de la casa; trabajó en un puesto de jugos,
ubicado en el corazón de Tepito. “Me daba miedo ver a los borrachitos y
los indigentes; se parecían a los que salían en las películas de Pedro Infante”.
Al percibir su miedo, una de sus hermanas le dijo que no se preocupara,
pues ellos eran muy amables. “Al principio no me sentía cómoda, luego ya
se acostumbra uno”.
Trabajó como despachadora en la panadería El Molino. Se casó a los
20 años y se ocupó de su hogar hasta que su primer hijo cumplió cinco
años. Entonces entró a trabajar durante un año en los laboratorios Organón
como auxiliar de laboratorio; posteriormente con el mismo puesto ingresó
a los laboratorios La Campana, donde permaneció tres años, y después
laboró un año para Johnson & Johnson en el área de control de calidad.

168 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


En la ruta del AGN

Su deseo por aprender y la emoción de trabajar en un recinto que sólo


conocía por fuera –cuando se dirigía a sus anteriores empleos–, la impulsaron
a presentarse en el Archivo para una entrevista de trabajo. “¿Tienes
experiencia en restauración?”, le preguntaron, y aunque su respuesta
fue negativa demostró su destreza con la manipulación de objetos. Con
movimientos rápidos, sus dedos le ayudan a rememorar aquel episodio.
Fue aceptada y se presentó el 31 de octubre de 1984 en el Departamento de
Conservación y Restauración (DCR), dirigido entonces por Enriqueta Vargas,
cuyo equipo de trabajo estaba integrado, entre otras personas, por Ernesto
Erazo, Antonio Canela, Andrea Torre, Virginia Elena Correa, Gerónimo
Cruz Flores, Bernardino González, Gerardo Esparza y Claudia Hernández.
Su primera encomienda fue restaurar cada hoja de un libro del cual ha
olvidado su nombre, pero que formaba parte del fondo Tierras; “aquí tienes
tu mesa, tu silla y este libro, vas a restaurar todas las orillas que estén rotas”.
Su compañera Claudia fue su primera maestra; le dio una plegadera, bisturí,
papel japonés y le explicó cómo hacerlo. “Me dijo que el pegamento se
llamaba carboximetilcelulosa –que ahora casi no se usa–, tenía que hacer
unas tiras delgadas de papel y pegarlas a las roturas del libro. Al final de
la jornada fue a revisármelo. Ese mismo día terminé las 400 páginas que
me habían encomendado. Estaba acostumbrada a la rapidez, pues en los
laboratorios en los que trabajaba antes, la velocidad era primordial”.
Al día siguiente recibió otro libro, acompañado esta vez de un elogio y
un consejo: “tu libro quedó perfecto pero llévatela tranquila”. El comentario
le llamó la atención; sin embargo, le gustaba su nuevo oficio y, pese a
una remuneración que lejos estaba de entusiasmarla tenía un empleo por
honorarios y estaba muy cerca de su casa. “En los laboratorios tenía seguro
social, comedor, un trabajo de planta y aquí, pues no tenía nada de eso.
Tampoco incentivos”. En realidad, agrega, fue el transporte y no contar con
un horario fijo lo que la animó a quedarse en el AGN.
“La primera vez que entré al Archivo me impuso mucho. Entonces
estaba más austero, no tan arreglado como ahora, aun así, me impactó;
pensé que así podría haber estado la penitenciaría, aunque tampoco la
conocí por dentro”.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 169


