You are on page 1of 4

Miseria de la Sociología

1,113,984

martes, 14 de octubre de 2014


LENIN, LAS HUELGAS Y LA FORMACIÓN DE LA CLASE
TRABAJADORA

Lenin (1870-1924) es conocido como líder revolucionario y organizador. Su fama


como dirigente del partido bolchevique eclipsó sus cualidades como como
teórico social (me resisto a utilizar la palabra “sociólogo). Es claro que Lenin no
era un sociólogo profesional y que, seguramente, habría rechazado esta
caracterización. No obstante, fue un fino analista de la realidad social rusa en
particular, y del capitalismo en general. El artículo “Sobre las huelgas” (1), escrito
en 1899, sirve de ejemplo para exponer las virtudes del Lenin “sociólogo”.
Además, este artículo es interesante porque propone una concepción del origen
de la conciencia de clase del movimiento obrero un tanto diferente a la expuesta
en su célebre obra ¿Qué hacer?

Lenin examina el significado de las huelgas para el movimiento obrero. Su


descripción de las etapas de la lucha de los trabajadores contra el capital se
asemeja a la formulada por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista (1848).
Lenin sostiene que en las condiciones del capitalismo el antagonismo entre
empresarios y trabajadores es inevitable:

“Entre patrones y trabajadores se libra una lucha constante por el salario (…)
Que el obrero trabaje en el campo o en la ciudad, que sea contratado por un gran
terrateniente, un campesino rico, un comerciante o en una fábrica, siempre está
luchando contra él con respecto a su salario.” (p. 136).

Los trabajadores son impotentes frente al capital si lo enfrentan como individuos


aislados. Es por ello que se organizan colectivamente, para contrapesar la
dispersión y la competencia en la que se encuentran sumidos bajo el capitalismo.

“Si el salario del obrero se determina (…) por un contrato entre el patrón y el
obrero, y si el obrero aislado es totalmente impotente, es evidente que los
obreros deben necesariamente defender juntos sus reivindicaciones, deben
necesariamente organizar huelgas para impedir que los patrones rebajen el
salario o para lograr un salario más alto.” (p. 137).

La organización colectiva de los obreros aparece, pues, como una necesidad


económica, como un medio para obtener mejores condiciones en la venta de la
fuerza de trabajo. Pero Lenin va más allá de esto y pasa a examinar la cuestión
de las huelgas desde el punto de vista de la constitución de los trabajadores
como clase.
Las huelgas marcan el comienzo de la lucha de los trabajadores como clase,
superando el estadio del individuo aislado. Ahora bien, es importante enfatizar
que la clase se constituye en la lucha:

“Las huelgas, por dimanar de la propia naturaleza de la sociedad capitalista,


significan el comienzo de la lucha de la clase obrera contra esta organización de
la sociedad. (…) Cuando los obreros aislados se relacionan con los patrones,
permanecen como verdaderos esclavos condenados a trabajar eternamente en
beneficio de otro por un pedazo de pan, a permanecer enteramente como
mercenarios sumisos y silenciosos. Pero cuando los obreros proclaman
juntos sus reivindicaciones y se niegan a obedecer a los que tienen la bolsa
de oro, entonces dejan de ser esclavos, se convierten en seres humanos y
comienzan a exigir que su trabajo no sólo sirva para enriquecer a un puñado de
parásitos, sino que permita a los trabajadores vivir como personas. Los
esclavos comienzan a exigir transformarse en dueños: a trabajar y vivir no
como quieren los grandes terratenientes y capitalistas, sino como quieran los
propios trabajadores. Si las huelgas infunden siempre tal espanto a los
capitalistas es porque comienzan a hacer vacilar su dominio.” (p. 138; el
resaltado es mío).

Es la acción colectiva de la clase trabajadora, manifestada en la huelga, la que


convierte a los obreros en una clase consciente de sus derechos. Lenin expresa
esto al decir que los obreros dejan de ser esclavos y se convierten en personas.
El esclavo es, por su condición, incapaz de llevar adelante una acción autónoma;
para hacerlo, debe romper con la relación de esclavitud. El trabajador, al
protestar colectivamente en la huelga contra los capitalistas, deja de ser esclavo
y se convierte en persona, es decir, en alguien capaz de acciones autónomas.
En Lenin esta transformación se verifica por medio de la participación en la
acción colectiva.

