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Exposicion de Biologia: Tema #3

El apetito (del lat. appetītus) es el deseo psicológico de ingerir alimentos. Se diferencia del
hambre en que esta última representa la necesidad fisiológica de comer. La regulación del
apetito es un mecanismo muy complejo en el cual intervienen el cerebro, el sistema
digestivo, los depósitos grasos, factores genéticos, factores ambientales, factores
psicológicos y las características de los alimentos
La sensación de apetito o de saciedad tienen mucho que ver con señales moleculares que
emergen del cerebro y que impactan en vías metabólicas concretas.
El hambre, que es la sensación que induce a comer, no debe ser confundida con el apetito,
que es la necesidad de comer para mantener el equilibido del cuerpo. El hambre puede ser
considerada como un mecanismo de defensa que alerta al organismo cuando existe una
necesidad de nutrientes.
Hipotálamo: El hipotálamo es un área del cerebro que se encuentra ubicada debajo del
tálamo y que forma parte del diencéfalo. A través de la liberación de hormonas, el
hipotálamo se encarga de regular los estados de ánimo, el sueño, la libido, el hambre, la sed
y la temperatura corporal.
Se encuentra localizado en el sistema límbico.
Tálamo Parte del encéfalo situada en la zona central de la base del cerebro, entre los dos
hemisferios, formada por dos masas esféricas de tejido nervioso gris y que interviene en la
regulación de la actividad de los sentidos.
Diencéfalo Parte del encéfalo que constituye la zona del cerebro de desarrollo más
avanzado en la escala evolutiva de los animales.
sistema límbico Parte del cerebro que incluye el tálamo, el hipotálamo y la amígdala
cerebral, que regula las emociones, la memoria, el hambre y los instintos sexuales.

El Hipotálamo posee una población neuronal muy variada y abundante, se reconoce como
el más importante de los centros autónomos superiores con múltiples núcleos situados
alrededor del III ventrículo, con conexiones con la formación reticular y la hipófisis, para
garantizar la integración de las funciones autónomas y endocrinas.

Sus funciones resultan esenciales para la supervivencia del organismo, al integrar


aferencias externas e internas y generar respuestas autónomas, endocrinas y conductuales.

El hipotálamo ha sido catalogado a lo largo del desarrollo evolutivo de nuestro cerebro,


como una parte importante que influye en el comportamiento de ciertas conductas de vital
relevancia para nuestro cuerpo, en este caso destaca mucho su función en la unión
que forma con los nervios centrales que se conectan que nuestro cuerpo entero.

Entre sus funciones más importantes el hipotálamo se destaca por expresar todas aquellas
respuestas corporales que se van integrando y van siendo parte de esas emociones
alternativas, que transmite nuestro cuerpo cuando urge expresar algo que sea razonado y
que está conectado a nuestro cerebro, su función tiene que ver con el hipotálamo, sus
secreciones hormonales hacen correr mensajes que son procesados y unidos mediante esta
parte estructural del cerebro.

Para un funcionamiento correcto de nuestro cuerpo, el hipotálamo contribuye una gran


parte, indica con presión todas aquellas urgencias que necesitan corregir, y se asocia mucho
con la parte digestiva de nuestro organismo puesto que conecta las vías para dar una orden
y esta sucesivamente la conecta el hipotálamo y es adiestrada hacia el para cumplir una
específica función.

Nuestro cuerpo, dirige, expresa, pero sobre todo indica con precisión todas aquellas fallas
que a nivel de regulación forman parte del organismo, y es de vital importancia mantenerlas
en buen estado. Estas peticiones se asocian mucho con la parte corporal y estados que
yacen su funcionamiento diario tales como: Controlar y detectar la sed, apetito, regulación
e indicación del estado del sueño, como también aquellos factores que conllevan a
comportamientos pocos inusuales, como los estados que estimulan actividades que forman
parte de la detección interna de nuestro organismo.

La regulación del apetito, y con ella la del peso corporal

Por el hipotálamo depende de la interacción de dos de sus áreas: El Núcleo Ventromedial


conocido como Centro de la Saciedad; y los núcleos hipotalámicos laterales conocidos
como Centro del Hambre, su estimulación induce la ingestión de alimentos y su destrucción
provoca pérdida del apetito o anorexia grave. Por otra parte las lesiones del centro de la
saciedad causan un aumento del apetito o hiperfagia.

Estos centros también están vinculados con la ingestión de alimentos en situaciones


emergentes en las que la glicemia cae drásticamente. Se ha planteado que la acción de los
centros de saciedad parece estar gobernada por la presencia de células glucorreceptoras,
cuya activación depende de los niveles de glucosa en sangre. Otros factores involucrados
son: la temperatura corporal, la acción de los alimentos sobre el tubo digestivo y la
distensión gástrica, entre otros. A todos ellos se les deben añadir los factores de orden
psicológico, culturales, ambientales y las experiencias personales.

El cerebro regula la necesidad de comer mediante señales recibidas de la boca, estómago,


intestinos, lipocitos y otros sitios. Los deseos de masticar o succionar son también factores
motivantes en el hambre y la saciedad.

