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de Prueba
14 de Mayo de 2013
* Publicado en la Revista Jurídica
Introducción
De la Prueba Extemporánea
No obstante, nuestro Código Procesal Civil ha normado excepciones a este
principio en determinados casos, por la necesidad de favorecer la finalidad del
proceso que es resolver las controversias o incertidumbres jurídicas buscando
una solución justa, para cuyo efecto el juzgador necesita estar lo más informado
posible a fin de poder efectuar la labor de inducción que le permita reconstruir de
la mejor manera los hechos que son materia de controversia.
En tal sentido y adoptando la Teoría de los Hechos Nuevos en materia probatoria,
nuestro Código Procesal Civil permite en forma excepcional la presentación de
pruebas extemporáneas, tal como lo regula en sus artículos 429 y 374 [3],
exigiendo entre otros requisitos, que estas pruebas tengan relevancia jurídica,
acrediten hechos nuevos surgidos posteriormente a la etapa en la que debieron
ser ofrecidos, o que quien ofrezca esta prueba no haya podido hacerlo en su
debido momento por haberle sido imposible obtenerla o conocerla.
Ahora bien, de la lectura del artículo 374 del Código Procesal Civil, se determina
que sólo en los Procesos Abreviados y de Conocimiento se permite el
ofrecimiento de nuevas pruebas al momento de interponer Recurso de Apelación
o en la formulación de absolución de agravios, norma de cuyo tenor queda en
evidencia, que quedan excluidos del ejercicio de este derecho las demás clases
de procesos, como son por ejemplo el sumarísimo y el ejecutivo; entendemos que
el tratamiento de esta norma responde a la complejidad de las causas que se
ventilan en los procesos de Conocimiento y Abreviado, y en la necesidad de
proteger la naturaleza sumaría y las propias restricciones en materia probatoria
existentes en los demás procesos.
No obstante, consideramos válido preguntarnos, si la aplicación de las
disposiciones del artículo 374 del Código Procesal Civil son absolutas, o sí en
determinados casos cabría ofrecerse en los recursos de apelación de sentencia
medios probatorios en procesos judiciales distintos a los de conocimiento y
abreviado, en forma contraria a lo que aparentemente determina la norma citada.
Nuestra Opinión
Sobre el particular es del caso precisar, que el derecho al ofrecimiento y admisión
de medios probatorios se fundamenta en la necesidad de lograr la tutela
jurisdiccional efectiva de los derechos que corresponden a las partes como a los
terceros legitimados en un proceso, derecho que además justifica que en
determinados casos sea inaplicable el principio de preclusión u oportunidad con
sujeción a que concurran determinados supuestos que justifiquen la admisión de
la prueba extemporánea, tal como lo hemos explicado con anterioridad.
Sin embargo en el ejemplo propuesto, el Tribunal se encontrará en una
encrucijada, en cuanto conforme lo establecido por el artículo 374 del Código
Procesal Civil, solo en los procesos de conocimiento y abreviados se pueden
ofrecer medios probatorios al momento de apelar la sentencia, quedando por
tanto excluidos de esta posibilidad los procesos ejecutivos; sin embargo la nuevas
pruebas de “A” no solo ponen en duda el crédito exigido por “B”, sino
que además dejan en evidencia indicios de la comisión de delitos contra la fe
pública y contra la administración de justicia; en tal sentido el Tribunal debe
decidir entre aplicar una norma restrictiva del Código Procesal Civil y resolver
conforme los formalismos del procedimiento establecido para los procesos
ejecutivos, o pronunciarse con un criterio de justicia, tomando en consideración
que las pruebas ofrecidas recién pudieron ser conocidas por “A” después de la
notificación de la sentencia de primera instancia, además del hecho que el
Tribunal no puede consentir la comisión de un delito con su fallo.
