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MANUSCRITOS DE 1844 es uno de los trabajos de Carlos Marx

que má* interés ha suscitado en les úffimos años. Fruía de bo-


rradores incondasos sobre economía, política y SlosoBa que no
bairiaw sido preparados para imp> enla y sók» se conocieron mu-
chos años después de Sa muerte del autor, constituyen la primera
conformación deí pensamiento manrista en el proceso que de-
semboca en la concepción del materialismo dialéctico e histó-
rico. E nuevo concepto sobre ia esencia del hombre que Marx
elabora en esta obra originó diversas polémicas, y hubo quienes
—especulando con cierta terminología aún impropia en sus obras
juveniles y desvirtuando ei sentido concreto e histórico dado
por Marx al concepto de alienación- han querido ver una di-
cotomia entre el Marx joven y el Marx maduro, una contradicción
entre dos marxismos. Y reivindicando como "atrtérrttco" ai jnw-
nfl, contrapuesto a las inconsecuencias que contendría el mar-
xismo adulto, han dado sustento a múltiples deformaciones de
ia teoría * la metodología del gran pensador.
Estas circunstancias legitiman el interés por los MANUSCRITOS
y justifican esta edJdóa castellana, ia primera en nuestro kfio-
roa completa y rigorosamente cotejada, sin tes mutiladones y
tergiversaciones de textos fragmentarios cfifundidos anterior-
mente. Tanto la rigidez en el método como la fuerza e ironía
expresiva de Mam están presentes en esta cuidada versión, su-
mamente rica en notas y acotaciones del eminente erudito Emite
BotügeiS, profesar de La Sorbona. La precede, además, on es-
tudio de Abel Garda Sarceió. qoe analiza en profundidad tí pro-
blema de la alienación desde los MANUSCRITOS a EL CAPITAL,
aportando útiies reflexiones al conocimiento del pensamiento
marxista.
CABIOS MARX

MANUSCRITOS
DE 1844
ECONOMÍA POLITICA
Y FILOSOFÍA

Editorial Cartago
BUENOS AIRES
1984
forma imitada de la crítica —digamos, la del siglo XVIII— y con. el
limitado espíritu de la masa. Por último, cuando tienen lugar algu-
nos descubrimientos —como los de Feuerbach— acerca de la natura-
leza de sus propios postulados filosóficos, el teólogo crítico, o bien
se da el aire de haberlos realizado él mismo —pues toma los resul-
tados de esos descubrimientos y, sin poder elaborarlos, los arroja
como si fueran la voz de orden, a la cabeza de los escritores todavía
aprisionados por la filosofía—, o bien llega a tomar en serio su ele-
vación por encima de los descubrimientos,, no, quizá, esforzándose
o siendo capaz de restablecer la justa relación entre algunos elemen-
tos de la dialéctica de Hegel, que lamenta no encontrar en esta PBMER MANUSCRITO1
crítica [de Feuerbach] o cuyo goce critico aún no se le ha ofreci-
do, sino poniéndolos de modo misterioso por delante, en contra de SALARIO
esa critica de la dialéctica hegeliana, de una manera velada, taima-
da y escéptíca, en la forma particular que le es inherente; así, por [I] El salaría se determina por la lucha sin cuartel entre capita-
ejemplo, la categoría de la prueba mediata contra la de la verdad lista y obrero. Necesariamente, triunfa el capitalista. El capitalista
positiva que tiene su origen en ella misma. En efecto, el crítico teo- puede vivir sin el obrero más tiempo que el que éste puede vivir
lógico encuentra muy natural que en el aspecto filosófico todo esté sin aquél. La unión entre capitalistas es tan corriente como efectiva,
por hacerse, de modo que puede charlatanear acerca de la pureza, pero la de los obreros está prohibida y les acarrea enoj'osas conse-
el carácter decisivo y toda crítica crítica, y tiene la sensación de que cuencias- Además, el terrateniente y el capitalista pueden agregar
es el verdadero vencedor de la filosofía, sí es que por azar siente que a sus rentas algún provecho de la industria: el obrero no puede
en Feuerbach falta un elemento de Hegel. porque nuestro crítico agregar renta de la tierra ni intereses de capitales a sus ingresos
teolósaco. aunque practica la idolatría espiritualista de la "Concien- en la industria. Por eso es tan grande la competencia entre los
cia de s™ y del "Espíritu", no supera el sentimiento para alcanzar la obreros. De modo, pues,, que la separación entre capital, propiedad
conciencia. > de la tierra y trabajo es una separación necesaria, esencial y perju-
Bien mirada. la crítica teológica, aunque en los comienzos del dicial sólo para el obrero. El capital y la propiedad de la tierra pue-
movimiento haya sido un verdadero momento del progreso, no es, den dejar de ceñirse a los límites de esta abstracción, pero el tra-
en último análisis, otra cosa que la culminación y la consecuencia bajo de,l obrero no puede evadirse de éstos.
Ióeica. llevadas hasta su caricatura teológica, de la vieja trascenden- Por consiguiente, la separación entre capital, renta de la tierra
cia de la filosofía y, en particular, de Hegel. En otra ocasión he de y trabajo es mortal para el obrero.
mostraren detalle esta interesante iustjcia de la historia, esta Ne^ La escala mínima —la única necesaria— para establecer el sala-
mesis histórica, que ahora dispone que la teología, que siempre _fue rio es la subsistencia del obrero durante el trabajo, más el necesario
la manzana podrida de la filosofía, represente también en__sí_la
1
descomposición negativa" dé~Iá~ filosofía. "e~s~ _ decir, su proceso de Es un conjunto de 36 páginas que Marx encuadernó y folió con nú-
putrefacción. meros romanos. Cada página ha sido dividida en tres columnas, y éstas
llevan los títulos respectivos de Salario, Utilidad del capital y Renta de la
< Por el contrario, en qué medida los descubrimientos dé Feuer- tierra. Es probable que Marx haya concebido la división de su manuscrito
bach acerca de la esencia de la filosofía tornan siempre necesaria, en tres partes casi del todo iguales y titulado las columnas con anterioridad
por lo menos para que les sirva de prueba, una explicación crítica a la redacción. Sin embargo, a partir de la página XXII tanto los títulos
como la división en columnas pierden toda su significación, pues Marx co-
con la dialéctica filosófica, ello ha de desprenderse de mi expo- mienza a titular de acuerdo con el tema que encara; en este caso, Trabajo
sición. > alienado. El primer manuscrito se interrumpe en la página XXVII.

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excedente para poder alimentar una familia y para que la raza de
los obreros no se extinga. El salario ordinario es, según Smith, el [II] Las fluctuaciones accidentales y súbitas del precio del
más bajo compatible con la simple humanité2, es decir, con una mercado afectan menos a la renta de la tierra que a la parte del
existencia de animal. precio que deriva en utilidad y en salarios, pero afectan menos a
La demanda de hombres necesariamente regula Ja producción la utilidad que al salario. La mayoría de las veces, por cada salario
de los hombres como de cualquier otra mercancía3. Si la oferta que aumenta hay otro que permanece estacionario y otro que dis-
es mayor que la demanda, una parte de los obreros cae en la men- minuye.
dicidad o la muerte por inanición. La existencia del obrero está El obrero no gana necesariamente cuando el capitalista gana,
reducida, por lo tanto, a las condiciones de existencia de cualquier pero necesariamente pierde cuando éste pierde. De manera que el
otra mercancía.. El obrero se ha convertido en una mercancía, y obrero no gana cuando el capitalista, en virtud del secreto de fabri-
mucha suerte tendrá si logra venderse. Y la demanda, de la que cación o del secreto comercial, o en virtud de los monopolios o de
depende la vida del obrero, depende del humor de los ricos y de los la situación favorable de su propiedad, mantiene el precio del mer-
capitalistas. Si [la] * cantidad de la oferta [supera] a la demanda, cado por sobre el precio natural.
uno de los elementos [que constituyen] el precio (utilidad, renta Más aun: los precios del trabajo son mucho más constantes que
de la tierra, salario) se pagará por debajo del precio; [una parte los precios de los medios de subsistencia. A menudo están en una
de] estas determinaciones se sustrae, pues, a esa utilización, y el relación inversa. En un año de carestía, el salario disminuye a causa
precio del mercado gravita, así, [alrededor] de su centro: el precio de la reducción de la demanda, pero aumenta a causa del alza de
natural 5 . Pero: 1) En un alto nivel de la división del trabajo, al los medios de "subsistencia; queda, pues, compensado. En todo caso,
obrero es a quien más difícil resulta darle una orientación diferente hay una cantidad de obreros privados de pan. En los años de bara-
a su trabajo; 2) A él es a quien primero alcanza este perjuicio, de- tura, salario elevado por elevación de la demanda, y disminuido a
bido a su relación de subordinación con respecto al capitalista. causa de los precios de los medias de subsistencia; por lo tanto,
Por el hecho de que el precio del mercado gravita alrededor compensado.
del precio natural, el obrero es, por lo tanto, quien pierde más, y Otra desventaja del obrero:
pierde de modo absoluto. Y precisamente la posibilidad que tiene el
capitalista de darle otra orientación a su capital tiene la consecuen- Los precios del trabajo de los diferentes tipos de obreros son
cia, o bien de privar de pan a Touorier 8 , limitado a una determinada mucho más variados que las ganancias de las diversas ramas en
rama de la actividad, o bien de forzar al obrero a que se someta a las que se invierte él capitaL En el trabajo, toda la diversidad natu-
todas las exigencias de ese capitalista. ral, intelectual y social de la actividad individual aparece y se paga
de manera diferente, en tanto que el capital siempre actúa de
acuerdo consigo mismo y es indiferente a la actividad individual real.
3
Ada:n Smith, Recherches sur la nature et les causes de la richesse des Hay que señalar, de una manera general, que allí en donde
nations (Investigaciones acerca de la naturaleza y las causas de la riqueza obrero y capitalista sufren por igual, el obrero sufre en su existenr
de las naciones), traducción de Germain Garnier, París, 1802, t. I, pág. 138.
Las palabras simple humanité (mera humanidad) están en francés en el texto cia, y el capitalista en la utilidad de su inerte becerro de oro.
de Marx.
3 El obrero tiene que luchar no sólo por sus medios de subsis-
Smilh, loe. cit., t. I, pág. 162.
tencia físicos además, debe luchar por obtener trabajo, es decir,
* Una mancha de tinta vuelve ilegibles varias de las palabras de este por la posibilidad o los medios de realizar su actividad.
fragmento; las que aquí ponemos entre corchetes parecen corresponder al
sentido del texto.
Tomemos los tres estados principales en que puede hallarse la
5
Aquí, como en varios otros momentos, Marx no hace sino adoptar la sociedad y consideremos la situación del obrero en ésta.
terminología y las definiciones de los economistas cuyo pensamiento se limita
a resumir y comentar, por ahora. I o Si la riqueza de la sociedad declina^ el obrero es quien sufre
8
£ / obrero. En francés en el texto. más, porque: aunque la clase obrera no puede ganar tanto como la
cíe los propietarios cuando la sociedad se halla en estado de pros-
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pexídad, ninguna dase sufre tan acerbamente la declinación, de ésta
como la clase de los obreros''.
su trabajo hace aumentar, a la vez, la competencia entre los obreros
[III] 2P) Tomemos ahora una sociedad en la que la riqueza y disminuir, por consiguiente, so precio. Esta situación del obrero
progrese. Este es el único estado que favorece al obrero. En él alcanza su punto culminante en el régimen de las fábricas.
interviene la competencia entre los capitalistas. La demanda de
obreros supera a la oferta. Pero: y) En una sociedad en la que la prosperidad aumenta, sólo los
más ricos pueden seguir viviendo del interés del dinero. Todos los
Por una parte, el aumento del salario arrastra el exceso de demás deben invertir su capital en una empresa, o bien arrojarlo en
trabajo entre los obreros. Cuanto más desean ganar, tanto más el comercio. Por consiguiente, aumenta, pues, la competencia entre
deben sacrificar su tiempo y cumplir un trabajo de esclavo al ser- los capitales, la concentración de capitales se vuelve más grande, los
vicio de- la avidez, renunciando por entero a toda libertad. De este grandes capitalistas arruinan a los pequeños y una parte de los
modo acortan el tiempo que les queda por vivir. Este acortamiento antiguos capitalistas cae en la clase de los obreros, que debido a
de la duración de su vida es una circunstancia favorable para la este aporte sufre, por una parte, una nueva compresión del salario
clase obrera en su conjunto, parque torna incesantemente necesario y cae en una dependencia aun mayor con respecto a unos pocos
un nuevo aporte. Esta clase siempre debe sacrificar una parte de grandes capitalistas; debido a que el número de capitalistas dismi-
si misma a fin de que no muera en su conjunto. nuye, su competencia en la búsqueda de obreros ya casi no existe,
Además: ¿Cuándo una sociedad se encuentra en estado de cre- y debido a que el número de obreros aumenta, la competencia en-
ciente enriquecimiento? Cuando los capitales y las rentas de un tre ellos se vuelve tanto más grande, más contraria a la naturaleza y
país aumentan. Pero esto sólo es posible más violenta. Una parte de la clase obrera cae, pues, tan necesaria-
a) si se amontona mucho trabajo, porque el capital es trabajo mente en el estado de mendicidad o de hambruna como una parte
acumulado; por consiguiente, si una parte siempre más grande de de los capitalistas medianos cae en la clase obrera.
sos productos es arrebatada de las manos del obrero, si su propio
trabajo se opone a él cada vez más como propiedad ajena y si sus De ahí que la necesaria consecuencia para el obrero, aun en
medios de existencia y de actividad se concentran cada vez más el estado de la sociedad más favorable a él, sea el exceso de traba-
en manos del capitalista. jo y la muerte precoz, el rebajamiento a la condición de máquina,
de esclavo del capital que se acumula de modo peligroso frente a
p") La acumulación de capital acrece la división del trabajo. él, la renovación de la competencia, la muerte por inanición o la
La división del trabajo acreee- el número de obreros; a la inversa mendicidad de una parte de los obreros.
el número de obreros hace aumentar la división del trabajo, tal
cual como la división del trabajo hace aumentar la acumulación de [V] El alza del salario excita en el obrero la sed de enrique-
capitales. Debido al hecho de la división del trabajo, por una parte, cimiento propia del capitalista, pero sólo puede satisfacerla con el
y de la acumulación de capitales, por la otra, el obrero depende sacrificio de su espíritu y de su cuerpo. El alza del salario supone
cada vez más, lisa y llanamente, del trabajo, pero de un trabajo la acumulación del capital; la arrastra. Opone, pues, como cada vez
determinado, unilateral, mecánico. Por lo tanto, así como es intelec- más extraños entre sí, al obrero cgn_ej_producto_jíePrabái(). Del
tual y físicamente rebajado a la condición de máquina, y de hom- mismo modo, la división del trabajo acrece cada vez masóla estre-
bre se lo trasforma en una actividad abstracta y un vientre, así chez y la dependencia del obrero, así como arrastra la competencia
depende cada vez más de todas las fluctuaciones del precio del no sóio de los hombres, sino hasta de las máquinas. Como el obrero
mercado, de la utilización de los capitales y del humor de los ricos. ha descendido a la condición de máquina, la máquina puede opo-
El acrecentamiento de la clase de hombres [IV] que sólo poseen nérsele y~hacérTe~competencia. Por último, del mismo modo como la
acumulación del capital hace aumentar la cantidad de la industria
y, por lo tanto, de los obreros, la misma cantidad de industria
i Smith, loe. ctt., t II, pág. 162. produce, debido a esta acumulación, una mayor cantidad de obra,
48 que se trasforma en sobreproducción y tiene por resultado final,

