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DERECHO PENA I.

MODULO II

Ley Penal

La doctrina define la ley penal como la manifestación de la voluntad colectiva a través de los órganos del Estado, en el
cual se establecen los actos tipificados como delitos, y se señalan las sanciones en caso de ser violentada la norma.
Una ley penal es precisamente eso, un cuerpo normativo o legislativo en donde se tipifican y sancionan ciertos actos como
delitos.

Características:

1. Exclusiva: Solo ella puede tipificar ciertos como delitos, e imponer sanciones.
2. Obligatoriedad: Debe ser acatada por todas las personas que se encuentren en el territorio nacional en el momento,
bien sea venezolanas o extranjeras.
3. Ineludibilidad: Rigen mientras no sean derogadas por otras leyes.
4. Igualitaria: Aplica a todas las personas que se hayen en el territorio nacional por igual, sin distinciones de ningún tipo.
5. Constitucional: Debe ajustarse a lo establecido en la constitución. Si colida con esta no tendrá efecto.
6. Liberal: Consagra la libertad personal. Solo es aplicable cuando una persona viola la ley.

Tipos de Ley Penal

- Ley penal codificada: Son las disposiciones de carácter penal establecidas en el Código Penal Venezolano (CPV), valga
la redundancia. Sirve de referencia para las demás leyes penales y consta de tres libros: Disposiciones generales, Delitos
y Faltas.
- Leyes penales especiales: Son leyes que prevén de forma concreta la aplicación de las leyes penales. Se dividen a su
vez en:
o Leyes penales en sentido propio: Tienen como finalidad tipificar ciertas acciones como delitos e imponer sanciones
en caso de violación de la norma. Ejemplo: Ley penal del ambiente
o Leyes penales en sentido impropio: Son leyes que regulan cualquier materia, y que en su contenido tipifica ciertos
actos como delitos. Ejemplo: Ley Orgánica de Protección Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA).

Norma Penal
Se puede definir la norma penal como una regla que disciplina y orienta una conducta determinada. Se dice que la norma
penal es anterior a la ley, puesto que de la primera derivan los criterios de que es correcto e incorrecto, de los cuales se
orienta después el legislador para saber que actos se calificaran como delitos.

Estructura de la norma penal


Toda norma penal está formada por un precepto y una sanción. El precepto es donde se describe la conducta, bien sea la
conducta tipificada como delito, o la conducta de obligatorio cumplimiento cuya omisión constituye delito; se le puede
denominar también supuesto de hecho.
La sanción es la consecuencia jurídica, la pena aplicable en caso de que la persona incurra en el supuesto de hecho
previsto en el precepto, o en caso de que omita realizar la conducta obligada por la ley.

Caracteres de la Norma Penal

1. Imperativa: Prescribe una conducta con la amenaza de una pena.


2. Valorativa: Desaprueba determinados comportamientos.

Destinatario de la ley penal

La norma penal va dirigida tanto a los individuos como al Estado. A los primeros porque los individuos están obligados a
cumplir y respetar el precepto; y al segundo porque el Estado está obligado a aplicar la sanción en caso de que se violente
la norma penal.

Principió de legalidad

El principio de legalidad enuncia de la siguiente forma:

“Nulla crimen nulla poena sine lege”


Literalmente quiere decir “ni crimen ni pena sin ley previa”. Busca resguardar la seguridad jurídica y libertad de las personas
estableciendo que nadie puede ser condenado por un hecho que no haya estado previsto en la ley para el momento en
que se cometido; de igual forma no se puede imponer una pena que no esté prevista en la ley por la comisión de un delito.

Dentro de nuestro ordenamiento jurídico este principio se haya contemplado en el Art. 1 del Código Penal Venezolano, y
en el artículo 49 ordinal 6° de la constitución nacional.

Consecuencias del principio del principio de legalidad

1. En materia penal la analogía no constituye fuente del derecho ni medio para llenar lagunas legales, ya que no se puede
condenar a nadie por hecho “similar” al previsto en la ley, sino que debe encuadrar perfectamente con la conducta calificada
como delito para poder ser condenado.

2. La exclusividad de la ley penal, en virtud de la cual la ley penal es la única fuente de conocimiento del derecho penal.

3. Principio de irretroactividad de la ley, el cual es aplicable en toda rama del derecho, sin que el derecho penal constituya
una excepción. Ninguna persona puede ser condenada por un hecho que no sea considerado delito para el momento de
su comisión. Cuando una ley tipifica un acto como delito ese acto comenzará a ser sancionado desde el momento de la
promulgación de la ley; no podrá ser sancionada ninguna persona que haya cometido el hecho antes de que se promulgara
la ley.

4. El principio otorga además seguridad jurídica, pues garantiza (o debería garantizar) a las personas que no serán
detenidas por el simple capricho de una autoridad, y les permitiría tener una expectativa de la pena que les será aplicada
en caso de cometer el delito.

Interpretación de la ley

Interpretar una ley es un proceso mediante el cual se busca determinar el significado y alcance de la norma; determinar el
significado de la norma implica conocer que dice; determinar su alcance implica conocer su ámbito de aplicación,
pudiéndose esto en tres sentidos:

1. Alcance Temporal: Pretende conocer el lapso de tiempo en el cual está vigente la norma. Aquí es donde cobran
especial importancia el principio de irretroactividad de la norma y las excepciones a dicho principio, así como el concepto
de la vacatio legis.

2. Alcance Geográfico o territorial: Aunque las normas que manejemos normalmente suelen aplicarse en todo el territorio
nacional, existen también normas jurídicas que solo se aplican en el territorio de los estados y municipios, como por
ejemplo, las ordenanzas municipales. Determinar el alcance territorial de una norma busca conocer en que porción del
territorio se aplica, si solo un municipio o un estado, o si al todo el territorio nacional.

3. Alcance Personal: Busca determinar a quién va dirigida la norma, a que parte de la población. Por lo general las leyes
tienen carácter abstracto, y obligan a toda la población en general, pero ciertas leyes pueden aplicarse solo a ciertos
sectores de la población, tal podría ser el caso de las leyes militares.

En Resumen, interpretar una norma es un proceso mediante el cual se busca saber que dice la norma, y a quien, cuando
y donde se aplica.

Métodos de interpretación de la ley

a. Interpretación Literal o Gramatical: Interpreta la norma por lo que en ella está escrito, siguiendo las leyes gramaticales,
y tomando en cuenta el significado propio de las palabras y la conexión de ellas entre sí. Aplica a su vez dos métodos:

 Semántico: Toma en cuenta el concepto de cada palabra individualmente.


 Sintáctico: Analiza el significado de las palabras en su conjunto.

b. Objetivo: Interpreta la norma tomando en cuenta el fin por el cual fue promulgada.

c. Subjetivo: Analiza la intención que tuvo el legislador al promulgar la norma. Dicha información se puede encontrar bien
en la exposición de motivos de la ley, o en el diario de interior y debate de la Asamblea Nacional.

d. Sociológico: Similar al método objetivo, estudia los elementos sociales que dieron origen a la norma.
e. Histórico: Este método se usa básicamente como referencia, y estudia la evolución histórica de la norma.

f. Sistemática: Interpreta la norma estudiándola con respecto al resto del ordenamiento jurídico y tomando en cuenta su
ubicación en el mismo.

Clases de Interpretación:

De acuerdo al maestro Jiménez de Azua, la interpretación de la norma penal se divide conforme al sujeto que la hace, a
los medios que se emplean y al resultado a que se llega. Conforme al sujeto que la hace, puede ser auténtica, doctrinal y
judicial. Según los medios usados, será literal y teleológica. Y de acuerdo con los resultados a que se llega, puede
considerarse: declarativa, extensiva, restrictiva y progresiva.

Conforme al sujeto que la realiza:

Interpretación Auténtica: es la que realiza el mismo órgano legislativo de donde emana la norma penal. Es la explicación
sobre el contenido, alcance, propósito o razón de la ley o norma penal elaborado por el propio sujeto de donde emana.
En estos casos surge la llamada ley interpretativa, lo cual constituye un instrumento normativo de efecto general que
establece la interpretación a cuyo tenor se ha denominado “norma de interpretación legal”.
Dentro de esta categoría también se encuentra la interpretación contextual, que es la que hace el propio legislador dentro
del cuerpo normativo de la ley. La interpretación contextual la encontramos en los preámbulos, en los catálogos de
definición de conceptos y hasta fusionada dentro del articulado de la norma que la misma ley incorpora. En ellos el
legislador pretende establecer un enfoque u orientación en cuanto a la utilización de términos o bien al alcance que debe
tenerse a una expresión empleada, entre muchas otras definiciones suplementarias.
De igual forma, el legislador incorpora la interpretación contextual, al determinar la denominación de los títulos, capítulos,
secciones y artículos de una ley. Dicha interpretación auténtica busca a través de la denominación, orientar al intérprete
sobre el alcance propósito y razón del contexto y contenido de la norma o de lo que se trate.

