de semejanza.

Entre eltos : el mo- sólo el día del 'Señor, sino también

"LA SEMANA NO TIENE noteísmo, el reconocimiento de la el séptimo día fueron observados
inspiración del Antiguo Testamen- relígíosamen te". Twisse menciona
RELACION CON
to, Ios mismos principios morales. a continuación a Baronio, Gomar
NINGUN HECHO DE LA Pero estos últimos podían pasar y Rivet que enseñan que hay que
NATURALEZA NI inadvertidos para muchos, y no dedicar a Dios más tiempo (dos
NINGUNA MATERIA así un hecho externo como es el días a 'la semana) que el que le
EXPLICABLE O reposo en determinado día de la daban los judíos (un día a la
EXPERIENCIA SECULAR
semana. semana). (8)
DEL HOMBRE. ES UNA
Esa confusión fue una de las Juan Carlos Luis Gieseler, eru-
razones por 'las cuales los cristia- dito historiador eclesiástico ale-
CREA.CION ARTIFICIAL
nos comenzaron a celebrar (no mán (1792-1854), testifica clara-
UNICA y guardar) el domingo en conme- mente que la observancia del sá-
EXCLUSIVAMENTE" moración de la resurrección. Sin bado no estaba restringida a los
embargo, continuaban observando cristianos de origen judío. Declara:
el .sábado. Varios investigadores '''Los cristíanos gentiles también
han llegado a esta conclusión. Por observaban el sábado", y el "do-
ellos, y por varios otros largos de mingo, como el día de la resu-
Los judíos se rebelaron dos ve- citar, sabemos que esa situación rrección de Cristo, era dedicado
• ces contra el Imperio Romano. Co- se prolongó hasta el siglo V por a servicios religiosos". (9)
mo consecuencia, Jerusalén fue 10 menos, aunque al final de ese Lyman Coleman (1796-1882) ,
objeto de dos tremendas destruc- período no, er'a unánime. autor de varías obras de historia
ciones (en los años 70 y 135 DC) . "Los crístianos primitivos tuvie- eclesiástica, observa: "El último
Esa fue una de las razones por ron una gran veneración por el día de la semana fue estrictamente
las cuales el nombre de los he- sábado, y pasaban el día en devo- observado en relación con el pri-
breos fue puesto en oprobio. Los ción y sermones". Y añade este mer día de la semana durante üar-
paganos confundían fácilmente a autor que guardaban "tanto ese go tiempo después de haber sido
íos judíos con los cristianos. La día como el primero de la sema- destruidos el templo y su culto.
confusión era 'explicable puesto na". (7) Aun hasta el siglo quinto continuó
que ambos tenían un signo exterior En el siglo XVII, el Dr. WiUiam la observancia del sábado judío
común: la observancia del sábado. Twisse afirmaba: "Por unos cien [así lo llama el autor, pero, en
Por supuesto, existían otros puntos años, en 'la Iglesia primitiva, no rigor de verdad, corresponde a
toda la humanidad como lo de-
muestra el pasaje de San Marcos
2: 27]".(10)
Este mismo escritor reconoce
que el carácter religioso que se
da al domingo es meramente de
origen humano y no tiene autori-
dad divina. Enseña: "No figura
ninguna ley ni precepto que haya
sido dado por Cristo o los apósto-
les, ya sea para la abrogación del
sábado judío, o para la institución
del día del Señor, o 'la sustitución
del séptimo día por el primero de
la semana". ( 11)
EL PRIMER Lentamente, con el correr de
DECRETO' QUE vados Siglos, fue dándosele carác-
HIZO ter sagrado a[ domingo. Sin em-
OBLIGATORIA bargo, fue necesaria la interven-
LA ción de urr emperador para que se
OBSERVANCIA precipitara ese proceso y adqui-
DEL DOMINGO riera fuerza y 'una vigencia im-
EN EL MUNDO puesta por la autoridad- civil.
