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entendimiento
matemático de niños
preescolares: el
desarrollo profesional
de una maestra
Anna Kirova
Universidad de Alberta
Ambika Bhargava
Universidad de Oakland
Resumen
The National Council of Teachers of Mathematics
(Consejo Nacional de Maestros de Matemáticas)
enfatiza que los niños pequeños necesitan
oportunidades para jugar a fin de desarrollar y
profundizar su entendimiento conceptual de la
matemática. Desde una perspectiva social-
constructivista, es más probable que ocurra el
aprendizaje si los adultos o los compañeros con
más aptitud sirven de intermediarios en las
experiencias de aprendizaje de un niño.
Enfatizando tanto la perspectiva del desarrollo
como la curricular, este artículo se enfoca en el
papel del maestro en guiar el aprendizaje
matemática de los niños preescolares mientras
juegan con objetos de la vida común. Se
identificaron tres áreas de desarrollo profesional
como esenciales para que los maestros
aprendieran a guiar el aprendizaje de niños
pequeños de conceptos matemáticos. La primera
es la capacidad de reconocer el entendimiento de
conceptos matemáticos que los niños
demuestran, la segunda es la capacidad de usar
lenguaje matemático para guiar el progreso
desde el entendimiento comportamental al
representacional de conceptos matemáticos, y la
tercera es la capacidad de evaluar
sistemáticamente el entendimiento de los niños
de los conceptos matemáticos. Se sugieren listas
de verificación que siguen el desarrollo de tres
conceptos matemáticos fundamentales--la
correspondencia uno-a-uno, la clasificación, y la
seriación--como herramientas docentes para
examinar el aprendizaje de conceptos
matemáticos de niños preescolares y planear
experiencias de aprendizaje apropiadas dentro de
las zonas de desarrollo próximo de los niños.
Creando un ambiente que fomenta las
habilidades matemáticas de los niños, y
mediando las experiencias de los niños en este
ambiente, se establece el fundamento para
construir, modificar e integrar los conceptos
matemáticos de los niños pequeños.
Introducción
Laura acaba de terminar de leer a su
clase preescolar el cuento "Goldilocks
y los tres osos." Anuncia que ya es
hora de juego libre. Rachel, de cuatro
años, mira alrededor del salón por un
rato y se dirige al centro para el
juego dramático y el hacer de casa.
Hoy este centro está equipado con
muñecas, otros juguetes suaves,
tazas, platos, cuchillería de plástico,
alimentos de plástico, una mesa,
sillas, y ropa para jugar de aparentar.
Rachel toma una camisa grande y
mete los pies en unos "zapatos de
Mami." Después saca de la colección
tres ositos de varios tamaños y los
coloca alrededor de la mesa. Mientras
sienta los ositos en tres sillas, dice
susurrando, "Tú eres el oso Papi
(escogiendo el osito más grande), tú
eres la osa Mami (escogiendo el osito
de tamaño medio), y tú eres el oso
Nene (escogiendo el más pequeño).
Rachel entonces va a la estantería y
saca un plato, colocándolo ante el
osito Papi; vuelve a la estantería para
traer un segundo plato y lo coloca
ante la osita Mami; y da una última
vuelta para ir por un plato para
colocar ante el osito Nene. Después
Rachel va a la estantería y toma una
colección de cucharas de diferentes
tamaños. Ya se acerca Tíffany, de la
edad de cinco años, quien le dice que
el osito más grande necesita la
cuchara más grande, el de tamaño
medio la cuchara de tamaño medio, y
el osito nene la cuchara más
pequeña. "¿Te acuerdas? Como el
cuento que la Sra. Laura nos leyó."
Rachel le mira a Tíffany y entonces a
las cucharas, y después coloca una
cuchara ante cada osito al azar.
Tíffany inmediatamente se hace
cargo y arregla las cucharas de
nuevo, de acuerdo con el tamaño de
los ositos. Rachel observa por unos
segundos y luego se va.
Aunque no sería raro observar un
episodio de juego como este en
muchos salones preescolares, tuvo un
impacto particularmente fuerte en
cómo entendía Laura el conocimiento
matemático de sus estudiantes.