Interpretación Doctrinal: es la explicación del contenido de la ley penal realizado por los jurisconsultos, doctrinarios o
estudiosos del derecho, que en aplicación del método científico, la dogmática jurídica y la lógica, buscan darle explicación
al contenido, propósito y razón de la ley penal.
Su contenido se encuentra expresado en los libros, revistas, trabajos de grados, tesis, trabajos de ascensos universitarios
entre otros. Representa el marco referencial utilizado por el juez en sus sentencias.

Interpretación Judicial: es la que realiza el juez dentro de su tarea de aplicar la justicia y que plasma en su sentencia.
Representa el esfuerzo psíquico del administrador de justicia que al subsumir los hechos al derecho, se ve en la necesidad
de interpretar la norma que aplica y darle un contenido práctico a la misma.
A diferencia de la interpretación auténtica, en Venezuela no tiene carácter vinculante a menos que sea de las decisiones
dictadas por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, quien en uso de las atribuciones que la Constitución
de La República le otorga, como último y final interprete de la Constitución, fije criterio sobre la aplicación de una norma
penal en atención a un principio o garantía constitucional y por tanto establezca un precedente vinculante al respecto.

Conforme a los medios que se aplican:

Interpretación Literal o gramatical: El juez como interprete, pretenderá descubrir el alcance, propósito y razón de la
norma penal que se desprende del significado propio de las palabras que la integran y de la conexión lógica y sistemática
entre ellas.
Cada palabra encierra un significado pero la misma no puede ni debe ser analizada, para su adecuada interpretación en
un contexto estéril, la correcta interpretación se llega cuando de forma sistemática es enlazado el concepto de cada palabra
para alcanzar la lógica de su comprensión.

Interpretación Teleológica: esta interpretación es la que mejor descubre el significado íntimo de los preceptos, la
verdadera voluntad de la ley. El juez, como intérprete, deberá deducir no solo el significado propio de la palabra, sino los
múltiples elementos que contribuyen a formar las disposiciones legislativas, con ello deberá descubrir el alcance integral
de la norma penal atendiendo a sus causas finales y los fines que pretende el derecho.

Conforme al resultado que se llega:

Interpretación Declarativa: la interpretación es declarativa cuando la eventual duda de un juez, se resuelve con exacta
correspondencia entre la letra y el espíritu de la norma penal, al declarar entendido el supuesto factico analizado dentro
de la norma legal a la cual no se le da un sentido más amplio ni más restringido del que aparece expresamente señalado
en ella.
Interpretación Extensiva: La interpretación es extensiva cuando el juez como intérprete cree que se debe ampliar el
alcance de las palabras legales para que la letra corresponda al espíritu y voluntad del texto legal.

Interpretación Restrictiva: la interpretación es restrictiva cuando el juez reduce el alcance de las palabras que contiene
la ley por entender que su pensamiento y voluntad no consiente atribuirle a su letra un contenido distinto al significado que
en ella contiene.
La interpretación restrictiva es un principio consagrado en el Código Orgánico Procesal Penal, el cual dispone que toda
norma que restrinja la libertad, limite facultades y defina la flagrancia, debe ser interpretada restrictivamente. La
concordancia legal de dicha interpretación la podemos conseguir tanto en el artículo 9 del como en el artículo 233 del
Código Orgánico Procesal Penal venezolano.
Es importante destacar que la interpretación restrictiva es un mecanismo que emplea el legislador con la finalidad de que
el intérprete judicial limite el alcance extensivo de cualquier consideración que pudiera estar al margen establecido para la
norma penal.

Interpretación Progresiva: Es la que tiene por finalidad trazar la línea de contacto entre el momento en que entró en
vigencia determinada ley y el presente, en el que ha de ser aplicada, a los casos particulares y concretos que se presentan
en la realidad. En virtud de la interpretación progresiva se puede dar una concepción diferente, e incluso radicalmente
opuesta a una disposición legal, sin cambiar el texto de esa disposición, sino cambiando su sentido, al ponerlo en contacto
con la realidad actual. En el caso de la norma penal, debe entenderse el carácter progresivo de su aplicación atendiendo
el contenido de la Constitución de la República así como de los tratados, convenios y acuerdos internacionales. En este
sentid, el juez no puede ser ajeno a las transformaciones sociales, científicas, éticas, y jurídicas.
La ley vive y se desarrolla en ambientes que cambian y evolucionan, en ocasiones las palabras persisten en el tiempo pero
su significado se transforma. Por ello el juez tiene la carga de analizar en su interpretación, la ley pero dentro del entorno
social de su aplicación, adecuando su contenido a la lógica que implica la razón de ser de las cosas, ya que en definitiva,
su objetivo es la administración de la justicia.

Problemas de la interpretación: Antinomias

Una antinomia se trata de una contradicción entre leyes, en otras palabras, se da cuando dos normas prevén en su
contenido supuestos de hechos iguales o similares, pero con consecuencias jurídicas o sanciones diferentes. Según donde
se halle la diferencia se puede hablar de los siguientes tipos:

1. Total-Total: En dos leyes diferentes están contemplados exactamente los mismos supuestos de hechos, atribuyéndole
cada una consecuencias jurídicas distintas.
2. Total-Parcial: El supuesto de hecho de una norma está totalmente prevista en una norma diferente, pero una de ellas
regula una circunstancia adicional.
3. Parcial-Parcial: Dos normas contemplan el mismo supuesto de hecho, pero cada una regula una circunstancia
adicional.

Criterios de solución de antinomias

Para solucionar estos problemas de contradicciones entre las normas generalmente se recurre a tres criterios:

- Lex superior: Se basa en el principio de jerarquización de la norma reflejado en la pirámide de Kelsen. Este principio
indica que en caso de una antinomia entre normas de distinto nivel dentro de este orden, se aplicará la norma que se halle
en el nivel superior.

- Lex posterior: Basándose en el principio de que ley posterior deroga a anterior, se aplicará la última norma en ser
promulgada.

- Lex especialis: Se basa en el principio de que la ley especial deroga la general, de tal modo que en caso de antinomia
se aplica la ley más específica sobre la materia. Por ejemplo, si la antinomia existiese entre el Código Civil y la Ley Orgánica
del Registro Civil, se aplicará está última ya que, más allá de su carácter de orgánica, trata específicamente un tema que
en el código civil aparece más general.

Es preciso decir que la aplicación de estos criterios generalmente requiere un análisis detallado de la contradicción que se
quiera corregir; en el caso de que la aplicación de estos no sea suficiente para solucionar la antinomia se podría entonces
pedir una interpretación de la norma a la sala constitucional del TSJ.

Interpretación de la ley en Venezuela

Los mecanismos de interpretación de la ley en nuestro país están establecidos en el encabezado del artículo 4 del Código
Civil Venezolano (CCV), el cual reza:
“A la ley debe atribuírsele el sentido que aparece evidente del significado propio de las palabras, la conexión de ellas entre
sí y la intención del legislador (…)”

Así pues, podemos resumir los métodos de interpretación en Venezuela a tres,

- Literal/gramatical: “(…) el sentido que aparece evidente del significado propio de las palabras (…)”

- Sistemático: “(…) la conexión de ellas (las leyes) entre sí (…)”.

- Subjetivo: “(…)la intención del legislador (…)”.

VALIDEZ ESPACIAL:

El derecho positivo de cada Estado define su soberanía penal. La validez espacial va referida a la definición de territorio
del Estado como ámbito esencial del ius puniendi. En relación al reconocimiento internacional que permite aceptar la
soberanía territorial de cada Estado, se establece el principio de independencia territorial, permitiendo que se instituyan
los poderes públicos dentro de los elementos que lo define: Territorio, población y poder. Surge entonces el derecho de la
población a organizar al Estado, en donde serán determinados los poderes públicos, la forma de gobierno y las libertades
ciudadanas. En ese ámbito es donde el poder legislativo tendrá la plena capacidad, para que en el nombre del Estado,
dicte la ley penal que regirá el ius punendi en particular.

En circunstancias especiales, el Estado decidirá mediante la suscripción de tratados y acuerdos, los supuestos en los que
la ley penal universal podrá ser aplicada a hechos cometidos dentro o fuera del territorio nacional. Debemos distinguir, que
el ámbito de validez espacial sirve para determinar cómo se aplica la ley penal de un determinado territorio o Estado, es
decir, en que espacio físico territorial se aplica y hasta donde la misma extiende su señorío. Cada vez más cobra
importancia el análisis de la aplicación del derecho penal dentro del territorio de los Estados y su interrelación con otros
Estados ya que ello permitirá combatir la denominada criminalidad internacional, con el fin de que el delito no quede sin
sanción. Entre otro, los factores que otorgan cada vez más interés al estudio de la aplicación de la ley penal en los
parámetros de especio y tiempo, se debate la existencia de un derecho penal internacional.

