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La Llorona

La llorona es una de las leyendas más conocidas en Guatemala y, aunque hay


varios elementos que no cambian, existen varias versiones sobre el origen de esta
leyenda. Uno de los elementos que permanece igual en todos los relatos es el
nombre de la Llorona y su procedencia. Es decir, en todas las leyendas la mujer
lleva el nombre de María y es criolla, es decir, hija de españoles en época de la
colonia. Así mismo, otro de los elementos en común de las leyendas es que María
contrajo matrimonio y que su esposo viajaba mucho. Los elementos que varían es
que, estando de viaje, María se enamoró de un fontanero de nombre Juan de la
Cruz y producto de este amor queda embarazada. Otra de las versiones es que de
la persona que se enamora es de un mozo de su finca y la tercera versión es que
María llevaba una vida de libertinaje y se desconoce de quien queda embarazada.
Las leyendas, casi todas de ellas, cuentan que, una vez embarazada, puede ser de
1, 2 o inclusive 3 hijos, y preocupada de lo que diría su esposo, María va al rio y
ahoga a sus hijos. Luego de haber ahogado a su hijo o hijos, a María le da cargo de
conciencia y trata de rescatar a sus pequeños y termina ahogada ella también. Otro
de las leyendas cuenta que María regresa a su casa y al darse cuenta de lo que
había hecho corre por las calles gritando “mis hijos, mis hijos, donde están mis hijos”
con lágrimas en los ojos. Finalmente, las leyendas cuentan que la llorona está
condenada a buscar a sus hijos por toda la eternidad; asimismo, se comenta que si
se escucha a la llorona lejos es porque está cerca y cuando se escucha cerca es
porque está lejos.
LOS TRES REYES MAGOS SON...

Hoy os traigo una divertida anécdota que ha ocurrido en clase de religión. Os pongo
en antecedentes: esta mañana (como llovía en la hora del recreo) hemos estado
viendo un capítulo de "Los Fruitis" donde aparece nuestro querido Gazpacho, que
es la piña, Mochilo, que es el plátano, Pincho, que es un higo de pala... y más tarde
ha ocurrido esto... La seño Rosario estaba explicando a los niños que ya queda
menos para que sea "el cumpleaños de Jesús", y les ha recordado la historia del
nacimiento del Niño. El caso es que Rosario les ha preguntado si se acordaban del
nombre de los 3 Magos de Oriente, y los niños han dicho: - ¡Melchor! Y la seño: Muy
bien, Melchor era uno. - ¡Baltasar! Y la seño: Sí, Baltasar era otro. ¿Y el que falta,
cómo se llamaba? Y salta uno... ¡GAZPACHO! Si es que a zurrón tiraba el nombre...
¡jajajaja!
Uga la tortuga. Cuento infantil sobre la perseverancia

- ¡Caramba, todo me sale mal!, se lamenta constantemente Uga, la tortuga. Y es


que no es para menos: siempre llega tarde, es la última en acabar sus tareas, casi
nunca consigue premios a la rapidez y, para colmo es una dormilona.

- ¡Esto tiene que cambiar!, se propuso un buen día, harta de que sus compañeros
del bosque le recriminaran por su poco esfuerzo al realizar sus tareas. Y es que
había optado por no intentar siquiera realizar actividades tan sencillas como
amontonar hojitas secas caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas de
camino hacia la charca donde chapoteaban los calurosos días de verano.

- ¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban haciendo mis
compañeros? Mejor es dedicarme a jugar y a descansar.

- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente cuenta no es


hacer el trabajo en un tiempo récord; lo importante es acabarlo realizándolo lo mejor
que sabes, pues siempre te quedará la recompensa de haberlo conseguido. No
todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren
tiempo y esfuerzo. Si no lo intentas nunca sabrás lo que eres capaz de hacer, y
siempre te quedarás con la duda de si lo hubieras logrados alguna vez. Por ello, es
mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con la duda. La constancia y
la perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos; por
ello yo te aconsejo que lo intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.

- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo necesitaba:


alguien que me ayudara a comprender el valor del esfuerzo; te prometo que lo
intentaré. Pasaron unos días y Uga, la tortuga, se esforzaba en sus quehaceres. Se
sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo poquito que se proponía
porque era consciente de que había hecho todo lo posible por lograrlo.

- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e imposibles


metas, sino acabar todas las pequeñas tareas que contribuyen a lograr
grandes fines. FIN
Fábula corta para niños: El congreso de los ratones

Había una vez una familia de ratones que vivía en la despensa de una casa, pero
temiendo siempre los ataques de un enorme gato, los ratones no querían salir. Ya
fuera de día o de noche este terrible enemigo los tenía vigilados. Un buen día
decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una asamblea a petición del
jefe de los ratones, que era el más viejo de todos. El jefe de los ratones dijo a los
presentes:

- Os he mandado reunir para que entre todos encontremos una solución. ¡No
podemos vivir así!

- ¡Pido la palabra! - Dijo un ratoncillo muy atento-Atemos un cascabel al gato, y así


sabremos en todo momento por dónde anda. El sonido nos pondrá en alerta y
podremos escapar a tiempo.Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los
roedores entre grandes aplausos y felicidad. Con el cascabel estarían salvados,
porque su campanilleo avisaría de la llegada del enemigo con el tiempo para
ponerse a salvo.

- ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir: Queda pendiente una cuestión
importante: ¿Quien de todos le pondrá el cascabel al gato? Al oír esto, los
ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados, porque no podían
contestar a aquella pregunta. De pronto todos comenzaron a sentir miedo. Y todos,
absolutamente todos, corrieron de nuevo a sus cuevas, hambrientos y tristes.

Moraleja: es más fácil proponer ideas que llevarlas a cabo

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