Bety quería corroborar lo que había visto en las películas sobre el ex
Palacio Negro, principalmente en la cinta Nosotros los pobres, “yo quería ver
dónde se habían grabado las escenas de presidio en Lecumberri; saber cómo
era el lugar donde permanecían los presos. No recuerdo si en la Galería 3
o la 5, todavía estaba un baño y la cama de piedra donde se dormían los
internos. Era un lugar tan chico que yo pensaba ‘tanta gente para un lugar
tan pequeño’”.
Sus compañeros le dieron un recorrido por el edificio; “aún no se
contaba con personal de visitas guiadas. Sí impone el Archivo cuando eres
nuevo. Me perdía a menudo, salía por una puerta que no era, no podía
preguntar porque nadie había en los pasillos, salía por una puerta y nadie,
salía por otra, tampoco. No había tanto personal trabajando afuera como
ahora. Estábamos concentrados en las galerías: describiendo o catalogando.
Los primeros días siempre me perdía”.
Durante esos primeros días en el AGN, un documento del fondo
Inquisición despertó su curiosidad. “Estaba restaurándolo y vi que tenía
dibujos de muñecas –como las que venden en la vía pública en la actualidad:
hechas de trapo y listones– me resultó muy interesante, pero al tratar de
leerlo no entendía nada. A María Teresa Pacho le pedí que me ayudara a
saber lo que decía, porque era una paleografía muy entrelazada, difícil de
leer. Trataba sobre cómo esas personas hacían el amor. Luego ya no nos
dejaron leer los libros porque, como nos interesábamos demasiado, y como
era de esperarse, la producción bajó”.

Restauración y encuadernación

“La cola de caballo era lo que se utilizaba como pegamento para encuadernar
cuando yo ingresé al AGN. Recuerdo que la diluían en un bote, la ponían a
calentar y cuando quedaba transparente ya podía usarse. Con este proceso,
a través del tiempo la parte encuadernada se cristalizaba por lo que no
resultaba conveniente su utilización”.
A los 11 meses de haberse integrado al DCR del Archivo, el sismo del 19
de septiembre de 1985 la sorprendió en su casa, pues su horario de trabajo
había sido regularmente de 8:00 a 15:00 horas. La réplica del día 20 sí la
vivió en el AGN. “Nos sacaron al jardín, porque aquí no pasó nada. Tras el

170 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


sismo, nos dijeron que nos fuéramos a nuestras casas”. Luego se enteraría
que uno de los compañeros del AGN, Roberto Villaseñor Acevedo –un
historiador que trabajaba en la Galería 4, escribía artículos para el Boletín del
AGN y quien estaba próximo a jubilarse– murió en esa catástrofe. Vivía con
su esposa en el edificio Nuevo León en Tlatelolco.
Leonor Ortiz Monasterio, la entonces directora del AGN “era muy
atenta y humana, ante cualquier eventualidad, en este caso el sismo, nos
reunía y hacía un recuento. Ella siempre pasaba lista. A principios de año
acostumbraba hacerlo. Estaba interesada en el personal. Cuando empezó el
traslado de la Galería 3 a la 5 se puso una bata azul y empezó a cargar cajas
como todos”.
Durante dos años Bety trabajó por honorarios en un lugar que le era
grato y con una labor que, además de emocionarla, la entusiasmaba por
todo lo que aprendía diariamente, “hasta que me desesperé. Me decían mis
compañeros que me esperara que ya iban a dar la basificación. Pero no”. A
finales de febrero de 1986 habló con Doris Perlotte, funcionaria del AGN.
Ella le enseñó una lista donde Bety pudo ver su nombre junto con los
de otras nueve personas a quienes se les otorgaría una plaza de base por
gestión del sindicato. A partir del 1 de marzo de 1986 le dieron el nivel 1 de
27, éste era el nivel más bajo en el escalafón. “Y ya tuve prestaciones, como
días económicos e ISSSTE”.
Después del terremoto, donde ahora está la Galería 8 –sin construir en
esa época– se montaron tendederos para secar al aire libre los documentos
dañados; también se usaron secadoras de cabello. “Muchos estaban con
lodo y hongos. Luego, donde actualmente se encuentra el Centro de
Referencias se adecuó el espacio para fumigar. Se sellaron las hendiduras,
porque después de secar si no se fumiga vienen muchos hongos; si quedan
esporas, éstas proliferan. Se metieron cerros y cerros de documentos para
hacer una fumigación masiva”.