En Venezuela, la ley penal, así como establece su eficacia en el tiempo, también define su aplicación en el espacio,
existiendo una serie de normas que fijan principios en este sentido y que determinan el ámbito espacial de aplicación de
la ley penal venezolana, que como se verá, puede ser aplicada no sólo a hechos cometidos dentro del territorio venezolano,
sino a hechos cometidos en el extranjero.

En cuanto al derecho internacional, no existen las consideraciones universales que permitan de forma armónica
determinar los parámetros de vigencia del Derecho Penal, importantes esfuerzo permitieron el establecimiento del Estatuto
de Roma, que permite implementar la existencia de la jurisdicción penal universal. De igual forma, dentro de los países
que conforman la comunidad internacional existen un conjunto de tratados bilaterales y multilaterales, que permite la
aplicación de la ley penal, apoyados dentro de principios que rigen su aplicación espacial, dentro de los cuales se
encuentran: el principio de la territorialidad de la ley penal, que es de carácter fundamental, y además los complementarios
de éste, que son el principio de la nacionalidad o personalidad, el principio real, de defensa o de protección y el principio
de la justicia mundial, de la universalidad o principio cosmopolita.

1.- Principio De La Territorialidad: De acuerdo con este principio, la ley penal se aplica dentro del territorio del Estado
que la ha dictado, a los hechos punibles cometidos en él, bien sea por nacionales o extranjeros. La eficacia de la ley penal
estaría delimitada por el territorio.

2.- Principio De La Nacionalidad O Personalidad: Según este principio, por un hecho punible cometido en un
determinado lugar se deberá aplicar a su autor la ley de su propio Estado. La ley de su Estado perseguirá al individuo
dondequiera que se encuentre, en forma de un estatuto personal.

3.-Principio Real, de Defensa o Protección: De conformidad con este principio, la ley penal aplicable a un hecho punible
cometido en cualquier lugar lo sería la ley del Estado cuyos intereses han sido lesionados por el hecho, ya se trate de una
ofensa que afecte directa o inmediatamente al Estado o a sus nacionales. Se aplica la ley del Estado del sujeto pasivo del
delito.

4.- Principio de la Justicia Mundial, de la Universalidad o Principio Cosmopolita: De acuerdo con este principio, que
encontraría su razón de ser en la comunidad de intereses de orden internacional que son afectados por los hechos
punibles, cualquier Estado podría aplicar su ley penal y sancionar los delitos cometidos por cualquier sujeto en cualquier
lugar.
PRINCIPIOS QUE REGULAN LA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL VENEZOLANA

Principios aplicables: En Venezuela se adopta como regla básica, para determinar la eficacia espacial de la Ley Penal,
el principio fundamental de la territorialidad, así lo pauta el artículo 3 del Código Penal, según el cual la ley penal venezolana
se aplica a todo hecho punible cometido dentro del territorio nacional, independientemente de la nacionalidad de la víctima
y el lugar de la perpetración del delito. Sin embargo para evitar la impunidad de determinados hechos cometidos fuera del
territorio, para salvaguardar los intereses del Estado y responder a los intereses de la comunidad internacional, este
principio se complementa con los otros principios enunciados, consagrando en nuestra legislación que extienden la
jurisdicción a casos de extraterritorialidad.

Principio que rigen la territorialidad en la legislación penal venezolana:

Este principio se encuentra consagrado en el artículo 3 del Código Penal Venezolano, el cual expresa: “Todo el que cometa
un delito o una falta en el territorio de la República, será penado con arreglo a la ley venezolana”.

Se impone determinar que se entiende por territorio venezolano o territorio de la República. El concepto de territorio, a los
efectos de la ley penal, ha de entenderse en sentido jurídico y no sólo en sentido geográfico, con lo cual quiere decir que
no comprende sólo el territorio natural. De esta manera el territorio venezolano comprende de acuerdo a lo establecido en
los artículos 10 y 11 de la Constitución de la República, de acuerdo a lo siguiente:

1. La superficie terrestre.
2. El mar territorial.
3. La zona contigua.
4. La plataforma submarina continental.
5. La zona económica exclusiva.
6. El espacio insular de la República.
7. El espacio aéreo; y
8. Las naves y aeronaves venezolanas: de guerra, mercantes y civiles.

La legislación penal venezolana contempla además algunos casos en los cuales establece la extraterritorialidad en la
aplicación de diversos principios. De forma particular el artículo 4 del Código Penal prevé varios casos de aplicación de la
ley penal a hechos cometidos fuera del territorio de la República, en los términos siguientes:

1. La legislación penal venezolana, contempla, determinados supuestos de aplicación del principio de la nacionalidad o
de la personalidad, ante hechos cometidos fuera de Venezuela. En virtud de este principio se toma en cuenta la
nacionalidad del sujeto activo del delito para aplicarle la ley de su propio Estado cuando el hecho se ha cometido en el
extranjero, lo cual cobra más importancia en razón de la prohibición de la extradición de un venezolano el cual debe ser
juzgado en Venezuela, previo el cumplimiento de determinados requisitos, si el hecho se considera como delito, así lo
establece el artículo 6 del Código Penal, articulo 2 de la Ley contra el Secuestro y la Extorsión.

En razón del principio de la nacionalidad o de la personalidad, se aplicará la ley penal venezolana a los delitos cometidos
por venezolanos (numeral 1 del artículo 4 del Código Penal) y a los venezolanos que en el extranjero infrinjan las leyes
relativas al estado civil y capacidad de los venezolanos, como es el caso del delito de bigamia (numeral 4 ejusdem).
2. En lo que respecta al principio real, de defensa o de protección, por el cual se aplicará nuestra ley penal venezolana a
hechos cometidos en el extranjero que lesionen intereses del Estado venezolano, se pueden citar los supuestos de
venezolanos que en el extranjero se hagan reos de traición contra la República (numeral 1 del artículo 4 del Código Penal);
de los venezolanos que en el extranjero cometan delitos contra la seguridad de la República o contra sus nacionales
(ordinal 2 ejusdem); de los venezolanos o extranjeros que sin autorización del Gobierno de la República, fabriquen,
adquieran o despachen armas en el extranjero con destino a Venezuela o favorezcan su introducción en nuestro territorio
(numeral 3 ejusdem); de los empleados de la República que desempeñen mal sus funciones o que cometan cualquier otro
hecho punible no enjuiciable en el lugar de su residencia (numeral 6 ejusdem); de los venezolanos o extranjeros que en
otro país falsifique monedas de curso legal en Venezuela o sellos de uso público o estampillas o títulos de crédito de la
nación (numeral 11 ejusdem); o favorezcan la introducción en Venezuela de tales valores (numeral 12 ejusdem); de los
venezolanos o extranjeros que, en tiempos de paz, desde territorio, buques de guerra o aeronaves extranjeras lancen
proyectiles o hagan cualquier otro mal a las poblaciones, habitantes o al territorio de Venezuela (numeral 16 ejusdem).

3. En cuanto al principio de la justicia mundial, de la universalidad o principio cosmopolita, en razón de que determinados
hechos punibles ofenden el orden internacional, puede aplicarse la ley penal venezolana, aunque el hecho se cometa fuera
del territorio venezolano. Este es el caso de los venezolanos o extranjeros que en alta mar, cometan actos de piratería u
otros delitos de los que el Derecho Internacional califica de atroces y contra la humanidad, como el genocidio, la trata de
blancas, el tráfico de estupefacientes, la trata de esclavos, entre otros. (numeral 9 del artículo 4 del Código Penal) y articulo
2 de la Ley contra el Secuestro y la Extorsión.

La legislación penal venezolana establece una serie de requisitos para el enjuiciamiento en los casos de extraterritorialidad
de la ley penal venezolana. En el artículo 4 del Código Penal venezolano, establece diversos supuestos de
extraterritorialidad de la ley penal venezolana, dentro de los cuales se señalan los requisitos que deben cumplirse para el
enjuiciamiento en Venezuela, dentro de los que se encuentran:

1. Que el sujeto activo haya venido al territorio de la República.

2. Que se intente la acción por la parte agraviada, o por el Ministerio Público en los caso de traición a la patria o de delitos
contra la seguridad de Venezuela.
3. Que el indiciado no haya sido juzgado por los tribunales extranjeros, a menos que habiéndolo sido, hubiere evadido la
condena.

Para el ejercicio del juzgamiento, es importante establecer el lugar donde se cometió el delito, a fin de determinar la
aplicabilidad de las normas y principios estudiados, para fijar así la jurisdicción.

Normalmente no se presenta problema cuando el hecho en su totalidad ocurre en un determinado lugar, pero puede
presentarse el caso de los delitos a distancia o delitos materiales en que puede tener lugar la conducta en un lugar o
territorio y producirse el resultado en otro, o el caso de hechos cuya ejecución se extiende por diversos territorios como
puede ocurrir en los delitos permanentes o en los delitos continuados.

Para la determinación de la competencia a razón del territorio, debe tomarse en cuenta las reglas relacionadas a las teorías
relativas a la aplicación de la ley más favorable.