Lenin examina los mecanismos por medio de los cuales la huelga incide sobre
la conciencia de los trabajadores. En primer lugar, está la cuestión del
reconocimiento del papel que juega la clase obrera en el proceso productivo:

“Cuando los obreros se niegan a trabajar, todo este mecanismo [la producción
capitalista] amenaza con paralizarse. Cada huelga recuerda a los capitalistas
que los verdaderos dueños no son ellos, sino los obreros, que proclaman
cada vez más sus derechos con creciente fuerza. Cada huelga recuerda a los
obreros que su situación no es desesperada, que no están solos.” (p. 139; el
resaltado es mío).

Al paralizar la producción, los trabajadores toman conciencia de que son el motor


del proceso productivo. Vacila la creencia de sentido común acerca del carácter
imprescindible de los empresarios en la organización de la producción.

En segundo lugar (aunque no en orden de importancia), está la cuestión


fundamental de que la huelga hace que los trabajadores se vean a sí mismos
como colectivo, como clase.
“Durante una huelga el obrero proclama en voz alta sus reivindicaciones,
recuerda a los patrones todos los atropellos de que ha sido víctima, proclama
derechos, no piensa solo en sí mismo ni en su paga, sino también en todos sus
camaradas, que han abandonado el trabajo junto con él y que defienden la causa
obrera sin temer las privaciones.” (p. 139).

Para Lenin, la clase obrera no es una cosa preexistente a la lucha contra el


capital. Sin acciones colectivas, los trabajadores existen como sujetos
explotados, como un grupo de individuos que se encuentran en la misma
situación respecto a los medios de producción. Pero son individuos aislados, que
viven la explotación capitalista como un fenómeno natural. Es por ello que
remarca que la huelga constituye una medida central en la constitución de la
clase trabajadora, pues hace que cada trabajador vea al otro huelguista como su
compañero, como alguien con quien comparte un destino común. El aislamiento
de los trabajadores reproduce las condiciones necesarias para la naturalización
de la explotación capitalista; la acción colectiva, en cambio, quiebra esa
naturalización, pone las cosas del revés, poniendo en discusión aunque sea por
un rato el dominio de los capitalistas sobre los trabajadores.

Por último, la huelga opera también desarrollando la conciencia política de los


trabajadores, tanto al interior de la fábrica como hacia fuera de ella.

“La huelga enseña a los obreros a comprender dónde radica la fuerza de los
patrones y dónde la de los obreros, enseña a pensar no sólo en su patrón ni en
sus camaradas más cercanos, sino en todos los patrones, en toda la clase
capitalista y en toda la clase obrera. (…) los obreros ven con claridad que la clase
capitalista en su conjunto es enemiga de toda la clase obrera y que los obreros
pueden confiar tan sólo en sí mismos y en su unión.” (p. 139-140).

En el interior de la fábrica (el ámbito de las relaciones políticas de la producción),


los trabajadores dejan de verse a sí mismos como individuos aislados. Esto tiene
su correlato en la percepción que tienen del empresario de la fábrica en que
trabajan. Ya no lo ven como un propietario aislado, sino como un miembro de un
colectivo, la burguesía, cuyos intereses chocan con los de los trabajadores.

Hacia el exterior de la fábrica, los trabajadores tropiezan con el carácter de clase


del Estado:

“El obrero comienza a comprender que las leyes se dictan en beneficio exclusivo
de los ricos, que también los funcionarios defienden los intereses de los ricos,
que la clase obrera es silenciada y que no se le permite expresar sus
necesidades (…) Cada huelga afirma y desarrolla en los obreros la conciencia
de que el gobierno es su enemigo y de que la clase obrera debe prepararse para
luchar contra él por los derechos del pueblo.” (p. 141).

Este avance en la concepción del Estado por los trabajadores, es otra muestra
del papel que Lenin atribuye a la acción colectiva de los obreros en la
constitución de la clase en tanto colectivo capaz de actuar de manera autónoma
frente a la burguesía.
Villa del Parque, martes 14 de octubre de 2014

You might also like