Capacitación especializada

Si a inicios de los ochenta, el personal del DCR tuvo oportunidad de asistir


a los seminarios de conservación de documentos, libros y documentos
gráficos, organizados por el AGN la Dirección General de Archivo, Biblioteca

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 171


y Publicaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Instituto de
Investigaciones Bibliográficas de la UNAM y el Instituto de Estudios y
Documentos Históricos A. C., a mediados de esa misma década, los cursos
y talleres impartidos en el AGN permitieron a Bety reforzar lo que a diario
realizaba en el DCR. Durante todo el año de 1986, dos especialistas cubanos
acudieron al AGN a capacitar al personal. Los trabajadores destinaban el día
al aprendizaje y la aplicación de sus conocimientos adquiridos. Aprendieron
a utilizar la máquina restauradora. “En esa máquina colocábamos una pulpa
de papel. Tenía un bastidor donde se metían cuatro hojas húmedas y por
medio de botones se hacía que el agua subiera; luego la máquina la absorbía
hacia abajo y toda la pulpa del papel se queda en los orificios. Con la ayuda
de un rodillo y con papel secante se extraía de la máquina el exceso de
agua; después se aplicaba a la pulpa un encolante y se metía a la prensa. Al
siguiente día se sacaba lo que se había hecho el día anterior, se cortaban las
hojas una por una para formar los cuadernillos. Una vez preparados todos
los cuadernillos del libro se pasaban al encuadernador”.
Los especialistas cubanos también les enseñaron a utilizar la máquina
restauradora y a restaurar a mano, con el bisturí, el pincel de pelo de marta
y pelo de camello. “Con ellos aprendimos mucho”. Dos años después el
equipo del DCR participó en unos talleres que en el AGN coordinaron dos
restauradores españoles, quienes les enseñaron a hacer sobres de papel y
guardas. “Y yo, ávida por aprender, pensaba: de aquí soy, aprovecho. Aprendí
bastantes cosas. Después vino un haitiano a aprender de nosotros”. Recuerda
con emoción que una de sus compañeras, Norma Hernández viajó Guatemala
para intercambiar experiencias con sus colegas de aquel país. A su regreso,
compartió sus nuevos conocimientos con sus compañeros del Archivo.
En la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía
(ENCRyM) “Manuel del Castillo Negrete”, Bety tomó dos cursos más
sobre restauración. Era la época en que Antonio Canela, compañero
del DCR, invitado a menudo a formar parte de proyectos de restauración
en otros espacios; es decir, lo contrataban para realizar trabajos que no
tenían vinculación con el AGN; por ejemplo, en una iglesia de San Miguel
de Nepantla, en Amecameca, Estado de México, le pidieron restaurar el
acta bautismal de Juana de Asbaje en la parroquia de Vicente Ferrer, en
Chimalhuacán, a cuya jurisdicción pertenecía Nepantla, Estado de México.

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Antonio Canela en el DCR

González Bedolla y tres personas más, supervisadas por la ENCRyM


participaron en el proceso de rescate. “Canela nos contrató a mí y a dos
encuadernadores. Nos íbamos sábados y domingos, porque entre semana
trabajábamos en el Archivo. En ese proyecto limpiábamos los sobres en los
que se encontraba la documentación. Además de limpiarlos, se reforzaban
con papel japonés y los que estaban rotos se restauraban”. El trabajo se
realizó en la iglesia bajo la supervisión del párroco y una comisión del
pueblo, quienes vigilaban que nadie se llevara algún documento.
También acudieron a los archivos parroquiales de La Santa Veracruz y
Santa Catarina frente a La Alameda para limpiar y restaurar la documentación.
Además, recuerda el trabajo que hicieron en un sótano en una casona de
la colonia Roma, donde se encontraba la biblioteca perteneciente a un
cineasta. Su trabajo consistió en limpiar todos los libros. Con la ayuda de
una brocha quitaron hoja por hoja el polvo contenido en cada uno de los
ejemplares que se encontraban en aquel lugar.
Beatriz, como la mayoría de sus compañeros, se formó en el AGN
teniéndolos a ellos como maestros. A lo largo de los 27 años que formó
parte del DCR tuvo como jefes a Enriqueta Vargas Saldaña e Ignacio Delfín
Márquez, a quienes recuerda con admiración; Ernesto Erazo, Patricia