Alternativa de Soluciòn
Para resolver esta encrucijada, consideramos que antes debemos entender y
distinguir dos conceptos básicos, que a su vez tienen carácter de derechos
fundamentales, como son el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y el derecho
al debido proceso, regulados en los artículos 139, inciso 3 de nuestra Constitución
y los artículos I del Título Preliminar y 2 del Código Procesal Civil.[4]
No es nuestra intención crear una definición o hacer un análisis exhaustivo de
estas instituciones, razón por la para mejor explicar el sentido de las mismas
acudimos al Dr. Reynaldo Bustamante Alarcón, quien de forma muy clara explica
estos conceptos de la siguiente forma:
“En ese sentido, definimos al proceso justo o debido proceso como aquel
derecho fundamental a la justicia a través del proceso y también del
procedimiento; es decir, como el derecho de todo sujeto de derecho a un proceso
o procedimiento en donde su inicio, desarrollo y conclusión, así como las
decisiones que en ellos se emitan, sean justos. Se trata de un derecho
fundamental de carácter instrumental que se encuentra conformado por un
conjunto de derechos esenciales (como el derecho de defensa, el derecho a
probar, entre otros) que impiden que la libertad y los derechos de los individuos
sucumban ante la ausencia o insuficiencia de un proceso o procedimiento, o se
vean afectados por cualquier sujeto de derecho (incluyendo el Estado) que
pretenda hacer uso abusivo de estos.
La tutela jurisdiccional efectiva, en cambio, es el derecho de todo sujeto de
derecho que le permite exigir a los órganos jurisdiccionales del Estado o de la
comunidad internacional (en los temas que son de su competencia) que
hagan eficaz su función jurisdiccional; es decir, que ejerzan jurisdicción eficaz y
oportuna a través de un proceso, más no de un procedimiento, pues sólo en el
primero se puede hablar propiamente del ejercicio de la jurisdicción o, si se
prefiere, de la función jurisdiccional.”[5]
Para complementar estos conceptos consideramos pertinente agregar, que tal
como lo establece el artículo III del Titulo Preliminar del Código Procesal
Civil[6], el fin de todo proceso es resolver una controversia o eliminar una
incertidumbre con relevancia jurídica, mediante una decisión justa que busque la
verdad jurídica, debiendo respetarse durante el proceso el derecho de las partes a
un debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva. Es justamente esta finalidad
la que justifica que nuestro ordenamiento le otorgue al magistrado la facultad de
actuar con un criterio que le de prioridad a la búsqueda de la verdad jurídica sobre
los formalismos de nuestro ordenamiento, adecuando sus exigencias a lograr los
fines del proceso.
Tomando en consideración lo expuesto anteriormente, consideramos que
correspondería al Tribunal evaluar los medios probatorios ofrecidos por “A” en su
recurso de apelación, y para ese efecto la Sala tendría, en nuestro concepto, dos
alternativas, 1) Inaplicar las restricciones del artículo 374 del Código Procesal
Civil, en cuanto su interpretación restrictiva transgrede el derecho al debido
proceso o proceso justo respecto de “A”, además que su acatamiento implicaría
que el Tribunal emita un fallo que apañaría la comisión de un ilícito penal y 2)
admitir de oficio las pruebas en mención conforme la facultad contenida en el
artículo 194 del Código Procesal Civil. Incluso, consideramos que el Tribunal
tendría en teoría una tercera opción, que es la de suspender el proceso en
atención a lo establecido por el artículo 3 del Código de Procedimientos Penales,
al comprobarse de las pruebas ofrecidas por “A” que existen indicios razonables
de la comisión de uno o varios delitos, los mismos que tienen conexidad con la
materia controvertida en el proceso y podrían afectar el resultado final del mismo.
[1] Artículo 189 del Código Procesal Civil.- Los medios probatorios deber ser
ofrecidos por las partes en los actos postulatorios, salvo disposición distinta de
esta Código.
[2] Hugo Alsina. “Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial”
Tomo I – Parte General. Ediar. Soc Anon Editores, 2da. Edición, Buenos Aires
1956, Pág. 454.
