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E l sueño de Portugal y de Cristiano Ronaldo en el Mundial de

Rusia sólo duró dos horas más que el de Messi y Argentina. Se van los dos
mejores jugadores del mundo el mismo día, sin aparecer en el momento
en el que sus selecciones más les necesitaban. La gloria es para Francia y
Uruguay. Para Mbappé y Cavani. Ganaron los mejores equipos.
Portugal no pudo con una selección, la uruguaya, que avanza con paso
firme en el Mundial gracias a una extraordinaria defensa y el acierto de
sus delanteros. Ante los lusos el héroe fue Cavani, que firmó dos goles
extraordinarios. En cuartos, ante Francia, por el bien de Uruguay más
vale que aparezca Suárez, porque el delantero del PSG se fue lesionado y
tiene muy complicado estar en la siguiente ronda. Se retiró del campo
cojeando, ayudado por un Cristiano Ronaldo que deja Rusia con cuatro
goles, de más a menos en esta cita de Rusia, lamentando no pasar de
octavos por tercer Mundial consecutivo.

Mundial 2018 | Los dos golazos de Cavani a Portugal


El partido fue una estampida en el arranque. Pitó el árbitro el inicio, o
mejor dicho, terminó la cuenta atrás, que es lo que se hace ahora en el
fútbol moderno, y los dos equipos se lanzaron a por el gol a tumba abierta.
Sorprendía el planteamiento inicial de ambas selecciones, que durante los
primeros cinco minutos ofrecieron un encuentro lleno de alternativas, de
área a área. Remató Cristiano Ronaldo primero y le respondió Luis Suárez
después con un disparo que despejó a córner Pepe. El partido arrancaba
trepidante, con los dos equipos buscando, seguramente, lo que
encontraría Uruguay en el 7', el gol que le permitiera replegarse.
El primer tanto charrúa fue una maravilla. Cavani recibió el balón en la
banda derecha y cambió la orientación del juego con un pase de 50
metros. La pelota la bajo Suárez con el pecho y la volvió a cambiar de lado
haciendo volar el esférico otros 40 metros. Y ahí, en el área, en el segundo
palo, apareció otra vez Cavani para rematar en posición inverosímil y
batir a Rui Patricio. No se sabe si bien si conectó con la cara o con la
cabeza, así que diremos que fue con el alma.

El tanto de Cavani permitió a Uruguay ejecutar el plan que buscaba, el


que mejor se le da, el que mejor le funciona. Le dejó el balón a Portugal y
se replegó. Organizado en un 4-4-2, sus dos líneas de cuatro alcanzan la
perfección cuando defienden. Un ejército sin debilidades, sin fisuras. Un
equipo trabajadísimo al que no le hace ni una sola indicación desde el
banquillo. Ni Tabarez ni ninguno de sus ayudantes salieron al área técnica
en toda la primera parte. Mientras que Fernando Santos se volvía loco
pidiendo más velocidad a la circulación de balón de Portugal, el
rectángulo reservado para los entrenadores uruguayos estaba desierto.
Tavarez ha montado un equipo que en el césped lo mueve Godín, que
junto a Giménez despejan todo lo que les llega. Parecen infranqueables.
Portugal jugaba al frontón. Y arriba, dinamita pura, con Luis Suárez y
Cavani, la pareja de delanteros más pesada del fútbol mundial. Se
merendaron a Pepe y Fonte en la primera parte.
Portugal, con un Cristiano que se resistía a la derrota, se estrellaba una y
otra vez ante el muro celeste. Y atrás, sudaban cada vez que Cavani y Luis
Suárez corrían a por los balones largos que les madaban. Porque Uruguay,
con el 1-0, se saltó el centro del campo a la hora de construir. Para qué
perder el tiempo en trámites si los dos animales que tienen arriba lo
solucionan todo. Con 1-0 se llegó al descanso porque Rui Patricio le sacó
una espectacular mano a Luis Suárez en un libre directo. Como ante
Rusia, el jugador del Barça intentó sorprender por bajo al

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