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9 Boccaccio INTRODUCCION Considerada con mucha perspectiva, la literatura italiana tiene tres momentos es- pecialmente destacables: la literatura medieval, la humanistica y la contemporinea. Por lo que se refiere a la medieval, sobresalen las Ilamadas «tres coronas»: Dante, Pe- trarca y Boccaccio, que escribieron en toscano, es decir, en el dialecto que alcanzé la categoria de lengua nacional. De estos tres autores, Giovanni Boccaccio ha sido erréneamente celebrado tinica: mente por su procacidad (obsceno, lascivo, licencioso), pero es mucho més. En italia- no existen dos adjetivos cuya diferencia no se conoce ni en catalan ni en castellano: boccaccesco, sinénimo de licencioso, aplicado a algunas zovelle (que mal traducido se- tla «narraciones») del Decamerén; el otro es boccacciano, que designa lo caracteristico de Boccaccio. Trataré aqui de estos aspectos y de otros mAs; aludiré también a los fracasos lite rarios (prosa y verso; épica, alegoria y lirica) y subrayaré la personalidad erudita de Boccaccio: fue el primer dantista y el creador de las conferencias publicas que toda- via hoy se celebran con el titulo de «Lectura Dantis». La vipa DE Boccaccio La vida de Boccaccio es menos importante para la historia de la cultura que la de Dante o Petrarca, aunque Boccaccio tiene més puntos de coincidencia con Dante que con Petrarca. Desafortunadamente, la fuente basica para conocer su vida no son Jos documentos sino sus propias obras, si bien hay que matizar y afiadir que Boccac cio también tuvo en cuenta su fama, preparar la apreciacién de la posterioridad tal como la entendia Petrarca. 109 Parece seguro que fue hijo natural, que su nacimiento tuvo lugar en Certaldo (no en Florencia 0 en Paris) y que pasé su infancia en Florenci: En 1327 el padre (relacionado con la firma Bardi) se establecié en Napoles. Alli Giovanni ejercié actividades mercantiles al tiempo que disfrutaba de una vida de re- laciones mundanas que le pusieron en contacto con Fiammetta, hija natural del rey Roberto de Anjou. Conviene recordar que Fiammetta es el personaje o uno de los personajes de obras boccaccianas (incluido el Decamerén), pese a que su imagen per manece imprecisa hasta el punto de que se ha llegado a creer que se trataba no de una persona real sino de un senhal. En Napoles, Boccaccio escribié cuatro obras menores e inicié estudios de derecho canénico. En 1340 volvié a Florencia para establecerse en la ciudad. De este periodo cabe destacar tres hechos: 1) la Peste Negra de 1348, que seria el marco del Decamerén; 2) la amistad con Petrarca, origen de una orientacién prehumanista; y 3) un cambio de actitud mental (una vida con otros principios morales), que tuvo como causa o consecuencia la redaccién del Corbaccio y, simultaneamente, un cambio de interés li- terario que le indujo a rechazar —en realidad, sdlo aparentemente— las obras de creacién y dedicarse a actividades eruditas, a la mitologia y al dantismo. Aiiadamos que de estos afios son sus misiones diplomaticas ante diversos sefiores y papas (de Aviiién y de Roma) —el cisma de Occidente acabé en 1375, cuando Boccaccio ya ha- bia muerto—, y que recibié érdenes menores. El mismo redactd su epitafio: «stu dium fuit alma poesis» («el estudio fue el alma de la poesia»). La PERSONALIDAD DE Boccaccio Salvo la literatura —Io que es bastante, o mucho— no hay nada extraordinario en Boccaccio, personalidad menos rica y completa que la de Petrarca, pero también me nos unilateral que la de Dante. No le guié un ideal constante como a Dante ni fue egocéntrico como Petrarca y, a diferencia de éste, fue capaz de resolver (con mucha © poca facilidad?) la pugna entre pasién y vida moral. La formacién de Boccaccio fue basicamente autodidacta: primeros estudios que dejaron escasa huella y una cultura amplia, profunda incluso, pero lena de lagunas: Ia normal pasién medieval por la astrologfa, el