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 173


Sánchez, Mariana Grediaga (quien
estuvo temporalmente como
encargada) y Paola D’Rugama.
En la época que Enriqueta
Vargas estaba al frente del DCR, dice
Bety, se contaba con suficientes
insumos para trabajar; sin embargo,
había ciertos vicios, “se trabajaba a
un ritmo relajado. No había interés
por hacer una producción grande”.
Cuando Vargas se fue llegó Ignacio
Delfín Márquez, procedente del
entonces Centro de Estudios sobre
Bety en plena faena la Universidad y la Educación de la
UNAM; entonces, el aprendizaje fue
mayor, pues “además de una excelente persona, él era un gran líder. Logró
crear un excelente equipo de trabajo. Ahí aprendimos todos a hacer de todo
además de bien y más rápido”. Recuerda que él inventó unas máquinas
“del tipo de la española, a la que le hizo adaptaciones en el Archivo. Él era
ingeniero, lo cual explica su genio inventivo”.
En los noventa, Delfín Márquez dejó el AGN y Ernesto Erazo ascendió a
jefe del DCR. Bety considera que cualquier integrante de ese equipo hubiera
podido desempeñarse en tal puesto, ya que contaban con la capacidad y
habilidades necesarias. Sin embargo, “las relaciones hacen la diferencia. Es
lo que da impulso a unos sobre otros”. Erazo permaneció dos sexenios
en el cargo: durante los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto
Zedillo Ponce de León, respectivamente. “Nosotros lo vivimos como una
lucha de poder. Decíamos ‘el cómo era antes y ahora sí exige’. Algo que
sí es indiscutible es que durante su mandato la producción aumentó. Por
ejemplo, yo restauraba un libro de 430 hojas en un mes, y con Erazo hice
hasta 600, aproximadamente 30 hojas al día”.
Patricia Sánchez, quien sustituyó a Erazo, llegó procedente de la ENCRyM.
“A nosotros nos pareció bien porque queríamos a alguien que viniera de fuera
y que supiera. Sentíamos que ya nos hacían falta nuevas formas de trabajar.
Queríamos alguien que nos refrescara. Sentíamos que ya nos habíamos

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estancado. Ya las capacitaciones no existían. Lo único que teníamos eran los
prestadores de servicio social de la ENCRyM; fue algo que sí nos ayudó porque
nos enseñaban lo que aprendían en las aulas y nosotros lo que hacíamos
aquí en el AGN todos los días”.
La forma de trabajar entre los integrantes del DCR y las estudiantes de la
ENCRyM se contraponía, pues “ellas se tardaban demasiado. Primero hacían
exámenes al microscopio y una serie de pruebas antes de proceder a la
restauración. En cambio, nosotros hacíamos una ficha clínica de cómo
entraba el documento, qué se le iba a hacer y cómo salía. Se anotaban
las medidas de ancho y alto, el título del libro, con qué se iba a restaurar,
etcétera”.
Durante tres décadas, Beatriz González ha sido testigo de la evolución
del AGN. Sobre los cambios tanto en el inmueble como en el personal señala
“han sido para bien del edificio. Hay gente nueva, nuevas generaciones
más capaces. Por ejemplo, mis estudios eran de secundaria. Varios de
mis compañeros terminaron, cuando ya trabajan aquí, su primaria porque
la Segob pedía que se permitiera ir a clases a quienes tenían truncos sus
estudios. Ahora vienen con licenciatura o posgrado.”
El equipo del DCR estaba de acuerdo en capacitar a otras personas para
que pudiera darse la sustitución necesaria cuando alguno de los integrantes
renunciara o se jubilara. A mediados de los noventa desaparecieron el
Departamento de Vigilancia y el área de Intendencia en el AGN. Algunos
trabajadores salieron por retiro voluntario y los demás fueron transferidos
a otros espacios. Así llegaron al DCR Lucía Montiel, Ricardo Olmedo y
Rodolfo Mejía.
“Nos pareció poco –indica la entrevistada– pues el trabajo de restauración
era abundante. Luego decidieron que quienes ingresaran debían cumplir
con cierto perfil”. Sin embargo, no todos los que han tenido oportunidad
de ingresar a la institución quieren empezar con un sueldo bajo. “pero otros
sí han aceptado”. Algunos de los ex compañeros de Bety ya cumplieron
o están por cumplir tres décadas de trabajo y están a punto de jubilarse.
Considera que a partir de la llegada al DCR de jefes cada vez más preparados
“hubo muchos cambios. Lo que nosotros sabíamos dejó de hacerse, porque
se implementaron nuevas técnicas de trabajo”.

