You are on page 1of 3

EDUCACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN

• Por: Primo Baltazar Calle

La educación para la producción parte del principio de generar equilibrios entre la comunidad, la Madre Tierra y el Cosmos, y
contempla la producción tangible e intangible.

El motor de la educación productiva es la investigación científica aplicada a los saberes y costumbres y conocimientos
respecto a todos los ámbitos de la vida, a la identificación y resolución de desafíos, necesidades y problemas locales,
regionales y nacionales.

La producción tangible, es técnica, tecnológica y científica toma en cuenta las vocaciones productivas territoriales y sus
potencialidades, desarrollando capacidades, habilidades y destrezas humanas creativas, así como complejos productivos y
tecnologías adecuadas.

La producción intangible, abarca la producción científica académica aplicada a los ámbitos sociocultural, natural, económica,
político y artístico, generando nuevos entornos creativos y expresivos para la transición de la producción intelectual y
artística.

Para la población con necesidades diversas asociadas a las capacidades diferentes, la educación productiva se desarrolla
de acuerdo a las necesidades y potencialidades de los y las estudiantes.

La educación para la producción es pertinente al contexto social y es producto de la acción de mujeres y hombres con
sensibilidad social y conciencia de libertad creativa, inventiva, colaborativa y propositiva, valorando los saberes,
conocimientos y prácticas productivas ancestrales propias como las generadas en otros ámbitos del mundo.

La educación productiva se establece a partir de las condiciones sociales culturales con las que interactúa el ser humano
desde el momento de su concepción, tiene un carácter bio-psico-socio-cultural sobre el cual se desarrollan la personalidad y
el ser social, desde la escuela, familia. La comunidad y el Estado por lo tanto, el nuevo paradigma educativo, tiene un
enfoque pedagógico descolonizador, comunitario, productivo y liberador, donde los procesos educativos son de carácter
práctico - teórico - valorativo - productivo orientados a la formación integral y holística del ser humano en complementariedad
con el entorno que le rodea.

La práctica, se constituye en toda fuente de saber y conocimiento que emerge de los fenómenos tangibles e intangibles de la
vida de su observación, de la experimentación y de las interpelaciones que surgen en torno a ellos, desde diferentes ámbitos
del conocimiento.

La teoría, deriva de la práctica, en la concepción de lo observado y experimentado que son producto del desarrollo de
capacidades, habilidades y destrezas en base a la conservación y experimentación en los espacios productivos de
aprendizaje. Los conceptos elaborados, organizados y sistematizados generan teoría, que contribuye a la aplicación
multidimensional de las preguntas y respuestas. La valoración, como resultado de la práctica y teorización, se establece en
un tiempo y espacio de reflexión que facilita la autoevaluación de desarrollo de las capacidades, habilidades y destrezas
aplicadas a la vida en cuanto a su uso y pertenencia.

La producción, integra la práctica la teoría y la valoración en actividades, procedimentales técnicos de operación y en


productos terminados, generando así bienes tangibles e intangibles en bien de la comunidad.

Todos los anteriores momentos del proceso, pedagógico, convergen en la concreción de la producción donde se integran los
saberes y conocimientos provenientes de diferentes áreas y campos.

En la perspectiva de los procesos educativos definidos, el/la maestro/a se convierte en agente educativo de cambios, juegan
un papel esencial en los procesos de interacción e integración entre la familia, la comunidad y la sociedad.

El/la estudiante como parte activa de la comunidad educativa, es una conformación técnica humanístico integral y holística,
con visión intracultural, intercultural, plurilingüe y con pensamiento crítico y propósito que actúa en el marco de los principios
y valores en la diversidad.

MÁS DE LO MISMO PERO CON TECNOLOGÍA DE PUNTA

Por Renato Opperti. Especialista en Educación. OIE Unesco

En artículos anteriores señalábamos que el cerno de una propuesta educativa robusta y convocante reside en cómo
incorpora los temas claves de formación en la política educativa, en los currículos y en las pedagogías. Entre estos temas,
las tecnologías de información y de comunicación (TIC) son quizá los que más impactan en cómo se conciben y organizan
los sistemas educativos como facilitadores de oportunidades de aprendizaje.

Históricamente, las TIC se concibieron como herramientas de inclusión digital que permiten el acceso a dispositivos ya sea a
través de las tradicionales aulas de informática o más recientemente por medio de los modelos uno a uno donde cada
alumno recibe un computador portátil.

El propósito primario es la inclusión digital como forma de igualar en oportunidades y de cerrar brechas culturales, sociales y
territoriales. Por ejemplo, el reciente estudio sobre revisión comparativa de iniciativas nacionales de aprendizaje móvil en
América Latina (casos de Colombia, Costa Rica, Perú y Uruguay, Unesco 2016 ) muestra avances significativos en la
inclusión digital evidenciando políticas públicas de fuerte contenido tecnológico (Teresa Lugo 2016). Sin embargo, como dice
Lugo, subsiste el interrogante acerca del sentido de este proceso y su impacto real en la mejora de los aprendizajes.

La inclusión digital debe ser necesariamente acompañada de la inclusión pedagógica apoyando a que los docentes
incorporen el uso de las TIC a los procesos de enseñanza y de aprendizaje, y al trabajo específico en las áreas de
aprendizaje y asignaturas.