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trabajo, y que el alza del salario y el alza del interés del capital
ora privar de su pan a una gran parte de los obreros, ora reducir el inciden en el precio de las mercancías como interés simple é interés
salario de éstos al minirrio más miserable. compuesto 9 .
Tales son las consecuencias de un estado social sumamente Nos dice que originalmente y por concepción misma "todo el
favorable al obrero, esto es, el estado de la riqueza creciente y rtrnrlij?.tarieltrabafo pertenece al obrero". Pero al mismo tiempo nos
progresiva. dice que, en realidad, lo que vuelve al obrero es la parte más pe-
Pero claro está que ese estado de crecimiento debe terminar queña v estrictamente indispensable del producto, justo lo necesa-
por alcanzar su punto culminante. ¿Cuál es entonces la situación rio, no para que exista como hombre, sino para que exista como
del obrero? obrero, no para que pergenie lá~humanidad, sino para qué perpe-
túe la clase esclava de ios obreros.
39 En un país que hubiere alcanzado el último grado El economista nos dice que todo se compra con trabajo y que
posible de riqueza, el salario y el interés del capital serian el capital sólo es trabajo acumulado. Pero al mismo tiempo nos
igualmente muy bajos. La competencia entre los obreros dice que el obrero, lejos de podeT comprarlo todo, está obligado a
por obtener ocupación sería necesariamente tal, que los venderse a sí mismo v a vender su condición de hombre.
salarios estarían reducidos a lo que es lisa y llanamente En tanto que la renta de la tierra del perezoso terrateniente se
suficiente para mantener el mismo número de obreros; y eleva la mayoría de las veces a la tercera parte del producto de la
como el país estaría ya íntegramente poblado, ese número tierra y la utilidad del industrioso capitalista llega a alcanzar el
nunca podría aumentar 8 . doble del interés del dinero, la sobra —lo que gana el obrero en
el mejor de los casos— implica justo lo bastante para que dos de sus
El 4 - debería morir. hijos, de los cuatro que tiene, se vean condenados a pasar hambre
Conque: en el estado de declinación de la sociedad, progresión V morir. [VTT] En tanto que, según los economistas, el trabajo es
de la miseria "del obrero; en el estado de prosperidad creciente, la única cosa merced a la cual el hombre aumenta el valor" de los
complicación de la miseria; en el estado de prosperidad perfecta, procluctos de la naturaleza; en tanto que el trabajo es su propiedad
misena estacionaria. activa, el terrateniente y el capitalista, que según la misma econo-
[VI] Pero como, según Smith, una sociedad "no puede segura- mía política sólo son, corno terratenientes y capitalistas, dioses pri-
mente reputarse feliz y próspera cuando la aplastante mayoría de vilegiados y ociosos, en todas partes son superiores al obreroy le
sus miembros" sufre, y puesto que el estado más rico de la sociedad imponen sus leyes.
arrastra el sufrimiento y que la economía política (en general, la En tanto que, según los economistas, el trabajo es el único
sociedad del interés privado) conduce al estado de extrema riqueza, precio inmutable de las cosas, nada es más contingente que el pre-
la finalidad de la economía política es, por lo tanto, la desgracia cio del trabajo, nada está más expuesto a fluctuaciones extremas.
de la sociedad. " En tanto que la división del trabajo aumenta la fuerza producti-
En cuanto a la relación entre obrero y capitalista, aún debería- va del trabajo, la riqueza y el refinamiento de la sociedad, empo-
mos señalar que la elevación del salario está más que compensada brece al obrero hasta hacer de él una máquina. En tanto que el
para el capitalista por la disminución de la cantidad de tiempo de trabajo arrastra la acumulación de capitales y, por consiguiente, la
prosperidad creciente de la sociedad, hace que el obrero dependa
cada vez más del capitalista, lo coloca en una competencia intensa,
8
Cf. Smith, loe. cit. Marx se valía para su trabajo de la' mencionada lo impulsa al ritmo desenfrenado de la sobreproducción, a la que
traducción francesa de Germain Garnier (París, 1802), de la cual da en este sucede una extenuación igualmente profunda.
caso una indicación precisa —t. I, pág. 193— aunciue no se trata en realidad
de una cita textual sino de una versión condensada. Es útil señalar que en
distintas referencias a éste y otros autores, a lo largo del manuscrito, Marx o Smith, loe cit^ L I, pág. 20L
procede en varios casos de la misma manera.
51
50
En tanto que, según los economistas, el interés del obrero nun-
ca se opone al interés de la sociedad, la sociedad siempre y necesa- bajar. No lo considera en el tiempo en que no trabaja, como hombre;
riamente se opone al interés del obrero. pero deja que de ello se ocupen la justicia en lo caiminal, los médi-
Según los economistas, el interés del obrero nunca se opone cos, la religión, los cuadros estadísticos, la política y el preboste de
al de la sociedad: I o porque la elevación del salario está más que los mendigos.
compensada por la disminución de la cantidad de tiempo de traba- Remontémonos ahora más alto que el nivel de la economía
jo, amén de las otras consecuencias antes expuestas, y 2 o porque, política y- busquemos, según lo que precede y que ha sido expuesto
en relación con la sociedad, todo el producto bruto es producto ne- casi en los mismos términos de los economistas 10, las respuestas a
to, y el neto sólo tiene sentido relacionado con el individuo privado. dos preguntas.
Pero que el trabajo mismo —no sólo en las actuales condicio- 1? ¿Qué sentido adquiere en el desarrollo de la humanidad la
nes, sino, en general, en la medida en que su finalidad es el mero reducción de la gran mayoría de los hombres a trabajo abstracto?
aumento de la riqueza—, que el trabajo mismo, digo, es nociva 2P ¿Cuál es la falta que cometen los reformadores en détaS.'L1
producto neto, y el neto sólo tiene sentido relacionado con el indi- que, o bien quieren elevar el salario y mejorar de tal modo la situa-
viduo privado. ción de la clase obrera, o bien consideran, como Proudhon, la
igualdad del salario como el propósito de la revolución social? M
* # #
En economía política, el trabajo sólo aparece en forma de
actividad con miras a una ganancia.
Por sus conceptos mismos, la renta de la tierra y la ganancia
capitalista son deducciones que sufre el salaria. Pero en realidad el [VIII] Puede afirmarse que algunas ocupaciones que
salario es una deducción que la tierra y el capital conceden al obre- suponen disposiciones específicas o una formación más
ro, una concesión del producto del trabajo al obrero, al trabajo. vasta se han vuelto, en conjunto, más lucrativas, en tanto
que el salario relativo para una actividad mecánica unifor-
En_ el estado de declinación deja sociedad es cuando el obrero
me, en la que cualquiera puede fácil y rápidamente for-
sufre más. Él peso específico de la presión que sufre lo debe a su
marse, ha bajado a medida que aumentaba la competencia,
situación de obrero, pero la presión la debe, en general, a~Tá
y por fuerza tenía que bajar. Y es precisamente esta cíase
situación d e la sociedad. '
de trabajo la que en la actual organización de éste es, de
Pero en el estado progresista de la sociedad, la ruina y el lejos, la más frecuente. Si, por lo tanto, un obrero de
empobrecimiento del obrero son el producto de "su trabajo y de la primera categoría gana ahora siete veces más y otro de
riqueza que crea. Miseria que resulta, pues, de la esencia del ac- segunda categoría tanto como hace, digamos, cincuenta
tual trabajo. ~~ años, ambos ganan, por cierto, cuatro veces más, por tér-
El estado más próspero de la sociedad —ideal nunca alcanzado mino medio. Pero si en un país la primera categoría de
excepto de modo aproximativo, pero que es, cuando menos, el trabajo ocupa 1.000 obreros y la segunda un millón de
propósito tanto de la economía política como de la sociedad bur- hombres, 999.000 no se encuentran mejor que hace cin-
guesa— significa para los obreros miseria estacionaría.
Desdé luego que la economía política sólo considera al pro- 10
La mayoría de los asuntos desarrollados hasta aquí son, en efecto, el
letario, es decir, a aquel que vive, sin capital ni renta de la tierra, resumen de las ideas de Adam Smith, aunque no hayan sido formulados
nada más que del trabajo, de un trabajo unilateral y abstracto, con los mismos términos de éste.
11
como obrero. En principio puede, pues, establecer que, compiin En detalle, de manera detallada. En francés en el original.
12
caballo cualquiera, debe ganar lo bastante para que pueda tra- En ¿Qiié es la propiedad? (París, 1840), Proudhon sostiene que "Como
asociados, los trabajadores son iguales; que uno de ellos sea mejor pagado
que otro implica una contradicción'* (pág. 99),
52
53
cuenta años, y se encuentran peor si al mismo tiempo el
precio de los artículos de primera necesidad ha aumentado.
mentada su producción toral en un tercio con relación a
Y con este tipo de cálculos de términos-medio superficiales
la sociedad ,5 , el obrero que al fin de los diez años gana
se pretende engañar respecto de la clase mas numerosa de
la población. Además, el monto del salario no es más que lo mismo que al comienzo no ha quedado tan próspero, sino
un factor en la apreciación de la renta del obrero I3 , pues que se ha empobrecido en un tercio." (Ibíd., págs. 65-66.)
para medir éste es además esencial considerar la duración
que se le ha asegurado, lo cual, no obstante, no puede de Pero la economía política sólo conoce al obrero como bestia de
ninguna manera encararse en esta anarquía de lo que se carga, como un animal reducido a las necesidades vitales más es-
llama libre competencia, con sus fluctuaciones y sus sacu- trictas.
didas que se reproducen sin cesar. Por último hay que
tener en cuenta el tiempo de trabajo habitual, antes y aho- Para que un pueblo pueda desarrollarse con más liber.-
ra. Ahora bien, para los obreros ingleses de la industria tad desde el punto de vista intelectual, debe dejar de sufrir
algodonera hace ya veinticinco años, es decir, precisamen- la esclavitud de sus necesidades tísicas, debe dejar de ser
te desde la introducción de las máquinas que economizan el siervo oe su cuerpo. Asi, pues, ante todo debe disponer
trabajo, que ese tiempo ha sido elevado, debido a la sed de tiempo para poder crear con su intelecto y disfrutármele
de ganancias de los empresarios, [IX] hasta doce y dieci- los goces del espíritu. Los progresos que se realizan en el
séis horas diarias, y el aumento en un país y en una rama organismo del trabajo ganan ese tiempo. ¿Acaso con las
de la industria debía sobre poco más o menos hacerse nuevas fuerzas motrices y el mejoramiento de las máquinas
sentir también en otras partes, porque !a explotación abso- un solo obrero de las fábricas de algodón no ejecuta a me-
luta de los pobres por los ricos todavía es un derecho re- nudo la obra de 100 y hasta de 250 ó 350 obreros de anta-
conocido por doquier I4 . (Schulz, Movimiento de la pro- ño? Parecidas consecuencias en todas las ramas de la pro-
ducción, pág. 65.) ducción, porque las fuerzas exteriores de la naturaleza son
cada vez más 1 8 forzadas [X] a participar en el trabajo
Pero si así como es falso fuera cierto que la renta me- humano. Si para satisfacer cierta cantidad de necesidades
dia de todas las clases de la sociedad ha aumentado, las materiales antes era menester un consumo de tiempo y de
diferencias y las separaciones relativas de la renta pueden, fuerza humana que más tarde se redujo a la mitad, el
no obstante, haber crecido y los contrastes entre la riqueza margen de tiempo necesario para la creación y el goce inte-
y la pobreza se manifiestan, por consiguiente, con más lectual aumentóse a la vez otro tanto, sin que el bienestar
fuerza. Porque debido precisamente a que la producción físico sufriera por ella. Pero hasta el reparto del botín que
global aumenta, y en la medida misma en que ello se le arrebatamos al viejo Cronos en su propio campo lo deci-
produce, las necesidades, los deseos y los apetitos también de el juego de dados del azar ciego e injusto. En Francia
aumentan, en tanto que la pobreza absoluta disminuye. se ha calculado que, en el actual nivel de la producción,
El samoyedo, con su aceite de ballena y su pescado rancio, un tiempo medio de trabajo de cinco horas por día, distri-..
no es pobre, porque en su cerrada sociedad todos tienen las buido entre todos aquellos que son aptos para trabajar,
mismas necesidades. Pero en un Estado que marcha ade- bastaría para satisfacer todos los intereses materiales de la
lante y que durante unos diez años, por ejemplo, ha au- sociedad... Sin tomar en cuenta algunas economías de
13
En Schulz, de la renta del trabajo. 15
14 En Schulz, la población.
Díe Bewegung der Produktion. Eine geschichtlích-stafístische Abhand- la
von Wilhelm Schulz, Zurich tind Winterthur, 1843. El aspecto cortante de esta redacción se debe a que Marx resume las
frases de Schulz; al mismo motivo han de atribuirse las casos similares que
se hallarán más adelante.

55
tiempo llevadas a cabo merced al perfeccionamiento de las independiente... ambos sexos se han aproximado en sus
máquinas, la duración del trabajo de esclavo en las fábri- relaciones sociales (IbícL, págs. 71-72).
cas no ha hecho más que aumentar para una gran parte de En las hilanderías inglesas movidas a vapor y á fuerza
la población (Z&íi, págs. 67-68). hidráulica trabajaban, en 1835: 20.558 niños de 8 a 12 años;
35.867 de 12 a 13 años y, por último, 108.3)8 de 13 a 18
El paso del trabajo manual complejo [al trabajo me-
años Cierto es que los ulteriores progresos de la mecá-
cánico] supone su descomposición en sus operaciones sim-
nica, al liberar a los hombres de las ocupaciones uniformes,
ples; sin embargo, sólo al comienzo una parte de las ope-
raciones que concurren de modo uniforme atañerá a las tienden a eliminar [XII] poco a poco esa anomalía. Pero
máquinas, en tanto que la otra será traspasada a los hom- a estos progresos bastante rápidos se opone aún, precisa-
bres. Según la naturaleza misma de la cosa y según el re- mente, el hecho de crae los capitalistas pueden apropiarse
sultado concordante de las experiencias, semejante activi- de las fuerzas de las clases inferiores, inclusrve la infancia,
dad continuamente uniforme es tan nefasta para el espíritu de la manera más fácil y cómoda, para emplearlas en lugar
como para el cuerpo; y asá, en esta tentón del maqumismo de los auxiliares mecánicos • abusarse de ellas (Schulz,
con la simple división del trabajo entre un. número mayor Moer, de la produce^ oáas. 70-71).
de manos necesariamente aparecen, también, todas las Llamado de Lord Brongham a los obreros: "i Conver-
desventajas de esta última. Estas desventajas se ponen de tios en capitalistas!"... "Lo malo es que millones de hom-
manifiesto, entre otras cosas, en el aumento de la mortali- bres apenas pueden mezquinamente ganarse sus medios de
dad de los obreros [XI] de fábricas... La gran distinción subsistencia gracias a un trabaio agotador, aue físicamente
entre la medida en que los hombres trabajan con la ayuda los mina y oue moral e intelectualmente los debilita, v
de máquinas y la medida en que trebejan como máquinas hasta tienen que considerar como una suerte Ta desgracia
no se la h a , . . tenido en cuenta (TbtáL, pág. 69). de haber encontrado semejante trabajo.' (Ibíd., pág. 60.)
Pero las fuerzas naturales privadas de razón que ac- "Así, pues, para vivir, los no-propietarios están obli-
túan en las máquinas serán, en el futuro de la vida de los gados a ponerse, en forma directa o indirecta, al servicio
pueblos, nuestras esclavas y nuestras siervas {Ibíd^, pág. de los propietarios, es decir, bajo la dependencia de éstos."
74). (Pecqueur, Teoría nueva de economía social, etc., pág.
Las hilanderías inglesas ocupan 196.818 mujeres y sólo 409.) "
158.818 hombres. Por cada 100 obreros, en las fábricas de Domésticos—rmm; obreros—salarios; empleados—sueldo
algodón del condado de Lancaster, hay 103 obreras, y en o emolumento (Ibíd., págs. -409-410).
Escocia alcanzan a 209. En las fábricas inglesas de cáñamo "Alquilar su trabajo", "prestar su trabajo a interés",
de Leeds se cuentan, por cada 100 obreros hombres, 147 "trabajar en lugar de otro."
mujeres. En Druden, así como en la costa oriental de Esco- "Alquilar la materia del trabajo'*, "prestar la materia
cia, llegan hasta a 280. En las fábricas de seda inglesa, del trabajo a interés", "hacer trabajar a otro en su lugar"
muchas obreras; en las fábricas de lana que demandan una (Ibíd.. pág. 411).
mayor fuerza de trabajo, más hombres... inclusive en las [XIII] Esta constitución económica condena a los
fábricas de algodón de América del Norte no había, en hombres a oficios tan abyectos, a una degradación tan
1833, menos de 38.927 mujeres ocupadas, por 18.593 hom- desolaciora y amarga que, en comparación, el salvajismo
bres. Debido a las trasformaciones sobrevenidas en el orga-
nismo del trabajo, un campo mas vasto de actividad con 17
C. Pecqueur, Théorie nouveUe tTéconomie sociale et politique ou étude
miras a la ganancia se le ha asignacla^pues, al sexo feme- sur Torganization des sociétés, París, 1842. Las citas de Pecqueur están en
nino. .. Las mujeres [en] una posición económica más francés en el texto de Marx.

57
parece una condición regia (I. c , págs. 417-418). La pros- La economía política considera el trabajo abstracto co-
titución de la carne no-propietaria en todas las formas mo una cosa; el trabajo es una mercancía; si su precio es
(pág. 421 y sig.). Traperos. alto, quiere" decir que ,1a mercancía es muy solicitada; si
es, por el contrario, muy bajo, quiere decir que es muy
Ch. Loudon1S, en su obra Solución del problema de la po- ofrecida: como mercancía, el trabajo debe bajar cada vez
blación, etc. (París, 1842), estima que en Inglaterra el número de más de precio; la competencia entre capitalistas y obreros,
prostitutas es de 60.000 ó 70.000. El número de las femmes ¿une o bien la competencia entre obreros, lo exige 23 .
vertu douteuse1* sería igualmente grande (pág. 228).
. . . La población obrera, vendedora de trabajo, está
El término medio de estas desventuradas criaturas del necesariamente forzada a aceptar la parte mínima del pro-
arroyo, ya entregadas a la carreradel vicio, és_mas o píe- ducto ¿es la teoría del trabajo-mercancía otra cosa que
nos de seis o siete años. De manera quéTpara mantener el una teoría de servidumbre disfrazada? (1. o , pág. 43). ¿Por
numero de 60.000 a 70.000 prostitutas, debe haber en los qué, pues, no haber visto en el trabajo nada más que un
tres reinos por lo menos de 8.000 a 9.000 mujeres que se valor de cambio? {Jbíd., pág. 44). Los grandes talleres
entregan a ese infame oficio cada año, o más o menos 24 20 compran, de preferencia, el trabajo de las mujeres y de los
nuevas víctimas por día, lo que arroja el término medio de niños, que cuesta menos que el de los hombres (L c). El
una por hora; y consiguientemente, si en toda la superficie trabajador no está, frente a aquel que lo emplea, en situa-
del globo tiene lugar la misma proporción, debe constante- ción de libre vendedor... el capitalista siempre es libre de
mente haber un millón y medio de esas desdichadas (Ibíd~, emplear trabajo y el obrerolÉrempre está torzado a vender-
pág. 229). lo. El valor del trabajo se destruye por completo si no se
15"vende en todo momento, ttl trabajo no es susceptibie'de
La población de los miserables crece con su miseria, acumulación, ni siquiera de ahorro, a diferencia de las ver-
y . . . en el límite extremo de la privación es donde los se- daderas [mercancías]. [XIV] El trabajo es la vida, y la vida,
res humanos se amontonan en mayor número para dispu- si no se cambia día a día por alimentos, sufre y muy pron-
tarse el derecho de sufrir... En 1821 21 , la población de to perece. i^ara_aue la vida del hombre sea una mercancía.
Irlanda era de 6.801.827. En 1831. se elevaba a 7.764.010; hay, pues, que admitir la esclavitud 2i (L c, págs. 49-50).
14 % de aumento en diez años. En el Leinster. que es la
provincia de vida más holgada, la población sólo aumentó Por lo tanto, si el trabajo es una mercancía, es una
en un 8 %, en tanto en el Connaught, que es la provincia mercancía dotada de las propiedades más funestas. Pero,
más miserable, el aumento se elevó al 2 1 % (extracto de inclusive según los principios de economía política, no lo -
las Encuestas publicadas en Inglaterra acerca de Trlanda, es, porque no es el resultado libre de un libre mercado 2S.
Viena, 1840). Buret. De la miseria, etc., tomo I, págs. El actual régimen económico, a la vez que rebaja el precio
[36]-37 22 . y la remuneración del trabajo, perfecciona al obrero y de-
grada al hombre (l. c, págs. 52-53). La industria se ha
18
convertido en una guerra, y el comercio en un juego (l. c,
Charles Loudon, Solution du probléme de la population et de la sub-
sistance, soumise a un médecin dans une serie de lettres, París, 1842.
pág. 62).
19
Mujeres de dudosa virtud. En francés en el texto de Marx.
20
En el manuscrito, Marx copia por error 80. Toda la cita está trascrita
en francés. - s Ibídem, págs. 42-43. Las palabras en bastardilla están en francés en
21
A partir de aquí, todo el pasaje citado pertenece a una nota de la :1 texto de Marx. La última frase resume la argumentación de Buret.
24
obra de Buret. Esta cita está en francés en el manuscrito.
22 Eugéne Buret, De la misére des classes laborieuses en Angleterre et 25
La frase está en francés en el texto d e Marx. E n rigor, Buret dice:
en France, 2 voL, París, 1840. 1 resultado de un libre mercado.