CRISTIANO
SE DEBE A UN SIGLO DE CLAUDICACION EN EL
CONSTANTINO, CRISTIANISMO
QUE LO DICTO
EN EL AÑO 321 Dante Alighieri (1265-1321), en
DE NUESTRA su celebérrima La Divina Comedia,
ERA. en su imaginaria visita al infierno
ubica al papa Nicolá,s III (1277-,
1280) entre los condenados pOT
simonía. También anticipa la ue-
gada de Bonifacio VIII (1294-
1303) Y de Clemente V (1305-
1314) a ese 'lugar de suplicios.
El poeta italiano emplea estas pa-
labras 'en su supuesto diálogo con
el papa simoníaco:
"Si mi Iengua no fuese conte-
nida, / 'al recordar que las sagra-
das :VJ.aves/ tuviste en otro tiempo,
VIDAFnZ 19

C IJ
f'br ~~{K ob5.ht fftL-
 en leda vida, ; mis palabras se-
rían menos suaves, / por tu ava-
ricia 'que a la tierra atrísta, / al
malo leves, pero al bueno graves. /
. . . Habéis forjado un dios de
plata y oro: "1 si uno tuvo la torpe
ídoíatría, / vos ciento 'ídolatráts
sin su decoro. / ¡Ah Constantino!
tcuánta apostasía / produjo, no tu
conversión suprema, / sí tu rique-
za, en el prelado impía!" (12)
Dante menciona la "apostasía"
provocada por las dádivas mate-
r1al~s que Constantíno (emperador
de 306 a 337) hizo fluir hacia la
iglesia cristiana. Afirma que esa
"riqueza" es "impía" "en el pre-
-lado".
En realidad, ese emperador ña-
voreció materialmente alcristia-
nísmo en gran manera. Hizo cons-
truir templos magníficos. Los de
San Pedro, San Pablo, Santa Inés
y San Lorenzo. La basíltca llama-
da de la Anástasís, o Resurrección,
en el lugar donde se supone que se
efectuó 'la resurrección de Jesu-
cristo. Otras basílicas en Belén y
en el Monte de los Olivos. Los
prelados cristianos recibieron ho-
nores y fueronensa:lzados. De
ellos puede decirse que fueron sa-
cados de las catacumbas, donde 10s
había recluido la persecución, para
ser exaltados a' sollos resplande-
cientes.
Por otro 'lado, el siglo IV de
nuestra era presenció una triste
claudicación de 10s dirigentes del
cristianismo. Ella se debió a la
mezcla provocada por 1a intro-
misión de un emperador pagano
y pontífice máximo del paganismo
(Constan tino sólo rue bautizado a
la hora de su muerte) en 10s asun-
tos de la iglesia.
Luis M. de Cáddz, traductor de
la Historia Eclesiástica de Eusebio,
dice en una notade pie de página
de esa obra: "Acostumbrado Cons-
tantíno, como todos Is emperadores
romanos anteriores a él, a ser
Pontífice Máximo [del paganismo]
y a disponer de las cosas tocantes
a la religión como si, fuesen asun-
tos del estado, no tiene nada de
extraño que . . . convocaSe ,con-'
cílíos y quitase y pusiese obispos,
amén de muchas extralímitacicnes
que se conocen con el nombre de
cesarismo, regalismo, etc. . . . De
Constantino heredaron 'sus hijos
y descendientes posteriores el mis-
mo espíritu de ingerencia en los
asuntos religiosos, ingerencia que
se convirtió en un mal endémico
en e'l Imperio Bizantino y que fue
causa de tantos males para ~a
religión". (13) ,
No podremos dedicar mucho es-
pacio a describir los efectos de la
unión iglesia-estado durante esa
centuria. S610 añadiremos que
Constantíno fue hasta su muerte
\ 20
pagano de sentimientos y de he-
chos. Recurrimos nuevamente a
Luis M. de Cádiz quien nos dice
de ese emperador: "Era sumamen-
te brutal y la ira !le llevó en no
pocas ocasiones a cometer actos
reprobables e indignos contra sus
servidores. Pero sobre todo pesan
dos crímenes repugnantes sobre .su
conciencia, a saber: el envenena-
miento de su hijo Crispo [el año
326] y el asesinato de su mujer
Fausta". (14)
Hicimos mención del año 326
porque debe hacerse notar que ,fue
un año después del Primer Con-ci-
lio de Nieea (325) convocado a ins-
tancias de Constan tino y presidido
por él. No se trata, pues, de un
crimen efectuado antes de que el
emperador comenzara su acerca-
miento 'a la iglesia para favore-
cerla materialmente y para go-
bernarla y usada para sus fines
polítícos.
