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Teoría del vínculo de Pichón Rivière

La teoría del vínculo de Enrique Pichón Rivière tiene como fuente principal a la teoría de
las relaciones de objeto que imperaba en el discurso kleiniano a finales de los años
cincuenta. Pichón estaba muy interesado en poner a prueba el psicoanálisis con
experiencias de trabajo social, y aseguraba que dicho trabajo le proporcionaría al
psicoanálisis la verificación y confrontación necesarias para contribuir en el desarrollo
de la psicología social.
El término "vínculo" es conceptualizado por Pichon-Riviere como la forma en que una
persona se relaciona con las demás, estableciendo una estructura relacional entre
ambos comunicantes que va a ser única entre ellos dos.
El vínculo no se refiere únicamente a un componente emocional sino que incorpora
tanto esfera emocional como la cognitiva y la conductual, modificándose mediante la
interacción todos estos aspectos. La estructura resultante es dinámica y fluida, variando
y viéndose afectada por la retroalimentación que la conducta de uno produce en el otro.
El vínculo es un elemento fundamental para la supervivencia y la adaptación al medio
tanto social como natural, dado que permite influir en el medio a la vez que se es influido
por este. La existencia de vínculos se debe principalmente a la capacidad de
comunicación, a través de la cual establecemos contacto con otros y aprendemos en
base a las consecuencias de nuestras
El vínculo es un concepto instrumental en psicología social, que toma una determinada
estructura y que es manejable operacionalmente. El vínculo es siempre un vínculo social,
aunque sea con una persona a través de la relación con esa persona se repite una
historia de vínculos determinados en un tiempo y en espacios determinados. El vínculo
se relaciona luego con la noción de rol de status y de comunicación.
Componentes
Según la teoría del vínculo la vinculación es bicorporal, dado que a nivel físico son dos
los elementos en contacto (el sujeto y el o los otros). Sin embargo, a pesar de ser dos
seres los que interactúan en todo vínculo o relación, hay al menos tres componentes
que se tienen que tener en cuenta, el yo emisor, el objeto (considerándose como tal la
persona o cosa con la que se produce la vinculación) y el tercero, que se entiende como
el ideal o fantasía construida por el yo sobre el objeto y que indica cómo vamos a
relacionarnos con él.
A la hora de establecer una relación con un objeto el sujeto mantiene dos vínculos al
mismo tiempo, uno externo con el objeto en sí y uno interno con la fantasía inconsciente
que va a ser proyectada en el objeto y que va a marcar la existencia y el tipo de
comunicación.
En un vínculo sano, según Pichon-Riviere, la estructura que va a surgir de la interacción
va a ser de tipo espiral, encontrándose la conducta y comunicación del sujeto con una
reacción por parte del objeto que va a dar una retroalimentación al primero de manera
que pueda variar su conducta.
Asimismo, el objeto también va a modificar su conducta en base a la actuación del
sujeto, siendo el vínculo una relación bidireccional en que ambos elementos en
comunicación se influyen mutuamente de forma dinámica y motivada por necesidades
psicológicas.
Comunicarse en el vínculo
Tal y como hemos mencionado uno de los requisitos fundamentales del establecimiento
de un vínculo es la presencia de una comunicación fluida entre sujeto y objeto.
En lo que se refiere al acto comunicativo Pichon-Riviere parte de la creencia de que toda
comunicación se da en base a cinco principios fundamentales.
En primer lugar destaca que lo social nos afecta y estructura desde dentro, formando
parte de nuestro ser. Queremos y necesitamos vincularnos, siendo afectados y
afectando a la vez al entorno.
Un segundo principio se refiere a que las conductas que llevamos a cabo están
determinadas por lo más interno. Nuestro inconsciente nos impulsa a actuar
comunicativamente de cara a expresar nuestras necesidades, pulsiones y deseos.
El tercero de los principios implica que todo acto o incluso la ausencia de este son
comunicativos, no pudiendo haber un acto que no transmita nada. Cada actuación e
interacción llevada a cabo encierra un significado profundo que puede estar oculto.
Otro principio hace referencia a la necesidad de dinamismo, apertura y adaptación
mutua entre personas vinculadas, haciendo ver que la ausencia de fluidez y la presencia
de una perseveración y repetición constante es sinónimo de patología.
Por último, indica que todos los individuos tratan en todo momento de comunicarse,
siendo toda actividad mental dirigida a establecer una comunicación.
Extrayendo aprendizaje: ECRO (E.C.R.O. Esquema conceptual referencial operativo)
A través de la comunicación extraemos un aprendizaje que nos permite una vinculación
más adaptativa. Los datos extraídos de la interacción nos permiten generar un esquema
con el que organizar los conceptos de manera que podamos ir adaptándonos a los
cambios que sufre la realidad.
Dicho esquema funciona con los conceptos adquiridos a lo largo de nuestra vida para
