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El abuso sexual es definido como cualquier actividad sexual entre dos o más personas
sin consentimiento de alguno de ellos. El abuso sexual puede producirse entre adultos,
de un adulto a un menor —abuso sexual infantil— o incluso entre menores.1
En el caso de abuso sexual infantil, los fenómenos que se desencadenan tienen que ver
con trastornos en el desarrollo psicosexual. Una dificultad en la relación madre-hija
puede complicar el riesgo para el abuso sexual infantil y las consecuencias del abuso. 2
Sobre los efectos psicológicos y la evaluación del abuso sexual, los investigadores
David Finkelhor, Lucy Berliner, y Daniel Schechter tienen trabajos relevantes.
Abuso sexual infantil
La definición de abuso sexual a menores puede realizarse desde dos ópticas: la jurídica
y la psicológica, que no siempre coinciden, por cuanto la valoración jurídica de esas
conductas sexuales está condicionada por el criterio objetivable del grado de contacto
físico entre los órganos sexuales de agresor y víctima, algo que no necesariamente
correlaciona con la variación en el grado de trauma psicológico.
la necesidad o no de que haya coacción o sorpresa por parte del abusador hacia
el menor. Para muchos autores, la mera relación sexual entre un adulto y un
menor ya merece ese calificativo, por cuanto se considera que ha mediado un
«abuso de confianza» para llegar a ella.
la necesidad o no de la existencia de contacto corporal entre el abusador y el
menor. Aquellos que no lo consideran necesario, incorporan al concepto de
«abuso» el «exhibicionismo», esto es, la obligación a un menor de presenciar
relaciones sexuales entre adultos o, incluso, de participar en escenificaciones
sexuales.
la cuestión de las edades: tanto en lo que se refiere a si el abusador tiene que
ser mayor que el menor, como al valor de esa diferencia y la edad concreta de
ambos (la edad máxima para el menor oscila entre los 15 y 12 años en la
mayoría de los estudios; en cuanto al abusador, lo habitual es que se sitúe
entre 5 y 10 años mayor que la del niño, según sea menor o mayor,
respectivamente, la edad de este).
también existen investigaciones en las que se consideran abusos sexuales los
producidos entre jóvenes de la misma edad;
por último, en otros casos, se subraya especialmente la relevancia del abuso
sexual «percibido»; esto es, se considera específicamente como caso de «abuso
sexual a un menor» cuando hay repercusiones clínicas en este.
Con todo, existe cierto consenso en la idea de que el límite que traspasa la evolución
natural de la sexualidad infantil nos permite hablar de una sexualidad abusiva que se
produce en el momento en que el/la menor pierde el control sobre su propia
sexualidad y con ello del autodescubrimiento de su cuerpo y su placer para ser
instrumentalizado en beneficio de un placer ajeno del que no es protagonista, y con
una persona con la que está en una relación de asimetría de algún tipo de poder:
control, edad, madurez psicológica o biológica.
Acoso sexual
El besar a una persona sin tener su consentimiento puede ser interpretado como
acoso sexual en la actualidad. El acoso sexual es genéricamente la manifestación de
una serie de conductas compulsivas de solicitudes de favores sexuales con distintas
formas de manifestación dirigidas a un(a) receptor(a) sin tener su consentimiento. Se
puede aplicar a ambos sexos o personas del mismo sexo; pero predomina
comúnmente en los hombres que se mueven en ambientes de relaciones laborales,
académicos, estudiantiles, que incluyen hasta el hogar. En muchos países es una figura
delictiva punitiva que se pena según su gravedad y que puede incluir hasta la privación
de libertad.
Es una trasgresión a los derechos humanos que niega el principio de igualdad de trato
y de oportunidades en el trabajo. El acoso sexual, es una conducta que contraviene
diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de
la Ley Federal del Trabajo. Es además un delito tipificado por códigos penales en el
ámbito federal y en 20 entidades federativas, y una prohibición expresa para la
Administración Pública Federal según el Código de Conducta a favor de la Equidad
entre Mujeres y Hombres, establecido en el año 2003, por el gobierno del presidente
Vicente Fox.
El acoso de naturaleza sexual incluye una serie de agresiones desde molestias a abusos
serios que pueden llegar a involucrar forzadamente actividad sexual. Ocurre
típicamente en el lugar de trabajo u otros ambientes donde poner objeciones o
rechazar puede tener consecuencias negativas.
Estupro
La diferencia entre abuso sexual infantil y estupro radica en que en el primero son
menores de edad que aún no tienen conciencia de en qué consiste el acto sexual y en
el estupro son menores de 18 años y mayores de 12 en el cual el sujeto activo obtiene
el consentimiento de su víctima por medio del engaño y la seducción. En este delito es
fundamental que la víctima no pase de 18 años (esto es según las leyes
norteamericanas de varios estados -no en todos-). En la mayoría de los países del
mundo no es así; por ejemplo, en el Código Penal Argentino artículo 119, se considera
estupro al acceso sexual a una menor de 14 años. Una joven de 14 años cumplidos con
su consentimiento puede tener relaciones sexuales con otras personas de edad
indefinida y mayores de 14 (en el caso de relaciones sexuales con otras mujeres).
Causas
En las primeras etapas de la vida cualquier ser humano atraviesa por situaciones
donde debe depender y confiar en adultos, y en la mayoría de las veces a l@s niñ@s y
adolescentes se les niega la posibilidad de discutir la autoridad de los adultos (ej :
padres, maestros, parientes) o siquiera de dudar de su comportamiento.
Algunos abusadores utilizan la fuerza para acceder al menor, otros no, y a veces sin
marcas físicas exteriores es difícil deducir que un menor es víctima de abuso. La
estrategia que usan la mayoría de los abusadores es conseguir la confianza del menor
para iniciar un contacto muy personal hasta llegar al acceso sexual del menor.
Consecuencias
Our Bodies Ourselves apunta algunas de estas como las consecuencias graves e
irreversibles en la vida, que se viven no sólo en la etapa infantil, sino también para el
resto de la vida adulta :
1.Los menores que han sido abusados tienen una alta probabilidad de convertirse en
adultos abusadores de otros niños cuando llegan a su etapa de la adultez
2.Los menores pueden llegar a sentir que de algún modo provocaron el abuso y se
culpan a sí mismos durante el resto de sus vidas por no haber dicho “no”, por no
haberse defendido del atacante, por haberle contado a un adulto que no los tomó en
serio, por no haber buscado ayuda, por haberse comportado de cierta forma, o por
haber confiado en el adulto/menor (mayor que él/ella) que lo abusó
3.Este tipo de culpa les puede llevar a vivir graves trastornos de ansiedad que pueden
derivar en abuso de drogas, alcohol, sexo, comida y probabilidad de que el dolor
emocional los llevé a involucrarse en relaciones destructivas. Algunos menores
prefieren escapar de sus casas en vez de seguir siendo abusados.