Preguntamos ahora, ¿cómo es
posible esperar la bendición de
Dios en un contubernio político-
religioso, en el cual influye decisi-
vamente un asesino que no respeta
ni a su propio hijo, y tampoco. a
su segunda esposa?
Por desgra-cia" no terminó esa
situación con Constantíno. Siguió
la ingerencia de los emperadores
en los asuntos eclesiásticos. Y asi-
mismo es triste apuntar que "años
más tarde su hijo Constancia será
también asesino de Anníbalíano,
Dalmacio, Pola y Galo [parientes
suyos y, por '10 tanto, presuntos
rivales]". (15)
Es muy turbia la historia de Ios
emperadores siguientes durante va-
rios siglos. Fueron cristianos no-
rnínales 'que hi-cieron un ·gran daño
moral a Ia íglesía, Por un lado,
eran movidos por las más bajas
pasiones que los llevaban a come-
ter crímenes repudíables, Por otro
lado, eran 'los supuestos defensores
de la fe en lo 'que atañe a manejar
Ja espada para 'castigar a los
Hamados "herej es".
UN EDICTO MUY IMPORTANTE
Hemos señalado el momento que
vivió la iglesia en el siglo IV
para que podamos apreciar el am-
bíente dentro del cual surgió el
decreto dominical de Constantino.
Dice ese documento: "Todos los
jueces y los que moran en eluda-
des, y los 'que se ocupan de todos
los oficios descansen en el venera-
ble día del sol; pero Ios que están
situados en el campo, libremente
y con toda libertad, ocúpense de
la agricultura; porque con fre-
cuencia' sucede que no hay otro
día tan adecuado para sembrar
maíz y plantar viñas". (16)
Este decreto fue dado el año
321. Adviértase que .en él el do-
míngo es llamado "el venerable
día del sol". Es decir, que se le
da el nombre pagano que tuvo en,
su origen.
Desde muy antiguo, ya los cal-
deos solían emplear la 'semana as-
trológica. Cada día estaba bajo
la advocacíón de un cuerpo celeste.
El día que hoy líamamos domingo
era el día del sol; el Iunes de la
luna; el martes de Marte; el miér-
coles de Mercurio; el jueves de
Júpítor: el viernes de Venus; y
el sábado de Saturno.t rr ) .
Es, pues, un decreto de raíz
pagana que no podía encontrar
oposícíón entre los súbditos paga-
nos de Constantíno y que tampoco
halló impedimentos entre los cris-
tianos que ya celebraban la resu-
rrección de Cristo en el primer
día de la semana aunque guarda-
banel sábado.
EL DECRETO DE UN CONCILIO
Pasaron más de veinte años an-
tes de que un concilio se definiera
en cuanto a,l sábado. El decreto
de Constantíno no dice nada en
cuanto al séptimo día de la sema-
na. En cambio el Canon 29 del
Concitio de Laodicea, celebre do en-
tre los años 343 y 381 (la fecha
no se puede establecer con exac-
titud), dice así: "Los cristianos no
deben judaizar y permanecer ocio-
sos el sábado, sino que deben tra-
bajar en ese día: pero el día del
Señor debe ser especíalmente hon-
rado, y, siendo crístíanos, si es
posible, no harán trabajo ese día.