Como miembro nuevo del grupo local
del Consejo Nacional de Maestros de
Matemáticas (NCTM según sus siglas
en inglés), Laura llegó a interesarse
particularmente en el desarrollo de
conceptos matemáticos de parte de
sus estudiantes. Se daba cuenta que
el crecimiento más notable de
conocimiento matemático ocurre
entre el grado de pre-kindergarten y
el segundo de primaria, y que era
especialmente importante en esta
etapa enfocarse en guiar el desarrollo
de los niños de conceptos
matemáticos fundamentales. Sin
embargo, la falta de un concertado
currículo matemático preescolar le
dificultó a Laura decidir cuáles
conceptos eran los más apropiados
para sus niños preescolares. Así como
muchos maestros más, Laura luchó
por comprender el desarrollo del
aprendizaje matemático de sus
estudiantes y relacionarlo con sus
decisiones sobre la instrucción
(Franke y Kazemi, 2001). Escribió en
su diario:
La enseñanza de las matemáticas
siempre ha quedado fuera de mi
"zona cómoda." Para reforzar los
conceptos de la correspondencia uno-
a-uno, la clasificación y la seriación,
son útiles muchos juegos
matemáticos comerciales e ideados
por maestros, como los conjuntos de
animales, frutas, vehículos, y formas
geométricas; juegos de tablero de
cuenta; juegos de tablero de
clasificación; y varios dados grandes
y agujas giratorias. Sin embargo,
cuando se usan al azar y por
separados, estos juegos tal vez no
ayuden a los niños a captar
plenamente los conceptos
matemáticos en que se basan. Tengo
que hacer más que aportar algún tipo
de aprendizaje matemático; necesito
de veras tener un currículo
matemático bien pensado. He
probado actividades matemáticas que
esperaba que fomentaran el
aprendizaje. Hice gráficas con los
niños en una colchoneta grande. Les
hice que cada uno se quitara un
zapato y decidiera dónde colocarlo
según el color. Me parecía que esta
actividad sería divertida y práctica,
pero los niños estaban agitados y
aburridos. Desplegué pequeños
objetos de manipuleo con
propiedades similares para que los
niños los exploraran y pusieran en
receptáculos. Les animé a traer
colecciones de hojas para la mesa de
ciencia, y les platiqué de los colores y
las formas. Aunque los niños
exploraban los objetos, yo sentía que
era un reto encontrar una manera de
evaluar lo que aprendían los niños y
cómo desarrollar más su
conocimiento.
Como es evidente según esta
anotación en su diario, Laura sentía
la necesidad de un fuerte sistema
conceptual que tomaría en
consideración las características del
desarrollo de los niños preescolares y
que indicaría los ambientes que
fomentaran sus capacidades
matemáticas naturales. Tal sistema
podría ayudar a Laura a decidir
cuáles conceptos matemáticos eran
apropiados para sus estudiantes y la
orden en que deberían enseñarse.
Laura se daba cuenta que estas
decisiones tenían que basarse en su
conocimiento del desarrollo de los
conceptos matemáticos y en una
evaluación apropiada de los
conocimientos matemáticos
infantiles. También se percataba que
los programas preescolares tenían
que extender y profundizar el
conocimiento conceptual que los
niños pequeños ya han desarrollado
para los 3 años de edad (Payne,
1990). Las pautas nuevas (2000) del
NCTM recalcan que todo niño
preescolar necesita oportunidades
para explorar su mundo y
experimentar la matemática jugando.
Saber esto, sin embargo, dejaba a
Laura con más preguntas que
respuestas. Escribió en su diario:
¿Cómo usar el jugar y los materiales
para jugar a fin de aumentar el
aprendizaje de conceptos primarios
de la matemática? En mi papel de
facilitar el aprendizaje, ¿cómo puedo
hacer a los niños participar en
actividades que les permitan
progresar en construir los conceptos
matemáticos? ¿Cuál es el orden en
que los conceptos matemáticos se
desarrollan? ¿Cuáles son los
conceptos y habilidades principales
de matemática que los niños
preescolares tienen que desarrollar
para darles una base sólida para
tener éxito más tarde en la
matemática en la escuela? ¿Cómo
proporciono con seguridad a cada
niño las oportunidades para aprender
a su propio paso como individuo?
¿Qué tipo de evaluación continua será
más útil en planear un currículo
matemático apropiado para el
desarrollo? ¿Cómo puedo extender
más el conocimiento y las habilidades
de los niños en la matemática
mejorando mis propios métodos y
desarrollando mi conocimiento de
cómo enseñar la matemática?
Al observar el episodio del juego de
Rachel y Tíffany, Laura pudo
concentrar sus esfuerzos en las
siguientes preguntas específicas:
¿Cuáles conceptos matemáticos
exhibían Rachel y Tíffany mientras
jugaban?