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Beatriz y sus compañeros pensaban los meses del año de acuerdo con
el tipo de investigadores que acudían a consulta en la Galería 4. Con ellos
nunca hubo ninguna cercanía, excepto el trato que se establece cuando por
cortesía se desea un buen día. “En verano decíamos: ‘ya van a llegar los
holandeses’. Eran el alto, el de barba, pero no sabíamos sus nombres. Siento
que ahora ya no es así, que ha disminuido la afluencia. Tal vez porque ahora
ya puede consultarse desde una computadora, no se necesita estar aquí”.

Entre planos y mapas

Un proyecto importante en el cual participó fue la restauración de


materiales de la Mapoteca, que se había creado casi de manera simultánea
al DCR en 1977; ya instalado el AGN en Lecumberri la Mapoteca se ubicó
primero en la Galería 7 y posteriormente en el sitio que actualmente ocupa
junto al Centro de Referencias. Por razones de conservación algunos de
los mapas, planos y dibujos, que originalmente se encontraban en diversos
expedientes, fueron separados de éstos e incorporados a la Mapoteca.
Muchos de ellos se sometieron a un proceso de restauración. Bety describe
su trabajo al respecto. “Una hoja puede tener roturas en las orillas, o bien,
en la parte interna presentar faltantes, pero generalmente no tan grandes
como en el caso de un mapa. A veces teníamos la encomienda de restaurar
planos quebradizos y donde estaban los dobleces había que poner papel
japonés si es que todavía se podía rescatar. De lo contrario se hace una
laminación completa, que consiste en poner colante sobre varias piezas de
papel japonés y luego, encima, el mapa. No es tan fácil porque se hace
entre cuatro personas. Mientras una persona lo va sentando, otro con un
rodillo va quitando las arrugas o bien, las burbujas de aire. Todo se hace a
mano. Es una técnica que requiere paciencia. Para un mapa de seis metros
se destinaban la misma cantidad de personas”.
Una bata blanca siempre la ha acompañado en el desempeño de
sus actividades. Primero, cuando trabajaba en los laboratorios de La
Campana. Luego, en el DCR y en la Biblioteca del Archivo. Su renuencia
a la encuadernación se la explica a partir de que el proceso requiere la
manipulación de pegamento; la imagen de unas manos sucias la remiten al
riesgo de dañar los documentos recién encuadernados; “es una actividad

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muy sucia, como todo se hace con pegamento y en frío las manos, aparte de
que se maltratan, siento que se ven sucias todo el tiempo”.
A partir de 2012, Bety trabaja en la Biblioteca “Ignacio Cubas”. Su
nuevo jefe, Enrique González, le pidió que le presentara un proyecto de
restauración para el acervo bibliohemerográfico. Ella encontró un recinto
vulnerable al polvo y con una cantidad considerable de ejemplares a
restaurar. Por fortuna no había hongos. No obstante, la primera tarea fue
aspirar los ejemplares y luego retirarles el polvo sobrante con una brocha
pequeña. Durante este proceso de limpieza, Bety suele ver los libros que
despiertan su interés. “He revisado –no a fondo– libros del arquitecto que
hizo este edificio. Esta es una biblioteca muy interesante”.
En el DCR participaba en una charla generalmente grupal, “extraño
eso, aun cuando cada plática se hiciera a gritos”; ahora se habituó a un
trabajo silencioso y en ocasiones solitario. En el Fondo Bibliográfico Carlos
Lazo Barreiro –el cual se encuentra en la fase de catalogación– realiza una
limpieza y restaura aquellos libros que se encuentran en mal estado.