58 59
Las máquinas para trabajar el algodón (en Inglaterra) dieciséis horas por dia de esfuerzos rrmtñmr*; apenas alcan-
representan por sí solas 84 millones de artesanos. zan a comprar ei derecho de no morir (L o , págs. [681-69).
Hasta abara, la industria se hallaba en estado de gue- [XV] Tenemos la convicción..., compartida... por
rra de conquista. Ha despilfarrado la vida de los hombres los comisarios encargados de la encuesta acerca de la con-
que componían su ejército con la misma indiferencia de dición de los tejedores manuales, de que las grandes ciuda-
los grandes conquistadores. Su propósito estribaba en la des industriales perderían en poco tiempo su población de
posesión de la riqueza, no en la felicidad de los hombres trabajadores si no recibieran a cada instante, de las vecinas
(Buret, L c , pág. 20). localidades rurales, sangre nueva (í. a, pág. 362).
Estos intereses (es decir, económicos), libremente
abandonados a sí mismos , deben necesariamente entrar
en conflicto^ no tienen más arbitro que la guerra, y los
veredictos de la guerra asignan a unos la derrota y la muer-
te, para dar a los otros la victoria.!.. En el conflicto de las
fuerzas opuestas es donde la ciencia busca el orden y el
equilibrio: la guerra permanente es, de acuerdo con la
ciencia, el único medio de obtener la paz; esta guerra se
llama competencia (Z. c, pág. 23).
La guerra industrial requiere, para que se la lleve con
éxito, ejérciros numerosos a los que ella pueda, por igual,
acumular o diezmar con largueza. Y no es por devoción ni
por deber que los soldados de este ejército soportan las
fatigas que se les imponen; es, sólo, por escapar de la dura
necesidad del hambre. No sienten afecto ni reconocimiento
por sus jefes; los jefes no se relacionan con sus subordina-
dos por ningún sentimiento de benevolencia; no los recono-
cen como hombres, sino sólo como instrumentos de produc-
ción que deben rendir el máximo posible 26 con el menor
gasto posible. Estas poblaciones de trabajadores cada vez
más exprimidas no tienen siquiera la seguridad de obtener
siempre ocupación; la industria que las ha requerido sólo
les permite vivir cuando necesita de ellas, y apenas puede
prescindir de ellas las abandona sin la menor preocupación;
y los obreros se ven obligados a ofrecer su persona y su
fuerza al precio que se les quiera conceder. Cuanto más
largo, penoso y hartante es el trabajo que se les da, menos
se les retribuye, suelen verse algunos de ellos que con

En Buret: mucho.

61
cualidades personales o humanas, sino en la medida en que es
propietario del capitaL Su poder es el poder de compra que posee
su capital, al que nada puede resistírsele.
Más adelante veremos, primero, cómo el capitalista ejerce su
poder de gobierno sobre el trabajo por medio del capital, y luego,
el poder de gobierno del capital sobre el capitalista mismo.
¿Qué es el capital?

Cierta cantidad de trabajo acopiado2 y puesto en re-


serva (Smith, t II, pág. 312).
UTILIDAD DEL CAPITAL
El capital es trabajo acopiado.
[I] Io) EL CAPITAL 2? Fondos, stock.
I o ¿En qué descansa el capital, es decir, la propiedad privada
de los productos del trabajo ajeno? significa todo acopio [cualquiera] de los productos de
la tierra o del trabajo de las manufacturas. Sólo requiere
Aun suponiendo que el capital no sea el fruto de ex- el nombre de capital cuando le reporta a su propietario una
poliación alguna, siempre es menester el concurso de la renta o utilidad [cualquiera] 3 (Smith, t. II, pág. 191, no-
legislación para consagrar su herencia (Say, tomo I, pág. tal)-, •
136, nota) 1.
¿Cómo se convierte uno en propietario de fondos productivos?
¿Cómo se convierte uno en propietario de los productos creados con 2-) LA UTILIDAD DEL CAPITAL
ayuda de estos fondos?
Gracias al derecho positivo (Say, tomo II, pág. 4). La utilidad o ganancia del capital es completamente
¿Qué se adquiere con el capital al heredar una gran fortuna, diferente del salario. Esta diferencia se manifiesta de dos
por ejemplo? maneras. Por una parte, las ganancias del capital "se re-
gulan por completo con respecto al valor del capital em-
Aquel que adquiere una gran fortuna [... ] por he- pleado", aunque el trabajo de inspección y dirección pueda
rencia, no por ello necesariamente adquiere poder político ser el mismo para diferentes capitales. A ello se agrega el
alguno [... ] La clase de poder que esa posesión le tras- hecho de que en fábricas grandes "todo el trabajo de este
mite en forma inmediata y directa es el poder de comprar; tipo se confía a un funcionario principar, cuyo sueldo
es un derecho de mando sobre todo el trabajo ajeno o "nunca guarda una adecuada proporción con [TI] el capi-
sobre todo el producto de este trabajo, existente por enton- tal cuya administración vigila". Aunque aquí el trabajo del
ces en el mercado (Smith, t. I, pág. 61). propietario se reduce a casi nada, "no por ello sus ganan-
cias dejarán de estar en una adecuada proporción con su
El capital es, por lo tanto, el poder de gobermr el trabajo y capital" (Smith, t. I, págs. 97-99).
sus productos. El capitalista posee este poder, no en razón de sus
1 2
Jean-Baptiste Say, Traite £éc<momie politique, 3* ed., 2 vol., París, Subrayado por Marx.
1817. Damos aquí el texto de Say. Marx agrega después de "expoliación";
y del fraude.

62
63
181). La proporción que el monto ordinaria del interés
¿Por qué el capitalista reclama esta proporción entre ganancia f... ] debe guardar con el monto ordinario del beneficio
y capital?
•neto necesariamente varía con el aba. o la baja de la utili-
No tendría interés* ea emplear obreros si no espera- dad. En Gran Bretaña se Deva un interés doble, lo que los
ra de la venta de la obra de éstos algo más que lo que ne- comerciantes llaman una ganancia honrada, moderada y
cesita para remplazar los fondos adelantados en salarios, y razonable. Expresiones todas que [...] sólo significan una
no tendría interés en emplear una suma grande de fondos, utilidad común y ordinaria (Smith, t. I, pág. 193).
antes que una pequeña, si sus utilidades no guardasen algu-
na proporción con el monto de los fondos empleados (t. I, ¿Cuál es el nivel mas bajo de la utilidad? ¿Cuál es el más alto?
pág. 97).
El nivel más bajo de las ganancias ordinarias de los
El capitalista extrae, pues, una ganancia: en primer lugar, de capitales siempre debe ser algo que esté más aüá* dé lo
los salarias; en. seguida, de las materias primas adelantadas. que se necesita para compensar las pérdidas accidentales
Ahora bien, ¿cuál es la relación de la ganancia con el capital? a las que está expuesto todo empleo de capital. Este ex-
ceso es lo único que verdaderamente constituye la ganan-
Ya hemos observado que resulta difícil determinar cia o el beneficio neto. Lo mismo ocurre respecto del nivel
cuál es el nivel medio de los salarios del trabajo en un sitio más bajo del interés. (Smitk, t. I, pág. 196).
y un tiempo determinados 5 ... Pero no puede obtenerse [HI] El más alto nivel que pueden alcanzar las utili-
con respecto a las utilidades del capital [... ] Esta utilidad dades ordinarias es aquel que en la mayor parte de las
se resiente no sólo con cada una de las variaciones que so- mercancías cansnme Ja totalidad de lo que debería ir a la
brevienen en el precio de las mercancías con las cuales co- renta de la tierra y sólo deja lo necesario para asalariar el
mercia, sino también con 3a mayor o menor fortuna de sus trabajo f . . . ] oí más bajo nivel a que pueda pagarse nun-
rivales y las prácticas de éstos, y con mil otros accidentes a ca el trabajo [... ] Siempre es necesario que de una mane-
que están expuestas las mercancías, ya en su trasporte por ra u otra se haya alimentado al obrero durante el tiempo
tierra o por mar, ya inclusive, cuando se las mantiene en que la obra lo tuvo ocupado; pero muy bien puedejxni-
almacenadas. Varia, pues, no sófo de" un año a otro, .sino rrir que el propietario de la tierra no haya obtenido renta.
además de un día a otro y casi de hora en hora (Smith, t. Ejemplo: en Bengala, el personal de la Compañía de Co-
I, págs. 179-180). Pero aunque quizá sea imposible deter- mercio de las Indias (Smith, t. I, págs. 197-198).
minar con alguna precisión cuál es o cuál fue el promedio
de las utilidades de los capitales, [... ] no obstante pode- Además de todas las ventajas de una competencia reducida
mos formarnos alguna idea de él según el interés del dine- que, en este caso, el capitalista está en su derecho de explotar,
ro 8 . En cualquier parte donde se puedan obtener muchas puede mantener, de una manera honrada, el precio del mercado por
utilidades por medio del dinero, comúnmente ha de darse sobre el precio natural.
mucho a fin de tener la facultad de servirse de él; y en
general ha de darse menos cuando sólo puedan obtenerse
Por una parte, por el secreto comercial.
unas pocas utilidades mediante él (Smith, t. I, págs. [180]-
Si el mercado está a gran distancia de aquellos que

4
Subrayado por Marx. T
Esta y las demás palabras en bastardilla de esta cita están subrayadas
5
En Smith: particulares. por Marx.
* En Smith: esto mismo.

6* 65
lo proveen; en especial^ manteniendo en secreto los cam-
bios de precio y elevando éste por sobre el estado naturaL trabajo a los hilanderos, no sólo porque remplaza a este
último con sus utilidades, sino además porque paga los
En efecto, ese secreto da por resultado que otros capitalis-
salarios de los tejedores; y [ - - - ] es menester que las uti-
tas no arrojen asimismo su capital en esa rama. lidades siempre conserven una especie de proporción con
En seguida, por el secreto de fabricación, que le per- el capital (t. I, págs. 102-103).
mite al capitalista librar su mercancía, con algunos gastos
menores de producción, al mismo precio, o hasta a precios Por lo tanto, el progreso que el trabajo humano cumple con
más bajos que sus competidores, con una ganancia mavor. respecto al producto natural, al que trasforma en producto de la
(El eneafío para mantener el secreto no es inmoral. Bolsa naturaleza trabajado, no aumenta el salario, sino, ora el número de
de Comercio.) —Además, allí en donde la producción está capitales que obtienen beneficio, ora la relación con los capitales
ligada a una determinada localidad (como, por ejemplo, anteriores de toda capital subsiguiente.
un vino muy fino') y en donde la demanda efectiva nunca Más adelante insistiremos acerca de la utilidad que el capita-
puede ser satisfecha. Por último, merced a monopolios de lista extrae de la división del trabajo.
individuos o de compañías. El precio de mononolios es Extrae una doble utilidad: primero, de la división del trabajo;
tan alto como sea posible 8 (Smitb, t. -I, págs. 120-124). segundo en general, del progreso que el trabajo humano cumple
sobre el producto natural. Mayor es la participación humana en
Otras causas eventuales que pueden elevar la utilidad una mercancía, mayor es la utilidad del capital inerte.
del capital: la adquisición de nuevos territorios o de nuevas
ramas comerciales a menudo hace aumentar, aun en un país En una sola y misma sociedad, el monto medio de las
rico, la utilidad de los canitales. pnrrine retira de las anti- utilidades del capital se aproxima mucho más a un mismo
guas ramas una parte de los caoitales. disminuye la compe- nivel que el salario de las diversas especies de trabajo (t.
tencia y el mercado debe reducir su provisión de mercan- I, pág. 228). En los diversos empleos de capitales el mon-
cías, cuyo nrecio, entonces, sube: los negociantes en estas to ordinario de la ganancia varía más o menos de acuerdo
ramas rmeden entonces pagar el dinero prestado a un nivel con la mayor o menor certeza de los ingresos. El monto 9
más alto (Smith, t. I, pág. 190). de la ganancia siempre se eleva más o menos con el riesgo.
Sin embargo, no parece elevarse en proporción al riesgo,
A medida aue una mercancía en narticnlar va siendo
o de manera que compense éste de modo perfecto. (lbíd.,
más v más manufacturada, la parte del precio que deriva
págs. 226-227.)
en salarios y utilidades se hace proporcionalmente mayor
ciué la parte nue deriva en renta. En los progresos que Desde luego que los beneficios del capital también aumentan
con respecto a esa mercancía realiza la mano dé obra, no con el aligeramiento o el menor precio de costo de los medios de
sólo aumenta el número de las utilidades, sino que cada circulación (por ejemplo, el papel moneda).
utilidad subsiguiente es mayor que la anterior, porque el
capital de donde |TV1 procede es necesariamente siempre
más grande. El capital que emplea a los tejedores, por 3?) LA DOMINACIÓN DEL CAPITAL SOBRE EL TRABAJO,
ejemplo, es necesariamente más grande que el que da Y LOS MOTIVOS DEL CAPITALISTA

8
Smith escribe textualmente: "El precio de monopolio es, en todo mo-
El único motivo que determina al poseedor de un
mento, el más alto que sea posible percibir." Téngase presente, una vez mAs, capital a emplearlo más bien en la agricultura o en las
que en este como en muchos otros casos a lo largo de los manuscritos, Marx
no siempre cita textualmente sino que condensa el pensamiento de los autores
a que hace referencia.

66 67
manufacturas, o en alguna particular rama del comercio al
por mayor o al por menea:, es el panto de vista de su inapto 41 LA ACUMULACIÓN DE CAPITALES Y LA COMPETENCIA
beneficio. Nunca entra en su pensamiento calcular de qué ENTRE LOS CAPITALISTAS
modo cada una de esas diferentes clases de empleo pondrá
trabajo productivo 10 en actividad o [V] añadirá vaior al EZ acrecentamiento de capitales, que produce el alza
producto anual de las tierras y del trabajo de su país (Smith, de los salarios, tiende a hacer bajar las utilidades de los
t. II, págs. 400-401). capitalistas debido a la competencia entre ellos (Smith,
t. I, pág. 179).
El empleo de capital más ventajoso para el capitalista
es aquel que, dentro de una misma seguridad, le reporte Por ejemplo, cuando el capital necesario para el co-
un beneficio mayor; pero este empleo puede no ser el más mercio de artículos ultramarinos de una ciudad se halla
ventajoso para la sociedad. [ ] Todos los capitales em- dividido entre dos tenderos diferentes, la competencia obli-
pleados en sacar partido de las fuerzas productivas de la ga a que cada uno de ellos venda más barato que si el ca-
naturaleza son los más ventajosamente empleados (Sav, t. pital estuviese en manos de uno solo; y si estuviera dividi-
II, págs. 130-131). do entre veinte [VI] la competencia será justamente tanto
más activa y habrá tantas menos posibilidades de que
Las operaciones más importantes del trabajo se regulan puedan convenir entre todos el alza del precio de sus mer-
y dirigen según los planes y las especulaciones de aquellos cancías (Smith, t. II, págs. 372-373).
que emplean capitales; y la finalidad que en todos esos
planes y especulaciones se proponen es la tttSLidad. Con-
que n , el monto de la ganancia no aumenta, como la renta Como ya sabemos que los precios de monopolio son tan altos
y los salarios, con la prosperidad de la sociedad, y no como sea posible, que el interés de los capitalistas —hasta desde el
mengua, como ellos, con la decadencia de ésta. Por el con- punto de vista de la economía política común— se opone a la so-
trario, ese monto es naturalmente bajo en los países ricos, ciedad, y que el aumento de la utilidad del capital incide sobre el
y alto en los países pobres, y nunca es tan alto como en precio de la mercancía como interés compuesto (Smith, t. I, págs.
aquellos países que con más rapidez se precipitan hacia su - 199-201), la competencia es el único remedio contra los capitalistas
ruina. El interés de esta clase [... ] no tiene, pues, con el que actúa, según los datos de la- economía política, de una manera
interés general de la sociedad la misma vinculación que el bienhechora tanto sobre la elevación del salario como sobre la bara-
de las otras dos El interés particular de los que se de- tura de las mercancías, en beneficio del público de los consumidores.
senvuelven en una determinada rama del comercio o de la Pero la competencia sólo es posible si los capitales aumentan y
manufactura es siempre, en algunos aspectos, diferente y van a un número cada vez más grande de manos. El nacimiento de
hasta contrario al interés del público. El interés del co- muchos capitales sólo es posible por acumulación multilateral, dado
" merciante siempre consiste en ampliar el mercado y restrin- que, en general, el capital sólo nace por acumulación, y la acumu-
gir la competencia de los vendedores... He ahí una clase lación multilateral necesariamente se convierte en acumulación uni-
de personas cuyo interés nunca podría ser exactamente el lateral. La competencia entre capitales hace aumentar la acumula-
mismo que el interés de la sociedad: en general, tienen in- ción de capitales. La acumulación, que bajo el régimen de propiedad
terés en engañar al público y [...] en recargarlo (Smith, privada es concentración de capital en unas pocas manos, es, de una
t. II, págs. 163-165). manera general, una consecuencia necesaria si los capitales se aban-
donan a su curso natural, y sólo la competencia abre en verdad la
vía a este destino natural del capital.
Subrayado por Marx.
Smith escribe Pero. Se nos ha dicho que la utilidad del capital es proporcional a
su monto. Abstracción hecha, ante todo, de la competencia inten-

69
grande. A medida que la cantidad de ios fondos que han
cionaL un gran capital se acumula, pues, relativamente a so monto, de prestarse a interés aumenta, el interés [. - - ] necesaria-
con más rapidez que un capital pequeño.
mente disminuye, no sólo en virtud de las causas genera-
[VIH] En consecuencia, aun haciendo abstracción de la com- les, que hacen que el precio de mercado de las cosas au-
petencia, la acumulación del gran capital es mucho más rápida que mente, sino también en virtud de otras causas, inherentes
la del pequeño. Pero prosigamos su proceso. al presente caso. A medida, que los capitales se multiplican
A medida que los capitales aumentan, sus utilidades, debido en un país13, la utilidad que empleándolos puede obtener-
a la competencia, disminuyen. Por la tanto, el pequeño capitalista se disminuye de modo necesario, cada vez se hace sucesi-
es el primero en sufrir. vamente más díficíl hallar en ese país una manera prove-
El aumento de capitales y un gran número de capitales supo- chosa de emplear un nuevo capital. En consecuencia, sur-
nen, además, la progresión de la riqueza del país. ge una competencia entre los diferentes capitales, pues eJ
poseedor de un capital hace cuanto está a su alcance para
En un país que haya llegado al colmo de su medida apoderarse del empleo que se encuentra ocupado por otro.
de riqueza, [... ] como el monto ordinario del beneficio Pero con harta frecuencia no le es dable deshancar de su
neto será muy pequeño, resultará que el monto del interés empleo a este otro capital, a no ser por ofrecimientos de un
ordinario que ese beneficio podrá satisfacer será demasiado trato que reúna mejor condiciones. Se ve obligado no sólo
bajo para permitirle a nadie que no sea rico que viva del a vender más barato, sino que además, para hallar una
interés de su dinero. Todas las personas de fortuna limitada ocasión de venta, a veces también se ve obligado a comprar
o mediocre se verán obligadas a dirigir con sus propias ma- más caro. El fondo destinado a mantenimiento del trabajo
nos el empleo de sus capitales. Será absolutamente nece- productivo aumenta día tras día, y la demanda que de ese
sario que todos los hombres, o casi todos, se mezclen en trabajo se hace también se vuelve, día tras día, más grande:
los negocios o se interesen en algún tipo de comercio los obreros encuentran con facilidad ocupación, [IX] pero
. (Smith, t. I, págs. [196]-197). los poseedores de capitales tienen dificultades para encon-
trar obreros. La competencia de los capitalistas produce el
alza de los salarios del trabaja y la baja de las utilidades
Esta situación es la situación dilecta de la economía política. (Smith, t. II, págs. 358-359).
[... ] la proporción existente entre la suma de los
capitales y la de las rentas determina en todas partes la El pequeño capitalista debe, por lo tanto, elegir: -1° o bien
proporción en que han de encontrarse la industria y la comerse su capital —puesto que ya no puede vivir de los intere-
holgazanería; allí en donde prevalezcan los capitales, la ses— y dejar, luego, de ser capitalista; o bien, 2° abrir también él
industria es quien domina; allí en donde prevalezcan las un negocio, vender menos caro su mercancía y comprar más caro
rentas, reina la holgazanería (Smith, t. II, pág. 325). que el capitalista más rico, y pagar un salario elevado. Por consi-
guiente, como el pTecio del mercado es ya muy bajo por lo mismo
¿Qué ocurre, pues, con la utilización del capital en esta cre- que se supone una alta competencia, arruinarse. Por el contrario, si
ciente competencia? el gran capitalista quiere deshancar al pequeño, tiene frente a éste
todas las ventajas que el capitalista tiene, como capitalista, frente
A medida que los capitales se multiplican, la cantidad al obrero. Compensa las utilidades mínimas con la masa más gran-
de fonds a préter á intérét12 se vuelve sucesivamente más de de su capital, e incluso puede soportar algunas pérdidas circuns-