Como indica Creus Carlos, hay delitos cuyas particulares circunstancias de ejecución requieren la aplicación de la ley
penal del Estado a hechos cometidos fuera de su territorio, ya sea por el resultado dañoso que se produce en él, o bien
porque siendo parcialmente ejecutado en dicho Estado, su accionar termina en otro.

Cada Estado determina en su ley el alcance espacial que quiere darle, sin perjuicio de la regulación que pueda provenir
de los convenios internacionales. Los principios sostenidos por la doctrina y que han sido adoptados en forma parcial o
combinada por la mayoría de las legislaciones, pueden reducirse a cuatro:

1. Territorialidad.
2. Personal o de la nacionalidad.
3. Real, de protección o de defensa.
4. Universal, justicia mundial o cosmopolita.

1. Principio de territorialidad o territorial: Como expresa Fontán Balestra, de acuerdo con este principio, la ley penal es
aplicable a los delitos cometidos en el territorio del Estado, basándose en el concepto de soberanía, expresión que sintetiza
la idea de independencia. Para este principio lo que decide la aplicación de la ley penal del Estado es el lugar de comisión
del delito, es decir, la mencionada ley penal se aplica a los delitos cometidos dentro del Estado o sometidos a su
jurisdicción, sin que importe la condición del autor o del ofendido, ni la nacionalidad del bien jurídico afectado.

Lo que limita la aplicación territorial de la ley es el concepto jurídico de territorio, que no necesariamente coincide con su
extensión física, ya que aquel se extiende a todos los lugares sobre los que el Estado ejerce su jurisdicción legislativa y
judicial de conformidad a los parámetros que la Constitución de la República determina.

2. Principio de la personalidad (personal) o de la nacionalidad: Expresa Creus Carlos, que en este principio es decisiva
la nacionalidad de los sujetos que intervienen en la relación jurídica originada por el delito. Considera que la ley del Estado
sigue al nacional dondequiera que él se encuentre, es decir, los individuos son portadores de su propio estatuto personal.
Agrega Fontán Balestra que, según este principio, la ley del país a que el individuo pertenece es la que debe aplicarse,
fundándose esta tesis en el sentido de dependencia persona de cada individuo respecto del estado en el cual es nacional.
Distingue este doctrinario que el principio de personalidad será, activa cuando se trata del autor del delito, o personalidad,
pasiva al referirse a la víctima.

3. Principio real, de protección o de defensa: Se basa en la necesidad de proteger los intereses nacionales y castigar
los delitos que ataquen esos intereses, con arreglo a la legislación del país atacado, sin tomar en consideración el lugar
donde se cometió el delito. El ejemplo que indica Fontán Balestra es el de la falsificación de moneda perpetrada en el
extranjero, que afecta al Estado cuyo signo monetario es objeto de imitación. De acuerdo con Creus Carlos, el principio de
defensa es una derivación objetiva del principio de nacionalidad, ya que el aspecto decisivo en él es la nacionalidad del
bien protegido, la ley penal ampara los intereses nacionales y, por tanto, rige ella en todos los casos en que el delito
vulnera o amenaza uno de esos intereses, cualquiera que sea su lugar de comisión y sin que interese la nacionalidad del
autor.

La cuestión básica que tiene que ser resuelta es la de que bienes jurídicos nacionales se tienen que considerar para
discernir la ley aplicable, ya que sólo algunos de esos bienes dar lugar a la aplicación de la ley penal del estado. Indica
Creus Carlos que generalmente se reducen a los consustanciados con la organización, preservación y actividades
fundamentales del Estado, en cuanto a la integridad territorial, defensa, de la moneda, entre otros, siendo habitual que
para determinarlos las leyes enuncien taxativamente esos bienes o los delitos que se rigen por este principio para evitar
dificultades interpretativas.

4. Principio Universal, justicia mundial o cosmopolita: Explica Fontán Balestra que en los delitos que afecten por igual
a todos los miembros de la comunidad internacional, cada Estado, como integrante de ella y con miras a su protección,
debe proceder a juzgar a todo delincuente que detenga en su territorio, sin que importe cual sea su nacionalidad y el lugar
de ejecución del delito, como ocurre, por ejemplo, con la trata de blancas, la piratería, el narco tráfico, el terrorismo o la
legitimación de capitales, entre otros. El derecho internacional igualmente ha establecido una serie de pactos
internacionales a este tenor con el fin de perseguir la criminalidad trasnacional, extendiendo en muchos casos la
jurisdicción de los países tratantes de los referidos instrumentos internacionales.

De forma especial el derecho penal internacional ha desarrollado en el Estatuto de Roma la persecución de los delitos de
Genocidio, Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad.

VALIDEZ TEMPORAL:

El ámbito temporal de la ley penal se estudia teniendo en cuenta dos parámetros:

1. La vigencia y
2. La derogación

El análisis de la problemática de la vigencia o validez formal, comprende el estudio de su aplicación desde que se produce
la publicación de la ley y en consecuencia, su entrada en vigor hasta su derogación expresa o tácita, ello pretende
determinar la eficacia o vigencia material, bajo la premisa de que la ley penal se aplica a los hechos cometidos bajo su
vigencia.

La regla general, está constituida en la aplicación del principio de irretroactividad de la Ley, y la excepción es la
retroactividad de la ley penal que resulte más favorable al reo.

Con carácter general se formula el principio de retroactividad de la ley penal en el artículo 2 del Código Penal venezolano
que prevé: “Las leyes penales tienen efecto retroactivo en cuanto favorezca al reo, aunque al publicarse hubiere ya
sentencia firme y el reo estuviere cumpliendo condena”.

Por otra parte, el principio de legalidad penal prohíbe la retroactividad de las normas penales, en cuanto a la aplicación de
penas que no hayan sido establecidas con posterioridad a la comisión de los hechos punible. En consecuencia, no será
castigado ningún delito ni falta con pena que no se halle prevista por la ley anterior a su perpetración, disposición que
extiende su eficacia a las medidas de seguridad. En consecuencia la irretroactividad es una excepción que se aplica al
principio de legalidad penal, sola cuando la norma penal preceptúa condiciones más favorables al penado o al reo de
acuerdo a los parámetros siguientes:

1.- Vigencia: En el Derecho Venezolano, la Ley Penal, como todas las leyes, es obligatoria desde su publicación en la
Gaceta Oficial, o desde la fecha posterior que ella misma indique, según lo dispone el artículo 1º del Código Civil,
venezolano vigente.

La Constitución de la República disciplina también la entrada en vigencia de las leyes en sus artículos 215 y 216, los cuales
expresan:

Artículo 215. La ley quedará promulgada al publicarse, con el correspondiente “Cúmplase”, en la Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela.
Artículo 216. Cuando el Presidente o Presidenta de la República no promulgaren la ley en los lapsos señalados el
Presidente o Presidenta y los dos Vicepresidentes o Vicepresidentas de la Asamblea Nacional procederán a su
promulgación sin perjuicio de la responsabilidad en que aquél o aquella incurriere por su omisión.

Si coordinamos los transcritos artículos: 1 del Código Civil y 215 y 216 de la Constitución de la República, permite apreciar:
que la ley es obligatoria desde el día de su publicación en la Gaceta Oficial o desde la fecha posterior que ella misma
indique, es decir, se produce una vacatio legis que significa que la ley no se aplicará entre el lapso comprendido entre el
día de su publicación y el indicado en la misma ley para su entrada en vigencia.

Con respecto a los tratados, acuerdos o convenios internacionales que celebre el Estado venezolano, algunos en materia
penal, lo prevé el artículo 217 de la Constitución de la República que dice:

Artículo 217: La oportunidad en que debe ser promulgada la ley aprobatoria de un tratado, de un acuerdo o de un convenio
internacional, quedará a la discreción del Ejecutivo Nacional, de acuerdo con los usos internacionales y la conveniencia
de la República.

2.- Derogación: La Ley Penal, al igual que las demás leyes, puede ser derogada por otra ley. El artículo 7 del Código Civil
establece:

Artículo 7: Las leyes no pueden derogarse sino por otras leyes; y no vale agregar contra su observancia el desuso ni la
costumbre o práctica en contrario por antiguos ni universales que sean.

Por su parte el artículo 218 de la Constitución de la República dispone:

Artículo 218: Las leyes se derogan por otras leyes y se abrogan por referendo, salvo las excepciones establecidas en esta
Constitución. Podrán ser reformadas total o parcialmente La ley que sea objeto de reforma parcial se publicará en un solo
texto que incorpore las modificaciones aprobadas.

En Venezuela la derogación de las leyes puede ser expresa o tácita, de igual forma puede ser total o parcial. También
existe la figura de la abrogación de la ley, lo cual está previsto en el artículo 74 de la Constitución de la República, ello se
hará de forma refrendaría.

La derogación es expresa, cuando la nueva ley contiene una cláusula que declara la pérdida de vigencia a la ley anterior.