Bety en labor de aspirado

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En el proceso de restauración

Además de haber formado parte del DCR, y ahora, de la biblioteca, Bety


colaboró durante tres años en el equipo de Acción femenil en el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Gobernación. Ahí, sus tareas
consistían en coordinar la entrega de pases para las diversas actividades que
se organizaban para los empleados del AGN y sus hijos. Por ejemplo, las
jornadas infantiles.
En el DCR aprendió que la restauración y la encuadernación son
actividades complementarias. Todos los integrantes del equipo hacían de
todo. “A mí nunca me llamó la atención la encuadernación. Qué ironía, lo
que estoy haciendo ahora es encuadernar”.

Jubilación y proyectos

“Ya trabajé muchos años. Ahora merezco irme de viaje. Por ejemplo, en
diciembre pasado me fui a Cancún. Ahora me quiero ir a Europa, a España
en particular. Por ahora como está la situación no lo veo conveniente.
Además, mi esposo también se va a jubilar. Nos dedicaremos por completo
a mi hijo menor que está en la secundaria”.

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Con una sonrisa Bety dice que en el fondo no se quiere ir del AGN. “Pero
pienso que es tiempo de que vengan otras generaciones y que también se
enamoren del Archivo, porque la gente que lo conoce sí se encariña. Yo
cuando entré decía, “ya va a ser viernes y cuando llegaba, les preguntaba a
mis compañeros ¿qué sienten de que regresemos hasta el lunes? El domingo
por la tarde pensaba “ya mañana es lunes” porque quería venir. Cómo
cambian las cosas, ahora lo que queremos es irnos. Andamos preguntando
¿cuándo es viernes? Me gusta ser responsable de mi trabajo, de mi casa y
quiero que todo funcione bien”.
Sabe que montar un taller de restauración sería un trabajo bien
remunerado, pero también que para eso se necesita una inversión fuerte.
“Si hubiera pensado en hacerlo lo habría hecho en la época en que mejor
estaban las condiciones, cuando mi hijo menor iba ya a la guardería”.
Suele bailar, escuchar música latinoamericana, especialmente a Silvio
Rodríguez. Practica ejercicios aeróbicos y yoga para “mantenerme en mi
peso”. Además, apoya a su hijo menor en los deberes escolares, lo que
absorbe buena parte de su tiempo. “Le dejan demasiada tarea, en ocasiones
son las diez de la noche y no termina. Estoy en la etapa de reaprender”.
Mientras él toma clases de karate durante dos horas en la Casa de Cultura
“Enrique Ramírez y Ramírez”, ella toma un curso sobre pintura de esculturas
de yeso “estoy pintando una ‘negrita’ y me gusta mucho. Me entusiasma
verla, extraño hacer algo con las manos”.
A unos meses de jubilarse, Beatriz rememora con emoción y nostalgia
los casi 30 años que ha formado parte del AGN. Pensar en irse del Archivo
le genera una sensación ambivalente. “Siento que mi trabajo, aunque me
escuche mal, siempre ha sido excelente pues he puesto en él lo mejor mí.
Por eso, considero que las cosas siempre han salido bien. Me apasiona
mucho. La restauración es algo realmente interesante y por supuesto, muy
bonito. Estar en contacto con la historia es lo que más me gusta. Conocer
todo lo que hay en el Archivo, siempre pregunto ¿qué tienen aquí? Eso hace
que uno se interese más en su trabajo. Me gusta el contacto con el papel,
pero más me gusta ser parte de la historia”.