interés por los clésicos —asimilé mag. nificamente a los latinos, realizando una mutatio petrarquesca; con el tiempo Ilegd a leer a los griegos— y, sobre todo, la aceptacién de la literatura romanica «moderna», que le impulsé a interesarse por imitar ef lenguaje y el estrofismo popular (utilizando, por ejemplo, las octavas): la prueba mas concluyente de ello es la admiracién y difu- sién de las creaciones de Dante y de Petrarca. El pensamiento de Boccaccio es ecléctico. En politica no le inquieté el dilema papa-imperio; fue italiano pero sin una localizacién precisa. En religion recibié érde- nes menores, tenia fe pero le preocupaba escasamente la religion y resolvid de forma prctica su problema moral. En estética se manifiesté defensor entusiasta de la poesia (latina y vulgar) que segtin é1 constituia el «anima mundi»; aun siguiendo tedricamen- te el canon medieval (verdad «sub velamento», finalidad util, arquitectura), la aten- ci6n a la coetaneidad le Ilevé a romper con estas teorias y, tras los fracasados intentos juveniles, no pretendié ser ni alegérico ni util ni doctrinal. : En resumen, Boccaccio es a la vez un medieval y un humanista (o pre-humanis- ta). En él coexistieron o se sucedieron dos personalidades: la personalidad artistica, la 110 tinica que hoy se toma en consideracién, y la personalidad erudita, que fue la clave de su éxito en su época y durante muchos siglos. De hecho, no tuvo ninguna (0 en todo caso, pocas) ambiciones extra-artisticas 0 extra-intelectuales. La oBRA DE Boccaccio La actividad de Boccaccio se expresé en dos vertientes muy claras, que caracterizan dos periodos igualmente definidos, separados por el afio 1345. A una pri- mera etapa de creaciones artisticas sucedié otra de preocupaciones eruditas; las prime- ras son validas para la literatura; las segundas, para el mundo de las ideas o de la cul- tura; las primeras fueron escritas en toscano, mientras que las segundas lo fueron en latin (exceptuando los trabajos dantescos). Obras literarias en toscano Las obras artisticas, literarias, en toscano, son arte, creacién, fantasia. En ellas pre- domina el tema amoroso, que hasta entonces Ilenaba exclusivamente su vida, su ex- periencia (tedrica y practica) de amor, un amor en absoluto platénico o estilnovista, sino todo lo contrario, humano, expresién de la realidad de la came, aunque penetre cuerpo y alma; un amor que espolea la inteligencia con el fin de conseguir el propé- sito ferozmente deseado, lo que a raenudo nos conduce a un ambiente de drama o de tragedia. Las obras de Boccaccio pueden clasificarse en dos grandes grupos: poemas (mito- légico: Cacia di Diana; caballeresco: Fildstrato; épico: Teseida; alegdrico: Amorosa v1- sione; pastoral: Ninfale fiesolano) y novelas (de aventuras: Filécolo; pastoral alegdrica: Ninfale dAmeto; «autobiogrifica»: Elegia di Madonna Fiammetta), escritos casi altemati- vamente, Una lectura cronolégica nos permite apreciar la busqueda de un «camino de perfeccién» (con vacilaciones, avances, retrocesos, bruscos cambios), intentando encontrar el punto fuerte tanto en la forma como en el fondo; con predominio unas veces de la autobiografia (0 pseudo-autobiografia) otras de la retérica, valiéndose tanto del verso como de la prosa, latinizando o vulgarizando el lenguaje, manifestan- do siempre afectos y pasiones, tratando temas mundanos hasta alcanzar una adecua- cidn (tal vez. inconsciente) con el lector burgués. Todo ello culminaria en la prosa del Decameron. Las obras eruditas Después de 1354 y de haber escrito el Decamerin (y el Corbaccio), Boccaccio des- precié 0 rechaz6 sus escritos en lengua vulgar y sobre temas amorosos; el desprecio era s6lo aparente, ya que por aquel tiempo copié de su propia mano todo un cédice, que conservamos, del Decamerdn. Con todo, a partir de aquella fecha tnicamente cul- tivé la prosa y el centro principal de sus intereses estuvo constituido por las fabulas clisicas