Si bien el potencial de transformación que las tecnologías digitales pueden aportar a las maneras de organizar el currículo, la
enseñanza, el aprendizaje y el entorno escolar se vienen celebrando desde hace ya más de 30 años, cabe constatar que los
profundos cambios esperados no han tenido lugar y que, en buena medida, estos dispositivos y recursos digitales muy
frecuentemente se utilizan como nuevos medios para transmitir contenidos y reproducir enfoques tradicionales (Unesco-IBE
2015). Esto es, más de lo mismo pero con tecnología de punta.

El desafío actual ya no solo radica en congeniar inclusión digital y pedagógica sino en percatarse que las TIC se están
transformando en un nuevo lenguaje que implica la enseñanza de las habilidades para programar de forma transversal a los
niveles y grados educativos. Se reconoce que muchas de las capacidades que necesitamos hoy para desempeñarnos como
personas y ciudadanos requieren de un uso productivo y creativo de la tecnología que se sustenta en renovadas formas de
pensar y de actuar.

"Estos dispositivos y recursos digitales muy frecuentemente se utilizan como nuevos medios para transmitir contenidos y
reproducir enfoques tradicionales" Opertti

Twitear

Esencialmente, el rol de la TIC es ser el facilitador de nuevas cosas que nunca antes la educación tuvo la oportunidad de
proporcionar. Entre otras, conectar en tiempo real alrededor del mundo y recibir una retroalimentación inmediata; usar las
bases de datos y los motores de búsqueda para descubrir nuevas relaciones; programar máquinas crecientemente potentes
para extender nuestras capacidades; crear y usar simulaciones para obtener nuevas perspectivas e idear nuevos objetos
mediante las impresoras 3D.

Aprender a programar

Los sistemas educativos empiezan a abordar este desafío formando desde la educación básica en este nuevo lenguaje,
llámese coding, programación o pensamiento computacional. Básicamente esto implica que desde edades muy tempranas
los alumnos aprenden a dar instrucciones paso a paso a las computadoras sobre qué y cómo hacer para resolver problemas
–lo que se conoce como algoritmo computacional–. Los alumnos aprenden pues a usar las computadoras al servicio de sus
necesidades y sin umbrales en las capacidades de crear conocimiento, procesos y productos.

Por ejemplo, en el Reino Unido, en el 2014 se introdujo desde la edad de 5 años, la enseñanza de programación en el
currículo reemplazando la enseñanza de las TIC. La idea es transitar de la alfabetización computacional –esto es, saber usar
programas existentes como los procesadores de textos o las planillas de datos– a la digital– esto es enseñarles como
codificar y saber crear programas. Precisamente en el Reino Unido, la enseñanza de habilidades de programación es vista
como una solución de largo término a la brecha de habilidades entre el número de trabajos disponibles en el área
tecnológica y las personas calificadas para ocuparlos.

Incluso algunos países van un paso más que introducir una nueva asignatura. Por ejemplo, Malasia planea implementar en
el 2017 pensamiento computacional como transversal a todas las áreas de conocimiento del currículo de educación primaria.
El pensamiento computacional cubre esencialmente la alfabetización digital mencionada, cómo usar internet, cómo resolver
problemas y la dimensión ética implicada en cada uno de estos temas. Con base en el sustento de pensamiento
computacional universalizado en la educación primaria, los estudiantes pueden estar en condiciones de elaborar programas
– por ejemplo, páginas webs, videojuegos– en la educación media básica.

El escenario educativo mundial está crecientemente pautado por entender que el nuevo lenguaje computacional va ser uno
de los sustentos de producir y de diseminar conocimiento, de agregar valor agregado al trabajo y de devenir ciudadanos
informados y propositivos. Ya no se trata solo de introducir las TIC en los sistemas educativos.

LOS DESAFÍOS DE LA DIVERSIDAD CULTURAL Y EL CONOCIMIENTO

En las últimas décadas las sociedades y las culturas a nivel planetario sufrieron importantes transformaciones, en gran
medida como resultado del impresionante desarrollo científico y tecnológico. Asimismo, también las formas de producción
económica se transformaron pasando a sistemas de producción que están basados en los conocimientos. Correlacionado a
estos cambios se desarrollaron modelos de sociedades peculiares las “sociedades del conocimiento”.

Trataremos de reflexionar juntos sobre estos modelos evaluando sus potencialidades, cómo afrontar los posibles riesgos y
de la importancia de la inclusión de los saberes ancestrales y tradicionales.

EDUCACIÓN TÉCNICA, TECNOLÓGICA Y PRODUCTIVA

La educación técnica, tecnológica y productiva fue entendida originalmente como una capacitación no formal, al margen de
la estructura general del sistema educativo. Esto generó una dicotomía entre trabajo manual y trabajo intelectual. Pero, en
los últimos años, ella ha adquirido otra visión en los países. En el pasado, la función básica de la educación técnica era
producir rápidamente un conjunto importante de recursos humanos puesto que, sobre todo en los países de poca
industrialización, la demanda de personas bien calificadas era mucho mayor que la oferta. Esta relación cambió
considerablemente al transcurrir la segunda parte del siglo XX, y con ello aumentó también el desempleo de trabajadores
capacitados técnicamente.

You might also like