La derogación será tácita, cuando se desprende de la lectura del contenido de la nueva ley, que se está desaplicando la
ley anterior, o cuando es posible apreciar de alguna forma, que la nueva ley deroga parcialmente alguna disposición
contenida en una ley anterior. También ocurre la derogación tácita, cuando una ley sin contener alguna disposición
derogatoria, es publicada posteriormente a otra, conteniendo disposiciones que de alguna manera se contraponen o
diferencia del contenido de la ley anterior. En estos casos, priva el criterio de aplicación de la ley más reciente, o el criterio
de especialidad.

Muchas veces la ausencia de técnicas legislativas determina la aparición de los conflictos de aplicación de las leyes. Por
ello, será preciso determinar estructuralmente el contenido y vigencia de las normas, que de forma sistemática fijan la
vigencia de su aplicación, no dejando margen de duda que permita establecer distorsiones inadecuadas y problemas
innecesarios en cuanto a la aplicación de la ley penal.

La derogación será total, cuando es sustituido el contenido íntegro una ley, por otra ley. Implicará una derogación parcial,
cuando una ley nueva sólo deroga algunas disposiciones contenidas en el cuerpo normativo, en particular de alguna otra
ley dejando intacto el resto de su ordenamiento.

La excepción a esta regla está constituida por la llamada retroactividad de la ley penal, en el caso que la ley derogada
contenga disposiciones más favorables para el procesado o el reo, esta situación está establecida de forma expresa en el
artículo 2 del Código Penal venezolano, quien señala que la retroactividad de la ley se aplicará aun cuando al publicarse
la ley nueva hubiere recaído sentencia firme o el condenado estuviere cumpliendo la respectiva condena.

Ello implica, que la eficacia de la retroactividad de la ley penal más favorable, supera las consideraciones establecidas
para la cosa juzgada, ya que su efecto se extiende aún al reo que se encuentre cumpliendo la condena, lo cual se
circunscribe al contenido del principio de progresividad.
Del principio de legalidad deriva el carácter irretroactivo de la ley y, como excepción, su retroactividad es admitida sólo en
materia penal, tanto en el orden sustantivo como adjetivo, únicamente en el caso de su mayor benignidad en relación al
reo.

La retroactividad obedece a la existencia de una sucesión de leyes penales, que por emanar de seres humanos y estar
destinadas a controlar la conducta de éstos, su validez o vigencia se encuentran sometidas a la temporalidad, por lo cual
se dan casos donde la situación fáctica acaecida en un determinado momento y bajo el imperio de una ley específica, para
el tiempo de ser realizado el juzgamiento de una persona, se consigue con que ha entrado en vigencia otro texto legal,
que de alguna forma favorece más a la persona encausada en los hechos, por ello el juez debe aplicar la nueva ley
retrotrayendo su vigencia al momento de la comisión del delito.

SUCESIÓN DE LEYES:

La ley humana, está sometida a limitaciones temporales. La ley tiene un proceso de formación, de acuerdo con lo
establecido en la Constitución de la República, que culmina con su promulgación y publicación en la Gaceta Oficial; desde
ese momento se hace obligatoria, a menos que la misma ley indique una fecha posterior para su entada en vigencia, lo
cual está expresamente señalado en el artículo 1 del Código Civil venezolano; y se extingue cuando queda derogada
expresa o tácita, total o parcialmente, por otra ley o se abroga por un referendo, de acuerdo a lo señalado en el artículo
218 de la Constitución de la República. También una ley puede perder su vigencia, cuando se cumpla el término señalado
en la misma ley o desaparecen las circunstancias que justificaron su nacimiento, situación que puede estar perfectamente
regulada en el texto normativo legal.

La sucesión de leyes ocurre cuando una ley que regula determinados hechos se extingue y otra la sustituye ocupando su
lugar, quedando regulados esos hechos por otra ley, que debe aplicarse a los hechos realizados bajo la ley derogada.

En materia penal se plantea el problema de la sucesión de leyes con las características propias de esta rama, señalándose
tres hipótesis que puedan darse:

1. En relación a la ley penal creadora de delitos: cuando surge una nueva ley que establece tipos penales que tipifica
hecho no prohibido o no considerado como punible.
2. Cuando se promulga una ley penal que deroga delitos: cuando se eliminan incriminaciones, esto es, cuando se quita
el carácter de punible a un hecho considerado como tal en la ley precedente.
3. Ley penal modificativa de delitos: cuando se modifica el tratamiento penal de un hecho considerado como punible
en la legislación anterior. Esta modificación legislativa puede ser modificativa más severa, cuando aumenta la
pena, o la cambia por una de mayor magnitud o incluye nuevas agravantes, o excluye atenuantes, o aumenta el
lapso de prescripción de la acción penal o de la pena, o convierta en enjuiciable de oficio un delito que según la
ley derogada sólo podía perseguirse a instancia de parte agraviada. También puede ser modificativa más benigna,
cuando reduce la cuantía de la pena, o cuando asigna pena de prisión a una que tenía pena de presidio, o elimina
agravantes consagradas en la ley anterior, o establece nuevas atenuantes, o disminuye el lapso de prescripción
de la acción penal o de la pena, o transforma un delito de acción pública en delito de acción privada. Entre otros.

El problema de la sucesión de leyes se rige, como regla general, por el principio de la irretroactividad de la ley, por lo que
no puede aplicarse a hechos que ocurran después de su extinción.

En nuestro ordenamiento jurídico tendrá plena vigencia desde que su contenido íntegro sea publicado en la Gaceta Oficial.
El principio de irretroactividad de la ley, que constituye una exigencia del principio de legalidad de los delitos y de las penas,
es la fórmula acogida por el artículo 1 del Código Penal venezolano. De esta manera, se amplía el principio legalista con
tal exigencia enunciándose como: “nullum crimen, nulla poena sine previa lege”, lo cual implica que no hay delito ni hay
pena sin la existencia previa de una ley penal.

El ordenamiento jurídico venezolano establece excepciones al principio general, admitiéndose la retroactividad de la ley
cuando esta favorezca al reo. De esta manera el artículo 24 de la Constitución de la República señala que: “Ninguna
disposición legislativa tendrá efecto retroactivo, excepto cuando imponga menor pena”. De igual forma, el artículo 2 del
Código Penal venezolano establece que: “Las leyes penales tienen efecto retroactivo en cuanto favorezcan al reo, aunque
al publicarse hubiere ya sentencia firme y el reo estuviere cumpliendo condena”.

Las diversas posibilidades que pueden darse con relación a la sucesión de leyes penales y a los principios que son
aplicables son:

a. En el caso que la ley nueva considere como delito una conducta no incriminada en la ley anterior, se aplica el
principio de la irretroactividad de la ley penal.
b. En el caso de que la nueva ley deje de considerar como delito un hecho precedentemente tipificado como tal, se
aplica el principio de la retroactividad de la ley penal. Si el Estado quita a un hecho el carácter punible, ello significa
que ya no quiere castigarlo.
c. En el caso de que la nueva ley modifique el tratamiento penal de determinados hechos delictivos considerados por
la ley anterior, debe distinguirse:
1. Si la nueva ley resulta desfavorable para el reo, no puede ser aplicada. Es irretroactiva y por ello debe
aplicarse la ley vigente para el momento en que ocurrió el hecho, y
2. Si la nueva ley resulta favorable al reo, tendrá efecto retroactivo.

LA LEY MÁS FAVORABLE:

En razón de todo lo dicho anteriormente y dado que la ley más favorable debe aplicarse en materia penal con efecto
retroactivo, se impone precisar que se entiende por ley más favorable al reo.

Esta determinación debe hacerse no en abstracto, sino en concreto y tomando en cuenta la situación en que se encuentra
el reo. Debe tenerse como más favorable o progresiva, aquella ley que al aplicarla al caso concreto favorezca al reo, que
lo trate con menos rigor, tomando en cuenta todas las circunstancia que puedan beneficiar lo, como la especie o duración
de la pena, las penas accesorias, las circunstancias atenuantes y agravantes, la calificación del hecho, las causas de
extinción del delito y de la pena, los beneficios que puedan ser concedidos al reo, entre otros.

Debe aclararse que no puede el Juez, como intérprete de la ley, combinar varias leyes, y aplicarlas simultáneamente,
creando así una tercera ley, sino que debe en todo caso aplicar la que considere más favorable de forma íntegra al caso
concreto sometido a su jurisdicción y competencia.

Para aplicar la ley más favorable debe tomarse en consideración el tiempo de comisión del delito, con la finalidad de
establecer el criterio para subsumir un hecho a una ley en particular.