reinterpretadas segiin la moral alegérica de las verdades cristianas (De genealo- gis deorum gentilium); la redaccién de una enciclopedia 0 repertorio alfabético de to- ponimos literarios antiguos (De montibus, silvis, fontibus, lacubus, etc.); biografias 0 as- 11 pectos anecdoticos de vidas de grandes personajes (De casibus virorum illustrium, tradu- cidos al castellano con el titulo de Caida de principes) o de mujeres ilustres (De mulieri- bus davis). Al final de su vida la principal motivacién literaria fue el interés afectivo hacia Dante, puesto de manifiesto en la composicién de una biografia espiritual (Trattatello in laude di Dante) y un principio de comentario (Esposizioni sopra la Commedia di Dan- te): fue Boccaccio quien declaré «divina» la Comedia, si bien utilizé este calificativo en la explicacién y no como titulo; hay que decir que su sugerencia fue aceptada, unt nimemente y para siempre. EL «DECAMERON» Aspectos caracteristicos El Decamerén no es la unica obra de Boccaccio, pero es sin duda la mas conacida, notable e interesante, y ha alcanzado extraordinaria importancia en la literatura italia- na y en todas las literaturas. Su titulo, que significa «los diez dias», deriva con toda se- guridad de los tratados patristicos y medievales sobre los seis dias de la Creacién (y de ella derivaran otros, como el Heptamerin, de Margarita de Navarra). Famoso por su prosa, por el marco en que transcurre la accién y por la tematica, generalmente se ha puesto de relieve la obscenidad de los temas; pero no es diversién lasciva —quiz4 el ejemplo més alascivo sea la descripcién (X:7) del amor de Lisa hacia el rey Pietro di Raona (0 sea, Pedro el Grande)—; en cualquier caso, se trata menos de diversién lasciva que de una obra de arte en la que se puede observar la presencia de muchos y muy variados elementos. La reaccién contra este exclusivismo de significacién es re ciente: no cuenta mas de un siglo, surge en los dias en que el romanticismo y el po- sitivismo empezaron a ver en la obra la alegria del hombre que se libera de las trabas medievales. Hoy dia, el Decamerén estd considerado como la summa de la novelistica medieval y de la vida burguesa en el otojio de la Edad Media; en ella coexisten técni- cay fantasia medievales aunque sin olvidar, por ello, los elementos renacentistas 0 humanistas (por decirlo de algtin modo), hecho facil de reconocer en la ruptura del marco que representa el privilegio de Dioneo (el cual tiene libertad de tratar el tema que quiera, independientemente del que se haya elegido para aquel dia). No se obser va en la obra ni un afin moralizador ni ejemplarizante; en cualquier caso, se percibe Ia actitud del moralista que observa y pretende discernir las razones de los actos, sin intencidn de juzgarlos, que acepta impasiblemente todas las gradaciones de la vida, que exalta la inteligencia sin intencidn satirica. Evidentemente, no trataré de todo ello; me limitaré a apuntar algunos temas, marginando toda alusion a fuentes, lengua y estilo. Es una obra realista, si, pero no tnicamente realista. Exalta valores ideales, el ideal cortés de amor y virtud (en el sentido de Maquiavelo), es decir, liberalidad, altruismo, rapidez de ingenio. Podemos incluso aceptar que efectiia una trasposicién al mundo de Ia caballeria: hace suyo el ideal de la clase aristrocratica y lo traslada al ambiente burgués comunal (especialmente mercantil y artesano: véase, por ejemplo, la novella de Cisti Fornaio VI:2). Se ha dicho que abandona el mundo de la imaginacién y el esplendor guerrero: no es caballero de la guerra sino caballero de la vida (de 1a noble za espiritual). 