13 13
Fondos que han de prestarse a interés. En franrés es A texto de Mane Subrayado por Mane

70 71
fanHaW, hasta arruinar al capitalista más pequeño y verse liberado
de la competencia de éste. De este modo, acumula en su propio Él capital circulante es un capital que se utiliza para
beneficio las ganancias del pequeño capitalista.
producir medios de subsistencia, para la mairaracrara o para
Además: el gran capitalista siempre compra más barato que el comercio. Empleado de esa manera, el capital no le rinde
el pequeño,, puesto que compra en mayor cantidad. Puede, por tanto, a su dueño rentas ni utilidades mientras siga en poder de él o
sin perjuicio, vender más barato. permanezca en la misma forma [... 1 Continuamente sale de
Pero si la caída del monto del dinero trasfonna a los capita- sus manos en determinada forma para regresar en otra, y sólo
listas medianos, de rentistas, en hombres de negocios, el aumento por medio de esta circulación o cambios sucesivos puede
de los capitales invertidos en los negocios y la disminución de la rendirle algún beneficio. El capital fijo se compone del capi-
utilidad que resulta de ello producen la consecuencia, de modo tal empleado en el mejoramiento de tierras o en la compra de
inverso, de la caída del monto de dinero. máquinas útiles e instrumentos de maestranza u otras cosas
por el estilo (Smith, [t. I I ] , págs. 197-198).
Debido a que el beneficio que puede obtenerse del Todo ahorro en el gasto de mantenimiento del capital
oso de un capital disminuye, el precio que puede pagarse
por el uso de ese capital necesariamente disminuve (Srrrith, fijo es una bonificación de la renta neta [de la sociedad]. La
t. H, pág. 359). totalidad del capital del empresario de una obra cualquiera
necesariamente se divide entre su capital fijo y su capital
A medida que aumentan las riquezas, la industria y circulante. Mientras su capital total siga siendo el mismo, una
la población, el interés del dinero y, por tanto, la utilidad de las dos partes será más pequeña y la otra, necesariamente,
de los capitales disminuyen; pero no por ello los capitales más grande. Es el capital circulante quien suministra las ma-
dejan de aumentar; incluso siguen atrmentnndo mucho terias y los salarios del trabajo; él es quien pone en actividad
más rápido aun que antes, [a pesar de la disminución de a la industria. De modo, pues, que todo ahorro [en el gasto
las utilidades]... Un gran capital, aunque tenga pequeñas de mantenimiento] del capital fijo que no haga disminuir en
utilidades, aumenta en general con más prontitud que un el trabajo el poder de producción debe aumentar el fondo
pequeño capital que tenga grandes utilidades. El dinero (Smith, t. II, pág. 226) 15 .
busca al dinero, dice el refrán (t. I, pág. 189).
Desde ya vemos que la relación entre capital fvxe y capital
Así, pues, si ahora al gran capital se le oponen pequeños capi- circulant1B es mucho más favorable al gran capitalista que al pe-
tales con utilidades pequeñas, cual es el caso en el estado de fuerte queño. Un gran banquero sólo necesita una cantidad ínfima de
competencia de nuestra hipótesis, ha de aplastarlos por completo. capital fijo de más que un banquero pequeño. Su capital fijo se
En esa competencia, la bafa general de la calidad de las mer- limita a su escritorio. Los instrumentos de un gran terrateniente no
cancías, la falsificación, la adulteración y el envenenamiento serán aumentan en proporción al tamaño de su propiedad. Del mismo
entonces, tal cual lo vemos en las grandes ciudades, las necesarias
consecuencias.
[X] Una circunstancia importante en la competencia entre ca-
pitales grandes y pequeños es, además, la relación del capital fijo 14 en el libro II de El capital, en su cap. X (Cf. El capital, E d . Girtago, Bue-
con el capital circulante. nos Aires, 1956, t II, págs. 150-168). Smith llama capital circulante a lo que
Marx llamará capital de circulación. En cuanto al capital frjo, para Adam
x — .—.t»wv..>. JL^II vuamu ¿ti uH^jiiui rrjo, para Adam
Smith sería el generador de utilidades. El economista inglés distingue dos
14 maneras de colocar el capital, pero ésta no es una distinción científica.
En francés en el texto. Marx adopta la definición de capital fijo y 15
La cita está dada aquí en los propios términos de Smith.
capital circulante formulada por Adam Smith. Más tarde habría de criticarla chetes figuran las partes no trascritas por Marx.
16
Capital fijo y capital circulante. En francés en el original.
72

73
modo, el crédito de que goza un gran capitalista respecto de uno La naturaleza de las mercancías de igual tipo cambia
más pequeño es una economía tanto más grande de capital fijo, es por el hecho de las modificaciones en el modo de produc-
decir, del dinero que siempre debe tener disponible. Por último, ción y, en particular, por la utilización de las máquinas.
está claro que allí donde el trabajo industrial ha alcanzado un alto Sólo mediante la eliminación de la fuerza humana ha sido
grado de desarrollo, allí pues, en donde casi todo el trabajo manual posible hilar, gracias a una libra de algodón de un valor
se ha trasformado en trabajo fabril, al pequeño capitalista no le de 3 chelines y 8 peniques, 350 madejas de un larga d?
alcanza todo su capital para poseer sólo el capital fixe necesaria 167 millas inglesas, esto es, 36 millas alemanas, y de un
Sabido es que los trabajos de la gran cultura habüualmente no ocu- valor comercial de 25 guineas. (Ibíd., pág. 62.)
pan sino un pequeño número de brazos1T. Término medio, los precios de los paños de algodón
En general, en la acumulación de grandes capitales prodúcense han bajado en Inglaterra, en los últimos 45 años, 11/12, y,
asimismo una concentración y una simplificación relativas del capi- según los cálculos de Marshall, la misma cantidad de pro-
tal fixe con relación a los pequeños capitalistas. El gran capitalista ductos fabricados, por la que se pagaban 16 chelines en
introduce para él un tipo [XI] de organización de las herramientas 1814, ahora se entrega por 1 chelín y 10 peniques. La ma-
de trabajo. yor baratura de los productos industriales ha hecho aumen-
tar tanto el consumo interno como el mercado externo, y
De igual modo, en el campo de la industria, toda a ello se vincula el hecho de que en Gran Bretaña el número
manufactura y toda fábrica son ya la unión muy ampüa de obreros del algodón no sólo no ha disminuido después
de una gran fortuna material con ciertas facultades intelec- de la introducción de las máquinas, sino que ha pasado de
tuales y habilidades técnicas igualmente innúmeras y va- 4Q.Q00 a 1 millón 1/2. [Xü] Por lo que atañe ahora a la
riadas dentro de un propósito común de producción AHÍ ganancia de los empresarios y obreros industriales, la uti-
en donde la legislación sostiene vastos latifundios, el ex- lidad de los propietarios de fabricas, debido a la- creciente
cedente de una creciente población se vuelca en las indus- competencia entre ellos, ha necesariamente disminuido con
trias, y entonces el campo en el que se acumula en espe- relación a la cantidad de productos que entregan. Entre
cial la masa más grande de proletarios es el de la indus- 1820 y 1833, el beneficio bruto del fabricante de Manchester
tria, como en Gran Bretaña. Pero allí en donde lalegisla- ha caído, respecto de una pieza de calicó, de 4 chelines y
ción permite la continua división de la tierra, puede verse, 1 1/3 peniques a 1 chelín y 9 peniques. Pero a fin de salvar
como en Francia, que aumenta el número de los pequeños esta pérdida, el volumen de la fabricación ha aumentado
propietarios endeudados y arrojados, debido a la progre- otro tanto. La consecuencia de ello es q u e . . . en diversas
sión del continuo parcelamiento, a la clase de los indigen- ramas de la industria aparece por momentos una sobre-
tes y descontentos. Por último, si el parcelamiento y el producción; que se producen innumerables bancarrotas,
aumento de las deudas alcanzan un nivel más alto, la gran cuyo efecto, dentro de la clase de los capitalistas y de los
propiedad vuelve a absorber a la pequeña, como la gran patronos del trabajo, es una vacilación y una fluctuación
industria aniquila a la pequeña; y como grandes conjuntos muy poco tranquilizadoras de la propiedad, lo cual arroja
de bienes de la tierra vuelven a constituirse, aquella masa en el proletariado a una parte de aquellos que han sido
de obreros sin bienes que no es estrictamente indispensable económicamente arruinados; que con frecuencia y de modo
para el cultivo del suelo nuevamente es impulsada hacia brutal se hacen necesarios un paro o una disminución del
la industria. (Schulz, Movimiento de la producción, págs. trabajo, cuyo perjuicio siempre recae en forma amarga
[58]-59). sobre la clase de los asalariados. (Ibíd.r pág. 63.)
Alquilar su trabajo es dar comienzo a su esclavitud;
17
Marx añadió en francés esta última frase. alquilar la materia del trabajo es constituir su libertad...

74 75
El trabajo es el hombre, l a materia, p e r ei contrarío, nada arbitraria, son sólo uno y arrastran las siguientes conse-
tiene del hombre (Pecqueur, Teoría social, etc., págs. 411-
412) " . cuencias: cada cual produce lo q u e quiere, como quiere,
cuando quiere y donde quiere; produce bien o produce
El elemento materia, q u e n a d a puede en la creación mal, demasiado o muy poco, demasiado temprano o dema-
d e riqueza sfn el otro elemento q u e es el trabajo, recibe siado tarde, demasiado caro o a muy bajo precio; cada cual
la mágica virtud de ser fecundo para ellos 3* como si hu- ignora si venderá, á quién venderá, cómo venderá, cuándo
bieran puesto en él, con su propia acción, este indispensa- venderá y dónde venderá; lo mismo ocurre respecto d e las
ble elemento. (Ibíd., 1. c.)
compras. fXIII] el productor ignora las necesidades y los
Suponiendo que el trabajo diario d e un obrero le re- recursos, las demandas y las ofertas. Vende cuando quiere,
porte, término medio, 400 fr. por año y que esta suma le cuando puede, donde quiere, a quien quiere y al precio q u e
picanee a cada adulto para vivir una vida «rosera, todo quiere. Y así también compra. En todo lo cual siempre es
propietario d e 2.000 fr. d e renta, provenientes d e una gran- el juguete del azar, el esclavo de la ley del más fuerte, del
ja, o de alquileres, etc., indirectamente fuerza, pues, a menos apremiado, del más r i c o — Mientras en u n extremo
cinco hombres a q u e trabajen para éU 100.000 fr. de renta hay escasez d e riqueza, en el otro hay hartura y despíFa-
-epresentan el trabajo d e doscientos cróettenta hombres, y rro. Mientras u n productor vende mucho o muy caro con
7.000.000, el trabajo de^2.500 individuos (por lo tanto, 300 enorme beneficio, el otro nada vende o vende a p é r d i d a —
millones (Luis F e l i p e ) , el trabajo d e 750.000 obreros) 20 . La oferta ignora a la demanda, y la demanda ignora a la
(IbúL, págs. 412-413.) oferta. Produce usted fiándose del gusto, de la moda q u e
Los propietarios han recibido d e la ley de los hombres impera en el público consumidor; pero en cuanto se dispo-
el derecho d e usar y abusar, vale decir, d e hacer lo q u e ne a entregar la mercancía, el capricho ya ha pasado y se
deseen con la Tnateria d e t o d o t r a b a j o . . . [no] están en h a detenido en otra clase d e productos consecueocists
modo alguno obligados por la ley a proveerles, d e intento infalibles: permanencia y universalización d e las bancarro-
y siempre, trabajo a los no-propietarios, ni pagarles un sa- tas; desengaños, ruinas súbitas y fortunas improvisadas;
lario siempre adecuado, e t c . . . (Le, pág. 413). Completa crisis comerciales, desocupación y estorbos y penurias pe-
libertad en cuanto a la naturaleza, cantidad, calidad, opor- riódicas; inestabilidad y envilecimiento de los salarios: y d e
tunidad de produción, uso, consumo de riquezas y dispo- las utilidades; disminución o despilfarro enorme de rique-
sición de la materia de todo trabajo. Cada cual es libre de zas, d e tiempo y esfuerzos en la arena d e una ejKsn-nizada
cambiar su cosa como le parezca, sin más consideración competencia (i. c, págs. 414-416).
r¡ue su propio interés de individuo (l. c, pág. 413).
La competencia no es nada más que el cambio facul- Ricardo, en su l i b r o 2 1 (Renta de la t i e r r a ) : Las naciones sólo
tativo, que también es la consecuencia cercana y lógica del son talleres de producción. El hombre es una máquina d e consumir
derecho individua] d e usar y abusar de los instrumentos de y producir; la vida humana es un capital; las leyes económicas rigen
toda producción. Estos tres momentos económicos: dere- ciegamente el mundo. Para Ricardo, los hombres no son nada; el
>T
cho de usar y abusar, libertad d e cambio y competencia oducto es todo. En el capítulo 269 de la traducción francesa, se

18 Todas las atas de Pecqueur que siguen están en francés en el ma-


nuscrito. e te
f \ una persona con u n capital d e 20.000 £ q u e diera
19
Pnrn aquellos que poseen este elemento. objete
20
Este paréntesis está en alemán. Es un agregado de Marx a la cita
de Pecqueur, .do, Des principes de Téconomie pciilique et dé Timpóf,
23 Las palabrai, París, 1835.
76 frase está en francés
77
2.000 ¡£ de utilidad anual le sería completamente indife-
rente que su capital emplease cien hombres o m ü j . . ¿No del trabajo no hay más medios que aumentar, en cuanto al
es el mismo el interés real de una nación? Con tal que su número, los obreros productivos, o aumentar, en cuanto a
renta neta y real y que sus arrendamientos y utilidades la potencia, la facilitad productiva de los obreros ya em-
sean los mismos, ¿qué importa que se componga de diez pleados . . . En un caso y otro, casi siempre es menester un
o de doce millones de individuos? (t. II, págs. 194-195). capital adicional (Smith, t. II, pág. 338) 23.
En verdad, dice el señor de Sismondi'2s (t. II, pág. 331), De manera, pues, que en la naturaleza de las cosas, la
no queda más por desear sino que el rey, viviendo com- acumulación de un capital es necesariamente previa a la
pletamente solo en la isla y constantemente dándole vueltas división del trabajo, pues el trabajo sólo puede aceptar pos-
a una manivela, haga que todo el trabajo de Inglaterra lo teriores subdivisiones en la medida en que los capitales se
cumplan autómatas. hayan previamente acumulado cada vez más. A medida
El dueño, que compra el trabajo del obrero a un pre- que el trabajo va subdividiéndose, la cantidad de materias
cio tan bajo que apenas alcanza para satisfacer las necesi- que un mismo número de personas puede emplear aumen-
dades más apremiantes, no es responsable de la insuficien- ta en gran proporción; y como la tarea de cada obrero se
cia de los salarios ni de la excesiva duración del trabajo: encuentra sucesivamente reducida a un grado mayor de
también él sufre la ley que él impone... la pobreza pro- simplicidad, ocurre que se inventa una multitud de nuevas
viene, antes qué de los hombres, del poder de las cosas máquinas para facilitar y abreviar esas tareas. A medida,
([Buret], l. c, pág. 82). pues, que la división del trabajo se amplia, es necesario, a
fin de que un mismo número de obreros esté constantemen-
Hay muchos sitios en Gran Bretaña donde los habi- te ocupado, que se acumule por adelantado una igual pro-
tantes no tienen capitales suficientes para cultivar y mejo- visión de víveres y una provisión de materias y herramien-
rar sus tierras. La lana de las provincias del mediodía de tas mayor que la que hubiese sido necesaria en un estado
Escocia debe hacer, en gran parte, un largo viaje por tie- de cosas menos avanzado. No obstante, el número de obre-
rra, por caminos muy malos, para que se la manufacture ros aumenta en general en cada rama industrial, al mismo
en el condado de York, debido a la falta de capital para tiempo que aumenta la división del trabajo, o, más bien, el
ser manufacturada en el lugar de origen. En Inglaterra hay aumento de su número los pone en condiciones de clasifi-
muchas pequeñas ciudades fabriles cuyos habitantes care- carse y subdividirse de esta manera (Smith, t. II, págs.
cen de suficiente capital para trasportar el producto de su 193-194).
propia industria a los mercados apartados, en los que en- Así como el trabajo no puede adquirir esa gran dimen-
cuentran demandas y consumidores. Si entre ellos se advier- sión de potencia productiva sin una acumulación previa de
ten algunos comerciantes, en rigor sólo son [XIV] agentes
capitales, así la acumulación de capitales lleva naturalmen-
de comerciantes más ricos que residen en algunas de las
te a esa dimensión. En efecto, el capitalista desea producir
grandes ciudades comerciales (Smith, t. II, págs. 381-382).
Para aumentar el valor del producto anual de la tierra r mediante su capital la mayor cantidad posible de obra.
Trata, por consiguiente, de establecer entre sus obreros la
distribución más conveniente de trabajo y, a la vez, de
32
J.-C.-L. Simonde de Sísmondi, Nouveaux principes d" , proveerles las mejores máquinas que pueda imaginar o que
tique, 2 vol., París, 1819. El pasaje citado se encuentra en u-tBces en e
' ma
~ esté a su alcance procurar. Sus medios para lograr ambos
contra Ricardo; las frases que preceden a la cita son: ">
riqueza lo es todo y los hombres no son absolutamente m
objetos [XV] están proporcionados, en general, al monto
la riqueza misma es algo sino con relación a los impuesto» " e ^ ' a r x a
*a c ta
'
rrafo está retomado de Buret, L ctt., t l, págs. 6-7. as
Las palabras en bastardilla están subrayadas por Marx. La última
78 Erase está en francés en el manuscrito.