¿Cómo puedo guiar el aprendizaje de
ellas para que su entendimiento de
estos conceptos avance hacia un
nivel más alto?
¿Están otros niños de mi clase en la
misma etapa que Rachel en cuanto a
algunos de estos conceptos?
Con estas preguntas en la mente,
Laura emprendió su proyecto de
maestría. Ya que teníamos un interés
investigador en el aprendizaje
temprano de conceptos matemáticos,
nos hicimos las directoras de Laura.
En aquel entonces, nuestra propia
investigación estaba en la etapa de
desarrollar una serie de herramientas
de evaluación amenas a los maestros
para facilitar el planeamiento del
currículo en la materia de la
matemática. Este proyecto fue una
oportunidad emocionante para que
Laura profundizara su entendimiento
del aprendizaje de los niños
pequeños de la matemática. Para
nosotras, el proyecto de Laura fue
una oportunidad para implementar y
documentar el uso de estas
herramientas en un salón de clase
preescolar y recibir la
retrocomunicación de ella sobre la
suficiencia y utilidad de estas para
evaluar continuamente el desarrollo
de los niños pequeños de los
conceptos matemáticos principales.
Siendo las directoras de Laura,
podíamos documentar, por medio de
observaciones y un análisis de sus
notas en el diario, el desarrollo de sus
pensamientos sobre el aprendizaje de
niños pequeños de conceptos
matemáticos, y el crecimiento de su
entendimiento de la necesidad de
alinear el currículo, la instrucción, y la
evaluación. En este artículo,
enfocaremos en las áreas principales
de crecimiento en el desarrollo
profesional de Laura que creemos ser
posiblemente útiles en el crecimiento
de otros maestros de niños
preescolares.
Aprender a reconocer el
entendimiento
demostrado por los niños
de los conceptos
matemáticos
La etapa primera, la más importante
en el desarrollo profesional de Laura,
fue la de su capacidad aumentada de
identificar el entendimiento
demostrado por los niños de los
conceptos matemáticos. Su
observación de la representación de
Rachel y Tíffany del cuento
"Goldilocks y los tres osos" le llamó la
atención de Laura a "las
impresionantes fuerzas matemáticas
informales" (Baroody, 2000, p. 61)
que los niños pequeños traen al salón
de clase. Ella vio que en este episodio
Rachel demostró su conocimiento
comportamental, es decir, el saber
cómo representar procedimientos y
papeles, e implementar varios
conceptos matemáticos (Katz y
Chard, 2000). Por ejemplo, el que
escogió sólo los osos de una colección
más grande de muñecas y juguetes
de peluche demostró su conocimiento
comportamental del concepto
matemático de la clasificación. La
provisión de un plato para cada oso y
un oso para cada silla demostró su
conocimiento de la correspondencia
uno-a-uno; la colocación de los osos
en orden del más grande al más
pequeño mostró su conocimiento
comportamental de la seriación.
Tíffany también demostró su
conocimiento comportamental de la
seriación doble al arreglar las
cucharas de nuevo para corresponder
con el tamaño de los osos después de
que Rachel las había colocado al azar.
Más importantemente, sin embargo,
Tíffany demostró su capacidad de
comunicar de manera verbal lo que
había que hacer para que cada oso
recibiera la cuchara del tamaño
apropiado. La conciencia elevada de
Laura del contexto matemático de la
interacción entre las dos niñas le
ayudó a reconocer las diferentes
etapas que habían alcanzado en el
desarrollo de su conocimiento de la
seriación. Se dio cuenta además que
los niños pequeños expresan su
conocimiento matemático en una
variedad de contextos que no
necesariamente se relacionan con las
"actividades matemáticas." Como
resultado, podía planear tanto
experiencias de aprendizaje
individualmente apropiadas como
experiencias en conjunto en que
podían aprender uno del otro.
También podía fomentar el
aprendizaje informal de la
matemática creando un ambiente rico
en estímulos matemáticos y
platicando con los niños sobre temas
matemáticos mientras interactuaban
con el ambiente.