112 Estructura y contenido Destacaré aqui cuatro aspectos que son, a mi entender, los mas relevantes de la obra. En primer lugar, el marco (la «cornice»: 100 cuentos, distribuidos en 10 jomadas, y explicados por 10 narradores, 7 mujeres y 3 hombres; todos ellos se encuentran en la iglesia de Santa Maria Novella, de Florencia, durante la Peste Negra de 1348 y se retiran a una villa. La primera idea del marco ya est4 presente en el Fildcolo (en Napo- les, un grupo de mujeres presididas por Fiammetta discuten sobre 13 cuestiones de amor) y una segunda ocasi6n en el Ameto (narraciones amorosas personales de 7 nin- fas, reunidas con 3 pastores, en total diez personas y, precisamente, siete mujeres y tres hombres). Las interpretraciones antiguas veian en este detalle una necesidad de- corativa, una funcién omamental conforme a la retérica medieval; también estable- cian una comparacién con la Comedia de Dante, jugando con el concepto dantesco de «commedia», es decir, un asunto con un principio «hérrido» (aqui, la Peste), una exposicién de la comedia humana y un final feliz: la narracién de Valter y Griselda (traducida por Bernat Metge, partiendo de la version latina de Petrarca). En la actua- lidad, sin negar la necesidad decorativa y el posible modelo artisticorliterario, que si- tua la accién durante la Peste Negra y que desde el principio quiere dar la sensacién de seriedad (se repite «ocupaciones honestas»), hoy se enfatiza més la vision de los he- chos y el relajamiento de las costumbres, que dibujan un estado de excepcién y per miten mayor libertad tematica y de expresién. Un segundo aspecto es el orden y la unidad. El llamado rey o reina del dia esco- ge el tema de la jornada, aunque desde el principio Dioneo tiene el privilegio de rom- per tal unidad: puede elegir el tema que quiere y es el ultimo en narrar, hecho que suele interpretarse como simbolo de una variedad intencionada. También hay que observar que quizd —se trata de una hipotesis no documentada— Boccaccio habia creado o recogido una serie de narraciones (cada una de las cuales es una obra de arte auténoma) y no sabia cémo relacionarlas. Se han buscado otros nexos de unién: el motivo unificador es el culto a la inteligencia (y no al amor), con diferentes matices; no existe unidad intelectual sino de desarrollo: las jornadas tratan de Fortuna, Amor, Ingenio, excepto la tiltima donde se hace una recapitulacion de los tres temas y se afiade una décima narracién, la historia de Valter; y una simbiosis de todas, conside- rando la unidad externa del marco, la unidad de desarrollo y una unidad interna en la persona de Boccaccio. Con todo, el interés de la obra no se desprende tanto de la unidad como de la variedad de cada novella que es, repito, una obra de arte autd- noma. Un tercer aspecto se refiere a los personajes. La mayoria de los narradores ya apa- recian en las obras juveniles con nombres simbélicos. Estos tres hombres sintetizan tres facetas del mismo Boccaccio: Panfilo = todo amor; Fildstrato = vencido por amor; Dioneo = lujurioso. Sin embargo, tal vez son més interesantes los personajes de las novell, dificilmente reductibles a esquema y que comparten una misma carac- teristica: no se repiten (excepto Calandrino) y no tienen rostro fisico. Algunos perso- najes son reales: famosos (Giotto VI:5; Cecco Angiolieri IX:4; Cavalcanti VI:9; el rey Pedro el Grande X:7) 0 no (Ciappelletto I:1; Andreuccio da Perugia II:5); otros per- sonajes son imaginarios, invencién probable de Boccaccio. 113 El realismo es una, pero no la unica, caracteristica del Decamerdn. Pese a ello, cabe distinguir la ejemplificacin de dos tipos: el memo (pecorone, definido como «monto- ne fatto tomare uomo»), cuyo maximo representante es Calandrino (motivo por el cual le convierte en protagonista de cuatro narraciones: VIII:3 y 6; IV:3 y 5); y el bur- lador sinvergiienza, representado por Ciappelletto (1:1). El ultimo aspecto se refiere a los ambientes. Interesado en el realismo, Boccaccio presté atencién al ambiente y por tal razén buscé las situaciones cronolégicamente cercanas: slo una novella (X:8) es de ambiente grecolatino; pocas son anteriores al si glo xm; la mayoria transcurren en los siglos xn y xv, durante