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alta estima en que tienen a Calvino, evitan esta simple admisión de los graves errores de
su parte.
Encontrando la exegesis “No disponible”
No hay duda de que la interpretación calvinista de Juan 6:37-45 es contrario al tenor
entero de la Escritura. Examinémoslo, también, en este contexto específico. En Juan 6:65,
Jesús utiliza un lenguaje ligeramente diferente diciendo lo mismo: "Ninguno puede venir a
mí, si el Padre que me envió no le trajere (griego didomi)". Note que esto no es dar el
pecador al hijo, sino el dar al pecador (dar a él), haciendo posible que venga a Cristo.
Sin duda, es justificable el tomar como mínimo lo que dice en el versículo 65 una
posible indicación de lo que Cristo quiso decir que el padre atrae: es decir, que el padre le
da la oportunidad de venir. De hecho, tenemos una abundancia de Escrituras indicando
que esta oportunidad se la da a todo el mundo a través del Evangelio. Esta simple
comprensión refuta adecuadamente la afirmación de White que "no existe una exégesis
significativa del pasaje no reformado". Sin duda esta es una de las posibilidades.
De hecho, encontramos que la misma palabra griega (didomi) se utiliza para "dar" varias
veces en el Nuevo Testamento en una forma que permite una interpretación claramente
no calvinista de las palabras de Cristo, y que también es coherente con el énfasis Bíblico
en general sobre el amor y la misericordia de Dios. Por ejemplo, Pablo usa didomi cuando
dice que Dios "pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas" (Hechos
17:25). Los siguientes son algunos de los muchos lugares donde “didomi” se utiliza para
indicar algo dado por Dios y que los hombres pueden ya sea recibirlo o rechazarlo,
obedecer o desobedecer, y que también implica su cooperación:
Pues la ley por medio de Moisés fue dada… (Juan 1:17) Nadie es forzado a
obedecer, aunque hay serias consecuencias para la desobediencia.
(él) te daría agua viva. (Juan 4:10) El agua no sería forzada en contra de su
voluntad. La mujer samaritana tendría que querer hacerlo y beber voluntariamente.
Yo les he dado tu palabra. (Juan 17:14) Los discípulos tuvieron que recibir la
palabra voluntariamente y la obediencia a la misma fue por su elección, no fue
forzado sobre ellos.
…la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber? (Juan 18:11) Jesús
rogó al padre que si la salvación pudiese llegar a la humanidad de cualquier otro
modo, que pasara de l esta copa. Sin embargo, él bebió por la obediencia al padre
y el amor por nosotros.
por la gracia que me es dada, (Romanos 12:3; 15:15; Gálatas 2:9, etc.) Pablo
usa esta expresión con esta misma palabra griega varias veces. Esta no es la
mística Irresistible Gracia del Calvinismo. La gracia de Dios no fue impuesta sobre
él por lo que él no podía desobedecer o no cumplir toda la voluntad de Dios, ni
tampoco era necesario colaborar en el cumplimiento de las mismas.
Seguramente, todos estos usos (y otros como ellos) nos dan amplia razón para la
exégesis no tan reformada que White dice que no está "disponible". El Padre atrae a los
perdidos a Cristo dando (didomi) a ellos la oportunidad de creer. La entrega de aquellos
que creen que el Hijo es de otra naturaleza. Y aquellos que son atraídos por el padre
deben, en respuesta a la atracción del padre, "verlo" con los ojos de fe y creer en él para
ser salvos. La entrega de los redimidos por el Padre al Hijo es otra cosa — es una
bendición especial para aquellos que creen.
Cristo está diciendo que no podemos exigir salvación — debe ser dado a nosotros por
Dios. La salvación implica un nuevo nacimiento y ningún hombre puede regenerarse a sí
mismo en la familia de Dios; este privilegio solo lo puede dar Dios y sólo Dios tiene el
poder de efectuarlo por su Espíritu Santo. Sin embargo en todo esto, no hay base bíblica
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ni racional para creer que Dios sólo concede esto para un grupo selecto que lo retiene al
resto de la humanidad o que Dios lo obliga irresistiblemente sobre cualquiera.
Cristo no dice que el Padre fuerza, arrastra o irresistiblemente obliga a nadie a venir a Él.
De hecho, Cristo da todo la indicación de que hay una clara responsabilidad por parte de
los que están siendo atraídos a creer en él: "el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el
que en mí cree, no tendrá sed jamás... que aunque me habéis visto, no
creéis"(John:6:35-36
); "y no queréis venir a mí para que tengáis vida" (Juan 5:40). No se trata de que "no
pueden porque mi padre no les atrae," sino que "usted no quiere."
