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Para empezar me gustaría empezar definiendo que es impuesto selectivo al consumo,

que según el BCR:

“Grava el consumo de determinados bienes. En algunos casos se trata de un impuesto


específico. Su aplicación se justifica en los casos del consumo de bienes que generan
externalidades negativas (por ejemplo, el consumo de cigarrillos, licores o combustibles).

Pariendo de dicho punto la razón principal de aplicación de esta ley por parte del
ministerio de economía y finanzas es para tener una mejora en la calidad de vida,
tomando en cuenta no solo el ámbito personal sino también el ámbito económico del país,
buscando no solo desincentivar el consumo de bebidas altamente azucaradas, que hacen
daño a la salud , sino también aquellos productos que afectan al ambiente, atacando
directamente a las bebidas azucaras, bebidas alcohólicas, cigarrillos combustibles y
vehículos; puesto que estos son los productos que tienen mayor incidencia en la
afectación de la salud y en el medio ambiente.

Respaldado por el hecho de que la modificación al ISC se hizo en coordinación con el


Ministerio de Salud y el Ministerio del Ambiente, según el MEF.

Entrando un poco más en detalle en este decreto supremo Nº 091-2018-EF, que autoriza
que el ISC para licores, gaseosas, cigarros, gasolinas y vehículo sea modificado:

En el caso de vehículos, esta medida está incentivando el uso de los vehículos menos
contaminantes y la renovación del parque automotor.

Por otro lado el aumento de 17% a 25% a aquellas bebidas que tengan más de 6 gramos
por 100 mililitros de azúcares, está bien justificados, puesto que se busca reducir los
incentivos a consumir aquellas bebidas que tengan una mayor concentración de azúcar y
por lo tanto tengan un efecto menos perjudicial sobre la salud.

De igual manera la forma de desincentivar el consumo de tabaco aumentando el ISC por


cigarrillo de S/. 0.18 a S/. 0.27 por cada uno, es una medida adecuada tomando como
referencia la experiencia exitosa del 2016

Además me parece que la medida tomada por el MEF en coordinación con el ministerio
de ambiente de ajustar el ISC a los combustibles tomando en cuenta su grado de
nocividad, es factible, ya que con esta medida, se corrige la distorsión existente que hace
el gasehol de 97 octanos pague más ISC que el diésel, que es el combustible más nocivo.

Claro que todo lo mencionado es solo un punto, es decir la medida tiene un doble efecto:
por un lado es un esfuerzo para cuidar la salud y, por otro, busca generar los recursos
que permitan atender las necesidades del país.

Donde David Tuesta, el actual ministro de economía, explicó que en los últimos años se
ha observado un incremento en la demanda de varios de estos productos como las
bebidas alcohólicas, bebidas azucaradas, combustibles, entre otras. Por el contrario, los
recursos disponibles para atender las externalidades generadas por el consumo de estos
bienes han ido disminuyendo.

Una externalidad se entiende como el efecto sobre alguien que no participa en la


transacción. Si usted toma bebidas azucaradas y engorda o desarrolla alguna
enfermedad, ese efecto no lo sufre ninguna parte externa a la transacción; lo sufre usted
mismo. No hay, pues, ninguna externalidad.

Según el economista Carlos Parodi precisa al respecto que “Un elemento crucial en la
solución de una externalidad es la credibilidad de los actores involucrados, en particular
del gobierno. Si nadie cree en el otro, no hay solución posible, pues resulta imposible su
implementación. No debemos olvidar que la confianza y el orden son los pilares de una
sociedad”

El MEF tiene una vocación por reactivar y crecer a mediano y largo plazo, esta se basa,
por una parte en el crecimiento sostenible con productividad y en una base de
sostenibilidad fiscal.

Sin embargo ustedes e preguntara como esta medida puede reactivar la economía, si al
subir los precios, esto genera inflación. Y si bien esto es cierto. El impacto será mínimo y
no elevara la inflación, este aumento del ISC tendrá un impacto en la inflación entre 0.2%
y 0.3% de una sola vez en los precios que no va a modificar la trayectoria de inflación en
el mediano plazo.

Esta ligera variación dependerá de cuál sea la elasticidad de la demanda de los productos
a los que se les elevo el ISC; por otro lado habrá que ver cuánto del aumento del ISC
absorben los consumidores y cuanto los productores.

Por supuesto que toda esta información está respaldado por el BCR, quien además
explico que para este año mantiene una proyección de inflación interanual de 2% que
estaría dentro de su rango meta de 1% a 3%, y reflejaría un panorama de estabilidad en
la variación de precios al consumidor.

Por tanto si queremos que la gente no fume los precios tienen que ser artificialmente
altos. Si queremos que la gente no contamine tanto tenemos que subir los precios de
combustible. Si queremos que no haya tráfico (por la contaminación, ruido, molestias)
tiene que ser más caro ir en vehículo privado que en colectivo (precios de combustible vs
transporte público, precio de aparcar, tasas por entrar en las ciudades).

Mucha gente no quiere oír hablar de más impuestos. Pero en este caso es por una muy
buena causa, para desincentivar a la gente. Desincentivar ciertos comportamientos que
crean molestias y problemas a la sociedad. Contaminar es uno de ellos y por tanto los
impuestos a la contaminación son una buena idea.

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