la época de la expan- sién mercantil italiana, en los ambientes que Boccaccio conocié (Napoles, Florencia y, tal vez, Sicilia) o con los que estuvo en contacto (el Mediterraneo, incluido el mu- sulmén). En este sentido hay que mencionar que Napoles es algo ms que un tema: la ciudad se ve elevada a la categoria de mito ideal. Los ambientes no aparecen des critos con detalle, sdlo estn insinuados mediante répidas pinceladas, a veces una sola. Incluso la representacién psicoldgica de los personajes se hace a través del am- biente (la soledad: después de la muerte de su marido, Beritola [II:6] vive en una isla; Costanza [V:2] se encuentra en el mar, en el fondo de una barca con Ia cabeza en- vuelta); las comarcas despobladas (V:3), ambiente de pueblo (frate Cipolla, VI:10) 0 conventual (la abadesa, [X:2) o sefiorial (Cangrande I:7). Y tal vez podemos afirmar que amor y licencia son un pretexto para la representacién de ambientes y caracteres. La wmdtica: variedad y tendencias La temitica es muy variada: se ha llegado a hablar de «comedia humana laica». El autor concede mayor interés a los hombres que a los hechos, cosa que explica la de bilidad de las aventuras. Hay narraciones largas y cortas (como en la jornada VI, don- de también en este caso Dioneo habla extensamente). A modo de sintesis, podriamos sefialar dos direcciones principales: una es la materia amorosa; la otra, el culto a fa in- teligencia. Por lo que se refiere al tema amoroso, Boccaccio no se complace en lo obsceno (lo que todo el mundo ha observado, ve y sigue viendo), sino que en él priva la in- tencidn de describir el juego de instintos y sentimientos, su experiencia personal fil trada por el gobierno de la razén. El amor boccacciano es muy a menudo una pasion noble, arrebatadora incluso, que puede llegar hasta el paroxismo (IV:9, Guglielmo Rossiglione obliga a su mujer a comerse el corazén del amante y ella se suicida), el he- roismo (IV:1, Ghismonda se envenena bebiendo el corazén de su amante al que su padre ha dado muerte) o la locura (IV:5, Lisabetta entierra la cabeza de su amante en tuna maceta de albahaca), El culto a la inteligencia no es un culto abstracto sino humano en todos sus as: pectos, desde la que se manifiesta en la astucia del delincuente hasta en la dignidad del caballero (V:9, Alberighi invita a su enamorada y le sirve de comida el tnico hal- con que le queda), pasando por la amabilidad (VI: 2, Cisti fornaio), la magnanimidad (X:3, Natan), el ingenio y la modestia (VIS, Giotto). Coexisten el memo y el vivales sinvergiienza: icasi siempre gana el vivales! Los matices son muy variados. El amor a menudo es sensual, pero también pue- de ser trégico: Guglielmo Rossiglione (IV:4), Federico degli Alberighi, donde esta pre- sente el ideal cortés (V:9), Lisabetta (IV:5, cuidando la cabeza enterrada de su aman: 114 te: es la mds bonita de las novelas trigicas), Ghismonda (IV:1) que se envenena. Pue- de ser incluso liico, como el amor apasionado de Lisa por Pedro el Grande (X:7); 0 actuar en un ambiente casi de fabula: Nastagio (V:8, representado pictéricamente por Botticelli). Otro tanto puede decirse de la inteligencia: Bergamino (1:7) castiga la ava- ricia de Cangrande; Giotto (VI:5) censura el aspecto externo; Ciacco (IX:8) se venga. Algunas novelas guardan semejanzas con las novelas ejemplares de Cervantes: An- dreuccio (11:5) engafia y es engafiado. También encontramos novelle de befa y astucia: Martellino (II:1) se finge lisiado; frate Cipolla (VI:10) negocia con una pluma del an gel Gabriel o con los carbones con que fue quemado San Lorenzo. Exito influencia Tres son las causas principales del éxito del Decamerdn: su prosa, su tematica (prin- cipalmente la lascivia) y su marco. La prosa sdlo cautivé a Italia; la temitica y el mar coa todo el mundo. En Italia, desde que Petrarca concluyé Ia traduccién al latin de la ultima novella, el Decamerén ha tenido numerosos