79
de su capital o al número de personas qué este capital
puede ocupar. Así, pues, no sólo aumenta la cantidad de tanto se han multiplicado, vemos amplias combinaciones dé
industria en un país a medida que crece el capital-* que las fuerzas financieras, machas participantes con el conoci-
la pone en actividad, sino que además como consecuencia __ miento y la experiencia científicos y técnicos de otras per-
del aumento de éste, la misma cantidad de industria pro- sonas, a las cuales se confía la ejecución del trabajo. De ahí,
duce ana cantidad mucho más grande de obra (Smith, L c, posibilidad para los capitalistas de utilizar sus economías de
págs. 194-195). manera más diversa y también en forma simultánea en la
producción agrícola, industrial y comercial, lo cual ai mis-
Por lo tanto, sobreproducción. mo tiempo amplía el círculo de sus intereses, [XVI] dulcifi-
ca y funde juntas las oposiciones entre los intereses de la
< agricultura, la industria y e¿ comercio. Pero hasta esta cre-
Combinaciones más amplias de las fuerzas producti-
vas.. ciente posibilidad de tornar más provechoso el capital en la
. . . en la industria y el comercio por la reunión de
fuerzas humanas y de fnor-7-ac naturales más numerosas y forma más diversa debe aumentar la oposición entre las cla-
más diversas, con miras a empresas en mayor escala. Acá ses acomodadas y las clases sin medios (Schulz, L c, págs.
y allá, también , vinculación ya más íntima de las ramas 40-41).
, principales de la producción entre sL De modo que gran-
des fabricantes procurarán, al mismo tiempo, adquirir gran- Enorme beneficio que los propietarios de inmuebles obtienen
des latifundios, por lo menos para no estar obligados a de la miseria. El alquiler 28 es inversamente proporcional a la mi-
adquirir ante todo y de tercera mano una parte de las seria industrial.
materias primas necesarias para su industria; o bien, vin-
cularán un comercio a sos empresas industriales, no sólo De igual modo, tanto se obtiene de los vicios de los proletarios
para la venta de sus propias productos, sino también para arruinados. (Prostitución, borrachera, préíew sor gages21.)
la compra de productos de otra clase y para la venta de La acumulación de capitales aumenta y su competencia dismi-
éstos a sus obreros. En Inglaterra, donde ciertos patronos nuye debido a que el capital y la propiedad de la tierra se encuen-
de fábricas suelen estar al frente de 10.000 a 12.000 obre- tran en una sola mano, y también porque el capital, debido a su
ros. . . , semejantes reuniones de distintas ramas de la pro- volumen, tiene la posibilidad de combinar diferentes ramas de ía
ducción bajo la dirección de una sola inteligencia rectora, producción.
semejantes pequeños Estados o provincias dentro del Es- Indiferencia para con los hombres. Los veinte billetes de la
tado, no son raros. Recientemente, los propietarios de mi- lotería de Smith.
nas de Birmingham tomaron a su cargo todo el proceso de
fabricación del hierro, que antes se distribuía entre diferen- Revenu net et bntt2B de Say.
tes empresarios y diferentes propietarios. Cf. el distrito mi-
nero de Birmingham, Deutsche Viertelj [ahresschrift] 3,
1838 25 . Por fin, en las grandes empresas por acciones, que
28
Marx piensa, a este respecto, en el siguiente pasaje de Adam Smith
24
(/. c, t I, pág. 216): "En una lotería perfectamente equitativa, aquellos que
Subrayado por Marx. obtienen los números gananciosos deben ganar todo lo que pierden los
25
Deutsche Vierteljahresschrift, Stuttgart und Tübingen, 1838 (I Jg.) que obtienen los números perdidosos. En una profesión en ía que hay veinte
Helft 3 pág: 47 sq.: Der Bergmnaniscfae Distrik zwischen Birmingham und que fracasan y uno que triunfa, este uno debe ganar todo lo que hubieran
Wolverhampton, von A.-V. Treskow. podido ganar los veinte desgraciados".
27
Desde
Schulz. "Becientemente..." este pasaje figura en nota en el libro de Empeños. En francés en el texto. (Maison de prét sur gages: casa de
préstamos.)
28
Renta neta y renta bruta.
80
81
sela, una sal alcalina útil para hacer vidrio, jabón, etc.
Crece en Gran Bretaña, particularmente en diferentes si-
tios de Escocia, pero sólo bajo las rocas situadas abajo de
la alta marea —cubiertas dos veces al día por las aguas del
mar—, y cuyo producto, por consiguiente, nunca ha sido
aumentado por la industria de los hombres. Sin embargo,
el propietario de una tierra en la que crece este tipo de
planta exige una renta por ella, tanto como por sus trigales.
En las proximidades de las islas Shetland, el mar es extra-
ordinariamente rico en peces... Gran parte de la población
RENTA DE LA TIERRA [IT] vive de la pesca.
Pero para sacar partido del producto del mar hay que
[I] El derecho de los terratenientes extrae su origen disponer de una vivienda en la tierra cercana. La renta del
de la expoliación (Say, [l. c], t. I, pág. 136, nota). Los propietario está en proporción, no a lo que el arrendatario
terratenientes, como cualquier otro hombre, quieren cose- pueda hacer con la tierra, sino a lo que el arrendatario pue-
char donde no han sembrado y piden una renta hasta por da hacer con la tierra y el mar juntos (Smith. t. I, págs.
el producto natural de la tierra (Smith, t. I, pág. 99). 301-302).
Podríamos figurarnos que la renta de la tierra no es Esta renta puede considerarse como el producto de la
con frecuencia nada más que una utilidad [ ] del capi- potencia de la naturaleza, cuyo uso presta el propietario al
tal que el propietario empleó en el mejoramiento de la arrendatario. Este producto es más o menos grande según
tierra Hay circunstancias en que la renta podría con- supongamos que esa potencia tiene mayor o menor dimen-
siderarse, en parte, como t a l . . . pero el propietario exige: sión, o, en otros términos, según supongamos que la tierra
I o una renta hasta por la tierra no mejorada, y lo que tiene mayor o menor fertilidad natural o artificial. Después
podríamos suponer que es interés o utilidad de los gastos de hacerse la deducción o el balance de todo lo que puede
de mejoramiento, en general sólo es un añadido a la renta estimarse como obra del hombre, lo que queda es la obra
primitiva; 2° por otra parte, no siempre los mejoramientos de la naturaleza (Smith, t. IT, págs. 377-378).
se efectúan con los fondos del propietario, sino que a veces La renta de la tierra, considerada como el precio que'
se hacen con los del arrendatario; no obstante, es cosa co- se paga por el uso de la tierra, es, por lo tanto, un precio
mún que el propietario exija, cuando se trata de renovar el de monopolio. De ninguna manera está en proporción a
arriendo, el mismo aumento de renta como si todos los me- lo que el propietario puede haber empleado en su tierra en
joramientos se hubiesen realizado con sus propios fondos; mejoramientos, o a lo que le bastaría tomar a fin de no
' 3° a veces exige una renta por todo aquello que no es en perder, sino a lo que el arrendatario puede llegar a dar sin
modo alguno susceptible de mejora por la mano de los perder (Smith, t. I, pág. 302).
hombres (Smith, t. I, págs. 300-301). De las tres clases primitivas 2 , es la única (los propie-
Como ejemplo de este último caso, Smith da el sali- tarios de tierras) a la que su renta no le cuesta trabajo ni
cor *, especie de planta marina que produce, al quemár- preocupación, a la que su renta llega, por así decir, de sí
1
Planta fruticosa, vivaz, de la familia de las salsoláceas, con tallos 2
ramosos, rollizos, nudosos, de color verde oscuro y de cuatro a seis decímetros Esta palabra, que resume una frase anterior, es un agregado de Marx.
de largo, sin hojas, y flores pequeñas, verdes y en espigas terminales. Vive Digamos, por otra parte, que en su manuscrito Marx escribió, por inadver-
en los saladares y pea: incineración da barrilla. tencia,: productivas.

82 83
nrisnta, s n anortar proyecto 3 algnno ni un plan cualquiera
{ Smith, t l £ pág- 161) *. El propietario, con motivo de la estipulación de las
cláusulas del arriendo, procura, lo más que puede, no
Ya se nos ha dicho que la cantidad de la renta de la tierra dejarle Tal arrendatario] en el producto una porción ma-
yor que la que se necesita para remplazar el capital con
depende de la fertilidad proporcional del suelo. que se suministra la semilla, paga el trabajo, compra y
Otro factor de su determinación es la situación. mantiene los animales y otros instrumentos de laboreo,
juntamente con las utilidades nue rinden los demás arrien-
La renta varía de acuerdo con la fertilidad de la tierra, dos de ese cantón. Esta porción es evidentemente la más
cualquiera fuere su producto, y de acuerdo con su situación, perjueña con que el arrendatario pueda conformarse sin
cualquiera fuere su fertilidad (Smith, t. I, pág. 306) 5. perder, v muy rara vez el propietario es de opinión de
Suponiendo que algunas tierras, minas y sitios de pesca dejarle aleo más. Todo lo que queda del producto o de
tengan la misma fecundidad, el producto que entregarán su precio \ 1 más allá de esa porción, sea lo oue fuere,
estará en proporción al monto de los capitales que se em- el propietario intenta reservarlo para sí como renta de la
pleen en sn cultivo y explotación y a la forma más [ITI] o tierra; lo cual evidentemente es la renta mayor que el
menos conveniente en que se apliquen estos capitales. Su- arrendatario pueda alcanzar a oagar en el actual estado
poniendo capitales iguales e igualmente bien aplicados, el TIV] de la tierra F.. - ] Esa demasía puede considerarse
producto estará en proporción a la fecundidad natural de siempre como la renta natural de la tierra, o como la renta
las tierras, de las minas y de los sitios de pesca (Smith, t. mediante cnvo promedio rjuede naturalmente pensarse oue
II, pág. 210). se alquilan la mavoria de las tierras (Smith, t. I, págs.
299-300).
Estas frases de Smith son importantes porque, a gastos de Los propietarios de tierras —dice Say— ejercen [ ]
producción y a montos iguales, reducen la renta de la tierra a la
fertilidad más o menos grande de la tierra. Muestran, pues, con una especie de monopolio con respecto a los arrendatarios.
claridad el trastorno de las nociones en economía política, que tras- La demanda de su artículo, esto es, el terreno, puede am-
forma la fertilidad de la tierra en una cualidad del propietario de pliarse sin cesar; pero la cantidad de su artículo sólo sé
la tierra. amplía hasta cierto punto El trato que se cierra entre el
propietario y el arrendatario es siempre lo más ventajoso
Pero consideremos ahora la renta de la tierra en la forma que posible para el primero... Además de la ventaja que el
adquiere en el comercio real de los hombres. propietario obtiene de la naturaleza de las cosas, saca otra
La renta de la tierra se fija por la lucha entre arrendatario y ventaja de su posición, que por lo común le da sobre el
propietario. En economía, por doquier encontramos la lucha franca arrendatario el ascendiente de una fortuna mayor, y a veces
de los intereses, la lucha y la guerra, reconocidas como el funda- por sus créditos y sus cargos; pero la primera de estas
mento de la organización sociaL ventajas basta para que siempre sea el único en benefi-
ciarse con las condiciones favorables a la utilidad de la tie-
Veamos ahora cuáles son las relaciones entre propietarios y
arrendatarios. rra. La abertura de un canal o de un camino y los progre-
sos de la población o de la comodidad de una comarca
siempre elevan el precio de los arriendos También el
3
Marx escribe Einsicht (juicio) por Ábsicht (proyecto, intento, designio). arrendatario puede, por cierto, mejorar el fondo a costa
* Todas las palabras en bastardilla están subrayadas por Marx.
s
Las palabras en bastardilla están subrayadas por Marx. suya; pero es un capital cuyos intereses sólo obtiene mien-
tras dura el arriendo, a la expiración del cual queda, pues
84
85
no puede llevárselo *, para el propietario, desde ese mo-
mento, éste obtiene los intereses sin haber efectuado los Entre los productos que siempre rinden una renta del suelo se
adelantos, porque el alquiler sube en forma proporcional cuenta la alimentación.
(Say, t. n , págs. 142-143).
Como los hombres, al igual que las demás especies
La renta, considerada como el precio que se paga por animales, naturalmente se multiplican en proporción a sus
el uso de la tierra, es naturalmente el precio más alto que medios de subsistencia, siempre hay mayor o menor de-
pueda pagar el arrendatario en las circunstancias que manda de alimentos. Siempre el sustento podrá comprar
rodean a la tierra en ese momento (Smith, t. I, pág. 299). [...] [VI] una cantidad más o menos grande de trabajo.
La renta de un bien que esté en la superficie de la y siempre ha de hallarse alguien dispuesto a hacer algo
tierra comúnmente sube a lo que se supone que es el tercio para ganárselo. En verdad, el trabajo que puede comprar
del producto total y de ordinario es una renta fija e inde- no siempre es igual* a lo que podría mantener sí la ali-
pendiente de las variaciones accidentales [V] de la cose- mentación fuera distribuida en la forma más económica,
cha (Smith, t. I, pág. 351). Muy rara vez es menos del y esto se debe a los altos salarios que a veces deben entre-
cuarto [ . . . ] del producto total (Ibíd. t. II. pág. 378). garse al trabajo. Pero siempre la alimentación puede com-
. prar tanto trabajo como lo que pueda mantener, al precio
La renta de la tierra no puede pagarse por todas las mercan- en que este tipo de trabajo comúnmente subsiste en un
cías. Por ejemplo, en muchas regiones no se paga renta por las país. Pero la tierra, en casi todas las situaciones posibles,
piedras. produce más alimentación que la que se necesita para que
subsista el trabajo que concurre a poner esa alimentación
en el mercado [ ] Siempre el exceso de esa alimenta-
Es cosa común que al mercado sólo puedan llevarse ción es también más que suficiente para remplazar con
aquellas partes del producto de la tierra cuyo precio ordi- ventaja el capital que movilizó el trabajo. De manera que
nario es suficiente para remplazar el capital que debe siempre queda algo para adjudicarle una renta al propie-
emplearse para llevarlas, juntamente con las utilidades tario (Smith, t. L págs. 305-306). La renta no sólo extrae
ordinarias del capital. Si e} precio ordinario es más que su primitivo origen de la alimentación, sino que además
suficiente, la demasía irá, desde luego, a la renta de la si alguna otra parte del producto de la tierra llega también
tierra. Si es apenas suficiente, la mercancía podrá de todos en seguida a reportar una renta, esta adición de valor se
modos llevarse al mercado, pero no le suministrará renta debe al acrecentamiento de poder que ha adquirido el
al propietario. ¿Será o no será el precio más que suficien- trabajo para producir alimentación por medio de la cultu-
te? Esto es lo que depende de la demanda (Smith, t l, ra y del mejoramiento de la tierra (Smith, t. I, pág. 345).
págs. 302-303). La alimentación del hombre [parece ser el único de los
La renta entra en la composición del precio de las productos de la tierra que] suministra siempre [y necesa-
mercancías de manera distinta a como entran los salarios riamente] con qué pagarle una renta cualquiera al propie-
y las utilidades. El alto o bajo nivel de los salarios tj de las tario (t. I, pág. 337) 9 . Los países se pueblan, no en pro-
utilidades es la causa del alto o bajo precio de las mer- porción al número que su producción puede vestir y alojar,
cancías: la tasa alta o baja de la renta es el efecto del pre- sino en razón al número que esa producción puede alimen-
cio (Smith, t. I, pág. 303) r . tar (Smith, t. I, pág. 342).

8
Estas cuatro palabras no figuran en el manuscrito de Marx. 8
7
Las palabras en bastardilla están subrayadas por Marx. Subrayado por Marx.
* Los pasajes entre corchetes no bao sido trascritos por Marx
86
87
Después de la alimentación, las dos grandes necesida- [IX] El acrecentamiento de la demanda de productos brutos
des del hombre son el vestido y la habitación, es decir, eá y, por consiguiente, la elevación del valor pueden derivar, en parte,
abrigo. Casi siempre rinden una renta del sucio, pero esto del aumento de la población y del aumento de las necesidades de
no siempre es obligatorio (IhkL, t. I, págs. 337-338). ésta. Pero toda invención nueva, toda utilización nueva que la ma-
nufactura realiza de una materia prima antes no utilizada, o utili-
zada poco, aumenta la renta de la tierra. Así, por ejemplo, la renta
[VIII] Veamos ahora de qué modo el terrateniente explota de las minas de carbón ha subido en enorme medida con los ferro-
todas las ventajas de la sociedad.
carriles, los barcos a vapor, etc.
pág. 1? La renta de la tierra aumenta con la población (Smith, t. I,
335). Inmediatamente veremos una ventaja más, aparte de la que
el propietario de la tierra obtiene de la manufactura, de las inven-
2P Say ya nos ha dicho cómo la renta de la tierra aumenta ciones, del trabajo.
con los ferrocarriles, etc., con el mejoramiento de la seguridad y
la multipíicaeiÓTi de los medios de comunicación.
4P Estos tipos de mejoramiento en el poder productivo
39 Todo mejoramiento que se realice en el estado de del trabajo, que tienden de modo directo a reducir el pre-
la sociedad tiende, de manera directa o indirecta10, a cio real de las obras de manufactura, indirectamente tien-
hacer subir la renta real de la tierra, a aumentar la riqueza den a elevar 1» renta real de la tierra. El propietario cam-
real del propietario, es decir, su poder de comprar el tra- bia por producto manufacturado esa parte de su.producto
bajo ajeno o el producto del trabajo ajeno... La exten- bruto, que excede su consumo personal, o [... ] el precio
sión del mejoramiento de las tierras y de los cultivos tiende de esa parte. Todo aqueño que reduce el precio real del
a ello de manera directa. La parte del propietario en el primer tipo de producto eleva el precio real del segundo;
producto necesariamente aumenta a medida que aumenta una misma cantidad del producto bruto responde, de ahí,
el producto. El alza que sobreviene en el precio real de a una mayor cantidad del producto manufacturado, y el
estos tipos de productos brutos [ ] el alza, por ejemplo, propietario se encuentra en condiciones de comprar una
del precio del ganado, tiende asimismo a elevar, de mane- mayor cantidad de artículos para su comodidad, de artícu-
ra diecta, la renta del propietario, y en una proporción los de adorno o suntuarios que desea poseer (Smith, t EL,
aún más fuerte. Con el valor real del producto no sólo pág. 159).
aumentan el valor real de la parte del propietario y el
poder real que esa parte le da a éste sobre el trabajo ajeno, Pero si del hecho de que el propietario de la tierra explota
sino que además la proporción de esa parte, con relación al todas las ventajas de la sociedad, Smith [X] concluye (t. II, pág.
producto total, también aumenta con el valor. El producto, 161) que el interés del propietario es siempre idéntico al de la
después de haber elevado su precio real, deja de exigir sociedad, es una estupidez. En economía política, el in'erés que
trabajo para ser recogido [ X . ] y para alcanzar a rempla- alguien pueda sentir, bajo el régimen de la propiedad privada, por
zar el capital que movilizó el trabajo, con las utilidades la sociedad está en proporción exactamente inversa al interés que
ordinarias del capital. La porción que queda del producto, la sociedad siente por él, del mismo modo como el interés que el
que es la parte del propietario, será, por tanto, con relación usurero siente por el disipador no es absolutamente idéntico al
al todo, más grande que antes (Smith, t. II, págs. 157-159). interés de este último.
Sólo de paso mencionaremos la sed de monopolio del terrate-
19
Subrayado por Marx. niente con respecto a la propiedad de la tierra de los países extran-