En cuanto a la aplicación de la ley más favorable cuando el delito se comete en un solo momento, pero puede suceder
que medie un tiempo entre la conducta y el resultado material de la acción delictual, o que la conducta se fraccione en
varios momentos o que nos encontremos frente a un delito permanente o continuado. En estos casos, si ocurre un cambio
de legislación, es necesario precisar el momento en que se estima cometido el delito. La fijación de ese momento interesa
a los fines de resolver otros problemas que pueden presentarse en la materia, como por ejemplo, lo relacionado con las
causas de justificación, prescripción, imputabilidad, entre otros.

Tres teorías pretenden resolver este problema:

1. La Teoría de la actividad: Considera que para determinar el tiempo de comisión del delito debe atenderse al
momento de la comisión o la omisión.
2. La Teoría del resultado: Establece que debe tomarse en cuenta el momento en que se produce el resultado.
3. La Teoría mixta: Que entiende que el delito es cometido tanto en el momento de la acción u omisión como en el
momento en que se produce el resultado.

La teoría dominante es la de la actividad, que estima que el delito es cometido en el momento en que se produce la acción
u omisión.

De manera que al realizarse la acción el hecho es lícito y cuando se produce el resultado es punible, no cabe la posibilidad
de aplicar la ley vigente para el momento en que se produce el resultado.

Cuando la conducta se ha fraccionado en varios actos, se aplicará la ley vigente en el momento de realizarse el último
acto.

Y con relación al delito permanente y al continuado, debe señalarse que si la nueva ley entra en vigencia, mientras perdura
la permanencia o la continuidad, se aplicará en todo caso la ley que esté vigente para la comisión del delito, sea o no más
favorable, quedando incluidos en los supuestos que establezca todos los actos precedentes.

La Ley Intermedia: es aquella ley que entra en vigor después de haberse cometido el hecho, pero es derogada antes de
que el hecho sea juzgado. Una parte de la doctrina sostiene que no puede acogerse cuando sea más favorable, ya que se
asumiría una disposición inexistente por su temporalidad, tanto cuando ocurre el hecho como en el momento del juicio.
Otra parte de la doctrina es de la opinión de que el reo no es culpable de la lentitud de la justicia y debe poder aprovecharse
de la ley intermedia si le es más favorable.
Tomando como supuesto la existencia de una ley vigente para el momento de la comisión del delito, otra ley posterior que
tiene vigencia limitada en el tiempo y otra para el momento de producirse la condena, y que en el período intermedio, la
ley considera previsiones más benévolas nos hace preguntemos:

¿Podrá aplicarse la ley penal intermedia, cuándo sea más favorable al reo?

Parecería ilógico aplicarla, ya que no estaba vigente ni para el momento en que se produce el hecho, ni para el momento
en que se produce la sentencia. Sin embargo, a favor de su aplicación se ha alegado que sería injusto perjudicar al reo
por el solo hecho de haberse prolongado el juicio, además tenemos que tener presente el principio de legalidad de los
delitos y de las penas, por aplicación de la retroactividad de la ley cuando esto beneficia al reo, empleando entonces como
solución la aplicación de la ley más favorable, la que beneficie al procesado o penado.

VALIDEZ PERSONAL:

La ley penal se aplica indistintamente a todo individuo que cometa un delito o una falta en el territorio de la República
(artículo 3 del Código Penal). Y así mismo la Constitución de la República consagra en su artículo 21 el principio de la
igualdad de todos los ciudadanos, lo que impide establecer discriminaciones entre los individuos que puedan sustraerlos
de la aplicación en, nuestro caso, de la ley penal.

Sin embargo, en nuestro ordenamiento, como en la mayoría de las legislaciones, se establecen algunas excepciones, para
ciertas personas, en razón de las funciones públicas que desempeñan.

INMUNIDADES:

Los Diputados a la Asamblea Nacional y Asambleas Legislativa de los Estados: En Venezuela existen diversos casos
de exención de la aplicación de la ley penal venezolana por hechos punibles cometidos por determinadas personas en el
ejercicio de sus funciones.

Es el caso de la denominada inviolabilidad de los diputados de la Asamblea Nacional y de las Asamblea Legislativas de
los Estados, a quienes la Constitución de la República y de los Estados le reconoce la inmunidad, no concediendo
responsabilidad penal, civil o administrativa a consecuencia de los votos y opiniones emitidas en el ejercicio de sus
funciones.

De esta forma, se consagra la inmunidad parlamentaria como una garantía del ejercicio autónomo de las funciones
legislativas respecto de los otros poderes y como garantía para el mejor y efectivo cumplimiento de la función
parlamentaria. La inmunidad, está referida al ejercicio de las funciones parlamentarias, desde el momento de la
proclamación por parte del órgano electoral, hasta la conclusión del mandato.

Su desconocimiento por parte de los funcionarios públicos ocasiona sanciones de naturaleza penal que el legislador deberá
establecer en la ley correspondiente.

En cuanto a los presuntos delitos cometidos por los diputados, conocerá el Tribunal Supremo de Justicia en forma privativa,
siendo la única autoridad que, previa autorización de la Asamblea Nacional, podrá ordenar la detención o continuar el
enjuiciamiento, según sea el caso. En caso de delito flagrante cometido por algún diputado, la autoridad competente pondrá
a éste bajo custodia en su residencia y comunicará de manera inmediata el hecho al Tribunal Supremo de Justicia.

Por la inviolabilidad, un diputado puede incurrir en hechos cometidos por medio de la palabra oral o escrita, calificables
como de difamación, injuria, instigación a la desobediencia de la ley o de la autoridad, incitación a la rebelión, vilipendio u
ofensas a funcionarios entre otros y ello, sencillamente, no es delito, porque por esas conductas de los diputados, que se
concretan en expresiones u opiniones, se encuentran exentas de la aplicación de la ley penal, razón por lo cual, su
integridad personal es inviolables por ningún órgano del poder público, salvo que sea sometido al procedimiento de
desafuero previsto en la misma Constitución de la Republica con la finalidad que se establezca el antejuicio de mérito y
que sea despojado de su inmunidad por el mismo cuerpo legislativo.

De acuerdo con la Constitución de la República en el artículo 199 señala:

Artículo 199: Los Diputados o Diputadas de la Asamblea Nacional no son responsables por votos y opiniones
ejercidas en el ejercicio de sus funciones. Sólo responderán ante los electores o electoras y el cuerpo legislativo
de acuerdo con la constitución y los reglamentos.

Dos aspectos básicos discute la doctrina con relación a este punto, la extensión de esta inmunidad y su naturaleza jurídica.
En cuanto a la extensión de la inmunidad, debe precisarse que la inviolabilidad se limita a los votos y opiniones emitidos
por los diputados en ejercicio de sus funciones, dentro o fuera de la Asamblea Nacional.

En cuanto a la naturaleza jurídica, algunos autores creen que se trata de una causa de justificación, otros de una excusa
absolutoria y otros de una excusa personal de exclusión de la pena. La doctrina venezolana se ha inclinado a considerarlo
una causa personal de exclusión de la pena, por quedar excluidos de la aplicación del Derecho Penal, en razón de la
función ejercida.

Artículo 200. Los diputados o diputadas a la Asamblea Nacional gozarán de inmunidad en el ejercicio de sus funciones
desde su proclamación hasta la conclusión de su mandato o la renuncia del mismo. De los presuntos delitos que cometan
los o las integrantes de la Asamblea Nacional conocerá en forma privativa el Tribunal Supremo de Justicia, única autoridad
que podrá ordenar, previa autorización de la Asamblea Nacional, su detención y continuar su enjuiciamiento. En caso de
delito flagrante cometido por un parlamentario o parlamentaria, la autoridad competente lo o la pondrá bajo custodia en su
residencia y comunicará inmediatamente el hecho al Tribunal Supremo de Justicia.

Los funcionarios públicos o funcionarias públicas que violen la inmunidad de los o las integrantes de la Asamblea Nacional,
incurrirán en responsabilidad penal y serán castigados o castigadas de conformidad con la ley.

Diversa es el alcance de la inmunidad, que es considerada relativa y temporal, por lo cual hasta tanto no sea revocada,
los parlamentarios no pueden ser de ninguna forma coartados en el ejercicio de sus funciones; no pueden ser apresados,
salvo en caso de flagrancia, lo cual no excluye expresamente el antejuicio de la inmunidad o la función parlamentaria, ni
se puede entender que sea la justificación para levantar o cesar automáticamente el privilegio; no pueden ser objeto de
registro o de requisas; no pueden ser sometidos a proceso penal, si antes no se cumplen dos pasos esenciales como son:
primeramente que el Tribunal Supremo de Justicia declare por sentencia de la Sala Plena, que hay mérito para ello; y
segundo que es un aspecto fundamental, que la Asamblea Nacional, autorice el enjuiciamiento por la mayoría simple de
sus integrantes, situación que eventualmente pudiera no hacer por razones de orden político.

Particularmente, los delitos de vilipendio y todos los llamados “delitos de desacato”, están proscritos de la legislación penal
internacional. Sin embargo, en Venezuela y en otros países, estos delitos son conservados por la legislación penal a pesar
del criterio internacional, ello derivado a la desactualización del bloque jurídico penal o a intereses de orden político.