 Cuando se estimula el hipotálamo ventromedial, se desarrollan señales de saciedad


 Cuando se estimula el hipotálamo lateral, se desarrolla señales de hambre

Hipotálamo y apetito

El hipotálamo está conectado con el sistema parasimpático y con zonas cerebrales que
influyen en el comportamiento alimentario. Es la región del cerebro que regula el consumo
de alimentos y el gasto de energía. Es necesario comprender su
funcionamiento pues modula casi todos los factores que regulan el apetito.

El núcleo arcuato del hipotálamo, tiene salidas al hipotálamo lateral (HL) y ventromedial
(HVM), los centros de la alimentación y de la saciedad respectivamente.

El núcleo arcuato contiene dos grupos distintos de neuronas. El primer grupo coexpresa
neuropéptido Y (NPY) y el péptido relacionado agouti (AgRP) y recibe señales
estimuladoras del hipotálamo lateral y señales inhibitorias del hipotálamo ventromedial. El
segundo grupo coexpresa proopiomelanocortina (POMC) y transcritos regulados por
cocaína y anfetamina (CART) y recibe señales estimuladoras del hipotálamo ventromedial
y señales inhibitorias del hipotálamo lateral.

Las neuronas NPY/AgRP estimulan la alimentación e inhiben la saciedad, mientras que las
neuronas POMC/CART, estimula la saciedad e inhiben la alimentación. Ambos grupos de
neuronas del núcleo arcuato son reguladas en parte por la leptina. La leptina inhibe el grupo
NPY/AgRP, mientras que estimula el grupo POMC/CART. Por lo tanto una deficiencia en
la señalización por leptina, vía deficiencia de leptina o resistencia a la leptina, conduce a
una sobrealimentación y a la obesidad.

El sobrepeso en si no es una enfermedad, pero es una condición que


predispone al desarrollo de enfermedades tales como diabetes, presión elevada
(hipertensión), elevación de grasas en sangre (dislipidemias), infartos, embolias, algunos
tipos de cáncer y favorece la muerte prematura.

as principales causas son:

1. Mal dormir (apnea)


2. Los factores genéticos y las alteraciones del metabolismo.
3. Una excesiva e incorrecta alimentación asociada a la falta de ejercicio (escaso gasto
de energía).
4. Los trastornos en la conducta alimentaria (ansiedad).
5. Metabolismo demasiado lento

La mayoría de los casos de sobrepeso se localiza en los países industrializados, donde la


alimentación es abundante y la mayor parte de la población realiza trabajos que no
requieren un gran esfuerzo físEl sobrepeso es una acumulación anormal o excesiva de grasa
que puede ser perjudicial para la salud. Por eso, hay que tener cuidado cuando van
apareciendo esos kilos de más que no se van con la misma facilidad con la que llegan. ico.

Hipertensión Arterial

¿Qué es?
La hipertensión arterial es una enfermedad frecuente que afecta a un tercio de la población
adulta. Se produce por el aumento de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las
arterias de forma sostenida. Es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y,
si no se trata, puede desencadenar complicaciones severas como infarto de corazón, accidente
cerebrovascular, daño renal y ocular, entre otras complicaciones. Se puede evitar si se
controla adecuadamente.

¿Cuáles son sus causas?

Se desconoce el mecanismo de la hipertensión arterial más frecuente llamada “esencial",


"primaria" o "idiopática" aunque existen factores que suelen estar presentes en la mayoría de
las personas que la sufren. La herencia (padres o hermanos hipertensos), el sexo masculino,
la edad, la obesidad, la ingesta de sal, el consumo excesivo de alcohol, el uso de algunos
fármacos (incluso los de venta libre) y la poca actividad física o sedentarismo determinan la
hipertensión.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

La única manera de detectar la hipertensión es su medición. Muchas personas tienen la


presión arterial elevada durante años sin saberlo. Existen dos medidas: la presión arterial
sistólica (PAS) o máxima y la presión arterial diastólica (PAD) o mínima. Se considera
presión arterial alta (hipertensión) cuando dicha medición máxima es mayor o igual a 140 y
la mínima es de 90.

¿Cómo es el tratamiento?

La hipertensión, en la mayoría de los casos, no puede curarse pero si puede controlarse. Para
lograrlo debe seguirse un tratamiento regular de por vida para bajar la presión y mantenerla
estable. La medicación es sólo una parte de ese tratamiento. El médico también suele
recomendar, si es necesario, una alimentación saludable para perder peso, no abusar del
consumo de sal y alcohol y la importancia de realizar actividad física con regularidad.

Consejos para la persona con hipertensión:

 Reducir el peso corporal si tiene sobrepeso.


 Reducir el consumo de sal a 4-6 gramos al día.
 Reducir la ingesta de alcohol, que en las mujeres debe ser inferior a 140 gramos a la
semana y en los hombres, inferior a 210 gramos.
 Realizar actividad física como pasear, correr moderadamente, nadar o andar en
bicicleta, de 30 a 45 minutos, un mínimo de 3 veces por semana.
 Reducir el consumo de café.
 Consumir alimentos ricos en potasio como legumbres, frutas y verduras.
 Abandonar el hábito de fumar.
¿Qué son el sobrepeso y la obesidad y cómo afectan a la presión arterial?