Si, no. obstante, fueren hallados
[udaízando, serán separados de
Cristo".
Extraño decreto. Condena a 'los
que guardan el sábado. Es 'lo
opuesto de lo 'que enseña la Pala-
bra de Dios desde hace muchos
siglos: '''Si retrajeres tu pie del
sábado, de modo que no realices
tus quehaceres en mi día santo, y
llamas at sábado delicia, venera-
ble al [día] santo de Yahveh, y Ie
honras evitando los viajes y no
abordando negocios ni arreglando
asuntos, te gozarás en' Yahveh, y
te haré remontar todas las alturas
de la tierra".(18) Esta bendición,
basada en el mandamiento del
Decálogo que ordena guardar el
sábado, no. puede haber perdido
su eficacia puesto que Jesús mis-
moenseñó: "Más fácil es que pa-
sen el cielo y Ia tierra, que 'se
frustre una tilde de la ley". (19)
EN CONCLUSION
La difundida observancia del
domingo entre íos cristianos no
tiene base bíblíca. Más bien es
fruto de circunstancias que no
tienen relación con la doctrina.
'TIaifue el deseo de no ser confun-
didos con los [udíos, lo que dio
VIDA FELIZ
~
origen a una '~celebración" en
homenaje a la resurrección. Tam-
bién es fruto de la' voluntad de
un emperador pagano que exaltó
al "venerable día del sol". Y eso
fue seguido por una decisión ecle-
siástica que va directamente en
contra de lo que enseñan las Es-
crituras.
Sin embargo, no se crea que
todos los cristianos acataron in-
mediatamente !la observancía del
domingo. Documentaremos esto con
una cita tomada de Sócrates, el
Escolástico (370-440), historiador
eclesiástico que fue el sucesor de
Eusebio de Cesárea. Enseña: "Aun-
que casi todas las íglesías por todo
el mundo celebran los sagrados
misterios el sábado de cada sema-
na, sin embargo lo-s cristianos de
Alejandría y Roma, debido a an-
tiguas tradíclones, han cesado de
hacer esto". (20)
En pleno siglo V todavía "casi
todas las iglesias cristianas" seo.
guían respetando el sábado.
Dios guíe a nuestros lectores a
examinar esta cuestión y ver toda
la importancia que tiene en lo que
respecta a cumplir con la voluntad
divina.e-
---------
(1) W. O. Carver, en Sabbath Obser-
servance (Observancia del día de
reposo), págs. 32-35, Broadman
Presa, Nashv1lle, i:stados Unidos,
1940.
(2) Génesis 2:2, 3.
(3) Llamamos "inmutable" al Decálogo
porque no puede ser cambiado ya
que es la expresión de la voluntad
de Dios en lo que respecta a la
relación de obediencia del hom-
bre con su Creador. (Entre otros
pasajes, véanse al respecto: San
Mateo 5: 17-19; San Lucas 16:
17; Santiago 2: 10, 11; Apocalípsís
12: 17; 14: 12.)
(4) ExoClo 20: lO, Versión Bover-Can-
tera.
(5) san Lucas 23: 56, Versión Bover-
Cantera.
(6) Véanse Hechos 13: 14, 42, 44; 16:
13; 17: 2; 18: 4.
(7) Morer, en Dialog'/Us on the Lorti/s
Day (Diálogos acerca del dia del
Señor), pág. 189.
(8) Morality 01 tne Fourth Command-
ment (Moralidad del cuarto man-
damiento), pág. 9, Londres, 164l.
(9) Historia Eclesiástica, tomo 1, cap.
2, sección 30.
(10) Ancient Christianity Exemplified,
cap. 26, sección 2.
(11) Ibid.
(12) La Divina Comedia, El Infierno,
canto XIX, traducción de Barto-
Iomé Mitre.
(13) Nota en la Historia Eclesiástica, de
Eusebio, pág. 505, Editorial Nova.