El Defensor del Pueblo: En lo que respecta al Defensor del Pueblo, órgano del Poder Ciudadano, el artículo 282 de la
Constitución de la República, le acuerda el goce de inmunidad en el ejercicio de sus funciones. Al igual que para los
diputados de la Asamblea Nacional, esta inmunidad es temporal y limitada al período de ejercicio de su cargo. No puede
ser sometido a juicio penal por hechos que no guarden relación con sus funciones, si previamente el Tribunal Supremo de
Justicia no declara la existencia de méritos, correspondiendo a esta máxima instancia el conocimiento de la causa.

Los Jefes de Estado extranjeros: Otra excepción de la aplicación de la ley penal en Venezuela, es el caso de Jefes de
Estado extranjeros, que se encuentre en el territorio de la República, por reconocimiento a la soberanía del Estado que
representa.

El ordenamiento jurídico venezolano consagra o acuerda ciertas prerrogativas, que no constituyen realmente excepciones
al principio de igualdad de la ley penal que no sustraen absolutamente a estas personas de su aplicación pero si le dan
privilegios o tratamiento especial, cumpliendo determinados requisitos. La excepción a esta regla la encontramos en otro
tratado internacional como lo es el Estatuto de Roma de la Corte penal internacional, que es ley interna por imperio de la
ratificación hecha por Venezuela. En este caso, cuando la Corte Penal Internacional, emita una orden de entrega de un
Jefe de Estado o algún funcionario extranjero que se encuentre de paso en el país, el gobierno venezolano estaría obligado
a producir la aprehensión y eventual entrega del funcionario a la justicia internacional.

La inmunidad de los diplomáticos extranjeros acreditados en Venezuela: Se consagra la inviolabilidad en sus


personas, residencias particulares y oficiales, bienes y documentos, y la inmunidad de la jurisdicción civil administrativa y
penal del Estado receptor, lo que no los exime de la jurisdicción del Estado acreditante, ello de acuerdo a lo establecido
en la Ley aprobatoria de la Convención de Viena sobre relaciones Diplomáticas de l961. Conforme el artículo 31, de la
convención internacional, el agente diplomático gozará de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor, en
consecuencia no estará obligado a testificar y su persona es inviolable. El artículo 29, ejusdem advierte que el diplomático
no puede ser objeto de ninguna forma de detención o arresto. El Estado receptor le tratará con el debido respeto y adoptará
todas las medidas adecuadas para impedir cualquier atentado contra su persona, su libertad o su dignidad.

Los miembros de la familia de un agente diplomático, siempre que no sean nacionales del Estado receptor, gozarán de la
misma inmunidad diplomática de acuerdo al artículo 37 del ya mencionado tratado internacional, y también están
protegidos por la inmunidad de jurisdicción, que estaría limitada al ejercicio de sus funciones, los miembros del personal
administrativo y técnico de las misiones diplomáticas. El Estado acreditante puede renunciar expresamente a la inmunidad
de jurisdicción de sus agentes diplomáticos, de acuerdo con lo establecido en el artículo 32, del Tratado, siendo la forma
de enjuiciar a estas personas por el Estado venezolano.

De igual forma, los locales de la misión diplomática son inviolables, las autoridades venezolanas, como Estado receptor
no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión. Los locales de la misión, no podrán ser objeto de
ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución, así como su mobiliario, archivos o medios de transportes, que
deberán ser protegidos contra todo ataque o intrusión, de acuerdo a lo expresamente dispuesto en el artículo 22 de la
Convención de Viena sobre relaciones Diplomáticas. También están protegidas por esta inviolabilidad las viviendas de los
agentes diplomáticos. Esta inviolabilidad se extiende a su residencia particular, sus documentos, su correspondencia y sus
bienes, que sólo excepcionalmente podrán ser embargados, (Art. 30).

Los Funcionarios Consulares: En relación a la inmunidad con que cuentan los funcionarios consulares en Venezuela,
existen ciertas prerrogativas, consagradas en la Ley Aprobatoria de la Convención de Viena sobre relaciones consulares
de l963, que prevé la inmunidad de estos funcionarios, es así como el artículo 43 de ya mencionado instrumento normativo,
consagra la denominada “Inmunidad de Jurisdicción”, que resguarda a los funcionarios consulares y los empleados
consulares, señalando que en materia penal no estarán sometidos a la jurisdicción de las autoridades judiciales y
administrativas del Estado receptor por los actos ejecutados en el ejercicio de las funciones consulares. Es por ello, que
en caso de iniciarse un procedimiento penal en contra del cónsul o de algún funcionario consular, si el delito no es grave,
el funcionario no podrá ser detenido preventivamente, ni sometido a ninguna limitación de su libertad, sin la previa
autorización del Estado que le envía. En caso de delito grave, opera las mismas condiciones de los funcionarios consulares,
en cuyo caso el Estado al cual pertenece el funcionario consular puede renunciar, a la inmunidad del funcionario y en este
caso se procedería con su enjuiciamiento.

PRERROGATIVAS:

Respecto a los altos funcionarios: El Presidente de la República y otros altos funcionarios, gozan de prerrogativas de
acuerdo a lo establecido en el artículo 232 de la Constitución de la República, que señala: “el Presidente o Presidenta de
la República es responsable de sus actos y del cumplimiento de las obligaciones inherentes a su cargo”. Por tanto, no
goza de exención alguna en relación a la aplicación de la ley penal sustantiva. Sin embargo de acuerdo al artículo 266,
numeral 2 de la misma Carta Fundamental, corresponde al Tribunal Supremo de Justicia declarar si hay o no méritos para
su enjuiciamiento y, en caso afirmativo, conocerá de la causa el propio Tribunal Supremo, previa autorización de la
Asamblea Nacional, hasta la sentencia definitiva.

Asimismo, en lo que respecta al Vicepresidente de la República, a los integrantes de la Asamblea Nacional, a los
Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, a los Ministros, al Procurador General, al Fiscal General, al Contralor
General, al Defensor del Pueblo, a los Gobernadores, a los Oficiales Generales y Almirantes de las Fuerzas Armadas y a
los Jefes de misiones diplomáticas, corresponde al Tribunal Supremo de Justicia declarar si hay o no méritos para su
enjuiciamiento y en caso afirmativo, remitirá los autos al Fiscal General de la República o a quien haga sus veces, si fuese
el caso, y seguirá conociendo, hasta sentencia definitiva si se trata de un delito común (artículo 266, numeral 3, ejusdem).

En relación a este procedimiento especial, se debe tener en cuenta lo previsto en los artículos 376 y siguiente del Código
Orgánico Procesal Penal y otras leyes especiales. A los efectos del enjuiciamiento se requiere la previa querella del Fiscal
General de la República y la realización del antejuicio de mérito ante el Tribunal Supremo de Justicia. Si se declara que
hay mérito seguirá conociendo hasta sentencia definitiva el Tribunal Supremo de Justicia como juez natural, de acuerdo a
lo expresamente señalado en el artículo 266 de la Constitución de la Republica.

Recibida la querella, El Tribunal Supremo de Justicia convocará a una audiencia oral y pública dentro de los treinta días
siguientes, para que el imputado responda. En la audiencia el Fiscal General explanará la querella, seguidamente el
defensor hará sus alegatos, se admitirá réplica y contra réplica y el imputado tendrá la última palabra. Concluido el debate
el Tribunal Supremo tendrá cinco días para dictaminar si hay o no méritos para el enjuiciamiento (artículo 379 del Código
Orgánico Procesal Penal).

Declarado el enjuiciamiento el funcionario público quedará suspendido o inhabilitado para ejercer cualquier cargo durante
el proceso (artículo 380 del Código Orgánico Procesal Penal).

LA EXTRADICIÓN

Se entiende por extradición el acto por el cual un Estado, en el cual se encuentra un sujeto reclamado por la comisión de
un delito, lo entrega a otro Estado que lo requiere por tener competencia para juzgarlo o para la ejecución de una pena
impuesta.
La extradición es el procedimiento judicial penal-administrativo por el cual una persona acusada o condenada por un delito
conforme a la ley de un Estado es detenida en otro Estado y devuelta al primero para ser enjuiciada o para que cumpla la
pena ya impuesta.
Si bien existe una cooperación internacional muy activa para la represión de los delitos, continúa existiendo la regla de que
un Estado está obligado a conceder la extradición de un delincuente extranjero, solamente si existe tratado internacional
con el Estado requirente o Convención Internacional sobre extradición, de la que ambos Estados sean firmantes. Cuando
no hay tratado o convención internacional, el Estado requerido está facultado para acordar la extradición, pero no está
obligado a concederla. Sin embargo la obligación señalada no es absoluta pues siempre el estado requerido conserva la
facultad soberana de no conceder la ex-tradición si de acuerdo a su legislación interna no se cumplen los requisitos
establecidos para tal efecto.
Hoy en día, se señala que la extradición es un acto de colaboración internacional en materia penal con el cual se refuerza
la lucha contra el delito, con el fin de evitar la impunidad.