trabajar en el contexto de la interacción y producir cambios que modifiquen el mundo.
Así, usaremos los esquemas formados con el fin de influir en el medio y hacer de los
vínculos algo más funcional y adaptativo.
El campo psicológico
Lo que Pichón va a denominar el «campo psicológico», es el objeto central de las
investigaciones en psicología social. “El campo psicológico es el campo de las
interacciones entre el individuo y el medio”, por eso el objeto de la psicología social es
el campo de esta interacción.
Según Lagache, este campo psicológico ofrece al investigador seis clases de datos, los
cuales Pichón va a tener siempre muy en cuenta en el momento de abordar un grupo o
de trabajar con el dispositivo del grupo operativo. Estos datos son:
1. El contorno: es “un conglomerado de situaciones y de factores humanos y físicos que
están en permanente interacción”. Él conforma una totalidad, una gestalt, y abarca
todos los factores y variables que están en juego en un medio ambiente determinado.
2. La conducta exterior: ya sea espontánea o provocada por algún tipo de estímulo, ella
hace parte de los datos que todo psicólogo social debe tener presente en el momento
de evaluar o interpretar la situación del sujeto. Este es un elemento que viene a
enriquecer al vínculo como tal, tomado de la psicología experimental.
3. La vivencia: es la experiencia vivida por el sujeto y que transmite por su conducta
exterior y su comunicación verbal. Ella da información sobre los “aspectos psicológicos
de la existencia”56 en el aquí y el ahora del sujeto. La vivencia es la acumulación de
experiencias del sujeto que dan cuenta de su posición subjetiva en la vida y de cómo
responde él a los otros con los que se vincula.
4. Las modificaciones somáticas objetivas: Son todos los signos que se observan en el
cuerpo del sujeto y que hablan de su estado de ánimo o sus sentimientos. El sudor de
las manos y las axilas, las manos frías, la dilatación de las pupilas, el timbre de la voz,
etc., son modificaciones somáticas observables que dan indicios de lo que puede estar
pasando con el sujeto en un determinado momento: si está nerviosos, angustiado,
estresado o enamorado, por ejemplo.
5. Los productos de la actividad del sujeto: tiene que ver con todo lo que el sujeto
produce o crea: manuscritos, obras de arte, los resultados de un test psicológico, un
relato, un dibujo, sus palabras, etc.
6. Los gestos y actitudes del sujeto: lo que corrientemente se denomina el lenguaje
preverbal, el cual, junto a la comunicación verbal, es fundamental en el proceso de
interacción con el sujeto.
Un vínculo sano
Se va a considerar sano todo aquel vínculo en que el Yo es capaz de utilizar estrategias
para gestionar lo malo y conservar lo bueno de la relación, manteniendo una
comunicación bidireccional eficiente que pueda ser adaptativa. Para que ello sea así es
necesario que haya una comunicación permanente, sincera y directa en la que se tenga
en cuenta las necesidades de sujeto y objeto, además de que dicha comunicación
produzca un aprendizaje que permita la retroalimentación de la propia conducta.
Así pues, los componentes clave para la existencia de un buen vínculo son la presencia
de una comunicación bidireccional correcta, eficiente y en la que existe feedback y el
hecho de que dicha comunicación permita la adquisición de un aprendizaje.
Vínculos patológicos
Para el autor de la teoría del vínculo existen diferentes maneras de relacionarse que
constituyen una vinculación patológica al no producirse un aprendizaje o al encontrarse
disfuncionalidades en la comunicación que hace que esta no sea completamente
bidireccional y no produzca una correcta modificación mutua. La comunicación dejaría
de ser totalmente permanente, sincera, directa o dialéctica.
Algunos de los principales vínculos patológicos son los siguientes:
1. El vínculo paranoico: “...se caracteriza por la desconfianza y la reivindicación que le
sujeto experimenta con los demás”.
2. El vínculo depresivo: se caracteriza por la culpa y la expiación.
3. El vínculo obsesivo: se caracteriza por el control y el orden.
4. El vínculo hipocondríaco: “...es el que el sujeto establece con los otros a través de su
cuerpo, la salud y la queja”.
5. El vínculo histérico: se caracteriza por la plasticidad y el dramatismo.
6. El vínculo nocturno: si bien se trata de un vínculo extraído de pacientes con cuadros
oníricos de confusión metal, se puede decir de él que lo caracteriza la actividad de la
noche y el sueño, es decir que se puede generalizar a todo sujeto que establece vínculos
bajo estas dos circunstancias.
7. El vínculo homosexual: es “un vínculo particular con un objeto que primitivamente
fue perseguidor”. Aquí nos encontramos con la más clásica tesis freudiana sobre la
homosexualidad y que el kleinismo desarrolló suficientemente con su lógica sobre los
objetos buenos y objetos malos perseguidores. Pichón agregará que “La finalidad del
vínculo homosexual es la conquista de ese perseguidor mediante una técnica de
apaciguamiento y control”.