89
jeros, de donde parten, por ejemplo, las leyes acerca del trigo n .
De igual modo, pasaremos por alto la servidumbre medieval, la no es siquiera idéntico al de otro, debido a la competencia que
esclavitud en las colonias y la miseria de los jornales en el campo ahora vamos a considerar.
de Gran Bretaña. Atengámonos a las tesis de la economía política Desde ya, de una manera general, la gran propiedad de te tierra
en sí. es a la pequeña lo que el gran capital es al pequeño. Pero a ello
1° Decir que el terrateniente se interesa por el bien de la so- se añaden además algunas circunstancias especiales que conducen,
ciedad equivale a decir, según los principios de la economía, que en forma obligada, a la acumulación de la gran propiedad y a la
se interesa por el progreso de su población, por su producción absorción de la pequeña por ésta.
artística, por el aumento de sus necesidades; en una palabra, por el [XII] I o En ninguna parte el número relativo de los obreros
crecimiento de su riqueza; y según lo que hemos visto hasta aquí, y de las herramientas disminuye más con el monto del fondo como
este crecimiento corre parejo con el crecimiento de la miseria y de en la propiedad raíz. Asimismo, en ninguna parte la posibilidad de
la esclavitud. La relación entre el aumento del arriendo y el de la la. explotación, en todas las formas, la economía de los gastos de
miseria es un ejemplo del interés que el terrateniente siente por la producción y la división hábil del trabajo aumentan más con el
sociedad, ya que con el arriendo aumenta la renta de la tierra, el monto del fondo como en la propiedad raíz. Por pequeño que sea
interés del suelo donde se construyó la casa. un campo, las herramientas de trabajo que exige, como arados,
sierras, etc., tienen cierto límite, por debajo del cual no puede
29 Según los economistas mismos, el interés del terrateniente es descenderse más, mientras que la pequenez de la propiedad puede
lo contrario directo del interés del arrendatario; desde ya, pues, de
ana parte importante de la sociedad. descender mucho por debajo de este limite.
ÍXI] 3° Como el terrateniente puede exigir tanta más renta del 29 La gran propiedad raíz acumula en su beneficio los inte-
arrendatario cuanto menos salario pague el arrendatario, y como el reses que el capital del arrendatario ha aplicado para el mejora-
arrendatario rebaja tanto más el salario cuanto más renta de la miento del suelo. La pequeña propiedad raíz debe emplear su
tierra le exige el propietario, el interés del propietario es tan opues- propio capital. Pierde, por lo tanto, todo ese beneficio.
to al interés de los trabajadores agrícolas como el de los patronos 3° Toda mejora social, a la vez que sirve a la gran propiedad
, de manufacturas al de sus obreros. Igualmente, rebaja el salario al raíz, daña a la pequeña, porque siempre le exige más dinero líquido.
mínimo. 4? Dos leyes importantes para esa competencia deben aún
4 9 Como la baja real del precio de los productos manufactura- considerarse:
dos eleva la renta de la tierra, el terrateniente tiene un interés direc-
to en la disminución del salario de los obreros de manufactura, en a) La renta de las tierras cultivadas para producir el
la competencia entre capitalistas, en la sobreproducción, en toda la alimento de los hombres adecúa la renta de la mayoría de
miseria que engendra la manufactura. las otras tierras cultivadas (Smith, t. I, pág. 331).
5° Por lo tanto, si el interés del terrateniente, muy lejos de ser Los medios de subsistencia como el ganado, etc., sólo pueden
idéntico al interés de la sociedad, es lo contrario directo del interés producirse, en último análisis, gracias a la gran propiedad. Por
de los arrendatarios, de los trabajadores agrícolas, de los obreros de consiguiente, ella es quien adecúa la renta de las demás tierras, y
las manufacturas y de los capitalistas, el interés de un propietario puede reducirla a un mínimo.
El pequeño propietario que también trabaja se encuentra en-
11
Marx alude a las ieyes inglesas de 1815. En El capital (ed. cit., libro tonces, frente al gran propietario, en la relación de un artesano que
III, pág. 542) habría de decir: "Las leyes anticerealistas de 1815, por ejemplo posee su propia herramienta frente al patrono de fábrica. La pe-
—que eran, según se reconoció, un gravamen sobre el pan impuesto al país
para garantizar a los terratenientes ociosos la perduración del volumen de queña propiedad se ha convertido en un simple instrumento de
sus rentas, acrecentado en proporciones enormes durante la guerra antijaco- trabajo. [XVI] La renta de la tierra desaparece por completo para
el pequeño propietario; cuando mucho, a éste le quedan el interés
90 91
de su capital y su salario. Porque la competencia puede llevar la interés Si la renta de la tierra cayera por abajo del
renta de la tierra a no ser nada más que el interés del capital que
el propietario no ha llegado a invertir. interés del dinero con ana diferencia muy notable, nadie
querría comprar tierras, lo que muy pronto reduciría su
0) Ya hemos visto, por lo demás, que, a fertilidad igual y a precio corriente. Por el contrario, si las ventajas hiciesen
igual habilidad de explotación de las tierras, minas y sitios de pesca, mucho más que compensar la diferencia, todo ei mundo
el producto está en proporción a la extensión de los capitales. Por querría comprar tierras, lo que muy pronto aumentaría
consiguiente, victoria de la gran propiedad raíz. Del mismo modo, su precio corriente (Smith, t. II, págs. 367-368).
a igualdad de los capitales en proporción a la fertilidad. Por consi-
guiente, a igualdad de capitales, el propietario del suelo más fértil De esta relación entre la renta de la tierra y la tasa del dinero
es quien gana. resulta que la renta de la tierra debe caer cada vez más, de ma-
nera que, en fin de cuentas, sólo las personas muy ricas podrán vivir
•f) En general, de una mina puede decirse que es de la renta de la tierra. Por lo tanto, competencia siempre creciert-
fecunda o estéril si la cantidad de mineral que de ella te entre los terratenientes que no arriendan. Ruina d e una parte de
pueda sacar cierta cantidad de trabajo es más a menos ellos. — Nueva acumulación de la gran propiedad raíz.
grande que la que una misma cantidad de trabajo saque [XVU] Esa competencia tiene por consecuencia, además, que
de la mayoría de las demás minas del mismo tipo (Smidí, gran parte de la propiedad raíz caiga en manos de los capitalistas
t L págs. 345-346). El precio de la más fecunda mina de y que los capitalistas se conviertan así, al mismo tiempo, en terra-
carbón regula el precio del carbón para todas las otras mi- tenientes, así como, sobre todo, los pequeños propietarios de tierras
nas vecinas. Tanto el propietario como el empresario po- sólo son ya capitalistas. De igual modo, una parte de la gran pro-
drán obtener, uno, una renta mayor, y el otro, una mayor piedad raíz se convierte al mismo tiempo en industrial.
utilidad si venden algún artículo por abajo de lo que lo La consecuencia final es, pues, la resolución de la diferencia
venden sus vecinos. Los vecinos muy pronto se verán entre capitalista y terrateniente, de manera que, en conjunto, sólo
obligados a venderlo al mismo precio aunque no estén en hay ya dos clases en la población: la clase obrera y la cíase dé los
estado de poder sufrirlo y aunque el precio vaya siempre capitalistas. Esa comercialización de la propiedad raíz, esa tras-^
en disminución y llegue a veces a arrebatarles toda su ren- formación de la propiedad raíz en mercancía, es la última caída de
ta y toda su ganancia. Algunas explotaciones se encuentran la antigua aristocracia y el perfeccionamiento último de la aristo-
entonces íntegramente abandonadas y otras dejan de ren- cracia del dinero.
dir renta y ya no pueden continuar sino merced al propie- 1° No compartimos las lágrimas sentimentales que el roman-
tario de la mina (Smith, t. I, pág. 350). Después del des- ticismo vierte al respecto. Confunde la infamia que hay en el tráfico
cubrimiento de las minas del Perú, las minas de plata de de la tierra con la lógica completamente racional, deseable y nece-
Europa fueron, en su mayoría, abandonadas... Lo mismo saria, dentro del marco de la propiedad privada, que implica la
ocurrió respecto de las minas de Cuba y de Santo Domingo, comercialización de la propiedad privada de la tierra. En primer
y hasta respecto de las antiguas minas del Perú, después lugar, la propiedad feudal es ya, por naturaleza, propiedad de la
del descubrimiento de las de Potosí (t. I, pág. 353). tierra con que se ha traficado, que se aliena del hombre y que, por
consiguiente, lo enfrenta en la persona de unos pocos grandes
señores.
Todo lo que Smith dice de las minas es más o menos válido Desde ya, la propiedad feudal implica la dominación de la
respecto de la propiedad de la tierra en general.
tierra sobre los hombres como potencia extraña a ellos. El siervo
es lo accesorio de la tierra. Del mismo modo, el mayorazgo, el
5) Hay que subrayar que en todas partes el precio primogénito, pertenece a la tierra. Ella es quien lo recibe en he-
corriente de las tierras depende de la tasa corriente del rencia. De una manera general, el reino de la propiedad privada

93
¡ económica entré explotador y explotado; que toda relación personal
comienza con la propiedad de la tierra, ésta es su fundamento.
del propietaTio con su propiedad cese, y que ésta se convierta sólo
Pero en la propiedad feudal el señor aparece, por lo menos, como
en la riqueza material concreta; que él matrimonio por interés
el rey de la propiedad. De igual modo, todavía existe la apariencia
ocupe el lugar del matrimonio por honor con la tierra, y que !a
de una relación más íntima que la de la simple riqueza material
entre el poseedor y la tierra. La tierra se identifica con su amo, tierra sea igualmente llevada a un valor comercial como el hombre.
posee la categoría de éste, es baronía o condado con él, tiene los Es necesario que lo que es la raíz de la propiedad de la tierra —la
privilegios de él, su jurisdicción, sus relaciones políticas, etc. Apa- sórdida avidez— aparezca también en su forma cínica. Es necesario
rece como el cuerpo no-orgánico de su amo. De allí el proverbio que el monopolio inmóvil se convierta en monopolio móvil y desa-
"Nuüe ierre sans mátre"12, que expresa la soldadura entre la sosegado, en competencia; que el goce ocioso del sudor de sangre
señoría y la propiedad raíz. Igualmente, el reino de la propiedad ajeno se trasforme en la tarea del comercio que con él se realiza.
de la tierra no aparece en forma directa como el reino del simple Es, en fin, necesario que la propiedad, en forma de capital, mani-
capital. La dependencia respecto de la tierra es, antes bien, como fieste en esa competencia su dominación tanto sobre la clase obrera
una dependencia de la patria. Es un tipo estrecho de nacionalidad. como sobre los propietarios mismos, por el hecho de que las leyes
de movimiento de! capital los arruinan o los encumbran. Entonces,
[XVTQ] Del mismo modo, la propiedad feudal da su nombre en lugar del adagio medieval "Nidle terre sans seignextr"13 aparece-
a su dueño, como un reino lo da a su rey. La historia de su familia, rá el proverbio moderno "L'argent ría pos de maitre'1*, en el que
la historia de su casa, etc.: todo individualiza, para él, la propie- se expresa toda la dominación de la materia inerte sobre los hombres.
dad de la tierra y hace da ésta, formalmente, su casa; de hecho,
una persona. Asimismo, aquellos que cultivan su propiedad no están fXLX] 2° En cuanto a la pendencia acerca de la división o de
ea situación de jornaleros asalariados, sino que, o bien son también la no división de la propiedad de la tierra, hay que hacer las ob-
propiedad de él, como los siervos, o bien están frente a él en una servaciones siguientes.
relación de mitigación, de supeditación y de obligación. La situa- La división de la propiedad niega el gran monopolio de la pro-
ción de él frente a ellos.es, pues, directamente política, pero igual- piedad de la tierra, lo deroga, pero sólo al generalizarlo. No supri-
mente tiene un aspecto sentimental. Las costumbres, el carácter, me el fundamento del monopolio: la propiedad privada. Se atiene a
etc., cambian de una tierra a otra y parecen ser sólo uno con la la existencia del monopolio, pero no a su esencia. De lo cual se
parcela, en tanto que más tarde no es sino la bolsa lo que liga ril sigue que cae bajo el golpe de las leyes de la propiedad privada.
hombre a la tierra, y no su carácter o su individualidad. Por último, La división de la propiedad de la tierra corresponde, en efecto, al
no procura sacar la mayor ventaja posible de su propiedad. Por el movimiento de la competencia en el terreno industrial. Además
contrario, consume lo que tiene, y tranquilamente deja que el sier- de las desventajas económicas de esa división de los instrumentos y
vo y el arrendatario procuren lo que se necesita. La condición noble del aislamiento del trabajo de cada cual (aue debe distinguirse de
de la propiedad de la tierra es lo que otorga a su dueño una aureo- la división del trabajo: no se reparte el trabajo entre muchos indi-
la romántica. viduos, sino que cada uno hace el mismo trabajo para sí; es una
multiplicación del mismo trabajo), ese parcelamiento, como, por
Es necesario suprimir esta apariencia; que la propiedad de la
lo demás, la competencia, necesariamente se convierten de nuevo
tierra, raíz de la propiedad privada, sea íntegramente arrastrada al
movimiento de ésta y se convierta en una mercancía; que la supre- en acumulación.
macía del propietario aparezca como la pura supremacía de la Por lo tanto, allí en donde se produce la división de la propie-
propiedad privada, del capital, despojada de lodo tinte político; dad de la tierra no queda más por hacer sino volver al monopolio
que la relación entre propietario y obrero se reduzca a la relación
13
No hay tierra «n señor. En francés en el texto.
12 tío hay tierra sin dueño. En francés en el texto. !•* £2 dinero no tíeat dueña. En francés en el texto.

94 95
en una forma aun más odiosa, o bien, negar, abolir la división mis-
ma de la propiedad. Pero esto no quiere decir retomo a la pro-
piedad feadal, sino, por el contrario, abolición de la propiedad Porque la gran propiedad de la tierra, como en Inglaterra, im-
privada del sneío en general. La primera abolición del monopolio poJsa a la aplastante mayoría de la población a fes brazos dé la
es siempre su generalización, la extensión de su existencia. La industria, y reduce a sus propios obreros a la miseria totaL Engen-
dra y acrecienta, por tanto, la fuerza de sus enemigos —el capital
abolición del monopolio que ha alcanzado su más ancha y vasta
y la industria—, al arrojar a los pobres y a toda una actividad del
existencia posible es su completa destrucción. La asociación aoli-
país en el otro campo. Torna a la mayoría del país en industrial,
cada al suelo comparte, desde el punto de vista económico, las volviéndola de hecho, por consiguiente, adversaria de la gran pro-
ventajas de la gran propiedad de la tierra, y es la primera en reali- piedad. Si la industria ha alcanzado un gran poderío, como es hoy
zar la tendencia primitiva de la división, es decir, la igualdad, así el caso de Inglaterra, poco a poco le arranca a la gran propiedad
como restaura, de una manera racional y no va gracias a la media- sus monopolios con relación a Tíos] del extranjero y los arroja en
ción de la servidumbre, de-la dominación v de una absurda mística la competencia con la prooiedad de la tierra del extranjero. Bajó el
de la propiedad, la relación sentimental del hombre con la tiernu reinado de la industria, la propiedad de la tierra no podía, en
en efecto, la tierra deja de ser un objeto de tráfico y, merced ai efecto, asegurar su grandeza feudal sino gracias a algunos mono-
trabajo y al libre goce, vuelve a ser una propiedad verdadera v polios frente al extranjero, para ponerse de tal modo a resguardo
personal del hombre. Una gran ventaja de la división es qué la de las leyes generales del comercio, que son contrarias a su natu-
masa, oue ya no puede resignarse a la servidumbre, perece a tra- raleza feudal. Una vez arrojada en la compefencia. sigue las leves
vés de la propiedad de una manera distinta fa la] de la industria. de ésta como cualquier otra mercancfa sometida a ellas. Cede a las
En cuanto a la gran propiedad de la tierra, sus defensores mismas fluctuaciones, aumentos o dismimjciones. a los mismos pa-
siempre identificaron de una manera sofística las ventajas econó- sos de tina mano a otra, y nintruna ley puede ya mantenerla en
micas que ofrece fa agricultura en gran escala con la gran propie- ciertas manos predestinadas. ¡XXT] La consecuencia directa es el
dad agraria, como si no fuera la abolición de la propiedad lo que desparramamiento en muchas manos; en todo caso, cae en poder
comenzara precisamente a proporcionar a esas ventajas ora su de los capitales industriales.
[XX] extensión máxima, ora su utilidad social. De igual modo, han
atacado el espíritu mercantil de la pequeña propiedad como si la Por último, la gran propiedad de la tierra, oue se ha mante-
gran propiedad, incluso en su forma feudal, no incluyera el tráfico nido ñor la fuerza v que ha engendrado a su vera una industria
en estado latente. Para no hablar de la forma inglesa moderna, en temible, conduce a la- crisis aun con más rapidez que la división de
la que se alian el feudalismo del propietario con el espíritu mercan- la propiedad, a cuyo lado el poder de la industria sigue siendo
til y la industria del arrendatario. siempre de segundo orden.
La gran propiedad de la tierra, como lo vemos en Inglaterra,
Así como la gran propiedad de la tierra puede devolverle a ya ha perdido su carácter feudal y adquirido un carácter individual
la división de la propiedad el reproche de monopolio que ésta le
en la medida en oue desea hacer la mayor cantidad posible de
formula, porque también la división se basa en el monopolio dé la
propiedad privada, del mismo modo la división de la propiedad dinero. Le ida] al propietario la más fuerte renta posible, y al
de la tierra puede devolverle a la gran propiedad el reproche de arrendatario la más grande utilidad posible de su capital. Los obre-
división, porqué también allí ésta reina, pero en forma rígida, coa- ros agrícolas ya se han reducido, por lo tanto, al mínimo, y dentro
gulada. En general, la propiedad privada descansa en la división. de la propiedad de la tierra la clase de los arrendatarios representa
Por lo demás, así como la división de la propiedad de la tierra con- ya el poder de la industria y del capital. Por el hecho de la compe-
duce a la gran propiedad en forma de riqueza capitalista, así la tencia con el extranjero, la renta dé la tierra, en su mayor parte,
propiedad feudal debe necesariamente ir hasta la división o, por deja de constituir una renta independiente. Gran parte de los terra-
lo menos, caer en manos de los capitalistas, haga lo que hiciere. tenientes necesariamente ocupa el lugar de los arrendatarios, quie-
nes, de esta manera, caen en el proletariado. Por otra parte, muchos
96 arrendatarios se apoderan de la propiedad; porque los grandes pro-

97
pietarips —que en su mayoría se nan entregado, con sus fáciles
rentas, a la disipacMn, y que casi siempre son igualmente inútiles
para dirigir la agricultura en gran escala— no poseen el capital ni
la necesnria capacidad para explotar el suelo. Así, pues, una parte
de ellos queda íntegramente arruinada. Por fin, el salario, ya redu-
cido al mínimo, debe reducirse aun más para hacer frente a la com-
petencia. Entonces, esto necesariamente conduce a la revolución.
Era menester que la propiedad de la tierra se desarrollara de
una manera u otra para que en ambas conociera su necesaria deca-
dencia, así como también la industria debía arruinarse en forma de [EL TRABAJO ALIENADO]x
monopolio o en forma de competencia para que aprendiera a creer
en el hombre. [XXII] Hemos partido de las premisas de la economía políti-
ca. Hemos aceptado su lenguaje y sus leyes. Hemos supuesto la
propiedad privada, la separación del trabajo, del capital y de la
tierra, así como la del salario, de la utilidad capitalista y de la renta
de la tierra, tanto como la división del trabajo, la competencia, la
noción de valor de cambio, etc. Partiendo de la economía política
en sí y empleando sus propios términos, hemos mostrado que el
obrero es rebajado a mercancía —la más miserable de las mercan-
cías—; que la miseria del obrero está en razón inversa al poder y
al monto de su producción 2 ; que el necesario resultado de la com-
petencia es la acumulación del capital en un pequeño número de
manos y, por tanto, la restauración aun más temible del monopolio;
que, en fin, la distinción entre capitalista y terrateniente, como entre
campesino y obrero de manufactura, desaparece, y que toda la
sociedad debe dividirse en dos clases: la de los propietarios y la de
los obreros no propietarios.
""" La economía política parte del hecho de la propiedad privada.
No nos lo explica. Expresa el proceso material de la propiedad
privada —en realidad, la describe— en fórmulas generales y abstrac-
tas, que en seguida adquieren para ella valor de leyes. No com-
prende 3 estas leyes, es decir, no muestra de qué modo derivaii de
la esencia de la propiedad privada. La economía política no nos

1
De! latín alienare, de alienus: ajeno. Así, pues, enajenado. Pero la
fuerza del uso, que en este caso no es errónea, aconseja alienado. El lector
comprobará que en determinados momentos el empleo de enajenar o sus deri-
vados se vuelve forzado o parece ambiguo, cosa que muy difícilmente ocurre
con alienar. . • --
- Es decir, que cuanto más produce, más grande es su miseria.
3
Begreifty es decir, no aprehende el concepto de estas Leyes.