Aprender a usar el
lenguaje para guiar a los
niños en la construcción
de conceptos
matemáticos
La siguiente etapa del desarrollo
profesional de Laura fue marcada por
un cambio en su entendimiento del
papel de los maestros en el
aprendizaje de los niños preescolares
de los conceptos matemáticos. Según
la tradición, la énfasis en los
ambientes preescolares ha sido en
cómo se adquieren los conceptos, no
en lo que se ha de enseñar. Kagan
(citado en Jacobson, 1998, p. 12)
señaló, "Nos hemos acercado [a la
formación temprana] más desde las
perspectivas del desarrollo y no
desde las perspectivas curriculares.
Necesitamos las dos."
El paradigma constructivista basado
en la teoría de Piaget del desarrollo
cognoscitivo ha proporcionado por
mucho tiempo la estructura teórica
para la práctica educativa en la que
los niños adquirían conceptos
mediante la interacción activa con el
ambiente y construían su propio
conocimiento mientras exploraban
sus alrededores. La aplicación de esta
teoría a la matemática ha culminado
en el uso de materiales de manipuleo
que permiten a los niños pequeños a
contar, participar en el aprendizaje
activo, y desarrollar conceptos
(Kaplan, Yamamoto, y Ginsberg,
1989). Se ha percibido que el
maestro tiene el papel de proveer
una variedad de materiales y arreglar
un ambiente rico en materiales y
opciones. Sin embargo, en la versión
modificada de los principios de la
práctica apropiada para el desarrollo
(Bredekamp y Copple, 1997), los
líderes de la National Association for
the Education of Young Children
(NAEYC, Asociación Nacional para la
Educación de Niños Pequeños)
reconocieron que se ha
malinterpretado la énfasis en proveer
una variedad de opciones en el salón
de clase y evitar el instruir a los niños
en habilidades específicas. Como
resultado, en los ambientes
preescolares, los materiales de
manipuleo típicamente se usaban de
manera no sistemática que permitía
una situación doblemente aleatoria:
primero, por el aspecto del material
manipulativo por sí, y segundo, por
las variaciones en la capacidad de los
niños de registrarlo (Feuerstein y
Feuerstein, 1991). Esta situación
aleatoria podía haber prevenido que
ocurriera el aprendizaje conceptual
auténtico para muchos niños que de
otro modo podrían haber sido
incluidos en actividades planeadas
para el aprendizaje. Aunque el
aprendizaje de alta calidad en los
años preescolares frecuentemente
sucede de manera informal, esta
informalidad no implica un programa
sin planeamiento o sin sistema. El
aprendizaje preescolar de la
matemática debería provocar al
pensamiento, abarcar oportunidades
para aprender activamente, y ser rico
en lenguaje matemático. Más
recientemente, las pautas del NCTM
(2000) tratan la cuestión del
contenido matemático, el proceso
matemático, y la importancia de
presentar a los niños pequeños el
lenguaje y las convenciones de la
matemática.
Así que recientemente se ha
percibido como decisivo el papel del
maestro en el aprendizaje activo. El
maestro les facilita el aprendizaje a
los niños creando un ambiente que
faculta el aprendizaje de la
matemática (NCTM, 1991). La
estructura teórica que influyó en este
cambio era la teoría social-
constructivista del desarrollo
cognoscitivo de Vygotsky (1978,
1986). Según esta teoría, es más
probable que ocurra el aprendizaje si
los adultos o niños mayores median
las experiencias de aprender de los
niños pequeños (Baroody, 2000).
Vygotsky creía en un continuo de
aprendizaje caracterizado por la
distancia entre la capacidad de un
niño para resolver un problema
independientemente, y su capacidad
para resolver un problema "con la
ayuda máxima" bajo la guía de un
adulto u otro niño con más
experiencia. Designó esta área donde
ocurre el aprendizaje auténtico la
"zona del desarrollo próximo" (ZPD,
según sus siglas en inglés). El papel
del maestro es, por lo tanto, uno de
proporcionar "ayuda andamio" (Berk
y Winsler, 1995), la cual implica la
modificación continua de las tareas
para aportar el nivel apropiado de
desafío que permite aprender al niño.
El adulto cambia la cualidad del
apoyo durante una sesión de
enseñanza, ajustando la asistencia
para corresponder al nivel de
rendimiento del niño (Berk y Winsler,
1995). Los niños aprenden por medio
de experiencias educativas
significativas, naturalistas, y activas.
El adulto tiene que basarse en este
conocimiento y llevar al niño a niveles
más avanzados de entendimiento.