Terminología:

· El Estado que solicita la entrega se llama requirente y


· El Estado a quien se le solicita se llama requerido
· La Extradición Activa, es la que realiza el Estado requirente y
· Extradición Pasiva es la denominación al Estado requerido.

Clasificación de la extradición.
1.- Necesaria u obligatoria: cuando entre uno y otro de dichos Estados está vigente un tratado de extradición, en el que,
además, se ha incluido el delito que motiva la extradición, el Estado requerido está jurídicamente obligado a atender dicha
solicitud; y
2.- Facultativa o potestativa: cuando entre el Estado requirente y el requerido no existe tratado de extradición o si aquél
existe, pero en él no está comprendido el hecho delictivo que ha dado origen a la solicitud, el Estado requerido no está
jurídicamente obligado a conceder la extradición, aun cuando puede acordarla en ejercicio de un acto de soberanía.
En Venezuela existe un procedimiento para la extradición activa, por ser el Estado que la solicita y otro procedimiento
diferente cuando se trata de la extradición pasiva, por ser el Estado a quien se le solicita, así lo establece el Código
Orgánico Procesal Penal en los artículos 391 al 399.

Fuentes de la extradición

En Venezuela esta materia está regulada por normas contenidas en los artículos 6, y 391 al 399 del Código Orgánico
Procesal Penal. De igual forma, está contemplada en otras leyes especiales que conforman la ratificación de Tratados de
Extradición suscritos por Venezuela con otros Estados y por los principios de Derecho Internacional, específicamente, por
la costumbre internacional y la reciprocidad, respecto a otros Estados de los cuales no existe ningún acuerdo internacional.
No se puede considera como fuente exclusiva de la extradición los Tratados, ello no lo admite nuestro ordenamiento, al
señalarse en el artículo 6 del Código Penal, que la extradición de un extranjero por delitos comunes se acordará por la
autoridad competente, de acuerdo con los Tratados Internacionales en vigor suscritos por Venezuela, y a falta de estos,
por las leyes venezolanas.
Por su parte, el artículo 391 del Código Orgánico Procesal Penal dispone que la extradición se rige por las normas
contenidas en este instrumento legal y por los Tratados, Convenios y Acuerdos internacionales suscritos por la República
a lo que se añade la mención de las normas internacionales aplicables, según el artículo 399 ejusdem.
Lamentablemente, el artículo citado del Código Orgánico Procesal Penal se quedó corto en el enunciado de las fuentes
de la extradición, pues impone la misma referencia a los principios de Derecho Internacional y a la costumbre entre los
Estados. Sin embargo la mención de los Acuerdos y Convenios, haría procedente la entrega cuando, en ausencia de
Tratado, se da un compromiso o convenio de reciprocidad que obliga a la entrega al Estado requirente en situación
analógica, en razón de la cooperación internacional en la lucha contra el delito.

Principios que rigen la extradición según los tratados suscritos por Venezuela y la ley penal venezolana.

1.- principios relativos al hecho punible.

a) Principio de la doble incriminación: De acuerdo con este principio, el hecho que da lugar a la extradición debe ser
constitutivo de delito tanto en la legislación del Estado requirente como en la legislación del Estado requerido. Tal principio
se establece en el artículo 6 del Código Penal venezolano. Que señala que Venezuela no concederá la extradición de un
extranjero por ningún hecho que no esté calificado como delito por la ley venezolana.

Además, el mencionado principio exige que los tipos por los que solicita la extradición sean similares en ambas
legislaciones, lo que supone una identidad sustancial, sin que se tomen en cuenta las circunstancias modificativas del
hecho o su denominación en cada una de las legislaciones.
b) Principio de la mínima gravedad del hecho: De acuerdo con este principio sólo se concede la extradición por delitos
y no por faltas, así lo señala el artículo 6 del Código Penal y en relación a aquellos se suele establecer en los tratados la
pena mínima que debe tener asignada el delito para que proceda la extradición.
Además, la extradición no sólo se concede por delitos consumados sino también en grado de tentativa o en grado de
frustración, y a ello aluden la mayoría de los tratados. Asimismo, no sólo hace referencia a los autores del hecho punible,
sino también a los partícipes y a los encubridores.

c) Principio de la especialidad: Según este principio el sujeto extraditado no puede ser juzgado por un delito distinto al
que motivó la extradición, cometido con anterioridad a la solicitud.
Sin embargo, excepcionalmente, como lo prevén los mismos tratados, puede el sujeto ser juzgado por un hecho cometido
con anterioridad a la extradición, siempre que consienta en ello el Estado requerido, o si el extraditado permanece libre en
el Estado requirente durante un determinado lapso después de juzgado y absuelto por el delito que originó la extradición,
o de cumplida la pena de privación de libertad impuesta.
Otro problema se plantea cuando el sujeto comete un nuevo delito en el Estado requerido. En este caso, si el hecho se
comete con anterioridad a la solicitud, la entrega podrá diferirse hasta que el sujeto sea juzgado y cumpla la pena. Además,
también podrá postergarse la entrega cuando el traslado ponga en peligro la vida de la persona, por razones de salud.

d) Principio de no entrega por delitos políticos: Este principio según lo establecido en el artículo 6 del Código Penal y
en la mayoría de los tratados, se prohíbe la entrega de sujetos perseguidos por delitos políticos, lo cual se ve reforzado
por el derecho de asilo consagrado también en nuestra legislación.
Cabe señalar en este punto que se han dado diversa razones por las cuales se justifica la protección al delincuente político
y su no extradición. Fundamentalmente se han formulado consideraciones sobre el carácter altruista del delincuente
político; sobre su relatividad en el tiempo y en el espacio y básicamente, sobre su importancia limitada al Estado en el cual
busca refugiar al individuo.
En algunos tratados quedan abarcados por el principio de la no entrega, los delitos militares, los de carácter religioso, los
delitos culposos y los contrarios a las leyes de prensa.

2.- principios relativos a la persona.


Nuestra legislación establece el principio de la no entrega de los nacionales, al señalar el artículo 6 del Código Penal, que
“la extradición de un venezolano no podrá concederse por ningún motivo; pero deberá ser enjuiciado en Venezuela a
solicitud de la parte agraviada o del Ministerio Público, si el delito que se le imputa mereciere pena por la ley venezolana”.
La entrega del nacional sería atentar contra la dignidad nacional, exponer al ciudadano a una justicia no confiable, sacrificar
el deber de protección del Estado con sus súbditos y un derecho de estos, y sustraerlo de sus jueces naturales. La
Constitución de la República, defendiendo la soberanía, sin tomar en cuenta el valor de la solidaridad internacional y la
eficacia de la lucha contra el delito, sobre todo en sus manifestaciones de crímenes que no conocen fronteras, como en el
caso del tráfico de drogas, ha consagrado, en el artículo 69, que “se prohíbe la extradición de venezolanos y
venezolanas”.
En cambio, en franca desigualad y dejando en el vacío la salvaguarda de otros derechos y garantías que no pueden ser
desconocidos, la misma Constitución prescribe en su artículo 271, que “en ningún caso podrá ser negada la extradición
de los extranjeros o extranjeras responsables de los delitos de deslegitimación de capitales, drogas, delincuencia
organizada internacional, hechos contra el patrimonio público de otros Estados y contra los derechos humanos”.

3.- principios relativos a la acción penal, a la pena y al cumplimiento de otros requisitos procesales.

1. No se concederá la extradición si la acción penal o la pena han prescrito conforme a la ley del Estado requirente.
2. No se concederá la extradición por delitos que tengan asignada en la legislación del Estado requirente la pena de
muerte o una pena perpetua, según el artículo 6 del Código Penal. Así, también se establece en la mayoría de los tratados,
aunque se señala que podrá hacerlo, si el Estado requirente se compromete expresamente a no aplicar la cadena perpetua
o la pena de muerte.
3. No se concederá la extradición si la persona reclamada ya ha sido juzgada y puesta en libertad, o ha cumplido la pena,
o si está pendiente de juicio en el Estado requerido, por el mismo delito que motiva la extradición.
Consideramos que no puede considerarse como absoluta la prohibición que hace el transcrito artículo 271 de la
Constitución, sino que debe interpretarse en congruencia con los principios que hemos mencionado.

El procedimiento en materia de extradición: El Código Orgánico Procesal Penal, en los artículo 391 y siguiente, regula
el Procedimiento de Extradición, y fija las normas que deben observarse, tanto para el caso de la “extradición activa”,
cuando Venezuela es el país requirente, que ejerce el derecho de solicitar la entrega de una persona procesada o
condenada que ha buscado refugio en otro país; como para el caso de la “extradición pasiva”, cuando Venezuela es el
país requerido y se cumple con la obligación de entregar a un país extranjero a una persona procesada o condenada que
se encuentra en nuestro territorio.

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