99
98
suministra explicación alguna acerca de la razón de la separación
entre trabajo y capital y entre capital y tierra. Por ejemplo, cuando
determina la relación entre salario y utilidad del capital, para día el problema a un claroscuro lejano y nebuloso. Supone que en la
Ja razón última es el interés de los capitalistas; vale decir que da forma dei hecho, del acontecimiento, ya está dado lo que debería
por sentado Jo que debería ser el resultado de sa desarrollo. De deducir de él, es decir, la necesaria relación entre dos cosas; por
igual modo, la competencia interviene por doquier. Se la explica ejemplo, entre la división del trabajo y el cambio. Así, el teólogo
por circunstancias exteriores. En qué medida estas circunstancias explica el origen del mal por el pecado originai, es decir, supone
exteriores, aparentemente contingentes, no son más que la expresión como un hecho, en forma histórica, lo mismo que debería explicar.
de un necesario desarrollo, la economía política no nos lo enseña. Nosotros partimos de un hecho económico actual.
Hemos visto cómo basta el cambio le parece un hecho del azar. Los
únicos móviles que pone en movimiento son la sed de riqueza y la El obrero se vuelve tanto más pobre cuanta más riqueza pro- •
guerra entre codicias: la competencia, — duce, cuanto más crece en poder y volumen su producción. El obre-
ro se convierte en una mercancía tanto más vil cuantas más mer-
Precisamente debido a que la economía no comprende el en- cancías produce. La depreciación del mundo de los hombres au-
cadenamiento del movimiento, otra vez ha sido posible oponer, por menta en razón directa al incremento del mundo de las cosas. E[
ejemplo, la doctrina de la competencia a la del monopolio, la trabajo produce no sólo mercancías; se produce a sí misino y pro-
doctrina de la libertad industrial a la de la corporación, la doctrina duce al obrero, como mercancía, y esto en la medida en que pro- I
de la división de la propiedad raíz a la de la gran propiedad agra- duce mercancías en general.
ria, porque la competencia, la libertad industrial y la división de
la propiedad raíz sólo se desarrollaban y comprendían como Ese hecho no expresa nada más que esto: el objeto que el j
consecuencias contingentes, intencionales, arrancadas a la fuerza, trabajo produce, su producto, lo enfrenta como un ser extraño,
pero no necesarias, ineluctables y naturales del monopolio, de la como un poder independiente del productor.! El producto del tra-
corporación y de la propiedad feudaL bajo es el trabajo fijado, concretado en un objeto; es Ja objetivación
r™ Ahora, pues, tenemos que comprender el encadenamiento esen- del trabajo. La actualización del trabajo es sa objetivación/ En el
cial que liga a la propiedad privada con la sed de riqueza y con la estadio de la economía, la actualización del trabajo aparece, res-
separación entre el trabajo, el capital y la propiedad, así como pecto del obrero, como la pérdida de la realidad de éste; la objeti-
entre el cambio y la competencia, el valor y la depreciación dei vación, como la pérdida del objeto o la servidumbre al objeto; y la
hombre, el monopolio y la competencia, etc.; en resumen, el víncu- apropiación, como la alienación, como desapropiamiento. _t
lo de toda esta alienación* con el sistema del dinero. \ La realización del trabajo revela ser una pérdida de realidad
a tal punto, que el obrero pierde su realidad hasta morir de hambre.
No hagamos como el economista, que, cuando desea explicar La objetivación revela ser la pérdida del objeto a tal punto, que el
algo, se coloca en un estado originario íntegramente fabricado. Esa obrero es despojado no sólo de los objetos más necesarios para la
clase de estado originario nada explica. No hace más que relegar
vida, sino también de los objetos de trabajo. Si, hasta el trabajo se
convierte en un objeto, del que sólo puede apoderarse mediante la
'*'. Otra vez a propósito de esta palabra. Marx emplea Entfremdung, pero realización del esfuerzo máximo y con las interrupciones más irre-
también, y c a á con igual frecuencia. JZntáussenme. Desde el-punto de vista gulares. La apropiación del objeto revela ser una alienación a tal
etimológico, Entfremdung ahinca en la idea de lo extraño, mientras que punto, que el obrero, cuantos más objetos produce, menos puede
Entausserung subraya la idea de desposeimiento. No pareció ligereza renunciar poseer y más cae bajo la dominación de su producto: el capital.
a un matiz que a Marx no le preocupaba, ya que empleaba de modo indis-
tinto ambos términos. Tampoco Hegei hacia una diferencia al respecto. La Todas esas consecuencias se encuentran en esta determinación:
voz extrañación es un neologismo cuya creación (Hippolyte recurrió a ella el obrero está, con respecto al producto de su trabajo, en la misma
en su traducción al francés de la Fenomenología de Hegel) parece inútil.
Preferible, para mayor claridad, es interpretar entfremdet como vuelto extraño. relación que está con respecto a un objeto extraño. Porque esto es
evidente por hipótesis: cuanto más se exterioriza el obrero en su
trabajo, más poderoso se vuelve el mundo extraño, objetivo, que

101
existir, primero como obrero, y segundo, como sujeto físico. El
crea frente a él; cuanto más se empobrece a sí mismo el obrero,
más pobíe se vuelve su mundo interior, menos posee como cosa colmo de esta servidumbre es que sólo su calidad de obrero le
Lo mismo ocurre en la religión. Cuantas más cosas pone el permite conservarse todavía como sujeto físico, y que ya sólo como
en Dios, menos conserva en sí mismo. El obrero pone su sujeto físico s es obrero.
vida en el objeto. Pero entonces ésta ya no le pertenece; pertenece (La alienación del obrero en su objeto se expresa, de acuerdo
al objeto. Cuanto más grande es esta actividad, menos objetos posee con las leves de la economía, de la siguiente manera: cuanto más
el obrero 5 . No es lo que el producto de su trabajo es. Por tanto, produce el obrero, menos aue consumir tiene; cuantos más valores
cuanto más grande es este producto, menos es el obrero. La aliena- crea, más se deprecia v ve cómo disminuye su dienidad; cuanto más
ción del obrero en su producto significa no sólo que el trabajo de se conforma su producto, más deforme es el obrero; cuanto más
éste se convierte en un objeto, en una existencia exterior, sino civilÍ7ado es su obieto. más bárbaro es el obrero; cuanto más pode-
además que su trabajo existe aL margen de éL extraño a él, y que roso es el trabaja, más mroofTánre es el obrero: cuanto más espiri-
se convierte en un poder autónomo frente a él, que la vida que le tual es el trabaio. más nrivado de espíritu es el obrero, ya conver-
ha prestado al objeto se opone a él, hostil y extraña. tkío en un esclavo de la naturaleza.)
[XXITI] Examinemos ahora más de cerca la objetivación, la La economía pnlHica esconde la alienación aue está en la esen-
producción del obrero, y, en ella, la alienación, la pérdida del obje- cia del trabajo T vnr el hecho de aue nn considera la relación directa
to, de su producto. entre el obrero (el trabaio) " ¡a -producción. Ciertamente, el tra-
bajo produce maravilla.-! para los ricos. peTO para el obrero produce
El obrero nada puede crear sin la naturaleza, sin el mundo
exterior sensible. Ella es la materia en la que su trabajo se realiza, nrit'aciones Produce nalacios. pero tugurio* oara. el obrero. Produce
en cuyo seno el obrero se ejercita, a partir de la cual y en medio helle-ra. pero deformidad para el obrero. Remplaza el trabajo por
de la cual éste produce. rnárminas. pero arroia a una parte de los obreros a un trabaio de
bárbaros, v con la otra parte hace máquina. Produce espiritualidad,
Pero asi como la naturaleza le ofrece al trabajo los medios de ppro también imbecilidad v cretinismo para el obrero.
subsistencia-, en el sentido de que el trabajo no puede vivir sin los La relación inmediata del trabajo con sus productos es la reía-"
objetos en los que se ejercita, así también, por otra parte, provee ñon del obrero con los objetos de sn producción. La relación del
los medios de subsistencia en sentido restringido, es decir, los me- hombre oue posee fortuna con los objetos de la producción v con
dios de subsistencia del obrero mismo. la producción misma no es nada más que una consecuencia de esa
Por lo tanto, cuanto más se apropia el obrero, por su trabajo, primera relación. Y la confirma. Más adelante examinaremos este
del mundo exterior, de la naturaleza sensible, más se priva de otro aspecto.
medios de subsistencia, desde este doble punto de vista: primero, Así, pues, cuando formulamos esta pregunta: ¿Cuál es la rela-
que el mundo exterior sensible deja de ser cada vez más un objeto
que pertenece a su trabajo, un medio de subsistencia de su trabajo;
8
segundo, que deja de ser cada vez más un medio de subsistencia El trabajo debe ser nara todos los hombres una manifestación de su
en sentido inmediato, un medio para la subsistencia física del obrero. personalidad; pero para el obrero es sólo un medio de subsistencia. El obrero
sólo puede conservarse como sujeto físico en su condición de obrero, ya no
Desde este doble punto de vista, el obrero se convierte, pues, en condición d e hombre con acceso directo a los medios de subsistencia que
!e ofrece la naturaleza.
en un esclavo de su objeto: primero, recibe un objeto de trabajo, 7
Para Marx, la esencia del trabajo consiste en que éste es una actividad
vale decir, del trabajo; y segundo, recibe medios de subsistencia. específica del hombre, una manifestación de su personalidad, la objetivación,
Por consiguiente, en el sentido de que le debe la posibilidad do de su personalidad.\La economía política no considera el trabajo en su relación
con el hombre, sino sólo en su forma alienada, esto es, en la medida en que es
productor de valor, en que se trasforma, de exteriorización d e ' las "fuerzas
5
La expresión alemana es segenstandslos. esenciales" del hombre, en actividad con natas a una ganancia.

102 103
ción esencial del trabajo?, planteamos el probfema «fe la relación
del obrero coa Ja producción. •
¡'" Hasta ahora hemos considerado la aSeratcióri, el desapropia- —del cerebro humano y del corazón humano— actúa sobre el indivi-
I miento^ del obrero, sólo bajo un aspecto, el de su relación, con los dno independientemente de él, así también la actividad del obrero no
productos de stt trabajo, Pero la alienación aparece no sólo en el es su actividad propia. Pertenece a otro; es la pérdida de sí mismo.
resaltado, sino también en el acto de la producción, en fl interior (CLlegamos, pues, al resultado .de que el hombre (el obrero)
de la actividad productiva mv&na. De qué modo el obrero podrí-i sólo se siente ya libremente activo en sus funciones animales: co-
enfrentar como extraño el producto de su actividad si en el acto mer, beber y procrear, y, cuando mucho, en su cuarto, en su arreglo
de la producción misma no fuera también él extraño a sí mismo: personal, etc., y que en sus funciones de hombre sólo se siente ya
de hecho, el producto sólo es el resumen de la actividad de la animal. Lo bestial se convierte en lo humano y lo humano se con-
producción. Por consiguiente, si el producto del trabajo es la alie- . vierte en lo bestialjj/
^nación, también la producción debe ser la alienación en acto. la Comer, beber y procrear, etc., son también, por cierto, fun-
alienación de la actividad. la actividad de la alienación. La aliena- ciones auténticamente humanas. Pero separadas en forma abstrac-
ción del objeto del trabajo sólo es ef resumen de la alienación, del ta del resto del campo de las actividades humanas y convertidas,
desapropiamiento, en la actividad misma del trabajó. así, en el único y último fin, son bestiales.
Ahora bien, ¿en qué consiste la alienación del trabajo? Hemos considerado el acto de alienación de la actividad hu-
f7 Ante todo, en el hecho de que el trabajo es exterior al obrero, mana práctica —el trabajo— bajo dos aspectos: primero, la relación
del obrero con el producto del trabajo como objeto extraño que lo
es decir, gite no pertenece a su ser; que, en consecuencia, el obrero
aventaja. Esta relación es, al mismo tiempo, la relación con el
no se afirma en su trabajo, sino que se niega; no se siente cómodo, mundo exterior sensible, con los objetos de la naturaleza —mundo
sino desventurado; no desouesa rasa ubre actividad' física e mte- que se opone a él de una manera extraña y hostil—. Segundo, la
lecrnaL sino croe martiriza sa cuerpo y arruina su espíritu. En relación del trabajo con el acto de producción dentro del trabajo.
consecnencia. el obrero sólo tiene la sensación de estar consigo Esta relación es la relación del obrero con su propia actividad co-
mismo 8 cuando está fuera de su trabajo, y, cuando está en su tra- mo actividad extraña que no le pertenece; es la actividad que es
bajo, se siente fuera dé sOEstá como en su casa cuando no traba- pasividad, la fuerza que es impotencia, la procreación que es cas-
ja; cuando trabaja, no se siente en su casa. Su trabajo no es, pues, tración, la energía física e intelectual propia del obrero, su vida
voluntario, sino impuesto; es trabfrio forzado. No es, pues, la satis- personal —porque qué es ¡a vida sroo la actividad— que es activi-
facción de una necesidad, sino sólo un medio de satisfacer algunas dad dirigida contra él mismo, independiente de él, que no le per-
necesidades al margen del trabaío. El carácter extraño del trabajo tenece. La alienación de sí, como, un poco antes, la alienación de
aparece con claridad en el hecho de que, apenas deja de haber la cosa.
obligación física o de otro tipo, el trabajo es rehuido como si
j fuera una peste. El trabajo exterior, el trabajo en el oue el hombre [XXIV] Sin embargo, de las dos determinaciones precedentes
^ e aliena, es un trabajo de sacrificio de sí, de mortificación. Por aún debemos extraer una tercera determinación del trabajo alienado.
último, el carácter exterior del trabajo con respecto al obrero El hombre es un ser genérico *. No sólo porque en el plano
aparece en el hecho de que no es un bien propio de éste, sino un
bien de otro; que no pertenece al obrero; que en el trabajo el 9
Esta expresión era corriente en la filosofía de la época, pero hoy ha
obrero no se pertenece a sí mismo, sino qué pertenece a otro. Así dejado de sernos familiar. E n la Enciclopedia, Hegel define el género (die
como en la religión la actividad propia de la imaginación humana Gattung) como "lo Universal concreto". Dice también que constituye "una
unidad simple que está en sí con la singularidad del sujeto, del que es sus-
tancia concreta". Decir que el hombre es un ser genérico equivale, por
8
consiguiente, a decir que el hombre se remonta por encima de su individua-
Bei sich, es decir, liberado de las determinaciones exteriores a su ser. lidad subjetiva, que reconoce en sí lo universal objetivo y que se supera como
ser finito. Dicho de otro modo, el hombre, como individuo, es el represen-
104 tante del Hombre.