Ya que había adoptado el punto de
vista Vygotskiano del aprendizaje,
Laura empezó a comprender que
tenía que decidir cuáles
oportunidades adicionales-no sólo en
cuanto a los materiales, sino, aún
más importante, en cuanto a las
interacciones-ella tenía que
proveerles a Rachel, Tíffany, y los
demás niños de su clase. Sólo de esta
manera podría desarrollar y extender
significativamente su entendimiento
de la matemática. Escribió en su
diario:
Necesito hacer más
matemáticamente rico el ambiente
físico de mi salón de clase. Los
muebles son del tamaño niño y
fácilmente adaptables para acomodar
el trabajo cooperativo. Hay espacio
adecuado y cómodo en el suelo,
parcialmente cubierto por alfombras,
para que exploren, construyan, y
manipulen materiales concretos.
Materiales matemáticos y de
manipuleo se almacenan en
recipientes transparentes en
estanterías abiertas y marcadas con
dibujos, al alcance fácil de los niños.
Ahora tengo la intención de aumentar
la comprensión matemática de los
niños ayudando su construcción de
conocimiento de la correspondencia
uno-a-uno, la clasificación, y la
seriación.
Para guiar el aprendizaje de los niños
de los conceptos que se demostraron
durante el episodio de juego libre,
Laura comenzó a ver la necesidad de
participar en una variedad de
situaciones que producen un lenguaje
común relacionado con la matemática
(Franke y Kazemi, 2001). Por
ejemplo, podíamos observar sus
conversaciones diarias con los niños
que incluían comparaciones de cosas
opuestas durante el tiempo libre para
jugar. Los niños y la maestra
platicaban sobre cuáles bloques eran
más grandes o más pequeñas, y
cuáles cabían mejor en las
estanterías: los pequeños, de tamaño
medio, o grandes. También hicieron
una costumbre diaria la discusión del
orden: quién era la primera persona
en la cola, quién era la segunda, y
quién era la última o el furgón, la
persona que llevaba las meriendas.
El lenguaje permite tanto la
adquisición de información nueva
como la asimilación de ideas y
procesos complejos (Bodrova y
Leong, 1996). Preguntas abiertas
pueden fomentar el pensamiento
extendido. "¿Qué más?" o "Me
pregunto qué pasaría si..." puede
llamarles la atención de los niños a
nuevas maneras de pensar e
interactuar. Kamii (1982) explica que
es importante permitir a los niños
que están construyendo su propio
conocimiento matemático hacerlo sin
que el maestro recalque la
"corrección" ni corrija la
"incorrección" de la respuesta del
niño. El desacuerdo con los
compañeros puede estimular al niño
a reexaminar la corrección de su
propio pensamiento. Las
interacciones sociales mediante
juegos en grupo son una fuente
excelente de la construcción de
nuevas ideas matemáticas y pueden
resultar en que los niños hagan
nuevas conexiones y expandan su
propio razonamiento. Esta interacción
les ayuda a hacerse más
independientes y menos propensos a
contar con el maestro como el único
fuente de las respuestas.
Si las situaciones de aprendizaje se
organizaran y se basaran en la
secuencia del desarrollo de los
conceptos matemáticos, el currículo
reflejaría la etapa actual del
entendimiento de los niños y
proporcionaría posibilidades para que
cada niño adelantara el desarrollo a
su propio ritmo. Según Katz y Chard
(2000), la comprensión de "cómo se
desarrolla el conocimiento, qué
pueden [los niños] entender, y cómo
entienden sus experiencias mientras
prosigue el desarrollo es otra basis
para planear el currículo" (p. 26). Así
que para llevar a Rachel y Tíffany del
conocimiento comportamental al
representacional (p. ej.
representaciones mentales o
simbólicas de los conceptos
abstraídos de experiencias directas
y/o indirectas), Laura necesitaba
planear cuidadosamente no sólo el
arreglo físico de su salón de clase,
sino más importantemente sus
interacciones con ellas de modo que
les ayudara a progresar por las
etapas de la representación de los
conceptos matemáticos.
Aprender a evaluar el
entendimiento de los
niños de conceptos
matemáticos
Igual que la mayoría de los
educadores, Laura buscaba maneras
de mejorar la alineación del currículo,
la instrucción, y la evaluación.
Mientras trabajaba en su proyecto de
maestría, comenzó a pensar en un
nivel más elevado sobre el lazo entre
el currículo y la evaluación.