El sobrepeso ocurre cuando el índice de masa corporal es igual o mayor a 25 kg/m2. Por su
parte, la obesidad es cuando el índice de masa corporal es igual o superior a 30 kg/m2.
Tanto la obesidad como el sobrepeso se consideran los factores ambientales
desencadenantes más importantes de todos los implicados en la aparición de la
hipertensión.

El exceso de grasa corporal contribuye a elevar la presión arterial desde la infancia. Se ha


comprobado que por cada 10 kilos de peso ganados se produce un incremento de la tensión
arterial de unos 2-3 mm Hg. El riesgo cardiovascular depende también de dónde se localice
la grasa, siendo la ubicada a nivel abdominal la más peligrosa para la composición corporal.
Además de causar hipertensión arterial, el sobrepeso y la obesidad, también predisponen a
otras patologías como la diabetes y la hipercolesterolemia. Todo esto aumenta aún más el
riesgo cardiovascular.

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa en la sangre,


también conocido como azúcar en la sangre, es demasiado alto. La glucosa en la sangre es
la principal fuente de energía y proviene de los alimentos. La insulina, una hormona que
produce el páncreas, ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para
usarse como energía. Algunas veces, el cuerpo no produce suficiente o no produce nada de
insulina o no la usa adecuadamente y la glucosa se queda en la sangre y no llega a las
células.

Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas de salud. Aunque
la diabetes no tiene cura, la persona con diabetes puede tomar medidas para controlar su
enfermedad y mantenerse sana.

A veces las personas cuando tiene diabetes dicen que tienen “un poquito alto el azúcar” o
que tienen “prediabetes”. Estos términos nos hacen pensar que la persona realmente no
tiene diabetes o que su caso es menos grave. Sin embargo, todos los casos de diabetes son
graves.

Diabetes tipo 2

Con la diabetes tipo 2, el cuerpo no produce o no usa la insulina adecuadamente. La


diabetes tipo 2 puede aparecer a cualquier edad, incluso durante la infancia. Sin embargo,
este tipo de diabetes se presenta con mayor frecuencia en las personas de mediana edad y
en los ancianos. Este es el tipo más común de diabetes.
Obesidad y diabetes: enfermedades muy relacionadas

Si las epidemias de la diabetes y la obesidad parecen seguir la misma progresión, no es por


casualidad: estas dos enfermedades están íntimamente relacionadas, hasta el punto de
hablar de una epidemia llamada "diabesidad".
En primer lugar, hay que distinguir los tipos de diabetes, 1 y 2: la segunda, la más común y
que afecta al 90% de los diabéticos, es la que está directamente relacionada con el
sobrepeso. “Si bien todas las personas obesas no desarrollan diabetes, un 75% de los
pacientes diabéticos sí son obesos” señala el profesor Michel Pinget, responsable del
servicio de endocrinología del Complejo Hospitalario de Estrasburgo.

Obesidad y diabetes: ¿causas comunes?

Entonces, ¿cómo explicar esta relación entre las dos enfermedades? El hecho es simple: un
90% de las diabetes de tipo 2 aparecen tras un aumento de peso. Sin embargo, como señala
el profesor Pinget: "el sobrepeso, por sí solo, no basta para provocar la enfermedad. Si no
existe una predisposición, ya podremos pesar 200 kilos que no desarrollaremos nunca una
diabetes".

La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por una glucemia muy elevada debido a
la falta o la mala administración de insulina.

Existen principalmente dos tipos de diabetes. La diabetes tipo 1 (o insulinodependiente) es


una enfermedad autoinmune que aparece fundamentalmente en niños y adultos jóvenes,
relacionada probablemente con factores genéticos o ambientales. La diabetes tipo 2 (o no
insulinodependiente), que es la forma más habitual de diabetes (el 90 % de los casos), se
manifiesta con más frecuencia en la edad adulta y afecta a personas de 40 años en adelante.
Los factores de riesgo son el sobrepeso, la obesidad y la falta de actividad física.

Relación entre la obesidad/el sobrepeso y la diabetes

En el caso de las personas obesas, el riesgo de padecer diabetes es tres veces mayor al de
las personas que no tienen obesidad. ¿Qué relación podemos establecer entre la obesidad y
la diabetes?

Cuanto más elevado es el sobrepeso, más elevada es la cantidad de grasa en el organismo.


De forma paralela, se observa un aumento de la glucemia. Efectivamente, la grasa
proporciona energía al músculo en detrimento de la glucosa, lo que provoca un aumento de
la glucemia. El páncreas secreta insulina en exceso para intentar reducir la elevada cantidad
de glucemia, lo que conlleva un estancamiento de este último, que no es capaz de producir
suficiente insulina. De este modo, la insulina ya no puede regular la glucemia. Entonces se
produce la hiperglucemia y también se desarrolla la diabetes. Por tanto, en el caso de las
personas obesas, la diabetes es consecuencia del exceso de peso.

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