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LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 181
NORMAS PARA LA ENTREGA DE ORIGINALES

1. Sólo se recibirán materiales inéditos.


2. Las propuestas de colaboración deberán cumplir con lo siguiente:
a. Presentar a doble espacio, con fuente ARIAL de 12 puntos, en versión
word para windows. Para las secciones “Galerías de la Historia” y
“Portales de la Archivística”, la extensión de los textos no deberá
sobrepasar las 35 cuartillas incluyendo notas, cuadros, gráficos,
mapas, apéndices y bibliografía. Los textos iniciarán con un resumen
en español (máximo 120 palabras), así como su equivalente en inglés
(abstract) y de tres a cinco palabras clave y sus key words equivalentes.
b. Para la sección “Reseñas” deberán comentarse libros de reciente
edición cuya temática se relacione con la historia o la archivística,
con una extensión no mayor a 1,000 palabras; la ficha bibliográfica
deberá incluir también el número de páginas y el ISBN; en archivo
separado deberá enviarse la imagen de portada del libro en
formato jpg o tiff a 300 dpi.
c. Sólo se aceptarán trabajos escritos en español.
d. Las ilustraciones, gráficas, cuadros y tablas se numerarán de
modo consecutivo. Se indicará su lugar de ubicación en el texto y
se enviarán en archivo por separado en formato “imagen” (tiff o
jpg a 300 dpi).
e. Los textos irán precedidos de una página con los datos del o los
autor(es), filiación académica, dirección profesional, teléfono de
contacto y dirección de correo electrónico.
f. Los textos deberán enviarse en forma electrónica a la dirección:
boletinagn@segob.gob.mx
3. Notas al pie de página
a. Las referencias aparecerán de manera resumida.
b. Para libros deberá seguirse el siguiente modelo:
Apellidos seguidos por una coma, título resumido en itálica
seguido por una coma, p. o pp., seguido por el número(s) de
página(s).
Ejemplo: Sierra, Evolución política, p. 34.
c. Para artículos o capítulos de libros deberá seguirse el siguiente
modelo: Apellidos seguidos por una coma, título resumido entre

182 LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014


comillas seguido por una coma, p. o pp. seguido por el número(s)
de página(s).
Ejemplo: John Tutino, “Soberanía quebrada”, p. 34.
d. Las referencias de diferentes autores se separarán con un punto
y coma.
4. Siglas y bibliografía
a. Se incluirán sólo los libros o artículos citados en el texto, así
como las siglas a los archivos a los que se hace referencia.
b. Las referencias bibliográficas se presentarán después de las siglas,
en orden alfabético.
c. Deberá seguirse el siguiente modelo:
Libros
Apellidos, nombre(s), título en itálica, lugar de edición,
editorial, año de edición.
Capítulo en libro
Apellidos, nombre(s), “título”, en autor(es) compilación o
edición nombre y apellido, título resumido en itálica, páginas
del capítulo.
Artículo
Apellido, nombre(s), “título artículo”, en nombre de revista
en itálica, vol., número, año, páginas.
5. Citas
Las transcripciones de más de seis líneas de texto se incluirán en
párrafo aparte, con un margen igual al de la sangría izquierda, sin
comillas, a espacio sencillo.
6. No se aceptarán contribuciones que no cumplan con los requisitos.
7. En un plazo no mayor de 15 días Legajos confirmará la recepción de
la colaboración. Todos los artículos serán sometidos a por lo menos
la evaluación de dos dictámenes en el esquema de doble ciego; así
como a la aprobación del Consejo Editorial que, con base en los
dictámenes, se reserva el derecho de solicitar modificaciones a los
autores o de rechazar los textos. En un promedio de ocho semanas
se notificará a los autores el resultado del dictamen.
8. El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de los
autores y no reflejan en modo alguno el punto de vista de Legajos o
del Archivo General de la Nación.

LEGAJOS, número 2, abril-junio, 2014 183


Legajos. Boletín del Archivo General de la Nación, octava época, núm. 2,
se terminó de imprimir en agosto de 2014
en Tipográfica, S. A. de C. V.
Se tiraron 500 ejemplares.

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