105
Porque, en primer lugar, el trabajo, la actividad títal, h. vida
práctico y teórico hace del género, tanto del suyo propio; como del productiva sólo se le presentan al hombre como un medio de satis-
de las demás cosas, su objeto, sino adeniás —y esto es sólo otro facer una necesidad —la necesidad de conservación de la existencia
modo de expresar lo mismo— porque se comporta frente a sí mismo física—. Pero la vida productiva es la vida genérica. Es la vida_
como frente ai actual género viviente, porque se comporta frente engendrando vida. El modo de actividad vital contiene todo el
a sí mismo como frente a un ser universal y, por tanto libre. carácter de una especie l a , su carácter genérico, y la actividad libre,
La vida genérica, tanto en el hombre como en el animal, ante conciente, es el carácter genérico del hombre. Hasta la vida apare-
todo consiste, desde el punto de vista físico, en el hecho de que el ce, en el trabajo alienado, como medio de subsistencia.
hombre (como el animal) vive de la naturaleza inorgánica, y cuan- El animal se identifica de modo directo con su actividad vi-
to más universal es el hombre con relación al animal, más universal tal. No se distingue de ella. Es esta actividad. EL hombre hace de su
es el campo de la naturaleza inorgánica de que vive. Así como las actividad vital misma el objeto de sn voluntad y de su conciencia.
plantas, los animales, las piedras, el aire, la luz, etc., constituyen, Posee una actividad vital conciente. No es una determinación con
desde el punto de vista teórico, una parte de la conciencia humana, la que se confunde de modo directo. La actividad vital concíente
ya como objetos de las ciencias de la naturaleza, ya como objetos distingue en forma directa al hombre de la actividad vital del ani-
del arte —porque constituyen su naturaleza intelectual inorgánica, mal. Precisamente por eso, y sólo por eso, es un ser genérico u . O
porque son medios de subsistencia intelectuail que el hombre debe bien, sólo es un ser conciente; dicho de otro modo, su propia vida
ante todo preparar para disfrutarlos y digerirlos—, así también es para él un objeto, precisamente porque es un ser genérico. Sólo
constituyen, desde el punto de vista práctico, una parte de la vida por ello su actividad es actividad libre. El trabajo alienado trastrue-
humana y de la actividad humana. Físicamente, el hombre sólo vive ca la relación de manera tal, que el hombre, debido a que es un
de los productos naturales, que se presentan en forma de alimentos, ser conciente, no hace precisamente de su actividad vital, de su
de abrigo, de vestidos, de alojamiento, etc. (Ca universalidad del esencia, nada más que un medio de su existencia.
hombre aparece precisamente en la práctica en la universalidad que
hace de toda la naturaleza su cuerpo inorgánico, tanto en la medi-
da en que es, primeramente, un medio inmediato de subsistencia 10
Spetíes.
como en la medida en que es, [subsidiariamente], la materia, el 11
La siguiente cita de Feuerbach (de su Esencia del cristianismo) ilus-
objeto y la herramienta de su actividad vital.lLa naturaleza, es de- tra con claridad el parentesco de las respectivas posiciones de Marx y Feuer-
cir, la naturaleza que no es en sí misma eí* cuerpo humano, es el bach tanto como lo que las distingue: "¿Cuál es, pues, !a diferencia esencial
cuerpo inorgánico del hombre. El hombre vice de la naturaleza: que distingue al hombre del animal? La respuesta más sencilla, más general
pero también más popular a esta pregunta es: la conciencia. Pero la con-
significa que la naturaleza es su cuerpo, con el que debe mantener un ciencia en sentido estricto; porque la conciencia que designa el sentimiento
proceso constante para no morir. Decir que la vida física e intelectual de sí, el poder de distinguir los objetos sensibles, de percibir y hasta de
del hombre está indisolublemente ligada a la naturaleza no significa ¡uzgar las cosas exteriores por índices determinados que atañen a su sentido,
nada más que la naturaleza está indisolublemente ligada a sí mis- esa conciencia no se les puede negar a los animales. La conciencia entendida
ma, porque el hombre es una parte de la naturaleza. en el sentido más estricto sólo existe para un ser que tiene por objeto su
propia especie y su propia esencia— Estar dotado de conciencia es ser
' E n tanto que el trabajo alienado vuelve extraños al hombre capaz de ciencia. La ciencia es la conciencia de las especies... Pero sólo
un ser que tiene por objeto su propia especie, su propia esencia, es suscep-
I o la naturaleza, y 2fi el hombre mismo —su propia función activa, tible de tomar por objeto,' en su significación esencial, cosas y seres distin-
su actividad vital—, vuelve al género extraño al hombre: hace de la tos de é!.
vida genérica, para él, el medio de la vida individual. Primero,
"Por eso el animal posee una vida simple y el hombre una doble vida:
hace extrañas la vida genérica y la vida individual, y en seguida en el animal, la vida interior se confunde con la vida exterior; el hombre,
hace de esta última, reducida a abstracción, la finalidad de la por el contrario, posee una vida interior y vida exterior."
primera, igualmente tomada en sn forma abstracta y alienada. í
107
106
Gracias a Ja producción práctica, de nn mundo objetivo, a la
elaboración, de la naturaleza inorgánica, el hombre se experimenta
como ser genérico conciente, es decir, como ser que se comporta con Luego, el trabajo alienado conduce a los resultados que siguen:
respecto al género, con respecto a su propio ser, o con respecto a 3? U ser genérico del hombre, tanto la naturaleza como sus
sí. como ser genérico. Desde luego, el animal también produce.
Construye un nido, o viviendas, como la abeja, el castor, la hormi- facultades intelectuales genéricas, se trasforma en un ser extrañó
ga, etc. Pero sólo prodnce aquella aue necesita en forma inmedia- al hombre, en medio para su existencia individual. Torna extraño
ta para él o para sn cría; produce de un modo unilateral, mientras al hombre su propio cuerpo, como la naturaleza al margen de él,
que el hombre produce de un modo universal, sólo produce bajo como su esencia espiritual, su esencia humana.
el imperio de Ja necesidad física inmediata, mientras que el hom- 4° Una consecuencia inmediata del hecho de qiie el hombre
bre produce aun liberado de la necesidad física, y sólo produce, en se vuelva extraño al producto de su trabajo, a su actividad vital,
verdad, cuando está liberado de ésta; el animal sólo se produce a a su ser genérico, es ésta: él hombre se xntelve extraño al hombre.
sí mismo, mientras que el hombre reproduce toda la naturaleza; el Cuando el hombre se encuentra frente a ú mismo es otro quien lo
producto del animal forma parte dñ-ecta de su cuerpo físico, mien- enfrenta. Lo que es cierto respecto de la relación del hombre con
tras ooe el hombre enfrenta libremente su producto. El animal sólo su trabajo, con el producto de su trabajo y consigo mismo, es
modela a la medida y de acuerdo con las necesidades de la especié cierto respecto de la. relación del hombre con otro, así como con
a que pertenece, mientras que el hombre sabe producir a la medi- el trabajo y con el objeto del trabajo de otro.
da de cualquier especie y aplicar en cualquier parte al objeto su
naturaleza inherente; por tanto, el hombre modela también según De una manera general, la proposición de que el ser genérico
las leyes de la belleza. del hombre se ha vuelto extraño al hombre significa que un hombre
se ha vuelto extraño al otro y que cada uno de los hombres se ha
vuelto extraño a la esencia humana.
Precisamente en el hecho de elaborar el mundo objetivo es
donde el hombre comienza, pues, a experimentarse en realidad co- La alienación del hombre —y, en general, toda relación en
mo ser genérico. Esta, producción es su vida genérica activa. Gracias que el hombre se encuentre consigo mismo— sólo se actualiza y
a es*a producción, la naturaleza aparece como su obra y su realidad. sólo se expresa en la relación en que se encuentra el hombre con
El objeto del trabajo es, pues."la objetivación de la vida genérica del los demás hombres.
hombre: porque éste se duplica a sí mismo no sólo de una manera Por lo tanto, en la relación con el trabajo alienado, cada hom-
intelectual, cual es el caso en la conciencia, sino en forma activa, bre considera a los demás de acuerdo con la medida y de acuerdo
real, y se contempla, por tanto, a sí mismo en un mundo que él hi con la relación en que se encuentra como obrero.
creado. Por consiguiente, al arrancarle al hombre el objeto de su
producción, el trabajo alienado le arranca a la vez su vida genérica, [XXV] Hemos partido de un hecho económico: la alienación
su verdadera obfetni'dad genérica, y trasforma la ventaja qué el del obrero y de su producción. Hemos expresado el concepto de
hombre posee sobre el animal en la desventaja de que su cuerpo este hecho: el trabajo vuelto extraño, alienado. Hemos analizado
inorgánico —la naturaleza— le es robado. este concepto; por consiguiente, sólo hemos analizado un hecho
económico.
De igual modo, el trabajo alienado, al degradar la actividad Veamos ahora de qué modo el concepto del trabajo vuelto
propia, la libre actividad, a simple medio, hace de la vida genérica extraño, alienado, debe expresarse y representarse en la realidad.
del hombre el medio de su existencia física.
Puesto que el producto del trabajo me es extraño, puesto que
La conciencia que el hombre posee dé su género se trasforma, me enfrenta como poder extraño, entonces ¿a quién pertenece?
pues, debido a la alienación, de tal manera, que la vida genérica Puesto que mi propia actividad no me pertenece; puesto que
se convierte para él en un medio.
es una actividad extraña, de encargo, ¿a quién pertenece, entonces?
108 A un ser distinto de mí.
¿Quién es este ser?

109
•i ¿Los dioses? Desde luego, en las primeras épocas la produc- alienación de sí sólo puede aparecer merced a la relación real prác-
ción principal, como, por ejemplo, la construcción de templos, etc.,
en Egipto, las Indios, México, aparece al servicio de los dioses tanto tica con respecto a otros hombres. El medio gracias al cual se opera
como su producto pertenece a los dioses. Pero los dioses nunca la alienación es en sí mismo un medio práctico. De modo que por
fueron por sí solos los amos del trabajo. Tan poco lo fueron como el trabajo alienado el hombre engendra no sólo su relación con el
la naturaleza. Y qué contradicción sería, además, que a medida objeto y el acto de producción como poderes extraños y hostiles a
que el hombre va sometiendo toda la naturaleza gracias a su traba- él; también engendra la relación en que se encuentran otros hom-
jo, a medida que los milagros de los dioses se vuelven más superfluos bres con respecto a su producción y a su producto y la relación en
gracias a los milagros de la industria, debiera el hombre renunciar, que él se encuentra con estos otros hombres. Así como de su propia
por amor a esos poderes, a la alegría de producir y al goce del producción hace su propia privación de realidad, su castigo, y de
producto. su propio producto hace una pérdida, un producto que no le per-
tenece, así también crea la, dominación sobre la producción y sobre
El ser extraño al que pertenecen el trabajo y el producto del el producto por parte de aquel que no produce. Así como vuelve
trabajo, a cuyo servicio se encuentra el trabajo y a cuyo goce sirve extraña a él su propia actividad, así también le atribuye al extraño,
el producto del trabajo, no puede ser sino el hombre mismo. como cosa propia, la actividad que no le pertenece.
Si el producto del trabajo no pertenece al obrero, si es un poder
extraño frente a éste, ello sólo es posible porque pertenece a otro Hasta aquí hemos considerado la relación sólo desde el punto
hombre que no es el obrero. Su actividad, puesto que es un tor- de vista del obrero; hemos de examinarla en seguida también desde
mento para él, debe ser el goce de otro y la alegría de vivir de otro. el punto de vista del no-obrero.
Ni los dioses ni la naturaleza pueden ser ese poder extraño sobre Conque, por medio del trabajo tmelio extraño, alienado, el
el hombre» sino sólo el hombre mismo. obrero engendra la relación con este trabajo de un hombre que es
Reflexionemos, además, acerca de la anterior proposición: la extraño a él y que se encuentra al margen de él. La relación del
relación del hombre consigo mismo sólo es objetiva, real, para él obrero con respecto al trabajo engendra la relación del capitalista,
mediante su relación con otro. Por lo tanto, si ante el producto de del dueño del trabajo —cualquiera fuere el nombre que se le dé—,
su trabajo, de su trabajo objetivado, se comporta como ante un con respecto a éste. La propiedad privada es, pues, el producto, el
objeto ez.traño, hostil, poderoso, independiente de él, quiere decir resultado, la necesaria (xmsecuencia del trabajo alienado, de la
que está con respecto a ese producto en una relación tal, que otro relación exterior del obrero con la naturaleza y consigo mismo.
hombre, extraño a él, hostil, poderoso, independiente de él, es el
dueño de ese objeto. Si con respecto a su propia actividad se com- La propiedad priüada deriva, pues, del análisis del concepto
de trabajo alienado, es decir, de hombre alienado, de trabajo que
porta como con respecto a una actividad no-libre, frente a ella se se ha vuelto extraño, de vida que se ha vuelto extraña,' de hombre
comporta como frente a la actividad al servicio de otro hombre, que se ha vuelto extraño.
bajo el dominio, la coerción y el yugo de éste.
Desde luego, hemos extraído elconcegto de trabajo alienado
Toda alienación de sí del hombre con respecto a sí mismo y a
(de vida alienada) de la economía políticacomo el resultado del
la naturaleza 12 aparece en la relación con otros hombres, distintos movimiento de la propiedad privada. Veto del análisis de este con-
de él, en la cual se coloca a sí mismo y coloca a la naturaleza. Por cepto"stífge" que la propiedad privada, si aparece como la razón,
eso la alienación religiosa de sí necesariamente aparece en la rela- como la causa del trabajo alienado, más bien es una consecuencia de
ción del laico con el sacerdote, o, como aquí se trata del mundo éste, del mismo modo como los dioses no son, en el origen, la causa,
intelectual, con un mediador, etc. En el mundo real práctico, la sino el efecto de la aberración del entendimiento humano. Más
tarde, esta relación se trueca en acción recíproca.
12
Alienación de sí no es autoalientición (autoenajennción), como ha so-
lido traducirse. Sólo en el punto culminante del desarrollo de la propiedad
privada, vuelve a aparecer este misterio, que es inherente a ella;
110
111
a saber: per una parte, que k propiedad privada es el producto
^del trabajo alienado, y, por la otra, que es el medio por el cual toda la servidumbre del hombre está implícita en la relación del
el trabajo se aliena: es la realización de esta alienación. obrero con la producción, y todas las relaciones de servidumbre no
son más que variantes y consecuencias de esta relación.
~~ Este desarrollo esclarece a la vez diversos rozamientos aún
no resueltos. Así como del concepto de trabajo alienado, vuelto extraño,
1_ La economía política parte del trabajo como del alma pro- obtuvimos por análisis el concepto de propiedad privada, asi tam-
piamente dicha de la producción, y, no obstante, nada le da al bién, con ayuda de ambos factores, pueden exponerse todas las
trabajo y todo a la propiedad privada. Partiendo de esta contradic- categorías de la economía, y en cada categoría, como por ejemplo
ción, Proudhon ha concluido en favor del trabajo contra la propie- el tráfico, la competencia, el capital, el dinero, sólo encontraremos
dad privada. Pero nosotros vemos que esta aparente contradicción una expresión determinada u desarrollada de esas primeras bases.
es la contradicción del trabajo alienado consigo mismo, y que ]a Sin embargo, antes de considerar estas formas, tratemos de
economía política sólo ha expresado las leyes del trabajo alienado. resolver dos problemas:
Vemos, por consiguiente, que el salario y la propiedad privada I o Determinar la esencia general de la propiedad privada tal
son idénticos; porque el salario —en el que el producto, el objeto cual aparece como resultado del trabajo alienado en su relación
del trabajo, remunera el trabajo m e m o - no es más que una con- con la propiedad verdaderamente humana u sociaL
secuencia necesaria de la alienación del trabajo, y en el salario el
trabajo tampoco aparece como la finalidad en sí, sino como el 2 o Hemos admitido como un hecho la alienación del trabajo,
sirviente del salario. Más adelante hemos de desarrollar esto; por el su desapropiamiento de sí, y hemos analizado este hecho. ¿De qué
momento sólo sacaremos algunas [XXVi] consecuencias. modo, preguntamos ahora, el hombre llega a alienar su trabajo, a
hacerlo extraño? ¿De qué modo esta alienación se basa en la esen-
Un aumento del salario por la fuerza (abstracción hecha de cia del desarrollo humano? Ya hemos dado un gran paso hacia la
todas las demás dificultades, abstracción hecha de lo que, al ser solución de este problema al trasformar la cuestión del origen de la
una anomalía, 5Ólo podría igualmente mantenerse por la fuerza) propiedad privada en la de la relación del trabajo alienado con la
no sería, por lo tanto, nada más que una mejor retribución de los marcha del desarrollo de la humanidad. Porque cuando se habla
esclavos y no conquistaría para el obrero ni para el trabajo su de la propiedad privada se piensa que tiene que ver con una cosa
destino ni su dignidad humanos. exterior al hombre. Y cuando se habla del trabajo, directamente
La igualdad misma del salario, tal cual la reivindica Prodhon, tiene que ver con el hombre mismo. Esta nueva forma de plantear
no hace-sino trasformar la relación del obrero actual con su trabajo el problema implica, desde ya, su solución 13 .
en la relación de todos los hombres con el trabajo. Entonces, la A propósito del punto 1. Esencia general de la propiedad
sociedad es concebida como un capitalista abstracto.
privada y su relación con la propiedad verdaderamente humana.
El salario es una consecuencia directa del trabajo alienado, El trabajo alienado se ha resuelto para nosotros en dos ele-
y el trabajo alienado es la causa directa de la propiedad privada.
En consecuencia, la desaparición de uno de los dos términos arras- mentos que se condicionan en forma recíproca o que sólo son ex-
tra también la del otro. presiones diferentes de una sola e igual relación. La apropiación
2. De la relación del trabajo alienado con la propiedad pri-
13
vada resulta, además, que la emancipación de la sociedad respecto Estas conclusiones son para Marx, en este estadio de la formación de
de la propiedad privada, etc., de la servidumbre, se expresa en la su pensamiento, particularmente importantes. L a alienación del trabajo es
un estadio necesario del desarrollo humano; tiene, además, origen histórico.
forma política de la emancipación de los obreros, no como si sólo La propiedad privada surgió de la alienación del trabajo; por consiguiente,
se tratara de su emancipación, sino porque ésta implica la emanci- también es histórica. Esto significa que tanto la propiedad privada como la
pación universal del hombre; ésta está contenida en aquélla porque alienación del trabajo son dos fases del desarrollo d e la humanidad que un
día han de ser superadas.
112
113
aparece como alienación, como desapropiamiento, y el desapropia-
miento como apropiación, la alienación, como la verdadera acce-
sión al derecho de ciudadanía 14 .
Hemos considerado uno de los aspectos: el trabajo alienado
con relación al obrero mismo, es decir, la relación del trabajo alie-
nado a sí mismo. Hemos encontrado como producto, como resulta-
do necesario de esta relación, la relación de propiedad del no-
obrero con el obrero y con el trabajo. La propiedad privada, ex-
presión material resumida del trabajo alienado, comprende ambas
relaciones: la relación del obrero con el trabajo y con el producto
de su trabajo, así como con el no-obrero, y la relación del no-obrero
con el obrero y con el producto del trabajo de éste.
Ahora bien, puesto que ya hemos visto que, con relación al
obrero que se apropia de la naturaleza mediante el trabajo, la apro-
piación aparece como alienación; la actividad propia, como acti-
vidad para otro y como actividad de otro; el proceso vital, como
sacrificio de la vida; la producción del objeto, como pérdida del
objeto en beneficio de un poder extraño, de un hombre extraño,
consideremos ahora la relación con el obrero, con el trabajo y su
objeto, de este hombre extraño al trabajo y al obrero.
Ante todo conviene subrayar que lo que aparece en el obrero
como actividad de desapropiamiento, de alienación, aparece en
el no-obrero como estado de desapropiamiento, de alienadoa15.
En segundo lugar, que el comportamiento práctico real del
obrero en ía producción y con relación a su producto (como estado
de ánimo) aparece en el no-obrero que lo enfrenta como compor-
tamiento teórico.
[XXVII] En tercer lugar, el no-obrero hace contra el obrero
todo lo que el obrero hace contra sí mismo, pero no hace respecto
de sí mismo lo que hace contra el obrero.
Consideremos en forma detallada estas tres relaciones.
14
El hombre, en la medida en que trató de apoderarse de la naturaleza,
cayó en la alienación. La alienación, origen á e la propiedad privada, fue
apropiación. Eí hombre, al alienarse, desarrolló la riqueza de su naturaleza,
de su mundo, y ha alcanzado el estadio en el que puede reintegrar con
absoluto derecho este mundo, que, por eí momento, le es extraño.
ls
El obrero, el productor, aliena, por su actividad, su naturaleza de
hombre, que se le vuelve extraña. Por el contrario, el no-obrero, el capita-
lista, que no trabaja, que no produce, es, por este hecho mismo, extraño a
la naturaleza del hombre, que estriba precisamente en producir.

114

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