Comprendió que si el propósito de la
evaluación era el permitir a los
maestros a tomar decisiones
apropiadas para mejorar el
entendimiento y aprendizaje de los
estudiantes de los conceptos
matemáticos, su propio
entendimiento profundo de estos
conceptos, datos, principios, y
procesos claves era esencial para
planear experiencias apropiadas en el
currículo y en el salón de clase. De
ahí que para guiar el aprendizaje de
los niños de los conceptos
matemáticos, necesitaba ella ser
completamente versada en la
secuencia del desarrollo de los
conceptos que los niños aprenden.
Sólo entonces podría evaluar el nivel
actual del entendimiento de
conceptos matemáticos de los niños y
planear las experiencias en la zona de
desarrollo próximo de ellos.
Laura se daba cuenta, sin embargo,
que el conocimiento teórico de por sí
era insuficiente para enseñar
eficazmente; necesitaría
herramientas apropiadas para evaluar
tal aprendizaje. La evaluación y la
documentación del trabajo de los
niños podrían ayudarla a planear
experiencias apropiadas para el
desarrollo y, aún más importante,
experiencias individualmente
apropiadas que fomentaran el
aprendizaje de los niños. Es muy
aceptado entre los profesionales de la
niñez temprana que la observación es
el método más adecuado para
evaluar los niños preescolares y que
el juego ofrece un contexto perfecto
para observar a los niños y cerciorar
su conocimiento y entendimiento
(Garvey, 1990; Howes, 1992).
Las secciones siguientes esbozan
cómo Laura usó el conocimiento
teórico de la secuencia del desarrollo
de los conceptos matemáticos que
demostraron Rachel y Tíffany en el
episodio de juego para evaluar y
guiar el aprendizaje de todos los
estudiantes de estos conceptos. Los
conceptos constan de (1) el aparejar
y la correspondencia uno-a-uno, (2)
los conjuntos y la clasificación, y (3)
el orden y la seriación. El desarrollo
infantil de estos conceptos se
adelanta por varias etapas.
Compilamos estas etapas en una lista
de verificación, y Laura usó de esta
lista en su proyecto.
Concepto #1: El aparejar y la
correspondencia uno-a-uno
Como se discutió antes, la colocación
de Rachel de un plato para cada oso
demostró su entendimiento del
concepto del aparejar y la
correspondencia uno-a-uno.
Típicamente, los niños de 2 a 4 años
de edad desarrollan este
entendimiento mediante las
relaciones de "más-menos-igual"
(Brush, 1972; Gelman y Gallistel,
1978). El aparejar es un requisito
previo para la conservación; es uno
de los primeros conceptos
matemáticos que se desarrollan y
forma el fundamento para el
desarrollo del raciocinio lógico. La
correspondencia uno-a-uno es el
componente fundamental del
concepto del número. Consta del
entendimiento que un grupo está
compuesto del mismo número de
cosas que otro. Es tanto preliminar al
contar como básico para el
entendimiento de la equivalencia y el
concepto de la conservación de
número (Charlesworth y Lind, 1999;
Montague-Smith, 1997). Una vez que
los niños entienden la
correspondencia básica uno-a-uno,
pueden aplicar este concepto a
actividades más avanzadas que
incluyen la equivalencia y la idea de
"más o menos" (véase el Apéndice I).
Utilizando la lista de verificación,
Laura pudo identificar la etapa del
entendimiento de Rachel del concepto
de la correspondencia como la de
"aparejar conjuntos uniformes de
objetos que están relacionados o que
van juntos, pero que no son iguales."
A fin de apoyar y guiar el aprendizaje
de Rachel hasta en siguiente nivel del
mismo concepto, Laura proporcionó
oportunidades para que aparejara
equipos no uniformes de cinco o más
objetos. Se valió de toda oportunidad
para unirse a Rachel en el área de
jugar a "casa." Usando objetos
comunes (en cantidades pares y no
pares) que Rachel conocía, como las
tazas y los platillos, las cucharas y los
tenedores, las palas y las cubetas, o
conjuntos de animales de plástico,
Laura pudo identificar la capacidad de
Rachel para aparejar objetos que son
o no son iguales. Cuando el uso de
Rachel de estos materiales no
indicaba un patrón claro, Laura le
hacía preguntas específicas. Por
ejemplo, Laura llevó a la clase unos
animales de plástico para agregarlos
a los ositos y empleó recipientes
pequeños. En un momento oportuno
del juego, ella le pidió a Rachel que
encontrara un animal para cada
recipiente. Después de repetidas
interacciones de esta índole, Laura
observó a Rachel jugando en la mesa
de "agua", colocando una rana en
cada hoja de plástico en el agua.