En cambio, la visión calvinista de "atraerle" deja el "vengan a mí" sin sentido, absolviendo
al pecador de cualquier responsabilidad de venir, arrepentirse o creer. Uno no puede ser
responsable de lo que uno no puede hacer. A como lo hemos documentado
ampliamente, el calvinismo enseña que el pecador está muerto y no puede responder a
menos que Dios lo regenere primero por la Gracia Irresistible y luego le hace creer. En
ninguna parte se puede encontrar tal enseñanza en las Escrituras, y ciertamente no en
este pasaje.
Jesús dijo, "más mi Padre os da el verdadero pan del cielo." (Juan 6:32). No existe
indicación de una alimentación forzada. De hecho, Cristo dice, "Yo soy el pan de vida; el
que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. ... Y esta
es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga
vida eterna;"(Juan 6:35, 40, 47). Él sigue diciendo, "Este es el pan que desciende del
cielo, para que el que de él come, no muera." (Versículo 51).
La metáfora que Cristo eligió de comer y beber contradice el calvinismo. Es claro
en este pasaje entero que comer y beber el cuerpo y sangre de Cristo es una metáfora
para creer en Él, como lo admiten Schreiner y Ware: "Venir a Jesús es satisfacer su
hambre y creer en él es saciar su sed."[11] A pesar de que el calvinista intenta decir que
la fe para creer es dada por Dios, para hacer que los elegidos puedan creer, esta idea
apenas cabe en la analogía de comer y beber. Sin duda es responsabilidad de quien el
Padre le da el "pan de vida" voluntariamente comerlo. No hay ninguna, indicación de que
el pan de vida es dado forzosamente a comer a los elegidos a través de la Irresistible
gracia.
La Responsabilidad Humana
Las palabras de Cristo, " Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le
trajere", sin la ayuda del Espíritu Santo, nadie puede venir al Señor. Mientras que la
interpretación de White que "ningún hombre puede venir a mí", por no tener poder para
tomar una decisión por sí mismo, porque Cristo no niega al hombre de la necesidad o
una capacidad activa y de tener fe. El Padre solo puede atraer, pero el hombre debe venir
a Cristo, porque esta gracia le es dada del Padre. Y cientos de pasajes nos dicen que
esta dadiva (didomi) es un regalo del amor de Dios y al igual que entrego a Su Hijo a
morir por nuestros pecados, lo hizo para el mundo entero. Tal entendimiento es
compatible con las repetidas invitaciones de las Escrituras, invitaciones que no tendrían
sentido sin una responsabilidad definida por parte del hombre y la capacidad de "venir"
cuando es "atraído". El hombre tiene una opción por cumplir: venir o no, comer o a beber
de Cristo o a las cosas de este mundo y de Satanás.
Es cierto que la Biblia dice que "no hay quien busque a Dios" (Romanos 3:11).
Pero eso es sólo un lado del caso y la Biblia deja claro que esta declaración no significa
que, como insiste el Calvinismo, que ningún hombre es capaz de buscar. No es que el
hombre carece de la capacidad de buscar a Dios o que Dios retiene la gracia esencial
para venir a Él. El problema es que el hombre, por sí mismo, carece del deseo de buscar
a Dios. Cegado por el pecado y obsesionado con el mismo, el hombre busca todo excepto
a Dios (incluidos los dioses falsos que encuentra más atractivos) hasta que, por el Espíritu
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dice que el hombre no busca a Dios son superados por muchos pasajes que animan a los
que buscan a Dios. Aquí, alguno de ellos:
Si los hombres por si solos no pueden buscar a Dios a menos que Él los obligue a
hacerlo con la Irresistible Gracia, ¿qué quieren decir todos estos pasajes y muchos más
como ellos? Que el hombre no regenerado pueda ser motivado a buscar y aun después
encontrar a Dios está claro en muchas Escrituras. Dios insta a un Israel incrédulo y
rebelde, "y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón"
(Jeremías 29:13). ¿Irresistiblemente atraídos sin entender? No, "porque es necesario que
el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan"
(Hebreos 11:6).
Más Contradicciones
Calvino mismo muchas veces contradijo sus propias teorías. El enseñó que todos los
hombres "nacen y viven con el propósito expreso de aprender a conocer a Dios" y por lo
tanto, "está claro que todos aquellos que no dirigen todos sus pensamientos y acciones
de su vida a ello, no cumplen con la ley de su ser".[12] En este caso, Calvino estaba de
acuerdo con lo que dice la Biblia, pero estaba contradiciendo el mismo calvinismo. ¿Cómo
podría la "ley de su ser" obligar a toda la humanidad buscar a Dios, cuando no son
capaces de hacerlo? Tendría sentido que los hombres no estén dispuestos a cumplir la
"ley" de su ser, pero el ser incapaz de hacerlo sería acusar al creador.