Buenos Aires, 1950.
(U) ta.. pág. 515.
(15) Ibid.
(16) Corpus Juris Civilis Codicis, lib,
iii, tito 12.3.
(17) Esto resulta más evidente en los
idiomas sajones. Por ejemplo, el
domingo es llamado Sunclay, en
inglés, y Sonntag en alemán. Es
decir, literalmente en ambos idio-
mas "dia del sol".
(18) Isaías 58: 13, 14, Versión Bover-
Cantera.
(19) San Lucas 16: 17.
(20) Historia Eclesiástica, libro 5, cap,
22.
VIDA FELIZ
VERDADES permanenles
Los progresos de la avíacíón van superando -sus marcas.
La llamada "barrera del sonido" (unos 1.224 km por hora)
fue vencida hace ya varios años. De allí surgió la denominación
de "supersónicos", aplicada a los aviones capaces de despla-
zarse más rápidamente que el sonido.
Ahora se ha acuñado una nueva palabra: "hipersónicos".
Se refiere a las aeronaves que se diseñan para la década de
1970 a 1980. Se espera alcanzar los 6.400 km por hora como
cosa corriente en los vuelos interoceánicos. A esa velocidad,
se podría cruzar el Atlántico en sólo dos horas.
Todavía habrá que superar graves dificultades y problemas.
Por ejemplo, la temperatura que se generará por la fricción
del aire con el avión. Mediante un sistema de refrigeración
se resolverá ese inconveniente.'
Aunque muchos quizá no piensen en ese factor, también
el estruendo de los aviones supersónicos origina consecuencias
dañinas. Con mayor razón en lo futuro los hipersónicos au-
mentarán el problema.
Los estragos del efecto sonoro resaltan al leer un parte
irónicamente redactado por un piloto: "Todo va bien. Despegue
normal. En tierra 13.000 vi-
drios rotos".
Dejando a un lado la ea-
ricaturesca exageración del
último dato, acude a nuestra
mente un hecho que merece
nuestra atención. Como ese
piloto, a veces avanzamos en
la vida yendo en procura de
cierto propósito. Marchamos
rápidamente y con firmeza,
sin preocuparnos por el "eco"
de nuestras acciones, por las
consecuencias que puedan te-
ner en otros. Sin embargo;
quizá más de un espectador
inocente quede afectado por
los efectos de nuestro proce-
der.
Esta forma de egoísmo es
muy propia de nuestra fría
era mercantilizada.' Para muchos, el progreso parece que se
midiera exclusivamente en términos de utilidades que, a su vez
se computan en monedas que llamamos "fuertes". Los resortes
del comercio se mueven aceleradamente siempre que se trate
de acumular nuevas ganancias. Pero la desgracia es que, en
ocasiones, ese cúmulo de nuevos bienes se logra aplastando
sin misericordia al prójimo en una competencia despiadada.
En tales casos, quizá podríamos parodiar al aviador en un
mensaje que diría: "Todo va bien. Marchamos adelante. Allá
en tierra muchos han quedado abatidos,pero eso qué nos
importa". .
Este proceder, tan típico de nuestra civilización materia-
lista, pretende suponer que cada uno puede vivir su propia vida
sin importarle los demás, sin tener para nada en cuenta el
bienestar de su prójimo.
Sin embargo, hace cerca de veinte siglos Dios nos dejó
esta verdad mediante la palabra inspirada del apóstol Pablo:
"Ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí".
La generosa consideración por nuestros vecinos, la práctica
de la bondad hacia ellos, determinarán una atmósfera de
bienhechora influencia que inevitablemente se reflejará en
bendiciones que volverán sobre nosotros mismos.
Pasan los siglos, se desvanece un tipo de civilización para
déjar paso a otra tal vez más pujante y decidida, pero per-
manecen siempre en toda su realidad y eficacia las verdades
que Inspiré el Eterno para los que las reconocen y cumplen.s-