[3] Artículo 374 del Código Procesal Civil: Sólo en los procesos de conocimiento y
abreviados las partes o terceros legitimados pueden ofrecer medios probatorios
en el escrito de formulación de la apelación o en el de absolución de agravios, y
únicamente en los siguientes casos:
1. Cuando los medios probatorios estén referidos a la ocurrencia de hechos
relevantes para el derecho o interés discutido, pero acaecidos después de
concluida la etapa de postulación del proceso; y
2. Cuando se trate de documentos expedidos con fecha posterior al inicio del
proceso, o que comprobadamente no se hayan podido conocer y obtener con
anterioridad.
Es inimpugnable la resolución por la que el Superior declara inadmisibles los
medios probatorios ofrecidos. Si fueran admitidos, se fijará fecha para la
audiencia respectiva, la que será dirigida por el Juez menos antiguo, si el superior
es un órgano colegiado.
3. Artículo 429 del Código Procesal Civil: Después de interpuesta la demanda,
sólo pueden ser ofrecidos os medios probatorios referidos a hechos nuevos y a
los mencionados por la otra parte al contestar la demanda o reconvenir.
De presentarse documentos, el Juez concederá traslado a la otra parte para que
dentro de cinco días reconozca o niegue la autenticidad de los documentos que
se le atribuyen.
[4] Artículo 139 de la Constitución.- Son principios y deberes de la función
jurisdiccional:
Inc. 3: La observancia del Debido Proceso y la Tutela Jurisdiccional.
Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley,
ni sometida a procedimiento distinto de los previamente establecidos, ni juzgada
por órganos jurisdiccionales de excepción ni por comisiones especiales creadas al
efecto, cualquiera sea su denominación.
Artículo I Título Preliminar Código Procesal Civil: Toda persona tiene derecho a
la tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o
intereses, con sujeción a un debido proceso.
Artículo 2 del Código Procesal Civil: Por el derecho de acción todo sujeto, en
ejercicio de su derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y en forma directa o a
través de un representante legal o apoderado, puede recurrir al órgano
jurisdiccional pidiendo la solución a un conflicto de intereses intersubjetivo o a una
incertidumbre jurídica.
Por ser titular del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, el emplazado en un
proceso civil tiene derecho a la contradicción.
[5] Reynaldo Bustamante Alarcón. El derecho a probar como elemento esencial
de un proceso justo. Ara editories, 1ra edición, Lima 2001 Págs. 47 y 48.
[6] Artículo III del Titulo Preliminar del Código Procesal Civil: El Juez debe atender
a que la finalidad concreta del proceso es resolver un conflicto de intereses o
eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia jurídica, haciendo efectivos los
derechos sustanciales, y que su finalidad abstracta es lograr la paz social en
justicia.
En caso de vacío o defecto en las disposiciones de este Código, se deberá
recurrir a los principios generales del derecho procesal y a la doctrina y
jurisprudencia correspondientes, en atención a las circunstancias del caso.
5 Mercader Urguina, Jesús, Derechos fundamentales de los trabajadores y
nuevas tecnologías: ¿hacia una empresa panóptica?, En: Relaciones Laborales,
N° 10, año XVII, mayo 2000, p. 17.
6 Carpio, Edgar. La interpretación de los derechos fundamentales, Ps. 123 y 124
[7] www.hechosdelajusticia.org, revista virtual Primera Publicación
[8] Artículo 3 del Código de Procedimientos Penales: Cuando de la sustanciación
de un procedimiento civil aparezcan indicios razonables de la comisión de un
delito perseguible de oficio, el juez dará conocimiento al representante del
Ministerio Público para que entable la acción penal correspondiente. En este
caso, el Juez suspenderá la tramitación civil, siempre que juzgue que la sentencia
penal puede influir en la que debe dictarse sobre el pleito civil. El acto que
suspende un juicio civil, es susceptible de apelación en ambos efectos y de
recurso de nulidad.