Laura también observó que en la
mesa de meriendas, Rachel colocó
con cuidado una taza al lado de una
servilleta de papel para cada niño.
Para conducir a Rachel del
conocimiento comportamental al
representacional, Laura se cuidó de
usar expresiones relacionadas con el
concepto del aparejar y la
correspondencia uno-a-uno. Las
interacciones sociales ricas con
maestros y compañeros más
competentes pueden contribuir a las
oportunidades infantiles de aprender
y de desarrollar el conocimiento
comportamental en el
representacional. La capacidad de los
niños para usar palabras como "no
suficiente" y "demasiados" mostrarían
su entendimiento en el nivel más
avanzado del aparejar y la
correspondencia uno-a-uno. El uso de
la literatura infantil también facilitó el
desarrollo del lenguaje relacionado
con los conceptos matemáticos.
Ya que la correspondencia uno-a-uno
significa que cierto grupo tiene un
número igual de cosas que otro, el
objetivo de Laura era el de ayudar no
sólo a Rachel sino también a todos
los niños de su clase a ver la relación
en cualquier conjunto de materiales.
Como resultado, Laura convirtió la
hora de recoger el salón en un
importante "momento matemático"
introduciendo un juego de aparejar.
Pidió a los niños que colocaran un
objeto en un recipiente o en una
estantería. Al hacer esta actividad,
habían de aparejar objeto a objeto,
objeto a dibujo, y dibujo a dibujo
(véase el Apéndice I). También
presentó los varios juegos
comerciales y actividades de aparejar
hechas por otros maestros y
disponibles a los niños en la hora de
juego libre. Estas últimas abarcaban
canastas de objetos pequeños,
bandejas divididas, tenazas
(opcionales, dependiendo de la
motricidad fina de cada niño), y un
dado de uno a tres o uno a seis.
Dichas actividades presentaban el
concepto del aparejar: un objeto se
pone en cada sección de la bandeja.
Una actividad que disfrutaban mucho
los niños de la clase de Laura era la
de sacar unas canicas de una canasta
con una cuchara de draga para hacer
bolas de melón, y colocar una canica
en cada compartimiento de una
cubeta de hielo. Laura escribió en su
diario, "Esta actividad es tan popular
que tengo que tomar nombres para
una lista de espera para aquellos
niños que quieren jugar el juego de la
canica una y otra vez."
Conforme los niños se hacían más
diestros respecto a sus habilidades
con la correspondencia uno-a-uno,
Laura les presentó juegos de
cuadrícula y de camino corto. Los
juegos de cuadrícula constan de
tarjetas como las de bingo (sin letras
ni números) que se usan junto con
dados o giradores y contadores
(Moomaw y Hieronymus, 1995).
Teddy Bear Bingo y Candy Land
Bingo son ejemplos de juegos de
cuadrícula comerciales. Estos juegos
permitían a Laura observar los
diferentes niveles en que estaban los
niños en cuanto al desarrollo del
aparejar y la correspondencia uno-a-
uno. A algunos niños les presentaba
un reto contar los puntos en los
dados; o contaban dos veces u
omitían unos puntos. Rachel, por
ejemplo, contó hasta seis como "uno,
dos, tres; uno, dos, tres." Para otros
contar no planteaba ningún
problema. Hasta podían usar el
lenguaje matemático, no sólo para
explicar lo que hacían sino también
para predecir lo que necesitaban para
ganar el juego. Megan dijo, "Tengo
seis, ahora me faltan tres nada más,"
y Tíffany dijo, "Uno más dos son tres,
ya sólo necesito cuatro más." Ya que
había observado a Tíffany, Laura le
preguntó si le gustaría jugar el juego
de cuadrícula con Rachel. Tíffany, a
quien le gustaba muchísimo el juego
y buscaba toda oportunidad para
jugarlo, aceptó sin demora. Durante
la interacción entre las dos niñas,
Tíffany le dijo a Rachel, "¡Así no se
cuentan estos! Mira. Se hace así
(señalando cada punto con un lápiz y
diciendo 'uno, dos, tres, cuatro,
cinco')." Después de varias
repeticiones, Rachel ya pudo contar a
seis sin ayuda.
En los juegos de camino, los niños
tiran uno o más dados para avanzar
un indicador en un camino de
espacios distintamente separados.