lectores, admiradores y saqueadores. Muchos han sido sus imitadores, desde el anénimo Pecorone al Novellino, de Masuccio Salernitano (siglo xv) y ha tenido muchos nozellieri en el siglo xvi. Recordemos también la repre- sentacion de Botticelli, en cuatro pinturas, de las que tan sélo se conservan tres. Fuera de Italia, la lista de imitadores es larga: tal vez son los cuentos de Chaucer y algunas obras de Shakespeare donde resultan ms notables las huellas de la influen- cia de Boccaccio. Boccaccio EN CATALUNA ‘Todavia esta pendiente la realizacién de un estudio completo de la influencia de Boccaccio en la literatura castellana. Algo parecido puede decirse respecto a la litera tura catalana, aun cuando en los ultimos aftos ha habido aportaciones parciales y se han editados algunas traducciones. Un aspecto primordial es el anilisis de las obras de Boccaccio en poder de perso- nas habitantes de zonas de habla catalana, entre los afios 1394 y 1516. Hasta la fecha se han inventariado 66 obras, de variada distribucién cronélogica, geografica, socioe- conémica y literaria. Con todo, cabe decir que la mayor densidad se da entre 1476 y 1500, que la zona con mayor infuencia es Mallorca, mientras que las clases mas adictas a Boccaccio son los clérigos y los nobles, y que la obra més veces inventaria- da es De genealoits deorum gentilium, seguida en proporcién similar por De casibus viro- rum illustrium y el Decamerén, hecho que coincide con la orientacién general del apre- cio de que disfruta Boccaccio Este andlisis de la posesiOn se refiere a las obras calificadas de non superstiti a las que hay que afiadir los manuscritos en toscano que nos han Ilegado y, naturalmente, alas traducciones al catalin: de este periodo se han conservado versiones del Decame- 16n, del Corbaccio, y de la Fiammetta; ademas hay noticias de la existencia de una ver sién del De mulieribus claris. En cuanto a ediciones realizadas en aquella época, s6lo nos consta que se hiciera una (y tal vez dos) del Corbaccio; sin embargo, no se ha conservado ningtin ejemplar. 15 La influencia de Boccaccio en Cataluiia ha sido rastreada de forma aislada; gran par te de las investigaciones han puesto el acento en la obra de Bernat Metge. Un ultimo aspecto es el estudio todavia no iniciado de la presencia de Cataluia y de los catalanes en las obras de Boccaccio, especialmente en el Decamerén. Davip Romano CapfrULos COMPLEMENTARIOS: 6, 8. 116 BIBLIOGRAFIA B EDICIONES DE LA OBRA ORIGINAL Boccaccio, Tutte le opere, Milan, Mondadori, 1985. s¢- Decameron, 2 vols., a cura di Vittore Branca, Florencia, Le Monnier, 1960. "TRADUCCIONES AL CASTELLANO Genealogia de los dioses paganos, Madrid, Editora Nacional, 1983. :Decamerén, Barcelona, Circulo de Lectores, 1983; Barcelona, Salvat, 1986; Barcelona, Planeta, = 1987; 2 vols., Madrid, Siruela, 1990. 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LECCIONES DE LITERATURA UNIVERSAL SIGLOS XII A XX Prélogo de Martin de Riquer Epilogo de José Maria Valverde QUINTA EDICION INSTITUT Kan aan Ajuntament @ de Girona CATEDRA CRITICA Y ESTUDIOS LITERARIOS 1, edicién, 1995 2. edicién, corregida y aumentada, 1996 52 edicién, 2012 Ilustracin de cubierta: Retrato de Emile Zola, Edouard Manet, 1868 Reservados todos los derechos. E contenido de esta obra esta protegido por la Ley, que establece penas de prisién y/o multas, ademuis de las correspondientes indemnizaciones por dais y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren piiblicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artistica © cientifica, o su transformacién, interpretacién o ejecucién autistica fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorizaci6n, © Institut d’Humanitats de Barcelona © Ediciones Catedra (Grupo Anaya, S. A.), 1995, 2012 Juan Ignacio Luca de Tena, 15, 28027 Madrid Depésito legal: M. 2.797-2012 LS.B.N.: 978-84-376-29926 Printed in Spain

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