8. El vínculo epiléptico: este es un vínculo que le interesó mucho a Pichón, por su
contacto con pacientes epilépticos en los hospitales donde trabajó. Se caracteriza por
una determinada viscosidad, una determinada tenacidad y una determinada
destructividad. Es un vínculo referido específicamente al sujeto que padece de ataques
de epilepsia.
9. El vínculo regresivo: sucede cuando hay despersonalización o negación de la
mismidad; está enmarcado por tanto dentro de los cuadros psicóticos, aunque, al igual
que los demás vínculos, estamos autorizados a generalizar este tipo de vínculo a
cualquiera donde se presente dicha característica.
10. El vínculo de la confusión: “...es en realidad el vínculo con el sueño”, dice Pichón.
Es de aclarar que Pichón establece esta caracterología a partir de la más clásica
psicopatología clínica psicoanalítica y psiquiátrica.
Fundamentos teóricos de la teoría del vínculo
Pichón desarrolló su teoría del vínculo a partir de otros cuerpos teóricos que
alimentaron su elaboración. Entre ellos se encuentran los siguientes:
1. La psicología introspectiva. La introspección es ese diálogo más o menos consciente
que sostiene el sujeto con un objeto interno. Ésta psicología, según Pichón, “…tiene en
cuenta fundamentalmente el emergente interno el emergente interno del observador,
que expresa una relación o vínculo particular con un objeto interno, el cual puede estar
más o menos estimulado por la situación externa…”.
Es la introspección del observador la que le va a permitir hacer hipótesis e
interpretaciones en el momento de hacer una intervención. El campo de la psicología
introspectiva es el campo de los vínculos internos.
2. El conductismo. Es lo opuesto a la psicología introspectiva; éste “…tiene en cuenta
exclusivamente los aspectos exteriores de la conducta en el campo de trabajo”.70 El
recurso al conductismo ha hecho que Pichón adopte su técnica de investigación más
importante: la observación de las conductas del sujeto.
3. El análisis fenomenológico. El Es un análisis en el cual “el …el observador comprende
el suceder del otro, […] …se tiene en cuenta solamente el aspecto vivencial inmediato…”,
que es el campo de la psicología existencial o fenomenológica.
4. La psicología psicoanalítica. Desde el momento en que se apunte a esclarecer los
contenidos latentes del sujeto, nos hallamos en el campo de esta psicología. Lo que
caracteriza a esta psicología es que “… lo que se le devuelve al (sujeto) como
interpretación es una hipótesis de lo que hay detrás de la apariencia fenoménica,
referida en términos de contenidos latentes”.
5. La psicología criptográfica. “…es la captación de lo que hay de secreto, de lo que está
oculto detrás de la apariencia fenoménica”.
6. La psicoterapia existencial. Es el mismo análisis fenomenológico, el cual se fija mucho
en el aquí y el ahora del sujeto. “La interpretación fenomenológica o existencial se
refiere al suceder inmediato, es decir al contenido manifiesto de lo que el sujeto está
queriendo decir”.
7. La Gestalt. Esta escuela de psicología se dedicó principalmente al estudio de la
percepción. Ella postula que las imágenes son percibidas como un todo, como una
configuración (del alemán, gestalt) y no como mera suma de sus partes constitutivas. La
gestalt también va a tener muy en cuenta el papel que juega el contexto. Los psicólogos
de la Gestalt descubrieron que la percepción estaba muy influida por el contexto y la
configuración de los elementos percibidos y que las partes derivan a menudo su
naturaleza y su sentido global, y no pueden entenderse separadas de éste. Pichón va a
utilizar las nociones de figura−fondo, tomadas de esta psicología, para explicar como “El
emergente que se configura en el aquí y el ahora constituye lo que en términos de
Gestalt podemos llamar figura”.
Importancia de esta teoría
Más allá de su impacto a la hora de estudiar y analizar la importancia de los vínculos y
su deformación en procesos patológicos, la importancia de la teoría del vínculo es tal
que marcaría un precedente en el surgimiento de la psicología social.
Hay que tener en cuenta que en la época en que surgió esta teoría la psicología
psicoanalítica estaba principalmente focalizada en los conflictos internos de cada
persona, haciendo escasa referencia a los factores ambientales y a los mecanismos
relacionales entre personas.
Con esta teoría Pichon-Riviere abriría la puerta al estudio sistematizado de las relaciones
humanas y su organización desde el psicoanálisis, sirviendo sus estudios para mejorar la
situación de múltiples pacientes mediante el tratamiento de sus comunicaciones, en un
ámbito anteriormente poco trabajado anteriormente.

Bibliografía
Hernando, B. (2010). Sobre la teoría del vínculo en Enrique Pichón Riviére. Una sistematización
del texto Teoría del vínculo de Pichón. Recuperado de
http://www.funlam.edu.co/uploads/facultadpsicologia/578481.pdf

Pichon-Riviere, E. (1980). Teoría del vínculo (Selección y Revisión de Fernando Taragano).


Buenos Aires: Nueva Visión .

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