Moomaw y Hieronymus (1995)
afirman que "los juegos de camino
incorporan las estrategias de
pensamiento necesarias para los
juegos de cuadrículas de nivel más
difícil y colocan énfasis adicional
sobre las interacciones sociales con
los maestros y compañeros" (p. 117).
El primer juego de camino corto
cubría el camino con fichas de bingo
para ayudar a la ardilla a hallar unas
nueces. Se usaban los dados de uno
a seis (Figura I). Todos los niños
podían entender el concepto del
juego de camino corto con un
comienzo y un fin.
Referencias
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mathematics instruction for three- to
five-year-olds really make
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Apéndice I
Lista de verificación para
los conceptos pre-
matemáticos
preescolares
El aparejar y la
correspondencia uno-a-
uno
Nombre del estudiante
___________________
Conceptos/
Etapas de sept.- dic.- abr.-
Desarrollo oct. ene. may.
1. Apareja
distintos
objetos
disímiles pero
relacionados
2. Apareja
grupos pares-
con 5 o
menos
objetos
3. Apareja
grupos
impares-con
5 o más
objetos
4. Utiliza el
vocabulario
apropiado al
aparejar (p.
ej.
demasiados,
no
suficientes)
5. Apareja 2
objetos
similares
6. Apareja
grupos pares-
con 5 o
menos
objetos
7. Apareja
grupos
impares-con
5 o más
objetos
8. Utiliza el
vocabulario
apropiado al
aparejar los
objetos
similares (p.
ej.
demasiados,
no
suficientes)
Demuestra el conocimiento
comportamental del concepto
Demuestra el conocimiento
comportamental y
representacional del concepto
Demuestra el conocimiento
0 comportamental parcial del
concepto
Demuestra el conocimiento
00 representacional parcial del
concepto
No demuestra ningún
X
conocimiento del concepto
Apéndice II
Lista de verificación para
los conceptos pre-
matemáticos
preescolares
Conjuntos de clasificación
Nombre del estudiante
___________________
Conceptos/
Etapas de sept.- dic.- abr.-
Desarrollo oct. ene. may.
1. Puede
agrupar
objetos
idénticos
2. Clasifica
los objetos
según 1
atributo-
color, forma,
tamaño,
material,
patrón,
textura
3. Clasifica
según 2
atributos
4. Clasifica
según 3
atributos
5. Describe lo
que se ha
hecho al
clasificar
según 1, 2, o
3 atributos
6. Explica lo
que se ha
hecho al
clasificar
según 1, 2, o
3 atributos
7. Clasifica
según la
función
8. Describe
y/o explica lo
que se ha
hecho
9. Clasifica
según la
asociación
10. Describe
y/o explica lo
que se ha
hecho
11. Entiende
la exclusión
de una clase
12. Entiende
la inclusión
en una clase
13. Describe
y/o explica lo
que se ha
hecho
14. Clasifica
según el
número
Demuestra el conocimiento
comportamental del concepto
Demuestra el conocimiento
comportamental y
representacional del concepto
Demuestra el conocimiento
0 comportamental parcial del
concepto
Demuestra el conocimiento
00 representacional parcial del
concepto
X No demuestra ningún
conocimiento del concepto
Apéndice III
Lista de verificación para
los conceptos pre-
matemáticos
preescolares
El ordenamiento y la
seriación
Nombre del estudiante
___________________
Conceptos/
Etapas de sept.- dic.- abr.-
Desarrollo oct. ene. may.
1. Compara los
atributos
opuestos (p. ej.
largo/corto,
grande/pequeño,
etc.)
2. Ordena 3
objetos al azar
3. Ordena 3
objetos por
método de
tanteos
4. Ordena 3
objetos de
manera
sistemática
5. Seria en
orden invertido
6. Hace la
seriación doble
7. Describe lo
que se ha hecho
8. Explica lo que
se ha hecho
Demuestra el conocimiento
comportamental del concepto
Demuestra el conocimiento
comportamental y
representacional del concepto
Demuestra el conocimiento
0 comportamental parcial del
concepto
Demuestra el conocimiento
00
representacional parcial del
concepto
No demuestra ningún
X
conocimiento del concepto
Anna Kirova
Profesora Asistente
Departamento de la Educación de Primaria
Facultad de la Educación
Universidad de Alberta
Edmonton, AB T6G 2G5
Canadá
Teléfono: 780-492-4273, extensión 263
Fax: 780-492-7622
Correo electrónico: anna.kirova@ualberta.ca