Después de haber reconocido el hecho de que Dios hizo al hombre para buscar,
encontrar y conocerlo, ¿cómo podría Calvino creer en la Total Depravación? ¿Habría
hecho Dios a todos los hombres con el propósito de buscarlo después de conocerlo, como
lo dice claramente Pablo en el Areópago de Atenas (Hechos 17:26 -28) y al mismo tiempo
ser negligente en proporcionar la misma gracia que necesitan para buscarlo y conocerlo?
Y ¿por qué Dios predestina a condenación a multitudes antes de nacer a los que traería al
mundo "con el propósito expreso de aprender y conocerlo"?
Calvino se contradecía aún más y a las Escrituras con el argumento agregado que
cuando los hombres "piensan en Dios, esto es en contra de su voluntad; nunca se
aproximan a él sin ser arrastrados ante su presencia, y cuando esto sucede, en lugar de
tener un miedo voluntariado de reverencia de la majestad divina, solo sienten un temor
forzado y servil que el juicio divino extorsiona... que mientras están en temor, al mismo
tiempo también odian."[13] Este horrible cuadro anti-bíblico generó la idea de la
Irresistible Gracia.
¿Y que de los elegidos? ¿No fueron ellos una vez totalmente depravados, y aun
así fueron atraídos a Dios? ¿Y qué de las muchas Escrituras (algunas de las cuales
hemos citado) de quienes tuvieron el deseo de buscar a Dios? ¿Dónde en la Biblia dice
que Enoc (quien caminó con Dios) o Abraham (el amigo de Dios) o Moisés (que hablaban
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con Dios cara a cara) o David (cuyos Salmos dan testimonio de una búsqueda perpetua y
sed de Dios) o Daniel (que por su tiempo tan preciado con Dios en la oración que aun
con la amenaza de ser arrojado a los leones no le desanimaban a hacerlo)? Etc…
¿Donde dice que estos fueron irresistiblemente atraídos por Dios y que Dios cambió su
voluntad sin una cooperación dispuesta de su parte? Se nos dice que "Daniel propuso en
su corazón" (Daniel:1:8
) — no que él fue regenerado y luego le fue dada la fe y el deseo de buscar a Dios.
La Biblia contiene abundante testimonio del hecho de que los hombres pueden ser
atraídos a Dios y estos llegan dispuestos a caer a sus pies y adorarlo. Pero aunque la
imagen del tipo de hombre totalmente depravado que Calvino describe fuera cierto, ¿No
sería esto aún más razón para que Dios quien es amor, extender su gracia a toda la
humanidad con el fin de cumplir el propósito para el cual incluso Calvino admite que los
creó? La interpretación calvinista de Juan 6 socava cientos de otras Escrituras.
Los calvinistas parecen demasiado ansiosos por acoger unos versículos que dicen
que el hombre no busca al Señor, y muy renuentes en aceptar el mayor número de
versículos que instan al hombre a buscar Dios y que enseñan que muchos hallan a Dios y
lo aman. Lamentablemente, el Dios del calvinismo es muy selectivo con su amor y gracia
y se agrada en condenar a miles de millones. En defensa del verdadero carácter de Dios,
insistimos una vez más, que éste que muestra el calvinismo, no es el Dios de la Biblia.
1. Roland Bainton, Michel Servet, hérétique et martyr (Geneva: Droz, 1953), 152-
153, letter of February 26, 1533, now lost.
2. John Calvin, institutes of the Christian Religion, trans. Henry Beveridge (Grand
Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1998 ed.), IV: xvi, 4.
3. Ibid., xv, xvi, 3, 4, 8, 10, 17-32.
4. New Geneva Study Bible, 38.
5. T. A. McMahon, in an unrecorded interview.
6. Calvin, institutes, IV: xvi, 4.
7. Ibid., xv, 16–17.
8. Ibid., 20.
9. Ibid., 18.
10. Ibid.
11. Thomas R. Schreiner and Bruce A. Ware, eds., Still Sovereign: Contemporary
perspectives on Election, Foreknowledge, and Grace, (Grand Rapids, MI: Baker Books,
1995) , 14.
12. Calvin, institutes, I: iii, 3.
13. Ibid., I: iv, 4.